lo fantástico en los cuentos de dickens

33
Es indudable que al abordar el estudio del Romanticismo a nivel europeo nos encontramos no con un movimiento, sino con varios ”romanticismos” que difieren a menudo en su duración e incluso en algunos elementos configuradores. El aspecto de la periodización de las corrientes literarias o culturales del siglo XIX todavía tiene mucho que ofrecer y puede observarse cómo, consultando los diferentes manuales de historia de la literatura, cada uno de ellos ofrece su particular terminología y división temporal. En la literatura francesa se da una coexistencia entre el Romanticismo y el Realismo que da lugar a términos como Realismo romántico, Realismo objetivo y Realismo científico 1 . En la literatura española la división entre Romanticismo y Realismo ha sido tajante aunque estudios sobre este último movimiento tratan de señalar sus diferentes variantes en las que el progresivo alejamiento de las tesis realistas va creciendo 2 . En la literatura británica hay que hablar de Romanticismo – ya que es de allí desde donde se extiende el movimiento- y de un amplio espacio de tiempo denominado “época victoriana” que incluye desde los últimos coleteos del romanticismo hasta las evoluciones posteriores del Realismo. Todo esto lleva a pensar que un estudio pormenorizado de temas, aspectos estructurales y géneros 1 . Ésta es la terminología que se recoge en Historia de la literatura francesa, Madrid, Cátedra, 1994. Coordinador Javier del Prado. 2 . OLEZA, Joan: La novela del siglo XIX. Del parto a la crisis de una ideología. Barcelona, Editorial Laia, 1984. En esta obra el autor distingue tres periodos en el Realismo español: desde 1870 se daría la primera fase; a partir de 1880 se produciría el naturalismo español y, a partir de 1890, el llamado realismo espiritualista, que enlaza con el anterior Romanticismo y con las corrientes de fin de siglo.

Upload: universidad-de-valencia-ies-lluis-vives

Post on 15-Jun-2015

626 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

Page 1: Lo fantástico en los cuentos de dickens

Es indudable que al abordar el estudio del Romanticismo a

nivel europeo nos encontramos no con un movimiento, sino con

varios ”romanticismos” que difieren a menudo en su duración e

incluso en algunos elementos configuradores. El aspecto de la

periodización de las corrientes literarias o culturales del siglo XIX

todavía tiene mucho que ofrecer y puede observarse cómo,

consultando los diferentes manuales de historia de la literatura,

cada uno de ellos ofrece su particular terminología y división

temporal. En la literatura francesa se da una coexistencia entre el

Romanticismo y el Realismo que da lugar a términos como Realismo

romántico, Realismo objetivo y Realismo científico1. En la

literatura española la división entre Romanticismo y Realismo ha

sido tajante aunque estudios sobre este último movimiento tratan de

señalar sus diferentes variantes en las que el progresivo alejamiento

de las tesis realistas va creciendo2. En la literatura británica hay que

hablar de Romanticismo – ya que es de allí desde donde se extiende

el movimiento- y de un amplio espacio de tiempo denominado “época

victoriana” que incluye desde los últimos coleteos del romanticismo

hasta las evoluciones posteriores del Realismo. Todo esto lleva a

pensar que un estudio pormenorizado de temas, aspectos

estructurales y géneros puede ofrecer una visión más completa de

estas corrientes literarias de las cuales la literatura actual es

heredera.

No cabe duda de que el movimiento romántico, allí donde se

produjo, supuso un antes y un después en la historia de la literatura

y no solamente porque los románticos hicieran hincapié en su

ruptura (aunque parte de ésta era más bien una postura vital y no

intelectual) sino porque el Romanticismo coincide con los cambios

1 . Ésta es la terminología que se recoge en Historia de la literatura francesa, Madrid, Cátedra, 1994. Coordinador Javier del Prado.2 . OLEZA, Joan: La novela del siglo XIX. Del parto a la crisis de una ideología. Barcelona, Editorial Laia, 1984. En esta obra el autor distingue tres periodos en el Realismo español: desde 1870 se daría la primera fase; a partir de 1880 se produciría el naturalismo español y, a partir de 1890, el llamado realismo espiritualista, que enlaza con el anterior Romanticismo y con las corrientes de fin de siglo.

Page 2: Lo fantástico en los cuentos de dickens

socioculturales y económicos que produce la Revolución Industrial e,

indirectamente, éstos afectarán al propio sistema de creación y

difusión de la obra literaria. Un aspecto importante que se aprecia

en el siglo XIX, aunque ya se había iniciado en el siglo XVIII, es la

existencia de un importante número de lectores surgidos con la

extensión y profusión de la prensa escrita, producidos, lógicamente,

por un cambio en la cultura: aunque la educación continúa siendo un

privilegio de las clases adineradas, las nuevas leyes “democráticas”

quieren garantizar una educación general para la población. La

disminución del analfabetismo es un factor importante para tener en

cuenta el aumento de las publicaciones, así como el abaratamiento

del precio del libro. En este momento también se produce una

separación entre lo que podríamos llamar la “alta literatura” y la

“literatura de masas” que caracteriza buena parte de la nuestra

sociedad actual3. Y aquí precisamente cobra importancia el género

narrativo que nos va a ocupar: el relato fantástico que, iniciado en el

siglo XVIII, va a conseguir un gran número de seguidores en el siglo

siguiente. Junto a la novela histórica se convierte en un género que

sobrepasa los límites del movimiento romántico y llega hasta

nuestros días, manteniéndose como género o formando parte en otro

tipo de narraciones. Para analizar su difusión y desarrollo no sólo

debemos tener en cuenta las obras en sí mismas sino todo un haz de

relaciones que van desde el momento histórico en el que se producen

hasta las campañas publicitarias por las que actualmente tienen

3 . Raymond WILLIAMS analiza los factores sociales y económicos que llevaron a la eclosión de la novela inglesa en la segunda mitad del siglo XIX. “Existe todavía hoy -escribe en el capítulo dedicado a Dickens- la extendida convicción de que la revolución industrial fracturó y desintegró la cultura tradicional del pueblo inglés. Se dice además que la cultura entonces surgida se resolvió, por un lado, en una síntesis degradada y comercial -dentro del ámbito de los periódicos y la diversión popular-; por el otro, en la tradición culta, dentro de la cual la más exquisita literatura y pensamiento de la época pugnaban por afianzarse, extenderse, mantener sus vínculos y sus continuidades con lo más excelso del pasado. Las dos consideraciones me parecen parcialmente verdaderas. Pero aun habiéndoles atribuido toda la importancia posible, no son capaces, ambas de consuno, de describir la totalidad de la situación en la Inglaterra urbana e industrial”. Solos en la ciudad. La novela inglesa de Dickens a D.H. Lawrence. Madrid, Debate, 1997. Pp. 31.

