luis felipe alarco bolÍvar y san martÍn · es el hombre de los contrastes. .xub r nt inquieto:...

4
LUIS FELIPE ALARCO BOLÍVAR y SAN MARTÍN Las coincidencias Bolívar y San Martín, los dos próceres que dis eñan nuestro destino, pueden ser comparados desde dimensiones múlti- ples. Nos limitaremos a dest acar algunas disimilitudes en el temperamento, y coincidencias en la t area y en el signo. Bo- lívar, de familia adinerada , con antiguas tradiciones hundi- das en la tierra natal, pertenece a la clase dirigente de Vene- zuela . Posee riqueza, comodidad y talento. Abandona una vida de bienes tar para emprender una de sacrificio. La glo- ria lo llama. Por su lado, San Martín sirve al Re y de Españ a, como lo hace su padre y lo continúan haciendo sus herma- nos. Participa en las guerras contra los moros, los franceses, los ingleses, las legiones napoleónicas. y, de pronto , arreba- tado por una voz interior, deja atrás su pretéri to , su fami lia , y se arroja a lo incierto. Porta una misión . El destino lo lla- ma . Bolívar está ligado a España por su ancestro y pa rentela. San Martín viene de un hogar español. Anclados en lo anti- guo, saben donde yacen las raíces de su espíritu. No obstante , ideas fulgurantes insurgen en el horizonte, en oposición al viejo orden. En este contraste oscila el alma entre el recono- cimiento y el furor. Tienen que negar con pasión lo que en el fondo aman, para sostenerse ante sí mismos. Divisan la es- trella de Napoleón en el firmamento. El genio es capaz de transfigurar el mundo. No hay montañas que detengan su paso, ni fronteras para su empeño. La corona está fundada en la gloria y en la espada del guerrero. Es la tentación que evitan los Libertadores. " Yo lo he adorado", reconoce Bolí- var. Lo rechaza cuando asciende a emperador ; lo denomin a, en ocasiones, tirano y déspota . No obstante, escribe a un amigo que debe ocultar su opinión profunda, para que sus propios actos no sean considerados como simple imitación, y sejuzgue que pretenda convertirse en emperador de la Amé- rica del Sur. San Martín, en el exilio, tiene un reloj con el busto de Napoleón en su dormitorio. Así expresa su lacónica admiración. Bolívar ha viajado, ha aprend ido de los libros y, sobre to- do, de su época, rica en acontecimientos deslumbrantes . San Martín ha andado en batallas desde sus años mozos. No lee mucho en su juventud. Lo suficiente para su quehacer. Y si bien su cultura es escasarconoce a los hombres y tiene una intuición precisa de la circunstancia. La gente los sigue por- que confia en ellos, en su honestidad y talento. Donde ha y individuos indisciplinados levantan un ejército. Es suficiente su presencia para traer el orden. Y es que portan una tradi- ción de mando. Detrás de Bolívar se halla la vieja clase diri- gente, habituada a gobernar durante generaciones. Detrás de San Martín, la disciplina militar de su padre , y los largos años en los campos de batalla . Son personas complejas, aun- que distintas. Poseen un cierto desequ ilibrio del genio. que dificulta conocer sus abismos. Bolívar: hombre de contrastes La naturale za activa de Bolívar req ui ere d Camina con ligereza extrema. siendo difícil zuirlo. A caba- llo fatiga a sus oficiales. En la dan za ., in an bl . uando hace mal tiempo and a nerviosam cn t. p or lo p. illos de la casa, o se balancea con rapidez en la hama •. E la misma dinámica que lo arroja sin cesar a la av ntu n O a la bal a- llas. Es el hombre de los contrastes. .xub r nt inq uie to : alma fogosa, impa ciente y precipitado, di y e desdice. Sostiene acerca de sí mismo: " El <¡Ul' no li n prin ipio s in- variables no puede ten er una conducta unif orm ." 'ólo al - guno s paradigmas perman ecen . Lo dcm á mod if 'a con la circunstancia. No es el ideólogo ue S' ncs iII. en idea s li- jas. Como político su palabra est á a l s rvicio d l. obra. no sólo cambian sus principios, asimi mo u. titud, arra s- trado por un clima afectivo con frccucn ia tumu ltuo o. Re- conoce: " Es difícil ser siem pre el mism o hombr ." A ve es es jovial y conversador, sencillo y fran co; a v e r rv: do t a- citurno. Ama el lujo y el placer, mas . cap z d la aust ri- dad más estricta; cena en la mesa 10 ca d 1;, po . das y duerme en hama ca en casa de huésped . En • ione fuga . y se le tr ata de cobarde; o se muestra abatido n la d rrotu, como al caer la plaza de Puert o Ca be llo en 1812. os 'i nt con án imo de mandar a un solo soldado. Le e crib a Mi- r anda que su pr esunción le ha hecho olvidar que ar de talento pa ra mandar. Sin emba rgo , es obs tinado y e repone; crece en la desgracia, medit a en las razones del b.u - ca nuevas vías en que se inst ale la es pera nza. Su Imaginación permanece abierta para lo posib le. " El la habilidad y la constancia terminan siempre por triunfar de la mala fortuna." Hombre de esp ad a y de poder conducir la guerra de modo implacable, guerra a muert e, en la que caen inocentes. Y, no obstante, revela una honda t ernu ra frente a los seres que ama y le han sido adi ctos. . Frente a esta profusión, San M artín es más sobrio en su conducta, y asimismo en sus pas iones . Trabaja en la som- bra , en secreto. El silencio lo a comp aña . Se tiene la impre- sión de que anda envuelto en el misterio. Nadie sabe de sus ' proyectos, alma impenetrable. El genio debe saber escon- derse en ocas iones . El respeto mutuo Son dos hombres disímiles , y es difícil que se comprendan . o obstante las diferencias, existe respeto mutuo. Le escribe Bo- lívar a San Martín, en enero de 1821: "El vencedor de Cha- 20

