mecanismos de conservaciÓn de la biodiversidad en colombia
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M I L E N A V A R G A S
Colombia es el segundo país con mayor
biodiversidad de la Tierra, entre 195
naciones, y el número uno a nivel
mundial en especies de flora y fauna por
kilómetro cuadrado
MECANISMOS DE CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD EN COLOMBIA
MECANISMOS DE CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD EN COLOMBIA
YINE MILENA VARGAS TORRES
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA DE SAN GIL “UNISANGIL” CREX YOPAL
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMISNITRATIVAS
ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS
COSTOS AMBIENTALES ELECTIVA IV
YOPAL
2011
MECANISMOS DE CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD EN COLOMBIA
YINE MILENA VARGAS TORRES
DOCTOR: LEONEL HUMBERTO RODRIGUEZ
FUNDACIÓN UNIVERSITARIA DE SAN GIL “UNISANGIL” CREX YOPAL
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMISNITRATIVAS
ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS
COSTOS AMBIENTALES ELECTIVA IV
YOPAL
2011
INTRODUCCIÓN
Es difícil imaginar un desarrollo social como el actual sin afectar el medio natural, y
de éste el elemento más frágil es la diversidad biológica. Sin embargo, en la época
en la que estamos viviendo las sociedades humanas quieren ser dueñas de su
destino, desean poder regular su actividad y crecimiento, obtener el grado de
satisfacción que necesitan sin deteriorar el legado más importante de la evolución
biológica: la biodiversidad. Al analizar qué es la biodiversidad, este ensayo
pretende proporcionar una cierta base conceptual a la difícil tarea de decisión que
implica responder a las cuestiones: ¿debemos conservar la biodiversidad, por qué,
cómo y a qué precio, además de señalar la normatividad, la importancia de
trabajos de investigación adelantados por diferentes institutos a nivel nacional, y
por supuesto el compromiso de las entidades territoriales en pro de la
conservación de tan valioso recurso.
MECANISMOS DE CONSERVACIÓN DE LA BIODIBERSIDAD EN COLOMBIA
Es un problema realmente preocupante el pensar como las acciones de los seres
humanos en exceso alteran tanto a la naturaleza que pueden llegar a destruirla,
pensar actualmente en la extinción de animales como las ballenas o los lobos
marinos ya no causa sorpresa y sin embargo debe de causar hasta terror, el
destruir lo que la naturaleza en tanto tiempo logro crear y llegar a terminar con él
en menos de un siglo es verdaderamente un crimen. Analizando este aspecto
desde el punto de vista empresarial, a los monopolios y a las principales industrias
y asociaciones propietarias de gran parte de los recursos naturales no les es
conveniente por ejemplo: cambiar y en vez de utilizar petróleo como combustible
principal utilizar energía eléctrica y a cambio de tener empresas que produzcan la
energía de manera contaminante cono las hidroeléctricas utilizar la energía solar.
Sumado a esto también encontramos la variación de temperatura atmosférica
ocasionada por la falta de responsabilidad social empresarial de las grandes
industrias, que en su afán por generar mayores utilidades contaminan y destruyen
todo a su paso sin importar los problemas ambientales que ocasionan, sin
embargo si existiese un cambio en cuanto a la optimización y aprovechamiento
positivo de recursos y producción energética entonces se disminuiría en más de
un diez por ciento la cantidad de contaminantes atmosféricos y por lo tanto la
temperatura promedio anual disminuiría; a lo largo del último siglo la temperatura
aumento en 0.58 grados centígrados, tomando en cuenta que era el siglo veinte,
sin televisión, sin energía termonuclear, sin videojuegos, sin billones de millones
de motores emisores de gases contaminantes como monóxido de carbono, ahora
¿qué esperaremos para el siglo que viene?
La alteración humana con respecto a ese deseo de ser cada vez mas adelantado
y tener lo mejor lo ha hecho un ser hostil y sin escrúpulos, tala árboles, termina
con los minerales, con el agua y con las especies más hermosas y extrañas como
los osos, los tigres, las ballenas, entre otros. Así es como podemos ver que el ser
humano tal vez es el animal más irracional y más débil con su supuesto desarrollo,
sueñan con dominar el mundo instantáneamente y por lo tanto desean arrasar con
todo lo que no sea compatible con su desarrollo.
