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Una selección semanal ofrecida por Copyright © 2009 The New York Times LUNES, 31 DE AGOSTO DE 2009 VENTANA Hace más de 35 mil años, un hueso hueco de buitre con cinco agujeros se convertía en el primer instrumento musical del mundo. Se lo descubrió hace poco en una gruta en Ale- mania. “Pasar de li- mitarse a respi- rar a producir un sonido exige una conciencia de sí diferente”, le dijo Sato Moughalian, un flautista profesional, a Daniel Wakin, del New York Times, ha- ciendo referencia a los primitivos habitantes de la caverna. A medida que fue evolucionando esa conciencia de sí, también lo hizo la tecnología de la producción de música. En la actualidad, gra- cias a los videojuegos y al software corrector, los que carecen de ins- trumento o voz adecuados igual pueden hacer música. Algunos consideran que eso le resta mérito al trabajo que supone la produc- ción de música. Para otros, es una forma de poder probar la interpre- tación. “Todos llegamos al mundo con un deseo innato de hacer música”, le dijo a Daniel Radosh, del New York Times, Alex Rigopulos, el ge- rente general de Harmonix Music Systems. Harmonix creó los vide- ojuegos Guitar hero y Rock band, en los que los participantes juegan con música usando controles con forma de instrumentos. Rigopulous agregó: “Un juego como Rock band hace que uno cu- bra un 50 por ciento del camino con un 3 por cien to del esfuerzo”. A muchos no les resulta atrac- tivo simular que hacen música. Allan Koznin, un redactor del New York Times que toca la guitarra, es uno de ellos. “La idea de elegir algo plástico con forma de guitarra”, escribió en un blog de arte del New York Times, “y de apretar botones mientras una serie de puntos de colores desfila con el acompaña- miento de Beatles animados, no es lo mío”. Pero a muchos les gusta. Guitar hero y Rock band tienen ventas de más de US$3 mil millo- nes, escribió Radosh. (Los juegos tuvieron una recepción más tibia en Europa y ahora hay versiones internacionales con temas dife- rentes.) Los Beatles funcionan bien en una versión de Rock band que se lanzó el mismo día que una nueva versión del catálogo completo del grupo. Paul McCartney, uno de los dos Beatles que siguen con vida, le dijo a Radosh que el juego hacía que la gente se sintiera “dueña del tema, participante del mismo.” El otro Beatle sobreviviente, Ringo Starr, se mostró más escép- tico. “Están jugando, no haciendo música”, le dijo a Radosh. “La mú- sica ya está hecha.” El programa corrector Auto- Tune ayuda a los cantantes. Cuan- do se lo usa mucho, sin embargo, Música y redes sociales VI IV V CÓMO COMEMOS La Rioja, señora de los vinos en el mundo. NEGOCIOS Y ECOLOGÍA Hacen hoyo en uno con ahorro de agua. CIENCIA Y TECNOLOGÍA El lento deterioro de la taxonomía. INTELIGENCIA: Un estudio sobre la compasión. Página II Para comentarios, escriba a [email protected]. POR ELISABETH ROSENTHAL Querencia, Brasil J oSé MARCoLiNi, UN pro- ductor rural de la zona, tiene permiso del gobierno brasileño para arrasar casi cinco mil 060 hec- táreas de bosque tropical este año, con el fin de crear nuevos campos de soja altamente rentables. Pero él dice que lucha con su con- ciencia. Un grupo ecológico brasile- ño le ofrece un pago anual en efectivo por dejar el bosque en pie y contribuir a combatir el cambio climático. Marcolini dice que a él le preocu- pa el medioambiente. Pero también tiene una familia que alimentar y no sabe si la oferta inicial del grupo en la negociación –US$ 2.47 por hectárea, anualmente– es suficiente como para aceptarla. “Para que, estando rodeado de so- ja, yo resista la presión tendrán que pagarme – un montón”, dijo Marcoli- ni, 53, al señalar que la tierra defores- tada en el estado de Mato Grosso se vende a unos US$268 la hectárea. Mato Grosso significa selva es- pesa, y en una época el nombre era apropiado, pero en la actualidad, ese estado brasileño es objeto de deforestación. Bajo el estímulo de las ganancias que produce el sue- lo fértil, los bosques de la región han sido talados agresivamente en DAMON WINTER/THE NEW YORK TIMES Los expertos afirman que frenar la deforestación es tan efectivo como cerrar las centrales térmicas. Sigue en la página III Pagar para salvar los árboles Sigue en la página II

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Una selección semanal ofrecida porCopyright © 2009 The New York TimesLunes, 31 De Agosto De 2009

VENTANA

Hace más de 35 mil años, un hueso hueco de buitre con cinco agujeros se convertía en el primer instrumento musical del mundo. Se lo descubrió hace poco en una

gruta en Ale-mania.

“Pasar de li-mitarse a respi-rar a producir un sonido exige una conciencia de sí diferente”, le dijo Sato Moughalian,

un flautista profesional, a Daniel Wakin, del New York Times, ha-ciendo referencia a los primitivos habitantes de la caverna.

A medida que fue evolucionando

esa conciencia de sí, también lo hizo la tecnología de la producción de música. En la actualidad, gra-cias a los videojuegos y al software corrector, los que carecen de ins-trumento o voz adecuados igual pueden hacer música. Algunos consideran que eso le resta mérito al trabajo que supone la produc-ción de música. Para otros, es una forma de poder probar la interpre-tación.

“Todos llegamos al mundo con

un deseo innato de hacer música”, le dijo a Daniel Radosh, del New York Times, Alex Rigopulos, el ge-rente general de Harmonix Music Systems. Harmonix creó los vide-ojuegos Guitar hero y Rock band, en los que los participantes juegan con música usando controles con forma de instrumentos.

Rigopulous agregó: “Un juego como Rock band hace que uno cu-bra un 50 por ciento del camino con un 3 por cien to del esfuerzo”.

A muchos no les resulta atrac-tivo simular que hacen música. Allan Koznin, un redactor del New

York Times que toca la guitarra, es uno de ellos. “La idea de elegir algo plástico con forma de guitarra”, escribió en un blog de arte del New York Times, “y de apretar botones mientras una serie de puntos de colores desfila con el acompaña-miento de Beatles animados, no es lo mío”. Pero a muchos les gusta. Guitar hero y Rock band tienen ventas de más de US$3 mil millo-nes, escribió Radosh. (Los juegos tuvieron una recepción más tibia en Europa y ahora hay versiones internacionales con temas dife-rentes.)

Los Beatles funcionan bien en una versión de Rock band que se lanzó el mismo día que una nueva versión del catálogo completo del grupo.

Paul McCartney, uno de los dos Beatles que siguen con vida, le dijo a Radosh que el juego hacía que la gente se sintiera “dueña del tema, participante del mismo.”

El otro Beatle sobreviviente, Ringo Starr, se mostró más escép-tico. “Están jugando, no haciendo música”, le dijo a Radosh. “La mú-sica ya está hecha.”

