libro mi toria 2016

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Es una Leyenda Real y un Material para los futuros Estudiantes Venideros

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OSCAR JUSTINIANO GIL

Derechos Reservados Guayaramerín, 2016

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A MODO DE PREÁMBULOPROLUZ y LOGOSOMBRAS

¡Hola amiguito(a)!, esperando que este cordial saludo pre-sente siempre sea nuestro fiel referente de respeto y amis-tad permanente; esto, cuando estamos sabiendo, que, en la vida como juego de “dados” (la generala): “todo lo que se ve, se anota, o se anota lo que se ve”, para el resultado final de LUZ o de SOMBRAS. Y es que, LA MENTE, es llama-rada candente, que nos ayuda o nos elimina, tal cual la de-seemos utilizar. Siempre tratando de tocar fondo, diré que un grande “ES-PEJO”, es EL MUNDO, donde nos reflejamos todos, y siem-pre deseamos mirarnos, con la idea de rebuscar, y encon-trar sólo lo que deseamos mirar; pero, “no se puede tapar el sol con un dedo”; porque cuando NOS LLEGA LUZ mues-tra hasta las sombras de nuestro pecados. Son CONTRAS-TES de LUZ Y SOMBRAS que se presentan y se mueven en este LIBRO, COMO EL TALLO DE LAS ROSAS: con la ayuda de, LA LUZ, vemos las flores y disfrutamos de sus colores; pero también están las odiosas espinas, que sin desear en-cuentras mientras caminas. Y yo, con mis grandes preten-siones, a pesar de mis limitaciones, quiero me permitas en este “espejo” escribir, lo mejor de mí, para ti.

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POR LAS HUELLAS DE “MI-TORIA”

En nuestro ecosistema, una biodiversidad que desemboca esta vez, por las huellas de “MI-TORIA”, buscando referen-tes del espíritu… y destino. Empiezo escribiendo en un “espejo”, sobre realidades que dejaron huellas. Huellas en la luna, pero sin camino real, en el espacio sideral. Huellas de sangre, por mostrar el camino, con amor espiritual, y que es de conocimiento universal (CON ESTE FIEL REFERENTE- EN POSTERIORES PAGINAS - TRA-TAMOS DE RECONOCER, CUAL EL ESPÍRITU… DE QUIEN, Y DE DONDE PROVIENE).Por las huellas de “MI-TORIA”

Y de sus características.La leyenda en un documental de narrativa poética, que

no llega a poesía, porque no guarda simetría, ESTA PAR-TE ESCRITA EN SIMPLE PROSA. Es que si alguna cosa her-mosa, la verdad en mí, no está presa… con aciertos y desaciertos, alguien diría, que las verdades en este libro no son absolutas: y yo, por elemental ética, aceptaría que si… que es cierto…no hay verdad absoluta… si no es proveniente de Dios.

Para variar un poco, en esta misma historia, desde el CAPITU-LO l, ll, hasta el final, ESTÁ ESCRITO EN VERSO LIBRE: canta como el pajarillo pecho amarillo, vuela y canta sin importarle quien amigo, le da la comida y le presta abrigo. Este DOCUMENTAL, vale también de lógica PROMOCIÓN TU-RÍSTICA DE LA NATURALEZA EN EL ORIENTE BOLIVIANO. Desde este mi primer concepto, veo LA VIDA, dividida en reflejos de diversos espejos. En esta relativa medida, este libro COMO EL TALLO DE LAS ROSAS: Presemta las flores, pero también las odiosas espinas, que se presentan mientras caminas.

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PRIMERA PARTE: En el recorrido de un enmarañado de huellas, sientas tú mi obligada presencia sin ninguna invitación, estoy sabiendo que mereces alguna explicación, y con la mayor humildad, debo de-cir que, EL MUNDO, es un grande “ESPEJO” QUE EN SU REFLEJO, MUESTRA NUESTRAS HUELLAS, EN UN CONTRASTE DE LUZ Y DE SOMBRAS; y en tal contraste, cuando nos llega LUZ muestra hasta las sombras, de nuestra presencia. Y en este caso particu-lar, sin invitación…mi reflejo, al estar escribiendo en este espejo.

La vida en el mundo grande “espejo” donde reflejamos todos. La vida, tan larga y tan corta, y el mundo, tan pequeño y tan gran-de a la vez, no da para reflejarlo todo… y en mis grandes limita-ciones… peregrino en las huellas de los caminos. Y ahora, cuando estoy escribiendo en el espejo, además de las letras que hablan de la protagonista, “la mama” también me verás, pretendiendo ser su atento guía y amable na-rrador. La luna, con huellas sin camino real, en el espacio sideral.

Una infinidad de satélites navegan en el espacio sideral, entre ellos: el “Tupak Katari”; recogiendo huellas y enviando señales a nuestro Estado boliviano. Y en este entendido, tuviésemos que hablar directamente de la luna; pero, lo haremos de manera in-directa; permitiéndome, un espacio para incluir a una importan-te institución. En ella, pisando tierra firme, dejando huellas. Abriendo caminos culturales nuestros personajes de la “Socie-dad de Escritores y Poetas de Guayaramerín (SOESGUA)”.

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Aquí me incluyo, cuando también yo en la “Sociedad de Escri-tores y Poetas de Guayaramerín”, enamorados cantamos versos, sin que nos interese o nos conmueva que tres locos o corajudos astronautas ya pisaron la luna, dejando sus huellas sin camino real en el espacio sideral. Huellas también en el planeta “Marte”, en el planeta “¡Miércoles!”¿Mercurio? (aquí precipitó mi sub-consciente, obligando, a que mi consiente, analice, defina y de-cida)… ¡miércoles! No por favor. Aunque ahora en nuestros días no es raro que se cambie de nombre a la cosa, para adueñarse de ella y atribuirse autoría o descubrimiento, aunque no les co-rresponda el derecho. En cuanto a la mención: ¡miércoles! Me parece que, sólo es el nombre de un día de la semana, además puede ser una abrupta interjección de alguna persona que se reventó el dedo con un martillo; (decía que se trata de mi sub-consciente, en consenso permanente con mi consciente); y no debí mostrar este, analítico conflicto entre ambos, relativo al poco conocimiento en esta materia de astros y de planetas, que sólo conozco de oídas. Por lo tanto, no me compete profundizar en ello, después de todo, sólo me queda, amable lector, pedirte, no lo cuentes por favor. Huellas de carácter espiritual, si, son del conocimiento universal, que a mi entender, esto sería elegir el camino, sin tener que inventar la pólvora.

Nosotros, personas de principios espirituales no deseamos ob-viar, el primer lugar a las huellas de un Omnipotente y sempi-terno Dios: alfa y omega; principio y fin. En su SANTA BIBLIA nos muestra este principio por medio de sus dos mensajeros de siempre (lo mismos que en nuestros días) el antiguo y nuevo testamento caminan por medio de sus intermediarios converti-dos en vasijas útiles de Dios, nos llega la inspiración de su pala-bra (NO ENSEÑAR, O ENGAÑAR LA PALABRA DE DIOS, ES ALEG-RÍA DEL DIABLO)

Si muchos piensan “que la LEY fue lavada en la CRUZ; que por lo tanto, los diez mandamientos dados a MOISES, fueron aboli-dos porque ahora ya, somos salvos por gracia” ¿aunque con el desconocimiento de la LEY, cada uno haga lo que haga?

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Antiguo y nuevo testamento, profetas para nuestros días que nos invitan a seguir las pisadas (huellas) de Jesucristo, que ofrendó su sangre para salvarnos respetando su ley de tránsito aplicada en sus diez mandamientos. “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas, no he venido para abrogar, sino para cumplir. (Mateo 5:17)”. ”Si me amáis guardad mis mandamientos” (1ra. De San Juan 4:8) Es de saber, que si se abrogaran las leyes de tránsito, ¡cual sería el caos!

El hombre, sin Dios ni ley, está perdido, sin corazón, en el con-gestionado mundo, con tan sólo, sensaciones viscerales.

El hombre sin temor a Dios, porque desconoce la ley, haga lo que haga ¿se salva? Los diez mandamientos, escritos en piedra por el dedo de Dios padre, Hijo y Espíritu Santo, nos muestra el camino en advertencia para el cuidado y protección de sus cria-turas que obedeciendo por FE, se salvan de caer en el abismo. En cuanto a ello, un ejercicio al cual nominaremos como,

LA LEY Y LA “VARA” En cuanto a los diez mandamientos, te propongo hagamos un

ejercicio práctico, aplicado en el simbolismo. En calles conges-tionadas de tráfico, en la hora pico, para llegar al punto donde nos dirigimos, tenemos que pasar por diez semáforos (los diez mandamientos), ya hemos respetado algunos; pero, nuestra na-turaleza prepotente y desaprensiva, hace que no continuemos respetando los otros. Este desconocimiento, de uno de los semá-foros, ha sido la causa para que se pierda vidas; inmediatamen-te después de esto, ¿será que el juez se acercaría al infractor sólo para decirle que por haber cumplido los otros nueve ante-riores, quedaría exonerado de culpas? ¿Es que sería correcto si fuese así? DIOS de alguna manera, nos dice: “Quien quebranta una ley, se hace cargo de las otras nueve” ¿O es que, en estos casos, pensarías reformar la ley y la constitución, convirtiéndote en propio ídolo más infalibles que Dios? Y luego de los cambios a las leyes y a la constitución, a gusto y sabor para comodidad del de turno, ¿dónde se supone que queda la Fe colectiva?

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El hombre que pisotea la Ley caminando en el mundo se sumi-rá profundo, primero en la cárcel

“No rehúses corregir al muchacho; porque si lo castigas con vara, no morirá” (Proverbios 23:13), y así, La ley y la “vara”De mi propia y humana percepción o de simple concepto, esperando no estar equivocado

Complejo, indescifrable e indescriptible el cerebro humano y el corazón, con espíritu de vida entre ambos, en donde se da, des-de el pecado original, la lucha entre el bien y el mal. El subcons-ciente, se da principalmente, en la nebulosa del cerebro huma-no, mayormente, para mal; esto tal vez por causa de nuestra naturaleza humana de materia corruptible; por ello, es de in-consciente e inconsecuente la fragilidad humana que sin respeto a nada, actúa al solo impulso del subconsciente.Doblegar el carácter de pecado original en el interior, siempre debiera ser de lucha constante y permanente en contra del mal. El subconsciente, inconsciente y vengativo con influencias satá-nicas. El consciente, (consecuente la conciencia), con educación instructiva de persuasión, el Espíritu Santo de Dios.

En la cabeza, el cerebro en subconsciente con muchas som-bras oscuras de materia pecaminosa…hasta la iluminación del verdadero amor donde estriba la santidad, ingresa por las venta-nas abiertas al corazón, por medio del ver y del oír…caracteri-zando la consciencia…del ya, consiente cerebro, que analiza, define y decide en el constante conflicto entre el bien y el mal.

Para profundizar sobre el espíritu entre el cerebro y el corazón. En la parte superior del cuerpo humano, (a los que algunos tomarían como “sabia naturaleza”), a mi propio entender - esperando no estar equivocado- prefiero analizar de la forma siguiente: Dios, en su infinita sabiduría, en la creación del mundo, al hombre lo creó de materia y espíritu (dos elementos, para un alma viviente), dán-dole por la nariz el soplo de vida entre el cerebro y el corazón. Estoy seguro que en esa infinita sabiduría, Dios colocó en la ca-beza, el cerebro, en una estrecha envoltura ósea, simbólicamen-

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te para pensar menos, y el corazón en el pecho de amplio espa-cio para el verdadero amor. Sin embargo, alguien utiliza el es-píritu de vida, cerebralmente, con muy poco corazón: SIN EL MA-YOR… O TAL VEZ, SIN EL MENOR SENTIMIENTO; TODO LO QUE EXTERIORIZA, PROVIENE DE LA BARRIGA. “El que no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor” (1ra. de San Juan 4:8). Para decir algo sobre el espíritu personal, que NO es

etéreo, (no es cósmico), porque los muertos nada saben (Eclesiastés 9:5-6) para ser convocados sin la materia. Porque su existencia como parte de alma viviente acaba juntamente con la materia. Sin embargo, es desde estos momentos, que irónicamente recién, se le demuestra “gran amor” a la persona, que ya nada sabe.: porque la-mentablemente, está muerta. Si en vida, poco o nada hici-mos porque sus días fuesen mejores, nada le ayuda, o nada le vale al ya muerto, echarles flores. Cuando he dicho que el ESPÍRITU personal con el que Dios creó al hombre, no es “etéreo”, he pretendido decir, que sólo Dios, y otros, son espíritus que se mueven sin ser vistos por ojo humano, y ellos sí, pueden ser evocados para requerir su pre-sencia espiritual de santidad, porque de maldad, está el enemi-go de Dios y de la humanidad. (Satanás el diablo), tratando de confundir. Volviendo al espíritu personal, no es un espíritu inde-pendiente; y, solo puede ser presente, mientras la persona, sea alma viviente, porque el cuerpo vuelve a ser polvo, y el espíritu vuelve a Dios. (Eclesiastés 12:7) porque los muertos nada saben (Eclesiastés 9:5-6), lógicamente, dejó de existir cuando los dos elementos con los que fue creado, volvieron de donde salieron: el cuerpo vuelve al polvo y el espíritu vuelve a Dios (Eclesiastés 12:7). Y después de aquello que corresponda a la materia, que según va en transición a la otra, vida eterna. Con trompetas de ángeles y arcángeles de Dios con trompetas de ángeles y arcán-geles de Dios, resucitarán y se levantarán los muertos para vol-ver a ser almas vivientes; y así con los vivos, todos, personal-mente compareceremos para dar cuenta a Dios, en el gran tri-bunal del juicio final, y “Todo ojo lo verá”.

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Nota: en estos pasaje escritos, no cito los párrafos literalmen-te, tal vez, porque realmente no conozco bien la BIBLIA, todo por no haberla escudriñado debidamente; motivo por el cual dejo una ventana abierta para que alguien pueda decir que estoy equivocado. Y yo digo: es posible… esté equivocado. Entre el bien y el mal, el consciente y el subconsciente

El subconsciente, se da principalmente en la nebulosa del ce-rebro, mayormente para mal… hasta el despertar del consciente corazón … y ambos, motivan la movilización a favor del bien, o del mal…por medio de la sangre que es vida, actúa como “el hidráulico” por medio del corazón que es la bomba aspirante e impelente, nos da el movimiento para la parte que corresponde en el cuerpo y al restante del cuerpo; mientras que no obstru-yamos o se obstruya alguna parte de este fluido sanguíneo; de lo contrario, la falta de este normal fluido en alguna parte del cuerpo (la materia), tiende a quedar sin movimiento propio y de inmediato, muestra su deterioro, llega con infección que produ-ce tóxicos subiendo la presión, que se la sustenta o se le ayuda a disminuir, por intermedio del estomago y el intestino delgado, con alimentos -parte principal- generadores de la sangre, con resultados buenos, o malos, según lo que se ingiera…no por fa-vor; una vez más, me veo en la necesidad de pedir disculpas, cuando reconozco, que estoy profundizando, en algo que sólo debo, muy de paso mencionar, me doy cuenta que me estaría metiendo en un laberinto de caminos con huellas, que sin un conocimiento pleno, pudiéramos estar perdidos. Pero, gracias a Dios en estos momentos siento el “jalón de camisa” a mi con-siente que me saca del apuro.