Page 3: Lo fantástico en los cuentos de dickens

tantos adeptos4. Cuando Dickens comienza a publicar por entregas

los Pickwick Papers creará entre sus lectores una necesidad

imperiosa de adquirir los periódicos en los que se publicaban,

estableciendo entre él y ellos una red particularmente estrecha5.

Parte de esos mismos lectores se aficionarán a la lectura de relatos

fantásticos, de terror, creando una necesidad editorial de publicar

colecciones y revistas, destinadas, sobre todo, a mujeres6.

El gran número de seguidores de la literatura fantástica

produce un fenómeno especial: al margen de las modas o las

corrientes culturales, hay un número considerable de autores y

lectores que demandan esta literatura a lo largo del siglo XIX de

forma que parte de sus rasgos pasan a la literatura denominada

realista y vuelven con fuerza al final del siglo con las corrientes

modernistas.

El hecho es que, si bien se admite como característica principal

del Romanticismo la aparición de elementos sobrenaturales y la

reivindicación de universos fantásticos – aunque esto no descarte

también otros elementos propios de la realidad, nacidos como

consecuencia de la observación- cuando se trata de definir el

Realismo estos elementos quedan marginados o descartados. Sin

embargo, resulta sorprendente analizar obras de gran o pequeña

extensión y encontrarnos con alguna referencia a lo que no puede

ser analizado ni comprendido por la razón. Más llamativo resulta

todavía encontrar colecciones de relatos definidos como fantásticos,

lo que nos hace comprender que a lo largo del siglo -y pese a que el 4 . Así lo señala al estudiar la novela histórica como género CELIA FERNÁNDEZ PRIETO en su libro Historia y novela: poética de la novela histórica, Pamplona, EUNSA, 2003. Este libro ofrece una descripción muy interesante de la novela como género más allá de su pertenencia a un movimiento literario determinado y sus conclusiones pueden muy bien ser aplicables también al relato fantástico.5 .De esto se hace eco STEFAN ZWEIG en su libro Tres maestros (Balzac, Dickens, Dostoievski), Barcelona, Acantilado, 2004. Todo el mundo recorría varias millas para ser el primero en conocer las nuevas que proponía el escritor en sus entregas. “Nunca en el siglo XIX hubo en parte alguna relación tan íntima e inquebrantable entre un escritor y su pueblo(…) Del primer cuaderno de Pickwick se imprimieron cuatrocientos ejemplares; del decimoquinto, ya cuarenta mil”. Pp. 56.6 . La importancia de la mujer como consumidora cultural es evidente desde el siglo XVIII y experimenta un aumento considerable en el XIX. Muchos criticarán precisamente este hecho ya que se advierte de lo pernicioso de cierta literatura que separa a la mujer de sus deberes sociales tradicionales.

Page 4: Lo fantástico en los cuentos de dickens

movimiento intelectual reclamara un análisis científico de la

realidad- este tipo de relatos no dejó de producirse. Desde este punto

de vista lo fantástico o sobrenatural aparece como un aspecto que

fluctúa a lo largo del tiempo y que no desaparece en ningún

momento, llegando a crear un género propio y particular, a la vez

que será utilizado por autores reconocidos como elemento partícipe

en algunas de sus obras.

Esto nos lleva necesariamente a analizar la literatura desde un

punto de vista pragmático en el cual no sólo hay que tener en cuenta

la obra literaria en sí sino también las relaciones entre ésta, los

lectores, el momento histórico en el que se produce…etc.

El mundo cambiante del siglo necesita investigar y dar

explicaciones a todos los interrogantes que surgen con el desarrollo

tecnológico y social. Lo que la ciencia no puede admitir o explicar

será objeto de análisis por parte de varias teorías ajenas a la ciencia,

como el espiritismo, u otras paralelas a ella como el magnetismo7.

Algunos de los autores del momento no ocultarán su interés por

estas corrientes. El propio Dickens introduce un hecho insólito – la

autocombustión- en la novela Casa desolada8 . No es pues,

demasiado sorprendente encontrar varios relatos breves firmados

por el autor inglés y calificados como “historias de fantasmas”.

El trabajo que a continuación presento analiza las

características de esta serie de relatos: sus argumentos, el tipo de

personajes, el espacio, el tiempo y el narrador utilizados. Este

análisis interno debe explicarnos las características y la función que

adquiere lo fantástico en plena recesión del Romanticismo estético y

nos aclarará que esta recesión es sólo aparente: el espíritu y los

ideales del Romanticismo siguen presentes más allá del siglo XIX.

7 . Este fenómeno es objetivo principal en un cuento de E.T.A. Hoffman titulado precisamente El magnetizador aparecido en 1815.8 . Se trata de la muerte del viejo Krook. El capítulo termina con esta afirmación: “Llamad a esta muerte como queráis, atribuidla a quien os parezca, o decid que habría podido evitarse de esta o aquella manera, pero siempre es la misma muerte –congénita, innata, engendrada por los mismos humores corrompidos del cuerpo putrefacto-, es la muerte por combustión espontánea… y ninguna otra de las muertes de las que se puede morir”. Capítulo XXXII.

Page 5: Lo fantástico en los cuentos de dickens

Los cuentos sobre los que se basa el trabajo fueron publicados

en periódicos, sobre todo en All the Year Round durante las décadas

de 1850 y 1860. La edición que he utilizado es la publicada por

Valdemar en 1997 y traducida por Rafael Lassaleta. Todos los títulos

de los relatos que se mencionarán pertenecen a este libro excepto el

cuento titulado Una extraña entrevista que ha sido consultado en la

Antología de cuentos de terror, editada en Alianza y cuya selección

se debe a Rafael Llopis.

Los límites de lo fantástico

Como señalan muchos autores, la aparición de lo sobrenatural

o fantástico se halla en el origen de todas las culturas. Ahora bien, el

cambio que se realiza a partir de la Ilustración nos propone la

lectura de relatos fantásticos para producir un placer estético.

Montserrat TRANCÓN LAGUNAS en su libro La literatura fantástica

en la prensa del Romanticismo9, explica que hay común acuerdo para

señalar la segunda mitad del siglo XVIII como punto de partida para

la independencia de este género aunque hay discrepancias a la hora

de establecer los posibles antecedentes de la misma. Para unos

críticos, el terror cósmico de este tipo de relatos se encuentra ya en

las baladas y poemas narrativos de la Edad Media; para otros

críticos, sin embargo, resulta imposible hablar de cuentos de miedo

en la Edad Media pues en ese momento los lectores no pueden

separar la obra de su mundo de creencias y el miedo resulta de una

cosmovisión crédula ante los fenómenos considerados “extraños”.

“La literatura fantástica o de terror sobrenatural, o de sucesos

extraños y sobre naturales, según la terminología empleada por cada

crítico, constituye, por tanto, una corriente atestiguada a lo largo de

la historia literaria desde sus orígenes. Lo fantástico (…) camuflado

en géneros vecinos, enfrentado a la llamada “literatura realista”,

necesitó una larga andadura para llegar a convertirse en una de las

9 . Ed. Diputació de València. Institució Alfons el Magnànim, 2000, pp. 18-19.

