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Según las normas del Ordo Synodi Episcoporum (cf. arts. 15 y 39), el texto oficial en latín de la Lista final de las proposiciones de las Asambleas Gene- rales Ordinarias del Sínodo de los Obispos, objeto de voto personal por parte de los Padres sinodales, está destinado al Sumo Pontífice, al que le es debidamente entregado. Dicho tex- to es, por su propia naturaleza, reser- vado, y no se publica con el fin de respetar el carácter consultivo y pro- positivo de la Asamblea sinodal. Por benévola decisión, el Santo Pa- dre Benedicto XVI concede en esta ocasión que una versión en lengua in- glesa, provisional, oficiosa y no oficial, a cargo de la Secretaría General del Sí- nodo de los Obispos, se publique en el Boletín de la Sala de Prensa de la Santa Sede. A este respecto, hay que precisar que las Proposiciones surgen en un momento determinado del proceso sinodal, abierto a la promulgación eventual de un documento pontificio, y no agotan la riqueza de las aporta- ciones de los Lineamenta, del Instru- mentum laboris, de la Disceptatio en el aula, de la Relatio ante disceptationem y de la Relatio post disceptationem, así como del Mensaje (Nuntius). El traba- jo de los Círculos Menores ha permi- tido la consecución del consenso si- nodal, en un clima de intensa comu- nión episcopal cum Petro y sub Petro a través de la oración y de la escucha recíproca, e incluso en la inmediatez del debate espontáneo. LISTA FINAL DE LAS PROPOSICIONES INTRODUCCIÓN Proposición 1: Documentación sometida al Santo Padre Además de toda la documentación sobre la Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana relacio- nada con el presente Sínodo y some- tida al Santo Padre con vistas a su consideración –es decir, los Linea- menta, el Instrumentum laboris, la Re- latio ante disceptationem, la Relatio post disceptationem, las presentacio- nes (tanto las realizadas en el aula si- nodal como las in scriptis), el Mensaje al Pueblo de Dios, los Informes de los Círculos Menores y sus debates–, los Padres sinodales han dado cierta im- portancia a las siguientes proposicio- nes. Asimismo, los Padres sinodales su- plican humildemente al Santo Padre que considere la oportunidad de pu- blicar un documento sobre la trans- misión de la fe cristiana a través de la Nueva Evangelización. Proposición 2: El Sínodo expre- sa su gratitud Los Padres sinodales reconocen con gratitud el legado de la enseñan- za papal, que ha enriquecido con fre- cuencia los frutos de las anteriores Asambleas sinodales y que resulta fundamental para la labor de las pre- sentes sesiones del Sínodo sobre la Nueva Evangelización para la transmi- sión de la fe cristiana. Las reflexiones del Sínodo se inspiran en documentos como Evangelii nuntiandi, del Papa Pablo VI; Catechesi tradendæ, Redemp- toris missio y Novo millennio ineunte, del Beato Juan Pablo II, y Deus caritas est, Sacramentum caritatis y Verbum Domini, del Papa Benedicto XVI. El ejemplo más reciente de esta orienta- ción es el Año de la Fe, convocado al inicio del Sínodo por nuestro Santo Padre, a quien estamos muy agradeci- dos por su profético ministerio. Proposición 3: Iglesias católicas orientales Las Iglesias católicas orientales sui juris, que se ven iluminadas por la tra- dición transmitida desde los Apósto- les a través de los Padres, son patri- monio de toda la Iglesia de Cristo (cf. Orientalium Ecclesiarum, n. 2; Codex Canonum Ecclesiarum Orientalium, can. 39). Estas Iglesias forman parte del legado apostólico, a través del cual la Buena Nueva fue llevada a tierras lejanas (cf. Ecclesia in Medio Oriente, n. 88), y agradecen la posibilidad que se les brinda de cumplir con sus deberes pastorales hacia sus fieles migrantes en países donde la Iglesia latina está tradicionalmente arraigada. Esperan también que su tradición goce de ma- yor conocimiento y respeto entre los fieles y el clero de las Iglesias particu- lares del mundo entero. 1) NATURALEZA DE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN Proposición 4: La Santísima Tri- nidad, fuente de la Nueva Evangeli- zación La Iglesia y su misión evangeliza- dora tienen su origen y su fuente en la Santísima Trinidad, según el designio del Padre, la obra del Hijo –que culmi- nó en su muerte y gloriosa resurrec- ción– y la misión del Espíritu Santo. La Iglesia prosigue esta misión del amor de Dios en nuestro mundo. Documentación 1 ECCLESIADIGITAL, 14 de noviembre de 2012 0000 Lista final de las proposiciones de los Padres sinodales al Papa Benedicto XVI XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (27-10-2012)

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Proposiciones de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos

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Page 1: Lista final proposiciones (1)

Según las normas del Ordo SynodiEpiscoporum (cf. arts. 15 y 39), el textooficial en latín de la Lista final de lasproposiciones de las Asambleas Gene-rales Ordinarias del Sínodo de losObispos, objeto de voto personal porparte de los Padres sinodales, estádestinado al Sumo Pontífice, al que lees debidamente entregado. Dicho tex-to es, por su propia naturaleza, reser-vado, y no se publica con el fin derespetar el carácter consultivo y pro-positivo de la Asamblea sinodal.

Por benévola decisión, el Santo Pa-dre Benedicto XVI concede en estaocasión que una versión en lengua in-glesa, provisional, oficiosa y no oficial,a cargo de la Secretaría General del Sí-nodo de los Obispos, se publique enel Boletín de la Sala de Prensa de laSanta Sede.

A este respecto, hay que precisarque las Proposiciones surgen en unmomento determinado del procesosinodal, abierto a la promulgacióneventual de un documento pontificio,y no agotan la riqueza de las aporta-ciones de los Lineamenta, del Instru-mentum laboris, de la Disceptatio en elaula, de la Relatio ante disceptationemy de la Relatio post disceptationem, asícomo del Mensaje (Nuntius). El traba-jo de los Círculos Menores ha permi-tido la consecución del consenso si-nodal, en un clima de intensa comu-nión episcopal cum Petro y sub Petro através de la oración y de la escucharecíproca, e incluso en la inmediatezdel debate espontáneo.

LISTA FINALDE LAS PROPOSICIONES

INTRODUCCIÓN

Proposición 1: Documentaciónsometida al Santo Padre

Además de toda la documentaciónsobre la Nueva Evangelización para latransmisión de la fe cristiana relacio-nada con el presente Sínodo y some-tida al Santo Padre con vistas a suconsideración –es decir, los Linea-menta, el Instrumentum laboris, la Re-latio ante disceptationem, la Relatiopost disceptationem, las presentacio-nes (tanto las realizadas en el aula si-nodal como las in scriptis), el Mensajeal Pueblo de Dios, los Informes de losCírculos Menores y sus debates–, losPadres sinodales han dado cierta im-portancia a las siguientes proposicio-nes.

Asimismo, los Padres sinodales su-plican humildemente al Santo Padreque considere la oportunidad de pu-blicar un documento sobre la trans-misión de la fe cristiana a través de laNueva Evangelización.

Proposición 2: El Sínodo expre-sa su gratitud

Los Padres sinodales reconocencon gratitud el legado de la enseñan-za papal, que ha enriquecido con fre-cuencia los frutos de las anterioresAsambleas sinodales y que resultafundamental para la labor de las pre-sentes sesiones del Sínodo sobre laNueva Evangelización para la transmi-sión de la fe cristiana. Las reflexionesdel Sínodo se inspiran en documentoscomo Evangelii nuntiandi, del PapaPablo VI; Catechesi tradendæ, Redemp-toris missio y Novo millennio ineunte,del Beato Juan Pablo II, y Deus caritasest, Sacramentum caritatis y Verbum

Domini, del Papa Benedicto XVI. Elejemplo más reciente de esta orienta-ción es el Año de la Fe, convocado alinicio del Sínodo por nuestro SantoPadre, a quien estamos muy agradeci-dos por su profético ministerio.

Proposición 3: Iglesias católicasorientales

Las Iglesias católicas orientales suijuris, que se ven iluminadas por la tra-dición transmitida desde los Apósto-les a través de los Padres, son patri-monio de toda la Iglesia de Cristo (cf.Orientalium Ecclesiarum, n. 2; CodexCanonum Ecclesiarum Orientalium,can. 39). Estas Iglesias forman partedel legado apostólico, a través del cualla Buena Nueva fue llevada a tierraslejanas (cf. Ecclesia in Medio Oriente, n.88), y agradecen la posibilidad que seles brinda de cumplir con sus deberespastorales hacia sus fieles migrantesen países donde la Iglesia latina estátradicionalmente arraigada. Esperantambién que su tradición goce de ma-yor conocimiento y respeto entre losfieles y el clero de las Iglesias particu-lares del mundo entero.

1) NATURALEZA DE LA NUEVAEVANGELIZACIÓN

Proposición 4: La Santísima Tri-nidad, fuente de la Nueva Evangeli-zación

La Iglesia y su misión evangeliza-dora tienen su origen y su fuente en laSantísima Trinidad, según el designiodel Padre, la obra del Hijo –que culmi-nó en su muerte y gloriosa resurrec-ción– y la misión del Espíritu Santo. LaIglesia prosigue esta misión del amorde Dios en nuestro mundo.

