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EINTRODUCCIÓN

ste libro es la continuación de otro: “¿Por qué creo?”; y tiene como findar explicaciones y enseñanzas claras acerca de la doctrina de la IglesiaCatólica sobre la Santísima Virgen María, que es un punto importante de

nuestra fe.Algunos cristianos por querer defender la grandeza de Jesús tratan de minimizarel culto a la Virgen María, como si la gloria de la madre fuera un deshonor delhijo. Como si la grandeza del hijo no se reflejara en la madre.María es el resplandor de Jesús. “Quitad a Jesús y quitaréis de María todo elfulgor que la hace tan atrayente” (Roschini). Luego en María, nosotroshonramos a Jesús.Naturalmente que nuestra devoción debe ser equilibrada. A la Santísima Virgenno corresponde el culto de adoración, debido solamente a Dios, pero tampoco elculto de veneración que se tributa a los santos. A ella como “personaenteramente singular, adornada de privilegios enteramente singulares,conviene un culto enteramente singular, y es el culto que se llama rectamente:superveneración” (La Madre de Dios, por Roschini).Nuestro culto a María no es absoluto. La veneramos por sus especialesrelaciones con Jesús, por ser su madre y compañera en la obra de nuestrasalvación. Por esto, nuestro culto a María no va en detrimento del que es debidoa Jesús, sino que lo acrecienta. En la constitución conciliar “Lumen Gentium”No. 8, se expresa con claridad la misión de la Santísima Virgen en el misteriodel Verbo Encarnado y del Cuerpo Místico y también nuestros deberes para conella.Es de observar que “El Sacrosanto Sínodo enseña en particular y exhorta almismo tiempo a todos los hijos de la Iglesia a que cultiven generosamente elculto, sobre todo litúrgico, hacia la Santísima Virgen, como también estimenmucho las prácticas y ejercicios de piedad hacia ella, recomendados en el cursode los siglos por el Magisterio, y que observen religiosamente aquellas cosasque en los tiempos pasados fueron decretadas acerca del culto de las imágenesde Cristo, de la Santísima Virgen y de los santos” (Constitución LumenGentium No. 67).La mejor introducción a este libro: “Me llamarán bienaventurada” es unacatequesis de Su Santidad Juan Pablo II que pronunció el 15 de octubre de 1997en la plaza de San Pedro:

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Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer: Gal 4,4.El culto mariano se funda en la admirable decisión divina de vincular para siempre,como recuerda el apóstol Pablo, la identidad humana del Hijo de Dios a una mujer,María de Nazaret.El misterio de la maternidad divina y de la cooperación de María a la obra redentora,suscita en los creyentes de todos los tiempos una actitud de alabanza tanto hacia elSalvador como hacia la mujer que lo engendró en el tiempo, cooperando así a laredención.Otro motivo de amor y gratitud a la Santísima Virgen es su maternidad universal.Al elegirla como madre de la humanidad entera, el Padre celestial quiso revelar ladimensión –por decir así– materna de su divina ternura y de su solicitud por loshombres de todas las épocas.En el Calvario, Jesús, con las palabras: “Ahí tienes a tu hijo” y “Ahí tienes a tumadre” (Cf. Jn 19,26-27), daba ya anticipadamente a María a todos los que recibiríanla buena nueva de la salvación y ponía así las premisas de su afecto filial hacia ella.Siguiendo a San Juan, los cristianos prolongarían con el culto el amor de Cristo a sumadre, acogiéndola en su propia vida.Los textos evangélicos atestiguan la presencia del culto mariano ya desde los iniciosde la Iglesia.Los dos primeros capítulos del evangelio de San Lucas parecen recoger la atenciónparticular que tenían hacia la madre de Jesús los judeocristianos, que manifestaban suaprecio por ella y conservaban celosamente sus recuerdos.En los relatos de la infancia, además, podemos captar las expresiones iniciales y lasmotivaciones del culto mariano, sintetizadas en las exclamaciones de santa Isabel:“Bendita tú eres entre las mujeres… ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían lascosas que le fueron dichas de parte del Señor!” (Lc 1,42.45).Huellas de una veneración ya difundida en la primera comunidad cristiana se hallanpresentes en el cántico del Magníficat: “Desde ahora me felicitarán todas lasgeneraciones” (Lc 1,48). Al poner en labios de María esa expresión, los cristianos lereconocían una grandeza única, que sería proclamada hasta el fin del mundo.Además, los testimonios evangélicos (Cf. Lc 1,34-35; Mt 1,23; Jn 1,13), las primerasfórmulas de fe y un pasaje de San Ignacio de Antioquia (Cf. Smirn. 1,2: SC 10,155)atestiguan la particular admiración de las primeras comunidades por la virginidad deMaría, íntimamente vinculada con el misterio de la Encarnación.El evangelio de San Juan, señalando la presencia de María al inicio y al final de lavida pública de su hijo, da a entender que los primeros cristianos tenían claraconciencia del papel que desempeña María en la obra de la Redención con plenadependencia del amor de Cristo.El Concilio Vaticano II, al subrayar el carácter particular del culto mariano, afirma:

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“María, que por la gracia de Dios, después de su Hijo, fue ensalzada por encima detodos los ángeles y los hombres, en cuanto que es la Santísima Madre de Dios, queintervino en los misterios de Cristo, con razón es honrada con especial culto por laIglesia” (Lumen Gentium 66).Luego, aludiendo a la oración mariana del siglo III “Sub tuum praesidium” –“Bajo tuamparo”– añade que esa peculiaridad aparece desde el inicio: “En efecto, desde lostiempos más antiguos, la Santísima Virgen es venerada con el título de Madre deDios, a cuyo amparo los fieles en todos sus peligros y necesidades acuden con sussúplicas” (ib).Esta afirmación es confirmada por la iconografía y la doctrina de los Padres de laIglesia, ya desde el siglo II.En Roma, en las catacumbas de Santa Priscila, se puede admirar la primerarepresentación de la Virgen con el Niño, mientras, al mismo tiempo, San Justino ySan Ireneo hablan de María como la nueva Eva que con su fe y obediencia repara laincredulidad y la desobediencia de la primera mujer.Según el Obispo de Lyon, no bastaba que Adán fuera rescatado en Cristo, sino que“era justo y necesario que Eva fuera restaurada en María” (Dem 33).De este modo subraya la importancia de la mujer en la obra de salvación y pone unfundamento a la inseparabilidad del culto mariano del tributado a Jesús, quecontinuará a lo largo de los siglos cristianos.El culto mariano se manifestó al principio con la invocación de María como“Theotokos”, título que fue confirmado de forma autorizada, después de la crisisnestoriana, por el Concilio de Éfeso, que se celebró en el año 431.La misma reacción popular frente a la posición ambigua y titubeante de Nestorio, quellegó a negar la maternidad divina de María, y la posterior acogida gozosa de lasdecisiones del Concilio de Éfeso, testimonian el arraigo del culto a la Virgen entre loscristianos.Sin embargo, “sobre todo desde el Sínodo de Éfeso, el culto del pueblo de Dios haciaMaría creció admirablemente en la veneración y en el amor, en la invocación y en laimitación” (Lumen Gentium 66).Se expresó especialmente en las fiestas litúrgicas, entre las que, desde principios delsiglo V, asumió particular relieve “el día de María Theotokos”, celebrado el 15 deagosto en Jerusalén y que sucesivamente se convirtió en la fiesta de la Dormición o laAsunción.Además, bajo el influjo del “Protoevangelio de Santiago”, se instituyeron las fiestasde la Natividad, la Concepción y la Presentación, que contribuyeron notablemente adestacar algunos aspectos importantes del misterio de María.Podemos decir que el culto mariano se ha desarrollado hasta nuestros días conadmirable continuidad, alternando períodos florecientes con períodos críticos, loscuales, sin embargo, han tenido con frecuencia el mérito de promover aún más su

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renovación.Después del Concilio Vaticano II, el culto mariano parece destinado a desarrollarse enarmonía con la profundización del misterio de la Iglesia y en diálogo con las culturascontemporáneas, para arraigarse cada vez más en la fe y en la vida del pueblo de Diosperegrino en la tierra.

12 de octubre de 2013

Día de Nuestra Señora del Pilar,Mes del Rosario.

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I MARÍA, MADRE DE DIOS

• ¿El Catecismo Católico enseña que María es Madre de Dios?La herejía nestoriana veía en Cristo una persona humana junto a la persona divinadel Hijo de Dios. Frente a ella, San Cirilo de Alejandría y el tercer concilio ecuménicoreunido en Éfeso, en el año 431, confesaron que “el Verbo, al unirse en su persona auna carne animada por un alma racional, se hizo hombre” (DS 250). La humanidadde Cristo no tiene más sujeto que la persona divina del Hijo de Dios que la haasumido y hecho suya desde su concepción. Por eso el Concilio de Éfeso proclamó enel año 431 que María llegó a ser con toda verdad Madre de Dios mediante laconcepción humana del Hijo de Dios en su seno: “Madre de Dios, no porque el Verbode Dios haya tomado de ella su naturaleza divina, sino porque es de ella de quientiene el cuerpo sagrado dotado de un alma racional, unido a la persona del Verbo, dequien se dice que el Verbo nació según la carne” (DS 251).

Catecismo Católico 466Llamada en los evangelios “la Madre de Jesús” (Jn 2,1; 19,25), María es aclamadabajo el impulso del Espíritu como “la madre de mi Señor” desde antes del nacimientode su hijo (Lc 1,43).En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que seha hecho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno delPadre, la segunda persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia confiesa que María esverdaderamente Madre de Dios [“Theotokos”] (Cf. DS 251).

Catecismo Católico 495• ¿Sabemos por la Biblia

que María es Madre de Dios?La Sagrada Escritura nos dice explícitamente que la Santísima Virgen esverdadera Madre de Jesús. Y nosotros confesamos que Jesús es Dios, luego, sesigue lógicamente que María es verdadera Madre de Dios.

Jacob fue padre de José, el esposo de María,de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo1: Mt 1,16.Este fue el origen de Jesucristo:María su madre, estaba comprometida con Joséy cuando todavía no habían vivido juntosconcibió un hijo por obra del Espíritu Santo:Mt 1,18

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Entre los judíos los desposorios equivalían al matrimonio y los prometidos sellamaban, esposo y esposa.

Y al entrar en la casa, encontraron al niñocon María, su madre, y postrándose, la adoraron: Mt 2,11.Concebirás y darás a luz un hijo,y le pondrás por nombre Jesús: Lc 1,31.El ángel le respondió:El Espíritu Santo descenderá sobre tiy el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra por eso el niño será santoy será llamado Hijo de Dios2: Lc 1,35.… e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó… ¿Quién soy yo, para que la madrede mi Señor(de mi Dios) venga a visitarme?: Lc 1,41.43.

La iglesia primitiva proclamaba la divinidad de Jesús dándole el título de“Señor”. Por lo tanto, al darle Isabel el título de “Señor” y lo mismo el ángel alanunciar a los pastores su nacimiento:

Les ha nacido hoy en la ciudad de Davidun Salvador, el Mesías, el Señor: Lc 2,11.

Están diciendo que ha nacido Dios. Aún más... “los pastores se decían unos aotros: Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el ‘Señor’ nos haanunciado” (Lc 2,15). Los pastores usan la palabra “Señor” para referirse aDios. Como diciendo: Dios nos anuncia que Dios ha nacido.

Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre… : Lc 2,34.Al verlo sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo:“Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto?”:Lc 2,48.Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra eraDios: Jn 1,1.Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros:Jn 1,14.

Claramente se puede ver que las frases “en Dios” se refiere al Padre y lapalabra sola, sin artículo: “y la Palabra era Dios” explícitamente proclama ladivinidad de la Palabra. La frase “La Palabra se hizo carne” dice que la misma

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persona que es Dios, sin dejar de serlo, empieza a existir como hombre, y todoesto en el seno virginal de María, por lo que ella se hace Madre Dios.

Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesúsestaba allí: Jn 2,1.Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujerde Cleofás, y María Magdalena: Jn 19,25.Todos ellos… perseveraban en la oraciónen compañía de algunas mujeres,de María, la madre de Jesús... : Hech 1,14Pero cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de unamujer...:Gal 4,4.

De estas palabras se deduce que el que fue engendrado ab-eterno por el Padre,es el mismo que fue engendrado en el tiempo por la madre. Pero el que fueengendrado ab-eterno por el Padre es Dios; por lo tanto, también el que haengendrado en el tiempo por la madre es Dios, el Verbo.• ¿El magisterio de la Iglesia Católica

enseña que María es Madre de Dios?Sí. Así lo definió solemnemente el Concilio de Éfeso:

“Si alguno no confiesa que Dios es según verdad el Emmanuel, y que por eso la santaVirgen es Madre de Dios (pues dio a luz carnalmente al Verbo de Dios hecho carne),sea anatema” (Dz 1641).

La Doctrina católica acerca de la maternidad divina de María fue expuestahermosamente por San Cirilo, obispo de Alejandría, en su discurso pronunciadoen el Concilio de Éfeso, celebrado en el año 431.

“Me asombro de ver que haya quien pueda poner en duda si la Santísima Virgen debeser llamada Madre de Dios; porque si Nuestro Señor Jesucristo es Dios, la SantaVirgen, su madre, es forzosa e innegablemente Madre de Dios”.“Esta es la fe que nos han enseñado los apóstoles, esta es la doctrina de nuestrospadres: no que la naturaleza del Verbo o la dignidad haya tomado su principio deMaría, sino que en ella ha sido formado y animado de un alma racional el sagradocuerpo al cual el Verbo se ha unido hipostáticamente, lo que hace decir que el Verbonació según la carne. Así en el orden de la naturaleza, aunque las madres no tenganparte alguna en la creación del alma, no deja de decirse que son madres del hombre ensu totalidad, y no que solamente lo sean de su cuerpo”.

• ¿Se puede probar por la razón que María

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es verdadera Madre de Dios?Sí. Para que la mujer pueda llevar con perfecto derecho el título de madre, no espreciso que todos los elementos constitutivos de su hijo procedan de su propiasustancia. El ser humano es un compuesto de dos sustancias: alma y cuerpo enunidad de persona. Y precisamente la parte más noble de nuestro ser, el alma, nola recibimos de nuestra madre, sino de Dios, quien la produce inmediatamentepor creación. Sin embargo, no decimos la madre de mi cuerpo; sino: mi madre,porque el término de la generación es la persona. Por esto, en el lenguajehumano, las palabras: madre, hijo, se refieren a la persona no a los elementos deque consta.Según esto, la Virgen María es verdaderamente Madre de Dios por habercomunicado a la persona divina del Verbo humanado todo lo que nuestra madrenos comunica a nosotros: un cuerpo humano de la misma sustancia que el suyo.A veces se cae en el error de confundir el concepto: Madre de Dios, con esteotro: creadora de Dios. La madre no crea nada; solamente forma de su propiasustancia un cuerpo al cual viene a animar un alma. Así, la Virgen María formóun cuerpo animado por un alma que el Hijo de Dios asumió para sí en el primerinstante de su formación sobrenatural.La Virgen María no es madre de la divinidad pero sí Madre de Dios, en la mismaforma en que una madre de un médico no es madre de la medicina, pero sí madredel médico. Tampoco la madre de un sacerdote es madre del sacerdocio, pero síes madre del sacerdote.• ¿Qué dijo Martín Lutero

acerca de la maternidad divina de María?Martín Lutero, el fundador del protestantismo, hizo un hermosísimo elogio de laVirgen María como Madre de Dios, que leemos con gran sorpresa precisamentepor ser de quien es:

“Por lo cual (el ser Madre de Dios) le fueron dados tan ingentes bienes y tanespléndidos que superan toda comprensión; de aquí dimana todo ese honor y felicidadde que en todo el género humano sea la única persona superior a todos, a quien nadiepuede igualarse, por tener en común con el Padre celestial un hijo tan glorioso.Llamándola, pues, Madre de Dios se compendian en esta sola expresión todos susloores, ya que nadie puede decir de ella o a ella anunciarle cosa más grande, aunquetuviera tantas lenguas como hierbas y flores la tierra, arenas el mar, estrellas elfirmamento” (Martini Lutheri Opera omnia. In Comentario ad B.V.M. Canticum,pg. 85 Wittembergae, 1554).

• ¿Tomó Jesús en menosla grandeza de su madre?

