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Los proyectos para el Monasterio del Escorial Agustin BUSTAMANTE GARCÍA Universidad Autónoma de Madrid

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Los proyectos parael Monasterio del Escorial

Agustin BUSTAMANTE GARCÍA

Universidad Autónoma de Madrid

Hablar de las trazas y modelos del Monasterio de San Lorenzo elReal del Escorial, es como abordar un pecio. Viendo lo que hoy po-seemos, y cotejándolo con las noticias conservadas y conocidas, lostestimonios que han llegado hasta nosotros son tristes restos de unalabor impresionante, que intentándola revivir en la memoria, todavíanos deja más perplejos

Nos consta documentalmente, que para el Monasterio del Esco-rial se hicieron centenares de trazas y docenas de modelos, almace-nándose las primeras en Madrid, en lo que Francisco Iriiguez Al-mech, con frase feliz, denominó Estudio del Alcázar, pasando poste-riormente buena parte de ellas al Cubo de las Trazas, gabinete de ar-quitectura de Felipe II 2 • En El Escorial las trazas se guardaban en lallamada Casa de las Trazas, lugar de continuo trabajo para los apare-jadores, fundamentalmente los de cantería.

En cuanto a los modelos, que se hacían en Madrid bajo la directasupervisión del Arquitecto de Su Majestad y veía concluidos Feli-pe II, se enviaban siempre al Real Sitio desmontados, allí se volvíana montar, y se guardaban en la Casa de las Trazas; y cuando dejabande ser ŭtiles, eran almacenados en los desvanes monásticos. El lugarera excelente por sus dimensiones, pero las condiciones climatológi-cas no eran precisamente las más favorables para su conservación. Side buena fe admitimos que no se volvieron a tocar, toda esta impre-sionante riqueza desaparecería sin remedio en el devastador incendiode 7 de junio de 1671.

De los modelos, que sepamos, sólo nos ha llegado uno, y no es dearquitectura; es el que se realizó para la sillería de coro de la Basíli-ca, y que se remitió a Badajoz para que lo viese Felipe II. En la dé-cada de los ochenta del siglo pasado lo vimos en el Aula de Moral

1. RUIZ DE ARCAUTE, A., Juan de Herrera arquitecto de Felipe 11, Madrid 1936.LOPEZ SERRANO, M., Patrimonio Nacional. Biblioteca de Palacio. Catálogo de dibu-jos. I. Trazas de Juan de Herrera y sus seguidores para el Monasterio del Escorial.Madrid1944. Las trazas de Juan de Herrera y sus seguidores, Santander 2001.

2. ISIIGUEZ ALMECH, F., Las trazas del Monasterio de S. Lorenzo del Escorial.Madrid 1965, p. 11.

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del Convento. Del resto nada queda. Entre lo perdido se hallaba unamaqueta general de todo el monasterio, tal como fue proyectado porJuan 13autista de Toledo en 1562, y sobre la cual fray José de Si-gŭenza elaboró su preciosa descripción, recogida en la Tercera partede la Historia de la orden de San Jerónimo, publicada en 1605.

Aparte de éste, nos consta la existencia de modelos de la escaleraprincipal del convento; de segmentos del claustro mayor, concreta-mente fragmentos de arquerías; de trozos de los claustros chicosconventuales 3 . También sabemos la existencia de modelos de tejadosy de cubiertas para las torres de las esquinas del cuadrilátero monás-tico y de la lucerna. Además hay referencias en la correspondenciaentre los priores, el Rey y los secretarios reales, de modelos hechos,que no se especifican para qué partes son de San Lorenzo el Real.Otras son noticias menos vagas, pero tan oscuras como las genéricas.Por ejemplo, cuando se dice que se envían de Madrid al monasterio«modelos para remates».

Los modelos que se hacían en el Estudio del Alcázar solían ser demadera, pero no sabemos a qué escala se ejecutaban, y eran muy coti-zados por la Congregación, pues gracias a ellos los miembros de lamisma leían mejor las trazas, y fiscalizaban con mayor conocimientode causa, tanto los proyectos remitidos desde Madrid, como las tareasque ejecutaban los aparejadores y operarios en la obra.

A pie de obra, los aparejadores y maestro de cantería cumplimen-taban el proceso con modelos y plantillas hechos en yeso y hoja delata, o, como se decía entonces, hoja de Milán, y que se referíansiempre a puntos muy concretos de la construcción. De esta segundatanda modelística tampoco nos queda el menor rastro.

De las trazas, es decir, de los dibujos de arquitectura con los quese levantó el Monasterio del Escorial, apenas si conservamos mediocentenar de la época de los Austria, repartidos en diferentes sedes. Elnŭcleo más importante está en la Biblioteca del Palacio Real de Ma-drid; un conjunto compacto referido a las Casas de Oficios se hallaen el Archivo General del Palacio Real; otro plano con la representa-ción de la huerta del monasterio está en el Archivo del Ministerio deAsuntos Exteriores.

Desgraciadamente, de este conjunto se han perdido varios, comolos dos proyecto's de fachadas principales del Monasterio, autógrafosde Juan Bautista de Toledo, de los que consta su desaparición al po-co de terminar la Guerra Civil de 1936-1939; posteriormente desapa-

3. KUBLER, G., La obra del Escorial, Madrid 1983.

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recieron las trazas del palacete del monasterio, que Iriiguez Almechtuvo oportunidad de estudiar4.

A todas estas trazas conservadas o de las que, al menos, conser-vamos recuerdos gráficos, podemos sumar la representación del Es-corial en obras, hoy en Inglaterra, y que debió hacer el pintor Rodri-go de Holanda entre el 7 de julio y 21 de noviembre de 1576. Dichopintor se llamaba Rodrigo Diriksen, y estaba casado con CatalinaWyngaerde, hija del pintor de Amberes Antón Van den Wyngaerde,conocido en Esparia como Antonio de las Virias, el cual fue el másvirtuoso de su época en la representación de vistas5.«

Otro testimonio gráfico conservado es el dibujo de gr ŭa, realiza-do por Giovanni Vincenzo Casale cuando pasó por El Escorial, cus-todiado en la Biblioteca Nacional de Madrid6.

