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¿QUO VADIS MONTEVIDEO? Alternativas urbanas para los sectores de menores recursos - Reflexiones de tres décadas. M. ROSARIO FOSSATI - GUSTAVO GONZALEZ Comentario

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¿QUO VADIS MONTEVIDEO? Alternativas urbanas para los sectores de menores recursos - Reflexiones de tres décadas.

M. ROSARIO FOSSATI - GUSTAVO GONZALEZ

Comentario [r1]:

Page 2: Libro

2

A los cooperativistas de viviendas por ayuda mutua

Page 3: Libro

3

Prólogo:

n estos años de acercamiento al

nuevo siglo y de nueva dinámica

social y urbana, muchos nos

hacemos la pregunta de los autores

¿Hacia dónde vas, Montevideo?

Las ciudades como sistemas dinámicos -estructuras en

transformación, organismos vivos, según las diferentes

metéforas que utilicemos para entenderlas- se mueven, a veces

con mucha fuerza. Siguen un camino, una trayectoria; apuntan

hacia nuevas conformaciones.

En los procesos urbanos hay puntos de partida, orígenes

y entornos condicionantes. Hay también fuerzas que empujan y

frenan, trayectorias marcadas por jalones y señales en el

camino; un bagaje de recursos que pautan distintas

posibilidades: imágenes, ideas, experiencias orientadoras y

creatividad, tanto para buscar el camino como para imaginar los

escenarios de llegada.

Montevideo, nuestra ciudad, con sus condicionantes y

sus propuestas para los próximos años, plantea a su pueblo el

desafío de optar en el camino y construirse hacia el futuro en

E

Page 4: Libro

4

base a los intereses y los valores colectivos, abriendo un ancho

cauce y poniendo en el centro de la atención los derechos

básicos a una vida digna, a los servicios y los espacios que la

hagan posible y favorezcan la solidaridad, la convivencia

democrática y la armonía entre sus habitantes.

Las experiencias, compartidas por tantos, que se recogen

en las páginas que siguen, constituyen sin duda un capital social

de nuestra ciudad. No sólo por la relevancia arquitectónica de

los conjuntos de viviendas construidos por el sistema

cooperativo, ni por su impacto en la solución de la crucial

necesidad de vivienda decorosa de quienes resolvieron, gracias

a ellos, si “lugar en la ciudad”.

También esta experiencia social básica apunta a la

construcción de actores sociales y territoriales de tipo colectivo

y solidario; a su relación concreta con la tierra en la ciudad, con

la fabricación de materiales, con la obtención y el manejo del

crédito. Tiene que ver con la organización del aprendizaje y del

trabajo colectivo, con las relaciones entrabladas entre las

cooperartivas y su federación con las autoridades públicas y con

las varias instituciones competentes: legislativo nacional y

departamentales, Ministerio de Vivienda, Banco Hipotecario,

Intendencias, institutos de asistencia técnica.

A lo largo de tres décadas, a través de situaciones

económicas y políticas muy diferentes, se acumula, se decanta,

se corrige y se potencia la experiencia de las cooperativas de

ayuda mutua en el Uruguay y en Montevideo.

Page 5: Libro

5

Leer esa trayectoria me parece que plantea un doble

desafío: el de su proyección hacia adelante, avanzando,

profundizando, adaptando, corrigiendo rumbos y pasos; y el de

su aprovechamiento social en otros contextos, en función de

otras necesidades populares, rescatando semillas que pueden

germinar, ayudando a resolver problemas diferentes en base a

algunos valores y a algunas herramientas que se consolidaron y

decantaron en las cooperativas y en FUCVAM.

Quizás algunos de los problemas actuales de la ciudad y

de sus habitantes, ganaría mucho si lográramos analizarlos y

encarar caminos de solución recogiendo lo que dicen y lo que

subyace a estas páginas.

Los grandes temas de la consolidación de las periferias,

de la regularización de barrios, de los equipamientos sociales de

las nuevas urbanizaciones populares, de la rehabilitación y

redensificación de la ciudad construida, no son específicamente

temas de las cooperativas de vivienda por ayuda mutua; pero sí

son temas de necesidades populares y de la autogestión

concertada con las políticas públicas.

Para que Montevideo se encamine en el futuro hacia

“una casa común” equitativa y solidaria, necesitamos estimular

la creatividad y reafirmar la esperanza.

Para eso este libro nos servirá de estímulo. Sus autores

tienen mucho que dar, y un buen balance entre experiencia

acumulada y posibilidad de acción imaginativa. Sus

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6

interlocutores directos, los protagonistas, se reconocerán, se

autoanalizarán, y se sentirán estimulados. Y quienes estamos

preocupados por el futuro de nuestro pueblo y de nuestra ciudad

y trabajamos para ellos, intentando prever y mejorar,

recurriremos muchas veces a lo dicho y a lo implícito en estas

páginas.

Quiero agradecerles su trabajo y también la invitación a

escribir estas líneas.

Dr. Patricio Rodé Director de la Unidad Central de Planificación

Intendencia Municipal de Montevideo

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7

Introducción:

n estas reflexiones acerca de las alternativas de

inserción urbana de los sectores de menores

recursos recorreremos las tres últimas décadas

analizando el crecimiento que se ha venido

produciendo en Montevideo y su relación con el problema

de la vivienda de los sectores sociales en estudio.

En primer lugar, analizaremos en forma sintética el

contexto político-económico que caracterizó el período,

focalizado desde la problemática que nos preocupa.

Por otro lado, en la segunda parte, analizaremos el proceso

que ha generado el crecimiento de la ciudad en estas tres

décadas mirado desde sus dos extremos: los procesos de

rehabilitación urbana y la expansión de los límites urbanos

por medio de ocupaciones de tierras en la periferia. Ambos

aspectos referidos exclusivamente al estudio de las

alternativas que se fueron presentando para nuestro actor

social seleccionado.

En la tercera y última parte del libro estudiaremos el caso

de las ocupaciones colectivas promovidas por el

movimiento cooperativo y reflexionaremos acerca de las

enseñanzas que este proceso nos deja.

E

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8

CAPÍTULO I.-

“Las políticas de viviendas en la historia” El contexto político - económico1:

ruguay, a diferencia de los demás países de

América Latina, desarrolló ya desde principios

de siglo un modelo de gestión de Estado en

relación a la legislación laboral y la aplicación de

políticas sociales que caracterizó el "Estado de

Bienestar" uruguayo. La intervención estatal se basaba

en el desarrollo económico con recursos provenientes de

la demanda de productos uruguayos, cuyo alto valor de

exportación volcado a la economía nacional se traducía

en la aplicación de las políticas sociales que satisfacían

las necesidades básicas de la población.

1Todo el proceso histórico que se analizará en lo relacionado con las

políticas de tierras y viviendas se encuentran documentados y citados en la

bibliografía final, para permitir la recurrencia a las publicaciones de primera

mano. Las citas corresponden sólo cuando se transcribe lo dicho por otro

autor.

Sin desmedro de ello, la interpretación y análisis de los hechos históricos es

responsabilidad absoluta de los autores pudiendo los lectores coincidir o no

con “nuestra versión de esa historia”

U

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9

A partir de 1956 el modelo del "Estado de Bienestar"

comienza su desintegración iniciándose una degradación de las

políticas sociales con la disminución drástica de los beneficios

otorgados a los sectores asalariados. Comienza un proceso de

crisis económica que se presenta en forma acelerada e incide en

todos los sectores productivos de la economía nacional

afectando, como problemática social del momento, a la

vivienda, la educación y la salud (informe de la CIDE - CEPAL,

1960)

Las propuestas elaboradas por la CIDE (“Comisión

Interministerial para el Desarrollo Económico” creada con el

objeto de elaborar propuestas que integraran las políticas

sociales al modelo de desarrollo económico) no fueron

finalmente aplicadas, pero algunas de sus conclusiones dieron la

base para el desarrollo de una legislación social de avanzada

como lo fue la Ley Nacional de Viviendas (1968) la que

permitió un fabuloso dinamismo en la construcción de

viviendas populares, con la construcción de

numerosascooperativas de viviendas por ayuda mutua y ahorro

previo, entre otras soluciones. En ambos casos se busca

canalizar la autogestión y la participación de los grupos

destinatarios. Su correlato urbanístico llamado “Ley de Pueblos

y Ciudades”, preparado por el mismo equipo, “no pasó de

proyecto y dejó un vacío político y legislativo que está aún por

llenarse”2.

2 Dr. Patricio Rodé, artículo titulado “Montevideo, Involución o esperanza”,

Revista Nueva Sociedad Nº 114, 1991.

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10

A fines de la década del “60” se consolida una

orientación económica propulsora del libre juego del mercado y

la restricción del gasto público en políticas sociales. En el caso

específico de la política habitacional, en los primeros años de la

década del setenta, se abandonan los objetivos de la Ley

Nacional de Viviendas de 1968 y se sustituyen por criterios de

rentabilidad bancaria. Se produce, hacia fines de la década del

setenta, el llamado "boom" de la construcción que favorece

profundamente las diferencias sociales, dejando a los sectores

asalariados con grandes carencias habitacionales.

En el período del 80 se consolida y agrava la crisis

económica del país. Con el proceso de recuperación de la

institucionalidad democrática no se producen cambios

significativos en la aplicación de las políticas sociales,

manteniéndose las características neoliberales en la política

económica. Este período marca un retroceso económico y social

con aumento de las situaciones de informalidad en el empleo

urbano y una caída abrupta del poder adquisitivo de los salarios.

La consecuencia inevitable de todo esto, en materia

habitacional, es la permanencia y acentuación del déficit

habitacional, ubicado en 1963 en ochenta y cinco mil unidades

(CIDE - CEPAL), mientras que otros estudios lo ubicaban, ya

para aquella época, en los cien mil. Esta cifra hoy estaría

claramente superada y alcanzaría a afectar el 40% de la

población de bajos recursos.

Page 11: Libro

11

La tierra, la vivienda y las políticas públicas:

a década del “50” registra un considerable

aumento en la construcción de viviendas

impulsada, esencialmente, por un lado el sector

privado que opera al amparo de la ley de propiedad

horizontal; por otro, el sector público, a través del

Instituto Nacional de Viviendas Económicas (INVE) y

el Municipio de Montevideo (IMM). El crédito público

en el período se canaliza a través del Banco Hipotecario

del Uruguay (BHU), alcanzando en los años 1956 y

1957 los montos más elevados, a partir del cual se

agudiza la crisis y con ella la descapitalización del

banco.

En 1963 la participación del BHU desciende del 27%

(alcanzado en 1957) a tan sólo el 3% (Terra, 1983). Entre los

años 1955 y 1968 el mayor caudal del crédito público destinado

a la construcción de viviendas fueron concentrados en unidades

mayoritariamente destinadas a los sectores altos y medios-altos

respaldando, en buena medida, la especulación inmobiliaria. No

hubo incidencia de estos créditos en las carencias habitacionales

de los sectores más carenciados y, mucho menos, a los

L

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12

marginales (entendemos por sectores marginales los que se

encuentran fuera del sistema productivo formal).

La ley Nº10.751 (propiedad horizontal) de 1946,

inicialmente pensada para la producción de viviendas para los

sectores de escasos recursos, comienza en realidad a dar frutos a

partir de 1953 en que se complementa con créditos hipotecarios

favoreciendo, finalmente, a las grandes inversiones

especulativas. Su crecimiento en el período de 1953 a 1959 pasa

del 20% al 70% de los permisos de construcción otorgados en la

época (Terra, 1983).

Si nos detenemos un poco en el análisis de esta ley y sus

ampliaciones posteriores (incorporación al régimen de

propiedad horizontal), que ha sido importantísima en la

evolución de nuestra ciudad, vinculada fuertemente al tema de

la vivienda y al del urbanismo, vemos que su propósito fue

“lograr una división en la propiedad en las zonas urbanas y suburbanas de las ciudades, que las pusieran al alcance de los sectores de menores recursos” (Nicolich, G., Porro, H., 1980 ).

Siguiendo la referencia a los citados autores, en un

informe de la Comisión de Constitución, Legislación General y

Códigos de la Cámara de Representantes, se decía: “En nuestro

concepto este proyecto vendrá a facilitar la solución de la

vivienda, para los que no son ni demasiado pobres ni demasiado

poderosos. La llamada clase media....será la beneficiaria directa

de este nuevo régimen de la propiedad inmueble..” (Nicolini,

G., Porro, H., op. cit.)

Page 13: Libro

13

Visto desde esta perspectiva, la historia muestra que la

ley ha logrado exactamente lo que se ha propuesto, pero fue

dirigida a los sectores medios-altos de la población. El sector

medio-bajo y bajo, trabajador formal, de la sociedad quedó

fuera. Luego, a nuestro juicio, éstos se verían contemplados con

la legislación del cooperativismo de ayuda mutua. Los sectores

más carenciados habrían quedado desplazados totalmente.

Las realizaciones públicas son de escasa magnitud

incidiendo muy poco, por tanto, en el déficit habitacional. Estos

programas fueron, además, lentos y descoordinados y con

grandes carencias en lo que refiere a los servicios y

equipamiento urbano necesarios.

Es frente a esta realidad que, ya desde la década del 50,

comienzan a producirse las “edificaciones clandestinas” en

terrenos fiscales, los rancheríos suburbanos (cantegriles), así

como el altamente rentable “mercado de arrendamiento” de

casas de inquilinatos y pensiones en fincas viejas y deterioradas

de los barrios céntricos de la ciudad.

El contexto de la ley nacional de viviendas:

n la década del 60, con la escasez de recursos

para la formación de capital se priorizaron las

políticas de acumulación y crecimiento,

E

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14

importadas directamente de los países desarrollados,

sobre las políticas sectoriales que pasaron a tener un

carácter más marginal.

Con la evolución del proceso de formación capitalista,

las estrategias y políticas de valorización privada del capital se

constituyeron en un elemento decisivo en el desencadenamiento

de la dinámica de concentración y de acumulación

territorialmente desigual. Este es, precisamente, uno de los

"problemas urbanos" inherentes a la dinámica del modelo

"fordista"3 aplicado, la tendencia a la progresiva concentración

territorial, a la primacía urbana.

Esta concentración territorial fue vista desde

perspectivas contrapuestas, para algunos fue un fenómeno

negativo, generador de desequilibrio, desbalance en la

distribución de los ritmos de acumulación y de crecimiento, así

como de las condiciones de la calidad de vida de la población

(inequidad social y segregación urbana); para otros pesaban más

los aspectos favorables de la concentración para alcanzar

mejores niveles de productividad, así como aquellos aspectos

referidos a la economía en el costo de urbanización.

3 Bajo el impulso de la dinámica económica que comenzó a desencadenarse

en la economía capitalista en los años que seguieron a la crisis del año 29

comenzó a concebirse un nuevo modelo caracterizado como un régimen de

acumulación intensiva basado en los principios tayloristas de la organización

científica del trabajo, la regulación estable de las relaciones entre capital y el

trabajo y la consolidación de la gran empresa manufacturera.

Page 15: Libro

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En definitiva, las políticas implementadas bajo este

modelo se basaron en un Estado hipercentralizado, único

representante legítimo de las políticas urbanas. Estas, que

priorizaron, como ya se dijo, lo territorial sobre lo social,

quedaron reducidas a acompañar el crecimiento económico

proveyendo de la infraestructura y los medios de consumo

colectivo a fin de asegurar la movilización y la reproducción de

la mano de obra.

Este modelo, de corte evolucionista, supone la existencia

de un principio "positivo" identificado con el movimiento

universal hacia el progreso siguiendo un modelo que sirve a

todos por igual y uno "negativo" identificado con las

resistencias tradicionales de caracter local que quieren ser

reconocidas como diferentes y ser atendidas de acuerdo a la

especificidad de su caso. Coincidiendo con Alain Tourain (76)

en su libro "Sociedades Dependientes", "la diversidad

reemplaza la sucesión, el espacio se sustituye por el tiempo, las

políticas a la evolución..". Se hace necesario, entonces, elaborar

múltiples proyectos que respondan a las múltiples necesidades.

Pero, nos estamos adelantando a la historia, lo cierto es que, a

partir de la década del 60, con la falta de recursos propios se

recurre a la financiación externa (Banco Interamericano de

Desarrollo -BID- y Agencia Interamericana para el Desarrollo -

AID), acorde con la política que, en lo general, se llevó a cabo

en el Uruguay de la época. Es como contrapartida de éstas que

se crea la CIDE, comisión especial con el cometido de elaborar

propuestas que integraran las políticas sociales al nuevo modelo

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de desarrollo económico. A partir de los estudios elaborados por

esta comisión es que se estimula la creación de Cajas de ahorro

y préstamo y las cooperativas de viviendas, que son la base de la

redacción de la Ley Nacional de Viviendas a fines del año 1968.

El aspecto más positivos de la actuación de la DINAVI

(Dirección Nacional de Viviendas creada por la ley) fue, sin

duda, su política de incentivo al sistema cooperativo. Aquí se ve

claramente como los proyectos específicos dan una respuesta

mucho mayor a las necesidades reales de la gente que la

aplicación de políticas estándar.

