libro colaborativo el misterioso caso del callejÓn de los siete linajes ceip pablo iglesias

LIBRO COLABORATIVO DE 6º C

EL MISTERIOSO CASO DEL CALLEJÓN DE LOS

SIETE LINAJES

CEIP PABLO IGLESIAS TALAVERA DE LA REINA (TOLEDO)


PREÁMBULO

Todos sabían que una etapa de sus vidas se estaba terminando y en poco tiempo comenzarían una nueva. En sus cabezas se mezclaba las ganas por empezar el instituto y la inquietud por no saber que les iba a esperar. Sabían que algunos de ellos se separarían para siempre después de compartir durante tantos años la misma clase, el mismo patio, los mismos profesores…

Lo que Chadi, Leo y Víctor no sabían es que en el poco tiempo que les quedaba en el colegio desvelarían uno de los grandes enigmas que escondía la ciudad.

Con todos los años que habían pasado en el colegio tenían la experiencia de que hay cosas que se aprenden fácilmente, que sin saber cuál es la razón nunca se olvidan, sin embargo otras hay que estudiarlas y al final, cuando las necesitas, no las recuerdas. Eso le había pasado a Víctor con el nombre que recibe una obra de la que se desconoce su autor.

- Las obras literarias que no llevan el nombre de su autor se llaman anónimas –explicaba el profesor- “El Lazarillo de Tormes” es una novela anónima porque no se conoce quién la escribió.

- ¿Cómo has dicho que se llaman profe? –preguntó Víctor.

- Son obras anónimas, Víctor. –respondió el profesor. Os voy a contar algo curioso –prosiguió el profesor-. Ocurrió con “La Celestina”. Esta obra, es muy importante dentro de la literatura española, en principio fue considerada anónima hasta que descubrieron que su autor había puesto su nombre en la novela con un acróstico.

- ¡Qué palabra más rara! –dijo Leo.

- Acróstico –repitió el profesor a la vez que la escribía en la pizarra.

- ¿Quién sabe que es un acróstico? –preguntó el profesor.

Rápidamente todos se pusieron a buscar la palabra en su netbook, hasta que Chadi levantó la mano rápidamente.

- ¡La encontré, profe! –dijo Chadi.

- Lee la definición –ordenó el profesor.

- Acróstico (del griego ákros: extremo, y stikhos: línea o verso) es una composición poética o normal en la que las letras iniciales, medias o finales de cada verso u oración, leídas en sentido vertical, forman un vocablo o una locución. Por extensión se llama también acróstico a la palabra o locución formada por esas letras –leyó Chadi.

- Pues sí, eso es. Y eso hizo Fernando de Rojas para firmar su obra. Él introdujo unos versos al comienzo de la novela en los que pedía


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disculpas por los errores que pudiera cometer, de manera que si se leen en vertical las primeras letras de cada verso se puede entender perfectamente “el bachiller Fernando de Rojas acabó la comedia de Calisto y Melibea y fue nacido en la Puebla de Montalbán”. Por eso sabemos que el autor de “La Celestina” es Fernando de Rojas –explicó el profesor.

A Víctor todo aquello le dejó fascinado y siempre que caía en sus manos algún texto antiguo intentaba buscar palabras uniendo, en vertical, las primeras letras de cada renglón. Aquello se convirtió para él en una obsesión que lógicamente nunca daba resultado, pero a pesar de ello siempre lo repetía cada vez que tenía oportunidad.

En una visita que hizo la clase de Víctor al Museo Etnográfico de Talavera para hacer un taller relacionado con las Mondas, se produjo un acontecimiento extraordinario.

El Museo había montado una exposición de documentos antiguos que habían aparecido en los archivos municipales al realizar una reforma y que se querían dar a conocer a todos los talaveranos por su antigüedad.

Después de la explicación del guía del museo Leo, Chadi y Víctor paseaban entre las vitrinas de la exposición donde se mostraban documentos relacionados con las Mondas.

- Mirad chicos –llamó la atención Leo- este está amarillento, roto y casi ni se entiende lo que pone.

- Se parece al cuaderno de Dani –le contestó Víctor.

Y los tres amigos se echaron a reír.

- Mira este tiene una letra muy bonita –dijo Leo.

- Es superchula ¿Cómo podrían hacer una letra tan bonita? –se preguntó Chadi.

- Arriba pone Ordenanzas de la Hermandad de Nuestra Señora del Prado. Mondas 1.536 –leyó



Víctor.

- Os habéis fijado en la primera letra, es chulísima, tiene un montón de adornos y todo esto hecho a mano –seguía admirándose Chadi.

- Y sin ordenador –añadió Leo.

En ese momento se puso en marcha el extraño mecanismo que obsesionaba a Víctor y comenzó a leer en vertical, como tantas otras veces, las primeras letras de cada uno de los renglones de aquella ordenaza y…

- ¡Un momento chicos! –dijo Víctor, y después de un pequeño silencio, lo que tardó en volver a leerlo por segunda vez, para asegurarse de lo que había leído, comenzó a hacerlo de nuevo en voz alta- “En-los-Sie-te-Li-na-jes-nú-me-ro-dos-se-en-cuen-tra...”

