los pequeños calibres - f. lanza - ejército 520-521-522 1983

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Iniciamos con este título un trabajo que publicaremos en tres sucesivos artículos. Desarrolla un tema candente actualidad: el calibre del armamento portátil, tratado en esta oca sión por un verdadero especialista en la materia, autor de obras de obligada consulta. LOS PEQ UENOS CALIBRES FRANCISCO LANZA GUTIERREZ Coronel del ClAC (A) Se conoce con el nombre de “pequeños cali bres” a los conjuntos arma-munición, ligeros, portátiles, cuyos calibres son inferiores a 6 mm. Con evidente desacierto se les llamó al principio “microcalibres”, pero su desarrollo entre 2,5 y 6 mm no merece denominación tan exagerada. Cada vez que, por muy buenas razones, los ca libres de infantería fueron reducidos, se presen taron serios problemas, de honda repercusión en los ejércitos, que no resultaron fáciles de re solver. Los Estados Mayores, abocados al cam bio, sufrieron no pocos titubeos y dudas, al te ner que conjugar lo “bueno” que tenían con lo “mejor” que se les presentaba. La irrupción actual de los pequeños calibres en el armamento portátil no ha sido una excep ción. Una vez más —la tercera desde que las ar mas se cargan con cartuchería metálica— ios problemas están ahí y son siempre los mismos. Son problemas tácticos; son problemas técni cos. Son también problemas logísticos y econó micos. Quizá en esta ocasión la cuestión en general resulte agudizada por la premura que reclama la solución y por la clara provisionalidad que la caracterizará, porque la solución global —que D. FRANCISCO LANZA CUTIERREZ, Coronel del ClAC (A), Director de la División de Armas Ligeras de la E. N. Santa Bárbara, es también licenciado en Ciencias Químicas, master of Science en Electrónica, doctor en Ingenieria de Armamento, y especialista en Cartuchería y Armas Portátiles. Sabido es que un profundo cambio en el arma mento portátil se adivina para la próxima déca da de los noventa. La técnica electrónica, la op trónica y la tecnología espacial en general revo lucionarán el armamento ligero; pero mientras tanto, ¿quién se atreve a quedarse estático? ¿Quién no irá a una solución mejor que la actual por muy provisional que se presente? Por tercera vez en lii historia del armamento portátil, en su época de munición metálica, los calibres se redujeron para una más racional y efectiva utilización del conjunto. Nunca fue un solo factor, circunstaxcia o acontecimiento, lo que marcó la pauta y lanzó la carrera. Siempre se reunieron, se conjuntaron o se conjugaron va rias razones de diversa índole, pero siempre también fue una sola la decisiva. La primera carrera hacia los pequeños cali bres se inició en el último cuarto del siglo pasa do, impulsada por la aparición de la pólvora sin humo, por los avances de la revolución indus trial y los logros de la Metalurgia, la Siderurgia y la tecnología de los metales. Los calibres dé la pólvora negra, de los cuales se muestran varios tipos españoles en la figura 1, estaban comprendidos entre 10 y 15 mm. Ba las gruesas, pesadas (no inferiores a 24 gramos), de plomo, armaban aquellos cartuchos con los que se alimentaban pesados rifles y fusiles de lenta recarga. El peso de las armas sobrepasa ba los 5 kg y los cartuchos no bajaban de 40 gr. La dotación dé municiones que llevaba el solda do era necesariamente pequeña, por razones de peso, y porque no eran muchos los disparos que se podían hacer en combate. La humareda pro ducida por la pólvora negra impedía toda visibi lidad y, por otra parte, la recarga resultaba tan lenta que la decisión estribaba casi siempre en el choque. La balística del conjunto arma-muni será de compromiso— va a durar poquísimo; ni siquiera diez años. 2.—EJERcITO. 17

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Page 1: Los pequeños calibres - F. Lanza - Ejército 520-521-522 1983

Iniciamos con este título un trabajo que publicaremos en tres sucesivos artículos. Desarrolla untema dé candente actualidad: el calibre del armamento portátil, tratado en esta oca sión por un

verdadero especialista en la materia, autor de obras de obligada consulta.

LOSPEQ UENOS

CALIBRESFRANCISCO LANZA GUTIERREZCoronel del ClAC (A)

Se conoce con el nombre de “pequeños calibres” a los conjuntos arma-munición, ligeros,portátiles, cuyos calibres son inferiores a 6 mm.Con evidente desacierto se les llamó al principio“microcalibres”, pero su desarrollo entre 2,5 y 6mm no merece denominación tan exagerada.

Cada vez que, por muy buenas razones, los calibres de infantería fueron reducidos, se presentaron serios problemas, de honda repercusiónen los ejércitos, que no resultaron fáciles de resolver. Los Estados Mayores, abocados al cambio, sufrieron no pocos titubeos y dudas, al tener que conjugar lo “bueno” que tenían con lo“mejor” que se les presentaba.

La irrupción actual de los pequeños calibresen el armamento portátil no ha sido una excepción. Una vez más —la tercera desde que las armas se cargan con cartuchería metálica— iosproblemas están ahí y son siempre los mismos.Son problemas tácticos; son problemas técnicos. Son también problemas logísticos y económicos.

Quizá en esta ocasión la cuestión en generalresulte agudizada por la premura que reclama lasolución y por la clara provisionalidad que lacaracterizará, porque la solución global —que

D. FRANCISCO LANZACUTIERREZ, Coronel delClAC (A), Director de laDivisión de Armas Ligerasde la E. N. Santa Bárbara,es también licenciado enCiencias Químicas, masterof Science en Electrónica,doctor en Ingenieria deArmamento, y especialistaen Cartuchería y ArmasPortátiles.

Sabido es que un profundo cambio en el armamento portátil se adivina para la próxima década de los noventa. La técnica electrónica, la optrónica y la tecnología espacial en general revolucionarán el armamento ligero; pero mientrastanto, ¿quién se atreve a quedarse estático?¿Quién no irá a una solución mejor que la actualpor muy provisional que se presente?

Por tercera vez en lii historia del armamentoportátil, en su época de munición metálica, loscalibres se redujeron para una más racional yefectiva utilización del conjunto. Nunca fue unsolo factor, circunstaxcia o acontecimiento, loque marcó la pauta y lanzó la carrera. Siemprese reunieron, se conjuntaron o se conjugaron varias razones de diversa índole, pero siempretambién fue una sola la decisiva.

La primera carrera hacia los pequeños calibres se inició en el último cuarto del siglo pasado, impulsada por la aparición de la pólvora sinhumo, por los avances de la revolución industrial y los logros de la Metalurgia, la Siderurgiay la tecnología de los metales.

Los calibres dé la pólvora negra, de los cualesse muestran varios tipos españoles en la figura1, estaban comprendidos entre 10 y 15 mm. Balas gruesas, pesadas (no inferiores a 24 gramos),de plomo, armaban aquellos cartuchos con losque se alimentaban pesados rifles y fusiles delenta recarga. El peso de las armas sobrepasaba los 5 kg y los cartuchos no bajaban de 40 gr.La dotación dé municiones que llevaba el soldado era necesariamente pequeña, por razones depeso, y porque no eran muchos los disparos quese podían hacer en combate. La humareda producida por la pólvora negra impedía toda visibilidad y, por otra parte, la recarga resultaba tanlenta que la decisión estribaba casi siempre enel choque. La balística del conjunto arma-muniserá de compromiso— va a durar poquísimo; nisiquiera diez años.

2.—EJERcITO. 17

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Toco dt m.4’ro

Figura 1.

ción dejaba mucho que desear. Las velocidadesiniciales apenas sobrepasaban los 250 m/s y losalcances eficaces difícilmente superaban los180 m. La pólvora negra no daba para más.

Al aparecer la pólvora sin humo y ser ensayada en las armas portátiles, el panorama cambióradicalmente. Se consiguieron alcances eficacessuperiores a 1.000 m; velocidades iniciales

mayores de 700 m/s, con presiones que no sobrepasaban a las obtenidas con la pólvora negray precisiones extraordinarias a la distancia eficaz.

Pero los calibres no podían sostenerse. Armasque disparasen aquellos calibres de 10 a 15 mmcon balísticas de pólvora sin humo, resultaríanmonstruosamente grandes y, desde luego, ni ligeras ni portátiles; sino pesadas e incómodas.

Por otra parte —y por lo que atañe a la balística de efectos— se podría batir al enemigo a mayordistancia, con más precisión y con el mismo omayor poder de detención, porque lo que podríaperderse en peso de la bala, al disminuir el calibre, se ganaba en velocidad y la energía cinéticase conservaba al menos, o se aumentaba. Podrían obtenerse, en suma, los mismos o mejoresefectos balísticos, con armas más ligeras y municiones de menor calibre.