Lo más cuestionable es la falta de control de los

proyectos presentados, tanto en lo que se refiere a la

localización como a sus proyectos arquitectónicos. La mayoría

de los conjuntos realizados carecen de un criterio global que los

encuadre dentro de procesos de planificación urbana y territorial

adecuados. Esta falta de criterios globales, de políticas de

Estado referidas al tema de la vivienda serán la regla que nos

acompañará hasta nuestros días.

Con la ley Nacional de Viviendas se crean novedosos

instrumentos jurídicos buscando alcanzar una solución

definitiva al problema de la vivienda. La ley de cooperativas de

viviendas, que ha sido modelo para toda América Latina,

introduce aspectos innovadores como el régimen de tenencia de

usuarios, la autogestión, así como, a pesar de ser el aspecto que

más se ha discutido, el trabajo por ayuda mutua.

La gran interrogante de la gestación de la ley Nacional

de Vivienda es el llegar a desentrañar el cómo fue posible, bajo

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17

un gobierno de probada raíz conservadora y opositora a todo lo

que fuera desarrollo del movimiento popular, el crecimiento del

movimiento cooperativo que, a la postre, generaría el

movimiento social urbano de mayor envergadura del país.

Hay datos económicos significativos que sustentarían la

hipótesis de que el nacimiento de esta ley responde a una

imperiosa necesidad de la Industria de la Construcción para su

supervivencia. Se dan elementos tales como los que se expresan

a continuación “El Parlamento votó en 1968 la ley 13.728 - Ley

Nacional de Viviendas - Para entonces el país ya había pasado

en pocos años de porcentajes de inflación anual del 20% a más

del 50%, a partir de 1965, con un pico de 136% (récord

nacional) en 1967. Al mismo tiempo, el precio del dólar en el

mercado financiero, que era de poco menos de $3 en 1955,

había pasado a $11 en 1962, $128 en 1967 y $249 en 1968. A

todo esto, el salario real había caído un 20% en su valor entre

1957 y 1966 (Melgar y Cancela, 1987). Traduciendo estas cifras

a la realidad de la vivienda, se observa que: ´..los metros

cuadrados construidos por año caen de más de un millón y

medio en 1956 a la mitad en 1963; la inversión en viviendas en

relación al PBI (producto bruto interno) cae en un 50% en el

mismo lapso; los préstamos escriturados por el BHU,

organismo financiador de la vivienda, pasan de una cifra del

orden de los 10.000 millones de pesos en el período 1955-1958

a sólo 350 millones en 1958´(Nahoum, 1986)”

No sólo los números hablan, en el análisis de las

opiniones de quienes vivieron directamente la situación, es

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claro que todos hacen referencia a la difícil situación por la que

pasaba la industria de la construcción. “Para propiciar estos

sistemas, para poner en marcha, en fin, el vasto plan de

construcciones que las empresas requerían, luego de una década

de crisis de esa industria, es que se vota la ley. Dentro de esa

estrategia el sistema cooperativo aparece como un capítulo

marginal integrado a la ley, más para facilitar su tránsito

parlamentario que para apoyar verdaderamente en él un intento

de solucionar los problemas habitacionales”(Nahoum, op. cit.)4

En el estudio del debate parlamentario que se diera para

la aprobación de la ley, vemos que sólo el partido comunista

fundamenta en contra, tanto blancos como colorados votan

todos y cada uno de los artículos de la ley. El partido comunista

a través de sus legisladores del momento argumenta: “La ayuda

mutua es un sistema que, pretendiendo solucionar un problema

de la clase trabajadora -la vivienda- trae como consecuencia, en

definitiva, su sobre-explotación” (aunque no en forma

monolítica, motivo por el que surgen los COVISUNCA,

COVIADEOM, etc.)

La década del sesenta estuvo claramente influenciada

por la OEA (Organización de Estados Americanos) con

lineamientos precisos para los países del continente americano.

No se nos puede pasar por alto que la OCA (Organización de

Cooperativas Americanas) surge en ese período apoyada

fundamentalmente por el Departamento de Estado de EEUU.

¿No sería esta admisión de las cooperativas de viviendas,

destinadas a los trabajadores, una forma de atemperar al

4 Chavez, D., 1990

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19

movimiento sindical ante la gran polarización social que por

aquellos tiempos se daba?

Todos estos elementos hacen que la ley surja con la gran

resistencia del movimiento sindical, el SUNCA (Sindicato

UNico de la Construcción y Afines) se opone duramente, en un

principio, al desarrollo de las cooperativas de ayuda mutua,

debate fermental que sólo los años permitirán superar. Los

trabajadores de la construcción veían, con esto, la pérdida de

sus fuentes de trabajo.

Las permanentes oscilaciones económicas de la industria

de la construcción sólo podían resolverse con una gran

inversión estatal, cuestión que estaba totalmente garantizada

con la ley. No sólo se aseguraba una fuerte inversión estatal,

sino que se aseguraba, con ella, la fuente de financiación que

provendría de los salarios de los trabajadores. La ley grava en

un 2% los salarios de los trabajadores para la financiación de

viviendas populares.

Es entonces, en este marco y, pese a que la ley no fuera

pensada para ello, que surge el cooperativismo de viviendas por

ayuda mutua. En un período muy corto, esta nueva modalidad

constructiva pasará a ocupar el primer lugar de preferencia de

los trabajadores de todo el país, entre todas las opciones que la

ley preveía.

A partir del golpe de Estado en junio de 1973 el

movimiento cooperativista comienza a ser desplazado de las

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20

prioridades en la utilización de los recursos del Fondo Nacional

de Viviendas, los cuales a esa altura ya eran mínimos. A partir

del cónclave Solís es totalmente excluído. A partir de allí, la

iniciativa en la construcción de viviendas recae sobre el sector

privado.

El período post-dictadura y la situación hoy:

on el retorno de la democracia se elabora un plan

quinquenal de viviendas para el período 1985-

1989 que busca, prioritariamente, dar solución a

los sectores más carenciados de la población.

Enmarcado dentro del plan general y a corto plazo, se

desarrolla un plan habitacional de emergencia para

atender las situaciones de mayor gravedad, mediante la

construcción de nuevas viviendas (erradicación de

cantegriles - plan Aquiles Lanza - y conjuntos

habitacionales de interés social en predios municipales),

la acción sobre el stock existente (reciclaje del Barrio

Reus Sur, finalmente no realizado, para lo cual se llamó

a concurso de anteproyectos) y la terminación de

viviendas en construcción.

Los hechos reales mirados a diez años de esos planes

son un plan Lanza que no se ha podido terminar nunca; un

reciclaje del barrio Reus que no fue concretado profundizándose

el deterioro de las fincas afectadas al extremo de que hoy

deberán ser realizadas a nuevo; habiéndose tan sólo finalizado,

en convenio BHU-IMM, algunos de los conjuntos comenzados

C

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21

en este período (caso del CH99 en el Buceo), destinados a

sectores medios de la población.

En este período, a través del BHU, se realizan planes

mixtos y/o de promoción privada como fueron los PPT (Precio,

Proyecto, Terreno) que comenzaron como una gran idea

logrando precios razonables, pero rápidamente sus costos

dispararon para terminar en conjuntos absolutamente excesivos

para poder cumplir con los objetivos sociales que pretendía el

plan.

Pese a ello, algunos de los conjuntos realizados con este

programa tuvieron como su mayor éxito el radicarse en el

interior de la estructura urbana, cesando la construcción de

enormes conjuntos de viviendas en la periferia, aspecto

sobretodo relevante para el caso de Montevideo.

Otro programa destacable del período fueron las líneas

para el reciclaje de viviendas, rehabilitándolas y

transformándolas en apartamentos. Como aspecto positivo

corresponde enfatizar su éxito en la recuperación o, mejor

dicho, en el inicio de un proceso de recuperación de barrios

céntricos degradados (fundamentalmente el caso de la Ciudad

Vieja, pero también Cordón, Parque Rodó, etc.) Como aspecto

negativo el hecho de no haberse dirigido, una vez más, a los

sectores más carenciados y lo más grave fue que propulsaron la

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22

expulsión de la población carenciada de estos barrios y su

sustitución por sectores medios5.

Frente a la escasa o nula actividad efectivamente dirigida

a los sectores más carenciados de la población, se fueron

incrementando las tierras ocupadas irregularmente en

Montevideo. Si bien este proceso comienza en la década del 50,

es a partir de 1980 que su crecimiento se acelera

incrementándose en un 90,3% entre 1984 y 1990 y un 45% en

los últimos cinco años, lo que hace un 176% entre 1984 y 1994

(datos del relevamiento realizado por INTEC, Instituto Técnico

para la Promoción del Desarrollo Integral, 1995).

A partir de 1989 surgen los movimientos colectivos de

ocupación de tierras, que en sus orígenes fueron realizados en

protesta por la falta de préstamos públicos para vivienda, pero

5Es importante destacar que estos programas son de gran importancia aún

cuando se dirijan a sectores medios y medios altos de la población, siempre y

cuando sean acompañados de políticas que actúen en forma integrada

dirigiéndose a los sectores más carenciados.

Ejemplo de estas políticas de integración de sectores de diferentes niveles

económicos son aplicadas en muchas partes del mundo, un ejemplo claro lo

tenemos en la ciudad de Boston en EEUU donde las políticas públicas de

viviendas prevén, en un mismo conjunto se integren familias más pudientes,

familias de ingresos intermedios con un porcentaje de los préstamos

subsidiados y familias de escasos recursos con porcentajes más altos de

subsidios.

De este modo se logra una política que no sólo integra territorialmente a los

sectores de distintos niveles de la población evitando la segregación urbana y

territorial, sino un susbidio cruzado directo de la población más pudiente a la

más carenciada.

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23

que se fueron multiplicando luego, creándose hoy una “cultura

de las ocupaciones” que las distingue claramente de los viejos

cantegriles.

Pese a que estos hechos son claramente justificados

frente a una falta total de actividad pública hacia los sectores de

menores recursos de la población, producen desarreglos urbanos

que una vez establecidos son prácticamente imposibles de

revertir y están constituyendo las bases de nuestra ciudad de

futuro.

En los últimos cinco años la actividad pública no ha

variado demasiado el panorama, en relación a las políticas

habitacionales. Sí es de destacar la importancia de la creación

del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio

Ambiente para atender la problemática habitacional de los

sectores más carenciados rescatándose, sobre todo, la amplitud

del criterio tomado donde se une, precisamente, el tema de la

Vivienda con el del Ordenamiento Territorial y el Medio

Ambiente.

Pese a la creación de la nueva cartera de Estado, las

acciones concretas encaradas por el mismo a lo largo de su

primer quinquenio y lo que va del segundo son muy escasas o

prácticamente nulas. En este segundo período de gobierno se ha

comenzado a atender con más atención sobretodo lo que se

refiere al Ordenamiento Territorial y el Medio Ambiente, pero

las olas de estas buenas intenciones no han llegado a

Montevideo, donde por supuesto la realidad que nos

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24

encontramos dista mucho de los casos como Cabo Polonio o

Punta del Diablo.

La ley de Ordenamiento Territorial aún no se concreta y

la regularización de asentamientos precarios, altamente

publicitada desde el Gobierno anterior todavía no se ve. Pero

aún si la ley de Ordenamiento Territorial pudiera obtener los

acuerdos y ser aprobada, ¿cómo se podrá actuar en forma

ejecutiva sin una cartera de tierras que la respalde?

El plan quinquenal de viviendas elaborado para el

quinquenio 90-95 planteó acciones de vivienda nueva,

fundamentalmente a través de la construcción de núcleos

básicos evolutivos (NBE) financiados por el BID6. Otra forma

6 Para definir un núcleo básico evolutivo vamos a transcribir la definición

expresada por el propio MVOTMA en publicación firmada por el Director

Nacional de Vivienda Arq. Milton Estavillo en la última parte del período

1990-95: “Para definir el núcleo básico evolutivo es importante hacer una

pequeña reseña de las leyes que lo crean. A partir del 17 de diciembre de

1968, la ley Nº 13.728 estableció ciertas categorías, superficies y

condiciones respecto a las viviendas. Posteriormente, la ley Nº 16.237 del 27

de diciembre de 1991, introdujo algunas modificaciones, en particular la

Tipología de ´Núcleo Básico Evolutivo (NBE)´ y la de ´viviendas de

emergencia´, completando la categorización de 1968 (art. 17 de la ley Nº

16.237).

Esta ley define por NBE lo siguiente: “Entiéndase por tal la

vivienda mínima destinada a los sectores más carenciados de la población,

capaz de brindar a sus destinatarios una solución habitacional inicial. Debe

cumpir con las siguientes condiciones: A) Que su superficie no sea inferior a

30m2. B) Que esté construída en un predio cuya superficie no sea inferior a

100m2. C) Que permita como mínimo la ampliación de 12m2., con un

dormitorio adicional. D) Que para el caso de estar construida por un

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25

planteada para el acceso a la vivienda, preferentemente para

compra de vivienda usada fue encarada por el Sistema Integral

de Acceso a la Vivienda (SIAV)7. Otras líneas planteadas en el

plan, como el caso del reciclaje de viviendas o el Banco de

Materiales no han podido ser implementados. Las cooperativas

de viviendas apenas fueron consideradas en la última parte del

período. Este período marca, sin duda, el punto más bajo en la

historia de las políticas públicas de vivienda social (excluyendo

el período de facto).

Por su lado las Intendencias Municipales fueron

inhabilitadas en su derecho de reclamo del porcentaje

ambiente y cuarto de baño, admita una sub división posterior de aquel en

dos. E) Que su valor de construcción no supere los límites máximos

estabecidos por la reglamentación .

7 Sistema Integrado de Acceso a la Vivienda.- Son préstamos para vivienda

otorgados por el MVOTMA al que pueden acceder todas las personas

mayores de 21 años que residan en el país, no sean propietarios ni

pertenezcan a alguna cooperativa de ahorro o de ayuda mutua que haya

iniciado la ejecución de un programa de viviendas y que el ingreso familiar

sea inferior a las 60 unidades reajustables (UR). El tipo de vivienda al que se

puede acceder y las condiciones de financiamiento están de acuerdo al total

de ingresos del núcleo familiar.

Page 26: Libro

26

correspondiente de los recursos del fondo nacional de viviendas

para el Departamento al ser derogado el artículo 1218 de la ley

nacional de viviendas en las modificaciones establecidas junto

con la creación del MVOTMA.

El Municipio de Montevideo, huérfano de los recursos a

que tenía derecho, previo a las modificaciones expresadas, puso

en marcha un plan definiendo, con recursos propios, múltiples

programas: creación de una cartera de tierras9, regularización de

asentamientos precarios10 y de barrios y condominios11,

experiencias piloto en materia de viviendas en la búsqueda de

sistemas innovadores de construcción que permitan abaratar

costos con mayor calidad de obra12 y, finalmente, experiencias

8 Art. 121 derogado.- “Los Gobiernos Departamentales podrán reclamar una

participación de hasta el 50% (cincuenta por ciento) de las metas

departamentales del plan del sector público...”

9 El Decreto Nº 24.654 crea la cartera municipal de tierras para viviendas -

En el período 1990-95 se entregan 100 há de tierras a grupos organizados e

individuos propiciando una política social de tierras.

10 La regularización de asentamientos precarios en propiedad municipal

trabajando desde los aspectos físicos, sociales y legales con las familias que

ocupan esos predios

11 La regularización de condominios que se arrastran desde 1971 dándose la

titularidad de barrios - los llamados condominios - de acuerdo con a ley

13.939 del 23 de diciembre de 1970.

12 Experiencias como COVITRIVIC, Villa Teresa, COVIGOES MATRIZ

Page 27: Libro

27

de rehabilitación y reciclaje por ayuda mutua y autogestionaria13

(tema que desarrollaremos en el próximo capítulo)

Otras experiencias realizadas en convenio entre la IMM

y el MVOTMA que dieron resultados interesantes de analizar y

replicar fueron la construcción de “viviendas cáscara” 14por

cooperativas de viviendas, caso de COVITU 78 15 (inaugurada

en 1993) y las cooperativas COVILG y COVITRAB (en

ejecución)16

13 Experiencias como PRETYL, COVIGOES RECICLAJE, COVICIVI,

MUJEFAS 14 El instituto de asesoramiento técnico VIMA, que asesora a la cooperativa

de viviendas COVITU 78, propone una alternativa al núcleo básico

evolutivo (NBE) a costos similares de ejecución. Se trata de realizar una

vivienda evolutiva, pero con evolución hacia adentro, o sea que crece hacia

su interior y no hacia atrás o al costado como los NBE. La cáscara, de doble

altura en este caso, permitía alcanzar con costos muy inferiores un

crecimiento mayor. Esta solución es además superior, a nuestro juicio,

debido a que permite alcanzar una imagen urbanística mucho más uniforme,

no sólo al iniciar los crecimientos sino ya desde que se inaugura el barrio.

15 Cooperativa de viviendas Ituzaingó 78 se forma con once familias

provenientes del desalojo de una pensión en la calle Ituzaingó Nº 78 y pasan

a ocupar la vereda hasta que la IMM les ofrece un terreno en el barrio Bella

Italia

16 COVITU 78 formaba parte de la experiencia realizada en convenio entre

la IMM y el MVOTMA firmada en 1990 para la construcción de 400 NBE.

