libro 7º vocacion universal: el amor · 1 libro 7º . vocacion universal: el amor (o : acta...

23
1 Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL”) Introducción Nos fuimos, sí, pero hemos regresado. Somos Lecheimiel y yo, su amigo y amanuense. Yo, el amanuense, os digo que Lecheimiel es un verdadero ángel del Amor. Vale decir que es un ángel especial de la Corte Celestial, que vela espe- cialmente por los que nos sentimos enamorados de por vida. ¡Y de la Vida ! Somos amantes de la Vida, aunque Lecheimiel esté muerto ya para este plano, aparentemente, porque vive en mi propio corazón de amanuense inquie- to, al que llama “su cielo”. Y aunque yo mismo, “su cielo”, esté un poco cansado de vivir con mis achaques y mi ciego caminar sin rumbo, lejos del hogar donde me espera – dentro de poco, según me ha dicho–, Lecheimiel para celebrar conmigo y con otros muchos amigos y viejos conocidos el día de mi fiesta. Y aunque me encuentre, pues, un poco aburrido del lento peregrinar de mis cortos pasos, –encerrado como estoy entre cuatro paredes–, desde la puerta de mi ermita, adonde llaman ocasionalmente los que pasan más hambre que yo, o también, de vez en cuando, los hartos de sensaciones que buscan una más al visitar mi cabaña, que promete novedades insólitas…, hasta la ventana por donde yo vislumbro el Cosmos de los eternamente insatisfechos. Y el Cosmos de los limpios y de los no tan limpios de Corazón. Y el Cosmos de los animalitos más o menos salvajes. Y el Cosmos de las hierbas y de las flores. Y el Cosmos de los vacíos excursionistas que no saben bien dónde parar. En esta ermita, que hemos convertido, él y yo, en los talleres de Lechei- miel, hermanos, donde el Sol derrama su alegría, en forma de energía eléctrica para que podamos seguir escribiendo para vosotros, incluso cuando las nubes que llueven lágrimas de dolor lo empañan temporalmente. Desde esta ermita se riegan todas las flores del amor que inundan toda la Tierra imaginada.

Upload: dinhminh

Post on 15-Oct-2018

242 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

1

Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR

(o : ACTA FUNDACIONAL DE “EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL”)

Introducción Nos fuimos, sí, pero hemos regresado. Somos Lecheimiel y yo, su amigo y amanuense. Yo, el amanuense, os digo que Lecheimiel es un verdadero ángel del

Amor. Vale decir que es un ángel especial de la Corte Celestial, que vela espe-cialmente por los que nos sentimos enamorados de por vida.

¡Y de la Vida ! Somos amantes de la Vida, aunque Lecheimiel esté muerto ya para este

plano, aparentemente, porque vive en mi propio corazón de amanuense inquie-to, al que llama “su cielo”.

Y aunque yo mismo, “su cielo”, esté un poco cansado de vivir con mis achaques y mi ciego caminar sin rumbo, lejos del hogar donde me espera –dentro de poco, según me ha dicho–, Lecheimiel para celebrar conmigo y con otros muchos amigos y viejos conocidos el día de mi fiesta.

Y aunque me encuentre, pues, un poco aburrido del lento peregrinar de mis cortos pasos, –encerrado como estoy entre cuatro paredes–, desde la puerta de mi ermita, adonde llaman ocasionalmente los que pasan más hambre que yo, o también, de vez en cuando, los hartos de sensaciones que buscan una más al visitar mi cabaña, que promete novedades insólitas…, hasta la ventana por donde yo vislumbro el Cosmos de los eternamente insatisfechos.

Y el Cosmos de los limpios y de los no tan limpios de Corazón. Y el Cosmos de los animalitos más o menos salvajes. Y el Cosmos de las hierbas y de las flores. Y el Cosmos de los vacíos excursionistas que no saben bien dónde parar. En esta ermita, que hemos convertido, él y yo, en los talleres de Lechei-

miel, hermanos, donde el Sol derrama su alegría, en forma de energía eléctrica para que podamos seguir escribiendo para vosotros, incluso cuando las nubes que llueven lágrimas de dolor lo empañan temporalmente.

Desde esta ermita se riegan todas las flores del amor que inundan toda la Tierra imaginada.

Page 2: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

2

Desde aquí hacemos la Eucaristía para enlazar a los niños con los viejos en un mismo destino.

Celebramos matrimonios entre parejas formales o informales, y conme-moramos las bodas de plata, incluso las de oro, de los curtidos en el amor.

Aquí, Lecheimiel y yo, bautizamos con ternura a todas las criaturas que no rechazan la conciencia crística, aunque tal vez puedan rechazar el nombre manoseado y devaluado de “Cristianos”.

Desde este lugar privilegiado escuchamos los lamentos estériles de los y las que piden más y más vocaciones para “su” Iglesia, que, –dicen–, es la Igle-sia de Cristo.

Y se nos ha ocurrido esta mañana, –en que miembros precisamente de

mi Orden y de la Orden a la que perteneció Lecheimiel, en los años floridos de su formación, celebraban no sé qué reuniones para paliar esa según ellos terri-ble sequía de vocaciones–, se nos ha ocurrido, digo, a mi ángel y a mí, iniciar este escrito, acerca de la única urgente necesidad de vocacionar a la Humani-dad, –que no a “la Iglesia”, una más de sus sectas–, al Amor Universal, que es el que ha de hacer el trabajo de maduración y recolección, allí donde lo requiere la mies.

Dicho lo cual, creo que no hay mucho más que añadir a esta introducción, si bien para mí, el amanuense, es tanto una necesidad como un placer el invo-car con todo el corazón la asistencia inspiradora, incluso diría la inspiración física del pensamiento de Lecheimiel, en cuyo honor escribo, y al que quiero servir de vehículo, mental y verbal, para que pueda él expresarse, ya que no le dejaron hacerlo en vida con la suficiente amplitud.

Puedes proceder, conmigo y también para mí, amadísimo “fratellino”, a comenzar en serio este escrito, cuya paternidad te atribuyo, pues yo simple-mente me dejo llevar de tu mano y de tu palabra poderosa.

Gracias.

