martes, 12 de octubre de 1999 guayaquil, guayas, ecuador...1999/10/12 · 4 dr.william soto...

DR. WILLIAM SOTO SANTIAGO24

Muchas gracias por vuestra amable atención, amados amigos y hermanos presentes, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo. Que Dios les bendiga y les guarde a todos. “EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINO EN CUANTO A LA PALABRA PROFÉTICA”.

EL HILO DELPENSAMIENTO DIVINO

EN CUANTO A LAPALABRA PROFÉTICA

Martes, 12 de octubre de 1999(Segunda actividad)

Guayaquil, Guayas, Ecuador

Es nuestra intención hacer una transcripción fi el y exacta de este Mensaje, tal como fue predicado; por lo tanto, cualquier error en este escrito es estrictamente error de audición, transcripción e impresión, y no debe interpretarse como errores del Mensaje. El texto contenido en esta conferencia puede ser verifi cado con las grabaciones del audio o del video. Este folleto debe ser usado solamente para propósitos personales de estudio hasta que sea publicado formalmente.

NOTA AL LECTOR

EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINO… 23

cuadro divino del hilo del pensamiento divino esté o quede abierto para todos nosotros, y podamos comprender que en el hilo del pensamiento divino nosotros estábamos desde antes de la fundación del mundo. Estábamos en la mente de Dios, Dios nos conoció, y colocó nuestros nombres en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo; o sea que nosotros no estamos aquí en la Tierra por mera casualidad, sino por causa del pensamiento divino, del Programa Divino que Él tuvo desde antes de la función del mundo. Todos nosotros fuimos tipifi cados en los creyentes de todas las edades y dispensaciones pasadas, pero en nosotros se cumple la plenitud, se llega al tope, a la Edad de Oro de los creyentes de Dios. Mañana será la última actividad, la última conferencia. Oren mucho por esa actividad de mañana, en donde estaremos viendo, en el hilo del pensamiento divino, la Primera y Segunda Venida de Cristo con más claridad. Ayer en la noche y hoy en la noche hemos visto bastante, pero mañana será el resumen de todo; y esperamos que en ese resumen Dios nos dé más y más claridad, para ver en el hilo del pensamiento divino lo que fue la Primera Venida de Cristo y lo que será para el Día Postrero la Segunda Venida de Cristo. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y pronto se complete el número de los escogidos de Dios; y pronto todos los muertos en Cristo sean resucitados en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos seamos transformados, y todos llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.


David, sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones. Hemos visto el misterio de: “EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINO EN CUANTO A LA PALABRA PROFÉTICA”. Y hemos visto cómo estaremos recibiendo los benefi cios de la Palabra profética correspondiente a este tiempo fi nal. Y cada uno de ustedes y yo también somos parte de esa Palabra profética correspondiente al Día Postrero, pues dice la Escritura, el mismo Señor Jesucristo, en San Mateo 24, verso 31: “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos…”. Por lo tanto, los escogidos del Día Postrero estarán siendo llamados y juntados por esa Palabra profética siendo materializada en Su Ángel Mensajero. Y ahora, ¿dónde están los escogidos del Día Postrero que serían llamados y juntados? Pues aquí estamos en este tiempo fi nal, en el cumplimiento de la Palabra profética, la cual ha venido, en el hilo del pensamiento divino, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. “EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINO EN CUANTO A LA PALABRA PROFÉTICA”. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: “EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINO EN LA PALABRA PROFÉTICA”. Bueno, mañana estaremos en el tema de: “EL PENSAMIENTO DIVINO EN CUANTO A LA PRIMERA Y SEGUNDA VENIDA DE CRISTO”. Esta es una serie que tiene tres conferencias, y ya vamos por la segunda conferencia; y mañana tendremos la tercera conferencia. Y deseo yo, que en estas tres conferencias todo el

EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINOEN CUANTO A LA PALABRA PROFÉTICA

