los derechos humanos de los ancianos como grupo vulnerable
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LOS DERECHOS HUMANOS DE LOS ANCIANOS COMO GRUPO VULNERABLE
El objetivo de este estudio es hacer un aporte a la concientización de la situación actual
de los derechos de las personas mayores, así como de que estas son sujetos
especialmente sensibles a la vulneración de ellos, lo que representa un desafío enorme,
ya que conlleva la necesidad imperiosa y creciente de crear reglamentos, políticas e
instituciones que les protejan y garanticen el pleno goce y ejercicio de sus derechos, ya
que al momento presente , se configuran como un grupo creciente tanto en su
multiplicación numérica como .en la multiplicidad de los factores que producen esta
vulnerabilidad.
Pero, que es lo que esta convirtiendo a los ancianos en un grupo vulnerable?
Cuales son estos factores que los vuelven sujetos de desigualdad y discriminación?
Estas son algunas de las preguntas que vamos a despejar por medio de este estudio,
iniciaremos dimensionando el problema.
La población mundial esta presentando un fenómeno de envejecimiento demográfico
natural, sin embargo, el ritmo que ha representado este a nivel Latinoamericano es alta y
especialmente preocupante.
“Las sociedades envejecidas o en proceso de serlo están apareciendo por todos los
rincones del mundo. Este fenómeno es una expresión clara de la transición demográfica
por la que atraviesan las poblaciones de muy diversos países: por un lado, la declinación
de la mortalidad origina un progresivo aumento de la esperanza de vida y, en
consecuencia, un número cada vez mayor de personas alcanza edades avanzadas; y
por el otro, la caída de la fecundidad se refleja, a la larga, tanto en una cantidad menor
de nacimientos como en una reducción sistemática de la proporción de niños y jóvenes
en la población total. La combinación de ambas tendencias conduce, de manera
inevitable e irreversible, al envejecimiento demográfico, hecho que se expresa en un
estrechamiento de la base y una ampliación de la cúspide de la pirámide poblacional.” 1(Citado en: LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS DE LA TERCERA EDAD. Dr Rodolfo Tuirán” Desafíos del envejecimiento
demográfico en México”Comisión Nacional de los Derechos Humanos.2003.)
Para ilustrar gráficamente esta preocupante situación, basta dar una mirada a las
siguientes gráficas que incluyo basadas en las perspectivas poblacionales calculadas
por la CONAPO, cuyos indicativos nos pronostican que para el año 2050, la población
mexicana mayor de 65 años estará rebasando el porcentaje del 25% de la población
total en México.
1. Distribución de la población por edad y sexo en México 2000-2050.
El cambio demográfico en México ha llevado una gran velocidad, por lo que hoy estamos
ante la urgencia inminente tanto de atender los rezagos del alto crecimiento poblacional
del pasado como de preparar las respuestas institucionales, sociales, culturales,
intrínsecas e incluyentes de todos los sectores para encarar el desafío presente y futuro
que representa el envejecimiento demográfico.
Grafica 2 (porcentaje general)
En las sociedades que envejecen a un ritmo tan creciente, promocionar la calidad de
vida en la vejez dependiente e independiente es el reto más inmediato de las políticas
sociales. El creciente aumento de la esperanza de vida, el descenso sin precedentes
históricos de la tasa de natalidad, los cambios en la estructura, en el tamaño, en las
formas en la familia, los cambios en el status de las mujeres, la reducción creciente de
las tasas de actividad laboral entre las personas de cincuenta y cinco y más años, han
convertido el envejecimiento de la sociedad en una cuestión de máxima prioridad.
. La sociedad se encuentra ante nuevos retos para los que necesita instrumentos
nuevos. Se requiere un concepto nuevo de solidaridad entre las generaciones y entre los
distintos grupos, en un mundo cada vez más complejo, más inseguro, más
indeterminado.
La calidad de vida en la vejez tiene que ver con la seguridad económica y con la
inclusión social que se asegura por medio de infraestructuras de apoyo y redes sociales.
Esto debe promover la participación de las personas de edad como miembros activos de
la comunidad, una de cuyas funciones puede ser transmitir sus experiencias a las
generaciones más jóvenes, al tiempo que comprenden su estilo de vida y los desafíos
que les son propios. Todo ello en una sociedad inmersa en procesos que la llevan
también a ella a aprender a envejecer. Esto implica necesariamente dar el apoyo social
y familiar a las personas que deben continuar viviendo en la comunidad, siendo cuidadas
en familia, al tiempo que siguen desarrollándose todas sus potencialidades hasta el
último momento. Es necesario también el apoyo material y afectivo de los familiares que,
con distintos grados de implicación, participan en la acción de cuidados, si son
requeridos.
En primer lugar, demos una mirada a los factores que generan esta problemática desde
el punto de vista de los ancianos y su entorno físico y social.
La tercera edad
El término tercera edad, es un término antrópico-social que hace referencia a la
población de personas mayores, no necesariamente jubiladas, normalmente de 65 o
más años. Este grupo de edad está creciendo en la pirámide de población o distribución
por edades en la estructura de la población, la baja tasa de natalidad y la mejora de la
calidad de vida y la esperanza de vida son las causas principales que producen este
hecho.
En los países tercermundistas, la tercera edad pierde rápidamente oportunidades de
trabajo, actividad social y capacidad de sociabilización, se sienten postergados,
erradicados y sin mayores opciones que terminar en un asilo; a diferencia de aquellos de
los países desarrollados que gozan de un mejor estándar de vida, son subsidiados por el
Estado y pueden acceder a mejores pensiones, garantías de salud etc. Incluso hay
países desarrollados que otorgan trabajo sin discriminar por la edad y donde prima la
experiencia y capacidad. Los índices de enfermedades asociadas a la vejez (Alzheimer,
artrosis etc.) son más recurrentes en los países subdesarrollados que en los países
desarrollados.
La vejez no es una enfermedad: es un estado de graduales cambios degenerativos, de
lento desgaste, pero no es una enfermedad ni tiene que venir acompañada de dolores ni
angustias. Hay enfermedades propias de la vejez, lo mismo que hay enfermedades
propias de la infancia; pero eso no quiere decir que la infancia sea una enfermedad,
como tampoco es la vejez.
En el proceso de envejecer ocurren cambios progresivos en las células, en los tejidos,
en los órganos y en el organismo total. Es la ley de la naturaleza que todas las cosas
vivan cambian con el tiempo, tanto en estructura como en función. El envejecimiento
empieza con la concepción y termina con la muerte. La gerontología se interesa
principalmente en los cambios que ocurren entre el logro de la madurez y la muerte del
individuo, así como en los factores que influyen en estos cambios progresivos.
Finalmente, de una manera inexorable, unos antes y otros después, viene la declinación
general. El individuo acaba retrayéndose de las actividades. Depende mucho de los que
le rodean. Si las relaciones con otros son tirantes, el anciano busca el aislamiento y la
soledad. El temperamento puede tomarse agrio. Surge en muchos casos la mala salud
física. Los ingresos económicos pueden ser insuficientes. Hay una multitud de
problemas de índole social y psicológica que cae sobre el anciano y sus familiares, las
situación no es fácil para la persona vieja ni para sus relacionados. El anciano no quiere
construir un estorbo. Para los familiares, el hecho de tener la responsabilidad de
personas mayores constituye un serio impedimento en el disfrute de sus afanes de vida
y en la realización de sus proyectos y aspiraciones.
En la vejez es muy difícil separar las incapacidades de índole física de los efectos
desintegrantes de conflictos que, por ser prolongados y arduos, dejan una huella
psíquica profunda en el individuo. El proceso de envejecer abarca toda la personalidad.
El deterioro en la vejez no es sólo en la estructura, sino también en la función y, por
tanto, un resultado de las tensiones emocionales.
Una vez más se reconoce que la personalidad humana es una integración, una totalidad
indivisible. Todos sabemos que una persona sufrida, en el aspecto emocional, envejece
físicamente de la noche a la mañana.
Las causas del envejecimiento mental normal se deben a la intervención de cuatro
factores:
* El deterioro progresivo de las propias funciones físicas.
* El declinar progresivo de las facultades y de las funciones mentales.
* La transformación del medio familiar y de la vida profesional.
* Las reacciones del sujeto ante estos diversos factores.
Como hemos visto hasta ahora, el simplemente envejecer no debería ser algo
traumático, pero si a ello agregamos los múltiples factores de tipo social, económico,
familiar y cultural. La transformación de la vejez en un problema no solo por la cantidad
creciente de individuos que alcanza esta tapa de vida, sino que las rigideces
institucionales, sociales y familiares no han dado respuesta a las necesidades y
demandas planteadas. Cuando el envejecimiento va acompañado de pobreza,
aislamiento, enfermedad y discapacidad, las dimensiones, como la etnicidad, la clase
social, y el género se entrecruzan y refuerzan, lo que se convierte en una telaraña de
desventajas de la cual es difícil escapar.
Factores detonantes del maltrato a los ancianos.
En nuestra cultura, la vejez tiene un significado subjetivo ambivalente, por un lado les
rinde tributo, los compadece, y finalmente, en el peor de los casos, los discrimina y
maltrata al verlos como un estorbo, con las evidentes secuelas individuales y sociales.
El maltrato o abuso es cualquier acto que causa o infringe daño, este puede ser aislado,
ocasional o habitual, o sea, constante.
