libro censos s xx - prof. jorge pinto

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Estudio que muestra los censos de Chile en el siglo XX

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  • Jorge Pinto Rodrguez

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  • Los censos chilenos del siglo XX

    Los censos chilenos

    del siglo XX

    Jorge Pinto Rodrguez

    Universidad de La Frontera, Temuco Programa de Estudios y Documentacin en Ciencias Humanas, Osorno

    2010

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  • Jorge Pinto Rodrguez

    Universidad de La Frontera y Programa de Estudios y Documentacin en Ciencias Humanas

    Los censos chilenos del siglo XX. 1 ed. Temuco/Osorno: Editorial: Universidad de La Frontera y Universidad de Los Lagos, 2010. 350 p; il + mapas: 17,56 x 24,5 cm. (Serie Historia N 2 y Coleccin Monogrficos V)

    ISBN: 978-956-8709-35-8Censos Historia Siglo XX - Chile

    Editorial Universidad de La Frontera Editorial Universidad de Los Lagos Jorge Pinto Rodrguez Primera Edicin, agosto 2010 ISBN: 978-956-8709-35-8

    Edicin: Universidad de La Frontera, a travs del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Educacin y Humanidades, Avenida Francisco Salazar 01145, Temuco, Chile. Edicin: Universidad de Los Lagos, a travs del Programa de Estudios y Documentacin en Ciencias Humanas, Avenida Patricio Lynch # 1346, Osorno, Chile. Fono: 56-64-333069 Email: [email protected]

    Imagen portada:

    Mural de la Universidad de Concepcin, hall de entrada, realizado por Jorge Gonzlez, 1963.

    Diseo y Secretara de Redaccin: Comit editor internacional:

    Jorge Muoz Sougarret (PEDCH) Adrian Blazquez, Universit de Pau et ds Pays de Hernn Delgado Delgado (PEDCH) lAdour, Francia Rodrigo Mrquez Reyes (PEDCH) Sergio Grez Toso, Universidad de Chile Fono/Fax: 56-64-333235 Julio Prez Serrano, Universidad de Cdiz, Espaa Email: [email protected] Patrick Puigmal, Universidad de Los Lagos, Chile Claudio Robles Ortiz, Universidad Austral de Valdivia, Chile Impresin: Imprenta Printus S.A.:

    Avenida Mackenna 648. Osorno, Chile Fono: 56-64- 226996 Email: [email protected]

    Este libro fue preparado en el marco del Proyecto de Investigacin La Poblacin de la Araucana en el siglo XX, financiado por CONICYT. El autor agradece el apoyo recibido de este organismo y el respaldo que le ha brindado la Universidad de La Frontera de Temuco para realizar su trabajo. As mismo, agradece a los profesores Jaime Flores Chvez y Jessica Gonzlez Gmez, su valiosa colaboracin como co-investigadores del proyecto sealado anteriormente.

    Prohibida la reproduccin de este texto sin previa autorizacin de la Editorial de la Universidad de La Frontera y de la Universidad de Los Lagos. Slo puede reproducirse parte de l con motivos acadmicos y citando la fuente bibliogrfica.

    Impreso en Osorno

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  • Los censos chilenos del siglo XX

    NDICE

    ndice 5

    Prlogo. Censo, historia y pueblo: un camino difcil 9

    Introduccin 13

    Captulo Primero. Los censos chilenos del siglo XX 15

    x Los orgenes de la poltica censal chilena 15 x Los censos del siglo XX 18 x Las grandes etapas de la poltica censal chilena 20 x La confiabilidad de los censos chilenos 24

    o La ignorancia de la poblacin 25

    o Los temores de la gente 26

    o El subregistro 27

    x La divisin administrativa del pas 28 x La poblacin urbana y rural 30 x Censos e imaginarios 31

    o La obsesin de querer ser ms 32

    o El anhelo de ser tan desarrollados como Europa o los pases ms avanzados 33

    o La homogeneidad tnica de los chilenos 34

    o La fortaleza de la Nacin: entre los temores y el amor a la Patria 37

    x El caso de la poblacin peruana despus de la Guerra del Pacfico 37

    Captulo Segundo. El censo de 1907 39

    x La Comisin y los trabajos preparatorios del censo de 1907 39 o El contenido del Boletn 42

    o El da del censo 45

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  • Jorge Pinto Rodrguez

    o Los primeros resultados y las estadsticas comparativas 47

    x Los resultados globales del censo 49 o El censo de los indios araucanos 55

    o Estadsticas comparativas 58

    x Comentarios finales 63

    Captulo Tercero. El censo de 1920 65

    x El problema de la divisin administrativa del pas 67 o El censo de habitaciones 67

    x Las instrucciones para el censo propiamente tal 68 o La propaganda 69

    o El reclutamiento para el personal necesario para el censo 70

    o Fiscalizacin y revisin de los trabajos de empadronamiento: las Comisiones comunales y los alcaldes 70

    o Los empadronadores y las instrucciones para proceder el da del censo 71

    o Los censos especiales 72

    x Los resultados del censo 73

    Captulo Cuarto. El censo de 1930 80

    x La divisin poltica del pas 80 x La aplicacin del censo 81

    o El censo de la vivienda 83

    o Los escrutinios y la validez del censo 84

    x Los resultados globales: la poblacin del pas y otros datos generales 85 o La distribucin regional de la poblacin 92

    o La poblacin Araucana: poblacin indgena en las reducciones, 1907-1930 93

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  • Los censos chilenos del siglo XX

    Captulo Quinto. El censo de 1940 97

    x Los antecedentes del censo 98 o El da del censo 103

    x Los resultados del censo 104 x Comentarios finales 111

    Captulo Sexto. El censo de 1952 113

    x Antecedentes del censo de 1952 114 o El clima nacional en 1952 116

    o El reglamento del censo 116

    o La comisin directiva 117

    o Las comisiones comunales 118

    o La familia censal y el grupo no familiar 119

    o Algunos conceptos 120

    Poblacin urbana y poblacin rural 120

    Las caractersticas econmicas 120

    o Otras tareas 121

    o El da del censo 122

    x Los resultados 122 o Resea de la historia censal del pas 123

    o Los cuadros totales de la poblacin chilena segn el censo de 1952 127

    Captulo Sptimo. El censo de 1960 137

    x Antecedentes generales del censo 137 o Cartografa censal 139

    o La cdula censal 139

    o Publicidad del censo 140

    o El da del censo y la primera revisin de los datos 141

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  • Jorge Pinto Rodrguez

    x Los resultados del censo 141

    Captulo Octavo. El censo de 1970 173

    x Conceptos y definiciones del censo 173 x Resultados: Los folletos regionales 175

    Captulo Noveno. El censo de 1982 183

    x Antecedentes generales del censo 183 o El cuadernillo censal 184

    x Resultados: Anlisis comparativo de los datos de los censos de 1970 y 1982 189

    Captulo Dcimo. El censo de 1992 197

    x Antecedentes histricos de los censos chilenos 197 x Las bases legales del censo de 1992 198 x Las etapas del censo de 1992 199

    o El censo de vivienda 199

    o El censo de poblacin 201

    x Los resultados 208

    Conclusiones 215

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  • Los censos chilenos del siglo XX

    PRLOGO Para el comn de los mortales, un censo se limita, en una primera apreciacin, al clculo -lo ms exacto posible- de la poblacin del Estado que lo organiza como tambin, luego, en la descripcin, segn una serie evolutiva de tems de la sociedad entre el penltimo y el ltimo censo; se juntan entonces lo cuantitativo y lo cualitativo para pintar el ms fiel retrato del periodo estudiado. As por lo menos lo piensa la mayora.

    Pero un censo es mucho ms que eso: constituye, primero, el reflejo del actuar poltico, de las metas y de las ambiciones del gobierno de turno. La evolucin de las temticas abordadas, la desaparicin de algunas y la aparicin de otras posibilitan caracterizar aquellos actuares y, as, dar un contenido y una interpretacin mucho ms complejos al por qu y al cmo de los censos. Y, segundo, posibilita la concepcin de las proyecciones del pas y permite as entender las decisiones macroeconmicas y los cambios fundamentales que se llevan a cabo en periodos post censos.

    Podemos, por lo tanto, afirmar que estamos en presencia de dos visiones, las que lejos de ser lgicamente idnticas ni paralelas, no se cruzan obligatoriamente y generan o pueden generar importantes distorsiones al momento de la aplicacin de polticas nuevas. Ser factible o permitido plantear, entonces, que los resultados de los censos sirven para cumplir con los sueos de los gobernantes, pero no reflejan en ningn caso los sueos de los encuestados? En esto reside lo que acabamos de mencionar como distorsiones? Cmo imaginar el devenir de una sociedad si no se conocen las ambiciones, problemas y/o conflictos de los que la componen?

    Adems, los censos o, ms bien, los momentos en los cuales se llevan a cabo, muestran no solamente la complejidad de cada pas, sino tambin la influencia de mltiples factores externos: primero, el entorno inmediato de los vecinos (por ejemplo, los censos post Guerra del Pacfico son difcilmente comparables con los anteriores e integran poblaciones hasta ahora no chilenas, por ende, poco sensibles -para no decir hostiles- a la utilidad de tales instrumentos); segundo, la regin, en esta oportunidad Amrica del Sur; tercero, la macro regin, el continente americano (incluyendo los Estados Unidos como es el caso del censo de 1952); y, finalmente, plantean la globalizacin cada vez ms marcada, por ejemplo, por la integracin sistemtica en las ltimas dcadas de los tratados internacionales que han cambiado no solamente el comercio nacional, sino tambin la base jurdica del pas.

    Este elemento exterior modifica, por supuesto, la utilidad del censo para el gobierno que lo realiza, alterando de igual modo la percepcin que puede tener la poblacin, en el sentido que, con una vida cada da ms influenciada por la periferia, uno, como ciudadano, puede dudar de la utilidad de entregar datos casi exclusivamente nacionales, individuales y familiares.

    Es decir, a ojos nuestros, el censo representa, al mismo tiempo, un elemento de mayor importancia para el conocimiento y la proyeccin del pas y un reflejo de la distancia aparente y constantemente ms grande entre dirigentes y dirigidos.

    No integra adems, por su naturaleza misma, eventos y accidentes que cambian el presente y el futuro de los pases, eventos que no responden a polticas elaboradas ni a sueos conocidos o no, asumidos o no, transmitidos o no: hacemos referencia a los conflictos blicos, a las crisis del sistema o, aun, a las catstrofes naturales como es el caso, por citar uno, de los terremotos; todo aquello que modifica profundamente tanto la vida cotidiana del pas como los sueos y proyectos de los habitantes.