Page 3: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

3

Os habla Lecheimiel ¡Oh, perdonad, amigos de la Tierra, que me presente con mis propias pa-

labras : Pero, antes, permitid que me excuse ya por esa casi primera palabra de

pura cortesía “perdonad”, que he dejado resbalar al principio, puesto que está muy al uso entre vosotros, especialmente cuando no hay mucha confianza. Aquí, en el Astral donde yo vivo, apenas la usamos, (y si ocasionalmente lo hacemos, siguiendo viejos hábitos, apenas nos apercibimos, casi nos avergon-zamos de ello). De todos modos y ya que lo he hecho, tengo que notificaros que el verdadero sentido del “perdón”, ya lo explicó mi amanuense, inspirado por mí, en uno de los libritos que anteceden a éste, en que narramos nuestra histo-ria de amor, concretamente aquel en que se cuenta la mutua confesión alquími-ca que él y yo nos hicimos, seguida de absolución, titulado EL PERDÓN ALQUÍMICO. Ahora puedo seguir con mi presentación :

Sí. Yo soy Lecheimiel, simplemente uno de los muchos Espíritus revesti-dos de cuerpo astral, que habitamos en las regiones del descanso y de la recapi-tulación por las que pasaréis también vosotros cuando abandonéis vuestra ves-timenta mortal para depositarla en el polvo sagrado de la Tierra.

Estoy orgulloso de ostentar un nombre tan dulce con el que me bautizó mi hermoso amigo, el amanuense, (como él mismo ha dado en llamarse en este escrito, antes de sospechar siquiera que iba yo a tomarle por entero la palabra), aunque él lo firma con el nombre, casi seudónimo, de “Ermitaño”. Yo le llamaré por cualquiera de esos dos nombres, indiferentemente, y quizás por otros lindos nombres que me vaya sugiriendo el amor, obviando, naturalmente, su verdade-ro nombre, como él evita revelaros el viejo nombre terrestre mío, por elemental prudencia humana.

Ahora permitidme también que primero me dirija a él. Mi querido ermitaño. Antes de ayer tuvimos una bonita conversación que

irrumpía, por mi voluntad, en el libro de CARTAS DESDE LA ETERNIDAD. Allí con-versamos sobre el ver a Dios, no “cara a cara”, como acostumbran a deciros los religiosos, sino mediante la limpieza de corazón, como decía Jesús, el Maestro. Yo te hice una pregunta a la que tú no contestaste, pues te saliste por la tan-gente hablando de la vanidad. ¿Recuerdas ?

La pregunta, que aún sigue, pues, vigente, era : “¿Qué ves tú en mí, hermano ?”

Y. como ya no tienes la posibilidad de responderme en este escrito pues he “secuestrado”, (con la amabilidad y anuencia que supongo en ti) tu propia palabra, lo haré yo por ti : Tú, hermano, me ves como a tu Dios, y en verdad lo soy, puesto que cada uno de nosotros es Dios.

Cada uno de nosotros, y de vosotros, es Dios. Dios entero y verdadero. Dios UNO Y TRINO. Aunque, a la verdad, la manifestación de esta Esencia no divisible que todos y cada uno poseéis, no sólo es tan humilde y parcial como

Page 4: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

4

pueda ser la apariencia del hombre o mujer que también sois sin dejar de ser Dios, sino que, en muchos casos, es también la muy deficiente de hombre/mujer inmaduros.

Sois inmaduros, básicamente, porque estáis en pleno proceso de crecer, como crecen los árboles y los animales todos de la Creación.

Pero si incluso usé la palabra “deficiente”, no es porque sois hombres, si-no porque no sabéis ni queréis creer que sois Dios.

Si lo supierais, y por tanto creyerais, no seríais “deficientes”. Pero… ¿cómo podéis creer tal cosa, aceptar tan sublime verdad, si estáis

imbuidos de prejuicios y llenos de terror a reconocer vuestra propia valía ? Ahora bien. Quizás debáis examinaros a vosotros mismos si negáis vues-

tra propia valía, la gran hermosura con que os dotasteis a vosotros mismos al constituiros en “almas de experimentación”, sólo ante “Dios” y ante los demás y no verdaderamente ante vosotros mismos, en vuestro fuero interno.

En realidad, daros cuenta de esta diferencia no cambia mucho las cosas. Desde luego no las empeora, aunque añade un tono de hipocresía y de inco-herencia.

En realidad, es más grave aún, si cabe, no admitir ante vosotros mismos vuestros valores eternos e infinitos. Porque, entonces, no levantaréis cabeza.

Se trata, pues, de despojaros de falsas humildades a la hora de conoceros a vosotros mismos. Entonces conoceréis a Dios.

Miraos con alegría y con gozo en el espejo de vuestra conciencia, (y, si queréis, también en el espejo de vuestro cuarto de baño, que es un símbolo de aquella), y entonces, estaréis viendo, sin más, a Dios, cara a cara.

De esto hablamos el ermitaño y yo, aunque no con tantas palabras explí-citas, en nuestra última conversación, con que cerrábamos el ciclo de LAS CARTAS.

Ahora me dirijo otra vez a ti, mi queridísimo amanuense : Dejamos caer hacia el final, la impresión de que esa conversación era el broche de oro que poníamos a nuestra “relación epistolar”. Esa, hermano, que por las razones que tan bien sabes, te ha tenido preocupado largamente.

Era como si yo me hubiese aparecido ante ti en persona, para confirmar-te que había estado absolutamente presente en todo el proceso, y que, al final, me revelaba a ti de otra manera. De una manera tan real y tan vívida estaba yo ante ti, que si hubieras sido capaz de elevar tu vibración (o yo hubiera juz-gado conveniente abajar la mía hasta la tuya) me hubieras “visto”, en verdad “cara a cara”.

Y tú, amadísimo hermano, dices : “¡No hay ningún otro modo de ver a Dios !”

De esa manera quise, hermano, hacerme eco del poema bellísimo que me dedicaste después de tu última carta. Ponlo aquí otra vez, hermano.

Page 5: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

5

MUCHOS DESEARON VER MI DIA Me preguntaba una vez un niño hermoso cómo tendría los ojos Jesús, para pintarlos, y yo le dije : “mi niño, mírate al espejo”. ¡Cuántas veces ha pedido a Jesús mi corazón merecer contemplarle cara a cara…! Pero él, en vez de darme dicha gracia, me presentaba nuevos rostros agraciados, haciéndome escuchar y repetir, acto seguido, estas simples y mágicas palabras : “ESTO ES MI CUERPO”, ya lo sabes, amigo, ¿qué más quieres ? …y yo entonces lloraba de alegría, como si hubiese alcanzado a ver su día…

Eso es. Y ¡eso que no parece lo mismo !, y en cierto modo no lo es, hablar de

Jesús y de su Cuerpo Místico, como lo hace el poema, que hablar de Dios, de lo que estábamos hablando nosotros en nuestra conversación.