- ¿Qué dices Víctor? ¿Dónde pone eso? –preguntó Chadi.

- ¡Mira, une las letras! ¡Hacia abajo! –contestó Víctor rápidamente.

- Yo no sé dónde lees eso –dijo Chadi.

- ¡Ahí, Chadi! Lee en vertical, como en un crucigrama ¿No lo ves? –preguntó Víctor.

- ¡Ah, sí! Es verdad yo si lo leo “En los Siete Linajes número dos se encuentra…” ¡Qué casualidad! ¿No? –dijo Leo.

- ¡Mucha casualidad va a ser esa! ¿No crees? –le respondió Víctor. Esto se llama acróstico y es la forma en que Fernando de Rojas firmó su libro de “La Celestina”. ¿Es que no os acordáis de lo que nos explicó el profe? Lo que es una pena es que no se vea la segunda parte de la ordenanza para acabar de leer lo que pone.

Los chicos no dijeron nada a nadie sobre el descubrimiento que habían hecho pero cuando llegaron al colegio se pusieron inmediatamente a buscar en internet la segunda parte del documento para completar la oración.

- Pon en Google Ordenanza Hermandad Nuestra Señora del Prado. Mondas 1.536 –dijo Chadi.

Víctor tecleó rápidamente y con gran desenvoltura e inmediatamente aparecieron más de 8.400 entradas.

- Pincha en esa, en la primera. Ahí puede estar el documento en pdf -dijo Leo.

- Mirad lo que pone: “Talavera. 1508-1538. A lo largo de estos treinta años, los Libros de Ordenanzas del Ayuntamiento de Talavera muestran cómo Fernando de Rojas actúa como Alcalde Mayor de la ciudad” –leyó Víctor.





- Es decir, que la ordenanza que hemos encontrado en el Museo Etnográfico fue escrita por Fernando de Rojas –concluyó Chadi.

- ¡Lo ha vuelto a hacer! –dijo Víctor- Ha vuelto a dejar un mensaje oculto en un texto y nadie se ha dado cuenta en casi quinientos años.

- Chicos tenemos que averiguar qué quería decir Fernando de Rojas con ese mensaje en ese documento –concluyó Leo.

JESÚS GALLEGO



CAPÍTULO 1 VUELTA AL MUSEO ETNOGRÁFICO

Ya eran las dos, la hora de volver a casa. Chadi, Víctor y Leo quedaron a las cinco de la tarde en la puerta del colegio para intentar recopilar más información sobre el acróstico que encontraron en el Museo Etnográfico.

Ya estaban allí reunidos los tres, cuando Leo dijo:

- Podíamos ir a la biblioteca. Allí hay un montón de libros diferentes, y buscaríamos entre los más antiguos.

-Yo preferiría ir al Museo Etnográfico de nuevo -siguió Víctor-. Esta mañana solo pudimos ver algunos libros y estoy seguro de que quedan un montón de ellos dentro del museo. Además, en la biblioteca nunca encontraríamos libros tan antiguos.

A todos les pareció una buena idea, así que se pusieron de camino al Museo.

Al llegar, buscaron entre todas las antigüedades que se encontraban allí.

- Sombreros, trajes, herramientas, materiales... aquí no hay nada de lo que buscamos -dijo Chadi.

- Voy a preguntarle al guía si tienen algo relacionado con literatura. Puede que no estén expuestos al público porque sean demasiado antiguos y estén deteriorados.

Chadi le preguntó al guía que estaba explicando la historia de un carro que se encontraba en la entrada el museo.

- Efectivamente -respondió el guía. Tenemos algunas cosas en una casa que se encuentra cerca del Museo. Allí arreglamos objetos que creemos que pueden ser interesantes para los visitantes del Museo. No sé si te dejaran entrar, pero si quieres te puedo decir dónde está. En la puerta del Museo, gira a la derecha hacia el mural de cerámica que hay en la pared. Después, cruza la calle y la casa se encuentra en la esquina.

- Muchas gracias -agradeció Chadi.

Chadi fue donde estaban Víctor y Leo y les comentó lo que le había dicho el guía. Rápidamente salieron del museo y buscaron la casa siguiendo las instrucciones que el guía les había indicado.

JESÚS ALEJO PINERO



CAPÍTULO 2

Cuando Chadi, Víctor y Leo llegaron a la casa llamaron a la puerta, pero no había nadie. Al día siguiente volvieron a la casa y les abrió una señora que les preguntó:

- ¿Buscáis algo?

- ¿Tiene algo relacionado con la literatura antigua? -dijo Chadi.

- Sí, aquí podéis encontrar lo que estáis buscando.

Cuando entraron vieron muchos libros antiguos, a lo lejos vieron un libro que les llamó la atención. Cuando lo iban a coger la señora se lo impidió diciendo:

- No lo podéis coger, es el libro más antiguo de los que hay aquí, es un libro único.

Les llamó tanto la atención que decidieron investigar sobre el libro. Fueron a la biblioteca para investigar. Cuando llegaron habían cerrado y tuvieron que esperar al día siguiente. Tenían tanta curiosidad que estuvieron esperando impacientemente hasta que abrió y le preguntaron a la bibliotecaria si tenía información del libro que habían visto en la casa.

