luis barros borgoño y las obras de previsión social

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Luis Barros Borgoño y las obras de previsión social. 1923.

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OBRAS DE PREVISIÓN SOCIAL

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D O N LUIS B A R R O S B O R G O Ñ O

LAS OBRAS DE PREVISIÓN SOCIAL

EN L A S POBLACIONES.

EN LOS PARQUES DE

SALUD.

LIB. E IMP. "ARTES Y LETRAS"

S A N T I A G O

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E X O R D I O

Algzl?zos amigos de do71 L ~ i s Barros Bo~goCo ha71 q1re- rido hacer 1r7tn ~~a?zz;festació?z que sigitzj?que Z L ~ L recuerdo n sz~s nctz~acio?zes de ho?/z61.e público 31 que pueda serle grata aZ pnr- ti?, para la Xephblicn Arge7tti1zn en el CEpSempefio de l~ ele- vada nrisión dz~lo?tzriticn qlte le ha co7;ferinTo el Gobiewto de la Xephbtirn.

El se?~zbrador iftcaltsable del ahor~o, el fzr?zrEnn'o~* de $0-

blacioltes higiP~zicas y salz~n'nbles, el i7ticiador de las $al-celas np.icolas, el co?tsunzacz'o adalid de las obras de previsión, con- cibió 31 dió fomzn n zl?za obm qzre seCaló y seguil*ci ~lzinrcnltn'o el ju?zto cuZu/ti?~nlzte de sus coucepciozes de biez $lídZico.

F2~é la c~~eació~t de a EL RE TIRO» cag~zpa de snlz~d n i7z~~zediacio1zes de Qiri@~é, cor~~le~//te?ztada por el Bnl?nea~,io <EL MORRO» e72 el pue~to del To7)té.

Esas o b f ~ ~ s haz nZcanzarío todos /os fnvores del plíblico; nzuchos son Zos qzLe las CO~LOCE;~L 31 todos los p2~e las visita?^ nd- ~ ~ z i l ~ a n las bellezas de aqz~ellas localidades y los enca?ttos 31 be- ?te$cios qzte $ropo? cioizmz.

Pero 720 todas /as perso?tns p?terZe?z pe7tetrame de l esph.it?r esencial11ze7zte idealista que h s i?~s$iró, del ve~hde'evo co7zce$to de ho7/lb?.e pziblico co7z qne fueron cojtcebidns j! de esa eZevnda wisiólt del porve~zir ptle las hace stwgii' S P Y ~ ~ Z ~ S 1' ti'irazfn- dol.ffs.

Sabe~7zos que 7znrEn seni 91th~ grato nZ espiritt~ del seiiío? Bnvros Bovgo~o que el ?~ectrerdo de ésta str o h n predilectn, 31 ahlza delicncEn de pntjpiota hndrh de senti~=re i?ttillznuie?tte ~0111-

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$lncidfi nt co71t$re;itde7 que ella se encz~eirctra sbLidc~~/i>e?tte nse7z- tnn'n e7z el ts$iritz~ de sas conci~~dada~~os y en la co?tcie7zcia jrrsticzern de la 7zncZón.

P a m cn~ncte?,iza7~ esfn o ú ~ n sólo 7tecesztnlltos acudir n Ins propias pnlnb~as del seiíorr Rnrros Boi~go~lo, co7tsig~zntEns co7z $inri eloczrencia e?z el Disczrlrro C07t que i?tat~gui.ó el he1~1zoso $Zmtt~G de u EL R E T I R O o el 8 de Diciefrtb~e de 1923.

Sime de pi.olegó~l~ei~os zrna e,zposicibn qz~e red~ctb e72 a7Co.r rnzte~io7,es el ~ ~ t i s ~ l z o se?1oiP Ba?,~os Borgoiio, Di7eector n La sn-

xó7z de la Ca'njn de Crédito Hipotecavio. 17zsertnmos nsi~rtisr~zo tllz c/ct~e~cJo especial del Coyzsejo de

esa I7zstit1~ciÓfz ~eZocionado co~z lcz r.ealizació7t de agc~ella im- portante obra de $7*evisiÓlt.

Tevrr~hln este opliscz~lo con Zn P P ~ Y O ~ Z L G L Z O Y Z de iufere- snnte a~ticulo pe~iodistim, $zrblicndi ea Zn fecho de la ika11- g1~rcrció7z, g/ pzhe cuztie~~e ?~7zn descrz)ción del pln7ztel jf del pa- Izornlrza en qzle se desal-roZLó.

Pero a la vez 720s hn parecido necesal,in co~zpZeta7~ siqzrie- ya sunzagrinme7zte el czrnn'7.o coz Zn 7~ef~tentorncióa de la ce7-el1zo- nz;l de ffjrn&cZOz de Za u POBLACIOfV HUEA[UL». F11é Zn i7zicinciÚlz del grn7t progi.nmn, en el cZisct~7=ro del seíiog, Bn- wos Bo~xoíío, ~ / Z / L C / Z C I S veces pz~blicnno, se co1zsig?za7~ lns idens fz~ncEn??ze7ttnZes en esta ~lznterin, y de ét r.ep~.adzrci~~e~rzos sola mente los trozos que ~ ~ z i ~ n z nd co~zct-$to getreral.

Del misnzo flzoclo ~~eco~~icn.emos ln ce? e?lzo7tin r2'e i 7 t n t ~ g ~ ~ ~ a - cibu de La ePOBLAC70N AGMCOLA DE GRAfllERO.Ys, obra esbomda en ngzrel progrnllza de 1910 y realizada pocos alíos nzás tarde e?z fowlza que pz~do ser e,z-/liJirln e7t pleno de- sm~ol'ló n I'n fecha de Colzfere7zcia de2 A/Zojr7,0 en 1915.

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E n 1910 inició la Caja de Crédito Hipotecario su programa de formación de Poblaciones destinadas a constituir tanto el propietario urbano corno el pequeiio terrateniente rural.

El concepto directivo de este plan iba rnás allá de la sirii- ple constitución de la habitación; se trataba de constituir la verdadera propiedad familiar y de organizar centros que pudie- sen reunir todos los elemer-itos adecuados a la educación de los hijos, a la moralidad de las faniiljas, a su bienestar y a sus sa- nos esparcimientos.

