los beneficios del deporte para los niños

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Los beneficios del deporte para los niños El deporte ayuda a los niños con problemas de relacionamiento y a disfrutar del cuerpo Por encima de todo debe ser el niño, dentro de unos límites, el encargado de elegir el deporte o deportes que va a practicar. Por lo general, tu hijo querrá practicar un deporte en concreto influenciado por sus amigos, los medios de comunicación, el entorno que le rodea, etc. El ejercicio regular favorece el buen desarrollo físico y mental de los niños. Les ayuda a integrarse más socialmente y a adquirir unos valores fundamentales, además de colaborar en el correcto desarrollo de sus huesos y músculos . Los beneficios del deporte para los niños 1. Introduce al niño en la sociedad. 2. Le enseña a seguir reglas. 3. Le ayuda a abrirse a los demás y superar la timidez . 4. Frena sus impulsos excesivos. 5. Fomentará en el niño la necesidad de colaborar por encima del individualismo 6. Le hará reconocer, aceptar y respetar que existe alguien que sabe más que él. 7. Produce un aumento generalizado del movimiento coordinado. 8 . Aumenta sus posibilidades motoras . 9. Favorece el crecimiento de sus huesos y sus músculos. 10. Puede corregir posibles defectos físicos. 11. Potencia la creación y regularización de hábitos . 12. Desarrolla su placer por el movimiento y el ejercicio. 13. Estimula la higiene y la salud . 14. Le enseña a tener ciertas responsabilidades .

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Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

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Page 1: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

Los beneficios del deporte para los niños

El deporte ayuda a los niños con problemas de

relacionamiento y a disfrutar del cuerpo

Por encima de todo debe ser el niño, dentro de unos límites, el encargado de elegir el

deporte o deportes que va a practicar. Por lo general, tu hijo querrá practicar un deporte

en concreto influenciado por sus amigos, los medios de comunicación, el entorno que le

rodea, etc. El ejercicio regular favorece el buen desarrollo físico y mental de los niños.

Les ayuda a integrarse más socialmente y a adquirir unos valores fundamentales,

además de colaborar en el correcto desarrollo de sus huesos y músculos.

Los beneficios del deporte para los niños

1. Introduce al niño en la sociedad.

2. Le enseña a seguir reglas.

3. Le ayuda a abrirse a los demás y superar la timidez.

4. Frena sus impulsos excesivos.

5. Fomentará en el niño la necesidad de colaborar por encima del individualismo

6. Le hará reconocer, aceptar y respetar que existe alguien que sabe más que él.

7. Produce un aumento generalizado del movimiento coordinado. 8

. Aumenta sus posibilidades motoras.

9. Favorece el crecimiento de sus huesos y sus músculos.

10. Puede corregir posibles defectos físicos.

11. Potencia la creación y regularización de hábitos.

12. Desarrolla su placer por el movimiento y el ejercicio.

13. Estimula la higiene y la salud.

14. Le enseña a tener ciertas responsabilidades.

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El deporte como fenómeno social

Una constante entre los teóricos de nuestro tiempo es representar al deporte entre dos grandes líneas divergentes o dimensiones de carácter dicotómico (deporte como rendimiento

frente al deporte ocio o de tiempo libre) que condicionadas por diferentes motivantes y

exigencias están llamadas a tener funciones y papeles distintos en nuestra sociedad actual. Ambas manifestaciones nacen de una misma necesidad de realización humana, son requeridos

por demandas sociales diferentes y toman dispares direcciones. Esta constitución bipolar del deporte es un hecho ampliamente reconocido; ambos polos constituyen dos realidades distintas

que consecuentemente requieren de aproximaciones y métodos diferentes (García Ferrando,

1991; De Andrés y Aznar, 1996).

El deporte de tiempo libre, se identifica con el ser humano en una conducta especificada en la práctica activa, poniendo el acento en la forma recreacional en que se practica,

relacionándose con parámetros tales como: la ocupación activa del ocio, la salud, la realización

personal. El deporte competición y de espectáculo se desarrolla hacia la vertiente programada, espectacular en torno a parámetros tales como: rendimiento resultado, campeonismo,

racionalidad económica, profesionalización, deporte de éxito, de retransmisiones, campañas publicitarias, política.

Relaciones entre la actividad física y la salud

Existen cada vez mayores evidencias de las relaciones entre la actividad física y la salud

(Fentem, Bassey y Turnbull, 1998; Bouchard, Shephard, Stephens, Sutton y McPherson, 1990),

hasta el punto de considerar la propia inactividad como un factor de riesgo para las

enfermedades modernas (Powell, Thompson, Caspersen y Kendrick, 1987; Tittel e Israel,

1991).

4.3. Ejercicio físico y depresión

Hasta el momento, la mayoría de estudios que han investigado la relación entre el ejercicio

físico y las disminuciones en los niveles de depresión y ansiedad han sido correlacionales. Si bien, no podemos afirmar de manera concluyente que el ejercicio motivó o produjo el cambio

en el estado de ánimo, sino más bien que el ejercicio parece estar asociado a cambios positivos en los estados de ánimo (Weinberg & Gould, 1996).

La inmensa mayoría de las investigaciones que estudian la relación entre ejercicio físico y bienestar psicológico han utilizado los ejercicios aeróbicos. Se ha demostrado que el ejercicio ha

de tener la suficiente duración e intensidad para producir efectos psicológicos positivos.

En definitiva, como señalan Weinberg & Gould (1996), se puede decir que …

Se ha puesto de manifiesto que el ejercicio regular está relacionado con disminuciones

de la depresión a largo plazo.

Cuanto mayor es el número total de sesiones de ejercicios, mayor es la reducción de

los niveles de depresión.

La intensidad del ejercicio no está relacionada con cambios en la depresión.

Cuanto más largo es el programa de ejercicios, mayor es la reducción en los niveles de

depresión. El tiempo total de ejercicio a la semana no está relacionado con cambios en la

depresión.