    El trabajo que presenta en este libro el profesor Jorge Pinto, nos hace penetrar en los contextos y razones de cada uno de los censos del siglo XX y nos permite, mucho ms que entender la evolucin del pas durante este mismo periodo, comprender cmo la sociedad

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  • Jorge Pinto Rodrguez

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    dirigente (en este grupo incluyamos tanto a polticos como a empresarios) ha soado, imaginado e intentado construir el futuro de Chile y cmo esta construccin imaginaria no alcanza ni siquiera a entrar en las mentes del grueso de la poblacin. Jorge Pinto es un especialista del estudio de este tema; tema que ha trabajado durante estos ltimos aos con la historiadora Carmen Norambuena, estudiando, en particular, la imagen de Chile proyectada a partir de los pabellones representativos del pas en las diferentes exposiciones universales en los siglos XIX y XX. La actual imagen de Chile proyectada, por ejemplo, en la exposicin de Shangai es un fiel reflejo de lo recin afirmado. El Chile presentado all (ver www.expochile2010.cl), basado en el concepto de la Ciudad de las relaciones, parece tener poca relacin con la realidad santiaguina y, entre otros, sus mltiples problemas de conectividad.

    Es factible que esta reflexin personal no sea parte de las intenciones del autor al llevar a cabo su investigacin ni al escribir su texto, pero en esto reside uno de sus logros: hacernos pensar en lo nunca pensado, hacernos ver elementos aparentemente claros y definidos como lo son los censos, fenmenos mucho ms complejos que necesitan del conocimiento de su contexto, de la comprensin de las metas polticas de quienes los elaboran y de la relacin cercana o no con los deseos y ambiciones de la poblacin.

    Un segundo elemento da, a juicio nuestro, mucha fuerza a este texto: su investigacin y escritura desde las regiones de Chile, en particular, en este caso, desde la Araucana, para descubrir y/o aclarar, al final, los conceptos bsicos y evolutivos claves que permiten entender la sociedad, representada por el Estado Nacin. Es decir, Jorge Pinto permite recorrer el camino opuesto a lo tradicional, aquel que nos conduce desde el punto central hacia las extremidades; desde Santiago hacia las provincias. Construye as una historia y una comprensin de Chile deshacindose del centralismo como eje principal de exgesis y anlisis, y basndose, por el contrario, en visiones y conceptos propios de las regiones para construir un discurso que, no obstante, llega a tomar la forma de una historia nacional.

    Jorge Pinto es, probablemente, uno de los principales historiadores chilenos que podemos hacer entrar en esta categora, por lo cual se merece un exclusivo reconocimiento tanto acadmico como nacional. Dio en el pasado una prueba tangible de lo afirmado precedentemente publicando en el ao 2000 (con una reedicin en 2003) De la inclusin a la exclusin. La formacin del Estado y la nacin y el pueblo mapuche, siendo una de las primeras explicaciones sobre la creacin de este tipo de sociedad no elaborada desde, para y por Santiago. No es intencin nuestra reivindicar esto a partir de la construccin de un discurso regionalista, sino que, simplemente, plantear la necesidad de contemplar visiones distintas, de utilizar enfoques variados y de basarse en esquemas tericos diversos.

    Otro texto de Jorge Pinto (Historia de la Universidad de la Frontera, Ediciones UFRO, 2002, p. 15) integra la idea precedente y la mezcla con nuestra primera interpretacin sobre el texto que se presenta en esta edicin:

    Parece que no somos felices, decan algunos polticos y escritores de la poca. Somos un pas enfermo de senectud en plena adolescencia, sealaba Vicente Huidobro, mientras Lus Recabarren protestaba ante un pas que nunca le haba dejado la sensacin de tener patria y libertad. En el norte, los obreros del salitre enfrentaban una dura realidad, acallada brutalmente una tarde de diciembre en la escuela Santa Mara de Iquique, por las balas de soldados chilenos disparadas contra una multitud que protestaba por las speras condiciones imperantes en la pampa salitrera, y, en la Araucana, los mapuche pedan que se pusiera trmino al robo de sus

  • Los censos chilenos del siglo XX

    tierras. Tambin protestaban los obreros en las ciudades y el mundo entero pareca estar viviendo un perodo de fuertes convulsiones, cuyas expresiones ms dramticas eran las hambrunas de Irlanda y Escocia, la Revolucin Mexicana y la Revolucin Rusa. Las bases de la estabilidad social que habra legado el siglo XIX no pasaban de ser una sarcstica irona. Qu haba pasado?

    Tenemos en este extracto un resumen perfecto de lo escrito anteriormente: la distancia entre la vida cotidiana de la poblacin y las decisiones de las autoridades y la necesidad de construir, escribir y entender la historia a partir de lo vivido, pensado, sentido en las regiones. El centralismo exacerbado del modelo societal imperante desde principios del siglo XIX ha provocado la extrema concentracin del poder, tanto geogrfica como humanamente, y, en este sentido, los censos han sido -probablemente sin que esto sea uno de sus objetivos- fieles acompaantes si no provocadores de tal situacin.

    Teniendo en cuenta lo planteado precedentemente, nos parece an ms incomprensible la escasa atencin que los censos han logrado despertar en los historiadores como lo escribe Jorge Pinto en la introduccin del presente libro. Una razn ms, nuevamente, para apreciar el esfuerzo realizado por el autor, una razn tambin a nuestro inters como Programa de Estudios y Documentacin en Ciencias Humanas (PEDCH) de la Universidad de Los Lagos por participar, conjuntamente con la Universidad de la Frontera, en su edicin.

    Patrick Puigmal Director del PEDCH

    Osorno, mayo de 2010

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  • Jorge Pinto Rodrguez

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  • Los censos chilenos del siglo XX

    INTRODUCCIN Este libro es el resultado de un proyecto de investigacin sobre la poblacin de la Araucana en el siglo XX que contemplaba el uso de los censos para examinar su crecimiento y distribucin espacial. A poco de empezar, pudimos apreciar que los censos, ms que simples recuentos de poblacin, son fuentes de gran inters para analizar nuestra evolucin republicana. Aunque los encargados de realizarlos se empearon siempre de convencer a la gente que se trataba de simples operaciones estadsticas para planificar la accin pblica, en la prctica reflejan muchas situaciones que afectaron al pas o que interesaban a las autoridades y a la gente en general en los momentos de realizarse. Hace poco, un estudio sobre los censos del XIX reconoci, precisamente, el valor que tuvieron los empadronamientos del siglo antepasado en el complejo proceso de construccin social de la nacin, llamando la atencin sobre la escasa atencin que han logrado despertar entre los historiadores1.

    Aunque esta ltima observacin es parcialmente vlida, pues desde el mismo siglo XIX hasta trabajos ms recientes de Rolando Mellafe, Carmen Norambuena y Sergio Bravo, varios historiadores comentaron los censos, no cabe duda que no se les haya prestado la atencin que merecen.

    En esta oportunidad nuestro objetivo es muy simple. Por una parte, se trata de presentar en un captulo inicial la evolucin de nuestra poltica censal en el curso del siglo XX y, por otra, ofrecer una sntesis de lo que fue cada uno de los censos practicados en Chile entre 1907 y 1992. Se trata de nueve recuentos, realizados los aos 1907, 1920, 1930, 1940, 1952, 1960, 1970, 1982 y 1992, que aqu revisaremos uno por uno.

    Cada censo fue analizado separadamente o, dicho de otra manera, los captulos relativos a cada uno fueron preparados independientes de los otros y en distintos momentos en los ltimos cinco aos. Por lo tanto, el lector apreciar que algunos datos se repiten, como tambin algunas observaciones particulares; sin embargo, no quisimos modificarlos salvo en algunas materias que era imprescindible hacerlo, porque as naci este libro. Del mismo modo quisiramos sealar que cuando se empez a prepararlo la consulta de los censos era ms difcil que hoy. Hacia el 2004 2005 slo caba ir a Santiago, a la Biblioteca del INE para revisarlos directamente en la capital o travs de su compra por medios electrnicos. Ahora la tarea se ha facilitado, pues el INE decidi instalarlos en una pgina de Internet que permite su consulta sin mayores dificultades y desde cualquier lugar del pas2. En tal sentido, el lector que desee profundizar algunas cuestiones que aqu se plantean o analizar otras que aqu no se tocan, puede hacerlo con mucha facilidad.

    Hechas estas aclaraciones queremos precisar que, en trminos generales, nos hemos servido para su preparacin de los mismos informes que entregaron las comisiones encargadas de practicarlos, siguiendo una tradicin que arranca en el siglo XIX. Percibimos que la poltica censal que se aplica en el XX correspondi, hasta 1952, a la que se dise en los primeros aos de la Repblica en el sentido de convertir estos recuentos en piezas claves para disear las polticas pblicas de los distintos gobiernos. Este espritu no desaparece definitivamente a partir del ao 52; ms bien, empieza a ser compartido con la necesidad de transformar estos recuentos en fuentes al servicio de las polticas globalizadoras que impulsan las economas centrales cuando el capitalismo financiero trastoca los modelos industrializadores que se impulsaron en Amrica Latina al promediar el siglo pasado.

    1 Jenny Monsalve Neira, Los Censos de Poblacin en Chile y su evolucin histrica hacia el Bicentenario,INE, Imprenta Maval, Santiago, 2009. 2 Ver http:/www.ine.cl/canales/usuarios/censos_digitalizados.php.

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  • Jorge Pinto Rodrguez

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    Hubo tambin cambios en las tcnicas utilizadas para procesar la informacin y en algunos criterios para censar a la poblacin. Sin embargo, estructuralmente nuestros censos mantuvieron la misma fisonoma a lo largo de todo el siglo XX. El de 1952 es el primero en incorporar la vivienda, a pesar de que ya antes la mayora de los censos traa informacin sobre esta materia.

    Sin otra pretensin que reunir en un volumen la informacin recogida, esperamos que este trabajo sea de alguna utilidad para quienes necesiten acudir a los censos del siglo XX para estudiar diferentes fenmenos de nuestra historia ms reciente.

    Antes de concluir esta introduccin quisiramos agradecer al Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Educacin y Humanidades de la Universidad de La Frontera el apoyo que nos ha brindado durante todo este tiempo para desarrollar nuestro trabajo. A Fondecyt por haber financiado la investigacin que nos permiti reunir todos los materiales que usamos aqu. En Osorno, a la Universidad de Los Lagos a travs del Programa de Estudios y Documentacin en Ciencias Humanas que decidi coeditar este texto, adems de poder contar con la colaboracin de varios de sus miembros: Patrick Puigmal su Director-, Jorge Muoz Sougarret, Hernn Delgado y Rodrigo Mrquez. En Santiago, a Pablo Muoz por su excelente disposicin para colaborarnos en la Biblioteca y Archivo Nacional de Santiago y en Temuco a Ivn Inostroza por su desinteresada colaboracin en el Archivo Regional de La Araucana. Por ltimo, a nuestros alumnos de la Universidad de La Frontera Mathas rdenes, Hctor Nahuelpn y Nelson Morales por su valiosa ayuda en tareas aparentemente menores, pero claves para el xito de cualquier investigacin.