Comenzó la primera carrera hacia los pequeños calibres con un entusiasmo indescriptible.Las balas, a la par que disminuían de calibre,aumentaron de longitud; se hicieron más aerodinámicas para ganar en balística exterior; seblindaron fuertemente para aguantar la potencia balística interior de la pólvora sin humo y,en conjunción, con el arma tomaron la forma demás estable vuelo.

Después demuchos titubeos, los calibres quedaron rebajados entre el 6,5 mm y el 8 mm(Fig. 2), aunque no faltó un insigne “osado” quese atrevió a proponer nada menos que un 5,2mm. Fue el coronel Mondragón, del Ejército deMéjico, autor de innumerables proyectos y diseños de armas y municiones ligeras. Su 5,2 x 68constituyó una verdadera audacia que, nátural

Cartucho Berdan de 14,4 mm, mod. 1860.

1 1,7

Cartucho Remington español, cal. 11 mm para fusilmod. 1871.

Calibres de la pólvora negra.

7,7 x 56 ordinario, mod. 14/36 (303).

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Los primeros pequeños calibres.Figura 3.

mente, no fue considerada. Mondragón se adelantó a su tiempo.

Con los calibres disminuidos en la medida señalada, los ejércitos vivieron “la belle époque”de las armas portátiles. Armas aún pesadas, robustas, hechas para disparai una potente cartuchería; armadas de sólidos cuchillos-bayoneta;aptas para hundir puertas a culatazos y capacesde durar docenas de años, aun sufriendo un durísimo trato en campaña y maniobras; desarrollando balísticas interiores, exteriores y de efectos verdaderamente formidables, imprimierontodo un carácter a las guerras y permitieron undesarrollo completo de la repetición y del automatismo. Las implicaciones tácticas, técnicas,logísticas y económicas fueron considerables yterminaron por dar a las soluciones (conjuntosarma-munición) un cierto carácter tendente a laperpetuidad.

Con estos calibres el mundo hizo la PrimeraGuerra mundial y, sin apenas variación alguna,veinte años después, la Segunda Guerra mundial. Todos los países beligerantes usaron en lasegunda los mismos calibres que habían empleado en la primera. Alemania, el 7,92 mmMauser; Francia, el 8 mm Lebel; Gran Bretaña,el .303 Lee-Enfield, y Estados Unidos, el .30-06Garand.

Destacó sobre todos ellos, por la bondad ysimplicidad del conjunto, el inigualable 7 mmMauser español (7 >< 57), reglamentario en España hasta 1962, y en otros muchos países europeos y americanos.

7,92 x 33 ordinario, mod. 44-1Primeros pequeños calibres.

1,1

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II

.30 Ml Carbine

‘o

u.’u)

7,62 x 39 mm M43

7,62>< 63 ordinario, mod. 68 (.30)

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‘oej4oa

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u,

e.’

4

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7,92 x 57 ordinario, mpd. 38-1

Calibre de las guerras mundiales.Figura 2.

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Fusil de asaltoMiS Al PIP de COLTcal. 5,56 x 45

Una gran diferencia de matiz táctico separóambas grandes contiendas. En la Primera Guerra mundial, al principio llamada Guerra Europea o Gran Guerra, predominó el FUEGO sobreel movimiento. Las potentes armas individualesde la infantería impusieron su ley en los combates. Pero en la Segunda Guerra mundial fue elMOVIMIENTO el que se impuso sobre el fuego, yes aquí en donde aquellas poderosas armas portátiles —armas de repetición, de relativamentelenta recarga— comenzaron a perder su señoríotáctico en el combate de la infantería. En losfrentes de Rusia comenzó a echarse de menos uncalibre menos potente, automático o semiauto

L_. mático, para el combate a la media distancia,pero más efectivo que los subfusiles convencionales. Los alemanes idearon el MP44 en el calibre 7,92; los rusos, el 7,62 x 39, y los americanos, el .30 Carbine (Pig. 3). La guerra terminó en1945 sin que ninguno alcanzase su total perfección, pero había comenzado una “peculiar” segunda carrera hacia los pequeños calibres; peculiar porque era más hacia “pequeños cartuchos” que hacia pequeños calibres. Se pretendíaprincipalmente menor potencia.

A este respecto cabe señalar un hecho curioso, poco conocido, sucedido en los combates delas islas del Pacífico, mediada la Segunda Guerra mundial. Los japoneses, que habían entradoen la guerra con los calibres de infantería, el 6,5x 51 ARISAKA para armas individuales y el 7,7X 58 ARISAKA para armas de apoyo, prontocomprendieron que ambos calibres resultabanexcesivamente potentes para combatir en determinados teatros de operaciones, sobre todo enlas distancias que imponía la jungla, e idearonel uso, en esos mismos calibres, de cartuchosdotados de balas de madera de muy escaso peso(alrededor de un gramo) —auténtica municiónde tiro reducido— que proporcionaba gran potencia y precisión hasta 50 m de boca y luego laperdían totalmente, siendo incapaces de perforar la guerrera del soldado a 100 metros o pocomenos. Las emboscadas, tan propicias en esosterrenos, no eran así peligrosas para el que lastendía. Se precisaba menor potencia y así se obtenía, obviando la escasez de subfusiles conque reglamentariamente contaba el ejército japonés.

En Europa, años después, aquellos “pequeñoscartuchos” comenzaron a disminuir de calibre.La segunda carrera continuaba; con poco ímpetu, pero tenaz, persistente, buscando una menorpotencia que permitiese combatir con soltura auna distancia media. Aparece el 7,62 X 33, el7,62 x 40, se consolida el 7,62 x 39 ruso y losnorteamericanos comienzan a experimentar conel T65, un cartucho de 7,62 >( 51 inspirado en el.30-06 y en el 7,92 X 57.

Sin haber llegado a cuajar en resultados positivos —con la excepción del 7,62 x 39 soviéti

Fusil ametrallador GALILde Israeli Military Industries.Cal. 5.56 x 45

r

Ametralladora MINIMI (Bélgica)Cal. 5,56 mm.Arma de apoyo propuesta para la OTAN

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co.— la lenta segunda carrera hacia los pequeños calibres se ve interrumpida por la guerra deCorea, eh la que los beligerantes usaron las armas de infantería de la Segunda Guerra mundial, sin que nadie pareciese acordarse de lospequeños calibres.

Son de recordar aquellos alucinantes ataquesen masa de los ejércitos chinos, en las inmediaciones del río Yalú. Batallones enteros armadoscon el veterano fusil de 7,62 x 54 MOISIN-NAGANT ruso con bayoneta de sección triangular(viejo conocido nuestro de la contienda 1936-39),cargaron día y noche, en impulso suicida, sobrela infantería estadounidense que, por aquel entonces, ya poseía una potencia de fuego muygrande. Armas individuales —fusiles .30-06 Garand semiautomáticos— y armas de apoyo—ametralladoras Browning de 7,62 )< 63(.30-06)— causaron terribles cifras de bajas, pero no consiguieron contener el empuje de los infantes chinos; los americanos —equipados engran núiñero con chalecos antibalas— hubieronde retroceder, sin sufrir demasiadas bajas, quizá por la protección de los chalecos, que si biense mostraron útiles contra las balas y las bayonetas, resultaron sumamente incómodos para elcombatiente.

Era la década de los cincuenta y por entonces,la NATO normalizó su famoso cartucho de 7,62x 51. No se trataba de una tendencia hacia lospequeños calibres, pero sí hacia una menor potencia. La energía en boca del 7,62 >< 51 es de325 kpm, frente a los casi 410 de los calibreshasta entonces reglamentarios en todos los ejércitos del mundo.

La NATO normalizó sí su calibre para armaindividual y armas de apoyo —logrando la tanansiada unificación de calibres— pero no consiguió normalizar las armas. Cada país de la organización atlántica adoptó el cartucho de 7,62 x51 normalizado, pero se reservó el derecho deemplearlo en armas de su propio diseño, predilección o producción.

La segunda carrera hacia los pequeños calibres había terminado.

Ya bien entrado el decenio de los sesenta, enplena guerra de Vietnam, la ,tercera carrera hacia los pequeños calibres se desencadena febrilmente. Va a ser una carrera larga. Durará casiveinte años, hasta elmomento actual.