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No. En el Evangelio leemos:Todavía estaba hablando a la multitudcuando su madre y sus hermanos,que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: “Tu madre y tushermanosestán ahí afuera y quieren hablarte”.Jesús le respondió: “¿Quién es mi madrey quiénes son mis hermanos?”’Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: “Estos son mi madre y mis hermanos.Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mihermano,mi hermana y mi madre”: Mt 12,46-50.

Jesús habla no como hombre particular sino como Mesías y fundador de la nuevafamilia de los hijos de Dios que venía a establecer en la tierra, el cristianismo.En esta familia ningún derecho da el parentesco natural, sino el parentescoespiritual, que se funda en la fe y amor divinos. Quien hace la voluntad de Dioses el que está verdaderamente unido a Jesús con los lazos de este parentesco; esees su hermano o hermana, porque por la gracia es hijo adoptivo de su padrecelestial; es también madre suya si con su palabra y ejemplo engendra a Jesús enel corazón del prójimo.Lejos de contener esta doctrina de Jesús algo contra su Madre, es elreconocimiento de su maternidad divina, es a este orden sobrenatural al que serefiere el Salvador.La Virgen María es, entre todas las criaturas, la que mejor ha cumplido lavoluntad de Dios:

He aquí la esclava del Señor;hágase en mí conforme a tu palabra: Lc 1,38.

Ella, pues, más que ninguna otra criatura, es hermana y madre de Jesús.Cuando Jesús terminó de hablar,una mujer levantó la voz en medio de la multitudy le dijo: “¡Feliz el seno que te llevóy los pechos que te amamantaron!”Jesús le respondió: “Felices más bien los que escuchanla Palabra de Dios y la practican”: Lc 11,27-28.

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Aquella mujer del Evangelio que hizo un elogio tan espontáneo y florido de lamadre de Jesús, llamándola “bienaventurada” por haber tenido tal hijo, no veíaen María más que este honor natural. Jesús quiere hacerle comprender que dichohonor de nada le serviría a ella si no hubiera correspondido a la gracia de ladivina maternidad: “¡Bienaventurada la que fue tu madre!”, exclama la mujer.“Sí, ciertamente (responde Jesús); pero más bienaventurado es quien cumple lapalabra de Dios”.No niega Jesús que su madre fuera dichosa en tenerlo a él por hijo; sólo afirmaque son más dichosos los que oyen y practican la palabra divina. Es el sentidogramatical de la voz griega: “más aún” la cual no es negativa sino afirmativa.Como si, al decirnos alguien: preciosa es la plata, respondemos: más precioso esaún el oro.No negamos, sino que afirmamos que la plata es preciosa. Aunque el oro lo seamás. Con esta sentencia: “más dichoso es quien oye y practica la palabra deDios” quiso Jesús significar que la grandeza de su madre no sólo está en ser sumadre, sino en el haber escuchado y obedecido la palabra de Dios que la llevó atan excelente grandeza.Esta sentencia de Jesús no contiene desprecio alguno para su madre; al contrario,es su más bella alabanza. María es la más dichosa de las criaturas, porque es laque mejor ha escuchado y cumplido la palabra de Dios. Por eso su parienteIsabel, inspirada por el Espíritu Santo, hizo de ella este elogio magnífico:

Bienaventurada la que creyó,porque se cumplirán las cosasque le fueron dichas de parte del Señor:Lc 1,45.

(1) Nótese el hebraísmo “es llamado”, que equivale a “es reconocido como tal”, porque de verdad lo es.(2) Nótese que aparece el mismo hebraísmo “será llamado”, es decir que es reconocido como Hijo de

Dios porque lo es.

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II LA PERPETUA

VIRGINIDAD DE MARÍAA. MARÍA FUE VIRGEN ANTES DEL PARTO,

EN EL PARTO Y DESPUÉS DEL PARTOJesús no repite los elogios tributados a su madre María, pero los confirma,mostrándonos que la grandeza de su madre viene ante todo de escuchar laPalabra de Dios y guardarla en su corazón.“Si María no hubiera escuchado y observado la Palabra de Dios, su maternidadcorporal no la habría hecho bienaventurada” (San Juan Crisóstomo).“La Virgen María es la bendita, más porque creía en Cristo que por haberlodado a luz”. (San Agustín).• ¿Fue la Virgen María perpetuamente virgen?El sínodo de Letrán del año 649, presidido por el Papa Martín I, recalcó los tresmomentos de la virginidad de María cuando enseñó que “la santa, siemprevirgen e inmaculada María... concibió del Espíritu Santo sin semilla, dio a luzsin detrimento (de su virginidad) y permaneció indisoluble su virginidaddespués del parto”.• ¿Qué dice el nuevo Catecismo de la Iglesia sobre la virginidad

perpetua de María?Desde las primeras formulaciones de la fe (Cf. DS 10-64), la Iglesia ha confesado queJesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente por el poder delEspíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso: Jesús fueconcebido “absque semine ex Spiritu Sancto” (Cc. Letrán, año 649; DS 503).Esto es, sin semilla de varón, por obra del Espíritu Santo. Los Padres ven en laconcepción virginal el signo de que es verdaderamente el Hijo de Dios el que havenido en una humanidad como la nuestra:Así, san Ignacio de Antioquía (comienzos del siglo II): “Estáis firmementeconvencidos acerca de que nuestro Señor es verdaderamente de la raza de Davidsegún la carne (Cf. Rom 1,3), Hijo de Dios según la voluntad y el poder de Dios (Cf.Jn 1,13), nacido verdaderamente de una virgen… Fue verdaderamente clavado pornosotros en su carne bajo Poncio Pilato... padeció verdaderamente, como tambiénresucitó verdaderamente” (Smyrn 1-2).

Catecismo Católico 496Los relatos evangélicos (Cf. Mt 1,18-25; Lc 1,26-38) presentan la concepción virginalcomo una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humanas

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(Cf. Lc 1,34): “Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo”, dice el ángel a José apropósito de María, su desposada (Mt 1,20). La Iglesia ve en ello el cumplimiento dela promesa divina hecha por el profeta Isaías: “He aquí que la virgen concebirá y daráa luz un hijo” (Is 7,14 según la traducción griega de Mt 1,23).

Catecismo Católico 497A veces ha desconcertado el silencio del Evangelio de San Marcos y de las cartas delNuevo Testamento sobre la concepción virginal de María. También se ha podidoplantear si no se trataría en este caso de leyendas o de construcciones teológicas sinpretensiones históricas. A lo cual hay que responder: la fe en la concepción virginal deJesús ha encontrado viva oposición, burlas o incomprensión por parte de los nocreyentes, judíos y paganos (Cf. S. Justino, Dial 99, 7; Orígenes, Cels 1,32,69; entreotros); no ha tenido su origen en la mitología pagana ni en una adaptación de lasideas de su tiempo.El sentido de este misterio no es accesible más que a la fe que lo ve en ese “nexo quereúne entre sí los misterios” (DS 3016), dentro del conjunto de los Misterios deCristo, desde su Encarnación hasta su Pascua. San Ignacio de Antioquía da yatestimonio de este vínculo: “El príncipe de este mundo ignoró la virginidad de Maríay su parto, así como la muerte del Señor: tres misterios resonantes que se realizaronen el silencio de Dios”.

Catecismo Católico 498La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesarla virginidad real y perpetua de María (Cf. Ds 427) incluso en el parto del Hijo deDios hecho hombre (Cf. Ds 291; 294; 442; 503; 571; 1880). En efecto, el nacimientode Cristo “lejos de disminuir consagró la integridad virginal” de su madre (LG 57).La liturgia de la Iglesia celebra a María como la “Aeiparthenos”, la “siempre-virgen”(Cf. LG 52).

Catecismo Católico 499Jesús es el hijo único de María. Pero la maternidad espiritual de María se extiende (Jn19,26-27; Ap 12,17) a todos los hombres, a los cuales él vino a salvar: “Dio a luz alHijo, al que Dios constituyó el mayor de muchos hermanos (Rom 8,29), es decir, delos creyentes, a cuyo nacimiento y educación colabora con amor de madre” (LG 63).

Catecismo Católico 501a. Virginidad antes del parto• ¿Era María virgen antes del parto?María concibió del Espíritu Santo sin concurso de varón (de fe).Todos los símbolos de la fe expresan la creencia de la Iglesia en la concepción(activa) virginal de María. El símbolo apostólico confiesa: “Qui conceptus estde Spiritu Sancto”; Cf. Dz 86, 256, 993.En Lc 1,26ss, vemos testimoniado que María llevó vida virginal hasta el instante

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de su concepción activa: “El ángel Gabriel fue enviado por Dios… a unavirgen… y el nombre de la virgen era María”.La concepción virginal de María fue predicha en el Antiguo Testamento por elprofeta Isaías en su célebre profecía de Emmanuel (Is 7,14): “Por lo tanto, elmismo Señor les dará una señal: He aquí que la virgen concebirá y dará a luzun hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel (Dios con nosotros)”.El cumplimiento de esta profecía de Isaías queda testimoniado en Mt 1,18ss y Lc1,26ss.: “Estando desposada María, su madre, con José y, antes de empezar aestar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo”; Lc 1,34ss:Dijo María al ángel: “¿Cómo podrá ser esto, pues yo no conozco varón?” Elángel le contestó y dijo: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la virtud delAltísimo te cubrirá con su sombra”. Como María vivía en legítimo matrimoniocon José, éste era el padre legal de Jesús; Lc 3,23: “El hijo de José, según secreía”; Cf. Lc 2,23.48.Este reparo que María pone al ángel no necesita ser comentado: María no sólo esvirgen, sino que tiene el propósito de perseverar siempre en el estado devirginidad, de otra manera ¿cómo opondría a los designios del Señor unadificultad que realmente no existiría? ¿Acaso no estaba desposada? ¿No podía,pues lícitamente dejar de ser virgen? La respuesta del ángel resuelve ladificultad: María será madre por virtud divina y sin detrimento alguno de supureza virginal.b. Virginidad en el parto• ¿Fue María virgen en el parto?María dio a luz sin detrimento de su integridad virginal (de fe).El dogma afirma que la integridad corporal de María se mantuvo intacta en elacto de dar a luz.Al igual que en la concepción, también en el parto se mantuvo su integridadvirginal. Su parto tuvo carácter extraordinario. Puntualizar en qué consiste laintegridad virginal en el parto en el aspecto fisiológico no corresponde a la fe dela Iglesia. Según las declaraciones del magisterio eclesiástico y según lostestimonios de la tradición, hay que afirmar que la virginidad en el parto esdiferente de la virginidad en la concepción y se añade a ella como una nuevafase.La explicación teológica relaciona la integridad corporal en el parto con laexención de desordenada concupiscencia. Esta exención tiene comoconsecuencia el absoluto dominio de las fuerzas espirituales sobre los órganos

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corporales y procesos fisiológicos. De ellos resulta que María tuvo en elnacimiento de Jesús un papel completamente activo, como también lo insinúa laSagrada Escritura (Lc 2,7). De este modo se puede explicar la falta de doloresfísicos y sobre todo la falta de afectos sexuales. La integridad corporal es elelemento material de la virginidad en el parto, mientras que la falta de afectossexuales es el elemento formal.El texto de Isaías, a que se refiere San Mateo, es así:

Por esto el Señor mismo les dará una señal:He aquí que la Virgen ha concebidoy da a luz un hijo…: Is 7,14.

Si esta Virgen ha de dejar de serlo al concebir y ser madre, ¿cómo Isaías da estaconcepción y este nacimiento como un prodigio especial, como una señalextraordinaria?...Es, pues, evidente que de las palabras de Isaías se deduce que María, Madre deJesús, es madre sin dejar de ser virgen. Digámoslo una vez más: así como fuesobrenatural la Encarnación del Hijo de Dios en el seno de María, era muy justoque su nacimiento no estuviese sujeto a las leyes naturales.Jesús salió del seno virginal de María a la manera que el rayo de luz solar pasa através del cristal sin romperlo, antes volviéndolo más resplandeciente.c. Virginidad después del parto• ¿Permaneció María virgen después del parto?María vivió también virgen después del parto (de fe).La Sagrada Escritura sólo testimonia indirectamente la perpetua virginidad deMaría después del parto. La interpretación tradicional de Lc 1,34: “¿Cómosucederá esto, pues no conozco varón?”, infiere de la respuesta de María queella, por una especial iluminación divina, había concebido el propósito depermanecer siempre virgen.San Agustín supone incluso un voto formal de virginidad. Según la interpretaciónmás reciente, María, apoyándose en la concepción veterotestamentaria delmatrimonio y la maternidad, entró en el matrimonio con una voluntad matrimonialnormal. Cuando el ángel le anunció la concepción como un sucesoinmediatamente inminente, ella objetó que no era posible, ya que antes de laconducción a casa no sostenía relaciones conyugales con su marido.Nos consta también indirectamente la virginidad perpetua de María por el hechode que el Salvador, al morir, encomendase a su Madre a la protección de SanJuan: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” (Jn 19,26), lo cual nos indica claramente queMaría no tuvo otros hijos fuera de Jesús.

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Aunque la Biblia no dice explícitamente que la Virgen María permaneciósiempre virgen después de nacer Jesús, es una verdad de fe fundada en la mismaBiblia y en el buen sentido cristiano.- Fundada en la BibliaLa Virgen María había alegado como dificultad para que se encarnara en ella elHijo de Dios el “no conocer a varón alguno” (Lc 1,34), a pesar de hallarse yaentonces desposada con San José (Cf. Lc 1,27), de lo cual se deduce lógicamentesu propósito, más aún, su voto de perpetua virginidad, pues no solamente sedeclara virgen sino que se reconoce sin derecho para dejar de serlo.- Fundada en el buen sentido cristiano

• Era muy conveniente que el Hijo Unigénito del Padre fuera asimismo hijounigénito de la madre, ¿qué alma sinceramente cristiana puede soportar lasola idea de que la Virgen María después de haber concebido y dado a luzsobrenaturalmente al Hijo Unigénito de Dios, pudiera todavía ser madre deun simple mortal?

• Era muy conveniente que el cuerpo purísimo de María se mantuviera castosin entrar en contacto con varón.

• Suponer lo contrario, sería hacer una gravísima injuria a la SantísimaVirgen, pues sería lo mismo que suponer que fue la más ingrata de lascriaturas no contentándose con ser madre del Hijo de Dios y renunciando asu virginidad que el Señor le había milagrosamente conservado.

• José, esposo de María, habría dejado de ser “hombre justo” (Cf. Mt 1,19) sisabiendo por revelación del ángel que su esposa había concebido por obradel Espíritu Santo, hubiera pretendido ser algo más que el castísimoadorador de la obra divina de la Encarnación del Verbo y fidelísimoguardián de la madre y del hijo.

• Si el Señor quiso que el sepulcro que lo encerró después de expirar fuerasólo para él (Cf. Jn 19,41), ¿cómo iba a permitir que las entrañas purísimasque lo habían concebido encerraran después algún ser mortal?

• ¿Tuvo la Virgen María relaciones con su esposo San José?

No. Dice el Evangelio:José tomó consigo a su esposay no la conocía hasta que dio a luz a su hijo:Mt 1,24-25.

De estas palabras se podría deducir que, después de nacer Jesús, María y Josévivieron maritalmente, pero esto es imposible entenderlo así, porque en ellenguaje bíblico las palabras “hasta que” con que se expresa la anterioridad deuna cosa con respecto a otra, no quiere decir que ésta tuviera lugar antes ni

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tampoco contempla que haya sucedido después. Lo que quiere decir es que nuncaocurrió tal hecho.En el caso presente al decir San Mateo que José no conoció a María hasta quedio a luz a Jesús, afirma que José y María no se habían conocido maritalmenteantes de nacer el Salvador, pero esto no quiere decir que se conocieron después.En la Biblia hay muchos ejemplos que prueban esta idea:

Noé abrió la ventana que había hecho en el arcay soltó el cuervo, que salió, yendo y volviendo hasta que las aguas se secaron sobrela tierra:Gen 8,7.

¿Se entiende aquí que el cuervo volvió después?El Señor ha dicho a mi Señor:siéntate a mi derecha hasta que hagade tus enemigos el escabel de tus pies: Sal 110,1.

¿Dejará el Mesías su puesto de honor cuando sus enemigos estén vencidos?No romperá la caña cascaday no apagará la mecha que aún humeahasta que haya hecho triunfar la justicia: Mt 12,20.

¿Será que sí lo hará después de su triunfo?Yo estoy contigo; te protegerédonde quiera que vayas, y te haré volvera esta tierra. No te abandonaré hasta que haya cumplido todo lo que te prometo:Gen 28,15.

