manejo de temperatura ambiental y calidad de … · bajo condiciones de estrés calórico, las aves...

29
MANEJO DE TEMPERATURA AMBIENTAL Y CALIDAD DE AIRE, SU INFLUENCIA EN LÍNEAS DE POLLO DE ENGORDE: UNA REVISIÓN ENVIRONMENTAL TEMPERATURE AND AIR QUALITY MANAGEMENT, ITS INFLUENCE IN BROILERS: A REVIEW Título breve sugerido: Manejo de ambiente en pollo de engorde Diego Pantoja-Estrada 1 1 M.V. Esp. Sanidad Animal. Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales. Bogotá D. C. [email protected] RESUMEN El ambiente interno de las casetas de pollos de engorde presenta particularidades en la temperatura ambiental y calidad de aire, ya que la producción se lleva a cabo en establecimientos cerrados con limitaciones de espacio y ventilación. Este trabajo revisa varios estudios relacionados con la fisiología y desempeño de las aves en distintos escenarios de temperatura ambiental y calidad de aire, adicionalmente explica de qué manera éstas variables influyen en la salud avícola y en el rendimiento zootécnico. Se obtuvo artículos procedentes de bases de datos de libre acceso de revistas internacionales, se analizaron los hallazgos más importantes y se compilaron de acuerdo a la temática tratada. En la revisión se ratifica la importancia de diferenciar el manejo de ambiente en dos etapas del ciclo productivo; crianza y finalización, destacando que la etapa inicial prioriza la temperatura mientras en la segunda se prioriza el control de calidad de aire y la ventilación. Varios estudios consideran que la modulación de temperatura en la incubadora ejerce un efecto en la termorregulación del pollo adulto, adicionalmente se considera que los distintos tipos de estrés conllevan a una disminución en el consumo de alimento y siempre se traduce en mal desempeño. Conocer los efectos de la alteración de temperatura y calidad de aire ayuda a la intervención oportuna para prevenir problemas sanitarios. Palabras clave: Desempeño de pollos asaderos, análisis ambiental, polución del aire (CAB Thesaurus). SUMMARY The environment on broiler houses presents particularities in environmental temperature and air quality because the production is accomplished in houses with limitations of space and ventilation. This worship reviewed several studies relatives to broiler physiology and broiler production in different environmental temperature and air quality scenarios. The review

Upload: duongnhu

Post on 09-Oct-2018

218 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

MANEJO DE TEMPERATURA AMBIENTAL Y CALIDAD DE AIRE, SU INFLUENCIA EN LÍNEAS DE POLLO DE ENGORDE: UNA REVISIÓN

ENVIRONMENTAL TEMPERATURE AND AIR QUALITY MANAGEMENT, ITS INFLUENCE IN BROILERS: A REVIEW

Título breve sugerido: Manejo de ambiente en pollo de engorde

Diego Pantoja-Estrada1

1M.V. Esp. Sanidad Animal. Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales. Bogotá D. C. [email protected]

RESUMEN

El ambiente interno de las casetas de pollos de engorde presenta particularidades en la temperatura ambiental y calidad de aire, ya que la producción se lleva a cabo en establecimientos cerrados con limitaciones de espacio y ventilación. Este trabajo revisa varios estudios relacionados con la fisiología y desempeño de las aves en distintos escenarios de temperatura ambiental y calidad de aire, adicionalmente explica de qué manera éstas variables influyen en la salud avícola y en el rendimiento zootécnico. Se obtuvo artículos procedentes de bases de datos de libre acceso de revistas internacionales, se analizaron los hallazgos más importantes y se compilaron de acuerdo a la temática tratada. En la revisión se ratifica la importancia de diferenciar el manejo de ambiente en dos etapas del ciclo productivo; crianza y finalización, destacando que la etapa inicial prioriza la temperatura mientras en la segunda se prioriza el control de calidad de aire y la ventilación. Varios estudios consideran que la modulación de temperatura en la incubadora ejerce un efecto en la termorregulación del pollo adulto, adicionalmente se considera que los distintos tipos de estrés conllevan a una disminución en el consumo de alimento y siempre se traduce en mal desempeño. Conocer los efectos de la alteración de temperatura y calidad de aire ayuda a la intervención oportuna para prevenir problemas sanitarios.

Palabras clave: Desempeño de pollos asaderos, análisis ambiental, polución del aire (CAB Thesaurus).

SUMMARY

The environment on broiler houses presents particularities in environmental temperature and air quality because the production is accomplished in houses with limitations of space and ventilation. This worship reviewed several studies relatives to broiler physiology and broiler production in different environmental temperature and air quality scenarios. The review

explains the way in which this variables influence the birds health and birds performance. It was obtained articles from free access databases of international journals; the most important findings were analyzed and were compiled according his topic. The review ratifies the importance to separate the environmental management in two periods. The brooding period prioritizes the environmental temperature while the finalization period prioritizes the air quality and ventilation. Several studies consider that changes in incubation temperature have effect on birds’ thermoregulation system after hatch. The studies consider that various types of stress generate lower feed consumption and low performance as a consequence. To know the effects of fluctuations on environmental temperature and air quality helps to opportunely intervene in order to prevent bird health problems.

Key words: Broiler performance, environmental assessment, air pollution (CAB Thesaurus).

INTRODUCCIÓN

Al igual que otras especies destinadas a la producción, el objetivo de los

pollos de engorde es lograr alta producción con el menor costo posible.

Teniendo en cuenta que en la producción intensiva, los pollos viven

confinados en casetas durante toda su vida, es necesario proporcionarles las

condiciones ambientales óptimas, buen manejo y nutrición, para potencializar

sus habilidades genéticas (Kocaman et al. 2012).

Dawkins (2003) resume lo concerniente a bienestar animal en dos preguntas:

¿Los animales son saludables? ¿Tienen acceso a lo que necesitan?