Documentación

1 ECCLESIA DIGITAL, 14 de noviembre de 2012 0000

Lista final de las proposiciones de losPadres sinodales al Papa Benedicto XVIXIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos (27-10-2012)

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La evangelización debe conce-birse, en un contexto teológico-doctrinal amplio y profundo,

como una actividad de la palabra ydel sacramento que –particularmentea través de la eucaristía– nos admite aparticipar en la vida de la Trinidad, loque alimenta además, mediante lagracia del Espíritu Santo, la fuerza ne-cesaria para evangelizar y para testi-moniar la Palabra de Dios con entu-siasmo y valentía.

La Nueva Evangelización reconocela primacía de la gracia de Dios y elhecho de que, con el bautismo, se al-canza la vida en Cristo. Semejanteacentuación de la filiación divina debeinducir al bautizado a abrazar unavida de fe que manifieste claramentesu identidad cristiana en todos los as-pectos de su actividad personal.

Proposición 5: La Nueva Evan-gelización y la inculturación

Jesús otorga el don del EspírituSanto y nos revela el amor del Padre.

La Nueva Evangelización es untiempo oportuno para despertar, paratomar nuevo aliento y para testimo-niar nuevamente que Jesucristo es elcentro de nuestra fe y de nuestra vidadiaria. Convoca, asimismo, a todomiembro de la Iglesia para que renue-ve su fe y para que se esfuerce real-mente por compartirla.

La Nueva Evangelización requieretambién discernir los signos de lostiempos que están presentes en elmundo y que afectan al ministerio dela Iglesia y a las diferentes Iglesiasparticulares en sus correspondientesterritorios. Entre estos signos hay quereconocer, desde luego, una mayortoma de conciencia de la gente acercade las circunstancias cambiantes de lavida actual.

Además, la Nueva Evangelizaciónconvoca a la Iglesia a alcanzar a quie-nes están alejados de Dios y de la co-munidad cristiana, para invitarlos aescuchar una vez más la Palabra deDios con el fin de que se encuentrencon el Señor Jesús de manera nueva yprofunda.

La Nueva Evangelización exigeprestar especial atención a la incultu-ración de la fe, que puede transmitir el

Evangelio con su capacidad de valorarlo positivo de cada cultura, purificán-dola al mismo tiempo de los elemen-tos contrarios a la plena realización dela persona conforme al designio deDios revelado en Cristo. La incultura-ción implica el esfuerzo para «encar-nar el Evangelio en las culturas de lospueblos» (Catecismo de la Iglesia Cató-lica, n. 854).

Proposición 6: El anuncio delEvangelio

Dios, nuestro Salvador, quiere quetodos se salven y lleguen al conoci-miento de la verdad (cf. 1 Tim 2, 4).Como la Iglesia cree en este designiodivino de salvación universal, debe sermisionera (cf. Evangelii nuntiandi, n.14; CIC, n. 851). La Iglesia sabe tam-bién que «quienes, ignorando sin cul-pa el Evangelio de Cristo y su Iglesia,buscan, no obstante, a Dios con uncorazón sincero y se esfuerzan, bajoel influjo de la gracia, en cumplir conobras su voluntad, conocida medianteel juicio de la conciencia, pueden con-seguir la salvación eterna» (Lumengentium, n. 16). El Evangelio de Jesu-cristo es el anuncio de su vida y delmisterio pascual de su pasión, muerte,resurrección y glorificación.

Con todo, el Concilio nos recuerdaque la evangelización es necesariapara la salvación de todos, ya que«con mucha frecuencia los hombres,engañados por el Maligno, se envile-cieron con sus fantasías y trocaron laverdad de Dios en mentira, sirviendo ala criatura más bien que al Creador (cf.Rom 1, 21 y 25), o, viviendo y murien-do sin Dios en este mundo, se expo-nen a la desesperación extrema. Por locual la Iglesia, acordándose del man-dato del Señor, que dijo: “Predicad elEvangelio a toda criatura” (Mc 16, 15),procura con gran solicitud fomentarlas misiones para promover la gloriade Dios y la salvación de todos estos»(Lumen gentium, n. 16).

Proposición 7: La Nueva Evan-gelización como dimensión misio-nera permanente de la Iglesia

Se propone que la Iglesia proclamela dimensión misionera mundial ypermanente de su misión, con el fin

de animar a todas las Iglesias particu-lares a evangelizar.

La evangelización puede concebirsebajo tres aspectos. En primer lugar, laevangelización ad gentes es el anunciodel Evangelio a quienes no conocen aJesucristo. En segundo lugar, incluyetambién ese crecimiento continuo enla fe que constituye la vida ordinariade la Iglesia. Por último, la NuevaEvangelización está especialmente di-rigida a quienes se han distanciado dela Iglesia.

Con ello, todas las Iglesias particu-lares se verán animadas a valorar y aintegrar a todos sus diferentes opera-dores y todas sus capacidades. Con-temporáneamente, cada Iglesia parti-cular ha de tener la libertad de evan-gelizar conforme a sus propiascaracterísticas y tradiciones, siempreen unión con la propia ConferenciaEpiscopal o con el propio Sínodo desu Iglesia católica oriental. Semejantemisión, de alcance mundial, responde-rá a la acción del Espíritu Santo, comoen un nuevo Pentecostés, mediante unllamamiento del Romano Pontífice,que invita a todos los fieles a visitar atodas las familias y a llevar la vida deCristo a todas las situaciones huma-nas.

Proposición 8: Dar testimonioen un mundo secularizado

Somos cristianos que vivimos enun mundo secularizado. Mientras queel mundo es y seguirá siendo creaciónde Dios, la secularización pertenece ala esfera de la cultura humana. Comocristianos, no podemos permanecerindiferentes ante el proceso de secula-rización: nos hallamos, efectivamente,en una situación similar a la de losprimeros cristianos, y en este sentidodebemos considerarla tanto un retocomo una posibilidad. Aunque vivi-mos en este mundo, no somos deeste mundo (cf. Jn 15, 19; 17, 11 y 16).El mundo es creación de Dios y mani-festación de su amor. En Jesucristo y através de él recibimos la salvación deDios y somos capaces de discernir elavance de su creación. Jesús nos abrelas puertas de nuevo para que, sinmiedo, podamos abrazar con amorlas heridas de la Iglesia y las del mun-

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Page 3: Lista final proposiciones (1)

do (cf. Benedicto XVI).En nuestra época actual, que

manifiesta aspectos más difícilesque en el pasado, aun cuando seamoscomo el «pequeño rebaño» (Lc 12, 32),damos testimonio del mensaje de sal-vación del Evangelio y estamos llama-dos a ser sal y luz de un mundo nue-vo (cf. Mt 5, 13-16).

Proposición 9: La Nueva Evan-gelización y el anuncio inicial

El fundamento de toda proclama-ción inicial –la dimensión kerigmática,la Buena Nueva– pone de relieve laimportancia de un anuncio explícitode la salvación. «Porque yo os trans-mití en primer lugar lo que tambiényo recibí: que Cristo murió por nues-tros pecados según las Escrituras; yque fue sepultado y que resucitó altercer día, según las Escrituras; y quese apareció a Cefas y más tarde a losDoce» (1 Cor 15, 3-5).

En el «primer anuncio», el kérygma–el mensaje de salvación del misteriopascual de Jesucristo– es proclamadocon gran poder espiritual, hasta elpunto de provocar arrepentimientodel pecado, conversión de los corazo-nes y una determinación de fe. Al mis-mo tiempo, tiene que haber continui-dad entre el primer anuncio y la cate-quesis, que nos instruye acerca deldepósito de la fe.

Consideramos necesario un PlanPastoral de Anuncio Inicial que enseñeun encuentro vital con Jesucristo. Di-cho documento pastoral proporcio-naría los primeros elementos del pro-ceso catequético, posibilitando su in-serción en la vida de las comunidadesparroquiales.

Los Padres sinodales proponen quelas directrices del anuncio inicial delkérygma sean escritas. Este compen-dio incluiría:

- La doctrina sistemática acerca delkérygma en la Escritura y en la tradi-ción de la Iglesia católica;

- enseñanzas y citas de los santos ymártires misioneros de nuestra histo-ria católica, que nos ayudarían aafrontar los retos pastorales actuales,y

- cualidades y líneas maestras de laformación actual de evangelizadores

católicos.

Proposición 10: El derecho aanunciar y a oír el Evangelio

El anuncio de la Buena Nueva y dela persona de Jesús es una obligaciónde todo cristiano, basada en el Evan-gelio: «Id, pues, y haced discípulos atodos los pueblos, bautizándolos enel nombre del Padre y del Hijo y delEspíritu Santo« (Mt 28, 19).

Al mismo tiempo, constituye un de-recho inalienable de toda persona,con independencia de su religión oirreligión, tener la posibilidad de co-nocer a Jesucristo y el Evangelio. Esteanuncio, hecho de manera integral, hade ofrecerse respetando totalmente acada persona, sin forma alguna deproselitismo.

Proposición 11: La Nueva Evan-gelización y la lectura orante de laSagrada Escritura

Dios se comunicó con nosotros ensu Palabra encarnada. Esta Palabra di-vina, escuchada y celebrada en la li-turgia de la Iglesia, y especialmente enla eucaristía, fortalece interiormente alos fieles y los capacita para dar untestimonio evangélico auténtico en suvida diaria. Los Padres sinodales dese-an que la Palabra divina «sea cada vezmás el corazón de toda actividad ecle-sial» (Verbum Domini, n. 1).

