memoria de la sexta mesa redonda 2

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“Sexta Mesa Redonda” 1 1 1 0 0 0 5 5 5 La materia electoral en la justicia constitucional local Cynthia Chanut Esperón I. Introducción De los artículos 40, 73 y 124 de nuestra Constitución se desprende, por un lado, que en el sistema federal existe una doble pirámide normativa, siguiendo la concepción piramidal kelseniana: por un lado, la pirámide federal, integrada por aquellas materias enumeradas en el artículo 73, incluyendo las facultades implícitas, y por otro, la pirámide local, compuesta por el resto de materias no atribuidas constitucionalmente a la Federación. Por encima de ambas pirámides se encuentra la Constitución federal. Sin embargo, entre ambas no existe relación jerárquica, sino que se trata de competencias distintas. 1 Por otra parte, de estos numerales se deriva que en la forma federal del Estado mexicano existen dos niveles de organización judicial: uno federal y otro local. Esto implica que el Poder Judicial está dividido en dos niveles, los cuales debieran ser, de acuerdo con la teoría federal, independientes uno del otro. Sin embargo, la realidad apunta que el ámbito de justicia local se encuentra –o tal vez, se encontraba— en un orden subordinado y dependiente del ámbito federal. El derecho electoral mexicano sin duda ha experimentado una evolución importante que se advierte fácilmente al comparar el texto original de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de 1917, con el vigente. El proceso de transición democrática en nuestro país, que inició con cuestiones relacionadas con la organización y calificación de elecciones, ha derivado en una reforma electoral en el ámbito federal, con implicaciones indubitables en las entidades federativas. 1 En efecto, la Suprema Corte de Justicia ha señalado que entre la legislación federal y local no existe relación jerárquica, sino competencia determinada por la Constitución general, pues su artículo 133 no establece ninguna relación de tal naturaleza entre las legislaciones federal y locales, sino que, en caso de una aparente contradicción entre ellas, se debe resolver atendiendo a qué órgano es competente para expedir esa ley de acuerdo con el sistema de competencia que la norma fundamental establece en su artículo 124, en tanto que todas las facultades que no estén expresamente concedidas a la Federación, se entienden reservadas a los Estados. Cfr. Apéndice al Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Judicial de la Federación 19171995, tomo I (materia constitucional), México, 1995, p. 185, tesis: “LEGISLACIÓN FEDERAL Y LOCAL. ENTRE ELLAS NO EXISTE RELACIÓN JERÁRQUICA, SINO COMPETENCIA DETERMINADA POR LA CONSTITUCIÓN”.

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   “Sexta Mesa Redonda”

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La materia electoral en la justicia constitucional local Cynthia Chanut Esperón 

 

I. Introducción 

De los artículos 40, 73 y 124 de nuestra Constitución se desprende, por un lado, que en el 

sistema  federal existe una doble pirámide normativa,  siguiendo  la  concepción piramidal 

kelseniana: por un  lado,  la pirámide federal,  integrada por aquellas materias enumeradas 

en  el  artículo  73,  incluyendo  las  facultades  implícitas,  y  por  otro,  la  pirámide  local, 

compuesta por el resto de materias no atribuidas constitucionalmente a la Federación. Por 

encima  de  ambas  pirámides  se  encuentra  la  Constitución  federal.  Sin  embargo,  entre 

ambas no existe relación jerárquica, sino que se trata de competencias distintas.1 

Por  otra  parte,  de  estos  numerales  se  deriva  que  en  la  forma  federal  del  Estado 

mexicano existen dos niveles de organización judicial: uno federal y otro local. Esto implica 

que el Poder Judicial está dividido en dos niveles, los cuales debieran ser, de acuerdo con 

la  teoría  federal,  independientes  uno  del  otro.  Sin  embargo,  la  realidad  apunta  que  el 

ámbito de justicia local se encuentra –o tal vez, se encontraba— en un orden subordinado 

y dependiente del ámbito federal. 

El derecho electoral mexicano sin duda ha experimentado una evolución importante que 

se  advierte  fácilmente  al  comparar  el  texto  original  de  la  Constitución  Política  de  los 

Estados Unidos Mexicanos, de 1917, con el vigente. El proceso de transición democrática 

en nuestro país, que inició con cuestiones relacionadas con la organización y calificación de 

elecciones, ha derivado en una reforma electoral en el ámbito federal, con  implicaciones 

indubitables en las entidades federativas.  

                                                       1 En efecto, la Suprema Corte de Justicia ha señalado que entre la legislación federal y local no existe relación jerárquica,  sino  competencia  determinada  por  la  Constitución  general,  pues  su  artículo  133  no  establece ninguna relación de tal naturaleza entre las legislaciones federal y locales, sino que, en caso de una aparente contradicción entre ellas, se debe resolver atendiendo a qué órgano es competente para expedir esa ley de acuerdo con el sistema de competencia que la norma fundamental establece en su artículo 124, en tanto que todas  las facultades que no estén expresamente concedidas a  la Federación, se entienden reservadas a  los Estados.  Cfr. Apéndice al Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Judicial de la Federación 1917‐1995, tomo I (materia  constitucional), México,  1995,  p.  185,  tesis:  “LEGISLACIÓN  FEDERAL  Y  LOCAL.  ENTRE  ELLAS  NO EXISTE RELACIÓN JERÁRQUICA, SINO COMPETENCIA DETERMINADA POR LA CONSTITUCIÓN”. 

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En efecto, dado que muchas de  las disposiciones que rigen el sistema electoral federal, 

rigen  también  los de  los estados,  los  sistemas  locales han  tenido que adecuar  su norma 

interna para ajustarla al texto de la Constitución federal. Sin embargo, algunas otras reglas 

se han mantenido dentro de  la competencia  local, y  también han sufrido modificaciones 

importantes desde el texto Constitucional federal. 

En  la primera parte del presente  trabajo  se atiende a  la distribución de  competencias 

entre  la Federación y  los estados y algunos cuestionamientos sobre el desequilibrio entre 

las jurisdicciones locales y la federal derivados de la estructura de nuestro sistema jurídico, 

de lo cual la justicia electoral no está exenta. 

En  segundo  lugar,  se  da  un  panorama  general  sobre  las  fuentes  que  informan  los 

derechos electorales que,  como mínimo, deben prever  las  constituciones  y  legislaciones 

locales, a saber:  la Constitución  federal y  los  tratados  internacionales en  la materia, y  la 

referencia a su dispersión en el texto constitucional. 

En tercer lugar, se analiza lo que hemos denominado “bases fundamentales del Derecho 

Electoral Local en la Constitución Federal”, es decir, las garantías y directrices previstas por 

la Constitución  federal conforme a  las cuales deberán ajustarse  las  legislaturas  locales al 

regular  la materia  electoral,  por  ejemplo,  en materia  de  elección  de  gobernadores,  de 

integración y designación de las legislaturas locales; en la regulación de los procedimientos 

electorales estatales, de los medios de impugnación electoral y las garantías de autonomía 

administrativa y jurisdiccional.  

En  este  último  apartado,  se  analiza  la  estructura  de  los  órganos  jurisdiccionales 

electorales  locales  en  las  diferentes  entidades  federativas  con  el  objeto  de  dar  un 

panorama  general  al  respecto  e  identificar  tres  aspectos:  si  pertenecen  o  no  al  poder 

judicial del Estado, si son Tribunales o Salas, si son permanentes o temporales, y el marco 

normativo  local  en  que  se  sustenta  lo  anterior. De  este  análisis  se  obtiene  un  reporte 

esquemático y gráfico.  

Asimismo, en el rubro de autonomía administrativa y jurisdiccional, se aborda el estudio 

del  juicio de revisión constitucional electoral, como mecanismo de revisión constitucional 

de los actos definitivos de las autoridades electorales locales a cargo del Tribunal Electoral 

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del  Poder  Judicial  de  la  Federación,  y  la  forma  en  que  sus  determinaciones  inciden  en  

la  definitividad  de  la  justicia  electoral  local.  De  la misma manera,  se  hace  un  análisis 

estadístico y se presenta una gráfica. 

Es importante señalar que el objetivo de esta presentación no es arribar a conclusiones 

finales, sino, por el contrario, se trata de un análisis preliminar con el objeto de plantear 

interrogantes sobre los actuales modelos de justicia electoral de las entidades federativas, 

su relación con el sistema de justicia electoral federal y la interacción entre ambos, para así 

poder empezar a desarrollar nuevos modelos. 

 

II. Distribución de competencias entre la Federación y los estados 

El Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha determinado la existencia de cinco 

órdenes jurídicos en el Estado Mexicano, a saber: el federal, el local o estatal, el municipal, 

el del Distrito Federal y el constitucional. Este último establece, en su aspecto orgánico, el 

sistema de competencias al que deberán ceñirse la Federación, los estados, los municipios 

y el Distrito Federal.2 

Asimismo, el Tribunal Pleno ha distinguido entre “leyes  federales” y “leyes generales”, 

siendo  aquéllas  las  que  regulan  atribuciones  conferidas  a  determinados  órganos  con  el 

objeto de  trascender únicamente al ámbito  federal; mientras que  las  segundas  son una 

excepción al artículo 124 constitucional, ya que se dictan por el Congreso de la Unión por 

disposición  expresa  de  la  Constitución,  por  lo  cual  son  de  obligatorio  cumplimiento  en 

todos los órdenes jurídicos federales, locales, del Distrito Federal y municipales.3 

Fundamentalmente  encontramos  en  los  artículos  40,  41,  115,  116  y  124  de  la 

Constitución Política de  los Estados Unidos Mexicanos  (CPEUM) el marco de distribución 

de competencias entre la Federación y los estados. 

                                                       2 ESTADO MEXICANO. ÓRDENES JURÍDICOS QUE LO INTEGRAN. Novena Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXII, Octubre de 2005, Tesis: P./J. 136/2005, p. 2062. 3 LEYES GENERALES. INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 133 CONSTITUCIONAL. Novena Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXV, Abril de 2007, Tesis: P. VII/2007, p. 5.

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El  artículo  40  de  la  CPEUM  establece  que  nuestro  país  se  instituye  en  una  República 

representativa, democrática y federal, compuesta por estados  libres y soberanos en todo 

lo que concierne a su régimen interior, pero unidos todos en una Federación. 

Esta  libertad y soberanía no es absoluta, encuentra  limitaciones como el artículo 41, al 

disponer que  las constituciones  locales no pueden  contravenir a  la Federal, y el artículo 

116, que prescribe la división del poder público de manera análoga al federal, es decir, en 

Legislativo, Ejecutivo y  Judicial. Además, aunque el artículo 124  reserva a  los estados  las 

facultades que no estén expresamente conferidas a la Federación, ello debe ser en sintonía 

con  el  artículo  115,  es  decir,  sin  que  las  autoridades  estatales  invadan  la  esfera 

competencial de los municipios.4 

Por  tanto,  el  ámbito  competencial  de  los  estados  se  integra,  en  principio,  por  las 

facultades no expresamente conferidas a la Federación o a los municipios.5 

En efecto, dado que muchas de  las disposiciones que rigen el sistema electoral federal, 

rigen  también  los de  los estados,  los  sistemas  locales han  tenido que adecuar  su norma 

interna para ajustarla al texto de la Constitución federal. Sin embargo, algunas otras reglas 

se han mantenido dentro de  la competencia  local, y también, han sufrido modificaciones 

importantes desde el texto Constitucional federal. 

Señalábamos que los dos niveles de organización judicial que existen en nuestro sistema 

jurídico, el federal y el local, teóricamente son independientes uno del otro, pero que en la 

realidad,  la  justicia  local ha estado históricamente subordinada y dependiente del ámbito 

federal. 

Una primera explicación de esta posible subordinación de la legislación local a la federal 

deriva  del  centralismo  político  y  económico  que  el  país  ha  vivido  desde  antaño, 

principalmente debido a que el Congreso  federal ha asumido  facultades para  legislar en 

 4 Por la particularidad de las bases constitucionales del sistema político-electoral del Distrito Federal, las mismas se excluye del presente trabajo. 5 Cfr. tesis: P./J. 81/98 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL. DISTRIBUCIÓN DE COMPETENCIAS ENTRE LA FEDERACIÓN, LAS ENTIDADES FEDERATIVAS. Para mayor abundamiento sobre las garantías constitucionales del derecho electoral local, Cfr. José Alfonso Herrera García, “Las garantías constitucionales del derecho electoral local”, Biblioteca Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 2004.

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diversas  áreas,  desposeyendo  a  las  entidades  federativas  de materias  para  legislar  de 

manera  independiente, en atención al  sistema de distribución de  competencias del que 

hablamos,  y  que  también  les  ha  generado  un  incremento  del  número  de  asuntos  para 

desahogar.6 

Otra razón que explica el desequilibrio entre jurisdicciones es la facultad de que goza la 

justicia  federal  en  varios  medios  de  impugnación  para  revisar  las  resoluciones  de  los 

Tribunales  locales,  resolviéndose  cuestiones  de  legalidad  y  de  constitucionalidad  local, 

como sucede en el juicio de amparo directo. Esta naturaleza del amparo directo le confiere 

una  connotación  de  subordinación  a  la  justicia  local  frente  al  ámbito  federal.  Además, 

establece el problema de la “doble jurisdicción”, que acarrea un elevado costo económico 

y de  tiempo. Tal  fenómeno, aunado al centralismo de  facultades por parte del gobierno 

federal, ha debilitado a los Poderes Judiciales de los estados, a pesar de que, la mayoría de 

los  litigios  se  originan  en  la  justicia  local.  Es  decir,  la  justicia  local  representa  el primer 

contacto de los gobernados con la administración de justicia; su debilitamiento, por tanto, 

implica un grave obstáculo para un auténtico acceso a la justicia. 

La  existencia  de  esta  subordinación  jurisdiccional  de  los  Tribunales  locales  produce 

distintos efectos en el ordenamiento  jurídico y en  la organización estatal en su conjunto. 

Una muy importante es que las entidades federativas no cuenten con las instituciones que 

auténticamente  resuelvan  las  controversias  sobre  la  aplicación  del  derecho  en  última 

instancia,  lo que  implica una  falta de ejercicio autónomo del poder  local y una debilidad 

institucional  ante  la  imposibilidad  de  que  la  interpretación  que  hagan  de  su  propia 

Constitución  y  leyes,  prevalezca  en  definitiva,  y  de  que  sus  criterios  interpretativos 

impacten en la administración de justicia del Estado, pues están sujetas al “visto bueno” de 

la justicia federal. 

Quizá lo más grave es la debilidad con la que queda estructurada la organización federal 

en  su  conjunto  ya  que  el  ámbito  local  se  ve  subordinado  totalmente  a  la  jurisdicción 

federal y, aún más grave es que ésta es la percepción más generalizada de la sociedad. Así, 

                                                       6 Cfr. Cynthia Chanut Esperón, “El Poder Judicial de la Federación y la tutela de la independencia de los Poderes Judiciales Locales”, en La Justicia Constitucional en las Entidades Federativas, Manuel González Oropeza y Eduardo Ferrer Mac-Gregor (Coords.), Porrúa, México, 2006, pp. 91 y 92.

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es común escuchar que en el país existe una justicia de dos calidades: la federal y la de los 

estados;  aquélla  en  constante  desarrollo  y  ésta  en  el  olvido,  y  que  los  ciudadanos  se 

sientan más  seguros en manos de un  juez  federal que en  las de un  juez de  los Estados, 

etcétera. 

En este  contexto, más  adelante  analizaremos el  caso de  la  justicia electoral  local  y el 

impacto de la justicia electoral federal en sus resoluciones.  

 

III.  La  Constitución  federal  como  referente  de  los  contenidos  mínimos  de  las 

constituciones locales 

Del  apartado  anterior  se  desprende  que  la  Constitución  general  establece  únicamente 

exigencias  mínimas  que  los  estados  pueden  ampliar  o  detallar  en  uso  de  la  facultad 

conferida en el artículo 124.  

La  propia  Constitución  federal  no  prevé  límites  expresos  a  la  posibilidad  de  efectuar 

reformas a  las Constituciones  locales, esto es, no prohíbe ni siquiera restringe  la facultad 

de los Congresos Estatales para modificar los textos de sus Constituciones, sino que señala 

los  principios  que  deberán  respetar  éstas  a  fin  de  lograr  la  armonía  con  los  principios 

fundamentales  del  Ordenamiento  Supremo  e  impedir  cualquier  contradicción  con  el 

mismo.7 

En materia electoral, este principio se traduce en que  los sistemas electorales estatales 

deben  observar  las  garantías  electorales  que  la  CPEUM  establece  como marco  general, 

pero  pueden  ampliarlas  o  fortalecerlas,  siempre  y  cuando  no  las  contravengan,  y  no 

invadan competencias de la federación o de los municipios. 

El  Pleno  de  la  Suprema  Corte  sostuvo  este  criterio  desde  el  2002,  al  resolver  la 

controversia  constitucional  16/2000,  en  que  se  determinó  que  la  facultad  otorgada 

 7 CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL. EL DECRETO POR EL QUE SE APRUEBA LA LEY NÚMERO 53 QUE REFORMA Y DEROGA DIVERSAS DISPOSICIONES DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL ESTADO DE VERACRUZ-LLAVE, NO TRANSGREDE LOS PRINCIPIOS QUE EL ARTÍCULO 116 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL ESTABLECE COMO CUESTIONES MÍNIMAS QUE LAS CONSTITUCIONES LOCALES DEBERÁN PLASMAR EN SUS TEXTOS. Novena Época, Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XVI, agosto de 2002, Tesis: P./J. 33/2002, p. 901.

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a  la  Sala  Constitucional  del  Tribunal  Superior  de  Justicia  del  Estado  de  Veracruz  para 

conocer  y  resolver  el  juicio  de  protección  de  derechos  humanos,  previsto  en  la 

Constitución Política de esa entidad federativa, no  invade  la esfera de atribuciones de  los 

Tribunales  de  la  federación,  pues  aquél  se  limita  a  salvaguardar,  exclusivamente,  los 

derechos humanos que establece el propio ordenamiento  local. Con ello  se  reconoce  la 

facultad de las entidades federativas para establecer garantías diversas a las previstas en el 

pacto federal y medios de impugnación para salvaguardarlas, lo cual no incide en el ámbito 

competencial de la Federación.8 

 

IV.  El  régimen  interno  del  sistema  electoral  y  su  vinculación  con  los  estándares 

internacionales 

El  creciente  interés  en  la  aplicación  y  cumplimiento  de  los  estándares  internacionales, 

sobre  todo en el  rubro del derecho  internacional de  los derechos humanos, no ha  sido 

ajeno a la materia electoral. En los últimos años México ha suscrito y ratificado importante 

número de tratados  internacionales en estos rubros, con  lo cual se amplía el espectro de 

derechos y se reconfigura el marco normativo aplicable. 

En  efecto,  de  acuerdo  con  la  reciente  interpretación  de  la  Suprema Corte  de  Justicia  

de  la  Nación  en  torno  al  nivel  jerárquico  que  ocupan  los  tratados  internacionales  de 

conformidad  con  el  artículo  133  constitucional,  éstos  se  ubican  jerárquicamente  abajo  

de  la Constitución  federal y por encima de  las  leyes generales,  federales y  locales, en  la 

medida en que el Estado mexicano, al suscribirlos, contrae libremente obligaciones frente 

a  la  comunidad  internacional  que  no  pueden  ser  desconocidas  invocando  normas  de 

derecho  interno,  y deben  ser  cumplidos o de  lo  contrario  se  incurre en  responsabilidad 

internacional del Estado, tal como lo establece la Convención de Viena Sobre el Derecho de 

                                                       8 CONTROVERSIA CONSTITUCIONAL. LA FACULTAD OTORGADA A LA SALA CONSTITUCIONAL DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DEL ESTADO DE VERACRUZ-LLAVE PARA CONOCER Y RESOLVER EL JUICIO DE PROTECCIÓN DE DERECHOS HUMANOS, PREVISTO EN LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE ESA ENTIDAD FEDERATIVA, NO INVADE LA ESFERA DE ATRIBUCIONES DE LOS TRIBUNALES DE LA FEDERACIÓN, PUES AQUÉL SE LIMITA A SALVAGUARDAR, EXCLUSIVAMENTE, LOS DERECHOS HUMANOS QUE ESTABLECE EL PROPIO ORDENAMIENTO LOCAL. Novena Época, Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XVI, agosto de 2002, Tesis: P. XXXIII/2002, p. 903.

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los  Tratados  y,  además,  atendiendo  al  principio  fundamental  de  derecho  internacional 

consuetudinario pacta sunt servanda.9 

Asimismo,  el  Pleno  de  la  Corte  ha  establecido  que  el  principio  de  "supremacía 

constitucional"  implícito en el  texto del artículo 133  constitucional  se  traduce en que  la 

Constitución  federal,  las  leyes  generales  del  Congreso  de  la  Unión  y  los  tratados 

internacionales que estén de acuerdo con ella, constituyen la "Ley Suprema de la Unión", 

esto  es,  conforman  un  orden  jurídico  superior,  de  carácter  nacional,  en  el  cual  la 

Constitución se ubica en la cúspide y, por debajo de ella los tratados internacionales y las 

leyes generales.10 

Conforme  esta  nueva  interpretación  más  abierta  y  garantista,  la  Suprema  Corte  de 

Justicia da un paso adelante respecto de sus criterios anteriores en cuanto a  la ubicación 

jerárquica  de  los  tratados  internacionales  dentro  del  sistema  jurídico  mexicano, 

confiriéndoles ahora un  lugar privilegiado al  situarlos por encima de  las  leyes generales, 

federales y locales, pero por debajo de la Constitución. 

En  consecuencia,  no  sólo  la  Constitución  federal,  sino  también  los  tratados 

internacionales,  orientan  los  derechos  que  como mínimo  deben  prever  y  garantizar  las 

constituciones  locales.  Por  tanto,  el  reconocimiento  y  tutela  de  los  derechos  político‐

electorales no se agota en el ordenamiento doméstico (sistema jurídico mexicano con tres 

 9 TRATADOS INTERNACIONALES. SON PARTE INTEGRANTE DE LA LEY SUPREMA DE LA UNIÓN Y SE UBICAN JERÁRQUICAMENTE POR ENCIMA DE LAS LEYES GENERALES, FEDERALES Y LOCALES. INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 133 CONSTITUCIONAL. La interpretación sistemática del artículo 133 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos permite identificar la existencia de un orden jurídico superior, de carácter nacional, integrado por la Constitución federal, los tratados internacionales y las leyes generales. Asimismo, a partir de dicha interpretación, armonizada con los principios de derecho internacional dispersos en el texto constitucional, así como con las normas y premisas fundamentales de esa rama del derecho, se concluye que los tratados internacionales se ubican jerárquicamente abajo de la Constitución federal y por encima de las leyes generales, federales y locales, en la medida en que el Estado Mexicano al suscribirlos, de conformidad con lo dispuesto en la Convención de Viena Sobre el Derecho de los Tratados entre los Estados y Organizaciones Internacionales o entre Organizaciones Internacionales y, además, atendiendo al principio fundamental de derecho internacional consuetudinario pacta sunt servanda, contrae libremente obligaciones frente a la comunidad internacional que no pueden ser desconocidas invocando normas de derecho interno y cuyo incumplimiento supone, por lo demás, una responsabilidad de carácter internacional. Novena Época, Pleno, Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXV, abril de 2007, P. IX/2007, p. 6). 10 SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL Y LEY SUPREMA DE LA UNIÓN. INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 133 CONSTITUCIONAL. Novena Época, Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXV, abril de 2007, Tesis: P. VIII/2007, p. 6.

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   “Sexta Mesa Redonda”

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niveles:  federal,  local  y municipal),  sino  se  expande  a  través  de  las  normas  de  derecho 

internacional. 

Hemos  de  recordar  que  el  derecho  internacional  de  los  derechos  humanos,  y  los 

sistemas  internacionales  de  protección  de  derechos  humanos  operan  con  base  en  el 

principio  de  subsidiariedad,  es  decir,  se  aplican  cuando  hay  fallas  o  deficiencias  en  el 

ámbito interno, pero no lo substituyen, por el contrario, lo complementan.  

Asimismo,  el  principio  de  derecho  internacional  conocido  como  pro  homine  o  pro 

persona,  dispone  que  frente  a  dos  posibles  interpretaciones  de  una misma  norma,  se 

aplique  la  que  más  favorezca  al  individuo.  No  sólo  eso,  conforme  al  criterio  de 

interpretación  dinámica  del  derecho  internacional,  la  interpretación  de  normas  que 

tutelan derechos debe hacerse de manera amplia y dinámica, mientras que las de aquellas 

que los restringen, requieren de una interpretación también restrictiva.  

Finalmente,  los  principios  de  pacta  sunt  servanda  y  de  primacía  del  derecho 

internacional sobre el interno, imponen a los Estados parte de los pactos internacionales a 

cumplir los compromisos adquiridos en ellos y que las obligaciones asumidas por el Estado 

en virtud de un pacto internacional, priman sobre las que establece su derecho interno.  

Pero el derecho internacional no postula su primacía en la esfera del derecho interno de 

los  Estados,  pues  éstos  deciden  cómo  se  incorpora  el  derecho  internacional  en  su 

ordenamiento  jurídico  y  el  rango  jerárquico  que  éste  tiene  en  relación  con  sus  normas 

internas. El  juez  interno deberá aplicar  las disposiciones de su ordenamiento  interno, y si 

éstas  le  obligan  preferir  el  derecho  interno  sobre  el  internacional,  habrá  emitido  una 

resolución  válida  en  el  sistema  jurídico  interno,  pero  entrañará  la  responsabilidad  del 

Estado en el plano internacional. 

Por  tanto,  la  clave  para  cumplir  satisfactoriamente  con  las  normas  internacionales  e 

internas,  se  dará  en  la  medida  en  que  los  ordenamientos  jurídicos  nacionales  se 

encuentren preparados para cumplir con las normas internacionales. 

De  todo  lo  expuesto  deriva  un  marco  normativo  del  derecho  internacional  de  los 

derechos humanos que vincula al Estado mexicano en su conjunto, sin que la distribución 

de competencias derivado de nuestro régimen  federal,  lo exima del cumplimiento de  las 

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mismas ya que de lo contrario se incurre en responsabilidad internacional, aunque el acto 

o resolución violatorio sean perfectamente conformes con la norma interna. 

En  lo que toca a  la Suprema Corte de Justicia de  la Nación, cada vez más se refuerza  la 

tendencia a aplicar en sus resoluciones tratados internacionales. Sólo por citar un ejemplo, 

al resolver los amparos en revisión 218/2008, 219/2008, 220/2008, 221/2008 y 229/2008, 

en sesión de 19 de junio de 2008, en los que se impugnaron las modificaciones al anterior 

sistema  de  pensiones  y  el  incremento  de  las  cuotas  a  cargo  del  trabajador  (legislación 

vigente  a  partir  del  1  de  abril  de  2007),  se  determinó  que  las mismas  satisfacen  los 

estándares  internacionales  en materia  de  derechos  humanos.11  Para  ello  se  definió  en 

primer  lugar  los  instrumentos  internacionales que  incorporan  el derecho  a  la  seguridad 

social  y  sus  alcances,  para  posteriormente  confrontarlos  con  la  norma  impugnada.12  El 

Pleno  concluyó  que  la  Ley  del  ISSSTE  impugnada  cubría  los  mínimos  generales  que 

establecen  los  instrumentos  internacionales de derechos humanos no  especializados  en 

seguridad social antes citados, así como con  las prestaciones mínimas a que se refiere el 

Convenio 102 sobre la Seguridad Social de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). 

