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HIMNO DEL ENCUENTRO MARISTA Maristas en camino del amor Maristas en la senda del Señor Maristas que no paran de soñar con mundo mejor. María es nuestra inspiración, Modelo de identificación, A ella va nuestra oración para vivir nuestra vocación. De corazón siguiendo al Maestro, generando vida en nuestra generación. Hna. Silvia Sanz, sm. 15 Junio 2013 Catequesis 12/12 MARISTAS EN CAMINO ¡Río a la vista! Queridos/as compañeros/as de camino…. Al estilo de los antiguos nave- gantes y aventureros, podemos decir ¡RÍO A LA VISTA!. Estamos a un poco más de un mes de vernos en El Encuentro Internacional de Jóvenes Maristas previos a la JMJ. Estamos ya confirmados grupos Maristas cercanos a las Hermanas Maristas, Hermanas Misioneras de la Sociedad de María y Padres Maristas provenien- tes de Brasil, Canadá, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, México, Perú, Se- negal, Tonga y Venezuela. En total 120. Para el Festival Marista del día 22 esta- remos también con los/as jóvenes per- tenecientes a la rama de los Hermanos Maristas donde seremos cerca de 450 jóvenes. ¡Todo está listo! Les deseamos a todos/as un muy feliz viaje. Los en- contraremos en el aeropuerto de acuerdo a los datos que nos han pro- porcionado. Nos identificaremos con una playera con una imagen de María con los/as fundadores de la Familia Marista: Françoise Perroton, Marcelino Champagnat, Jeanne Marie Chavion y Juan Claudio Colín. Esta última catequesis retoma el tema de la Iglesia. Como todos/as lo he- mos escuchado, el Papa Francisco ha insistido mucho en dos temas: La mi- sericordia y la ternura de Dios, y la Iglesia, presentando la una como conse- cuencia de la otra. “¿Cuál es el proyecto de Dios? Es hacer de todos noso- tros una única familia de sus hijos e hijas, en la que cada uno/a lo sienta cercano y se sienta amado por Él; que sienta el calor de ser familia de Dios. En este gran proyecto encuentra su raíz la Iglesia, que no es una organiza- ción nacida de un acuerdo de algunas personas, sino que es obra de Dios, nace precisamente de este proyecto de amor que se realiza progresiva- mente en la historia.” Así vamos a Río… como Iglesia peregrina para ser animados y confirmados en la fe por nuestro hermano, el Papa Francisco. Queridos Jóvenes Maristas: Bienvenidos/as a Brasil! Estamos preparando con gran alegría y entusiasmo nuestro país para recibirlos en estos días ya próximos. Trasformaremos Río de Janeiro en nues- tra casa del 17 al 28 de julio. En tu mochila trae mucho ánimo y sonrisas para ensanchar nuestros corazones con sueños. Con un gran abrazo P. Deonor Vieira do Nascimento, sm Coordinador

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Page 1: MARISTAS EN CAMINO - maristyouthinternational.org · tenido a María como compañera de camino, como testigo de disci-pulado. En ella hemos encontrado un referente de vida como lo

HIMNO DEL ENCUENTRO MARISTA

Maristas en camino del amor

Maristas en la senda del Señor

Maristas que no paran de soñar con mundo mejor.

María es nuestra inspiración,

Modelo de identificación,

A ella va nuestra oración para vivir nuestra vocación.

De corazón siguiendo al Maestro, generando vida en nuestra

generación.

Hna. Silvia Sanz, sm.

15 Junio 2013 Catequesis 12/12

MARISTAS EN CAMINO

¡Río a la vista! Queridos/as compañeros/as de camino…. Al estilo de los antiguos nave-gantes y aventureros, podemos decir ¡RÍO A LA VISTA!. Estamos a un poco más de un mes de vernos en El Encuentro Internacional de Jóvenes Maristas previos a la JMJ.