Cuando comencé a escribir estos pasajes, tomé el tema espiri-tual; sin pensar ni desear lo extendí, hasta tener que reprochar-me a mí mismo; por eso quiero explicar, que lo hice con el pro-pósito de hacer notar, que, en el caminar por las huellas de esta historia; nos encontramos y nos encontraremos con experien-cias que se dieron y se dan, en este entendido, la lucha entre el subconsciente inconsciente; y el consciente con conciencia de bien. Esta experiencia, la veremos, principalmente, en la segun-da y tercera parte de esta obra. En resumen, diré que, caminan-

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do en la lectura hasta el final de este libro, nos encontraremos con distintos pasajes bíblicos, como mejor referente de vida para ti y para mí.

Mejor referente, cuando estoy haciendo estas citas espiritua-les, no es con el deseo de que me consideres un puritano, un santulón, o un moralista sin mayores condiciones, lo que pasa es que, los motivos son razones, y, razones que nos motivan.

En este resumen, también sobre el punto, quiero hacer hinca-pié, en el sexto día de la creación, según la SANTA BIBLIA, Dios creó al Hombre (alma ser viviente) de dos elementos: materia y espíritu (nada etéreo), por eso digo: si a la materia viva le falta el espíritu, lógicamente, ya es materia muerta.

A propósito de materia y espíritu, en esta obra de muchos ca-minos y huellas; para darle vida, le hemos colocado –simbólica-mente, en la parte superior, donde corresponde, el espíritu: en-tre la cabeza y el pecho.

Al respecto, finalmente, con espíritu de vida, este libro, para enseguida continuar con el resto de la historia, que sería, la ma-teria… Simbólicamente.

Un pequeño gráfico simbólicamente dibujado, pre-parando tu entendimiento

EN TRIBUS, ETNIAS Y COMUNIDADES del oriente boli-viano-

En las tribus, etnias y comunidades de nuestro oriente boli-viano, a los ancianos se les da el nominativo de “taita” y “mama”; ambos, mantienen costumbres ancestrales en cuanto a dialecto, lengua y modismos. En sus graciosos modismo, al tratar de hablar castellano, utilizan en todo, la –U- en lugar de la –O-, la –J- y la –S- en lugar de la –Z - ; y, sus pronunciación, es,

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con la mayor acentuación (sus modismo) de lo cual, nos quedan resabios.

Ellos, también son conservadores de sus vestimentas típicas ancestrales: la camijeta en el varón, y el tipoy en la mama. La mama, ella es una más, de nuestra hermosas verdades ances-trales.

POR LAS HUELLAS DE:

Aunque en este viaje a emprender sólo pretendía llegar a mi destino de trabajo, La Punta pero por accidente de la vida en ese caminar, peregrinando en los caminos siguiendo otras huellas, también encontré a “Mi-Toria“: la mama ancestral (sin el acento de mamá), en su lecho de muerte, me contó de sus amoríos con el sordo Darío. En su último hálito de vida y ese su modismo (textual) – me dijo: “¡peregrinu, ejtamía, ej una hijtoria larga pa que ujtej la escriba en su libru, en ese parte de amurío, por favor peregrinu, escriba “mi-toria”. Yo, le contesté: “mama, te prome-to de alguna manera escribiré tu historia, que desde ya, la lla-mare: “por las huellas de “MI-TORIA”

CAPITULO I

Aplicando la lógica, tenemos que saber, “lo que no tiene princi-pio, no tiene fin; “y lo que no tiene fines porque no tuvo princi-pio; por eso, como alguien diría, para no perdernos ¡organicémo-nos!.

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Hasta aquí, damos por FINALIZADA ESTA PARTE DE LOS TRES SUBTÍTULOS con sus párrafos nominados como laberintos de huellas y caminos, que ahora cuando ingresamos al inicio de esta historia y hasta el final, sean tomados como referente, lo que, a personal percepción de su lectura, ayude a encontrar y definir, cual el espíritu y cual su destino

Esta vez, tomaremos la dirección de esta interesante historia, agarrando la punta del ovillo, que comienza, en la linda ciudad: Guayaramerín.

Pero antes, diré algo en referencia al motivo por el que, aquella vez, salí de Guayaramerín a la hacienda La Punta (entre San Ra-món y Magdalena).Resulta que fui empleado de una de las es-tancias más prosperas y tecnificadas de la “Casa Elsner”, (ac-tual Asesor de Ventas de las “Estancias Espíritu”, el Sr. Edwin “Torito” Balcázar Gil) en donde se aprende a castrar, a inyectar y a otros menesteres de campo, como corresponde a un em-pleado (responsable de estancia). En mi caso, particular, doma-ba potros finos para los otros empleados, y también para la em-presa.

Conocedor de esta mi particular faceta como hombre de cam-po; un ciudadano ganadero, el Dr. Jarico Cuellar Suarez, el ami-go de la juventud, por telecomunicaciones me llama a su estan-cia y me dice: “como quien distraes tus problemas, vienes a mi hacienda “La Punta”, y me domas unos quince sementales finos de mi propiedad; mi hermano querido, te pagare bien por cada uno”. Entonces, por eso fue que mi meta inicial era llegar a la hacienda: “LA PUNTA”. Pero, por azares de la vida, en el camino, me encuentro con la comunidad: “HUACAYANE” o HUCAÑANE y “MI-TORIA”, LA MAMA, de donde proviene esencialmente esta historia documental, motivada y escrita en el año 1998. Repar-tiendo copias como también lo hago hasta ahora para un lado y para otro, no hallé repercusión de autoridades dispuestas a apo-yar esta manifestación de cultura, tal vez, porque de alguna ma-nera estas autoridades creen ser tocadas en la llaga, o porque piensan diferente en cuanto a preceptos y/o conceptos, es en-tonces que, en contra del apoyo, el capricho les llega… sin cora-

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zón, con tan solo sensaciones intestinales. Y por falta de dos mil dólares americanos en aquella época, lastimosamente, quedé con cuatrocientas treinta fotos – de todo este recorrido – deterio-radas irremediablemente a causa del inexorable paso del tiempo y de la humedad del trópico en nuestro trópico Amazónico.

Ahora, en el año dos mil quince, nuevamente me animo a desempolvar esta obra, que contaba, además de mi llegada a la Hacienda “La Punta”, y la historia de la mama (“Mi Toria”) con sus bondades, también de las cosas, las autoridades y su gente, ilustradas con fotos y teléfonos de personas en aquellas cuatro provincias ya mencionadas; ahora, le disminuyo aquello, para mostrar sólo la parte actual, y así poderla presenta a ti, mos-trando mi principal recorrido por los caminos en aquel tiempo. Aquellas huellas, las recorrí sólo, y de verdad, que, “es dema-siado aburrido / seguir y seguir la huella / andar y andar los ca-minos / sin que nadie nos entretenga”. Pero ahora, gracias a Dios y a ti, esta vez ya no me siento solo, amable lector(a). ¡Por-que desde el inicio de tu lectura, es DIOS y voz, quienes me acompañan!

En este inicio de recorrido, bajamos por una de las bonitas ca-lles asfaltadas de esta noble y linda ciudad Guayaramerín, para llegar al caudaloso rio Mamoré, espejo donde nos peinamos, nos miramos y nos vemos – de alguna manera – tomados de la mano (rio Mamoré), con la decisión de un puente internacional que coronaría a dos lindas princesas, ciudad Guajará-mirím –.Rondo-nia-Brasil y ciudad Guayaramerín – Beni- Bolivia.

A navegar se dijo.

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Sr. Darío Justiniano

Ya estamos embarcando en uno de los barcos; esta vez, en

una “cisterna” de La Armada Boliviana – Tercer Distrito Naval “Madera”. En el cartel de zarpes y atraques, dice que, la salida del barco es a las 10:00 a.m. Faltan algunos minutos. Mientras tanto, si te arrimas a la baranda, centrando tu vista en el barco detenido y la corriente que pasa, así concentrado, en un mo-mento tendrás la sensación de que “se revierten los papeles”, y es el barco, el que parte a gran velocidad ( la sensación ), y la corriente y sus olas, queda atrás… pero ahora ya, en la realidad, estamos zarpando con rumbo al sur; familiares y amigos, nos desean en este viaje lo mejor, al mismo tiempo que nos dicen ¡adiós!!!.

En un estimado de tres a cuatro placenteros días, a pleno goce de la naturaleza, encostando en pueblos y comunidades que así lo requieren. También hemos tenido tres a cuatros hermosas noches mirando la luna y las estrellas reflejadas en el agua, es-pejo de este bello rio Mamoré. Después de esta experiencia, he-mos llegado a Puerto Siles, para continuar de paso por San Joa-quín hasta San Ramón, es la cuarta etapa de este mi viaje.

San Joaquín

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Lucho Gonzales

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En San Ramón

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Sra. Margoth Arriaga de Vargas Sra. Kitty O. de Arriaza H. ALCALDESA MUNICIPAL DE SAN RAMON PDTE. H. CONCEJO MUNICIPAL DE SAN RAMON

En San Ramón, -con pasajes anticipadamente pagados; nos citaron a las cinco de la mañana para salir en dirección a Magda-lena. Mi persona, si de alguna virtud se jacta, es la de ser pun-tual; prefiero esperar a hacerme esperar. Cuando a esta cita lle-gué a las cinco menos diez, pude ver la llegada “a cuenta gotas” de otros pasajeros del camión que salía a Magdalena, donde a medio camino de allí, debería quedarme frente a la estancia “Las Guaracas”, para continuar a pie unos mil quinientos metros hasta el puerto, en donde se encuentran unos grandes árboles de tajibo coronados de lindas y primaverales flores amarillas, en inconfundible señal del lugar (el puerto). Desde allí, se verían las casas de la hacienda, “La Punta”, y desde ese puerto, después de algunos gritos, vendrían en canoa a recogerme. También me habían hecho notar, que si quería llegar a La hacienda: La Punta dando la vuelta, debería ir por la comunidad Guacayane o Gua-cañane, (así me habían señalado estas dos opciones).

El carro, en el que ahora debemos salir para esos rumbos, des-de San Ramón, estaba estacionado en la acera de la calle frente a la casa del conductor, que no es el dueño; porque, aunque no de fuentes oficiales, supe que este motorizado provenía de una fundación cooperativa; por lo tanto, significaba el sacrificio del

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pueblo. Entonces este circunstancial chofer del carro, sólo era el conductor de turno.

El conductor se levanta malhumorado; claro, ahora todo le mo-lesta, cuando el dinero para el pasaje impuesto, ya lo hizo fiesta

Sin poder predecir su nacionalidad; pero, se podía percibir, un casi imperceptible acento extranjero. De unos treinta y cinco a cuarenta años aproximadamente, alto y grueso, tirando a obeso; en una gorra vieja tenía metida su cabeza hasta las orejas; la visera de la gorra casi tapaba su mirada indecente…con las mu-jeres; pero a los hombres, no mira de frente.

Decía que este conductor nos había hecho esperar una hora después de la cita, recién se levanta a las seis de la mañana; él, después de echar superficial mirada debajo de la carrocería, tal vez presumiendo algún problema, sin saludar a nadie, aparato-samente estiró la parte superior de su cuerpo, y después de un bostezo de sapo, mal humorado y como al descuido, dijo: “¿es-tarán todos los pasajeros? − A lo que, me apresuré a contestar− seguramente ya somos varios. Luego de algunas vueltas sin jus-tificación, y después de mirar la atmósfera para ese lado del ca-mino… porque seguramente esa noche había bebido, con voz pastosa, comenzó a decir: “¡yo pensé que ahora iba a ver un veranito; pero, este cielo está tan feo como cara de suegra cuando el yerno es flojo y “toma café”, pero en fin, no queda más, ¡que suban los pasajeros!”. Esta es la parte ya mencionada, en donde – simbólica-

mente, comienza en este cuerpo, la parte que correspon-de a la barriga y sus extremidades; este conductor de turno, sin sentimiento, con tan sólo la sensación, de apremiantes necesidades, y exigencias, como que ahora es, autoridad de injusticias.

A esa anterior orden de negrero, los pasajeros corren a subir al carro, tratan de hacerlo por donde pueden, principalmente pi-sando las ruedas traseras en lugar de puente, pero, el problema es para las simpáticas mujeres que aparentemente son prove-nientes de La Paz, Cochabamba, como otras de Tarija; porque en

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lugar de pantalones apropiados para estos momentos, ellas típi-camente vestida con atuendo de amplias faldas, propias para bailar chacareras; y no así, para estas incomodas eventualida-des, tenían que abrir demasiado las piernas en evidente desafío al pudor de señoras. Yo, al mirar la desazón de ellas que corrían mirando sin hallar el sitio adecuado por donde subir, les dije que esperasen, porque de inmediato les solucionaría la dificultad. Y es así que,” cuando mi cantar se vuelve gitano es para ti”. De inmediato moviendo mis piernas como un “ciempiés”- me aper-soné al conductor, que displicente miraba. Al apersonarme, para decirle: por favor, me presta una silla y una mesa---- “¡ni las si-llas ni las mesas son para pararse en ellas!” – dijo él-, al mismo tiempo que la señora dueña de casa también decía: “lleve, no-más señor”. La silla, la coloque de improvisada escalera, mien-tras que la mesa ya estaba de plataforma intermedia en la par-te trasera del carro; me paré al costado de esta escalera; y con todo respeto, amabilidad y la educación que me caracteriza (no por galanteos), les extendía la mano, para que ellas, suban como lo que es toda mujer… ¡una reina!. “Y ahí viene la negra/con su pollera azul /está que arrebata/ con su pollera azul/ está que me mata/ con su pollera azul “ella también subió con ese porte de reina africana (posiblemente es de los Yungas Pace-ños): ella también, tomadita de mi mano subió a ese trono de lata, en donde todos nosotros resultaríamos ser las sardinas…en la carrocería del carro.

Inmediatamente después, de que todos subieron de último las mujeres, rápidamente, - con papel servilleta, limpie la mesa y la devolví al mismo lugar, de donde la saqué; estaba haciendo lo mismo con la silla, cuando la señora dueña, me grita: “¡¡¡Señor, deje la silla con barro, y corra, porque ya lo deja su carro!!!” – corrí, y ¡con un salto de rana y otro de mono, me abracé donde pude, pensando que si le erraba al gajo, me iba hasta abajo! Y me imaginé caído, sentado en el suelo, quizá hasta ahora – es-perando que, pase otro carro; y como no me había caído del ca-rro cogido como nacido; agradecido y sin olvido, mire para atrás estaba la señora, parada, y que sin hablar nada, nos despedía agitando su mano. Y yo, del mismo modo, le agradecía por todo: ¡muchas gracias señora amiga, que Dios la bendiga!

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Media hora después de haber salido de San Ramón, recuerdo que el conductor había dicho: “el cielo está feo con cara de sue-gra”. Y ahora, por lo que se ve, la “suegra” comienza a llorar en tremendo aguacero, el que está por romper esta vieja carpa que nos cobija en este camión. Yo, en este momento, y en otros de estas lluvias, siempre me llega a colación el recuerdo de lo que me contaron; y es que en algún lugar, había una vieja ¡seca, seca, seca…! Pero tan seca que haciendo zig – zag sobre la llu-via, podía pasar sin mojarse. Como también se dice, que, no fal-ta un hilo para una aguja (y viceversa); a propósito, también me contaron, que en ese mismo pueblo, igualmente, había un viejo ¡seco, seco, seco! Y con esa vieja ¡seca, seca, seca! se casaron y vivieron felices tomados de la mano, caminando por la lluvia, sin mojarse (para decir verdad… personalmente… me quedan algu-nas dudas de la veracidad de este caso, pero, así me lo conta-ron).

