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7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-

OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015.

Mesa 15: Desafíos al pensamiento sociológico contemporáneo: sociología e historia.

“Entre la autonomía académica y la heteronomía del campo de poder: la estructura del

circuito universitario privado argentino entre 1955 y 1983”.

Victor H. Algañaraz Soria1

Palabras claves: autonomía académica // heteronomía del campo de poder // circuito

universitario privado // análisis de correspondencias múltiples //

Resumen:

El trabajo acerca la lente analítica al grupo de instituciones que entre 1955 y 1983

configuraron un Circuito Universitario Privado (CUP) en Argentina. Desde mediados de siglo

XX éste espacio atravesó por una etapa de “institucionalización regulada”, plasmada

fundamentalmente en la expansión sostenida de las universidades católicas en el país. Pero

durante la última dictadura, previa alianza ad hoc con la Iglesia católica se interpuso un

“freno” a dicho proceso expansivo, permitiendo replantear la idea de una tendencia a la

privatización del sistema.

Utilizando como metodología el Análisis de Correspondencias Múltiples (ACM),

condensamos analíticamente la estructura del CUP y construimos una tipología de sus

instituciones en función de su situación en la distribución de recursos y vínculos con grupos

de poder. De allí se desprende, que las respectivas oposiciones y homologías entre ellas está

determinada fundamentalmente por la cristalización de dos principios de jerarquización

institucional: uno “endógeno” que da cuenta de la autonomía relativa del espacio y de una

illusio propiamente académica que funcionó para el acceso a determinadas posiciones, y otro

1 Licenciado y Profesor en Sociología; Especialista en Docencia Universitaria y Doctor en Ciencias Sociales. Becario Postdoctoral del CONICET (IISE-FACSO-UNSJ). Investigador en el Programa de Investigaciones sobre Dependencia Académica en América Latina (PIDAAL, UNCuyo, Mendoza). Profesor Adjunto cátedra “Sociología” (Lic. en Enfermería, FCEFyN-UNSJ) y J.T.P. cátedra “Sociología Argentina y Regional II” (Lic. y Prof. en Sociología, FACSO-UNSJ) y “Procesos Sociales y Políticos Contemporáneos” (Lic. en Comunicación Social, FACSO-UNSJ). Dirección Postal: El Baqueano Nº 208, Vº Obrera, Chimbas, San Juan. Correo electrónico: [email protected]

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“exógeno” vinculado a la heteronomía que caracterizó el espacio y que permite comprender

las posiciones de algunas instituciones (y agentes) que fueron producto de una clara

intromisión del poder externo. El medio fundamental que movilizó la cooperación y el

conflicto interinstitucional a lo largo del periodo fue un “capital simbólico” muy particular,

que otorgó a las instituciones y agentes que lo acumularon una suerte de “prestigio

institucionalmente reconocido”, concediéndoles además cierta “honorabilidad social e

influencia política”.

“Between academic autonomy and heteronomy of power field: the structure of argentine

private university circuit between 1955 and 1983”.

Key words: academic autonomy // heteronomy of the power field // private university circuit // multiple correspondence analysis // Abstract:

This work approaches the analytical lens to the group of institutions that between 1955 and

1983 configured a Private University Circuit (PUC) in Argentina. Since the mid-twentieth

century this space went through a stage of "regulated institutionalization", reflected primarily

in the sustained expansion of Catholic universities in the country. But during the last

dictatorship, previous ad hoc alliance with the Catholic Church, a "brake" was interposed to

that expansion process, allowing rethink the idea of a tendency to the privatization of the

system.

Using as methodology the Multiple Correspondence Analysis (MCA), we condense

analytically the CUP structure and build a typology of its institutions according to their

position in the distribution of resources and links to powerful groups. Hence it that the

respective oppositions and homologies between them is determined mainly by the

crystallization of two principles of hierarchy institutional: a "endogenous" that accounts for

the relative autonomy of space and an academic illusio that worked for access to certain

positions, and other "exogenous" linked to heteronomy that characterized the space and

allows understand the positions of some institutions (and agents) that were the product of a

clear intromission of external power. The most important mobile that mobilized cooperation

and the conflict between institutions throughout the period was a very particular "symbolic

capital", which granted to institutions and agents who accumulated a sort of "avowed

institutional prestige", giving besides certain "social honor” and “political influence”.

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1. Introducción.

Dada la endémica inestabilidad política característica de nuestro país durante la segunda mitad del

siglo XX, el sistema nacional de educación superior atravesó por una etapa de contracción creciente en

su autonomía. Mientras las universidades estatales fueron intervenidas recurrentemente por parte de

los regímenes autoritarios y diezmadas en sus actividades de investigación y docencia, se desplegó una

política universitaria tendiente a reconstruir sobre nuevas bases la histórica relación-tensión entablada

entre el Estado y la educación superior privada y que cristalizó en la configuración de un Circuito

Universitario Privado (CUP). Aunque las instituciones de gestión privada reconocen diferentes

tradiciones, configuraron un espacio relativamente autónomo en el que cada una se diferenció, entre

otras cosas, por su situación en la distribución de recursos (económicos, simbólicos, técnicos, etc.) y

su vinculación con los grupos detentadores de poder (eclesiásticos, políticos y militares). Este trabajo

procura mostrar, que el Estado nacional desempeñó un rol tutelar respecto a los procesos de expansión

y regulación del sector y que las universidades católicas –dada su extensión a nivel nacional y fuertes

vínculos entablados con sectores eclesiásticos y militares– ocuparon un sitial preponderante en el

circuito.

Utilizando el Análisis de Correspondencias Múltiples (ACM), una técnica sociológica utilizada por el

equipo de Pierre Bourdieu en un nivel avanzado de síntesis teórica y empírica, fue posible acceder a la

estructura del CUP y determinar la posición distintiva ocupada por cada una de las instituciones

universitarias privadas en el espacio. De allí se desprende, que tanto las homologías como las

oposiciones interinstitucionales están determinadas fundamentalmente por la cristalización de dos

principios de jerarquización: uno “endógeno” que da cuenta de la autonomía relativa que caracterizó

dicho espacio propiamente académico, y otro “exógeno” vinculado a su heteronomía respecto al

campo de poder global. El medio fundamental que movilizó la cooperación y el conflicto entre las

instituciones a lo largo del interregno 1955-1983 fue un “capital simbólico” muy particular que se fue

construyendo en forma simultánea al proceso de institucionalización del mismo espacio. Un capital

que otorgó a las instituciones y agentes que lo acumularon una suerte de “prestigio institucionalmente

reconocido”, concediéndoles además cierta “honorabilidad social e influencia política”.

2. La configuración histórico-estructural de un Circuito Universitario Privado (CUP) en

Argentina.

Si bien desde fines del siglo XIX germinaban ya ciertas instituciones universitarias privadas en manos

de la sociedad civil, no gozaban de estatus oficial y por tanto no estaban habilitadas para otorgar

títulos académicos. Debió comenzar la segunda mitad del XX para que su creación –aunque con

vaivenes legislativos– formara parte de la agenda educativa del Estado nacional. Fue recién en el

marco del gobierno constitucional de Arturo Frondizi, mediante la sanción de la Ley 14.557/58

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(conocida como Ley Domingorena), cuando el sector universitario privado comenzó a funcionar

oficialmente.

En correspondencia con el resto de los países del Cono Sur, el núcleo inicial de instituciones

universitarias privadas en Argentina fue promovido por entidades de la Iglesia católica, dado su

histórico rol protagónico en el ámbito educativo. Las primeras universidades privadas del país fueron

la Universidad Católica de Córdoba (UCCor), Católica Argentina “Santa María de los Buenos Aires”

(UCA), Católica de Santa Fe (UCSF) y del Salvador (USAL). Progresivamente, la jerarquía

eclesiástica estimuló la gesta de nuevas instituciones en provincias de fuerte raigambre católica:

creándose la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (UNSTA) en Tucumán, Católica de Cuyo

(UCCuyo) en San Juan, Católica de Santiago del Estero (UCSE) y Católica de Salta (UCASAL).

En este contexto, se destaca la fundación casi paralela de dos instituciones denominadas comúnmente

“laicas” dado su carácter no confesional: el Museo Social Argentino (UMSA) y el Instituto

Tecnológico de Buenos Aires (ITBA). Este fue el prolegómeno del surgimiento de nuevas

instituciones universitarias privadas vinculadas a distintos emprendimientos de los sectores de élite

que aspiraban ahora alcanzar un tipo de formación profesional con elevados niveles de selectividad.

Ya entrados los años sesenta, prosperan un número importante de instituciones académicas ligadas

fuertemente a sectores de la producción y empresarios, a grupos académicos y al mercado de trabajo.

Bajo este perfil, se crearon 5 nuevas universidades en la región metropolitana y bonaerense: la

Universidad de Morón (Umor), Argentina de la Empresa (UADE), de Belgrano (UB), John F.

Kennedy (UK) y Notarial Argentina (UNA) y tres en la ciudad de Mendoza: la Universidad Juan

Agustín Maza (UMaza), de Aconcagua (UDA) y de Mendoza (UMen).

Pero, además de instituciones y agentes vinculados esencialmente al mundo religioso o a los diferentes

sectores seculares de elite que impulsaron varias iniciativas privadas, el CUP se proveyó también de

ciertas instituciones que durante el interregno de las dictaduras recientes nuclearon a varios agentes

académicos de las universidades públicas excluidos por razones políticas. Tal es el caso de la Facultad

Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), el Instituto Torcuato Di Tella (ITDT) o la

Universidad Centro de Altos Estudios en Ciencias Exactas (CAECE), que se constituyeron en refugio

académico asegurando la sobrevivencia de profesores y estudiantes perseguidos o expulsados del

entorno universitario público. Así, la crisis histórico-estructural de la universidad estatal producto del

intervencionismo por sucesivas dictaduras militares, resultó ser uno de los factores explicativos

fundamentales de la configuración del circuito.

En suma, el mapa institucional del CUP, fue resultado de la emergencia y desarrollo histórico de este

complejo agregado de instituciones académicas privadas. Se trata de una red interinstitucional

compuesta no por compartimentos estancos o independientes, sino por múltiples y variadas

instituciones que comparten un hábitus específico, una orientación disciplinar determinada, formas de

financiamiento particulares, entre otros rasgos comunes, que coadyuvaron finalmente a establecer

límites precisos y bien delimitados frente al espacio académico y científico público.

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3. Universidades católicas y dictaduras recientes: relaciones y tensiones.

Interrumpido el segundo gobierno constitucional de Juan D. Perón y en el marco del intenso conflicto

social entre católicos y universitarios reformistas en torno a la “libertad de enseñanza”, la larga

tradición de educación pública y laica, característica de las universidades argentinas, comenzó a

revertirse. Fueron las Leyes 6.403/55 y 14.557/58 quiénes establecieron por primera vez la posibilidad

de autorizar instituciones privadas de educación superior, generando grandes polémicas y

enfrentamientos entre diferentes sectores.

Un estado de situación que se intensificó tras el advenimiento del régimen militar de 1966, que

produjo un efecto traumático en las universidades públicas (Plotkin, 2006) –quienes, una vez más,

perdieron su autonomía junto con un buen número de sus mejores docentes– al tiempo que benefició a

las instituciones universitarias privadas, especialmente católicas, dados los férreos vínculos entablados

con la jerarquía eclesiástica. El propósito central de los grupos jerárquicos de la Iglesia católica fue

transformar las nacientes instituciones universitarias no estatales, en espacios de formación de nuevos

dirigentes para el Estado. Particularmente la UCA se constituyó durante la dictadura de Onganía en

una suerte de semillero de intelectuales nacionalistas católicos2.

En este contexto, el régimen de facto sancionó la Ley 17.604/67 que concreta el segundo marco

regulatorio en la institucionalización del sector privado. La nueva reglamentación establecía que estas

casas de estudio debían constituirse sin fines de lucro, obteniendo personería jurídica como asociación

civil o fundación. Asimismo, facultaba al Poder Ejecutivo para otorgar un tipo especial de

contribución económica a dichas instituciones. Dicha ley preveía, además, la puesta en

funcionamiento del llamado Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP), como un órgano

de coordinación interinsitucional. Es importante destacar el peso relativo que tuvieron las

universidades católicas, y por supuesto los agentes académicos católicos, por sobre el resto de las

universidades privadas en el devenir del Consejo durante los años de intervencionismo autoritario3.

2 Una vez que obtuvo reconocimiento oficial para funcionar como universidad, de las carreras de Economía y Administración de Empresas de la UCA, salió una parte importante del personal que se hizo cargo del Ministerio de Economía durante el gobierno de Onganía, incluyendo al ministro Jorge Salimei, al presidente del Banco Central, Felipe Tami, y al presidente del Consejo Nacional de Desarrollo (CONADE), Alieto Guadagni. Al mismo tiempo, un grupo de ideólogos y tecnócratas nacionalistas junto a ciertos desarrollistas –ligados también a la Iglesia católica– asumieron la dirección del aparato educativo. Se destacan ciertas figuras claves del catolicismo preconciliar: Carlos María Gelly Obes, José Mariano Astigueta y Dardo Pérez Gilhou como Ministros de Educación entre 1966-1971 y Juan Rafael Llerena Amadeo como Subsecretario de Educación y luego también tercer ministro durante la última dictadura. 3 Simultáneamente al devenir del CRUP, las universidades católicas se fueron agrupando en torno a otros organismos nacionales y regionales dedicados principalmente a la promoción de la cooperación católica, tales como la Federación Argentina de Universidades Católicas (FAUC) y la Organización de Universidades Católicas de América Latina (ODUCAL). Claro está, que la participación en estos ámbitos ha sido acentuadamente desigual. Ejemplo de ello fue el desempeño -por más de diez años- de Mons. Derisi, Rector de la UCA, como primer Presidente del CRUP entre 1962 y 1973 y segundo Presidente de la ODUCAL.

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Cuadro Nº 1: Presidentes del CRUP, por período de gestión e institución de pertenencia.

Fuente: Elaboración propia en base a datos provenientes del CRUP (2003).

Los primeros años setentas complejizaron y aceleraron aún más el panorama. 1973 abrió una etapa de

democracia breve, pero decisiva en los procesos de politización del campo universitario. Bajo el

contexto de reingreso del peronismo al poder, se suspendió la creación de nuevas universidades tanto

públicas como privadas, mediante el Decreto 451/73. En las primeras, se instauró además una nueva

política caracterizada por la supresión de las trabas al ingreso y el intento por establecer una

“Universidad Nacional y Popular”. Pero para las universidades privadas comenzó una etapa de

ralentización en su crecimiento, dada la abrupta disminución de la tasa de evolución de la matrícula y

la traslación de varios de sus académicos más prestigiosos a las universidades nacionales. La muerte

del Presidente Perón en 1974 significó un punto de clivaje fundamental, produciéndose un giro

conservador y autoritario en el gobierno, que en materia de política universitaria implicó cambios

sustanciales. El corolario más directo fue la desmovilización de la comunidad estudiantil y el profuso

vaciamiento de las instituciones, dada la cesantía de personal docente y administrativo y el despliegue

de metodologías de terrorismo de Estado (envueltas en una prédica nacionalista católica), que

presagiaban épocas futuras. Estado crítico de situación al que las universidades privadas no

escaparon: a la clausura de su proceso expansivo iniciada en 1973, se sumó el retiro de las

autorizaciones oficiales a las universidades más “politizadas” (especialmente confesionales), quienes

en el mejor de los casos terminaron fusionadas con otras ya existentes o estatizadas, cuando no

extinguidas definitivamente.

Respecto al Proceso de Reorganización Nacional (PRN) abierto en 1976, inauguró una de las etapas

más cruentas en la historia de las universidades nacionales, caracterizada por una profunda contracción

que abarcó no sólo su ahogo económico e implementación de medidas tendientes a disminuir la

matrícula estudiantil sino también un profundo ataque a todo el cuerpo académico, que incluyó

cesantías masivas y desaparición de personas (Rodríguez y Soprano 2009, Kaufmann, 2003). Para el

CUP, fue el inicio de una etapa contradictoria: pese a una supuesta tendencia general hacia la

Período Presidentes Institución 1962-1973 Mons. Octavio Derisi Universidad Católica Argentina (UCA) 1973-1975 Padre Jorge Camargo Universidad del Salvador (USAL) 1975-1978 Dr. Avelino Porto Universidad de Belgrano (UB) 1979-1980 Lic. Francisco Piñón Universidad del Salvador (USAL) 1980-1981 Padre Normando Requena Universidad Católica de Salta (UCASAL) 1981-1982 Dr. Guillermo Garbarini Islas Universidad del Museo Social Argentino (UMSA) 1982-1986 Mons. Guillermo Blanco Universidad Católica Argentina (UCA)

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privatización, la expansión del circuito recibió un “freno” contundente; al tiempo que comenzó una

etapa de “consolidación” institucional, en el que la jerarquía católica desempeñó un papel fundamental

(Algañaraz, 2014).

Pese al sesgo privatista (identificado comúnmente como un hito del modelo económico implementado)

y aunque la cúpula militar convocó al frente del Ministerio de Cultura y Educación a un grupo de

funcionarios católicos pertenecientes en su mayoría a grupos preconciliares y de derecha4, no se

instrumentalizó un real proceso de privatización de la educación superior durante los años del Proceso:

no se crearon nuevas instituciones ni se generó ninguna legislación específica y la tasa de crecimiento

anual de la matrícula fue bastante limitada (9,96%). La tendencia del accionar dictatorial fue más bien

concentrarse en controlar las universidades estatales y estimular espacios selectos de investigación en

el CONICET (Bekerman, 2011). Además, la Iglesia católica ya había desplegado sus iniciativas de

creación de instituciones de enseñanza privada en la mayoría de las ciudades de mayor tamaño

poblacional, por lo cual estimuló el “freno” impuesto a la expansión del sector5. Si bien la dictadura

desplegó una política educativa proclive a la descentralización del sistema en general, no suscitó las

condiciones para privatizarlo, de hecho se redujo considerablemente el número de establecimientos

educativos privados existentes (De Luca, 2008). Sólo hemos podido constatar algunos movimientos

moderados entre el sector público y privado, tal es la relativa transferencia de matrícula entre unas

universidades y otras.

Gráfico Nº 1: Evolución de la Matrícula del Sistema Nacional de Educación Superior. Universidades Nacionales y Privadas. Periodo 1976-1981. En valores absolutos.

4 Los ministros del Proceso fueron: César Augusto Guzzetti (marzo 1976); Ricardo Pedro Bruera (marzo 1976-abril y mayo 1977); Harguindeguy (mayo a junio de 1977); Juan José Catalán (junio 1977-agosto 1978); Harguindeguy (agosto a noviembre de 1978); Juan Rafael Llerena Amadeo (noviembre 1978-marzo 1981); Carlos A. Burundarena (marzo a diciembre de 1981) y Cayetano Licciardo (diciembre 1981-diciembre 1983). (Rodriguez 2011: 12). 5 Si bien entre 1976 y 1983 continuó rigiendo el decreto 451/73 que mantenía pausada la creación de nuevas instituciones universitarias privadas, el gobierno militar aprobó el funcionamiento de algunas universidades privadas con carácter de “excepción”. Por ejemplo, por presiones de la Iglesia católica, la Universidad Católica de Salta (UCASAL) obtuvo reconocimiento definitivo en 1982. Para realizarlo, la cúpula militar promulgó un decreto particular, en el que se incluía un artículo con una leyenda similar a la siguiente: “la presente medida tiene carácter de excepción respecto a lo determinado por el artículo 5 del decreto 451/73”. Así, el gobierno militar recurrió al principio de excepcionalidad, cada vez que consideraba conveniente que un establecimiento privado fuese reconocido provisoria y /o definitivamente. Según Del Bello (2007), durante el interregno militar el Estado otorgó reconocimiento definitivo a tres instituciones universitarias creadas con anterioridad: el Instituto Tecnológico de Buenos Aires en 1976, la Universidad Argentina J. F. Kennedy en 1981 y la mencionada UCASAL en 1982.

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Fuente: Elaboración propia en base a datos del CINAE (1984).

Aunque la tasa de crecimiento de las universidades privadas ha sido históricamente menor que la de

las universidades estatales, durante el periodo 1976-1981 puede constatarse que experimentaron una

significativa tendencia progresiva, una mayor participación respecto al total de alumnos del sistema

universitario nacional. Certeza bastante difundida ésta entre los estudiosos del tema, quienes adjudican

este modesto crecimiento a una suerte de transferencia de matrícula de las universidades del Estado a

las privadas. Por ejemplo, Del Bello (2007: 99) afirma que “el clima represivo y el cierre de carreras

en las universidades nacionales, como Sociología, así como el cierre de la Universidad Nacional de

Lujan favorecieron una migración de estudiantes y docentes de las instituciones del Estado a las

privadas”. Efectivamente, pese a que la tradicional gratuidad de las instituciones estatales y el

prestigio cosechado por ellas a escala nacional e internacional –particularmente en las Universidades

de Buenos Aires, Córdoba, La Plata o Mendoza, entre las más destacadas– limitaron durante mucho

tiempo la incorporación de alumnos de grado al sector universitario privado, tras el advenimiento de la

última dictadura la matrícula universitaria estatal se redujo significativamente, colaborando aunque de

forma indirecta con la privada. No obstante ello, conviene relativizar la idea de una “migración” de

agentes provenientes de instituciones del Estado a las privadas. Si bien es cierto que la matrícula

estudiantil en éstas últimas experimentó un crecimiento paulatino durante el periodo 1976-1981, según

datos aportados por la SPU (1994), su cobertura hacia 1983 sólo logró captar el 15% del total

(advirtiéndose un pico del 20% en 1981). Para el mismo año las universidades estatales controlaban el

85% de la matrícula en educación superior, de modo que extendieron durante todo el periodo su

tradicional hegemonía pese a las políticas restrictivas aplicadas por el régimen militar.

Pero si bien no se crearon nuevas universidades ni se expandió considerablemente la matrícula de las

ya existentes, tras la llegada del gobierno militar se inauguró una etapa de reorganización en el CUP

tendiente a promover, la consolidación del subsistema de universidades católicas. En el marco de la

alianza estratégica entablada con los sectores militares y civiles que estaban al frente del PRN, las

instituciones de la Iglesia emprendieron una etapa de crecimiento económico que en la mayoría de los

casos se tradujo en un incentivo a la investigación científica. En líneas generales, muchos de los

subsidios otorgados por el CONICET durante el periodo contribuyeron a fortalecer en el conjunto de

las universidades católicas el germen de la investigación científica, siendo la UCA la principal

destinataria de los mismos6.

6 Hacia 1978, la UCA centralizó sus actividades de investigación en un “Consejo Asesor”, al frente del cual se desempeñó el Dr. Fausto Toranzos, destacado matemático e investigador que cumplía funciones docentes en la UCA y en la UBA. Dicho Consejo Asesor poseía también una Secretaría Técnica, que estuvo a cargo del Dr. Argentino L. Pico, médico reconocido, que había sido designado por Videla como Subsecretario de Estado de Salud Pública de la Nación. En definitiva, a comienzos de 1979 “funcionaban en la UCA 14 Institutos o Departamentos de Investigación; 65 Centros, Sectores o Grupos de

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4. La estructura del CUP: prestigio académico y honorabilidad política como ejes de la

jerarquización institucional.

Hasta aquí, fuimos testigos de cómo se fue estructurando históricamente el CUP en Argentina signado

por la intervención de los regímenes autoritarios. Se trata de un escenario de grandes encuentros y

desencuentros, de competencias, conflictos y cooperación. Un mapa institucional cuya pluralidad de

actores y parámetros legitimadores, nos impulsaron a recurrir al Análisis de Correspondencias

Múltiples (ACM), como herramienta metodológica para la reconstrucción relacional del espacio.

Escogimos esta vía sociológico-estadística para representar el espacio estudiado, poniendo en juego el

cúmulo de información recopilada. La matriz de datos que utilizamos para el ACM está compuesta por

37 instituciones, sometidas al cruce de 10 variables, con 27 modalidades asociadas.

Cuadro Nº 2: Resumen de grupos de variables, modalidades y frecuencias.

Grupo I: Institucionalización

Total Instituciones

N=37

Distribución regional

R. Met y Bon 19 R. Centro 13 Resto País 5

Tasa anual de crecimiento de la matrícula

Matr.(-15%) 10 Matr.(16-30%) 14 Matr.(+31%) 13

Financiamiento

Priv. 16 Priv.-Pub. 21

Monto total de ingresos

Ingr. Ec. Escaso 8 Ingr. Ec. Módico 8 Ingr. Ec. Alto 5 Sin Datos 16

Grupo II: Organización Académica

Estructura de gobierno

Top Down 26 Mixed 11

Investigación

Interinstitucional 27 Endógena 4 S/Investig. 6

Grupo III: Capital Social

Investigación, con un total de 168 investigadores, incluidos los docentes que desarrollaban actividades de investigación. Muchos de estos investigadores han obtenido para sus trabajos la ayuda de la SECYT y del CONICET” (Derisi, 1983: 78).

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Antigüedad

Ats.1958 7 1959-1966 23 1967-1983 7

Perfil institucional

Trad.-Cat. 16 Mod.-Prof. 21

Capital político

C. Jer 9 C. Dir 14 S-C. Jer/Dir 14

Capital internacional

P. Internac 21 S/P. Internac 16

Fuente: Elaboración propia.

La información referida a esta multiplicidad de variables, fue puesta en mutua relación con la

aplicación del ACM, obteniendo como resultado 2 diagramas en un espacio construido por el cruce de

los ejes 1 y 2. El eje 1, que acumula el 24 % de la información procesada, está determinado por

variables vinculadas al prestigio institucional/internacionalmente reconocido de las instituciones y sus

agentes mientras que el eje 2, que acumula el 15 %, está determinado por variables histórico-

institucionales relacionadas al proceso de institucionalización del circuito. Los diagramas arrojados

por el ACM, permiten identificar y diferenciar claramente asociaciones u oposiciones entre las

instituciones en el espacio, dado el peso relativo ejercido por las modalidades sobre cada eje.

Diagrama Nº 1: Distribución de las variables (y modalidades) en el espacio de los ejes 1 y 2.

Fuente: Elaboración propia.

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En el Diagrama N° 1 puede verse la oposición que el eje 1, que hemos denominado “prestigio”,

establece entre las instituciones universitarias privadas que tienen mayor prestigio y reconocimiento

académico y están más internacionalizadas, ubicadas desde el punto de origen hacia la izquierda,

respecto a las ubicadas en la parte derecha que muestran características opuestas. El factor de prestigio

se halla asociado fuertemente a la antigüedad de las instituciones, que adquirieron como correlato la

posibilidad de montar institutos de investigación propios y contaron a lo largo del periodo con una

gran afluencia de alumnos reflejada en el crecimiento de la matrícula y en el profuso ingreso

económico. Además, este eje acerca en el espacio a las instituciones que acumularon capital político.

Dado el papel central de la variable “antigüedad”, se ha señalado su trayectoria en el diagrama porque

evidencia la oposición entre grupos de unidades de análisis hacia la derecha o la izquierda.

El eje 2, que da cuenta del proceso de “institucionalización” del circuito, marca las oposiciones entre

las instituciones respecto a su perfil institucional, distribución regional, tipo de financiamiento y

estructura de gobierno. Es decir, las instituciones ubicadas desde el punto de origen hacia la parte

superior del espacio se caracterizan por tener una estructura de gobierno top down o jerárquica,

contaron no sólo con fuentes privadas de financiamiento sino que también recibieron subsidios

oficiales. Son las tradicionales universidades católicas que, habiendo instalado su sedes centrales en

capitales de provincias importantes, extendieron luego su tradición hacia el interior del país fundando

subsedes. En contraste, las instituciones ubicadas en los cuadrantes inferiores presentan un perfil más

moderno-profesional (se crearon luego de que ya estaban instaladas las universidades católicas), se

ubican mayoritariamente en la región metropolitana y bonaerense y cuentan con fuentes de

financiamiento predominantemente privadas. Además, presentan una estructura de gobierno híbrida,

es decir que si bien las decisiones más importantes son tomadas por el Consejo Superior y/o de

Administración, se destaca algún tipo de participación de los demás estamentos universitarios. Se ha

marcado en el diagrama la trayectoria de la variable “perfil institucional”, pues ayuda a identificar la

oposición de grupos de unidades de análisis en los cuadrantes superior e inferior.

Diagrama Nº 2: Distribución de las instituciones universitarias privadas en el espacio de los ejes 1 y 2.

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Fuente: Elaboración propia.

Respecto al segundo diagrama, presenta la estructura de relaciones entre las instituciones, a partir de la

cual se han podido diferenciar claramente tres grandes grupos:

Primero: Las instituciones “tradicionales prestigiosas”, subdividido entre consagradas y descendientes,

que aparecen en el cuadrante superior del espacio. Llamamos consagradas a aquellas instituciones

universitarias, con prestigio tradicional dado por su antigüedad en el circuito y el capital político e

internacional acumulado, cuentan con fondos públicos y privados, tienen una estructura de gobierno

top down y realizan investigaciones interinstitucionales. Son las tradicionales universidades católicas

emplazadas en ciudades centrales del país y creadas antes de 1958. Descendientes son aquellas

subsedes de estas universidades tradicionales en las cuales el prestigio les es transferido junto con su

identidad al constituirse en sedes dependientes de aquellas universidades centrales. Tales los casos de

las sedes en el interior de la UCA o la UCCuyo por ejemplo.

Segundo: Las instituciones “modernas en ascenso”, dadas sus características opuestas a las

descendientes, ubicadas en el cuadrante inferior izquierdo. Se trata de instituciones con prestigio

reciente propio y de gran trascendencia académica. Sus representantes cuentan con cargos directivos

en otras instituciones académicas o científicas, perciben financiamiento público además del privado

(de hecho son las que usufructuaron los mayores montos financieros del periodo), también realizan

investigación interinstitucional y tienen presencia internacional. Son universidades con un perfil

moderno-profesionalista, surgidas luego de la Ley Domingorena y emplazadas mayoritariamente en la

región metropolitana y bonaerense. Podemos subdividirlo entre aquellas que mantuvieron afinidad con

el establishment de las dictaduras (tienen una estructura organizacional mixta, fuertes valores

religiosos o vínculos con las Fuerzas Armadas, como el ITBA o la UMSA) o aquellas que por el

contrario manifestaron abiertas disidencias respecto al establishment (surgidas como un intento de

reacción frente al avasallamiento dictatorial como CAECE en 1966 o FLACSO en 1976).

Tercero: Las instituciones “marginadas”, subdividido en retraídas y descalificadas, ubicadas en el

cuadrante inferior derecho. Encontramos aquí la Universidad de la Marina Mercante (UdeMM);

Universidad Juan Agustín Maza (UMaza); Universidad Notarial Argentina (UNA); Universidad

Católica de Mar del Plata “Stella Maris” (UCMP) y Universidad de la Patagonia San Juan Bosco

(UPSJB), entre otras. Retraídas son aquellas instituciones universitarias que cuentan solamente con un

tipo de reconocimiento local propio de la zona de emplazamiento, desvinculándose del resto de las

instituciones. Realizan investigaciones endógenas (investigación de tipo centralizada sin lazos con

otros organismos) y no cuentan con cargos jerárquicos ni directivos. Descalificadas son aquellas

instituciones que presentaron algún tipo de situación anómala durante la institucionalización del

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espacio universitario privado: presentaron grandes inconsistencias económicas o políticas durante el

periodo, solo contaban con fuentes privadas de financiamiento y no realizaban investigaciones. Se

hallaban prácticamente desvinculadas del espacio político nacional y resultaron finalmente clausuradas

o transferidas a una universidad nacional.

Dado que el valor sociológico del ACM radica en la comprensión de la información, podemos plantear

que las diferencias más relevantes en la constitución de aquellos tres grupos están dadas por las

trayectorias de las instituciones y la desigual distribución del capital simbólico en juego. Se

diferencian, fundamentalmente, por la cristalización de dos principios de jerarquización fundamentales

que dinamizaron el devenir del espacio universitario privado (y de todo el campo universitario

nacional) entre 1955 y 1983. El primero, vinculado claramente a la antigüedad de las instituciones

(muchas de las cuales desarrollaban sus actividades con antelación al funcionamiento-reconocimiento

oficial atribuido por el Estado), que da cuenta de la tradición académica, lazos construidos y capitales

adquiridos. De modo que, la antigüedad efectivamente funcionó como factor de prestigio. Así, las

instituciones creadas antes de 1958 resultaron ser las más prestigiosas y consagradas del espacio, tales

los casos de la UCA, la UCALP y la UCCor por ejemplo. El segundo principio de jerarquización es

resultado directo de la intervención externa del poder militar y de instituciones que cobraron gran

relevancia en el contexto como la Iglesia católica. Principio que atravesó el extenso proceso de

configuración del espacio universitario privado (1955-1983), pero que se puso de manifiesto

especialmente durante la última dictadura. Ello cristalizó, fundamentalmente en el cierre o

nacionalización de algunas instituciones que quedaron prácticamente “marginadas” o “fuera de juego”.

Y, por otro lado, producto de una nueva alianza ad hoc con sectores eclesiásticos tradicionalistas y

conservadores afines, la cúpula militar promovió el fortalecimiento de algunas universidades católicas

dotándolas de mayores recursos financieros que se tradujeron en un incentivo a la investigación

(Algañaraz, 2014).

En líneas generales, podemos decir que durante el periodo que estamos estudiando coexistieron dos

situaciones que parecen irreconciliables en el campo universitario actual. Por un lado, la autonomía

universitaria y una illusio académica que funcionó para algunas posiciones en el espacio y, por otro

lado, una pérdida de la autonomía más elemental, dada por el intervencionismo militar y presencia de

la Iglesia católica que nos permite comprender las posiciones de algunas instituciones (y agentes) que

fueron producto de aquella intromisión del poder externo en el espacio universitario privado.

En definitiva, encontramos una coexistencia competitiva de dos principios de jerarquización que

representaban poderes complementarios en la mayoría de las instituciones universitarias, es decir,

debían una parte de su eficacia al hecho de que no eran completamente exclusivos. En este sentido, las

máximas autoridades de la fracción más consagrada de las instituciones “tradicionales prestigiosas”

llegaron a niveles de acumulación de cargos jerárquicos y directivos en ciertos organismos de poder

político (como el CRUP o el Ministerio de Educación), haciendo uso relacionalmente de ambos

poderes. Así, el hecho de que los representantes de estas instituciones consagradas detentaran capitales

Page 15: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

valiosos en campos ajenos al universitario (capitales eficientes en espacios militares o religiosos),

funcionó como un factor clave, que en complemento con el prestigio académico dado por su tradición

en la educación superior, les permitió acceder o permanecer en un sitial preponderante del espacio

universitario privado. En definitiva, el desarrollo histórico del espacio universitario privado, evidenció

que un tipo específico de capital simbólico, el “prestigio institucionalmente reconocido” asociado a

una suerte de honor social e influencia política en carteras de educación o el CRUP por ejemplo, que

se fue diferenciando conjuntamente con el proceso de creación, institucionalización y autonomización

de las instituciones universitarias privadas, constituyó el tipo de ganancia particular que estuvo en

juego en la lucha por su apropiación durante el periodo comprendido entre 1955 y 1983. Se trata de

una especie de capital simbólico que promovió la extensión del reconocimiento institucional como

forma de cristalización del prestigio individual.

5. Conclusiones.

El presente trabajo procuró abordar la constitución de la educación superior privada como un alter en

el sistema nacional de educación superior entre 1955 y 1983, proceso en el cuál las dictaduras

recientes ejercieron, indudablemente, un peso determinante. Pero, la forma e intensidad de éste

“proceso de institucionalización” fueron radicalmente distintas entre el régimen de facto de 1966 –que

alentó la expansión y desregulación del sector– y la dictadura de 1976 –que no promovió la creación

de nuevas Universidades Privadas pero fortaleció la consolidación del subsistema de universidades

católicas existentes.

Al respecto, cabe destacar que el tipo de alianzas ad hoc entabladas entre la jerarquía eclesiástica

nacional y las cúpulas militares de ambas dictaduras, trajo aparejado importantes privilegios para la

educación superior católica: erogación del plexo legal que posibilita la creación de instituciones

privadas, emplazamiento de sus universidades en las principales ciudades del país y nombramiento de

funcionarios católicos en las distintas gestiones del Ministerio de Cultura y Educación durante el

periodo en estudio.

Con ayuda del ACM, fue posible condensar analítica y gráficamente la estructura del espacio

universitario privado, construyendo una tipología de sus instituciones. Entre otras cosas, el ACM puso

de manifiesto que la acción combinada de fuerzas exógenas y endógenas entre 1955 y 1983 implicó

para el locus universitario privado la consagración de ciertos jugadores (universidades católicas

tradicionales), el ingreso de algunos nuevos (universidades modernas-profesionales) como así también

la salida (instituciones que fueron estatizadas o extinguidas) o el aislamiento de otros (que tuvieron un

desarrollo local).

6. Bibliografía.

Page 16: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

ALGAÑARAZ, V. (2014). Configuración histórico-estructural del Circuito Universitario Privado en

Argentina (1955-1983): relaciones y tensiones entre la jerarquía eclesiástica, los gobiernos de facto y

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desplazamientos y transferencias producidos durante la última dictadura militar. Tesis doctoral no

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Buenos Aires.

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Internacionales de Investigación y Debate Político, VII Jornadas de Investigación Histórico Social,

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Argentina. Un estudio de las carreras de Psicología y Economía. CLACSO, Buenos Aires.

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la Argentina: proyectos de reestructuración del sistema de educación superior (1976-1983). En Revista

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RODRÍGUEZ, Laura. (2011). Católicos, nacionalistas y políticas educativas en la última dictadura

(1976-1983). Protohistoria, Rosario.

Page 17: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-OESTE

DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015.

MESA 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo: sociología e historia

Título: CONOCER LA GUERRA DE MALVINAS DESDE LAS GENERACIONES DE LOS

JÓVENES EXCOMBATIENTES.