Dr. William Soto SantiagoMartes, 12 de octubre de 1999

(Segunda actividad)Guayaquil, Guayas, Ecuador

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí una bendición grande

estar con ustedes aquí en Guayaquil, República del Ecuador, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo fi nal. Para lo cual quiero leer en Isaías, capítulo 55, verso 8 al 11, y Segunda de Pedro, capítulo 1, verso 19 al 21. Primeramente Isaías, capítulo 55, dice, verso 8 en adelante: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace


germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. Y ahora leemos en Segunda de Pedro, capítulo 1, versos 19 al 21, donde dice: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”. Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. “EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINO EN CUANTO A LA PALABRA PROFÉTICA”. “EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINO EN CUANTO A LA PALABRA PROFÉTICA” es nuestro tema para esta ocasión. Todo lo que Dios ha hecho y todo lo que Dios está haciendo y todo lo que Dios hará, ha venido por el hilo del pensamiento divino en la Palabra profética. Primeramente ha estado en la mente de Dios; pues lo que Dios hace, primero estuvo en Su pensamiento; porque la Obra de Dios es el pensamiento divino siendo materializado por Dios. Y ahora, la Obra de la Creación del universo completo, incluyendo el planeta Tierra, estaba en la mente de


PROFÉTICA”. Y aun el Ángel del Señor Jesucristo está en EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINO EN LA PALABRA PROFÉTICA. Y así como el Padre tuvo Su Ángel, el Ángel del Pacto, en el cual estaba manifestado en el Antiguo Testamento; y luego se hizo carne y estuvo en medio del pueblo hebreo; Jesucristo dice que tiene Su Ángel también: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”. Por lo tanto, en Su Ángel Mensajero estará Cristo, el Ángel del Pacto, manifestado, velado y revelado en el Día Postrero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Y lo mismo que el Padre hizo con Su Ángel hecho carne en medio del pueblo hebreo, y luego que murió, resucitó y ascendió al Cielo: lo sentó a la diestra, a Su diestra, en el Trono de Dios. Y Jesucristo dice: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi Trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en Su Trono”4. Así como el Padre tiene Su Trono en el Cielo, en la séptima dimensión, Jesucristo tiene Su Trono en la Tierra, en medio del pueblo hebreo, y ese es el Trono de David; pero Cristo se sentó en el Trono del Padre cuando subió, ascendió al Cielo victorioso, y recibió un Nombre Nuevo. Pero ahora, Él en Su Trono sentará al Vencedor, se sentará con Cristo en Su Trono el Vencedor, conforme a la Palabra profética. Para ser cumplida esa Palabra profética ¿cuándo? En el Día Postrero; que es el Día Postrero el séptimo milenio en el cual será establecido el Reino de Dios; y ese es el Reino Milenial de Jesucristo como Hijo de 4 Apocalipsis 3:21


Hemos visto: “EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINO EN CUANTO A LA PALABRA PROFÉTICA”. Y así como de Jacob saldría una estrella, y salió del Jacob terrenal (del pueblo hebreo), dos mil años atrás, la Estrella de Belén en el cielo, la señal de la Venida del Hijo del Hombre, Su Primera Venida, en medio del pueblo hebreo; y luego fue vista esa señal del Hijo del Hombre que estaba en el cielo, mostrando que era el tiempo para la Venida del Hijo del Hombre: vimos la Venida del Hijo del Hombre materializada en Jesús de Nazaret. Para el Día Postrero: del Israel celestial saldrá una estrella: la Estrella resplandeciente de la Mañana. La Estrella de Jacob como señal en el cielo, fue aquella estrella que vieron los magos; pero la Estrella de Jacob como la materialización de la Venida del Mesías, fue Jesús de Nazaret, porque la estrella que saldría de Jacob se materializó en Jesús de Nazaret. Y para el Día Postrero, Jesucristo, el Ángel del Pacto, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo y el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, es esa Estrella resplandeciente de la Mañana y también es el Sol de Justicia, el cual estará en medio de Su Iglesia en el Día Postrero, resplandeciendo en un nuevo día dispensacional y en un nuevo día milenial. En la mañana, cuando ya está rayando el alba, ahí, así como estuvo el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, bendiciendo a Jacob y cambiándole el nombre por Israel, estará bendiciendo al Israel celestial y después bendecirá al Israel terrenal. Todo eso está en: “EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINO EN CUANTO A LA PALABRA