Incluso en la tesis aislada 2a. CV/2007, la Segunda Sala de la Corte se pronunció sobre la 

conformidad del  texto constitucional y  la Convención Americana de Derechos Humanos, 

respecto de las garantías de audiencia y de acceso a la justicia.13 

 11  Los  amparos  en  revisión mencionados  dieron  lugar  a  la  jurisprudencia  de  rubro  y  texto:  ISSSTE.  LAS MODIFICACIONES AL ANTERIOR SISTEMA DE PENSIONES Y EL  INCREMENTO DE LAS CUOTAS A CARGO DEL TRABAJADOR, NO VIOLAN NORMAS INTERNACIONALES (LEGISLACIÓN VIGENTE A PARTIR DEL 1 DE ABRIL DE 2007). No puede estimarse que  las modificaciones al anterior sistema de pensiones y el  incremento de  las cuotas  a  cargo  del  trabajador,  sean  contrarias  al  principio  de progresividad  de  los  derechos  sociales  que prevé el artículo 26 de  la Convención Americana  sobre Derechos Humanos, el artículo 1 del Protocolo de "San  Salvador",  adiciona  a  dicha  Convención,  así  como  el  artículo  2  del  Pacto  Internacional  de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, habida cuenta que dichas modificaciones no restringen ni menoscaban las prestaciones  relativas al seguro de  jubilación, de  retiro en edad y  tiempo de servicios,  invalidez, muerte y cesantía en edad avanzada e indemnización global que regulaba la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado de 1983 (Novena Época, Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXX, Septiembre de 2009, Tesis: P./J. 124/2008, p. 37). 12 En ese sentido, se señaló que el derecho a la seguridad social se reconoce en la Declaración Universal de Derechos Humanos (artículos 22 y 25); en el Pacto  Internacional de Derechos Humanos (artículos 9, 10.2 y 10.3); en  la Declaración Americana de  los Derechos y Deberes del Hombre  (artículo XVI); en  la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 26); en el protocolo de "San Salvador" en materia de Derechos Económicos,  Sociales  y  Culturales  (artículo  9)  y  de  manera  especializada  en  el  Convenio  No.  102  de la Organización Internacional del Trabajo sobre la seguridad social (norma mínima).  13  DERECHOS  HUMANOS.  LA  GARANTÍA  JUDICIAL  PREVISTA  EN  EL  ARTÍCULO  8o.,  NUMERAL  1,  DE  LA CONVENCIÓN AMERICANA RELATIVA, ES CONCORDANTE CON LAS DE AUDIENCIA Y ACCESO A LA  JUSTICIA 

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   “Sexta Mesa Redonda”

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Asimismo,  los  tribunales  federales  tienen diversos  criterios  sobre  la vinculación de  los 

tratados  internacionales,  incluso respecto de  la procedencia del juicio de amparo. Así por 

ejemplo,  el  Séptimo  Tribunal Colegiado  en Materia Civil  del  Primer Circuito,  sostiene  la 

procedencia  del  amparo  contra  leyes  o  actos  contrarios  a  los  tratados  internacionales 

suscritos por México, por formar parte de la Ley Suprema de toda la Unión.14 Por su parte, 

el Cuarto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, consideró que 

cuando  los  tratados  internacionales  reglamentan  y  amplían  los derechos  fundamentales 

tutelados por  la Carta Magna, deben aplicarse sobre  las  leyes federales que no  lo hacen, 

máxime cuando otras leyes también federales, los complementan.15 

En  materia  electoral  resulta  de  especial  interés  lo  dispuesto  por  la  Convención 

Americana sobre derechos humanos, al respecto el artículo 23 dispone lo siguiente:  

Artículo 23. Derechos Políticos 

1. Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades: 

a) de participar en  la dirección de  los asuntos públicos, directamente o por medio de 

representantes libremente elegidos; 

b) de  votar  y  ser elegidos en elecciones periódicas  auténticas,  realizadas por  sufragio 

universal e  igual  y por  voto  secreto que  garantice  la  libre expresión de  voluntad de  los 

electores, y 

c) de tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su 

país. 

                                                                                                                                                                      CONTENIDAS  EN  LOS  ARTÍCULOS  14  Y  17  CONSTITUCIONALES.  Novena  Época,  Instancia:  Segunda  Sala, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXVI, agosto de 2007, p. 635, Tesis: 2a. CV/2007. 14 DERECHOS HUMANOS, LOS TRATADOS INTERNACIONALES SUSCRITOS POR MÉXICO SOBRE LOS. ES POSIBLE INVOCARLOS EN EL JUICIO DE AMPARO AL ANALIZAR LAS VIOLACIONES A LAS GARANTÍAS INDIVIDUALES QUE IMPLIQUEN LA DE AQUÉLLOS. Novena Época, Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XXVIII, Agosto de 2008, p. 1083, Tesis: I.7o.C.46 K. 15 TRATADOS INTERNACIONALES. SU APLICACIÓN CUANDO AMPLÍAN Y REGLAMENTAN DERECHOS FUNDAMENTALES. Novena Época, Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XX, septiembre de 2004, p. 1896, Tesis: I.4o.A.440 A.

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2. La ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos y oportunidades a que se refiere 

el  inciso anterior, exclusivamente por  razones de edad, nacionalidad,  residencia,  idioma, 

instrucción, capacidad civil o mental, o condena, por juez competente, en proceso penal. 

El  precepto  transcrito  determina  que  los  ciudadanos  deben  gozar  de  los  siguientes 

derechos  y  oportunidades:  1.  participar  en  la  dirección  de  los  asuntos  públicos, 

directamente o por medio de representantes  libremente elegidos; 2. votar y ser elegidos 

en  elecciones  periódicas  auténticas,  realizadas por  sufragio  universal  e  igual  y  por  voto 

secreto que garantice la libre expresión de voluntad de los electores; y 3. tener acceso, en 

condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su país.  

Otros derechos vinculados con  la materia electoral, tutelados por  la citada Convención 

son, por ejemplo,  la  libertad de expresión, el derecho de réplica e  incluso el derecho a  la 

tutela judicial.16 

Es importante señalar que en reiteradas ocasiones la Sala Superior del Tribunal Electoral 

del Poder Judicial de la Federación, ha realizado el análisis de los casos respectivos a la luz, 

entre otros ordenamientos, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. 

Sería  interesante  sin duda  identificar a nivel  local  los  casos en  los que  los órganos de 

impartición  de  justicia  de  las  entidades  federativas  resuelven  los  asuntos  invocando 

tratados o jurisprudencia internacional. 

En este rubro podría reflexionarse sobre la conveniencia de transitar hacia modelos que, 

como ocurre en varios países de la región, posibilitan la aplicación directa y resolución de 

los casos con base en jurisprudencia y normas internacionales, aun de manera preferente a 

la norma interna e incluso por encima de la Constitución. Algunos países han resuelto este 

problema  desde  el  marco  constitucional,  previendo  en  ésta  la  incorporación  de  los 

tratados internacionales en materia de derechos humanos al sistema jurídico interno.  

 

 

 16 Al final del presente trabajo se reproducen algunos preceptos que tutelan derechos electorales en tratados internacionales de los que México es parte.

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V. Dispersión normativa de los principios constitucionales del derecho electoral local 

Los principios que la Constitución federal establece para que los estados regulen la materia 

electoral en sus respectivas Constituciones, son abundantes y se encuentran dispersos en 

el  texto constitucional, debido a  la vinculación existente entre varias de  las  instituciones 

electorales federales, con las locales y municipales; y además, como se dijo, con las normas 

de  derecho  internacional  sobre  la materia,  derivadas  de  los  pactos  en  los  que México  

es parte. 

Sin  embargo,  nos  enfocaremos  a  comentar  las  normas  constitucionales  del  derecho 

electoral local que tienen incidencia directa en el ámbito local, dejándose de lado aquellas 

que  si bien  le  son aplicables, no  lo  son de manera exclusiva,  como  serían  la  libertad de 

expresión  (artículo 6); el derecho de petición en materia política  (artículo 8); el derecho  

de  asociación  y  reunión  en materia  política  (artículo  9);  prohibición  a  los  extranjeros  a 

participar  en  los  asuntos  políticos  (artículo  33);  la  calidad  jurídica  de  ciudadano  de  la 

República (artículo 34); los derechos de los ciudadanos a votar, a ser votados, de asociarse 

para participar en asuntos políticos y de ejercer el derecho de petición en materia política 

(artículo  35);  las  obligaciones  de  los  ciudadanos  a  votar  y  a  desempeñar  los  cargos  de 

elección popular para  los que hubieren  sido  elegidos  (artículo  36);  la  suspensión de  las 

prerrogativas ciudadanas por  falta de cumplimento de  las obligaciones aludidas  (artículo 

38);  la  consagración  constitucional,  finalidad  y  prerrogativas  de  los  partidos  políticos 

(artículo 41); etcétera. 

Pero  el precepto  toral que  informa  el derecho  electoral  local  es  el  artículo  116  de  la 

Constitución, que contiene las directrices conforme a las cuales los estados deben dividir el 

ejercicio del poder público, que son como hemos dicho, los requisitos mínimos que deben 

satisfacer  las Constituciones  locales, pero pueden ser ampliados en áreas de una mejor y 

más benéfica regulación, siempre que no contravengan al Pacto Federal. 

 

 

 

 

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VI. Bases fundamentales del derecho electoral local en la Constitución federal  

1. Obligaciones de los ciudadanos en materia político‐electoral 

El artículo 34 constitucional establece los requisitos para ser ciudadano mexicano, a saber, 

ser mexicano, haber cumplido 18 años, y tener un modo honesto de vivir. Por su parte, el 

artículo 36 en sus  fracciones  IV y V señala  las obligaciones de  los ciudadanos en materia 

electoral, que consisten en desempeñar los cargos de elección popular de la Federación o 

de los Estados (fracción IV) y desempeñar los cargos concejiles del municipio donde resida, 

las funciones electorales y las de jurado (fracción V). 

Es  cuestionable  la vigencia de estas obligaciones para  los  ciudadanos, máxime que en 

términos del artículo 38, fracción  I, el  incumplimiento de  las mismas sin causa  justificada 

acarrea  la  suspensión  de  los  derechos  o  prerrogativas  de  los  ciudadanos  por  un  año, 

además de las demás penas aplicables. 

2. Elección de gobernador del Estado 

El artículo 116, fracción I, contiene los requisitos que las constituciones locales deberán 

prever en la elección y nombramiento de los gobernadores de los estados.  

Se establece  la duración máxima de 6 años en el cargo y  los requisitos personales para 

ser gobernador constitucional de un estado: ciudadano mexicano por nacimiento y nativo 

de él, o con residencia efectiva no menor de cinco años inmediatamente anteriores al día 

de los comicios, y tener 30 años cumplidos el día de la elección, o menos, si así lo establece 

la Constitución Política de la Entidad Federativa. 

Asimismo, se consagran los principios de prohibiciones absoluta y relativa de reelección 

para el cargo de gobernador, según se trate de aquellos electos popularmente, en forma 

ordinaria o extraordinaria; o de aquellos que hayan ocupado el cargo en  la modalidad de 

gobernador sustituto, interino, provisional, suplente o designado para concluir un periodo.  

3. Elección de las legislaturas locales 

Las  directrices  para  integración  y  elección  de  las  legislaturas  locales  se  prevén  en  la 

fracción II, del artículo 116 constitucional.  

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   “Sexta Mesa Redonda”

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Se establece el número de representantes en las legislaturas de los Estados proporcional 

al número de habitantes;  la  integración de  las  legislaturas de  los Estados  con diputados 

elegidos según  los principios de mayoría relativa y de representación proporcional, en  los 

términos que señalen sus leyes; y el principio de no reelección absoluta y relativa. 

4. Garantías y principios en las elecciones locales 

El artículo 116,  fracción  III, establece  las  garantías que  las Constituciones  y  leyes de  los 

Estados en materia electoral deberán tutelar. 

El  inciso  a)  consagra  la  garantía  del  sufragio  universal,  libre,  secreto  y  directo  en  los 

procedimientos electorales por medio de los cuales se elige al gobernador del Estado, a los 

diputados al Congreso  local, así como a  los presidentes municipales, síndicos y regidores 

de los ayuntamientos. 

De acuerdo con el inciso b) del citado precepto constitucional, el ejercicio de la función 

electoral  deberá  realizarse  con  base  en  cinco  principios  constitucionales  básicos:  el  de 

legalidad, el de imparcialidad, el de objetividad, el de certeza y el de independencia. 

En  la  jurisprudencia  1/2003,  el  Tribunal  Pleno  determinó  que  el  alcance  de  la  citada 

norma  constitucional, no  sólo  consiste en que el  legislador  local deba establecer en  sus 

normas  todas  las  disposiciones  necesarias  para  que  en  el  ejercicio  de  sus  funciones  las 

autoridades  electorales  se  rijan  por  dichos  principios,  sino  que  también  comprende  la 

conformación orgánica de esos entes, dado que  los principios antes mencionados  fueron 

establecidos  atendiendo  a  la  naturaleza  y  características  que  deben  de  poseer  las 

autoridades  electorales  en  cuanto  que  son  responsables  del  desarrollo  de  procesos 

electorales confiables y transparentes. Así, debe estimarse que los principios de legalidad, 

imparcialidad, objetividad,  certeza e  independencia  a que  alude  la Constitución  federal, 

tienen  como  finalidad  tanto  la  salvaguarda  del  actuar  de  las  autoridades  electorales 

estatales, como la conformación de las mismas.17 

                                                       17 AUTORIDADES ELECTORALES ESTATALES. SU ACTUACIÓN Y CONFORMACIÓN ORGÁNICA SE RIGEN POR LOS PRINCIPIOS ESTABLECIDOS EN EL ARTÍCULO 116, FRACCIÓN IV, INCISO B), DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. Novena Época, Instancia: Pleno, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, XVII, febrero de 2003, Tesis: P./J. 1/2003, p. 617.

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5. Garantías de autonomía administrativa y jurisdiccional 

El artículo 116, fracción IV, inciso c), de la Constitución general, ordena que las autoridades 

que tengan a su cargo la organización de las elecciones y las jurisdiccionales que resuelvan 

las  controversias  en  la materia,  deberán  gozar  de  autonomía  en  su  funcionamiento  e 

independencia en sus decisiones. 

Esta  autonomía  se  refiere  a  cuatro  aspectos:  el  político,  el  financiero,  el  jurídico  y  el 

administrativo.18  La  autonomía  política  significa  que  los  órganos  deben  funcionar  sin 

sujeción  a  algún  otro;  la  financiera  garantiza  la  independencia  desde  el  punto  de  vista 

económico; la jurídica consiste en  las atribuciones del órgano para regular su operación y 

funcionamiento;  y  la  administrativa  faculta  al  órgano  electoral  para  establecer  los 

parámetros de su organización interna.19 

La  organización  de  las  elecciones  en  los  estados  se  realiza  a  través  de  organismos 

autónomos permanentes que  reciben disímbolas denominaciones. En algunos  reciben el 

nombre de Instituto, en otros Consejo y en otros Comisión.  

El régimen de la organización y conformación de los órganos jurisdiccionales electorales 

en los estados, no es uniforme. Entre otras, encontramos diferencias en su incorporación o 

no  al  Poder  Judicial  estatal,  si  se  conforman  como  Tribunales  o  como  Salas,  si  son 

temporales o permanentes, como se puede apreciar en la siguiente tabla: 

Estructura de los órganos electorales locales 

Estado  PJ

No 

PJF 

 

Sala  Tribunal  Permanente Tempor

al 

Fundamento 

constitucional 

local20

Aguascalientes  X      X    X  Art.  17,  apdo.  B, 

pfo. 13  

                                                       18 María del Pilar Hernández, “Autonomía de los órganos electorales”, en Reforma judicial. Revista mexicana de justicia, México, núm. 1, enero-junio 2003, pp. 79-90. 19 Idem. 20 Fuente: Dirección General del Centro de Documentación, Análisis, Archivos y Compilación de Leyes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Octubre de 2009.

Page 17: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111222111

Baja California  X      X  X    Art. 57 , pfo. 1 y 6 

Baja  California 

Sur 

X      X  X    Art. 87  

Campeche  X    X    X    Art. 77  

Coahuila  X      X  X    Art. 11 fr. IV, pfo. 

2  

Colima    X    X  X    Art. 86 bis,  inciso 

a),  numeral  3, 

apdo. B, fr.V y VI  

Chiapas  X      X  X    Art. 14 bis, apdo. 

B,  fr.  III y 49 pfo. 

4  

Chihuahua    X    X  X    Art. 37  

Durango  X      X  X    Art. 90  

Estado  de 

México 

  X    X  X    Art. 13, pfo. 2  

Guanajuato    X    X  X    Art. 31, pfo. 10  

Guerrero    X    X  X    Art.  25,  inciso  c), 

pfo. 9  

Hidalgo  X      X  X    Art. 93  

Jalisco  X      X  X    Art. 56, pfo. 1 

Michoacán    X    X  X    Art. 98, A, pfo. 3 

Morelos  X      X  X    Art. 86 pfo. 1 

Page 18: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

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Nayarit    X    X  X    Art. 135 apdo. d), 

47  fr. XIX y 60  fr. 

III  

Nuevo León    X    X  X    Art. 43 pfo. 1  

Oaxaca    X    X  X    Art. 25 apdo. E  

Puebla    X    X  X    Art. 3, fr. IV  

Querétaro  X    X    X    Transitorio 

Quinto  de  la 

reforma  12  de 

septiembre  

de 1996  

Quintana Roo    X    X  X    Art.  49  fracc.  II, 

pfo. 7  

San Luis Potosí  X      X  X    Art. 32  

Sinaloa    X    X  X    Art.15 pfo 4  

Sonora    X    X  X    Art.  22  inciso  d) 

pfo. 6  

Tabasco    X    X  X    Art. 63 bis  

Tamaulipas    X    X  X    Art. 20 fracc. IV  

Tlaxcala  X    X      X  Transitorio 

Tercero  de  la 

reforma  del  12 

de enero de 2007 

Veracruz  X      X  X    Art. 55  

Yucatán    X    X  X    Art.  16  apdo.  C, 

fracc. III 

Page 19: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111222333

Zacatecas  X      X  X    Art. 90  

Distrito 

Federal 

  X    X  X    Art.  176  Código 

Electoral  del 

Distrito Federal 

 

De estos datos se desprende lo siguiente: 

El 44% de los órganos jurisdiccionales locales electorales pertenecen al Poder Judicial del 

Estado, y el 56%, no.  

1. Relación del órgano de justicia electoral con el Poder Judicial del Estado 2009

44%

56%

Pertenecen al  Poder Judicial  del  Estado

No pertenecen al  Poder Judicial  del  Estado

 

En  cuanto  a  su  estructura,  encontramos  que  los  órganos  jurisdiccionales  locales 

electorales  se  conforman  como  tribunales  o  salas,  las  cuales  pueden  ser  temporales  o 

permanentes.  Así  tenemos  que  el  85%  de  las  Entidades  Federativas  (28  entidades) 

responden  a  la  estructura  de  Tribunales  electorales  permanentes;  el  3%  cuenta  con  un 

Tribunal  temporal  (Aguascalientes);  el  9%  tienen  Salas  electorales  o  administrativas 

permanentes (Campeche y Querétaro) y el 3% tiene una Sala electoral temporal (Tlaxcala). 

Page 20: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

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2. Naturaleza de los órganos de justicia electoral de los estados de la república 2009

3%

85%

9%3%

Tribunal  temporal

Tribunales  electoralespermanentes

Salas  electorales  oadministrativas  permanentes

Sala electoral‐administrativatemporal

 

Por otra parte, el sistema de acceso a  la  justicia electoral  local en el territorio nacional 

presenta  diferencias.  En  una  primera  aproximación  al  tema,  sin  ser  una  investigación 

acabada, podemos citar algunas diferencias: 

Diferente número de instancias procesales: mientras que en la mayoría de los casos, los 

conflictos se resuelven en una instancia jurisdiccional, en el estado de Hidalgo la legislación 

contempla dos instancias jurisdiccionales. 

Diversidad en la denominación de los medios de impugnación. 

Diversidad  en  el  número  de medios  de  acceso  a  la  justicia  electoral:  van  desde  dos 

(Querétaro), tres (mayoría de las legislaciones) y hasta cinco (Morelos y Nuevo León); aún 

cuando  de manera  general,  la  procedencia  de  los  instrumentos  procesales  abarca  a  los 

mismos actos o resoluciones electorales. 

Mecanismos  para  garantizar  los  derechos  político‐electorales  de  los  ciudadanos:  la 

mayoría  de  los  ordenamientos  electorales  resultan  omisos  al  respecto;  sin  embargo 

algunas  legislaciones  electorales  estatales  prevén  este  tipo  de  mecanismos  de  tutela 

(Durango, Guerrero, Morelos, Nuevo León, Veracruz y Quintana Roo, entre otros).  

De esta manera, en el rubro de “garantías de autonomía administrativa y jurisdiccional” 

en que nos encontramos, podemos ubicar las siguientes conclusiones parciales: 

Page 21: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111222555

No hay uniformidad en  la naturaleza de  los órganos  jurisdiccionales electorales, ya que 

encontramos órganos constitucionales autónomos, Tribunales electorales  incorporados a 

los Poderes Judiciales locales, y órganos de naturaleza mixta. 

En  consecuencia,  tampoco existe uniformidad en  la estructura  interna de  los órganos 

jurisdiccionales electorales. 

Se requiere  la elaboración de diagnósticos reales acerca de  las  fortalezas y debilidades 

de  la  justicia electoral en el  territorio nacional,  con base en el  cual  se puedan  construir 

nuevos modelos que respondan eficientemente a las exigencias actuales en esta materia. 

Esta  inquietud  se  planteó  en  la  propuesta  para  elaboración  del  “Libro  Blanco  de  la 

Justicia  Electoral  en  las  Entidades  Federativas”; un documento que  ayudará para  tomar 

acciones concretas. 21 

6. Garantía del establecimiento de medios de  impugnación electoral:  Juicio de revisión 

constitucional electoral y acciones de inconstitucionalidad en materia electoral 

a) Juicio de revisión constitucional electoral (JRC) 

El  establecimiento  de  mecanismos  de  impugnación  electoral  es  una  garantía 

constitucional del derecho electoral local ya que a través de ellos se garantiza que los actos 

y las resoluciones electorales sean siempre con apego a los principios de legalidad (artículo 

116,  fracción  IV,  inciso  d))  y de  constitucionalidad  (artículo  99,  fracción  IV), esto último 

como competencia exclusiva de la Suprema Corte.  

Si bien desde 1986  se estableció el Tribunal de  lo Contencioso Electoral como Órgano 

Jurisdiccional competente para resolver  los conflictos de naturaleza electoral, no es hasta 

1996 con la incorporación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que se 

prevé un  sistema  judicial de  impugnación electoral  y  se establece un nuevo  sistema de 

medios de  impugnación en esta materia, con repercusiones en el ámbito  local, al prever 

mecanismos  de  impugnación  en  contra  de  resoluciones  de  autoridades  electorales 

estatales. 

                                                       21 Véase www.amij.org.mx. La Asociación Mexicana de Impartidores de Justicia, es una agrupación integrada por todos los órganos de justicia del país; organizados en 11 apartados, de acuerdo con la materia y competencia.

Page 22: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

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El  juicio  de  revisión  constitucional  electoral  reviste  especial  interés  para  la  justicia 

electoral local, ya que a través de ella son impugnables los actos o resoluciones que con el 

carácter  de  definitivos  y  firmes  emitidos  por  las  autoridades  electorales  locales 

(administrativas o  jurisdiccionales)22 violatorios de  la Constitución  federal y que puedan 

resultar determinantes para el desarrollo del proceso electoral  respectivo o el  resultado 

final de las elecciones de gobernadores, de diputados locales y de ayuntamientos. 

Su  regulación  se  encuentra  fundamentalmente  en  los  artículos  99,  fracción  IV,  de  la 

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 186, fracción III, b); 189, fracción I, 

d); y 195, fracción III, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación; 3.2, d), y 86 a 

93 de la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral.  

Conforme a estos preceptos, corresponde al Tribunal Electoral del Poder  Judicial de  la 

Federación,  el  conocimiento  y  resolución  definitiva  e  inatacable  del  juicio  de  revisión 

constitucional electoral  (JRC). Tienen competencia para conocer del mismo  tanto su Sala 

Superior  como  sus  Salas  Regionales.  La  primera  tiene  competencia  en  materia  de 

elecciones de Gobernador y de Jefe de Gobierno del Distrito Federal; en tanto que la Sala 

Regional  que  ejerza  jurisdicción  en  el  ámbito  territorial  en  que  se  haya  cometido  la 

violación  reclamada,  tiene  competencia  en  materia  de  elecciones  de  autoridades 

municipales,  diputados  locales,  así  como  a  la  Asamblea  Legislativa  y  titulares  de  los 

órganos político‐administrativos en las demarcaciones del Distrito Federal. 23 

Los sujetos  legitimados para promover este  juicio son  los partidos políticos (artículo 88 

LGSMIME) y procede, como se dijo, contra actos o resoluciones definitivos y firmes de las 

autoridades  electorales  locales,  con  el  objeto  de  garantizar  la  constitucionalidad  de  

los mismos, los cuales deberán cumplir ciertos requisitos, a saber:  

 22 El artículo 99, fr. IV, de la Constitución Federal expresamente alude a “las autoridades competentes de las entidades federativas para organizar y calificar los comicios” es decir, institutos o consejos estatales electorales; y a las autoridades competentes para “resolver las controversias que surjan durante los mismos”, esto es, los Tribunales electorales estatales u órganos jurisdiccionales equivalentes. 23 El Tribunal Electoral cuenta con cinco Salas Regionales (artículo 192 LOPJF) con sede en Guadalajara (Primera Circunscripción: Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Durango, Jalisco, Nayarit, Sinaloa y Sonora), Monterrey (Segunda Circunscripción: Aguascalientes, Guanajuato, Coahuila, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas y Zacatecas), Xalapa (Tercera Circunscripción: Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco Veracruz y Yucatán), D.F. (Cuarta Circunscripción: D.F., Guerrero, Morelos, Puebla y Tlaxcala) y Toluca (Quinta Circunscripción: Colima, Hidalgo, Estado de México y Michoacán).

Page 23: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111222777

Que sean definitivos y firmes 

Que violen algún precepto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 

Que  puedan  resultar  determinantes  para  el  desarrollo  del  proceso  respectivo  o  el 

resultado final de las elecciones.  

Que  la  reparación  solicitada  sea material y  jurídicamente posible dentro de  los plazos 

electorales. 

Que  la  reparación  solicitada  sea  factible antes de  la  fecha constitucional o  legalmente 

fijada para la instalación de los órganos o la toma de posesión de los funcionarios electos. 

Que se hayan agotado en tiempo y  forma todas  las  instancias previas establecidas por 

las  leyes,  para  combatir  los  actos  o  resoluciones  electorales  en  virtud  de  los  cuales  se 

pudieran haber modificado, revocado o anulado. 

El  incumplimiento de cualquiera de  los requisitos señalados conduce al desechamiento 

de plano del medio de impugnación. 

De  esta  forma  el  JRC  viene  a  constituirse  en  una  suerte  de  casación  en  materia 

electoral,24  propia  del  federalismo  judicial  electoral  que  caracteriza  el  sistema  jurídico 

mexicano.  En  efecto,  se  trata  de  un  auténtico  proceso  jurisdiccional  de  control  de 

constitucionalidad de naturaleza electoral, cuya procedencia se actualiza ya que han sido 

agotados los medios locales de impugnación, de manera muy similar a lo que ocurre en el 

juicio de amparo directo cuya procedencia se sujeta al principio de definitividad.  

De manera similar a  lo que acontece en el  juicio de amparo, se ha considerado que el 

sistema de revisión constitucional electoral a cargo del Tribunal Electoral del Poder Judicial 

de la Federación, atenta contra la definitividad de las resoluciones de los órganos locales, 

restándoles autonomía e independencia. 

Ciertamente que con la actual estructura el sistema jurídico mexicano, la justicia federal 

juega un papel primordial en  las  jurisdicciones  locales. La posibilidad de revisar y revocar 

los fallos definitivos de  las autoridades  locales  implica al menos, una  limitante dentro del 

                                                       24 Nos referimos a la casación en su acepción original del derecho francés del siglo XVIII, como recurso a través del cuál el órgano revisor “casa” o anula las sentencias de los inferiores cuando son contrarias a derecho.

Page 24: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

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marco de fortalecimiento por el que actualmente atraviesan  las  jurisdicciones  locales. Sin 

embargo, desde otra óptica, este mecanismo significa el fortalecimiento de los medios de 

tutela  de  las  garantías  constitucionales  de  los  derechos  político‐electorales  de  los 

justiciables y, por ende, de  la  justicia electoral en  su  conjunto. Podríamos decir  incluso, 

desde  la perspectiva del derecho  internacional de  los derechos humanos, que  implica el 

cumplimiento  del  compromiso  internacional  de  los  estados  de  tomar  en  su  régimen 

interior todas  las medidas necesarias para respetar y garantizar  los derechos reconocidos 

en  los pactos  internacionales en  los que  sean parte,  y no  sólo eso,  sino que éstos  sean 

accesibles y eficaces. 

A continuación se presentan algunos datos estadísticos sobre el comportamiento del JRC 

durante los últimos 13 años. La información estadística nos puede dar algunos datos sobre 

la manera en que objetivamente se está dando esta relación entre la justicia electoral local 

y la federal, en el caso del JRC. 