El programa corrector Auto-Tune ayuda a los cantantes. Cuan-do se lo usa mucho, sin embargo,

Música y redes sociales

VIIV VCÓMO COMEMOS

La Rioja, señora de los vinos en el mundo.

NEGOCIOS Y ECOLOGÍA

Hacen hoyo en uno con ahorro de agua.

CIENCIA Y TECNOLOGÍA

El lento deterioro de la taxonomía.

INTELIGENCIA: Un estudio sobre la compasión. Página II

Para comentarios, escriba a [email protected].

POR ELISABETH ROSENTHAL

� Querencia, Brasil

JoSé MARCoLiNi, UN pro-ductor rural de la zona, tiene permiso del gobierno brasileño

para arrasar casi cinco mil 060 hec-táreas de bosque tropical este año, con el fin de crear nuevos campos de soja altamente rentables.

Pero él dice que lucha con su con-ciencia. Un grupo ecológico brasile-ño le ofrece un pago anual en efectivo por dejar el bosque en pie y contribuir a combatir el cambio climático.

Marcolini dice que a él le preocu-pa el medioambiente. Pero también tiene una familia que alimentar y no sabe si la oferta inicial del grupo en la negociación –US$ 2.47 por hectárea, anualmente– es suficiente como para aceptarla.

“Para que, estando rodeado de so-ja, yo resista la presión tendrán que pagarme – un montón”, dijo Marcoli-ni, 53, al señalar que la tierra defores-tada en el estado de Mato Grosso se vende a unos US$268 la hectárea.

Mato Grosso significa selva es-pesa, y en una época el nombre era apropiado, pero en la actualidad, ese estado brasileño es objeto de deforestación. Bajo el estímulo de las ganancias que produce el sue-lo fértil, los bosques de la región han sido talados agresivamente en damon winter/the new York times

Los expertos afirman que frenar la deforestación es tan efectivo como cerrar las centrales térmicas. Sigue en la página III

Pagar para salvar los árboles

Sigue en la página II

The New York Times se publica semaNalmeNTe eN los siguieNTes diarios: sÜddeuTsche zeiTuNg, alemaNia ● claríN, argeNTiNa ● der sTaNdard, ausTria ● la razóN, bolivia ● folha, brasil ● la seguNda, chile ● el especTador, colombia ● delo, esloveNia ● el país, españa ● The korea Times, esTados uNidos ● NovoYe russkoYe slovo, esTados uNidos ● maNila bulleTiN, filipiNas ● le moNde, fraNcia 24 saaTi, georgia ● elefTheroTYpia, grecia ● preNsa libre, guaTemala ● The asiaN age, iNdia ● la repubblica, iTalia ● asahi shimbuN, japóN ● suNdaY NaTioN, keNia ● koha diTore, kosovo ● el NorTe, mural Y reforma, méxico ● la preNsa, paNamá ● The observer, reiNo uNido ● lisTiN diario, república domiNicaNa ● rumaNia libera, rumaNia ● uNiTed dailY News, TaiwáN

e l m u N d o

ii Lunes, 31 De Agosto De 2009

puede hacer que las voces tengan un sonido robótico.

El uso constante de Auto-Tune por parte de cantantes pop y de Rhythm and Blues estadounidenses dio lugar a que se los parodiara y despreciara. En una serie de videos online titulados “Auto-Tune the news” (Auto-Tunee las noticias), Michael Gregory, un músico de 24 años, usa el software en grabacio-nes de conductores y comentaristas, escribió Robert Mackey en el blog The Lede del New York Times. El rappero Jay-Z lanzó hace poco un tema llamado D.O.A. (Death of Auto-Tune, Muerte

por Auto-Tune).Los arqueólogos que descubrieron la

flauta de hueso en Alemania, le dijeron a John Noble Wilford, otro periodista del New York Times, que la música “pu-do haber contribuido al mantenimiento de redes sociales más amplias y tal vez a facilitar la expansión demográfica y territorial de los seres humanos mo-dernos”.

En cambio, nada indica que los hombres de Neandertal, que también vivieron en la época en que se hizo la flauta de hueso, tuvieran inclinaciones musicales, escribió Wakin.

“Unos diez mil años después, se ex-tinguieron”, señaló.

POR GRAHAM BOWLEY

Los bancos de todo el mundo se tam-balean y las pérdidas de los bancos europeos se cuentan entre las más ruinosas. Últimamente, su prestigio y sus presuntos secreto e independencia recibieron otro golpe más, cuando el Gobierno de Suiza aceptó revelar a EE. UU. nombres de cuatro mil 450 estado-unidenses sospechosos de usar cuentas secretas suizas en UBS, el mayor banco del país, para evadir impuestos.

Pero sería erróneo ver el acuerdo como un golpe contra un solo banco dado por un solo gobierno. Se trata en realidad del resultado de una movida política más amplia derivada de la cri-sis financiera global, ahora que el des-encanto con la globalización financiera está llevando a los gobiernos a repatriar la riqueza al interior de las fronteras na-cionales, sobre todo porque los países necesitan a toda costa equilibrar sus li-bros. Hace apenas unos años, en la épo-ca anterior a la crisis, los mecanismos oscuros de la banca transnacional – y lo que allí podía estar ocurriendo o – en general eran pasados por alto.

Y si bien algunos de los evasores pueden ser criminales de guerra, tra-ficantes de armas o déspotas general-mente vinculados a cuentas bancarias secretas en el exterior, lo más probable es que el objetivo de las iniciativas más recientes sea incluir a empresarios e in-dividuos ricos.

“Hay un movimiento político deriva-

do de la debacle financiera”, dijo un ban-quero europeo veterano que insistió en hablar en forma anónima porque está retirado. “Están apuntando a los llama-dos ricos y quieren lastimarlos”.

Por supuesto, EE. UU. lo ve de ma-nera un poco distinta. Los fiscales sos-tienen que, solamente en el caso UBS, estadounidenses ricos ocultaron miles de millones, evadiendo así impuestos por centenares de millones de dólares al año.

Si bien puede afirmarse que Suiza tiene el centro offshore más grande, no es el único. Otros países o territorios co-piaron el modelo –Liechtenstein, Ber-mudas, las Islas Caimán, Macao y Hong Kong, entre otros. Y si bien se considera que Suiza es quizá el paraíso offshore más conservador, honrado y de primer nivel, los otros se miden por una escala descendente de probidad y asociación con prácticas comerciales dudosas, cuando no con el crimen.

El banquero europeo dijo que a co-mienzos de los noventa, luego de la caí-da de la Unión Soviética, él trabajaba en Suiza, donde los representantes de ex-patriados rusos aparecían con “cajas de efectivo” de Chipre, un paraíso popular para los capitales que huían de las auto-ridades rusas y del caos reinante en el país después de la caída.

La reacción violenta contra este mun-do ilícito no se limita a Estados Unidos; también es visible en toda Europa.

Francia será uno de los primeros paí-

ses europeos que implementará un nue-vo acuerdo impositivo con Suiza para mejorar la transparencia y el acceso a la información bancaria. Alemania está en tratativas con Liechtenstein por temas relacionados con la evasión impositiva de empresas e individuos alemanes.

