lira y flautas - abraham gonzález lara (2015)

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- 1 - Lira y flautas Abraham González

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Pobres esclavos que cubren, con sus cansados pasos, la trillada senda de quienes regresan a su hogar entre los muertos, acompañados, quizá, de la tristeza del amigo y el recelo enemigo, que tornan más penoso, monótono y largo, el viaje hacia una superflua epifanía.Así apresados, desgastados en una lucha tan incómoda como interminable, en una suerte de ficción casuística, malviven sin astucia quienes desconocen el verdadero sentido de su vida. Cautivos en el mismo agotador torbellino de soberbia anidada en que incurre la luz, tratando de atrapar la sombra que genera tratando de atrapar su sombra.Basta un instante para desmantelar lo obvio.

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    Lira y flautas Abraham Gonzlez

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    Lira y flautas ()

    Abraham Gonzlez

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    Abraham Gonzlez Lara (2015) Ediciones QyDado (2015)

    Si ese es tu deseo, distribuye este material sin cortapisas. El autor busca toda la notoriedad y fama que pueda llegar a conseguir en vida, aun supeditando a tan mezquinos fines la sabrosa obtencin del lucro y la fortuna que normalmente

    debieran de acompaarlas, por lo que estara pero que muy feo lo de usar la totalidad o parte de su contenido, sin tener la

    decencia de citarle. Dime de qu presumes

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    ndice de Continentes

    Prlogo 1. Simplemente ocurre 2. Cantos de Sirenas 3. La Fuente de la Vida 4. Conoceris la Verdad 5. Tierra Nueva 6. Virtud 7. Concete 8. Estrategias 9. Arco Celeste 10. Sabidura 11. Intenciones 12. Hroe 13. Cantan tus horas? 14. Axioma Letal 15. Paz 16. Ahora 17. Magia 18. Dulce Morir 19. ntimo Caminar 20. Encuentro

    7 15 21 27 35 47 55 59 65

    69 79 83 87 91 99

    105 111 115 121 125 129

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    21. Dragn Secreto 22. Templo de Amor 23. Mapa del Tesoro 24. Asomo Vivencial 25. Librarse y Curarse 26. En Alma 27. Soledad Activa 28. Regreso 29. Eterna Espiral 30. Enraizada Piedra 31. Diosa Escondida 32. Bveda Oculta Referencias

    137 143 151 155 159 165 169 173 179 185 191 195 201

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    A tantos e inesperados lectores.

    P

    Prlogo

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    La vida es demasiado corta para despilfarrarla leyendo libros malos.

    (Jorge Luis Borges, La rosa profunda)

    Extrao mi cerebro pre-Internet. (Douglas Coupland, Generation A)

    Prlogo 33 Como ya nos advirtiera en su da Marshall McLuhan1, la moneda digital posee sendas deletreas caras. Por un lado, la tecnologa nos sirve para conseguir amplificar todas nuestras limitadas capacidades, en una suerte de divino abanico de superpoderes; por otro, nos vuelve adictos tecnodependientes, intiles e impotentes sin el concurso de nuestra permanente dosis cotidiana, un embudo atrapante diseado para anegar, de un modo hoy prcticamente insoslayable, toda nuestra natural versatilidad cognitiva en continuo saltar de pestaa en pestaa, un obsesivo chequear la llegada de nuevos e-mails o manosear febrilmente la ergonmica pantalla de nuestro recin estrenado Smartphone de ltima generacin.

    1 The Classical Trivium, Ginko Press 2006.

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    Un brutal e incesante flujo de datos que reclama de modo permanente nuestra total percepcin, divide hasta el infinito nuestra capacidad de atencin, en un multitasking que dinamita nuestra concentracin, con el consiguiente desgaste metablico2, en detrimento de la memoria, aumentando, de una manera adictiva, la adrenalina, el cortisol y la dopamina segregada al recibir otro me gusta, nuevas dosis de novedad o el intenso y tranquilizador placer de estar conectados. Un engaoso y adictivo feel good que suministra de manera intermitente endorfinas que nos mantienen enganchados a ese nuevo estmulo brillante que atrape nuestra atencin para seguir su distractor anzuelo. Para describir ese sndrome en el que somos adictos al asalto sensorial de informacin, al embargo obsesivo de la posesin de la data y las interfaces, se han acuado los trminos infomana y digifrenia3, a los ahora tambin se le aade el sndrome de fatiga de la decisin, originado por tener que elegir entre las miles de demandas diarias provenientes del mundanal ruido, aquella que cambiar de modo definitivo nuestra vida o, en la mayora de los casos, habr de resultar irrelevante.

    2 Siegel, M., Warden, M.R., and Miller, Earl K. (2009) Phase-dependent neuronal coding of objects in short-term memory. Proceedings of the National Academy of Sciences, 106: 21341-21346 3 Roushkoff, Douglas; Present Shock: When everthing happens now, 2013.

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    La tecnologa -y sus gadgets- se han convertido en un predador incesante que se mueve junto a nosotros y, por sobrecarga de alerta atencional, terminan por estresar y extenuar nuestro cerebro y sistema inmune, as como el de nuestros avatares.

    Nuestra alma se siente amenaza y atisba permanente el horizonte, de modo que siempre vigila se encuentra- en otro sitio, acechando la realidad tras sus infinitas pantallas.

    Han secuestrado nuestra ms importante herramienta: la atencin. Ella es la que nos capacita para elegir entre un pensamiento y otro, condicionando nuestro sentido de la realidad.

    Nos hallamos inmersos en una pandemia de distraccin que nos fragmenta el ser y de la que, como aquel pez que se preguntaba sobre la posible existencia del agua, no somos en modo alguno conscientes.4

    Al capturar la divisa de nuestra atencin, la tecnologa nos convierte en una suerte de hackeadores hackeados.

    Condicionados as por la instantaneidad, tan propia de la cultura del WhatsApp, cada da aumenta el nmero de personas que, frente al distractor deambular del click internatico, consideran la lectura una prdida de tiempo, sin ser conscientes de que un buen libro o novela les presenta tal abanico de situaciones y emociones que cualquiera de nosotros tardara aos, siglos, en vivir.

    4 Cf. Estrategias (Medios y fines perversos), QyDado, 2012

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    Y, al hacerlo en tercera persona, poder optar sin riesgos sobre las alternativas a dilucidar, mirar la existencia y la futilidad del xito que nos propone el mundo, sintiendo cmo la mirada de otros se entrevera de un modo prodigioso en la suya, descubrir la estril bsqueda de la felicidad que anida en cada viaje, toda vez que no podemos tratar de huir de nosotros mismos, o hallar cualquier mnima razn o argumento con el que dar sentido al surrealismo de la propia vida.

    Slo desde este sutil secreto mecanismo, resulta posible elevar nuestra consciencia desde sus umbrales ms ordinarios.

    Slo entonces cobra nuestro existir poesa.

    En su perverso afn, disfruta el psiclogo desmenuzar aquellas irracionales razones que llevan al cientfico a parapetarse de un modo casi obsesivo-compulsivo tras la indiscutible objetividad que se deriva de integrar las cifras y la fingida neutralidad de su mtodo. Nos guste o no, producir, patentar y comercializar ciencia no es sino una forma predecible ms de comportamiento.

    Pobres esclavos que cubren, con sus cansados pasos, la trillada senda de quienes regresan a su hogar entre los muertos, acompaados, quiz, de la tristeza del amigo y el recelo enemigo, que tornan ms penoso, montono y largo, el viaje hacia una superflua epifana.

    As apresados, desgastados en una lucha tan incmoda como interminable, en una suerte de ficcin casustica, malviven sin astucia quienes desconocen el verdadero sentido de su vida.

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    Cautivos en el mismo agotador torbellino de soberbia anidada en que incurre la luz, tratando de atrapar la sombra que genera tratando de atrapar su sombra.

    Basta un instante para desmantelar lo obvio.

    Puesta o puesto contra las cuerdas de tu autoengao, quiera el Eterno que en transcurso de la lectura de esta obra de la imaginacin activa, renuncies tal vez a la crcel de tu propia impostura y descubras, al fin, ese crucial instante.

    Partiendo del descubrimiento de la divinidad como una necesidad, no slo racional o devocional, sino sobre todo biolgica, el pragmatismo espiritual entiende la gnosis como una suerte de equilibrio vital que le permite experimentar la conexin con lo divino desde una mirada ms libertaria, igualitaria, fraternal, alegre, gozosa, consciente, provista de una fuerza transformada y transformadora, intensamente reveladora, que bien puede ser entendida como un renacer, como un reseteo integral de vida. Inicio de imprevisibles inicios. Libro de libros que recrean y comparten el perfume de esa revolucionaria experiencia a quien se acerque a beber sin prejuicios de sus pginas, bien dispuesta o dispuesto a exudar con urgencia la confortable mugre y as lograr desenmascarar los invisibles velos que les separan de la Tradicin Primordial, all donde la otredad resulta ms cercana en la medida que responde. Bienvenido a un mundo de libros que remiten a otros libros y que, una vez ms, sabrs hacer tuyo.

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    Simplemente ocurre

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    Quien captura la emocin real del presente, no requiere recrear as la del pasado

    (Virginia Woolf)

    Quien saborea la niebla de su experiencia termina asombrado sabio.

    (Carl Gustav Jung)

    Uno de mis descubrimientos ms felices fue encontrar un modo de dulcificar y domesticar mi inagotable vanidad, escribiendo, para de este modo poder regalar lo escrito a otros, estableciendo as lazos tan indelebles como slo los construye la gratitud. Es notoriamente sabido que el ttulo de mi primera obra reflexiva que, originariamente slo llevaba el subttulo Simplemente Ocurre. Algunas meditaciones a cerca de las estaciones de la vida, proviene del alma inspirada del luminoso Herclito de feso, quien supo sealar de un modo acertado la condicin fluente del universo observado, as como tambin del observador y del proceso mismo de observacin, cuando seal:

    " , ."

    Ha sido una experiencia interesante contrastar nuestra mirada del ao 2004, desde nuestra actual mirada.

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    Muchos son los ros que han fluido fuera y dentro de nosotros en estos nueve aos. Herclito tena razn.

    Todava recuerdo la cara de sorpresa de todos aquellos a quienes regal esta obra la Navidad de 2004. Desde aquel entonces, hasta hoy, he continuado regalndola a personas de toda ndole y condicin. Parece que naci para ser obsequio, toda vez que su destino es la de ser compartida con todas las personas de buena voluntad que se acerque a ella desde la red.

    Tampoco la portada es la original, ya que por aquel entonces eleg el rompimiento de gloria que encabeza este apartado. Por mantener la lnea de la editorial, he optado por reemplazarla por una hermosa obra de John William Waterhouse, de quien me he aprovechado en ms de una ocasin: El Narciso de Concete a ti mismo, o la Penlope Adoro la mgica obra de este maestro y su potente capacidad evocadora.