Estamos ya confirmados grupos Maristas cercanos a las Hermanas Maristas, Hermanas Misioneras de la Sociedad de María y Padres Maristas provenien-tes de Brasil, Canadá, Estados Unidos, Francia, Inglaterra, México, Perú, Se-negal, Tonga y Venezuela. En total 120. Para el Festival Marista del día 22 esta-remos también con los/as jóvenes per-tenecientes a la rama de los Hermanos Maristas donde seremos cerca de 450 jóvenes. ¡Todo está listo! Les deseamos a todos/as un muy feliz viaje. Los en-contraremos en el aeropuerto de acuerdo a los datos que nos han pro-porcionado. Nos identificaremos con una playera con una imagen de María con los/as fundadores de la Familia Marista: Françoise Perroton, Marcelino Champagnat, Jeanne Marie Chavion y Juan Claudio Colín.

Esta última catequesis retoma el tema de la Iglesia. Como todos/as lo he-mos escuchado, el Papa Francisco ha insistido mucho en dos temas: La mi-sericordia y la ternura de Dios, y la Iglesia, presentando la una como conse-cuencia de la otra. “¿Cuál es el proyecto de Dios? Es hacer de todos noso-tros una única familia de sus hijos e hijas, en la que cada uno/a lo sienta cercano y se sienta amado por Él; que sienta el calor de ser familia de Dios. En este gran proyecto encuentra su raíz la Iglesia, que no es una organiza-ción nacida de un acuerdo de algunas personas, sino que es obra de Dios, nace precisamente de este proyecto de amor que se realiza progresiva-mente en la historia.”

Así vamos a Río… como Iglesia peregrina para ser animados y confirmados en la fe por nuestro hermano, el Papa Francisco.

Queridos Jóvenes Maristas:

Bienvenidos/as a Brasil! Estamos preparando con gran alegría y entusiasmo nuestro país para recibirlos en estos días ya próximos. Trasformaremos Río de Janeiro en nues-tra casa del 17 al 28 de julio.

En tu mochila trae mucho ánimo y sonrisas para ensanchar nuestros corazones con sueños.

Con un gran abrazo

P. Deonor Vieira do Nascimento, sm

Coordinador

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El camino de las catequesis

Hemos hecho un camino largo…. ¡ya casi un año! Lo hemos he-cho a la luz de la Palabra de Jesús, a la luz de los tiempos litúrgi-cos, dejándonos interpelar por la vida, la historia, la Iglesia. He-mos vivido en el camino la dimisión del Papa Benedicto, la elección del Papa Francisco. Seguimos con alegría las olimpiadas de Lon-dres pero hemos visto también la horrible máscara de la guerra, la destrucción en muchos países particularmente en África y en Me-dio Oriente, la crisis económica en la eurozona y en otras partes del mundo.

En fin, un camino que inició con una llamada a ponernos en mar-cha, a entender la vida como camino y peregrinación, como lo han hecho muchos pueblos y religiones de la tierra (catequesis 1). Sa-limos de casa con la certeza de que si bien en ella estamos cómo-dos nuestro llamado es hacia una meta, y ella le da sentido al ca-mino; hemos buscado descubrir a Dios como destino, meta y sen-tido de nuestra vida (c. 2). Acercándonos a la Escritura, entendi-mos que el caminar más importante es el caminar que se convierte en relación con Jesús, siendo sus discípulos y discípulas. Cami-namos porque lo seguimos y lo seguimos porque nos llama (c. 3). En ese caminar lo hemos conocido mejor y hemos escuchado su invitación a ser sus amigos/as. Los discípulos/as no solo siguen a Jesús por su enseñanza, o sus milagros, ellos desarrollan una re-lación de profunda amistad con él (c 4). Con alegría descubrimos que si bien el llamado es personal, también es comunitario; Jesús nos ha llamado a formar parte de su familia, su comunidad: La Iglesia (c. 5).