En Colombia existe una gran cantidad de especies en cuanto a flora y fauna nos
referimos, nuestro país conforma un gran y diverso mosaico natural, es tan bello,
pero lamentablemente no lo hemos sabido apreciar. En su sentido más amplio,
biodiversidad es casi sinónimo de „vida sobre la Tierra„. El término se acuñó en
1985 y desde entonces se ha venido utilizando mucho, tanto en los medios de
comunicación como en círculos científicos y administraciones públicas. Se ha
hecho habitual, por funcionalidad, considerar tres niveles jerárquicos de
biodiversidad: genes, especies y ecosistemas. Pero es importante ser consciente
de que ésta no es sino una de las varias formas de evaluar la biodiversidad y que
no hay una definición exacta del término.
Es por ello que la economía de la biodiversidad se basa en la consideración de
los beneficios económicos que supone la conservación de la biodiversidad, así
como el coste económico de su pérdida o deterioro. En un mundo tradicionalmente
preocupado por el incremento de los recursos financieros y no por la escasez de
recursos naturales, el impulso de la economía de la biodiversidad constituye un
paso fundamental para conservar el capital natural, como soporte de la vida y de
la economía.
La integración de la conservación de la biodiversidad en las políticas económicas
constituye un elemento esencial para el logro de los objetivos de desarrollo
sostenible a largo plazo: por un lado, el coste de conservación es mucho menor
que el coste de reposición, aún cuando esto sea posible; por otro lado, debemos
considerar que una correcta gestión de la biodiversidad abre toda una línea de
posibilidades de negocio relacionadas con la biodiversidad perfectamente
sostenibles, tanto desde el punto de vista medioambiental como económico y
social.
Sin embargo, esta sostenibilidad ambiental no será posible si no modificamos las
actuales pautas de producción y consumo de bienes que conducen a una
sobreexplotación insostenible de los recursos naturales. Ni siquiera en aquellos
casos en los que la sustitución de bienes y servicios de los ecosistemas sea
posible mediante el desarrollo y despliegue de tecnologías, se garantiza que la
calidad y la durabilidad de los mismos sean similares a la de los recursos
naturales.
La valoración de la biodiversidad debe incluir la cuantificación económica de su
valor de uso o instrumental, así como su valor de no uso, tanto actual como
potencial para las generaciones futuras. Así, la conservación de los ecosistemas
puede pasar de ser considerada como un coste a ser una oportunidad económica
si valoramos el conjunto de beneficios o externalidades positivas que nos aporta
una gestión adecuada de los elementos de la biodiversidad. Existe la oportunidad
de obtener beneficios económicos mediante el desarrollo de actividades
directamente relacionadas con la biodiversidad, en particular, el turismo, la
industria farmacéutica y alimentaria, y la biotecnología, además de conseguirse un
ahorro en la prevención de riesgos naturales, como las inundaciones, en los
gastos sanitarios, principalmente en enfermedades respiratorias, o una
redistribución de la riqueza entre ciudades y zonas rurales generando así
incentivos para la recuperación de lugares y actividades marginadas por el modelo
de desarrollo económico actual.
Los bienes y servicios que prestan los ecosistemas, tienen en muchos casos, la
consideración de bienes públicos, es decir gratuitos y no rivales en consumo: su
consumo por parte de un individuo no limita su consumo por parte de otro. En
consecuencia, su valoración económica resulta especialmente complicada siendo
habitual una completa falta de valoración de los mismos. Si queremos fomentar su
preservación, regeneración y uso sostenible, en una sociedad caracterizada por la
escasez de los recursos naturales e impulsada por la economía de mercado, es
necesario promover una correcta valoración de estos bienes y servicios y, en
algunos casos, incorporarlos en el mercado. En la medida en que consigamos
valorar correctamente los beneficios actuales y potenciales de la biodiversidad, así
como los costes de explotación y conservación, unos y otros podrán ser
internalizados y considerados en los procesos de toma de decisiones políticas.
En la actualidad y pese a que la mayoría de los servicios de la biodiversidad
aporta beneficios tangibles y medibles para las personas y las sociedades, su
coste de mantenimiento está soportado casi exclusivamente por las
administraciones públicas, dado que no tienen valor de mercado por la falta de
cuantificación monetaria de sus beneficios. Así, en materia de fondos e
inversiones públicas, es prioritario estimar las necesidades financieras que exige
la adecuada conservación de la biodiversidad. A partir de esta estimación y
considerando el valor económico que la biodiversidad de Colombia posee, se
podrá trabajar en determinar si las inversiones públicas en materia de
biodiversidad son suficientes en términos de cantidad y están correctamente
dirigidas en términos de alcanzar los objetivos perseguidos.
