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Educación Emocional Lic. María Rosa Ortiz Torres Página 1 EDUCACIÓN EMOCIONAL Lic. María Rosa Ortiz Torres “El ama de nuestra meteorología interna reina sobre nuestros estados de ánimo. ¿Soy objeto de alabanzas? ¿Se cumplen mis deseos? La aguja señala ‘Bonanza’. Ante el menor sarcasmo se precipita hacia el ‘Mal tiempo’, y si la crítica se hace virulenta, indicará ‘Tempestad’.” Desnise Desjardins Regular o gestionar las emociones humanas es el próximo paso evolutivo de la Humanidad. Mucho sabemos acerca de las dificultades y deficiencias físicas y mentales. Podemos reconocer cuando alguien tiene o nosotros tenemos un problema físico, no ve, o no ve bien, tiene dificultades al caminar, o al escuchar, o al hablar, etc. También podemos reconocer si existe una dificultad mental, como problemas para recordar, asociar, planificar, o sumar y restar, etc. Es más el sistema social, edilicio y educativo está cada vez más organizado para acompañar estas realidades. Escuelas con niños integrados, subsidios del gobierno, calles y veredas adaptadas, etc. En cambio a la hora de tomar contacto con la vida emocional de nosotros mismos y de los demás… qué poco sabemos… de eso casi no se habla… de eso nada en las escuelas, en los hogares, en las instituciones, en la sociedad, etc. Vamos a ir acercándonos a comprender la vida emocional, un universo increíble y sumamente importante para nuestras vidas personales, vinculares, familiares, sociales y planetarias. Vamos a comenzar recordando cómo es nuestro cerebro. 1. CEREBRO TRIUNO

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Educación Emocional Lic. María Rosa Ortiz Torres Página 1

EDUCACIÓN EMOCIONAL

Lic. María Rosa Ortiz Torres

“El ama de nuestra meteorología interna reina sobre nuestros estados de ánimo.

¿Soy objeto de alabanzas? ¿Se cumplen mis deseos? La aguja señala ‘Bonanza’.

Ante el menor sarcasmo se precipita hacia el ‘Mal tiempo’,

y si la crítica se hace virulenta, indicará ‘Tempestad’.”

Desnise Desjardins

Regular o gestionar las emociones humanas es el próximo paso evolutivo de la Humanidad.

Mucho sabemos acerca de las dificultades y deficiencias físicas y mentales. Podemos reconocer cuando alguien tiene o nosotros tenemos un problema físico, no ve, o no ve bien, tiene dificultades al caminar, o al escuchar, o al hablar, etc. También podemos reconocer si existe una dificultad mental, como problemas para recordar, asociar, planificar, o sumar y restar, etc. Es más el sistema social, edilicio y educativo está cada vez más organizado para acompañar estas realidades. Escuelas con niños integrados, subsidios del gobierno, calles y veredas adaptadas, etc.

En cambio a la hora de tomar contacto con la vida emocional de nosotros mismos y de los demás… qué poco sabemos… de eso casi no se habla… de eso nada en las escuelas, en los hogares, en las instituciones, en la sociedad, etc.

Vamos a ir acercándonos a comprender la vida emocional, un universo increíble y sumamente importante para nuestras vidas personales, vinculares, familiares, sociales y planetarias.

Vamos a comenzar recordando cómo es nuestro cerebro.

1. CEREBRO TRIUNO

Educación Emocional Lic. María Rosa Ortiz Torres Página 2

El cerebro humano, con su casi kilo y medio de células y jugos nerviosos, tiene un tamaño aproximadamente tres veces mayor que el de nuestros parientes más cercanos en la escala evolutiva, los primates no humanos. En el curso de millones de años de evolución, el cerebro ha crecido de abajo hacia arriba, y sus centros más elevados se desarrollaron como elaboraciones de partes más antiguas e inferiores. (El crecimiento del cerebro en el embrión humano reconstruye aproximadamente este curso evolutivo).

La parte más primitiva del cerebro, compartida con todas las especies que tienen más que un sistema nervioso mínimo, es el tronco cerebral que rodea la parte superior de la médula espinal. Esta raíz cerebral regula las funciones vitales básicas como la respiración, el metabolismo de los otros órganos del cuerpo, además de controlar las reacciones y movimientos estereotipados. No se puede decir que este cerebro primitivo piense o aprenda; más bien es un conjunto de reguladores pre-programados que mantienen el organismo funcionando como debe y reaccionando de una forma que asegura la supervivencia. Este cerebro fue el predominante en la Era de los Reptiles: imaginemos una serpiente que sisea para señalar la amenaza de un ataque.

A partir de la raíz más primitiva, el tronco cerebral, surgieron los centros emocionales. El hecho de que el cerebro pensante luego surgiera del emocional es muy revelador con respecto a la relación que existe entre pensamiento y sentimiento; el cerebro emocional existió mucho tiempo antes que el racional.

La raíz más primitiva de nuestra vida emocional es el sentido del olfato o, más precisamente, en el lóbulo olfativo, las células que toman y analizan los olores. Cada entidad viviente, ya sea nutritiva, venenosa, compañero sexual, depredados o presa, tiene una sintonía molecular definida que puede ser transportada en el viento. En esos tiempos primitivos el olor se convirtió en el sentido supremo para la supervivencia.

A partir del lóbulo olfativo empezaron a evolucionar los antiguos centros de la emoción, haciéndose por fin lo suficientemente grandes para rodear la parte superior del tronco cerebral. En sus etapas rudimentarias, el centro olfativo estaba compuesto por poco más que delgadas capas de neuronas reunidas para analizar el olor. Una capa de células tomaba lo que se olía y lo separaba en las categorías más importantes: comestible o tóxico, sexualmente accesible, enemigo o alimento. Una segunda capa de células enviaba mensajes reflexivos a todo el sistema nervioso indicando al organismo lo que debía hacer: morder, escupir, acercarse, huir, perseguir.

Con la llegada de los primeros mamíferos aparecieron nuevas capas clave del cerebro emocional. Estas, rodeadas por el tronco cerebral, se parecen aproximadamente a una rosca de pan a la que le falta un mordisco en la base, donde se asienta el tronco. Dado que esta parte del cerebro circunda y bordea el tronco cerebral, se llamó sistema “límbico”, de la palabra griega “limbus”, que significa “borde”. Este nuevo territorio nervioso añadía emociones adecuadas al repertorio del cerebro. Cuando estamos dominados por el anhelo o la furia, trastornados por el amor o retorcidos de temor, es el sistema límbico el que nos domina.

A medida que evolucionaba, el sistema límbico refinó dos herramientas poderosas: aprendizaje y memoria.

Hace aproximadamente 100 millones de años, el cerebro de los mamíferos se desarrolló repentinamente. Sobre la parte superior de la delgada corteza de dos capas- las zonas que planifican, comprenden lo que se percibe, coordinan el movimiento- se añadieron varias capas nuevas de células cerebrales que formaron la neocorteza. En contraste con la corteza de dos capas del sistema primitivo, la neocorteza ofrece una ventaja intelectual extraordinaria.

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La neocorteza del Homo sapiens, mucho más grande que en ninguna otra especie, ha añadido todo lo que es definidamente humano. La neocorteza es el asiento del pensamiento; contiene los centros que comparan y comprenden lo que perciben los sentidos. Añade a un sentimiento lo que pensamos sobre él, y podemos tener sentimientos con respecto a las ideas, el arte, los símbolos y la imaginación.

En la evolución, la neocorteza permitió una juiciosa afinación que sin dudas ha creado enormes ventajas en la capacidad de un organismo para sobrevivir a la adversidad, haciendo más probable que su progenie transmitiera a su vez los genes que contienen ese mismo circuito nervioso. Esta ventaja para la supervivencia se debe al talento de la neocorteza para trazar estrategias, planificar a largo plazo y desarrollar otras artimañas mentales.

No hay que olvidar de todos modos que estos centros más elevados, no gobiernan todo, en tanto la raíz a partir de la cual creció el cerebro más nuevo, son las zonas emocionales, las cuales están entrelazadas a través de innumerables circuitos que ponen en comunicación todas las partes de la neocorteza. Esto da a los centros emocionales un poder inmenso para influir en el funcionamiento del resto del cerebro.

Complejo Reptiliano

Sistema Límbico

Neo-corteza

-Es la parte más antigua del cerebro y se desarrolló primordialmente en los reptiles -Ejecuta los programas básicos de la vida, es responsable de las conductas necesarias para conservar la vida y asegurar la supervivencia (instintos) -Es el impulso por la supervivencia: comer, beber, temperatura corporal, sexo, territorialidad, necesidad de cobijo, de protección, seguridad, control y dominio, pertenecer, huir o pelear, etc. -Aquí se organizan y procesan las funciones que tienen que ver con el hacer y el actuar

-Este cerebro se empieza a desarrollar incipientemente en las aves y totalmente en los mamíferos -Proporciona el afecto que los mamíferos necesitan para sobrevivir, por tanto se introducen los sentimientos: dar o recibir afecto, recibir atención, consideración, escucha, compasión, ternura, empatía -Constituye el asiento de la emociones, de la inteligencia afectiva y motivacional. -La información sensorial es procesada, en primer lugar, por el sistema límbico, y de allí pasa a la neocorteza para su procesamiento a nivel de pensamiento. Finalmente se traduce en cambios externos o conductuales. -El Sistema Límbico está asociado a la capacidad de sentir y desear

-Presente en los mamíferos superiores, los primates, y algunos cetáceos. En los humanos mucho más especializado -Está conformado por dos hemisferios (izquierdo y derecho), unidos por un grueso haz de fibras nerviosas, conocido con el nombre de cuerpo calloso -Es el lugar donde se llevan a efecto los procesos intelectuales superiores, es el cerebro del pensar e imaginar

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Entonces, cuando llega una información, entra primero al Sistema límbico (conectado con el corazón), si todo va bien va a la corteza y si todo va bien va hacia el actuar, hacia el hacer.

Para que haya un aprendizaje significativo necesitan estar presentes estos tres cerebros. Si abordamos a los niños y a los adolescentes solamente desde un contenido que va directo a la corteza, que tiene que ver solamente con el pensar, nos estamos relacionando nosotros desde nuestra corteza y con ellos a su corteza. Todo lo demás quedó por ahí en algún lugar.

2. HEMISFERIOS CEREBRALES

Y para profundizar un poco más, en nuestro cerebro triuno, la corteza cerebral está dividida en dos hemisferios. El hemisferio izquierdo y el hemisferio derecho. Están bastante especializados, cada uno hace lo suyo y están conectados por el Cuerpo Calloso que son esos haces de fibras en una conexión física.

El Hemisferio izquierdo es un hemisferio que está más ocupado en los procesos verbales. Pensamos cuando estamos ahí, de manera sucesiva, una cosa después de la otra. Necesita, por lo tanto, tiempo para pasar de un contenido al otro, de una percepción a la otra y va desde las partes hasta poder llegar a un todo, o alguna conclusión que generalmente va ser convergente. Es analítico porque va parte por parte hasta llegar al todo.

A diferencia del Hemisferio derecho, que entiende más por imágenes, no tanto por palabra (cuando estamos muy ahí hasta nos cuesta expresarnos en palabras). Entiende a través imágenes, va del todo a las partes, es atemporal, es simultáneo, no necesita de la secuencia como el hemisferio izquierdo sino que puede atender a varios aspectos al mismo tiempo, esto le da el carácter de simultaneidad, por eso es atemporal y es muy veloz en el procesamiento. El hemisferio derecho es intuitivo, es decir, a partir de algunos conocimientos, de pistas, de unos datos, ya entendió el todo.

