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MARCO RUIZ /

El AS Color del 15 de junio de 1971 nos descubre un

nuevo Di Stéfano, otro distinto a aquel que cimentó la leyenda del Madrid en los años 50 para con-vertirlo en el mejor Club del Siglo XX, el que hizo historia ganando las primeras cinco Copas de Eu-ropa. Las fotos que ilustran el

reportaje se realizan en Moscú. Bajó un cielo azul, AS Color nos presenta a un Di Stéfano distinto que empieza a dar sus primeros (y certeros) pasos como entrenador de un grande de España, el Valen-cia. La Liga ya está en el bolsillo. La ha ganado. Llegó y besó el san-to después de triunfar también en el banquillo de Boca Juniors, rival antagónico de su River, con el que ganó el Torneo Nacional y la Copa en 1969. Y aún tiene (tenía) pen-diente (en el momento en el que se realiza tan exótica entrevista) la final de Copa con el Valencia,

que perdería con el Barcelona por 4-3 tras la disputa de la prórroga. La Saeta posa para las fotografías junto a las murallas del Kremlin, acompañado de su tan querida Sara, su esposa que ya le dejó, con ese aire de actor del blanco y negro. Ese galán del fútbol al que la chaqueta de pata de gallo que viste se ajusta a su cuerpo como un guante en el tibio verano mos-covita. Luis Arnáiz, otro mito (éste del periodismo depor tivo) com-parte unos minutos con él a sólo unos pasos de la Catedral de San Basilio. Unos metros más allá (ex-plica el propio Arnáiz en su texto) la larga cola de turistas que espe-ran para ver la tumba de Lenin se deshace para tomar fotografías de su entrevistado…

DI STÉFANOLa que sigue es la historia del otro Di Stéfano, el que fue entrenador, entre otros, de Boca, River, Valencia y Madrid. Claramunt, Paredes, Butragueño y Santillana nos ayudan a completar esta radiografía de La Saeta.

DEL CÉSPED A LOS BANQUILLOS

EL OTRO

GENIO Y FIGURA. La Saeta siguió

impartiendo clases magistrales de

fútbol en los banquillos después

de colgar las botas. Su secreto: el

respeto reverencial que le tenían

los jugadores por ser un mito.

El 15 de ju-nio de 1971 el AS Color sorprendió a sus lectores con la pu-blicación de una exótica y personal entrevista a Di Stéfano realizada en el tibio verano de Moscú.

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no pudiera triunfar… ¡Pero es tan difícil volver a aquellos tiempos! El auténtico problema es encon-trar jugadores de parecido valor a los de entonces, aunque no pre-tendo disminuir el valor de los ac-tuales”. Corren los últimos años del franquismo. La Liga empieza a contemplar la posibilidad de vol-ver a abrir las puertas de nuestro fútbol a los jugadores extranjeros, y opiniones como la suya ayuda-ron a dar el paso para que nues-tro campeonato volviera a subir el nivel: “Hay que abrir las fronteras,

sin reservas. ¡Qué es eso de limi-tar la importación! Es absurdo tra-tar de poner límites a algo que va a beneficiar el espectáculo. Por-que el fútbol es un espectáculo y lo paga la gente. Pues a ella hay que darle satisfacción…”. Y en el 73 se consumó la apertura. Net-zer (cerebro de la gran Alemania de los 70) llegó al Madrid y Cru-yff (genio de la Naranja Mecáni-ca) al Barcelona. Y se inició una nueva etapa. Ha tenido que llover mucho para que aparezcan Cris-tiano y Messi en la Liga para re-volucionar el fútbol de una mane-ra parecida a la que lo hicieron Di Stéfano y sus compañeros, en la década de los años 50.

EL VALENCIA. El valencianis-mo no sólo recuerda a Di Stéfano por la Liga que le dio en la 70-71, sino también por la Recopa de Europa del 80 y por el ascenso del 87 (conseguido en su terce-ra etapa allí, después de haber-lo bajado él mismo a Segunda). Y buscamos una radiografía del técnico en uno de los principales jugadores de aquel gran Valencia campeón de Liga en el 71. Pepe Claramunt, que jugó allí del 66 al 78, y que también fue internacio-nal: “Todos teníamos mucha ad-miración por él. Era una plantilla joven y él había sido el mejor juga-dor del mundo. Pudimos aprender mucho. Y nuestra suerte fue que transmitía mucha ilusión, ganas y, puede que no tuviéramos un gran

“Hay que abrir las fronteras al fútbol (en 1971 no había extranjeros). Es absurdo tratar de poner límites al espectáculo”

Tuvo que tener arrestos Luis Arnáiz, conociendo la naturaleza del duro carácter de Di Stéfano, para iniciar su interrogatorio que-riendo saber qué movía al astro a seguir trabajando cerca del balón. Quería saber el motivo por el cual La Saeta, después de una densa y exitosa carrera como futbolista, se había embarcado en la tarea de ser técnico. “¿Es el dinero?”, pregunta Arnáiz. “Yo he tomado el fútbol como un hobbie del que he hecho mi profesión. Le juro que por nada del mundo dejaría de es-tar metido en esto. El fútbol es un veneno de primera. Posiblemente, todos andamos en él por dinero”. “¿No tiene bastante?”, insiste el periodista, exponiéndose a sacri-ficar el resto de la conversación. “Nunca he echado la cuenta de mis ganancias. Digamos que ten-go el suficiente dinero como para vivir sin problemas. Porque, al margen de la cantidad de metá-lico que pueda tener, he sabido invertir…”. Arnáiz cargó la suerte y completó el pase, que cerró con un bonito remate: “¿Con qué mo-neda pagó usted?” “Con la mejor que tenía. Con mi absoluta entre-ga, como siempre. En toda mi vida no he dejado de correr ni un se-gundo, por muy amistoso que fue-ra el partido. Puede ser que ese veneno, al que ya he hecho refe-rencia, me arrastrase a ello”.