Mientras la primera pregunta es relativamente fácil de responder, la segunda

es muy compleja, ya que involucra conceptos que no han sido entendidos en

su totalidad y adicionalmente no son fáciles de medir.

En la avicultura se tiene en cuenta el comportamiento de las aves y las

variables ambientales dentro de las casetas para proporcionar un ambiente

confortable y alcanzar el nivel óptimo de rendimiento. La temperatura, la

calidad del aire, la humedad y la luz, son factores críticos a considerar para

lograr este objetivo, toda vez que las fallas en el suministro de estos

elementos se traducen en retraso del crecimiento, pobre conversión

alimenticia, y aumento en la incidencia de enfermedades, decomisos y

mortalidades (Estrada et. al. 2007).

La temperatura en pollos de engorde es esencial desde la incubación.

Decuypere y Michels (1992), establecieron que la manipulación de los

parámetros en esta etapa pueden influenciar las respuestas fisiológicas de

las aves después del nacimiento, entre ellas se destaca la resistencia al

estrés térmico de aves adultas. El manejo de temperatura en granja se

diferencia en dos etapas, la crianza durante los primeros 21 días de vida,

período en el cual los polluelos no pueden regular su temperatura corporal y

dependen de una fuente de calor externo (Pedersen & Thomsen 2000), y la

etapa de engorde y finalización, a partir de los 22 días, momento en el cual

los pollos pueden controlar su temperatura, proceso acompañado por el

crecimiento de plumas (Estrada et. al. 2007).

La calidad del aire dentro de las casetas también tiene un impacto directo en

la salud avícola, dado que los contaminantes aéreos, como, gases, olores,

polvo, toxinas y microorganismos (Hartung et. al. 1998.), son considerados

los principales factores de riesgo para las enfermedades respiratorias

(Almuhanna et. al. 2011).

Es esencial conocer los efectos generados por la variación de la temperatura

ambiental o la calidad de aire. Por ejemplo, se sabe que durante los

episodios de estrés calórico las aves aumentan su consumo de agua y

disminuyen el consumo de alimento, lo que eventualmente resulta en

disminución del crecimiento y productividad (Kusnadi & Djulardi 2011), la

misma consecuencia ocurre cuando el ambiente dentro de la caseta supera

el límite tolerable de amoniaco.

El objeto de la presente revisión es compilar la información disponible en las

bases de datos de acceso libre, referente al manejo de ambiente de casetas

de pollo de engorde, teniendo en cuenta dos factores ambientales;

temperatura y calidad de aire. Una vez reunida la información se describe los

hallazgos más destacados de cada investigación que generen un impacto en

la salud y producción avícola, asimismo se explica los procesos fisiológicos

que ocurren en las aves ante los cambios en el ambiente.

MATERIALES Y MÉTODOS

Se realizó una revisión de artículos procedentes de revistas internacionales.

Como estrategia de búsqueda en las bases de datos se emplearon los

siguientes términos incluidos en el Thesaurus CAB: “Pollos de carne”,

“Temperatura ambiental” y/o “Calidad del aire, además se incluyó en la

búsqueda los términos que guardan relación según el Thesaurus CAB. Se

consideraron las publicaciones en inglés, español y portugués,

posteriormente se clasifico la información según el tema mediante una lista

de chequeo. Finalmente se evalúo cualitativamente cada artículo para incluir

la información pertinente en cada categoría: temperatura ambiental y calidad

de aire.

TEMPERATURA AMBIENTAL EN LA ETAPA DE CRIANZA

En el período de “Crianza”, durante los primeros 21 días de vida, el pollo no

es capaz de controlar su temperatura corporal, toda vez que no regula por

completo sus procesos metabólicos, por ello durante esta etapa se les

considera heterotermos (Estrada et al. 2007). Como resultado, éstos son

dependientes de la temperatura ambiental para mantener la temperatura

corporal óptima, es por ello que los sistemas de suplementación de calor

juegan un rol importante durante esta etapa. En este sentido, se sabe qué; la

temperatura ambiental de confort en pollos de engorde durante la primera

semana de vida oscila entre los 31-33°C, temperaturas superiores a éste

rango pueden inducir hipertermia y deshidratación, generando bajo consumo

de alimento y retardo en el crecimiento (Faria Filho et. al. 2005), en tanto que

las temperaturas inferiores, pueden generar hipotermia e inducir hipertensión

pulmonar con síndrome ascítico (Maxwell & Robertson 1998).

Adicionalmente, el enfriamiento de las aves conlleva a que los nutrientes

utilizados para el crecimiento se utilicen para generar calor corporal. El

rendimiento de los pollos que sobreviven al enfriamiento es limitado, a causa

de la supresión de los sistemas inmunológico y digestivo (Fouda et al. 2013).

En la figura 1 se observa la importancia del sistema de calefacción dentro de

las casetas en relación con la temperatura externa en clima frío. Utilizando

calefacción mediante aire caliente (ventilación forzada), se observó que, se

logra aumentar la temperatura ambiental interna, pero la temperatura del piso

siempre es menor que la temperatura a la altura del techo, y debe tenerse en

cuenta que la temperatura del piso es la más importante para mantener a los

pollos en la temperatura confort.

Figura 1. Relación entre temperatura interior y exterior (Tomado de

Fouda et al. 2013).

