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BORRADOR (se trata del material que será la base de mi exposición. Las citas no están todavía perfectamente) IPSEIDAD, MORALIDAD Y FACTICIDAD. APUNTES PARA UNA LECTURA KANTIANA DE LA “CUESTIÓN DEL SUJETO” EN FOUCAULT. Marco Díaz Marsá (Universidad Complutense) 1. Breve aclaración del título. 1.1 Sobre la idea de una lectura kantiana de Foucault. Esta intervención se encuadra en el espacio general de una lectura integral y sistemática del pensamiento foucaultiano, en clave kantiana. Ello significa, entre otras cosas, que, en esta ocasión, apenas diré nada acerca de la lectura foucaultiana de Kant (aunque inevitablemente tendré que tomarla en consideración y referirme a ella) 1 y sí, sin embargo, bastantes cosas acerca de la posibilidad de una intervención kantiana en el pensamiento de Foucault. Sobre la posibilidad de tal lectura quisiera decir lo siguiente: 1. Ésta sólo se abre, como posibilidad de una lectura genuinamente crítica del pensamiento de Foucault, a partir de las últimas elaboraciones del pensador de Poitiers en materia de ética y moral. Ello no significa que tal posibilidad se de como consideración aislada de los últimos textos y ocurre, más bien, que ella se presentará en la atención a la integridad del corpus textual-Foucault, si bien desde la perspectiva que se ofrece como final y, por eso, a partir de la irrupción del tercer eje de la ontología foucaultiana: justamente el eje de la moral. Tal posibilidad brinca, pues, al margen de cualquier lectura cronológica por “etapas”, en el cuidado del sistema, del sistema crítico de simultaneidad saber-poder-moral. 2. Esta posibilidad es la de una lectura coherentemente kantiana (y aquí, desde luego, estaría el problema de qué cabe entender por “Kant”). Y es que no creo que Foucault 1 Lo hemos hecho en otros lugares. Arqueología de la cuestión trascendental, Facticidad y trascendentalidad en la lectura foucaultina de ApH de Kant, , Sobre la crítica foucaultina al tema trascendental, y en L´idee de sensibilité transcendantale dans l´Introduction à la Anthropologie de Kant

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BORRADOR(setratadelmaterialqueserlabasedemiexposicin.Lascitasnoestntodava perfectamente) IPSEIDAD, MORALIDAD Y FACTICIDAD. APUNTES PARA UNA LECTURA KANTIANA DE LA CUESTIN DEL SUJETO EN FOUCAULT. Marco Daz Mars(Universidad Complutense) 1. Breve aclaracin del ttulo. 1.1 Sobre la idea de una lectura kantiana de Foucault. Estaintervencinseencuadraenelespaciogeneraldeunalecturaintegraly sistemticadelpensamientofoucaultiano,enclavekantiana.Ellosignifica,entreotras cosas,que,enestaocasin,apenasdirnadaacercadelalecturafoucaultianadeKant (aunqueinevitablementetendrquetomarlaenconsideracinyreferirmeaella)1ys, sin embargo, bastantes cosas acerca de la posibilidad de una intervencin kantiana en el pensamiento de Foucault. Sobre la posibilidad de tal lectura quisiera decir lo siguiente: 1.stasloseabre,comoposibilidaddeunalecturagenuinamentecrticadel pensamiento de Foucault, a partir de las ltimas elaboraciones del pensador de Poitiers enmateriadeticaymoral.Ellonosignificaquetalposibilidadsedecomoconsideracinaisladadelosltimostextosyocurre,msbien,queellasepresentar en la atencin a la integridad del corpus textual-Foucault, si biendesde la perspectiva que se ofrece como final y, por eso, a partir dela irrupcin del tercer eje de la ontologa foucaultiana:justamenteelejedelamoral.Talposibilidadbrinca,pues,almargende cualquierlecturacronolgicaporetapas,enelcuidadodelsistema,delsistemacrtico de simultaneidad saber-poder-moral. 2.Estaposibilidadesladeunalecturacoherentementekantiana(yaqu,desdeluego, estaraelproblemadequcabeentenderporKant).YesquenocreoqueFoucault 1 Lo hemos hecho en otros lugares. Arqueologa de la cuestin trascendental, Facticidad y trascendentalidad en la lectura foucaultina de ApH de Kant, , Sobre la crtica foucaultina al tema trascendental,y en Lidee de sensibilit transcendantale dans lIntroduction la Anthropologie de Kant puedetomarsloalgodeKantsindejar,porello,deserkantiano,porejemplo,el temadelotrascendentalydeunahistoriafilosficadeloshechosdelarazn,pero neutralizandoen tales temas el asunto de una teleologa rationis humanae. Considero, antesbien,queFoucault,justamenteporserkantiano,exhibeensupensamientouna figura crtica y sistemticadeltema trascendentaly, precisamentepor ello, unafigura noantropolgica,esdecir,nodominadaporelpostuladoparadjicodelhombre,ser finito,comosujetoofundamento,comofinitudfundamental(taleselhombredeuna analticadelafinitud,cfr.cap.9MC)Ahorabien,yaquestribagranpartedela dificultad de este asunto, ello no es obstaculo para que en tal pensamiento, radicalmente crtico, no opere, y justamente como principio de unidad y autonoma de la crtica, algo as como una arquitectnica de la virtud, y, por tanto, una teleologa rationis humanae, que ha desuponeruna suerte de rehabilitacin crtica de la cuestin antropolgica en el pensamientodeFoucaultcomocuestindelsujeto:Hayalgoenlacrticadice FoucaultalcomienzodeQuest-cequelacritique?(CritiqueetAufklarung)-quese halla emparentado con la virtud [en Bulletin, p.19] 3. Esta lectura kantiana de Foucault se nutre, como no puede ser de otra manera, de la lecturafoucaultianadeKant.Hacindosecargodesdeluego-yelloparaconjurarel peligro de la antropologa fundamental- de todos esos textos en que Foucault define el espacioylasfigurasdelacrticaantropolgica,ensurelacinconKantyel pensamientopostkantiano(fundamentalmenteenelcap9deMC),perotambin tomandoenconsideracinlostrabajosenlosquesedefinelaposibilidaddeuna lecturadeKantnomedidaporlaseventualidadesdelaantropologayelhumanismo. Me refiero alos textos sobre la Aufklrung, en que se opera una fecunda desconexin entre el humanismo y la Ilustracin, pero tambin aIntroduction lanthropologie de Kant,dondesedefineelespacio ylasarticulacionesdeunHomo crticusy deloque puede llamarse antropologa crtica. 