El carro, con un movimiento más fuerte que los anteriores, me ha cortado todo otro recuerdo. Parece que, definitivamente, nos hemos detenido (atascados).

El conductor se bajó de la cabina, y renegando entre dientes, tan malhumorado como siempre, dice: “¡ahora sí, estamos atas-cado en una huella tan profunda que nos detiene enterrados, hasta los moños, y para colmo, se quebró el palier, todos deben bajarse del carro!!!”.

Todos quieren salir rápidamente, con la diferencia de entrada, es que esta vez, para la salida no hay dificultad en bajarse del carro atascado, y con “el palier quebrado”, además de estar su-mido hasta los “moños”, como había dicho el conductor “, ahora la carrocería, se encontraba a flor de agua”, escasamente a una cuarta del suelo.

Fui el último que bajó del carro atascado; y, viendo a un grupo de personas que miraban, también lo hice en aquella dirección, y vi, a una hermosa pareja de ciervos, a unos ochenta metros, en donde pese a la distancia en aquellas pampas, se podía pre-sumir, estaban a la orilla de un arroyo que seguramente, les ser-vía de espejo proyectando sus hermosas estampas. Dos lindos

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ejemplares. El macho, con unas soberbias cornamentas, quizás de catorce palcas. La hembra, a mi imaginación, da la impresión de que está mirando al ciervo con carita coquetona y mirada soñadora (con pestañas postizas y ojos delineados – se apresta a intervenir sugiriendo mi subconsciente, a lo que de inmediato refuta mi consciente: ¡Por favor! sin exageraciones que solo es-tamos hablando de animalitos inocentes). Ambos, se miraban de frente como sí se pidieran… rendición de cuentas; imaginé que el ciervo a la cierva le estaba cantado la canción de José Luis Perales: “Mirándote a los ojos juraría/ que tienes algo nuevo que contarme/ anímate no tengas miedo/ quizá para mañana sea tarde/ ¡es un ladrón, que me ha robado todo!”. O tal vez el cier-vo, podía ser que, también le estuviese cantando: “Usted es la culpable/ de todas mis angustias/ de todos mis quebrantos/ Us-ted. Llenó mi vida/ de dulces inquietudes/ y amargos desencan-tos/ Usted es como un grito/ que llevo aquí en mi pecho/ y en mi corazón/ y soy aunque no quiera/ juguete de sus ojos/esclavo de su amor”. O es que el ciervo, ya estuviera con la canciones de la despedida: “Cuatro caminos/ hay en mi vida/ cuál de los cuatro/ será el mejor/ tú que me vistes/ llorar de angustias/ dime palo-ma/ por cual me voy”. Amable lector(a), cuando estamos canta-do estos fragmentos de viejas canciones a dúo, creo que lo hici-mos bien (esperando no sea tomado como plagio) gracias… y ahora, que, entramos en confianza, aunque tú no me pediste nada de esto, igual te graficaré, te dibujaré simbólicamente, esta mi condición, que aplico en relación de lo siguiente: En nuestro oriente boliviano, no es raro encontrarse con un camba “jovial y pícaro”, que espontáneamente te juega una broma; o, como en este caso de los matrimonios, con sus cariños como de niños, comienzan jugando y terminan peleando!!! Y eso, ya no es chiste. Pero, como te decía, esto que te contaré a continua-ción, de alguna manera servirá, de gráfico en mi condición de escritor. Se trataba de un matrimonio, que después de algunas bromas, terminan diciéndose lo siguiente: “empanada (de las malas) tu madre de mucho(s) aire(s), condenada, que si se la aprieta, queda en nada.– A lo que el otro, le mira, y tranquila-mente le contesta: “salteña(de las malas) tu padre: con muy poca carne y mucho jugo de mucha papa y mucho colorante de urucú (salteña corrupta)---- “Ja, pero eso no rima”----“ no rima,

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pero es la verdad”. Así también en mis escritos, cuando trato de darles rima, es porque encuentro que sale más bonito… pero lo otro, que no rima, también dice la verdad.

Continuamos en los alrededores del “carro atascado”; en otra dirección aquí muy cerca, vemos una pata-hembra, pareja del pato que sale del hueco de una palmera. La pata, ha salido to-mando vuelo, lleva en su pico chato, un pequeño pato, segura-mente de dos días de salido del cascarón; lo traslada colgado del cuello y en su vuelo va en dirección al agua de los bajos (ba-jíos), entre los arbustos, donde depositará a su pequeña cría. En este trajín, tendrá que hacer, unos quince a dieciséis viajes, para transportar a toda su nidada. Estos pequeños patos, estarán en este su habitad, hasta que puedan volar, que será en cinco a seis meses, para después, una parte de ellos, emigrar a otras latitudes, de donde vuelven nuevamente, buscando este pulmón del mundo; pulmón ecológico, que en otro lado no lo encuentran para poder ovar y empollar otra vez, como lo hemos visto ahora.

Amigo(a) lector(a), si me disculpa, por no estar queriendo dar por finalizado el punto, pero es que quiero mostrarte una curiosi-dad más en cuanto a la hembra del pato (la Sra. Pata), con su ¡huevada que empolla hasta dar a luz a su patada! Ayudándolos a salir del cascaron hasta llegar al último para también empujar-lo, obligando a que todos salgan de allí del hueco que quedó de un gajo que se pudrió profundo en el árbol donde ella (la pata), hizo su nido a quince o veinte metros o más de altura.

En esta otra característica de patos, que muestro para tu curio-sidad, en esta otra historia, ya no bajó las crías en el pico, uno por uno, como sucedió con estos otros; porque, como decía en este caso, los empuja para que caigan como pelota de pin-pon, que en el suelo cubierto de maleza, no se quiebran ni se revien-tan como se debiera suponer (siempre se dice que el niño es de goma). Después de que todos los pequeños patos han aterrizado sin novedad, la “Sra. Pata”, también hecha las cascaras y el huevo que había quedado “huero”. Así, el nido ha quedado lim-pio para la próxima. Ahora le corresponde a ella, bajar para reu-nir llamando a todos y aparentemente poderlos contar y satisfe-cha, les da unos pequeños picotones a manera de besos por

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donde les caiga para en enseguida ver al huevo “huero” que si se quebró, o si no para quebrarlo, trasminando el ambiente de fétido olor para delicia de las moscas que de inmediato, como si hubiesen sido invitadas, llegan para ser el primer alimento de los críos.

Los críos, después de haberse dado su panzada de moscas, “en columna de a bollo” siguen a la madre que Capitanea la marcha hacia la aguada ¡uno dos!, ¡uno dos!, ¡uno dos!, ¡isquier, dos, tres, cuatro!

La “Capitana” pata, con el cuello estirado y la cabeza levanta-da en esa marcha mira para todos lados por que a cada momen-to, teme lo peor; y lo peor en un momento se aproxima; la capi-tana pata, ya nomás ordena a los pequeños patos, ¡romper la formación y que cada uno se mimetice en el pasto de la pampa, o donde puedan! (y si fuese en el agua, ellos se zambullen hasta encontrar otra materia para meterse debajo y solo sacar el pico para respirar). En este caso, ellos se han metido debajo de don-de pudieron, y es entonces que la madre (“capitana” pata), deja de caminar directo, y corre para un ángulo opuesto arrastrándo-se de costado dando la impresión de que está ¡mortalmente he-rida! El intruso que la ve en ese estado, de inmediato cree haber encontrado ¡presa fácil! Y en esa ilusión, este (a) pobre iluso(a), la sigue. La pata, está dando la apariencia de que esta coja, el ala quebrada y tal vez otras heridas, espera al torpe que la sigue hasta que está cerca, para nuevamente ella, en su comedia, avanza un poco más con débil vuelo para nuevamente caer “exhausta”, y así muchas veces, hasta que el cazador cazado, se a acobardado de creerse ¡un gran cazador! (escribiendo esta parte, un tonto me dijo que este caso, era parecido al de la mu-chacha que finalmente es su esposa. Y yo le dije, que no pode-mos escribir mezclando las cosas, porque ahora no estaba ha-blando de mujeres). Es entonces que la “herida” pata, deja su engaño, para volver a la normalidad buscando “su patada”. Lla-mándoles, y hablándoles a su manera, nuevamente reúne a sus pequeños; les da unos livianos picotones a manera de besos y los conmina a continuar la marcha interrumpida por “el intruso”. Nuevamente ésta mamá pata, es la capitana de esta escuadra

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de pequeños patos vestidos de amarillo y negro… que si no Stronguistas o tigres de bengala, son patos nomás. Y la marcha continua, ¡uno dos!, ¡uno dos!, ¡uno dos!, ¡quiere, dos, tres, cua-tro!, ¡al agua patos! Y nosotros regresamos al punto de partida, que es donde quedaron los compañeros en el “carro atascado”, agradeciéndote mucho a ti, amigo lector(a) por haberme acom-pañado una vez más, hasta el final de esta nueva curiosidad en cuanto a patos. Gracias muchas gracias.

El paisaje, también aquí es hermoso; y ahora, mirando en otro lado, otro grupo de personas tienen un binocular que se prestan unos a otros para mirar acercando distancias al mismo tiempo que emocionados; hablan y comentan a pesar del ensordecedor graznido de centena de aves, que están asentadas en las aguas poco profundas de los bajíos, mientras otras aves vuelan y revo-lotean, haciendo piruetas en formación.

En este momento, me siento tentado acercarme al grupo de personas extasiadas en el espectáculo, para compartir con ellas mis relativos conocimientos, y en este entendido, comienzo por decirles: entre tanta variedad de aves, aquellas de pico chato, son patos: tan apetecibles en el alimento de cualquier mesa. Las aves grandes que no son de pico chato, son batos (de la familia de la cigüeña pero más grande y más colorida, cerca de la cabe-za, tienen el cuello amplio colorado con negro y sin plumas), solo decorativos y por lo tanto, sería un verdadero crimen matar alguno. Después de decir esto, me quedé callado, embebido en mis recuerdos.

A propósito de extranjeros que llegan a Bolivia, ya mayores de edad y que no aprenden a pronunciar debidamente el caste-llano. Uno de estos personajes, un “turco” llamado Julio Hiza, el mismo que vivió en mi pueblo (Santa Rosa del Ya-cuma – Provincia Ballivián) hasta su muerte “Q.E.P.D.”. Este personaje “turco” tenía su tienda de turco nomás: “vendía de todo un poco” y también tenía una ganadería en una estancia llamada Niza.

Dicho personaje, un día, viniendo de su estancia, en un her-moso alazán de fina estampa, con ese su porte de don “Quijote

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de la Mancha pareciera estar en busca de su Dulcinea del Tobo-zo”; a esa altura de cabalgadura y de patrón estirado, fácilmen-te podía abarcar con la vista, una gran distancia en esa superfi-cie plena de belleza sin igual, que presentan las pampas orienta-les.

Ante esta vista, “el turco”, detiene su cabalgadura y espera a su “guachimán escudero”, que tiene por nombre, Antolín Mu-chairo, pero que el turco lo llama simplemente: “Dolín”; viene algunos pasos más atrás en una cabalgadura que contrasta con la del patrón, y deja mucho que desear en el contraste de su tamaño, tal vez un burrito llamado “grundy”. Así vemos a ca-balgadura y peón sin ningún garbo. Al acercarse al patrón, que continua mirando al frente y con todo su mal castellano, le dice: “Dolín, anda bata el bato”. Antolín, que es realmente lo que se llama este hombre, “también mira en esa misma dirección de su patrón, y a pesar de que el pasto es considerablemente peque-ño, a la distancia lo primero que Antolín ve desde su cabalgadu-ra, es al bato, que es el de mayor tamaño y que no es de pico chato. “¿Para qué quiere el patrón que lo mate?... bueno pues, allá él, las ordenes no se discuten, se cumplen”. Antolín, que traía la escopeta en bandolera, ya nomás cae en posición de arrastre con los codos y las rodillas en tierra. La escopeta colo-cada en sus antebrazos y el pecho de rastras en el verde pasto, solo se le mira, el pantalón, que cubre los glúteos; grotesco, pero ahí va Antolín, dispuesto a no escapar la presa ordenada por el patrón. Calculando distancias entre su víctima y el, leve-mente levanta la cabeza bajo la mirada atenta del “turco” su patrón. En un momento, sin dejarse ver nada más que parte de su cabeza, el hombre se prepara entre el pasto y dispara su es-copeta; es así que el grande bato, -que no es de pico chato- cae fulminado. Esta hermosa ave decorativa que por conciencia no se debe matar y, por lo tanto, no se puede comer. (No termino de escribir anterior frase, interviene mi subconsciente para su-gerirme que escriba sobre el final de esta historia en cuanto al bato, al igual que la del pescado, que si no está pescado, no se lo puede comer). Me rasqué la cabeza, cuando por un momento me detuve a analizar, y a la luz de mí consiente, me dije: la his-toria del bato, no guarda relación con la del pescado, no, no lo

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escribiré… Perdón por la interrupción, decía que después del disparo, con la escopeta de Antolín, el grande bato fue fulmina-do, mientras que –del lado del bato, el pato que es de pico cha-to, apetecible en cualquier mesa, ha levantado el vuelo a lonta-nanza. Tarde Antolín, se da cuenta de su error, pero ya está, y es sin remedio. El humilde Antolín, con su enorme e inservible ave, la lleva de rastras a los pies del patrón --- “¡hay Dolín, que has hecho Dolín, bataste el bato, en lugar del bato!”(Que has hecho, Antolín? mataste el bato, en lugar del pato). Desde aquí, mis respetos y mi aprecio a esta distinguida familia, principal-mente, a mis dilectos amigos: Luis Fernando y Edgar (campolo) Simón Hiza.

Aquí concluyo este mi recuerdo, y es cuando el conductor se ha acercado al grupo, y con el dedo apunta a una señora con su pequeño niño, al que sostenía cariñosamente en sus morenos brazos; el “hombre” se le acerca, al mismo tiempo que le apun-ta con el dedo, para decirle: “¡usted no pagó su pasaje, y quizá al final del viaje ni su marido pague, por lo tanto, tenemos que regresar, y usted, me acompañará a vender la gasolina, y com-prar el repuesto para mi carro. Tal increpación con sentencia fue suficiente motivo para la mujer (sin la venda en sus ojos, los abriera como platos, donde pude leer dibujado el miedo rayando en el terror).

Entre los comentarios que de inmediato se dieron a propósito de aquél improperio, estaba el de una persona que afirmaba co-nocer a este hombre que es el conductor y también agresor de la señora, a quien conocía por ser su vecina. Decía que ella an-tes de casarse con su actual esposo, en ocasiones la había visto sufrir el acoso sexual de este atrevido conductor y, lo que se había podido percibir, era que ella no quería saber de él; por lo tanto, tampoco ahora y menos que antes cuando ella ya casada, tenía que haber razón para que este degenerado, llegue hasta este desaprensivo comportamiento.