Las tropas norteamericanas comenzaron suscombates en el Vietnam con armamento NATO.Tanto en armas de apoyo como individuales elcalibre era el 7,62 x 51, pero muy pronto (1963)cambiaron unilateralmente al 5,56 x 45, queacababan de poner a punto, como resultado delfamoso proyecto SALVO. El fusil semiautomático usado fue el M16 y la munición la 5,56 >< 45,

denominada entonces .223 Remington M193. Larazón principal fue que en aquel teatro de operaciones los combates se libraban casi siemprea corta distancia, y para tal fin un pequeño calibre resultaba apropiado.

Inmediatamente comenzaron en todas las naciones los desarrollos de tecnología avanzada—Alemania, Inglaterra, Francia, Bélgica— quepronto se tradujeron en prototipos diversos, sinque faltaran a la cita los desarrollos españoles ylos de los países de detrás del Telón de Acero.Concretamente enEspaña,el CETME realizó unaimportante y destacada labor. Comenzada en1964, con prolijas investigaciones sobre los calibres 5,56 y 4,56 mm, se extendió hasta 1973 conel 4 mm; llegando a desarrollarse, en colaboración con las fábricas de Toledo y Falencia de laEmpresa Nacional Santa Bárbara, hasta un totalde 39 prototipos de cartuchos de diferentes clases y tipos.

Después de casi veinte años de iniciada estatercera carrera hacia los pequeños calibres, elpanorama mundial se presenta así.

For parte del bloque soviético, tras numerososensayos, se puso a punto, y hasta se normalizó,el 5,45 x 39; calibre que se está usando profusamente en Afganistán. For lo que a los occidentales se refiere, hay una gran expectativa ante larepercusión y consecuencias que pueda tener laevaluación que ha hecho la NATO de algunos delos pequeños calibres presentados como candidatos para SEGUNDO CALIBRE NATO y que hansido (principalmente):

Fara armas individuales:4,45 X 49 británico.5,56 x 45 SS 109 belga.5,56 x 45 M193 norteamericano.5,56 >< 45 XM 777 norteamericano.

Fara armas de apoyo:4,85 >< 49 británico.5,56 x 45 SS 109 belga.5,56 >< 45 XM 777 norteamericano.

En plan experimental:4,75 X 21 OH (sin vaina) alemán,

todos ellos en rigurosa comparación con el cartucho ordinario de 7,62 x 51 NATO.

Las pruebas técnicas de la munición se extendieron de abril de 1977 a septiembre de 1978; laspruebas de las armas, desde abril del 77 a marzodel 79. En junio del 78 comenzaron las pruebasmilitares y finalizaron en junio del 79. La confección del informe duró de julio del 79 a enerodel 80, y por fin se aprobó el calibre 5,56 mm yse eligió el cartucho 55 109 en octubre de 1980.

A las pruebas técnicas de las armas se presentaron las siguientes armas.

Fusil M16A1 de 5,56 mm, americano.

Fusil de asalto CETMECal. 5,56 mm.

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usil FNC de 5,56 mm, belga.Fusil FA MAS de 5,56 mm, francés.Fusil XL65E5 de 4,85 mm, británico.Fusil Gil de 4,75 mm, alemán.Fusil MN.l de 5,56 mm, holandés.Ametralladoras XM248 y XM249 SAWs de 5,56

mm, americanas.Ametralladora FN MINIMI de 5,56 mm, belga.Ametralladora XL65EA de 4,85 mm, británica.Ametralladora MGE3 de 7,62 mm, alemana.El programa NATO de pruebas se desarrojló a

lo largo de cuatro años y costó 25 millones dedólares. La NATO, en sus acuerdos, reconoce elderecho de los países de la Alianza, si lo desean,a continuar usando el PRIMER CALIBRE NATO,o sea, el 7,62 1< 51, tanto en armas individualescomo en las de apoyo. La NATO, no obstante, reconoce que con el SEGUNDO CALIBRE (el 5,56 X45) se aligera a la mitad el peso de la munición yen un tercio el peso de las armas. La NATO recomienda la bala 55-109 y el calibre 5,56 X 45 porconsiderar que presenta mejor balística de efectos a distancias superiores a 500 m, como basepara una normalización del calibre. La NATO lamenta haber tenido que retirar del concurso elfusil alemán Gll de 4,71 X 21 sin vaina, por inflamaciones intempestivas en recámara(*), peroexpresa su confianza en que el modelo sin vainamadure pronto y pueda ser un firme y revolucionario candidato en el decenio de los noventa. LaNATO no normalizó arma alguna.

Han pasado casi dos años desde que se hicieron públicas las resoluciones antedichas de laNATO y la expectativa sigue. Ningún país —exceptuando a USA— parece querer decidirse poruna solución radical, si bien es un hecho laaceptación, sin duda alguna, del calibre 5,56mm. Para muchos, sin embargo, las dudas e indecisiones están justificadas por razones técni

cas, argumentos militares y alegatos de claromatiz económico. La comparación técnica de calibres que hizo la NATO, a no pocos parece noortodoxa; la evidente pérdida de potencia de lamunición ¿qué sacrificios tácticos entraña?, sepreguntan otros; claras ventajas logísticas entusiasman a un buen grupo; serias preocupaciones económicas agobian a la mayoría. Y es quela pretensión que ofrece la NATO, se antoja, envarios aspectos, poco rigurosa y muy de país rico, pues es evidente que para la década de losnoventa se adivina un cambio profundo en el armamento portátil y entonces la solución “SEGUNDO CALIBRE” pretendida sólo salvará elbache del actual decenio, ya disminuido.

¿Realmente estamos en un bache? Es una buena pregunta. La NATO no la contesta. Sólo ofrece la alternativa de seguir como estamos o complementarnos —o sustituirnos— con un calibrepequeño que, con la gran ventaja de su menorpeso y coste, consiga “hacer” lo mismo que seconseguía con el 7,62 X 51 ordinario. Esta pretensión obliga necesariamente a meditar si esque el 7,62 X 51, más potente, “hace demasiado”; si su balística de efectos resulta hoy excesiva ya, y entonces —sacrificando lo mínimo, onada, en tácticas y técnica— un pequeño calibre, más ligero, más pequeño, más barato y máscómodo, puede “hacer lo suficiente”.

Examinemos el asunto con más detalle, sin olvidar que, en los momentos en que esto se redacta, los pequeños calibres han ganado una guerra. De todo lo que se verá ya hay abundante experiencia práctica, no bien conocida aún, peropuede estimarse que en grado suficiente.

(*) Esto ocurrió en 1977 óurante las pruebas oficiales. A meóiados óe 1981 los alemanes aseguraron que ya habían corregióo el óefecto.

Fusil de asalto AK-74(Unión Soviética)Cal. 5,45 mm.

Fusil automático F.A. MAS(Francia)Cal. 5,56 mm. j

22 jL

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Sin pretender en modo alguno invadir campos queno corresponden a la técnica del armamento, resultaapropiado anotar aquí que deben estimarse como decisivos en la elección de un segundo calibre los argumentas tácticos que los ejércitos aporten sobre la basede sus planes de empleo de sus armas portátiles enlos futuros teatros de operaciones y la capacidad queintuyan de adaptar su táctica de combate al materialde que disponen. Porque son muchas las formas decombatir que están basadas o condicionadas por labalística de las armas ligeras a emplear.

Es evidente que la geografía—o más concretamente“los resultados” de esa geografía (clima, terreno, víasde comunicación naturaturales, etc.)— es factor insoslayable y determinante en el desarrollo de las armasportátiles y sus municiones, en su variedad. Situaciones como las que se dieron en la Segunda Guerramundial, en donde la diversidad de calibres en ejércitos aliados produjo no pocos conflictos, es cosa que laNATO desea evitar, sin olvidar la idoneidad del calibreúnico. De ahí que su determinación de normalizar dosmuniciones, la 7,62 x 51 y la 5,56 x 45, donde antessólo había una (la primera) deba interpretarse comoun intento sincero de alcanzar, desde el punto de vistatáctico, una solución de compromiso.

Estados Unidos parecieron descubrir que los pequeños calibres dan mejores resultados tácticos en distancias cortas de combate. La geografía de su descubrimiento —Vietnam— demostró que la mayor parte delos encuentros tuvieron lugar alrededor de los 100 metros o menos. Con el pequeño calibre obtuvieron altaprobabilidad de impacto en ráfaga y buena rasanciade trayectorias.

Los países de la NATO y los del Pacto de Varsovia,en sus experiencias y desarrollos de pequeños calibres, llegaron a la conclusión de que, tácticamente,con esos calibres se puede “hacer” lo mismo que losgrandes calibres hicieron en la Segunda Guerra mundial, y que además las armas son más ligeras, másfáciles de manejar y más precisas. Pero... ¿se sacrificaalgo aquí?