Upload: phamnhu

Post on 02-Oct-2018

226 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: LUIS FELIPE ALARCO BOLÍVAR y SAN MARTÍN · Es el hombre de los contrastes. .xub r nt inquieto: alma fogosa, impaciente y precipitado, di y e desdice. ... berar un continente. Es,

LUIS FELIPE ALARCO

BOLÍVAR y SAN MARTÍN

Las coincidencias

Bolívar y San M art ín, los dos próceres que diseñan nuest rodestino, pueden ser comparados desde dimensiones múlti­ples. Nos limitaremos a dest acar algunas disimilitudes en eltemperamento, y coincide ncias en la tarea y en el signo. Bo­lívar , de familia adinerada, con antiguas tr adiciones hundi­das en la tierra natal, pertenece a la clase dirigente de Vene­zuela . Posee riqueza, comodidad y talento. Abandona un avida de bienestar para emprender una de sacrificio. La glo­ria lo llama. Por su lado, San Martín sirve al Re y de España,como lo hace su padre y lo continúan haciendo sus herma­nos. Participa en las guerras contra los moros, los franceses ,los ingleses, las legiones napoleónicas. y, de pronto, arreba ­tado por una voz interior, deja atrás su pretéri to , su fami lia ,y se arroja a lo incierto. Porta una misión . El destino lo lla­ma .

Bolívar está ligado a España por su ancestro y parentela.San Martín viene de un hogar español. Anclados en lo anti­guo, saben donde yacen las raíces de su espíritu. No obstante,ideas fulgurantes insurgen en el horizonte, en oposición alviejo orden. En este contraste oscila el alma entre el recono­cimiento y el furor. Tienen que negar con pasión lo que en elfondo aman, para sostenerse ante sí mismos . Divisan la es­trella de Napoleón en el firmamento . El genio es capaz detransfigurar el mundo. No hay montañas que detengan supaso , ni fronteras para su empeño. La corona está fundadaen la gloria y en la espada del guerrero. Es la tentación queevitan los Libertadores. " Yo lo he adorado" , reconoce Bolí­va r. Lo rechaza cuando asciende a emperador; lo denomina,en ocasiones, tirano y déspota. No obstante, escribe a unamigo que debe ocultar su opinión profunda, para que suspropios actos no sean considerados como simple imitación, yse juzgue que pretenda convertirse en emperador de la Amé­rica del Sur. San Martín, en el exilio, tiene un reloj con elbusto de Napoleón en su dormitorio. Así expresa su lacónicaadmiración.

