La ciudad que rompió

el molde texto de inés vitaller. Fotos de cristóbal prado

róterdam

Volcada hacia el río, centrada en el comercio, activa, siempre en movimiento, Róterdam es una de las ciudades más cosmopolitas de los

Países Bajos, forjada en un concepto que ha dado buenos frutos: iniciativa.

Manhattan en el MosaEs el nombre que le dan los holandeses a Róterdam por su tendencia a llenar el horizonte de rascacielos. Aquí, la vista panorámica desde la torre Euromast.

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Dos canales cruzados por pequeños puentes, un molino de ladrillo y

una cervecería que lleva siglos fabricando sus pro-pias rubias es todo lo que queda del Róterdam de sombreros negros y cuellos de encaje blanco, el mis-mo que vio zarpar a los padres peregrinos en 1620 rumbo a Inglaterra, de donde partirían a fundar una colonia en otra Inglaterra, la ‘Nueva’, al otro lado del Atlántico. Es el puerto de Delfshaven, un reducto de aguas mansas con barcazas amarradas, gabletes y terrazas al sol, que ha quedado desplazado del centro, al oeste de la ciudad, como único testigo de

aquel Róterdam de antaño que fue arrasado por los bombardeos de la II Guerra Mundial en 1940. Después la ciudad se reconstruyó, pero no según su antiguo esquema. Olvidó el pasado, cambió de cara y se reinventó en un laboratorio que uniría las men-tes más brillantes de la arquitectura y el urbanismo de los nuevos tiempos. Sustituyó las calles estrechas por amplias avenidas y abrió plazas y espacios ver-des para oxigenar una urbe que renació con volun-tad contemporánea, en un proceso que continúa vivo, como demuestra un horizonte que nunca está vacío de grúas. Decidió tirar por lo alto y ser la Man-

hattan neerlandesa, siguiendo el camino abierto por otro superviviente en la ciudad, De Witte Huis o Casa Blanca que, con sus 10 plantas y 45 metros de altura, fue el primer rascacielos de Europa en su época, en torno a 1898. Róterdam, pionera ya entonces, lo sigue siendo ahora. Aquí mandan la horizontalidad y la verticali-dad puras, casi próximas a la abstracción. Y los expe-rimentos de nuevas formas de habitabilidad, como el edificio de apartamentos Het Potlood (apodado ‘el lápiz’) o las casas cúbicas (Kubuswoningen), diseñadas por Piet Blom en los años 80 con la idea de crear una especie de ‘bosque urbano’ de líneas rectas (el número 70 se puede ver por dentro y es posible alo-jarse en una de ellas, en el albergue Stayokay). Tres décadas más tarde, el relevo lo ha tomado The Red Apple, un rascacielos residencial con la firma de Kees Christiaanse, cuyo nombre hace un guiño tanto al antiguo mercado de manzanas que ocupaba el solar como a la ciudad de Nueva York. Junto a él, otro edificio-rompecabezas es el Willemswerf, en el muelle de Boompjes, que dibujó otro hito en el skyline de Róterdam cuando se completó en 1989. La rampa que lo parte por la mitad en diagonal sigue dando que hablar y sirvió de improvisado tobogán a Jackie Chan en una de sus escenas de acción más famosas.

TRAS QUEDAR DESTRUIDA, RÓTERDAM SE REINVENTÓ EN UN LABORATORIO ARQUITECTÓNICO Y URBANÍSTICO

TERRITORIO DE BARCAZASARRIBA: canal de Delfshaven, el reducto más antiguo conservado en la ciudad. ABAJO: vista del Oude Haven, plagado de terrazas, y detalle de las casas cúbicas, un capricho experimental con espíritu de los 80.

L a confluencia de los ríos Mosa y Rin en su salida al mar del Norte concede a Róterdam

una situación estratégica que ha hecho de su puerto el más grande de Europa y, junto a los de Shangai y Singapur, uno de los que concentra mayor tráfico de contenedores del mundo. Las difíciles condiciones de la navegación en el siglo XIX por el estuario/delta condujeron al trazado de un gran canal para comunicar los dos ríos con el mar. Actualmente el muelle se extiende desde la ciudad hacia la costa a lo largo de 37 kilómetros en los que se suceden diques, astilleros, grúas, almacenes y refinerías petroquímicas. El puerto se divide en nueve zonas entre las que destaca el Europoort, la llamada ‘puerta de Europa’, que ocupa una gran área industrial conectada con la región alemana del Ruhr –principal destino de las mercancías–, y parte de Suiza, Bélgica y Francia. Por falta de espacio, en los 70 el puerto se amplió con terrenos ganados al mar en el proyecto Maasvlakte; actualmente está en curso el Maasvlakte 2 para extender las instalaciones en un segundo plan mar adentro. Desde Willemsplein, junto al Erasmusbrug, los barcos de la compañía Spido realizan tours de distinta duración para ver las diferentes zonas del puerto (http://spido.nl).

