lostemas todo es historia los publica - cosas que me …comegus.ucoz.com/n_122.pdf · 1880 la...

100

Upload: hathuy

Post on 27-Sep-2018

219 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Lostemas que el país debate.

Todo es Historia los publica mensualmente. Libros de tesis, polémicos, actuales.

Porque vivimos en un mundo en constante ere· cimiento . Porque di. a dla nuevos seres reclaman nues­tro aporte solidario . Sasetru elabora más y mejores alimentos, aplica una tecnologla de avanzada, crea nuevas fuentes

'$

de riqueza, lleva a lo largo y a lo ancho del pal. y más allá de nuestras fronteras productos que son vitales para la Argentina y el mundo.

SASE.HU AUMENlOS ARGENTINOS

4

Amigo lector: Desde los más altos niveles del gobierno y en forma

reiterada se ha anunciado la iniciación de una etapa de diálogos con personalidades e instituciones representativas del país, a fin de establecer coincidencias que permitan la formulación de objetivos que constituyan términos de referencia para la comunidad argentina en el futuro próximo.

Sería aconsejable que en esta suma de cambios de ideas no esté excluida la historia. Porque es mucho lo Que puede aportar la experiencia y el juicio de quienes trabajan en el campo del pasado. Al fin y al cabo, los grandes momentos del país, las etapas de su grandeza, no se hicieron de otro modo que recogiendo las enseñanzas de su propia historia, actualizándolas y proyectándolas hacia adelante. Cuando hacia 1880 la Argentina decidió insertarse en los circuitos mundiales de la producción y el consumo, retomó, adecuándola a la época, la experiencia de 1820/24 implementada en la provincia de Buenos Aires en relación con la industrialización de la carne salada; ahora el frigorífico permitía mejorar la calidad exportadora pero en síntesis se trataba de lo mismo que medio siglo atrás permitió a Buenos Aires remontar su crisis política y robustecer su incipiente economía. Este es sólo un ejemplo que podría reiterarse largamente.

Cualquier proyecto que no se funde en series históricas auténticamente nacionales, está condenado a la precariedad . Nuestro pars, con una historia relativamente corta, ha elaborado creencias, costumbres, formas de trabajo y de vida, modalidades de convivencia que no pueden marginarse; que deben manejarse con destreza para que den todo lo que pueden dar para la afirmación de un diseño nacional que no sea .el resultado de una lucubración teórica sino de una ' delicada recolección de las cosechas espirituales y materiales que durante décadas, y aun siglos, han venido formando silenciosamente el fundamento de la Nación.

Muchas veces se ha señalado la callada pero decisiva influencia que tiene la historia en la vida cotidiana de los pueblos. Recoger este mensaje del pasado es indispensable para seleccionar los valores que habrán de enfatizarse para presentarlo a la comúnidad argentina como objetivos cuya conquista será el desafío del último cuarto del siglo XX.

félix Luna

Uno de los pilotos de los aviones Lalé 25, Ricardo Grosa, aliado de su má­quina; la precariedad de los medios, en los tiem­pos heroicos de la avia­ción comercial, se com­pensaba con el estu­pendo coraje y la admi­rable pericia del perso­nal.

HIS5I'8RIA "Historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, tes­tigo de lo pasado , ejemplo y aviso de lo presente, adver­tencia de lo por venir: .. "

(CERVANTES, Qullote, 1, IX)

Prohibida la reproducción total o parcial del material contenido en esta revista, en castellano u otro idioma.

AÑO XI - N° 122 Julio de 1977

Editorial: Todo 8S Historia S,R.L.

Director. Félix Luna

Secretaria de Dirección: Marisel Flores

Redacción: Viamonte 1479 110 e -Tel .. 40·7545

Sumario

La aviación heroica.

La historia de las primeras lineas de aviación comercial en la Argentina está llena de personajes audaces , itine­rarios azarosos, inexperiencia e improvisación: todo se dio -como relata Julio A. Luqui Lagleyze- para que nuestra aviación comercial pueda contar orgullosa­mente su prehistoria como una saga de fe y de coraje .

Página 6'

El primer fósil del Río de la Plata

Un día apareciÓ en las cer­canías de LUján una ex­traña osamenta. Era en '1787Pacientemente re­construido, el esqueleto Oe un animal antedilu ­viano viajó a Mad lid. El problema empezó des­pués, cuando Su Majes­tad pidiÓ que enviaran el animal . . . vivo! Juan Car­los Vedoya evoca la histo­ria deeste fósil , el primero de los que después se fue­ron descubriendo en nuestro territorio. Página 60

Amadeo Jacques, pensamíento V obra Inmortalizado en las pági­nas de "Juvenilia", el do­cente francés vivió en nuestro país una existen­cia fecunda y no siempre . feliz . Su acción quedo im­presa en los jóvenes que formó pero es justo re­construir, como lo hace Juan Antonio Vigna , su trayectoria docente. Página 68

A 150 años del experimento unitario.

Luis Alberto Romero traza en esta nota una original interpretación del ensayo implementado por Riva­davia y su grupo , clausu­rado hace un Siglo y medio con la renuncia de ese presidente , resistido por el país entero pero cuya concepción merece un imparcial análisis .

P¡jglna 38

Un levantamiento rural en Entre Ríos

En la década que co ­mienza en 1820, una so­ciedad comercial formada en Buenos Aires empezó a acaparar tierras en Entre Rlos . Su acción provocó el primer levantamiento rural de que haya noticias en nuestro pals, y tuvo secuelas judiCiales que se prolongaron hasta des­pués de Pavón . Así lo evoca Trinidad Delia Chia­nelli. P¡jglna 82

y también El desván de Clío Curiosidades y rarezas en el desván de la Historia . Las dice León Benarós Página 34

Anticipos Tras los dientes del perro. por Helvio 1. Botana Página 56

El libro de historia del mes Lo comenta Luis Alberto Romero Página 80

Nos elogian Página 96

• •

Desde los más remotos tIem­pos el hombre soñó con volar . El primer intento de la historia lo registra Cayo Suetonio Tran­quilo en su Vida de los doce Cé­sares, siendo su prqtagonista Simón de Samaria (El Mago) , quien al fracasaren su vuelo con alas mecánicas, muere enel Co­liseo, en presencia de Nerón y miles de espectadores

Se suceden ideas, teorías y di­seños. La línea es interminable. Recién, el 5 de julio de 1783 vuela el primer montgo/fier al aire caliente. EI15 de agosto de ese año el médico Jean Francois Pilatre du Rozier es el primer ae­ronauta de la historia: también, dos años después, será la pri­mera víctoma de la aviación del mundo.

Se inicia la era de los más li­vianos que el aire.

Siguen los intentos y llegamos al ingeniero Clement Ader -francés- quien con su folo a vapor, vuela 50 metros el 9 de octubre de 1890. Repite sus vue­los y el 12 de octubre de 1897 vuelve a efectuarlos con otra máquina a la cual bautiza Avión nombre de un ave semejante al vencejo.

Fueron los primeros vuelos mecánicos de la historia, ya que Orville Wright recién lo hace el 17 de diciembre de 1903, trece años más tarde.

En .la Argentina no dormiamos

En nuestro país también se empieza volando en globos. En 1810 Miguel COlombisse, de Mendoza, reitera a la Junta de Mayo una oferta hecha a Liniers en 1809. Pide apoyo económico para la construcción de un ae­rostato dirigido, el cual cami­nará, al menos, un cuarto de le­gua por minuto : i 60 km . por hora! La Junta , según dice Biedma, lo trata el 6 de agosto de 1830 y .. .lo envía al archivo. Pero no fue la única frustración de la Junta, ya que también ar­chivó la oferta de ... iun subma­rino!

El 19 de octubre de 1855 el francés inicia desde el hueco de

8

Lorea (actualmente parte de la Plaza de Congreso), una ascen­sión en montgolfier, sufriendo un accidente. Insiste el 30 del mismo mes y esta vez choca con las aspas del molino de viento que se hallaba en la primer cua­dra de Callao, sobre la vereda este, frente a la actual confiteria que lleva su nombre. Final­mente, el 16 de noviembre, vuelve a Insistir, y esta vez con­sigue romperse ambas piernas y varias costillas.

Durante la guerra de la Triple Alianza, el 6 de julio de 1867, el oficial de ingenieros argen­tino Roberto Chodiasiewicz as­ciende en un globo brasileño, con fines militares, en el Potrero Piris. frente al Estero Bellaco.

El 24 de junio de 1864, Wells efectúa una ascención en Plaza de Mayo; sin querer, uno de sus auxiliares. Antonio Premiazzi, enreda su pie en una soga y es levantado por el globo. Wells re­cién lo advierte estando bas­tante altura e inicia el descenso, el cual se produce sobre el río, frente a la Aduana, a500 metros de la costa, de donde son mila­grcsamente rescatados sanos y salvos.

Hay otros vuelos: Baraille, Ceballos, Martínez, Sanz, Ma­yer, Roux, Cetti, Valerios, los Si­limbani. Algunos de ellos se perdieron o murieron en la em­presa.

Después llega en 1907 un aro gentino que trae el globo Pam­pero Aarón Anchorena, la pri­mera AA de la larga serie de nuestra aviación comercial y ci­vil, como bien ha señalado Spaini. Vuelan entonces los criollos: Anchorena, Newbery -Eduardo y Jorge-, Bradley, Macías, Zuloaga y tantos más; mártires algunos, héroes todos.

El 13 de enero. la segunda AA: se tunda el Aeroclub Argentino del' cual Aarón Anchorena es el primer preSidente.

El 30 de enero de 1910 el ita­liano Ponzelli. con un Voisin, efectuaba el primer vuelo en Camoo de Mayo, aunque se ac­cidenta al aterrizar, el 6 de fe­brero lo hace el francés Bregí con otro Voisin, en Long-

Todo es Historia 122

La aviación heroica

Montgolfier en el cual Pilatre de Rozler electuo el primer

vuelo de la historia,

Con esta máquina, en 1918, la Latecoere inicia sus vuelos.

champs. Les siguen los criollos : Newbery, Fells, Candelaria, Eu­sebione , y muchos otros. Los records se suceden.

En la India, Henri Pecquet, que luego vendra·a nuestro país realiza el primer vuelo pos­tal ;cuatro meses más tarde, Bar­tolomé Cattáneo, el 25 de junio de 1911 realiza un vuelo postal entre Rosario y Buenos Aires icinco veces más largo - 300 km­de ida tan solo, que el de Pec­quet -60 km- de ida y vuelta!

El 8 de setiembre de 1911 se tu nda la Escuela de Aviación Mi­litar del Palomar.

Ya vendrá lo demás.

Nace la primera empresa de Aeronavegaci6n Comercial

Al final de la primera guerra la idea del transporte aerocomer­cial estaba en muchas mentes en Europa.

El primero de setiembre de 1918, Pierre Georges Latecoere cristaliza su sueño: funda la pri­mera empresa aérea del mundo, en sociedad con Beppo de Mas­simí y Didier Daurant. Su nom­bre : Compagnie Genera/e O'En­terprises Aeronautiques Late­coere , más conocida como la Latecoere o, sim plemente, como la línea . Instala hangares, talleres y oficinas en Montau­dron -Tolosa- desde donde pla­nifica y concreta su vuelo inicial. Este se efectúa el 25 de diciem­bre de 1918, saliendo de Tolosa un biplano Salmson piloteado por Cornemont, el cual, previa escala en Perplgnan, aterriza en Barcelona, iniciando la historia de aviación aerocomercial.

A poco, en 1919 lo hacen los holandeses -. Latecoere es, pues, la primeraLo insistimos ya que hay quienes pretenden elli­derazgo, siendo en realidad pos­teriores, basta el simple examen' de las fechas.

Latecoere cumple sus servi­cios con biplanos monomotores Breguet 14-A-2 Torpedo, vete­ranos de la guerra adaptados al nuevo uso. Sus motores Renault le permitían una velocidad de

10

Todo es Historió 122

La aviación heroica

Las instalaciones de Pacheco en 1929.

Las Instalaciones de Pacheco en 1949.

125 km por hora con u n alcance de 500 km, llevando un pasajero. En una de estas máqu inas , el F-ALUA, Bernardo Artigau quien más tarde mil itará en Ae­roposta y en Aerolfneas, lleva de Chartres a Tolosa, el15 de junio de 1920, en dos cajas bajo las alas, el correo aéreo.

El aeródromo de Barcelona es mejorado yequipado para poder seguir el proyecto. Y, el 9 de marzo de 1919 sale de allí otro Salmson, piloteado esta vez por Lemaitre, quien llevando a Pie­rre Latecoere vuela a Marrue­cos.

Ello de setiembre de 1919 - al año de su creación-la Línea cu­bre la ruta Tolosa - Perpignan -Barcelona - Alicante - Málaga -Tánger - y Rabat. A fines de año llega a Casablanca. Sale de To­losa a las 05.30 llegando a Ca­sablanca a las 18.30.

Las peripecias de estos vuelos ha llenado libros, uno de ellos es Tierra de hombres de Antoine de Saint-Exupery, quien entró en la línea como piloto en 1926.

El propio Latecoere -quien di­rig ía una fábrica de vagones ferroviarios- hace constru i r aviones. Aparece así el Laté-14 el cual tenía ya cabina de pasaje­ros. El Laté-15 primer bimo­tor, tiene escaso éxito . Más tarde se usa el Laté-17.

Pero la meta de la Unea es Sudamérica.

La\ecoere anida en Buenos Alres, y empolla

En 1924, por barco, llega al Brasil tres Breguet Torpedo Y con ellos el principe Murat y Por­tait, quienes gestionan el per­miso de vuelo a Buenos Aires, el cual es obtenido el14 de enero. Ese mismo día, salen las tres máquinas del Campo dos Alfon­sos . El vuelo lo dirige el capitán José Roig siendo piloteadas las máquinas por Paul Vachet, Víc­tor Ham y Esteban Lefay. San Pablo, Florianópolis, Porto Ale­gre , Pelotas, Montevideo ... grandes recibimientos Y home­najes. Pero no todas son rosas ; Vachet tiene un aterrizaje de emergencia, y Ham capota en

11

Porto Alegre. El día 15 llegan. por fin al Palomar Lafay y Va­chet, donde los espera el repre­sentante de Latecoere - la ter­cera AA al decir de Spaini-: el capitán Vicente Almandos AI­monacid.

Los franceses realizan gestio­nes, efectúan vuelos, recono­cen la línea Río y Natal y prepa­ran su itinerario a fin de realizar su sueño: Tolosa-Buenos Aires .

Com pran terrenos en Pa­checo, sobre la actual Hipólito Yrigoyen - ruta 197 - Y delimita­dos por las actuales Gral. San Martín, Pacheco y Marcos Sas­tre.

Latecoere ha construido un nido en la Argentina; y, en ese nido se empolla un condorcito criollo.

En lo comercial tampoco estábamos dormidos

También nosotros tuvimos y bien precozmente, nuestra aventura aerocomercial. Shirley H. Kingsley, mayor de la Armada Aérea Británica - llamada más tarde Royal Air Force- enviado por la firma AIRCO o De Havi­lIand a fin de establecer servi­cios regulares de pasajeros en nuestro país, inicia los vuelos de ese tipo el 10 de junio de 1919, esto es cuatro meses antes que los holandeses. En CinCO sema­nas efectúa diecisiete vuelOS Montevideo, Rosario, Bahía Blanca, Bell-Ville, y Guale!iuay, Colonia y Córdoba, efectuando un vuelo sobre el Uruguay. Completa 8.750 km de vuelo. Sobre esto dice la Revista del Mundo de junio de 1919, que Kingsley " .. . marcó un hecho trascendental para la aviación comercial del Río de la Plata. Sus vuelos con pasajeros. , .son los primeros que han Infundido en el espíritu público la sensa­ción y la convicción de que la navegación aérea es una con­qUista definitIVa de la ciencia y que ha entrado ya en los progre­sos prácticos de la v/da mo­derna" ... El fue quien llevó el primer De Havilland con pasaJe­ros a través del Río de la Plata.

12

Es, sin duda el primer vuelo ae­,ocomercial de América y uno de los primeros del mundo.

Ello de agosto de ese año Kingsley crea la R/ver Plate Av/a­tlOn Company

Luego la Cía. Franco Argen­tina, el Lloyd Aéreo Córdoba, la Rioplatense y otras, incluyendo aeroclubes, prestan servicios aerocomerciales.

Es por entonces que Late­coere llega a Buenos Aires.

Aquí los representa un rio­jano, héroe de la aviación fran­cesa en la primera guerra mundial. Vicente Almandos AI­monacid. En su cerebro tam­bién revolotea una idea: la crea­ción de una filial de Latecoere que surque los cielos de la pa­tria,

Pero ¿ quién era este riojano?

Almandos Almonacld, la tercera "AA" de nuestra historia

Nace el 25 de diciembre d~ 1882 en la ciudad de Todos los

Santos de la Nueva Rioja. Cosa curiosa, el día y mes coinciden con los del primer vuelo de Late­coere. Almandos o mejor AI­mandoz es un lugar en el ayun­tamiento de Baztan del partido judicial de Pamplona, en la pro­vinciade Navarra. Almonacid, de origen árabe es el nombre de va­rios pueblos, tres en Zaragoza, uno en Cuenca y dos en Toledo. Según él mismo contara en cierta oportunidad, el primer Almonacid fue un rey árabe, cuyo nombre significa Señor de la Alta Montaña.

Su padre fue gobernador de la provincia en tiempos de Avella­neda y fue víctima de la calumnia que se habla cebado en su ho­nor, muriendo de los disgustos que esto le causara, La verdad de los hechos desvirtuó los in­fundios, pero ya era tarde yeso no le volvió a la vida. Su madre, Esmeralda Castro Barros, quedó sin un centavo y con los hijos a su cargo. Se vino a Buenos Aires y debió trabajar para mantener-

Todo es Historia 122

La aviación heroica

Marcelo Boullloux Lalont, presidente de Latecoere y

Aeroposta .

... El conde Antoine de

Salnt-Exupery, aviador y poeta, héroe del aire en tres

continentes y pilar de Aeroposta Argentin'a .

los. Todo lo que ganaba era para ellos : hasta que un día, ante una orden Jud icial que la desalojaba de la pobre casa en que malvivía con sus hijos, cayó muerta. El acta de defunción dice que mu­rió de inanición . Almandos AI­monacid llegó a vender empa­nadas que le hacía una señora de La Rioja, para poder ayudar a sus hermanos.

Pese a todo cursasusestudios llegando a entrar a la Escuela Naval de la cual sale por episo­dio desafortunado que le ocu­rrió con un superior que tuvo pa­labras y trato hi riente para su dignidad . Ingresa entonces a la facultad de Ingeniería.

Se empleaen la Municipalidad a la par que efectúa trabajos par­ticulares de agrimensura.

Pero en su vida se cruza la aviación, y lo encadena. Se de­dica a perfeccionar instrumen­tose inventa un estabilizador au­tomático para un avión ideado también por él y al cual llama Aeromóvil .

Vicente Almandos Atmonacld, héroe de guerra, riojano ilustre, vencedor del Ande y padre de la

aviación comercial arg.entina.

Por esos días el Ferrocarril Sud pleita en Bahía Blanca por los límites de unos terrenos: un mojón es mencon/rable y fallan en localizarlo hasta los técni­cos desde Inglaterra. Almonacid lo halla y le pagan seis mil pesos. Se dedican luego - como dice Neyra- a planear las obras sani­tarias de Bah ía Blanca, la cual lo envía por tres meses a Francia.

Pero se queda ysededlca a los estudios aeronáutícos. En Bue­nos Aires habla querido seguir estudios de pilotaje : pero Jorge Newbery le aconseja lo haga en Francia, pues aquí le costaría un peso el minuto. Se dirige enton­ces a la fábrica Farman. No sabía ni Jota de francés, y es recibido por el propio Farman que no co-

13

-- - -, ~ . •

\

• . --

Todo es Historia 122

La aviación heroica

El lalé 25, con Ricardo Gross en Pacheco.

Vicente Almandos Almonacid, héroe de guerra , riojano

Ilustre, vencedor del Ande y padre de la aviación comercial

argentina.

nocia nada de castellano. AI ­mandos le explica en castellano que él quería hacer un curso de vuelo. Farman no entiende nada pero presume que quiere hacer el examen para el brevet inter­nacional; le hace hacer un vuelo con instructor; desciende y lo sientan en el sitio del piloto co­locando en el otro una bolsa de arena. Le dicen entonces que vuele. Inútiles sus protestas, na­die le comprende. Sale enton­ces , empleando sus conoci­mientos de aeronáutica, y tra­tando de recordar lo que hacía el Instructor. Debía aterrizar, y lo hace con la ayuda de Dios . Como él contaba años después: " ahora que sé, creo que entré en perdida de velocidad, no sé desde qué distancia, pero fue lusto la altura precisa para ate­mzar en el miO/mo espacIo, por lo cúal todo el mando vino a feli­citarme pues nadie en la fábnca habla aterrizado un Farman en tan corto espacIo . . . En octu bre de 1913 recibe su certificado de piloto del Aeroclub de Francia.

Nueve meses después, Fran­cia entra en guerra. El Cóndor noiano - como luego le bautiza­rán- se enrola en la Legión como soldado de segunda clase ; pero luego de dos meses, por gestiones de Eiltel - el crea­dor de la torre-. es incorporado a la aviación. Combatió toda la guerra,del primero al último día.

Su carrera es una novela, no sólo como extraordinario piloto de combate, sino también como inventor. En 1915 se une a la es­cuadrilla MS-26 en la cual as­ciende a cabo por su victoria frente a varios Taube. Crea el vuelo nocturno de combate y di­seña un sistema para lanza­bombas que es adoptado por los aliados y también por el ene­migo. Asciende a .sargento y gana la Medalla Militar. En el16 organiza una escuadrilla, la cual se hace famosa por sus haza­ñas ; vuelan en ella aviones Bre­guet Torpedo, Sopwith Camel y Farman .

Sus horas en com bate su pe­ran el miliar y llega al fin de la guerra como Capitán. Tiene su

propia constelación de estrellas y medallas -entre ellas la Legión de Honor-, llegando a ser uno de los héroes máximos de la avia­ción francesa .

Su avión llevaba pintado so­bre el capot el sol de su querida bandera y los alemanes ofrecie­ron una suma importante para el piloto que derribara al avión que llevaba el sol en la trompa.

En 1919 regresa con la misión francesa . Hay apoteóticos ho­menajes y por ley 10.989 se dis­pone su incorporación al ejér­cito con el grado de Capitán. Pero no se cumple.

Mucha gloria, pero él, que ha renunciado al ejército francés, no puede comer gloria. Realiza entonces muchas actividades con las cuales logra sobrevivir.

Su vida llenarla páginas ple­nas de acción, suspenso e inte­rés ; en aras de la brevedad , de­bemos resumir.

Intenta el cruce de la cordi­llera, pero sufre un accidente. Sus amigos inician gestiones para com prarle un Spad con motor Hispano Suiza de 22 HP. Al saber la fábrica que Almandos Almonacid era el destinatario, se niega a venderlo y lo envía sin cargo, expresando : " los aViones franceses no se venden para Almonacid, se le rega­lan" . .. Con ese Spad sale el 29 de marzo de 1920 desde el Plumerilla a las 19 horas tras de saludar a los presentes con un Me vaya cenar a Chile y llega al país hermano luego de cruzar los Andes ide nochel. General­mente se dice que al aterrizar se accidentó rompiéndose la má­quina ; esto es falso, aterrizó per­fectamente, siendo la máquina rota por el entusiasmo del pú­blico que la despedazó para lle­varse recuerdos.

. A partir de ese dia Almonacid comparte con los cóndores y con las estrellas la visión de los Andes de noche desde el cielo.

Luego , como veremos, no só lo representa a Latecoere, SinO que se desempeña en Ae­roposta t ransformándose en

15

el Padre de la AeronavegaclOn COl11ercial Argentina.

En 1932 se ofrece al Paraguay como piloto y organiza su avia­ción. Para ello, como no tenía dinero, vende sus pertenencias y condecoraciones. Fue jefe de la aviación y Mayor honorario de ella. Ya antes -a raíz de los vue­los de Aeroposta- había sido nombrado fundador de la Avia­ción ComercIal Paraguaya. Ellos lo homenajearon antes que no­sotros.

También fue poeta, escri­biendo un libro llamado Estro­fas.

Su último decolaje, hacia el cielo que tantas veces surcó, lo hizo desde Buenos Aires el16 de noviem bre de 1953, a los 70 años. Aún espera el homenaje que tanto merece. Y la mayor vergüenza es que este preclaro hijo de nuestra patria debió ser enterrado en la Sociedad de So­corros Mutuos Francesa pues no había medios para hacerlo en otra forma.

Nace Aeroposta Argentina

La idea que tuviera Almonacid de una filial criolla de la línea, se plasma con Marcelo Bouilloux Lafon!. Este francés tenía lo suyo y era un precursor. Sabía que la idea iba a dar pérd ida y a convertirse en un semillero de dolores de cabeza; pero lograría con ello dos cosas muy impor­tantes: poner de relieve la efi­ciencia de los hombres de em­presa franceses ante nuestro gobierno y asegurar un mercado para la industria aeronáutica francesa.

Bouilloux era un robusto cin­cuentón de mediana estatura, su carácter era serio y poco comu­nicativo. Infundía más bien temor que simpatía. Pero esto -aclara Aguiar Conde, quien trabajó años a su lado- era más bien una pose,

Bouilloux concreta entonces la empresa y el 5 de setiembre de 1927 nace la Aeroposta Argen­tIna, la cuarta AA de nuestra his­toria.

Todo es Historia 122

La aviación heroica

Pedro Filcarelli, Próspero Palazzo y César Brugo,

cóndores ca idos en la lucha por dominar los cielos.

.,--------------~----------,

Su primer directorio está inte­grado por gringos y criollos: Presidente, Bouillbux Lafont; Vice, Dr. José A. Frías y Agustín Melián; Director Gerente, AI­mandos Almonacid y Emmanuel de Sieyes; Directores, Gastón Foorvelle Rigoleau, Guillermo Padilla, Alberto Dodero, Luis Ni­col, Alejandro Menéndez Behety; Síndicos Dr, José S, Oderigo y Dr, Manuel Porte la Ramírez, Participaron también en ese inicio y los primeros tiempos: Pedro Collin-Jeanell, Celso fl.guiar Conde, Raúl Rag­gio, Eustaquio Pravaz, Enrique Patrón Costas, Juan M, Grazia­dio, Eduardo Laborde y Andrés Noiseux,

Aquellos años locos

Paul Vachet fue quien orga­nizó técnica y administrativa­mente la em presa, Una de sus metas es lograr el perfecciona­m iento de personal argenti no para que pueda hacerse cargo

de la empresa, tanto en lo admi­nistrativo como en lo técnico y operativo,

Entre los muchos que comen­zaron sus primeras letras con Vachet estaban Raúl Raggio y Laborde -ya nombrados- y Víc­tor Hernández, Rafael Cama­rotti, Ismael Tempane, Juan Car­Ias Lotto, Antonio Delbene, Mar­tín Echar!, Eloy de Val y otros más,

Los pilotos franceses fueron continuados por los criollos que a su lado se formaron: Pedro Filcarelli, Próspero Palazzo, César Brugo y Norberto Fernán­dez -los cuatro caídos en actos de servicio- Rufino Luro Cam­baceres, Domingo Yrigoyen, Leonardo Selvetti, Ricardo Gross, José Gatti, Marcelo Mlg­none, Juan Arfinetti, Emilio Cas­tro, Masson, los Papa, Van Heyden, Pancho Couceiro, Mi­gU.el Vera, Pedro Etchemaite, Carlos Bellaco, Alfredo Vellani, etcétera.

Se tarda más de un año en ini­ciar los vuelos,

Hay que reconocer campos, rutas, buscar terrenos para las pistas, inventar aeropuertos, hacer cartas, instalar ayuda ra­dioeléctrica, y hasta los aviones. Lo único que tienen seguro es iel aire! '

Falta de todo, menos volun­tad, Nada hay hecho", hoy esto puede parecer mentira, pero es cierto,

Bien se ve aquí lo acertado de aquel dicho: "Si quieres juntar todos los locos de un pueblo funda un aeroclub: si quieres juntar todos los locos de un país, funda una empresa aérea, ' ,"

Las rutas a explotarse han sido holladas por primera vez muy poco tiempo antes; en al­gunos casos fueron ellos los primeros en abrir la huella,

A Asunción llega por vez pri­mera el Teniente de Navío ita­liano Luis de Riseis el 15 de agosto de 1919; Aeroposta llega en el 29,

Tierra del Fuego es sobrevo­lada por Plüschow y Deblow en diciembre de 1928; Aeroposta llega con un Laté 28 al mando de Saint-Exuperyen 1930,

Los "mosqueteros franceses"

Muchos de ellos integran las filas de los muertos queridos de nuestra aviación comercial. Ellos galoparon los pegasos de . tela y aluminio por nuestros cie­los, como verdaderos criollos, dejando aquí gran parte de su amor y amistad -otra versión de nuestras AA- y lo que es más, la estela luminosa de su recuerdo"

Jean Mermoz, aquel mucha­chote grande, nacido en 1891, verdadera estrella de aquellos años locos, Hizo muchos vuelos y exploró toda clase de rutas, siempre con su pinta de galán y su sonris'a a lo Garde/, Una anécdota que nos cuenta René Fernández nos lo pinta de cuerpo entero, Caído Filcarelli en un accidente cerca de Asun­ción, Mermoz le pide a Almona­cid que le permita ir en buscadel cuerpo del amigo y camarada.

17

I

li 1,',"" ' 11 1

I

Todo es Historia 122

La aviación heroica

El Pampa allinal del vuelo "a nlib io" .

El "mantenimiento", preocupación número uno.

AlqlOnacid le dice que no tiene para ello ninguna máquina ade­cuada, pero lo "autoriza a ir. Lo hace en un Laté 26 biplaza. En el asiento trasero coloca el ataúd vertical y lo asegura. El cajól1 es un freno aerodinámico formida­ble y la máquina apenas res­ponde a los m andas, para peor el tiempo es pésimo. Pero Mer­moz llega a Pacheco y,juntocon los camaradas, acompaña a su tumba los·restos del compañero caído ...

Lo curioso es que Mermoz siempre estuvo en préstamo ya que nunca integró el personal de Aeroposta. Vuelto a Late­coere realizó las hazañas de los cruces del Atlántico sur, el cual, un 7 de diciembre de 1936, ha­bría de devorarlo ...

Cosa curiosa iun 7 de diciem­bre! catorce años después, na­cería oficialmente Aerolíneas Argentinas, la nieta de Late­coere.

Henri Guillaumet ... el mejor piloto del grupo. Como Mermoz, murió en su elemento. Saint­Exupery tiene en sus libros un recuerdo muy especial para él.

El conde de la Vaux "viajero incansable del espacio, vivía acortando distancias en vuelos sorprendentes que era el pri­mero en insinuar. Nuestro sur lo había tenido como explorador solitario, siendo durante un tiempo huésped de una tribu tehuelche al sur de Comodoro". Son palabras de Rufino Luro Cambaceres. Fue un hombre completo: cultor de la aerosta­ción; cazador inveterado, había recorrido las selvas de Asia, Africa y América; presidente de la Federación Aeronáutica In­ternacional su actividad lo alejó de nosotros y el 18 de abril de 1930, en un vuelo entre Montreal y Nueva york, pierde la vida. El primer avión que cruza el Atlán­tico, un Laté 28-3 llevó su nom­bre.

Los hermanos Pedro y Ber­nardo Artigau; franceses, se afincan aquí, en Lugano, el nido de cóndores de la pampa. Du­rante la primera guerra Ber­nardo vuelve a Francia y se alista como piloto en la Escuadrilla 15a

obteniendo tantas condecora­ciones como heridas; entre ellas la Legión de Honor. Es el 11° entre los ases de ~'Jerra de Francia. Luego, am bos integran el plantel de Aeroposta. Ber­nardo, nacido en 1894 muere el 4 de mayo de 1968, a los doce años de su jubilación de Aerolí­neas. Pedro nacido en 1896 vive actualmente, rodeado de re­cuerdos, en Martínez.

Paul Vachet, motor de la em­presa, vivía pensando en sus mue hachos. ¿ Dónde están? ¿Qué hacen? Cuenta Luro que mientras volaban por la Patago­nia con Vachet explorando ru­tas, este tenía su mente en la re­cién inaugurada ruta a Asun­ción.

Antaine de Saint-Exupery, el Principito, era la figura más des­collante de su equipo en su do­ble carácter de experto piloto y de escritor-poeta.

En él debemos detenernos un poco.

Nacido en Lyon junto con el siglo, nunca usó su titulo de Conde, que le correspondía.

Huérfano de padre es criado por una tia, la cual, al iniciarse la guerra lo lleva a Suiza.

A su regreso es reprobado en el ingreso a la Escuela Naval y se dedica entonces a la arquitec­tura.

Pero el servicio militar tuerce su rumbo al ponerle en contacto con la aviación.

En 1926 entra al servicio de Latecoere para hacer la línea de Tolosa a Dakar. De sus expe­riencias nos cuenta bastante en sus libros Tierra de hombres y Correo Sur.

Más tarde pasa bastante tiem po como Jefe de la Base de Cabo Juby donde sufre muchas peripecias, llegando incluso a verse obligado a luchar contra los rebeldes para defender y rescatar a pilotos prisioneros. De ello su rge otro de sus libros. ,

Pero él quería volar y pide ve- !

nir a nuestra tierra, donde llega i en octubre de 1929 desempe­ñándose como Jefe de Tráfico de Aeroposta.

En 1931 escribe Vuelo Noc­turno, novela basada en sus ex-

19

periencias en el sur. Ese mismo año se casa con Consuelo Su n­sin.

En 1935 intenta un raid de Pa­rís a Saigón, pero cae en el de­sierto de Libia. El mismo nos lo cuenta en Tierra de Hombres: .. . un formidable crujido sacu­dió nuestro mundo sobre sus bases. A doscien(os setenta ki­lómetros por hora habíamos martillado contra el suelo . .. Hubo una especie de temblor de tierra que arrasó nuestra ca­bina . .. el avión vibraba como un cuchillo clavado desdé lejos en madera dura ... Es inexpli­cable que estemos vivos . ..

El relato de la odisea en el de­sierto, es patético. El con Prévot su mecánico, vagan por la arena, sufren alucinaciones, es­pejismos, sed ... y son salva­dos; pueden, por fin, beber: "iEI agua! Agua: no tienes gusto, ni color, ni aroma, no se te puede definir, se te gusta sin conocerte . .. No eres necesaria para la vida: eres la vida misma ... "

Durante la guerra civil es co­rresponsal en España. En 1939, en la guerra se incorpora como Capitán: Piloto de Guerra ... AI caer Francia va a Estados Uni­dos, pero se reincorpora en los Franceses Libres. El 31 de julio de 1944 sale de Borgo, en Cór­cega, a cumplir una misión ... al regreso, poco después del me: diodía y llegando a la base, una patrulla de Focke-Wulf 190 lo derriba y cae al mar. Se reen­cuentra así con Mermoz, Gui­lIaumet, de la Vaux ...

y como ellos hay muchos más: MacLeod, Rozes, Negrin, Bredignans, Delaunay, Etien­ne ...

Los primeros vuelos y los primeros tiempos

Pasaron un año cuatro meses y ocho días antes de inaugu­rarse la primera línea. Esta había sido explorada por Vachet, AI­mandos y Mermoz. Se inaugura el13 de enero de 1929: Pacheco­Monte Caseros - Posadas -Asunción. Los pilotos: el propio Mermoz, Selvetti y Filcarelli. Di-

20

rector Técnico de la línea: AI­mandos Almonacid, Jefe de Trá­fico Vachet. Los vuelos se efec­túan en Breguet 14-A-2 y en Laté 25.

El Laté 25 fue la "vedette" de esa época. Era u n monoplano metálico en parte entelado, con ala parasol con tirantes. Med ía 17 m 40 cm de envergadu ra pe­sando 1.553 kilogramos. Admi­tía 1260 kg de carga. Su motor Renault de 450 HP le daba una velocidad de crucero de 174 km/h. con un alcance de 500 km. llevando 4 pasajeros. El proto­tipo de la serie fue el F-A EH N° 603, el cual pasó de Latecoere a Aeroposta y actualmente está en exhibición en el Museo Nacional de Aeronáutica del Aeroparque Jorge Newbery, por gentileza de Aerol íneas Argentinas.

EI15 dé julio de 1929: Buenos Aires - Mendoza - Santiago de Chile. Claro que estas son las principales escalas, ya que la máquina no volaba más de 500 km. Esta línea había sido explo­rada por el conde de la Vaux, Mermoz y Guillaumet. Hasta Mendoza iba el Laté 25, de allí, en Potez hasta Santiago.