Page 6: Lo fantástico en los cuentos de dickens

expresiones más representativas del Romanticismo. Lo trae, aunque

a regañadientes, la diosa Razón”10. Y es que es necesario dejar de

creer o al menos cuestionar las creencias ancestrales y

supersticiosas para producir esa separación necesaria que exige el

cuento fantástico moderno.

El interés que el Romanticismo tiene en lo sobrenatural es

analizado como su particular oposición al racionalismo. Así lo

expresa TOBIN SIEBERS: “para combatir el racionalismo, los

románticos adoptaron la voz de sus víctimas. De pronto los locos,

divinos idiotas y hechiceros, que habían sido los parias de la

Ilustración, se convirtieron en héroes de novela, y el artista

romántico los envolvió en el manto de Fausto”11.

Por otra parte, la investigación científica que se extiende a lo

largo del siglo XIX también produjo el surgimiento de teorías

originales o pseudocientíficas a las que la mayor parte de los

escritores prestó oídos: el mesmerismo12, el espiritismo13 y la

frenología14 eran discutidos en los salones de las clases medias y

altas pero también se realizaban conferencias a las que el público

popular podía acceder.

Todo esto hace posible que nos encontremos con estos relatos

escritos por la mano de un escritor que podríamos calificar de

realista, pero que no renuncia a la descripción de hechos

sobrenaturales.

El hecho –que ya he mencionado más arriba- es que en el siglo

XIX nos encontramos con un público lector que demanda

10 . Op. Cit. Pp. 18.11 . SIEBERS, Tobin. Lo fantástico romántico, México, Fondo de Cultura Económica, 1989, pp.168.12 . Doctrina defendida por Franz Mesmer (1733-1815). Basada en la creencia del magnetismo animal, es decir, la sugestión, se encaminaba a la curación de los pacientes mediante dicha técnica.13 . Doctrina que aparece en el siglo XIX a partir de dos libros de Allan Kardec. Se basa fundamentalmente en la creencia de que el espíritu humano sobrevive tras la muerte y pasa a habitar una dimensión llamada mundo espiritual desde el cual puede comunicarse a través de personas que poseen un don especial (médiums).14 . Doctrina desarrollada a partir de 1800 por Franz Joseph Gall, muy popular en el siglo XIX, que sostenía la posibilidad de determinar el carácter y los rasgos de la personalidad, así como las tendencias criminales, basándose en la forma de la cabeza.

Page 7: Lo fantástico en los cuentos de dickens

determinado tipo de género. Sucedió así con el inicio de la novela

histórica por parte de Walter Scott, novela que no rechazó la

introducción de lo mágico o sobrenatural pues estos elementos eran

corrientes en la Edad Media, momento en el que él sitúa algunas de

sus obras. Pero lo que advertimos a partir de la segunda mitad del

siglo XIX es que lo sobrenatural ya no cabe entenderlo como algo

perteneciente a épocas remotas: lo fascinante e inquietante es que

en nuestra época industrial y científica pueda también

representarse. Y con ello, el lector puede “buscar” esa forma de

amedrentarse con la descripción de hechos que es capaz de entender

y de creer que “posiblemente” puedan suceder.

Clásico en la definición de lo fantástico es la obra de Tzvetan

TODOROV, Introducción a la literatura fantástica, en la que

diferencia tres categorías dentro de la ficción no realista: lo

maravilloso, lo insólito y lo fantástico. Si el fenómeno extraño se

explica racionalmente al final del relato, estamos ante un relato

insólito; si, por el contrario, el fenómeno continúa sin explicación al

final del relato, estamos ante un relato maravilloso. Para Todorov, el

género fantástico se encuentra entre lo insólito y lo maravilloso y

sólo dura mientras se realiza la lectura. Cuando ésta finaliza, el

lector debe decidir qué opción tomar.

Desde este punto de vista, en los relatos que hemos analizado

existen tanto relatos insólitos, que explican racionalmente lo que ha

ocurrido, como relatos maravillosos, entre los que destacan aquéllos

en los que aparecen seres mitológicos como los duendes, o un objeto

cotidiano – un sillón- cobra vida. Sin embargo, hay que señalar, como

veremos a lo largo del trabajo, que hay algunos en los que la solución

queda en suspenso: corresponde al lector decidir si lo relatado ha

podido ser cierto o si sólo es un mero engaño.

LA TEMÁTICA

Page 8: Lo fantástico en los cuentos de dickens

La mayor parte de los relatos tienen como eje vertebrador la

aparición de algún elemento que calificaremos de “sobrenatural”. En

algunos relatos, este elemento es la aparición fantasmagórica de uno

o varios seres que a veces van a establecer una relación directa con

el mundo de la realidad que representan los personajes y el

narrador15. En otros casos, lo fantástico se debe a que un objeto

inanimado adquiere vida propia y con sus consejos se convertirá en

ayudante del protagonista16. Otros relatos17 introducen como

actantes seres propios de la mitología centroeuropea, como los

duendes, o, en el caso del cuento Una extraña entrevista, es el propio

diablo quien entra en contacto con el protagonista. Desde mi punto

de vista son más interesantes aquellos relatos que suponen una

anticipación temporal de algún hecho. El guardavías y una parte de

Para leer al atardecer recogen sucesos que suponen una ruptura con

el tiempo palpable y real: forma de relatar que la narrativa del siglo

XX recogerá abundantemente. El primero de ellos cuenta las

apariciones que un guardavías observa en el boca de un túnel y que

en dos ocasiones se han producido antes de que ocurriera una

desgracia. Pero ahora la aparición ha vuelto a producirse y repite

una frase que le advierte de un peligro. El personaje se encuentra

obsesionado por saber a qué peligro se refiere y vive impotente la

imposibilidad de poder evitarlo. De hecho, será arrollado por una

locomotora cuyo conductor repite la misma frase que el guardavías

escuchaba en su visión. En el segundo, una joven inglesa sueña con

el rostro de un hombre al que conocerá en Italia en su viaje de

bodas, pues se presenta en el palazzo que comparte con su marido.

Tras iniciar una relación social con el matrimonio, un día la mujer

15 . Los relatos en los que propiamente aparecen fantasmas son: Para leer al atardecer, Juicio por asesinato, Fantasmas de Navidad, La novia del ahorcado, La casa hechizada.16 . El único relato en el que esto sucede es el titulado La historia del viajante de comercio. En él, un viajante debe detenerse en una posada y en la habitación en la que se hospeda un sillón va a confesarle algunas cosas que le serán muy útiles para conquistar el corazón de la posadera. Esta modalidad parece no ser infrecuente ya que en la literatura española también es recogido por Trancón Lagunas en el libro anteriormente citado. Pp.129.17 . Historia de los duendes que secuestraron a un enterrador, El barón de Grogzwig.

Page 9: Lo fantástico en los cuentos de dickens

desaparece y nunca más se sabe de ella: ¿ha huido con el hombre?