Liechtenstein también firmó un acuerdo de divulgación con Gran Bre-taña, alentando a los clientes británicos de bancos de Liechtenstein a presentar voluntariamente información al fisco británico a cambio de una reducción de las multas. En Italia, los funcionarios de impuestos abrieron una investigación para ver si la sucesión del difunto Gian-ni Agnelli, ex presidente de Fiat, tiene dinero oculto en Suiza.

En Gran Bretaña, el gobierno se ha vuelto particularmente práctico con la competencia fiscal –el ofrecimiento de tasas impositivas bajas y otras ventajas como el secreto impositivo para atraer capital–.

Doug Schulman, el comisionado del Internal Revenue Service (dirección de impuestos estadounidense) califi-có el acuerdo con UBS como “un gran avance” en los esfuerzos del Gobierno estadounidense por penetrar el secreto bancario y advirtió que los “estadouni-denses ricos que escondieron su dinero offshore se verán en problemas”.

En el nuevo clima político, preparé-monos para ver a algunos estadouni-denses ricos que se sentirán muy incó-modos.

Secretos de cuentahabientes exclusivoswalter bieri/associated press

Viene de la página 1

Ubs, el importante banco suizo, aceptó revelar información sobre clientes estadounidenses sospechosos de evasión fiscal.

Música y redes sociales

En el mundo moderno hay que hacer frente a mu-chas cosas, pero, ¿quién tiene realmente la capacidad para hacerlo?

¿Cómo salimos del dolor y el enfrentamiento? La pérdida es inevitable en la vida. Pero cuando la

plataforma es enorme –un atentado terrorista como el 11/9, una traición financiera profunda como la de Bernie Madoff, el colapso de la justicia social como en Irak o Ruanda o simplemente un divorcio realmente feo– la tristeza y el resentimiento que quedan son mu-chas veces más perniciosos que el hecho en sí.

¿Existe alguna forma por la cual podamos recuperar-nos del trauma extremo que permita dejar atrás el dolor y reiniciar nuestras vidas? Muchas de las historias que reuní para el libro Buddhist acts of compassion apuntan a un cambio radical de perspectiva que podría transfor-mar la manera en que manejamos esos temas, más aún, inspirar un cambio social profundo.

Hay un slogan en el budismo que se refiere directa-mente a esos momentos: “Igual que yo”. Igual que yo, los otros sufren. Igual que yo, los otros desean la base para la felicidad.

Por supuesto, es penosamente difícil para una ma-dre que sufre ver algún parecido entre ella y el asesi-no de su hijo. Pero el Dalai Lama, que vive en el exilio y ha sido también víctima de la persecución, no hizo esas distinciones cuando visitó Auschwitz por prime-ra vez.

Enmudecido frente a las pilas de zapatos dejados por las víctimas de los campos, escribió: “Me detuve y oré – profundamente conmovido por las víctimas y por los autores de esa calamidad– . Y, sabiendo que, así como todos tenemos la capacidad de actuar gene-rosamente preocupados por el bienestar de los otros, también tenemos todos el potencial de ser asesinos y torturadores, prometí hacer todo lo posible por cuidar que nada de eso volviera a ocurrir”.

Acercarse a ese sentimiento casi de santidad pue-de parecer completamente fuera de nuestro alcance, pero las enseñanzas del budismo dicen que no es así. Esto se debe a que cuando abandonamos nuestra idea personal de nosotros mismos –la que dice “Yo tengo razón, vos estás equivocado, te vas al diablo”– lo que naturalmente surge en su lugar es un corazón abierto que no excluye a nadie, tampoco a nuestro persegui-dor. Para poder descubrir ese estado anímico, la ma-yoría de las personas deben empezar por lo pequeño. La oración de un principiante en el budismo nos esti-mula a desear la felicidad para todos los seres, no sola-mente aquellos que cuentan con nuestra aprobación. Si esto resulta imposible, simplemente hay que co-menzar extendiendo la buena voluntad a uno mismo. Un canto budista muy antiguo dice: “Que pueda ser feliz. Que pueda estar en paz. Que pueda estar libre del sufrimiento”. A la larga, extendemos ese deseo a quienes nos interesan, a quienes no conocemos y fi-nalmente a quienes no soportamos.

Imaginemos a rivales empedernidos durante siglos haciendo esto y rompiendo el ciclo de la venganza.

Cuando el sufrimiento nos resulta demasiado pro-fundo como para poder soportarlo, el budismo nos su-giere dedicar ese dolor para que todos los que sufren de la misma manera puedan sentirse aliviados. Es una forma de meditación que ayudó mucho a un amigo mío a pasar por el sida. Y podría ayudar a las víctimas del terrorismo a descubrir un lazo común reparador. Si piensa que este enfoque no es otra cosa que un juego mental, deténgase a pensarlo nuevamente. Son nada más y nada menos que las prácticas que permitieron a las monjas y los monjes budistas tibetanos sopor-tar años de tortura inimaginable y sobrevivir con su salud mental más que intacta. Estas meditaciones ayudaron a las personas que viven en el exilio, sobre todo, a forjar nuevas vidas –con claridad, compasión y muy poco o ningún rencor–..Como dijo el Lama Zopa Rinpoche, un famoso maestro de meditación tibeta-no: “Mientras no cambies tu mente, siempre habrá un enemigo que te lastimará”.

iNTeligeNcia/Pamela bloom

Dejar el odio atrás

Pamela Bloom es autora de El poder de la compasión: historias que tocan el corazón, sanan el alma y cam-bian el mundo, que será publicado en 2010. Envíe sus comentarios a [email protected]

daniel maUrer/associated press

el arte de hacer música ha evolucionado. el primer instrumento (izq.), una flauta de 35 mil años.

e l m u n d o

Lunes, 31 De Agosto De 2009 III

la última década, y Mato Grosso es ahora el principal productor de so-ja, maíz y ganado de Brasil, expor-tados a todo el mundo por empresas multinacionales.

La deforestación, un factor que incide fuertemente en el cambio cli-mático, representa un 20 por ciento de las emisiones de dióxido de car-bono del mundo y 70 por ciento de las emisiones en Brasil. Para los expertos, frenar la deforestación es tan bueno para combatir el ca-lentamiento global como cerrar las plantas térmicas en el mundo.

Hasta ahora no ha habido, sin embargo, ninguna recompensa fi-nanciera por mantener los bosques en pie.

Por ello, un número cada vez ma-yor de científicos, políticos y am-bientalistas sostiene que los pagos en efectivo – como el que le fue ofre-cido a Marcolini – son la única ma-nera de poner fin a la destrucción de los bosques tropicales y ofrecer una estrategia que cambie las reglas del juego en las iniciativas destinadas a limitar el calentamiento global.

A diferencia de soluciones de alta tecnología como capturar y secues-trar dióxido de carbono o fabricar combustible “verde” a partir de al-gas, preservar un bosque produce un beneficio ambiental asombrosa-mente simple: el dueño de la tierra reduce las emisiones a cero.