El Potez P-25 era un sesqui­plano de madera y tela de 14,20 m de envergadura; 1.180 kg. de peso, 500 kg. de carga útil; es­

·taba equipado con un motor Lo­rraine de 450 HP. Su velocidad era de 170 km. por hora y su al­cance de500 km. Llevaba un pa­sajero.

Los vuelos los efectúan Mer­moz y Guillaumet; las salidas hacia Mendoza son a la llegada del correo de Europa a Pacheco, regresando a Buenos Ai res los viernes a las 15 horas.

Lamentablemente el 16 de agost9 de 1929 se paga la cuota de sangre.' Pedro Filcarelli pierde la vida en un vuelo a Asu nción, en el cerro Sapuncay.

Mientras, seguía la explora­ción¡del sur; la ruta más austral del mundo. El 15 de octubre de 1930, Pau I Vachet, Saint Exu­pery, Palazzo, Gross y el mecá­nico Schwartz efectúan el úl­timo recorrido antes del vuelo inaugural a Comodoro, Regre­,san el día 17, saliendo alas 05.10

Todo es Historia 122

La aviación heroica

Selvetti, Artigau, Filcarelli y viejos empleados de "la

línea" .

Aterrizaje en un "aeródromo" del sur.

de Comodoro y llegando a Pa­checo a las 16.00. El sericio se inaugura el 1() de noviembre: Bahia Blanca - San Antonio Oeste - Trelew - Comodoro. La inauguración se hace con Laté 28-1 piloteados por Mermoz, Gross y Palazzo. Los servicIos salían de Bahía los martes y viernes pOI' lo que se llamaban Ba-co-ma y 8a-co-vl, los regre­sos, jueves y domingos: Co-ba­IU y Co-ba-do.

El 31 de marzo, según Valcar­los, o el 2 de abril según Biedma y Luro Cambaceres, se prolonga el servicio hasta Río Gallegos, con escalas en Puerto Deseado­San Ju lián - Santa Cruz, El viaje lo efectúa otro Late 28 piloteado por Antaine de Saint Exupery, quien llevaba al Presidente de Aeroposta, Marcel Bou illoux La­fonl. Tan grancle era el entu­siasmo de este último que al día siguiente del ambo qUIso que el Laté fuera el primer aparato co­mercial que atravesara el estre­cho de Magallanes y sobrevo­lase Tierra elel Fuego,

El viaje fue un éxito, pero al regreso a Comodoro la rueda derecha tropezó con un montí­culo y el avión se clavó de nariz. Sacados los pasajeros, ilesos, el viento tiró a la máquina y la des­trozó, Saint Exupery se queja en carta a Guillaurnet de que Boui­Iloux le reprochara "¡Ha come~ tldo Ud. l/na qrave falta de pilo­taJe"; ¿Qué culpa tengo yo de que el cam po de Comodoro sea tan desparejo y soplen allí vien­tos del infierno? ·terminaba di­ciendo a su amigo.

La base de Bahía, punto de partida de los vuelos al sur, está a cargo de Bernardo Artigau,

A todos estos servicios se agregan durante el verano de 1929 y 1930 un servicio de tem­porada a Mar del Plata,

Algunos relatos

Luro relata en sus libros Rumbo 1800 y Huellas en eJ cielo austral la exploración a las rutas del sur.

El en Un Curtiss-Lark de 160

22

TOdo es Historia 122

La aviación heroica

Pueyrredón, Garcia Pinto y Aguiar Conde, en Comodoro

Rivadavia con lalé 28.

HP, vac~et en":n ¡Bre~~e::~r- ·1 pedo: .... . dejamos atrás. . . I

Bahía Blanca . .. parecía que vo­lábamos sobre los arenales del Sahara ... era el comienzo de esa gran Patagonia miste­riosa. .. (en San Antonio Oeste) ... los preparativos del traslado de los aviones desde el pequeño campo de aterrizaje ocasIOnalmente utílízado, hasta la laguna 'las Máquinas', única superficie adaptable a las exí­gencias del Laté 25 que traía Merro"?. Laguna salada, en esos momentos seca, se pres­taba maravillosamente para el aterrizaje y despegue de cual­quier avión pesado . .. Nunca olvidaré ese primer aterrizaje de un Laté 25 en suelo patagónico. El salitral . . . acogió al pájaro mecánico sin la menor transí­ción entre vuelo y carreteo. Apenas un polvillo levantado de sus ruedas indicó su apoyo. Mas adelante, perdida casi total­mente la velocidad, descansó la cola . .. "

Mermoz estudia el tramo Buenos Aires - Santiago. Sale con una máquina con cinco mil doscientos metros de plafond; la cordillera tiene picos de siete mil. Hay que buscar el paso. Un día, finalmente -cuenta Saint­Exu pery- se halló prisionero de los Andes. "Caídos sobre una meseta de verticales paredes a cuatro mil metros de altura, su mecánico y él trataron durante dos días de evadírse ... Enton­ces jugaron su última suerte; lanzaron el avión hacia el vacío y rebotaron duramente sobre el desigual suelo hasta el precipií­cio, donde cayeron. El avión en la caída alcanzó velocidad sufi­ciente para obedecer ... a los comandos. Mermoz lo elevó frente a una cresta, la tocó y el agua escapó huyendo de todas las tuberias por las rajaduras provocadas por el hielo . .. ya en 'panne' después de siete minu­tos de vuelo, descubrió la plani­cie chilena bajo él, como una tie­rra prometida . .. "

Otra vez -de vuelta Mermoz­con su mecánico Collenot debe aterrizar de emergencia en una saliente rocosa por el lado de La

23

Rioja donde buscaban un paso. Los motores, en esa época -nOS lo recuerda Saint-Exupery- "no o/recian la seguridad de los mo­tores actuales ... Aqui, decia­mas cuando el motor se rompe, el aJión, por desgracia, no tarda en hacer otro tanto . .. "

Tres días trabajan Mermoz y Collenet para reparar el desper­fecto y al fin ateridos de frío y medio muertos de hambre, lo reparan. Hay que decolar, salvar un precipicio y evitar la mon­taña; entre la pericia de Mermoz y Dios de copiloto, lo logran. Llegan a Buenos Aires con tres días de retraso, cuando la noti­cia de su muerte recorre ya el mundo.

En 1929 Jean Mermoz une Santiago y Buenos Aires, sin es­calas.

El sur ... la nada, el viento. Sus aeropuertos eran espacios vacíos que unían la nada con la nada ... Algunos techos de zinc, una manga, más tarde las agujas de las antenas que -cuando po­dían- mantenían el enlace por radio con Pacheco:" .ho/a .. . ho/a .. . hola ... Pacheco llama a Comodoro . .. Pacheco llama a Comodoro . .. " A veces se oía, a veces no.

El viento era horroroso, un día hay ráfagas de casi 1 00 km.

Para salir levantaban la cola de la máquina sobre un carrito; el personal del aeropuerto y veinte o treinta hombres de los Zapadores agarraban u nas cuerdas que terminaban en unos ganchos que encajaban en u nas argollas en los parantes. Se ponía cara al viento, todo mo­tor, se soltaba y ya estaban en el aire. A veces lbs ganchos no se soltaban y eran com pañeros du­rante todo el vuelo con las so­gas, flameando hacia atrás como extrañas serpentinas de despedida ...

Ese 'día todo estaba listo; el carrito, las sogas. los hom bres. Se habia calentado el agua y el aceite. El mecánico, luchando con las ráfagas se acerca al pi­loto -Luro Cambaceres- y le comenta: "Tiempo perro ... " "No hay otro ... " es la lacónica

24

respuesta, y enfilando a la má­quina sube a ella y parte ...

En Un sentido de la Vida Saint-Exupery, en su relato El pi­loto y los pOderes naturales cuenta la lucha contra los ele­mentos en un vuelo sobre la Pa­tagonia.

El 13 de julio de 1930 Henri Guillaumet es abatido. Iba en un Potez hacia Chile. Frente a una tormenta que cubre con cinco metros de nieve la vertiente chi­lena de los Andes. Panamerican se vuelve. El decola y busca un agujero; lo encuentra al sur, y pone rumbo al este. La tormenta lo sacude hacia arriba y hacia abajo, la nieve en las alas lo aplasta. Baja hasta tres mil me­tros. Allí distingue algo que cree reconocer: la Laguna del Dia­mante. Pero aterrizar allí es bravo ya que se halla en el fondo de un embudo, yel volcán Maipú de seis mil novecientos metros la flanquea ... Gira en torno a ella a trei nta metros hasta agotar el combustible ... se acerca ... se posa, y capota. Cava u n refu­gio en la nieve y durante 48 ho­ras envuelto en las bolsas del correo espera. Luego camina icinco dias y cinco noches! Llega hambriento y semiconge­lado, pero ivivO! Pese a todo, el Potez, desmontado y más tarde reparado por el mecánico Jean René Lefevre, también se salva ...

A veces debe decolarse de noche; el vuelo a Gallegos es con pernocte en Comodoro y debe salirse muy temprano por los vientos. Las máquinas salen alumbradas por faroles de kero­sene colocados sobre postes de alambrado. Esto no era fácil, so­bre·todo si tenemos en cuenta los vientos y el sistema del carro y las sogas.

No siempre las cosas salían bien. Próspero Palazzo era un muchacho pequeño y nervioso; condensaba en sí las caracterís­ticas netas del piloto comercial. Así lo describe Luro Cambace­res. Vivía para la línea. Un día, este muchacho tucumano sale con César Brugo; pasa el tiempo y la máquina no aparece. Es de­clarada en emergencia: luego, la

Todo es Historia 122

La aviación heroica

Un hangar en la soledad patagónica: Río Gallegos.

búsqueda ... la espera ... la an­gustia. Al fin, lo peor; allí, bajo el sudario de la nieve están sus res­tos y los de su máquina. Han caído cerca de Comodoro.

En Asunción, como ya vimos, cae Filcarelli. Didier Daurant, a quien Saint-Exupery dedica Vuelo Nocturno, llega en se­tiembre de 1929 como Direotor General de la Aeropostale. Con Luro y"Vachet recorre el sur.

La desped ida de lbs vuelos no son los criollosiBuena suerte! o Adios, sino la palabra que usan los pilotos franceses, aquella que hizo famosa Cambronne: iM ... !

Son los años del guapeo y del heroísmo. Lá lucha contra todo, hasta con el clima que les es hostil. En invierno las cabinas del Laté son verdaderas conge­ladoras; Gross decía de ellas que conservaba un reuma cró­nico como recuerdo y añad ía que de esa época le quedaba la angustia de ver, al salir de las nubes, si se hallaban sobre tie­rra o sobre mar.

Una vez, Irigoyen, a la vista de

Comodoro, quedó colgado a mil metros sobre el aeropuerto; es­tuvo así unas horas, sin poder descender, el motor tiraba para un lado y el viento para otro ...

A poco de entrar en Aero­posta, Gross se pasó de largo a Asunción y tuvo que volver para buscarla ...

Contaban sólo con su instinto ysu pericia, unos pocos relojes y la ayuda de Dios. Dios no tendría. número de legajo ¡pero traba­jaba en la empresa! Cada uno tenía un mapa con sus propias anotaciones, su balizamiento particular; si había visibilidad, todo bien, si no, Dios era el copi­loto.

y lo hacían con senci Ilez, sin orgullo, sin vedetismo.

He tenido oportunidad de co­nocer a muchos de ellos y char­lar sobre esos tiempos: Ber­nardo Artigau, Rufino Luro Cambaceres, Leonardo Selvetti, Alberto Papa, Juan Arfinetti, Norberto Fernández, don Pan­cho Rossi y tantos más, qu ienes me han deleitado con sus histo-

rias de los "primeros pasos" y los duros años de la patagonia indómita. Y lo más desconcer­tante es ver cómo lo cuentan, con toda naturalidad y sencillez, como si no se tratara de una epopeya de hombres "fuera de serie".

Muchos ya se han ido ... otros quedan. Reliquias vivientes, la­mentablemente no tan recorda­dos ni retribuidos como lo me­recen. No existe aún el título de precursor o creador de la avia­ción aerocomercial, como equi­valente al de los expedicionarios del desierto por ejemplo. Pero no hace falta que se oficialicen, ellos lo poseen de hecho y con todo derecho, aunque no les ha­yan dado diplomas ni distinti­vos.

Al respecto una anécdota, amarga, pero cruelmente cierta. Un día, hace un lustro, murió un viejo pionero; los compañeros de donde trabajaba hasta su ju­bilación informaron de su muerte para que se le enviara una corona. La respuesta -no

25

iniporta de quién, vale el amargo símbolo- fue: iNo le corres­ponde, está jubilado! ...

El campo de Pacheco

Latecoere y su hija, Aero­posta, usan su propio'campo de Pacheco. Se hallaba en tierras que fueron del general Angel Pacheco y de la Concha, gue­rrero de la Independencia. y com pañero de Rosas en la epo­peya del Desierto.

Luro nos lo describe en sus inicios: distante seis kilómetros de San .Fernando, el recorrido presentaba toda la gama imagi­nable de baches que hacían del viaje un incesante corcoveo. En medio del despoblado dos gran&s hangares de chapa y algunas construcciones donde estaban los talleres, los come­dores para el personal y los ves­tuarios. En un ángulo dos gran­des antenas bajo las cuales un chalet servía' de central de co­municaciones. El primer hangar cobijaba las máquinas para Bra­sil y Chile, cuatro Lates-25 y dos Potez-25. El otro, el de Aero­posta, con los Laté del servicio a Asunción y Chile.

Allí se instala el primer bali­zamiento para vuelo nocturno del país. Tiene radlogoniómetro, grupos electrógenos portátiles con proyectores orientables, hangares balizados, torres de radio y contorno de campo ilu­minado, Completa la instalación la T luminosa y un proyector de plafand. Morón - Aeród romo Presidente Rlvadavla - contará con esto recién para i1940!

Hacia el norte del cam po el personal compra terrenos y va poblando la zona,

En 1929 se establece la esta­ción radiotelegráfica de onda larga para el uso del radiogo­niómetro, la cual en 1930 se completa con el equipo de onda corta. Claro que la rad io es de campo a campo, ya que las má­quinas no tienen equipos.

Pacheco opera hasta 1950, aunque entonces es tan sólo campo auxiliar y taller aeronáu­tico.

?R

Todo es Historia 122

La aviación heroica

En Comodoro, para salir, hay primero que hacer la calle en

la nieve,

La Aeroposta tiene un "impasse" que se llama "Aeroposta Nacional"

En mayo de 1930 las cosas no andan bien para laAeropostale y Bouilloux Lafont debe regresar a Francia, Allá, los ,fabricantes de aviones y los directivos de otras em presas excusan su me­nor capacidad empresaria con el argumento de que eran des­plazados o tratados distintos

2~

que Aeropostale, Inician así una campaña para que no se le re­nueve la concesión, Bouilloux pelea junto con Mermoz, pero todo es inútil, la Aeropostale se ve absorbida por diferentes em­presas y debe entrar en liquida_ ción.

La liquidación ocurre en marzo del 31, Aeroposta se queda huérfana y sin el apoyo financiero de su mamá, Ante la imposibilidad de hacer frente al

Todo es Historia 122

La aviación heroica

Gunther PlUschow y Ernst Droblow, los primeros en volar

Tierra del Fuego en el "Cóndor de Plata", luego iría

Aeroposta,

déficit va suspendiendo servi­cios.

EI17 de abri I cesa el servicio a Asunción; en junio el servicio a Chile.

Queda el sur; la Linea, columna vertebral del progreso patagónico, es indispensable para la zona.

La solución es difícil. El Direc­tor de Aeronáutica civil conoce bien el problema y desea ha­llarla. Su nombre es Mundin Schaffter, y se pone en contacto con los directivos de Aeroposta para que la Linea se mantenga. Finalmente decide tomar provi­soriamente a cargo de la Direc­ción los servicios al sur y consi­gue el decreto del 29 de setiem­bre de 1931 del gobierno provi­sional del Tte. General Uriburu. Por él, el Estado, por intermedio de la Dirección de Aeronáutica Civil, explotará los servicios Bahía Blanca-Río Gallegos, arrendando el material, perso­nal e infraestructura de Aero-

. posta. También contribuirían al mantenimiento de la línea diver­sas empresas petroleras prove­yendo nafta y aceite. El alquiler sería por $7.000 y los combusti­bles y lubricantes representa­ban $4.000.

El Jefe de Línea fue Rufino Luro Cambaceres, y el servicio se cumple bajo el nom bre de Ae­roposta Nacional desde el 2 de octubre de 1931 hasta el 31 de marzo de 1932. En ese lapso transportó 208 pasajeros y 2.725 kg de correspondencia. Finali­zado ese período, Schaffter consigue del P.E. ahora a cargo del presidente general Agustín P. Justo, el decreto del 31 de mayo de 1932. Aeroposta rea­nudará actividades como Aero­posta Argentina S.A. con sus au­toridades encabezadas por Marcel BouiWoux Laffont, y se le concede un subsidio mensual fijo más la provisión de nafta y aceite sin cargo por cuenta de las empresas petroleras que operan en Comodoro Rivadavia. El plazo de duración se extiende del 1° de junio al31 de diciembre de 1932.

Los talleres de Pacheco se­guían funcionando, ya que la

Aeropostale, aunque en liquida­ción, continuaba sus activida­des.

El 24 de marzo de 1933, otro decreto del P.E. de la Nación fija en diez años la concesión yau· menta a $180.000 mensuales el monto de la subvención.

La Linea sigue recibiendo el apoyo de las autoridades loca­les, los pobladores y la prensa. Alejandro Menéndez Behety, con su Frigorífico Río Grande y los pobladores de Tierra del Fuego, ofrecen absorber el eventual quebranto de una línea a Río Grande. Ceden el campo para aeródromo y el gerente del

I

aL., ,ig

Frigorífico, Juan Gooball, alo­jará a las tripulaciOnes en su casa. Al fin el 2 de setiembre de 1935 se logra la autoriZación para extender el servicio.

Entretanto, Aeropostale se ha fusionado a otras em presas y ha renacido como Air France, quien sigue prestando coopera­ción a su pariente Aeroposta para el mantenimiento de las máquinas.

Los Laté 25 y 28 estaban bas­tante obsoletos. Pero los recur­sos son pocos; el problema tiene media solución con la compra de dos Laté 28-1 de Air France, de sequnda mano; el

La opción de los que eliaen.

Elija usted también, una vez y para siempre,un banco integral.

dinámico y moderno.

~BANCO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

LA INSTITUCION SANeARI" MAS ANTICUA DEL PAIS

29

1 I I

R-322 Y el R-915. Estos Laté eran similares al famoso Conde de la Vaux que cruzó el Atlántico, sólo que tenían ruedas en vez de flo­tadores. Eran monomotores de ala alta de 19.25 de enver(ladura, 2.637 kg de peso, con un motor ,en linea Hispano·Suiza de 300 -HP. que le permitía 180 km por hora y un alcance de 3.200 km.

Pero el problema económico se agudiza. Los accionistas franceses no ayudan más. En el país, tam poco encuentran apoyo.

Un grupo de capitalistas co­mienza a interesarse, aunque pronto desiste. De entre ellos el Dr. Ernesto Pueyrredón, se en­capricha con la operación y con" el apoyo del vicealmirante Is­mael Galindez y el Dr. Adolfo García Pinto forman un consor­cio que adquiere el 97% de las acciones.

Aeroposta es ahora totalmente argentina

Comienza así la cuarta etapa de Aeroposta. El plan Pueyrre­dón para levantar la empresa puede resumirse en 6 puntos:

1. Obtención de una conce­sión por 10 años y su bvención por km volado.

2. Reorganización de la in­fraestructura y creación de es­taciones rad ioeléctricas.

3. Reemplazo del material de vuelo adquiriendo máquinas modernas.

4. Preparación e instrucción de las tripulaciones para las nuevas máquinas.

5. Ubicación de la cabecera en BuenosAiresyampliaciónde servicios.

6. Saneamiento económico, aumentando los ingresos y li­quidación de la deuda a terce­ros.

El nuevo directorio se integró en la siguient~ forma: Presidente: Vicealm. Ismael Ga­lindez; Vicepresidentes: Dr. Di­mas González Gowland y Dr. Carlos Alberto Pueyrredón; Di­rector Delegado: Dr. Ernesto Pueyrredón: Directores Geren­tes: Dr. Alfredo García Pinto y Celso Aguiar Conde; Directores:

30

Todo es Historia 122

La aviación heroica

Vuelo inaugural Buenos Aires - Comodoro Rivadavia, el 31 de marzo de 1929, con Laté

28.

r' ~ , f ¡

i

~

¡ ,F . I .1 , .~

Clemente R. Zavaleta, Carlos Serantes Saavedra, Jorge Ferrey­ra, Carlos Rodrigué, Dr. Miguel Laphitzondo, Dr. Julio A. Puey­rredón; Síndicos: Eduardo Abel Laborde, Fernando de la C. Ruiz Gomis y Ezequiel J. Martí­nez.

Galíndez consiguió los diez años de concesión. Y poco a poco se fue cumpliendo el plan de Pueyrredón.

El convenio con el estado rige a partirdel1° de febrero de 1937.

Ese mismo año se adquieren tres trimotores Ju nkers Ju-52 de 17 asientos, con motores BMW 132-T de 830 HP que dan 280 km por hora con un alcance de 1.400 km. Eran en esos momen­tos los mejores aviones de transporte del mundo. El ins­tructor de vuelo fue el capitán Rohandt quien adiestró a las tri­pulaciones integradas por:

Pilotos: Leonardo Selvetli (Jefe), Ricardo Gross, Domingo Irigoye." Juan Arfinetti, Marce­lino Mignone y Norberto Fer­nández. Rad ioteleg rafi stas: Ro berta Semino, Humberto Papa y Emi­lio Passini. Mecánicos: Luis Quirolo, Al­berto Papa y Vito Martínez.

La cabecera se instala en Quilmes, inaugurándose el 14 de octubre las instalaciones y la extensión de servicios.

San Antonio se cambia por Carmen de Patagones, y se ins­talan estaciones de radio en to­das las bases menos en San Ju­lián y Río Grande donde había buenas instalaciones del Co­rreo. En 1938 se amplían los Ta­lleres de Pacheco, los que están a cargo de Raúl Fraga. Se au­mentan frecuencias con los nuevos Junkers bautizados: Pa­tagonia, Tierra del Fuego y Pampa, y se establece un ramal de Comodoro a Río Gallegos por Lago Buenos Aires - Cañadón León (Gob. Gregores) y Calafate (Lago Argentino).

Pero no se crea que las nuevas máquinas y los perfecciona­mientos incorporados convirtie­ron a la Linea en u n paraíso. El clima y la meteorología no han sido superados, volar en esas

32

tierras era una hazaña de verda­deros titanes.

Yesos hombres lo eran. En este período no faltaron

tampoco las guapeadas, como la de Arfinetti demostrando su capacidad en lo que pudo ser la catástrofe de Lago Buenos Ai­res. O la de Leonardo Selvetti, con el Pampa cuando se le ce­rraron todos los aeropuertos y debió aterrizar en un banco de arena, en pleno Río de la Plata. El avión quedó intacto y los pa­sajeros ilesos, pero debieron ser rescatados en lancha.

Entre 1938 y 1942 la em presa edita una revista ilustrada para el personal y pasajeros. A los primeros Junkers se agregan otros.

En 1944 la Aviación Militar se pone los pantalones largos, nace el Comando en Jefe de Ae­ronáutica quien ejerce la direc­ción de todos los asuntos aero­náuticos de la nación, salvo los de la Marina de Guerra. Y, final­mente, el 4 de enero de 1945 se crea la Secretaría de Aeronáu­tica. Nace así la quinta AA de nuestra historia, la Aeronáutica l\rgentina.

Se planifica entonces la crea­ción de zonas aéreas para dife­rentes servicios aerocomercia­les y se decreta la creación de cuatro Soci.edades Mixtas. Estas comienzan, en el papel, el12 de abril de 1946.

La Sociedad Mixta Aeroposta Argentina absorbe a la vieja Ae­roposta y comienza sus activi­dades el13 de febrero de 1947. También se hace cargo de los servicios de LADE dentro de su zona de acción.

Tiene tres rutas: Atlántica (a Río Grande), Cordillerana (a Río Grande) y Esquel (a Comodoro Rivadavia).

Aparecen en escena los avio­nes Douglas DC-3 ... Pero ya esta historia se ha escrito. Co­mienzan ahora otras tres: cuando Aerol íneas Argentinas se llamó FAMA; cuando se llamó ALFA y cuando se llamó ZONDA ...

Luego, a fines de 1949, nues­tra última AA : Aerolíneas Argen­tinas.

Y parafraseando a Spaini; esa AA de Aerolíneas, que recorre los cielos del mundo en el timón de sus aviones, encierra laAA de la Aeronáutica Argentina que representa la ley que regula nuestro derecho aeronáutico; la AA de aquella heroica Aeroposta en sus cinco épocas, desde el 5 de setiembre de 1927 hasta di­ciembre de 1949; laAA del padre de esa aviación comercial, Vi­cente Almandos Almonacid, el Cóndor riojano; laAA de aquella entidad madre y pionera de nuestra aviación, el Aeroclub Argentino y la AA de su primer presidente y nuestro primer ae­ronauta, Aarón Anchorena. Pero todas ellas encierran el símbolo de dos palabras que viven y pal­pitan a lo largo de toda esta his­toria y que son casi un lema para la actual AA: amistad y amor.

Esta historia termina con una carta

Esta historia nos ha explicado por qué Aerolíneas, que nació en BuenosAiresen 1950, vinode Francia; y nos aclaró sus veinti­trés años al nacer, y los treinta y dos desde el primer pañal. Por lo tanto ahora tiene 59 años.

Y queremos cerrarla con al­gunas líneas de una carta escrita por uno de aquellos primeros hom bres, u n francés de Late­coere, Aeropostale y Aeroposta, quien supo amar a esta tierra como a la suya propia. Uno de los gloriosos muertos queri­dos:" .. . mi partida de su país y de la Aeroposta Argentina, ha Sido para mí más dura y me ha apenado más de lo que usted pueda imaginar. No hay en mi vida período alguno que prefiera al que he vivido entre ustedes . .. No hay camaraderia que me haya parecido más sana que la de ustedes ... iCuántos y cuántos recuerdos del trabajo común! ... Los viajes al sur, la construcción de la linea, los vientos de Como­doro, las fatigas, las inquietu­des, y las alegrías que he com­partido con Uds. Me encontraba en la Argentina como en mi pro-

pío país. Me sentia un poco :.:' vuestro hermano, y pensaba vi-

· vir largo tiempo en medio de vuestra juventud tan gene­rosa . .. He debido dejaros . .. y

· ello me ha causado profunda pena •.. Cuando recibía cartas suyas volvia a ver con tanta nitl' dez los espacios libres del sur, y me hacia daño . .. Al recibir carta de Artigau, me veia, al aclarar con él sobre el terreno de Pacheco a la hora del Correo de

· Asunción... . .. . No sólo he experimentado la imposibilidad absoluta para

· contestar, si no que todavia era doloroso para mi abrir los so­bres y volver a mis recuerdos. Si

.. ' un hombre ama sin esperanza a una mujer hermosa, debe, para vivir .en paz romper sus retra­tos . .. y es un poco lo que yo he hecho ... ... . Olvido poco a poco las tristes horas de la partida y sólo re­cuerdo las muy bellas que pasé con ustedes. . . .

".' .,. y soy feliz al poder, por fin, escribirle y agradecerle todo lo que la Argentina me ha dado . ..

Antoine de Saint-Exupery.

BIBLlOGRAFIA

Aerolíneas Argentinas - Archivos va· rios. Aerolíneas Argentinas - 4.000 perso­nas a su servicio - Folleto 1952. Aerolineas Argentinas - Audiovisual de la Historia de Aerolíneas - Inédito. Air .France - "El Atlántico sur, de la Aeropostale al Concorde" - Exposi­Ción Bs. As. 1975.

· Air France - Atlántico Sur - Voces y relatos de los pioneros sobre los ini-

· cios de Latecoere - Disco Larga Dura· ción - París 1975. AGUIAR CONDE, Celso - Marcelo Bouilloux Lafont, fundador y primer 'presidente de Aeroposta - Rev. Argen­tina Austral N° 221 Nov. 1949. BIEDMA RECALDE, Antonio M. -Cró­nica Histórica de la Aeronáutica Argen­tina-Bs. As. 1969. BIEDMA RECALDE, Antonio M. - La Aeronáutica Argentina en el siglo pa­sado Bs. As. s/f. BIEDMA RECALDE, Antonio M, -Bronce y Mármol- Rev. Nac. de Aer. N° 370 - Agosto 1973.

Centro de Estudios Históricos Aero­comerciales Argentinos - Archivo Cor­tinel Mujica. Armando iAlas herma­nas vencen los Andes! Hechos Mun­diales s/f, CRUZ, Celso - La conquista del aire­Ss. As. s/f. CRUZ, Celso - La aviación - Ss. As. 1970. FERNANDEZ, René - El I ransporte Aé­reo regular en el orden nacional e in­ternacional - El Patagónico - Como· doro Rivadavia - Nov. 3 de 1975. FERNANDEZ, René - Contribución a la Historia de la Aviacion Comercial Ar­gentina - Conferencia en el Instituto Argentino de Historia Aeronáutica "Jorge Newbery" - Ss. As. Mayo 1961. FERNANDEZ, René - Jean Mermol -Conferencia en el Centro de Estudios Históri,cos Aerocomerciales Argenti­nos _ISS. As. 1976. FERNANDEZ, René - En aquel tiempo - Alas Comerciales N0 20 Ss. As, 1976. FERNANDEZ, René - Recuerdos de los viejos tiempos de la aviación comercial

. - Conferencia en Centro de Est. Hist. Aerocom. Arg. Ss, As. 1977, FLEURY, Gerard - La Linea - París S/1. FLEURY, Gerard - La conquista de una ruta - París S/1. FLEURY, Gerard - Mermol- París s/f. GAINDOLA, A. - Antoine de Saint­Exupery - Rev. Arg. Austral N° 221 -Nov. 1949. HECHOS MUNDIALES - Historia de la Aviación - Chile sil. KESSEL, Joseph- Mermoz- París s/1. KNEITSCHELL, Victor - Catálogo de sellos postales de la República Argen­tina Ss. As. 1965. LENZI, Juan H. -'Norberto Fernández - Arg. Austral N° 221 nov. 1949. LlRONI, Julio V. - La Aerostación Ar­gentina y sus precursores. Ss. As. 1958. LlRONI, Julio V. - Génesis de la Avia­ción Argentina - Ss, As. 1'971. LONGA DE AQUINO, M. Clotilde - El transporte aéreo nacional e internacio­nal - El Litoral- Ctes. 28 oc!. 1975. LURO CAMSACERES, Rufino -Rumbo 180° - Huellas en el cielo Aus-tral Ss. As. s/f. ' LUQUI LAGLEYZE. Julio A. - Archivo, LUQUI LAGLEYZE, Julio A. - Hombres de la Aviación Comercial Argentina -

- ,:.~------...... --!

2° premio Concurso "SainHxupery" Alas Comerciales - 1977 Inédito. LUQUI LAGLEYZE, Julio A. - Lugano Nido de Cóndores en la Pampa - Conf: Ins!. His!. Municipal de la edad. de Bs. As, 1977. LUZAIDE, N - Los primeros pilotos de Aeroposta - Arg. Aust. N° 221 Nov. 1949, MIGIO, Marcel - Antoine de Saint­Exupery - Parrs s/f. MIGIO, Marcel- Didier Daurant- París s/f. MUNDO ARGENTINO - A un año de la muerte de Almonacid, héroe de la Pri­mera Guerra Mundial- 14 de noviem­bre 1954. NEYRA, Joaquín - Vida novelesca y excepcional de Vicente Almandos AI­monacid - Vea y Lea 6 de enero de 1955. PETIT, Edmund - Historia mundial de la aviación - s/1. PLUSCHOW, Gunther- Sobre la Tierra del Fuego - Santander 1930. PUEYRREDON, Ernesto - La Aero­posta Argentina S. A. - Conferencia Centro de Estudios Históricos Aero­comerciales Argentinos - 1976 . QUIROGA, Roberto A, La primera ac­ción aérea en Sudamérica - Todo es Historia N° 72 abril de 1973. REVISTA DEL MUNDO - "LA NA­CION" - 1919 Ss. As. RIVAS, Federico - Un aviador argen­tino en la guerra - Caras y Caretas 1915. SECRETARIA DE AERONAUTICA - La Aeronáutica Nacional al Servicio del pals - Ss. As. 1948. SAINT-EXUPERY, Antoine - Correo Sur - Ss. As, 1967. SAINT-EXUPERY, Antoine - Tierra de Hombres - Ss, As. 1974, SAINT-EXUPERY, Antoine - Un sen­tido de la vida - Ss. As. 1975. SAINT-EXUPERY, Antoine - Vuelo Nocturno Bs. As. 1972. SPAINI, T.E.O. - "Al César lo que es del César" 1977 Inédito. SPAINI, T.E.O. - 30° aniversario de la Aviación Intercontinental Argentina y "su" medalla para la historia - Folleto - 1976. VALCARLOS, C. de - Aeroposta, hombres, máquinas y rutas - Arg. Aus!. N° 221 nov, 1949. Fotografías de: A.G.N. - Argentina Austral- Archivo Dr. Luqui Lagleyze­Archivo Dra, Jordan Gross (de Ricardo Gross) ,

33

Personajes, hechos, anécdotas, curiosidades de la Histo~a

~L·()~§VA~ II eLI()

34

El Palacio del CongmsD de la Nación, "Palacio de oro". El presupuesto casi !lgotado 'i la obra apenas empezada

El Palacio del Congreso de la Nación, en Buenos Aires, es tema obligado de taJjetas postales, objetivo visual de turistas y edificio que, indudablemente, está diciendo, con su sola presencia, de un Buenos Aires que crecía para salir de la "gran aldea" y con­vertirse en populosa y cosmopolita ciudad. El aspecto general recuerda al Capitolio de Washing­ton. Sus bellas lineas clá­sicas están bien recalca­das por la serena escali­nata del frente y las ram­pas que llegan hasta el ac­ceso central, convenien­temente exornadas por verdes canteros. En el in­terior, se agregan detalles ostentosos, como la in­mensa lámpara de bronce en la cual están represen­tadas alegóricamente las provincias (cuando eran 14), con complicado me­canismo, que, por un descuido, parece haberse herrumbrado pues el arte­facto no está hoya la al­tura conveniente.

Tema de comienzos de siglo fue el elevadísimo

costo -para la moneda de entonces-- de la construc­ción. Se le llegó a llamar "el palacio de oro". La obra parecía interminable. Se inauguró, por fin, en 1906. En 1900, en su nú­mero del13 de octubre, la prestigiosa revista Caras y Caretas daba cuenta del estado de las obras, en un artículo titulado "La cues­tión del día". El nuevo edi­ficio del Congreso nota ilustrada con la reproduc­ción de una "planta de los' sótanos y cimientos" (parte concluida). un di­bujo del "corte de la cú­pula"; cuatro aspectos del proyecto, en los diversos frentes del edificio (Po­zos, Rivadavia, ex Victoria (hoy Hipólito Yrigoyen) y frente principal; una "vista de las obras en el estado actual" (1900) y aspectos del "interior de la Cámara de Diputados" e "Interior del Senado". La tapa del número de la publicación (106, en el tercer año de aparición de la revista) es también muy significativa. Se debe a la pluma y el pincel del dibu­jante Manuel Mayal. Re­presenta una enorme hormiga (metafórica­mente, un "hormigón") llevando entre sus patas delanteras una bolsa de cemento, en la cual está inscripta la cifra: "$1.000.000", que pa­rece era lo que hasta en­tonces había insumido, en costo de hormigón, la obra. La caricatura lleva

-

por titulo, precisamente, "El hormlgon". Al pie de la ilustración, el verso humorístico de .estilo: "Contra un bicho que peso sobre peso/ se ha llevado una suma tan cre­cida/del futuro edificio del Congreso/no hay droga conocida/ que resulte efi­caz hormlgulcida".

La revista comenta: "Cerca de cuatro millones y medio de pesos se llevan gastados en el edificio donde, cuando se ter­mine, se instalarán las cámaras legislativas, y al­canzando esas cifras casi al presupuesto total de las obras, éstas se hallan en su comienzo.

lo sorprendente del hecho, lo ha convertido en el tema del dla, y no sólo ha Sido objeto de las con-

. siguientes deliberaciones en las esferas oficiales, y motivo para fundadas crí­ticas en la prensa, sino que el público en general ha tomado el asunto como base de poco piadosos comentarios.

"En un princi pio, al ser aprobadas los planos de la edificación, encargóse de inspeccionarla una comisión parlamentaria nombrada al efecto, la que luego delegó sus poderes en el departamento de obras públicas. Si las su­mas votadas para la cons­trucción hubiesen sido inagotables, inagotable

hubiese podido ser tam­bién la paciencia del señor ministro de Hacienda: pero como este obser­vase, con el natural so­bresalto, lo proxlmo que a quedarse agotado se vela el presupuesto del nuevo Congreso, sin que el pala­cio pasase de los cimien­tos, avistase con sus compañeros de gabinete, dándoles cuenta de lo anormal de la situacion.