Page 3: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

Influencia de los adultos en la práctica

deportiva de los jóvenes futbolistas

Contextualización

El fútbol de infantil ha ido evolucionando desde lo lúdico, interesante y entretenido, donde

cualquier lugar es bueno para jugar con los compañeros o amigos, hacia lo competitivo, con

todas las cargas y tensiones que ello genera y para lo que el joven deportista no está todavía

preparado. Es en el momento en el que el juego se convierte en deporte, cuando los

deportistas sí están preparados para soportar esas cargas y tensiones generadas por la

competencia interna y presión externa.

Esto no quiere decir que cuando el niño juega no compite, sí que lo hace, y con el objetivo

de ganar, porque nadie juega para ser derrotado. Ahora bien, los padres, dirigentes,

entrenadores y demás personas o entidades que ejercen algún tipo de influencia sobre los

niños, deben entender y transmitir que son muchas más las veces que se pierde que las que se

gana; de hecho, el campeón es únicamente un equipo o un jugador, el resto se queda en el

intento. En este sentido, puede ser que la orientación de la planificación en edades de

formación tuviera que tener un significado diferente, con prioridades selectivas.

Como es lógico, el sentimiento provocado por una victoria difiere notablemente al

ocasionado por una derrota, porque hasta aquellos a los que no les interesa este deporte y

juegan por primera vez, prefieren ganar antes que perder. Éste sentimiento, sin embargo, se ve

claramente influenciado por las expectativas y perspectivas que pesan sobre los jóvenes. Así,

Page 4: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

una victoria lograda por un niño presionado supone la gratificación por haber ganado, y la

“tranquilidad o liberación” por haberse librado de constantes correcciones y supuestos

resultados conseguidos con otro tipo de decisiones tomadas durante el juego. A menudo, este

comportamiento viene acompañado por actitudes muy poco pedagógicas y enriquecedoras para

la formación o el aprendizaje del niño, criticando en muchas ocasiones durante el juego,

conductas que se estimulaban previamente durante los entrenamientos. En este sentido, se

observa frecuentemente, como la propuesta práctica durante los entrenamientos choca con los

automatismos que se quieren conseguir durante la competición por los jugadores,

desvinculándose la relación entre aprendizaje y puesta en acción sobre el terreno de juego.

Una derrota provoca que el joven jugador se sienta frustrado por doble motivo, primero, por

no haber podido conseguir la victoria que todos deseaban a pesar de haberse divertido

jugando, apuntando que el resultado con derrota en numerosas ocasiones provoca que no haya

diversión durante la práctica, y en segundo lugar y con mayor notoriedad, aparentemente, por

no haber podido satisfacer las expectativas de sus familiares, entrenador u otra influencia allí

presente.

Uno de los principales problemas que conlleva el deporte en los jóvenes es el alto índice de

abandono deportivo, quizás debido al denominado Síndrome de Saturación Deportiva reflejado

en 1978 por Pini (citado en Alcázar, 1992), considerado vulgarmente como “atleta quemado” y

que supone un síndrome caracterizado por apatía, indiferencia y hasta aversión por la práctica

deportiva o por los hechos relacionados con ésta. Parece ser que existen causas psicológicas

características que impulsan al abandono deportivo precoz, entre las que se puede destacar: La

marginación psicológica voluntaria, pobreza del grupo deportivo, relación poco satisfactoria con

el entrenador, rechazo de la atmósfera totalizadora de la institución deportiva y las relaciones

con el otro sexo (Vinello y Russo citados por Alcázar, 1992)

Prueba de ello es un estudio referido al fútbol infantil de finales de los años 90, difundido en

la edición del diario “El País” de España, del 5 de septiembre del 2000, donde se reveló que de

los 20 millones de niños norteamericanos que participaban en actividades deportivas

organizadas, 14 millones la dejaban antes de haber cumplido los 13 años. La deserción masiva

se debe a que el juego (o el deporte infantil), concebido inicialmente como un entretenimiento

compartido con otros amigos, se va convirtiendo con el paso de los años en una experiencia

amarga y poco placentera debido a las presiones de los padres, entrenadores y/o delegados

con expectativas. Dicho artículo, merece de una atención especial con fin de plantearnos las

cosas que no se están haciendo del todo bien en los periodos de formación, cuando uno de los

objetivos principales de este momento, debe ser la atracción del deporte y la captación por

parte de la actividad deportiva.

Page 5: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

A estos factores hay que añadir la ya mencionada y excesiva presión social y familiar que en

algunos casos se ven sometidos los niños/as al practicar deporte organizado. Todos estos

elementos pueden ser factores negativos en cuanto a la motivación hacia el deporte,

generándose un ambiente de aburrimiento, desinterés, estrés excesivo, ansiedad, falta de ocio,

exceso de exigencia, desconfianza e incluso fobia hacia el deporte o la competición, que

desencadenan en el abandono final de la práctica deportiva, con los riesgos que ello conlleva

para la salud y los procesos de relación social de los jóvenes.

La intervención adecuada de padres y entrenadores es esencial para incrementar la

motivación e interés de los jóvenes hacia la práctica deportiva. Como anteriormente

comentamos, dentro de los factores contextuales, la familia y el entrenador son elementos

claramente condicionantes de la iniciación y formación deportiva en la etapa más temprana. Por

una parte, los padres y entrenadores se convierten en los mejores vehículos de motivación,

orientación, apoyo y formación deportiva. Sin embargo, esto puede traducirse en fuentes de

estrés y presión para los iniciados deportistas, ya que muchos padres se proyectan en ellos,

buscando logros y reconocimiento, o, en el caso de los entrenadores, sublimar con ellos ciertas

frustraciones (Latorre y Herrador, 2003).

Con respecto a los padres, Hahn (1988), considera que son los principales precursores de las

motivaciones de los niños para iniciarse en el deporte.

Precisamente, a menor edad, mayor es la influencia familiar (Añó, 1997). Cabría esperar por

lo tanto, que los padres deben ser animadores de la participación deportiva de sus hijos, sin

esperar resultados exitosos en el marcador y respetando las decisiones de los niños, que son

los protagonistas de su propia práctica.