AYELÉN ANTEQUERA ÁLVAREZ



CAPÍTULO 3

Bueno, llegó la hora de ponerse a investigar sobre el libro. Víctor, Chadi y Leo abrieron el libro todos juntos pero... Leo vio una llave que estaba pegada en la parte superior de la página, rápidamente la cogió con disimulo y siguieron pasando las páginas hasta que llegaron al final del libro.

En ese momento eran las 00:00 y como era viernes les tocaba dormir en casa de Chadi, así que todos se fueron a la cama como ordenó la madre de Chadi.

Al día siguiente, el sábado, nada más levantarse lo primero que hicieron fuere ir directamente al libro, claro que el padre de Chadi era muy estricto. Los llamó a todos y dijo:

- ¡A desayunar!

- ¡Ahora bajamos! – respondieron todos.

Después de desayunar y puesto que se quedaron por última página, empezaron por ahí. De repente dijo Víctor:

- Hay algo grabado en la tapa del libro.

- ¿El qué? -dijeron Chadi y Leo.

- No sé, está escrito con letras muy raras –dijo Victor.

- ¿Y por qué no lo traducimos con el traductor de Google? –dijo Chadi.

Leo y Víctor se rieron a carcajadas de Chadi.

- Chadi, -dijo Víctor ¿Tú no sabías que el traductor Google no todo lo que dice es verdad? Sería mejor que fuésemos a la biblioteca y buscáramos un libro que traduzca estás letras tan raras. Además antes de eso tenemos que averiguar qué tipo de idioma tan raro es ese.

Los tres se pusieron de camino a la biblioteca y por fin encontraron el libro que traducía ese significado.

- Debéis encontrar la llave y encontraréis el sentido de la vida –leyó Leo.

- ¿Qué puede significar eso? –dijo Víctor.



Llegaron a casa y volvieron a mirar y remirar el libro y de repente Leo encontró un mapa donde había un camino para llegar a un lugar, pero no sabían donde llevaba ese mapa. Empezaron a seguir los pasos del mapa y llegaron a un cementerio. En el mapa marcaba la cruz en una tumba pero... tenía un candado. Les faltaba una llave.

- Bueno, ahora que lo dices, no os lo dije pero yo tenía la llave durante todo el tiempo y bueno...no os dije por si acaso –dijo Leo.

De repente Víctor y Chadi alzan la mano y... ¡zas! se llevó una colleja que ni él se esperaba.

- ¡Tenías las llaves desde ayer! ¿Y no has dicho nada? –dijo Chadi.

- ¡So merluzo! –dijeron a la vez Víctor y Chadi.

MICAELA A. AYALA



CAPÍTULO 4

Leo se enfadó y salió corriendo. Tras él salieron corriendo Víctor y Chadi hasta que consiguieron pararlo. Le pidieron perdón y le convencieron para volver al cementerio. Se estaba haciendo de noche, Chadi, Víctor y Leo se estaban asustando un poco. De repente se oyó un ruido justo cuando iban a abrir, era como un sonido de ... ¡Un zombi!

- ¡Aaah! -gritaron a la vez.

Echaron a correr y se olvidaron la llave en la cerradura de la puerta. Llegaron a la casa de Chadi, que estaba cerca del cementerio. Ya allí, más calmados, se dieron cuenta de que... ¡no estaba la llave!

Víctor y Chadi alzaron la mano derecha y... ¡pum! collejazo para Leo, que fue el que se olvidó la llave en la cerradura.

Víctor y Chadi se marcharon a la cama enfadados con Leo.

Al día siguiente Chadi, Víctor y Leo se despertaron muy temprano, desayunaron y se fueron rápidamente a por la llave.

Llegaron a la puerta y allí estaba la llave. Empujaron la puerta poco a poco con miedo de lo que podrían encontrarse allí. Era un sitio oscuro y estaba todo húmedo, en el centro había una caja y encima un libro muy gordo. Quitaron el libro de encima de la caja e intentaron abrirla, pero la caja estaba cerrada, faltaba una llave. Miraron por todas partes pero no aparecía.

- Chicos, ¿os acordáis del libro que encontramos que tenía la llave dentro? -dijo Chadi.

- Sí, -dijeron Víctor y Leo- vamos a buscarlo.

ADRIÁN DÍAZ REYES



CAPÍTULO 5

Fueron donde se encontraron el libro y... ¡el libro ya no estaba!

Chadi y Víctor dieron un collejazo a Leo porque les dijo que él había perdido el libro en el cementerio. Chadi y Víctor no querían volver a ir al cementerio pero tuvieron que ir porque Leo dijo que vio algo importante en el libro y sintieron curiosidad.

En el cementerio se dieron cuenta que lo que habían visto no eran zombies, sino un grupo de gatos callejeros con muy malas pintas. Los tres se sintieron mucho mejor al ver que solo eran gatos, no zombies.

Al final encontraron el libro y Leo les enseñó lo interesante, había descubierto un pasadizo secreto por el cementerio.