El gran puerto de Róterdam

ArchiGuides (www.rotterdam-archiguides.nl) organiza ‘tours’ especializados en arquitecturaPost scriptum

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Escuadra y cartabónLa Witte Huis, diseñada por W. Molenbroek en 1898, en su día fue el edificio de oficinas más alto de Europa. Se construyó con muros de carga de ladrillo y la fachada se remató en esmalte blanco con mosaicos modernistas. IZQUIERDA: el puente de Erasmo o Erasmusbrug.

el erasmusbrug es un puente atirantado y sujeto por un mástil a través de 40 amarras

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Ya en la orilla del Mosa se tiene la mejor panorámica del Erasmusbrug, un puente atirantado y sujeto por un mástil de acero a través de 40 amarras que salva los 800 metros de anchura que alcanza el río en este tramo. Bautizado en honor a Erasmo de Róterdam (ver cuadro), es obra de Ben van Berkel y, desde 1996, el icono más representativo de la ciudad con permi-so del Euromast, la torre panorámica de hormigón construida en los 60 que sirve de mirador –el más alto de Holanda, con 185 metros–, al que se accede a través del ascensor giratorio Euroscoop. La ribera sur de la ciudad también ha contribuido recientemente a ese escaparate de superestrellas de la arquitectura que es hoy Róterdam. Wilhelmi-nakade era hasta 1970 el muelle del que partían los barcos de pasajeros hacia Estados Unidos, época de la que se conservan el Hotel New York, sede de la línea Holland Amerika a principios del siglo XX, y el anti-guo embarcadero de la misma compañía, la Cruise Terminal, que hoy es patrimonio industrial y sigue en uso para los embarques de los grandes cruceros. En las últimas décadas el muelle ha cambiado mucho de aspecto, hasta convertirse en un muestrario de edificios que compiten en audacia y altura. Fue objeto de una nueva planificación, obra de Norman Foster, quien también se encargó del edificio que acoge el World Port Center, donde se coordina la acti-vidad del inmenso puerto de Róterdam (ver cuadro). El muelle de Wilhelminakade también hizo sitio para el New Orleans, un rascacielos de Álvaro Siza cuyos áticos se encuentran entre los más caros de la ciudad, y pronto verá terminado el sólido diseño de Rem Koolhas llamado De Rotterdam, formado por tres torres conectadas compuestas por formas

cúbicas desplazadas, construido con vocación poli-valente y sostenible ecológicamente. Al otro lado del muelle, en el puerto de Rijnhaven, la conciencia ‘verde’ continúa experimentando con los materiales flexibles, las energías sostenibles y el ahorro energé-tico: el Drijvend Paviljoen, un pabellón formado por tres geodas transparentes enlazadas, es un proyecto piloto... y quizá el primer paso de futuras construc-ciones flotantes en Róterdam.

E rasmo de Róterdam, una de las figuras más originales de finales de la Edad Media y principios de la Moderna, nació aquí en 1466. Filósofo, humanista, filólogo y teólogo, el alcance de su obra, traducida

del latín a las lenguas vernáculas, causó una revolución intelectual en Europa al poner por escrito, por primera vez y con un estilo accesible, cuestiones religiosas que hasta entonces solo eran del dominio de las elites monásticas. El Elogio de la locura, su ensayo más célebre, impreso en 1511, tuvo una gran importancia en la consolidación de la Reforma protestante y se encuentra entre las obras más leídas e influyentes de la literatura occidental. Se trata de un análisis satírico de las corrupciones en el seno del catolicismo, de las supersticiones y de otras prácticas que Erasmo consideraba alejadas del espíritu lúcido y volcado hacia el humanismo que empezaba a ver la luz después del período medieval. Otra de sus obras más interesantes es la Educación de un príncipe cristiano, que dedicó al futuro emperador Carlos V. Erasmo de Róterdam murió en Basilea en 1536. Su ciudad natal le recuerda con la estatua de bronce más antigua del país, datada en 1622 y erigida en la plaza Grotekerkplein.