¿Significa que lo abandonará después de haberle dado lo prometido?El cetro no se apartará de Judá,ni el bastón de mando de entre sus piernas,hasta que llegue aquél a quien le pertenecey a quien los pueblos deben obediencia:Gen 49,10.

¿Apartará el cetro después de que llegue aquél a quien se le debe obediencia?Y Mikal, hija de Saúl, no tuvo hijoshasta el día de su muerte: 2Sam 6,23.

¿Se sigue de aquí que Mikal tuvo hijos después de su muerte? Por supuesto queno.

¡Lejos de mí darles la razón a ustedes:hasta que expire, no renunciaré a mi integridad!:Jb 27,5.

¿Acaso se puede renunciar después de la muerte?

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• ¿Por qué se llama a Jesús primogénito de María?

Entre los judíos, se llamaba primogénito al hijo que nacía primeroindependientemente de que nacieran o no nacieran más. La razón es porque,según la ley de Moisés, el primogénito, o primer nacido, pertenecía a Dios por elmismo hecho de su nacimiento y debía ser rescatado por sus padres.

Conságrame todo primogénito.Mío es todo primer nacidoentre los hijos de Israel, tanto de hombrescomo de animales: Ex 13,2.(Cf. Ex 34,19-20; Num 3,12-13; Num 18,15).

Aún más, en la Carta a los Hebreos leemos:Y al introducir de nuevoal Primogénito en el mundo dice:“Y adórenlo todos los ángeles de Dios”: Heb 1,6.

Si una de las razones por la cual se dice que la Virgen María tuvo más hijos, esla de que en San Lucas leemos que, “Dio a luz su hijo primogénito” (Lc 2,7)entonces lo mismo tendríamos que decir de Dios, que tuvo más hijos, puesto queen Hebreos dice que introdujo al mundo a su hijo primogénito, y sabemos queJesús es el Hijo único de Dios y no tiene más. Creer que Dios tiene más hijos desu misma naturaleza por el hecho de leer la palabra “primogénito” sería caer enel más grande de los errores, por no decir de las más grandes estupideces. Quedamuy claro que la Virgen María no tuvo más hijos.Según esto, no puede deducirse que el calificativo de “primogénito” dado por elEvangelio a Jesús, que la Virgen María tuviera otros hijos, ni puede sacarse deahí consecuencia alguna contra su perpetua virginidad. Aun hoy, el que naceprimero se llama primogénito.• ¿Tuvo la Virgen María más hijos?

A esto se objeta a veces que la Escritura menciona unos hermanos y hermanas deJesús (Cf. Mc 3,31-55; 6,3; 1Co 9,5; Ga 1,19). La Iglesia siempre ha entendido estospasajes como no referidos a otros hijos de la Virgen María; en efecto, Santiago y José“hermanos de Jesús” (Mt 13,55) son los hijos de una María discípula de Cristo (Cf.Mt 27,56) que se designa de manera significativa como “la otra María” (Mt 28,1). Setrata de parientes próximos de Jesús, según una expresión conocida del AntiguoTestamento (Cf. Gen 13,8).

Catecismo Católico 500El Nuevo Testamento habla con frecuencia de los “Hermanos de Jesús”.Veamos:

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Todavía estaba hablando a la multitud,cuando su madre y sus hermanos,se presentaron fuera y trataban de hablar con él:Mt 12,46.

(Cf. Mt 13,55; Mc 3,31; Mc 6,3; Lc 8,19-20; Jn 2,12; Jn 7,3; Gal 1,19)Cualquiera que tenga un conocimiento de filología comparada sabe muy bien quelas lenguas semitas (entre ellas el hebreo) no son tan ricas en expresiones comolas lenguas occidentales; son particularmente pobres para expresar los grados deparentesco.Así, la palabra hebrea “akn” (hermano) tiene un sentido muy ambiguo y se usa nosolamente para designar a los hijos de los mismos padres, sino también a losparientes en general como son los primos, sobrinos, tíos, además del específicode “hermano”. Esto porque en hebreo y arameo no hay término equivalente paradecir “primo”.Veamos algunas ilustraciones:

(Cf. Gen 11,27-31; 12,5; 13,8)Lot era llamado hermano de Abram y en realidad era sobrino.Abram dijo a Lot:

No quiero que haya altercados entre nosotros dos, ni tampoco entre tus pastores ylos míos,porque somos hermanos: Gen 13,8

En esta cita bíblica se ve claramente que Abram llama hermano a su sobrino,porque en la lengua hebrea no existe otra palabra para designar el parentescoentre sobrino-tío.

(Cf. Gen 24,29; 28,2; 29,15)Labán es llamado hermano de Jacob y en realidad es su tío.

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(Cf. 1Cro 23,21-22)Las hijas de Eleazar son llamadas hermanas de los hijos de Quis y en realidaderan primos hermanos.

(Cf. Lev 10,1-4; Ex 6,18; 6,22-23)Nadab y Abihú son llamados hermanos de Misael y Elsafán y en realidad eranprimos en segundo grado.

En el libro del Levítico leemos:Nadab y Abihú, hijos de Aarón,tomaron cada uno su incensario...: Lev 10,1.Moisés llamó a Misael y a Elsafán,hijos de Uzziel, el tío paterno de Aarón y les dijo: Vengan a retirar a sus hermanosde la entradadel santuario y llévenlos fuera del campamento:Lev 10,4.

Nadab y Abihú eran hijos de Aarón, y Misael y Elsafán son hijos del tío deAarón que se llamaba Uzziel. Queda muy claro que los hijos de Aarón y los hijosde Uzziel son realmente primos. Como en el hebreo no existe la palabra primo,Moisés los trató como hermanos.En el evangelio de Marcos leemos:

¿No es acaso el carpintero, el hijo de María,hermano de Santiago, de Joset,de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?: Mc 6,3.

En este pasaje evangélico encontramos como hermanos de Jesús a Santiago,Joset, Judas y Simón. ¿Serían estas cuatro personas hermanos de Jesús? Veamosporque no.

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Podemos notar en el evangelio de San Mateo 10,2-3 que de los Santiagos quenos menciona la Palabra de Dios uno es hijo de Alfeo y el otro de Zebedeo.Santiago tiene un hermano llamado Judas, que es el Tadeo, como lo podemosconfirmar en la carta de San Judas 1,1 y en el Evangelio de San Lucas 6,16.En los evangelios de San Mateo 27,56 y San Marcos 15,40 y San Juan 19,25encontramos a otra María que es la madre de Santiago el Menor y de José, ynotamos que esta María no es la madre de Jesús, sino una mujer llamada“hermana” de la madre de Jesús que es la esposa de Cleofás, es decir, que laVirgen María era pariente de esta María, algo así como prima o algún otroparentesco.Por lo tanto, concluimos que aquellos nombres citados en el inicio comohermanos de Jesús, tienen otros padres y otras madres que no son San José y laVirgen María. Ellos son, por eso mismo, primos entre sí.A continuación veamos una ilustración que deja ver muy bien lo que acabamosde probar:

(Cf. Mt 10,3; Mt 27,56; Mc 6,3; Mc 15,40; Lc 6,15-16; Jn 19,25).En realidad, Jesús es primo de estos cuatro hermanos: Santiago, Joset, Judas ySimón. De hecho, de algunas citas se deduce que Santiago, Joset, Judas, Simón ySalomé son hermanos entre sí. En otras aparecen los nombres de los padres deellos. En otras citas Santiago y Judas tienen diferente nombre de padre ysabemos que ellos son hermanos de Simón, Joset y Salomé, hijos de Cleofás yMaría, la que estaba en el Calvario. Por lo tanto, el nombre del padre de estosdos hermanos, aunque con diferente nombre, tiene que ser la misma persona:Cleofás (o Alfeo) esposo de María, la del Calvario.

(Cf. Mt 10,2; Mt 20,20; Mc 3,17-18)En ninguna cita aparece el nombre de la madre de estos apóstoles, y no puedenser hermanos de sangre de Jesús pues son hijos de otros padres.En la lengua hebrea existe solamente una palabra para designar cualquier

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parentesco (pariente = “irr”) y es por esto que no se puede traducir del hebreo lapalabra “hermano” para el hermano de sangre solamente. Ahora podemosconcluir que quien afirma que Jesús tuvo más hermanos incurre en un grave error.• Otros argumentos para probar

que la Virgen María no tuvo más hijosJesús, aun después de haber empezado su ministerio público, era conocido porsus paisanos de Nazaret por “el hijo de María” (Cf. Mc 6,3). Esta formadeterminativa solamente se usa cuando una madre no tiene otro hijo. Jesús, pues,era tenido por el único hijo de María.Los “hermanos de Jesús” en ningún lugar del Nuevo Testamento son llamadoshijos de María. Este título solamente se da a Jesús, María no tiene otro nombreen el Evangelio que el de “madre de Jesús”. “Estaba allí la madre de Jesús”,dice San Juan hablando de las bodas de Caná (Cf. Jn 2,1-3). Según los hechos delos apóstoles hallábanse éstos en el Cenáculo de Jerusalén después de laAscensión del Señor con “María, la madre de Jesús, y con sus hermanos” (Cf.Hech 1,14). Obsérvese cómo el evangelista Lucas no dice que los hermanos deJesús fueran “hijos de María” como el mismo Jesús.Si María hubiera tenido otros hijos, ¿no es natural que Jesús, al morir, lesencomendara su madre? En este caso, sería verdaderamente incomprensible quela dejara encomendada a San Juan (Cf. Jn 19,26-27) y no a alguno de sushermanos, a no ser que se prefiera suponer que los hermanos del Hijo de Dios,los hijos de la más santa de las mujeres (Cf. Lc 1,28), eran seres miserables ydesnaturalizados, indignos de que se les confiara el cuidado de su madre.Nótese que al morir Jesús vivían todavía los llamados hermanos suyos (Cf. Hech1,14) ¿No sería esto denigrante para el Salvador? La manera misma con que elSeñor confía su Santísima Madre al cuidado del discípulo amado: “he aquí a tuhijo” (Cf. Jn 19,27), indica que Jesús es el hijo único de María. El artículogriego “o” (el) habría sido omitido si María hubiera tenido otros hijos.En Mt 13,55 y en Mc 6,3 citan los nombres de Santiago y de Joset entre losllamados hermanos de Jesús; y ambos evangelistas dicen que Santiago y Joseteran hijos de una de las mujeres que asistieron a la crucifixión del Señor llamadaMaría de Cleofás, la cual, como ya vimos era, no hermana carnal sinosimplemente pariente de María, la madre de Jesús. Tal vez podrían ser primas ocuñadas. Ahora bien, si Santiago y Juan, a pesar de ser llamados hermanos deJesús no eran sino primos, o parientes suyos, ¿por qué los demás que sontambién llamados hermanos (hermanas) de Jesús serían más que ellos, es decir,

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hermanos verdaderos y carnales del Salvador?ConclusiónDe todo lo dicho concluimos lógicamente que los llamados hermanos y hermanasde Jesús no eran sino parientes suyos. Luego, María de Nazaret no tuvo más hijoque Jesús, concebido y dado a luz sobrenaturalmente.Quien se atreva a afirmar que la Virgen María tuvo más hijos incurre en un graveerror.B. MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA• ¿Enseña el nuevo Catecismo Católico

que María es Madre de la Iglesia?Después de haber hablado del papel de la Virgen María en el Misterio de Cristo y delEspíritu, conviene considerar ahora su lugar en el Misterio de la Iglesia. “Se lareconoce y se la venera como verdadera Madre de Dios y del Redentor… más aún, “esverdaderamente la madre de los miembros (de Cristo) porque colaboró con su amor aque nacieran en la Iglesia los creyentes, miembros de aquella cabeza (S. Agustín, virg.6)” (LG 53). “...María, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia” (Pablo VI, discurso 21de noviembre 1964).

Catecismo Católico 963Desde el consentimiento dado por la fe en la Anunciación y mantenido sin vacilar alpie de la cruz, la maternidad de María se extiende definitivamente a los hermanos y alas hermanas de su Hijo, “que son peregrinos todavía y que están ante los peligros ylas miserias” (LG 62). Jesús, el único Mediador, es el Camino de nuestra oración;María, su madre y nuestra madre, es pura transparencia de él; María “muestra elCamino” (“Hodoghitria”), ella es su “signo” según la iconografía tradicional deOriente y Occidente.

Catecismo Católico 2674• ¿Por qué llamamos a María

Madre de la Iglesia?- Cuando los católicos decimos que María es nuestra madre no nos referimos a

la vida natural, sino a la vida sobrenatural de la gracia. Para comprender bienesta doctrina, es preciso tener en cuenta que en los cristianos podemosconsiderar dos vidas: la natural y la sobrenatural de la gracia. La primera larecibimos de Dios por Adán al venir nosotros a este mundo; la segunda porJesucristo al ser regenerados en el Bautismo. Eva contribuyó con Adán adarnos la vida natural, y la Virgen María, consintiendo libremente en sermadre del Redentor de la humanidad, ha contribuido a darnos la vidasobrenatural, María es, pues, nuestra madre en la vida de la gracia, como Evalo es en la vida de la naturaleza.

María ocupa en la obra de la Redención un lugar equivalente al de Eva en laCreación.

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- Jesús, con el precio infinito de su sangre, nos mereció la gracia por la cual“somos hijos de Dios”.

Siendo hijos de Dios por la gracia, somos hermanos de Jesucristo. San Pablo lollama “primogénito entre muchos hermanos” (Cf. Rom 8,29). Y el mismo Jesús sedignó llamar a sus discípulos “mis hermanos” (Cf. Jn 20,17-18)

Pues si Jesús es hermano nuestro y María es madre de Jesús, ¿no nos serápermitido decir que es madre nuestra, no en la vida natural, sino en la vidasobrenatural de la gracia?

- Enseña San Pablo que todos los cristianos formamos con Jesucristo un solocuerpo místico: Jesucristo es la cabeza y nosotros somos los miembros. (Cf.Rom 12,5; 1Cor 12,27; Ef 4,15; 5,30; Col 1,18).

La razón es porque por el Bautismo hemos sido regenerados e injertadosespiritualmente en Cristo (Cf. Rom 6,3-5).

Por consiguiente, la Virgen María, verdadera madre de Nuestro SeñorJesucristo, es también madre espiritual nuestra, pues formamos con Jesús unsolo cuerpo místico.

La vinculación maternal de María con Cristo continúa con respecto a la Iglesiaque “está vitalmente unida y es vitalmente inseparable de Cristo”. Así, el concilioasigna a María la misión de una maternidad espiritual con relación a todoslos hombres.

En efecto: “La concepción humana del Hijo de Dios, constituido cabeza vivificadora dela humanidad, conlleva la concepción espiritual en María de todos los hombres,constituidos en miembros del cuerpo místico de Cristo” (LG). Y ese cuerpo místicoes la Iglesia. Luego: queda justificado el bello título dado a María Santísimapor Paulo VI: Madre de la Iglesia.

Y esta maternidad espiritual que es esencialmente una actuación salvífica,perdura sin cesar en la economía de la gracia; es una influencia amorosa ysolícita que expresa así el concilio: María “continúa alcanzándonos por sumúltiple intercesión los dones de la eterna salvación. Por su amor maternocuida de los hermanos de su Hijo, que peregrinan y se debaten entre peligrosy angustias y luchan contra el pecado, hasta que sean llevados a la patriafeliz”.

La Santísima Virgen continúa pues en el cielo, su oficio salvador. Su intercesiónes la función oficial de su maternidad espiritual. Además: miremos su papelen la obra de la Redención: En María, Dios se unió al hombre; también enMaría, el hombre se unirá a Dios. Y esta unión, ¿no es una regeneraciónverdadera?

• ¿La auténtica Iglesia de Jesucristo es mariana?

Sí, tiene que ser mariana.

