los laicos en la vida y en la misiÓn de la iglesia

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RESPONSABILIDAD DEL LAICO EN LA MISION DE LA IGLESIA LOS LAICOS EN LA VIDA Y EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA Veamos lo que se dice de nosotros los laicos: El concilio Vaticano II dedicó en la Constitución Lumen Gentium un capítulo específico a los laicos. Especificó su misión en el mundo actual en la Gaudium et Spes y en el decreto Apostolicam Actuositatem desarrolló el tema del apostolado de los laicos. El Papa Pio XII había dicho: “Los laicos están en la vanguardia de la vida de la Iglesia; gracias a ellos, la Iglesia es el principio animador de la sociedad humana. Por eso, ellos, en particular, deben tener una conciencia cada vez más clara, no sólo de que pertenecen a la Iglesia, sino que también de que son la Iglesia”. La “Lumen Gentium” dice: “Todos los cristianos, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor”. La exhortación apostólica postsinodal Christifideles Laici volvió a recordar la vocación y misión de los laicos. El sínodo “abordó la misión específica de los laico… según la cual todos los bautizados reciben la misma gracia santificante, la gracia de la justificación, por la que cada uno llega a ser “una nueva criatura”, un hijo adoptivo de Dios, “partícipe de la naturaleza divina”, miembro de Cristo y coheredero con él, templo del Espíritu Santo. Todos los fieles, tanto los ministros ordenados como los laicos forman juntos el único cuerpo del Señor: “Donde no hay griego y judío: … sino que Cristo es todo en todos”. En una eclesiología de comunión la estructura jerárquica de la Iglesia no es cuestión de poder, sino de servicio, ordenado completamente a la santidad de los miembros de Cristo”. EL LAICO EN LA VIDA DE LA IGLESIA Los laicos no somos solamente un determinado grupo especial dentro de la Iglesia. El Papa Juan Pablo II dice que los laicos “deben tener conciencia, cada vez más clara, no solo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia”. El Concilio Vaticano II, nos dice “… que los laicos estamos llamados a tener una participación plena, activa y consciente en la liturgia y en la vida de la Iglesia, pero teniendo siempre presente claro que existe una distinción fundamental, basada en la voluntad de Cristo mismo, entre el misterio ordenado, que se deriva del sacramento del orden, y las funciones de los laicos, fundadas en los sacramentos del bautismo, la confirmación y, sobre todo, el matrimonio. La participación activa del laico, en la Iglesia, consiste en ser consciente de sus responsabilidades en los campos social, profesional, cultural y político. Para desarrollar su tarea en el mundo de los laicos deben estar bien formados en la catequesis, deben dedicar tiempo a la oración, a la práctica sacramental, evangelizar la cultura y aplicar la doctrina moral y social de la Iglesia en la vida pública y privada. NOTAS CARACTERÍSTICAS DEL LAICADO El laico ha de buscar la secularidad o inserción plena “en el corazón del mundo”, es decir, en el orden temporal o ciudad terrenal. El laico debe ser fermento evangélico como exigencias del bautismo y del mandato del amor. El laico debe asumir la responsabilidad específica de profeta, sacerdote y rey de Cristo como “derecho y deber”. Además, el laico está enviado a vivir y actuar en comunión eclesial como miembro peculiar del Pueblo de Dios, “participe en la misma misión de la Iglesia”.

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Page 1: LOS LAICOS EN LA VIDA Y EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA

RESPONSABILIDAD DEL LAICO EN LA MISION DE LA IGLESIA

LOS LAICOS EN LA VIDA Y EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA

Veamos lo que se dice de nosotros los laicos:

El concilio Vaticano II dedicó en la Constitución Lumen Gentium un capítulo específico a los laicos. Especificó su misión en el mundo actual en la Gaudium et Spes y en el decreto Apostolicam Actuositatem desarrolló el tema del apostolado de los laicos.

El Papa Pio XII había dicho: “Los laicos están en la vanguardia de la vida de la Iglesia; gracias a ellos, la Iglesia es el principio animador de la sociedad humana. Por eso, ellos, en particular, deben tener una conciencia cada vez más clara, no sólo de que pertenecen a la Iglesia, sino que también de que son la Iglesia”.

La “Lumen Gentium” dice: “Todos los cristianos, de cualquier estado o condición, están llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor”.

La exhortación apostólica postsinodal Christifideles Laici volvió a recordar la vocación y misión de los laicos.

El sínodo “abordó la misión específica de los laico… según la cual todos los bautizados reciben la misma gracia santificante, la gracia de la justificación, por la que cada uno llega a ser “una nueva criatura”, un hijo adoptivo de Dios, “partícipe de la naturaleza divina”, miembro de Cristo y coheredero con él, templo del Espíritu Santo. Todos los fieles, tanto los ministros ordenados como los laicos forman juntos el único cuerpo del Señor: “Donde no hay griego y judío: … sino que Cristo es todo en todos”.

En una eclesiología de comunión la estructura jerárquica de la Iglesia no es cuestión de poder, sino de servicio, ordenado completamente a la santidad de los miembros de Cristo”.

EL LAICO EN LA VIDA DE LA IGLESIA

Los laicos no somos solamente un determinado grupo especial dentro de la Iglesia. El Papa Juan Pablo II dice que los laicos “deben tener conciencia, cada vez más clara, no solo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia”.

El Concilio Vaticano II, nos dice “… que los laicos estamos llamados a tener una participación plena, activa y consciente en la liturgia y en la vida de la Iglesia, pero teniendo siempre presente claro que existe una distinción fundamental, basada en la voluntad de Cristo mismo, entre el misterio ordenado, que se deriva del sacramento del orden, y las funciones de los laicos, fundadas en los sacramentos del bautismo, la confirmación y, sobre todo, el matrimonio.

La participación activa del laico, en la Iglesia, consiste en ser consciente de sus responsabilidades en los campos social, profesional, cultural y político.

Para desarrollar su tarea en el mundo de los laicos deben estar bien formados en la catequesis, deben dedicar tiempo a la oración, a la práctica sacramental, evangelizar la cultura y aplicar la doctrina moral y social de la Iglesia en la vida pública y privada.

NOTAS CARACTERÍSTICAS DEL LAICADO

El laico ha de buscar la secularidad o inserción plena “en el corazón del mundo”, es decir, en el orden temporal o ciudad terrenal.

El laico debe ser fermento evangélico como exigencias del bautismo y del mandato del amor.

El laico debe asumir la responsabilidad específica de profeta, sacerdote y rey de Cristo como “derecho y deber”.

Además, el laico está enviado a vivir y actuar en comunión eclesial como miembro peculiar del Pueblo de Dios, “participe en la misma misión de la Iglesia”.

Los cristianos laicos, por ser cristianos, miembros de la comunidad eclesial, han de participar activamente en la triple tarea evangelizadora, profética, litúrgica y caritativo-social. Los laicos como la Iglesia en el mundo –familia, escuela, trabajo, descanso, medios de comunicación, política, marginación social- han de confesar la fe y denunciar las injusticias; servir al Reino de Dios promoviendo la dignidad de la persona, la justica, la verdad, la paz, la solidaridad con los pobres.

MISIÓN DOBLE Y A LA VEZ ÚNICA DE LAICOS

Guiado por los diferentes documentos del Magisterio de la Iglesia sobre los laicos vemos la doble y única misión del laico.