En  primer  lugar  debemos  tener  presente  que  de  1996  a  2007  únicamente  la  Sala 

Superior del TEPJF conocía del JRC. Con  la reforma de 2008, se otorga competencia a  las 

Salas Regionales para  conocer de este  juicio. No obstante, es  importante  señalar que  la 

Sala Superior ha sostenido el criterio de que ésta tiene  la competencia originaria para el 

conocimiento y resolución de los juicios de revisión constitucional electoral, con excepción 

de lo expresamente previsto como supuestos de competencia de las Salas Regionales.25 

Por otra parte,  a  finales de  2006  se  renueva  la primera  integración  (1996)  de  la  Sala 

Superior  del  Tribunal  Electoral  del  Poder  Judicial  de  la  Federación. De  esta  forma,  a  la 

fecha es posible hablar en términos generales de dos integraciones del Tribunal Electoral: 

la primera que transcurrió de finales de 1996 al 2006, conformada por 7 magistrados con 

duración de 10 años improrrogables en el cargo, y la actual, integrada de igual forma.26  

 25 Este criterio se refleja en la jurisprudencia 6/2009 de la Sala Superior, Cuarta Época, de rubro: “COMPETENCIA. CORRESPONDE A LA SALA SUPERIOR CONOCER DE IMPUGNACIONES RELACIONADAS CON EL FINANCIAMIENTO PÚBLICO, PARA ACTIVIDADES ORDINARIAS PERMANENTES, DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS NACIONALES EN EL ÁMBITO ESTATAL”. 26 El artículo quinto transitorio del decreto de reformas constitucionales publicadas en el Diario Oficial de la Federación  de  22  de  agosto  de  1996,  señala:  “QUINTO.  Los  nuevos  Magistrados  Electorales  deberán designarse a más tardar el 31 de octubre de 1996 y, por esta ocasión, requerirán para su elección del voto de las tres cuartas partes de los miembros presentes de la Cámara de Senadores.” 

Page 25: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111222999

El  total  de  JRC  resueltos  por  el  Tribual  Electoral  desde  1996  a  la  fecha  es  de  5,621 

asuntos.27  

Podemos  dividir  los  resultados  en  dos  grupos,  el  A,  representando  los  asuntos 

declarados fundados y fundados en parte, y el B, con los asuntos infundados, desechados, 

sobreseídos o que por algún motivo diverso no prosperaron. En el grupo A tenemos 1,048 

asuntos y en el B 4,573 asuntos, que equivalen al 18.64% y 81.36% respectivamente, como 

podemos advertir en la siguiente tabla y su gráfica correspondiente: 28 

 

Grupo  Anterior integración 

(1996‐2006) 

Integración actual 

(2006‐2016) 

Total 

A  769  279  1,048 

B  3,090  1,483  4,573 

 

 

3,859 

 

1,762  5,621 

 

                                                       27 Datos actualizados al 16 de octubre de 2009. Fuente: Coordinación de Jurisprudencia y Estadística Judicial del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. 28 Idem. 

Page 26: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

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3. Total de asuntos de revisión constitucional en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación 1996‐2006

0

1000

2000

3000

4000Total d

e asun

tos

A 769 279

B 3090 1483

(1996‐2006) (2006‐2016)

ANTERIOR INTEGRACIÓN  INTEGRACIÓN ACTUAL

 

Si  analizamos  con mayor  detenimiento  estas  cifras,  advertiríamos  que  en  su  primera 

integración (1996‐2006),  la Sala Superior del Tribunal Electoral resolvió 3,859 asuntos. En 

el  grupo  A  tenemos  769  asuntos  y  en  el  B  3,090  asuntos,  que  equivalen  al  19.93%  y 

80.07%, respectivamente, como podemos advertir en la siguiente tabla: 29 

 

Sentido  1996  1997 1998  1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005  2006  TOTAL

TOTAL

A y B 30

Fundado  1  21  34  51  68  33  21  52  55  25  46  407 A: 769 Fundado  en 

parte  1  27  36  59  53  61  28  27  25  8  37  362 

Infundado     123  142  120  299  240  137  315  351  159  225  2,111 

B: 3,090

Desechamiento  4  37  70  45  89  110  45  143  114  84  122  863 

Sobreseimiento     4  5  7  6  9  3  4  3  3  4  48 

Otro31    3  2  3  14  4  5  11  3  2  21  68 

   6  215  289  285  529  457  239  552  551  281  455  3,859  3,859

 

                                                       29 Datos del 1 de noviembre de 1996 al 31 de octubre de 2007. Fuente: Coordinación de  Jurisprudencia y Estadística Judicial del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. 30 El total A y B engloba  los resultados de  los asuntos fundados y fundados en parte, frente a  los que no  lo fueron por las diversas causas señaladas en la misma. 31 El rubro “otro” comprende los asuntos que por diversas razones no prosperaron y fueron reencausados a otros medios de impugnación.

Page 27: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111333111

La representación grafica es la siguiente: 

4. Sala Superior del TEPJF. Juicios de Revisión Constitucional 1996‐2006

2111, 55%

48, 1%68, 2%

407, 11%

362, 9%

863, 22%

FUNDADO FUNDADO EN PARTE INFUNDADO DESECHAMIENTO SOBRESEIMIENTO OTRO

 

1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006

121 34 51 68

3321

52 55

2546

0

100

5. Sala Superior del TEPJF. Total de JRCE fundados 1996‐2006

 

Esto  significa  en  sus  primeros  10  años  de  funcionamiento,  la  tendencia  del  Tribunal 

Electoral  fue  declarar  infundados  o  desechar  los  JRC,  lo  cual  implica,  en  una  primera 

lectura, un voto a favor de la constitucionalidad de los actos de las autoridades electorales 

locales. 

Durante  la  segunda  integración,  tenemos  un  total  de  1,762  JRC  tramitados  del  1  de 

noviembre de 2006 al 16 de octubre de 2009, de  los cuales 279 pertenecen al grupo A y 

1483  al  grupo  B,  es  decir,  15.84%  y  84.16%,  respectivamente,  como  se  indica  en  la 

siguiente tabla: 

Page 28: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

TTTEEEPPPJJJFFF111333222

 

GRUPO 

 

SUP  SG  SM  SX  SDF  ST  TOTAL 

A  190  22  18  1  18  30  279 

 

B  793  233  151  38  110  158  1483 

 

 

La grafía correspondiente sería: 

6. Total de Jucios de revisión constitucional electoral tramitados en las salas regionales del TEPJF 

0

100

200

300

400

500

600

700

800

900

Total de asuntos

A 190 22 18 1 18 30

B 793 233 151 38 110 158

SUP SG SM SX SDF ST

 

Esta  tendencia  se  observa  en  todas  las  Salas,  pues  aunque  el  número  de  asuntos 

tramitados varía, en el periodo que se analiza  las estadísticas se elevan en el número de 

asuntos infundados y desechados por encima de los fundados.  

Los datos desagregados se reflejan en la siguiente tabla:32 

 

                                                       32  Datos del 1 de noviembre de 2006 al 16 de octubre de 2009. Fuente: Coordinación de Jurisprudencia y Estadística Judicial del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. El total A y B engloba los resultados de los asuntos fundados y fundados en parte, frente a los que no lo fueron por las diversas causas señaladas en la misma.

Page 29: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111333333

Sala  Sentido  2006  2007  2008  2009  Total   Total 

A y B 

SUP 

Fundado  6  62  25  22  115  190 

Fundado  en 

parte  7  41  22  5  75 

Infundado  47  375  77  29  528  793 

Desechamiento  14  138  30  14  196 

Sobreseimiento  5  3  2  1  11 

Otro33    40  12  6  58 

Total 

SUP     79  659  168  77  983 

 

SG 

Fundado        3  12  15  22 

Fundado  en 

parte        2  5  7 

Infundado        7  172  179  233 

Desechamiento        6  26  32 

Sobreseimiento        2  2  4 

Otro        1  17  18 

Total 

SG           21  234  255 

 

SM 

Fundado        1  14  15  18 

Fundado  en 

parte           3  3 

                                                       33 El rubro “otro” comprende los asuntos que por diversas razones no prosperaron y fueron reencausados a otros medios de impugnación.

Page 30: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

TTTEEEPPPJJJFFF111333444

Sala  Sentido  2006  2007  2008  2009  Total   Total 

A y B 

Infundado        5  92  97  151 

Desechamiento        1  33  34 

Sobreseimiento        1  3  4 

Otro        2  14  16 

Total 

SM           10  159  169 

 

SX 

Fundado           1  1  1 

Infundado           20  20  38 

Desechamiento           2  2 

Otro        4  12  16 

Total 

SX           4  35  39 

 

SDF 

Fundado        6  5  11  18 

Fundado  en 

parte           7  7 

Infundado        29  33  62  110 

Desechamiento        17  14  31 

Sobreseimiento           2  2 

Otro        8  7  15 

Total 

SDF           60  68  128 

 

ST  Fundado        5  21  26  30 

Page 31: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111333555

Sala  Sentido  2006  2007  2008  2009  Total   Total 

A y B 

Fundado  en 

parte           4  4 

Infundado        26  112  138  158 

Desechamiento        2  8  10 

Sobreseimiento        1  3  4 

Otro        2  4  6 

Total 

ST           36  152  188 

 

TOTAL     79  659  299  725  1,762   

 

Si  representamos  gráficamente  la  información  anterior,  respecto  de  la  Sala  Superior, 

tenemos: 

7. Sala Superior del TEPJF. Total de demanda de JRCE 2006‐2009

FUNDADO EN PARTE, 75, 8%

DESECHAMIENTO, 196, 20%

SOBRESEIMIENTO, 11, 1% OTRO, 58, 6%

FUNDADO, 115, 12%

INFUNDADO, 528, 53%

 

Page 32: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

TTTEEEPPPJJJFFF111333666

6

62

2522

0

10

20

30

40

50

60

70

2006 2007 2008 2009

 8. Sala Superior del TEPJF. Total de JRCE que resultaron fundados 2006‐2009

 

9. Salas Regionales del TEPJF. Demanda total de JRCE 2008 y 2009

0

20

40

60

80

100

120

140

160

180

200

Núm

ero de

 asuntos

SG 15 7 179 32 4 18

SM 15 3 97 34 4 16

SX 1 20 2 16

SDF 11 7 62 31 2 15

ST 26 4 138 10 4 6

FUNDADO FUNDADO EN PARTE INFUNDADO DESECHAMIENTO SOBRESEIMIENTO OTRO

 

La  siguiente  gráfica  nos  permite  observar  en  términos  porcentuales,  el  número  de 

demandas  que  derivan  en  revisión  constitucional  entre  2006  y  2008  de  acuerdo  con  la 

información de 8 entidades federativas.34  

 

 

 

                                                       34 Fuente: avances del anuario estadístico judicial, 2006-2008, AMIJ-CIDE, presentado en la octava Asamblea General Ordinaria de la AMIJ.

Page 33: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111333777

 

 

Es decir, en 10 años de la primera integración del Tribunal Electoral se resolvieron 3,859 

JRC,  mientras  que  en  los  casi  3  años  de  la  nueva  integración,  se  han  resuelto  1,762 

asuntos. Esto nos demuestra que el número de JRC promovidos ha ido en aumento, si bien 

no de manera uniforme, pero el incremento ha sido significativo y permanente tanto en la 

primera integración del Tribunal Electoral como en la actual.  

En  las  gráficas  4  y  7  se  observa  el  comportamiento  de  la  demanda  de  revisión 

constitucional ante  la Sala Superior bajo el periodo anterior y nuevo. Se observará que el 

número  de  asuntos  de  revisión  constitucional  que  resultaron  fundados  o  fundados  en 

parte no sobrepasan el 21% de la demanda total de asuntos.  

El primer periodo que va de 1996 a 2006, sólo son fundados el 20% de  los casos. En el 

segundo periodo y bajo  la nueva  integración del TEPJF se observa que sólo representa el 

18%. En la gráfica 9, relativa a las Salas Regionales observamos un comportamiento similar. 

El número de asuntos que  resultan  fundados o  fundados en parte no  sobrepasan  los 30 

asuntos en cada una de las cinco Salas, al menos entre 2008 y 2009.  

Llama  especial  atención,  el  número  de  asuntos  que  resultaron  infundados:  en  la  Sala 

Superior en ambos periodos, más de la mitad de los asuntos resultaron infundados. En las 

Salas Regionales  se  sigue  la misma  tendencia, del  total de asuntos presentados  resultan 

Page 34: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

TTTEEEPPPJJJFFF111333888

infundados entre 60 y casi 180 asuntos, esto  sin  considerar que  sólo el 20% de asuntos 

fueron desechados.  

Es importante aclarar que esta demanda de justicia no es homogénea en todos los años, 

por  ejemplo  en  la  Sala  Superior  de  acuerdo  con  las  gráficas  5  y  8,  se  observará  el 

movimiento y distribución de mínima cantidad de asuntos que resultaron fundados.  

Estos datos nos permiten generar algunas hipótesis relacionadas con  la definitividad de 

las  sentencias  emitidas  por  los  órganos  estatales  electorales.  Es  decir,  sólo  un mínimo 

número de resoluciones emitidas por autoridades estatales electorales es modificado por 

una autoridad electoral federal.  

La gráfica 10 nos permite profundizar un poco más en esta hipótesis,  se observará en 

términos  porcentuales,  el  número  de  demandas  que  derivan  en  revisión  constitucional 

entre 2006 y 2008 de acuerdo con la información de 9 entidades federativas. Ahora bien, 

regresando  al  comportamiento  heterogéneo  de  la  demanda  de  juicios  de  revisión 

constitucional y en este caso de asuntos fundados (gráficas 5 y 8) responde a  la dinámica 

electoral de cada estado y región asignada a cada Sala.  

Los datos presentados en este apartado sólo representan un primer intento de analizar 

la interacción entre la justicia electoral local y la federal a través de reportes estadísticos, 

con el objeto de identificar en un futuro análisis más profundo y detallado, las fortalezas y 

debilidades  del  actual  sistema  (federal  y  los  diversos  sistemas  locales),  con  lo  cual  se 

podrán  proponer modelos más  eficientes  retomando  las  experiencias  exitosas  en  cada 

entidad  (legislación,  diseño  institucional  de  los  órganos  electorales  administrativos 

(Consejos,  Comisiones,  Institutos,  etcétera)  y  jurisdiccionales  (Tribunales,  Salas,  entre 

otros) y desechando aquellas que no lo hayan sido. 

b) Acciones de inconstitucionalidad en materia electoral 

Mediante  reforma  constitucional  de  1994,  se  introducen  las  acciones  de 

inconstitucionalidad entre los mecanismos de control constitucional a cargo de la Suprema 

Corte de Justicia de la Nación, las cuales en un principio no eran procedentes en contra de 

actos  en  materia  electoral,  sin  embargo,  al  introducirse  el  inciso  f)  del    artículo  105 

Page 35: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111333999

constitucional,  se  legitima  a  las  dirigencias  de  los  partidos  políticos  con  registro  estatal 

para presentar estas acciones exclusivamente en contra de leyes. 

El análisis de este mecanismo escapa a los propósitos de este trabajo; sin embargo, cabe 

destacar que  la Ley Reglamentaria de  las Fracciones  I y  II del Artículo 105 constitucional, 

prevé  una  regulación  especial  para  las  acciones  de  inconstitucionalidad  en  materia 

electoral, por ejemplo,  la brevedad de  los plazos procesales en relación con  los que rigen 

los procesos ordinarios. 

7. Sanciones en materia electoral local  

El  artículo  116,  fracción  IV,  establece  que  las  Constituciones  y  leyes  de  los  estados  en 

materia  electoral  garantizarán  que  se  tipifiquen  los  delitos  y  determinen  las  faltas,  así 

como las sanciones que por ellos deban imponerse.  

Para tal efecto, las legislaturas locales pueden inspirarse en la legislación federal o bien 

crear nuevas conductas delictivas, en uso de su competencia constitucional para legislar en 

la materia.  Recordemos  que  los  límites  para  esta  actividad  del  legislador  local  será  el 

respeto  a  lo  dispuesto  en  la  Carta Magna  y,  como  hemos  apuntado  al  principio,  serán 

también fuente del derecho penal electoral  local,  los pactos  internacionales que sobre  la 

materia haya suscrito el Estado mexicano. 

 

VII. Conclusiones  

Históricamente,  la  transformación  de  la  normativa  constitucional  y  legal  del  sistema 

electoral  federal,  impacta  necesariamente  en  el  desarrollo  de  los  ordenamientos 

electorales  locales  debido  a  los  fenómenos  de  transposición  y  adecuación  de  las 

instituciones.  

No hay uniformidad en  la naturaleza de  los órganos  jurisdiccionales electorales, ya que 

encontramos órganos constitucionales autónomos, Tribunales electorales  incorporados a 

los Poderes Judiciales ocales, y órganos de naturaleza mixta. 

En  consecuencia,  tampoco existe uniformidad en  la estructura  interna de  los órganos 

jurisdiccionales electorales. 

Page 36: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

TTTEEEPPPJJJFFF111444000

Se requiere  la elaboración de diagnósticos reales acerca de  las  fortalezas y debilidades 

de  la  justicia electoral en el  territorio nacional,  con base en el  cual  se puedan  construir 

nuevos modelos que respondan eficientemente a las exigencias actuales en esta materia. 

AMIJ  trabaja en  la elaboración del  ibro Blanco de  la  Justicia Electoral en  las Entidades 

Federativas,  para  hacer  este  análisis  con  base  en  el  cual  se  podrán  tomar  acciones 

concretas.  

En México,  el  sistema  jurídico  político‐electoral  sigue  siendo  de  corte  casacionista  en 

relación con las resoluciones definitivas de los órganos electorales locales. 

Desde  su  integración en 1996,  la  litigiosidad de  los  asuntos ha  ido en  aumento, pues 

inició con 6 asuntos en dicho año y a la fecha se han resuelto en total 5,621 JRC. 

De estos asuntos,  fueron declarados  fundados y  fundados en parte 1,048  JRC, y 4,573 

corresponden  a  asuntos  infundados,  desechados,  sobreseídos  o  que  por  algún motivo 

diverso no prosperaron, lo cual equivale a 18.64 % y 81.36 %, respectivamente. 

Esto  significa  que  desde  sus  inicios  y  a  la  fecha,  se  ha mantenido  la  tendencia  del 

Tribunal Electoral en declarar infundados, desechar o sobreseer los JRC, lo cual implica, en 

una  primera  lectura,  un  voto  a  favor  de  la  constitucionalidad  de  los  actos  de  las 

autoridades electorales locales. 

Los  datos  presentados  sólo  representan  un  primer  intento  de  analizar  la  interacción 

entre  la justicia electoral  local y  la federal a través de reportes estadísticos, con el objeto 

de  identificar en un futuro análisis más profundo y detallado,  las fortalezas y debilidades 

del actual sistema (federal y los diversos sistemas locales), con lo cual se podrán proponer 

modelos más eficientes retomando  las experiencias exitosas en cada entidad (legislación, 

diseño  institucional  de  los  órganos  electorales  administrativos  (Consejos,  Comisiones, 

Institutos,  etcétera)  y  jurisdiccionales  (Tribunales,  Salas,  entre  otros)  y  desechando 

aquellas que no lo hayan sido. 

 

 

 

Page 37: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111444111

 

Anexo.  Algunos  derechos  electorales  tutelados  en  tratados  internacionales  

de los que México es parte 

 

Artículo 21 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos 

1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por 

medio de representantes libremente escogidos.  

2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones 

públicas de su país.  

3. La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se 

expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por 

sufragio  universal  e  igual  y  por  voto  secreto  u  otro  procedimiento  equivalente  que 

garantice la libertad del voto.  

 

Artículo 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos 

Todos los ciudadanos gozarán, sin ninguna de las distinciones mencionadas en el artículo 

2, y sin restricciones indebidas, de los siguientes derechos y oportunidades: 

a)  Participar  en  la  dirección  de  los  asuntos  públicos,  directamente  o  por medio  de 

representantes libremente elegidos; 

b)  Votar  y  ser  elegidos  en  elecciones  periódicas,  auténticas,  realizadas  por  sufragio 

universal e  igual y por voto secreto que garantice  la  libre expresión de  la voluntad de  los 

electores; 

c) Tener  acceso, en  condiciones  generales de  igualdad,  a  las  funciones públicas de  su 

país. 

Artículo 7 de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación 

contra la Mujer 

Page 38: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

TTTEEEPPPJJJFFF111444222

Los Estados Partes tomarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación 

contra  la mujer  en  la  vida política  y pública del país  y, en particular,  garantizarán  a  las 

mujeres, en igualdad de condiciones con los hombres, el derecho a:  

a) Votar en  todas  las elecciones y  referéndums públicos y  ser elegibles para  todos  los 

organismos cuyos miembros sean objeto de elecciones públicas;  

b)  Participar  en  la  formulación  de  las  políticas  gubernamentales  y  en  la  ejecución  de 

éstas, y ocupar cargos públicos y ejercer todas  las funciones públicas en todos  los planos 

gubernamentales;  

c) Participar en organizaciones y en asociaciones no gubernamentales que se ocupen de 

la vida pública y política del país. 

Artículo 5, c), de  la Convención  Internacional sobre  la Eliminación de Todas  las Formas 

de Discriminación Racial 

En  conformidad  con  las obligaciones  fundamentales estipuladas  en el  artículo 2 de  la 

presente  Convención,  los  Estados  partes  se  comprometen  a  prohibir  y  eliminar  

la discriminación racial en todas sus formas y a garantizar el derecho de toda persona a la 

igualdad  ante  la  ley,  sin  distinción  de  raza,  color  y  origen  nacional  o  étnico, 

particularmente en el goce de los derechos siguientes:  

… 

c)  Los  derechos  políticos,  en  particular  el  de  tomar  parte  en  elecciones,  elegir  y  ser 

elegido, por medio del  sufragio universal e  igual, el de participar en el gobierno y en  la 

dirección  de  los  asuntos  públicos  en  cualquier  nivel,  y  el  de  acceso,  en  condiciones  de 

igualdad, a las funciones públicas. 

 

Artículo XX de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre 

Toda persona,  legalmente capacitada, tiene el derecho de tomar parte en el gobierno de 

su país, directamente o por medio de sus representantes, y de participar en las elecciones 

populares, que serán de voto secreto, genuinas, periódicas y libres. 

 

Page 39: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111444333

 

Artículo 23 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos 

Derechos Políticos 

1. Todos los ciudadanos deben gozar de los siguientes derechos y oportunidades: 

a. de participar en  la dirección de  los asuntos públicos, directamente o por medio de 

representantes libremente elegidos; 

b. de  votar  y  ser  elegidos  en  elecciones periódicas  auténticas,  realizadas por  sufragio 

universal e  igual y por voto secreto que garantice  la  libre expresión de  la voluntad de  los 

electores, y 

c. de tener acceso, en condiciones generales de igualdad, a las funciones públicas de su 

país. 

2. La ley puede reglamentar el ejercicio de los derechos y oportunidades a que se refiere 

el  inciso anterior, exclusivamente por  razones de edad, nacionalidad,  residencia,  idioma, 

instrucción, capacidad civil o mental, o condena, por juez competente, en proceso penal. 

 

Artículo  4  de  la  Convención  Interamericana  para  Prevenir,  Sancionar  y  Erradicar  la 

Violencia contra la Mujer "Convención de Belem Do Para" 

Toda mujer  tiene  derecho  al  reconocimiento,  goce,  ejercicio  y  protección  de  todos  los 

derechos  humanos  y  a  las  libertades  consagradas  por  los  instrumentos  regionales  e 

internacionales sobre derechos humanos. Estos derechos comprenden, entre otros:  

… 

j. el derecho a tener igualdad de acceso a las funciones públicas de su país y a participar 

en los asuntos públicos, incluyendo la toma de decisiones. 

 

 

 

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Artículo 3 de la Carta Democrática Interamericana 

Son elementos esenciales de  la democracia  representativa, entre otros, el  respeto a  los 

derechos humanos y  las  libertades  fundamentales; el acceso al poder y  su ejercicio  con 

sujeción  al  estado  de  derecho;  la  celebración  de  elecciones  periódicas,  libres,  justas  y 

basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de  la soberanía del pueblo; el 

régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y  la separación e  independencia de 

los poderes públicos. 

Page 41: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

  “Sexta Mesa Redonda”

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Sobre la justicia constitucional en Coahuila Germán Froto Madariaga 

 

En primer  término, quiero agradecer en  todo  lo que vale,  la  invitación que me hiciera  la 

Casa de la Cultura Jurídica, de la Suprema Corte, a través de su director, el Juez Juan José 

Franco Luna, para asistir a este importante evento nacional. 

Considero  importante también, antes de entrar a comentar  los casos relevantes que se 

han fallado en Coahuila, el hacer un breve resumen histórico de  la forma en que surgió y  

se estructuró este Tribunal en mi estado. 

Como es bien sabido, después que Veracruz superó  las  impugnaciones  jurídicas que se 

interpusieron al estructurar este  tipo de  tribunales,  se generó una  tendencia nacional a 

favor de su establecimiento en otras entidades. 

La experiencia de Coahuila se inserta en esas nuevas tendencias y en 2001, se realiza una 

reforma constitucional, en  la que se establecieron  las bases mínimas para desarrollar  los 

procedimientos constitucionales que pudieran someterse a su consideración. 

Sin embargo, no fue sino hasta que se emitió la Ley de Justicia Constitucional, del estado 

en 2005, cuando realmente comenzaron a presentarse asuntos de esa naturaleza ante el 

Tribunal y que la ciudadanía empezó a tener confianza en ellos. 

En  su momento, Coahuila optó porque  fuera el Pleno del Tribunal Superior, el que  se 

erigiera en Tribunal Constitucional y los mismos magistrados que lo integran, conocieran y 

desahogaran las causas de esta naturaleza. 

Debemos  precisar,  que  el  modelo  Coahuila,  sólo  está  facultado  para  conocer  

de:  controversias  constitucionales  y  acciones  de  inconstitucionalidad,  cuestiones  de 

constitucionalidad,  omisión  legislativa  y  control  difuso  local;  por  lo  que  se  excluyen  a  

su conocimiento, otro tipo de asuntos que no sean estrictamente  los que tienen que ver 

con cuestiones constitucionales. 

Asimismo, hay que dejar asentado que en mi estado se optó por este modelo, partiendo 

de  la base de que era más  importante destinar recursos a  la estructura  fundamental del 

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Poder  Judicial, que a  la creación de una Sala Constitucional, ya que el modelo adoptado 

resultaba notoriamente más económico. 

 

Casos relevantes 

En términos generales se puede decir que en Coahuila se han tramitado cerca de 20 casos, 

entre los que sobresalen los siguientes: 

Primero 

Una cuestión de inconstitucionalidad presentada por el Instituto de Acceso la información 

del Estado  respecto de  la  aplicación de una norma de  la  Ley Orgánica de  la Contaduría 

Mayor de Hacienda del Congreso Local, referente a la reserva o publicidad de las cuentas 

publicas  respecto  de  fiscalización,  la  cual  fue  resuelta  por  el  Tribunal  Constitucional, 

estableciendo la constitucionalidad de la norma de la Ley Orgánica, que determinó que las 

cuentas  públicas  constituyen  información  reservada,  por  tratarse  de  procesos  en  curso  

y que ésta será pública una vez que el Congreso emita el dictamen correspondiente, ya sea 

que apruebe o desapruebe la Cuenta Pública de que se trate. 

Segundo 

Una acción de  Inconstitucionalidad presentada  igualmente por el  Instituto de Acceso a  la 

Información,  en  la  que  demandaba  la  declaración  de  invalidez  del  Reglamento  de 

Transparencia y Acceso a la Información Pública del Municipio de Torreón. 