El pasadizo llegaba hasta la casa de Fernando de Rojas. Investigando allí encontraron una puerta secreta, detrás de la puerta había un montón de dibujos y libros. Al ver esto Leo dijo:

- Yo creo que aquí es donde pasaba Fernando de Rojas su tiempo libre.

Investigaron y Chadi dijo:

-Venid, he encontrado un libro muy interesante.

A Víctor el libro le resultaba familiar y contestó:

- ¡Ya sé! Este libro es igual al que vi en una página web en Internet. ¿Os acordáis cuando estuvimos haciendo un trabajo sobre Fernando de Rojas? Pues cuando estaba buscando información vi una página de un libro con dibujos del patio donde vivió Fernando de Rojas, y ese dibujo era igual que el dibujo de la portada de este libro. Hay que ir enseguida a ese patio, a lo mejor encontramos algo interesante. Además no nos pilla muy lejos.

- Muy bien celebrito -dijo Chadi. Por si no te has dado cuenta, estamos en la casa de Fernando de Rojas, y el patio está allí.

- Tienes razón -dijo Víctor- venga, vamos a investigar el patio.

Al llegar al patio no vieron nada interesante, así que decidieron entrar otra vez dentro. Al entrar vieron un libro en el suelo muy raro. Chadi leyó:

- Vida de Fernando de Rojas, parte II.

Al oír esto, Víctor dijo:

- ¡Qué raro! Este libro no estaba antes en el suelo. Bueno, que más da. Hay que encontrar la I parte, y si la hay también la III, IV, V...



- Bueno, bueno, poquito a poquito -interrumpió Leo- lo primero va a ser encontrar la I parte ¡Si es que la encontramos! y luego encontrar las otras partes, ¡si las hay! Así es que tampoco hay que emocionarse mucho.

AIDA GARCÍA TORIJA



CAPÍTULO 6

BUSCANDO LAS SIGUIENTES PÁGINAS DEL LIBRO Al día siguiente fueron a una casa misteriosa. En ese momento encontraron a unos chavales jugando al fútbol. Víctor, Chadi y Leo fueron a ver si les podían ayudar, pero los chavales dijeron que no. Después entraron en la casa misteriosa y se encontraron a un hombre de espaldas, parecía un científico. - ¡Fuera de aquí! En esta casa no podéis estar –dijo el científico. - ¿Por qué está aquí señor? –pregunto Chadi. - No os interesa. Llevo toda la vida aquí y estaré aquí hasta que me muera para averiguar que le paso a Fernando de Rojas –dijo el científico. - Eso es lo que estamos averiguando nosotros y buscando unas páginas raras que encontramos –dijo Leo. Víctor se asustó pensando que el hombre podría hacerles algo, pero el científico les dijo: - Si vosotros me ayudáis, yo os ayudaré a vosotros. Víctor cogió confianza en él y dijo: - Vale, ¿pero no nos harás nada verdad? - No, no os haré nada ¿qué te crees, qué estoy loco? –respondió el científico. - No, pero es que tienes una cara de loco –respondió Víctor. - No, es que llevo cinco semanas sin ducharme –dijo el científico. Se pusieron en marcha y encontraron un sobre en el que ponía: "Si habéis encontrado esta carta seguid hacia adelante y os encontraréis más cartas como está". - Podrían ser pistas –dijo Chadi. Leo y Víctor pensaron lo mismo. Siguieron hacia adelante y se encontraron una casa con un cartel en el que ponía "Prohibido el paso". En ese momento dijo Víctor: - Deberíamos pasar, ¡creo yo! Si pone eso es que hay algo con mucho salseo. Todos pensaron lo mismo. Pasaron a la casa y vieron un montón de estanterías llenas de libros. Cogieron un libro y se abrió una puerta…

CÉSAR GÓMEZ GIL



CAPÍTULO 7

Después de que la estantería se abriese Víctor, Chadi y Leo entraron a buscar la siguiente carta. Cuando entraron se cerró la puerta y no se veía nada.

- ¿Qué? No veo nada -dijo Chadi.

- ¡Qué miedo! -dijo Leo asustado.

- Venga encended la linterna del móvil -dijo Víctor.

Se encontraban en una cueva subterránea bastante amplia. Tras varios minutos caminando, vieron una luz a lo lejos. Corriendo, fueron a la salida dispuestos a buscar la siguiente carta.

Aparecieron en la Plaza del Pan. Se fijaron en la estatua de Fernando de Rojas y, como es obvio buscaron por cada rincón. Leo se fijo en que en el libro que sostenía tenía hojas auténticas. Cogió el libro y le echó unas ojeadas a las páginas, se trataba de una réplica de la Celestina. Pero cuando llegó a la última página había una carta que ponía: "La solución está justo delante de tus narices".

- ¿A qué se refiere esto?- dijo Leo.

- A ver -dijo Chadi.

- Es obvio se trata de la nariz de la estatua –dijo Víctor.

Víctor tras decir estas palabras presionó la nariz e hizo que uno de los bancos de la plaza se moviera. Habían encontrado la entrada de un nuevo túnel.