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De acuerdo con Ken Robinson: “a medida que los chicos/hijos van creciendo los vamos educando de la cintura para arriba, luego del cuello para arriba y luego levemente hacia un lado”, y yo creo que lo hacemos de esta manera porque así estamos también nosotros. Como si se encontraran puros hemisferios izquierdos, en la casa, en el trabajo, en el aula y en la sociedad en general.”

Hemisferio Izquierdo

Hemisferio Derecho

Verbal: Usa palabras para nombrar, describir, definir.

No verbal: Es consciente de las cosas, pero le cuesta relacionarlas con palabras.

Analítico: Estudia las cosas paso a paso, parte a parte.

Sintético: Agrupa las cosas para formar conjuntos.

Simbólico: Emplea un símbolo en representación de algo. Por ej. Símbolo + representa el proceso de adición.

Concreto: Capta las cosas tal como son, en el momento presente.

Temporal: Sigue el paso del tiempo, ordena las cosas en secuencias, empieza las coas por el principio, relaciona el pasado con el futuro, etc.

Atemporal: Sin sentido del tiempo, centrado en el momento presente.

Racional: Saca conclusiones basado en la razón y los datos.

No racional: No necesita una base de razón, ni se basa en los hechos, tiende a posponer los juicios.

Digital: usa números, como al contar. Espacial: Ve donde están las cosas en relación a otras, ve como están unidas las partes para formar un todo.

Lógico: Sus conclusiones se basan en la lógica, una cosa sigue a la otra en un orden lógico. Por ej. Un teorema matemático, o un argumento razonado.

Intuitivo: Tiene inspiraciones repentinas, a veces basadas en patrones incompletos, pistas, corazonadas, o imágenes.

Lineal: Piensa en términos de ideas encadenadas, un pensamiento sigue a otro, llegando a menudo a una conclusión convergente.

Holístico: Ve las cosas completas, de una vez, percibe patrones y estructuras generales, llegando a menudo a conclusiones divergentes.

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3. INTELIGENCIAS MÚLTIPLES

Howard Gardner (citado en Goleman, 1995), planteó que la contribución más grande que puede hacer la educación al desarrollo del niño es ayudarlo a acceder a un campo en el que sus talentos se desarrollen más plenamente, donde se sienta satisfecho y capaz. Hemos perdido totalmente de vista esa noción. En cambio sometemos a todos a una educación en la que, si tienes éxito, estarás en mejores condiciones de ser profesor. Y evaluamos a todos sobre la marcha en función de que se ajusten a ese estrecho criterio de éxitos. Deberíamos perder menos tiempo clasificando a los chicos en categorías y más tiempo ayudándolos a reconocer sus aptitudes y dones naturales y a cultivarlos. Hay centenares de maneras de tener éxito, y muchísimas habilidades diferentes que nos ayudarán a alcanzarlo.

INTELIGENCIA DESTACA EN LE GUSTA APRENDE MEJOR

LINGÜÍSTICO-VERBAL

Lectura, escritura, narración de historias, memorización de fechas, piensa en palabras.

Leer, escribir y contar cuentos, hablar, memorizar, hacer puzzles.

Leyendo, escuchando, hablando, escribiendo, discutiendo y debatiendo.

LÓGICA - MATEMÁTICA

Matemáticas, razonamiento, lógica, resolución de problemas, pautas.

Resolver problemas, cuestionar, trabajar con números, experimentar

Usando pautas y relaciones, clasificando, trabajando con lo abstracto.

ESPACIAL

Lectura de mapas, gráficos, dibujando, laberintos, puzzles, imaginando, visualizando.

Diseñar, dibujar, construir, crear, soñar despierto, mirar dibujos

Trabajando con dibujos y colores, visualizando, dibujando.

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4. INTELIGENCIA EMOCIONAL (IE)

De acuerdo con Vivas y col. (2007) Peter Salovey y John Mayer fueron de los primeros investigadores en utilizar el término “Inteligencia emocional” con el mismo sentido de uso actual, pero el concepto adquirió mayor notoriedad a partir de la publicación de Daniel Goleman, del libro “La inteligencia Emocional” en 1995.

Para Mayer, Salovey y Caruso (citados en Berrocal y Extremera, 2005), existen diferentes modelos a la hora de aproximarse a lo que es la IE, que si bien están interrelacionados, presentan diferencias conceptuales básicas. La categorización conceptual más admitida, distingue entre modelos mixtos y modelos de habilidad basados en el procesamiento de la información.

Modelos de IE:

El modelo mixto es una visión muy amplia que concibe la IE como un compendio de rasgos estables de personalidad, competencias socio-emocionales, aspectos motivacionales y diversas habilidades cognitivas.

El modelo de habilidad es una visión más restringida defendida por autores como Salovey y Mayer que conciben la IE como una inteligencia genuina basada en el uso adaptativo de las

CORPORAL - KINESTÉSICA

Atletismo, danza, arte dramático, trabajos manuales, herramientas

Moverse, tocar y hablar, lenguaje corporal

Tocando, moviéndose, procesa inf. a través de sensaciones corporales.

MUSICAL

Cantar, reconocer sonidos, recordar melodías, ritmos

Cantar, tararear, tocar un instrumento, escuchar música

Ritmo, melodía, cantar, escuchando música y melodías

INTERPERSONAL

Entendiendo a la gente, liderando, organizando, comunicando

Tener amigos, hablar con la gente, reunirse con otros, resolver conflictos

Compartiendo,, relacionando, entrevistando, cooperando

INTRAPERSONAL

Entendiéndose a sí mismo, reconoce sus puntos fuertes y sus debilidades

Trabajar solo, reflexionar, seguir sus intereses

Trabajando solo, haciendo proyectos a su propio ritmo, teniendo espacio

NATURALISTA

Entendiendo la naturaleza, haciendo distinciones, identif. flora y fauna

Participar en la naturaleza, hacer distinciones en ella.

Trabajar en el medio natural, explorar los seres vivientes

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emociones y su aplicación a nuestro pensamiento. De esta manera la IE se considera una habilidad centrada en el procesamiento de la información emocional que unifica las emociones y el razonamiento, permitiendo utilizar las emociones para facilitar un razonamiento más efectivo y pensar más inteligentemente sobre nuestra vida emocional. Al considerarse un sistema inteligente, como tal debe formar parte de otras inteligencias tradicionales, especialmente la verbal, por su vínculo con la expresión y comprensión de los sentimientos. Al contrario de los modelos mixtos, los autores defienden que la IE entendida como la habilidad para procesar información relevante de nuestras emociones es independiente de los rasgos estables de personalidad.

Mayer y Salovey consideran que la IE se conceptualiza a través de cuatro habilidades básicas, que son: “la habilidad para percibir, valorar y expresar emociones con exactitud, la habilidad para acceder y/o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; la habilidad para comprender emociones y el conocimiento emocional y la habilidad para regular las emociones promoviendo un crecimiento emocional e intelectual” Salovey resalta que en el contexto escolar los alumnos se enfrentan diariamente a situaciones en las que tienen que recurrir al uso de las habilidades emocionales para adaptarse de forma adecuada a la escuela. Por supuesto, los profesores deben también emplear su IE durante su actividad docente para guiar con éxito tanto sus emociones como las de sus alumnos.

A continuación describimos en qué consisten estas cuatros habilidades emocionales y algunas situaciones en las que tanto profesores como alumnos las ponen en práctica durante el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Percepción emocional Es la habilidad para identificar y reconocer tanto los propios sentimientos como los de aquellos que nos rodean. Implica prestar atención y descodificar con precisión las señales emocionales de la expresión facial, movimientos corporales y tono de voz. Esta habilidad se refiere al grado en el que los individuos pueden identificar convenientemente sus propias emociones, así como los estados y sensaciones fisiológicas y cognitivas que éstas conllevan. Por último, esta habilidad implicaría la facultad para discriminar acertadamente la honestidad y sinceridad de las emociones expresadas por los demás. En clase, por ejemplo, los alumnos ponen en práctica diariamente estas habilidades cuando regulan sus acciones en el aula tras una mirada seria del profesor. Igualmente, el profesorado también hace uso de esta habilidad cuando observa los rostros de sus alumnos, y percibe si están aburriéndose, o si están entendiendo la explicación y, tras decodificar la información de sus rostros, actúa cambiando el ritmo de la clase, incluyendo alguna anécdota para despertar el interés o bien poniendo un ejemplo para hacer más comprensible la explicación del tema. En un nivel de mayor complejidad, los profesores con altas habilidades de percepción emocional son aquellos que perciben y son conscientes del estado de ánimo del alumnado y cuando preguntan a un alumno “Pedro, ¿te pasa hoy algo?, te noto algo raro” son capaces de identificar la discrepancia entre lo que él puede estar sintiendo o pensando y aquello que realmente verbaliza. Esta capacidad para discriminar las discrepancias entre el comportamiento verbal y las manifestaciones expresivas del

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alumno le permite al profesor saber que, a pesar de que el alumno afirme en un primer momento que no ocurre nada, no es totalmente cierto y que ahora es el momento oportuno para ofrecerse a hablar y escuchar el problema, proporcionando apoyo y comprensión.

Facilitación o asimilación emocional Implica la habilidad para tener en cuenta los sentimientos cuando razonamos o solucionamos problemas. Esta habilidad se centra en cómo las emociones afectan al sistema cognitivo y cómo nuestros estados afectivos ayudan a la toma de decisiones. También ayudan a priorizar nuestros procesos cognitivos básicos, focalizando nuestra atención en lo que es realmente importante. En función de los estados emocionales, los puntos de vista de los problemas cambian, incluso mejorando nuestro pensamiento creativo. Por ejemplo, algunos alumnos necesitan para concentrarse y estudiar un cierto estado anímico positivo, otros en cambio de un estado de tensión que les permita memorizar y razonar mejor. Estas diferencias explican que algunos alumnos no estudien para los exámenes hasta último momento, que es cuando el estado de tensión les ayuda a centrarse en la tarea. Otras veces, es el propio profesor el que a través de la inducción de un estado emocional en sus alumnos potencia el pensamiento creativo o innovador, por ejemplo, cuando utiliza en clase determinados tipos de música para crear un estado emocional que ayude a realizar actividades creativas como componer poesía o realizar actividades plásticas. El profesorado también pone en práctica esta habilidad durante su labor docente, por ejemplo, son muchos los profesores que saben intuitivamente que hay ciertos estados de ánimo negativos que les pueden influir a la hora de corregir los exámenes finales del trimestre. Ellos reconocen que la valoración a un mismo examen varía en función del estado anímico (positivo vs. negativo) y por ello prefieren puntuarlos en momentos en los que su estado anímico es más neutro y serán, por tanto, más imparciales con sus alumnos.

Comprensión emocional Implica la habilidad para desglosar el amplio y complejo repertorio de señales emocionales, etiquetar las emociones y reconocer en qué categorías se agrupan los sentimientos. Además, implica una actividad tanto anticipatoria como retrospectiva para conocer las causas generadoras del estado anímico y las futuras consecuencias de nuestras acciones. Igualmente, la comprensión emocional supone conocer cómo se combinan los diferentes estados emocionales dando lugar a emociones secundarias (por ej. los celos pueden considerarse una combinación de admiración y amor hacia alguien junto con un matiz de ansiedad por miedo a perderla debido a otra persona). Por otra parte, incluye la habilidad para interpretar el significado de las emociones complejas, por ejemplo, las generadas durante una situación interpersonal (por ej. el remordimiento que surge tras un sentimiento de culpa y pena por algo dicho a un compañero, de lo que te arrepientes ahora). Contiene la destreza para reconocer las transiciones de unos estados emocionales a otros (ej, la sorpresa por algo no esperado y desagradable, el enfado posterior y su expresión, y finalmente el sentimiento de culpa debido a esa manifestación de ira desmedida) y la aparición de sentimientos simultáneos y contradictorios (ej. sentimientos de amor y odio sobre una misma persona). Las habilidades de comprensión emocional son puestas en práctica también a diario por el alumnado, ellos utilizan esta habilidad para ponerse en el lugar de algún compañero que está pasando por una mala racha (ej. malas notas, enfermedad, divorcio de los padres…) y ofrecerle apoyo. O para anticipar sus estados emocionales: la mayoría de los alumnos comprometidos por

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sus estudios reconocen que les surgirán remordimientos si salen a divertirse en vísperas de un examen en vez de quedarse en casa estudiando y algunos prefieren, por ello, retrasar la salida hasta después del examen. El profesorado hace también uso a diario en el aula de estas habilidades. Aquellos con un elevado conocimiento emocional, son capaces de conocer qué estudiantes están pasando por problemas fuera del aula y les podrán ofrecer un mayor apoyo; saben qué alumnos reaccionaran mejor o peor a los llamados de atención por su bajo rendimiento en un trabajo, adaptando los comentarios en función de si se lo tomarán como un reto o como algo que les desmotive a seguir; saben qué alumnos no debe poner juntos en los bancos o bien distinguen perfectamente cuándo es mejor cortar la progresión de una broma para que la clase no se les vaya de las manos.