Son muchos los que dudan del poder de detención—“letalidad” para algunos—y precisión de los pequeños calibres a distancias límite o ligeramente inferiores a las fijadas como eficaces; distáncias a las que las

armas de apoyo entran frecuentemente en acción, sinque se tengan a mano los medios mecanizados decombate que las reduzcan. Pruebas de poder de detención a diversos alcances no las hizo la NATO (no lastiene normalizadas); sólo hizo pruebas de perforación(Figs. 9 y 10) con diversos tipos de balas, algunas envuelo muy estabilizado que, como se sabe, tienen escasa “letalidad”.

Para aquellas naciones, como la nuestra, que tienenresuelto el problema táctico a base del calibre 7,62 x

1-

.193

Los pequeñosCÁLXBflES

/

FRANCISCO LANZA GUTIERREZCoronel del ClAC (A)

Figura 9Balas de 5,55 mm de calibre de los cartuchos. P-1 12, L-1iO,SS-109. XM-777 y M-193.

5.—EJERCITO. 33

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51 único, tanto en armas de apoyo como en armas individuales, las recomendaciones de la NATO, asentadas en sus evaluaciones y dando por bueno el granargumento táctico de que las distancias de combate sehan acortado porque los medios blindados permitenacercar la infantería a sus objetivos, la cuestión que lesplantean en la adopción del segundo calibre, es ponderar la solución total 5,56 x 45 al estilo americano(todo en el calibre 5,56 mm; armas individuales y armas de apoyo, con independencia de los calibres quemonten los medios blindados de transporte) o al estiloalemán (armas individuales en calibre 5,56 mm y elapoyo dependiente del armamento montado o transportado en los vehículos blindados de transporte), sinperder de vista que siendo el primer caso más universal que el segindo, incluye la adopción de un fusilametralladora ametralladora ligera para pelotón. Peroes también de destacar que, dependiendo el apoyo, enuno y Otro caso, de la viabilidad del campo de batalla,el primer calibre tendrá asimismo que ser ponderadode nuevo.

Se impone, pues, una consideración previa de aquellos factores como el ALCANCE, la PRECIS1ON y la EFICACIA, de marcado interés táctico, antes de acometerla tarea de modificar una solución (la 7,62 x 51) queestá ahí; asumida y funcionando, sin más problemastácticos que su mantenimiento y sus posibles desventajas logísticas y maniobreras, con respecto al5,56 mm, en algunos teatros de operaciones.

Muchos estiman, en principio, que en una zona deoperaciones europea, el alcance efectivo de un fusilametrallador o ametralladora ligera en acciones defensivas, dependerá principalmente de la distancia aque la infantería enemiga se vea obligada a descenderde sus vehículos blindados de transporte, del grado deprotección que morteros de artillería y armas pesadaspropias puedan dar a las fuerzas defensoras y del alcance eficaz del fusil ametrallador de la infantería atacante. Y como hay medios abundantes para batir a losblindados de transporte desde 1.200 metros por lo menos, la posesión de una ametralladora ligera (o fusilametrallador) capaz de batir al enemigo a 1.000 metros resulta imprescindible. Esa arma, hoy por hoy, nopuede ser otra que la 7,62 x 51, ya que las existentesdel calibre 5,56 mm —con excepción de la españolaAMELI, excelente arma diseñada por el CETME y construida por ENSAB— no son capaces de batir al enemigo con eficacia suficiente a esa distancia, aunque poseen una precisión excelente, y algunas (no la nuestra)

SS77de7S2mrn

,SS 109 deS$Smrn.777de 5.56 mm.

¿.BSmrn.Ibrítdicoi--S592 yfl9

900 1200 Djsoncci(rn) de 555 mm

Figura 10

hasta se calientan excesivamente en fuego ametrallador.

Por otra parte, sabiendo que la infantería soviéticaposee una excelente arma de apoyo, el fusil ametrallador PK, que dispara la veterana munición de 7,62 x 54,con magnífica precisión y eficacia a 1.000 metros, lasfuerzas de la NATO, en general, se verán obligadas porel momento a conservar como arma de apoyo los fusiles ametralladores y ametralladoras ligeras de 7,62 x51 que poseen análogas posibilidades tácticas.

Se perfilo así como inevitable la solución dual —doscalibres para la infantería— con todos los inconvenientes tácticos y logísticos que trae consigo. La solución total 5,56 x 45 al estilo USA o al estilo alemán nodescarto la dualidad de municiones ya que las armasde apoyo —montadas o transportadas en los transportes blindados— deberán ser municionadas conjuntamente.

La precisión está fuera de toda duda. Tanto en tiroindividual como en ráfagas, la superioridad del5,56 mm sobre el 7,62 mm es manifiesta, pudiendo enmomentos críticos sostener una potencia de fuego,con alto grado de eficacia, muy superior. Con el 5,56 x45 es más fácil “dar” que con el 7,62 x 51, en cualquier circunstancia o/y modalidad de tiro.

Pero en combate es evidente que no basta con“dar”; hay también que DETENER o PERFORAR. Aquílas cosas no están tan claras como sería de desear. Elproblema de la eficacia de las armas debe ser considerado en toda su magnitud táctica, sin perder de vistaque esa eficacia va a depender sustancialmente de labalística de efectos del conjunto arma-munición.

Habida cuenta de que hoy por hoy la NATO no dispone de método alguno que le permita medir ló eficacia letal de una bola, ni el poder de detención a diferentes distancias y ni siquiera dispone de una definición coherente de lo que se entiende por “fuera decombate”, es preciso admitir que la eficacia del calibreque se recomienda —el 5,56 x 45— sólo puede circunscribirse a los meros aspectos de precisión y perforación, en los cuales la balo SS 109 supera a la baloordinaria de 7,62 x 51 sin duda alguna.

En el próximo capítulo insistiremos de nuevo en elproblema del poder de detención o “Ietalidad”, puesintuimos que quizá sea la indeterminación de estacuestión, la causa de la gran cautelo que muchos países muestran ante el problema de la adopción del segundo calibre NATO.

1 500

1 000

500

Corcict.risticos

municionespro booas por l

O TAN&chcpa de -

1 IndOje tipo OTANi CQ5C.O alemán

cosco.estodourtdene

aJernrestQdouzdetscsl

0 300 500

34

Page 9: Los pequeños calibres - F. Lanza - Ejército 520-521-522 1983

Por supuesto que no hay grandes diferencias de diseño, fabricación, funcionamiento y rendimiento entrelas armas de los calibres normales y las de los pequeños calibres; si exceptuamos el fusil G 11 de H & K,alemán, que dispara el cartucho de 4,75 x21 sin vaina.Arma y munición son de revolucionario diseño, dignode ser considerado como uno de los de más porveniren un futuro próximo. Sí es de notar, no obstante, elavance tecnológico desarrollado en la producción de

Arma y munición Fusil G3Fusil Am.

MAGFusil Am.

MG3E

Calibre (mm) 7,62 7,62 7,62Peso del arma

completa (Kg) 4,25 11,00 11,50Númeroderayas 4d 4d 4dPaso de raya (mm) 305 305 —

Cartucho 7,62x51 7,62x51 7,62x51Peso de la bala (g) 9,45 9,45 9,45Peso del cartucho (g) 24,6 24,6 25,0VGlocidad inicial

(mIs) 800 843 820Cadencia (disp/min.) 550 800 1.000Impulso de retroceso

(Kpm) 1,52 0,86 —

Velocidad a 300 m 650 650 650Velocidad a 600 m 500 500 500Energía en boca

(Kpm) 325 325 325Energía a 300 m 200 200 200Energíaa600m 100 100 100

determinadas piezas de las armas y cartuchos del5,56 x 45 actual.