Dios, era un pensamiento en la mente de Dios el cual se materializó. Dice la Escritura: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Génesis, capítulo 1, verso 1. Y en San Juan, capítulo 1, verso 1 al 18, nos dice que el Verbo fue el que creó todas las cosas. Ahora, vean: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. Todo fue creado por el Verbo que era con Dios y era Dios; todo fue creado por Dios en Su cuerpo teofánico hablando esa Palabra creadora, y las cosas siendo materializadas. Por eso es que toda Palabra hablada de Dios se tiene que materializar, porque es el pensamiento divino de lo que Dios hará; lo cual es hablado primero y es dado a conocer, y es colocado en la Palabra profética; y esa es la Palabra profética. Y luego llega el momento en que se cumple eso que está en la Palabra profética. Por ejemplo, en EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINO veamos la Venida del Mesías. Veamos la Venida del Mesías en la Palabra profética. Desde el Génesis, donde Dios dijo que la simiente de la mujer heriría en la cabeza a la simiente maligna, al diablo, vean ustedes, en el hilo del pensamiento divino, miren, allá en el Génesis ya (capítulo 3, versos 15 al 16) tenemos ahí en esa Palabra profética la Venida del Mesías. Luego, en las demás Escrituras habladas por Dios a los profetas, y los profetas hablando esa Palabra al pueblo, tenemos ahí la Venida del Mesías en la Palabra profética,


las profecías de la Venida del Mesías, donde nos habla Dios de la Primera Venida y de Su Segunda Venida. En la Palabra profética está todo lo que Dios materializará; por lo tanto, necesitamos estar atentos (¿a qué?) a la Palabra profética, como una antorcha que alumbra en lugar oscuro. No estar pensando que Dios va a hacer algo sin nosotros verlo (¿dónde?) en la Palabra profética. Como Dios ha dicho, así es como Él hará. Las personas que ignoren la Palabra profética siempre están esperando que Dios haga algo, pero no saben lo que Dios va a hacer, ¿por qué? Porque no conocen la Palabra profética para el tiempo en que están viviendo, y no saben los que Dios ha prometido hacer en ese tiempo. Por eso es importante estar atentos a la Palabra profética, y ver en la Palabra profética lo que Dios ha prometido hacer en el tiempo que nos ha tocado vivir; porque esa Palabra profética, que es el pensamiento divino expresado a los profetas, y a través de los profetas al pueblo de Dios, se tiene que materializar; porque no regresará esa Palabra profética a Dios vacía, sino que hará aquello para lo cual Dios la envió. Y ahora, esa Palabra profética se tiene que hacer carne, se tiene que hacer realidad en medio del pueblo, y producir así el fruto para lo cual Dios ha enviado esa Palabra profética. Miren, por medio del profeta Isaías, en el capítulo 7, verso 14, Dios habló y dijo que daría una señal: “El mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y se llamará Su nombre Emanuel”. Ahí tenemos, en la Palabra profética, la Venida del Mesías en medio del pueblo hebreo. Pero cuando nació Jesús de Nazaret en Belén de Judea,


ver a través de ese hilo del pensamiento divino, desde el Génesis hasta este tiempo fi nal, las cosas que Dios ha prometido cumplir en este tiempo fi nal. Y eso será Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, enseñándonos Su Palabra profética y mostrándonos —a través de ese hilo del pensamiento divino—, en la Palabra profética, todas las cosas que deben suceder en este tiempo fi nal; porque el Espíritu Santo viene en el Día Postrero para enseñarnos todas estas cosas que deben suceder pronto. ¿Y viene cómo? Viene manifestado en carne humana, en Su Ángel Mensajero. Así como el Espíritu Santo enseña a cada uno de Sus hijos como individuos, le enseña también a Su Iglesia por medio del mensajero que Él envía de edad en edad. Le enseñó por medio de San Pablo, le enseñó por medio de Ireneo, y así por medio de cada uno de los profetas mensajeros que Él envío en cada edad; por medio del reverendo William Branham en la séptima edad también. Y para el Día Postrero, en la Edad de Piedra Angular: por medio de Su Ángel Mensajero; y así nos estará enseñando todas las cosas que deben suceder pronto, en este tiempo fi nal. Y así estaremos obteniendo en EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINO EN CUANTO A LA PALABRA PROFÉTICA, estaremos recibiendo toda esa revelación profética correspondiente a este tiempo fi nal, y estaremos viendo todo ese hilo profético; o sea, desde este tiempo mirando hacia el pasado, estaremos viendo todo ese hilo profético hasta el pasado, y después del pasado hacia el presente; y veremos que no hay ninguna contradicción en el pensamiento divino siendo revelado, expresado, a los profetas; y los profetas expresándolos a Su pueblo.