Autoras: ALEJANDRA B. BIRAL1, ANALIA RODRIGUEZ2

Palabras clave: HISTORIA – HISTORIA ARGENTINA CONTEMPORANEA – GUERRA DE MALVINAS- GENERACIONES.

RESUMEN:

En este trabajo se analiza las generaciones de jóvenes excombatientes como una alternativa de estudio

para interpretar la Guerra de Malvinas como un proceso histórico argentino contemporáneo, como

resultado de investigaciones realizadas en proyectos de investigación de la Facultad de Filosofía,

Humanidades y artes de la Universidad Nacional de San Juan desde los postulados de la Historia Oral. Se

ha tenido en cuenta la importancia de lograr estudios innovadores desde el punto de vista de enfoques y

perspectivas de lo histórico; incluyendo a la Teoría de las Generaciones de Ortega y Gasset como una

alternativa para interpretar los procesos históricos argentinos contemporáneos, lo que permitirá una nueva

forma de hacer y divulgar la Historia. Analizando si un proceso histórico –en este caso la Guerra de

Malvinas- influyó en la generación a la pertenecieron los jóvenes excombatientes –sujetos históricos-;

utilizando para ello el método histórico, el método histórico de las generaciones y el método comparativo.

Teniendo en cuenta para esto que, la historia de procesos es la historia que permite comprender el mundo,

dando cuenta de los cambios y movimientos que caracterizan la vida de los hombres, pero a través de los

procesos y los distintos problemas que en ellos se plantean; es decir a través de la forma en que las 1 Magister en Historia, Universidad Nacional de San Juan. Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes. Departamento de Historia. Email: [email protected] 2 Licenciada en Historia. Universidad Nacional de San Juan. Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes. Departamento de Historia. Email: [email protected]

Page 18: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

estructuras se constituyen, se arman y desarman permanentemente, combinando lo que permanece con lo

que cambia.

SUMMARY:

In this paper generations of young veterans is analyzed as an alternative study to interpret the Falklands

War as a contemporary Argentine historical process as a result of research conducted in research projects

at the Faculty of Philosophy, Humanities and Arts of the National University San Juan from the postulates

of the Oral History . It has taken into account the importance of achieving innovative studies from the

point of view of approaches and perspectives of the historical; including the Theory of Generations of

Ortega y Gasset as an alternative to interpret contemporary Argentine historical processes , enabling a new

way of doing and disclose History. Analyzing whether a historical process in this case the Malvinas War

influenced the generation belonged to the young veterans -individuals históricos- ; by using the historical

method , the historical method of generations and the comparative method . Taking into account this that

history is the history processes for understanding the world , realizing the changes and movements that

characterize the lives of men , but through different processes and problems that arise in them ; ie by how

structures are formed , are assembled and permanently disarm , combining what remains thereby

changing.

Keywords: HISTORY - CONTEMPORARY HISTORY ARGENTINA - FALKLAND WAR

En relación al tema que se analiza en la presente ponencia se ha encontrado antecedentes historiográficos,

que si bien toman otro período de tiempo que el estipulado para este estudio (1966-1973) han sido

investigados porque permiten el abordaje del mismo desde la relación de la Historia Oral con suicidios –

Historia Argentina, suicidios – Literatura Argentina, suicidios – Historia Contemporánea, presentando un

estudio innovador desde el abordaje de lo histórico.

Así, Horacio Sanguinetti en “La democracia ficta 1930-1938” (Sanguinetti, 1977: 130-131) titula el

análisis de la década de 1930 en nuestro país “Los suicidios y los raros” manifestando que en los grandes

libros de la época se expresan la desazón y la desesperanza del intelectual argentino, pues, son cantos de

expectativa desconsolada, análisis pesimista de un frustración colectiva. Los años 30, además de las

ilusiones de grandeza perdidas, implican el auge de la mafia, del gánster, del crimen presentado con

fruición a los lectores vespertinos y de los personajes raros, atípicos, sorprendentes de la picaresca criolla.

Además, menciona los suicidios de Leopoldo Lugones, Lisandro de la Torre, Alfonsina Storni, Horacio

Page 19: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

Quiroga, Enrique Méndez Calzada, Enrique Loncán, Florencio Parravicini, Edmundo Grandmontagne y

Mariano Calvento (h).

En el caso de Manuel Gálvez en el capítulo “Los que no quisieron vivir”3 hace referencia al estudio de

veinte escritores que se suicidaron en nuestro país: Belisario Roldán, Francisco López Merino, Alfredo

López Prieto, Alberto Meyer Arana, Horacio Quiroga, Leopoldo Lugones, Alfonsina Storni, Clelia

Rovere, Lisandro de la Torre, Enrique Méndez Calzada, Enrique Loncán, Víctor Juan Guillot, Edmundo

Motagne, Eduardo Jorge Bosco, Martín V. Lascano, Fernando Ortiz Echagüe, Juan Pedro Ramos, José

Luis Ríos Patrón.

También menciona los suicidios dudosos por diferentes motivos de Carlos Olivera, Pedro Mario Delheye,

Alberto Mendioroz, Alejandro Marcó y el Director de la Imprenta de la Penitenciaría Nacional cuyo

nombre no se ha encontrado.

Gálvez marca las tres épocas en que “floreció la epidemia de matarse” en Argentina: 1922-1929, 1937-

1938, 1940-1946. Esta ubicación cronológica resulta útil para el lector, ya que lo orienta en la

comprensión de las coordenadas tiempo-espacio (componentes importantes para cualquier estudio

histórico) de los suicidios analizados.

Por su parte, Jimena Sáenz en “Los suicidas argentinos” (Saenz, 1973: 74-91) luego de una brevísima

introducción con reflexiones acerca de las causas y consecuencias de un suicidio, y de una síntesis

histórica de cada época con respecto a este acto humano, empieza en este trabajo (que en la actualidad ya

cuenta con casi 30 años desde su publicación) con la enumeración de los suicidas notorios de nuestro país,

sin ahondar en las causas que los impulsaron a quitarse la vida.

En su relato Jimena Sáenz comienza cronológicamente en el Siglo XIX para luego llegar hasta el Siglo

XX, siempre circunscripta en el ámbito argentino.

Asimismo, se encuentran subtítulos que son orientadores para el lector en lo referente a los posibles

motivos que llevaron a los suicidas a sus drásticas determinaciones. Así se analizan:

Morir por amor: aquí se encuentran Elisa Brown, Cristina Ascasubi y Enrique Ocampo; la

coincidencia entre ellos que lleva a agruparlos en este subtítulo es que sintieron amor hacia otra

persona y al no poder concretar la felicidad a su lado optaron por terminar con su vida.

Muero sin saber por qué: parece contradictorio decidir poner fin a la vida sin saber por qué se lo está

haciendo. Este es el caso de Jorge Mitre (hijo de Bartolomé Mitre) y de Leandro Alem (figura

nacional del radicalismo). En ambos casos a través de la pluma se puede observar el estado de ánimo 3 NOTA: Manuel Galvez, 1962: 331/345 en “Los que no quisieron vivir”, Capítulo XXIII de la obra “Entre la novela y la historia”, que a la vez forma parte del tercer tomo de sus “Recuerdos de la vida literaria”. Buenos Aires, Hachette, 1962.

Page 20: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

de estos suicidas; en el primer caso en su poema Consumatum est y en el segundo caso en su

testamento político.

Siglo XX: aquí se analizan los suicidios del escritor Belisario Roldán y del político Domingo Salaverry

cuyas causas fueron distintas. El poeta se encontraba gravemente enfermo de Tuberculosis y el ex

Ministro de Hacienda de Hipólito Yrigoyen puso fin a su vida misteriosamente, debido posiblemente a

malos negociados y para evitar la vergüenza política.

Suicidios en la Literatura: se enmarcan aquí los casos de Horacio Quiroga, Leopoldo Lugones y

Alfonsina Storni, todos notables de las letras argentinas. En cuanto a las causas en el caso de Quiroga

y Storni estaban enfermos, mientras que de Lugones no se sabe exactamente el por qué de su drástica

decisión.

Suicidas de la política: Se analizan los casos de Lisandro de la Torre y Víctor Guillot, ambos

pertenecían al radicalismo. Las causas que los llevaron al suicidio fueron diferentes. En lo referente al

primero, él mismo se marginó por propia voluntad en vida y así también puso final a la misma;

mientras que el segundo decidió su suicidio para salvar el honor comprometido en un negociado.

Fanatismo Francófilo: aquí se hace referencia a los efectos que tuvo la Segunda Guerra Mundial en

los argentinos francófilos, y así se mencionan los suicidios de Enrique Loncán y Enrique Méndez

Calzada, ambos escritores, relacionados con La Nación y que residieron en París. No pudieron resistir

la invasión alemana.

Los muertos del Peronismo: se estudian los casos de Leandro Meiners, Juan Duarte y Benjamín

Gargiulo, todos vinculados con este partido político argentino, pero, con diferentes motivos para poner

fin a sus existencias: el primero por exceso de escrúpulos ya que no adhería completamente al

Peronismo (tenía ideología laborista) y pensó que tendría las manos atadas para actuar como

gobernador de Santa Fe; el segundo plantea misterios y sospechas que aún no han sido dilucidados y

que efectivamente fuese un suicidio, y el tercero, Comandante de la Infantería de Marina, participó en

el movimiento revolucionario del 16 de junio de 1955, no soportó perder, ni la humillación, ni la

degradación, ni la cárcel.

Últimos suicidas: con el estudio de los suicidios de Alberto Greco, Chas de Cruz, Polo Lugones,

Arminda Aberastury y Alejandra Pizarnik, cuyas actividades se desarrollaron en la segunda mitad del

Siglo XX, Jimena Sáenz pone punto final a su estudio.

Los antecedentes señalados anteriormente resultan importantes para iniciar el abordaje del tema propuesto.

Tanto en las obras de Horacio Sanguinetti, Manuel Gálvez como en la de Jimena Sáenz hay un análisis de

la relación suicidio e Historia Argentina, como ya se ha mencionado; pero, hay que señalar que el primero

y el segundo marcan un nexo importante entre suicidio y literatura argentina, mientras que en el tercer

Page 21: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

caso desarrolla un notorio nexo entre el suicidio y la vida de nuestro país desde la época de la Revolución

de Mayo.

En lo que respecta al tema de las generaciones, cabe mencionar como un antecedente historiográfico de

importancia para el tema de este trabajo la obra de Jaime Perriaux “Las generaciones argentinas” (Jaime

Perriaux, 1970: 55) en la que se presenta un análisis de la Historia Argentina Contemporánea y las

generaciones que actuaron en ella, apelando (como discípulo de Ortega y Gasset) para este estudio a la

teoría de las generaciones para establecer la serie de generaciones argentinas y también las características

de la historia misma que vista de esta manera se ordena por sí sola, por la sola mecánica de la sucesión y

coexistencia de nuestras generaciones que tal como quedan determinadas en este estudio parecen hacer

mucho más inteligible la historia argentina contemporánea siguiendo las propias palabras de Ortega y

Gasset “... la idea misma de generación que es... el órgano visual con que se ve en su efectiva y vibrante

autenticidad la realidad histórica...” (Ortega y Gasset, 1976: 55)

Esto resulta importante para el abordaje del tema del presente trabajo ya que se observa: la aplicación

rigurosa de la teoría de las generaciones de Ortega y Gasset; el estudio de cada generación como un todo y

el establecimiento de la serie íntegra de las generaciones argentinas contemporáneas cuyas fechas de

nacimiento varían entre 1753 y 1917, y el reinado o gestión entre 1805 y 1970, es decir que llega a

analizar hasta la Generación XI.

En cuanto al tema del suicidio, la obra de Emilio Durkhein “El Suicidio”, (Durkhein, 1985: 156)

constituye el primer estudio sistemático del tema objeto de estudio de este trabajo. En ella el autor efectúa

un orden de los hechos que se ha propuesto estudiar con el nombre de suicidios, averiguando si entre los

diferentes tipos de muertes hay algunas que presentan caracteres comunes lo bastante objetivos como para

ser reconocidos por cualquier observador. Si éstos existen los agrupa bajo una determinada denominación.

Y así examina los suicidios que se producen en una sociedad dada, durante una unidad de tiempo

determinada haciendo sentir su acción sobre el conjunto de dicha sociedad.

Si bien Durkhein realiza un análisis del suicidio desde el punto de vista de la Sociología y con los

parámetros de esta disciplina científica –que no es el tipo de trabajo que se realizará en esta investigación-,

resulta un antecedente historiográfico de relevancia para el estudio del tema “Las generaciones argentinas

y el suicidio: una alternativa para interpretar los procesos históricos argentinos”, puesto que permite una

caracterización del mismo al utilizar estadísticas referentes al suicidio, relaciones entre tasas de suicidios y

relaciones sociales, diferentes métodos de análisis, pero sobre todo el método sociológico que descansa

enteramente en el principio fundamental de que los hechos sociales deben ser estudiados como cosas, es

decir, como realidades exteriores al individuo, advirtiéndose que no puede haber Sociología si no existen

sociedades, y no existen sociedades si solamente hay individuos.

Page 22: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

La Historia Argentina Contemporánea no escapa al planteo realizado en párrafos anteriores, por ello en su

análisis se considerará que deben interesar los hechos verdaderamente trascendentes en su nexo causal,

pues, la historia no puede reducirse a una estructura técnicamente elaborada que se trasmita

mecánicamente. Se deberán analizar e interpretar los procesos que forman parte de ella.

La historia deberá ser entendida con un fin, fundamentalmente, didáctica, para comprender en forma

razonada los procesos del pasado. Ante esto, no se podrá reducir a la historia a una exposición fría de

hechos ocurridos en el pasado. No podrá ser un relato sin vida, meramente cronológico de los

acontecimientos, sino que se perseguirá un fin trascendente, casi metafísico, que permita ubicar al hombre

de hoy en el tiempo que le ha tocado vivir y proyectarlo con clara conciencia de su destino.

Teniendo en cuenta estas características, en este estudio se analizarán los procesos históricos argentinos

contemporáneos en su vinculación con las generaciones, el suicidio y el aporte de la Historia Oral.

Para ello se ha seleccionado la Generación XV de la serie de generaciones establecidas por Jaime Perriaux

en su obra “Las Generaciones Argentinas” (Perriaux, 1970: 50-51) analizando la niñez (1962-1977), la

juventud (1977-1992), la gestación o creación (1992-2007), el reinado o gestión (2007-2022),

estableciendo el vínculo con los suicidas de la misma, buscando determinar los rasgos salientes de la

generación y si el suicidio corresponde a una actitud o mentalidad de una época de nuestra historia. Y aquí

será interesante tener en cuenta las palabras de Perriaux en la obra citada, “tomemos como buena la teoría

de Ortega sobre las generaciones, con sus períodos de quince años, apliquémosla a nuestra historia y

veamos qué pasa al ir moviendo ese cursor”. (Perriaux, 1970: 2)

Por lo tanto en este análisis no puede estar ausente la teoría de las generaciones, la misma no puede

reposar en sí misma, porque pretende ser un conocimiento de realidades; es decir se trata de una analítica

cuyos esquemas postulan una impresión empírica y sólo alcanza su plena efectividad teórica cuando

funciona circunstancialmente en la aprehensión de la realidad histórica. Por eso se sostiene que la teoría de

las generaciones es intrínsecamente metódica, en su aplicación alcanza su auténtico cumplimiento.

En el pensamiento de Ortega y Gasset se encuentran tres nociones que convienen recordar. La primera de

ellas es que a la vida humana la caracteriza el continuo cambio, la continua variación, que el cambio cobra

importancia cuando se pasa de la esfera individual a la de la sociedad, porque toda situación social arraiga

en una precedente y se proyecta hacia una futura. La segunda es que los cambios en la sociedad son en

primer término cambios en la sensibilidad vital, que a su vez traen cambios en las ideas y a través de éstos

en todo lo demás de la vida colectiva; todo cambio en la sensibilidad vital se manifiesta en la forma de

generación. La tercera noción es que todo individuo (persona, época, generación) es una perspectiva sobre

el mundo y la vida. Siendo así es que se justifica el pensamiento de este filósofo de las generaciones como

un método en la investigación histórica, de los cambios que en la historia se operan.

Page 23: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

Ya en “El tema de nuestro tiempo” expresaba este pensador español que si cada generación consiste en

una peculiar sensibilidad, en un repertorio orgánico de íntimas propensiones, quiere decir que cada

generación tiene su vocación propia, su histórica misión. Una generación es una variedad humana, en el

sentido riguroso que dan a este tema los naturalistas. Los miembros de ella tienen una fisonomía común

porque vienen del mundo dotados de caracteres típicos que los diferencian de la generación anterior.

Dentro de este marco de identidad pueden ser los individuos de la más diversa temple, hasta el punto de

que, habiendo de vivir los unos junto a los otros, a fuerza de contemporáneos, se sientan a veces como

antagonistas. Pero por ser hombres de su tiempo, se parecen más de lo que se diferencian.

Desde este punto de vista, la historia tiene una estructura precisa, que es la de las generaciones. Cada

hombre encuentra un mundo determinado por un repertorio de creencias, ideas, usos y problemas. Esta

forma de vida tiene cierta estabilidad, dura cierto tiempo, Ortega y Gasset considera que quince años. Una

generación es una zona de quince años durante la cual una cierta forma de vida estuvo vigente.

ORTEGA Y GASSET sostiene: “El individuo humano no estrena humanidad. Encuentra desde luego en

su circunstancia otros hombres y la sociedad que entre ellos se produce. De aquí que su humanidad, la

que en él comienza a desarrollarse, parte de otra que ya se desarrolló y llegó a su culminación; en suma

acumula a su humanidad un modo de ser hombre ya forjado, que no tiene él que inventar, sino

simplemente instalarse en él para su individual desarrollo”. (Ortega y Gasset, 1976: 40)

Es decir que el horizonte de la vida humana es histórico; el hombre está definido por el nivel histórico que

le ha tocado vivir; lo que el hombre ha sido es un componente esencial de lo que es, justamente por haber

sido antes otras cosas; el ámbito de la vida humana incluye la historia. Por lo tanto la razón vital (que es la

vida misma) es constitutivamente razón histórica. “Se trata de encontrar en la historia misma su original

y autóctona razón. Por eso ha de entenderse en todo su rigor la expresión razón histórica. No una razón

extra histórica que parece cumplirse en la historia, sino literalmente lo que al hombre le ha pasado,

constituyendo la sustantiva razón, la revelación de una realidad trascendente a las teorías del hombre y

que es el mismo por debajo de sus teorías” (Ortega y Gasset, 1976: 49-50)

Y es en el análisis de esta teoría donde se pueden observar las características de la concepción histórica de

Ortega y Gasset que sostiene en “En torno a Galileo” “La historia no es, pues, primordialmente,

psicología de los hombres, sino reconstrucción de la estructura de ese drama que se dispara entre el

hombre y el mundo. Es preciso que la historia abandone el psicologismo o subjetivismo en que sus más

finas producciones actuales andan perdidas y reconozca que su misión es reconstruir las condiciones

objetivas en que los individuos, los sujetos humanos han estado sumergidos. De aquí que su pregunta

radical tiene que ver, no cómo han variado los seres humanos, sino cómo ha variado la estructura

objetiva de la vida. La pregunta radical de la historia se precisa, pues, así: ¿qué cambios de la estructura

vital ha habido?¿cómo, cuán y por qué cambia la vida?”.(Ortega y Gasset, 1976: 34-35)

Page 24: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

Es por ello que en este estudio se tendrá en cuenta de cada generación argentina seleccionada sus criterios

ante la vida, ante el nacimiento, ante el matrimonio, ante la familia, ante la formación académica, ante la

sociedad, ante las creencias religiosas, ante las costumbres de la época, ante la política; como así también

estos mismos criterios se analizarán en los suicidas destacados en cada una de ellas.

Esto permitirá investigar cómo organizaron la realidad en sus mentes y cómo la expresaron en sus

conductas; analizando las relaciones existentes entre el individuo y la sociedad, entre lo individual y lo

colectivo, para llegar a establecer la vinculación objeto de este trabajo: Historia Contemporánea

Argentina, generaciones y suicidios en el período comprendido entre los años 1966-1973: la generación de

excombatientes desde la Historia Oral, entendiendo que, la historia oral posibilita oponer sus resultados de

investigación a la crisis de significado y de visión social que abundan como resultado del predominio del

dato y las generalizaciones, así como aportar informaciones e interpretaciones de ellas que, de una forma u

otra, pueden constituir modos de conocimiento y preservación de la identidad cultural; sentándose sobre

una serie de procedimientos, en los cuales se destacan, fundamentalmente, la información bibliográfica y

documental, y la entrevista que permiten recoger la expresión y la tradición oral de los individuos y

grupos sociales. En tal sentido, constituyen un importante instrumento de rescate y salvaguarda de la

identidad cultural en etapas específicas.

Toda actualidad, según Ortega y Gasset, todo hoy envuelve en rigor tres tiempos distintos, tres hoy

diferentes, o dicho de otra manera, que el presente es rico de tres grandes dimensiones vitales, las cuales

conviven alojadas en él, quieran o no, trabadas unas con otras, y, por fuerza, al ser diferentes, en esencial

hostilidad.

Se puede considerar a la vida dividida en cinco períodos de quince años, que sumaría un total de setenta y

cinco:

1- Los primeros quince años: niñez. No hay actuación histórica, ni apenas tiene ese carácter lo que se

recibe del mundo.

2- De los quince a los treinta años: juventud. Se recibe del contorno, se ve, se oye, se lee, se aprende, el

hombre se deja penetrar por el mundo ya existente y que él no ha hecho. Época de información y

pasividad.

3- De los treinta a los cuarenta y cinco años: iniciación. El hombre empieza a actuar, a tratar de

modificar el mundo recibido e imponerle su propia innovación; es la época de gestación en que se

lucha con la generación anterior y se intenta desplazarla del poder.

4- De los cuarenta y cinco a los sesenta años: predominio. Se ha impuesta y ha logrado vigencia el

mundo que se trataba de innovar en la edad anterior. Los hombres de esta edad están en el poder en

Page 25: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

todos los órdenes de la vida, es la época de gestión, y a la vez que se lucha para defender ese mundo

frente a una nueva innovación postulada por la generación más joven.

5- De los sesenta a los sesenta y cinco, o más en los casos de longevidad: vejez. Es la época de

supervivencia histórica. Hay muchos menos hombres de esta edad que de los grupos anteriores.

Cabe preguntarse, cómo se realiza el cambio histórico en función de las generaciones sucesivas. Así la

totalidad de los jóvenes de un momento del tiempo actúa sobre el mundo, cada uno sobre un punto de él,

entre todos sobre su integridad. De este modo, aunque la modificación ejecutada por cada uno de ellos sea

mínima, lo decisivo es que frente a las variaciones individuales, por importantes que sean tienen un

carácter de totalidad, y convierte al mundo en otro mundo; y de este modo Ortega y Gasset llega a un

concepto de generación mucho más riguroso.

Teniendo en cuenta lo analizado en los párrafos anteriores en este trabajo se agrega a un grupo

generacional que corresponden a los guerreros de Malvinas o sea los que no alcanzaron todas las etapas de

la teoría de las Generaciones de Ortega y Gasset, la inmensa mayoría sólo conscriptos en 1982 –año de la

guerra-, es decir los nacidos después de 1960.

De acuerdo a la obra de Jaime Periaux “Las Generaciones Argentinas”, los guerreros de Malvinas

pertenecerían a la Generación XV, y cuya niñez se da entre los años 1962-1977 “soy nacido el 11 de

mayo del sesenta y dos en el departamento de Rawson, en el Médano de Oro, sí en el Médano de Oro…”4

Estos argentinos nacieron durante la Presidencia de José María Guido (Gobierno de Facto) y su niñez

transcurrió entre la democracia y los golpes de estado: Presidencia de Arturo Illia (1963-1966) gobierno

democrático, Presidencias de facto de Juan Carlos Onganía, Roberto Levingston, Alejandro Lanusse

(1966-1973), el retorno a la democracia con las presidencias de Héctor Cámpora, Raúl Lastiri, Juan

Domingo Perón, María Estela Martínez de Perón (1973-1976), y nuevamente un golpe de estado que

inició el llamado Proceso de Reorganización Nacional en 1976.

Evidentemente la niñez de estos hombres de la historia argentina contemporánea transcurrió en una etapa

de inestabilidad política en nuestro país, como característica en el marco de una fragmentación de las

fuerzas políticas que actuaban en ese momento. Mientras en la política exterior la Argentina se encontraba

entre la alineación y la no alineación con los EEUU según la posición que adoptara frente al desarrollo

económico.

En relación a la niñez de la generación objeto del presente estudio, se puede afirmar que desde el Golpe de

Estado de 1966 y hasta 1973 tuvieron lugar en nuestro país procesos sociales, además de los políticos ya

mencionados, que jalonaron todos estos años (casi una década). Algunos de estos procesos fueron la

finalización de tendencias surgidas en años anteriores, como la radicalización de algunos grupos del 4Nota: ARCHIVO ORAL, Testimonio de José Reinaldo Díaz. San Juan, 27 de marzo de 2009.

Page 26: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

movimiento obrero; otros fenómenos, en cambio comenzaban a aparecer en ese momento por influencia

del clima cultural internacional, tal el caso en nuestro país de la irrupción de la cultura juvenil que halló en

la música rock uno de los productos más representativos.

La vida cotidiana de esta generación tuvo la irrupción de la popularización de la televisión que inaugurada

en los año 50 se popularizó en la década siguiente. Su programación incluía productos de todo tipo de

intereses e iba superando a la radio como medio de información y entretenimiento.

Además, en los años 60 se produjo la difusión internacional de la narrativa de escritores latinos

americanos que se conoció como “el boom de la literatura latinoamericana”. Escritores como Gabriel

García Márquez, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Julio Cortázar fueron reconocidos en todo el

mundo –aunque presentaban estilos diferentes- como pertenecientes a un grupo particular que reflejaba la

realidad del continente, a la que no escapaba Argentina.

En este marco histórico se desarrollaron los años de la niñez de la Generación XV “mi vida transcurrió

como yo creo que todo niño, o adolescente normal, lo mío transcurrió acá en San Juan yo hice toda la

primaria en San Juan, y luego fui a la Escuela Técnica Obrero Argentino, que se llamaba ETOA y la

primaria la hice en la Escuela Nacional 134, ya no existe porque ahora es Larraín, creo…; estaba en la

Villa Hipódromo, en la Villa Hipódromo, bueno esa escuela a pesar de, de,…como se van dando las cosas

no…, mi papá era retirado de la Policía y mi mamá era jubilada del Hospital Rawson, ellos gestionaron

que trajeran la escuela a la Villa Hipódromo, asi que justamente gracias a ellos y a la intervención de

otro señor que trabajaba, un señor Páez de apellido, también uno de los pilares para traer esa escuela

ahí a la Villa Hipódromo, bueno y ahí hice toda mi primaria, después en la secundaria llegué hasta

segundo año de la escuela técnica, supuestamente me podría llegar a recibir de Ingeniero Hidráulico,

bueno…yo en ese tiempo era más que nada aniñado, yo viví acá en San Juan hasta los dieciséis años, y la

única actividad que tenía era ciclista, corría en bicicleta” 5

Pero esta Generación finalizando su período de juventud –1982- (de acuerdo a la Teoría de las

Generaciones) e ingresando en la etapa de sus años de gestación o creación participó en la Guerra de

Malvinas, que marcó un mal momento para el país en el ámbito nacional e internacional, y en el humano

de ellos mismo, pues para los sobrevivientes de la misma, ésta marcaría sus vidas, pues, extendió una

tragedia más allá del conflicto, ya que los guerreros de Malvinas deberían convivir con la épica, el

espanto, la solidaridad, el miedo, la muerte, la derrota “…bueno la fecha en sí no la recuerdo bien en que

nos dijeron que partíamos, pero fue una tarde, me acuerdo… pasando mediados de abril, nos convocan a

un cine me acuerdo, a un galpón donde ellos tenían un cine ahí en la brigada de Comodoro y bueno ahí

5 Nota: ARCHIVO ORAL, Testimonio de Daniel Antonio Vicente. San Juan, 22 de octubre de 2010.

Page 27: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

empezamos…recibimos algunas instrucciones, algunos objetivos que podíamos llegar a correspondernos,

no con seguridad y de ahí cuando salimos me imagino que serían, no sé, las tres de la tarde, las tres o

cuatro de la tarde, no subieron a unos camiones que en ese momento nosotros no teníamos conocimiento

de que existían esos camiones, unos camiones Iveco, que ahora justamente los tiene Gendarmería, que

son bastante altos, grandotes, de un porte bastante robusto y bueno ellos ya los tenían, la cuestión que en

esos camiones nos transportaron hasta el aeropuerto, llegamos ahí, esperamos, nos tuvieron esperando,

ya veníamos con experiencia que nos hagan esperar en los aeropuertos haber en qué íbamos a salir, en

qué nos iban a llevar, la cuestión es que se hicieron las siete treinta, las ocho de la noche y no apareció el

avión, así que de nuevo otra vez a los camiones, de vuelta, de nuevo al cuartel, no sabía la incertidumbre

de nuevo de no saber si nos llevaban o no, la cuestión que armamos carpas para poder dormir esa noche,

dormimos y al otro día a las ocho treinta de la mañana, ya nos habían hecho hacer diana a las seis,

desayunamos algo rápido y a las ocho treinta de la mañana nos tocan los silbatos de armarse al

completo, desarmar el Vivak, subir al camión, pero así algo repentino, …armamos todo como pudimos,

subimos a los camiones y nos llevaron al aeropuerto de nuevo y ahí si ya nos estaba esperando un Foker

de la Armada, que en ese momento no tenía asientos, nos sentaron a todos uno atrás del otro en el piso y

de ahí nos llevaron a…, nos llevaron a un lugar, no sabíamos en realidad a dónde íbamos, cuando

llegamos y sobrevolamos la isla ya nos dimos cuenta, ya nos hablaron por el micrófono y nos dijeron que

estábamos sobrevolando Malvinas, que nos preparáramos para el aterrizaje… el tener la presencia de las

Islas Malvinas fue algo emocionante, digo que, que en la juventud nuestra en la falta de experiencia y

todo eso no, nos hizo fervorizar, nos volvió locos en el avión porque estábamos en Malvinas, porque era

como que nos tocaba estar al frente, como que íbamos a ser lo protagonistas de eso… fue la emoción

más grande cuando nos dijeron que estábamos sobrevolando Malvinas y que íbamos a bajar

ahí…(silencio) bueno una vez que bajamos ya empezamos, caminamos desde el aeropuerto hasta

Malvinas… y la guerra…”6.

Hablar de Malvinas es hablar de una guerra que arrojó 649 muertos, pero cuya tragedia se extendió más

allá, como lo marca la nómina de veteranos que se suicidaron atormentados por este episodio, pues fueron

setenta y cuatro días que marcaron un quiebre en sus vidas

Es decir que aquí se encuentra una relación directa entre la historia y el suicidio, en un análisis de la idea

histórica sobre este hecho que pone fin a la vida humana, en este caso guardando una estrecha relación en

el marco del proceso histórico argentino contemporáneo que tiene vinculación con la Guerra de Malvinas

y de la generación que participó en ella.

Por lo tanto después del análisis realizado en esta investigación histórica se puede concluir que así como

en la Historia Argentina contemporánea se pueden señalar: la Generación del 37 o la Generación del 80,

6 Nota: ARCHIVO ORAL, Testimonio de Daniel Antonio Vicente. San Juan, 22 de octubre de 2010.

Page 28: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

se puede incluir a la Generación de los Guerreros de Malvinas “…he notado un cambio de mi niñez hasta

ahora, he notado un cambio muy grande porque uno aprende a valorar, después de una circunstancia de

esa, de esa características de haber estado tan al límite, tan al límite uno aprende a valorar muchísimas

cosas, de las cuales, de las cuales va rescatando lo mejor porque una cosa, que es algo para mí

fundamental, es la familia, es haber disfrutado a mis padres el tiempo que los tuve a mi lado, y

lamentablemente hoy los tengo a los dos fallecidos, pero los disfruté al máximo, traté de estar con ellos,

de compartir actualmente a mi familia, a mis hijos los trato de disfrutar al máximo, trato de trabajar por

ellos y para ellos, haciendo todo lo que puedo hacer, lo que puedo hacer en esta vida que les sirva para

ellos no, que, que le quede el legado mío que les quede a ellos de lo que yo pude hacer en mi vida no, y

poder que ellos aprendan de esa manera a valorar, pequeñas e insignificantes cosas de la vida que uno,

uno aprende a valorar que a lo mejor si no hubiese tenido la experiencia esta de poder rescatar las cosas,

las cosas buenas de la vida, porque si uno no tiene una situación límite a la cual haya vivido, no, no le da

importancia a pequeñas cosas que hacen que la vida sea mejor…” 7

Aunque esta no es la situación de otros excombatientes, que a pesar que sobrevivieron a esta Guerra, en el

transcurso de sus vidas no pudieron superar las secuelas que la misma les dejó y decidieron poner fin a sus

vidas, es decir se suicidaron, no es el caso de nuestros entrevistados que supieron sortear las cosas que se

le fueron presentando “… no, por más que pase el tiempo no las olvidas. Lo que sí, aprendes a asumir que

es parte de tu vida y que no te podes detener en el pasado, que tenés que vivir el presente y el futuro, ir

enfrentando de acuerdo como se te vaya presentando, porque el futuro nadie sabe cómo, solamente Dios,

cómo viene, y el presente tratar de disfrutarlo y ser feliz cada día. Yo cada día trato de disfrutarlo, porque

no sé si mañana voy a poder disfrutar o no, o si me despierto si me voy a poder mover de mi cama o no,

no lo sé”.8

Bibliografía

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Page 30: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN

CENTRO-OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015.

Mesa 15: Desafío del pensamiento sociológico contemporáneo: sociología e historia.

Título: Transformaciones en las prácticas docentes en la última década: ¿innovación o

resistencia?

Autores: Lic. Carolina Caliva; Doctor José Casas1; Lic. José Luis Castillo; Lic. Ana

Valeria Pezzini y Lic. Ana Valeria Ruiz

Palabras clave: prácticas docentes, innovación, resistencia, continuidad, ruptura.

Resumen

Este es un informe de avance de una investigación que aborda las prácticas docentes,

delimitando como aspecto de análisis aquellas situaciones en que los docentes deben

transponer prescripciones curriculares emanadas de especificaciones de nivel nacional

y/o jurisdiccional cuando estas establecen la enseñanza de nuevos contenidos. El objeto

de investigación por tanto es como abordan y resignifican los docentes en sus prácticas

las nuevas prescripciones curriculares tal que implican una trasposición didáctica de

contenidos tanto en el aula, en el proceso de enseñanza, como en los actos escolares.

El objeto de estudio trata del abordaje de temáticas sobre memoria e interculturalidad,

que forman parte de objetivaciones curriculares actuales, que en principio significan

rupturas con las concepciones y las prácticas docentes pedagógicas cotidianas y

naturalizadas.

Los dos temas, memoria e interculturalidad, implican un nuevo tratamiento educativo.

La conmemoración del 12 de Octubre ya no es del “descubrimiento de América”, sino

el día de la diversidad, desde una visión diferente, de inclusión y ruptura de las

configuraciones anteriormente dominantes. La conmemoración nueva es la del 24 de

1 Instituto de Formación Docente de Jáchal. [email protected]

Page 31: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

marzo, día de la memoria, se trata de nuevos temas y configuraciones en la oposición

dictadura-democracia.

El tratamiento de estas temáticas suponen un cierto grado de innovación, habida cuenta

de los habitus adquiridos por los docentes y su incidencia en las prácticas y

representaciones y de cómo traducen y resignifican tales prescripciones en sus prácticas

de enseñanza.

Keywords: teaching practices, innovation, resistance, continuity, rupture.

Summary:

This is a progress report of an investigation that addresses teaching practices, defining

aspect of analysis as situations where teachers must transpose curricular specifications

prescriptions issued by national and / or courts when they establish the teaching of new

content . The object of research is therefore addressed and redefine as teachers in the

new curriculum practices involving prescriptions such a didactic transposition content in

the classroom, in the process of teaching and school events.

The object of study is addressing topics of memory and multiculturalism, which are part

of current curricular objectification, which in principle means breaking with the

conceptions and pedagogical teaching practices daily and naturalized.

The two issues, memory and intercultural education involving a new treatment. The

commemoration of October 12 is no longer the "discovery of America" but the day of

diversity, from a different view, inclusion and rupture of the previously dominant

configurations. The new memorial is March 24, the day of memory, are new themes and

settings on the dictatorship-democracy opposition.

The treatment of these issues involve a degree of innovation, given the habitus acquired

by the teachers and their impact on the practices and representations and how to

translate such requirements and redefine their teaching practices.

INTRODUCCIÓN

La presente ponencia es un informe de avance de investigación sobre prácticas docentes,

realizado por un equipo de investigación del Instituto de Formación Docente (Nivel superior) de

la Escuela Normal Superior Fray Justo Santa María de Oro de Jáchal, con la dirección del

Doctor José Casas y seleccionado a nivel nacional por el INFOD. El proyecto aborda las

prácticas de docentes de nivel primario del sistema educativo deben transponer prescripciones

curriculares emanadas de especificaciones de nivel nacional y/o jurisdiccional cuando estas

Page 32: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

establecen la enseñanza de nuevos contenidos. Indagamos sobre cómo se traducen en las

prácticas docentes los cambios de contenidos curriculares y su abordaje, de acuerdo al

posicionamiento que adoptan frente a la política curricular. El objeto de investigación por tanto

es como abordan y resignifican los docentes en sus prácticas las nuevas prescripciones

curriculares tal que implican una trasposición didáctica de contenidos tanto en el aula, en el

proceso de enseñanza, como en los actos escolares.

