marÍa josÉ dÍaz eduardo valverde mujeres y trabajo · aporte económico a la familia es...

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Sábado 30 de marzo de 2019 23 www.elsoldecuernavaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com.mx EDITORA: MARÍA JOSÉ DÍAZ COEDITOR GRÁFICO: EDUARDO VALVERDE No. 875 "La entrada de abajo" del mercado de Oaxtepec/FOTOGRAFÍAS PATRICIA RAMÍREZ Mujeres y trabajo: El mercado de Oaxtepec TANIA RAMÍREZ ROCHA Y PATRICIA RAMÍREZ RAMÍREZ “Yo por eso siempre le doy gracias a Dios que vivimos bien del mercado”. La experiencia humana se ve cruzada por múltiples relaciones de poder que for- man nuestro ser en el mundo y por consecuencia, nuestra propia experiencia labo- ral. Algunos de los factores son: el ser mujer/hombre; el provenir o habitar en zonas rurales o urbanas; el tener determinada posición socioeconómica, el color de la piel y el nivel de escolaridad, entre otros. Como señala Patricia Castañeda (2006) desde la antropología feminista, la experiencia de vida de una mujer adquiere una dimen- sión diferente frente a la del hombre, ya que el ser mujer tiene una posición de inferioridad ante éste.

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Page 1: MARÍA JOSÉ DÍAZ EDUARDO VALVERDE Mujeres y trabajo · aporte económico a la familia es diferente entre el de una mujer y de un hombre. Usualmente el ingreso de los hombres se

Sábado30 de marzo

de 2019

23

www.elsoldecuernavaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com.mx

EDITORA: MARÍA JOSÉ DÍAZ COEDITOR GRÁFICO: EDUARDO VALVERDE

No. 875

"La entrada de abajo" del mercado de Oaxtepec/FOTOGRAFÍAS PATRICIA RAMÍREZ

Mujeres y trabajo:El mercado de Oaxtepec

TANIA RAMÍREZ ROCHA Y PATRICIA RAMÍREZ RAMÍREZ“Yo por eso siempre le doy gracias a Dios que vivimos bien del mercado”.

La experiencia humana se ve cruzada por múltiples relaciones de poder que for-man nuestro ser en el mundo y por consecuencia, nuestra propia experiencia labo-ral. Algunos de los factores son: el ser mujer/hombre; el provenir o habitar en zonasrurales o urbanas; el tener determinada posición socioeconómica, el color de la piely el nivel de escolaridad, entre otros. Como señala Patricia Castañeda (2006) desdela antropología feminista, la experiencia de vida de una mujer adquiere una dimen-sión diferente frente a la del hombre, ya que el ser mujer tiene una posición deinferioridad ante éste.

Page 2: MARÍA JOSÉ DÍAZ EDUARDO VALVERDE Mujeres y trabajo · aporte económico a la familia es diferente entre el de una mujer y de un hombre. Usualmente el ingreso de los hombres se

Ex convento de Santo Domingo de Guzmán. Centro de Oaxtepec.

24 Tlacuache Sábado 30 de marzo de 2019 www.elsoldecuernavaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com.mx Sábado 30 de marzo de 2019 Tlacuache 25www.elsoldecuernavaca.com.mx / www.elsoldecuautla.com.mx

Un ejemplo cotidiano puedeser el que para “insultar”,descalificar o agredir ver-balmente a un hombre se lesuele feminizar el nombre

(si se llama Juan, le dicen “Juana”); inclu-sive es común oír la feminización delnombre en las escuelas primarias cuandose insultan entre los niños. En cambio, espoco frecuente que para insultar a unamujer se masculinice su nombre. Men-ciono un ejemplo común, pero evidente-mente una de las consecuencias más gra-ves de esta situación de desigualdad es elfeminicidio en México.