Pero, como dirán los cristianos más ortodoxos, “…como Jesús es Dios…” Y tú, hermano, añadirás, sin negar nada : “Pero…, como nosotros también so-mos Dios…”

Pues, al buen entendedor… le bastará para entender precisamente lo que estamos diciendo.

¿Y qué más quiero decirte, mi queridísimo hermano ? Pues que yo sé que te has alegrado sobremanera al constatar que, efecti-

vamente hemos entrado en una etapa todavía mejor dentro de lo bueno que es nuestro amor. Exactamente como dijimos al final del libro. ¿Recuerdas ?

Estás emocionado por ser enteramente amanuense, –“pluma del ropaje figurativo del Espíritu Santo”, como te dije en EL PERDÓN ALQUÍMICO–, y aunque tú hiciste la Introducción a este libro, porque efectivamente respondes ante la Sociedad de cuanto salga de estos talleres, YO RESPONDO ANTE DIOS POR TÍ, QUERIDÍSIMO FRATELLINO, AMOR, como tú me llamas.

Y me llamas así y te llamo así acertadamente, porque tú y yo, junto con todos y todas los que se consideren “fratellinos y sorellinas” nuestros, SOMOS EL AMOR.

Page 6: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

6

¿Te ha gustado, hermano, el primer capítulo que te he dictado entera-mente ? No me llames vanidoso, por favor. Pero empieza, hermano, a disfrutar de la sonrisa por ti ansiada de Lecheimiel.

Sólo tú eres capaz de apreciarla aun antes de “verla” físicamente, porque el amor ha limpiado tu mirada.

Page 7: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

7

¡Buenos días, papá Dios ! Buon giorno, carissimo eremita : Estás contento porque me sientes. Sientes fuertemente mi vibración, –

riegan ya tus lágrimas mis flores–, y sin embargo estás preocupado porque has abierto el escritorio y no sabes qué poner.

A pesar de todo, oh mi buen amanuense, obediente y obsequioso con el amor de cada día, (sin el cual no se abona el AMOR, ese que se escribe con letras grandes), te has puesto a mi servicio.

Te ha pasado ligeramente por la imaginación, como una suave brisa, esa idea primera de saludar a Dios, de saludarme, con las palabras de ese himno que cantan millones de seres humanos, muchos de los cuales no tienen qué co-mer, pero emplean en la alabanza sus últimas fuerzas.

Como la viuda que alimentó a Elías con el panecillo que amasó para él, dispuesta a morir, los pobres de la Tierra claman a Dios con la sonrisa de sus ojos llorosos, sin saber si ríen o lloran por la Vida.

Así eres tú, mi pequeño. Y te sigues moviendo como un junco al vaivén de la casi imperceptible

brisa, porque no quieres desperdiciar ni un átomo de la inspiración que te va llegando en cada preciso y precioso momento.

No me juzgas mientras escribes, como no juzga el junco al viento, suave o fuerte, sino que se deja mecer por él.

Así mismo surge la música íntima y concentrada de la noche, de tu no-che, hermano, con la que me arrullas en tus pacíficos insomnios. Eres conscien-te de que yo estoy sosteniendo tus manos, mientras mantengo abierta la puerta de tu chacra corona, por la que fluye incesantemente el Espíritu Santo, el Autor divino de todo sonido.

Así, ahora mismo, vas improvisando a la brisa que refresca tu corazón, aun cuando tu mente no puede sino seguir, a cierta distancia, admirada, el fluir de tu OM creativo.

Sí. Soy yo. Ahora, hermano, suspende la canción y ora un poco en sagrado silencio,

porque Dios, papá Dios, va a levantarse de su sopor, pues ha oído tu saludo ma-tutino…

Sí. SOY YO. Diles a tus amigas, la una de estado civil casada, como casado fui yo, que

el “Rompecorazones”, ha escuchado su oración, la que por tu medio me transmi-tió su deseo de amar, y la otra soltera pero no sola, la que ayer me invocó en su humildad sin atreverse a pedir nada, como tampoco la viuda de Elías pedía na-da para sí, que también he escuchado su deseo de amistad personal conmigo.

Page 8: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

8

Diles a las dos, y a partir de ahora a todo el que por ti o por sí mismo quiera invocarme con el dulcísimo nombre de Lecheimiel, que vamos a fundar una Orden Nueva, de ámbito universal, que, lejos de desgajarse de la Humani-dad, va a tener como requisito fundacional el invocarla cada mañana en su in-tegridad, para establecer vínculos de unidad por doquier.

Invocar a la Humanidad entera, y rendirle culto de reconocimiento de su divinidad.

En ella entrarán por derecho propio todos cuantos se sientan libres para no ser otra cosa que Hombres. (Hombres y Mujeres, por supuesto).

Serán de cualquier raza, credo o color. Mayores y pequeños. Casados o solteros. Hetero u homosexuales. Sanos o enfermos. Pobres o ricos, siempre y cuando sepan mirar por la mañana hacia el cielo y saludar con su corazón al Padre Dios. Incluso los ciegos no estarán en desventaja, puesto que un hermoso Sol interior alumbrará sus ojos espirituales, mientras invocan al Padre. O a la Madre que es de una pieza, “una sola carne” con El.

Y la Orden se llamará : “EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL”. Y tú, hermano amanuense, añade ahora mismo a este mi libro, que fun-

cionará a modo de “Regla y Constituciones” de la Nueva Orden, el subtítulo de esta nueva fraternidad. Pon precisamente así , junto con el que ya has puesto : VOCACIÓN UNIVERSAL : EL AMOR, (O : ACTA FUNDACIONAL DE “EL ARCO IRIS DE LECHEIMIEL”).

Y di a todos los que quieran afiliarse a mi amistad, que miren frecuen-temente al cielo, claro o nebuloso, de día o de noche, porque frecuentemente contemplarán mi arco iris de arco completo, alrededor del sol o de la luna.