Todos los creyentes deben encon-trar abierta la puerta que lleva a la Sa-grada Escritura. En el marco de laNueva Evangelización, toda oportuni-dad de estudiar la Sagrada Escrituradebe hacerse disponible; la Escrituradebe impregnar las homilías, las cate-quesis y todo esfuerzo de transmisiónde la fe.

Habida cuenta de la necesidad de lafamiliarización con la Palabra de Dioscon vistas a la Nueva Evangelización yal crecimiento espiritual de los fieles,el Sínodo anima a las diócesis, a lasparroquias y a las pequeñas comuni-dades cristianas a seguir estudiandoseriamente la Biblia y cultivando laLectio divina, es decir la lectura orantede las Escrituras (cf. Dei Verbum, nn.21-22).

Proposición 12: Los documentos

del Concilio Vaticano IILos Padres sinodales reconocen la

enseñanza del Concilio Vaticano IIcomo un instrumento de vital impor-tancia para la transmisión de la fe enel marco de la Nueva Evangelización.Al mismo tiempo, consideran que losdocumentos del Concilio deben sercorrectamente leídos e interpretados.Por eso desean manifestar su adhe-sión al pensamiento de nuestro SantoPadre el Papa Benedicto XVI, que haseñalado el principio hermenéutico dereforma en la continuidad, con vistasa descubrir en dichos textos el espíri-tu auténtico del Concilio. «Está la "her-menéutica de la reforma", de la reno-vación dentro de la continuidad delúnico sujeto-Iglesia, que el Señor nosha dado; es un sujeto que crece en eltiempo y se desarrolla, pero permane-ciendo siempre el mismo, único sujetodel Pueblo de Dios en camino. [...] Perodonde esta interpretación ha sido laorientación que ha guiado la recep-ción del Concilio, ha crecido una nue-va vida y han madurado nuevos fru-tos» (Benedicto XVI, Discurso a la Cu-ria Romana, 22-12-05). Así seráposible responder a la necesidad derenovación que exige el mundo mo-derno y, al mismo tiempo, conservarfielmente la identidad de la naturalezay de la misión de la Iglesia.

2) CONTEXTO ACTUAL DEL MI-NISTERIO DE LA IGLESIA

Proposición 13: Retos de nues-tro tiempo

El anuncio de la Buena Nueva endiferentes contextos del mundo –ca-racterizados por los procesos de laglobalización y de la secularización–plantea diferentes retos a la Iglesia: aveces a través de una persecución re-ligiosa declarada, y otras mediante in-diferencia, interferencia, restricción uhostilidad generalizadas.

El Evangelio ofrece una visión de lavida y del mundo que no puede serimpuesta, sino solo propuesta, comola Buena Nueva del amor gratuito deDios y de la paz. Su mensaje de ver-dad y de belleza puede ayudar a laspersonas a librarse de la soledad y dela falta de sentido a las que las condi-

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Page 4: Lista final proposiciones (1)

ciones de vida de la sociedadposmoderna a menudo las rele-gan.

De ahí que los creyentes deban es-forzarse por mostrar al mundo el es-plendor de una humanidad radicadaen el misterio de Cristo. La religiosi-dad popular, aun siendo importante,no resulta suficiente; es necesario algomás para ayudar a reconocer el deberde anunciar al mundo la razón de laesperanza cristiana a los católicos ale-jados de la Iglesia, a quienes no si-guen a Cristo, a las sectas y a los queexperimentan diferentes tipos de espi-ritualidad.

Proposición 14: La Nueva Evan-gelización y la reconciliación

En un mundo lacerado por las gue-rras y por la violencia, un mundo las-timado por un individualismo genera-lizado que separa a los seres huma-nos y los enfrenta a unos contraotros, la Iglesia debe ejercer su minis-terio de reconciliación de manera se-rena y decidida. En el espíritu de laNueva Evangelización, la Iglesia asu-me la tarea de la reconciliación; fiel almensaje de Jesús (quien derribó «elmuro que [...] separaba [a los hom-bres]: la enemistad», Ef 2, 14), debe es-forzarse por derribar los muros queseparan a los seres humanos. Juntocon el mensaje del amor, la Iglesiadebe predicar la novedad del Evange-lio salvífico de nuestro Señor, quevino a liberarnos de nuestros pecadosy a invitarnos a construir la armonía,la paz y la justicia entre todos los pue-blos.

Proposición 15: La Nueva Evan-gelización y los derechos humanos

Coherentemente con el acento quela Nueva Evangelización pone en ladignidad humana, este Sínodo insta alos legisladores, a los docentes y acuantos trabajan en el ámbito de lasciencias humanas a tributar un granrespeto a la persona humana tanto enlas políticas publicas como en la prác-tica.

Contemporáneamente, debe apro-vecharse toda ocasión, en las diferen-tes situaciones y asociaciones locales,para articular, sostener y tutelar, tanto

teórica como prácticamente, los dere-chos que dimanan de una adecuadaconcepción de la persona humana talcomo la establece el derecho natural.

Proposición 16: Libertad religio-sa

Los Padres sinodales reafirman quela libertad religiosa es un derecho hu-mano fundamental, en el que se inclu-yen la libertad de conciencia y tam-bién la libertad de escoger sin cortapi-sas la propia religión. Nossolidarizamos con nuestros hermanosy hermanas que, en diferentes regio-nes del mundo, sufren la falta de li-bertad religiosa e incluso persecucio-nes.

A la luz del reconocimiento delConcilio Vaticano II como instrumentode la Nueva Evangelización y de la ne-cesidad creciente de tutelar la libertadreligiosa de los cristianos en todo elmundo, los Padres sinodales propo-nen un compromiso renovado acercade las enseñanzas de la Dignitatis hu-manæ y una difusión más amplia delas mismas. Esta renovación intentaafirmar y promover la libertad en ma-teria religiosa para individuos, familiase instituciones, con vistas a tutelar elbien común. Dicha libertad incluye elderecho a enseñar la fe cristiana, sintransacciones acerca de sus principios,a los niños en la familia y/o en la es-cuela.

Los Padres sinodales proponen queel Santo Padre considere la oportuni-dad de nombrar una comisión de lí-deres eclesiales en representación dediferentes componentes de la Iglesiaen el mundo entero, o bien la de en-comendar dicha tarea al PontificioConsejo «Justicia y Paz», con el fin deencarar los ataques a la libertad reli-giosa y de obtener una informaciónprecisa para testimoniar públicamenteel derecho fundamental a la libertadreligiosa y a la libertad de conciencia.

Proposición 17: Los preámbulosde la fe y la teología de la credibi-lidad

En el contexto contemporáneo deuna cultura global, son muchas lasdudas y muchos los obstáculos quecausan un escepticismo extendido e

introducen nuevos paradigmas depensamiento y de vida. Para una Nue-va Evangelización, resulta de capitalimportancia subrayar el papel de lospreámbulos de la fe. No solo es nece-sario mostrar que la fe no se opone ala razón, sino destacar también variasverdades y realidades que formanparte de una correcta antropologíailuminada por la razón natural. Entreellas se encuentra el valor del derechonatural y las consecuencias que estetiene para toda la sociedad humana.Las nociones de «derecho natural» yde «naturaleza humana» son suscepti-bles de demostraciones racionales,tanto en el ámbito académico comoen el popular. Semejante desarrollo yempresa intelectual ayudaría al diálo-go entre los fieles cristianos y las per-sonas de buena voluntad, abriendouna puerta al reconocimiento de laexistencia de un Dios Creador y delmensaje de Jesucristo el Redentor. LosPadres sinodales piden a los teólogosque desarrollen una nueva apologéti-ca del pensamiento cristiano, es deciruna teología de la credibilidad que re-sulte adecuada para una Nueva Evan-gelización.

El Sínodo hace un llamamiento alos teólogos para que acepten los re-tos intelectuales de la Nueva Evangeli-zación y respondan a ellos participan-do en la misión de la Iglesia consis-tente en anunciar a todos el Evangeliode Cristo.

Proposición 18: La Nueva Evan-gelización y los medios de comuni-cación social

El uso de los medios de comunica-ción social ha de desempeñar un im-portante papel a la hora de hacer lle-gar a cada persona el mensaje de sal-vación. En este campo, yparticularmente en el mundo de lascomunicaciones electrónicas, es nece-sario que unos cristianos convencidossean formados, preparados y capaci-tados para transmitir fielmente el con-tenido de la fe y de la moral cristianas.Deben tener la capacidad de emplearcorrectamente los lenguajes y los ins-trumentos actualmente disponiblespara la comunicación en el seno de laaldea global. Pero la modalidad más

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eficaz de esta comunicación de lafe siguen siendo la comparticióndel testimonio de vida, sin el cual

ninguno de los esfuerzos «mediáticos»ocasionaría una transmisión real delEvangelio. La educación en un uso sa-bio y constructivo de los medios decomunicación social constituye un im-portante recurso que la Nueva Evan-gelización debe utilizar.

Proposición 19: La Nueva Evan-gelización y el desarrollo humano

El magisterio pontificio, en su doc-trina social, ha demostrado los víncu-los teológicos, antropológicos y edu-cativos existentes entre la evangeliza-ción, el desarrollo y la libertad tantopersonal como social.

No es posible pensar hoy en laNueva Evangelización sin proclamar laplena libertad frente a todo lo queoprime a la persona humana, como elpecado y sus consecuencias. Sin uncompromiso serio a favor de la vida yde la justicia y sin un cambio de las si-tuaciones que generan pobreza y ex-clusión (cf. Sollicitudo rei socialis, n.36), no puede haber progreso. Ello re-sulta particularmente cierto ante losretos de la globalización.