Yvo de Boer, secretario ejecutivo de la Convención Marco de Nacio-nes Unidas sobre Cambio Climá-tico, dijo que es “absolutamente” necesario atacar la deforestación mediante un nuevo acuerdo inter-nacional sobre clima que se está

negociando este año. “Pero la gen-te derriba árboles porque existe un principio económico para hacerlo, y es necesario ofrecerle una alterna-tiva financiera”, dijo.

Tanto el borrador más reciente del acuerdo como el proyecto de ley sobre clima sancionado por la Cá-mara de representantes a finales de junio en Estados Unidos incluyen planes para que las empresas y los países ricos paguen a los pobres por preservar sus bosques.

Entre las estrategias de pago fi-guran pagos directos a los dueños de la tierra por mantener los bos-ques en pie o bien subsidios indirec-tos, como precios más altos por la carne y la soja que se produzcan sin recurrir a cortar al ras. La defores-tación genera emisiones de carbono a través de los incendios y la maqui-naria que se utilizan para derribar los árboles, y también destruye la vida vegetal que ayuda a absorber las emisiones de dióxido de carbono de los automóviles y las fábricas en todo el mundo.

De todas maneras, ajustar los incentivos es una tarea compleja “Existe la posibilidad de obtener un resultado muy perverso”, dijo Sean Cadman, representante de la Wilderness Society de Australia.

La deforestación es impulsada por fuerzas globales y locales – Brasil e Indonesia están a la cabeza mundialmente en cuanto al nivel de bosques tropicales lluviosos perdi-dos por año. Los bosques se talan para contribuir a alimentar la po-blación cada vez más numerosa y satisfacer su creciente demanda de carne. Gran parte de la soja bra-sileña es comprada por empresas radicadas en Estados Unidos como

damon winter/the new York times

el apetito creciente por la carne ha llevado a la tala inmoderada de la selva tropical, para cultivar soja.

Pagarles a los campesinos para mantener los bosques

Viene de la página 1

POR NICHOLAS KULISH

VIENA — Herbert Stepic, un banquero austríaco, y Laszlo Se-res, un empresario húngaro, no se conocen, pero los unen veinte años de negocios, decenas de millones de dólares de deuda y el sueño de una prosperidad sin fronteras que haría posible una Europa unida.

Ahora luchan por proteger sus negocios en medio de la crisis eco-nómica. Europa, que parecía tan unida durante los años de auge, los abandonó a su suerte mientras buscan soluciones a la crisis finan-ciera.

La unificación europea exigió grandes dosis de capital político y económico, y los bancos europeos occidentales aportaron gran can-tidad de fondos a emprendedores de Europa oriental como Seres, que usó el dinero para construir cientos de metros cuadrados de espacio de oficinas para una pujante Buda-pest, la capital de Hungría.

Seres es apenas uno de los quince millones de clientes de Stepic en el gran banco Raiffeisen Internacio-nal, que cuenta con unas tres mil 200 sucursales en Europa del Este.

Durante años, esa expansión al este pareció un proceso inexorable y predecible, dado que a la incorpo-ración a la Unión Europea le seguía el ingreso a la zona del euro.

Sin embargo, a medida que el di-nero occidental alimentaba un pro-fundo endeudamiento en el Este, esa visión grandiosa puede haber cegado a los inversores a los ries-

gos de un crédito que atravesaba fronteras y monedas. Cuando esta-lló la crisis financiera, el banco de Stepic, como muchos otros de Aus-tria, descubrió que su cartera cre-diticia experimentaba un deterioro alarmante. Mientras tanto, Seres se vio obligado a efectuar grandes maniobras para contar con fondos para tratar de salvar su imperio inmobiliario. Utilizó US$400 mil de sus ahorros en un intento de evitar

que su último proyecto de desarro-llo se derrumbara.

“Pasé más de un mes casi sin dor-mir”, dijo Seres, en referencia al pe-ríodo más duro de la crisis financie-ra, cuando temió no poder cumplir con sus obligaciones.

Ahora, el crédito agresivo para nuevos proyectos ambiciosos dio paso a un proceso lento y doloroso. Desde Estocolmo y Milán hasta Ri-ga, Letonia y Sofía, los empresarios de la primera línea de la integración esperaban que el organismo ejecu-tivo de la Unión Europea en Bruse-las y el banco central de la región

dispusieran un audaz rescate finan-ciero y un paquete de estímulo para estabilizar los bancos y amortiguar la grave caída del Este, sobre todo en Hungría.

El presidente del Banco Mun-dial, Robert B. Zoellick, se sumó a los funcionarios austríacos y pidió mayor ayuda de Bruselas para es-tabilizar la región.

En lugar de ello, las autoridades de los países más ricos de Euro-pa occidental, que habían dado la bienvenida a sus vecinos orientales a instituciones como la OTAN y la Unión Europea, miraban fronteras adentro a medida que la crisis em-peoraba, apresurándose a prote-ger sus propias empresas y bancos, pero resistiéndose a la mayor parte de los pedidos de salvar empleos o apuntalar bancos en otros lugares.

“No es una cuestión de mala vo-luntad. Simplemente no tienen ca-pacidad y no están preparados para modificar la conducta habitual”, di-jo este verano Stepic, el banquero, haciendo referencia a los gober-nantes europeos. “Lo principal es que no cometamos errores geopolí-ticos, que algo por lo que luchamos durante cincuenta años, la creación de una Europa unida, no caiga de pronto en el olvido”.

Los países que usan el euro op-taron por lo que Adam S. Posen, el vicedirector del Instituto Peterson de Economía Internacional de Was-hington, llamó “agazaparse a la de-fensiva” para proteger el euro, que algunos temían podría debilitarse

si los gobiernos acumulaban deuda para rescatar bancos o empresas en problemas.

Posen calificó esa opción de acti-tud miope que ignoraba los víncu-los financieros entre las regiones de Europa. “La falta de respuesta a la crisis financiera en Europa oriental es la mayor amenaza al crecimiento futuro y la estabilidad de la zona del euro”, dijo Posen.

Stepic señala que hace veinte años empezó a tratar de que su banco, el Raiffeisen Zentralbank, aprovechara el derrumbe del comu-nismo. Raiffeisen podría expandir-se mediante fundación de nuevos bancos en Polonia, Eslovaquia, Re-pública Checa, Bulgaria, Croacia y Hungría.

El momento era “una oportuni-dad extraordinaria para Austria, una oportunidad extraordinaria para Europa, para nuestra organi-zación”, dice Stepic, vicepresidente del Raiffeisen Zentralbank, matriz de Raiffeisen Internacional.

Esa oportunidad también se le presentó a empresarios como Se-res. En 1998, adquirió un crédito de US$2 millones de Raiffeisen para fi-nanciar proyectos de construcción de oficinas. “Soy un empresario muy conservador”, declara. “Pero uno sabe que si quiere empezar a hacer grandes negocios inmobilia-rios, necesita un banco”.

