censos cuba abolicion esclavitud

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CENSOS LATO SENSU. LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD Y EL NÚMERO DE ESCLAVOS EN CUBA* POR JOSÉ ANTONIO PIQUERAS Universitat Jaume I Historia Social Comparada (Unidad Asociada del CSIC) Durante la mayor parte del siglo XIX las estadísticas de población esclava de Cuba fue- ron deliberadamente inexactas. El presente artículo, basado en un análisis de censos oficia- les y reservados, en informes británicos y estimaciones demográficas, reconsidera el número de esclavos existente en Cuba entre 1867 y 1886. De ello resulta una reevaluación de su monto, de las necesidades laborales en los ingenios y de las condiciones de disolución de la esclavitud. PALABRAS CLAVE: Esclavitud, Cuba, censos, abolición, plantación. EL INUSITADO INTERÉS POR CONOCER EL NÚMERO CIERTO DE ESCLAVOS En agosto de 1882 el cónsul general británico en La Habana, Lionel Car- den, dirigía a las Cámaras del parlamento de su país un informe acerca del nú- mero y condiciones de los esclavos en Cuba. El expediente obedecía a un mandato de Lord Grenville, secretario del Foreign Office, un viejo apellido que volvía a relacionarse con el tema de la esclavitud siete décadas después de la supresión de la trata, solo que esta vez, cuando únicamente restaban dos im- Revista de Indias, 2011, vol. LXXI, núm. 251 Págs. 193-230, ISSN: 0034-8341 doi:10.3989/revindias.2011.008 * El presente texto ha sido realizado en el marco del proyecto HAR2009-07037/HIST del Ministerio de Ciencia e Innovación.

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censos parroquiales, cuba, habana, siglo XVII

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  • CENSOS LATO SENSU.LA ABOLICIN DE LA ESCLAVITUD Y EL NMERO

    DE ESCLAVOS EN CUBA*

    POR

    JOS ANTONIO PIQUERAS

    Universitat Jaume IHistoria Social Comparada(Unidad Asociada del CSIC)

    Durante la mayor parte del siglo XIX las estadsticas de poblacin esclava de Cuba fue-ron deliberadamente inexactas. El presente artculo, basado en un anlisis de censos oficia-les y reservados, en informes britnicos y estimaciones demogrficas, reconsidera el nmerode esclavos existente en Cuba entre 1867 y 1886. De ello resulta una reevaluacin de sumonto, de las necesidades laborales en los ingenios y de las condiciones de disolucin de laesclavitud.

    PALABRAS CLAVE: Esclavitud, Cuba, censos, abolicin, plantacin.

    EL INUSITADO INTERS POR CONOCER EL NMERO CIERTODE ESCLAVOS

    En agosto de 1882 el cnsul general britnico en La Habana, Lionel Car-den, diriga a las Cmaras del parlamento de su pas un informe acerca del n-mero y condiciones de los esclavos en Cuba. El expediente obedeca a unmandato de Lord Grenville, secretario del Foreign Office, un viejo apellidoque volva a relacionarse con el tema de la esclavitud siete dcadas despus dela supresin de la trata, solo que esta vez, cuando nicamente restaban dos im-

    Revista de Indias, 2011, vol. LXXI, nm. 251Pgs. 193-230, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2011.008

    * El presente texto ha sido realizado en el marco del proyecto HAR2009-07037/HIST delMinisterio de Ciencia e Innovacin.

  • perios esclavistas en Amrica, el espaol y el brasileo, el mpetu abolicionis-ta ingls se haba atemperado y la diplomacia victoriana se conformaba conlos proyectos de extincin que se haban emprendido en la mayor de las An-tillas.

    Carden comenzaba a ser un buen conocedor de la isla, a la que haba sidodestinado en 1877; despus de 1902 sera el primer embajador de su pas anteel gobierno de la Repblica. En 1882, el joven funcionario se crea en la nece-sidad de prevenir a los parlamentarios de una constante histrica: la dificultadde conseguir estadsticas de cualquier especie referidas a la isla caribea, ymucho ms en un asunto de tan gran inters como es la esclavitud sobre cuyoconjunto y detalles los hacendados, como clase, han hecho siempre lo posiblepor negar datos1.

    El 13 de febrero de 1880 el gobierno espaol haba promulgado la ley deabolicin de la esclavitud. La norma prorrogaba el trabajo forzado durante unperiodo de ocho aos bajo la frmula del patronato, con una mdica retribu-cin, y posibilitaba que cada ao accedieran a la libertad un nmero de cauti-vos conforme a cinco supuestos: el acuerdo entre patrono y patrocinado, la re-nuncia unilateral del patrono, la indemnizacin por servicios de 30 a 50 pesosanuales y la falta del patrono a sus obligaciones; al entrar en el quinto ao depatronato, se ira dejando libre la dotacin por cuartas partes, de mayor a me-nor edad. Los libertos deban acreditar un contrato de trabajo o un oficio cono-cido para evitar ser tenidos por vagos y obligados a servir en las obras pbli-cas, que era una forma de sujetarlos y favorecer los convenios con los antiguospatronos2.

    La primera cuestin, entonces y ahora, consista en establecer con certezala cifra de los que haba antes de iniciarse el proceso abolicionista y el nmerode los que en 1882 seguan en cautividad: Probablemente nunca se ha sabidocon exactitud el nmero de los esclavos que hay en Cuba afirmaba el diplo-mtico pues bien con objeto de ocultar las infracciones de los Tratados deComercio de esclavos, por parte de las autoridades; bien por eludir los impues-tos de capitacin, por parte de los hacendados, se han hecho siempre padrones

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    1 Comercio de esclavos. Memoria del representante Cnsul General Carden, sobre el n-mero y condicin de los esclavos en Cuba. Presentada a ambas Cmaras del Parlamento pororden de S.M., 5 de agosto de 1882, traduccin del ingls que se acompaa, Archivo HistricoNacional, Madrid (AHN), Ultramar, legajo 4884, n. 183. Conforme a su hoja de servicios,Carden ejerci de vice-cnsul en Cuba entre 1877 y 1883, regresando a La Habana en 1898 encalidad de cnsul general. The New York Times, 17 de octubre de 1915.

    2 La ley de 1880, en Prez-Cisneros, 1987: 137-143.

  • falsos y hasta ahora no se ha presentado ningn censo de la poblacin esclavadigno de crdito en cuanto a exactitud3.

    En definitiva, nunca se haba conocido con exactitud el nmero de escla-vos habidos en Cuba porque los hacendados, como clase, en las palabrasexactas del informe, haban puesto todas las dificultades para que se supiera,haban falseado los datos de sus dotaciones y dems servidumbre, y las auto-ridades nunca haban puesto demasiado empeo en levantar padrones exac-tos. No era un problema de tolerancia de la metrpoli o de venalidad de loscapitanes generales: era la clave del consenso colonial fraguado en la dcadade 1820, cuando al primer contrabando, atribuido a la incapacidad de contro-lar las costas, le sucede el comercio ilegal a gran escala amparado por Espa-a sobre el que se sella la fidelidad a la Corona de la clase de los hacendados,y con sta, la de los mltiples beneficiarios insulares de la prosperidad deuna colonia esclavista que al socaire de la revolucin industrial ingresaba ensu edad de oro.

    La preocupacin sobre la dificultad de establecer el nmero de esclavosrealmente existente en Cuba a la altura de 1882 revela la desconfianza ante elproceso que se haba emprendido, debido a las reiteradas burlas que en el pa-sado se haba hecho de los tratados internacionales. Haba, luego se ver, unsegundo objetivo: la repercusin que la transicin laboral pudiera tener en laproduccin azucarera y en los negocios en los que el capital britnico tenaintereses. Para el historiador actual el conocimiento del monto de esclavosen el momento en que se lleva a cabo el largo proceso de abolicin (1870-1886), en particular en la segunda fase, de 1880 a 1886, lejos de suponer unejercicio de precisin estadstica, ofrece dos motivos de atencin, a cual msdestacado: a) el anlisis de las condiciones y los procedimientos por los quelos esclavos dejaron de serlo; y b) las caractersticas de la gran industria azu-carera en la ltima etapa de empleo de trabajo forzado y el papel que ste de-sempea en la optimizacin del sistema, precisamente en la fase que antece-de y acompaa a la revolucin azucarera que da origen al central y a laconversin de numerosas haciendas agro-industriales en colonias de caa,con la consiguiente transformacin de la estructura laboral4. Las cifras quelleguen a ser acreditadas sobre el nmero de esclavos y su localizacin intro-ducen un factor que matiza o rectifica algunas de las explicaciones ms co-nocidas sobre dos procesos que han llamado poderosamente la atencin delos investigadores.

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    3 Comercio de esclavos. Memoria del... Cnsul General Carden, AHN, Ultramar,leg. 4884, n. 183. Cursivas nuestras.

  • El volumen efectivo de esclavos, su retencin y concentracin en la acti-vidad agro-azucarera en detrimento del servicio domstico y las labores ur-banas nos informa de la alta consideracin que merece la fuerza de trabajoexistente y de las limitadas alternativas que se consideran viables, de la es-tructura productiva en plena fase de transformacin de la industria y de la ac-titud de los hacendados ante la abolicin, procurando aplazarla en funcindel capital que los esclavos representan y al suponer un factor de difcil sus-titucin5.

    El incremento de la produccin de dulce a lo largo de la mayor parte del si-glo XIX descans en un empleo masivo e intensivo de mano de obra esclavaencadenada al desarrollo de la capacidad tecnolgica del procesamiento de lacaa, pues como ilustr Moreno Fraginals, la mecanizacin de la manufacturaazucarera obligaba a incrementar el promedio de esclavos empleados por inge-nio. Esa relacin concreta entre desarrollo de la manufactura y demanda demano de obra dio lugar a una doble situacin: el aumento de la productividadpor esclavo de la dotacin en trminos de arroba fabricada, y el estancamientoo retroceso de esa productividad respecto de la caa sembrada, pues el aumen-to del volumen de produccin descansaba en la ampliacin de la superficiecultivada y en el aumento del nmero de trabajadores hasta un punto en que surendimiento resultaba marginal, sin guardar proporcin con cada empleadoque se incorpora y el valor que representa6. A la vista del desarrollo de la eco-noma azucarera insular, podemos concluir que el aumento prolongado de lademanda de dulce y los precios altos, probablemente tambin la intensifica-cin de la explotacin del esclavo, compensaron durante un largo periodo losefectos negativos de un modelo que la teora podra considerar obsoleto y quede hecho se cobraba los ingenios menos eficientes. El contexto que lo explicaes el propio de la segunda esclavitud7.

    EL ENIGMA DE LAS ESTADSTICAS, LA CUANTIFIACCIN DE LA FUERZALABORAL

    Mencionaba Carden que el registro de poblacin de 1867 haba sidouna de las primeras tentativas formales acometido por el Gobierno para

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    4 La expresin es de Jenks, 1966: 56-60. El proceso de cambio, en Moreno Fraginals,1978, y en detalle, en Iglesias, 1998. La creacin del mercado laboral en Balboa, 2000.

    5 Piqueras, 2002: 214-251.6 Moreno Fraginals, 1978, I: 212-214, II: 28-29.7 Tomich, 2004: 56-71.

  • conocer exactamente el nmero de esclavos8. El nmero exacto de escla-vos acabara convirtindose en uno de los secretos mejor guardados en la Islade Cuba, donde la discrecin no pareca ser la mejor cualidad de sus habi-tantes.