0

5

10

15

20

25

30

35

Te

mp

era

tura

(°C

)

9 días de edad

Piso

Techo

Exterior

Recomendado

La temperatura influye en la termorregulación del pollo desde la etapa de

incubación, se ha descubierto que, una exposición a estrés calórico en éste

período induce la síntesis de proteínas de shock calórico (Hsp por sus siglas

en inglés) (Lindquist & Craig 1988), proteínas involucradas en la capacidad

termorreguladora del pollo. Las Hsp forman parte de los mecanismos de

defensa celular responsables de proteger el organismo en condiciones

adversas. En las aves la respuesta al estrés calórico depende del tiempo y la

severidad del episodio que genera el estrés. Teniendo en cuenta esta

premisa, la temperatura de incubación parece ser una buena herramienta

para inducir una mejor respuesta de las aves adultas ante el estrés calórico,

se ha observado que cuando se maneja bajas temperaturas en incubadora y

en granja, la sensibilidad al estrés calórico aumenta, mientras que, las

temperaturas altas incrementan la resistencia al estrés calórico del pollo

adulto (Givisiez et. al. 2003). Este hecho ha sido atribuido a la aclimatación

de las aves sometidas a episodios de estrés calórico en la incubadora,

capaces de sintetizar altos niveles de Hsp (Givisiez et. al. 1999), cabe

destacar que, existen varios estudios referentes al grado de severidad y

duración de los episodios de estrés calórico controlado en la etapa de

incubación, pero en términos generales se prefiere la modulación de

temperatura en la incubadora, toda vez que en granja se puede afectar el

rendimiento y producción. Cuando huevos en incubación fueron expuestos a

40,5°C por 6, 8 o 12 horas en el día 3 o 18 de incubación, se observó una

mejoría en la resistencia al calor en las aves de 35 días de edad (Arjona et

al. 1990).

Durante las primeras semanas de vida del pollo, su desarrollo es crucial para

el desempeño zootécnico a futuro, porque algunos procesos fisiológicos

influencian en gran parte el peso corporal y la conversión alimenticia del pollo

adulto. Ejemplo de ello son la hiperplasia e hipertrofia celular, la maduración

del sistema termorregulador y la diferenciación celular en la mucosa

gastrointestinal, procesos fisiológicos que se llevan a cabo durante la etapa

de crianza de las aves (Faria Filho et. al. 2005).

Bajo condiciones de estrés calórico, las aves consumen mayor cantidad de

agua y reducen el consumo de alimento, esto se traduce en detrimento del

crecimiento y productividad (Kusnadi & Djulardi 2011). La disminución de

crecimiento se ha asociado a bajos niveles de Triyodotironina (T3) en

plasma, puesto que de esta hormona depende el suministro de oxígeno para

los procesos metabólicos del crecimiento (Sugito et.al. 2007). Las altas

temperaturas ambientales también provocan el aumento de glucosa en

plasma debido al proceso de gluconeogénesis generado a partir de lípidos

(Kusnadi & Djulardi. 2011).

Desde el punto de vista inmunológico, la disminución en tamaño de la Bolsa

de Fabricio y del bazo bajo condiciones de estrés calórico, representan un

efecto que altera el funcionamiento del sistema inmune, afectando el

crecimiento linfoide y reduciendo la cantidad de linfocitos (Kusnadi 2004;

Kusnadi et al. 2005; Onbasilar et. al. 2008; Zulkifli et al. 2000). Este efecto se

debe a que el estrés calórico estimula la producción de corticosterona en

plasma (Yuninato et al. 1997), y ésta a su vez inhibe el desarrollo de los

órganos linfoides. En la figura 2 se resumen los eventos fisiológicos durante

el estrés calórico.

Figura 2. Eventos fisiológicos de las aves con estrés calórico

Al evaluar tres rangos de temperatura ambiental durante la primera semana

de vida de los pollos, se ha encontrado hallazgos concluyentes. Las aves

mantenidas a una temperatura inferior (20°C) consumieron menor cantidad

Ave bajo estrés calórico

T3 en plasma

O2 para procesos

metabolicos

Retraso en el crecimiento

Glucosa en plasma

Gluconeogénesis desde lípidos

Corticosterona en plasma

Inhibición de crecimiento

Linfocitos Bolsa de

Fabrizio y Bazo Pequeños

Hsp

Activación de mecanismos de defensa celular

Aclimatación

de alimento y agua respecto a las aves mantenidas en temperatura neutral

(25°C) o superior (35°C), resultado relacionado con el comportamiento de las

aves para mantener el calor, ya que en condiciones de frío la parvada se

amontona para evitar la pérdida de calor, reduciendo la frecuencia de

alimentación y bebida (Moraes et al. 2002). Los pollos sometidos a

temperaturas altas también presentaron una disminución significativa en

peso corporal (Moraes et al. 2002), se ha observado que polluelos bajo

estrés calórico durante los 2 primeros días de vida presentan una pérdida de

peso corporal del 12% (Van der Hel et al. 1991).

Durante la primera semana de vida el páncreas y el intestino delgado

aumentan 4 veces su tamaño y el hígado aumenta 2 veces su tamaño

(Nitsan 1991), sin embargo, cuando la temperatura ambiente es baja se ha

observado un crecimiento superior del hígado respecto a las aves

mantenidas en temperaturas más altas (Deaton et al. 1969), el menor

tamaño del hígado en alta temperatura se asocia a la disminución de las

necesidades metabólicas (Moraes et al. 2002). El crecimiento del corazón

durante la primera semana de vida es influenciado por la temperatura de la

misma forma que lo hace con el hígado, es decir que, el corazón aumenta su

tamaño por la alta demanda metabólica y de oxígeno que supone las

condiciones ambientales de baja temperatura (Moraes et al. 2002).

La temperatura ambiental en la primera semana también influye en el

crecimiento óseo, estudios han demostrado que altas temperaturas

disminuyen el crecimiento óseo, en particular de la tibia y el fémur (Moraes et

al. 2002). Bajas temperaturas (20°C) también inducen un retraso en el

desarrollo de huesos largos (tibia y fémur) con el consecuente bajo peso a

los 7 días de edad (Moraes et al. 2002).

Entre los días 7 y 21 también se estudió el impacto de tres temperaturas

ambientales, baja, termo-neutral (confort) y alta como se describe en la tabla.