Ese tipo de vínculos proliferó en la región a medida que Europa se reconectaba. Los bancos suizos hicieron importantes inversiones

en el Báltico. Los bancos franceses, italianos y belgas ingresaron al ex Pacto de Varsovia. Los bancos aus-tríacos estaban en primera línea.

En 2004, la Unión Europea cele-bró el ingreso de diez nuevos miem-bros, entre ellos Hungría y otros siete ex países comunistas de Eu-ropa del este. Rumania y Bulgaria los siguieron en 2007.

Pero el ex bloque del Este, que te-nía fuerte dependencia del financia-miento externo, de pronto empezó a vacilar el año pasado. El efectivo que había inundado Europa orien-tal fue retirado de forma abrupta. “De pronto, los bancos dejaron de prestar dinero”, dice Seres.

En países como Francia y Alema-nia, los rumores de devaluación de las monedas europeas orientales dieron lugar a políticas proteccio-nistas. El Banco Central Europeo, al mismo tiempo, se niega a flexibi-lizar las condiciones de ingreso a la unión monetaria.

El banco de Stepic, el Raiffeisen Internacional, vio cómo el valor de los préstamos que llevaban más de noventa días impagos casi se tripli-caba y alcanzaba casi los US$5 mil 200 millones a finales del segundo trimestre, en junio, en comparación con casi US$2 mil millones, un año antes.

Seres apuntaló su propia posi-ción mediante el recurso de vender el 30 por ciento de una empresa in-mobiliaria. “Nadie sabe cuál es el valor en el mercado, porque no hay transacciones en el mercado”, dice. “Ahora, nadie compra edificios. En Hungría lo llamamos ‘quedarse sentado’. Uno se sienta y espera a ver qué pasa”.

Unidad europea es víctima de su propio egoísmo

El Este endeudado buscó ayuda en los bancos occidentales, pero nunca la recibió.

Cargill o Archer Daniels Midland y utilizadas para alimentar vacas en lugares tan distantes como Europa y China. En Indonesia, los bosques tropicales se talan para plantar pal-meras, por el aceite de palma para biocombustibles.

Brasil ha tratado de equilibrar desarrollo y conservación.

El año pasado, con una subven-ción de Noruega que hizo llegar al país US$1 mil millones, creó un Fondo Amazónico para ayudar a

las comunidades a mantener sus bosques. La legislación nacional estipula que el 80 por ciento de cada parcela en el Amazonas superior –y 50 por ciento en regiones más desa-rrolladas– debe permanecer bos-coso, pero es un territorio inmenso con escaso cumplimiento de la ley. Los exportadores de soja oficial-mente tienen una moratoria para el uso del producto de territorio recién deforestado.

En el Mato Grosso, más de mil

800 km2 de bosque tropical lluvioso fueron arrasados en los últimos cin-co meses de 2007, según el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil, que hace un seguimiento de los bosques que desaparecen. Este verano, sobrevolando campo talado en el avión Cessna de su pro-piedad, John Carter, productor que se instaló aquí hace 15 años, dijo: “Con tanta plata por ganar, no hay leyes que puedan mantener el bos-que en pie”.

N E G O C I O S y E C O L O G Í A

IV Lunes, 31 De Agosto De 2009

POR LESLIE KAUFMAN

ATLANTA — Hace seis años, cuando el Gobierno del Estado de Georgia reescribió sus reglas para el uso del agua durante época de sequía, no le dio tregua a un culpa-ble obvio: los campos de golf.

Con fairways verde esmeralda que resplandecían incluso en las condiciones más calurosas, eran un blanco tentador.

Sin embargo, los administrado-res de los campos de golf se mos-traron indignados. Argumentaron que controlaban el uso del agua en docenas de formas, como sembrar césped propio del lugar y auditar los patrones de riego de los asper-

sores. En lugar de ser castigados, dijeron, deberían de ser imitados.

Pasó el tiempo, pero desde el sur de Estados Unidos hasta su árido oeste, su deseo hoy se vuelve rea-lidad. Conscientes de que el calen-tamiento global podría provocar más periodos de sequía, y más prolongados, los gobiernos esta-tales consultan cada vez más a los campos de golf sobre estrategias para el cuidado del agua.

En Georgia, los administradores de campos de golf han surgido co-mo los gurús en conservación del agua a los cuales recurren tanto las industrias como los grupos sin fines de lucro.

Marriott International está apli-cando las lecciones aprendidas en su campo de golf, en Atlanta, en sus hoteles en otros estados. Habi-

tat for Humanity diseña jardines con plantas tolerantes a la sequía recomendadas por los encargados de campos de golf.

“Mira, si quieres aprender có-mo regar, estas son las personas a las que debes recurrir”, dijo Ga-rith Grinnell, quien recientemente se retiró de la compañía de agua Southern Nevada Water Authority.

Tales alabanzas marcan un giro de 180 grados para un negocio que con frecuencia es culpado por ca-lentar el medioambiente a través del uso excesivo de agua y pesti-cidas.

En Georgia, el cambio en la pers-pectiva se dio en gran medida de-bido a una agobiante sequía que tuvo su peor momento en el 2007. Para ese año, el 97 por ciento de los clubes de golf que pertenecían a la Georgia Golf Course Superinten-dents Association había adoptado voluntariamente lo que son vistas como prácticas para el mejor ma-nejo del uso del agua, lo que llevó a reducir el consumo en un 25 por ciento, calcularon, en sólo tres años.

Mientras tanto, el Lago Lanier, principal fuente de agua de Atlan-ta, había disminuido a niveles ré-cord, exponiendo su fondo lodoso, visto por última vez hace medio siglo. Los encargados estatales y locales del manejo del agua caye-ron en la cuenta de que los campos de golf podrían ofrecer algunos co-nocimientos útiles.

Los administradores de los cam-pos de golf “me son de gran ayuda técnica”, dijo Kathy Nguyen, pre-sidenta del Georgia Water Wise Council, asociación estatal de pro-fesionales del agua que fomentan su conservación. “Puedo llamarles y discutir diferentes tecnologías con ellos”. (La sequía de Georgia disminuyó significativamente este año).

Nguyen ha contado con los en-

cargados de campos de golf para determinar lineamientos para propietarios de viviendas, como permitir que el pasto crezca mu-cho más largo, arreglar las fugas en las mangueras tan pronto como sea posible y mantener afiladas las cuchillas de las podadoras. (El cor-te hecho por cuchillas desafiladas no es “limpio”, lo que hace al pas-to más quebradizo y que requiera más agua para estar sano.)

La industria del golf aún es el blanco de férreas críticas de los ambientalistas. El césped, des-pués de todo, es la más sedienta de las plantas. El campo de golf es-tadounidense promedio consume unos 190 millones de litros de agua al año, equivalente al uso anual de

mil 400 personas. En el Oeste, esta cifra es mayor.

Sin embargo, esa realidad, au-nada a los crecientes precios del agua, es lo que llevó a acciones co-mo irrigar los campos de golf con “aguas grises”, o aguas residuales no industriales que son recicladas para otros propósitos.