Regulación emocional Es la habilidad más compleja de la IE. Esta dimensión incluiría la capacidad para estar abierto a los sentimientos, y reflexionar sobre los mismos para descartar o aprovechar la información que los acompaña en función de su utilidad. Además, incluye la habilidad para regular las emociones propias y ajenas. Abarca pues el manejo de nuestro mundo intrapersonal y también el interpersonal, poniendo en práctica diversas estrategias de regulación emocional que modifican tanto nuestros sentimientos como los de los demás. Esta habilidad alcanzaría los procesos emocionales de mayor complejidad, es decir, la regulación consciente de las emociones para lograr un crecimiento emocional e intelectual. Por ejemplo, cada vez que un alumno se ve involucrado en un conflicto interpersonal en el recreo, (un niño le quita la pelota a otro para jugar) una resolución no agresiva del conflicto implica la puesta en práctica de habilidades de regulación o manejo de situaciones interpersonales. Igualmente, cuando llegan los exámenes y la ansiedad del alumnado empieza a incrementar, cada alumno utiliza diferentes estrategias de regulación intrapersonal para sobrellevar esa etapa de estrés sin que le afecte en el rendimiento (hablar con otros contándoles cómo se siente de nervioso, petición de ayuda a compañeros, desdramatizar la importancia del examen, escuchar música, realizar actividades deportivas…). En el profesorado, por ejemplo, a nivel intrapersonal, existen diversas estrategias que se pueden emplear con objeto de reducir las consecuencias del síndrome de estar quemado (burnout docente) o para evitar la aparición de síntomas de ansiedad o depresión. Entre ellas, estarían el apoyo social y la comunicación de los problemas laborales a los compañeros, llevar a cabo actividades agradables y distractoras, escuchar música, tener aficiones, hacer ejercicio físico o practicar algún deporte, relativizar los problemas académicos diarios, tomar ciertos contratiempos inevitables con sentido del humor, hacer psicoterapia, etc. En lo que a regulación interpersonal se refiere, también el profesorado debe ponerlas en práctica diariamente. Con el alumnado, por ejemplo, saber cuándo alentarlos para motivar la consecución de una meta (incitarlo a dar lo mejor de ellos mismos), o hacerlos sentir cautelosos y precavidos ante un próximo examen al que van demasiado confiados, o bien, ser un mediador reflexivo y ecuánime cuando dos estudiantes se pelean en el aula, apaciguando la disputa, creando un clima desenfadado. Además, deben poner estas habilidades en juego con los padres, por ejemplo, sabiendo cuándo utilizar la crítica constructiva del escaso rendimiento de sus hijos para que los padres adopten un papel más activo en su educación o bien para sofocar una discusión acalorada. Por último, con los compañeros de trabajo en el centro educativo, tener unas adecuadas habilidades de manejo interpersonal y relaciones positivas con los colegas favorecerá una mayor adaptación y un incremento del bienestar laboral.

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Por su parte Daniel Goleman propone:

La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. Este autor plantea como características de la inteligencia emocional, habilidades tales como ser capaz de motivarse y persistir frente a las decepciones, controlar el impulso y demorar la gratificación, regular el humor y evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de pensar, mostrar empatía y abrigar esperanzas, etc.

Goleman propone cinco esferas básicas de la Inteligencia Emocional, describiéndolas de la siguiente manera:

Conciencia de uno mismo: es fundamental para la penetración psicológica; esta es la facultad que las psicoterapias intentan fortalecer, ya que emociones que arden debajo del umbral de la conciencia pueden ejercer un fuerte impacto en la forma que percibimos y reaccionamos, aunque no tengamos idea de que están funcionando; de hecho el comienzo fisiológico de una emoción se da antes de que se conozca conscientemente el sentimiento mismo.

Autodominio: El ser capaces de soportar las tormentas emocionales, en vez de ser “esclavos de la pasión” es otra habilidad fundamental. A lo que se apunta es a mantener bajo control nuestras emociones perturbadoras, no a suprimirlas, cada sentimiento tiene su valor y su significado, y por lo tanto deben ser experimentados, pero su expresión debe darse de un modo equilibrado.

Motivación: es decir, ser capaces de motivarnos a nosotros mismos, ya que a medida que estamos motivados por sentimientos de entusiasmo y placer en relación a lo que hacemos, estos sentimientos positivos nos conducen a los logros. De manera contraria las preocupaciones se convierten en profecías autocumplidas, arrastrándonos a los desastres que predicen. Goleman considera el optimismo como un gran motivador, justamente ser optimista significa abrigar esperanzas y expectativas que las cosas saldrán bien a pesar de los contratiempos. De hecho, es una actitud que evita caer en la apatía, o en la depresión ante las adversidades.

Empatía: Mientras más abiertos a nuestras emociones nos encontremos, más hábiles seremos para percibir los sentimientos de los demás. Es sorprendente como la ausencia de esta característica se da en aquellas personas que cometen los crímenes más crueles.

Manejo de las relaciones: Una competencia social muy importante es la expresión adecuada de los propios sentimientos. Las demostraciones emocionales, tienen consecuencias inmediatas en quien las recibe, ya que las emociones son contagiosas.

Además, la inteligencia emocional posee:

-Componente intrapersonal: comprende las capacidades para la identificación, comprensión y regulación de emociones en uno mismo, que se manifiestan en la autoconciencia y el autocontrol.

-Componente interpersonal: comprende a su vez la capacidad de identificar y comprender emociones de otras personas, lo que en psicología se denomina ser empático; y la capacidad de relacionarnos socialmente de una manera positiva; es decir, poseer habilidades sociales.

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Para ampliar un poco más, Gardner propone:

-La inteligencia interpersonal es la capacidad para comprender a los demás: qué los motiva, cómo operan, cómo trabajar cooperativamente con ellos. Vendedores, políticos, maestros, médicos clínicos y líderes religiosos de éxito tienen probabilidades de ser individuos con elevado grado de inteligencia interpersonal.

-La inteligencia intrapersonal, es la capacidad correlativa, vuelta hacia el interior. Es la capacidad de formar un modelo preciso y realista de uno mismo y ser capaz de usar ese modelo para operar eficazmente en la vida.

Este autor, también identifica como componentes de la inteligencia interpersonal o social:

Organización de Grupos: esencial en un líder, esta habilidad incluye esfuerzos iniciadores y coordinadores de una red de personas. Es el talento que se ve en los directores y productores de teatro, en los oficiales militares, y en los directores efectivos de organizaciones y unidades de todo tipo. En el patio de juegos, es el niño que toma la iniciativa y decide a qué jugarán todos, o se convierte en el capitán del equipo.

Negociación de soluciones: es el talento del mediador, que previene conflictos o resuelve aquellos que han estallado. Las personas que tienen esta habilidad se destacan en la realización de acuerdos, en arbitrar o mediar en disputas; podrían hacer carrera en la diplomacia, en el arbitraje o en la ley, o como intermediarios o administradores de adquisiciones. Son los niños que resuelven las disputas en el patio de juegos.

Conexión personal: es el talento de la empatía y la conexión. Hace que resulte fácil participar en un encuentro o reconocer y responder adecuadamente a los sentimientos y las preocupaciones de la gente… el arte de las relaciones. Estas personas son ideales para el “trabajo en equipo”, son esposas confiables, buenos amigos o socios comerciales; en el mundo comercial se desempeñan bien como vendedores o administradores, y pueden ser excelentes maestros. Los chicos así se llevan bien con casi todo el mundo, les resulta fácil jugar con los demás y se sientes felices al hacerlo. Estos niños son excelentes para interpretar las emociones a partir de las expresiones faciales, y son apreciados por sus compañeros.

Análisis social: supone ser capaz de detectar y mostrar comprensión con respecto a los sentimientos, los motivos y las preocupaciones de la gente. Este conocimiento de cómo se sienten los demás puede conducir a una fácil intimidad o sentido de la compenetración. En su mayor expresión, esta capacidad convierte a la persona en un competente terapeuta o consejero o, combinado con algún talento literario, en un talentoso novelista o dramaturgo.

Para Fernández Berrocal (2006) “Lo ideal es tener tanto habilidad emocional personal como social, pero no siempre es así. Puede haber personas con una vida interior muy grande que, sin embargo, son poco sociables. Y lo contrario”.

En relación a la inteligencia Social, Malaisi (2011) propone lo siguiente:

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Comportamientos Nutritivos Comportamientos tóxicos

Respetar, ayudar, cooperar, comprender, escuchar, confirmar, incluir, querer (a la otra persona), esperar, hacer favores, ser honestos, pedir disculpas, valorar al otro, alentar, perdonar, tolerar, invitar, solucionar problemas, interesarse por el otro, aceptar, empatizar, hacer buen contacto visual, dar un buen apretón de manos, confiar, facultar, etc. En general se trata de comportamientos tendientes a la satisfacción de necesidades emocionales.

Mentir, agredir, insultar, criticar (no en el sentido constructivo), juzgar, engañar, subestimar, descalificar, desconfirmar, ignorar, invadir, desconfiar, malinterpretar, violentar, burlarse, humillar, robar, ironizar, no respetar, etc.

Atraen a los demás pues resultamos magnéticos.

Alejan a los demás pues resultamos antimagnéticos.

5. ¿QUÉ SON LAS EMOCIONES?

Una emoción es un movimiento del ánimo, algo que nos sacude o nos ‘con-mueve’. La palabra aparece registrada en español desde el siglo XVII, cuando llegó del francés émouvoir, que denotaba ‘emocionarse’ o ‘conmoverse’, pero en realidad, su uso no se generalizó hasta el siglo XIX. El verbo francés provenía del latín emovere -formado por ex ‘hacia fuera’ y movere, que significaba ‘remover’, ‘sacar de un lugar’, ‘retirar’, pero también ‘sacudir’, como suele hacer la emoción con nuestro ánimo. Es prácticamente indiscutible el papel central que ocupan las emociones en nuestra vida. De hecho “No hay ser humano que pueda vivir un solo día sin experimentar alguna emoción” (Esquivel, 2001). En las últimas décadas, y frente al avance de la ciencia se han desarrollado muchas investigaciones al respecto. La emoción se ha convertido en un tema de interés para distintas disciplinas. No obstante resulta difícil definir en un sentido estricto lo que significa la palabra emoción. Vivimos emocionados y pensando. Cualquier cosa que una persona mencione, cualquier frase dicha, desde un simple comentario, aparentemente inocente, hasta un pensamiento filosófico profundo, reúne dos condiciones: es la manifestación de un pensamiento, pero también la inevitable expresión de una emoción.