Como señala Femenías (2017), a nivelglobal podemos decir que los ámbitos la-borales donde participan predominante-mente las mujeres son la preparación decomida, enseñanza (en educación inicial ybásica), labores de limpieza, de cuidado yservicios sexuales (exceptuando la escla-vitud sexual). En todos los demás ámbitoshay participación de mujeres, pero no conla presencia numérica de los espacios an-tes mencionados. En el ámbito profesionalocurre una situación similar, Pérez Islas(2019) señala que las carreras con mayorpresencia de mujeres se vuelven “másbaratas”; es decir, se les paga menos a lasy los profesionistas; entre ellas están las culador de la vida; es una forma de darle

sentido a la vida de una persona y comoseñala Maribel Núñez (2014) el salario oaporte económico a la familia es diferenteentre el de una mujer y de un hombre.Usualmente el ingreso de los hombres setraduce en la compra de materiales para lacasa o un coche y el ingreso de la mujer se“invisibiliza” porque gastan en las activi-dades cotidianas como la comida.

“Doña Raquel”.- ¿A qué edad comenzó a trabajar?-Cuando nos venimos al pueblo, esta-

ba yo embarazada de mi hija. Mi Velita (sutercera hija), yo me alivié en el pueblo y alos 40 días ya me vine para acá. Y ya nos

nas ejercen sobre ella violencia física overbal. Por un lado, el esposo y por otro,un hombre que no le permitía vender, vio-lentándola en el área de trabajo. La sorori-dad es importante porque generalmentedesde los primeros años de vida se les en-seña a mujeres y hombres, que las muje-res deben pelearse y competir entre sí.Podemos oír frases como: “es pleito deviejas” o “el peor enemigo de una mujer esotra mujer” (a pesar de que los feminici-dios no los comete una mujer, al revés esvíctima) con el fin de ir rompiendo futurasrelaciones de solidaridad y fomentar elconflicto.

El trabajo se muestra como un eje arti-

carreras de tipo social.Las opciones laborales de las mujeres

se pueden ver aún más reducidas porotros factores antes mencionados, comoson el tono de piel, la escolaridad o la po-sición socioeconómica. En zonas del esta-do de Morelos, como Oaxtepec y las colo-nias que lo conforman, las opciones labo-rales de las mujeres que no cuentan con elnivel de estudio profesional, encuentrantrabajo en labores de limpieza, prepara-ción de comida o en “mostrador” (ventade productos). Igualmente, quienes po-seen negocios propios suelen ser dentrode estas áreas. Las opciones laborales de“oficios” se diversifican para los hombrescomo son: albañilería, carpintería, plome-ría, jardinería, herrería, y servicios detransporte, por mencionar los principales.

A continuación, presentamos la tra-yectoria de vida laboral de Doña Raquel,una mujer que nace en la década del cua-renta en la región mixteca del estado deOaxaca y que se queda a vivir en Oaxte-pec por razones laborales. Encuentra enesta localidad un espacio que le permitemantenerse y mantener a sus hijos a par-tir de un oficio, es decir un conjunto deconocimientos, que aún se ligan al ámbitode las mujeres y que ha servido como unaestrategia de subsistencia, casi única,pues no está aún devaluada económica-mente o “abaratada” como lo es el salarioen las actividades de limpieza o de cuida-do.

Asimismo, dentro de la narrativa quese presenta encontramos una especifici-dad de la experiencia del ser mujer en laforma de ir contando el tiempo personal,ya que los embarazos y el número de hijosson un marcador de tiempo.

Dentro de la narrativa es también muyimportante la sororidad o los lazos deayuda y protección entre mujeres, ya quecomo se irá mostrando en su historia devida, principalmente dos figuras masculi-

Doña Raquel, en el centro vacacional IMSS Oaxtepec.

fuimos derecho y anduvimos sufriendoallá en Tenextepango. No había nada detrabajo. Gabriel (su esposo) andaba allá enlas cañas y no ganaba nada. Y así…pasa-ron unas señoras que vendían cacahuatey ahí nos conformábamos con lo que pu-diéramos comer, pero andábamos tran-quilos. Y nos íbamos al cine a Xochi (Xo-chitepec). En Xochi estuvimos unos me-ses. Íbamos a ayudar a una señora a pelarcacahuate para que pudiéramos comprarun pancito.