Toca saber cómo era el Di Sté-fano entrenador. Exigente, como lo fue consigo mismo, con sus

unidas todas por el primer gran vi-sionario del fútbol, don Santiago Bernabéu: “Recuerdo que cuando llegué al Real, cada aficionado te-nía su equipo particular y luego era hincha del Atlético de Bilbao. Los vascos eran los recopiladores del entusiasmo general. Cuando el Madrid inició su serie de victo-rias, dejaron a los leones y se hi-cieron madridistas hasta la médu-la. Hubo una serie de jugadores que llegaron al tiempo. Hombres de la talla de Puskas, Rial, Kopa, Didí, aunque este último al final

“Soy muy claro. Excesivamente expresivo. No me gustan las medias tintas, y no crea que

eso no me causó problemas”

jugadores: “Soy muy claro. Exce-sivamente expresivo. No me gus-tan las medias tintas para nada. Y no crea que eso no me ha cos-tado problemas, que los he teni-do y muy gordos. Nunca le pido a un jugador que dé más de lo que puede. Mi mayor virtud fue el tra-bajo y la perseverancia. Quiero que hagan lo que pueden hacer. Que no se queden a mitad de ca-mino”. Y hablando de la exigen-cia y la excelencia, en la conver-sación surge la pregunta de si el fútbol español, en estos años 70

que comienzan, es menos de lo que era o lo que fue durante su brillante época de jugador: “El fút-bol sigue exactamente igual. Qui-zá hayan salido menos individua-lidades, pero lo cierto es que ha sido el propio fútbol el que las ha apagado”, dice con crudeza, y ex-tiende su razonamiento. “Todo es cuestión de rachas. Hoy salen fi-guras, y mañana no. Lo único que queda es esperar”. Un aplastante razonamiento de alguien que com-partió vestuario con las mejores figuras mundiales de la época, re-

CON EL

VALENCIA.

Lo dirigió en

tres etapas

diferentes: del

70 al 74 (en

su primera

campaña

ganó la Liga),

la temporada

1979-80 y del

86 al 88. En

esta última

etapa lo bajó

a Segunda

para luego

subirlo.

UNA IMAGEN

MÍTICA. Di

Stéfano,

volviéndose

para

preguntar

el resultado

del Atlético-

Barça. El

Valencia

ganó la Liga

perdiendo

en Sarriá en

la última

jornada, por

el empate al

que La Saeta

se refiere con

el gesto.

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plantel, pero nos dio seguridad. Fue un éxito. Casi conseguimos el doblete español”.

Le pedimos a Claramunt que explique cómo era el trato del gran Di Stéfano con los jugado-res, dada su fama de malhumo-rado ocasional: “Teníamos mucho miedo cuando llegó. Pensábamos que sería inaccesible. Pero resul-tó ser uno más en la plantilla. Convivía con nosotros y jugaba a las cartas, a pesar de la figu-ra mundial que era. Luego, tenía sus prontos y su genio. A mí me solía decir: ‘Pepe, si hubieras ju-gado en mi época, tú y yo habría-mos sido los mejores’. Lo hacía para subirte la moral. Siempre te-

de Radio Nacional. Y él terminó el programa igual que el artículo: ‘Señor Di Stéfano, le doy diez mi-nutos para que suba a estos chi-cos al primer equipo’. Y parece que Di Stéfano le llamó después: ‘¿Tú crees que si les subo la gen-te lo va a entender?”.

El resto ya es historia. Butra-gueño debutó a los pocos días en Cádiz. Sustituyó a un lesionado Sanchís, que ya había debutado antes incluso que El Buitre, que aún tiene grabadas a fuego las úl-timas palabras que escuchó de La Saeta en la banda antes de saltar al campo: “Juega detrás de Char-li (Santillana) y buscá los huecos, buscá los huecos…”.

El propio Di Stéfano, en el libro ‘Palabra de Entrenador’ de Orfeo Suárez, hace autocrítica de aquel fantástico hecho: “Tengo la espi-na clavada de no haber ascendi-do a Míchel al primer equipo a la vez que a los demás. Pero ha sido uno de los más grandes de la his-toria del Madrid, y mejor persona

Claramunt: “En el Valencia hacíamos un fútbol rápido, al contragolpe, un 4-4-1-1

jugando casi sin delantero”

Butragueño: “Sin su valentía y su coraje la aparición de la Quinta no habría sido posible. Y Amancio nos dio continuidad”

nía salidas graciosas. Era amable. Cuando quería, lo pasabas bien con él, y sabía cómo sacar jugo a una persona”.

Y sólo resta saber, de boca de este mito del Valencia que es Claramunt, cuál era el contenido del librillo futbolístico de La Sae-ta: “Hacíamos un fútbol de velo-cidad, rapidez y contragolpe. Im-puso la línea de su gran Madrid, salvando las distancias. Sus char-las eran muy claras. Jugábamos un 4-4-1-1, al contragolpe, con mucho trabajo, creando superio-ridad en el centro del campo, casi sin delantero centro. Y aquel fút-bol moderno de Di Stéfano, aquel fútbol con futuro, funcionó a pesar de las limitaciones del equipo”.

LA QUINTA DEL BUITRE. Pero la gran aportación del Di Stéfano entrenador al mundo del fútbol (más aún al madridismo) fue, sin duda, facilitar la aparición de la Quinta del Buitre, unos jugadores de gran clase, salidos todos de La

Fabrica, que marcaron una época y a los que sólo se les resistió la Copa de Europa, porque tuvieron que coexistir con el demoledor fútbol del Milán de los holande-ses de Arrigo Sacchi. La Quinta del Buitre irrumpió en 1983 de la mano de La Saeta, y el líder de aquel magnífico grupo de futbolis-tas, Emilio Butragueño, rememoró aquellos días para AS: “Di Stéfano tuvo toda la importancia en nues-tra aparición. Sin su valentía y su coraje no habría sucedido nada de esto. Aunque, para ser honestos, también Amancio nos dio continui-dad. Él sucedió a Di Stéfano en el banquillo y antes fue entrenador nuestro en el Castilla”.