Smoll (1986), describe básicamente cinco perfiles de padres teniendo en cuenta la

comunicación con sus hijos deportistas:

Desinteresados. Muestran escaso o nulo interés por el deporte de sus hijos, no suelen

acompañarlos a los entrenamientos y/o partidos, no se preocupan ni se implican, tienen

poco tiempo y muchas responsabilidades en el trabajo.

Hipercríticos. Nunca están satisfechos con la actuación de la/el hija/o, siempre quieren

más, suelen reprenderlos y regañarlos, enfocando la práctica deportiva como algo más

suyo que del hijo, incluso la frustración llega hasta el extremo de privarlos de participar

en una actividades con otros niños.

Vociferantes. No logran contenerse en las gradas, dan paseos, no se están tranquilos y

continuamente manifiestan sus sentimientos y pensamientos en voz alta, dirigiéndose a

cualquier persona que esté en la instalación, se cuestionan el trabajo de los árbitros,

Page 6: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

usan un lenguaje ofensivo, exaltado, e incluso a veces los hijos no quieren que vayan a

verlos competir.

Entrenadores en la banda. Buscan información sobre el deporte que practican sus hijos,

entienden o creen entender, realizan frecuentes sugerencias a sus hijos, a veces

contradiciendo al entrenador y desorganizando la estructura interna del equipo.

Sobreprotectores. Tienen excesiva preocupación por lo que le puede pasar a sus hijos

en la práctica deportiva, están casi siempre en entrenamientos y no se pierden un

partido, ven en todo una amenaza por lo que necesitan protegerles, tratan de

resolverlo todo, amenazan a sus hijos con “sacarlos del equipo”, los hacen

dependientes de ellos, cuando no están, los niños se sienten extraños y con dificultad

para mantener la concentración.

Teniendo en cuenta que la clasificación realizada atiende a características negativas y formas

poco acertadas de actuar ante la práctica deportiva en edades de formación, incluiremos un

sexto tipo referido a aquellos padres y otros acompañantes que, con su comportamiento

ejemplar, facilitan la labor de entrenadores y árbitros y, sobre todo, ayudan a que sus hijos se

diviertan realizando deporte sin ningún tipo de presión añadida. Éstos padres, catalogados

como “afectivos” se caracterizan por altos niveles de disposición para apoyar la práctica del

deporte, son comprensivos, tratan de darle apoyo y amor a sus hijos/as sin importarles el

resultado, estimulan y motivan a sus hijos/as, son optimistas, intentan que el deporte sea

divertido, reconocen el esfuerzo que hacen, tratan de no mezclarse en las responsabilidades y

funciones de los entrenadores, se interesan por estar informados, aportan a los entrenadores

información necesaria de manera adecuada, comparten con el hijo o la hija los momentos de

aciertos y desaciertos, tratan a sus hijos de la misma manera si ganan o pierden, su

comportamiento emocional es frecuentemente adecuado y tratan de animarles a buscar nuevos

retos y oportunidades.

En un estudio llevado a cabo conjuntamente por la Universitat Autónoma de Barcelona y la

Universitat de les Illes Balears, en el que participaron un total de 893 jugadores de fútbol (437

pertenecientes a la Federación Catalana y 456 a la Federación Balear de Fútbol), se evaluó la

relación entre la actitud de los padres y madres, y el compromiso deportivo de futbolistas

cadetes. La edad promedio de la muestra es de 15,6 años, y el rango entre 14 y 16 años. Los

futbolistas pertenecían a equipos de distinto nivel competitivo: a) división de honor (n = 184) el

nivel competitivo más alto para su edad en el país, y b) nivel regional en la zona de Cataluña (n

= 253) y en la zona de las Islas Baleares (n = 456).

En referencia a la percepción de la implicación de las familias en el fútbol, el 49,2% de los

futbolistas de la muestra perciben que su padre y su madre participan activamente en su

actividad deportiva, el 40,2% percibe que su padre es el que mayormente se implica en su

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actividad deportiva, un 6,2% perciben que es la madre la que tiene una mayor implicación y

sólo un 4,5% de los futbolistas participantes en el estudio perciben que ninguno de sus

progenitores participa activamente en su actividad deportiva.

En efecto, parece ser que, en general, la participación de las familias tiene dos caras

aparentemente difíciles de separar, cuanto más apoyan y más activamente se implican

(participación positiva) más comportamientos directivos emiten (parte negativa) por la presión y

la eventual contradicción a los técnicos.

Los resultados obtenidos de dicho estudio, indican que la actividad deportiva de los jóvenes

futbolistas entre catorce y dieciséis años es seguida de manera muy activa por sus padres con

una preponderancia importante de familias (padres y madres) que participan activamente en el

fútbol de sus hijos. Cuando el que se implica es sólo uno de los progenitores la percepción de

los chicos es que es el padre quien más activamente participa en su carrera futbolística.

Sin embargo, al mismo tiempo también perciben un grado significativamente mayor de

apoyo y comprensión. Resultados semejantes se han obtenido en investigaciones de otros

países (Wuerth et al, 2004) en las que los datos similares a los aquí presentados llevan a

sugerir que para que el deportista tenga una carrera deportiva satisfactoria es muy necesaria

una participación positiva de las familias (Hellstedt, 1990, 1995).

Hahn (1988) detalla, además, las siguientes actuaciones negativas de los padres en relación

con la formación deportiva de los hijos:

La sobreprotección de los padres que hacen en muchos casos que sus hijos se

dediquen casi exclusivamente al deporte.

No entienden la relación entre deporte y escuela como elementos clave para la

formación de su hijo.

Consideran el entrenamiento de sus hijos como una auténtica obligación.

Esperan resultados victoriosos como elementos de autoestima.

Organizan el deporte de sus hijos.

Condicionan las actuaciones del entrenador.

Smoll (1986) y Gordillo (1992), establecen las siguientes responsabilidades de los padres en

relación con la formación deportiva infantil:

Confiar su hijo a un entrenador competente y aceptar el papel de éste.

Conocer, comprender y aceptar las propias limitaciones de sus hijos, aceptando los

éxitos y fracasos de éstos.

Page 8: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

Orientar hacia la diversión, mejora del rendimiento y creación de un clima motivacional

positivo.