La defensa del pensamiento

TIEMPO LIBRE ‘A LA HOLANDESA’ARRIBA: calle Witte de Withstraat, referencia del Róterdam más actual. ABAJO: la librería Selexyz Donner, una de las más grandes y completas de los Países Bajos, con 6.000 m2, y carril bici. EN LA OTRA PÁGINA: de paseo por Museumpark.

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frescas y muy variadasarriba: el mercado de flores, quesos y otros productos que se instala en Binnenrotte, junto al Oude Haven, es uno de los más grandes de Europa. abre todos los martes y sábados. abajO: róterdam, ciudad comercial y ciclista.

ocupando el cieloarriba: escultura de Naum Gabo, Zonder Titel (1957); pabellón flotante frente al nuevo teatro Luxor; y RDM Campus, dedicado a la educación y los negocios.abajO: panorámica del muelle remodelado de Wilhelminakade.

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un envase moderno, es un lugar muy popular por sus terrazas, restaurantes y bares de copas frecuen-tados por estudiantes. Otro ejemplo interesante de la transformación de la arquitectura industrial con fines ahora lúdicos es el Westelijk Handelsterrein, un edificio del siglo XIX en el que los antiguos alma-cenes portuarios de ladrillo han sido convertidos en restaurantes y galerías de arte bajo un techo de cristal, a pocos pasos del Veerhaven.Como en muchas ciudades de los Países Bajos, la afición al arte y los buenos museos tiene también en Róterdam su espacio y su tiempo. El espíritu prácti-co holandés la ha concentrado cómodamente en los edificios que rodean el Museumpark, unos jardines con una explanada en la que se celebran frecuentes mercadillos con música y ambiente fiestero, en los que se despliegan puestos de ropa, productos arte-sanos y gastronómicos. Una parada recomendable para comenzar la inmersión cultural es el Kunsthal,

un espacio diseñado por Rem Koolhaas –autor a su vez del parque contiguo– que

aloja cerca de 25 exposiciones tempo-rales al año. Si hay que escoger un

museo, que sea el Museum Boijmans van Beuningen, uno de los mejores fondos artísticos del país surgido a partir de la donación de dos exce-

lentes colecciones privadas. Cubre un completo recorrido por el arte

holandés, desde la Edad Media has-ta las instalaciones de creadores con-temporáneos, además de incluir obras internacionales de distintas épocas y

estilos. Para ver arquitectura y diseño y bucear en el arte digital hay que acudir al NAI, el Nederlands Archi-tectuurinstituut, que se ha unido a

otras plataformas creativas en Het Nieuwe Instituut, un edificio de J. Coenen de 1993. Una de sus sedes se halla en la vecina

Y es que en esta ciudad, como en todo el país, el foco se centra en la relación urbana con el agua y con todo lo que flota. La actividad portuaria e industrial de Róterdam, actualmente desplazada río abajo a varios kilómetros del centro, tiene fiel reflejo en los antiguos puertos, pequeños y resguardados, que hoy han quedado como pintoresco telón de fondo para las activida-des de ocio. Así, el Veerhaven –‘haven’ signi-fica puerto en neerlandés– es un punto de amarre de veleros y embarcaciones de recreo; en Leuvehaven hay un museo al aire libre con barcos de carga, grúas y maquinaria antigua; en Wijnhaven, un buque-faro pintado de rojo sirve de curioso escenario al restaurante Tinto; y el Oude Haven, el puerto ‘viejo’, reconstruido en

EL ARTE, EN FORMAARRIBA: retrospectiva sobre Jean Paul Gaultier en el Kunsthal y escultura en el Museumpark. ABAJO: muestra de diseño en el Museum Boijmans van Beuningen y la pieza Sylvette, realizada en hormigón por Pablo Picasso en 1970, junto al mismo museo.