    Ahora bien, qu razones podan existir para que hacia 1867 se despertarael inters del gobierno espaol por conocer exactamente el nmero de escla-vos, despus de dcadas de indiferencia no menos interesada? El 29 de sep-tiembre de 1866 se promulg un real decreto (elevado el 17 de mayo de 1867 arango de ley) Para la represin y castigo del trfico negrero, con la finalidadde aplacar las crticas internacionales, en particular, la de los Estados Unidos,que inquietaba la posesin tranquila de la colonia; la medida se adelantaba alacuerdo que Inglaterra negociaba con aquel pas para cerrar el aprovisiona-miento de africanos con destino a Amrica.

    David R. Murray se ha hecho eco del aumento de la presin internacionalsobre Espaa a partir de 1865, cuando en los aos inmediatamente anterioresla expansin britnica en el golfo de Guinea cierra las fuentes de aprovisiona-miento del continente africano mientras el gobierno de la Unin emprende me-didas efectivas de persecucin de la trata; a partir de 1863 dejan de salir expe-diciones negreras desde Nueva York, cuando en los tres aos anteriores, enplena Guerra de Secesin, haban partido 170 expediciones cuyo destino, al re-torno de frica, eran los puertos de Cuba y Brasil9.

    El decreto de 1866 (ley de 1867) Para la represin y castigo del trfico negre-ro orden un empadronamiento general haciendo caso de todos los esclavos ydeclar libres a cualquier persona de color que no estuviera inscrita y a los que enadelante nacieran de stos. El empadronamiento se verificara en esta ocasin me-diante inspeccin ocular de los funcionarios, procurando hacerse en el mayor n-mero de poblaciones y fincas simultneamente para evitar ocultamientos. El cen-so se hara por distritos, se abrira un registro a cada esclavo donde se hara cons-tar un nmero de orden, filiacin exacta y un breve resumen de los contratos quemodificara su dominio y estado civil. El decreto impona severas penas por ocul-tamiento de esclavos, falseamiento del padrn e irregularidades cometidas por losfuncionarios en el desempeo de esta labor. Por vez primera la ley contemplabatambin la posibilidad de que las autoridades realizaran registros en el interior delas fincas en persecucin del trfico de bozales. Hasta el 18 de junio de 1867 no sedict por real orden el reglamento para la ejecucin de la ley10.

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    8 Comercio de esclavos. Memoria del representante Cnsul General Carden, AHN,Ultramar, leg. 4884, n. 183.

    9 Murray, 1980: 299-308.10 Ortiz, 1987: 351. El decreto-ley de 1866, en Prez-Cisneros, 1987: 103-123.

  • El padrn comenz a levantarse el mismo ao de 1867, a partir de junio, yse dio por concluido el 14 de diciembre. En la confeccin del padrn se com-bin el cumplimiento de las normas con cierta indolencia de los funcionarios yuna calculada desconfianza de los propietarios en la aplicacin rigurosa de laley, en la que intuan una finalidad fiscal relacionada con algn impuesto decapitacin. Ms, en efecto, como creyera el cnsul, quiz sea el documentoms prximo a la realidad de cuantos se haban elaborado hasta entonces y delos que a continuacin se hicieron antes de 1880.

    El padrn de 1867 arroj un total de 402.167 esclavos11, segn se supoquince aos despus, pues el documento oficial no lleg a hacerse pblico en-tonces con esos guarismos12. La cifra de 402.167 ofrecida por el padrn indi-to hace ascender la proporcin de esclavos al 26,7% de la poblacin y sita eltotal de africanos y de descendientes de africanos en el 44,5%, magnitudes querestituyen el color de la isla al peor de los escenarios imaginados por los de-fensores de una cubanidad blanca y explican, a la vez, las bases de la expan-sin econmica de dos dcadas prodigiosas, las anteriores.

    El censo de 1861, calificado por Prez de la Riva como el ms detalladode todos los censos coloniales y uno de los ms exactos13, daba la cifra de370.553 esclavos14. Un recuento de 1865 proporcionaba la suma de 363.086;el censo de enero de 1869 prcticamente lo copia, limitndose a aadir 202 es-clavos a la cantidad de cuatro aos antes, a ttulo de actualizacin15. Tambinen plena guerra, en 1871, en un periodo de gran excitacin y tumulto, otrorecuento dio un total de 231.699 cautivos16, aunque aqu el cnsul se confunde

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    11 Comercio de esclavos. Memoria del representante Cnsul General Carden, AHN,Ultramar, leg. 4884, n. 183.

    12 Marrero, 19782, I: 192, se limita a citar 344.600 esclavos, un 14,3% menos.13 Prez de la Riva, 1975: 456. La comisin del censo de 1899 lleg a la misma conclu-

    sin (y erraba al considerar el de 1867 una estimacin). Ver Report of de Census of Cuba 1899,1900: 705-709. Kiple, 1976: 63, hace notar las diversas versiones que existen de este censo,con pequeas variaciones, la ms importante la inclusin de 6.650 emancipados entre los libresde color, en lugar de hacerlo con los esclavos.

    14 Noticias estadsticas de la Isla de Cuba en 1862, 1864: 7, Censo de poblacin segn elcuadro general de la comisin ejecutiva de 1861. El Censo de poblacin de la Isla de Cubaen el ao que termin en 1. de junio de 1862, incluido en la misma obra (p. 9), ofrece, sin em-bargo, la cifra de 368.550 esclavos; la disparidad se extiende al nmero de emancipados: 4.521frente a los 6.590 del censo proporcionado por la comisin ejecutiva.

    15 Datos estadsticos reunidos el 4 de enero de 1876, AHN, Ultramar, Leg. 4883, n. 1. Lainformacin de 1865, cabe anotar, fue remitida al Ministerio de Ultramar dos aos ms tarde,el 6 de abril de 1867. El censo de 1869 por jurisdicciones, en Sedano, 1873: 152-153.

    16 Comercio de esclavos. Memoria del representante Cnsul General Carden, AHN,Ultramar, leg. 4884, n. 183.

  • y ofrece datos parciales: los adelantos del censo ofrecieron diferentes cifrasantes de su cierre el 30 de junio, que elev el recuento a 287.62617. En 1877 unnuevo censo de poblacin dej el nmero oficial de esclavos en 189.596, aun-que en una versin posterior se public la suma de 195.56318.

    Entre 1871 y 1877 la Ley Moret haba posibilitado, segn fuentes guber-namentales, la libertad de 31.071 esclavos, otros 10.071 haban pasado a serlibres por causas ajenas a la ley y se calculaba en 17.834 el nmero de los es-clavos que entre tanto haban fallecido19. Es una de las escasas veces en quese ofrece informacin oficial sobre mortalidad de la poblacin esclava: losfallecidos representaban el 6,2% del recuento de 1871, cuando han dejado decontabilizarse los nacidos y los mayores de 60 aos, que la ley haba declara-do libres; al mismo tiempo, la tasa de mortalidad anual es inverosmil, el1,06% si realizamos un descuento similar en cada uno de los seis aos de laspersonas que por haber accedido a la libertad o por fallecimiento dejan decomputarse. Si damos por muertos tambin a los 29.550 de diferencia entrelos datos oficiales de 1871 y 1877, sobre los que las autoridades no se tomanla molestia de interrogarse ni las fuentes censales ofrecen una pista despusde haberlos hecho desaparecer, la tasa anual de mortalidad se sita en n-dices ms razonables, del 4,2%. La Junta de Colonizacin public que enaplicacin de la Ley Moret, hasta mayo de 1875 haban accedido a la libertad50.046 esclavos, sin incluir a los de La Habana, sobre los que se careca deinformacin. El apartado ms numeroso, 32.813, corresponda en realidad alos que haban nacido libres despus de septiembre de 1868, de cuya situa-cin nos ocuparemos ms adelante; nicamente el resto corresponda a ver-daderos libertos.

    Los datos ofrecidos por la Junta de Colonizacin en 1875 permiten algu-nas conclusiones relevantes. Deducidos los frutos de los vientres libres, delos 17.233 libertos registrados hasta esa fecha, el 80% haba sido declaradolibre por motivos de edad tener ms de 60 aos al promulgarse la ley ocumplir 60 aos, el 1,7% por servicios patriticos (combatir a los insurrec-tos) y el resto debido a causas que no son citadas. Eso significa que en tornoal 18% de las libertades eran imputables a acuerdos entre las partes, a manu-misiones, coartaciones y denuncias por sevicia. Es muy posible que la pers-pectiva de la abolicin gradual alentara frmulas destinadas a adelantar la

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    17 Datos estadsticos reunidos el 4 de enero de 1876, AHN, Ultramar, leg. 4883, n. 1. Elcenso de 1871 por jurisdicciones, en Sedano, 1873: 154-155.

    18 Iglesias, 1979: 181 y 185.19 Informe del general Jovellar de 15 de marzo de 1877, AHN, Ultramar, leg. 4883, n. 1.

  • extincin del vnculo esclavo a cambio de compensaciones pecuniarias oacuerdos laborales.

    En segundo lugar, se hace evidente que el proceso de liberacin se llevcon lentitud hasta la prctica finalizacin de la guerra, en 1878, pero no nece-sariamente debido a este motivo: los aos de 1871 y 1872 los precios del az-car alcanzaron una cotizacin rcord, se mantuvo elevada en los ejercicios si-guientes y volvi a subir en 1877, por lo que puede deducirse que los propieta-rios retuvieron al mximo una mano de obra que les era indispensable paraproducir, justo cuando ms rentabilidad poda extraerse de la cosecha. Precisa-mente, las presiones ejercidas por los hacendados sobre el gobierno, favorablea sus intereses desde la muerte de Prim, retras la aprobacin del reglamentode ejecucin de la Ley Moret dos aos, hasta agosto de 1872. Antes de la pu-blicacin del reglamento accedieron a la libertad apenas 6.612 esclavos, tresde cada cuatro en aplicacin del artculo 5. de la ley, el que declaraba libres alos que eran propiedad del Estado y a los que a ttulo de emancipado tambinestaban bajo su administracin; unos 1.300 adquiran la libertad al haber cum-plido 60 aos20.

    En 1877 el cnsul britnico en La Habana se basaba en el movimiento depoblacin a partir del censo de 1861, que tomaba por el ltimo fiable, y en laevolucin de la importacin de asiticos, interrumpida en 1873, para llegar ala conclusin de que la poblacin existente en Cuba era completamente ina-decuada a la que requiere del pas; de no ser rpidamente suprimida la rebe-lin, aada, la poblacin laboral seguira disminuyendo y, con ella, proporcio-nalmente, las producciones. El antecesor de Carden evaluaba la existencia enla agricultura de unas 300.000 personas, 250.000 negros y 50.000 asiticos, ycalculaba que el sostenimiento de la produccin de la isla requera hasta mediomilln de trabajadores. Conclua tambin que el negro era sin comparacin elinmigrante ms valioso para los trpicos, pero no poda pensarse en sustituirla esclavitud por emigracin libre desde frica; la organizacin de la inmigra-cin, en suma, era el reto ms importante que tena por delante la agriculturacubana21. Sobre este tema regresaba en el Report del ao siguiente para sea-lar que si el final de la guerra permita pensar en la reincorporacin al trabajodel campo de quienes haban luchado en las fuerzas insurgentes, la prximaabolicin de la esclavitud exiga resolver el problema de la inmigracin; al-

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    20 Sedano, 1873: 156.21 Parliamentary Papers, Consular Reports. Spain, Havana. Report by Consul-General

    Couper upon Trade, Commerce, Agriculture & c., of the Island of Cuba to the end Crop1876-77: 220-221.