Tesis 

“COMISIÓN  MUNICIPAL  DE  DERECHOS  HUMANOS  DE  HUAJUAPAN  DE  LEÓN, 

OAXACA.  EL  REGLAMENTO  QUE  LA  CREA,  EXPEDIDO  POR  EL  AYUNTAMIENTO, 

TRANSGREDE EL ARTÍCULO 16 DE LA CONSTITUCIÓN FEDERAL. De conformidad con 

lo previsto en  los artículos 34,  fracción XI y 112 de  la Ley Orgánica Municipal del 

Estado  de  Oaxaca,  los  Ayuntamientos  de  esa  entidad  pueden  proponer  a  la 

Legislatura  Local,  por  conducto  del  Ejecutivo,  la  creación  de  organismos 

municipales  descentralizados  con  personalidad  jurídica  y  patrimonio  propio;  sin 

embargo, dichos preceptos no los autorizan para crear este tipo de organismos por 

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  “Sexta Mesa Redonda”

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sí solos. Ahora bien, aun cuando en términos del artículo 115  fracción  II, segundo 

párrafo,  de  la  Constitución  Política  de  los  Estados  Unidos  Mexicanos,  los 

Ayuntamientos  están  facultados  para  expedir  reglamentos,  cierto  es  que  tales 

ordenamientos  tienen  que  ceñirse  a  lo  que  establezcan  tanto  la  Constitución 

General  como  la  del  Estado,  así  como  las  leyes  federales  y  locales,  además  de 

adecuarse  a  las  bases  normativas  que  emitan  las  legislaturas  y  versar  sobre 

materias  o  servicios  que  le  correspondan  legal  o  constitucionalmente  a  los 

Municipios.  En  esa  virtud,  el  Reglamento  Interno  de  la  Comisión Municipal  de 

Derechos Humanos de Huajuapan de León, Oaxaca, por el cual ese Ayuntamiento 

creó  tal  entidad  con  el  carácter  de  organismo  descentralizado  y  lo  dotó  de 

facultades,  resulta  contrario  a  lo  dispuesto  por  el  artículo  16  de  la  Constitución 

Federal,  pues  lo  cierto  es  que,  independientemente  de  la  bondad  de  que  se 

multipliquen  los  organismos  protectores  de  los  derechos  humanos  y  de  que,  a 

través  de  ellos  se  promueva  la  cultura  de  la  legalidad  y  la  defensa  de  tan 

trascendentales  derechos,  especialmente  en  el  ámbito  municipal,  resulta 

indispensable  que  su  creación  tenga  un  apoyo  jurídico  y,  en  la  especie,  el 

Ayuntamiento  de  Huajuapan  de  León  carece  de  facultades  tanto  para  crear 

organismos  descentralizados  por  sí  solo,  como  para  legislar  en  lo  relativo  a  los 

organismos protectores de  los derechos humanos, pues dicha  atribución no está 

contemplada en  la Constitución Federal, ni en  la del Estado, así como tampoco en 

alguna de las legislaciones secundarias de carácter federal o local.” 

El  Tribunal  resolvió declarar  la  invalidez del  referido Reglamento, en  virtud de que el 

Municipio de Torreón y en realidad cualquier municipio, carece de facultades para emitir 

Normas Reglamentarias en Materia de Acceso de Información Pública, así como, para crear 

un órgano autónomo encargado de esta materia, en virtud de que, el único facultado para 

ello por la constitución Local, es el Instituto Estatal. 

 

 

 

Page 44: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

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Tercero 

Acción  de  Inconstitucionalidad  presentada  por  la  Comisión  de  Derechos  Humanos  del 

Estado, en contra del Gobernador y del Congreso Local, por considerar que dos artículos 

que  habían  sido  derogados  de  la Constitución  Local,  a  iniciativa  del  ejecutivo,  y  que  se 

referían  a  la  “indemnización  por  error  judicial  grave”,  eran  inconstitucionales  porque  

se había violado el proceso legislativo al realizarlos.  

Dicha acción, se declaró improcedente por lo que respecta al “Proceso Legislativo” de la 

reforma a  la Constitución, por estimarse  improcedente el control constitucional respecto 

de  las  reformas  de  la  Constitución,  ya  que  existe  una  diferencia  importante  entre  el 

Proceso Legislativo genérico, y el Proceso de Reformas a la Constitución. 

Cuarto 

Omisión  Legislativa  presentada  por  el  Municipio  de  Torreón  por  considerar  que  el 

Congreso local había incurrido en dicha omisión al no derogar diversos artículos de la Ley 

de Asentamientos Humanos y Desarrollo Urbano del Estado de Coahuila. 

Al  respecto  el  Tribunal  declaró  la  inconstitucionalidad  por  omisión  de  los  artículos 

cuestionados,  ordenando  al  Congreso  que  cumpliera  con  su  tarea  de  derogarlos  en 

acatamiento de una Reforma Federal. 

De todas  las causas que se han presentado ante el Tribunal Constitucional en Coahuila, 

en  la  actualidad  sólo  está  pendiente  un  caso  de  inconstitucionalidad  representado  por 

integrantes  de  la  entonces  Quincuagésima  Séptima  Legislatura  del  Estado  y  que  se 

relaciona  con  el  Código  Civil  en  lo  referente  al  Pacto  de  Solidaridad,  que  se  incluyó  

en dicho Código. Dicha causa se encuentra en estado de resolución. 

Por último es pertinente puntualizar que a la fecha el Tribunal no ha conocido de ningún 

caso de inaplicación de norma (control difuso) por lo que no podemos hacer alusión a este 

tipo de casos. Muchas gracias. 

 

 

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  “Sexta Mesa Redonda”

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Las Constituciones locales y el control  de constitucionalidad en materia electoral 

Manuel González Oropeza 

 

Esta participación tiene como origen y eje central una preocupación surgida a partir de la 

reforma constitucional de 2007, relacionada con el control constitucional que se ejerce a 

nivel federal y a nivel local, respecto de la justicia electoral.  

Se  trata  de  una  ponencia  meramente  especulativa,  hipotética  y  no  representa  de 

ninguna manera  una  posición  institucional,  pero  como  estas mesas  redondas  han  sido 

precisamente medios  académicos  en  los  que  se  discuten  estas  ideas  con  total  libertad, 

pues nos abrigamos a esa tónica de la mesa.  

Queremos  comenzar, en primer  lugar,  con un pequeño  tributo  a este  gran Estado de 

Campeche, el cual cumple 140 años de haberse formado en este 2009. Es un estado en el 

que para su constitución la materia electoral fue fundamental. Este es un estado que surge 

a raíz de un conflicto electoral en 1858, contra  las elecciones de gobernador en Yucatán, 

Pantaleón Barrera.  

El Distrito de Campeche, con Pablo García y otros próceres de esta tierra, se levantan en 

armas,  tal  y  como  sucedía  en  todo  el  país,  pues  era  el medio  único  para  dirimir  las 

controversias electorales, y es por eso que se afirma que el estado de Campeche surge a 

raíz  de  un  conflicto  electoral. No  es  el  primero  que  sucede  en  este  estado  de  ya  larga 

tradición político electoral; los conflictos electorales están debidamente registrados desde 

1817,  cuando  el  síndico  procurador  Chávez  del  distrito  de  Campeche  es  anulado  en  su 

elección o suspendido con  tal carácter por estar en quiebra, según se dice en el registro 

correspondiente. En 1825 se decreta también  la nulidad de  la elección del Ayuntamiento 

de Campeche por el gobierno del estado, como en 1848 por el gobierno de Yucatán, al cual 

todavía pertenecía Campeche. Finalmente, en el año de 1861, el gobierno del estado de 

Campeche surge por un conflicto electoral, como ya lo habíamos apuntado. 

Puede advertirse que el estado de Campeche tiene un historial muy interesante y muy largo 

de conflictos electorales que han ayudado a conformar la Constitución de este estado.  

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De  igual manera, esta mesa redonda es un modesto tributo al gran  jurista Don Manuel 

Crescencio Rejón, quien nace en 1799 y fallece en octubre de 1849. 

Pero Campeche,  también debemos  recordarlo, es un estado donde  los derechos humanos 

fueron  preconizados,  fueron  promovidos  con mucha  anticipación,  con  gran  avance  incluso 

respecto  de  los  derechos  humanos  establecidos  en  la  Constitución  federal.  El  regidor  de 

Campeche Miguel de  Lantz, en el  temprano año de 1840, propone  la  libertad de  cultos y  la 

abolición de  fueros en el estado.  Joaquín Baranda, quien  fuera gobernador del estado, en su 

informe ante el  jurado de sentencia de  la Cámara de Diputados del Congreso de  la Unión, en 

contra de Pablo García, primer gobernador del Estado de Campeche, dijo: "en donde hay una 

Constitución, debe haber un castigo para el que la viole, de lo contrario el cumplimiento de esta 

ley  fundamental  sería  completamente  ilusorio".  Baranda  se  refería  en  ese  momento  a  la 

constitución  federal,  pero  él  no  distinguió  en  su  discurso  entre  la  Constitución  federal  y  las 

Constituciones de  los estados; de  tal  suerte que donde hay una Constitución debe haber  los 

medios jurídicos adecuados para impugnar cualquier acto contrario a esa Constitución. Eso nos 

da  la pauta para discurrir sobre una tesis que se estableció en el Tribunal Electoral del Poder 

Judicial de la Federación, cuyo rubro es el siguiente: "Conflicto entre una disposición legal local y  

la Constitución de la respectiva entidad federativa, en el ámbito nacional su solución constituye 

control de  la  legalidad  y no de  la  constitucionalidad".  Es decir,  cuando un  Tribunal  Electoral 

estatal ejerce  la facultad de anular una disposición normativa del estado por ser  inconsistente 

con  la Constitución del estado,  según esta  tesis del 2005, es un control de  legalidad y no de 

constitucionalidad. Tenemos que recordar que esta tesis es anterior a la reforma constitucional 

de 2007, donde se  le negaba al propio TEPJF un control de  la constitucionalidad de  las  leyes, 

aunque sí lo tenía, resultaba muy limitado con respecto de los actos, no así de las leyes. 

Esto  quiere  decir  que  con  la  reforma  de  2007  debiéramos  de  cambiar,  no  sólo  en  el 

Tribunal  Electoral,  sino  en  toda  la  comunidad  jurídica mexicana,  la  concepción  de  que 

cuando un juez local inaplica una ley local por contravenir su Constitución local, eso, para 

la  justicia  federal debe ser considerada como un control de  legalidad y no un control de 

constitucionalidad extendida, digámoslo así. 

Nos  congratulamos  de  que  la  mesa  precedente  en  la  mañana,  con  las  brillantes 

intervenciones, como siempre  lo han sido, de magistrados como Carlos Arenas Bátiz, se haya 

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  “Sexta Mesa Redonda”

111555111

puesto con tal precisión los puntos sobre las íes en muchos de los problemas que tenemos en la 

actualidad. ¿Qué es una Constitución estatal?, ¿qué carácter, qué norma, qué  jerarquía  tiene 

la  Constitución  de  un  estado?,  ¿es  una mera  ley  reglamentaria  de  la  Constitución  federal?, 

porque precisamente  la tesis del Tribunal Electoral del 2005 parte del  fundamento de que se 

trata de una  ley  reglamentaria y en consecuencia es un control de  legalidad el que se ejerce 

respecto de las leyes del estado y de la Constitución del estado. 

Yo me permito diferir ya de esa perspectiva, y ya  lo he hecho del conocimiento público en 

algunos  artículos  que  se  han  publicado  con motivo  de  estas mesas  redondas.  Para mí,  la 

Constitución de un estado no es una mera ley reglamentaria de la Constitución federal, sino una 

ley constitucional. ¿Esto qué quiere decir? Que es una ley expedida por un poder constituyente 

delegado en las entidades federativas, para complementar a la Constitución federal.  

Las  leyes  federales, en este  sentido, no  complementan  la Constitución  federal,  sólo  la 

reglamentan. Están sometidas a  la competencia y a  los  lineamientos que  la Constitución 

federal determina. El artículo 73 de  la Constitución determina y establece cuáles son  las 

materias que el legislador federal puede regular a través de una ley federal. Expedida esta 

ley federal se agota  la facultad  legislativa y, por supuesto, ya corresponden a  la categoría 

de  leyes  federales que emanen de  la Constitución a que  se  refiere el artículo 133. Pero 

nuestra Constitución federal únicamente tiene diversas disposiciones aisladas con respecto 

a las Constituciones estatales. 

Ya  lo enfatizaba el Magistrado  Francisco Martínez  Sánchez,  también en  su espléndida 

participación, que la Constitución federal delga a los estados la capacidad de constituirse a 

sí mismos y de determinar el régimen interior del estado, pero no les fija el contenido. No 

fija en qué materias son competentes  los estados ni de qué manera tienen que organizar 

sus  poderes,  ni  qué  derechos  fundamentales  puede  o  no  pueden  establecerse.  Ese  es 

nuestro federalismo. 

Nuestro  federalismo  es  un  federalismo,  como  diría  Alexis  de  Tocqueville,  absolutamente 

concurrente. Esto  le causa una cierta confusión a algunos magistrados, pero creemos que esa 

confusión la debemos de entender de distinta manera. Para quien esto escribe, la mejor forma 

de entenderlo es leer el artículo 50 de la Constitución federal de 1824. El artículo mencionado 

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establece que las leyes federales se expedirán sobre todas las materias respetando la legislación 

de  los estados, es decir,  los estados  tenían en esa Constitución  la  competencia originaria de 

legislar  sobre  cualquier materia pero  eso no  implicaba que  la  federación no pudiera  legislar 

sobre esas mismas materias que los estados ya hacían, pero cuando legislara sobre esas mismas 

materias  tenía  que  cuidar  el  no  trasgredir  los  principios  ya  establecidos  en  la  legislación 

respectiva de cada uno de los estados. 

Ese es un sistema muy a  la americana; Mariano Otero se  inspiró en  los artículos de  la 

confederación  de  1777  para  determinar  la  distribución  de  competencias  de  nuestro 

sistema  federal,  que  técnicamente  no  le  corresponde  el  nombre  de  sistema  federal.  Le 

corresponde más bien el nombre de confederación, porque la federación solamente puede 

legislar  en  las  materias  que  están  expresamente  establecidas  en  la  Constitución.  El 

Profesor Cruz Reynoso, de  la Universidad de California, durante su Conferencia Magistral 

hará referencia a casos como McCulloch vs. Maryland en la jurisprudencia norteamericana, 

en donde se explica claramente esta cuestión. Pero la Constitución de 1824 no estableció 

este sistema de distribución de competencias, sino que estableció el sistema federal de la 

Constitución norteamericana de 1787, en donde los estados y la federación concurren para 

legislar  sobre  las mismas materias,  exceptuadas  algunas  pocas  que  están  confiadas  de 

manera exclusiva a la federación. 

¿Cómo queda la Constitución de los estados con respecto a este sistema de distribución 

de  competencias?  Si  el  artículo  124  de  nuestra  Constitución  federal  establece  que  los 

funcionarios federales sólo pueden hacer lo que expresamente está otorgado en la misma, 

los  funcionarios estatales pueden hacer  todo  lo demás  y  la Constitución determina que 

tienen  facultades  reservadas.  ¿Reservadas  a  quiénes?,  a  los  poderes  constituyentes 

estatales; esto quiere decir que la Constitución no impone una uniformidad en los estados 

y  por  eso  esta  diversidad  puede  generar  confusión,  tal  y  como  lo  describió  el  señor 

Magistrado Osmar Cruz Quiroz en una mesa anterior, pero que realmente no es tal porque 

cada entidad  federal es  soberana  y es autónoma en  su  régimen  interior,  sobre  todo en 

aquellas facultades reservadas a los estados. 

Siendo  esto  así,  ¿qué  diferencia  existe  entre  una  Constitución  local  y  una  ley  federal 

reglamentaria de la Constitución federal? 

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  “Sexta Mesa Redonda”

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Nosotros  vemos  mucha  diferencia.  Primero,  el  contenido  de    una    ley  federal  está 

expresamente determinado en la Constitución Federal por el artículo 124. El contenido de 

la  Constitución  estatal  no  está  expresamente  definido  en  la  Constitución    federal.  Sí  

establece  algunos    parámetros  o  lineamientos,    y  prohibiciones  o mínimos  con  los  que 

debe  de  contar  la  Constitución  del  estado,  entre  ellos  el  respeto  a  los  principios 

electorales, por ejemplo. 

Pero corresponde a la Constitución en el estado dar contenido propio, con plena libertad 

porque esas  son  sus  facultadas  reservadas. Pero entonces una Constitución, una norma 

que  hace  eso  complementa  a  la  Constitución  federal,  la  que  está  describiendo 

precisamente cuáles son las facultades del gobierno federal. 

Este país, me  lo recordó el  letrero a mi llegada al aeropuerto de Campeche, son  los Estados 

Unidos  Mexicanos,  y  los  estados  tienen  facultades  reservadas  que  están  descritas  en  sus 

respectivas Constituciones, y los dos forman parte del sistema constitucional mexicano. 

Entonces, el contenido de una Constitución  local no está definido expresamente en  la 

Constitución federal, sino que cada estado le puede dar el contenido que desee. 

Segundo, una  ley federal se expide y se agota, ya no genera otras normas de  la misma 

categoría  o  de  categoría  subordinada,  por  lo  menos  provenientes  del  mismo  poder 

legislativo.  Sí  generan  reglamentos,  pero  corresponden  en  la  esfera  administrativa,  al 

Poder Ejecutivo o a los otros poderes. Mientras que una Constitución estatal lo que genera 

es  todo un orden normativo en el estado,  genera  leyes  locales  y esas  leyes  locales  son 

precisamente reconocidas en nuestra jurisprudencia, con la misma categoría que tienen las 

leyes federales, porque distribuyen competencias distintas. 

En conclusión, la tesis que reduce a un control de la legalidad los actos que los tribunales 

locales hagan para la anulación de leyes locales cuando contravienen a la Constitución del 

estado, me  parece  que  no  toma  en  cuenta,  en  primer  lugar,  la  categoría  especial  que 

tienen  las  constituciones  estatales  en  nuestro  sistema  jurídico mexicano.  Por  supuesto 

estas ideas son meramente doctrinales y no se encuentran reconocidas dentro de ninguna 

jurisprudencia ni están reconocidas en ninguna norma más que en  la Constitución, claro. 

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Una interpretación de la Constitución como la que he venido mencionando podría llegar a 

esta conclusión. 

Pero esa carencia del reconocimiento del control constitucional que hacen los Tribunales 

estatales  también omite algo muy  importante, que  la materia electoral no es una mera 

materia de legalidad, es una materia de constitucionalidad, fundamentalmente. 

Desde 1977 a nivel  federal y en muchos años posteriores a nivel estatal,  los principios 

electorales,  la  organización  de  las  elecciones  y  los  principios  en  los  que  se  sustenta  la 

justicia electoral ya corresponden a los contenidos de las Constituciones en los estados y a 

la Constitución Federal. 

Es en consecuencia, una facultad constitucional. De tal suerte que todos  los Tribunales 

electorales locales deben ejercer un control de la constitucionalidad interna que repercute 

o repite los principios electorales de Constitución federal. 

No solamente porque la ley estatal es ley complementaria, y porque la ley constitucional 

está  derivada  de  la  Constitución  federal,  sino  porque  se  repiten  técnicamente  los 

principios: de equidad, de  imparcialidad, de objetividad que  regula  las elecciones, y que 

están previstos en la Constitución federal y se repiten en las Constituciones de los estados. 

Entonces, como decía muy bien el Magistrado Carlos Emilio Arenas Bátiz, ¿hasta dónde 

empieza el control constitucional federal y hasta dónde empieza el control constitucional 

local?  Eso es  confuso  si  se  sigue  considerando  a  las Constituciones  locales  como meras 

leyes  reglamentarias, pero ya deja de  ser confuso  si  se considera que  las Constituciones 

locales son  leyes constitucionales,  leyes complementarias de  la Constitución  federal para 

reducir todo a un solo control constitucional, el nacional, digamos. 

Veamos ya por último, algunos casos que el TEPJF ha resuelto particularmente en este 

año, donde se ve de manera clara que el  litigio electoral algunas veces se aparta de esta 

realidad  de  las  Constituciones  locales  respecto  de    la  Constitución  federal,  y  trata  

de reducir las Constituciones estatales en meras leyes de la Constitución Federal. 

Por ejemplo, en tres Juicios de Revisión Constitucional (JRC), el 18, 19 y 20 de 2009 del estado 

de  Colima,  en  donde  una  coalición  impugna  la  resolución  del  Tribunal  Electoral  

del estado, el cual se refiere a que la ley electoral reglamenta el uso de la propaganda político‐

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  “Sexta Mesa Redonda”

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electoral  que  no  debe  afectar  el  equipamiento  urbano.  Y  la  pregunta  fue  ¿forma  parte  del 

equipamiento urbano  los autobuses públicos o no? Allí el Tribunal responsable respondió que 

era necesario interpretar lo expuesto en la fracción quinta, artículo 212 del Código Electoral de 

manera conforme al artículo 86 bis de la Constitución del estado de Colima para justificar que la 

propaganda política puesta en los autobuses públicos o municipales de Colima pueda hacerse a 

pesar  de  que  el  artículo  86  bis  de  la Constitución  de Colima  podía  interpretarse  de  sentido 

negativo. Aquí,  la  Sala  Superior  consideró que  la  interpretación que había hecho el  Tribunal 

Electoral del estado había sido exclusivamente con respecto a  la  ley electoral y que no había 

hecho una adecuada interpretación de la Constitución del estado. Sin embargo, hay situaciones 

todavía más interesantes con respecto a este tema. Todos los juicios que se provocaron en Baja 

California  con motivo  de  la mal  llamada  ley  anti‐chapulín,  aquella  ley  que  prohibía  que  un 

funcionario público quien detentaba un cargo público pudiera pedir licencia para optar por otro 

cargo  público.  Así  conocimos  presidentes  municipales  que  renunciaban  al  cargo  para  ser 

candidatos a gobernador o de diputados locales que renunciaban para participar en la contienda 

electoral por las presidencias municipales. Esos casos nos llegaron cuando no podíamos nosotros 

pronunciarnos  respecto  a  la  constitucionalidad  de  la  ley  de Baja California,  porque  como  se 

recordará, en los Tribunales Electorales estuvimos limitados al control de la constitucionalidad de 

las  leyes  por  una  jurisprudencia  de  la  Suprema  Corte,  que  afortunadamente  la  propia  SCJN 

propició  la  reforma  de  2007  para  otorgar  al  TEPJF  plenitud  de  competencia  constitucional 

tratándose de las leyes. ¿Pero qué hicimos respecto de estos casos de Baja California que eran 

muy  interesantes?  En  la  Constitución  del  estado  de  Baja  California  se  había  prohibido 

expresamente que estos funcionarios pudieran seguir u optar antes del fin de su mandato por 

otro cargo de elección popular. En el fondo esto se entiende como una restricción al derecho 

político de ser votado por el hecho de ser un servidor público. 

No  podíamos  declarar  la  inconstitucionalidad  de  los  artículos  correspondientes  de  la 

Constitución  del  estado  de  Baja  California  por  lo  que  la  Sala  Superior  interpretó  

la Convención Americana de Derecho Políticos y Sociales, en el sentido de que no se podía 

limitar los derechos políticos, sino por ciertas características o aspectos, entre los cuales no 

estaba el ser servidor público, es decir, no se  le puede castigar a un servidor público, por 

decirlo así, por optar buscar otro cargo de elección popular. Al contrario, yo creo que es 

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muy sano por el contacto electoral, ¿cómo  lo hace un servidor público en el desempeño  

de  su  función?  Podría  ser  recompensado  por  el  electorado,  digámoslo  así,  por  el 

electorado si al optar por otro cargo de lección popular resulta victorioso en la elección. 

Entonces  fuera  del  análisis  del  control  de  la  constitucionalidad  del  estado  y  de  la 

federación, la Sala Superior implementó la aplicación del tratado internacional y quizá por 

primera vez el TEPJF dio un parámetro muy claro respecto a  la  interpretación del artículo 

133 de la Constitución federal, el cual establece que los tratados internacionales, al ser ley 

suprema de  la Unión, cualquier disposición que haya en contra en  las Constituciones del 

estado los jueces tendrán que aplicar con preferencia el tratado internacional y eso fue lo 

que hicimos en estos casos de Baja California. 

Por último, queremos hacer referencia a los JRC 476, 482 y Recurso de Apelación (RAP) 

1758 deI año 2006, en los cuales fundamentalmente se hicieron impugnaciones en contra 

de  la  resolución del Tribunal Electoral del Poder  Judicial del Estado de  Jalisco,  y aquí el 

partido político que  impugnó se atrevió a mencionar que  las autoridades electorales del 

estado no deberían aplicar la Constitución del estado de Jalisco sin aplicar la ley electoral. 

Esto hace énfasis en el grado de  falta de respeto, digámoslo así, a  las  funciones de  los 

estados, cuando se trataba de la aplicación del porcentaje de participación proporcional, si 

era el 3.5% de la votación total como lo decía la Constitución del estado o como lo dice la 

mayoría de las legislaciones estatales el 3.5% de la votación emitida. Es decir, restando lo 

votos  nulos  y  de  candidatos  no  registrados.  El  partido  actor  impugnó  que  el  Tribunal 

aplicara  la disposición de  la Constitución del estado con preferencia a  lo dispuesto por  la 

ley electoral. Y mencionaba que la ley electoral era la que se debía aplicar por ser una ley 

especializada, prácticamente por decir "la Constitución estatal en este sentido no cuenta". 

Afortunadamente,  la  Sala  Superior  manifestó  que  el  Tribunal  responsable  tenía  la 

obligación de aplicar el texto constitucional de  la entidad federativa porque es un órgano 

competente  para  resolver  las  cuestiones  en  materia  electoral.  En  los  términos 

preferentemente  de  su  Constitución  local  y  debe  de  observar  la  supremacía  de  dicho 

cuerpo normativo. En materia electoral aún queda mucho por definir, el papel que juega la 

Constitución del estado,  su  supremacía no  sólo por parte de  los Tribunales  locales,  sino 

también por parte del TEPJF.  

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   “Sexta Mesa Redonda”

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 ¿Por qué han fallado los intentos en algunas  entidades federativas en la impartición  

de justicia constitucional local? Dr. Francisco Martínez Sánchez 

1. Planteamiento preliminar 

Son muchas  las  razones por  las  cuales no existe una  justicia  constitucional  local.1  Sin 

embargo, hay dos  (sino  las únicas, al menos sí bastante  importantes) que ocupan el hilo 

conductor de esta ausencia por su intima relación con el tema de los derechos humanos. Y 

aunque distintas, están íntimamente conectadas. 

La primera razón es de carácter  ideológico;  la segunda, de carácter conceptual. Ambas, 

como  se  verá más  adelante,  poco  a  poco  se  han  empezado  a  abandonar,  pero  siguen 

vigentes en el pensamiento de una parte importante de la comunidad jurídica.  

La  razón  ideológica  descansa  en  la  tradicional  concepción  del  Estado  decimonónico, 

según  la  cual  (y una de  sus  características)  los estados nación  son un  todo homogéneo. 

Conforme lo anterior, un país homogéneo no tendría mayores problemas para regirse bajo 

una  idea centralista, y un país heterogéneo debería ser regido bajo el principio federal. Y 

con todo lo absurdo que parezca, en México predominaba (hasta hace poco) la idea de la 

homogeneidad y (aquí viene lo absurdo) a pesar de ello se imponía el sistema federal como 

forma de gobierno. El resultado fue desastroso: había un reconocimiento literal al sistema 

federal en la Constitución pero “inanimado” en la práctica. En materia constitucional local, 

esto se refleja en el hecho de que la Constitución Política Federal2 sí tiene un “guardián”3 

                                                       1 Se agrupan, bajo categorías diversas, las razones. Algunas veces son se carácter teórico técnico, algunas otras veces de índole contextual, e incluso, también se acude con frecuencia a razones de índole “real” y se menciona aquí la precaución de implantar una justicia constitucional local por el temor al cacicazgos estatal (cfr. Estrada, 2008, 6). Para una variedad de razones aludidas por los constitucionalistas mexicanos explicando los motivos de la falta de una implantación de justicia local efectiva puede consultare la siguiente bibliografía: Astudillo, 2006; Uribe, 2003; Rabasa, 2001; Una compilación con variados puntos de vista sobre este tema puede verse a González Oropeza y Ferrer Mac-Gregor, 2006. Por otro lado, no se pasa por alto de que hay Estados con justicia constitucional local como son los Estados de Chiapas, Coahuila, Estado de México, Guanajuato, Nuevo León, Quintana Roo, Tlaxcala, Veracruz, 2 De aquí en adelante CPEM 3 Uso aquí el termino “guardián” como expresión fiel a la propuesta teórica kelseniana quien desarrollo la idea de guardián de la Constitución bajo el sentido literal alemán de “Hütter der Verfasstang”.

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(la Suprema Corte de Justicia de la Nación4)5. En tanto que el sistema local no cuenta —en 

la  mayoría  de  los  casos—  con  un  “guardián  local”  pues  la  homogeneidad  no  exige 

descentralización, sino al contrario: centralización. 