1.2 La cuestin del sujeto como cuestin crtica: Cenestdoncpaslepouvoir,maislesujet,quiconstituyelethmegnrelde mes recherches [Le sujet et le pouvoir , en DEIV, p. 223] Enralit,cefuttoujoursmonproblem[subjetivitetverit],[L,thiquedu soici de soi comme pratique de la libert [DE IV 708] Represeenqueelsujetosepresentaenelsegundodelostextoscitadoscomo unproblema,nocomounaevidencia.DeahqueFoucaultserefieraalahorade determinarsutrabajoalacuestindelsujeto,nounafilosofadelsujeto,quese daracomotareaparexcellencefundamentartodoelsaberyelprincipiodela significacinsobreelsujetosignificante[SexualitetsolitudeenDEIV,p.168].De estacuestinFoucaultdeclaraquehasidosiempresuproblema(sibien,ciertamente, desdelacomodidaddelamiradaretrospectiva)Ahorabien,stanoslorecibe diferentes formulaciones en el itinerario filosfico de Foucault y es preciso entender que ellaresulta,adems,desplazada,modificada,substancialmentereplanteada,ental itinerario [Ibdem, pp. 171-172] Pues bien, a mijuicio, slo desde un abordaje kantiano2 estos desplazamientos pueden entregar toda su complejidad y sistematicidad, siendo lo primero que tendramos que decir, por relacin a tal abordaje -legitimado por los propios pronunciamientos de Foucault acerca de la filiacin de su pensamiento con Kant [cfr., por ejemplo, DEIV, p. 631 o GSA 22]-, que, en l y por l, se determinar la cuestin del sujeto como cuestin crtica.Ellosuponedescartaralgunasaproximacionesalproblemadelsujetoen Foucault, fundamentalmente dos: a)en primer lugar, todas aquellas lecturas que hacen de la tica, de la relacin de s consigo, una instancia ya sea originariaya sea replegada o aislada, por relacin alapoltica(conloqueellocomportara,lapuestaenjuegodeunametafsica delsujeto).Foucaultesmuycrticoensuspronunciamientosdeactualidadcon estetipodeacercamientosalproblemadelcuidadodesodelatica, oponiendo,porejemplo,frontalmente,elproblemadelcuidadoaldelculto californiano a s mismo [ propos de la gnalogie de lthique, DEIV, p. 402 ],oindicandoqueestarelacindesconsigonadatienequevercon autofascinacin,egosmooquedarfijadoensmismo[ibdem,p.400], sealandoademslanecesidaddenointerpretarelcuidadoenelmarcodel 2 Lo que signifique precisamente esta expresin se ir aclarando a lo largo de esta exposicin lirismo de la transgresin(lo cual tiene importantes implicaciones en relacinalaarticulacindeloticoconlojurdico)odeldandismomoral[Hsuj.p. 14]deBaudelaire,esteticista,individualistaysubjetivista.Basterecordar,en relacin con este punto, que Foucault define el cuidado como una actitud general enrelacinconlosotros,lascosasyconsigo,comounaciertamanerade considerarlascosas,deestarenelmundo,deconduciracciones,detener relacionesconotro[Hsuj12]Asimismocomounaformadeatencinode miradahaciasmismo(nohacianingunainterioridad),quenoimplicatanto renuncia a la actividad cuanto una modificacin en la misma, un cierto modo de conducirse en ella. Igualmente, esta atencin volcada sobres no apuntara tanto alasupresindelamiradasobrelascosas,cuantoaundesplazamientoental mirada,por el que llega a percibirse en las cosas lo que no se perciba, no por ocultosinoporhbito,porcostumbre:Yopercibolointolerable,deca Foucault.3 Finalmente, recordar que el cuidado de s pone en juego un conjunto deocupaciones,prcticasyrelaciones(comolaescritura,lalecturayla conversacin),quenosloconstituyenunaintensificacindelasubjetividad, sino tambin de la relacin con los otros. En relacin a la modalidad helensticay romana del cuidado, es decir, a la Culture de soi Foucault seala: En torno al cuidado de s mismo, se desarrolla toda una actividad de palabra y escritura,donde se enlazan el trabajo de s sobre s y la comunicacin con el otro. Setocaaquunodelospuntosmsimportantesdeestasactividadconsagradaasmismo:no constituye un ejercicio en soledad, sino una verdadera prctica social [HSIII, p. 72] b)Lasegundaposibilidaddelectura,conjuradaenelpuntodevistacrtico,es decir, sistemtico, de la cuestin del sujeto, ya no es aquella que, a pesar de sus precauciones,finalmentevieneaincurrireneldogmatismoredoblado[cfr. MC, p.352 ] propio de la ilusin del sujeto comocuidado originario o instancia aislada e individualista, sino aquella otra en que se incurre en otro tipo de ilusin precrtica , esta vez metafsico-objetiva, [cfr. el discurso de las metafsicas del objeto en MC,cap. 7 y 8]:la ilusin de las fuerzas originarias, de la vida como fuerzafundamental,delaintensidadcomofondoverdaderodelaapariencia extensa.Enrelacinaestafuerzadelavida(cmonoreconoceraquel 3 Podemos considerar, entonces, tanto una dimensin prctica del cuidado, como una dimensin esttica. problema del biopoder) el sujeto es slo vanidad, ilusin y forma precaria [MC, p.291p.]Entalpresentacindelacuestindelsujeto,ste,reducidoenel juegodefuerzasvitalespresubjetivasypreobjetivas,esslounproducto pasivo,unarealidadderivada,unviviente,uninstrumentodeproduccin,un vehculo para palabras que le preexisten [MC, 324] Desdeelhorizontedelecturaabiertoapartirdelosltimostextos,esta consideracindelsujetoquedarinhabilitada.As,ciertamentenocabeaquunsujeto constituyente, pero tampoco sin ms la idea de un sujeto puramente pasivo y producido, meroefectodesuperficiedelpoder.Elsujetoseentendercomounaarticulacin, como una cpula y, por eso no como una substancia o un fundamento. Del sujeto comopura articulacin crtica de saber poder y moral dir alguna cosa en lo que sigue. 