De ahí que en la pixnera de esas Poblacioties, la de Hue mul, llamada a ser un modelo entre las de su género, se contem- pl6 la Iglesia, la Escuela, la Biblioteca, la Sala de Actos, la Ca- ja de Ahorros, el Asilo R/Iateinal, la Gota de Leche, el Baíío Público y el Hospital de Niiios con su Dispeilsario.

Se formó en uno de los barrios más pobres y rnás abaiido. nados de la ciudad, pero a la vez de más densa población oLrera y situado e11 la vecindad de grandes fábricas.

Eran aquéllos, solares abandonados en su mayor parte, y en la otra, estaban formados por esos míseros conglomei-ados de seres humanos que ocupa11 viviendas colectivas, en que todo es colectivo; pero en que faltan desde los más elementales senti- mientos de moralidad hasta las reglas más primitivas de la l-ii-

-giene y de la vida. Sin luz, sin aire, si11 agua, es la pieza Iúgu. bre del infame tugurio que se denomina el conventillo.

Allí donde la miseriz era más irande, donde el dolor era

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más agudo, donde la ininoralidad era más aterrante, qúiso llegar la mano bienecliora de la Caja para llevar el bienestar a esas familias, el aliento de vida sana a esos corazones, y el espíritu vivificador a esas almas adormecidas.

Un distinguido escritor al relatar pocos años después aque- llos comienzos de la obra social de la Caja se expresaba como sigue:

nEn aquellos primeros inonientos pudo parecer una utopía el pensar en un programa de vastas proporciones; pero las rea- lidades que hoy palpitan con sangre propia, lian superado a las mejores esperanzas.

<Ningún recuerdo de aquellos primeros pasos podría supe- rar al discurso que pronunció el Director de la Caja, don Luis Barros Borgoño, al inagurar la Población Huemul, eii Septiem- bre de 1911.

«Ese discurso es todo un programa; es el programa de u n hombre que ha logrado determinar !as proyecciones del porve- nir, y conciente de sus deberes encara la obra que le seiialan sus destinos. No le arredran la magnitud de la empresa ni las responsabilidades que echa por entero sobre sus hombros ani- mosos.

((Cuándo ese discurso fué pronunciado, ante una conca- rrencia enorme, presidida por el Presidente de la República, acaso los oyentes contagiados ante el ánimo fuerte del orador y con SLI visión exacta del futuro, no dudaron de que tanto bien como el que se proponía realizar el Sr. Barros Borgofio, en per. fecto acuerdo con el Consejo de Administración, en cuyo nom- bre hablaba, llegaría un día, aunque lejano, a realizarse.

nI bien, no transcurrieron muchos allos y la Población Huemul estuvo concluída, superandose a sí misma.

/(Nada falta para las necesidades de la vida, al lado de la casa liigiénica y buena: desde la cuna para los primeros vagíos del recien nacido, a, la Biblioteca para estudiar y pensar, se alzan allí hermsos y completos, entre la Escuela y la Iglesia, el Hos- pital de niííos, el Teatro y la Caja de Ahorros)).

Tomamos de ese discurso los acápites generales, omitiendo las particularidades relacionadas con la obra que entonces se iniciaba y que hoy se presenta en su desarrollo completo.

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Decía el Director Sr. Barros Borgoño en aquella inaugura- ción, Septiembre d e 19 1 l.

Exrno. Señor Presidente, Señoras y Seliores: La Caja de Crédito Hipotecario presenta en este momento

la primera obra del plan que se tiene trazado en favor del bien- estar moral y material d e nuestras poblaciones.

a Exhibe hoy la forma en que puede acometerse la transfor- mación d e las viviendas malsanas de nuestros obreros, en mo- radas de luz y de aire, de salud y de bienestar, las que a la vez habrán de ser testiinonio eficiente de nuestro progreso eco- nómico.

Exhibirá mañana el modo de constituir la pequeña propie- dad agrícola, colocando a nuestros labradores en condición de adquirir granjas modelos, que habrán de satisfacer las aspiracio- nes de esa masa paciente y laboriosa que vive adherida al suelo fecundado por sus sacrificios.

Aquí, en medio de las fábricas y talleres, en las grandes calles y avenidas, al lado de las magníficas construcciones d e la ciudad, podrá hallar el obrero el hogar apacible, abrigado y luminoso que asegura la vida y la felicidad de las familias.

Allá, entre las grandes haciendas, el labrador acostumbra- do a surcar con el arado la tierra ajena, verá acercarse el día en que comiencen a granar las mieses de sil heredad y en que pueda ya almacenar los frutos de su trabajo.

l7 de esta manera, habrá llevado a la ciudad y a los cam. pos una poderosa simiente que no tardará en arraigar y en con- vertirse en plantas vigorosas de salud pública.

La obra del al~orro, iniciada y realizada po.r la Caja de Crédito Hipotecario en la forma plenamente satisfactoria que hoy alcanza y de que el país entero comienza a beneficiar, reci- be su coronación con la aplicacicín de los capitales acu~nulados a las necesidades y a las exigencias principales de la vida y con su aprovechamiento en los objetos que más se adaptan al desa- rrollo y al porvenir económico d e los ~ u e b l o s .

Los beneficios de las instituciones de ahorro se completan así concurriendo a la formación del hogar patrimonial y asegu- rando para más tarde el refugio común en las vicisitudes y quebrantos de la luclia por la vida.

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Si el ahorro es una virt~id en cuanto envuelve sacrificios inmediatos, constituye la reserva más útil y segura del porvenir en cuanto permite Ia formación de ese capital que, representa. do en su origen por un conjunto de esfuerzos, de privaciones y de cuidados, corresponde eii su conservación y desarrollo a un sólido espíritu de orden y de perseverancia que lo hace doble- iiiente moral y respetable.

Un país será tanto mis civilizado, tanto más poderoso, cuanto más eficiente sea esa fiierza moral propia que le habilita para la creación de esos capitales que son la palanca de su f~ier- za, de su independencia y de s u libertad.

Y estos instrumentos de producción no se pueden formar fácilmente sitio en países en que el trabajo sea lionrado, esté ga- rantida la propiedad y la seguridad sea cierta.

La actividad de la circulación económica moderna tiende a iriovilizar estos capitales que los siglos precedentes mantenían en la inacción, y al ernpozamiento de las cconomías acumuladas ha sucedido una era d e benéfica expansión en favor de sus po- seedores y de la comunidad entera.