Mark Esoda, superintendente del Atlanta Country Club, en Ma-rietta, un suburbio de Atlanta, y que tiene cuotas de inscripción de US$85 mil, reconoce que las prác-ticas entre los campos en Estados Unidos varían desde indiferentes hasta concienzudas.

Sin embargo, Esoda asegura que él y otros encargados de cam-pos tienen mucho que enseñarles

a los municipios sobre el riego de sus campos de beisbol y a los pro-pietarios de casas sobre el cuidado de sus patios.

Esoda dijo que había instalado en el campo monitores de precios accesibles que evitan que los as-persores automáticos se activen durante o justo después de una llu-via. Y cuando aparecen secciones secas aisladas en los greens, dijo, envía a miembros del personal con regaderas en lugar de encender el sistema de aspersores.

Finalmente, Esoda ha hecho un ajuste estético después de años de deleitarse con el resplandor verde de un pasto perfecto.

“(Césped) crujiente alrededor de los bordes está bien”, confesó.

POR FELICITY BARRINGER

SAN FRANCISCO — Al regresar a su casa, en Sacramento, Califor-nia, después de un largo día vera-niego de trabajo, Jon y Kim Wal-drep rutinariamente eran recibidos por “un horno”.

“Llegábamos a casa en el verano, y el lugar estaba a unos 46 grados... sofocante”, declaró Waldrep, ge-rente regional para una compañía nacional.

Todo eso cambió el mes pasado. “Ahora llegamos a casa en días en que la temperatura está arriba de los 35 grados afuera, y la casa está más o menos a 27”, aseguró.

Su solución fue un techo nuevo: una reluciente cubierta blanca plas-tificada que los expertos afirman que no sólo ahorra energía, sino que también es una manera de ayudar a enfriar al planeta.

Al recurrir al principio básico de que los objetos blancos absor-ben menos calor que los oscuros, los propietarios de vivienda como los Waldrep están a la vanguardia de un movimiento que adopta los “techos frescos” como una de las armas más al alcance del bolsillo contra el cambio climático.

Varios estudios demuestran que los techos blancos reducen los cos-

tos del aire acondicionado en un 20 por ciento o más en un clima cálido y soleado. Un menor consumo de energía también significa menos emisiones de dióxido de carbono que contribuyen al calentamiento global.

Art Rosenfeld, miembro de la Comisión de Energía de Califor-nia, quien desde los años ochenta ha hecho campaña a favor de los techos frescos, argumenta que volver “claros” todos los techos del mundo en el transcurso de los

próximos 20 años podría ahorrar el equivalente a 24 mil millones de toneladas métricas en emisiones de dióxido de carbono.

“Eso es lo que emitió el mundo entero el año pasado”, dijo Rosen-feld. “Así que, en cierto modo, sería

como apagar al mundo durante un año”.

Desde Dubai y Nueva Delhi hasta Osaka, Japón, los techos reflejantes han sido acogidos por los funcio-narios locales que buscan reducir los costos de energía. En Estados Unidos, tienen una década de ser equipo estándar en las tiendas Wal-Mart nuevas.

A diferencia de las soluciones de alta tecnología para reducir el uso de la energía, como los diodos emisores de luz, los techos blancos tienen una historia larga y humilde. Las casas en climas cálidos tienen siglos de ser encaladas.

Hashem Akbari, un colega de Ro-senfeld en el Laboratorio Lawrence Berkeley, dice que no está seguro de cuánto tiempo tardará para que los techos fríos realmente adquieran popularidad. Sin embargo, seña-la que la mayoría de los techos, ya sean de teja de barro o teja de as-falto, tiene una duración de 20 a 25 años.

Si al aproximadamente 5 por ciento de todos los techos que son reemplazados cada año se le pinta-ra de colores frescos, la transforma-ción de Estados Unidos quedaría concluida en dos décadas, aseguró Akbari.

Campos de golf utilizan de mejor forma el agua

KendricK brinson para The new YorK Times

hace algunos años se culpaba a los campos de golf de desperdiciar gran cantidad de agua, pero ahora se les presenta como modelos de conservación. en la fotografía, un club de golf, en atlanta.

jim wilson/The new YorK Times

“Techos frescos” pueden reducir los costos de energía en lugares cálidos

Un techo blanco puede reducir 20 por ciento los costos del aire acondicionado. en la fotografía, la casa de jon waldrep, en sacramento, california.

Los estados consultan a expertos en manejo del agua.

c i e n c i a y t e c n o l o g í a

Lunes, 31 De Agosto De 2009 V

dos palabras para designar orga-nismos específicos dentro de un grupo más grande, pese a que hay una infinidad de métodos poten-cialmente más lógicos.

Cuando los maya, familiariza-dos con las criaturas parecidas al cerdo salvaje conocidas como pe-caríes, se toparon con los cerdos de los españoles, los llamaron “peca-ríes de pueblo”. También nosotros usamos nombres de dos partes: Sally Smith o Li Wen. Incluso los científicos están sujetos a esta práctica, al insistir en binomios latinos para las especies.

La evidencia más sorprendente del arraigo de la taxonomía pro-viene de pacientes que, por acci-dente o enfermedad, han sufrido traumas cerebrales. Considere el caso del estudiante universitario a quien los investigadores británicos se refieren como JBR. Los médicos encontraron que al recuperarse de una inflamación del cerebro cau-sado por el herpes, JBR no podría reconocer cosas vivientes.

Aún podía reconocer objetos inanimados, como una linterna, una tetera o una canoa. Sin em-bargo, era incapaz de reconocer a un canguro, un champiñón o una flor. Médicos de todo el mundo han

encontrado pacientes con la mis-ma dificultad. Más recientemente, los científicos que estudian los cerebros de estos pacientes han reportado, haber encontrado daño, en repetidas ocasiones, en una

región del lóbulo temporal, lo que lleva a algunos inves-tigadores a la hipótesis de que podría haber una parte específica del cerebro que está dedicada a la creación de la taxonomía.

Sin el poder para ordenar y ponerle nombre a las cosas vivas, una persona no sabe cómo vivir en el mundo ni cómo entenderlo.

Todos estamos en proceso de abandonar la taxono-mía, el ordenamiento y la denominación de la vida. Intencionalmente estamos convirtiéndonos en el pobre JBR, al perder la habilidad de ordenar y darles nombre a las cosas, y por lo tanto, perdiendo un vínculo con el mundo viviente.

Con razón tan pocos po-demos ver realmente lo que está allí afuera. Cambiar todo esto es fácil. Encuentre un organismo, cualquiera, y

dese una idea de él, su forma, color, tamaño, sensación, olor y sonido. Luego, encuéntrele un nombre. Apréndase el nombre científico, uno de incontables nombres popu-lares, o invente el suyo.

A pesar de la ahora evidente mo-dernidad de la taxonomía, al utili-zar sus practicantes secuencias de ADN, sofisticada teoría evolutiva y supercomputadoras para ordenar

y darle nombre a todo organismo viviente, los em-pleos para taxó-nomos siguen en constante descenso. Las

colecciones de historia natural cruciales para la labor han queda-do aplazadas o descartadas.