'Hubo reunión de Se­cretarios de Estado, y el doctor Civit puso en co­nocimiento de sus cole­gas como hasta la fecha se hablan invertido $4.173.000 en una pe­queña parte del edificio, conviniendo los minis­tros, después de maduras deliberaciones, en que no debían suspenderse los trabajos, so pena de que en breve término quedase destruido por la demole­dora acción del aire, la llu­via y el sol, todo lo hasta hoy hecho.

"El ingeniero señor Menno manifestó, des­pués de haberse llegado a este acuerdo ministerial, que él se comprometería a concluir la obra mediante la su ma de pesos 8.500.000, deducidos los 'fondos ya invertidos, y no encargándose por esa cantidad ni de las esta­tuas, revestimiento, ni decorado, añadidos los cuales la cifra total ascen­deria a $11.000.000".

Monumento a Artigas, en Montevideo: 37 toneladas de bronce heroico

Artigas es, sin duda, verdadero precursor del federalismo rioplatense. En Montevideo, en la plaza Independencia. se le ha alzado una Imponente estatua ecuestre. La cro­nica pormenorizada de la inauguracion está regis­trada con fidelidad en el Almanaque del Mensa­jero, de 1924, que se pu­blicaba en Buenos Aires. Dice la refenda crónica: "El 28defebrerode 1923, el pueblo uruguayo llevo a cabo un homenaje al fun­dador de su nacionalidad, el general Jase Gervasio Artigas. Los festejos ofi­ciales de la inauguracion del monumento engido en

. Montevideo, constituye­ron una verdadera apo­teosis. Las demostracio­nes realizadas alcanzaron un éxito brillante. La ciu­dad estaba profusamente embanderada. Los feste­jos comenzaron desde la madrugada: las bandas de música de la guarnlcion ejecutaron dianas; en la fortaleza del Cerro se hi­cieron disparos de cañon, y las campanas de las iglesias fueron echadas a vuelo durante cinco minu­tos. Frente a la casa de gobierno, rodeando el palco oficial, construido

junto al monumento, el regimiento de Blanden­gues de Artigas rindió los honores. Luego formaron en cuadro alrededor de aquél con sus banderas nacionales, las tropas de desembarco del crucero argentino "Buenos Ai­res", del brasileño "Alm. Barroso" y las escuelas naval y militar del Uru­guay. Los cadetes vestlah úniforme de gran gala, Igual al que se usaba en 1830. El monumento se descubno a las 17 horas. Los marinos uruguayos, brasileños y argentinos descorrieron las banderas que lo cubnan y un es­truendoso aplauso saludó !a figura del prócer, al tiempo que las bandas mi­litares ejecutaban el himno uruguayo.

Presenciaron el acto las embajadas extranjeras, el preSidente doctor Baltasar Brum, el presidente electo, ingeniero José Se­rrato, los miembros del COQsejo Nacional de Ad­ministracion, los minis­tros de Estado, el jefe del Estado Mayor del Ejército, miembros de las cámaras legislativas y otros altos. funcionarios. Pronuncia­ron elocuentlsimos dis­cursos el doctor Baltasar Brum; el poeta José Zorri­lIa de San Martín; el emba­jador de España, señor García de Acibus; el gene­ral argentino Luis V. De­Ilepiane; el doctor Juan Angel Golfarini, en nom­bre de la colonia uruguaya

'El desván de Clío

en la Argentina y del Cen­tro Guerreros del Para­guay; embajador para­guayo, doctor Peña; co­ronel Lima, del ejército brasileño; doctor Toledo, delegado de la Asociación Patriótica Argentina; doc­tor Andrés Pacheco, pre­sidente de la Asociación Patriótica Uruguaya, y doctor José Maria Del­gado, poeta laureado en el concurso del diario "El Pais". Hubo desfile mili­tar .. La manifestación po­pular, calculada en 60.000 personas, estaba encabezada por la Asocia­ción Patriótica Uruguaya, a la que seguian la delega­ción de la Liga Patriótica Argentina, delegación del Centro Guerreros del Pa­raguay, de Buenos Aires, y delegados de las asocia­ciones nacionales y ex­tranjeras. La banda muni­cipal ejecutó en la plaza Independencia la marcha "Artigas", compuesta por el maestro Tomás Ga­ribaldi, en el año 1883, que habia sido olvidada durante muchos años.

El monumento inaugu­rado es obra del escultor italiano Angel Zanelli, triunfante en el concurso efectuado en 1912. La erección del monumento fue decretada en virtud d¡ un mensaje enviado a I legislatura por el general Santos, el 2 de julio d¡ 1883. Segun ese decreto, el pedestal debía hacem con granito de Las Pie dras, empleándose en lo!

fundamentos piedra pro­veniente de todos los de­partamentos del Uruguay. En el pedestal se grabaría unicamente la inscripción "Artigas". Segun esa ley, el monumento se empla­zaría en la plaza Indepen­dencia, colocado al sesgo con respecto a la calle 18 de Julio. En cuanto al mo­numento, puede decirse que es de estilo clásico puro, está constituido por un pedestal ilustrado con bajorrelieves sobre el cual descansa la colosal esta­tua ecuestre de Artigas. La altura total del monu­mento es de dieciséis me­tros; la estatua mide ocho metros. El friso tiene una extensión de veinticuatro metros con cincuenta cen­tímetros, y una a~ura de dos metros. En la parte delantera se ve un bajorre­lieve que representa el "Estado Mayor de Arti­gas". En los otros tres la­dos, lleva diversas alego­rías, entre las que se des­taca la del "Exodo del pueblo oriental". La es­pada de Artigas ha sido ejecutada en forma origi­nal y artística.

En la construcción del monumento se ha em­pleadO treinta y siete tone­ladas de bronce renaci­miento. El revestimiento del pedestal y la escalinata son de labradorita roja clara. Los cimientos ocu­pan una superficie de die­ciocho metros de frente, por veintiún metros y me­dio de costado. El monu-

mento debió inaugurarse el 26 de agosto de 1922; pero fue necesario aplazar la fecha.

Juan Gervasio Artigas nació en Montevideo, el 19 de junio de 1764 y fa­lIecid en el Paraguay, el23 de setiembre de 1850, después de 30 años de os­tracismo. Cursó primeras letras en el convento de San Francisco. Se ocupó en faenas rurales y adqui­rid gran conocimiento del territorio de su país. En 1797 entró en' el regi­miento de Blandeng ues y se dedicó después a las luchas por la independen­cia. Consagró sus últimos años a obras de caridad".

Historias de Bolsillo

En 1847 se ofreció en Buenos Aires la primera representación del drama "Don Juan Tenorio", de José Zorrilla.

El primer Teatro Colón, levantado sobre los pia­nos del arquitecto y pintor Carlos E. Pellegrini, fue inaugurado con un baile de disfraz durante el car­naval de 1857, en el sitio que actualmente ocupa el Banco de la Nación Argen­tina, con frente a Recon­quista, mirando hacia el oeste.

En 1869, en el sitio donde actualmente se en-

cuentra la escuela Presi­dente Roca -recuerda un cronista- se inauguró en 1869, frente a la Plaza La­valle, el Circo Italiano, que en 1873 cambió su nom­bre por el de Circo Euro­peo. En este cirso hizo sus demostraciones de for­zudo el famoso Pablo Raf­fetto, apodado "Cuarenta Onzas" .

Cuando el viejo Teatro Colón de Buenos Aires, se destinó a Banco de la Na­ción Argentina, fue primi­tiva idea levantar el edifi­cio nuevo en la manzana ocupada actualmente por el edificio del Congreso de la Nación, optándose después por el sitio ac­tual, en la calle Libertad.

Desde 1879, Y durante quince años -dice un cro­nista- fue obligatorio para los vigilantes de Buenos Aíres el uso de pera y bi­gote.

El terreno que ocupa actualmente el cementerio de la Recoleta y la Iglesia del Pilar, lo adquirió en 1604 don F. Beaumont, cambiándolo por algunas ropas.

El reloj de la torre de la Iglesia del Pilar carece de cuerda y marca por un

, 'i \

I

J " \ \

1:

',¡

( ,

"

1 I

i Ir I

1: 1

¡, l' '1 ~

l. "

i 'i ( .' ! 1, ,

elemental mecanismo,' EI12 de abril de 1911, que consiste en una soga se descubrió en Montevi-arrollada a un cilindro, deo una falsificación de con un peso en el ex- estampillas brasileñas y tremo, argentinas,

El monumento a Juan Los primeros caballos Martin de Pueyrredón,

de carrera, de pura san- que se levantó en Buenos gre, comenzaron a ser in- Aires, en la Plaza de Flo-traducidos en el pais a res, se inauguró el 28 de partir de 1852, marzo de 1911,

En 1597 se enviaron La piedra fundamental 1498 fanegas de harina de de la rambla de Mar del trigo al Brasil. Plata, fue colocada el 2 de

marzo de 1910, El famoso payaso y

EI17 de julio de 1910, acróbata inglés Frank Brown -quien mereció llegó a Buenos Aires el po-elogio del propio Rubén lítico francés Georges Daria-, se presentó por Clemenceau, quien pro-primera vez en el circo Po- nunció varias conferen-liteama Argentino, el8 de das sobre el desarrollo de mayo de 1884, la democracia,

La Universidad de Cór-Hacia 1831, funcionó daba fue fundada el19 de

en la calle Florida, entre junio de 1612, Córdoba y Paraguay, un teatro de títeres, den omi- En Buenos Aires, el Cír-nado Anfiteatro, donde se culo de Armas fue fun-cantaban también óperas, dado en 1887; el Club del

EI8 de julio de 1910, la Progreso, en 1882; el Cír-culo Italiano, en 1875; el Suprema Corte de Justicia Club Español, en 1871; el de la prOVincia de Buenos

Aires emitió un fallo decla- Jockey Club en 1882; el randa que la mujer no Centro Naval, también en puede ser contador pú- 1882;,en el mismo año de blico, 1882, el Lawn Tennis

Club; en 1899, la Socie-

El 16 de diciembre de dad Sportiva Argentina, La Marina, el Rowing Club

1910, la Cámara Criminal Argentino y el Club Canot-condenó a Simón Rado- tieri Italiani. wiskya prisión por tiempo indeterminado, como asesino del coronel Ra- En 1912, existia en món L Falcón y de su se- Buenos Aires una "Socie-cretario, Lartigau, dad de Madres Argenti-

nas" ("para combatir la En Zarate (provincia de vagancia de los niños"), Buenos Aires), fue levan-Tenia su sede en la calle tado un monumento al Dr, Rincón N° 369, en donde Leandro N, Alem, obradel funcionaba un taller e in- escultor español Manuel ternado, de Basterra, Tiene cinco

metros de alto, está fun-

En 1877 se fund ó en dido en bronce, y su

Buenos Aires una "So- costo, a comienzos del si-

cietá di Patronato e Reim- glo, cuando se inauguró,

patrio per Inmigranti Ita- fue de veinte mil pesos

liani", que tenia por ob- moneda nacional.

jeto la colocación de los inmigrantes italianos en La ley por la cual se do-tutela, y repatriarlos, en taba de aguas corrientes a caso de que fueran indi- la ciudad de Buenos Aires gentes, Hacia 1911, tenia fue aprobada el 23 de di-su sede en el Paseo de ciembre de 1867, con-Julio N° 1260, fiándose el proyecto de

construcción de las mis-mas al ingeniero irlandés

La "Sociedad Italiana Juan Coghlan, recibido en de Beneficencia" se fundo la escuela de artes y ma-en Buenos Aires, en 1872, nufacturas, de París, en el mismo año en que La posterior ampliacion apareció la primera parte de dichas obras estuvo a de "Martín Fierro", Sos- cargo del ingeniero inglés tuvo el Hospital Italiano, Juan G, La Trobe Bate-situado en la calle Gascón man, especialista en hi-N0 450, dráulica, quien se hallaba

en el pais -contratado por el gobierno, en 1860-

A principios de siglo, para preparar las obras de funcionó en Buenos Aires, construcción del puerto, en la calle Rlvadavia N° En 1887 habia en Bue-842, una" Asociación Na- nas Ai res, sobre un total cional Argentina contra la de treinta mil trescientas Trata de Blancas", Su sesenta y siete casas, presidente fue el Dr, A, E, ocho mil ciento cincuenta Condomi, Y una con servicio de

aguas corrientes,

En 1872 se fundó en En 1830, Juan Facundo Buenos Aires la sociedad Quiroga declaró que "las "Damas de Misericor- probabilidades de una se-dial", En 1890, la "Socie- gura paz, sólo pueden dad Protectora de Huérfa- ofrecerse en la constitú-nos Militares", ción del país",

~7

----- ---- - --- - -

" .........

, • __ ......lJ

·A 150 años del "experimento unitario" por luís Alberto Romero

.. ~

.. J

En junio de 1827, hace ya 150 aunque cambiando la valoración, años, concluia con la renuncia del casi todas las corrientes historiogra­presidente R ivadavia el "experi- ficas: lo que para unos era Civiliza­mento unitario" iniciado a principios ción y Barbarie. para otros era lo ex­del año anterior. Fue un final caótico, tranjerizante frente a lo nacional, lo en medio de una crisis que habría de oligarquico frente a lo popular, el ca­prolongarse aun varios años y que, pitalismo frente al feudalismo ... para los desconsolados porteños, al- Todos, casi sin excepción, han insis­canzaria una gravedad similar a la de tido en encontrar una contraposición sombría memoria de 1820. la figura esencial-en 1820 como en 1835; en de Bernardino Rivadavia quedó tan 1827 como en 1852- entre los 1Ios lirmemente identificada con .r.ste grandes bandos en que se suponia "experimento" que toda su actua- dividido al pais y cuyas expresiones ción anterior ha sido reinterpretada a arquetípicas serían estas dos figu­su luz. Otra figura, la de Juan Manuel ras. Un examen menos adherido a de Rosas, representó para l1IIestros historiadores' tendencias diametral- . mlfnte opuestas a las encarnadas por Rivadavia, y en esto han coincidido,

viejos prejUicios quiza descubra, a través de una relectura de hechos y situaciones bien conocidos, no sólo que Rivadavia no se identifica total­mente con la "aventura presiden­cial" que protagonizó, sino que los puntos de contacto entre su pOlítica y la desarrollada por Rosas. teniendo como centro en ambos casos a la provincia de Buenos Aires, son mucho mayores de lo que podría su­ponerse.

Las exequias de Bernardino Rivadavia, presididas por el gobernador Valentín Alsina

en 1857, abrieron un proceso historiográfico cuyos limites

deben ponderarse en relación con la actuación de Sir

contrafigura, Rosas.

El "funesto año XX" divide claramente dos etapas en la his­toria de la Argentina criolla, y sobre todo, en la de Buenos Ai­res. La que se cerraba había co­menzado probablemente, en la última década del siglo XVIII: la burguesía mercantil porteña, fa­vorecida por Una coyuntura que resultaría efimera, había formu­lado y aplicado un programa ba" sado en la independencia polí­tica, el libre comercio y la prima­cía porteña. Durante los diez años que siguieron a la Revolu­ción de Mayo asistió al de­rrumbe de sus ilusiones. En lu­gar de la prosperidad. el libre comercio trajo a Buenos Aires a unOS afortunados rivales, los comerciantes ingleses, que pronto desplazaron a los porte­ños. Las guerras de la indepen­dencia y las civiles que siguieron arruinaron a los comerciantes de la capital y no fueron eficaces para impedir la pérdida del Alto Perú, cuyo Cerro Rico había sido la base principal de las acti­vidades mercantiles porteñas. En lo político, la independencia quedó asegurada, pero el pro­yecto centralista despertó posi­ciones cada vez más violentas, hasta terminar haciéndose tri­zas al chocar contra el,arlí­guismo. Aunque los vencedores no sobrevivieron a los vencidos, pareció evidente que todo in­tento inmediato de reconstruir el Estado Nacional estaba desti­nado al fracaso, sobre todo con­siderando que a la batalla de Cepeda siguió en Buenos Aires una de las más formidables cri­sis políticas de su historia. Algu­nos de los aspectos de esta cri­sis-la "plebe", politlzaday fuera de control; los mi litares pujando por el poder, la amenaza indí­gena- im presionaron de tal modo a los porteños que su re­cuerdo, como fantasma sobre­cogedor, habría de perdurar du­rante los años sigUientes.

La "feliz experiencia" de Buenos Aires'

En medio de esta crisIs los sectores predominantes en Buenos Arres, cuya evolución

40

Todo es Historia 122

A 150 años del experimento

unitario

La pérdida del Cerro Rico de Potosí cambió la base de las

actividades mercantiles porteñas.

i.

.. ',.<

habrá de seguirse a lo largo de estas páginas. fueron capaces de replantear profundamente sus objetivos y encontrar nuevos rumbos para la economía y nue­vas fórmulas para la política de su provincia. Gracias a su clari-videncia. mientras el litoral o el interior se sum ian, en la crisis o el estancamiento. Buenos Aires -la ciudad, y desde entonces, su . campaña- recuperaban su pri­macía. Con justicia, el goberna­dor Las Heras definió a estos años como los de la "feliz expe­riencia" de Buenos Aires.

El aspecto principal de esta· etapa, que es decisiva para comprender similitudes y dife­rencias entre Rivadavia y Rosas, se encuentra en la expansión ganadera porteña'. El alto co­mercio de Buenos Aires, arrui­nado y desplazado por los bri­tánicos, encontró no solamente u.na actividad alternativa sino un formidable negocio. Su desarro­llo, en definitiva, no era más que

.. " la culminación lógica del libre . comercio de 1809, demorada.

durante diez años por esa liqui­dación total de la ganadería del litoral que acompañó a las gue­rras artigu istas. A parti r de 1820, la formación y poblamiento de estancias en la llanura del sur bonaerense se constituyó en la gran empresa porteña. A ella se volcaron grandes comerciantes coloniales-los Anchorena, AI­zaga, Sáenz Valiente, y muchos otros- junto con políticos y mili­tares influyentes, como Díaz Vé­lez, Alvear o Balcarce, e inclu­sive algunos 'ingleses; era el embrión de la nueva clase terra­teniente, que salía del viejo sec­tor dirigente porteño. Desde en­tonces la ganadería se convirtió en el fundamento de la econo­mía porteña y los terratenientes en el de su sociedad y su polí­tica. Creció la exportación de cueros primero y, como com­plemento, la de carne salada; hacia 1850, ambas permitieron nivelar la balanza comercial, hasta entonces crónicamente. deficitaria. Los terratenientes armonizaron fácilmente sus ifl- . téreses con el sector comercial· anglo-criollo. firmemente esta- :

41:

blecido en Buenos Aires: más importaciones !significaban mayor capacidad para importar, en una etapa en la que los países industriales asignaban al Río de la Plata la función de convertirse en mercado para sus productos. La expansión ganadera fue po­blando la campaña, que se llenó de pueblitos primero y de pe­queñas ciudades después. Mientras el interior se empobre­cía, Buenos Aires encontraba en su campaña un mercado con­sumidor cada vez más impor­tante, que le permitía prescindir progresivamente de aquel otro mercado tradicional. De ese morlo, al consolidarse el modelo de integración al mercado mun­dial esbozado a fines del siglo XVIII, Buenos Aires echaba las bases de un progresIvo aisla­miento'"

En la consolidacion inicial de la nueva clase terrateniente le cupo un papel fundamental al Estado provincial, que volcó to­dossusrecursosal serviciode lo que comenzaba a ser visto como la em presa de la provincia. En lo que hace directamente a la ga-

42.

"-~ ""-, . ~.' '" .

,~. _" ~-,:o.,'"

:""",-, "'"

naderia, el Estado realizó la conquista y defensa de la fron­tera, desde la expedición de Martín Rodríguez en 1821 hasta la de Rosas en 1833. También distribuyó gratUitamente la tie­rra entre sus nuevos propieta­rios a través del sistema de la enfiteusis, que permitió la con­solidación de la gran propiedad. Finalmente, el Estado aseguró a los estancieros una provIsión suficiente de mano de obra: el gaucho, que hasta entonces va­gaba libremente, fue convertido en peón gracias a la papeleta de conchabo y a la amenaza de la frontera. Se eliminaron los Ca­bildos y el hacendado de cada zona fue convertido en Juez de Paz, con lo que se transformó en el depositario de la autoridad CI­vil en su región. Fue desde en­tonces el árbitro de la suerte de esos contingentes de trabaJado­res a disgusto, pronto conver­tidos en d iscipl inados peones.

Todo el resto de la política se­guida durant., los cuatro años posteriores a la gran crisis de 1820 tendió a encauzar los re­cursos de la prOVincia hacia esa

Todo es Historia 122

A 150 años del experimento I

unitario

Esteban Echeverria afirmó que los terratenientes concurrian con las lanzas y los votos al sostenimiento del gobierno

porteño,

expanslon. En primer lugar, ha­bla que asegurar el orden, tan gravemente alterado durante el famoso año. La oposición popu­lar fue reprimida, mientras sus dirigentes eran en su mayoría ab­sorbidos por el nuevo régimen: de ese modo, progresivamente la administración fue despla­zando a la política. Luego, se re­dujeron los gastos de un Estado que, hasta entonces, era pobre, caro e ineficiente. Aquí lució el talento de los brillantes adminis­tradores que ocupaban el go­bierno. El Ejército -crecido con la Revolución y las guerras- fue reducido drásticamente, reti­rándose a buena parte de la ofi­cialidad. Igual criterio se siguió con la administración civil. Luego de sanear los ingresos mediante la reforma aduanera y de consolidar la deuda pública -una pesada herencia de los años de guerras- pudo inten­tarse la aplicación metódica de un presupuesto: era el primero que conocía la administración porteña. Con la creación de un Banco de Descuentos se facilitó la circulación del capital exis-

Manuel Moreno y el deán Funes: un gobierno

suficientemente elástico como para encargar tareas a gente tan poco afecta al gobierno.

tente en momentos en que, como consecuencia del co­mienzo de la expansión gana­dera, la demanda de dinero ele­vaba peligrosamente la tasa de interés. Finalmente, culminando esta política, se decidió contra­tar en Londres un em préstito, destinado entre otras cosas a la construcción de un puerto. Esta medida, como el resto de las co­nocidas como "reformas de Ri­vadavla", contó en esos años con el beneplácito de los secto­res propietarios de la ciudad y de la cam paña.

Un programa de tal austeri­dad, que procuraba destinar a las actividades productivas los escasos recursos de la provin­cia, obligaba a desechar la am­biciosa política exterior de la primera decada y, descartando todo aquello que no afectara di­rectamente la provincia, adoptar

otra decididamente pacifista: San Martín fue abandonado, se toleró la ocupación portuguesa en la Banda Oriental y se pro­curó negociar con España. El recuerdo, todavía fresco, del costo de una política más glo­riosa, acalló muchas de las pro­testas, especialmente entre quienes, inevitablemente, hu­bieran debido correr con los gastos. Respecto a las provin­cias, el criterio fue similar: se abandonó la idea de establecer u n poder central, no querido por aquellas y cada vez menos ne­cesario para los porteños. Se adoptó, en cambio, la política del aislamiento, atizando discre­tamente las rivalidades entre los gobiernos provinciales, se ase­guraban. los porteños la neutra­lización de Córdoba, única ca­paz de convertirse en amenaza­dora rival. Era una suerte de vuelta haCia adentro, impulsada por la gravedad de la coyuntura pero en definitiva respondía a los intereses más profundos de la provincia.

Los comerciantes y los terra­tenientes, yen general quienes

, tenían algo que' perder, eran los 'sostenedores de este gobIerno. Los terratenientes, partlcu lar­

" "mente, concurrían con las ,Ian­~;¡;;~r ',' zas y los votos, shegún I,a crE'stlt~a i!i"-' , .expresión de Eceverna. -~~~'" " blecido el sufragio universal los i'B': :' ordenados votantes de la cam-~>" paña bastaban para contrapesar ;t;~~~", laeventua,1 o¡3osición de la plebe ,'o urbana. Pero, sobre todo, los te­

rratenientes pasaron a ser de­positarios del mayor poder mili­tar, luego de la enérgica poda del ejército. Las milicias rurales,

\ .. cuyo oficiales pagaba el Estado, fueron puestas al servicio del gobierno y del orden, como afirmara Rosas en su célebre arenga el 5 de octubre de ,1820, Ese episodio bien conocido,en que Rosas y sus Colorados sos­tuvieron a Martín Rodríguez, muestra hasta qué punto los es­tancieros se mostraban solida, rios con el nuevo gobierno. El levantamiento de 1823, organi-

, zado por algunos polítiCOS y mi­litares desplazados, que toma­ron como pretexto la reforma re­ligiosa, confirmó la solidandad de los sectores propietarios con ,el equipo gobernante.

Esta solidaridad, sin em bargo, no implicaba participación di­recta en el gobierno de las cosa pública. Los hacendados, cons­titutivamente apolíticos y ab­sorbidos por sus negcios, se li­mitaron a vigilar la marcha ge­nenal desde la Sala de Represen­tantes, dejando el manejo con­creto de la administración en manos consideradas expertas. El grupo de políticos y adminis­tradores que acompañó a Martín

, Rodriguez y que encabezó Ri­vadavia -conocido como el .. partido del Orden "- era, cier­tamente, el más idóneo que po­día encontrarse. Más identifi­cado con el programa general de la provincia que con los inte­reses de un grupo particular, puso toda su sapiencia al servi­cio de una empresa, que hasta 1824, gozó de amplio consenso .

. Este fue activoentre los sectores que, por su riqueza, pod ían .de­cidir; fue meramente pasivo entre los sectores popu lares, desilusionados y desmovil iza-

44

Todo es Historia 122

A 150 años del experimento

unitario Dos compañías símétricas: la

de Baring con el apoyo de Quiroga y la de Hullet, con el

apoyo de ,Rivadavia se disputaron la explotación del

Famatina. '

'J·~:;I .. ~'" ",,,'.

'j~~ . . ".' " ... ,. ;-: r' :r,.: .·f-:"· ",.

¡p . ~.,. -,....,..

.' ,~ .. '.',,"

-

.~ .....

,." .... .

dos después del activo ejercicio de 1820. Los disidentes eran pocos pero ruidosos; militares pasados a retiro y poi íticos, no incorporados a un elenco gu­bernamental, que, sin embargo, fue suficientemente elástico como para encontrar tareas para gente tan poco afecta como Manuel Moreno o el déan Funes. La reforma religiosa pri­mero y la cuestión oriental des­pués permitieron el resurgi­miénto de esta oposición que, sin embargo, se mantenía den­tro de límites reducidos.

Hasta fines de 1824 -hasta la sanción de la Ley Fundamental, para poner una fecha- predomi­naba la armonía en las relacio­nes de los sectores altos porte­ños y el equipo gobernante. No faltaban las diferencias, nl·tam­poco, todas las realizaciones de este grupo pueden ser asimila­das al programa provincial sin caer en esas brutales simplifica­ciones que tanto han oscure­cido el análisis en la historia ar­gentina. La creaciqn de la Uni­versidad, por ejem plo, no era esencial pero a nadie parecia mal dotar a la progresista ciudad

46

Manuel José Garcia y el canónigo Julián Segundo de

Agüero, jefes de las dos fracciones centralistas del Congreso Constituyente.

de una institución que la equipa­rara a la tradicional y prestigiosa Córdoba. En otro campo, si mu­chos espíritus tradicionales no apoyaban la reforma eclesiás­tica de 1823, tam poco consideraban que fuera necesa­rio romper con el gobierno a causa de ella; igual tolerancia manifestarían, dos décadas después, cuando Rosas aplicara el más férreo regalismo. Muchos de los problemas considerados criticas no alteraban por enton­ces la arman ía entre los sectores terratenientes -cuya figura más destacada empezaba a ser Ro­sas·- y el gobierno del llamado partido del Orden, encabezado por Rivadavia.

La "aventura presidencial"

A partir de 18261a provl ncia de Buenos Aires -y el resto del país- también se vieron envuel­tos en una profunda crisis, en

cuyo transcurso se intentó llevar delante un ensayo de organiza­ción nacional. La crisis, en me­dio de la cual naclóy naufragó el "experimento unitario", terminó echando por tierra a la "feliz ex­periencia" de Buenos Aires. A menudo se ha considerado a este intento de organización como la prolongación lógica del programa de 1820, que a la luz de la catástrofe de 1827, fue juz­gado calamitoso. Cabe pregun­tarse, SIl1 embargo, hasta qué punto esto es totalmente cierto.

El paso de la etapa de estabil i­dad a la de crisis se advierte en el progresivo fraccionamiento que se produce en la élite político­económica porteña, insinuado durante los años iniciales y de­sencadenado a partir de 1825. En 1820, cuando estaba "la pro­vincia en peligro", los sectores dirigentes olvidaron viejas riva­lidades y oposiciones, forjaron un programa político y econó­mico común y lo aplicaron tenaz y sistemáticamente: pero pa­sado el mayor peligro, reapare­cieron algunas de las viejas ten denclas disgregadoras, que se manifestaron cada vez con ma-

Todo es Historia 122

A 150 años del experimento

unitario

Manuel Dorrego: ¿una política aventurera?

yor fuerza. Consideraremos los dos casos principales: el de los efectos de las inversiones britá­nicas y el de la sucesión de Mar­tin Rodríguez.

A partirde 1823 comenzaron a manifestarse en el Plata los efec­tos de lo que en la historia finan­ciera inglesa se conoce como "el boom sudamericano"; éste se originó en la existencia de una gran masa de capital en ma­nos de pequeños ahorristas, que no encontraban oportunidades rentables de inversión. A partir de 1830, la construcción de fe­rrocarriles -una de cuyas venta­jas consistió en la enorme canti­dad de capitales que requirie­ron- solucionó la situación por varias décadas. Hasta entonces, sólo eran posibles aventuras más o menos especu latlvas. como las de Sudamérica, ofre­cidas por los bancos con el se­ñuelo de nuevos Potosíes. Los inversores buscaron hacer ope­raciones en México, en Colom .. bia, en Perú, en Chile y, también, en el Río de la Plata, sin duda atraídos por su nombre prome­tedor. Primero fue el empréstito Baring, luego las empresas de

colonización, las minas de Fa­matina. Es sabido que para los ingleses el negocio fue medio­cre, como lo mostró la especta­cular quiebra de estas empresas en 1825. En Buenos Aires, en cambio, se beneficiaron los gru pos locales que se encarga­ron de la gestión e intermedia­ción de esa corriente financiera. Uno de ellos, formado por lo más granado del comercio anglo-criollo, gestionó el em­préstito, obteniendo ganancias muy grandes, aunque no ex­traordinarias para su época. Poco después, se organizó otro grupo similar, en torno de Riva­davia, que emprendía su múltiple misión en Londres; este nuevo grupo carecia de sólidas raíces en los sectores comerciales pero, en cambio, podía contar con su influenCia política. Es conocida la competencia que se entablo en Londres -donde al­canzó ribetes escandalosos- Y en Buenos Aires. Surgieron dos companjas. casi simétricas: una. integraba a la banca Baring, a grandes comerciantes locales, corno los Robertson o Miguel de Rlglos, yen el caso de las minas

47

Todo es Historia 122

A 150 años del experimento

unitario de Famati na al propio Facu ndo Quiroga. El otro incluía una banca inglesa menor, la casa Hullet, y a influyentes políticos porteños, como Rivadavia, aun­que tenía apoyos en ,La Rioja, como descubrió, desolado, el capitan Head, enviado para po­ner en marcha la empresa. Mu­chos de estos protagonistas se­rían después, más o menos in­distintamente, unitarios y fede­rales. No era, ciertamente, una lucha entre defensores y entre­gador¡¡s del patrimonio nacional sino entre dos grupos similares, y por eso, encarnízadamente en­frentados. Bien conocido es el modo en que esta situación minó el prestigio de Rivadavia entre los sectores comerciales locales y, sobre todo, entre los gobernantes ingleses como Cánning.

El segundo caso de fraccio­hamiento de la élite se produjo dentro del propio grupo político. Estos sectores fueron propen­sos en toda esta época a d ivi­dirse en luchas facciosas, es de­cir en disputas por el poder cu­yos propietarios, en lo especial, no difieren entre sí ni represen­taban intereses sustancialmente distintos. Este concepto de lu­cha facciosa era habitual en la historiografía tradicional, aun­que ésta limitaba a él todo su análisis; y posteriormente, cuando los historiadores enri­quecieron su Instrumental con­ceptual, la posibilidad de la mera lucha facciosa fue olvi­dada por quienes, a partirde una mala lectura de los clásicos de las ciencias sociales han querido ver la oposición de cIa­ses encontradas hasta en un simple cambio de ministros. El tema ha sido admirablemente analizado por Tulio Halperín Donghi4 , quien señala esta pro­pensión a la lucha facciosa de la élite política, tanto más fuerte cuanto más desligados están sus miembros -políticos o mili-

48

tares- de los intereses básicos de la sociedad. De ese modo, al aproximarse en 1824 la renova­ción gubernamental en Buenos Aires, se produjo una fractura general izada en el partido del Orden, que terminó pOlarizán­dose en dos facciones. Una, en torno de Manuel José García, rodeó al gobernador Las Heras; otra, que reconocía como inspi­radores a Agüero primero y a rque de crear problemas en la campaña oriental, rival y compe­tidora de la porteña. la guerra Nótese cómo esta fractura se sumaba a la anterior y como ambas confluían en la figura de Rivadavia, que empezaba a con­vertirse en la"béte naire" de pe­cados propios y ajenos.

Precisamente la reunión de este Congreso, a fines de 1824, creó el escenario en el cual a facción rivadaviana pudo desa­rrollar su acción; contó allí con la colaboración de muchos di­putados de las provincias del in­terior, emisarios permanente­mente infieles de los gobernan­tes provinciales. Resultaron así integrando la mayoria rivada­viana en el Congreso los diputa­dos de La Rioja, de Córdoba, de Santiago ... Más aún que en Buenos Aires, en las provincias los dueños del poder debían re­currir a una burocracia política vitalicia, cuya escasez la tornaba imprescindible, aunque nadiese fiaba de su lealtad y solidaridad.

El conflicto con Brasil por la Banda Oriental fue el arma prin­cipal del triunfo de la facción. Sus hábiles dirigentes -Agüero, Gómez- especularon con la du­plicidad del gobierno de Buenos Aires que, desde 1821, había procurado tanto evitar el con­flicto de la Corte de Rio como apaciguar a la opinión pública porteña, celosa depOSitaria de los ideales bélicos de la Revolu­ción de Mayo. El inesperado éxito de los Treinta y Tres Orien­tales complicó definitivamente el panorama y la facción, po­niéndose a la cabeza de la marea belicista, impuso en el Congreso la reincorporación de la provin­cia oriental lo que llevó, inevita­blemente, a la guerra con el Im-

perio. Detrás de ella vinieron la creación de la Presidencia -pues para una Nación en gue­rra era ind Ispensable contar con un gobierno unificado- del Ejér­cito y del Banco Nacional. Sobre todo, se decidió dotar al presi­dente de una capital, sobre un territorio que comprendía la mi­tad de la provincia de Buenos Aires; poco después, el gober­nador Las Heras renunciaba in­dignado. Por una vía indirecta, la facción culminaba su manio­bra recuperando el control so­bre el gobierno porteño. Este programa, que luego se comple­taría con una Constitución, san­cionada cuando ya nadie creía en su aplicabilidad, desnaturali­zaba los propósitos iniciales del Congreso. En vísperas de su reunión sólo se hablaba de es­tablecer una Representación Nacional que posibilitara el re­conocimiento internacional, siendo diputados porteños los más celosos defensores de las autonomías provinciales.

Vista desde esta perspectiva, la "aventura presidencial" no aparece como el resu Itado de las tendencias expansivas yes­tabilizadoras del proceso ini­ciado en 1820; más bien, es el fruto de sus limitaciones y con­tradicciones, presentes desde el inicio pero no desarrolladas hasta 1825. El "experimento uni­tario", más que el resultado de un programa económico y polí­tico largamente madurado y apoyado en sectores sociales con intereses consistentes re­sultaba la respuesta política in­mediata a un problema menor, tan irresponsable en su formu­lación como imprevisora de sus consecuencias.