Por  lo que se refiere a  la segunda razón y de carácter conceptual, esta no es de menor 

importancia.  De  hecho  puede  decirse  que,  sin  pasar  por  alto  el  fuerte  vínculo  con  la 

anterior  idea, es una  razón  técnica  (a diferencia de  la primera que es  ideológica) y cuya 

presencia han utilizado constantemente  los detractores de  la  justicia constitucional  local: 

¿cómo  armonizar  la  justicia  constitucional  local  con  la  justicia  constitucional  federal?  La 

razón conceptual parece encerrar una paradoja: si la justicia local será revisada al final por 

la justicia federal, no se observa mucho la utilidad de la primera, pues al final se acudiría —

de nueva cuenta— a la revisión constitucional federal. Por otro lado, si la justicia local no 

puede  ser  revisada  por  la  justicia  federal  se  violentaría  el  principio  de  supremacía 

constitucional. Pero en tanto la aparente paradoja no se resuelva deja un daño colateral a 

la  justicia constitucional  local. Ciertamente,  lo anterior ha ocasionado que se abandone a 

los individuos de cada uno de los Estados, pues aunque su Constitución local les reconozca 

ciertos  derechos  no  garantizados  por  la  CPEM,  estos  individuos  no  tienen medios  de 

defensa contra ello.6 

 4 De aquí en adelante SCJN 5 Así lo ha manifestado la SCJN en diversas resoluciones. Al respecto puede verse la acción de inconstitucionalidad 4/2005, Tesis: P. XI/2008, Página: 673, Tesis aislada, Rubro: ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD. EL CONTROL DE LA REGULARIDAD CONSTITUCIONAL A CARGO DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN AUTORIZA EL EXAMEN DE TODO TIPO DE VIOLACIONES A LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS. 6 Al menos así ha sido desde que se sucedió el conocido caso de Elpido Fontes (amparo en revisión 3112/92). Y esa misma idea se sigue aplicando. Téngase como ejemplo paradigmático los asuntos de cuestión de inconstitucionalidad planteadas por los Estados en defensa de su propia constitución local (vid. Tesis: P./J. 23/2005 bajo el rubro siguiente: ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD. ES IMPROCEDENTE CONTRA LA OMISIÓN DEL CONGRESO LOCAL DE AJUSTAR LOS ORDENAMIENTOS LEGALES ORGÁNICOS Y SECUNDARIOS DE LA ENTIDAD A LAS DISPOSICIONES DE UN DECRETO POR EL QUE SE MODIFICÓ LA CONSTITUCIÓN ESTATAL). No hay que pasar por alto que cuando un derecho reconocido en una constitución local tiene conexión con la constitución federal, la situación es distinta y ante lo cual la garantía de protección constitucional sí opera. Al menos así se ha establecido en la tesis Tesis: P./J. 29/2006 de febrero del dos mil seis bajo el siguiente rubro: MAGISTRADOS DEL TRIBUNAL ELECTORAL DEL ESTADO DE SAN LUIS POTOSÍ. LOS ARTÍCULOS 27, FRACCIÓN II, Y 38, PRIMER PÁRRAFO, ÚLTIMA PARTE, DE LA LEY ORGÁNICA DEL PODER JUDICIAL DEL ESTADO, QUE PREVÉN EL PROCEDIMIENTO PARA SU DESIGNACIÓN, SE OPONEN A LA CONSTITUCIÓN LOCAL, POR LO QUE TRANSGREDEN EL ARTÍCULO 16 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.

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   “Sexta Mesa Redonda”

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Pero las dos razones antes aludidas sí se conectan con el tema de los derechos humanos, 

carecen hoy de convicción; es decir, a  la  luz de estas  ideas, no hay razón para presentar 

objeciones  a  la  justicia  constitucional  local.  Por  el  contrario,  son  los mismos  derechos 

humanos quienes abonan el terreno para una justicia constitucional local. Y estas ideas son 

los ejes rectores de la presente exposición. 

Este documento versará sobre tres puntos: en primer lugar se observará cómo la fuerza 

de los derechos humanos margina las características del Estado decimonónico y obliga a la 

implantación de un Estado constitucional democrático (1). En segundo  lugar, se explorará 

cómo —si  se  adoptan  las  nuevas  necesidades  exigidas  por  los  derechos  humanos—  al 

implantar  un  modelo  de  Estado  constitucional  democrático,  entonces,  la  aparente 

paradoja entre  justicia constitucional  local y federal desaparece y, por el contrario, dicho 

federalismo adquiere vigor pues el Estado constitucional democrático  requiere de él  (2); 

finalmente, teniendo presente  las  ideas expuestas en 1 y 2 —y a manera de conclusión— 

se considerará  la viabilidad de  la reforma constitucional en sus numerales 102  inciso b y 

116 de la CPEM (3). 

 

2. Constitucionalismo y derechos humanos: la ruptura del mito decimonónico. 

Hasta hace poco,7 el sistema jurídico político mexicano se alimentaba de una sola visión 

constitucional:8 la visión decimonónica del Estado Liberal.9 En general, son cinco ideas las 

                                                       7 Los cambios se han venido presentando paulatinamente por factores internos y externos y la mayor parte por reivindicaciones en materia de derechos humanos. Por ejemplo, en materia interna las reivindicaciones identitarias, reclamaciones de género y petición de justicia social están exigiendo la superación de los principio del estado decimonónico (Quizás una de los primeros cambios de esta visión se da con el reconocimiento en el artículo segundo (antes cuatro) de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (de aquí en adelante CPEUM) de que la “Nación tiene una composición pluricultural”). Por otro lado, los factores externos se integran principalmente por los tratados internaciones en materia de derechos humanos y la interrelación entre países en virtud del fenómeno de la globalización. 8 Como se sabe, en la actualidad, existen al menos tres visiones normativas doctrinales encontradas: el liberalismo, el republicanismo y el comunitarismo. Según se adopte una u otra visión, el diseño constitucional tendrá consecuencias diferentes (cfr. Del Águila, 1995, 549-651). En una apretada síntesis (cfr, Moreno, 2008, 335-357) se puede decir que para el liberal “los derechos son previos a cualquier deber y primero reclamo lo mío antes de que me exijas reconocer lo tuyo. La democracia se institucionaliza en una forma representativa, hay un ámbito de decisiones fuera de la política y, finalmente, se hace uso de la regla mayoritaria en su expresión numérica: cada ciudadano un voto, cada voto un número y, al final —en número— gana la expresión más numérica”; para el republicano “Los intereses egoístas del individuo no son los distintivos sino su

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que rigen a esta concepción paleopositivista del Estado: (a) homogeneidad del estado, (b) 

soberanía  como  concepto  orgánico  y  principio  de  legitimidad,  (c)  principio  de  validez 

formal, (d) interpretación lógica del derecho, (e) garantías individuales como herramientas 

y no como sustancia de  los derechos humanos, (f) catálogo flexible pero armónico de  los 

derechos humanos. 

a.  El  gran  temor  a  la  heterogeneidad  es  la  aparente  ingobernabilidad  que  parece 

producir.  Por  ello,  el  Estado  decimonónico  partió  de  una  idea  sencilla  pero  irreal:  las 

sociedades políticas constituían una agrupación de  iguales. No se pasa por alto que había 

grados  de  tolerancia  con  la  diferencia  (el  famoso  principio  igualdad  para  los  iguales).10 

Pero dicho grado de  tolerancia no  significa  la apertura a  la diferencia  real  sino  sólo a  la 

aparente o legal.11 Afortunadamente esta idea de la homogeneidad se ha ido desgastando 

gracias a las exigencias (cada vez más fortalecidas) de los derechos humanos. 

Efectivamente, en diversas partes del mundo, la homogeneidad ha sido cuestionada bajo 

el  reclamo  de  los  derechos  humanos.  Y  la  lucha  es  en  contra  de  un  sistema  jurídico 

aparentemente igual para todos los individuos, pero con graves problemas de exclusión y 

de ausencia de mecanismo legales para el respeto a la diferencia. Tómese por ejemplo (de 

las muchas  situaciones),  el  caso  del  uso  del  velo  en  las  sociedad  inglesa,  el  retiro  del 

 peculiar situación de individuo político. Aristóteles, por cierto, creía que “aquel que vivía fuera de toda comunidad sólo podía ser un dios o un animal” (Del Águila, 1995, 587). Por lo cual tiene que haber una cierta disposición a la colaboración y a la consagración de una “voluntad general”. Los intereses particulares, explicaba Rousseau, se transforman en intereses generalizables o mejor dicho: cada uno de los miembros de la sociedad aportará su libertad natural para obtener la libertad civil y hacer a cada uno tan libre que sólo se respeta a uno mismo”; finalmente, para el comunitarista, Para una concepción comunitaria, los lazos entre los miembros de la sociedad va más allá de una virtud cívica, es un lazo de fraternidad: hermano o hermana son los distintivos para identificar a los miembros de la comunidad. Ese lazo de fraternidad o hermandad se crea en virtud de una tradición común y compartida”. 9 Ferrajoli (2004, 94-101), —quien consagró la expresión decimonónica del Estado Liberal— contrapone dicha visión “paleopositivista” a la concepción liberal de avanzada reflejada en el Estado Constitucional de derecho garantista (cfr. Ferrajoli, 2007, 71-89). 10 Vid. Amparo en revisión 662/93, Tesis: P. LV/95, Página: 72, Rubro: IGUALDAD, PRINCIPIO DE. EL ARTICULO 470, FRACCION III, DEL CODIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL ESTADO DE TAMAULIPAS NO ES VIOLATORIO DEL ARTICULO 13 CONSTITUCIONAL. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos al consagrar el principio de igualdad, no prescribe que el legislador trate de manera igual a quienes se encuentren en situaciones diversas entre sí, sino a dar el mismo tratamiento a quienes se encuentren en situación semejante, lo que equivale a decir que en situaciones diversas el trato debe ser desigual, siguiéndose de ello que la desigualdad establecida por el legislador en determinados supuestos, es la vía de realización del principio constitucional de igualdad. 11 Una critica a esta idea de igualdad en sentido formal y no material aplicada por la SCJN puede verse en Bárcena (2007)

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crucifijo  en  la  sociedad  alemana,  el  debate  sobre  la  enseñanza  “cívica”  en  España,  las 

reivindicaciones multiculturales en la mayoría de los países latinoamericanos. 

México  también ha  tenido  sus propios problemas  internos. Un asunto protagónico en 

México ha  sido el  caso de  los  testigos de  Jehová. En este  caso, el  incumplimiento  a  los 

deberes cívicos frente a los derechos humanos ha llevado a la SCJN a la navegación en un 

estado  de  incertidumbre  entre  favorecer  la  homogeneidad  a  través  del  respeto  a  los 

deberes cívicos12 o  favorecer  la heterogeneidad por medio de  la  libertad religiosa.13 Por 

ello, tratadistas mexicanos como Carbonell  (2008, 539) han  llegado a manifestarse sobre 

este  asunto  de  los  testigos  de  Jehová  de  esta manera:  “Hay  que  recordar  que  en  los 

Estados  democráticos  el  derecho  no  puede  imponerse  simplemente  por  la  pura  fuerza 

física de  la coacción estatal, sino que tiene sobre todo que convencer a sus destinatarios 

de la bondad, o pertinencia de cumplir con la norma”.  

Sea como fuere, el Estado no es homogéneo, es realmente heterogéneo: muchas ideas, 

muchos  perfiles  y  muchas  culturas  conviven  unas  con  otras.  Por  ello,  esta  idea  de 

homogeneidad,  como explica el hoy ministro de  la SCJN  José Ramón Cossío  (2002, 170‐

171), tuvo que ser abandonada pues “fue  imposible seguir sosteniendo  la  idea de que  las 

sociedades  eran  homogéneas,  y  las  Constituciones,  meras  representaciones  de  esa 

                                                       12 Al principio la suprema corte estableció lo siguiente (Amparo en revisión 64/90, TA, Página: 209, Rubro: ESCUDO, LA BANDERA Y EL HIMNO NACIONALES, LEY SOBRE EL. NO SE VIOLAN GARANTIAS CONSTITUCIONALES AL SEPARAR A UN ALUMNO DE SU ESCUELA POR INCUMPLIRLA.). Los acuerdos que las autoridades educativas adopten para separar a los alumnos con base en la Ley del Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, no violan garantías en su perjuicio porque si por imperativos concernientes a su convicción de conciencia de una fe religiosa se permitiera a los que la profesan apartarse de las normas jurídicas que regulan el comportamiento de toda la sociedad, equivaldría someter la vigencia de esas normas, a la aprobación del individuo, lo que a su vez pugnaría con el acto de creación del derecho por parte de la comunidad. Así, tales acuerdos apoyados en que el alumno, so pretexto de pertenecer a los "Testigos de Jehová" omite rendir honores a los símbolos patrios contemplados en la invocada Ley, no trasgreden los artículos 3o., 14 y 24 constitucionales. El 3o. porque no se está impidiendo en forma absoluta el ingreso a las instituciones educativas, sino que únicamente se trata de preservar el espíritu de ese precepto derivado de la titularidad que se confiere al Estado para la conducción de la tarea educativa; el 14, porque si la educación como garantía individual de los mexicanos, está al margen de toda creencia, dogma o doctrina religiosa, no rige el principio de previa audiencia para que los alumnos sean separados de las escuelas, pues de escucharlos implicaría el absurdo de darles oportunidad de oponerse a las disposiciones reguladoras de la disciplina interna del plantel, bajo argumento de su fe de la secta denominada "Testigos de Jehová"; el 24, porque de conformidad con este artículo las ceremonias o devociones del culto religioso, se circunscriben a los templos o domicilios particulares, de modo que no es admisible que se traduzcan en prácticas externas que trasciendan en el ámbito social del individuo. 13 Cfr. Soberanes, 2001, 69-70

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homogeneidad”. Los derechos humanos, si se toman en serio, sólo pueden ser respetados 

bajo la idea de la heterogeneidad y no de la homogeneidad.  

Afortunadamente,  tanto en el  ámbito doctrinal  (cfr. Cossio, 2002)  como en el  ámbito 

judicial  se  empieza  a  general  la  transformación  de  Estado  decimonónico  a  estado 

constitucional democrático.14 

b. Otra característica del Estado decimonónico es  la  idea de soberanía como concepto 

orgánico  y  principio  de  legitimidad.  Bajo  la  influencia  de  la  doctrina  rousseauniana,  la 

soberanía es considerada de esta manera como única e indivisible. Y esta idea, en tema de 

derechos humanos, ha acarreado graves problemas en la actualidad. Pues ni es única ni es 

indivisible, pero eso sí, se  invoca constantemente como  justificación para  la violación de 

los derechos humanos. 

Ciertamente, para  los defensores de  los derechos humanos,  la soberanía en el ámbito 

externo debe domesticarse debido al “estado salvaje” que se vivió (y aun se vive) con  las 

guerras  mundiales,  las  intervenciones  armadas  de  países  poderosos  en  contra  de  los 

débiles, pues la soberanía así concebida es la negación misma del Estado de derecho y, en 

consecuencia, implica a nivel externo (internacional) a una ley de la selva, y a nivel interno 

a  una  ley  sin  principios  garantistas.  En  el  ámbito  interno  tampoco  se  puede  seguir 

apelando  a  la  idea  de  soberanía  absoluta,  ya  que,  dicen  los  partidarios  del  sistema 

garantista, no debe haber poderes absolutos pues todos  los poderes deben ser  limitados 

(Ferrajoli 2004).  

Y no se trata de una apelación teórica. Realmente el concepto de soberanía se ha visto 

endeble en los últimos tiempos. Por ejemplo, el fenómeno de la globalización ha debilitado 

a la soberanía en su relación con el exterior (establecimiento de tribunales internacionales 

 14 Una de las últimas opiniones de la SCJN ha mejorado la idea de igualdad. Vid al respecto la Tesis: 2a. LXXXIV/2008 Página: 440; Rubro: IGUALDAD. CRITERIOS QUE DEBEN OBSERVARSE EN EL CONTROL DE LA CONSTITUCIONALIDAD DE NORMAS QUE SE ESTIMAN VIOLATORIAS DE DICHA GARANTÍA). “Así, una vez establecida la situación de igualdad y la diferencia de trato, debe determinarse si la diferenciación persigue una finalidad constitucionalmente válida. Al respecto, debe considerarse que la posición constitucional del legislador no exige que toda diferenciación normativa esté amparada en permisos de diferenciación derivados del propio texto constitucional, sino que es suficiente que la finalidad perseguida sea constitucionalmente aceptable, salvo que se trate de una de las prohibiciones específicas de discriminación contenidas en el artículo 1o., primer y tercer párrafos, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pues respecto de éstas no basta que el fin buscado sea constitucionalmente aceptable, sino imperativo”.

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y de órganos mundiales de protección a los derechos humanos que han repercutido en la 

concepción clásica de la soberanía externa y que se vislumbra como una fuerte esperanza 

de  acabar  con  el  “estado  salvaje”  en  que  se  vive  en  la  comunidad  internacional).  Y  las 

luchas por el respeto a los derechos de las minorías han puesto en tela de juicio la idea de 

soberanía al  interior. Hoy,  la  soberanía debe  ser  concebida en  términos de  “dispersión” 

(Habermas) con un flujo contextual y “dúctil” a diversos escenarios y sociedades. Bajo esta 

nueva  idea  de  soberanía,  la  relación  entre  la  Federación  y  los  estados  sería  más  de 

coordinación que de subordinación (lo mismo se podría decir de la relación entre el Estado 

mexicano y otros estados mundiales).  

c. Principio de validez  formal. La noción de validez constituye uno de de  los conceptos 

elementales de  la  teoría del derecho y del Estado. Sin embargo,  se  trata de una noción 

sumamente polémica. No por casualidad el panorama mundial  jurídico se ha configurado 

con base en dos posturas encontradas: el positivismo  frente  al  iusnaturalismo. Pasando 

por  alto  el  intenso  debate  que  puede  surgir  sobre  este  tema,  se  puede  señalar  que  el 

positivismo defiende la idea de una validez formal; por el contrario, el iusnaturalismo lucha 

por  la  reivindicación  de  una  validez  sustancial.  De  alguna  forma,  dentro  del  escenario 

mundial (y también en el mexicano) el temor ante la inseguridad jurídica llevó a definir la 

ventaja de una corriente sobre otra. Fue así como el positivismo se  implantó en muchas 

sociedades,  incluso  la mexicana. Y en  la tradición positivista era moneda corriente que  la 

validez  formal  fuera el primero  (y único) elemento de decisión. Sin embargo  (y de nueva 

cuenta aparecen  los derechos humanos),  se presentaron  situaciones en diversos  lugares 

del mundo que dieron lugar a una revisión del modelo imperante. 

Son muchos  los casos que se pueden  traer a colación. Pero quizás algunos de  los más 

notables  son  los  procesos  penales  seguidos  en  contra  de  ciertos militares  del  régimen 

alemán‐nazi. Ahí, la defensa de los militares alegaba que sus defendidos no habían hecho 

más  que  cumplir  con  el  derecho  positivo,  y  ante  lo  cual  la  responsabilidad  penal  no 

procedía. La contraparte, como se sabe, argumentó que más allá del derecho positivo hay 

valores superiores a los cuales se les debe respeto.  

Otro caso singular (menos publicitado y por  lo mismo con menos  influencia política)  lo 

constituye el  caso  francés de  “lancer de nain”  (lanzamientos de enanos) que  llevó a  los 

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juristas de aquel país a un  intenso debate. La polémica giró en torno a un enano que era 

lanzado —por su propia voluntad y bajo el amparo del régimen de contratos civiles— como 

objeto de diversión. La disputa, versó —pues— sobre si se debía permitir el  lanzamiento 

de enanos, porque la ley positiva lo tutelaba o, por el contrario, impedir dicho lanzamiento 

aunque se atacará un texto positivo de la ley. La solución de la justicia francesa fue que no 

se debía permitir el lanzamiento de enanos.15 

Por otro lado, en cuanto a la situación mexicana y a pesar que desde hace algunos años 

la  SCJN  se  ha  alejado  de  una  visión  rigurosamente  positivista,16  no  dejan  de  surgir  los 

conflictos. Por  ejemplo,  fue muy difundido  el  caso del poeta  chiapaneco  Sergio Hernán 

Witz  Rodríguez.  Los  hechos  fueron  los  siguientes:  el  poeta  elaboró  un  poema  cuyas 

manifestaciones  atentaban  contra  los  símbolos  patrios.  Específicamente  escribió  en  su 

poema lo siguiente: “Yo me seco el orín de la bandera de mi país, ese trapo sobre el que se 

acuestan los perros y que nada representa, salvo tres colores y un águila que me producen 

un vómito nacionalista o tal vez un verso lopezvelardiano de cuya influencia estoy lejos”.17 

Como era de esperarse, dicha actitud  fue  calificada de ultraje a  las  insignias nacionales, 

previsto  y  sancionado  por  el  artículo  191  del  Código  Penal  Federal.  Se  siguieron  las 

instancias  judiciales  correspondientes  y  el  asunto  llegó  a  la  SCJN.  Ya  allí,  los ministros 

tenían frente a sí, de nueva cuenta, una tensión entre el derecho fundamental a la libertad 

de  expresión  y  la  legalidad  de  la  sanción  prevista  en  el  Código  Penal  federal.  Al  final 

resolvieron  con  base  en  el  principio  de  legalidad  del  Código  Penal  Federal  (Amparo  en 

Revisión  2676/2003). No obstante, dos  integrantes del máximo  tribunal presentaron  un 

 15 Otro caso en este tenor es el famoso asunto alemán “Lüth”. Los hechos fueron los siguientes: una conocida autoridad en materia de periodismo (H. Lüth) pedía boicotear la película Jud Sûb con el argumento de la ideología antisemita del director (Harlan). La empresa cinematográfica demandó a Lüth y utilizó como base de su demanda una disposición del BGB pues así se plasmaba que “el que dolosamente cause daño a otro de manera contraria a las buenas costumbres está obligado a repararlo”. Para la empresa cinematográfica la actitud de Lüth atentaba contra las buenas costumbres, pues promovía el boicot. El caso tuvo sus diversas instancias judiciales y, al igual que el caso de lanzamiento de enanos, originó un intenso debate. Al final se amparó a Lüth. 16 Amparo en revisión 553/89, III, Segunda Parte-1, Página: 419, Rubro: INTERPRETACION DE NORMAS CONSTITUCIONALES Y DE NORMAS LEGALES. SUS DIFERENCIAS. El exacto cumplimiento de la Constitución sólo puede lograrse si su intérprete, liberándose de las ataduras de quienes se encargan simplemente de aplicar los textos legales (expresión positivizada del Derecho), entiende que su función no se agota en la mera subsunción automática del supuesto de hecho al texto normativo, ni tampoco queda encerrada en un positivismo formalizado superado muchas décadas atrás, sino que comprende básicamente una labor de creación del Derecho en la búsqueda de la efectiva realización de los valores supremos de justicia. 17 Publicado en la revista Criterios de Chiapas número 44 de abril del año 2001.

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voto  de  minoría  (Ministro  José  Ramón  Cossío  Díaz  y  Ministro  Juan  N.  Silva  Meza)  y 

pugnaron  por  abandonar  la  idea  de  validez  en  sentido  formal  y  consolidar  un  Estado 

constitucional democrático  anclado  en una  validez  sustancial de  respeto  a  los derechos 

humanos. Específicamente escribieron que: 

 

“Lo  que  nos  correspondía,  en  definitiva,  era  garantizar  el  ámbito  de 

protección  de  un  derecho  fundamental  y  emitir  una  resolución  que  diera 

plena  operatividad  práctica  a  lo  que  nuestra  Constitución  establece, 

otorgando plena vigencia a los derechos civiles de los ciudadanos, elemento 

sobre el cual debe apoyarse  la construcción de  la democracia que nuestra 

Constitución prevé. Ello nos obligaba a amparar al quejoso contra el artículo 

191  del  Código  Penal  Federal,  como  medida  imprescindible  para 

salvaguardar  el núcleo de  su derecho  a  expresarse  libremente  en nuestro 

país, y a difundir las propias ideas mediante la publicación de escritos”. 

 

Aquí es  importante notar que  la validez sustancial otorgada por  los derechos humanos 

no  corre  el  riesgo  de  extravío  como  el  ocasionado  por  el  derecho  natural.  Esto  es  así 

porque  la validez sustancial se  interrelaciona con  la validez formal. O, si se quiere, ambas 

constituyen las caras (aunque distintas) de una moneda. 

Esto se entenderá mejor si de nueva cuenta se acude al voto de minoría de los ministros: 

 

“Amparar  al  quejoso  en  esta  instancia  no  implicaba  —es  importante 

subrayarlo—  hacer  una  declaración  general  de  inconstitucionalidad  del 

artículo  191  del  Código  Penal  Federal,  ni  expulsarlo  definitivamente  del 

ordenamiento  jurídico.  Como  es  propio  del  juicio  de  amparo  en  nuestro 

sistema  jurídico,  mediante  el  cual  no  se  ejerce  un  control  de 

constitucionalidad de la ley con efectos erga omnes, sino inter partes, esto es, 

para  el  caso  concreto  y  no  de manera  abstracta,  el  delito  de  ultraje  a  los 

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símbolos  patrios  se  mantendría  en  el  Código  Penal  y  podría  constituir  el 

parámetro para perseguir penalmente las conductas que así lo ameriten”. 

 

No  por  casualidad  es  demasiada  certera  la  afirmación  del  hoy Magistrado  González 

Oropeza (1998, 254) cuando escribe que “Por  lo que respecta a México,  la  interpretación 

judicial está atrapada en la aplicación letrista de la ley”.  

d.  Interpretación  lógica  del  derecho.  Otro  de  los  mitos  acuñados  por  el  Estado 

decimonónico es el de la aplicación, por regla general, de lógica en el derecho. No se pasa 

por  alto  que  habrá  casos  muy  sencillos  en  los  cuales  las  reglas  lógicas  son  de  fácil 

aplicación.  O  como  escribe  Guastini  (2008,  40)  hay  casos  fáciles  en  los  cuales 

efectivamente el juzgador hace una aplicación lógica: “Cuando un juez decide un caso fácil, 

se  limita  a  tomar  conocimiento  de  la  norma:  su  enunciado  interpretativo  puede  ser 

verdadero  o  falso.  Por  el  contrario,  cuando  resuelve  un  caso  difícil,  realiza  un  acto  de 

voluntad”. Aunque también es  importante resaltar que el rechazo a una aplicación  lógica 

tampoco puede significar el desprecio a otras herramientas racionales de  interpretación, 

como puede ser  la  idea de ponderación o adecuación. Pero en  todo caso,  la concepción 

decimonónica considera al  juez como un ser neutral y su  función se  limita a ser  la de un 

lector autorizado por  la  ley para desarrollar un proceso  lógico‐aplicativo de  la norma al 

hecho  concreto.  En  otra  presentación,  para  los  partidarios  de  esta  postura  el  texto 

normativo tiene un sentido univoco “y susceptible de ser conocido, y que desconoce por 

tanto  la  vaguedad  y  lo equivoco de  los enunciado normativos”  (Guastini 2008, 40). Con 

cierto  grado  de  exageración,  el  importante  constitucionalista  italiano  Ricardo  Guastini 

(2008, 40), dice que “esta postura aparentemente no es compartida por nadie”. Olvida que 

en México existen  juristas que todavía creen (de buena o, hacen creer, de mala fe) en  la 

aplicación lógica del derecho.  