Armas y municiones de pequeños calibres hay muchas en este momento, tanto en proyecto, como endesarrollo, como en prototipo o fabricándose ya engran serie. Un buen número de ellas se han mostradoen las figuras 4, 5, 6, 7, 8 y 9. En los cuadros 1 y II sedestacan las características balísticas y generales másimportantes de los conjuntos:

Al comparar los cuadros anteriores saltan a la vistalas siguientes diferencias: las armas individuales de5,56 mm son, en un 25 a un 30%, menos pesadas quelas de 7,62 mm; las armas de apoyo lo son de un 30 aun 50%; las balas de 5,56 pesan la mitad, o menos,que las de 7,62; el peso del cartucho es menos de lamitad (Fig. 11), las velocidades inicialesde las balas

..ArmaymunucionFusil

M16A1FusilFNC

Fusil AMINIMI

FusilGil

FusilMAS

Fusil AXL66E4

FusilXL64E5

FusilMNI

FusilM16A1

Calibre (mm) 5,56 5,5C 5,56 4,75 5,56 4,85 4,85 5,56 5,56Peso del arma complete

1Kg) 3,18 3,00 6,5 — 3,5 4,1 3,12 4,3 3,18Númeroderayas . . . . 6d 6d — — 6d 4 4 6d 6dPaso de rayas (mm) . . . 305 229 229 — 305 125 125 305 305

Cartucho 6,56x45 5,56x45 5,56x45 4,75x21 5,56x45 4,85x49 4,85x49 5,56x45 5,56x45Peso de la bela (g) . . . . 3,52 4,02 4,02 — 3,52 3,11 3,11 3,52 3,52

Peso del cartucho (g). . . 11,7 14,5 14,5 — 11,7 11,6 11,6 11,7 11,7

Velocidad inicial . . . 1.000 875 900 — 1.000 930 900 980Cadencia (displmin) . . . 800 800 900 — 800 800 800 J 650 800

Impulso retroceso (Kpm) — 0,76 — — — 0,40 0,44 — —

Velocidada300m. . . . 650 650 650 — 650 — — 650 650

Velocidad a 600 m. . . . 380 380 380 — 380 — — 380 380

Energíaenboca(Kpm) .

Energía a 300 m166

75166

75166

75—

166

75

— 16675

166

75Energíaa600m 25 30 30 — 25 — — 30 30

CUADRO 1

556 ¿.5 7W 7SS 109

12 g

762x SISS77

Peso: 26 g

5,56 5M

12 gFigura 11

CUADRO II

35

Page 10: Los pequeños calibres - F. Lanza - Ejército 520-521-522 1983

J 7.62.SS77 943 rfl/.,g1000 555-61193 955 /seg

5.55-SSlOS 915 nr/,,g

ALCANCE en metros

Figura 14

—I

600

Diagramo de vdocidades remanentesde los balas 762 - SS 77

5.56- M193

.1

700

Vr 300rrr

262.5S77 637 rrr/y

555.61193 628 r,r/Sg

-5.56-55109545 rrr/sg

600

E

500

5.56 - SS 109

Vr500rrr

_5577 ¿60 n/,g

5.56-6193 354 rrr556.55139418 nr

— 7.62 -SS 77

1...

LOO

300

Bala SS-109. Peso 4,0 grs

Figura 12

200

o 135

5.56 -SS 109

233 300

Eo

7.62 - SS 77 :,321.2 J.5.56-M193:1660 J.

5.56-SS1O9: 1675J.

ALCANCE en metros

Figura 13

2 Er300m.

7,62—SS77: 1883J.

5,S6—M193: 71J

5,56—SS 109: 83J.

o

1500

Diag rama de las energías cintcas remanentes

de Las bolas 7.62-SS 775.56-M 1935,56-SS 109

Er600m.

,Z62—SS77: 981 J.S,55-M193: 226J

5,56-SS109: 353.

,——7.62 -SS 77

1000

o 100 200 300 .00 500 800 700 800 900 1000 1100

36

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ligeras superan en un 20% a las de las pesadas; losimpulsos de retroceso son mucho menores, y asimismo lo son las velocidades a 600 m y las energías acualquier distancia. Evidentemente armas y municiones de 5,56 x 45 son mucho menos potentes que lasde 7,62 x 51, pero sin embargo ello no ha sido óbicepara que la NATO montase su evaluación (documentoAC1225-D/661) sobre la base de unas cartucherías de5,56 x 45 ordinarias y semiperforantes (Fígs. 9 y 12),en un afán de probar en polígono lo que ya se dio porprobado en el campo de batalla. Es decir, que el 5,56 X45 es capaz de “hacer” lo mismo que el 7,62 x 51 ordinario, apoyándose en criterios de perforación y de humanización de las heridas. Al cartucho inglés de4,85 x 49 se le consideró similar al americano de5,56 x 45 M 193 —fácilmente transformables las armas del uno en el otro—, y al alemán de 4,75 x 21 sinvaina no se le dio otra alternativa que la de “experimental”; que tenía que “madurar”, aunque su futuro seintuía espléndido.

En el diagrama de velocidades (Fig. 13) se muestraclaramente cómo partiendo las balas de 5,56 mm conmayor velocidad inicial que la de 7,62 mm, a 300 m,las velocidades remanentes son prácticamente igualesy a 600 m la de 7,62 mm se mantiene alta mientras lasde las otras dos han caído considerablemente. En consecuencia, las energías cinéticas remanentes (Fig. 14)de las balas de 5,56 mm se mantienen desde la inicialmuy por debajo de las de la bala de 7,62 mm, hasta el

punto de que, más allá de los 600 m, apenas rebasanlos mínimos necesarios del imprescindible poder dedetención o “letalidad” que cabe esperar. ¿Es esto suficiente? La pregunta no ha sido contestada por ahora;pero probablemente la respuesta es “sí”.

En la gráfica de energías de presión (1) de las tresbalas consideradas (Fig. 15), pese a que la de 7,62 mmposee, a cada distancia, mayor energía por unidad desuperficie batida, consigue menores perforacionesque la SS 109 de 5,56 mm, aunque mayores que la M193 de 5,56 mm como era de esperar; tanto en chapade blindaje NATO (2) como sobre casco alemán y norteamericano. La razón está en que tantQ la SS 77 comola M 193 son balas ordinarias; la bala SS 109 es semiperforante (Fig. 12). Este criterio de perforación sirvióde base a la NATO para seleccionar la bala SS 109, sinconsiderar abiertamente la balística de efectos completa (Fig. 16), ni tampoco las presumibles dificultadesde fabricación en grandes series que presenta esa balay que son de mucha consideración.

Insistiendo sobre la balística de efectos, se dicen cosas contradictorias, sin que nos conste que se hayan

(1) Llamamos “energías de presión” a las energías cinéticas remanentes referidas a la unidad de superficie sobre laque actúa la bala (energía/sección recta de la bale).

12) Donde dice “palastro OTAN”, debe decir “chapa de blindaje NATO”.

70

Diagramo de laslas bolas

ehergías de presión de7,62-SS 775,56-M 1935,56-SS 109

50

—SS 109

¿u

,,— 7,62-SS 77/

:7/

EE

o

-n/

5,S5—M193 —‘

20

oO 00 200 300 0C 500

Figura 15

603 700 300 900 1000 1100

37

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BALISTICÁDEEFECTOS da sobre el bloque desde una distancia de 15 metros,incide en él con una velocidad de 930 metros por segundo y dotada de una energía cinética remanente de 156kilográmetros (o kilopondímetros). El bloque, que es prismático de 38 x 15 centímetros, no llega a ser atravesado y los efectos se registraron con cámara ultrarrápidade 19.000 exposiciones por segundo. La bala al choque, voltea, cabecea y se desorganiza, penetrando 8centímetros en 200 microsegundos, 23 centímetros en1.000 microsegundos y deteniéndose a los 30 centímetros al transcurrir 1.500 microsegundos. Los “huecostemporales” producidos son tremendos, como puedeverse, ya que, al no atravesar el bloque, la bala ha cedido toda su energía. El espacio de máxima frenada esentre 10 y 20 centímetros, en el que en un tiempo pocosuperior a 0,6 milésimas de segundo la velocidad cae

______ desde unos 860 m/s a 300 m/s.Se ha dicho que esta bala M 193 produce tales efec

Cabeceo tos porque al ser disparada en armas con paso deSe rarpe rayado de 12 pulgadas, sale poco estabilizada y su

-.J vuelo se perturba grandemente cuando pasa a un medio de mayor densidad que el aire. A grandes distancias —hacia los 600 metros— su cabeceo es tan notorio que se separa mucho de su trayectoria, pierde supoder de penetración y su letalidad es muy escasa.

La bala SS 109, disparada en armas con pasos deraya de 7 pulgadas, posee una mejor estabilización envuelo y aunque también voltea y cabecea y se desorganiza al impacto, a corta distancia sus efectos parecen ser menores. A gran distancia conserva su vueloestabilizado, produce heridas limpias, mantiene unbuen poder de penetración y, al parecer, suficiente poder de detención. Decimos “al parecer” porque no tenemos noticia de que se hayan hecho pruebas de poder de detención y “letalidad”, a diversas distanciascon suficiente rigor. Desde luego la NATO no las hizo;entre otras razones porque no posee una definiciónconcreta de lo que se entiende por “fuera de combate”, ni método alguno que sirva para determinar conprecisión la eficacia letal de una bala, como ya quedódicho anteriormente.