Bolívar ha viajado, ha aprendido de los libros y, sobre to­do, de su época, rica en acontecimientos deslumbrantes. SanMartín ha andado en batallas desde sus años mozos. No leemucho en su juventud. Lo suficiente para su quehacer. Y sibien su cultura es escasarconoce a los hombres y tiene unaintuición precisa de la circunstancia. La gente los sigue por­que confia en ellos, en su honestidad y talento. Donde ha yindividuos indisciplinados levantan un ejército. Es suficientesu presencia para traer el orden. Y es que portan una tradi­ción de mando. Detrás de Bolívar se halla la vieja clase diri­gente , habituada a gobernar durante generaciones. Detrásde San Martín, la disciplina militar de su padre, y los largosaños en los campos de batalla. Son personas complejas, aun-

que distintas. Poseen un cierto de sequilibrio del genio . quedificulta conocer sus abis mos.

Bolívar: hombre de contrastes

La naturaleza act iva de Bolíva r req uiere dCamina con ligereza ext rema. siendo difíci l zuirlo. A caba­llo fatiga a sus oficiales. En la dan za . , in an • bl . uandohace mal tiempo anda ner viosa mcn t . por lo p. illos de lacasa, o se balancea con rapidez en la hama • . E la mismadinámica que lo arroja sin cesa r a la av ntun O a la bal a­llas . Es el hombre de los contras tes . .xu b r nt inq uie to :alma fogosa, impacient e y preci pitado, di y e desd ice.Sostien e acerca de sí mismo: " El <¡Ul' no li n prin ipios in­variables no puede ten er una cond ucta uniform ." 'ólo al ­guno s paradigmas perman ecen . Lo dcm á mod if 'a con lacircunstancia. No es el ideólogo <¡ ue S ' ncs iII. en idea s li­jas. Como polít ico su palabr a est á a l s rvicio d l. obra . ~la s

no sólo cambian sus principios, asimi mo u. titu d, arras­trado por un clima afect ivo con frccucn ia tumultuo o. Re­conoce: " Es difícil ser siempre el mism o hombr ." A ve es esjovial y conversador, sencillo y fran co ; a v e r rv: do ta­citurno. Ama el lujo y el placer , mas . ca p z d la au st ri­dad más estricta ; cena en la mesa 10 ca d 1;, po . das yduerme en hamaca en casa de huésped . En • ione fuga .y se le trata de cobarde; o se mu est ra abatido n la d rrotu,como al caer la plaza de Puert o Ca be llo en 1812. o s 'i ntcon án imo de mandar a un solo solda do. Le e crib a Mi­randa que su presunción le ha hech o olvida r que ar detalento pa ra mandar. Sin emba rgo , es obsti nado y e repone ;crece en la desgracia, medit a en las razones del ~raca~o , b.u ­ca nuevas vías en que se instale la esperanza . Su Imaginaciónpermanece abierta para lo posib le. ~scribe : " El ~oraje , lahabilidad y la constancia term inan siempre por triunfa r dela mala fortuna ." Hombre de espada y de poder conducir laguerra de modo impl acable, gue rra a muerte, en la que caeninocentes. Y, no obstante, revela un a honda ternura frente alos seres que ama y le han sido adi ctos. .

Frente a esta profusión, San Martín es más sobrio en suconducta, y asimismo en sus pasiones . Trabaja en la som­bra, en secreto. El silencio lo acompaña. Se tiene la impre­sión de que anda envuelto en el misterio. Nadie sab e de sus

' proyectos, alma impenetrable. El gen io debe saber escon­derse en ocas iones .