Hay condiciones que conllevan un mayor riesgo de padecer maltrato, como sería:
La dependencia.- Depender de otras personas, ya sea económicamente, o de cuidados
familiares físicos es un factor que muy frecuentemente conduce a el rechazo y, algunas
veces al abuso, de parte de la persona que proporciona este apoyo.
Actualmente va en aumento el número de hijos que acumulan al mismo tiempo el
cuidado necesario hacia los padres o ascendientes al mismo tiempo que tratan de
enfocar sus esfuerzos en la formación de otra nueva familia a titulo propio. Esto algunas
veces se vuelve difícil y repercute en el trato o maltrato hacia el mas débil, el anciano
mayor.
La edad.- A mayor edad edad y enfermedad, mayor fragilidad.Algunas veces se une
como agravante alguna discapacidad, o dificultad, ya sea motriz, visual o auditiva, lo que
dificulta aun mas la comunicación e integración del anciano, propiciando su aislamiento.
El sexo.- El sexo masculino tiene casi siempre una dependencia mayor, por que esta es
de alimentación e higiene, por motivos culturales los ancianos no se adaptan a valerse
por sí mismos, asi, cuando una mujer enviuda puede ocuparse en cocinar y lavar su
ropa, así que contrario a lo pensado no es la mujer la mas maltratada, sino el hombre.
El patrón de conducta previa. El anciano que mantuvo una conducta o rol de
maltratador o provocó violencia intrafamiliar tiene mas posibilidades de ser maltratado
como venganza, con mayor razón si existe en esta relación el factor del alcoholismo de
alguna de las partes.
La economía.- Entre más dinero tiene el anciano, mas se abusará de el, y entre menos
tenga, más abandono, esta es una realidad.
La viudez.- Esta conlleva soledad y cambios en el estilo de vida, a veces incluso cambio
de domicilio o de relaciones, el riesgo disminuye si la persona vive sola, pero esto
cambia si es necesario reinsertarse en algún grupo familiar, sobre todo si el anciano es
de sexo masculino.
El estrés.- La forma acelerada y angustiante forma de vivir se resiste a las
responsabilidades supervinientes, creando intolerancia y tensión que facilitan el maltrato.
A juicio de Antonio Moya Bernal y Javier Barbero Gutiérrez “dos son las razones
principales que fundamentan el escaso interés real – que no formal – sobre el maltrato al
anciano:
a) Geronto fobia pasiva: nuestra sociedad no valora los aspectos positivos de la vejez, y
tiende a evitar y defenderse de las carencias y deterioros de la misma. Como si no
tuviera que ver con nosotros. De hecho, cuando no valoramos algo como positivo
tampoco tenemos conciencia (cognitiva) y sensibilidad (emocional y axiológica) para
percatarnos de que los derechos de esa realidad puedan estar siendo vulnerados. El
Etaismo – la discriminación por la edad- ha sido una norma a lo largo de la historia y hoy
sigue siendo una realidad palpable.
b) Dificultad para detectarlo y denunciarlo: sólo se diagnostica en lo que se piensa y el
maltrato no se suele tener en la cabeza como diagnóstico diferencial. Se necesita un
elevado índice de sospecha para detectar el maltrato, sobre todo cuando muchos de los
factores de riesgo no están presentes. La resignación ante el maltrato puede cursar en
forma de depresión o de comportamiento pasivo aprendido.
La persona mayor maltratada puede sentirse culpable por denunciar la actuación de
aquel de quien depende para los cuidados y mucho más si se trata de un familiar, y por
otra parte, puede tener miedo a denunciar al entender que no existen alternativas reales,
efectivas, seguras y rápidas.
Consecuencias para los ancianos
Aunque muchos de los ancianos que viven maltrato están tan deteriorados por la edad,
que a veces ni recuerdan haber sido maltratados, los que están en mejore condiciones
terminan por deprimirse y deteriorase en los aspectos en los que antes estaban bien.
El efecto más frecuente del maltrato de los ancianos es la depresión y la baja de las
defensas, trayendo con ello más enfermedades, envejecimiento más rápido y el deseo
de morir. Un anciano deprimido tiende a morirse más rápido. Al dolor de sentirse día a
día más viejo e inútil en muchos aspectos físicos, los ancianos maltratados deben
agregar la pena de sentirse un estorbo al cual a nadie le importa o más bien desearían
borrar. Esto es motivo de gran pena que no pueden sacar ni expresarla por que serían
más rechazados aún. Así se van deprimiendo y enfermando paulatinamente, perdiendo
el interés por vivir.” Antonio Moya Bernal y Javier Barbero Gutiérrez “Gerontología, una visión del maltrato”1989.
Ante esto necesitamos políticas educativas y de conciencia orientadas a revolucionar la
noción de el respeto, el agradecimiento, la solidaridad familiar y social que conduzca a
la revalorización del adulto mayor, fortalecer la unión generacional, y de ser posible, su
reinserción en la sociedad, y en la vida familiar.
La vejez a lo largo de la historia mundial
En las tribus primitivas la supervivencia diaria estaba por encima de todo. Las duras
condiciones del hábitat comportaban la subsistencia de los más fuertes; así la vejez era
alcanzada por pocos, ya que a los viejos, por su debilitamiento físico, les resultaba
mucho más penoso hacerse con los requerimientos vitales.
“En algunas tribus (yakutas siberianos, fang del Gabón, chunkees del litoral de Siberia),
los ancianos eran eliminados o abandonados. En estos casos el odio a los viejos
engendrado por la severidad patriarcal conspiraba contra ellos. En otras culturas, sin
embargo, se les aceptaba y respetaba (yaganes de Tierra de Fuego)” GARCIA, Ma.
Victoria, Enfermería del anciano, DAE, España, 1984, pp.3
Hay que tener en cuenta que en las sociedades en que era posible alimentar a jóvenes y
ancianos estos estaban más considerados; en caso contrario, se imponía la
supervivencia.
Es lógico pensar, pues, que los ancianos, por ambas razones, su experiencia y
proximidad con lo sobrenatural, fueran los individuos elegidos para asumir la función de
curar y alejar los males, convirtiéndose en hechiceros y brujas, y practicando una
“medicina” primitiva, mezcla de magia, ritos y remedios naturistas.
Probablemente los cuidados a los ancianos debido a los preceptos morales, sobre todo
entre hebreos y en la Grecia monárquica, eran dispensados en el contexto familiar, por
los propios hijos o en su defecto por los sirvientes o esclavos. Si bien existían lugares de
atención comunitaria, estos estaban reservados a enfermos con padecimientos
“tratables”.
Los dirigentes de estas antiguas civilizaciones pretendían que sus gentes fueran
respetuosas con los ancianos y que cuidaran de ellos cuando, por debilidad física o
mental, dejaban de valerse por si mismos.
Diversos médicos y filósofos, durante ese tiempo hicieron importantes aportaciones
gerontológicas.
Para la escuela hipocrática, la vejez empezaba después de los 50 años. Era
consecuencia del desequilibrio de los “humores” aunque se trataba de un
desequilibrio diferente del que provocaba y facilitaba el desarrollo de las enfermedades.
Para Aristóteles la vida se pierde poco a poco en la vejez por la perdida del calor interno,
siendo la senescencia un enfriamiento progresivo de la fuerza vital acumulada en el
desarrollo.
La vejez, aunque honorificaba era aborrecida. Envejecer para el varón era perder el
acceso a los placeres de la vida, el amor, el vino y las mujeres.
En cuanto al rol del anciano en esta sociedad, Aristóteles creía que los viejos debían ser
apartados del poder y decía que la vejez podía ser una bella edad siempre que no
hubiese invalidez, mientras que Platón abogaba por la gerontocracia, ya que creía que
en la vejez se reunían más conocimientos y las personas se acercaban a la verdad.
En los albores de la era cristiana el progreso medico surgido en Grecia continuaba en el
Imperio Romano. A su vez, las conquistas romanas acarrearon la descomposición
política y social. La decadencia del sistema oligárquico hizo que los privilegios de los
viejos, salvaguardados por el Senado disminuyeran. Se liberaba de oficio al esclavo
viejo e invalido, a quien su amo dejaba sin recursos.
Así en las comunidades eclesiásticas surgieron los “gerontokomios”, hogares para
ancianos integrados en establecimientos conocidos como “xenodocheion”, destinados a
atender a todo tipo de necesitados
La Edad Media represento un retroceso en la evolución social de la humanidad y ello
repercutió en la situación de la ancianidad. Por un lado, creo hospicios y hospitales
donde se practicaba la caridad cristiana aunque el objetivo era la caridad en si misma
como prenda para la futura salvación, no el anciano como tal.
Los viejos estaban excluidos de la vida pública, eran los jóvenes quienes dominaban; la
sociedad estaba más regida por la fuerza de las armas que por las instituciones
estables. Los viejos que no tenían familia eran socorridos por el señor o por el asilo, y en
las ciudades por la corporación y su cofradía religiosa.
El avance de la burguesía y su incipiente capitalismo hicieron variar el sistema de
valores de la sociedad dando importancia a los contratos y escrituras comerciales, y no a
las armas.
Todo ello influyo en la situación de los viejos, quienes por acumulación de riquezas,
podían llegar a ser realmente poderosos. La visión materialista (Bocaccio) criticaba a los
viejos que se enriquecían y acaparaban poder, dinero y mujeres; la sexualidad del viejo
era comentada con cierta repugnancia. Para los pobres, la invalidez, dependencia,
pasividad, decadencia y miseria económica eran su alimento habitual.