Este cŭmulo de dibujos, cuyo denominador com ŭn es San Loren-zo el Real del Escorial, no es un grupo unitario de trazas, sino frag-mentos de la gran producción que hubo. Su autoría se reparte entreJuan Bautista de Toledo, del que conocemos diez trazas y conserva-mos ocho; Juan de Herrera, con cuarenta y dos trazas conservadas, yFrancisco de Mora, del que poseemos trece, a las que se suman cin-co trazas más de otros arquitectos del siglo xvii. Todo ello parecenser un n ŭmero abundante a primera vista, pero si cotejamos tal nŭ -mero de dibujos con el conjunto monástico resulta desilusionador.

De la basílica hay veinte trazas, incluyendo entre tales tres dibu-jos que aparecen en los vueltos de algunas de ellas. Dos trazas espe-cíficas del panteón. Había hasta 1936 dos trazas de la fachada princi-pal del monasterio. Nos quedan doce dibujos del convento, cinco tra-zas del Palacio, una de las cuales es la curiosísima de las visuales dela habitación de Felipe II con respecto al altar mayor de la basílica yhacia la herrería; dos trazas del entorno de la lonja por la zona delnoreste. Han llegado a nosotros veintidós dibujos de la primera y se-gunda casas de oficios, y poseemos dos trazas del molino hidráulicode la comparia.

4. BUSTAMANTE GARCÍA, A., La Octava Maravilla del Mundo (Estudio histbri-co sobre El Escorial de Felipe II), Madrid 1994, pp. 419 y 480.

5. IDEm, «Las trazas de la Biblioteca del Palacio Real de Madrid. Felipe II y susarquitectos», en Las trazas de Juan de Herrera y sus seguidores, pp. 287-336. MA-

RfAS, F., «El Escorial entre dos Academias: Juicios y dibujos», Reales Sitios, 149(2001) 2-19.

6. BUSTAMANTE GARCfA, A., y MARÍAS, F., «Album de Fra Giovanni VincenzoCasale», en Dibujos de arquitectura y ornamentación de la Biblioteca Nacional. Si-glos xvi y xvn, Madrid 1991, pp. 245-246.

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Pero hay pérdidas descomunales e irreparables. Falta la traza uni-versal y la general de la altura de los treinta pies o piso principal. Noqueda traza alguna de la biblioteca, ni del colegio. No conservamosningŭn diserio de las cantinas, ni de los abastecimientos de aguas ycanalizaciones de desagŭes, ni trazas de tejados, a excepción del bo-rroncillo para la Torre del Prior. No hay trazas especificas de lasgrandes dependencias del convento, como la sacristia, los capitulos ola escalera principal, y si hay algunas, son del siglo xvii. De los Apo-sentos Privados de Su Majestad, es decir, del mango de la parrilla,tampoco conservamos dibujo alguno, ni del Patio de Mascarones, nide los aposentos de levante. Se han perdido los proyectos de los Jar-dines, escaleras, fuentes y estanques, a igual que los de la Galeria deConvalecientes, la botica, el pasadizo, y la comparia.

Con estos restos conservados poco se puede avanzar, sin embargode ellos se obtienen datos significativos para saber como se hizo elmonasterio.

Con Felipe II se introdujo una manera nueva de concebir y hacerarquitectura: consistió en establecer una separación entre el proyectoy la ejecución de un edificio, desgajando en dos lo que hasta enton-ces habia sido una unidad indivisible. Donde primero se ve esta for-ma de obrar es en la real cédula de nombramiento de Juan Bautistade Toledo como Arquitecto de Su Majestad, otorgada en Madrid el12 de agosto de 1561, en donde se dice: «y que como tal nos hayaisde servir y sirvais en hacer las trazas y modelos que os mandáremos,en todas nuestras obras, edificios y otras cosas dependientes de dichooficio de arquitecto». Este nombramiento es de arquitecto, no de ma-estro mayor, pues la real cédula no implica gobierno sobre fábricaconcreta. Para cumplir con lo ordenado en la real cédula, Juan Bau-tista de Toledo montará en Madrid lo que hoy denominariamos ungabinete de arquitectura, al que Itliguez denominó Estudio del Alcá-zar; en él proyectaba y hacia modelos, lo que le obligó de inmediatoa tener servidores que le ayudasen. En un principio se mantuvierondel sueldo del artista, hasta que consiguió dar a estos ayudantes unaentidad administrativa y económica. El 18 de enero de 1563, el Reyordenaba a sus pagadores que, allende de los quinientos ducados quese abonaban a Juan Bautista como sueldo de arquitecto, «se le pa-guen otros doscientos ducados en cada un ario, para que con ellostenga y sostenga de ordinario dos discipulos, que sean hábiles y sufi-cientes para que le ayuden a hacer las trazas y modelos que ordená-remos y se hubiesen de hacer para nuestras obras, y a las demás co-

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sas del oficio de la arquitectura, y para que en su lugar asistan en lasobras y cosas que él les mandase».

Con esta medida Juan Bautista de Toledo conseguía dotarse delos elementos necesarios para poder cumplir sus funciones de arqui-tecto. Los dos ayudantes a los que se refiere la real cédula eran Juande Valencia y Juan de Herrera, nombrado el primero el 18 de enero yel segundo el 18 de febrero de 1563.

Pero donde el rey prudente va a tener ocasión de poner a pruebasu idea de arquitectura será en el proyecto y realización del Monas-terio de San Lorenzo el Real del Escorial, una obra complejísima queel monarca levantará desde la nada. Felipe II, desde un principio,pensó en erigir un mausoleo para sus padres y él mismo, que fueseun monasterio y tuviese una casa real. Es decir, de origen El Escorialfue un edificio complejo. La elección del lugar fue todo un aconteci-miento, como lo narran las fuentes. Y en 1562, después de SemanaSanta, Juan Bautista de Toledo culminó la Ilamada traza universal,sobre pergamino, umbrada, y de la que se harán tres copias: una ten-drá el rey, otra el arquitecto y otra el prior. Dicha traza es, en rasgosgenerales, la estampa primera de Juan de Herrera8.