Siguiendo a Goleman: “En esencia, todas las emociones son impulsos para actuar, planes instantáneos para enfrentarnos a la vida que la evolución nos ha inculcado”, de hecho cada una de las emociones juega un papel singular y preparan al organismo para una clase diferente de respuesta. Además, estas tendencias se ven moldeadas por nuestra experiencia de vida y por nuestra cultura.

En la misma línea Malaisi explica que las emociones son consideradas como pura energía que nos motiva a actuar, así “la emoción motiva a la acción”. Por lo tanto, las emociones al ser pura energía, están constantemente pujando para ser liberadas o descargadas. Es por ello tan importante encontrar una forma adecuada de expresión, para utilizarlas productivamente y

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sanamente. Además las emociones también son una señal que nos provee información muy importante de cómo nos sentimos respecto de alguien o algo. Por lo tanto, constituyen un recurso que ayuda a tomar decisiones.

6. EMOCIONES Y SALUD

En los últimos tiempos se ha tomado conciencia de que el estado emocional de una persona determina la forma en que percibe el mundo. En relación a ello Esquivel plantea que el cerebro funciona mejor con una correcta irrigación sanguínea, y el encargado de sostener dicha irrigación es el corazón. El funcionamiento del mismo está determinado en gran parte por las emociones, por lo que se puede deducir que un estado emocional altera y determina la forma en que el cerebro procesa la información que obtiene del mundo exterior.

Además, esta autora plantea que se sabe de personas que pueden controlar, de una forma sorprendente, sus emociones, pero desafortunadamente son las menos, y salvo que se trate de individuos con un alto grado de desarrollo espiritual, en la mayor parte de los casos el control resulta ser una forma patológica de reprimir la libre expresión de la condición humana, que provoca graves trastornos y deterioros físicos y psicológicos.

En relación a ello y siguiendo a Palmero y Fernández Abascal (sf.) además de ser importantes para el bienestar/malestar de los individuos y cumplir una función social en la comunicación, las emociones están estrechamente relacionadas con sistemas fisiológicos que forman parte del proceso “salud-enfermedad”. Influyendo también sobre este, porque pueden motivar a modificar conductas saludables como ejercicio físico, dieta equilibrada, descanso, etc., o conductas no saludables como abuso de alcohol, tabaquismo, sedentarismo, entre otras.

Goleman plantea que:

“Las conexiones entre la amígdala (y las estructuras límbicas relacionadas) y la neocorteza son el centro de las batallas o los acuerdos cooperativos alcanzados entre cabeza y corazón, pensamiento y sentimiento. Este circuito explica por qué la emoción es tan importante para el pensamiento eficaz, tanto en la toma de decisiones acertadas como en el simple hecho de permitirnos pensar con claridad”.

Esquivel plantea que cada vez que un ser humano se niega a aceptar una emoción que ya nació, que surgió como reacción natural y no elegida conscientemente, se altera todo el funcionamiento de su cuerpo.

El control o represión de experiencias emocionales desagradables, para eliminar el malestar, puede tener consecuencias peligrosas para el individuo. Por un lado, puede estar relacionado con cambios en el Sistema Inmune y, por tanto, influir sobre el proceso salud-enfermedad. Por otro lado, si se eliminan las emociones negativas, se están eliminando también poderosos motivos de la conducta de una persona.

La investigación ha demostrado que los sujetos emocionalmente inexpresivos son fisiológicamente más reactivos a un variado número de estímulos que los sujetos expresivos. A su vez, se ha descubierto como la inhibición emocional termina siendo liberada por otra vía o canal, teniendo, repercusiones físicas para el sujeto. Así, en los sujetos represores, se observa una mayor incidencia

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de determinados tipos de enfermedades, un número mayor de ausencias al trabajo por motivos de salud, o un mayor número de asistencias a Servicios de Salud con quejas por problemas reales.

De acuerdo con Soler y Porcar (2001) el descubrimiento de las emociones personales nos permite conseguir una comunicación más efectiva con nosotros mismos y con los demás. Mejorar las relaciones con los demás a su vez nos lleva a estar mejor con nosotros mismos.

”La esencia de la inteligencia emocional es tener tus emociones trabajando para ti y no en tu contra”. (Reuven Bar-On, citado en Andres y de Andres 2010).

Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad; las personas que no pueden poner cierto orden en su vida emocional libran batallas interiores que sabotean su capacidad de concentrarse en el trabajo y pensar con claridad.

La inteligencia emocional tendría tanto una función protectora como recuperadora del ajuste emocional y de la salud mental. Por ejemplo, en la recuperación de situaciones de estrés agudo o crónico, en pacientes con cáncer de mama, en situaciones traumáticas, en trastornos alimentarios, trastorno esquizotípico, trastornos de personalidad, depresión, ansiedad, etc.

En resumen, una persona sana emocionalmente percibe, comprende y regula sus emociones de una forma adaptativa e inteligente. Por ello hay que tener en cuenta que el desarrollo de la inteligencia emocional es tan importante como el desarrollo de la inteligencia intelectual, ya que las emociones influyen constantemente en nuestras concepciones, acciones y decisiones, teniendo un peso fundamental para nuestra vida y nuestra salud mental y física. Además, también cuenta con beneficios indirectos, a través del mayor apoyo social que suelen tener las personas con alta inteligencia emocional.

7. EDUCACIÓN EMOCIONAL

De acuerdo con Goleman, en el centro de Aprendizaje “Nueva”, en San Francisco, ofrecen a los alumnos una clase llamada Ciencia del Yo, cuyos contenidos son los sentimientos, los propios y los que aparecen en la vida de relación. El tópico, por su propia naturaleza, demanda que maestros y alumnos se concentren en la estructura emocional de la vida del niño, un aspecto que es definitivamente ignorado en casi todo el resto de las aulas. La estrategia utilizada incluye la utilización de las tensiones y los traumas de la vida de los niños como tema del día. Los maestros hablan sobre asuntos reales: la herida que causa sentirse desplazado, la envidia, los desacuerdos que pueden llegar a mayores en una batalle en el patio de le escuela. Como lo expresan Karen Stone McCown, creadora del programa de la Ciencia del Yo y directora de Nueva: “El aprendizaje no es un hecho separado de los sentimientos de los niños. Ser un alfabeto emocional es tan importante para el aprendizaje como la instrucción en matemáticas y lectura.”

La Ciencia del Yo es pionera, precursora de una idea que está comenzando a difundirse. Los nombres que se le dan a estos cursos van desde “desarrollo social”, hasta “destrezas para la vida” y “aprendizaje social y emocional”. En algunos casos, refiriéndose a la idea de Gardner de “Inteligencias múltiples”, se utiliza “inteligencias personales”. El punto en común entre todos es el objetivo de elevar el nivel de la aptitud social y emocional de los niños, como parte de su

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educación regular, no sólo algo que se les enseña correctivamente a aquellos que están flaqueando y ya han sido identificados como “problema”, sino como un conjunto de destrezas y preceptos esenciales para cualquier niño.

Todos los cursos de alfabetización emocional tienen una raíz en común que se remonta al movimiento de educación afectiva de los ´60. Entonces la creencia era que las lecciones psicológicas y motivacionales se aprendían con más profundidad si implicaban una experiencia inmediata de aquello que se enseñaba conceptualmente. Sin embargo, el movimiento de alfabetización emocional invierte el término educación directiva; en lugar de usar el afecto para educar, se educa el afecto mismo. Yo creo que ambos aspectos son válidos e interesantes.

Más recientemente, muchos de estos cursos, y el impulso para su difusión, provienen de programas escolares de prevención ya en marcha, cada uno apuntando a un problema específico: adolescencia y tabaco, consumo de drogas, embarazo, marginalidad, deserción y últimamente, violencia.

Esta nueva orientación destinada a llevar la alfabetización emocional a las escuelas, convierte las emociones y la vida social en temas en sí mismos, en lugar de tratar estas facetas apremiantes en la vida cotidiana del niño como estorbos sin importancia o bien, si terminan en estallidos relegándolas a ocasionales visitas disciplinarias al consejero escolar, o a la oficina del director.

Las clases en sí pueden parecer, a simple vista, poco memorables, lejos de representar una solución al dramático problema al que se dirigen. Pero eso sucede, fundamentalmente porque, al igual que una buena educación hogareña, las lecciones impartidas son modestas pero significativas, surtiendo efecto regular y sostenido durante años. Así es como se instala la educación emocional: al repetirse una y otra vez la experiencia, el cerebro reacciona con un reflejo adquirido, reconociéndolo como un camino conocido y fortalecido, con hábitos neurológicos que se aplican en situaciones de dificultad, frustración o dolor.

Goleman (2011) plantea que las capacidades de inteligencia emocional se presentan cuando somos pequeños y van desarrollándose de forma natural a lo largo del aprendizaje vital. Por eso es que aparece el movimiento que ha dado en llamarse “aprendizaje socioemocional”, que se concreta en programas escolares que recogen todo el abanico de capacidades de inteligencia emocional. Los mejores van de la guardería a la educación secundaria e ilustran esas capacidades en las distintas edades de un modo adaptado al desarrollo del alumno.

El cerebro es el último órgano del cuerpo en alcanzar madurez anatómica. Si observamos los cambios producidos anualmente en la forma de pensar, comportarse y reaccionar de un niño, las fases del desarrollo infantil, en realidad estamos ante su proceso de desarrollo cerebral. Por ejemplo, si hablamos de creatividad los niños son fabulosamente abiertos e imaginativos, en especial los más pequeños, pero hay dos fases del crecimiento cerebral en las que eso deja de ser así. La primera es lo que se conoce como el cambio de los cinco a los siete años, cuando circuitos emocionales reciben un mayor control pre-frontal. A partir de entonces tiene mayor capacidad para controlar los impulsos y coordinar los esfuerzos imaginativos, así como para portarse mejor.

El segundo momento clave es la pubertad, cuando el cerebro del niño sufre un “esculpido” radical y se pierden neuronas que no se utilizaban mucho. Con eso pueden perder en parte la capacidad de mostrar una imaginación desenfrenada. De hecho, nacemos con muchas más neuronas de las que utilizamos a lo largo de la vida y el principio que se aplica es el de la desaparición de las que no se aprovechan (sin embargo, eso no quiere decir que se produzca un deterioro progresivo, ya que gracias a la neurogénesis siguen creándose neuronas nuevas a diario durante toda la vida).

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Los programas de aprendizaje socioemocional están pensados para ofrecer a los niños las lecciones que necesitan a medida que crece el cerebro; por eso se dice que están adaptados al desarrollo. En todas las aulas hay colgado un cartel con un semáforo con sus correspondientes luces roja, amarilla y verde y el texto: “Cuando te enfades por algo piensa en un semáforo. ¡Cuando se ponga en rojo, frena! Cálmate y piensa antes de actuar”

¿Cuál es la lección? “frena” responde a una inhibición de la conducta: se activa el circuito pre frontal izquierdo, que puede controlar impulsos de la amígdala. “Cálmate”, indica que puede cambiarse el estado negativo por otro mejor. Y “Piensa antes de actuar”, enseña una lección decisiva: no podemos controlar lo que vamos a sentir, pero sí decidir qué hacemos a continuación. Por su parte, la luz amarilla nos anima a pensar en el abanico de cosas que podríamos hacer y en las consecuencias que tendrían, para elegir la mejor opción. Por último, la luz verde incita a probar y ver qué pasa. Toda esa información se les da a los chicos. Y ese tipo de lección, junto con las demás del programa de aprendizaje socioemocional, funciona de verdad.