“En la burguesía se creó una ideología que mejoraba el concepto de la vejez; los
ancianos participaban en la vida pública y en las diversiones de su clase. En una
economía basada en el lucro y en las inversiones para obtener más lucro, la estructura
familiar con el “abuelo” en su cúspide era muy importante. No se trataba de luchar entre
generaciones, si no de unirse todos contra otros grupos sociales. La experiencia era una
acumulación de conocimientos y vivencias; por eso la vejez era un valor. No obstante,
según observaba Diderot, “la vejez es honrada, pero no amada”. Las virtudes exigibles a
un anciano en un capitalismo puritano eran el rigor moral, la austeridad, la sofocación de
pasiones y el distanciamiento del mundo. Los viejos se volvían filántropos y practicaban
la beneficencia, lo que les aseguraba la felicidad personal”.
Antecedentes nacionales
la vejez en el Mexico prehispánico.
.
“Los pueblos que en la época prehispánica habitaban el territorio que en la actualidad es
de los Estados Unidos Mexicanos, daban la mayor importancia a su historia y trasmitían
el recuerdo de sus acontecimientos en forma oral. Ancianos y sacerdotes transmitían los
mitos, leyendas, cantares y poemas; además, las naciones que habían logrado
desarrollar algún tipo de escritura conservaban la memoria a través de ella, así como en
figuras y signos pintados sobre papel de amate, otras fibras vegetales o sobre la piel
curtida, hasta conformar verdaderos libros y mapas”.
3 GARCIA, Ma. Victoria, Enfermería del anciano, DAE, España, 1984,
Cabe recordar que, de acuerdo con investigaciones antropológicas y estudios de
códices, los ancianos desempeñaron durante la época prehispánica un rol de suma
importancia: se les escuchaba y trataba con atención y respeto, considerando siempre
sus consejos producto de la experiencia y el conocimiento, y a determinada edad
adquirían un rango especial y un sitio privilegiado entre las sociedades antiguas.
Gobierno del calpulli.
“El gobierno del calpulli era ejercido por un consejo en el que recaía la autoridad
suprema. Se hallaba integrado por los ancianos del calpulli, es decir, por los jefes de las
parentelas o familias extensas; dicho de otro modo, por los hombres de mayor edad y
sabiduría, cabezas de grupos de familias conyugales ligadas entre sí por herencia
directa, patri o matrilineal. En la época colonial, esta anciana,
fue llamada india cabeza e intervenía en todos los asuntos que demandaban una
decisión trascendente.”
La india cabeza, reunidos en consejo, elegían a los funcionarios del calpulli encargados
de llevar a ejecución sus decisiones. De estos funcionarios el más prominente era el
teachcauh, pariente mayor
Los funcionarios del calpulli duraban en su encargo toda una vida; mas como sus cargos
eran el resultado de una elección, no heredaban la función en sus hijos y descendientes,
y podían, si para ello daban motivo grave, ser depuestos a voluntad del consejo de
ancianos. Los funcionarios del calpulli, por lo demás eran siempre electos entre indios
cabezas; entre los jefes de familia o ancianos del linaje”.3 GARCIA, Ma. Victoria, Enfermería del anciano, DAE, España, 1984,
La violencia contra las personas adultas mayores es un problema del cual nuestro país
no está ajeno, sin embargo son escasos las cifras y datos al respecto. Los Centros
Emergencia Mujer (CEM) del Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual
(PNCVFS) del MIMDES, bajo el marco de la ley de protección contra la violencia familiar
y sexual, en su labor de atención registró durante al año 2002 a 1,120 personas adultas
mayores víctimas de violencia familiar y/o sexual. Esta cifra representa el 3.6% del total
de casos atendidos en los 38 CEM a nivel nacional durante el período 2002 (29,759
casos).
De acuerdo a las estadísticas del PNCVFS, los principales victimarios de los adultos
mayores lo representan sus propios hijos adultos con el 44.4%, los cónyuges 14.6%,
pareja actual (afectivo y/o sexual) 9.7%, u otros familiares (nuera, yerno, etc) 17%. Es
necesario destacar que las edades de los hijos/as agresores fluctúan entre 26 y 45 años
y son en un 68% varones
.
En el ámbito familiar el tipo de violencia que mayoritariamente se ejerce contra los
adultos mayores es el maltrato psicológico hasta en un 95%. Siendo la agresión más
frecuente los insultos (85%), humillación y desvalorización (66.3%), amenazas de
muerte (40%), y rechazo (48.8%).
Sin embargo, los Adultos Mayores no están exentos de la violencia física, en el 2002
representó el 39% del total de casos registrados en los CEM. Las bofetadas, empujones,
puntapiés y puñetazos fueron las formas de agresión más frecuentes.
Un 2% del total de casos (22 casos) señalaron ser víctimas de violencia sexual, siendo
principalmente afectadas las personas adultas mayores (PAM) de sexo femenino. De
este grupo 8 denunciaron violación y 12 acoso o chantaje sexual. Ambos delitos fueron
referidos únicamente por las mujeres. El único adulto mayor varón que denunció
violencia sexual dijo ser víctima de tocamiento en contra de su voluntad.
La violencia familiar y sexual tiene como principal víctima a la mujer a través de todas las
etapas de su vida, y en lo que respecta a la mujer adulta mayor, esta etapa no le exime
de este mal social. Del total de casos de violencia familiar y/o sexual de PAM registrado
por los CEMs, el 76% corresponde a hechos en la que las personas de sexo femenino
son las afectadas.
El 35% de las Personas Adultas Mayores (PAM) que acudieron al CEM por maltrato
señalan como motivo de la violencia, la actitud de parte del agresor/a en el extremo de
querer “controlar su vida”, el 31.7% el carácter dominante e impulsivo del victimario/a,
21.9% los motivos económicos, 27.5% motivos familiares, 9.8% celos e infidelidad y el
12.4% refiere que no hubo motivo o razón aparente
Cuáles son los recursos legales utilizables y permitidos puestos al alcance de los
ancianos por la comunidad internacional y nacional para revertir este difícil estado de
violencia contra ellos?
MARCO JURÍDICO
“Antes de la década de 1990, en la doctrina de derechos humanos “la edad”
estaba comprendida en la amplia acepción de “cualquier otra condición social”.
Las diferencias de edad y de generación no siempre se trataron de manera explícita.
Un cambio paradigmático al respecto son los Principios de las Naciones Unidas en
favor de las personas de edad, aprobados en la Asamblea General de las Naciones
Unidas el 16 de diciembre de 1991. Esta resolución se considera la base de una
futura convención sobre los derechos de las personas mayores.” .- Análisis de los
instrumentos internacionales y nacionales de derechos humanos de las personas mayores. Sandra Huenchuan y
Alejandro Morlachetti.(CEPAL)
En la región a fines de la década de 1980 se incorporaron medidas específicas
en favor de las personas mayores en el Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador). Este es, la fecha, el único
instrumento vinculante en este tema para los países que lo han ratificado. También
cabe mencionar la Estrategia Regional de Implementación para América Latina
y el Caribe del Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento,
adoptada en noviembre de 2003.1 Este documento tiene por objeto sentar las
bases para la acción en el tema de la atención a la vejez en los próximos años,
y constituye el primer instrumento regional de derecho indicativo (soft law). La
Estrategia fue consensuada por más de 30 Estados miembros de la CEPAL en la
Conferencia Regional Intergubernamental sobre Envejecimiento convocada por
el Gobierno de Chile junto con la Comisión y los demás miembros del Grupo
Interinstitucional sobre Envejecimiento (la Organización Panamericana de la Salud
(OPS), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y
el Banco Mundial). 1 En adelante será citada como Estrategia Regional.
“Las normas de protección de los derechos de las personas mayores son
recientes. En varios países de la región, el diseño y la aplicación de disposiciones
referidas expresamente a los derechos en la vejez se iniciaron en la década de
1990. En algunos Estados el proceso abarcó la promulgación de leyes especiales,
mientras que en otros las reformas constitucionales en curso permitieron incorporar
aspectos específicos relacionados con el tema. Estas medidas se vieron impulsadas,
entre otros hitos, por el Año Internacional de las Personas de Edad y la Segunda
Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, realizada en Madrid en el año 2002.
Se prevé que la aplicación de la Estrategia Regional fomentará el desarrollo de
nuevas iniciativas en favor de las personas mayores en el futuro cercano.
En este artículo se hace un análisis de los progresos en lo que respecta a
la incorporación de las personas mayores en los instrumentos internacionales y
nacionales de derechos humanos. En primer lugar, se sitúa el tema en el marco
más amplio de los derechos humanos y de las personas mayores. Con tal fin, se
examinan los principales instrumentos de las Naciones Unidas y de la Organización
de los Estados Americanos en la materia. En segundo lugar, se procede al análisis
comparado de las constituciones de 21 países de la región, así como de las leyes
específicas en favor de las personas mayores de países seleccionados de América
Latina y el Caribe.” .- Análisis de los instrumentos internacionales y nacionales de derechos humanos de las personas mayores. Sandra Huenchuan y Alejandro Morlachetti.(CEPAL)
Sistema Internacional de derechos humanos.