¿ha sido raptada?. Sólo se nos dice que de ella jamás se supo y

corresponde al lector deducir una posible solución, racional o

irracional.

Otro relato muy significativo para valorar la propagación de

este tipo de fenómenos es el titulado Juicio por asesinato en el cual

su protagonista deja muy claro en un principio su absoluto

desconocimiento de estos fenómenos psicológicos y advierte de la

enorme dificultad que quien los padezca hable libremente de ellos.

Al margen quedan dos relatos donde no hay ningún hecho

sobrenatural pero que describen dos estados de ánimo ya

introducidos por el Romanticismo: la locura y el temor de un asesino

a que se descubra su crimen. Se trata de El manuscrito de un loco y

Una confesión encontrada en una prisión de la época de Carlos II. El

tema de la locura adquiere protagonismo durante todo el siglo XIX

ya que se produce el auge de la psiquiatría. Sin embargo, podemos

ver diferencias de tratamiento de este tema entre una obra con

influencias realistas, como es la de Dickens, y otra que ya haya

superado el Realismo, como por ejemplo, El horla, de Guy de

Maupassant, publicado en 1886. En el relato de Dickens la locura es

fruto de la herencia genética y el protagonista, aunque luche contra

ella, no podrá sustraerse a los efectos de la enfermedad.

Maupassant, sin embargo, hace recaer al protagonista en la locura

como consecuencia de “algo externo”, un ente que se va apoderando

de él y que sólo con su muerte verá desaparecer.

PERSONAJES

Podríamos fácilmente establecer una división entre los

personajes racionalistas y aquéllos que creen en lo sobrenatural.

Éstos últimos más que recuerdo del Romanticismo parecen extraídos

de la cultura popular. Los personajes formados en plena época de la

industrialización tienden a explicar todos los hechos desde el punto

de vista de la razón: imaginaciones, juegos de la memoria, ruidos

Page 10: Lo fantástico en los cuentos de dickens

producidos por objetos reales, juegos ópticos producidos por la luz…

Todos ellos son descritos por lo que son laboralmente o socialmente

y hay en ello un rasgo típicamente realista. Es como si su adscripción

a una clase o el desempeño de un trabajo determinado los pusiera en

guardia contra los fenómenos extraños o, al contrario, pudiéramos

creer firmemente en lo que nos dicen dada su condición. Su primera

impresión es siempre la de rechazarlos y encontrar su causa en lo

tangible: así por ejemplo sucede en El guardavías: el narrador en

primera persona asegura que el guardavías es un hombre de cultura

suficiente,

“de joven había sido estudiante de filosofía natural y había asistido a

conferencias (si podría yo creerle al verlo sentado en aquella cabaña, pues él

apenas podía)”.

y por lo tanto, los lectores deberán elegir si no tendrá razón al

hablar de esas “apariciones”.

El narrador protagonista de La casa hechizada establece una

diferencia entre los de su clase y los criados, éstos últimos

predispuestos a la sugestión. Él y su hermana, sin embargo,

buscarán el modo de no darse por vencidos y sus sospechas sobre los

fenómenos maravillosos se dirigirán a un hombre del pueblo llamado

Ikey:

“Le di a conocer mi secreto porque jamás había olvidado el momento en el

que lanzó la gorra a la campana; porque en otra ocasión había observado algo muy

semejante a un gorro de piel que yacía no muy lejos de la campana una noche en la

que ésta había roto a sonar; y porque había observado que siempre que venía él

por la tarde para consolar a las criadas luego nos encontrábamos mucho más

fantasmales. Pero no debo ser injusto con Ikey. Tenía miedo de la casa y creía que

estaba hechizada; aun así, estaba seguro de que él exageraría sobre el aspecto del

encantamiento en cuanto tuviera una oportunidad.”

U observarán el comportamiento de una de las criadas a la que

llama “la Chica Extraña”:

Page 11: Lo fantástico en los cuentos de dickens

“Recorría la casa en un estado de auténtico terror, pero mentía monstruosa

y voluntariamente e inventaba muchas de las alarmas que ella misma extendía y

producía muchos de los sonidos que escuchábamos. Lo sabía bien porque les había

estado vigilando a los dos.”

El narrador continúa para que el lector no tenga dudas acerca

de a quién debe creer:

“No es necesario que explique aquí ese absurdo estado mental; me contento

con observar que esto es del conocimiento general de todo hombre inteligente que

tenga una buena experiencia médica, legal o de cualquier otro tipo de vigilancia;

que es un estado mental tan bien establecido y tan común como cualquier otro con

el que están familiarizados los observadores, y que es uno de los primeros

elementos, por encima de todos los demás, del que se sospecha racionalmente; y

que se busca estrictamente, separándola, cualquier cuestión de este tipo”.

De igual forma el protagonista de Juicio por asesinato deja

clara su situación social y, por tanto, el derecho a ser creído, cuando

explica que es jefe de departamento en una sucursal bancaria.

Un elemento curioso sobre la elección de los personajes es el

poco protagonismo que las mujeres tienen en los relatos. El

Romanticismo hizo de ellas un elemento clave otorgándoles un papel

diabólico o el de víctimas18. Sin embargo, en estos relatos de Dickens

las mujeres tienen un papel muy secundario: son los hombres

responsables, serios y mundanos los protagonistas.

EL ESPACIO

A menudo se juega con la imitación del espacio romántico.

Digo imitación porque hay algo en lo que el narrador se distancia;

está proponiendo una historia fantasmal y, por tanto, todos sus

receptores deben comprender que eso exige un escenario adecuado.

No habría historias de fantasmas sin noche, niebla o tormentas y eso

18 . Ejemplo de ello serían las Leyendas de Gustavo A. Bécquer. En gran parte de ellas el elemento fantástico o la aparición tiene un carácter femenino que se asocia a lo misterioso.

Page 12: Lo fantástico en los cuentos de dickens

es lo que como especie de decorado, nos presenta al principio. Pero

después el espacio en el que aparecerá el fantasma puede tener las

características de los elementos más prosaicos y cotidianos que

conocemos. La zanja por donde se abre el túnel del ferrocarril, la

cálida habitación de una posada, un cementerio de viejos coches de

punto destartalados, la sala de un tribunal, o un moderno hotel rural

… Estos elementos se verán adjetivados de tal manera que

comiencen a producir en el lector una sensación de alerta: algo

podrá ocurrir sin duda. En El guardavías el espacio donde se abre el

túnel es descrito de la siguiente manera:

“A ambos lados, un muro hecho de piedra mellada que goteaba humedad,

impedía toda vista salvo la de una franja de cielo; por un lado, la perspectiva sólo

era una prolongación curva de aquel calabozo enorme; la perspectiva por la otra

dirección, más corta, terminaba en una sombría luz rojiza y en la entrada, todavía

más sombría, de un túnel negro, cuya arquitectura maciza creaba una atmósfera

bárbara, deprimente y repulsiva. Era tan escasa la luz del sol que llegaba hasta allí

que producía un olor terroso y letal, y tanto el frío viento que corría por la zanja

que llegué a estremecerme, como si hubiera abandonado el mundo natural”.