2. La lectura de M. Cohen Halimi en punto a Foucault: El proyecto incumplido y lo que Foucault no ley en Kant. DeacuerdoconlosealadoporlaprofesoraCohenHalimiensuponencia, parece que la flexin poltica del Selbst, del soi desindividualizado-digamos, la idea de un sujeto poltico desindividualizado que no fuera sujeto assujettit, es decir,que no fuera un sujeto producto de una tecnologa polticade dominacin (de la que formara parte cierta modalidad poltica de las tcnicas de s como tcnicas de asujjettissement, porlasqueseasegurarasumisinalosotrosporelsometimientoalapropia identidad,atravsdelconocimientoolaconcienciades[DE,IV,p.227]),sinoun sujeto poltico que se constituira, en un proceso doble, de doble emergencia[CH, La flexion politique..., p. 1] ,a travs de prcticas de subjectivation queseran prcticas de una libertad (no de un sometimiento) [DE, IV. 733] desindividualizada-tendraque ver con todo aquello que Foucault no ley en Kant [Ibdem, p. 17] o, en todo caso, dej deladoensulecturadeKant,acaso,comosealaP.Hadot,porque,denohacerlo, Foucaulthubieraabandonadolacorrientedeuntiempopresenteparaelquelos conceptosderaznuniversalynaturalezauniversalyanotienen(...)muchosentido [Hadot, P., Reflexiones sobre la nocin de cultivo de s mismo en Michel Foucault, Filsofo, Barcelona ed. Gedisa, 1990, pp 220-221]. Lo que Foucault no ley o no quiso leer en Kant sera justamente todo aquello que en su discurso se articulara en una clave tanpocodemoda,tanfueradeltiempo,comoeslaclavedelrespeto,lamoralola dignidad. Precisamenteporelloelproyectofoucaultianohabraquedadoincumplido, habrainclusofracasado,eseproyectoenquesetrataradeasociarelsmismoylos dems, la relacin consigo y la relacin con los otros, el cuidado de s y el cuidado de losotros,elgobiernodesylagubernamentalidad,laticaconlapoltica,[CH,La flexion politique, p. 16 ]. Y es que, de acuerdo con lo sealado por la profesora CH, solo ladeterminacinmoraldelsmismodelaquelaarqueologasacaraaluzunestrato histrico-racionalgriego-permitiraganartalenlacephilatico,taldimensin philatica,ponindoseconellodistanciasconrespectoaunaconcepcindelsoi demasiadoindividualistayesteticista,talcomo,enopinindeHadot,serala concepcindeunsoifoucaultianotansumamenteensimismadoquenisiquierapodra hallar su procedencia, ya no en el estoicismo, sino en el epicureismo. [Hadot, p.221]4. Lo que Foucault no habra comprendido, en opinin de Hadot, y tambin de CH, es que relacionarseconsigo,enlafilosofagriegaantigua,nopuedesignificarotracosaque relacionarse con un orden que no es individual ni incluso meramente humano, sino que esaqulenquelaracionalidadpresidelaplanificacindelacomunidadola planificacincsmica(yasepienseenelintelectodelmundoenPlatnoenlaRazn universal de los estoicos) [CH, La flexion...p.7]. En relacin a estas apreciaciones quisiera decir lo siguiente: a) si nuestra hiptesis de lectura es correcta hiptesis que quisiera presentar en las siguientes lneas- Foucault no habra sucumbido en su anlisis de la ipseidad alindividualismo,alesteticismoyaldandismo,nohabrafracasadoensu proyecto de articulacin de la tica y la poltica y ello justamente por hallarse en supensamientounadimensinqueCHHalimi,oalmenosHadot,parecen negarle: una dimensin moral. A lo largo de la presentacin de esta hiptesis de lectura se apreciar hasta qu punto es equivocada e injustala lectura de Hadot 4Y es que aunque el epicureismo, frente al estoicismo, no fundara sus prcticas en normas de la naturaleza y de la razn universal, su prctica espiritual no puede definirse tan slo como un cultivo de s mismo, como una simple relacin de uno consigo mismo, como un placer que uno podra encontrar en su propio yo. El epicureo no teme confesar que tiene necesidad de otra cosa diferente de l mismo para satisfacer sus deseos y hallar placer: le son necesarios el alimento corporal, los placeres del amor, pero tambin una teora fsica del universo para suprimir el miedo a los dioses y a la muerte [Hadot 221] (unpocoenrabietadoconFoucaulteneltextocitado),noasladeCH,que parecerescatarfinalmenteaFoucaultparalaideadeunapolticamoralensu demora kantiana. b)Quisierasealarahoraalgo,enrelacinconlalecturadeCH,que desgraciadamentenopodrdesarrollaraqu.LaprofesoraCHsealaquees precisopensarenKantunsoimoralindisociabledelapropiacomunidadque supropiaemergenciainstituye.Estacomunidadreactivaralosesquemas antiguosdelaamistad[Laflexion...p.1].Ahorabienquamistaddelos antiguosesesta?EslaamistadperfectadeSneca?Esacasolaamistaddel eros platnico, tal como se expone en el Banquete y el Fedro? Es la amistad de Aristteles?PeroAristteleshabladediferentesamistadesenlasticas.Las preguntas lanzadas para la profesora CH quedan ah, sin pretender exigencia de respuestaalguna.Pormiparte,intentarunarespuestaaestacuestin:sidelo que se trata es de un soi moral, indisociable de la comunidad, la reactivacin de laamistad,delaquehablaCH,nopuedesersinoladeunaamistadmoral. Ahorabien,unaamistadmorales,cuantomenos,algoextrao.Estableceun lazoconelotro,peroenladistancia,sinproximidadniposibilidadde reconocimiento,sinsemejanza.Enestelazoelamigonoesafnam,noes comoyo,noesunodelosmos;noesenabsolutoigualam,enpuntoal contenido.PodramosllamarconAristtelesaesaextraaamistad,aeselazo con el otro en la distancia philia politik. Ahora bien, la philia politik, tal como ha sealado Hannah Arendt, no es sino el respeto [ The Human Condition 243], siendo ste el lazo poltico por excelencia, en ruptura con la vida social natural, elamorylaamistaddelossemejantes.Setratadeunvnculoentreseres absolutamentediferentesencuantoalcontenido,absolutamenteigualessin embargoencuantoadignidad,talcomoloimponelaleydelapluralidad originaria como esencia de lo poltico [The Human Condition, pp. 7-8] Y lo que hayquetenermuyencuentaesqueestacomunidaddelrespetoseexpresa jurdicamente, no puede ms que expresarse en la forma de una articulacin de laconvivencia-deaquellosquenosonsemejantes-bajolaley(leyensentido romano, no griego) Ciertamente esta expresin jurdica del respeto ser siempre insuficiente,deahlanecesidaddelalibrecirculacindelacrticapblicaen esteespaciodeconvivenciadelosheterogneos,afindevelarcontralas inevitables insuficiencias de la normatividad y la normalizacin que se sigue de la imposibilidad de la perfecta representacin. La comunidad del respeto operar entoncescomounprincipiodecrticapermanente,quizcomounideal regulativo despojazo de todo contenido positivo.