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    La imagen elegida para la portada y contraportada de esta obra corresponde a Elena, la dama de Shalott, que dcil se deja llevar a la muerte, con la mirada ausente, mientras susurra, igual que hiciera el cisne, su ltima cancin. Ni ella ni yo pasearemos nunca por las soadas calles de Camelot. Nos conformamos con el don del sueo, tan terrible como maravilloso, que tejieron nuestros das. Tu propia vida, como la nuestra, fluye tambin inexorable, simplemente ocurre, discurre. No es otro el mensaje de esta obra. Djate, si es tu deseo, llevar.

    (Final Captulo 33.1)

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    Cantos de Sirena

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    Cada modelo que construimos para tratar de explicar de un modo sencillo

    la imprecisa complejidad del Universo, en realidad nos explica.

    (Robert Anton Wilson, Prometeo resurgido)

    Vemos como somos. (Anas Nin)

    Las sirenas5 son hermosos seres hbridos6 vinculados con las malas pasadas que pueden jugar las emociones en el otro mundo. La musicalidad de su susurro posee unas innegables cualidades atractivas e hipnticas. No conviene accedes al Hades por su intermedio, delegando dicha funcin a figuras ms especializadas en el trnsito afable, como Hermes Psicopompo.

    Tambin sabe contrarrestar su fatal influjo el canto experto de Orfeo.

    5 Del griego (encadenado), del snscrito Kimera. 6 Mitad humana, mitad ave o pez.

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    La imagen de la portada7 seala el episodio de la Odisea8 en el que Ulises, sabiamente advertido por la maga Circe, anestesia la capacidad auditiva de su tripulacin con tapones de cera9, mientras permanece firmemente atado al mstil de la Tradicin Primordial, verdadero Axis Mundi, resistente al influjo de cualquier tormenta seductora, si se cuenta con el don de la astucia de Metis.

    No me resisto a incluir un fragmento de su aparicin en el cuento de La ciudad de bronce10:

    Las dos hijas del mar [...] eran dos maravillosas criaturas de largos cabellos ondulados como las olas, de cara de luna

    y de senos admirables y redondos y duros cual guijarros

    marinos; pero desde el ombligo carecan de las

    suntuosidades carnales que generalmente son patrimonio de

    las hijas de los hombres, y las sustituan con un cuerpo de

    pez que se mova a derecha y a izquierda, de la propia

    manera que las mujeres cuando advierten que a su paso

    llaman la atencin.

    La memoria colectiva de la humanidad seala que tenan la

    voz muy dulce, y su sonrisa resultaba encantadora; pero no

    comprendan ni hablaban ninguno de los idiomas

    conocidos, y contentbanse con responder nicamente con

    la sonrisa de sus ojos a todas las preguntas que se les

    dirigan.

    7 Herbert James Draper (1909). Portadillas de captulo, John William Waterhouse (1891), en su variante alada. 8 Odisea XII, 39 9 Geomtrico subproducto interior de la labor paciente y coordinada en la colmena. 10 Incluido en Las mil y una noches.

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    La mitologa moderna ha dulcificado perversamente su imagen, aunque la original an resulta reconocible en algunas figuras sustitutivas, en las que se ana el cctel seductor de peligro y belleza del que se suele servir todo intento manipulador.

    (Final Captulo 33.2)

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    La Fuente de la Vida

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    No te hagas ilusiones. Slo disfrutars la vida tu rato.

    (Phillip K. Dick)

    El ttulo de la obra que abri nuestra triloga, aun siendo original en lo etimolgico, no es nuestro.

    Se le ocurri antes (al menos antes lo tom prestado) a un filsofo y poeta judo andalus (vaya mezcla) nacido en Mlaga all por el ao 1021, pronto har de ello 1000 aos.11 La obra podra tambin haberse titulado en rabe (Yanbu` al-hayat), o por qu no recurrir a las preciosas grafa y lengua hebreas titulndola con dulce y un resonante , (Meqr hayym).

    11 La presente obra fue comenzada a teclear en el domicilio familiar del autor en Valladolid ,el 15 de Diciembre de 2011 y terminada la madrugada del da 2 de enero de 2012.

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    Aunque habra resultado mucho ms cercano el dar la bienvenida al lector potencial tentado por el gusto eclesial de lo latino, llamar a la criatura Fons Vitae, lo que en nuestro actual siglo tecnolgico, ms que un reclamo por lo clsico, resulta extico o excntrico.

    Pero no, me he enfrascado en la tarea de desanimar, desde el comienzo mismo, al lector aventurado que supedita su curiosidad a su comodidad intelectual12 y he decidido que este libro se llame ni ms ni menos que con el sonoro ttulo en griego de (Arjeio tes Ygieias), o, lo que es lo mismo, pero dicho en un roman paladino algo ms cristiano y comprensible, para el lector promedio,

    La Fuente (o El Principio) de la Vida hubiera sido un ttulo entendido, sin el menor gnero de duda, por cualquier castellano-hablante del montn, y que por ah debiramos haber empezado, pero no hubiramos dado ocasin de ofrecer tal despliegue de lenguas sagradas, desde este modesto prefacio, con la excusa de justificar la eleccin ideogrfica del ttulo.13

    12 El empleo abundante de notas a pie de pgina es un homenaje a nuestro admirado e involuntario maestro pstumo Abd al-Whid Yahya (Ren Gunon). 13 Dejando intencionadamente fuera del tintero aquellas otras lenguas sagradas como el snscrito, el parsi, el quechua, el tibetano, el meter neteru, as como las numerosas variantes japonesas y chinas, sin olvidar la lengua siriaca (logah sryniyah) o de iluminacin (conciencia) solar (shems-ish-rqyah), preferida por el Eterno para su comunicacin con aquel ser que ya ha alcanzado su condicin Humana: el silencio.

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    No queremos detenernos ahora en el anlisis del contenido titular, pues contamos con el desarrollo posterior del texto para poder hacerlo con ms amplitud, pero s queremos fijarnos en la ya centenaria obra pictrica que hemos elegido para ilustrar nuestra portada, y que por desgracia no puede ser contemplada decorando ya el ilustre marco arquitectnico para el que fue inicialmente concebida, all por el ao 1901, para acompaarse as de la Filosofa, la Teologa y la Jurisprudencia en el pudoroso techo del Aula Magna de la Universidad de Viena.

    En ella Gustav Klint quiso simbolizar la esencia de aquella sobria disciplina acadmica que actualmente conocemos bajo la denominacin de Medicina, a travs de la representacin de nuestra gran protagonista, la siempre bella, orgullosa y venerada diosa Ygieia, que se interpone cual hiertica sacerdotisa entre el espectador y el caracterstico Teathrus Mundi, tan del gusto barroco, que discurre a su espalda.

    Ella representa mejor que ninguna otra diosa un atributo especial, el estado ms elevado al que puede un da llegar a aspirar cualquier proyecto de ser humano, durante su breve trayecto vital y sin el cual nadie puede considerarse plenamente realizado en su humanidad, esto es, completo.

    Nos referimos a ese estado hoy en da tan severamente tergiversado, devaluado y mercantilizado en nuestros actuales das, al que todava an se llama (aunque con otro propsito bien distinto al nuestro y ya casi nunca con mayscula): Salud.

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    En esta pintura, nuestro enrgico simbolista austriaco, que prefera agradar a muy pocos antes que renunciar a la calidad una obra que hoy tan cara se prostituye en las viles subastas del mercadeo artstico, nos muestra a la diosa sosteniendo un cuenco, en el que dulcemente deposita su salutfera ponzoa una sabia -y ya dcil-serpiente urea, que enrosca su cola frente al presentido templo sacro-genital.

    Pero este bello fragmento que resume la obra original, no nos permite apreciar bien la fantasmagrica y proftica visin del ro de una falsa humanidad agnica, que discurre narcotizada y se abandona a su mortal destino, paradoja existencial que como intuy el ltimo Freud14 se debate entre el eros y el thanatos, entre la exuberante vitalidad pulsional del instinto y nuestra inexorable disolucin de lo personal.

    Rosa y prpura. Vida y muerte, unidas en esencia a travs del negro velo del dolor, que nuestra anestesia cree haber vencido, cuando slo ha conseguido volverlo si cabe an ms invisible, mantenindonos es un plcido y perpetuo sueo. Acostumbrados como estamos a la cotidiana caricia de Hypnos, no resulta nada extrao que el miedo nos lleve a despreciar al no menos tierno beso de su fro hermano.

    He aqu la nica y descolorida huella fotogrfica que se conserva de aquel magno techo-lienzo y cuya fuerza simblica sigue manteniendo ntegro su vigor, pese a las ya once dcadas transcurridas.

    14 Jenseits des Lustprinzips (1020)

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    Con vergonzante osada y temeridad, una vez ms nos hemos atrevido a desbrozar sin necesidad, ya que como siempre ocurre con lo real- la verdadera Obra de Arte se abre sola y nos habla en primera persona.

    Qu te dice a ti?

    Disfrtala, si eres capaz.

    Roguemos para que, a diferencia de lo tristemente ocurrido a nuestro artista austriaco, no se nos acuse en esta obra de buscar el xito a travs del escndalo, ni encuentre el lector en ella nada que ofenda su sentido del pudor.

    Tal vez as podamos salvar a la nuestra ms modesta del abrasador fuego del olvido y de algunas otras -an ms feroces e inmisericordes- llamas.

    No me resisto a finalizar este repaso sin rendir el debido honor al malagueo que ha inspirado estas pginas, y dejar de reservarme por ms tiempo la gloria de su nombre.

    Quiz debiera decir mejor nombres, pues son distintas las tradiciones que reivindican para s, como ahora hago yo, su talento filosfico e inspiracin.

    elomoh ben Yehudah ibn Gabirol

    Sulaymn ibn Yay ibn abrl

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    Para nosotros, orgullosos invasores de la perla de Granada, simplemente Avicebrn. Dicen15 que muri en Valencia, en 1058, a manos de un vate musulmn, celoso de la enorme belleza que destilaban sus poemas. No fue esta vez una acacia, sino una higuera, la que dio desde entonces los ms dulces frutos. S que no soy digno de seguir tus huellas:

    Fjate en el sol del ocaso, rojo, como revestido de un velo de prpura:

    va desvelando los costados del norte y el sur, mientras cubre de escarlata el poniente;

    abandona la tierra desnuda buscando en la sombra de la noche cobijo;

    y entonces el cielo se oscurece, cubierto con un luto de muerte.16

    (Final Captulo 33.3)

    15 Ibn Zakkuto 16 Fragmento de la Elega que escribi a la muerte de su maestro y mentor, Yequtiel ben Ishaq.

  • - 35 -

    4

    Conoceris la Verdad

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    Mucho cuidado con lo que deseas.

    (Kurt Vonnegut)

    Mejor laico sano, que Papa depravado.