El respeto mutuo

Son dos hombres disímiles , y es difícil que se comprendan . oobstante las diferencias, existe respeto mutuo. Leescribe Bo­lívar a San Martín, en enero de 1821: "El vencedor de Cha-

20

Page 2: LUIS FELIPE ALARCO BOLÍVAR y SAN MARTÍN · Es el hombre de los contrastes. .xub r nt inquieto: alma fogosa, impaciente y precipitado, di y e desdice. ... berar un continente. Es,

cabuco y Maipú, el hijo primero de la patria, ha olvidado supropia gloria al dirigirme sus exagerados encomios, peroellos le honran porque son el testimonio más brillante de subondad y propio desprendimiento." Y meses más adelante :"Al contemplar que ya ningún obstáculo se oponía a que yovolase a extender mis brazos al libertador de América delSur, el gozo colmó mis sentimientos." San Martín le escribea Bolívar un año después : " Nosotros somos defensores de lamisma patria, defendiendo una misma causa y comulgandoen los mismos sentimientos por la libertad del Nuevo Mun­do ." Y en el exilio, ya muerto Bolívar: "Los sucesos que yohe obt enido en la guerra de la independencia son bien subal­ternos en comparación con los que dicho general ha presta­do a la ca usa genera l de Améri ca .

El egotismo de Bolívar: intento de interpretación

Se ha acentuado con frecuencia el egotismo de Bolívar, laexaltación de su propio yo, su ambición desmedida, su vani­dad . Es posible que sea verdad. Pero su actitud debe sercomprendida en sus raíces , y divisada desde su grandeza.No se deb en aislar ciertas calidades, al parecer negativas,pa ra desfigurarlas, como lo hace el alma resentida. El poseela gran virtud, la del prócer , y desde aquí deben ser divisa­dos los detalles, para iluminarlos en su luz verdadera. Bolí­var part icipa del romanticismo de inicios de la pasada cen­turi a , con su exaltación del yo. En punto de partida de lahazañ a rom ántica se encuentra el héroe , consci ente de símismo. Igualm ent e Bolívar. Es hijo de su tiempo.

Se habla de su egotismo. Sin emb argo , su obra misma esfrut o de un alma magnánima. Hubiera podido permaneceren el rega lo, y elige una vida de sacrificio, amenazada por lamuerte ; y siendo rico, muere pobre. El yo tiene que volversesobre sí mismo y acentuarse, para no dejarse hundir en elfracaso, y poder elevarse sobre la postración. El hombre quese rebela contra un imperio, que conoce la derrota y la amar­gura, tiene que cree r en sí mismo para perseverar. La gran­deza de su design io implica esta vertiente. Porque se trata deque la idea tra nsite a la realid ad , y no se diluya en un belloensueño. Se habla de su ambición. Mas ¿en qué radica ?, ¿quéqui ere este hombre?, ¿a dónde se encamina su desvelo ? A li­berar un continente. Es, por tanto, un yo que anda de servi­cio. Su ambición es la haz añ a. Así se descubre a sí mismo.La gloria en la que sueña está ba sad a en la gratitud de lospueb los y en el valor de la proez a. Requiere la maj estad deun fin super ior. En esto se diferenci a de los caudillos post e­riores, mediocres, cuya ambición está al servicio de sí mis­mos. Podría ser el ideólogo o el político seco e implacable.T ambién Rob espi erre y Marat lo sacrificaron todo. Mas enBolívar hay ca lor humano. Existen pruebas múltiples de sugentileza, del ape go a los suyos , a los amigos. Les da de supropio pecul io a sus oficiales cuando necesitan dinero. Superman en te amor a las mujeres le proporciona un tono ri­sueño a su figura de guerre ro. Porque se prodiga no sólo enlas acciones bélicas, mas también en las hazañas de alcoba.Uno de los testimonios má s patentes de su ternura es el de suingreso triunfal a Caracas. Al divisar a su antigua ama negraentre la multitud, deja el cortejo y se arroja en sus brazos." Yo no he conocido a otro padre que a ella " , ha de decir.

Un alma con tales contrastes y de tal intensidad de viven­cias , requ iere una organi zación sólida para sostenerse . El yotiene que retornar sobre sí e ir de 'comando. La tarea loa rrastra fuera de sí, con sus propias luces . Una y otra vez sepone en ca mino. A veces se detiene en la ruta, en el gozo, enla felicidad fugaz . Lo deja todo y continúa.