encarnado en un hombre del Día Postrero. Y ahora, ahí tendremos dos misterios importantes: La encarnación de Cristo, el Ángel del Pacto, en Su Ángel Mensajero; y la encarnación del diablo en el anticristo, el hombre de pecado. Estamos viviendo en el tiempo en que la Palabra profética da testimonio de las cosas que Dios hará para este tiempo fi nal, de las cosas que estarán sucediendo en este tiempo fi nal, de las cosas que se estarán materializando en este tiempo en el cual nosotros vivimos. Y recuerden que las cosas que se materializarán en este tiempo vienen de otra dimensión, eso es muy importante entenderlo. Y ahora, hemos visto el misterio de: “EL HILO DEL PENSAMIENTO DIVINO EN CUANTO A LA PALABRA PROFÉTICA”. La Iglesia del Señor Jesucristo no podrá creer nada, excepto la Palabra profética siendo cumplida en este tiempo fi nal; y para darnos a conocer la Palabra profética siendo cumplida en el tiempo fi nal, Jesucristo dice: “Yo Jesús he enviado mi Ángel para daros testimonio de estas cosas que deben suceder”. Dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”. Apocalipsis 22, verso 16. Y Apocalipsis 22, verso 6, dice: “Y me dijo: Estas palabras son fi eles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”. Por medio del Ángel del Señor Jesucristo (enviado a la Iglesia de Jesucristo dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto) es que obtenemos el conocimiento del hilo del pensamiento divino en la Palabra profética correspondiente a este tiempo fi nal. Y entonces podemos


la Palabra profética se había hecho carne, se había hecho realidad, en Jesús de Nazaret; por lo tanto, la Palabra profética se tenía que tomar y ver esa Palabra profética a la luz del cumplimiento de ella. No podían estar la gente diciendo: “Dios va a darnos un hijo por medio de una virgen”; pues ya estaba cumplido. Tenían que estar diciendo: “Dios nos ha dado un hijo por medio de una virgen, y se llama Jesús”; porque ya la Palabra profética se había hecho una realidad. Pero los que ignoraron el cumplimiento de esa Palabra profética: rechazaron a Jesús, porque no reconocieron en Él la Palabra profética hecha realidad, materializada, en un hombre de en medio del pueblo hebreo. Tenemos Palabra profética para cada edad y para cada dispensación. Para nuestro tiempo, mirando a través de la historia de la Palabra profética siendo cumplida, siendo materializada, de etapa en etapa y de edad en edad, podemos ver que muchos ignoraron la Palabra profética correspondiente al tiempo en que vivieron, y les pasó por encima el cumplimiento de esa Palabra profética, les pasó por encima la materialización de esa Palabra profética. Por eso San Pedro nos enseña que no podemos ignorar la Palabra profética: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro…”. Esa antorcha que alumbra en lugar oscuro, la Palabra profética, nos dice lo que Dios hará en el tiempo que a nosotros nos toca vivir. Dios no va a hacer otra cosa sino lo que dice ¿quién? La Palabra profética. Y todos podemos ver que lo que dice la Palabra profética para nuestro tiempo, viene desde el Génesis, en el hilo del pensamiento divino.


De etapa en etapa, de edad en edad y de dispensación en dispensación, Dios fue dando más y más luz acerca de lo que Dios hará en nuestro tiempo. Y por eso en la Palabra profética nos podemos ir hasta el Génesis; y venir desde el Génesis hablando de esa Palabra profética correspondiente a nuestro tiempo, y ver lo que Dios hará en nuestro tiempo. ¿Verlo dónde? En la Palabra profética; y luego ver conforme a la Palabra profética lo que Dios está haciendo en nuestro tiempo. Como en los días de Jesús, podían los discípulos de Jesucristo, podían ver lo que Dios estaba haciendo en ese tiempo, y verlo en la Palabra profética prometido ahí, desde el Génesis hasta la Venida de Jesús, en el cual se materializó la Palabra profética de la Primera Venida del Mesías en medio del pueblo hebreo. Y ahora: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca…”. ¿Qué día? El Día Postrero, el Día del Señor. Hasta que el Día del Señor, el Día Postrero, esclarezca. “Porque a los que temen mi nombre, nacerá el Sol de Justicia, y en Sus Alas traerá salvación”. (Malaquías, capítulo 4, verso 2). Y ese Día del Señor, al cual fue transportado Juan y escuchó la Voz de Cristo como una Gran Voz de Trompeta hablándole y diciéndole: “Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”1… Y ahora, “hasta que el día esclarezca”: ese Día Postrero, que es el séptimo milenio, el cual es también el 1 Apocalipsis 1:8, 22:13


