El Concurso Literario “CON ALMA

DE QUIJOTE”, en el género de cuento breve y poesía, que fue convocado

el pasado mes de Abril, para celebrar el 400 aniversario de la obra

cumbre de la Literatura española:

El Ingenioso Hidalgo de Don Quijote de la Mancha,

de Miguel de Cervantes y Saavedra.

En lugar de manchas vemos figuras. El silencio lo llevamos con nuestros fantasmas, y al ruido le ponemos la máscara de nuestras ilusiones. Me subo al bus, pequeño espacio motorizado de hacinamiento ambulante que me lleva por una ruta establecida, sin que mis intenciones puedan incidir en la velocidad o la dirección. Que bonita iglesia, pasemos más despacio…¿Por qué no volteamos por esta calle para ver que encontramos?Así mismo anda este país. ¿Acaso no lo maneja el Uribe de turnoCon su grupo de motoristas universitarios, por la ruta que les da la gana, mientras nosotros miramos por la ventana los muertos que quedan tirados en la carretera? Aunque ahora que lo pienso bien, no todos los muertos quedan en la cuneta. Otros se quedan aquí aunque parezcan vivos. Muertos andantes que de tanto vivir la vida de otros, se quedaron sin la suya. Mejor me bajo.

Timbro. Casi me caigo. Salgo. Comienzo a caminar hacia donde me lleven mis propios pies. ¿Por qué hoy no saqué mi carro? Da igual. No tengo afán de llegar al edificio que todos los días me traga, me digiere y me defeca. Mientras esté en su barriga seré parte de la producción. “Doctor, me duele la cabeza”. No se preocupe señora, para

eso estoy yo aquí. Para curarla. Para calmarle todos sus dolores;

siempre y cuando, eso si, tenga usted con que pagar la

consulta, que bien cara si es. ¿Qué más le duele?

¿Le duele la conciencia? Tómese esta pastica y verá que se le pasa. ¿Le duele el alma? Ahora mismo se la extirpamos y va a ver como queda de bien.

Ya es tarde. He perdido mucho

tiempo. ¿Será que el tiempo de verdad se

pierde? Si se mide en unidades de producción, tal

vez. Pero yo creo que más bien es uno el que se pierde en el

tiempo.Mejor trabajo. Aquí está mi primer paciente:Señor, tres lapiceros multicolores en mil. Llévelos. A lo mejor escribe un cuento.

Bienestar Institucional

Universidad deSan Buenaventura

Universidad deSan BuenaventuraBienestar Institucional

César A. MejíaPsicólgo. Profesor Tiempo Completo Universidad

de San Buenaventura Cali

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rial B

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riana

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ía C

ali,

ago/

2005

- cc

Mención Cuento

No le temo al sacramentoNo le temo al sacrificioNo le temo al cambioNo le temo al futuroNo le temo a la vida.Le temo a sentir que te pierdo lentamente.Temo estar a tu lado y sentir que algo falta.Temo el tener que intentar recordar si esto es amorLe temo a la duda que me carcome por dentro.Le temo a los cursos de agonía al consumirse el fuego.Temo no saber cuando extinguirlo del todo o encenderlo de nuevo.Le temo a encenderlo para darme cuenta que no duraría lo suficiente.Temo no poder encenderlo si era el caso.Le temo a mi reflexión y a mis actos de duda.Temo no comprender la obviedad.Le temo a la frialdad sobre la nobleza.Le temo a la razón sobre el corazón.Le temo a la prioridad cotidiana frente al dilema del amor.Le temo a tu ausencia al estar junto a ti aún mas que a tu ausencia misma.No le temo a perder la vida;Le temo a vivirla sin ti.Temo vivirla contigo si no estás ahí.Temo odiarte y temo amarte de manera enferma.Le temo a perdertey le temo a quererte con obsesión.Temo a embarcarme y dar vuelta atrás.Le temo a medir la distancia que nos une o nos separay temo dejar el asunto en la lista para olvidar.Temo asumir que entre los dos no todo es perfecto. Le temo al desvanecimiento lento más que al final mismoTemo subir o bajar de lo ideal a lo real. No le temo al destinoLe temo a la desilusión en el camino.

Mención PoesíaAlejandro Liscano

Oración paratodos los días

Ojalá estés vuelto mierda como lo estoy yo.Ojalá sintás ese vacío desgarrador,esa repulsión en el estómago,esas ganas de vomitarlo todohasta tu alma.Ojalá sintás que te ahogásque el vacío te oprime el pechoy te deja sin aliento.Ojalá te cueste trabajo abrir los ojos en las mañanasy aceptar que no es una pesadilla de la cual despertar si no una insoportable realidad.Ojalá vayás por las calles como un muerto en vida,con la mirada perdida,sin ni siquiera poder arrastrar tus pies al caminar.