Los principales efectos indicaron que, las aves sometidas a una alta

temperatura consumieron menor cantidad de alimento (Filho et. al. 2005).

Los requerimientos de energía de mantenimiento disminuyen en estas

condiciones, de hecho, la adaptación al estrés calórico incluye la reducción

de ingesta en un intento de bajar la producción de calor endógeno (Filho et

al. 2005).

En el mismo estudio, también se demostró que la ingesta de las aves, tanto

en condiciones de frío, como en condiciones termo-neutrales no fue

diferente, lo que puede ser asociado al comportamiento de las aves para

conservar el calor (Filho et al. 2005). La ganancia de peso durante el período

de 7-21 días se vio afectada por la temperatura ambiental de las casetas, las

aves mantenidas en temperatura termo-neutral tuvieron mayor ganancia de

peso respecto a las aves en condiciones de frío o calor, y la peor ganancia

de peso ocurrió en aves mantenidas en altas temperaturas, también se

observó que en aves sometidas a bajas temperaturas ambientales se obtuvo

la conversión alimenticia más alta (deficiente), mientras que la temperatura

neutral genero la conversión alimenticia más eficiente, en tanto que, en altas

temperaturas las aves presentaron conversión alimenticia intermedia (Filho et

al. 2005). Estos resultados indican que durante este período, la energía

gastada para producir calor en condiciones de frío es mayor que la energía

generada para disipar calor en aves con estrés calórico, por ello la

conversión alimenticia es peor cuando se maneja bajas temperaturas.

La presencia del saco vitelino es un proceso fundamental en la primera

semana de vida de los pollos. El saco vitelino se constituye durante la

incubación cuando las membranas extraembrionarias engloban los

componentes de la yema, justo antes del nacimiento el saco vitelino es

halado de la cavidad del huevo hacia el abdomen del pollo como una

extensión del intestino (Khan et al. 2004). Gracias a su contenido proteico y

energético permite mantener a los pollos durante tres días después de

nacidos (Sell et al. 1991; Reis et al. 1998; Uni et al. 1998). Después de la

primera semana de vida el saco Vitelino se absorbe, sin embargo, algunos

factores conllevan a su retención, lo que constituye un problema, porque una

vez ingresan bacterias a esta estructura se presenta el medio favorable para

la multiplicación de ciertas bacterias, tanto por el contenido graso y de agua,

como también por la temperatura homogénea mantenida desde la incubación

en el huevo hasta después del nacimiento en el abdomen del pollo (Khan et

al. 2004).

En búsqueda de los factores asociados a la retención del saco vitelino, varios

estudios han buscado una eventual asociación entre la temperatura

ambiental y el grado de reabsorción. Leeson & Caston (1978) reportaron

aumento en la incidencia de retención del saco vitelino por la fluctuación de

temperatura ambiental, tanto en ambiente frío como en ambiente caliente en

comparación con la situación control. Thaxton et al. (1974) encontraron que

el tamaño del saco vitelino no cambio al disminuir la temperatura ambiental

durante la crianza. Moraes et al. (2002) demostraron que del día 1 al día 3 de

vida hay una reducción considerable del tamaño del saco vitelino

independientemente de la temperatura ambiental a la cual fueron sometidos.

También se reportó una disminución de tamaño del saco vitelino similar

cuando los pollos fueron alimentados a las 24, 48 y 72 horas después del

nacimiento (Moraes et al. 2002). Los últimos datos indican que, la absorción

del saco vitelino es independiente de la temperatura ambiental manejada y

del tiempo de alimentación después del nacimiento (Moraes et al. 2002;

Khan et. al. 2004).

TEMPERATURA AMBIENTAL EN LA ETAPA DE FINALIZACIÓN

Una vez cumplida la fase de crianza (21 días), la termorregulación y los

procesos metabólicos en los pollos cambian. El rango de temperatura

ambiental confort disminuye notablemente, ya que los pollos de engorde

logran la capacidad de regular su temperatura plenamente y tienen la

posibilidad de conservar la temperatura de sus órganos internos de manera

bastante uniforme (Estrada et al. 2007). Los manuales de cada línea

genética recomiendan la mejor temperatura ambiental y humedad relativa en

cada fase de crecimiento, sin embargo en los estudios revisados se encontró

hallazgos interesantes. Harris et al. (1977) reporto que la mejor temperatura

ambiental para un óptimo rendimiento en pollos de engorde de 3-8 semanas

es una constante de 24°C o ciclos de 18-24°C. Deaton et. al. (1984) reporto

que al disminuir la temperatura de 26,7°C a 21°C durante un período de 24

horas, se incrementó significativamente el peso corporal a los 48 días de

edad.

Los pollos modernos desarrollados aceleradamente, durante la etapa de

finalización consumen altas cantidades de alimento para maximizar la tasa

de crecimiento, pero la ingesta y el metabolismo alimenticio tienen un efecto

de termogénesis, así que cuando se aumenta la temperatura ambiental se

agrava el problema de estrés calórico, porque se suma más calor a un

organismo ya estresado calóricamente por el alto consumo. A pesar que en

esta edad el metabolismo basal puede ser regulado y la tolerancia al calor es

mayor, el ave puede reaccionar disminuyendo voluntariamente el consumo

de alimento cuando la temperatura es alta, de esta manera se disminuye el

calor extra al ser disipado en el ambiente y limita las pérdidas por termólisis

(Olanrewaju et. al. 2010). Las aves con bajo consumo de alimento en la

etapa de finalización bajan la tasa de crecimiento, ya que se reduce la

energía metabolizable.

CALIDAD DE AIRE

La calidad de aire es uno de los principales factores ambientales

relacionados con la sanidad y el desempeño avícola, toda vez que el

confinamiento en un establecimiento cerrado implica la interacción con aire

contaminado y variedad de gases. Los mayores contaminantes del aire

dentro de las casetas son los gases (amoniaco, dióxido de carbono, sulfuro

de hidrogeno y metano), el polvo, los microorganismos y las toxinas

(Almuhanna et al. 2011).