    Jorge Pinto Rodrguez

    Temuco, otoo de 2010

  • Los censos chilenos del siglo XX

    CAPTULO ILOS CENSOS CHILENOS DEL SIGLO XX

    Durante el siglo XX Chile, como pocos pases latinoamericanos, practic una poltica censal caracterizada por su regularidad. Desde 1907 a 1992, realiz nueve censos, tratando de ajustarse fielmente a la cronologa y frecuencia establecidas en el siglo XIX y a los criterios internacionales que se impusieron hacia la segunda dcada del XX3.

    En efecto, el censo de 1907, el primero del siglo XX, debi practicarse en 1905, en conformidad con la tradicin establecida en el siglo XIX de realizarlos los aos 5 de cada dcada. El ligero retraso de dos aos no impidi disponer de un recuento de poblacin que se hizo en medio de condiciones muy complejas, pero que se ajust a las exigencias de la poca. En los aos siguientes, de acuerdo a las recomendaciones de los organismos internacionales que ya empezaban a regular la poltica censal del continente, el ao 5 fue cambiado por el ao 0 y a ese cambio se deben los censos de los aos 1920, 1930, 1940, 1952 (postergado dos aos), 1960, 1970, 1982 y 1992, estos dos ltimos postergados tambin dos aos.

    Esta prctica censal contrasta con la de otros pases de Amrica Latina. Argentina, para citar un ejemplo, practic entre 1869, ao del primer censo, y el ao 2000, ocho censos en total, de los cuales slo 6 corresponden al siglo XX (1914, 1947, 1960, 1970, 1980 y 1991), dejando una laguna de ms de 30 aos entre 1914 y 19474. Ecuador realiz su primer censo recin en 1950, luego de haberse creado en 1944 la Direccin General de Estadsticas, repitiendo la operacin en 1962, 1974, 1982, 1990 y 2001, con frecuencia decenal, pero con intervalos irregulares5. Como veremos ms adelante, casi ningn pas del continente puede exhibir la frecuencia censal de Chile, entre otras razones por la temprana constitucin del Estado y por el rol que ste ha jugado en nuestra historia. Precisamente, asumida como una cuestin de Estado y ms tarde como un compromiso con los organismos internacionales que tecnificaron los recuentos de poblacin, Chile dispone de una informacin poco corriente en el continente.

    Los orgenes de la poltica censal chilena

    El origen de los censos chilenos se remonta, con excepcin de los realizados en 1813 y 1831-1834, a la creacin de la Oficina de Estadstica, establecida, por decreto del 27 de marzo de 1843, en parte, por la insistente preocupacin de don Claudio Gay, quien no slo recomendaba crear esta Oficina sino un Archivo General para reunir en una sola oficina todos los preciosos documentos que hoy da se hallan esparcidos en varias administraciones y algunas veces con grande peligro de echarse enteramente a perder6. Los propios requerimientos del Estado chileno, en plena fase de formacin, contribuyeron a que se tuviesen que reunir datos que las autoridades necesitaban para orientar su gestin en aquella fase de nuestra evolucin institucional. As lo expres el ministro del interior del presidente Manuel Bulnes, don Ramn Luis Irarrzabal, al declarar, al momento de la creacin de la Oficina, que el conocimiento de la estadstica de un pas es la base indispensable para graduar sus progresos, atinar con los obstculos que los enervan, i calcular con acierto las convenientes medidas administrativas, encargando su organizacin a don Fernando Urzar Garfias7.

    3 Vase Jenny Monsalve Neira, Los Censos de Poblacin en Chile y su evolucin histrica hacia el Bicentenario, ya citado.

    4 Indec. Los Censos de Poblacin en la Argentina. http:/www.indec.mecn.ar/proyectos/censo 2001/historia. 5 Inec, Censos de Ecuador. http:/www.gov.ec/interna. 6 Citado por Rolando Mellafe en la Introduccin al XII Censo General de Poblacin y I Vivienda, levantado el 24 de abril de 1952, Servicio Nacional de Estadstica y Censos, Santiago, 1956, p. 23. 7 Diego Barros Arana, Un decenio de la Historia de Chile, Imprenta Barcelona, Santiago, 1913, tomo I, p. 367.

    Los mejores trabajos sobre los censos chilenos del XIX son los realizados por Rolando Mellafe en la Introduccin al XII Censo General de Poblacin y I Vivienda, levantado el 24 de abril de 1952, Servicio

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  • Jorge Pinto Rodrguez

    Una de las primeras obligaciones de esta Oficina fue, precisamente, adquirir noticias circunstanciales y puntuales sobre el nmero de los habitantes del pas, con distincin de sexo, estado, edades y ocupaciones, junto con su movimiento, procedencia y clase de industrias a que estn dedicados los extranjeros que se encuentran en el pas8.

    Inmediatamente creada la Oficina, el gobierno dirigi a los intendentes una circular para que stos la hicieran llegar a los gobernadores y subdelegados con las instrucciones necesarias para iniciar el levantamiento de un Censo General de la Repblica9. En esa circular se fijaba como fecha para el empadronamiento de la poblacin el 1 de octubre de 1843, precisndose que los datos que deban registrarse eran los siguientes:

    Conscientes del temor que este tipo de encuesta provocaba en la poblacin, la Circular recomend a los

    comisionados(empadronadores) un

    especial cuidado en persuadir a la gente rstica de que al levantar el Censo General de Poblacin, no se trataba de alistamiento para el Servicio Militar, ni de imponer alguna gabela, hacindoles ver que el objeto nico del Gobierno, era el de adquirir los conocimientos necesarios para procurar, con ms acierto el adelanto de los pueblos y el bienestar de sus habitantes11.

    a) Nombre y apellido e) Vacunacin b) Edad f) Si saba leer y escribir

    c) Estado Civil g) Departamento en el que haba nacido

    d) Oficio h) Defectos fsicos (ciego, sordo, mudo, paraltico, tullido, demente y baldado) 10.

    El censo se practic, conforme a lo estipulado, el 1 de octubre de 1843 y arroj una poblacin de 1.081.494. Aunque este ensayo de censo, escribi Barros Arana, se haba practicado con mayor empeo i con ms discernimiento i prolijidad que los anteriores, se conoci que no poda inspirar gran confianza, i se dio en varios escritos un aumento de otras doscientas mil almas a la cifra arriba anotada12. Era, de todas maneras el ms confiable de los que hasta ese momento se haban practicado, pues, tal como lo reconoci el propio Barros Arana, los resultados de los anteriores eran todava ms dudosos.

    Efectivamente, el censo de 1813, dirigido por don Juan Egaa, se llev a cabo en plena lucha por la independencia y en medio de circunstancias muy adversas para realizar este tipo de recuento, por lo cual provoc una profunda desconfianza13. Aos ms tarde, en 1824, el mismo Juan Egaa public un libro titulado Almanak nacional para el Estado de Chile, que contiene informacin estadstica de diversa naturaleza, pero tan incierta, en lo que a poblacin se refiere, como los datos del censo de 1813. Lo mismo puede afirmarse del Repertorio chileno del ao 1835, que sin nombre de autor public don Fernando Urzar Garfias, el mismo funcionario que en 1843 organizara la Oficina de Estadstica14. Este ltimo pudo recoger, sin duda, los resultados

    Nacional de Estadstica y Censos, Santiago, 1956, y Carmen Norambuena en su tesis doctoral Las Tendencias Demogrficas en la Epoca Republicana en Chile, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 1984. Un resumen de lo que esta autora desarroll en su Tesis se encuentra en su artculo Recopilacin Estadstica sobre el proceso de inmigracin a Chile, 1850-1930. En Inmigracin y Estadsticas en el Cono Sur de Amrica. Organizacin de Estados Americanos e Instituto Panamericano de Geografa e Historia, Serie Inmigracin, Vol. VI, 1990, pp. 203-206.

    8 Decreto de creacin de la Oficina de Estadstica, 27 de marzo de 1843. En Carmen Norambuena, Las Tendencias Demogrficas en la Epoca Republicana en Chile, tomo II, anexo N 3.

    9 Barros Arana, Un decenio de la Historia de Chile, tomo I, p. 369. 10 Copia de estas instrucciones en Norambuena, Las Tendencias Demogrficas en la poca Republicana en

    Chile, tomo II, anexo N 4. 11 Norambuena, Las Tendencias Demogrficas en la Epoca Republicana en Chile, tomo II, anexo N 4. 12 Barros Arana, Un decenio de la Historia de Chile, tomo I, p. 369. 13 Diego Barros Arana, Historia Jeneral de Chile, tomo IX, Jover Editores, Santiago, 1890, p. 128. 14 Las referencias a ambas publicaciones en Barros Arana, Un decenio de la Historia de Chile, tomo I, p. 367.

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  • Los censos chilenos del siglo XX

    de uno de los censos ms extraos del pas: el de 1835. Aunque se le conoce como el censo de ese ao, se practic, en realidad, durante largos cuatro aos, entre 1831 y 1834, y sus resultados aparecen en la obra de Jos Rodrguez Ballesteros, Revista de la Guerra de la Independencia,que se public en el Tomo V de la Coleccin de Historiadores y Documentos Relativos a la Independencia Nacional, aparecido en Santiago, en 190115. Se trat de un censo que mereci muchas dudas, partiendo por las del propio Ministro del Interior, don Joaqun Tocornal, que se refiri a l en la Memoria que ley ante el Congreso, el 28 de agosto de 1835. Deseara fijar aqu, seal el Ministro Tocornal, como un punto de donde partir para calcular la marcha futura de la repblica, datos estadsticos individuales y autnticos, a cuya luz fuere posible formar un juicio seguro sobre la condicin fsica y moral del pueblo. Pero, a pesar de mis esfuerzos para obtenerlos, todo lo que pudiera presentar a la legislatura sobre esta materia es el resultado de un censo incompleto, cuyos pormenores no me inspiran suficiente confianza16.

    Una vez creada la Oficina de Estadstica y regulada la frecuencia de los censos, el pas encar con ejemplar responsabilidad el compromiso de censar a su poblacin cada diez aos. Como dejamos dicho en pginas anteriores, desde 1865 se adopt la costumbre de realizarlos los aos 5 de cada dcada, costumbre que se mantuvo hasta 1907, y que se rompe definitivamente en 1920, cuando se decide realizarlos los aos 0, para hacerlos coincidir con los de otros pases que haban adoptado el mismo acuerdo17.

    De este modo, durante el siglo XIX se levantaron en Chile ocho censos: 1813, 1835, 1843, 1854, 1865, 1875, 1885 y 1895. El de 1843, el primero regulado por la Oficina de Estadstica, se practic en el mes de octubre; sin embargo, en 1854 se dispuso realizarlo en la segunda quincena de abril, teniendo en cuenta que corresponde a una de las pocas en que los habitantes de la Repblica tienen residencia ms fija i por consiguiente una de las ms oportuna para dar cumplimiento a este ejercicio y que los primeros 15 das de dicho mes coinciden con las dos ltimas semanas de cuaresma i que no se favorecera el buen desempeo de los comisionados para el censo fijando esos das. Por consiguiente, se estableci el da 19 de abril18.