Es que como a los 40 días de nacida mihija Evelia me trajeron para acá (Xochite-pec) mis hermanitos, aquí on´ta (sic) miesposo a Xochitepec. Y andábamos su-friendo. Trabajaba en el arroz y ni ganaba

Ya después se acabó lo del centro vaca-cional, de fincar la obra, y ya Gabriel (suesposo) después de acabar el sábado, to-dos los hombres garraban (sic) para Coco-yoc al “cantinero” que había; el “viejaje”.Y un día doña Leonor Pacheco se enojócon mi esposo y le dice: esta mujer pobre-cita, de que no hay quien la defienda, us-ted hace lo que quiere. Pobrecita trabajacomo burra. Si no fuera por ella no comie-ran y vistieran sus hijos, usted pura canti-na a Cocoyoc, por aquí raya y allá va aparar y viene a dar hasta el domingo, posahora no hay comida.

Llegaba todo borracho (su esposo) y medice: ¡sírveme de comer! Tengo muchahambre y yo pensé: no, me va a pegar. Medice: ¡qué no oyes, sírveme de comer! Y ledije: no hice comida, y él: ¿cómo que nohiciste comida! Y que salta doña Leonorcon esta Hilda y dice: mire don Gabrielaquí se acabó la pobre mujer que uste tie-ne amenazada. Pobre mujer con sus hijitostrabaja y trabaja. Si no es por ella sus hijosno comen. Y uste' por aquí sale del trabajoy a las cantinas va a parar. Y todavía vieneuste exigiéndole de comer. Así es que orita(sic) no hay comida. Yo le dije que no hi-ciera comida (señala doña Leonor) y si lepega usted le echo a los policías. Y mi es-poso todo borracho le contestó: si doñaLeonorcita, tiene uste razón, mi pobre mu-jer sufre mucho. Pero como no hay quiénla defienda hace uste lo que quiera de ella,pero ahora estoy yo (señala doña Leonor).Doña Leonorcita me quería arto. Ella medefendió, ella dijo: “de aquí en adelante nole va a tocar ni un cabello a doña Raquel”.

estómago y en la cabeza). Así fue yo quevolví, si no me hubiera yo muerto. Es queme quedé yo solita de pensando yo en lasculebras, el miedo a las culebras.

Vivíamos en los paredones donde ma-taron a Zapata, estábamos llenos de humoy yo con mi estufita de petróleo. Y ya a los8 días de nacido mi Jaime, el que nació enChinameca, me vine para Oaxtepec. Dicemi esposo: ¡vámonos pura chingada que tevayas a morir aquí!, dice vámonos paOaxtepec, ya conseguí un cuartito con do-ña Leonor Pacheco. Me vine a Oaxtepecabrazando a mi niño tiernito, chiquitito.

Mi esposo entró de jardinero al centrovacacional de Oaxtepec. Y mi esposo secayó del funicular del centro cuando yoestaba por dar a luz a mi Tachito. Se caye-ron dos, pero el otro se cayó del lado alvoladero y se murió, pero mi esposo no, nomás se lastimó las piernas.

“El trabajo de la venta de comida enOaxtepec”.

-Comencé a vender en “los cantaritos”(está a un costado del ex convento de San-to Domingo de Guzmán, donde está labomba de CEAgua y el teatro del pueblo).Estaba yo, doña Lenchita, Concha y las ju-gueras que eran su mujer de don Aurelio,doña Estela, doña Fidonia y doña Ninfa.

Cuando comencé a vender ´taba (sic)yo muchacha, tenía como 38 años.

Yo comencé a vender con los peones,me llevaba yo mi canastota a la obra (laconstrucción del centro vacacional IMSS).Todas las que querían iban a vender co-mida. Se empezó a llenar Oaxtepec, hastael panteón había casitas de cartón.

nada, flaco estaba ahí. Y yo en el lodotambién, poniendo la lumbre para hacerlas tortillitas. ¡Ay qué barbaridad!, ¡meacuerdo de esos sufrimientos! Me echabamis tortillitas y mis frijolitos. Mi Velita enla pura tierra dormía. En un petatito viejomi hijita fue la que más sufrió. Todos vi-víamos juntos; el tiradero. Rentábamos uncuartito chiquitito.