La gran sorpresa al analizar los beneficios del aprendizaje socioemocional es esta: los resultados académicos mejoran un once por ciento. ¿Cómo puede ser? Se sospecha que tiene que ver en gran medida con el hecho de que la activación del eje hipotalámico-hipofisiario-suprarrenal interfiere en la eficiencia cognitiva y el aprendizaje. Si un chico está centrado en las preocupaciones, la ira, la angustia, la ansiedad o cualquier otro efecto que tenga en él el estrés, presentará una menor capacidad de atención ante lo que diga el profesor. En cambio si logra controlar esos contratiempos emocionales aumentará la memoria funcional (es decir, la capacidad de atención para almacenar información). El aprendizaje socioemocional enseña a gestionar esos sentimientos perjudiciales, no solo mediante lecciones como la del semáforo, sino descubriendo cómo llevarse mejor con los compañeros, que son uno de los principales causantes de sentimientos alborotados. Y eso conduce a aprender mejor.

Por descontado, un adulto puede aplicar el mismo conjunto de capacidades en su entorno laboral para obtener un mejor rendimiento. Nunca es tarde para seguir mejorando nuestra competencia en el campo de la inteligencia emocional.

Algunos programas de aptitudes sociales y emocionales carecen de programa propio, o de un tiempo para clases como tema aislado, pero en cambio infiltran su mensaje dentro de la vida misma de la escuela. Algunos proyectos ofrecen un paquete de medidas que se adaptan a cursos ya existentes. Así por ejemplo, los alumnos del primer grado tienen un cuento, “Rana y Sapo son amigos”, en el cual Rana, ansiosa por jugar con su amigo Sapo que está hibernando, le tiende una trampa para obligarlo a despertarse antes de tiempo. El cuento es utilizado como plataforma para una discusión en clase acerca de la amistad, y desemboca en cómo se siente alguien a quien se tiende una trampa. Una sucesión de aventuras pone sobre el tapete temas como la propia conciencia, el tomar conocimiento de las necesidades de un amigo, qué se siente cuando se burlan de uno, y el compartir los sentimientos con los amigos. Un conjunto de actividades programadas ofrece cuentos cada vez más sofisticados a medida que los niños avanzan hacia los grados intermedios, dando pie a los maestros para discutir temas tales como la empatía, la toma de distancia respecto de los problemas, y el hacerse cargo.

Otra de las maneras en que la educación emocional se introduce dentro de la vida escolar, es ayudando a los maestros a reflexionar acerca de cómo disciplinar a los alumnos con mala conducta. Lo que presupone el programa de Desarrollo Infantil es que esas situaciones son el momento oportuno para enseñar a los niños las habilidades que les faltan- control de los impulsos,

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explicación de sus sentimientos, resolución de conflictos-, y que existen formas más adecuadas de impartir disciplina que la coerción.

Algunos de los más eficaces programas de alfabetización emocional fueron desarrollados como respuesta a problemas específicos, particularmente la violencia. Una de las consecuencias de más rápido crecimiento que han tenido estos cursos de alfabetización emocional inspirados en la prevención, ha sido el Programa de Resolución Creativa de Conflictos, en cientos de escuelas públicas de New York y en otras escuelas de EE.UU. El curso de solución de los conflictos se centra en cómo arreglar diferencias surgidas en la escuela que pueden llegar a convertirse en incidentes muy graves.

La alfabetización emocional amplía la visión que tenemos de la tarea que debe cumplir la escuela, convirtiéndola en un agente más concreto de la sociedad para asegurarse de que los niños aprendan estas lecciones esenciales para la vida, lo que significa un retorno al papel clásico de la educación. Este objetivo ampliado requiere, aparte de cualquier especificidad que haya en el programa, la utilización de las oportunidades dentro y fuera de la clase para ayudar a los niños a transformar los momentos de crisis personal en lecciones de aptitud emocional. También funciona mejor cuando las lecciones escolares se coordinan con lo que ocurre en el hogar. Muchos programas de alfabetización emocional incluyen clases especiales para padres, donde se les informa de lo que sus hijos están aprendiendo, no para complementar lo que se enseña en la escuela sino para ayudarlos a sentir la necesidad de manejar más eficazmente los problemas derivados del desarrollo de la vida emocional de sus hijos.

Malaisi propone enseñar a nuestros niños a descubrir, expresar y manejar sus emociones. De modo que puedan ser más autónomos, ya que se conocerán mejor a sí mismos y poseerán un repertorio mayor de recursos, para responder a diversas situaciones que se les presenten. Asimismo plantea que en esto reside nuestra libertad, pues mientras más opciones poseemos para responder ante un estado afectivo, más libres seremos.

8. LA FAMILIA. LA PRIMERA ESCUELA

La vida en familia es nuestra primera escuela para el aprendizaje emocional; en esta caldera aprendemos cómo sentirnos con respecto a nosotros mismos y cómo los demás reaccionarán a nuestros sentimientos; a pensar sobre estos sentimientos y qué alternativas tenemos; a interpretar y expresar esperanzar y temores. Esta escuela emocional no sólo opera a través de las cosas que los padres dicen o hacen directamente a los niños, sino también en los modelos que ofrecen para enfrentarse a sus propios sentimientos y a los que se producen entre marido y mujer. Algunos padres son dotados maestros emocionales, otros son desastrosos.

A medida que los chicos crecen, las lecciones emocionales específicas para las que están preparados- y que necesitan- cambian. Las lecciones de la empatía comienzan en la infancia, cuando los padres sintonizan con los sentimientos del bebé. Aunque algunas habilidades emocionales se ajustan con los amigos a través de los años, los padres emocionalmente expertos pueden hacer mucho para ayudar a sus hijos con cada una de las cuestiones básicas de la inteligencia emocional: aprender a reconocer, elaborar y aprovechar sus emociones, a empatizar y transitar los sentimientos que surgen en las relaciones.

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El impacto que este tipo de paternidad ejerce en los niños es extraordinariamente profundo. El equipo de la Universidad de Washington descubrió que cuando los padres son emocionalmente expertos, comparados con aquellos que se enfrentan ineficazmente a los sentimientos, sus hijos- es comprensible- se llevan mejor, se muestran más afectuosos y se muestran menos tensos con respecto a ellos. Estos chicos también se desempeñan mejor en el manejo de sus propias emociones, son más eficaces a la hora de serenarse cuando están preocupados, y se preocupan con menor frecuencia. Los chicos también son más relajados en el plano biológico, presentan niveles más reducidos de hormonas del estrés y otros indicadores fisiológicos de la excitación emocional (una pauta que, de sustentarse a lo largo de la vida, podría muy bien augurar una mejor salud física). Otras ventajas son de tipo social: los chicos son más asertivos y caen mejor a sus pares, y sus maestros los consideran más hábiles socialmente. Sus padres, lo mismo que sus maestros, consideran que tienen menos problemas de conducta, como la brusquedad o la agresividad. Finalmente, los beneficios cognitivos; estos niños pueden prestar más atención y por lo tanto son alumnos más eficaces.

9. BENEFICIOS DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL

AUTOCONOCIMIENTO EMOCIONAL

Mejora en el reconocimiento y la designación de las propias emociones.

Mayor capacidad para entender las causas de los sentimientos.

Reconocimiento de la diferencia entre sentimientos y acciones.

MANEJO DE LAS EMOCIONES

Mayor tolerancia ante las frustraciones, y control del enojo.

Menor cantidad de peleas e interrupciones de la clase.

Mayor capacidad para expresar adecuadamente el enojo, sin pelear.

Menos suspensiones y expulsiones.

Menos comportamiento agresivo o autodestructivo.

Más sentimientos positivos sobre ellos mismos, la escuela, y la familia.

Mejor manejo del estrés.

Menor soledad y ansiedad social.

APROVECHAMIENTO PRODUCTIVO DE LAS EMOCIONES

Más responsabilidad.

Mayor capacidad de concentrarse en la tarea que se tiene entre manos y de prestar atención.

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Menos impulsividad, mayor autocontrol.

Mejores calificaciones en las pruebas de rendimiento escolar.

EMPATÍA: INTERPRETACIONES DE LAS EMOCIONES

Mayor capacidad para comprender el punto de vista de otra persona.

Mejora de la empatía y de la sensibilidad para percibir los sentimientos de los otros.

Mejora de la capacidad de escuchar.

MANEJO DE LAS RELACIONES INTERPERSONALES

Aumento de la habilidad para analizar y comprender las relaciones.

Mejora de la resolución de los conflictos y de la negociación en los desacuerdos.

Mejora en la solución de problemas planteados en las relaciones.

Mayor habilidad y actitud positiva en la comunicación.

Más popularidad y sociabilidad: actitud amistosa e interesada con sus pares.

Mayor preocupación y consideración.

Mayor solicitud por parte de sus pares.

Más actitud “pro-social” y armoniosa en grupo.

Mayor cooperación, ayuda y actitud de compartir.

Actitud más democrática en el trato con los otros.

BIENESTAR PERSONAL

Mayor autoconocimiento

Mayor autorrespeto

Mayor autoestima

Mayor Creatividad

10. RECURSOS PARA TRAMITAR EMOCIONES

A- Nutrición Emocional

Siguiendo a Malaisi, así como todos tenemos necesidades físicas de comer y beber, también tenemos necesidades emocionales: estas son las necesidades que todos en diferentes medidas tenemos de sentirnos amados, respetados, comprendidos, escuchados, incluidos, aceptados, importantes para otros, desafiados en el buen sentido, perdonados, felices, etc. En fin, todos

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necesitamos atención y afecto. Amplísimos estudios han demostrado fuertes perjuicios y hasta la muerte por falta de amor.

Durante la infancia, todas aquellas aseveraciones constantes acerca de su persona se grabarán a fuego en el niño, pasando a formar parte de su identidad, constituyendo, como se dice en PNL (Programación Neuro-Lingüística), verdaderos programas de acción. Aquella criatura que escuche de su entorno adjetivos positivos hacia su persona tenderá a valorarse y a tener una autoestima fuerte y estable. En cambio aquel que reciba mensajes negativos abrigará una identidad empequeñecida y vulnerable. Debido a su propia condición infantil, el raciocinio del niño es inmaduro –pues todavía no se desarrolla-, y por lo tanto maleable. El niño no tiene los recursos para objetar y cuestionar la veracidad de las descalificaciones, y mucho menos si provienen de sus seres más significativos. Aquéllas pasan a ser adjetivos constitutivos de su ser, lo que más tarde en la vida eventualmente buscará cumplir autoproféticamente. Así es como madres, padres, tutores, maestras, maestros o cualquier otra persona adulta y significativa, o todas juntas, nos programaron, sea positiva o negativamente (o de ambas maneras).

Por ello la propuesta es usar mensajes empoderadores. Se trata de poner el énfasis en los aspectos positivos reales del niño y hacerle saber que esos rasgos le pertenecen. Esto comienza con la identificación y luego el fomento de sus capacidades mediantes mensajes alentadores. De este modo le devolvemos una imagen de sí mismo facultada para hacer lo que se proponga, actuando como verdaderas fuentes motivacionales. Sin crear falsas expectativas o mentirle.

B- Reconocer y verbalizar nuestras emociones

A menudo los niños experimentan emociones de los que no pueden hablar porque no saben las palabras para poder expresarlas. Pueden llorar por tristeza o bien por miedo y hasta por enojo, pero si no pueden nombrar o verbalizar sus estados afectivos, no podrán saber qué es lo que sienten. Difícilmente identificarán las causas de su estado de ánimo y menos aún podrán resolver sus problemas o apreciar el para qué de las emociones.

Cuando no pueden superar sus dificultades, quedan expuestos a altos y/o constatantes niveles de estrés. Que le consume valiosísima energía, ya que están en constante situación de alerta. De este modo, no pueden abocarse adecuadamente a la tarea de aprender, jugar o practicar algún deporte, y hasta está demostrado que se les debilitan sus sistemas inmunológicos.

Enseñándoles las emociones y entablando una conversación respecto de cada una de ellas verás cómo los niños aprenden a expresar lo que sienten a través de las palabras. Entenderán que es normal sentir vergüenza, enojo, tristeza o miedo, y así aprenderán a identificar los signos y sensaciones de cada una de ellas. Además desarrollarán más y mejores formas de responder ante cada emoción.