Su vanidad. Cierta mente . No se deben cerrar los ojoscomo si fuese inexistente o enojosa, pero es necesario com­prender. Este yo que a nda con coraje, que ama el lucimiento¿no se haya quebrado en algún sector ? Sus mut aciones de á­nimo, sus marchas y contrama rchas , su bond ad y su furor ,esta inest abilidad permanente de su ánimo y de sus princi­pios ¿qué significan ? Se podría respond er que es un sanguí­neo. Es insuficiente. Un hombre como él; tan seguro, ¿porqué requiere el aplauso de la multitud ?, ¿no es menos segurode lo que se supone este yo?, ¿porta alguna herida oculta ? Es­tando solo perman ece con alguna frecuencia triste y melan­cólico, incluso en la cima de su glor ia. Son recintos que aflo­ran desde su lejanía.

La infancia lo ha golpeado. La muerte lo ha her ido. Pierde

a su padre a los tres años ; a su madre, a los nueve ; a su mu­jer , a los veinte. La muerte le arrebata lo más propio. Escomo si perdiese sus raíces. Cuando fenece su mujer, dejaVenezuela, el lugar donde ha sido feliz. Huye de sí mismo .Va a España. Encuentra a los amigos, aquellos que le re­cuerdan sus horas de dicha . Continúa huyendo. No puedereencontrarse con su pasado. Tiene que dejarlo at rás, deve­nir libre. Su libertad se levanta sobre una ruptura con el pre­térito. Es en el futuro donde resplandece la verdadera vida.Y, no obstante, ese pasado arcaico lo continúa acosando enlo hondo de su alma, con sus tinieblas y su ternura. Es elniño que aún porta su orfandad, que crece en la protestacontra la realidad y la muerte.

Este hombre desolado, que viene del desierto, apela a símismo , a su yo y a su audacia. El amor a la fiesta es compen­sación a su melancolía . Su sed de gloria es la de quien quiereser grande para ser digno de ser amado. Más que ser visto,quiere ser querido . Así lo indica la administración que lesuscita el homenaje multitudinario que se rinde a Napoleón.La muchedumbre, en un momento histórico en que ingresacomo señor del escenario, representa simbólicamente a suspadres. Es la acla mación que viene del fondo de la tierra , laaprobación pat erna. Es el testimonio que lo emociona demodo tan intenso que a veces se desvanece.

Asimismo , sus correrías sin término tras el eterno femeni­no es la búsqueda de su mad re. Por eso indaga sin término,muerta su esposa . Casi no puede detenerse. Escudriña cada

21

Page 3: LUIS FELIPE ALARCO BOLÍVAR y SAN MARTÍN · Es el hombre de los contrastes. .xub r nt inquieto: alma fogosa, impaciente y precipitado, di y e desdice. ... berar un continente. Es,

rostro querido. Se detiene. No, no es ella . Tiene que conti­nuar explorando. ¿Es que su vida misma no es un ir al en­cuentro tras lo absoluto, o lo extraviado ? Es quien abraza asu ama negra, desde lo alto de su gloria, en el reencuentrocon el pretérito que no tiene retorno. Yesos ojos que no mi­ran de frente, ni siquiera a las cosas, son de quien huye , querehúsa detenerse y que evita el encuentro.

San Martín: el hombre austero

San Martín es más castellano y austero. El inicio de su vidapública en Argentina es poco espectacular. Permanece enMendoza como oscuro militar de provincia, mientras gentemás joven que él brilla en el firmamento. No ha asistido a lasprimeras campañas de la independencia. Se le juzga buentáctico , .organizador hábil. Pero hombre opaco , teniendo encuenta su escasa cultura y su pésima ortografía. Crece en lasombra. Prepara un ejército en silencio. Todos creen que esde defensa, y es de ataque. Largos años de incomprensión.Su tiempo aún no ha venido. Debe ser diplomático, desper­tar a los hombres de su letargo, ocultar su genio . Aún no loha visto la historia. Pronto se le ha de ver. Pasa los Andes yvence en Chacabuco y Maipú. Apenas si se cree. El hombredel silencio deviene el iluminado.