Una de las principales preocupaciones que nos compete en el análisis de la presente
investigación es poder descifrar cómo se están realizando, promoviendo y protegiendo
los derechos de las personas mayores, tal como están definidos en la Declaración
Universal de Derechos Humanos (DUDH). El presente documento tiene por objeto
comprobar que en el mundo las personas adultas mayores pobres no se están
beneficiando de las disposiciones de los derechos humanos ahora vigentes bajo la
DUDH y que los Principios de la ONU a Favor de las Personas de Edad (1991) no se
han traducido en convenciones o instrumentos legalmente vinculantes y, por lo tanto, no
han generado acciones o monitoreos sistemáticos en las áreas de desarrollo social,
derechos humanos u otros campos de la ética para orientar las políticas y prácticas
nacionales referidas a la tercera edad.
La tercera edad empezó a figurar en la ONU desde que se adoptó el Plan de Acción
Internacional sobre el Envejecimiento (1982) y el Programa para la Tercera Edad.
A pesar de las divisiones entre los que defienden los derechos civiles y políticos, y los
que propugnan los derechos económicos, sociales y culturales, todo el “paquete” de
derechos económicos, sociales, civiles y políticos es
crecientemente reconocido como interdependiente e indivisible.16. Departamento para el Desarrollo Internacional (DFID), Human Rights for Poor People. Reino Unido, documento preliminar, febrero, 2000.
Sin embargo,
pueden surgir problemas cuando se considera que algunos derechos tienen prioridad
sobre otros, y no todos los derechos internacionalmente reconocidos son culturalmente
aceptados en todas partes.
Algunas de las primeras alusiones que se hacen a la dignidad del ser humano y sus
derechos puede ser rastreado a Confucio y Lao-tsé los cuales escribieron acera de la
injusticias sociales alrededor del año 800 y 200 a.c., después de eso los griegos
mencionaban algunos de los derechos de los hombres que solo por el hecho de ser
humanos le eran otorgados por su divinidad. Sófocles en su obra antífona se referia a
actuaciones de acuerdo a leyes no escritas e inmutables del cielo.Posteriormente
podemos encontrarlos en la rebelión europea contra el absolutismo, en el s.XVIII
Sin embargo,la primera declaración de derechos individuales con fuerza legal que funda
el reconocimiento de derechos inherentes está en la Declaración de Independencia de
los Estados Unidos de 1776, que afirmaba que “Todos los hombres han sido creados
iguales y dotados de ciertos derechos innatos entre los que destaca primeramente
derecho a la vida,a la libertad y la búsqueda de la felicidad.(Henkin 1996).
A seguir, esta declaración extendió su influencia a la Revolución Francesa.
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano,
adoptada por la Asamblea Nacional en París, el 26 de agosto de 1789, es el más
completo catálogo de derechos y garantías del siglo XVIII y culminan
con la Declaración Universal de Derechos Humanos de la Organización de las
Naciones Unidas en 1948.
La internacionalización de los derechos humanos, es decir, la transformación
de la idea de derechos constitucionales reconocidos en algunos países en una
concepción universal, es un fenómeno de mediados del siglo XX. La segunda
guerra mundial, sus causas y consecuencias sirvieron de catalizadores para el
desarrollo del derecho internacional en el plano de los derechos humanos.
Después de la segunda guerra mundial los Estados procedieron a suscribir
una serie de declaraciones y tratados en los que se consagraron de manera expresa
los derechos humanos. No se trató de normas que se agregaron a un orden
existente, sino que la propia naturaleza del orden jurídico cambió, sobre la base
del reconocimiento del individuo como sujeto del derecho internacional.
Las Naciones Unidas han aforado el desarrollo de la institucionalización de los derechos
humanos, y en su preámbulo de la Carta anticipa el propósito de “reafirmar la fe en los
derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana,en
la la igualdad de derechos de hombres y de mujeres y de las naciones grandes y
pequeñas, a crear condiciones bajo las cuales puedan mantenerse la justicia y el respeto
a las obligaciones emanadas de los tratados y de otras fuentes del derecho internacional
a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto mas
amplio de la libertad”(Carta )
Los seres humanos, por su calidad de tales, son titulares de derechos. Estos
son inherentes a su condición humana y se consideran fundamentales de la persona,
por lo que se denominan derechos fundamentales o humanos (Peces-Barba, 1980).
“La formación moderna de la protección internacional de los derechos humanos
se debe a la unión de varias doctrinas e instituciones internacionales.
Entre las primeras se pueden citar la intervención humanitaria, la responsabilidad
estatal por daños a extranjeros, la protección de las minorías y el derecho
internacional humanitario; entre las segundas, el sistema de mandatos y minorías
de la sociedad de las Naciones”. 3 Thomas Buergenthal, Claudio Grossman y Pedro Nikken, Manual de Derechos Humanos.Caracas, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Editorial Jurídica Venezolana, p. 9.
La Organización de las Naciones Unidas nació en respuesta a los hechos
suscitados en la Segunda Guerra Mundial, cuando los países vencedores decidieron
organizar un foro para debatir las consecuencias de los enfrentamientos bélicos e
impedir que se repitieran los horribles sucesos que acababan de tener
lugar. A partir de entonces, la protección de los derechos humanos representa
para los Estados la exigencia de promover y proteger su observancia, con la
finalidad de eliminar las condiciones de desigualdad, inequidad, discriminación
e injusticia social.
El reconocimiento de las generaciones de los derechos humanos ha sido gradual y
evolutiva, o progresivamente.
De primera generación.- Se consideran englobados aquí los derechos básicos a la vida
y la libertad personal frente a las autoridades del Estado, a quienes exige autolimitación
y no vulneración de los derechos individuales. El exigir estos derechos se remonta a la
Revolución Francesa, para limitar los abusos de autoridad y el reconocer los derechos
civiles y políticos, la libertad de expresión, de asociación, de religión, y el derecho al
voto. Poco después empezó la lucha por el voto femenino y la igualdad de género.
La segunda generación.- Parte de las revoluciones obreras de los siglos XIX, y s
forman por los derechos económicos, sociales y culturales, a partir de cuando se exige
al estado reconocer la corresponsabilidad en garantizar los bienes sociales básicos,
educación, alimentación, la salud y el trabajo.Los gobernados empiezan a reconocer la
necesidad de que el estado genere las condiciones necesarias para satisfacer las
necesidades económicas sociales y culturales promedio.
La tercera generación.- Emergen a partir de la segunda mitad del siglo XX. Llamados
también de “solidaridad”, abarcan algunos “intereses difusos”
“En estricto sentido, los intereses difusos son aquellos que responden a las siguientes
características:
a) Cuentan con una radicación y una dimensión territorial, esto es, son portadores
(consciente o inconscientemente), sujetos entre sí reunidos (o reunibles) en una
dimensión territorial.
b) Expresan una necesidad de reorganización en un determinado ámbito territorial, en
forma tal que les permite satisfacer exigencias primarias o no primarias, en tanto que
este término se entienda en el estricto sentido de materiales, de los sujetos allí
asentados.
c) En ausencia de un vínculo territorial, es difuso el interés común y no general, propio
de todos los individuos componentes de un grupo y, por tanto, no implica sacrificio de
alguno; es homogéneo y no heterogéneo; atendiendo a ese carácter pueden
considerarse difusos sólo aquellos que presuponen un bien susceptible de goce no
separado y necesariamente conjunto, por naturaleza o por ley, por parte de un conjunto
de coasociados (ambiente, ordenamiento del territorio, etcétera).
d) Finalmente, caracterizamos comprensivamente como difusos aquellos intereses que
pertenecen a todos y cada uno de los que conformamos una colectividad humana, que
se nuclean en torno de un bien de la vida (lebensgüt) y que, siendo lesionados, carecen
de vías de tutela en función del desconocimiento real de aquellos que han sido
afectados o conocidos, por la falta de legitimación procesal del colectivo para hacer valer
el interés particular”. Ver María del Pilar Hernández Martínez, Mecanismos de tutela de los intereses difusos y colectivos.
México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1997, p. 108.
“Este tipo de derechos exige el concurso de la comunidad internacional, por eso su
carácter es abstracto y su formulación se encuentra en ciernes. Los derechos de este
grupo son, entre otros, el derecho a la paz, a la libre autodeterminación, al desarrollo, a
un ambiente sano y ecológicamente equilibrado y a beneficiarse del patrimonio de la
humanidad. Cabe añadir que, pese a la difícil exigibilidad que presentan algunos de
estos derechos, ya se están sentando precedentes sobre varios de ellos, que les
imprimen cada vez mayor concreción, como las políticas y las medidas que se han
emprendido para la protección de la ecología o en bienes que son patrimonio común de
la humanidad” Héctor Fix-Zamudio y Salvador Valencia Carmona, Derecho constitucional mexicano ycomparado. México, Porrúa, 1999, pp. 415-416.
De acuerdo con la organización internacional Help Age Internacional, se sugieren 10
acciones para poner fin a la discriminación:
1. Reconocer los derechos humanos de las personas mayores y los beneficios
del envejecimiento de la población para el desarrollo humano.
2. Asignar a las personas mayores la parte que en justicia les corresponde de los
recursos nacionales y globales.
3. Garantizar protección social adecuada y un ingreso mínimo en la tercera edad.
4. Proporcionar atención de salud accesible y gratuita a las personas mayores.
5. Poner a disposición de la población programas de crédito, empleo, capacitación
y educación, independientemente de la edad del beneficiario.
6. Eliminar la violencia contra las personas mayores.
7. Asegurar que los diseñadores de políticas escuchen e incorporen las opiniones de las
personas mayores.