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En todos los momentos más importantes de la vida de Jesús y de la Iglesia,siempre estaba presente la Virgen María. Veamos:- En el nacimientoCuando Jesús nació, fue la Virgen María la que le dio su cuerpo humano (Cf. Lc2,6). Cuando nació la Iglesia, del costado abierto de Jesús en la cruz, estaba laVirgen María presente en el Calvario, junto a la cruz de su hijo (Cf. Jn 19,25).- En la adoración de los Reyes MagosCuando este grupo de personas venidas del Oriente, vieron al niño con María, sumadre, cayeron de rodillas y adoraron al niño (Cf. Mt 2,11). Fue la Virgen Maríala que presentó al niño para que lo adoraran.- En la adoración de los pastoresEsta comunidad de gente sencilla tuvo el privilegio de ser los primeros en adoraral niño, todo gracias a que la Virgen María y San José lo mostraran a lospastores (Cf. Lc 2,16).- En la presentación en el temploHabía en el templo una comunidad de creyentes y adoradores en espíritu y enverdad, compuesta entre otros, de Simeón y Ana, ambos muy ancianos. Ellostambién tuvieron la oportunidad de ver al Mesías del Señor, gracias a que lospadres del niño lo trajeron al templo (Cf. Lc 2,27).- En la pérdida en el temploCuando el niño Jesús se perdió en el templo, él aprovechó la oportunidad parahablar a los doctores de la ley, los cuales fueron grandemente iluminados por lasenseñanzas de Jesús.Quienes llevaron a Jesús al templo fueron sus padres (San José y la VirgenMaría) y gracias a ellos, los maestros de la ley fueron bendecidos por Jesús (Cf.Lc 2,41-51).- En las bodas de CanáEn Caná de Galilea los apóstoles vieron a Jesús hacer su primer milagro y susdiscípulos creyeron en él. Gracias a la intervención de la Virgen María losdiscípulos pudieron conocer quién era Jesús (Cf. Jn 2,1-11).- En la Cruz- En PentecostésCuando la Iglesia se manifestó al mundo como una comunidad naciente, enPentecostés, estaba la Virgen María presente y con su oración ayudando para lavenida del Espíritu Santo (Cf. Hech 1,14).- A través de todos los siglos

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La Virgen María en todas sus apariciones y mensajes no ha hecho otra cosa quehacer conocer y amar a su divino hijo. Ella no tiene otro interés sino el que nosenamoremos de él.La auténtica Iglesia de Jesús es necesariamente mariana.

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MIII

MARÍA ES INMACULADAaría fue concebida sin mancha de pecado original. (Esta verdad hasido declarada dogma de fe).

• ¿Enseña el Catecismo Católico que María es Inmaculada?Para ser la madre del Salvador, María fue “dotada por Dios con dones a la medida deuna misión tan importante” (LG 56). El ángel Gabriel en el momento de laAnunciación la saluda como “llena de gracia” (Cf. Lc 1,28). En efecto, para poder darel asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación era preciso que ella estuviesetotalmente poseída por la gracia de Dios.

Catecismo Católico 490A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que María “llena degracia” por Dios (Cf. Lc 1,28) había sido redimida desde su concepción. Es loque confiesa el dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado en 1854 por elPapa Pío IX:

…la bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecadooriginal en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio deDios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del génerohumano (DS 2803).

Catecismo Católico 491Esta “resplandeciente santidad del todo singular” de la que ella fue “enriquecidadesde el primer instante de su concepción” (LG 56) le viene toda entera de Cristo: ellaes “redimida de la manera más sublime en atención a los méritos de su Hijo” (LG53). El Padre la ha “bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos,en Cristo” (Ef 1,3) más que a ninguna otra persona creada. El la ha “elegido en él,antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, en elamor” (Ef 1,4).

Catecismo Católico 492Los Padres de la tradición oriental llaman a la Madre de Dios “la Toda Santa”(“Panaghia”), la celebran “como inmune de toda mancha de pecado y como plasmadapor el Espíritu Santo y hecha una nueva criatura” (LG 56). Por la gracia de Dios,María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida.

Catecismo Católico 493• ¿En qué consiste el privilegio

de la inmaculada concepción?- Por concepción hay que entender la concepción pasiva. El primer instante de

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la concepción es aquel momento en el cual Dios crea el alma y la infunde enla materia orgánica preparada por los padres.

- La esencia del pecado original consiste (formalmente) en la carencia culpablede la gracia santificante, debida a la caída de Adán en el pecado. María quedópreservada de esta falta de gracia, de modo que comenzó a existir adornadaya con la gracia santificante.

- El verse libre del pecado original fue para María un don inmerecido que Diosle concedió, y una ley excepcional que sólo a ella se la concedió.

- La causa eficiente de la concepción inmaculada de María fue la omnipotenciade Dios.

- La causa meritoria de ésta son los merecimientos salvadores de Jesucristo. Deaquí se sigue que también María tenía necesidad de redención y fue redimidade hecho.

Por su origen natural, María, como todos los demás hijos de Adán, hubieratenido que contraer el pecado, mas por una especial intervención de Dios fuepreservada de la mancha del mismo. De suerte que también María fueredimida por la gracia de Cristo, aunque de manera más perfecta que todoslos demás hombres.

Mientras que éstos son liberados de su pecado original ya existente María,madre del Salvador, fue preservada antes de que la manchase aquél. Por eso,el dogma de la concepción inmaculada de María no contradice en nada aldogma de la universalidad del pecado original y de la indigencia universal deredención.

- La causa final de la concepción inmaculada es la maternidad divina de María:preparaste una digna morada para tu Hijo (oración de la festividad).

• ¿Se puede probar por la Biblia que María es inmaculada?

La doctrina de la concepción inmaculada de María no se encuentraexplícitamente en la Sagrada Escritura. Según la interpretación de numerososteólogos, se contiene implícitamente en las siguientes frases bíblicas:

Voy a poner perpetua enemistad entre tiy la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta (la simiente o linaje de lamujer)te herirá la cabeza, y tú le herirás el calcañar:Gen 3,15.

El sentido literal de este pasaje podría ser el siguiente: Entre Satanás y sussecuaces por una parte, y Eva y sus descendientes por otra, habrá siempre unaincesante lucha moral. La descendencia de Eva conseguirá una completa ydefinitiva victoria sobre Satanás y sus secuaces, aunque ella misma sea herida

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por el pecado.En la descendencia de Eva se incluye al Mesías, por cuya virtud la humanidadsaldrá triunfante de Satanás. Así pues, este pasaje es indirectamente mesiánico.

Alégrate, agraciada, el Señor está contigo:Lc 1,28.

La expresión “agraciada” (quejaritomene) hace las veces de nombre propio enla alocución del ángel y tiene que expresar, por tanto, una nota característica deMaría. La razón más honda de que sobre María descanse de manera especial elbeneplácito de Dios es su elección para la dignidad de Madre de Dios.Por consiguiente, la dotación de gracias con que Dios adornó a María porhaberse complacido en ella tiene que ser de una plenitud singular. Pero su dotede gracias únicamente será plena si es completa no sólo intensiva, sino tambiénextensivamente, es decir, si se extiende a toda su vida, comenzando por suentrada en el mundo.Exclamó (Isabel): “Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito el fruto detu vientre”.Santa Isabel llena del Espíritu Santo dice a María: “Tú eres bendita entre lasmujeres y bendito es el fruto de tu vientre”. La bendición de Dios, quedescansa sobre María, es considerada paralelamente a la bendición de Dios, quedescansa sobre Cristo en cuanto a su humanidad. Tal paralelismo sugiere queMaría, igual que Cristo, estuvo libre de todo pecado desde el comienzo de suexistencia.• ¿Convenía por parte de Dios Padre

que María fuera inmaculada?“Cómo podemos pensar que Dios, pudiendo dar a su Hijo una madre noble,preservándola de la culpa, le haya querido dar una madre infectada de pecado,permitiendo que Lucifer pudiera reprocharle el oprobio de haber nacido de unamadre esclava suya y enemiga de Dios?” (San Alfonso).Es un principio teológico y de sentido común que Dios da la gracia y comunicalos dones a cada criatura según la dignidad de ésta y conforme al oficio a que ladestina.Siendo María destinada por Dios para madre de su Hijo Unigénito, ¿no es muynatural que la dotara de todos los privilegios propios de esta sublime dignidad?Por esto vemos unidas en María la virginidad y la maternidad:

He aquí que la Virgen concebiráy dará a luz un hijo y le pondrán por nombre: Emmanuel, que quiere decir Dioscon nosotros:

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Mt 1,23.El Hijo de Dios no podía nacer decorosamente sino de una madre virgen.Ahora bien: la razón que hizo elegir al Verbo de Dios, para encarnarse en unamadre inmaculada, fue su horror infinito al pecado.Por otra parte, en el supuesto de que María hubiera sido concebida en pecado, sehubiera dado un momento en que habría sido objeto de horror a los ojos de Dios.Porque, por prisa que se hubiera dado Dios en purificar el alma de María,siempre sería cierto que ella durante algún tiempo habría estado en pecado y, eneste caso, habría sido odioso y aborrecible al Señor.Mas el mismo buen sentido se levanta contra semejante suposición. ¡No! El Hijode Dios, jamás, ni en la eternidad, ni en el instante alguno del tiempo pudo odiarni aborrecer a aquella que un día debía ser su madre... Luego María, destinada aser Madre de Dios, debió ser inmaculada en su concepción. El dogma de laInmaculada Concepción es una consecuencia rigurosa del dogma de lamaternidad divina de María.• ¿Convenía por parte de Dios Hijo

que María fuera inmaculada?El honor de Jesucristo exigía que su madre fuera inmaculada.Desde toda la eternidad, el Verbo del Padre ve la prevaricación del humanolinaje en la persona del primer hombre a fin de expiar este crimen hecho a ladivinidad y volvernos a la amistad de Dios, se ofrece como víctima y mediadorentre la justicia divina y la humanidad prevaricadora.Para esto determina incorporarse a la naturaleza humana, entrando a formar partede nuestro linaje por medio de su encarnación sobrenatural en el seno de unavirgen.Ahora bien: ¿podríamos imaginarnos que el Hijo de Dios mirara tan poco por suhonor que, al crear aquella que debía ser su madre, no la preservase de lamancha de origen?“La carne de Jesucristo es carne de María”, dice San Agustín. Si María hubierasido concebida en pecado, ¿no habría participado Jesús de la ignominia de sumadre? ¿No habría podido el demonio decir a Jesucristo: “La carne de que estásrevestido es carne de pecado; ha recibido la infiltración de mi veneno”?¡Imposible! No puede imaginarse que el Hijo de Dios se sujetara a la deshonrade nacer de una madre en pecado, pudiendo haberla hecho inmaculada.Y que podía, ¿quién lo duda?… Tenemos, pues, el argumento de Escoto: Potuit,decuit, ergo fecit (Pudo Dios hacer inmaculada a María; convino que así lo

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hiciera; luego la hizo Inmaculada).La piedad popular de nuestros antepasados expresó ingeniosamente esteargumento teológico en los siguientes sencillos versos que forman parte delCancionero español en honor de la Inmaculada Concepción de la Virgen María:

Desátame el más agudoeste argumento preciso:o pudo Dios y no quiso,o quiso Dios y no pudo.Si lo primero decís,a su bondad agraviáis;si lo segundo negáis,contra su potencia vais¿Quiso y no pudo? No es Dios.¿Pudo y no quiso? No es Hijo.Digan, pues, que pudo y quiso.

Hermosamente escribió Calderón de la Barca:Humana es, pues se concibede humana naturaleza.Divina es pues que por graciaDios de culpa la preserva.Humana es pues, que naciendodolor a su madre cuesta.Divina es, pues antes que nazcanace su bellezabendita entre todas las mujeres.Humana es puesto que esposole dan de su sangre mismaDivina es, pues que desposadasu virginidad se conserva.Humana es, pues que concibedentro de sus entrañas mismas.Divina es pues que concibiendovirgen intacta se queda.Humana es, pues que a su esposoya le da celos y pena.Divina es, pues que le informaun ángel de su inocencia.Humana es, pues pare el hombre en una casa desierta.Divina es, pues sin dolor

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le pare y queda doncella.El Beato Franciscano Juan Duns Scoto escribió:

Si pues con eterno avisoDios quiso hacer cuanto pudoy pudo hacer cuanto quiso;luego que sea, es precisoesta Virgen escogidapara Madre, preferidaen todo, siendo en su estadoconcebida sin pecadoy con sangre redimida.Esta niña celestialde los cielos escogidaes la sola concebidasin pecado original.

• ¿Convenía por parte de Dios Espíritu Santo que María fuerainmaculada?

“Si un pintor excelente tuviera que elegir su esposa bella o deforme, como élmismo pudiera pintarla, ¿con qué diligencia no la pintaría lo más hermosa quepudiese...? ¿Quién pues, puede decir que el Espíritu Santo haya obrado de otromodo con María? Que pudiendo Él mismo hacerse esta esposa muy hermosa,como le convenía, ¿no lo haya hecho?” (San Alfonso).• ¿Convenía por parte de María

que ella fuera inmaculada?Es un principio teológico y de sentido común que Dios da la gracia y comunicalos dones a cada criatura según la dignidad de ésta y conforme al oficio a que ladestina.Siendo María destinada por Dios para Madre de su Hijo Unigénito, ¿no es muynatural que la dotara de todos los privilegios propios de esta sublime dignidad?Por esto vemos unidas en María la virginidad y la maternidad:

He aquí que la Virgen concebiráy dará a luz un hijoy le pondrán por nombre: Emmanuelque quiere decir Dios con nosotros: Mt 1,23.

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IV LLEVADA AL CIELO EN CUERPO Y ALMA

• ¿Enseña el catecismo católico que Maríafue llevada al cielo en cuerpo y alma?“Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de pecadooriginal, terminado el curso de su vida en la tierra, fue asunta en cuerpo y alma a lagloria celestial y enaltecida por Dios como Reina del universo, para ser conformadamás plenamente a su Hijo, Señor de los Señores y vencedor del pecado y de lamuerte” (LG 59; Cf. la proclamación del dogma de la Asunción de la BienaventuradaVirgen María por el Papa Pío XII en 1950: DS 3903). La Asunción de la SantísimaVirgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y unaanticipación de la resurrección de los demás cristianos:En el parto te conservaste Virgen, en tu tránsito no desamparaste al mundo, ohMadre de Dios. Te trasladaste a la vida porque eres Madre de la Vida, y con tuintercesión salvas de la muerte nuestras almas (Liturgia bizantina, Tropario de lafiesta de la Dormición, 15 de agosto).

Catecismo Católico 966• ¿Fue María llevada al cielo

en cuerpo y alma?María fue asunta al cielo en cuerpo y alma (Dogma de fe).Pío XII, después de haber consultado oficialmente el 1 de mayo de 1946 a todoslos obispos del orbe sobre si la asunción corporal de María a los cielos podíaser declarada dogma de fe, y si ellos con su clero y su pueblo deseaban ladefinición, y habiendo recibido respuesta afirmativa de casi todos los obispos,proclamó el 1 de noviembre de 1950, por la constitución MunificentissimusDeus, que era dogma revelado por Dios que “la Inmaculada Madre de Dios ysiempre Virgen María, después de terminar el curso de su vida terrenal, fueasunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo”.• ¿Dice la Biblia que María

fue llevada al cielo en cuerpo y alma?No poseemos testimonios directos y explícitos de la Sagrada Escritura. Laposibilidad de la asunción corporal antes del nuevo advenimiento de Cristo noqueda suprimida ya que la muerte redentora de Cristo consumó la redención.La teología moderna presenta también como prueba el siguiente pasaje:

Pondré enemistad entre ti y la mujer,

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entre tu linaje y el suyo.El te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón: Gen 3,15.

Como por el linaje de la mujer se refiere a Cristo, y por la mujer a María, seconcluye que María, igual que tuvo participación íntima en la lucha de Cristocontra Satán, la tiene también en su victoria sobre el mismo, sobre el pecado ysobre sus consecuencias y, por tanto, en su victoria sobre la muerte.Según el sentido literal, por la mujer no hay que entender a María, sino a Eva;pero la tradición ya vio en María, desde el siglo II (San Justino), a la nueva Eva.

Y las tumbas se abrieron.Muchos cuerpos de santosque habían muerto resucitaron y,saliendo de las tumbas después que Jesús resucitó,entraron en la Ciudad Santay se aparecieron a mucha gente: Mt 27,52-53

Según la interpretación más probable, y que ya propusieron los padres másantiguos, el “levantarse de los santos” fue una definitiva resurrección yglorificación. Ahora bien, si algunos justos del Antiguo Testamento consiguieronya la salvación completa inmediatamente después de consumada la obra de laredención, entonces es posible y probable que también le fuera concedida a laMadre del Señor.Y entrando el ángel, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo (Cf.Lc 1,28).La teología escolástica se basa en la plenitud de gracia testimoniada enLc 1,28 para probar la asunción corporal y la glorificación de María. La Virgen,como “la llena de gracia de Dios”, quedó preservada de la triple maldición delpecado (Cf. Gen 3,16-19), incluso de volver al polvo de la tierra (Santo Tomás).