El amoniaco (NH3) es producido por efecto de la descomposición microbiana

del nitrógeno orgánico presente en el excremento de las aves (Almuhanna et

al 2011). El NH3 es altamente irritante, convirtiéndose en el gas más

perjudicial, en los estudios se ha observado una reducción en el peso

corporal de las aves sometidas a altos niveles de NH3. Al comparar un grupo

control con niveles bajos de NH3 (30ppm) y otro con altos niveles de NH3

(70ppm) no se encontró asociación estadística directa con el bajo

rendimiento, lo cual conlleva a atribuir la causa del bajo rendimiento a una

reducción de la ingesta de las aves, provocada en la mayoría de casos, por

la marcada irritación ocular que causa el amoniaco atmosférico, de esta

manera el bajo consumo de agua y alimento sumado a las condiciones de

estrés que supone el aire con alta carga de contaminantes produce atrofia y

retraso en el desarrollo de la criptas y vellosidades del epitelio intestinal (Wei

et al. 2012). Este hecho influye directamente en la absorción de nutrientes y

por tanto en una conversión deficiente (Yamauchi & Tarachai 2000). De

todos los gases, el NH3 es el que predomina dentro de las casetas, tal como

se observa en la figura 3, además, se sabe que su concentración no

presenta niveles considerables sino hasta la mitad del ciclo de producción de

pollo de engorde.

Figura 3. Medición de gases tóxicos dentro de las casetas de pollo de

engorde (Tomado de Almuhanna et al. 2011).

Al medir la cantidad de NH3 semanalmente en el interior de las casetas,

como se muestra en la figura 2, y teniendo en cuenta que el valor máximo

tolerable de NH3 para animales es de 11ppm, se evidenció valores entre

17,86 y 25,2 ppm dependiendo de las condiciones de ventilación (Almuhanna

et al. 2011).

1

10

100

1000

10000

100000

SO2 Amoniaco NO2 Hidrógeno

Co

ncen

tració

n µ

g/m

3

Tipo de gas

35 días de edad

Ventilación Natural

Ventilación Mecanica

Tabla 1. Concentración de amoniaco (mg/m3) en casetas con ventilación

natural y ventilación mecánica (Tomado de Almuhanna et al. 2011).

Ventilación Natural Ventilación Mecánica

Semana Media D. Est.* Max. Media D. Est.* Max.

1 0.06 0.02 0.12 0.05 0.01 0.06

2 0.16 0.04 0.20 0.46 0.05 0.50

3 0.13 0.04 0.27 0.19 0.19 0.63

4 1.18 0.73 5.53 5.20 1.99 16.34

5 7.75 2.05 12.50 9.40 1.89 17.66

* Desviación estándar

El polvo dentro de las casetas está compuesto por partículas generadas del

excremento, la cama y el alimento. El problema con este contaminante surge

tanto por la presencia de partículas no viables que generan distintos tipos de

reacción alérgica, como también por partículas viables, conocidas como

bioaerosoles que diseminan enfermedades horizontalmente. Al medir la

concentración de polvo inhalable dentro de casetas ventiladas naturalmente

y casetas ventiladas mecánicamente se encontró valores de 4,25 y 3,64

mg/m3 respectivamente, mostrando que en ambos casos el valor máximo

tolerable (3,4 – 3,7 mg/m3) fue superado, y aunque las casetas ventiladas

mecánicamente tienen mayor concentración de polvo, la concentración de

NH3 fue superior en un 55% durante la 4-5 semana respecto a la ventilación

natural (Almuhanna et al. 2011).

Con el propósito de contrarrestar el exceso de contaminantes es necesario

una adecuada ventilación de las casetas, ya que además de regular la

temperatura, se remueve gases, polvo y olores. El aire fresco se introduce

uniformemente, para que se mezcle y circule por todo el galpón. El

movimiento de aire dentro de las instalaciones se logra mediante presión

negativa, en instalaciones dotadas de ventiladores y extractores, estos

generan la presión negativa necesaria para retirar el aire interno y realizar el

intercambio con aire fresco exterior. Para el proceso de intercambio de aire

se debe tener en cuenta que el aire que ingresa debe hacerlo por la parte

superior de las casetas, evitando abrir demasiado las entradas de ventilación

y una velocidad de aire demasiado baja, toda vez que el aire frío en exceso y

a una velocidad baja tiende desplazarse rápidamente al piso, las

consecuencias de esta mala práctica de ventilación se refleja en el

enfriamiento de las aves y la formación de zonas frías en las paredes y en el

piso, las cuales al entrar en contacto con aire caliente se condensan para

finalmente producir humedecimiento de la cama y mayor producción de

amoniaco (Fairchild 2012).

En referencia al control de la calidad de aire, ésta se ha dirigido a controlar

dos puntos críticos en el ambiente de las casetas. El primero que se

relaciona directamente con el aire es la velocidad de aire (m s-1) que tiene

un nivel de tolerancia mínima de 1 m s-1 y tolerancia máxima de 2,45 m s-1, la

baja velocidad de aire asociada a un incremento de temperatura es un punto

crítico de control, ya que se asocia a un aumento de la mortalidad (Owada et

al. 2007). El otro punto de control en relación directa con el aire es el nivel de

NH3, que como se mencionó previamente a niveles superiores de 11ppm se

perjudica la salud de los animales, sin embargo para efectos de control en

granja el límite que se considera aceptable es 20 ppm (CIGR 1994; Sampaio

et al. 2005; Owada et al. 2007). La calidad de aire también se relaciona

indirectamente con parámetros ambientales, como, temperatura, humedad

relativa y densidad de aves por metro cuadrado (Tabla 2).

Tabla 2. Límites críticos mínimos y máximos de tolerancia adoptados en

la producción de pollo de engorde (Tomado de Menezes et al. 2010).