3. La procedencia kantiana de la ontologa foucaultiana: ontologa, crtica y metafsica o de la libertad como lmite crtico del poder-saber. Paso ahora a exponer mihiptesis de lectura kantiana de los textos de Foucault. En1984,ensuconferenciaQu,est-cequelesLumiers?[DEIV,pp.562-578], Foucault,trasunanlisisdeltextokantianoBeantwortungderFrage:Wasist Aufklrung?, presenta su proyecto filosfico como una ontologa crtica,que, inscrita enlatradicindelpensamientokantiano,seconcibecomounaprueba(preuve) histrico-prcticadeloslmitesquepodemosfranquear(franchir),yportantocomo trabajodenosotrosmismossobresnosotrosmismosentantoquesereslibres[DEIV, 575](hayquehacernotaryaqueaquontologaserelacionaconlibertady,por tanto,noconcondicionestrascendentales,ledasenel,quiz,estrechomarcodeuna ontologaaprioridelanaturaleza).Muchosaosantes,en1963,Foucaultsealabala procedenciakantianadeunpensamientoquesera,enunmismomovimiento,una crtica y una ontologa, un pensamiento de la finitud y el ser [Prface la transgression, DEI, 239]. Es esta procedencia kantiana de la nocin de una ontologa crtica, tal como laqueseexhibeenelespaciodeproblematizacinabiertoporlosltimostextosde Foucault, lo que ahora quisiramos considerar muy brevemente. FoucaultsepreguntaenelpasajecitadodePrfacelatransgression[cfr. texto2denuestraseleccin]dequposibilidadprocedeesepensamientoquesera, simultneamenteysincontradiccinposible,unacrticayunaontologa,ese pensamiento del que todo hasta el presente nos habra desviado, pero para conducirnos hastasuretorno[Ibdem]5.Larespuestanosintroducedellenoeneluniversodelos problemas kantianos: 5Foucault parece estar haciendo esta afirmacin no en 1963, sino en 1984. PuededecirsesindudaqueellanosvienedelaaberturapracticadaporKantenlafilosofa occidental, el da en que articul, de una manera an my enigmtica, el discurso metafsico y la reflexin sobre los lmites de nuestra razn [Ibdem] Sin pretender desvelar este enigma, slo sealar, a propsito de este texto, que laposibilidaddeunaontologacrticaydeunacrticaontolgicaprocederadeese gestokantianoenquesearticularalareflexinsobreloslmitesconlametafsica. Desdeluegonosesposibleaquanalizartodalariquezadeestaarticulacinydelos diversos sentidos de metafsica que ella pone en juego6, de manera que slo indicar al respectoloquemeparecedecisivoparalacuestintratada.Habraquereparar,en primer lugar, que esa articulacin produce una abertura, no entrega a un espacioregido porunprincipiodesaturacinodeterminacin.Habraquerepararigualmenteque Foucault,alahoradedeterminarlaprocedenciakantianadelaontologacrtica,y contra lo que cabra esperar, no se refiere a la articulacin kantiana de la crtica con la ontologa,sinoalaarticulacindeaqullaconeldiscursometafsico,comosi Foucaultquisieraliberarconunusomedidodelaexpresindiscursometafsicola posibilidaddeunasentidodemetafsicaquenoseraeldelaprimerapartedela metafsica,esdecir,justamentecomoontologa[cfr.KrV]Siestofueraas,Foucault estaraindicandoqueenelgestocrticokantianoquedarahabilitadaunadimensin metafsica que no seraontolgica, es decir, terica, sinoprctica, siendo lo prctico lo posible por libertad. Ello tiene importantes consecuencias a la hora de la determinacin del concepto foucaultianode ontologa crtica.Si esta hiptesis de lectura es correcta, habra que considerarqueelsignificadofoucaultianodeontologanadatienequeverconel sentidoqueKantotorgaaestemismotrmino,talcomo,porejemplo,seleeenlos Fortschritte, die die Metaphysik...., y ello justamente porque en virtud de la procedencia sealadahallaramosenlaontologafoucaultianaunadimensinquenopodraformar partedeloqueKantentiendeporontologa,esdecir,porFilosofatrascendental, teniendorelacin,msbien,conloqueKantllamaenesemismotextometafsica propiamentedicha[Ak.,260].sta,porlaintervencindelacrtica,slopodr considerarse una esfera prctica que, lejos de prescribircondiciones de posibilidad a la experiencia, habilita la posibilidad de una intervencin crtica sobre la experiencia, que 6Hemos sealado algunos de estos sentidos cfr. Arqueologa de la cuestin trascendental y Facticidad y trascendentalidad liberaposibilidadesdelibertadenella.Deestemodo,Foucaultpodrpreguntarcosas talescomo:culeselcampoactualdeexperienciasposibles?[GSA,22],perolo posibleser aqu lo posible por y para la libertad, no para el conocimiento (Foucault se desmarcadeunplanteamientocrticocomoanalticadelaverdad),apartirdel establecimientodelmitecrticodelpoder-saber(setratadedefinircrticamenteel espacio de una posibilidad de intervencin en la experiencia, de liberar un espacio para la intervencin de la libertad en el mundo). Siloquedigoescorrecto,deberamosencontrarenelpensamientofoucaultino pronunciamientos,articulacionesydistincionesquepusierandemanifiestouna dimensinprcticaensupensamiento,unefectivoejemoralensuontologa.Porlo demsFoucault,elamigodeG.Lebrun,serefierealtercerejedesuontologa precisamente como un eje moral, no, sin ms, como un eje tico [DEIV 618]. Esto, a mijuicio,nopuededeberseaunusorelajadodellenguaje,sinoaunrigorquese impone en su itinerario filosfico. Sealo muy rpidamente algunos textos del ltimo periodo, en los que funciona, de un modo u otro, esa dimensin moral: 1.EnlaprimeraleccindeHsuj,enelmarcodeunanlisisgeneraldelas relacionesentreelcuidadodesyelconocimientodes,justamenteenelpuntoenel que Foucault se est refiriendo a la emergencia -helenstica y romana- de unaculture de soi, indicar que el principio de que es preciso ocuparse de s mismo lleg a ser, de una forma general, el principio de toda conducta racional, en toda forma de vida activa que quisiera en efecto obedecer al principio de la racionalidad moral[Hsuj, 11] 2.Creoquedeberamoshacernoscargotambindeesepasajedelprimer apartado de la introduccin a HSII y HSIII, titulado Modificaciones, en que Foucault serefierealaideadeunahistoriadelaverdad,aclarandoqueporverdadnohade entenderse la verdad del conocimiento sino los juegos de verdad a cuyo travs el ser seconstituyecomoexperiencia,esdecir,comopudiendoydebiendoserpensado. [HSII, p.13] 3.UnpasajeenelqueFoucaultserefierealanocindeparresayalade parresiasts,(figurastaqueganarparasupropiopensamientoensultima caracterizacindelintelectualespecfico)yenelquesealaque,enlaparresa,el hablante escoge el deber moral en lugar del propio inters o la apata moral[ Discurso y verdad en la Grecia antigua, Barcelona, paids, 46]. 