Pequeñas causas pueden te­ner, a veces, grandes efectos, sobre todo cuando operan en una situación ya inestable. La guerra -apenas un medio en la política de la facción- creó in­numerables perjuicios a quie­nes, hasta entonces, habían constituido la sólida base del gobierno provincial. Sin em­bargo, en una distribución de responsabilidades debe recor­darse que en 1825 los propios

r r

hacendados habían ayudado al grupo de Lavalleja, aunque su­poniéndolo incapaz de otra cosa que crear problemas en la cam­paña oriental, rival y competi­dora de la porteña. La guerra que se prolongó casi tres años, trajo el bloqueo al puerto y cre­cientes dificu·ltades para expor­tar; trajo también las levas entre los peones de las haciendas, particu larmente sentidas a causa de la crónica escasez de mano de obra en la campaña porteña. Provocó el descu ido de la frontera indígena, todavía mal consolidada, y multiplicó los gastos del estado, devorándose el empréstito Baring yobligando a una emisión descontrolada de papel moneda que provocó el descalabro monetario y finan­ciero. Pero, sobre todo, reintro­dujo en el escenario político al Ejército, vuelto a movilizar ydes­tinado a convertirse muy pronto en rival de consideración para el poder militar y. político de los hacendados. Atizó, finalmente, la agitación política entre los sectores de la plebe urbana que, dirigidos por prestigiosos jefes como el coronel Dorrego, vol­vieron a convertirse en un factor de peso en la política porteña.

La alianza de los rivadavianos con los diputados del interior terminó provocando la apertura de un segundo frente contra la tambaleante Presidencia. Mu­chos de estos diputados aspira-

. ban a revertir la situación de sus provincias utilizando la influen­cia del Congreso, como ocurrió en el caso de Córdoba en 1825. La creciente política interven­cionista del Congreso -el mismo que había sancionado aquella Ley Fundamental que le vedaba la ingerencia en los asu ntos provinciales- despertó la resis­tencia de muchos gobernantes, que se plegaron a la pérdida an­tiporteña de Córdoba. Pero no fue la única causa. El peligro de una polarización de este tipo es­taba implícita en la política por­teña posterior a 1820, basada en el aislamiento, en el exclusivo aprovechamiento de los recur­sos del puerto, y en el atiza­miento discreto de las rivalida

des interprovlnciales. Estas con­formaban un sistema de fuerzas con delicado equilibrio, que fá­ci 1m ente pod ía transformarse en una polarización. En uno de esos movimientos de recíproco reacomodamiento, Quiroga, hasta entonces amistoso inter­locutor de los porteños, resolvIó ptlnerse al frente de esa suerte de cruzada antiporteña, infruc­tuosamente predicada hasta en­tonces por Córdoba. Quienes gustan de las explicaciones re­trospectivas no deben olvidar, sin embargo, que hasta 1825 Quiroga era el respetuoso y res­petado interlocutor de los políti­cos porteños, el administrador de las progresistas instituciones de Buenos Aires y, especial­mente, de las educativas; era tam bién el apoyo armado del Dr. Salvador María del Carril, go­bernador de San Juan y autor de la Carta de Mayo que establecía la libertad de cultos. A partir de 1825, luego del golpe de Lama­drid en Tucumán, de los pro­.blemas de del Carril en su pro­vincia, de los complejos avata­res 'de la política catamarqueña, Quiroga decidió cambiar de aliados y descubriendo un sen­timiento religioso algo olvidado hasta entonces, enarboló la bandera negra de "Religión o muerte"'. Nuevamente, en una situación de equilibrio político poco estable, pequeñas causas producían grandes efectos ..

Junio de 1827 fue la hora del balance para aquellos que, en 1820, habían sostenido en Bue­nos Aires el partido del Orden. Desde el punto de vista de los terratenientes, comerciantes y demás, la cuenta era clara. La política de paz había concluido en u na guerra, costosa y perju­dicial para las actividades pro­ductivas. El orden administra­tivo y financiero había derivado en caos totaL Sobre todo, reapa­recían los temidos fantasmas del año veinte: un grupo diri­gente dividido, una oficialidad numerosa y levantisca, y una plebe urbana soliviantada por caudillos y demagogos, a la que pronto se uniría para completar el desolador panorama, un'a

creciente Inquietud entre los gauchos y peones, hasta enton­ces dóciles. Sin proponérselo, sin obedecer a un plan precon­cebido, la facción rivadaviana había transformado el orden en caos y aquellos que en 1820 los habían respaldado entusiasta­mente, en 1827 les retiraron su apoyo. Sin mayores estriden­cias, pero sin una voz a su favor, Rivadavia renu nció y, poco des­pués, desaparecía la presiden­cia, concluyen.do la primera fase de una crisis que aún habría de prolongarse. Fue, esencial­mente, una crisis política. No se enfrentaron aquí ni dos clases sociales ni dos bloques regiona­les, aun cuando los conflictos sociales y regionales tuvieron oportunidad de agudizarse. Fue, en lo esencial, la crisis de repre­sentatividad de un grupo que, habiendo interpretado origi­nalmente los intereses de 10$ sectores sociales dominantes, había dejado de hacerlo, más que por una decisión deliberada por su incapacidad para encon­trar nuevas respuestas a una si­tuación que bullía con turbu­lencia en la superficie, aunque fuera estable en lo esencial.

La crisis se agudiza

Luego de la caída de la presi­dencia, la crisis continuó desa-' rfollándose y manifestándose en nuevos aspectos, hasta en­tonces poco visibles. La facción depuesta, ya por entonces ca­balmente denominada "unita­ría", ejercía una eficaz acción opositora; aumentaba su fuerza el posible apoyo de los jefes mili­tares que, liberados de parte de sus obligaciones bélicas, mani­festaban su intención de ocu­parse activamente de la política y rivalizar con los hacendados tanto en el campo político como en el militar. En mayo de 1828 varios jefes definieron, con su presencia y su espada, las elec­ciones en algunos atrios porte­ños ; en d iciem bre de ese año Lavalle dio el golpe contra 00-rrego y poco después Paz' inició su cruzada por el interior. Sin em bargo, desde la perspectiva

49

de los hacendados y comercian­tes, es decir de quienes debe­rian prestar el consenso a cualquier gobierno que aspirara a la estabilidad, este no era el único y ni siquiera el mayor de los peligros. El otro fantasma del año veinte, el de la plebe urbana insubordinada, se había cor­porizado de algún modo desde la llegada al poder del' más efi­caz de sus caudillos, Manuel 00-rrego. Más allá de coincidencias circunstanciales, creadas por la presencia de enemigos co­munes, los hacendados y co­merciantes nunca pudieron ocultar su desconfianza por el gobernador, a quien hostiliza­ron más o menos veladamente desde la Sala de Representan­tes. No sólo rechazaban el beli­cismo a ultranza de Dorrego o la conducta, juzgada poco ho­nesta y algo aventurera, de al­gunos de sus colaboradores; desconfiaban sobre todo del propio clima de exacerbación facciosa que había creado el triunfo del partido popular, por entonces ya llamado federal.

La movilización de la plebe urbana era un fantasma viejo y conocido. Los incipientes sig­nos de inquietud que comenza­ron a manifestarse en la cam­paña, en cambio, llenaron de zozobra a los h;1cendados. Tres años de guerra, de requisas y de levas, habían creado el clima; el detonante fue la vuelta del ejér­cito del Brasi I y su decisión de recortar el poder de aquellas mi­licias rurales en las que perci­bían la existencia de un enemigo poderoso. Las hazañas de los coroneles Rauch y Estomba, responsables del fusilamiento de varios cabecillas y de muchos otros oficiales. termínaron por originar un espontáneo movi­miento de resistencia que pri­mero se manifestó en pequeñas partidas, en represalias aisla­das, y luego en una vasta movili­zación. Son di¡:¡nas de leerse con atenclon las páqinas del BrJ­tish IPacketS , que registran se­mana a semana la toma de con­ciencia de la gravedad de este fenómeno por parte de los sec­tores urbanos. Pese a que la mo-

50

vili7ación estaba dirigida contra sus enemigos nominales -los militares gobernantes- nada había en ella que pudiera agra­dar a los hacendados, quienes veían con espanto cómo se insi­nuabaen la campaña porteña un proceso que mUCllO se aseme­jaba a la experiencia artiguista de veinte años atrás Aquella había acabado con la formida­ble riqueza ganadera del litoral; ésta al destruir el orden rural tan pacientemente elaborado y tan cuídadosamente defendido, amenazaba otro tanto ydaba a la crisis política una dimensión mucho más grave y profunda.

Debilitada Buenos Aires por su crisis interna, su hegemonla de hecho sobre el resto del país fue aún más severamente cues­tionada. Nuevamente, como du­rante el ciclo artiguista, los con­flictos interregionales adquirie­ron una expresión política clara y definida. Las provincias del in­terior, hasta entonces nuclea­das por Quiroga, cambiaron de dirección recibiendo la jefatura de'Paz sin mayores sobresaltos. Aunque se trataba de una uní­dad efímera, como lo demostra­ría el hecho fortuito que le puso fin, no por ello resultaba menos inquietante la presencia de esa potencial fuente de conflictos. Sobre todo, porque para enfren­tar a la Liga Unitaria. Buenos Ai­res debió reque", la ayuda de' aliados dispuestos a cobrar sus servicios, como se advirtio en roda la negociación previa a la 'firma del Pacto Federal. Las provincias del litoral hicieron oír entonces sus reclamos con Inesperado vigor y mantuvieron su posición por varios años. Primero fue cuestionada toda la política librecambista porteña por la encencida prédica del gobernador Ferré, que sin em­bargo no encontró eco para su casi evangélica apelación entre las provincias del interior, que debieron haber sido sus aliados naturales. Más adelante, y pro­curando capitalIZar una situa­ción de preeminencia que sabia transitoria, el gobernador santa­feslno Estanlslao López co­menzó a insistir en la necesidad

Todo es Historia 122

A 150 años del experimento

unitario

Juan Manuel de Rosas continuó las lineas básicas del desarrollo socio-económico de

Buenos Aires.

de dar al pals una organización institucional que, seguramente, habria de recortar la su premacía porteña,

El encargado de restaurar el orden de la provincia, de afian­zar la unidad de los sectores di­rigentes y, finalmente, de resta­blecer en forma indiscutida la hegemonía porteña, fue Juan Manuel de Rosas, Su indudable éxito en la dificil tarea le valió el apoyo unánime de su provincia y, también, el preciado título de Restaurador de las Leyes, Si en esa idea de restauración estaba presente la imagen de la última etapa de la Colonia, recordada con nostalgia luego de la tor­menta revolucionaria, no es me­nos cierto que tam blén lo esta­ban los alÍas que siguieron a la crisis de 1820, cuando la provi n­cia inició lo que seria su camino definitivo, En ese sentido, debía Rosas retomar los objetivos primitivos del partido del Orden, Sin embargo, a tal punto diferían las condiciónes de 1829 con las de 1820, tan irreversibles eran ciertos factores de la crisis, que

los medios utilizados para obte­ner fines similares debieron ser radicalmente distintos, Esta dis­tinción entre medios y fines quizá sea la que brinde la clave para interpretar el problema de la contraposición o continuidad entre ambas experiencias,

El talento político de Rosas se manifestó en el hallazgo de una fórmula política nueva para 're­solver una situacíón que -re­pito- era caótica en la superficie pero nítida en sus aspectos esenCiales, El componente principal del caos era la intensa politización de los sectores po­pulares portelÍos, urbanos y ru­rales, que era juzgada como la­mentable por los terratenientes y el conjunto de sectores propie­tarios de Buenos Aires, Lo que' distinguió a Rosas de sus pares fue haber com prend ido el carác­ter irreversible de esta moviliza­ción y, superando el disgusto que le provocaba, haher descu­bierto los mecanismos para en­cauzarla, canalizarla y ponerla en definitiva, al servicIo del or­den, Con rapidez Rosas enca'-

"'. 4Z,_121jft

bezó en 1829 la insu rgencia ru­ral, en cuya iniciación no había partici pado, utilizándola para destruir al sector unitario de la oficialidad militar. Igual talento demostró por entonces al asu­mir la jefatura de los sectores populares urbanos -que se defi­nían como federales- carentes de dirección luego del fusila­miento de Oorrego, su muerte fue sabiamente utilizada por quien, en las horas críticas, no había manifestado mayor celo en ayudar al extinto gobernador. Pero si un hombre tan constitu­tivamente identificado con el orden y el respeto de lajerarquia social, como era esencialmente Rosas estaba dispuesto a s'er caudillo, nunca llegaría 'a ser arrastrado por la masa o, si­quiera, a convertirse en un de­magogo, La efervescencia po­pular, si no'sofocada, fue cuida­dosamente encarri lada, En 1833, cuando reapareció para liquidar a los restos del unita­rismo y, sobl2 todo, al ala fede­ral del ejército, todavía conser­vaba buena parte de su iniciativa y espontaneidad, como lo reco­nociera, admirativamente, En­carnación Ezcurra en las cartas a su esposo, Años después, fir­memente encuadradoS los ele­mentos activos en la Mazorca, el terror se limitaba a golpear dis­ciplinadamente allí donde el go­bernador quería golpear.

Rosas no perdió nunca su ca­rácter de jefe de partido triun­fante, ganado por dos veces, en 1829 y en 1833; se esforzó, in­clusive, en conservarlo cuando las circunstancias hubieran hecho posible la pacificación y el acuerdo, Nada más lejos, pues, del ideal de orden y admi­nistración -definidamente apolí­tico- de la época de la "feliz ex­periencia", La fuerza discrecio­nal que emanaba de esa situa­ción, y que se agregaba a la pro­pia del jefe de Estado, fue utili­zada contra los agentes, reales o potenciales, del desorden, En primer lugar, contra la oficiali­dad militar, unitaria o federal, derrotada en 1829 y en 1833; dis­tintos medlos;dertamente, pero resultados comparables con los

51

Todo es Historia 122

A·150 años del experimento

unitario

de la reforma militar rivada­viana_ En segundo lugar, contra los "doctores", es decir los res­tos de la élite política porteña responsable de la crisis a los ojos de los sectores propietarios y del propio Rosas, que pustaba de cubrirlos con los mas duros epítetos. Estos sectores, que nu­trían el partido Unitario, fueron definitivamente excluidos del manejo dé la cosa pública, con algunas excepciones cuidado­samente dosificadas, como la de Manuel José García. En tercer lugar, la fuerza política personal e intransferible del gobernador era em pleada para mantener or­denada la propia hueste que, también entonces, manifestaba esa tendencia a la división fac­ciosa antes señalada. Nadie, ni sus íntimos, escapaba a la ce­losa mirada del vigilante gober­nador, dispuesto a acabar con la anarquía en su mismo germen. Esta unidad del campo propio ha­bía sido una de las premisas del elenco gobernante en 1820, que procuró lograrla declarando ex­tinguidas las viejas rivalidades y haciendo un lugar para todos los que aceptaran la pacifica­ción; para ello se sancionó en 1821 la 'Ley del Olvido, convo­cándose a la tarea común. En 1835 hu biera sido ingenuo repe­tir una experiencia que había concluido en u na cris·is tan grave como la vivida: el terror, prudentemente administrado entre amigos y enemigos, lo­graba en cambio los mismos re­sultados.

La reconstitución del frente político permitió a Rosas recu­perar para Buenos Aires la he­gemonía nacional. Si en 1820 podía esperarse que esta hege­monía fuera discreta y, sobre todo, poco costosa, las expe­riencias de 1826 y 1830 demos­traron que, libradas a su suerte, las provincias se convertían en

52

inagotable fuente de problemas para Buenos Aires. La paz exigía hacer el sacrificio de la ingeren­cia permanente, inclusive, de la intervención militar directa. La primera tarea fue la ne.utraliza­ción de quien, sin llegar a un en­frentamiento abierto, se había convertido en el más promi­nente rival de Buenos Aires: el santafesino Estanislao López. Lenta y pacientemente fue des­montando Rosas el aparato creado por el Pacto Federal, al tiempo que iba ganando para sus tesis a Quiroga, la tercera figura del partido Federal. Su asesihato, precisamente, ter­minó deteriorando el prestigio de López, cuyas vinculaciones con los asesinos eran bien co­nocidas. A partir de S'LI primer gran triunfo, la imposición de Manuel "Quebracho" López en el gobierno de Córdoba, la tutela del gobernador porteño fue es­trecha y celosa. Reclamando el único título de encargado de las Relaciones Exteriores, se inte­resó en los detalles más peque­ños del manejo político interno, exigió una estricta disciplina partidaria y la adopción sin reta­ceas de toda la liturgia federal. Cosechó adhesiones formales y generalmente poco sinceras y , tambien, muchos rechazos, que lo obligaron a una permanente intervención armada.

Nada más lejos que esta poi í­tica de la displicente prescin­dencia del gobernador Rodrí­guez y sus ministros. Sin em­bargo, políticas tan diferentes apuntaban. en el fondo, a objeti­vos similares. El rumbo seguido por su desarrol/o económ ico hizo crecer en Buenos Aires un desinterés por las provincias que culminaría con el autono­mismo porteño de la década del cincuenta. Bastaba a Buenos 'Airesque las provincias no cues­tionaran sus decisiones en aquellos aspectos que hacían a las relaciones recíprocas: el monopolio portuario, el mono­polio de las rentas de aduana y la política tarifaria. En la defensa de los intereses portuarios ma­nifestó Rosas la mism8 convic­ción e inflexibilidad, e induda-

blemente mucha más fuerza, que sus antecesores de la dé­cada del veinte. La misma Leyde Aduanas, una concesión polí­tica circunstancial que, como demostró Burgin, sólo tuvo vi­gencia apenas un par de años, difería menos de lo habitual-. mente supuesto de los princi­pios librecambistas ortodoxos tan claramente expuestos en. 1832, por el ministro de Rosas José María Roxas y Patrón. Si las provincias del interior vivieron en la década del 30 y del 40 una cierta prosperidad, no fue de­bido a las bondades de la polí­tica porteña, sino, por el contra­rio, a su total desinterés -tan manifiesto en 1820 como en 1840- que permitió a aquellas beneficiarse con la reactivación de los mercados de los países limítrofes"

El orden fue, pues, el punto cardinal de la política de Rosas y el objetivo que permite asimilar la mayoría de sus actos políticos con los del gobierno de Martín Rodríguez y sus ministros, pese a las notorias diferencias.en sus manifestaciones. No se trata de un caso aislado o enteramente original: para comprobarlo basta echar un vistazo sobre el panorama latinoamericano, 3iem pre útil para eliminar la ten­dencia al provincialismo, .tan com ún en nuestra historiogra­fía. En toda Latinoamérica, en. los años posteriores a las turbu­lencias de la Emancipación, se advierte esa preocupación por establecer un sólido orden polí­tico, más pragmático que atado a la ortodoxiajurídica. Es el caso de José Antonio Páez, trasmu­tado de e aud il/o llanero en esta­dista y defensor de la gran pro- . piedad. Es el del ecuatoriano -Juan José Flores, quien, luego de ser uno de los más brillantes generales de Bolivar, terminó convocando a la propia Corona española para restablecer en su país el orden alterado por inter­minables luchas facciosas. Es también, aunque más patético, el caso de estadista e historiador mexicano Lucas Alemán, que sufrió sucesivos fracasos en su pertinaz búsqueda de quien pu-

r diera establecer un gobierno fuerte en su patria. Es, sobre todo, el caso chileno, tan admi­rado por los exilados argenti­nos; allí Portales, fundador en 1830 de un sistema político que aseguró un largo período de es­tabilidad institucional, mostró la misma desconfianza que Rosas hacia las fórmulas políticas constitucionales y la misma: convicción de que sólo un go­bierno fuerte y discrecional po­día contener a las tendencias disgregadoras que eran consti­tutivas de la sociedad posrrevo­lucionaria. En todos estos paí­ses -a excepción de Chile, pre­cisamente- la crisis de las élites coloniales y la lenta emergencia de las nuevas que las sustituye­ron, convertía al ejército en la única fuerza capaz de asegurar un gobierno estable. En Buenos Aires, en cambio, la existencia de un sector social arraigado, pujante y expansivo como el de los hacendados, permitió sus­tentar una fórmula política esta­ble. Fue precisamente esa amalgama, si no perfecta, al m.enos casi perfecta, entre la po­lítica de Rosas ylas necesidades de los hacendados porteños la que aseguró a la provincia, aun­que no al país, largas décadas de estabilidad.

Ese rumbo básico, adoptado en 1820, fue mantenido con ·fir­meza, y todos los recursos de la provincia fueron puestos al ser­vicio de la ganadería. Se conti­nuó 'Ia política de fronteras y se acentuó la de tierras, inicián­dose la entrega definitiva a los eufiteutas y agregándose nume­rosas cesiones gratuitas. Tam­bién se reforzó la autoridad de los jueces de paz, en cuya elec­c ión pesaba tanto su fidel idad al gobierno como su estrecha re­lación con los intereses locales predominantes. Las buenas re­laciones con Inglaterra, princi­pal com prador y vendedor, se mantuvieron aún en los momen­tos más críticos y la pertinaz de­fensa que Rosas hizo de la sobe­ranía política de la Nación no llegó a alterar los tradicionales vínculos económicos. Muchas veces se ha tratado de relacio-

nar la política de Rosas con la defensa de la soberanía econó­mica sin preguntarse si esa de­fensa tenía alguna relación con las posibilidades de aquella rea­lidad, tan distinta a la nuestra, e,. inclusive, si esa preocupación, definidamente actual, existía si­quiera en los cuadros mentales de la época. Ciertamente, los vínculos se mantuvieron limita­dos a unos intercambios comer­ciales cada vez más activos; pero después de la catastrófica experiencia de 1820-25 no había llegado la hora todavía. En otro orden, se insistió en lograr un aparato administrativo. eficiente y barato. No hubo ya lugar a mu­chas de las iniciativas, a menudo fantasiosas, del gobierno de 1820.Quizá la diferencia funda­mental entre am bos gobiernos haya estado en la actividad gue­rrera, cuidadosamente evitada en los años posteriores a 1820 y convertida en una actividad co­tidiana en tiempos de Rosas. La crisis de 1827 había mostrado que tratar de evitarla era utópico' y hasta contraproducente. Sin em bargo, el gobernador por­teño procuró, con mucho éxito, que ésta se mantuviera lejos de la provincia y que sus costos fueran al menos compartidos por sus eventuales aliados.

Un problema conceptual

Continuador de las lineas bá­sicas del desarrollo socioeco­nómico de la provincia, Rosas fue profundamente innovador en la fórmula política adoptada. La politización fue neutralizada a fuerza de exacerbarla y la uni­dad del propio campo fue ase­gurada por la permanente pre­sencia de un enen¡igo que, reite­radamente derrotado, resurgía siem pre de sus cenizas. Los "fe­derales" necesitaron crear y re­crear a los "unitarios", englo­bando dentro de esta califica­ción a todos los que, a lo largo de dos décadas, en lugares dis­tintos y por motivos diferentes "y

generalmente cont~adictorios, chocaron con el orden roslsta.

Esta partición de la realidad

, en dos campos, el propio y el del enemigo, es útil y perfectamente legítima para quien actúa en po­lítica. Pero quien, como histo­riador, debe analizar el p¡;¡sado con sus propias categorías, con sus problemas y pregu ntas, tiene que cuidarse permanen­temente del peligro que encierra adoptar como propia la visión que los protagonistas tuvieron de su situación y de sus accio­nes. Podría agregarse que tam­bién debe evitar la tentación, opuesta pero generalmente coincidente con aquella, detras­ladar forzadamente al pasado problemas de su presente. La historiografía argentina, salvo algunas estimulantes excepcio­nes, ha aceptado la visión de nuestro pasado que nos dejaron sus actores; ha pensado que "unitarios y federales" eran dos categorías válidas, que no nece­sitaban ser reconsideradas: in' cluso, ha ampliado su sentido originario, eminentemente polí­tico, convirtiéndolos en dos cla- . ses sociales en dos mentalida­des, en dos formas de vida. Buena parte del debate histo­riográfiCO de los últimos años se limitó a los juicios de valor que unos y otros merecían, yla revi­sión no pasó a menudo de trans­formar a justos en pecadores ya' réprobos en elegidos.

Hemos querido señalar que, a poco de que se analice el pro­blema abstrayendo los térmi­nos contrapuestos con que ha­bitualm'ente ha sido visto, se descubre que la realidad es mu­cho más compleja y que, por ejemplo, el Rivadavia anterior a 1825 tiene muchos más puntos de contacto con Rosas que lo su puesto por quienes, de uno u otro lado, están habituados a creer que la historia es un com­bate entre buenos y malos. Ese contacto que creemos percibir no estuvo ni en sus personalida­des, ni en las tradiciones políti­cas ni en los estilos de vida que ambos encarnaron, y que cier­tamente son muy diferentes; es­tuvo, sobre todo, en la total con­tinuidad del proceso social que enmarcó la acción de ambos y

53

en su aporte com ún a la elabo­r~ción de las fórmulas políticas e institucionales que posibilita­ron' su desarrollo, Cada uno en cierto modo dio respuestas ade­cuadas para iniciar, en un caso, y continuar, en el otro, la expan­sión porteña, Naturalmente, hubo muchas diferencias, que aparecerían en cualquier estu­dio más pormenorizado que este breve esbozo, pero posi­blemente éstas sean menos sig­nificativas que las semejanzas, Lo que los separó, lo que dio a am bas figuras el carácter abso­lutamente contrapuesto que hoy tienen, fue la crisis que, iniciada en 1825, dividió las dos fases del desarrollo porteño. Planteado el problema de este modo, ca,rece de sentido formular un juicio moral ydeterminar quiénes fue­ron los justos y qUiénes los pe­cadores, Sólo corresponde en­tender en qué medida la acción de cada uno se ajustó a las posi­bilidades de su realidad y detec­tar en qué momento, perdiendo su conexión con ella, comen­zaba a girar en el vacío; esto le sucedió a la facción rivadaviana en 1826 Y a la larga, también terminaría ocurriéndole a Ro­sas, Esto no es un juicio moral, pero acaso sea más im portante para el historiador comprender que juzgar._

1 Luis Alberto Romero, La feliz expeflencl8, Memorial de la Patria, La Bastilla, Ss. As., 1976. Resumo los principales aspectos.

2 Tu liD Halperín Donghi ha analizado este pro­ceso en "La expansión ganadera en la cam­paña porteña (1820-1852)". Desarrollo Eco­nqmlco, VoL3 1-2,1963

3 A. Rofman, L A. Romero, Sistema socie­conómico y estructura regional en Argentina. Amorrortu, Ss As, 1973.

, 4 .Tu!'IO Harpadn Oongui, Sistema SOCI08CO­nam/Ca y estructura regional

5 The British packet. De RlVadav¡a a Rosas. Edición a cargo de Graciela Lapido y Beatriz Spota de Lapieza ElIi. Colección Dimensión Argentina, solar Hachette, Buenos Aires. 1976.

6 Luis Alberto Romero, "Las economías del Interior", en Polémica Históflca argentma m­tegral. CEAL, Ss As, 1970.

54

Todo es Historia 122

A 150 años del experimento

unitario

Matadero de Buenos Aires. Litografía de J. D. Dulín

,~ -..

Jo " •• ~

"Tras los dientes del perro"

r

. ~ ~ ~ ~ ~

, El ,csP'IlIs,lhle del negocio de la CHADE, fue el doctor Mm'celo T. de Alve,u' y la cúpula .tristocr,ltiz,lnte del pmtido Radical.

El gestor coordinador de las negociaciones file mi Pddre por encargo del general Justo, que fue ellllotor que movió y calculó los resultados del oper.ltivo.

Ld historj,l es la siguiente: En 1953 la CHADE dehíareb'ob'aer al muni­

cipio, sin c,lrgo alguno, todos sus bienes.

En 1936 el general Justo creía que no debía concedetle prórroga .tlguna .. Por esta razón co­rrigió persollulmente el discurso del concejal socialista independiente doctor Germinal Ro­dríguez, que expuso con claridad merid ialla el dSlllltO.

Est,l erd la realidad, pero la política fue otra COSd.

P,Ud comprender el problema es neee:-;ario coloc,lrse elenb'o ele la mentalidad del doctor I\lvear, que <lspirdba d hacer del radie<lJismo IIn,1 répl ;C,l de los tradicionales partidos libera­les europeos.

L.l cuestión dinero, don Marcelo jamás la tuvo en cuenta. Lo adquirió por sucesivas he­rencias y por regajos de parientes que cuidaban

~

de él como una empresa famiJiar. ~ IJle de 1/IIIIIi/"el /(/cel(/\ e ""fllietlldes, Según Alvear, el radicalismo, en plena opo- ~~~ Helcio l. Bolal/a, hijo del fundador ele sición al general Justo, precisaba dinero y mús ~~ "GI/fICf{" 11 ({lItor fcut/(/!, cillematográ- dinero y decidió ha11ar10 el cualquier costo. m~ jlcu, ellsouilla U ~sobre lodo- desenfa- Comenzaron a busc,u'lo entre las grandes em- ~~ dado les'ligo de w época, IJuelca el1 SIl,S ¡OleSdS que acostumbraban a darlo a todos los ~~ , pnrtidos en justa proporción el sus posibilicla- ~ 'MelllOrÍil,l" 1I1l(/ .\ll1lW de eX/Jede/lcia.s 1 ~

ces, ~ eHliqllecid(fs COI! su frecuentación (f ~ loe/o\ 101 homlJl es il1lp;)rtallle.s de la Ar- Por afil1!dad de .gustos, Alvem' era amigo de ~

l. I I 'l' ' los doctores Baus¡]1 )' Veh¡], (brectores de I.l ~~

gen !/la (e os Il 111110\ cllaren/a mios. Su.s ~ CHADE, adecuados por su cultura clásica al ~ recuerdos, COI! el curioso .subtítulo de b-.lto con aristócratas. ~ ''''1'/{I~ 'O~ Diellte,~ del Perro", e.stán ell ~ l'í.lpera \ de pu/¡/icacióll COI] el sello de La parte dma la mauejab"René Teófilo Bras- ~ Pe,-,a Lillo E,htor, CO/J CU!la Ilutorización sen y los directivos de la SOFINA en Bélgicd, ~

::=;;;);;;;;=;;;;;)~

ron a mi padre para que consultara con el presi­dente Justo, el monto de lo que debían darle.

El general se indignó por}a audacia de los financieros, que sabIendo cuales eran los obJe­tivos del gobierno, se atrevían a plantear al partido Radical la renegociación., Pero luego recapacitó, dándose cuenta de cuales eran las posibilidades políticas que le dab~n y que ha­bían movido a la CHADE a reabzar esa pro­puesta.

Casi textualmente las razones que expuso el presidente Justo, p";a facilitar a los radicales él negociado, fue el siguien,te: "Con e~te a~unto, será el primer partido pobtico de la hlsto~I'.',qU!;

.ha sido capaz de corromperse en la oposlclon.

El sistema de preelección de la U .C.R., donde priman los personajes de comité sobre la mensura de los posibles estadistas, les quita

. idoneidad para ejercer el poder. Los comités COn sus trenzas de punteros, impiden la selec­ción de valores, apartando a la juventud capaz de los problemas de gobierno.

"Los grandes viejos que lucharon por sus ideas liberales, se van muriendo, y los meca­nismos de elección sé han delegado en quienes buscan medrar y no crear. Han sido dominados por una estructura cuya única final idad era lle­var los votantes de su casa a la mesa electoral."

Dejándonos hacer este negociado, quedarán tan débiles, que tendrán que aceptar cualquier

. presión de quienes quieran gobernar para el país. Ya que quieren venderse, hay que com­prarlos.

El general Justo luego acotó. "En los mucha­chos de F.O.R.J.A./ Jauretche, Scalabrini Ortiz, Luis Dellepiane y otros levantiscos, tenemos el ejemplo de una juventud sana, que sincera­mente me ataca. Están destinados a ser fagoci­tados y desplazados por el sistema. Morir~n tristes y decepcionados, pues nunca tendran posibilidad de aplicar sus valores."

Así fue como se decidió "la compra del radi­calismo" que desde ese momento debió acep­tar lo que se les daba, hasta hoy.

En esta apreciación anti-puntos, se equivo-

caronjuntos mi padre y el general. En el radica-. lismo,.con Ja1inlitación de su educación, dentro

de los humildes .hombres de comité, había gente seria, digna y de gmndes miras. La compro­bación la tuvieron en el momento en que, en pleno delirio crematístico de los personajes que dirigían al radicalismo, sucedió lo si­guiente: el tano Raúl Savaresse, "punto" de parroquia que en ese momento era presidente del Concejo Deliberante, quien debía votar la ordenanza municipal necesaria para la prórroga del contrato CHADE, en base a votos compra­dos.

Históricamente, el señor Sava·resse es el ma­yor responsable. Sobre él y su nombre hay una mancha ¡pobre y noh]e amigo! Fue inocente e incorruptihle en este caso. 'Pues es público y notorio, que 10.<; concejales radicales cohraban pequeñas coimas que las recibía Savaresse y las repartía equitativamente .

No hay que moralizar. Al recordarlo existe la amnistía por los casos de extrema necesidad. Necesitaban de ese sobresueldo para mantener StlS mecanismos electorales.

Savaresse, con arras, comprendió que era el fin del radical ismo, pero su caso, dado el puesto que ocupaba, merece ser tomado como ejenl­plo.

Savaresse enfrentó a Alvear, arguyendo que ese acto significaba el fin de su partido que iba contra todo lo que para él significaba .

Alvear, el principal responsable, junto con toda la cúpula radical, para convencer a Sava­resse argumentó sobre la necesidad de obtener dinero para las elecciones y para poder tener una casa de reunión, sóliday digna: hoy laCasa Radical que, por tener cimientos tan sucios, siempre fue mugrosa y desordenada. No pudo ser nlmca el club intelectual en el que pensó don Mar'celo en su aristocrática concepción de la vida y en su ignorancia total de lo popular.

eomo Savaresse seguía inamovible.' don Marcelo -como jefe del partido- le ordeno votar la ordenanza, y la réplica que obtuvo fue la siguiente: -Doctor, voy a votar como usted or­dena, pero en esto no vaya cobrar. Usted es un

"Tras los dientes del perro"

homhre i1ush'e \' su ahuelo un héroe nacional \' yo, soy el tallo Sa\'ares~e, que no tellgo más qtl~ el Partido en quien creer. Esto lo sé lllUy hiell pues todos los hilos de la urdimhre pasahan por III i casa.

La cuota por concejal era de 98,000 que es 10 que costaba en ese 1ll0mellto ulla casa de depar­tamentos: hubo lino que (;ohrú doble, que es (Iigno de recordar, pues implica Ulla exh'ai'1<1 i I1vers ión de v,tl ores.

Estaha Savart'sse cavilando S1I derrota, cuando se le apersoll<l su correligionario tam­hiéll cOllcej<.ll, el <.loetor B . .:\'o digo su nOJllhre, pues vive y en nada puede a~·l1(L.u para el análi­sis de estas crónicas.

Este doctor llegó eufórico, lleno de orgullo relató el honor que hahía recihido: un grupo de estudiantes que se incorporaba al radicalismo, hahía ido a visitar al dodor HOJlorio Pllevrre­dón, para solicitarle su consejo y sus directivas (!lIe les permitirían volcar con la mayor eficacia sus energías en el partido. Les respondió que él ~'a era un hombre mayor, con lllHl visión quizás pasada ~·Ies recomendaba consul tar al "austero joven B."

Te imaginarás Raúl, que si el doctor Puey­rredón me reconoce como austero conductor (leho esperar un trato diferente al de todos us~ tedes. De modo tal que es justo que mi cuota CHADE y las ob'as tamhién sean el dohle: así fue.

Savaresse, que poseía un sentido del humor sensacional, sal ió de su marasJllO cuando en ataql1es ele risa nos lo contó. Sahiendo Qorél su problema, no entendía cómo ellcollh·c1l1(l al iv io en este suceso. Hoy sé que había descubierto la gnln farsa donde sin darse cuenhl, había estado hailando y 10 siguió haciendo hasta el final, pero sin oír música alguna que lo impulsara.

Cuando Castillo disolvió el Concejo Delihe­rante, se pasaba las horas en mi escritorio de Crítica, donde compartía la dirección coÍ] E. Bedoya y mi hermano. El10s la ejercían por

~ ~

~

capacidad y aptitud para el periodismo, yo no, ya que siempre estuve ocupado en tratar de averiguar cómo era este juego I1anlado vida.

Con Savaresse charlábamos largas horas, de quien intentaba absorber con avidez su pro­Itll1da sabiduría popuhn y buscándole algún medio de vida porque sa1ió de la concejalía ta1 como enh'ó, sin Ull centavo y, lo que es más grave, sin ilusión alguna.

En atención a la verdad, el asunto de la CHADE no fue un negociado, sino la C0111pra 1 isa y llana de un pmtido político, realizada por razones de Estado,

Por ailos se ha tapado la realidad del asunto, pues siempre habrá postulantes a dictadores, que precisan de las estructuras electorales que posee el rauicaJismo y no les conviene anular­las.

Ll mmprohación de este hecho la tuvieron en carne propia los hombres de la Comisión Investigadora del negociado de la CHADE, formada por homhres dignísinlos, que funcionó sin ningún resultado en 1943, Estaba presidida por el coronel Matías Rodríguez Conde,

Deseando saber la verdad, llamaron a decla­rar al doctor Miguel J, Culaciatti, ex ministro

. del Interior del doctor Castillo, a quien las au­toridades revolucionarias, tenían preso e inco­municado hacía novent'l días.