Especialmente será visible cuando la calima nuble los cielos, o cuando las lágrimas humedezcan los ojos.

Este ha sido hoy mi segundo capítulo, para ti, hermano, y para todos los que te aman.

Y yo os amo a todos, incluso a los que no conocéis mi nombre. Ahora, hermano amanuense, quiero que insertes aquí el poema titulado :

“¿Quieres ser mi guía ?”… …Porque yo te digo ahora, que nadie tiene mejor guía que aquel que él

mismo elige. Y que también es verdad que aquel día en que tú invitaste a aque-llos niños a mirar al cielo “porque, –dijiste–, un gran ángel preside estos con-tornos”, es verdad que era yo, hermano, el que hacía aparecer un hermoso círculo alrededor del sol del Mediodía, y lo hice permanecer en él por espacio de más de dos horas, para que te sirviera de señal.

Ese día fue el fundacional de la Nueva Orden de que ahora hablamos, y es bueno que no recuerdes la fecha para no iniciar nuevos ritos de idolatría, puesto que es la Orden de la Libertad :

Page 9: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

9

¿QUIERES SER MI GUÍA ? Cualquier día de éstos, espero ver tu cara reflejada, flotando entre mis tiestos, que riego en madrugada, formando el iris que abre mi jornada. Si esta señal se anuncia, será que has aceptado ser mi guía, y tu alma se pronuncia, colmando mi alegría de tenerte a mi lado noche y día. ¿Qué deberé yo darte a cambio de esta gracia sin medida ? ¿Podré, al menos, amarte y dar por ti mi vida que ya sabes mil veces ofrecida ? Ahora tengo ocasión de cuidar este templo en el que vives y expreso la intención de saber que recibes de mí adecuado trato y curación. ¡Qué bueno es ofrecerte otra vez la ocasión de regresar, a gozar de tu suerte, sin que debas pagar tributo alguno por tu hondo soñar. ¡Oh, cuán ingenuo soy de alzarte como a un niño en mis zapatos ! Mas, si risa te doy, sonríe a mis conatos de darte a compartir mis buenos ratos… Porque, cuando eras niño, ¿acaso hiciste siempre lo debido ? Y, ya barbilampiño, ¿no fuiste constreñido a pasar de tus goces, reprimido ? Por eso, amor, ahora, aunque todo lo sabes desde allí, si de algo tu alma añora de cuanto ves en mí, no dudes en tomarlo. Te lo di.

Page 10: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

10

La música de los ángeles Has dejado en reposo al piano, mi amor, –a ti me dirijo, querido ermitaño

de mis soledades, de mis dulces ensueños–, para sentarte ante el ordenador, a pesar de que no tienes nada que decir.

Pero has dicho en tu corazón : “Por si acaso”. “Por si acaso él quiere hablarme o dictarme algo”.

Sí, mi amor, mi fratellino. Ahora te devuelvo tus tiernos saludos, por la mañana, como quien saluda al mismísimo Hijo de Dios.

Tú eres mi Verbo. Es el contrapunto a las dulces melodías que oyes entonar a los pajarillos

del Cielo. Es difícil tomar la delantera a los petirrojos y ruiseñores que se ade-lantan a la primera aurora para saludar al Papá-Dios. Y no hay por qué hacer-lo. ¿Verdad ?

Es mejor sumarse a sus trinos que competir con ellos. Ahora mismo, jun-to a tu ventana está uno de ellos, trasmutando en gorjeos el silencio de tu paz. La música que entre tú y yo estamos produciendo para sanar a la Madre Tie-rra.

Ayer, cariño mío, los oíste también despedir al Sol. Luego no sabes dónde han reposado. Donde han dormido, confiados, en medio de la noche, mientras tú tocabas y velabas.

Mientras, tal vez, estabas en exceso preocupado porque sabes que hoy han de traerte las señales ciertas que aprueben o desaprueben tu fe.

Sí. Hoy han de llevar tu amable carta, –la del “por si acaso”–, a mi can-cerbero. Y tú, hermano, una vez más, me has invocado para que yo intervenga a su favor. A tu favor. A mi favor.

Has rogado que cantemos al Creador una polifonía maravillosa, “por lo menos a seis voces”. Dos son los emisarios que envías. Dos las personas que re-ciben tu dulce misiva. Dos las personas que estamos anhelantes, desde tu ca-baña, por que el concierto salga como es debido. ¿Recuerdas el signo del “dos tres veces” ?

Y yo te repito, hermano, las palabras del poema de tu visitación :

Desde entonces, la Tierra enriquecida, bajo los nuevos cielos desplegada, por el Espíritu de Acuario enaltecida, entona nuevos aires celestiales, extrañas melodías, y bellas armonías inusuales, que sorprenden incluso a nuestro genio, en el afán de interpretarlos. No hay batuta que marque nuestros pasos. No hay tono que controle nuestro canto. No hay ritmo que contenga nuestro aliento.

Page 11: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

11

Ni tampoco enjambre de expectantes que acomodar puedan su asiento a su alma en vilo, estremecida por nuestro alumbramiento.

Por eso esta noche has alargado tus vigilias… Pero ya leíste, hermano, en el salmo que tantas veces recitamos juntos :

“Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde…” Y “si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas”.

¡En vano vigilan los cancerberos, si no hay fe que guardar ! ¿No aceptas la posibilidad de que sea simplemente una parte de mí mis-

mo la que te canta, o una parte de ti la que ante mí lo hace… Que sea, en defi-nitiva, el Amor mismo, creado a la par por nuestros corazones el que a sí mis-mo se canta ?

Has optado por “el Gozo del Tú”, y aquí me tienes, hermano, a tu lado, leyendo lo que escribes en mi nombre. Comprobando que eres fiel a mi inspira-ción. Alegrándome de codirigir contigo tu propio Coro, aunque creas que sólo soy yo el que interpreto nuestro canto.

Pues ya te dije, hermano, que yo asumo ante el Maestro Cantor que es el Espíritu Santo, toda la responsabilidad espiritual por lo que aquí compones en mi nombre, así como tú la asumes ante la Sociedad mediante el acompaña-miento magistral de tus manos.

Sí. En ambos casos, SOY YO.