Se acota el objeto de estudio al abordaje de temáticas sobre memoria e interculturalidad, mismo

que forman parte de objetivaciones curriculares actuales. En los Núcleos de Aprendizaje

Prioritarios, en los objetivos y texto se postula que en principio significan rupturas con las

concepciones y las prácticas docentes pedagógicas cotidianas y naturalizadas. Los NAP

(Núcleos de Aprendizajes Prioritarios), en el marco de las definiciones curriculares nacionales,

remiten a “saberes centrales, relevantes y significativos”, que se plantea, deben ser incorporados

como objetos de enseñanza para desarrollar y ampliar las “posibilidades cognitivas, expresivas y

sociales” de los educandos. Los núcleos serán un “organizador de la enseñanza, orientada a

promover múltiples y ricos procesos de construcción de conocimientos, potenciando las

posibilidades de la infancia y de la juventud, pero atendiendo, a la vez, a ritmos y estilos de

aprendizaje singulares a través de múltiples ambientes y de condiciones para que ello ocurra”.

(Documento NAP, Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología. Internet). Agrega el

documento que atendiendo a las realidades cotidianas en las aulas y respetando la diversidad de

diseños curriculares, se acordaba enfatizar en saberes priorizados, considerados indispensables.

Refieren a problemas claves de las áreas/disciplinas, son relevantes para comprender los

problemas del mundo actual y base para la adquisición de otros aprendizajes.

Los dos temas, memoria e interculturalidad, implican un nuevo tratamiento. En el caso del

primero, un tema de historia reciente, en función de la defensa y fortalecimiento de la

democracia, una problemática emergente en la sociedad argentina, que aún no se ha cerrado. El

segundo, también emergente en tanto implica una perspectiva distinta, un nuevo paradigma

frente a un contenidos que aún cuando fueron antes abordados quedó sesgado por posiciones

binarias/ dualistas o que tendieron a su naturalización. Ello es factible de ser analizado además,

en el caso de los actos escolares.

En la conmemoración del 12 de Octubre el paso de la celebración del llamado “descubrimiento

de América” - llegada de la civilización europea a nuestro continente como día de la raza- que

hoy se instituye como conmemoración del día de la diversidad, desde una visión diferente, de

inclusión y ruptura de las configuraciones –representaciones ideológicas- anteriormente

dominantes. En el caso del 24 de marzo, día de la memoria, se trata de nuevos temas y

configuraciones en la oposición dictadura-democracia.

El tratamiento de estas temáticas suponen un cierto grado de innovación, ahora, habida cuenta

de los habitus adquiridos por los docentes, y su incidencia en la configuración de las practicas,

Page 33: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

nos preguntamos si ante las prescripciones de cambios que se plantean se producen

transformaciones que impliquen innovación en sus prácticas y por ende en sus representaciones

y concepciones y de cómo se traducen y resignifican tales prescripciones en sus prácticas.

Las prácticas docentes –como toda otra práctica- son sociales y contextuadas. Son producciones

históricas-sociales determinadas, que se originan y desarrollan en espacios históricamente

constituidos, según Bourdieu. Dichos espacios, para nuestro caso, comprenden el contexto

social económico, las características sociales de los agentes que actúan, las políticas educativas

configuradoras de conductas, el marco institucional, la socialización y formación de docentes

donde se realizan las prácticas específicas: docentes y pedagógicas.

La práctica pedagógica es la “que se despliega en el contexto del aula caracterizada por la

relación docente, alumno y conocimientos”, en tanto que la práctica docente “amén de

constituirse desde la práctica pedagógica, la trasciende al implicar, además, un conjunto de

actividades, interacciones, relaciones que configuran el campo laboral del sujeto maestro o

profesor en determinadas condiciones institucionales y sociohistóricas”. (Achili, 2004, 23).

Entendidas las prácticas docente desde la perspectiva de los procesos didáctico- curriculares

resultan fundamentales los aportes de Terigi en relación a los procesos curriculares. La autora

los comprende como “fenómenos que solo pueden comprenderse si se analizan las dinámicas

operantes en cada nivel (Nacional, Jurisdiccional, institucional-áulico), dinámicas que se

constituyen por la interacción de lógicas que resultan del accionar de los sujetos como

aceptación, rechazo, redefinición de lo prescripto”, por los cuales se da no la mera

implementación sino un proceso de especificación atravesado por procesos de apropiación y

resignificación de lo prescripto. (Terigi, 1999)

Las prácticas subsisten en las instituciones escolares más allá de las condiciones que les dieron

origen. Se trata de: “Configuraciones del pensamiento y de acción que, construidas

históricamente, se mantienen a lo largo del tiempo, en cuanto están institucionalizadas,

incorporadas a la prácticas y a la conciencia de los sujetos.” (Davini, en Sanjurjo, 2009:17)

(Cursivas de la autora).

El habitus, al igual que las prácticas, es también contextuado, producto de valores y acciones

colectivas. El habitus es la matriz generativa de las prácticas, el sistema de disposiciones más o

menos permanente y la matriz de percepciones y formas de actuar: es el performador de las

prácticas.

Ni el habitus ni la actitud reflexiva son espontáneos; deben ser enseñados y desarrollados, se

trata de un proceso de formación y reflexión. En particular esto se expresa en las prácticas

educativas donde el pensamiento consciente es inseparable de la práctica. El habitus comprende:

“Las estructuras sociales de nuestra subjetividad, que inicialmente se constituyen en virtud de

nuestras primeras experiencias (habitus primario) y, más tarde, de nuestra vida adulta (habitus

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secundario): es la forma en que las estructuras sociales se gravan en nuestra mente y nuestro

cuerpo por interiorización de la exterioridad.” (Corcuff, 1998, 32). (Cursivas del autor).

Bourdieu define a los habitus como sistemas de disposiciones perdurables y disponibles. Pero

aunque sean durables no son inmutables. En situaciones nuevas, diferentes a las que actuaron en

la formación del habitus, los agentes sociales se encuentran en la posibilidad y necesidad de

reformular-cambiar sus prácticas. Otra manera de introducir cambios es a través del

autosocioanálisis, por el cual los agentes, en este caso los docentes, pueden objetivar sus

prácticas y representaciones y ponerlas en cuestionamiento.

El habitus, como estructura estructurante, es generador de las prácticas y concepciones sobre

estas. Se configuran no solo por su pasado, sino en “la puesta en relación de las condiciones

sociales en las cuales se ha constituido el habitus que las ha engendrado y de las condiciones

sociales de su puesta en marcha” (Gutiérrez, 1995,67).

Los habitus son estructuras estructuradas estructurantes, que cristalizan y están internalizados en

los cuerpos. Tienen una doble característica: pueden ser fuente de resistencias al cambio o

pueden ser impulsores de cambios. Visto por el lado de la resistencia al cambio:

Las resistencias a la modificación del habitus tienen que ver con la internalización de

esquemas que, además de resultarnos prácticos y económicos, son caros a nuestros

sentimientos y creencias. (Sanjurjo, 2009,31).

El habitus profesional comprende “los esquemas adquiridos en la historia incorporada, puestos

en acto en las prácticas cotidianas. Son organizadoras de la acción, lo que controla la acción

pedagógica a través de diversos mecanismos. El habitus da cuenta de esquemas de percepción,

decisión y acción que movilizan débilmente el pensamiento racional.” (Sanjurjo, 2009, 30).

Por otro lado, sobre el tema las resistencias al cambio, Achili plantea que se produce una

neutralización del trabajo con el conocimiento debido a las acciones que impone la práctica

docente:

…las condiciones de trabajo docente, las actividades burocráticas y externas a lo

pedagógico, la estructuración jerárquica que caracteriza las relaciones institucionales en

el sentido de transformar al docente en mero ´transmisor” o ´ejecutor´ de lo que diseñan

o generan otros-, son algunos de los límites que lo diluyen como sujeto ´intelectual´.

(Achili, 2004,24).

LAS PRACTICAS DOCENTES ANTE LA OBSERVACION

El universo delimitado fueron todos los docentes de escuelas primarias asociadas al ISFD,

Escuela Normal Superior Fray J. Santa María de Oro, del departamento Jáchal, San Juan. La

muestra fue intencional dirigida solamente a docentes de los grados: 5°, 6◦ y 7◦, con una

antigüedad superior a los 5 años de las escuelas asociadas, para indagar el tema del 12 de

Page 35: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

octubre, mientras que para el 24 de marzo se consideraron todos los docentes de la institución

de ambos ciclos.

La observación se realizó sobre las prácticas docentes en situaciones áulicas cuando los

docentes dictaron temas pertinentes sobre la memoria e interculturalidad, centrando en los

contenidos impartidos y las formas pedagógicas que se implementan. La observación también se

hizo sobre los actos conmemorativos del 24 de marzo y 12 de octubre en los establecimientos

educativos, atendiendo a las ceremonias, rituales, representaciones escolares (teatrales, poesías,

etc.) y representaciones icónicas (láminas, dibujos, leyendas, etc.), además de los discursos

emitidos por los docentes.

En la aplicación de los instrumentos de recolección de datos se visibilizaron problemas no

tenidos en cuenta. Gastón Bachelard asume que en “el acto mismo de conocer, íntimamente,

donde aparecen, por una especie de necesidad funcional, los entorpecimientos y las confusiones.

El conocimiento de lo real es una luz que siempre proyecta alguna sombra” (Bachelard: 1994).

Frente a ello es preciso considerar que desde el punto de vista metodológico y epistemológico se

produjeron alteraciones en el accionar cotidiano de las instituciones que se evidenció en

resistencia a las entrevistas (en algunos casos), mecanismos de evasión a través de la

postergación de las clases referidas a las temáticas investigadas y armados forzados o puestas en

escena de clases en función de la presencia de uno de los miembros del equipo de investigación

observador. En algunos establecimientos educativos se realizaron por primera vez actos sobre la

conmemoración del día de la memoria, por la verdad y la justicia.

Por otro lado, el docente -cuya clase iba a ser observada cuando desarrollara los nuevos

contenidos-, se anticipaba y abordaba el tema el día anterior al fijado, con la finalidad de

asegurar la participación y el conocimiento de los alumnos en el momento de realización de la

observación.

Es posible que esta práctica se deba, en parte, a la relación de jerarquía y de poder que se

establece entre las instituciones educativas del sistema. El Instituto de Formación Docente,

responsable de la formación inicial y continua de los docentes de nivel primario y por el otro las

instituciones primarias. En consecuencia el investigador podría ser percibido como un sujeto

que se instala al interior de las escuelas para evaluar las prácticas pedagógicas. Se considera,

además, la carga simbólica que tiene la observación como instrumento de evaluación que

aplican supervisores y directivos a docentes. Si bien no era el objetivo de los miembros del

equipo de investigación realizar una evaluación de formas pedagógicas y de contenidos

impartidos, los docentes de las escuelas entendieron que se trataba de una evaluación. La

presencia de los miembros del equipo, que iban a realizar observación no participante, se

convirtieron, sin proponérselo, en quienes intervenían en las clases y actos, modificando las

situaciones de la vida escolar cotidiana. Ellos inducían a realizar actividades no previstas en

algunos casos y en otros provocaban la resistencia y conductas evasivas de los docentes para

Page 36: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

evitar la observación. Los docentes percibían la observación como una evaluación de quienes

consideraban como poseedores de conocimientos superiores en la escala jerárquica institucional.

Esto modificaba la observación y producía situaciones y escenarios ficticios, preparados o

forzados, pero a la vez indica una manifestación de las prácticas docentes. Es decir las

reacciones eran propias de formas de resistencia que ya están incorporadas en los habitus, como

resistencia ante lo extraño, invasivo. No son formas dilatorias; están implícitas en las prácticas

docentes.

LOS NAP COMO CONTENIDOS PRESCRIPTOS

Los NAP, como se mencionó en la introducción, remiten a “saberes centrales, relevantes y

significativos” que fueron elaborados a través de acuerdos federales. Se presentan como una

respuesta a la desigualdad y fragmentación del sistema educativo argentino. Este núcleo de

aprendizajes fue diseñado de tal forma que permita la resignificación de los docentes

considerando los contextos regionales y la heterogeneidad de las trayectorias escolares de los

estudiantes. A partir de estos núcleos las provincias elaboran los Diseños curriculares

provinciales para contextualizar los contenidos que se enseñarán. La provincia de San Juan no

cuenta con el diseño curricular provincial, orientación fundamental para el docente, y por lo

tanto este debe seleccionar y recortar contenidos en función de los recursos y saberes que posea.

Los contenidos del “Día de la diversidad cultural” y los de “la memoria, la verdad y la justicia”

son trabajados, al interior del aula, desde las aéreas de Ciencias Sociales y de Formación Ética

y Ciudadana.

Algunos de los contenidos prescriptos por los NAP relacionados con el 12 de octubre son:

• El reconocimiento de los aspectos comunes y diversos en las identidades personales,

grupales y comunitarias, en el marco de una concepción que enfatice su construcción

sociohistórica, para valorar la convivencia en la diversidad. (Formación Ética)

• La construcción de una identidad nacional respetuosa de la diversidad cultural. (Ciencias Sociales)

En cuanto a los contenidos relacionados con el 24 de marzo, día de la memoria, la ver-

dad y la justicia, los contenidos refieren a:

• El conocimiento y la comprensión de las dimensiones éticas, jurídicas y políticas de nuestra historia reciente promoviendo la construcción colectiva de la memoria.

CONTINUIDAD Y RUPTURA

En los primeros acercamientos hacia el objeto de estudio se detectaronn continuidades y

rupturas en las prácticas docentes al desarrollar estas nuevas temáticas.

Page 37: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

En cuanto a los contenidos relacionados con el 12 de octubre se observa la convivencia de

contenidos viejos y nuevos. Una docente expresa: “Sin dejar de lado como llegó y el

descubrimiento que fue una hazaña y todo lo que quiera, hasta ahí está todo bonito, pero me

quedo con este enfoque. También se llevaron el oro y todo lo demás, cuando vinieron se

llevaron muchas cosas”.

También se omite la contextualización regional de los aborígenes, tanto de su pasado como de

su presente, pero se recuperan las comidas, las palabras, las costumbres que tienen raíces

aborígenes y persisten en la actualidad.

Se observó la presencia de la wipala (la bandera de los pueblos oriiginarios) en las actividades

escolares y en todos los actos. Sin embargo, al ser una expresión de las culturas aborígenes

actuales, se observa una descontextualización regional.

Desde la práctica docente se presentan los contenidos sobre lo pueblos originarios como “el o-

tro”, desde una perspectiva que lo ubica como lo “lejano” y en un tiempo arqueológico e histo-

tórico antes que como pueblos existentes actualmente en la sociedad argentina. Y en toso caso

cuando se lo menciona en la actualidad se lo presenta desde sus carencias y necesidades.

“Sufrieron toda su vida”, “Son pueblos que todavía mantienen su idiosincrasia, sus tradiciones

si se quiere, sus ritos sus formas de vida. No está muy cercana a la nuestra pero tampoco muy

lejana, porque somos distintos, pero eso no nos da derecho a discriminarlos, por ejemplo”.

En los discursos docentes surge la importancia de valorizar a ese otro, la necesidad de

protegerlos, de no discriminarlos, sin saberlo reproducen una visión paternalista.

Se evidencia la resistencia a reconocer los orígenes aborígenes que constituyeron nuestra

identidad, es posible que las características de nuestro contexto condicionen las miradas y los

posicionamientos respecto a ello.

Se recuperan los contenidos desde un puto de vista de efemérides, lo cual impide desarrollar los

contenidos desde lo relacional, desde los contextos concretos que determinan la importancia del

hecho.

Uno de los nuevos contenidos incorporados con la nueva concepción histórica son los valores,

el respeto a lo diverso, en sentido amplio, no circunscripto a los pueblos originarios. Y esta

visión se hizo presente en todos los actos y discursos escolares.

En cuanto al 24 de marzo se observó una mayor resistencia de los docentes a ser entrevistados y

a las observaciones de clase e inclusive hubo docentes que no quisieron dar el contenido.

Este tema fue abordado a través de los actos escolares y no así en el interior de las aulas, salvo

algunas pocas excepciones.

Se puso en valor el símbolo del pañuelo blanco, se ahondó en la identidad, el proceso histórico,

la vulneración de los derechos humanos.

RESISTENCIA E INNOVACION EN LAS PRÁCTICAS DOCENTES

Page 38: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

Para poder comprender estas continuidades y rupturas es precio desentrañar los sentidos creados

y reproducidos en las prácticas docentes.

Las prácticas docentes se encuentran entre la tensión de innovación y resistencia. La innovación

se comprende desde la perspectiva fundamentada crítica, como ruptura, es decir como “la

interrupción de una determinada forma de comportamiento que se repite en el tiempo y que se

legitima, dialécticamente con la posibilidad de relacionar esta nueva práctica con las ya

existentes a través de mecanismos de oposición, diferenciación o articulación” (Lucarelli, 2009,

52).

En relación a lo expuesto, podemos decir que no existe un rechazo con respecto a lo nuevo, sino

una acomodación a los esquemas preexistentes, esto se hace evidente especialmente en los

contenidos relacionados al 12 de octubre, ya que se hace un recorte de contenidos que provienen

de dos enfoques diferentes. Es posible que la convivencia de estos dos tipos de conocimientos

sea por el limite epistémico que implica la no construcción de un objeto histórico que asuma en

su totalidad el punto de vista americano.

La ruptura epistemológica que se presenta desde estos nuevos contenidos queda incompleta al

no generar las condiciones teóricas y bibliográficas para que el docente pueda apropiase de

forma significativa.

Las prescripciones realizadas a través de los NAP presentan una amplitud de contenidos, de

acuerdo a los presentados anteriormente, que funcionan como una suerte de obstáculo para la

selección y configuración del mismo desde los sentidos que se pretende dar con la incorporación

de estos nuevos saberes.

Esto puede ser entendido si se considera que: los docentes no tienen la formación inicial con

respecto al aborigen local, ni tampoco se ha procurado en su posterior formación. Y no existe

bibliografía difundida en las escuelas primarias sobre investigaciones de historia regional.

Además en nuestro departamento no hay comunidades auto reconocidas originarias. Todo esto

condiciona la relación que se establece con los nuevos contenidos.

Con respecto al 24 de marzo las características de nuestro contexto interpelan las prescripciones

curriculares ya que la conformación social de nuestro departamento está dada por una fuerte

presencia de las fuerzas armadas, como son: gendarmería nacional y la policía provincial. A esto

se le suma la muerte de cuatro gendarmes jachalleros en hecho terrorista. Hecho que era

recordado hasta hace muy pocos años a través de actos escolares en el que participaban las

escuelas de Jáchal.

Una de las primeras conclusiones arribadas es que, si bien desde los contenidos prescriptos se

reconoce la autonomía del docente para construir el objeto de enseñanza y de aprendizaje, no

están dadas las condiciones para este trabajo intelectual. Frente a ello acordamos con lo

plantado por Libia Achili (2004) en que las relaciones institucionales determinan al docente

como transmisor de lo que diseñan las políticas institucionales pero a la vez en la

Page 39: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

actividad cotidiana de los establecimientos escolares los docentes desarrollan prácticas

que son estrategias de enseñanza y de implementación de los contenidos prescriptos,

resignificándolos, de tal manera que se expresan resistencia y a la vez apertura a las

innovaciones, en una etapa de transición como la actual.

BIBLIOGRAFIA

ACHILI, E. (2004) Investigación y formación docente. Laborde. Buenos Aires. 4◦ edición.

BACHELARD, G. (1994) La Formación de Espíritu Científico. Siglo XXI, Madrid. 20°

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Page 40: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN

CENTRO-OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015

Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo: Sociología e Historia.

TITULO: LA PRODUCCION DE LA MUERTE Y DEL OTRO COMO EL “MAL”.

Doctor Casas, José; Lic. García, Alicia; Lic. Carelli, José M.1; Lic. Climent, Andrea;

Estudiantes Aguilera, Celina; Olivares, Melisa; Donoso, Marcela y Sánchez, Valeria.

Resumen

Este avance de investigación trata sobre la configuración y las transformaciones en el

proceso histórico como grupo violentado por la dictadura militar en San Juan tomando

dos momentos: el primero (1976-1978), de la represión y el segundo (2011-2013) del

juicio de lesa humanidad, analizando los complejos cambios acaecidos en la correlación

de fuerzas y en la condición social de ambos grupos en el interregno de 37 años.

La producción de la muerte como objetivo planificado por un sector con poder es una

forma concreta del “mal”. Este era atribuido, como una producción ideológica, por la

dictadura a los “subversivos”. El mal, generalmente abordado como un concepto moral

o filosófico aquí es considerado como una categoría sociológica. Por ello nos

planteamos el análisis de la producción material de la muerte y del control social. El

proceso implica la demonización e invisibilización de la fuerza social contestataria y del

propio accionar represivo. La atribución de grupos subversivos, portadores del “mal”

tenía por función justificar el terrorismo de Estado: muchos militantes fueron

asesinados, en tanto que otros sufrieron cárcel y tormentos convirtiéndose en grupo

violentado. Con su liberación y el retorno a la democracia, los ex presos políticos fueron

1 Instituto de Investigaciones Socioeconómicas, FACSO, UNSJ. [email protected]

Page 41: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

estigmatizados y luego, con los juicios de lesa humanidad, se constituyeron en grupo

testimoniante: testigo de la represión y testigo como punto social de referencia. Así el

grupo violentado cambió su condición social y el mal fue configurado en el otro grupo,

el anteriormente violentador.

PRODUCTION OF DEATH AND THE OTHER AS THE “WRONG”.

Abstract

This advancement of research deals with the configuration and transformations in the

historical process as a group violated by the dictatorship military in San Juan taking two

moments: the first (1976-1978), the repression and the second (2011-2013) judgement of

humanity, analyzing the complex changes in the correlation of forces and the social

status of both groups during the interregnum of 37 years.

The production of death as planned by a power sector objective is a concrete form of

"evil". This was attributed, as an ideological production, by the dictatorship to the

"subversives". Evil, usually addressed as a moral or philosophical concept here is

regarded as a sociological category. For this reason we are the analysis of the material

production of death and the social control. The process involves the demonization and

invisibilization anti-establishment social strength and one's own repressive actions. The

attribution of subversive groups, carriers of the 'evil' had function justify State

terrorism: many militants were killed, while others suffered jail and torture becoming

victim group. His release and return to democracy, former political prisoners were

stigmatized and then, with the trials of humanity, they constituted in testimoniante

group: witness to repression and witness social point of reference. So the victim Group

changed their social status and evil was configured in the other responsible group

formerly for this violence.

Page 42: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

INTRODUCCIÓN

Este es un informe de avance que trata sobre las prácticas de control social extremo social a

través de la producción de la muerte y de la constitución de un “otro” como expresión del “mal”

en momentos históricos en que fracciones de la cúpula dominante buscan concentrar poder y

que se configura un bloque popular con cierta magnitud. El análisis de la correlación entre las

fuerzas político-sociales en la estructura social conlleva analizar en términos de proceso en la

coyuntura la formación y cristalización de prácticas y concepciones ideológicas del grupo

represor y la del grupo reprimido. En el proceso histórico se producen cambios en las

correlaciones de fuerzas y uno de los grupos, que es subalterno, es objeto de niveles de violencia

tales que se convierte en grupo vulnerado.

En la concepción teórica conceptual partimos del proceso complejo que significa la relación

dialéctica del amo y el esclavo (Hegel), atravesando por la dialéctica del colonizador y del

colonizado (Memmi, 1957; Fanon, 1961), a del opresor y del oprimido (Freire, 1968) para llegar

a la del torturador y del torturado. Entre estas hay continuidad y discontinuidad conceptual pero

aportan a la construcción del objeto de investigación. El mal es una forma particular de

relaciones sociales, que producen una alteración de degradación social y humana por distintas

formas de acciones de un grupo sobre otro, de un individuo sobre otro: se trata de avanzar en la

construcción de los conceptos de maldad y del mal como categorías sociológicas que permitan

explicar las acciones y las prácticas sociales concretas y a la vez el proceso de construcción

ideológica que se realiza sobre un grupo para constituirlo como enemigo tal que sea susceptible

y posible de ser reprimido violentamente. Por ello planteamos trasvasar el concepto filosófico

del mal por una parte para darle un nivel de concreción en el realismo fáctico donde transcurre

la existencia social y traspasar a la vez las representaciones religiosas y morales junto con las

configuraciones ideológicas y valorativas para constituir un concepto sociológico,

considerándolo como acciones y prácticas sociales históricas concretas, respaldadas por

configuraciones ideológicas. Es decir que no se trata de la maldad como una concepción ideal,

abstracta y normativa sino como prácticas e ideologías concretas y determinadas por procesos

estructurales históricos que atraviesan a las sociedades.

LAS CARACTERISTICAS DEL MAL

“El mal implica un daño grave que causa lesión física fatal o duradera, como ocurre, por

ejemplo, con el homicidio, la tortura y la mutilación. (…) tiene, primariamente, que ver con un

daño grave causado por seres humanos a otros eres humanos.” (Kekes, 2006,17). Desde una

perspectiva psicológica y moral el mal es, para este autor:

“… la combinación de tres componentes: la motivación malévola de los hacedores del mal; el

daño serio y excesivo causado por sus acciones, y la falta de una excusa moralmente aceptable

Page 43: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

para ellas.” (Kekes, 2006,18). La atribución de maldad requiere que las acciones tengan motivo,

consecuencia y falta de excusa.

Quienes hacen el mal, o sus defensores, intentan disculpar el mal en ocasiones apelando

a consideraciones religiosas, políticas, estéticas, científicas o de prudencia. Tal excusas

son oralmente inaceptables porque la motivación malévola y el daño excesivo de las

acciones malas van mucho más allá de lo que necesita para perseguir cualquier objetivo

no moral razonable. (2006, 19).

Si bien estos conceptos nos acercan a nuestro tema, consideramos que no se trata de motivos

psicológicos sino de configuraciones ideológicas y procesos históricosociales los que son el

ámbito de las acciones del mal. No se apela a consideraciones diversas; la justificación es básica

e inseparable de las acciones del mal. No se trata de excusas: son creídas y tenidas por

verdaderas por quienes las ejecutan. Tampoco existe un umbral del “daño excesivo” pues se está

aceptando y naturalizando un presumible “daño no excesivo”.

El mal no es una esencia ni una categoría abstracta metafísica. No es una entidad imaginaria ni

es la manifestación de un ser demoníaco. Es la acción humana que se realiza en un conjunto

diverso y complejo de la existencia social. Siempre se está produciendo y reproduciendo en la

sociedad, en todo momento y lugar y en todos los ámbitos, espacios e intersticios sociales, sea

reconocido o no ello como tal. El mal es la consecuencia de muy diversas acciones de personas,

grupos, clases que afectan a otros que se encuentran en condiciones de subalternidad -y más aún

de indefensión- ante la fuerza agresiva del otro. Pero no se trata solamente de la imposición de

violencia física, sino también ideológica, simbólica. El mal es imposición de violencia física y

psíquica, cotidiana y/o extraordinaria, concentrada o difusa de explotación, despojo, crueldad,

negación de grupos subalternos al serles negados su existencia, sus derechos, su condición

humana y su cosmovisión y cultura. En tal sentido estas acciones-prácticas están extendidas en

la sociedad pero es necesario perfilar sus características fundamentales para explicarlas desde

una perspectiva histórica estructural. En primer lugar, la maldad existe en las relaciones de

producción y en consecuencia de explotación, dominación, que determinan desigualdades en los

ámbitos económicos, sociales, culturales, religiosos, políticos y que adquieren por ello diversas

formas en el conjunto de la formación social, impregnando a la vida social en el ámbito de su

reproducción social cultural en la vida cotidiana. En segunda instancia son acciones y prácticas

cimentadas por el propio Estado, ya que el poder estadual es el que legitima, favorece o impone

la violencia material, ideológica, simbólica sobre determinados grupos.

Entendemos el mal como relación social que tiene dos dimensiones de realización: como

relación estructural histórica, que remite a las clases y grupos sociales y las relaciones de

fuerzas y al poder estatal y en otra dimensión, la de las interacciones, como relaciones

interpersonales en que produce y se reproducen las instancias generales como parte

naturalizada. Si el mal se ramifica y se extiende es porque existe la desigualdad estructural a

Page 44: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

partir de relaciones sociales de producción que determinan a los grupos y clases sociales en su

ubicación en la formación social, como forma de imposición. En este sentido se trata de proceso

social complejo que se transforma en la historia y en la correlación de las fuerzas sociales.

Interesa perfilar el mal como producción histórico social en determinadas formaciones sociales

y a la acción la máxima expresión de la maldad es el genocidio: la acción de mayor violencia

contra un pueblo, una etnia, un grupo de creyentes, un grupo político, que constituye una

minoría y que es minorizado y estigmatizado. Pero el mal no solamente comprende a las

prácticas genocidas sino al conjunto de acciones-prácticas que se producen en la subalternidad y

ejercicio de la dominación-conculcación del otro por parte de una clase o grupo opresor.

Ello nos acerca a una caracterización estructural-histórica del concepto, que es encua- drado

como las prácticas de violencia física-ideológica-simbólica ejercidas contra minorías para

reproducir su estado de subalternidad, para destruirlo parcialmente para transformarlo en otro

que sea semejante al dominante o para lograr su aniquilación terminante, negándole su derecho

a la existencia.

El mal practicado por las clases dominantes que tienen el patrimonio de la legitimidad, de los

recursos militares y de la fuerza orgánica para ejercer la violencia y conculcar los derechos de

otros y los medios de inculcar las concepciones ideológicas de justificación no es concebido por

ellas mismas como tal, sino que el mal existe fuera de ellas, en el otro, en los otros, los que se

oponen a su dominación o como una forma de justificar la dominación. Desde esta perspectiva,

más acotada, el mal refiere a dos instancias distintas, en una suerte de doble sentido, a): como

cualidad negativa imputada a la existencia, características del “otro”, de un grupo social

determinado y b) el mal como acción-prácticas del propio grupo dominante-nominante, que este

no reconoce como mal, sino como lo contrario.

El mal y la maldad deben ser estudiados en cada momento ámbito específico de su realización.

La ruptura de las normas sociales o estaduales o jurídicas por un grupo que tiene y ejerce poder

en una sociedad desigual, inequitativa, conflictiva, en una sociedad de clases y explotación, es

imposición de violencia y por ende es producir daño, ejercer el mal como práctica dominante.

La violencia es masiva, extendida, en situaciones cotidianas y en situaciones extraordinarias. Es

efectuar el mal sobre grupos en situación de subalternidad, de subordinación, que los hace

víctimas posibles e inmediatas.

La situación de violencia extrema es posible porque ya antes existe en la sociedad la

focalización de un grupo (o grupos) al que se le atribuyen características negativas, a quien se

culpa de problemáticas sociales, funcionando desde un núcleo dominante hasta su propagación

mediática en distintos estratos sociales. En la violencia extrema no hay tapujos ni refinamientos

sino violencia brutal y básica: aparece el mal desnudo que se plantea la negación del otro en el

sentido de eliminación.

Page 45: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

La dialéctica del torturador y del torturado muestra que se trata de inhumanizar al reprimido, al

que se niega totalmente y se le quitan sus derechos: el primero el de la libertad, luego el de la

vida, luego el de una muerte y un entierro dignos. La víctima trata de mantener su humanidad;

no se deshumaniza, se le niega y se quita su investidura humana en el acto de la tortura. Pero el

represor se deshumaniza porque ha descendido al nivel más abyecto al ejercer toda la violencia

posible contra un sujeto de su propia especie cuando en última instancia, detrás de la fina pero a

la vez densa lámina de las creencias y la ideología, no hay manera de justificar la acción.

LAS POLITICAS DE TERROR DEL ESTADO

La producción de la violencia como práctica intencional orgánica en escala masiva a través del

aparato represivo estatal para imponer su control sobre grupos al interior de la sociedad tiene

diferentes formas, de la cual el genocidio es una de ellas. Las políticas terroristas de Estado son

amplias y diversas.

El mal se expresa en las prácticas del poder: control de clases, grupos, etnias, minorías dentro de

un territorio nacional, la conversión forzosa, la ideología del racismo y del nacionalismo y del

colonialismo; la negación de derechos; la aculturación de pueblos, la negación de las culturas

propias, la imposición dela lengua propia a los otros, la política de extinción paulatina, gradual;

la invisibilización de las condiciones de existencia y de explotación de minorías; la negación de

otras cosmovisiones y culturas; el diezmar poblaciones, la imposición de la guerra, de grandes

sacrificios económicos, de exacciones impositivas.

El Estado aplica prácticas punitivas, ejercicio de control y disciplinamiento social, a través del

aparato represivo y del aparato ideológico para ejercer el poder. La producción del mal se

realiza a través de la producción masiva de la muerte y del control de la población ejerciendo el

poder de violencia del Estado, contando además con la participación-anuencia de sectores de la

sociedad civil: unos por la situación de subalternidad, otros por el temor, otros con aprobación

pasiva y otros con participación efectiva.

La acción de control del Estado se realiza permanentemente; las acciones represivas punitivas

intermitentemente, en tanto que el genocidio es un suceso extraordinario en la historia de una

sociedad.

PRODUCCION DE LA MUERTE: EL GENOCIDIO

El genocidio es una acción esencialmente política que implica la eliminación física y simbólica

de grupos sociales con supuestas atribuciones étnicas, raciales, religiosas o políticas definidas

negativamente por un grupo con poder que les impone a otros en condiciones de indefensión en

la correlación de fuerzas, con el objetivo de trasmutar las relaciones sociales. En la guerra “se

pretende la derrota de una fuerza social”, en el genocidio “se propone quebrar un modo de

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relaciones sociales”, lo cual implica otro nivel de profundidad, otro diseño táctico estratégico y,

fundamentalmente, otros efectos.” (Feierstein, 2006: 277).

El objetivo de la producción de la muerte a través del genocidio es la ruptura de relaciones

sociales, o la destrucción de un campo de relaciones políticas sociales materiales y simbólicas

que se desarrollan en un espacio social, donde un grupo, que es el dominante, considera que son

peligrosas, “antinaturales” y determina que las prácticas que un grupo contestatario desarrolla

que deben ser eliminadas por medio de la acción violenta. Genocidio es la implantación de una

“tecnología de poder específica” que Feierstein denomina “práctica social genocida”, donde se

busca la “negación del otro” en su punto límite: “su desaparición material (la de sus cuerpos) y

simbólica (la de la memoria de su existencia).” (Feierstein; 2007: 86) La práctica social

genocida es el modo de clausura de un conjunto de relaciones sociales. El genocidio es un

proceso, una práctica que “es tanto aquella que tiende y/o colabora en el desarrollo del

genocidio como aquella que lo realiza simbólicamente a través de modelos de representación o

narración de dicha experiencia.” (Feierstein, 2007: 36). Trata de la eliminación física e

ideológica de un grupo para hacer desaparecer las relaciones sociales que este desarrolla.

Secuestro, tortura, violación, robo, asesinato, negación y falseamiento de información,

desaparición de los cuerpos; producción del terror para inmovilizar, para lograr el dominio

absoluto; ocupación militar del espacio social: control del conjunto de la vida social,

encarcelamiento masivo de opositores, producción de la muerte a gran escala, como función del

Estado-FFAA.

Para llevar a cabo la producción de la muerte a gran escala es necesaria la producción ideológica

del enemigo de una manera tal que sea legítimo eliminarlo.

Los gobiernos que ejercen políticas de terror para obtener el disciplinamiento lo hacen a través

de la exhibición de los cuerpos asesinados o haciéndolos desaparecer. Tanto la significación de

que aparezcan los cuerpos como de que no aparezcan son dos estrategias del poder que a la vez

son expresiones del mal ejercido. Mostrar u ocultar los cuerpos de las víctimas son distintas

formas de las políticas de terror: son formas perversas del ejercicio del poder, al mismo tiempo

son prácticas implícitas de gobiernos dictatoriales y autoritarios.

La acción de masacres y matanzas que preceden y/o que continúan a las políticas de terror y

realización del genocidio son parte de las mismas políticas. Es una manera en que el genocidio

tiene continuidad, como sucedió y sucede con el pueblo Quom. No es solamente la forma brutal,

masiva, activa del momento del genocidio sino que se continúa a través del tiempo con acciones

que reemergen de tanto en tanto; son una continuidad tardía ya que siguen imperando las causas

que anteriores. Por otro lado la negación del genocidio por parte de sus ejecutores (y sus

defensores en el tiempo) significa que es parte del genocidio, del mal producido que es

sostenido en todo caso, como un mal necesario (para que finamente triunfe el bien de ellos). La

negación fuerza a la verdad tanto como lo hacían anteriormente los ejecutores. La negación del

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genocidio y la impunidad de sus ejecutores significa que éste no ha terminado y que las

prácticas violentas máximas están latentes.

LA PRODUCCION IDEOLOGICA DEL OTRO COMO ENCARNACION DEL MAL

La producción de la muerte se realiza como eliminación física de una parte de la población pero

requiere necesariamente de su constitución ideológica y simbólica como la de un grupo portador

del mal. Para el grupo dominante es necesario producir una representación ideológica del

contrario de tal manera que sea pasible de ser eliminado, partiendo del presupuesto de que es

posible y necesario hacerlo. El objetivo es justificar la acción genocida y justificarse por esa

misma acción, que es la de que emprenden los santos-mártires de las fuerzas armadas.

Inés Izaguirre plantea sobre las formas de análisis del conflicto que se debe partir de un estudio

sociogenético, que significa concebir y objetivar las luchas como luchas de clases (la

producción del mal como mal de clase, desentrañando su carácter ideológico como parte de la

lucha de clases). A nivel del individuo (nivel de psicogénesis) es posible la construcción del

juicio moral. Este puede ser propio de una moralidad heterónoma, que conlleva la subordinación

a la autoridad. En cambio la moral autónoma significa lo contrario: “Es un estado de

descentramiento. El juicio moral solo es posible entre iguales (…) y es el mismo estadio en que

se hace posible el pensamiento crítico, que nace siempre de la discusión entre iguales”.