Luego de múltiples negociaciones el MVOTMA aceptó la incorporación de

cooperativas de vivienda por ayuda mutua, incorporándose entonces aquella

junto con COVIHON I, asesorada por el Centro Cooperativista Uruguayo.

Page 28: Libro

28

En el período actual es de descatar como programa

interesante el de rehabilitación de la Aguada, implementado por

el BHU, al que se lo designa como “programa nacional de

recuperación urbana: hacia una movilización integral de

fondos.” Como “socios” en esta propuesta se nombra a la

sociedad, en primer término, seguido de instituciones públicas y

privadas que co-gestionen la experiencia.

Ante una propuesta de este tipo ¿cabría, entonces, la

incorporación al programa de los sectores carenciados, que a

través de los organismos pertinentes, MVOTMA e IMM - para

el caso de Montevideo- pudieran acceder a los subsidios

correspondientes para comprar y reciclar o construir en la zona

de prioridad? ¿Caben acciones mixtas que habiliten que los

sectores menos pudientes accedan a propuestas como éstas?

¿Cabe la incorporación del movimiento cooperativo en este

programa? ¿Cabe la incorporación de los sectores de la

población que viven tugurizados en la zona o comenzaremos

una nueva etapa de desalojos masivos como a fines de la

década de los ochenta?.

Creemos que la presentación de propuestas específicas

ante el BHU debería admitir la incorporación de estos sectores

al programa y, de ser así, se podría lograr una acción

En convenio posterior, firmado en 1992, se inició una nueva experiencia

mixta entre NBE y Cooperativas de Viviendas en los terrenos municipales

ubicados en Teniente Rinaldi y Rafael, aquí se construyen COVILG,

COVITRAB y otra COVIHON. Es importante destacar que mientras las

experiencias cooperativas están ya muy avanzadas, los NBE aún no han

comenzado a construirse.

Page 29: Libro

29

verdaderamente integral, que es lo que en definitiva necesita

esa zona. Para ello será necesario la admisión de subsidios

especiales para estos sectores, que provengan del MVOTMA - a

través, por ejemplo, del SIAV - así como admitir acciones

autogestionarias y de ayuda mutua que permitan reducir los

costos financieros que recaerán sobre las familias que se

involucren.

Es importante recordar aquí todo lo analizado en el

contexto a la creación de la Ley Nacional de Vivienda de 1968

que surge buscando sacar de la crisis en la que se encontraba la

industria de la construcción y termina habilitando un

crecimiento impresionante de una nueva modalidad

constructiva: el cooperativismo de viviendas.

¿No será oportuno tener en consideración que son las

propias cooperativas quienes podrían dar mayor vigor en una

experiencia única de rehabilitación integral en la ciudad de

Montevideo? ¿No será el momento de dejar de lado los

conflictos históricos creados entre el BHU y el movimiento

cooperativo de ayuda mutua, así como todos los conflictos de

caracter político, para iniciar el camino hacia una verdadera

política de Estado en esta materia?

Page 30: Libro

30

CAPÍTULO II.- “La desurbanización de la urbanización”

Los conceptos de desurbanización y de urbanización descapitalizada:

a tierra urbana se ha convertido para Montevideo,

al igual que para el resto de las ciudades

latinoamericanas, en uno de los elementos más

conflictivos en relación al acceso al espacio urbano por

L

Page 31: Libro

31

parte de los distintos sectores sociales. El crecimiento

anárquico de las ciudades y su desigual desarrollo se

relacionan en gran medida con el fenómeno de la

propiedad de la tierra.

El análisis del mercado del suelo se entiende desde una

dimensión que lo relaciona con el problema de la vivienda, la

sociedad y la economía en general. El suelo como medio natural

y su accesibilidad social, entendiendo que el "nivel de los

precios del suelo apenas depende de las cantidades ofrecidas,

sino más bien de las posibilidades de construcción"17.

En este sentido, como ya hemos analizado, la situación

de los nuevos asentamientos urbanos que se producen a partir

de la Ley Nacional de Viviendas, en la década del 70 no

responden a ningún plan de desarrollo urbano o política de

tierras observándose, claramente, una descoordinación de los

distintos actores y agentes responsables.

Esto, unido a la situación socioeconómica de la

población, ha determinado el hecho que, en Montevideo, se

haya producido un marcado decrecimiento poblacional en las

zonas céntricas y mejor servidas mientras, por otro lado, se haya

expandido la ciudad a zonas carentes del equipamiento urbano.

En efecto, ya a partir de la década del 40, los sectores de

más altos ingresos se fueron trasladando desde el centro de la 17Topalov, 1984

Page 32: Libro

32

ciudad hacia la costa este, a lo largo de las playas Pocitos,

Buceo, Malvín y Carrasco, e incluso más allá de los límites del

Departamento.

Del mismo modo, pero hacia el norte y noroeste del

Departamento, con la desintegración del "welfare state" ya a

partir de la década del 60 pero profundizándose en el 80, los

sectores de bajos ingresos comienzan a desplazarse al no poder

mantener el pago de las altas rentas de las zonas céntricas. Este

fenómeno inició un proceso de estratificación urbana y

segregación social que se ha ido acentuando hasta nuestros días.

Junto con este proceso de segregación se producen dos

fenómenos muy importantes de destacar a los efectos del

análisis del mercado del suelo: por un lado, un fenómeno de

"urbanización descapitalizada" (Terra, 1978), propio de

muchas ciudades de América Latina, que significa que las

inversiones en el equipamiento urbano básico (pavimento,

saneamiento, agua y electricidad) llegan con retraso en relación

a la ocupación del suelo.

Por otro lado, la existencia de áreas urbanas céntricas en

progresivo estado de deterioro, que se vacían y tienden a ser

ocupadas por los estratos de ingresos más bajos. La movilidad

residencial observable en Montevideo, en las últimas décadas a

consecuencia de la situación socioeconómica que se vive en el

país, ha producido un marcado decrecimiento poblacional en las

zonas céntricas y mejor servidas de la ciudad. Este fenómeno

produce deseconomías urbanas que la población hoy no está en

condiciones de afrontar.

Page 33: Libro

33

Seguir haciendo ciudad o rehabilitar la ciudad existente18:

abría preguntarse si es posible contribuir a la

rehabilitación del casco urbanizado revirtiendo

los procesos de deterioro físico, social y

ambiental, mediante la inserción de vivienda de interés

social a través del Sistema Público. Esta pregunta trae

implícitos cuatro cuestionamientos:

18 Berdía, A., Fossati, R., Trinchitella, J., Trabajo presentado ante el VIIº

Seminario de Arquitectura Latinoamericana (SAL) Ciudad y Arquitectura -

“Políticas Públicas y Vivienda Sociall: Hacer ciudad y no asistencialismo”,

1995

C

Page 34: Libro

34

A) por un lado, es necesario saber si la capacidad de la

estructura edilicia deteriorada y los intersticios de la ciudad

permiten satisfacer, o no, un porcentaje importante de la

demanda de vivienda;

B) por otro lado, es de orden preguntarse si la población

beneficiaria de estos programas podría trabajar por ayuda mutua en obras de reciclaje, con la seguridad y el cuidado que ello

implica;

C) en tercer lugar, para que la duda inicial pudiera contestarse,

es muy importante saber si se puede insertar vivienda social en el corazón de la ciudad, recuperando y reciclando fincas con

elevado nivel de deterioro y/o construyendo otras nuevas, lo que

implica costos compatibles con las pautas que se establecen

para estas franjas en el Sistema Público con una inversión

pública final por lo menos similar a la requerida al construir las

mismas en la periferia.

D) Por último, es muy importante analizar ¿en manos de quién

queda la plusvalía de la renta del suelo, en un mercado libre de

oferta y demanda, luego de la intervención?.

Veamos uno a uno los cuatro temas descriptos:

A) "LA URBANIZACIÓN SE DESURBANIZA, EXTENDIÉNDOSE INTERMINABLEMENTE" Montevideo ha sufrido muy tempranamente un proceso

de urbanización que lleva a que exista un importante porcentaje

de "stock edilicio" bastante envejecido. Según la Encuesta

Page 35: Libro

35

Nacional de Vivienda y Arrendamiento (D.G.E. y C., 1986-

1987). Paralelamente a este fenómeno, ya desde la década del

40, se ha venido produciendo una movilidad territorial de los

sectores de ingresos medios y altos de la sociedad hacia la zona

costera este, traspasando los límites del Departamento. Del

mismo modo, pero hacia el norte y oeste del Departamento,

entre la década del 60 y del 70, los sectores de bajos ingresos

comenzaron a desplazarse abandonando los barrios céntricos de

la ciudad.

Este movimiento interno generó un vaciamiento

poblacional de las zonas más antiguas y consolidadas de la

ciudad, que poseen una estructura de servicios que se ha visto

subutilizada, con el consiguiente abandono y deterioro físico y

ambiental.

El estado físico de las estructuras edilicias existentes en

los barrios céntricos vemos que, en 1987 un 30,86% de las

construcciones tenían más de 50 años (126.000 viviendas). De

ellas, la tercera parte son de calidad "mediana" o "confortable" y

más.

De acuerdo con la información estadística que se posee,

un 12,6% del total del "stock" tiene más de 100 metros

cuadrados de construcción (es decir que podría dividirse en por

lo menos dos viviendas) y en un 47,45% de ellas hay más de

20m2. por persona.

Page 36: Libro

36

Unas 6.000 fincas de Montevideo (3%), que tienen más

de 50 años de construidas, tienen más de cinco dormitorios y

otras 13.000 propiedades (6%) tiene cuatro dormitorios con, en

general, entre 4 y 5 metros de altura de techos, lo que significa

que podrían, potencialmente, dividirse también en altura

transformándose en varias unidades de vivienda.

En relación al estado de conservación, un 15,7% se

encontraban, para el último censo en 1985, en mal estado o

ruinoso (65.830 viviendas); existiendo un porcentaje de fincas

vacías que supera ampliamente el criterio internacional de

aprovechamiento del stock de viviendas (3% al 4%) alcanzando

en 1985 un 7,9% (33.300 viviendas).

En relación con la tierra ociosa no fraccionada, dentro

de los límites de la ciudad, existen 1.512 há en baldíos

absolutos y 1.632 há en baldíos con casilla o edificio en predios

de 5.000 mts. hasta 10 há. Siendo el 74% de ellos fraccionable

(datos del proyecto de desarrollo urbano y políticas comunales,

IMM-PNUD, 1988)

Por último, en relación a la utilización de la

infraestructura y los servicios existente (saneamiento, agua,

electricidad, teléfono, transporte, escuelas, policlínicas,

bibliotecas, etc.), se registra en la zona central de la ciudad una

capacidad ociosa como consecuencia de las bajas densidades,

por lo que la densificación de éstas áreas hace económicamente

más rentable la inversión.

Frente a esta situación se hace imprescindible, al

momento de construir viviendas por el Sistema Público, asumir

Page 37: Libro

37

un papel ordenador y planificador en relación al crecimiento de

la ciudad, procurando la implantación de las viviendas en las

zonas con buen nivel de equipamiento de infraestructura de

servicios.

B) ¿QUE IMPLICA REHABILITAR LA CIUDAD CON VIVIENDA SOCIAL?

El Gobierno Departamental de Montevideo ha puesto en

marcha un programa de vivienda y rehabilitación urbana y

edilicia basado en experiencias piloto, buscando obtener

sistemas constructivos que habiliten la construcción de

viviendas de mayor calidad y área, a menor costo, mediante

acciones de reciclaje y recuperación del patrimonio edilicio de

la ciudad, con la participación activa de la población

involucrada.

La política llevada a cabo en este sentido, fue realizada

con familias agrupadas en cooperativas de vivienda, buscando

que, por intermedio de esta asociación, ellas pudieran canalizar

mancomunadamente sus esfuerzos, asumiendo, bajo esa forma,

Page 38: Libro

38

los derechos y obligaciones que supone el proceso de

construcción de sus viviendas y administración ulterior de los

conjuntos.

Estas experiencias, realizadas en forma piloto, deben ser

analizadas buscando su replicabilidad de modo que habiliten el real pasaje de lo "micro" a lo "macro". Esto se hace

imprescindible a la hora de discutir las alternativas de inserción

de la vivienda social en políticas de reciclaje.

La rehabilitación urbana exige procesos complejos que

implican la necesidad de crear una "conciencia" de su

significado y un cambio de mentalidad respecto a algunos

criterios fuertemente arraigados y defendidos por las

organizaciones populares, sin que esto signifique una

disminución en el concepto de vivienda digna.

La construcción de viviendas a partir de una estructura

existente no es sólo un tema económico donde se busca el

máximo aprovechamiento del "capital fijo" existente,

densificando las zonas con mejores niveles de infraestructura y

servicios. Significa, asimismo, la refuncionalización de edificios antiguos a las condiciones de vida de hoy,

acondicionando los aspectos estructurales y funcionales,

recualificando la ciudad existente en lo físico, social y

ambiental; potenciando, además, los valores histórico -

culturales que definen la "memoria de la ciudad".

Los edificios que reúnen las condiciones para ser

transformados en unidades de viviendas son,

fundamentalmente, los anteriores a 1920. Las tipologías de

Page 39: Libro

39

estos edificios condicionan en algunos aspectos los resultados

finales así como la capacidad de aquella condiciona la cantidad

de viviendas resultantes.

La utilización de los edificios de la época en obras de

reciclaje requirió cambios en la normativa que fueron

necesarios de ajustar a efectos de aprovechar esas estructuras

existentes. Por ejemplo, para mencionar alguna de ellas: la

altura de techos que encontramos en las fincas reciclables es, en

general, de entre cuatro y cinco metros, por lo que para ser

entrepisados, condición básica para lograr su transformación en

varias unidades, fue necesario modificar la reglamentación que

establecía el mínimo de 2,40mts. admitiéndose alturas de 2,20

metros en el 50% de la vivienda y de hasta 2,10 en caso de

cocinas, baños y pasillos.

Las "desventajas" que pudieran significar estas

modificaciones respecto de una obra nueva, así como la cierta

rigidez por causa de la necesidad de máximo respeto a esas

estructuras existentes, se ven ampliamente compensadas por las

ventajas que ella ofrece: estar situada en el centro de la ciudad,

alcanzar niveles constructivos de gran calidad por partir de

estructuras realizadas en base a materiales nobles dispuestos

generosamente (muros de grandes espesores con excelentes

niveles de aislación térmica y acústica), la calidez formal con

grandes patios interiores y hasta un "derroche" de áreas que hoy

sería imposible proveer.

Page 40: Libro

40

Pero las obras de reciclaje implican, también, trabajos

cuidadosos; una recuperación meticulosa de los materiales que

se "quitan" a la estructura, de modo de que sean reutilizados en

otros lugares. Requiere un conocimiento de lo que significa

rehabilitar un edificio y por tanto la ciudad que de ellos se

conforma, una "cultura de la rehabilitación" que debemos

entender, aprehender y difundir.

Requiere, asimismo, un apoyo técnico que garantice la

correcta y segura ejecución de las obras que, hasta hace muy

poco se consideraban altamente especializadas, en donde la

ayuda mutua y el trabajo de mano de obra no especializada era

impensable.

C) DE LO VISIBLE Y LO INVISIBLE: "La incidencia del costo de la infraestructura y servicios en las

políticas públicas"

A la luz de las experiencias realizadas por el Gobierno

Departamental de Montevideo, parecería que los procesos de

deterioro y segregación social que presenta hoy la ciudad son

evitables y reversibles con políticas urbanas coherentes y

contínuas que procuren no perder los valores urbanos y de

calidad de vida de sus pobladores.

Estas experiencias, que fueron realizadas con la

intención de que fueran ejemplos replicables posteriormente,

generadores de desarrollo social, físico y ambiental, nos re-

confirman la hipótesis planteada dejando como corolario las

siguientes reflexiones.

Page 41: Libro

41

No es posible implantar políticas de vivienda que sean

exitosas sin la participación activa de la población involucrada

desde la gestión, adaptando a los mismos a las necesidades

específicas de cada grupo humano para el cual se aplican.

El involucramiento de la población beneficiaria permite

alcanzar, mediante la autogestión, un mayor nivel en el

desarrollo social del grupo; un "resultado", su vivienda, que se

adapta a las necesidades familiares, mayor calidad constructiva

y un costo real inferior al necesario para construir este tipo de

viviendas a través de empresas constructoras privadas. Los

casos de inserción de vivienda social dentro de la ciudad que no

tomaron en cuenta la importancia de este punto llevaron a

ejemplos como Cerro Norte, Unidad Casavalle, Barrio 40

semanas, que no son, precisamente, ejemplos a ser replicados.

Nos atreveríamos, entonces, a afirmar que los sistemas

cooperativos de ayuda mutua y autogestionaria habilitan,

sobretodo en los sectores sociales más carenciados, el logro de

un “resultado final” mucho más completo e integral que los

sistemas tradicionales de construcción, los que pasan a ser

competitivos al aumentar los estándares y sobre todo el monto

de dinero a ser invertido.

Page 42: Libro

42

D.- VIVIENDA SOCIAL, POLÍTICAS PÚBLICAS Y USOS DEL SUELO:

"Ni liberalismo ni proteccionismo, la clave es el punto de equilibrio"

La oferta y la demanda del suelo urbano son conceptos

que intervienen de manera diferente en el crecimiento y

expansión de las ciudades. Mientras que la demanda va en

función del crecimiento de la población, la oferta obedece a

condiciones del mercado inmobiliario y de la tierra.