8. Incluir y consultar a las personas mayores en la planificación de la ayuda de
emergencia y los programas de rehabilitación después de desastres y crisis
humanitarias.
9. Fijar estándares de prácticas internacionales para guiar las políticas públicas sobre el
envejecimiento.
10. Respaldar a las personas mayores en su rol de cuidadoras. 29 Help Age Internacional, Igualdad de trato, igualdad de derechos. 10 acciones para poner fin a la discriminación de edad. Londres, diciembre, 2001, p. 20.
La vulnerabilidad por razones de edad y de género requiere atención especial y acciones
focalizadas. El enfoque de género para el abordaje de la tercera edad reconoce las
vulnerabilidades diferentes de las mujeres y los hombres mayores.
La comunidad de naciones debe especificar de qué manera los compromisos de
desarrollo internacional y derechos humanos, especialmente las Metas del Milenio y las
Metas Internacionales de Desarrollo, beneficiarán a las poblaciones actuales y futuras de
personas mayores. Los países en desarrollo y los países con economías en transición
requieren asistencia internacional, tanto financiera como técnica, para implantar la
estrategia internacional de acción sobre el envejecimiento y alcanzar las metas
internacionales de desarrollo.
Asimismo, hay que recordar que es clave considerar que, a menudo, la pobreza
es crónica en la tercera edad. Un enfoque holístico para combatir la pobreza a todo lo
largo del curso de la vida reconoce la naturaleza intergeneracional de la pobreza.
La evidencia sugiere que la mayoría de las personas trabaja hasta muy avanzada edad
o hasta el final de sus días, casi siempre manteniendo familias enteras con su esfuerzo.
Las personas mayores son el segmento más propenso a trabajar en el sector informal,
ya que suelen ser expulsadas del sector formal por la jubilación o la discriminación
muchos años antes de concluir su vida laboral.
La siguiente gráfica proporcionada por la CONAPO nos muestra la distribución de
hogares mexicanos sostenidos por personas de la tercera edad, en ella podemos darnos
cuenta del sorprendentemente alto porcentaje de familias que siguen dependiendo de
los ancianos aún después de que el mercado laboral los ha jubilado o pensionado, lo
que los orilla a buscar completar el sustento familiar diario en el mercado informal, o
subterráneo, ya sea vendiendo en el comercio informal, como el tianguis, arreglando
aparatos o electrodomésticos, en la compra y venta de segunda, o en el medio de la
reparación habitacional, o albañilería ocasional,etc.
El organismo del sistema de Naciones Unidas encargado de la atención a las políticas
públicas internacionales respecto de las personas de edad es la División de Naciones
Unidas para la Política Social y el Desarrollo, perteneciente al Departamento de Política
Social y Desarrollo de las Naciones Unidas.
Además, existen otros organismos de Naciones Unidas que forjan las políticas públicas
internacionales en materia de envejecimiento. Por ejemplo, en materia de salud, están la
Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud (OPS),
que procuran una mejor calidad de vida para las personas mayores.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud, a través de su Programa
“Salud y Envejecimiento”, es por mucho el más amplio y comprensivo de las Naciones
Unidas en esa materia. Entre sus objetivos se encuentran las siguientes directrices:
• Buscar satisfacer las necesidades básicas de las personas mayores y reducir la
pobreza en este sector de la población.
• Enfocarse a la situación de las mujeres mayores.
• Asistir a las familias para que cuiden a sus miembros de edad avanzada.
• Promover el diálogo multigeneracional a través de una política educativa adecuada.
• Promover los derechos humanos de las personas mayores.
• Educar al público en general para el momento en que lleguen a una etapa posterior de
la vida.
Asimismo, este programa de la OMS se enfoca principalmente a varias actividades
sobre el envejecimiento, tales como la participación, la interdependencia
multigeneracional, el cuidado, el asesoramiento, la sensibilización, el intercambio de
información, el mejoramiento de la imagen, la investigación, el desarrollo y la salud
(perspectivas del curso de vida, desarrollo y envejecimiento, el concepto de
envejecimiento activo, el desarrollo a largo plazo de los sistemas de salud, las
tendencias de monitoreo sobre el envejecimiento y la discapacidad).
Es importante destacar que generalmente estos programas son llevados a cabo por
gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y el sector privado.
Los programas de la OMS sobre envejecimiento tienen incorporados los siguientes
instrumentos internacionales: el Plan de Acción sobre el Envejecimiento, los Principios
de las Naciones Unidas para las Personas de Edad y algunas de las resoluciones más
importantes de la OMS.
Por su parte, la Organización Panamericana de la Salud considera a las mujeres
como uno de sus principales intereses en materia de personas de edad.
Asimismo, en sus programas tiene incorporados los mismos instrumentos que
la OMS.
En materia social, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
también está interesado en el tema del envejecimiento. Para ello dedica una serie de
programas a los siguientes rubros: las necesidades básicas de las personas mayores y
la reducción de la pobreza, las medidas para promover el empleo y luchar contra la
discriminación, la promoción de los derechos humanos, el apoyo de actividades que
creen ingresos y la educación infantil y juvenil con miras a la longevidad. La mayoría de
estas acciones se está llevando a cabo directamente por los gobiernos y la sociedad civil
de los países en los que se han implantado.
Asimismo, la Organización Internacional del Trabajo, que tiene como misión promover la
justicia social para los trabajadores de todo el mundo mediante políticas y normas que
contribuyan a mejorar sus condiciones de trabajo y de vida, ha integrado en sus
actividades la problemática de los trabajadores de edad desde hace mucho tiempo. En
1980, por ejemplo, se aprobó una “Recomendación sobre trabajadores de edad”, que
tiende a proteger sus derechos en cuanto a la igualdad de trato y a asegurar la cobertura
de sus necesidades específicas.
Más allá de la mejora de las condiciones de trabajo, la cuestión del envejecimiento de la
población mundial y sus consecuencias socioeconómicas afectan de lleno la labor de la
OIT, tanto en el empleo como en la protección social. El objetivo estratégico global de
creación de “trabajo decente”, establecido por Juan Somavía, el nuevo Director General,
y respaldado en la última Conferencia de la OIT, de junio de 2001, se enmarca en una
perspectiva de transformación demográfica de nuestras sociedades.
Con relación a la Asamblea Mundial del Envejecimiento, los puntos más relevantes de
atención de la OIT fueron los relacionados al ámbito del empleo: formación continua de
los trabajadores mayores; potencial de las tecnologías de información y comunicación
para la población mayor; discriminación laboral por edad; sistemas flexibles de empleo y
jubilación, y, en el ámbito de la protección social, viabilidad de los sistemas de
pensiones, financiación de los gastos sanitarios y trabajadores migrantes envejecidos,
junto con una preocupación transversal por las cuestiones de género y de desarrollo.
También, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación
(FAO) ha puesto atención a la problemática del envejecimiento y, en específico, a la
población rural como un elemento decisivo del cambio demográfico de las regiones en
desarrollo. Según este organismo, en función de las circunstancias socioeconómicas, el
envejecimiento puede tener repercusiones negativas o positivas en la agricultura y el
desarrollo rural. En algunas circunstancias, el envejecimiento puede intensificar la
escasez de mano de obra agrícola y agravar los problemas rurales existentes, mientras
que, por otro lado, el paso a estructuras de mayor edad también puede abrir nuevas
opciones al desarrollo rural.
“Por ello, la FAO lleva a cabo estudios y brinda asistencia a los países en el examen y la
formulación de políticas y estrategias dirigidas al logro de medios de vida sostenibles.
Los responsables de elaborar las políticas necesitan conocer las oportunidades y los
retos que representa el envejecimiento de la población rural.
Según la FAO, las estrategias de desarrollo sólo pueden tener éxito si se aprovecha el
recurso que representan las personas de más edad y si se les proporciona el apoyo
adecuado. Por ello, el Departamento de Desarrollo Sostenible (DS) se encarga de
formular políticas, estrategias y metodologías para fomentar la participación activa de los
campesinos —hombres y mujeres— en el desarrollo agrícola y rural. Dentro del
Departamento de Desarrollo Sostenible, el Servicio de Población y Desarrollo ofrece
información y asesoramiento a los Estados miembros de la FAO sobre cuestiones de
población en la medida en que dichas cuestiones se relacionan con la seguridad
alimenticia y el desarrollo rural” panorama actual de los derechos humanos.
En 1968 se llevo a cabo en Teherán, Iran, una conferencia con la principal actividad del
Año Internacional de los Derechos Humanos, dando como resultado la proclamación de
Teherán.
Por fín en 1993 se emite la Declaración y el Programa de acción de Viena, que
correlaciona y unifica la relación entre los tres ejes, la democracia, el desarrollo y la
promoción y culturización de los derechos humanos, implementando avances como:
“• Destacar la universalidad, indivisibilidad e interdependencia de los derechos
civiles, culturales, económicos, políticos y sociales.
• Aceptar la legitimidad de la preocupación de la comunidad internacional
por proteger y promover los derechos humanos.
• Reconocer la legitimidad del derecho al desarrollo.
• Destacar los derechos humanos de los grupos particularmente vulnerables,
tales como mujeres, poblaciones indígenas, niños, personas con discapacidad,
detenidos, víctimas de desapariciones forzosas y trabajadores
migrantes y sus familias.
• Poner mayor énfasis en los derechos humanos de la mujer, instituyendo,
incluso, un Relator especial sobre la violencia contra la mujer.