Lo Ilanlaron pese a ser totalmente ajeno al trámite, pero por su posición política debía estar al tanto de la "compra" del partido Radi­cal',

Don Miguel, al enh',n en el salón donde lo

militar gentileza le dio la razón, infonnándole que sería interrogado sobre los entretelones del caso CHADE.

Conocedor de la gran esh'ategia desarrollada por el general Justo, aceptó informar, advir­tiéndole previamente al coronel Rodríguez Conde que el saber la verdad iba a ser una carga que lo superaría y, asegurándole que si seguía profundizando el asunto con la buena fe Que en él conocía, antes de llegar a] final, un díaencon­trarÍa que no]o dejarían enh',u en ese despacho, y que lo echarían sin darle tiempo a retirar las evidencias de la verdad que pudiera llegar a reunir.

Rodríguez Conde, inocentemente, dentro de su gran pureza, afrontó el riesgo y escuchó in­tentando llegar al final, fuera cual fuera la con­secuencia.

La revolución del 43, creía de buena fe que acababa con la llamada "década infame", que entraba el país a una pura democracia electoral, personificada por los radicales.

La verdad, la pura verdad~ no conjugaba con su pragmatismü, ni con las idíJicas fórmulas creadas por quienes ignoraban la ruda real idad del hombre,

Semanas después, Rodríguez Conde, un de­rrotado caballero andante, fue a golpear la puerta del doctor Culaciatti, para darle la razón por sus profecías y para unirse aél, en una bella amistad, perdonándole baberle becho conocer la verdad, pues tal como predijo Culaciatti, sin pedirle la renuncia, sorpresivamente le clausu­raron su despacho.

esperaba la Comisión Investigadora no se ami- Entre Raúl Savaresse, un condenado como lanó, saludó con una inclinación al investigador reo por la opinión pública y el coxonel Rodrí-y se dirigió al ordenanza pidiéndole que le guez Conde, que quiso ser ,el fiscal capaz de b'ajera café yagua mineral. Se sentó y aclaró revelar la verdad, eXIste un extrano nexo provo­que era el minish'o del Interior de un gobierno cado por los mismos mecanismos que los Jleva- ; depuesto, por lo cual exigía el respeto que me- ron a saberse defraudados en sus ideales, I

;;;;;;;;;;;;:;;;;;;~/;;;~;;;;;;;;;;;;J

EL PRIMER FOSIL, DEL RIO DE LA PLATA

por Juan Carlos Vedoya

(/

l~~L_' _~ __ ~J. ~."".~, .... "2=. ====::::::::::;::::~c .. _, .. ª __ ~.-"-_-== .... ~. ,,' Desde el siglo XVIII hasta la actualidad la paleontología ubicó y estudió innumerables

yacimientos en todo el mundo, y hoy se puede

decir que la época de los asombros pasó para ella. Ante los fósiles, ahora, solamente

quedan estupefactos los visitantes ingenuos

de los museos. Pero en los tiempos iniciales de la ciencia, cuando comenzaron a

exhumarse las grandes bestias del terciario,

la desproporción zoológica con lo conocido conmocionó profundamente la curiosidad

popular en todo el orbe. Entonces el Río de la

Plata no fue una excepción y también aportó su primicia absoluta. Fueron los tiempos en

que gobernaba don Nicolás del Campo,

60

marqués de Loreto. Aquí relatamos el suceso, casi olvidado, y el inesperado epílogo

con que lo cerró Carlos III poco antes de su muerte.

r",' ,.-r', ',' . :'; .

El Padre fray Manuel de To­rres, de la orden de los domini­cos, llamados también predica­dores, en oportunidad de reali­zar una Misión religiosa en la Vi­lla de Luján, según su propia in­dicación distante trece leguas de la ciudad de Buenos 'Aires hacia el oeste, descubrió en la barranca del río Luján u n esque­leto prácticamente com pleto de "megatherium". El suceso aconteció en el año 1787, posi­blemente en el mes de marzo, pues ya el tres de abril el fraile remitía dos molares al virrey Lo­reto como prueba material de su descu brimiento.

Nada se conoce de la vida del Padre Torres, y así lo confesaba D. Ricardo Trelles', quien ex­humótoda la documentación re­lativa a este asunto. Solamente u n fray Manuel Torres figuró en

Figura del primer "megatherium" que conoció el

hombre; según armo el esqueleto el Padre fray

Manuel de Torres y lo dibujó el teniente Francisco Javier Pizarro, después de retirarlo

de las barrancas del rio Luján.

el Cabildo Abierto del 22 de mayo y acompañó con su voto al presbítero Manuel Alberti, aun­que se lo hace figurar como mercedari02 , por lo cual sub­siste una duda sobre la misma identidad. Eran aquellos tiem­pos del descubrimiento en Lu­ján,.cuando el obispado de Bue­nos Ai res se encontraba vacante por ausencia desde 1784 de fray Malvar Sebastián y Pinto, a quien recién en mayo de 1788 sucedió fray Manuel Azamor y Ramirez, de tal suerte que fray Torres se encontraba en libertad para d irig irse directamente al Vi­rrey, como lo hizo. Fray Azamor y Ramírez, sin embargo, debió participar en las últimas opera­ciones del despacho de la osa­menta a Madrid, pues en se­tiem bre de 1788 la secretaría del despacho general de Indias

acusaba reci bo de los siete ca­jones que la contenían, y está intervención debió ser gozosa e inteligente ya que el Obispo, como es sabido, era hombre de luces y poseía una biblioteca famOsa en su tiem po y que donó en su testamento para formar ur,a biblioteca pública. De ahí nació, en opinión' de muchos historiadores3 , el fondo biblio­gráficC' ql'e perm itió a la Primera Junta la creación de esta institu­ción.

Antes dijimos que el 3 de abril el Padre Torres había remitido dos molares del megaterio al vi­rrey Loreto, pero de ahí en más no quedó inmóvil ni a la espera, y el 29 del mismo mes se dirigía nuevamente al Marqués, dicién­dole:

"Excelentísimo Señor. Con bastante felicidad he descar­nado toda la tierra de encima y lado de los huesos, y tengo un esqueleto todo del animal. No me he atrevido a moverlo, ni lo moveré interin V. E. no se digne ordenar venga un dibujante, para que lo extraiga al papel: porque de otro modo, pienso se malogrará todo mi trabajo y V. E. se privará del gusto de ver una cosa muy particular; respecto de estar muy tiernos los huesos, y el sol no calentar nada para que se sequen, porque están en un lugar que vierte agua . .. "4

No demoró el Virrey la res­puesta y, contradiciendo a los que pregonan la lentitud carac­terísticade la administración co­lonial, al día siguiente mismo, o sea el 30 de abril, dispuso que el Teniente del Real Cuerpo de Ar­tillería, D. Francisco Javier Piza­rra, saliera de la Capital hacia el paraje donde se encontraba el Padre fray Manuel de Torres para que sacase puntual dibujo del esqueleto de un animal,

"antes que se mueva yarries­gue la dislocación o fractura de sus partes, sacando también sus dimensiones en detalle y por el todo, haciendo su descripción puntual y la conveniente del pa­rage (sic) y situación en que se

-.- '?' ->iN!J\C

halla, con esplicasion (sic) del pueblo más inmediato y su dis­tancia, la que hayal Río de la Plata y al cualquiera más cer­cano que por tiempos inunde aquel terreno, y el nombre de este."

El trabajo en el terreno no de­bió ser fácil para el teniente Pi­zarra, y aunque lo cumplió proli­Jamente y merced a ello hoy con­tamos con el dibujo total de la pieza, la diligencia le llevó un año a juzgar por el envío de los diseños a Madrid, recién el 2 de marzo de 1788. Lo dice expre­samente la secretaría del despa­cho general de Indias cuando con la firma de Antonio Porlier, el 2 de julio de ese año, acusó recibo'de los dibujos "de la osamenta del animal descono­cido" .

En este interín el militar dibu­jante, fray Torres, y segura­mente el Obispo, cumplieron fielmente las órdenes imparti­das por el marqués de Loreto respecto de la osamenta ente­rrada en las barrancas del río Lu­ján. Los detalles quedaron asen­tados en la leyenda manuscrita que acompaña el pie del dibujo del esqueleto del megaterio, re­construido con todo acierto y evitando "toda dislocación y fractura", con la mención del lu­gar donde se había realizado el hallazgo. El texto vale la pena reproducirse, como demostra­ción de las precauciones técni­cas tomadas en esa oportuni­dad, que no sólo desmienten la ignorancia con que se denigra a la colonia, sino que demuestran un conocimiento de los res­guardos que siempre deben acompañar los trabajos paleon­tológicos. La leyenda dice, tex­tualmente:

"El sobre dicho (sic) Río corre inmediato a la Villa de este nom-

1 RICARDO TRELLES, "Revista de la BibliO­teca Pública de Buenos Aires", tomo IV, 1880. Noticia sobre "El Padre fray Manuel de To­rres", paginas 439 a 448. 2 JUAN CARLOS ZYRETT!. "Nueva Historia Eclesiástica Argentina", Ed_ Itmerarium, Bue­nos Aires, 1972. Página 165, 3 Ut supra, páginas 78 y 154 ... ' 4 RICARDO TRELLES, opus Citado, pagina 444.

61

bre, distante 13 leguas de esta ciudad de Buenos Ayres, al rumbo de Oeste Sudueste. A le­gua y meclia de la misma villa al Sudueste se descubrió sote­rrado en su barranca qe tiene de alto 10 varas en este lugar, y el Rio 16 de ancho en la parte su­perior, y 8" en la inferior. Desa­gua el mismo Río en el de la Plata a 11 leguas de distancia del lugar en qe se descubrió, lIeba (sic) poca agua no ha­viendo (SIC) lluvias qe le hagan engrozar. El terreno de este pa­rage (sic) es de Lomas de pe­queña elevación, y sin árboles. En toda la América no se ha ha­llado noticia de algún Animal de semejante configuración a la de este ahora descubierto, ni de su corpulenCia; pues se observa que siendo el Esqueleto de tal grandeza quanto (sic) abultaría cubierto de sus Carnes y cuero: Ignórase si acaso será Animal anfivio (sic), o aquático (sic), si bien que parece sea terrestre, por respecto a sus uñas, que in­dican han sido bastante largas, inferencia que se saca de la cir­cunferencia de sus dedos. No se

62

. ":2vau'a¿;Jo.l'u/jaJa-.·· :Palefa.r o 2itleéllia,¡ v/,¡1a.r{;,fonle..tue cu-­bxm IvJ' 71udo~ j? de !ct2¿e)7JUU" el; a~ .re '!»m al 2¿nazo c,:",~u en- aa.

Primera parte de los diferentes huesos del

esqueleto, con sus denominaciones y

dimensiones, lomados de la lámina que confeccionó el

teniente Pizarro bajo la dirección de fray Torres. Una

"quarta" equivale a 22 y medio centímetros.

asemeja al Elefante: (aunqe pa­rece qe se aproxima a igualarlo en grandeza) porque las patas son mui diferentes, como lo son los huesos de las piernas: Tam­bien no se le encuentra seme­janza con el Rhynoceronte que ordinariamente tiene 13 pies de largo, y el descubierto llegaría a 18, y se juzga de diferente figura: ni tampoco con la Gran bestia de América (llamada Anta) que comunmente no exede de 6 a 7 pies. En dcha varranca (sic), y en distintos lugares se hallan dis­persos porciones de huesos de otros Animales de la misma es­pecie, y algunos de menos

grandeza al que se representa en esta Copia"."

No está demás recordar que en esta misma zona el sabio Flo­rentino Ameghino hizo muchos de los descubrimientos paleon­tológicos que hoy se conservan en el Museo de La Plata, de donde el sabio habría seguido los pasos del Padre fray Torres. y para ru bricar la excelencia del método empleado por el fraile para descubrir los huesos sin fracturarlos ni dislocarlos, no obstante los factores contrarios que se le oponían, reproducire­mos las palabras de otro sabio, D. Jorge Leopoldo Cuvier, el cual refiriéndose a este descu­brimiento, dijo:

"Debemos decir, en alabanza de los españoles, que son ellos los que dieron el ejemplo útil, seguido después por M. Peale para el mastodonte y por M. Adams para el elefante"6

y he aquí como los españoles intervenían positivamente en los inicios de la paleontología cien-

/" .

tífica, y lo que es más positivo señalando rumbos, pues aquel megaterio, que Cuvier reconoce el animal más raro de los últi­mamente descubiertos, fue el primero de su especie que de­senterró el hombre, con la virtud de obtener el esqueleto com­pleto.

Siguiendo las informaciones del mismo Cuvier, parece que en el Perú se descubrió otro esque­leto que fue enviado a Madrid en 1795 y, además, hubo otro ejemplar en poder del padre Fernando Scio que le habría sido donado por una dama del Paraguay. Pero asegura, tam­bién, que Pander y d'Alton que

. se ocuparon de este estudio en 1818, no encontraron rastros de ninguno de los dos. En cambio sí del remitido por el virrey Lo­reto, que

"fue montado por don Juan Bautista Bru, preparador del gabinete real de Madrid, quien diseñó el conjunto y las diferen­tes partes, en cinco planchas que hizo grabar, y compuso una descripción muy detallada".7

Segunda parte de la osamenta, que comprende la calavera y los huesos de las extremidades. La pierna de

delante tenia como medidas, de arriba hacia abajo y como

están marcadas, 10 pulgadas. Una pulgada

equivale a 25 milímetros.

Posteriormente Joseph Ga­rrica, de quien recoge Cuvier la mención de los otros dos esque­letos, se ocupó en 1796 del es­tudio y descripción del megate­rio del Padre Tores, titulando su obra en forma que demuestra, indubitablemente, la sorpresa que causó en su época el des­cubrimiento del río Luján."

No obstante las circunstan­cias poco propicias del terreno donde se efectuó el hallazgo y, además de la fragilidad, las grandes dimensiones de la osamenta, el Padre Torres se in­genió para que no se perjudi­case en el transporte, todo el conjunto de las piezas. En la

.. .............. ¡

i'í:<

~

Jt~ ~,l : ~-.·.·· .. J.b~ <!jI ,. ............. . 73ña ·~4 .. ~· .

carta del 29 de abril, antes ci­tada, seguidamente de pedir el envío de un dibuj,nte, infor­maba al Virrey sobre la mejor forma de trasladar los huesos a Buenos Aires:

"Pienso llevarlos arrastrando en cueros llenos de paja; ya porque no pueden entrar en carreta, por su magnitud, y ya porque me pa­rece más sereno el movimiento del cuero. Todo esto he juzgado yo por conveniente, a fin de que se dé al público esta maravilla y providencia del Señor. La sabia (sabiduria) de V. E. reformará, o dará las que mejor convengan para dicho fin".

A la vista de tales precaucio­nes, no se puede dudar de la in-

5 Ut supra, lámina intercalada de 375 x 525 mm. La letra de la leyenda es una redondilla levemente inclinada y de excelente factura . . ', 6 JORGE L. CUVIER, "Recherches sur les os­semen s foxiles", París, 1834-1836, cuarta edi­ción, tomo VIII, página 331. 7 Ut supra. I 8 JOSEPH GARRICA, "Descripción de un ' cua~rúpedo muy corpulento y raro, que se conserva en el real gabinete de historia natural de Madrid", en folio, Madrid, 179B, Citado por RICARDO TRELLES,

63

teligente diligencia del Padre Torres y cómo, ante la imposibi­lidad de utilizar las carretas -único medio rodante en la pampa-, adoptó una modalidad de transporte muy conocrda por los indígenas Y muy típica de aquella civilización de! cuero. y sobre cueros, seguramente despertando las exclamaciones admirativas de los vecinos, de­bidamente emocionados ante "la maravilla y providencia del Señor", los huesos tan prolija­mente desenterrados llegaron a Buenos Aires.

A juzgar por el envío por sepa­rado de los dibujos del teniente de artillería, D. Francisco Javier Pizarro,· en fecha 2 de marzo del año 1188, y que recién el 2 de setiem bre siguiente la secretaría de Indias acusó recibo del es­queleto, la demora ocurrió por las tareas de acondicionaren ca­jones las distintas partes del megaterio. Casi seguro antes del 2 de marzo las piezas debie­ron estar en Buenos Aires, pues es indudable que antes de des­pachar el diseño del todo y las partes, el virrey Loreto habrá querido cotejar la fidelidad que guardaban con las piezas fabu­losas puestas ante su vista. De ahí resultaría un ir y venir du­rante tres meses por los carpin­teros de la ciudad para preparar los siete cajones en que se em­balaron los huesos. Cajones de bastante tamaño, según se puede estimar por la planilla que deta­lla menudamente sus dimensio~ nes y contenido, en correspon­dencia con las piezas que cada uno contenía y sus pesos. Tér­mino medio los cajones medían un metro de largo por medio de ancho y otro tanto de alto, yen ellos se acomodaron separada­mente los dos brazos y las dos piernas, luego el hueso sacro, dorsales y lumbares, y final­mente la cabeza ju nto con las vértebras y huesos del espinazo. El todo pesaba 1.652 arrobas y 9 libras: que hacen 786,14 kilo­gramos 10. Así llegaron a Madrid a fines de agosto de 17S8 y se entregaron a Juan Bautista Bru, quien los armó hasta tener el

64

animal entero en el gabinete real de historia natural. Y si el esque­leto causó asombro y admira­ción en Buenos Arres y después justificó que Joseph' Garrica lo calificara como "de un cuadrú­pedo muy corpulento y raro", no es de extrañar que su misma Ma­jestad se sintiera estupefacto ante aquel esqueleto y absolu­tamente desconcertado res­pecto de su posible su perviven­cia.

Fue el secretario del despa­cho de Indias, D. Antonio Por­lier, quien se encargó, al acusar recibo de los siete cajones, de expresar al virrey Loreto los de­seos de Su Majestad para que procurara:

"por cuantos medios sean po­sibles averiguar si en el partido de Luján o en otro de los de ese virreinato, se puede conseguir algún animal vivo, aunque sea pequeño, de la especie de dicho esqueleto, remitiéndolo vivo, si pudiese ser, y en su defecto di­secado y relleno de paja y-redu­ciéndolo al natural, con todas las demás precauciones que sean oportunas, a fin de que lle­gue bien acondicionado, y tenga S. M. la complacencia de verle en los términos que desea. Y de su real orden lo participo a V. E. para su puntual y debido cum­plimiento, en la parte que le toca" ."

Por su puesto que el virrey Lo­reto no pudo satisfacer los de­seos reales ni con un animal grande ni más pequeño, pero el suceso ha servido a muchos his­toriadores para introducir en sus textos un episodio jocoso y demostrativo de la absurda ig­norancia real, sin tener en cuenta que los juicios deben ajustarse a las épocas para no pecar de anacronismo, Es pe­fectamente explicable que en los inicios de la paleontología un rey no tuviera obligación de conocer sus posibilidades y limi­taciones, sobre todo cuando se trataba de un animal hasta en­tonces desconocido -así lo do­cumenta Cuvier- y proveniente

de América además, la tierra que por dos siglos había causado el asombro de Europa y justificado las creencias más descabella­das. Tampoco debemos olvidar que hasta hoy existen hombres que sostienen la posibilidad de la sobrevivencia de algunos se­res que serían sujetos de la pa­leontología, y que en la Argen­tina moderna se hicieron expe­diciones especiales para ubicar­los en la Patagonia. En conse­cuencia, el episodio real en que

. culminó el descubrimiento del Padre Torres en el río Luján, no debe juzgarse solamente por un deseo real que hoy nos parece grotesco, sino por todos sus an­tecedentes, -que se ocultan de­trás de su mención jocosa-, y que colocaron a España y a los americanos del Río de la Plata a la misma altura de los científicos más avanzados del mundo cris­tiano. La denigración de Carlos 111 se ha tomado como aspecto principal del episodio, olvi­dando el conocimiento de ver­dadero paleontólogo con que actuó el Padre Torres, su habili­dad para realizar la excavación y su previsión al solicitar un dibu­jante, la artesanía y meticulosi­dad de éste que preservó para el porvenir el conocimiento de aquella pieza, las precauciones para el transporte, las instruc­ciones de Loreto para fijar con precisión el lugar del hallazgo, el estudio comparado del esque­leto para anotar diferencias con otros animales conocidos -se­guramente efectuado por el obispo Azamor y Ramírez-, el armado de la osamenta para po­der dibujarla en un todo y los resguardos tomados para su en­vío a España, a donde llegó sin tropiezos, todo ello, evidente­mente, no fue obra de ignoran­tes ni de legos. De seguro todo esto debe considerarse lo prin­cipal cuando se desea' objetiva­mente estudiar el suceso y no, por cierto, el inesperado deseo real. Por respetar poco esta re­gia de la metodología -distin­guir lo fundamental de lo acce­sorio-- pasa inadvertida en la his­toria de la cultura rioplatense el descubrimiento en el río Luján y,

'Ca.rta del Virrey '.Loreto al Padre ,fray Manuel

;jifTorres, . 'Dirigida a Luján

. ,¡desde Buenos .Aires el 35.0o-d-;-e-a"7""b rTI treTia7, dándole

;'.!nstrucl;!º-Qe~ 'e·' informándole seiiiprovisto su pedido:

"Exmo, Señor: Han llegado a esta secretana del

despacho universal de Indias de mi " los siete cajones remitidos

E. con la osamenta del animal IdEISCClno(:ido por los naturalistas, los

cUales ha mandado S, M. se conduz-

" Muy Señor mio. Con fecha 27 de éste, tenia estendido oficio al Co.­mandante de Frontera, para que faci­litase a V, P. los auxilios que le pi­diere al objeto que entiendecqnm¡ noticia,

Ahora, con esta, le entero tam­bién, según es conforme, de los fiQes '. a que se dirige la persona que.hé nombrado en vista de lo que V. P. me. propone en el día antecedente.

Ella va con pasaporte que sir­viendo de orden, contiene la instruc­ción bastante para que se asegure cuanto V. P. propone, como puede reconocer cuando se lo muestre; y sera oportuno cuide V, p, se dupli­quen números en las articula,ciones y partes en que sea conlingenlésu . división o fractura, para que puedan volverse a su lugar fácilmente; aplaudiendo yo eotretanto su ce.lo a favor de estos útiles descubrimien­tos. Dios etc,

can a su Real Gabinete, a fin deque se arme el esqueleto y puedan reco­nocerlo los inteligentes en la histori.a . natural y el público, .Con este motivo me ha mandado S. M, se conduzcan a su Real Gabinete, a fin de que se arme el esqueleto y puedan recono: cerio los inteligentes en la hiStoria natural y el público. Con este motivo me ha mandado S. Me encargue,a,V, E., como lo ejecuto, procure par cuantos medios sean pdsibles¡¡verh guar si en el partido de Lujan o en otro de los de ese virreinato, se puede conseguir algún animal vivo, aunque sea pequeño, de la especie de ' dicho esqueleto, remitiéndola VIVO, si pudiese ser, yen su defecto dise­cado y relleno de paja, orga~izándolo y reduciéndolo al natural, contadas las demas precauciones que sean oportunas, a fin de que llegue bien acondicionado, y tenga S. M, I,a complacencia de verle en los térmi­nos que desea. Y de su real ordel110 particiro a V. E. para su puntual y debido cumplimiento en la parte que le toca. Dios guarde a V, E, muchos años. San IIdefonso, 2 de setiembre de 1788. Antonio Porlier. Al, Señor Virrey de Buenos Aires.

por tal, poco menos que ignorado que fueron españoles de luces los que incorporaron el "megat­herium" al conocimiento cientí­fico de los fósiles de la fauna extinguida, El Padre fray Manuel de Torres, el teniente Francisco Javier Pizarro, el Obispo fray Manuel Azamor y Ramirez y el marqués de Loreto, con mayor o menor fortuna han pasado a la historia, pero tal vez lo más im­perecedero para ellos sea el ha­ber asociado sus meritorios afa­nes' para darle existencia a ese esqueleto que se exhibe en el real gabinete de historia natural de Madrid, el primer megaterio que conoció el mundo y que no sólo conmocionó a Buenos Ai­res, si no atrajo la atención de los sabios del orbe entero. Recor­d¡¡rlo hoy, es hacer en la historia buena justicia y distribución. _

9 La REVISTA DEL INSTITUTO ARGENTINO DE CIENCIAS GENEALOGICAS, en su edición "Genealogía de 10$ Hombres de Mayo" de 1961, en la página 285 trae una suscinta bio­grafía del Teniente Francisco Javier Pizarra, ubicándolo para el año de la Reconquista comO Comandante del Real Cuerpo de Artille­ría, compuesto de 219 veteranos, ya cuyo frente tuvo destacada actuación en la Se­gunda Invasión y, también, como sostenedor de la autoridad del virrey Liniers en ocasión de la asonada de Alzaga. Asimismo lo señala como participante en el Cabildo Abierto del 22 de mayo -¿junto con fray Torres?- y acompa­ñando con su voto al Oidor Manuel José de Reyes que se inclinó por el sostenimiento del virrey Cisne ros. Por su parte CARLOS RO­BERTS en "Las Invasiones Inglesas al Río de la Plata" (Buenos Aires, Ed. J. Peuser, 1938), en el cuadro en que presenta la formación del ejército después de la Reconquista -páginas 168 y 169- incluye el Real Cuerpo de Artillería y las Milicias Provinciales de Artillería, al mando ambos del Teniente Coronel Jose Maria Piza; rro, al cual no vuelve a mencionar en la obra. Ante esta diferencia de nombres que podría suponer una duplicidad de personas. noS in­clinamos por la versión del Instituto de Genea­logía porque su biografía tiene informaciones concurrentes: la asonada de Alzaga y el Ca­bildo Abierto del 22, aparte de otras posterio­res como elector de autoridades, que tornan muy difícil que allí se haya tomado un nombre por otro. Además, tanto el Instituto como Ro­berts indican igualmente que el cuerpo estaba compuesto de 219 veteranos, de donde segu­ramente ambos han partido de una misma fuente, que en el Instituto se completa con otros datos, lo que no ocurre en Roberts. Ergo. este ultimo debe ser el eqUIvocado y el dibu­jante del Padre fray Manuel de Torres fue el mismo Que actuó en las Invasiones InQlesas.

10 RICARDO TRELLES, lámina intercalada de iguales dimensiones a (5) y que detalla, con IllUal letra, el número de cajones. su peso, dimensiones y contenido.

" U'~' supra, página 448.

:;SlkL.,Nf'AY:V;,';: ;,~i.~:W:;:,-- l. ,~~. i

El último lunes de mayo, como ya es tradicional,

quienes hacemos Todo es Historia celebramos su

décimo año de vida. En horas de la mañana,

u n grupo de colaboradores y am igos de la revista asistieron a una misa

celebrada en la iglesia del Pilar, en memoria de los

colaboradores fallecidos y posteriormente se dirigieron al vecino cementerio de la

Recoleta para depositar flores en el hum ilde

sepulcro de don Pedro de Angelis, precursor de

nuestra historiografía y director de la primera

revista de historia que se publicó en nuestro país. Cumplido este deber de

gratitud, por la noche se real izó en el Salón Dorado

del Plaza Hotel una reunión a la que asistieron

numerosos colaboradores, gente vinculada a la

publicidad y al mundo empresario, historiadores y amigos de la revista. Como

es también habitual, en algún momento de la noche nuestro director pronunció unas palabras que anunció

LOS DIEZ ANOS DE

Martha Lynch con el embajador de Venezuela, Dr Ernesto Santander: atrás, Jorge Sabalo

¡"

i

"TODO ES HISTORIA"

La historia de la ciencia, el humorismo y el periodismo: Braseó e Ignacio Palacios Videla

Nue."n director en su breve : "Nada es más que los diez años que hemos cumplido'·, A su derecha, Raul Vera Ocampo; a su izquierda,

Alberto Blasi Brambilla, Osvaldo Cutolo y Victor Barrionuevo Imposti

como brevísimas y efectivamente lo fueron.

Dijo el doctor Félix Luna que la circunstancia

de haber cumplido diez años era tan elocuente en sí

misma, que hacía sobreabundante cualquier consideración al respecto. Agradeció a todos los que contribuyen a que Todo es

Historia siga su marcha, colaboradores, proveedores,

lectores, y agregó que el Premio Todo es Historia··, otorgado cada año a un

autor de relevancia, debió ser entregado esta vez al

profesor José Luis Romero, desaparecido hace pocos

meses. Finalmente agradeció la presencia de

tantos amigos, algunos venidos del interior,

··presencia -dijo- que compromete aun más

nuestro esfuerzo para que este remanso de reflexión y

conocimiento que es la revista, siga apareciendo por encima de cualquier

dificultad··. El festejo terminó tardía y

alegremente y así Todo es Historia entró en su año

número once.

67

AMADEO JACQUES, PENSAMIENTO y OBRA

por Juan Antonio Vigna

"iJacques, el de Juvenilia!", es la ex­clamaeión para ubicar al maestro inmorta· lizado en las inolvidables páginas de la estudiantina de Miguel Cané.

El mismo había señalado que el go­bierno que se ocupara de las ideas "en­cendía los faros de la civilización material en la América del Sur". "

. Pero Amadeo Jacques es mucho más que esto. Es el recreador del Colegio de San Miguel de Tucumán, el pionero, el colonizador del Chaco, el agrimensor y el autor de numerosos proyectos valiosísi­mos sobre educación, como por ejemplo el de dotar al país -ya en el siglo pasado­de técnicos e idóneos capaces de mover y crear las industrias necesarias para el progreso de la población.

Miguel Cané había sentenciado: . "El sabio más grande que haya pisado tierra argentina" .

Nuestro intento es recrear esos planes. Después vendrá la fructífera labor del Rec­tor del Colegio Nacional, pero en otras perspectivas de tendencia humanistas que consagró en la célebre "MemoFia de 1865", publicada dos años después de su muerte.

"Los apóstoles recibieron como misión suprema la de la ense-. ñanza".

Nicolás Avellaneda

"Páginas de Avellaneda sobre Educación". Pág. 17, Bs. As. 1937

Ningún homenaje puede ser más esclarecedor para recordar a Amadeo Florentino Jacques, que presentar sus escritos edu­cativos -los más inéditos-, y de esta manera conocer la fuerza de su pensamiento, su trascen­denciacomo maestro y recrear a través de ellos, su preocupación por dotar al país de nuevas es­tructuras educacionales, a se­mejanza de las escuelas poli-

técnicas, que en Francia y algu­nos países de Europa, represen­taban lo más avanzado en mate­ria de enseñanza.

Nacióen París el 13dejuliode 1813 y obtuvo los títulos de Ba­chiller en Letras el 21 de setiem­bre de 1832; Bachiller en Cien­cias Físicas el 2 de agosto de 1833; Licenciado en Letras, el29 de octu bre de ese año y Doctor en Letras ello de diciembre de 1837. Los mismos se encuentran actualmente en el Museo Histó­rico de Santiago del Estero, do­nados por su hija Francisca Jac­ques, al igual que la colección de "Le Liberté de Penser", -ac­tualmente en la Biblioteca del Colegio Nacional de Buenos Ai­res- que fundara en su ciudad natal en 1847, revista combativa donde expone su doctrina en oposición al orleanismo, actitud

'lue le valió la pérdida de sus cátedras, la supresión de la re­vista y su exilio voluntario a la Banda Oriental donde llegó en abril de 1852 para pasar más te-de a nuestro país.

Las ciudades de Rosario y Pa­raná lo vieron pasar y aunque sus ideas no prosperaran inme­diatamente, déjó sembrada la i"quietud que aseguraría aun­que no totalmente en los trece años de radicación en tierra ar­gentina.

Su capacidad e inteligencia no pasaron inadvertidas y así el 31 de mayo de 1856 fue nom­brado Agrimensor General de la provincia de San tiago del Estero cargo que abandonó por desa­venencias con el gobernador Manuel Taboada, trasladándose a Tucumán en los primeros meses de 1858. Fue pionero en

69

la colonlzacl()n del Chaco y des­cribió sus experiencias en "Ex­cursión al Río Salado y al Chaco" que fue publicada en Francia en la Revue París en 1857 y en español en la revista "La Biblioteca" que dirigió Paul Groussac en 1897.

En una breve sintesis tratare­mos de numerar sus trabajos de carácter intelectual que realizó en Francia, Tucu mán y Buenos Aires. En su país natal dos obras: la primera "De Platónica ideaurum doctrina" en latín y "Aristóteles, historiador de la fi­losofía" en francés que le valie­ron el doctorado en 1837. En 1843 editó las "Obras Filosófi­cas" de Clarke, firmando su in­troducción y en ese mismo año las obras de Fenelón y Leibniz. Más tarde, colabora con seis ar­tículos en el "Diccionario de Ciencias Filosóficas". Entre los años 1845 y 1847 publicó su "Manual de Filosofía", junta­mente con Jules Simón y Emile Saisset, cuyo capítulo de Psico­logía le pertenece. Esta obra fue utilizada como texto en el Cole­gio Nacional de Buenos Aires, al igual que los de Aritmética y Geometría.

EI13 de octubre de 1865, a los 52 años de edad muere en Bue­nos Aires víctima de un ataque de apoplej ía, siendo rector del Colegio Nacional. Sus restos descansan en la Recoleta en un numilde mausoleo, producto de la colecta y del amor innegable de sus alumnos.

Desde su iniciativa en la re a­pertura de la Universidad Mayor de Montevideo, concursos en español de Física y Química, que lamentablemente fracasaron, siguieron los intentos para la creación de una escuela profe­sional'; de una Escuela de Agrimensura2 ; dos Escuelas Po­litécnicas3 ; y un Museo Provin­cial'; que corrieron la misma suerte. La recreación del Cole­gio San Miguel de Tucumán el 8 de abril de 1858 y la Dirección de la Biblioteca Pública5 , escapan, en cierto modo, aunque no to­talmente a la inestabi I idad social y política del país, que en Tucu­mán se vio agravado por luchas

70

-,

regionales, unido a la incom­prensión de los pobladores, siem pre reacios a colaborar en tan loable intento. Aunque pa­rezca paradójico todo el apoyo para la prosecución de la obra. la recibió Jacques directamente del gobierno tucumano y de al­gunos hombres, muy pocos que captaro'n las im postergables necesidades del momento, con todo ello debió dejar cuatro años después la provincia y su trabajo parcialmente realizado.