El suelo tiene una importancia estratégica para el

desarrollo de los asentamientos humanos. Ello demanda el

control gubernamental, evitando la especulación del mercado de

suelo urbano.

La tierra es un recurso limitado, cuya gestión debe estar

sujeta a vigilancia y/o control público en interés de la nación. La

propiedad pública, transitoria o permanente, debe utilizarse para

controlar zonas de expansión y/o protección urbana.

La variación de la estructura de valores del suelo dentro

de la ciudad depende de los potenciales que ofrece cada sitio.

Un axioma del pensamiento liberal en la construcción del

territorio urbano afirma: "el mejor uso del suelo lo realizará

aquella actividad que pueda pagar más por él" (Mangada, E.,

"Planeamiento y construcción del territorio"). Pero esta eficacia

económica conlleva a la inequidad y a la segmentación social y

física y debe ser controlada por una clara voluntad y

mecanismos públicos eficaces que defiendan las actividades

Page 43: Libro

43

débiles, pero imprescindibles para un desarrollo equilibrado y

solidario.

Es por ello que se hace imprescindible armonizar los

intereses privados con el interés público en un plan que

maximice la habitabilidad de la ciudad y que asegure un

desarrollo razonable para el conjunto de la sociedad.

El interés público implica la noción de "control", pero

no sólo mediante la acción impositiva y medidas regulatorias,

sino en el sentido de la intervención antes de la acción,

anticiparse, que es la base de la planificación.

Una ciudad que excluye o margina gran parte de su

población supone un desarrollo económico urbano basado en

altos costos sociales, inseguridad ciudadana, degradación socio-

espacial y ambiental, gran movilización cotidiana, etc. lo que

implica también grandes costos económicos (Borja, J., 1994)19.

El mantenimiento del entramado social20:

"La heterogeneidad de la ciudad representada en cada barrio"

19 Jordi Borja en conferencia dirigida a los jóvenes en Uruguay, 1994. 20 Berdía, A., Fossati, R., Trinchitella, J.,1995

Page 44: Libro

44

a posibilidad de realizar proyectos de reciclaje

dentro de un programa más amplio de

rehabilitación urbana permite, no sólo dar una

solución en materia de vivienda sino también mantener

el entramado social heterogéneo de la zona.

Un riesgo que se corre cuando se realizan obras de este

tipo, en donde se recupera un área deteriorada de la ciudad, es el

cambio de población y , en muchos casos, el cambio de uso del

suelo, pasando de actividades residenciales a otras de tipo

comercial, depósitos, etc.

El tema de la pertenencia barrial es de fundamental

importancia a la hora de seleccionar a los grupos que participan

en determinada experiencia. La pertenencia barrial es definida

tanto por el residir en la finca o en el barrio, como por el

realizar la actividad laboral en el mismo o el tener orientadas las

estrategias de sobrevivencia en él. Es decir que, el barrio es

considerado como aquel lugar donde se realizan las actividades

productivas y reproductivas de las unidades familiares en

cuestión.

El tomar en consideración el tema de pertenencia barrial

permite evitar situaciones de desarraigo, las que significan un

enorme costo social para estos sectores muy carenciados. El

traslado de las familias de un lugar a otro obliga a cambiar sus

estrategias de sobrevivencia, muchas veces fuertemente

consolidadas durante muchos años en un lugar determinado.

Se plantea, en este caso, no solamente una recuperación

de carácter edilicio sino, también, una recuperación social. Esta

L

Page 45: Libro

45

se realiza a través de la recuperación del uso residencial con el

logro de una vivienda digna pero, además, efectuando un

proceso de integración con otros sectores barriales por medio

de una dignificación de las unidades familiares involucradas en

el programa.

Los procesos realizados con los grupos conllevan,

asimismo, un proceso de organización familiar. Ello les permite

identificarse como actores sociales colectivos, protagonistas

indispensables de esta recuperación. Son, de este modo,

identificados por los demás vecinos del barrio, ganándose así un

lugar y consolidando con ello el proceso de integración

buscado.

En la práctica se ha podido observar cómo estos

procesos generan menos resistencia por parte de los otros

sectores del barrio, en contraposición con las experiencias

donde se inserta una población trasladada de otro lugar.

El mantenimiento del entramado social permite evitar

los procesos de "guetización" que se dan en otros programas de

vivienda social. Estos procesos que llamamos de "guetización"

nuclean sectores sociales con problemáticas similares (como es

el caso de la pobreza extrema), aislándolos del resto de la

sociedad favoreciendo, de este modo, la fragmentación de la

sociedad y la segregación física y social.

La experiencia también nos muestra que, la focalización

de las políticas públicas, aislando estos sectores del resto de la

sociedad, potencia los problemas sociales que ellos presentan,

Page 46: Libro

46

no permitiendo así, la dignificación de los núcleos familiares.

Son claras las ventajas de insertar grupos pequeños en relación

a los grandes complejos de otrora.

Las experiencias de reciclaje y rehabilitación urbana,

llevadas a cabo por la Intendencia Municipal de Montevideo,

han partido de la consideración de que la sociedad en que

vivimos es compleja y heterogénea y, sólo respetando ésto y

contribuyendo a mantenerlo, se estará construyendo la ciudad y

no, simplemente, haciendo asistencialismo.

¿Qué está pasando en la periferia?

“El fin de la ciudad tradicional”

iles de familias expulsadas hacia la periferia

conforman ciudades perdidas”21 se refiría un

trabajo del director del Instituto de Teoría y

Urbanismo (ITU) de la Facultad de Arquitectura de

aquellos tiempos, 1989, y actual Decano el arquitecto

Carlos Acuña. Sigue diciendo “lo más significativo a

21 Diario “La República” del día martes 13 de junio de 1989

M

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47

señalar por las repercusiones sociales, es que en la

ciudad se dan, por un lado, leves crecimientos

poblacionales y por otro, no sólo la incapacidad de

absorber el crecimiento vegetativo, sino también y esto

es lo más grave, para seguir alojando a un contingente

importante de su población...”

Así también en aquella época la Asamblea Nacional de

la Federación Unificadora de Cooperativas de Vivienda por

Ayuda Mutua (FUCVAM) declaraba22: “Si no aparecen

soluciones las ocupaciones aumentarán”.

Por su parte dos años antes23, la Sociedad de Arquitectos

del Uruguay (SAU) expresaba: “en sólo ocho años las viviendas

tipo rancho y desecho aumentaron un 76% en nuestra capital,

mientras que las viviendas de inquilinato se multiplicaron por

cuatro..”

En un artículo titulado “el derecho a un lugar en la

tierra”24 el ingeniero Benjamín Nahoum decía “si usted es pobre

y se muere, el Estado le garantiza un entierro -modesto- y un

lugar para que sus restos descansen. Pero si usted es pobre y se

le ocurre seguir viviendo, tendrá que arreglárselas sólo..” 22 Semanario “Alternativa” del 1º de noviembre de 1989

23 Publicación en “La Hora” del martes 17 de febrero de 1987 referente a una

publicación realizada por la SAU en esos días

24Artículo en Brecha el 16 de junio de 1989

Page 48: Libro

48

Podríamos así seguir transcribiendo en forma indefinida

las preocupaciones que se han planteado en forma sostenida,

fundamentalmente desde fines de la década del 80, por este

tema denunciando situaciones que hoy, no sólo se mantienen

vigentes, sino que se han agravado.

Hoy, frente a una demanda - de tierra y vivienda - mucho

más fuerte que la oferta, la ocupación de tierras pasan a ser un

instrumento más, que si bien es “ilegal” ,ya casi se podría decir

que es una ilegalidad admitida, que está comenzando a formar

parte de la cultura de nuestra gente.

En una entrevista realizada al arquitecto Miguel Cecilio

nos decía: “el fenómeno va enormemente más rápido que las

políticas, es más, el fenómeno de desorganización urbana tiene

una política, tiene una política clarísima, lo que falta es la del

otro lado, que vaya tan rápido como esa, por lo menos, que le

quite compresión” Además, seguía comentando, “la relación es

exponencial”, en la medida en que no se ofrece algo mejor,

mejor para ellos - y aquí interesa analizar ¿cuál es la medida, el

estándar, que ubique el problema en su justa dimensión? - y a

mayor velocidad, la brecha entonces se agranda y nos deja un

problema cada vez más difícil de atender.

Hoy nos introducimos a velocidad exponencial en la

realidad latinoamericana que expresara Jordi Borja25 al decir:

“...el gobierno legal no es capaz de legalizar el 50% de la ciudad

latinoamericana”.

25 Borja,J., “Los Gobiernos Locales de América Latina”, 1988

Page 49: Libro

49

El tiempo pasa, los más avanzados denuncian y ... nada

pasa. Increíblemente, casi 20 años después de lo que expresara

Aldo Rossi en su libro “La Ciudad y la Periferia” (1977), las

que fueran citadas por Enrique Browne en su artículo “Guerra al

Derroche y otros ideales urbanos” en “Repensando la ciudad de

América Latina” hace ya ocho años, podemos repetir hoy, en

forma textual, sus palabras: “La tristeza de nuestras periferias....

indican algo más que una deficiencia técnica y política; indican

una absoluta falta de perspectiva... aquellos errores que

decíamos han surgido recientemente y todavía nacen, por obra

de esta impecable acción que actúa al margen de una

perspectiva unitaria. Y no sabemos otra manera de

interrumpirla, si no es oponiendo una nueva idea...

suficientemente fuerte para construir una aternativa de fondo”

Sin embargo entendemos que, pese a ello, Montevideo

está aún lejos de la situación que se vive en otros lugares de

América Latina; parecería que aún estamos a tiempo de revertir

la situación. Lo que está claro es que lo que hay que cambiar,

ante todo, es la forma en que atendemos los problemas. Hay que

entender que los problemas de las sociedades y por tal de sus

territorios, al igual que cualquier otro tipo de problema donde

inciden múltiples variables y múltipes actores, corren en forma

independiente, atravesando en forma horizontal las estructuras

sociales, políticas económicas, tecnológicas, legales, etc. y por

tal, también en forma transversal deberemos atender el tema.

Page 50: Libro

50

Hacia atrás en la historia:

Los años setenta, la antesala del comienzo de una “autourbanización” ante la falta de respuestas por parte de los

sectores públicos”

arios fueron los hechos que vemos como claves

en esta década y que podemos extraer como

antecedentes importantes en esta realidad que

hoy se nos presenta como un problema que no puede ni

debe esperar más.

Por un lado, las primeras experiencias de ocupar tierras

“de otros” para la construcción de viviendas para las familias de

los sectores sociales que no accedían al mercado inmobiliario

formal. Por otro lado, las dificutades que comenzaron a

presentarse al movimiento cooperativo que había adquirido en

pocos años suficiente fuerza como para movilizar a miles de

familias a lo largo de todo el país.

El caso del Barrio Casabó:

Con la ley 14.006 del 11/8/71 se dispone de la

regularización de unos inmuebles ubicados en la villa del Cerro,

a los efectos de propender a la formación de un núcleo

habitacional de caracter definitivo. De este modo se amparan las

situaciones de ocupación de varios predios que habían sido

ocupados para la construcción de viviendas por parte de

familias de escasos recursos.

V

Page 51: Libro

51

El caso de COVICENOVA: En setiembre de 1972 setecientas personas agrupadas en

110 familias ocuparon por la fuerza un núcleo de viviendas

municipales a punto de ser inauguradas en Cerro Norte. El caso

ilegal a todas luces, escapó sin embargo a la fría consideración

jurídica, conmovió a la opinión pública, acaparó los titulares de

la prensa y movilizó a decenas de Instituciones de las más

diversas índoles.

Carlos Salgueiro, presidente de la Covicenova de

entonces, explicaba en una publicación de FUCVAM su

posición y tiende el puente que permitiera se desechara la idea

de un delito puro y simple, agregando elementos de otra

naturaleza. Dice: “la mayoría de nosotros trabajaba, el problema

era la vivienda, en este sentido estabamos un poco más abajo de

mal. Ocupar fue para nosotros el último recurso. No queríamos

hacer mal a nadie, ni siquiera protestar, porque más que una

protesta lo que nos empujó a la ocupación fue la necesidad. La

ocupación duró 52 días”.

En otra publicación de la mencionada Federación, Zulma

Cardozo, fundadora de Covicenova dice: “..finalmente nos

desalojaron. Ese día el operativo fue impresionante....el Cerro

parecía el escenario de una película de guerra..”

Covicenova pudo firmar un préstamo con el Banco

Hipotecario ya entrados los años ochenta. Seguramente aquella

Page 52: Libro

52

dura experiencia pudo haber sido evitada de haber tomado las

medidas justas en el momento adecuado.

Las primeras trabas al movimiento cooperativo entrados los años setenta: La conquista de la tierra urbana para poder construir su

techo fue y seguirá siendo uno de los grandes temas de los

sectores populares. Es con este objetivo que se inicia desde

1989 una lucha manifiesta en este sentido, que comienza con

una serie de ocupaciones de tierras de la mano del movimiento

cooperativo de viviendas por ayuda mutua.

Pero aquel fenómeno tuvo su explicación, luego de un

período de apogeo del cooperativismo en el Uruguay, a partir de

la creación de la Ley Nacional de Viviendas,entrados los años

setenta, se ingresa en un período largo y difícil donde se frena

toda posibilidad de crecimiento cooperativo con tres grandes

trabas: a) los largos trámites hacia la obtención de las

personerías jurídicas, b) la dificultad de acceder a terrenos

adecuados para construir y c) la imposibilidad de obtener

créditos para construir las viviendas.

A) LOS LARGOS TRÁMITES HACIA LA OBTENCIÓN DE LAS PERSONERÍAS JURÍDICAS:

Así como la propiedad horizontal dio una solución real

al problema de la vivienda de los sectores medios, el

Page 53: Libro

53

cooperativismo de viviendas lo logró con los sectores de

ingresos medio-bajos y bajos.

Los aspectos más importantes que se introducen en esta

modalidad constructiva son:

a) Organización: Las familias organizadas bajo la forma

de Cooperativas de Vivienda, prevista por la Ley No. 13.728,

supone que los grupos familiares que aspiran a solucionar su

problema de vivienda por este sistema, constituyan una

asociación, “una organización de iguales” (Centro Cooperativista

Uruguayo -CCU-, 1986), para canalizar mancomunadamente su

esfuerzo y asumir bajo esa forma los derechos y obligaciones que

supone el proceso de construcción de sus viviendas y

administración ulterior de los conjuntos. Es fundamental este

concepto de trabajo conjunto organizado en la consideración de

que la satisfacción de la necesidad de vivienda es un aspecto

dentro de una demanda más global de necesidades básicas

insatisfechas y que la única manera que tienen estos sectores

sociales para resolverlos es trabajando colectivamente para ello.

b) La modalidad constructiva incorpora el concepto de la

ayuda mutua que permite el pasaje del esfuerzo propio a esfuerzo

conjunto. Ello significa “que los recursos centrales para la

consecución de sus objetivos será el aporte de mano de obra de

las familias que lo integran” (CCU,op. cit.). Se incorpora,

también, la figura de los Institutos de Asesoramiento Técnico

(IAT) encargados del apoyo a las cooperativas para la concreción

de los programas, así como en la instrumentación de planes de

educación cooperativa de los grupos que se conforman.

Page 54: Libro

54

La experiencia histórica de las cooperativas de ayuda

mutua en el país ha demostrado que la participación grupal en el

trabajo logra abatir significativamente los costos debido,

fundamentalmente, a que las cooperativas no tienen los gastos de

administración, beneficio de las empresas y reducen las

inversiones en la mano de obra,.Genera, además, una relación

muy fuerte de solidaridad grupal y de apropiación colectiva del

conjunto habitacional, que se refleja en un alto nivel de exigencia

en su mantenimiento y conservación ulterior. Asimismo, el

resultado arquitectónico de los proyectos obtenidos contempla las

necesidades reales de los usuarios ya que se prevé la consulta y

participación de los mismos al definir el proyecto definitivo.

Hoy es fundamental la adaptación de la experiencia

acumulada en materia cooperativa a una nueva realidad social que

se vive en el país, que resulta muy diferente a la que se vivía en

los primeros tiempos de las cooperativas de ayuda mutua. Deben

enfatizarse, además de los elementos técnico-constructivos, los

aspectos sociales, de funcionamiento y dinámica grupal,

imprescindibles en la educación cooperativa de hoy.

c) Adjudicación del uso y goce a los socios. Dentro de las

cooperativas de ayuda mutua, la Ley de Viviendas prevé una

modalidad específica de adjudicación, que consiste en que la

Cooperativa cede a sus socios el uso y goce de cada unidad de

vivienda. Esta modalidad permite una gran estabilidad de cada

familia en su vivienda, al disminuir la cuota de amortización,

controlar las cesiones -que requieren expresa autorización de la

cooperativa- y evitar el lucro individual de las familias a partir de

los programas sociales de vivienda, ya que al autorizar una cesión

Page 55: Libro

55

se reembolsan solamente los aportes de los cedentes a su valor

actualizado, tanto en la mano de obra como en las amortizaciones

realizadas.