El Monasterio era un cuadrilátero de 740 pies de E-0 por 560pies de N-S (207,20 m x 156,80 m), compartimentado en tres secto-res segŭn los ejes principales E-0. La zona más meridional era la delconvento, articulada en torno a un gran claustro principal o procesio-nal y cuatro pequerios. La central era el lugar del templo y la entradageneral; en el eje de ella y saliendo por oriente y envolviendo la ca-pilla mayor, dispuso los aposentos reales, organizados alrededor deun patio; en el sector más septentrional del edificio situó las habita-ciones de damas y caballeros en la zona pareja a lo que era claustroprocesional en el convento; el resto de este sector quedó para ofici-nas de la casa real y convento, cocinas, caballerizas, graneros, hor-nos y otros menesteres, dividido también en cuatro espacios, comolos conventuales, pero sin precisión. No hay referencia al saliente dela Galería de Convalecientes.

En alzado, San Lorenzo tenía dos alturas, siendo el sector de ladelantera más bajo que la parte más oriental. Nada sabemos de las

7. LLAGUNO y AMIROLA, E., Noticias de los arquitectos y arquitectura de Espa-ha desde su restauración, por el Excmo. Sehor Don Eugenio Llaguno y Amirola,ilustradas y acrecentadas con notas, adiciones y documentos por D. Juan AgustínCeán Bermŭdez, II, Madrid 1829, pp. 6-7 y 158-160. Ed. facsimil, Madrid 1977.

8. BusTAmANTE GARcíA, A., La Octava Maravilla, p. 26.

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habitaciones privadas de la real familia en torno al hoy llamado Pa-tio de Mascarones, pero por lo que se deduce de la documentaciónconocida, era un nŭcleo independiente, de la altura que hoy presen-ta, y que sospechamos que vendría a coincidir con las cotas de ele-vación de la delantera. Tendríamos así las siguientes alturas en elmonasterio: delantera y casa real, zona noble del convento y pala-cio, basílica, torres y c ŭpula, punto más elevado y prominente detoda la fundación.

Las torres delanteras eran más pequerias que las actuales; la fa-chada principal del edificio, situada en el medio del muro de ponien-te, estaba flanqueada por dos torres; en el centro de las paredes nortey sur, en donde se producía la diferenciación de alturas, iban otrasdos torres, además la iglesia tenía las torres en la cabecera, sobre losaposentos reales. En el punto de encrucijada de los cuatro claustroschicos aparece también una especie de torre, lintema o cimborrio.Los patios chicos eran de dos pisos, reflejándose al exterior con dosalturas de ventanas, mientras que en la parte del futuro Claustro deEvangelistas había tres órdenes de ellas, siendo las ŭltimas fingidas 9.

Como todo el monasterio, es una edificación unitaria y armónica,como refleja su distribución; puede decirse que aquellas partes suyasmás bajas presentaban una altura exterior de dos ventanas, como hoyaparecen en el mango de la parrilla, mientras que las más elevadastenían sus tres órdenes, uno de los cuales era falso. No obstante pue-den aportarse más datos a las escasas referencias conocidas del pri-mer proyecto de Juan Bautista de Toledo, que los proporciona laobra misma, los cuales, a modo de cicatrices, están en la zona delconvento y el sector de saliente alrededor del Patio de Mascarones ycabecera de la basílica, donde se iniciaron las labores constructivas,y son testimonios de proyectos abandonados o alterados.

Así, a la derecha de la puerta principal del monasterio se encuen-tra la torre de la fachada, de veinte pies de lado, con una ventana alexterior y comunicación a la escalera por el sur y al tránsito por el es-te. Hoy la puerta oriental está cegada y se ha abierto otra modema enel muro norte. La citada torre es de la anchura y está en eje con laspandas de las dependencias de los claustros chicos. Esta extinta torrede la fachada principal presentaba las mismas dimensiones de la pri-mitiva Torre de la Botica, que también era de veinte pies de lado, conuna ventana a poniente y dos a mediodía.

9. SIGÚENZA, J.de, Fundación del Monasterio del Escorial, Madrid 1963, p.14.

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Otro testigo de este primer proyecto es la Torre del Mediodía, Ila-mada también la biblioteca, un cuadrilátero de treinta y cuatro portreinta y seis pies, con tres ventanas al sur y de igual formato que laTorre del Prior, de la que pudiera ser gemela. Las dimensiones de es-tas estructuras marcan las pautas de las diferentes crujias, que coin-ciden con el tamario de las actuales, lo que permite establecer la per-vivencia de unas dimensiones en el edificio actual, que arrancan delprimer proyecto.

La proporción doble del convento se materializa a partir de un ejeimaginario N-S que parte al edificio en dos sectores. La Torre de laBotica y la de la fachada principal vertebran las estructuras perime-trales norte, sur y oeste del cuadrado de los Claustros Chicos; la To-rre del Prior es el módulo que organiza las dimensiones de los ladoseste, sur y oeste del Claustro de Evangelistas y tiene por gemela a laTorre del Mediodía que organiza, tanto el lado de poniente, como losejes que articulan los patios chicos, a saber: lucerna, refectorio, ne-cesarias, ropería y cocina. Este esquema se repetirá en la zona nortedel Monasterio, en torno al gran patio de palacio y es apreciable, tan-to en la Torre de las Damas, como en toda la crujia oriental.

Como el monasterio se levantará sobre un terreno irregular, JuanBautista aprovechó lo quebrado del lugar y trazó un plano de base,que es el actual punto de arranque del Muro de los Nichos. Desde allíarrancaba el panteón, que iba subiendo dentro del recinto de la basí-lica; también desde aquí empezaban a elevarse los sótanos del cuar-to de Su Majestad, es decir, el sector del mango de la parrilla. Asípues, las cantinas de esta zona son subterráneas, elevándose tododieciocho pies, que es la altura del Muro de los Nichos y el nivel deljardín pensil del mediodía y levante. Ya fuera de tierra, en la parte delos aposentos de Su Majestad, está el andar de ese sector y se alza elprimer piso de arquerías del Patio de Mascarones otros dieciochopies. En el mismo nivel de cantinas se encuentra el primer piso de laGalería de Convalecientes o Corredores del Sol, el cual alcanza lamisma cota de altura que éstas.