Los grandes objetivos de las armas de infanteríason, sin duda: el personal, los vehículos todo terreno,los vehículos de combate, los vehículos auxiliares, loscarros y los edificios y las aeronaves. Sobre muchosde ellos se puede actuar con las armas individuales ycon las de apoyo, siempre que la munición de que dispongan posea la precisión debida y los poderes de detención y perforación adecuados.

Tradicionalmente en la cartuchería militar se dio primacía siempre al poder de perforación, dando porsentado que una munición con buen poder de penetración tendría sobrado poder de detención a cualquier distancia. Esto no es rigurosamente cierto, nimucho menos; las fuerzas policiales lo saben muybien. La policía da siempre primacía al poder de detención, y por eso la munición para armas policiales essemiblindada expansiva preponderantemente, sin queles resulte demasiado útil la ordinaria blindada militar,de gran poder de penetración, que además de producir muchos rebotes no acusa poder de detención suficiente en muchos casos (distancias cortas).

Pensamos ya que el problema balístico de efectosque hay que resolver con la munición militar —ahoraque se tiende a una reducción de potencia— es encontrar una solución de compromiso entre ambos poderes, ya que, como se sabe, lo que se gana en uno essiempre a costa del otro. Verdaderamente no sirve demucho perforar un casco de guerra a gran distancia, sies a costa de una desorganización total de la bala conpérdida casi absoluta de su poder de detención. Asimismo no vale gran cosa una bala que a esa mismadistancia logra un fuera de combate aceptable, pero seestrella y aplasta contra una defensa tan ligera comola chapa de un vehículo corriente.

BLANCO 62—SS77 556-M193 556-SSlOg

Pal astro

OTAN&20m. hOOn. >525m

Casco

RFA6LOm. h85m. WCOm,

Casco

OS800m, 515m

—_____

1200rn

Ge IaL a o No cabeceo

No se rompeCabeceo

S rompe

Figura 16

hecho pruebas exhaustivas. Según la Figura 16—querefleja experiencias realizadas en Bélgica— al tirar sobre gelatina la bala SS 109, voltea, cbecea y se desorganiza de la misma manera que lo hace la tan denostada bala M 193, que es capaz de efectos tan espectaculares como los que se muestran en la Figura 17 yse esquematizan, en cifras, en la Figura 18.

Se trata de un bloque de gelatina transparente, al20%, con densidad y comportamiento al impacto muysimilar al que ofrecía el tejido muscular animal. Una balade 5,56 mm M 193 con un peso de 3,55 gramos, dispara

Co:tcr.od, 556,45! 223 R,,,,(o,j

P,:t 3, 3 St::, 3,55$ Ot’.Std_d,

Vi,: 930

Em: 56 K

5, 0

E, O

E,: 56 (pm

O:,t,tc;, 3, S:: ¡3m.

Efecto de una bala de gran velocidad sobre un bloque de’gelatina de 28 X 15 x 15 que no llega a atravesar.

Figura 17

3.56 :36

D:!ø: 5.SSg ¡o,,:,! 5203:3,3

935 mi, 5, 0

E,: 356 Sp.., •. E, O

E 33

Variación de la velocidad al atravesar el bloque de gelatina

mi,!

‘‘o

o

‘2,

Figura 18

38

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La balística de efectos del armamento portátil haprogresado mucho en los últimos años, merced a losesfuerzos de entidades, organismos y firmas tan acreditadas como la Dynamit Nobel alemana, la PrincetonUniversity americana, la Comisión Técnica de la Policía Federal alemana, la Interpol, el Law EnforcementStandards Laboratory americano y el Departamentode Investigación Balística de Aberdeen del U. S. Army.Así como las fábricas nacionales de Toledo y Palenciade la E. N. Santa Bárbara, la Escuela Superior de Policía, la Jefatura de Armamento de la Policía Nacional,el Gabinete Central de Identificación de la D.G.S.E. y elCETME, aquí en España. Contándose ya con un nutrido grupo de expertos en balística de las heridas y enesperiencias sobre perforación de chapas.

Las Fuerzas Armadas españolas, que están en estosmomentos probando el calibre 5,56 >< 45—en las ofertas del fusil de asalto CETME mod. L y de la magníficaametralladora ligera AMELI—, harán bien dejando claro cuál es la balística de efectos que desean para estesegundo calibre, probando sus acciones a diversasdistancias, sobre gelatina, jabón de baja densidad ypaquetes de chapa fina, para alcanzar una solución decompromiso, que —en los aspectos táctico y técnico—mantiene a tantos países indecisos, pese a las recomendaciones de la NATO. Pues si bien el criterio deperforación está claro —aunque para muchos resultaexagerado—, el criterio de detención o letalidad nopuede estar ni claro ni oscuro; no existe con carácteroficial.

Se comienza incluso —como ya dijimos— por carecer de una definición de lo que se entiende por “fuerade combate”. Todos sabemos que con el armamentoportátil nunca se pretende matar; únicamente se desea un fuera de combate, o sea, una inhabilitación absoluta para el combate durante un tiempo. Pero...¿cuánto tiempo? Hay una propuesta canadiense quehabla de 30 segundos; tiempo que evidentemente escorto. Treinta minutos serí más aceptable; treinta horas sobrepasaría cualquier tiémpo previsible de combate continuado; treinta días resultaría sumamenteexagerado por el gran riesgo de muerte que lleva.

Es preciso alcanzar un conocimiento teórico-experimental lo más preciso posible del fenómeno del “balazo”, para poder fijar parámetros al “fuera de combate”. Cualquier tipo de bala animada de gran velocidad—desde 450 m/s en adelante— si incide sobre un órgano lleno de líquido, o sólido de baja densidad (corazón, vejija de la orina, cerebro, etc.) provoca el llamado “efecto hidráulico”; un auténtico estallido del órgano, ocasionado por la sobrepresión que se produce. Essiempre mortal. Impactos en cráneo, ccn balas inertesa velocidades próximas a 1.000 m/s, provocan estallidos que hacen pensar en balas explosivas.

Si la incidencia es sobre una masa muscular o unconjunto de tejidos que no comprenden órganos vitales, los efectos son análogos a los que se mostraronen la Fig. 17. Se forman “huecos temporales” más omenos grandes, según que la bala sea más o menosveloz; o que, siendo expansiva, la expansión seamayor o menor en función siempre de la velocidad.Balas de pequeño calibre a gran velocidad (850 m/s omás), consiguen efectos análogos a los que se obtendrían con balas deformables animadas con velocidades considerablemente menores (500 a 700 mIs); y enesto se basan los argumentos de las convenciones deGinebra de 1949 y 1974 para tratar de extender laprohibición de las balás expansivas (semiblindadas) alas rápidas de pequeño calibre, en el ámbito militar.Sin embargo, para la policía, las balas expansivas noestán prohibidas, y la razón fundamental descansa enque los efectos no son tan graves como, haciéndoseeco de negra propaganda, todo el mundo piensa. Esode una entrada de reducido diámetro y una salida cien,doscientas, o más veces, mayor, simplemente no escierto en un gran número de casos. Si la herida noafecta a zonas vitales, sólo se registra un retraso en lacuración de un 30 a un 40%. 0 sea, que si una heridaen una masa muscular con bala poco veloz tarda 15días en curarse, con una bala rápida, o expansiva, tardaría 20 ó 22.

MG-3

ji”G-3 SG/1

El CETME “L” corto, con la culata desplegada

CETME “1

39

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-—: ‘:

Balas blindadas de punta roma y gran cuerpo cilíndrico —como las usadas en la Primera Guerra mundial— que vuelan perfectamente estabilizadas, dan lugar siempre a heridas “limpias”; un recorrido recto,cualquiera que sea su velocidad. Balas aerodinámicas,blindadas, a gran velocidad y poco estabilizadas, impactan cabeceando, se frenan bruscamente, se tuercen, voltean y avanzan ladeándose, en camino ancho ytortuoso, como si fueran balas expansivas. A menorvelocidad, menor efecto. A poca velocidad y bien estabilizadas producen heridas limpias, aunque su caminoa veces no es recto.

Un conocimiento detallado de las posibilidades delpequeño calibre en las tres vertientes de su balísticade efectos: precisión, detención y penetración, será unsólido apoyo para tomar decisiones. Pues como yaquedó recalcado más atrás, los objetivos son variados.No basta con “dar” y “perforar”, hay también que“detener”. Dejar fuera de combate a la distancia conveniente, so pena de sufrir costosa y lamentable inferioridad frente a calibres tenidos hasta ahora por norma les.