Es, entonces, la sociedad cooperativa la que adquiere el

derecho de propiedad, asume la deuda conjunta, y administra el

inmueble, con la carga de adjudicar el uso y goce de las unidades

habitacionales a sus socios y de controlar las cesiones. Esto es lo

que las distingue fundamentalmente de los condominios.

El condominio es una situación jurídica por la cual varias

personas, dos o más, son titulares de un bien. La sociedad

cooperativa es un sujeto jurídico distinto del de sus integrantes,

que es titular de un patrimonio propio (bienes, derechos y

obligaciones) diferente al patrimonio de sus integrantes.

En la sociedad cooperativa, como en cualquier otra

sociedad, existe organización (como ya lo vimos), elemento que

está ausente en las situaciones de condominio. Las

sociedades cooperativas son, por ley, personas jurídicas, los

condominios no.

Para el caso de las cooperativas, ellas no existen sin

personería jurídica, por tal la mejor manera de frenarlas, en esta

década que venimos analizando, fue ir trabando el otorgamiento

de las mismas tal que el trámite se hiciera interminable.

Hoy la obtención de las personerías jurídicas está

destrabada (no así la obtención fluída de préstamos), pero es

Page 56: Libro

56

importante tener en cuenta que un condominio no sustituye a la cooperativa. aún cuando nos encontremos ante la dificultad de

obtener la personería jurídica.

En un condominio cada integrante es dueño de una cuota

parte indivisa del bien que está en situación, que no es divisible

entre sus titulares. Los condueños o condóminos comparten la

propiedad del bien, ninguno de ellos es propietario de todo el

bien. Esto genera conflictos irresolubles a la hora de querer

vender una cuota parte o generarse un conflicto entre sus

titulares.

La figura del “condominio” tiene gran incertidumbre

desde el punto de vista de los derechos de sus titulares. Es una

situación patológica, “enferma” jurídicamente y por tal no es

aconsejable como solución. (aquí nos estamos dirigiendo a las

familias ocupantes de un terreno que han logrado legalizar su

situación y que deben enfrentarse a la firma de los títulos como

propietarios del bien adquirido)

En cambio la cooperativa es dueña del bien, es titular del

patrimonio social y por no se enfrenta a estos problemas26.

B) LA DIFICULTAD DE ACCEDER A TERRENOS ADECUADOS PARA CONSTRUIR:

La obtención de tierra urbanizada para las cooperativas

fue uno de los temas prioritarios de la Federación de

26 La relación jurídica entre las sociedades cooperativas y los condominios

fueron aportadas en entrevista personal por el Dr. Juan Trinchitella.

Page 57: Libro

57

Cooperativas, ya que sin ella de nada servía crear una

cooperativa de viviendas.

Para aquellos años la obtención de predios urbanizados

para las cooperativas era una misión imposible, transcribiendo

uno de los tantos informes idénticos de la comisión de tierras de

la FUCVAM en el año 1972 decía: ..”en lo que va de este año

no se ha adjudicado ningún terreno..”

En agosto del mismo año se comienza a hablar de un

“fondo de tierras” de alcance nacional que permitiera atender el

tema. El problema de la obtención de tierras para las

cooperativas era ya tan grave que desarrollar alternativas

comenzaba a ser una necesidad. En setiembre de 1974, en un

acto realizado por a FUCVAM en el cine Central, se decía:

“..Otro de los grandes problemas que afectan a las cooperativas

es la dificultad para obtener terrenos, lo que nos obliga a

interminables peregrinaciones en pos de ´la tierra prometida`.

Ya propusimos a nivel de la Dirección Nacional de Vivienda

(DINAVI) a creación de un fondo nacional de tierras que

habilite una adjudicación coherente de los predios solicitados..”.

Para aquel entonces, las tierras disponibles eran adjudicadas en

su totalidad a promotores privados.

Es claro que el problema mantenía la misma vigencia

con el pasar de los años, así como la misma falta de atención.

En 1975, en la Editorial del periódico de FUCVAM se protesta

frente a “una política de tierras que no da la suficiente agilidad y

carece de toda previsión por parte de a DINAVI”

Page 58: Libro

58

Fueron miles los problemas que las distintas

cooperativas transitaron en aquella época a los efectos de lograr

sus objetivos, pero siempre las trabas fueron las mismas: la

personería jurídica, la tierra y el préstamo.

La lucha de los años setenta nada tuvo que ver con la de

los años ochenta, pero fueron los antecedentes que provocaron

las ocupaciones colectivas del año 1989. Con la dictadura

militar vinieron años cada vez más oscuros, donde se cierran

todas las posibilidades de obtenerse personerías jurídicas a las

cooperativas de ayuda mutua, los préstamos cambian sus

condiciones haciéndose inaccesibles para las cooperativas y las

tierras no sólo no aparecen sino que se le quitan terrenos a

cooperativas que ya habían sido asignados.

C) LA IMPOSIBILIDAD DE OBTENER CRÉDITOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE VIVIENDAS:

En los años 1976 y 1977 se desmontó el aparato

institucional que regía la política de vivienda y comienza a

aplicarse una política neoliberal en esta área, aspectos que ya

fueron definidos. Con ella comienza una nueva etapa para las

cooperativas en donde no serán contempladas para el

otorgamiento de préstamos por más de una década.

Al mantenerse vigente la ley Nacional de Viviendas, el

BHU operó en estos años a través de circulares internas. El caso

Page 59: Libro

59

que afectó más seriamente la posibilidad de acceder a los

préstamos fue la circular 7.000 que introducía dos aspectos

sustanciales: por un lado, la exigencia de poseer ahorro previo

para poder solicitar los préstamos, por otro, aumentaba los

intereses de los préstamos del 2% al 6%.

Otras trabas como la exigencia de poseer tierra

comprada previo a la solicitud del préstamo o la exigencia de

realizar modificaciones en los padrones socioeconómicos de los

grupos, se sumaban para aniquilar a los pocos valientes que

lograban superar las primeras barreras.

El escenario de los años ochenta:

ara explicar una situación es necesario elaborar

hipótesis sobre el proceso de generación de los

problemas identificados y precisar el valor que

dichos problemas tienen para los distintos actores

sociales y la población en general.

Nuestro actor en estudio lo componen aquellas familias

que, con o sin trabajo formal, no alcanzan los niveles mínimos

para acceder al mercado inmobiliario regido por la ley de la

oferta y la demanda.

Si analizamos en forma simplificada la situación para

nuestro actor social elegido vemos que serían dos las

alternativas para que estas familias pudieran acceder a un lugar

donde vivir: (a) los préstamos públicos subsidiados para la

P

Page 60: Libro

60

construcción individual y/o colectiva y (b) la posibilidad de

acceder a los niveles vigentes en el mercado de alquileres.

Para analizar el contexto de los años ochenta frente a

esta problemática, trataremos de describir los escenarios que

caracterizaron esa época, los que hablarán por sí mismos.

Escenario I:

“El cierre a alternativas que habían mostrado ser buenas y con gran aceptación popular”

Entre fines de 1984 y mediados de 1985 eran más de

setenta las cooperativas nuevas que se integraban a la

Federación al influjo de una coyuntura favorable.

Pero el tránsito de la dictadura militar al Gobierno

democrático poco cambió para las cooperativas de vivienda de

ayuda mutua. Las negociaciones entabladas con el gobierno no

dan los resultados esperados y comienza, entonces, un período

de movilizacionees por parte de las cooperativas hacia la

derogación de la ley 15.50127 que había sido sancionada en los

últimos años de la dictadura militar. Este hecho absorbe todas

las energías de las cooperativas hasta que en enero de 1987 se

deroga la ley.

Luego de derogada la ley, el cooperativismo cae en un

período de latencia durante los dos años siguientes. Recién en

27 Con esta ley se buscaba el pasaje compulsivo de las cooperativas de

viviendas bajo el régimen de usuarios al régimen de propiedad horizontal

Page 61: Libro

61

1989 comienzan a reflotar los grupos que habían sucumbido

ante la desmoralización y el desánimo.

Con fecha 26 de enero de 1989 un documento de la

FUCVAM titulado “Documento acerca de los temas

prioritarios” se destacan dos temas claves para el asunto que nos

interesa, uno, las llamadas cooperativas en trámite, es decir

aquellas con personería jurídica y tierra que se encontraban en

trámite para la obtención de sus préstamos; el otro, las

cooperativas en formación, aquellos nuevos grupos que sólo

tenían su gente, ni personería, ni mucho menos tierra.

En el mes de febrero el Directorio de Banco Hipotecario

recibe a FUCVAM para discutir la problemática. Al salir de la

reunión los dirigentes de la Federación declaran a la prensa lo

siguiente: “nos preocupa la situación de algunas cooperativas en

formación que siguen trancadas en sus trámites de personerías

jurídicas. También señalaron que preocupa la situación de las

cooperativas en trámite que aún no son contempladas en sus

préstamos, siendo que se fundaron hace 15 y 17 años y aún

mantienen sus tierras y la esperanza de obtener sus préstamos

pese a la larga espera.”

Este era el caso de las cooperativas Covicarflo de

Cardona, Covem de Minas, Covisan8 de Paysandú Coveocis de

Salto, Coviptam de Paso de los Toros y Vicote, Coviunpro,

Covicen, Curticuer, Covisap2, Covimpt12 de Montevideo.

También existían cooperativas en trámite como Covipostal 2,

Page 62: Libro

62

Covico y Covisunca7 que debido al desgaste provocado por los

años de espera requirieron un proceso de recuperación total.

Estamos ya en 1989 y las preocupaciones y los

problemas seguían siendo exactamente los mismos. Desde

1972, en democracia, en dictadura y nuevamente en democracia

y los problemas seguían siendo los mismos: personerías

jurídicas, tierras y préstamos accesibles.

Pese a todo, el movimiento cooperativo seguía

creciendo. El informe de 4 de abril del mismo año decía:

“podemos informar a la Dirección Nacional que los nuevos

grupos que en el momento participan del plenario de

cooperativas en formación son: Covibo, Covisauce, Tacuabé,

Covicoas, Coviman, Covitram, Coviafcom, Covifa, Covicevi,

Covisoltra, Covide, Covi89, Covibam y Covipaso, es decir, un

total de 15 grupos.” Para fines de abril de quince pasaron a ser

veintitres las cooperativas nuevas en formación.

Así es que, sin préstamos para las cooperativas que ya

tenían tierra, sin personería jurídica ni tierra para las

cooperativas en formación y con numerosas cooperativas con

interés de incorporarse; con un contexto político que marcaba

claramente una falta de voluntad para poner en marcha una

cartera de tierras que descomprimiera el tema; la FUCVAM se

plantea nuevas estrategias que les permitiera alcanzar una luz en

el camino.

Las dos alternativas propuestas fueron, una, la creación

de un “fondo rotatorio para tierras” que buscara algún

financiamiento desde el exterior y, la segunda, un proyecto

Page 63: Libro

63

llamado “Compra solidaria de tierras con destino a las

cooperativas en formación”. La primer propuesta fue aprobada

más adelante y permitió una importante ayuda gracias a la

solidaridad internacional; la segunda fue un buen intento, pero

no logró concretarse.

Lo más importante a destacar es lo que marca el camino

habitual de los uruguayos, una marcha obstinada por el camino

de la legalidad y las tradiciones hasta llegar a situaciones

límites, esas que marcan el punto en el cual o se “sale de las

reglas del juego” o “se muere”.

Esta es, entonces, una de las causas que llevaron a que

hoy sea una realidad en el Uruguay, lo expresado por Hardoy y

Satterthwaite28 en 1987 para América Latina “Es inevitable que

la mayoría de la gente tenga poca fe en las leyes. Lo más

probable es que muchos ni siquiera sepan que ciertas leyes

existan... Si las leyes son demasiado complejas y amenazan la

supervivencia de estos sectores, éstos tratan de vivir de acuerdo

a sus propios valores y códigos. Algo terriblemente erróneo

debe ocurrir cuando muchas leyes son agredidas tan a menudo,

sobretodo cuando la mayoría de los transgresores pertenecen a

sectores de bajos recursos, cuando sólo transgrediendo esas

leyes pueden sobrevivir”.

Escenario II:

28 Hardoy, J, Satterthwaite, D, “La ciudad Legal y la Ciudad Ilegal”, 1987

Page 64: Libro

64

“Los desalojos y las situaciones desesperantes que ellos provocaron”

“Casi mil desalojados por mes entre los años 1986 y

1988.... El número de desalojados que se promovió en el trienio

86-88 supera los 35.000”29. Esta ola de desalojos provocó

situaciones angustiantes que conmovieron a la opinión pública

en aquellos años.

Titulado como “Crónica de una larga angustia” un

artículo aparecido en el diario a República el 27 de mayo de

1989 decía: “Los ocupantes precarios del ex-hotel Juncal, de

Rincón 706, resistieron pacíficamente el lanzamiento previsto

para las 14:30 de ayer y consiguieron postergar hasta el próximo

lunes la ejecución de la orden judicial. Unas 500 personas , casi

200 adentro del inmueble y más de 300 afuera, no permitieron

la actuación del alguacil del juzgado de turno y de 25 policías

de la seccional 1ª que intentaron penetrar por medio de la fuerza

al edificio de la Ciudad Vieja...”

Sobre el mismo caso La Hora Popular del 28 de mayo de

1989, bajo el título “El derecho a la vivienda” decía: “El intento

de desalojo de un ex-hotel de la Ciudad Vieja, propiedad de

Industrias Textiles del Este del Grupo Bakirgian, puso sobre la

mesa con todo su dramatismo el problema de vivienda que

padecen miles de familias montevideanas. De un lado familias

ocupantes precarias que se niegan a abandonar el local hasta que

29 Dr. Mauricio Kriger, Director de la asesoría letrada del Frente de

Inquiinos, en artículo publlicado en Zeta la semana del 2 al 27 de junio de

1989.

Page 65: Libro

65

se les suministren viviendas, aunque sea de emergencia. Del

otro, la propietaria de inmueble ocupado buscando ejercer su

derecho a la propiedad...”

En el País del 28 de mayo del mismo año un edil del

partido nacional decía: “Expropiar edificios, pero crear hogares

municipales” en un artículo que transcribiremos a continuación:

“...es imprescindible buscar una solución por la vía de la

expropiación de los edificios cuestionados y transformarlos en

´Hogares Municipales`. El representante comunal argumentó

que hay que buscar soluciones de fondo para este problema que

hoy afecta a más de 100 personas pero que en pocos días,

cuando se desalojen los otros hoteles habrá 800 en la misma

situación.... de esta manera - agregó..- inmediatamente se les

podrá restituir la luz y el agua a toda esta gente que está

viviendo en condiciones inhumanas” (acerca de esta opinión

nos detendremos más adelante a analizar la situación de los

hogares municipales en el escenario III).

El caso de los hoteles no fue el único que creó

situaciones desesperantes en aquella época. A ellos se sumaron

las viviendas expropiadas para la Terminal de ómnibus de Tres

Cruces y en los entornos del Palacio Legislativo cuyos desalojos

fueron promovidos para dar cumplimiento a una ley de

embellecimiento de los alrededores del mencionado edificio

(ley Nº 13.980 del 29/6/71).

Escenario III:

Page 66: Libro

66

“Lo definitivo de lo provisorio: erradicar la implementación de soluciones temporales”

Los Hogares de emergencia fueron creados por el Dto.

656/978 del 23 de noviembre de 1978 del Poder Ejecutivo, el

cual se dictó debido a siniestros ocurridos en fincas ruinosas de la

ciudad afectando la seguridad y la vida de sus ocupantes.

El Poder Ejecutivo, a través de dicho decreto, encomendó

a la Intendencia Municipal de Montevideo la responsabilidad y

gestoría en la desocupación de todas las fincas ruinosas con

peligro de derrumbe del Departamento, así como la reubicación

simultánea de las personas desalojadas en centros habitacionales

(hogares) creados para tal fin; confiriendole, además, potestades

exepcionales para el cumplimiento de tales cometidos.

Las obligaciones y responsabilidades que el Poder

Ejecutivo determina con este Decreto, no se limitan a la

Intendencia Municipal, estableciendo en él, los aspectos que se

enumeran a continuación:

1) Se prevé el auxilio de la fuerza pública para el

lanzamiento administrativo del bien en cuestión, sin intervención

de la justicia.

2) Establece que la ejecución de las obras necesarias para

la construcción de nuevas viviendas o adaptación de las

existentes, y todas las erogaciones con que se deba afrontar

aquéllas, serán financiadas con los recursos que deberá aportar el

Gobierno Central y los Servicios Descentralizados superavitarios,

en la forma y proporción que establezca el Poder Ejecutivo.

Page 67: Libro

67

3) Obliga a todas las Instituciones Públicas a prestar

colaboración a la Intendencia Municipal de Montevideo para el

cumplimiento de estos cometidos.

4) Determina la exoneración de toda contribución y aporte

a los Institutos de Seguridad y Previsión Social, además de todo

tributo nacional y departamental que exijan las obras y servicios

que la Intendencia debiera realizar para el logro de sus cometidos.

Así se crean, a partir de estos decretos los llamados

“Hogares Municipales” con la finalidad de ofrecer alojamiento

provisorio y temporario a las personas provenientes de fincas

ruinosas con peligro de derrumbe, especificando que en ningún

caso pudiera excederse de un año.