  • gunos esperaban la solucin de la reanudacin del trfico de asiticos contra-tados, que deba negociarse con el emperador de China, mientras el Crculode Hacendados se haba dirigido al rey reclamando auxilios para salvar a laisla22.

    Siguiendo con la informacin consular britnica, en 1879 encontramosuno de los anlisis ms detallados de la relacin entre poblacin, trabajo e in-dustria azucarera. De acuerdo con la estadstica hecha pblica por el gobier-no, el nmero de esclavos empleados en el cultivo de azcar ascenda en1877 a unos 110.00, de ellos 90.782 pertenecientes a las dotaciones de los in-genios, mientras haba 20.785 esclavos alquilados y trabajadores libres, ensu gran mayora pertenecientes a la primera categora, que eran arrendadospor sus dueos. El nmero de asiticos ascenda a 14.618. De los ms de126.000 trabajadores en el azcar, la mitad se concentraba en la provincia deMatanzas23, siempre conforme a un censo que pronto se descubri inexacto.El censo de poblacin de la Isla de 1877, que fue estudiado con el rigor alque la doctora Fe Iglesias nos tiene habituados, lleg a publicarse en tres ver-siones con magnitudes dispares24. Prez de la Riva lo considera fruto de undesbarajuste que se hizo preciso corregir despus, a las puertas de la paz. Elnmero podra ser inexacto, pero si en algn lugar estaba ocultndose era enlos campos.

    La estadstica recogida por los britnicos no haca justicia a los empleosefectivos en los ingenios. Un ejemplo permite corroborarlo y nos sita anteuna lectura que ha pasado desapercibida a muchos autores que se han interesa-do por la esclavitud en la poca de 1870 a 1886. Veamos. La ley preparatoriade la abolicin haba establecido que los libertos nacidos de esclava adquiranla condicin de patrocinado del dueo de la madre, que atendera sus necesida-des y aprovechara su trabajo a modo de aprendizaje sin retribucin alguna,hasta que al llegar a los 18 aos se le fijara un jornal, la mitad del reconocidoa un hombre libre, recibiendo la mitad y pasando el resto a formarle un pecu-lio; al cumplir 22 aos, el liberto cesaba en el patronato y obtena los ahorros.La ley de 1870 no pona fin a la esclavitud infantil, como podra deducirse desu enunciado popular, vientres libres, puesto que los nacidos con posterioridadal 17 de septiembre de 1868 estaba previsto que comenzaran a trabajar al al-canzar la edad adecuada y solo llegaran a ser retribuidos despus de cumplir

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    CENSOS LATO SENSU. LA ABOLICIN DE LA ESCLAVITUD Y EL NMERO ... 201

    22 Parliamentary Papers, Consular Reports. Spain, Havana. Report by Consul-General ofthe Island of Cuba for the Financial Year 1877-78: 258-264.

    23 Parliamentary Papers, Consular Reports. Spain, Havana. Report by Consul-General ofthe Island of Cuba for the Year 1879: 1802.

    24 Iglesias, 34 (1979): 167-209.

  • 18 aos. Por cuestin de plazos, los primeros libertos-patrocinados reguladospor la ley de 1870 comenzaran a percibir un salario en 1886 y hubieran adqui-rido derechos plenos en septiembre de 1890 y aos sucesivos. nicamente siel liberto-patrocinado contraa matrimonio las mujeres despus de los 14aos y los varones de los 18 el plazo poda verse ligeramente abreviado; silos padres accedan a la libertad cesaba asimismo el patronato del menor siem-pre y cuando resarcieran al patrono de los gastos hechos en beneficio del li-berto, esto es, los necesarios para su sostenimiento, vestido, atencin en lasenfermedades, enseanza y, en su caso, el aprendizaje de un oficio. La Ley de1880 no modific el estatus de los libertos-patrocinados. Desconocemos enqu medida esta circunstancia influy en las estrategias de manumisin, puesse introdujo un incentivo por el que con la coartacin, la compra por familiareslibres o el pacto con el dueo, la liberacin de la madre facilitaba la libertadplena de los hijos patrocinados nacidos despus de 1868 con un coste que va-riaba y no hemos logrado determinar.

    La utilizacin de estos menores no es tenida en cuenta por los estudiosque estiman el volumen de mano de obra sometida, esclava en la prctica, adisposicin del sector azucarero. La edad de trabajo considerada til en losestadillos internos de los ingenios es de 12 aos, sin embargo con frecuenciaeran empleados a partir de los 10. A efectos de nuestro clculo, los nacidoscon posterioridad a septiembre de 1868 fueron una dcada despus mano deobra adicional, hacia 1878-1879. Qu poda representar el trabajo de los li-bertos-patrocinados? Atendamos un caso. En enero de 1886, de los 112 pa-trocinados de la dotacin del ingenio Santa Rosala, en la jurisdiccin deCienfuegos, 61 tenan una edad inferior a 18 aos, eran libertos-patrocinadosconforme a la Ley Moret; de ellos, prcticamente la mitad estaba en condi-ciones de ser empleada en el trabajo sin percibir retribucin alguna25. En sen-tido estricto, la dotacin de esclavos-patrocinados del Santa Rosala la com-ponan 52 personas, mientras la dotacin adicional, en una estimacin basa-da en una distribucin homognea de la edad de los libertos-patrocinados erade 30, de diez y ms aos, y de 24, si se respetaba la edad de doce aos paraconsiderarlo til. Eso representa entre un 40 y un 49% de fuerza laboral for-zada adicional, una parte considerable en condiciones de aportar trabajoadulto o semi-adulto.

    Los censos, padrones y recuentos de esclavos en Cuba han sido objeto desucesivos intentos destinados a verificar su exactitud o, en su defecto, su grado

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    25 Relacin de patrocinados de D. Ramn Blanco, 30 de enero de 1886. Biblioteca Nacio-nal Jos Mart, Coleccin Manuscritos, Fondo Lobo, n. 218.

  • de desviacin. El reputado especialista Juan Prez de la Riva destac la impor-tancia que en el rgimen colonial tuvo la informacin demogrfica para preverlas necesidades de mano de obra o gravar su propiedad, al menos desde lacreacin de un departamento de estadstica durante el mandato del Capitn ge-neral Serrano, integrado por demgrafos cualificados que levantaron el censode 1861 en la precisa coyuntura en que la guerra en los Estados Unidos co-mienza a hacerla problemtica y otros trabajos notables, antes de su desapa-ricin con la guerra de 1868, cuando la estadstica se torna subversiva. En di-ciembre de 1878 volvera a organizarse el departamento para ofrecer estudios,dice el historiador, mucho mejores de lo que suele reconocerse, entre ellos elcenso de 188726. No puede decirse lo mismo de otros documentos generadosen la dcada de la guerra, una vez comienzan a vislumbrarse problemas para lacontinuidad de la esclavitud y cuando a partir de 1868 el movimiento abolicio-nista hace progresos en Cuba y en la metrpoli y los gastos militares planeansobre cuanto guarda relacin con la mayor riqueza de la isla, el mundo delazcar.

    Motivo de controversia, la desconfianza se ha extendido hacia todos loscensos por su falta de fiabilidad, pero al final los historiadores han regresadosobre ellos, sea para disponer de una referencia en el conjunto de la poblacino para ilustrar la continuidad de la trata, al objeto de analizar el proceso de dis-minucin gradual o para evaluar su presencia en el rgimen productivo azuca-rero27. El padrn de 1867 rene un inters especial. Los resultados debieron

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    26 Prez de la Riva, 1975: 456.27 Desde la compilacin de censos por Ortiz, 1987: 37-39, Scott, 1989: 117 y ss.

    CUADRO 1. POBLACIN ESCLAVA EN CUBA (1861-1880)

    Documento AoNmero

    de esclavos

    Censo 1861 370.553Recuento 1865 363.086Padrn 1867 402.167Censo 1869 363.288Recuento 1871 287.620Censo 1877 189.596Padrn 1880 (a) 231.699 (a)

    (a) 204.941 registrados y 32.123 pendientes de registro.Fuente: Citadas en el texto.

  • contrariar ciertas previsiones y quiz deba a eso su silenciamiento y posteriorrevisin. Para comenzar, proporciona las cifras ms elevadas de esclavos cen-sados en Cuba despus de 184128. Aos ms tarde, en 1882, el Capitn generalLuis Prendergast explic que formaba un slo cuerpo sin solucin de conti-nuidad: no hubo otro censo provincial de esclavos hasta el adicional cerradoen enero de 1871, que qued anulado por rdenes del gobierno de enero de1872 y abril de 187329. La adicin fue un instrumento sumamente imperfecto,repudiado por los propietarios y la Administracin. Esa adicin, a pesar de ha-berse dejado sin valor, tuvo consecuencias importantes pues ms tarde sirvide base a las reclamaciones.

    Conviene recordar que desde 1855 los propietarios de esclavos debantributar de 1 a 2 pesos por esclavo que poseyeran, segn estado y edad. LaLey Moret aument el impuesto de capitacin para pagar las indemnizacio-nes de los nacidos entre septiembre de 1868 y julio de 1870. La ley ordenabatambin la libertad de los que no aparecieran en el censo de diciembre de1869 y en el que deba terminarse el 31 de diciembre de 1870. Estos recuen-tos de 1869- 1870 no permitan incorporar nuevos esclavos a los registradosen 1867, sino nicamente registrar los nacidos a partir de esa fecha, tal ycomo estipulaba el reglamento de junio de 1867 que desarrollaba el decre-to-ley de 1866 y regulaba el empadronamiento del que deba ser el censoms exacto. Sin embargo, los esclavistas burlaron las leyes en el recuento de1870 al rectificar las edades de los esclavos que posean para disputar la li-bertad a los sexagenarios, en palabras de la Sociedad Abolicionista Espao-la. Algunos hacendados pretendieron adems que las relaciones juradasaportadas en las ltimas fechas sirvieran para rectificar los censos anteriorescuando no figuraban los esclavos que haban ocultado en 1867. El caso mscomn, segn se desprende de las reclamaciones, fue el contrario: para aho-rrarse el impuesto de capitacin numerosos propietarios evitaron declarar latotalidad de sus dotaciones o pidieron rebajar las cifras anteriores, pues con-tinuaban pensando que el peligro que corran era ilusorio. La situacin deCuba no permita la vigilancia [oficial] de los ingenios30. Los hacendadostodava pensaban que podan burlar un censo que perciban como un instru-

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    28 Resumen del censo de poblacin de la Isla de Cuba a fin del ao de 1841, 1842: 8. Elcenso de 1841, asimismo muy apreciado por su exactitud, por Prez de la Riva, 1975, y More-no Fraginals, 1978, presentaba la cifra de 436.495.

    29 Gobierno General de la Isla de Cuba (Reservado), La Habana, 5 de mayo de 1882, LuisPrendergast, AHN, Ultramar, leg. 4884, n. 160. La disparidad de orientacin de los gobiernosque anularon el recuento de 1871 (conservador antirreformista en 1871 y 1872, republicanoabolicionista en 1873) no permite atribuir a esta ltima medida un sentido poltico.

  • mento de imposicin fiscal. Este comportamiento reiterado demuestra queuna vez aprobada la Ley Moret los hacendados consideraban que una aboli-cin indemnizada, la nica aceptable, no se vislumbraba en un horizonte cer-cano, y que siempre habra tiempo para declarar el nmero real de esclavosque posean, evitndose entre tanto pagar una parte del impuesto de capita-cin.

