manual de primeros auxilios de convivencia · situaciones potencialmente conflictivas, como cuando...

2
Manual de primeros auxilios de convivencia 1 2 Intenta comprender aquellas cosas que te generan estrés. No se trata de eliminar todo aquello que nos causa estrés, sino de gestionarlo mejor. Por ejemplo, haciendo alguna pausa con aquellas noticias que nos intranquilizan, apartando tareas que no sean necesarias y que nos generen estrés, siendo flexibles, adaptando exigencias, mejorando el sueño, teniendo expectativas positivas… Comprender las cosas que nos irritan puede ayudarnos a prevenir situaciones potencialmente conflictivas, como cuando nuestros hijos nos pinchan en aquello que nos duele más. Crea una estructura en el día cotidiano. Tanto para ti como para otros hacia los que te responsabilizas. La estructura y las rutinas crean previsibilidad en el día cotidiano, incluso utiliza algún tipo de apoyo visual. 3 Ser conscientes de las cosas que podemos cambiar y que dependen de nosotros, y aceptar otras cosas que no dependen de nosotros. Ser conscientes de las cosas que podemos controlar puede tranquilizarnos y ofrecernos un sentimiento de competencia y de control, como decidir cuándo nuestra taza de café va a acabarse. 4 Encuentra maneras de relajarte. No sólo tiene que tratarse de técnicas de relajación o de yoga, puede tratarse de evadirse con una película, un dibujo, música o con un libro. 5 Evadirse de algunas situaciones puede ser una buena estratégica para manejar una situación difícil, conflictiva o estresante. Esto no es solo deseable para uno mismo, permitir que otros puedan evadirse en ese tipo de situaciones es recomendable.

Upload: others

Post on 15-Aug-2020

23 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Manual de primeros auxilios de convivencia · situaciones potencialmente conflictivas, como cuando nuestros hijos nos pinchan en aquello que nos duele más. Crea una estructura en

Manual de primerosauxilios de convivencia

1

2

Intenta comprender aquellas cosas que te generan estrés. No se trata de eliminar todo aquello que nos causa estrés, sino de gestionarlo mejor. Por ejemplo, haciendo alguna pausa con aquellas noticias que nos intranquilizan, apartando tareas que no sean necesarias y que nos generen estrés, siendo flexibles, adaptando exigencias, mejorando el sueño, teniendo expectativas positivas… Comprender las cosas que nos irritan puede ayudarnos a prevenir situaciones potencialmente conflictivas, como cuando nuestros hijos nos pinchan en aquello que nos duele más.

Crea una estructura en el día cotidiano. Tanto para ti como para otros hacia los que te responsabilizas. La estructura y las rutinas crean previsibilidad en el día cotidiano, incluso utiliza algún tipo de apoyo visual.

3 Ser conscientes de las cosas que podemos cambiar y que dependen de nosotros, y aceptar otras cosas que no dependen de nosotros. Ser conscientes de las cosas que podemos controlar puede tranquilizarnos y ofrecernos un sentimiento de competencia y de control, como decidir cuándo nuestra taza de café va a acabarse.

4 Encuentra maneras de relajarte. No sólo tiene que tratarse de técnicas de relajación o de yoga, puede tratarse de evadirse con una película, un dibujo, música o con un libro.

5 Evadirse de algunas situaciones puede ser una buena estratégica para manejar una situación difícil, conflictiva o estresante. Esto no es solo deseable para uno mismo, permitir que otros puedan evadirse en ese tipo de situaciones es recomendable.

Page 2: Manual de primeros auxilios de convivencia · situaciones potencialmente conflictivas, como cuando nuestros hijos nos pinchan en aquello que nos duele más. Crea una estructura en

6

7

Habla sobre cómo te sientes. El poder compartir nuestros sentimientos con alguien tranquiliza por sí mismo. .

Encuentra estrategias para gestionar los conflictos familiares de una forma “bajo afectiva”, es decir, utilizando un tono tranquilo de voz, no siendo dominante, ni confrontativo… Adapta la comunicación con los más jóvenes, o con aquellos que cuidamos o lo necesiten, explica lo que quieres que hagan en lugar de centrarte en lo que no tienen que hacer.

8 Reinterpreta la situación. Si pensamos, por ejemplo, que los demás, ya sean nuestros hijos u otras personas, hacen cosas que nos irritan para molestarnos o atacarnos, reaccionaremos con sentimientos coherentes con esa interpretación, es decir, con ira, frustración… Si pensamos que lo hacen lo mejor que pueden, quizás encontremos formas más efectivas de comunicarnos, colocar exigencias y actuar.

9 Cambia de actividad. Si estás realizando una tarea que te estresa, cambia a una que te ofrezca bienestar y te haga sentir bien. Luego puedes volver a la obligación.

10 Esta situación es como una carrera de resistencia. Es importante regular nuestro sueño, nuestras rutinas, nuestra energía, porque van a ser muchos días y no se trata de una carrera de velocidad.