Precisamente sobre este nivel de dieciocho pies sobre las cantinasy treinta y seis sobre el nivel de base del arranque del Muro de losNichos, se encuentra el andar del monasterio, el cual, en la parte máselevada correspondiente a la zona del claustro mayor y patio de pala-cio, el primer piso alcanzaba una altura de treinta pies con depen-dencias abovedadas de ladrillo; a partir de los treinta pies se alzabael segundo piso, que enrasaba con el coro de la basílica.

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En la zona noble conventual, el espacio que iba desde la act-ual To-rre del Prior a la desaparecida torre central de la fachada sur, lo con-formaba la biblioteca conventual, que ocupaba el actual capítulo delprior, y la sala capitular, que corresponde al actual Capítulo del Vica-rio. Lo que hoy es vestibulo de las capítulos era un zaguán con una es-calera que bajaba a las cantinas, que se hizo y que está cegada porarriba por el suelo del mentado zaguán. El muro norte era fronterizocon la basílica y con el patinejo que daba luz al coro. El cuarto de le-vante lo conformaban la antesacristía y sacristía. El sector que consti-tuía el cuarto de poniente del claustro mayor lo formaban el zaguánde la portería y el locutorio o portería propiamente dicha, ocupandolos actuales espacios de la parte baja de la Torre del Reloj de la basí-lica y actual locutorio. El espacio que hoy contiene la escalera princi-pal era un nŭcleo cerrado con una escalera claustral de caja abierta yque, lo mismo que hoy, era la escalera principal conventual. Existíanen el mismo lugar de hoy los actuales tránsitos de comunicación entrela zona del claustro principal y el área de los claustros o patios chicos.Lo que es hoy iglesia vieja era la ropería, que llegaba hasta el murointerior de la desaparecida Torre del Mediodía. Ignoramos que habíaen ese espacio de la torre; en el superior, a la altura de los treinta pies,iba la celda de las escrituras y dineros, que era abovedada. En la zonasur del actual patio de la Iglesia vieja o patio segundo, como se le Ila-maba en esos arios, iban cuatro celdas, así como la actual escalera delRefectorio; esta pieza estaba donde hoy se encuentra, pero no accedíaa la actual Lucerna, sino que estaba cortada por un muro que formabael anterrefectorio; igualmente estaban en el mismo sitio de hoy las ne-cesarias o secretas, la cocina, el zaguán de la cocina y la puerta de lacalle del zaguán en el muro de poniente. Lo que hoy es Lucerna erauna escalera.

El patio de la enfermería tenía la botica en la torre y era el puntode enganche con los Corredores del Sol o Galería de Convalecientes.En este sector había un nŭmero indeterminado de celdas de enfermosy el refectorio de los mismos.

Del actual patio de la hospedería nada sabemos y en cuanto al pa-tio de la portería, tenemos noticias de que cumplía funciones de hos-pedería y lo que es la ropería o actual Salón de Manuscritos, se pro-yectó en origen como corral para servicio del refectorio de mozos yhuéspedes.

Por un subterráneo que pasaba, y pasa, por debajo del actual Pa-tio de Reyes, se accedía al sector gemelo del noroeste del monaste-rio, que en este primer proyecto era zona de servicios de convento y

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palacio. En lo que hoy es segundo patio del colegio estaba la lavan-deria del convento.

El espacio que hoy ocupa el gran Patio de Reyes eran dos patiosporticados al norte y sur y divididos en dos por otra porticada en elcentro del espacio con eje N-S. Todo este sistema de logias era dequince pies de altura de arcos de medio punto sobre columnas, es de-cir, el mismo sistema que el piso inferior del Patio de Mascarones yde la Galeria de Convalecientes, pero no sabemos si era de uno omás pisos. El perimetro de ambos patios era más pequerio que el ac-tualmente ocupado por el Patio de Reyes, ya que la primera basilicase extendia hacia poniente, ocupando todo el espacio del atrio eleva-do incluidas las gradas.

En cuanto a la zona ajardinada, Juan Bautista de Toledo proyectélregularizar y sostener el terraplén con un muro enorme, de piedra,formando una secuencia continua de arcadas, que ceriian el perime-tro oriental y meridional del edificio; es el llamado Muro de los Ni-chos, o los Nichos, a secas, de dieciocho pies de altura, y que formanun cinturón que cirie el gran farallón del monasterio sobre la pen-diente. Esta estructura es una auténtica basis villae, una de las citasclásicas más espectaculares de la arquitectura renacentista espariola.

Sobre el Muro de los Nichos se dispuso el jardin pensil, otro alar-de de tradición clásica que arranca de Salustio y de Plinio el Joven;el citado jardin está conformado por los actuales reservados y el Jar-din de los Frailes, tiene cien pies de anchura y grandes escaleronesdobles transversales; eran seis, como los actuales, y en los mismospuntos en donde hoy están dispuestos, pero los extremos, el que estájunto al mirador y el pegado a la Galeria de Convalecientes, eran deun solo tiro de escaleras. Las fachadas norte y oeste del monasterioestaban circundadas por lonjas.

En definitiva, sobre la estructura basamental representada por elMuro de los Nichos, cuyo colofón era el jardin pensil, se alzaba laprimera altura de dieciocho pies que englobaba las cantinas del Con-vento, el primer piso del Patio de Mascarones y el primero de la Ga-leria de Convalecientes. Una segunda unidad la conforma, aproxi-madamente, el segundo piso de Galeria de Convalecientes, el primerpiso de los claustros chicos y la linea de cornisa del cuarto alto de losaposentos de Su Majestad. Con ello podemos establecer, que la pri-mitiva altura de la zona de la delantera del primer proyecto del Esco-rial es la del mango de la parrilla. respecto a las primitivas torres delos ángulos noroeste y suroeste, si aceptamos que los cuerpos salien-tes de éstas eran la duplicación de 1o inmerso en el bloque del edifi-

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cio, como ocurre con la Torre del Prior, no modificada, alcanzarianéstas una altura total de sesenta pies, es decir, la elevación del claus-tro mayor.