Si esta aprovecha de esos capitales por su incorporacióil al moviinieiito económico general, en cambio retribujre genero- samente con instituciones sociales, con instruinentos d e crédito y con medios de acción que sólo es capaz de proporcionar una organización adelantada y vigorosa.

Y de esta sueste hace posible la realización de anlielos y d e propósitos para los cuales resultarían impotentes los esfuer- zos aislados de los particulares.

Los estableci~nieiitos mismos de'ahorro no pueden tampo- co supririiir de una vez la iliiseria, n i les es posible transformar de un solo golpe las clases inferiores de la sociedad.

Pero, si hoy esas instituciones no pueden crear rápidamen- te una vida mejor para sus asociados, en cambio, suprimiendo la incertidumbi-e sobre el día de maiíana, han sabido dar a mi- llares de personas la confianza y la seguridad en sí mismas, lian acrecentado de este modo las fuerzas morales de la nación y lian enseñado a los hombres a mirar de frente e1 porvenir, dán. doles los medios de sobreponerse a los rigores de la suerte.

Y a estos objetivos, amplios y generales, Iian a g r e g ~ d o en-

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tre nosotros la aplicación inniediata j7 directa de los capitales de ahorro a la adquisición de bienes raíces, como uno de los fines sociales de mayor traiiscendencia que aquellas iiistitucio- nes pueden realizar.

Para lograrlo ha sido necesario que existiese la íntima re- lación en que se hallan aquellos estabiecimientos, que represeii- tan la economía popular, con el poderoso instituto de crédito que, encarnando el vigor ecoiiómico de la Nación, lia sido y contiiiuará siendo el-agente más a c t i v ~ y poderoso de la rique- za tevitorial, manifestada en el progreso y desarrollo de la

J

agrictlltura y en la transformación y embellecimíento de nues- tras ciudades.

L a Caja de Crédito Hipotecario ha tomado a su cargo, can el interés y la solicitud correspondientes, esta obra de salud físi- da y inoral de nuestras poblaciones y de transformación de la econoniíii social del país. Adoptando los procedimientos acon- sejados por la teoría y la experiencia económica, poniendo en ejercicio los poderosos elementos de que ~ u e d e disponer para la movili~ación del crédito inmueble, adelantando sus propios recursos, y prestando a la ejecución de esta obra la vigilancia y el cuidado que ha menester, confía el Consejo de la Caja en que antes de poco le será dado realizar satisfactoriamente todo el vasto programa que se tiene trazado.

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POBLACIÓN AGRÍCOLA DE GRANEROS

La construcción de esta Población formaba parte del pro- grama esbozado por el Director de la Caja en el discurso de inauguración de la Población Huemul en 1911, como ya lo he- mos recordado.

El día 4 de Diciembre de 1915 se reunía en el salón cen- tral de la Universidad del Estado la Primera Conferencia del Ahorro, bajo la presidencia de S. E. el Presidente de la Repú- blica don Ramón Barros Luco.

En esa ocasión solemne, el Director de la Caja don Luis Barros Borgoíio pronunció el discurso inaugural, recordando la labor realizada por las instituciones de ahorro, y la obra social llevada a cabo por la Caja de CréJito Hipotecario en consorcio con aquella institución.

L e f ~ ~ é especialmente satisfactorio al Director de la Caja IHipotecaria y Presidente de las Cajas de Aliorros manifestar al Exmo. señor Barros Luco que estaba realizado el programa bosquejado en 1911, tanto en lo que se refería a la formación de todas las Poblaciones urbanas entonces anunciada, como en lo que concernía a la Población Agrícola. A este efecto invitó al Presidente de la República, que había inaugurado la Pobla- ción Huemul, a inaugurar la Población Agrícola, recientemente tcriniiiada en el pueblo de Graneros, próximo a la ciudad de Rancagua.

Así se hizo, y el día 8 de Dicietnbre antes de clauslirar sus sesiones aquel Congreso, se trasladó el Presidente de la República, con todos los Ministros de Estado, Cuerpo Diplo-

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mático, altos funcionarios y numerosas familias y personas es- pecialmente invitadas, al pueblo de Graneros, y en una ceremo- nia que se desarrolló en todas las horas de la tarde tuvo lugar aquella hermosa ceremonia que servía de grata coronación a la obra cultural y de gran progreso económico y social trazada en las diversas sesiones de la Conferencia.

A este respecto, cumple recordar algunos acápites del dis- curso del Director don Luis Rarros Borgoño, a que nos hemos referido:

Después de saludar a todo el personal de las Cajas d e Ahorros allí congregado, lo felicitó por la forma coino cumple cla noble y elevada misión de custodio fiel de las economías del pueblo, guardian de Ia tranquilidad futura de los luchadores del trabajo y regulador del bienestar y de la independencia económica de la masa general de la Nación.~

«Allí están, agrega, para atestiguar esa obra, los cientos de miles de cuentas que corresponden a otros tantos imponentes que han aprendido a cimentar en el órden, en la disciplina de la voluntad, en la educación del caracter y en la virtud de la previsión, las condiciones en que ha de reposar la constitución de las familias y el edificio entero de nuestra sociabilidad.

Y concretándose a este aspecto social de la obra realiza, dice:

Allí se alzan en varias localidades, por diversos barrios de la ciudad, grupos hermosos de habitaciones alegres, sanas, lle- nas de luz y de vida, que dan testimonio de la forma en que prácticamente se resuelve el problema de la educación moral de un pueblo, de la salvación de los nilios y de la constitución honesta del hogar.

Las poblaciones urbanas que la Caja de Crédito Hipoteca- rio ha levantado y que, por intermedio de la Caja de Ahorros de Santiago, transfiere a los imponentes, constituyen un ejem- plo de lo que puede y debe hacerse y representan la cuota de su concurrencia efectiva a esta obra saludable de verdadera economía social.

Los trabajos que tendré la honra de presentar a 17. E. en Graneros, permitirán también apreciar el primer ensayo de la

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gran transformación que debe operarse en la vida de nuestras poblaciones agrícolas.