Hay tres grandes rupturas en su existencia, tres llamados.La primera vez, en España, al dejar a su familia para acudira su patria. La segunda, al desobedecer al gobierno argenti­no que reclama su presencia. Pasa los Andes . Es acusado detraición. "Debo seguir al destino que me llama." Nadie haescuchado ese llamado. Pero es un mandato que a veces per­ciben los grandes hombres de la historia, y que adquiere ca­rácter sagrado. La voz habla, incluso en su silencio . Por ellamurió Sócrates . "Obedeceré al Dios antes que a vosotros " ,le dice a sus jueces. Es condenado a muerte. San Martín lle­ga a Chile para avanzar y herir al Virreinato de Lima. Todoestá en juego. Se lanza a lo incierto, sin autorización y sinmandato. Se cree una locura su proyecto . Parece un alucina­do, y es el clarividente.

Es modesto. Cierto . Pero asimismo es necesario compren­'der. Le escribe a Bolívar, desde Lima , en julio de 1822:" Marcharé a visitar a usted en Quito. Mi alma se llena degozo cuando contemplo aquel momento. Nos veremos y pre­siento que la América no olvidará el día en que nos encontre­mos." En su dormitorio, en el exilio, están colgados los cua­dros con las figuras de Bolívar y la suya propia. Sabe quiénes Bolívar. Sabe quién es él. Aun en la desgracia sabe que losdos pertenecen a la historia. Suele hablar de sí mismo comodel general San Martín. Es la distancia frente a sí mismopara destacar su rango. Es modesto, pero orgulloso y suscep­tible a las ofensas . Este hombre, de una pasión concentrada,de una energía indomable, es una persona enferma. En Es­paña ha padecido de reumatismo y de asma. En Tucurnánpadece de vómitos de sangre. Frente a una dolencia casi cró­nica se veprecisado a tomar dosis de opio, que le recomiendasu médico. A veces sufre ataques de gota, que entorpecen lasarticulaciones de su mano derecha, inhabilitándolo para es­cribir. Suele padecer de insomnio. En 1817 se cree próximo ala muerte. Es necesario intuir la energía tremenda de estehombre , que tiene que sobreponerse, y cuyo primer combatees contra su cuerpo. Retrocede sobre sí y se defiende de esteenemigo que lo ataca sin pausa. Tiene que andar con cuida­do porque en cualquier momento puede hacerlo caer en tie­rra , inmovilizarlo, como lo ha hecho con frecuencia . Quizádebido a este motivo se deban sus detenciones, su falta de ac­ción cuando parece que hubiese sido preciso. No puede pro-

digarse, ni ser ese torrente ardiente qu e es Bolívar. Su tern­peramento y actitud tienen que ser otros , son otros. Se labrauna coraza estoica. Atraviesa los Andes en camilla. No est ápara aclamaciones y halagos.

Realismo e idealismo de los próceres

Ninguno de los dos es de bronce. Co nocen el desalient o. Perose recobran. A veces se enciend en en el futuro y pueden serduros, porque son apasionados. Es la energía del guerreroque a veces eclosiona. Mas sin la pasión concentrada ja máshubieran realizado su obra.

Poseen una extraña síntesis de rea lismo y ensueño. Sedebe conocer los hechos , tener la visión a ras de suelo para

apreciar las fuerzas en pugna. Un simple id a li la se Il K'II-1Ol

y desbarranca, o un vanidoso creído de si. La rea lidad es re­sistente y dura. Es preciso conocerl a y sope aria . P ro qu iense atiene exclusivamente a ella , se a tasca en lo qu es. El gc­nio levanta la mirada por encima de sus conte mporáneos, ydesciende a lo más hondo , divisando lo que aú n no es, perodebe ser , que se encuentra en germ en como posibilidad.

Parecen obsesos . Bolívar porta un incendio. San Martínposee la testarudez de los viejos hidalgos espa ñoles. Todopuede ser perdido en la empresa. El fracaso es el derrumbe.Mas el héroe continúa. Debe oponerse al mundo.