“142. Y noten ustedes: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando Él llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como ‘Rey de Reyes y Señor de Señores’”. Y ahora vamos a ver cómo se encarnará, cómo vendrá en carne humana en el Día Postrero el Espíritu Santo; y eso será para el tiempo en que también el diablo será echado del Cielo. Y el diablo pues se encarnará en el anticristo, en el hombre de pecado; pero el Espíritu Santo se encarnará en un hombre, en otro hombre. Dice, 146 del libro de Los Sellos dice: “[192]. Y al mismo tiempo que el diablo cae del Cielo y se encarna en un hombre, el Espíritu Santo sube y viene encarnado en un hombre”. Y ahí, para el Día Postrero tendremos —en el cumplimiento de la Palabra profética— al Verbo, Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, encarnado en un hombre. Y ese hombre será el velo de carne en donde estará Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, y Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, en Su manifestación fi nal, en la materialización de la Palabra profética del Día Postrero. Por otro lado, pues estará el diablo encarnado en otro hombre: en el hombre de pecado, en el anticristo y falso profeta; y ahí se cumplirá la Escritura que habla de la bestia, del falso profeta, del anticristo, en donde estará el diablo encarnado. Y tendremos en la Tierra, por un lado, al diablo encarnado en el anticristo, en el hombre de pecado; y por otro lado tendremos a Cristo, el Ángel del Pacto,


a Cristo en Su Segunda Venida. O sea que el Mensaje del reverendo William Branham presenta lo que será la Segunda Venida de Cristo, presenta lo que será la Venida del Verbo, la Palabra, en medio de la Iglesia de Jesucristo. Nos dice, hablándonos de Apocalipsis, capítulo 19, verso 11 en adelante, nos dice el reverendo William Branham; orando dice [Los Sellos, pág. 277]: “[240]. … pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco…”. El Jinete del verdadero caballo blanco de Apocalipsis 19 ¿quién es? El Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo. “… mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”. Y ahora, en la página 256, a la mitad de esa página dice, hablando de la Venida de ese Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19: “121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”. Si conseguimos ese hombre, habremos conseguido el instrumento en el cual se materializará la Palabra profética de la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19. Pero ese hombre no es el Señor Jesucristo; él es el Ángel del Señor Jesucristo, el profeta de la Dispensación del Reino, en el cual estará Cristo, el Ángel del Pacto, el Verbo, manifestado en carne humana llevando a cabo la Obra correspondiente a este tiempo fi nal. En la página 134 también, del libro de Los Sellos, nos dice:


tercer milenio de Cristo hacia acá. “… hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”. Ahora, San Pablo dice: “en vuestros”. Está hablando, “el vuestro”: esos son los que estarán vivos en el Día Postrero. Ahora vean, cuando un día va a surgir en la mañana, las personas madrugadoras ven el lucero de la mañana; ven el lucero de la mañana porque son madrugadoras, y antes de comenzar el día se levantan. ¿Y saben quiénes son los primeros que se levantan casi siempre? La gente del campo. La gente del campo son las más madrugadoras; y ahora, ven la estrella de la mañana en el lugar correspondiente; y al ver la estrella de la mañana en el lugar correspondiente, dicen: “Ya va a amanecer”. Y el mensaje de la estrella resplandeciente de la mañana es que un nuevo día está por nacer. O sea que la estrella resplandeciente de la mañana anuncia el nacimiento de un nuevo día, y por consiguiente anuncia la venida del sol; porque un nuevo día no puede nacer sin el nacimiento del sol. Y ahora, el nuevo día de la Dispensación del Reino no puede surgir, no puede nacer ese nuevo Día, sin la Venida del Sol de Justicia; “porque a los que temen mi nombre, nacerá el Sol de Justicia, y en Sus Alas traerá salvación”. Eso es la Segunda Venida de Cristo, la Segunda Venida del Ángel del Pacto viniendo a Su pueblo, al Israel celestial, como vino al Israel terrenal dos mil años atrás. Y ahora, nos dice que estemos atentos a la Palabra profética, “la cual es como una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el Lucero de la Mañana salga en vuestros corazones”; y el Lucero de la Mañana es el mismo Cristo.