Allí se podrá ver la pequeña finca con su granja iiiodelo al alcance del proletario rural, el terreno con sus amplias aveni- das, sus plantaciones, su sistema adecuado de riegos, sus fosos necesarios de desagüe y de drenaje, sus captaciones de agua subterránea, sus instalaciones de agua potable y de luz eléctri- ca, su jardín agrícola para la ensefianza práctica de todos los cultivos, su cátedrd teórica, sus establos, sus viviendas de di- versos tipos y en medio de ellas el plantel de la Caja de Al-io- rros, como centro de esa colmena que va a vivir sana y cumpli- damente por el trabajo y el esfuerzo p r o p i ~ y por la aplicación práctica del gran principio de la solidaridad social.

Y en este punto, Excmo. Señor, séame permitido detener- me un instante en razón de su trascendental influencia en la evolución de las sociedades modernas.

Porque, en efecto, ese concepto con todas sus aplicaciones a obras de previsión social, hace desaparecer el régimen de ais- lamiento y desconfianza, para reemplazarlo por un régimen más humano, de comunidad de intereses, de sacrificios y de afeccio- nes, de ayuda recíproca y de mutua consideración; y permite sustituir al organismo frío, estéril, que contribuye a la vida nó- made, sin estímulos y sin esperanzas, de nuestras familias agra- rias, un nuevo régimen de colectividad animosa, solidaria en el traba!o y solidaria en el éxito, común en los esfuerzos y común en las alegrías, con la seguridad del presente y con la tranqui- lidad del porvenir, dueiia de sus actuales destinos y dueña de su voluntad para continuar sobreviviendo en la vida de los S U -

yos, que es como la perpetuidad de la propia existencia. La vida conteinpoi ánea con sus múltiples y variadas com-

plicaciones, sus poderosas atracciones y sus duras exigencias, con SUS diversas vinculaciones econóinicas y sus intereses en- contrados, impone a todos los elementos sanos y activos de la sociedad un aporte considerable y ciesiiiteresado en beneficio de las obras que miran al bienestar y a la independencia eco- nóinica de las clases proletarias.

La fuerza de las asociaciones que es una gran palanca en el organismo industrial y comercial de los pueblos, puede tor-

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narse en peligrosa cuando no se siente vinculada al órden so- cial y no se l-ialla contenida por el freno de la propia responsa- bilidad.

Pero a ia vez, se convierte en rnotor de progreso y en cau- sa de tranquilidad social cuando está contrapesada por el sen- tiniiento moral, contenida por los vínculos del interés propio y arraigada por los lazos del hogar.

Estas consideraciones, apenas insinuadas, han inducido en todas partes a los grandes organismos económicos a fundar obras que despierten esos sentimientos de solidaridad y man- tengan eri forma eficaz y duradera en el alma de las masas el concepto del amparo, de la cooperación y de la comunidad de intereses.

Esta obra de la constitucíón de la propiedad, ya sea por medio de la formación de poblaciones y subsiguiente transfe. rencia a imponentes de las Cajas de Ahorros, ya sea por la ad- quisición individual y libre, ha sido desarrollada en grande es- cala tanto en Santiago como en Valparaíso, por un regimen de consorcio entre la Caja de Crédito Hipotecario e Instituciones de Aliorros, lo que era fácil realizar por hallarse una y otras bajo la dirección de un mismo Consejo y bajo la presidencia del misnlo Director de la Caja de Crédito Hipotecario. Hubo, por lo tanto, una misma inspiración y una misma y única fina- lidad.

En una interesante comunicacióil dirigida por el Director de la Caja, don Luis Barros Borgoño al Honorable Senado con fecha 29 de Octubre de 1920 se insertan datos coinpletos rela- tivos a la adquisición de propiedades para empleados y obreros realizada hasta entonces por la Caja de Crédito Hipotecario.

Al terminar ese informe se consignan las siguientes consi- deraciones de carácter general relacionados con esa materia.

«Corno US. lo sabe, desde años atrás, el Consejo de la Ca- ja, en su doble carácter de gestor, por uiia parte. de la Institu- ción hipotecaria, y de representante, por la otra, de la Caja de Aliorros de Santiago y de la Caja Nacional de Ahorros, inició Ia obra de constitución de la pequeha propiedad agrícola y la de construcción de habitaciones económicas e higiénicas. Los imponeiites de los establecimientos de ahorro Iian podido en-

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centrar en esta conexión del crédito hipotecario a largo plazo con 30s planteles de la economía popular, los medios adecuados para dar forma práctica a sus justos anhelos de adquirir su casa en las ciudades o poseer en los campos una granja o parcelas donde desarrollar sus actividades.

#El Concejo ha prestado a esta importante obra de mejora- miento social y económico del país toda su atención; pero sólo ha entendido hacer un ensayo y presentar un ejemplo de lo que puede y debe hacerse en esta materia

eCor~sidero, .. , sin embargo, que-este ensayo; habrá de con- tiibiiir al estudio del plan. general que convenga seguir en el futuro, tanto por la acción del Estado como por la iniciativa de las instituciones de crédito y de ahorro, de los particulares y de las grandes empresas industriales.

*En e1 interés que se hace sentír hoy día, principalmente en los diversos centros agrícolas del país, por el otorgamiento de crédito a los pequeños propietarios, debe verse la expresión de una necesidad a que es menester prestar satisfacción; pero no creo que deba buscarse la' solución completa de esta aspiración sólo en el crédito hipotecario a largo plazo.

< L a formación del crédito agrícola y una ampliación de las operaciones de las Cajas de Ahorros, habrán d e contribuir tam- bién eficazmente a satisfacer esas necesidades.

&Si los establecimientos deahorros han llenado hasta ahora cumplidamente s u prirnordial misión de colectar y cuidar las economías de la nación, tendrá que llegar un momeilto cuando se lo permitan sus fondos de reserva y sus utilidades anuales, de destinar las sumas que seaii posibles en beneficio de sus irn- ponentes y de las localidades que han contribuido a formarlas.

<Estos dirersoc problemas lian ocupado siempre la atencion del Consejo, y puede US. contar con que en todo momento ha- brá de prestar su más decidida cooperación al estudio y solu- ción de las materias a que se refieren las comunicaciones del Honorable Senadou.