También buscamos profundizar que la razón de ser de la Iglesia es continuar la misión de Jesús, es decir, el anuncio y la construc-ción del Reino de Dios: un reino donde habite la justicia, la soli-daridad, la igualdad, la paz… (c. 6). ¡Esta es nuestra misión! ¡Esta es nuestra vocación! Nuestra vida está llamada a ser misión (c. 7). El Papa Benedicto en el mensaje a la JMJ Rio 2013 nos ha insisti-do en que esta misión solo tiene sentido y fundamento cuando Cristo como centro (c. 8). Y es el mismo Cristo quién nos llama para que estemos con Él, pero también a ir al encuentro del que sufre, del pobre, del abandonado, del que ha perdido el aliento pa-ra vivir, el que se siente lejos de Dios (c. 9). Pudimos también es-cuchar las entusiastas palabras del Papa Francisco a los pocos días de ser electo anunciando que nos encontrará en Brasil invi-tándonos a prepararnos seriamente. Era el tiempo de la Resurrec-ción, de la Pascua, de la renovación de nuestra vida desde el anuncio central de nuestra fe (c. 10). En todo este caminar hemos tenido a María como compañera de camino, como testigo de disci-pulado. En ella hemos encontrado un referente de vida como lo hizo la primera comunidad cristiana y la Iglesia de todos los tiem-pos (c. 11). Terminamos con ésta 12ª catequesis nuestra prepara-ción buscando en las palabras del mensaje del Papa emérito y en la espiritualidad marista renovar nuestro amor y pertenencia a la Iglesia. Cómo Iglesia vamos a Río, y con una forma particular, co-mo Maristas que buscan colaborar a que esta Iglesia de Jesús ten-ga un rostro cada día más sencillo, cálido, acogedor, femenino, … Mariano (c. 12). En algunas de las catequesis nos hemos dejado conmover por el testimonio de laicos/as y religiosos/as (hermanas, hermanas misioneras, hermanos y padres maristas) que en su vocación y misión maristas siendo capaces de dar la vida por los demás.

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Del mensaje del Papa emérito Benedicto XVI a la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud:

Queridos jóvenes: 7. Con toda la Iglesia

Queridos jóvenes, para permanecer firmes en la confesión de la fe cristiana allí donde habéis sido envia-dos, necesitáis a la Iglesia. Nadie puede ser testigo del Evangelio en solitario. Jesús envió a sus discípulos a la misión en grupos: «Haced discípulos» está puesto en plural. Por tanto, nosotros siempre damos testimo-nio en cuanto miembros de la comunidad cristiana; nuestra misión es fecundada por la comunión que vivimos en la Iglesia, y gracias a esa unidad y ese amor recíproco nos reconocerán como discípulos de Cris-to (cf. Jn 13,35). Doy gracias a Dios por la preciosa obra de evangelización que realizan nuestras comuni-dades cristianas, nuestras parroquias y nuestros movimientos eclesiales. Los frutos de esta evangelización pertenecen a toda la Iglesia: «Uno siembra y otro siega» (Jn 4,37).

En este sentido, quiero dar gracias por el gran don de los misioneros, que dedican toda su vida a anunciar el Evangelio hasta los confines de la tierra. Asimismo, doy gracias al Señor por los sacerdotes y consagra-dos, que se entregan totalmente para que Jesucristo sea anunciado y amado. Deseo alentar aquí a los jóvenes que son llamados por Dios, a que se comprometan con entusiasmo en estas vocaciones: «Hay más dicha en dar que en recibir» (Hch 20,35). A los que dejan todo para seguirlo, Jesús ha prometido el ciento por uno y la vida eterna (cf. Mt 19,29).

También doy gracias por todos los fieles laicos que allí donde se encuentran, en familia o en el trabajo, se esmeran en vivir su vida cotidiana como una misión, para que Cristo sea amado y servido y para que crezca el Reino de Dios. Pienso, en particular, en todos los que trabajan en el campo de la educación, la sanidad, la empresa, la política y la economía y en tantos ambientes del apostolado seglar. Cristo necesita vuestro compromiso y vuestro testimonio. Que nada –ni las dificultades, ni las incomprensiones– os hagan renunciar a llevar el Evangelio de Cristo a los lugares donde os encontréis; cada uno de vosotros es valioso en el gran mosaico de la evangelización.

“Vayan y hagan discípulos de todos los pueblos” (Mt 28,19)

Reflexiona y comparte:

¿Qué es la Iglesia? ¿Qué significa para ti ser parte de la Iglesia? ¿Qué relación encuentras entre Iglesia, Evangelización, Misión, Vocación? ¿Cuál es tu papel en la evangelización?

“La Iglesia nace del deseo de Dios de llamar a todos los seres humanos a partici-par a la comunión con Él, a su amistad… y a su propia vida”

Papa Francisco

- No olvides ropa de playa en tu maleta :)

- Tampoco lo que te hemos pedido en otras catequesis y en la sección de noticias : todo lo personal necesario, gafetes, recuerdos, sleeping bag, cantos, oraciones, etc.