Realmente y como explican algunos juristas (cfr. Cossio y Raigosa 1998), la invocación a 

la aplicación  literal y  lógica del derecho esconde una manipulación  ideológica: o bien que 

el  juez  no  tiene  intereses  políticos  o  que,  si  los  tiene,  puede  separar  fácilmente  su 

personalidad  ideológica de su personalidad  jurídica. Contra esta visión,  los partidarios de 

los derechos humanos han hecho notar de forma importante que no resulta fácil separar al 

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hombre o mujer juez del hombre o mujer que interactúa en la sociedad. El hombre o mujer 

juez no puede quitarse “su ideología socio‐cultural” al momento de entrar al juzgado. Y si 

no pueden hacerlo, entonces  la  justicia no es más que  la decisión de  los que detectan el 

poder o, en el mejor de los casos, de una visión unitaria de la vida. Por ello, se ha dicho que 

“es  imposible seguir  interpretando a  las normas constitucionales como  la pura y acabada 

decisión  de  quienes  detectan  el  poder”  (Cossio  y  Raigosa  1998,  269).  Aun más:  no  es 

posible  pretender  que  en  las  actuales  condiciones  de  pluralidad  política  y  social...  los 

actores sociales se sometan a un punto de vista unitario decidido con  independencia de 

sus particulares interese e ideologías” (Cossio y Raigosa 1998, 269).  

e.  Garantías  individuales  como  herramientas  y  no  como  sustancia  de  los  derechos 

humanos. Una deficiencia notable del Estado decimonónico en  la  tutela de  los derechos 

humanos  se  vislumbra  cuando protege  formulas  vacías  y no  sustanciales en  torno  a  los 

derechos humanos. Efectivamente, toda vez que  los derechos humanos son valores y no 

conceptos  vacíos,  su  reconocimiento  acarrearía  una  especia  de  reconocimiento  al 

iusnaturalismo y para evitarlo proponen —mejor— una salida  instrumental. En el caso de 

México,  la  SCJN ha establecido  (para el  caso de  los  artículos más  invocados en  el  litigo 

mexicano: 14, 16) que  las garantías  individuales  son un  instrumento y no  la  sustancia.18 

Con ello, el amparo mexicano literalmente cierra las puertas a los derechos humanos, pues 

sólo permite su ejercicio cuando se trata de violación a las garantías individuales (art. 1 de 

la Ley de Amparo).  

f. Catálogo  flexible, pero armónico de  los derechos humanos.  La  SCJN  reconoció hace 

tiempo que  “Las  garantías  constitucionales no deben  tomarse  como un  catálogo  rígido, 

invariante y  limitativo de derechos concedidos a  los gobernados, que deba  interpretarse 

por los tribunales de amparo en forma rigorista, porque ello desvirtuaría la esencia misma 

                                                       18 Improcedencia 1986/96, Tesis: I.6o.C.28 K, Página: 547, Rubro: GARANTIAS INDIVIDUALES. NO SON DERECHOS SUSTANTIVOS, SINO QUE CONSTITUYEN EL INSTRUMENTO CONSTITUCIONAL PARA SALVAGUARDAR ESTOS. Las garantías individuales que se encuentran consagradas en los artículos 14 y 16 constitucionales, como lo son la del debido proceso y la de fundamentación y motivación en todo acto de autoridad, como su nombre lo indica, garantizan la aplicación de la ley en cuanto a los procedimientos seguidos ante tribunales, con el objeto de proteger la integridad física, la libertad y los bienes, siendo éstos, los derechos humanos del gobernado, entre otros; es decir, las garantías individuales, no son derechos sustantivos, sino que constituyen el instrumento constitucional establecido por la propia Norma Fundamental del país, para salvaguardar tales derechos.

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de dichas garantías”.19 Esto es, consagró  jurídicamente  la  idea de un catálogo  flexible.20 

No  obstante,  dicha  flexibilidad  se  vio  oscurecida  por  una  razón  ideológica.  Según  esta 

concepción el catálogo de derechos, aunque flexible, era armónico. La base de la armonía, 

como  ya  se  ha manifestado  líneas  arriba,  radicaba  en  la  imposición  de  una  sola  visión 

constitucional: la construcción decimonónica del Estado liberal.21 

Ciertamente,  y  como  explica  Sánchez  (2008,  256‐257),  para  la  SCJN  el  catálogo  de 

derechos humanos  consagrados en el  apartado de  garantías  individuales  se  rige bajo  la 

idea de que se trata de “una ordenación apriorística e inmutable”; circunstancia “derivada 

de una postura axiológica decimonónica”. 

Al  tratarse de un  “todo armónico” basta  con un  solo  “guardián” o en el mejor de  los 

casos  es  suficiente  con  crear  una  institución22  (que  sin  facultades  jurisdiccionales  para 

resolver  controversias)  vigile  el  respeto  a  dicho  catálogo.23  Por  ejemplo,  en  el  caso  de 

México, se ha creado una Comisión Nacional de  los Derechos Humanos (y en  los ámbitos 

locales Comisiones Estatales de Derechos Humanos) cuyas resoluciones únicamente tienen 

el carácter de recomendaciones. No pueden, dichas Comisiones (y tampoco deberían, claro 

está),  resolver  con  carácter  judicial  la  protección  de  los  derechos  humanos,  pues  esta 

función corresponde a un Tribunal Constitucional (o a quien haga sus veces). Desde luego, 

se podrá objetar que esta protección ya está reconocida por  la Suprema Corte de Justicia 

 19 Amparo en Revisión 597/73, p.39, tesis aislada. Rubro: GARANTIAS INDIVIDUALES, ALCANCES DE LAS. 20 Téngase presente que hay un campo fértil de discusión académica sobre si la SCJN puede conocer de violaciones a Derechos humanos que no estén contenidos dentro de las garantías individuales (cfr. Martínez Sánchez 2006, 109). 21 cfr, Moreno, 2008, 335-357 22 Esta Institución cuyos antecedentes más remotos se encuentran en el Eflore (Esparta) y Euthynoi (Atenas) encuentra su mejor expresión en el Ombudsman de Suecia. Para una revisión del Defensor del pueblo en historia latinoamericana puede consultarse a Fix-Zamudio (2001, 403-422). 23 Constitucionalmente, para el caso de México, la comisión Nacional de Derechos Humanos y conforme al artículo 102, inciso B de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es parte de los “organizamos de protección de os derechos humanos que ampara el orden jurídico mexicano, los que conocerán de quejas en contra de actos u omisiones de naturaleza administrativa provenientes de cualquier autoridad o servidor público, son excepción de los del poder judicial de la federación, que violen estos derechos”. La Suprema Corte de Justicia de nación ha reconocido bajo el rubro COMISIÓN NACIONAL DE DERECHOS HUMANOS. SUS RECOMENDACIONES NO TIENEN EL CARÁCTER DE ACTOS DE AUTORIDAD PARA EFECTOS DEL JUICIO DE AMPARO, como funciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, lo siguiente (amparo en revisión 590/98, tesis VI.3º. 16K, página 507, tesis aislada) : “es un organismo público descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propio, cuyo objeto es el de conocer, e investigar aun de oficio, presuntas violaciones de derechos humanos y formular recomendaciones”.

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de  la Nación,24 pero, como se ha dicho,25  la protección a  los derechos humanos desde el 

ámbito local no está garantizada. 

 

3. Estado Constitucional democrático y justicia constitucional local 

El  Estado  de  derecho  contemporáneo  o,  en  una  expresión más  adecuada,  el  Estado 

constitucional  democrático —como  se  ha  visto—  tiene  características  contrapuestas  al 

Estado  decimonónico.  En  primer  lugar,  parte  de  la  idea  de  que  los  estados‐nación  son 

sociedades plurales y altamente heterogéneas. En segundo lugar, considera a la soberanía 

como  una  idea  útil,  pero  alejada  de  la  tradicional  visión  rousseauniana;  es  decir,  la 

soberanía deja de ser un concepto unitario e  indivisible para convertirse en un concepto 

dinámico, dúctil y disperso. En tercer lugar, la idea de validez adquiere un doble rostro: la 

norma es válida por cumplir con  los requisitos  legales  (hecho), pero además por cumplir 

con el respeto a los valores tutelados por la norma (cfr. Ferrajoli, 874). En cuarto lugar, se 

separa  de  la  interpretación  lógica  del  derecho  y  su  lugar  lo  ocupa  una  teoría 

neocognitivista contemporánea. Según esta teoría neocognitivista, el derecho puede tener 

casos  fáciles,  pero  también  casos  difíciles  en  virtud  de  la  ambigüedad  y  vaguedad  del 

textos normativo. Ante  lo anterior, el  juzgador tendrá que actuar conforme a parámetros 

distintos al señalado por el modelo decimonónico. En quinto lugar, los derechos humanos 

son “valores” o deberán  ser “valores” constitucionalizados y no  simple herramientas. En 

sexto lugar, los derechos humanos constituyen un catálogo flexible y dinámico sujeto a las 

reglas  de  ponderación.26  Pues  bien,  todo  lo  anterior  ¿cómo  se  conecta  con  la  justicia 

constitucional local? 

La respuesta está en la solución a la paradoja planteada líneas arriba. La paradoja, como 

se recordará, se presenta de  la siguiente manera: si  la  justicia  local será revisada al  final 

                                                       24 Al menos así, se ha establecido por la suprema Corte de justicia de la Nación en diversas tesis jurisprudenciales. Vid. (Amparo en revisión 136/2002, tesis II.2o. Pág. 1737) DERECHOS HUMANOS RECONOCIDOS EN LA CONSTITUCIÓN FEDERAL Y ALUDIDOS EN LA RECOMENDACIÓN DE ALGUNA COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS, AMPARO PROCEDENTE EN EL CASO DE. 25 Recuérdese el caso de Elpidio Fontes. 26 La ponderación se convierte en una herramienta para resolver los casos de tensiones entre derechos humanos.

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por  la  justicia  federal,  no  se  observa mucho  la  utilidad  de  la  primera,  pues  al  final  se 

acudiría —de nueva cuenta— a la revisión constitucional federal. Por otro lado, si la justicia 

local no puede ser revisada por la justicia federal, se violentaría el principio de supremacía 

constitucional. Ahora bien, creo que dicha paradoja se presenta únicamente bajo el marco 

de un estado decimonónico pero pierde fuerza bajo el amparo de un Estado constitucional 

democrático.  Esto  se  entenderá  si  se  revisan  cada  una  de  las  características  de  la 

propuesta constitucional y democrática.  

a. El  fundamento  socio‐jurídico  lo constituye una  sociedad heterogénea. Precisamente 

por ello, en Estados de esta naturaleza el federalismo se presenta como una solución. Las 

múltiples  ramificaciones  socio‐culturales  encuentran  en  dicha  fórmula  política  un 

elemento de unidad. Esto no  significa, desde  luego, volver a  la criticada postura de una 

declaración  de  homogeneidad  irreal.  Por  el  contrario,  la  diversidad  es  reconocida  y 

agrupada  bajo  intereses  comunes  (y  no  de  características  comunes):  la  necesidad  de 

interrelación entre los diferentes y bajo el pacto de acuerdos políticos. El acuerdo político, 

en este caso, es la adhesión al sistema federal regido por los principios constitucionales de 

democracia  y  derechos  humanos.27  En  este  tenor,  la  heterogeneidad  y  no  la 

homogeneidad es la que otorga sentido al artículo 40 de la CPEM cuando prescribe que “Es 

voluntad del pueblo mexicano constituirse en una republica representativa, democrática, 

federal  compuesta de Estados  libres  y  soberanos en  todo  lo  concerniente  a  su  régimen 

interior,  pero  unidos  en  una  Federación  establecida  según  los  principios  de  esta 

Federación”.  

Pero  la operatividad de esta situación (federalismo) reposa sobre una evidente base:  la 

Constitución  local materializada  y no  solamente  formalizada.  Es decir,  si  la Constitución 

local únicamente se limita a transcribir lo establecido en otras constituciones locales o, en 

el peor de los casos, reiterar lo que la Constitución federal ha dicho, el federalismo pierde 

su  razón  de  ser.  Efectivamente,  si  el  federalismo  se  ha  menoscabado  por  la  actitud 

centralista de la Federación, también se debilitado por la pereza legislativa local (cfr. Valls 

2008, 138). Se deben dejar para la Federación los aspectos comunes y normativizar en los 

 27 No por casualidad los derechos humanos (tutelados a través de las garantías individuales) y la organización política-jurídica (democracia) establecida en el artículo 116 de la CPEM son las normas que regulan el pacto federal

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   “Sexta Mesa Redonda”

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estados  las necesidades especificas  (incluso hasta por cuestiones de ubicación  territorial 

cada estado  tiene necesidades propias. Piénsese, por ejemplo, en el  caso del Estado de 

Veracruz, que  colinda  con  el mar,  y  compárese  con  el  estado de Hidalgo, que no  tiene 

dicha  colindancia). En  suma:  la heterogeneidad,  si  la es  tal, exige una Constitución  local 

distinta  a  la  federal.  Y  dicha  distinción  adquiere  firmeza  con  un  elenco  específico  de 

derechos humanos.  

b. Un concepto “nuevo” de soberanía. La  idea de un nuevo concepto de soberanía es, 

como resulta conocido, obra de Luigi Ferrajoli, figura central en la propuesta de un Estado 

de derecho de corte garantista. Bajo esta óptica la soberanía se aproxima más al concepto 

de autonomía política. Su función, con este nuevo rostro, consiste en ordenar y tutelar el 

propio esquema político, siempre con base en los derechos humanos. La soberanía implica, 

de este modo,  libertad  antes que poder.  Y en el  caso de  justicia  constitucional  local,  la 

soberanía  significaría  libertad  para  regirse  políticamente  (Constitución  local),  pero, 

además, para supervisar dicho régimen a  la  luz de  los principios garantistas. Esto es, una 

soberanía en estos términos significa la idea de dictarse leyes (autolegislación o autonomía 

política), pero —y aquí algo  importante— significa, al mismo tiempo, el derecho (de cada 

entidad  federativa)  a  revisar  por  sí misma  su  autolegislación.  Esto  es,  la  Constitución 

(impuesta  por  la  característica  de  la  heterogeneidad)  reclama  un  “guardián”.  Y  dicho 

guardián es mayormente demandado  (o,  si  se quiere,  legítimamente  justificado)  cuando 

cada  Estado  integrante  de  la  Federación  cuenta  con  su  propio  elenco  de  derechos 

humanos.  En  suma:  la  segunda  característica  aporta  elementos  de  justificación  para  la 

creación de un guardián constitucional local.  

c.  Validez.  Una  preocupación  permanente  en  los  teóricos  mexicanos  del  derecho 

constitucional  local, es  la  idea de una duplicidad normativa. No obstante, creo que dicha 

duplicidad normativa desaparece si se atiende a un doble concepto de validez normativa. 

Ciertamente,  para  el  Estado  constitucional  democrático,  al  partir  del  hecho  de  la 

heterogeneidad,  el  sistema  de  jerarquía  solo  prevalece  para  resguardar  principios 

universales abstractos pero se sustituye por una relación de coordinación en niveles éticos 

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concretos.28  Para  ser más  claro:  los  derechos  humanos  tienen  un  doble  rostro  (o  si  se 

quiere  una  doble  validez).  Un  rostro  es  su  universalidad,  aunque  esta  universalidad 

generalmente es de carácter abstracto (validez formal) pero también tienen el rostro de la 

validez de contenido (validez sustancial). Como validez formal, un derecho humano puede 

consagrar el derecho a  la  libertad de creencias. Pero esa  libertad de creencias presentará 

diversas facetas según la sociedad de  la que se trate. Así, por ejemplo, no tiene el mismo 

valor para un musulmán creyente el derecho a rezar (derecho a la libertad de religión) que 

para  un  norteamericano  ateo.  Para  el  primero,  el  derecho  a  la  libertad  de  religión 

constituye un elemento esencial de su vida, para el segundo, el derecho a rezar no pasa de 

ser una “buena  intención”. Por ello, en un sistema federal todos  los estados deben estar 

regidos por principios universales abstractos (derecho a la libertad, derecho a la igualdad, y 

otros)  pero  dichos  derechos  deberán  ponerse  en marcha  con  un  elenco  de  derechos 

humanos  específicos  para  cada  uno  de  los  Estados.  Piénsese,  por  ejemplo,  en  las 

diferencias  contextuales  que  tiene  el  Estado  de  Oaxaca  en  relación  con  el  Estado  de 

Monterrey.  Sus  necesidades  y  sus  posturas  éticas  concretas  varían  considerablemente 

(aunque todos deben estar regidos por los principios constitucionales de la Federación).29 

La  idea  de  soluciones  contextuales  se  ha  utilizado  para  justificar  algunas  otras 

aplicaciones  jurídicas  (Bayón  2006,  105)  pero  también  para  el  tema  de  los  derechos 

humanos (cfr. Caso Lovelace vs. Canada). 

Por  lo anterior, una de  las funciones de  los guardianes constitucionales locales (función 

que  no  podrían  llevar  a  cabo  un  Tribunal  federal)  es  la  de  encontrar  soluciones 

contextuales  para  las  controversias  suscitadas  en  virtud  de  los  derechos  humanos 

reconocidos  en  las Constituciones  locales que  aunque  similares  a  los de  la Constitución 

federal  adquieren  el matiz  propio  en  cada  Estado.  Por  el  contrario,  la  función  de  un 

Tribunal Constitucional Federal (en esta lógica) seria la de vigilar los principios universales 

abstractos. 

 28 Se sigue aquí la distinción de Habermas entre moral y ética (Habermas 2005). 29 Incluso, propiamente y a pesar de la disputa en torno al lugar que ocupan los tratados internacionales en la jerarquía constitucional, lo cierto es que la exigencia del respeto a los tratados en derechos humanos cada vez mas adquiere fortaleza, por lo cual (en materia de derechos humanos) no prevalecerá la opinión de la Federación, sino del mundo. Esto es, y como escribe Ferrajoli, se están abriendo las puertas hacia un constitucionalismo mundial (cfr. Ferrajoli 2004, 102- 106).

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   “Sexta Mesa Redonda”

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d.  Interpretación  del  derecho  y  e. Valores.  Si  se  acepta  la  idea  de  que  el  derecho  se 

interpreta y no se aplica lógicamente y además se acepta la idea de valores superiores que 

rigen a una sociedad, entonces se acumulan razones para que sean jueces locales los que 

resuelvan  el  tema  de  los  derechos  humanos  (en  lectura  ética  concreta)  y  no  jueces 

federales, que por  su posición geográfica  y política no mantienen una estrecha  relación 

con  la normatividad  a  la  cual desean  tutelar. Además,  aceptar  las dos  razones  aludidas 

(interpretación del derecho y valores) acaba con la aparente superioridad intelectual de los 

jueces  federales sobre  los  jueces  locales pues ¿por qué debe considerarse que unos son 

mejores que otros? Al final de cuentas, tanto unos como otros tienen la misma capacidad y 

razonan de forma similar. La distribución de funciones no debe ser considerada como una 

división de superioridad‐inferioridad. 

e. Derechos humanos como catálogo  flexible. Un elenco de derechos humanos en una 

Constitución local debe partir de la idea de que los derechos humanos (como se dijo líneas 

atrás) tienen dos tipos de validez: la validez formal y la sustancial. La validez formal otorga 

universalidad  y  la  sustancial  concede  materialización.  Una  y  otra  generan  flexibilidad 

dentro del  catalogo de  los derechos humanos  y dejan una  apertura  interesente para el 

doble  reconocimiento  de  derechos  humanos. Desde  luego,  el manejo  de  dos  discursos 

diferenciadores de  los derechos humanos  (universal  abstracto  y ético  concreto)  impone 

precaución al momento de reglamentar. Aunando al hecho de que podría haber derechos 

humanos de  carácter ético  concreto que, en nombre del  federalismo, exijan un  respeto 

uniforme en todos los Estados federados.  

Por  otro  lado,  la  flexibilidad  de  catálogo  permite  dos  agregados  adicionales  en  una 

Constitución  local sin el riesgo de caer en  la repetición  innecesaria (cfr. Martínez Sánchez 

2006,  104‐112):  por  un  lado,  el  reconocimiento  a  derechos  humanos  reconocidos  en 

tratados  internacionales y  todavía no  incluidos en el pacto  federal, y por el otro  lado,  la 

creación de nuevos derechos humanos. 

 

 

 

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4. A manera de conclusión: la puerta a la protección total de los derechos humanos y la 

necesidad de un “guardián” de la Constitución local. 

Los apartados 1 y 2 han  servido como premisas de una conclusión que aquí  se quiere 

expresar:  la protección  total de  los derechos humanos en una  sociedad heterogénea no 

puede pasar por alto  la necesidad de un guardián de  la Constitución  local. Este guardián 

puede adquirir diversos rostros y diversas formas.  

En  cuanto  a  los  rostros,  el modelo más difundido hasta nuestros días  es  el prototipo 

europeo. Como se sabe, este prototipo europeo deposita  la confianza de  la guarda de  la 

Constitución  a  un  Tribunal  Constitucional.  Sin  embargo,  este modelo  europeo  adquiere 

diversas  tonalidades en  razón a  su composición  (número y elección de  juzgadores), a  su 

posición  política  (autónomo,  dependiente  del  poder  legislativo,  dependiente  del  poder 

judicial),  su  parámetro  de  control,  su  competencia,  el  procedimiento  y  la  fuerza  de  las 

sentencias dictadas. Además, tampoco es la única alternativa de guarda a la Constitución. 

Existen otras alternativas  (eso no  significa, desde  luego, que  se abandone  la  idea de un 

guardián  de  la  Constitución).  Por  ejemplo,  Holanda  no  cuenta  con  un  Tribunal 

Constitucional  y  la  guarda  se  concede  al  Parlamento  a  través  de  la  vía  de  las  leyes 

reinterpretativas. 

En cuanto a  las  formas,  la guarda de  la Constitución puede  ser monopolizada por una 

sola institución jurídica (Kelsen propuso un Tribunal Constitucional; Schmitt concedía esta 

facultad al ejecutivo) o compartido a través de un diálogo interinstitucional por dos o mas 

instituciones  jurídicas  (Poder  Judicial  y  Poder  Legislativo,  o  Poder  Judicial  y  Poder 

Ejecutivo). El caso paradigmático es el del sistema canadiense y su  figura  (promotora del 

diálogo entre el Parlamento y el Poder Judicial) de la cláusula notwithstanding. 

A  pesar  de  esta  variedad  de  propuestas,  considero  que  por  el momento  y  dado  la 

transición  que  vive México  hacia  una  democracia,  el mejor modelo  de  guarda  de  las 

constituciones locales es la de un Tribunal Constitucional local. Esto no significa (contrario 

a lo que pueda pensarse) una limitación a la autonomía política de los estados federados. 

Por el contrario, es precisamente un elemento de fomento a la autonomía política. 

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   “Sexta Mesa Redonda”

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Este Tribunal Constitucional local deberá contemplar los siguientes principios:30 

1.‐  El  principio  de  heterogeneidad. Un  Tribunal  Constitucional  funciona  precisamente 

para respetar la heterogeneidad social y no para suprimirla. Al menos así se ha expresado 

en las corrientes más avanzadas del derecho constitucional (cfr. Denninger y Grimm 2007). 

Al respeto, el propio Tribunal Supremo de los Estados Unidos de América, en su calidad de 

guardián de la Constitución de aquel país, ha dejado escrito en la sentencia Washington v. 

Glucksberg que su función es precisamente la de permitir el debate, la lucha de ideas, pues 

todos  los  problemas  jurídicos  no  son  fáciles  de  resolver  bajo  una  óptica  individualista, 

puesto que “hay un debate honesto y profundo acerca de  la moralidad,  la  legalidad” de 

dichos temas polémicos; ante lo cual, una sentencia constitucional debe ser promotora de 

la deliberación y el fomento al pluralismo; es decir, que “permita que tal debate continúe, 

tal y como debe ser en una sociedad democrática”. 

2.‐  El  principio  de  estatuto  constitucional.  El  Tribunal  Constitucional  local  sólo  tiene 

sentido si las constituciones locales se vuelven operantes.  

3.‐  El  principio  del  monopolio  constitucional.  El  diseño  institucional  otorgará  la 

protección a un solo guardián y  recaerá precisamente en  los Tribunales Constitucionales 

locales.  

4.‐  El  principio  de  pluralidad  ideológica  en  su  Constitución.  Independientemente  del 

mecanismo de selección de los o las jueces constitucionales, el perfil de cada uno de ellos 

o ellas deberá permitir la integración de un cuerpo colegiado con una pluralidad ideológica 

(y no política). 

5.‐ El principio de  funciones  jurisdiccionales. El Tribunal Constitucional  tendrá diversas 

funciones  de  acuerdo  al  contexto  de  cada  estado,  pero  principalmente  (en  forma 

irrechazable)  se  constituirá  para  proteger  los  derechos  humanos  reconocidos  en  las 

constitucionales locales. 

  6.‐ El principio de autonomía. Como se mencionó líneas arriba, y aquí se reitera, el 

Tribunal  Constitucional  local  deberá  tener  autonomía  para  obtener  una  adecuada 

                                                       30 Principios comunes a todos los diseños constitucionales que siguen el modelo europeo y cuya lista, principalmente, ha sido elaborada por Favoreu, 1994, 15 y sigs.).

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funcionabilidad. Ciertamente, “A fin de lograr una verdadera estabilidad y funcionamiento 

de los poderes en cada entidad federativa, se considera que debe independizarse la justicia 

constitucional  de  la  ordinaria  legalidad,  y  así  con  la  más  absoluta  imparcialidad  se 

pronunciaría  una  decisión  de  gran  peso  jurídico  en  la  impartición  de  la  justicia 

Constitucional” (Martínez Sánchez 2006, 112). 

  Ahora  bien,  y  quizás  pensando  en  la materialización  de  esta  idea,  el  elemento 

básico es el de  la necesaria  reforma  al  artículo 116 de  la CPEM. Dicha  reforma, deberá 

tener  principalmente  cinco  ejes  temáticos.  Primero:  la  obligatoriedad  de  los  Tribunales 

Constitucionales locales como mecanismos tutelados (y promotores) por (y para) el pacto 

federal.  Segundo:  la  naturaleza  y  ubicación  del  Tribunal  Constitucional  dentro  de  la 

tradicional  división  de  poderes;  Tercero:  los  principios  rectores  de  los  Tribunales 

Constitucionales  locales.  Cuarto:  las  funciones  del  Tribunal  Constitucional;  Quinto:  la 

composición de los Tribunales Constitucionales locales.  

  Sobre los anteriores ejes temáticos cabe precisar algunas breves acotaciones. Por lo 

que  se  refiere  a  la  obligatoriedad  en  la  instauración  de  los  Tribunales  Constitucionales, 

debe tenerse presente que con dicha propuesta no se violenta el principio de soberanía de 

los estados, pues como se apuntó en muchas  líneas atrás (y aquí se reitera),  la soberanía 

debe entenderse como un mecanismo de coordinación para con  los demás estados, y es 

precisamente  el  pacto  federal  el  que  debe  crear  mecanismos  apropiados  para  dicha 

coordinación. En este tenor, la existencia —por obligatoriedad a través del pacto federal— 

de  Tribunales  Constitucionales  locales  no  limita  el  ejercicio  soberano,  sino  que,  por  el 

contrario, lo facilita y lo promueve. 

  En  segundo  lugar,  la  existencia  de  Tribunales  Constitucionales  locales  tampoco 

violentaría la tradicional división de poderes, pues cada uno de ellos se ubicaría dentro del 

Poder Judicial, pero con autonomía propia funcional, técnica y presupuestal. 

  En  tercer  lugar,  los  Tribunales  Constitucionales  locales  deberán  regirse  por  los 

principios arriba anotados. Dichos principios serán la guía de dichas instituciones y servirán 

para  generar  una  sociedad  democrática  y  plenamente  respetuosa  de  los  derechos 

humanos. 

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   “Sexta Mesa Redonda”

111777777

  En  cuarto  lugar,  sobre  las  funciones  de  los  Tribunales  Constitucionales  locales, 

deberán especificarse claramente las funciones de cada uno de ellos para evitar duplicidad 

de  funciones  con  la  SCJN.  En  este  caso  deberá  tenerse  presente  que  los  Tribunales 

Constitucionales  locales  deberán,  antes  que  nada,  atender  la  tutela  a  los  derechos 

humanos  constitucionalizados  únicamente  en  las  Constituciones  locales  (nuevos  o 

contextualizados) pues los derechos humanos ya previstos en la Constitución federal serán 

objeto de tutela a través de la vía federal. Por otro lado, también es necesario que dichos 

Tribunales atiendan  los  casos en  los que aún no  se encuentran  caminos  legales para  su 

solución.  Específicamente  todos  los  relacionados  a  la organización  interna del Estado.  Y 

aquí  la  lista  puede  ser  grande,  pues  entrarían  los  casos  de  control  constitucional  (por 

ejemplo  el  control  a  la  reforma  constitucional)  o  la  solución  de  conflictos31  (conflictos 

entre dos o más municipios, un municipio frente a un órgano autónomo y otros casos). 

  En  quinto  lugar,  no  debe  pasarse  por  alto  la  composición  de  los  Tribunales 

Constitucionales  locales.  Y  con  objeto  de  asegurar  la  pluralidad  y  la  diversidad  de 

opiniones,  éste  debe  ser  un  órgano  colegiado  e  integrado  por  funcionarios  con  diversa 

perspectiva socio‐política. 