Mostrar autocontrol (sobre todo en las competiciones).

Dedicar tiempo a sus hijos.

Dar autonomía y posibilidad de tomar decisiones propias.

UNICEF destaca que “la familia en la vida de un deportista, al igual que en cualquier otra

faceta de la misma, juega un papel crucial. Es el elemento de transición desde los ámbitos más

privados de la socialización hacia los más públicos y es en esa fase de transferencia de

competencias a otros sistemas (escuela, grupos de iguales, instituciones, medios de

comunicación) donde se pueden generar conflictos de intereses. Si bien la familia se muestra

como una de las influencias más positivas, en el juego y en el deporte hay casos, sin embargo,

en los que ejerce una excesiva presión para lograr que sus hijos sobresalgan, que en ocasiones

se concreta en comportamientos abusivos y violentos hacia ellos, proyectando negativamente

de este modo algún tipo de esperanza de éxito social o de frustración personal, incluso con

independencia de su estatus social de origen. Una buena comunicación entre familia y

formadores deportivos ayudará en el reparto de responsabilidades, en la clarificación de

expectativas y en un desarrollo más armónico del niño”.

Como hemos comentado anteriormente, los entrenadores son otro elemento indispensable y

fundamental en la iniciación deportiva escolar. Hahn (1988) indica que son el nexo de unión

entre el niño y el deporte, siendo su responsabilidad pedagógica más importante que la

dirección del entrenamiento tecnomotriz.

Su formación y capacitación profesional son imprescindibles. Desgraciadamente, y en

muchos casos, esta exigencia no se ve cumplida y encontramos numerosos niños en manos de

personas no competentes para esta labor pedagógica. Los entrenadores de iniciación deportiva

orientados hacia el éxito, reducen el carácter lúdico de los entrenamientos y organizan éstos

como una adaptación de los adultos, con lo que no consiguen los verdaderos objetivos hacia los

que se proyecta el entrenamiento en edades de formación. Bien por el espíritu competitivo de

estos entrenadores o por la ambición de ascender de categoría por medio del éxito del equipo,

se dejan al margen valores y objetivos necesarios para la formación integral del deportista.

Pues bien, todos los comportamientos que padres y entrenadores tienen hacia la práctica

deportiva de los jóvenes tienen su consecuencia, ya que ninguno de ellos pasa desapercibido.

Diversos autores como Hahn (1988), Utrilla (2004) y Romero (2004) coinciden en distinguir 4

formas a través de las cuales los niños muestran su malestar ante dicha situación de

sobrepresión.

Page 9: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

La confusión, observada en el 60% de los jóvenes jugadores de fútbol del estudio

anterior, se manifiesta en que no saben lo que deben hacer, se quedan parados, miran

hacia los lados, buscando la aprobación de los adultos, se bloquean, se esfuerzan, se

mantienen activados, con deseos, pero no logran el rendimiento esperado, están

obsesionados por el resultado, ansiando ganar, pero no saben cómo, usan la táctica y

estrategia equivocadas, no sabe diferenciar que es lo mejor en cada situación. Todo

esto finaliza con la pérdida de motivación infantil hacia la práctica deportiva y el

abandono de la misma, tendiendo más hacia el entretenimiento con videoconsolas y

otros medios donde no soportan esa presión externa, se divierten igualmente con sus

amigos o en soledad y, poco a poco, terminan perdiendo por completo el interés por el

ejercicio físico y sus beneficios.

El autoánimo, La actitud de seguir intentándolo, está presente en 18 jugadores, (60%)

significa una actitud de reto o desafío, intentar ganar, luchar, esforzarse al 100 %,

toman cada partido como una oportunidad de superarse, de aprender, de tolerar sus

errores, de adaptarse a lo nuevo y de lograr mayor nivel de resistencia psíquica. El

Autoánimo positivo, constituye una fortaleza que hay que estimular.

El llanto aparece en ambos sexos, pero más en las niñas, generalmente cuando pierde

el equipo, cuando cometen errores, cuando están sometidos a un doble mensaje de los

padres y el entrenador y cuando estos les hacen señales de manera agresiva (12

jugadores, 40%). El llanto es un mecanismo de descarga emocional, en algunos casos

durante el partido y en otros al ser derrotados, otros se mostraron desconsolados y

otros no mostraron disposición para ver ni hablar con nadie. La duración de estos

comportamientos varía en cada niño o niña dependiendo de sus expectativas y de las

habilidades de los entrenadores para manejar las diferentes situaciones.

El enfado es una actitud psicológica que asumen los jugadores a lo largo del juego, lo

expresan a través de un lenguaje corporal y facial negativo, cuando el jugador se

molesta, se censura a si mismo ante el arbitraje adverso, errores cometidos o señales

críticas. Ésta actitud fue observada en 6 jugadores, correspondiendo al 20%. Tienen

energía para jugar, pero ésta es negativa, se ponen agresivos, sin control, impulsivos,

sus deseos son desmedidos. Dicha actitud se manifiesta en su postura al caminar, o en

la recuperación en la pausa, con la cabeza baja, hombros caídos, conductas

antideportivas que pueden ir desde palabras obscenas audibles, hasta ofensas a otras

personas.

Conclusión

Las expectativas y ansiedades que se ponen en juego frente a la posibilidad de que los

jóvenes deportistas lleguen algún día a la élite, son tantas que se deforman los valores y

funciones de las distintas organizaciones que componen la sociedad. ¿Rendimiento o

Page 10: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

Formación? ¿Trabajo o Juego? ¿Cómo debería ser el tiempo que el niño dedica a la actividad

futbolística? Difícilmente se pueda llegar a obtener una sola respuesta, aunque quizás lo mejor

sea actuar con ellos como lo que son: chicos en edad de aprender a llevar una correcta vida

social y unos hábitos deportivos adecuados, así como la práctica de una actividad que les atrae.