    Despus de 1870, segn el testimonio de la Sociedad Abolicionista, elministerio de Ultramar admiti que pudieran solicitarse cambios sobre eda-des de los empadronados en 1867, como si se hubiera tratado de un error. Ladenuncia no precisa los aos en los que el ministerio se volvi tan compla-ciente con los hacendados, pero entre diciembre de 1870 y junio de 1872,con la excepcin de cinco meses, al frente del departamento se sucedieronvarios ministros de procedencia unionista, muy vinculados al partido espa-ol de La Habana y a la defensa de la esclavitud, entre ellos Adelardo Lpezde Ayala y Juan Bautista Topete. nicamente el gobierno de la Repblica,por un decreto del ministro Jos Sorn, tuvo aliento para hacer cumplir elartculo 19 de la ley de 1870 y orden la libertad de 10.000 negros que apa-recan como esclavos sin serlo conforme a derecho. La intranquilidad se ex-tendi por la isla. Las fuentes de La Habana contabilizan 9.611 esclavos libe-rados al no hallarse registrados, lo que viene a coincidir con el decreto deSorn y confirma su ejecucin inmediata. No obstante, la Sociedad Abolicio-nista consider que este ltimo nmero representaba una pequea parte deltotal de negros esclavizados indebidamente, pues estimaba en ms de 70.000los que no estaban inscritos en 1869 y 1871 ni despus pudieron ser contabi-lizados en el censo de 1877 al no incurrir en ninguno de los supuestos reco-nocidos por la ley para ampliar el registro de 1867: haber nacido despus deesa fecha, haber sido apresados como cimarrones o ser declarados esclavospor los tribunales31. Obviamente, estamos ante una estimacin. Ms adelanteveremos que era una aproximacin cercana a la realidad. Supone un 36%de esclavos ms de los declarados en 1877. Esclavos, personas, fuerza de tra-bajo.

    El cnsul britnico corroboraba el modo de actuar de los propietarios enlos aos anteriores: se cree que muchos cuyos nombres no constaban en losregistros de 1867 1871 y que por consiguiente fueron declarados libres,

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    30 Exposicin que la Junta de la Sociedad Abolicionista Espaola eleva a las Cortes en 15de abril de 1882, AHN, Ultramar, leg. 4884, n. 166.

    31 Exposicin que la Junta de la Sociedad Abolicionista, 1882, AHN, Ultramar, leg. 4884,n. 166. La cifra de los 9.611 esclavos liberados, sin mencin de fecha en el documento consul-tado, Scott, 1987: 101.

  • permanecieron ilegalmente en la esclavitud32. Al margen de algunos desem-barcos aislados, en 1867 ces la trata. Por las razones que fueran, bsicamen-te fiscales, en ocasiones para no verse obligados a dar cuenta de los bozalesms recientes, hubo hacendados que no empadronaron la totalidad de sus es-clavos. En 1882, cuando estaba en proceso de aplicacin la ley de patronato,los propietarios expresaron su inters por regularizar la situacin, pues de nohacerlo corran serio riesgo de perder los patrocinados. Por el contrario, tam-bin existan razones para seguir ocultndolos hasta la extincin definitivadel patronato, prevista en 1888, pues les evitaba la emancipacin preceptivapor edades de la cuarta parte de la dotacin por ao, medida contemplada porla Ley de 1880 que deba ponerse en prctica a partir de 1884. El cnsul in-gls mencionaba las estimaciones fiables que haban sido citadas en las Cor-tes espaolas para cuantificar el nmero de esclavos que no se hallaban ins-critos: 70.000 era la magnitud mencionada con frecuencia en medios aboli-cionistas, como hemos visto, y una cantidad similar era citada en los crculosoficiales. Era evidente que los hacendados, en tanto grupo social con intere-ses compartidos y comportamiento anlogo, haban puesto todas las trabasque pudieran imaginarse al control censal de los esclavos. Cmo iban a ac-tuar de otro modo, si la totalidad de los africanos llegados despus de 1820haban sido importados infringiendo los tratados internacionales y la legisla-cin espaola?

    El escamoteo de un volumen tan desatacado de esclavos, un volumen detrabajo rural cuya magnitud duplica la totalidad de esclavos existentes enPuerto Rico en el momento de la abolicin en aquella isla, en 1873, hubieradebido llamar la atencin de los expertos en historia de la produccin azucare-ra. Pues significa que debieran revisarse las estimaciones sobre la relacin en-tre empleo, produccin y productividad.

    El asunto ha sido mencionado algunas veces por la historiografa, de pasa-da y para ilustrar la complicidad de las autoridades con los hacendados. Por al-guna extraa razn, la cuidadosa atencin que se vena prestando a los aspec-tos numricos de la esclavitud parecen esfumarse en los aos que van de 1869en adelante. El final anunciado, o el desenlace conocido por el historiador, pa-recen restar inters a la cuantificacin de la fuerza de trabajo durante los treslustros que dura el proceso de reduccin y supresin de la esclavitud. Es lgi-co que las cuestiones polticas, con una guerra de por medio, jurdicas el de-bate de la abolicin y el desarrollo normativo y especficamente sociales

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    32 Comercio de esclavos. Memoria del representante Cnsul General Carden, AHN,Ultramar, leg. 4884, n. 183.

  • el lugar en el que queda el esclavo, el patrocinado y el liberto reclamenuna atencin destacada. Los aspectos relacionados, junto a los precios, el co-mercio y los convenios internacionales han merecido tambin la atencin.Pero la produccin azucarera trabajada fundamentalmente con esclavos siguisiendo la columna vertebral de la economa cubana. Era indiferente el nme-ro de esclavos empleados cuando se saba que seran los ltimos en vivir encautividad?

    La relajada discrecionalidad con la que los hacendados contemplaron estasmedidas censales comenz a cambiar a raz de promulgarse la Ley de aboli-cin de 1880. En ella se estipulaba que los propietarios estaban obligados a en-tregar a los patrocinados antes del 31 de octubre de 1881 una cdula expedidapor la Junta Central de Libertos donde se anotaban sus datos personales y seindicaba su condicin. Conforme a la ley, se nombraron jueces inspectores de-pendientes de las Juntas de Patronato, que estaban autorizados a visitar las fin-cas y a recibir denuncias de los patrocinados. La citada previsin modificabade manera sustancial la relacin de los esclavos y esta suerte de inspectores yde mediadores, funcin esta ltima hasta entonces reservada a los sndicos querara vez se inmiscuan en los pleitos de las plantaciones. A propsito de la ac-cin encomendada a los jueces-inspectores, el cnsul haca constar en su in-forme que los esclavos conocen la ley. La cuestin es que ahora se creabaun procedimiento que posibilitaba el uso de la ley por los esclavos de campo.Es evidente que el procedimiento normativo y la accin de los emancipadoscerca de sus antiguos compaeros de condicin, a veces sus familiares, hizoposible el proceso que de modo ejemplar describi Rebecca Scott: la partici-pacin activa de un nmero apreciable de esclavos por forzar y obtener su li-bertad33.

    El cnsul britnico reconoca en agosto de 1882 que se haban distribuido135.000 cdulas en el plazo fijado por la norma y segn los patronos faltabanunas 2.000 por entregar34. Las cifras de las autoridades eran muy distintas. Co-nozcmoslas. En una nota de la Capitana general de 27 de noviembre de 1879se reconoca la existencia de 200.440 esclavos en la isla. De ellos, 170.448 es-taban destinados a fincas rsticas y 29.992 a servicio domstico35. La concen-tracin en tareas agrcolas haba alcanzado la mayor proporcin en la historiade la esclavitud, por encima del 85%, cuando en 1861 la poblacin dedicada ala totalidad de tareas rurales se situaba en el 79% y la que especficamente la-

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    33 Scott, 1987: 180-212.34 Comercio de esclavos. Memoria del representante Cnsul General Carden, AHN,

    Ultramar, leg. 4884, n. 183.35 Nota de 27 de noviembre de 1879, AHN, Ultramar, leg. 4883.

  • boraba en los ingenios era el 46,7%36. En veinte aos, el nmero de esclavosen los ingenios haba pasado de 172.000 a unos 160.000, cuando el nmeroabsoluto de esclavos prcticamente se haba reducido a la mitad.

    Los datos citados por el Capitn general en una nota interna dirigida al mi-nisterio de Ultramar a finales de 1879 eran provisionales. Al cerrarse el padrnde esclavos el 25 de enero de 1880 se determin que su nmero ascenda a204.941, 15.345 ms de los declarados en el censo de 1877. Haba otros26.758 esclavos cuyos propietarios reclamaron que fueran aadidos, y 5.365ms figuraban inscritos en el censo adicional de 1871 y ahora no eran recono-cidos37. Todo apunta a que los 32.123 pendientes de calificacin eran esclavosno censados en anteriores padrones y que los hacendados hacan un nuevo in-tento de legalizar su posesin a fin de ver prorrogada su pertenencia. El totalde esclavos de facto era 231.699.

    El Capitn general Prendergast recordaba al ministro que el padrn generaldeba ser el cerrado el 15 de enero de 1871, despus de eliminados los indivi-duos no inscritos en el de 1867, objeto precisamente del registro que habaordenado hacerse en 1877 para proceder a emanciparlos38. El gobernador vol-va sobre un hecho esencial: el padrn de 1871 nicamente deba eliminar alos que hubieran sido declarados sin que hubieran constado en el realizadocuatro aos antes, y serva para confirmar los que se posean dentro y fuera dela ley; el censo de 1877 deba confirmar la situacin y servira para concederlas cartas de libertad a los que correspondiera. A medida que se acercaba esemomento las reclamaciones sobre los documentos censales anteriores se hicie-ron ms frecuentes y los nuevos documentos fueron ms confusos, puesto quepara muchos propietarios, o un corto nmero de grandes propietarios, se hacamuy difcil legalizar con carcter retroactivo la ocultacin de hasta 32.000 es-clavos nunca antes declarados, al menos no declarados en 1871 y en fechasposteriores.

    Entre 1867 y 1880 se haban producido numerosas situaciones nuevas:haba entrado en vigor la Ley Moret; el Pacto del Zanjn reconoci la liber-tad a los esclavos combatientes en las filas rebeldes y se dio la libertad a losesclavos que haban abandonado el ejrcito mamb en Oriente para adherirseal espaol, en total sumaron unos 16.000 hombres; haban continuado lasmanumisiones y las coartaciones tradicionales. La mortalidad natural se ha-

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    36 Noticias estadsticas de la Isla de Cuba en 1862. El porcentaje de 1861 le serva a La-bra (1873: 30) para desvincular la prosperidad de la isla de la dependencia del trabajo esclavo.

    37 AHN, Ultramar, leg. 4884, n. 160.38 Gobierno General de la Isla de Cuba (Reservado), La Habana, 5 de mayo de 1882, Luis

    Prendergast, AHN, Ultramar, leg. 4884, n. 160.

  • ba cobrado sus rditos. Las cifras, sin embargo, cuadran mal para llegar alos 231.699 de 1880 si tomamos por cierto el censo de 1871 en lugar del pa-drn de 1867.

