massage baby

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1 2 3 4 5 6 Este contenido proviene de El Enbarazo y Tu Bebé El poder del tacto Tanto si decides llevar al bebé a sesiones de masaje como si optas por un método más casero, no dudes de que notarás en ti y en tu bebé el poder relajante del tacto. T e aconsejamos esperar hasta que el bebé tenga unas seis semanas, cuando ya dispondrás del tiempo y la energía necesarios para disfrutar dán- dole un sencillo masaje e incorporarlo a la rutina cotidiana. Los masajes ofrecen beneficios importantes para la salud del bebé: reducen las hormonas de estrés, alivian los sínto- mas de resfriado, cólico y dentición, mejoran el tono mus- cular y estimulan la liberación de hormonas del crecimiento. Y también ofrecen beneficios para los padres: dar un masa- je te ayuda a relajarte, y se ha comprobado que puede ali- viar la depresión posparto. El mejor momento para ponerse manos a la obra es des- pués de haberle bañado o por la mañana, cuando está des- cansado. Tiéndelo sobre una toalla en una habitación cal- deada y usa aceite de masaje para bebés o aceite de girasol orgánico, para que tus manos se deslicen sobre su piel. Pies Cógele un pie y muévelo suavemente en círculo, varias veces en cada dirección; haz lo mismo con el otro. Acaríciale el empeine de ambos pies. Con el pulgar, traza pequeños círculos en la planta de cada pie, con firmeza, para no hacerle cosquillas. Para terminar, pinza cada dedo con tu índice y tu pulgar y tira suavemente, hasta que el dedito se escurra. Piernas Las piernas son menos sensibles que las manos y el torso, así que empieza por aquí, para no sobresaltarle. Toma un poco de aceite, caliéntalo con las manos, luego rodea con ellas uno de sus muslos y tira hacia abajo con suavidad, primero con una mano y después con la otra, como si le estuvieras ordeñando. Aprieta con suavidad. Haz lo mismo en la otra pierna. Brazos Aplica el mismo masaje suave que en las piernas. Empieza en la axila y baja hasta la muñeca. Agárrale la mano y muévela suavemente en círculos varias veces en cada dirección. Luego traza círculos con tu pulgar sobre la palma de su mano. Haz lo mismo en el otro brazo. Para terminar, pinza cada dedo con tu índice y tu pulgar y tira con suavidad, hasta que el dedito se escurra. Espalda Con suavidad, ponle boca abajo. Con las yemas de los dedos, traza pequeños círculos a lo largo de su columna con un movimiento descendente. Luego traza movimientos más amplios (como en el pecho) desde los hombros hasta los pies, con ritmo regular. Pecho Pon tus manos sobre su pecho con las palmas hacia abajo y acaríciale con amplios movimientos circulares hacia fuera. Repítelos varias veces. Pon una mano sobre su pecho y deslízala hacia sus muslos, y repite el movimiento alternando las manos rítmicamente. Ahh… qué bien Ponle boca arriba y abrázale. Ya estará preparado para comer y luego irse a la cama, o para echarse una siesta reparadora. Sea como sea, el resultado es un bebé satisfecho y relajado. Un masaje suave puede ayudarle a expulsar gases. Si le hace falta, añade un paso a la secuencia (después del paso 4) y frótale la tripa con movimientos en el sentido horario.

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Massage Baby

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Page 1: Massage Baby

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Este contenido proviene de El Enbarazo y Tu Bebé

El poder del tactoTanto si decides llevar al bebé a sesiones de masaje como si

optas por un método más casero, no dudes de que notarás

en ti y en tu bebé el poder relajante del tacto.

Te aconsejamos esperar hasta que el bebé tenga

unas seis semanas, cuando ya dispondrás del

tiempo y la energía necesarios para disfrutar dán-

dole un sencillo masaje e incorporarlo a la rutina cotidiana.

Los masajes ofrecen beneficios importantes para la salud

del bebé: reducen las hormonas de estrés, alivian los sínto-

mas de resfriado, cólico y dentición, mejoran el tono mus-

cular y estimulan la liberación de hormonas del crecimiento.

Y también ofrecen beneficios para los padres: dar un masa-

je te ayuda a relajarte, y se ha comprobado que puede ali-

viar la depresión posparto.

El mejor momento para ponerse manos a la obra es des-

pués de haberle bañado o por la mañana, cuando está des-

cansado. Tiéndelo sobre una toalla en una habitación cal-

deada y usa aceite de masaje para bebés o aceite de girasol

orgánico, para que tus manos se deslicen sobre su piel.

PiesCógele un pie y muévelo suavemente

en círculo, varias veces en cada dirección;

haz lo mismo con el otro. Acaríciale el

empeine de ambos pies. Con el pulgar,

traza pequeños círculos en la planta de

cada pie, con firmeza, para no hacerle

cosquillas. Para terminar, pinza cada dedo

con tu índice y tu pulgar y tira suavemente,

hasta que el dedito se escurra.

Piernas Las piernas son menos sensibles que

las manos y el torso, así que empieza por

aquí, para no sobresaltarle. Toma un poco

de aceite, caliéntalo con las manos, luego

rodea con ellas uno de sus muslos y tira

hacia abajo con suavidad, primero con

una mano y después con la otra, como

si le estuvieras ordeñando. Aprieta con

suavidad. Haz lo mismo en la otra pierna.

Brazos Aplica el mismo masaje suave que en las

piernas. Empieza en la axila y baja hasta

la muñeca. Agárrale la mano y muévela

suavemente en círculos varias veces en cada

dirección. Luego traza círculos con tu pulgar

sobre la palma de su mano. Haz lo mismo

en el otro brazo. Para terminar, pinza cada

dedo con tu índice y tu pulgar y tira con

suavidad, hasta que el dedito se escurra.

Espalda Con suavidad, ponle boca abajo. Con

las yemas de los dedos, traza pequeños

círculos a lo largo de su columna con un

movimiento descendente. Luego traza

movimientos más amplios (como en el

pecho) desde los hombros hasta los

pies, con ritmo regular.

Pecho Pon tus manos sobre su pecho con

las palmas hacia abajo y acaríciale con

amplios movimientos circulares hacia

fuera. Repítelos varias veces. Pon una

mano sobre su pecho y deslízala hacia

sus muslos, y repite el movimiento

alternando las manos rítmicamente.

Ahh… qué bien Ponle boca arriba y abrázale. Ya

estará preparado para comer y luego

irse a la cama, o para echarse una siesta

reparadora. Sea como sea, el resultado

es un bebé satisfecho y relajado.

Un masaje suave puede ayudarle a expulsar gases. Si le hace falta, añade un

paso a la secuencia (después del paso 4) y frótale la tripa

con movimientos en el sentido horario.