Tan obvio, simple y a la vez complicado como eso. Para lograrlo se debe comenzar intentando

que el entretenimiento no se convierta en un trabajo de exigencia remota, sino adecuándolo a

sus posibilidades e intentando librarles de la gran presión externa que suponen determinados

comportamientos por parte de todas las personas e instituciones que ejercen influencia sobre

los jóvenes y modifican su interés por el deporte, permitiendo que ellos sean los protagonistas

de su propio aprendizaje, estimulándoles con retos constantes, alentar la toma de decisiones

insistentemente bajo el refuerzo positivo, garantizar las correctas relaciones y conductas

sociales que conllevan la práctica colectiva, planificar una estructura de formación basada en la

consecución de objetivo de manera didáctica y metodológica en busca del aprendizaje y la

captación del deportista, etc.

Si nuestro interés recae en utilizar el deporte como herramienta para garantizar la salud y

luchar contra el sedentarismo, cabría pensar que la planificación de los entrenamientos debe ir

orientada al aprendizaje y con ello, a la captación del niño hacia dicha actividad deportiva,

elegida por ellos. En este sentido, los entrenadores deben favorecer la atracción de la práctica,

con el fin de enganchar a los jóvenes y hacerles partícipes, voluntariamente, de la actividad

física, buscando los beneficios que nos trae el deporte. En este sentido, el proceso de

enseñanza-aprendizaje debe ser de una gran calidad, con el fin de que los jóvenes se motiven

por las pequeñas mejoras de cada día.

Supone, como objetivo principal, determinar lo que puede ser bueno o dañino para su

educación, su desarrollo y su formación integral como deportista y persona, algo que parece

evidente y que, sin embargo, la experiencia de todos los días muestra que no siempre se

cumple. Las consecuencias son tan simples como determinantes: Está en juego su salud, su

seguridad y el estado emocional en el futuro de los jóvenes futbolistas.

Page 11: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

Práctica deportiva en edad escolar. Ideas y actitudes

erróneas por parte de entrenadores, profesores y padres

Introducción

Son muchos los beneficios que la práctica deportiva brinda al desarrollo físico, psicomotor,

emocional, afectivo, social y mental de los niños. Se ha comprobado que quienes practican un

deporte son más saludables en todo sentido.

Ahora bien, el desarrollo de los mismos no siempre se lleva a cabo de la forma más correcta

posible y muchos de tales beneficios se ven reducidos, eliminados e incluso se tornan en

efectos perjudiciales sobre el niño.

Entre las causas que provocan tales circunstancias, quizás las de mayor protagonismo e

influencia se relacionan con la falta de formación, actitud o motivación por parte de todas

aquellas personas que rodean al niño durante el desarrollo de su práctica deportiva,

fundamentalmente padres, profesores y entrenadores.

Así, podemos encontrar como algunos padres fuerzan la iniciación deportiva de sus hijos en

determinadas disciplinas en la búsqueda de crear un nuevo Nadal o Casillas, o también se

pueden ver actitudes agresivas por parte de entrenadores y padres con el objetivo de fortalecer

el carácter de los niños y que lejos de conseguir tales efectos, lo más que van a conseguir es

que el niño se desmotive y relegue u olvide la práctica deportiva a un segundo plano o para

siempre de sus vidas.

En este sentido el presente artículo aborda cuáles son las principales ideas y actitudes

erróneas relacionadas con la práctica deportiva en niños y adolescentes que actualmente

persisten en la sociedad, llevándose a cabo una descripción de las mismas y añadiéndose

maneras o estrategias para su afrontación y superación.

Ideas y actitudes erróneas de entrenadores, profesores y padres

1. Los deportes de equipo son mejores para los niños que los deportes

individuales

La verdad es que uno podría argumentar que uno no es mejor que el otro. Existe un deporte

para cada edad, para cada tipo de personalidad, y para cada necesidad que tengan los niños.

Page 12: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

Así, por ejemplo, a través de los deportes de equipo los niños aprenderán el valor de trabajar

juntos en un grupo, en deportes individuales, aprenderán el valor de la autodisciplina y la

motivación personal.

El resultado final es que todos los deportes pueden enseñar multitud de cosas que tienen

beneficios a largo plazo.

A continuación se muestran algunos de los beneficios que los diferentes tipos de deportes

pueden proporcionar al niño, así como diferentes cuestiones a tener en cuenta para al llevarlos

a la práctica (Revista Consumer Eroski, 2009):

Individuales

Si el deporte por el que se inclina el menor es individual, es importante que parte de la

actividad se desarrolle en grupo, de esta manera se promoverá una mínima

socialización a partir de juegos colectivos.

Las personas más tímidas se sienten más cómodas en actividades deportivas en las que

no participe un gran número de personas.

Muchos niños y adolescentes se desenvuelven y rinden mejor cuando no dependen de

los demás.

Los deportes individuales ofrecen más oportunidades para fomentar la autonomía y la

creatividad, lo que aumenta la confianza en uno mismo.

A los jóvenes más impulsivos y transgresores con las normas, discriminados en el

contexto de un equipo, les favorece depender sólo de ellos mismos, aunque reciban

atención individualizada por parte del entrenador.

Los padres son los responsables de ayudar a digerir los errores o las derrotas si se

practica ejercicio de forma individual, ya que el menor que no cuenta con un equipo

que le apoye ante las dificultades puede sentirse sobrecargado.

A los menores más extrovertidos no les convienen los deportes individuales, puesto que

podrían aburrirse con facilidad y dejar de practicarlos.

Colectivos

Ofrecen la oportunidad de interaccionar con otras personas que comparten un interés

común fomentando la amistad duradera con lo cual se fortalecen las dimensiones

sociales y emocionales del bienestar.

Ser miembro de un equipo implica responsabilidad, respeto a compañeros, adversarios,

reglas y jueces.

Page 13: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

A nivel grupal, el deporte puede contribuir al desarrollo de confianza entre los pares. El

joven debe ser capaz de confiar en los otros, experimentar un sentido de comunidad y

conocer suposición dentro del grupo.

Permiten a los jóvenes más tímidos una interacción y comunicación con un grupo nuevo

de personas fomentando la amistad y relación futura con niños de edad parecida.