En abril de 1983, la Intendencia Municipal de

Montevideo, por resolución No. 185.645 de la Secretaría General,

hace saber al Poder Ejecutivo, como persona jurídica mayor, la

existencia de un elevado número de fincas ruinosas con peligro

de derrumbe con una población muy importante habitando en

ellas.

Para este entonces los hogares no sólo no habían sido

provisorios ni temporales sino que ya no tenían capacidad para

alojar más familias, quedando numerosas fincas declaradas

ruinosas sin haberse podido desalojar.

Page 68: Libro

68

Habiendo agotado la Comuna capitalina las posibilidades

locativas tendientes a solucionar la situación de tales personas, no

pudiendo tampoco proceder al lanzamiento administrativo ya que

la fuerza pública no presta su colaboración si no se les reubica

simultaneamente, solicita al Poder Ejecutivo que arbitre las

medidas pertinentes.

Cabe señalar que los mal llamados hogares municipales,

creados con este Decreto, eran tres:

El Hogar Uruguayana, destinado en su orígen a depósito

de lana, es propiedad del Banco de Previsión Social; consta de

105 habitaciones, cuatro baños por planta y dos ambientes de

cocina. En 1994 noventa familias fueron reubicadas cerrándose

este edificio que ya mostraba graves problemas estructurales, así

como de saneamiento, luz y cañerías y por supuesto la

degradación más grande en todo lo relacionado a calidad de vida,

salud y seguridad.

Y habían pasado ya 16 años....

El Hogar Arenal Grande, ex-escuela declarada

monumento nacional, es una finca ruinosa grado III (de alto

riesgo, con el consecuente peligro a sus ocupantes). También fue

cerrado en 1994.

El tercero, el Hogar Garibaldi se encuentraba en mejor

estado de conservación. En él vivieron 13 familias.

Otro ejemplo que deja en claro la necesidad de hacer las cosas bien de primera, fue la situación que debieron vivir las

Page 69: Libro

69

familias desalojadas de la calle Florida (año 1989) y alojadas en

contenedores en un terreno de propiedad estatal. Esa aberración

humana y urbanística perduró hasta nuestros días.

Casos similares se dieron entre los años 1990 y 1995,

situaciones que quisieron ser transitorias y que terminaron

demasiado largas para quienes las sufrieron. Los casos del hogar

Pororó del MVOTMA y las viviendas de emergencia construidas

por la IMM en Tte. Rinaldi y Rafael a la espera de sus viviendas

definitivas, son ejemplos claros de ello.

Escenario IV: “Edificando frustraciones”30

Es bueno conocer la experiencia que nos deja nuestro

propio pasado para tener al menos la oportunidad de evitar caer

en los mismos errores.

Aquí vamos a transcribir un párrafo publicado con el

título “edificando frustraciones” que dejará bien claro lo que

pretendemos expresar:

“Solos, con su ingenuidad a cuestas, cientos de

uruguayos sin techo desfilan por un escritorio de la calle

Tacuarembó y 18 de Julio; la mayoría de ellos jamás ha

penetrado a un edificio tan lujoso. En ese ámbito tan respetable

30 Así se titula un artículo publicado en Brecha el 25 de mayo de 1989

Page 70: Libro

70

nada “raro” puede suceder; los responsables de la inmobiliaria

son tan amables... Sin embargo,... en Gafel SA Inmobiliaria se

vende lo imposible reflotando el viejo negocio abusivo del

condominio.”

Existen innumerables extensiones de terrenos que se

venden en condominio a familias de escasos recursos, las que al

no contar con el fraccionamiento legal son inescriturables, lo

que crea un grave problema a quienes los adquieren ya que no

pueden ser fraccionados legalmente aún cuando cumplieran con

todos los requisitos urbanos necesarios para regularizar su

situación.(este tema ya lo hemos analizado en detalle).

La realidad de los años noventa: la apertura de las fronteras y la mundialización de la economía

“Una necesaria transfomación en el mapa prospectivo de los proyectos políticos será

necesario encarar para ajustar las reglas del juego a esta nueva realidad que ya es hoy un hecho”

Page 71: Libro

71

l modelo vigente de desarrollo tecnológico e

industrial, la economía global y el libre

mercado nos hablan del "espacio de los flujos

que rige ya sobre el espacio de los lugares". Modelo

poderoso en el que todas las variables económicas

son organizados mundialmente, desde la producción

y el consumo hasta el trabajo, pasando por el capital,

los mercados, la administración y la información.

Fenómenos como la desterritorialización y

desnacionalización de los recursos como símbolos

universales.(Castells, 1986)

A ello se contrapone "la gente concreta", grandes masas del

"planeta que quedan funcionalmente excluidos de la lógica del

sistema". Estas masas que van creando su territorio y su forma

de vida en forma paralela, que no crean oposición pero se

desarrollan en una suma de reacciones defensivas. (Castells op.

cit)

La heterogeneidad, diversidad y discontinuidad de los

procesos laborales, con características muy diferentes a las

condiciones uniformes del período fordista31, generan una

polarización interna en la estructura de empleos. Aparecen

ahora las familias de trabajadores pobres, una masa creciente de

familias que se han unido a las que ya estaban excluídas del

sistema, que crecen marginadas y aisladas política, social y

31 Término que fuera explicado en la página 14.-

E

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72

territorialmente, dispersas e internamente diversificadas,

empujadas a la apatía y el individualismo.

Una creciente segmentación social, a escala mundial, que

separa cada vez más a los grupos populares locales

excluyéndolos como mercado de la red económica mundial

(Castells,87). ¿Cómo puede esta problemática atenderse desde

esta escala más amplia, que supera las fronteras de los países?

¿Cómo articularse, cómo actuar coordinadamente?

La situación de pobreza urbana no es, hoy, una condición

que afecte a grupos poco integrados socialmente y localizados

en los mencionados bolsones de pobreza sino que incluye

sectores diversos de la población. "Hogares que,

tradicionalmente, reunían las condiciones mínimas para

asegurar la integración social de sus miembros, se sumieron en

la pobreza, aumentando así la heterogeneidad de este

fenómeno" (Rubén Kaztman,87). "Grupos sociales que caen,

nuevos pobres se yuxtaponen a los contingentes de pobres

históricos" (M. del Carmen Feijoó,90)

La identidad de este sector de la población no responde a un

principio único, su rasgo principal es la "exclusión": falta de

acceso al consumo, a la vivienda, a los servicios y

equipamientos urbanos básicos; en definitiva, a la posibilidad

de movilidad e integración social.

El desarrollo no será posible de mantenerse las

desigualdades socio - económicas, producto de modelos de

crecimiento que acrecientan la segregación y la exclusión. La

integración de la ciudad legal e ilegal, de las formas capitalistas

Page 73: Libro

73

y precapitalistas de producción es escencial y requiere una

actitud diferente de los gobiernos.

El deterioro de las ciudades es visible; la decadencia de la

infraestructura urbana, los servicios públicos y la vivienda; la

expansión descontrolada, especialmente mediante invasiones

ilegales de tierras y urbanizaciones no planificadas, muchas

veces inconvenientes; el rápido crecimiento de bolsones de

pobreza urbana. El aumento de la marginalidad (exclusión) y la

segregación socio - territorial están creando nuevas reglas de

juego a las que se hace imprescindible contemplar, ya que están

creando, de hecho, las bases de nuestra sociedad de futuro.

La característica predominante de estas unidades informales

de producción es el uso de tecnologías tradicionales,

rudimentarias, sin una clara división del trabajo ni de la

propiedad de los medios de producción; asimismo, se

caracterizan por la baja productividad, falta de acceso a

instituciones financieras, falta de capacitación y escaso capital

invertido. Estas bajas productividades son compensadas por el

no cumplimiento de las reglamentaciones legales, en

contraposición a las actividades formales.

¿Como será posible introducirlas en un mundo donde la

productividad, la eficiencia, la capacitación y la competitividad

son las bases escenciales del modelo imperante? ¿Podrán, en

estas condiciones, ser recicladas para ser incorporadas al

dinamismo económico que supone este modelo de apertura

económica regional? ¿Podrán salir de su aislamiento territorial e

Page 74: Libro

74

integrarse en una ciudad única o cada vez será mayor la división

de las ciudades?

De lo contrario, ¿Podrá ajustarse el modelo a partir de estas

realidades, de los lugares, la cultura y la gente?. ¿Qué recicla a

qué?. ¿Cómo?. ¿Qué nudos críticos se deberá resolver?

¿Dónde terminará este esquema de polarización y

marginación en estructuras altamente fragmentadas dentro del

contexto de este tejido social tan divergente, donde los polos

están, a su vez, tan fragmentados?. "Globalización vs políticas

locales", "empleo vs desempleo", "legal vs ilegal", "formal vs

informal" pasan a ser las alternativas contemporáneas.

Contradicciones que se manifiestan, claramente, en el

desarrollo territorial urbano que va conformando la ciudad: el

abuso en el uso de determinadas zonas, el mal uso o desuso de

otras. Una periferia que crece, barrios bien equipados que se

degradan y abandonan, mientras otros acaparan todas las

inversiones cumpliendo con aquel axioma del pensamiento

liberal que mencionáramos anteriormente: "el mejor uso del

suelo lo realizará aquella actividad que mejor pague por él".

Una eficacia económica que conlleva a la inequidad y a la

segmentación social y física.

En resumen, las nuevas condiciones en las que van

quedando nuestras sociedades, luego de las profundas

transformaciones en el ámbito socio - político y económico, no

admiten ser interpretadas en función de esquemas tradicionales.

El impacto de las sociedades fragmentadas dentro de un

contexto de globalización y mundialización; el sector informal

Page 75: Libro

75

de la economía que cada vez crece más, aún en los países

desarrollados; la caída del comunismo como "la otra

alternativa" y los cambios experimentados en las sociedades

capitalistas menos sujetas, ya, a las rígidas leyes del capitalismo

tradicional. Estos acontecimientos nos dejan un enredado y

complejo tejido socio - político expresado en cada territorio,

cuyo destino no es fácilmente predecible; seguramente nos lo

dirá el tiempo y la historia.

Transcribiendo palabras del Director General de la

Unesco, Federico Mayor Zarragosa, en un mensaje al 28º

Congreso de la Asociación Internacional de Urbanistas (Viana,

I., 1995) en octubre de 1992 que representa muy claramente

esta realidad situacional con la que nos encontramos en esta

década de los años noventa: “...Esta desterritorialización, esta

pérdida de raíces de una fracción importante de la población

mundial ¿están directamente ligadas al estallido de la ciudad,

que anuncia, quizás, como algunos lo prevén, el fin de la

ciudad, de la ciudad tradicional?. La mundialización de la

ciudad de hoy que representa una forma de su modernización,

está en el orígen de una dualización de nuestras sociedades.

Engendra situaciones de exclusión social y de segregación

espacial en las que la pobreza representa una de las formas

mayores de exclusión”. Más adelante sigue diciendo: “...Pero,

por deplorable que sea esta situación puede conducir a un nuevo

urbanismo, a nuevas identidades. En efecto, es ya evidente que

son sobretodo los pobres -clandestinos, ilegales, marginales- los

que construyen en muchas regiones ciudades enteras, que son

Page 76: Libro

76

los actores de una transformación social y cultural sin

precedentes....”

El perfil de los ocupantes de tierras: los protagonistas fundamentales en la generación de nuevas

estrategias de sobrevivencia

a palabra “ocupantes” que designa a estos grupos

sociales que ocupan propiedades que no les

pertenecen con el objetivo de construirse sus

viviendas, trae consigo una pretensión de

“homogeneización”, uniendo a todos los involucrados en

un mismo destino y entorno a intereses comunes. La

imagen colectiva los uniformiza como inmigrantes

ilegales asociados a actos delictivos. (Carman, M.,

1995).

Aquí cabría internalizarnos en la problemática real y

analizar, si es posible una “identidad de ocupantes ilegales”, con

la concepción que fuera definida, frente a lo cual podemos

afirmar que esa percepción social no condice con la mayoría de

quienes se encuentran hoy en dicha situación.

La diversidad de modos de vida, estrategias de

sobrevivencia y concepciones del mundo, hacen impensable

hablar de una totalidad capaz de generar una identidad social

común. El problema reside en que estos pobladores, por su

L

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77

heterogeneidad social, no son ni clase, ni comunidad, ni

totalmente excluídos pero tampoco integrados (Dubet, 1989).

Ellos se mueven entre la exclusión y la integración, entre la

desigualdad y la ciudadanía, pero en general aislados, dispersos,

desmotivados. Frente a este marco de fragmentación social que

los caracteriza y el “estigma” de ocupantes con toda su carga

simbólica, la tarea de agruparse aunando los esfuerzos para

alcanzar un objetivo común es una tarea titánica en la que, pese

a todo, muchos de estos asentamientos se han embarcado.

"Entre las leyes que rigen a las sociedades humanas hay

una que parece más clara que las demás. Para que los seres

humanos sigan siendo civilizados o se civilicen, el arte de la asociación debe crecer y perfeccionarse a medida que se vaya

alcanzando la igualdad de condiciones" (en Democracy in

America, Tocqueville). En America Latina el arte de asociarse ha

ido creciendo progresivamente, pero la igualdad de condiciones

está lejos de ser alcanzada.

La identidad colectiva y su grado de desarrollo definen un

aspecto básico para la integración. En períodos de crisis, con la

profundización y extensión de la pobreza no se observa una

correspondencia, como podría suponerse, con la multiplicación

de respuestas organizadas de los sectores populares. Los procesos

de fraccionamiento social producidos por la crisis tornan más

difícil la movilización social.

Este fraccionamiento se encuentra dentro de cada clase o

sector social, pero está especialmente acentuado en la clase

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78

trabajadora. Los movimientos reivindicativos del setenta en el

campo del consumo colectivo urbano, hoy son mucho más

difíciles debido a la preocupación individual por problemas más

vitales en relación al trabajo, el subempleo y la desocupación,

llevando a los trabajadores a preocuparse por sus propios

problemas y ventajas relativas en busca de una movilidad

ascendente. Esto implica pérdida de las redes de solidaridad que

caracterizaban a los movimientos populares.

Toda organización, por breve que sea su actuación,

requiere acuerdos y formas de acción preestablecidas y

autoreguladas. Esto es más fácil de asumir en individuos que

están integrados socialmente. Los grupos sociales que

caracterizan los sectores de extrema pobreza, marginados,

heterogéneos y dispersos, buscan asociarse y participar, pero

carecen de estrategias de integración. Es imprescindible un

proceso de formación de un actor colectivo en los intentos de

construcción de prácticas organizadas de autorrespuesta a la

pobreza.

En esta tarea se ha embarcado, en cierta medida, la

FUCVAM, a través de a llamada comisión de vivienda

alternativa, la cual tuvo un desempeño positivo en el año 1990

para luego extinguirse por problemas internos de la propia

Federación. El recorrido de los barrios con esta problemática y el

trabajo con ellos para el logro de una asociación, en este caso en

forma de cooperativa de ayuda mutua, hacia la resolución de sus

necesidades colectivas, es una tarea que creemos imprescindible

sea encarada frente a la realidad, hoy innegable, de la existencia

de estos asentamientos.

Page 79: Libro

79

En las organizaciones vecinales populares se presenta

como rasgo significativo el liderazgo femenino, tanto en las

gestiones como en las movilizaciones. Allí las mujeres están al

frente de la diaria responsabilidad de la reproducción de su

familia, cuando no, también de su producción.

El aumento significativo de la participación laboral de la

mujer está íntimamente ligado al desarrollo de las actividades de

tipo "informal" que fue donde estos grupos poblacionales

pudieron encontrar oportunidades de generación de ingresos y

sobrevivencia en la ciudad (en el caso del Uruguay la

participación femenina en el mercado de trabajo es uno de los

más altos de América Latina).

Otra figura que es de destacar como denominador común

de este nuevo fenómeno, es la presencia del caudillo tradicional

con todas las bondades que lo llevan a ser una figura respetada,

pero también, con todos los vicios de quien “todo lo puede”. Este

aspecto es de vital importancia a ser tenido en cuenta porque de la

relación futura que se logre con ellos, dependerá la relación con

el resto del grupo.

Planificar la ciudad: los distintos “proyectos de ciudad”

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80

eyendo los distintos trabajos presentados en la

XV Convención del Instituto Jurídico

UNIAPRAVI, realizado en 1992, encontré32 una

referencia que me resultó interesante y fuí a su orígen

para analizarla más a fondo. La referencia la hace al

culminar su ponencia la Dra. Raquel Fata del Colegio de

Abogados del Uruguay y dice así: “...tanto en materia de

vivienda como de ordenamiento territorial, el centro de

la legislación debe ser el hombre real y no abstracto y la

planificación debe ser para la vida a fin de que nunca

llegue a ser realidad el título del libro del célebre

arquitecto vienés Richard Neutra que se titula ´Planificar

para sobrevivir´”.

Si tomamos en cuenta que el mencionado arquitecto

escribió su libro en 1954 y dice al comenzar el capítulo IV “La

humanidad navega precariamente hacia su posible

supervivencia en una balsa, hasta ahora bastante improvisada y

a menudo llena de agujeros: la planificación y el diseño” vemos

lo poco que hemos progresado en este aspecto.