Los mensajeros de Jesucristo para Su Iglesia están representados en estrellas, diferentes estrellas, diferentes luceros en la noche; pero entre todos los luceros, el Lucero de la Mañana es el que anuncia la venida de un nuevo Día, es el que anuncia la Venida de la Luz para un nuevo Día; y el Lucero de la Mañana está prometido para nacer en nuestros corazones. Y ahora, ¿quién es el Lucero de la Mañana? Cristo hace una promesa muy importante con relación al Lucero de la Mañana; y esa promesa, siendo que está en la Palabra profética, Cristo dijo: “Los cielos y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”2. Por lo tanto, no puede pasar esa Palabra profética sin ser cumplida. Dice, capítulo 2, verso 28, de Apocalipsis: “… y le daré la estrella de la mañana”. Así que tenemos la promesa de la Estrella de la Mañana ser dada a un vencedor. Cada ángel mensajero tuvo la bendición de ser la estrella de su edad, Dios le dio la estrella de su edad, le dio esa manifestación de Cristo en el mensajero de cada edad. Fue el mismo Cristo velado y revelado en el ángel mensajero de cada edad, como la estrella de cada edad. Pero ahora la promesa es que dará al Vencedor la Estrella resplandeciente la Mañana; por lo tanto, esa Estrella resplandeciente de la Mañana la hemos de ver resplandeciendo, alumbrando y dándonos el Mensaje de que un nuevo Día está naciendo: un nuevo día dispensacional y un nuevo día milenial. Un nuevo día milenial: el nuevo día del séptimo milenio está naciendo. Miren cómo en el calendario que se usa entre los gentiles, llamado el calendario cristiano, ya estamos 2 San Mateo 24:35


También San Juan nos dice que ellos tocaron, vieron y tocaron, palparon, lo tocante al Verbo de Dios: cuando el Verbo se hizo carne y saludaban a Jesús y abrazaban a Jesús, estaban ahí tocando, y estaban viendo el Verbo hecho carne en medio del pueblo hebreo. [San Juan 1:1] “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres”. También nos dice: “Y aquel Verbo”, o sea…: “Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”. Y cuando vino a este mundo fue en el cumplimiento de la Palabra profética que había dicho que vendría el Verbo, el Verbo que era con Dios y era Dios, o sea, Cristo, el Ángel del Pacto, ese hombre de la sexta dimensión, el cual es el mismo Dios manifestado en toda Su plenitud en el cuerpo teofánico Suyo de la sexta dimensión. “Y aquel Verbo (se) hizo carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, como la gloria del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. San Juan, capítulo 1, verso 14. Y en Apocalipsis, capítulo 19, verso 11 en adelante, tenemos la promesa del regreso del Verbo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ya para ir fi nalizando, veamos lo que el reverendo William Branham, que fue el precursor de la Segunda Venida de Cristo… Y si él fue el precursor de la Segunda Venida de Cristo, él tenía que presentar con su Mensaje


Y ahora, la Palabra profética de la Venida del Señor en medio de Su pueblo, la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, del Espíritu Santo, de la Estrella resplandeciente de la Mañana y el Sol de Justicia naciendo, vean ustedes, se materializará en medio de la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero, se hará carne en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y eso es la Venida del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, y es también la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, verso 11 al 21; eso es la Venida del Verbo, la Palabra, Cristo el Ángel del Pacto, en medio de Su pueblo. Pero vean, para cumplirse en medio de la raza humana se tiene que materializar, tiene que hacerse carne y hacerse realidad en esta dimensión terrenal. Y así, en el hilo del pensamiento divino, la Palabra profética ser hecha una realidad. Y nosotros poder decir como decía San Pedro (aquí mismo en este pasaje de Segunda de Pedro, capítulo 2), vamos a ver… Segunda de Pedro, capítulo 1, verso 15 en adelante, dice: “También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas. Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artifi ciosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífi ca gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo”.