Por lo tanto, ya sea individual, de adversario o colectivo, habrá que promover entre los

alumnos el interés por el deporte, para que puedan beneficiarse los múltiples beneficios

(fisiológicos, psicológicos y sociales) que su práctica les va a proporcionar en sus vidas

presentes y futuras.

El hecho de que sea un deporte individual o colectivo no es relevante. Lo importante es que

el niño lo practique porque le gusta, porque disfruta cada momento.

Lo ideal y aconsejable, ya que cada deporte tiene distintos beneficios, y sobre todo en el

caso del deporte infantil, será ejercitar y probar diferentes modalidades antes de decidirnos por

una determinada especialidad. Unos les resultarán más atractivos y sugerentes, otros

despertarán su curiosidad y su entusiasmo, mientras que sólo unos pocos se ajustarán a sus

aptitudes y a su constitución física.

2. Enseñar a los niños a jugar mientras se encuentran lesionados les construye el

carácter

Como ya se ha comentado, los deportes pueden proveer múltiples beneficios al niño: físicos,

como el mantenimiento del peso, coordinación, aptitud; emocionales: como una mayor

confianza, autodisciplina, amor propio,… Sin embargo, los riesgos de lesión existen, son reales,

pero son mucho menores que la cantidad de beneficios que nos ofrecen.

Ahora bien, cuando la lesión acontece, enseñar, obligar a los niños a jugar mientras

transcurre la misma para nada les va a servir para construir su carácter, sino todo lo contrario,

lo único que podemos ocasionar será una lesión que provoque en el niño dolor y desconfianza e

incluso miedo a la práctica posterior de la misma actividad que acarreó la lesión y con ello el

posible abandono de la práctica del deporte o actividad en cuestión.

Aunque la gran mayoría de lesiones deportivas en los niños son de menor importancia que

las producidas en personas de mayor edad, el continuar sólo puede empeorar la misma lo que

puede acarrear condiciones graves y dificultades quizás de por vida para su salud. Por lo tanto,

nunca se deberá de forzar a un niño a seguir jugando mientras se sufre una lesión deportiva.

Page 14: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

3. Permitir que los niños abandonen un deporte supondrá toda una vida de llena

abandonos

El abandono de la actividad física y deportiva entre los jóvenes es un acontecimiento

complejo, en el que pueden influir numerosos factores. A veces la práctica deportiva para el

niño supondrá una obligación más que un hobby y los niños apenas van a disfrutar de su

práctica. En este momento la mejor solución será el abandono, lo cual no va a suponer nada

negativo ni va a ser un factor desencadenante para nuevos abandonos, sino todo lo contrario,

su abandono debe de orientarnos hacia la elección de un nuevo deporte que si sea el adecuado

para el niño, que le guste y motive. De ese modo conseguiremos que su práctica se convierta

en algo continuo e importante en la vida del niño.

Ahora bien, si de nuevo fallamos en la elección del deporte, de seguro que se producirá otro

abandono del mismo en el futuro.

Siguiendo a Trepode (2001), algunas de las causas de abandono de la práctica deportiva por

parte de los niños son las siguientes:

Causas psicológicas

Interés en otras actividades deportivas.

Falta de diversión.

Aburrimiento.

Mala relación con el entrenador.

Juego brusco.

Stress competitivo

Actitudes acerca de ganar a cualquier precio.

Atribuciones a capacidad: esfuerzo.

Causas físicas

Por no ser lo “suficiente bueno”.

Sin mejorías en las destrezas.

Causas de situación

Nunca jugó.

Énfasis en el programa (demasiado serio).

Organización deficiente.

Pobre comunicación.

Poco sentido de pertenencia.

Page 15: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

Falta de apoyo social (padres, maestros).

Estilo de liderazgo del entrenador (autoritario).

Teniendo en cuenta esta gran cantidad de factores que pueden afectar a los niños en su

continuidad de práctica deportiva, tanto a la hora de involucrarlos en su práctica, así como tras

la decisión de abandono del mismo por parte del niño, tendrá que llevarse a cabo un análisis de

dichos factores a fin de ajustarse lo máximo posible a las preferencias, necesidades y

capacidades de nuestros niños.

Demasiados padres pasan del análisis de tales factores y nunca preguntan a sus hijos si

quieren hacer tal o cual deporte, simplemente pagan la inscripción y les comunican su nueva

actividad. Entonces ocurrirá que, si a ese niño no le atrae ese deporte, o simplemente no está

listo para su práctica y se ve obligado a jugar, su abandono va a ser una realidad en poco

tiempo.

Por lo tanto, empujar a un niño para jugar antes de que él o ella estén dispuestos realmente

aumenta la probabilidad de deserción y no volver a jugar y será vital respetar el gusto y el

interés de los pequeños, y jamás obligarles a que hagan algo que no les guste.

Es más, en la etapa adolescente y juventud si no se adquieren los hábitos de realización de

manera sistemática y continua de actividades físico-deportivas, lo más probable es que esos

jóvenes posteriormente serán adultos sedentarios, con toda la problemática de salud que ello

lleva consigo.

4. Cuanto más joven comience un niño a practicar un determinado deporte, mejor

será su rendimiento en el futuro

La importancia del entrenamiento en edades tempranas es defendido por algunos autores

apoyándose en diversas razones (Hahn, 1988):

El adelanto de la edad de rendimiento a nivel nacional e internacional.

El desarrollo de un sistema de competición para niños.

El enfoque hacia el éxito de los entrenadores, padres, clubes etc.

El traslado de programas de entrenamiento de los adultos a los niños.

Todas estas afirmaciones son ajenas a los niños y se originan en ambiciones de éxito de los

padres, deporte y sociedad, no satisfaciendo las necesidades ó aspiraciones de los niños (Hahn,

1988). La abrumadora mayoría de los niños maduran socialmente, físicamente y

emocionalmente a diferentes edades, así que no hay “derecho de edad” para iniciar a los niños

en los deportes. Como las flores, algunos niños tardan más en florecer que otros.

Page 16: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

Teniendo esto en consideración, Kaminski (1982), citado por Hahn (1988), indica que existen

una serie de inconvenientes y contraindicaciones para el entrenamiento con niños:

Excesivo tiempo invertido en los entrenamientos.