Avanzando más en el texto, al inicio del capítulo IX

dice: “Mientras se proclama que la belleza es intemporal y se la

relega a un pedestal de ocasión, abandonándola allí con todos

los honores, la civilización está en peligro de desintegrarse”.

Vemos claramente como se encuentran realidades tan diferentes

32 Estas reflexiones están escritas en primera persona ya que se refieren a

apreciaciones realizadas por uno de los autores, la arquitecta M. Rosario

Fossati

L

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81

como las de los años cincuenta y los noventa en estas frases y

otras como: “El especialista, irónico o malhumorado, se opone

con más frecuencia a las innovaciones que el hombre común”...

“La arquitectura es un arte social”... “Es extraño que se haya

estudiado tan poco a los seres humanos respecto de sus

necesidades y cuidados vitales”...

Me resulta de interés rescatar estas declaraciones de un

arquitecto de máximo prestigio, como es el caso de Richard

Neutra, porque me permite utilizar sus propias palabras para

profundizar más en un aspecto, a mi juicio vital, en la

concepción de la arquitectura y el urbanismo, que es la dualidad

entre una “arquitectura esteticista” y una “arquitectura social”.

La primera, “adoradora del dios de la belleza”, reservada para

unos pocos; la segunda, respetuosa del individuo al que se lo

entiende inmerso en un mundo dinámico y complejo, con

múltiples variables y múltiples actores sociales a tener en

cuenta- entre ellos la “belleza”- en una realidad que está en

permanente cambio.

La ciudad, el urbanismo, ya no “son” más de los

arquitectos, al menos en forma exclusiva. Hoy sólo es posible

diseñar, planificar, construir la ciudad desde una concepción

transdisciplinaria que abarque su complejidad, de una vez,

desde todos los ámbitos; donde el arquitecto mantiene, o al

menos debería, un papel relevante, entre tantos otros. Tampoco

lo es de los economistas, cada vez más involucrados en la

temática urbana, con una concepción muy similar a la de los

arquitectos, pero donde el dios al que adoran es el de “los

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82

números”, “el balance económico”, aspecto que en términos

sociales puede ser fatal.

La planificación puramente técnica no puede atender la

realidad de hoy, ahora nos encontramos que el verbo planificar

lo debemos conjugar en todas sus personas, yo, tú, él, nosotros,

vosotros, ellos. Esto lo vemos en todas partes, todo a lo largo

de la ciudad; todos los grupos sociales actúan. Es

imprescindible dar una coherencia global a conjunto de

acciones parciales de los distintos actores sociales.

Vemos todos los días casos de cómo grupos sociales sin

ningún apoyo técnico “construyen ciudad”; con todas sus

carencias “ellos están ocupando el lugar de los urbanistas, están

siendo verdaderos urbanistas” (Miguel Cecilio, entrevista

1996). Para describir en forma más contundente este fenómeno

vamos a transcribir las palabras de un grupo de ocupantes que

viven desde pequeños en una ocupación y decidieron que era

necesario hacerla crecer, romper la quietud que había mantenido

por tantos años, para lo cual “diseñaron” ese crecimiento y

comenzaron a implantarlo. Es el caso del barrio Nuevo Capra. “Fui a vivir a ese barrio -el barrio Capra- cuando tenía

tres años. Son setenta familias, tiene más de 50 años y no tiene

una calle como la gente. No tiene saneamiento, no tiene

locomoción, no tiene agua... Ahora se fue arreglando un

poco...Hace dos años queríamos que se poblara para no seguir

siempre en la misma... Había un terreno abandonado desde

hacía años, lleno de chircales de un metro y pico, un metro y

medio,... y empezó a meterse gente.

Page 83: Libro

83

La intención nuestra era comprarlo. Aparecieron los

dueños y se hizo un acuerdo, se fijó un precio. El terreno ya está

todo marcado, los predios de 250 metros y las calles de 12

metros. Salen 254 solares. Hay una parte muy fea, con un

arroyo, que la dejamos para una plaza, un centro comunal y

policínica. Dividimos el monto en 200 familias porque la parte

de plaza y local comunal no lo contamos. Ya tenemos el dinero,

hay sólo un 5% de familias que nos dan trabajo. Son todas

familias trabajadoras. Hay muchas familias del interior.... Lo

que pensamos hacer nosotros va a ser un barrio de novela, ya lo

vamos a ver en unos años. Es el barrio ´Nuevo Capra´”33

Sin embargo, hay que tener mucho cuidado con estos

parcelamientos en lugares sin urbanizar. Este grupo estaba

“urbanizando” 254 solares pero no sabía las implicancias

futuras que una compra en condominio podía traerles. No sabía

nada de normas urbanas de fraccionamiento ni de costos futuros

para equipar el barrio con la infraestructura básica. Sí sabían

que querían su casa en el lugar en el que estaban acostumbrados

a vivir. Conocen el hoy que es lo que les preocupa, ...el mañana

es de otros.

Cabe citar aquí a Jorge Hardoy y Davis Satterwaite34

cuando expresan: “El caótico parcelamiento del suelo urbano en

las periferias de las ciudades, con muchos terrenos sin urbanizar

o parcialmente urbanizados, permite tramas, densidades,

localizaciones a las que resultará costoso proveer de calles, 33 Comentarios realizados por ocupantes del barrio Nuevo Capra, 1996 34 “La ciudad legal y la ciudad ilegal”, 1987

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84

acera, agua, servicios sanitarios y sociales. Cuando se permiten

estos asentamientos como lugares de vida para los sectores de

bajos ingresos, se está en realidad decidiendo qué tipo de

cultura y de sociedad tendremos”.

Estos “proyectos de ciudad que se generan de

experiencias aisladas, tanto de los particulares como de los

propios organismos públicos, profundizan la consolidación de

una ciudad fragmentada que no condice con la imagen que los

montevideanos tenemos o, más bien queremos, de nuestra

ciudad.

La falta de una política de marco en la que se inserten

estas experiencias sin caer en los proyectos tecnócratas y

burócratas con los que tradicionalmente se viene planificando la

ciudad. Una política que contemple las grandes masas de la

población cuya realidad es completamente distinta y cuyo único

camino está quedando fuera de las normas, de la legislación, de

la cultura, de la tradición. La situación hoy obliga a estos

sectores a proyectar su futuro con nuevas reglas, con nuevas

estrategias de sobrevivencia, adaptándose de un modo increíble

dentro del lugar que les tocó jugar en el dinamismo del mundo

de hoy.

Sin lugar a dudas estas nuevas reglas de juego deben

contemplarse en la complejidad del sistema urbano que tienen

sobre la mesa los planificadores, donde el criterio general

deberá contemplar la existencia de oponentes con capacidad de

explicar y planificar, donde no hay un sólo diagnóstico, riguroso

y objetivo, sino una realidad en movimiento, un proceso en

marcha con una historia y con claras tendencias futuras.

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85

El principio básico es que, como manifestaba Jordi Borja

ante un público fundamentalmente joven, en seminario

organizado por la Comisión de la Juventud de la Intendencia

Municipal de Montevideo en 1995, “frente a una ciudad

permanentemente informal y crecientemente pobre, las acciones

no pueden realizarse con conceptos ajenos a ella”.

La ciudad es el soporte material de una estructura social,

es la impronta de esa estructura social, la que nos permite conocer

sus características más específicas. Ella nos habilita, a su vez, a

explicar muchos problemas que esa sociedad tiene y que se

traducen en una expresión física determinada, pero que son

operables desde el campo de las relaciones sociales y no,

simplemente, desde su transformación física.

El planeamiento estratégico, focalizado, selectivo y

situacional; el involucramiento de la sociedad afectada mediante

una participación activa y comprometida; la participación del

resto de la sociedad; un Estado descentralizado que busque

fortalecer el rol de los municipios mediante una gestión pública

eficaz; un Gobierno Departamental desburocratizado,

democrático y participativo trabajando junto a la sociedad civil

con la flexibilidad necesaria para "prosperar en el caos" (Tom

Peters, experto en gestión, 1990), cambiando sobre la marcha en

el entendido que el proceso enseña y diseña (Nuno Portas, 1994);

...... todos ellos serán los instrumentos de trabajo.

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86

CAPÍTULO III.-

Estudio de caso: “La rebelión de los sin tierra”

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87

“Las casas forman una zona urbana, pero son las personas las que hacen la ciudad” 35

la hora de planificar es necesario entender que

la necesidad no puede esperar y la consecuencia

inevitable es la entrada acelerada en un nuevo

contexto, ese que describiera tan claramente Guillermo

Geisse en “Alternativas urbanas para enfrentar la crisis”

(1988), del siguiente modo:

“Para la mayoría de la población las posibilidades de

acceder a la tierra urbanizada, vivienda y servicios de redes a

través del mercado serán inexistentes. En el período que resta

del presente siglo la mayoría de la población de las grandes

ciudades pertenecerá al llamado sector marginal cuyo acceso a

la tierra urbana y formas de construir el hábitat urbano

dependerá de sus propias estrategias”

Y son sus propias estrategias que llevan a la FUCVAM a

propiciar la ocupación de terrenos fiscales que se lleva a cabo

en la mañana del 29 de julio de 1989.

Es así que, un movimiento social que creía en los

mecanismos legales generados por la ley Nacional de

Viviendas, donde 12 cooperativas esperaron desde 1973 la

posibilidad de obtener préstamo para la construcción de sus 35 Jean Jacques Rousseau, citado por Manuel Castells en “La ciudad y las

masas”1987

A

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88

viviendas, donde entre 1986 y 1989 sesenta personerías

jurídicas fueron solicitadas y sólo seis otorgadas; .....es así que

las cooperativas deciden iniciar su propio camino, sentando un

antecedente histórico que pudo y debió haberse evitado con sólo

accionar los mecanismos legales existentes y exitosos en la

historia de nuestro país.

Estos aspectos son de vital importancia a la hora de

evaluar las estrategias definidas (directa o indirectamente)

frente a determinadas problemáticas. Ellas dejan de manifiesto

la importancia de medir, antes de tomar cualquier decisión, las

jugadas que harán los otros actores sociales involucrados. Las

medidas tomadas contra las cooperativas de viviendas no

consideraron la importancia de mirar más allá de las propias

narices.

“Derecho por necesidad”

a construcción de alternativas reclama reconocer

los cambios habidos en esta sociedad; los

procesos y los mecanismos que los han facilitado;

los actores que los han impulsados; y la fuerza, la

originalidad y la potencialidad de los mismos. En otras

palabras es necesario asumir que el escenario y tejido

L

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89

social a partir de los cuales se definían los problemas y

sus soluciones, se ha modificado.”36

Cuando todavía existía cierto temor para tomar la

decisión final, mientras el nerviosismo aumentaba entre las

cooperativas, una se adelanta: COVITEA ocupa un terreno en la

Teja.

Pese a la convicción de que la ocupación de terrenos

estaba siendo la única alternativa que le quedaba a las

cooperativas para poder sobrevivir; la preocupación de la

dirección de la FUCVAM estaba en analizar los puntos fuertes y

débiles de la aplicación de esta medida en forma colectiva, así

como las estrategias a seguir para alcanzar una postura única de

todas las cooperativas del país en relación al tema.

El criterio general que llevó al movimiento cooperativo

a tomar esta medida es el avanzar hacia el logro de “cosas

concretas”, la consideración de que el crecimiento del

movimiento no alcanzaba con el aumento de grupos que

solicitaran su personería, se necesitaban “barrios construídos”.

36 Frase aplicada a la necesidad de fomentar el desarrollo rural, demandando

que deje de ser una política marginal. Aquí la transcribimos en la demanda

de que el desarrollo urbano de las periferias y las alternativas de los sectores

más carenciados dejen de ser políticas marginales y adquieran la dimensión

que la realidad de nuestra sociedad hoy exige - Béjar, H., Eguren, F., y otros,

“La presencia del cambio: campesinado y desarrollo rural”, Lima, Perú,

1990.-

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90

Otro aspecto esencial era el lograr un nivel organizativo

en torno al tema, involucrando a todo el movimiento, no sólo a

las cooperativas en formación sino y fundamentalmente, a las

cooperativas ya habitadas.37

Existían, como ya dijimos, temores, dudas, una cierta

confusión entre las cooperativas. Ya no eran ocupaciones

“simbólicas” de lo que se hablaba, eran ocupaciones reales y,

pese a que gente que ocupa un lugar no era algo nuevo (era, en

definitiva, la esencia de los cantegriles de otrora), aquí

aparecían otros valores que hacían del tema algo más

“provocativo”; aquí había “organización”, había “conciencia”.

Aquí no sólo se reivindicaba la “vivienda” como un

derecho, sino “la libre asociación” que hasta el momento les era

vedada. Era, en definitiva, una reivindicación por “el derecho a

la vida del movimiento cooperativo”.

En una asamblea realizada el 23 de julio de 1989 se vota

afirmativamente a la ocupación de tierras fiscales, luego de más

de 40 delegados que hicieron uso de la palabra y por una

mayoría abrumadora.

El 29 de julio por la madrugada, cinco cooperativas

ocupan. COVIDE, el terreno ubicado en Inglaterra y Polonia en

el Cerro; Tacuabé, el que se encuentra en las calles Clemenceau

y Cayetano Silva en el Prado; COVICEVI y “6 de mayo” en

Felipe Cardozo y Pitágoras.

37 Aspectos expresados en forma contundente en los documentos de la

FUCVAM de la época.

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91

COVIDE era una cooperativa de raíz gremial nacida en

el sindicato de trabajadores del Dique Nacional. La decisión de

la ocupación fue realmente traumática para la cooperativa, al

extremo que se parte en dos y se termina expulsando a los

compañeros que no aceptaron la medida. Esto trajo aparejados

varios problemas legales que con el tiempo fueron ganados por

los ocupantes. Esta ocupación será muy discutida por el

gobierno porque el terreno en cuestión forma parte del parque

Vaz Ferreira.

Tacuabé era la cooperativa con más años en la

Federación. También su terreno era muy discutido porque

formaba parte del parque indígena.

COVICEVI era otra vieja cooperativa integrante de la

FUCVAM. También en este caso la decisión de ocupar dejó a

varios compañeros por el camino. “6 de mayo”, en cambio, era

una cooperativa nueva compuesta en su mayoría por hijos de

cooperativistas, podríamos decir que se había formado ante la

propia perspectiva de ocupar. El terreno que ocuparon había

sido otorgado recientemente por el BHU a otras cooperativas de

trabajadores.

Las ocupaciones se llevaron a cabo cuidando al máximo

las formalidades que habían sido aconsejadas legalmente. Lo

más importante era que no hubieran actos imputables de

violencia, usurpación y/o clandestinidad. Y así fue, tan así que,

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92

cuando se sentaron a declarar ante el juez en lo penal, todos

quedaron en libertad.

Con el BHU las cosas no fueron tan bien como con el

juez. Se cesa todo trámite con FUCVAM y se solicita a la

Inspección de Hacienda los libros de asamblea que llevaron a

las ocupaciones. ¿El motivo?, la posibilidad de quitar a la

Federación su personería jurídica, cosa que, como es obvio, no

ocurrió nunca.

La pregunta era “¿qué gestiones podía suspender el

BHU? Se habían entregado un número ínfimo de personerías

jurídicas, habiendo cooperativas como COVISAP II que hacía

18 años que esperaba el préstamo del BHU para construir sus

viviendas.”38

El BHU no estaba tomando en cuenta que una presión es

efectiva sólo cuando la razón de presión tiene un valor para el

adversario. El valor para las cooperativas no estaba en las

personerías o los préstamos otorgados sino, por el contrario,

estaba en los no otorgados.

La FUCVAM apelaba al llamado “derecho por

necesidad”, como lo manifestaban las declaraciones de los

dirigentes del momento, “se trata de ocupar tierras fiscales

porque existe una necesidad de las familias que las integran que

estan desalojadas y no tienen techo”; “lo que nosotros

pretendemos es que exista una cartera de tierras que permita que

las cooperativas que se formen tengan la posibilidad y la

38 Gonzalez, G., Moreira, I., 1989

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93

seguridad de que van a obtener su préstamo, su personería y su

tierra. Aquí no se trata de ocupar tierras porque sí, se ocupa

siempre y cuando se pueda construir en ellas.” 39

El mismo día, en otro artículo del mismo diario, los

dirigentes de la Federación declaraban “la ocupación de terrenos

por parte de los cooperativistas...se está desarrollando

espontáneamente debido a la necesidad de la gente. Lo más

dramático de todo esto llega a tal punto que algunas personas

van a estos campamentos a anotarse en lista de espera para

cuando se forme la cooperativa”.

Las puertas se cerraban para buscar soluciones, la

situación era tensa y difícil, sólo la convicción de querer crecer

sostenía a la FUCVAM y a sus cooperativas con fuerzas para

seguir adelante.

Se sucedieron múltiples movilizaciones en los siguientes

meses de ese año 89. Entre actos, encuentros y acampadas

buscando apoyar a las cooperativas ocupantes, la Confederación

de Cooperativas (CUDECOOP) es recibida por el BHU. Si bien

esa mediación no tuvo resultados inmediatos, fue importante su

apoyo ya que implicaba, de alguna manera, una pronunciación

de todo el movimiento cooperativo respecto del tema.