Quizás pueda mejor cono­cerse al Jacques prescripto yal Jacques americano a través de una carta enviada al señor Gui­Ilement, el 22 de febrero de 18536 desde Montevideo, donde expresaba abiertamente la ne­cesidad de compartir una edu­cación netamente práctica, ba­sada sobre las ciencias positi­vas, para la formación de profe­sionales aptos, indispensables para arrancar a la naturaleza sus riquezas y transformarla, creando industrias y fuentes de trabajo, vitales para el desarrollo y progreso de los pueblos,

Veamos algunos de sus con-

Todo es Historia 122

Amadeo Jacques, pensamiento

y obra

Busto de Amadeo Jacques en el colegio primario del mismo

nombre. La escultura fue realizada por Rafael Delgado

Título de Licenciado en Letras otorgado a Jacques por la

Universidad de Francia el 29 de octubre de 1833. Actualmente

se conserva en el Museo Histórico de Santiago del

Estero.

ceptos en la referida carta al de­cir: " ... He aquí lo que me pre­para a ensayar en pequeña es­cala, lo que querría aumentar gradualmente. Un gobernador de algunos recursos algo cuida­doso de su país, pOdría ayu­darme a hacer de primera inten­ción una cosa infinitamente su­perior, y esto sería para él no sólo un honor, sino un buen ne­gocio. Si se pusiere a mi dispo­sición unos cuarenta mil pata­cones, compraría, a dos o tres leguas de la Capital del país que me dispensara esta largueza, un gran terreno de bellos bosques y mucho aire. Construiría un vasto edificio, muy sencillo, muy lim­pio y muy sano. Traería profeso­res elegidos de Francia, jóvenes y activos no pedantes, prontos para participar de los juegos de sus alumnos, como de sus traba­jos. Se trabajaría, en cuanto fuese posible, al aire libre, se es­tudiaría la naturaleza misma en vez de mirar del fondo de un cuarto en pálidas copias. Se manejaría, no pequeños mode­los, sino verdaderas máquinas, bombas que agotarían vastos receptáculos, en lugar de las

muestras que funcionan en una cubeta; ruedas que se moverían en un río en reemplazo de las que rotan en una corriente cual­quiera. Por otra parte se forjaría en hierros, se trabajaría la piedra y la madera, bajo la dirección de buenos y hábiles obreros. Tal vez más tarde, pOdría realizarse en los límites del campo, el rudo y necesario aprendizaje de la agricultura en una especie de Granja Escuela, en que se ensa­yarían los métodos europeos. No sé si me llevará la imagina­ción, pero me parece que nues­tra escuela adquiriría en poco tiempo, por la fuerza misma de su creciente prosperidad gran­des proporciones; los alumnos afluirían de todos los puntos de las provincias del Plata y acaso de Chile, del Perú, del Brasil ... El Estado que acometiese esta empresa habría encendido el faro de lacivilización material en la América del Sur" . .. Este ímpetu inicial y por demás am­bicioso, lo mañtendrá en sus proyectos educacionales en Tu­cumán7 . "A la física en el mismo orden de ciencias, pero ésta mas bien descriptiva que explicativa,

agrega,remos un bosquejo de zo?logla, esto es una descrip­clon muy general de los anima­les, tomando la constitución anatómica y fisiológica del hombre como punto de partida y comparación. No será más que una breve y ligera reseña de los resultados más importantes de la ciencia, sin profundizar nada ni dejar a los pormenores me­nudos de ellas; nuestra falta de conocimientos especiales en la materia, no nos permite más, ni lo requiere el fin que nos propo­nemos, pero si todo no está, es­tará lo principal y nada habrá de inexacto ... En cuanto al estu­dio de los animales estudiare­mos solamente las grandes cia­ses, los principales órdenes, tra­tando siem pre de proponer como ejemplo los animales del país yeso bastará siquiera, para dar a nuestros discípulos, el de­seo de buscar los otros en el arte de estudiarlos quien sabe si no llegará algún día a efectuar teó­ricamente y a realizar material­mente, en la sociedad argentina, la división todavía hasta ahora demasiado desconocida, del orden que se llama vulgarmente "caballeritos" en dos familias distintas; la primera, que se co­nocería por los caracteres fisio­lógicos siguientes: apego ex­clusivo a la elegancia del traje ya la perfección del tocado -pala­brería meliflua, pero insignifi­cante- orgullo formado exclusi­vamente sobre el color del cu-

1 Carta al señor Guillemont. Montevideo 22de febrero de 1853, publicada en Revista de De­recho, Historia y Letras, año, 111, lomo IX, Bue­nos Aires. 1901. 2 Carta al P,E. provincial. dall0 de octubre de 1857. Documento N° 131 Archivo Histórico Santiago del Estero. 3 Carla al Gobierno Nacional de Paraná, del 17 de nOviembre de 1857, cit. por Juan Manto­vani en "Escntos de Amadeo Jacques", pág. 66, 67 Y 68. Editorial Estrada, Buenos Aires, 1945. 4 Carta del 10 de noviembre de 1862, dirigida al doclor Marcos Paz, donde sugiere la crea­ción de una Escuela Politécnica en la zona de Palarmo. ArChivo del Coronel Doctor Marcos Paz, Tomo 111, carta N° 746, pago 112 y 113. La Plata 1962. Carta dingida por Jacques al Gobernador de Tucuman, Cnel. Marcos Paz, el 2 de agosto de 1858 y publicado en "El Eco del Norte··, año tll, N° 123, del jueves 5 de agosto. s Idem, op.cit 6 Carta al seño( Guillemont, op.cit. 1 "El Eco d¡¡1 Norte··, números 275, 276 Y 278. Tucuman, del 22 y 26 de enero y 5 de febrero de 1860.

71

tis ... ; la segunda distinguible Mitre, llevaba las necesidades por estas señales característi- del liberalismo afianzando en cas, admiración inteligente a la las juventudes la individualidad, vez que apasionada de lo bello y el sentimiento de patria y liber­de lo útil en las obras de Dios y tad, y por sobre todas las cosas en las de la industria y literatura destacaba el celo y la autoridad -conversación no tan formal- del Estado en la formación de pero que trata a veces de otra los educandos. "Aún en los cen­cosa que de caballos, mucha- tros grandes de población, el co­chas y corte de pantalón o de legio o la escuela privada dege­vestido, entusiasmo por el pro- neraran casi siempre en una es­greso agrícola e industrial de su peculación mercantil, en la que país, capacidad de promoverlo, . la educación de los niños será el de fomentarlo y aún de diri- fin subalterno y el verdadero, el girlo ... "'. Pero dando lugar en único final el lucro. Se tratará de los últimos años de su actuación reunir muchos alumnos, no de en dicha provincia a la ense- formarlos buenos, se les untará, ñanza de las materias hum anís- con el menor gasto posible, de ticas y principalmente de la Filo- un barniz exterior de educación, sofía "la reina y maestra de las compuesto como para deslum­ciencias". Como él la definía y brar al público, no para mejorar que integraría pocos años des- a la juventud. Además los jóve­pués con el estudio del Derecho nes quedan excluidos de la es­y las leyes, la med icina y las cuela privada y la instrucción ciencias exactas. las bases esen- primaria a lo menos. la socie­ciales de la enseñanza superior dad la debe a todos. La sociedad tal cual lo diera a conocer en su sola, la sociedad organizada o lo obra póstuma" La memoria .de que se llama el Estado, puede 1865"8. Este importante docu- dispensar la instrucción con mento elaborado bajo la presi- equidad, con acierto, con desin­dencia del general Bartolomé terés: y es para el Estado una

72

condición vital de existencia y de duración. Pongo como axioma que en una sociedad cualquiera que sea su forma po­lítica la juventud debe ser edu­cada conforme a los principios en que descansa el Estado. En vano redactaréis constitucio­nes, en vano promulgaréis leyes y tiraréis decretos, si, por una educación apropiada, no trata­réis .de grabar en el entendi­miento y en el coraZÓn de las nuevas generaciones el sentido y el espíritu de las instituciones, ellas no se racionarán, no ten­drán vida propia ni fuerza exis­tente ... Y, ¿quién se atreverá a negar al Estado el derecho de regir los pueblos por la educa­ción, el más poderoso, sin duda, de todos los medios de go­bierno? ... Es necesario pues, que el Estado, usando por sí de la libertad que a tocios deja funde una enseñanza pública, en el propio sentido de la pala­bra, con profesores emanados de él, que siembren en todo el territorio de la República, sus ideas y de sus principios, al paso

Todo es Historia 122

Amadeo Jacques pensamiento

y obra

Frente del ex Inslíluto de Segunda Enseñanza "Amadeo Jacques", ubicado en la calle Rivadavia 2434 de la Capital

Federal

+­Frente del ex Colegio de San Miguel de Tucumán, del que

Jacques fuera su director (1858-1862). Actualmente

funciona un colegio secundario

que por la superioridad de sus métodos, darán a la enseñanza privada un modelo y una re­gla ... "9.

Porque Jacques, tampoco es­capó a los im perdonables de su tiempo y tuvo que amoldarse a las nuevas exigencias del país, ya diferentes que cuando su in­greso, aportando con su expe­riencia la efectiva unidad del mismo en su base más sólida e impostergable: la educación. Porque aquí como en Francia, o quizás más que en Francia vertió lo más exquisito de sus ideales, con la garra y combatividad que alentaron a esa maravillosa ge­neración del 48. Filósofo, profe­sor en ciencia, conferenciante y period ista, pero siempre filó­sofo, en todas estas manifesta­ciones hizo resaltar su profundo amor a la verdad ya lajusticia. Al combatir a los sofistas de la educación, defendió una Uni­versidad libre de trabas dogmá­ticas y el derecho del Estado en la enseñanza; cuando Luis Na­poleón Bonaparte traicionaba la revolución, mostró su profundo

amor al pueblo y a sus institu­ciones democráticas. "El pue­blo es soberano ... tal es el pue­blo, invencible por su poderío y por su coraje, razonable sin pro­fundidad, pero también sin ilu­siones, incapaz de egoísmo, ca­paz de todos los buenos senti­m ientos y de todas las nobles pasiones, por consecuencia verdaderamente soberano, en derecho como en los hechos. No lo echemos a perder, yo os con­juro a vosotros que en el gene­roso ardor de un celo fraternal, habéis comprendido la gloriosa y difícil tarea de mejorar su suerte. No lo alarguéis dema­siado con u na fel icidad que pueda ser quimérica; vuestras promesas lo harán codiciosos, un desengaño les será cruel ... No le hagáis tomar hastío al sa­crificio en el momento en que la Patria tiene necesidad del desin­terés de todos. Lo justo antes que lo útil, aún sin hacer caso de lo útil, que sea nuestra com ún

o Juan Mantovani, op.cil. 9 Instrucción Publica ·1- "El Liberal", N° 32, Tucumán. 4 de mayo de 1862.

73

divisa ... ". En esta forma se expresó a través de "Le Liberté de Penser".'0.

Así fue Jacques, así lo argen­tinizó nuestra tierra en la ardo­rosa madurez de sus 39 años, en la plenitud de su inteligencia, en la capacidad de su coraje para enfrentar lo desconocido, en la calidad de su pleno humanismo. Muchos extranjeros como él, al­gunos exilados llegaron a nues­tro pais; fueron sus nom bres Amable Baudry, Alfredo Cesson, Martín de Moussy y más tarde el sabio naturalista prusiano Ger­mán Burmeister. Con este mate­rial humano y maestros argenti­nos, recreó en 1858 y bajo la pro­tección del gobernador de ru­cumán, doctor Marcos Paz, el Colegio San Miguel y allí como Director, reestructuró la ense­ñanza, vislumbró las primeras experiencias, dio a conocer por medio de los periódicos oficia­listas "El Eco del Norte" y "El Liberal" sus escritos educati­vos, programas de estudio que­jas contra los padres de familia que no enviaban a sus hijos a educarse, pedidos de materiales didácticos, etc., y pese a estos inconvenientes transformó a· Tucumán en el principal centro. cultural del país y el colegio fue modelo para futuras experien­cias.

Conoció.al país. no pasó por alto su estructura y su historia. Quiso transformarlo en un mo­mento crucial de su destino, sentar bases positivas para fre­nar la anarquía. Todo conspiró contra sus ideales, desde la en­vidia de los mediocres hasta la indiferencia de una población hastiada de luchas, que signifi­caron para Jacques el aban­dono, la inseguridad y la po­breza.

Cuando en 1858 esbozó su programa intención, como Di­rector de Estudio" para la rea­pertura del Colegio San Miguel indicaba claramente, al igual que la carta enviada a su compa­triota Guillemont la necesidad de una reforma educacional, in­sistiendo en el estud io de las ciencias prácticas: "nuestra ambición es que nuestros alum-

74

nos salgan listos y dispuestos a asociarse a la industria naciente en esta tierra y acelerar para el bien propio de ellos y de todos, el movimiento creciente ... No crea Ud. por eso Sr. redactor que yo desprecio las letras o a lo que se llama Humanidades. Las reconozco ind ispensables para dos profesiones siqu iera, la del foro y la del Sagrado ministerio, y sé que son en todas las cir­cunstancias de la vida, un belli­sima adorno del entendimiento. Pero exceptuando a las dos pro­fesiones que acabo de referir es preciso confesar que las letras, especialmente latinas o de anti­güedad, son un lujo. Primero, pues que el lujo debe atender a lo necesario. En la Confedera­ción Argentina sobran los doc­tores (perdónenmeellos tamaña herejía). La tendencia casi ex­clusivamente literaria y filosó­fica de la Universidad de Cór­ciaba, proporciona solamente una instrucción como para en­tretener y adornar el espíritu. De ahí dimana un mal grande, y és la aspiración demasiado general a los oficios administrativos y empleos políticos.

Muchos los pretenden, des­preciando las artes y oficios de utilidad material, a cuyo desem­peño no los ha preparado su educación, de tantos preten­dientes, pocos alcanzan al blanco de sus deseos, y siguen los desempeños, las vocaciones abortadas, siguen la paraliza­ción forzosa de una vida que di­rigida er¡ el sentido que yo digo, hubiera hallado una materia inagotable sobre quien desple­garse, y haber producido abun­dantes frutos. Yo hablo de este defecto de la enseñanza secun­daria, con tanta persuación cuanto que la Francia ha pal­pado prácticamente los incon­venientes de ella, padeciendo el mismo mal a causa de la misma exageración en las tendencias literarias de la Universidad. Allí ya se ha aplicado el remedio con medicinas análogas a las que yo propongo.

Aquí, país todavía virgen, es más sensible y más necesario el remedio. A pesar de la fuerza de mi convicción a este respecto, repito, señor redactor, que yo tengo las letras en gran aprecio. No las he desterrado, pues de

Todo es Historia 122

Amadeo Jacques pensamiento

y obra

Mausoleo de Amadeo Jacques en el cementerio de la

Recoleta, erigido en 1866 mediante suscripción de

quienes fueron sus alumnos.

Placa recordatoria del Colegio Nacional de Buenos Aires a su rector, en el Centenario de su

fallecimiento

Oi ~UfHOSAIRES .

f,A COMISION ofiCfNTf.AfjO . Al RECTOR·' .

, ANADEOJACQUfS .,.

nuestro colegio; lo verá bien Ud. Por el programa, en el que ellas ocupan un ancho lugar y sufi· c iente cam po".

En su "Memoria de 1865", refiriéndose a la enseñanza se· cundaria, apreciamos una nota· ble variación conceptual y " ... a la extensión c.oncedida yellugat como de preferencia, hecho al estudio de las ciencias natura­les, aunque encerrándola entre los límites de una enseñanza muy elemental yen consecuen­cia una tendencia a la práctica, que no se encontrará, según creo tan marcadaen ninguno de los establecimientos de instruc­ción pública que existen en la Confederación Argentina. Ese es, efectivamente,' m i pensa­miento dominante en el sentido en que debe ser dirigida la ju­ventud argentina, es el de las ciencias útiles de aquellas cien­cias que tienen en la vida mate­rial, en las profesiones mercanti­les, en la industria agrícola y pastoril, yen cuanto. se refiere al desarrollo y engrandecimiento de la riqueza pública y privada, aplicaciones de cada día y de cada momento. Esa vía tan poco

practicada hasta ahora en estos países, es la que yo quisierA abrir, con el concurso de mi apreciable compatriota el doc­tor Amable Baudry, eminente­mente apto, por sus profundos conocimientos de Historia Natu­ral, para secundarme en mi in­tento". A estas argumentacio­nes opone en la mencionada "Memoria" lo siguiente: "¿se trata, como .algunos lo piensan, tomando al niño al salir de los estudios elementales, ense­ñarse un oficio, de lanzarlo en una carrera especial, de hacer de este un comerciante, de aquel otro un médico o un juris­consu Ita, de otro tercero un agrimensor? Si fuera así, la en­señanzadel colegio (se refiere al de Buenos Aires) debería ser di­vidida en tantas enseñanzas es­peciales y distintas, como cuan­tas carreras posibles hay, Sería entonces la reunión bajo un tí­tu lo com ún de cosas desparejas entre sí, y extrañas unas a otras" .

10 "Le Liberté de Penser" Quatrieme Livrai­SGn pág. 305, Paris, 1848. 11 ':EI Ecodel Norte", Tucumán, abril de 1858.

75

No sostiene la necesidad de la creación de escuelas especiali­zadas de comercio, artes y ofi­cios, agrimensura, marina, etc, porque" ... arriba de toda esta variedad de aplicaciones, está la inteligencia humana de la cual todo dimana y todo se deriva, cu­yas facultades son solidarias una de otra y cada una de todas las demás ... por lo tanto, arriba de' todas las enseñanzas espe­ciales, es preciso que haya en una nación civilizada una ense­ñanza general que cultive todo el entendimiento, robuste­ciendo y docilizando todos sus poderes naturales"."

Esta actitud aparentemente no es brusca. El mismo Jacques lo explica al llegar a Montevideo en la ya mencionada carta al Sr. Guillemont:" ... Sabe Ud. acaso que para seguir el ejercicio de mi antigua carrera, he conside­rado necesario, al cambiar de medio, cambiar también de en­señanza, de profesor de fi losofía que era, me he convertido en profesor de Química, Física y Mecánica. ,

76

Me ha parecido que, en un país nuevo, sería Inútil y casi ri­dículo traer especulaciones me­tafísicas, y que lo que más con­ven ía era u na enseñanza prác­tica, sobre todo, de las ciencias de aplicación directa a la agri­cultura, al comercio, a la indus­tria"

El país, después de Pavón, en­tra en una etapa de organización bajo el sistema liberal y Jacques atendiendo a la realidad de ese momento, estructura la ense­ñanza general del país, dentro de los cánones que permitirán su evolución y desarrollo. Oi­gamos al mismo Jacques: " ... ¿ Qu ién dará esta i nstruc­ción? (refiriéndose a la primaria y secundaria). ¿Quién proveerá a esta doble e imperiosa necesi­dad de toda sociedad? ¿Quién tomará la dirección suprema de la educación nacional? No es en esta tierra de libertad, no es en el momento de triunfardefini­tlvamente en ella los principios liberales, que tendremos que sostener esas luchas tan acalo­radas en otra parte, a favor de la

Todo es Historia 122

Amadeo "aeques, pensamiento

y obra

.-Busto de Amadeo Jacques, Obra

del escullor argentino José Alonso inaugurado ello de

diciembre de 1963 en el instituto secundario que lleva su nombre, en Quemú-Quemú (La

Pampa)

.... Placa ubicada a la izquierda del

edificio donde funcionó el Colegio de San Miguel colocada en homenaje a Jacques por la

Universidad de Tucumán en 1928.

-

libertad de enseñanza? I Liber­tad de todo y para todo!. Esa es la divisa de Pavón; es la nuestra; no debemos abrogarlas en ma­teria de enseñanza. Que todo ciudadano honrado, que todo hombre moral sintiendo en sí la capacidad de educar a la juven­tud, pueda establecer una es­cuela o un colegio; enhora­buena; más se funden así, más aplaudiremos. Lejos de trabar esas em presas, los gobiernos las fomentan con sus consejos si se los piden con sus recursos si es posible, sin exigir más a cambio de la obediencia, a las leyes y el respeto de los eternos principios de la moral por una parte, y por otra, la demostra­ción dada por los resultados mismos de la excelencia de los métodos. Pero dejando carrera abierta a la concurrencia de las tentativas individuales, el en­sayo de todos los sistemas y procedimientos de enseñanza, ¿ puede el Estado contando con ellos abstenerse? ¿ Quedará simple y ocioso espectador de los conatos de la enseñanza pri-

vada? Digo que rio lo puede y que si tomara este partido ab­d ica y renu ncia". Más adelante agrega: ... "que contribuyan las provi ncias a la instrucción gene­ral nada más justo; pues, tienen parte en ella. Pero que el go­bierno de la nación la dirija; la unidad nacional es a este precio. La educación pública no es un interés provincial, sino un inte­rés nacional. Importa más a la paz general y al bienestar común tener un sistema de edu­cación uniforme que mantener en pie un ejército perma­nente",13

Estos conceptos de Jacques, expresados cuando era todavía director del Colegio de San Mi­guel en Tucumán, preanuncia su respaldo al gobierno de Mi­tre, quien lo llamará por ihter­medio de Marcos Paz a colabo­rar a fines de ese año 1862 para organizar el sistema de colegios nacionales, que como él mismo lo manifiesta permitirá la unidad efectiva del país, dentro de la uniformidad educacional.

En lo que denominamos pri-

mera etapa, del pensamiento educativo de Amadeo Jacques. encontramos algunas coinci­dencias importantes con Do­mingo Faustino Sarmiento, por quien el exilado francés sentía un profu ndo respeto, a la par que conocía sus obras funda­mentales y especialmente "Educación Popular". Siendo Sarmiento gObernador de la provincia de San Juan ycon mo­tiVO de la instalación del Colegio Estudios Preparatorios, dijo en su discurso" ' .. La Edad Media nos ha legado una fatal institu­ción, el doctorado; y vergüenza da decirlo, destruido en todo el mundo, abolido en Chile de mu­chos años atrás, su bsiste en la República Argentina como un pasaporte, un privilegio y un tí­tulo, sin el cual no hay admisión en las regiones de la ciencia ofi­cial.

Esta institución añeja mata el saber donde quiera que se de­senvuelva fuera de las puertas de la Universidad, y castiga con un rechazo permanente, y per­sigue hasta la muerte, al talento, a la aplicación que intentara abri rse paso por entre esas tra­bas. Hay una universidad en Córdoba y otra en Buenos Aires, en que los alumnos se gradúan en Teología, Derecho o Medi­cina. No vitupero esto. Para la enseñanza de ciencias tan altas se requieren centros de pobla­ción importantes, profesores hábiles, rentas suficientes para su sostén ... En vano hablará el provinciano de Catamarca el la­tín como Cicerón, en vano oiráel tucumano en Tucumán el mismo Mr. Jacques, autor del curso de filosofía que se con­su Ita en Buenos Aires, todo es inútil no basta saber las cosas, que es preciso haberlas estu­diado en la universidad ... La ciudad de Córdoba, en dos si­glos de universidad, no se dis­tingue de las otras ci udades de las provincias por mayor acumu­lación de luces ni por hombres notables en ciencias ... Los efectos del sistema contrario lo

~~ "Memoria de 1865" cap. "La segunda en~ senanza. su objetivo generar', pág. 17 Y 16, Iranscripto por Juan Manlovani. op.cit. 13 "El Liberal", N0 32, op.cit.

77

Todo es Historia 122

Amadeo .Jacques, pensamiento

medio para integrar totalmente la población y resolver por me­dio de ella sus necesidades más urgentes. No es, acaso, el pre-ceptor que nos brinda Jacques, u n verdadero asistente social de nuestra época, que no sólo cumple una función espiritual, sino que trasciende dentro del grupo social para mejorar yasi­milar sus actividades. . .Te­nemos pues, edificada la casa. Introduzcamos en.ella a su prin­cipal habitante, a su dueño y se­ñor: el preceptor. Prevenimos que vamos a tocar aquí hasta la exageración del ideal. Estamos pintando un retrato, cuyo origi­nal no existe todavía, y es por eso que lo hermoseamos a gusto, con el fin de que el origi­nal cuando nazca, se amolde sobre el retrato lo mejor que pueda.

y obra

estamos palpando hoy. No hay un abogado para reemplazar al juez que renuncia, no lo hay para defender a las gentes. No hay un ingeni'ero que levante un plano, o practique una nivela­ción, ·ni un químico sanjuanino que pueda reducir la plata que por millones de valores contie­nen nuestras minas ... "14.

La admiración de Jacques por Sarmiento es evidente, existe afinidad ante problemas que ambos orgánicamente tratan de superar, para agilizar el vetusto método educacional, que frena todo porveni r, apaga todo im­pulso. Son dos modalidades di­ferentes, dos temperamentos opuestos, productos de medios sociales diferentes, que no obs­tante fijan la necesidad de u na educación obligatoria y gratuita, para todos los habitantes del país; una misma oportunidad, que solamente la capacidad in­dividual pueda desnivelar. So­lamente asi puede desterrarse la ignorancia, factor negativo y di­so Ivente desde siem pre del pro-. greso de los pueblos.

Los trabajos de Jacques sobre educación, son cinco y publica­dos en periódicos de la ciudad de Tucumán. Los tres primeros escritos en 1860 se ocupan de planes, programas y materias; y los dos últimos realizados dos años después bajo el nombre de "La instrucción pública en las Provincias del Plata", nos ha­blan de las escuelas modelo ideal, donde se manifiesta en toda su intensidad creadora, ra­yana al utopismo pero siempre real ista su espíritu fogoso, su pasión al trabajo, su profundo amor por la naturaleza y por los hombres.

En ellos no se concreta úni­camente a afirmar los alcances de una educación planificada para mejorar al individuo, sino que pone a la escuela, como

78

Nuestro preceptor es un ver­dadero magistrado; muy supe­rior para la variedad y la exten­sión de sus conocimientos; y sobre todo, prácticos a su hu­milde oficio es el consejero de todos, tanto por Sus exhortacIo­nes como por su ejem plo lo es, en todo el departamento el ini­ciador y el director de toda em­presa industrial o agrícola de al­guna importancia. .Por lo demás, tendrá el preceptor para guiarse, una pequeña biblio­teca, reducida en número, pero escogida de libros prácticos y útiles, ya la cual servirá de base esa excelente enciclopedia que lleva por Titulo 'Maison Rusti­que du XIX siécle, pues sabrá al menos leer el francés- preci­sará también algunos instru­mentos y útiles de labranza per­feccionados, y a medida de los progresos de la fortuna pública y privada, se le proporcionarán algunas máquinas sencillas, como por ejem plo un sem bra­dor o un trillador mecánico".".

El primero de sus dos últimos trabajos está guiado por el espí­ritu sarmientino y una defensa del poder del Estado en la ins­trucción. En el segundo deja en­trever la confección de un ter­cero, donde iba a exponer sus ideas para la explotación y utili­zación de nuestras riquezas mi-

nerales, que no pudo materiali­zar por haberse desatado nue­vamente la guerra civil, en la provincia, circunstancia que lo deterrr'¡nará en pocos meses a renuncia: de su cargo de direc­tor del Colegio de San Miguel y dirigirse a Buenos Aires. Pobre, con su mujer e hijos desalen­tado pero no vencido, inicia los planteos básicos de una ense­nanza de carácter nacional y que en nada desmerece su posi­ción y planes a~teriores. No qui­sleramos presentar a dos Jac­ques diferentes, porque no exis­ten, es el mismo que debe ade­cuarse a las circunstancias que vive el pais, y al cual pone toda su capacidad y conocimiento COn el sólo fin ne ser útil al mismo

Asi fue Amadeo Florentino Jacques, antes que nada hom­bre, vigoroso y conceptual, de una extremada sencillez, de lenguaje e ideas claras, que tuvo plena confianza en el país, que le brindó, dentro de sus contra­dicciones, la posibilidad de de­sarrollar su capacidad de maes­tro y su Imaginación de filóso­fo •

Escritos educativos de Amadeo Florentino Jacques

"El Eco del Norte" - Correspon­dencia Notable 1- N° 275- 22 de enero de 1860. "El Eco del Norte" - Correspon­dencia Notable 11 - N° 276 - jue­ves 26 de enero de 1860. "El Eco del Norte" - Correspon­dencia Notable 111- N° 278- 5 de febrero de 1860. "El Liberal" - La Instrucción pú­blica en las Provincias Unidas del Plata 1- N° 32- 4 de mayo de 1862. "El Liberal"· La Instrucción pú­~Iica en las Provincias Unidas del Plata II-N°33-8demayode 1862.

Estos semanarios. que fueron consul~ tados para el presente trabajo, se en* cuentran en la Biblioteca "Juan Bautista Alberdi", de la ciudad de Tucumán.

14 El Liberal- Tucumán, domingo 2de julio de 1862, año 11, N° 56. 15 "El Liberar' - Tucumán, N°38, B de mayo de 1862, Instrucción Pública 11.

--------------....... ,~.- l

Los enfrentamientos, las crisis, las polémicas.

TODO ES

EI¡>asado histórico argentino desde un punto de vista distinto y audaz.

Desde la colonia hasta la actualidad. Sin prejuicios "ni preconceptos. Lo insólito, lo veraz, lo anecdótico, las luchas de una sociedad que cimentó

nuestra argentinidad. Encuadernado en tomos de 6 ejemplares, en vis­

tosa presentación con letras doradas.

Un regalo imagina­tivo que usted puede ofrecer. Una inagotable fuente de consulta que enriquecerá su biblioteca.

Editorial TODO ES HISTORIA, Viamonte 1479, 11° e, Buenos Aires. Tel.: 40-7545.

"- . ,mi". , ~ .. "

EL LIBRO DE HISTORIA DEL MES por Luis Alberto Romero

John Lynch Las revoluciones his~anoamericanas, 1808-1826. ~,~','H III~TGI'; .. r· -- n.

,"$.' ',:: .. ·-1 ~~!~ ~~. Jolm I4nch La. rewIuciones hisponoomeri<anas 1808·1826 ;:::;~: 0'0 "

~ ::,!'~::::o:: ... 0,.,,, .. ,

Traducción de Javier Alfaya y Bárbara McShane. Ariel, Barcelona, 1976. Primera edición, Londres, 1973.

Hace unas décadas era común preguntarse, según la fórmula de Charles Grillin, si las Américas tenían una his-toria común. Hoy, la pre-gunta ha deiado lugar a la imperiosa exigencia de superar los estrechos marcos nacionales y en-carar decididamente el an~lisís global de la his-toria latinoamericana. No se trata de imitar a algunos apresurados so-ciólogos, economistas o politicólogos, que a me-nudo Incursionan en la historia buscando ejem-

80

plos para confirmar su­perficiales esquemas a priori, sino de dar al an~­lisis histórico m~s rigu­roso una perspectiva que, sin descuidar la pe­culiaridad de cada ~m­bito nacional, atienda a una serie de característi­cas comunes del proceso histórico latinoameri­cano. Sin duda, esta perspecliva más amplia ayudar~ a los historiado­res a superar esa natural predisposiCión a suponer que lo que pasa en el propio país es único y absolutamente original.

Es frecuente que estas visiones de conjunto pro­vengan de historiadores extranjeros, libres de las pesadas tradiciones académicas nacionales. Sin embargo, han sido dos historiadores argen­linos quienes contribuye· ron con un par de obras decisivas para la com­prensión de la historia la­tinoamericana: la Histo­ia contemporanea de

América latina, de Tulio r

I t

r I

i t

t t

I d t a i c h t q

Halperín Donghi, apare­cida hace casi diez aHos, y, m~s recientemente, Latinoamérica, las ciuda­des y las ideas, de José Luis Romero. El valor de as contribuciones no la­inoamericanas es, sin

duda, desparejo. Entre el coniunto, no muy nume­oso, de aportaciones va­iosas se encuentra este espléndido trabajo del nglésJohn Lynch, un au­or bien conocido entre nosotros por su proliio rabajo acerca del sls­ema de IntendenCias en

el Río de la Plata. Aque­la obra era el resultado e una minuciosa inves­igación mientras que quí ensaya Lynch una nterpretación del pro· eso de emancipación ispanoamericana par­iendo de una premisa ue debe ser fundamen-

tal para estas visiones globales: los estimulos externos fueron comunes pero las respuestas loca­les tuvieron peculiarida­des irreductibles, aún cuando se manifestaran aspectos coincidentes.

Para Lynch, el princi­pal impulso externo pro­vino del intento. refor­mista del siglo XVIII. Po­lémicamente, afirma que a fines del siglo XVII His­panoamérica se había emancipado de su de­pendenCia inicial de Es­paHa y que las reformas se proponían, fundamen­talmente, controlar a los criollos y detener el pro­ceso de emancipación. El "nuevo imperialismo" se inició con una recon­quista burocrática cuyas avanzadas fueron los in­tendentes, encargados de restringir el poder de los funcionarios com­prometidos con los inte­reses locales. Paralela­mente, se procuró dis­minuir la autosuficiencia económica de los crio­llos: el comercio libre -que acentuaba el mo­nopolio español- ayudó ¡ destruir muchas eco­~omias regionales, deli­leando ~reas de mono­producción que se desa­rrollarían plenamente en la centuria siguiente. Simultáneamente, la metrópoli acentuó la presión fiscal, un se­gundo camino que le permitía apropiarse en forma creciente de los beneficios generados por su imperio.

Las reformas reactiva­ron ciertas regiones, como el Plata, creando en ellas expectativas que EspaHa no estaba en condiciones de satisfa­cer. Pero también gene­raron tensiones sociales crecientes, pues las éli­tes criollas debieron en­frentar a nuevos y pode-

rosos competidores pe­ninsulares: una nube de comerciantes y burócra­tas llegados como con­secuencia de la política reformista_ De allí brotó un nuevo y poderoso sen­timiento antiespaiiol, alimentado por una inci­piente concienGia de la nacionalidad. Pero las reformas tuvieron un se­gundo aspecto, igual­mente nefasto para los criollos: la emergencia de las castas, hasta en­tonces explotadas y mar­ginadas, como conse­cuencia de la creciente actividad económica pero también de un deli­berado intento de pro­moción realizado por la propia Corona. La reac­ción de los criollos, hos­tigados por ambos lados, reflejó la ambigüedad de esta situación. Allí donde se prOdujeron estallidos sociales -como en el Perú- los conflictos con los espaHoles quedaron relegados; pero a me­dida que se agudizaba la crisis del Imperio, los criollos comenzaron a perCibir cuán imperioso era para ellos obtener el poder político y asegurar así el orden social. Cier­tamente, influyeron en ellos el pensamiento ilustrado del $iglo XVIII y el ejemplo de las revo­luciones europeas: pero sólo en tanto respondían a ciertas aspiraciones básicas, previas a toda formulación teórica. Precisamente el mo­mento del colapso final del poder metropolitano fue el del estallido de los movimientos emancipa­dores.

Cada uno de ellos tuvo caracteristicas propias, analizadas cuidadosa­mente por Lynch, que les dedica el grueso de su libro. En el Río de la Plata, los comerciantes y

milicias de Buenos Ai­res, que iniciaron la re­volución, debieron so­portar pronto la reacción de las provincias; la larga inestabilidad poli­tica sólo se superó en la' década del veinte, con el afianzamiento de los ha­cendados porteños, De "revoluciones conlra el Rio de la Plata" califica lynch a los movimientos del Uruguay, Paraguay y el Alto Perú, destacando el predominio de los in­tereses regionales, amenazados por la hege­monía del puerto. En Chile, el movimiento emancipador no rebasó el control de la poderosa aristocracia terrate­niente del valle central, pero su división facciosa provocó, a la postre, la caida de la Patria Vieja y la emancipación sólo se consolidó con la inter­vención rioplatense. En Perú, la poderosa oligar­quía terrateniente y mi­nera temia menos a los españoles que a las ma­sas indígenas, lo que de­termínó el carácter am­biguo de todo el proceso emancipatorio. los libe­rales eran apenas tibios

. reformistas y sólo la in­tervención externa -de San Martín y Bolívu­aseguró la consumación de una emancipación a la que los criollos se plega­ron tardiamente, luego de presenciar el de­rrumbe definitivo del po­der español.

En Venezuela, el rasgo distintivo del proceso fue la violencia. Los grupos oligárquicos de Caracas -los mantuanos- se mo­vieron presionados por los intereses monopolis­tas de los peninSUlares pero tenían un profundO temor a los pardos, Su resistencia a ampliar las bases sociales de la re­volución los condujo al

fracaso, derrotados por hábiles jefes españoles como Boves, capaces de movilizar contra la élite a pardos y llaneros. la de­cisión de Bolivar de in­corporarlos fue lo que aseguró, en definitiva, su triunfo. Algo similar ocurrió en Nueva Gra­nada, donde además la élite criolla estuvo divi­dida por problemas de hegemonía regional. En México, finalmente, la fuerte expansión econó­mica del siglo XVIII con­solidó a una poderosa élite hispanocriolla y ge­neró violentas tensiones en las zonas rurales, dominadas por la gran hacienda, que estallaron con violencia en 1810. los movimientos de base indígena -encabezados por Hidalgo y Morelos­empujaron a los criollos a un ferviente realismo. que sólo se quebró cuando en 1820 la me­trópoli, gobernada en­tonces por los liberales, pareció traicionar a sus aliados.

El balance final que lynch hace del ciclo emancipatorio destaca el contraste entre las espe­ranzas iniciales y las concreciones finales. La revolución y la guerra forjaron y consolidaron un nuevo nacionalismo político que, sin em­bargo, aceptó con natu­ralidad la tutela econó­mica de Gran Bretaña. En lugar de la prosperidad que debía surgir de la li­bertad económica, la he­rencia de la guerra revo­lucionaria fue una eco­nomía profundamente herida y estancada, cuya manifestación más ex­presiva fueron las vastas haci endas improducti­vas. En la sociedad pos­rrevolucionaria, formal­mente igualitaria, era vi­sible la resistencia a

modificar la situación de negros e indiOS; la élite, aunque renovada en su composición -a ella ac­cedieron buena parte de los jefes revoluciona­rios- se comportó en forma similar a la tradi­cional. En la politica, la larga lucha entre conser­vadores y liberales que se iniciaba, escondía apenas la emergencia del caudillismo militar, una fórmula social y poli­tica destinada a consti­tuirse en uno de los ras­gos más característicos de América latina en el siglo pasado.

lynch revisó exhausti­vamente todo lo escrito sobre la emancipación, como lo prueba el minu­cioso "ensayo bibliográ­fico" final, sin duda un instrumento de inesti­mable utilidad para quien quiera avanzar en estos estudios. Su obra demuestra que no siem­pre es necesario que el historiador descubra he­chos nuevos o documen­tos desconocidos para aportar perspectivas re­novadoras a la problemá­tica historiográfica. lynch integra equilibra­damente el análisis de lo socioeconómico con el del cambiante juego de la coyuntura política y, a la manera de los clásicos del análisis histórico­social, deja un lugar para el talento creador del in­dividuo. Protagonista principal de su relato son los grupos criollos, que oscilan permanente­mente entre la hostilidad a los españOles y el te­mor a indios y castas y su tesis central destaca el poder de las fuerzas con­servadoras y la perdura­ción que en el nuevo or­den posrrevolucionario tuvieron muchos elemen­tos tradicionales. Pero si

en la antitesis entre tra­dición o revolución pa­rece inclinarse por la primela alternativa, no desatiende a la revolu­ción que, de hecho y más allá de los designios de la é lite, provocó en la so­ciedad el propio proceso emancipatorio. Pero quizá lo que más sor­prenda al lector sea el re­lato ágil, desprejuicia­do y hasta desenfa­dado, que lo lleva a pro­poner fórmulas aparen­temente paradójicas y a tratar como personas a figuras habitualmente presentadas como esta­tuas. lynch, que no debe cargar con el temor al anatema de las corpora­ciones históricas nacio­nales, nos presenta, por ejemplO, a un Páez sal­vaje y analfabeto, más preocupado por el sa­queo que por la politica, o a un Santander "falto de sentido del humor, y quisquilloso, que sentía gran interés por el dinero y con una veta de cruel­dad vengadora".