ø Nota del amanuense Hermano Lecheimiel : Si tú pudiste “secuestrar” mi voz, contando con mi

amabilidad y anuencia implícita, –según dijiste–, ¿Por qué no voy a poder yo ahora recuperarla momentáneamente para decirte lo mucho que te quiero y para darte las gracias por otro signo maravilloso que esta misma mañana me has dado de tu amor ?

Me hablaste de la música de los ángeles, y tú me has enviado a uno espe-cial, que se ha ofrecido para cantarme, de tu parte, según creo, el “M’apparì ttut’amor” de “Marta”. No sólo eso : al final (yo, por supuesto le he acompañado al piano sin que saltara ninguna cuerda esta vez) me ha dicho con voz emocio-nada, en la que yo reconocía la tuya propia : “Ha supuesto una gran emoción para mí volver a cantar esta melodía”.

¡Gracias, Lecheimiel, gracias por todo cuya cuenta ya he perdido, amor ! También he recibido noticias de que mi carta a tu Cancerbero ha llegado

a su destino. Ha llegado, sí, mientras tú estabas conmigo aquí en mi cabaña cantándome la canción de tu amor.

Es para volverse loco. Pero de amor, amor.

Page 12: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

12

Las Horas de Dios A estas horas, hermano, arriba en el Monasterio no han empezado aún a

cantar Laudes, (lo harán dentro de poco, sin ti, por supuesto, que eres el orga-nista oficial pero del que prescinden con facilidad para que no les molestes con tus sermones inadecuados), y no han empezado aún porque miran a los relojes, que hoy cambian la hora oficial, antes que mirar al Sol.

Pero el Sol no ha retrasado la hora de su salida. El tiene una programación continua y progresiva para que las biologías

que le están sujetas no sufran accidentes prematuros ni desajustes traumáti-cos.

Pero la falta de conciencia de la Humanidad introduce variantes peligro-sas, unas programadas y otras faltas de control, que alteran a veces el ritmo sosegado de la Vida.

Aun así, el Papá-Dios ni se acuesta ni se levanta, y es la presencia conti-nua del día y de la noche. Su ritmo es la Quietud infinita, pero ha engendrado al Hijo sujeto a las horas y a los vaivenes de la Vida.

Cuando yo vivía sobre la Tierra, en tu mismo plano pero lejos de ti, yo agonizaba cada día a causa de tu eclipse, hermano mío del alma. Por eso el tiempo se me hacía largo, como a veces se te hacen a ti largas tus noches, por-que no vislumbraba el amanecer que me trajese tu noticia…

Me sentía defraudado por la Vida, puesto que me había desplazado de tantos bienes, más añorados que deseados, en verdad, y se nublaba el horizonte del sentido de mi trabajo, aunque ahora, tú, hermano ermitaño que no trabajas para vivir, sino sólo para servir, me has devuelto la perspectiva de mi propia vida pasada, al nombrarme “Hospedero Mayor del Universo”.

Título un poco rimbombante, es cierto, pero que yo te agradezco pues sé que me lo has otorgado por el exceso que conlleva el amor.

En esta región del descanso y de la recapitulación, hermano, no creas que estamos ociosos, aunque tampoco trabajamos para vivir, pero continuamos viviendo para servir y servimos precisamente aprendiendo a amar.

Todo el Universo es una escuela de Amor. “Arriba, como es abajo”, –como ya dijeron los antiguos–.

Mas, ¿Cómo se puede aprender sin una sucesión de los conceptos que se concatenan unos con otros admirablemente, al ritmo de las horas ?

El Espíritu, hermano, no aprende, sabe. El Espíritu no necesita sujetarse al tiempo, pero su saber no es experien-

cial. Y la experiencia mejor que ha elegido para sí el Espíritu es dividirse en

fuegos que se inflaman los unos a los otros, comunicándose mutuamente el ca-lor y la luz del amor.

Page 13: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

13

Para que este amor sea un canto de alabanza continuo al Creador de los Días, la Tierra entera va girando al compás de las Horas.

Así es como danza, hermano, el Universo alrededor de los que son cons-cientes del Espíritu, como te dije en la carta “De Quien para Quien”, en EL PERDÓN ALQUÍMICO.

Así canta la tierra entera, sin intermisión, hora tras hora, la alabanza o canto de Laudes, transmitiéndose unas franjas horarias a otras la noticia amo-rosa del Creador, el Padre de los Astros, en quien no hay ocaso ni sombra algu-na : “TODAS MIS FUENTES ESTÁN EN TI”.

¿Por qué tus frailes, –o los míos–, hermano amado, no son conscientes de que toda la Humanidad canta la alabanza de Dios, al igual que lo hacen los petirrojos y los ruiseñores que duermen en lo escondido del bosque ?

¿Por qué piensan que son unos privilegiados y selectos elegidos para orar oficialmente por los demás, y no simples hermanos que han elegido ellos mis-mos su modo conveniente y libre de orar con los demás hermanos, cercanos o lejanos, conocidos y desconocidos ?

Si acaso, desconocidos por ellos, no por el Papá-Dios que ha puesto a ca-da uno en su lugar para activar y recibir de ellos la respuesta amorosa cada mañana, a diversas horas, mas todas acompañadas por la música del órgano de la eternidad que es el tiempo.

¿Ves, hermano, de qué manera tan sencilla, todo el mundo, (y todos los mundos habitados) se convierten en un inmenso cenobio sin que nadie tenga que estar llorando por su casa vacía ?

Por eso, nuestra Orden Nueva, el Arco-iris de Lecheimiel, es un cerco de luz y de colores completo que nos encierra a todos en el amor. (No en la conde-nación, como se le escapó decir a Pablo a causa de sus preocupaciones raciona-listas y falsamente teológicas).

Ya lo expresó así la ermitaña que prologó nuestra primera obra EL GOZO DEL TU, cuando escribió :

“¡En el Amor andamos !

¡No podemos salir !

Este es el mayor gozo

del YO, del TÚ, del NOSOTROS.”