Parámetros Limites

Mínimo Máximo

Ambiente Interno

Temperatura 20°C 28°C

Humedad relativa 40% 80%

Velocidad de aire 1.0 m s-1 2.45 m s-1

Densidad - 38 kg m2

Aire

Amoniaco - 20 ppm

La ventilación es una de las mejores formas de mantener a las aves en su

temperatura de confort y de esta manera evitar pérdidas de energía para

compensar las temperaturas bajas o altas (Abreu et al. 2011). Bajo

condiciones de calor en las casetas, cuando la temperatura es alta, el

movimiento de aire es esencial para mejorar el ambiente, actuando

fisiológicamente de dos formas. Al aumentar la velocidad de aire a una

temperatura inferior a la temperatura corporal de las aves, el calor se disipa

por convección y también se favorece la evaporación, además, el aire se

renueva, remplazando el aire contaminado por aire fresco y seco. Mediante

estos mecanismos se promueve la transferencia de calor desde las aves al

medio ambiente, se aumenta el nivel de oxígeno y se reduce el nivel de CO2

y NH3 (Abreu et al. 2011). La cantidad de aire necesaria para cumplir las

funciones mencionadas es variable, ya que, depende de las condiciones

climáticas, el ambiente interno y la edad de las aves (Abreu et al. 2011).

Los dos principales objetivos de la ventilación se basan en; mantener la

temperatura confort y controlar la calidad de aire. Es por tanto esencial

determinar los parámetros ambientales de temperatura de aire y humedad

relativa, toda vez que la producción de NH3 se logra reducir cuando la

humedad relativa se mantiene entre 50–70%, objetivo que se logra con el

control de ventilación como se resume en la figura (Fouda et al. 2013).

Figura 4. Efectos de la ventilación en el ambiente

En tanto que la temperatura óptima del aire oscila entre 23°C y 26°C en las

primeras dos semanas de edad, 20°C y 23°C en la tercera semana y 20°C en

la cuarta y quinta semana de edad. (Abreu et al. 2011). Cuando se supera

estas temperaturas, se ha comprobado que afecta negativamente el

rendimiento de las aves (lotes desiguales) desde el día 1 al día 49 de edad y

este efecto se intensifica en la medida que la humedad relativa aumenta

(Oliveira et al. 2006).

Para determinar los parámetros ambientales se debe tener en cuenta la

variabilidad de instalaciones de las casetas y su sistema de ventilación, la

ventilación por presión positiva se basa en un sistema de ventiladores de

circulación de aire y la mayoría cuenta con cortinas. Las casetas con

ventilación por presión negativa usan ventiladores de extracción y algunos

cuentan con cortinas, y otros pueden ser completamente cerrados. Estas

diferencias deben ser consideradas cuando se evalúa la relación entre

ventilación y ambiente de las casetas, toda vez que este conocimiento

permite realizar mejoras en la calidad de aire para reducir problemas

Ventilación

Humedad relativa

50-70%

Reducción de

amoniaco NH3

sanitarios, evitar decomisos en planta de beneficio y mejorar la calidad del

producto en general (Lima et al. 2011).

Las casetas con ventilación por presión negativa presentan mayores tasas

de emisión de NH3, respecto a las casetas que manejan presión positiva. El

clima y las características de regiones tropicales facilitan el uso de sistemas

de presión positiva, ya que no existen condiciones extremas que exijan

sacrificar la ventilación con el propósito de mantener el confort térmico de las

aves, en consecuencia la ventilación manejada por presión positiva genera

menor impacto ambiental. (Lima et al. 2011)

Desde el punto de vista ambiental, las tasas de emisión de NH3 se aumentan

con la edad de las aves debido al incremento de la excreción de nitrógeno

durante el período de engorde, es decir que, dejando de lado la ventilación,

el otro factor determinante en la emisión de NH3 es la composición de la

cama, ya que, el uso de cama nueva en cada lote de encasetado reduce

significativamente la emisión de NH3 (Lima et al. 2011).

En la actual industria avícola con el propósito de controlar la humedad de las

camas y a su vez las emisiones de NH3, con frecuencia se utiliza aditivos

como el sulfato de aluminio o el bisulfato de sodio. Estos productos son

efectivos controlando la liberación de NH3, aunque solamente trabajan

durante las primeras tres semanas de edad, después de este período el nivel

de NH3 y el pH comienza a aumentar (Moore et al. 1999). Últimamente se ha

utilizado los polímeros súper absorbentes (SAP) con el mismo propósito de

los productos mencionados, éstos polímeros son capaces de reducir la

volatilización de NH3, aunque su modo de acción es incierto, se ha

comprobado que cuando se trata las camas con SAP al 6%, la volatilización

de NH3 se reduce en 33% respecto a camas sin tratar, además, el pH

encontrado en las camas tratadas con SAP es más bajo respecto a las

camas sin tratar, lo cual podría explicar la menor volatilización de la cama,

sin embargo, otros factores estarían involucrados en su mecanismo de

acción de largo plazo, toda vez que con una sola aplicación del producto se

cubre el tratamiento de la cama para dos lotes consecutivos (Timmons &

Harter-Dennis 2011).

CONCLUSIONES

La revisión realizada sobre el manejo de temperatura ambiental en casetas

de pollo de engorde permite diferenciar este proceso en dos etapas, crianza

y finalización.