    Cuadro N 1. Censos levantados en Chile, siglos XIX y XX

    Ao Da1812 (Obispado de Concepcin)

    Ignorado

    1813 (Obispado de Santiago)

    Ignorado

    15 Una copia de la obra de Rodrguez Ballesteros se encuentra en el Archivo Nacional de Santiago, Fondo Antiguo, volmenes 104, 105 y 106. En realidad, los resultados de este Censo no se publicaron, permaneciendo indito hasta la fecha. Sabemos que existe un proyecto de edicin dirigido por Guillermo Bravo y Carmen Norambuena, que han logrado reunirlo completo, pero hasta la fecha de redaccin de este libro (diciembre de 2005), esta iniciativa sigue siendo un proyecto. Otros comentarios sobre este Censo en Jorge Pinto Rodrguez, La poblacin del Norte Chico en el siglo XVIII: Crecimiento y cambios en una regin minero agrcola de Chile, Tesis de Doctorado, Faculty of Arts, University of Soutahmpton, 1979, pp.278-279.

    16 Mellafe, Introduccin, ya citada, p. 21. 17 Mellafe, Introduccin, ya citada, p. 25, seala que segn la ley de censos de 1853, stos deban practicarse

    los aos 3 de cada dcada, periodificacin que se rompe de inmediato por razones econmicas. 18 Decreto del 25 de febrero de 1854 que establece las prescripciones y reglas del Censo del 19 de abril de

    1854. En Norambuena, Las Tendencias Demogrficas en la Epoca Republicana en Chile, tomo II, anexo N 6.

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  • Jorge Pinto Rodrguez

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    Fuente: INE. Elaboracin propia a partir del Censo de Poblacin y

    Vivienda, Chile 1992. Resultados Generales

    Los censos de 1865 y 1875 se practicaron el mismo da, el 19 de abril19. El de 1885, en cambio, en noviembre, ms precisamente el 26 de ese mes, aunque sus datos seguan siendo dudosos20. El de 1895, el ltimo del siglo XIX, se realiz tambin en la primavera, instaurndose esa costumbre por ser la ms conveniente para llevar a cabo la tarea sin los inconvenientes de las lluvias del invierno. En 1907, cuando el pas inaugura la serie de censos del siglo XX exista, pues, una cierta experiencia, aunque todavapersistan algunas 21dificultades .

    Los censos del siglo XX

    El censo de 1907 fue seguido de los de 1920, 1930, 1940, 1952, 1960, 1970, 1982 y 1992, sin que quedase una sola dcada sin su respectivo censo22.Desde el 52 en adelante, junto al censo de poblacin se practic el de vivienda, aunque ya desde de 1907 se habarecogido informacin sobre esta materia. Es obvio que la poltica que orient la labor censal fue variando y que el uso de instrumentos tcnicos los mejor considerablemente; sin embargo, lo que de todas maneras llama la atencin en nuestro pas es la frecuencia y regularidad con que se llevaron a cabo. Esto da cuenta de varias situaciones. En primer lugar, del rol que ha jugado el Estado en nuestra historia, responsable de asumir el compromiso de censar a la poblacin; en segundo lugar, la conviccin de que los censos constituyen herramientas claves para orientar la gestin del gobierno y, por ltimo, la seriedad con que Chile se ajust a las exigencias de los organismos internacionales cuando stos recomendaron ciertos criterios para que todos los pases concurrieran a realizarlos simultneamente.

    1830-1834 Imposible de precisar

    1843 Domingo 1 de octubre

    1854 Mircoles 19 de abril

    1865 Mircoles 19 de abril

    1875 Lunes 19 de abril

    1885 Jueves 26 de noviembre

    1895 Jueves 28 de noviembre

    1907 Jueves 28 de noviembre

    1920 Mircoles 15 de diciembre

    1930 Jueves 27 de noviembre

    1940 Jueves 28 de noviembre

    1952 Jueves 24 de abril

    1960 Martes 29 de noviembre

    1970 Mircoles 22 de abril

    1982 Mircoles 21 de abril

    1992 Mircoles 22 de abril

    2002 Mircoles 24 de abril

    Si comparamos la gestin censal de Chile con la de los dems pases del continente, salta a la vista lo que venimos sealando. Con la sola excepcin de la dcada 10, por la razn

    19 Noticias de ambos censos en Francisco Antonio Encina, Historia de Chile, tomo XIV y tomo XV, Editorial Nascimento, Santiago, 1950, pp. 571-573 y 460, respectivamente.

    20 Francisco Antonio Encina, Historia de Chile, tomo XVIII, pp. 250-253. 21 Un anlisis muy interesante sobre los censos del siglo XIX se puede ver en Andrs Estafane Jaramillo, Un

    alto en el camino para saber cuntos somos Los censos de poblacin y la construccin de lealtades nacionales. Chile, siglo XIX. En Historia, Pontificia Universidad Catlica de Chile, N 37, vol. I, enero-junio de 2004, pp. 33-59. En 1949 Omar Rojas public un breve trabajo que se extiende a los censos del siglo XX, an cuando no hace un anlisis muy exhaustivo de stos. Vase, Omar Rojas, Chile y su poblacin a travs de los cernsos. En Revista Geogrfica de Chile, N 12, Instituto Geogrfico Militar, santiago, 1949, pp. 37-47.

    22 En el Cuadro N 1 que viene ms adelante figura la dcada de 1910-1919 sin censo en Chile; sin embargo, habra que precisar que este hecho se debe al acuerdo internacional de postergar el censo que debi hacerse en 1915 a 1920.

  • Los censos chilenos del siglo XX

    que explicamos en un prrafo anterior, nuestro pas practic decenalmente sus censos, reuniendo valiosa informacin sobre su poblacin.

    Cuadro N 2. Censos practicados en Amrica Latina durante el siglo XX, por pases

    Pases 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1980 1990

    Argentina - 1914 - - 1947 - 1960 1970 1980 1991

    Bolivia - - - - - 1950 - 1976 - 1990

    Brasil - - - - - 1950 1960 1970 1980 1992

    Colombia - - - - - 1951 1964 1973 1985 1991

    Costa Rica - - - - - 1950 1963 1973 1984 -

    Cuba - - - - - 1953 - 1970 1981 -

    Chile 1907 - 1920 1930 1940 1952 1960 1970 1982 1992

    Ecuador - - - - - 1950 1962 1974 1982 1990

    El Salvador - - - - - 1950 1961 1971 - 1992

    Guatemala - - - - - 1950 1964 1973 1981 1994

    Hait - - - - - 1950 - 1971 1982 -

    Honduras - - - - - 1950 1961 1974 1988 -

    Mxico - - - - - 1950 1960 1970 1980 1990

    Nicaragua - - - - - 1950 1963 1971 - 1995

    Panam - - - - - 1950 1960 1970 1980 1990

    Paraguay - - - - - 1950 1962 1972 1982 1992

    Per - - - - - - 1961 1972 1981 1993

    Repblica Dominicana - - - - - 1950 1960 1970 1981 1993

    Uruguay - - - - - - 1963 1975 1985 1996

    Venezuela - - - - - 1950 1961 1971 1981 1990 Fuente: 1950-1990. Celade. Distribucin espacial y urbanizacin de la poblacin de Amrica Latina y el Caribe, http:/www.eclac.cl/celade/publica.

    Si nos remontamos al siglo XIX esto queda an ms claro. Hemos dicho que Chile practic su primer censo oficial en 1843 (sin considerar los de 1813 y 1830-1834), luego de crearse ese mismo ao la Oficina de Estadstica. Bolivia inici tambin tempranamente su actividad censal, practicando su primer censo en 1831, seguidos de los de 1845 y 1854; pero luego se distancian, alejndose de la continuidad que tuvo en nuestro pas23. Argentina practic su primer censo recin en 1869, Mxico en 1895 y Ecuador en 1950, slo para citar otros ejemplos. En estos cuatro pases la creacin de la Oficina de Estadstica se hizo con

    23 Instituto Nacional de Estadsticas de Bolivia, http:/www./INE.gov.bo.historia.

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    posterioridad a Chile (1936 en Bolivia; 1968 en Argentina; 1882 en Mxico y 1944 en Ecuador), reiterando la importancia que nuestro pas atribuy a esta materia.

    Las grandes etapas de la poltica censal chilena

    Si observamos los censos desde el punto de vista de las tcnicas empleadas para recoger y procesar la informacin, no cabe dudas que podramos distinguir cuatro etapas: una etapa pionera, con censos muy frgiles y de escasa confianza; una segunda, regulada ya por la Oficina de Estadstica a partir de 1843; una tercera que se inicia a fines del XIX con el uso de tecnologa trada de Europa y una cuarta que incorpora, desde mediados del XX herramientas computacionales.

    Durante la primera se practicaron dos censos. El primero se hizo en 1813 por orden de la Junta de Gobierno de ese ao y el segundo, entre 1830 y 1834 al concluir la fase inicial de la constitucin del Estado. El primero fue publicado con ms de 100 aos de atraso, dndose a conocer pblicamente recin en 1952, mientras el segundo permanece an indito. Este ltimo, junto con los censos de 1875 y 1940, son los nicos que no han llegado al pblico en volmenes especialmente preparados para dar a conocer sus resultados, cuestin que tambin resulta interesante si tenemos en cuenta las dificultades que se debieron superar durante el siglo XIX para llevar a cabo estas ediciones.

    En esta primera fase se practicaron tambin los intentos de cuantificar nuestra poblacin de don Juan Egaa dados a conocer en el libro Almanak nacional para el Estado de Chile, y de Fernando Urzar Garfias presentados en el Repertorio chileno del ao 1835, tal como lo dejamos sealado en pginas anteriores; sin embargo, los nicos censos propiamente tal fueron los del ao 1813 y 1830-1834, tal vez los menos confiables de toda nuestra historia.

    La segunda etapa se inicia con la creacin de la Oficina de Estadstica, que dirigir la actividad Censal hasta que a fines del XIX empiezan a incorporarse tcnicas ms apropiadas para procesar los datos que mejorarn la calidad de los censos. En esta etapa se practicaron los censos de 1843, 1854, 1865, 1875 y 1885, todos todava discutibles desde el punto de vista de la calidad de sus resultados. Los temores de la poblacin y la falta de recursos tcnicos constituyeron problemas que no se pudieron resolver plenamente, afectando la calidad de estos censos.

    Con el ltimo censo del XIX, el de 1895, se empiezan a aplicar ciertas tcnicas, sobre todo para el procesamiento de los datos, que transformaran estos empadronamientos en censo premodernos, con avances muy evidentes en los de 1930 y 1940, el ltimo de esta fase.