(Izaguirre, 2003)

La fuerza social (Izaguirre, 2003) es una categoría de análisis que comprende a un conjunto

diverso de individuos que excede a una clase social y abarca a una diversidad de clases y

fracciones, que no tienen una cohesión política única, que tienen distintas caracterizaciones y

estrategias políticas, incluso enfrentadas, pero que sí tienen un mismo horizonte de

transformación del sistema. Es una fuerza social militante, donde hay corrientes mayoritarias

y/o directrices que tienen mayor peso.

La fuerza social, como caracterización sociológica, en determinado momento sufre sucesivos

golpes y cambia desfavorablemente su posición en la correlación de fuerzas. Con la

concentración del poder militar con el poder del Estado, se ejercen prácticas genocidas y de

control social represivo sobre dicha fuerza social, constituida en ese momento por la acción del

Estado en fuerza del mal. El concepto fuerza social, concepto teórico que corresponde a las

bases intelectuales del grupo contestatario, es suprimido y reemplazado por la concepción

ideológica del “subversivo”, encarnación del mal.

La represión sufrida terminó cohesionando a los reprimidos a través de la experiencia vivida

como una marca que los distingue en conjunto: son sobrevivientes de la muerte y de extremas

condiciones represivas y carcelarias. Lo sufrido los ha convertido en un grupo violentado: un

conjunto de personas, de diverso origen político, que actuó desde su juventud en una época de

intenso activismo militante, en lucha de masas contra la dictadura militar de 1966-1973, que en

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el interregno 1973-1976 tuvo una participación fundamental, pero que entre 1976 y 1983 fue

convertido en un grupo violentado y vulnerado.

La experiencia une a través del sufrimiento: significa una identificación, una fuente de identidad

que establece lazos que se sostienen en el tiempo. Se construye una relación de sentido de

pertenencia de un grupo particular de la sociedad: los expresos políticos fueron militantes

convertidos luego en carne para la tortura: la experiencia de cárcel, la reducción de la existencia

a condiciones de miserabilidad por la dictadura, con el propósito de destrucción de sus cuerpos

y conciencias.

La confrontación que hubo en Argentina formó parte de una guerra de clases, plantea Izaguirre.

Esta confrontación, que es parte de la lucha de clases, no es la guerra de que nos

hablaba la burguesía. La guerra como actividad que precede y/o sigue a la política era

un asunto entre iguales (…). En cambio, el enemigo de clase para la burguesía no es un

igual. Es otro in-humanizado, cosificado. (Izaguirre, 2003)

En esa guerra de clases, como un momento o etapa en la lucha de clases, el grupo que produce

las prácticas genocidas niega humanidad al otro, al grupo subversivo. Esta es una forma de

pensamiento binaria cerrada, sin salida. La precariedad conceptual es una precariedad

ideológica que “corresponde a un estadio primitivo de pensamiento mágico, con el Bien

absoluto del lado del imperio y el Mal absoluto del lado del polivalente enemigo terrorista…”

(Izaguirre, 2003).

La vida social institucional, las creencias y las prácticas colectivas dan densidad y espesor a lo

no real. Lo no real pasa a ser aceptado y producido encarnado en lo social, en sus productores-

reproductores, portadores de prácticas y creencias. Las formas ideales, fantásticas de relaciones

sociales enajenadas se tornan concreción falseada, o sea pseudoconcreción del mundo de las

relaciones reales, en una configuración trunca y deformada. La ideología tiene como

característica una visión dual. La dualidad de contrarios-opuestos: un lado positivo y otro

negativo (bien-mal; blanco-negro; luz-oscuridad). La forma dual extrema y simplificada: dios-

demonio, bien- mal. Expresiones de dios y del demonio: concepciones idealistas, abstractas, que

en realidad son producciones histórico-sociales. La génesis, la estructura y la historia de las

dualidades dicotómicas está en las relaciones históricosociales de producción, en la base

material de la existencia social. Pero en las condiciones históricas de producción, que son de

enajenación, naturalización y cosificación

El mal es encarnado en seres y en fuerzas extrañadas y transfiguradas de su ser real: la

atribución de cualidades por las cuales los individuos son extrañados, alejado de sí mismo,

transformados, porque como productores del mundo sufren alienación en relación a sus propias

producciones. Su esencia social y humana es invertida y degradada.

El proceso de atribución negativa del otro sufre un cambio, ya que se constituye en el contrario:

en el enemigo peligroso. Es un proceso de inversión del otro ante el sí mismo. El grupo

Page 49: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

dominante está condicionado para ver al otro desde su propia perspectiva. No puede objetivar su

subjetivación ideológica porque está atrapado por las fuerzas extrañadas de su propia

producción.

Los dos grupos antagónicos son condición uno del otro. Para que exista el primero (el sí mismo)

debe existir el segundo (el otro negativo). En condiciones de dominación normales coexisten: en

condiciones de densidad de conflicto hay enfrentamiento desigual. La eliminación definitiva del

otro engendra otros “monstruos” (que están dentro de la razón propia pero como aparecidos,

configurados en el afuera). Son contrarios, polares y antagónicos, no se juntan, pero cada uno en

está en función del otro. Para ser quien ejerce el bien debe existir la contraparte: quien ejerce el

mal. Se denosta al otro, se le atribuyen características que el sí mismo no tiene (no se perciben,

no se reconocen), de tal manera que se enaltece a sí mismo.

La producción ideológica del otro y del sí mismo es un proceso de abstracción, simplificación

binaria, de atribución simple de características duales. El reconocimiento no es con el otro sino

“del otro” en tanto las atribuciones que se le impone. Las configuraciones ideológicas son

abstraídas del campo de relaciones históricas sociales. Estas, las relaciones reales, concretas no

son reconocidas, por ello el mal es la concepción adecuada: el mal innacido, que está de forma

propia en el otro, que no tiene causas estructurales, que no responsabiliza a los dominantes. El

mal reside en el dominado que intenta impugnar y quebrar el orden dominante.

EL MAL COMO DEFINICIÓN DEL DOMINANTE.

El mal atribuido es abstraído de las relaciones sociales reales que lo causan: es transformado,

transfigurado; trasvestido en otro imaginario; el mal está en la víctima del mal. Es la

caracterización, atributo dado al otro desde una operación, producción ideológica, maquinaria

de poder que se ha naturalizado. Estructura de pensamiento y forma de proceder en la

constitución ideológica, que parece ser la correspondiente o la natural con el mundo que se

aparece como natural. El mundo social es natural tanto como el mundo natural lo es así para la

conciencia no crítica.

El mal es una producción ideológica histórica estructural constituida desde la perspectiva de un

grupo o clase social que tiene poder para imponer una concepción del mundo sobre el orden

social y natural. No refiere a valores eternos de la humanidad, de origen divino en todo caso,

sino que es configuración de prácticas y concepciones que as acompañan producida por un

grupo dominante y reproducida constantemente por el conjunto social pese a las resistencias y

luchas. El mal se reproduce como ideología del dominante y aparece como naturalizada.

Los otros producen el mal: los pobres, los subalternos, las fuerzas políticas contestata- rias. La

simbología del mal no cambia en el tiempo: la estructura permanece. Cambian los actores pero

responden a la misma estructura de construcción del enemigo en tanto la estructura social es de

clases dominantes y clases subalternas.

Page 50: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

Las fuerzas en el poder construyeron a la izquierda como la encarnación de la maldad. En dicha

construcción se ocultaban a sí mismos como realizadores efectivos de la maldad.

Caracterizando de maldad al otro se trasvisten, quitándose la propia. Los horrores que se ven en

el otro son atribuciones que se presentan como propiedades sine qua non en todo caso. Se trata

de una construcción ideológica, de una operación ideológica prescripta en manuales. Los

cimientos de la ideología de la represión se basan en el sentido común que edifica “verdades

evidentes” como son el orden y la plasmación determinada de una sociedad y de una concepción

del sentido de la existencia que es considerada natural e inmodificable. No se necesita una

explicación acabada ya que está allí, es evidente por sí misma; la realidad está sedimentada. Y

son la forma de conocimiento religiosa y la configuración ideológica dominante las que, desde

una perspectiva metafísica, construyen una representación ideológica-simbólica del mundo.

La conciencia que no puede comprender el mundo, porque no comprende las relaciones

históricas sociales que dominan la existencia y se erige otra concepción, metafísica, abstracta,

que encuentra en relaciones imaginarias la configuración del mundo: los productores del mundo

están atrapados por sus propias construcciones ideológicas.

BIBLIOGRAFIA:

CASAS, J. (2007) Sociología del Conocimiento. FACSO. UNSJ. Edición digital.

ECHEVERRÍA, R. y CASTILLO, F. en GARRETON, M. [compilador] (1973) Ideología y

medios de comunicación. Amorrortu. Buenos Aires.

FERNÁNDEZ, A. (1986) Ideología de los grupos dirigentes sindicales (1966-1973). Centro

Editor de América Latina. Buenos Aires. Tomo I.

FEIERSTEIN, D.: El genocidio como práctica social. FCE. Buenos Aires.

IZAGUIRRE, I. (2007) Algunos ejes teóricos-metodológicos del estudio del conflicto social, en

SEOANE: Movimientos sociales y conflictos en América Latina. CLACSO. Buenos Aires.

Disponible en: htpp://bibliotecavirtualclacso.org.ar/ar/libros/osal

KEKES, J. (2006) Las raíces del mal. El Ateneo. Buenos Aires.

Page 51: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

7º Encuentro de Investigadores de Ciencias Sociales de la Región Centro Oeste y 4º

Binacional con la IV Región de la República de Chile.

Instituto de Investigaciones Socioeconómicas. Facultad de Ciencias Sociales.

U.N.S.J.

Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo: Sociología e Historia.

TITULO: LA PRODUCCION DE LA MUERTE Y DEL OTRO COMO EL “MAL”.

Doctor Casas, José; Lic. García, Alicia; Lic. Carelli, José M.1; Lic. Climent, Andrea;

Estudiantes Aguilera, Celina; Olivares, Melisa; Donoso, Marcela y Sánchez, Valeria.

Resumen

Este avance de investigación trata sobre la configuración y las transformaciones en el

proceso histórico como grupo violentado por la dictadura militar en San Juan tomando

dos momentos: el primero (1976-1978), de la represión y el segundo (2011-2013) del

juicio de lesa humanidad, analizando los complejos cambios acaecidos en la correlación

de fuerzas y en la condición social de ambos grupos en el interregno de 37 años.

La producción de la muerte como objetivo planificado por un sector con poder es una

forma concreta del “mal”. Este era atribuido, como una producción ideológica, por la

dictadura a los “subversivos”. El mal, generalmente abordado como un concepto moral

o filosófico aquí es considerado como una categoría sociológica. Por ello nos

planteamos el análisis de la producción material de la muerte y del control social. El

proceso implica la demonización e invisibilización de la fuerza social contestataria y del

propio accionar represivo. La atribución de grupos subversivos, portadores del “mal”

tenía por función justificar el terrorismo de Estado: muchos militantes fueron

asesinados, en tanto que otros sufrieron cárcel y tormentos convirtiéndose en grupo

violentado. Con su liberación y el retorno a la democracia, los ex presos políticos fueron

estigmatizados y luego, con los juicios de lesa humanidad, se constituyeron en grupo 1 Instituto de Investigaciones Socioeconómicas, FACSO, UNSJ. [email protected]

Page 52: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

testimoniante: testigo de la represión y testigo como punto social de referencia. Así el

grupo violentado cambió su condición social y el mal fue configurado en el otro grupo,

el anteriormente violentador.

PRODUCTION OF DEATH AND THE OTHER AS THE “WRONG”.

Abstract

This advancement of research deals with the configuration and transformations in the

historical process as a group violated by the dictatorship military in San Juan taking two

moments: the first (1976-1978), the repression and the second (2011-2013) judgement of

humanity, analyzing the complex changes in the correlation of forces and the social

status of both groups during the interregnum of 37 years.

The production of death as planned by a power sector objective is a concrete form of

"evil". This was attributed, as an ideological production, by the dictatorship to the

"subversives". Evil, usually addressed as a moral or philosophical concept here is

regarded as a sociological category. For this reason we are the analysis of the material

production of death and the social control. The process involves the demonization and

invisibilization anti-establishment social strength and one's own repressive actions. The

attribution of subversive groups, carriers of the 'evil' had function justify State

terrorism: many militants were killed, while others suffered jail and torture becoming

victim group. His release and return to democracy, former political prisoners were

stigmatized and then, with the trials of humanity, they constituted in testimoniante

group: witness to repression and witness social point of reference. So the victim Group

changed their social status and evil was configured in the other responsible group

formerly for this violence.

Page 53: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

INTRODUCCIÓN

Este es un informe de avance que trata sobre las prácticas de control social extremo social a

través de la producción de la muerte y de la constitución de un “otro” como expresión del “mal”

en momentos históricos en que fracciones de la cúpula dominante buscan concentrar poder y

que se configura un bloque popular con cierta magnitud. El análisis de la correlación entre las

fuerzas político-sociales en la estructura social conlleva analizar en términos de proceso en la

coyuntura la formación y cristalización de prácticas y concepciones ideológicas del grupo

represor y la del grupo reprimido. En el proceso histórico se producen cambios en las

correlaciones de fuerzas y uno de los grupos, que es subalterno, es objeto de niveles de violencia

tales que se convierte en grupo vulnerado.

En la concepción teórica conceptual partimos del proceso complejo que significa la relación

dialéctica del amo y el esclavo (Hegel), atravesando por la dialéctica del colonizador y del

colonizado (Memmi, 1957; Fanon, 1961), a del opresor y del oprimido (Freire, 1968) para llegar

a la del torturador y del torturado. Entre estas hay continuidad y discontinuidad conceptual pero

aportan a la construcción del objeto de investigación. El mal es una forma particular de

relaciones sociales, que producen una alteración de degradación social y humana por distintas

formas de acciones de un grupo sobre otro, de un individuo sobre otro: se trata de avanzar en la

construcción de los conceptos de maldad y del mal como categorías sociológicas que permitan

explicar las acciones y las prácticas sociales concretas y a la vez el proceso de construcción

ideológica que se realiza sobre un grupo para constituirlo como enemigo tal que sea susceptible

y posible de ser reprimido violentamente. Por ello planteamos trasvasar el concepto filosófico

del mal por una parte para darle un nivel de concreción en el realismo fáctico donde transcurre

la existencia social y traspasar a la vez las representaciones religiosas y morales junto con las

configuraciones ideológicas y valorativas para constituir un concepto sociológico,

considerándolo como acciones y prácticas sociales históricas concretas, respaldadas por

configuraciones ideológicas. Es decir que no se trata de la maldad como una concepción ideal,

abstracta y normativa sino como prácticas e ideologías concretas y determinadas por procesos

estructurales históricos que atraviesan a las sociedades.

LAS CARACTERISTICAS DEL MAL

“El mal implica un daño grave que causa lesión física fatal o duradera, como ocurre, por

ejemplo, con el homicidio, la tortura y la mutilación. (…) tiene, primariamente, que ver con un

daño grave causado por seres humanos a otros eres humanos.” (Kekes, 2006,17). Desde una

perspectiva psicológica y moral el mal es, para este autor:

“… la combinación de tres componentes: la motivación malévola de los hacedores del mal; el

daño serio y excesivo causado por sus acciones, y la falta de una excusa moralmente aceptable

Page 54: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

para ellas.” (Kekes, 2006,18). La atribución de maldad requiere que las acciones tengan motivo,

consecuencia y falta de excusa.

Quienes hacen el mal, o sus defensores, intentan disculpar el mal en ocasiones apelando

a consideraciones religiosas, políticas, estéticas, científicas o de prudencia. Tal excusas

son oralmente inaceptables porque la motivación malévola y el daño excesivo de las

acciones malas van mucho más allá de lo que necesita para perseguir cualquier objetivo

no moral razonable. (2006, 19).

Si bien estos conceptos nos acercan a nuestro tema, consideramos que no se trata de motivos

psicológicos sino de configuraciones ideológicas y procesos históricosociales los que son el

ámbito de las acciones del mal. No se apela a consideraciones diversas; la justificación es básica

e inseparable de las acciones del mal. No se trata de excusas: son creídas y tenidas por

verdaderas por quienes las ejecutan. Tampoco existe un umbral del “daño excesivo” pues se está

aceptando y naturalizando un presumible “daño no excesivo”.

El mal no es una esencia ni una categoría abstracta metafísica. No es una entidad imaginaria ni

es la manifestación de un ser demoníaco. Es la acción humana que se realiza en un conjunto

diverso y complejo de la existencia social. Siempre se está produciendo y reproduciendo en la

sociedad, en todo momento y lugar y en todos los ámbitos, espacios e intersticios sociales, sea

reconocido o no ello como tal. El mal es la consecuencia de muy diversas acciones de personas,

grupos, clases que afectan a otros que se encuentran en condiciones de subalternidad -y más aún

de indefensión- ante la fuerza agresiva del otro. Pero no se trata solamente de la imposición de

violencia física, sino también ideológica, simbólica. El mal es imposición de violencia física y

psíquica, cotidiana y/o extraordinaria, concentrada o difusa de explotación, despojo, crueldad,

negación de grupos subalternos al serles negados su existencia, sus derechos, su condición

humana y su cosmovisión y cultura. En tal sentido estas acciones-prácticas están extendidas en

la sociedad pero es necesario perfilar sus características fundamentales para explicarlas desde

una perspectiva histórica estructural. En primer lugar, la maldad existe en las relaciones de

producción y en consecuencia de explotación, dominación, que determinan desigualdades en los

ámbitos económicos, sociales, culturales, religiosos, políticos y que adquieren por ello diversas

formas en el conjunto de la formación social, impregnando a la vida social en el ámbito de su

reproducción social cultural en la vida cotidiana. En segunda instancia son acciones y prácticas

cimentadas por el propio Estado, ya que el poder estadual es el que legitima, favorece o impone

la violencia material, ideológica, simbólica sobre determinados grupos.

Entendemos el mal como relación social que tiene dos dimensiones de realización: como

relación estructural histórica, que remite a las clases y grupos sociales y las relaciones de

fuerzas y al poder estatal y en otra dimensión, la de las interacciones, como relaciones

interpersonales en que produce y se reproducen las instancias generales como parte

naturalizada. Si el mal se ramifica y se extiende es porque existe la desigualdad estructural a

Page 55: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

partir de relaciones sociales de producción que determinan a los grupos y clases sociales en su

ubicación en la formación social, como forma de imposición. En este sentido se trata de proceso

social complejo que se transforma en la historia y en la correlación de las fuerzas sociales.

Interesa perfilar el mal como producción histórico social en determinadas formaciones sociales

y a la acción la máxima expresión de la maldad es el genocidio: la acción de mayor violencia

contra un pueblo, una etnia, un grupo de creyentes, un grupo político, que constituye una

minoría y que es minorizado y estigmatizado. Pero el mal no solamente comprende a las

prácticas genocidas sino al conjunto de acciones-prácticas que se producen en la subalternidad y

ejercicio de la dominación-conculcación del otro por parte de una clase o grupo opresor.

Ello nos acerca a una caracterización estructural-histórica del concepto, que es encua- drado

como las prácticas de violencia física-ideológica-simbólica ejercidas contra minorías para

reproducir su estado de subalternidad, para destruirlo parcialmente para transformarlo en otro

que sea semejante al dominante o para lograr su aniquilación terminante, negándole su derecho

a la existencia.

El mal practicado por las clases dominantes que tienen el patrimonio de la legitimidad, de los

recursos militares y de la fuerza orgánica para ejercer la violencia y conculcar los derechos de

otros y los medios de inculcar las concepciones ideológicas de justificación no es concebido por

ellas mismas como tal, sino que el mal existe fuera de ellas, en el otro, en los otros, los que se

oponen a su dominación o como una forma de justificar la dominación. Desde esta perspectiva,

más acotada, el mal refiere a dos instancias distintas, en una suerte de doble sentido, a): como

cualidad negativa imputada a la existencia, características del “otro”, de un grupo social

determinado y b) el mal como acción-prácticas del propio grupo dominante-nominante, que este

no reconoce como mal, sino como lo contrario.

El mal y la maldad deben ser estudiados en cada momento ámbito específico de su realización.

La ruptura de las normas sociales o estaduales o jurídicas por un grupo que tiene y ejerce poder

en una sociedad desigual, inequitativa, conflictiva, en una sociedad de clases y explotación, es

imposición de violencia y por ende es producir daño, ejercer el mal como práctica dominante.

La violencia es masiva, extendida, en situaciones cotidianas y en situaciones extraordinarias. Es

efectuar el mal sobre grupos en situación de subalternidad, de subordinación, que los hace

víctimas posibles e inmediatas.

La situación de violencia extrema es posible porque ya antes existe en la sociedad la

focalización de un grupo (o grupos) al que se le atribuyen características negativas, a quien se

culpa de problemáticas sociales, funcionando desde un núcleo dominante hasta su propagación

mediática en distintos estratos sociales. En la violencia extrema no hay tapujos ni refinamientos

sino violencia brutal y básica: aparece el mal desnudo que se plantea la negación del otro en el

sentido de eliminación.

Page 56: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

La dialéctica del torturador y del torturado muestra que se trata de inhumanizar al reprimido, al

que se niega totalmente y se le quitan sus derechos: el primero el de la libertad, luego el de la

vida, luego el de una muerte y un entierro dignos. La víctima trata de mantener su humanidad;

no se deshumaniza, se le niega y se quita su investidura humana en el acto de la tortura. Pero el

represor se deshumaniza porque ha descendido al nivel más abyecto al ejercer toda la violencia

posible contra un sujeto de su propia especie cuando en última instancia, detrás de la fina pero a

la vez densa lámina de las creencias y la ideología, no hay manera de justificar la acción.

LAS POLITICAS DE TERROR DEL ESTADO

La producción de la violencia como práctica intencional orgánica en escala masiva a través del

aparato represivo estatal para imponer su control sobre grupos al interior de la sociedad tiene

diferentes formas, de la cual el genocidio es una de ellas. Las políticas terroristas de Estado son

amplias y diversas.

El mal se expresa en las prácticas del poder: control de clases, grupos, etnias, minorías dentro de

un territorio nacional, la conversión forzosa, la ideología del racismo y del nacionalismo y del

colonialismo; la negación de derechos; la aculturación de pueblos, la negación de las culturas

propias, la imposición dela lengua propia a los otros, la política de extinción paulatina, gradual;

la invisibilización de las condiciones de existencia y de explotación de minorías; la negación de

otras cosmovisiones y culturas; el diezmar poblaciones, la imposición de la guerra, de grandes

sacrificios económicos, de exacciones impositivas.

El Estado aplica prácticas punitivas, ejercicio de control y disciplinamiento social, a través del

aparato represivo y del aparato ideológico para ejercer el poder. La producción del mal se

realiza a través de la producción masiva de la muerte y del control de la población ejerciendo el

poder de violencia del Estado, contando además con la participación-anuencia de sectores de la

sociedad civil: unos por la situación de subalternidad, otros por el temor, otros con aprobación

pasiva y otros con participación efectiva.

La acción de control del Estado se realiza permanentemente; las acciones represivas punitivas

intermitentemente, en tanto que el genocidio es un suceso extraordinario en la historia de una

sociedad.

PRODUCCION DE LA MUERTE: EL GENOCIDIO

El genocidio es una acción esencialmente política que implica la eliminación física y simbólica

de grupos sociales con supuestas atribuciones étnicas, raciales, religiosas o políticas definidas

negativamente por un grupo con poder que les impone a otros en condiciones de indefensión en

la correlación de fuerzas, con el objetivo de trasmutar las relaciones sociales. En la guerra “se

pretende la derrota de una fuerza social”, en el genocidio “se propone quebrar un modo de

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relaciones sociales”, lo cual implica otro nivel de profundidad, otro diseño táctico estratégico y,

fundamentalmente, otros efectos.” (Feierstein, 2006: 277).

El objetivo de la producción de la muerte a través del genocidio es la ruptura de relaciones

sociales, o la destrucción de un campo de relaciones políticas sociales materiales y simbólicas

que se desarrollan en un espacio social, donde un grupo, que es el dominante, considera que son

peligrosas, “antinaturales” y determina que las prácticas que un grupo contestatario desarrolla

que deben ser eliminadas por medio de la acción violenta. Genocidio es la implantación de una

“tecnología de poder específica” que Feierstein denomina “práctica social genocida”, donde se

busca la “negación del otro” en su punto límite: “su desaparición material (la de sus cuerpos) y

simbólica (la de la memoria de su existencia).” (Feierstein; 2007: 86) La práctica social

genocida es el modo de clausura de un conjunto de relaciones sociales. El genocidio es un

proceso, una práctica que “es tanto aquella que tiende y/o colabora en el desarrollo del

genocidio como aquella que lo realiza simbólicamente a través de modelos de representación o

narración de dicha experiencia.” (Feierstein, 2007: 36). Trata de la eliminación física e

ideológica de un grupo para hacer desaparecer las relaciones sociales que este desarrolla.

Secuestro, tortura, violación, robo, asesinato, negación y falseamiento de información,

desaparición de los cuerpos; producción del terror para inmovilizar, para lograr el dominio

absoluto; ocupación militar del espacio social: control del conjunto de la vida social,

encarcelamiento masivo de opositores, producción de la muerte a gran escala, como función del

Estado-FFAA.

Para llevar a cabo la producción de la muerte a gran escala es necesaria la producción ideológica

del enemigo de una manera tal que sea legítimo eliminarlo.

Los gobiernos que ejercen políticas de terror para obtener el disciplinamiento lo hacen a través

de la exhibición de los cuerpos asesinados o haciéndolos desaparecer. Tanto la significación de

que aparezcan los cuerpos como de que no aparezcan son dos estrategias del poder que a la vez

son expresiones del mal ejercido. Mostrar u ocultar los cuerpos de las víctimas son distintas

formas de las políticas de terror: son formas perversas del ejercicio del poder, al mismo tiempo

son prácticas implícitas de gobiernos dictatoriales y autoritarios.

La acción de masacres y matanzas que preceden y/o que continúan a las políticas de terror y

realización del genocidio son parte de las mismas políticas. Es una manera en que el genocidio

tiene continuidad, como sucedió y sucede con el pueblo Quom. No es solamente la forma brutal,

masiva, activa del momento del genocidio sino que se continúa a través del tiempo con acciones

que reemergen de tanto en tanto; son una continuidad tardía ya que siguen imperando las causas

que anteriores. Por otro lado la negación del genocidio por parte de sus ejecutores (y sus

defensores en el tiempo) significa que es parte del genocidio, del mal producido que es

sostenido en todo caso, como un mal necesario (para que finamente triunfe el bien de ellos). La

negación fuerza a la verdad tanto como lo hacían anteriormente los ejecutores. La negación del

Page 58: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

genocidio y la impunidad de sus ejecutores significa que éste no ha terminado y que las

prácticas violentas máximas están latentes.

LA PRODUCCION IDEOLOGICA DEL OTRO COMO ENCARNACION DEL MAL

La producción de la muerte se realiza como eliminación física de una parte de la población pero

requiere necesariamente de su constitución ideológica y simbólica como la de un grupo portador

del mal. Para el grupo dominante es necesario producir una representación ideológica del

contrario de tal manera que sea pasible de ser eliminado, partiendo del presupuesto de que es

posible y necesario hacerlo. El objetivo es justificar la acción genocida y justificarse por esa

misma acción, que es la de que emprenden los santos-mártires de las fuerzas armadas.

Inés Izaguirre plantea sobre las formas de análisis del conflicto que se debe partir de un estudio

sociogenético, que significa concebir y objetivar las luchas como luchas de clases (la

producción del mal como mal de clase, desentrañando su carácter ideológico como parte de la

lucha de clases). A nivel del individuo (nivel de psicogénesis) es posible la construcción del

juicio moral. Este puede ser propio de una moralidad heterónoma, que conlleva la subordinación

a la autoridad. En cambio la moral autónoma significa lo contrario: “Es un estado de

descentramiento. El juicio moral solo es posible entre iguales (…) y es el mismo estadio en que

se hace posible el pensamiento crítico, que nace siempre de la discusión entre iguales”.

(Izaguirre, 2003)

La fuerza social (Izaguirre, 2003) es una categoría de análisis que comprende a un conjunto

diverso de individuos que excede a una clase social y abarca a una diversidad de clases y

fracciones, que no tienen una cohesión política única, que tienen distintas caracterizaciones y

estrategias políticas, incluso enfrentadas, pero que sí tienen un mismo horizonte de

transformación del sistema. Es una fuerza social militante, donde hay corrientes mayoritarias

y/o directrices que tienen mayor peso.

La fuerza social, como caracterización sociológica, en determinado momento sufre sucesivos

golpes y cambia desfavorablemente su posición en la correlación de fuerzas. Con la

concentración del poder militar con el poder del Estado, se ejercen prácticas genocidas y de

control social represivo sobre dicha fuerza social, constituida en ese momento por la acción del

Estado en fuerza del mal. El concepto fuerza social, concepto teórico que corresponde a las

bases intelectuales del grupo contestatario, es suprimido y reemplazado por la concepción

ideológica del “subversivo”, encarnación del mal.

La represión sufrida terminó cohesionando a los reprimidos a través de la experiencia vivida

como una marca que los distingue en conjunto: son sobrevivientes de la muerte y de extremas

condiciones represivas y carcelarias. Lo sufrido los ha convertido en un grupo violentado: un

conjunto de personas, de diverso origen político, que actuó desde su juventud en una época de

intenso activismo militante, en lucha de masas contra la dictadura militar de 1966-1973, que en

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el interregno 1973-1976 tuvo una participación fundamental, pero que entre 1976 y 1983 fue

convertido en un grupo violentado y vulnerado.

La experiencia une a través del sufrimiento: significa una identificación, una fuente de identidad

que establece lazos que se sostienen en el tiempo. Se construye una relación de sentido de

pertenencia de un grupo particular de la sociedad: los expresos políticos fueron militantes

convertidos luego en carne para la tortura: la experiencia de cárcel, la reducción de la existencia

a condiciones de miserabilidad por la dictadura, con el propósito de destrucción de sus cuerpos

y conciencias.

La confrontación que hubo en Argentina formó parte de una guerra de clases, plantea Izaguirre.

Esta confrontación, que es parte de la lucha de clases, no es la guerra de que nos

hablaba la burguesía. La guerra como actividad que precede y/o sigue a la política era

un asunto entre iguales (…). En cambio, el enemigo de clase para la burguesía no es un

igual. Es otro in-humanizado, cosificado. (Izaguirre, 2003)

En esa guerra de clases, como un momento o etapa en la lucha de clases, el grupo que produce

las prácticas genocidas niega humanidad al otro, al grupo subversivo. Esta es una forma de

pensamiento binaria cerrada, sin salida. La precariedad conceptual es una precariedad

ideológica que “corresponde a un estadio primitivo de pensamiento mágico, con el Bien

absoluto del lado del imperio y el Mal absoluto del lado del polivalente enemigo terrorista…”

(Izaguirre, 2003).

La vida social institucional, las creencias y las prácticas colectivas dan densidad y espesor a lo

no real. Lo no real pasa a ser aceptado y producido encarnado en lo social, en sus productores-

reproductores, portadores de prácticas y creencias. Las formas ideales, fantásticas de relaciones

sociales enajenadas se tornan concreción falseada, o sea pseudoconcreción del mundo de las

relaciones reales, en una configuración trunca y deformada. La ideología tiene como

característica una visión dual. La dualidad de contrarios-opuestos: un lado positivo y otro

negativo (bien-mal; blanco-negro; luz-oscuridad). La forma dual extrema y simplificada: dios-

demonio, bien- mal. Expresiones de dios y del demonio: concepciones idealistas, abstractas, que

en realidad son producciones histórico-sociales. La génesis, la estructura y la historia de las

dualidades dicotómicas está en las relaciones históricosociales de producción, en la base

material de la existencia social. Pero en las condiciones históricas de producción, que son de

enajenación, naturalización y cosificación

El mal es encarnado en seres y en fuerzas extrañadas y transfiguradas de su ser real: la

atribución de cualidades por las cuales los individuos son extrañados, alejado de sí mismo,

transformados, porque como productores del mundo sufren alienación en relación a sus propias

producciones. Su esencia social y humana es invertida y degradada.

El proceso de atribución negativa del otro sufre un cambio, ya que se constituye en el contrario:

en el enemigo peligroso. Es un proceso de inversión del otro ante el sí mismo. El grupo

Page 60: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

dominante está condicionado para ver al otro desde su propia perspectiva. No puede objetivar su

subjetivación ideológica porque está atrapado por las fuerzas extrañadas de su propia

producción.

Los dos grupos antagónicos son condición uno del otro. Para que exista el primero (el sí mismo)

debe existir el segundo (el otro negativo). En condiciones de dominación normales coexisten: en

condiciones de densidad de conflicto hay enfrentamiento desigual. La eliminación definitiva del

otro engendra otros “monstruos” (que están dentro de la razón propia pero como aparecidos,

configurados en el afuera). Son contrarios, polares y antagónicos, no se juntan, pero cada uno en

está en función del otro. Para ser quien ejerce el bien debe existir la contraparte: quien ejerce el

mal. Se denosta al otro, se le atribuyen características que el sí mismo no tiene (no se perciben,

no se reconocen), de tal manera que se enaltece a sí mismo.

La producción ideológica del otro y del sí mismo es un proceso de abstracción, simplificación

binaria, de atribución simple de características duales. El reconocimiento no es con el otro sino

“del otro” en tanto las atribuciones que se le impone. Las configuraciones ideológicas son

abstraídas del campo de relaciones históricas sociales. Estas, las relaciones reales, concretas no

son reconocidas, por ello el mal es la concepción adecuada: el mal innacido, que está de forma

propia en el otro, que no tiene causas estructurales, que no responsabiliza a los dominantes. El

mal reside en el dominado que intenta impugnar y quebrar el orden dominante.

EL MAL COMO DEFINICIÓN DEL DOMINANTE.

El mal atribuido es abstraído de las relaciones sociales reales que lo causan: es transformado,

transfigurado; trasvestido en otro imaginario; el mal está en la víctima del mal. Es la

caracterización, atributo dado al otro desde una operación, producción ideológica, maquinaria

de poder que se ha naturalizado. Estructura de pensamiento y forma de proceder en la

constitución ideológica, que parece ser la correspondiente o la natural con el mundo que se

aparece como natural. El mundo social es natural tanto como el mundo natural lo es así para la

conciencia no crítica.

El mal es una producción ideológica histórica estructural constituida desde la perspectiva de un

grupo o clase social que tiene poder para imponer una concepción del mundo sobre el orden

social y natural. No refiere a valores eternos de la humanidad, de origen divino en todo caso,

sino que es configuración de prácticas y concepciones que as acompañan producida por un

grupo dominante y reproducida constantemente por el conjunto social pese a las resistencias y

luchas. El mal se reproduce como ideología del dominante y aparece como naturalizada.

Los otros producen el mal: los pobres, los subalternos, las fuerzas políticas contestata- rias. La

simbología del mal no cambia en el tiempo: la estructura permanece. Cambian los actores pero

responden a la misma estructura de construcción del enemigo en tanto la estructura social es de

clases dominantes y clases subalternas.

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Las fuerzas en el poder construyeron a la izquierda como la encarnación de la maldad. En dicha

construcción se ocultaban a sí mismos como realizadores efectivos de la maldad.

Caracterizando de maldad al otro se trasvisten, quitándose la propia. Los horrores que se ven en

el otro son atribuciones que se presentan como propiedades sine qua non en todo caso. Se trata

de una construcción ideológica, de una operación ideológica prescripta en manuales. Los

cimientos de la ideología de la represión se basan en el sentido común que edifica “verdades

evidentes” como son el orden y la plasmación determinada de una sociedad y de una concepción

del sentido de la existencia que es considerada natural e inmodificable. No se necesita una

explicación acabada ya que está allí, es evidente por sí misma; la realidad está sedimentada. Y

son la forma de conocimiento religiosa y la configuración ideológica dominante las que, desde

una perspectiva metafísica, construyen una representación ideológica-simbólica del mundo.

La conciencia que no puede comprender el mundo, porque no comprende las relaciones

históricas sociales que dominan la existencia y se erige otra concepción, metafísica, abstracta,

que encuentra en relaciones imaginarias la configuración del mundo: los productores del mundo

están atrapados por sus propias construcciones ideológicas.

BIBLIOGRAFIA:

CASAS, J. (2007) Sociología del Conocimiento. FACSO. UNSJ. Edición digital.

ECHEVERRÍA, R. y CASTILLO, F. en GARRETON, M. [compilador] (1973) Ideología y

medios de comunicación. Amorrortu. Buenos Aires.

FERNÁNDEZ, A. (1986) Ideología de los grupos dirigentes sindicales (1966-1973). Centro

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FEIERSTEIN, D.: El genocidio como práctica social. FCE. Buenos Aires.

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Disponible en: htpp://bibliotecavirtualclacso.org.ar/ar/libros/osal

KEKES, J. (2006) Las raíces del mal. El Ateneo. Buenos Aires.

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7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-

OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015

Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo: sociología e historia.

Título: EX PRESOS POLÍTICOS DE SAN JUAN: GRUPO SOCIAL VULNERADO.

Autores: Donoso, Marcela1; Olivares, Melisa2 y Sánchez, Valeria.3

Palabras claves: Democracia coaccionada- Grupo vulnerado- Genocidio

Resumen:

Esta ponencia se inscribe en el proyecto de investigación llevado a cabo por el IISE titulado “La

producción de la muerte y del mal como categorías sociológicas”. El mismo configura características

sociales del grupo de ex presos políticos de la dictadura militar abordado como grupo vulnerado,

durante el periodo transicional de democracia coaccionada (1983-1990) en la provincia de San Juan.