• Señalar que la extrema pobreza y la exclusión social son una “violación
de la dignidad humana”, por lo que se deben tomar medidas para combatirla.
• Formular recomendaciones concretas para el fortalecimiento y la armonización
de los órganos de derechos humanos, así como para velar por
la mejor coordinación de programas de las Naciones Unidas y supervisar
la puesta en marcha del “Programa de Acción”. Panorama actual de los derechos humanos.
En relación con las personas de la tercera edad, en esta Conferencia se sostiene la
necesidad de cuidar la promoción y protección de los derechos humanos de los grupos
que han pasado a ser vulnerables, exigiendo a los estados asumir la responsabilidad de
adoptar y mantener medidas en materia de educación, salud y apoyo social, así ccomo
impulsar el fortalecimiento de una sociedad civil pluralista para proteger a estos grupos
vulnerables.
En la Conferencia Mundial sobre Población y Desarrollo (CIPD) también aborda el tema
de las personas de edad, tuvo lugar en El Cairo, del 5 al 13 de septiembre de 1994, y fue
organizada por una secretaría compuesta por la División de Población del Departamento
de Políticas e Información Económica y Social y el Fondo de Población de las Naciones
Unidas. La CIPD fue la conferencia intergubernamental relacionada con la población
más grande jamás llevada a cabo, pues más de 180 Estados participaron en las
negociaciones para finalizar el Programa de Acción en el área de población y desarrollo
para los siguientes 20 años
.En ella se puntualizo la relación indisoluble entre la población y el desarrollo y que dar
poder a la mujer y cuidar la salud reproductiva es necesario para la evolución del avance
individual y el desarrollo balanceado.
Eliminar la violencia contra la mujer, promover la capacidad femenina para manejar su
propia fertilidad, y asegurar la equidad de genero son los ejes de la política de población
y desarrollo, y como metas concretas proveer educación universal, salud reproductiva y
reducir la mortalidad materno-infantil, esto lo reflejó en este Programa de Acción:
• Permitir, antes de 2015, el acceso universal a los servicios de salud reproductiva,
incluyendo la planificación familiar y la salud sexual.
• Asegurar la educación primaria para todos antes de 2015 e intentar suprimir
la diferencia entre las tasas de escolarización de los niños y de las niñas en la
enseñanza primaria y secundaria.
• Reducir a menos de 35 por 1,000 de nacidos vivos la tasa de mortalidad infantil y a
menos del 45 por 1,000 la tasa de mortalidad de los niños menores de cinco años antes
de 2015.
• Disminuir las tasas de mortalidad materna de 1990 a la mitad antes de 2000, y otra vez
a la mitad antes del 2015.
• Elevar la esperanza de vida a 75 años o más, antes de 2015.
El Programa de Acción se realizó sobre la base del Plan de Acción adoptado en la
Conferencia Mundial de Población, celebrada en Bucarest en 1974, y las
recomendaciones adoptadas en la Conferencia Internacional sobre Población, llevada a
cabo en México en 1984. También tomó en cuenta los resultados de la Cumbre Mundial
para la Infancia (1990), la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y
el Desarrollo y la Conferencia Mundial de Derechos Humanos (1993).
En referencia a las personas mayores, esta conferencia define la problemática
demográfica que la acrecienta y profundiza en sus consecuencias sociales, señalando
esto como una oportunidad y un problema para todas las sociedades.
“Además de lo anterior, entre sus principales objetivos está el tema del envejecimiento,
abordado por la Conferencia del Cairo con una serie de directrices:
a) Aumentar, mediante los mecanismos adecuados, la autonomía de las personas de
edad y crear condiciones que mejoren su calidad de vida y
les permitan trabajar y vivir en forma independiente en sus propias comunidades
tanto tiempo como puedan o deseen.
b) Establecer sistemas de atención a la salud y sistemas de seguridad económica
y social para las personas de edad, según proceda, prestando especial atención a las
necesidades de las mujeres.
c) Establecer un sistema de apoyo social, en los planos oficial y no oficial, con vistas a
aumentar la capacidad de las familias para hacerse cargo de las personas de
edad”Panorma actual de los drechos humanos.
Como podemos ver, en esta Conferencia se trata de dar incentivo y apoyo a los adultos
mayores, capacitándolos para valerse por sí mismos en lo posible, y rescatar su
participación en la sociedad.
“A pesar del análisis que llevó a cabo la Conferencia Mundial de El Cairo en materia de
envejecimiento y la situación mundial de las personas de edad, Naciones Unidas ubica
el tema de los derechos humanos de las personas mayores a partir de ciertos
postulados emanados de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, que se llevó a
cabo del 6 al 12 de marzo de 1995 en Copenhague.
La cumbre contó con la participación de 117 jefes de Estado y de gobierno, junto con
ministros de otros 69 países, quienes aprobaron documentos en los que se
comprometieron a intentar resolver los graves problemas sociales del mundo, abordando
tres cuestiones fundamentales para los Estados:
• La erradicación de la pobreza.
• La promoción del pleno empleo.
• El fomento de la integración social, especialmente de los grupos más desfavorecidos.
La cumbre marcó el surgimiento de una voluntad colectiva de asignar al desarrollo social
una de las principales prioridades en las políticas a nivel nacional e internacional y situar
a la persona humana en el centro de las actividades de desarrollo. PANORAMA ACTUAL DE LOS
DERECHOS HUMANOS”
En la Cumbre de Copenhague no se desarrollaron de manera específica, como en
posteriores ocasiones, los derechos humanos de las personas de edad, sino que se
incluyeron dentro del rubro de grupos vulnerables.
Asimismo, entre los compromisos de la cumbre destaca la urgencia de formular políticas
que aseguren la protección económica y social adecuada durante la viudez, la
discapacidad y la vejez.
Posteriormente a la CMDS, el tema de la vejez se trató transversalmente con otros
rubros, como la mujer de edad y el papel de la mujer en el cuidado de los ancianos
abordado en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (también conocida como la
Conferencia de Beijing), que tuvo lugar en Beijing, China, del 4 al 15 de septiembre de
1995 .
Aquí se establece que en muchos países en desarrollo entre 45 y 50% de la población
tiene menos de 15 años, mientras que en los países industrializados están aumentando
tanto el número como la proporción de personas de edad y que el cuidado de los hijos,
los enfermos y las personas de edad son una responsabilidad que recae
desproporcionadamente sobre la mujer debido a la falta de igualdad y a la distribución
desequilibrada del trabajo remunerado y no remunerado entre la mujer y el hombre.
“El tema del envejecimiento se relacionó con la salud. El aumento de la esperanza de
vida y el número cada vez mayor de ancianas implica poner atención al tema de la salud
de las mujeres de edad avanzada. Las perspectivas a largo plazo de la salud de la mujer
sufren transformaciones en la menopausia que, sumadas a afecciones crónicas y a otros
factores, como la mala nutrición y la falta de actividad física, pueden aumentar el riesgo
de enfermedades cardiovasculares y osteoporosis. También merecen una atención
particular otras enfermedades asociadas con el envejecimiento y las relaciones entre el
envejecimiento y la discapacidad de la mujer. Tema innovador también fue el
relacionado con los derechos reproductivos de las personas de edad, así como la
afirmación de que este sector de la población es particularmente vulnerable a la
violencia .”Panorama actual de los derechos---
Ante la problemática planteada, la Plataforma de Acción sugiere el otorgar el gobierno
préstamos de apoyo a programas de mujeres ancianas para mejorar su autosuficiencia.
No todas las cumbres le han dado la debida importancia a el problema de las personas
de edad, por lo que tampoco se le ha dado importancia al seguimiento de las metas y
Planes de Acción, sin embargo en el examen quinquenal (Viena ┼ 5) sí se establece el
estimular el diálogo entre el gobierno y las personas sensibles a la vulneración de sus
derechos, entre las que se encuentran los ancianos.
Una vez que se evaluaron los resultados en Viena ┼ 5 destacó el avance en los rubros
de la modificación legislativa favoreciendo los derechos humanos, la ampliación de la
capacidad gubernamental para la atención y fortalecimiento de los derechos humanos ,
asi como de las instituciones que los protegen y la protección a los grupos vulnerables,
el establecimiento y desarrollo de estrategias educativas sobre derechos humanos y
La implementación de planes nacionales de acción por país.
El seguimiento quinquenal de la Conferencia Mundial de Copenhague (Copenhague
+5) no se aparta mucho de las anteriores conclusiones en lo relativo a las personas de
edad, sin embargo se propuso:
• La elaboración de una estrategia internacional coordinada sobre el empleo.
• La creación de fuentes innovadoras de financiación pública y privada para los
programas de desarrollo social y erradicación de la pobreza.
• La fijación —por vez primera— de un objetivo mundial de reducción de la pobreza,
consistente en reducir a la mitad, antes de que termine 2015, la proporción de la
población que vive en condiciones de extrema pobreza.
Por otro lado, el seguimiento quinquenal de la Conferencia Internacional sobre Población
y el Desarrollo (Cairo +5), cuyos resultados pudieran ser más fructíferos en materia de
personas de edad, es nuevamente decepcionante en este sentido.