    El censo de 1952 inaugura la que podramos llamar etapa moderna de los censos chilenos. Por razones que explicaremos ms adelante, se producen en la dcada del cuarenta y, sobre todo en la del 50, una serie de cambios que modificarn la poltica censal de nuestro pas, cambios que se reflejarn en los censos de los aos 1952, 1960, 1970, 1982 y 1992.

    En realidad, desde el punto de vista los principios que orientaron la poltica censal chilena, podramos hablar de dos grandes etapas separadas por el censo de 1952. En la primera, los censos respondan a la necesidad de dotar a los gobiernos de la informacin necesaria para orientar su gestin. En la segunda, sin que desaparezca este inters, la poltica censal se encara de acuerdo a una serie de sugerencias que recomiendan diversos organismos internacionales que convencen a nuestras autoridades que los resultados del censo no slo son necesarios para el pas, sino para un mundo cada vez ms globalizado. El cambio fue gradual, pues se observa ya una intervencin en la poltica censal de los pases latinoamericanos por parte de los organismos internacionales desde las primeras dcadas del XX; sin embargo, definitivamente se impone la lgica de esos organismos en la dcada del cuarenta, incidiendo en el carcter que

  • Los censos chilenos del siglo XX

    tuvo el censo de 1952, uno de los mejores que se ha practicado en nuestra historia y el primero en incorporar la vivienda.

    De este modo, pareciera que con el censo de 1952 culmina una tendencia que se vena anunciando desde comienzos del siglo XX en el sentido de transformar estos empadronamientos de una simple actividad nacional en un compromiso estrechamente vinculado a intereses extranacionales. Como hemos dicho, la totalidad de los censos del siglo XIX tuvieron ntima relacin con el inters del Estado y su clase dirigente de disponer de datos que facilitara su gestin. La felicidad pblica es un todo que resulta de la parte que pone cada individuo, al Gobierno slo toca disponer y agitar los resortes, escribi la Junta de Gobierno al ordenar el censo de 1813, agregando que sin saberse el nmero de la poblacin, las profesiones y dems circunstancias de los ciudadanos, casi no se puede emprender con clculos seguros ningn objeto de beneficencia pblica, y mucho menos se puede dar a los pueblos aquella organizacin y representacin poltica, que corresponde a un sistema popular24.

    Las palabras de la Junta de 1813, formada por Francisco Antonio Prez, Jos Miguel Infante y Agustn Eyzaguirre, resumieron la filosofa que inspir a los censos republicanos hasta 1907. Aunque en todos ellos se busc comparaciones con otras realidades, era claro que su regularidad obedeca al deseo de poner a disposicin del Estado y del aparato pblico una serie de datos sobre los cuales apoyar su labor. Los intereses del pas estaban en primer lugar25. En los censos siguientes este inters no desapareci; sin embargo, paulatinamente, la presencia de organismos internaciones fue incidiendo cada vez ms en la poltica censal chilena. Como ya hemos dicho, los de 1920, 1930 y 1940 se realizaron, por ejemplo, en aos 0, para hacerlos coincidir con los de otros pases y facilitar las comparaciones y, el de 1952, cont con la abierta colaboracin de aquellos organismos que estaban decididos a liderar los programas censales de los aos 50 y 60 en todo el continente. Con cierta ingenuidad, propia de los aos 50, Rolando Mellafe escriba, por entonces, que los avances de la estadstica y la demografa haban hecho desaparecer los viejos prejuicios que restringan los censos a los intereses nacionales, excluyendo los de ndole internacional, limitacin que superaba largamente el censo del 52, practicado bajo la atenta mirada y colaboracin de una serie de organismos internacionales, varios de los cuales tenan sus sedes en Washington26.

    Esta colaboracin internacional transform tambin al censo de 1952 en el primer censo moderno que incorpora tcnicas estadsticas y computacionales, hasta entonces no aplicadas a los censos anteriores. Es, adems, como ya hemos dicho, el primero que incluy oficialmente a la vivienda y el primero, tambin, en el cual los funcionarios que forman parte de la Comisin Directiva provienen de todos los sectores del Estado, interviniendo en sta no slo por el aporte personal que pueden hacer, sino por la necesidad de darle al censo un carcter cada vez ms tcnico. No cabe dudas que Chile debe poner a disposicin de la actividad censal lo mejor de su aparato burocrtico. El afn de darle a este censo un carcter distinto llev, incluso, a las autoridades a incorporar al grupo de trabajo a un joven historiador, Rolando Mellafe, capaz de ordenar e interpretar los datos de recuentos y censos anteriores para explicar una serie de fenmenos demogrficos que facilitaran la comprensin de los resultados del censo de ese ao.

    En realidad, en la dcada del cuarenta, sobre todo en la segunda mitad, se produjeron una serie de hechos que ayudan a comprender lo que empieza a ocurrir con la poltica censal del pas y el continente. Desde luego, habra que tener en cuenta, por lo menos, dos situaciones que

    24 Archivo Nacional, Censo de 1813, Santiago, 1953, p. 1. 25 A propsito de esto, se ha dicho que estos censos fueron hechos desde arriba, es decir, desde un Estado

    que sanciona lo importante, lo necesario, lo trascendente, aquello que debe ser consultado y que se vuelve indispensable para seguir con el proceso de consolidacin de la nacin. Vase, INE, Los censos de Poblacin en Chile, ya citado, p. 62.

    26 Servicio Nacional de Estadstica y Censos, XII Censo General de Poblacin y I de Vivienda, Santiago, 1956, p. 32. En adelante se citar Censo de 1952.

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    tuvieron una fuerte gravitacin: el primero tuvo relacin con las condiciones generadas por el trmino de la Segunda Guerra Mundial y, el segundo, con los cambios que se observaron en la poblacin a partir, precisamente, de aquellos aos.

    El trmino de la Segunda Guerra Mundial gener un escenario muy distinto al de los aos previos a su estallido. El aparecimiento de los dos grandes bloques poltico-econmicos de occidente (el capitalismo liberal liderado por Estados Unidos y el capitalismo de Estado encabezado por Rusia), oblig a las dos grandes potencias a cerrar fronteras y a cautelar el accionar de los pases que estaban bajo su rbita, desarrollando polticas de intervencin, una de cuyas expresiones se podra observar en las polticas censales que se inician a mediados del XX. Adems, la necesidad de iniciar la reconstruccin econmica de los pases devastados por la guerra oblig a reunir un cmulo de informacin sobre los mercados de consumo y mano de obra, an tratndose de los pases perifricos, de escaso desarrollo todava, pero que estaban iniciando un camino propio, el de la industrializacin, para salir del subdesarrollo. Se configura, as, un panorama que obliga a quienes estn pensando en el futuro a reunir toda la informacin posible para encarar el mundo que se avecina. Esta situacin transform el tema de la poblacin en un asunto vital, toda vez que la poblacin de Amrica Latina se empinaba ya por sobre los 160 millones de habitantes, eventuales consumidores o mano de obra que poda ponerse a disposicin de la industria de los pases capitalistas, encabezados por Estados Unidos, que deba recuperarse a gran velocidad para enfrentar con xito a la economa de la rbita sovitica.

    Pedro Morand ha sealo con mucho acierto que el panamericanismo que se impone despus de la Segunda Guerra Mundial obedece a este tipo de necesidades. En 1945 se crea la ONU, en 1947 se firma en Ro de Janeiro el Tratado Interamericano de Asistencia Recproca y al ao siguiente nace la OEA, justamente el mismo ao en que se crea la CEPAL (Comisin Econmica para Amrica Latina), organismo dependiente de la ONU. Por esos aos el panamericanismo se convierte en una ideologa poltica que marca la poltica exterior de Estados Unidos, a pesar de la resistencia que encuentra en la mayora de los pases latinoamericanos. Con la Guerra Fra, agrega Morand, el desarrollo en los pases latinoamericanos debe plantearse con la cooperacin de Estados Unidos, diluyndose la va propia. Habra sido, precisamente, la CEPAL el organismo que recibi el encargo intelectual de superar la tradicin populista y proponer la modernizacin de Amrica Latina de acuerdo con la nueva posicin de Estados Unidos27.

    Cuando se examinan los detalles relativos a la preparacin del censo chileno de 1952 y, en general la poltica censal que se impone en nuestro continente a partir de esos aos, no se puede dejar de pensar en el impacto que tuvieron estos acontecimientos en el desarrollo de la actividad censal de todos los pases latinoamericanos. Es cierto que ya se venan observando cambios en las dcadas anteriores; sin embargo, la forma como se encara la accin censal desde los 50 en adelante no deja dudas respecto de la influencia que empiezan a ejercer Estados Unidos y los intereses que giran a su alrededor. Es, por lo dems, segn propia declaracin de altos funcionarios de la CEPAL, la poca en que la planeacin era vista en el mundo entero como la nica alternativa a la desorganizacin de los mercados, caracterstica de las dcadas precedentes28.

    No fue ste, sin embargo, el nico hecho que modific la poltica censal a mediados del siglo XX. La propia evolucin de la poblacin oblig a prestar atencin a una serie de fenmenos que, siendo de carcter demogrfico, estuvieron ntimamente ligados a la situacin de postguerra.

    La mayora de los autores que se han referido al tema indican que la transicin

    27 Pedro Morand, Amrica Latina en los ltimos 50 aos. En Humanitas, N 5, Pontificia Universidad Catlica de Chile, Santiago, enero-marzo, 1977.

    28 Jos A. Ocampo, Cincuenta aos de la Cepal. En CEPAL Cincuenta Aos, Naciones Unidas, Santiago de Chile, 1998, p. 12.

  • Los censos chilenos del siglo XX

    demogrfica, cuyo punto de partida est en el descenso de la mortalidad, se inicia hacia los aos 50. Esta transicin se observa primero en Chile, Uruguay, Argentina y Cuba, para extenderse luego a los dems pases del continente29. Sin embargo, en los aos previos, el crecimiento haba superado las tasas que, segn los entendidos, poda soportar el continente. Este hecho oblig a prestar mayor atencin al comportamiento de la poblacin, pues incida no slo en las polticas que deban adoptar los respectivos pases frente a un crecimiento que se vea amenazante, sino en la forma como a nivel continental se poda enfrentar el tema del desarrollo de los llamados pases tercermundistas.

    Tal vez no haya sido una simple coincidencia el hecho que a comienzos de la dcada del 50 el Consejo Econmico y Social de Naciones Unidas, haya recomendado establecer en las regiones subdesarrolladas del mundo centros para el estudio de la poblacin, idea que fue acogida favorablemente por la mayora de los gobiernos, resultando de esta proposicin la creacin de centros regionales en El Cairo, Bombay y Santiago de Chile30. Este fue el origen del Centro Latinoamericano de Demografa, CELADE, uno de los organismos ms influyente en esta materia, cuya sede en Santiago se instala por un convenio firmado entre la ONU y el gobierno chileno en 1957. El propsito inicial de CELADE era preparar profesionales venidos de diversos pases del continente con el propsito de prestar asesora a los gobiernos latinoamericanos en materias demogrficas31.