- Por seguridad porta contigo copias de tus de tus documentos y el teléfono del consu-lado de tu país en Río.

- Habíamos pedido un dispositivo con radio para la traducción simultánea. Ya no será necesario. ¡Gracias!

PARA LA MOCHILA Buenos recuerdos de la JMJ en Madrid y los días previos en La Vecilla durante el Encuentro Marista.

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María en Pentecostés

Oh Maria, tu que eres

Madre de la Iglesia,

obtén para la Iglesia el don del Espíritu Santo, para que sepa

proseguir con constancia hacia el futuro por el camino de la

renovación marcada por el Espí-ritu y que sepa asumir en tal

obra renovadora todo lo que es verdadero y bueno, discernien-

do

asiduamente entre los

signos de los tiempos lo que

sirve para el

advenimiento del Reino de Dios"

Juan Pablo II

EL CAMINO DE MARÍA

Hablamos de una Iglesia Mariana o una Iglesia con rostro Mariano. Ahí donde pasa María; por-que ahí nos es más fácil ver al único Salvador y Mediador Jesucristo. Si pensamos en la Iglesia como un lugar donde la gente crece en vida, entonces es muy fácil ver a María – mujer, madre, discípula- como alguien que nos enseña como ser discípulos/as de Jesús y vivir los valores del Evangelio. Construyendo una Iglesia Mariana podemos pasar de la competencia a la compasión; una opción por las relaciones humanas sobre el dogmatismo, a la humildad sobre el poseer; del servicio sobre dominio; una Iglesia abierta a todas las personas.

La Iglesia de rostro Mariano no siente la necesidad de crear cosas grandes para asegu-

rar que Dios es propiamente horrado. Es una Iglesia la cual entiende que las cosas peque-ñas pueden ser, de hecho casi siempre lo son, las cosas más significativas.

Anhelo una Iglesia Mariana, no la de las múltiples procesiones y estatuas, sino por una Iglesia en la cual vive el Evangelio a la manera de María.

La Iglesia Mariana sigue a María en las montañas, va con ella para buscar y dar la vida. Ella visita hombres y mujeres y a través de caminos que pueden parecer estériles, trabaja para hacer posible el nacimiento de posibilidades donde la Iglesia pueda, desde un diálogo amoroso, acompañar la vida de las personas, ahí desde la vida misma.

La Iglesia Mariana se regocija y canta por la vida, se asombra por la belleza que está en el mundo y en el corazón humano porque es capaz de ver la mano de Dios en toda la crea-ción.

La Iglesia Mariana sabe que es el objeto de amor gratito y que Dios tiene corazón de ma-dre. Ella ha visto a Dios en el umbral de la puerta y esperando atentamente un improbable retoro de un hijo. Ella es la tabla de salvación, que está siempre abierta para acoger a los pecadores (Madre de misericordia).

La Iglesia Mariana, no da respuestas antes de escuchar las preguntas. Sabe dudar, pues es el precio que abre a la confianza. Ella toma su parte en la conversación pero no afirma saberlo todo. Acepta y está abierta pues sabe que ella también debe buscar.

La Iglesia Mariana prefiere vivir en silencio y simplicidad, no vive en un castillo. Su casa es como cualquier otra casa; sale fuera para compartir con los vecinos. Pero no les sermo-nea. Sobretodo escucha.

La Iglesia Mariana está a los pies de la cruz. Nunca se refugia en una fortaleza o en una capilla, o en un prudente silencio cuando las personas están siendo crucificadas. Ella es vulnerable en su vida y en sus palabras.

La Iglesia Mariana está abierta al viento de Pentecostés, el viento que la . . empuja a vivir y anunciar el Evangelio, que murmura y propone con . . . alegría para vencer cuando parece que Dios ha bajado sus brazos.

. Y cada tarde, al final de las vísperas la Iglesia Mariana canta el Magnífi-.

. cat. Canta que Dios nos ha encontrado en medio de aflicciones y violen-

. cia. En la cruz nosotros hemos visto la misericordia. .

. del corazón abierto de Dios, ahí a los pies de la cruz.

. ha nacido un pueblo, una familia marial, viendo a su madre y cerca de ella al discípulo a quien Jesús amaba.

François Marc, sm.