En la primera etapa, comprendida entre los días 1-21 de edad se debe

priorizar el mantenimiento de la temperatura confort, debido a que las aves

presentan la condición de heterotermos. El desequilibrio en la temperatura

ambiental influencia directamente el rendimiento del pollo no únicamente

durante esta fase, sino que también influye en la etapa de finalización, ya

que tanto por estrés calórico como por estrés por frío una de las principales

consecuencias es el retraso en el desarrollo de órganos. Cuando el tracto

gastrointestinal no se desarrolla adecuadamente se perpetúa durante toda la

vida del pollo la atrofia de vellosidades y criptas del epitelio intestinal

produciendo un déficit en la absorción de nutrientes. El sistema inmunológico

se afecta por la liberación de corticoides que implica el estrés térmico, lo cual

atrofia los órganos linfoides. Otro evento relevante durante esta etapa es la

absorción del saco vitelino, en los estudios revisados no existe unificación de

criterios en relación a la influencia de la temperatura ambiental y el grado de

reabsorción del saco, parece ser que si bien no existe relación directa entre

temperatura y reabsorción de saco, es claro que cuando los pollos mantienen

su conducta normal de alimentación los primeros 5 días de vida sin ser

alterados por estrés térmico se reduce las complicaciones de una mala

absorción como, onfalitis o colibacilosis.

En el período de engorde y finalización, de los 21 días en adelante, se

concluye que el manejo de la ventilación debe priorizarse, por dos aspectos

esenciales; el primero está relacionado con la temperatura corporal del pollo,

en esta etapa las aves pueden controlar por completo su termorregulación,

sin embargo, en la medida que aumenta el consumo de alimento se aumenta

la generación de calor endógeno, es por ello que la temperatura ambiental de

las casetas debe disminuir y la ventilación es una forma de alcanzar este

objetivo; el segundo aspecto a tener en cuenta es la renovación de aire

dentro del galpón ya que a partir de tercera semana se aumenta

considerablemente el nivel de NH3.

“El manuscrito fue preparado y revisado con la participación de todos los

autores, quienes declaramos que no existe ningún conflicto de intereses que

ponga en riesgo la validez de los resultados presentados”

BIBLIOGRAFÍA

KOCAMAN B.; YANIK R.; MUTLU-YAGANOGLU A. 2012. Effect of inner environmental conditions of poultry house on harmful gases and dust. J. Anim. Vet. Adv. 11(8): 1275-1277.

DAWKINS M. 2003. Behavior as a tool in the assessment of animal welfare. Zoology. 106(4): 383-387.

ESTRADA-PAREJA M.; MARQUEZ-GIRON M.; RESTREPO L. 2007. Efecto de la temperatura y la humedad relativa en los parámetros productivos y la transferencia de calor en pollos de engorde. Rev. Col. Cienc. Pec. 20: 288-303.

DECUYPERE E.; MICHAELS H. 1992. Incubation temperature as a management tool: a review. World’s Poult. Sci. J. 48: 28-38.

PEDERSEN S.; THOMSEN M. 2000. Heat and moisture production of broilers kept on straw bedding. J. Agric. Eng. Res. 75: 177-186.

HARTUNG J.; SEEDORF J.; SCHRODER M.; LINKERT K.; WHATES C. 1998. Concentrations and emissions of airborne dust in livestock buildings in northern Europe. J. Agric. Eng. Res. 70: 59-77

ALMUHANNA E.; AHMED A.; AL-YOUSIF Y. 2011. Effect of air contaminants on poultry immunological and production performance. Int. J. Poult. Sci. 10(6): 461-470.

KUSNADI E.; DJULARDI A. 2011. Physiological dynamic of broiler at various environmental temperatures. Int. J. Poult. Sci. 10(1): 19-22.

FARIA FILHO D.; ROSA P.; VIEIRA P.; MACARI M.; FURLAN R. 2005. Protein levels and environmental temperature effects on carcass characteristics, performance and nitrogen excretion of broiler chickens from 7 to 21 days of age. Brazilian Journal of Poultry Science. 7(4): 247-253.

MAXWELL M.; ROBERTSON G. 1998. UK survey of broiler ascites and sudden death syndromes in 1993. British Poultry Science. 39: 203-215.

FOUDA T.; DERBALA A.; GHONAME M. 2013. Some environmental factors affecting broiler housing in winter season. Scientific Papers Series Management, Economic Engineering in Agriculture and Rural Development. 13(2): 147-152.

LINDQUIST S.; CRAIG E. 1988. The heat-shock proteins. Ann. Rev. Genet. 22: 631-677.

GIVISIEZ P.; FURLAN R.; MALHEIROS E.; MACARI M. 2003. Incubation and rearing temperature effects on Hsp70 levels and heat stress response in broilers. Can J. Anim. Sci. 83(2): 213-220.

GIVISIEZ P.; FERRO J.; FERRO M.; KRONKA S.; DECUYPERE E.; MACARI M. 1999. Hepatic concentration of heat shock protein 70kd (Hsp70) in broilers subjected to different thermal treatments. Br. Poult. Sci. 40: 292-296.

ARJONA A.; DENBOW D.; WEAVER W. 1990. Neonatally induced thermotolerance: physiological responses. Comp. Biochem. Physiol. 95: 393-399.

SUGITO W.; MANALU D.; ASTUTI E.; HANDHARYANI; CHAIRUL. 2007. Heat stress effect and given of hexane extract jaloh (Salix tetrasperma Roxb) to cortisol level, triiodothyrone and hematology profile of broiler chicken. JITV. 12: 175-184.

KUSNADI E. 2004. The effect of pegagan (Centella asiatica) on broilers response rearing at different environmental temperatures. J. Peternakan dan Lingkungan. 10: 10-14.

KUSNADI E.; WIDJAJAKUSUMA T.; SUTARDI P.; HARDJOSWORO; HABIBIE A. 2005. Effect of antanan (Centella asiática) and vitamin C on the bursa of Fabricius, liver malonaldehide and performance of heat-stressed broilers. Biotropia. 24: 46-53.

ONBASILAR E.; POYRAZ O.; CETIN S. 2008. Effects of breeder age and stocking density on performance, carcass characteristics and some stress parameters of broilers. Asian Aust. J. Anim. Sci. 21: 262-269.