    En ese momento los problemas ms acuciosos eran dos: por una parte, el fuerte crecimiento de la poblacin latinoamericana, y, por otra, la relacin que se supuso exista entre ese crecimiento y las posibilidades de alcanzar el desarrollo. El tema adquiri dimensin planetaria, pues los fenmenos que se observaban en Amrica Latina se perciban tambin en otras partes del mundo, particularmente en las regiones subdesarrolladas. Originalmente se intent abordar el tema de manera tcnica, tal como fue tratado en las primeras conferencias internacionales en que se discuti el tema, la de Roma de 1954 y la de Belgrado de 1965. Sin embargo, la estrecha relacin que se estableci muy pronto entre el crecimiento de la poblacin y el subdesarrollo empez a politizar el asunto, transformando el debate en una cuestin que rebas la dimensin tcnica. En cierto modo, la polmica que se desat en la llamada Primera Conferencia Mundial de la Poblacin, celebrada en Bucarest entre el 19 y 30 de agosto de 1974, con la participacin de ms de 180 pases, resumi las posturas de los pases desarrollados y la que defendieron los pases subdesarrollados32.

    Hacia 1950 el ritmo de crecimiento de los pases latinoamericanos se convirti en un tema ms que preocupante. A la cada de la tasa de mortalidad, se agreg una tasa de fecundidad todava alta, con una ampliacin de las expectativas de vida, anunciando, sobre todo en algunos pases como Chile, Mxico, Cuba y Uruguay, el ingreso a la transicin demogrfica. Estos fenmenos estuvieron acompaados de una acentuacin de la concentracin urbana y una cierta lentitud del campesinado para incorporarse al consumo que demandaba la industrializacin por sustitucin de importaciones que se estaba imponiendo en todo el continente. Al mismo tiempo, la lenta pero sostenida recuperacin del comercio internacional, pona en tela de juicio el modelo basado en la industrializacin, colocando a los pases latinoamericanos en una situacin de incertidumbre que desde Estados Unidos no se miraba con indiferencia. Poco a poco, el tema de la poblacin empezaba a convertirse en un foco de atencin que oblig a Washington a recabar una informacin ms certera, confiable y sobre todo de validez no slo nacional, sino continental, de lo que estaba ocurriendo con ella. Cobran fuerza corrientes neomalthusianas,

    29 Carmen Mir, Amrica Latina: la poblacin y las polticas de poblacin entre Bucarest y El Cairo. Centro de Estudios Arosema, Costa Rica.

    30 CEPAL, Origen e Institucionalizacin de Celade, http:/www.eclac.cl/celade/CE_origen00e.html. 31 CEPAL, Origen e Institucionalizacin de Celade, http:/www.eclac.cl/celade/CE_origen00e.html. 32 Aunque la Conferencia de Bucarest es reconocida como la Primera Conferencia Mundial de la Poblacin,

    conviene recordar que ya antes se haban realizado las de Roma y Belgrado que mencionamos en el prrafo anterior.

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    duramente criticadas por los sectores ms conservadores de la sociedad, que ven en esta actitud la expresin de una moral individualista, hedonista y utilitarista, que aleja el anlisis del fondo del problema. Este debate no impidi que en la reunin de Belgrado de 1965 se insinuara que sin control de la poblacin no haba desarrollo posible, sugiriendo una mayor preocupacin por la evolucin de los nacimientos como una forma de ayudar al desarrollo33. Otros autores hablaron de una explosin demogrfica o revolucin demogrfica, una de cuyas expresiones es un verdadero estallido urbano, que convierte a las principales ciudades latinoamericanos en focos de peligro por los eventuales estallidos sociales que pueden surgir debido a la pobreza y marginalidad que se concentra en ellas34.

    Desde nuestro punto de vista, estos hechos fueron cruciales en el cambio que se aprecia en la filosofa censal a partir de mediados del siglo XX. Pensados originalmente como instrumentos capaces de aportar a los gobiernos datos esenciales para planificar su gestin, paulatinamente los censos se fueron convirtiendo en instrumentos que aportaban a las economas centrales los datos que requeran para la reconstruccin de la economa de la postguerra y para impulsar polticas de control del crecimiento de la poblacin, cuando este emerge con un problema que pone en peligro la paz social y el desarrollo de los pueblos35.

    En el caso de Chile sera una exageracin afirmar que el nico inters de los censos se limit, a partir de 1950, a proporcionar datos a las economas metropolitanas para los propsitos que mencionamos en el prrafo anterior; sin embargo, es indudable que el censo de 1952 se realiz bajo la atenta mirada de Washington, cuya intervencin se aprecia no slo en el caso de Chile, sino en los dems pases del continente a travs de la Comisin del Censo de las Amricas (COTA), de los recursos que concedi para llevarlo a cabo, de los funcionarios norteamericanos que se trasladaron a nuestro pas y de los latinoamericanos que invit a Estados Unidos para empaparse de la modalidad que deban adoptar los censos en el futuro36. Se produce as un giro en la poltica censal que demuestra que sta no qued al margen de los hechos ms generales que se producen al promediar el siglo pasado.

    La confiabilidad de los censos chilenos

    Sin duda, a medida que avanzamos en el siglo XX los censos fueron ganando en confiabilidad. Mejor preparados, con personal tcnico y empadronadores ms calificados y haciendo uso de mtodos computacionales para procesar los datos, sus resultados fueron reduciendo la brecha entre la informacin obtenida y la realidad demogrfica del pas. Sin embargo, sera un error presumir que la confiabilidad de los censos depende exclusivamente de quienes los planifican, recogen y procesan los datos. Si admitimos que el censo es un proceso, debemos considerar que intervienen, al menos, dos agentes: a) el organismo y las personas que recogen la informacin (el Estado, los empadronadores y los tcnicos que procesan la

    33 Michel Schooyans, Poblacin y soberana nacional. En Revista Arbil, N 64, Zaragoza. Ver en http://www.iespana.es/revista-arbil/(64),

    34 Sobre esta materia vase Rafael Machado y Carmen Egea, Distribucin de la poblacin en Amrica Latina y el Caribe. En Revista GeoNotas, Departamento de Geografa, Universidad Estadual de Maringa, vol. 4, N 4, octubre-diciembre de 2000; y, Germn Rama, Las polticas sociales en Amrica Latina. Ponencia presentada al Seminario La Teora del Desarrollo en los albores del siglo XXI, Santiago, 28-29 de agosto de 2001, http://www.flacso.orq/biblioteca/rama.

    35 Es interesante sealar que frente a estos problemas, Francia desarrolla una estrategia distinta, basada en lo que ms tarde se conocer simplemente como Ordenamiento Territorial. El General de Gaulle habra impulsado esta estrategia para enfrentar los desequilibrios demogrficos y econmicos que caracterizan a la Francia de la postguerra, creando en 1963 la DATAR (Delegacin para el Ordenamiento Territorial y la Accin Regional). Vase, Alain Lery, Los censos como instrumento para las polticas y los programas de desarrollo econmico y social; la experiencia francesa y europea. En CEPAL, Amrica Latina: aspectos conceptuales de los censos del 2000, Divisin Poblacional, Celade, Santiago de Chile, junio de 1999, p. 39.

    36 Sobre este punto vase el captulo referido al Censo de 1952.

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    informacin) y b) quienes la proporcionan, vale decir, la poblacin empadronada, cuyas respuestas se vacan a la plantilla censal que rene los datos que se procesarn ms tarde.

    Los avances tecnolgicos y el compromiso cada vez mayor del Estado con la actividad censal se tradujo en avances en lo que al primer agente se refiere. Desde este punto de vista, es indudable que los censos del siglo XX fueron ganando confiabilidad. Aparecen, naturalmente, nuevas dificultades, producto del empleo de nuevas tecnologas; pero el mayor rigor con que se prepara los censos, el mejoramiento de las plantillas censales, la preparacin ms adecuada de los empadronadores, el uso de tcnicas computacionales para procesar los datos y la aplicacin de encuestas pre y postcensales, han permitido corregir numerosas deficiencias que se observan en los primeros censos del siglo XX37. Algo parecido podra decirse de la informacin proporcionada por los pobladores en el momento mismo del censo: la mayor conciencia de la poblacin respecto de la utilidad de los censos, el mejoramiento de los niveles educacionales y la profusa informacin que se entrega en los das previos al empadronamiento, mejor la calidad de los datos recogidos, aunque perduren todava ciertas circunstancias que ponen en tela de juicio su confiabilidad. En los prrafos que siguen abordaremos, especialmente, el rol de los empadronados, destacando aquellos factores que preocuparon a las autoridades encargadas de comentar sus resultados.

    La ignorancia de la poblacin

    El primer problema que se aprecia en los censos de comienzos del siglo XX tuvo que ver con lo que algunas personas llamaron el grado de ignorancia de nuestra poblacin. Esta preocupacin estuvo particularmente presente entre 1907 y 1930, obligando a las autoridades a elaborar plantillas censales lo ms simples posible para evitar respuestas errneas. En el caso del censo de 1907, esa plantilla abarcaba apenas nueve preguntas, tres de las cuales slo admitan como respuesta si o no, declarando sus encargados que preferan se tachara al censo de incompleto, antes de pretender pedirle al pas algo que la poblacin diseminada e ignorante no poda asegurar. Se trataba, agregaron, de hacerlo inteligible an para las personas ms rudas, con el propsito de asegurar su confiabilidad38. En 1920 se reconoci que hasta ese momento se podan calificar los censos como tolerables en general y excelentes en ciertos departamentos, a pesar de lo cual, se insisti en que era necesario tener en cuenta los problemas derivados de la ignorancia de la gente. El Mercurio de Santiago, en un esfuerzo por colaborar en esa direccin, coment una semana antes del censo que se poda confiar en que un pueblo civilizado como el nuestro no poda entregar informacin inexacta, invocando el amor propio de los chilenos para asegurar la exactitud de las respuestas.

    Probablemente esta desconfianza en la capacidad de la gente para contestar el cuestionario censal impuso la prctica de realizar en Chile censos de hecho y no de derecho. Los primeros registran los datos de las personas que efectivamente alojaron en el hogar o vivienda la noche previa al censo; mientras los segundos a los que residen permanentemente en ellas. De acuerdo a los especialistas, los censos de derecho han ido cobrando mayor validez por el aumento de la movilidad de la poblacin; sin embargo, l de hecho permite obtener una mejor cobertura censal por ser un concepto ms simple al considerar directamente el lugar de presencia. Adems, el concepto de residencia habitual puede ser mal interpretado, provocando errores que daaran la confiabilidad del censo39.

    Paulatinamente, el temor a las respuestas equvocas por la ignorancia de la gente se fue disipando, aunque no podramos afirmar que desapareci por completo, pues se confundi con

    37 Informacin de gran inters sobre el punto que comentamos en este prrafo en CEPAL, Amrica Latina: aspectos conceptuales de los censos del 2000, ya citado.