... exclamó: Tú eres benditaentre todas las mujeresy bendito el fruto de tu vientre: Lc 1,42

Se excluye de María cualquier maldición proveniente del pecado, como es lacorrupción.

Y apareció en el cielo un gran signo:Una Mujer revestida del sol,con la luna bajo sus pies y una coronade doce estrellas en su cabeza: Ap 12,1

En la mujer vestida del sol, el vidente, con mirada profética, representa a laIglesia en la figura de la Madre de Dios. La teología escolástica ve en estepasaje la representación de la Madre de Dios glorificada.

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Los padres y teólogos refieren también en sentido típico al misterio de laasunción corporal de María.En algunos pasajes:

“Levántate, oh YHWH, (y dirígete) al lugarde tu descanso, tú y el arca de tu majestad”:Sal 132,8.

El arca de la alianza, construida de madera incorruptible, es signo del cuerpoincorruptible de María.

Y el templo de Dios fue abierto en el cielo,y el arca de su alianza quedó visible: Ap 11,19.¿Quién es ésta que sube del desierto(Vg: rebosante de delicias),recostada sobre su amado?: Cant 8,5.

¿Dice la tradición que María fue llevada al cielo en cuerpo y alma?La tradición fue el argumento más fuerte para la definición dogmática. Desde elsiglo IV encontramos afirmaciones más o menos explícitas sobre la Asunción. Enel siglo V ya se celebraba la fiesta conocida con el nombre de “Dormición”. Yluego, la idea llega a dominar el Oriente y el Occidente, hasta ser común en todala Iglesia, lo mismo entre los teólogos que entre los fieles.En el siglo pasado, los padres del Concilio Vaticano I y diez millones de fielespidieron la definición del dogma. En 1950 S.S. Pío XII satisfaciendo los deseosde todo el orbe católico hacía la solemne proclamación. ¡La fe del pueblo llega aser un argumento irrefutable!Consonancia con otras verdades reveladas. El texto de la Constitucióndogmática, a la letra dice así: “...pronunciamos, declaramos y definimos serdogma revelado por Dios: Que la Inmaculada Madre de Dios, siempre VirgenMaría, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta a la gloria celeste encuerpo y alma”.Nótese que en el mismo texto de la definición aparecen claros los cuatro grandesprivilegios de María: inmaculada, Madre de Dios, siempre virgen y asunta.- Inmaculada Concepción. Si María no tuvo culpa original, necesariamente fue

preservada de la pena o sea de la sujeción a la ley de la corrupción.- Madre de Dios. Carne de Cristo, carne de María. Así, todo deshonor y

oprobio de la madre recaería inevitablemente sobre el Hijo. ¿Cómo podríaconcebirse la grandeza de Madre de Dios y la corrupción del sepulcro?¿Cómo la Madre de Dios hecha pasto de gusanos?

- Siempre virgen. Pudo Dios conservar milagrosamente la integridad de su

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Madre, ¿por qué no habría de conservarla inmune de toda corrupción?Luego:

Asunta por ser inmaculada.Asunta por ser Madre de Dios.Asunta por ser siempre virgen.• ¿Podemos concluir por la razón que María fue llevada al cielo en

cuerpo y alma?Sí, por las siguientes razones:- Por su inmunidad de todo pecado.Como la descomposición del cuerpo es consecuencia punitiva del pecado, ycomo María, por haber sido concebida sin mancha y carecer de todo pecado,constituía una excepción en la maldición universal del pecado era convenienteque su cuerpo se viera libre de la ley universal de la corrupción y entrara prontoen la gloria del cielo, tal como lo había prescrito Dios para el hombre en el plande justicia original.- Por su maternidad divinaComo el cuerpo de Cristo se había formado del cuerpo de María, eraconveniente que el cuerpo de María participase de la suerte del cuerpo deCristo. La idea de que María es Madre de Dios, para ser una realidad objetivaplena, exige que su cuerpo esté unido con su alma, porque la relación dematernidad tiene una doble faceta corporal y espiritual.- Por su virginidad perpetuaComo el cuerpo de María conservó su integridad virginal en la concepción y enel parto, era conveniente que después de la muerte no sufriera la corrupción.- Por su participación en la obra redentora de CristoComo María, por ser madre del Redentor, tuvo íntima participación en la obraredentora de su Hijo, era conveniente que, después de consumado el curso de suvida sobre la tierra, recibiera el fruto pleno de la redención, que consiste en laglorificación del cuerpo y del alma.• ¿Cuál es el objeto preciso de la definición del dogma de la Asunción de

María?La glorificación celeste del alma y del cuerpo de la Virgen María, al término desu vida terrena. La definición prescinde del problema muerte-resurrección. Elobjeto de la definición es la persona misma de María, compuesta de alma ycuerpo y no el alma y el cuerpo tomados separadamente.• ¿Es María, Reina universal de todo lo creado?Sí. Acogida en el cielo y elevada por encima de todos los coros de ángeles y

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santos, María reina con Cristo, su divino hijo. Los padres, desde la antigüedad,la han celebrado como Patrona, Señora, Soberana, Reina, Señora de todas lascriaturas (San Juan Damasceno), Reina de todo el género humano (Andrés deCreta). La liturgia la venera como Soberana de todos nosotros, Reina del cielo ydel mundo. Los papas, en sus encíclicas, la llaman Reina de cielo y tierra (PíoIX), Reina y Señora del universo (León XIII); Reina del mundo (Pío XII).

La razón última y más profunda de la dignidad regia de María reside en sumaternidad divina. Como Cristo, en virtud de la unión hipostática, es también, encuanto hombre, Rey y Señor de todo lo creado (Cf. Lc 1,32; Ap 19,16), así tambiénMaría, “Madre del Señor” (Cf. Lc 1,43), participa, aunque sólo analógicamente, de ladignidad regia de su hijo. Por otra parte, la dignidad regia de María se funda en suíntima unión con Cristo en la obra de la redención. Del mismo modo que Cristo esnuestro Señor y nuestro Rey porque nos ha rescatado con su sangre preciosa (Cf.1Cor 6,20; 1Pe 1,18-19), así también, de una manera análoga, María es nuestra reinay señora porque como nueva Eva ha participado íntimamente en la obra redentora deCristo, el nuevo Adán, sufriendo con él. En la sublime dignidad de María, como reinade cielo y tierra, se funda la poderosa eficacia de su intercesión maternal. (EncíclicaAd coeli reginam de Pío XII, 1954).

Un texto bellísimo de la Biblia que puede presentar a María como reina ycoronada es el Salmo 45.

Una hija de reyes está de pie a su derecha:es la reina, adornada con sus joyasy con oro de Ofir: Sal 45,10.

En cuanto al sentido figurado, observa Fillion que este salmo es recitado entodas las fiestas de María, y San Luis María Grignon de Montfort piensa que enla segunda venida de Jesús, María a quien mira como la primera coronada en elreino de Cristo triunfante ha de ser un medio “para que los hombres amen yconozcan a su divino hijo”, y entonces “...me llamarán dichosa todas lasgeneraciones” (Cf. Lc 1,48).

Y apareció en el cielo un gran signo:una Mujer vestida del sol,con la luna bajo sus piesy una corona de doce estrellas en su cabeza:Ap 12,1.Convenía, en efecto, que la madre virgen, por el honor debido a su hijo, reinaseprimero en la tierra y, así, penetrara luego gloriosa en el cielo; convenía que fueraengrandecida aquí abajo, para penetrar luego, llena de santidad, en las mansionescelestiales, yendo de virtud en virtud y de gloria en gloria por obra del Espíritu delSeñor.

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(De las Homilías de San Amadeo de Lausana)• ¿Enseña Su Santidad Juan Pablo II

que María es reina del universo?Sí. En su Catequesis general del miércoles 23 de julio de 1997 se expresó así:

En efecto, a partir del siglo V, casi en el mismo período en que el Concilio de Éfeso laproclama “Madre de Dios”, se empieza a atribuir a María el título de Reina. Elpueblo cristiano, con este reconocimiento ulterior de su excelsa dignidad, quiereponerla por encima de todas las criaturas, exaltando su función y su importancia enla vida de cada persona y de todo el mundo.Pero ya en un fragmento de una homilía, atribuido a Orígenes, aparece estecomentario a las palabras pronunciadas por Santa Isabel: “Soy yo quien debería haberido por ti, puesto que eres bendita entre todas las mujeres, tú, la madre de mi Señor,tú, mi Señora” (Fragmento: PG 13, 1.902 D).En este texto, se pasa espontáneamente de la expresión “la madre de mi Señor” alapelativo “mi Señora”, anticipando lo que declarará más tarde San Juan Damasceno,que atribuye a María el título de “Soberana”: “Cuando se convirtió en madre delCreador, llegó a ser verdaderamente la soberana de todas las criaturas” (De fideorthodoxa, 4, 14: PG 94, 1.157).

• ¿Qué enseña el papa Pío XII sobre la realeza de María?

Pío XII, en la encíclica Ad Coeli Reginam, a la que se refiere el texto de laConstitución Lumen Gentium, indica como fundamento de la realeza de María,además de su maternidad, su cooperación en la redención. La encíclica recuerdael texto litúrgico: “Santa María, Reina del cielo y Soberana del mundo, sufríajunto a la cruz de nuestro Señor Jesucristo” (AAS 46 [1954] 634).Establece, además, una analogía entre María y Cristo, que nos ayuda acomprender el significado de la realeza de la Virgen. Cristo es rey no sóloporque es Hijo de Dios, sino también porque es redentor. María es reina no sóloporque es Madre de Dios, sino también porque, asociada como nueva Eva alnuevo Adán, cooperó en la obra de la redención del género humano (AAS 46[1954] 635).En el evangelio según San Marcos leemos que el día de la Ascensión el SeñorJesús “fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios” (Cf. Mc 16,19). En ellenguaje bíblico, “sentarse a la diestra de Dios” significa compartir su podersoberano. Sentándose “a la diestra del Padre”, él instaura su reino, el reino deDios. Elevada al cielo, María es asociada al poder de su hijo y se dedica a laextensión del reino, participando en la difusión de la gracia divina en el mundo.Observando la analogía entre la Ascensión de Cristo y la Asunción de María,

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podemos concluir que, subordinada a Cristo, María es la reina que posee yejerce sobre el universo una soberanía que le fue otorgada por su hijo mismo(Encíclica “Ad Coeli Reginam”).• ¿El título de Reina universal

sustituye el título de Madre de Dios?El título de Reina no sustituye, ciertamente, el de Madre: su realeza es unresultado de su peculiar misión materna, y expresa simplemente el poder que lefue conferido para cumplir dicha misión.Citando la Bula Ineffabilis Deus, de Pío IX, el Sumo Pontífice Pío XII pone derelieve esta dimensión materna de la realeza de la Virgen:

“Teniendo hacia nosotros un afecto materno e interesándose por nuestra salvación,ella extiende a todo el género humano su solicitud. Establecida por el Señor comoReina del cielo y de la tierra, elevada por encima de todos los coros de los ángeles y detoda la jerarquía celestial de los santos, sentada a la diestra de su hijo único, nuestroSeñor Jesucristo, obtiene con gran certeza lo que le pide con sus súplicas maternas; loque busca, lo encuentra, y no le puede faltar” (AAS 46 [1954] 636-637).

Así pues, los cristianos miran con confianza a María Reina, y esto no sólo nodisminuye, sino que, por el contrario, exalta su abandono filial en aquella que esmadre en el orden de la gracia.Más aún, la solicitud de María Reina por los hombres puede ser plenamenteeficaz precisamente en virtud del estado glorioso posterior a la Asunción. Estolo destaca muy bien San Germán de Constantinopla, que piensa que ese estadoasegura la íntima relación de María con su hijo, y hace posible su intercesión ennuestro favor.Dirigiéndose a María, añade: Cristo quiso “tener, por decirlo así, la cercanía detus labios y de tu corazón; de este modo, cumple todos los deseos que leexpresas, cuando sufres por tus hijos, y él hace, con su poder divino, todo loque le pides” (Hom 1: PG 98, 348). (Juan Pablo II Catequesis general. 23 dejulio de 1997).

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V COOPERADORA,

MEDIANERA E INTERCESORA

A. MARÍA ES COOPERADORA DE LA REDENCIÓN

Con ocasión del Congreso mariológico internacional, celebrado del 18 al 24 deagosto de 1996 en Czestochowa (Polonia), se constituyó una comisión para darrespuesta a la Santa Sede que pedía el parecer de los estudiosos allí presentessobre la posibilidad y oportunidad de definir un nuevo dogma de fe sobre MaríaCorredentora, Mediadora y Abogada. En los últimos años han llegado al SantoPadre y a varios dicasterios romanos peticiones en este sentido.La respuesta de la comisión, conscientemente breve, ha sido unánime y precisa:no es oportuno abandonar el camino trazado por el Concilio Vaticano II yproceder a la definición de un nuevo dogma.El movimiento que postula la definición dogmática de los títulos marianos deCorredentora, Mediadora y Abogada no está en la línea de las orientaciones delgran texto mariológico del Vaticano II –el capítulo VIII de la Lumen Gentium–que, a juicio de Pablo VI, constituye la mayor síntesis que jamás haya hecho unconcilio ecuménico “sobre la doctrina católica acerca del puesto que MaríaSantísima ocupa en el misterio de Cristo y de la Iglesia” (Alocución conclusivade la tercera sesión conciliar, 21 de noviembre de 1964, n. 7).Y, verdaderamente, no es el caso de subestimar la riqueza de la doctrinamariológica propuesta por el Concilio Vaticano II en el ámbito excepcional deuna constitución dogmática, fruto de la acción del Espíritu Santo y de laponderada reflexión de los obispos, a quienes el Señor ha confiado la custodia yesclarecimiento del depósito de la fe.El actual movimiento que pide esa definición, evidentemente, no está en la líneamarcada por el Vaticano II tanto en lo que se refiere a la petición de un nuevodogma mariano, como en el contenido propuesto para esa hipotética definicióndogmática.• ¿Cuál es la declaración de la comisión

teológica del Congreso Mariológico de Czestochowa?

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Dice así:“Habiendo pedido la Santa Sede que este XII Congreso mariológico internacional, quese está celebrando en Czestochowa (Polonia), estudiara la posibilidad y la oportunidadde la definición de los títulos marianos de “Mediadora”, “Corredentora” y“Abogada”, como actualmente solicitan a la misma Santa Sede algunos grupos,pareció oportuno constituir una comisión, escogiendo quince teólogos específicamentepreparados en la materia, que pudieran conjuntamente discutir y analizar la cuestiónpropuesta con una reflexión madura.Además de la preparación teológica se procuró la máxima diversidad geográfica entreellos, de manera que el posible consenso al que pudiera llegarse resultaraespecíficamente significativo. Se trató, además, de enriquecer este grupo de estudio,añadiéndole, como miembros externos, algunos teólogos no católicos presentes en elCongreso. Y se llegó a las conclusiones siguientes:1. Los títulos, tal como son propuestos, resultan ambiguos, ya que pueden entendersede maneras muy distintas. Por otra parte, pareció que no debía abandonarse la líneateológica seguida por el Concilio Vaticano II, el cual no quiso definir ninguno deellos, ni utilizó en su magisterio el título de “Corredentora”; y de los títulos de“Mediadora” y “Abogada” hizo un uso muy sobrio (Cf. Lumen Gentium 62). Dehecho, el término “Corredentora” no se utiliza en el magisterio de los SumosPontífices, en documentos de cierta importancia, desde tiempos de Pío XII. A esterespecto, hay testimonios sobre el hecho de que el mismo Papa evitó su usointencionadamente.Por lo que atañe al título de “Mediadora”, no pueden olvidarse acontecimientoshistóricos bastante recientes: en las primeras décadas de este siglo la Santa Sede confióa tres comisiones diversas el estudio de su definibilidad; tal estudio movió a la SantaSede a dejar de lado la cuestión propuesta.2. Sin embargo, aunque se diera a esos títulos un contenido que pudiera estar incluidoen el depósito de la fe, su definición en el momento actual no sería teológicamenteclara, pues esos títulos, y la doctrina contenida en ellos, necesitan aún mayorprofundización en una renovada perspectiva trinitaria, eclesiológica y antropológica.Los teólogos, finalmente, y de modo especial los no católicos, se manifestaron sensiblesa las dificultades ecuménicas que implicaría una definición de dichos títulos”.