Entre las medidas para dar seguimiento al Programa de Accion de la Conferencia
Internacional sobre Poblacion y Desarrollo Apartado B se obliga a los gobiernos a:
a) Seguir examinando las consecuencias económicas y sociales del cambio demográfico
y las formas en que se relacionan con las cuestiones de planificación del desarrollo y las
necesidades de las personas.
b) Hacer hincapié en la promoción del diálogo entre las generaciones mediante
una mejor comunicación y apoyo mutuo.
c) Fomentar investigaciones y elaborar estrategias para resolver los problemas
que plantea el envejecimiento de la población. Invertir más recursos en investigaciones
que tengan en cuenta las cuestiones relacionadas con el género, así como en impartir
capacitación y desarrollar la capacidad en materia de políticas sociales y atención de la
salud de las personas de edad, especialmente las que viven en la pobreza, las mujeres
de edad y los derechos humanos. Asimismo, destaca la recomendación de fomentar el
papel productivo y útil que puedan desempeñar estas últimas en la sociedad y los
sistemas de apoyo que mejoren la capacidad de las familias y comunidades para
atender a los miembros de más edad, especialmente a los afectados por el VIH/Sida.
capacidad en materia de políticas sociales y atención de la salud de las personas de
edad, especialmente las que viven en la pobreza, las mujeres de edad y los derechos
humanos. Asimismo, destaca la recomendación de fomentar el papel productivo y útil
que puedan desempeñar
Como se puede observar, tampoco fue prioritario el tema de personas deedad para la
Conferencia de El Cairo +5 aunque es determinante que a futuro se de mayor
importancia a la actividad de las ONG como representantes colectivos de los grupos
vulnerables.
Políticas Públicas en favor de las personas de edad.
En México desgraciadamente la política para las personas de edad se trata como si
fuese un grupo en situación de vulnerabilidad, lo que repercute en que no se dimensione
ni identifique la problemática con sus aristas y variantes reales, mucho menos se
encuentre una solución verdadera e integral para su tratamiento, sino que se atomiza y
disgrega en varias soluciones parciales e individuales, la asistencia social, la médica, y
lo que después se ha nombrado como política de desarrollo social.
El primer enfoque es cubierto por el Sistema Nacional del Desarrollo Integral de la
Familia, como ya se mencionó en el apartado de la legislación sobre asistencia social.
Es esta institución la que trabaja con la que en su momento estuvo a cargo de llevar a
cabo directrices políticas para el beneficio de las personas de edad (INSEN, INAPLEN o
INAPAM, según sea el momento histórico del que se trate). Destaca que, a través del
DIF, el gobierno federal ha puesto en marcha programas de asistencia para adultos
mayores por medio de servicios, entre los que sobresalen la asistencia alimentaria,
albergues, campamentos recreativos, cocinas populares y campañas de concientización
en torno al problema.
Hay que recordar que esta institución parte de lo que se conoció como el Instituto
Nacional de la Senectud (INSEN), creado el 22 de agosto de 1979, a través del Decreto
Presidencial emitido por el entonces presidente de la República, José López Portillo.
Poco después, se apoyó con el Comité Nacional de Atención al Envejecimiento,
publicado por Acuerdo Presidencial el 12 de agosto de 1999, donde se creaba una
instancia especializada que apoyaba los esfuerzos en favor de la reducción de las tasas
de incidencia de ciertas enfermedades de la población mayor de 60 años
Otro enfoque diferente, llevado a cabo por la institución que sustituyó al INSEN, fue el de
desarrollo social. Con la administración del presidente Vicente Fox Quesada,
desapareció el INSEN para dar lugar a una nueva institución: el Instituto Nacional para
las Personas en Plenitud (INAPLEN). Esta institución cambió de nombre y de funciones,
pero siguió contando con el mismo personal que la dependencia anterior.
Pasaron mas de 20 años, y este se modifico. El 15 de enero de 2000, las facultades del
INSEN se modificaron y se reconoció como su nuevo objetivo el desarrollo humano
integral de las personas mayores de 60 años, entendiéndose por esto, el proceso
tendente a brindar empleo u ocupación a este sector de la población.
Redefiniendo su nuevo objetivo, esta institución dedicada a las personas de edad perdió
su independencia y se unió a la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) con la
entrada en vigor del Decreto Presidencial mediante el cual esta dependencia quedaba
formalmente sectorizada en SEDESOL. Este cambio trajo aparejado el de su nombre y
dejó de llamarse Instituto Nacional de la Senectud (INSEN). Con esta regulación, el
Consejo Directivo del INAPLEN quedó entonces integrado por los titulares de las
secretarías de Gobernación, de Hacienda y Crédito Público, de Educación Públicas,
de Salud, del Trabajo y Previsión Social, así como por la de Desarrollo Social, quien
fungiría como presidenta del mismo.
Ese mismo año, se modificó nuevamente y pasó a formar parte de los programas de
trabajo de la Secretaría de Desarrollo Social, se volvió a modificar la denominación
de INAPLEN a Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM). Esta vez,
el instituto conservó su naturaleza jurídica como un organismo público descentralizado
de la Administración Pública Federal, con atribuciones, objetivos y fines. Este organismo
es ahora rector de la política nacional en favor de las personas adultas mayores, cuyo
objetivo es coordinar, promover, apoyar, fomentar, vigilar y evaluar las acciones
públicas, estrategias y programas que se deriven de ella.
“Al evaluar la evolución de las políticas para las personas adultas mayores con relación
al desarrollo social, aún falta mucho por hacer. Quizá el hecho de que actualmente el
INAPAM pertenezca a la SEDESOL, lo relacione de una manera más integral a las
políticas de combate a la pobreza y, por ende, a la situación de las personas de edad.
Sin embargo, es notorio el hecho que los servicios que presta el INAPAM aún no son
suficientes para dar un cambio a la política dirigida hacia este sector de la población
dentro de la agenda política nacional. Más que seguir siendo un apéndice de las
políticas asistenciales, el tema de las personas adultas mayores debe ser vista a través
de una perspectiva transversal y dejar de considerar que este grupo sólo es
caracterizado por ser vulnerable. Las políticas hacia este sector de la sociedad deben ir
dirigidas a verlos como ciudadanos que tienen necesidades específicas y son ellos
mismos quienes tienen que decir y actuar en demanda de que se les satisfagan sus
preocupaciones y necesidades. Para ello, no sólo es necesario cumplir el papel de un
ciudadano activo, sino también deben existir canales desde el gobierno que escuchen
sus peticiones y las hagan valer.
ACCIONES DE LA COMISIÓN NACIONAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
Las instituciones nacionales son las encargadas de dar promoción y protección a los
derechos humanos, asi como d desarrollar políticas públicas y parámetros respecto a su
cumplimiento. En México, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y las
instituciones estatales de promoción y protección de los derechos humanos se encargan
de esta tarea, dando cumplimiento a los principios de París, que también les ordena dar
seguimiento a las recomendaciones, dictámenes, propuestas e informes.
La CNDH se encarga de examinar las leyes y textos administrativos vigentes, los
proyectos y proposiciones de ley y cuida su adecuación al marco protector de los
derechos humanos.
“La naturaleza jurídica de la CNDH consiste en ser un organismo que cuenta con
autonomía de gestión y presupuestaria, personalidad jurídica y patrimonio propios, y
tiene por objeto esencial la protección, observancia, promoción,estudio y divulgación de
los derechos humanos que ampara el orden jurídico mexicano. Por lo anterior, tiene una
singularidad propia al no ser ni gobierno ni sociedad civil, las cuales suelen ser las
protagonistas de la creación de las políticas públicas para grupos en situación de
vulnerabilidad; pero aún así, la CNDH es parte del Estado mexicano.”panorama deletc
En síntesis, la CNDH vela por los derechos de las personas de edad a través de tres
formas: la atención a quejas, la promoción y difusión de tales derechos y mediante la
colaboración con otras instituciones.
En primer lugar, en materia de atención a quejas, este organismo nacional recibe
escritos de queja presentados por personas de edad, así como por las organizaciones
que las representan. Entre los principales hechos violatorios que se señalan en los
expedientes de queja registrados, son por la negativa o a la inadecuada prestación del
servicio público de salud; la negativa al derecho de petición; el incumplimiento de
prestaciones de seguridad social; la negativa de atención médica, y la dilación o
negligencia administrativa en el proceso.
La CNDH califica como violación a los derechos de las personas de edad:
1. Toda acción u omisión indebida, por la que se vulnere cualquiera de los derechos
humanos protegidos por el ordenamiento jurídico en atención a la situación de ser
persona mayor de 60 años,
2. Realizada de manera directa por una autoridad o servidor público, o
3. De manera indirecta mediante su autorización o anuencia a un tercero.
4. Son modalidades de la violación a los derechos de las personas de la tercera edad
especialmente definidos y protegidos en atención a la situación de ser senil:
a) Cualquier acción u omisión por la que un senil que al ser señalado como presunto
responsable de un ilícito o que al ser privado de su libertad, no le sean consideradas en
su favor, las excepciones aplicadas a las penas y medidas de seguridad,
b) La obstrucción o negativa a su acceso efectivo a los procedimientos de procuración
y/o administración de justicia, o
c) La obstrucción o negativa a su acceso efectivo a los servicios asistenciales, de salud y prestaciones derivadas del régimen de seguridad social por parte del Estado Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Manual para la calificación de hechos violatorios de derechos humanos. México, CNDH, Federación Mexicana de Organismos Públicos de Protección y Defensa de los Derechos Humanos, México, 1998, p. 103.