    El empadronamiento de 1880 se llev a cabo en cumplimiento de lo dis-puesto por el reglamento para el rgimen y procedimiento de las Juntas Pro-tectoras de Libertos de 5 de junio de 1877, despus de varios aplazamientosy en virtud de la real orden de 13 de enero de 1879. El padrn de 1880, quedeba tenerse por definitivo, fue confeccionado y publicado por las Juntasprotectoras locales mientras en Madrid se discuta el proyecto de abolicinde la esclavitud. El padrn fue cerrado cuando el Senado haba concluido susdebates sobre el tema y el Congreso realizaba los suyos bajo la orientacindel nuevo ministerio Cnovas que haba reemplazado al presidido por Mart-nez Campos, promotor de la ley de abolicin. El recuento, concluido tres se-manas antes de promulgarse el 13 de febrero la Ley del patronato, debe ad-mitirse como el ms fidedigno pues iba a tener efectos inmediatos y carecade sentido ocultar propiedades o atribuirse otras sin la correspondiente cdu-la de acreditacin; se corresponde, adems, con la lgica demogrfica, comocomprobaremos.

    El empadronamiento de 1880, hasta donde conocemos, no sirvi de refe-rencia del proceso emancipatorio39. Sin embargo la cifra de 231.699 esclavosen el momento de aprobarse la ley de 1880, incluyendo a los 32.123 pendien-tes de calificacin, hace ms verosmil la evolucin de la poblacin desde elcenso de 1861 (370.553) y el padrn indito de 1867 (402.167). Para ello hayque tener en cuenta que la trata mantuvo niveles de reposicin regulares hasta1867 y que el ndice de masculinidad entre los esclavos se redujo, facilitandosu reproduccin.

    El informe reservado del Capitn general Luis de Prendergast de mayo de1882 al que hemos hecho referencia, utilizado por Lionel Carden en su Memo-ria al parlamento ingls, comprenda una serie de resmenes anexos: el padrnde 1867, el padrn de esclavos a fecha de 25 de enero de 1880, la relacin dereclamaciones a la misma fecha efectuada por los propietarios y quienes figu-raban en la adicin al censo de 1871 que en su da haba sido desautorizado ylos propietarios volvan a reclamar su inclusin. Se acompaaba tambin elcenso de 1869. Todo ello vena registrado por jurisdicciones, lo que permiteanalizar caso por caso, sealar las principales bolsas de fraude y encontrar al-gunas explicaciones. As, el mayor nmero de reclamaciones de los propieta-rios tuvo lugar en las jurisdicciones de Pinar del Ro, Guanajay, Cienfuegos y

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    39 Un esfuerzo de poner orden en los datos censales del periodo a travs de las disposicio-nes y los empadronamientos, en Navarro Azcue, 1987: 113-123 y 207-216.

  • La Habana, que concentraban el 60% de los casos. Si aadimos Crdenas ySagua la Grande, seis de las 32 jurisdicciones de la isla renen el 72% de lasreclamaciones, tres se caracterizan por su relevancia azucarera. En Matanzasse concentraban tres de cada cuatro demandas de inclusin por figurar los es-clavos a los que se refieren en la adicin del censo de 1871, pero que no ha-ban sido declarados en 1867 y, por lo tanto, no haban sido incorporadosni figuraban en los documentos posteriores. Conforme a la Ley Moret, eranpersonas libres y haba sido y eran retenidas de forma irregular. Podemos con-jeturar que unos haban sido ocultados, otros, pocos, pudieron ser introducidosen la isla despus de 1867, otros haban sido adquiridos en el mercado interiorsin que pudiera probarse su procedencia, esto es, que estuvieran censados enotra jurisdiccin.

    Si comprobamos los datos de 1880, reconocidos por la autoridad en eneroy en parte pendientes de resolucin, advertimos que existe una gran similituden las cifras que corresponden a 1867, 1869 y 1880 en los casos Pinar del Ro,Guanajuay, San Cristbal, Crdenas, Guanbacoa y Sancti-Spiritus; se habanproducido descensos entre ligeros y del 25% en San Antonio de los Baos, Ja-ruco, Guanabacoa y Santiago de las Vegas. Contra toda lgica, en Matanzas elnmero de esclavos era la mitad de 1869 y un tercio de los declarados en 1867,lo que sita el fraude en uno de los principales ncleos del mundo azucarero.Los mayores retrocesos se producen en La Habana, Coln, Sagua la Grande,Cienfuegos, Trinidad, Puerto Prncipe y Santiago de Cuba, donde es muy pro-bable que se hubieran vendido esclavos a Occidente despus de iniciada laguerra. En Manzanillo y Guantnamo, en cambio, se mantenan niveles simi-lares en las diferentes fechas40 (Cuadro 2).

    El padrn de 1867 remitido por Prendergast en 1882 al Ministerio de Ultra-mar origin un verdadero terremoto. Era la primera vez que llegaba al gobier-no y no concordaba con los datos de los que ste dispona. Figuraban, como seha dicho, 402.167 esclavos mientras en el cuadro general de poblacin deCuba de 1869, que supuestamente parta del padrn de 1867, figuraban363.288; la reduccin en 38.879 esclavos dos aos despus presentaba algunosproblemas. Pero si los funcionarios hubieran aplicado una tasa de crecimientovegetativo negativa de 3,3% anual (infra) y hubieran evaluado las manumisio-nes en el 0,6% de media al ao, como registr La Sagra41, las cifras se hubie-

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    40 AHN, Ultramar, leg. 4884, n. 160. Los datos sobre Matanzas contrastan con el nivel deproduccin de la provincia, puestos de relieve por Bergad, 1990.

    41 La Sagra, 1862: 18. Las manumisiones entre 1851 y 1858 fueron 2.030 de media anual,un 0,56% de la poblacin esclava.

  • ran aproximado, con un desfase de unos 8.000 esclavos. La cuestin es que losnatalicios solo podan computarse hasta septiembre de 1868, por lo que lamortalidad tendra que haber sido en la dcada de 1860 mayor de lo supuesto

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    CUADRO 2. NMERO DE ESCLAVOS POR JURISDICCIONES EN LOS PADRONES Y CENSOS DE 1867,1869 Y 1880

    JURISDICCINPadrn de

    1867Censo de

    1869Padrn de

    1880Reclamosde 1880

    Padrnadicionalde 1871

    Pinar del Ro 15.107 15.947 9.066 5.787 291Guanajay 16.223 16.138 8.456 3.579San Cristbal 6.870 6.322 5.796 966Baha Honda 4.700 6.472 1.158 313Habana 24.862 29.919 9.477 2.924 95Gines 12.175 27.361 8.299 329S. Antonio de los Baos 11.562 9.993 7.779 818Jaruco 11.490 9.766 7.281 494Bejucal 6.351 5.690 3.528 224Guanabacoa 4.395 4.549 3.187 256 9Santiago de las Vegas 2.963 4.947 2.762 423Sta. Mara del Rosario 1.830 2.078 1.328 111Isla de Pinos 298 266 204 17 1Matanzas 49.586 31.621 10.872 439 3.919Crdenas 23.856 27.323 19.400 1.707 495Coln 41.622 33.957 26.716 623Santa Clara 10.714 6.930 3.385 744 31Sagua la Grande 25.395 18.384 14.026 1.800Cienfuegos 25.445 17.172 7.842 3.537Remedios 10.880 9.425 5.771 607Santcti-Spiritus 5.154 7.276 4.989 102 154Trinidad 11.198 9.493 6.416 86Puerto Prncipe 12.256 12.875 6.254 79 218Nuevitas 1.688 1.620 703 0Morn 650 394 285 7Santiago de Cuba 45.206 28.727 18.375 515 152Guantnamo 8.822 8.536 6.086 185Baracoa 1.539 1.584 978 40Holgun 4.620 3.873 2.375 16Manzanillo 1.891 1.820 1.622 10Bayamo 2.390 2.304 407 19Jiguan 429 566 118 1

    TOTAL 402.167 (a) 363.328 (a) 204.941 26.758 5.365

    (a) Se ha rectificado la suma puesto que el original est errado.Fuente: AHN, Ultramar, leg. 4884, n. 160.

  • para que la evolucin pudiera ser considerada natural. El censo de 1869, enconsecuencia, encerraba ocultaciones.

    El ministerio no comprenda que el padrn de enero de 1880 mencionara204.941 esclavos cuando el censo de 1877 consideraba que los esclavos dehecho eran 189.596 y los de derecho 196.909, con un exceso en el ltimo delos confeccionados de entre 15.345 y 8.032 esclavos. El ministro de Ultra-mar calificaba estas diferencias de error grave y reclamaba una investigacinque determinara si la informacin contena falsedades y si haba un delitopunible. El ministro que interinamente ocupaba el cargo en 1882 por ausen-cia del titular era el general Arsenio Martnez Campos, ministro de la Gue-rra, comprometido con las reformas durante su corto mandato presidencial(1879-80), que haba impulsado el proyecto de abolicin de 1880. MartnezCampos le recordaba al Capitn general que el decreto-ley de 1866 declarabalibres a las personas de color no empadronadas o inscritas, sin que se admi-ta prueba en contrario, y le instaba a averiguar los datos reales sobre el esta-do de la esclavitud42.

    Por real orden de 2 de septiembre de 1882 se dispuso que las Juntas Pro-tectoras de Libertos practicaran un recuento escrupuloso de los esclavos.El Gobernador general de Cuba reconocera cinco meses despus que lasJuntas haban cometido graves errores sobre el censo de 1867 en los casos deLa Habana, Matanzas, Santa Clara y Santiago, especialmente las tres ltimasjurisdicciones. El nuevo recuento rebajaba en 56.426 el nmero de esclavos,presuntamente contabilizados de forma equivocada en el documento de 1867que se haba hecho pblico en 1882. Era la manera ms sencilla de resolverel problema y de no crerselo con los hacendados: en lugar de admitir elenorme fraude cometido durante trece aos, bastaba con modificar el padrnde 1867 a la conveniencia de la situacin posterior. Una vez alterado el pa-drn de referencia, en Coln y Matanzas haba 10.000 esclavos menos; enCienfuegos y Sagua eran ms de 7.000 los deducidos, con una extraa coin-cidencia de guarismos; en Santiago la reduccin superaba los 13.000 (Cua-dro 3).

    Las modificaciones coinciden con las jurisdicciones donde se concentra-ban los ingenios azucareros, donde mayor poda ser la ocultacin a tenor delos intereses y el poder de los propietarios. El caso de Santiago, en cambio,apunta a la exportacin de esclavos a Occidente durante la guerra. Si en 1880casi todos estuvieron interesados en declarar las ocultaciones anteriores para

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    42 El Ministro de Ultramar al Capitn General de Cuba, 2 de septiembre de 1882, AHN,Ultramar, leg. 4884, n. 180.