LOS DOMINGOS AL SOLARRIBA: las actuaciones se suceden los domingos de verano en Het Park. ABAJO: mayo es el mes de los Días de la Ópera en Róterdam. Silueta de Verwoeste Stad, una escultura de 1951 en honor a los fallecidos en la guerra.

sanos y gastronómicos. Una parada recomendable para comenzar la inmersión cultural es el

un espacio diseñado por Rem Koolhaas –autor a su vez del parque contiguo– que

aloja cerca de 25 exposiciones tempo-rales al año. Si hay que escoger un

museo, que sea el Museum Boijmans van Beuningen, uno de los mejores fondos artísticos del país surgido a partir de la donación de dos exce-

lentes colecciones privadas. Cubre un completo recorrido por el arte

holandés, desde la Edad Media has-ta las instalaciones de creadores con-temporáneos, además de incluir obras internacionales de distintas épocas y

estilos. Para ver arquitectura y diseño y bucear en el arte digital hay que

NAI, el Nederlands Archi-tectuurinstituut, que se ha unido a

otras plataformas creativas en Het Nieuwe Instituutde J. Coenen de 1993. Una de sus sedes se halla en la vecina

Y es que en esta ciudad, como en todo el país, el foco se centra en la relación urbana con el agua y con todo lo que flota. La actividad portuaria e industrial de Róterdam, actualmente desplazada río abajo a varios kilómetros del centro, tiene fiel reflejo en los antiguos puertos, pequeños y resguardados, que hoy han quedado como pintoresco telón de fondo para las activida-des de ocio. Así, el Veerhaven –‘haven’ signi-fica puerto en neerlandés– es un punto de amarre de veleros y embarcaciones de recreo; en Leuvehaven hay un museo al aire libre con barcos de carga, grúas y maquinaria antigua; en Wijnhaven, un buque-faro pintado de rojo sirve de curioso escenario al restaurante Tinto; y el Oude Haven, el puerto ‘viejo’, reconstruido en

un espacio diseñado por Rem Koolhaas –autor a su vez del parque contiguo– que

aloja cerca de 25 exposiciones tempo-rales al año. Si hay que escoger un

museo, que sea el van Beuningenfondos artísticos del país surgido a partir de la donación de dos exce-

lentes colecciones privadas. Cubre un completo recorrido por el arte

holandés, desde la Edad Media has-ta las instalaciones de creadores con-temporáneos, además de incluir obras internacionales de distintas épocas y

estilos. Para ver arquitectura y diseño y bucear en el arte digital hay que acudir al NAItectuurinstituut

otras plataformas creativas en Het Nieuwe Instituutde J. Coenen de 1993. Una de sus sedes se halla en la vecina

en todo el país, el foco se centra en la relación urbana con el agua y con todo lo que flota. La actividad portuaria e industrial de Róterdam, actualmente desplazada río abajo a varios kilómetros del centro, tiene fiel reflejo en los antiguos puertos, pequeños y resguardados, que hoy han quedado como pintoresco telón de fondo para las activida-

–‘haven’ signi-fica puerto en neerlandés– es un punto de amarre de veleros y embarcaciones de recreo;

hay un museo al aire libre con barcos de carga, grúas y maquinaria antigua;

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P ocas estampas hay más holandesas que las de los

molinos de viento, entre otras cosas porque estas edificaciones que hoy parecen un capricho del paisaje fueron una de las piezas clave en la batalla de los Países Bajos contra el agua. Las aspas no servían de fuerza motriz para moler el grano, sino que accionaban mecanismos de contención y drenaje para evitar las temidas inundaciones. El pequeño pueblo de Kinderdijk, a 25 kilómetros de Róterdam, conserva un conjunto de 19 molinos construidos en torno a 1740, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997. Se hallan dispuestos en dos filas a uno y

otro lado de un canal, y uno de ellos puede visitarse para ver la maquinaria en los pisos superiores y las estancias familiares del molinero en la planta inferior. Para llegar a Kinderdijk desde Róterdam se puede tomar el autobús 90 en Zuidplein o llegar en un barco remontando el río Mosa en un tour de una hora de ida y otra de vuelta (muelle Boompjeskade, salidas a las 10.45 y a las 14.15 de martes a domingo; precio: adultos 14 €; niños 11,50 €). Los molinos abren todos los días del 16 de marzo al 27 de octubre, de 9.00 a 18.00 h; en invierno solo sábados y domingos, de 11.00 a 16.00 h. Precio: adultos 6 €; niños 4 € (http://molenskinderdijk.nl).

EXCURSIÓN A KINDERDIJKEn 25 kilómetros, un salto de más de dos siglos: del megapuerto industrial a la Holanda más idílica.