De todo ello podemos decir que este primer proyecto monásticoera un aquilatado juego de volŭmenes, que se respondian unos conotros a base de planos, que parecian corresponderse interna y exter-namente, si bien el tercer piso de ventanas fingidas del exterior delárea más elevada del edificio parece negarlo; el punto de engancheentre las partes altas y bajas se llevaba a cabo a través de las torrescentrales de las fachadas septentrional y meridional. Tal es el primerproyecto del Monasterio de San Lorenzo el Real del Escorial, plas-mado en la traza universal y el modelo de madera y que empezó aejecutarse.

De esta primera fase de proyecto y ejecución no conservamos niuna sola traza. En 1564 Felipe II modificó el monasterio, duplicó lapoblación frailuna a cien miembros y creó el colegio, y tras él la bi-blioteca. Las nuevas exigencias deben solucionarse sin salirse delcuadro, por tanto, toda la modificación se da en altura, con lo que to-dos los alzados y monteas preexistentes se tornan in ŭtiles.

La parte más afectada fue la zona delantera, más baja, que creciópara igualarse a la parte más elevada. La primera traza que conserva-mos es la solución que se quiere dar a la Torre de la Botica I °. Datableentre el 22 de octubre y el 28 de noviembre de 1564, es el dibujo másantiguo conservado del monasterio y obra de Juan Bautista de Tole-do. Representa la esquina suroeste del monasterio al nivel del andargeneral del edificio, con la Torre de la Botica y sus dos traviesas deampliación, y su conexión con el ángulo correspondiente del Claus-tro de la enfermeria. Se aprecia en ella, como para hacer esta torre delas mismas dimensiones que la del Prior, el cuadrado resultante en-globa, no sólo la primitiva torre pequefia, sino también los espaciosadyacentes rectangulares limitados por las gruesas traviesas, convir-tiéndose asi el pilar de esquina del patio en un vértice del cuadrado.Con ello se conseguia solucionar un punto muy delicado del procesode transformación del primer proyecto de Juan Bautista de Toledo.

De los primeros meses de 1565 es el croquis a pulso, sin cotas niescala, de los cuatro Claustros Chicos ". Juan Bautista dibujó loscuatro patios con sus dependencias, una banda del actual Patio de

10. PORTABALES PICHEL, A., Maestros mayores, arquitectos y aparejadores deEl Escorial, Madrid 1952, p. CXCVII.

11. RIVERA BLANCO, J. J., Juan Bautista de Toledo y Felipe 11. La implantacióndel Clasicismo en Esparia. Valladolid 1984, pp. 310-312.

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Reyes y el cuarto de poniente del claustro de evangelistas, asi comoel punto de enganche de la Galeria de Convalecientes. El Claustro dela Enfermeria está resuelto, salvo algŭn detalle. También lo está elrefectorio, la lucerna, los pasos y la cocina, salvo la bajada a la bo-dega. El claustro segundo tiene fijadas las necesarias, la iglesia viejay la habitación de Felipe II. De los de la hospederia y portería, estámuy definida la futura ropería. En cuanto al área de separación de es-ta zona y el claustro mayor, la Porteria se dividia en dos piezas, la es-calera principal era una estructura claustral de caja abierta, y ya exis-ten los tránsitos.

Por el contrario, es completamente distinto a lo hecho el engan-che de la Galería de Convalecientes y la Torre de la Botica, y el granpórtico delante de la basilica se concibe como dos patios porticadoscon columnas pareadas y pilares en los vértices de los extremos peri-metrales, una solución que nada tiene que ver con la actual, y que po-siblemente fuese la ideada en la traza universal de 1562. En cuanto alclaustro mayor o Patio de Evangelistas, aparece ya con la soluciónactual de pilares con medias columnas adosadas y pilastras en las pa-redes del fondo. Pero queda sin solucionar el enganche de la Torre dela Basilica.

De los primeros dias de julio de 1565 es el proyecto de alzado delos claustros chicos, concebidos por Juan Bautista, de tres pisos dearquerias de medio punto sobre pilares cuadrados, con pedestales yuna moldura llana por coronamiento. Encima un cuarto con ventanasentre rafas y coronado por la cornisa del tejado, y en cada comparti-mento una ventana 2.

Al exterior las modificaciones del viejo proyecto se aprecian entres dibujos de Juan Bautista de Toledo, datables en 1565: uno es elalzado de la puerta de la cocina, y que no se siguió 13 ; y los otros dosson una pareja de trazas para la fachada principal del Monasterio,publicadas por Ruiz de Arcaute en 1936 y hoy en paradero descono-cido. Ambas trazas son fachadas torreadas. La primera traza se dis-pone con un basamento de treinta pies de altura, con su puerta y ven-tanas, y encima un cuerpo octástilo dórico, que se remata con unfrontón triangular. La segunda traza de fachada es de dos pisos oc-

12. BUSTAMANTE GARCIA, A., La Octava Maravilla, pp. 112 y 135-136. IDEm,«Las trazas de la Biblioteca», pp. 307-308.

13. INIGUEZ ALMECH, F., Las trazas, p. 38. BUSTAMANTE GARCÍA, A., La OCtaVa

Maravilla, p. 107. ORTEGA VIDAL, J., El Escorial dibujo y lenguaje clásico, Madrid2000, p. 450, publica una composición con parte de la traza de Juan Bautista inver-tida cotejándola con lo realizado en cantería. BUSTAMANTE OARCIA, A., Las trazasde la Biblioteca, p. 309.

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tástilos, dórico abajo y jónico arriba. Son fachadas vertebradas porórdenes, inspiradas en modelos a la antigua, a extremos tales, que sudisposición octástila concuerda con la del Panteón de Agripa de Ro-ma. Igualmente, cuando Juan Bautista diserió estos proyectos, teniamuy presentes los esquemas romanos, de los que son subsidiariosambos dibujos. Si descontamos el Palacio de Carlos V de la Alham-bra de Granada, estas fachadas son auténticas primicias en Esparia, ymucho más si tenemos presente que en ellas se aplica el orden gi-gantes y esto en 1565 ".