La Comisión estaba formada por: P. Paolo Melada y P. Stefano Cecchin, o.f.m.,presidente y secretario de la Pontificia Academia mariana internacional; P.Cándido Pozo, s.j. (España); P. Ignacio M. Calabuig, o.s.m. (Marianum, Roma);P. Jesús Castellano Cervera, o.c.d. (Teresianum, Roma); P. Franz Courth, s.a.c.(Alemania); P. Stefano De Flores, s.m.m. (Italia); P. Miguel Angel Delgado,o.s.m. (México); Don Manuel Felicio da Rocha (Portugal); P. Georges Garhib,melquita (Siria); Abad René Laurentin (Francia); P. Jan Pach, o.s.p.p.e.(Polonia); Don Adalbert Rebió (Croacia); Don Jean Rivain (Francia); P.

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Johannes Roten, s.m. (Estados Unidos); P. Ermanno Toniolo, o.s.m. (Italia);Mons. Teofil Siudy (Polonia); Don Anton Ziegenaus (Alemania); CanónigoRogert Greenacre, anglicano (Inglaterra); Dr. Hans Christoph Schmidt-Lauber,luterano (Austria); P. Gennadios Limouris, ortodoxo (Constantinopla); P. JeanKawak, ortodoxo (Siria); Prof. Constantin Charalampidis, ortodoxo (Grecia).

24 de agosto de 1996 • ¿Cómo es María cooperadora

de la Redención?Su Santidad Juan Pablo II aclaró que fue “una acción Conjunta y subordinada a

Cristo Redentor”.A lo largo de los siglos la Iglesia ha reflexionado en la cooperación de María en la obrade la salvación, profundizando el análisis de su asociación al sacrificio redentor deCristo. Ya San Agustín atribuye a la Virgen la calificación de “colaboradora” en laredención (Cf. De Sancta Virginitate, 6; PL 40, 399), título que subraya la acciónconjunta y subordinada de María a Cristo Redentor.La reflexión se ha desarrollado en este sentido, sobre todo desde el siglo XV. Algunostemían que se quisiera poner a María al mismo nivel de Cristo. En realidad, laenseñanza de la Iglesia destaca con claridad la diferencia entre la madre y el hijo en laobra de la salvación, ilustrando la subordinación de la Virgen, en cuanto cooperadora,al único Redentor.Por lo demás, el apóstol Pablo, cuando afirma: “Somos colaboradores de Dios” (Cf.1Cor 3,9) sostiene la efectiva posibilidad que tiene el hombre de colaborar con Dios. Lacooperación de los creyentes, que excluye obviamente toda igualdad con él, se expresaen el anuncio del Evangelio y en su aporte personal para que se arraigue en el corazónde los seres humanos (Catequesis general, 9 de abril de 1997).

• ¿Cuándo se realizó la cooperación de Maríaen la redención?

El Papa explica diciendo que “la participación, cooperación” de María serealizó desde el mismo acontecimiento redentor y en calidad de madre. En losdemás cristianos se realiza después del Calvario.

El término “cooperadora” aplicado a María cobra, sin embargo, un significadoespecífico. La cooperación de los cristianos en la salvación se realiza después delacontecimiento del Calvario, cuyos frutos se comprometen a difundir mediante laoración y el sacrificio. Por el contrario, la participación de María se realizó durante elacontecimiento mismo y en calidad de madre; por lo tanto, se extiende a la totalidadde la obra salvífica de Cristo. Solamente ella fue asociada de ese modo al sacrificioredentor, que mereció la salvación de todos los hombres. En unión con Cristo ysubordinada a él, cooperó para obtener la gracia de la salvación a toda la humanidad

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(Catequesis general, 9 de abril de 1997).• ¿Cuál es el fundamento de la cooperación

de la Virgen María en la Redención?El Papa dice que toda la grandeza de María se funda en su maternidad divina.

El particular papel de cooperadora que desempeñó la Virgen tiene como fundamentosu maternidad divina. Engendrando a aquél que estaba destinado a realizar laredención del hombre, alimentándolo, presentándolo en el templo y sufriendo con él,mientras moría en la cruz, “cooperó de manera totalmente singular en la obra delSalvador” (Lumen Gentium 61).

Aunque la llamada de Dios a cooperar en la obra de la salvación se dirige a todoser humano, la participación de la Madre del Salvador en la redención de lahumanidad representa un hecho único e irrepetible.

A pesar de la singularidad de esa condición, María es también destinataria de lasalvación. Es la primera redimida, rescatada por Cristo “del modo más sublime” ensu concepción inmaculada (Cf. Bula Ineffabilis Deus, de Pío IX: Acta 1, 605), y llenade la gracia del Espíritu Santo (Catequesis general, 9 de abril de 1997).

• ¿Cuál es el significado de la singularcooperación de María en la Redención?

Su Santidad Juan Pablo II dice que: “hay que buscarlo en una intenciónparticular de Dios en María como mujer”.

Esta afirmación nos lleva ahora a preguntarnos: ¿cuál es el significado de esa singularcooperación de María en el plan de la salvación? Hay que buscarlo en una intenciónparticular de Dios con respecto a la madre del Redentor, a quien Jesús llama con eltítulo de “mujer” en dos ocasiones solemnes, a saber, en Caná y al pie de la cruz (Cf.Jn 2,4; 19,26). María está asociada a la obra salvífica en cuanto mujer. El Señor, quecreó al hombre “varón y mujer” (Cf. Gn 1,27), también en la redención quiso poner allado del nuevo Adán a la nueva Eva. La pareja de los primeros padres emprendió elcamino del pecado; una nueva pareja, el Hijo de Dios con la colaboración de su madre,devolvería al género humano su dignidad originaria.María, nueva Eva, se convierte así en icono perfecto de la Iglesia. En el designiodivino, representa al pie de la cruz a la humanidad redimida que necesitada desalvación, puede dar una contribución al desarrollo de la obra salvífica (Catequesisgeneral, 9 de abril de 1997).

• ¿Qué dice el Concilio Vaticano II sobre la cooperación, contribución de María en la Redención?

El Santo Padre dice que el Concilio Vaticano II enseña que: “María colaboró ycolabora en la redención”.El concilio tiene muy presente esta doctrina y la hace suya, subrayando la

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contribución de la Virgen Santísima no sólo al nacimiento del Redentor, sinotambién a la vida de su cuerpo místico a lo largo de los siglos y hasta el fin delos tiempos (escatón del griego esjatón - lo último-). En la Iglesia, María“colaboró” y “colabora” (Cf. Lumen Gentium 53 y 63) en la obra de lasalvación. Refiriéndose al misterio de la Anunciación, el concilio declara que laVirgen de Nazaret, “abrazando la voluntad salvadora de Dios (...), se entregótotalmente a sí misma, como esclava del Señor, a la persona y a la obra de suhijo. Con él y en dependencia de él, se puso, por la gracia de Dios todopoderoso,al servicio del misterio de la Redención” (ib. 56).Además, el Vaticano II no sólo presenta a María como la “madre del Redentor”,sino también como “compañera singularmente generosa entre todas las demáscriaturas”, que colabora “de manera totalmente singular a la obra del Salvadorcon su obediencia, fe, esperanza y ardiente amor”.Recuerda, asimismo, que el fruto sublime de esa colaboración es la maternidaduniversal: “Por esta razón es nuestra madre en el orden de la gracia” (LumenGentium 61).

Por tanto, podemos dirigirnos con confianza a la Virgen Santísima, implorando suayuda, conscientes de la misión singular que Dios le confió: colaboradora de laredención, misión que cumplió durante toda su vida y, de modo particular, al pie dela cruz (Catequesis general, 9 de abril de 1997).

B. MARÍA ES MEDIANERA DE TODAS LAS GRACIAS

• ¿En qué sentido se entiende que María es medianera de todas las gracias?

María es llamada mediadora de todas las gracias en un doble sentido:a. Por su cooperación a la EncarnaciónMaría dio al mundo al Salvador con plena conciencia y deliberación. Ilustradapor el ángel sobre la persona y misión de su hijo, otorgó libremente suconsentimiento para ser Madre de Dios: “He aquí la sierva del Señor, hágase enmí según tu palabra...” (Cf. Lc 1,38) De su consentimiento dependía laencarnación del Hijo de Dios y la redención de la humanidad por la satisfacciónvicaria de Cristo. María, en este instante de tanta trascendencia para la historiade la salvación, representaba a toda la humanidad.Dice Santo Tomás: “En la Anunciación se esperaba el consentimiento de laVirgen como representante de toda la naturaleza humana”.León XIII hace el siguiente comentario a la frase mariana: “He aquí la esclava

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del Señor”: “María desempeñaba en cierto modo el papel de toda lahumanidad”.b. Por su intercesión en el cieloDesde que María entró en la gloria del cielo, está cooperando en que seanaplicadas a los hombres las gracias de la redención. Ella participa en la difusiónde las gracias por medio de su intercesión maternal, que es inferior sin duda enpoder a la intercesión sacerdotal de Cristo, pero que está a su vez muy porencima de la intercesión de todos los otros santos.Según la opinión de teólogos antiguos y de muchos teólogos modernos, lacooperación intercesora de María tiene por objeto todas las gracias que seconceden al hombre, de suerte que no se le concede a éste gracia alguna sin quemedie la intercesión de María.El sentido de esta doctrina no es que nosotros tengamos por fuerza que pedirtodas las gracias por mediación de María, ni tampoco que la intercesión deMaría sea intrínsecamente necesaria para la aplicación de la gracia, sino que,por ordenación positiva de Dios, nadie recibe la gracia salvadora de Cristo sinla actual cooperación intercesora de María.• ¿Qué dicen los papas sobre esta doctrina

de la mediación de María?La Madre de las gracias... Intercesora constante ante nuestro Rey (Encíclica “CumPraeclara”).

Sixto IVDios ha encomendado a María el tesoro de toda gracia para que todos conozcan quepor ella se obtiene toda esperanza, gracia y toda salvación. Esta es su voluntad: quepor nosotros obtengamos todo por ella (Encíclica “Ubi Primum”).Ella está a la derecha de su hijo, Nuestro Señor, presentando nuestras peticiones deuna manera eficaz. Cualquier petición ella la obtiene, sus ruegos nunca pueden serdesechados (Encíclica “Ineffabilis Deus”).

Pío IXDe aquel inmenso tesoro de todas las clases de gracias que el Señor nos trajo, Dios hadispuesto que no se nos conceda ninguna si no es por medio de María, de suerte queasí como nadie puede llegarse al Padre si no por el hijo, así también ninguno puedellegarse a Cristo si no es por la Madre.Con igual verdad puede afirmarse que por voluntad divina nada del tesoro inmensode gracias que el Señor ha acumulado nos viene sino por medio de María. Ella esnuestra intercesora... Esto está confirmado por el testamento de Cristo (Cf. Jn 19,26).No hay otra razón de esto que la fe divina (Encíclica “Octobri Mense”).Desde su morada celeste, ella empezó por decreto divino a cuidar de la Iglesia, a

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asistirla y ser madre; de manera que ella, así como estuvo tan íntimamente asociada almisterio de la salvación del hombre, así está también íntimamente asociada con ladistribución de gracias que fluirán en todo el tiempo de la Redención (Encíclica“Adiut. Populi”).

León XIIIPor esta unión de voluntades y sufrimientos entre Cristo y María, ella mereció ser lareparadora del mundo perdido, y consiguió ser la dispensadora de todos los dones queCristo adquirió con su muerte y su sangre. Cierto, la distribución de estos donespertenece estrictamente y propiamente a Cristo, todavía ella con su Hijo es la máspoderosa mediadora y conciliadora de todo el mundo. Cristo es el origen y fuente...María el canal o cuello por el que el cuerpo está unido a la cabeza, por el que todagracia espiritual se comunica al cuerpo (Encíclica “Ad diem Illud”).

San Pío XTodas las gracias que el Hacedor se digna conceder a los pobres descendientes de Adánson difundidas por las manos de la Santísima Virgen, según el amoroso designio desu Divina Providencia.Este pontífice permitió al cardenal Mercier y a otros obispos celebrar la fiesta especialde María Mediadora de todas las gracias.

Benedicto XVTesorera de la gracia... Cristo es el único mediador pero quiso asociar a su madre conél como abogada de pecadores, dispensadora y mediadora de toda gracia (Encíclica“Miss et Redeptor”).

Pío XIElla nos enseña toda virtud, nos da a su hijo y con él toda ayuda necesaria. PorqueDios quiso que tuviéramos todo por María (Encíclica “Mediator Dei”).María Reina de los cielos, es el fundamento de su mediación universal (Encíclica“Mystici Corporis”).María ha sido unida como madre, dispensadora con el rey de los mártires, en eltrabajo inefable de la redención. Ella permanece siempre asociada con él en ladistribución de las gracias que fluyen de la redención (Mensaje a Fátima en 1948).Ella es madre de Cristo y su socia en la obra de la redención. De aquí nace su poderreal de distribuir los tesoros del reino del Divino Redentor. De esta unión con Cristosu intercesión materna con Cristo y con el Padre posee un poder que nunca falla(Encíclica “Ad Coeli Reginam”).

Pío XII• ¿Puede darnos Dios alguna cosa

sin la mediación de María?La respuesta parece muy atrevida, pero no lo es. La razón es muy sencilla. El queda lo más puede dar lo menos. Es decir, si una persona lo máximo que puede dares un billete de cien dólares, es obvio que puede dar ochenta.

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Así es Dios. Lo máximo, y lo más grande que nos ha dado es el Salvador, laSalvación, Jesús.Y éste vino por mediación de María. Por lo tanto, es más que natural quecualquier otra cosa que es inferior a la salvación, el Salvador, Jesús, tiene quevenir por medio de María.• ¿Qué enseña el Papa Juan Pablo II

sobre la mediación de María?En la catequesis general del miércoles 1° de octubre de 1997 se expresó así:

La mediación materna de María no hace sombra a la única y perfecta mediación deCristo. En efecto, el concilio, después de haberse referido a María “mediadora”,precisa a renglón seguido:Lo cual, sin embargo, se entiende de tal manera que no quite ni añada nada a ladignidad y a la eficacia de Cristo, único Mediador. Y cita, a este respecto, el conocidotexto de la primera carta a Timoteo:Porque hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también, que se entregó a sí mismo como rescate por todos: 1Tim 2,5-6.El concilio afirma, además, que «la misión maternal de María para con los hombres deninguna manera disminuye o hace sombra a la única mediación de Cristo, sino quemanifiesta su eficacia (Lumen Gentium 60).Así pues, lejos de ser un obstáculo al ejercicio de la única mediación de Cristo, Maríapone de relieve su fecundidad y su eficacia. “En efecto, todo el influjo de la SantísimaVirgen en la salvación de los hombres no tiene su origen en ninguna necesidadobjetiva, sino en que Dios lo quiso así. Brota de la sobreabundancia de los méritos deCristo, se apoya en su mediación, depende totalmente de ella y de ella saca toda sueficacia”.

C. MARÍA ES INTERCESORA (ABOGADA) ANTE SU HIJO JESÚS

• ¿Enseña la Iglesia que María es intercesora (abogada) ante su hijoJesús?

Sí. El catecismo dice:Esta maternidad de María perdura sin cesar en la economía de la gracia, desde elconsentimiento que dio fielmente en la Anunciación, y que mantuvo sin vacilar al piede la cruz, hasta la realización plena y definitiva de todos los escogidos. En efecto, consu asunción a los cielos, no abandonó su misión salvadora, sino que continúaprocurándonos con su múltiple intercesión los dones de la salvación eterna... Por esola Santísima Virgen es invocada en la Iglesia con los títulos de Abogada, Auxiliadora,Socorro, Mediadora” (LG 62).

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Catecismo Católico 969“Si alguno cumple la voluntad de Dios, a ése le escucha”. (Cf. Jn 5,14; 9,31).Tal es el poder de la oración de la Iglesia en el Nombre de su Señor, sobre todoen la Eucaristía; es comunión de intercesión con la Santísima Madre de Dios (Cf.Lc 1,38.49) y con todos los santos que han sido “agradables” al Señor por nohaber querido más que su voluntad:

Incluso podemos, sin herir la verdad, cambiar estas palabras: “Hágase tu voluntad enla tierra como en el cielo”, por estas otras: en la Iglesia como en nuestro SeñorJesucristo; en la Esposa que le ha sido desposada, como en el Esposo que ha cumplidola voluntad del Padre. (San Agustín, serm. dom. 2,6,24).