P u e den, na tu r a l· mente, encontrarse luna­re~ en una obra tan am­biciosa: algunas impre­cisiones en hechos y da­tos, fácilmente adverti­bies en el caso argen­tino, y tambié n una exce­siva fidelidad a fuentes bibliográficas no siem­pre compatibles entre si. Inclusive podrá descu­brirse que algunos apor­tes más recientes, men­cionados en el ensayo bi­bliográfico o en las notas, no parecen haber sido tenidos en cuenta en la redacción del texto. Fi­nalmente,la versión cas­tellana abunda en angli­cismos. Nada de esto, sin embargo, disminuye los méritos de lo que, en definitiva, es un gran li­bro .•

81

·

, -, ... ';-

,,; ,.:,.~ ,~:r'-:. ' ..

~.. '. • .' ~-, .. ~.*t:a ¡. ~..:.;;~·-=:-::> • ..¿D·':~

La sociedad entrerriana y el primer levantamiento rural.argentino

por Trinidad Delia Chianelli

Los campos fiscales sobre Corrientes. En de Entre Ríos fueron re- ese momento los cita­queridos en diferentes dos intereses se inte­épocas por gente pro- graron en la llamada veniente de Buenos Ai- Sociedad Entrerriana. res. Esta constante se Veamos primero en observa desde el pe- forma suscinta cómo se ríodo colonial pero será produjo ese avance en en el período patrio y el siglo XVIII. más especialmente después de la muerte de Francisco Ramírez, cuando se produce el gran avance de los inte­reses rurales y comer­ciales porteños sobre esa provincia y también

La protesta de los paisanos rura­les entrerrianos contra la apro­piación de tierras por una socie­dad porteña, en la segunda dé­cada del siglo pasa,do, tuvo su eco final en el alzamiento de López Jordán en 1870. En el grabado, grupos tle revolucionarios ¡arda­nistas según "Le Tour du

Monde", París, 1873.

83

TOdo es Historia 122

Levantamiento rural

en Entre Ríos

La primera y mas importante población efectiva hacIa el Inte­rior de Entre Ríos se hizo desde Paraná y comenzó alrededor de 1760. Las campañas militares realizadas a mediados del siglo XVIII que extinguieron a los in­d ígenas, faci litaron ese movi­miento. Esta primera corriente migratoria se com ponía de "santafesinos y descendientes de familias colonizadoras de campos cercanos a La Bajada" (Paraná) que, en su intento de procurarse tierras y ganados fiscales, trataban de no lesionar los derechos de los terratenien­tes que poseían enormes exten­siones obtenidas por mercedes ycompras en los siglos XVy XVI. Era una migración de "hijos de la tierra" que no reconocía in­fluencias en las esferas guber­nativas.

Casi simultáneamente con este movimiento se produjo otra migración proveniente de Bue­nos Aires. El interés que desper­taron los campos de Entre Ríos en esta ciudad, a partir de 1770, respondería a diversas causas. Estas serían: 1) la extinción de los indios; 2) el propósito de perseguir el bandolerismo y 3) proveer las necesidades de la plaza de Buenos Aires en lo refe­rentes a carnes, carbón, leña,ma­dera y cal. El 60"10 del carbón que se consumía en Buenos Ai­res, a principios del siglo XIX, provenía de Entre Ríos (César B. Pérez Colman: "Historia de En­

. tre Ríos 1520-1810"). La corriente migratoria que

salió de Buenos Aires para ocu­par tierras entrerrianas, estaba integrada "por elementos de fi­guración", que trataron de aca­parar grandes superficies"para adquirirlas al Fisco y explotarlas por peones y empleados a la es­pera de fraccionarlas para la

84

venta" (César B. Pérez Colman, loco cit.). Se iniciaron entonces en Buenos Aires, expedientes sobre solicitudes de tierras rea­lengas situadas sobre las costas del río Uruguay, Gualeguay, Gualeguaychú, etc. El citado historiador menciona algunas concesiones y ventas realizadas desde la capital porteña con per­juicio de pObladores que ocu­paban la zona con anterioridad.

Los antiguos pobladores se oponían algunas veces por la fuerza a la toma de posesión por los nuevos dueños. Otras, ha­cían llegar sus quejas a algunos representantes de la Iglesia que visitaban la región con el fin de levantar capillas y formar parro­quias.

El informe más interesante sobre la situación de los primiti­vos colonizadores entrerrianos es el que presentó Tomás Ro­camora al Vi rrey Vértiz en 1782, cuando éste lo nombró comi­sionado para arreglar proble­mas en Gualeguay. En la se­gunda parte de ese informe, al exponer un plan económico para la zona, Rocamora habla "de los especuladores que desde Buenos Ai res se han apo­derado de enormes extensiones de tierras mediantes denuncias y procedimientos, que si bien se acomodan a las leyes vigentes, se hacen a espaldas de los ver­daderos pobladores que han abierto con su trabajo los bos­ques, los caminos y los surcos de la producción y progresos regionales. Ignorantes estos infelices -continúa el Comi­sionado- del privilegio de otros poseedores, ignorantes de los remates de la Capital, sin medios para trasladarse a ella y pleitear, pierden a menudo sus derechos, pues si expusieron su razón fue tan remisamente que nunca llegó a la alta jurisdicción de V.E." Más adelante agrega: "Red úzcanse a lo que necesi­tan, mas que sea con abundan­cia, pero cercéneseles ono se les permita que adquieran lo muy superfluo para que encuen­tre acomodo el pobre vecino, que con el producto de la tierra que les sobra aellos puede man-

tener una familia numerosa y útil al Estado". En informes poste­riores, Rocamora examina los tí­tulos de los grandes terratenien­tes declarándoles imperfectos e insiste siempre en las especula-o ciones de los poderosos, y de­fiende los intereses generales sobre los privados.

Es interesante señalar que la resistencia pasiva de los ocu­pantes clandestinos sirvió de contención a los especuladores y evitó la formación de latifun­dios.

El período patrio

Antes de analizar el avance sobre Entre Ríos de los intereses porteños, que después de la muerte del caudillo Ramírez se integraron en la Sociedad Entre­rriana, necesitamos conocer someramente el panorama de tierras fiscales existente al ini­ciarse el período patrio y las primeras leyes que se dieron so­bre la materia en esa provincia.

La tierra se siguió distribu­yendo como en el período colo­nial por mercedes, compra en remate y en moderada compen­sación y los viejos vicios de esa época también continuaron. Las luchas por la independencia y luego las guerras civiles agrega­ron otros problemas con em­bargos y confiscaciones de bie­nes que eran una consecuencia natural de las luchas políticas. Por otra parte los gobiernos pa­trios aceptaron las mercedes y ventas hechas en el período co­lonial.

Los entrerrianos eran solda­dos y pastores. Tanto manejaron las armas como se dedicaban a las tareas rurales. Ramírez había establecido una edad para ese servicio en su Reglamento Mili­tar, pero después de su muerte no hu bo regla respecto a la edad y estado de los obligados al mismo; por lo tanto la mayor parte de los pobladores eran mi­litares. Dado el sistema de reclu­tamiento, cada uno tenía que equiparse por su cuenta y debía estar preparado para el llamado del jefe; lo que equivaldría al de-

recho de hueste en los tiem pos feudales. Este servicio se co­rrespondía con "privilegios so­bre la tierra y protecciones a su manera de vivir" (Miguel Angel Cárcano: "Evolucion histórica del régimen de la ti.erra pú­blica").

Las tierras públicas fueron en muchos casos ocupadas sin pa­gar impuesto ni arrendamiento. A pesar de esto, los ocupantes clandestinos y poseedores sin tí­tulo trabajaron las tierras y pres­taron a la provincia un impor­tante servicio. Así lo consideró el informe de la Comisión Legis­lativa que preparó la ley de venta de 400 leguas de tierras públicas de pastoreo en 1861. En esas circunstancias se reconoció el derecho de los simples posee­dores para la compra ulterior de los predios que poseían.

El gobierno de Lucio Mansilla: las primeras leyes sDbre tierras

A la muerte de Ram írez le su­cedió en el mando su hermanas­tro Ricardo López Jordán, quien fue depuesto por u na revolución en setiembre de 1821. El coro­nel porteño Lucio N. Mansilla ocupó el gobierno de la provin­cia y nom bró secretario de go­bierno a Domingo de Oro, san­juanino, que había llegado con él a la provi ncia.

Las primeras leyes referentes a tierras fiscales se dieron en En­tre Ríos después de promulgada su constitución en 1822. Mansi­Ila, con anterioridad a esta fe­cha, había decretado embargos y confiscaciones yen 1821 había ordenado "vender todo lo em­bargado que se desconozca per­teneciente al Estado".

El 18 de diciembre de ese mismo año, el gobierno por un decreto llamaba a sus hogares a todos los emigrados o expulsa­dos por la administración ante­rior, a quienes se les restituiría sus bienes, previa acreditación de habérseles secuestrado arbi­trariamente.

La Legislatura provincial, por otro decreto posterior del 23/1/1823, reiteró el llamado a

los emigrados para que ocupa­ran sus tierras en el plazo de no­venta días. Los que concurrie­ran debían probar sus derechos de propiedad sobre el terreno en que tuvieran su establecim iento y debían poblarlo. En caso de no poder poblarlo, debían vender o facilitar de otro modo las suertes de estancias que necesitaban a los que carecían de terreno al efecto. La misma obligación de poblar se extendía a los propie­tarios de terrenos baldíos resi­dentes en la provincia. El te­rreno cuyo derecho de propie­dad no se justificara, se declara­ría perteneciente al Estado. Pa­sados los noventa días que se establecían, el gobierno podría disponer de la propiedad con el objeto de promover el pastoreo. El artículo 7° de este decreto es­tablecía la extensión de las <;>s­tancias que con los terrenos abandonados, el gobierno for­maría y daría para las nuevas poblaciones. Estas serían las tres leguas de fondo y dos de frente; las chacras de doce cua­dras cuadradas, una forma de cortar el abuso de dar extensí­simos terrenos. Se autorizaba, sin embargo, al gobierno para dar mayor cantidad de tierra en casos especiales. Los llamados a trabajar la tierra con plazos pe­rentorios -señala Cárcano- dis­frazaron muchas veces confis­caciones de bienes.

El gobierno de León Solas

Mansilla terminó su mandato el 10 de febrero de 1824 y se nombró en su lugar al coronel León Solas, quien lo había reemplazado interinamente un poco más de un mes en 1823, cualóldo el gobernador pidió permiso para trasladarse a Bue­nos Aires. En esas circunstan­cias, Mansilla trató con el go­bierno bonaerense asuntos rela­tivos a la provincia oriental y un empréstito para Entre Ríos de 18.000 pesos.

Solas mantuvo a Domingo de Oro como secretario de Go­bierno en los tres Departamen­tos y el 21 de febrero de 1824 nombró a Mansilla en comisión

ante el gobierno de Buenos Ai­res. Esta comisión consistió en pedir un préstamo a esa provin­cia para cubrir las necesidades del ejército, pagar parte de la deuda a su comercio y los suel­dos a los empleados. Se bus­caba tam bién u na convención sobre el envío de tropas au­xiliares. Mansilla en su pro­puesta al gobierno de Buenos Aires insistía en que sin todos esos auxilios "los anarquistas hallarán la más oportuna oca­sión para envolver a los amigos de Buenos Aires y del orden en las angustias anteriores" (Re­copilación de Leyes, Decretos y Acuerdos de la provincia de En­tre Ríos desde 1821 a 1873). Ri­vadavia, como ministro del go­bernador Rodríguez, firmó el decreto por el que se acordó a Entre Ríos un préstamo consis­tente en u na antici pación de $ 10.000 Y una mesada durante un . año de$ 1.500, a partir de abril de 1824; y el 2 de ju lio volvía a ser nombrado cerca del go­bierno de Buenos Aires. Sin per­juicio de esta misión a la que más adelante nos referiremos, fue elegido, con Evaristo Ca­rriego, diputado al Congreso Nacional de 1824 y en represen­tación de Entre Ríos; el 15 de julio recibían las instrucciones correspondientes.

La Legislatura provincial, con el fin de deslindar los campos de propiedad pública de los priva­dos, dictó el 27 de julio de 1824 una ley que fue publicada el 2 de agosto de ese año en toda la provincia. La ley ordenaba que' todo poseedor de campo o suerte de estancia, con el dere­cho que fuera, debía presentar los documentos con que legiti­maba su posesión dentro de los noventa días de la publicación de la¡;ley. Si rehusaban verifi­carlo se consideraba como si hubieran cedido su derecho al Estado. Los poseedores que no tenían documento alguno pero que fueran conocidos en cali­dad de tales, se presentarían por escrito al gobierno designando límites para su posesión. Se obligaba también a poblar o a venderen el término de doscien-

85

tos cuarenta días después de la publicación de la ley. Cada es­tancia debía poblarse, al menos, con doscientas cabezas bajo pen.a de ser considerada yerma la propiedad. Los cam pos que no se hubiesen poblado o ven­dido en el término señalado, pertenecerían al Estado, el que podía disponer de ellos como mejor conviniera al aumento de la población y riqueza de la pro­vincia.

Esta Ley -según Cárcano en su libro citado- produjo se­rias resistencias porque obli­gaba en breve plazo a desarro­llar un trabajo que ningún po­blador pod ía llevar a bu~ tér­mino. En realidad detrás de esta ley había un problema muy serio para Entre Ríos: deslindar las tie­rras públicas de las particulares y llevar a cabo el contrato cele­brado por el gobierno con Pas­cual Costa, representante de la Sociedad'Entrerriana, quecons­tituye uno de los más serios avances de los intereses porte-

86

ños sobre Entre Ríos. Mansllla, el12de agosto, publicabaen "El Argos" de Buenos Aires la men­cionada ley y ad vertía a los lec­tores del periódico que éste era un paso prelimihardel gobierno entrerriano para enajenar las tierras públicas de la provincia a "capitalistas respetables del país", con el fin de atraer la po­blación industriosa a aquel terri­torio.

Veamos primero el contrato mencionado para después refe­ri rnos a esta famosa Sociedad que no tenía de entrerriana más que el nombre.

El contrato Solas-Costa

La propuesta firmada por Pascual Costa y elevada al go­bierno, lo presentaba con pode­res para negociar las tierras per­tenecientes al Estado y las que algunos vecinos le vendieran. Las ventajas del contrato las sin­tetizaba en las palabras: "Intro-

Todo es Historia 122

Levantamiento rural

en Entre Ríos

+ Virrey Vértiz: nombró a

Rocamora comisionado para los problemas de Gualeguay

lucio N. Mansilla ordenó vender "todo lo embargado . ..

perteneciente al Estado" +

ducir la abundancia'en el país: con ella hacer encallar las revo­luciones interiores a que estre­cha com únmente la necesidad y la desocupación de inmuebles paisanos, a quienes se les da ocupación con la admisión y ejecución del proyecto. Propor­cionar al gobierno fondos de presente para sus urgencias ins­tantáneas y para lo futuro hom­bres capitalistas con quienes puede contar para mayores em­peños. Atraer vecindarios y co­mercio desde el momento que el país entrerriano organice la po­blación de sus campos desiertos y empiecen mis poderdantes a derramar su dinero para fecun­dizarla, y mucho más cuando sus frutos se recolecten". En el' mismo tono promisorio conti­nuaba la propuesta y adjun­taba un contrato de diez artícu­los. En nombre de sus represen­tados se comprometía, por este documento, acomprartodos los terrenos pertenecientes al Es­tado que se le vendiesen, arre-

glados en suertes de estancias de tres leguas de frente y tres de fondo. Cada estancia con puerto en río navegable se pagaría a 150$, la que distase cuatro le­guas a 90$ y las que se hallasen más distantes a 70$. La Socie­dad costearía los trabajos del agrimensor encargado de men­surar los campos, Se especifi­caba que de los terrenos perte­necientes al Estado, se separa­ría del "Rincón de 'Pérez" la suerte de estancia que eligiese el general Mansilla y dos o tres suertes de estancias más "que no serían de las mejores", para que el gobierno las destinase como creyera conveniente. Se le concedía a laSociedad dos años para poblar los terrenos, tér­mino a contarse desde el día en que se les pusiera en posesión de todas las tierras contratadas. La propuesta de contrato, fe­chada en Paraná el30 de julio de 1824, fue firmada por Solas y su ministro Oro el2 de agosto yele­vada y aprobada por la Legisla-

tura en la misma fecha. ¿Qué llevó al Gobernador a

negociar este contrato tan per­judicial a los intereses de los pobladores de los campos de la Provincia? Al parecer el serio problema económico que vivia Entre Rios, como él mismo lo señaló. El 8 de noviembre de 1824, en la apertura de las se­siones de la Legislatura entre­rriana, Solas,en su mensaje, dijo entre otras cosas: "Haciendo uso de la ley SObre terrenos el Gobierno había con­tratado con una poderosa so­ciedad de Buenos Aires la com­pra de los campos del Estado, Ella [la Sociedad] dedica un fondo ingente para poblar nues­tra campaña de ganados y la ad­quisición de estos capitalistas volverá prontamente al país a aquel estado de riqueza y pros­peridad de que le privó la guerra. Para este caso el gobierno se propone negociar la deuda pú­blica y variar abso lutamente el sistema de hacienda y darle una forma más económica y' regu­lar"' (Recopilación de Leyes, De­cretos y acuerdos de la Provin­cia de Entre Rios).

El contrato causó indignación como enseguida veremos. En primer lugar se había vendido la legua de los mejores campos que tenía la provincia, es decir, los que estaban próximos a un puerto en río navegable, por menos de 17$ y los campos del centro de la misma, la mayor parte de los del Cié, Nogoyá y Don Cristóbal a menos de 8 $, (Martín Ru~ Mo~no: op. cit.) Otra causa que también señala este autor y que su blevó la opi­nión pública, fue la cir­cunstancia -a su entender inexplicable en el gobernador Solas, a quien considera de buen sentido y bien intencio­nado a pesar de s.u limitada instrucción-de haber empezado a poner en vigencia la ley de 1823 sancionada durante el go­bierno de Mansilla y la de juliO de 1824. Ya hemos visto que Mansilla reconocía que esta úl­tima leyera el paso preliminar para hacer el contrato. Recor­damos que la ley de 1823 había

87

Todo es Historia 122

Levantamiento rural

en Entre Ríos

dado un plazo de noventa días para que los propietarios pre­sentasen sus títu los bajo pena de pasar el terreno a ser de pro­piedad pública. La ley de 1824 señaló igual plazo para todo po­seedor o propietario con la misma pena. Además obligaba a poblar cbn un número determi­nado de hacienda en el término de 240 días, o de lo contrario vender. Si así no lo hacían el campo pasaba a ser de propie­dad pública. A estas dos leyes se agrega la dictada por la Legisla­tura del16 de dlciem bre de 1824. Por ella se decretaba que toda persona que no fuera propietaria y poseyera un cam po totalmente despoblado debía dejarlo a fa­vor del gobierno y pedir en cam­bio una suerte de chacra en las inmediaciones de un pueblo, la que se le entregaría con la obli­gación de dedicarse al cultivo según sus medios. Si bien el es­píritu que informa las leyes cita­das parecería el de poblar y cul­tivar, es evidente que los meros ocupantes, los poseedores y los propietarios con pOcos recu rsos se veian obligados en un plazo breve y perentorio a poblar o vender o entregar las tierras al Estado, que con esta com pul­sión quedaba dueño de gran­des extensiones que vendería a la Sociedad Entrerriana.

La Sociedad Entrerriana

La Sociedad Entrerriana es­taba formada por comerciantes y financistas de Buenos Aires. Ellos eran· Ruperto Albarellos. Juan Pablo Sáenz Valiente, Juan Ferntindez Malina, Juan Pedro de Aguirre, Nicolás de Ancho­rena, Tomás Manuel de Ancho­rena, Manuel de Arroyo y Pi­neda. Braulio Costa, Marcelino Carranza, Pedro Trapani, Félix Castro, la Sociedad S. Lezica y hnos, Guillermo Parish Robert-

.88

son y Pascual Costa, quien ac­tuó en Entre Ríos como repre­sentante de la Sociedad para la firma del contrato. ("La Provin­cia de Entre Rios demandada ante la Corte Federal", serie de artículos de "El Uruguay" que publica "La Nación Argentina", 19 y 20 de junio de 1865). Los deta­lles sobre esta Sociedad los co­nocemos por la campaña perio­dística que se desató en 1864 y 1865, tanto en Entre Ríos como en Buenos Aires, a causa de que Enrique Yateman, yerno de Mar­celino Carranza, se había pre­sentado como apoderado de ella para reclamar, primero ante Urquiza y luego ante el gobierno de Entre Ríos, el cumplimiento del contrato de 1824. La Legisla­tura entrerriana había dis­puesto, en 1861, la venta de 400 leguas de tierras fiscales de pas­toreo y esto motivó la reclama­ción y su lógica consecuencia.

Lucio Mansilla, en los artícu­los publicados en "La Nación Ar­gentina", aparece como persona a quien la sociedad interesó en estas ventas de las tierras fiscales con la décima quinta parte de las utilidades como socio, en igual­dad absoluta con otros catorce. miembros. Yateman, en su es­crito publicado en El Nacional, menciona a los otros miembros pero no a Mansilla y sostuvo que el hecho que este general apa­reciera en el contrato con dere­cho a una suerte de estancia, fue una condición que impuso el gobierno de Entre Rios, como él mismo lo señala en la Introduc· ción de su Memoria cuando dice: "Organizada la Sociedad Entrerriana cuya formación fue calcu lada por las dificu Itades que me había significado el in­mortal Rivadavia para subven­cionar a la Provincia, como lo estaba haciendo, por la falta de fondos fiscales, encontré el me­dio más eficaz para proveer de rentas al gobierno de Entre Ríos con las consecuencias al im­pulso que se prpponían con di­cha sociedad" (Santiago Mori­tán: "Mansilla, su Memoria Iné­dita. Ramírez, general, guerrero y estadista").

La Sociedad Entrerriana-de

acuerdo a los miembros que I.a componían- estaba integrada por "el grupo Costa", nombre que le dieron los historiadores Ortega Peña y Duhalde, quienes analizaron sus manejos en el negocio de las minas de Fama­tina. Este gru po con intereses conómicos idénticos - que estu­dió especialmente Hugo Galma­rinni en su libro: "Negocios y po­lítica en la época de Rivadavia"­actuó, aprovechando la coyun­tura económica en negocios fi­nancieros como el empréstito Baring, el Banco Nacional, el negocio de las minas de Fama­tina entre otros. No podía ser ajeno a su quehacer especu la­tivo el negocio de tierras y ante los problemas económicos en­trerrianos se hizo presente con la compra a precio irrisorio de las tierras fiscales. El diario "El Uruguay", en 1864, sostenía que el gobierno de Solas no había hecho una venta sino una mer­ced a esta Sociedad. En la serie de artículos publicados en "La Nación Argentina" se decia: "Si Entre Ríos no se hubiese suble­vado contra los monopolizado­res de tierras de Buenos Aires, si La Rioja no se hubiese suble­vado contra los monopolizado­res de minas de Buenos Aires, si todos los pueblos no hubiesen sentido el peso opresor de tan­tas ambiciones, Rivadavia hu­biese llevado a cabo su obra" 3/V1/1865). Aunque no coinci­damos totalmente con el párrafo citado, es evidente que son pa­labras para meditar.

Mansilla no sólo introdujo a este grupo cerca del gobierno de Entre Ríos en el negocio de tierras, si no que cuando en ju lio de 1824, fue nombrado para conseguir un empréstito en Buenos Aires, se conectó -quizá por la imposibilidad del go­bierno bonaerense para conce­derlo- con B'raulio Costa, ca­beza del gru po y u no de los más representativos del mismo.

Pero el préstamo no resu Itaba tan sencillo en vista de las ga­rantías que el prestamista exi­gía. El gobernador Solas pidió el 2 de noviembre, acuerdo a la Legislatura" para trasladarse a

Buenos Ai res y allanar negocios de suma importancia que po­dían formar el arreglo de la Ha­cienda de la Provincia". De paso por San Nicolás tuvo una reu­nión con los diputados entre­rrianos al Congreso Nacional Mansilla y Carriego. Solas re­tomó el gobierno -que había quedado en manos del Cnel. Pe­dro Barrenechea- el 6 de di­ciembre de ese mismo año y al día siguiente, la Legislatura co­municaba que había algunas di­ficultades de salvar para enta­blar con el prestamista Braulio Costa, el empréstito que se ha­bía considerado pedir para arreglar el ramo de hacien(ia de la Provincia. Se consideraron inmediatamente las proposicio­nes que el agente Mansilla había girado a Solas con fecha 26 de noviembre, después de comuni­carse con Costa.

Las proposiciones decian que: "el gobierno debía ser fa­cultado por la Legislatura para que se negociara una cantidad suficiente al 40% o lo que es lo mismo con un 60 de pérdida". La misma cantidad podría ne­gociarse al 5 % siempre que el gobierno de Buenos Aires se comprometiera a pagar amorti­zación de Aduana, reglándose la manera de hacer su cobro por un acuerdo con los prestamis­tas. Además el gobierno de En­tre Rios dejaría previamente en depósito, en Buenos Aires, la cantidad de 40.000$ para res­ponder por la amortización y ré­dito por el término de dos años. Esta cantidad se colocaría al1 % anual y la amortización y pago del rédito se haría por trimestre (Libro de Acuerdos del Honora­ble Congreso de Entre Ríos).

La Legislatura, después de un detenido examen de las propo­siciones, decidió suspender la negociación y sostuvo "que po­dría resolverse con conocimien­tos mas seguros sobre esta ma­teria". Era éste un "favor" de­masiado caro que Costa le hacía a Entre Ríos ...

Además del contrato Solas­Costa que hemos mencionado, el grupo estaba en una gran ex­pansión ru ra 1. Brau lio Costa y

Marcelino Carranza se asocia­ron para comprar tierras a parti­culares en Entre Ríos -por cuenta de la Soc,iedad Entre­rriana, segun Yateman en su defensa-teniendo como socio administrador a Eugenio Peri­chon (Hugo Galmarini, op. cit.). La estancia la habían compra­do el 2911/1825 a Francisco Fernández, comandante de mi­licias de Concepción del Uru­guay y estaba situada sobre el río Gualeguay y el arroyo Lucas (César B. Pérez Colman, op.cit.).

El 3 de julio del mismo año, José Ignacio de Vera vendió a Marcelino Carranza cinco le­guas frente al Paraná pordiezde fondo al este (César B. Pérez Cólman, op.cit.). El mismo Mar­celina Carranza asociado a Juan Pedro de Aguirre había comprado tierras en el Rincón de Vera, las que en febrero del año siguiente estaban ya dis­puestos a vender a la Sociedad Rural (Carta de Aguirre a Ca­rranza Bs.As.,25/11/1826, Archivo Aguirre),

Trapani, otro miembro del grupo, el 16 de setiembre de 1824, dio poder a Juan Lanús y en su ausencia a Juan Camps, entrerrianos, para que solicita­ran del gobierno la venta del Rincón de Pérez, que eran te­rrenos del fisco (Archivo de Go­bierno, Serie VIII, Paraná). Re­cordemos al efecto que en el contrato Solas-Costa, además de la suerte de estancia que Man­silla eligiese del Rincón de Pérez, se iban a separar dos o tres suer­tes más, para que el gobierno las destinase como creyera conve­niente.

Pero el interés por la especu­lación en tierras fue mas allá de Entre Ríos y el libro mencionado de Galmarini nos informa al res­pecto. Hemos encontrado, además entre los papeles de Agui rre, que él con José María Roxas y Manuel José de Haedo formaron una sociedad, que comisionó a Bartolomé Las­cano, para la mayor compra de tierras "patriolengas" que pu­diera conse¡:¡uir en Corrientes, con preferencia sobre el Paraná. Allí adquirieron grandes extcn-

h .

siones. Hay un borrador de Agui­rre dirigido a Lascano, con fe­cha 19/XI/1825, en el que le in­siste en no perder· el menor 'tiempo de hacer la compra del Rincón de Luna, porque el Eje­cutivo Nacional- el gobernador Las Heras, de acuerdo al artícu lo 8 de la Ley Fu ndamental había pasado al Congreso u n proyecto de la ley por el que se prohibía la venta de las tierras públicas para que garantizaran el Empréstito Nacional de 10 miUonesde pe­sos (ley del 27 de octubre de 1825) que se había mandado negociar en Londres. "El em­préstito ya está acordado -dice Aguirre- y si el Congreso san­ciona la leyes un obstáculo para nuestro negocio".

Mansilla, desde Buenos Aires, en carta del 17 de agosto de 1824, le insistía a Solas en el in­terés de gente de la capital por las tierras entrerrianas. Le co­municaba en esa fecha al Go­bernador, que dado el decreto sobre tierras-se refiere al de 27 de ju lio de ese año-se apersona­ban diariamente a él capitalistas de su conocimiento para com­prar tierras en Entre Ríos con el fin de poblarlas. Le sugería que se dirigiera a los comandantes de los Departamentos impo­niéndolos del hecho, para que remitieran al Gobierno o direc­tamente a él, la lista de los que quisieran vender y así formalizar el contrato. Le recordaba en esas circunstancias que la ma­yor parte de los hacendados en­trerrianos carecían de ganado y al vender una parte en sus tie­rras, con el producto podían comprarlo (Archivo de Go­bierno, Serie VIII Carpeta 2, Le­gajo 4,Paraná).

A todo esto, el gobierno, por circular del 28 de julio, ya se había dirigido a los comandan­tes pidiéndoles que le enviaran la exacta noticia de los terrenos baldíos y de toda clase, com­prendidos en los distritos co­rrespondientes (Comunicación de Mateo García de Zúñiga a So­las, Gualeguaychú 121V1I1/1824, Archivo de Gobierno, Serie 1, Carpeta 8, Legajo 6 Paran á).

89

El informe del comandante dia; para lo cual García de ZÚ-de Gualeguaychú: ñiga insistía en que era indis-Mateo García de Zúñiga pensable que se empezara por la

mensura de los terrenos ocupa-Dn. Mateo Garcia de Zúñiga, dos, no de los supuestos baldíos

comandante de Gualeguaychú, para entregarlos a la Sociedad acusó recibo de la comunica- Entrerriana, agregamos noso­ción de julio y el 20 de enero de tras. Le aclaraba, además, que 1825 envió al gobernador un in- campos baldíos, en riguroso sen­formé, que respondía al pedido tido, no había dilatados en ese de Solas sobre terrenos baldíos. Departamento, aunque, "deben El comandante advertía que la existir -agregaba- algunos es­mayor parte de los terrenos, aún pacios que no pueden clasifi­cuando mediaban denuncias carse por el momento, por estar hechas a los antiguos cabildos y , confundidos entre las denun­jueces territoriales no estaban cias que han presentado los po­mensurados. "Las declaracio- bladores contiguos que quizás nes -decía- se han hecho a ojo y se han extend ido en sus respec­son erróneas, tanto las primeras tivos límites". Recordemos al que se hicieron como las poste- efecto que los pobladores, en riores, porque -según su expre- cumplimiento de la ley del 27 de sión- se cruzan en direcciones julio de 1824, se habían apresu­opuestas". De modo que no se rada a presentar documentos podía determinar con exactitud para acreditar, unos la propie­los campos baldíosen su distrito dad y otros la posesión. Le decía sino después de que cada po- que, por otra parte, había intere­blador hubiera justificado debi- sados en las tierras que justifi­damente el derecho que tenía al caban una posesión no inte­terreno que oCljpaba o defen- rrumpida ni disputada de diez,

90

veinte y más años, aunque 'nc manifestaban denuncias forma· les ni mensuras ya por no haber· las hecho o por haber perdido los documentos en el transcurso' de la guerra civil. "Qtros campos hay -añadía- que durante la guerra se poblaron con licencia de los comandantes militares y jueces civiles y algunos, por úl­timo; que lo verificaron sin nin~ gún permiso, teniendo en este momento ganados y otros ense­res ru rales". Mateo García de Zúñiga aconsejaba la mensura previa para evitar que el go­bierno extendiese títulos de propiedad apoyado únicamente en la autenticidad de los docu­mentos que presentaran algu­nos pobladores y evitar las cues­tiones y litigios que se iniciarían entre los hacendados sobre el deslinde de sus posesiones. "Ya existen muchas ante el juez civil -agregaba- sobre el derecho de prescripción que alegan mu­ch6s, contra el de antigOedad que sostienen otros". Este va-

I

~

Todo es Historia 122 .

Levantamiento rural

en Entre Ríos

La bajada del Paraná en 1829, según una litografía de

Alcides D'Drbigny

Don Domingo de Oro, secretario de gobierno de

Mansilla y de Solas

'.''''",'' .t~ .. ~' ,,:;: U;;; . ;p" LIJA_ %1( :1

lioso informe que nos presenta tan claramente el problema de propietarios, poseedores y me­ros ocu pantes de las tierras de pastoreo, a continuación de las guerras civiles, se complementa con la mención de las vicisitu­des de los agricu Ita res en el De­partamento de Gualeguaychú. (Archivo de Gobierno, Serie VIII, Carpeta 2, Legajo 22, Paraná).

En febrero de 1825, también el comandante del 2° Departa­mento Ricardo López Jordán, oficiaba al Gobierno pidiéndole instrucciones para cumplir ór­denes, en el caso de vecinos que poseían campos desde muchos años atrás sin oposición de lin­deros y que los habían solici­tado, por esta razón, como co­rrespondientes a sus poblacio­nes. Este panorama tan confuso era sin duda el de toda la provin­cia de Entre Ríos y debía ser co­nocido por las autoridades. A pesar de ello, el contrato Solas-Costa siguió adelante como ensegu ida veremos.

La ejecución del contrato y el levantamiento rural

El gobierno entrerriano apremiado por necesidades económicas, pidió a la Sociedad Entrerriana por intermedio de Mansilla, el 16 de diciembre de 1824, 3.000$ a cuenta de los te­rrenos vendidos. Mansilla, en posesión del dinero, cubrió va­ri06 c.réditos del gobierno entre­rriano en Buenos Aires y envió 2.000$ al gobernador el 7 de enero de 1825 (Carta de Mansilla a Solas, Bs. As., 7/1/1825, Archivo de Gobierno, Serie VIII, Carpeta 2, Legajo 4, Paraná).

En esa misma fecha, León So­las escribía a la Caja de Concep­ción del Uruguay y a los Minis­tros Generales, comunicando que la Sociedad Entrerriana ha­bía nombrado como agente en el negocio de terrenos, al conta­dor de esa Caja, Juan Lanús, y que el Gobierno había decidido admitirlo en ese nombramiento con retención de su empleo. Al

91

Todo es Historia 122

Levantamiento rural

en Entre Ríos

mismo tiempo ordenaba que se presentara en Paraná para en­tregar la Contaduría al Adminis­trador (Archivo de Gobierno, Se­rie VIII, Carpeta 2, Legajo 32, Pa­raná).

La Sociedad Entrerriana de­signó como agrimensor a Fran­cisco Mesura, quien en compa­ñía de Lanús, el 2 de febrero de 1825, estaban dispuestQs a em­prender la marcha hacia la cam­paña para comenzar la medición de los campos comprados por la Sociedad. Solas nombró al Co­mandante del 1er. Departa­mento principal coronel Pedro Barrenechea como juez comi­sionado de la mensura a cum­plirse.

.Lacomisión, acompañada por fuerza armada, comenzó a me­dir los que consideraba terrenos baldíos, por las costas del arroyo Cié y para el 29 de mayo había reconocido cuatro suertes de estancia, después de muchos trabajos, (carta de Mesura a Aguirre, Campos del Cié y No­goyá, 29/)//1825, Archivo Agui­rre). En esta carta, Mesura pro­metía pasar a medir muy pronto los campos entre el arroyo Cié y el río Gualeguay. Pero casi in­mediatamente empezaron las protestas de ocupantes y linde­ros, muchos de ellos antiguos vecinos de la zona, tales como Leonardo Millán, Pedro Pablo Ezeiza -estanciero éste muy po­deroso- Teodoro Soto y otros. Estos vecinos hicieron oposi­ción a la mensura por medio de escritos presentados a los alcai­des, pero no se hizo lugar en ese momento a estas protestas.