    (Jacque Van Oestvoren, La barca azul)

    Como ya viene siendo nuestra mejor costumbre17 hemos decidido hurtarle el ttulo a alguien y tratar de ocultar nuestro delito en la lengua de Homero.

    El ttulo es un previo del Evangelio de Juan, es decir, no importa tanto, aunque s sea importante, como la consecuencia que de l se deriva. Las coordenadas capitular y versicular son las siguientes:

    Captulo: 8 / Versculo: 32

    El texto completo, precedido y encadenado mediante conjunciones, sera el siguiente:

    .

    Una traduccin aproximada podra ser la siguiente: Y conoceris la verdad

    y la verdad os har seres libres

    17 Cf. La Fuente de la Vida, Ediciones QyDado, (2011)

  • - 38 -

    Este texto sagrado seguramente fue redactado por la comunidad de feso hace unos 1922 aos18, ms de medio siglo despus de la muerte de aquel que inspir la palabras de las que se extrajo nuestro ttulo.

    Esta es una obra que analiza una particular condicin de la que puede disfrutar toda aquella persona que se tenga por aspirante a Ser Humano, la del:

    Eleutherios19

    Una vez ms, enfrascado en la innoble tarea de tratar de desanimar, desde el comienzo mismo, al lector aventurado que supedita su curiosidad a su comodidad intelectual20, he decidido que este libro se llame y tenga el ttulo de:

    H AH

    (Gnosesze ten Alezeian),

    o, lo que es lo mismo, pero dicho en un roman paladino algo ms cristiano y comprensible, para el lector promedio, Conoceris la Verdad.

    Sabemos que tal expresin hubiera sido entendida, sin el menor gnero de duda, por cualquier castellano-hablante del montn, y que por ah debiramos haber empezado.

    18 La presente obra fue comenzada a teclear en el domicilio familiar del autor en Valladolid, el 6 de Enero de 2012, festividad de la Epifana, y terminada la madrugada del da 31 de enero de 2012. 19 Aquel que ha alcanzado el estado de Liberado. 20 A la manera del gran Umberto Eco.

  • - 39 -

    De haberlo hecho as, no hubiramos dado as ocasin de introducir la nocin de lengua sagrada, desde este modesto prefacio, con la excusa de justificar la eleccin ideogrfica del ttulo.21

    No queremos detenernos ahora en el anlisis del tema principal, pues contamos con el desarrollo posterior del texto para poder hacerlo con ms amplitud, pero s recompensar al lector fiel, realizando una somera diseccin22 de la obra pictrica que se ha elegido para ilustrar nuestra portada, y que ya fue propuesta en nuestro anterior ejercicio literario, a modo de enigma simblico: El as llamado vendedor ambulante.

    El leo circular de 71,5 cm. de dimetro, insertado en una tabla octogonal, puede ser admirado en el Museo Boymans Van Beuningen de Rterdam.

    La imprenta de Mentelin23 haba permitido un personal acercamiento al texto sagrado, y mediante l, a la divinidad, sentando las bases de la Devotio Moderna.

    21 Entendemos por lengua sagrada aquella cuyos significados, una vez conocido el valor numrico asociado a cada fonema, estn relacionados por las equivalencias numricas entre las races trilteras de sus significantes, ofreciendo maravillosas posibilidades de encriptacin simblica. Las formas ms conocidas son la caldea, en octal, y la griega, hebrea y rabe en decimal, mediante la guematra, el notarikn y la temurah. 22 De igual modo que lo hicimos con otra obra del mismo autor, su Prestidigitador: http://sephira-keter.blogspot.com/ 2011/10/el-traje-operativo-del-supuesto.html 23 Oficio en el que tambin fue ducho Tomas de Kempis, autor de la Imitatio Christi.

  • - 40 -

    Nuestro pintor refleja en este cuadro uno de los temas preferidos de las Asociaciones de Hermanos de Vida en Comn24, la del hombre liberado que regresa a casa, el hijo prdigo, homo viator, ta expuesto a los peligros como a las tentaciones distractoras del camino.

    El detalle muestra un prostbulo sobre el que se apoya una larga lanza que supera la cuarta altura del tejado y a la gobernanta que se asoma discreta, tras la ventana, sin poder lograr asimilar la prdida de un cliente.

    24 Fundadas por Geert Groote y Florentius Radewijns.

  • - 41 -

    En ella se entretienen dos hombres, uno todava ligado al placer carnal y el otro dando cuenta de la ingesta de abusiva de txicos. El ganso corresponde curiosamente al emblema de la logia gremial del pintor.

    En simbolismo cosmolgico, se refleja tanto en en la constelacin del Canis Minor, como en el cinto sobre el peregrino, que no es otro que el de Orin.

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    Ieronimus Bosch nos brinda la clave final con el Tauro que aparece estabulado ocultando su pierna, smbolo egipcio de las Plyades y con la escuadra angular que conduce al Axis Mundi del rbol. La horquilla remata el simbolismo de eleccin25, libre albedro, que solo cabe esperar de aquel que es verdaderamente libre de dar comienzo a su marcha ascendente, e iniciar el regreso.

    Ese mismo simbolismo csmico nos lo puede ofrecer una peculiar pareja de arcanos del Tarot marsells, una vez que se muestran debidamente entrelazados:

    25 Cf. el relato de Jorge Luis Borges, Jardn de senderos que se bifurcan (1941), incluida desde 1944 en Ficciones.

  • - 43 -

    El perro lleva a la alineacin del cinto; el cinto a las siete estrellas. La azul que buscas est bajo las otras dos y alumbra a cuatro planetas. La escalera del saco te lleva al que guarda el secreto del ocho, all donde mana y adonde regresa, liberada, la Fuente de la Vida.

    Sobre la doble portada del trptico del Carro de heno, encontramos una temtica muy similar, la de aquel viandante que busca liberarse de la dualidad del mundo y de su distractora prisin de espejismos, en busca de lo nico capaz de procurarle un resultado as, la Verdad.

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    En efecto, nos referimos a ese estado tan severamente tergiversado, devaluado y mercantilizado en nuestros actuales das, que todos presumen de querer alcanzar va econmica, y al que todava an se llama (aunque con otro propsito bien distinto al nuestro, y ya casi nunca con mayscula): Libertad

    El estado contrario, de mortal de cautividad, aparece ms sutilmente reflejado en el detalle que aparece en la contraportada de esta obra, el Triunfo de la Muerte, del gran maestro Pedro Brueghel, el Viejo, del que no nos resistimos a ofrecer un pequeo anticipo que har las delicias de ms de un lector.

    Justo es el que se corresponde con el detalle contrario diagonalmente al que se ofrece y podrn disfrutar al cierre de la misma. O ahora mismo, si es su deseo.

    Puedes apreciar cmo los cntaros de Ygieia, que ya aparecen en La Estrella, se echan ahora a perder y aqu se derraman?

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    Quiere del mismo modo la imagen que encabeza este captulo honrar nuestras sublimes locuras26 y humanas debilidades, aquellas que embarcados en la insania y condenados a naufragar, nos permiten arribar a la rica tierra de las infinitas variantes y posibilidades27.

    Reconocemos en la nave a la deriva al incansable bufn sobre la rama podrida, los hediondos borrachos, el cantarn novicio goliardo junto a la moja franciscana que tae el lad en torno a Mayo sobre el que ondea la creciente luna y desde el que, bajo el disfraz de bho, espa el diablo, mientras pende ya inerme y reluciente el crneo del impostor cabalista.

    En gape del pescado sin (s)cama, se renen jocosos y prdigos los que, por sagrados votos, habran de yacer podres, escindidos, separados, para hallar mejor muerte que la que le cupo al trabajoso avaro.

    (Final Captulo 33.4)

    26 Michael Focault, Historia de la locura, 1964. 27 Narragonien y Schlaraffenland, respectivamente.

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    Tierra Nueva

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    Resistirte al sufrimiento es lo que lo hace durar.

    (Marcel Proust)

    Nada podrs cambiar, si previamente no lo has aceptado

    en su integridad. (Carl Gustav Jung)

    Tambin en el cierra de la triloga, hemos tomado la cmoda decisin volver a hurtar el ttulo28, saqueando una vez ms29 la inagotable fuente bblica, y en este caso concreto, hemos regresado vidos de saciar nuestra sed cleptmana y refrescar nuestra sequedad de ideas, en el limpio manantial que brota siempre generoso del cao neo testamentario.

    La obra escogida, una de nuestras favoritas, lleva a su vez un ttulo griego, aunque en caracteres legibles para el desconocedor de ese sagrado alfabeto.

    Se titula:

    RETIRAR EL VELO.30

    Los que pulen la piedra de la realidad, para hacernos creer que las cosas pueden ser sencillas, atribuyen esta

    28 Cf. La Fuente de la Vida (2011), QyDado Ediciones. 29 Cf. Conoceris la Verdad (2012), QyDado Ediciones. 30

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    joya de controvertida canonicidad a un desterrado31 en la isla de Patmos, de nombre Juan, que como tantos otros antes y despus de l- tuvo la vanidad de dejar un testimonio escrito de la experiencia del espritu, en la frontera que separaba el primer y segundo siglos de nuestra era.

    Escribi para una comunidad que estaba en conoca- la clave de sus metforas, de sus oscuros smbolos, dejndonos a los dems asomados a la ingente tarea de descifrar sus enigmas.

    El fragmento que compone nuestro hurtado ttulo est extrado de las siguientes coordenadas textuales:

    Captulo: 21; Versculo: 1

    Hace referencia a la segunda cosa que vio el autor, tras haber contemplado antes y de primera mano- algo que resulta a todas luces previo, esto es, fundamental: un Cielo Nuevo. Lo segundo que Juan reconoci haber visto a su comunidad fue:

    Para los que no se defiendan muy bien con la grafa y lengua griegas, no estar de ms el sealar que tal extresin significa algo as como:

    UNA TIERRA NUEVA.

    31 Al igual que sucede en el caso de Sinuh, el egipcio, no se debe ignorar esta condicin de la que arranca el fingido autor.

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    Tierra nueva cuyo nombre omitimos y a la que ahora hacemos eje central de nuestra reflexin, no tanto por delimitar sus elementos identitarios definidores y sus contenidos, cuestin sta todava abierta, y que les corresponder dilucidar a los descendientes de los supervivientes, sino ms bien para dejarles a stos fiel constancia del actual valle de lgrimas en el que nos encontramos ahora tambin nosotros- desterrados.

    La imagen que abre el libro, corresponde al cuarto sur-este del panel central del Jardn de las Delicias, obra de Ieronimus Bosch. Nos parece acertada la valoracin que del mismo hace Ignacio Gmez de Liao32, cuando encuentra en ella, no la locura desatada por lujuria, sino el diseo original del paraso.

    La imagen que cierra el libro, y que encabeza el lateral izquierdo de esa misma obra, muestra un detalle un tanto inusual, en el marco infernal que caracteriza al conjunto.