Normalmente, luego de hablar de lo que sentimos experimentamos una mejoría, y esto se debe al “poder curador de la palabra”, donde las emociones hallan un canal de expresión adecuado y saludable. La contención que ofrece el poner en palabras lo que sentimos nos permite pensar, reflexionar y así focalizarnos en resolver el problema, eligiendo una mejor solución, evitando el acting out o impulso, donde la emoción se saltea el momento de pensar y uno pasa directamente a la acción. Es por ello que, acostumbrándonos a preguntarle: “¿Qué sientes?” generaremos en el niño el hábito de hablar de sus emociones, favoreciendo que las simbolice y maneje en su beneficio y en el de los demás.

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C- Táctica del sí

Puesto que la emoción ha venido, tratar de acogerla. Es decir tomarnos el tiempo necesario para verla sin negarla, reconocerla sin juzgarla, hacerle lugar. Desde una actitud de curiosidad buscar conocerla, es decir, conocernos.

“Es, ciertamente, ser uno con ella. En lugar de dividirme rechazándola, la acompaño” (Desjardins, 1996).

D- Autodiálogo

El diálogo que sostenemos con nosotros mismos tiene relación directa con cómo nos sentimos. Es tanta la actividad que se desarrolla en nuestro hemisferio izquierdo permanentemente, algunas veces casi no nos damos cuenta y otras nos resulta verdaderamente insoportable, que todo el tiempo nos estamos diciendo algo… “tengo que hacer”, “debería hacer”, “no se hacerlo”, “no soy capaz”, “no voy a poder”, “que tonto/a”, etc. Raras veces nos decimos “muy bien”, “está bien así”, “es suficiente”, “con eso alcanza”, “me gusta lo que hice”, etc.

Bajar la velocidad y frecuencia del autodiálogo enjuiciador es sumamente importante para nuestro bienestar y a la misma vez que poder utilizar un autodiálogo más tranquilo, respetuoso y cariñoso con nosotros mismos.

E- Recursos Artísticos-corporales

Podemos utilizar los recursos artísticos y corporales básicamente de dos maneras en relación al tema que nos ocupa, la educación emocional. Estas son, utilizarlas para acompañar y favorecer todo proceso de aprendizaje, es decir lograr un aprendizaje significativo, donde la persona se siente integrada en mente, emoción y cuerpo. Y otra para promover específicamente la elaboración de emociones, vivencias y situaciones determinadas.

Noemí Paymal (2010) los llama “Herramientas Biointeligentes”. Ella explica que son herramientas pedagógicas, terapéuticas muy sencillas, muy fáciles de utilizar, económicas, para el alcance de todos. Las llama biointeligentes porque funcionan por sí mismas, apenas las usamos ya están funcionando. Armonizan ambos hemisferios, trabajan las inteligencias múltiples y desarrollan inteligencia emocional.

Esta autora destaca: música, canto, coro, orquesta, escucha consiente, baile, ronda, danza, expresión corporal, biodanza, teatro, cuentos, leyendas, mitos, pintura, cerámica, deportes, artes marciales, naturaleza, huerto jardín, cocinar, tejer, bordar, relajación, respiración, visualizaciones, incorporar los cinco sentidos, estimular ambos hemisferios.

Vamos a ver algunos recursos artístico-corporales muy útiles:

Los corporales desde lo más sencillo como una respiración, un cerrar los ojos, sentir el aire que entra por la nariz, el aire que sale, registrar como se mueve el cuerpo… y ya estamos en otro estado nosotros, los alumnos, todos. Podemos utilizar diferentes tipos de caminados, se pueden hacer cosas muy sencillas, si la energía está muy baja podemos probar con un caminar vital, si la energía está muy alta podemos probar con un caminar pacífico, lento, jugar con la cámara lenta. También la danza, el movimiento, la expresión corporal, hay muchos contenidos que se pueden aprender a partir del movimiento. Para aprender el sistema solar… si lo veo sólo en una lámina,

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quizás lo recuerde luego, no sé, ahora si sumamos la lámina, más el relato, más la experiencia de representación. Si uno hace de Tierra, uno es Saturno, otro es Plutón, otro de Sol, los otros miran. y ven como se mueven. Realmente queda registrado el aprendizaje, lo podemos recordar, nos divertimos un montón, la pasamos bien, tenemos ganas de volver, estamos desarrollando nuestra creatividad, nuestra capacidad creadora, nuestro sistema emocional. Los plásticos: dibujo, pintura, podemos pintar y dibujar cómo nos estamos sintiendo. En este sentido ahora sabemos bastante cómo colabora, por ejemplo, el uso de los mandalas (realizarlos y/o pintarlos) en el desarrollo de la vida emocional y cognitiva en todas las edades.

Los plásticos complejos, el collage por ejemplo, las máscaras, los cómics, los títeres, las historietas, las instalaciones.

Los literarios, desde el cuento, la poesía, la carta, el guión, por ejemplo lo de las máscaras o los títeres lo podemos acompañar con un guión, podemos armar un guión o podemos dividir por grupos, unos arman el guión, otros los títeres. Escribir biografías, redactar (en vez de historias ajenas) sobre verdades mías o cercanas, o de mi abuela o de mi abuelo.

Entonces ahí tenemos también lenguajes sonoros: la canción, la voz, la música, los instrumentos. Se puede utilizar algo de música para preparar para algún trabajo y/o para acompañarlo, también pueden ser partícipes de la música como cantar o improvisar con instrumentos.

También podemos incorporar los lenguajes teatrales: improvisaciones teatrales, crear personajes, hacer roll-play. Todo se puede representar, podemos representar un amanecer o podemos representar una junta patriótica, podemos representar algo difícil, angustioso, algo placentero y agradable, según lo que necesite procesar y/o aprender.

Y los tecnológicos, como fotografía, los adolescentes ahora tienen celulares con cámara fotográfica, pueden sacar fotos a aquello con lo que estemos trabajando y utilizar esas fotos. Se puede filmar, hacer videos, películas, se puede hacer radio, cine, animación.

Y cruzar los lenguajes como por ejemplo, una tabla de multiplicar, la podemos hacer poesía si la cruzamos con un ritmo, le podríamos poner música y lo transformamos en canción, etc. Por ejemplo una situación histórico-familiar podemos transformarla en un cuento o novela, construir personajes, representarla. También podemos transformar una situación de nuestra vida en una canción y pintarla.

Cuando empezamos a jugar, el chico o adolescente entiende que puede poner ideas en juego, entonces el kinestésico hace un aporte, el musical hace otro, el interpersonal hace otra propuesta., Si el docente llega con una idea, con el aporte de los alumnos una propuesta se súper enriquece. El funcionamiento del hemisferio izquierdo, como es secuencial, la información circula de manera lineal, uno le dice al otro lo que tiene que hacer. Entonces queda en el aula como único referente el adulto. Abrir el juego al grupo posibilita que entre ellos se comuniquen, que entre ellos se acompañen, que entre ellos se enseñen, quien más sabe de algo enseñe en eso al otro, el que más sabe de música le ayuda al otro a solfear, el que sabe matemática le ayuda a resolver al otro, y así se genera un clima muy solidario en el grupo y estamos infiltrando educación emocional.

Estos recursos también pueden llevarse a la casa, a uno mismo, al trabajo. Con niños, adolescentes, adultos y adultos mayores. Utilizar recursos corporales para comenzar mi día, para descargar un enojo, una frustración; recursos plásticos para tramitar una emoción, una situación; recursos sonoros para prepararme para una tarea, o para acompañar un proceso, etc.

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En el caso de verdaderas historias traumáticas, poder transformar lo vivido a través de la expresión artística puede ser una importante posibilidad de resiliencia.

F- Conciencia de uno mismo

En psicología se utiliza el término metacognición, término bastante denso, para referirse a una conciencia del proceso de pensamiento, metahumor para referirse a la conciencia de las propias emociones. Podemos usar el término conciencia de uno mismo, en el sentido de una atención progresiva a los propios estados internos.

Por ejemplo, William Styron (citado en Goleman, 1995) parece estar describiendo algo semejante a esta facultad al escribir: “ser acompañado por un segundo ser… un observador espectral que, sin compartir la demencia de su doble, es capaz de contemplar con desapasionada curiosidad mientras su compañero lucha.

En el mejor de los casos, la auto-observación permite una conciencia ecuánime de sentimientos apasionados o turbulentos. Como mínimo, se manifiesta simplemente como un leve retroceso de la experiencia, una corriente de conciencia paralela que es “meta”: suspendida por encima o a un costado de la corriente principal, consciente de lo que está ocurriendo, en lugar de quedar inmersa y perdida en la misma. Es la diferencia que existe, por ejemplo, entre sentir una rabia asesina con respecto a alguien y elaborar el pensamiento autorreflexivo “Esto que siento es rabia”, incluso mientras uno está furioso. En términos de la mecánica nerviosa de la conciencia, este sutil cambio en la actividad mental supuestamente señala que los circuitos neocorticales están controlando activamente la emoción, un primer paso para alcanzar cierto control. Esta conciencia de las emociones es la competencia emocional fundamental sobre la que se construyen las demás, como el autocontrol emocional.

En resumen, conciencia de uno mismo significa ser “consciente de nuestro humor y también de nuestras ideas sobre ese humor”, según palabras de John Mayer.

La conciencia de uno mismo posee un efecto más poderoso sobre los sentimientos intensos y de aversión: la comprensión de que: “Esto que siento es rabia”, ofrece un mayor grado de libertad; no sólo la posibilidad de no actuar sobre ellos, sino la posibilidad añadida de tratar de librarse de ellos.

G- La templanza, la búsqueda de equilibrio emocional

El autodominio, el ser capaces de soportar las tormentas emocionales, en lugar de ser “esclavos de la pasión”, ha sido elogiado como virtud desde los tiempos de Platón. La antigua palabra griega que lo define era sophrosyne, “cuidado e inteligencia para conducir la propia vida; equilibrio y una sabiduría templados”. Los romanos y la primitiva iglesia cristiana lo llamaron temperantia, templanza, el dominio del exceso emocional. El objetivo es el equilibrio, no la supresión emocional: cada sentimiento tiene su valor y su significado. Una vida sin pasión sería un aburrido páramo de neutralidad, aislado y separado de la riqueza de la vida misma. Pero, como señaló Aristóteles, lo que se quiere es la emoción adecuada, el sentir de manera proporcionada a las circunstancias. Cuando las emociones son demasiado apagadas crean aburrimiento y distancia; cuando están fuera de control y son demasiado extremas y persistentes, se vuelven patológicas, como en la depresión inmovilizante, la ansiedad abrumadora, la furia ardiente y la agitación maníaca.

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El arte de serenarnos es una habilidad fundamental para la vida. Algunos pensadores del campo psicoanalítico, como John Bowlby y D. W. Winnicott, consideran que se trata de una de las herramientas psíquicas más importantes. La teoría afirma que los niños emocionalmente sanos aprenden a serenarse tratándose ellos mismos de la misma forma en que los han tratado las personas que los cuidaban, lo que los hace menos vulnerables a las perturbaciones del cerebro emocional

H- Estado de Flujo y desempeño óptimo

Ser capaz de entrar en el así llamado flujo es el punto óptimo de la inteligencia emocional; el flujo representa tal vez lo fundamental en preparar las emociones al servicio del desempeño y el aprendizaje. En el flujo, las emociones no sólo están contenidas y canalizadas, sino que son positivas, están estimuladas y alineadas con la tarea inmediata. Quedar atrapado en el aburrimiento de la depresión o en la agitación de la ansiedad significa quedar excluido del flujo. Sin embargo, el flujo (o microflujo, más tenue) es una experiencia que casi todo el mundo tiene de vez en cuando, sobre todo cuando alcanza el desempeño óptimo o llega más allá de sus límites iniciales. Tal vez queda mejor captado por el extático acto amoroso, la fusión de dos seres en uno fluidamente armonioso.