Con la apertura democrática comienza una etapa que denominamos democracia coaccionada, en la

cual las fuerzas armadas conservaban un poder de coacción sobre las decisiones del Estado. Los

sucesivos levantamientos militares llevaron al gobierno radical a otorgar concesiones como la Ley de

Punto Final y Ley de Obediencia Debida (1986-1987). En ese contexto surge la llamada Teoría de los

Dos Demonios como producción ideológica predominante, que igualaba a víctimas y victimarios. De

esta manera se ubica a los ex presos políticos como un grupo indiferenciado y culpable por su accionar

violento durante el Golpe de Estado de 1976.

Como consecuencia, los ex presos políticos fueron estigmatizados, continuando ideológica y

simbólicamente los padecimientos que sufrieron durante la dictadura. Por ello podemos categorizarlos

como grupo vulnerado debido a la marginalización e invisibilización institucionalmente infligidas. A

pesar de la condición social en que debían vivir, parte de los ex presos continuó con sus prácticas

militantes y el reclamo por la aparición de los desaparecidos y el juzgamiento de los responsables

militares.

1Facultad de Ciencias Sociales, UNSJ. [email protected] 2Facultad de Ciencias Sociales, UNSJ. [email protected] 3Facultad de Ciencias Sociales, UNSJ. [email protected]

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Abstract:

This paper is comprised within a research project carriedout by the IISE titled “La producción de la

muerte y del mal como categorías sociológicas” [“The Production of Death and Evil as Sociological

Categories”]. This project gives shape to the social characteristics of former political prisoners during

the Argentine dictatorship. These prisoners are considered a violated group during the transitional

period of coerced democracy (1983-1990) in the province of San Juan.

Along with the democratic opening it begins a stage of coerced democracy, during which the armed

forces maintained a coercive power over the State decisions. Several military uprisings led the

government to give certain concessions, like the Ley de Punto Final [Endpoint Law] and the Ley de

Obediencia Debida [Due Obedience Law] (1986-1987). Within this context arises the so-called Teoría

de los Dos Demonios [Two Demons Theory], as a predominant ideology production, which equaled

victims and victimizers. Therefore, former political prisoners are set as an undifferentiated group,

whom where to blame for their violent actions during the dictatorship of 1976.

As a consequence, former political prisoners were stigmatized, continuing their sufferings during the

dictatorship in an ideological and symbolical form. Hence, we can categorize them as a violated group,

due to the marginalization and invisibility inflicted by the State institutions. Regardless the social

conditions in which they had to live, a part of the former prisoners continued to carry out activism and

demanding the recovery of missing people, as well as the judging of military people responsible for it.

1. Introducción.

Esta ponencia se basa en una línea de trabajo dentro del proyecto de investigación “La producción de

la muerte y del mal como categorías sociológicas” a cargo del Doctor Casas, dependiente del Instituto

de Investigaciones Socio Económicas de la Universidad Nacional de San Juan. La presente es un

avance parcial y tiene como objetivo investigar sobre los modos de objetivación de los grupos

vulnerados por la última dictadura militar en San Juan en el periodo de democracia controlada (1983-

1990). Con esta finalidad es necesario hacer referencia al proceso histórico en el cual el grupo

vulnerado se configura y se transforma de fuerza social, en un principio, a grupo vulnerado y

finalmente, a grupo testimoniante. Los expresos políticos son un grupo configurado, en primer lugar,

por su práctica política previa a la dictadura de 1976 que los constituyó en una fuerza social y luego,

por ser caracterizado como enemigo por parte del poder militar durante el Terrorismo de Estado. Se

los marcó como terroristas y subversivos sufriendo detenciones, torturas, sometimientos y otros

vejámenes. Con la apertura democrática comenzó una etapa denominada “democracia coaccionada” ya

que las fuerzas armadas conservaban un cierto poder con el que presionaban al gobierno democrático.

Las presiones militares llevaron al gobierno a otorgar concesiones como la Ley de Punto Final y Ley

de Obediencia Debida. Las mismas junto a la “teoría” de los dos demonios configuraron a los ex -

presos del terrorismo de Estado como un grupo vulnerado y marginalizado, que sufría un nuevo

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estigma, ya que eran equiparados con los grupos de tareas de la represión militar, ingresando en un

proceso de invisibilización que duró dos décadas de democracia hasta su conversión en grupo

testimonial.

2. Terrorismo de Estado: Transnacionalización de la economía y Construcción del otro como

enemigo.

La dictadura cívico-militar de la Argentina se originó en el contexto de la Guerra Fría, es decir, del

conflicto entre Estados Unidos y la Unión Soviética. En este marco, se produjo la Revolución Cubana

que significó un impulso para los movimientos revolucionarios que ponían en cuestión la legitimidad

del sistema de distintas partes del mundo, convirtiendo a Cuba en el enemigo principal de EEUU que

temía la reproducción de su experiencia revolucionaria en el resto de los países de Cono Sur. (Casas,

2011)

El imperio norteamericano se opuso activamente a aquellas experiencias latinoamericanas orientadas a

promover cambios sociales, apoyando a los sectores más conservadores y promoviendo la

implantación de violentas dictaduras en aquellos países. EEUU impulsa la Doctrina de Seguridad

Nacional, divulgada por la Escuela de las Américas, que consistió en la reorganización de las fuerzas

militares y policiales en dirección al “enemigo interior”, la extensión del control social, la limitación

de los derechos de defensa, la prolongación de la detención preventiva, etc. La lucha contra la

“subversión comunista” debía desenvolverse en el frente no sólo militar sino también político,

económico, aún psicosocial y no únicamente de una nación frente a otra sino también dentro de una

misma nación. Lo que se pretendía era la imposición de un modelo económico dependiente a través de

las clases dominantes locales. (Casas, 2011)

De esta manera, el objetivo de la dictadura de 1976 en Argentina fue acabar con el modelo económico

de industrialización sustitutiva de importaciones que se venía desarrollando, para imponer otro basado

en la transnacionalización de la economía con predominio del capital financiero. (Casas, 2011) El

Terrorismo de Estado fue “el mecanismo para hacer avanzar la ofensiva del capital sobre el trabajo. El

epicentro de la ofensiva serán los trabajadores.” (Bayer, Borón y Gambina, 2013: 117) Este proceso de

imposición del modelo económico se concretó en San Juan a partir de la concentración monopólica de

la industria vitivinícola primero, en el grupo de empresarios denominado “Grupo Greco” y luego, en la

Asociación Vitivinícola Argentina (AVA). De esta manera, se afectó a pequeños y medianos

productores que se encontraban desprotegidos frente a un marco regulatorio favorable a la

concentración de capitales. (López y Ruffa, 2005).

Hay que tener en cuenta que los movimientos populares previos al golpe de Estado venían llevando a

cabo crecientes luchas populares y tenían una presencia muy importante en la política argentina a tal

punto que Izaguirre (1994) los caracterizó como fuerza social. Para lograr la instauración del plan

económico liberal se necesitaba, por lo tanto, exterminar toda forma de oposición por lo que se

pretendió destruir las solidaridades del campo popular y lograr la ruptura de las relaciones sociales a

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través de la “aniquilación física e ideológica de sus oponentes y a la vez, el ocultamiento de los hechos

represivos” (Casas, 2011: 49). Bayer et al. (2013) sostienen que el Estado fue convertido en un Estado

Terrorista, definiéndolo como la:

“Administración de la violencia por parte de la institución que detenta en sus manos el monopolio

legal y legítimo de la violencia y que, en determinadas coyunturas, incurre en un conjunto de

acciones represivas ilegales e ilegítimas, violatorias de los derechos humanos, como respuesta a las

directivas emanadas de quienes ocupan las más altas posiciones en la estructura de los aparatos

estatales.” (18-19).

Este conjunto de acciones incluían la represión, el secuestro, la desaparición, la tortura física o

psicológica y el asesinato por parte de las instituciones públicas que buscaban instaurar el terror en la

sociedad para asegurar su control y disciplinamiento.

La política represiva llevó a cabo prácticas de genocidio. Feierstein (2000), citado por Mouratian

(2014), define al mismo como “el exterminio planificado de un grupo determinado de personas” (6)

con el objetivo de modificar las relaciones sociales. En palabras de Bayer et al.: “Una revolución del

paradigma socioeconómico implica necesariamente una reestructuración del orden jurídico, político y

cultural, y de todas las relaciones sociales preexistentes que en el se desenvuelven” (2013,113).Es

necesario aclarar que para Feierstein (2007) el genocidio se inició en nuestro país bajo un gobierno

democrático con el Operativo Independencia: “La dictadura militar se encargará de sistematizar, en

mayor o menor grado y cubriendo todo el territorio nacional, la experiencia que, a escala provincial, se

venía desarrollando en Tucumán.” (Feierstein, 2007:262). La Ley de Enjuiciamiento de Actividades

Terroristas y Subversivas(Ley de Autoamnistía) sancionada por los militares en septiembre de 1983,

que los eximía de cargos que se correspondiesen con acciones desarrolladas en el periodo 1973-1983,

pone en evidencia el temor de los mismos por sus acciones desarrolladas incluso en años de

democracia(Feierstein, 2007).

La política genocida necesitaba crear “mecanismos de consenso en todos los órdenes de la vida

cotidiana a fin de legitimar las nuevas reglas de juego y alcanzar la plena hegemonía” (Bayer et al.,

2013: 113), que sólo se alcanzaría con la suma de coerción y consenso. Para lograr la legitimación y

justificación del “flagelo subversivo”se presentó a los grupos militantes populares como amenazantes

produciéndose un proceso de marcación de las víctimas del genocidio. En palabras de Mouratian la

“configuración del enemigo es indispensable para el cometido de la empresa —la planificación

sistemática de un exterminio—toda vez que, fundamentalmente, dicha actividad apunta a su

justificación a través de la desvalorización o deshumanización de la víctima.” (2014, 7) La

construcción ideológica del otro enemigo, es decir, el “mal” opuesto al orden dominante sirvió de

justificativo para proclamar la necesidad de su erradicación con el fin de “defender el bien común”.

“Ante un enemigo satanizado completamente, despojado de su condición humana, no había límites en

la aplicación de cualquier método que pudiera ser eficaz para prevalecer en tan mortal combate.”

(Bayer et al., 2013:104) Así, los integrantes de distintas organizaciones fueron caracterizados como

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terroristas y subversivos siendo por ello perseguidos, encarcelados, secuestrados, torturados y, en el

peor de los casos, asesinados. Se negó la existencia del “otro” en su punto límite, se buscó,

simbólicamente, borrarlos de la memoria colectiva y, materialmente, desaparecer sus cuerpos (Casas,

2011).

3. Retorno a la democracia: Violencia política y “Teoría” de los dos demonios.

Los primeros años de apertura democrática continúan con la concepción ideológica de violencia

política, el poder de las Fuerzas Armadas no estaba socavado, los continuos levantamientos de las

mismas ponían un límite a las decisiones del gobierno (Casas, 2011). En este sentido se denomina a

esta etapa de transición entre la dictadura y la democracia como “Estado Controlado”.

El proceso estructural tenía continuidad ya que habían triunfado en la instalación de un régimen

económico capitalista liberal. Bayer et al. (2013) afirman que los gobiernos posdictatoriales (de

1983hasta 2001) avanzaron con diferente intensidad “en el proceso de reestructuración regresiva de las

relaciones laborales. Detrás de esa regresividad, se destaca la iniciativa política en cada turno de

gobierno por disciplinar al movimiento obrero.” (Bayer et al., 2013:117).

Durante esta etapa de democracia controlada, San Juan sufrió un proceso de concentración de la

propiedad, de pauperización de los trabajadores y de profundización de la división del trabajo. (López

y Ruffa, 2005).Algo destacable, es el aumento de la productividad de la actividad vitivinícola “sobre

todo por la explotación de la mano de obra” (López y Ruffa, 2005:17). No obstante, luego de la

hiperinflación, se produjo una crisis que repercutió en la misma. De esta manera es posible apreciar

que las recuperaciones que se producen en la actividad son por periodos muy cortos ya que, como lo

destacan López y Ruffa (2005), la actividad productiva regional se vio afectada al deber adaptarse a

las nuevas exigencias (en cuanto a calidad y cantidad) del mercado mundial, a las que sólo podían

hacer frente los grupos oligopólicos nacionales e internacionales favorecidos por marcos regulatorios

que les proporcionaban ventajas impositivas y demás beneficios.

En este periodo posdictatorial se produjeron conflictos por “las diferencias políticas y culturales sobre

el tratamiento del pasado represivo en el proceso de restitución de la democracia”. Las disputas y los

enfrentamientos por imponer la memoria y dar su sentido a los sucesos acontecidos se visualizó por un

lado, en la “teoría” de los dos demonios y las denominadas “leyes de impunidad” como intento por

parte de las fuerzas armadas de justificar sus acciones y de implantar el olvido y, por otro, en la

construcción del relato contra hegemónico sobre el pasado como práctica política de las

organizaciones de derechos humanos en un proceso de resistencia y lucha. (Ministerio de Educación

de la Nación, 2013)

En este contexto, los militares no solo lograron imponer políticas neoliberales sino también la

caracterización ideológica sobre la “subversión” -que perduró más allá de la democracia- y la “teoría”

de los dos demonios como forma de legitimar sus acciones. Los ex presosdel terrorismo de Estado

continuaron siendo vulnerados al ser equiparados con los victimarios -los represores- a través de dicha

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“teoría” que desestimaba la existencia de desaparecidos y justificaba las acciones genocidas bajo el

argumento de que había una guerra entre dos bandos.Esta concepción es insostenible ya que, como

menciona Feierstein (2007), el objetivo de una guerra es acabar con una fuerza social mientras que el

de un genocidio, como ya mencionamos, es modificar las relaciones sociales.

Alfonsín, a partir de la derogación de la nombrada Ley de Autoamnistía (dictada por el gobierno

militar), sancionó de los decretos 157 y 158. El primero, hacía referencia al enjuiciamiento de las

organizaciones armadas de izquierda y el segundo, a los miembros de las Juntas Militares que

gobernaron durante la dictadura. Estos decretos para Feierstein (2007) no hacen más que expresar la

lógica de “guerra”, ya que los mismos realizaron un tratamiento simétrico de los líderes de las

organizaciones armadas de izquierda y de los jefes de las Juntas de gobierno militares. Se igualaban

víctimas y victimarios, incluso definiendo implícitamente que las organizaciones armadas de izquierda

tenían la responsabilidad en la instauración de la violencia política y que sus acciones al impedir la

acción gubernativa derivaron en la toma del poder por parte de las fuerzas armadas:

“Que el cumplimiento de ese objetivo -la paz de la Nación- se vio frustrado por la aparición de

grupos de personas, los que, desoyendo el llamamiento a la tarea común de construcción de la

República en democracia, instauraron formas violentas de acción política con la finalidad de

acceder al poder mediante el uso de la fuerza. (…) Que la actividad de esas personas y sus

seguidores (…) sumió al país y a sus habitantes en la violencia y en la inseguridad. (…) Que la

instauración de un estado de cosas como el descripto derivó asimismo en la obstrucción de la

acción gubernativa de las autoridades democráticamente elegidas, y sirvió de pretexto para la

alteración del orden constitucional” (Decreto 157,1983 en Bayer et al., 2013:303-304)

Otro suceso donde se deja entrever la mencionada concepción de los dos demonios es el informe

“Nunca Más”, elaborado por la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP),

que si bien expresó las aberraciones y violaciones a los derechos humanos realizadas en el periodo

dictatorial por parte de los militares, especificó que lo ocurrido fue una guerra. De este modo, se

estructuró la idea de que la sociedad civil era víctima en el medio de un enfrentamiento entre dos

bandos, que nada tenía que ver con el mismo, eludiendo al conjunto social de responsabilidades frente

al genocidio. Dicha idea se convirtió en la visión hegemónica de los ’80. (Feierstein, 2007).

Las Fuerzas Armadas tenían la vocación de asegurar el esquema de poder originado por la dictadura

bajo una forma democrática, presionando al gobierno para lograr sus fines. (Casas, 2011)Ante estas

presiones, el gobierno de Alfonsín decretó la Ley de Punto Final que garantizó que no se iniciaran

nuevos juicios y que concluyeran los que estaban en curso.

Sin embargo, en Semana Santa de 1987 comenzaron los denominados levantamientos militares

“carapintadas” que exigían “la reivindicación social de los militares y amenazaban con un nuevo golpe

de Estado” (Abuelas de Plaza de Mayo, 2007:80), en un intento de salir impunes de los crímenes

cometidos. Ante este hecho, agrupaciones de derechos humanos y la ciudadanía en general se

declararon a favor de la democracia y mostraron su apoyo al gobierno. No obstante, éste continuó

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retrocediendo en las conquistas de derechos humanos en aras de una “reconciliación obligada”y en

1987 decretó la Ley de Obediencia Debida que distinguía tres niveles de responsabilidad entre quienes

habían impartido las órdenes, quienes se limitaron a cumplirlas y quienes se excedieron. Por la misma

quedaron absueltos muchos oficiales de rangos intermedios y menores ya que se consideraba que

habían actuado coaccionados cumpliendo órdenes de sus superiores:

“Era evidente que los carapintadas, (…) habían negociado su rendición a cambio de la ley. No

obstante la Obediencia Debida no incluía a los responsables de apropiación de niños. Es decir

que todas las causas fueron archivadas, cerradas y sobreseídas, menos los casos de Abuelas, que

continuaron.” (Abuelas de Plaza de Mayo, 2007: 80).

Estos levantamientos continuaron hasta el gobierno de Carlos Menem, quien materializó en su máxima

expresión el proyecto esbozado porla dictadura en el plano económico y en la represión genocida. Se

debe tener en cuenta el contexto favorable para este fortalecimiento de la política neoliberal, en

palabras de Bayer et al. (2013):“La caída del muro de Berlín en 1989, y el proceso de desarticulación

de la URSS, entre 1989 y 1991, dará el sustento al fin de la bipolaridad del orden mundial, y con él a

las condiciones para una ofensiva del pensamiento y las políticas neoliberales” (62-63). La semilla

ideológica de la dictadura sobre el fomento de la iniciativa privada y contra el Estado benefactor “se

consuma como sentido común generalizado en la década del 90” (Bayer et al., 2013:163).

En 1989 este gobierno llevó acabo decretos de necesidad y urgencia que dieron indultos a un gran

número de represores procesados y condenados en causas por detención ilegal, secuestros, torturas,

violaciones y asesinatos, además de otros crímenes de lesa humanidad, llegando a beneficiar

doscientos setenta y siete militares. Rozanski (2011) afirma que en estos años primó la impunidad, en

sus palabras: “En 1986, Ley de Punto Final; en 1987, de Obediencia Debida; y finalmente, en 1989,

indultos. Esos años marcaron una época en la que a pesar de aquel juicio histórico, imperó un proceso

de impunidad.”(57)

Las mencionadas leyes y decretos significaron una depreciación política y valorativa de los expresos,

familiares y organizaciones de derechos humanos. (Abuelas de Plaza de Mayo, 2007). Una vez que

recuperaron su libertad, “las víctimas se enfrentan tanto a las secuelas dolorosas de la represión

autoritaria como a la inestabilidad de las incipientes instituciones democráticas.” (Ministerio de

Educación de la Nación, 2013:2). La caracterización ideológica que impuso la dictadura seguía

primando en algunas personas aún con el advenimiento de la democracia. Esto llevó a que se

impusieran representaciones estigmatizantes, presentando a los expresos políticos como “criminales” o

“delincuentes subversivos”, siendo demonizados. Algunos sectores de la sociedad trataron de apartarse

de lo que significaba para ellos un peligro ya que “si estuvieron presos por algo habrá sido”. Los

expresos políticos fueron no solo diferenciados sino también excluidos, se los ignoró, no se los

escuchó, se los silenció, en otras palabras, se los invisibilizó. De esta manera, los expresos y

sobrevivientes de fuerza social pasan a constituirse como un grupo vulnerado, compartiendo la

experiencia de sobrevivir a una situación de violencia extrema y de máxima indefensión (Casas,

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2011). Debieron permanecer en silencio sin poder relatar los sufrimientos que vivieron y sin la

posibilidad de una justicia reparatoria que les otorgara el “lugar y reconocimiento a la experiencia y a

la verdad de la que son portadores.” (Casas, 2011: 47)

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7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-

OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015

Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo: sociología e historia

Título: EL FACUNDO DE SARMIENTO: PROBLEMÁTICAS DETRÁS DE LAS

DIVERSAS EDICIONES.

Autor: G. Hernán Fernandez1.

Resumen

“Facundo” (1845) representó para Sarmiento su escrito más reconocido, a su vez se convirtió en

referencia ineludible para los estudios sobre el “caudillismo”. Atendiendo a necesidades

coyunturales su autor decidió realizar nuevas ediciones en 1851, 1868 y 1874, presentando cada una

distintas particularidades. Si bien existen cuantiosas investigaciones sobre el “Facundo” (atingentes

a las ediciones o al contenido) las mismas no advirtieron sobre elementos que permiten pensar en

ciertos cambios estructurales (como los diversos títulos usados o la incorporación de las vidas de

Aldo y el Chacho) y, a partir de ello, en las posibles relecturas desarrolladas por Sarmiento sobre el

“caudillismo”.

El objetivo general es desarrollar una aproximación a la interpretación del “caudillismo” por parte

de Sarmiento tomando como eje la variabilidad presentada en las diferentes ediciones.

Específicamente proponemos problematizar sobre la titulación, elemento cuya mutabilidad resulta

continua en las diversas ediciones. Nuestra hipótesis sostiene que la titulación “Facundo” y la

estructura que predomina en actualidad (con los quince capítulos) resulta un condicionante en la

comprensión del escrito producto de implicar su reducción a la vida de Quiroga, dejando de lado

piezas claves introducidos por Sarmiento como las biografías de Aldao y del Chacho, cuya lectura

conjunta brinda una visión más vasta sobre la manera de comprender el fenómeno del “caudillismo”

por parte de dicho pensador político.

Palabras claves: Sarmiento-Facundo-Política

1 Pertenencia institucional: Licenciado en Historia- Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes (UNSJ); Facultad de Historia, Geografía y Turismo (USal); Academia de Ciencias de Buenos Aires; CONICET.

hernan.fernan86mail.com

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Abstrac:

“Facundo” (1845) represented to Sarmiento his most well-known text, at the same time it became

an inescapable reference for researches about “warlordism”. Attending to conjunctural needings his

author decided to do new editions in 1851, 1864 and 1874, showing each one of them different

particularities. Even if many researches exist about “Facundo” (pertaining to the editions or the

contents) these didn´t talk about some items which allow to think in some structural changes (such

as several titles used or the introduction of the lives of Aldo y the “Chacho”) and from them, in the

possible reading developed by Sarmiento about “warlordism”.

The overall objective is to develop an approach to the interpretation of "warlordism" by Sarmiento

taking as core idea a variability presented in different editions. Specifically we propose to

problematize about the title, an item whose mutability results continuous in the different editions.

Our hypothesis supports that titling "Facundo" and structure that dominates today (with the fifteen

chapters) is a determinant in understanding the written product of involving reduction to the life of

Quiroga, ignoring key elements introduced by Sarmiento as the biographies of Aldao and Chacho,

whose collective reading provides a wider view on how to understand the phenomenon of

"warlordism" by such political thinker.

Key words: Sarmiento-Facundo-Politic

1. Introducción

El objetivo de esta ponencia es el estudio del “Facundo”, texto clave para el abordaje del

pensamiento político de Domingo F. Sarmiento y su análisis sobre las problemáticas para lograr la

gobernabilidad en la Argentina pos independencia. “Facundo”, publicado por primera vez en 1845,

se convirtió en el escrito más representativo de Sarmiento, por ello entrama muchos elementos a

tener en cuenta para desarrollar un análisis profundo sobre las ideas contenidas en el mismo.

La obra fue reeditada por Sarmiento en diferentes coyunturas, en cada caso introdujo

modificaciones estructurales en el cuerpo acorde a sus necesidades políticas. Si en la edición de

1845 en folletín buscó atacar la política de Rosas, el mismo año en la primera versión en libro

amplió a la antecesora con dos capítulos donde presentaba su plan de gobierno. Para 1851 presenta

un nuevo contenido, sacando los capítulos finales y agregando “Aldao” (semblanza del aquel

“caudillo” escrita antes del “Facundo” en 1845), el fin era presentarse como el político apto para

intervenir en el escenario pos rosista. Para 1868, la candidatura presidencial de Sarmiento impulsó

una nueva versión para usar a su “Facundo” como carta de presentación. En esa oportunidad, a la

estructura de 1851 fue sumada otra biografía “caudillesca” sobre el Chacho Peñolaza. Terminado su

mandato presidencial, en 1874 da a conocer la edición más amplia de “Facundo” al colocar todos

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los elementos quitados años anteriores, dando así a conocer nuevamente su plan de gobierno

completo.

Existe una amplia y diversificada producción científica sobre “Facundo”, desde múltiples

disciplinas fue abordado (filosofía, literatura, ciencias política, sociología, historia, etc.), pero en

esta oportunidad la propuesta se especifica al campo de la ciencia histórica. Siguiendo los objetivos

propuestos fueron consultadas dos tradiciones de lectura, una enfocada en las ediciones y, la otra, en

la configuración del “caudillismo” en “Facundo”. Dentro de las investigaciones centradas en las

ediciones, advertimos la no consideración de variantes que resultan sugestivas al momento de

pensar en la variabilidad de la obra, como fueron las continuas mutaciones de los títulos y la

anexión de “Aldao” y “El Chacho, último caudillos de la montonera de los llanos”.

Estas problemáticas en torno a las ediciones, también puede advertirse en los estudios sobre

“caudillismo”. Dentro de este último grupo observamos como los investigadores han desarrollado

invalorables aportes, pero sus conclusiones se basan en una versión de la obra titulada “Facundo” y

con una estructura compuesta únicamente por quince capítulos. Es decir, tampoco repararon en los

cambios indicadas, de ese modo acotaron las interpretaciones sarmientinas sobre el “caudillismo”

solo a la vida de Quiroga. Tomando esta plataforma proponemos profundizar en la historicidad del

texto con el fin de atender posibles problemáticas derivadas de la no consideración sobre la

variabilidad de los títulos y de la anexión de “Aldao” y “Peñaloza” en las distintas ediciones.

De dicho plateo surge la siguiente hipótesis de trabajo: aceptar la titulación “Facundo” y la

estructura que predomina en actualidad (con los quince capítulos) resulta un condicionante en la

comprensión del escrito producto de implicar su reducción a la vida de Quiroga, dejando de lado

piezas claves introducidos por Sarmiento como las biografías de Aldao y del Chacho, cuya lectura

conjunta brinda una visión más vasta sobre la manera de comprender el fenómeno del “caudillismo”

por parte del sanjuanino. Para abordar los diversos problemas aludidos, la propuesta consiste en

trabajar primero sobre los estudios sobre las ediciones del “Facundo”, en segundo lugar analizar la

literatura referida al modo en que Sarmiento aborda el tema “caudillismo” y, por último,

problematizar sobre la edición utilizada en los siglos XX y XXI.

2. Las ediciones de “Facundo”

Sarmiento desarrolló diversas ediciones, todas respondieron a determinados intereses y por ello

variaron en el contenido. La primera versión data de 1845, en formato de folletín, el título fue

“Facundo” y comprendió los primeros trece capítulos (es decir, hasta “Barranca-Yaco!”). Unos

meses después del mismo año sale a la luz en libro como “Civilización y barbarie. Vida de Juan

Facundo Quiroga y aspecto físico, costumbres y hábitos de la República Argentina”, evidenciando

Page 75: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

con ello modificaciones en su composición. Fue más extensa esta presentación debido a que

comprendió dos capítulos más (los últimos, titulados “Gobierno unitario” y “Presente y porvenir”).

La intencionalidad fue criticar a la política pergeñada por Rosas, particularmente aceleró su

publicación la llegada a Chile, país donde residía Sarmiento, de un enviado rosista para pedir al

gobierno local un mayor control sobre los emigrados políticos.

En 1851 aparece también con diferencias estructurales, en esta oportunidad se llamó “Vida de

Facundo Quiroga y aspecto físico, costumbres y hábitos de la República Argentina, seguido de

Apuntes Biográficos sobre el general Fray Félix Aldao”. Desde la titulación Sarmiento anticipaba

cambios, la obra ya no sólo era sobre Quiroga, iba acompañada por la biografía sobre el fraile

Aldao (publicada antes del “Facundo” en 1845). Las alteraciones no terminan en esto, también

Sarmiento quitó la introducción y los capítulos finales, agregó el apéndice con las proclamas de

Quiroga y realizó algunas correcciones indicadas por Valentín Alsina. La motivación en esta

oportunidad era el pronunciamiento de Urquiza contra Rosas y el interés de Sarmiento por

presentarse como el futuro mandatario argentino. Mostrar conocimiento sobre Quiroga y Aldao

implicaba entender los grandes males de la Argentina contemporánea.

Habría decidido reversionar de esa manera pretendiendo captar el mayor apoyo posible, por ello

quitó las partes con críticas hacia los antiguos unitarios. Elías Palti (2009) no comparte esta

apreciación, según su punto de vista la decisión de quitar las partes mencionadas respondió a un

interés intelectual y literario del autor, ya que no encajaba con el cuerpo de la obra; pero Carlos

Altamirano brinda una idea potencialmente solucionadora de esta disyuntiva: “En fin, a medida que

la unidad dejó de ser una norma, tanto como un principio por discernir en las obras, la cuestión del

acuerdo interno del texto perdió interés como problema por resolver” (ALTAMIRANO, 2005: 39).

La publicación de 1868 es la siguiente, y el cuerpo denota alteraciones trascendentes. Esta nueva

versión llevó la denominación “Facundo; o, civilización y barbarie en las pampas argentinas”.

Comprendió una nueva biografía de “caudillos”, a las de Quiroga y Aldao se sumó la del Chacho

Peñaloza. Las partes, salvo la indicada, fueron las mismas de la predecesora de 1851. Atendiendo a

las elecciones presidenciales de 1868, Sarmiento buscó en esta oportunidad presentarse como el

indicado para ocupar el máximo cargo político de su país. Continuaba ensanchando el cuerpo de la

obra con biografías de “caudillos” y, con ello, dejando fundamentos sobre su capacidad para

gobernar por el hecho de haber vencido al líder riojano Peñaloza (el Chacho) durante su

gobernación en San Juan (1862-1864). Sarmiento puede expresar aquí lo que no podía decir en las

otras ediciones: no sólo interpretó al “caudillismo”, a sus ojos el principal problema para gobernar

el país, sino que también lo derrotó desde el gobierno de San Juan. Cada edición, implicaba una

nueva intervención política con nuevos objetivos.

Page 76: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

Al momento de finalizar el mandato presidencial, en 1874, publica una nueva edición. Las piezas

conformantes indican variantes sustanciales, mantiene el nombre “Facundo o civilización y barbarie

en las pampas argentinas” (con alteraciones ínfimas en el uso de las comas). La estructura es similar

a la anterior, con las tres biografías, las proclamas; pero decide incluir nuevamente la introducción y

los capítulos finales de la edición de 1845. Con esta nueva versión Sarmiento presentaba a sus

lectores su plan de gobierno completo, propuesto hacía ya más de veinticinco años, con el fin de

mostrar hasta qué punto se mantuvo incólume a sus ideas.

Existe una amplia y diversificada tradición de lectura sobre las ediciones de “Facundo”, los aportes

más sobresalientes son de Alberto Palcos (1945): “Facundo. Rasgos de Sarmiento” y (1938):

“Sarmiento”. Sobre todo Palcos destina la mayoría de las páginas a tratar las modificaciones de tipo

textuales, siguiendo ese fin analiza los cambios en la redacción introducidos en la segunda edición

(1851) en contraste con las “notas” remitidas por Alsina. La finalidad es rescatar la faceta de

escritor de Sarmiento, porque percibe que sólo siguió a dichas recomendaciones en las correcciones

sobre datos (fechas, estadísticas, etc.) y redacción, por ello Alsina “cometió el error de criticar con

espíritu de cronista un recio monumento literario” (PALCOS, 1945: 74).

A partir de la contribución de Palcos surgieron otros trabajos como los de Guillermo Ara (1958):

“Las ediciones del Facundo”, Elisabeth Garrels (1988): “El Facundo como folletín”, Raúl Moglia

en el prólogo y apéndice para la edición del “Facundo” de Peuser de 1955, Emilio Carilla (1959):

“Dos ediciones de ‘Facundo’”, Oscar Tacca (2000): “Los umbrales de Facundo”, etc. A pesar de las

cuantiosas producciones en ninguna puede indicarse un análisis de la variabilidad de la obra en

torno a los elementos mencionados. La mayoría se interesó en el estudio de los cambios provocados

a partir de las notas de Alsina, la quita de partes como la introducción y los capítulos finales

“Gobierno unitario” y “Presente y porvenir”. Sólo Ara anotó los diferentes títulos, pero sin

desarrollar un análisis sobre las posibles consecuencias de esto en la estructura y viceversa.

“Facundo” no fue considerado como una obra acompañada desde 1851 por otras biografías.

Sarmiento, al contrario de lo indicado en las investigaciones, lee al “Facundo” a partir de 1851 junto

a las vidas de Aldao y el Chacho, dándole de esa manera una significación particular a cada nueva

versión. Analizar solo la vida de Quiroga como lo hacen estos estudiosos sin leer el “Facundo”

junto con las otras biografías, que cambian en las distintas re ediciones, es perder el nuevo sentido

que le da el autor. Así, como también, se pierde el sentido del eje que articula a “Facundo” con las

demás biografías: el “caudillismo” presentado por Sarmiento como el gran problema argentino; y a

Sarmiento como su mayor intérprete y enemigo. Además en dicho estado de la cuestión es marcada

la preponderancia de estudios desde el campo de las letras. Entonces resulta indispensable

Page 77: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

desarrollar un trabajo de las ediciones propio de la ciencia histórica, donde se destaque el análisis

coyuntural de cada publicación.

Este breve repaso por el “Facundo” permite observar la complejidad del texto, cada edición

presenta re lecturas de Sarmiento, nunca una fue igual a la anterior, incluso nunca se repitió un tipo

de estructura. En esa variabilidad, pueden observarse cambios y permanencias. Entre los primeros

están los títulos, las partes cercenadas, las modificaciones textuales, las nuevas biografías. En

cuanto a las permanencias, lo subyacente en todas las versiones fue el interés por el “caudillismo”,

Sarmiento consideró a este fenómeno como el gran drama de la política argentina. Engrosar el

cuerpo inicial de la obra, compuesto por la vida de Quiroga, con otras de distintos “caudillos”, no

implicaba volver en cada oportunidad sobre el mismo tema; al contrario, la anexión de Aldao y

Peñaloza representaban nuevos enfoques sobre la trama. Si con Quiroga y Aldao buscó mostrarse

como el mayor conocedor de la problemática, con la vida del Chacho intentó imponerse como el

político vencedor del sistema “caudillista” al derrotar a Peñaloza y consolidar las incipientes

instituciones republicanas. Al representar el “caudillismo” una permanencia entre tanta variabilidad

es considerado eje de la presente investigación, tornándose necesario analizar cómo se estudió al

fenómeno desde el “Facundo”.

3. “Caudillismo” en “Facundo”

El tema del “caudillismo” representó para Sarmiento la gran problemática a superar para lograr la

configuración de un gobierno republicano. Por ello se abocó a describir el fenómeno, para

entenderlo y, de ese modo, superarlo. La imagen del “caudillismo” que presentaba Sarmiento era

negativa, contenía lo contrario a un gobierno civilizado. Eran los “caudillos” quienes daban origen y

sustento a este sistema consolidado con el triunfo, en las provincias, de personajes como Aldao y, a

nivel país, de Rosas. Sarmiento ve cómo luego de Caseros esa forma primitiva de hacer política

continuó vigente, algunos vestigios, como el Chacho Peñaloza, permanecieron en el poder y

representaron una amenaza para las incipientes instituciones2.

Algunas de las diversas (y cuantiosas) investigaciones interesadas en el “caudillismo” y el modo de

entender al fenómeno en diferentes épocas remiten al “Facundo” como fuente principal por

presentar el mismo una descripción amplia del tema. Noemí Goldman y Ricardo Salvatore, al

2 Es muy amplia la tradición de lectura abocada al estudio del “caudillismo” en “Facundo”, de los mismos pueden mencionarse a TERÁN, O., (2007): “Para leer el Facundo. Civilización y barbarie, cultura de fricción”; ALTAMIRANO, C., (2005): “Introducción al Facundo”; BUCHBINDER, P., (1998): “Caudillos y caudillismo: una perspectiva historiográfica”, PALTI, E., (2009): “El momento romántico. Nación, historia y lenguajes políticos en la Argentina del siglo XIX”; MYERS, J., (1998): “Las Formas complejas del poder: la problemática del caudillismo a la luz del régimen rosista”, entre otros.

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referirse a los conceptos “caudillismo” y “caudillo”, destacan su construcción original en

“Facundo”, dotando de esta manera de una importancia capital al escrito ya que marcaría el inicio

de la utilización del concepto desde distintos planos (político, científico, etc.) y grupos (románticos,

positivistas, liberales, nacionalistas, etc.): “Desde su construcción original en el Facundo de

Sarmiento, la figura del caudillo ha sido apropiada y utilizada por diversos proyectos

interpretativos” (GOLDMAN, SALVATORE, 1998: 8). Adhiriendo a este postulado está Pablo

Buchbinder, para quien la cuestión del “caudillismo” se encuentra en los orígenes de la literatura

política argentina y el “Facundo” representa “el punto de partida insoslayable a tener en cuenta en

una recapitulación historiográfica de este problema” (BUCHBINDER, 1998: 32). Si bien el escrito

sarmientino no es de tinte historiográfico “…en los análisis históricos en torno a este tema fue,

probablemente, uno de los principales centros de referencia” (BUCHBINDER, 1998: 32-33).

