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2) Importancia del Marxismo en América Latina. El marxismo como teoría crítica en América latina, transitó por momentos de furia subversiva, para luego recaer en una quietud poca admirable para una teoría que propugna la lucha y la revolución. Este carácter dual del marxismo que se tambalea entre la sublevación y el sometimiento, deviene de las distintas lecturas e interpretaciones que de los escritos de Marx se han hecho. En este sentido, es necesario precisar las etapas del marxismo latinoamericano dependiendo de las acciones políticas en el continente y a nivel mundial, se trata entonces de establecer la correspondencia indisoluble entre la expresión teórica y la manifestación práctica. En América latina a finales del siglo XIX se produjo una oleada de obreros inmigrantes precedentes de Italia, España y Alemania, quienes inician una vanguardia obrera inspirada en la II Internacional. De esta forma se inicia el marxismo latinoamericano como una corriente orientada a la emancipación del hombre por medio de la política revolucionaria. Los primeros textos que intentaron el análisis de la sociedad latinoamericana a través de los postulados teóricos de Marx, surgieron en el seno de los partidos comunistas, cuya tesis central era la lucha revolucionaria en América ante los embates del imperialismo y del capitalismo.

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Marx

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Page 1: Marx

2) Importancia del Marxismo en América Latina.

El marxismo como teoría crítica en América latina, transitó por momentos de

furia subversiva, para luego recaer en una quietud poca admirable para una

teoría que propugna la lucha y la revolución. Este carácter dual del marxismo

que se tambalea entre la sublevación y el sometimiento, deviene de las

distintas lecturas e interpretaciones que de los escritos de Marx se han hecho.

En este sentido, es necesario precisar las etapas del marxismo latinoamericano

dependiendo de las acciones políticas en el continente y a nivel mundial, se

trata entonces de establecer la correspondencia indisoluble entre la expresión

teórica y la manifestación práctica.

En América latina a finales del siglo XIX se produjo una oleada de obreros

inmigrantes precedentes de Italia, España y Alemania, quienes inician una

vanguardia obrera inspirada en la II Internacional. De esta forma se inicia el

marxismo latinoamericano como una corriente orientada a la emancipación del

hombre por medio de la política revolucionaria. Los primeros textos que

intentaron el análisis de la sociedad latinoamericana a través de los postulados

teóricos de Marx, surgieron en el seno de los partidos comunistas, cuya tesis

central era la lucha revolucionaria en América ante los embates del

imperialismo y del capitalismo.

Concretamente el APRA fundado por el peruano Víctor Raúl Haya de la Torre,

durante la década de 1920 se presentó como un movimiento que incorporaba

el pensamiento marxista a la realidad latinoamericana, reconociendo las

especificidades de las sociedades latinoamericanas, posteriormente el aprismo

se aleja de la teoría marxista por considerarla una teoría eurocentrada, y

termina por absolutizar la singularidad de America Latina.

Al respecto Michel Lowy señala:

“El excepcionalismo Indo-americano tiende a absolutizar la especificidad

de América Latina y de su cultura, historia o estructura social. Llevado a

sus ultimas consecuencias, ese particularismo americano acaba por poner

en cuestión el propio marxismo como teoría exclusivamente europea”

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Tal vez, la lectura determinista y economicista de los escritos de Marx, por la II

internacional, es la razón por la cual ciertos pensadores se alejan

completamente de las ideas revolucionarias y transformadoras del propio Marx,

Sin embargo, es con el sociólogo peruano José Carlos Mariategui que la

militancia y el voluntarismo resurgen como la manifestación práctica del

marxismo. La furia subversiva, como herramienta de transformación social es

heredada de la mayor expresión revolucionaria del siglo XX, La Revolución

Rusa, donde el papel de la vanguardia revolucionaria es vital para el

establecimiento del modelo socialista, (sobre todo en el pensamiento

Leninista). De ahí que, para Mariategui el socialismo en América latina es el

resultado de una lucha histórica trabajada y no una casualidad momentánea.

Un ejemplo de la influencia que ejerció el pensamiento soviético en el

marxismo de América Latina, específicamente en Venezuela, es la creación en

1918 del periódico “El Obrero” que comienza a circular en la ciudad de

Caracas; las primeras ediciones del periódico estuvieron dedicadas a explicar

qué era el bolchevismo.

En definitiva, para el periodo que va desde 1920 hasta los inicios de los años

30, la importancia del marxismo radica en su adaptabilidad, la teoría marxista

proporciona los elementos para interpretar a la sociedad latinoamericana sin

prescindir de todas sus particularidades, señalando a su vez la importancia

universal de la praxis transformadora.