América Latina: el despertar del espíritu

Durante siglos parece haberse dormido. A veces, de ma neraocasional, alguna insurrección indígena, algunos precu rso­res que sueñan con la independencia, y que mueren por ella .Pero, en términos generales, la dominación española no essentida como tal. Sin embargo, en tres siglos el nuevo hom­bre americano se ha ido impregnando de la tierra, que no seextiende desierta, no obstante los llanos, las pampas o losbosques; el habitante nativo impone su presencia o su nos-talgia. /

Lentamente, el hombre del nuevo mundo, que en pa rtecontinúa vinculado al monarca, y en parte se asim ila a la re­gión, toma conciencia de si. Es el'despertar del espírit u. Sequiere ser sí mismo sin distorsiones extrañas. El centro de las

22

Page 4: LUIS FELIPE ALARCO BOLÍVAR y SAN MARTÍN · Es el hombre de los contrastes. .xub r nt inquieto: alma fogosa, impaciente y precipitado, di y e desdice. ... berar un continente. Es,

cosas se desplaza, deja de estar en lo lejano e inalcanzable,para transitar a la proximidad, al paisaje circundante. Larealidad políti ca ap arece como desfiguración de lo que debeser. Se sabe de la verdad, ensombrecida por la apariencia . Yeste saber se torna en anhelo, actividad, pasión, sacrificio. Esla insurgencia de lo ancestral que llama a ser sí mismo parahab itar en las proximidades del paraje natal. Se debe reme­cer y quebrar la real idad en torno, extraña y vejatoria, nega­da ahora desde una idea que viene de lejos, de la historia deoccidente e igualmente de sus propias raíces . El héroe levantala espada al servicio de la tarea, o escucha la voz del destinoque lo llama. Es como si los libertadores reiniciaran la cruza­da de la reconquista, contra lo extraño, tomando posesión delo más propio, como lo hizo la propia Espa ña siglos atrás .Están a la vista los ejemplos de Washington y de los dirigen­tes de la revolución frances a. El pueblo ha luchado y ha ven­cido. La figura de Napoleón deslumbra. Es un índice de loque puede el genio. Ahí están los hechos que han transfigu­rado el mundo. El pueblo español viene de luchar por su in­dependencia . ¿Por qué no pueden hacer lo mismo las nacio­nes ame rica nas? Se ha dejado atrás la edad de la tutela . Sequi ere el reencuentro cons igo. Los hijos de la tierra debencoma nda rla. Pero las ideas y los arquetipos son insuficien­tes. La circunstancia debe ser propicia. La rebelión deTupac Amaru es aniquilada en el Perú. No ha llegado eltiempo. No es el lugar. Los precursores divisan las luces einten tan la obra. Fallan. Aún no está maduro el fruto . Unarevolución poderosa tiene que iniciarse en las regiones másapa rtadas del sólido Virreinato de Lima. Así es en efecto , elhombre de genio apa rece en el norte y en el sur, en el Virrei­na to de Nueva Granada y en el Virreinato del Río de la Pla­ta . Los dos libert adores han de llegar al Perú desde los dosextremos. Están situados de diversa manera en el espaciohistór ico.

San Mart ín adivierte, en las provincias del Río de la Plata,el peligro que proviene del Alto Perú y, más allá, la mano fé­rrea del Virreinato de Lima. Hay que avanzar a través deChile para ataca r al enemigo en su centro. La independenciaes empresa de aliento común, de " estados hermanos, intere­sados en un mismo y santo fin" . Bolívar , ubicado en el nor te ,posee una visión más amplia del continente. Ha estado enMéxico y en los Estados Unidos. Se le torna claro que la em­presa posee dimensión continental. Es insuficiente vencer alimper io espa ñol en uno de sus flancos . Es necesario atacarloen su bast ión, el Virreinato de Lima. En este punto coincideplenamente con San Martín.

El calvario de los próceres

Sin embargo, los libertadores concluyen consternados. Selucha por la libertad, y sobrev iene el caos o la tiranía. La rea­lidad se muestra más recia que la idea . Alcanzado el fin, sehunde la pas ión por lo grande, pre valecen los intereses mez­quinos y los peq ueño s hombres . Reaparece la mediocridad,la ineptitud, la falta de visión y de grandeza de alma. " Cadacanalla quiere ser soberano -escribe Bolívar- ; cada canalladefiende a fuego y sangre lo que tiene, sin hacer el menor sa­crificio."