Se cuestiona el daño a la salud del deporte orientado al rendimiento

Efectos secundarios negativos para la génesis de la personalidad y equilibrio interno.

Relaciones sociales problemáticas.

Por lo tanto, la formación deportiva debería estar orientada a la salud y al proceso más que

al rendimiento deportivo (Devís y col, 1992; Delgado y Tercedor, 2002). El ejercicio y el

entrenamiento deportivo cuando se orientan al rendimiento muchas veces no guardan relación

con la salud. Ahora bien, cuando se aplica y se controla el entrenamiento desde el punto de

vista médico y pedagógico, teniendo en cuenta la edad biológica del niño y un correcto aporte

nutricional, se logra el éxito deportivo y lo que es más importante aún, el deporte puede jugar

un papel importante dentro de la salud del deportista (Pancorbo, 1995).

Dado que el niño no es un adulto en miniatura sino un ser en evolución, habrá que adaptar

la actividad al niño y no viceversa, no sometiéndolo a esfuerzos superiores a su capacidad

(Pancorbo, 1995). Así, no habrá impedimentos en contra de la especialización temprana, desde

los puntos de vista psicológico, médico y pedagógico, siempre y cuando la selección y

dedicación deportiva de los niños, se apoye en correctas bases biológicas y pedagógicas.

5. El comportamiento agresivo de los entrenadores es aceptable ya que la

finalidad de tales actitudes van encaminadas a la consecución del éxito por parte de

los niños

El comportamiento agresivo se mantiene bastante estable desde la infancia hasta la edad

adulta (Farrington, 1991, citado en Pelegrín (2002).

Según Eron y Huesmann (1990), citado en Pelegrín (2002), la presencia de diferentes

patrones de conducta en edad adulta es probable que se deban tanto a la constitución del niño

(factores genéticos) como al ambiente.

Así, aquellos sujetos que han sido problemáticos en la infancia tienen mayor probabilidad de

exhibir conductas antisociales en la etapa adulta (Farrington, 1989, citado en Pelegrín, 2002)

En general, el deporte tiene un nuevo significado para los niños y las niñas cuando llegan a

10-12 años de edad. En este punto, los niños han decidido que los deportes son para ellos y las

cosas que van con el deporte, tales como la disciplina, la formación, la dedicación, el

Page 17: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

compromiso o el comportamiento agresivo de algunos entrenadores entran a formar parte de

este paquete.

Por ello la experiencia deportiva mal desarrollada puede tener efectos trascendentales de por

vida en la personalidad y desarrollo psicológico de los niños.

En este sentido, son varios los factores que conllevan a que se desencadenen actos

agresivos y violentos, tanto dentro (originados por los propios deportistas), como fuera

(espectadores o entrenador) del terreno de juego.

En relación al entrenador, se debe tener siempre presente que éste actúa como modelo pues

influye con su comportamiento en la actividad y ejecución de esos deportistas, y también

influye en ellos a nivel personal, siendo uno de los agentes socializadores más importantes del

niño que practica deporte (Pelegrín, 2002)

Por lo tanto para que las competiciones deportivas lleguen a ser un elemento educativo para

los niños, habría que dotar a aquellas personas que actúan como modelos (entrenadores,

padres,…), de actitudes y valores que beneficien al joven deportista desde la base ((Pelegrín,

2002).

Sólo cuando estos agentes proporcionan modelos adecuados, la práctica deportiva infantil se

convertirá en un instrumento eficaz para el aprendizaje de destrezas físicas y de unos valores

socialmente deseables (Cruz et al., 1996).

6. Está bien que los padres se enfaden con sus hijos si se ponen a jugar mejor

Como consecuencia de esta crítica por parte del padre el niño se sentirá completamente

cohibido, presionado, y lo que es peor, estará empezando a asociar el juego con la necesidad

de hacerlo bien, de ganar a toda costa, y si no lo hace, tanto él como su entorno se sentirán

mal, decepcionados (Hernández, 2005).

Así mismo, ese enfado y comportamiento agresivo de los padres, como ya se dijo en el

apartado anterior, modelo de comportamiento al igual que el entrenador, influenciará a los

niños en la adquisición de patrones de conducta agresivos y orientados exclusivamente al

resultado y que perdurarán en su comportamiento futuro, no sólo en el terreno deportivo, sino

también en el resto de ámbitos (familiar, escolar,…).

Ser negativo con los niños casi nunca da resultados positivos, y es lo mismo en este caso.

Los padres deben mantener siempre una actitud positiva acerca de las experiencias de sus hijos

el deporte, ya que es más probable que se agobie, estrese y desilusione con el deporte si usted

va a la ofensiva.

Page 18: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

Se trata de deporte escolar donde el juego y acercamiento al mundo del deporte debería de

primar. La meta es conseguir que el niño disfrute realizando una actividad deportiva, que

relaciones diversión con victoria y que este hábito saludable forme parte de su vida futura.

Disfrutar con el deporte que practican los hijos, apoyarlos, aplaudir, sonreír, liberarlos de la

presión de hacerlo todo perfecto, supondrá haber ganado una batalla muy importante para su

permanencia en el mundo del deporte (Hernández, 2005)

7. Los padres que verbalmente o físicamente ataquen a entrenadores no pueden

ser culpados por su comportamiento, ya que son la protección de los intereses de

sus hijos

Claro, como padres, consideran una gran injusticia si el niño no está recibiendo suficiente

tiempo de juego o el árbitro toma una decisión controvertida que afecte a su hijo. Pero el

comportamiento violento y muy agresivo recibirá lo mismo a cambio, y al final, todos pierden.

Además, esta es la razón por la que deportes infantiles, juveniles organizados han adquirido

una mala reputación a lo largo de los años.

Tan importante como acompañar al hijo a realizar la actividad que está desarrollando es que

una vez allí, el comportamiento de los padres sea modélico. Ante un comportamiento

inapropiado y como hemos comentado, el niño puede actuar igual (Hernández, 2005).