La abundancia de trazas de esta parte tan modificada del monas-terio contrasta con la escasez de la zona que mantuvo su altura, quees la parte más oriental. Del claustro mayor del convento conserva-mos dos trazas con diversos dibujos: una planta y un alzado del án-gulo suroeste del piso bajo, y un remate. La planta refleja la secuen-cia de un arco del piso bajo del claustro, mientras que en el alzado seve la mitad de una estación y la puerta de la iglesia vieja. Es decir,está representada parte de la pared de fondo del lado occidental. Enprimer plano se dibuja una arqueria con el orden dórico completo,siendo el lado izquierdo muestra de la solución de esquina, asi comouna sección por la mitad, de la estructura de un arco por su interior.Excepto una simplificación en el molduraje de la basa del pedestal yde las fajas de los pilares en su parte baja, todo lo demás se ejecutarigurosamente en piedra. Herrera, de quien es este dibujo, datable afines de 1567, sigue fielmente los proyectos de su maestro Juan Bau-tista de Toledo.

La técnica de Herrera en este dibujo está perfectamente decanta-da. Es de gran formato, aspecto que tanto agradaba al arquitecto. Es-tá hecho a escala, es completamente plano, sin sombras, de lineasmarcadas y muy cuidadas, donde todos los detalles están precisadoscon gran limpieza. Finalmente, es un dibujo complejo, dando solu-ción a diversos elementos: estación, el soporte de la misma, puertade la iglesia vieja, interior y exterior de la arqueria, todos los moldu-rajes y el orden. La traza de remate con entablamento jónico es data-

14. RUIZ DE ARCAUTE, A., Juan de Herrera, pp. 16-17 y 32-33. Con ellas hizouna composición disparatada BARBEITO, J., «El Escorial que no fue. Intervencionesy modificaciones sobre el proyecto de El Escorial». Arquitectura, 253 (1985) 43-45.Ideas y Diserio. [La Arquitectura]. IV Centenario del Monasterio del Escorial. pp.126-127, n.° 42. Madrid 1986. BUSTAMANTE GARCÍA, A., /a Octava maravilla, pp.108-110.

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ble en 1569, apareciendo como auténtica novedad el friso pulvinado,todo un rasgo arqueologizante15.

En contraste con el área del convento, del Palacio sólo tenemosplantas, y unas referencias que provienen de dos trazas de la Basili-ca. De comienzos de 1573, las trazas de la Basilica muestran un pro-yecto del Patio de Palacio desechado, pero con los patios de servicioya dentro, y con el actual patio de coches más pequefio y con la gale-ria meridional cortada en ambos pisos del patio. La otra traza,•de lamisma fecha, representa la solución definitiva de incardinar los pa-tios de servicios en el gran patio de palacio, precisando con detalle elproblema del pilar y sus transfonnaciones. Aparece todo el perime-tro del cuadrilátero noreste en el nivel del andar y parte de los subte-rráneos. Se representa la crujia sur, pero sin definir las esquinas. Lagaleria oriental, además, no tiene trazado el muro, mientras que laseptentrional está resuelta, excepto su enganche con la levantina, in-cluso las escalinatas. En la parte occidental están representados loscuartos con sus dependencias. Como colofón, en linea de puntos sedefinen los sistemas de abastecimiento y canalización de aguas quevan subterráneos, y que resultaban vitales para la zona '6.

De todos los proyectos llegados a nosotros, el más enigmático esla gran lámina formada por dos papeles pegados, y hoy rotos, dondese recoge el Cuarto de la Reina, es decir, el área de levante de Pala-cio, en sus seis niveles: bóvedas, sótanos o cantinas, andar, quince,treinta y cuarenta y cinco pies y, finalmente, el de camaranchones obuhardillas. Son dibujos hechos en 1583 o muy comienzos de 1584,para las Estampas.

La basilica, columna vertebral de todo el proyecto de Felipe II,fue la parte más problemática desde su mismo origen, y cuya solu-ción fue más costosa. Juan Bautista de Toledo la proyectó en 1562.Era un edificio con el perimetro similar al actual, de tres naves, cen-tralizado, con cinco cŭpulas, cabecera curva entre torres cuadradas;los brazos del crucero parece que también eran curvos, aunque quizámenos que la cabecera, y se cubrian con bóvedas ovales; a los piesiba un coro elevado a treinta pies y muy profundo, dando lugar a unsotacoro muy oscuro. Debajo del presbiterio iba el Panteón.

En agosto de 1562 Francesco Paciotto dio un proyecto alternativopor orden del rey, creando una iglesia cuadrada, es decir, suprimiendo

15. BUSTAMANTE GARCIA, A., Las trazas de la Biblioteca, pp. 310-311, con labibliografía anterior.

16. KUBLER, G., La obra, p. 129.

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AGUSTÍN BUSTAMANTE GARCíA

las curvaturas de presbiterio y crucero, cuyos soportes acaso fuesensobre altos pedestales, y con las torres a los pies. Nada más sabemos.

En 1567 se inició una nueva camparia de trazas para la basilica,buena parte de las cuales se enviaron a Italia, con un cuestionario detreinta y cinco preguntas, a fin de que respondiese sobre ellas la Aca-demia Florentina del Diserio. A Florencia llegaron cuarenta y nuevetrazas, que eran catorce proyectos completos más nueve alzados defachadas, que se sumaban a los especificos de cada proyecto. De to-do este conjunto conservamos el llamado Proyecto C, obra de JuanBautista de Toledo, y que es un alzado longitudinal del templo corta-do por su eje mayor.

El dibujo muestra un edificio de tres naves, presbiterio elevado,debajo del cual se halla el panteón, coro a los pies en alto, sotacoro,nártex y dos torres. La cabecera es plana al exterior y curva al inte-rior. La forma de la cabecera del Proyecto C ignora la solución pro-puesta por Francesco Paciotto de cabecera plana, y mantiene interna-mente el esquema originario de Juan bautista de forma curva. Elcuerpo de la iglesia, centralizado, es de orden dórico con poderosaspilastras acanaladas, coronado por una potente c ŭpula con tambor,trasdosada, la primera en Esparia con estas caracteristicas, con linter-na. La cŭpula está mal apeada, como ya lo hiciera notar Iriiguez Al-mech, descargando parte de su peso sobre una masiva bóveda de ca-rión de ocho pies de grosos (2 metros y 24 centimetros).