Butragueño habla con nostal-gia: “Ese año se ganó la Liga en Segunda. En el sexto partido ante el Atlético Madrileño acudieron 65.000 personas a vernos al Ber-nabéu, y ganamos 6-1. Y empezó una corriente de opinión, y Julio César Iglesias escribió un artícu-lo. Luego nos llevó a su programa

que ninguno”. Un razonamiento que tuvo cumplida respuesta de Míchel: “Luego, siempre me ha dicho: ‘Ya sabes que fui yo quien te dejó abajo, por eso te quiero más...”.

LA PERSONA. Pocos hombres conocen al Di Stéfano entrenador tan bien como Jesús Paredes, his-toria viva de los preparadores físi-cos en España, que le acompañó durante gran parte de su etapa en los banquillos. “Yo estaba en el Castilla que fue finalista de Copa y luego Molowny me subió al pri-mer equipo. Cuando Alfredo llegó al Madrid, ya había sido campeón con River (honor que sumó a su anterior campeonato con Boca, antes de iniciar su brillante pri-mera etapa con el Valencia, sien-do por ello el único técnico que ha ganado campeonatos con Boca y River). Era muy exigente y muy va-liente. Si tuviera que decir algo de él, su principal característica, es el bien que hizo al fútbol de cante-

ra. No sólo subió a la Quinta, sino también a los Chendo, Fraile, Ber-nardo… Y eso fue una constante en su carrera. Lo hizo con Boca, River, el Valencia, el Madrid…”.

Paredes define así su carácter: “Tenía genio, sólo aparentemente. Pero era accesible. Un hombre de fútbol que conocía perfectamente los códigos de este deporte y al que todos trataban con admira-ción. Eso sí, era claro con los pe-riodistas. Siempre ha querido ser campeón, hiciera lo que hiciera, y eso le definía. Aquel Di Stéfano entrenador era fantástico, no se casaba con nadie. ¡Aunque tuvo la desgracia de que en el Madrid fue siempre pulidor”. “¿Pulidor?”,

RESPETADO

POR TODOS.

Si el Madrid

tiene leyendas

como Pirri o

Santillana,

la figura de

Di Stéfano

predomina

en la historia

blanca. En la

imagen, con

ellos en un

partido de

veteranos.

PASO A LA

QUINTA. Hizo

debutar a la

mejor última

generación

de La Fábrica

en 1983, a

la Quinta

del Buitre (a

todos menos

a Míchel).

Luego,

Amancio

les dio

continuidad.

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preguntamos a Paredes. “Sí, hom-bre, pulidor. Utilizamos esa palabra para decir que siempre fue segun-do (risas) como Poulidor, el ciclis-ta de los años 60 y 70 que quedó tres veces segundo en el Tour”.

El fútbol que practicaban los equipos de Di Stéfano supuso una innovación para su tiempo. En España, en Primera, dirigió un total de 305 partidos con un balance de 137 victorias, 71 em-pates y 97 derrotas (repartidos entre Valencia, en dos etapas, Elche, y Madrid, también en dos etapas). 416 goles a favor y 319 en contra.

La Saeta hizo historia en los banquillos al ganar los siguientes

Santillana: “La temporada de las cinco finales fue una de las mejores en mi época de

jugador; fue algo fantástico”

Paredes: “Tuvo la desgracia de que en el Madrid fue siempre

pulidor, como Poulidor el ciclista, siempre segundo”

títulos: Una Liga y una Copa con Boca, una Liga con River, una Liga y una Recopa de Europa con el Va-lencia y una Supercopa de España con el Madrid (en su segunda eta-pa allí). También dejó su impron-ta en Sporting de Lisboa, Rayo y Castellón. Pero es cierto que con el Madrid no tuvo grandes resulta-dos. Fue segundo en las Ligas de la 82-83 y la 83-84. Y nadie me-jor que Santillana, que ya era más que una leyenda cuando La Sae-ta llegó al banquillo del Madrid en 1982, para explicar por qué Di Stéfano no triunfó en ese banqui-llo. Así revive aquellos días para AS Color: “Para mí fue algo increí-ble tenerlo como técnico. Tenga en cuenta que yo heredé su nueve y que fue una gran responsabilidad. Desde que se retiró, ese nueve lo tuvo Grosso, que era más centro-campista que otra cosa, y cuando yo debuté con ese número en el 71, pesaba, y mucho. Amancio y Pirri me decían: “¡Espabila chaval! Mira lo que llevas a la espalda. Es

oro puro”. “Tras llegar, Di Stéfa-no renovó las ilusiones. Le tenía-mos un respeto reverencial y era un ganador nato, y eso fue lo que nos inculcó. No paraba de decir: ‘¡Ché, meté la pierna, ché!’. Era un ganador nato. Hasta tal punto era así, que en los entrenamien-tos, en los ejercicios de fútbol-te-nis que hacía, siempre se ponía con los que sabía que iban a ga-nar, con Del Bosque, que era alto, conmigo mismo y otros, porque a aquello jugábamos con la cabeza. ¡Ni a las canicas quería perder! Y su llegada supuso un espaldara-zo. Cuidó mucho la cantera. De hecho, fue él quien la llamaba La Fábrica. Fue él también con quien no fui titular por primera vez en muchísimos años en un partido en Salamanca. Fue en favor de Butragueño, que ya había debuta-do en Cádiz”.

Inquerimos a Santillana el mo-tivo de tanta euforia en sus expli-caciones si no se ganaron títulos: “¡Fue una de las mejores tempora-

EN 1969 CON

BOCA. Fue su

primer gran

éxito, y en su

país. Ganó el

campeonato

y la Copa

con Boca

Juniors. Luego

ganaría otra

Liga con

River en 1982.

Es el único

técnico que

ganó con los

dos grandes

argentinos.

das que he vivido! La de las cinco finales perdidas. No se puede te-ner más mala suerte. ¿Y sabe por qué fue tan buena campaña? Por-que nos levantamos una y otra vez después de cada palo hasta lle-gar a la siguiente final”. Y bromea: “Fue un año económicamente in-creíble para el club. Llegamos a todas las finales, cinco, y no tuvo que pagar ninguna prima”.