    38 Vase Captulo II, El Censo de 1907. 39 Juan Chackiel, A modo de introduccin y sntesis. En CEPAL, Amrica Latina: aspectos conceptuales de

    los censos del 2000, ya citado, p. 21.

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    otro elemento que se prolonga hasta el censo del 2002.

    Los temores de la gente

    En efecto, si bien las reservas por la ignorancia de la poblacin fueron desapareciendo, subsisti la idea de que muchas respuestas no se ajustaban a la verdad por los temores o prejuicios de los chilenos.

    A comienzos de siglo, el temor se asoci a la preocupacin de la poblacin por eventuales enrolamientos en el ejrcito y al cobro de nuevos impuestos. Hay que recordar que el pas vena saliendo de la Guerra del Pacfico y de la Revolucin del 91, dos hechos que se mantuvieron en la memoria colectiva, provocando justificados temores frente a ciertas preguntas que podran formular los empadronadores. En 1907, por ejemplo, se suprimi toda pregunta relativa al servicio militar, para no alarmar a las jentes ignorantes y buena parte de la propaganda del censo de 1920 estuvo destinada a destruir los prejuicios y resistencia de la poblacin frente al reclutamiento militar y el cobro de nuevos impuestos. El ao 20, los encargados del censo sugirieron buscar el apoyo de las sociedades y corporaciones obreras, con el propsito de generar la confianza necesaria en la poblacin para que las respuestas no merecieran dudas. Si surgiesen problemas, agregaron los Comisionados, los Inspectores de Zona deban adoptar las medidas del caso para corregir los errores y no quedarse en la crtica que no los resuelve. El lema era ACCION y NO CRITICA40.

    En 1930 se garantiz la absoluta reserva de los datos. En esa oportunidad se acord practicarlo un da jueves (el jueves 27 de noviembre), pues se consider que era el da apropiado para que el censo fuera lo ms seguro posible, debido a que el pas entero est el da jueves en pleno trabajo. De nuevo se apel a la conciencia de la gente para asegurar su confiabilidad. En una crnica que mezcla la irona con la suspicacia, El Mercurio de Santiago seal que es de esperar que este ao, ya un poco ms educadas y menos tontas, las seoritas y seoras entre los 30 y 50 aos de edad, no rehsen dar la cifra exacta de sus aos y no teman que con ello puedan perder matrimonio o ser miradas en menos por sus amigas que las creen menores de lo que son. Nadie se enterar de sus aos, porque los datos son secretos41.

    No deja de ser interesante, tambin, sealar algunos procedimientos curiosos que recomend la Comisin encargada del censo de 1930 para evitar respuestas errneas. Se trataba de aportar pistas que permitieran a los empadronadores estimar con ms precisin la edad de los empadronados. Para ello entreg a los primeros dos cuadros: el primero estableca la edad de los nacidos desde 1830 en adelante, sealando los aos que tendran al momento de censarse; y el segundo, ciertos hechos relevantes ocurridos desde 1851, que podran servir para ayudar a calcular la edad de las personas censadas. Este cuadro apelaba a la memoria colectiva de los chilenos, precisando algunos hechos que hoy da no tienen para nosotros ninguna relevancia.

    40 Censo de 1930. Ms antecedentes en Captulo IV. 41 El jueves prximo se har el Censo de Chile, El Mercurio de Santiago, jueves 20 de noviembre de 1930,

    p. 3.

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    Cuadro N 3. Lista de acontecimientos histricos que pueden servir para ayudar a calcular la edad de las personas censadas42

    En 1930 se insisti, adems, en que el censo no tena ninguna relacin con nuevos impuestos y que la poblacin poda contestar sin temores todo lo que se requera de acuerdo a la planilla censal. En 1952, muchos de estos temores haban desaparecido, pero de todas maneras se llev a cabo una intensa campaa de propaganda a travs de la prensa escrita, la radio y el cine. Mediante frases cortas y utilizando escenas de la vida nacional, el folklore, usos y costumbres del pueblo, se trat de crear una conciencia nacional para contestar correctamente las preguntas del censo. En esta campaa tuvo una destacada participacin el Teatro Experimental de la Universidad de Chile; se program una Semana del Censo realizada poco antes del empadronamiento y el da previo al mismo intervinieron a travs de una cadena nacional de radios el Presidente de la Repblica, Gabriel Gonzlez Videla, y el Cardenal de la Iglesia Catlica, Jos Mara Caro, recomendando a toda la poblacin a sumarse con seriedad y compromiso a la tarea censal43. En 1960 se insisti en que los datos eran absolutamente secretos y que la plantilla censal contena preguntas que podan ser respondidas sin dificultad. Este fue el primer censo en que colabor CELADE, creado, como ya hemos dicho, tres aos antes. Esta colaboracin fue dirigida por Carmen Mir, directora de la sede de Santiago44.

    Acontecimientos Ao en que se verific Aos

    transcurridos

    Batalla de Loncomilla 1851 79

    Revolucin de Gallo 1859 71

    Incendio de la Compaa 1863 67 Bombardeo de

    Valparaso 1866 64

    Eleccin de don Federico Errzuriz 1871 59

    Combate de Iquique, toma del Huscar 1879 51

    Batalla de Chorrillos y Miraflores 1881 49

    Revolucin contra Balmaceda 1891 39

    Lucha electoral entre Errzuriz y Reyes 1896 34

    Terremoto de Valparaso 1906 24

    Los censos de 1970 y 1982 se realizaron bajo condiciones muy diferentes. Desde el punto de vista de la confiabilidad, sin duda el de 1982 mereci algunos reparos que ms tarde no se han vuelto a discutir. Segn se deca en aquellos aos, el gobierno militar haba retrasado el censo, de 1980 a 1982, con el propsito de evitar que ciertas seales demogrficas pusieran en evidencia los resultados de sus polticas represiva y econmica. En realidad, nada se pudo comprobar, resultando de su aplicacin datos que hoy estn plenamente validados. De todas maneras, ya en ste y los censos siguientes la desconfianza se volc a otras materias. As, por ejemplo, resultan cada vez ms dudosos los datos relativos al estado civil de la poblacin, debido al peso cada vez menor del matrimonio como situacin de hecho y a la persistencia de algunos prejuicios que llevan a los empadronados a ocultar su verdadera situacin familiar45.

    El subregistro

    42 Instrucciones especiales para empadronadores, Censo de 1930, p. 39. 43 Censo de 1952. 44 Censo de 1960. 45 Rosario Aguirre. Cambio de las familias en el marco de las transformaciones globales: necesidad de

    polticas pblicas eficaces. CEPAL, Reunin de Expertos, Santiago, 28-29 de octubre de 2004, http://www/eclac.cl/das/noticias/paginas/9/1967/Raguirre.

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    Tal vez el problema ms delicado de los censos durante el siglo XIX y las primeras dcadas del XX fue el subregistro. Se sumaron varios factores que combinadamente afectaron la calidad de los empadronamientos: escasez de recursos, falta de vas y medios de transportes, temores de la gente y las limitaciones de los propios empadronadores, todos los cuales terminaron generando condiciones a veces muy poco apropiadas para el registro de toda la poblacin del pas.

    En el caso de Chile, las primeras medidas se volcaron a fijar el mejor mes del ao para practicar los censos. Originalmente se realizaban en el mes de octubre, luego se trasladaron a noviembre, mes menos lluvioso en la zona centro-sur del pas, y finalmente, al mes de abril, trmino de las cosechas y otoo en el hemisferio sur. Hemos visto tambin que en 1930 se consider que el jueves era el mejor da para censar a la poblacin y la medida de declarar feriado el da del censo tambin apunt a evitar el subregistro. Por ltimo, la aplicacin de penas a quienes se negaran a contestar los cuestionarios y la preparacin especial que se dio a los empadronadores se sumaron a los esfuerzos orientados en la misma direccin. Sin embargo, fueron, sin duda, los progresos materiales del siglo XX lo que ha permitido contar con censos ms seguros y menos expuestos al subregistro, aunque curiosamente el nico censo en el cual la Comisin Organizadora intent un mecanismo de comprobacin fue el de 1920. En esa oportunidad la Comisin hizo una operacin muy simple: recurriendo a los registros civiles sum todos los nacimientos ocurridos en el pas entre el da del censo de 1907 y el da del censo de 1920, a los que rest las defunciones ocurridas en el mismo perodo. De esta operacin, dedujo que el crecimiento vegetativo debi ser de 403.171 personas, pues el peso de la inmigracin extranjera era insignificante. Como esta cifra no coincidi en cerca de 102 mil personas con el crecimiento real que se deduca de los resultados de ambos censos, la Comisin consider que haba un problema de subregistro, que se produjo, a su juicio, no en los censos, sino en el Registro Civil46.

    Este problema no se resolvi en los censos siguientes, quedando siempre un porcentaje sin censar, que algunos especialistas calculan entre el 2.5% y 7.0%, considerando hasta el censo de 196047. En 1940, el personal tcnico que proces los datos opt por una solucin muy particular que, de no tenerse en cuenta, puede inducir a errores si se le compara con los censos anteriores y siguientes: sin indicar por qu razn y como se procedi, elev la cifra realmente empadronada en un 2.8%, procedimiento que aplic a todas las tablas censales, ajustndolas en ese 2.8 %. De este modo, la poblacin realmente censada que alcanz a 4.885.018 habitantes, fue elevada a 5.023.539 pobladores48.

    La divisin administrativa del pas

    Para los efectos de los estudios relativos a la evolucin de la poblacin, una dificultad que obliga a examinar los datos censales con cierta precaucin tiene que ver con las modificaciones que se produjeron en la divisin poltico-administrativa del pas en el curso del siglo XX.

    En el hecho, el cambio ms importante se observa entre los censos de 1970 y 1982, al producirse la reforma administrativa impulsada por la Comisin Nacional de Reforma Administrativa (CONARA), que reuni las antiguas provincias en las trece regiones existentes desde entonces: las doce regionales (al 2005) y la Metropolitana. Sin embargo, a pesar de la magnitud de este cambio, a lo largo de todo el siglo XX se observan modificaciones, no menores

    46 Censo de 1920. 47 Robert MaCaa. Chile. XI Censo de Poblacin (1940). Recopilacin de cifras publicadas por la Direccin de Estadstica y Censos. Celade, Santiago, s/f, Introduccin, p. 2. 48 Robert MaCaa. Chile. XI Censo de Poblacin (1940). Recopilacin de cifras publicadas por la Direccin de Estadstica y Censos, ya citado.

  • Los censos chilenos del siglo XX

    que deben tenerse en cuenta si se quiere seguir con ms precisin la evolucin local o regional de la poblacin. En 1907 el censo registr, por ejemplo, 24 provincias, las mismas que aparecen en el censo de 1920; en el 30, en cambio, se reducen a 17, desapareciendo, entre otras, la de la Valparaso, la segunda en importancia desde el punto de vista poblacional. En 1952 aparecen 25 provincias, igual que en 1960 y 1970, para agruparse en 1982 en las trece regiones que estableci la CONARA, con 51 provincias y 342 comunas. Estos cambios afectaban, naturalmente, los lmites de unidades ms pequeas como los departamentos, delegaciones y subdelegaciones, que muchas veces servan de base para organizar los trabajos censales.