Esta misma idea cordinal aparece consignada en la Memo- ria del Director séfior Barros Borgoño del afio 1927 como si- gue:

uno de los caminos seguidos pata el logro de estos idea-

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les ha sido la compra libre de propiedades para imponentes o

sea de casas que ellos eligen, y que la Institución, previo el es- tudió y calificación de la negociación adquiere por cuenta de ellos; y el otro, desarrollado en forina también muy satisfacto- ria por la Caja de Santiago e iiiiciado en Valparaíso por la Caja Nacional de Ahorros, en representación de la Caja Hipotecaria, ha sido la formación de Poblaciones o sea la construcción de habitaciones destinadas a ser transferidos a sus imponentes, empleados, comerciantes, profesionales u obreros 2.

Tales fueron: en la ciudad de Santiago, primeramente la dc I-juewul, en el populoso sectcr de San Diego, a que ya nos he- mos referido; y los de Providencia, en la Avenida Miguel Claro; de fiuíioa, próxima a la Estación de Santa Elena; y de ((La Paz>, en la Avenida de este nombre y del Llano Subercaseaux.

Del nlismo modo fueron construidas hasta 1930, en la ciu- dad de Valparaíso: las extensas y valiosas Poblaciones de Co- chrane, en las proximidades de la Plaza Aníbal Pinto; la de Pla- ya Ancha en diversos sectores de este importante cerro; y la del Barón que constituye interesantes grupos en tres sectores distintos de este populoso barrio, frente a la Estación de los Ferrocarriles.

L a citada Memoria de 1927, a que venimos refiriéndonos, agrega lo siguiente en cuanto a la propiedad agrícola o fincas destinadas a los trabajadores de los grandes propietarios rura- les.

<En este mismo sentido, dice aquel documento, y persi- guiendo los propósitos de contribuir a la división de la propie. dad territorial, ha adquirido predios agrícolas que, en seguida ha subdividido y transferido a imponentes cotno pequeñas fin- cas destinadas al cultivo intensivo y a la constitución del pe- quefio propietario rural. De este género son la Población Agrí- cola de Graneios 11 las Granjas de L o Ovalle.

«Independientementt de estas operaciones, el Consejo de la Caja Hipotecaria, agrega el mismo informe, lia realizado dos obras, que pueden cotisiderarse fundaciones de interés social jT

que miran al bienestar del personal y a la s:ilud pública en ge- neral. Son los Parques de Salud del Retiro, en Quilpué, y del Morro, en Tomé.

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Este segundo estableciiriieilto es propiamente un balneario, pero reune además por sus bellezas naturales, por sus planta- ciones y jardines sobre un morro que avanza sobre el mar y las alegres condiciones de su Hotel, todos los atractivos y eletnen- tos de u n Parque de Salud. Fué destinado especialmente al personal de las instituciones de Ahorros, situadas en las pro- vincias del sur. F ~ i é inaugurado oficialmente por el Director don Luis Barros Borgoño e n Noviembre de 1925, en circuns- tancias que deseinpeiiaba las elevadas funciones de Vice-Presi- dente de la República.

Como esta fundación obedeció al mismo concepto en que fiié concebida y realizada la más ámplia y vasta de El Kctiro, en Quilpué, inuaugurado en Noviembre de 1923, le son aplica-

bles todas las consideraciones y apreciaciones de que pasamos a ocuparnos y que dejaron trazadas las líneas fundamentales de esta obra de elevada previsión social.

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EL RETIRO

Los economistas afirman con acierto que no es suficiente proporcionar al pueblo una morada sana y confortable para sa- tisfacer el mínimum de las condiciones en que la vida pueda hacerse y sentirse grata y amena. E s menester además buscar- le un aliciente moral para el espíritu y un alivio para el organis- mo que después de las faenas cotidianas del trabajo anhela el reposo y la tranquilidad.

Si esto es efectivo en el campo de las actividades obreras, lo es y con mayor razón para los hombres que trabajan con su inteligencia, que laboran penosamente en las oficinas producien- do el desgaste físico e intelectual.

Para el empleado, ese obrero casi anónimo, pero coopera- dor no menos eficiente del progreso de la Nación, los patrones' no han demostrado aún una verdadera comprensión de su irn- portancia JI del papel que deseinpefia.

La Ley de Empleados Particulares, dictada en Septiembre de 1924, significó el movimiento ya formal de una situación nueva que se crea a ese numeroso y paciente personal, adescri- to a las industrias y al comercio del país.

Pero en la época q u e nos estamos refiriendo eran limita- das las instituciones que pensaban en la suerte de sus ernplea- dos y menos aún en el porvenir de sus familias.

Desde años atrás la Caja de Crédito Hipotecario venía es-

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tableciendo todo un régimen encaminado, por la constituciói-i de fondos de Ahorro y de Retiro y por la adquisición de casas de habitación, a asegurar una situación de trailquilidad a todos sus empleados y a los que pertenecían a las Cajas de Ahorros.

Ya en 1921 se preparaban las bases más amplias que sir- vieron para organizar el Departainento de Previsión y que tu- vieron por objeto mancomunar a todos esos empleados en un sistema que permitiera prevenir, en cuanto fuera posible, todas las contingencias desgraciadas de la vida, y de asegurarles un porvenir honesto para ellos y para sus familias.

El Director de la Caja estimó entonces que era de absoluta necesidad y de conveniencia mutua presentar, como lo Iiizo, una fórmula de solidaridad que garantizara las contingencias de la vida del empleado, libertara a las institucioties einpl=adoras de la carga aleatoria a que estaban sometidas y permitiera la con- sagración del individuo al servicio exclusivo de su empleo.

Pero este concepto y esta obra se precisan en la fundación del Cauz$o de SaZ~da' de EL Reti?-o. L a especialidad de la idea matriz alienta una nueva organización y da vida al moderno plantel de previsión. Desde ese momento el modesto enipleado comprende y sabe que puede disponer en todo momento para él y su familia, en un clima privitegiado de casas y jardines, de parques y arbolados, de canchas de foot-ball, y de tennis, de piscinas, y de todos los atractivos y comodidades de hospedaje que sólo la fortuna puede proporcio~iar a los muy escogidos que son capaces de obtenerlas en tales condiciones.

&La inauguración de ese plantel único, el que concurrió el gran personal de la Cajas, decía entonces uno de los presentes, nos ha hecho nacer a una nueva vida, ha hecho palpitar nues- tros corazones con sentimientos de alegría y de satisfacción que jamás habíamos sentido y nos liemos ericontrado mejores y con grandes alientos para el trabajo y nns sentimos a la ves adheri- dos a las instituciones a que pertenecetnos por los lazos más es- trechos del agradecimiento y de la lealtad s.