Para desplazarse por el río rápidamente o cruzarlo, pruebe el taxi fluvial, el ‘watertaxi’Post scriptum

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Huis Sonneveld, una casa-museo que permite ver un buen ejemplo de la arquitectura racionalista holan-desa por dentro y por fuera.A un paso de Museumpark, en pleno centro de Róterdam, está Witte de Withstraat, una de esas calles que definen el alma de una ciudad. Aquí se unen la vanguardia sin imposturas, una cierta vocación estrafalaria e ingenua y la imaginación poderosa y transformadora de Róterdam, ésa según la cual los edificios dejan de ser una cosa para empezar a ser otra sin alterar su carácter ni cambiar de piel. Es el caso del NRC, la antigua redacción de un periódi-co convertido en café multiusos con toque vintage asegurado. La gente acude a desayunar, tomar algo en la terraza, cenar o bailar, después de haber visto una muestra de la sala de exposiciones TENT, escu-chado un concierto en el divertido espacio crea-tivo WORM, o visitado el último experimento del Showroom MAMA, un pequeño centro que exhibe proyectos relacionados con la cultura pop (todos en la misma calle). Pero siempre, siempre, hay que pasar por Witte de Withstraat para saber lo que la última hornada de mentes inquietas está cociendo en Róterdam, sus nuevos inventos, su continua reinterpretación de sí misma.

EN PLENO CENTRO, WITTE DE WITHSTRAAT ES UNA DE ESAS CALLES QUE DEFINEN EL ALMA DE UNA CIUDAD

ANTE TODO, LUMINOSOSARRIBA: The Manhattan Hotel y productos del spa, con garantía ecológica. ABAJO: los detalles y el amor por las flores son la marca del Suite Hotel Pincoffs, que además dispone de su propio barco para reuniones y eventos especiales.

HOTELESThe Manhattan Hotel (Weena, 686; tel. +31 10 430 2000; www.manhattanhotelrotterdam.com). Un cinco estrellas funcional y moderno en un rascacielos que hace honor a su nombre. Su suite presidencial fue la elegida por Jean Paul Gaultier, Paul McCartney y Chris Martin en sus visitas a la ciudad. Bar de champán, entrenador personal en el gimnasio y una línea de productos orgánicos de la firma Bibou en el spa.Suite Hotel Pincoffs (Stieltjesstraat, 34; tel. +31 10 297 4500; www.hotelpincoffs.nl). Una antigua casa de aduanas de 1879 aloja este coqueto hotel, situado en un muelle al otro lado del Erasmusbrug. El gusto de los dueños por el diseño, la fotografía y el vino se nota tanto en los detalles de las habitaciones como en su bonito bar, que ocupa las antiguas oficinas de la aduana.

RESTAURANTESLas Palmas (Wilhelminakade, 330; tel. +31 10 234 5122; www.hermandenblijker.nl). Herman den Blijker, uno de los chefs televisivos más famosos de los Países Bajos, ha acertado con este restaurante que enfoca la carta hacia el pescado recién salido de las redes. El menú degustación de cinco platos es una grata sorpresa por su calidad, y también por la cuidada selección de los vinos.Amarone (Meent, 72-A; tel. +31 10 414 8487; www.restaurantamarone.nl). De los cuatro restaurantes de Róterdam que se han ganado una estrella Michelin, este es el más céntrico, ubicado en pleno cogollo comercial. La carta, sorprendente y deliciosa, se centra en la cocina francesa y mediterránea sin descuidar la bodega, que cuenta con más de 500 caldos diferentes. Bazar (Witte de Withstraat, 16; tel. +31 10 206 5151; www.bazarrotterdam.nl). Mucho más informal y exótico, en el bullicio de Witte de Withstraat destaca este restaurante oriental, con una buena degustación de platos árabes sin pretensiones. La parte superior del edificio está destinada a un hotel que sigue la filosofía del restaurante, cálida y sencilla, con 27 habitaciones decoradas con elementos de Oriente Próximo, África y América del Sur.De Pelgrim (Aelbrechtskolk, 12; tel. +31 10 477 1189; www.pelgrimbier.n). Junto a un canal de Delfshaven, esta antigua cervecería –que organiza catas y visitas en su propia fábrica– es un must para quienes quieran probar algo más que una Heineken. Tiene una bonita terraza en la calle y un restaurante con carta informal para comer y platos más elaborados e interesantes en la cena.

Direcciones

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