En La historia del tío del viajante la ciudad de Edimburgo se

describe de modo realista y con detalle, mencionando las calles por

las que en una fría noche pasa el viajante de comercio, hasta que

llega a un descampado al parecer utilizado por un carretero que

compra viejos coches de correo desgastados: la sombra del tiempo y

del pasado cubre el espectáculo:

“Eran los esqueletos en decadencia de los coches abandonados, y en ese

lugar solitario, a esa hora de la noche, parecían fríos y lúgubres”.

La historia de los jóvenes esposos ingleses que se relata

parcialmente en Para leer al atardecer tiene parte de su desarrollo

en un palazzo de Génova, abandonado durante años, y en el que el

olvido y el olor a tierra “como de tumba” ha penetrado en él. La

noche de la llegada de los esposos es “lúgubre y tormentosa”:

Page 13: Lo fantástico en los cuentos de dickens

“Tronaba, y en mi ciudad y sus alrededores los truenos son muy fuertes,

pues se repiten entre las altas colinas. Los lagartos salían y entraban por las

hendiduras del muro roto de piedra del jardín, como si estuvieran asustados; las

ranas burbujeaban y croaban a gran volumen, el viento del mar gemía y los árboles

húmedos goteaban; y los relámpagos…¡por San Lorenzo, qué relámpagos!”.

El espacio de lo familiar y el encanto nostálgico del hogar lo

retoma Dickens en el relato Fantasmas de Navidad. No hay aquí

extrañamiento ni incredulidad. Lo fantasmal forma parte de la

creencia ancestral:

“Es infinito el número de casas antiguas con galerías resonantes,

dormitorios lúgubres y alas encantadas y cerradas durante muchos años, por las

cuales podemos pasear, con un agradable hormigueo subiéndonos por la espalda y

encontrarnos algunos fantasmas, pero quizá sea digno de mención afirmar que se

reducen a muy pocos tipos y clases generales; pues los fantasmas tienen poca

originalidad y “caminan” por caminos trillados. Sucede, por ejemplo, que en una

determinada habitación de un cierto salón antiguo en donde se suicidó un malvado

lord, barón, o caballero, hay en el suelo algunas tablas de las que no se puede

borrar la sangre. Raspas y raspas, como el actual dueño ha hecho, o cepillas y

cepillas, como hizo su padre, o friegas y friegas, como hizo su abuelo, o quemas y

quemas con ácidos fuertes, como hizo el bisabuelo, pero la sangre seguirá estando

ahí, ni más roja ni más pálida, ni en mayor ni en menor cantidad, siempre igual”.19

En La novia del ahorcado una casa ahora reconvertida en hotel

guarda un secreto:

“Era una auténtica casa antigua de muy curiosa descripción…Era, es y

seguirá siendo durante muchos años una casa de notable pintoresquismo; y en la

profundidad de los viejos tablones de caoba habitaba un misterio grave, como si

fueran lagunas profundas de agua oscura…”

Y, naturalmente, La casa hechizada, relato al que ya hemos

hecho referencia y cuya fantasmagoría va siendo analizada por su

19 . Óscar Wilde recurrirá al mismo fenómeno en El fantasma de Canterville.

Page 14: Lo fantástico en los cuentos de dickens

protagonista, intentando descubrir la relación causa-efecto que se

encuentra en ella.

No se ciñe lo fantasmal tan sólo al ámbito de lo privado y

hogareño. El aire libre, las calles, todo puede ser escenario de un

fenómeno extraño. Ya hemos mencionado que en la mayor parte de

los relatos se trata de la aparición de un fantasma; en algunas

ocasiones, se propone un viaje y ese motivo está también muy

extendido en la literatura europea20. El viaje realizado hace que el

protagonista cambie de espacio, que se mueva en lugares diferentes

para, al final, volver al mismo lugar y sorprenderse de lo que ha

ocurrido. La historia del tío del viajante presenta un viaje en el

espacio y en el tiempo en coche de punto, donde el protagonista

vivirá una insólita aventura con una mujer del pasado. En Una

extraña entrevista, un viejo mercader realiza un viaje con el

mismísimo diablo que le anuncia una próxima muerte. Tras una

tempestad, el anciano vuelve a encontrarse en su casa a la que acude

también su sobrino para pedirle dinero y beberse su vino: será éste

la víctima que le había anunciado el diablo. También La historia de

los duendes que secuestraron a un enterrador lleva al protagonista a

una caverna donde los duendes le muestran al enterrador imágenes

de desgracias. En todos estos casos el protagonista vive un tiempo

diferente al real pero, cuando regresa al espacio en el que estaba,

parece ser que sólo han transcurrido unas horas.

EL TIEMPO

Uno de los aspectos que cabe señalar en una parte de los

textos románticos es su atracción por los tiempos lejanos y míticos,

por su indeterminación histórica que sitúa los relatos en momentos

20 . Un relato de Prosper Mérimée titulado Les sorcières espagnoles (1833) narra el viaje en barca que realiza un pescador valenciano a lugares lejanos y en una sola noche, dirigida la barca por brujas. También Bécquer utiliza este tema del viaje en la leyenda Creed en Dios en la que un caballo lleva a tremenda velocidad a su jinete. Aquí, sin embargo, el tiempo que ha pasado, imperceptible para el jinete, son más de cien años.

Page 15: Lo fantástico en los cuentos de dickens

rodeados de la bruma del tiempo y de la historia. Cabría esperar de

los cuentos de Dickens una oposición absoluta a este tiempo

indeterminado pero no es así totalmente. Es cierto que algunos de

los relatos analizados se sitúan en el tiempo coetáneo al narrador y a

los propios lectores: la sociedad inglesa de la segunda mitad del siglo

XIX. Las calles de las ciudades que aparecen no tienen nada de

heroico ni los caminos por los que deambulan los personajes nos

remiten al pasado. Sin embargo, podemos señalar que, en algunos

casos, el tiempo se remonta al pasado al menos en tres

generaciones: son los tiempos de nuestros abuelos o bisabuelos,

tiempos en los que se supone todavía había elementos misteriosos en

los que se creía ciegamente. Los relatos en los que este tiempo se

lanza hacia atrás son: El barón de Grogzwig, Una confesión

encontrada en una prisión de la época de Carlos II -que viene

claramente marcada por las fechas iniciales del relato: 1677 y 1678-

y Una extraña visita que se sitúa en 1565. A diferencia de algunos

textos románticos que juegan a la indeterminación, utilizando

modismos del tipo “sobre el siglo….” , “hace muchísimos años…”

los relatos de Dickens que se escapan de su presente sufren la

fijación cronológica exacta. Ello es sin duda debido a la influencia de

su escritura realista, a la necesidad de acotación del tiempo y,

también, al darle una fecha fija le da visos de realidad y exactitud.