II

El discurso qiie pronunció en esa fecha, 8 de Diciembre de

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1923, el Director entonces de la Caja de Crédito Hipotecario, don Luis Barros Borgoño, permite apreciar la naturaleza de esa Fundación y explica los sentimientos que despertó en toda aquella selecta e inmensa concurrencia.

Por esta razón insertamos íntegra esa pieza en que está es- bozada la obra, sus finalidades y sus proyecciones. Si éstas han excedido a todas las previsiones, del mismo modo, el ensanche constante que ha exigido las construcciones y las nuevas ins talaciones, manifiesta que esa obra ha venido a satisfacer con las aspiraciones más idealistas de los empleados, necesidades también sentidas de un gran público que concurre allí durante todo el año y q u e manifiesta sin reserva sus entusiasmos y justi- cieros aplausos.

DISCURSO DEL DIRECTOR DON LUIS BARROS BORGOÑO EN LA

INAUGURACION DEL CAMPO DE SALUD e E L RETIRO»

(¿&!¿$l/é), EL 8 DE DICIEMBRE DE 1923.

« Seriores:

Es muy grato para mí abrir desde hoy las puertas de este plantel destinado a señalar u11 paso más en las obras de previ- sión y bienestar del personal, que desde años atras viene reali- zando el Consejo de la Caja de Crédito Hipotecario.

Tiene por objeto procurar a todos los empleados de las diversas instituciones que depeiiden del Consejo, un lugar d e descanso y de solaz y de facilitar, a la vez, al Departamento de Previsión su labor de asistencia en lo; casos en que los quebran- tos de la salud requieren aire puro, sol, luz y reparo para el cuerpo y el espíritu.

No es un sanatorio; es un campo de salud; se trdta de ali- viar más que las dolencias del cuerpo los desfallecimientos de la voluntad. Se trata de conservar la salud para evitar las enfer- medades; se quiere prevenir antes que curar el mal.

En esta hermosa y pintoresca localidad se marcará un compás de espera a las faenas de la diai.ia jornada y aquí, en

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reposo el espíritu, desatada la voluntad, habrá de encontrarse, con la satisfacción del trabajo, el aliento generoso de la vida.

La institución desea obtener de su personal el máximum de la actividad y del esfuerzo, la plenitud de sus capacidades y de sus energías: les ofrece, a su vez, todo lo que pueda aspirar el hombre en nuestra época de lucha intensa y labor rápida: la traiiquilidad del presente y la seguridad del porvenir.

H este intento obedeció la creación del Departamento de Previsión del Personal que tiene a cargo el retiro y la asistencia, el ahorro y el seguro de vida.

Para atender a! retiro motivado por incapacidad relativa o absoluta, se provee a la formación de un capital de que pueda disponer el empleado en dichas emergencias.

En los dos años que próximamente enterará el Departa- mento de Previsión, se ha formado ya un Fondo de Retiro ascendente a $ 1.366,066.

Análogo al anterior es el Fondo de Ahorro, formado por las asignaciones que con tal fin destinan anualmente las diversas instituciones y de que sólo puede disponer el empleado a los veinte años o cuando quiera invertirlos en una propiedad raíz. Los fondos acumulados por este concepto alcanzaban el 30 de Noviembre último a $ 1,536,741, deducida la inversión hecha en la compra de casas de habitaciones que l-ia importado en el año la suma de $ 566,967.

El seguro de vida está establecido con carácter obligatorio, comprende 1.121 einpleados y alcanza a una suma global de $ 13.748,900. El fondo especial de reserva afecto a este giro alcanza a $ 516,273.

E1 Departamento tiene además a s u cargo la asistencia mé- dica del personal en su forma más amplia, ya sea atendiendo a los empleados por sus propios facnltativos, ya sea concurriendo a los gastos que en casos determinados puedan ser exigidos por una atención especial, o la intervención quirúrgica, ya sea dispnienho la hospitalización de los enfermos y su envío a sa- natorios, balnearios o lugares apropiados. En este aiio han sido asistidos de esta manera 128 empleados con un costo global de $ 40,000.

Como acciiii preventiva y complementaria de toda esta

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obra benéfica, podrá el Departamento disponer en adelante, sin gravamen para los empleados, el uso de este local en la sección d e pabellones especiales construídos con tal objeto. Los tres edificios que se entrrgan Iiov al servicio corresponden al tipo de habitaciones con familias y los que están proyectados consulta- rán especialrncnte las habitaciones para empleados solteros.

Si11 perjuicio de esta aplicación determinada, el Departa- mento y la Adininistracióri podrán autorizar el uso de las locali- dades en los períodos de licencia y de vacaciones del personal, a costa de éstos, pero con tarifas míiiiinas.

El plantel de (El Retiroi consta además de este restaurant y del hotel destina,lo al público, de su parque, de sus jardiries y del hermoso stadiuin, formado a iniciativa del personal de la Caja de Aliorros de Valparaíso p de su digno administrador, don Fernando Lantaño. Coii celeso afán J. vei~ciendo no pocas dificultades, el seiior Lantalio echó él primero las bases de esta asociación deportiva, que al presente vemos floreciente y eil plena prosperidad.

Nos es 1nuj7 satisfactorio ver hojr re~inidos aquí a los de- portistas de Santiago, que lian venido placenteros a juntar siis estandartes jr sus insignias con sus coinpañeros de Valparaíso y a estrechar cada vez más los vinculos de recíproca y fraternal solidaridad que así como los une en el espíritu de trabaio, los confunde en estos lierinosos carilpeo~~atos d e la fiierza y de la agilidad corporal.

Hoy más que nunca, en las agitaciones de nuestra vida in- tensa, debemos formar JT ciiltivar estos centros que, cual potentes acun~uladores, clevolveráii a1 organismo las nuevas energias Ila- rnadas a transfortnarse en uiia mayor capacidad para el trabajo y en poderosa tensióil para sus actividades.

Debernos combatir los enervamientos de la voluntad JJ usar de los más eilérgicos preventivos contra ese mal social que se manifiesta por la depresión de los caracteres, el desaliento de los espiritus, el cansancio colectivo, es menester grabar en la mente el concepto moralizador que un filjsofo antiguo precisaba en su frase <ésto viru, reactivo enérgico que colocará al hombre sano en condiciones de exhibir i-egucijado los frutos de la vo- luntad triunfante.