Y explica qué finales fueron, las cinco finales perdidas: “Se perdió la Supercopa de España ante la Real en los penaltis. La Fi-nal de la Recopa de Europa ante el Aberdeen, y también la Liga en la última jornada en Valencia, don-de marcó Tendillo en los últimos minutos, cuando nos bastaba un empate (el Athletic ganó a Las Palmas). También perdimos la fi-nal de Copa con el Barça. Y no contentos con eso, también con el Barça perdimos la final de la Copa de la Liga”. Aquel Barça era el de Menotti y Maradona...

ANÉCDOTA FINAL. Preferimos despedirnos con una sonrisa en la boca, la que Di Stéfano provocaba en sus futbolistas cuando creía conveniente, sólo en contadas ocasiones. Sucedió tras un partido en Santander, en el que no paró de llover torrencialmente. El Madrid perdió y dejó una imagen pobre. Tras el pitido final, La Saeta apoyó su hombro en el marco de la puer-ta del vestuario. Todos esperaban una gran reprimenda, y nadie salía de su asombro cuando, de pie, Di Stéfano se arrancó con un bolero: “Esta noche vi llover, vi gente co-rrer, y no estabas tú...”. Le bastó ese gesto para hacer pensar a sus hombres durante varios días en la falta de implicación. Así era el Di Stéfano entrenador: una leyenda viva del fútbol que sólo algunos pudieron disfrutar.

PRESIDENTE

DE HONOR.

Siempre

vinculado

al fútbol.

La Saeta

da ahora

consejos desde

un puesto

privilegiado

en la entidad.

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AS Color informó a sus lectores del primer gran escán-dalo por sobornos en Europa. Fue en Alemania, lo cual era sorprendente para la épo-ca (1971). Después llegarían mu-chos más...

¡¡¿SOBORNOS EN ALEMANIA?!!

Los sobornos han acompañado al fútbol casi desde

su nacimiento. El primer gran escándalo llegó desde

Alemania, en 1971. El último, hace unas semanas,

en Italia. Les invitamos a hacer un repaso por los

mayores escándalos del deporte rey.

DE CAÑELLAS A CRISCITO, PASANDO POR HOYFER Y EL TOTONERO...

QUIQUE RUBIO /

Qué tienen en común Gre-gorio Cañellas, presidente

del Kickers Offenbach alemán a principios de la década de los 70, y Domenico Criscito, internacional italiano que milita en el Zenit y no está en la Eurocopa de Ucrania y Polonia? Aparentemente nada, pero ambos son dos de los nom-bres propios de una lacra que lle-va asolando al fútbol casi desde sus inicios y que en los últimos años no ha parado de salpicar las portadas de los medios de comu-nicación: los sobornos.

Han pasado 40 años desde que el AS Color informase sobre el primer gran escándalo en Ale-mania. Parecía inconcebible que un país como el germano, modelo de economía en los 70, bienestar y seriedad, estuviese involucrado por amaño de partidos. Pero no ha sido la única vez. Y, lamenta-blemente, si la cosa no cambia, no será la última. Les invitamos a hacer un viaje en el tiempo y cono-cer los mayores escándalos y so-bornos en la historia del deporte rey. De Alemania a Italia...

Para arrancar debemos remon-tarnos a 1971. El fútbol en Ale-mania todavía no estaba conce-bido como el actual. Los equipos tenían restricciones salariales y sólo estaba profesionalizada la Bundesliga. Descender implica-ba que los jugadores perdían su estatus de profesional y la situa-ción era dramática para aquellos equipos que se jugaban perder la categoría. Quizá por eso, Grego-rio Cañellas intentó salvar al Kic-kers Offenbach de una situación

crítica. Pero lo hizo del modo equi-vocado. Intentó comprar a varios jugadores del Colonia, entre los que estaba el meta internacional Mangliz, para que se dejasen ga-nar frente a su equipo. La jugada no le salió bien y denunció al por-tero, quien reconoció haber acep-tado medio millón de pesetas por “dejarse marcar algún gol”. Ni cor-to ni perezoso, Cañellas también quiso sobornar a dos internacio-nales del Hertha Berlín, Patzke y Witt, aunque en este caso para que ganasen al Arminia Bielefeld,

también implicado en el descen-so. Lo que se conoce ahora como las primas a terceros o los famo-sos maletines, aunque tampoco le salió bien la jugada.

Así, con su equipo ya descendi-do, el propio Cañellas (hijo de un comerciante español) decidió tirar de la manta. En una multitudinaria fiesta por su 50 cumpleaños, a la que asistieron la flor y nata del fút-bol alemán y la Prensa, asombró a los presentes con unas graba-ciones (ver imagen de la izquier-da) que contenían pruebas de que por los menos 18 partidos habían sido arreglados por dinero. El es-cándalo conllevó sanciones ejem-

plares: nueve los 18 clubes de la Bundesliga estaban involucra-dos; dos de ellos, el Arminia y el Offenbach, fueron expulsados del campeonato; 53 jugadores termi-naron suspendidos y multados, entre ellos algunos internaciona-les, y el descrédito de la liga ale-mana hizo que las cifras de es-pectadores cayesen a menos de 18.000 por partido. Sin embargo, no todo fue negativo. Desde ese momento, se eliminaron las res-tricciones salariales y se creo la

Bundesliga2, lo que significaba profesionalizar la Segunda. Des-cender ya no era tan dramático y Alemania empezaba a recuperar la credibilidad perdida...

Hasta que en 2005 se vivió un nuevo escándalo, que no el últi-mo, en esta ocasión con un ár-bitro en el papel estelar. Robert Hoyzer, un apuesto y ambicioso colegiado de la Segunda y Terce-ra alemana, fue denunciado por sus colegas. Según se demostró posteriormente, Hoyzer arregló mediante decisiones dudosas los resultados de cinco partidos de Copa y Tercera por los que habría apostado. Según la investigación, el trencilla tenía contactos con la mafia croata, que manejaba las apuestas ilegales en Alemania, y

había más colegiados implicados. Hoyzer fue suspendido de por vida a tener vinculación alguna con el mundo del fútbol y fue condenado a 29 meses en prisión. Después, al poco de salir a la luz el escán-dalo, admitió su culpabilidad: “Las acusaciones en mi contra son ciertas en la parte esencial. Estoy a disposición de los Tribu-nales y de la Federación Alemana (DBF) para esclarecer el caso. La-mento profundamente mi actitud y pido disculpas a la DBF, a mis colegas árbitros y a los aficiona-dos al fútbol”.