En cuanto al tiempo del discurso, generalmente se aborda lo

relatado a través de un presente presidido por un narrador que

relatará una historia acontecida a él mismo o a algún conocido. La

duración de lo relatado varía aunque predominan los relatos que se

desarrollan en un breve espacio de tiempo. Ya hemos mencionado los

relatos en los que el protagonista realiza un “viaje particular”

dilatando el tiempo y volviendo más tarde a la realidad. La historia

de los duendes que secuestraron a un enterrado es uno de los

cuentos que se sitúan en un indeterminado tiempo lejano: “hace

mucho, pero que muchísimo tiempo”. El protagonista vive un viaje

con los duendes durante una sola noche. Por tanto hay una dilatación

Page 16: Lo fantástico en los cuentos de dickens

en el tiempo. Lo mismo que sucede en La historia del tío del viajante

-relato presentado por el sobrino del protagonista y en el que éste

también vive un tiempo extenso en otra dimensión durante una

noche- y Una extraña visita. Otros relatos, aunque lo más importante

ocurra en una noche - La historia del viajante de comercio, El barón

de Grogzwig- amplían lo narrado de forma breve durante unos años

más. Periodos más largos aunque sin exceder un año son los que

ocupan Juicio por asesinato y La casa hechizada. Finalmente El

manuscrito de un loco y Una confesión encontrada en una prisión de

la época de Carlos II, ocupan varios años en la vida del protagonista-

narrador. El primero parte de un presente desde el que se narra –el

manicomio- para ir deshojando sucesivos acontecimiento de su vida:

juventud y temor a la locura, locura, matrimonio, intento de

asesinato de su mujer, desenmascaramiento por parte de su cuñado

y regreso nuevamente al presente desde el que rememora su vida. El

segundo analiza los motivos que le llevan al crimen durante varios

años y sólo la inmediatez de su ajusticiamiento supone para éste un

mañana fijo.

TIPOS DE NARRADOR

Dickens se sirve de los dos tipos de narrador más comunes: por

una parte emplea un narrador en tercera persona pero que

generalmente tiene el papel interno en el relato de agente

recopilador o transmisor del texto. Hay elementos que van más allá

de la escritura y nos permiten imaginar a veces una reunión entre

caballeros, fumando o bebiendo, mientras escuchan con una mueca

irónica o complacida lo que se les va a contar. La ficción novelesca

nos introduce a veces en una comunicación oral y nos introduce

también unos oyentes implícitos que aparecen con marcas en la

narración. En este tipo de relatos hay una gran variación entre la

mayor o menor implicación del narrador con lo narrado. En La

historia de un viajante de comercio el narrador en tercera persona se

Page 17: Lo fantástico en los cuentos de dickens

presenta como el escritor que conoce a sus lectores y, además, como

actante al que se le ha confesado la historia, y no precisamente por

parte del protagonista, sino por su tío, amigo de éste:

“Una tarde invernal, hacia las cinco, cuando empezaba a oscurecer, pudo

verse a un hombre en un calesín que azuzaba a su fatigado caballo por el camino

que cruza Marlborough Downs en dirección a Bristol. Digo que pudo vérsele, y sin

duda habría sido así…”.

“Probablemente el lector me preguntará que por qué razón, puesto que a

Tom Smart ya le habían soplado bastante, expresó este deseo de someterse de

nuevo al mismo proceso. No puedo responder; lo único que sé es que Tom Smart lo

dijo así, o por lo menos siempre le dijo a mi tío que así lo había dicho, y es la

misma cosa”.

El otro tipo de narrador empleado es el narrador en primera

persona. Pero ese narrador en primera persona puede ser el

protagonista principal (El manuscrito de un loco, Una confesión

encontrada en una prisión de la época de Carlos II, Juicio por

asesinato, La casa hechizada) o simplemente un personaje

secundario que ha observado lo ocurrido o escuchado lo narrado por

boca de otros que también, a su vez, han sido testigos de los hechos

narrados. Este último tipo de narrador permite entrar en la historia y

observar su desarrollo con un posible “objetivismo” capaz de ofrecer

otras explicaciones más plausibles a los acontecimientos que se

narran o de afianzar con su presencia la veracidad de los hechos.

Esto es lo que ocurre en El guardavías. El narrador conocerá

personalmente a la víctima del suceso y en sus conversaciones

intentará explicar racionalmente todo lo que ocurre incluso se

ofrecerá para que juntos visiten a un medico, aunque todo será

inútil.

La historia del tío del viajante nos presenta esta vez a un

narrador en tercera persona observador externo que pasa a

transcribir la conversación entre unos conocidos. Uno de ellos se

convierte en un narrador en primera persona que va a relatar un

curioso suceso que le ocurrió a su tío, viajante como él, y amigo del

Page 18: Lo fantástico en los cuentos de dickens

protagonista del cuento La historia del viajante de comercio, Tom

Smart:

“Mi tío, caballeros, dijo el viajante, era uno de los tipos más alegres,

agradables y listos que haya existido nunca. Me gustaría que lo hubieran conocido,

caballeros”.

Y a lo largo del relato no deja de introducir rasgos tanto físicos

como psíquicos de su apreciado tío, para acabar asegurando que lo

que va a contar no tiene nada de extraordinario:

“Describo en particular, caballeros, la forma en que mi tío subía por mitad

de la calle con los pulgares metido en los bolsillos del chaleco, porque como él

solía decir ( y con buenas razones para ello), no hay en absoluto nada

extraordinario en esta historia, a menos que entiendan claramente desde el

principio que no estaba dando en absoluto un paseo maravilloso o romántico”.

Este mismo recurso es empleado en Para leer al atardecer.

Pero aquí quien a nosotros nos relata la historia está simplemente

escuchando a sus verdaderos narradores que, a su vez, han sido

personajes secundarios en la trama que relatan:

“Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Eran cinco.

Cinco correos sentados en un banco en el exterior del convento situado en

la cumbre del Gran San Bernardo, en Suiza, contemplando las remotas cumbres

teñidas por el sol poniente, como si se hubiera derramado sobre la cima de la

montaña una gran cantidad de vino tinto que no hubiera tenido tiempo todavía de

hundirse en la nieve.

Este símil no es mío. Lo expresó en aquella ocasión el más vigoroso de los

correos, que era alemán. Ninguno de los otros le prestó más atención de la que me

habían prestado a mí, sentado en otro banco al otro lado de la puerta del convento,

fumándome mi cigarro, como ellos…”.

Fantasmas de Navidad se inicia con las reflexiones particulares

del narrador interno (“Me gusta volver a casa por Navidad. Todos lo

hacemos, o deberíamos hacerlo”) que dan paso a recordar asuntos o

historias relacionadas con lo misterioso.

Page 19: Lo fantástico en los cuentos de dickens

Este uso del narrador interno ofrece la posibilidad, como ya he

apuntado anteriormente, de distanciar lo narrado del narrador, de

cuestionar u objetivar la propia historia como signo relevante de una

narrativa, al menos en parte, realista.