La financiación pública puede tener distintos orígenes que debemos considerar,
como por ejemplo la redistribución de los denominados subsidios dañinos, que se
puede considerarse como una de las principales fuentes de financiación
compatible con la conservación de la biodiversidad y sin necesidad de considerar
recursos públicos adicionales. También el uso de fondos, sobre todo en el sector
agrario y forestal, constituye una contribución fundamental para integrar la
biodiversidad en las políticas y actuaciones sectoriales. Otra fuente de financiación
pública, la encontramos en el desarrollo de impuestos ambientales ligados tanto a
la producción como al consumo, y que deben ser incluidos en el contexto de una
Reforma Fiscal Ecológica global que incluya también subvenciones para el sector
privado dirigidas a promover actuaciones en el marco de la conservación y el uso
sostenible de la biodiversidad.
Por tanto, y con el ánimo de dar solución a este problema se busca avanzar en el
diseño y desarrollo de instrumentos financieros dirigidos al sector privado con el
objetivo de reducir la carga presupuestaria pública sin disminuir el grado de
cobertura de protección de la biodiversidad. Se trata de avanzar en la línea de
considerar la biodiversidad como una oportunidad para el desarrollo económico y
el empleo sin menoscabo de su correcta conservación.
En este sentido las herramientas sobre las que se está trabajando son los Pagos
por Servicios Ambientales (especialmente indicados para la integración de la
población en general en el mantenimiento de la biodiversidad, y los convenios
entre empresas e instituciones públicas basados en el progreso de la cultura de
responsabilidad social corporativa.
Es por ello que de acuerdo a la normatividad colombiana la biodiversidad se
define como la variación de las formas de vida y se manifiesta en la diversidad
genética, de poblaciones, especies, comunidades, ecosistemas y paisajes. La
biodiversidad reviste de gran importancia por los servicios ambientales que se
derivan de ella y por sus múltiples usos: nuestra alimentación proviene de la
diversidad biológica, los combustibles fósiles son subproducto de ella, las fibras
naturales también. El agua que tomamos y el aire que respiramos están ligados a
ciclos naturales con gran dependencia en la biodiversidad, la capacidad productiva
de los suelos depende de su diversidad biológica, y muchos otros servicios
ambientales de los cuales depende nuestra supervivencia. Desde una perspectiva
biológica, la diversidad es vital, porque brinda las posibilidades de adaptación a la
población humana y a otras especies frente a variaciones en el entorno. Así
mismo, la biodiversidad es el capital biológico del mundo y representa opciones
críticas para su desarrollo sostenible.
La estrategia de conservación incluye las medidas de conservación in-situ a través
del sistema de áreas protegidas, la reducción de los procesos y actividades que
causan pérdida o deterioro de biodiversidad, y la recuperación de ecosistemas
degradados y especies amenazadas. La estrategia de conocimiento abarca la
caracterización de componentes de la biodiversidad en los niveles eco sistémico,
de poblaciones, especies y el nivel genético; y la recuperación del conocimiento y
las prácticas tradicionales. La estrategia de utilización busca promover el uso de
sistemas sostenibles de manejo, apoyar y promover el establecimiento de bancos
de germoplasma y programas de biotecnología, diseñar e implementar sistemas
de valoración multicriterio de la biodiversidad, y mecanismos para la distribución
equitativa de beneficios derivados de su uso.
También, incluye medidas para procurar el desarrollo sostenible del potencial
económico de la biodiversidad. La Política Nacional de Biodiversidad debe
desarrollarse en un Plan de Acción Nacional en el cual se definan los
responsables de las diferentes acciones, y los recursos humanos, institucionales,
de infraestructura y financieros para la implementación de las estrategias e
instrumentos. El Plan de acción nacional debe ir acompañado de planes de acción
regionales liderados por las Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo
Sostenible, en donde se definan las acciones prioritarias para las regiones y sus
mecanismos específicos de implementación.
Por otra parte, para evitar los riesgos de diluir las medidas de reglamentación
entre demasiados instrumentos de mercado y mecanismos de comando y control,
es preciso establecer prioridades en cuanto a las áreas concretas en que se
aplicaría cada instrumento. Si bien los instrumentos de mercado no son una
panacea, son potencialmente atractivos en tanto que, en ciertas condiciones,
pueden ser más eficientes que los mecanismos de comando y control o pueden
complementarlos. No obstante, en los diversos documentos se han identificado
instancias en que deben continuar utilizándose los instrumentos de comando y
control. Si bien el uso de los instrumentos de mercado y, a veces, de los
mecanismos de comando y control ha significado cierto avance en la gestión y el
control de fuentes puntuales de contaminación del agua, existe considerable
desequilibrio con respecto a las fuentes no puntuales. Quizá sea importante
explorar formas poco costosas de tratar de encontrar una solución a estas
también.