  • evitar que las Juntas decretaran la libertad de los no inscritos, a finales de 1882la cuestin era la inversa, demostrar que no eran tantos los que se haban ocul-tado para evitar el enojo del poder; y pudo resolverse con un mero ejercicio deprestidigitacin estadstica que acercaba los datos pasados a lo que era la situa-

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    CENSOS LATO SENSU. LA ABOLICIN DE LA ESCLAVITUD Y EL NMERO ... 213

    CUADRO 3. RECTIFICACIN EN 1884 DEL PADRN DE ESCLAVOS DE 1867

    JURISDICCINPadrn de

    1867Padrn de 1867

    rectificado en 1884Rectificacin

    Pinar del Ro 15.107 15.107 =Guanajay 16.223 16.223 =San Cristbal 6.870 6.870 =Baha Honda 4.700 4.700 =Habana 24.862 21.923 2.939Gines 12.175 11.907 268S. Antonio de los Baos 11.562 10.393 1.169Jaruco 11.490 11.230 260Bejucal 6.351 6.075 276Guanabacoa 4.395 4.077 318Santiago de las Vegas 2.963 2.502 461Sta. Mara del Rosario 1.830 1.699 131Isla de Pinos 298 288 10Matanzas 49.586 39.479 10.107Crdenas 23.856 26.146 2.290Coln 41.622 30.052 11.570Santa Clara 10.714 7.692 2.022Sagua la Grande 25.395 20.484 7.381Cienfuegos 25.445 18.064 7.381Remedios 10.880 9.593 1.287Santcti-Spiritus 5.154 5.134 20Trinidad 11.198 10.468 730Puerto Prncipe 12.256 12.256 =Nuevitas 1.688 1.688 =Morn 650 650 =Santiago de Cuba 45.206 32.050 13.156Guantnamo 8.822 7.823 999Baracoa 1.539 1.539 =Holgun 4.620 4.719 99Manzanillo 1.891 1.891 =Bayamo 2.390 2.390 =Jiguan 429 629 200

    TOTAL 402.167 345.741 56.426

    Fuente: AHN, Ultramar, leg. 4884, n. 160.

  • cin presente o la de poco antes, sirvindonos, por lo tanto, de ndice del mo-vimiento que se haba producido.

    El Capitn general no encontr otra justificacin que atribuir todo a unaconfusin que dimanaba del uso de los resmenes de los registros. Aadatambin el traslado de esclavos entre jurisdicciones y, por ltimo, explicaba elexceso sobre el censo de 1877 porque muchos de los empadronados en enerode 1871 haban fallecido a causa de la guerra o porque se encontraban en elcampo enemigo43, sin dar otra precisin. Todas estas explicaciones resultabanpoco plausibles y parecen destinadas a cerrar el expediente. Si las instruccio-nes haban sido impartidas de manera errnea, el resultado se hubiera traslada-do a todas las jurisdicciones, pero no fue as: los errores se detectaron en 21 delas 32 en que se divida la isla. Los mayores cambios, conviene reiterarlo, seproducan en las jurisdicciones de las provincias de La Habana, Matanzas ySanta Clara, aqullas que concentraban la industria azucarera y la mayora delos esclavos.

    Lo haba expresado a la perfeccin el cnsul ingls al comentar la dificul-tad de conseguir estadsticas en Cuba, y mucho ms en un asunto de tan graninters como es la esclavitud sobre cuyo conjunto y detalles los hacendados,como clase, han hecho siempre lo posible por negar datos.

    Podemos encontrar otras explicaciones al baile de cifras que con carcterretroactivo revisaba el censo de 1867. El 11 de septiembre de 1882, nueve dasdespus de dictar la orden del recuento escrupuloso, Martnez Campos, mi-nistro de la Guerra en el gabinete de Sagasta, ces en la interinidad de Ultra-mar al reasumir sus funciones su titular, Fernando Len y Castillo. En enerosiguiente Sagasta sustitua a ste por Gaspar Nez de Arce. El 8 de febrero de1883 el Consejo de Ministros, a propuesta del ministro de Ultramar, acordabadeclarar libres a todos los individuos no comprendidos en el censo de 1867,dejando sin efecto rdenes en contrario44. Un da ms tarde se remita a LaHabana un comunicado donde el negociado oportuno reconoca probada larealidad del censo de 1867. Era la primera confirmacin sobre la validez deaquel documento, sin atender las explicaciones ridculas de Luis de Prender-gast, marqus de la Victoria de las Tunas, un perfecto tunante que sera desti-tuido en agosto. A la vez que en el ministerio aceptaban las cifras de 1867, sereconoca que los libros con los registros por jurisdicciones haban desapareci-do. La consecuencia, segn los clculos realizados, era que se estaba privandoinjustamente de libertad a ms de 40.000 esclavos. El ministerio aada un

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    43 Gobierno General de Cuba, 5 de febrero de 1883, AHN, Ultramar, leg. 4884, n. 219.44 Telegrama al Gobernador y Capitn general de Cuba, AHN, Ultramar, leg. 4884,

    n. 190.

  • segundo dato: se ignoraba el paradero de 20.000 emancipados que figuraban alformarse el censo de 1867. En ambos casos corresponda a una libertad irrevo-cable. El ministro conceda quince das a los patronos para justificar la condi-cin de sus patrocinados, aportando las cdulas del padrn cuando no se con-servaran los datos oficiales; de no poder acreditarlo en justo ttulo, sus escla-vos seran declarados libres y exentos de patronato, sin tener que justificarel contrato de trabajo que exiga la ley de 1880, pues no estaban incluidos enella. La resolucin la llevaba a cabo el Gobierno despus de consultar al Con-sejo de Estado. En la explicacin de su proceder, el Consejo de Ministros con-sideraba que el Gobierno General de Cuba, en un momento que no poda serprecisado, a la vista de los efectos del censo de 1867 haba suspendido la tra-mitacin de los expedientes y se haba desentendido de aplicar la legislacinanterior a 1880, que obligaba a declarar la libertad de decenas de miles de es-clavos. La gravedad del asunto exiga una investigacin sobre la desaparicinde los datos del censo, de los libros de las jurisdicciones que ha privado de lalibertad a muchos miles de hombres45.

    El episodio, contra lo que pudiera parecer por la firmeza del Gobierno, noestaba resuelto. Y la firmeza result ms aparente que real. En mayo siguien-te el presidente del Crculo de Hacendados, el conde de Casa Mor, dirigauna exposicin al ministerio en la que expresaba el malestar que haba causa-do el decreto de 8 de marzo, el dictamen del Consejo de Estado y las instruc-ciones cursadas para hacer cumplir aqul. Casa Mor, que tan buenos servi-cios haba prestado a la metrpoli al favorecer la aprobacin de la ley de1880 cuando sus colegas del Crculo se preparaban para resistirlo, restabavalor al censo de 1867 que, segn deca, no obedeci a un plan de emancipa-cin sino al deseo del gobierno de sellar la trata y quiso un dato estadsticode la esclavitud. Pero de eso se hablaba!, de un dato estadstico que refleja-ra el nmero de esclavos, y el nmero deba ser el mismo si quera levantarseacta de los que haba en la isla con la finalidad de demostrar que no eran de-sembarcados ms africanos y si cifras y nombres cuestin de identidadque se pierde en los guarismos hubieran servido para acometer la aboli-cin. Casa Mor, como los economistas ms cnicos, entenda la estadsticacomo un indicador acomodaticio. Y en una exposicin de transparencia cris-talina, solicitaba seis meses en lugar de quince das para hacer las comproba-ciones y acababa justificando el aplazamiento del trmite con un argumentoque supona reconocer la amplitud del fraude y tambin el uso de los escla-

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    45 Comunicado del Ministro de Ultramar al Gobierno General de Cuba de 9 de abril de1883. Documento impreso, AHN, Ultramar, leg. 4884, n. 191.

  • vos retenidos de manera irregular: la ausencia de brazos para reemplazar alos que quedaran libres46.

    El ministerio atendi las peticiones de los hacendados y la moratoria deseis meses para justificar sus derechos, acordando que el Decreto de 9 de fe-brero comenzara a ejecutarse el 30 de septiembre de 188347. La rectificacinllevada a cabo a continuacin con carcter retroactivo acabara siendo acepta-da por Cnovas de Castillo, presidente del gobierno desde enero de 1884, tancercano a los intereses esclavistas...

    Pero volvamos sobre la evolucin de los censos y su fiabilidad estadstica.El nmero de esclavos en un momento determinado (E) no poda ser distintodel resultado que ofreca la siguiente operacin: adicin de africanos bozales(AB) al nmero de esclavos registrados en el ltimo censo (Euc), crecimientovegetativo (CV) y deduccin de manumisiones (M). La frmula es la siguien-te: E = Euc + AB + CV M.

    El nmero de africanos introducidos a partir de 1861 es difcil de estable-cer. Tampoco es sencillo fijar los dems factores. Pero no renunciamos a inten-tarlo. A medida que se avanza hacia el final de la trata la informacin sobreembarcaciones y desembarcos se hace menos accesible. El acuerdo entre losEstados Unidos y Gran Bretaa de 1862 hizo que los negreros tomaran msprecauciones. La investigacin ms amplia llevada a cabo hasta el presenteconstata el desembarco en Cuba de 46.135 africanos entre 1861 y 186648. Se-gn estos ltimos clculos, de una media de 17.149 desembarcados por ao enel lustro 1856-1860 se pas a la mitad en el periodo 1861-1865; el descenso a722 en 1866 tal vez dos expediciones es poco creble y hubiera hechocasi innecesario el convenio anglo-americano suscrito al ao siguiente, pues latrata casi estara extinguida por s misma. El descenso es demasiado brusco sinos atenemos a la demanda de mano de obra que exista, insuficientemente sa-tisfecha con la entrada de asiticos, a pesar de su gran incremento: 16.822 en1861-1865 y 40.909 en 1866-187049. Advirtase que la suma de la media anualde asiticos a los africanos verificados ofrece un total cercano a las entradasregulares de bozales de la segunda mitad de los aos 1850, pero est todavaun 18% por debajo de aquellas cifras. Los precios de los esclavos hubieran de-

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    46 Exposicin al Ministro de Ultramar del Conde de Casa Mor como presidente delCrculo de Hacendados, 12 de mayo de 1883, AHN, Ultramar, leg. 4884, n. 191.

    47 Telegrama del Ministro de Ultramar, 13 de junio de 1883, AHN, Ultramar, leg. 4884,n. 250.

    48 Eltis, Behrendt, Richardson y Klein, 1999, 2008 ss. Vase tambin Eltis, 1987.49 Prez de la Riva, 1975: 471. Sobre el trfico de asiticos, Prez de la Riva, 2000; Na-

    ranjo y Balboa, 8 (Chetumal, 1999).

  • bido experimentar un alza que no tuvo lugar hasta 1870, cuando se combina-ron varios factores: la extincin de la trata regular, la reduccin del monto porla guerra y por la Ley Moret, y la subida del precio del azcar que llev a in-crementar la produccin por todos los medios, donde el factor trabajo era elesencial.

    Al igual que ha sucedido con las fuentes estadsticas britnicas, la base dedatos The Trans-Atlantic Slave Trade, la ms completa y detallada, una fuenteinsustituible, habr de ser tomada con cautela, como lo que es: cifras mnimasconstatadas. A partir de 1861 el comercio ilegal de africanos se hizo ms clan-destino; en consecuencia, fue ms opaco el movimiento de las embarcacionesque lo llevaba a cabo. Es la etapa en la que mayores son las divergencias esta-dsticas, en la trata y en los censos de poblacin. Las estimaciones del ForeignOffice, de las que se hizo eco el estudio clsico de Philip D. Curtin, mencionan49.532 desembarcados en los aos de 1861 a 1864. Combinando fuentes, esti-maciones y proyecciones, Curtin proporciona la cifra de 61.500 africanos lle-vados a Cuba de 1861 a 1870, desglosando los datos, 55.312 hasta 1867, enque sigue habiendo constancia de la trata50. Tomando las mismas fuentes,Alonso lvarez ha sumado 48.208 esclavos; la diferencia con Curtin es queentre 1865 y 1867 reconoce 8.03151. De admitirse la informacin de Curtinpara los primeros aos y la de Alonso para los ltimos, prescindiendo de pro-yecciones, tendramos 57.563 esclavos desembarcados entre 1861 y 1867,suma que tentativamente aceptaremos en nuestro estudio.