4.EnlaentrevistaconF.EwaldLesoucidelavrit(pronunciamientode actualidad,portanto),Foucaultdir:latareadeldirevraiesuntrabajoinfinito, respetarlaensucomplejidadesunaobligacindelaqueningnpoderpuedehacer economa[DEIV 678] 5.AlcomienzodelaentrevistaPolmique,politiqueetproblmatisations, Foucault seala que las maneraspolmicas (y, por ende, el modelo de la guerra) en la relacindiscursivaconelotronosonlassuyas,porestadiferenciadice-que mantengo como algo esencial: se trata de toda una moral, la que concierne a la bsqueda de la verdad y la relacin con el otro [DEIV p. 591] 6.EnInutiledesesoulever?textodelquehablaralfinaldemiexposicin, hallamos toda una sera de pronunciamientos en trminos de respeto y de universalidad, se presenta adems la moral terica del intelectual como una moral antiestratgica,y se seala que al poder no hay que oponerle individualistas tcnicas de s, sino leyes infranqueables y derechos sin restricciones7 [DEIII, p.794] 7. Comienzo de Quest-ce que la Critique? (Critique et Aufklrung); se trata de untextoquecito,enextensoyenltimolugar,porquemepareceespecialmente relevante para apreciar que, en la nocin foucaultiana de crtica , de crtica ontolgica, no antropolgica fundamental, opera una teleologia rationis humanae (KrVA839/B867), comprendida de un modoradicalmente crtico (es decir, en el mismo modo en que Kant lacomprende)y,porello,habilitandoloquepuedellamarseunaantropologacrtica. Foucault presenta del siguiente modo la idea de una crtica unitaria y autnoma regida por un imperativo moral: 7 Y esto es lo nico que garantiza que en el espacio poltico cualquiera pueda desarrollar libremente su singular proyecto de constitucin de s , es decir, de felicidad,. Cfr. Schmid, En busca de un nuevo arte de vivir, 84-85 Nos asombraremos tambin de ver que se intenta buscar una unidad a esta crtica, cuando parece destinada por naturaleza, por funcin, dira que por profesin, a la dispersin, a la dependencia, a lapuraheteronoma.Despusdetodolacrticasloexisteporrelacinaotracosaqueella misma(...)Todoesohacequeellaseaunafuncinsubordinadaenrelacinaloqueconstituye positivamentelafilosofa,laciencia,lapoltica,lamoral,elderecho,laliteratura,etc.Y,al mismotiempo,seancualesfuerenlosplaceresolascompensacionesqueacompaanaesta curiosaactividaddecrtica,parecequecomportamuyregularmente,casisiempre,nosloel rigorismo(raideur)deutilidadqueellareclamaparas,sinotambinunasuertedeimperativo ms general que le sera subyacente ms general an que el de excluir los errores. Hay algo en la crtica que tiene parentesco con la virtud. Y, de una cierta forma, de lo que quisiera hablar es delaactitudcrticacomovirtudgeneral[Qest-cequelacritique?CritiqueetAufklrungen Bulletin de la socit franaise de philosophie (Avril-Juin 1990), p. 36] 4. El s moral en Foucault. 4.1. La libertad como condicin ontolgica de la tica. Deacuerdoconestospronunciamientosparecequedeberamosadmitirqueel soi foucaultiano es un soi moral. Ahora bien, esto tiene importantes consecuencias, por ejemploporrelacinalproyectonietzscheanodeunagenealogadelamoral,que habra de revelar que tras lo moral se esconde lo vital, trasla libertad la dominacin y tras el ser la fuerza: Si la realidad (no la ficcin) de lo moral opera de alguna manera en elpensamientodeFoucault(almenostraslasmodificacionesqueseanuncianenla introduccin a HSII y HSIII),ello slo podr ser posible porque, tal realidad, ha podido constituirse como tal en un arrancarse radical a la dinmica vital (y, por tanto, tambina la tica de su conservacin), por un haberse ganado, en la vida, un espacio que ya no obedecerasusleyes,justamenteelespaciodelalibertadcomoespaciomoral irreductible (a cosas tales como inters o dominacin fundamental)8 Siestofueraas,lalibertad,ynolavida9,seralacondicinontolgicadela tica.Ahorabien,esestojustamenteloquediceFoucaultenLethiquedusoicidesoi 8 Esto, por otra parte, queda confirmado por la sistemtica foucaultiana. 9Vida en el sentido de lo que significa vida en el captulo 8 de MC, en el epgrafe Cuvier : vida como fuerza fundamental, como poder que irrumpe tras haberse rasgado la apariencia de las cosas, la commepratiquedelalibert:lalibertadeslacondicinontolgicadelatica[DE, IV p. 712] Habra que reparar en la significacin de tal declaracin: La libertad se presenta aqucomolacondicindeunser,conunmododeserdistintodeldeotrosseres, justamente el de la libertad. En otros textos Foucault denomina a la libertad la materia de la tica [por ejemplo HSII, p.37 o DEVI, p. 394]. Se trata, con todo, de una materia que no podr sercualquier materia, sino esa materia que es la condicin ontolgica de la tica. Esto significa que dicha materia posee cualidad, una constitucin propia,por laquenoserposiblehacerconellacualquiercosa,pudiendo,envirtuddela constitucinreferida,resultarviolentadayexperimentarseloqueFoucaultllamalo intolerable. (Ello comporta una muy determinada concepcin del ser) Foucaultllamartambinalalibertadlasubstanciatica[HSII,37,DEIV, 618].Elloimplica,antetodo,unaconsideracinontolgicadelamisma:comoser-o substancia-queposeeelmododeserdelotico(porcierto,facticamente,enun mundo). En virtud de tal constitucin, o modo de ser, la libertad no podr considerarse una realidaddel tipo de esas substancias que tienenel carcter de lo cerrado y acabado, ese decir, una cosa con una esencia.La libertad se presentaas en su realidad, pero no como una cosa. EncontramosenHSIII,enLesoucidesoi,elmejordesarrollofilosficoenel interior de corpus foucaultiano de lo que podemos denominar la ontologa del cuidado de s (o de las prcticas de s o de la tica) como ontologa de la libertad. Nos referimos ahoraauntextoenelqueFoucault,comoenmuchasotrasocasiones,altiempoque habla de otro pensador lo hace tambin de s mismo; o, por mejor decir,nos referimos ahoraaunodeesostextosdelosqueFoucaultseapropiaeneltrabajohistrico-filosfico;yellodeunamaneratalque,endichotrabajo,eltexto,almargende cualquierinteriorizacin,llegaasersmismo.Foucaultserefiereasalas Conversaciones de Epicteto [cfr. texto 7 de nuestra seleccin]:

violencia muda e invisible que las devora a las cosas- en la noche MC, p. 291. Pero tambin en el sentido de lo que significa en el apartado afrodisia de el primer captulo de HSII,) Es sin duda en Epicteto donde se seala la ms alta elaboracin filosfica de este tema [del cuidado de s]. El ser humano es definido, en las Conversaciones, como el ser que ha sido confiado al cuidado des.Ahresidesudiferenciafundamentalconrespectoalosotrosseresvivos:losanimales encuentran totalmente dispuesto lo que les es necesario para vivir (...). El hombre en cambio debe velar por s mismo: no, sin embargo, por un defecto que le pusiera en una situacin de carencia y le hiciera desde este punto de vista inferior a los animales, sino porque el dios ha querido que l pueda hacerlibrementeusodesusfacultades.Yparaestefinlehadadolarazn;stanosehade comprendercomoelsustitutodelasfacultadesnaturalesausentes;esalcontrariolafacultadque permiteservirse,cuandoesdebidoycomoesdebido,delasotrasfacultades;ellaesinclusoesta facultad absolutamente singular que es capaz de servirse de ella misma: pueses capaz de tomarse a ella mismay a todo lo dems por objeto de estudio. Coronando con esta razn todo lo que nos ha sido dado ya por la naturaleza, Zeus nos ha dado la posibilidad y el deber de ocuparnos de nosotros mismos.Enlamedidaenqueleslibreyrazonableylibredeserrazonable-,elhombreesenla naturaleza el ser que se halla comprometido en el cuidado de l mismo. El dios no nos ha fabricado como Fidias su Atenea de mrmol, que tiende para siempre la mano en la que se ha posado la victoria inmvildealasdesplegadas.Zeusnosolamentetehacreado,sinoqueademstehaconfiadoy entregadoatisolo.Elcuidadodes,paraEpicteto,esunprivilegio-deber,undon-obligacinque nosaseguralalibertadobligndonosatomarnosanosotrosmismoscomoobjetodetodanuestra obligacin[Histoire de la sexualit III. Le souci de soi, Paris, Gallimard, 2000, pp. 65-66] Podemos entresacar de este fragmento los siguientes rasgos: a)Enlsehabladeunadiferenciafundamental,porlaqueelserhumanose define y se diferencia del resto de los seres vivos: el cuidado de s. Por el cuidado se estableceunadiferenciaque,porserfundamental,esrupturacon,o sobrepasamientodelordenanimal,ynomeraespecificacinenelinteriordel gnero (no se trata de una diferencia especfica). Ahora bien, por esta diferencia no hayunsuperarse,enelmododeundejaratrs,laexistenciaanimal,sinoel establecimiento de un doble orden de ser: animal y humano. Ello quedarasugerido enel con respecto a los otros seres vivos y por el el hombre es en la naturaleza el ser que se halla comprometido en el cuidado de s (la cursiva es nuestra): por el cuidadoelhombreseseparadelrestodelosseres,alosque,sinembargo, permaneceunidoatravsdelavida(pueslestambin,aunquenoslo,un viviente). El hombre es entonces, en virtud de tal diferencia, zoe y bios, no pudiendo estos aspectos ser separados ni reducidos en su tensin, al menos cuando de trata de aqul. b) Lo que caracteriza a la vida de los animales, frente a la vida humana,es que stos encuentran totalmente dispuesto lo que les es necesario para vivir. c)Porelcuidadoelhombresediferenciadelosanimalesenesto.Esdecir,su existenciaesabertura,susernosehallacerrado,acabado.Peroellonosignificatanto una falta de ser, cuanto su ser libertad. Tal abertura ontolgica lo constituye, pues, como ser libre, no como un ser incompleto. d) Estemodo de ser, el de la libertad,es la condicin ontolgica del cuidado de s, esta condicin es la quehabilita un libre uso de las facultades e) Talcuidado que se da como razn. f)sta no es un puro instrumento de satisfaccin vitalen el elemento de la lucha por la vida (no es el substituto de las facultades naturales ausentes en un mundo natural, de tal manera que pudiramos considerar queascomo los toros tienen cuernos y los leones garras y dientes, los hombres tienen razn), la herramienta paraunaeconomadelasfuerzasvitalesenlaquehabradepreservarsela dinmica vital, la potencia de la vida como unidad slida del placer, el deseo y el acto. Por contra, se trata aqu, ms bien, de la condicin de un servirse de, de un hacer uso de, de tal manera que aqu la razn usa y no es usada (como puede ser usado, por ejemplo, el entendimiento en la lucha por la vida). Adems: cuando esdebidoycomoesdebido-yenunmundo(setratadelafacticidaddelser moral,loveremos).Laformadeeseusoes,entonces,laformadeldeberenel mundo,laqueslopuedeestablecerseporlarupturaconlavidanaturalya mentada. g)La razn en juego, entonces, no es una razn calculadora, una razn econmica. Setratadeunarazn-debery,porende,deunarazncomn,encuyoespacio los otros comparecen como otros: ni como yo mismo (en el espacio familiar de un reconocimiento fundamental: los otros aqu no son mis hijos, mis hermanos o mis amigos), ni como cosas, sino como hombres, a los que no amo, consumo o utilizo, sino respeto. h)Por tal libre razn se dala posibilidad y el deber de cuidarnos, siendo el cuidado don.Estaexpresinindicalaconstitucindeunser,unserdadoquejams puede llegar a ser reducido-producido; la existencia es un don por el que somos entregadosalaincondicionalidaddeunalibertadqueseelijeasmisma.Un don, que es tambin, obligacin, es decir, deber que nos constrie a un cuidado denosotrosmismos,enelquenoshacemos-enunmundoyconlosotros-a nosotros mismos. Con todo, este hacer-obligacin -as lo indica el en un mundo y con los otros- no es ilimitado, siendo aqu la condicin y el lmite en el hacer justamentelalibertadenelmundo,unamateriacualificadaconlaquenose pueda hacer cualquier cosa. 4.2. La tica y los diferentes sentidos de moral. Esbienconocidaladistincinfoucaultianaentrelatica,comolasdiferentes manerasyprcticasdesatravsdelacualeselagenteseconstituyecomosujeto moraldeunaunidaddeconducta,ylamoralcomocdigoparalasacciones[cfr. Morale et pratique de soi, en HSII, pp. 36-45] No suele observarse, sinembargo, que taldistincinsedaalinteriordeloqueFoucaultllamamoralensentidoamplio [HSII,p.41].Ellohadeotorgarsupeculiartopologaalatica,justamenteuna topologamoral,queobligaadescartaralaposibilidaddeunacomprensindela