MÁIBELIN LABORT



CAPÍTULO 8

Los tres se quedaron mirando y Chadi dijo:

- Habrá que entrar.

Víctor y Leo estuvieron de acuerdo. Cuando se metieron en el túnel, no sabían donde les llevaría y estaban un poquito intrigados. Según iban avanzando, la intriga iba aumentando y Víctor dijo:

- ¿Dónde creéis que nos llevará?

- No sé, pero ojalá sea lo que estamos buscando –contestó Leo.

Al cabo de un rato, llegaron a una puerta, la abrieron con mucho cuidado, y al entrar Víctor dijo:

- ¿Sabéis dónde estamos?

- Sí, parece el museo Etnográfico –dijo Chadi.

- ¡Buufff! y... ¿Aquí dónde buscamos? –dijo Leo.

- Ni idea, tendremos que ir buscando atentamente -dijo Víctor.

Los tres se quedaron alucinados, porque aunque habían ido hacía poco, encontraron una estantería donde estaba el libro que hablaba de la historia de las mondas y como eran tan curiosos, Chadi dijo:

- Vamos a echar una ojeada, a lo mejor hay algo interesante.

Según iban ojeando, Víctor se dio cuenta de que había una abertura al lado de un mueble y les dijo a Leo y a Chadi:

- ¡Ayudadme a retirar el mueble!

Al retirar el mueble se encontraron con...

SUSANA MERINO



CAPÍTULO 9

Se encontraron con... ¡una urna con un libro gigante!

Chadi leyó:

- La vida de Fernando de Rojas parte III.

Ya tenían la parte II y la parte III pero los faltaba la parte I. Los tres se quedaron asombrados al descubrir, que en el Museo Etnográfico guardaban ese libro que probablemente nadie sabía que existía. Leo sugirió:

- ¿Y si nos lo llevamos a casa, investigamos, y luego lo traemos de vuelta?

A todos les pareció una buena idea y así lo hicieron.

Al llegar a casa, como era muy tarde no pudieron investigar y lo aplazaron para el día siguiente. Pero surgió otro problema, Víctor no podía quedar porque tenía que ir al dentista. Chadi y Leo se enfadaron pero se les pasó enseguida el enfado porque sabían que no era culpa de Víctor. Leo dijo:

- Lo siento pero yo es que mañana no puedo quedar, porque tengo que ir a comprar con mi madre.

Chadi rió con sarcasmo y dijo:

- ¿Esto es una broma o qué?

Al final no pudieron investigar en toda la semana. ¿Qué descubrirían al leer el libro?

DIEGO MUÑOZ MUÑOZ



CAPÍTULO 10

EL ENIGMA DEL LIBRO

Pasada una semana, Chadi, Víctor y Leo, pudieron reunirse para descubrir el misterio que escondía el libro de la urna. Después del colegio, fueron todos a casa de Leo. Estaban impacientes por hallar nuevas pistas, pero al abrir el libro... ¡No había ningún texto! Mientras Víctor y Leo, examinaban a fondo el libro, Chadi estaba apartada en un rincón de la habitación.

- ¿Qué haces ahí? –preguntó Víctor.

- Estoy haciendo el trabajo de artística que ha mandado el profesor –respondió Chadi.

- ¿Qué trabajo? –dijo Leo.

- Es una manera de ocultar lo que hay escrito en una hoja. Tienes que escribir las letras con el zumo de un limón, dejar secar las palabras y cuando estén completamente secas, pasas un mechero por debajo del papel y se irá viendo el texto escondido –respondió Chadi.

- ¿Un momento? A lo mejor pasa lo mismo con el libro, hay un texto, pero oculto –dijo Víctor.

Leo bajó las escaleras de su casa, en busca de unas cerillas.

- Toma Chadi, coge tú las cerillas –dijo Leo, mientras Víctor sujetaba el papel.

Al ir ahumando la hoja de papel, se iban viendo letras, pero no era un texto, parecía una poesía.

Hicieron lo mismo con todas las hojas y en todas aparecían oraciones escritas en prosa.

- ¿Qué es esto? –preguntó Leo.

- Puede que esté escrito como el libro de La Celestina. Sólo hay que encontrar el mensaje oculto –respondió Chadi.

Tras una hora intentando descifrar el secreto, no consiguieron hallar nada. Se hacía de noche y los pequeños investigadores tenían que irse a sus casas.



- Mañana, después del colegio, quedamos en mi casa para hacer los deberes, así tenemos una excusa para seguir investigando el libro –dijo Víctor.

Al día siguiente, cuando estaban los tres reunidos, comenzaron a idear un plan. Se habían repartido trabajos: Chadi, enfocaba la vela para alumbrar; Víctor, sujetaba el libro; y Leo, anotaba en un cuaderno la poesía oculta.

Pasaban las horas y no habían conseguido descifrar nada, pero cuando iban a rendirse, Leo se acordó de La Celestina.

- ¡Tengo una idea! Vamos a leerlo en vertical, pero sólo la primera letra de cada oración –dijo Leo.

Y así fue como descubrieron el mensaje, pero se llevaron una gran sorpresa. No ponía nada de Fernando de Rojas, sino de Miguel de Cervantes.