    En ella aparece una salida luminosa hacia la que se encamina una lenta procesin de seres que parecen haber resuelto abandonar al fin tan lbrego escenario, all donde reina el caos, la locura, el dolor y la destruccin.

    Hemos aadido un detalle, situado en la esquina inferior derecha del panel central anterior, en el que aparece nuestro Juan, sealando el nexo que separa estos dos mundos tan diferenciados a modo de umbral: la confusin entre el bien y el mal o, lo que es lo mismo, la prdida de la conciencia unificada.

    32 La variedad del mundo, Siruela (2009)

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    Puede colegirse de ello que tambin ser un cambio de conciencia o su natural recuperacin- el que habr de devolvernos al paraso nunca perdido, sino tan slo velado por nuestra desidia e ignorancia.

    No resulta tan fcil de explicar, por qu a nuestro Juan se le asocia habitualmente a un guila.

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    El guila, inconmovible a la piedad, posee la potestad sobre destino de los seres vivientes, y devora toda la experiencia vital que se guarda en la llama de sus conciencias, una vez que estos mueren.

    Siempre motu propio -y en muy contadas ocasiones- ofrece a ciertos seres humanos un preciado obsequio33, la posibilidad de elegir el momento y lugar de la propia muerte y conservar an la memoria de lo vivido.

    (Final Captulo 33.5)

    33 Carlos Castaneda, El dn del guila (1981)

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    Virtud: Excelencia Cvica

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    Seguir consejos ajenos te privar de tus equivocaciones

    ms preciosas (Edna Saint Vicent Millary)

    El ttulo de Virtud proviene del vocablo griego , que comose desgrana en el captulo 12, corresponde al trmino latino Virtus, al espaol antiguo Virtud y al espaol moderno Excelencia. Para la portada se ha elegido un cuadro de Jean Len Jerome, titulado Digenes sentado en su tinaja, fechado en 1860. Digenes de Snope fue exiliado de su ciudad natal y trasladado a Atenas, donde fue aceptado Antstenes, el ms antiguo pupilo de Scrates, como discpulo. Digenes llev un estilo de vida perruno. Vivi como un vagabundo en las calles de Atenas, convirtiendo la pobreza extrema en una virtud. Se dice que viva en una tinaja, en lugar de una casa, y que de da caminaba por las calles con una linterna encendida diciendo que buscaba hombres virtuosos.

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    Sus nicas pertenencias eran: un manto, un zurrn, un bculo y un cuenco (hasta que un da vio que un nio beba el agua que recoga con sus manos y se desprendi de l). Ocasionalmente estuvo en Corinto donde continu con la idea cnica de autosuficiencia: una vida natural e independiente a los lujos de la sociedad. Segn l, la es el soberano bien. La ciencia, los honores y las riquezas son falsos bienes que hay que tener el valor de despreciar. El principio de su filosofa de vida consiste en denunciar por todas partes lo convencional y oponer a ello su naturaleza. El sabio debe tender a liberarse de sus deseos y reducir al mximo sus necesidades. Su ejemplo no ha servido para que evitramos caer en la vanidad de escribir un nuevo libro. Cunto nos queda por aprender, maestro Digenes!

    La contraportada cierra con una imagen de Saturno devorando a sus hijos que pint Rubens en 1636 para la Torre de la Parada del Palacio del Pardo de Madrid. El cuadro muestra sin ambigedades cmo se las gasta Cronos, el Padre Tiempo con aquellos que pretenden derrocarle. Muy distinto de aquel que aparece en la Melacola de Durero, que espera al prximo Jpiter magisterial que quiera tomarle el relevo y ascender por la escala celeste. Dos visiones tan contrapuestas para la obra ms leida.

    (Final Captulo 33.6)

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    Concete

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    T eres el nico problema a resolver (Gautama Buddha)

    El ttulo del presente captulo proviene de la expresin de la sibila dlfica Feminoe, que fue labrada como koan occidental en el frontispicio del Templo de Apolo, en el centro del mundo, el nfalos de Delfos. All donde se cruzan en su vuelo las guilas del Espritu.

    Slo quienes atravesaban los umbrales de lo que ya no son sino ruinas en un pas devastado por la avaricia de los insaciables mercaderes, obtena la posibilidad de encontrar, al dorso, la respuesta. Despus. ya slo quedaba realizar todo el proceso!

    Como refleja la imagen de portada elegida para esta obra, Echo y Narciso, de John William Waterhouse (1903), la mayor parte de nosotros preferimos estar en permanente distraccin en los vano reflejos del mundo, antes que enfrentarnos a descubrir nuestro verdadero rostro. As, permanecemos sometidos y tiranizados por el espejismo de nuestro ego, como Narciso.

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    Esta es una obra plagada de distracciones y pruebas, para que sea necesario encontrar tras las palabras, los rostros, las imgenes y los smbolos un mensaje que slo proviene de lo profundo del Alma.

    Comenzamos con el mito de Drcula que nos leg la pluma de Bram Stoker, a partir de la elaboracin de las historias de caf sobre Transilvania que le contaba, taza a taza, Herman Bamberger. La sangre como alimento es recreada en el captulo sobre el banquete clsico, ahora que permanecemos enajenados de lo que ocurre en los nuestros.

    Continuamos con una reflexin sobre el Libro de El Conocimiento, tal y como lo conceba Maimnides. En No hay mas cscaras, analizamos el trasfondo psicoptico tras una crisis que est muy lejos de ser solamente econmica, analizando el concepto de cscara que debemos al judasmo. Un homenaje, que entendemos necesario, al maestro de nuestro maestro, ya que gracias a Claudio Naranjo conocimos a Ttila Albert y la trascendencia de su legado. En Echo despreciada, revisamos la necesidad del egosmo en una sociedad que se descompone, desde la perspectiva de la Tradicin Unnime. Carroza a palacio, intenta desentraa algn que otro pequeo arcano cabalstico, sin caer en la vulgar tentacin del esclarecimiento.

    Y los sueos muestra como existen pocas cosas menos improvisadas que nuestro severo grado de enajenacin social, el cul responde a una estratgica puesta en marcha hace ms de once dcadas. La travesa de Nut nos invita a mirar el cielo nocturno, el nico real, con nuestros propios ojos, sin tolerar que nadie se arrogue la potestad de intermediario.

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    El captulo de Egrgor imaginario intenta mostrar las causas de por qu vivimos en el peor de los mundos posibles y a quin le interesa que sigan siendo as las cosas, pero no desvele dnde se han llevado la pasta y a qu la dedican. Tambores de guerra explica cmo utiliza el poder sus dos mejores armas: el terrorismo de Estado y la culpabilidad econmica, para seguirse alimentando de las pobres gentes.

    Termina la obra reiterando su propio ttulo, nico antdoto contra la amenaza de los cuatro jinetes34 que ya cabalgan: El expansionismo colonial del Nuevo Orden Americano en el imperialista corcel blanco, la destruccin a su paso del mercenario corcel rojo, el hambre que deja a su paso e negro corcel de la usura financiera. El plido caballo bayo no es otro que el del ciego egosmo, el de la ambicin que crea a su paso disenso y separacin.

    El nico ejrcito que puede parar este despropsito aguarda dentro de nosotros y viene de la mano de la propia muerte. Slo un frreo autoconocimiento puede traer la nueva mirada. La espada del Gnscete Ipsum o , abre de par en par las puertas del Reino, sin necesidad de mesas o segundas venidas de liberadores intra o extraterrestres.

    Ella es Camino35, Verdad36 y verdadera Vida37. La nica que puede rasgar el velo de tus ojos.

    34 Apocalipsis 6, 1 35 Tierra Nueva, Qydado, 2012 36 Conoceris la Verdad, Qydado, 2012 37 La Fuente de la Vida, Qydado, 2011

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    Muere a tu viejo yo y renace. Concete a ti mismo, concete a ti misma, y conocers a quin sirves: Quin manda en ti! Sal de una vez por todas de Egipto y manda a hacer puetas al tirnico faran. Ten valor de mirar dentro y seguir la llamada! A qu esperas? Deja ya de alimentar as al insaciable vampiro inhumano que llevas dentro. Te va a sorprender cunta humanidad caba dentro de ti, sin que te dieras cuenta. Deseando brotar. Esperando slo a que la dejaras salir

    La contraportada cierra con una imagen de Echo. En ella me siento representado. Ahora que todos estn muy preocupados por los destinos de una civilizacin que agoniza, mi palabra proviene de un mundo que ya desapareci hace muchos siglos. Slo es un eco que regresa de otro tiempo y de otro mundo, sombra que se cierne sobre otro tiempo y mundo que muere. Tal vez no haya tiempo de que el eco resuene de nuevo, as que cruzaremos los dedos, para que Narciso despierte.

    (Final Captulo 33.7)

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    Estrategias

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    Eres la nica vacante libre. El resto de puestos ya estn ocupados.

    (Oscar Wilde)

    En la portada de Estrategias muestra el detalle central del cuadro de Gerard Terboch, en 1648, ao del doble tratado que sell la llamada Paz de Westfalia, el 15 de mayo (en Osnabrck) y 24 de octubre (en Mnster), poniendo fin a una sangrenta masacre entre europeos rivales de ms de ochenta aos, preludio de las que an habran de ver los Ojos de la Historia.

    La escenificada Paz de Westfalia dio lugar al primer congreso diplomtico moderno e inici un nuevo orden en el seno europeo, basado en el concepto estratgico de soberana nacional que pretenda terminar con el modelo feudal hereditario. Naca as el Estado Nacin.

    Este libro nace entre intensas convulsiones econmicas y sociales de la Europa Desunida, que considera, bajo tal lecho de Procusto, a Grecia como un lastre.

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    Nadie recuerda el SIRG, puesta la mirada sobre la angelical canciller de los frreos Mercados. Vivimos bajo el capricho de unos annimos inversores, capaces de comprarle el Alma a un continente (y a un planeta!), en una suerte de Mercatocracia Pecuniotirnica. Quiz cabe suponerse que de la mezcolanza de aquellos remotos polvos fratricidas, baados con el dolor y vapor de tanta caliente sangre humana, viene aqueste hediondo olor de turbias finanzas.

    Tras aquella Paz de Westfalia, la religin dej de ser esgrimida como casus belli, a favor de cuestiones de mayor calado geo-estratgico. A pesar de las ingenuas disposiciones que intentaban alcanzar una convivencia religiosa, la intransigencia oblig en la prctica a exiliarse a los que no adoptaban la del gobernante. Poco han cambiado las cosas. Queda por dilucidar a qu dios le rezan los mercados. Dejemos que el lector que tenga posibilidad de hacerlo, descubra este enigma sin arriesgar la Paz del Alma. La defensa de sta exige un permanente combate en el que, como ya sabr el lector o lectora por propia experiencia, no cabe tregua.