mismaenclavedeunusodelosplaceres[talcomosepresentaencap1deHSII,]. DesdeestemismomododeconsideracinPotte-Bonnevillehapodidoapuntarla consistencia del hecho moral o de la experiencia moral en Foucault [cfr. Michel Foucault,Lainquietuddelahistoria,ed.espaola,p.190],delaquehabraque distinguirdiferentesaspectos,queloserandeunanicarealidad,larealidadmoral .Esos aspectos son, como es bien sabido, el cdigo ylas acciones en relacin al cual el cdigo prescribe, pero tambinlos modos de subjetivacin y las prcticas de s en que stosseapoyan-consusdiferentesaspectos-,ascomoelagente,elsujetomoralyla realidad en la que se inscribe la accin moral.No puede detenerme ahora en un anlisis detalladodeesteasunto,basteparamiactualpropsitosubrayar,apartirdeltexto sealado,laconstitucinmoraldelaticafoucaultina,ascomosealarquedicha realidad moral, y por ello tambin el sujeto de conducta tico que en ella juega, han de considerarse como estando inscritos en un espacio de facticidad (la expresin realidad moral alude entonces tambin a la facticidad de lo moral), en el que, sin embargo, no han de quedar reducidos o disueltos (por ejemplo en el magma de las fuerzas vitales o enlacausalidaddelahistoria),sinocrticamentelocalizados.Elloharqueelsujeto moral se determine como un sujeto moral de Uso, y, por eso, siendo y actuandoen un espacio de relaciones y operaciones, ese espacio al que podemos llamar mundo. 5.Lafacticidaddelsujetomoral:elsujetomoralcomosujetodeuso(Gebrauch, khrsis) Paraintroducirdelamaneramsadecuadaalproblemadeestafacticidad debera referirme ahora al tipo de relaciones que mantiene este sujeto moral con lo que Foucault llama poder y el saber, es decir, debera referirme a lo que podramosllamar el sistema crtico del sujeto, a los ejes que lo constituyen y al tipo de relaciones que estos ejes mantienen entre s. En el establecimiento dede esta sistematicidad [DE IV p.],deestesistemadesimultaneidadsaber-poder-moralcomosistemadelsujeto (dondeelsujetonoesnadamsqueunaarticulacin,nounasubstancia,niun fundamento) se decide, a nuestro juicio, la justa determinacin de la cuestin del sujeto en Foucault. En relacin a este asunto slo sealar, muy rpidamente y de un modo un pocodogmtico,puesnomeesposibleahoraponerenjuegolostextosdeesta problemtica(luegoeneldebatepodemoshablardeello),queloqueFoucaultllama saber poder y moral no constituyenun mero agregado, sino precisamente un sistema, perounsistemaquenotendraniuncarcterdeductivonidialctico.Frenteaestos modosdepensarlaarticulaciones,setratardeunsistemadelaheterogeneidad originaria(talcomoseexponeenNBP,p44),eldelosindisociablesqueson irreductiblesy,poreso,eldelostresejescomoejescooriginarios.Ellotiene importantesconsecuenciasalahoradeinterpretarelsaber,elpoderylamoral,as como sus relaciones. Por ejemplo, por esta sistemtica quedar invalidada tanto la idea de un poder originario como la nocin de una tica originaria. Pues bien, desde el momento en que se pone en juego esta sistemtica, de la que apenas puedo sealar nada,la cuestin del sujeto brinca precisamente como la cuestin de un sujeto moral de uso, de khsis. Ello har que el soi, objeto y sujeto de un souci de soi, no pueda considerarse como una substancia, sino, tal como seala Foucault en Hsuj, comounsujetodelaaccin[Hsuj,55,cfr.texto10denuestraseleccin],enla accin misma. Se hace pasar as un tenue hilo, el que distingue, en la accin, el sujeto deella,haciendo,deestemodo,valerunapeculiartrascendenciadelsujetopor relacin a la accin: la posicin de alguna manera singular, trascendente del sujeto por relacin a lo que le rodea [Hsuj.56], peroen lo que le rodea. Y todo ello, entonces, sin quemedieentaldeterminacindelsujetometafsicadelalma[cfr.CVp.150]o postuladoantropolgicoalguno.Elsujeto,comosujetodeKhresis,sedefineascomo sujetodeaccinydeutilizacininstrumental,perotambindecomportamiento,as como de relaciones, segn reglas ontolgicas, con las cosas, los otros y consigo mismo. Importa reparar enque este sujetono se resuelve en una mera relacin instrumental conloquelerodea,yensurelacinconlascosasylosotrosoperauncomoes debido(aellomerefieroconelsegnreglasontolgicas)quehadeconstituirun lmite en la utilizacin y la produccin. Pues bien, tal lmite, en relacin, por ejemplo,a lo que puede hacerse de los hombres, no es otro que la libertad misma como condicin ontolgicao materia. La libertad, no slo como condicin sino tambin como lmite, operar, pues, en eldiscursofoucaultianodeloethopoietico.DesdeaquIAKcobrarunarelevancia inesperada,enlamedidaenqueesjustamenteenestetrabajodondeseperfilauna definicinkantianadelusoydelopragmticoqueharjugarestelmite.Esms,se podradecirquelasclavesparaunacomprensinprecisa,coherente,integraly sistemticadeldiscursofoucaultianodeloethopoieticodelosaos80sehallan,antes inclusoqueenlostrabajossobreeluniversogrecolatino,enIAK,dondelas articulaciones de lo ethopoietico son analizadas, bajo la forma de lo pragmtico, en todo surigoryriquezadeaspectos.HervOulcenhaapuntadoestarelacinenDes techniques de soi au fil conducteur de lusage. Para este especialista es en IAK donde surge precisamente la cuestin que ser tematizada veinte aos ms tarde, precisamente bajo el nombre de Ethopoien. La cuestin de lo que el hombre puede y debe hacer de s mismo [p.66]. Dicha cuestin, como es bien sabido, es la cuestin de una Antropologa pragmtica (cfr. prefacio a ApH], es decir, de una antropologa que no trata de lo que la naturalezahacedelhombre(esoseraantropologafisiolgica),sinodeloqueel hombre, en tanto ser libre en un mundo, puede y debe hacer de s mismo. Ahora bien, habra que entender en sus justos trminos la idea de lo pragmtico kantianoyelloconvistasacomprenderensujustamedidaloquesejuegaenla problematizacinfoucaultianadeunsujetoquehacedesmismounaobradearte. Herv Oulcen realiza en el trabajo sealado una declaracin que nos pone en la pista de talcomprensindelopragmtico,tantoenKantcomoenunFoucaultmarcadamente kantiano: Foucaultnoconcluyedeesto(desulecturadelaAntropologa)unadisolucindelos fundamentosdelamoralidadenunamoraldelaambigedad,sinoenunarelecturadelas