La zona de los pies tiene el coro en alto, sotacoro de dos tramos ynártex, alli se encuentra la comunicación con el convento y colegio.Delante va la fachada, pero las torres no están en línea con ella, sinoretrasadas. Todo el Proyecto C es mayor que la basilica ejecutada,extendiéndose hacia poniente y ocupando todo el sector de grafas delactual Patio de Reyes.

Durante 1571 y 1572 Felipe II, al tiempo que ordenaba la elabo-ración de trazas para la basilica a Juan de Herrera en Madrid, envia-ba a Italia al barón napolitano Bernardino Marturano o Martirano.Llegado a Génova, pidió trazas a Gian Galeazzo Alessi; en Milán selas pidió a Pellegrino Tibaldi, y nos costa que éste, con los ingenie-

17. INIGUEZ ALMECH, F., Las trazas, p. 73. BUSTAMANTE GARCÍA, A. y MARÍAS,

F., «El Escorial y la cultura arquitectŭnica de su tiempo» en El Escorial en la Bi-blioteca Nacional. IV Centenario del Monasterio de El Escorial, Madrid 1985, pp.117-148. De esta traza, llamada Proyecto C, ha hecho diversos dibujos J. Ortega Vi-dal, presentados al p ŭblico en la exposición y publicados en el catálogo de la mismaIdeas y Diserto «La Arquitectura», IV Centenario del Monasterio de El Escorial, 42(Madrid 1986) 126-127 y republicados en su estudio El Escorial dibujo y lenguajeclásico, Madrid 2000.

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ros Giuseppe Meda y Vincenzo Seregno realizaron «disegni et mo-delli et pareri per loro date sopra la fabrica del monastero et chiesade l'Escoriale». Desde Milán Martirano fue a Venecia y pidió trazasa Andrea Palladio; en Florencia pidió diserios a la Academia Floren-tina del Diserio, que además juzgó una nueva serie de trazas que se lepresentaron sobre el particular. A su vez el Gran Duque de Toscanaordenó a Vincenzo Danti que trazara para Felipe II una iglesia deplanta oval. Desde la Ciudad del Arno el barón napolitano marchó aRoma, donde Vignola hizo un proyecto sintético, y todo el conjuntode trazas se expuso el 7 de julio de 1572 en el Vaticano, en presenciadel papa Gregorio XIII.

Pero como los proyectos italianos no dieron satisfacción aFelipe II, la solución definitiva la alcanzó Juan de Herrera en el Es-tudio del Alcázar de Madrid. No conservamos las trazas del proyec-to definitivo del arquitecto de Felipe II, pero los testimonios frag-mentarios que han llegado hasta nosotros nos permiten ver puntosespecíficos del todo el vasto proceso de proyecto y los problemasque iban surgiendo y cómo se abordaba su solución.

Tras el Proyecto C, la traza más antigua es una planta del sotac.o-ro, datable en 1571 o 1572. Este aparece cen-ado, con un solo acceso,cuatro pilares y muros articulados con nichos y sin comunicacióncon los patinejos. Hacia el exterior, hacia el actual Patio de Reyes,iban medias columnas en la fachada, así como también hay mediascolumnas en la puerta de comunicación con la gran nave basilical.Esta estructura cerrada y tan compleja se vincula a los proyectos deeste sector que elaborara Juan Bautista de Toledo. Aunque hermoso,este sotacoro tenía que ser oscurísimo, y sobre la misma traza, a ma-no, se proyectaron cuatro ventanas, y es de suponer que Ilegasen aseis, pues es lógico que hubiese otras dos en el lado norte. Es decir,esta traza gustaba y se procuraba aprovecharla, mejorándola y corri-giendo sus defectos de oscuridad.

De 1572 es la traza de la media basílica, junto con los diserios depilares ". Es la primera planta de iglesia llegada a nosotros. Se laconcibe engranándola con el convento y enganchándola, tanto con lazona de los aposentos de Su Majestad, como con el Patio de Reyes.El templo que muestra el dibujo es fastuoso y complejísimo, y mu-cho de lo allí representado es definitivo. Ante todo, sus dimensiones.

18. Rtnz DE ARCAUTE, A., Juan de Herrera, p. 74. KUBLER, G., La obra, p. 120.MOLEÓN, P., «Dos templos para una Iglesia. Escala y figuración en la Basílica deSan Lorenzo el Real del Escorial», Ideas y Diseño, p. 92. BUSTAMANTE GARCíA, A.,La Octava Maravilla, pp. 286-289.

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Esta iglesia mide igual que la actual, es decir, es más pequeria que ladel Proyecto C, luego Herrera ya ha encontrado una solución defini-tiva al espinoso problema de ordenar la zona de los pies del templo,las torres y los enganches con el convento y el colegio, lo que arras-tra consigo que los Pórticos o Patio de Reyes adquiera las dimensio-nes que hoy presenta en cuanto a longit-ud. El empequeriecimiento dela basilica se debe a Juan de Herrera.

Diversas propuestas del proyecto de Paciotto se recogen también:la iglesia cuadrada, las torres a los pies, la corrección de dimensio-nes. No obstante es de los proyectos de Juan Bautista de donde separte, como lo refiejan el presbiterio, coro, sotacoro y articulación deespacios y estructuras. La capilla mayor es una propuesta extraordi-naria. Mantiene el esquema de exedra, es decir, la solución interiorcurva, que ya nos consta gráficamente desde el Proyecto C, pero mu-cho más rica aqui que en la traza citada de 1567.

En cuanto al gran cuadrado del buque del templo, se configura apartir de un nŭcleo cupulado y cuatro grandes pilares torales, con suscorrespondientes responsiones en los muros maestros. No hay co-lumnas, sino pilastras y son dobles las de los pilares; tanto en éstos,como en los muros, se disponen capillas hornacinas con el frente deexedra. Precisamente con esta traza hay que vincular los dos dibujosconservados de pilares torales. El formato es de una estructura deveintiocho pies. La primera solución es la del proyecto con cotas,donde se conciben las capillas hornacinas con tres nichos curvos oexedras. Esta solución se abrevió en el proyecto de la media Basili-ca, donde las exedras laterales de las capillas desaparecen. La terce-ra solución es la que muestra la traza rota de pilar, donde todas lasexedras se han transformado en hornacinas. Se llegaba asi a la solu-ción definitiva.