Ordenar y denominar a la vida no es una ciencia esotérica. Las últimas décadas han visto una oleada de estudios que muestran que el hecho de clasificar y darle nombre al mundo natural es una actividad humana fundamental muy arraigada y universal, una que no podemos darnos el lujo de perder porque es esencial para comprender al mundo viviente y

nuestro lugar en él.Los antropólogos fueron los

primeros en reconocer que la taxonomía podría ser más que la ciencia oficialmente fundada por Carl Linnaeus, botánico sueco, en el siglo XVIII. Los antropólogos, al estudiar cómo los no científicos ordenan y dan nombre a los orga-nismos vivos, creando lo que se conoce como taxonomías popula-res, empezaron a darse cuenta que cuando la gente de todo el mundo creaba grupos ordenados y daba nombre a lo que vivía a su alrede-dor, seguía patrones altamente es-tereotipados, que parecían seguir inconscientemente una serie de reglas no escritas.

Los ilongot, por ejemplo, tribu de las Filipinas, bautizan a las es-pléndidas orquídeas silvestres con el nombre de las partes del cuerpo. Allí florecen los muslos, las uñas y por allá los codos y los pulgares. El pueblo rofaifo de Nueva Guinea clasifica al casuario, un ave gigan-tesca, como un mamífero.

Cecil Brown, antropólogo en la Universidad del Norte de Illinois, que ha estudiado las taxonomías populares en 188 lenguas, en-cuentra que la gente reconoce las mismas categorías básicas repe-tidamente, entre ellos peces, aves, serpientes, mamíferos, “wugs” (refiriéndose a gusanos e insec-tos), árboles, hierbas y arbustos. Los wugs no son un grupo cohesi-vo hablando de manera evolutiva, ecológica ni de ninguna otra índo-le. Sin embargo, la gente reconoce y nombra repetidamente a estas peculiaridades.

Asimismo, las personas utilizan sistemáticamente epítetos de

POR NICHOLAS BAKALAR

Varios investigadores han encontrado evidencias experi-mentales de que un toque pue-de valer mil palabras y que el fugaz contacto físico puede ex-presar emociones específicas, silenciosa, sutil e inconfundi-blemente.

Un grupo de científicos, en-cabezado por Matthew J. Her-tenstein, profesor asociado de psicología en la Universidad DePauw, en Indiana, reclutó a 248 estudiantes para que cada uno tocara o fuera tocado por una persona a quien no cono-cía e intentara comunicar una emoción específica: enojo, miedo, felicidad, tristeza, re-pugnancia, amor, gratitud o compasión.

La persona tocada tenía los ojos vendados y desconocía el género de quien la tocaba; a es-te se le ordenaba que intentara transmitir una de las ocho emo-ciones, y ambos participantes guardaban silencio. Cuarenta y cuatro mujeres y 31 hombres tocaron a una mujer, mientras que 25 hombres y 24 mujeres tocaron a un hombre.

Posteriormente, a cada per-sona tocada se le dio la lista de

las ocho emociones y se le pidió que escogiera la transmitida. También había una novena op-ción, “ninguno de estos térmi-nos es correcto”.

La interpretación acertada varió del 50 al 78 por ciento, un porcentaje mucho mayor al 11 por ciento esperado por azar y comparable con cifras obser-vadas en estudios de emocio-nes verbales y faciales.

Los participantes eligieron de manera consistente ciertos tipos de toques para transmitir emociones específicas. Con fre-cuencia expresaron miedo, por ejemplo, abrazando y apretando sin movimiento, mientras que la compasión requería de abrazar, dar palmadas y frotar.

Hombres y mujeres resulta-ron igual de aptos para inter-pretar el tacto, aunque usaron acciones diferentes para comu-nicar emociones. Los hombres rara vez tocaban el rostro de alguien, y lo hacían sólo para expresar enojo o repugnancia a las mujeres, y compasión por otros hombres. Las mujeres, por otro lado, tocaron rostros frecuentemente para expresar enojo, tristeza y repugnancia a ambos sexos, y para trans-mitir miedo y felicidad a los hombres.

Aunque las razones evoluti-vas para tal sistema de comu-nicación son desconocidas, los autores sugieren que podría tener el mismo origen que los rituales de acicalado social de otros primates. Los autores reconocen que sus datos se li-mitaron a una muestra de esta-dounidenses jóvenes, y que las diferencias culturales podrían tener un papel importante.

el arte olvidado

de la taxonomía

concHaS De MaR en exquisito detalle del pincel de Haeckel.

eSta aBUnDancia De coliBRíeS es del libro Kunstformen der natur (1900) de Ernst Haeckel, zoólogo alemán y uno de los artistas de historia natural más alabados del siglo XIX. Se le adjudicó el crédito de dibujar el primer árbol de la vida detallado.

Carol KaesuK Yoon

enSayo

Adaptado de Naming nature: The clash between instinct and science, de Carol Kaesuk Yoon.

Does the brain have an area specifically for taxonomy?

Déjese tocar y reaccione

Una forma efectiva de comunicación no verbal.

l a f o r m a e n q u e c o m e m o s

VI Lunes, 31 De Agosto De 2009

POR ERIC ASIMOV

HARO, España — Mientras que Bodegas R. López de Heredia se ha mantenido fiel a sus técnicas tradi-cionales, el resto del mundo vitivi-nícola ha pasado décadas intentan-do mejorar su actividad, solo para volver prácticamente al punto de partida del que López de Heredia nunca se movió.

La bodega, de 132 años de anti-güedad, resguarda sus tradiciones con tanto orgullo como cualquiera del mundo, especialmente en una región como La Rioja, que ha afron-tado cambios profundos en los últi-mos 25 años.

Prácticamente sin ayuda, la bo-dega se aferra a la noción de que debe dejar añejar sus vinos hasta que estén listos para beberse. La Rioja exige que sus Gran Reserva pasen por un añejado de al menos seis años antes de salir al mercado. La cosecha actual para muchos pro-ductores de Gran Reserva es 2001. López de Heredia acaba de sacar sus Gran Reserva de 1991 a 1987, vi-nos exquisitamente elegantes que muestran la delicadeza derivada de un añejamiento prolongado.

Y esto es tan sólo con los vinos tintos. López de Heredia produce

Riojas blancos que se añejan igual de bien.

Tintos o blancos, los vinos tienen precios excelentes e incluso los vi-nos Gran Reserva de 20 años cos-tarán menos de US$100, una ganga comparados con vinos franceses o italianos de añejamiento y calidad similar.

Sin embargo, aunque los vinos López de Heredia son únicos, sus ideas sobre el cultivo de uvas y la elaboración de vinos han adquirido cada vez más influencia, indepen-dientemente de las preocupaciones estilísticas.