FNC

Fusil automático HK 33 A2

JUNTA NACIONAL DE LA HERMANDAD DE RETIRADOS, VIUDAS Y HUERFANOSDE LAS FUERZAS ARMADAS

En el presente año de 1983, la Hermandad de Retirados, Viudas y Huérfanos de lasFuerzas Armadas, celebra su 25 aniversario. Se trata de una asociación de carácter apolíticoy benéfico, cuyo principal objeto es fomentar la unión y relaciones fraternales entre los queconsagran su vida a la profesión de las Armas, sus viudas y huérfanos, atendiendo a lamutua ayuda y protección de los asociados.

Es una triste realidad el desconocimiento de los fines y logros de la Hermandad, eincluso de su existencia, por una gran parte de los militares en activo, a los que tratamos deinformar para que cooperen como socios protectores con esta asociación que no sólo defiende a los compañeros de más edad y las familias de todos, sino que trabaja por conseguir una situación de retiro más satisfactoria.

Son muchos los logros que la Hermandad ha obtenido en los 25 años de su existencia,debiendo significar el haber conseguido que la pensión de las viudas fuese elevada del 25al 40% y, para los hijos menores, del 6% al 10%. Venimos solicitando desde hace variosaños el 50% del suelo regulador para las viudas, y otras varias propuestas, como el ingresode las huérfanas en el I.S.F.A.S., las pensiones temporales, etcétera.

En algunos países donde hay asociaciones semejantes, la afiliación es obligatoria.A los compañeros que estáis en activo y que si Dios os conserva la vida pasaréis algún

día a la situación de retiro o reserva, os pedimos vuestra ayuda y cooperación, haciéndoossocios de la Hermandad y suscribiéndoos a la revista “TIERRA, MAR, AIRE” donde ademásde artículos de interés general y profesional, se informa de las gestiones realizadas y detodo lo referente a retirados, viudas y huérfanos. Como sabéis muy bien, la unión hace lafuerza y es muy importante que formemos un bloque, especialmente en la defensa denuestros miembros más débiles que son las viudas y los huérfanos.

Para haceros socios protectores de la Hermandad debéis dirigiros a la Delegación Provincial de vuestra residencia. Es de interés el que mantengáis contacto con ella, y os informen del pago de cuotas, que son muy pequeñas y cuyo abono se efectúa anualmente, bienen la Delegación, mediante Banco o Caja de Ahorros. La cuota anual para el personal retirado oscila de 600 pta5. para los coroneles a 72 ptas. para los guardias, y la suscripción anuala la revista es de 450 ptas.

40

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LOSPEQUENOSCALI BRES©FRANCISCO LANZA GUTIERREZCoronel del ClAC (A>

La logística es, a la larga, decisiva en las guerras y, ala corta, en las batallas y combates; onstituye también un puro y constante problema de transportes.Cuando la logística no lo ve claro, resulta arriesgadísimo montar y lanzar cualquier aventura bélica, o introducir modificaciones masivas en el armamento, equipo, municiones y pertrechos de los ejércitos. Estó esbien sabido.

Sin embargo —y en principio— cualquier disminución de los factores “peso” y “volumen” en el armamento, contarán siempre con las bendiciones logísticas más sinceras. La economía, la movilidad, la sencillez, la flexibilidad y la seguridad de actuación, principios logísticos de la mayor importancia, resultan lo suficientemente afectados como para que la innovaciónsea acogida con entusiasmo. No debe olvidarse que lalogística —con minúscula— son cargas y descargas,transportes de materiales, de equipos, de repuestos yde productos que pesan y ocupan volumen. Significaasimismo medios de transporte (auto, ferrocarril,avión>, carburantes y grasas, productos energéticos,hombres que manejen, organización que encuadre aesos hombres, mandos, alojamiento, equipo, subsistencias, vestuario, administración, sanidad, apoyo,piezas, etcétera.

Si se considera un cambio total —armas y municiones de 7,72 x 51 son totalmente sustituidas por las de5,56 >< 45— la implicación del “peso” resulta fundamental, ya que, como se vio en los cuadros 1 y II deanteriores capítulos, el peso de la munición de5,56 x 45 es un 50% menor que el de la 7,62 x 51 y lareducción de peso de las armas individuales y de lasde apoyo se cifra en un 30% y un 50% respectivamente. Aparte de que, soportando el mismo peso, el soldado puede llevar doble número de municiones; apartede que, por ello, las dotaciones pueden ser aumentadas al doble, hay un claro y positivo aumento de lacapacidad de apoyo logístico a igualdad de medios, oun neto ahorro de medios a igualdad de capacidad logística.

En tiempo de paz el transporte anual de municionesde 7,62 x 51, de fábrica a parques y a unidades se puede estimar en unos 60 millones de cartuchos (60.000empaques de 1.000>, que significan 1.800 Tm (a 30kgempaque) y que precisan unos 180 camiones de12 Tm S/R. Si la munición fuese de 5,56 x45, el tonelaje sería sólo de 900 Tm (30.000 empaques de 2.000, a30 kg empaque) y con 90 camiones sería suficiente. Encampaña, el transporte diario de municiones para uncuerpo de ejército de cuatro divisiones, en punta deataque, puede llegar a 20 millones de cartuchos de7,62 x 51, o sea, 600 Tm (20.000 empaques de 30kg>que precisarían 150 camiones ligeros de 5Tm. Si setratase de munición de 5,56 x45, con 75 camiones sería bastante. A esos ahorros en vehículos de trensporte hay que añadir los de otras servidumbres ligadas alapoyo logístico directo, como son menos baterías demunicionamiento, menores instalaciones, más reducidos espacios abiertos y cerrados, menos controles decirculación, menor necesidad de protección, etcétera.

Pero de lo expuesto en capítulos anteriores, al considerar aspectos tácticos y técnicos de la introducciónde pequeños calibres, claramente se deduce que, porel momento, no se va a disfrutar de una solución total.Lo más probable —lo que está sucediendo ya— es quela mayoría de los ejércitos adopte una solución intermedia. Que se conserve el calibre normal en un buenporcentaje de unidades y se vaya dotando a otras conarmas de pequeño calibre; por sus misiones específicas, por nueva creación, por posesión de especialesmedios de combate, o por otras razones. Esto naturalmente lleva a una solución dual; muy alejada de aquella tendencia hacia las familias de armas, que buscaban el calibre pequeño y único, que cubriese las funciones de la pistola, el subfusil, el arma de asalto individual y las de apoyo ligeras y pesadas, contando conlos más entusiastas parabienes tácticos, técnicos y logísticos.

Si esta solución, que con tanto tesón se persiguió,no es posible ahora —por muchas razones económicas y tradicionales— la solución dual, la solución inter

2.—EJERCITO. 17

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media de ahora, seguirá presentando ventajas logísticas en general, por cuanto que ahorra positivos tonelajes de transportes.

Por otra parte, el empleo de los pequeños calibrespuede presentar otras repercusiones logísticas quepodríamos calificar de indirectas o secundarias. Seriostratadistas se han ocupado de ellas y algunos han llegado a afirmar que tales referencias han sido buscadas adrede. Que si se ha desestabilizado el vuelo delas balas; que si se ha acentuado su forma aerodinámica; que si se ha aumentado su longitud y retrasadosu centro de gravedad; que si su “letalidad” se incrementó a distancias cortas y que su poder de detenciónse redujo en los grandes alcances, todo fue por conseguir efectos tácticos que complicarían grandemente lalogística del enemigo.

La pérdida de poder de detención de las balas a grandistancia, al tiempo que su precisión aumenta, haceque las heridas mortales disminuyan, escaseen los“fuera de combate” y en general los heridos aumenten, causando grandes trastornos en los servicios logísticos sanitarios del enemigo, que se ve obligado areforzar tales servicios y todo lo que con ellos se relaciona. Un muerto sólo requiere una rápida identificación y subsiguiente enterramiento; un herido reclamalos cuidados de, al menos, tres personas.

Es curioso constatar que no son sólo las humanitarias, a veces “idílicas” y siempre trasnochadas, recomendaciones y exigencias de la Convención de Ginebra (1974) las que introducen modificaciones en losarmamentos, tendentes a hacerlos menos crueles delo que la guerra los hace en sí.

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insustituible para determinadas unidades en muy variados y muy abundantes teatros de operaciones.

Cualquier solución resultará siempre económicamente importante, dependiendo del tipo de la mismay de la potencia económica del país en cuestión. Así,por ejemplo, en el caso de los Estados Unidos, cuyoejército posee más de 1.300.000 fusiles M16A1 de5,56 x 45, si hubieran de ser reemplazados —porquela NATO hubiese escogido otro pequeño calibre— elcosto de la operación ascendería a unos 400 millonesde dólares. Pero aún ahora, aceptado el calibre, sitienen que variar el paso del rayado, de 12 a 7 pulgadas,para dar estabilidad a la bala SS 109 recomendada o aotras similares, la transformación de esos M16A1(montaje de nuevos tubos-cañón y pruebas de fuego)se elevará a más de 100 millones de dólares, aparte delos gastos que signifiquen las transformaciones aefectuar en el casi millón y medio más de fusilesM16A1 exportados o construidos con licencia en otrospaíses, y que serán, como mínimo, del mismo orden.