Ojalá las lágrimas caigan por tu piel a cada ratoy el recuerdo te atormente tanto como a mí.Ojalá mantengás los ojos rojos e hinchados.Ojalá se te haya apagado la música interior.Ojalá deambulés por las calles llorando en cada rincón como ánima en pena,sin que te importe la vida,sintiendo que se te escapa por un sueño.Un inmenso y único sueño,un sueño mágico que pudo ser,pudo ser verdad.

Ojalá…Ojalá sufrás tanto como yo,pero ojalá te arrepintás y saboreés la amargurade haber desdeñado tan noble y precioso regaloque la vida te ofrecióque intentó darte.

Ojalá la boca te sepa siempre mal,te sepa a culpa y desesperaciónal comprender que no era necesarioabortarlo;que en cambio valía la penaderrumbar todo para construir de nuevo.

Ojalá que la luz desaparezca de tus ojos, que la risa no brote de tus entrañas,que mi ser nunca salga de tu piel.Que te atormente saber que era un milagro,Un milagro que botaste a la basura.

Ojalá que por el resto de tus días no tengás sosiegoal pensar que era inútil intentar algo que ya habías intentadomientras desperdiciabas, despreciabas lo demás…

nuestro universo de locura sin igual.Amén.

Mención PoesíaClaudia Lucía Mejía De La PavaEstudiante Arquitectura

Grito por la tierra

Cómo te siento en mí amada tierra?¡como una arteria rota!Y es que han hollado tu intimidad profundaY desgarraron la piel de tu envolturapara quemarla en aras de unas arcas!Así has quedado mutilada, trunca, huérfana del ajuar primario de tus verdes.Ya sin las cintas plateadas de los ríosya sin los gases y aceites subterráneos que equilibraban los giros de tu vida!Y carcomieron en el cenit lejanoLa pura transparencia del ozonoY evaporaron en turbias bocanadasLa actividad fecunda de la faunay la frescura virgen de tus selvas.Y ésa profunda herida que te han hechoserá del sol y sombra de la lunay rodará cuajado cual estrellas,el llanto de Dios por tu infortunio.¡Como una llama me queman tus dolores!aquí en mis venas los siento palpitantes,pero impotente me conformo y mirola fría diferencia de los hombres!Y es que agonizas verde azul planetaY es que agonizas hace mucho rato,Mientras amamantabas reposadoLa prole impenitente de los hombres.Como a una madre quisiera acariciarteEn una flor, en un ave, en tu cortezaQue calcinada hoy tengo entre mis manos.

Premio PoesíaFanny L. de Restrepo

Viendo llover

Llueve. Llueve en una ciudad en donde no llueve. Llueve gotas, goterones, gotitas. Llueve somnolencia, estupor, masoquismo para el alma. Llover es un arte de difícil captación. Se requiere una educación especial, un manejo del lenguaje del agua. Fluir no es lo mismo que salpicar. Cada precipitación genera su propia reflexión. En este caso los riachuelos son senderos de ideas mientras se deslizan atravesando la ventana. Se las llevan todas, las succionan de la mente atravesando la psique. Ciempiés serpenteantes por la inconciencia. Entran por un poro, divagan en el cerebro, trazan escapes y salen por lo ojos llevándose la conciencia. Lo que queda es un cascarón vacío que ve llover.

El ve llover. Sigue la macro milésima de un segundo esférico acuoso precipitándose hacia el vacío. Veinte pisos mas abajo estallara. La ha perdido en la confusión de la manada. Se esfuerza por encontrarla como si estuviera tratando de ver lo último de un amigo que se aleja. Inútil. Suspira y el vaho dibuja un fantasma en la ventana.

Tarde gris salpicada de verde oscuro. No enciende las luces del apartamento, se resiste a ello. Comienza un cigarrillo y se echa en la hamaca a ver volar el humo. Se mece lentamente y ve llover. Quiere dejarse llevar por el estupor. Por la sensación.

El televisor está encendido en el fabuloso canal de la interferencia. Capta la señal de la lluvia, la codifica y transmite en estéreo.

Lluvia tras la ventana, frente a esta, el televisor transmitiendo la lluvia en vivo en una comunicación asíncrona.

Blanco, gris, negro.