En el texto ponía:

El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha...

- ¿Será este el primer libro de Cervantes? –preguntó Chadi.

- No lo sé, pero nadie puede saber este descubrimiento –dijo Leo.

-¿Tendrá algo que ver La Celestina con El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha? –dijo Víctor.

MARÍA RODRÍGUEZ SANMARTÍN



CAPÍTULO 11

DESCUBRIENDO LOS SECRETOS

Todos se quedaron pensando después de que Víctor hiciera aquella pregunta.

- Vamos a seguir leyendo en vertical el libro, puede que encontremos más información –dijo Chadi.

- Será mejor que lo hagamos mañana, ya casi no se ve nada –respondió Leo.

A la mañana siguiente los tres se levantaron muy temprano, desayunaron y se pusieron manos a la obra.

- ¡Un momento, chicos! –exclamó Chadi.

Víctor y Leo dejaron lo que estaban haciendo para prestar atención a Chadi.

- Acabo de buscar en Google Fernando de Rojas y he encontrado en qué lugar le enterraron y... ¡no os lo vais a creer! –dijo Chadi.

- ¡Pero no nos dejes con la intriga! ¡Cuéntalo! –exclamaron Víctor y Leo.

- Bueno, bueno no os pongáis así –respondió Chadi.

- Aquí pone que fue enterrado en la Iglesia del Monasterio de la Madre de Dios, que se encuentra en la calle Fernando de Rojas –dijo Chadi.

- Y… ¿por qué no vamos a ese monasterio a ver si encontramos algo? –dijo Víctor emocionado.

Los chicos se pusieron en marcha hacia el monasterio. Cuando llegaron, las monjas que vivían ahí no les dejaron pasar, porque la última vez que dejaron pasar a unos visitantes, les destrozaron las plantas.

Los tres amigos se iban decepcionados, pero vieron una puerta por donde entraba al convento la monja que habían visto antes. Se pusieron a correr hacia la puerta y llegaron justo antes de que se cerrase. Silenciosamente entraron y se fueron a una parte donde había una especie de tumba en la que ponía:

“Aquí yace el bachiller Fernando de Rojas que compuso La Comedia y Tragicomedia de Calixto y Melibea. Y que fue nacido en La Puebla de Montalbán. Talavera 1541-1980”



- ¡Alucinante! –exclamaron los tres a la vez.

- Chicos no os parece que las fechas están como torcidas –dijo Leo.

- No -respondieron Chadi y Víctor.

Leo, como siempre, tenía que tener la razón, intentó colocar los números y al colocarlos...

Mª JOSÉ SÁNCHEZ SANDOVAL



CAPÍTULO 12

LA VUELTA A LA CASA DE FERNANDO DE ROJAS ¡La tumba se abrió! En ella, se encontraban unas escaleras que conducían a... ¡La casa de Fernando de Rojas!

Chadi, al ver que estaban allí dentro, dijo:

- Chicos, que hacemos aquí.

- Tendremos que descubrir algún misterio –dijo Víctor.

Como locos, se pusieron a buscar por toda la casa pero no encontraban nada.

- Pues tendremos que irnos –dijo Leo.

Cuando iban a volver, vieron que... ¡La tumba estaba cerrada!

Mientras Víctor y Chadi discutían:

- ¿Pero quién la ha cerrado?

- Se habrá cerrado con el viento.

- ¿Y si la ha cerrado alguien?

Leo se puso a investigar y debajo de la puerta de la tumba descubrió algo de lo que no se había dado cuenta. Él asombrado dijo:

- ¡Chicos, mirad! ¡Ahí! Hay algo escrito pero está lleno de polvo!

Al limpiar el polvo, Chadi leyó lo que ponía:

- " PdP bastón de mando" ¿Qué significará eso?-

Antes de seguir pensando, salieron de la casa de Fernando de Rojas forzando la puerta. Y al salir, Víctor dijo:

- ¡Ya sé lo que significa PdP! Significa "Plaza del Pan"

- ¿Y lo de " bastón de mando"? –contestó Leo con tono chulito.

Pararon a pensar y dijeron los tres a la vez:



- ¡El bastón de mando de la estatua!

Los tres fueron corriendo a la Plaza del Pan y cuando sacaron el bastón de mando de la estatua...

ALEX TORRES BONILLA



CAPÍTULO 13

DESCUBRIENDO LOS SECRETOS DE FERNANDO DE ROJAS

Cuando sacaron el bastón de mando de la estatua, pasó algo increíble, el pecho de la estatua de Fernando de Rojas se abrió, y dentro había un libro, en el que Chadi leyó:

- "Vida de Fernando de Rojas parte I"

Víctor se acercó, cogió el libro y la estatua de Fernando de Rojas se movió y… ¡debajo había un túnel!

- Está muy oscuro y no hemos traído linternas –dijo Chadi.

- Tienes razón, mejor será que nos vayamos a casa y mañana bajaremos por el túnel –dijo Víctor.

Y Chadi y Leo respondieron a la vez:

- ¡Vale!