El flujo es un estado en el que la gente queda profundamente absorta en lo que está haciendo, dedica una atención exclusiva a la tarea y su conciencia se funde con sus actos. En efecto, reflexionar demasiado sobre lo que está ocurriendo interrumpe el flujo; el sólo pensar “estoy haciendo esto maravillosamente bien” puede interrumpir la sensación de flujo. La atención queda tan concentrada que la persona sólo es consciente de la estrecha gama de percepción relacionada con la tarea inmediata y pierde la noción de tiempo y espacio.

Paradójicamente, la persona que se encuentra en este estado muestra un perfecto control de lo que está haciendo y sus respuestas guardan perfecta sintonía con las exigencias cambiantes de la tarea. Y aunque la persona alcanza un desempeño óptimo mientras se encuentra en este estado, no le preocupa cómo está actuando ni piensa en el éxito o en el fracaso: lo que la motiva es el puro placer del acto mismo.

La entrada en esta zona también puede producirse cuando la persona encuentra una tarea para la que tiene habilidades y se compromete en ella a un nivel que en cierto modo pone a prueba su capacidad. Las personas parecen concentrarse mejor cuando las exigencias son un poco mayores de lo habitual. Si se le exige demasiado poco, la gente se aburre. Si tiene que ocuparse de demasiadas cosas, se vuelve ansiosa. El estado de flujo se produce en esa delicada zona entre el aburrimiento y la ansiedad.

El placer espontáneo, la gracia y la efectividad que caracterizan al estado de flujo son incompatibles con los asaltos emocionales, en los que el ataque límbico se apodera del resto del cerebro. La calidad de atención durante el estado de flujo es relajada aunque sumamente concentrada. Se trata de una intensidad muy distinta del esfuerzo que hacemos para prestar atención cuando estamos cansados o aburridos o cuando nuestra concentración se ve acosada por sentimientos inesperados como la ansiedad o la ira.

Al observar a alguien que se encuentra en estado de flujo se tiene la impresión de que lo difícil resulta fácil; el desempeño óptimo parece natural y corriente. Esta impresión es comparable con lo que ocurre dentro del cerebro, donde se repite una paradoja similar: las tareas más desafiantes se realizan con un gasto mínimo de energía mental. En el estado de flujo, el cerebro está “fresco”,

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su excitación e inhibición del circuito nervioso está en sintonía con la exigencia del momento. Cuando la persona está ocupada en una actividad que capta y retiene su atención sin esfuerzo, su cerebro se “tranquiliza” en el sentido de que se produce una disminución de la excitación cortical.

Gardner considera el estado de flujo y los estados positivos que lo caracterizan, como parte de la forma más saludable de enseñar a los chicos, motivándolos desde el interior más que amenazándolos u ofreciéndoles una recompensa. “Deberíamos utilizar los estados positivos de los niños para incitarlos a aprender en los campos donde ellos puedan desarrollas sus capacidades”. El estado de flujo es un estado interno que significa que un niño está ocupado en una tarea adecuada. Uno debe encontrar algo que le guste y ceñirse a eso. Es el aburrimiento en la escuela lo que hace que los chicos peleen y alboroten, y la sensación abrumadora de un desafío lo que les provoca ansiedad con respecto a la tarea escolar. Pero uno aprende de forma óptima cuando tiene algo que le interesa y obtiene placer ocupándose de ello”.

I- Centro del ciclón

Según cuenta un antiguo relato japonés, un belicoso samurái desafió en una ocasión a un maestro zen a que explicara el concepto de cielo e infierno. Pero el monje respondió con desdén: “No eres más que un patán. ¡No puedo perder el tiempo con individuos como tú!.

Herido en lo más profundo de su ser, el samurái se dejó llevar por la ira, desenvainó su espada y gritó: “Podría matarte por tu impertinencia”.

“Eso”, respondió el monje con calma, “es el infierno”.

Desconcertado al percibir la verdad en lo que el maestro señalaba con respecto a la furia que lo dominaba, el samurái se serenó, envainó la espada y se inclinó, agradeciendo al monje la lección.

“Y eso”, añadió el monje, “es el cielo”.

El súbito despertar del samurái a su propia agitación ilustra la diferencia crucial que existe entre quedar atrapado en un sentimiento y tomar conciencia de que uno es arrastrado por él.

Es decir, cuándo estamos en el centro del ciclón y cuándo estamos perdidos en él.

J- Desarrollo de la Capacidad Creadora

“La introducción de la actividad artística de los primeros años de la infancia podría muy bien ser la causa de las diferencias visibles entre un hombre con capacidad creadora propia y otro que a pesar de cuanto haya sido capaz de aprender no sepa aplicar sus conocimiento, carezca de recursos e iniciativa propia y tenga dificultades con sus relaciones en el medio que actúe”. (Lowenfeld Victor)

Es decir, una persona puede incorporar muchísima información, en la ilusión de que va a ser muy competente y muy competitivo… Y después no sabe cómo armar pareja, no sabe qué hacer con su hijo, no sabe cómo enfrentarse a las mesas de exámenes de la facultad, no sabe cómo resolver situaciones con su jefe y con sus compañeros, no sabe cómo entender lo que le pasa dentro, no puede tramitar su vida emocional y vincular, ni solucionar creativamente las situaciones cotidianas.

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Al transitar nuestra vida incorporando el concepto de desarrollo de la capacidad creadora, estaremos aprendiendo recursos que enriquecen nuestros aprendizajes.

El niño nace con curiosidad, el niño es curioso, el niño desde bebé ya está creando, desde el mismo momento que no tiene la teta va a fantasear que la tiene, está imaginando, son las primeras posibilidades de imaginación, si es que no lo empezó a hacer antes.

En el juego va creando todo el tiempo, ¿qué hace cuando inventa, cuando crea? Está resolviendo lo que pasa en su interior y con el exterior. Es creativo, creador, es lúdico, tiene mucha curiosidad, tiene impulso creador.

Ahora bien, los que lo acompañamos podemos facilitar ese impulso creador o interrumpirlo, interferirlo.

K- El contagio emocional

De acuerdo con De Andrés y Andrés, no solo se trata de percibir, comprender y regular nuestras emociones, sino también las de los demás. Y podemos hacerlo pues nuestro cerebro está diseñado para ser regulado no sólo internamente sino externamente: es el “circuito abierto del sistema límbico”, un circuito cerebral que está preparado para emitir nuestras emociones y captar las de quienes nos rodean. ¡Por eso las emociones se contagian! Y la más contagiosa es la alegría y su expresión más estridente: la risa.

Este circuito abierto de nuestro cerebro, está tan integrado en nuestro funcionamiento que opera de manera inconsciente. La investigación científica realizada a este respecto monitoreando respuestas fisiológicas como el ritmo cardíaco, por ejemplo, de dos personas que se hallan inmersas en una conversación cordial ha puesto de relieve la existencia de este tipo de sincronización emocional. Al comienzo de una determinada interacción, los ritmos corporales de los implicados son diferentes, pero al cabo de unos quince minutos, acaban sincronizándose, un fenómeno que ha sido denominado “mirroring”, o “contagio emocional”.

Esta información que viene de la mano de la neurología no es para alarmarnos y alejarnos de las personas, sino para tomar conciencia de que nosotros podemos contagiar emociones positivas a los demás. Ver cuán importante es trabajar sobre nuestras emociones para poder contagiarlas positivamente a los más. Tomemos conciencia de cómo nos sentimos antes de ir a una reunión, antes de dar una clase, antes de hablar con nuestro equipo de trabajo, antes de sentarnos a la mesa con nuestra familia, sabiendo que vamos a contagiar a los demás nuestra emoción.

L- Perdonar

Cuentan que un alumno fue a ver a su maestro en busca de explicaciones concretas con respecto a la idea del perdón y del resentimiento.

-Maestro, no entiendo esos conceptos.

Entonces el maestro dijo:

-Quiero que a partir de hoy cargues en tus hombros un saco de patatas.

-¿Patatas?- Preguntó asombrado el alumno.

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-Sí, tantas patatas como temas que no hayas perdonado y que tengas en tu corazón. Para cada tema o persona que sientas resentimiento, pon una patata, envuélvela en un plástico, colócale una etiqueta con fecha y nombre.

El maestro le dijo que fuera con ese saco a todas partes durante una semana, que de noche lo pusiera adentro de su cama, y que al levantarse lo cargara en sus hombros, como una mochila. A media que fue transcurriendo la semana, las patatas naturalmente se fueron deteriorando, el hedor terminó siendo insoportable y el peso también. Incapaz de resistir más, el joven fue a ver nuevamente a su maestro y le dijo:

-No puedo más cargar con este peso. Es insoportable.

Entonces el maestro le respondió:

-Eso mismo sucede cuando no perdonas

APÉNDICE 1

Nuevos niños

Hay que tener en cuenta que “el ser humano sigue evolucionando”, es algo natural, seguimos evolucionando. Los antropólogos están hablando de que el homo está cambiando, de ser homosapiens, (ya están buscando el nombre, uno de los nombre que se baraja es “homonoeticus”) a ser un homo de conciencia, un ser humano que tiene muy activado su hemisferio derecho, que equilibra naturalmente ambos hemisferios, y todo el circuito emoción (corazón, sist. Límbico), cuerpo y mente.

Características de los niños y niñas de hoy

Necesidades a nivel educativo formal y no formal

Autodesarrollo, autónomo, autorealización y aprendizaje autodidacta

Educación participativa, responsabilidad, independencia, investigaciones propias, funcionamiento por proyectos

Alta sensibilidad emocional, social, ética y espiritual. Talento intuitivo y elevada empatía

Entorno emocionalmente estable, mucho afecto, respeto y tolerancia de las diferencias

Sincronización natural de ambos hemisferios cerebrales

Destrezas del hemisferio derecho: multilateralidad, multidimensionalidad, supra-atención, simultaneidad.

Actividades artísticas que preparan para el aprendizaje y/o están incluidas en el proceso de aprendizaje, cualquiera sea el contenido del mismo.

Creatividad, flexibilidad, explorar, inventar cosas. Mucho movimiento y actividades lúdicas.

Inteligencia emocional supra-desarrollada Educación emocional

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Coordinan inteligencias múltiples Actividades por grupos de tarea e interés, Actividades artísticas, al aire libre y en la naturaleza.

Multiculturalidad. Desarrollo integral. Herramientas bio-inteligentes

Necesidad absoluta de ser respetados, muy creativos, mucha más energía

Ambiente de respeto, libertad, permiso a la expresión y límites claros

Si observamos, vemos niños muy conectados con el cerebro emocional, muy empáticos, tanto es así que a veces no saben qué hacer con todo lo que están sintiendo y muchas veces se les hace muy duro estar en un entorno educativo áspero, agrio, gritón. Le es difícil, son muy sensibles. Muy conectados con el cerebro físico, tienen mucha, mucha energía, y necesitan moverse. Son autodidactas, aprenden muy rápidos porque tienen muy desarrollado el hemisferio derecho por la misma capacidad intuitiva de ir rápidamente al todo, de percibir desde el todo y por la simultaneidad y la lateralidad… la maestra dice algo y el alumno ya entendió, ya sabe de lo que va a hablar, asocia rápidamente, recuerda. Puede estar en varios aspectos al mismo tiempo. Puede estar escuchando a la maestra, charlando con la compañera, haciendo el dibujito, percibiendo el auto que pasó por la calle y percibiendo como se siente el abuelo, en su casa.