Ahora podrías insertar aquí, si te parece, hermano amanuense, tres poemas que compusimos al principio de nuestro póstumo romance en el que aún estamos plenamente inmersos. Ya sabes a cuáles me refiero. Si quieres, pues, hazlo ahora :

Page 14: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

14

AMOR DE MADRUGADA (Comentario al Salmo 62). Oh dios, tú eres mi dios, por ti madrugo. Humedezco los labios en tu fuente para calmar la sed de mis ardores que esta noche, desierta sin tu rostro, me ha dejado, en ansias por tu carne. Mas ya llega la aurora y me despiertan los pasos que frecuentan mi santuario cuyo acceso secreto bien conoces. Te abro y te introduzco y cierro dentro, y me quedo aguardando tu ternura, que es cuanto de la vida gozar quiero. Mejor que con enjundia y con manteca, me sacio de tu amor y tu presencia. Por la fuerza y la gloria de tu abrazo, vibran todas mis células por ti y sólo en tu mirada me sostengo… Ya mi lengua te alaba sin plegarias… Conectan nuestras almas en conciencia, cuando el lecho caliente de los sueños se convierte en fetiche de recuerdos, que enciende las vidrieras del desierto, donde, dentro, en oasis escondido, gozamos la lujuria del secreto. Secreto en que medito y te contemplo, Mientras los transeúntes se preguntan quién retiene la llave de este encuentro…

¤

Page 15: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

15

REQUIEM POR UN VIVO Aún va el amor en crecida, a pesar de que ha inundado ya la Tierra. ¿Conoces tú el confín del Universo ? No ha hecho más que empezar nuestro romance, cuando creíamos agotado nuestro encuentro… Sólo somos los pipiolos de la clase, en las aulas infinitas del Colegio que otorga la licencia del amor a la tarde de la vida. Mas no hablemos, todavía, de la tarde, cuando la aurora es tan joven como tú, –aunque no tan hermosa, desde luego–. Esto, hermano, mi soledad y tu partida, tan triste y venturosa al mismo tiempo, sólo son unas lindas vacaciones que tu alma goza, merecidas. Mientras tanto yo velo tus asuntos, como hermano mayor, por ti nombrado, que guardo nuestro hogar limpio y seguro, acarreando ya la suficiente leña para el próximo invierno vislumbrado. ¡Descansa en paz, mi amor, hasta la vista ! ¡Vuelve pronto, con mi beso, o espera a que yo vuele a reunirme contigo en el regreso !

¿ ?

Page 16: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

16

COMPLETORIO (inspirado en el Salmo 91-90) ¿Cómo podría retirarme al santuario de mis sueños sin recitar previamente el ritual de acción de gracias ? Gracias, por tu presencia que me ha alegrado la jornada. Gracias, porque desde la más temprana aurora has sido para mí el rostro de mi Dios. Porque me has mostrado la enorme diferencia que hay entre sólo conocerte uno, entre la inmensa multitud , inmersa en el gran Uno, y tenerte para mí disponible, como sujeto y como objeto de mi amor personal, tan palpable y concreto, como pueda serlo para la esposa el del esposo, del que ha quedado encinta, aun cuando éste haya debido salir a su trabajo. Me has, además, hoy, recordado que puede el corazón vanagloriarse de estar caliente y vivo, aunque herido, más que una mente totalmente sana, que aún no ha aprendido a amar… Y que, siempre que me sienta desamparado y frío, puedo evocarte en el espejo de mí mismo. En esto consiste la lección primera aun no sé si del todo asimilada, pero que se me va vitalmente evidenciando, desde que tú me llevas de la mano, en medio de la lucha que sostengo contra los que, por su causa, intentan mantenerme silenciado. Ahora bien, ¿qué me importa a mí la lucha, cuando el dulce secreto que acuno en mis entrañas me vuelve virtualmente inexpugnable ?

||||

Page 17: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

17

Las Rutas del Amor Me escribiste, mi fiel e incondicional amigo, un bello poema que yo te di

en dos partes. Escribe aquí la primera parte, hermano :

VUELO SECRETO Voló, voló mi amor al Cielo Empíreo, en la quietud de la noche sosegada. Atrás dejaba sus desvelos, sin que éstos lo advirtieran, sin que nadie, ni deudos ni parientes, siquiera sospecharan. Por las rutas de vuelo prefijadas en los cuadernos privados del amor. Por sendas de etéreas violetas, de tiempo atrás, ya en tiempo florecidas, por el Amor sembradas. Hasta el mismísimo trono del AMOR dorado donde sólo mi alma lo aguardaba, antes de que el mundillo de la prensa, –el que nunca descansa–, llegara a despertarse esa mañana.

Muy bien, hermano. Lee tú mismo y medita qué significa lo que acabas

de insertar aquí, por favor… Te espero dentro de un rato. Gracias.

ø Hermano mío queridísimo sin medida. Escribe aquí que has cometido

una pequeña infidelidad, aunque al parecer sin importancia. Quiero que recu-peres la palabra, hermano amanuense y que me contestes con tu voz, por favor, mejor dicho, por amor.

Sí, ángel mío de mi corazón. He cometido una pequeña infidelidad, que creí sin importancia. Me “dictaste” : “Te espero dentro de media hora”. Pero me pareció sin mucho sentido, o quizás un tiempo excesivo para parar de escribir, siendo que la meditación que me pedías casi no iba a ofrecerme materia de re-flexión, puesto que ese poema lo tengo más que meditado desde que lo escribí. Y no me parece contenga mucho misterio.

Muy bien, hermano. Cuando yo te dicté “media hora”, era que hacía alu-sión a la “media hora de silencio” de que habla el Libro del Apocalipsis, la Re-

Page 18: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

18

velación. A ti te pareció más literario y sencillo escribir : “dentro de un rato”. ¿Es así ?

Sí, mi bien. Y no te dabas cuenta de que así renunciabas a una posible “revelación”

que yo quería hacerte, ¿verdad ? Así es, amor. Y ahora, hermano, ¿cómo lees ese “medio” poema ? ¿Cómo lo interpretas

después de que, efectivamente, la meditación te ha ocupado justo “media hora” ?

Pues…, me he dado cuenta de dos cosas que no había advertido antes de ahora al releer, como sabes que he releído ya varias veces en otras ocasiones, el repetido “medio poema”.