    Los clculos sobre crecimiento vegetativo no son mucho ms concluyen-tes. Moreno Fraginals seal que en la etapa 1856-1860 la relacin entre tasasde natalidad y de mortalidad bruta en la poblacin esclava arrojaba un decreci-miento vegetativo medio del 3,3% para un conjunto de ingenios azucareros dela zona occidental de la isla52. No parece excesiva, pero a tenor de la mortali-dad estimada para la poca, la natalidad deba estar cercana al 3,7%, lo queofrece dudas53. Del nmero de bautizados entre septiembre de 1868 y finales

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    50 Curtin, 1969: 39, 43 y 234. Una discusin de las fuentes en Murray, vol. 3, No. 2 (Cam-bridge, 1971). Prez de la Riva seal hace tiempo que el ltimo alijo negrero fue apresado enmayo de 1873, y de l dio cuenta la Gaceta de La Habana, ofreciendo el lugar de arribo y losnombres de los armadores y de los cmplices. En cualquier caso, seran declarados libres con-forme a la ley de 1870.

    51 Alonso lvarez, LI-2 (Sevilla, 1984): 84.52 Moreno Fraginals, 1978, II: 88. El autor no respalda con referencias documentales la

    conclusin; la fuente del cuadro que cita el dato remite a un apndice estadstico no incluido enel libro. Pero la cifra que proporciona es similar a la que Higman ofrece para Jamaica en el si-glo XVIII, un decrecimiento entre el 3 y el 3% anual. Vase Kiple, 1984: 106.

    53 La Sagra: 1861: 65, llam la atencin sobre la baja fecundidad de la poblacin esclava

  • de 1872 en la dicesis de La Habana, 18.993 (una media de 4.469 al ao), jus-to cuando ms inters podan tener los padres por inscribir a los nacidos, sepodra deducir una tasa de natalidad aproximada del 1,5% en relacin con losesclavos censados en el departamento occidental54, una vez descontados losfallecidos durante el parto y las primeras semanas del neonato. Eblen, paraunas dcadas antes, calcul que en las primeras semanas de vida la mortalidadinfantil en Cuba poda alcanzar entre el 45 y el 50%55. Hacia 1872 habra desa-parecido una parte del problema sealado en 1860 por La Sagra, el grave de-fecto de los censos cubanos que presentaban los bautismos de la clase esclavaen lugar y como equivalente de los nacimientos, pues no tenan en cuentacomo apunt en 1831 la existencia de bautizados adultos de procedenciaafricana, pero al estimar la fecundidad persista la confusin de los fallecidosen el momento del alumbramiento y de los nacidos muertos56.

    Las manumisiones deben sumarse al nmero de negros y mulatos libres,junto a su crecimiento vegetativo natural. Al observar la evolucin de lapoblacin libre de color comprobamos que tuvo incrementos bastantemodestos, teniendo en consideracin las emancipaciones habidas por efectode la Ley Moret, las manumisiones y coartaciones: la poblacin libre de co-lor creci en 33.551 personas entre los censos de 1869 y 1877, lo que de-muestra una vez ms los errores del segundo documento, pues en ese periodoun mnimo de 41.140 esclavos haban accedido a la libertad y existen in-dicios de una mejora en las tasas del crecimiento vegetativo de la poblacinlibre.

    Una aplicacin terica de la ecuacin antes citada ofrecera el siguientecmputo: a los 370.553 esclavos de 1861 incorporamos 57.563 africanos; ad-mitimos provisionalmente un decrecimiento natural 3,3% y una manumisindel 0,6%; el resultado se sita por encima de los 400.000 esclavos, el padrnaceptado por el ministerio de Ultramar. Para que el padrn de 1867 rectificadoen 1884 fuera correcto, las tasas de manumisin tendran que haber sido del

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    debido a causas fisiolgicas y sociales, y el elevado ndice de abortos, preferido por las madresa la condicin esclava que espera a sus hijos. No especifica ms, pero destaca la elevada des-proporcin de varones sobre mujeres, las condiciones de la plantacin y las bajas tasas de ma-trimonio (8,2%). La historiografa moderna ha subrayado los dos primeros aspectos, la malnu-tricin y las enfermedades, y la modificacin de las pautas de procedencia. Kiple, 1984:104-119. Un resumen del debate sobre los patrones de reproduccin en sociedades de planta-cin en Tadman, vol. 105, n. 5 (Chicago, December 2000).

    54 En Sedano, 1873, 153 y 156.55 Eblen, 1975: 211-247.56 La Sagra: 1862: 21. El autor califica de proporciones monstruosas la comparacin

    del nmero de nacimientos y de defunciones en la poblacin esclava (23). La Sagra: 1831: 18.

  • 17%, fuera de toda medida posible, o el decrecimiento vegetativo tendra quehaber sido varias veces el indicado, o no hubieran sido desembarcados ni lamitad de los sealados en la base de datos de Eltis, Behrendt, Richardson yKlein. En suma, los clculos demogrficos ms elementales desautorizan la re-visin retroactiva efectuada en 1884 del censo de 1867. Por el contrario, la co-rrelacin entre el censo de 1867 y el padrn de 1880 queda corroborada porlos indicadores demogrficos, cosa que no sucede con los censos de 1869 y1877 y el recuento de 1879. No significa que sean exactos, sino que su preci-sin o grado de ocultacin es similar en los dos casos, lo que los convierte enverosmiles.

    El mismo ejercicio de introducir una determinada tasa de manumisin y undeterminado decrecimiento vegetativo aade un problema nuevo si damos porvlidos los recuentos de 1861 y 1867: hemos de deducir que los desembarcosde africanos entre ambas fechas necesariamente hubo de ser superior a los57.563 estimados, pues el decrecimiento vegetativo y la manumisin que su-man el 3,9% lo hemos aplicado sobre la suma de esa cantidad a los esclavoscensados en la primera fecha, cuando la deduccin debe ser anual. Caben tresposibilidades: a) que el nmero inicial fuera significativamente superior,b) que las tasas de mortalidad y natalidad tuvieran un signo resultante positivoo c) que el nmero de inmigrantes forzados fuera ms elevado. Todo es posi-ble, pero nos inclinamos por una combinacin de lo primero y lo tercero comoprobabilidad ms adecuada. Prez de la Riva consider que en esos siete aos,desde una perspectiva demogrfica, debieron entrar 74.278 africanos y otros26.000 hasta 1873 para explicar el nmero de esclavos que figuran en loscensos57. Su propuesta ha merecido una atencin escasa y es de lamentar quela demografa histrica sobre la esclavitud en Cuba haya carecido de continui-dad. Esos 100.000 esclavos nuevos llegados de frica, de los Estados Uni-dos antes de la cada del Sur o de las islas prximas, holandesas y danesas,donde entre 1863 y 1866 se acometi la abolicin hubieran sido necesarios,en lugar de los 57.563 estimados, para explicar la evolucin entre 1861 y1867, y podran ser algo menos solo si la natalidad hubiera sido ms elevadade lo que se considera y las manumisiones algo inferiores a la hiptesis quehemos manejado.

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    57 Prez de la Riva, 1976: 138.

  • APROVECHANDO HASTA EL LTIMO MOMENTO LA FUERZA ESCLAVA

    Entre 1880 y junio de 1886 fueron puestos en libertad 120.253 patrocina-dos. En esta ltima fecha se registraban todava 25.381, antes de la abolicindefinitiva de 7 de octubre de 1886. Se desconoce en qu medida se aplic laReal Orden de 9 de febrero de 1883 que declaraba libres a los patrocinadosno inscritos en los padrones y recuentos de 1867 o de 1871, segn lo habanprevisto los artculos 27, 30 y 34 del Reglamento para la ejecucin de la LeyMoret de 5 de agosto de 1872. De los 70.000 esclavos que supuestamente nohaban sido inscritos en 1871, el monto de los que en 1883 permanecan enesclavitud se cifr en 40.000. Descontados los fallecidos, la emancipacin delos restantes se habra realizado de manera paulatina, sin excluir ocultamien-tos y fraudes. Los resmenes anuales de libertos no los comprendieron por-que no entraban en los supuestos de la Ley de 1880 en la medida que statransformaba en patrocinados a los siervos inscritos en el censo de 1871,circunstancia en la que no se encontraban. Esos 40.000 estn perdidospara la historia.

    Ignoramos, asimismo, cuntos patrocinados fallecieron entre 1880 y1886 antes de ganar la libertad y cuntos de los 25.381 censados en junio de1886 llegaron con vida al mes de octubre en que se declar suprimida la pe-culiar institucin. Es sorprendente pero ninguna fuente y ningn estudio delos que conocemos ha reparado en esta extraa circunstancia:58 el meroanuncio y la puesta en marcha del proceso de extincin de la esclavitud ha-bra obrado el milagro de mantener con vida durante unos aos a la totalidadde los que estaban en condiciones de obtener la libertad, algo para lo quequiz tenga una explicacin la fe, pero es estadsticamente imposible, ade-ms de desmentirlo la informacin parcial que tenemos de los distintos inge-nios.

    La introduccin del factor mortalidad en la evolucin de la poblacin es-clava, de otra parte, acude en respaldo de la validez del censo de 1880. Hemosconfeccionado una tabla de cuatro comunas (Cuadro 4). En las dos primerasincluimos los datos oficiales de patrocinados en determinadas fechas y de loslibertos; hemos aadido un cupo en 1883, del que a continuacin daremoscuenta, y registramos los 25.000 patrocinados, nmero redondo, que se men-ciona como los ltimos que permanecan en el patronato cuando se anticipa suextincin dos aos, en 1886. La ltima columna toma como punto de partida

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    58 Iglesias, 1986: 80, representa una excepcin al establecer una comparacin entre el n-mero de esclavos reconocidos en 1877 y los patrocinados que accedieron a la libertad.

  • el padrn de 1880, incluidos los pendientes de regularizacin, a los que anual-mente vamos deduciendo el nmero de libertos admitidos y aplicamos unatasa de mortalidad anual sobre los que quedan en cautividad, para llegar a lacifra conocida de unos 25.400 patrocinados, en nuestra estimacin apenas unpoco superior.

    Para hacer este clculo se ha considerado una mortalidad anual del 5%.Hemos de precisar que nuestro clculo es una estimacin a partir de conjetu-ras, referencias indirectas y comparativas. Existe una amplia coincidencia en-tre los autores al reconocer que las duras condiciones de trabajo en la tempora-da de la zafra, una mortalidad infantil extraordinaria y las apreciables tasas desuicidio, mantuvieron las defunciones en niveles elevados hasta el punto desuperar ampliamente el crecimiento vegetativo, lastrado por la desproporcinentre varones y mujeres y la ausencia de una tradicin de crianza de esclavosdebido a la facilidad con la que eran importados y su demanda continua paratareas productivas59. Moreno Fraginals sita la tasa de mortalidad bruta para1860 en el 6,1%.60 Lev Marrero, citando al cnsul ingls de La Habana men-ciona el 5% por esa misma fecha61. Prez de la Riva, que destaca una sobre-mortalidad inherente a la esclavitud de plantacin, estim en un 7% la morta-lidad entre los esclavos en el primer tercio de los aos 1870, con tendencia a

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    59 Marrero, 1978, I: 1-2.60 Moreno Fraginals, 1978, II: 88.61 Marrero, 1978, I: 119.