Ahora nosotros que estamos allá adelante le decimos: “mirame, no me m irás, no me estás escuchando”, porque es cierto, antes era así, las personas que tienen un funcionamiento mayor en el hemisferio izquierdo si no me miran no me va a escuchar, es cierto, pero estos chicos sí pueden, ustedes observen y notaran que pueden hacerlo.

Además tienen una necesidad muy fuerte de ser respetados.

Estos chicos poseen tal fuerza y como quieren ser profundamente respetados, no se rinden: denuncian, actúan, se deprimen, agreden, etc. Se enojan con la escuela, no quieren asistir, “me aburro en la escuela”; “no quiero ir”; “la seño no me escucha”, o realizan acciones determinadas para ser expulsados.

Hiperactividad y niño sano

Nº Síntomas de una hiperactividad disfuncional

Gran actividad en niños y niñas sanos y funcionales

1. A pesar de que el niño esté estudiando o jugando con algo de su interés, no puede quedarse concentrado por mucho tiempo. Tiene que levantarse, hacer otra cosa, dispersarse.

Si el niño está absorto en un tema de su interés (por ejemplo pintar un mandala, jugar con el ordenador, hacer una construcción de bloques) puede quedarse concentrado por mucho tiempo.

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2. Su actividad motora es excesiva. Se mueve constantemente y hace movimientos que no parecen justificados. Parece que se mueven por moverse o simplemente por llamar la atención.

Algunos de estos niños también se mueven todo el tiempo, pero con buena coordinación y con motivos para moverse. Sus actividades son congruentes, de acuerdo a un proyecto coherente específico y continuo que el niño se propone.

3. Gran y constante impulsividad, por ejemplo para tomar una iniciativa, responder a una pregunta y en general, sin respeto a los demás. Le hablas de respeto y no hace caso (aún si lo desea).

Si bien es cierto que este niño tiene a veces una gran velocidad de ejecución, es más maduro y consecuente con sus acciones, y más respetuoso. Si le hablas de respeto, sí escucha y entiende.

4. No suelen acabar aquello que empiezan.

Dejan las cosas sólo si se aburren; en caso contrario terminan sus tareas con éxito.

5. En general, tienen dificultades de aprendizaje, a veces asociado con dificultades de socialización, conflictos personales, falta de autocontrol y autodisciplina.

Pueden tener dificultades de aprendizaje en general, pero es porque no les gustan los métodos convencionales de repetición y uniformidad del sistema escolar tradicional. No obstante, tienen una enorme facultad para aprender muchas cosas rápidamente (especialmente si el tema les atrae y el método es participativo).No está asociado a trastornos sociales; por el contrario, suelen ser bastante carismáticos y queridos.

6. La coordinación motriz suele ser brusca, rápida y un poco torpe. Rompen cosas. Suelen sufrir accidentes.

Sus movimientos, si bien son rápidos, no suelen ser torpes. En general tienen un excelente equilibrio, saben medir el peligro y no sufren de accidentes.

7. Suelen perder o extraviar sus cosas. ¡También!

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APÉNDICE 2

Coherencia Cerebro-Corazón "El corazón tiene razones que la razón no entiende" Blaise Pascal “El entendimiento no se realiza por la mente sino por el corazón. No es que la mente no sea importante, pero la hemos sobredimensionado, no vivimos la experiencia de las cosas, la explicamos, la razonamos, pero no la vivenciamos” Enric Corbera El corazón tiene cerebro. Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo. Gracias a esos circuitos tan elaborados, parece que el corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro; y que puede aprender, recordar e incluso percibir. Existen cuatro tipos de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro de la cabeza: 1. La comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias. Significa que el corazón puede influir en nuestra manera de pensar. Puede influir en nuestra percepción de la realidad y por tanto en nuestras reacciones. 2. La información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor. 3. La comunicación biofísica mediante ondas de presión. Parece ser que a través del ritmo cardiaco y sus variaciones el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo. 4. La comunicación energética el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se vuelve caótico. Y se ordena con las emociones pacíficas. El campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir, que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón. El corazón produce 2.5 vatios de energía eléctrica en cada pulsación, creando así un campo electromagnético idéntico al campo electromagnético alrededor de la Tierra. El campo electromagnético del corazón rodea el cuerpo y genera ondas de energía como la radio y ondas de luz que constituyen la principal fuente de información sobre la cual el cuerpo y el cerebro construyen nuestra red neural y la percepción del mundo

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El circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza. Hay dos clases de variación de la frecuencia cardiaca: una es armoniosa, de ondas amplias y regulares, y toma esa forma cuando la persona tiene emociones y pensamientos pacíficos, elevados y generosos (por ejemplo: gratitud y perdón) La otra es desordenada, con ondas incoherentes y aparece con las emociones como el miedo, la ira, la desconfianza y la culpa. La conclusión es que el amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente. El cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad. Está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones pacíficas. Este potencial empieza a estar accesible para un gran número de personas y se activa: - Cultivando las cualidades del corazón: la apertura hacia el prójimo, el escuchar, la paciencia, la cooperación, la solidaridad, la aceptación de las diferencias, la confianza. - Librándonos del miedo, la avaricia y el ansia de dominio, mecanismos que están anclados profundamente en el ser humano porque nos han servido para sobrevivir millones de años. - Tomando la posición de testigos, observando nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, y escogiendo las emociones que nos pueden hacer sentir bien. Cultivando el silencio, contactando con la naturaleza, la actividad artística, meditando, contemplando, y más. “Cuando el mensaje del cerebro y del corazón están sintonizados estamos en coherencia, cuando ello no ocurre estamos deprimidos, en crisis existencial, desconectados, etc. (…) Detrás de nuestros fracasos y frustraciones en la vida hay una historia de emociones mal gestionadas.” Enric Corbera Regular o gestionar las emociones humanas es el próximo paso evolutivo de la Humanidad. Algunos países como Cuba, México, Perú, Chile y Argentina, están aprendiendo que para sanar la sociedad en la que viven es necesario enseñar a los niños a gestionar sus emociones.

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APÉNDICE 3

Cultura de paz

También trabajando así estamos transformándonos los adultos y acompañando a los niños a formar otra Cultura. Todas las decisiones tomadas solamente desde la razón, dice el neurólogo António Damásio, son peligrosas. Yo le agrego, también desde lo impulsivo, es decir, aquellas decisiones tomadas solamente desde el hemisferio izquierdo y/o desde el cerebro reptil, si no están acompañadas del afecto, del hemisferio derecho, del sistema límbico, del corazón, son muy peligrosas, lo han sido y lo son, a nivel personal, social y planetario.

Por eso es tan importante incluir en el proceso de aprendizaje herramientas de trabajo que involucren la armonización cerebral y hemisférica, el corazón, el cuerpo; y de esta manera también estamos generando una cultura de PAZ.

“El énfasis en el desarrollo de las capacidades cognitivas en detrimento del aspecto emocional es una de las causas de la decadencia del comportamiento ético en la sociedad moderna. Los procesos emocionales son parte del proceso de toma de decisiones y funcionan como vectores de acciones e ideas, sentando las bases de la reflexión y la opinión. Sin una implicación emocional, cualquier acción, idea o decisión estaría basada en consideraciones meramente racionales y, para que una persona tenga un comportamiento ético sólido (base de la ciudadanía), es necesaria la participación emocional. (…) Facilitar la consecución de un mejor equilibrio entre desarrollo emocional y cognitivo contribuye al desarrollo de una cultura de paz.” (Antonio Damasio).

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APÉNDICE 4

1. Los cinco pasos para trabajar mis emociones (Fred Kofman , citado en Andres y de Andres 2010)

Paso 1: AUTOCONCIENCIA

Ser testigo de mí y mi emoción. ¿Qué siento?

Paso 2: AUTOACEPTACIÓN Aceptar sin juzgar la emoción Acepto lo que siento

Paso 3: AUTORREGULACIÓN Controlar los impulsos, demorar la satisfacción Pausa, respiro, elijo

Paso 4: AUTOANÁLISIS Observo mis pensamientos y palabras ¿Cuál es la historia que me cuento detrás de la emoción? ¿Cuáles son los hechos?

Paso 5: EXPRESIÓN Expresar ¿Cómo puedo expresar lo que me pasa con integridad de acuerdo con mis valores y con efectividad?

2. Los cinco pasos para ayudar a trabajar las emociones de los otros.

Paso 1: RECONOCER (empatía) ¿Qué siente el otro? Descubrir lo que siente el otro usando la empatía y la observación. Evitar las conclusiones apresuradas, la lectura de la mente (creer saber lo que el otro piensa o siente).

Paso 2: ACEPTAR (compasión) Acepto lo que siente la otra persona sin juzgar ni contradecir lo que siente. Usar la compasión. Evitar decir “No estés triste”, “No te pongas mal”.

Paso 3: INFLUIR (contención y regulación) Crear un clima de influencia que propicie la apertura, con resonancia empática. Ayudo a que el otro pueda regular sus emociones y se sienta contenido. Que haga una pausa, que respire, etc.

Paso 4: INDAGAR (pensar)

Formular preguntas para entender de dónde proviene la emoción. Ayudo a que el otro vea la racionalidad de sus pensamientos ¿Cuál es la historia que te cuentas detrás de la que vive tu emoción?

Paso 5: ESCUCHAR (presencia) Estar presente para poder escuchar las respuestas a las preguntas, con la intención de descubrir las necesidades e intereses del otro, a fin de guiar el accionar hacia buen puerto. ¿Qué necesitas para sentirte satisfecho?

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BIBLIOGRAFÍA

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-Berrocal y Extremera (2005) Educación Emocional. Saragoza. España. (Versión electrónica de la Revista

Interuniversitaria de Formación del Profesorado. Vol 19, N° 3).

-Desjardins, Denise (1996) Breve tratado de la emoción. Barcelona. España Ed. Los pequeños libros de la

sabiduría.

-Esquivel (2001). El libro de las emociones: son de la razón sin corazón. (1° ed. virtual) e-libro.net.

-Fernandez Berrocal (2006) Entrevista en infocop on line.

-Goleman, D. (1995). La inteligencia emocional. Buenos Aires: Javier Vergara Editor S.A.

(2011). El cerebro y la inteligencia emocional: nuevos descubrimientos. Ed. Grupo Zeta.

-Lowenfeld, Viktor (1961) Desarrollo de la capacidad creadora. Ed. Kapelusz. BsAs.

-Malaisi, L. (2011). Descubriendo mis emociones y habilidades. San Juan. Argentina: Editorial Educación

Emocional Argentina.

-Ortiz Torres, María Rosa (2012) Conferencia “Herramientas para educar a través del arte”, Mendoza.

Argentina. Desarrollada en el marco del programa Medios en la Educación del Diario Los Andes.

-Palmero, F y Fernández Abascal (sf) Emociones y Salud. (versión electrónica)

-Paymal, Noemí (2010) “Pedagooogía 3000. Guía práctica para docentes, padres y uno mismo”. Ed Ox La-

Hun. Bolivia

-Soler, M. y Porcar, M. (2001) Los procesos del pensamiento creativo. Mendoza. Argentina. Ed. Facultad de

Educación Elemental y Especial. Universidad Nacional de Cuyo.

-Vivas, M. , Gallego, D. y González, B. (2007). Educar las emociones. (2° ed). Mérida, Venezuela: Producciones

Editoriales C. A. (versión electrónica)

-Wilber, Ken (1986). Psicología integral. Ed. Kairós. Barcelona.

Autores para investigar:

o Annie Marquier (Cerebro del corazón) o Antonio Damasio (Cultura de Paz) o Sperry y Gazzaniga (Hemisferios cerebrales) o Papez y Mac Lean (Cerebro triuno) o Ken Robinson (Creatividad) o Lic. Enric Corbera (Conciencia total. Coherencia Cerebro-Corazón) o Instituto HeartMath (Cerebro del corazón) o Luis Angel Dias (Cerebro del corazón)