Y ya después dilató muchos meses yllegó el seguro social a hacer el seguro so-cial chiquitito, ahí en Xochi. Y que llega miesposo bien contento. Y me dice: ¡Mujer-cita ya voy a ganar bien para que ya nosufras! Me dice ya me apunté ahorita. Ellunes vamos a empezar a hacer un segurosocial, aquí en Xochi; chiquito, pero se va ahacer. Y de aquí nos vamos a ir a China-meca. Y ahí nació mi Jaimito (cuarto hijo)en los paredones y ya me iba yo a morir.Tenía yo miedo de las culebras. Ahí dondeestuvo Zapata en Chinameca; ahí estuvoZapata, ahí estaban sus cuartos viejos. Yya me andaba yo muriendo y nació mi hi-jito. Había ahí culebras y yo ser tan mie-dosa. Ahí en Chinameca se hizo otro IMSSchiquito y se acabó y entonces le digo (asu esposo): Vete a Oaxtepec, allá me gustaporque ya había pasado cuando fui paraXochi. Y mi esposo dice: ¡Mujercita ya es-tán entrando a trabajar a Oaxtepec!, se vahacer un centro vacacional grandísimo. Yle digo: ¡pus vete!

Yo me quedo en Chinameca, y me que-dé con una señora que me cuidara. La se-ñora se fue al cine con mi Leonelito (suprimer hijo). La única diversión era el ci-ne. Y a mí ya se me estaba yendo el latido.Ya me iba yo a morir. Cuando llegaron yome estaba ya muriendo y le dijeron a esaseñora que cómo se echó uste (sic) esaresponsabilidad de estar aquí pegaditacon la señora. Y dice ¡mire cómo se le estáyendo el latido! Y que se ponen a “machu-carme” (ella hace un ademán simulandohacer presión con la mano en la boca del

Los cantaritos de Oaxtepec. Ahora teatro del pueblo y bomba de agua de CEAgua.

"Yo comencé a vender con los peones, me llevaba yo mi canastotaa la obra (la construcción del centro vacacional IMSS). Todas las quequerían iban a vender comida.", recuerda doña Raquel

DISCRIMINACIÓN

LAS OPCIONES laborales de lasmujeres se pueden ver más redu-cidas por factores como son eltono de piel, la escolaridad o laposición socioeconómica

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- ¿Ella quién era?-Ella le rentábamos pues, eran ejidata-

rios.-Y ya me dice mi esposo: mujer ahora

vámonos para Chapingo, ahí está un señorque me va a ensañar de albañil y voy aganar más. Voy a ganar más. Él era jardi-nero. Y ahí trabajaba en la escuela. Y leservía de comer a mis dos primos y ellosme pagaban 50 pesos cada 8 días y coneso pagaba mi renta. Pero Gabriel por aquírayaba y se iban los tres de borrachos, yya hasta el domingo.

Luego ya estaba yo embarazada de miscuatas. No podía yo caminar. Vivía yo enuna casa de cartón y yo embarazada demis cuatas. Y todavía embarazada mi es-poso me pegaba.

Y una vez que de las veces que fui atraer carne del mercado, vi yo una señoraque perdió a su niña, le quitaron a su niñaque la dejó en el coche y yo dije ¡ni lo per-mita dios!, ya me voy pa Oaxtepec, y metraje a mi esposo.

Y llegué otra vez con doña Leonor, yhasta compramos dos camitas y la macota(maca grande) de mis cuatitas. Y estuvelavando ajeno cuando llegamos, no más lellevaba a doña Gabina.

“Los cantaritos”.Entonces yo iba a vender y mi esposo

me dijo: qué vas a vender si no sabes ha-cer nada y qué vas a hacer con tanto niño;¡ay pues, aunque no más venda tlacoyitos,atolito, sopesitos y mi salsita! Yo hacía to-do lo que sabía de hacer de mi pueblo quemi mamá me enseñó.

Gabriel cuando ya se iba a trabajar meayudaba con el bote de cositas, y la mesitay el comal lo dejaba allá. Había ahí lasombrísima y el aguerío.

(En ese momento se acordó con muchaimpresión el temblor del 1968. Recuerdael movimiento de los amates y el ruidoque provocaba el choque de los cables deluz).

Y ya de ahí yo dejaba a mis hijos chi-quititos con mis otros hijos que los cuida-ran. Y ya a las siete comenzaba a vender.

Y tenía yo luego mis trabajadoras, lespagaba yo 30 pesos. Guardaba yo re bienel dinero. Iba yo a comprar con Don Luisaquí.