  Ahora bien, una propuesta de reforma al artículo 116 quedaría de esta manera: 

 

ARTICULO 116. … 

 

I. … 

II. … 

III. … 

 

                                                       31 Propiamente es la acción de controversia constitucional de índole local. Como sabe, esta situación no encuentra cobijo dentro de nuestra legislación federal. Hasta el momento la idea imperante es que no hay posibilidad de controlar las acciones inconstitucionales locales si estas carecen de vinculación con violaciones a la Constitución federal (tesis: P/J; 30/2000, p. 812, rubro: CONTROVERSIAS CONTITUCIONALES ENTRE UN ESTADO Y UNO DE SUS MUNICIPIOS. A LA SUPREMA CORTE SÓLO LE COMPETE CONOCER DE LAS QUE SE PLANTEEN CON MOTIVO DE VIOLACIONES A DISPOSCIONES CONSTITUCIONALES DEL ORDEN FEDERAL).

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… (actual contenido de la fracción III) 

…(actual contenido de la fracción V) 

 Cada Estado instaurará un Tribunal Constitucional local a quien se le confiará la guarda 

de  la  integridad y supremacía de  la Constitución  local del Estado de que se  trate, en  los 

estrictos y precisos términos de este artículo. Con tal fin, se regirá bajo el siguiente marco 

normativo 

1.‐ Principios: se regirá por los principios de respeto a la heterogeneidad social, estatuto 

constitucional,  monopolio  constitucional,  pluralidad  ideológica.  primacidad  de  los 

derechos humanos y autonomía. 

2.‐ Naturaleza del Tribunal Constitucional: … 

3.‐  Funciones  del  Tribunal  Constitucional.  El  Tribunal  Constitucional  local  tendrá 

competencia 

—  Para  conocer  de  las  violaciones  a  los  derechos  humanos  garantizados  por  la 

Constituciones locales y no previsto por la Constitución Federal 

—  Para  conocer  y  resolver  los  conflictos  surgidos  en  la  aplicación  de  la  Constitución 

Política de los Estados 

—  De  las  controversias  constitucionales  locales.  Se  entenderá  por  controversia 

constitucional… 

—  De  las  acciones  de  inconstitucionalidad  locales.  Se  entenderá  por  acción  de 

inconstitucionalidad local… 

4.‐ Ejercicio de  la acción. Cada Estado diseñara el modelo  institucional para el ejercicio 

de la acción ante los Tribunales Constitucionales locales. 

5.‐ Composición de  los Tribunales  constitucionales  locales. Éstos  se  integran de  forma 

colegiada  y  corresponderá  a  a  cada  estado  diseñar  la  estrategia  de  selección  de  sus 

integrantes.  

IV. … 

VII. … 

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   “Sexta Mesa Redonda”

111777999

 

 

  Finalmente, y en conclusión, la implantación de Tribunales Constitucionales locales, 

significará un avance importante en el aseguramiento de los dos pilares fundamentales de 

la aspiración de toda sociedad contemporánea: el respeto a la democracia y a los derechos 

humanos 

 

Fuentes consultadas 

 

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   “Sexta Mesa Redonda”

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Sobre los retos de la controversia constitucional a nivel local Silvia del Carmen MOGUEL ORTIZ 

 

Agradezco  a  la  Suprema  Corte  de  Justicia  de  la  Nación  y  al  Tribunal  Electoral  de  la 

Federación,  su  amable  invitación  para  participar  en  esta  sexta  mesa  redonda  sobre 

la  justicia constitucional en  las entidades federativas, tema que es de gran trascendencia 

para el desarrollo correcto del federalismo mexicano. 

En esa temática de la controversia constitucional a nivel local su funcionamiento, retos y 

perspectivas,  se  puede  apreciar  con  claridad  la  posibilidad  de  la  trascendencia  de  las 

decisiones  constitucionales  estatales  como  medios  de  defensa  de  las  mismas,  cuya 

comprensión, legislación y resultados pueden delinear una contribución sustancial también 

para el desarrollo del constitucionalismo mexicano. 

El tema de las controversias estatales debe entenderse, en lo fundamental, dentro de la 

estructura  orgánica  que  para  el  efecto  delinea  en  lo  correspondiente  la  Constitución 

Federal,  como  el  evento  jurídico  que  en  su  atención  jurisdiccional  compromete  las 

posibilidades  completas  del  sistema  que  superan  la  simple  consideración  jurídica,  para 

integrarse al todo de complejidad que el acto de autoridad comprometido representa. 

Entonces, de gran  importancia  resulta  la evolución del sistema  jurisdiccional en  lo que 

respecta  a  los medios  de  control  de  la  constitucionalidad,  tanto  en  lo  previsto  por  la 

Constitución  Política  de  los  Estados  Unidos Mexicanos,  como  en  lo  establecido  en  las 

constituciones de algunos Estados. 

Para el estudio de este tema es necesario efectuar consideraciones que sirvan de partida 

al  comentario  que  se  propone.  En  primer  lugar,  debe  reconocerse  la  falta  de  una 

regulación  constitucional  local,  que  establezca  las  bases mínimas,  ésta  es,  una  de  las 

principales problemáticas que enfrenta el derecho procesal constitucional local. 

Vale para nosotros el argumento de lo que se ha legislado en Campeche al respecto. En 

la  Constitución  Estatal  el  artículo  88  fracción  IV,  (reformado  el  2  de  febrero  de  2001); 

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contempla una  facultad que otorga al Pleno del Tribunal Superior de  Justicia del Estado, 

conocer y resolver los conflictos entre: 

A. El Estado y un Municipio; 

B. Un Municipio y otro; 

C. Un Municipio y una sección municipal; 

D. Una Sección Municipal y otra; 

E. Los Poderes, Ejecutivo y Legislativo del Estado; 

F. Cualquiera de los anteriores y una entidad paraestatal; 

G. Dos entidades paraestatales; 

H. Dos entidades paramunicipales, o 

I. Una entidad paraestatal y una paramunicipal. 

En  el  Estado  de  Campeche,  el medio  de  control  orgánico  competencial  considera  un 

número  de  supuestos  de  procedencia  que  plantean  diversas  inquietudes,  tanto  en  la 

significación real como en su desarrollo procedimental. 

Por ejemplo, en el caso de  las Secciones municipales, se  les  legítima para promover un 

conflicto  orgánico.  Esta  legitimación  nos  hace  pensar  que  en  la  Constitución  local  se 

reconoce la existencia de esas Secciones así como su esfera competencial, o se habilita al 

Legislador local para establecerlas y dotarlas de una competencia propia. 

Pero  al  analizar  las  fracciones  III  y  IV  del  artículo  102  de  la  Constitución  Política  del 

Estado  de  Campeche,  encontramos  que  los  Municipios  podrán  subdividirse 

territorialmente en Secciones Municipales,  las cuales serán administradas por un cuerpo 

colegiado, auxiliar del Ayuntamiento, al cual se  le nombrara Junta Municipal, de elección 

popular directa, que será  integrada por tres Regidores y un Síndico.  Incluso en el artículo 

105  de  la misma  Constitución  se  señalan  las  funciones  y  los  servicios  públicos  que  le 

corresponden  al  Municipio,  pero  nunca  se  menciona  que  se  le  confiere  a  las  Juntas 

Municipales competencia alguna. 

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   “Sexta Mesa Redonda”

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De  igual forma al analizar diversos artículos de  la Ley Orgánica Municipal del Estado de 

Campeche1,  prevén  que  cuando  la  extensión  o  densidad  de  la  población  sean  los 

necesarios, el Municipio podrá subdividirse en Secciones Municipales que serán auxiliados 

en  sus  funciones  por  Juntas  Municipales  en  las  Secciones  que  se  dividan,  incluso  el 

gobierno municipal estará a cargo de estas Juntas, que dependerán del Ayuntamiento.  

De acuerdo con estas disposiciones, difícilmente podría sostenerse que existe un ámbito 

competencial reservado a las Secciones Municipales que resulte ajeno al ámbito propio del 

Municipio al que pertenezca. 

Para  obtener  mas  resultados  nos  deberíamos  hacer  la  siguiente  pregunta:  ¿es 

cuestionable  la posibilidad jurídica de que exista una controversia constitucional entre un 

municipio y una Sección Municipal?. 

Por  lo  que  al  estudiar  el  artículo  115  de  la  Constitución General  de  la  República,  no 

anuncia  la  competencia  de  estas  entidades  territoriales  en  el  seno  del Municipio,  ni  la 

Constitución  del  Estado  de  Campeche,  ni  la  Ley  Orgánica  Municipal  del  Estado  de 

Campeche  establecen  un  ámbito  de  competencia  propio  y  exclusivo  de  las  citadas 

Secciones.  

A su vez, los conflictos orgánicos entre Secciones Municipales, en el supuesto que ambos 

pertenezcan  al  mismo  Municipio,  los  mismos  podrán  resolverlo  por  el  Ayuntamiento 

respectivo, sin que ello implicara el ejercicio de una atribución jurisdiccional. 

Entonces, en este tema de las Secciones Municipales se abre una importante posibilidad 

de estudio. 

En otro orden de ideas, es interesante considerar la posibilidad de que existan conflictos 

entre  los  Poderes  del  Estado  y  un  organismo  paraestatal,  a  lo  que  debemos  tomar  en 

cuenta  que  los  organismos  pertenecen  a  la  administración  pública    y  el  titular  es  el 

Gobernador  del  Estado,  tal  como  lo  señala  el  artículo  2°  de  la  Ley  Orgánica  de  la 

Administración Pública del Estado de Campeche. 

                                                       1 3, 10, 30, 33, 148 y 150

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En  relación  a  los  posibles  conflictos  entre  el  Poder  Legislativo  del  Estado  y  los 

organismos  paraestatales,  se  abre  otra  interesante  consideración  respecto  de  la 

representación de estos organismos. En  la  lectura  integral del tema también se establece 

una interesante interrogante. 

El  tema  central  en  estas  dos  ultimas  consideraciones  consiste  en  la  perspectiva  de 

legitimar al Gobernador del Estado para promover un conflicto constitucional,  lo que  se 

debe resolver realizando una ponderación política entre centralizar en el Ejecutivo Local la 

defensa de ese ámbito de  la administración pública o bien descentralizar  la misma entre 

los  órganos  de  gobierno  de  las  entidades  u  organismos  paraestatales.  Sin  embargo,  lo 

cuestionable de esa descentralización  radica en  la posible afectación a  la valoración que 

corresponde realizar al Ejecutivo local sobre la conveniencia política, social o económica de 

iniciar el juicio respectivo. 

Lo que se debe ponderar es que por una parte los conflictos constitucionales no pueden 

darse entre órganos cuya relación se rige por el principio de jerarquía y que, por otro lado, 

en  el  caso de  los  conflictos  en  los  que  se  vean  involucradas  esferas  competenciales  de 

diversas entidades políticas, especial cuidado debe  tenerse al determinar qué Poderes u 

Órganos son los legitimados para promover el juicio respectivo. 

Por  otra  parte,  es  necesario  agregar  que  en  la  Constitución  Política  del  Estado  de 

Campeche  se  señala que estos  juicios  serán  resueltos por el Pleno del Tribunal Superior 

de  Justicia del  Estado,  lo que desde  luego motiva  comentarios  e  interrogantes  sobre  la 

naturaleza y funciones del órgano al que la Constitución deposita esta importante función. 

Tratando de atender propiamente al tema, debemos aceptar que la consolidación de los 

sistemas  locales  de  control  constitucional  jurisdiccional  están  determinados  por  el 

establecimiento de  sus bases en  la Constitución General de  la República. Para que este 

sistema de medios locales funcione es necesaria su articulación con los medios de control 

de la constitucionalidad de la competencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 

En el contexto se ve la íntima vinculación entre el tema de la controversia constitucional 

local  y  la  jurisdicción  local.  La  doctrina  al  estudiar  la  justificación  de  una  jurisdicción 

constitucional  local  reconoce  que  la  consolidación  de  la misma  está  condicionada  a  su 

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   “Sexta Mesa Redonda”

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grado  de  eficacia  protectora  con  los medios  de  control  nacionales,  cuando menos  en 

tres aspectos: 

A. Agotamiento obligatorio de los medios locales, 

B. Definitividad e inimpugnabilidad de lo resuelto en los medios locales respecto del 

régimen interno, y 

C. Ensanchamiento  de  la  tutela  conferida  en  los medios  locales  respecto  de  los 

medios nacionales. 

Puede entenderse, por  tanto, que el establecimiento de  la  justicia  constitucional  local 

podría estar condenada al fracaso, pues los sujetos legitimados para promover los medios 

de  control  locales definitivamente optarán por  acudir  a  la  justicia  constitucional  local  si 

tienen  la certeza de que a  través de ella pueden obtener  la misma protección que en  la 

justicia constitucional nacional. 

Por  lo  consiguiente,  si  se  trata de que  los Estados establezcan  sus propios medios de 

control  para  defender  su  constitución,  y  que  los  gobernados  crean  en  las  instituciones 

estatales,  a  las  que  se  han  dado  en  denominar  como  controversias  constitucionales, 

acciones de inconstitucionalidad y el juicio de protección de derechos humanos; se estima 

que las resoluciones emitidas por estos medios locales deben ser definitivas e inatacables, 

esto es, que no proceda en su contra el juicio de garantías, es decir, que los Estados deben 

atender el orden  jurídico parcial en el  cual  las normas que  constituyan el parámetro de 

control,  siendo  correcto  que  en  la  Constitución  de  cada  Estado  se  reproduzcan  los 

mandatos establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 

Se  puede  citar  que  el  régimen  interno  de  los  Estados  se  constituye  en  las  normas 

jurídicas  que  despachen  los  órganos  locales  con  potestad  normativa,  es  decir,  en  la 

Constitución del Estado. 

Para  que  esto  pueda  alcanzar  una  justicia  constitucional  local;  es  necesario  que  la 

Constitución Local, se ampare en las disposiciones establecidas en la Constitución General 

de  la  República,  que  rige  las  atribuciones  al  seno  de  los  Estados  y  los  Municipios; 

esencialmente lo establecido en los artículos 115 y 116 de esta norma Fundamental.  

Page 82: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

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Si los juicios constitucionales locales no fueran resueltos como se señaló anteriormente, 

éstos serían revisables por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, lo que permitiría que 

problemas relacionados con el régimen  interno de  los Estados se resolvieran a  través de 

los medios de control nacionales. 

Un  sistema  que  pretendiera  un  adecuado  control  constitucional  local  tendría  que 

reconocer  la definitividad e  inatacatabilidad de  lo sostenido por  los órganos de  la  justicia 

constitucional local al señalarse el alcance de los normas constitucionales relacionadas con 

el  régimen    interno de  los Estados y, por otra parte, daría  lugar a que  la Suprema Corte 

de  Justicia  de  la  Nación  mantuviera  su  posición  de  órgano  terminal  en  materia  de 

interpretación de la Constitución General. 

En  conclusión,  para  ser  eficaz  la  jurisdicción  constitucional  local,  se  estima  necesario 

reformar la Constitución General de la República para establecer las bases que la rijan, que 

las  decisiones  emitidas  por  las  Salas  Constitucionales  de  los  Tribunales  Superiores  de 

Justicia de los Estados de la República sean definitivas e inatacables en lo que se refiera al 

régimen interno del Estado. 

Lo que implica reconocer que las violaciones indirectas que se hicieran a los artículos 14 

y 16 Constitucionales, por no  respetarse  lo establecido en  las Constituciones Locales, no 

podrán ser análisis en la jurisdicción constitucional nacional. 

Agradezco  la  paciencia  de  su  tiempo  para  escuchar  estas  ideas  en  torno  a  estas 

cuestiones superiores del constitucionalismo estatal. 

 

 

Page 83: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111888777

La duda de ley: interpretación creadora de leyes secundarias locales por la sala constitucional 

del Estado de Veracruz Ricardo Morales Carrasco 

 

“Los  tribunales  constitucionales deben decir algo… y en el estado de Veracruz,  su Sala 

Constitucional, lo está haciendo”. 

En el Estado de Derecho moderno uno de  los paradigmas es  la  transformación de  los 

diversos  Poderes  en  una  conjunción  de  participación  activa  en  la  creación  de  las  leyes 

secundarias. 

El  Estado  de  Veracruz  no  ha  escapado  a  dicha  vertiente,  y  desde  la  denominada 

“reforma integral” del 2000 a la Constitución veracruzana, se facultó que el mundo jurídico 

veracruzano, con excepción de la propia norma suprema, podía ser innovado por diversos 

entes públicos, así como por la ciudadanía. 

Así, paralelamente  a  la  forma  clásica o normal de  creación de  leyes  secundarias, que 

todos conocemos, con  la participación del Poder Ejecutivo y Legislativo primordialmente, 

que está prevista principalmente en los artículos 34 al 39 constitucionales; coexisten otras, 

las que distinguiremos como: 

La iniciativa popular: prevista en el artículo 34 fracción VII de la constitución estatal, por 

el cual se reconoce que el derecho de  iniciar  leyes o decretos compete a  los Ciudadanos 

del Estado, en términos de  la Ley de Referendo, Plebiscito e  Iniciativa Popular, que fuera 

publicada en  la Gaceta Oficial de 19 de octubre de  2000,  la  cual,  entre otros  aspectos, 

exige  que  el  escrito  de  presentación  sea  firmado  por  el menos  0.2  por  ciento  de  los 

ciudadanos  inscritos en el Padrón  Electoral del  Estado  correspondiente  a  la elección de 

Ayuntamientos más recientes; misma que se actualizó con la vigente Ley para enfrentar la 

epidemia del VIH‐SIDA publicada en la Gaceta Oficial del jueves 25 de diciembre de 2008. 

La auténtica: que es una atribución del Congreso, consistente en dar  la  interpretación 

auténtica  de  las  leyes  o  decretos,  de  acuerdo  con  la  fracción  II  del  artículo  33 

Constitucional, materializada en el Decreto número 881 ‘DE INTERPRETACIÓN AUTÉNTICA 

Page 84: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

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DE  LEY’ que  se publicó en  la Gaceta Oficial el 16 de octubre de 2004, mismo que  fuera 

declarado  invalido  por  la  sentencia  de  la  acción  de  inconstitucionalidad  26/2004  y  sus 

acumuladas 27/2004 y 28/2004 del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. 

La del Pleno del Tribunal Superior de Justicia del Estado: Con las sentencias que dicte en 

los asuntos de las Controversias Constitucionales, las Acciones de Inconstitucionalidad y las 

Acciones de Inconstitucionalidad por Omisión Legislativa, previstas en  las fracciones I, II y 

III  del  artículo  65 de  la Constitución,  respectivamente;  las  cuales,  en  el  caso de  las dos 

primeras, si alcanzan  la aprobación de  la mayoría calificada de  las dos terceras partes de 

sus miembros serán obligatorias; mientras que la última, por mayoría simple alcanza a ser 

obligatoria  para  todas  las  autoridades;  sobra  decir  que  de  estos  procedimientos 

constitucionales se carece de ley reglamentaria,1 aunque se han resuelto las Controversias 

Constitucionales  identificadas como Cuadernillo 57/2003 y  la 1/2006; así como  la Acción 

de Inconstitucionalidad 1/2001. 

La duda de ley: Instrumento de control constitucional del cual tiene competencia la Sala 

Constitucional para dar respuesta fundada y motivada a las peticiones formuladas por los 

demás  tribunales y  jueces del Estado, cuando  tengan duda  sobre  la constitucionalidad o 

aplicación de una ley local, en el proceso sobre el cual tengan conocimiento. Las peticiones 

tendrán efectos suspensivos y deberán ser desahogadas en un plazo no mayor de 30 días 

naturales, en los términos que disponga la ley, prevista en la fracción IV del artículo 64 de 

la Constitución local; la cual también carece de ley reglamentaria, sin embargo, los propios 

precedentes de la Sala han servido para irla autorregulando. 

Esta  facultad  de  la  Sala  Constitucional  es  una  de  sus  atribuciones más  acabadas  de 

control  constitucional,  que  consiste  en  fijar  la  interpretación  obligatoria  de  las  leyes 

secundarias, con efectos erga omnes. 

La  interpretación en su definición más difundida consiste en desentrañar el sentido de 

una  expresión,  la  cual  puede  tener  diversos  grados,  desde  este,  hasta  el  de  declarar  la 

inconstitucionalidad de le ley secundaria o de parte de ella. 

 1 Sobre dicho aspecto puede consultarse el Anteproyecto de Código de Derecho Procesal Constitucional para el Estado de Veracruz, del mismo autor.

Page 85: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111888999

Al  particular  debe  destacarse  que  esta  Sala  Constitucional  por mandato  expreso  del 

artículo 56  fracción  I de  la Constitución del Estado, en  relación con el 64  fracción  IV del 

propio  ordenamiento, mismo  que  se  reproduce  de  forma  textual  en  los  numerales  3 

fracción  I y 45  fracción  IV de  la Ley Orgánica del Poder  Judicial del Estado, es el máximo 

interprete de todo el ordenamiento  legal y constitucional del Estado cuando se formulen 

este  tipo  de  instrumentos  de  control  constitucional,  a  los  que  la magna  ley  les  da  el 

carácter de peticiones para  la obtención de una  respuesta  fundada y motivada  sobre  la 

constitucionalidad o aplicación de una  ley  local, que doctrinariamente  se conocen como 

cuestiones de constitucionalidad o dudas de ley, respectivamente, de donde se desprende, 

de manera  irrefutable, que  lo aquí decidido, por orden del mismo  texto máximo estatal 

forma parte integrante del artículo sobre el cual se formula la consulta, obligando no sólo 

al peticionario, sino a todas  las autoridades  jurisdiccionales del Estado, quienes tienen el 

deber de acatarla. 

De allí  la  consideración que  tuvo el Poder Constituyente permanente para encargar a 

esta  Sala  el  que mantuviera  la  supremacía  constitucional,  que  no  es  otra  cosa  de  que 

ninguna ley está por encima de la Constitución de nuestro Estado, para lo cual se le obligó 

a que cuando se le pidiera alcanzará hasta decretar la inconstitucionalidad de una norma, 

como  interpretarla,  así  como  a  todos  los  demás  ordenamientos  que  se  encuentran 

jerárquicamente debajo de ella, de lo que sigue a manera de guisa el que la interpretación 

que se dé a cualquier precepto sea por esa supremacía parte integrante del ordenamiento 

normativo, y de allí su obligatoriedad. 

Esto es así, ya que de la iniciativa de la denominada “reforma integral” a la Constitución 

Veracruzana sucedida en el dos mil, así como de su dictamen, y texto expreso aprobado, se 

señaló que para mantener  la  supremacía de  la Constitución  local,  se  erigía  en  el Poder 

Judicial del Estado el valladar para mantenerla, por lo que se encargaba esto a un órgano 

especializado en materia constitucional, único y pionero en toda  la historia constitucional 

de nuestro país, denominado Sala Constitucional, cuya razón de existir esta principalmente 

en  función  de  que  la  interpretará  y  cuidará  su  supremacía  cuando  se  formularan 

estas  peticiones,  con  mayor  razón  cuando  se  hicieren  sobre  las  demás  partes  del 

ordenamiento normativo. 

Page 86: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

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Con la instalación de la Sala Constitucional se dotó a nuestro sistema jurídico del control 

difuso  de  la  Constitución,  mediante  un  examen  preliminar  de  las  cuestiones 

jurisdiccionales a debate, dotando a ese órgano de  intérprete máximo de todas  las  leyes 

locales y de allí su vinculación jurídica que obliga a todos. 

Por consecuencia es este Tribunal el vigilante de dicha norma fundamental, es quien  la 

personifica,  le da voz y actualidad, y por ende de  todas  las demás partes del andamiaje 

legal  local cuando se  instauran estas opiniones consultivas que no tienen más  limites que 

se solicite por una autoridad legitimada para ello, sobre un proceso en trámite, dando una 

respuesta fundada y motivada que se plasmará en una interpretación que tiene que estar 

en sincronía de  los principios de nuestra máxima norma fundamental de  la entidad y con 

todo el demás sistema legal estadual. 

Tal como lo enarbola el artículo 80 de la Constitución del Estado, al decir que: 

“... 

TITULO SEXTO 

CAPÍTULO I 

DE LA SUPREMACÍA  

DE LA CONSTITUCIÓN 

Artículo  80.  En  el  Estado  de  Veracruz,  la  Constitución  y  leyes  federales,  los  tratados 

internacionales y esta Constitución será la ley suprema. 

...” 

Así cualquier artículo o ley secundaria sometida a consulta forma parte del edificio legal 

estatal  que  sostiene  a  la  Constitución  local,  para  lo  cual  la  respuesta  que  se  produzca 

formará parte de  ese  edificación normativa  y  gozará de  sus mismas  características, por 

disposición expresa de  la propia Constitución estatal, que en su  ingeniería constitucional 

facultó a  la Sala Constitucional a  interpretar toda esa obra  jurídica, cuando se presenten 

esas dudas, para que se demuestre que la construcción normativa es perfecta, careciendo 

de  lagunas, omisiones,  silencios, contradicciones,  inexactitudes, antinomias, al posibilitar 

jurídicamente que el sistema  legal asimismo tenga  los remedios para funcionar; y esta es 

Page 87: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111999111

precisamente  la  finalidad  del  ejercicio  de  este  vigilante  constitucional,  adecuar  que  en 

nuestro orden  jurídico estatal no existan desde el nivel de  la  supremacía  constitucional 

imperfecciones,  al  dotarnos  de  los  mecanismos  constitucionales  para  mantener  su 

verticalidad por medio de interpretaciones, las cuales corresponden a este Tribunal. 

La Sala Constitucional ha resuelto de manera efectiva cuatro procesos constitucionales 

de Duda de Ley, con los siguientes resultados: 

 

NÚMER

PROMOVENTE  ARTÍCULO SOBRE EL CUAL 

SE TIENE LA DUDA 

RESPUESTA  FUNDADA  Y 

MOTIVADA 

PUBLICADO 

EN LA 

GACETA 

OFICIAL DEL 

ESTADO 

1DL/20

07 

JUEZ DE 

GARANTÍAS DE 

RESPONSABILID

AD JUVENIL 

PARA EL 

ESTADO DE 

VERACRUZ. 

 

El Transitorio Quinto de la Ley de 

Responsabilidad Juvenil del 

Estado de Veracruz de Ignacio de 

la Llave, que se publicó en la 

Gaceta Oficial del estado el once 

de septiembre de dos mil seis, 

que dice: 

“... 

Quinto.‐ Los adolescentes 

comprendidos en el artículo 3, 

fracción II, de esta ley que se 

encuentren procesados en el 

sistema penal para adultos, serán 

remitidos al Juez Especializado a 

la entrada en vigor de esta ley. 

...” 

Debe interpretarse de esta forma: 

“... 

Conforme a las siguientes reglas: 

I.‐ Si se encontrará durante la 

preinstrucción, deberá ser remitido 

al Juez de Garantías de 

Responsabilidad Juvenil del Estado. 

II‐ Estando abierto el periodo de 

instrucción, deberá ser remitido al 

Juez de Garantías de 

Responsabilidad Juvenil del Estado. 

III.‐ Ya en el periodo del juicio, sin 

haberse dictado sentencia, deberá 

de ser remitido al Juez de Garantías 

de Responsabilidad Juvenil del 

Estado.  

IV.‐ Cuando se le hubiera dictado 

sentencia, y esta no ha causado 

estado, deberá de ser remitido al 

Juez de Juicio para que ordene la 

reposición del procedimiento, y 

envié el asunto al Juez de Garantías 

Martes 23 

de octubre 

de 2007. 

Page 88: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

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de Responsabilidad Juvenil del 

Estado. 

V.‐ En los casos de apelaciones de 

autos o sentencias, sin haberse 

resuelto estas, deberá ser remitido 

a la Sala de Responsabilidad Juvenil 

del Estado, para que ordene la 

reposición del procedimiento para 

que conozca el Juez de Garantías.” 

3DL/20

07 

JUEZ DE 

GARANTÍAS DE 

RESPONSABILID

AD JUVENIL 

PARA EL 

ESTADO DE 

VERACRUZ. 