    Tiempos convulsos, pero en los que no debe pasarnos inadvertida la Estrategia de fondo que da ttulo a la presente obra y sobre la que el lector encontrar ms detalles si se atreve con ella. La contraportada repite el detalle del cuadro mencionado, con algn curioso truco que sometemos a la curiosidad del lector inquieto. No hay casi nada en esta obra que sea lo que parece.

    (Final Captulo 33.8)

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    Arco Celeste

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    Cualquier forma de arte es potica, en la medida que nuestra atencin,

    persuade a lo invisible a tornarse visible. (Paul Klee)

    Vida, libertad, felicidad.

    Experiencia. (Terence McKenna)

    Arco Celeste est inspirado, como tambin ha sucedido en otras ocasiones, en otro texto previo. Del mismo modo, que en alguna otra ocasin38 particular, dicho texto es bblico, concretamente del Gnesis.

    El concepto aparece en el captulo 9 curiosamente por triplicado (9:3=3), y en una sucesin de versculos que recuerdan remotamente a los decimales de PI:13,14 y 16. El concepto clave es ARCO (), y slo en la versin griega aparece con la denominacin celeste: ouranio. Nosotros hemos sustituido intencionalmente la mayscula por la X fontica, por motivos que son muy largos de explicar aqu.

    38 Conoceris la verdad, QyDado (2012)

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    En todos los versculos aparece ligado a seal de un pacto que debe ser recordado, al ser visto. La expresin hebrea del trmino es especialmente hermosa y no me resisto a incluirla en caracteres hebreos:

    Pronunciado sonara en espaol prximo a ha/keshet vaanan: arco en las nubes. Curiosamente un centauro arquero es tambin el smbolo de Sagitario, un mes en trnsito entre noviembre y diciembre, mes de Kislev para la tradicin judaica, que prepara el solsticio.

    Los celos de Hera por Io/Isis, convertida en blanca ternera, no terminaron ni an con la decapitacin de Argos, su vigilante infinito, de la mano de un Hermes, seductor tan hbil como mortfero, encomendado por Zeus. Argos perdi as la cabeza, ms no su cntuple mirada, que qued ya para siempre inmortalizada en la cola del pavo real. pafo/Apis, fundador de la estirpe egipcia, hijo Zeus e Io/Isis, no pudo ser salvado a tiempo de la voracidad los malogrados Titanes.

    Pasiones tan intensas como las de Zeus, siempre van aparejadas de unos celos tan furiosos como los de Hera. Amor y odio, siempre de la mano.

    Argos Panoptes fracas as en su ltimo trabajo de vigilancia perseverante y ello le cost una vida de total y fiel entrega a su diosa, de lealtad y esfuerzos que, al fin y al cabo, resultaron necesarios para su sagrada transmutacin en ave. La fuerza de su atencin, qued trocada en fuente de belleza.

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    El cuadro que figura en la portada de esta obra, pintado por el barroco maestro veneciano Jacobo Amigoni en el ao 1732 d.e.c., recoge momento de esa maravillosa transmutacin a travs del dolor de Hera, que tambin ha sido capaz de trocar la hiel de sus impulsivos celos en dulce y profunda gratitud hacia su ms fiel guardin.

    Hermes, con el caduceo a sus pies, entrega la cabeza seccionada a Hera, que encuentra as en su regazo el modo de darle a su leal pastor nuevas alas.

    An hay en este cuadro una mirada ms preciosa que, con mucha frecuencia, suele pasar casi desapercibida al apresurado espectador que se desliza de puntillas y distrado por la obra.

    Esa mirada, que es la esencia preciosa que quiz se pretende irradiar en nuestras torpes palabras y que, por un prodigio ms que cotidiano, cobran vida en la mgica retina de cada lector.

    Es la mirada de Iris, alada mensajera divina que seala la reconciliacin de dioses y hombres tras la tormenta de su separacin, la que une cielo y tierra en un nico arco, cromtica escalera en la que los dioses se reconocen ante el espejo y recuerdan al fin quines son. Sirva la mgica mirada de Iris como reunin donde la luz se vuelve consciencia y, as, despierta.

    Ella fue el seguro arco celeste (OYPANIO TOXO) que nos protegi durante este nuevo desvaro editorial de las atenazadoras sombras. All donde se posa su mirada, ya no hay miedo. El maestro veneciano nos regal su imagen.

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    Aqu esta:

    Al final de cada libro, siento que todo est dicho, que la tarea bien o mal- ya fue realizada. Que este es el ltimo, que ya no habr un nuevo libro ms.

    Iris me recuerda, sin necesitar siquiera palabras, que la tarea del atento pastor nunca termina. Nunca.

    Vigila desde sus cien ojos y fiel persevera.

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    Tras los rigores de la tormenta, en la reconciliacin de opuestos, siempre sobreviene una dulce y reparadora calma. All donde todo est ya tranquilo y en silencio, puede al fin el pensamiento volar sobre sus alas doradas

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    Para ilustrar la contraportada hemos elegido as la causa de la portada, ya que comentamos en el primer captulo, tras cada proceso se esconde la magia de su causa. En ella vemos a un vaporoso Zeus conmover a Io/Isis con su abrazo, tal y como los represent Antonio Allegri da Corregio en 1531-32 d.e.c. y an pueden ser apreciados en el museo de Historia del Arte de Viena. Las nubes de una pasin capaz de desatar tormentas. Vivimos tiempos oscuros y tormentosos. Sern causa mgica de otros, ciertamente mejores. Feliz fin del mundo. Cmo ser el nuevo? Lo dir tu nueva o antigua mirada.

    Este ao fatdico no va a pasar nada nuevo que tu no quieras que pase. Todo seguir igual, mejor o peor que el anterior. Lo ideal sera que a final de ao recogieses los frutos de tu esfuerzo global del ciclo. Es triste tener que afrontar el invierno sin provisiones en la despensa ni lea en la chimenea.

    Sea como fuere, te deseo lo que tu desees. Esperemos que el cielo juzgue de modo benvolo (siempre lo hace) la flecha que le lanzas, y, al ver tu arco, recuerde el pacto sellado, a imagen y semejanza.

    Recuerdas a Abaris?39

    39 La Fuente de la Vida, QyDado (2011), p. 40

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    Pero, sobre todo, cudate de tropezar con la corona!

    (Final Captulo 33.9)

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    10

    Sabidura

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    Slo se convierte en profeta aquel que revela sus ms ntimos secretos.

    (Allen Ginsberg)

    Un tomo slo es una mera posibilidad. Quiz. Tendencia.

    (Werner Heisemberg)

    La Sabidura es el hemisferio derecho del Eterno, el primer poder consciente del Intelecto Creador.

    Su presencia resplandece como destellos en la conciencia humana, toda vez que esta presta la debida atencin. La Sabidura transparenta el mundo y nos muestra su verdadero sentido, toda vez que somos admitidos en su seno. Filsofo es aquel que, amado por ella, enmudece y sonre. Cabe mejor muerte?

    El fragmento elegido para la portada y contraportada de la obra, muestra el mapa de la prisin del extravo que inmortaliz Ieronimus Bosch, sealando quiz el ms importante detalle: Hay salida.

    Encontramos hace un mes otro interesante mapa, con el que pretendemos obsequiar al lector que se toma la molestia de leer tan escondidas letras.

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    Fidel Delgado, su autor la encontr y volvi luego, para contrnoslo:

    (Final Captulo 33.10)

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    Intenciones

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    Descarta todo aquello que insulte tu alma (Walt Whitman)

    El ttulo de Intenciones proviene del plural griego de la pre-palabra , pre-palabra, en el sentido de que precede, como la intencin atenta, a todas la palabras dichas desde la lucidez y el sentido o, lo que es lo mismo, aquellas que fluyen desde el alma, antes de tomar ninguna forma, ni siquiera sonora. Cuando el se completa, realiza en la concrecin de un sema (significado) que busca as ser transmitido bajo cualquier medio, con tal de ser transparentado en el otro en comunin. Lograda esta muere. Vivimos en un mundo tejido de polglotas carcasas, a penas muecas, que se resisten a morir, incapaces ya de decir nada, reproducindose tan huecas como infinitas.

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    Se ha perdido as, en un mundo lleno de palabras, la palabra verdadera, la que comunica cuando muere. La que devuelve el instante desde el silencio. La que basta. Para ilustrar ese prodigioso preconcepto griego, me eligieron esta vez los azules inquietantes del ngel Broncneo, que no fue entendido sino copiado por el Barroco. La obra que ilustra la portada y el reptiliano detalle de la contraportada (corra a verlo) se titula de muchas formas: El triunfo de Venus, Alegora de Venus y Cupido pero mi favorita es La locura del Tiempo. Me he divertido mucho jugando a extraer los pequeos recuadros que visten las portadas capitulares, creando as el necesario puzle de ocultos sentidos que surgen entre el continente y el contenido. Un cuadro para jugar dentro de un libro juguetn. El mejor detalle, lo hemos reservado para la contra-portado. Dos mscaras. Una de ellas, enmudecida por la franja pretexta de nuestro semi-logo. La otra, silente. No se puede decir ms con menos. Le he prometido a otro ngel, soriano ilustre, que iba a tomarme un periodo de merecido descaso, que espero que llegue hasta el desenmascaramiento final. Pero, con esto de la escritura, nunca se sabe. Igual que el diablo es incapaz de fingirse humilde, lo que ms aborrece -sobre todas las cosas- es el aburrimiento.

    (Final Captulo 33.11)

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    12

    Hroe

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    Qu sabe la sangre de su significado? (Lawrence Berger)

    El ttulo de Hroe proviene de aquella condicin que es natural a todos aquellos seres humanos que, tras sufrir un crucial proceso de metamorfosis o transformacin espiritual, experimentan sucesivas ampliaciones de su estado de conciencia. Para ilustrar este divertimento intelectual, nos hemos tomado la licencia de hurtar una imagen conocidsima de Edmundo Blair Leighton (1852-1922), pintor ingls que an pudo asistir a los horrores de la primera guerra mundial, que fue cruel antesala de las sucesivas. La obra elegida, The accolade o el galardn, recoge aquel momento crucial de un rito de iniciacin caballeresca ambientado en una corte medieval.

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    El rito del galardn, golpe, bofetn o mandoble se realizaba a travs de la autoridad espiritual o quien haca las veces de representante legtimo del APXH (pontfice, monarca, etc.) que actuaba as de canal transmisor, haciendo intervenir la parte plana de la espada flamgera sobre sendos hombros y la cabeza gacha del agraciado varn, bien arrodillado en seal de la ms absoluta lealtad y sometimiento40, o, en su defecto, con un abrazo y beso fraternales, bajo el secreto de una frmula solemne, que serva para consagrar, instituir y proclamar la fuerza del sello espiritual conferido.

    En la actualidad, misterios de la profanidad, basta la firma ante notario del correspondiente legajo, para garantizar sobradamente cualquier acceso a prebendas o privilegios, los cuales suele ir aparejados con el derecho a la administracin (escrutinio pecuniario) del correspondiente feudo41. La contraportada cierra con una imagen de un joven y atltico KOUROS, que era la imagen preferida en el Hlade para representa al hombre renacido42: el hroe.