    Desde los albores del siglo esta situacin fue reconocida como una dificultad para llevar a cabo los censos. En 1920, la Comisin encargada de realizarlo consider que el primer trabajo que deba emprenderse para el xito del censo era fijar y aclarar los lmites de las circunscripciones administrativas en que se encontraban divididos los departamentos de la Repblica. En opinin de los comisionados, las leyes y decretos que haban creado o modificado las subdelegaciones no eran claras y de fcil aplicacin. Adems, sus disposiciones son con frecuencia incompletas, obscuras, contradictorias o incompatibles con la naturaleza de las localidades. En otros casos, los accidentes elegidos como lmites no eran conocidos y difciles de identificar49. Sin una divisin administrativa bien determinada, agregaba la Comisin, las comisiones empadronadoras carecern de toda base y el censo resultar inexacto o incompleto, porque algunas secciones del territorio se empadronarn doblemente y otras quedarn sin empadronar. En esa oportunidad, la Comisin decidi para avanzar lo ms rpido enviar antes del 10 de julio a cada uno de los intendentes y gobernadores una descripcin detallada de los lmites de los respectivos departamentos, de acuerdo con las leyes vigentes o con los usos establecidos, cuando no existan dichas leyes, enviando copias de las leyes y decretos que fijaban algunos lmites. A cambio, les peda que antes del 15 de agosto revisaran la divisin administrativa de los territorios a su cargo, indagando a travs de visitas personales u oyendo a personas conocedoras y competentes de las respectivas localidades, todo lo concerniente al asunto que interesaba a la Comisin50. Para evitar cualquier error se enviaron instrucciones especficas para el establecimiento de los lmites de las subdelegaciones y distritos, con ejemplos concretos que no dejaban dudas respecto de cmo se deba proceder. Estas instrucciones dan cuenta de la importancia que tena una clara y segura divisin administrativa para los efectos de la validez del censo. Era, en opinin de los comisionados, la primera tarea que se deba emprender si se quera practicar un censo cuyos datos ofrecieran garantas51.

    Como ya hemos dicho, el censo de 1930 ofrece la dificultad de haber reagrupado algunas provincias; el de 1952 vuelve, en cambio, al nmero anterior, agregando una ms. Este mismo censo trabaj con la divisin regional propuesta por la CORFO, que estableci seis grandes regiones para todo el pas, de acuerdo al siguiente detalle:

    6 grandes regiones para todo Chile

    Regin. Norte Grande (provincias de Tarapac y Antofagasta)

    Regin Concepcin y la Frontera (provincias de Concepcin, Bo-Bo,

    Arauco, Malleco y Cautn) Regin. Norte Chico (provincias de Atacama y

    Coquimbo) Regin. Los Lagos (provincias de

    Valdivia, Osorno y Llanquihue) Regin. Ncleo Central (provincias de Aconcagua,

    Valparaso, Santiago, OHiggins, Colchagua, Curic, Talca, Maule, Linares y uble)

    Regin. Los Canales (provincias de Chilo, Aysn y Magallanes)52

    49 Censo de 1920, p. IX. 50 Censo de 1920, p. IX. 51 Estas instrucciones aparecen en las pp. IX y X del Censo de 1920. 52 Censo de 1952, pp. 5-6.

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    En 1960, de nuevo la Comisin Organizadora del Censo llam la atencin respecto de la necesidad de preocuparse de la divisin administrativa del pas, preparando un material cartogrfico que facilit considerablemente la tarea de las Comisiones Censales. Para esto elabor planos generales de cada provincia y sus respectivas comunas con el objeto de orientar los trabajos ms especficos de quienes deban reclutar a los empadronadores. Se elaboraron, adems, planos de los distritos comunales, de los pueblos y ciudades y croquis de las zonas de empadronamientos, todo actualizado conforme a la divisin poltico-administrativa existente en 1960. As mismo, se trabaj en el establecimiento de los lmites comunales y distritales y en una rigurosa demarcacin de los lmites urbanos, para llegar con exactitud al establecimiento de las zonas de empadronamiento que se usaron en el censo53.

    El ao 1970 la divisin poltico administrativa se mantuvo como en el ao 60; sin embargo, la reforma del 74 hizo de los censos de 1982 y 1992, documentos que se deben trabajar con precaucin por la nueva divisin del pas. En suma, para un anlisis ms preciso de la distribucin espacial y el crecimiento local y regional de la poblacin chilena durante el siglo XX, es indispensable reparar en los cambios que el Estado introdujo en su rgimen interior; en caso contrario se corre el riesgo de cometer errores de apreciacin debido a las transformaciones que hemos sealado.

    La poblacin urbana y rural

    El acelerado crecimiento de la poblacin urbana en Chile y toda Amrica Latina es uno de los fenmenos ms caracterstico del siglo XX. Sin embargo, tambin ste es un fenmeno que se debe observar con cierta cautela por la manera como se manejaron los conceptos urbano y rural. Desde el punto de vista del anlisis histrico, tal vez ms conveniente sea analizar separadamente dos situaciones que convendra no confundir. Por una parte, la relacin que existi entre la poblacin urbano-rural conforme a los criterios que se usaron para diferenciarlas; y, por otra, el crecimiento de los principales centros urbanos, con los cuales se tiende a confundir la urbanizacin.

    Lo urbano y rural se manej a lo largo del siglo manera algo laxa y, a veces, ambigua. En 1907 la Comisin consider que en los censos del XIX no se haba adoptado ningn criterio en torno a esta materia y de ello resultaba el despropsito de aparecer como urbanas agrupaciones de habitantes que apenas merecan el calificativo de caseros, con 50 pobladores y an menos. Para evitar este error, la misma Comisin consider como urbanas slo las agrupaciones de mil habitantes, a lo menos, exceptuando los minerales, haciendas y campamentos salitreros que, en ningn caso pueden asimilarse a los pueblos. A partir de este criterio y de un segundo que consider como ciudad, pueblo o aldea a las agrupaciones de poblacin aglomerada sometidas a una misma autoridad municipal, estableci la siguiente clasificacin: Ciudades (poblaciones de ms de 5.000 habitantes); Pueblos (1.000 a 5.000 habitantes); Aldeas (100 a 1.000 habitantes) y Caseros (las dems agrupaciones). Por tanto, los habitantes de las aldeas y caseros fueron considerados pobladores rurales, mientras los otros se incluan entre los urbanos54.

    Entre 1920 y 1930 se mantuvo el mismo criterio, registrndose como urbana a toda la poblacin que resida en centros de ms de mil habitantes, modificndose ligeramente los conceptos de caseros y aldeas. Para los primeros, el nmero de sus habitantes se estableci entre 1 y 200 habitantes y para las segundas entre 201 y 1.000 pobladores. En 1930 la Comisin intent tambin diferenciar la poblacin urbana de la rural que viva en los alrededores de las ciudades, estableciendo claramente los lmites de stas. Para estos efectos opt por incorporar

    53 Censo de 1960, pp. 5-6. 54 Memoria presentada al Supremo Gobierno por la Comisin Central del Censo, IX. La cifra de poblacin se

    obtuvo de la pp. X-XI.

  • Los censos chilenos del siglo XX

    en las primeras slo a la que viva en la zona de edificacin continuada, desplazando a la calidad de rural a la que viva en las proximidades, aunque se tratara de pobladores que trabajaran en la ciudad. Se estim que esta determinacin favorecera los estudios que se hicieran en el futuro sobre el desarrollo de nuestras ciudades55. Como se puede apreciar, ya en 1930 se observ que se deba cuidadoso respecto de la diferenciacin que corresponda hacer entre la poblacin urbana y rural debido a la expansin de algunas ciudades.

    En 1952 no fue el nmero de habitantes lo que separ a la poblacin urbana de la poblacin rural. En esa oportunidad se ubic entre la primera, a los habitantes de los centros poblados de cierta importancia demogrfica y administrativa (generalmente cabeceras de comunas) y aqullos que contaban con servicios pblicos suficientes para darles, funcionalmente, caractersticas urbanas. Por oposicin, las reas rurales carecan de dichos servicios, con una poblacin que dependa fundamentalmente de la produccin primaria56. En 1970, vari nuevamente el criterio para establecer las diferencias. Entonces, por rea urbana se consider el rea que presenta un lmite mnimo de 40 viviendas continuas o agrupadas, con definicin preestablecida de calles y que adems cuenta con algunos de los siguientes servicios: Carabineros, Correo, Luz Elctrica, Agua Potable, Alcantarillado, comercio establecido, escuelas, etc., considerndose como rural a toda aquella rea que no cumple los requisitos mnimos de las reas urbanas57.

    A partir de los ltimos aos del siglo XX el problema adquiri dos nuevas complejidades: por una parte, las reas urbanas fueron extendiendo su influencia a las zonas rurales, generando lo que podramos llamar la urbanizando de la ruralidad; y, por otra, el propio desarrollo urbano oblig a introducir nuevas categoras para abordar la urbanizacin en trminos ms rigurosos. Hoy se habla, por ejemplo, de ciudades globales, metrpolis nacionales y ciudades intermedias, slo para referirse a los centros urbanos de cierta magnitud, teniendo en cuenta que la urbanizacin adquiere en cada uno de ellos connotaciones diferentes58. En resumen, comparar la relacin entre poblacin urbana y rural a lo largo del siglo XX a travs de los puros datos censales podra desfigurar una realidad que ha sido mucho ms compleja.

    Censos e imaginarios

    Al margen de las consideraciones tcnicas con que se manejaron los conceptos que comentamos en el apartado anterior, hay otra materia que los censos chilenos revelan de manera muy sugerente: los imaginarios que han cruzado nuestra historia en los ltimos cien aos. Desde nuestro punto de vista se pueden comentar, a lo menos, cuatro. Dos aparecen confirmados por los censos y dos son puestos en tela de juicio. Con relacin a los primeros, se trata de la obsesin de querer ser ms y el anhelo de ser tan desarrollados como Europa. Con relacin a los segundos, los censos ponen en tela de juicio nuestra supuesta homogeneidad tnica y la cohesin y fortaleza de la nacin.

    55 Informe presentado por el Director General de Estadstica y Presidente accidental de la C. Central, don Germn Pedregal, al seor Contralor General de la Repblica, ya citado, p. 10.

    56 Censo de 1952, p. 67. 57 Censo de 1970, p. I. 58 Mara E. Gudio y Vernica DInca, Cambios en los patrones de localizacin en ciudades intermedias y

    globales. Mendoza-Argentina y San Pablo, Brasil. En Tiempo y Espacio, N 13, Universidad del Bio Bio, Chilln, 2003, pp. 81-112. Para conocer el estado de la materia a mediados d