Premio CuentoJulian E. Mejía T.Estudiante Arquitectura

No le temo al sacramentoNo le temo al sacrificioNo le temo al cambioNo le temo al futuroNo le temo a la vida.Le temo a sentir que te pierdo lentamente.Temo estar a tu lado y sentir que algo falta.Temo el tener que intentar recordar si esto es amorLe temo a la duda que me carcome por dentro.Le temo a los cursos de agonía al consumirse el fuego.Temo no saber cuando extinguirlo del todo o encenderlo de nuevo.Le temo a encenderlo para darme cuenta que no duraría lo suficiente.Temo no poder encenderlo si era el caso.Le temo a mi reflexión y a mis actos de duda.Temo no comprender la obviedad.Le temo a la frialdad sobre la nobleza.Le temo a la razón sobre el corazón.Le temo a la prioridad cotidiana frente al dilema del amor.Le temo a tu ausencia al estar junto a ti aún mas que a tu ausencia misma.No le temo a perder la vida;Le temo a vivirla sin ti.Temo vivirla contigo si no estás ahí.Temo odiarte y temo amarte de manera enferma.Le temo a perdertey le temo a quererte con obsesión.Temo a embarcarme y dar vuelta atrás.Le temo a medir la distancia que nos une o nos separay temo dejar el asunto en la lista para olvidar.Temo asumir que entre los dos no todo es perfecto. Le temo al desvanecimiento lento más que al final mismoTemo subir o bajar de lo ideal a lo real. No le temo al destinoLe temo a la desilusión en el camino.

Mención PoesíaAlejandro Liscano

Oración paratodos los días

Ojalá estés vuelto mierda como lo estoy yo.Ojalá sintás ese vacío desgarrador,esa repulsión en el estómago,esas ganas de vomitarlo todohasta tu alma.Ojalá sintás que te ahogásque el vacío te oprime el pechoy te deja sin aliento.Ojalá te cueste trabajo abrir los ojos en las mañanasy aceptar que no es una pesadilla de la cual despertar si no una insoportable realidad.Ojalá vayás por las calles como un muerto en vida,con la mirada perdida,sin ni siquiera poder arrastrar tus pies al caminar.

Ojalá las lágrimas caigan por tu piel a cada ratoy el recuerdo te atormente tanto como a mí.Ojalá mantengás los ojos rojos e hinchados.Ojalá se te haya apagado la música interior.Ojalá deambulés por las calles llorando en cada rincón como ánima en pena,sin que te importe la vida,sintiendo que se te escapa por un sueño.Un inmenso y único sueño,un sueño mágico que pudo ser,pudo ser verdad.

Ojalá…Ojalá sufrás tanto como yo,pero ojalá te arrepintás y saboreés la amargurade haber desdeñado tan noble y precioso regaloque la vida te ofrecióque intentó darte.

Ojalá la boca te sepa siempre mal,te sepa a culpa y desesperaciónal comprender que no era necesarioabortarlo;que en cambio valía la penaderrumbar todo para construir de nuevo.

Ojalá que la luz desaparezca de tus ojos, que la risa no brote de tus entrañas,que mi ser nunca salga de tu piel.Que te atormente saber que era un milagro,Un milagro que botaste a la basura.

Ojalá que por el resto de tus días no tengás sosiegoal pensar que era inútil intentar algo que ya habías intentadomientras desperdiciabas, despreciabas lo demás…

nuestro universo de locura sin igual.Amén.

Mención PoesíaClaudia Lucía Mejía De La PavaEstudiante Arquitectura

Grito por la tierra

Cómo te siento en mí amada tierra?¡como una arteria rota!Y es que han hollado tu intimidad profundaY desgarraron la piel de tu envolturapara quemarla en aras de unas arcas!Así has quedado mutilada, trunca, huérfana del ajuar primario de tus verdes.Ya sin las cintas plateadas de los ríosya sin los gases y aceites subterráneos que equilibraban los giros de tu vida!Y carcomieron en el cenit lejanoLa pura transparencia del ozonoY evaporaron en turbias bocanadasLa actividad fecunda de la faunay la frescura virgen de tus selvas.Y ésa profunda herida que te han hechoserá del sol y sombra de la lunay rodará cuajado cual estrellas,el llanto de Dios por tu infortunio.¡Como una llama me queman tus dolores!aquí en mis venas los siento palpitantes,pero impotente me conformo y mirola fría diferencia de los hombres!Y es que agonizas verde azul planetaY es que agonizas hace mucho rato,Mientras amamantabas reposadoLa prole impenitente de los hombres.Como a una madre quisiera acariciarteEn una flor, en un ave, en tu cortezaQue calcinada hoy tengo entre mis manos.