No es de esperar—no hay síntoma alguno— de quelas naciones de la NATO y otras se lancen a grandescompras o a grandes inversiones o a copiosas fabricaciones. Hay muchísimos fusiles individuales semiautomáticos de 7,62 mm en los países de la NATO, yotros muchos (decenas de miles) están siendo vendi

Ametralladora CETME “AMELI”. Calibre 5,56 mm.

El clima de expectativa que se mencionó en páginasanteriores, referente a la adopción del segundo calibreNATO, tiene en verdad casi tanto trasfondo económico como técnico y militar. Hay una evidente consciencia de que en el armamento portátil de infantería sevive un momento de transición; que la solución clásica ha de ser revisada; que los pequeños calibres noofrecen una solución completa por ahora y que lo definitivo se producirá en el próximo decenio. Pero mientras tanto, los estados lnayores han de resolver el problema transistorio, mediante una solución dual; unasolución cara. Pues en modo alguno pueden quedarseatrás en la adopción —total o parcial— del 5,56 x 45,que se ha impuesto en el mundo, ha intervenido enuna guerra mayor y varias menores y se ha mostrado

Fusil CETME de 7,62. Modelo C-75 NATO

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dos en todo el mundo por los países productores. Grecia, por ejemplo, acaba de comenzar la fabricación delG3 de H & K bajo licencia. Otros países, bien dotadosde armamento de 7,62 x 51, e incluso autoabasteciéndose de él, lo único que harán es comprar, sin granprisa, pequeñas cantidades de nuevas armas de5,56 x 45 con las que dotarán a unidades especiales.

Con pequeñas variantes y no pocas indecisiones, éste es el caso de España. Pese a las activas gestionesque una acreditada firma americana viene realizandopara montar aquí, bajo licencia, la fabricación del fusilM16A1 de 5,56 mm; pese a que la Empresa Santa Bárbara está fabricando ya una serie de 10000 fusilesCETME L de 5,56 mm; pese a que esta misma empresa fabrica regularmente el cartucho de 5,56 x 45 conbala M193 y con bala SS 109, solamente la GuardiaCivil posee un lote de 600 armas, y otras 300 más seestán probando en diversas unidades del Ejército.Nuestros estados mayores de Defensa no han tomadoaún una decisión, a más de dos años vista de la tancontrovertida evaluación de la NATO, sin duda esperado el resultado de las pruebas en curso y las decisiones y medidas que otros países tomen al respecto.

Sin embargo, “el tren del 5,56” está pasando. Tantoen la fabricación de armamento y municiones de pequeño calibre, como en la dotación, con ellos, de unidades regulares o especiales, parece indicado “no perder ese tren”. Muchos de los países miembros de laNATO, tienen en desarrollo como nosotros modelospropios de armas y municiones de 5,56 x 45, sosteniendo en marcha, una vez más, una normal y perfectamente razonable política de cultivo de las tradiciones nacionales e impulso a su propia industria anteperspectivas de beneficios económicos en los mercados exteriores.

Merecen citarse la HK-33 en Alemania, la BERETTAARTO/.223 italiana, la FN CAL belga, sin que ningunadescuide por ello sus nuevos desarrollos en otros pequeños calibres. Y Gran Bretaña también se ha unido ala carrera. Porque el mercado mundial, sin ningún género de dudas ha aceptado el 5,56 x 45 sin reservas.Brasil ha comprado quince mil armas HK-33 para susfuerzas aéreas. Malasia ha hecho una compra máximade fusiles M16. Francia vende grandes cantidades del

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FA MAS en numerosos países de Africa, y otras naciones —de la NATO o no— como Austria, España, Suizay Suecia también han desarrollado armas de 5,56 mm.

La repercusión económica que una renovación —ouna simple adición— del armamento individual de infantería trae consigo es grande siempre, y por ello alentrar en su planteamiento, a corto o a largo plazo, loscondicionantes tácticos y técnicos han de estar muyclaros.

En la actualidad, las Fuerzas Armadas españolas están en posesión de unos 200.000 fusiles de asalto CETME mod. C cal. 7,62 mm, que precisan una renovaciónanual —por inutilización, deterioro, desgastes, etc. ypara reserva en parques— de no menos de 20.000;

más una elevada cantidad de piezas de repuesto quegaranticen la permanencia en servicio de los 200.000con que se mantiene armada y en período de instrucción, a la quinta o reemplazo del año. Todo ello, unidoal cupo anual de munición estrictamente necesaria,significa unos 3.000 millones de pesetas al año; capítulo actual para renovación y mantenimiento del potencial de armas largas individuales de infantería y sumunición, que no es excesivo y está ahí, asumido yfuncionándo. Incluso nos parece algo escaso, en atención a que las reservas de armas y municiones no seacumulan en la cuantía y celeridad necesarias para hacer frente a la eventualidad —no muy probable afortunadamente— de que la nación se viese obligada a llamar reservistas a filas o movilizar una quinta más.

Si se pretendiese un cambio total de este armamento por otro de 5,56 x 45, aparte de que, por algúntiempo, hubiese que sostener la cifra de gastos anuales anterior, menguando año tras año, serían insoslayables unos gastos de inversión y fabricación no inferiores a 30.000 millones de pesetas, desglosados enmil millones para nueva maquinaria e instalaciones,20.000 millones para fabricación de los fusiles necesarios y 9.000 millones para munición y reservas.

Como el cambio, para ser efectivo, habría de ser inmediato —plazo no inferior a cinco años— significaríaun total de 9.000 millones de pesetas anuales en elprimer año (6.000 del nuevo armamento y 3.000 parael antiguo); 8.000 en el segundo (6.000 y 2.000); 7.000en el tercero (6.000 y 1.000); 6.500 en el cuarto (6.000 y500), y sólo 6.000 en el quinto año.

Sin embargo, si se enfoca el problema del segundocalibre, como una adición a lo que ya se tiene —y asíparece ser que será— las cifras disminuyen ostensiblemente. Las inversiones en maquinaria e instalaciones no pasarán de 500 millones y la fabricación de armas y municiones para dotación y reserva no sobrepasará los 12.000 millones. Un total de 12.500 millones alo largo de cinco años (2.500/año) es un gasto prácticamente inapreciable. Un incremento de 3.000 millonesa 5.550 no es significativamente oneroso para el presupuesto anual de defensa.

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No parece, pues, que existan obstáculos serios paraque el calibre 5,56 x 45, en armas y municiones, seaadoptado en España por nuestras Fuerzas Armadas ypoliciales, como segundo calibre de infantería y comoarma larga de dotación. Pruedente es, en efecto, esperar los resultados de las pruebas pertinentes y mantenerse al tanto de las decisiones que tomen otros países, pero no se debe correr ningún riesgo de perder el“tren del 5,56” o de tomarlo tarde; a la altura del “vagón de cola”.

Queremos decir que hoy por hoy las FAS españolas,apoyadas en una sólida industria de guerra convencional, están en disposición de adelantarse a muchosacontecimientos que se esperan de fuera; pueden per

Fusil de asalto CETME. Modelo 1. Calibre 5,56 mm (cargador recto).

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fectamente, intensificando los estudios en marcha, ytomando ventaja de las evaluaciones hechas por laNATO, dejar claros y sentados los criterios tácticos ylogísticos que han de gobernar la adopción, para quelos determinantes técnicos y económicos puedan a suvez ser definidos, obtenidos y delimitados con precisión suficiente.

La década de los ochenta ya empezó hace tres años.Para el decenio de los noventa sólo quedan unos años—siete— en los que la solución “pequeño calibre” hade quedar resuelta, asumida y funcionando. No restamucho tiempo.

La entrada en los noventa camino del 2000, se espera hacer con los pequeños calibres muy evolucionados; con las tecnologías de la era espacial incorporadas. Armas para cartuchos sin vaina; la optrónica y lamecánica cuántica aventurando sus técnicas en elcampó del armamento portátil; contando con tecnologías del infrarrojo; avances en la aplicación de la espectroscopia de masas y la nueva balística “laseriana”, con técnicas de electrónica integrada.

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A

Fusil de asalto AKS-74 (ruso) calibre 5,45 mm.1’

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4

El IMI GALIL, de Israel.

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