El malestar crecía. Mateo García de Zúñiga y José María Echeandía reunieron en la plaza de Gualeguaychú, el 24 de mayo de ese año, con motivo de las fiestas patrias, alrededor de 170 hombres para protestar por la mensura ordenada en los cam-

q2

pos del Estado. Mansilla, que había sido notificado del hecho por 'Solas, decía en una carta al gobernador, que sabía que Zú­ñiga había prometido atacar con las armas a la autoridad si conti­nuaban los trabajos de mensura y habría señalado que la venta citada había sido "para llenar de dinero el bolsillo particular del Gobernador" y de él mismo. Por Jo tanto exigía una reparación por parte del gobierno entre­rriano en los aspectos en que García lo había atacado y la pu­blicación de todo lo actuado, para que se viera "el manejo no sólo desinteresado sino muy generoso con que he desempe­ñado todo lo relativo a intereses de la Provincia" (Archivo de Go­bierno, Serie 1, Carpeta 9, Legajo 2, Paraná).

Mansilla, frente al silencio del gobernador Solas, devolvió la comisión que tenía como agente de Entre Ríos ante el gobierno de Buenos Airesel16de julio, es decir, su cargo de diputado al Congreso Nacional y el 25 de agosto cesó en él. En 1826 sería uno de los diputados del go­bierno riojano ante el mismo Congreso: había sido señalado a Quiroga por Braulio Costa, como muy recomendable para representar a esa provi ncia. El grupo Costa estaba entonces li­gado al caudillo riojano por el negocio de la explotación de minas (Hugo Galmarini, op. cit.).

A todo esto, la comisión de mensura, para el 2 de agosto de 1825, no había podido aún medir los cam pos situados entre los arroyos Cié y Nogoyá, como ha­bía prometido en mayo, y el agrimensor, en esa fecha, en­viaba a la Sociedad, por inter­medio de Aguirre, un diario de operaciones para que se infor­mara de las persecuciones y tropiezos que habían sufrido (Carta de Mesura a Aguirre, Campos del Cié y Nogoyá, 21VII/1825, Archivo Aguirre). Por carta posterior sabemos que esos "tropiezos" se debían a la oposición que le había hecho el comandante de Gualeguaychú: García de Zúñiga. De todos esos contratiempos la comisión ha-

bía dado cuenta al gobierno y habían resuelto establecerse en Gualeguay, con la fuerza ar­mada que los acompañaba. Allí, el 7 de junio, los había entrevis­tado el gobernador Solas, quien les sugirió esperar hasta que él enfrentara personalmente el problema. A los pocos· días re­gresó a Nogoyá con la noticia de que todo estaba solucionado y pOdian continuar, pero les aconsejó suspender la mensura hasta el 10 de octubre, a causa de los fríos del invierno, las aguas y los cardos. La comisión esperó un tiempo más breve de lo aconsejado, durante el cual el Cne!. Laureano Márquez reem­plazó a Barrenechea que estaba enfermo: E11° de agosto empe­zaron nuevamente los trabajos de mensu ra entre el Cié y el Gua­leguay, trabajo que terminaron el 22 de ese mes y midieron sólo dos suertes de estancia. El agrimensor señalaba a Aguirre que ese era todo el campo va­cante porque en el resto había pobladores "con títulos de mer­ced" .

Lanús, mientras tanto, le ha­bía escrito a Mesura, desde Concepción del Uruguay, co­municándole que los vecinos de ese Departamento se oponían a la medición. Recordemos que el comandante general del mismo era Ricardo LÓpezJordán. El co­ronel Márquez, en conocimiento de que un representante de ese Departamento pasaba a recla­mar la suspensión de la mensura ante el gobierno de Paraná yque el departamento de Gualeguay­chú hacía nuevamente oposi­ción, decidió suspender los tra­bajos hasta nueva resolución del Gobierno. Es probable que hubiera influido en esa decisión la entrevista que Márquez había tenido con García de Zúñiga en Gualeguaychú, el 28 de agosto~ En ella, García y otras personas de probidad, lo habían conven­cido que en aquel Departa­mento, en el de Mandisovíyen el de Mocoretá no había terrenos vacantes para medir, porque esos cam pos estaban enajena­dos por documentos antiguos, por reclamación de derechos y

"por gracias modernas". Todos los datos que hemos señalado fueron transmitidos por Mesura a Aguirre en una carta muy larga y mi nuciosa, fechada el 8 de se­tiembre de 1825, que está entre los papeles del Archivo de Agui­rre.

Mientras estos trabajos se­guían paralizados, la Legislatura entrerriana dio una ley, el 26 de setiembre de ese año, por la que se disponía que toda venta de terrenos u otra cualquiera pro­piedad del Estado, debería ha­cerse en subasta pública y a quien más diera, precediéndose el hecho con avisos públicos en los Departamentos. Esta era una forma de dejar sin efecto el con­trato Solas-Costa. El Goberna­dor salvó la situación al ordenar que se diera posesión en las seis suertes de estancias mensura­das hasta ese momento.

La posesión de las 44 leguas medidas había querido hacerse en forma global, sin citación de linderos, que era un trámite in­dispensable. Solas anuló las primeras diligencias y nombró al comandante de Gualeguay te­niente coronel Gerónimo Cáse­res para que practicara de nuevo las diligencias de posesión en la forma conveniente.

Las protestas aumentaron en este caso al darse u na mayor publicidad con los nuevos trámi­tes que comenzaron ellO de enero de 1826. García de ZÚ­ñiga,el12 de diciembre del año anterior, había vuelto a ofic'iar a Solas recordándole los proble­mas que le había mencionado en el informe de 1824 y le adver­tía, que ofreciéndose varias cuestiones contenciosas entre los individuos que habían obte­nido concesiones por decretos del gobierno, quedaba obs­truida la posesión que reclama­ban los interesados. A esta al­tura de los acontecimientos, los comandantes mencionados es­taban dispuestos, con las armas en la mano, a defender las tie­rras y no ceder a los nuevos es­peculadores.

Esta conmoción social de la campaña pronto se transfor­mará en revolución, que dio por

; l·. AM . : 4

resultado la caída de Solas, se­gún afirma también Ruiz Mo­reno en el libro que hemos men­cionado.

La elección del nuevo gobernador

Solas finalizó su mandato en diciembre de 1825. La Legisla­tura se reunió el15 y eligió para el siguiente bienio -después de dos votaciones sucesivas en las que triunfó- al Comandante Ge­neral del 2° Departamento prin­cipal, coronel Ricardo López Jordán.

Se señaló entonces en dicho cuerpo que ese nombramiento podía ocasionar males a la Pro­vincia y el representante Escobar dijo que "en las circunstancias presentes" no era posible que se lo eligiese a López Jordán. Esas "circunstancias" eran que Ló­pez Jordán unido a García de Zúñiga y al frente de sus respec­tivos Departamentos apoyaban y encabezaban el movimiento de resistencia de esa campaña a la resolución del Gobierno de en­tregar las tierras a la Sociedad Entrerriana.

El gobernador Solas inició una acción de presión sobre la Legislatura para conseguir su reelección. Ello de enero de 1826, logrado su objeto, juraba ante la Sala de Representantes (Recopilación de Leyes, Decre­tos y Acuerdos de la Provincia de Entre Ríos).

La reacción de López Jordán no se hizo esperar. El 20 de fe­brero de 1826 denunció a la Le­gislatura las maniobras de Solas para hacerse reelegir y la reso­lución de los habitantes del Dis­trito 2° Principal, que compren­día cuatro departamentos su bal­ternos, que lo habían autorizado -mediante actos en sus respec­tivas jurisdicciones- para soste­ner las leyes y formas constitu­cionales juradas por laprovin­cia. Solas ordenó retirar las mili­cias de estos departamentos pero no fue obedecido y el co­mandante de Gualeguaychú, García de Zúñiga, se puso en marcha hacia Concepción del Uruguay para reunirse con Ló­pez Jordán. A su vez, Solas

...

nombró al coronel Barrenechea para que, al frente de las divisio­nes que estaban acam padas a orillas del arroyo Nogoyá, resol­viera el problema por las armas.

El gobierno nacional inter­vino cuando Entre Ríos estaba al borde de la guerra civil. En ese momento Rivadavia era presi­dente de las Provincias Unidas del Río de la Plata y ya estaba declarada la guerra con el Bra­sil. Manuel Escalada fue el en­viado del gobierno central para lograr un avenimiento entre las dos fracciones antagónicas. So­las acordó con Escalada, el 8 de marzo de 1826 en Paraná, en re­nunciar al cargo de gobernador después que las fuerzas se reti­raran a sus respectivos depar­tamentos. Por su parte López Jordán aceptó retirarse con sus tropas el16 de marzo, y se com­prometió a acatar al gobernador que nom brara el Cong reso de la provincia. El 4 de abnl de 1826 fue elegido gobernador, con ca­rácter provisorio, el teniente co­ronel Vicente Zapata, quien ejerció el cargo hasta ello de marzo de 1827 en que lo sucedió Mateo García de Zúñiga. La Le­gislatura, en julio de 1828, para evitar un factor irritativo en la Provincia, prohibió el desem­barco de Lucio Mansilla en cualquier punto de ese territorio (Recopilación de Leyes, Decre­tos y Acuerdos de la Provincia de Entre Ríos).

Así terminó el problema de la venta de tierras públicas reali­zada con la Sociedad Entre­rriana. El contrato caducó de hecho al no darse posesión de las tierras mensuradas ni poblar­las. Una gran injusticia se evitó gracias al levantamiento de la población apoyada por sus co­mandantes. Los informes de Rocamora con sus tan justos re­clamos no habían logrado cam­biar la situación legal de los po­bladores y las tierras. En este caso, los jefes que hemos men­cionado lograron con las armas hacer valer el derecho que asis­tía a los humildes vecinos. No dudamos que al defenderlos de­fendían también sus propias tie­rras.

93

Todo es Historia 122

Levantamiento rural

en Entre Ríos

Otra vez la Sociedad Entrerriana

La Sociedad Entrerriana de­saparecip de la Provincia hasta que, en 1861, se dio la ley que permitía al gobierno vender 400 leguas de tierras fiscales. En esas circunstancias, Enrique Yateman, yerno de Marcelino Carranza como anteriormente hemos señalado, actuó en re­presentación de los sucesores de dicha Sociedad -excluyendo a 10s'Anchorena- y reclamó pri­mero cerca de Urquiza la validez del contrato de 1824, que no se había podido cumplir-según él­por la guerra con el Brasil y los hechos posteriores que acom­pañaron a la dictadura de Rosas. Exigía el reconocimiento de la propiedad y por lo tanto la en­trega de las 44 leguas mensu ra­das entre el arroyo Cié y el No­gO)'~ y dadas en posesión -se­gún sus palabras- por el co­mandante Cáseres. Por lo tanto, pedía la suspensión de las ven­tas que había comenzado a rea­I izar e I gobierno.

Yateman llevó luego su re­clamación yel pleito ante las au­toridades provinciales. En esos momentos las tierras ten ían nuevos poseedores y algunos de gran influencia como Salvador María del Carril. Este, en carta al senador Benjam ín Victo rica, yerno de Urquiza, al señalarle las razones legales que debía esgrimir la Provincia en ese pleito, le decía' "Sobre el asunto de la Sociedad Entrerriana hay algunas observaciones que de­searía llamasen su atención. Ese contrato se funda principal­mente en la necesidad de poblar y utilizar las tierras vacantes de la Provincia, yen ese estado se suponían casi todas ellas aún las que yacían en los Departamen­tos más favorecidos por la pro-

94

ximidad de los nos navegables y con pastos blandos yabundan­tes. La falsedad de estos hechos y su gestiones se prueba por la resistencia que hacían los pobla­dores y ocupantes a las opera­ciones de mensura y posesión que una comisión compuesta de hombres de Buenos Aires y abuelos de la Sociedad, practico en algunas partes y procuro practicar en toda la extensión de la Provincia, desoyendo las que­jas y oposición del vecindario y pobladores, tanto propietarios, como poseedores con títu lo u ocu pantes autorizados por u na larguíslma posesión y estable­cimiento, a considerarse prefe­ridos en la com pra de las tierras en que habían sustentado sus familias. Estos hechos deben in­formarse recogiendo los testi­monios de las personas que aún sobreviven y fueron testigos, ac­tores y víctimas de tales violen­cias. Conviene que las falsas su­gestiones en que se motiva ese contrato se pongan en la mayor evidencia y tomen pie en ella para fundar el derecho, que las autoridades su periores de la Provincia, y en este caso ella misma directamente por sus pronunciamientos armados, tu­vieron para cancelar un contrato fraudulento y obtenido subrep­ticiamente". Cuando del Carril escribía esta carta, la Provincia había sido demandada ante la Nación (Carta de del Carril Vic­torica, 16/X/1864, Archivo Ur­quiza).

La provincia de Entre Ríos, frente al pleito, se expidió, en marzo de 1864, por med io del fiscal y de un asesor ad-hoc. Este consideró que no fue un contrato de compra-venta el rea­lizado con la Sociedad Entre­rriana sino "un contrato inno­minado", por el precio que se estipuló, que demostraba que no había sido el interés la causa del mismo. Además en ese con­trato condicional no se había cumplido la cláusula fundamen­tal que era la de poblar. Las vis­tas de am bos letrados fueron coincidentes, se tomaron por resolución definitiva y el go­bierno entrerriano continuó con

Braulio Costa, integrante de la "Sociedad Entrerriana" y

capitalista porteño de vastas conexiones

, ,',

';;:";~'"

," :.; :}:~: " '. -;1"

'y" ;x::

Salvador María del Carril: "actores y víctimas de tales

violencias"

la venta de tierras fiscales decre­tada por la ley de 1861 ("El Uru­guay" 2 y 13/111/1864).

La Sociedad Entrerriana, como ya hemos señalado, llevó el problema a la Nación y en 1864 demandó ante la Corte Su­prema a la Provincia de. Entre Ríos, por incumplimiento de contrato. De acuerdo a lo que nos dice el folleto titulado: "La Provincia de Entre Ríos deman­dada ante la Corte Federal" que publicó "La Nación Argentina" en 1865, Yateman no habría tenido poder para el caso más que de la sucesión Fernández Malina, Fé­lix Castro, Marcelino Carranza, Manuel y Faustino Lezica. Entre Ríos eligió como procurador de la Provincia al Dr. Romualdo

Baltoré, entrerriano del depar­tamento de Gualeguay, donde estaban los pobladores amena­zados, y el Dr. Marcos Ugarte, jurisconsulto de Buenos Aires.

La Suprema Corte se expidió el 2 de mayo de 1874, después de haberse excusado tres minis­tros de ella por motivos legales. El fallo fue dictado por tres con­jueces y un solo ministro: el Dr. Franciso Delgado. De acuerdo al mismo, el cuerpo se declaró in­competente en lacausa, porque, entre otras cosas, la Suprema Corte "no puede juzgar actos y contratos anteriores a la Consti­tución"; además porque no in­terviene en casos en los que no se halla interesada la Constitu­ción ni ley alguna nacional (Fa­llos de la Suprema Corte, T. VI).

Así quedó terminado este con­flicto, generado en 1824, que evidenció la constante que seña­lamos al comienzo del trabajo: el avance de los intereses porte­ños sobre las tierras de Entre

Un aspecto del delta de Entre Ríos, según la revista francesa

"Le Tour du Monde"

Ríos; constante que se mani­festó también después de la or­ganización nacional. Por otra

. parte, nos mostró el poder de especulación del grupo Costa y la reacción saludable de los po­bladores entrerrianos y de dos de sus comandantes: García de Zúñiga y López Jordán .•

Bibliografía

Archivo Banco Provincia; Documentos de Juan Pedro Aguirre. Archivo de Gobierno de Paraná, 1824, 1825 Y 1826. Archivo Urquiza. Cárcano, Miguel Angel: "Evolución histórica del régimen de la tierra pú­blica, 1810-1916", Bs. As. 1972. Fallos de la Suprema Corte de Justicia Nacional, T. VI, Bs. As. 1874.

1-,j

1)It:.:::....;::-., ::, ,,,"';;':,,..:,,.:-....;:.. :~ ..,:":~- . ., ~::.:~:....,.

Galmarini, Hugo R.: "Negocios y polí­tica en la época de Rivadavia", Bs. As. 1974. Libro de Acuerdos del Honorable Con­greso de Entre Ríos, julio 1824-24/1/1827, Paraná. Moritán, Santiago: "Mansilla-Su Me­moria Inédita" en "Urquiza y sus Hombres", Bs. As. 1945 . Pérez Colman, César B.: "Historia de Entre Ríos 1520-1810", 3Ts., Paraná, 1936. Recopilación de Leyes, Decretos y Acuerdos de la Provincia de Entre Ríos desde 1821 a 1873,Ts.ly 11, Uruguay, 1875. Recopilación de Leyes, Decretos y Disposiciones relativas a campos de pastoreo, creación de pueblos, égidos y colonias" 1821-1879; Bs. As., 1879. Ruiz Moreno, Martín: "La Provincia de Entre Ríos y sus leyes sobre tierras", Paraná, 1896. "El Argos" 1824. "El Nacional" 1865. "El Uruguay" 1864. "La Nación Argentina" 1865.

95

NOS ELOGIAN ... ( •.• y nos dejamos

elogiar)

Los lectores de Todo es Historia están acostumbrados a disponer como suyas de las últimas páginas de cada edición. Esta vez, con motivo de los saludos que hemos recibido en ocasión de nuestro décimo aniversario, hemos resuelto sustituir las habituales cartas que constituyen el contenido de la sección "Lectores Amigos" por una selección de los mensajes y las publicaciones referentes a nuestro cumpleaños. Va de suyo que esta antología de opiniones, al reflejar otras muchas que hemos recibido, implica nuestro reconocimiento y la renovación de nuestro compromiso con nuestros lectores amigos.

96

"LA OPlNION" de Buenos Aires, 20.V.1917

" ... Pocas veces una publicación cultural del estilo de Todo es His· toria, ágil, inteligente, cuyas páginas están abiertas a historiadores consagrados como a aquellos que hacen sus primeras armas en el oficio, tiene una conti­nuidad como la que ha demostrado la revista ( ... ) Ha demostrado también Todo es His·

cómo es posible ·crear en una sociedad como la nuestra, desga­rrada por irracionalis­mas profundos y falsas antinomias, un vehículo cu Itural abierto a todas las. tendencias historio­gráficas. ( ... ) El número aniversario propone una reflexión sobre los últi­mos diez años de vida argentina, un país que ha padecido un proceso de crisis con su secuela de tensiones y frustra­Ciones.

"CLARIN" de Buenos Aires, 5.V.1977

"Los diez años de vida de Todo es Historia, sus 120 números con más de 200 colaborado· res, su 'actual ti raje (veinte mil ejemplares aproximadamente), de­finen por la afirmativa un interrogante: ¿Es posible crear y mante­ner una revista para el gran público que a la vez se sostenga en u n nivel de calidad? Obvia· mente, Todo es His· toria no fue creada para deleite de los espe­cialistas. En la intención de Felix Luna, autor de la iniciativa, lo que se quiso hacer y se logró fue una revista de histo­ria popular, destinada a los grandes públ icos, donde se narrara una historia para todos y no para unos pocos ( .. )

Todo es Historia significa, paradojal­mente, una revista es­pecializada que ha sa­bido esquivar, con éxito, los exclusivismos. (. _ .)"

DIEGO ARECO y DIEGO O. ARECO (h), de Ciudadela, Bs. As.

"Estas modestas I í­neas son para testimo­niarle nuestro profundo beneplácito, al haber arribado a sus diez años de vida la prestigiosa re­vista de su digna direc­ción, Todo es Histo· ria. Quisiéramos decir muchas cosas lindas para expresarle la emo­ción que nos embarga, pero imaginamos que Ud. sabrá interpretar nuestro estado anímico, porque nos sentimos li­gados moral y espiri­tualmente a la existen­cia de la citada publica· ción. ( ... ) Mi hijo y yo nos podemos contar en­tre los primeros que le­yeron Todo es Histo· ria y por la total idad de los ejem piares no acep­taríamos todo el oro del mundo, ya que para no­sotros significa un ver­dadero tesoro ( .. .)"

ARMANDO RAUL BAZAN, de Cata marca

" ... Los 120 números de Todo es Historia publicados en estos diez años son una contribu­ción tan importante como la Revista de Bue­nos Aires, de Vicente Quesada, o la de Dere­cho, Historia y Letras, de Estanislao Zeballos, con el valor agregado en fa­VOr de la primera de es­tar referida estricta­mente a la materia histo­riográfica. Sostener el interés de los lectores con una sola especiali­dad, habla con elocuen­cia de la capacidad de su director-fundador y, sin duda, de la profundi­zación operada en la cu­riosidad intelectual de

los argentinos. Y este es otro motivo de satisfac­ción para quienes esta­mos comprometidos con el quehacer cultural de nuestro paí>. ( ... ) ¡Qué bien empleados estos diez años de vida entregados a la revista! Los frutos logrados de­muestran que bien vale la pena dedicarle los próximos diez años, mientras haya salud y emprendimiento inte­lectual'.

JUAN CARLOS PRIORA, director de la Asociación Casa Editora Sudamericana, Florida, Bs. As.

"Aunque me precio de ser una "rata de libre­ría", la descubrí a partir del N° 13 (para m í ese número no fue infausto, todo lo contrario) y desde entonces me afi­cioné a ella. Considero que Todo es Historia es un material muy val ioso para mi especialidad, para la docencia y para mi deleite personal. Ad· quirí los doce números anteriores, por lo tanto poseo la colección completa. También la recomendé a mis cole­gas y a la biblioteca del colegio ( ... ) Todos los meses está en sus ana­queles y es requerida por docentes y alumnos. Le cuento esto para de· mostrarle que mis con­gratulaciones no son una mera deClamación ( .. .)"

ROGELlO FRIGERIO, de Capital Federal

" ... Lo felicito, no solo por la edición ex­traordinaria, sino por la también extraordinaria obra cumplida en estos diez años. Creo since­ramente que su revista, al popu larizar la historia sin degradarla, va lo­grando dos resu Itados igualmente significati­vos. Por una parte, des·

cubre que hay en nues­tr.o, pueblo genuina afi­Clan por el conoci­miento histórico, Por otra, robustece la me­moria histórica, tan ne­cesaria a los pueblos ansiosos de realizarse. Con todo ello, la revista misma, aparte de lo que el director tiene hecho como expositor e inter­prete de nuestro pa­sado, es parte significa­tiva de la historiogra­fía.

JUAN HUMBERTO MANINO, de Puerto Madryn, Ch.

..... Soy lector y ca· leccionista de Todo es Historia desde aquel venturoso N° 1, Y pose­yendo la colección com pleta, veo con legí­timo orgullo que ya al-

gunos de sus n,umeros posteriores, por no mencionar el mismo N° 1 revisten en la catego­rfa de "inhallables". Pienso que eso significa mucho en una publica­ción tan especial y que ello debe gratificarle a Ud. aun más. Por otra parte, la historia de la revista que Ud. inserta en este N° 120 ha sido más que emocionante para todos los que he­mos sido lectores y ami­gos desde que comenzó su publicación y consi­deramos ya a Todo es Historia como algo propio y, por supuesto, necesario. Por ello, como asiduo miembro de .esta cofradía repar­tida, como se observa, por los más apartados ri ncones de nuestro pais, uno mi deseo al de todos de que nuestra re-

vista siga así por mu­chos más años que los que Ud. propone o es­pera ... "

OSCAR LUIS ENSINCK, de Rosario, Sta. Fe

"Todo es Historia ya ha trazado huellas en la historiografía argen­tina. Dios mediante, que las mismas continúen, profundas y claras ...

JOSE LUIS DE IMAZ, de Capital Federal

"Estoy espiritual­mente asociado contigo y todo el equipo que tra­baja contigo. Diez años ininterrumpid'os de búsquedas, redescu­brimientos de raíces y encuentros y malenten-

Ediciones LA BASTILLA presenta

dendidos ya serian sufi­cientes para que, en' un medio lleno de disconti­nuid.ades, Todo sea His­toria, porque ya ha en­trado en la historia"

GREGORIO WEIMBERG, de Santiago de Chile

"Acabo de recibir hace unos días· el nú­mero especial de Todo es Historia. Si bien aun no la termine de leer, la revista, como siempre y quizás más que otras veces, me pa­rece de sobresaliente in­teres. Por eso me apre­suro en felicitarlo tanto por el aniversario como por el esfuerzo que sig­nifica -y lo sé por expe­riencia- una expenencla semejante. Lo que está Ud. haciendo es harto

LA TIERRA AJENA. DRAMA DE LA JUVENTUD AGRARIA ARGENTINA

sivos de la personalidad. Viviendas precarias. Pobladores ocupantes de "villas de emergencia". Matriz de da­tos. De donde se llega a dos millones y medio de marginales. 164 páginas.

tisemitismo. Las causas económicas. El futuro del antisemitismo. 320 pági­nas.

EL DERECHO por Gaslón Gori

Contenido: Una constante sociohistó­rica. Características de la iuventud campesina. Uniones de hecho. Anti­guas colonias agrícolas. LOS que abandonan el campo. Minifundios y la­tifundios. Analfabetismo en las zonas rurales. Organizaciones juveniles agrarias. La juventud agraria y la te­nencia de la tierra. La juventud agraria y la legislación sobre tierra y coloniza­ción. La propiedad de la tierra. Con­gresos sobre temas agrarios. 168 pági­nas.

LOS HUNDIDOS. EVALUACION DE LA POBLACION MARGINAL por José Luis de Imaz

Contenido: La población marginal, ca­tegoría analítica y provisoria. Los re­gistros estadísitcos en la Argentina, su cantidad y calidad. Indicadores expre-

EL ANTISEMITISMO. SU HISTORIA Y SUS CAUSAS por Bernard Lazare

Contenido: Causas generales del anti­semitismo. El antijudaísmo en la histo­ria. El antijudaísmo legal moderno. La raza. Nacionalismo y antisemitismo. Las causas politicas y religiosas del an-

,11. EDITORIAL

_ASTREt\ de Alfredo y Ricardo

Depalma S.R.L.

l.v.lie i208 - rEI. 35-1880 - Bs. As.

A LA REBELION por John Locke

Estudia preliminar, selección, cuadro cronolóaico v referencias bibliográfi­cas de Enrique 1. Groisman. Contenido: Consideraciones acerca de las consecuencias del descenso de latasade interés yel aumento del valor del dinero. Carta acerca de la toleran­cia. Dos tratados sobre el gobierno.

,J3iografía cronológica de John Locke. 144 páginas.

EL GRITO DE LA TIERRA. REFORMA AGRARIA Y SINDICALISMO por Carlos H. Luparia

Contenido: Estructura agraria y sindi­calismo. Evolución histórica del tra­bajo rural en la Argentina. El trabajador rural. Sindicalismo agrario. Configu­ración del Derecho Sindical Agrario. 270 páginas.

97

infrecuente en nuestro medio y por eso, de­jando de lado los mere­cimientos intrínsecos de su obra, debe ser apo­yado y estimulado."

WILFREDO PEREZ, de Montevideo, R, O, del Uruguay

"Salud, diez veces sa­lud, gran director mag­nífica revista. Desde Uruguay salúdolos amistosa y cord ial­mente".

JOSE MARIA ROSA, de Capital Federal

..... Lo admiro a Ud., Luna, por la hazaña de Todo es Historia (por otras cosas, no). Se necesita constancia, la­boriosidad, temple e in­teligencia, para mante­ner una revista como esa. De más estaría de­cirle, porque Ud. me co­noce, que no comparto la posición de just mi­lIIeu en que Ud. se co­loca y coloca la historia. Pero tal vez Ud. ha dado con la posición indis­pensable en estos mo­mentos de desconcierto ( ... ) Tal vez el error fue del revisionismo al gritar verdades estridentes, y el método eficaz es suyo al deslizarlas en suaves murmullos y mezcladas con los necesarios exci-

pientes que las hagan digeribles. Usted como poeta y politico, sabe cu~dar las formas. Por eso y por mucho más lo admiro a Ud."

HEBE CLEMENTI, de Capital Federal

" ... Quiero decirle, como si lo tuviera de­lante, cuánto valoro, aprecio, admiro, lo que Ud. y sus colaboradores consiguen hacer con esas páginas. Porque son medu losas, porque son entretenidas y por­que destilan sentido his­tórico, que es como de­cir querer por las cosas nuestras, así como son, pero tam bié n con el des­tello de que tendrán que ser mejores, Quizás sea el.reflejo de su persona­lidad, pero en todo caso es un casi milagro que logre sostenerse así y, lo que, es más, mejorarse rotundamente a cada paso ... "

IRMA BEATRIZ NARVAEZ, de Villa Unión, La Rioja

"Aquí no siem pre llega Todo es Histo­ria y a veces la hago buscar en La Rioja o en Córdoba, pero trato de

,no perderme ningún número porque me es util ísima para mi labor docente. ( ... ) Ahora veo que ya ha cumplido diez años, no me imaginaba que había durado tanto tiempo una revista tan argerftina, tan intere­sante. Eso quiere decir que el público no busca solamente leer pavadas, divorcios de artistas o cosas que les 'pasan a los ases del deporte. Desde este lejano pue­blo riojano reciba mi fe-

licitación, y mi deseo de que dure mucho tiempo más ese esfuerzo tan lindo".

JULIO OYHANARTE, de Capital Federal

"Es inmenso el mate­rial acumulado por Todo es Historia a través de diez años. Pero más importante que la importancia cuantitativa de la revista conceptúo a los nume­rosos autores que han surgido a través de sus páginas. Dar posibilidad de que esos argentinos enamorados del pasado· de su país se expresen mediante un órgano como Todo es Histo­ria, de amplia repercu­sión popular, es uno de los acontecimientos cul­turales más importantes de la decada".

ARNOLDO CANCLlNI, de la Junta Bautista de Publicaciones, Cap, Fed.

" ... Pese a que usted mismo evita el lugar común de hablar de la familia de la revista, no se puede negar que uno de los meritas que po­demos expresar refe­rente a ella es que preci­samente sea algo que nos ha provocado afecto a todos los que tenemos cualquier tipo de relación con ella; sentirla como una cosa de la familia, como algo que pertenece al círculo de lo afectivo y no me­ramente de lo i ntelec­tual. Usted ha conse­guido una revista que se hace querer, que se busca no tanto para sa­ber qué dice -aunque en última instancia es por eso que se compra­sino primigeniamente

TODO ES HISTORIA- N° 122 - Julio de 1977 - Editor responsable: Todo es Historia S.R.L. Director: Fé!ix Luna. Reúc::ICclon y Administración Viamonte 1479 _ 110 C - Tel.: 40-7545. InSCripto en la Dlrecclon Nacional del Derecho de Autor bajo el N° 1.364.950. Miembro de la AsociaCión Argentm.a de Editores (je Revistas. Distribuidor en CapItal Federal: Antonio Rubbo, Garay 4226, Capital. DistribUidor en interior y exterior: SADYES.A.C.L, Belgrano 365, Capital, Fotocomposición y armado: FOTOCOM S.A.. Sarml9nto 1113, Capital. Impreso en Artes Gráficas Papiros S.A.C.I., Erézcano 3158, Capital.

98

para reencontrar algo que se aprecia".

RICARDO J. EDWARDS, de General Galarza, Enlre Ríos

"Vayan mis felicita­ciones por la exitosa di­rección a su cargo de la revista Todo es His­toria, como así tam­bién mis 'deseos para que en un futuro no le­jano se constituya en la de mayor difusión en el país, llevando a cada argentino la verdad de lo que acontece y muy principalmente en lo que respecta a la histo­ria patria y sus protago­nistas" .

GERARDO VON STOSKY, de Ginebra, Suiza

"Como fu ncionario de un organismo interna­cional viajo bastante por Europa y suelo adquirir las revistas de historia popular que se publican en diversos países, como la italiana "Isto­ria" o "Storia lIustrata", las francesas" Miroir de I'Histoire" y "Histoire pour Tous", la española "HistOria y Vida" etc. Mi familia me envía pun­tualmente, desde Bue­nos Aires, a Todo es Historia. Pues bien, doctor Luna, como ar­gentino me enorgullece decirle que su revista es mucho más enju ndiosa, más rica en contenido que sus similares. Estas le ganan a Todo es Historia en calidad de papel, ilustraciones y presentación, en gene­ral; pero la revista ar­gentina es, de lejos, una auténtica fuente de in­formación mucho más seria y competente. Los felicito'por sus prill1eros diez años y les deseo larga vida".

TARIFA REDUCIDA

~~e~ CONCES10N NO 8241)

=':;:~fi: ~:ii.;~ FRANQUEO PAGADO U'" ~.;: CONCESION NO 11(1

1"

C .. islóbal ColónaIO .. a" Vide!.

Cplón: s_t¡-)mpresa El Br,asl1, ,el Ala de la Plata, el.. Paraguay: y', el 'Estrech,o de Magallanes Lil Colonia: institm:;lones castellanas VIrreinatos del Perú y del Alo de la Plata Las fundacIones Hernando Arias de,Sdavedra

. ,colecciÓn elegante y suntuQsa • de su biblioteca personal.

encuadernación de lujo -sfmll 'él.q ·,eslarrlp.,dc,-, las ilustraciones,

de los papeles ",~¡:;:~~::~"~! impresión de los ocho '6 hacen de la "Nueva His­

Argentina ". Una joya editorial enorgullece, a cualquier coJec-

ahora y dlsfrútela en s~,~!,sa, el precio espeotj!f' de

prom0C?ión que, rea-

,NECESARIHNVIAR UN SIíLn:~F!ln

las ,expe:~lciones: patagónicas· L~,s. ,go~i~rn9~' __ ~lon¡~les: de Buéh'os':'Aires'hasta 17n'

.la,s mi,sicines_:_'IIHiiirtICll~ flm~t~~ij fed;.(aU¡t. Teorla "Y _práctIca con'stltuClomil (1852 -1916) ,

1',.

~os·,gó_b(erl19S 'miilOr,Ítarlos -' 'El, acceso -del: pueblo al poder (19t6 -1973) _ Suplámento -1: Mujeres Suplemento,: 2: .calles de Bue,nQ:s ,Alre$ Suplemento:3: Caudmo$, Suplemento 4: Monumentos y lugares histó~lc,os

Deseo recibir en mi casa la

NOMBAE __________________________ __

OIA"CCION ________________________ __

_______________________ TEl ____ _

LOC"'lIOAD' _______________________ _

PROV . ___________ COO. POSTAL ____ _

Y3 BUn Incluidos 105 g~~lo' 110 ~mb.IIJe. SUSC!l~'IÓ() y enwlo

--'- - ,---

('~:~::~:~~~~~~~e~'da 11

[ J fr' OCHO ENTREGAS ~. MENSIMUS

11 Al rwtm cada uno de los

II'.C. ha lomos pagare al correo

I S 3.975.'

·U" r,üfHADO

1, 4.[ reCibir la COleCClon. como pleta pagare al correo S 17.501l.-mas$ 4.750·-POl gastos de conlrarrembolso [J OH.RTA ESPECIAL POR . PAGO ANTICIPADO Envio cheque I giro NO a la orden de orscoLlBiuf

! o;:..r~11 n", • 1'1 ~nn

."'.0····· "''''''·1' "/." ....•. <,'&;1,,,,:::,,'", .: "'·:········".·8'····.·:·,·· ..... :e···.·,' .. · . ~':: '-, '

" . - '.- "

RESPUESTAS POSTALES PAGADAS

/ el Ji,

~ APARTAOO ESPECIAL N° 513 CORREO CENTRAL 1000 CAPITAL FEDERAL

. ,1

~~I( ELFRANOÚEO'1

1

, SERA PAGADO 1

,1 POR EL 1 '- S ATA I i \l,-,-,.-,--------,~,.--,----")

O~~~~

Una manera disiin!a de presenlar la historia

Además del estilo -dinámico, atrayente­hay también otros detalles que hacen de "Nueva Historia Argentina" una obra dife­rente, alejada de los acartonados y tediosos tratados antiguos. Cada capitulo incluye una sección denomi­nada "'echaras comp!ement8r¡as"~ en la que se transcriben documentos y publicaciones de la época. As! es posible conocer parte de las ins­trucciones de Pedro de' Mendoza a Juan de Ayalas, o las notas de protesta de el derro~ cado Hipólito Yrlgoyen desde su reclusión en Martln Garcfa, por citar sólo dos ejem~ plos. Además, también en cada capitulo se ¡n~ serta una nutrida bibliogralíQ especlailzéld", muy útil como gula para quienes desean profundizar en temas especificas. Pero donde la diferencia de la ., NUC'~'a H¡s~ ¡orin J.l..rgcmiimJ" se hace más notable es en los ?¿Y.Plementos que completan la colec H

ción,.a detalles al dorso). Solicite hoy mismo la "Nuevn Hisio,iQ Ar­gentina" enviando el cupón con sus datos - no necesita sobre ni franqueo - y reciba esta notable colección en su casa dentro de los 1 O dras .