Al ver esta tirana actitud del conductor, en contra de aquella señora, todos mi músculos se me pusieron tensos, pero me con-tuve pensando que yo podría pagar esa cuenta; metí mis manos hasta el fondo de mis bolsillos y no encontré en ellos “ni harina

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de biscocho”; ¡qué impotencia en el fondo de mi corazón, que, hasta me dio ganas de sentarme a llorar, aun sabiendo que me iba a avergonzar. Fue el momento que recordé, cuando de niño me decían: “el hombre macho, no llora, a menos que este borra-cho... o porque lo deja, su vieja corteja”. Así recordando a mi abuelita santa, me trague mis lágrimas, que se me hicieron un nudo en la garganta. De todas maneras, me coloqué las gafas de vidrios azulados, para que no vean que mis ojos habían suda-do; porque la peor dolencia, es la impotencia.

El conductor que al parecer, no era boliviano, porque un au-téntico boliviano, o verdadero beniano, jamás trata mal a la gen-te. Antes dije que en sus morenos brazos, la mujer llevaba con cariño; “la balanza”: el niño, mismo que tuvo que soportar en su cabeza, más el peso de una mochila que este desaprensivo le espetó encima desequilibrando así esa “balanza” horizontal que esta mujer (sin vendas) llevaba. Y la echó por delante a caminar de regreso, pero después de avanzar un trecho, el abusivo, re-gresó para decirnos: yo no sé cuánto tardaré, pero ustedes pa-sajeros pueden ir a guarecerse aquí cerca la estancia Las Guara-cas, que toda esta gente por excelencia hospitalaria”.

Así el conductor, se había convertido en su propio ídolo, podía cambiar a su antojo y necesidad, “la leyes” y “la constitución”; solo porque él, conductor era el conductor, y punto. Por lo tanto, era el único que ordenaba y nada más valía, ni siquiera lo que decía la señora victima con el apoyo de un grupo de nosotros, que de alguna manera, era la voz de mayoría, en democracia la voz soberana que este hombre desconocía, por lo tanto, no pu-dimos revertir la situación a favor de esta “señora Esther” (como la nombraron a esta mujer). El conductor, alegaba, como disco rayado, cualquier incongruencia que ni el mismo creía, y ponien-do a prueba nuestra inteligencia, pretendiendo dejarnos como si fuésemos tontos. Aunque, algunos si, “se hacían a los tontos”, porque según supe, que al igual que el conductor, la mayoría de otros aquí, y según lo que callado vi, y percibí, eran militantes del gobierno… y tal vez, una más de las “razones” porque las que este chofer conductor, se sentía tan envalentonado, incons-ciente e inconsecuente en su incontrolada naturaleza.

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El hombre malo, de instinto natural (un alacrán) continúa tan peligroso como cualquier animal que desconociendo LA LEY, no teme el castigo, que es la VARA del padre terrenal.

Un paréntesis para decir una moraleja.Aunque el caso no viene exactamente a la lógica de la historia

central, sin embargo, creo que de alguna manera vale la rela-ción del simbolismo de un cuento que alguna vez escuché y en el cual concluyo agregando la última parte, además de la mora-leja

El alacrán y el sapoDice que estaba el alacrán, desesperado por cruzar a la otra

orilla de un corrientoso arroyo, y no hallaba como hacerlo; cuan-do a la distancia ve a un sapo que apacible nadaba llegando a la orilla; fue entonces que de manera ladina, el alacrán le dice; hermoso sapo, es de vida o muerte para mí pasar al otro lado del arroyo, en tu espalda pásame por favor…no seas malo. El sapo, le mira a tiempo que le contesta: NUNCA HE QUERIDO SER MALO, ni tampoco negativo; pero tú, tienes fama de ser tan peli-groso. Era verdad querido sapo, pero eso era antes, porque ahora, ya me he regenerado… y soy bueno…por favor pásame… ya te dije que es de vida o muerte para mí. Conmovido el sapo, en su inofensiva naturaleza, sobre su lomo acepta pasarlo a la otra banda; pero, al llegar a salvo, el alacrán le clava su mortal aguijón. Herido de muerte el sapo, le mira para balbucir: “por-qué me hiciste esto cuando ayude a preservar tu vida?”. El ala-crán respondió: “DISCÚLPAME MUCHO; PERO CONTRA MI MAL-SANA NATURALEZA NO LUCHO”.

Cuidadoso de no causar posibles faltas de respeto a ti, solo digo para mi, esta

Moraleja:No sea “sapo”: nunca creas bueno, a aquel con cola de veneno.

Fin de esta moraleja.

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Con sínicos de esta calaña, no existen razones de honrada so-lución como alternativa. Es entonces que el diablo, incrustado en la nebulosa de mi subconsciente, está “echando más leña al fuego”, por momentos provocando un incendio incontrolable.

Aquí vemos a dos hombres ¿MALOS?: un hombre malo (¿por instinto de naturaleza?) da libre paso, a otros males en toda cir-cunstancia. El otro, hombre malo obligado por instancias, o por adversas circunstancias El diablo, incrustado en mi subconsciente azuza cuando, ade-más, alguien hace notar, que llegando a la ciudad, lo demandará al conductor ante alguna autoridad. –pero, este cínico individuo, dice “que es oficialista, y que por lo tanto, no teme”. –Claro que no debe temer abusar, cuando tiene a su favor, una llamada “Justicia” tan desequilibrada por constantes manoseos de con-ductores (autoridades) impuestas por políticas, que no son nues-tras. Aunque, muchas de estas autoridades, son buenas y apli-can la ley sin sembrar dudas, porque actúan por lo sano; pero otras, que se vuelven “gusanos”, cómplices de malos paisanos, logrando obtener, lo que no les corresponde. Estos son algunos malos paisanos, que llegan al Oriente Boliviano con la consigna, de hacerse ricos a como dé lugar; y con sus poder, a muchos orientales “cambas” los convencen para hacerlos aceptar qué “peligrosos tigres, son los pericos”. Y es así, que tus razones no valen, como valen los argumentos de ellos. Entonces, o te tra-gas tu impotencia… o recurres nomás a la violencia, y así, qui-tándote de malos ruidos, le sacas ¡la mostaza rompiéndole su hueca calabaza, que le sirva de escarmiento a favor de esta se-ñora presente y de otra gente en estas penosas circunstancias! y yo, “!que me salía de la vaina!”, pero ya despejado de la bes-tial y satánica nebulosa subconsciente; era entonces que escu-chaba la voz de mi consiente. Con el temor y el respeto a Dios, me decía que nada le haga, porque no me correspondía, bajar al abismo donde el caía, para darle su respectiva paga. Doblegar el carácter de pecado original en el interior, siempre debiera ser la lucha constante y permanente en contra del mal, el subcons-ciente inconsciente y vengativo, con influencias satánicas. El consciente y consecuentemente la conciencia, con educación para la persuasión, el Espíritu Santo de Dios. Era la batalla, del

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bien y del mal; en la cual, yo, sin darme cuenta me arremanga-ba el pantalón, y me ajustaba el cinturón; mientras, este “bendi-to” conductor, jugaba con su suerte…y con la mía, porque “de revertirse los papeles” en mi contra, quizá, hasta este momento, - ¿por intruso? estaría llevando (y de seguro, no serían Dólares, para editar esta historia). Al cabo se decía que él, no temía a la justicia, porque era del partido de gobierno y la ley contra ellos, no funcionaba. Personalmente creo que, actualizando en rela-ción de estos abusos, nada ha cambiado para mejor. Y así, se creen los únicos dueños de situación al institucionalizar tanta injusticia de todos los tiempos, no creo estar descubriendo Amé-rica.

En esta vida como en el juego de la generala (juego de dados) se anota todo lo que se ve, y todo lo que se ve se anota… para enseguida leer, el resultado.

A propósito, es también importante hacer notar que en uno u otro tiempo, en uno u otro bando, existieron y existen conducto-res (autoridades) honradas a carta cabal, que por algo son reele-gidas democráticamente… aunque, de los votos en elecciones, nos quedan tantas dudas, que te obligas a tragarlas crudas.

Muchas veces, por tantos abusos e injusticias a cada paso, mi subconsciente me traiciona pensando en voz alta, tanto que da lugar, como ahora, a que alguien, se acercó para decirme: “Ten-ga mucho cuidado vaquero, en los casos de dinero, usted, mejor no se meta, porque “los grandes patos disparan contra las esco-petas”. A propósito de lo que alguna vez también escuché “te crees un ganador hasta que ingresaste en sus cínicos juegos para darte cuenta que te has perdido, o te arriesgaste demasia-do”

En esta obra a cada paso nos encontramos con algunas partes de aplicaciones simbólicas. Ahí vemos al conductor, a él como pudiéramos ver, en tiempos pasados y presente, a autoridades políticas de turno, abusando de digna señora presente, que has-ta este momento, es persona real en la historia, y que si mejor lo deseas, puedes tomarlo como simple fruto de mi imaginación; Pero, aquí en el simbolismo, la mujer, significa, JUSTICIA… “jus-ticia” hasta que un individuo, conductor de turno, en contra de

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los más elementales principios, la maneja… “como a gallina, amarrada del cuello”. “justicia” manejada, ahora que este mal-vado, la regresa sin haber llegado. La lleva de regreso, dejando el carro (pueblo) atascado, y sin ningún respeto para el/ próximo conductor o conductora; deja a la posterior autoridad hasta sin gasolina, satisfecho de saber que el carro ya no camina.

Y me quedé mirando como este “señor” con la señora (“Justi-cia”) a su disposición, a pleno día se perdía en la lejanía de tiem-po y distancia, en la inmensidad plena de ruidos de grillos y ra-nas que habitan las inmensas pampas orientales en nuestra amazonia. Me reproché a mi mismo por no haber tenido la firme decisión aquella vez, cuando pese a todo, debí demandarlo a las autoridades de aquella época, tratando de que pague sus cul-pas, ¡y se arrepienta!, aprendiendo que la maldad y el abuso, no se debe tomar como derecho personal o político.

Aquí peregrino debe de dejar de mirar para atrás y dar un giro de media vuelta, para continuar su caminar a su destino de ori-gen, la hacienda La Punta. Que de aquí queda cerca, al frente.

Un paréntesis

¡“Don peregrino... Don peregrino… Don peregrino…”!. Era la llegada al portón de mi casa, cuando escuche esa voz, disminui-da por el ensordecedor e incomodo ruido de vehículos en la con-gestionada calle 16 de julio esquina Julio Vieira, frente a las Uni-dades Educativas Venezuela y la nocturna, que funcionan en la unidad educativa Oscar Unzaga de la Vega. ¡“Don peregrino… Don peregrino… Don peregrino!”. Nunca imagine que este sor-presivo llamado, sea en alusión a mi persona; hasta que dando media vuelta me tope con un señor de media edad, y tan alto como mi persona (un metro con setenta y siete cm.). Acercándo-se me continuo diciendo: (Ud. Don peregrino, seguramente no reparo en mi, en el camino: entre San Ramón y Magdalena cuan-do el carro se quedo atascado, y cada uno se vio obligado a to-mar por su elegido camino; pero antes de eso, nosotros al igual

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que Ud. Y los otros, tratamos de defender a aquella digna seño-ra, del tirano conductor que a la fuerza se llevo). Si, así fue, se-ñor; a esta respuesta, mi computadora mental, vuelve al penoso episodio de “aquella vez”, cuando al caminar por aquellos cami-nos al igual que los otros, tuve la ocurrencia de llamarme pere-grino, y no a “los otros”. “¿entonces Ud. Don peregrino, solo por “aquella vez” se llamo peregrino?”. Asi es mi amigo, solo por “aquella vez” me llame peregrino. Pero, no se quede hay para-do, pase a sentarse por favor “gracias Don peregrino, supe que esta era su casa, y solo quise saludarlo, y contarle sobre la tem-pestad que origino y que igualmente cosecho ese conductor, sembrador de maldades”. A logrado intrigarme Ud. Amigo, díga-me a dónde quiere llegar por favor. Cómodamente sentado nuestro amigo da inicio a su relato, diciendo: resulta que noso-tros hicimos llegar esa penosa noticia al esposo de la señora abusada por el conductor. Este esposo de la “señora abusada”, se volvió loco mucho más cuando esta noticia, había corrido como reguero de pólvora de inmediato se expande, pero que las autoridades no dieron importancia contra ese abusador”. Y yo agregue: la peor dolencia es la impotencia. “Así es Don pere-grino, por esos motivos, este señor esposo de la señora abusa-da, despreciándola, la abandona y se entrega a la bebida y a la perdición (lo habían matado en vida). Y el hombre continuo con su relato: “pero un día, pasado un escaso año, cuando menos se lo esperaba, el abusivo conductor, se fue encontrado frio, al lado de su carro en esos caminos, que ahora son carreteras, en aque-lla zona. A propósito de esa inhumana muerte de este señor abusivo conductor, para mis adentros, me obliga, a recordar este pasaje evangélico: “no reúses corregir al muchacho porque si lo castigas, no morirá” (proverbios 23:13). A lo que de inme-diato agrego: esta desobediencia o transgresión a LA LEY, es pecado, y el pecado, es muerte. Y en aquellos momentos, nue-vamente reviví aquella historia, recordando, ese ingrato pasaje de aquella señora con su abusador, que ya me sacaba de mis

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casillas para darle su merecido… y era entonces cuanto mi con-siente me decía: Al abusivo nada le haga, porque no me corres-pondía, bajar al abismo donde el caía, para darle su respectiva paga “y es así puej, don peregrino, (continuo el hombre: “ese abusivo conductor, ahora ya muerto por sus propias concupis-cencias, al parecer, con la misma “vara” que el vivió matando en vida al esposo de la señora, ahora le midieron su estatura, y un poco más para su caja mortuoria; cuando el, ya fue con los pies por delante, en la comparsa de los pies juntos, a peinar ca-laveras”. Mientras este señor continuaba diciendo la ultima par-te de su historia, yo había tragado muchas veces mi saliva, con mucha dificultad; mientras pensaba en lo grotesco de su relato patéticamente macabro, pero, gracias a Dios al parecer este se-ñor ha terminado su inquietante relato; y a parecer a resuelto retirarse, cuando ya, lo esperaba un taxi; me alcanza la mano, despidiéndose, hasta la próxima. Luego lo miro ingresar al vehículo que arranca para sumergirse en el peligroso trafico de la calle “16 de julio”.

Después de este inesperado y forzado paréntesis, e decidido continuar, nuestra historia hasta que el final.

* En la historia, el pre - yo personal, no quiere decir que deje de tratarse de Peregrino por las huellas del camino

CAPITULO IIEN ESTE SEGUNDO CAPITULO, una retórica para un balance

personal, dejando sentado que lo se escribe no es una queja for-

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mal para hacer daño a nadie, sólo sentar precedente hasta tocar fondo.

Cuando a cada paso se ve un cúmulo de cosas y no se puede de inmediato cambiar el sistema en la cosa pública, se piensa que es necesario de alguna manera, que alguien debe mostrar esto, para que en corto o mediano plazo, salir de este sistema de oscuridad en los ambientes de la cosa pública.