 

 

El Transitorio tercero de la Ley 

Orgánica del Poder Judicial del 

Estado de Veracruz de Ignacio 

de la Llave, que se publicó en la 

Gaceta Oficial del Estado el dos 

de julio de dos mil siete, que dice: 

“Los asuntos que se encuentre en 

trámite al momento de la entrada 

en vigor del presente decreto 

serán remitidos a los juzgados 

de adolescentes que 

corresponda”  

Debe interpretarse de esta forma: 

“I.‐ Si al adolescente ya se le 

hubiere dictado resolución por una 

autoridad jurisdiccional local y 

hubiere interpuesto recurso de 

apelación, sin haberse resuelto 

este, deberá ser remitido a la Sala 

de Responsabilidad Juvenil del 

Estado.” 

Lunes 22 de 

octubre de 

2007. 

1DL/20

08 

JUEZ DE 

GARANTÍAS DE 

RESPONSABILID

AD JUVENIL 

PARA EL 

ESTADO DE 

VERACRUZ. 

 

El Transitorio Octavo de la Ley

de Responsabilidad Juvenil del 

Estado de Veracruz de Ignacio 

de la Llave, que se publicó en la 

Gaceta Oficial del estado el once 

de septiembre de dos mil seis, 

que dice:  

“...  

Octavo.‐ Las órdenes de 

aprehensión y de comparecencia 

libradas contra los adolescentes 

que comprende esta ley y que no 

hubieren sido ejecutadas, al 

entrar en vigor esta ley, quedarán 

sin efecto y, a solicitud del 

Ministerio Público Especializado, 

Debe integrarse de esta forma:  

“…  

Si aquellas ordenes se hubieren 

ejecutado, deberán los jueces 

penales del sistema para adultos, 

de comprobar la edad de aquellos 

y, una vez justificada su 

adolescencia remitirlos al Juez de 

Garantías del Juzgado de 

Responsabilidad Juvenil para el 

estado, para que las deje sin efecto 

y, a petición del Ministerio Público 

Especializado, a dicho juzgador, 

que las gire nuevamente si 

procediere. 

Jueves 9 de 

octubre de 

2008 

Page 89: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

   “Sexta Mesa Redonda”

111999333

los Jueces las librarán 

nuevamente si procediere.  

…” 

 

…”

 

1DL/20

09 

MAGISTRADOS 

INTEGRANTES 

DE LA SALA 

CONSTITUCION

AL DEL 

TRIBUNAL 

SUPERIOR DE 

JUSTICIA DEL 

ESTADO DE 

VERACRUZ DE 

IGNACIO DE LA 

LLAVE, EN SU 

CARÁCTER DE 

TRIBUNAL DE 

LEGALIDAD. 

El Transitorio Séptimo de la Ley 

de Responsabilidad Juvenil del 

Estado de Veracruz de Ignacio de 

la Llave, que se publicó en la 

Gaceta Oficial del estado el once 

de septiembre de dos mil seis, 

que dice:  

“... TRANSITORIOS  

…  

Séptimo.‐ A la entrada en vigor 

de esta ley, las investigaciones 

ministeriales iniciadas en contra 

de los sujetos que comprende la 

misma serán remitidas al 

Ministerio Público Especializado 

en Adolescentes. 

…” 

 

Debe integrarse de esta forma: 

“… El Agente del Ministerio Público 

Especializado en Adolescentes es la 

única autoridad competente para 

conocer de la investigación que se 

incoe en contra de estos. 

…” 

 

Viernes 5

de junio de 

2009 

 

De dichos antecedentes puede destacarse que  las Dudas de Ley 1DL/2007 y 3DL/2007 

concluyeron con interpretaciones, mientras que la 1DL/2008 y 1DL/2009 integraron la Ley, 

es  decir  la  adicionaron,  convirtiendo  así  a  la  Sala  Constitucional  en  un  verdadero 

Legislador, no sólo negativo, sino activo del ordenamiento veracruzano. 

Inclusive la última de ellas destacó el inicio del establecimiento de tesis de jurisprudencia 

local,  toda  vez  que  la  interpretación  fijada  se  hizo  con  base  en  las  competencias 

constitucionales de esta Sala Constitucional y de conformidad con  los artículos 3 fracción 

XIII, 43 fracción I y 44 fracción X de la Ley Orgánica del Poder Judicial así como 34 y 42 del 

Reglamento  Interior del Tribunal Superior de  Justicia, se sentaron  los siguientes criterios 

relevantes: 

Page 90: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

TTTEEEPPPJJJFFF111999444

“DUDA DE  LEY.  LEGITIMACIÓN ACTIVA. De  la  finalidad perseguida  con  la 

figura de  la duda de  ley, el espectro de su tutela  jurídica y su armonización 

con  los artículos 56 fracción  I y 64 fracción  IV de  la Constitución Política del 

Estado de Veracruz, en relación con los artículos 3 fracción I y 45 fracción IV 

de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la entidad, se desprende que podrán 

tener  legitimación activa para ejercer  la acción constitucional de  la duda de 

ley a que se refiere la comentada fracción IV del artículo 64 de la propia Ley 

Suprema  local,  de manera  genérica:  los  Tribunales —el  Pleno  del  Tribunal 

Superior de Justicia, el Tribunal Estatal de Conciliación y Arbitraje, así como el 

Tribunal  Contencioso  Administrativo—  las  Salas  —Civiles,  Constitucional 

cuando  actué  como  autoridad  de  legalidad,  Electoral,  Penales  y  de 

Responsabilidad Juvenil— , y  los jueces, porque precisamente estos órganos 

comprenden al Poder Judicial del Estado, son  los que pueden pedir a la Sala 

Constitucional  que  dé  respuesta  fundada  y  motivada  sobre  la 

constitucionalidad  o  aplicación  de  una  ley  local.  En  consecuencia,  otros 

órganos derivados, como podrían ser el mismo Consejo de  la Judicatura por 

ejemplo, que ejercitan actos  jurisdiccionales y  los que aun estando fuera de 

este Poder también lo hagan, podrán tener legitimación activa, sin embargo, 

se requiere, necesariamente, ser un órgano originario del Estado, por lo que, 

en  cada  caso  particular  deberá  analizarse  ello,  atendiendo  al  principio  de 

supremacía  constitucional,  a  la  finalidad  perseguida  con  este  instrumento 

procesal y al espectro de su tutela jurídica.” 

“PROCURACIÓN  DE  JUSTICIA  PARA  ADOLESCENTES.  LA  LEY  DE 

RESPONSABILIDAD  JUVENIL  PARA  EL  ESTADO  SÓLO  DA  COMPETENCIA  AL 

AGENTE DEL MINISTERIO PÚBLICO ESPECIALIZADO EN LA MATERIA. 

Los procesos penales de los adolescentes deben de ser competencia, desde 

la etapa de la investigación, por autoridades especializadas en dicha materia; 

el indicado derecho contenido en el artículo transitorio séptimo de la Ley de 

Responsabilidad Juvenil del Estado, creado para la transición normativa, que 

se vuelve a reproducir en parte en el 24 de la ley comentada, permite, a los 

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   “Sexta Mesa Redonda”

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adolescentes  acceder  a  órganos  de  procuración  e  impartición  de  justicia 

penal especializados para hacer valer  sus derechos de manera efectiva, así 

como  ofrecer  pruebas  en  su  defensa  y  poder  obtener  una  resolución 

favorable a sus  intereses,  lo que se traduce en el respeto a  las formalidades 

esenciales del procedimiento,  es decir,  al  cumplimiento de  las  condiciones 

fundamentales  que  deben  satisfacerse  en  el  procedimiento  para 

Adolescentes  (investigación,  instrucción,  defensa,  pruebas  y  sentencia).  En 

congruencia con lo anterior, la Ley de Responsabilidad Juvenil para el Estado 

de Veracruz,  al  contener  los  preceptos  que  se  refieren  al  proceso  seguido 

contra  adolescentes  por  las  conductas  delictivas  en  que  incurran,  obliga  a 

que una vez instruida la investigación ante el Ministerio Público y realizada la 

remisión al  Juez, ambos especializados, el adolescente  tiene derecho a una 

defensa jurídica gratuita; a ser siempre tratado y considerado como inocente, 

mientras no se compruebe la realización de la conducta que se le atribuye; a 

ser informado, en un lenguaje claro y accesible, sin demora y personalmente, 

a  solicitar  la  asistencia  inmediata  de  un  abogados  y,  en  su  casos,  de  sus 

padres, tutores o representantes  legales, sobre  las razones por  las que se  le 

detiene, juzga o impone una medida; la persona o autoridad que le atribuye 

la realización de  la conducta  tipificada como delito;  las consecuencias de  la 

atribución  de  la  conducta,  así  como  de  la  detención,  juicio  y medida;  los 

derechos  y  garantías  que  le  asisten  en  todo  momento;  el  derecho  del 

adolescente para que sus padres, tutores o representantes, participen en las 

actuaciones y se les brinde asistencia en general. Además, en atención a que 

los  procedimientos  en  que  se  vean  involucrados menores  son  de máxima 

prioridad e  interés público, en aras de salvaguardar plenamente el derecho 

que  tienen  a  ser  escuchados,  su  declaración  debe  ser  rendida  únicamente 

ante  el  Juez  o  entrevistarse  voluntariamente  ante  el  Ministerio  Público, 

ambos especializados, bajo los criterios de voluntad, brevedad, asistencia de 

su defensor así  como de un profesional de  la  salud; aunado a que  cuando 

exista ansiedad, fatiga o daño psicológico producidos por la declaración, ésta 

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se suspenderá, reanudándose a la brevedad posible. Por lo que respecta a su 

juzgamiento  se  asegurará  un  sistema  de  enjuiciamiento  acusatorio,  oral, 

continuo,  contradictorio,  concentrado  y  expedito,  atendiendo  a  la 

supletoriedad  del  Código  de  Procedimientos  Penales  para  el  Estado  de 

Veracruz.  Así  como  que  el  Juez  decidirá  sobre  la  responsabilidad  del 

adolescente y  la resolución deberá estar debidamente  fundada y motivada, 

así como escrita en un lenguaje claro y accesible al adolescente.” 

 

Para  que  el  Presidente  del  Poder  Judicial  del  Estado  procediera  a  su  compilación, 

sistematización  y  publicación,  de  acuerdo  con  lo  que  disponen  los  artículos  11,  12,  38 

fracción XVIII y 40 fracción XX de la referida ley, así como 68 del comentado reglamento. 

Hasta dónde llegará esta competencia de la Sala Constitucional es una Duda de ley que 

ese mismo Tribunal, en su momento, deberá responder fundada y motivadamente. 

 

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  “Sexta Mesa Redonda”

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La acción de inconstitucionalidad y la acción por omisión legislativa a nivel local: ¿Cómo han funcionado? 

Alejandro Naime González 

 

El Presidente del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de  la Judicatura del Estado 

de México, por mi conducto, expresan a  la Suprema Corte de  Justicia de  la Nación y en 

particular al señor Ministro José de Jesús Gudiño Pelayo, al Magistrado Manuel González 

Oropeza  y  a  todos  los  organizadores  de  esta  6ª  Mesa  Redonda,  su  más  cumplido 

agradecimiento  por  la  oportunidad  de  que  la  voz  del  Poder  Judicial mexiquense  pueda 

expresarse en este foro y ante tan distinguida concurrencia de disertantes y participantes. 

El señor presidente me pidió que, a propósito del tema de la Mesa, viniera y les platicara 

cuál  es  la  experiencia  de  la  Sala  Constitucional  del  Estado  de  México  en  materia  de 

acciones  de  inconstitucionalidad  y  de  acción  por  omisión  legislativa.  Al  respecto,  si me 

permiten, les traigo la siguiente información: 

Es en el año 2004, cuando  se  reforma  la Constitución Política Local, para crear  la Sala 

Constitucional del Poder Judicial del Estado, a la que se le confiere competencia para: 

1. Garantizar la supremacía y control de la propia Constitución; 

2. Substanciar  y  resolver  los  procedimientos  en materia  de  controversias  que  se 

deriven de  la Constitución  Local, excepto en materia electoral, que  se  susciten 

entre: 

• El Estado y uno o más municipios 

• Un municipio y otro 

• Uno o mas municipios y el Poder Ejecutivo o el Legislativo 

• El poder Ejecutivo y el Poder Legislativo del Estado 

3. Conocer y resolver  las acciones de  inconstitucionalidad planteadas en contra de 

leyes,  reglamentos  estatales  o  municipales,  bandos  municipales  o  decretos 

de  carácter general, por  considerarse  contrarios a  la propia Constitución y que 

sean promovidas por: 

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• El Gobernador del Estado 

• Cuando menos el 33% de los integrantes de la legislatura 

• El equivalente al 33% de los integrantes de un ayuntamiento del Estado 

• El Comisionado de los Derechos Humanos del Estado, en materia de derechos 

humanos. 

Al efecto, el 13 de octubre de 2004, hace poco más de  cinco años,  se  integró  la  Sala 

Constitucional  del  Poder  Judicial  del  Estado,  con  cinco  Magistrados,  que  además, 

continúan en su adscripción original, puesto que la Sala se integra exclusivamente cuando 

hay algún asunto en trámite y funciona en horario vespertino. El cargo de Magistrado de la 

Sala Constitucional es honorífico.   Y aunque opera  la figura del Magistrado  instructor,  los 

demás integrantes están presentes y pendientes del desarrollo del procedimiento. 

Desde su creación, la Sala ha tenido una muy baja incidencia de asuntos radicados: 

• En 2005 se promovieron dos controversias constitucionales 

• En  2007  se  promovieron  dos  controversias  constitucionales  y  un  acción  de 

inconstitucionalidad 

• En 2008 se promovió UN controversia constitucional  

• En  2009  se  promovió  una  controversia  constitucional  y  una  acción  de 

inconstitucionalidad 

Es decir, se han promovido seis controversias y dos acciones de inconstitucionalidad. En 

total se han radicado ocho asuntos. 

De  las  seis  controversias  promovidas,  tres  se  desecharon  por  diversas  causas,  dos  se 

sobreseyeron por improcedencia y solo en un caso se resolvió en el fondo. 

Y de  las dos  acciones de  inconstitucionalidad, una  se desechó  y una  se  resolvió en el 

fondo.  

Como  las acciones de  inconstitucionalidad  son una parte de  la materia de esta mesa, 

haré una breve recapitulación de cada una de ellas: 

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  “Sexta Mesa Redonda”

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En el caso en el que se decretó el desechamiento, la actora era la Síndico Procurador de 

un  ayuntamiento  del  Estado  y  demandaba  al  Cabildo  y  al  Presidente Municipal,  por  el 

hecho de haber emitido un acuerdo por el que se ordenó desincorporar de  la sindicatura 

municipal, a  la unidad  jurídica.   Es decir por quitarle una dependencia administrativa. En 

este caso se desechó por falta de legitimación y porque el acto emitido por el cabildo no es 

de naturaleza general. 

En el caso de la acción de inconstitucionalidad que se resolvió en el fondo es un asunto 

radicado  y  resuelto  en  definitiva  este  año,  en  el  que  el  Comisionado  de  los  Derechos 

Humanos del Estado promovió en contra un ayuntamiento del Estado de México, porque al 

expedir el bando municipal el 5 de febrero pasado,  incluyó, en el capítulo de  infracciones 

administrativas,  algunas  conductas  que  ya  se  encuentran  descritas  como  delitos  en  el 

Código Penal para el Estado,  tales como: portación de arma prohibida, algunos  tipos de 

lesiones, robo de autopartes y daño en los bienes. Y con ello, dijo el actor, se afectaban los 

derechos humanos protegidos en la Constitución Política del Estado.  

La Sala consideró que era correcto el planteamiento del Comisionado de  los Derechos 

Humanos, porque  se  crea  inseguridad  jurídica para  los habitantes del municipio, ante  la 

posibilidad  de  un  doble  reproche  por  una misma  conducta  y  además  corresponde  en 

exclusiva  al  Congreso  del  Estado  la  determinación  de  las  conductas  que  deben 

considerarse como delito. Por lo que decretó la invalidez de las disposiciones impugnadas. 

La autoridad demandada  interpuso el  recurso de  revisión en contra de esa  resolución, 

resolviendo la propia Sala confirmar el fallo impugnado.  

Esta  acción  de  inconstitucionalidad  tiene  una  peculiaridad:  al  dar  cumplimiento  a  la 

resolución,  la  autoridad  municipal,  a  través  de  la  Síndico  Procuradora,  que  es  su 

representante  legal,  advirtió  a  la  Sala Constitucional  que daba  cumplimiento  al  fallo  ad 

cautelam, pues estaba preparando la presentación de una controversia constitucional.  

Y en efecto, un día antes de que concluyera el periodo constitucional de  tres años del 

ayuntamiento que emitió el bando municipal que fue impugnado parcialmente, promovió, 

ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la Controversia Constitucional 73/2009, en 

contra de  la Sala Constitucional, alegando  sustancialmente que al  resolver el  recurso de 

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revisión,  la Sala había  invadido su esfera de competencia, específicamente  la relativa a  la 

expedición   de  su bando municipal, de acuerdo a  lo dispuesto por  la  fracción  II párrafo 

segundo del artículo 115 Constitucional. 

La Suprema Corte de Justicia admitió la demanda y ha emplazado a la Sala Constitucional 

del  Estado de México para que  conteste  y ha dado  vista  al  tercero  interesado,  en  este 

caso  el  Comisionado  Estatal  de  los  Derechos  Humanos  y  a  la  Procuraduría  General  de 

la República.  

Al  respecto,  la  Sala Constitucional ha  contestando  la demanda, argumentando por un 

lado  diversas  causales  de  improcedencia,  pero  sosteniendo  especialmente  que  la 

Controversia Constitucional no puede constituirse en un ulterior recurso para combatir las 

resoluciones  de  la  Sala  Constitucional  que  han  causado  ejecutoria  y  que  han  sido 

cumplimentadas totalmente por la autoridad demandada.  

La controversia se encuentra en estado de citación para audiencia de pruebas y alegatos, 

que se desahogará en los primeros días del mes de noviembre.  

La  resolución  que  al  efecto  emita  la  Suprema  Corte  de  Justicia,  será  de  gran 

trascendencia. Los  integrantes de  la Sala Constitucional consideramos que  la controversia 

intentada  por  el  ayuntamiento  deberá  declararse  improcedente  y  consecuentemente 

habrá de decretarse el sobreseimiento, lo cual dejará intocada la resolución dictada y ello 

fortalecerá a los tribunales de justicia constitucional local. 

Salvo su mejor opinión, se trata de un tema muy interesante. 

Por  lo  que  hace  a  las  acciones  de  inconstitucionalidad,  es  como  hasta  ahora  ha 

funcionado la Sala Constitucional en el Estado de México. 

En  líneas anteriores decía que  la  incidencia de asuntos es muy baja, a  lo que  se debe 

sumar el hecho de que en seis de ocho asuntos no se examinó el fondo de los mismos por 

causas de desechamiento o de improcedencia. Esto quiere decir que no resulta lógico que, 

a pesar de que en el estado hay más de 15 millones de habitantes y 125 municipios, en 

donde muchos de ellos presentan una compleja y múltiple problemática, en cinco años, 

solo se promovieran ocho asuntos, de los cuales sólo en dos hubo certeza en la demanda y 

se llegó a dictarse sentencia de fondo. 

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  “Sexta Mesa Redonda”

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No podría darse una respuesta en el sentido de sostener que en el Estado todo está en 

orden  y no hay  controversias entre  los Poderes Ejecutivo  y  Legislativo Estatales o entre 

estos  y  algún  o  algunos  ayuntamientos,  o  entre  estos  mismos,  que  se  deriven  de  la 

Constitución Local o bien, que no se produzcan leyes, reglamentes estatales o municipales, 

bandos municipales o decretos de carácter general, que pudieran ser contrarios a la propia 

Constitución. No tengo una relación de unos u otro casos, pero tampoco puede afirmarse 

que no existan. 

Si vemos en el caso de  la Suprema Corte de Justicia,  las controversias y  las acciones de 

inconstitucionalidad están a la orden del día y no se acaban.  

¿Qué es lo que pasa entonces en el Estado de México? 

Yo creo que hay un profundo desconocimiento de la existencia de la Sala Constitucional 

y, sobre  todo, de sus atribuciones y sus alcances. Es decir, sobre  todo  los municipios, se 

encuentran  inmersos  en  fenómenos  de  politización  extremos  y  dejan  a  un  lado  los 

intereses  auténticos  de  la  comunidad.  Tienen  en  muchos  casos  una  visión  corta  de 

los medios que tienen al alcance para defender  la autonomía y  los  intereses municipales. 

No  todos  lo  conflictos  que  se  dan  en  la  esfera  de  la  administración  pública  estatal  o 

municipal,  son  salvables  a  través  de  los medios  políticos  o  de  la  concertación. Muchos 

deben ser  llevados a  instancias  legales para sacarlos adelante, como en el caso de  la Sala 

Constitucional.  Sin  embargo,  el  desconocimiento  de  los  medios  de  control  de  la 

Constitución Local origina que no se recurra a ellos.  

He tenido la oportunidad de platicar con diversos funcionarios estatales y municipales y 

les he preguntado sobre la competencia de la Sala y he recibido respuestas muy curiosas: 

algunos no la conocen, otros no saben cuál es su propósito y en el mejor de los casos me 

han  dicho  que  en  el  municipio  no  han  tenido  necesidad  de  recurrir  a  ella.  Y  no  he 

encontrado  a  nadie  que  sepa  explicar,  siquiera  de manera  aproximada,  el  tema  de  la 

competencia de Sala Constitucional Local. 

Las facultades de derecho de  las universidades pública y privadas que hay en el Estado 

de México,  al menos  las  que  conozco,  no  han  integrado  a  sus  programas  de  derecho 

constitucional el estudio de la justicia en esta materia en las entidades federativas. Es decir 

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no se están formando profesionales del derecho con este conocimiento  indispensable, ni 

con un perfil de un constitucionalismo mas desarrollado.  

En el caso del Estado de México, yo creo que debe continuarse con la difusión del tema 

en  todos  los  niveles,  no  para  darle  trabajo  a  la  Sala,  sino  para  darle  utilidad  y  para 

preservar  los principios que establece  la Constitución Política Local y con ello  impedir  los 

excesos de cualquier autoridad, que hoy en día es una práctica más o menos regular en el 

ejercicio de la administración pública.  

Ahora bien, cambiando al  tema de  la acción por omisión  legislativa, debo comentarles 

que no se encuentra regulada en la Constitución Política del Estado de México.  

Relativamente  es  nueva  la  actividad  que  en materia  constitucional  local  desarrolla  el 

Poder Judicial del Estado y aún cuando la incidencia de asuntos en la Sala Constitucional es 

baja, de ninguna  forma  se puede descartar examinar  lo  relativo    a  la  conveniencia o  la 

necesidad de legislar en materia de acciones por omisión legislativa. 

Si bien por cuanto a  tener en  la Sala Constitucional algún planteamiento específico de 

alguna autoridad estatal o municipal en el sentido de intentar reclamar al Poder Legislativo 

del  Estado  la  omisión  de  legislar  en  algún  tema  al  que  estuviere  obligado,  hasta  el 

momento no hay ningún  registro. Por  el  contrario,  en  los últimos  años  el Congreso del 

Estado  ha mantenido  un  ritmo  legislativo  bastante  copioso,  incluso  diría  yo,  excesivo. 

Probablemente  se  deba  a  su  pluricomposición,  en  el  que  las  diferentes  fracciones 

partidistas  tratan de  sobresalir  y  justificarse  a  través del planteamiento de  iniciativa de 

leyes  y  reformas  frente  a  sus  iguales.  Aunque  esto  en  ocasiones  genera  más 

inconvenientes que beneficios por muy diferentes razones. 

Un ejemplo reciente es el relativo a  la reforma al sistema procesal penal constitucional 

en México,  que  ha  impactado  a  los  fueros  federal  y  locales.  En  el  caso  del  Estado  de 

México,  aun  y  cuando  el  régimen  de  transitoriedad  de  la  reforma  concede  un  plazo 

de ocho años para la conversión al nuevo sistema, una comisión de servidores públicos del 

Poder  Judicial   elaboró un proyecto de  ley que  se elevó al  rango de  iniciativa del Pleno 

del Tribunal y fue aprobado por la Legislatura del Estado. Adicionalmente se reformó toda 

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  “Sexta Mesa Redonda”

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la  legislación  secundaria  vinculada  al nuevo  sistema de enjuiciamiento penal,  el  cual  ya 

funciona en el Estado en algunas regiones. 

Entonces el Congreso del Estado lleva una dinámica de trabajo muy competitiva y tal vez 

no existan muchas posibilidades de que se diera el caso de la omisión legislativa que afecte 

el debido cumplimiento de  la Constitución Política Local. Pero es sólo una probabilidad y 

no  una  certeza,  por  lo  que  no  puede  descartarse  de  ninguna  forma  la  actualización  de 

algún  caso  concreto.  Y  desde  luego  no  debe  permitirse  que  eso  ocurra  para  después 

generar el estudio y en su caso las reformas correspondientes.  

La acción por omisión legislativa no es un tema menor. Se trata de un medio de control 

constitucional que no puede hacerse de  lado.  Junto  con  la  controversia  constitucional y 

con  la  acción  de  inconstitucionalidad,  constituye  un  medio  eficaz  para  defender  a  la 

Constitución.  Son  tres  las  herramientas  adecuadas  para  poner  remedio  a  cualquier 

irrupción a los límites de la constitución. 

Yo creo que es el momento en el que el Estado de México debe colocarse sobre la mesa 

el tema para incluirlo en el debate político y jurídico. Implica la necesidad de armonizar el 

sistema jurídico estatal, a partir de una Constitución fuerte, moderna, actualizada y, sobre 

todo,  adecuadamente  blindada,  para  que  el  Poder  Judicial  tenga  los  instrumentos 

adecuados para garantizar su vigencia.  

Debe aprovecharse que ya está regulado el tema del control constitucional en el Estado, 

a través de  las controversias constitucionales y  las acciones de  inconstitucionalidad, para 

complementarlo con la acción por omisión legislativa. 

Esta  es  la oportunidad de que  se  inicien de manera  seria  y no  aislada  las  reflexiones 

sobre el tema y, en su caso, aprovechar la posibilidad de que el Pleno del Tribunal Superior 

de Justicia está facultado por  la propia Constitución Local para  iniciar  leyes y como arriba 

se dice, llevar el tema en forma de iniciativa, al debate político y jurídico en el Congreso del 

Estado de México. 

En las mesas que nos han antecedido, se han tocado los puntos finos sobre el tema del 

desarrollo de la justicia constitucional en las entidades federativas. 

 

Page 100: Memoria de la Sexta Mesa Redonda 2

 

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Salvo su mejor opinión, el tema de las acciones de inconstitucionalidad y las acciones por 

omisión  legislativa,  sin  dejar  de  lado  el  de  las  controversias  constitucionales,  están  en 

pleno desarrollo en México. Considero que lejos de que se encuentre paralizado, más bien 

está en movimiento. Pero debe seguir impulsándose, como se ha hecho a través de esta 6ª 

Mesa Redonda, que por ese simple hecho, constituye un gran mérito de la Suprema Corte 

de  Justicia  de  la  Nación.  Después  de  este  evento,  lo  que  sigue  es  que  regresemos  a 

nuestros estados a hacer lo propio. 

Ya se habló de la importancia del tema de la voluntad política. Tenemos que propiciarla. 

Tenemos que buscarla. Tenemos que dar lugar a la reflexión sobre el tema. Los efectos del 

presidencialismo mexicano, del que  ya  también  se habló  en  este  foro, deben  continuar 

atenuándose para dar lugar a la modernidad y al desarrollo.  

Los mecanismos de control constitucional dan salud y vigor a la democracia. Fortalecen 

el estado de derecho, lo actualizan, lo perfeccionan y lo hacen dinámico. 

Ciertamente hay algunas entidades en las que  aún no se dan las condiciones políticas y 

jurídicas  para  el  establecimiento  de  los mecanismos  de  defensa  de  sus  constituciones 

locales. Pero eso no es grave porque la tendencia apunta hacia el desarrollo. Lo grave sería 

que  la  actitud  de  los  especialistas  fuera  de  pasividad.  No  puede  negarse  que  hay 

paradigmas que deben romperse y esa es precisamente  la actitud que  la sociedad espera 

para que se fortalezcan los sistemas de justicia local. 

Y finalmente, como también ya ha sido comentado en este foro, el control constitucional 

que  tienen  los  estados  y  el  que  ejerce  el  Poder  Judicial  de  la  Federación,  lejos  de 

contraponerse,  se  complementan,  lo  cual  garantiza  a  la  sociedad  un  sistema  político  y 

jurídico armónico y de coordinación y colaboración de los diferentes niveles e instancias de 

gobierno.