La zona de los pies es complejisima. El sotacoro sigue siendo unespacio autónomo y centralizado, pero los pilares se han modificado,y en menor tamario, repiten el esquema de los cuatro grandes pilarestorales basilicales. Precisamente este nuevo soporte es estudiado condetenimiento en el plano acotado que aparece, más pequerio en latraza del pilar toral acotado de la basilica. El sotacoro se ha abiertohacia el Patio de Reyes con tres vanos e acceso, transformando com-pletamente ese lado, y dando lugar, al mismo tiempo, a una mayoriluminación. Respecto al patinejo, los dos vanos de ventanas pro-puestos se han transformado en dos puertas, que cabe imaginar se re-petirian en su lado frontero. Ello implicaba mejor iluminación y ma-yor comunicación. Permanece inmutable la zona vinculada a las ca-

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pillas de los pies y al acceso del gran cuadrado de la basílica, ha-biendo desaparecido tan sólo las medias columnas de la puerta, sus-tituidas por pilastras. La fachada del templo, por primera vez, se po-ne en línea con las torres, formando así el rostro del edificio.

A partir de este proyecto van introduciéndose diversas modifica-ciones. Lo primero que se decide hacer desaparecer son las curvasbasilicales, conservándose una traza del presbiterio con este particu-lar y el problema de disponer el retablo y los grupos sepulcrales, da-table en 1572. Hay otras dos trazas de la basílica, que forman juego.En ellas se ha llegado prácticamente a la solución definitiva del mu-ro recto, dándose pequerias diferencias con lo hecho, como los husi-llos del sotacoro.

También de 1573 es el alzado de la basílica, que no es una solu-ción definitiva, como lo confirma el cotejo con lo realizado. A estaestructura se le ha adherido el alzado del patinejo meridional y el es-bozo de la Torre de las Campanas, con lo que se configura todo unalzado interior del templo siguiendo el gran eje principal este-oeste.Lo que es el coro y sotacoro ya presenta la solución definitiva; encuanto al patinejo, el piso inferior está resuelto, pero el superior no;y en cuanto a la torre, sólo está definida su distribución de cuerpos,así como el enganche con el buque del templo '9.

De estas fechas de 1573 también es la planta del panteón, reapro-vechada en el siglo xvii corrigiendo los soportes e introduciendo losdiversos modelos de solado, que le dan esa peculiaridad que hoy pre-senta con su juego de colores".

De 1576, o comienzos de 1577, será el alzado de la fachada de labasílica, pegado al alzado longitudinal de la misma. El dibujo reflejael frente del templo sin las torres, pero en él están patentes las medi-das a las que debe ceriirse. La anchura dada por el patio es de cientotreinta y seis pies, y aparece reflejado abajo con el guarismo 136. Laaltura del nártex es de cincuenta y cinco pies, como refleja la cota desu derecha, medida impuesta por la altura general del edificio; en es-te sector se define otra altura, la de treinta pies, correspondiente a losarcos, cota que surge porque es el nivel del coro y del piso principalde todo el monasterio. Por ello mismo en este nivel aparecen las ven-tanas que iluminan el trascoro. Respecto al segundo piso, hay unacota general de cuarenta y nueve pies, que corresponde a la alturageneral de la basílica en la cornisa, y una más pequeria de veinticin-

19. BUSTAMANTE GARCÍA, A., «Las trazas de la Biblioteca», p. 316.20. IDEm., «El Panteón del Escorial. Papeletas para su historia», Anuario clel De-

partamento de Historia y Teoría del Arte (UA111) (1v, 1992,64).

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co, y que está serialada por dos líneas de trazo continuo, en el marcode la cual se insertan las ventanas que dan luz al coro, y que corres-ponde al punto de arranque de los cuerpos visibles de las torres a par-tir de los tejados. Con esta malla de pies forzados se compone la fa-chada de la Basílica2'.

Por lo que respecta a las torres, conservamos cinco planos de latorre sur, datables en 1579, y que en ellos se configura el paradigmade las torres clasicistas, de enorme éxito en la Meseta Norte, a travésde las torres de la Catedral de Valladolid. Estos proyectos en tamarioy forma están pensados en relación directa con la c ŭpula; formanparte de la Basílica, y nada tienen que ver con las restantes torres delMonasterio.

Este deambular entre las trazas conservadas del Monasterio deSan Lorenzo el Real del Escorial, nos permite apreciar, en primer lu-gar. lo difícil y costoso que fue encontrar las soluciones definitivasque se buscaban. A su vez, a través de estos dibujo podemos apreciarmejor el impresionante esfuerzo que se desplegó en toda la empresa,y como remate, la amargura que se experimenta viendo lo muchoque se ha perdido en los abundantes naufragios de nuestra senderea-da Historia. Pero, a la vez, podemos ver, que esas trazas muestranuna manera nueva de hacer arquitectura, donde el dibujo que hoy Ila-mamos técnico es pieza esencial. Que ese nuevo sistema de dibujar ytrabajar se extiende vertiginosamente por Esparia, y una vez que seha acabado El Escorial, esa forma de dibujar se ha hecho comŭn entodos los rincones peninsulares. Pero es que con esta manera de very dibujar, Juan de Herrera creará una imagen del Monasterio de SanLorenzo el Real del Escorial, que incidirá a través de sus Estampas,a lo largo de los siglos, logrando con su Séptimo Diserio la plasma-ción de un símbolo, que hoy todavía, transcurridos más de cuatro si-glos de su muerte, sigue vivo y operativo.

21. WILKINSON, C., «Proportion in Practice: Juan de Herrera's Design for theFalade of the Basilica of the Escorial», The Art Bulletin, LXVII (1985) 230-242.IDEm, Juan de Herrera Arquitecto de Felipe 11, Madrid 1996. Javier Ortega publicóun análisis gráfico en Ideas y Diseho, p. 144, de nuevo recogido en IDEm, El Esco-rial dibujo y lenguaje clasico, p. 405. BUSTAMANTE GARCÍA, A., La Octava Maravi-lla del Mundo, pp. 419-420.