Es por ello que en este orden de ideas surgen herramientas como las que se
aprecian en la figura 1, donde los ecosistemas abosrben los desechos (sufriendo
así impactos negativos) producto de las mismas actividades productivas humanas.
Entonces, por un lado, en un sistema de mercado considerando los derechos de
propiedad sobre los recurso naturales provenientes de estos ecosistemas,
tenemos la itneracción entre los que poseen los recursos (los oferentes) y los que
necesitan satisfacer sus necesidades consumiendolos (los demandantes). En esta
interacción se establecen las cantidades producidas y consumidas y los precios a
los cuales se da el intercambio entre oferentes (productores) y demandantes (los
consumidores). El precio primordialmente considera los costos de producción en
los que incurre el oferente (el productor). Sin embargo, es importante el costo de
producción del mismo ecosistema, siendo que para la producción de los bienes y
servicios ambientales se necesitan condiciones específicas, por tanto la
Naturaleza no genera de manera gratuita estos bienes y servicios.
Al reconocer el esfuerzo productivo de los ecosistemas, surge la necesidad de
crear mecanismos que garanticen el pago correspondiente a la misma naturaleza:
El precio de mercado debe ser la suma del costo de producción del productor más
el costo ambiental que viene siendo el esfuerzo del ecosistem por generar un bien
o servicio ambiental más el esfuerzo por mitigar cualquier impacto negativo
producto de la misma actividad productiva del hombre. Solo así se pueden
garantizar actividades económicas productivas sostenibles. En el fondo, cualquier
gestión ambiental que permite un mejor manejo de los recursos naturales implica
costos adicionales
(costos ambientales).
El desarrollo de
mecanismos y políticas
de venta de servicios
ambientales justamente
tienen como objetivo
asignarle el valor
correspondiente a los
bienes y servicios que
sirven de insumo en
procesos productivos
y/o para garantizar la
mitigación de los impactos negativos producto de estos mismos procesos
productivos.
Las metodologías de valoración sirven para asignarle valór económico de mercado
a los bienes, servicios o impactos que no tienen precio de mercado, debido a su
característica de ser bienes comunes y tradicionalmente ser considerados de uso
gratuito e ilimtado. Justamente la subestimación de su valor real ha llevado a la
degradación de muchas ecosistemas en el planeta.
Sin embargo, las metodologás de valoración no resuelven por si solas el problema
de compensar la naturaleza por la generación de estos bienes o por tolerar los
impactos negativos. Las metodologías apenas generan los criterios económico
que servirán a los tomadores de decisiones para generar políticas sobre el uso de
estos recuros.
La ejecución de las políticas se llevará a cabo a través de mecanismos que
operativisan los conceptos arriba desarrollados.
Las dos formas más básicas y fundamentales de cuantificar los recursos o
controlar los impactos son:
1) A través de intervención en los precios.
2) A través de interviención en las cantidades consumidas.
Los mecanismos de relacionados con intervención de los precios pueden ser:
- Estableciendo un precio fijo por el uso de un recurso: Tarifas.
- Estableciendo Multas por el mal uso o sobreexplotación de los recursos.
- Estableciendo Sobreprecios fijos o proporcionales proporcionales por el uso del
recurso: Impuestos Ambientales.
- Estableciendo incentivos económicos fijos o proporcionales según la
explotación de un recurso: Subsidios Ambientales.
Los mecanismos relacionados con el contro de cantidades explotadas del recurso
son los Estándarés:
- Estableciendo Normas de Emisión.
- Emitiendo Permisos Transables (Permisos de producción que se pueden
adquirir en el mercado).
- Otorgar Licencias de Explotación.
Asi mismo, encontramos el caso de los impuestos ambientales tienen muchas
virtudes. Usan mecanismos de mercado para cargar un precio sobre servicios
hasta entonces no tasados, pero muy valiosos, que proporciona el medio natural.
Hasta cierto punto “imitan” el mercado, ya que el impuesto podría ser variado para
reflejar la creciente escacez de estos servicios. Tienen propiedades de
optimización si se conoce tanto los costos del daño como los de limitación y, aún
si no se conocen, tienen propiedades de menor costo.
Como se ha mencionado, los instrumentos económicos son diseñados para ser
utilizados con los usuarios de los recursos naturales, ajustando sus niveles de uso
a un punto de equilibrio, o forzándolos a contribuir para el financiamiento de
actividades de conservación. En este sentido, una clara identificación de las
causas de los problemas ambientales (ej.: Las fuentes de contaminación, o
deficiencias en las políticas, etc.), es fundamental para comprender los usuarios y
su comportamiento económico, así como para enfocar los esfuerzos de mitigación
de dichas problemáticas.