Sin embargo, como decíamos, no iba a ser el último escánda-lo en el que estaba implicado el país germano. En noviembre de 2009, la Policía de Bochum rea-lizó una redada en la que se lle-varon a cabo 15 detenciones en Alemania y dos más en Suiza. Se-gún la investigación, la mafia de apuestas intervino en cerca de 200 partidos, entre los que ha-bía doce de Europa League, tres de Champions y numerosos en-cuentros de la Primera austríaca, bosnia, húngara, eslovena, croa-ta y turca. Incluso de la Segunda, Tercera y Regional alemana, y la Segunda suiza y belga. En total se incautó cerca de un millón de euros en efectivo y en distintos bienes. Casi nada...

TIRÓ DE

LA MANTA

Gregorio

Cañellas

aportó las

pruebas de

la compra de

partidos en la

fiesta de su 50

cumpleaños.

Acudió la

flor y nata

del fútbol

alemán.

EL KICKERS OFFENBACH. La plantilla de Cañellas ganó la

Copa en 1970 y descendió una temporada después.

SE CONFESÓ CULPABLE.

El árbitro Robert Hoyfer

fue condenado a 29

meses de prisión por el

escándalo de amaño.

En 2009, la policía de Bochun desarticuló una mafia de apuestas que intervino en cerca de 200 partidos en Europa

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Nadie en 1971 se imaginaba un escándalo como el de Cañellas y mucho menos en Alemania, pero el fútbol latino siempre ha estado bajo sospecha. Desde luego, ra-zones no han faltado. Sobre todo, en el Calcio. Vamos a hacer un re-paso por esos escándalos.

El primero, por impor tancia, fue en 1980 y, como suele su-ceder en Italia, fue bautizado. El caso del Totonero, lo llamaron. La quiniela estatal, el Totocalcio, competía con la clandestina, el To-tonero. Era obvio que esta última, al ser ilegal, traería consecuen-cias. Y vaya si las tuvo. Hasta 33 jugadores fueron detenidos en los campos de fútbol en un mismo día y prácticamente a la misma hora, para evitar estrategias de defen-

sa común. Entre esos futbolistas, nombres importantes: Albertosi, Morini, Manfredonia, Giordano, Wilson, Rossi... e incluso el pre-sidente del Milán, Felipe Colom-bo. Con el tiempo se supo el fun-cionamiento de los amaños. Dos empresarios de Roma, uno dueño de un restaurante y otro de una frutería, pusieron en marcha una cadena para trucar partidos y ga-nar dinero con el Totonero. Pedían dinero prestado a inversores y lue-go adelantaban cantidades a los jugadores para que amañasen los

partidos. El problemas es que los jugadores no siempre podían con-dicionar los resultados y los dos empresarios empezaron a acumu-lar deudas importantes con sus prestamistas. Reclamaron el di-nero adelantado a los jugadores, que no devolvieron, y se decidie-ron a destapar toda la trama. La Policía tomó cartas en el asunto y se detuvo a 38 personas, 33 de

ellos jugadores que acumularon 50 años de suspensión. Además, Milán y Lazio descendieron a Se-gunda, Colombo fue suspendido de por vida y se implicó al juez de-portivo De Biase, que con el tiem-po dio los nombres de Juventus y Bolonia como presuntos implica-dos. No pasó nada con estos dos conjuntos y sólo Giordano, Man-fredonia y Rossi pudieron volver a jugar al fútbol, este último héroe nacional tras conquistar el Mun-dial de España de 1982.

Lejos de realizarse una limpie-za completa en el Calcio, los es-cándalos se siguieron sucediendo con el paso de los años. En 2004, volvió a resurgir el Totonero. Ca-torce clubes fueron involucrados en una red relacionada con apues-tas ilegales. 24 años después vol-vía a ensuciarse el fútbol italiano. Sin embargo, fue poco en compa-ración con el caso del Calciopoli.

Cuatro de los clubes más im-portantes de Italia (Milán, Juven-

Se detuvo a 33 futbolistas por el caso del ‘Totonero’, la quiniela clandestina que hacía sombra al ‘Totocalcio’

tus, Lazio y Fiorentina) estuvieron implicados en este escándalo por la designación de árbitros favora-bles. Las investigaciones demos-traron que tanto árbitros, como directivos de clubes y de la pro-pia Federación Italiana de Fútbol (FIGC), estaban implicados en el caso. Eso sí, los principales res-ponsables del fraude pertenecían a la Juventus: Luciano Moggi (Di-rector General) y Antonio Giraudo (Administrador Delegado).

Tras las investigaciones, el 4 de julio de 2006 se conocieron las sentencias a los implicados. En principio, fueron muy duras, pero después de apelar al Co-mité Olímpico Italiano, el 27 de octubre salieron a la luz las san-ciones definitivas: la Juventus per-dió sus dos campeonatos (2005 y 2006), además de descender de categoría con nueve puntos me-nos; el Milán perdió ocho puntos y pudo disputar la ronda prelimi-nar de la Champions; Lazio, Reg-

gina y Siena perdieron tres, once y un punto, respectivamente; y la Fiorentina perdió 15 puntos y se quedó sin derecho a participar en competición europea. Además, el título de la campaña 2004-05 quedó desierto, mientras que el del curso 2005-06 fue a parar al Inter, segundo aquel año y sin im-plicaciones en el caso. En cuanto a sanciones individuales, los más castigados fueron Luciano Moggi, con cinco años de suspensión, Antonio Giraudo, también con cin-co, e Inocencio Mazzini (vicepresi-dente de la Federación Italiana de Fútbol) con los mismos años.