Y tal vez, es por eso que cuando buscando de un lado para otro, sólo miras y sólo ves insensibles y desinteresados al entu-siasmo en ese frío de su fatal indolencia, es cuando – desenga-ñado – decides salir del caparazón (aquí le llamamos carpa o pueblo), buscando aire y luz, en la expansión de la inocente eco-logía.

Aquí en el carro, fuera de la carpa, ya no llueve; al menos, no como antes. ¡¡Ahora ya apenas algunas gotas con agradable sabor a lluvia, olor a pasto… y a flores del campo tan amplio como mi respi-rar, en este mundo sencillo y sin pretensiones! – Lógicamente -, mejor, ¡¡la noble y pura naturaleza!!

Peregrino debe continuar viaje, pero siente que en su mente, como llama candente, lleva un enorme peso que es herencia de injusticia e impotencia, muestra que cada causa tiene sus efec-tos, y que no hay efecto sin causa en las distintas huellas, que obligadas o accidentalmente seguimos, y que en el espejo de la vida en el que escribimos, nos vemos reflejados.

– Pero tú… ¿quién eres– Pensando así, y para sí, se había preguntado “Peregrino”

Porqué… allí (en el carro) estaba… peregrino como los otros: pero él, así se llamaba: peregrino; y no a los otros… y es cuando se dice para sí:Peregrino, has tenido la voluntad de mostrar y de salir de ese ambiente, con atmósfera de cerrada carpa que asfixia?… y es aquí cuando realmente vemos, confundido con el lodo, esa CAR-GA DE DESINTERESADOS E INSENSIBLES AL ENTUSIASMO…QUE

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PONEN CARA DE CÍNICOS EN ESE FRÍO DE SUS FATAL INDOLEN-CIA… O DE CÓMPLICES, DEL SILENCIO. Con directas verdades y también sus aplicaciones simbó-licas, continuamos

Tú que eres incapaz de aguantar el frío de los demás. ¿Qué pien-sas hacer?... ¿a dónde quieres llegar?...Para no sentir, para no vivir el frío de ellos, de inmediato me ba-jaré de este carro y caminaré. Caminaré a pie o como pueda, pero no me quedaré detenido… mientras pueda caminar… ¡olvi-dando el frío, echaré al viento mis penas, y me alegraré con las flores de mil colores!

Y Peregrino continúa cavilando

En defensa de lo que presento en este caso, por hidalguía y ele-mental ética, me declaro el tallo de las rosas, igual que muestro las espinas, igual enseño a la vista las flores de mil colores.

Es que yo peregrino, alma inquieta, mi mente no fomenta te-mores mórbidos ni guarda dolores crónicos. Por lo tanto, mi de-seo y mi accionar es siempre mostrar lo malo con la intención de corregir… y enseñar a otros la belleza que significa poesía; y en ésta presente, naturalmente, sólo aportaré con la rima.

Pero… Peregrino… tú…

No, por favor, ya me has persuadido lo bastante como para desanimar a cualquiera… Pero a mí no, porque sabe Dios que soy decidido y no cobarde… algunas veces.

Así continuamos viendo que. el subconsciente proyecta razones que finalmente analiza, define y decide – de pere-grino – el yo consciente. Y ambos: el subconsciente y el consciente – en la historia, se encuentran como si estuvie-sen en diálogo permanente.

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Huellas…que seguimos en rescates de culturas ancestrales. Y que finalmente llegue a ser, un recuerdo de familia… y para

toda la familia.

Es así que ahora presento esta tercera parte correspondiente a esta guía de turismo entre San Ramón y Magdalena, en el lado izquierdo, la comunidad Guacañane,

DIGNO Y EJEMPLAR PERSONAJE Este el Señor Don Jesús Suarez

LA RETIRA-DA:

Cuando otros reco-gen hermo-

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sas y pesadas maletas, peregrino, (por así decir), ha guardado sus pilchas en un calcetín… y todavía le sobra espacio. Echándo-se esa su carga al hombro, sin mirar atrás ha comenzado a ca-minar… despacio…despacio pero, decidido.

(José María Salvatierra (Mijillo) y su digna familia)

El agua cristalina – que minutos antes daba motivos para gua-recerse en la maloliente carpa, ahora, es una delicia para los pies descalzos.Y mientras Peregrino avanza despacio, como una invitación ca-sual, el agua corre en su misma dirección; y es cuando un perso-naje, gran y excelente amigo, el señor José María Salvatierra (“Mijillo”) y los hermanos Arteaga, le dan alcance para decirle: Peregrino, hemos sabido que desviando un tanto a la izquierda, muy cerca de aquí hay una comunidad llamada: Guacayane o Guacañane que, en el dialecto nativo (el Baure) quiere decir: plata mañana – (guaca = dinero y ñane = mañana) y dice que allí en el tal Guacañane vive una ancianita de unos cientos y tantos años, pero todavía vivaz y juguetona, la cual tiene sus tataranietas ¡¡lindísimas!! Con las cuales recrearemos la vista y además, ellas serán las que nos indiquen el camino a continuar.

A esta sugerencia, peregrino hace un desvío a su destino ini-cial -hacienda La Punta- para dirigirse ahora a la comuni-dad Guacayane ¿cuál es tu apuro?-

Llegar y ver a la ancianita con más arrugas que el cuello de una tortuga, fue uno sólo. ¿Qué importaba su verdadero nombre y apellido?; ella, es simplemente: “la mama”. Ella, es la genuina estampa típica ancestral con su vestimenta raída por el tiempo, su infaltable “tipoi”, igual que ella, carente de su pinta y de su color… ¡tan sencilla, que no tiene incómodas pretensiones, in-sanos complejos, ni vanos prejuicios!Hago notar en esta foto posterior, la ausencia de las verdaderas “ñetas” (nietas) de la mama, en algún tiempo después de que sus tatarabuela murió (en el final de la historia), habían abando-nado la derruida vivienda (no las encontré para la foto). Ahora,

Scarlen C. Pinto G., Georgina Añez Justiniano, Miguel Ángel Rodas P., Lucero Datzer Pinto, Flor Datzer Pinto, Gabriela Vargas Rodas, Yasmila Montero, Brisi, Yamine, Thalía Gutiérrez Quiroz.

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agradezco a estas simpáticas niñas, por su entusiasmo de posar en representación de “las ñetas” de la mama.

“La mama” (sin el acento de mamá) estaba allí, estaba allí ella descendiente directa de aquellas nuestras etnias ancestrales de igual similitud. Tuviésemos que hablar de igual identidad en Santa Cruz, en Tarija, en Pando y aquí en el Beni. Ella salió pre-surosa y vino al encuentro de sus eventuales visitantes.

Salió para recibirnos con su permanente sonrisa carente de su herramienta bucal, que no era (precisamente) como para una propaganda de Kolinos. Pero sí, era y es la sonrisa, misma que cautiva y aviva el espíritu; la sonrisa que era, es, y siempre será la mejor presentación que da vida, mientras ¡¡¡viva la mujer!!! Y en este caso, en este momento vemos en “la mama”; la sonrisa que seguramente en sus tiempos, revivió a muchos… y que, por más de un siglo, vive ahora para nosotros.

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Ella contó además de otras cosas, que “el taita” (su esposo), lastimosamente había muerto pero que ella, conservaba de él, su sombrero de jipi-japa y también su machete envainado, el que a diario siempre cargaba en la cintura, llegándole más abajo de su rodilla. “Peregrino”, en este momento piensa que segura-mente de esa costumbre diaria y permanente (el uso del mache-te), nace el conocido “Baile del Machetero” ¡tan! Original y típico como las danzas “el Tiri-Tiri”, “el Sarao”, “la Chobena”, “el Ton-tochi”, “las Moperitas”, “las Mamas”.

“Y en otros departamentos, sus etnias, también conservadoras de sus modismos, sus costumbres, sus lenguas, sus dialectos; Igualmente de su folclore típico y de otros de los cuales más adelante profundizaremos. De todo esto mencionado, concluí que repartiendo copias en borrador a diferentes departamentos, solo servían de inspiración para otros, mientras este libro y yo, quedábamos rezagados en el tiempo y su distancia.

La mama, ella es, una más de nuestras hermosas verdades; sin duda típica, original y genuina presencia, acreditando nues-tra cultura e histórica que, incluye su gracioso modismo cuando, en su hablar utiliza en todo la –U– en el lugar de la –O− la –J− en el lugar de la −S− y de la −Z− (ojo), y su pronunciación es, ¡¡con el mayor acento de admiración!! (su modismo) de lo cual nos quedan resabios. Ella está aquí, la muchacha, la fulanita de aquellos tiempos pri-mitivos que, a través del tiempo y en los tiempos, ahora sólo llega a ser, simplemente, “la mama”. Una historia de abandono y soledad que pese a todo, desde el comienzo hasta el final, esta mujer contrasta con la sencilla belleza de los campos con aparentes pinceladas al paso de las flores. Los colores de su ves-timenta (el tipoy), que también se suma a los exóticos y multico-lores paisajes de este mí país. Belleza que significa ¡¡poesía!!... sin mayores pretensiones.Y allí, donde estás tú, mama, en este mencionado marco de be-lleza, es donde nace nuestra leyenda. Leyenda que, más que mito… es historia, en la cual yo, naturalmente para la poesía, sólo aportaré con la rima. (Había dicho peregrino).

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Primero nace la flor, y con ella la poesía; enseguida/sin presu-mir yo de poeta/ por decir de ella su verdad/natural sencilla y escueta.

LA MAMACAPI- TULO

IIIPOR LAS HUELLAS

DE“MI-TO - RIA

Para va- riar un poco, en la misma historia, desde este CAPI- TULO l ll, hasta el final, ESTÁ ESCRITO EN VERSO LIBRE: canta como el pajarillo pecho amarillo, vuela y canta sin importarle quien ami-go, le da la comida y le presta abrigo. - Febre- ro1998 Entre San Ramón y MagdalenaPeregrino, de paso en la comunidad Guacañane.

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§ 1

Guacañane está asentadaen las márgenes de un bonito arroyo,del cual deriva su nombre.A propósito pregunté:si abundaban aquí los peces,y me contestaron de una manera dudosa pero sencilla:“en las inundaciones los peces nos llegan con el agua del arroyo se desbordan”,oportunidad de nosotros y otro fulano,los pescamos directamente con la mano.

§ 2

¿Pescar peces directamente con la mano?y les miré cundo me pregunté:¿será que me consideran cualquier Crispín,y pretenden “verme la canillas” y “tomarme el peluchin?”

§ 3 Sin exageración o con ella a relación de los peces,la verdad es que tienen muchos todos los meses y a esta relación con razón me fue fácil deducir, por qué el nombre GUA-CAÑANEy es que, en el dialecto Baure la pesca de la noche significa: GUACA (dine-ro),ÑANE (mañana) en el mercadode Magdalena o San Ramón.

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§ 4Claro, con ese poco de dinero que da el pes-cado, para ellos es sagrado – en el mercado –

en el puesto de Aparicio, puedan comprar -se…

algún complemento alimenticioy… y… y los amigos! ¿Dónde se metieron?- “se jueron puej disqué con mis “ñetas”A traer agua al puerto de Mauriciu”.

§ 5Indudable, cada uno llegó a lo que vino, mientras peregrino pregunta del caminoa la MAMA que charla de sus “ñetas”,de algunas recetas pá su“difunto esposo que se murió”y de otras personas que en su larga vida conoció……la respuesta sobre el trayecto del camino,A ella, le vale un comino.

§ 6Mama, perdone que ruegue,que insista en la pregunta el favorcito,pero, es que de verdad necesitosi de eso no habla usted me apunta:el camino para llegara la Hacienda La Punta.

§ 7Si escuchó, o no escuchó,pero ella con su chácharadando vueltas ¡entretiene el apuro!Y divaga su respuesta

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¡De mata en mataSaltando como canguro!

§ 8Le miro con pena porque entiendo,que encontró en mí, la oportunidadde desempolvar esa calamidadde anquilosado repertorio,el cual, continúa como en veloriosin importarle o tener en cuenta que para llegar a la hacienda en la oscuridad…de a pie y descalzo… ¡es una temeridad!

§ 9 Pese a todo, no deseo ser descortés… nunca lo he sido con nadie… y mucho menos con una damita aunque esta sea, una ancianita… por eso permito que continúe largando el rollo aunque nada, ¡por mi apuro medie!.

§ 10Y así, ella se goza con todas sus vueltas que, más parecen acertijos, Porque en defecto: esa su amalgama de castellano, lengua y/o dialectoInterponiendo “U” en lugar de “O”y la “J” en lugar de “S” su oraciónhablada ¡con la mayor acentuación!

§ 11Y fue en ese modismo que “la mama” divagando su respuestaMenciona algo sobre la pregunta,para decirle a Peregrino:

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“¡En la hacienda La Punta!! § 12

¡Un arruyu con su laguna juntaY ella misma se hace la pregunta:“¡que por onde queda esu!” ¡elay puejpur la carretera San Ramúnllega ajta el indio máj jetún!”.

§ 13Peregrino le mira de cotiojotentao a decirle:mire “mama”aguanto lo de su modismopero su idiosincrasiaya no me hizo gracia.

§ 14

Y como no le dije nada;ella continuó diciendo:“¡de ese boningu – natural – centru turísticu! – ¡su dueñu es el iñor dun Jaricu!!”¡Juguetón y güeno con su cariñu!!¡colgau de mij ñetas!¡parece un pericu!”.

§ 15

“¡Lo que soy yu!¡no lo aguantaría tantu!¡y lo mandaría a fregar a paiba!”¡pero mis ñetas!!:¡tan felices bajo la sombra del árbulcumiendo ambaiba!”.

§ 16

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Nuevamente le miré cuando pensé:claro “mama”,seguramente te habrás olvidao,cuando “ambaiba” joven tú,muchos pericos te habrás colgao.

§ 17

A pesar de su cansancio, peregrino,a pesar de no recibir respuestaconcreta sobre el camino,trató de despedirse para retirarse luego,No piense “la mama”Que a sus chismes se le hace el juego.

§ 18Peregrino, que obligado se quedó en la comu-nidad Guacañane hasta el otro día, decide volver sus pasos por donde llegó. A pesar de la tentación de continuar viaje dando la vuel-ta a la punta de ese arroyo, para caminar –según los lugareños− por una “hermosa pra-dera más plana que la carretera” por donde se llega en motorizados hasta las casas de la hacienda La Punta; pero, por ese trayecto mencionado, se trataba de una mayor distan-cia, y a pie, es mejor pensarlo dos veces, eso lo hace desistir; y, regresa nomás por donde llegó. Y de regreso, “Peregrino” no pudo ver de nuevo a los otros compañeros pasajeros del anterior día; seguramente porque ellos, ya estaban refugiados en la estancia Las Guaracas. Y “peregrino” no ingresó a las ca-sas, pasó de largo; pero si, pudo volver a to-parse con el carro que continuaba atascado.

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Y hasta el otro día, “Peregrino”,allí se vio obligado a quedarse,porque recién muy temprano,le pudieron indicar sobre el camino.

§ 19En este trayecto También me dijeron que, si escogiese caminar dando la vuelta, iríapor una hermosa pradera.más plana que la carretera.

§ 20Y sí, en una de las estancias de Jarico:Deseaba pascanar pá descansar:En“el Paquiosito” o “Las Tacuaras”,donde “Don Freddy”, debería llegar.