Ahora bien, durante la década de los años 30 se impone la interpretación

Estalinista de la teoría marxista. Surgen en América latina otro tipo de

dirigentes interesados en la III internacional. Vittorio Codovilla miembro del

Partido Comunista Argentino, representa fielmente los postulados de Stalin,

destaca que la posibilidad revolucionaria en América latina se da en el

escenario de una revolución democrático-burguesa. En este sentido, el sujeto

del cambio histórico social deja de ser el proletariado, en un primer momento el

sujeto de cambio será la burguesía, se trata entonces de una revolución

etapista de carácter inexorable.

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Sin embargo, en 1932 ocurre en el Salvador una insurrección popular que

contradice el programa político hegemónico. La rebelión contra la dictadura

gubernamental en el Salvador, esta impregnada de la voluntad de un pueblo

desfavorecido, marginado, y no de una reconocida clase burguesa. A pesar de

la intervención del Partido Comunista salvadoreño, (resuenan los nombres de

Farabundo Marti y Miguel Mármol) las armas en su mayoría eran los machetes

afilados de los campesinos indígenas. El gobierno, sin embargo, no dudo en

llenarse las manos de sangre, inmolando la esperaza de un resurgir

revolucionario.

La muerte de Mariategui y la Matanza en el Salvador parecen haber marcado

la decadencia de los postulados marxistas en América latina. El programa

político estalinista comienza a afianzarse en los Partidos Comunistas en todo el

continente, la estructura del Partido tendrá una orientación vertical, jerárquica y

burocrática siguiendo fielmente los pasos Stalin. En este sentido, El daño de la

interpretación stalinista del marxismo en América latina, tiene que ver con una

convicción del progreso de Europa, a la que América latina debía permanecer

fiel. Según esta doctrina America latina no estaría lista para una revolución

socialista sin antes recorrer la misma senda por la que Europa transitó.

Se cierne entonces, sobre Latinoamérica una atmosfera de apatía y desidia

hacia cualquier insurrección de carácter reinvidicativo. Posteriormente, con la

política de unidad nacional que Browder propone para los Estados Unidos, que

luego se extiende a los partidos comunistas de América latina, se elimina

cualquier tendencia de lucha y enfrentamiento social, y se apuesta por la

unidad resignada. En Cuba la izquierda resignada irónicamente, llego apoyar el

dictador reaccionario Fulgencio Batista solo porque representaba un aliado

contra la amenaza “Fascista”, análogamente, en Bolivia el Partido de la

Izquierda Revolucionaria se unió a la oligarquía en contra de los partidos

considerados “fascistas”. Sin embargo, en algunos países del continente se

mantienen grupos que desencantados con la vieja izquierda, resiste contra el

intervencionismo de Estados Unidos.

Page 4: Marx

Es este sentido, el ejército rebelde cubano liderado por Fidel Castro y Ernesto

Guevara, es un claro ejemplo de que la lucha por la liberación nacional siempre

estuvo latente en el corazón de América Latina. La Revolución Cubana reavivó

la verdadera lucha marxista que había sido desfigurada por el stalinismo, y

demostró que la Revolución socialista y antiimperialista no solo era posible sino

necesario en los confines de América latina. Así, en la década del 60 se

rescatan la lectura marxista de 1920, se redimide a grandes pensadores

marxistas, Mariategui entre ellos.

A partir de 1950 se fortalece la teoría marxista con el pensamiento castrista y

Guevarista. El “Che” Guevara, va a poner como principio la importancia de una

ética comunista, donde el interés colectivo prevalezca sobre el interés

individual, se defiende el voluntarismo revolucionario y se apuesta por la lucha

armada. Michel Lowy al respecto:

“El tercer tema de Guevara es la lucha armada como principal forma de combate de los regimenes dictatoriales predominantes en America latina. Para él, la guerrilla rural, vista como una continuación por otros medios de la lucha política revolucionaria, es la forma mas segura y realista de la lucha armada”

Esta practica revolucionaria penetro también en las aulas universitarias de

todos los países de América Latina, así, el marxismo se constituye como la

teoría que respalda la lucha por la liberación del hombre latinoamericano.

Finalmente, al analizar las revueltas y sediciones que se llevaron a cabo en los

Estados latinoamericanos, se hace notoria la importancia del marxismo, que a

pesar de las interpretaciones caricaturescas de algunos partidos, se estableció

como teoría inspiradora de la acción política, Si bien, en el pensamiento

Marxista, la sociedad latinoamericana no es contemplada, siendo Marx

acusado de eurocentrista, es incuestionable que los elementos estudiados por

Marx, (el capital, el trabajo, la lucha de clases) mantienen hoy un carácter

universal, razón por la cual, la lucha por el establecimiento de una sociedad

más equitativa, es una posibilidad histórica humana, y no una exclusividad del

continente Europeo. La posibilidad revolucionaria es también una posibilidad

latinoamericana.

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