Catecismo Católico 2827La Iglesia nos anima a prepararnos para la hora de nuestra muerte (“De lamuerte repentina e imprevista, líbranos Señor”: Letanías de los santos), a pedira la Madre de Dios que interceda por nosotros “en la hora de nuestra muerte”(Avemaría), y a confiarnos a san José, patrono de la buena muerte:Habrías de ordenarte en toda cosa como si luego hubieses de morir. Si tuviesesbuena conciencia no temerías mucho la muerte. Mejor sería huir de los pecadosque de la muerte. Si hoy no estás aparejado, ¿cómo lo estarás mañana?(Imitación de Cristo 1, 23, 1).

Y por la hermana muerte, ¡loado mi Señor! Ningún viviente escapa de su persecución; ¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!(San Francisco de Asís, cant.).

Catecismo Católico 1014• ¿Se encuentran en la Biblia pasajes en donde se pueda ver que

Jesucristo escoja personas como intercesores ante él?Todos los católicos sabemos que Cristo es el único salvador y único intercesorentre Dios y los hombres (Cf. 1Tm 2,5) y esto por un derecho natural.Pero esto no obsta a que el mismo Jesucristo, por voluntad propia y paraengrandecer y premiar a otro, le escoja como ayudante y cooperador suyo.En la Biblia se ve muy claro la intercesión de los ángeles y los santos por mediode los cuales nos podemos volver en demanda de algo.Ejemplo: los ancianos postrados ante el trono intercediendo por los santos (Cf.Ap 5,8). Los ángeles que ofrecen las oraciones de los santos en la presencia deDios (Cf. Ap 8,3). Los ángeles que son enviados en ayuda de los que van aheredar la salvación (Cf. Heb 1,14).

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Si San Pablo pide a los cristianos que rueguen por él (Cf. 1Tes. 5,25; Ef 6,19;2Tes 3,1; Col 4,3) cuanto más podemos pedir a los cristianos santos que ya estánen el cielo para que intercedan por nosotros ante Jesucristo.Al capitán de los judíos, Judas Macabeo, se le aparecen el Sumo SacerdoteOnías y el profeta Jeremías muertos años atrás, y Onías señalando a Jeremías ledijo a Judas: “Este es el que ruega mucho por el pueblo y por la ciudad Santa(de Jerusalén)” (Cf. 2M 15,14).San Pedro habla en su segunda carta que en el cielo él intercederá por los que sequedan en la tierra.

Haré todo lo posiblea fin de que después de mi partida,ustedes se acuerdensiempre de estas cosas: 2Pe 1,15.

• ¿La intercesión de María no se opone a la intercesión de Jesús que es el único mediador entre Dios y loshombres?

No. No se opone.Es muy importante aclarar que la intercesión de los ángeles y los santos y enespecial la de la Virgen María no es ante Dios-Padre sino ante Dios-Hijo, esdecir, ante Jesucristo.Ante el Padre el único intercesor es Jesucristo.Es muy importante tener en cuenta que no es obligación pedir a Dios a través desus siervos los santos o la Santísima Virgen María, se puede pedir directamentea Jesucristo sin usar los mediadores, pero se está perdiendo una ayuda inmensacuando no se ora con la ayuda de los santos, especialmente de la Virgen María.La Virgen María es nuestra mediadora ante Jesucristo, quien es a su vez nuestromediador ante Dios Padre.• ¿Tiene María algún poder especial

de intercesión?Sí. Esto se puede ver muy claro en las Bodas de Caná. Aquí tenemos untestimonio del amor y reverencia filial de Jesús para con su Madre, al mismotiempo se puede ver el poder que tiene cuando intercede por algo o alguien.

Se celebraron unas bodas en Caná de Galileay la madre de Jesús estaba allí.Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: “No tienen vino”. Jesús lerespondió:“Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros?

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Mi hora no ha llegado todavía”.Pero su madre dijo a los sirvientes:“Hagan todo lo que él les diga”...Jesús dijo: “Llenen de agua esas tinajas...”Y el maestresala probó el vino...” (Cf. Jn 2,1-11).

Los adversarios del culto de veneración y amor filial que los católicostributamos a la Santísima Virgen María pretenden ver en la respuesta de Jesúsalgo así como un desprecio o repulsa a su madre. Nada de esto. La palabrahebrea “iesá”, mujer, en labios de un hijo, es una expresión de respeto y deternura equivalente a nuestra palabra “señora”. ¡Señora! responde un buen hijoal ser llamado por su madre. En este sentido debe tomarse la palabra “mujer”dirigida por Jesús a su madre, tanto en esa ocasión como cuando desde la Cruz laencomendó al discípulo amado:

Mujer, ahí tienes a tu hijo: Jn 19,26.En cuanto a la frase “¿Qué nos va a mí y a ti?”, algo dura a nuestros oídos, esun hebraísmo frecuente en la Biblia para expresar que una cosa no es oportuna, oque hay diferencia de criterio sobre algún punto determinado. Su significadoespecial depende de las circunstancias del momento (Cf. Jos 22,24; Mt 27,19;Mc 1,24; Lc 8,28).En el caso presente equivale a esta expresión: “Esto no es cosa nuestra; no nosincumbe a nosotros”.Este episodio es muy elocuente. María intercede por unos esposos. Jesús leresponde: “No ha llegado mi hora”. Pero ella sabe que su poder de intercesiónante su hijo es grande.Es tal el poder de intercesión de María que pudiéramos decir que ha adelantadoel plan de Dios Padre, pues su hijo hace un milagro cuando aún no era elmomento, ni la circunstancia, ni la necesidad.La Iglesia Católica la honra con un título maravilloso para mostrar la grandezade esta bendita mujer, la llama: “La Virgen Poderosa”. Porque es siemprepoderosa.En el libro del Génesis leemos:

Pondré enemistad entre ti y la mujer,entre tu descendencia y la suya.Esta te aplastará la cabezay tú le acecharás el talón: Gen 3,15.

En este pasaje se ha considerado siempre “la mujer” como la Virgen María,

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(aunque literalmente se refiere a Eva). “Su descendencia” como a Jesús, (aunqueliteralmente se refiere al género humano). “La serpiente” como a Satanás. Maríallena de gracia (Cf. Lc 1,28), es decir llena de Dios, aplasta la cabeza deSatanás. Dios Hijo, Jesús, a través de su madre, María, destruye al enemigo.Aquí se puede ver el gran poder de la Madre de Dios, la Virgen María.• ¿Qué enseña la Iglesia

sobre la oración de la Virgen María?El Catecismo dice:

La oración de María se nos revela en la aurora de la plenitud de los tiempos. Antes dela encarnación del Hijo de Dios y antes de la efusión del Espíritu Santo, su oracióncoopera de manera única con el designio amoroso del Padre: en la Anunciación, parala concepción de Cristo; (Cf. Lc 1,38); en Pentecostés para la formación de la Iglesia,Cuerpo de Cristo (Cf. Hech 1,14).En la fe de su humilde esclava, el don de Dios encuentra la acogida que esperabadesde el comienzo de los tiempos. La que el Omnipotente ha hecho “llena de gracia”responde con la ofrenda de todo su ser: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mísegún tu palabra”.Fiat, ésta es la oración cristiana: ser todo de Él, ya que Él es todo nuestro.

Catecismo Católico 2617El Evangelio nos revela cómo María ora e intercede en la fe: en Caná (Cf. Jn 2,1-12),la madre de Jesús ruega a su hijo por las necesidades de un banquete de bodas, signode otro banquete, el de las bodas del Cordero que da su Cuerpo y su Sangre a peticiónde la Iglesia, su Esposa.Y en la hora de la nueva Alianza, al pie de la Cruz, María es escuchada como laMujer, la nueva Eva, la verdadera “madre de los que viven”.

Catecismo Católico 2618Por eso, el cántico de María (Cf. Lc 1,46-55 el “Magnificat” latino, el “Megalinario”bizantino) es a la vez el cántico de la Madre de Dios y el de la Iglesia, cántico de laHija de Sión y del nuevo Pueblo de Dios, cántico de acción de gracias por la plenitudde gracias derramadas en la economía de la salvación, cántico de los “pobres” cuyaesperanza ha sido colmada con el cumplimiento de las promesas hechas a nuestrospadres “en favor de Abraham y su descendencia por siempre”.

Catecismo Católico 2619• ¿Qué enseña el Santo Padre Juan Pablo II sobre la intercesión de la

Santísima Virgen María?En la catequesis general del miércoles 24 de septiembre de 1997 el Papa dijo:María, durante su vida terrena, manifestó su maternidad espiritual hacia laIglesia por un tiempo muy breve. Sin embargo, esta función suya asumió todo suvalor después de la Asunción, y está destinada a prolongarse en los siglos hasta

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el fin del mundo.El Concilio afirma expresamente: “Esta maternidad de María perdura sin cesaren la economía de la gracia, desde el consentimiento que dio fielmente en laAnunciación, y que mantuvo sin vacilar al pie de la cruz, hasta la realizaciónplena y definitiva de todos los escogidos” (Lumen Gentium 62).Ella, tras entrar en el reino eterno del Padre, estando más cerca de su divino hijoy, por tanto, de todos nosotros, puede ejercer en el Espíritu de manera más eficazla función de intercesión materna que le ha confiado la Divina Providencia.El título de “Abogada” se remonta a San Ireneo. Tratando de la desobediencia deEva y de la obediencia de María, afirma que en el momento de la Anunciación“la Virgen María se convierte en Abogada” de Eva (Adv. haer. V, 19, 1; PG VII,1.175-1.176).Efectivamente, con su “sí” defendió y liberó a la progenitora de lasconsecuencias de su desobediencia, convirtiéndose en causa de salvación paraella y para todo el género humano.María ejerce su papel de “Abogada”, cooperando tanto con el Espíritu Paráclitocomo con Aquél que en la cruz intercedía por sus perseguidores (Cf. Lc 23,34) yal que Juan llama nuestro “abogado ante el Padre” (Cf. 1 Jn 2,1). Como madre,ella defiende a sus hijos y los protege de los daños causados por sus mismasculpas.Los cristianos invocan a María como “Auxiliadora”, reconociendo su amormaterno, que ve las necesidades de sus hijos y está dispuesto a intervenir en suayuda, sobre todo cuando está en juego la salvación eterna.La convicción de que María está cerca de cuantos sufren o se hallan ensituaciones de peligro grave, ha llevado a los fieles a invocarla como “Socorro”.La misma confiada certeza se expresa en la más antigua oración mariana con laspalabras: “Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches lassúplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siemprede todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita” (Breviario romano).Como mediadora maternal, María presenta a Cristo nuestros deseos, nuestrassúplicas, y nos trasmite los dones divinos, intercediendo continuamente ennuestro favor.

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VI EL CULTO A LA

SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA• ¿Qué enseña la Iglesia en cuanto a dar culto a la Virgen María con la

oración del Santo Rosario?Este doble movimiento de la oración a María ha encontrado una expresiónprivilegiada en la oración del Avemaría:

“Dios te salve, María [Alégrate, María]”. La salutación del ángel Gabriel abre laoración del Avemaría. Es Dios mismo quien por mediación de su ángel saluda aMaría. Nuestra oración se atreve a recoger el saludo a María con la mirada que Diosha puesto sobre su humilde esclava (Cf. Lc 1,48) y a alegrarnos con el gozo que Diosencuentra en ella (Cf. So 3,17b).“Llena de gracia, el Señor es contigo”: Las dos palabras del saludo del ángel seaclaran mutuamente. María es la llena de gracia porque el Señor está con ella. Lagracia de la que está colmada es la presencia de Aquel que es la fuente de toda gracia.“Alégrate... Hija de Jerusalén... el Señor está en medio de ti” (So 3,14;17a).María, en quien va a habitar el Señor, es en persona la hija de Sión, el Arca de laAlianza, el lugar donde reside la Gloria del Señor: ella es “la morada de Dios entrelos hombres” (Ap 21,3). “Llena de gracia” se ha dado toda al que viene a habitar enella y al que ella entregará al mundo.“Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús”.Después del saludo del ángel, hacemos nuestro el de Isabel. “Llena del Espí-rituSanto” (Lc 1,41), Isabel es la primera en la larga serie de las generaciones que llamanbienaventurada a María: (Cf. Lc 1,48). “Bienaventurada la que ha creído...” (Lc1,45): María es “bendita entre todas las mujeres” porque ha creído en elcumplimiento de la palabra del Señor.Abraham, por su fe, se convirtió en bendición para todas las “naciones de la tierra”(Gen 12,3). Por su fe, María vino a ser la madre de los creyentes, gracias a la cualtodas las naciones de la tierra reciben a Aquél que es la bendición misma de Dios:“Jesús el fruto bendito de tu vientre”.

Catecismo Católico 2676“Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros...” Con Isabel, nos maravillamos ydecimos: “¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?” (Lc 1,43).Porque nos da a Jesús su hijo, María es Madre de Dios y madre nuestra; podemosconfiarle todos nuestros cuidados y nuestras peticiones: ora por nosotros como ella orópor sí misma: “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1,38). Confiándonos a suoración, nos abandonamos con ella en la voluntad de Dios: “Hágase tu voluntad”.

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“Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”. Pidiendo aMaría que ruegue por nosotros, nos reconocemos pecadores y nos dirigimos a la“Madre de la Misericordia”, a la toda santa. Nos ponemos en sus manos “ahora”, enel hoy de nuestras vidas. Y nuestra confianza se ensancha para entregarle desdeahora, “la hora de nuestra muerte”. Que esté presente en esa hora, como estuvo en lamuerte en Cruz de su Hijo y que en la hora de nuestro tránsito nos acoja como madrenuestra (Cf. Jn 19,27) para conducirnos a su Hijo Jesús, al Paraíso.

Catecismo Católico 2677La piedad medieval de Occidente desarrolló la oración del Rosario, en sustituciónpopular de la Oración de las Horas.En Oriente, la forma litánica del Acáthistos y de la Paráclisis se ha conservado máscerca del oficio coral en las Iglesias bizantinas, mientras que las tradiciones armenia,copta y siríaca han preferido los himnos y los cánticos populares a la Madre de Dios.Pero en el Avemaría, los theotokia, los himnos de San Efrén o de San Gregorio deNarek, la tradición de la oración es fundamentalmente la misma.

Catecismo Católico 2678• ¿Qué dijo el Santo Padre Juan Pablo II

sobre el “Ave María”?Durante la audiencia general del miércoles 1 de Mayo de 1996, parece que elSanto Padre da a entender que la oración del “Ave María” debería revisarse enla misma forma que fue revisado el “Padre Nuestro”. De la siguiente forma seexpresó el Papa:

En el momento de la Anunciación, María, “excelsa Hija de Sión” (Lumen Gentium55), recibe el saludo del ángel como representante de la humanidad, llamada a dar suconsentimiento a la encarnación del Hijo de Dios.La primera palabra que el ángel le dirige es una invitación a la alegría: “chaire”, esdecir, alégrate. El término griego fue traducido al latín con Ave, una sencillaexpresión de saludo, que no parece corresponder plenamente a las intenciones delmensajero divino y al contexto en que tiene lugar el encuentro.Ciertamente, chaire era también una fórmula de saludo, que solían usar a menudo losgriegos, pero las circunstancias extraordinarias en que es pronunciada no pertenecenal clima de un encuentro habitual.En efecto, no conviene olvidar que el ángel es consciente de que trae un anuncio únicoen la historia de la humanidad; de ahí que un saludo sencillo y usual seríainadecuado.Por el contrario, parece más apropiado a esa circunstancia excepcional la referencia alsignificado originario de la expresión chaire, que es alégrate.Como han notado constantemente sobre todo los Padres griegos citando variosoráculos proféticos, la invitación a la alegría conviene especialmente al anuncio de lavenida del Mesías.