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§ 21

Pero si prefieres escoger, entre distancias, gustos y diferencias,y ese camino a “La Punta”deseas abreviar:llegando a “Las Guaracas”,a la derechadebes apartar.

§ 22Y así, abreviando distancias:llegas a este lado deun hermoso arroyo llamado: “La Punta”y al otro lado está la estancia.pero, mientras te pasan en canoa,¡no comas ansias!

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§ 23Y es porque de este lado ya estásmirando las casas de la otra banda…y de esta, tienes que llamar!...-y para dar mayor sonoridad:cuasi juntando las manos en la boca,el fuerte grito:Tímpanos de oídos toca.

§ 24¡Jiiiiiiii… juuuuuuuu!¡Traigan la canoa!!!¡Por favor vengan a pasarnos!el eco repite:

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¡Pasarnos – pasarnos – pasarnos!...

§ 25Y de la otra banda contestan:¡tranquilos que ya estamos yendo!!¡y tan rápido,Como si fuésemos huyendo!!!...

§ 26

Y una muchacha mirando que el puertoestaba tapado por una isla,con gran preocupación me dijo:¡pero… si aquí en el arroyo no hay puertoy por encima de “la isla” a la canoano pienso llegar con mi atadijo!..

§ 27

Le pregunté al de mi costado qué quiere decir “atadijo” Y él me dijo: Muchos de conciencia, de iniciativas y de voluntad, “ata-dos, no causan mayor expectativa, ni aunque estuviesen desatados”.

§ 28Y es que ese viento a favor,en este instante sopla de este lado y llevando la isla para otro,permite ver al hombre apurado que rema ya cerca de nosotros”.

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§ 29

Y ese hombre, llegando nos dijo:“éstas que en el arroyotapaban o cerraban el puerto,son islas flotantesdonde las capibarasson sus únicas ocupantes”.

i

Isla flotante

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§ 30Menos mal no hablé,porque el refrán dice:“no hables mal para el puente por el que tienes que pasar”¡qué alivio señor…!¿el de no haber tenido que pasar…por encima de la isla……hasta la canoa llegar? … No en esa referencia, Sra. Prudencia....

§ 31

¿Si no?el de no haberle dado cuerdaa la lengua –sin razón– hablandocontra el puente (los del lugar);mismos que nos deberían transportar.

§ 32

53

¡Y qué puente!:-de las gratas sorpresas que da la vida!,el de la gentileza!el que llega con prestezapara pasarnos a la otra banda…

§ 33¡No podía ser más gente!porque él esMundy Leigue!!:¡el gran amigo presente!.

§ 34Y nos abrazamos entonando *un viejo pasacalle:“en esta banda y en la otra bandala alegría es la que manda”.

§ 35Y en el “zapateau”de seguro:muchos –cepes– quedaron “pisau”.

§ 36

Finalmente pasamos de esta banday a la otra banda llegamos,llegamos al final…de mi amigolas estancias, “La Punta”,

para coger la plata juntaDios le dio belleza a esta naturaleza.

§ 37En tal belleza!!finos y hermosos caballospasteando y abrevando se duplicanen el “espejo” de la orilla:los potreros, los corrales

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y las bonitas casas con pinceladas de arcilla,entre paquió y motacucesdónde ágil se mueve la ardilla.

§ 38Sin darle tiempo a Peregrino, de bajar de la canoa,ya la vista –embelesado– abarcando tantono acertaba a mirar el pequeño barrancodónde feliz y llena de alegría,en una “chapapa” lavaba “María”.

§ 39Aquí, todo es una expansión espiritualque desborda mi euforiay derrama el canto:“lavanderita guarda el jabóny alza la ropa que es del patrón”.

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§ 40

Y he aquíel (Dr.) Jarico Cuéllar Suárezpatrón y dueño de casa:con su proverbial sonrisay sus dichos que,los dice tan tranquilo:¡como comer uva “pasa”!!.

§ 41Amigo ¡tan! Bromistay lleno de cosas,pero, estaba seguro,no ofrecería rosassi delante de la Sra. Vania (su esposa),le preguntara, si era verdad lo que de él,y de sus nietas, habló la “mama”.

§ 42Y con una sonrisa me quedé pensando lo que –tal vez– a mi pregunta contestaría:

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“¡por favor hermano!delante de mi señora que es una damano me preguntes nadade lo que dijo “la mama”.

§ 43

En ese momento veo ¡que se arregla la camisa!claro, es que están llegando unas bonitas muchachas, a decirle que su camión de Magdalenase les atascó más allá de “las tacuaras”,y obligadamente (ellas) estuvieron,dos días bajo un árbol de mora.

§ 44

Por tal motivo ellas (las bonitas)solicitan muy encarecidamente (con razón)se las transporte a San Ramón

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§ 45

Mi amigo Jarico no podía negarse;mirando su carro y a pesarde no estar el calor para bromas,dice: por si acaso mi carro se atascatambién llevaré mi “tractor”.

§ 46

Yo estoy esperando quedel garaje saque dicho motorizado;cuando él, continúa diciendo,“¡tractor!”, venga suba, vamos!qué me iba a imaginar tal ocurrenciapues el tractor de referencia:era uno de sus empleados.

§ 47

58

Ese mismo día de la llegada a esa,llamaron a almorzar; y Peregrino, que tenía hambreno se hizo del rogar.

§ 48

Instalados ya en la mesa,y antes de servirnos, con la vista ya devora-ba:el cheruje de pacú, el sudao de tucunaré y la piraña frita, todo pá’ comerlocon arroz y yuca exquisita.

§ 49

Y alguien dice:y “víador” ¿no viene a almorzar?a lo que Valeria contesta:don Viador está empacao, porque Peregrino en la mesa, le ocupó su lugar. y eso a él no le ha gustao.

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§ 50Vaya amigo, que salió empacao;pero ahora cuando le hago recuerdode lo sucedido en aquella ocasión,con una sonrisa, rotundamente de Valeria niega esa versión.

§ 51

¡Un gran amigo “Viador Hurtado”¡una vez más desde aquí, al igual que a su distinguida familia,quiero agradecerles por todo lo bien,y amables que se han portado.

§ 52

La hacienda “La Punta” y su vida cam-pestre-Desde muy temprano en la mañanael ruido característico del trapiche*1

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cuando la molienda, comienza moliendo la caña;me allego a los árboles de paquióy por lo menos, la vista no me engaña.

* Trapiche: Rústica prensa de madera movida por caba-llos, y mayormente por bueyes (a – au – u—u- u- u – soni-do característico al moler la caña).

§ 53Y por lo menos, la vista no me engaña:porque allí, donde parece estar moliendo la caña el trapiche,sólo es…: el canto del maneche.

§ 54

Claro, es el macho de esa familia qué creyéndose ¡un encanto…!hecho el desentendido en su gutural cantomirando al cielo hace: ¡¡a – au – u – u - u – u!!.

§ 055

Mientras, su hembra (“la maneche”),muy afanada y sin decir nada,- con su hijo a cuesta - siente ¡como cuesta quebrar!la fruta del paquiópara dar de comer a su hijito,que también es otro negrito.

§ 56Y allí,como bordando en relieve los tules,en los grandes árboles de los corrales posan ¡bandadas!de parabas; rojas, amarillas y azules.

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§ 57Contemplaba ¡tal belleza!, cuando:Maico, Yacky y Ramonita (H. de Jarico)acertando a pasar por allí me dijeron:

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nuevamente vuelven a buscar sus nidosy ojalá, no encuentren nada destruido.

§ 58

Nada destruido…sus natural cariño;porque la maldad del mundocon su ambición desmedida,no anida en sus inocentesalmas de niño.

§ 59Y es que enseguida somos grandes desnaturalizados para con la ¡Tierra!la cuestión ecológica es manoseadasólo es empleada¡como botín de guerra!!.

§ 60

Estos espíritus que destruyen nidos,por la avaricia siempre seducidos son cerebros usurpadores¡tan! Cerebrales:“cuánto tienes, tanto vales”.

§ 61

Cerebros que gobiernan mente(s)sin sentimientos, con espíritu de poder sin corazón;…porque este queda sin efecto,¡enclaustrado en un rincón!.

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§ 62

Espíritus de poder sin corazón:“yoistas”, egoístas, ególatras prepotentes sin mayor necesidadque, sin darse cuenta, en un instante, quedan vergonzosamente reducidos por la chicanera mezquindad.

§63

Desnaturalizados y cerebrales así vemos:prepotencia, corrupción, insensibilidad, avaricia, crimen… ¡qué poca dignidad!!!.

§ 64

Lastimosamente en todos sus niveles - soberana – reina mezquindadpor eso, para tus sacrificios…ya no queda espacioen eso que llaman…: “equidad”.

§ 65Y no me tomes por inadvertidocuando del tema típico originaldesbordo la narración, es porque a cada paso escuchamos¡tropezamos!! Y vemos que no son caricias, a cada paso ese cúmulo de injusticias…causantes de nuestros gritos de rebelión.

§ 66Pero, no hay aguaceroque dure cien años,ni felicidad sin fin,

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verdades dulces,verdades amargas,pero verdades al fin –

§ 67Y tal vez, También en esta posterior ¿se exagera la apreciación?pero a propósito, aquí les cuentopreámbulo y versión.

§ 68Tened la entera seguridad,que la verdad siempre es mi fuerteaunque por ella me depare¡la peor de la suerte!:Y “Peregrino” sabe que,para vivir en paz consigo mismo es preferible cada día,¡razonar con hidalguía!.

§ 69

Aquí en la hacienda “La Punta”por la noche, o la mañana, es “caché”!!!asentativo, diurético y digestivodespués de cena o desayuno:la silvestre hoja de “Chamular” (en té)con limón, bueno como ¡ninguno!.

§ 70

Y allí junto a las casas,sobre la orilla del Arroyocon caña,una pequeña manchita,que las capiguarasya tenían marchita.

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§ 71

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Ellas se desvelaron,Ycomo otras veces,por la noche al patiode la casa llegaronen las islas flotantes como únicas ocupantes.

§ 72

Y es que a las islas flotantescon las capibaras sus ocupantesdel lado sur, las arrastróun pequeño vientopero, es que nadie excepto Dios,manda y obedecen los elementos!

§ 73Lascapibaras:Con coraje y saña nuevamente se dieron mañapa’ comerse la caña.

§ 74

Era la tercera vezque a su patrón (Jarico)mientras se desayunaba,sin consideración algunade las capibaras… como ven:“el chisme” con detalles, le repetía Rubén.

§ 75

--“¡¡Pronto un remedio!! – Bueno pa’ la bilis…!?:¡de “chamular” más una taza!

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¡y a esas (…………………..) capibaras,métanle, y métanle bala,hasta dejarlas ¡una verdadera masa!!!!.

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§ 76

¡Y esto se da -continúa el Dr. Jarico-porque según pareceel único que no duerme:guardián y tatusero,es mi perro overo!.

§ 77

¡¡Y a propósito,en éste instante,me le curan esa heridaque defendiendo la cañale hizo una capibara parida!!!.

Hermanitos: Cristiancito y Raisito Cuellar Justiniano a sus 4 y 6 años, están jugando con una planta de chamular.

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§§ 78

¡¡Y quiero que no me vengancon el cuento ni con la queja,que el animal los mordióporque la herida curar no se deja!!.

§ 79

El trabajo en los corrales ganaderos

Así el tormento atormentacon esa peroratacasi todos!! se escabullenpara llegar al corralagachados, médio a gatas.

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La vaquita genio é gata

Feliz y sonriente pela los dientes cuando ordeña “la vaquita genio é gata”¡Mansa! Pá dejarse enlazar¡manza! Pá dejarse manear¡manza! Pá dejarse ordeñar…… pero ¡¡¡cuidado bliki!!!:cuando la tienes que soltar, ¡hasta el cerco escapa a pata Porque si te alcanza, te mata!!!...… La vaquita “gênio é gata”.

§ 80

Y en el corral:¡Ya son las once del medio día!!el sudor da brillo a la frente;

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ese sudor escurre afuera,y humedeciendo el cuello,se pasa por la “incordiera”.

§ 81

¡De caliente o ardiente!no dista mucho trecho;y es “qué poco le importa al sol que, el campesino no tenga techo”.

§ 82

¡En tierra caliente!Cada día se dafactores de “tierra brava”.¡será porque el calor casi cocina la mente!.

§ 83

Allí los gestos pesados pero firmes;las miradas torvassin descuidar al toro bravo que corriendo tras la vaca paridapareciera que tú, le estorbas!!.

§ 84Y es así que Mundy, sin pena ni lujuriano se mueve atrás un pasodando latigazos repite:¡el látigo sofoca la furia!,¡el látigo sofoca la furia!.

§ 85Pero, eso sí que yo,¡por muy torazo!,No quisiera estarEn ese convite de latigazos.

§ 86

72

El sol, el calor, la tierra por los ojosy las palabrotas soeces que tambiénson de este ambiente de tensión… al menos:en los nervios y en ese “lazo” que ¡se rompió! porque resistió menos.

§ 87

Tensosal igual que “el lazo” los nervios¡también por explotar!Hasta que alguien decidedejarlos aflorar!

§ 88¡Vos(…) al palo te asegurastesin que te importara “el lazo”que ahora-¡por tu culpa quedó en retazo(s)!!-.

§ 89Peregrino tratando de flexibilizar tensio-

nes

¡Urgente Peregrino,un soñador!!de ese ambiente,en un mundo mejor.

§ 90

Y así, sin temor al fracasoha sacado fuerzas de flaquezastratando de limar asperezas;con sencillo humor y valentía:

§ 91

Señores, ¡por favor!, Necesitamos descansar un momento,

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haciendo en esta faena un pequeño altosolo para contarles que en la radio de “Mundy”:escuché la noticia de un gran asalto

§ 92

Pero...antes les voy a contar algode la noticia internacional:en la “folha… ¿de “chamular”?.

§ 93

(El periódico de São Paulo): dice que entre “San Ramón” y “Magdalena”,del Dr. Jarico Cuéllar Suárez:“La Punta” cañaveral,¡por causa de las usupadoras“capibaras”,todo anda mal!!!.

§ 94

Y fue así que por la noche “la casa”por tercera vezlogra disparar una“capibara” parida,que después de dejarle,al perro una herida,se lanzó con éxito a la laguna.

§ 95

Además se dice que aquella nochelos vecinos de la hacienda “La Punta”ni tapándose los oídos con la cabecera:

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lograron dormir nada¡por culpa de la balacera!.

§ 96

Con el rifle de salón, ya sabemos, no lograron hacer de las capibaras¡¡una masa!!!pero en cambio dejaron, de Mundy la casa:casi entera llena de gotera.

§ 97

¿Y el porqué de no salirfuera de casa para los disparos?dicen algunos que fue por lógica“¡preservación… ecológica!”.

§ 98

¡¡Ja!!, pero otros aseguran que,la única lógica del eco dentro de casa fue, a causa de la torrencial lluvia afuera,y buscar el ponchopara salir, les dio flojera

§ 99

Pero sea como sea,de un mal mayora otro menorcreo siempre es mejor.

§ 100

Y aquí acabamos la solicitudde un pequeño alto,

75

el mismo que fue para contarsobre los grandes asaltossucedidos por…

§ 101

Y peregrino,ya no puede decir más nadaporque el dardo de la incomprensiónsin equidad de propósito, en un segundo,agresivo y prepotente, los gestos y la miradaaparentando ser la octava maravilla del mun-do,dice con vos airada.