Y las gorditas las empezó a hacer lamujer de Don Rodrigo y ya las empeza-mos hacer las demás. Ella lo trajo de Gue-rrero. El requesón lo compraba con doñaLala y los chales con Don Luis.

Sufrimos retearto para agarrar lospuestos. Y unos señores no más ponían avender a sus esposas.

Doña Sidonia vendía carnitas, su nuera

- ¿Y cuando dejó de trabajar en el mer-cado?

-Cuando ya todas mis hijas se casaron.Y yo por eso siempre le doy gracias a diosque vivimos bien del mercado, de los tla-coyitos, de las gorditas, sino antonces (sic)de qué hubiéramos vivido.

que traía el gobernador y nos íbamos aMéxico. Y si se empezó a hacer el mercadoy don Tacho dijo: “esta mujer ha sufridosoles y aguas, denle su espacio”.

-¿y cómo se organizaba con su esposopara los gastos?

-Pos…diario ganaba yo, y yo el golpe delos hijos. Yo ganaba por día y él a la quin-cena, pero a él le daban bien poquito.

- ¿Usted sentía que ganaba más?-Si. Esas láminas si boca tuvieran, fue

el primer aguinaldo que le dieron a Ga-briel, de 300 pesos.

- ¿y en qué gastaba usted su dinero?-Pos yo, para acá, para comer, para mis

hijos vestirlos, calzarlos y la escuela.- ¿Entonces su esposo en qué gastaba?-Él su vicio y también ganaba fuera,

con los de México que empezaban a venir.Y el dinero lo empezaba a mater pa´ca(señalando su casa). Hizo el primer cuar-to, y hasta pasaba la gente y le decían:“cabrón cómo le hicites, antes ni teníasnada y ahora tienes tus cuartitos”. A lostres meses que fuimos a parar por acá (asu terreno) mi esposo empezó a parar elcuartito.

Sufrimos re arto para agarrar los pues-tos.

- ¿Y usted si no hubiera vendido enqué hubiera podido haber ganado dinero?

-No, pus no tuviera yo nada, nada. Losque no trabajaron en el mercado pues noles fue igual.

Estela jugos, la otra Estela también vendíajugos. Y nosotras gorditas: doña Lenchita,Concha, yo y doña Ninfa. Venían de porallá arriba, de Nepo, de Acapulco; aquí seempezó a llenar de que venía mucha gen-te, había trabajo.

No querían que se hiciera el mercado.Pero el gobernador Lauro Ortega dijo:“mis hijitas les voy a hacer su mercado,aunque no quieran”. Y andábamos con ély andábamos en los pueblos. Llevaba élun carro y nos llevaba de pa´lla pa Méxicoy allá les decíamos: “nosotros no somosde Oaxtepec, pero somos mexicanas y nosgusta trabajar”. Y dijo el gobernador: aquíse va a hacer el mercado, (porque antesera un kínder) y el kínder se los voy acomprar una tierra ahí donde los Galicia(donde actualmente se encuentra) y lesvoy a hacer su kínder más bonito.

Nos íbamos de aquí en dos-tres carros

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

CASTAÑEDA, PATRICIA (2006) “La antro-pología feminista hoy: algunos énfasisclaves” Revista Mexicana de ciencias polí-ticas y sociales. Perspectivas teóricas.35-43.FEMENÍAS, MARÍA LUISA (2017). “Multi-culturalismo y género. Aportes de la de-mocracia deliberativa”, en: Revista Euro-pea de Derechos Fundamentales. (29)23-46.PÉREZ, JOSÉ (2010). “La discriminaciónsobre jóvenes. Un proceso en construc-ción”. El cotidiano. UAM, CDMX, (163)35:44.NUÑEZ, MARIBEL (2014) La deuda nues-tra de cada día. Circulación de la deudasocial y prácticas de autocuidado de mu-jeres en un club de nutrición de CiudadJuárez. Tesis maestria. CIESAS, CDMX.

Vista por fuera de Los Cantaritos.

DOÑA RAQUEL,COMERCIANTE

"No querían que se hiciera elmercado. Pero el gobernadorLauro Ortega dijo: 'mishijitas les voy a hacer sumercado, aunque noquieran'".