Llegados a este punto en el que los aspectos formales han

quedado definidos cabría contestar a una pregunta: ¿qué postura

adopta el narrador en los relatos? ¿Es el narrador un descreído que

sólo relata lo que le han contado o por el contrario cree realmente en

los hechos narrados?

Dickens participa de la tradición inglesa del relato de

fantasmas, transmitido por la tradición popular, relatado

normalmente en voz alta para el disfrute y asombro de los oyentes.

En este tipo de relatos hay una aceptación de la realidad que se va a

narrar tanto por parte del narrador como del oyente: se trata de un

narrador externo que se hace eco de lo que otros le han contado. Así,

podemos leer en Historia de los duendes que secuestraron al

enterrador:

“En una antigua ciudad abacial, en el sur de esta parte del país, hace

mucho, pero que muchísimo tiempo –tanto que la historia debe ser cierta porque

nuestros tatarabuelos creían realmente en ella-…”

De esta forma el lector se prepara ya para creer sin

condiciones. Pertenecerían a lo que Todorov llamaría relato

maravilloso. Sin embargo, los relatos que van a ser narrados por el

propio protagonista o por alguien que ha visto directamente lo

sucedido ofrecen un resquicio para la duda, para la desazón,

aunque a lo largo del relato no dejarán de introducirse explicaciones

probables a lo que sucede. Sin embargo, el final no podrá ser

explicado racionalmente. Uno de los mejores relatos de esta serie,

como ya hemos dicho, es El guardavías. Antes de morir arrollado por

la locomotora oirá las mismas palabras que le decía su fantasmal

aparición, las mismas que el narrador le dice el día que se conocen.

Page 20: Lo fantástico en los cuentos de dickens

El final del relato queda en suspenso, no hay apreciaciones sólo la

voz del narrador que dice:

“Sin prolongar la narración en ninguna de sus curiosas circunstancias más

que en otra, antes de terminar debo sin embargo señalar la coincidencia de que la

advertencia del conductor de la máquina no sólo incluía las palabras que el

desafortunado guardavías me había repetido que le acosaban, sino también las

palabras que yo mismo, no sólo él, había asociado, y eso en mi propia mente, a los

gestos que el guardavías había imitado”.

En este relato no sabemos quién es la figura que se aparece; en

ningún momento se llega a definir como fantasma. Es una

premonición, un adelanto en el tiempo de lo que va a ocurrir. Esa

posibilidad era perfectamente creíble – y lo es todavía ahora- en la

época Dickens. Pero no podemos afirmar hasta qué punto nuestro

autor sintió simplemente interés externo por estos fenómenos o, por

el contrario, llegó a creer verdaderamente en ellos. El mundo

científico e industrial que marca la época del escritor inglés no le

permite ingenuas creencias. Lo más frecuente es que a lo largo del

relato intente explicar de forma racional lo que ha ocurrido. Así

ocurre con La visita del señor Testator. En este relato, un hombre

que se acaba de mudar a un piso de alquiler descubre que hay un

armario trastero junto al suyo que al parecer no ha sido abierto en

muchos años. En él hay diversos muebles y, comenzando por una

mesa y continuando con un sillón, una librería, un diván… el señor

Testator se va amueblando su casa. Tres años más tarde alguien

llama a su casa y, para su asombro, ve algunos de sus propios

muebles. El señor Testator –que no quiere tener problemas- invita al

desconocido a beber para poder reparar el hurto. Tras unas copas, el

individuo le pregunta cuándo podrá a la mañana siguiente volver a

pasar y, tras citarlo a las diez, el relato nos explica que jamás volvió

a saber nada de aquel hombre. ¿Quién era? El relato acaba así:

“No supo si se había tratado de un fantasma, o de una ilusión espectral de

la conciencia, o de un borracho que no tenía ninguna relación con el cuarto, o del

Page 21: Lo fantástico en los cuentos de dickens

dueño verdadero de los muebles, borracho, con una recuperación transitoria de la

memoria; no supo si había llegado a salvo a casa, o no tenía casa alguna a la que ir;

no supo si por el camino lo mató el licor, o si vivió en el licor para siempre; no

volvió a saber nada de él. Ésta fue la historia, traspasada con los muebles y

considerada auténtica por el que los recibió en una serie de habitaciones de la

parte superior de la triste Lyons Inn”.

Aquí es el narrador realista quien determina el

distanciamiento. La historia es considerada verídica pero múltiples

explicaciones hay a ella que no hacen necesaria la intervención de lo

sobrenatural, es, según la terminología de Todorov, un relato

insólito.

Es en la mezcla entre los elementos realistas, el humor clásico

de Dickens y la aparición de lo extraño donde se producen mejores

relatos. Una buena muestra de ello es La casa hechizada. Ya el título

nos remonta a varios relatos e historias titulados igual, pero nos va a

sorprender su desarrollo. Está dividido en dos partes: Los mortales

de la casa y El fantasma de la habitación del Amo B. La primera

parte opone de forma humorística a los inquilinos de una casa con

fama de encantada y a todos los sirvientes y hombres del pueblo que

creen a pies juntillas todo lo que se dice de ella. El narrador y

protagonista ya nos advierte que su impresión, la primera vez que

vio la casa, fue la de ser una construcción totalmente normal,

carente de los “entornos fantasmagóricos convencionales” y muy

próxima a la estación de ferrocarril –es decir, del progreso-. El

narrador viaja en el tren cuando un pasajero con pinta de médium le

pregunta si es el señor B. Entablan una conversación el la que el

pasajero le pone al corriente de todos los espíritus que hay en el tren

y en el que la ironía permite ver las verdaderas creencias de

Dickens:

“Amigo mío, espero que se encuentre bien. En este coche del tren somos

dos. ¿Cómo está usted? Aquí hay diecisiete mil cuatrocientos setenta y nueve

Page 22: Lo fantástico en los cuentos de dickens

espíritus, aunque usted no pueda verlos. Pitágoras está aquí. No puede

mencionarlo, pero espera que a usted le sea cómodo el viaje.

También se había dejado caer Galileo con la siguiente comunicación

científica: “estoy encantado de verle, amico. Como sta? El agua se congelará

cuando esté lo bastante fría. Addio!”. En el curso de la noche se había producido

también el fenómeno siguiente. El obispo Butler había insistido en deletrear su

nombre, “Bubler”, quien había sido despedido destempladamente por las ofensas

contra la ortografía y las buenas maneras. John Milton (sospechoso de un engaño

intencionado) había repudiado la autoría del Paraíso Perdido, y había introducido

como coautores de ese poema a dos desconocidos caballeros llamados

respectivamente Grungers y Scadgingtone. Y el príncipe Arturo, sobrino del rey

Juan de Inglaterra, había informado que se encntraba tolerablemente cómodo en el

séptimo círculo, donde estaba aprendiendo a pintar sobre terciopelo bajo la

dirección de la señora Trimmer y de María, la Reina de los Escoceses”.