§ 102

“¡Caramba !”a que no falte un loco tal;que para nada más,nos hace dejar de trabajar.

§ 103En tiempo y materiasiempre presente,reina la mezquindad;porque la incomprensióny el agradecimientoquedan en orfandad.

§ 104

Por esocuando decidas salvar a otro…o a otros de ¡un puerco espín!apártalo con un blando palo¡y no directamente con la mano!Porque siempre será malo(…).

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§ 105

Si mis consejos “valieran más que un conejo”Pero llegan porque –tal vez− no soy ¡tan! cuerdocomo los políticos que,cínicamente ¡se cocinan!!!¡se achicharran en desacuerdos!.

§ 106

Y yo quiero sin amarguras, ¡esforzarme en comprender!que también las flores tienen espinas y es obvioque nos gusten las flores y no las espinas…que sin desear encuentras…¡encuentras mientras caminas!.

§ 107

Y en esta problemática social que presentaPeregrino se declara el tallo de las rosas,en este mediano o corto recorrido,sin odios ni rencores ¡de mil amorescuidaré de las flores y sus mil colores!.

§ 108

Pero es lógico que te aconseje:no te debes fiar “Peregrino”pensando que ¡todos los colores,tienen que ser flores!.

§ 109

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Y si en los caminos de “mi-toria”,no son como quisieran los vientoso tal vez no soncomo deseásemos que fuese,…yo, de verdad, lo siento.

§ 110

lo siento, porque yo…por hidalguía y elemental ética,me había declarado:el tallo de las rosas,al igual que muestro las espinas,Igual muestro a la vista, las flores.

§ 111

Y así, es verdad que filosofando,a profundidad en los diferentes temas,tratando de encontrar la esenciade las causas y su efectosy, hasta tocar fondo…… me falta el… aire.

§ 112

Y otro secreto:Cuando he profundizadopor dentro en un momento…¡en la maldad me he visto erizo!Y por esta mi rebeldía no culpo nada a Diossi no, a esa maldad que,por un momento así me quiso (erizo).

§ 113

Y es así como te he contado- en confianza – mi secreto

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- que ya pesaba - más que ¡una cruz de concreto!

§114

- Disculpa– confiadamente - te he convertido así,en mí confidente… gracias.Y así, aquí en el Benialivianada mi carga en este recorridocontinuamos caminandopor donde el buen Dios le dio bellezaa nuestra naturaleza(A pesar… de las indeseables, y odiosas espi-nas).

§ 115

¡Mi Bolivia tan hermosa como una rosa!y en uno de sus rincones estamos;estamos puej en la hacienda: “La Punta”y es aquí donde el arroyo(La Punta): con su laguna junta.

§ 116

Y el turismoaquí mismo el trópico donde hay islas flotantescon sus capibarasComo únicas ocupantes.

§ 117

79

Y a pescar se dijo: aquí, donde hay pe-ces, para ser pescados más baratos que en tu mercado

Y a pescar se dijo:sales del patio de casaa una canoa subes por este arroyoremando unos cuatrocientos metrosy llegas allí, donde ¡hay peces...para ser pescados más baratos que en tu mercado!.

80

§ 11 Sr. Mundy Leigue.

§ 118

Y para – diferentes – pesca en el anzuelosólo tienes que cambiar de carnada;las botas al agua y jalas el tucunaré,la piraña, la serepapa, o cualquier de ellos,no te cuesta nada… más que esa carnada.

§ 119

- “¿Qué onde queda esu?,Elay puej,por la carretera a San Ramúnllega ajta el indio maj jetón”,en su modismo había dicho “la mama”.

§ 120

“Allí, ese natural centro “turijticu:su propiu dueño ej don Jaricujuguetón y güeno con su cariñucolgau de mis ñetas (nietas).parece un pericu!!!

§ 121

Mama:estoy recordando tu modismo,tú persona, tu idiosincrasiaque por un momento no me hizo graciapero, ahora desde aquí te digo:

81

¡mama tú, también eres una dama!.

§ 122

Ahora Peregrino, en la hacienda,por la noche, montado en una canoa, a la luz de la luna, filosofa a su maneray el sol en su ocaso se llevará su luz,pero, nos dejará escrito en la luna:el recuerdo de aquellos díasreflejados en el espejodel arroyo y su laguna.

§ 123

Y así, cuando (a su manera),se siente eufórico y románticorealmente,“aquella noche era una noche azulbañada por la luna;era una noche azul, azul como ninguna”(estrofa de una vieja canción aplicada al mo-mento).

§ 124

Y las estrellas están dónde yo quiero que estén: unas son ¡arriba de diez!y las otras en el arroyoreflejadas… a mis pies “¡hacen que me sienta esclavoy amo del universo!”

82

§ 125

Y es en este momento queen la lejanía imponente pero precisoel grito del “carao”pareciera decir:¡despierta, Peregrino!Ni la tierra dónde estás parao,te pertenece… nada.

§ 126

Fue una verdadde sobre aviso, porquepara ser franco, estoy de acuerdono soy lo suficientemente buenocomo para sumergirme en profundidady mostrar a plenitud exento de odios¡tantas cosas lindas:Que nos regala a la vista Dios!

§ 127

Y entonces, Peregrino, ¡Cómo te atreves…. Si tal vez,no tienes esa sensibilidad necesariacuando sólo eres un vaquero,y a falta de hacer cosa mejor:eres un rústico y rudo domador.

§ 128

83

Y cuando ahora estás aquíes por la doma de broncos salvajes;¡y mira que de ese hecho (…),a la poesía dista un trecho!.

§ 129

Y peregrino consciente de esa retóricapiensa… y enseguida dice:¡primero nace la flory con ella la poesía enseguidasin presumir yo de poeta¡Por decir de su verdad!:natural sencilla o escueta!.

§ 130

84

Quien no esconde secretosno guarda distancias-entonces… ¡donde queda el trecho……Si al mirarte haces derretir “bella flor:haciendo vivir al vaquero¡aún y más el corazón (…)de este rústico y rudo domador!.

§ 131

Suficiente razón para que a veces yo (como dice la canción de algún autor, ahora aquí aplicada):“a veces me siento un soly el mundo me importa poco;luego despierto y me río (…)¡soy mucho menos que nada!”.

§ 132

Y así, pese a todoTambién me doy cuenta que:

85

¡no por rústicos y rudosestamos ciegos y sin accionespara no querer ver más alláde nuestras propias preocupaciones.

§ 133

Sí, porque no todo es maldadaquí en la tierra es cuestión de mirarhacia arriba donde escuchamos¡el canto de la natura en acción!:¡es belleza purasin ninguna contaminación!!.

§ 134Consecuentemente, entrar en contactodirecto con ella (la naturaleza)es una expansión espiritual ¡urgente!liberar de maldades el espíritu para en vuelo suavetransportarnos al cielo de los inocentes.

§ 135

Y en el arroyo “Peregrino” sentado en la ca-noajunto a la chapapa lavandera;aunque es muy nochede la madrugada es la unaA sus espalda la vegetaciónvoltea para vera la luz de la hermosa luna:

§ 134

Las casas, los corrales bajolos grandes y hermosos árboles, también el paquió regazo de cariño son sus ramasdonde ¡los pajaritos hacen sus niditos!.

§ 137

86

Los pajaritos sin preguntar, protestar ni pedir nadaserenos y bien vestidos, el cielo testigo;no se preocupan quien amigo,les da la comida y les presta abrigo.

§ 138Una lección de amor:también el arroyo y su laguna,en las buenas y en las malas, ¡eternamente juntos!y detengo mi vistanuevamente en este punto (…)busco mi estrella.

§ 139Y las estrellas, Continúan donde quiero que estén:unas ¡son arriba de diez!y las otras en el arroyo:reflejadas a mis pies.

§ 140

Pero, a pesar de todo me siento solo;y es cuando el frío de esta mi soledad¡cala en mi alma y hasta mis huesos!;y yo le digo soledad ¡quítame tu frío..no quiero tus besos!.

§ 141

87

Dichosos los pajaritos allí en lo altoy más abajo…, los sapos y grillossin maldades ni ambiciones, ¡avivan el conciertocantando a grito abiertola belleza de la creación!(lo repito porque lo escuché alguna vez por ahí).

§ 142Tambiénlos lagartos, los caimanesy alguna “sicurí” (anaconda)se incluyen en la onda;como bajo y contra-bajo.

§ 143

Ya comienza a amanecer, y este “Peregrino”

88

Continúa sentado en la canoa llena,de recuerdos y de sueños;todos, en el saludo de la mañanaya son las cinco y en lontananza:Se vislumbra la boreal auroraavisándome que ya es la horade dejar de soñarhay que comenzar a trabajar…de nuevo.

§ 144

Y la realidad de peregrinoen la hacienda “la punta”:y en el potrero,como invitación… ¿o desafío? relinchan los redomonesrelinchan como si dijeran;¡veremos quién,doma a quién!.

89

§ 145

¡Peregrinocon esa fuerte y persistente tos,en este concierto mañanerodesafinas ¡porque estás enfermo!:los bronquios en tu pechoestán ¡tan irritados e inflamadosy te ves tan deshecho!

§ 146

Dicen que es “la gripe española”la cual curas con cataplasmas de naday fomentos de conformidad es una calamidad!! ¡estás tan flaco! que¡pareces un cachorro en orfandad!.

§ 147

En este lamentable estadohas perdido agilidad;pero siempre se te escucha.Reír y cantar como si pudieras gozar;¿siempre aparentando gran felicidad?pero sabes que lo haces más, ¡por pura dignidad!.

No mostrarnos los potros mencionados porque en el momento de las fotos, todos habían sido vendidos; por eso, esta foto de “Peregrino” a caballo fueron recientemente tomadas 2015, en cuadrúpedos de la recua San Isidro de Dario (chichi) Justiniano Herbas.La mejor embotelladora de aguas minerales san isidro.Perteneciente a Darwin (Bebe) Justiniano Herbas.

90

§ 148Peregrino, en la doma de potrosfinos (se-mentales de genética, por los cuales el due-ño, muestra gran preocupación, pero, para Peregrino que está por sus animales estro-peado, como alivio no le ofrece ni un chicle mascado) Y en cuanto a los redomones ¡que tú temes… mucho!¡Mucho más por ellos! que por ti;porque en un accidente,para el dueño,tú no vales nada, ellos sí!:

§ 149

91

“El rebelde” (semental – de color “choco”):Cuando su recua está cerca de él,él quiere demostrar su status de mandón y gobernador de situacióndando patadas a diestra y siniestra...más rebelde que nunca su actuación.

§ 150

“El Mala-suerte” (potro color “sangre e’ toro”):en el corto tiempo se me enfermó dos vecesy lo sané otras tantas.su “jeta” superior la estira como “anta” (ta-pir)pero es ¡tan! brioso que en su lomono te dejaría dormir.

92

§ 151

“El alacrán” (potro “choco” alto y delgadito):es ¡tan! brioso y nervioso que no acepta ruidos fuertes;cuando escupas, hazlo muy quedito.

§ 152

“El chimán” (potro petiso y, ¡muy delgadito!:(por lo overo y noble igual que un…: un chi-mán)por lo petiso y ¡muy! delgadito;¡tan incómodo! es como montarseen un “chuchío” o en un palito.

§ 153

“El guatoco” (potro castaño oscuro):grueso petacudo (y lógicamente) petisoy cuando anda – farsante – pareciera

En el turístico pueblo Santa Rosa del Yacuma, provincia Ballivian, entre tantas carreteras, tenemos la que llega el hermoso balneario “Laguna de Bravo” y en uno de los costados de esta carretera, esta la bonita finca “Las Gaviotas”; es allí donde Peregrino cabalga en un brioso corcel llamado “el Farsante” del propiedad del señor Honorable Concejal Marco Antonio Mercado Vargas (cariñosamente: Chico humilde) mis respetos y mi agradecimiento a este buen amigo.

93

que pretendiese sumir el piso.

§ 154

“El turco” (alto, grueso y de color moro): pero, para verlo, (merece)sólo en esa condición de color: “el turco”(no hay moro que no sea turco)ni turco que no sea moro… según me pare-ce).

§ 155

“El redondo” (potro color castaño oscuro)para andar, o para correr,siempre peleada la rienda para dar caprichosos círculos (demoledor)capricho que le había dejado;otro domador.

§ 156“El cebra” (potro petitoso grueso)y muy precioso su bi-color:blanco con lista negras… pero, en las primeras montadas por poco me quiebra.. entero.

§ 157

Y es quien sin consideracióna que estoy tan enfermo y débil,el corcovea ¡elevándose!en el salto-como un palomoporque él de cualquier forma quiere,a Peregrino bajar de su lomo.

§ 158

94

Y ¡cómo no puede bajarlo, él ve por conveniente caerseencima para dejarlo(…):más“aporreao” que un “masaco”. *1

§ 159

¡Por la gracia de Dios!la cosa no fue más grave…si apenas… escupí sangrePorque el pulmón y el pecho:los tengo ¡abollados y contra- hechos!

§ 160

Y he aquí, algunas excelentes recetas cace-ras

Y dicen que, sólola muerte no tiene remediopara estos fieros golpes físicos,debo moler (en “tacú”) caré, sal y aceite,y por las mañanas,beber medio vaso de esa ciencia natural que me han recetado;y sin pérdida de tiempo ¡eso he tomado!.

§ 161 .

¡Qué pócima!Un brebaje de color y gusto ¡tan feo!que me deja con los ojos más pelaos

Del Oriente y en el oriente, masaco Masaco es una comida típica de yuca o plátano (fritos o sancochados):Se lo prepara con charque (cocido) o queso: Molidos ambos, con un poco de aceite y sal a gusto hasta hacer de ella, una masa compacta para enseguida, esta masa dorarla en la sar-tén… y “calientito” servir este “pastel” con chocolate, té, o café

95

¡que los de un marciano;y por dentrocon los intestinos más verdeque los de un gusano.

§ 162

Y aunque… estoy hasta cojo,por lo menos lo que escupaya no será rojo…será, de color verde.

§ 163

¿Tú crees?¿Tuberculosis de repente?¡aquí en el Beni yo también sé lo siguiente:quien no sana de esta enfermedades porque es un inconsciente.!.

§ 164

Sí, señor!!porque en nuestro medio,con ¡voluntad!! Para perseverarpor las noches y las mañanasaceite de caimán o bufeo,con miel de abejas naturalel mejor ¡y gran remedio!.

§ 165

¡Claro que no es lindo!¡pero tú sabes que es más feo,darle gratis a la muerte:tu esqueleto de trofeo(fue lo que me dijo el viejo Galindo).

§ 166

96

Ancestral testimonio tu recetaamigo, no se le has dicho a un sordo, aunque hoy, por esas dudas de equis o zetas yo, consciente del complemento de necesi-dad:la perseverancia ¡y gran voluntad!con dicha receta, Dios quiera y me verás en un tiempo más: Rosado y gordo.

§ 167

Mientras tanto Peregrino, siguesaparentando que estas en forma;pero nadie ve el dolor!!Que, por momentos, tu cara deforma.

§ 168

Pero, por eso que tú llamas ¡”dignidad”!Continuarás queriendo ser útil, y en el corral hasta un terneritopone en evidencia que estás inútil.