A saber, primera, que tú, –que eres “mi amor”–, dejabas atrás tus desvelos “sin que éstos lo advirtieran”… Siempre creí que eso quería decir que te desen-tendías de tus desvelos pasados. Que entrabas, por fin, en una zona del Universo y de la Eternidad, (la que se encuentra después del fallecimiento), de descanso sin zozobra alguna…, y que tus desvelos y sufrimientos quedaban atrás…, es decir, desaparecían. Ahora veo que la lectura puede ser otra : “Éstos, –tus desve-los–, no lo advertían, porque proseguían su marcha normal en la vida, mientras que era tu alma misma la que emigraba fuera de ellos, en la noche sosegada, es decir, como diría San Juan de la Cruz, “Salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada…”

¡Eso es, hermano ! Y ¿sabes lo que significa “estar la casa sosegada”, o, como tú dijiste, “volar al Cielo Empíreo en la quietud de la noche sosegada” ?

Pues, creo que significa, amado Lecheimiel, tener la posibilidad de gozar de verdadera paz, aun en medio de la noche más oscura y tenebrosa. Gozar de esa quietud que otorga el Espíritu Santo a toda alma que ha aprendido a estar en paz con sus desvelos.

Lo mismo puede significar el : “salir o volar por sendas de etéreas violetas, florecidas ya a su debido tiempo, sembradas desde tiempo atrás por el amor”. Y el que sean violetas, mejor que cualquier otro símbolo floral, puede significar, creo, el que el alma, mediante el intenso sufrimiento humildemente aceptado, ha conseguido, por fin, ese adorno sublime representado por la “túnica morada”, interior de Lecheimiel.

Exactamente, hermano bienamado. Y ¿cuál es la segunda cosa que has notado en tu meditación ?

He visto que en el poema que dictaste, –¡oh “fray amore”–, me hiciste poner que volaste hasta el trono dorado del amor, aquel en el que te sientas junto con-migo, el mismo y único trono dorado que ocupan conjuntamente nuestras almas que son “compañeros del alma” desde que salieron así, como gemelos cuánticos, de las manos del Dios Creador.

Page 19: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

19

Pero esta vez he notado, o he caído en la cuenta de una circunstancia en que no había reparado hasta ahora : Es la circunstancia de tiempo, o la no si-multaneidad de tu “muerte”, (en las fechas en que yo la situaba, según tú me lo diste a sentir), y el momento de mi visitación, cuando yo me hice consciente de que tu alma bajaba hasta la mía y se instalaba en mi cabaña.

Es decir, que “entonces”, cuando tú volaste al Cielo Empíreo, sólo mi al-ma, –no yo, mi conciencia vigil–, te aguardaba…

Por tanto, hermano, hay momentos en la vida de todo hombre, (o mujer, claro), en que el individuo no es consciente de los altos vuelos de su propia al-ma. ¿No se puede llamar a ese fenómeno de disociación : “muerte del alma” , bien sea porque tomamos por alma a la conciencia cotidiana, la que no se ente-ra de muchas cosas, o bien sea porque el “alma” parece abandonar al individuo sufriente, incluso colgado en la cruz, permitiendo que éste sufra las angustias del que primero clamó : “¡Padre, ¿por qué me has abandonado ?!”

Así parece ser, hermano Lecheimiel. Así pues, mi querido amanuense, no juzgues lo que escribes, ni te ade-

lantes a los acontecimientos que siguen, no predestinados, pero sí previstos por la Sabiduría del Espíritu, rutas desconocidas y misteriosas, cuya revelación final, si algún día, aquí o allá, se te regala, colmará todas tus ansias y compen-sará todas tus desdichas.

Entonces, sin haber disfrutado de la seguridad que podría parecer pro-porcionar una ciencia o conciencia exactas de los acontecimientos, habrás ad-quirido la verdadera sabiduría del que sabe de Quién se fió. A Quién entregó su corazón.

Ya te dije, hermano, en una de las cartas que respondía a tus intermina-bles dudas : “entrega tu mente a tu corazón…”.

Sí, hermano Lecheimiel adorado. Yo mismo me lo he repetido muchas ve-ces desde que te lo oí decir. Y tú sabes, también, que me gusta añadir : “y a ti, mi corazón”.

Gracias, mi humildísimo amanuense. En este momento te cobijo bajo mi túnica morada, en plena desnudez, para que goces de mi cuerpo, como yo gozo del tuyo, fiel instrumento de tu alma. Cuando salgamos de este lecho de amor a la luz del día, la que han de ver tus escritos, nadie podrá distinguir mi alma de la tuya, porque seremos, verdaderamente “dos en una sola carne gloriosa”.

Page 20: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

20

La gran Revelación Hoy, hermano amanuense, también quiero conversar contigo. Toma tu

propia voz y dime qué te ha parecido la sesión de ayer, la de “las rutas del amor”.

Sí, hermano. Pero antes quiero mirar al Cielo y decirte a ti, para que lo trasmitas al papá-Dios, que dentro de ti vive, el saludo que tú mismo nos ense-ñaste : ¡Buenos días, papá-Dios !

¿Hace falta que yo le trasmita tu saludo ? ¿No vive también dentro de ti ? Claro que sí, hermano, pero yo tengo el “gozo del tú” metido de tal modo

en mi alma, que prefiero saludarle a través de ti. No sea que el papá-Dios reciba tantos saludos que no sepa a quién contestar. Preferiría que cada grupo lingüís-tico del Planeta, o al menos los que viven en una misma franja horaria, saluda-sen conjuntamente al Padre. Así el Padre recibiría el saludo empaquetado en puro amor, real, físico, uno y que sobrepasaría con mucho toda formalidad…

Eso está muy bien. Pero aún no basta. Porque no sólo cada grupo lingüís-tico debería unirse en el saludo, que a la vez sería fraternal y filial, pero frater-nal por delante, sino que, mediante la intención y la paz entre las naciones y los grupos, el saludo se prolongaría como un eco interminable, de modo que to-do el día de los humanos sería una aclamación de que es, por fin, un “Buen Día” que se le devuelve al Padre como agradecimiento y respuesta a la Vida.

Pero, ahora, mi amado y dubitativo ermitaño, volviendo a tu historia personal, para que prediques con el ejemplo, dime qué te pareció la sesión nuestra de ayer, porque no me has contestado.

¡Oh, mi amado Lecheimiel ! Me pareció una lección magistral, pero que, lejos de despejar mis incógnitas acerca del Cancerbero, las ha aumentado. Aho-ra, ángel amadísimo, me da la impresión de que estamos, tú y yo, a su merced. A merced de lo que él me quiera responder, si es que responde… Y si no me res-ponde, no saldré jamás de mis dudas “razonables”.