Los tres amigos se fueron cada uno a su casa a cenar porque ya se estaba haciendo de noche. A la mañana siguiente, Víctor se despertó muy pronto para ir a buscar a Chadi y a Leo. Cuando Víctor llegó a casa de Chadi dijo:

- ¡Chadi! Soy yo, Víctor.

Y Chadi le abrió la puerta.

- ¡Hola Víctor! Estoy emocionadísima por saber que habrá al final del túnel.

- Y yo, pero antes tendremos que ir a buscar a Leo –dijo Víctor.

Víctor y Chadi se fueron corriendo a casa de Leo. Cuando llegaron a casa de Leo, llamaron al timbre, pero no abrió Leo, sino su madre. Víctor dijo:

- ¿Está Leo en casa?

Y la madre le respondió:

- Sí, está en su habitación, viendo vídeos de Elrubius.

En ese momento la madre de Leo le gritó:

- ¡Leo, deja de ver vídeos de Elrubius, que están tus amigos aquí!

Entonces Leo salió de su habitación y dijo:

- ¡Ya estoy aquí! Bueno, ¿qué?, vamos a ver que hay al final del túnel.

- ¡Claro que sí! –dijo Víctor.



- Pero tengo una pregunta –dijo Chadi.

- ¿Cuál? –respondió Leo.

- ¿Qué hacías viendo vídeos de Elrubius? –dijo Chadi.

- Porque me aburría esperando a que vinierais –respondió Leo.

Cogieron unas linternas superpotentes y se fueron a la Plaza del Pan a entrar en el túnel. Entraron y cuando ya se iban acercando al final, vieron una puerta blanca. Cuando la abrieron...

CRISTIAN VÁZQUEZ CASTELLANOS



CAPÍTULO 14

¿Dónde estará?

Tras abrir la puerta blanca Víctor, Leo y Chadi... encontraron una tumba en la que ponía “Fernando de Rojas”. Por muy asqueroso que pareciera la abrieron y no había ningún cuerpo, por lo tanto se pusieron a pensar, pensar y...

- ¡Ya lo tengo! –dijo Chadi- en una de las páginas que investigue el otro día, leí que trasladaron el cuerpo a otro lugar pero... ¿Dónde estará? - No sé pero yo que tú me iría yendo ya de este asqueroso lugar –le dijo Víctor. - Bueno chicos, parar de tonterías y vamos preguntar a la biblioteca –dijo Leo. Cuando llegaron a la biblioteca no había nadie nada más que una bibliotecaria. - ¡Hola, buenas! ¿No sabrá algo del traslado del cuerpo de Fernando de Rojas? dijeron los chicos.

- ¡Bueno, os explico! Soy nueva en esto y es que yo de cultura y libros no ando muy bien por raro que os parezca –dijo la bibliotecaria. - Bueno pues nada, gracias y adiós –le dijeron.

- ¿Y si vamos a preguntar al señor de la librería de al lado del Cervantes? Que ese hombre sabe mucho de estas cosas. –dijo Víctor. - Bueno, vale –dijeron los demás.

- Oye ¿qué día es hoy? –dijo Chadi.

- Pues a domingo –dijo Víctor.

- ¡Entonces no abre la librería! Tienes que utilizar más la cabeza de vez en cuando ¡eh!, Víctor –dijo Chadi.

Víctor se quedó callado, porque sabía que Chadi tenía razón.

Leo para calmar esa discusión dijo:

- Bueno, entonces ¿Dónde estará?...

ALBA VICARIO RAMOS



CAPÍTULO 15

DESENLACE FINAL DESCUBRIENDO EL MISTERIO Al día siguiente, después del colegio, los muchachos fueron a la librería.

Allí se encontraba el dependiente.

- ¡Hola! venimos a preguntar si usted sabe algo sobre Fernando de Rojas –dijo Víctor.

- ¡Buenas tardes! Sobre el caso no sé nada, pero en el Museo Etnográfico, se encuentra un plano de su casa –contestó el hombre.

- ¡Gracias! –exclamaron los tres a la vez.

Cuando estaban en el museo, tenían que tener mucho cuidado, porque no se permitían sacar fotos, por eso, mientras Chadi sacaba una fotografía al mapa, Leo entretenía al guía.

- ¡Ya la tengo! –comentó la muchacha.

- ¡Vámonos de aquí! –gritó Víctor.

Dirigiéndose a la casa de Fernando de Rojas, iban estudiando el mapa.

- Esta es su casa. Tenemos que pensar cómo entrar dentro sin llamar la atención de la gente –dijo Leo.

- A unos metros de aquí, está la tienda de mi tía. Seguro que tiene unas escaleras para colarnos por el patio –dijo Chadi.

Estando ya dentro, tuvieron que encender varias cerillas, porque todo estaba muy oscuro. Había bastantes salas. Todas cubiertas de suciedad y polvo. Las ventanas estaban cerradas, pero aún así, hacía frío.

- Aquí no hay nada –comentó Víctor con voz triste.

Estaban desilusianados, esperaban hallar algún tipo de misterio o pruebas que les llevase hasta el autor de La Celestina.

- Estoy cansado y quiero sentarme, pero no hay ningún sitio para hacerlo, aquí está todo lleno de polvo –dijo Leo.