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El pensamiento se dirige, ante todo, al profeta Sofonías. El texto de la Anunciaciónpresenta un paralelismo notable con su oráculo: “¡Exulta, hija de Sión; da vocesjubilosas, Israel; alégrate con todo el corazón, hija de Jerusalén!” (So 3,14). Eseoráculo incluye una invitación a la alegría: “Alégrate con todo el corazón” (v. 14);una alusión a la presencia del Señor: “El rey de Israel, el Señor está en medio de ti”(v. 15); la exhortación a no tener miedo: “No temas, Sión. No desmayen tus manos”(v. 16); y la promesa de la intervención salvífica de Dios: “En medio de ti está elSeñor como poderoso salvador” (v. 17).Las semejanzas son tan numerosas y exactas que llevan a reconocer en María a lanueva hija de Sión, que tiene pleno motivo para alegrarse porque Dios ha decididorealizar su plan de salvación.Una invitación análoga a la alegría, aunque en un contexto, viene de la profecía deJoel: “No temas, suelo; alégrate y regocíjate, porque el Señor hace grandezas (...).Sabréis que en medio de Israel estoy yo” (Jl 2,21.27).También es significativo el oráculo de Zacarías, citado a propósito del ingreso de Jesúsen Jerusalén (Cf. Mt 21,5; Jn 12,15). En él el motivo de la alegría es la venida del reymesiánico: “¡Alégrate sobremanera, hija de Sión; grita de júbilo, hija de Jerusalén! Heaquí que viene a ti tu rey, justo y victorioso, humilde (...). Proclamará la paz a lasnaciones” (Zac 9,9-10).Por último, de la numerosa posteridad, signo de bendición divina, el libro de Isaíashace brotar el anuncio de alegría para la nueva Sión: “Regocíjate, estéril que no das aluz; rompe en gritos de júbilo y alegría, la que no ha tenido los dolores, porque sonmás numerosos los hijos de la abandonada que los de la casada, dice el Señor” (Is54,1).Los tres motivos de la invitación a la alegría –la presencia salvífica de Dios en mediode su pueblo, la venida del rey mesiánico y la fecundidad gratuita y superabundante–encuentran en María su plena realización y legitiman el rico significado que latradición atribuye al saludo del ángel. Éste, invitándola a dar su asentimiento a larealización de la promesa mesiánica y anunciándole la altísima dignidad de Madre delSeñor, no podía menos de exhortarla a la alegría.En efecto, como nos recuerda el concilio: “Con ella, excelsa hija de Sión, después de lalarga espera de la promesa, se cumple el plazo y se inaugura el nuevo plan desalvación. Es el momento en que el Hijo de Dios tomó de María la naturaleza humanapara librar al hombre del pecado por medio de los misterios vividos en su carne”(Lumen Gentium 55).El relato de la Anunciación nos permite reconocer en María a la nueva hija de Sión,invitada por Dios a una alegría. Expresa su papel extraordinario de madre delMesías; más aún, de madre del Hijo de Dios. La Virgen acoge el mensaje en nombredel pueblo de David, pero podemos decir que lo acoge en nombre de la humanidadentera, porque el Antiguo Testamento extendía a todas las naciones el papel delMesías davídico (Cf. Sal 2,8; 72,8). En la intención de Dios, el anuncio dirigido a ella

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se orienta a la salvación universal.Como confirmación de esa perspectiva universal del plan de Dios, podemos recordaralgunos textos del Antiguo y del Nuevo Testamento que comparan la salvación a ungran banquete de todos los pueblos en el monte Sión (Cf. Is 25,6 ss) y que anuncian elbanquete final del reino de Dios (Cf. Mt 22,1-10).Como hija de Sión, María es la Virgen de la alianza que Dios establece con lahumanidad entera. Está claro el papel representativo de María en ese acontecimiento.Y es significativo que sea una mujer quien desempeñe esa misión.En efecto, como nueva hija de Sión, María es particularmente idónea para entrar enla alianza esponsal con Dios. Ella puede ofrecer al Señor, más y mejor que cualquiermiembro del pueblo elegido, un verdadero corazón de esposa.Con María, la hija de Sión ya no es simplemente un sujeto colectivo, sino unapersona que representa a la humanidad y, en el momento de la Anunciación, respondea la propuesta del amor divino con su amor esponsal. Ella acoge así, de modoparticular, la alegría anunciada por los oráculos proféticos, una alegría que aquí, en elcumplimiento del plan divino, alcanza su cima.

• ¿Qué dijo el Santo Padre Juan Pablo II sobre la devoción al Santo Rosario?

Durante la meditación mariana del domingo 26 de octubre de 1997 el SantoPadre se expresó así:

El mes de octubre está dedicado a la oración del rosario, oración popular porexcelencia, pues pertenece al patrimonio espiritual de todo el pueblo de Dios. Mispredecesores amaron mucho esta oración, que Pío XII, de venerada memoria, definió“compendio de todo el Evangelio” (Carta al arzobispo de Manila: AAS 38 [1946]419).Mientras se acerca a su fin el primer año de preparación inmediata para el jubileo delaño 2000, dedicado a Cristo Salvador, me agrada recordar lo que escribió el PapaPablo VI en la exhortación apostólica Marialis Cultus: “El rosario, oración evangélicacentrada en el misterio de la Encarnación redentora, es (...) oración de sentidoprofundamente cristológico.En efecto, su elemento más característico –la repetición litánica del “Dios te salve,María”– (...), constituye la trama sobre la cual se desarrolla (...) la meditación de losmisterios de la vida del Señor, vistos a través del corazón de la mujer que estuvo máscerca del Señor” (nn. 46-47: AAS 66 [1974] 155-156).¡Cuántas veces, a lo largo de la historia, la Iglesia ha recurrido a esta oración,especialmente en los momentos de particular dificultad! El santo rosario ha sidoinstrumento privilegiado para evitar el peligro de la guerra y obtener de Dios el donde la paz. La Virgen, al aparecerse en Fátima a los tres pastorcitos, hace ya ochentaaños, ¿no pidió el rezo del rosario por la conversión de los pecadores y la paz en elmundo?

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¿Y cómo podría faltar la oración por la paz, al término de un siglo que ha conocidoguerras terribles y que, por desgracia, sigue experimentando violencia y conflictos?Ojalá que el rosario de María nos ayude a implorar a Dios la reconciliación y la pazde toda la humanidad.Pero la paz del mundo pasa también a través de la paz de las familias, célulasfundamentales de la gran familia humana. Por eso, la Iglesia les presta especialatención, como ha testimoniado el reciente encuentro mundial de Río de Janeiro.Quisiera hoy volver a proponer a todas las familias cristianas la oración del rosario,para que puedan gustar la belleza de reunirse a meditar, con María, en los misteriosgozosos, dolorosos y gloriosos de nuestra redención, y santificar así tanto losmomentos alegres como los difíciles de la vida diaria. Orar juntos ayuda a la familia aestar más unida, a mantenerse más serena y a ser más fiel al Evangelio.Que María, Reina del Santo Rosario, sea maestra y guía de todas las familias en estaoración, que amo particularmente.

• ¿Cómo se reza el Santo Rosario?1. Se hace la Señal de la Cruz.2. Se reza el acto de Contrición o el Credo.- El Acto de ContriciónEntre todas las oraciones que se pueden decir como “Acto de Contrición”, lamás común es la que se dice al principio de la Santa Misa:

“Yo confiesoante Dios Todopoderosoy ante ustedes, hermanos,que he pecado mucho de pensamiento,palabra, obra y omisión;por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.Por eso ruego a Santa María,siempre Virgen,a los ángeles, a los santosy a ustedes, hermanos,que intercedan por mí ante Dios,nuestro Señor”.Amén.

3. Se enuncia el Primer Misterio.4. Se reza un Padre Nuestro.- El Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo,santificado sea tu nombre,venga a nosotros tu reinohágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.Danos hoy nuestro pan de cada día,

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perdona nuestras ofensascomo también nosotros perdonamosa los que nos ofenden,no nos dejes caer en tentación,y líbranos de mal.Amén.

5. Se rezan diez Ave Marías.- El Ave María

Dios te salve, Maríallena eres de gracia,el Señor es contigo,bendita tú eres entre todas las mujeres,y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.Santa María, Madre de Dios,ruega por nosotros pecadores,ahora y en la hora de nuestra muerte.Amén.

6. Se reza el Gloria al Padre- El Gloria

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,como era en el principio, ahora y siempre,por los siglos de los siglos.Amén.

En cada una de las cuatro decenas restantes se hace como la primera.- Jaculatoria de FátimaLa Virgen María en Fátima pidió que en cada Gloria de cada decena se diga:

“Oh Jesús mío,perdona nuestros pecados,líbranos del fuego del infierno,lleva al cielo a todas las almas,especialmente socorre a las más necesitadasde tu misericordia.”

- Misterios del Santo RosarioMisterios Gozosos: Lunes, Sábado

• La Anunciación• La Visitación• El Nacimiento del Señor• La Presentación• El Niño hallado en el Templo

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Misterios Luminosos: Jueves• El Bautismo de Jesús en el Jordán• La autorrevelación en las bodas de Caná• El anuncio del Reino de Dios• La Transfiguración• La institución de la Eucaristía

Misterios Dolorosos: Martes, Viernes• La Agonía en el Huerto• Los Azotes en la Columna• La Coronación de Espinas• La Cruz a cuestas• La Crucifixión

Misterios Gloriosos: Domingo, Miércoles• La Resurrección• La Ascensión• La Venida del Espíritu Santo• La Asunción• La Coronación de la Santísima Virgen

- Conclusión del Santo RosarioNormalmente se concluye diciendo la oración compuesta por San Bernardo quees la “Salve”:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,vida, dulzura y esperanza nuestra.Dios te salve.A ti llamamos los desterrados hijos de Eva,a ti suspiramos, gimiendo y llorando,en este valle de lágrimas.Ea, pues, Señora abogada nuestra,Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,y después de este destierro muéstranos a Jesús,fruto bendito de tu vientre.¡Oh clemente, oh piadosa,oh dulce Virgen María!

• ¿Cuáles son las promesas de la Virgen María a las personas que recenel Santo Rosario?

1. Quien fielmente me sirva rezando el Rosario, recibirá gracias y favores.2. Prometo mi especial protección y las mayores gracias a todos aquéllos que

recen el rosario.3. El rosario será un arma poderosa contra el infierno, destruirá el vicio,

aminorará el pecado y derrotará las herejías.

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4. Causará virtudes y florecerán las buenas obras, obtendrá para las almas lamisericordia de Dios; quitará de los corazones de los hombres el amor almundo y sus vanidades y los ayudará a desear las cosas eternas. Estas almasse santificarán por este medio.

5. El alma que se encomiende a mí por el rezo del rosario no perecerá.6. Quienquiera que rece devotamente el rosario, meditando los sagrados

misterios no será nunca vencido por la desgracia.Dios en su justicia no lo castigará, no perecerá por medio de una muerte

imprevista; si es justo, permanecerá en la gracia de Dios y llegará a ser dignode la vida eterna.

7. Aquellos que fielmente recen el rosario tendrán durante su vida la luz y laplenitud de Dios; al momento de su muerte ellos participarán de los méritosde los santos en el Paraíso.

8. Yo sacaré del purgatorio a los que hayan sido devotos del rosario.9. Los devotos del rosario merecerán un alto grado de gloria en el cielo.10. Obtendrán todo aquello que me pidan por el rezo del rosario.11. Todos los que propaguen el rezo del rosario recibirán mi ayuda especial en

sus necesidades.12. He obtenido de mi Divino Hijo que todos los devotos del rosario tengan por

intercesores la entera Corte Celestial durante su vida y a la hora de sumuerte.

13. Todos los que recen el Rosario son mis hijos y hermanos de mi único hijo,Jesucristo.

14. La devoción a mi rosario es el signo más grande de predestinación.(Promesas dadas a Santo Domingo de Guzmán y al Beato Alano de la Rupe)• ¿Cuáles son las promesas de la Virgen María a las personas que lleven

consigo el santo Rosario?1. A todos los que usen fielmente el Rosario, los llevaré hasta mi hijo.2. A todos los que usen fielmente el rosario, los ayudaré en sus empresas.3. Todos los que usen fielmente el rosario aprenderán a amar la Palabra y la

Palabra los hará libres. Ya no serán esclavos.4. Todos los que usen fielmente el rosario amarán a mi hijo más y más.5. Todos los que usen fielmente el rosario tendrán un conocimiento más

profundo de mi hijo en su vida diaria.6. Todos los que usen fielmente el rosario tendrán un deseo profundo de vestir

con decencia para no perder la virtud de la modestia.7. Todos los que usen fielmente el rosario crecerán en la virtud de la castidad.8. Todos los que usen fielmente el rosario tendrán una conciencia más profunda

de sus pecados y tratarán sinceramente de enmendar sus vidas.

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9. Todos los que usen fielmente el rosario tendrán un profundo deseo dedifundir el Mensaje de Fátima.

10. Sobre todos los que usen fielmente el rosario derramaré las gracias de lasque soy la mediadora.

11. Todos los que usen fielmente el rosario tendrán paz en su vida diaria.12. Todos los que usen fielmente el rosario serán llenados de un profundo

deseo de rezarlo y meditar sobre los misterios.13. Todos los que usen fielmente el rosario serán reconfortados en momentos

de tristeza.14. A todos los que usen fielmente el rosario se les concederá el poder de tomar

decisiones sabias a través del Espíritu Santo.15. A todos los que usen fielmente el rosario, los llenaré de un profundo deseo

de llevar el escapulario café del Monte Carmelo.16. Todos los que usen fielmente el rosario venerarán mi inmaculado corazón y

el Sagrado Corazón de mi hijo Jesús.17. Todos los que usen fielmente el rosario ya no tomarán el nombre de Dios en

vano. Esto se hace con tanta frecuencia cada día.18. Todos los que usen fielmente el rosario tendrán una profunda compasión

por Cristo crucificado y crecerán en su amor por Él.19. Muchos de los que usen fielmente el rosario serán sanados de

enfermedades físicas, mentales y emocionales; así que llevadlo a losenfermos y moribundos.

20. Las familias que usen el rosario fielmente tendrán paz en sus hogares.(Promesas hechas por la Virgen en sus varias y diferentes apariciones).

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VCONCLUSIÓN

aldría la pena terminar este libro con las palabras atribuidas a SanBernardo, Abad de Claraval: “De María nunquam satis”. De Maríanunca se habla suficientemente.

Este libro ha querido ser un aporte a todos los católicos que no tienen unconocimiento claro y sólido sobre esta bendita mujer Madre de Dios y nuestramadre, para que la amen cada vez más y más.La mejor conclusión de este modesto trabajo sobre la Virgen María, Madre deDios, Reina del Cielo, Soberana del Universo son los números 67 y 68 de laConstitución Dogmática del Concilio Vaticano II llamada “Lumen Gentium”:

“El santo concilio enseña de propósito esta doctrina católica y amonesta a la vez atodos los hijos de la Iglesia que fomenten con generosidad el culto a la SantísimaVirgen, particularmente el litúrgico; que estimen en mucho las prácticas y losejercicios de piedad hacia ella recomendados por el magisterio en el curso de los siglosy que observen escrupulosamente cuanto en los tiempos pasados fue decretado acercadel culto a las imágenes de Cristo, de la Santísima Virgen y de los santos.Y exhorta encarecidamente a los teólogos y a los predicadores de la palabra divina aque se abstengan con cuidado tanto de toda falsa exageración cuanto de una excesivamezquindad de alma al tratar de la singular dignidad de la Madre de Dios.Cultivando el estudio de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres y Doctores y delas liturgias de la Iglesia bajo la dirección del Magisterio, expliquen rectamente losoficios y los privilegios de la Santísima Virgen, que siempre tienen por fin a Cristo,origen de toda verdad, santidad y piedad.En las expresiones o en las palabras eviten cuidadosamente todo aquello que puedainducir a error a los hermanos separados o a cualesquiera otras personas acerca de laverdadera doctrina de la Iglesia.Recuerden, finalmente, los fieles que la verdadera devoción no consiste ni en unsentimentalismo estéril y transitorio ni en una vana credulidad, sino que procede dela fe auténtica, que nos induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios y a laimitación de sus virtudes.”“Mientras tanto, la madre de Jesús, de la misma manera que, glorificada ya en loscielos en cuerpo y en alma, es imagen y principio de la Iglesia que habrá de tener sucumplimiento en la vida futura, así en la tierra precede con su luz al peregrinantepueblo de Dios como signo de esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el díadel Señor (Cf. 2P 3,10).”

Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar laspromesas de nuestro Señor Jesucristo.¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

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P. Darío Betancourt

86-29 55th AvenueElmhurst, N.Y. 11373-4338

U.S.A

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Índice

Introducción 5I María, Madre de Dios 9II La perpetua virginidad de María 15III María es inmaculada 30IV Llevada al cielo en cuerpo y alma 36V Cooperadora, medianera e intercesora 43VI El culto a la Santísima Virgen María 57Conclusión 66

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