ZULKIFLI I.; NORMA M.; CHONG C.; LOH T. 2000. Heterophil to lymphocyte ratio and tonic immobility reactions to preslaughter handling in broiler chickens treated with ascorbic acid. Poult. Sci. 79: 401-406.

YUNINATO V.; HAYASHI K.; KANEDA S.; OHTSUKA A.; TOMITA Y. 1997. Effect of environmental temperature on muscle protein turnover and heat production in tube-fed broiler chickens. Br. J. Nutr. 77(6): 897- 909

MORAES V.; MALHEIROS R.; FURLAN R.; BRUNO L.; MALHEIROS E.; MACARI M. 2002. Effect of environmental temperature during the first week of brooding period on broiler chick body weight, viscera and bone development. Brazilian Journal of Poultry Science. 4(1): 001-008.

VAN DER HEL W.; VERSTERGEN M.; PIJLS L.; VAN KAMPEN M. 1992. Effect of two day temperature exposure of neonatal broiler chicks on growth performance and body composition during two weeks at normal conditions. Poultry Science. 71: 2014-2021.

NITSAN Z.; BEN-AVRAHAN G.; ZOREF Z.; NIR I. 1991. Growth and development of the digestive organs and some enzymes in broiler chicks after hatching. British Poultry Science. 32: 515-523.

DEATON J.; REECE F.; MCNALLY E.; TARVER W. 1969. Liver, heart and adrenal weights of broilers reared under constant temperatures. Poultry Science. 48: 283-288.

HARRIS G.; DODGEN W.; NELSON G. 1977. Effects of diurnal cyclic growing temperatures on broiler performance. Poult. Sci. 53: 2204-2208.

DEATON J.; REECE F.; LOTT B. 1984. Effect of differing temperature cycles on broiler performance. Poult. Sci. 63: 612-615.

OLANREWAJU H.; PURSWELL J.; COLLIER S.; BRANTON S. 2010. Effect of ambient temperature and light intensity on growth performance and carcass characteristics of heavy broiler chickens at 56 days of age. International Journal of Poultry Science. 9(8): 720-725.

KHAN K.; KHAN S.; ASLAM A.; RABBANI M.; TIPU M. 2004. Factors contributing to yolk retention in poultry: a review. Pakistan Vet. J. 21(1): 46-51.

SELL J.; ANGEL C.; PIQUER F.; MALLARINO E.; AL-BATSHAN H. Developmental patterns of selected characteristics of the gastrointestinal tract of young turkeys. Poultry Science. 70: 1200-1205.

REIS L.; GAMA L.; CHAVEIRO SOARES M. Effects of short storage conditions and broiler breeder age on hatchability, hatching time, and chick weights. Poultry Science. 76: 1459- 1466.

UNI Z.; GANOT S.; SKLAN D. 1998. Posthatch development of mucosal function in the broiler small intestine. Poultry Science. 77: 75-82.

LEESON S.; CASTON L. 1993. Does environmental temperature influence body weight: shank length in Leghorn pullets? Journal of Applied Poultry Research. 2: 245-248.

THAXTON P.; WYATT R.; HAMILTON P. 1974. Effect of environmental temperature on paratyphoid infection in the neonatal chicken. Poultry Science. 53(1): 88-94.

WEI FEN-XIAN; XU BIN; HU XIAO-FEI; LI SHAO-YU; LIU FU-ZHU; SUN QUAN-YOU; JIAO YU-PING; WANG LIN-YI. 2012. The effect of ammonia and humidity in poultry houses on intestinal morphology and function of broilers. Journal of Animal and Veterinary Advances. 11(19): 3641-3646.

YAMAUCHI K.; TARACHAI P. 2000. Change in intestinal villi, cell area and intracellular autophagic vacuoles related to intestinal function in chickens. Br. Poult. Sci. 41: 416-423.

FAIRCHILD B. 2012. Environmental factors to control when brooding chicks. Ed. University of Georgia. 5p.

OWADA N.; NAAS I.; MOURA D.; BARACHO M. 2007. Estimativa de bem estar de frango de corte em funcao da concentracao de amonia e grau de luminosidade no galpao de producao. Revista de Engenharia Agricola. 27(3): 611-618.

COMISSION INTERNATIONALE DU GENIE RURAL – CIGR. 1994. Aerial environment in animal housing: concentrations in and emissions from farm buildings. Dublin. 116p.

SAMPAIO C.; NAAS I.; NADER A. 2005. Gases e ruidos em edificacoes para suinos: aplicacao das normas NR-15, CIGR e ACGIH. Engenharia Agricola. 25(1): 10-18.

ABREU P.; ABREU V.; COLDEBELLA A.; JAENISCH F.; PAIVA D. 2011. Evaluation of litter material and ventilation systems on poultry production: II. thermal comfort. R. Bras. Zootec. 40(6): 1356-1363.

OLIVEIRA R.; DONZELE J.; ABREU M. 2006. Efeitos da temperatura e da umidade relativa sobre o desempenho e o rendimento de cortes nobres de frangos de corte de 1 a 49 dias de idade. R. Bras. Zootec. 35(3): 797-803.

LIMA K.; MOURA D.; CARVALHO T.; BUENO L.; VARCELLINO R. 2011. Ammonia emissions in tunnel-ventilated broiler houses. Brazilian Journal of Poultry Science. 13(4): 265-270.

MOORE P.; DANIEL T.; EDWARDS D. 1999. Reducing phosphorus runoff and improving poultry production with alum. Poult. Sci. 78: 692-698.

TIMMONS J.; HARTER-DENNIS J. 2011. Superabsorbent polymers as a poultry litter amendment. Int. J. Poult. Sci. 10(6): 416-420.

MENEZES A.; NAAS I.; BARACHO M. 2010. Identification of critical points of thermal environment in broiler production. Brazilian Journal of Poultry Science. 12(1): 21-29.