Al apoyarse en una gran estantería, varios libros se movieron hacia atrás y sonó un gran chasquido.

Se abrió una puerta y los muchachos no dudaron en entrar.

- ¿Qué es esto? –preguntó Chadi nerviosa.

- Parece una sala –le respondió Víctor.

- ¡Mirad! Hay un libro en el suelo –dijo Leo.



Al abrirlo por la primera página, se cayó una hoja, en la cual ponía: “Fernando de Rojas, fue enterrado en Talavera de la Reina en 1541, en el Convento de la Madre de Dios. En los años 80, sus restos fueron trasladados a la Colegiata de Santa María la Mayor”.

- ¡Perfecto!, ya sabemos dónde está enterrado. ¡Vámonos! –exclamó Víctor.

- ¡Un momento! Aún no sabemos qué es este libro -dijo Chadi.

Y de un soplido, se quitó el polvo que había en la portada, en la que ponía: “La Celestina”.

- ¡No me lo puedo creer! ¡Es el auténtico libro de La Celestina de Fernando de Rojas! –gritó Víctor emocionado.

- Tenemos que salir de aquí, se está haciendo de noche y tenemos que irnos a casa –dijo Chadi.

Los muchachos salieron de la casa, dejando el libro donde estaba.

Al día siguiente, después de terminar los deberes, quedaron en la Plaza del Pan.

- Hay que darnos prisa, tenemos que estar en casa antes de las ocho –comentó Víctor.

Entrando en la “Colegial”, los chicos enseguida se dieron cuenta dónde estaba la tumba. Y efectivamente, en la lápida tenía tallado el nombre de Fernando de Rojas y el día en el que fue trasladado a aquel lugar.

- Chicos, ya hemos terminado nuestra aventura misteriosa –dijo Leo con voz triste.

- ¡Aún no! Tenemos que saber si en realidad está ahí enterrado –sugirió Chadi. Mañana, nada más terminar de comer, quedamos otra vez en esta plaza. Pero esta vez, traeremos palas, picos y linternas.

A la mañana siguiente, los muchachos estaban entusiasmados por saber el plan que se traía entre manos la chica.

- ¡Hola chicos! Vamos a abrir la lápida –dijo Chadi.

- ¿Estás loca? Si nos descubren, estaremos en un buen lío –le refunfuñó Víctor.



- Por eso, hay que hacerlo con discreción –le contestó la chica.

Al abrir la tumba, se llevaron una gran sorpresa... ¡Había cuatro rótulas! Es decir, había un segundo cadáver.

- Tenemos que ir a la policía y que ellos se encarguen de buscar un arqueólogo –dijo Leo.

- Estoy de acuerdo –le contestó Víctor.

- Y yo –le siguió Chadi.

Pasadas 24 horas, los jóvenes decidieron ir a la Colegiata y averiguar de quién eran los otros restos. Al entrar, la puerta estaba cubierta de cintas policiales, pero a ellos les dejaron pasar.

- Chicos, muchísimas gracias por este hallazgo tan importante –dijo el jefe de policía.

- ¿Habéis descubierto de quién son estos huesos? –preguntó Víctor.

- Desgraciadamente, no. Los huesos están desde hace siglos y están muy fracturados –les explicó el policía.

- Pero sólo llevan aquí desde los años 80 –dijo Chadi.

- Al parecer, los restos de Fernando de Rojas, fueron enterrados después de los otros restos, por lo tanto, quienes lo enterraron, sabían que aquí había otro cuerpo –dijo el comisario.

- Entonces, sólo hay que encontrar a esa personas y lo averiguaremos –dijo Leo ilusionado.

-Ya lo hemos intentado. Desafortunadamente, esas personas ya no viven. De todas formas, desde el cuerpo de policía y el ayuntamiento, les damos la enhorabuena por este gran descubrimiento que nunca se podrá resolver. Y sobre todo, por demostrarnos, que nuestra ciudad, está conectada por varios túneles. Al parecer, Talavera de la Reina, esconde un gran misterio, desde hace años –dijo el policía.

MARÍA RODRÍGUEZ SANMARTÍN



LIBRO COLABORATIVO EN EL QUE HAN PARTICIPADO

ALUMNOS/AS:

• JESÚS ALEJO PINERO

• AYELÉN ANTEQUERA ÁLVAREZ

• MICAELA A. AYALA

• ADRIÁN DÍAZ REYES

• AIDA GARCÍA TORIJA

• CÉSAR GÓMEZ GIL

• MÁIBELIN LABORT

• SUSANA MERINO

• DIEGO MUÑOZ MUÑOZ

• MARÍA RODRÍGUEZ

• Mª JOSÉ SÁNCHEZ

• ALEX TORRES

• CRISTIAN VÁZQUEZ

• ALBA VICARIO RAMOS

PROFESOR-TUTOR:

• JESÚS GALLEGO

NUESTRO AGRADECIMIENTO A LA PROFESORA DE PT MARISA POR SU AYUDA


libro colaborativo el misterioso caso del callejÓn de los siete linajes ceip pablo iglesias

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