Proposición 20: La Nueva Evan-gelización y el camino de la belleza

En la Nueva Evangelización hay queprestar especial atención al camino dela belleza: Cristo, el «Buen Pastor» (cf.Jn 10, 11), es la Verdad en persona, lahermosa revelación convertida en sig-no, que se entrega sin medida. Impor-ta dar testimonio, a los jóvenes quesiguen a Jesús, no solo de su bondady verdad, sino también de la plenitudde su belleza. Como afirmó Agustín,«no es posible amar lo que no es be-llo» (Confesiones, IV, 13. 20). La bellezanos atrae hacia el amor, mediante elcual Dios nos revela su rostro, en elque creemos. Bajo esta luz, los artistasse sienten a la vez interrogados por laNueva Evangelización y comunicado-res privilegiados de ella.

En la formación de los seminaristasno debe descuidarse la educación enla belleza y en las artes sacras, comonos recuerda la doctrina del ConcilioVaticano II (cf. Sacrosanctum Conci-

lium, n. 129). La belleza debe consti-tuir siempre una dimensión especialde la Nueva Evangelización. Es precisoque la Iglesia vele por que se presteatención a la calidad del arte permiti-do en los lugares sagrados reserva-dos para las celebraciones litúrgicas ypor que se promueva la misma, tute-lando tanto su belleza como la veraci-dad de su expresión.

Con vistas a la Nueva Evangeliza-ción, importa que la Iglesia esté pre-sente en todos los ámbitos del arte,con el fin de apoyar con su presenciaespiritual y pastoral a los artistas ensu búsqueda de la creatividad, y paraalimentar una experiencia viva y au-ténticamente espiritual de la salvaciónque se hace presente en sus obras.

Proposición 21: Los inmigrantesAl igual que muchos países se han

beneficiado en gran medida de la pre-sencia de personas procedentes deotros, así la Iglesia se ve alimentadade forma significativa por el testimo-nio y por la labor evangelizadora demuchos de quienes están comprome-tidos con el mandato misionero: «Id almundo entero y proclamad el Evange-lio a toda la creación» (Mc 16, 15).Ante los riesgos y las amenazas queacechan a la fe de los migrantes, im-porta que la Iglesia preste su apoyo através de un plan pastoral que los in-cluya junto con sus familias y que lesrecuerde su importante papel comocélulas vivas de la sociedad y comoIglesia doméstica. Las parroquias de-ben ayudar a los migrantes a integrar-se en la sociedad y en la comunidadcristiana. El plan pastoral de la Iglesiapara con los migrantes no debe tansolo acogerlos y promover su digni-dad humana, sino, por encima detodo, ayudarlos a integrarse en la vidade la Iglesia, respetando su propia tra-dición ritual; dicho plan debe ayudar-los también a evitar que se pierdanpara la Iglesia católica. Los inmigran-tes no son solo receptores, sino tam-bién protagonistas del anuncio delEvangelio en el mundo moderno.

Ante las grandes corrientes migra-torias, importa insistir en la centrali-dad y en la dignidad de la persona,especialmente a la luz de los graves

fenómenos de una nueva esclavitudrelacionada con la vergonzosa tratade seres humanos, particularmente deniños, y con la venta de órganos. Estatoma de conciencia debe incrementar-se al tratar con refugiados, desplaza-dos, navegantes, nómadas y personassin hogar.

Proposición 22: La conversiónEl drama y la intensidad del conflic-

to inmemorial entre el bien y el mal,entre la fe y el miedo, deben ser pre-sentados como el trasfondo esencialde la llamada a la conversión en Cris-to y como elementos constitutivos deesta. Dicho combate prosigue en elámbito natural y en el sobrenatural.«¡Qué estrecha es la puerta y qué an-gosto el camino que lleva a la vida! Ypocos dan con ellos» (Mt 7, 14). Sonmuchos los obispos que han habladode la necesidad de renovar en la san-tidad sus propias vidas, para ser ope-radores auténticos y eficientes de laNueva Evangelización.

La Nueva Evangelización exige con-versión personal y comunitaria, nue-vos métodos de evangelización y unarenovación de las estructuras pastora-les, con el fin de pasar de una estrate-gia pastoral de mantenimiento a unaactitud pastoral auténticamente misio-nera. La Nueva Evangelización nosguía a una conversión pastoral autén-tica que nos induce a adoptar actitu-des y a tomar iniciativas que conllevanevaluaciones y cambios en la dinámi-ca de unas estructuras pastorales queno responden ya a las exigenciasevangélicas del tiempo actual.

Proposición 23: La santidad ylos nuevos evangelizadores

La llamada universal a la santidadforma parte integrante de la NuevaEvangelización, que considera a lossantos como modelos reales de la va-riedad y de las formas en que dichavocación puede realizarse. El elementocomún de las diferentes historias desantidad es el seguimiento de Cristo,expresado en una vida de fe activa enla caridad que constituye un anuncioprivilegiado del Evangelio.

Reconocemos a María como el mo-delo de esa santidad que se hace pa-

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tente en actos de amor que in-cluyen la entrega suprema de sí.

La santidad constituye unaparte significativa de todo compromi-so de evangelización, tanto para elevangelizador como para el bien desus evangelizados.

Proposición 24: La doctrina so-cial de la Iglesia

Con el fin de promover una NuevaEvangelización en la sociedad, debeprestarse mayor atención a la doctrinasocial de la Iglesia, concebida comoanuncio y testimonio de la fe y comoun instrumento imprescindible para laeducación en la fe (cf. Caritas in veri-tate, n. 15). Esta aceptación de la doc-trina social de la Iglesia debe impreg-nar el contenido de la catequesis, laeducación cristiana, la formación delos seminaristas y de los religiosos, laformación permanente de obispos yde sacerdotes y, de manera muy espe-cial, la formación del laicado. El Com-pendio de la Doctrina Social de la Igle-sia constituye un valioso recurso parallevar a cabo esta formación perma-nente.

Proposición 25: Los escenariosurbanos de la Nueva Evangeliza-ción

La Iglesia reconoce que las ciuda-des humanas y la cultura que expre-san, al igual que las transformacionesque en ellas se llevan a cabo, constitu-yen un lugar privilegiado para la Nue-va Evangelización. Al comprenderse así misma al servicio del plan salvíficode Dios, la Iglesia reconoce que «laciudad santa, la nueva Jerusalén» (cf.Ap 21, 2-4) ya está presente, en ciertomodo, en las realidades humanas. Alllevar a la práctica un plan pastoralurbano, la Iglesia desea identificar ycomprender las experiencias, los len-guajes y los estilos de vida típicos delas sociedades urbanas. Ella pretendehacer que sus celebraciones litúrgicas,sus experiencias de vida comunitaria ysu ejercicio de la caridad se vuelvanimportantes para el contexto urbano,con vistas a que el Evangelio se encar-ne en la vida de todos los ciudadanos.Sabe también la Iglesia que en mu-chas ciudades se palpa la ausencia de

Dios en los numerosos ataques a ladignidad humana, entre los que figu-ran la violencia relacionada con el trá-fico de drogas, varios tipos de corrup-ción y muchos otros crímenes. Esta-mos convencidos de que el anunciodel Evangelio puede constituir la basepara restaurar la dignidad de la vidaurbana en tales contextos urbanos. Setrata del Evangelio de Jesús, que vino«para que tengan vida y la tenganabundante» (Jn 10, 10).

3) RESPUESTAS PASTORALES ALAS CIRCUNSTANCIAS ACTUALES

Proposición 26: Las parroquiasy otras entidades eclesiales

Los obispos reunidos en Sínodoafirman que la parroquia sigue consti-tuyendo la presencia primaria de laIglesia en los barrios, el lugar y el ins-trumento de la vida cristiana, capaz debrindar ocasiones para el diálogo en-tre personas, para la escucha y elanuncio de la Palabra de Dios, parauna catequesis orgánica, para educaren la caridad, para la oración y la ado-ración y para unas celebraciones eu-carísticas llenas de júbilo. Además deello, los Padres sinodales desearíananimar a las parroquias a encontrarformas de orientarse hacia una mayorinsistencia en la evangelización, lo quepodría incluir misiones parroquiales,programas de renovación parroquialy retiros parroquiales. La presencia yla acción evangelizadora de asociacio-nes, movimientos y otras entidadeseclesiales constituyen unos valiososestímulos para la realización de estaconversión pastoral. Tanto las parro-quias como las entidades eclesialestradicionales y nuevas están llamadasa hacer visible juntas la comunión dela Iglesia particular unida alrededordel obispo.

Con el fin de transmitir a toda per-sona la Buena Nueva de Jesús, talcomo requiere la Nueva Evangeliza-ción, todas las parroquias y sus pe-queñas comunidades deben ser célu-las vivas, lugares en los que se fomen-te el encuentro personal ycomunitario con Cristo, en los que seexperimente la riqueza de la liturgia,

en los que se imparta la formacióncristiana, tanto inicial como perma-nente, y en los que se eduque a todoslos fieles en la fraternidad y en la cari-dad, especialmente hacia los pobres.