Desde entonces, los rumores sobre posibles amaños de parti-dos se han ido sucediendo con el paso de los años. Pero lo sucedi-do hace menos de un mes, en la concentración italiana antes de la disputa de la Eurocopa, ha sido de los mayores escándalos que se recuerdan en el mundo del fút-bol. Quizá no tanto por su impor-tancia, si no por la manera en la

que sucedió todo. El 28 de mayo, a las 6:20 horas, una gran opera-ción de la Policía acabó con la en-carcelación de 18 futbolistas, en-tre los que figuran el capitán del Lazio. Mauri, o el excapitán del Genoa, Milanetto. Pero lo real-

mente esperpéntico sucedió en Coverciano. Allí estaba la selec-ción concentrada cuando, tam-bién a las 6:20, la policía entró y despertó a Domenico Criscito para interrogarle sobre el Lazio-Genoa de la temporada pasada. El ahora jugador del Zenit aban-donó inmediatamente la concen-tración de la azzurra para defen-der su inocencia. También estaba implicado Bonucci, defensa de la Juventus, aunque se encuen-tra en la Eurocopa, puesto que ya declaró en la fiscalía de Bari. Con el paso de los días, infinidad de nombres se han vinculado con el caso, bautizado como CalcioS-commesse. Así, el entrenador de la Juventus, Antonio Conte, o su portero, Buffon, también han sido investigados, aunque el caso del meta es distinto y se engloba en el caso del Estanco de Parma.

Hasta aquí parece que hemos llegado. de Cañellas a Criscito. Y, tristemente, seguirán apareciendo casos de amaños y sobornos...

Tras el famoso escándalo del ‘Calciopoli’, la Juve perdió sus dos títulos de 2004-05 y 05-06 y fue descendido

VOLVIÓ A JUGAR. Rossi

estuvo en implicado en el

escándalo del ‘Totonero’,

pero sí pudo volver a jugar.

¿CAMPEONES? Capello ganó con la Juventus la liga en

2004-05 y 2005-06, aunque finalmente, y por el caso del

‘Calciopoli’, les fueron quitados.

OPERACIÓN ‘LAST BET’. La policía de Cremona

informó del resultado de la Operación en la que se

duda de amaños en tres partidos de la 2010-2011.

EN GENOA. A Criscito le

investigan por su etapa en

la que jugó en el Genoa.

Ahora juega en el Zenit.

Y ESCÁNDALOS EN ITALIA

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JORGE FDEZ. MALDONADO /

Charles Nicolle, afamado médico francés de finales

de siglo XIX y comienzos del XX, aseguró que el azar “sólo favore-ce a quien sabe cortejarlo”. Des-de hace más de medio siglo, an-tes de que llegue el fin de semana, miles de pretendientes españoles, acompañados del más apuesto de sus bolígrafos, repiten la liturgia de sellar su quiniela con la esperanza de conquistar a la diosa fortuna.

Pese a que ella tampoco ha podido escapar a las afiladas ga-rras de la crisis, lo cierto es que La Quiniela es un elemento cotidia-no completamente arraigado en la sociedad española. Desde su naci-miento oficial en 1946, su historia siempre ha transcurrido paralela y de la mano de la del fútbol. Jun-tos conforman un anhelado cóctel para muchos españoles y que Guti mediatizó en el último spot promo-cional: ‘Mucho fútbol, muchos mi-llones. Poco esfuerzo’.

A mediados del siglo pasado,

AS Color rea-lizó en 1971 un reportaje con moti-vo del 25ª aniversario del patronato de apuestas. En él se repasaban los principa-les premios que el juego había reparti-do en sus inicios.

1X2Nacida el 22 de septiembre de

1946, su historia está ligada a la

del fútbol español y en ella lleva más de medio

siglo repartiendo premios millonarios.

LA QUINIELA CUMPLE 66 AÑOS Y ESTÁ MÁS JOVEN QUE NUNCA

el crecimiento del fútbol era ya im-parable. Sin embargo, la introduc-ción del juego quinielístico fue un elemento vital para que el balom-pié español se transformara del deporte popular que era al fenó-meno social que para el país es el fútbol en estos tiempos. En su pri-mera etapa apenas tenía la com-petencia de la lotería y es por ello que un número bastante conside-rable de gente se pegaba al tran-

sistor cada domingo para celebrar un alto número de aciertos o re-signarse ante una nueva semana sin premio.

No sólo el fútbol se ha benefi-ciado de la pasión de los españo-les por La Quiniela. En estos 66 años de existencia, se calcula que las arcas del Estado han recibido en torno a dos billones de las anti-guas pesetas. Del total recaudado cada semana, un 55% va destina-do a los premios. También se nutre de ella la LFP, que recibe un 10% de la recaudación total. A la RFEF le llega el 1% que el CSD le cede.

Pese a que ha sido un fenóme-no en constante auge y crecimien-to desde su creación, atraviesa La Quiniela una etapa complica-da. Se enfrenta a su segunda cri-sis particular. La primera la afron-tó en 1985. Ese año le nació un enemigo en casa: La Primitiva. Du-rante tres años la solidez quinielís-tica se tambaleó y su facturación se desplomó, bajó más de cien mi-llones de euros. La mayor sencillez de La Primitiva arrastró a muchos clientes habituales de La Quinie-la. Sin embargo, esta supo reac-cionar, se introdujeron novedades como la creación del Pleno al 15 y se volvió a la tendencia natural de crecimiento. Prueba superada.

Desde los despachos del ONLAE (Organismo Nacional de Lo-terías y Apuestas del Estado) se

“TE HACE

MILLONARIO”.

Juan Antonio

Gallardo,

Director de

Negocios

de ONLAE,

asegura que

La Quiniela

“es el único

juego de

apuestas

deportivas

que reparte

millones”.

trabaja ahora para superar esta segunda etapa difícil. En 2008, el sorteo alcanzó su cénit, con una facturación récord de 557 millo-nes de euros. El pasado ejercicio esa cifra se ha reducido hasta los 381. Juan Antonio Gallardo, Direc-tor de Negocios de ONLAE, expli-ca las causas de esta depresión: “Son varios motivos. El primero es la fuerte crisis que atraviesa el país. No es verdad que en épo-cas de dificultades económicas se apueste más. Lo primero de lo que se prescinde en las familias es de los productos de ocio. También se ha reducido bastante la actividad de las peñas quinielísticas, que su-ponen entre un 12 y un 15% de la recaudación”.