Jorge Myers desarrolla otro plano en la consideración del “caudillismo” al enfocar su análisis no

sólo en el texto sobre la vida de Quiroga, su apreciación va más allá y recae en otros escritos de

Sarmiento. Según Myers, el concepto “caudillismo” no es un “eje central” del “Facundo” y por ello

“…opera simplemente como un tópico más en el interior de aquella constelación vertiginosa de

analogías múltiples que se superponen las unas a las otras (…) Empleado en el texto del Facundo

como descripción, como epíteto peyorativo, y aún como categoría de análisis, la noción de

‘caudillismo’ no alcanza a convertirse en un concepto ‘denso’” (MYERS, 1998: 83). Para este autor

el concepto no llega a ser totalmente peyorativo, pero sí será cargado por Sarmiento de todo lo

negativo (ignorancia, violencia, superstición, etc.). En esta ponencia interesa destacar como Myers

logra ir más allá del “Facundo” y dar luz sobre otros textos de Sarmiento “…que en su utilización

del término aproximan desarrollos posteriores” (MYERS, 1998: 84) y permiten agregar elementos

en la construcción de las figuras “caudillos” y “caudillismo”, estos son “vida de Aldao”3, “vida del

Chacho” y “Conflictos y armonías”.

Fructíferos resultan los postulados de Myers al atravesar el “Facundo” y ver otros textos capitales

para entender más cabalmente la conceptualización creada por Sarmiento sobre el tema

“caudillismo”. En esto el autor otorga una lectura más abarcativa sobre la configuración del

fenómeno, sumando para su mayor entendimiento las biografías referidas a otros personajes

integrantes del “caudillismo”: primero, un fraile apóstata y gobernador de una de las principales

provincias argentinas y, posteriormente, un general de la nación líder de la montonera pero con

pasado positivo por su lucha contra Rosas. Tomando estas últimas conclusiones puede marcarse la

prevalencia de una lectura carente de integración de las tres semblanzas integrantes de la versión 3 Es menester desarrollar una salvedad en el planteo de Myers: “Aldao” no es “posterior” al “Facundo”, teniendo por ello más una función de preludio en la configuración del “caudillismo” en el relato sarmientino.

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final de “Facundo”4: Quiroga-Aldao-Peñaloza. A continuación desarrollaremos lo que observamos

como un posible indicio de esa lectura incompleta: la estandarización de una edición de “Facundo”

en siglo XX, cuya configuración no respondió al criterio de Sarmiento.

4. La edición estándar de “Facundo”

El repaso de las diversas ediciones configuradas por Sarmiento (desde el folletín hasta la última de

1874) permite apreciar la mutabilidad constante de la obra. Sarmiento editó “Facundo” adatándolo a

los tiempos coetáneos. Nunca se repitió una estructura, muestra elocuente de las nuevas

interpretaciones e intencionalidades buscadas por Sarmiento. Pero en los siglos XX y XXI esta

mutabilidad del texto no fue apreciada a la hora de leer y estudiar la obra, al contrario predominó

una edición estandarizada llamada “Facundo”, donde se combinaron elementos de la versión de

1851 (como las proclamas del apéndice y la carta prólogo de Alsina) complementada con los

capítulos finales “Gobierno Unitario” y “Presente y porvenir”. Es decir, preponderó una recepción

de “Facundo” compuesta sólo por la vida de Quiroga, sin integrar en sus análisis a las demás piezas

anexadas por el mismo autor como fueron las vidas de Aldao y de Peñaloza. Bajo esa óptica existió

consecuentemente una marginación de esas partes integrantes del “Facundo” desde 1851 (en el caso

de “Aldao”) y 1868 (“Peñaloza), cuya comprensión íntegra permite obtener una visión más vasta

sobre la comprensión de Sarmiento respecto al “caudillismo”.

Noe Jitrik reflexiona sobre las publicaciones de “Facundo”, se interroga y responde al respecto de

cuál es la edición correcta a la hora de estudiarlo: “No podemos sino actuar con la definitiva, pero

conociendo la anterior podemos tener una imagen acaso más fiel de sus modos típicos: piensa de lo

que se puede interpretar de lo que deja, para lo cual, como en otros terrenos, elimina lo que le hace

daño o simplemente lo que no le conviene” (Jitrik, 1968: 110). La noción de Jitrik es clave en el

plateo de esta ponencia, porque acentúa en la necesidad de considerar la historicidad de la obra al

momento de estudiarla y, además, acepta a la versión de 1874 como la definitiva. Concordar en esto

último implica entonces considerar a la estructura final de “Facundo” integrada por la triada

Quiorga-Aldao-Peñaloza. Como secuela de dicho planteo surgen varios interrogantes sobre quién,

cómo y por qué se impuso una estructura en nuestros días donde son marginadas esas piezas.

Atendiendo a la problemática de la recepción de “Facundo”, observamos como un posible

catalizador de la trama al mismo título, elemento paratextual cuya su inestabilidad también resultó

permanente. La primera edición en formato de folletín recibió la denominación “Facundo”, la

primera en libro cambió por “Civilización y barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga Y aspecto

4 En esta oportunidad aludimos a la edición de 1874.

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físico, costumbres y hábitos de la República Argentina”. En 1851 recibe un nuevo epíteto “Vida de

Facundo Quiroga y aspecto físico, costumbres y hábitos de la República Argentina, seguido de

Apuntes Biográficos sobre el general Fray Félix Aldao” y las de 1868 y 1874 lo alternaron por

“Facundo o civilización y barbarie en las pampas argentinas”. Entonces definir la denominación

representa otro elemento de trabajo por el problema contenido en su versatilidad.

Incluso el mismo Sarmiento y algunos de sus lectores contemporáneos a la hora de referirse al

“Facundo” no presentan una homogeneidad en la denominación. La consulta de un grupo de textos

producidos en el siglo XIX compuesto por algunos de los libros más representativos de Sarmiento

(“Recuerdos de provincia”, “Campaña en el Ejército Grande”, “Las mil y una”), algunas cartas

personales (una remitida por Sarmiento a Alsina5, una a Bienvenida Sarmiento y cuatro a Belín

Sarmiento6) y los comentarios de otras figuras de la época (Alberdi en sus “Cartas Quillotanas” y en

“El Faustino. Facundo y su biógrafo”; Horace Manns con su prefacio a “Facundo; ó civilizacion i

barbarie en las pampas arjentinas”; Mazade mediante la crítica a “Facundo” en “Civilización y

barbarie. Del americanismo y de las repúblicas del sur-la sociedad-Quiroga-Rosas”; Valentín Alsina

con “Notas al libro Civilización y barbarie”) permiten observar la preponderancia de dos

denominaciones: “Civilización y barbarie” y “Facundo”; alternado con “El Facundo, o Civilización

y Barbarie” y “Vida de Juan Facundo Quiroga”. Teniendo en cuenta la aparición de estas dos

últimas denominaciones en solo tres oportunidades en total, consideramos a las demás

denominaciones como las más relevantes para el tema por su frecuencia de utilización. De ello se

desprenden las siguientes reflexiones sobre las denominaciones “Facundo” y “Civilización y

barbarie”.

• “Facundo”: Alberdi es quien más la utilizó, tanto en las “Cartas Quillotanas” como en “El

Faustino. Facundo y su biógrafo”, lo nombró solo de esta manera (intercalando con una

breve modificación al escribir “El Facundo” en vez de “Facundo”). En una sola oportunidad

se refirió al texto como “Facundo o civilización y barbarie”, entonces para Alberdi el título

de referencia era “Facundo”. Sarmiento, por su parte, en las cartas a Alsina y a Bienvenida

Sarmiento, “Campaña en el Ejército Grande” y “Las mil y una”, menciona a “Facundo”.

Sobre todo fue en las cartas de respuesta a Alberdi, compiladas en “Las mil y una”, donde

mayormente utilizó esa denominación. En los demás textos consultados no aparece dicha

referencia.

5 Utilizada como introducción de la edición de “Facundo” de 1851.

6 Para consultar las fechas de las diversas cartas remitirse a la bibliografía.

Page 81: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

• “Civilización y barbarie”: observamos una secuencia mayor en cuanto a la repetición de

este título por parte de Sarmiento. Si bien en “Campaña en el Ejército Grande” alternó con

“Facundo”, fue mayor la alusión a “Civilización y barbarie”. Consideramos significativos

tres casos en torno a esta denominación: 1) en la portada de “Recuerdos de provincia” se

presentaba como el escritor de “Civilización y barbarie”; 2) en todas las cartas remitidas

hacia Belín con motivo de la publicación de la cuarta edición no dejó de referirse al texto

como “Civilización y barbarie”; 3) esta denominación es la predominante en los escritos de

otros autores críticos de la obra como Valentín Alsina en sus “Notas al libro Civilización y

barbarie” y Mazade en “Civilización y barbarie. Del americanismo y de las repúblicas del

sur-la sociedad-Quiroga-Rosas”. Consideremos por ello a “Civilización y barbarie” como la

manera de titulación predominante en Sarmiento. No podemos dejar de lado las

excepciones con respecto a esta última reflexión, por ello es menester aclarar que Sarmiento

en mayor cantidad lo llamó “Facundo” en “Las mil y una” y, en una oportunidad, “Vida de

Juan Facundo Quiroga” en su carta a Alsina y “El Facundo, o Civilización y Barbarie” en

“Recuerdos de provincia”.

En base estos apuntes surgen algunos interrogantes ¿Por qué cuando Sarmiento se refiere a

“Facundo” en otros libros o cartas la llamó de diferente forma? ¿Por qué los lectores que vivieron el

nacimiento y las transformaciones del texto tampoco tienen un criterio homogéneo a la hora de

citarlo? ¿Las variaciones de los títulos y del cuerpo de la obra habrán provocado también

diferencias en el discernimiento al momento de leerlo y mencionarlo? Lo más evidente dentro de

estos interrogantes es la ausencia de las denominaciones utilizadas por Sarmiento, y sus

contemporáneos, en los siglos XX y XXI donde predomina la titulación “Facundo” o “Facundo;

civilización y barbarie”. Entonces se evidencia la imposición de un criterio editorial en el cual no

fueron consideradas partes integrantes del texto desde 1851, ni las titulaciones pensadas y usadas

por Sarmiento.

5. Consideraciones finales

La literatura interesada en el “Facundo” lo señaló como el escrito iniciático de la configuración

conceptual del “caudillismo”. Pero no advirtió sobre ciertas modificaciones aplicadas por su autor,

quién intencionalmente buscó acompañar a la vida de Quiroga con dos biografías más, “Aldao” y

“El Chacho, último caudillos de la montonera de los llanos”, donde pueden observarse nuevas

interpretaciones sobra la política de la época. Como bien señaló Myers, hay que atender a otros

textos para captar con mayor profundidad la imagen hilvanada por Sarmiento sobre el

“caudillismo”. Sugerimos entonces continuar esa línea para interpretar al “Facundo” como un texto

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integrado no sólo por la vida de Quiroga, sino por las distintas biografías anexadas por Sarmiento

en las sucesivas ediciones.

Atendiendo a la hipótesis de trabajo, observamos como muchas de las falencias en los trabajos

utilizados en esta ponencia remiten a una versión de “Facundo” homogeneizada por un criterio

editorial que no fue el del autor. Si el mismo Sarmiento y los lectores del siglo XIX no concordaron

en el modo de citar al “Facundo”, este entramado no pervivió en los siglos siguientes donde

predomina ese título. Por ello la complejidad del texto lleva a replantear sobre la historicidad del

mismo para poder obtener una aproximación más precisa del pensamiento de Sarmiento.

Concluimos entonces parcialmente que las lecturas desarrolladas en torno a “Facundo” deben

analizar qué quiso decir Sarmiento cuando decidió colocar la “vida de Aldao” y la “vida de

Peñaloza” y al repensar la titulación continuamente. Nuestra perspectiva parte de una premisa: no

puede comprenderse al “Facundo” leyendo por separado las vidas de Quiroga, de Alado y Peñaloza;

y si esto es así es porque Sarmiento intencionalmente trastocó en diversas oportunidades la

estructura de la obra con la finalidad de cambiar su mensaje.

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7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-

OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015

Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo: sociología e historia

Título: HISTORIA RECIENTE Y TESTIMONIO ORAL: TEORÍA Y PRAXIS

Autores: Graciela Y. Gómez1, Gladys R. Miranda2

Palabras Clave: Historia Reciente- Oralidad- Testimonio

Resumen

Las últimas tendencias historiográficas ponen sobre el tapete la importancia de volver a situar en el

centro de atención al protagonista del devenir histórico que se ha diluido en ese marasmo de las

“nuevas” tendencias, problemáticas, perspectivas enfoques que tienden a resaltar la cientificidad del

conocimiento histórico. De ahí que recobra actualidad en la Historia Reciente (o también presente) el

“testimonio” oral. El testimonio, convertido en documento oral, ofrece posibilidades y riquezas para el

conocimiento de ese protagonista de la “Historia” que es el «hombre». El testimonio oral, por su

naturalidad y simpleza, ofrece una vívida expresión del sentir y padecer de sus protagonistas, en donde

su expresión y construcción le hace único e invaluable.

El objetivo es conocer la relación del testimonio oral con la Historia Reciente.

De este modo, el testimonio oral, obtenido a través de la entrevista y valorado por medio de recursos

técnicos y metodológicos del quehacer científico del historiador y sometido a los mismos criterios de

autenticidad y de veracidad encierra el mismo valor e importancia que el documento tradicional.

Topic: Recent history and oral testimony: theory and praxis Historiographical trends put to the fore the importance of return to place at the Centre of attention to

the protagonist of historical development that has diluted in this morass of "new" trends, issues,

prospects approaches that have to highlight the science of historical knowledge. That is why it comes

today in the history (or present) recent oral "testimony". The testimony, made in document oral, offers

1 Doctora en Historia. Dirección postal: Güemes 437-N- Villa Mallea- Capital- 5400- San Juan. Instituto de Investigación de Historia Regional y Argentina “H.D. Arias” - Departamento de Historia.-FFHa-UNSJ. [email protected] 2 Doctora en Historia. Dirección postal: Güemes 437-N- Villa Mallea- Capital- 5400- San Juan. Instituto de Investigación de Historia Regional y Argentina “H.D. Arias” - Departamento de Historia.-FFHa-UNSJ. [email protected]

Page 86: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

opportunities and wealth for the knowledge of the protagonist of "History" which is the 'man'. Oral

testimony, for their naturalness and simplicity, offers a vivid expression of feeling and suffering of its

protagonists, where its expression and construction makes it unique and invaluable.

The aim is to know the relationship of oral testimony in the recent history.

In this way, oral testimony, obtained through the interview and valued by means of methodological

and technical resources of the scientific work of the historian and subjected to the same criteria of

authenticity and veracity holds the same value and importance than the traditional document.

1. Introducción

Las últimas tendencias historiográficas ponen sobre el tapete la importancia de volver a situar en el

centro de atención al protagonista del devenir histórico que se ha diluido en ese marasmo de las

“nuevas” tendencias, problemáticas, perspectivas enfoques que tienden a resaltar la cientificidad del

conocimiento histórico. De ahí que recobra actualidad en la Historia Reciente (o también presente) el

“testimonio” oral. El testimonio, convertido en documento oral, ofrece posibilidades y riquezas para el

conocimiento de ese protagonista de la “Historia” que es el «hombre». El testimonio oral, por su

naturalidad y simpleza, ofrece una vívida expresión del sentir y padecer de sus protagonistas, en donde

su expresión y construcción le hace único e invaluable.

El objetivo es conocer la relación del testimonio oral y la Historia Reciente.

De este modo, el testimonio oral, obtenido a través de la entrevista y valorado por medio de recursos

técnicos y metodológicos del quehacer científico del historiador y sometido a los mismos criterios de

autenticidad y de veracidad encierra el mismo valor e importancia que el documento tradicional.

2- Historia Reciente

La vertiginosidad de los procesos históricos que acontecen en el mundo presente ha llevado a los

historiadores a comprender la necesidad de dejar de lado la tradicional periodización e incorporar una

nueva denominada “Historia Presente/Historia Reciente” que carece de limitaciones cronológicas

fijas y establecidas y que resulta enriquecedora para el análisis de los tiempos actuales.

El pasado cercano se ha constituido en objeto de gran presencia y protagonismo, casi de culto, en el

mundo occidental, es un “pasado abierto”, de algún modo inconcluso, cuyos efectos en los procesos

individuales y colectivos se extienden hacia nosotros y se nos vuelven presentes. De un pasado que

irrumpe imponiendo preguntas, grietas, duelos. De un pasado que de un modo peculiar y

característico, entreteje las tramas de lo público con lo más íntimo, lo más privado y lo más propio de

cada experiencia. De un pasado que, a diferencia de otros pasados no está hecho sólo de

representaciones y discursos socialmente construidos y transmitidos, sino que, además, está

alimentado de vivencias y recuerdos personales, rememorados en primera persona. Se trata, en suma

Page 87: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

de un pasado “actual”, o más bien, de un pasado en permanente proceso de “actualización” y que, por

tanto, interviene en las proyecciones a futuro elaboradas por sujetos y comunidades.

En la actualidad diversas prácticas sociales y culturales, así como un número creciente de disciplinas y

campos de investigación, hacen del pasado cercano su objeto e incluso a veces su excusa y medio de

legitimación.

Distintas agrupaciones e instituciones surgidas tanto de la sociedad civil como del Estado, parecen

tener la voz cantante en este vuelco hacia el pasado reciente tomando a la memoria como referente

para la rememoración de diversas instancias de intervención política

En la historiografía, la inquietud por este pasado cercano se ha manifestado en el renovado auge de un

campo de investigaciones que con diversas denominaciones: “historia muy contemporánea”;

“historia del presente”; “historia de nuestros tiempos”; “historia inmediata”; “historia vivida”;

“historia reciente”; historia del tiempopresente” “historia actual”; “historia coetánea”, “historia

próxima”, se proponen hacer de ese pasado cercano un objeto legítimo de estudio para el historiador.

Esta gran diversidad de denominaciones nos señala la existencia de algunas dificultades e

indeterminaciones que enfrentan los historiadores a la hora de establecer cuál es la especificidad de

este campo de estudio planteándosenos interrogantes como ¿cuál es ese pasado cercano?, ¿qué período

de tiempo abarca?, ¿cómo se define ese período?, ¿qué es Historia del tiempo presente?, ¿Cuáles son

los posibles temas a ser abordados por la “Historia presente”?.

Con respecto a este último interrogante J. Grunewald sostiene que un verdadero tema de Historia

Reciente sería aquel que reúne las siguientes características “una ruptura suficientemente neta en la

evolución social; relaciones estrechas de inmediatez con los problemas políticos y sociales

contemporáneos; información suficiente para permitir una cierta generalización y un esbozo de

tipología; sin olvidar un mínimo de interés de los contemporáneos por estas investigaciones”.(Soto

Gamboa, 2004:105)

Sin olvidar que la “Historia del Presente” es una categoría dinámica y móvil que se identifica con el

periodo cronológico en que se desarrollan su existencia los propios actores e historiadores.

Desde el campo disciplinar se levantan argumentos a favor y en contra de la misma. Es propósito de

esta ponencia denominada“Historia Reciente yTestimonio Oral: Teoría y Praxis” señalar las

dificultades que implica su abordaje tales como: la falta de distancia temporal, la carencia de

subjetividad, el desconocimiento del desenlace final de lo que se estudia, el posible uso político de la

misma, la falta de independencia del conocimiento entre otros pero al mismo tiempo mostrar que estos

obstáculos se convierten en su principal riqueza como la transdisciplinariedad, la verificación del

resultado, las numerosas fuentes con que cuenta, la demanda académica versus demanda social, los

numerosos testimonios de “informantes claves”, la frescura de la memoria por la proximidad temporal

de estos hechos, un mayor compromiso y preparación por parte del historiador. Al tiempo de proponer

posibles variables que en un alto grado de complementariedad nos permitirán el abordaje de temas de

“Historia Reciente”. Ellos son: memoria, voces a través del testimonio oral.

Page 88: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

Los historiadores del tiempo presente sostienen que la misma es digna de ser objeto de estudio. Pero

¿qué es la Historia del tiempo presente?.

Ella “constituye el campo y objeto de un “oficio” de historiar con connotaciones algo distintas de las

historiografías tradicional, se fundamenta en realidades históricas que obligan a hablar de un nuevo

sujeto histórico y por tanto, de concepciones nuevas sobre la naturaleza, la función y la

reconstrucción de la historia” sostendrá Julio Arostegui. Si nos adherimos al planteo de Reiinhart

Koselleck podemos decir “que la historia presente es una bella expresión pero un concepto difícil”.

(Arostegui, 2004: 41-42)

Retomando el planteo de los obstáculos con que se enfrenta el historiador que hace “Historia

Reciente” debemos destacar que aún no existe acuerdo entre los historiadores a la hora de determinar

tanto en el orden mundial como nacional una cronología propia para la historia reciente y aún en el

supuesto caso en que se resolviera este problema de establecer una cronología precisa al cabo de cierto

tiempo ese pasado dejaría de ser considerado como “cercano”. Como consecuencia de ello el objeto de

la historia reciente tendría una existencia relativamente corta en cuanto tal.

Otro elemento de acuerdo a las consideraciones de Marina Franco y Florencia Levín que complica aún

más la elección del criterio cronológico es la consideración de la apreciación de los actores vivos de

ese pasado, quienes reconocen como “Historia Reciente” determinados procesos enmarcados en un

lapso temporal que no siempre, y no necesariamente, guardan una relación de continuidad progresiva

con el presente.

De estas consideraciones se desprende que la cronología no es precisamente el camino más adecuado

para definir las particularidades de la historia reciente. Frente a ello muchos son los historiadores que

consideran que su especificidad se sustenta en: un régimen de historicidad particular basado en

diversas formas de coetaneidad entre pasado y presente; la supervivencia de actores y protagonistas

del pasado en condiciones de brindar testimonios al historiador, la existencia de una memoria social

viva sobre ese pasado, la contemporaneidad entre la experiencia vivida por el historiador y ese pasado

del cual se ocupa. Desde esta perspectiva, los debates acerca de qué acontecimientos y fechas

enmarcan la historia reciente carecen de sentido en tanto y en cuanto ésta constituye un campo en

constante movimiento, con periodizaciones más o menos elásticas y variables

Para algunos historiadores, se concibe a la historia reciente y a la historia inmediata no como la de los

últimos cincuenta años sino como la “historia del momento que estamos viviendo” advirtiendo sus

peligros cuando ello involucra la experiencia o la identidad del investigador.

En cuanto a los temas tratados por los historiadores de la “Historia Reciente” se observa también en el

campo de la historia reciente un fuerte predominio de temas y problemas vinculados a procesos

sociales considerados traumáticos: guerras, masacres, genocidios, dictaduras, crisis sociales, entre

otros, es decir situaciones vividas por la sociedad como momentos de profundas rupturas y

discontinuidades, tanto en el plano de la experiencia individual como colectiva.

Page 89: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

Tal preponderancia de estos temas no posee un fundamento epistemológico o metodológico que le

sustente sin embargo en casi todos los países americanos y Argentina no es ajena a ello que han vivido

regímenes represivos de gran violencia delimitan su campo de estudio a estos temas.

Si bien la historia presente ha cobrado un gran auge en los últimos tiempos lo cierto es que ella tiene

una trayectoria relativamente larga dentro de la historiografía occidental contemporánea, cuyos

orígenes se remontan a la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión y poco después la Segunda

Guerra Mundial. Es precisamente a partir de la segunda posguerra cuando se crearon una serie de

institutos y programas de investigación en Europa y Estados Unidos que abordaran estos temas de

historia reciente.

Sin embargo, una serie de situaciones le han dado el vigor que ha tomado en los últimos tiempos “la

Historia Reciente” entre ellos cabe mencionar: las profundas transformaciones que han afectado al

mundo entero y a nuestras representaciones sociales sobre él, la sucesión de masacres, las guerras

mundiales, el Holocausto entre otros. La toma de conciencia de esta realidad ha llevado a la

humanidad a intentar comprender su pasado cercano al tiempo que en el campo intelectual se han

producido fuertes transformaciones en los años setenta y ochenta que tienen que ver con un

cuestionamiento del modelo estructural-funcionalista, la crisis de los “grandes relatos”.

El otro fuerte planteo que se le hace al historiador de la “Historia Reciente” es la proximidad temporal

con el objeto de estudio frente a ello debemos recordar que al hablar de tiempo presente se refiere al

tiempo cronológico que vive el historiador que emprende la tarea de estudiar, analizar los factores, los

procesos y los acontecimientos que conforman el mundo político social y cultural en el que vive. El

historiador del tiempo presente aunque no tenga distancia cronológica con su objeto de estudio ello no

le impide necesariamente un distanciamiento crítico, aunque eso sea más difícil.

La historia del tiempo presente trata de remediar la contradicción de la historia contemporánea ya que

la “paradoja de la historia contemporánea es su no contemporaneidad”, Arostegui ha denominado

como supuesta sinomía de contemporáneo las palabras:” inmediato”,” actual”, “coetáneo”, y

Barraclough y sus propuestas posmoderno, “era atómica “e “historia reciente”.

Frente a algunos de los obstáculos en el tratamiento de la “Historia presente” que hemos brevemente

esbozado debemos destacar que la historia del tiempo presente tiene la ventaja de contar con

abundantes fuentes documentales, audiovisuales, el testimonio oral, la prensa, etc. Ello es sin ningún

lugar a dudas su riqueza.

El historiador Juan Balduzzi, advierte que "La dificultad que enfrenta la historia del tiempo presente

es que, si pensamos en una historia de procesos, estos procesos no están cerrados."

A lo que acota Elizabeth Jelin, cuando dice “…pasado un cierto tiempo –que permite establecer un

mínimo de distancia entre el pasado y el presente- las interpretaciones alternativas (incluso rivales)

de ese pasado reciente y de su memoria comienzan a ocupar un lugar central en los debates culturales

y políticos”.

Page 90: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

El abordaje de nuevos temas antes no contemplados por la historia tradicional, especialmente aquellos

que tienen que ver con nuestra historia reciente, ha dado lugar también a la redefinición del concepto

de “fuente”, incluyendo ahora aquellas que le permiten al historiador abordar la complejidad y

diversidad planteadas.

La oralidad, como fuente para conocer nuestro pasado inmediato, apela a la memoria social para la

construcción del conocimiento histórico. De este modo se obtiene un nuevo tipo de documento no

convencional, el oral.

Si concebimos la interpretación histórica como un proceso dinámico ello nos lleva a trabajar con

nuevas fuentes, entre los que se hallan los testimonios, de generaciones anteriores que dan la

posibilidad de conocer tradiciones o costumbres acercándonos a aquellos sectores sociales que no

fueron insertados en el acervo documental.

Es importante decir que se puede conocer por el protagonista su propia vida, a través de la narración, a

diferencia de la fuente escrita que a veces se conoce quien la escribió y otras no, por el método de la

Historia Oral, dialogamos con la misma.

Su característica fundamental es la preeminencia de cómo el entrevistado dice lo que dice frente al qué

dice. En este sentido Carolina Delgado Sahagún sostiene que: “Los acontecimientos históricos se traen

hacia el presente y es donde se conforman como testimonios-fuentes históricas. El testimonio es toda

una innovación en el arte de pensar, interpretar la realidad e investigarla”.(Delgado Sahagún,

2006:1139)

Debemos recordar que las fuentes orales, por el mero hecho de serlo y en su versión original son

“inamovibles”. Es decir: un testimonio nunca va a ser igual a ningún otro (Portelli 1991:50), es

importante tanto las palabras pronunciadas como el gesto trasmitido. Portelliaclara que “las fuentes

orales presentan una credibilidad diferente, no basada “en su adherencia al hecho, sino más bien en su

alejamiento del mismo, cuando surge la imaginación, el simbolismo… Por lo tanto no hay fuentes

orales falsas.” (Portelli, 1999: 43) Entre otras consideraciones no debemos de olvidar de que las

fuentes orales son construcciones realizadas, por lo menos, por un historiador/entrevistador y un

entrevistado. Son narraciones conversacionales que presentan la forma de un relato para cuya

consideración se deberán tener en cuenta una serie de recaudos generales válidos para todas las

entrevistas.

Sin lugar a dudas la memoria juega un rol central en la reconstrucción de ese pasado reciente, al

respecto cabe acotar que la memoria, principal fuente de las búsquedas orales, es un repositorio

infinito donde múltiples variables-temporales, topográficas, individuales, colectivas-dialogan entre sí,

muchas veces revelando recuerdos, otras en forma explícita, ocultándolas en la cubierta protectora que

el propio ser humano crea, inconscientemente protegiéndose así de dolores traumas y emociones que

marcaron su vida.

Al procesar la memoria están presentes las dimensiones del tiempo individual (vida privada, recorrido

biográfico) y el tiempo colectivo social, nacional, internacional. Las señales exteriores son referencias

Page 91: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

y estímulos para el florecer de recuerdos y remembranzas individuales que constituyen el sustrato del

acto de rememorar.

El entrevistador puede incentivar las memorias para que fluyan más fácilmente o activarlas, ya que la

memoria es un proceso vivo, actual, renovable y dinámico. Un diálogo vivo y enriquecido por

estímulos que pueden hacerse presentes en el mismo recorrido del proceso de grabación de la fuente

oral.

“Historia, Tiempo y Memoria son procesos interrelacionados. Además, el tiempo de la memoria

sobrepasa el tiempo de vida individual y se encuentra con el tiempo de la Historia, visto que se nutre

de recuerdos de familia, de música o películas del pasado, de tradiciones, de historias escuchadas o

registradas”. (Arostegui…) La memoria activa es un recurso importante para la transmisión de

experiencias consolidadas a lo largo de diferentes temporalidades.

Entre los muchos desafíos que se plantean en la realización de una entrevista es la relación entre las

múltiples temporalidades, pues habla un joven del pasado por la voz del adulto, o del anciano del

tiempo presente. Adulto que trae en sus memorias sus propias experiencias y también recuerdos que él

experimentó, filtradas por él mismo, al diseminarlas Se habla de un tiempo sobre otro tiempo.

Finalmente se registran sentimientos, testimonios, visiones, interpretaciones, sobre otro tiempo, en una

narrativa entrecortada por las emociones del ayer, remozadas o resignificadas por las emociones del

hoy.

La oralidad se vincula directamente con la memoria individual y colectiva de un grupo social. Es

precisamente esta memoria, la memoria social, la que se busca rescatar y poner en valor como

elemento importante para el conocimiento histórico.

La construcción de la identidad puede perfectamente realizarse mediante el aporte de “recuerdos

compartidos”.

Sin lugar a dudas otro aspecto característico que atañe a la historia reciente es la gran centralidad que

ha cobrado el testimonio según Annette Wieiviorka inaugurando lo que ha denominado como la “era

del testigo”, quien emerge como el portador de “la verdad” sobre el pasado por el hecho de haber

“visto” o “vivido” tal o cual acontecimiento o experiencia según Blanes Péris (Franco-Levin,

2007:45). El reconocimiento del valor epistémico y ético del testimonio de las víctimas para la

reconstrucción de procesos pasados y, más aún, para la instalación de principios de reparación y

justicia necesarios para la construcción democrática, se hace extensible a cualquier testimonio,

fetichizando su valor de verdad y negando que, como cualquier discurso, el testimonio debe ser

sometido a la crítica y al entrecruzamiento con otras fuentes históricas (Sarlo, 2005:62-63 citado por

Franco- Levin, 2007:46).).

Es importante la relación entre el historiador con el testigo y con su testimonio, no es de un simple

espectador que puede “dejarse llevar” por sus sentimientos. Sino cómo el historiador se sitúa frente a

ella para construir una distancia necesaria con su objeto, que es la condición de posibilidad de una

historiografía crítica.

Page 92: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

Franco y Levin acotan que “el uso que el historiador hace del testimonio tiene necesariamente un

cierto carácter instrumental derivado del lugar profesional en el que el investigador se sitúa” (Franco-

Levin, 2007, 48) es decir, si el historiador hace un uso “instrumental” del testimonio, no es menos

cierto que, con su labor, contribuye a la producción y preservación de las memorias de sus

entrevistados.

Es allí donde aparece el historiador oral, para rescatar a través de la técnica de la entrevista esas

“voces” que van a ir construyendo la historia en la cual ellos fueron los protagonistas y hacedores de

ese proceso histórico. Al mismo tiempo que recuerdan, surgen las representaciones colectivas, es decir

los Imaginarios Sociales, que rigen los sistemas de identificación y de integración social, y que hacen

visible la invisibilidad social.

Al decir de Josefina Cuesta, el trabajo de la memoria es siempre complejo y se traduce “en

mecanismos de recuerdo, de olvido, de silencio y en otros casos de sustitución de unos recuerdos- que

silencian por otros, que se vivifican o de cambio”. La historia de todas las épocas, son representativas

de estos mecanismos pendulares entre historia vivida, historia contada o en otras palabras entre la

experiencia, memoria y la historia.

Infinidad de estudios atestiguan el carácter limitado y selectivo de la memoria, tanto individual como

colectiva, su textura frágil, parcial, manipulada y discontinua, por la erosión del tiempo, por la

acumulación de experiencias, por la imposibilidad de retener la totalidad de los hechos y, en todo caso,

por la acción del presente sobre el pasado.

El recuerdo, el silencio y el olvido “constituyen la otra cara del recuerdo y están indisociablemente

unidos a la acción de la memoria”. (Cuesta Cubillos, 207)

No debemos confundir silencio y olvido aunque es difícil trazar una línea divisoria entre estos dos

conceptos. El silencio puede oscilar entre la barrera de la ocultación y la de lo indecible y, en algunos

casos, tropieza con la incapacidad de comunicar, tan traumática es la experiencia del recuerdo.

Todo silencio (u olvido) sostiene un proyecto o una identidad, que elimina el pasado en aras de un

presente o de un futuro que se pretende construir.

El olvido por su parte comienza a ser considerado como objeto de historia de tanta envergadura como

la memoria.

En este sentido, Antonio de las Heras sostiene que “La Historia del presente es una disciplina que se

ocupa de hacer memoria en un mundo que se ha hecho planetario, traspasado por una información

instantánea proveniente de cualquier lugar e indiferente a la distancia y transportando

acontecimientos, situaciones y temas muy variados y desiguales, empujándose unos a otros para tener

cabida en la atención fugaz de cada ciudadano en su hogar, entonces la historia del presente deberá

levantarse sobre los principios de la memoria, estos son cuatro: registrar, seleccionar ,actualizar y

acceder”

Page 93: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

En base de lo anteriormente expuesto, resulta relevante tener presente que la memoria necesita un

registro un soporte resistente al paso del tiempo, es en este momento el soporte digital que además de

tener gran densidad se destaca la rapidez de acceso.

Al tiempo que la memoria natural nos enseña a seleccionar que debe quedar registrado, sin ésta

selección la memoria se haría inservible. La memoria consigue la selección mediante dos

procedimientos: la fractura y abstracción.

Para acceder a esa memoria el historiador utiliza como técnica la “entrevista” fruto de ella, es el

documento oral que es un documento peculiar, particular, sin embargo para su tratamiento se siguen

los lineamientos marcados desde la preceptiva metodológica que es la propia del método histórico

(heurística, análisis de las fuentes, construcción y síntesis y exposición) utilizando la técnica de la

entrevista como medio para recuperar la memoria y la palabra de los interlocutores válidos,

permitiendo un contacto directo y personal entre “entrevistador-entrevistado”

El testimonio expresa no sólo la percepción de un testigo sobre una experiencia vivida, sino la mirada,

los discursos y las expectativas de su sociedad en el momento en que es formulado.

En cuanto a la construcción del documento oral él mismo cuenta con la entrevista como medio que nos

acerca a la memoria de los “interlocutores válidos” a los cuales les otorgaremos la “palabra”.

La técnica de la entrevista en historia oral según Laura Benadiba y Daniel Plotinsky es un

interrogatorio sistematizado que tiene por objeto obtener, recuperar, y registrar las experiencias de

vida almacenadas en la memoria de la gente que vivió directamente. Comotal transforma a la memoria

en “un registro permanente del pasado que es a la vez valioso y con el paso del tiempo

irremplazable”.

La entrevista es por lo tanto construcción e interpretación del pasado, actualizada a través del lenguaje

hablado. Tiene como característica desenvolverse en medio de recuerdos y evocaciones, repeticiones,

desvíos e interrupciones que le confieren un potencial de análisis en gran parte diferente del que se

hace a un documento escrito.

El rol del historiador ha de ser el de auxiliar al entrevistado en el proceso de recordar ayudándolo a

discernir entre lo fáctico del recuerdo y la experiencia vivida.

La entrevista es por lo tanto construcción e interpretación del pasado, actualizada a través del lenguaje

hablado.

En la entrevista se pone en práctica las guías temáticas consideradas como “mapas de navegación”

para incursionar en los caminos y laberintos de la memoria, en los espacios y tiempos de los

personajes con quienes trabajamos conversando.

Buscan producir estímulos que hagan evocar a la memoria, sondean los motivos y los referentes que

hacen aflorar de forma más libre y espontánea los recuerdos, facilitan la organización y la exposición

de los cuadros narrativos de los personajes.

Page 94: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

Son instrumentos de creatividad y no de encasillamiento deben adecuarse al modo de fluir y funcionar

de nuestra memoria: cómo recordar, qué recordar, qué caminos y porqué pasadizos transitan los

recuerdos.

Las preguntas fluyen con la plática y ocasionalmente van escritas de antemano. Gradualmente

aparecen las preguntas cerradas, que se orientan a pedir aclaraciones y precisiones

La oralidad se vincula directamente con la memoria individual y colectiva de un grupo social. Es

precisamente esta memoria, la memoria social, la que se busca rescatar y poner en valor como

elemento importante para el conocimiento histórico.

El tratamiento del documento oral modifica las prácticas científicas tradicionales aportando nuevos

cuerpos de evidencias privilegiando lo cualitativo de la información sobre lo cuantitativo es decir que

ya no importa la cantidad de la misma sino la “representación de la realidad en la visión del mundo o

cosmovisión” según expresiones de Dora Schawzstein.