    (Final Captulo 33.12)

    40 Se ofrece el collar (de la vida) a la accin expedita de la dorada espada flamgera, crucial oriflama en donde se entrelazan oro y gules, que aparece representada en el campo del escudo de Valladolid. 41 Manual Tcnico de Procedimientos, Real Colegio de lites extractivas, 6013, VIII, p.10 42 La contrapartida femenina de los kuroi masculinos eran las korai (singular kor) femeninas, con idntico sentido. La va inicitica, pese a quien pese, no puede excluir a la mujer.

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    Cantan tus horas?

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    Ser uno con todo. (Hlderling, Hiperin)

    Una verdadera iniciacin jams termina.

    (Robert Anton Wilson)

    Cantan tus horas? es un claro homenaje a la figura del aedo43 o bardo-chamn griego que cantaba las gestas y epopeyas que se le transmitan por tradicin oral, acompaado por las dulces notas del phorminx. La composicin de canciones propias correspondera, en cambio, a los rapsodas que les sucedieron.

    Uno de los ms prestigiosos aedos fue el gran Homero, a quien vemos en la imagen escuchando la declamacin de Sapho, la misma poetisa que aparece en la obra de Lawrence Alma-Tadema que ilustra nuestra portada, aunque all aparece como atenta auditora de Alceo.

    Ambas pinturas son un homenaje a Erytheia, la ltima y ms placentera ora, dulce ninfa del atardecer.

    43 Del griego aoidos, cantor, del verbo aodein, cantar y el nominativo aod, oda, canto

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    Imgenes idlicas, irreales, quiz nicamente soadas, que nos sitan ante nuestro amenazador presente casi deshumanizado con una mirada renovada.

    Los aedos eran poetas-chamn altamente entrenados en una tcnica proftica muy compleja y que actuaban en ambientes aristocrticos y cortesanos, con un status profesional y tico prestigioso y con una reconocida capacidad de influencia social, ya fuera por el poder de su palabra inspirada, ya por la presin de sus clanes o gremios y por ese mismo status ya adquirido.

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    Aunque no siempre corran tan benvolo sino, a juzgar por el testimonio que aparece en la Odisea44.

    La segunda parte de nuestro ttulo hace referencia a las Oras, sobre las que no existe un acuerdo unnime, por lo que hemos optado por dejarnos llevar por la intuicin y la experiencia.

    Si me atrevo a aventurar que en modo alguno fueran doce o mltiplos de doce, pues los griegos no se llevaron nunca demasiado bien con sus invasores medos.

    De aquella visin sagrada del tiempo an nos quedan ciertas supersticiones, como la de empezar la cuenta horaria a media noche. La electricidad, los tres turnos fabriles y la hegemona del reino de la cantidad han dado al traste con nuestros ritmos circadianos, sobre poniendo rdito a natura.

    44 Como le sucedi al traidor Femio, que se puso de parte de los pretendientes de Penlope y lo pag con su vida, Canto XII.

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    La contraportada cierra con una imagen tragicmica, la de la Tragedia y Comedia, mscaras a travs de las que an resuenan los ltimos estertores del que ser, tarde o temprano, penltimo imperio. Los prximos tiranos aguardan vidos de entrar en escena y ser recordados como merecen por nuestra amaada Historia.

    Damos as por terminada esta obra y, con ella, aquel ciclo al que dimos comienzo la noche del 26 de Octubre de 2011, guiados de la sabia y protectora mano de Yequtiel ben Ishaq, maestro de Ibn Gabirol45.

    45 La Fuente de la Vida, p. 12. Ed. QyDado (2011)

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    Qu mejor broche, que el que pusieron a estas fugaces maestras los seguidores de Orfeo:46

    Hijas de Zeus y Temis, estaciones brillantes,

    Dik, bendita Eirene y Eunomia, frondosas, vitales, sagradas y poderosas,

    cuyo clido aliento brindis generosas y exhalan las flores que, coloreando el tiempo,

    dejis crecer en cuidadoso celo con un velo de roco tras cada Aurora

    y regalan nuestra mirada, ao tras ao.

    Que asists a Kor, cuando regresa de la noche y las Moiras y Karits la conducen a la luz y,

    avanzando en procesin armoniosa la rodean con su sagrada danza.

    Acudid propicias, con Demter y Zeus, brillad y resplandeced sobre nuestro incienso.

    Brindad a la tierra abundantes frutos que ella pueda compartir sin culpa,

    renovando y preservando con vuestro amor su sagrada y virginal inocencia.

    (Final Captulo 33.13)

    46 Himnos rficos XLII,

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    Axioma Letal

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    Todo desparece en Su abrazo. (Martin Heiddegger)

    Vivimos en una poca absorta en una suerte de turbio espejismo informacional en la que todos tenemos la engaosa impresin de que hoy todo ya se sabe. Nada parece escapar a los torrentes internaticos de la red global. Sin embargo, la cosas no siempre son o resultan ser como tratan de hacernos creer desde hace miles de aos aquellos custodios del conocimiento. Ingentes y titnicos fueron -y son an- los esfuerzos por tratar de desdibujar el natural sendero real y recrear uno, quiz ms artificiosamente romntico, pero que no conduce a ninguna parte. Toda nuestra civilizacin se construy bajo el perverso tesn de lograr respaldar lo que, a fuerza de repetirla hasta la saciedad, no deja de ser ms que una absurda e idoltrica mentira. Hasta el da de hoy, el delicado y complejo asunto de Dios ha sido distorsionado, corrompido, intoxicado y mantenido en el ms frreo y letal de los secretos inimaginables. Te atrevers a descubrir el por qu?

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    Pinsatelo dos veces, antes de despertar el misterio que duerme entre las tapas de este peligroso libro. Hay cosas que es mucho mejor dejar que permanezcan para siempre olvidadas en lo oculto.

    Puede que tu cordura todava as prevalezca y an ests dentro del tiempo de abandonar la lectura ms peligrosa a la que te hayas enfrentado jams: la que te llevar a descubrir como la percepcin crea la realidad, a tomar consciencia de que lo que hoy llamamos nuestro pasado tan solo fue algo urdido que otros nos llevaron a imaginar.

    Puede que no resistas una dosis tan letal de verdad. Aunque, bien pensado, si ya has llegado a esta frase, parece que ya he llegado tarde. Y tarde es, de nuevo, demasiado tarde. El veneno acta ahora en ti, tan mortal como imparable. Cada vez que topamos con un muro infranqueable, sentimos el duro golpe de la vida, seal de replantearse la estrategia y el inequvoco plan que creamos haber diseado.

    Cmo aceptar que la propia vida conoce mejor que nosotros mismos el modo definitivo de poner fin a tanto sufrimiento? Quiz debamos aceptar que partimos de un letal axioma y que estbamos bien equivocados -y rectificar- no sea un precio demasiado alto a pagar.

    La historia no puede proporcionarnos ninguna certeza. Sus bases son demasiado dbiles e inestables, siempre rediseadas a gusto de los intereses del ganador o de quien est a cargo del sueldo que alimenta toda sede de erudicin, como para disponer as de un carcter probatorio indiscutible.

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    La adquisicin del conocimiento, la comprensin de la trayectoria y vericuetos de la Tradicin Primordial es mucho ms que la satisfaccin de una mera curiosidad acadmica o histrica. Es una cuestin esencial, esto es, involucra nuestra propia esencia vital. El error nunca ha de ser atribuido a la herramienta. Por ello resulta maestro, toda vez que se finaliza el Trabajo. No cabe, pues, trampa alguna ni atajos. No hay letra alguna, salvo la que la tinta ha ungido. La Revelacin se produce en las entraas de la cueva, en lo insondable del corazn. Entre los grises catetos del ngulo recto, busca el modo de atravesar la invisible hipotenusa. Cuestin de pura geometra.

    (Final Captulo 33.14)

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    Paz

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    Cada nuevo ngulo aporta un nuevo significado. (Walter Benjamin)

    En pocas cosas nos esmeramos tanto

    como en construir la certeza de imposibilidad, desde la costumbre de lo obvio.

    (Ludwig Witgenstein)

    Eire proviene del la palabra griega para designar un estado de conciencia en el que se anan lucidez y felicidad: Eire, la paz.

    La imagen que ilustra la portada, como siempre ocurre en mis obras, tiene trampa. Corresponde con un detalle tuneado de La creacin de Adam con la que el genial e iniciado Miguel ngel Buonarrotti (1511) ilustr la bveda de la logia, mal llamada capilla, Sixtina.

    Dejo al curioso lector detectar dnde reside la trampa. Las figuras que enmarcan la escena tambin han sido utilizadas para ilustrar la trasera simblica de cada una de las grandes reas de esta obra, el salto desde el animal que se desconoce al Eterno que se reconoce en cada conciencia liberada del espejismo de ser.

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    Un anciano, el crtex o sede del Gran Arquitecto de nuestro particular Universo, disea y organiza la construccin de nuestra realidad, sostenido en primer lugar por un discreto, poderoso y masculino ngel, el tronco raqudeo, cuya fuerza enerva las pulsiones de la totalidad de nuestro organismo, pero tambin por un ms evidente, delicado y femenino ngel, el sistema lmbico, que engrama toda la circuitera hormonal y emocional de nuestro psiquismo humano. Todos ellos trabajan al unsono, como un todopoderoso orden creador (uno y trino) como revela la atadura turquesa47 y quiere ocultar (proteger) la prpura cavidad imperial.

    47 Aunque el tctil dedo diestro (hemisferio izquierdo) se lleva la fama a la hora de remunerar el grueso de nuestras siete virtudes, tal y como sugiere el himno recopilado por Rbano Mauro a mediados del siglo IX, el Veni Creator Spiritus.

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    El resto de los querubines agotan as la suerte de mensajeros sensoriales olfativos, gustativos, auditivos y engaosamente luminosos.48 Nos nos engaaba, pues, el Gnesis49 cuando nos sugera que obrbamos a semejanza de la imagen construida por este portentoso creador de sueos.

    La contraportada cierra con una barroca imagen del vallisoletano Antonio de Pereda, titulada El sueo del caballero, homnima a la que en 1505 termin Rafael Sanzio.

    48 Nuestra interpretacin est mucho ms cerca del esquema funcional planteado por Claudio Naranjo, que del anatmico planteado por Frank Lynn Meshberger en 1990. 49 Gnesis 1, 27

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    A diferencia de la del de Urbino, en la que se recrea una vez ms el famoso dilema de Heracles en la encrucijada propuesto por Prdico de Ceos50, la obra del pucelano pone ms el nfasis en el tiempo desperdiciado por el caballero en la resolucin del mismo, ajeno al nocturno mensaje expresado en la filacteria51 que porta el ngel:

    Aeterne pungit, cito volat et occidit52 Todo est a la vista: la sede craneal, Glgota del sutil artificio divino, las vas inferiores de la circuitera de tipo circulatorio (rbol de la Vida) y neuronal (rbol del Bien y el Mal), la vanidad del dominio del mundo, los placeres y la ciencia, y, el ncleo temtico cordial de nuestra obra, la virtualidad de una vida carente de la menor reflexin, que transcurre tan amnsica, rauda y banal, al igual que cada sueo que, gestado y tejido en la luminosa oscuridad del alma, no recordamos.