No todas las causas son exó-genas del fútbol. A La Quiniela también le ha afectado la liga bi-polar y el guirigay de los horarios y calendario de nuestra Liga: “A la gente le gusta saber su núme-ro de aciertos el domingo por la noche. A día de hoy eso no es po-sible y por ello mucha gente deja de sellar su boleto”. Además, para La Quiniela también es un inconve-niente el duopolio del Barcelona y el Madrid: “Es lo que conocemos por logicidad. Esta temporada, en el 89% de las jornadas, uno de los dos primeros siempre ha ganado. Esto convierte una quiniela de 15 en una de 13. Y claro, los grandes

REPARTE

FELICIDAD.

Nada expresa

mejor la

alegría de

La Quiniela

que la

sonrisa de los

afortunados

que tienen

la suerte de

embolsarse

un premio

principal.

El mayor premio de la historia se lo llevó en 2005 una peña

quinielística y ascendió a más de nueve millones de euros

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premios sólo llegan si pinchan al-guno de los dos. En la temporada pasada, en 19 ocasiones los de diez se quedaron sin cobrar y en ocho tampoco lo hicieron los de once”, analiza Antonio Gallardo.

Llegado el verano, es tiempo de dar a los boletos los retoques necesarios para recuperar la con-fianza de los clientes. La primera gran medida ha sido el acuerdo al que han llegado con la LFP para eliminar de los boletos el partido de los lunes. De igual manera, el año que viene tampoco habrá qui-niela en las jornadas de Liga entre semana: “Así la gente se saturará mucho menos. Sólo habrá boleto los fines de semana y en las com-peticiones europeas”.

Desde hace menos de una dé-

La crisis, la liga bipolar, el caos de los horarios y el partido del lunes ha reducido los índices

de recaudación de La Quiniela

rreal del año 1999 nunca olvidará ese Lleida-Albacete que les privó de un pleno quinielístico. Acer-taron 13 y se repartieron 8.250 euros, pero les falló su excesiva confianza en el conjunto catalán. Si el Albacete no hubiera sacado aquel punto, calcularon que en-tonces podrían haberse embolsa-do casi medio millón de euros, ya que también habían acertado el Pleno al 15.

Muchos avezados quinielistas, tras años de reiterados desenga-ños, acaban por aceptar la teoría de que la mejor manera de rellenar la quiniela es hacerlo de manera aleatoria. Eso es lo que le ocurrió a dos de las historias más pecu-liares de La Quiniela. En 1997, Josefa Sánchez, una abuela gadi-tana de 76 años, acudió a su ad-ministración a que le sellaran su boleto con los mismos signos que su hijo había puesto la semana an-terior. Entre ellos, estaba aquella sorprendente victoria del Hércules en el Camp Nou ante el Barcelona de Ronaldo y que sólo Josefa supo ‘visionar’, pese a contar con mayo-ría culé en su familia. Su peculiar táctica dio como resultado un pre-mio millonario de más de 1,8 mi-llones de euros. Pepa, como se la conocía, pudo cumplir su sueño de comprarse “una parcela en el cam-pito, para poder poner gallinas”.

Hay que retrotraerse mucho antes, a 1968, para encontrar al más popular de los premiados. En Valbuena de Duero, pueblo valliso-letano especializado en el cultivo de remolacha, adquirió su boleto Gabino Moral Sanz. Su pleno le re-portó más de 30 millones de pese-tas, una fortuna en la época. Para decantarse por los acertados sig-nos, Gabino recurrió al arcaico, pero efectivo en su caso, método de los dados. Los introdujo en un cubilete de parchís y de allí salió el

Las novedades para el próximo año son la eliminación del choque de los lunes y de las quinielas de Liga entre semana

cada La Quiniela ha empezado a tener que lidiar con un nuevo nego-cio que no para de expandirse en España: el de las apuestas depor-tivas por internet, que acaban de ser reguladas por la nueva Ley del Juego. Para diferenciarse de esta nueva competencia, desde ONLAE insisten en un gran elemento dife-renciador a su favor: La Quiniela es más barata y otorga premios mucho más suculentos. “La Ley del Juego ha concedido muchas licencias y ha abierto las apues-tas deportivas. Pero las apues-tas por internet son diferentes, trabajan con apuestas cotizadas. Nuestra apuesta vale 50 cénti-mos y con ella puedes obtener premios como el de la jornada 16 de la última Liga, que ascendió a 2.181.000 euros. Sólo con La Qui-niela una persona puede hacerse millonario”, defiende el Director de Negocios de ONLAE.

De hecho, hay una gran diferen-cia entre el apostante por internet y el cliente quinielístico. Mientras que el primero lo realiza todo por internet, al segundo le suele gus-

tar la rutina de bajar a la Adminis-tración, compartir sus impresiones y sus presentimientos con el ven-dedor o con otros clientes y luego sellar si quiniela. Únicamente el 1% de todos los apostantes de los juegos del ONLAE sella su boleto a través de la red.

Ya con el resguardo a buen re-caudo en el bolsillo, llega el mo-mento de la fe y de encomendar-se a las estrellas del fútbol para que se alineen con los pronósticos elegidos. Como todo juego de azar que se precie, La Quiniela jugue-tea con el destino y la necesidad. Regatea a la suerte premiando al más imprevisible. Su historia está jalonada de premios curiosos y di-vertidas anécdotas. Ha abrazado con sus premios desde al más se-sudo estudioso del juego (aman-te de las estadísticas, las combi-naciones y las apuestas) hasta el más desapegado a la actualidad futbolística.

El indudable encanto de este atrapante juego no escapa ni a los propios profesionales del fútbol. Por ejemplo, el vestuario del Villa-

ANTECEDENTE

La Quiniela tuvo

su precedente

en estos boletos

que se jugaban

en 1930 en el bar

La Callealtera

de Santander. Se

llegaron a reunir

500 personas.

PRIMER BOLETO.

En los primeros

boletos oficiales,

de 1946, tenía

que acertarse el

resultado exacto.

La fórmula del

1X2 se instauró

en 1948.