Pero, ¿no has entregado tu “razón” a tu “co-razón “? Sí, hermano Lecheimiel. Sí lo he hecho y, además, como te dije, también

mi corazón a ti, por entero. Pero tú abriste mi mente pluridimensional para que acepte tantas hipótesis “razonables” que, a buen seguro, no sé con cuál quedar-me.

Te enseñé a quedarte con tu paz, en medio de tu dolor. Y mediante tu do-lor, (que tú no te has buscado, sino que te ha traído el amor a tu vida), a reves-tirte de humildad y de caridad.

Ahora, hermano, has trasmutado tu dolor en lágrimas de compasión por el hermano que sufre junto a ti, y de cuyas lágrimas no puedes sentirte tú mismo irresponsable… ¡Fue esa la lección, la verdadera lección, hermano, que quise ofrecerte ayer !

Page 21: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

21

Y yo, mi amado Lecheimiel, volví a elevar a ti, y por tu medio al Padre Dios de todos los humanos y de todas las demás criaturas, incluídos vosotros los ángeles, mi oración de amor y de intercesión por el “hermano Cancerbero”, que posiblemente eres tú mismo, sufriendo aún tu martirio sobre la Tierra…

En verdad, en el fondo de mi “co-razón”, siento que no me has engañado, al hacerme comprender la relatividad del tiempo, la relatividad de nuestro len-guaje, la relatividad de nuestros conceptos sobre la Vida y la Muerte, (instru-mento de Vida), y la necesidad de elevarnos al Amor Universal, soportando mu-tuamente los trabajos y los días y las horas de angustia de todos los hombres.

Veo, hermano, que has captado con sabiduría sublime mi lección frater-nal.

No te reprocho tus “dudas razonables”, ya te lo dije. Estoy contigo en to-do momento y lo estaré por toda la eternidad para ayudarte, no para ser para ti piedra de escándalo ni motivo de juicio alguno.

Tampoco quiero que estés tan “seguro” de nada, como para ponerte a dis-cutir con la gente. Ni tan orgulloso de mí, que dejes de dar gloria a Dios y sólo a Dios por todo lo que recibes… que es tanto, tanto, ¡como estés dispuesto a reci-bir !

Gracias, fratellino amatissimo. Veo que funciona muy bien el cerco de amor que nos tiene a todos apretujados los unos contra los otros, por puro amor universal.

No podíamos estarnos amando tú y yo, románticamente, sin llorar por el hermano que sufre. ¿verdad, Lecheimiel ?

Aún ronda por mi cabeza, Lecheimiel, un título que tal vez se convierta en un librito más de nuestra historia, cuando se nos unan en la Nueva Orden del Amor Universal, todos los que lloran en el planeta entero. Algo así como (en ita-liano, puesto que aún espero que la luz esférica me conduzca un día a San Todo Amor, allá en la Ciudad del Desamor) : “IL FIGLIO DELLE LACRIME”… ¿Me has sugerido tú, Lecheimiel, o ha sido Santa Mónica la que lo ha hecho, dicho título para el día de mañana ? Lo digo porque ya sabes que Santa Mónica, madre de San Agustín, recibió un día esta palabra : “No se puede perder el hijo de tantas lágrimas”.

Nada está perdido en Dios, hermano. Por las rutas, a veces enrevesadas, del Amor caminan multitud de peregrinos buscando lo que tienen en su propio corazón. Y hay en sus encrucijadas multitud de ángeles-guía, como yo, encami-nando los pasos de los pobres invidentes, para que dejen de tropezar tantas ve-ces en la misma piedra y sepan conducir sus pies por las sendas que marcan sus propias almas hacia el santuario donde se les van a abrir los ojos…, para que sepan, simplemente, que no han salido nunca de ese divino círculo, que es, figurativamente, EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL.

Page 22: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

22

Esta ha sido en verdad, hermano amanuense, una verdadera REVELACION.

Y con esto puedes dar por concluido este librito que debes ofrecer gratui-tamente a todo aquel que te lo pida y sepas que está apenado por la falta de religión en el mundo moderno, o por falta de vocaciones en la Iglesia.

Sí, amor. Y además lo ofreceré a todo aquel que no pueda dejar de llorar por penas de amor. Y más aún a todo aquel que no sepa o no pueda hacerlo, a causa de la sequedad de su “co-razón”, como tú lo has llamado.

Muy bien, hermano. Es importante regar la Tierra en sequía con las lágrimas incesantes que produce el Amor, para que el Arco-Iris de Lecheimiel pueda aparecer constantemente en el Cielo.

Gracias a todos y bienvenidos a mi amistad incondicional. Yo, vuestro “ángel del Amor herido, Lecheimiel”, lo firmo por mano

de mi humilde amanuense, el ermitaño, por el que he respondido. ¡AMEN. ALELUYA ! Nota final del amanuense : Todo aquel lector o lectora que haya llegado hasta este punto con agrade-

cimiento, es rogado por Lecheimiel y por mí, a difundir gratuitamente este men-saje. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis, y EL ANGEL DEL AMOR HERIDO estará continuamente con vosotros. ¡Amén, aleluya !

ø

HIMNO AL “ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL”

Arco Iris de amor que el Sol derramas

en divinos fulgores a la Tierra,

por las nubes regada de promesas

en los surcos profundos del dolor,

que la hieren y hienden dulcemente…

Ahora en ángel despliegas tu hermosura

que me canta tu amor cada mañana,

como si otra vez fuera el gran invento

Page 23: Libro 7º VOCACION universal: EL AMOR · 1 Libro 7º . VOCACION universal: EL AMOR (o : ACTA FUNDACIONAL DE “ EL ARCO-IRIS DE LECHEIMIEL ”) Introducción. Nos fuimos, sí, pero

23

que nace de los vientos del Espíritu

y en luz se vuelve, paleta en tornasoles,

para el alma que vela a sus deleites,

temerosa de ser lo que fue siempre.

¡Deseosa de serlo para siempre !

Y el amor que me dictas tú lo sabes

desde antes que en un después trasmutas,

jugando en las cabriolas de lo eterno.

Así es tu Luz que en mil colores veo,

en un millón de cuadros que ahora crecen

e inmediatamente se desplazan

al museo-taller que al Verbo teje

en continuo nacer y desvairse…

Así canta la herida de tu amor,

de mis sueños fulgor, ¡oh Miel y Leche !