fi nalizando el siglo XX, para comenzar pronto el siglo XXI. Para algunos fi naliza el siglo XX en diciembre 31 a las 12:00 de la noche, y comienza el próximo siglo en enero 1º del 2000: a las 12:01 minuto ya estaremos (de la noche…; ya se diría: de la mañana)… estaremos en el año 2000, y para muchas personas y naciones, por consiguiente, en el próximo siglo y próximo milenio. Pero para otros todavía falta un año con unos dos meses y algo; porque, para otros, el siglo XX termina en diciembre 31, a las 12:00 de la noche, del año 2000; y a las 12:01 minuto de la noche, de enero, comienza el año 2001 y comienza el próximo milenio, para otras personas y otras naciones. Pero nosotros no nos preocupamos en cuanto a eso. Miren, si es faltando 1 año con unos 2 o 3 meses pues está muy cerca; y si es faltando solamente 2 meses y algo, está mucho más cerca. Pero si es conforme al calendario profético de Dios, el cumplimiento de la Palabra profética para este tiempo fi nal, pues entonces ya hace tiempo que estamos en el próximo milenio y en el próximo siglo, y ya estamos entonces por el año 2020 al 2029. Pero eso no es problema para nosotros: nosotros sabemos que Cristo ha prometido resucitar a los muertos creyentes en Él en el Día Postrero; y el Día Postrero es el séptimo milenio; pero Él no nos dijo en qué año del séptimo milenio, en qué año del Día Postrero; pero sabemos que será en el Día Postrero. Ahora, por cuanto Cristo resucitó en la mañana, o sea, en la cuarta vigilia del día domingo, sabemos entonces que la resurrección será en la mañana del Día Postrero; y la mañana del Día Postrero, que consta de la cuarta vigilia, y


cada vigilia consta de tres años, “por cuanto un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día”3: una hora es, delante de Dios, 41 años con 8 meses; y tres horas delante de Dios, para los seres humanos son 125 años; por lo tanto, en los primeros 125 años del Día Postrero, o sea, del séptimo milenio, debe ocurrir la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos. Y dejamos lo de los años quietecito ahí; y estén preparados con la Estrella resplandeciente de la Mañana saliendo en nuestros corazones. ¿Y cómo es que sale la Estrella resplandeciente de la Mañana en nuestros corazones; siendo que, la Estrella de la Mañana, Cristo ha prometido dársela al Vencedor? Cuando el Vencedor recibe la Estrella resplandeciente de la Mañana es cuando él ve y recibe la Venida del Ángel Fuerte que desciende del Cielo. Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, es la Estrella resplandeciente de la Mañana; y cuando el Vencedor lo recibe en su corazón, en su alma, cuando ve Su Venida y lo recibe, pues ha recibido la Estrella resplandeciente de la Mañana, y ha recibido la Piedrecita blanca con un nombre nuevo; y así ha recibido todas esas bendiciones prometidas para el Vencedor. Y cuando cada escogido de Dios ve la Estrella de la Mañana convertida en una realidad… porque la Estrella resplandeciente de la Mañana en la Palabra profética es nada menos que la Segunda Venida de Cristo. Y cuando las personas estarán viendo esa Palabra profética de la Venida de Cristo, el Ángel del Pacto, viniendo al Vencedor, y el Vencedor recibiéndolo: todos estaremos viendo la Venida 3 2 de Pedro 3:8, y Salmo 90:4


de la Estrella resplandeciente de la Mañana; y por lo tanto, está naciendo la Estrella resplandeciente de la Mañana en nuestros corazones. Y la revelación de la Estrella resplandeciente de la Mañana está resplandeciendo, alumbrándonos el alma y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y anunciándonos que un nuevo día dispensacional está naciendo, y un nuevo día milenial está naciendo. Y ahora, podemos ver cómo es que la Estrella resplandeciente de la Mañana nace en nuestros corazones: cuando obtenemos la revelación de la Venida de Cristo —la Estrella resplandeciente de la Mañana— velándose y revelándose en el Día Postrero. Y todo eso está ¿en dónde? En la Palabra profética. Y esa Palabra profética haciéndose realidad, cumpliéndose conforme a como Él lo ha prometido, es nada menos que la Venida de Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo; Cristo el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, viniendo a Su Iglesia en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, y velándose y revelándose por medio de Su Ángel Mensajero; así como Él estuvo en cada ángel mensajero velado y revelado en cada edad de Su Iglesia durante las siete etapas o edades de Su Iglesia. Pero recuerden que el Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo. El Ángel del Señor Jesucristo solamente es el instrumento que Cristo estará usando en el Día Postrero, para la Palabra profética materializarse, cumplirse, y Cristo velarse y revelarse y llevar a cabo Su Obra correspondiente al Día Postrero; y darle a conocer a Su pueblo, a Su Iglesia (el Israel celestial y al Israel terrenal), todas estas cosas que deben suceder pronto, en este tiempo fi nal.

martes, 12 de octubre de 1999 guayaquil, guayas, ecuador...1999/10/12 · 4 dr.william soto...

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