PUBLICIDAD.

Al calor del éxito

de La Quiniela,

las marcas

comerciales

empezaron

a querer

publicitarse en

los bordes de los

boletos.

IDENTIFICACIÓN.

En sus primeros

años el cliente

tenía que

rellenar en la

parte derecha sus

datos personales:

nombre,

apellidos o

provincia.

PARA TODA

LA FAMILIA.

La Quiniela

es un juego

para todas las

edades, que

se empieza

a jugar de

pequeño y

ya nunca se

abandona.

Nada mejor

que rellenarla

en familia.

30 31

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boleto que cambiaría su vida. Fue tal la fama que adquirió su histo-ria, que a los que rellenan los bo-letos de manera aleatoria se les conoce como ‘gabinos’. Se llega-ron a comercializar unos curiosos bolígrafos que en la parte superior tenían una esfera en las que, cuan-do agitabas el boli, te daba los 14 signos para rellenar el boleto.

Sin embargo, el premio más grande de la historia se lo lleva-ron en 2005 unos especialistas de este juego: la peña Euroquinie-las de Reus, quienes se embolsa-ron la escalofriante cifra de más de nueve millones de euros. For-mada por unos 200 inversores, la peña inver tía de media unos 300.000 euros por semana para poder abarcar diferentes combina-

Se denomina ‘gabinos’ a los jugadores que rellenan la

quiniela de forma aleatoria en homenaje a Gabino Moral

frutan hoy en día. En 1929 ya se juntaban 100 personas, y al año siguiente, en La Callealtera se lle-garon a congregar más de medio millar de personas para apostar sobre los partidos de Primera Di-visión.

Los apostantes se sienten tan identificados con La Quiniela que no suelen aceptar de muy buen grado las novedades existentes. Es por ello que ideas como la eli-minación del Pleno al 15 en 2003 o la innovación de diferenciar entre Q1 (resultados al descanso) y Q2 (resultado final) en 1986 no die-ron buenos resultados y un par de años después se acababa volvien-do al sistema original al que todo el país le encanta jugar, aunque de manera desigual. Cataluña es, con casi 75 millones, la comunidad au-tónoma que más dinero gastó el año pasado, seguido de Madrid (58,6) y Andalucía (52).

Pasado, presente y futuro para una sexagenaria Quiniela que quiere seguir demostrando que está más joven y lozana que nun-ca. Ha cambiado la vida de mu-chas personas, con sus ingresos se pudo llevar la Educación Físi-ca a las escuelas, se levantó el Hospital Gregorio Marañón o la ciudad de los ancianos. Su apor-tación fue clave para financiar el Mundial 82 de España o el plan olímpico ADO. Sin ella, el fútbol español sería igual de importante, pero un poco menos divertido. En estos días su objetivo es bien dife-rente: salir victoriosa de esta cri-sis. En esta particular batalla ella ya ha apostado por la casilla del 1 fijo. Tiene un gran respaldo: el de un pueblo que ama este juego, no obstante es el país de Europa que más juega a La Quiniela y cada semana acude puntual al cortejo de la fortuna. Ya lo decía Charles Nicolle…

El dictador Franco era un buen aficionado a La Quiniela y en una jornada del año 1967llegó a ser máximo acertante

ciones. Ese fin de semana, por la espectacularidad del histórico bote en liza, elevaron su inversión hasta los 400.000 euros. Pese a la fuer-te apuesta, sus posibilidades tan solo eran del 6%.

Nacida, consagrada y expandi-da durante la dictadura franquis-ta (AS Color realizó en 1971 un reportaje sobre el 25ª aniversa-rio de su creación detallando su trayectoria y sus premios millona-rios), la tentación de ganar un di-nero extra con La Quiniela atrapa a personas de toda índole. Incluso embaucó a Franco. El dictador era un gran aficionado a este juego y tuvo su día más inspirado el 26 de mayo de 1967, en el que fue máxi-mo acertante junto a otras nueve personas. El premio fue de 2.838 pesetas.

Uno de los secretos del éxito de La Quiniela es su sencillez. Es por eso que apenas ha sufrido cambios durante su trayectoria. En sus inicios no fue así. En el pri-mer boleto, que vio la luz el 22 de septiembre de 1946 (costaba dos pesetas) existía un complejo sis-

tema de puntuación en función del resultado exacto (lo que más se premiaba), del signo del encuentro y la diferencia de goles con respec-to al marcador final. Un galimatías que apenas duró los dos primeros años, ya que en 1948 se instau-ró el sistema 1X2 y los 14 parti-dos para apostar. El primer boleto oficial fue acertado por dos perso-nas que cobraron 9.603 pesetas cada uno.

El término quiniela proviene del latín “quintus”, que se traduciría como quinto. Esto hace pensar que si en el primer boleto oficial de 1946 había siete partidos por jornada, La Quiniela tuvo que ha-ber surgido antes. Concretamente, los indicios apuntan a los albores de la Liga, allá por 1930, cuando la jornada constaba tan sólo de cinco encuentros. Y aquí es donde aparece el bar ‘La Callealtera’ de Santander, emplazamiento donde La Quiniela comenzó a escribir su fama. Al calor de un vaso de vino, parece ser que en esta taberna norteña Francisco Peral ideó el juego que los futboleros tanto dis-

MILLONARIA

INESPERADA.

Josefa

Sánchez se

embolsó casi

dos millones

de euros al

rellenar el

boleto con

los mismos

signos que

su hijo puso

la semana

anterior.

INSTRUCCIONES.

Para que

no hubiera

ningún tipo

de problema,

los boletos

explicaban a los

clientes como

rellenar la casilla

del 1, la X o el 2.

TINTA AZUL.

La quiniela de

1973 estipulaba

en la parte

inferior del

boleto que este

se debía rellenar,

“si fuera posible”

con bolígrafo o

tinta azul.

EVOLUCIÓN.

Tanto en el

boleto de la

derecha (de

1976) como en

los tres de la

parte inferior

muestra la

evolución

del diseño de

los boletos

quinielísticos en

los últimos 37

años, hasta el

más parecido al

formato actual .

32 33

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