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En nuestra época, la victoría pertenece a los luchadores, a los hombres de acción que colocan al servicio de ,un espíritu sano las decisiones de una fuerte y perseverante voluntad:

Para llegar a ello necesitamos cuidar el cuerpo y sanear el alma, conservar el dominio de nuestras fuerzas y afirmar el go- bierno sereno de nuestro espíritu; y estaremos ciertos de conse- guirlo si podemos disponer sienipre de una reserva de energía que permita el justo equilibrio de las facultades intelectuales.

Nos dan el ejemplo esos pueblos sajones, ingleses y ame- ricanos del norte, nacidos y preparados para la acción intensa y conquistadores de la vida.

Esos hombres selectos, que en las grandes nacioiies, como Inglaterra o Estados Unidos, tienen la dirección del gobierno del país o de las empresas colosales que por sus ramificaciones asemejan al rodaje de un Estado, preparados como están para la lucha y soberbios y vigorosos trabajadores, se imponen, sin embargo, como ,imprescindible deber y como imperiosa exi- gencia buccar el descanso periódico, y en sus inmensos par- ques y en sus tranquilas y apartadas mansiones de campo, allí a. pleno aire, en el ambiente vivificador de la luz y del sol, en sus juegos de foot-ball y tennis o en suc preferidas y rnuy bien combinadas partidas de golf, liallan el medio seguro de restau- rar sus energías y de reconstituir el organismo en trabajo.

Recordaréis seguramente que en los días más álgidos d e la gran guerra, en los momentos que la suerte de las armas de- pendía de la energía, de la eficacia y de la rapidez con que pu diera obrar ese coloso de poder y de eficiencia que se llama Inglaterra, el gran Ministro y soberbio lucl-iador Mr. Lloyd George, en cuyas manos exclusivas descansaba el Gobierno. se retiraba precisatilente el día sábado, lejos de la ciudad, hervi- dero de actividad y honda labor, a hacer sus impostergables y reglamentarias partidas de golf.

Y así, mientras en las líneas de combate, el fuego y los ai- res afixiantes arrebataban cruelmeiite de la vida a hermosa y lozana juventud, allá, en las praderas de Gales o en las monta- ñas de Escocia, los poderosos directores de la política inglesa, los grandes cerebros en cuyo acierto y facultad de trabajo efi- ciente descansaban los destinos de la humanidad, jugaban re-

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gularmente su golf y pedían al ejercicio metódico de sus brazos y a la certeza de su mirada, los elementos necesarios para con- tinuar con éxito en la gigantesca lucha y poder soportar las in- mensas responsabilidades que pesaban sobre sus hombros. Allí solamente podían encontrar la reconstitución para sus nervios laxos por la forzada tensión, el caliriaiite para los espíritus exci- tados violentamente por el combate, y los bríos tlecesarios a sui indomables voluntades.

Estos hecl-ios, inconcebibles en un latino. y que causaban estupefacción en la grneralidad de los pueblos, presentan, sin embargo, las características de la pujanza de aquella raza pre- parada especialmente para las luchas del trabajo y acostum- brada a doinii-iar y a vencer dificultades por su energía, p.ir su perseverancia y por su potente vitalidad.

Tal es 10 que necesitamos promover y estimular entre nos- otros: la vida sana, Ia voluntad fuerte, el espíritu alto; la coor- dinación de los esfuerzt)~, la perseverancia en el trabajo, el con- cepto de la respoiisabilidad, la coticiencia del deber y ¡a satis- facción i-ioble y saludable de estar seguros de hacer todo lo que es necesario, todo lo que se pueda y más de lo que se debe

La 11-is~ituciÓ1-i a que servimos sabe coinpensar con lar- gueza y con la más amplia visión los esfuerzos J? las aspiracio nes de su personal; y una vez más da forma en esta hermosa fiesta a un nuevo acto del prograiila transcedental de trabajo que se lia trazado y que seguirá realizando de etapa en etapa .

por el bienestar de sus empleados y por el riiejoramiento ince- sante de los servicios. Espera poder extender en breve esta riiisrna acción a las demás regiones del país donde ejerce la institución de al-iorro s u benéfica influencia.

Atenta como está la Dirección superior a oir y conocer to; das las necesidades de las diversas localidades, ha acordado reunir periódicamente seiialando desde luego la segunda quin- cena de Abril de cada año, a todos los administradores d e las oficinas de ahorro de la República para estudiar y resolver las medidas generales que requieran el iiiejor servicio y el progreso incesante 'de nuestros planteles de aliorro, para que se haga efectivo el espíritu de coordinacióii y recíprnca colaboración y

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para que el personal se coiiozca muy de cerca y sepa estimarse J. aprecia1 se debidamente

En este i~iornento, en qiie veo reunidos a los jefes de la Caja Nacional de Al~oi.ros y a los repi esentailtes directivos de la Caja de Ahorrosde Santiago, y en qiie están conf~indiclos en íntiino coiisoicio los empleados de cilla y otra institución, debo expresai.os mi más prof~iiida complaceiicia por vuestro espíi-itu de esirticlio y cordial conipaiierisiiio y liago votos iiiuy sinceros porque os iiiant-ngáis siempre unidos en la prosecución de los iiobles ideales por el engr-andecimieiito de nuestras institucio- nes y por el bien general.

0 s felicito cordialmente por el espíritu de trabajo de que dais constante prueba, por vuestro espíritu de disciplina y por v~iestras saludables iniciativas.

0 s invito a formular en L I I ~ solemtle y único voto vuestras pcoinesas de estrecha y leal solidaridad eii bien de las institu- ciones a que pertenecéis y en l-ionra y prestigio de todos voso tros.

Los distinguidos rriiembios del Consejo de 1d Caja de Cré. dito Hipotecario y de toclas las Cajas de Ahoi-ros que han que- rido Iionrar este acto con su presencia. os saludan por mi in- terme~lio y os alientan al trabajo y a la acción, coi1 confianza en vuestros esfuerzos y con fe eii vuestro porveiiir.

Cúinpleine, finaliiiente, hacer entrega de este plantel a la activa j 7 celosa Administración de la Claja Nacional de T'alpa- raíso, representada por su digno jefe don Fernando Lantafio S. y expresar mis felicitaciones al distinguido y brillante arquitec- to (le nuestra oficina técnica, don Ricardo González, que ha puesio eii la concepción y ejecución de es.e p'an todo el arte y la delicada maestría qrie sabe dar a sus obr,is.