El documento oral es una construcción, una fuente para el historiador, su recuperación, análisis,

confrontación con otras fuentes, reabre un camino desde siempre habilitado para la ciencia histórica en

el que es posible abordar- unas veces de manera explícita y otras de forma implícita- las ideas y

pensamientos nutricios de una sociedad y su época, mediante el análisis del discurso que encierran y

en el que se expresan sus sentimientos, sus temores, sus inquietudes, sus ansias, sus proyectos, sus

formas y rituales, etc.

3. Conclusiones

Planteamos que la Historia del tiempo Presente/ Historia Reciente es otra forma de hacer historia, que

no significa excluir a la historia tradicional, sino que lleva implícita una formación distinta del

historiador, que ha de tener una clara perspectiva transdiciplinaria.

Cuenta con un cúmulo de informantes claves que dan sus testimonios sobre nuestro pasado reciente,

para ellos la memoria es el pilar fundamental, a la cual accedemos trayéndola al presente a través de la

entrevista,

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7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-

OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015

Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico actual: sociología e historia

Título: MECANISMOS DE INGRESO A LA “JUSTICIA” Y CAPITAL SOCIAL EN EL

CAMPO JURÍDICO PROVINCIAL

Autores: MARÍA G. HENRÍQUEZ. JUAN S. I. MARTÍNEZ, ISABEL PINKAS1

Palabras clave: Campo Jurídico –Capital Social – Poder Judicial

Resumen

Esta ponencia presenta avances de un proyecto de investigación que aborda la reconstrucción histórica

del campo jurídico en San Juan.

Hacia fines de 2010 salió a la luz una denuncia que ponía en evidencia el ingreso al Poder Judicial

provincial que eludía el mecanismo de concurso vigente. La aparición de esta noticia se convirtió en

un escándalo local por dos razones: una porque la Corte evaluaba legitimar esas designaciones que, en

el caso de los abogados les permitiría desempeñarse en la administración de justicia; pero también,

porque entre los designados era posible identificar relaciones de parentesco con “políticos, cortistas,

jueces, camaristas y funcionarios del Ministerio Público”. Este hecho motivó a indagar acerca de las

formas que asumen los mecanismos de ingreso al poder judicial, institución del campo jurídico que

detenta las posiciones dominantes.

A fin de reconstruir procesos se rastreó el tema en la prensa escrita, permitiendo ampliar la temática y

advertir que el problema no sólo se reducía a las formas que asumía el ingreso al poder judicial en

todas sus categorías sino también a los mecanismos de promoción (ascensos) en el mismo.

El texto se estructura en tres partes: una primera, en la que se caracteriza el campo jurídico y se

identifica la institucionalidad del poder judicial provincial. Una segunda, en la que se trabaja la

información referida al ingreso y promoción del personal y al proceso de designación de los

magistrados, para cerrar con algunas conclusiones provisorias.

Summary

1 Universidad Nacional de San Juan. Facultad de Ciencias sociales, Instituto de Investigaciones socioeconómicas. [email protected]

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This work introduces previews from a research project that deals with the historical reconstruction of

the legal field in San Juan.

By the end of 2010, a legal complaint came to light revealing the entry into the Justice Department of

the Province avoiding the current competition mechanism. The appearance of this news became a

local scandal for two reasons: first, because The Court would legitimate those appointments that, in

the case of lawyers, would allow them to work in the administration of justice, but also because among

the appointees it was possible to identify kinship with “politicians, Court officials, judges, members of

Court of Appeal, Public Ministry officials”. This event led to an investigation of the different ways the

entry mechanisms to the Justice Department take–institution from the juridical field that holds the

dominant positions.

In order to reconstruct processes, the topic was verified in the written press, thus widening the topic to

become aware that the problem was not only connected to the entry into the Justice Department in all

its categories, but also to the promotion mechanisms in the same institution.

The text is structured in three parts: first, the juridical field is characterized and the institutionalization

of the Justice Department of the Province is identified. In the second part, we work with information

about the entry and promotion of the staff and the process of appointment of the judges.Finally there is

a closing with some provisional conclusions.

Key words: Juridical Field – Social Capital – Justice Department

Introducción

El ingreso al poder judicial de la provincia de San Juan, en tanto poder del estado, se rige por el

Artículo 45 de la Constitución provincial2 que refiere al empleo público. El mencionado artículo dice:

“Todos los habitantes sin discriminación alguna pueden acceder a los empleos públicos sin más

requisitos que la idoneidad. El acceso a los cargos técnicos y administrativos está sujeto a la

realización de concursos. …”. Este artículo fue reglamentado para el ámbito del poder judicial por la

Corte de Justicia mediante el Acuerdo General Nº10, en 2001, dando origen al “Reglamento de

Concursos” que se aplica al ingreso de funcionarios, personal administrativo y técnico y para el

personal obrero, de maestranza y de servicios. El concurso se conforma en tres etapas: Antecedentes,

Oposición y Entrevista Personal según los casos, pues se exceptúa de la prueba de Oposición a los

cargos del personal obrero, maestranza y servicios. Así, desde 2001 el ingreso al poder judicial debía

ajustarse a este mecanismo de concurso.

Hacia fines de 2010 una denuncia publicada en un medio digital de la ciudad de San Juan, que

rápidamente fue replicada en distintos medios, incluso en el único diario de la provincia3, consignaba

la contratación en el Poder Judicial de San Juan de treinta y nueve personas que habrían ingresado,

2 Admisión e Incompatibilidades en el empleo público. 3 Diario de Cuyo. 15/10/2009. INGRESOS AL PODER JUDICIAL. En los últimos cuatro años, la Corte de Justicia impulsó 60 ingresos al Poder Judicial sin concurso de antecedentes y oposición. La gran mayoría entró como personal de maestranza, pero cumplen tareas administrativas.

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mediante nombramiento directo, con la categoría de “escribientes” para cumplir funciones

administrativas. La aparición de esta lista se convertía en un escándalo local por dos razones: una,

porque esas designaciones sin concurso, “interinas”, tomaban estado público en el momento que la

Corte evaluaba convertirlas en cargos de planta permanente. Situación que, en algunos casos, y

específicamente en el de los abogados, abría la posibilidad para desempeñar tareas de administración

de justicia. La otra, porque en ese listado aparecen no sólo los nombres de los designados sino también

su relación de parentesco con “políticos, cortistas, jueces, camaristas y funcionarios del Ministerio

Público”.4 Este hecho, sumado a la controversia surgida en torno al llamado a concursos para cubrir

cargos vacantes en el poder judicial desde 2012 (e intensificada en 2014) despertó nuestro interés y

nos preguntamos ¿cómo se ingresa al poder judicial de la provincia? La primera respuesta, de sentido

común sostiene “por acomodo”, “a dedo”, “por relaciones, familiares o políticas”, afirmaciones todas

que los datos parecen corroborar. Sin embargo, y buscando superar estas consideraciones del sentido

común, avanzamos en nuestras formulaciones para preguntarnos ¿Cuál es el fundamento de estas

percepciones? ¿Qué mecanismos se ponen en juego en la selección de los candidatos? ¿Han variado

estos mecanismos en el tiempo? ¿Por qué toman estado público estas cuestiones? En esta ponencia

proponemos dar algunas respuestas a estas cuestiones; introducirnos en el campo jurídico provincial

buscando aproximarnos a la lógica de su funcionamiento.

La ponencia se estructura en tres partes: una primera, en la que se caracteriza el campo jurídico y se

identifica la institucionalidad del poder judicial provincial. Una segunda, en la que se trabaja la

información referida al ingreso y promoción del personal y al proceso de designación de los

magistrados judicial resultante de la investigación documental. Para cerrar con algunas conclusiones

provisorias.

1. Sobre el campo jurídico

Desde la teoría de los campos Bourdieu postula, fundamentalmente, que la sociedad no forma una

totalidad homogénea sino un conjunto de esferas relativamente autónomas que no podrían reducirse a

una lógica societal única. El campo jurídico, como dominio particular, como microcosmos social, se

inscribe al interior de lo que Bourdieu denomina el campo del poder: “campo de fuerzas definido en

su estructura por el estado de la relación de fuerzas entre formas de poder, o especies de capital

diferentes. Es también, inseparablemente, un campo de luchas por el poder entre detentores de poderes

diferentes, un espacio de juego donde agentes e instituciones que tienen en común poseer una cantidad

de capital específico (económico o cultural, particularmente) suficiente para ocupar posiciones

dominantes al seno de sus campos respectivos, se enfrentan en estrategias destinadas a conservar o a

transformar esa relación de fuerzas”. (Bourdieu, 1989) Para este autor, la constitución del campo del

4 Disponible en http://www.sanjuanya.com.ar/index.php/Politica/quienes-ingresaron-al-poder-judicial-sin-concurso-pasarian-a-planta-permanente.html. Consultado el 3/12/2013. Los argumentos de esta noticia se encuentran en la publicación de Diariolibre.com que se cita a continuación.

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poder va de la mano de la construcción del Estado, pues el Estado resulta “de un proceso de

concentración de diferentes especies de capital, capital de fuerza física o de instrumentos de coerción

(ejército, policía), capital económico, capital cultural o mejor, informacional, capital simbólico,

concentración que, en tanto tal, constituye al Estado en detentor de una suerte de metacapital que da

poder sobre especies de capital y sus detentores.” (Bourdieu, 1997: 99) En este proceso, la

concentración de capital jurídico “forma objetivada y codificada de capital simbólico”5 a su vez, va de

la mano de un proceso de diferenciación que culmina en la constitución de un campo jurídico

autónomo. A este universo social relativamente independiente, en cuyo interior se produce y se ejerce

la autoridad jurídica (forma por excelencia de la violencia simbólica legítima y cuyo monopolio

pertenece al Estado) es a lo que denominamos campo jurídico.

El campo jurídico se entiende como una parte del espacio social donde se dirimen las luchas por

establecer qué es el Derecho, forma por excelencia del discurso legítimo, que sólo puede ejercer su

eficacia específica en la medida en que obtenga reconocimiento, es decir, en la medida en que

permanezca desconocida la proporción más o menos amplia de arbitrariedad que está en el principio

de su funcionamiento. Es también un espacio limitado por la idea de competencia jurídica (capacidad)

que deja afuera a los profanos, a los que no tienen ni la autoridad ni la capacidad de poner en forma

sus peticiones. Espacio en el que se enfrentan permanentemente concepciones sobre la forma de

entender el derecho (praxis o teoría) y sobre cuáles deben ser los principios que deben regirlo.

La estructura del campo jurídico es jerárquica. Y en esta jerarquía, la cúspide la ocupan las posiciones

dominantes de la jerarquía judicial, del poder judicial.

2. Sobre el ingreso al poder judicial de San Juan

La constitución del campo jurídico, es decir, de la construcción de un sistema de relaciones y de una

lógica específicamente jurídica, se concreta en procesos históricos particulares, que se encuentran

indisolublemente vinculados a los modos de configuración del Estado y de la sociedad civil, de los que

resulta el aparato jurídico y cuya autoridad se concentra en el poder judicial.

En Argentina el poder judicial, se concibe como uno de los tres poderes de la república. Se organiza a

nivel nacional, constituyendo el Poder Judicial de la Nación (justicia federal), y a nivel de provincias

como consecuencia de su organización federal: cada provincia tiene su propia Constitución y su propia

organización judicial provincial. De este modo, la justicia federal, tiene competencia en todo el país a

través de diecisiete jurisdicciones federales6.

Por su parte, la organización judicial de San Juan remite a la organización estatal como provincia

autónoma proceso que, comenzado en 1820, se reafirma con la creación del Poder judicial en 1825

durante el gobierno de Salvador María del Carril y se consolida con la promulgación de la primera

5 Objetivado “mediante la escritura, instrumento de acumulación del conocimiento” y codificado como unificación cognitiva que implica una centralización y una monopolización en beneficio de los instruidos o de los letrados. (Bourdieu, 1997: 105) 6 San Juan y San Luis son atendidas por la jurisdicción Mendoza.

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Constitución provincial de 1856 que estableció las bases de la organización judicial. Comienza

entonces el proceso que en el tiempo irá consolidando al poder judicial provincial como un espacio de

creciente autonomía respecto de los otros poderes.

La Constitución nacional, reformada en 1994, dedica al poder judicial la Sección tercera (Artículo 108

a 119), de la Segunda parte. Allí se establece que este poder será ejercido por la Corte Suprema de

Justicia y Tribunales Inferiores establecidos por el Congreso Nacional en el territorio de la Nación.

Los jueces de estos órganos duran en sus funciones mientras “dure su buena conducta”, siendo el

“Jury de Enjuiciamiento”7 el único mecanismo de remoción. En la misma sección, en el Capítulo

segundo se determinan las atribuciones de la Corte Suprema. La reforma constitucional introdujo dos

importantes modificaciones. Por un lado, incorporó como órgano del Poder Judicial al ‘Consejo de la

Magistratura’, siendo su función la selección de magistrados y la administración del Poder Judicial de

la Nación. El Consejo está integrado por representantes del ámbito académico, profesional y

representantes de las Cámaras legislativas y funciona, además, como órgano de control de los

miembros y de los Órganos del Poder Judicial. Por otro, creó el “Ministerio Público” cuya única

función es promover la actuación de la justicia defendiendo la legalidad y los intereses generales de la

sociedad, órgano con funciones judiciales, pero independiente del Poder Judicial.

A nivel provincial, la Constitución sancionada en 1986 será una de las primeras constituciones

reformadas con el retorno a la democracia y considerada innovadora pues fue la primera en incorporar

la figura del “Consejo de la Magistratura”. En su sección sexta dedica todo el capítulo al poder judicial

(Artículos 197 al 213), el cual está integrado por la Corte de Justicia, Cámaras, Jueces (comunes y de

paz) y demás tribunales establecidos por la ley. También determina la constitución, organización,

jurisdicción y funcionamiento del Foro de Abogados (entidad que nuclea a los profesionales del

derecho en la provincia) e incluye también el Ministerio Público. Todas las atribuciones, funciones,

responsabilidades y obligaciones de cada uno de estos órganos están contempladas en la Ley Nº 5854

o Ley orgánica de Tribunales. En ninguno de los apartados citados tanto de la Constitución provincial

como de la ley Orgánica hay referencia a las formas de ingreso al poder judicial para cargos letrados,

administrativos o de maestranza; mientras que la designación de magistrados se enuncia como la

función del Consejo de la Magistratura.

La investigación documental nos remitió en la línea del tiempo, hacia atrás, al año 2006 y hacia el

presente, hasta fines de 2014. De la lectura de la información pudimos advertir que el problema no

sólo se reducía a la forma que asumía el ingreso al poder judicial en los cargos administrativos sino

también a los mecanismos de promoción (ascensos) así como también a los mecanismos a través de

los cuales se nombra a los jueces.

2.1. De los magistrados

7 Se trata de un tribunal formado por legisladores, magistrados y abogados con matrícula federal siendo identificadas como causales de Jury el mal desempeño de las funciones o los crímenes comunes.

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6

El Reglamento del Consejo de la Magistratura es el que regula los mecanismos de selección de los

magistrados. Si se comparan la legislación nacional y provincial se advierten importantes diferencias

para cubrir las plazas vacantes entre las dos leyes (la 24.937 que rige a la justicia federal y la 5.594 de

la provincia), si bien ambas refieren al concurso público de oposición y antecedentes como mecanismo

de selección.

Para la ley 24.9378 son funciones del Consejo:

• Determinar los criterios y mecanismos de calificación de los exámenes y de evaluación de los

antecedentes. Las bases de la prueba de oposición serán las mismas para todos los postulantes, y

deberá versar sobre temas directamente vinculados a la función que se pretende cubrir y evaluará

tanto la formación teórica como la práctica.

• Elaborar periódicamente listas de jurados para cada especialidad. Dichas listas deberán estar

integradas por jueces, abogados de la matrícula federal y profesores titulares, asociados y adjuntos

regulares, eméritos y consultos de Derecho de las universidades nacionales, públicas o privadas, que

hubieren sido designados por concurso, y cumplieren con los requisitos exigidos para ser miembros

del consejo.

• La comisión sorteará tres miembros de las listas, de modo que cada jurado quede integrado por un

juez, un abogado y un profesor de derecho, siendo que los miembros, funcionarios y empleados del

consejo no podrán ser jurados.

• El jurado tomará el examen y calificará las pruebas de oposición de los postulantes, elevando las

notas a la comisión, la que calificará los antecedentes obrantes en la sede del consejo.

• En base a los elementos reunidos y la entrevista con los postulantes, la comisión determinará la terna

y el orden de prelación;

• La entrevista con el plenario será pública y tendrá por objeto evaluar su idoneidad, aptitud funcional

y vocación democrática, pudiendo revisar de oficio las calificaciones de los exámenes escritos, de

los antecedentes, impugnaciones y dictámenes.

Para la Ley provincial 5594, son atribuciones del Consejo:

• La organización de los concursos que deberán: a) asegurar el libre acceso de postulantes, mediante

una publicidad oportuna, amplia y adecuada; b) garantizar el derecho de oposición, a cuyo efecto el

Consejo deberá arbitrar un procedimiento breve que permita a los postulantes controlar y

eventualmente ejercer la facultad de impugnar los antecedentes presentados por los restantes

concursantes; c) exigir la acreditación de los antecedentes que presenten los concursantes.

• Evaluar de manera integral los antecedentes de cada uno de los postulantes, atendiendo, entre otros:

a) el concepto ético y profesional; b) preparación científica9; c) Otros antecedentes que tengan

vinculación con el cargo que se concursa a criterio del Consejo.10

8 Texto Ordenado de la Ley Nº 24.937; modificada por la Ley Nº 24.939 (12/1997), Consejo de la Magistratura de Argentina.

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• Determina una terna la cual se eleva a la Cámara de Diputados. Para ello debe contar con el voto

coincidente de la simple mayoría de los miembros del Consejo.

Con referencia a los antecedentes, y si bien se enumeran cuáles deberían considerarse, la ley

provincial no incluye un nomenclador que indique el peso relativo de cada antecedente en relación a la

función a desempeñar. Tampoco se establece el orden de mérito y, es el mismo Consejo quien

organiza los concursos, los sustancia, evalúa y propone la terna por mayoría simple.

Tanto la reforma constitucional de la provincia de 1986 como nacional de 1994, incluyeron la figura

del Consejo de la Magistratura incorporando, según Thea (2011), un órgano que no reconocía

antecedentes en la organización federal de la justicia argentina y que trasplantado del derecho

continental europeo de la Segunda Posguerra tuvo como objetivo “despolitizar” y “hacer más eficaz y

transparente” la designación y remoción de magistrados. Sin embargo, las críticas que se hacen a su

funcionamiento, darían cuenta de que no ha logrado cumplir con esos objetivos.

Las críticas a la ley que rige el funcionamiento del Consejo de la Magistratura en la provincia se

actualizan en 2013. En una nota televisiva el presidente del Foro de Abogados sostenía que “[la ley

5594] es obsoleta y hay que reformarla, hay que cambiar la selección de jueces". 11 Sin embargo, la

mencionada ley fue reformada en 2003 si bien nunca llegó a implementarse. La reforma implicó la

formación de un “Consejo Técnico Coordinador para la Reforma Legislativa en materia de Seguridad

y Justicia, creado por la ley 7018 en abril del año 2000, compuesto por 7 diputados de distintos

bloques, en plena época de la Alianza y que coordinaba el [actual] fiscal General de Corte. … [se]

Elaboraron varios proyectos y muchos se aprobaron en el recinto… La del Consejo de la Magistratura

también, recibiendo el número 7371, pero nunca entró en vigencia”.12

Esta ley, también llamada ley “congelada” incorporó reformas en el mecanismo de concurso “en la

instancia del proceso, conservándose el resto de las etapas”. Para la primera instancia establece que se

incorporen cinco salas de jurado especializadas (Civil, Familia, Laboral, Comercial y Penal) para

dirimir en antecedentes y oposición. Cada una de ellas compuesta por tres miembros titulares y tres

suplentes: en representación de Jueces y Ministerio Público; del claustro docente de Derecho de la

Universidad Nacional de San Juan y de la Universidad Católica de Cuyo; de los abogados de la

matrícula. Las modificaciones más importantes son: a) fija un sistema de puntaje para evaluar

currículum y b) se incorpora a la etapa de oposición una prueba científico-académica, escrita, donde

9 Aquí se valoran, entre otros, títulos universitarios de post grado vinculados con especialidades jurídicas; desempeño de cátedras; docencia universitaria en materias jurídicas; publicaciones de carácter jurídico; dictado de conferencias jurídicas y presentación de trabajos y ponencias en jornadas o congresos profesionales que hayan sido debatidas y aprobadas; concurrencia a congresos, jornadas científicas y/o cursos de perfeccionamiento profesional; desempeño de cátedras o docencia a nivel secundario, en materias de carácter jurídico. 10 Desempeño de cargos públicos; antigüedad en el ejercicio de la profesión, en el desempeño de funciones judiciales o funciones públicas de carácter profesional; otros cargos o actividades, públicas o privadas. 11 Programa del 20/09/2013. 12 01/04/2012. Tiempo de San Juan. REFORMA EN EL TAPETE. Una ley congelada para elegir jueces abre el debate. http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2012/4/1/congelada-para-elegir-jueces-abre-debate-8243.asp Consultado 6/08/2014.

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los postulantes deben resolver casos prácticos ya resueltos por un juez. Además, el examen se evalúa

con puntaje, la calificación debe ser fundamentada. Los postulantes se califican con hasta 50 puntos:

hasta 30 por antecedentes y hasta 20 por oposición. No pasan a la entrevista quienes obtengan menos

de 25 puntos. Sólo la entrevista queda a cargo del Consejo de la Magistratura, que frente a frente

evalúa a los que obtuvieron como mínimo 25 puntos. El Consejo también pone puntaje, hasta 50

puntos, y fundamenta su voto antes de mandar una terna a Diputados.13

Esta ley fue suspendida por el ejecutivo provincial “apenas asumió, en diciembre de 2003, cuando se

sancionó la Ley de Emergencia Pública que recortaba los gastos en el Estado y que dejó fuera de juego

varias normas sancionadas en gestiones anteriores”.

En opinión de quien era el principal asesor en temas jurídicos del entonces gobernador de la provincia

y actual fiscal de Estado “La suspensión de la ley del Consejo de la Magistratura se dio porque

consideramos que era anticonstitucional. Esa ley crea comisiones especiales para que rindan examen

los candidatos a jueces y no cabe oponerse a que haya exámenes, pero hay que ver quién los toma.

Esa es una facultad indelegable del Consejo de la Magistratura porque la Constitución no crea

comisiones especiales. Además, ¿quién toma los exámenes?, ¿quién nomina a los profesores?¿qué

examen se les puede tomar? Debería bastar con los antecedentes y la entrevista y nada más. Además

¿un inferior se los va a tomar? … La ley suspendida era buena. El proceso actual nunca fue bueno,

nunca tuvo un concurso en serio. Nunca hubo una competencia intelectual entre los concursantes.

Debería haber un concurso de antecedentes donde se premie algo más que la simple acumulación de

papeles o certificados. Todos los que hemos entrado con el Consejo de la Magistratura no cumplimos

con lo que sería un concurso ideal, donde se compita en conocimiento. Si fuera así, no se presentarían

100 tipos sino 20 por cada cargo (…) La Cámara de Diputados debería obtener un orden de

prelación de acuerdo al puntaje y después que la Cámara defina. A mí me gusta el componente

político, de ninguna manera lo desprecio. A lo que hay que hay que ponerle límite es a lo corporativo,

limitar a los que no quieren que intervenga el poder político y en vez de diputados quieren que

intervengan magistrados. No corresponde, porque a mí como ciudadano me representan los políticos,

no los colegios”.14 Para el presidente del Colegio de Magistrados “la ley suspendida era un avance en

el sentido de que lleguen al cargo los más capacitados, los que demuestren mayor preparación

técnica, lo que no es una garantía de que sean los mejores jueces. (…) Nosotros apuntamos a la

formación previa porque si están más capacitados los jueces, más confianza en la Justicia hay”. Para

un legislador que integra el Consejo el mecanismo constitucional en vigencia “garantiza todos los

derechos de los participantes. Yo participo con miembros de la Corte y con miembros del Foro de

Abogados y la verdad que por ahí hemos tenido intercambio de opiniones pero nunca acusaciones

mutuas, la votación la hemos hecho libremente y entiendo que se siguieron siempre criterios objetivos

13 Ibídem. 14 Ibídem. El subrayado es nuestro.

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de tratar de buscar una terna con los que están en mejores condiciones. (…) Desde 2003 se habrán

designado unos 35 jueces, fiscales y defensores y todos son idóneos en tanto lo han demostrado

después, en el ejercicio de la función. Veo que hay jueces en gestiones de 8 años largos sin

problemas”. Sólo restaría señalar que las modificaciones hechas en 2003 están en consonancia con lo

que se propone en la justicia federal.

En las opiniones citadas pueden observarse las diferencias de criterio que se ponen de manifiesto,

sobre todo en lo referido a cómo debe entenderse la instancia de “oposición”. El fiscal general de la

Corte, quien participara de la reforma de la ley, así como también el presidente del Colegio de

Magistrados dejan entrever la necesidad de establecer “un criterio de mérito” que si bien no sería

excluyente si relevante al momento de la elección.

2.2. Del ingreso y la promoción como personal judicial

Respecto de los mecanismos de selección cuando se trata de cargos de administración, a partir de la

citada denuncia del año 2010, una abogada del medio publica en un diario digital su análisis del

Acuerdo General Nº23/ 2009 por medio del cual (y citando el texto de la acordada) “’se incorpora a la

planta de personal administrativo y técnico, [treinta y nueve personas] en cargos vacantes del

escalafón, mediante ‘Designaciones Interinas’”; designaciones que, sostiene, “habrían sido realizadas

—como surge del texto del Acuerdo— sin concurso, sin convocatoria o llamado, y sin observancia de

las normas reglamentarias que rigen sobre el particular”, haciendo referencia aquí al Acuerdo General

Nº 10/2001.15

La autora del citado artículo sostiene que la Corte no ha hecho más que desconocer este Acuerdo, y

cita como antecedentes un conjunto de designaciones que datan de los años 2003, 2005 y 200616,

15 EL CUESTIONADO ACUERDO GENERAL Nº23/09 DE LA CORTE DE JUSTICIA DE LA PROVINCIA DE SAN JUAN. Disponible en http://www.diariolibre.info/secciones/noticias/nota.php?id=948. Consultado 3/12/2013. 16Acuerdo General (AG) N°12/2003. “La Corte dispuso el llamado interno de Concursos de Ascensos del Escalafón de “Funcionarios y Empleados del Poder Judicial”. El Ascenso – según el Acuerdo General Nº9 de fecha 21 de Mayo de 2001— en los cargos de funcionarios judiciales y empleados del Poder Judicial, se debe realizar mediante el “Sistema de Concursos de Antecedentes y Oposición”, de conformidad a las disposiciones del Reglamento. Ahora bien, la Corte, por Acuerdo General N° 18/04 de fecha 7 de Julio de 2004 resolvió sobre el resultado del mencionado Concurso, el que dio lugar a una serie de graves comentarios y críticas por los que se cuestionó, entre otros aspectos, la designación de “parientes directos” de los Ministros de la Corte”. AG N°07/2004. La Corte procedió a designar veinte personas en cargos de “Personal Obrero, Maestranza y Servicio” de la Planta Permanente del Poder Judicial” hecho que la Unión Judicial de San Juan16 cuestionó por su irregularidad, advirtiendo que las personas que habían ingresado como Personal de Maestranza estaban cumpliendo, casi en su totalidad, funciones y tareas correspondientes al Escalafón Administrativo; AG N°33/2005. La Corte efectuó la Convocatoria para cubrir cargos de Ingreso a la Planta Permanente del Personal Administrativo mediante el mecanismo de concursos, sin embargo esta situación derivó en lo que se conoce como “CASO RECIO: el procedimiento del Concurso, en su ejecución, fue indudablemente cuestionable en su validez; porque: 1) se violaron las normas reglamentarias del Acuerdo General N° 10/01 y del Acuerdo General N° 33/04; 2) los Cargos a cubrir resultaron inciertos e indeterminados; 3) se modificaron las etapas del Concurso suprimiéndose la última de las mismas; 4) se introdujo un mecanismo distinto para una de las Pruebas de la Oposición; 5) no se cumplió el cronograma fijado. AG Nº8/2006. “La Corte dispuso la ‘Prórroga de los Órdenes de Mérito establecidos como resultado de los llamados a Concursos Internos y también los Externos, realizados por Acuerdos Generales Nº 12/2003 y Nº 32/2004, a fin de cubrir las vacantes que se produzcan hasta el 30 de Junio de 2007’. Resulta inexplicable en materia de Concursos, que se prorrogue el Orden de Méritos de Concursos realizados hasta tres años atrás, y que el mismo rija hasta el año siguiente del dictado del Acuerdo.

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concluyendo que estos nombramientos son “ilegítimos” porque se hacen designaciones en cargos de

maestranza (cargos que no requieren de la aplicación del Acuerdo Nº10) pero que con posterioridad

pasan a cumplir otras funciones, en cargos de administración. Además, estas designaciones estarían

bajo sospecha: una nota del Diario de Cuyo sostiene que “[de los] 39 empleados, al menos 17 eran

parientes de miembros del tribunal, jueces, de un ministro del Ejecutivo y hasta había una sobrina de

un diputado”17. El Foro de Abogados presentó en la oportunidad una demanda pidiendo la nulidad de

los nombramientos y un recurso administrativo en Tribunales para que la Corte diera marcha atrás,

pero ninguno de los planteos prosperó.18

En diciembre de 2011 se publica otra denuncia. Una imagen escaneada de la Acordada Nº34 muestra

el nombramiento de veinticinco personas, nuevamente, en cargos de maestranza.19 Diario de Cuyo

refiere el hecho “…no hacía falta concursos, pero por los antecedentes [la designación] despertó

suspicacia. A muchos no se los veía cumpliendo tareas de ordenanza y luego se comprobó que, si bien

mantenían la categoría, hacían trabajos administrativos”, y continúa “según fuentes judiciales, en esta

tanda no se han detectado familiares de los miembros de la Corte ni de jueces o fiscales, sino que se

trataría de personas jóvenes con vinculación al personal actual del sector de maestranza y servicios. Y

tampoco se trataría de gente que es abogada o que está estudiando derecho en alguna universidad”.20

Un tiempo después un artículo titulado “Poder judicial: dinastías en los tribunales” denuncia el

parentesco de jueces y funcionarios al interior del poder judicial; denuncia en la que se exponen dos

aspectos que resultarían de incumplir con lo que establece la Constitución. Por un lado, se pone en

evidencia el comportamiento discrecional de la Corte: “…Ser nombrado en el Poder Judicial es AG Nº34/2006. Mediante este Acuerdo “se dispuso la Designación en el cargo de ‘Ayudante’ (Personal de Maestranza) de tres personas. El fundamento jurídico fue la norma constitucional ya mencionada. No se hizo referencia alguna al Reglamento de Concursos”. Acuerdo General (AG) Nº 39/2006. “La Corte realizó ‘Promociones o Ascensos de Personal’ SIN CONCURSO en distintos niveles escalafonarios (Oficial Mayor, Oficial Principal, Oficial Técnico, Escribiente Mayor y Escribiente) y en función de la Prórroga dispuesta por el Acuerdo precedentemente citado”. AG Nº 42/2006. “La Corte procedió a la Designación SIN CONCURSO de 17 personas en el cargo de “Escribiente”. Se basó en la Prórroga del Orden de Méritos de Concursos anteriores. El fundamento fue el Art. 207. Inc. 2 de la Constitución Provincial. AG Nº51/2006. “La Corte dispuso la Designación SIN CONCURSO de 16 personas en el cargo de “Escribiente”. Se basó en la Prórroga del Orden de Méritos de Concursos anteriores. El fundamento fue el aludido Art 207 inc. 2) de la Constitución Provincial. AG Nº 61/2006. “La Corte resolvió la Designación SIN CONCURSO en el cargo de “Escribiente” de un total de 28 personas. AG Nº63/2006. “La Corte procedió a Designar en el cargo de “Escribiente” SIN CONCURSO a cuatro Abogados. Se basó en la Prórroga ya mencionada dispuesta por el Acuerdo Nº 08/06. Se fundó en la misma norma constitucional consignada en los Acuerdos anteriores. 17 07/04/2011. Diario de Cuyo. ACORDADA DE LA CORTE. Volvieron las designaciones sin concurso al Poder Judicial. El máximo tribunal de Justicia nombró a 11 nuevos empleados y dicen que será para tareas de maestranza. 18 Ibídem. 19 ACUERDO GENERAL Nº 34. Nuevas designaciones en el Poder Judicial: Se realizaron nombramientos en el Escalafón de Personal Obrero, Maestranza y Servicio de la Planta Permanente del Poder Judicial, cubriendo cargos vacantes de Ayudante y Ayudante de Primera, siendo abogados varios de los designados. http://www.laseptima.info/noticias/29539. Ver también 07/04/2011. Diario de Cuyo. ACORDADA DE LA CORTE. Op.Cit. 20 29/12/2013. Diario de Cuyo. DESIGNACIONES DE ORDENANZAS .Una llave para eludir los concursos en la Justicia. Desde 2004, la Corte nombró a cerca de 150 maestranzas, de los cuales, promovió a 40 a cargos que requieren concursos.

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garantizarse un trabajo bien pago de por vida. Tal vez por eso es que muchos intentan ingresar en

cuanto tienen una posibilidad. Pero no todos tienen igualdad de condiciones para hacerlo: si bien está

regulado en la Constitución Provincial, el sistema de nombramiento judicial está liberado al criterio

personal de los integrantes de la Corte, que es el organismo que maneja la superintendencia de ese

poder. Esto ha sido motivo de varios escándalos en la provincia”. Por otro lado, no permitir que

prevalezca el mérito: “El sistema es tan polémico que hasta los jóvenes con sobrados méritos para

trabajar en la Justicia cargarán de por vida con la mochila de haber entrado “por ser el hijo de” y no

por el nivel de conocimientos o preparación que alcanzaron durante sus estudios universitarios.

Además, este sistema actual resulta injusto para el que tiene capacidad intelectual y aspiraciones para

trabajar en la Justicia, muchos se quedan en el camino por no tener algún vínculo con los que deciden

discrecionalmente quiénes sí y quiénes no entran.”21

Una nueva acordada sobre designaciones se hace pública a fines de 2013 y es, en este momento,

cuando comienzan a registrarse los cruces de opinión entre la Corte, el fiscal general y el Foro de

Abogados; las notas periodísticas registran cada una de estas opiniones y recuerdan y citan los hechos

ocurridos en años anteriores. Es también a fines de 2013 que el gremio denuncia el incumplimiento del

Acuerdo Nº10, ya que mediante una acordada la Corte ascendió a 310 de 440 empleados en

condiciones de hacerlo. La acordada lleva la firma de todos los integrantes de la Corte más no del

fiscal general para quien “la corte no da ningún fundamento, no explica porqué algunos trabajadores

ascienden y otros no.”22 La implementación de concursos “para ascender es un viejo reclamo del

gremio de los empleados judiciales, quienes vienen luchando por su aplicación debido a que ahora la

Corte asciende al personal de acuerdo a su criterio, basado en las referencias de los superiores de los

empleados. (…) Desde el gremio se viene pidiendo que se implemente el concurso para que los

empleados asciendan por su capacidad, sin tener que depender de la buena o mala relación para con

sus superiores.”23 El argumento esgrimido públicamente por la Corte después de la denuncia de estas

designaciones sostenía “la necesidad” de resolver situaciones, casi urgentes, ante la “falta de

personal”. Una nota de febrero de 2014 dice que “hace al menos 3 años que los cortistas hablan de

falta de personal y de la posibilidad de convocar a los aspirantes para evaluarlos. Incluso, en

declaraciones a este diario, desde aquel entonces anuncian que llamarán a concurso. Pero ahora [el

presidente de la Corte] dijo que hay apuro en cubrir las vacantes ‘que se han generado por las

jubilaciones y la cuota normal de enfermedades inculpables, que han generado toda una serie de

ausencias justificadas. Por eso ahora es el momento de tomar una decisión’”.