§ 169

-Será por el apretón que has sufrido – tus manos se te han agarrotado,y tus dedos parecen prestados(tan adoloridos que no te obedecen).

§ 170

Peregrino a la cinco de la mañana, sin obligación, asiste a las ordeñas, en el corral

Sí, es verdad, que aquella madrugada cuan-doel ternerito, ya está amamantado(…)

97

y lo jalo para apartarlo de su madre;él, me quita el lazo y yo caigo sentado.

§ 171

Entonces alguien me miray menea la cabezacomo queriendo humillarme;pero antes de que este diga algo…,yo, me anticipo para decir:¡Acaso no puedo sentarme (…)y por un momento descansar!.

§ 172

Te crean o no te crean no te importa, “Peregrino”,que con tu verdadcausas hilaridad;ahora para ti lo importante es,no demostrar debilidad.

§ 173

Como si fuese su verdadera madre, la mama está cerca

Y aquí, el hombre recuerda que en algún lu-gar, siempre hay una mujer digna,para con el mayor sentimiento expresarlo mejor, ¿debilidad?¿debilidad será ir hoy mismo a “Guacañane” en busca de “la mama”para sin pretensiones ni cinismo:a Dios y a ella, contarle mis problemas?.

§ 174

98

Decirle que no lo divulguecuando yo al igual que un niño,siempre soy ¡tan! necesitadode verdadero afecto, comprensión y cariño.

EPILOGO:

§ 175

Y, llegando, nuevamente, a la comunidad “Guacañane”y allí está ella (“la mama”)pero lastimosamente ahorala pobrecita, está postrada en cama!.

§ 176

A pesar de su grave enfermedad,su sonrisa derrama alegría confortable… en cualquier adversidad(es obvio que a pesar de su escasa altura,su sonrisa, es relevante en nuestra cultura.

§ 177

Un refugio espiritual mujer inspiración:si en tu físicopesan los años…tierno es tu corazón,gracias a Dios, no ha sufrido daño.

99

§ 178

100

Tierna, sencilla y natural,¡descríbela con rima o no,ella (mujer) esla esencia poética!en expresión cabal.

§ 179

Siempre lo digo, lo sostengo y lo mantengo, la mujer es como la flor que,aunque, no se la puede tocarporque tiene dueño…,pero, es ¡tan! lindo como un sueño,en cualquier circunstanciatenerla cerca.

§ 180

Y por todo lo dicho y mucho más, mujer inspiraciónno tiene edades para siempre ser:¡la mejor inspiración!.

§ 181

Así hablamos, así mencionamosa toda mujer, hija de Dios en realidad como que es, la mejor inspiración,y por supuesto no hay exclusividaden “Las Magníficas” de la Televisión.

§ 182

Por las dudas, comparaciones y conclusio-nes:innegablemente ¡son tan hermosas¡hermosísimas!... en el ritual…

101

¿pero… quien garantiza en esas “mozas”el bello equilibrio espiritual?.

§ 183

Y “esto que es más” (belleza espiritual)es lo que Peregrino encuentra en su vigilia,dedicando su recuerdo a la mujerque en momentos exclusivos… es virtual:no olvidar a su querida familia.

§ 184

Peregrino, una vez más llega a la comu-nidad Huacañane y encuentra a la mama, lamentablemente, enferma

Un refugio espiritualtan lejos y tan cerca aquí “la mama”,y de ese “corazón de mujer madre”que escucha tratando hasta el finalde absolver la congoja que derrama

§ 185

Y no hay lágrimas en verdad:no, no lo permite la sonrisa que es vida…y la vida que da una sonrisa:pa’ tragarse… lágrimas de adversidad.

§ 186

Ese frío que origina la impotencia con lágrimas de adversidadme deja – casi – sin resuellocuando se ve “la vida de la “mama”:Parece estar al final de su cuello.

102

§ 187

Irremediablemente, la mama, se mue-re… al parecer, su alma herida: no le teme a la muerte, más le teme a la vida

Al final de ese cuello (un escuerzo)por qué solo en ese finalhaciendo un sobre humano esfuerzo se mira su difícil respirar.

§ 188

Pero… ella pese a todo deseacon “Peregrino” conversar (natural):en éstos lugares de Moxosquizás sea una de las últimas de estaraza olvidada, en nuestra historia cultural.

§ 189

Y la noche, la noche fría y oscura

103

ha llegado silenciosa pero seguraen un cielo encapotado y triste (con razón)es como un rostro que amenaza un aguacerode lágrimas, cuando ya llora el corazón.

§ 190 Y Peregrino medita

sobre esta vida que lleva heridasentado en rústico asiento de madera ve que de cualquier maneraya se termina aquella débil luzen frágil cabo de espelma,

104

ya es sombra “la mama” caída……que por momentos se desvanece….En su mezquino −por lo escaso−lecho de enferma.

§ 191

En el vaso, que ella le apuntó a Peregrino, antes, tenia de remedio: raíces y hojas como ensalada

¡¡Que pobreza!! ¡qué decadencia se nota!Cuando allí mismo un vaso enlozao:enlozao en partes, porque en otras,está ¡por demás desportillao!.

§ 192

En ese vaso… que ahora – ya no tiene nada –pero antes tenía “natural remedio”remedio “de tantas raíces,y hojas como ensalada”.

§ 193

De alguna manera “la mama” indicaque allí en ese fuego ¡que se apaga definitivamente!,tiene otro tanto de aquel “natural remedio”y lo pide, y lo bebe ¡tan! dificultosamente.

§ 194

La necesidad de la mama, tal vez, ya no ha-yan sido “las raíces y las hojas como ensala-da que utilizaba para su remedio”, que era lo que pedía a Peregrino. Ahora, después de años, con gran pesar, vuelvo a recordar, dan-do luz a mi consciente, pensando que aque-

105

lla vez pude ser consecuente para llenarle debidamente su necesidad, de morir con es-peranza en la vida eterna a esta dama que es la “mama“, y que enseguida muere. Sacando fuerzas de flaqueza en este final de la historia, este Peregrino debe reconocer su cobardía, también al no haber podido resca-tar a la señora de las garras de aquél malva-do conductor, lo cual significó mi vergüenza, cuando sin ser peor, tampoco demostré ser mejor; misma que ese párrafo, no debí recor-dar; pero es que siempre he repetido que, LO QUE NO SE EXTERIORIZA SE CONGESTIONA, y que es peor tratándose una congestión de conciencia. Finalmente, si este libro, de algu-na manera da buenos frutos de LUZ, nos debe importar menos, que en tal o en cual CONTRASTE, también MUESTRE LAS SOM-BRAS. No importa, cuando hay buena razón que nos exhorta.

Después de todo, ambos de rostro macilen-te(o)incluyendo a sus tataranietas,que entran y salen de repentenos hemos quedado mirandoen el techo su(s) grieta(s).

§ 195

Se dice que, cuando alguien, está muy enfer-mo, y de repente pasa una lechuza con su ruido: tric – trac por encima de la casa del enfermo. El sonido tric-trac, para algunos sig-nifica… un mal presagio (se dice).

Y es que afuera después de un trueno, se escucha el tric – trac de una lechuza come cebo,

106

y con los pelos de punta diría que estono es bueno.¿Verdadera premonición de maldades?¡No por favor! ¡creer en esta superchería, nadie, ni yo debo!.

§ 196

Pero continuando en silencio,y olvidando anterior burradaPeregrino recuerda, en un momento atrás, hablaba con “la mama” de esta raza

casi olvidada,olvidados estos nuestros ancestros,y no aquí nomás.

§ 197

Después de esas cavilacionesPeregrino está por despedirsepara regresar a la hacienda: “La Punta”,cuando “la mama” que ya parecía dormirsedespierta para hacer la pregunta:

§ 198

107

- “¡Peregrinu!... ¿ujté conoce ´´al surdu´´Da-riu?- Sí mama, conozco ´´al sordo´´ Darío,es mi amigo, ¿dígame que hay con él?

- y ella, aunque con la mayor dificultad-pero con carita picaresca, cuenta su amorío:

§ 199

- - -“¡Ej que puej con el surdu Daríuyo una vej ejtuve pululeandu…!” (enamoran-do)- su voz por momentos – ya se siente acabar-se - - - - así que usted mama,pololeó con el sordo Darío?.

§ 200

Y Peregrino continúa la pregunta: ¿hace mucho tiempo aquel?,--- “Jumm! así es puej, pero ahoraya me ejtoy riendu de él!”.

§ 201Claro mama, ahora que él está lejos,me parece lógico que te puedas reír,porque en fuego apagadoya nada se puede freír.

§ 202

Y ella nuevamente dice:-“y sabej Peregrinu, ejta mía y del sordu Da-ríu,ej una hitoria larga para que ujted,la ejcriba en su libru! en esa parte de amoriu”.

108

§ 203

Escuchando el pronunciar de la mama, me recuerda el conscripto “camba” en este caso beniano y en todo caso boliviano, con garbo, dignidad y honor, cuando responde a su su-perior, son tan especiales.

§ 204

“Y de verdaj, “Peregrinu”,ejcriba “mi-toria” (ancestral modismo),y a propósito de esto, Peregrino mira a “la mama”recordando al camba en el cuartel.

§ 205

Son ¡tan! especiales en disminuir y hasta juntar las palabras (sí-señor):¡firme mi Saento! ¡firme mi Sub-cial!¡firme mi Tente! ¡firme mayor!

109

§ 206

Así vemos que no hay mayor preocupaciónpor una cabal pronunciación (sin gloria):claro, inconfundible la razón de “la mama”cuando dice: “ejcriba mi-toria”.

§ 207

Es aquí cuando Peregrino más que contestar la anterior sugerencia,resueltamente, piensa para sí:es verdad “mama”, para serte sincerono escribiré exactamente una real historia de ti.

§ 208

No, no escribiré tu historia exactamente, pero te prometo tener muy en cuenta lo tuyoporque en rescate de esto,conservaremos lo nuestroPor las huellas de mi-toria (definitivamente).

§ 208

Ya no queda nada, ¡ni medio! de la pócima como remedio

que antes tomaba “la mama”: se la ve tan marchita, cuando el frío invade porque el fuego – definitivamente …¡se apaga, en la débil luz de sus mechi-tas!!

110

§ 209

Porque no todo tiene que ser, como deseásemos que fuese, la-mentablemente, la madre (“la mama”) de nuestra historia, ha muertoSi en vida, poco o nada hicimos porque sus días fuesen mejores, nada ayuda al ya muerto (a) echarle flores. Engañar, o no ense-ñar la palabra de Dios, es alegría del diablo. Si en vida de la “mama”, poco o nada hice por darle la luz espiritual, nada le ayuda después de muerta, encenderle velas en tradicional ritual. La casa de la “mama”, alejada de las otras en esa comunidad, y a decir verdad, pese a cualquier discrepancia, por allí no había donde comprar las velas; pero, cuando enciendo esta luz (el libro), HASTA MI SOMBRA Y MIS CULPAS MUESTRA. Pido discul-pas a ti amable lector(a) y perdón a Dios.

Mama, ¡mama!...¡mama! ¡no! ¡ya no me escucha! ¡es perdido!! y Peregrino nuevamente siente frio!... y, es el momento en el cual sin despedirse ha echado a caminar… despacio, despacio, pero decidido.

§ 210

En esa oscuridad de la noche pisando en falso solo y descalzo sabe Dios… donde irá a parar…

por eso: ¡con gran tristeza dice!:

§ 211

¡Yo peregrino, nuevamenteme siento solo… y es cuando ésta mi soledad aprovecha para darme sus fríos besosque calan mi alma y hasta mis huesos!

111

§ 212¡Y yo le digo,soledad:Quítame tu frío…No quiero tus besos!

§ 213

¡Diosito:tú que permi-tes anoche-cer,no tardes, con tu nuevo amanecer!!.

La vida, tan larga y tan corta; y el mundo, tan pequeño y tan grande, no da para reflejarlo todo…… y en mis grandes limitacio-nes…-Ganaderos que también, merecen mi reconocimiento –

Estancia: FLORES NEGRAS–en Puerto Siles, de Gumercindo Cuellar Ruiz.

112

Estancias del Sr. Carlos Pinto Cuellar.

Carlos Pinto Cuellar, con una extensa ganadería en las provincias Yacuma, Mamoré e Iténes.1995 Por resolución del H. Concejo Municipal elegido H. Alcalde Municipal de Guayara-merín.

Represento a la asociación de ganaderos del Beni. Y en otras varias épocas como Presidente (Asociación de Ganaderos).

1997 Con recursos propios-a nombre suyo, y de su familia, hace entrega en dotación de “EL HOGAR DE ANCIANOS” que ahora, administran las hermanas católicas.

1997-99, se desempeñó como Jefe de Comando Regional del MNR.

Calle Unzaga – Nicolás Suarez. Telf.: 03 855-3575 * 4292

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Hijos del Sr. Carlos Pinto Cuellar.

Guayaramerín, 01 de Mayo de 2015.

Guayaramerín, 18 de enero de 2016

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INDICE

Agradecimiento…..…………………………………………………………….……... Pág. 1Preámbulo………….…………………………………………………………………… “ 3 Por las Huellas de Mi-Toria, (Reflejos de comunidades campesinas ) .…………………………………………..…. “ 5

PRIMERA PARTE

Huellas de carácter espiritual ………………………….……………………….. “ 8La Ley y la Vara ……………………………………………………………………..…. “ 9De mi propia y humana concepción ……………………………………….. “ 10Entre el bien y el mal …………………………………………………….………… “ 12En Tribus, Etnias y Comunidades del oriente …………………………... “ 13

CAPITULO I

Mi viaje por San Joaquín, San Ramón y sus haciendasganaderas ………………………………………………………………………………. “ 15Dificultades en el camino y un conductor abusivo ………………... “ 22La señora Pata ……………………………………………………………………..….. “ 24

CAPITULO II

Pero tú, ¿Quién eres? ………………………………………...

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…………………….. “ 35La Retirada ………………………………………………………………………………. “ 36

CAPITULO III

Por las Huellas de Mi-Toria:Versos que hablan de la naturaleza y la vida humana ……………... “ 43 La “mama” de la comunidad Guacayane, Los dueños de estancias y la ñetas de la “mama”………………..……. “ 44 - 47 Camino a la estancia “La Punta” ………………………………………………. “ 48La vida campestre en la estancia “La Punta”………………………..……. “ 61El trabajo en los corrales ganaderos …………………………………….…... “ 70A pescar se dijo! …………… ………………………………………………………… Pág. 79 Una verdad de sobre aviso …………………………………………………….. “ 82Lagartos y sicuríces (anaconda) …………………………………………….... “ 87Los redomones y el domador …………………………….………………….. “ 88Algunas recetas caseras ……………………………………………………..…… “ 93Peregrino en las ordeñas …………………………………………………….…… ” 96Como si fuese su verdadera madre, la “mama” está cerca ……………………………………………………………………………………… “ 97 EPILOGO

Una vez más en Guacayane y la “mama” enferma

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…………………..... ” 100La “mama” se muere …………………………………………………………..……. “ 101Estancias de Gumercindo Cuéllar Ruíz …………………………………..…. “ 111Estancias del Sr. Carlos Pinto Cuéllar ………………………………………… “ 112Hijos del Sr. Carlos Pinto Cuéllar …………………………………….………… “ 113