Proposición 27: La educación«Id, pues, y haced discípulos a to-

dos los pueblos, bautizándolos en elnombre del Padre y del Hijo y del Es-píritu Santo; enseñándoles a guardartodo lo que os he mandado» (Mt 28,19-20). Es la educación una dimensiónconstitutiva de la evangelización.Anunciar a Jesucristo resucitado sig-nifica acompañar a todos los sereshumanos en su historia personal, ensu crecimiento y en un vocación espi-ritual. Educar requiere, al mismo tiem-po, promover todo lo verdadero, bue-no y bello que forma parte de la per-sona humana, lo que equivale aeducar el entendimiento y las emocio-nes para apreciar la realidad. Niños,adolescentes y jóvenes tienen derechoa ser evangelizados y educados. Lasescuelas y las universidades católicasresponden así a esta necesidad. Lasinstituciones públicas deben recono-cer y apoyar este derecho. Las escue-las han de ayudar a las familias a in-troducir a sus hijos en la belleza de lafe. Las escuelas brindan una excelenteoportunidad para transmitir la fe o,por lo menos, para darla a conocer.

Los Padres sinodales agradecen lalabor educativa llevada adelante pormiles de docentes, tanto hombrescomo mujeres, en las institucionesformativas católicas de los cinco con-tinentes.

Habida cuenta de la especial fun-ción de los docentes, importa que es-tos reciban una formación permanen-te durante el desempeño de sus res-ponsabilidades.

Las escuelas deben gozar de liber-tad de cátedra, libertad que constituyeun derecho inalienable.

Por esta razón, y con vistas a ase-gurar que nuestras instituciones seanoperadoras de evangelización, y nomeros productos de esta, el Sínodo:

– insta a las instituciones educati-vas católicas a hacer todo lo posiblepor conservar su identidad de institu-ciones eclesiales;

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- invita a todos los docentes avivir su liderazgo como discípu-los bautizados de Jesús, dando

testimonio a través de su vocación deeducadores, e

- insta a las Iglesias particulares, alas congregaciones religiosas y a to-dos los responsables de las institucio-nes educativas a propiciar la corres-ponsabilidad de los laicos, proporcio-nando una formación y unacompañamiento adecuados con estefin.

Proposición 28: La catequesis deadultos

No cabe hablar de Nueva Evangeli-zación allí donde la catequesis deadultos brille por su ausencia o estéfragmentada, debilitada o desatendi-da. Ante semejantes defectos, el mi-nisterio pastoral se enfrenta a un retode gran calado.

Las diferentes fases y niveles delcatecumenado de la Iglesia enseñancómo puede concebirse, desde lospuntos de vista bíblico, catequético,espiritual y litúrgico, la historia y el iti-nerario de fe de una persona comouna vocación a través de su relacióncon Dios (cf. Evangelii nuntiandi, n. 18;Instrumentum laboris, n. 92).

En todo este proceso, el carácterpúblico de la decisión de fe tomadapor el catecúmeno, que crece gradual-mente en la comunidad y en la dióce-sis, ejerce una influencia positiva entodos los fieles.

Proposición 29: La catequesis,los catequistas y el catecismo

Una buena catequesis resulta esen-cial para la Nueva Evangelización. ElSínodo llama la atención sobre el ser-vicio indispensable que los catequistasprestan a las comunidades eclesiales,y expresa honda gratitud por su dedi-cación. Todos los catequistas, que sonal mismo tiempo evangelizadores, ne-cesitan estar correctamente prepara-dos. Dentro de las posibilidades decada situación local, hay que hacertodo esfuerzo posible por dotarles deuna sólida formación eclesial en losámbitos espiritual, bíblico, doctrinal ypedagógico. El testimonio personal dela fe constituye en sí mismo una for-

ma poderosa de catequesis. El Catecis-mo de la Iglesia Católica y su Compen-dio constituyen, por encima de todo,un recurso para la enseñanza de la fey para apoyar a los adultos en su mi-sión evangelizadora y catequética enel seno de la Iglesia.

Con arreglo a la Carta apostólicaMinisteria quædam, del Papa Pablo VI,las Conferencias Episcopales tienen lafacultad de solicitar a la Santa Sede lainstitución del ministerio del catequis-ta.

Proposición 30: La teologíaComo ciencia que es de la fe, la te-

ología resulta importante para la Nue-va Evangelización. Sacerdotes, profe-sores y catequistas deben recibir for-mación en instituciones de enseñanzasuperior. La Iglesia aprecia y promue-ve la investigación y la enseñanza dela teología. La teología científica tienesu correspondiente lugar en la univer-sidad, donde debe llevar a cabo eldiálogo entre la fe y las demás disci-plinas, así como con el mundo secu-lar. Los teólogos están llamados a re-alizar este servicio como parte de lamisión salvífica de la Iglesia; para elloes preciso que piensen y sientan conla Iglesia («sentire cum Ecclesia»). El Sí-nodo propone que la Nueva Evangeli-zación sea considerada como una di-mensión integral de la misión de todafacultad de Teología, y que en las uni-versidades católicas se establezca undepartamento de Nueva Evangeliza-ción.

Proposición 31: La Nueva Evan-gelización y la opción por los po-bres

Enseña el papa Benedicto XVI: «Je-sús se identifica con los pobres: loshambrientos y sedientos, los foraste-ros, los desnudos, enfermos o encar-celados. “Cada vez que lo hicisteis conuno de estos mis humildes hermanos,conmigo lo hicisteis” (Mt 25, 40).Amor a Dios y amor al prójimo sefunden entre sí: en el más humilde en-contramos a Jesús mismo y en Jesúsencontramos a Dios» (Deus caritas est,n. 15). En la actualidad existen nuevospobres y nuevas formas de pobreza:los que padecen hambre, los sin te-

cho, los enfermos y abandonados, losdrogadictos, los migrantes y los mar-ginados, los refugiados por razonespolíticas o medioambientales, los pue-blos indígenas. La crisis económicaactual afecta gravemente a los pobres.Entre los más pobres de la sociedadcontemporánea se cuentan las vícti-mas de una grave falta de respeto a ladignidad inviolable de la vida humanainocente.

La opción preferencial por los po-bres nos impulsa a salir en busca deellos y a trabajar a su favor para quese encuentren a gusto en la Iglesia.Los pobres son al mismo tiempo re-ceptores y agentes de la Nueva Evan-gelización.

Proposición 32: Los enfermosLa Nueva Evangelización ha de ser

siempre consciente del misterio pas-cual de la muerte, que arroja luz sobreel sufrimiento de las personas, que enla cruz de Cristo pueden hallar com-prensión y aceptación del misterio delsufrimiento que les den esperanzapara la vida futura. En los enfermos,en los dolientes, en las personas dis-capacitadas y en las que precisan decuidados especiales, el sufrimiento deCristo está presente y tiene un podermisional. Entre los cristianos siempretiene que haber sitio para los dolien-tes y los enfermos; si ellos precisannuestras atenciones, es más, sin em-bargo, lo que recibimos nosotros através de su fe.

A través de los enfermos, Cristoalumbra a su Iglesia, de manera quetodo aquel que entra en contacto conellos encuentra reflejada ahí la luz deCristo. Por eso los enfermos sonmiembros muy importantes de laNueva Evangelización.

Todos cuantos están en contactocon los enfermos necesitan ser cons-cientes de su misión. Al construir nue-vos hospitales, no debemos olvidarprocurar que no falte en ellos un en-torno capaz de consolar y de apoyar yun lugar para orar.

Proposición 33: El sacramentode la penitencia y la Nueva Evan-gelización

El sacramento de la penitencia y de

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la reconciliación es un lugar pri-vilegiado para recibir la miseri-cordia y el perdón de Dios y, por

lo tanto, de sanación tanto personalcomo comunitaria. En este sacramen-to, todo bautizado tiene un encuentronuevo y personal con Jesucristo, asícomo un nuevo encuentro con la Igle-sia, lo que facilita un reconciliaciónplena mediante el perdón de los peca-dos. En él el hombre y la mujer peni-tentes se encuentran con Jesús y ex-perimentan al mismo tiempo unacomprensión más profunda de sí mis-mos. Los Padres sinodales solicitanque este sacramento vuelva a centrarla actividad pastoral de la Iglesia.

En cada diócesis debería dedicarsecomo mínimo un lugar de forma per-manente a la celebración de este sa-cramento; un lugar que contara siem-pre con la presencia de sacerdotes, loque permitiría que todos los fieles ex-perimentaran la misericordia de Dios.Este sacramento debería estar siempredisponible, incluso a diario, en loscentros de peregrinación y en las igle-sias especialmente designadas coneste fin. Es necesario ser fieles a lasnormas específicas que lo regulan.Todo sacerdote debe considerar el sa-cramento de la penitencia como parteesencial de su ministerio y de la Nue-va Evangelización, y en toda comuni-dad parroquial debe destinarse untiempo adecuado a las confesiones.

Proposición 34: Domingos y fes-tivos

La eucaristía ha de ser la fuente y lacumbre de la Nueva Evangelización.Los Padres sinodales instan a todoslos fieles cristianos a renovar su com-prensión y su amor de la celebracióneucarística, en la que sus vidas que-dan transformadas e incorporadas ala ofrenda, por parte de Cristo, de supropia vida por la gloria de Dios Pa-dre, para la salvación del mundo ente-ro. Pese a la tensión existente entre eldomingo cristiano y el secular, hayque recuperar este día para la NuevaEvangelización, tal como enseñaba elBeato Juan Pablo II en Dies Domini.Junto con la misa dominical, el do-mingo, con su carácter sagrado y es-pecial, debe ser el centro de la vida ca-

tólica. El objetivo es la participaciónplena, activa y consciente de toda lacomunidad en la liturgia. El año litúr-gico con sus festividades debe ser se-guido a través de un auténtico pro-grama de evangelización, especial-mente en Navidad y en Pascua.