Aiites de concluís, séame permitido 'espl-esar nuestros agradeciinientos, al sefior Intendente de la Provincia, Majistrados de la Corte de Valparaíso, seiiores Almirantes, Jefes s~iperiores del Ejército y Armada y altos f~tncionarios que se han dignado honrar este acto con S U presencia)).

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D e una interesante publicación Iieclia en aqiiella época to mamos algunas descripciones del plantel y del panorama en que se desarrolla.

El plan de la obra, dice, el cariño con que lia sido irnpulsa- do, el arte que ha revelado su ejecución hace11 del Campo de Salud de <El Retiro* un lugar de recreo incomparable. adorna- do con primor por la naturaleza.

L a presentación de los chalets en medio del parque, deno- ta una obra de acabado gusto, con un estilo que pudiera lla. marse campestre y con estructura colonial. Se ha seguido la línea del ambiente, es decir, imitando la naturaleza que en la región de Quilpué es quebrada y pintoresca. El estuco rugoso del exterior da a los chalets, un aspecto gracioso y liviano, co- mo el de esta clase de construcción en los grandes parques de la Europa.

' Todos los chalets son independientes, destinados a familia, en general de dos pisos, con acceso separado, J. cada piso con cuatro y cinco habitaciones, amplias y asoleadas. Cada uno tie- ne un hall central, con gran ventanal y balcón salienie, baiíos frios y calientes, calefacción y todos sus servicios liigiénicos.

El amoblado ha sido expresamente confeccionado para ca- da chalets y teune toda la coinodidad necesaria. E11 pinturas, adornos,'papeles, etc., se lia conservado siempre un mismo tono. sin descuidar ningún detalle, contribuyendo a poner en todo una nota alegre, grata al espíritu del que llega a buscar alivio y descanso.

El parque coriserva los grandes árboles que pertenecían a la quinta, que adquirió primeramente la Caja para iniciar los trabajos y que después I1a ido ensanchando por la conipra de todos los lotes que circundaban esa propiedad.

Se disceíió, en seguida. el nuevo parque, d,- aspecto sevi- llano, con su pila al mismo estilo, y sus naranjos y sus plata- bandas de flores.

Sinuosos caminos cruzan el parque en todas direcciones, marcando las desigualdades del terreno, y llevan por un estre- mo hasta las canchas de sport y por el oti-o a los campos de iuego para niííos.

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L a propiedad posee excelente servicio de luz eléctrica, fuentes abundaiites de agua y uii sistema completo de alcanta- rillado.

E n el frente de la construcción principal está la Adminis- tración, que da a una de las calles de la Población, y al interior salas de recepción, un hall central y el gran coii-iedor, con lier- mosos ventanales que dan por tres lados a los jardines del Par- que, y decorado y amoblado con elegancia y buen gusto.

Todo su servjcio de comrdores, vajilla, cristales, platería, etc., ha sido especialmente traído de Europa para el estableci- miento, y se renueva y completa cada. año. Bodegas; frigorífi- cos, cocinas y SUS dependencias, construídas de cemento armado, completan ese pa,b.ellón central de Administración.

Al frente, calle por medio, se encueritran dos mesetas, plantadas de árboles y flores, y en la cima de una de ellas está construída uria lujosa piscina de natación de 25 15 ml. y 3 de profundidad, con su desagues apropiado para el riego de los jardines y tiel parque. Un pabellón de dos pisos con 40 cabinas para los bañistas, complementan este elegante departamento.

Para realizar todas estas obras ha sido menester hacer grandes desmontes de terrenos, ejecutar obras de mampostería en los perfiles, trazar nuevas calles, llevar en gran cantidad la tierra vejetal para los jardines, J. conve~ tir extensiones de seca- no. estériles e ingratas en terrenos fértiles que hoy deleitan por la hermosura de sus flores y el verdor de sus prados.

Un camino nuevo, abierto por la Administi.ación, ha aproximado el establecimiento al pueblo inmediato de Quilpué, dejáfidolo a una distancia de la Estación que no excede de mil metros y qiie será próximamente pavimentado convenientemen- te en la misma forma que el camino troncal que lo une a Viña del Mar y con el cual está unido. Actualmente se hace el tra- yecto a Vifía en treinta minutos de auto.

Las fotografías que acompafiamos a esta ligera reseña per- miten apreciar el estado actual de este plantel, en que la bri- llante ejecución ha correspondido al noble pensamiento en que fué inspirado.

Es satisfactorio dejar testimonio del voto unánime que el

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Consejo de la Caja tributó al Director con ocasión de esta obra y que dice como sigue.

SES~ÓN DEL 20 DE DICIEMBRE DE 1923

El Señor Consejero Conclia observó que en el acta de la última sesión no aparecía consignada su manifestación d e espe- cial congratulación por la forma como el s e ~ o r Director estaba realizacdo las obras de previsión scjcial y de bienestar y que su intención al hacer este acto de justicia, al que había conciirrido expresamente el Señor Consejero Bai'iados y con su asentimiento unánime los demás señores Consejeros, era que de ella quedára testimonio especial Agregó, a este respecto, que si este concep- to lo tenía formado desde que había podido visitar y conocer las diversas obras realizadas en esta ciudad, le movía al presente hacer esta manifestación la visita que en compañía del señor Consejero Bañados y de los miembros del Consejo de la Caja de Ahorros de Santiago y de todo el personal superior de las diversas instituciones había hecho a Quilpué, con motivo de la inauguración de las importantes y hermosas construcciones le- vantadas en esa localidad, con arreglo al plan general a que obedecen esas obras. Pidió que se dejará expreso testimonio de esta declaración en lo que estuvo de acuerdo el Consejo,

El Señor Director, agradeciendo muy sinceramente esta defereiicia de los señores Coi~sejeros, expresó que ella envolvía el mejor estímulo para su acción, encaminada en todo momento, con la confianza del Consejo, a dar forma positiva y eficiente a la labor social de constrcicción de habitaciones econóinicas e higiénicas, formación de poblaciones modelo e implantación de los d a n a s servicios de previsió!~ y de bienestar qiie se tiene tra- zado el Consejo.!