Premio PoesíaFanny L. de Restrepo

Viendo llover

Llueve. Llueve en una ciudad en donde no llueve. Llueve gotas, goterones, gotitas. Llueve somnolencia, estupor, masoquismo para el alma. Llover es un arte de difícil captación. Se requiere una educación especial, un manejo del lenguaje del agua. Fluir no es lo mismo que salpicar. Cada precipitación genera su propia reflexión. En este caso los riachuelos son senderos de ideas mientras se deslizan atravesando la ventana. Se las llevan todas, las succionan de la mente atravesando la psique. Ciempiés serpenteantes por la inconciencia. Entran por un poro, divagan en el cerebro, trazan escapes y salen por lo ojos llevándose la conciencia. Lo que queda es un cascarón vacío que ve llover.

El ve llover. Sigue la macro milésima de un segundo esférico acuoso precipitándose hacia el vacío. Veinte pisos mas abajo estallara. La ha perdido en la confusión de la manada. Se esfuerza por encontrarla como si estuviera tratando de ver lo último de un amigo que se aleja. Inútil. Suspira y el vaho dibuja un fantasma en la ventana.

Tarde gris salpicada de verde oscuro. No enciende las luces del apartamento, se resiste a ello. Comienza un cigarrillo y se echa en la hamaca a ver volar el humo. Se mece lentamente y ve llover. Quiere dejarse llevar por el estupor. Por la sensación.

El televisor está encendido en el fabuloso canal de la interferencia. Capta la señal de la lluvia, la codifica y transmite en estéreo.

Lluvia tras la ventana, frente a esta, el televisor transmitiendo la lluvia en vivo en una comunicación asíncrona.

Blanco, gris, negro.

Premio CuentoJulian E. Mejía T.Estudiante Arquitectura

El Concurso Literario “CON ALMA

DE QUIJOTE”, en el género de cuento breve y poesía, que fue convocado

el pasado mes de Abril, para celebrar el 400 aniversario de la obra

cumbre de la Literatura española:

El Ingenioso Hidalgo de Don Quijote de la Mancha,

de Miguel de Cervantes y Saavedra.

En lugar de manchas vemos figuras. El silencio lo llevamos con nuestros fantasmas, y al ruido le ponemos la máscara de nuestras ilusiones. Me subo al bus, pequeño espacio motorizado de hacinamiento ambulante que me lleva por una ruta establecida, sin que mis intenciones puedan incidir en la velocidad o la dirección. Que bonita iglesia, pasemos más despacio…¿Por qué no volteamos por esta calle para ver que encontramos?Así mismo anda este país. ¿Acaso no lo maneja el Uribe de turnoCon su grupo de motoristas universitarios, por la ruta que les da la gana, mientras nosotros miramos por la ventana los muertos que quedan tirados en la carretera? Aunque ahora que lo pienso bien, no todos los muertos quedan en la cuneta. Otros se quedan aquí aunque parezcan vivos. Muertos andantes que de tanto vivir la vida de otros, se quedaron sin la suya. Mejor me bajo.

Timbro. Casi me caigo. Salgo. Comienzo a caminar hacia donde me lleven mis propios pies. ¿Por qué hoy no saqué mi carro? Da igual. No tengo afán de llegar al edificio que todos los días me traga, me digiere y me defeca. Mientras esté en su barriga seré parte de la producción. “Doctor, me duele la cabeza”. No se preocupe señora, para

eso estoy yo aquí. Para curarla. Para calmarle todos sus dolores;

siempre y cuando, eso si, tenga usted con que pagar la

consulta, que bien cara si es. ¿Qué más le duele?

¿Le duele la conciencia? Tómese esta pastica y verá que se le pasa. ¿Le duele el alma? Ahora mismo se la extirpamos y va a ver como queda de bien.

Ya es tarde. He perdido mucho

tiempo. ¿Será que el tiempo de verdad se

pierde? Si se mide en unidades de producción, tal

vez. Pero yo creo que más bien es uno el que se pierde en el

tiempo.Mejor trabajo. Aquí está mi primer paciente:Señor, tres lapiceros multicolores en mil. Llévelos. A lo mejor escribe un cuento.

Bienestar Institucional

Universidad deSan Buenaventura

Universidad deSan BuenaventuraBienestar Institucional

César A. MejíaPsicólgo. Profesor Tiempo Completo Universidad

de San Buenaventura Cali

Dise

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esió

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2005

- cc

Mención Cuento