Un instrumento económico está diseñado para actuar sobre el daño ambiental y/o
sobre la función del Costo de Oportunidad Marginal. Es necesario tener
estimaciones de los costos ambientales, los costos de mitigación de los daños y
de los beneficios por mitigar las externalidades negativas. Se debe contar con
dichas estimaciones antes de seleccionar cualquier instrumento económico. De
hecho, cualquier proceso de ajuste en los precios sin dichas estimaciones carece
de consistencia, siendo que no se ha llevado a cabo un análisis de viabilidad de
las medidas de mitigación y de los IE que se utilizarán para capturar los fondos
para financiar estas medidas.
Antes de analizar las experiencias de cualquier país o región, se debe llevar a
cabo un análisis teórico para identificar las opciones técnicas. Los tomadores de
decisiones tienen que tener en cuenta que los instrumentos económicos tienen
diferente nivel de eficiencia, según cada caso en particular. Algunos aspectos,
tales como, el tipo de mercado, la función del costo de oportunidad marginal, la
existencia de información asimétrica, etc., pueden ser factores que afecten la
eficiencia de los instrumentos económicos seleccionados.
Por tanto, Colombia como país tropical y dada su geografía y posición en
Sudamérica, tiene una constelación de muchos ecosistemas que la hacen muy
variada. Eso está definido por lo que se conoce como las grandes regiones
geográficas del país: costa sobre los mares Caribe y Pacífico, tres cordilleras que
hacen que la geografía sea muy variada.
Eso es lo que hace que Colombia sea tan rica en
biodiversidad. Eso tiene grandes amenazas, porque
gran parte de la biodiversidad está en la región
andina donde también está asentado entre el 70 y el
80% de la población colombiana, que la tiene que
transformar para utilizarla. El reto no es solamente la
conservación de la biodiversidad, sino la
conservación a través del uso de la biodiversidad. Y
en la biodiversidad pueden estar muchas de las alternativas de desarrollo.
Para citar un ejemplo, está la Sierra Nevada tiene una particularidad geográfica
muy importante: pertenece a los Andes, pero está aislada de los Andes, es una
montaña muy cercana al mar, casi desde el nivel del mar hasta los cinco mil 300
metros de altura. Eso hace que ahí se genere mucha biodiversidad. Además, su
posición geográfica hace que esté expuesta en un lado hacia la Guajira, hacia
ecosistemas semisecos y secos, y hacia la parte interior tenga ecosistemas de
influencia tropical.
Todo eso da como consecuencia en el proceso evolutivo mucha diversidad que se
ha tenido que adaptar a esas condiciones.
También tenemos el Chocó geográfico, que es una zona de altísima pluviosidad.
Es uno de los extremos del mundo en los que llueve casi diez mil milímetros al
año. Quiere decir que no llueve sólo dos o tres días al año. También tiene
gradientes desde la planicie aluvial del Pacífico hacia la Cordillera Occidental, lo
que hace que la zona sea bastante diversa y peculiar.
Muchas de esas amenazas están relacionadas con
los esquemas de desarrollo que ha adoptado el país.
Como no es consciente de la importancia que tiene
la biodiversidad para el desarrollo, copia modelos,
copia tecnologías, los impone en el país y
eventualmente está sustituyendo la oportunidad que
tendría la biodiversidad. Obviamente no es una tarea
fácil, el país necesita recursos para desarrollarse,
necesita aprovechar sus potencialidades. Se
necesita un gran trabajo
Colombia, segundo país en biodiversidad
del mundo.
CONCLUSIÓN
Desde una perspectiva estrictamente económica, los ecosistemas y sus recursos
se pueden conceptualizar como “capital ecológico”, para ubicarlos en la lógica de
la producción y del consumo. El concepto de capital ecológico puede facilitar la
adopción de nuevas relaciones institucionales y prácticas entre el aparato
productivo y el medio ambiente. Una vez situada en este contexto, la conservación
de los ecosistemas queda eslabonada con el principio del desarrollo sustentable
ya que la noción de capital natural implica legar un acervo de recursos naturales
igual o mayor a las generaciones futuras. Para la conservación no basta con
identificar especies, es importante establecer programas de protección de biomas,
ecosistemas, especies endémicas, nichos y poblaciones. Todos los organismos
interactúan de una manera u otra, directa e indirectamente, es necesario pensar
en el ambiente como una unidad y no como un mosaico de especies.