21 16/06/2012 Informe exclusivo. PODER JUDICIAL: DINASTÍAS EN LOS TRIBUNALES. http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2012/6/16/poder-judicial-dinastias-tribunales-12272.asp Consultado 2/06/2014. 22 24/12/ 2013. Diario la Ventana. SIN CONCURSOS, LOS CORTISTAS ASCENDIERON A 310 EMPLEADOS. No cumplieron con el acuerdo firmado en el 2001 que obliga a que todos los ascensos debe ser por concurso. http://www.diariolaventana.com/articulo.php?id=31210 Consultado 06/08/2014. 231/06/2014. Tiempo de San Juan. ESCÁNDALO EN PUERTA. En el esperado ingreso a la justicia burlarían el mérito. http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2014/6/1/esperado-ingreso-justicia-burlarian-merito-57626.asp

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En este contexto, otra denuncia, ahora del gremio de empleados judiciales, alertaba sobre la

posibilidad de que la Corte recurriera a la ley provincial 7492 “que permite a los poderes del estado

contratar empleados para servicios determinados sin que ello cree situación de dependencia”.24 Frente

a esto la Corte hizo público un comunicado en el que dice que el mecanismo de concursos no se ha

descartado y que “el diseño e implementación del sistema de concursos y oposición se encuentra en

pleno desarrollo, no habiéndose interrumpido ni dejado sin efecto. La única declaración válida al

respecto es la del Presidente de la Corte quien manifestó oportunamente que se está transitando la

etapa de factibilidad técnica, la contratación o compra de los equipos de computación necesarios, la

reglamentación legal, la homologación del hardware, la selección y acondicionamiento del ámbito

físico para el desarrollo de los concursos, la capacitación del personal a cargo y el dimensionamiento

del protocolo de seguridad correspondiente. Con respecto al software, desarrollado por especialistas

del Poder Judicial de la provincia de Santa Fe, ya fue testeado (…) realizándose pruebas de

funcionamiento in situ con resultados óptimos.” Sin embargo, “a pesar de lo urgido que se encuentra el

Poder Judicial ante la gran cantidad de vacantes generadas por diferentes motivos (aproximadamente

300 cargos, nada menos que el 25% del total del personal), lo cual lesiona el servicio de justicia, la

Corte no ha tomado decisiones referidas a formas alternativas de incorporación o contratación de

recursos humanos, aunque tampoco las descarta. No existe aún una fecha o plazo definidos para la

puesta en marcha del sistema de concursos.”25

Aparece aquí también el Foro de Abogados que “decidió tomar partido para dar una mano y su

presidente, presentó una nota en la Corte de Justicia. En la misma dice que la institución está dispuesta

a hacerse cargo del costo del alquiler de las computadoras que sean necesarias y del lugar para tomar

los exámenes, lo que le da una solución al problema de recursos. (…) El abogado aseguró que ‘lo

hacemos porque no tenemos la seguridad de que se eligen los mejores… hace falta hacer concursos

para saber quiénes son los más idóneos, lo venimos sosteniendo desde hace mucho tiempo’”.26

Pero en este contexto de reclamos la Corte sanciona un nuevo Reglamento de Concursos, el Acuerdo

34/ 2014 que deroga el Nº10/ 2001. Esta nueva disposición establece “las bases para el llamado a

concurso mediante el cual los aspirantes deberán aprobar una prueba de dactilografía (velocidad de

escritura), una prueba de ortografía (corrección de un texto con errores) y una prueba de co-

nocimientos teóricos (temas relacionados al quehacer judicial con la modalidad de opción múltiple y/o

verdadero-falso), en base al material que se publicará en la página web del Poder Judicial. Luego de

ello se confeccionará una lista por orden alfabético con los aspirantes que hayan aprobado las pruebas,

quienes estarán en condiciones de presentarse a una entrevista personal con dos de los cortistas y la

24 26/02/2014 Diario de Cuyo. DÉFICIT DE PERSONAL por la falta de computadoras. Ese fue el fundamento que dio el presidente de la Corte para justificar más ingresos a dedo. 25 27/02/2014. Diario la Provincia. LA CORTE DE JUSTICIA aseguró que el sistema de concursos no se ha dejado sin efecto pero no descarta contratación de personal. http://www.diariolaprovinciasj.com/politica/2014/2/27/corte-justicia-aseguro-sistema-concursos-dejado-efecto-pero-descarta-contratacion-personal-9922.html consultado 3/06/2014 26 28/02/2014 Diario de Cuyo. INGRESOS POLÉMICOS Concursos: ofrecen solución, pero la Corte dijo que “no”.

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presencia de un actuario donde evaluarán la presencia del postulante, sus conocimientos técnicos y

teóricos, sus antecedentes laborales, académicos, y de buena conducta, entre otros. (…) Pero para

llegar a esa entrevista, serán los propios cortistas y según un criterio que no está definido en la

acordada, quienes convoquen de esa lista a quienes consideren que tienen el perfil necesario para

ocupar el cargo disponible”27 Este Acuerdo fue calificado por el Foro de Abogados como

inconstitucional pues consideran que el “mal llamado” concurso no fija puntajes, no meritúa en

función de ellos, y en consecuencia, no establece orden ni prioridades. En un documento elaborado por

dicho organismo sostienen: “El Acuerdo… constituye –una vez más— un instrumento de aparente

legalidad que trasgrede abiertamente la norma constitucional del Art. 45… y por sobre todo avasalla el

principio de la "idoneidad” que debe garantizar el ingreso a los cargos públicos. … Adolece de

ilegitimidad, por ser el mecanismo idóneo que le otorga a la Corte la total facultad de ejercer en forma

absoluta la discrecionalidad de sus decisiones, la que por su alcance se traduce en arbitrariedad.” El

documento revisa cuidadosamente cada uno de los artículos, concluyendo que “no regula concursos,

solo es un medio de actuación arbitraria de la Corte. Sin mecanismo de evaluación, sin puntajes y sin

orden de mérito, no hay concursos”.28 Esto es, mediante este nuevo reglamento, la Corte estaría

otorgándole legalidad a la manera, sostenida en el tiempo, que ha asumido la selección de candidatos

para cubrir cargos en el poder judicial de la provincia.

Por su parte, al ser consultado sobre esta acordada, el fiscal general de la Corte sin dar argumentos ni

mayores explicaciones, expresa que no aprueba lo decidido por los cortistas.29

Hasta aquí, podemos decir que si bien es el concurso el mecanismo señalado constitucionalmente tanto

para el ingreso o la promoción en la carrera administrativa, como para la selección y designación de

los magistrados, en el primer caso, dicho mecanismo no se ha implementado desde su reglamentación

en 2001 y en el segundo, no han podido superarse las limitaciones advertidas en el proceso de

selección.

Por otra parte, la Acordada Nº34 de 2014 al convertir en norma esa forma denunciada de

discrecionalidad, evidencia una lógica de funcionamiento distinta a la del mérito, lógica que debiera

primar dadas las particularidades del capital en disputa.

3. A modo de cierre

27 10/06/2014. Diario Huarpe. Ingreso a la Justicia: pese al concurso los cortistas decidirán quién queda http://www.diariohuarpe.com/actualidad/politica/ingreso-la-justicia-pese-al-concurso-los-cortistas-decidiran-quien-queda/ Consultado 6/08/2014. 28 19/06/2014 inconstitucionalidad del reglamento de concursos – Ac 23-14- corte San Juan. El Acuerdo General N° 23/14 de la Corte de Justicia de San Juan. Reglamento para Ingreso y Ascenso del Personal. Disponible en www Foro de Abogados San Juan. 29 10/06/2014. Tiempo de San Juan. REPERCUSIÓN. Acordada de la Corte: El Fiscal General se había opuesto a este sistema. http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2014/6/10/acordada-corte-fiscal-general-habia-opuesto-este-sistema-58247.asp Consultado 6/08/20.

Page 109: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

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Desde inicios de 2012, en cada una de las notas que hacen referencia a nombramientos en el poder

judicial que eluden el sistema de concursos vigente pueden leerse expresiones como las que siguen:

“ocupar los cargos en un poder del Estado, como la Justicia, garantiza excelentes salarios y estabilidad

de por vida” o “ser nombrado en el Poder Judicial es garantizarse un trabajo bien pago de por vida”;

expresiones que dan cuenta de la valoración social de la que goza el empleo judicial, particularmente

en una provincia de escaso desarrollo económico y en la que el empleo público ha cumplido un papel

fundamental como instrumento de cohesión social. Pero esta valoración no es sólo de carácter local.

A comienzos de 2013 se elevó al Congreso nacional un paquete de reformas para el poder judicial de

la Nación entre los cuales destacan dos proyectos de ley en relación a aspectos que aquí se han tratado:

la modificación al Consejo de la Magistratura y el ingreso igualitario al poder judicial. Si se revisan las

opiniones respecto de los dos proyectos, es posible observar que mientras se objetan las reformas

propuestas para el Consejo de la Magistratura, no se debate sobre el ingreso igualitario. En mayo de

2013, y bajo el N° 26.861, se aprobó la ley de “Ingreso democrático e igualitario de personal al Poder

Judicial de la Nación y al Ministerio Público de la Nación”. La justificación de la necesidad de estas

reformas descansan en expresiones como las que siguen: “cambiar la lógica del ingreso cerrado,

directo y discrecional… [por otro] ‘abierto, público y basado en el parámetro objetivo de la

idoneidad’. … [que busca] fortalecer las garantías de transparencia, imparcialidad y objetividad del

procedimiento … ‘con el respeto de la manda constitucional de observar la idoneidad sin

prevalencias ni preferencias antojadizas, caprichosas o infundadas’”.30 En el mismo sentido el

presidente del Colegio de Magistrados de San Juan opina al ser consultado sobre la misma “en el tema

del ingreso al poder judicial estamos totalmente de acuerdo que sea por concurso. Que cualquier

ciudadano tenga igualdad de oportunidades de ingresar al poder judicial (…) que no sean ingresos a

dedo, por parientes o por amigos, sino que sean públicos y transparentes”.31 Estas afirmaciones dan

cuenta de una percepción compartida en diferentes ámbitos de la sociedad acerca de la connotación

negativa que subyace a los mecanismos de selección para el ingreso al poder judicial, ya provincial ya

federal. Podría suponerse que estas percepciones negativas sobre este poder del Estado estaban

presentes, de una manera u otra, pero se vuelven públicas como resultado, en palabras de Zuleta

Puceiro (2012), del proceso de democratización puesto en marcha en 1983 y en el que los medios de

comunicación van a jugar un papel preponderante al exponer, poner en evidencia, los privilegios y

prebendas de determinados sectores, entre ellos, el judicial. Ahora bien, nuestro análisis no puede

reducirse sólo al efecto de estos procesos, aún cuando se considere su importancia: los

cuestionamientos que se hacen a las decisiones de la Corte respecto de los nombramientos sin

concurso, o al ejecutivo por no des-congelar la ley que reforma las funciones del Consejo de la

30 01/04/2014. La Procuradora aprobó el reglamento para el ingreso democrático e igualitario al Ministerio Público Fiscal. http://www.mpf.gob.ar/novedades/gilscarbo-aprobo-el-reglamento-para-el-ingreso-democratico-e-igualitario-al-mpf/. Consultado 06/08/2014. 31 01/03/2013. Diario de Cuyo. DESPUÉS DEL DISCURSO. Desde el Colegio de Magistrados de San Juan apoyaron la propuesta de la Presidente. “Estamos totalmente de acuerdo con lo expuesto. No deben haber ingresos a dedo”.

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Magistratura (cuando han pasado 10 años de su suspensión y, además, se han modificado

objetivamente las circunstancias que llevaron a tomar aquella decisión) no se dan en el vacío sino en

un contexto en el que el recambio generacional multiplica las posibilidades de acceso al poder judicial

para muchos de los que históricamente han quedado fuera por carecer de los “contactos” necesarios.

Un aspecto interesante que surgió al reconstruir la trayectoria del debate en torno a los concursos,

tanto de magistrados como de personal administrativo (concentrado entre 2013 y 2014), es que el

mismo coincide con el momento en que se produce un importante número de vacantes en el poder

judicial, mayormente por jubilaciones (Hacia fines de 2014 debían cubrirse casi el 50% de los cargos

de la magistratura, y cerca del 25% de la planta de personal judicial).32 Estas condiciones objetivas

hacen que el ingreso al poder judicial se vuelve posible… pero esta posibilidad existe sólo en la

medida en que el capital en juego sea jurídico y el mérito el principio de diferenciación.

En consecuencia el concurso será considerado por aquellos sectores dominados del campo como el

mecanismo idóneo para la selección, para el ingreso, pues pone al mérito como valor de cambio. Al

tiempo que los dominantes, haciendo uso del poder de nominación que les es conferido, lo aplazan y

recurren a las Acordadas para la cobertura de los cargos vacantes. El cruce de palabras entre los

miembros de la Corte, el fiscal general y el Foro de Abogados pone en evidencia la lucha en el campo

y los intereses que están en juego. Lucha entre dominantes y dominados que traspasa las fronteras del

campo ocupando los titulares de la prensa y cuestiona la lógica predominante, la del espacio social y

de su capital por excelencia, el capital social; lógica que recurre directa, cotidiana y personalmente a

las prácticas que aseguran las condiciones de su reproducción.

Bibliografía citada

BOURDIEU, P. (2001). Poder, derecho y clases sociales. 2º edición. Ed. Descleé de Brouwer. Bilbao.

BOURDIEU, P. (1989) Noblesse d' Etat. Les editions de Minuit. Paris.

THEA, Federico G. (2014) La elección de “jueces constitucionales” en las democracias actuales.

Revista Pensar en Derecho. Nº4. Año 2014. Disponible en

http://www.derecho.uba.ar/publicaciones/pensar-en-derecho/revistas/4/la-eleccion-de-jueces-

constitucionales-en-las-democracias-actuales.pdf ZULETA PUCEIRO, Enrique ¿Quién custodia a los custodios? Revista Pensar en Derecho. Nº1. Año

2012. Disponible en http://www.derecho.uba.ar/publicaciones/pensar-en-derecho/revistas/1/quien-

custodia-a-los-custodios.pdf

32 23/06/2014. Tiempo de San Juan. OFICIAL: SON 223 LAS VACANTES JUDICIALES. Así constan en las últimas planillas de la Dirección General Financiero-Contable, en la que figura la Planta de Personal del Poder Judicial al 1 de julio de 2014. Es el 18,7 % de los puestos creados. http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2014/6/23/oficial-vacantes-judiciales-59109.asp. Consultado 6/08/2014. Respecto de los magistrados esta situación resultó de un acuerdo celebrado entre el ejecutivo provincial y el ANSES, que permite a los magistrados jubilarse con el 82% móvil; situación que tiene lugar al interior de un cuerpo cuyo personal cumple ampliamente con los requisitos exigidos para el trámite jubilatorio.

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7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-

OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN

27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015

Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo: sociología e historia

Título: Territorio e identidad: El Encónuna manifestación local del proceso de

emergencia social de los pueblos originarios.

Autor: Gerardo Larreta1.

Palabras Claves: Territorio, identidad, estrategias de existencias.

Resumen:

Este artículo de investigación trata sobre el estudio de los procesos de construcción de la

identidad en relación con el territorio en los pueblos originarios Huarpe de El Encón provincia

de San Juan.El mismo se realiza a partir de los resultados de investigación de tres proyectos

de becas.Se utilizó la etnografía como estrategia metodológica y la observación y entrevista

en profundidad como técnicas de recolección de información. El universo estuvo compuesto

por las personas integrantes de la comunidad salvador Talquenca del El Encón provincia de

San Juan.

El arraigo de estos pueblos con el territorio va más allá de la concepción material, se basa en

una cosmovisión referente a la relación del hombre con la tierra, dos componentes inherentes

de su cultura material y simbólica. Es así que el territorio se presenta como un elemento

constitutivo tanto de la cultura como de la identidad. Los procesos de conformación de la

identidad originaria, deben ser analizados y reconstruidos dialécticamente en relación con la

categoría territorio entendiendo a esta como una producción histórica social de ocupación del

suelo y a la vez como un condicionante material y simbólico.

Keys Words: Territory, identity, strategies of existence.

1 [email protected] – Rawson, San Juan. CONICET, UNSJ –IISE.

Page 112: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

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Abstract:

This research paper deals with the study of the processes of identity construction in relation to

the territory of native peoples Huarpe from El Encón province of San Juan. The same is done

based on the results of investigation of three research projects. I use ethnography as a

methodological strategy and observation and in-depth interviews as data collection

techniques. The universe was composed of the members of that community Salvador

Talquenca the El Encón province of San Juan.

The roots of these peoples with the territory beyond the material conception, is based on a

reference to the relationship between man and the earth worldview, two inherent components

of its material and symbolic culture. So that the territory is presented as a constitutive element

of both culture and identity.The processes of forming the original identity, must be analyzed

and reconstructed dialectically in relation to understanding this category territory as a social

historical production of land use and also as a material and symbolic conditioning.

1. Introducción:

Esta ponencia parte de los resultados obtenidos en el proyecto de investigación “El Proceso de

Emergencia Social de Pueblos Originarios en San Juan”. El contenido del mismo versa sobre

en el análisis de los procesos implicados en la construcción de la identidad en relación con el

territorio en pueblos originarios emergentes, particularmente desde la comunidad Huarpe

Salvador Talquenca de El Encón, provincia de San Juan.

Las cosmovisiones de los pueblos originarios en los procesos de apropiación/relación con el

territorio y construcción de su identidad se configuran como un conjunto de interrelaciones de

mutua modificación. Precisar la vida humana a partir de las condiciones de existencia

planteadas por las hostilidades del desierto, nos invita a replantearnos la importancia real de

las relaciones entre las prácticas y la identidad, teniendo en cuenta principalmente que las

posibilidades productivas en tales circunstancias resultan muy reducidas.

Para analizar el proceso de construcción de la identidad originaria es necesario en primera

instancia reconocer el proceso de emergencia como un fenómeno histórico social.

Conceptualizar el proceso de emergencia como un estado relacional en el cual los pueblos

originarios son reconocidos por otros actores sociales, mediantes procesos de visibilización.

El proceso de emergencia puede ser objetivado en un doble juego de

Page 113: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

3

visibilización/invisibilización en los procesos sociales dejando de lado la falacia de la

extinción2 de los pueblos originarios.

Las contradicciones en la sociedad derivan en conflictos sociales y políticos, productos de

condiciones históricas, económicas, sociales y culturales concretas. El conflicto de larga data

que plantean los pueblos originarios se desarrolla en un mundo trasnacionalizado,

“globalizado”, en constante proceso de homogenización cultural. En las sociedades actuales

se produce la emergencia de una diversidad de grupos que estaban soterrados, y que plantean

el reconocimiento de sus identidades reconstruidas. Estos son los movimientos sociales, entre

los cuales se encuentran los pueblos originarios; estos nunca dejaron de existir sino fueron

invisibilizados en el saber, hasta que se crearon condiciones para su emergencia.

2. El resurgir desde la subalteridad: Territorio como instancia de visibilización.

La historiografía oficial dio por extinguidos a muchos pueblos originarios que habitaron la

República Argentina. Pero contra las concepciones hegemónicas, a partir de la década del ‘90,

en diversos lugares del territorio nacional comenzaron a desarrollarse manifestaciones

crecientes en un contexto de revisionismo histórico del quinto centenario de la conquista de

América. Las nuevas condiciones resultan propicias para el desarrollo de procesos de

visibilización, en el cual se organizan y plantean la recuperación de la identidad en la lucha

por reivindicaciones específicas.

Muchos de los pueblos considerados extinguidos están emergiendo mediante procesos de

visibilización. Es importante tener especial cuidado al significar tales conceptos ya que según

el sentido de la exégesis lo que se extinguió deja de existir con imposibilidad de revertirlo.

Pensado desde las Ciencias Sociales conformarían sistemas irreversibles como procesos

complejos de altos niveles de entropía que hacen imposible su reincidencia. Sí aceptamos las

configuraciones identitarias de dichos grupos como emergentes y sucesores de los pueblos

considerados extinguidos entraríamos en una contradicción. Tal dificultad posee una

naturaleza ideológica basada en los procesos de negación de las culturas originarias, no así en

las existencias reales de los mismos. Si hoy reconocemos la existencia de grupos con

configuraciones identitarias y culturales que afirman ser descendientes de pueblos originarios,

y a su vez dichas configuraciones coinciden relativamente con lo que la historia y la

arqueología reconstruyó sobre los pueblos precolombinos, es porque algunos grupos

2 Se refiere a real como opuesto al carácter ideológico que decreto la extinción de los pueblos originarios.

Page 114: Mesa 15: Desafíos del pensamiento sociológico contemporáneo

4

conservaron y trasmitieron la cultura e identidad, proceso que invalida la idea de una posible

extinción. Los pueblos originarios solo estuvieron extintos para el conocimiento científico y

sus derivaciones a los demás tipos de conocimientos -entiéndase sentido común-, resultando

paradójico que en la actualidad se transite el proceso inverso al interior del mismo campo.

Agotada la idea de extinción debemos repensar los conceptos de visibilización y emergencia

como categorías teóricas. La visibilización y emergencia son dos fenómenos referidos a la

lógica del campo científico y no a la existencia real de los pueblos originarios. Los pueblos

originarios nunca dejaron de existir sino que fueron invisibilizados en el saber, hasta que se

crearon condiciones para su emergencia. Significa la re-aparición, resurgimiento desde la

negación, es una manifestación particular, expresión de la complejidad de los procesos

sociales.

Ningún pueblo o sociedad se desarrolla de forma aislada sin relación con otros grupos –

estasrelaciones pueden ser de cooperación o de dominación-. En el tiempo, sus propias formas

culturales van desapareciendo dentro de la conculcación dominante pero aun así hay formas

resistentes. Así se advierte que ninguna de estas configuraciones sociales se encuentra en

“estado puro”, “originario”, sino de manera resistente, trasformadas dentro de las relaciones y

configuraciones de la sociedad dominante, en la cual estos pueblos son subalterizados. Se

pueden encontrar relaciones y vestigios de formas anteriores, transformadas y resignificadas

en el tiempo pasado y nuevamente resignificadas en la actualidad.

A partir de la reforma constitucional del año 1994 en la Argentina, como punto de inflexión

histórico, comienza un proceso de creciente interés e intervención del Estado sobre los

pueblos originarios. Allí donde se los declaraba extintos, hoy se los considera emergentes.

Nace un nuevo espacio de interacción política creando sistemas complejos de relaciones, tanto

entre las esferas estatales en sí y de estas con los pueblos originarios. Lo que era aceptado

comienza a colocarse en el espacio de lucha.

Si se reflexiona sobre el uso que se le da al fenómeno emergenciase distingue que este refiere

a la lógica del conocimiento y no a la realidad concreta de los sujetos. (…) “una nueva ciencia

nace solo allí donde se aplica un nuevo método a nuevos problemas y donde, por lo tanto, se

descubren nuevas perspectivas (…) pero ante todo el sujeto real, antes como después,

mantiene su autonomía frente a la mente”. (Marx en Bourdieu, 2008).

El territorio para los pueblos originarios es considerado desde la propiedad colectiva, se

opone al concepto de tierra como propiedad privada. El significado de territorio se basa en su

principio de autonomía, no a partir del dominio sobre el espacio, sino a partir de la relación

con este, que implica y requiere la posibilidad de la toma de decisiones sobre lo que les

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5

pertenece como comunidad por naturaleza propia. La tierra no se concibe como una

mercancía, es un territorio productivo indispensable, un territorio en común, que forma parte

de la herencia cultural recibida.

Desde una perspectiva sociológica, el territorio es el sustrato espacial sobre el que el ser

humano es capaz de relacionarse. Así mismo presenta una serie de condiciones que como

tales no determinan culturalmente al ser humano, sino que se relacionan modificándose

dialécticamente. El territorio se presenta como un elemento constituyente en la producción de

cultura y a la vez socialmente construido. Se construye la categoría territorio como el espacio

socialmente modificado, entendido desde las perspectivas de los pueblos originarios y como

un elemento constituyente en la producción de cultura y a la vez culturalmente construido.

La identidad se construye en relación a procesos materiales que aparecen homologados en la

conciencia. “La identidad colectiva se forma […] a partir de un común denominador, de una

igualdad de esencia” (Lomnitz;2002). Estas características analizadas desde la Sociología del

conocimiento tienen su origen en el constante devenir dialéctico entre las condiciones

materiales y las construcciones culturales que poseen los sujetos y grupos históricamente

situados. Así a niveles microsociológicos se podría objetivar –en primera instancia- la

identidad a partir de la conjunción dialéctica de las categorías cultura-territorio, pudiendo

proyectarse globalmente a partir de denominadores en común.

Por otrolado dimensión histórica es un elemento central de análisis en la concepción de

identidad, ya que las condiciones materiales como así también la cultura no son estáticas en el

tiempo; cada grupo cultural está en un constante proceso de adaptación, redefiniendo su

propia identidad constantemente. No explicarse un grupo a través delas categorías de cultura e

identidad en un sentido abstracto, ya que no existe una cultura en estado de pureza, no

permanece igual a sí misma ya que no existe una esencia ahistórica, pues está realizada y a la

vez realizándose, resulta de la producción de seres que son el conjunto de sus relaciones

sociales e históricas y sus múltiples determinaciones.

Los pueblos originarios como grupos étnicos se caracterizan por tener un origen y continuidad

en el tiempo, una historia y tradición común junto con una memoria colectiva. En los últimos

años los pueblos originarios se han convertido en importantes actores sociales y han logrado

producir cambios formales en los sistemas políticos y jurídicos nacionales e internacionales.

Por otro lado los estereotipos con los que la sociedad dominante identifica a los pueblos

originarios han logrado penetrar en las propias comunidades, quienes los adoptan convencidos

de su legitimidad. En los procesos de afirmación étnica, y en especial en los encuentros

interétnicos, es frecuente que se recurra a emblemas identitarios, a rasgos materiales o

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6

ideológicos, propios o apropiados, que argumenten de manera explícita la identidad de sus

poseedores. Tales situaciones plantean diversos interrogantes que derivan en posiciones

contrapuestas acerca de la validez real3 de la identidad emergente de los pueblos originarios.

Bartolomé (2006) sostiene que la manipulación de la identidad étnica no implica

necesariamente la falsificación de la misma.

“Aquellos que perciben a la etnicidad, a la afirmación contestataria

de la identidad, sólo como un medio para obtener fines, deben

recordar que toda acción humana es motivada por algún tipo de

interés específico. Pero el interés no implica la obligatoriedad de

motivaciones espurias. Se pueden movilizar recursos lingüísticos o

culturales para alcanzar determinados propósitos, pero esto quiere

decir que los recursos existen y no que se están inventando en ese

momento. La manipulación de la identidad étnica no incluye

necesariamente la mentira o la falsificación de la misma, aunque es

indudable que es un recurso para la acción” (Bartolomé, 2005,

214).

3. La experiencia local: Comunidad Huarpe Salvador Talquenca.

Las relaciones observadas en las comunidades de pueblos originarios analizados a partir de

sus relatos particulares como así también en su memoria colectiva, establece una primacía del

territorio que a partir de la imposición de condiciones materiales de existencia moldea de

manera interviniente en estrategias de producción y reproducción que regulan su relación con

el territorio en su devenir histórico como elemento constitutivo de su identidad.

El territorio como categoría debe ser interpretado en dos momentos diferentes pero

constitutivos del mismo fenómeno; en un primer momento como las condiciones materiales

de existencia donde se asienta las prácticas de los pueblos originarios y en una segunda etapa

que contempla la particular relación (de mutua modificación) que establece con estos últimos.

Las estructuras de grupo desde y hacia el territorio, adquieren particular sentido como

3 En sentido figurado.

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7

estrategias reproductivas ante las particularidades que el desierto impone. Asimismo al

adquirir una trascendencia generacional a través del tiempo, dichas estrategias son

incorporadas como objetos constituyentes de la identidad de los pueblos originarios en un

proceso de constante interacción.

El conflicto por la posesión de las tierras en el que se vio involucrado la comunidad Salvador

Talquenca marco un punto de suma importancia en la historia de la comunidad. El mismo se

sucede hace aproximadamente siete años cuando se hace presente un sujeto y afirma ser el

propietario legal de los territorios hoy habitados por la comunidad Salvador Talquenca. Tal

situación obliga, de alguna manera, a la comunidad a establecerse de manera formal como tal

e integrarse en instancias de mediación con la estructura jurídica estatal, como estrategia para

enfrentar la posibilidad de desalojo. El conflicto por la posesión del territorio además de

implicar la posibilidad de desalojo y situaciones de violencia, pone en evidencia un conjunto

de relaciones acumuladas históricamente.

En primera instancia evidencia la relación dominal4 que predominaba hasta ese momento

entre los habitantes del desierto de El Encón: La posesión5 de hecho se establecía como forma

predominante. En el sentido práctico la relación de propiedad nunca fue pretendida ya que al

establecer las posiciones espaciales en un sentido ecológico, a partir de recursos escasos, las

migraciones internas se plantean como una estrategia habitual. Demarcar límites en el

territorio concebido como “campo abierto” implicaría la necesidad de inversiones que

exceden las posibilidades de los puesteros. En consecuencia la figura legal de posesión, si

bien es la que mejor se adapta al hecho en sí, encarna grandes falencias ya que en sus

requerimientos de intención de propiedad implica entre otras cosas el pago de impuestos sobre

un espacio no mensurado y sin servicios básicos (electricidad, agua potable, etc.) lo cual no es

posible.

La posibilidad de desalojo implico la necesidad de organizarse tanto al interior de la

comunidad de puesteros como hacia el exterior bajo la figura de comunidad de pueblos

originarios. Esto bajo ningún criterio afirma o niega el carácter identitario de los miembros de

la comunidad como descendientes de pueblos originarios, sino que los encuadra dentro del

marco de la ley a fin de poder ingresar en los que denominamos instancias de mediación. Es

4 Concepto utilizado legalmente para referirse al tipo de relación que una persona puede establecer con un terreno determinado. 5 Entendemos por posesión a la tenencia del terreno habitado con la intención (o comportamiento) de ser su dueño. La posesión requiere dos elementos para configurarse: el corpus, que es la cosa en sí y la intención de tener la cosa como propia, de comportarse como su dueño, es decir la posesión requiere la intención y la conducta de un dueño. Se diferencia de la tenencia en la cual el tenedor reconoce en otro la propiedad.

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8

allí donde el INAI6 como la institución legitimada por el Estado ingresa en el conflicto en

favor de la comunidad Salvador Talquenca.

El conflicto por la posesión de tierras interviene en el proceso de emergencia de la comunidad

Salvador Talquenca. Aun así es menester dejar en claro que dicho conflicto solo evidencio

(visibilizo) una situación ya existente. La cultura originaria prevaleciente en los habitantes del

desierto del El Encón es autónoma a las instancias de mediación donde se hizo manifiesta y la

misma refiere predominantemente a un proceso de transmisión y transformación desde una

cultura ancestral.

El análisis de los fenómenos de emergencia y visibilización de los pueblos originarios desde

la Sociología solo se hace posible a través de la integración de procesos locales y globales en

la continuidad histórica de los mismos, contemplando las estructuras propias del grupo como

así también las externas intervinientes en procesos históricos. Distinguimos principalmente

dos niveles de análisis: por un lado los procesos históricos globales referentes a la actividad

estatal, como nivel de organización que posee el grado más alto de autonomía,

particularmente a partir de su intervención mediante políticas de Estado. Y por otro lado

desde una perspectiva materialista el territorio y los individuos producen su historia a partir de

la constante interacción en el acto productivo. Solo a partir de la mediación entre ambas

instancias hace posible el abordaje de los pueblos originarios tanto en el estudio de

transformaciones históricas como en el de las estructuras actuales. Describir y explicar las

estructuras y procesos de conformación de identidad de los pueblos originarios demanda un

estudio reflexivo de la situación donde este se desarrolla, contemplado las características

particulares de la historia, el espacio territorio y las instancias de mediación en la que estos

pueblos interaccionan con otros grupos humano e institucionales.

No se puede concebir el fenómeno de emergencia y visibilización de los pueblos originarios

como un proceso unificado. Si bien se reconocen dentro un mismo contexto histórico las

particularidades de sus situaciones hacen de estos en muchos casos fenómenos incomparables.

El caso particular de los pueblos originarios del desierto de El Encón y de Lavalle que dadas

sus condiciones de existencia particulares poco pudieron conservar de sus rasgos culturales

particulares y se ven mixturados con la figura del puestero. El desierto se impone, limita y

homogeniza pero existen formas culturales que persisten desde lo latente.

6 Si bien el INAI sería la institución que legitima la comunidad como descendientes de pueblos originarios ante la figura estatal, su intervención implica ciertos criterios que no se condicen en su totalidad con el conjunto de relaciones históricamente depositadas. La delimitación del espacio declarado como propiedad indígena posee límites definidos y arraiga la comunidad a una porción especifica de territorio.

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Podemos establecer al territorio desierto desde su faceta material como la principal

interviniente en los procesos referentes a la construcción de las actividades productivas como

rasgos identitarios. Pero cometeríamos un error si objetivamos tal relación unilateralmente ya

que son los rasgos culturales particulares de la cultura originaria los que articulan y dan

sentido a dicha relación de mutua modificación. La relación que los pueblos originarios de El

Encón establecen con el territorio se diferencia de la concepción moderna de propiedad. Se

constituye como una fuente de vida, de sustento material, y cultural, el territorio se presenta

como un elemento constitutivo tanto de la cultura como también de la identidad.

La lógica que los integrantes de la comunidad Salvador Talquenca utilizaron para regular el

espacio y definir sus transformaciones a lo largo de la historia fue la posesión de hecho (en el

desierto) limitado bajo criterios ecológicos-económicos. Al no existir una noción de

propiedad sobre el espacio las estrategias de distribución sobre el territorio se establecen

principalmente en relación a las capacidades de abastecimiento de la parcela en razón a la

actividad productiva. Es el desierto a partir de su capacidad de abastecimiento tanto en lo

referido al pastoreo como en el acceso al agua lo que regula la distribución de los puestos7

sobre el espacio. El desierto como nicho ecológico compone la base a partir de la cual los

miembros de la comunidad producen y articulan sus existencias. La historia de los pueblos de

El Encón se define principalmente por el acceso al agua.

En razón a las relaciones productivas que establecen con el desierto la mayoría de los

integrantes de la comunidad Salvador Talquenca puede ser categorizados como “puesteros”,

entendiendo por ello a pequeños productores caprinos. En la mayoría de los casos se

desarrolla la cría de cabras criollas en pequeña escala como principal actividad productiva. La

escasez de pasturas naturales, tanto en calidad como en cantidad, hace del desierto de El

Encón una zona productiva de reducidas alternativas. Por otro lado las unidades productivas

se establecen a partir de núcleos familiares donde la actividad pecuaria se transmite

generacionalmente, como única alternativa sustentable.

Existe un proceso adaptación a las condiciones particulares planteadas por el medio material.

Al analizar las actividades realizadas por los miembros de la comunidad Salvador Talquenca

debemos reflexionarlas como el resultado de la relación entre las condiciones particulares del

territorio con las estrategias de subsistencia. Para analizar los procesos de construcción de

identidad, visibilización y emergencia de los pueblos originarios es necesario por un lado

objetivar las relaciones de mutua modificación que estos establecen con el territorio dentro de

7 Unidad productiva.

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una perspectiva histórica y por otro la relación que establecen los pueblos originarios con

otros grupos.

La comunidad Salvador Talquenca tiene su origen formal a partir de la necesidad de generar

una figura legal que pueda representarlos frente al Estado en el conflicto por la posesión de

tierras. Es importante diferenciar entre la conformación legal de la comunidad y la de hecho.

Si se repiensa la historia de la comunidad Salvador Talquenca tiene un origen y existencia

constante desde la consolidación de El Encón como pueblo, aun así se la podría considerar

más antigua, dispersa en las distintas comunidades que circunda el espacio actual. El carácter

de la identidad originaria si bien implícito en la historia de cada familia siguió patrones

referentes a procesos globales. Es así que las raíces Huarpes en un primer momento fueron

ocultadas debido a que representaban un estigma. La conformación legal de la comunidad

refiere principalmente a estrategias de intercambio con la lógica estatal y como medio de

fortalecer una estructura de posesión que resulta frágil de sostener legalmente.

Los procesos de emergencia y visibilización solo pueden ser considerados dentro de un

proceso histórico donde se propician las condiciones necesarias para la visibilización de

grupos de individuos con culturas específicas que en otros momentos históricos fueron

invisibilizadas. Por otro lado repensar los pueblos originarios desde una perspectiva histórica

nos obliga a contemplar los procesos de construcción y reconstrucción de su cultura e

identidad en el devenir de la historia tanto en los niveles locales como así también integrada a

los macro procesos estatales.

4. Conclusiones.

El estudio de los procesos implicados en la construcción de la identidad en relación con el

territorio en pueblos originarios emergentes solo es posible a partir de la doble lectura que

contempla la integración de procesos locales y globales, reconociendo las estructuras propias

del grupo como así también las externas intervinientes en los procesos históricos. Describir

los procesos de conformación de identidad de los pueblos originarios emergentes demanda un

estudio reflexivo de la situación particular donde este se desarrolla, comprendido desde la

historia, el espacio territorio y las instancias de mediación en la que estos pueblos

interaccionan con otros grupos humano e institucionales.

La existencia y tipo de relaciones que intervienen entre las categorías analíticas territorio e

identidad fue identificada en los pueblos originarios a partir de sus relatos y memoria

colectiva; la misma establece una primacía del territorio que a partir de la imposición de

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condiciones materiales de existencia que moldea de manera interviniente las estructuras

familiares en estrategias de producción y reproducción que regulan su relación con el

territorio en su devenir histórico como elemento constitutivo de su identidad.

Así el territorio como categoría debe ser interpretado en dos momentos diferentes pero

constitutivos del mismo fenómeno; en un primer momento como las condiciones materiales

de existencia donde se asienta las prácticas de los pueblos originarios y en una segunda etapa

que contempla la particular relación que establece con estos. Las estructuras familiares

devenidas desde y hacia el territorio, adquieren particular sentido como estrategias

reproductivas ante las particularidades que el desierto impone. Asimismo al adquirir una

trascendencia generacional a través del tiempo, dichas estrategias son incorporadas como

objetos constituyentes de la identidad de los pueblos originarios en un proceso de constante

interacción.

Por otro lado para analizar los procesos de construcción de identidad, visibilización y

emergencia de los pueblos originarios es necesario por un lado objetivar las relaciones de

mutua modificación que estos establecen con el territorio dentro de una perspectiva histórica y

por otro lado la relación que establecen los pueblos originarios con otros grupos humanos. El

análisis de los procesos de emergencia y visibilización solo pueden ser considerados dentro de

un proceso histórico donde se propician las condiciones necesarias para la visibilización.

Repensar los pueblos originarios desde una perspectiva histórica nos obliga a contemplar los

procesos de construcción y reconstrucción de su cultura e identidad en el devenir de la historia

tanto en los niveles locales como así también integrada a los macro procesos estatales.

El reconocimiento de la comunidad Salvador Talquenca por INAI como el recurso de la

posesión indígena marca un punto de inflexión en la relación que pudiesen establecerse entre

las comunidades originarias de El Encón con el Estado nacional. Pero por otro lado tanto la

existencia real de descendientes del Pueblo Huarpe como su posesión real sobre los territorios

habitados es autónoma y anterior al reconocimiento del Estado. Podemos reconocer y

diferenciar dos procesos identitarios diferentes pero no contrapuestos. Por un lado está el

proceso de la emergencia de la identidad a partir del conflicto por la ocupación del territorio y

por otro la identidad originaria como un elemento cultural heredado generacionalmente y

modificado en el proceso histórico.

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