    CUADRO 4. EL PROCESO DE EMANCIPACIN DE LOS ESCLAVOS (1880-1886)

    AosPatrocinados.Cifras oficiales

    Nmerode libertos

    Muertes anuales(estimacin) (a)

    Patrocinados(estimacin) (a)

    1880 231.6991880-1881 6.366 11.585 213.7481881-1882 10.249 10.687 192.8121882-1883 99.566 17.418 9.640 165.754

    1883 (b) 40.000 (b) 125.7541883-1884 26.517 6.288 92.9491884-1885 53.381 34.288 4.647 54.0141885-1886 25.381 25.415 2.701 25.898

    1886 25.381

    Total 185.253 45.548

    (a) Estimacin propia.(b) Estimacin oficial (Real Orden de 9 febrero de 1883).Fuente: Columnas I y II: AHN, Ultramar, leg. 4884, n. 176.

  • aumentar respecto a la dcada anterior, que sita en el 6% desde aproximada-mente 185062.

    Para terminar de situar la cuestin hay que hacer algunas consideracionesadicionales: dejaremos a un lado la poltica de buen trato hacia los esclavosproclamada por hacendados como Juan Poey y suscrita por la Academia dede Ciencias Mdicas en 1863 con burdos argumentos63, que supuestamentese introduce en ciertos ingenios en los aos cincuenta y habra llevado a cuidarla inversin y extraer el mximo provecho a largo plazo64; nos detendremos enque la mortalidad en el negro bozal, del recin llegado en general, era superiora la del criollo entre un 2,5 y un 3,5%, por lo que la llegada masiva de africa-nos entre 1859 y 1865 debi incidir en las tasas de mortalidad con la conse-cuencia indicada, corrigiendo los efectos de la anterior tendencia, al menos poruna dcada.

    El censo de 1877 distingue entre los fallecimientos de la poblacin libre yesclava. Segn esta fuente, la tasa media de mortalidad de los esclavos eradel 1,93% en la isla; en la provincia de Matanzas, donde se concentra la mi-tad de los trabajadores azucareros, la tasa se eleva al 2,6%65. El censo vuelveen este punto a distanciarse de los hechos conocidos. Disponemos de una in-formacin mucho ms precisa, oficial y reservada, que en enero de 1876obraba en poder del Capitn general. Conforme a estos datos estadsticos, enlos primeros aos de aplicacin de la Ley Moret la mortalidad esclava se si-tuaba en un mnimo del 6,2%66. Podemos admitir que fue retrocediendo a lolargo de la dcada a medida que las dotaciones se desprendan de la pobla-cin de mayor edad, pero no descendi tanto como para desaparecer en la si-guiente dcada. De modo que un 5% anual parece una estimacin bastanterazonable que viene a corresponderse con las deducciones del padrn de1880, esto es, a la diferencia entre las cifras recogidas por este documento y

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    62 Prez de la Riva, 1976: 116 y 139. En extenso, sobre las causas de la mortalidad esclavapor edades y sexo en el Caribe, Kiple, 1984.

    63 Valds Aguirre, 1873: 15-17.64 Los datos estadsticos de Eblen, 1975, desmienten, por ejemplo, que se hubiera traduci-

    do en mayores tasas de fecundidad y en un incremento significativo del crecimiento natural.65 Cit. en Parliamentary Papers, Consular Reports. Spain, Havana. Report by Consul-Ge-

    neral of the Island of Cuba for the Year 1879: 1814.66 Datos estadsticos reunidos el 4 de enero de 1876, AHN, Ultramar, leg. 4883, n. 1.

    Clculo a partir del nmero de fallecidos declarado sobre el total de esclavos reconocidos en1871. El censo, bastante incompleto, obligara a modificar a la baja la tasa de mortalidad quehemos indicado, pero no es menos cierto que no todos los fallecidos eran declarados y que semantena la costumbre de sustituir la identidad de los censados muertos por quienes no estabantodava registrados.

  • el nmero de patrocinados a los que se concedi la libertad hasta 1886. Porltimo, si tenemos en cuenta que la mortalidad media de la ciudad de La Ha-bana entre 1880 y 1886 estuvo en el 4%67, no parece exagerada la cifra queadelantamos como valor indicativo.

    Las autoridades reunieron peridicamente informacin sobre la evolucindel patronato y las modalidades por las que iba cesando por aos a contar des-de la promulgacin de la Ley y la aprobacin del reglamento de ejecucin. Enesa informacin no se contempl los 40.000 liberados por el decreto de 1883(Cuadro 5).

    Pero el nmero de esclavos de 1880, 231.699, distaba de correspondersecon la suma de libertos al final del proceso, en 1886. Cul fue el destino de ladiferencia entre ambas magnitudes? Conforme a nuestros clculos, el falleci-miento fue el primer factor que condujo a extinguir la condicin del patrocina-do (19,7% de los casos); la decisin poltica de 1883 represent el 17,3% delas liberaciones. El 63% restante accedi a la libertad conforme a los supues-tos de la ley: el 11% por edades decrecientes desde 1884; otro 11% por el de-creto que anticipa el final de la institucin; el recurso a la manumisin previstapor las leyes civiles y penales represent el 6%, un volumen especialmenteelevado para lo que era habitual por causas que a continuacin se comentan; elincumplimiento de las obligaciones impuestas al patrono, por lo comn el im-pago al patrocinado, ocupan un lugar discreto en el cuadro (3,2%). La renun-cia del patrono se mantuvo constante durante el periodo sin ser demasiado re-

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    67 Le-Roy, 1913: 6.

    CUADRO 5. CONDICIONES DE LA EMANCIPACIN DE PATROCINADOS

    1880-1881

    1881-1882

    1882-1883

    1883-1884

    1884-1885

    1885-1886

    1886 TOTAL

    acuerdo con el patrocinado 3.476 6.954 9.453 7.360 7.859 35.102renuncia del patrono 3.229 3.714 3.925 4.405 3.553 18.826indemnizacin por servicios 2.001 3.341 3.452 2.459 1.750 13.003faltar el patrono a deberes 406 1.596 1.764 2.431 1.226 7.423otras causas (manumisin) 1.137 1.813 7.923 2.514 837 14.2244. parte por edades 15.119 10.190 25.309Sin especificar 6.366 6.366Decreto supresin Patronato 25.381 25.381

    Total 6.366 10.249 17.418 26.517 34.288 25.415 25.381 145.634

    Fuente: AHN, Ultramar, leg. 4884, n. 176.

  • levante (8,2%) pero es indicativa de dificultades crecientes y de la utilidad deanticipar un proceso irreversible. El acuerdo entre las partes tercer factor decese del patronato fue en aumento a medida que avanzaba el patronato y elpatrono poda hallarse interesado en fijar la mano de obra a cambio de antici-par la libertad. En suma, aproximadamente 34.650 patrocinados intervinieronde manera activa en su emancipacin mediante la compra de su libertad enservicios y en metlico o lograron denunciar el impago de haberes: represen-tan el 18,6% de los emancipados y el 15% del censo de 1880.

    El cnsul Carden, a partir de los datos disponibles sobre la aplicacin de laley de patronato en el ao 1881-1882, apuntaba una serie de consideracionesinteresantes. Estimaba, as, que las emancipaciones haban sido ms numero-sas en las grandes poblaciones y sus inmediaciones, entre criados y artesanos,que en el campo. Mientras en las pequeas Juntas locales de libertos predomi-naban los hacendados, que al parecer velaban por sus intereses dificultando lasacciones externas, en las ciudades haba proliferado un nuevo tipo de agente,que hace su negocio averiguando y aun promoviendo disgustos entre el amoy el esclavo y ayuda a este en las Juntas. Ante esta ltima situacin, en mu-chos casos el amo, aun teniendo razn, se satisface para evitar incomodidades,dando libertad a sus esclavos. En la ciudad, nos dice, los esclavos trabajabanmenos y eran menos dciles. En el campo, por el contrario, se adverta la ten-dencia de muchos esclavos a permanecer en su lugar, a no ser obligado porun tratamiento muy duro. Carden sealaba un motivo de arraigo en la pose-sin por los negros, en todos los ingenios, de pequeas porciones de tierradonde cultivaban vegetales y criaban aves y cerdos que muchas [veces] ven-den a sus mismos amos. Sin duda, el cnsul estaba ms familiarizado con lavida urbana que con el medio rural e idealizaba una situacin que no era tanidlica, como lo prueban las huidas o la intensificacin de las medidas de vigi-lancia. Fruto de esa actividad agrcola en manos de los esclavos, raro era el in-genio, dice, que los negros industriosos no tengan 50 100 pesos ahorrados;unido al salario que haban comenzado a percibir los patrocinados, de no ser,reitera, por la costumbre y otras causas, muchos estaran en condiciones deaprovechar sus recursos para comprar la libertad, lo cual es ms fcil cadaao, y por esto me inclino a creer que el no hacerlo con ms frecuencia pruebaque en general se les trata bien68. Carden se nos revela, finalmente, como unabolicionista bastante moderado e incluso muy condescendiente con los ha-cendados y demasiado comprensivo hacia la esclavitud.

    Revista de Indias, 2011, vol. LXXI, n. 251, 193-230, ISSN: 0034-8341doi:10.3989/revindias.2011.008

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    68 Comercio de esclavos. Memoria del representante Cnsul General Carden, AHN,Ultramar, leg. 4884, n. 183.

  • El cnsul britnico Arthur Crowe afirmaba en 1884 que la emancipacinde los esclavos o patrocinados progresa regular y satisfactoriamente. Hacatiempo que la cuestin de la esclavitud haba dejado de preocupar a las autori-dades inglesas y los informes diplomticos centraban la atencin en la capaci-dad que Espaa y Cuba podan desplegar para captar trabajadores sustitutos,una vez pareca que el suministro chino haba cesado y que la descomposicindel sistema haba llegado a sus ltimas consecuencias: tan leve es ahora elpoder de amo deca, y tan pequeo el valor de los esclavos, que reclamaahora su libertad sobre el pago de 96 dlares oro para hombres sanos y 94 paralas mujeres; y aade: el precio disminuye en una proporcin correspondien-te al plazo de vencimiento de su servidumbre. Todava calculaba a finales de1884 que haba 80.000 esclavos-patrocinados, pero para entonces los destina-dos al trabajo agrcola en los ingenios azucareros no superaba el nmero de30.000; en los ingenios se empleaba a la vez trabajo libre y servil. Para enton-ces, la depresin de los precios del azcar y del comercio internacional ame-nazaba con retrasar el proceso, cuando era del mayor provecho acelerarlo ydesprenderse de unas manos intiles en las actuales circunstancias69. Muyprobablemente los propietarios, una parte significativa, llegaron a la mismaconclusin que Mr. Crowe, y en medio del retroceso del negocio azucarero semostraron ms proclives a llegar a acuerdos con los esclavos-patrocinados elmismo ao en que entraba en vigor la clusula de la ley que conduca a liberara los siervos en cuartas partes. Esa perspectiva ayuda a entender que en1883-1884 la emancipacin por acuerdo con el patrocinado se incrementara enun 36% respecto al ao anterior y que las manumisiones se multiplicaran porcuatro, a la vez que las ventas de cartas de libertad perdieran atractivo a la vis-ta del bajo precio que se pagaba. La ley de 1880, adems, facilitaba la consu-macin de la coartacin al admitir el pago de lo que restare entre lo que tuvie-ran dado y el clculo de la indemnizacin por servicios. La predisposicin delpatrono a entenderse con el patrocinado dio un vuelco el mismo ao en que sehunda el precio del azcar, en vsperas de que entrara en vigor la modalidadde libertad por cuartas partes de la dotacin.

    Desconocemos cuntos de los 53.920