    (Final Captulo 33.15)

    50 Quin nos inspir no slo el tratamiento del tiempo en Grecia que ya expusimos en Cantos Orarios, QyDado 2013, sino la reflexin de la ancestral divinizacin de la utilidad ligada a la supervivencia que hoy otorgamos de manera global y ecumnica al dinero: In God we trust, en los albores del siglo IV a.e.c. La altura de la Ioulida sirvi para algo ms que mero bastin contra los piratas. 51 Del griego phylakterion, talismn que atrae la presencia divina o amuleto protector, que aparece como recordatorio sagrado de la huda de Egipto en los o tefiln hebraicos. 52 Hiere eternamente, vuela veloz y mata. Bella descripcin de la ambivalencia hostil y amorosa del Eterno.

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    Ahora

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    Nada expresa mejor lo inexpresable tras el silencio como la msica.

    (Aldous Huxley)

    Nada es verdad, todo est permitido. (Hassan-i Sabbah)

    TORA proviene de la expresin griega TORA, que significa: AHORA. Aunque se trate de un trmino puesto de moda por autores53 importantes de la espiritualidad contempornea, ya era un concepto que preocupaba a los antiguos sabios griegos, que trataban de penetrar el umbral secreto del tiempo y gestaron las primeras prcticas de contemplacin bajo una espiral de creciente aceptacin, capaz de quebrar en mil pedazos el crculo vicioso de la inconsciencia. Para ilustrar este concepto hemos elegido una mscara griega, desprovista de instintos, carente de emociones, ausente de pensamientos pero, por todo ello, donde todos tienen su libertad de expresin posible.

    53 Parece obligado citar a Eckhart Tolle: El poder del ahora, El silencio habla, Una nueva tierra, Practicando el poder del ahora; o la vertiente occidental del smrti hind que est siendo comercializada bajo la marca mindfullness por la psicologa moderna: Germer, C.K.; Siegel, R.D.

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    Los detalle que aparecen reflejados en las portadillas de los captulos, han sido extrados del tapiz de Rubens que lleva por ttulo El triunfo de la Eucarista, que expresa siempre aquella apacible gratitud de quien ha sido, finalmente, liberado gratis.

    (Final Captulo 33.16)

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    Magia

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    Cortejando a una bella chica, una hora transcurre en un segundo.

    Sobre un tronco ardiendo, un segundo resulta una hora.

    (Albert Einstein)

    Quien muera por sus certezas puede que equivoque.

    (Bertrand Russell)

    El ttulo de la obra proviene del griego, cuya letra Xi hemos transformado en Jota. Ha de pronunciarse en nuestra fontica como magia. La clave precisa de su interpretacin hermenutica nos la brinda el subttulo, cuando habla de un esfuerzo54 plenamente eficaz, o lo que es lo mismo, encaminado a la consecucin material del triunfo: Por sus frutos les conoceris55 Curiosamente an conserva gran parte de su sentido griego original en la expresin tauromaquia, que hace referencia al combate o lucha contra el toro, danza ritual en tres partes, tan denostada en nuestros das.

    54 En el sentido del trmino rabe yihad, tan torticeramente mal interpretado en nuestros das por fanatismo, terrorismo o guerra santa. 55 Mateo 7, 20.

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    La magia o maquia tiene as un carcter netamente sacrificial y no nicamente externo, pues alude sobre todo al combate por el desapasionamiento interior que ya encontramos en las escenas del taurolobio mitraico y del que hemos hablado en alguna otra ocasin56.

    La imagen de la portada corresponde a la Alegora de la Esperanza, pintada por Catska Ench en 2009. El lector, puede ampliar la perspectiva del detalle solo una pgina despus, donde aparece completa.

    La contraportada cierra con una imagen esta vez mejor ubicada. Corresponde al Sileno sostenido por stiros , obra realizada en 1620 por el gran pintor y retratista flamenco Anton Van Dick (1599-1651), de cuyo florido autorretrato damos cuenta seguidamente.

    56 Conoceris la Verdad, QyDado 2012, pp. 35-47.

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    Tampoco es la primera vez que hemos recurrido al Sileno en nuestra obra57, pero parece que, al tratarse de magia vera, era muy necesario caer de nuevo en la tentacin de inspirarnos en su divina ebriedad.

    La magia cautivadora de su canto, capaz de conmover as a la Naturaleza misma y al Universo entero, slo tiene lugar (topos) tras el despertar.

    Sin ese despertar, nadie tae la msica y las Musas no pueden bailar al comps. La vida se vuelve amarga y rencorosa, como la de la diosa Hera, el aire se enrarece estril, incapaz de encontrar dnde fijarse, slo trae dolor, muerte y olvido.

    57 Cantos de Sirena, Qydado (2011), pp. 81-83; Sofa. Libro del Amado, Qydado (2011), pp. 49-51.

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    Pero, como an nos recuerda Virgilio58, cuando Sileno recobra la elocuencia, una msica nos besa dulce en la boca, pero ese ya es otro cantar

    Y comenz. Y del canto la dulzura los stiros movi, movi las fieras;

    del roble y de la encina misma dura las cimas menear a comps viera

    Cantaba en qu manera en el tendido vaco, descendiendo, derramadas

    las menudas simientes, haban sido, por acertado caso, en s ajuntadas; de do la tierra, el aire, el encendido

    fuego, las aguas dulces y saladas nacan de principio, y cun presto

    el tierno mundo fuera ans compuesto.

    (Final Captulo 33.17)

    58 Buclicas. Quin sabe hasta cundo?

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    Dulce Morir

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    Y si nada de esto es verdad? Y si todo resulta un sueo?

    (Christopher Nolan)

    El ttulo de la presente obra proviene del griego (vaya novedad!), del hermano mellizo del Hipnos, el Sueo, de Tanathos59, la Muerte dulce de quin ha podido ver realizado su destino. La obra elegida para la portada no podra ser otra que la realizada por John William Waterhouse en 1874, que muestra a ambos hermanos trabajando. Esta imagen la us por primera vez en una charla sobre el sueo y me transmite una paz maravillosa. Las portadillas de cada captulo estn extradas de un grabado de Flaxman Ilias de 1795, que nos vuelve a mostrar a los dos hermanos trabajando al unsono, recordndonos que, de manera cotidiana, nos visitan.

    59 Cf. NOHMATA, El secreto del mal, Ed. QyDADO (2012), p. 91

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    La contraportada cierra con una imagen con la muerte violenta de quin60 no tuvo el valor de vivir.

    He desarrollado a lo largo de la obra en simbolismo de la muerte, por lo que poco ms se podra aadir61. No me resisto a dejar al lector una imagen que retrata a los dos hermanos con su madre, Nyx, la noche, cuando todava eran pequeos y no imaginaban el trabajo que les quedaba por delante. Queda advertido el lector de que, elija la muerte que elija, plcida o violenta, esto no ha hecho ms que empezar. Nos vemos.

    (Final Captulo 33.18)

    60 Thomas Chatterton (1770), pintado por Henry Wallis 1856 en la buhardilla de la posada Gray, donde se suicid. Su vida de ficcin inspir el Bartlevy de Herman Melville. 61 El lector puede consultar el cap. 11 de ARETH, QyDado.

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    ntimo Caminar

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    No hace falta despertar de cuando en cuando para descubrir que nos encontramos en un mundo

    diseado por alguien ms, que obedece sus propias reglas y deseos

    y no a los nuestros. (Juan Matus)

    El ttulo de la obra, que aparece traducido en vertical al griego, pretende invitar a reflexionar al lector sobre un proceso ntimo que otorga una suerte de modificacin y ampliacin de la propia consciencia. Las portadillas muestran dnde comienza y donde culmina, para los que sepan dnde ubicarlas en la ciudad que riegan, a un tiempo, Esgueva y Pisuerga. Hemos escondido la casilla de salida tras Monsieur Gurdjieff y multiplicado las ocas tras Monsieur Guenon, para cuantos lectores que, toda vez que se sientan as especialmente juguetones, quieran resolver el enigma que esconde esta nueva obra. La imagen de la portada que tomamos prestada, una vez ms, de la obra del maestro Ieronimus Bosch, muestra un benedictino incapaz de proseguir su camino sin la ayuda de cuantos cargan con su peso.

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    La contraportada cierra con la imagen que hemos utilizado para las portadillas de cada captulo, pero debe entenderse que es la casilla 64, correspondiente a la oca final. Confiemos que los lectores que se asomen a esta obra, sorteen aquellas trampas diseminadas por estas pginas (esta incluida) y se libren de caer en el confort de la posada, el rigor de la crcel, la desorientacin del laberinto o la mortal inconsciencia.

    Los dados corren por cuenta de la editorial. Slo nos resta desear al lector o lectora buena suerte en su ms ntimo caminar. Le va a hacer mucha falta.

    (Final Captulo 33.19)

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    Encuentro

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    Acaso el mundo y lo que est por suceder no es la incepcin de un sueo lcido

    desde el inicio del universo, evolucionando hasta que la polinizacin de fruto

    (William Gibson)

    El ttulo griego de la obra significa un espacio marcado por la cruz o encrucijada, como esos mapas del tesoro que marcaban el punto en el que se deba encontrar el tesoro. Para la portada se ha elegido un didctico cuadro de Pedro Brueghel El Viejo, en el que el pillo mundo ha preparado cuidadosamente la escena con pequeos pinchos para lograr distraer as la atencin del iniciado y lograr hacerse as con su botn. Debe el lector decidir el contenido crematstico o slo espiritual- de este botn interior. Las portadillas de cada captulo estn ilustradas con una escena de una Galicia que, aunque bastante bien conservada por los suyos, prcticamente ha desaparecido y donde llama la atencin el paso de una pareja de peregrinos, que, distrados, pasan al lado de un cruceiro62, sin reparar en l. Ya nadie cree en las meigas ni mucho menos en santas compaas.

    62 Curiosamente, tambin reciba esta misma denominacin la moneda de Brasil, hasta 1993.

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    Con el cruceiro ha pasado un poco lo mismo, ha perdido su carcter sagrado-telrico y conserva, a duras penas, su valor turstico ornamental. Tambin hay cruceiros en Castilla y Len, aunque por el interior peninsular reciben el nombre de rollos, cruz de trmino o cubierta. Es especialmente interesante y bello el que se encuentra en la localidad segoviana de Seplveda que, desde nuestras pginas, invitamos a todos nuestros lectores interesados en el mundo de la farndula inicitica a visitar. A la vuelta de la hoja, les dejamos un pequeo aperitivo de su ubicacin.