Muchos entrenadores y padres no tienen la madurez emocional para dar un paso atrás y

mirar las cosas desde un punto de vista racional. El comportamiento violento de los padres

asustará y avergonzará a sus hijos y hará, sin ningún tipo de duda, daño a largo plazo.

El entrenador perderá prestigio delante del niño y al mismo tiempo el niño aprenderá que

existe un recurso fácil al que culpar de los fracasos: se estará convirtiendo a los entrenadores y

árbitros en los causantes de los “fracasos deportivos” sin analizar las acciones, destreza o

actitudes que se pueden mejorar en los participantes (Hernández, 2005).

Por tanto, antes de actuar será necesario reflexionar, ser consciente de que a estas edades

los padres son un modelo para sus hijos y que es muy importante para ellos que su

comportamiento sea correcto y que sea capaz de mantener la calma, analizar la situación y dar

una respuesta correcta.

Así, ante cualquier duda, lo padres deberían de dar ejemplo y comentarla de forma cordial

con los entrenadores, los cuales podrán explicar lo que motiva sus decisiones y seguro que

todos aprenderán algo de ello.

Page 19: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

Así mismo, habrá que tratar de valorar y reforzar cuando alguna de las decisiones tomadas

por el entrenador se considera acertada y ayude al buen desarrollo del juego, fomentará un

clima positivo que sin duda resultará enormemente beneficioso para la relación entre todos los

participantes (Hernández, 2005).

8. Los padres asumen que todos los entrenadores de deportes para jóvenes han

tenido una preparación suficiente para ejercer su labor

Los padres asumen que esto es cierto porque, si los maestros tienen que pasar los controles,

pruebas, oposiciones para llegar a ejercer, los entrenadores, creen los padres, habrán tenido

que pasarlas también. Muchos padres no se dan cuenta que la mayoría de las ligas o

competiciones son organizadas por voluntarios, con un presupuesto muy pequeño. Ligas que

tienden a no llevar a cabo verificaciones de antecedentes a fondo debido a los gastos

involucrados.

Es por eso que necesitamos una oleada de apoyo por parte de los gobiernos locales para el

desarrollo de un sistema que posibilite que los niños sean entrenados por personal cualificado y

que a su vez identifique a las personas que no cumplen los requisitos para entrenar niños.

Por otro lado son muchas las ocasiones en las que los niños son entrenados por los padres

de uno de los niños del equipo. El hecho de que sean los padres no necesariamente significa

que serán buenos entrenadores. Las personas que trabajan con niños siempre deben someterse

a un programa simple pero eficaz que les forme para un dominio total sobre el trabajo con

niños y el deporte que entrenarán.

Se debe garantizar que el entrenador, monitor sea una persona que esté bien formada y

preparada con experiencia en estas tareas. En este sentido, siguiendo aportaciones de autores

como Muñiz (2005) y Buceta (2004) se ofrecen una serie aspectos a tener en cuenta para ser

un buen entrenador y obtener éxito en el entrenamiento con niños:

Saber motivar. Esto es sencillo cuando se trata de equipos y jugadores ganadores, pero

cuando no es así, es fundamental el papel del entrenador ilusionando y motivando a los

niños, realzando sus cualidades y buscando objetivos y logros adecuados a sus

capacidades.

Conocimiento de los niños a su cargo. Un buen entrenador debe saber cómo es cada

uno de sus pupilos, cada niño o adolescente es un mundo y tienen reacciones y

comportamientos diferentes. El buen entrenador ha de tener mucho de psicólogo y

saber dar el tratamiento adecuado a los problemas y características de cada uno, sin

que ello signifique tratamientos de favor ni agravios comparativos dentro de un equipo.

Page 20: Los Beneficios Del Deporte Para Los Niños

Tener un comportamiento correcto en todo momento. Una faceta fundamental del

entrenador respecto de los jóvenes jugadores es la de dar un buen ejemplo. Por lo

tanto, su actitud en la competición, tanto ante los contrarios como ante los árbitros,

debe ser correcta y educada.

Aplicar la formación adecuada para cada edad. Un buen entrenador no sólo debe tener

unos buenos conocimientos específicos en su deporte sino que también ha de saber

qué necesidades de formación y qué cantidad de ejercicio puede practicar el joven

deportista según su edad. Debe ser consciente de que en los primeros años ha de

primar el componente lúdico y será, poco a poco, cuando se empezarán a desarrollar

las actitudes físicas, técnicas y tácticas de los deportistas.

Percibir antes y durante la clase que es lo que más desean y/o necesitan los niños ese

día en cuanto a desenvolvimiento emocional y corporal.

Evitar la imposición de un objetivo o contenido, mejor convencer, persuadir de una o

mil maneras a los niños de la importancia de los mismos.

Provocar la creatividad y libre desenvolvimiento en los ejercicios durante la clase

respetando las individualidades psicológicas, intelectuales y motoras de los niños.

Dar a los discípulos durante la clase la posibilidad de sentirse profesores, de saberse

conocedores de su deporte.

Cuando no están cumpliendo correctamente con los ejercicios no buscar la

responsabilidad absoluta en ellos, sino analizar inmediatamente la metodología de la

enseñanza y del trabajo en todos los aspectos. No olvidar que el equivocado siempre es

el profesor no el alumno.

Evitar la irritación porque los alumnos estén desconcentrados o indisciplinados en la

clase, mejor acudir a los dos recursos eficientes para mejorar la participación de ellos

en las actividades: incrementar mi participación activa en las mismas o, aumentar la

esencia lúdicra de las tareas orientadas.

En los ejercicios que exigen de elevada manifestación de las cualidades volitivas, lo

primero es estimular la conciencia del niño, hacerle ver la importancia de los mismos.

Evitar llamar la atención de forma crítica y hacerlo más incentivando la ejercitación del

discípulo; ejemplo, es preferible decirle: ¡salta! o, ¡realiza con más fuerza el movimiento

de los brazos!, a decirle, ¿por qué lo estás haciendo de esa manera?, ¡hazlo como yo lo

orienté!

Comprender a los niños, las características de su edad, participar también de sus

chistes, bromas y ocurrencias durante la clase, tener siempre despierto al niño que se

lleva dentro.