Instalado ya en su casa el problema es enfrentarse al servicio y

a las gentes del pueblo que creen ciegamente en que el fantasma del

Amo B. hace que suene la campana y que se produzcan otros

elementos inexplicables para sus conciencias. Pero nuestro

protagonista lo relata todo desde la flema inglesa. Ya instalado en la

casa “mal situada, mal planificada, mal construida y mal terminada”,

se prepara con estoicismo para soportar los desastres de toda

mudanza:

“Antes de oscurecer, habíamos pasado por todas las desgracias naturales

(en oposición a las sobrenaturales), lógicas de nuestro estado”.

Cuando el servicio comienza a ver ojos y el vinagre se aplica

para curar los estados de ansiedad, la campana del Amo B. comienza

a sonar:

“No sé si su campanilla sonaba por causa de las ratas, o los ratones, o los

murciélagos, el viento o cualquier otra vibración accidental, a veces por una causa

y a veces por otra, y otras veces por la unión de varias de ellas; pero lo cierto es

que sonaba dos noches de cada tres, hasta que concebí la feliz idea de retorcerle el

cuello al Amo B. –en otras palabras, cortar su campanilla- , silenciando a este

caballero, por lo que yo sé y creo, para siempre”.

Page 23: Lo fantástico en los cuentos de dickens

La intervención de un remedio directo sobre el objeto hace

desaparecer cualquier sonido. Todo no acabará aquí y llegará el

momento en que será necesario prescindir de los criados. Los dos

hermanos protagonistas llamarán a algunos amigos suyos para que

se instalen en la casa y, cual nueva hermandad, pasar en armonía

una temporada. La segunda parte del relato nos introduce ya al

pretendido fantasma. Pero aquí, el fantasma, condenado a ser

barbero de cuantos lleguen a su dormitorio, dará paso a una

rememoración del pasado hacia la infancia de modo que el relato de

fantasmas se convierte en una lírica exaltación de esa etapa de la

vida tan querida por Dickens. Nuestro autor, por tanto, aúna le

herencia cultural de los viejos cuentos de fantasmas, la racionalidad

propia de su siglo que, mediante el humor, se distancia de los

acontecimientos y los cuestiona y, finalmente, ensalza la vida y la

infancia mediante el reconocimiento a través del espejo del pasado.

Creo que es esto un ejemplo perfecto de Romanticismo. Porque el

Romanticismo no sólo reivindica el reino absoluto de la imaginación

y de la fantasía; heredero del Siglo de las Luces, no puede ya ser un

movimiento ingenuo, y por ello desde el comienzo se impone también

lo que Schlegel exige de toda obra romántica, el humor, que es algo

indispensable en el Romanticismo21. De esta forma podemos avanzar

una hipótesis: no sólo en el consumo de la cultura popular, sino en

las manifestaciones literarias importantes, como es el caso que aquí

analizamos, la fantasía no se esfuma ni se aparca: sigue siendo

utilizada entremezclada con la nueva perspectiva que impone el

realismo.

Otro relato digno de tener en cuenta y que se acerca más al

concepto de lo moderno es el titulado Juicio por asesinato. En él un

hombre analiza su experiencia psicológica que él califica de extraña

y advierte que todo el mundo tiene falta de valor a la hora de

reconocer estas experiencias. Reconoce “la oscuridad en la que se

21 . A este respecto, Paolo D’Angelo citando a Schlegel escribe :”Ironia è la forma del paradosso. Paradosso è tutto ciò che è insieme buono e grande”. L’estetica del romanticismo, Bologna, Il Mulino, 1997, pp. 100.

Page 24: Lo fantástico en los cuentos de dickens

encuentran implicados estos temas” y pone en guardia al lector para

que no suponga que es una persona dada a estos sucesos. Lo que le

ocurre es que tras leer en el periódico el asesinato de un hombre que

ha conmocionado Londres se le aparece el fantasma del hombre

asesinado,

“no en un lugar romántico, sino en mis habitaciones de Piccadilly, muy

cerca de la esquina de St. James Street(…) Era una hermosa mañana otoñal y la

calle estaba alegre y centelleante”.

Para que el lector no tenga dudas el narrador se presenta bajo

la apariencia de la seriedad:

“Soy soltero y mi ayuda de cámara y su esposa constituyen todo el servicio.

Trabajo en una sucursal bancaria y ojalá que mis deberes como jefe de

departamento fueran tan escasos como popularmente se supone. (…) Al lector le

corresponde extraer las consecuencias que parezcan razonables del hecho de que

me sentía fatigado, la vida monótona me producía una sensación depresiva y

estaba “ligeramente dispéctico””.

Para que no creamos que su ingenuidad nos va a relatar esos

extraños fenómenos confiesa que cuando por segunda vez se le

aparece el fantasma y está presente su criado, el cual afirma también

haberlo visto, él está convencido de que no es así: sólo cuando el

posa su mano sobre el brazo del criado éste tiene “la impresión” de

haber visto el cadáver. Pero un hecho viene a alterar sus

suposiciones: una mañana recibe la notificación para formar parte

del jurado que juzgará ese asesinato. Y más tarde, ya en el Tribunal,

el asesino intentará que se le recuse como miembro del jurado. Lo

más fascinante es que el protagonista es a la vez una aparición.

Cuando el juicio acaba el asesino pronuncia estas palabras:

“Sabía que era un hombre condenado desde el momento en que entró el

presidente del jurado. Señor, sabía que nunca me dejaría libre porque antes de

apresarme apareció junto a mi cama por la noche, me despertó y puso una soga

alrededor de mi cuello”.

Page 25: Lo fantástico en los cuentos de dickens

Son, por tanto, estos fenómenos inexplicables pero no

rechazados por completo los que más caracterizan a los relatos

fantásticos escritos bajo la influencia realista. Quizá un mayor

desarrollo de la ciencia pueda explicarlos. Los otros relatos, los de

duendes, forman parte de la mitología y, finalmente, los que repiten

lugares comunes como campanas que suenan solas o puertas que se

cierran de igual forma pueden ser interpretados bajo la ironía. En

todos los casos es la mente moderna la que los inventa y lee y, sólo

cuando quiere sustraerse al hechizo de un pasado idílico y lejano, los

lee sin crítica.

Como conclusión, por tanto, señalaremos la existencia de

temas vertebradores en la literatura del siglo XIX. De ellos, el tema

de lo fantástico, que ha ocupado nuestro trabajo, nos acerca a una

perspectiva diferente al movimiento realista. El hecho de que un

autor, cuya aguda observación de la realidad nos ha hecho descubrir

todo el mundo social de la Inglaterra industrial, mire hacia las

creencias populares y recoja la herencia de lo sobrenatural que

había imperado en el Romanticismo es buena muestra de la

dificultad de acotar y limitar tajantemente los movimientos

literarios.