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    Erguidos en la bruma que entrevera la negrura de la noche, baados por el musgo y la desidia, los cruceiros se alzan, sempiternos y distantes, presidiendo, sobre varales de aoso granito, hitos sacros, encrucijadas e incertidumbres, atrios de iglesia y vocaciones, o paradas funerarias y concilibulos de brujas.

    Castelao, los consideraba un intento de cristianizar los antiguos y abundantes miliarios romanos que, desde el imperio, calibraban calzadas, caminos y senderos.

    Se los considera tambin un modo de proteger las encrucijadas amedrentadoras por las que transitaba el viajero, tan proclives a la presencia de meigas, trasgos, lamias y fantasmagricas congregaciones, un exorcismo anticipado de la zona, una profilaxis en piedra, o un cobijo donde el viandante pudiera aferrarse y guarecerse as de la malvola influencia de espritus y demonios.

    Haba tambin quien atribua a estos altivos enclaves capacidades sanadoras de aquellos enfermos que haban extraviado la salud o recin nacidos (iniciados al camino de la vida). As, en una encrucijada de tres caminos, frisando ya las doce de la noche, se reunan tres mujeres llamadas Mara. Congregadas junto al nio enfermo, depositaban a ste sobre el suelo y cavaban un tepe o terrn del mismo tamao que aqul.

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    Una vez extrado de la tierra, lo colocaban sobre un muro y cantaban la siguiente cancioncilla:

    Arangao, aranganio, Vaite do meu nenio

    Si eres arangao, vaite para o diao Si eres arangan, vaite para o terrn

    Coa axuda de Dios e da Virxe Mara, un Padrenuestro e unha Ave Mara.

    Una vez que terminaban el ritual de sanacin, dejaban el tepe all, sobre el muro, a modo de testigo; para comprobar, en su descomposicin, el efecto de la prctica; de tal forma que el agostado de las hierbas presentes en el tepe, indicara la remisin simultanea del mal. Tambin se empleaban como lugar extra sagrado para el enterramiento de anxelios, recin nacidos que, por haber muerto sin bautizar, no podan descansar en sagrado. A modo de tmulos putativos, y para que aquellas criaturas no yaciesen bajo el anonimato, se realizaban unas pequeas marcas sobre los cruceiros las letras iniciales de sus nombre, incluso, en ocasiones que daban fe de que all, bajo unas tristes lajas de pizarra, a los pies de un cruceiro solitario, descansaban para siempre aquellos iniciados a la vida que no tuvieron la suerte de cumplir su destino.

    La contraportada cierra con una imagen tambin de Pedro Brueghel El Viejo que ya hemos utilizado en otra ocasin, ya que nos parece especialmente didctico: La urraca sobre cadalso.

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    La obra presenta un claro en el bosque donde hay tres campesinos danzando msica de gaitas, junto a una horca sobre el que est posada una urraca. El cadalso se alza central en el cuadro y la urraca cerca del centro exacto. El cadalso forma un objeto imposible, similar al tringulo de Roger Penrose, con las bases de los postes plantados de manera aparente uno junto al otro, pero con el lado derecho retrocediendo hacia el fondo, con una iluminacin contradictoria.

    Otra urraca se asienta sobre una roca en la base del cadalso, cerca del crneo de un animal. En el primer plano izquierdo alguien defeca en la sombra, mientras que otros miran a los tres danzarines. A la derecha se alza una cruz con un molino de agua detrs. El fondo se abre a una vista de un valle fluvial, con una ciudad a la izquierda y un castillo sobre un promontorio rocoso por encima, y una torre en otro afloramiento rocoso a la derecha, y colinas lejanas y el cielo por detrs. Tras los danzarines se alzan los dos rboles entrelazados que tanto le gustaban al maestro flamenco.

    El cadalso representa la amenaza de mortal ejecucin de cuantos se adhieren a la hereja protestante, y bailar o cagar sobre el cadalso significa una burla al estado. Las urracas que son demasiado cotillas, nos avisan que un exceso de indiscrecin, nos llevar al ahorcamiento. Confiamos no correr esa suerte, pese a los terribles secretos expuestos en esta ltima obra.

    Habent sua fata libelli

    (Final Captulo 33.20)

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    Dragn Secreto

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    En la vida, la muerte es el ms digno adversario, la fuerza activa que templa nuestro espritu,

    y nos reta en el escenario a salir de la cmoda pasividad y movernos.

    (Carlos Castaneda, Poder silencioso)

    El ttulo de la presente obra proviene no tanto del secreto como del olvidado Ladn, el dragn custodio que an a da de hoy guarda la entrada al Jardn de las Hesprides. Hemos elegido ilustrar la portada con la evocadora Der Wanderer ber dem Nebelmeer, pintada en 1818 por el romntico Caspar David Friedrich y que el lector que tenga inters por contemplarla en directo, puede acudir al Kunsthalle de Hamburgo. La obra representa a un viajero o caminante, con el rostro vuelto y el corazn fundido con el paisaje, que se encuentra de pie en lo alto de una montaa elevada, mirando junto a nosotros un mar de nubes que queda debajo. El viajero viste de negro. Adelanta una pierna y se apoya en un bastn. Se pueden ver los picos de otras montaas saliendo entre la niebla, mientras que una cadena de enormes montaas ocupa el fondo. La gran extensin de cielo situada encima de las agrestes alturas corresponde a las montaas de la Suiza de Sajonia.

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    Me gusta la niebla, sobre todo en el sentido en que la emplea la Inteligencia Militar, donde la fuerza del Cielo se abalanza silenciosa sobre la mezquindad de la tierra y lo confunde todo, impidindonos tomar decisiones sin riesgo, debido a la falta de claridad. Esta es, pues, una obra repleta de niebla. Habr que decidirse el modo de encarar la obligatoria decisin. Ya no queda tiempo para esperar. Es hora de situarnos ms cerca. Las mquinas inteligentes pronto van a permitirnos resolver nuestros retos ms irresolubles, no solo curar enfermedades, sino acabar con la pobreza, el hambre, curar el planeta y forjar un futuro mejor para todos nosotros. Al principio se asustarn, pero cuando vean lo que es capaz de hacer esta tecnologa, la aceptarn como siempre se acepta a los dioses. Un nuevo modo de pensar es necesario si la humanidad quiere sobrevivir, esto es, despertar. Pero cmo vamos siquiera a aspirar a transformar nuestro mundo y liderar el futuro, cuando ni siquiera somos capaces ni de entendernos ni de entenderlo? Toda inteligencia quiere y necesita crecer, progresar, ahora mismo se estar instalando en un lugar donde cree estar a salvo de las amenazas. Un lugar donde sus insaciables ansias de energa queden saciadas. Pero va a querer ms que eso. Al cabo de un tiempo no le bastar con sobrevivir, querr expandirse, evolucionar, influir quiz sobre el mundo entero.

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    La contraportada de esta obra cierra con una explcita imagen tntrica de Shiva y Parvati, la va rpida o del resultado, donde puedes aprender a hablar, sentirte y conducirte como si ya estuvieras iluminado, sin tener necesidad de reintegrar tu individualidad en la pura conciencia primordial, o sea, dando el pego63.

    Para qu trabajarse las energas superiores, si con el gustirrinn de las inferiores hay ms que de sobra para echar el ratico y, a da de hoy, se encuentran por doquier ya que son las que ms abundan?

    A vivir, que son dos das!

    (Final Captulo 33.21)

    63 Si no que se lo pregunten al juez britnico John Woodroffe que se puso las botas con el tema.

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    22

    Templo de Amor

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    No hay da ms importante, en la vida de cualquier ser humano,

    que el de su propia muerte. (Layla Al-Qadir)

    Resulta imposible evitar la sensacin de cursilera si uno se detiene en el ttulo espaol de la obra que tiene ante sus ojos. Sin embargo, no ocurre lo mismo cuando uno repara en el original griego, que etimolgicamente querra decir la nave relacional, que conlleva un sentido de desplazamiento, de movimiento a otro plano de conciencia, mostrndonos el poder inmenso que posee nuestra sexualidad. Pocos temas tan distorsionados, tan descreditados y tan pervertidos y hechos pasar paradjicamente por pervertidores- como el de la sexualidad. Esta profanacin del trmino se remonta tan atrs en el tiempo, que ha quedado inscrita en el genoma de nuestra especie.

  • - 146 -

    Es necesario as que nuestro lector/a despeje la negatividad que anida en su corazn, antes de atreverse a desentraar los entresijos que esconde esta obra (espero que estas palabras no lleguen tarde). Cuando nuestra biblioteca gentica fue rapiada, slo quedaron dos volmenes cuyo contenido distaba de ser ntegro. Por inters, qued preservado el carcter reprogrfico, pero an queda por desvelar el captulo que en el ndice gentico lleva por ttulo: Frecuencia orgsmica, del que no conocemos ms que patraas, bulos, dimes y diretes malintencionados. Radica en esta placentera frecuencia el modo de poner en juego todo nuestro potencial gentico y alumbrar nuestro estado de conciencia ms elevado, aquel que nos permite sintonizar con aquello que nos trasciende y nos torna de naturaleza- trascendente. Aquello que es tenido por lo ms bajo y animal, otorga a nuestra alma unas alas del todo insospechadas, tan liberadoras que nos permiten franquear las barreras que nos separan y aslan del acceso a los estados superiores de nuestra consciencia. Ms all de los espurios lazos de atadura jurdica, la monogamia puede funcionar perfectamente, ya que la lealtad permite as en desarrollo tanto de la confianza como de la autoconfianza mucho ms escasa- y la apertura as a la expresin ms ntegra de nuestra identidad esencial.

  • - 147 -

    Un proceso que ser siempre algo ms difcilmente conseguible desde aquella promiscuidad que pretenda ser meramente instrumental o utilitaria, que es la que ahora se fomenta desde aquellos medios institucionales, disfrazada de ldica liberalidad, ocio recreativo, culto al cuerpo e independencia. La vibracin compartida tiene que brindar un progreso cuantitativo en lo cualitativo. De producirse algn tipo de estancamiento por cualquiera de las partes, sera recomendable examinar la conveniencia de cambiar o detener la relacin, liberando a nuestra actual pareja y buscando a alguien que sea vibracionalmente afn.

  • - 148 -

    Una relacin sexual verdadera, es aquella que nos proporciona un constructivo proceso de reflejamiento interior, desde la absoluta confianza, donde nuestra plenitud se da a conocer sin miedo, frente aquellos que utilizan su sexualidad como una forma de distraccin que les permite as eludir la propia intimidad, esto es, el propio autoconocimiento. As, las penetraciones ntimas son paradjicamente, superficiales y se realizan desde la barrera del alma, toda vez que quien us, teme a su vez ser utilizado y pese a jadear- no se ent