Durante más de 50 años después de la Segunda Guerra Mundial, las grandes regiones vinícolas del mundo buscaron modernizarse. Donde el trabajo duro fue alguna vez el único método para cultivar uvas, los agricultores y producto-res de todas partes aprovecharon la oportunidad para mecanizarse, para hacer uso de pesticidas, her-bicidas y fungicidas químicos, y adoptar las recomendaciones tec-nológicas más recientes.

Parte de esa tecnología fue útil. Sin embargo, muchos descubrie-ron demasiado tarde que los quími-cos estaban en proceso de acabar

con la tierra y que las técnicas para incrementar la producción de los viñedos también reducían la cali-dad de las uvas. En todo el mundo vitivinícola, los productores más brillantes se han propuesto volver a aprender la sabiduría y las téc-nicas de sus abuelos. Todos menos un productor de La Rioja, en Haro.

“No necesitamos hacerlo, pues nunca lo perdimos”, dijo María José López de Heredia, quien junto con su hermana Mercedes, su hermano Ju-lio César y su padre, Pedro, maneja la bodega fundada por su bisabuelo. “La nueva tecnología está bien, pe-ro no se puede olvidar la lógica de la historia”.

Durante décadas, La Rioja ha enfatizado marca sobre zona es-pecífica de cultivo. Muchos de los nombres más importantes lleva-ron uvas de partes diferentes de la región, para mezclarlas y elaborar vinos que encajaran con el estilo de una bodega, pero que revelaban po-co sentido del lugar.

Sin embargo, López de Heredia y algunos otros productores tra-dicionales, como Marqués de Mu-rrieta, siempre han sido dueños de sus propios viñedos y cultivado sus propias uvas. Los vinos López de Heredia, que provienen de cuatro viñedos distintivos, casi siempre muestran características de su lu-

gar de origen.Hoy en día, un creciente número

de productores más pequeños y jó-venes intentan, al igual que López de Heredia, mostrar un sentido de origen en sus vinos, al adquirir con-trol de sus viñedos, mejorar su viti-cultura y volverse más conscientes de los ideales de la zona geográfica.

“Los viejos productores querían mostrar una marca, no un lugar”, dijo Telmo Rodríguez, quien pro-duce vino en toda España y quien hace poco abrió, con un socio, una pequeña y elegante bodega, cons-truida con tierra y viejos flejes de barricas, en la villa de Lanciego, al este de Haro. “Quiero producir un vino que pueda mostrar una villa”.

Rodríguez venera a López de Heredia. “Para mí, la única bodega que trabaja en una forma auténtica es López”, afirmó. “Sus viñedos aún son trabajados de una forma tradicional con vínculos directos al pasado”.

En López de Heredia impera una serenidad que surge de adherirse a principios esenciales. Durante muchos años, la bodega fue criti-cada en España, por retrógrada y anticuada. Fueron sus mercados de exportación, más bien, los que le brindaron apreciación.

“La aceptación en el extranje-ro hace que la gente reconsidere nuestros vinos aquí en España”, dijo María José López de Heredia. “Hay gente que quiere volver a lo de antes, y nosotros estamos encanta-dos de enseñarles”.

POR HENRY ALFORD

Como muchas cosas que se ubi-can en la intersección de la obliga-ción y el placer potencial, las so-bras son una fuente de complicada emoción. Solo pregúntele a Diana Abu-Jaber, novelista que alguna vez escribió unas memorias con-tadas a través de la comida, The language of Baklava (El idioma de la Baklava).

En una fiesta que ofreció en su casa, en Portland, Oregon, en el 2001, para celebrar su matrimonio, dos de sus vecinas le llevaron un regalo: un frasco para conservas con un moño rojo. “Parecía con-tener trozos de alguna clase de espantoso pastel inflado, de color café y rezumante”, comentó Abu-Jaber. Venía con una nota que de-cía: “Esta media barra de pan de chocolate y calabacita fue un ex-perimento (fallido). Sin embargo, quizá te gustará. ¡Feliz matrimo-nio!”.

“Hasta la fecha, nos maravilla-mos de lo que pudo haberlas moti-

vado a darnos eso”, comentó Abu-Jaber.

Pensamos en las sobras con par-ticular frecuencia durante una re-cesión, porque representan nues-tros esfuerzos por economizar. La frugalidad quizá sea una virtud, pero no puede negarse que cuando se trata de sobrantes de comida, las personas se vuelven un poco locas.

En algunos ejemplos, el compor-tamiento inusual inspirado por las sobras es motivado menos por una compulsión neurótica de repartir que por un intento vigoroso de ago-tar.

La manera en que lidiamos con

las sobras puede decir mucho res-pecto de quiénes somos.

Como escribió Marvalene Hug-hes, hoy presidenta de la Univer-sidad Dillard, en Nueva Orleáns, en su ensayo, Soul, black women, and food (Alma, mujeres de color y comida), una razón por la que las sobras son tan importantes en la cultura afroestadounidense es porque la mayoría de los alimen-tos conocidos como comida soul, desde la rabadilla de pollo y la cola de res, eran alguna vez alimentos que los blancos dueños de esclavos consideraban indeseables y se los daban a ellos. “La mujer de color orientada a la supervivencia con-fía en sus habilidades creativas para ‘hacer algo de nada’”, escri-bió Hughes. “Adquirió la singular habilidad de supervivencia para cocinar (y por lo tanto usar) todas las partes de todo”.

Como cultura, ¿hacia dónde se dirije Estados Unidos en el depar-tamento de sobras? Como señaló un artículo en la revista Time, el

otoño pasado, los antiguos huma-nos almacenaban comestibles en cuevas frescas y oscuras; los griegos y romanos hacían acopio de nieve y hielo de las montañas. Para el siglo XIX, los repartos de hielo para hieleras eran comunes en Estados Unidos; y en los años veinte y treinta los refrigeradores

comenzaron a aparecer en los hogares estadouni-denses. Los años cuaren-ta trajeron los recipientes Tupperware; los cincuen-ta, la envoltura plástica Saran Wrap; los sesenta, las bolsas Ziploc, y los se-tenta, los primeros hor-nos de microondas.

Que algunos alimentos, pero no todos, sean más sabrosos al día siguiente del que fueron prepara-dos, no parece simplifi-car las cosas.

Como dijo Abu-Jaber: “Muchos platillos mejoran con el tiempo, y las sobras pueden ser la variedad más dulce de ofren-da. Implican que se comparte una amistad tipo hogareña y que no eres una visita, sino parte de la familia. Sin embargo, a veces las sobras son sólo eso: lo que nadie quiso comerse la primera vez”.

La Rioja marca el paso en la industria vinícola

FOTOGRAFÍAS POR mATiAS cOSTA PARA The New YORk TimeS

chARlie ROY/GeTTY imAGeS

Un significado distinto para las sobras ¿Festín o desechos? ¿Qué hay en el refrigerador?

en las Bodegas lópez de heredia, en la Rioja, españa, las botellas se añejan durante años. Otro vinatero en la región, Telmo Rodríguez, valora los métodos tradicionales empleados en lópez.

Quizás simplemente somos lo que no comemos a diario.