Proposición 35: La liturgiaUna celebración digna de la sagra-

da liturgia –el don más precioso queDios nos ha dado– constituye la másalta expresión de nuestra vida en Cris-to (cf. Sacrosanctum Concilium, n. 10).Se trata, pues, de la expresión princi-pal y más poderosa de la Nueva Evan-gelización. Dios desea manifestar labelleza incomparable de su amor in-conmensurable e incesante por noso-tros mediante la sagrada liturgia, ynosotros, por nuestra parte, desea-mos emplear lo más hermoso ennuestro culto a Dios como respuestaa su don. En ese maravilloso inter-cambio que es la sagrada liturgia, através del cual el cielo baja a la tierra,la salvación se muestra al alcance yexige arrepentimiento y conversióndel corazón (cf. Mt 4, 17; Mc 1, 15).

La evangelización en la Iglesia exigeuna liturgia que eleve a Dios los cora-zones de hombres y mujeres. No es laliturgia mera acción humana, sino unencuentro con Dios que induce a lacontemplación y a una amistad másprofunda con él. En este sentido, la li-turgia de la Iglesia constituye la mejorescuela de la fe.

Proposición 36: Dimensión espi-ritual de la Nueva Evangelización

El agente principal de la evangeliza-ción es el Espíritu Santo, que abre loscorazones y los convierte a Dios. Laexperiencia del encuentro con el Se-ñor Jesús –hecho posible por el Espí-ritu, que nos introduce en la vida trini-taria, y acogido con espíritu de adora-ción, de súplica y de alabanza– debedesempeñar un papel fundamental entoda faceta de la Nueva Evangeliza-ción. Se trata de la «dimensión con-templativa» de la Nueva Evangeliza-ción, que se alimenta a través de laoración, empezando por la liturgia yespecialmente por la eucaristía, fuentey cumbre de la vida de la Iglesia.

Proponemos, pues, que la oraciónsea alentada y enseñada desde la in-fancia. Tanto en la familia como en laescuela, niños y jóvenes deben sereducados para que reconozcan lapresencia de Dios en sus vidas, lo ala-ben, le den gracias por los dones de élrecibidos y pidan al Espíritu Santo quelos guíe.

Proposición 37: El sacramentode la confirmación en la NuevaEvangelización

Todos los fieles cristianos tienenencomendada la misión de evangeli-zar en virtud de los sacramentos delbautismo y de la confirmación, conlos que los fieles quedan marcadospor la unción del Espíritu Santo y es-tán llamados a participar en el miste-rio de Pentecostés. Mediante la confir-mación, todos los bautizados recibenla plenitud del Espíritu Santo, sus ca-rismas y el poder de testimoniar elEvangelio abierta y valientemente.

Importa que una catequesis mista-gógica acompañe la gracia de laadopción filial recibida con el bautis-mo, subrayando la importancia deldon del Espíritu Santo, que nos per-mite participar plenamente en el testi-monio eucarístico de la Iglesia y en suinfluencia en todos los ámbitos de lavida y de la actividad humanas.

De ahí la importancia primordial deuna catequesis apropiada y sistemáti-ca antes de la recepción de estos sa-cramentos.

Proposición 38: La iniciacióncristiana y la Nueva Evangeliza-ción

El Sínodo desea manifestar que lainiciación cristiana es un elementocrucial de la Nueva Evangelización y elmedio a través del cual la Iglesia,como una madre, cría a sus hijos y seregenera a sí misma. Por eso propo-nemos que el tradicional proceso deiniciación cristiana –que en muchoscasos se ha convertido en mera pre-paración a los sacramentos– sea portodos considerado según una pers-pectiva catecumenal, dando mayor re-levancia a una mistagogía permanen-te, de manera que se transforme enuna iniciación auténtica en la vida

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cristiana a través de los sacra-mentos (cf. Directorio general decatequesis, n. 91).

Desde esta perspectiva, no deja detener consecuencias el hecho de quela situación actual en relación con lostres sacramentos de la iniciación cris-tiana, pese a la unidad teológica deestos, sea diferente desde el punto devista pastoral. Tales diferencias en elseno de las comunidades eclesialesno son de carácter doctrinal, sino decriterio pastoral. Con todo, este Síno-do solicita que lo que el Santo Padreafirmó en el n. 18 de Sacramentum ca-ritatis se convierta en acicate para quelas diócesis y las Conferencias Episco-pales revisen sus praxis de iniciacióncristiana: «Concretamente, es necesa-rio verificar qué praxis puede efectiva-mente ayudar mejor a los fieles a po-ner de relieve el sacramento de la Eu-caristía como aquello a lo que tiendetoda la iniciación» (Sacramentum cari-tatis, n. 18).

Proposición 39: La piedad popu-lar y la Nueva Evangelización

La piedad popular constituye unauténtico lugar en el que encontrar aCristo, y expresa también la fe delpueblo cristiano en la BienaventuradaVirgen María y en los santos. La Nue-va Evangelización reconoce el valor deestas experiencias de fe, y las alientacomo formas de crecer en la virtudcristiana.

Las peregrinaciones a templos y asantuarios constituyen un aspecto im-portante de la Nueva Evangelización,no solo por los millones de personasque siguen peregrinando a ellos, sinoporque esta forma de piedad popularbrinda en este tiempo una oportuni-dad particularmente prometedora deconversión y de crecimiento en la fe.Importa, por lo tanto, delinear un planpastoral que acoja convenientementea los peregrinos y que, en respuesta alprofundo deseo de estos, depare oca-siones para que el tiempo de la pere-grinación pueda ser vivido como unauténtico momento de gracia.

Proposición 40: El PontificioConsejo para la Promoción de laNueva Evangelización

El Sínodo da las gracias al SantoPadre por haber establecido el Pontifi-cio Consejo para la Promoción de laNueva Evangelización como instru-mento al servicio de las Iglesias parti-culares, y pide que este dicasterioahonde en el estudio de los debatesdel Sínodo y desarrolle y promueva laNueva Evangelización.

Solicita, asimismo, que en el senode cada Conferencia Episcopal se con-sidere el nombramiento de una Comi-sión con el fin de promover el estudioy la difusión del magisterio pontificioen relación con los temas pertinentesla Nueva Evangelización. De esta for-ma, podrá llevarse a cabo una impor-tante colaboración entre las Iglesiasparticulares, lo que redundará en unamayor eficacia a la hora de implemen-tar la Nueva Evangelización.

4) OPERADORES/PARTÍCIPESDE LA NUEVA EVANGELIZACIÓN

Proposición 41: La Nueva Evan-gelización y la Iglesia particular

La Iglesia particular, dirigida por elobispo auxiliado por los sacerdotes ylos diáconos y con la colaboración delas personas consagradas y de los lai-cos, es el sujeto de la Nueva Evangeli-zación. Ello se debe a que, en cada lu-gar, la Iglesia particular es la manifes-tación concreta de la Iglesia de Cristo,y en esta calidad inicia, coordina y lle-va a cabo las acciones pastorales através de las cuales se realiza la Nue-va Evangelización.

En la Iglesia resuena la llamada a lasantidad, que está dirigida a todos losbautizados y que los invita a seguir aCristo con amor y benevolencia portodas las personas, con el fin de dis-cernir la acción del Espíritu en sí.«Como yo os he amado, amaos tam-bién unos a otros. En esto conocerántodos que sois discípulos míos: si osamáis unos a otros» (Jn 13, 34-35).Para las primeras comunidades cris-tianas, la comunión era un elementoconstitutivo de la vida de fe, necesarioademás para la evangelización: teníanun solo corazón y una sola alma. LaIglesia es comunión, es decir que es laFamilia de Dios.

La Iglesia capacita a cada uno desus miembros para que sea conscien-te de su responsabilidad de ser comolevadura en la masa. De esta forma,«la fe que actúa por el amor» (Gal 5, 7)se convertirá en un testimonio conta-gioso para el mundo en todas sus di-mensiones, ofreciendo a toda personala posibilidad de encontrarse conCristo y de convertirse a su vez enevangelizadora.

Es de desear que cada Iglesia parti-cular, pese a todas las dificultades, de-sarrolle un sentido de la misión entresus fieles mediante su cooperacióncon otras Iglesias particulares.

Proposición 42: Una actividadpastoral integrada

Cada Iglesia particular es la comu-nidad primaria de la misión de la Igle-sia, y debe animar y dirigir una activi-dad pastoral renovada capaz de inte-grar la diversidad de carismas,ministerios, estados de vida y recur-sos. Todos estos elementos han de sercoordinados en el marco de un pro-yecto misional orgánico, capaz de co-municar la plenitud de la vida cristianaa toda persona, y especialmente aquienes se sienten alejados del desve-lo de la Iglesia. Semejante esfuerzodebe surgir del diálogo y de la coope-ración entre todos los componentesdiocesanos, que incluyen las parro-quias, las pequeñas comunidadescristianas, las comunidades educati-vas, las comunidades de vida consa-grada, las asociaciones, los movimien-tos y cada fiel como individuo. Todoprograma pastoral debe transmitir lanovedad auténtica del Evangelio ycentrarse en un encuentro vivo y per-sonal con Cristo, y ha de estar enca-minado a suscitar en toda personauna adhesión generosa a la fe, juntocon la disposición a aceptar la llama-da a ser testigo.