basesdelafilosofaprcticadeKantsegnelhiloconductordelusoydelastcnicasdes [Oulchen 67 ] HervOulcenacierta,amijuicio,ensuestimacindelalecturafoucaultiana de ApH, y algo casi idntico podra decirse respecto del propio discurso foucaultiano de la tica y las prcticas de s. Enel rgimen de tal discurso no cabra una consideracin del campo poltico-pragmticocomo un espacio en el que la dimensin de lo prctico, enelsentidodelomoral,hubieraquedadodisueltaonegada.Nopodratratarse entoncesdeunadisolucindelomoral(y,portanto,noparecepertinenteunalectura pragmatistadelotico-polticoenFoucault10),sinodeunreplanteamientodeesta dimensindesdenuevasbases,genuinamentecrticoysistemtico,alhilodeuna problematizacindelsujetoque,almargendesuconsideracincomosubstancia,se abrira la espesura del Uso. UnpasajedeIAKnospareceinestimableparaentenderadecuadamenteel conceptodelopragmticokantiano,ensulecturaenFoucault,perotambinpara comprenderlanocinfoucaultianadeunsujetomoraldeuso.Reproducimos,porsu importancia y a pesar de su extensin, el pasajecompleto: Elpensamientoantropolgiconopropondrcerrarladefinicin,entrminosnaturalistas,deun Wesen humano: Wir untersuchen hier den Menschen nicht nach dem was er naturlicher Weise ist[nosotrosnoinvestigamosaqualhombrealamaneradelsernatural],decanyalos Collegentwrfede1770-1780.PerolaAntropologade1798transformaestadecisinen constantemtodo,envoluntadresueltadeseguiruncaminoenelqueestprevistoquenunca encontrar su culminacin en una verdad de naturaleza. Es elsentido inicial de la Antropologa el ser Erforschung:exploracindeunconjuntojamsofrecidoentotalidad,jamsenreposo ensmismo,puestoqueestomadoenunmovimientodondenaturalezaylibertadsehallan intrincadasenelGebrauch,delquenuestrapalabrauso(usage)cubresloalgunosdesus sentidos. 10 Sobre esto nos hemos extendido en un trabajo de prxima publicacin: Foucault y el pragmatismo. Estudiarportanto,nolamemoria,sinolamaneradeservirsedeella.Describirnoloqueel hombre es, sino lo que l puede hacer de s mismo. Este tema ha sido sin duda, desde el origen, el ncleo mismo de la reflexin antropolgica, y elndice de su singularidad: Wir untersuchen hierdenMenschen...umzuwissenwaseraussichmachenundwiemanihnbrauchenkann [investigamosaqualhombre(...)parasaberloquepuedehacerdesycmoselopuede utilizar]. Tal era el programa definido por los Collegentwrfe. En 1798 ste aparece doblemente modificado. La Antropologa no buscar ya saber cmo se puede utilizar al hombre, sino lo que se puede esperar de l. Por otra parte, ella determinar lo que el hombre puede y debe (kann und soll) hacer de l mismo. Es decir, que el uso es arrancado del nivel de la actualidad tcnica y colocadoenunsistemadoble:deobligacinafirmadaporrelacinas,dedistanciarespetada por relacin a los otros. Es colocado en el texto de una libertad que se postula a la vez singular y universal. 3-PorahseencuentradefinidoelcarcterpragmticodelaAntropologa:Pragmatisch, decanlosCollegentwrfe,istdieErkenntnissvondersicheinallgemeinerGebrauchinder Gesellshaftmachenlsst[eselconocimientodelquesepuedehacerunusogeneralenla sociedad].Lopragmticonoeraentoncessinolotilpasadoporlouniversal.Eneltextode 1798hallegadoaserunciertomododeenlaceentreelKnnenyelSollen.Relacinquela razn prctica aseguraba a priori en el imperativo, y que la reflexin antropolgica garantiza en elmovimientoconcretodelejerciciocotidiano:enelSpielen.EstanocindeSpielenes singularmente importante: el hombre es el juego de la naturaleza, pero este juego, l lo juega y, en l, l mismo se halla en juego [IAK 32-33] Del mismo modo, en el pensamiento de Foucault, el sujeto no ser considerado una realidad esencial [cfr., por ejemploDEIV 718-719] y su investigacin algo que ha dedesembocarenunaverdaddenaturaleza.Setratar,as,deunatareasiempre abierta,deuntrabajoinfinito[cfr,porejemplo,DEIVp.678],comoabiertoes tambinelsistemaprcticoqueessuobjetodeproblematizacin[cfr.Questquela critique?50-52]:aqulenquelanaturalezaylalibertad,loobjetivo-tecnolgicoylo subjetivo-estratgico, se hallan intrincados en un Uso que se corresponde certeramente, en ruptura con laesfera de lo puramente utilizable, con el Gebrauch kantiano. Por otra parte,aligualqueeltextoeditadodeApH,de1798,introducadecisivas desplazamientos con respecto a los Collegentwrfe,en lo referente a la significacin de lopragmtico,loquepuedasignificarusoenelpensamientofoucaultianoaparecer profundamente transformado tras las modificaciones apuntadas en su pensamiento As, por ejemplo, en SP no haba lugar para otra nocin de sujeto que no fuera aquella en la que ste apareca como efecto e instrumento y, por ello, como mero juguete- del poder. Frenteaello,enlosltimostextosdeFoucaultlacuestindelsujetodiscurrirpor canalesdiferentesdeaquellosdelaproduccinyutilizacinincondicionada,yse tratar,msbien,aligualqueenlopragmticokantianoenApH,deloquepuede esperarsedeloshombres,entantoquesereslibresqueactanenlosconjuntos prcticos, y, entonces, ya no de lacuestin de lo que puede hacersede ellos aplicando sobresuvidalavidacomocuerpoylavidacomoespecie-unatecnologapoltica ilimitada. De este modo, el asunto no podr determinarse sin mscomoaqul de lo que el hombre, en un hacer ilimitado y paradjico,puede hacer de s mismo, y se har valer laconsistenciayresistenciaontolgicadelalibertad,comolimitedetalquehacerno slocomocondicindeposibilidad-ydeberparauncuidadodes.Conello,aligual que en Kant, el uso es arrancado del nivel de la pura produccin tcnica y colocado en un sistema doble, de simultnea subjetivacin y objetivacin y, por ello, tambin, de invocacinaunhacerdes,peroigualmentederespeto-desydelosotros-ental quehacer.Ladimensinpoltica,comodimensinpragmtica,nopodrentoncesser codificada en el dispositivo terico-prctico foucaultiano en la forma de un saber que lo seradelsistemadeunautilizacinoptimadeloshombres;porelcontrario,seharn valer las articulaciones del Knnen y el Sollen, del podery el deber; y de un modo, por cierto, idntico al de la lectura de Foucault de ApH,enla forma del juego y el cuidado, de toda una subjetivacin prctico-filosfica de dicho deber.