Del universo de las quejas analizadas, se pudo comprobar qué autoridades
son las que presentan el mayor número de inconformidades:
a) Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), .
b) Dirección General de Prevención y Readaptación Social de la Secretaría
de Gobernación,
c) Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del
Estado,
d) Dirección General de Prevención y Readaptación Social
la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha considerado
DIFUSIÓN
La difusión de los derechos humanos como un elemento indispensable para hacer valer
los mismos. Por lo anterior, esta institución nacional, a lo largo de los años, ha tenido
especial interés en la publicación de textos de lectura sencilla. Entre estas publicaciones
sobresalen los folletos Principales Derechos de la Tercera Edad y Principios de las
Naciones Unidas a Favor de las Personas de Edad. Después de llevar a cabo las
publicaciones referidas, se relacionó el tema del envejecimiento con el ámbito
internacional y se publicaron cinco cartillas sobre instrumentos internacionales, la
legislación nacional sobre la materia y la situación de las mujeres de edad en el mundo.
Una destacada publicación en materia de derechos humanos de este sector de la
sociedad fue el libro Los derechos humanos de las personas de la tercera edad,
publicado en 1999.
Otras formas de difusión que ha llevado a cabo la CNDH en materia de tercera edad, ha
sido a través de concursos (de calendarios y fotografías), la elaboración de un video
titulado Los derechos humanos de la tercera edad, y la participación de varios espacios
radiofónicos con el fin de dar difusión a estos derechos.
El Programa Nacional de Promoción y Difusión de los Derechos Humanos de las
Personas Adultas Mayores tiene por objeto llegar a las personas mayores de 60 años,
con el fin de difundir el conocimiento de los derechos humanos de los adultos mayores,
favoreciendo así su respeto y ejercicio, a nivel federal, estatal y municipal, en toda la
República mexicana. Para ello, este programa se está vinculando desde la CNDH con
otras instituciones como el INAPAM y sus delegaciones estatales, y las comisiones
estatales de derechos humanos.
Por otro lado, el Programa Nacional de promoción y difusión de los derechos humanos y
transmisión de valores de las personas adultas mayores a los menores y jóvenes
infractores que reciben tratamiento en internación “De mí para ti” tiene por objeto la
promoción y difusión de los derechos humanos de las niñas, niños, adolescentes y
jóvenes que se encuentran recluidos, así como la transmisión de valores, a fin de
prevenir violaciones a dichos derechos fundamentales.
Colaboración con otras instituciones
Sin duda, la constante colaboración con otras instituciones, ha enriquecido
esta noble labor, ejemplo de ello fue la colaboración existente con
el entonces Instituto Nacional de la Senectud (INSEN) para llevar a cabo la
campaña Unidad Nacional contra la Violencia, la cual se realizó entre 1996 y
1997.
Esta colaboración ha tenido varios frutos, entre ellos destaca la participación
en el Foro de Consulta Nacional sobre el Envejecimiento en México, convocado
por el entonces INAPLEN, y la participación en la XVI Sesión Plenaria “Lo que los
mexicanos hacemos”, organizado por el Instituto Nacional de Desarrollo Social, y la VII
Reunión de la Red por las Personas Mayores. Asimismo, la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos participó en la Segunda Asamblea Mundial de Envejecimiento, con
el fin de intercambiar experiencias y mejores prácticas a nivel institucional y
gubernamental, así como para fortalecer la visión de los derechos humanos que
adoptaran los documentos oficiales aprobados por la Segunda Asamblea.
CONCLUSIONES
Prevalece la falta de compromiso de la comunidad internacional en materia de
personas de edad y de envejecimiento.
“Se debe reconocer que la visión clásica de los derechos humanos no contempló,
desde su origen, los derechos específicos para las personas de edad. La nula
especificación de la discriminación por razón de edad en la Declaración Universal de
Derechos Humanos, ha traído como consecuencia la poca atención
por parte del Sistema de Naciones Unidas y, por lo mismo, no existen instrumentos
internacionales integrales que velen por las personas adultas mayores de manera
detallada, con suficiente peso en el derecho internacional.
Por el motivo anterior, no es de extrañarse que parte de la discriminación que ha sufrido
el tema de las personas de edad en las agendas internacionales se haya multiplicado en
otros instrumentos internacionales surgidos en el sistema de Naciones Unidas.
Es necesario abordar el tema de los adultos mayores a través de una visión
dinámica de los derechos humanos.
Solo a través de una perspectiva integral se podrán elaborar políticas públicas efectivas,
y estas no deben iniciar a partir de cierta edad, sino prever a lo largo de todo el ciclo
vital, procurando que al llegar a la edad avanzada esté en plenitud de derechos y con
cobertura de sus necesidades básicas.
Para integrar a los derechos humanos de las personas de edad en las agendas políticas,
debe velarse por las tres generaciones de derechos humanos con el fin de analizar
dónde existen obstáculos para el acceso a los mismos. Difícilmente veremos que los
derechos civiles y políticos sean respetados íntegramente, pero su cumplimiento es
mayor que el de los derechos económicos, sociales y culturales, pues éstos son los más
perjudicados. Además, para concebir los derechos de la tercera generación o de
solidaridad, es necesario que los derechos de las personas de edad sean reconocidos
como un grupo social específico, para que la sociedad los respete y las personas adultas
mayores puedan hacerlos valer.
Se debe rechazar el concepto de que las personas mayores son parte de grupos
vulnerables, e incluirlas en las agendas políticas nacionales.
Se les debe dejar de considerar como objetos y dimensionarlos como sujetos de
derecho individuales, dinámicos y evolutivos.
Se debe de llevar a cabo un diseño de estrategias tomando en consideración un
parámetro que distinga características como sexo, edad y condición social.
Sólo relacionando el envejecimiento con políticas sobre desarrollo social, se
podrá velar por una mejor calidad de vida para las personas de edad
El sistema de protección social parece ser un producto de la constelación histórica y
política, así como de las fuerzas económicas dentro de un país. Las instituciones de
seguridad social en esta región fueron creadas principalmente durante mediados
del siglo XX, pero fueron influidas por las reformas neoliberales que promovían la
privatización, la liberación y la desregularización durante las últimas dos décadas.
Es necesario adoptar un enfoque transversal para incluir a las personas de edad en las
agendas de temas relacionados con su situación. Lo anterior es particularmente
pertinente en lo relativo a temas referidos al desarrollo social y derechos humanos. A
medida que la población envejece, experimenta cambios físicos, y la vulnerabilidad
frente a las enfermedades, la discapacidad, y, en ocasiones, la pérdida de facultades
físicas y mentales, puede aumentar.
Por lo anterior, ante esta situación de riesgo, se requiere más apoyo económico y social
por parte de terceros. En este sentido, si se quiere proteger y mejorar la calidad de vida
de las personas de edad, es necesario abordar la problemática que conlleva la situación
de pobreza y examinar las relaciones entre modernización y bienestar de las personas
de edad, prestando atención a los cambios a largo plazo en la situación de los adultos
mayores y su particularidad dentro de los países en desarrollo.
A través de la elaboración de este trabajo y recopilación, es difícil no tomar conciencia y
darnos cuenta de la manera tan injusta y poco humana con que se delega a la
inactividad en todos los campos a quienes deberían de ser un tesoro de experiencia.
Nuestros ancianos representan uno de nuestros mayores bienes si los sabemos
aprovechar como lo que son, seres llenos de sabiduría y una opción para ver la vida de
una manera diferente, y darnos cuenta de que no siempre lo nuevo es lo mejor, que ellos
son nuestro equilibrio y complemento y que si tenemos la suerte de tenerlos cerca,
podemos contar con un filón de sabiduría y conocimiento de la vida, esa que apenas
comenzamos. Está comprobado que los ancianos, cuando se les presenta la
oportunidad, participan activamente en la vida social, tanto a nivel civil como cultural y
asociativo. Lo confirma el hecho de que tantos puestos de responsabilidad estén
ocupados por jubilados —por ejemplo, en el campo del voluntariado— así como su peso
político no indiferente. Es preciso rectificar las imágenes erróneas que se dan del
anciano, así como los prejuicios y equivocaciones de comportamiento que, en nuestros
días, han menoscabado su figura.
Se debe dar la posibilidad a los ancianos de ejercer influencia en las políticas
relacionadas con su vida, pero también con la vida de la sociedad en general; esto,
mediante organizaciones de la categoría y representantes a nivel político y sindical. Ha
de fomentarse, pues, la creación de asociaciones de ancianos y hay que apoyar
aquellas ya existentes que, como lo desea Juan Pablo II, « deben ser reconocidas por
los responsables de la sociedad como expresión legítima de la voz de los ancianos, y
sobre todo de los ancianos más desheredados ».
El anciano es hoy, en nuestra sociedad un ser indefenso, poco considerado, y, en
ocasiones, maltratado.
A pesar de todo, hay entre los adultos mayores y los ancianos, una fuerza que depende
de nosotros cultivar y desarrollar; es la fuerza de una realidad: cada vez somos más,
puesto que la vida se ha alargado. Y cada vez somos más pensantes: tenemos la
experiencia, el saber que dan los años, para apreciar cuáles son las cosas que tienen
valor y las que no. Y tenemos también la capacidad de adaptarnos activa-mente, para
modificar, en parte, la realidad. Adaptarnos no es aceptar pasivamente, no es
acomodación sumisa a las circunstancias, sino lograr ese equilibrio entre asimilación y
acomodación. Juego de intercambios que nos permite modificarnos y modificar la
realidad que nos circunda.