Proposición 43: Dones jerárqui-cos y carismáticos

El Espíritu Santo dirige a la iglesiaen su evangelización misionera «condiversos dones jerárquicos y carismá-ticos» (Lumen gentium, n. 4). Cadadiócesis es, en efecto, «una porcióndel Pueblo de Dios que se confía a un

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Obispo para que la apaciente conla cooperación del presbiterio»(Christus Dominus, n. 11), y en la

que las diferentes componentes caris-máticas reconocen la autoridad delobispo como esencial para su propiaacción al servicio de la misión eclesial.El obispo tiene la responsabilidad deenjuiciar la «autenticidad y [el] ejerciciorazonable» de tales dones (Lumengentium, n. 12) como un recurso au-téntico para la vida y la misión de laIglesia. Los dones jerárquicos y loscarismáticos, al proceder del único Es-píritu de Dios, lejos de estar en com-petencia unos con otros, son coesen-ciales para la vida de la Iglesia y parala eficacia de su acción misionera (cf.Juan Pablo II, Mensaje a los partici-pantes en el Congreso Mundial de Mo-vimientos Eclesiales, 27-5-98). La vidaconsagrada ocupa un lugar especialen la dimensión carismática de la Igle-sia (cf. Mutuæ relationes, n. 34; Ripar-tire da Cristo, n. 32); plenamente inser-tada como tal en la comunión eclesial,contribuye con sus propios dones a laevangelización misionera. Hay que re-alizar estudios tanto en el ámbito dio-cesano como en el interdiocesano alobjeto de saber de qué forma puedencooperar tanto los dones carismáticoscomo los jerárquicos en la acciónpastoral y en la vida espiritual de laIglesia.

A partir del Concilio Vaticano II, laNueva Evangelización se ha beneficia-do grandemente del dinamismo delos nuevos movimientos eclesiales yde las nuevas comunidades, cuyo ide-al de santidad y de unidad ha sidoorigen de muchas vocaciones y de ini-ciativas misioneras de notable impor-tancia. El Sínodo reconoce estas nue-vas entidades, y las anima a emplearsus carismas en estrecha colaboracióncon las diócesis y con las comunida-des parroquiales, que a su vez se be-neficiarán de su espíritu misionero.

Proposición 44: La Nueva Evan-gelización en la parroquia

La parroquia, en todas sus activida-des y a través de ellas, debe animar asus miembros a convertirse en opera-dores de la Nueva Evangelización,dando testimonio tanto con sus pala-

bras como con sus vidas. Por ello im-porta recordar que la parroquia siguesiendo el ambiente habitual de la vidaespiritual de sus feligreses. De ahí queel Sínodo aliente las visitas parroquia-les a las familias como medio de re-novación parroquial, ya que a vecesse considera la parroquia únicamentecomo sede de actos importantes,cuando no como un centro turístico.

En esta misma línea, los «operado-res pastorales» que trabajan en hospi-tales, centros juveniles, fábricas, cárce-les, etc., deben ser conscientes de quela Nueva Evangelización ha de tenercarta de naturaleza en tales lugares. Yes que la Iglesia ha de estar presenteen ellos, ya que Cristo mostró su pre-ferencia por las personas que allí seencuentran. Se exhorta, pues, a todaslas Iglesias de todos los lugares a es-tar abiertas a esta misión en la medi-da en que esté en su poder.

Proposición 45: La función delos fieles laicos en la Nueva Evan-gelización

La vocación y misión propia de losfieles laicos es la transformación delas estructuras del mundo para quetoda conducta y actividad humana seinspire en el Evangelio. De ahí la im-portancia de conducir al laicado cris-tiano hacia un conocimiento íntimode Cristo, con el fin de formar su con-ciencia moral a través de su vida enCristo. El Concilio Vaticano II identificacuatro aspectos principales de la mi-sión de los bautizados: el testimoniode la vida, las obras de caridad y demisericordia, la renovación del ordentemporal y la evangelización directa(cf. Lumen gentium y Apostolicam ac-tuositatem). De esta forma, podrán dartestimonio de una vida plenamentecoherente con su fe cristiana, comoindividuos y como comunidad. Loslaicos cooperan en la obra de evange-lización de la Iglesia y participan en sumisión salvífica a la vez como testigosy como instrumentos vivos (cf. Adgentes, n. 41). Por eso la Iglesia aprecialos dones que el Espíritu va otorgan-do a todos los bautizados para laconstrucción del cuerpo, y tiene laobligación de alentar y formar ade-cuadamente su celo apostólico en la

transmisión de la fe.

Proposición 46: La colaboraciónde hombres y mujeres en la Iglesia

La Iglesia aprecia la igual dignidadde la mujer y del hombre en la socie-dad como hecha a imagen de Dios, yen la Iglesia como basada en su co-mún vocación de bautizados en Cris-to.

Los pastores de la Iglesia han reco-nocido las capacidades específicas dela mujer, particularmente su atencióna los demás y sus dones para la crian-za y para la compasión, y muy espe-cialmente su vocación materna.

Mujeres y hombres dan testimoniodel Evangelio de la vida mediante sudedicación a transmitir la vida en elseno de la familia. Juntos ayudan amantener viva la fe. El Sínodo recono-ce que, hoy en día, las mujeres (tantolaicas como religiosas), junto con loshombres, contribuyen a la reflexiónteológica en todos los niveles y com-parten responsabilidades pastoralesen formas nuevas, llevando adelanteasí la Nueva Evangelización para latransmisión de la fe.

Proposición 47: La formación delos evangelizadores

Este Sínodo considera necesariocrear centros de formación para laNueva Evangelización, en los que loslaicos aprendan a hablar de la perso-na de Cristo de manera persuasiva,adecuada a nuestro tiempo y dirigidaa grupos específicos de personas (jó-venes, agnósticos, ancianos, y así su-cesivamente). El cristocentrismo trini-tario (cf. Directorio General para la Ca-tequesis, nn. 98-100) constituye elcriterio más esencial y fundamentalpara presentar el mensaje evangélicoen cualquiera de los tres momentosde la evangelización: anuncio inicial,catequesis y formación permanente(cf. DGC, nn. 60-72). Toda enseñanza ytodo recurso han de ser evaluadosbajo esta luz.

Proposición 48: La familia cris-tiana

Establecida por el sacramento delmatrimonio, la familia cristiana comoIglesia doméstica es el lugar y el pri-

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mer agente en el don de la vida ydel amor, en la transmisión de lafe y en la formación de la perso-

na humana según los valores delEvangelio. Imitando a Cristo, toda laIglesia debe dedicarse a apoyar a lasfamilias en la catequesis de niños y dejóvenes. En muchos casos, los abuelosdesempeñarán un papel muy impor-tante. Al mismo tiempo, la NuevaEvangelización debe esforzarse porafrontar problemas pastorales signifi-cativos relacionados con el matrimo-nio: el caso de los divorciados y nue-vamente casados, la situación de sushijos, el destino de las esposas aban-donadas, las parejas que conviven sincasarse y la tendencia de la sociedad aredefinir el matrimonio. La Iglesia, condesvelo materno y espíritu evangélico,ha de buscar respuestas adecuadas atales situaciones, lo que constituye unaspecto importante de la Nueva Evan-gelización. Todo plan pastoral deevangelización debe incluir tambiénuna invitación respetuosa a cuantosviven solos, para que experimenten aDios en la familia de la Iglesia.

Es necesario educar a las personasacerca de cómo vivir la sexualidad hu-mana conforme a la antropologíacristiana, tanto antes del matrimoniocomo durante el mismo.

El Sínodo considera con aprecio alas familias que abandonan sus hoga-res con el fin de ser evangelizadoraspor Cristo en otros países y culturas.

Proposición 49: Dimensión pas-toral del ministerio ordenado

Los Padres sinodales exhortan a losobispos y a los sacerdotes a conocerde manera más personal la vida de laspersonas a las que sirven. La gentebusca en sus obispos y sacerdotes aunos testigos auténticos y creíblesque vivan la fe y la Nueva Evangeliza-ción y que sean modelos de ellas. Elobispo es un evangelizador que dirigecon el ejemplo y que comparte contodos los bautizados la bienaventu-ranza de estar llamado a evangelizar.Se necesitan una formación perma-nente para el clero sobre la NuevaEvangelización y métodos de evange-lización en la diócesis y en la parro-quia con el fin de aprender métodos

eficaces para movilizar a los laicospara que se comprometan con laNueva Evangelización. Invitamos a losobispos, responsables principales detoda la obra pastoral de la Iglesia, adesarrollar un plan que anime yacompañe de forma directa y perso-nal la labor pastoral del presbiterado,núcleo director decisivo de la NuevaEvangelización. Al enfrentarnos a losescándalos que afectan a la vida y alministerio sacerdotales –escándalosque lamentamos profundamente–,proponemos, con todo, que se agra-dezca y se aliente el servicio fiel detantos sacerdotes, y que se den orien-taciones pastorales a las Iglesias parti-culares basándose en un plan pasto-ral sistemático y articulado, que sus-tente una renovación genuina de lavida y del ministerio de los sacerdotes,quienes son los primeros operadoresde la Nueva Evangelización (cf. Pasto-res dabo vobis, n. 2).

Para que los sacerdotes estén ade-cuadamente preparados para la obrade la Nueva Evangelización, el Sínododesea que durante su formación seprocure educarlos en una espirituali-dad profunda, en una doctrina sólida,en la capacidad de comunicar conmotivo de la catequesis y en una tomade conciencia de los fenómenos cul-turales modernos.