Concluida la independencia, cada pueblo se recluye sobresí y se desgarra en la lucha interna. Y es que el nuestro es uncontinente contradictorio, con desequilibrios múltiples, sín­tesis de diversas culturas. Carece de estructura y homogenei­dad intern as. La fuerza coherente le ha venido de fuera, le hasido impuesta , sin haber nacido y madurado desde adentro.Se carece de tradición democrática, de gobiernos locales ele-

gidos popularmente, como la que poseen los estados nort ea­mericanos. Por tan to, la independencia quiebra el yugo exte­rior, pero desat a igualmente fuerzas desenfrenadas y violen­tas . De ahí las oscilaciones entre el caos y la tira nía .

Los libertad ores sabe n que su tarea no ha culminado. Es­tán por encima de sus contemporá neos. No se quiere escu­char su voz. Cumplida su misión son puestos de lado. Antesde mori r conocen el exilio. Está n cansados, tristes, fatigad os.¿Fatig ad o el héro e? De lo que no han sido capaces las armasenemi gas , lo puede la malevolencia y el ar did de los con­ciuda da nos. Son vencidos por la conspirac ión de los medio­cres. ¿Qué dice Bolívar? " He sido víctima de mis persegui­dores qu e me han conducido a las puertas de la muert e."" Dichosos los qu e mueren a ntes de ver el desenlace de estesangriento drama." " To do cae derribad o, o por infamia opor el infortunio ¿y yo' de pie ? No puede ser, debo caer."¿Q ué dice San Martín? " Por un hombre de virt ud encuentrodos mil malvados ." " Nada suministra un a idea para conocera los hombres como una revolución : ella present a ejemplopara medir lo inmenso de su perversidad."

Una persona como O 'Higgins, pr imer gobernante de Chi­le, su más alta figura preclara, cae asimismo en el destierro yen el desaliento. Sucre, el vencedor de Ayacucho, el hombreamado por Bolívar , es asesinado. Se origina la última ruptu­ra de San Martín y el nuevo llamado : recogerse en el silen­cio. Es as imismo el abandono de Bolívar . Se le ve delgado yextenuado, las piernas descarnad as, el semblante cadavéri­co, la voz hueca y débil. Sufre de reumatismo, del mal de ori­na , de vómitos de sangre, de calentura. " Estoy muy acabado'y muy viejo - escribe- y en medio de una tormenta como éso,ta represento la senectud". No tiene aún 50 años. Es el calva­rio del héroe . Permanece el sufrimiento. Y el sufrimiento esde nuevo su altura.

Los grandes utopistas

Queda la estatuaria. Se les cubre de elogios, y se marcha ensentido contrario. Ellos quisieron la libertad, y se cae en ladictadura. Quisieron la unidad y fraternidad de nuestrospueblos, y sobreviene el roce permanente, la desconfianzarecíproca. Quisieron justicia, y ésta permanece alejada denuestras tierras. Han sido los grandes utopistas . Pero la uto­pía mue ve con frecuenci a la historia. La mirada de Bolívarllega a divisar la América hispánica como un todo. Ha sidoregida desde Europa durante tres siglos. Lo que ha realizadoEspaña ¿es un impos ible para los propios americanos? Exis­te un legado común de cultura, de idioma, de tradiciones re­ligiosas y de idiosincracia. Ahí está el ejemplo de los EstadosUnidos. ¿Por qué lo realizado en el norte , no puede ser cum­plido en la América Latina ? ¿Ha de ser nuestro destino eldevenir pueblos aislados, carentes de poder y relieve en elconcierto internacional o, más bien, constituir una herman­dad de naciones federada s en un mismo estado ? Hasta ahorase ha perdido la carrera contra el tiempo. Es suficiente repa­rar cómo se ha erguido el coloso del norte. Pero toda emula­ción se torna inverosímil en naciones fragmentadas. Sin em­bargo, los libertadores han tornado posible un nuevo tipo dehistori a, desd e otra dimensión. Se vislumbra el reencuentroconsigo , en una unidad superior, par a devenir protagonistade la historia. La empresa común está escrita en lo hondo,como lo estuvo en la independencia. Sin duda es ardua la ta­rea . No podrá ser obra de guerreros. Felices los qu e el día demañan a realicen esa idea, y puedan decir ant e la estatua delos libertadores ¡presente !, porque ellos serán sus verdaderosdiscípulos.

23