Los seminarios han de centrar suatención en la Nueva Evangelización,de manera que esta se convierta en eltema recurrente y unificador en losprogramas de formación humana, es-piritual, intelectual y pastoral, en el arscelebrandi, en la homilética y en la ce-lebración del sacramento de la recon-ciliación, todas ellas partes muy im-portantes de la Nueva Evangelización.

El Sínodo reconoce y alienta la la-bor de los diáconos, cuyo ministeriopresta un gran servicio a la Iglesia.Los programas diocesanos de forma-ción permanente deben también seraccesibles a los diáconos.

Proposición 50: La vida consa-grada

La vida consagrada, tanto femeninacomo masculina, ha contribuido demanera muy importante a la obra deevangelización de la Iglesia en el cur-

so de la historia. En este momento dela Nueva Evangelización, el Sínodopide a todos los religiosos y religiosasy a los miembros de los institutos se-culares que vivan su identidad deconsagrados con radicalidad y alegría.El testimonio de una vida que pone demanifiesto la primacía de Dios y que,mediante la vida en común, expresa lafuerza humanizadora del Evangelio,constituye un poderoso anuncio delReino de Dios. La vida consagrada –plenamente evangélica y evangeliza-dora, en honda comunión con lospastores de la iglesia y en correspon-sabilidad con el laicado en la fidelidada sus respectivos carismas– aportaráuna contribución significativa a laNueva Evangelización. El Sínodo pidea las órdenes y congregaciones reli-giosas que estén plenamente dispues-tas a acudir a las fronteras geográfi-cas, sociales y culturales de la evange-lización, e invita a los religiosos aacercarse a los nuevos areópagos dela misión.

Al ser la Nueva Evangelizaciónesencialmente una cuestión espiritual,el Sínodo subraya, asimismo, la granimportancia de la vida contemplativaen la transmisión de la fe.

La milenaria tradición de la vidacontemplativa consagrada en sus an-tiguas formas de vida comunitaria es-table de oración y de trabajo siguesiendo una fuente poderosa de graciapara la vida y la misión de la Iglesia. ElSínodo espera que la Nueva Evangeli-zación impulse a muchos más fieles aabrazar esta forma de vida.

Proposición 51: La juventud y laNueva Evangelización

En la Nueva Evangelización, los jó-venes no son sólo el futuro, sino tam-bién el presente (y el don) de la Iglesia.No son meros receptores, sino tam-bién operadores de evangelización,especialmente para con sus coetáne-os. Están en fase de búsqueda de laverdad y de significado en su vida, loque Jesús, que es la Verdad y amigode ellos, puede proporcionarles.

La Iglesia resulta visible y creíblepara los jóvenes mediante unos adul-tos cristianos ejemplares –los santos,especialmente los santos jóvenes– y

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gracias a unos ministros com-prometidos con la juventud. Espreciso que los evangelizadores

se encuentren con los jóvenes allídonde estos estén –en su casa, en laescuela o en la comunidad cristiana–y pasen tiempo con ellos; que les pro-pongan el seguimiento de Jesús y losacompañen en él, guiándolos paraque descubran su vocación en la viday en la Iglesia.

Como los medios de comunicacióninfluyen en gran medida en el bienes-tar físico, emocional, mental y espiri-tual de los jóvenes, la Iglesia, median-te la catequesis y el ministerio de la ju-ventud se esfuerza por capacitarlos yprepararlos para que distingan entreel bien y el mal, para que escojan losvalores del Evangelio antes que losmundanales y para que se formenunas firmes convicciones de fe.

Las celebraciones de la JornadaMundial de la Juventud y el YOUCATconstituyen instrumentos especialesde la Nueva Evangelización.

Proposición 52: El diálogo ecu-ménico

La dimensión ecuménica del com-promiso por la Nueva Evangelizacióndebe ser resaltada, en corresponden-cia con la oración del Señor Jesús«para que sean completamente uno»(Jn 17, 23). La credibilidad de nuestroservicio al Evangelio será mucho ma-yor si logramos superar nuestras divi-siones. Al tiempo que sostiene laidentidad y la comunión católicas, laNueva Evangelización fomenta la co-laboración ecuménica, que demuestrahasta qué punto nos une la fe quenos fue dada en el bautismo.

Los Padres sinodales dan graciaspor el avance registrado en el diálogoecuménico a partir del Concilio Vatica-no II. Pese a dificultades pasadas, di-cho diálogo se ha puesto particular-mente de manifiesto durante este Sí-nodo gracias a la participación delpatriarca ecuménico Bartolomé I, delarzobispo de Canterbury, el doctorRowan Williams, y de los delegadosfraternos. Los Padres sinodales expre-san su deseo de que la Iglesia perse-vere en sus esfuerzos por esta sendade unidad y de caridad.

Proposición 53: El diálogo inte-rreligioso

El diálogo con todos los creyentesforma parte de la Nueva Evangeliza-ción. En especial, la Iglesia invita a loscristianos a perseverar y a intensificarsus relaciones con los musulmanes,conforme a la doctrina de la Declara-ción Nostra ætate. Pese a las dificulta-des, este diálogo ha de proseguir. Ellosiempre está supeditado a que los in-terlocutores estén adecuadamenteformados, a que tengan una auténticabase eclesial como cristianos y unaactitud de respeto por la concienciade las personas y por la libertad reli-giosa de todos.

Fiel a la doctrina del Concilio Vati-cano II, la Iglesia respeta las demásreligiones y a sus miembros, con losque tiene el placer de colaborar en ladefensa y en la promoción de la dig-nidad inviolable de toda persona.

Proposición 54: El diálogo entrela ciencia y la fe

El diálogo entre la ciencia y la feconstituye un campo vital de la NuevaEvangelización. Por un lado, este diá-logo requiere la apertura de la razónal misterio que la trasciende y unatoma de conciencia de las limitacionesfundamentales del conocimiento cien-tífico. Por otro lado, también exige unafe abierta a la razón y a los resultadosde la investigación científica.

Proposición 55: El Patio de losGentiles

Las comunidades eclesiales abrenuna especie de Patio de los Gentiles enel que creyentes y no creyentes pue-den dialogar sobre temas fundamen-tales: los grandes valores de la ética,del arte y de la ciencia, y la búsquedade lo trascendente. Este diálogo estáespecialmente dirigido a «aquellospara quienes la religión es algo extra-ño, para quienes Dios es desconocidoy que, a pesar de eso, no quisieran es-tar simplemente sin Dios, sino acer-carse a él al menos como Desconoci-do» (Benedicto XVI, Discurso a losmiembros de la Curia Romana, 21-12-09). Las instituciones educativas cató-licas deben fomentar de especial ma-

nera este diálogo, que nunca está se-parado del «anuncio inicial».

Proposición 56: La administra-ción de la creación

La administración de la creaciónsirve también a la evangelización dediferentes maneras. Es un testimoniode nuestra fe en la bondad de la crea-ción divina; demuestra un sentido desolidaridad con cuantos dependen,para su vida y sustento, de los bienesde la creación; muestra una solidari-dad intergeneracional con nuestrossucesores, y testimonia claramente unuso responsable y equitativo de losbienes de la tierra, nuestra casa co-mún.

CONCLUSIÓN

Proposición 57: La transmisiónde la fe cristiana

«Seréis mis testigos» (Hch 1, 8). Des-de sus mismos inicios, la Iglesia hacomprendido su responsabilidad detransmitir la Buena Nueva. El cometi-do de la Nueva Evangelización, si-guiendo los pasos de esta tradiciónapostólica, es la transmisión de la fe.El Concilio Vaticano II nos recuerdaque esta tarea es un proceso comple-jo que implica la fe y la vida de todocristiano.

Esta fe no puede transmitirse a tra-vés de una vida que no esté forjada aimagen del Evangelio y que no basesu significado, su verdad y su futuroen él.

Por este motivo, la Nueva Evangeli-zación para la transmisión de la fecristiana convoca a todos los creyen-tes para que renueven su fe y su en-cuentro personal con Jesús en la Igle-sia, ahonden en su apreciación de laverdad de la fe y compartan esta conalegría.

Proposición 58: María, Estrellade la Nueva Evangelización

El Concilio Vaticano II presentó aMaría en el contexto del misterio deCristo y de la Iglesia (cf. Lumen gen-tium, nn. 52-68). El Papa Pablo VI ladeclaró «Estrella de la Evangelización»;es, por lo tanto, modelo de fe, espe-

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ranza y amor. Es la primera enayudar a llevar discípulos al Ma-estro (cf. Jn 2); en la sala superior

del Cenáculo es la Madre de los cre-yentes (cf. Hch 1, 14).

En su calidad de Madre del Reden-tor, María se convierte en testigo delamor de Dios. Cumple fielmente la vo-luntad de Dios. Es la mujer fuerte quepermanece, junto con Juan, al pie dela cruz. Siempre intercede por noso-tros y acompaña a los fieles en su ca-mino hasta la cruz del Señor.

Como Madre y Reina, es signo deesperanza para los dolientes y los ne-cesitados. Hoy es la «Misionera» quenos ayudará en las dificultades pro-pias de nuestra época y que con sucercanía abre a la fe los corazones dehombres y mujeres.

En María fijamos nuestra mirada.Ella nos ayudará a anunciar el mensa-je de la salvación a todo hombre y atoda mujer, para que ellos también seconviertan en operadores de la evan-gelización. María es Madre de la Igle-sia: que, mediante su presencia, estase convierta en casa de muchos y enMadre de todos los pueblos.

(Original inglés procedente del ar-chivo informático de la Santa Sede;traducción de ECCLESIA).

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