En el mes de octubre se suceden tres ayunos de protesta

por parte de distintas organizaciones sociales. Por un lado, el

39 La Hora Popular, 8 de agosto de 1989.

Page 94: Libro

94

movimiento de inquilinos que seguía sufriendo masivos

desalojos, comienza un ayuno de 18 familias al tiempo que se

presenta una iniciativa parlamentaria por el cese de los

lanzamientos. Al día siguiente, 6 de octubre, una movilización

se lleva a cabo con motivo del día de los sin techo.

Un segundo ayuno lo realizaron los ocupantes de un

complejo de ahorristas del BHU en Colón (el compejo

Verdysol) del cual parte de sus ocupantes fueron desalojados en

aquella época y otra parte mantiene una situación conflictiva

aún hoy.

El tercer y último caso es el de los ocupantes de tierras

del movimiento cooperativo que realizaron un ayuno de 72

horas en el salón comunal de COVIDE.

Con este contexto se lleva adelante, el 29 de octubre, la

asamblea nacional de la FUCVAM en la cual se debate acerca

de las estrategias futuras del movimiento y se ratifica el apoyo a

las medidas tomadas como reclamo, ya desesperante, a la

creación de una cartera nacional de tierras.

Ahondando en el reclamo esencial: “una cartera de tierras”:

Page 95: Libro

95

quel “fondo de tierras” de los años setenta pasó

a llamarse “cartera de tierras” en la década del

ochenta. Dos nombres distintos para un mismo

tema: “el acceso a la tierra urbana para los sectores

populares”.

El tema de la necesidad de una cartera de tierras pasa por

un cambio de mentalidad en la concepción del problema de la

tierra urbana y su acceso a ella.

En un importante evento que se llevó a cabo entre el 14

y el 18 de mayo de 1984, organizado por el centro

cooperativista uruguayo (CCU), en el que participaron técnicos

de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay (sin mercosur

mediante), se dejó una importante resolución sobre el tema que

decía: “El problema de la tierra debe merecer especial atención

en la consideración de la vivienda popular. Es preciso asegurar

el uso social del suelo, evitando su manejo especulativo, para lo

cual deberán instrumentarse procedimientos que lo habiliten”.

El 24 de agosto de 1989 la FUCVAM se reune con la

comisión que atendía el tema en la Junta Departamental de

Montevideo y se plantea, por primera vez luego del conflicto, la

solicitud oficial de que se constituyera una cartera de tierras.

Paralelamente, varias cooperativas del interior inician el mismo

camino en sus respectivos departamentos.

El 30 de agosto del mismo año se presenta un proyecto

de decreto por parte del edil Artigas Melgarejo del Partido

A

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96

Socialista, el cual no cuenta con el apoyo suficiente en ese

contexto político, para ser aprobado.

En él aparecen elementos importantes a destacar, además

de la propuesta de creación de un registro municipal de tierras

urbanas y suburbanas. El aspecto que nos parece más

importante es la integración de predios municipales y de otros

organismos públicos, solicitando un relevamiento previo que los

tipifique según sus características intrínsecas. Tan elemental

que parece increíble que aún no exista.

En el mes de noviembre de 1989 cambia el mapa

político del país con el triunfo del Frente Amplio en

Montevideo. Ya en el acto de asunción del Dr. Tabaré Vazquez

como intendente de Montevideo, en la plaza Lafone, se

menciona la creación de la cartera municipal de tierras. Cosa

que se hace luego efectiva como ya fue mencionado.

La historia continúa, pero nosotros nos quedamos en este

punto que inicia un proceso fundamental, pero absolutamente

insuficiente en la medida que no se constituya una política de Estado respecto al tema, más allá de colores políticos y/o

períodos de Gobierno que se cortan dramáticamente a cinco

años de gestión, sin continuidad alguna en los períodos

subsiguientes.

El impacto que las ocupaciones produjeron hacia adentro del cooperativismo:

Page 97: Libro

97

Todo cambio brusco requiere de análisis, obliga a preguntarse ¿qué cambios fundamentales son apropiados ahora para nuestra organización?

sí lo hizo la FUCVAM. Hecho que observamos

claramente en el documento presentado por la

secretaría general de la época, el 18 de agosto de

1989 y que transcribimos a continuación:

“Cuando la movilización se genera y ella golpea

directamente las estructuras sobre las cuales está concebida esta

sociedad, no solamente los que dominan se desacomodan sino

que también se producen cambios en las organizaciones

populares que embanderan la propia lucha.

Como Dirección debemos de saber asimilar esos

cambios aunque nos cueste reacomodarnos, un poco de esto está

sacudiendo, yo no diría en FUCVAM institución, sino en el

movimiento en su conjunto.

Si uno analiza el simbronazo que pegó la “ocupación de

tierras” puede observar como se han procesado una serie de

cosas que parecían inertes desde hace un tiempo. Todas las

comisiones de FUCVAM están evolucionando, tomando nuevas

formas que las pongan al día con los acontecimientos.

1) Un supuesto acostumbramiento a la espera de que la

Dirección piense, instrumente y ejecute las medidas, cuestión

A

Page 98: Libro

98

nefasta para una organizacion democrática y participativa, lo

demuestra el hecho de lo que está costando que funcionen las

zonales. Parecería, sí, que ya hay atisbos, aunque lentos, de un

verdadero proceso autogestionario en las zonales (Boletín de

COVIME 7 y COVIMT 10 , boletin de TEBELPA 1 , informe

de la Directiva de COVINE 5, actos zonales, pintada de los

ocupantes, pegatina de la cruz) estos son algunos elementos que

demuestran el despertar y el proceso dialéctico que supone la

lucha y el desarrollo, elementos que no son contradictorios, sino

todo lo contrario.

2) La puesta en escena de la solidaridad que, si bien no

está siendo toda la que desearíamos, comienza a reactivarse con

características propias del movimiento (donación de bloques,

hierros, brigadas de ayuda en los salones comunales). Sin lugar

a dudas, también la solidaridad despierta y se siente sólo cuando

se lucha. Es por excelencia la encargada de dividir aguas entre

lo que abstractamente nos planteamos y efectivamente

realizamos en la práctica.

3) Los mecanismos de participación propios de nuestros

barrios, como lo son las asambleas, productos genuinos de la

unidad en el debate franco entre trabajadores. Podemos decir

acerca de esto que desde el 29 de julio al 18 de agosto se han

realizado más de 35 asambleas. Decíamos el seguir apostando a

los nuevos grupos más allá de las meras rencillas conceptuales

que la sangre joven pone en el tapete, porque es, precisamente,

la forma de crecer hacia fuera y hacia dentro de movimiento.

4) En lo organizativo hemos mostrado carencias, todas

ellas solucionables pero las cuales no se pueden descuidar. El

reclamo permanente de una mayor coordinación, no muchas

Page 99: Libro

99

veces correctamente interpretada, puede generar fisuras que son

nefastas en un momento de lucha.

Para terminar decimos que un balance más objetivo se

podrá hacer con el tiempo, pero sobre la base de una convicción

que es la de seguir apostando a nuevos grupos”

El análisis no se limitó exclusivamente a revisar la

actuación de la Federación y de las cooperativas en general

según los principios esenciales que los constituían, también

vemos como se plantea la necesidad de cambios más radicales

como es el adecuar las tipologías de viviendas y los sistemas

constructivos a la realidad del momento, habilitando el acceso

de los sectores sociales del momento a sus viviendas.40

Estos aspectos no son menores, nos muestran como una

organización social, con todas las carencias que presentaba en

esa época, supo percibir que los cambios estructurados en el

contexto socio-económico del país exigían cambios en la

interna del movimiento para contemplar aquellos sectores que

estaban siendo desatendidos.

Las estrategias que fue tomando el movimiento lo

colocaron, quizá sin darse realmente cuenta de ello, como la

única alternativa exitosa, reconocida y aceptada, de acceso a la vida urbana por parte de estos sectores.

40 Documento de la FUCVAM titulado “el desafío planteado” del 7 de

setiembre de 1989.

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100

El proceso enseña, ...o al menos debería:

bviamente hoy, el contexto en que vivimos es

distinto y, por tal, distinta sería la estrategia a

tomar para el logro de los objetivos buscados.

Pero aquella experiencia ha dejado un estupendo

material de análisis y revisión hacia el propio

movimiento, como ya lo vimos, pero también hacia

afuera, hacia el gobierno, hacia la propia gente.

Este antecedente nos abre dos o tres temas que hasta el

momento no habían sido colocados en el escenario de la lucha

por la tierra urbana. Primero, y fundamental, el derecho a agruparse libremente. a constituirse como cooperativas para

poder construir y resolver el problema de la vivienda. Segundo,

el derecho a acceder a tierras urbanizadas, dentro de la lógica

urbanística de nuestra ciudad y su perspectiva de futuro. Por

último, un tercer aspecto de vital importancia es que el motivo

de las ocupaciones era, en buena medida, para que sobreviviera un movimiento que estaba siendo amenazado de muerte, que

permitió, luego de ello, un crecimiento considerable y una

profunda credibilidad popular en esta alternativa.

Por eso creemos que, si bien estas ocupaciones parecen

ser el antecedente más claro de las ocupaciones colectivas de

hoy día, no se ven en estas útimas indicios de haber captado

esos aspectos, que son los que permiten ver más allá del

problema inmediato a resolver y que son posibles de alcanzar a

través de la organización de los grupos, la conciencia colectiva

y la responsabilidad, más allá de la propia necesidad.

O

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101

Así también, en ese análisis hacia afuera, que creemos

ha quedado claramente expresado a lo largo de nuestras

reflexiones, es vital que el Estado asuma las obligaciones

pertinentes para que no ocurra lo expresado en la prensa41 el

titulado como: “Comienza en camino Mendoza y termina en la

anarquía” que dice: “...es de vital importancia para el futuro

desarrollo de Uruguay, que la ocupación.... no se constituya en

un leading case que lleve, en base al supuesto amparo de un

estado de necesidad o conveniencia colectiva, a infringir sin

más, las garantías tuteladas por las instituciones regularmente

establecidas”.

Coincidimos profundamente con esas apreciaciones,

pero creemos que la solución no pasa por atacar las

consecuencias, sin más; sólo atendiendo las causas podremos

eliminar el mal y eso significa, ofreciendo alternativas urbanas,

“regularmente establecidas”, reales y efectivas, para los sectores

más carenciados de la población.

Para dar mayor énfasis a este aspecto vital en la atención

de probemas, atacar las causas y no quedarse en las consecuencias observadas, transcribiremos, como remate final,

la segunda parte del trabajo presentado ante el VII Congreso

Iberoamericano de Urbanismo42. En ella se analiza el problema

41 El Observador, enero de 1996 42 Trabajo realizado por el Dr Juan Trinchitella y la arq. M. Rosario Fossati

presentado ante el VII Congreso de Urbanismo en España en marzo de 1996.

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102

que afecta a los sectores marginales en el contexto que hoy

vivimos y se trata de dar lineamientos para la acción.

Algunos aspectos se transcriben al pie de página y los

gráficos se adjuntan en el anexo. De este modo se podrán hacer

dos lecturas del mismo texto: quienes quieran profundizar en lo

que aquí se expresa, puedan hacerlo leyendo los pie de página y

anexos; quienes no, podrán apreciar claramente el objetivo

principal de esta transcripción, que es reflexionar acerca de la

complejidad de este tema y de las innumerables variables que se

deben atender para poder resolverlo.

Explicación del problema:

i bien hemos identificado el problema como el

“crecimiento de la marginación socio-territorial bajo el contexto de la integración regional y

mundialización de la economía”, con el sólo nombrarlo no

es posible obtener una clara descripción del mismo, por lo

que será necesario establecer “marcadores” que nos

permitan evidenciar lo que el nombre del problema enuncia.

Estos descriptores del problema43 expresados en un vector

de descriptores de problema (VDP) deben ser precisos y

monitoreables, a la vez que verifican la existencia del problema.

La primera parte fue transcripta en el análisis del escenario de los años

noventa. 43 Todo el análisis de la explicación del problema y de sus causas se analizó

utilizando la metodología de Carlos Matus en su método PES “Planificación

Estratégica Situacional”. Chileno, Economista de la Universidad de Chile,

Postgrado en Harvard, ex-ministro, ex-presidente dell Banco Central, entre

S

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103

Hemos definido cinco (5) descriptores que son los que se

indican a continuación:

1. Los asentamientos marginales crecieron un 90,3% entre 1984

y 1990 y un 45% entre 1990 y 1994, lo que hace un 176%

entre 1984 y 1994.

2. El 70% de la población marginal está sin empleo permanente

3. El 80% de la población marginal tiene menos de 40 años y

sólo un 1,7% tiene más de 60 años. Este indicador es de

suma importancia porque nos muestra la perspectiva futura,

cuando la mayor parte de la población joven está siendo

crecientemente excluída.

4. El 60% de los ocupantes precarios provienen de barrios

consolidados de Montevideo, lo que revela que el problema

no está dado por la migración hacia la ciudad, sino por el

contrario, por la expulsión desde la propia ciudad hacia la

periferia.

5. El quinto descriptor nos dice que la situación se viene

agravando en forma creciente.

Una vez descripto el problema, corresponde analizar las

causas que lo provocan. Las causas44 las describiremos en

función de las acciones o jugadas (“flujos” en el gráfico) que

otros. Hoy presidente de la Fundación Altadir creada en 1988 en la ciudad de

Caracas, Venezuela, con especial competencia en el campo de la

Planificación Estratégica Situacional (PES). 44 Para mayor claridad de lo que se expresa en este análisis se adjunta en el

anexo un gráfico de la explicación del problema en forma de flujograma.

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104

son producidas por los actores involucrados en el problema,

quienes poseen capacidades o incapacidades que los

caracterizan (que llamamos “acumulaciones”). Cabe acotar que

las jugadas y acumulaciones pertinentes y válidas son las que

admiten las “reglas del juego”.

También distinguiremos las causas según el grado de control

o gobernabilidad que el actor que declara el problema posee.

Hemos supuesto que el problema lo declara el Ejecutivo

Nacional, que es quien deberá plantearse las operaciones

necesarias para atacarlo.

Estas causas, cuyas relaciones observamos en el flujograma

definen los nudos explicativos del problema. Sin embargo, no

es posible actuar sobre todos ellos, en forma directa, oportuna y

con alto impacto sobre los marcadores del problema. Por este

motivo distinguimos aquellos nudos que son críticos45, sobre

45 Los nudos críticos definidos son (ver flujograma los anexos):

I. Flujos

A. Bajo Control:

1. Actividad informal ineficiente e ineficaz

2. Ocupación de tierras en la periferia y propiedades en

barrios degradados

3. Desempleo, fundamentalmente en la población joven más

carenciada

B. Fuera de control pero con posibilidad de gobernabilidad:

1. Disminución del empleo fundamentalmente en la Industria

Manufacturera

II. Acumulación

A. Bajo Control:

1. Falta de capacitación

2. Déficit habitacional

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105

los que trataremos de incidir en forma directa, mediante

operaciones que tiendan a cambiar el signo de nuestro

problema.

Lineamientos para un plan de acción:

e la misma forma que para describir el problema no

bastaba con nombrarlo sino que fue necesario

definir descriptores que lo definieran con mayor

precisión, los nudos críticos deben describirse a través de

marcadores monitoreables.

3. Debilidad de la estructura macroorganizativa en la

atención del problema

B. Fuera de Control:

1. Bajo consenso político partidario que habilite crear una

política de Estado respecto del tema

III. Reglas

A. Bajo Control:

1. Falta de políticas de carácter nacional que contemplen a

los sectores marginales

2. Políticas macroeconómicas que afectan negativamente al

empleo y a los ingresos

B. Fuera de control:

1. Condiciones macroeconómicas establecidas por el

contexto regional y mundial

2. Inadecuada legislación que atienda el tema

D

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106

Estos descriptores de las causas críticas del problema

permiten a su vez definir con precisión los resultados, que al

modificarse favorablemente mejoran los marcadores de nuestro

problema y por lo tanto el problema mismo.

Las operaciones que permitirían atacar estas causas críticas

encaminándonos hacia resultados que habiliten un cambio de

signo de nuestro problema, serían las siguientes:46:

I. Con respecto al nudo crítico: “Actividad informal ineficiente e ineficaz” A. Capacitación específica en lo relativo a la calidad de

productos y/o servicios

B. Asistencia crediticia para la actualización tecnológica

II. Con respecto a “Ocupación de tierras en la periferia y propiedades en barrios degradados” A. Políticas de regularización y reinserción en casos no

regularizables

B. Elaboración de planes de infraestructura básica para los

casos que se regularizan

III. Respecto de “Desempleo, fundamentalmente en la población jóven más carenciada” A. Políticas que favorezcan la inserción de la población

joven en el empleo formal

46 En el cuadro se presentan tres columnas, a la izquiera los nudos críticos y

sus descriptores, a la derecha los resultados que permitirían modificar el

marcador del problema claramente descriptos. La columna del medio define

las operaciones necesarias para pasar de uno al otro.

Page 107: Libro

107

B. Trabajo social con la población joven más carenciada

con miras a la obtención de empleo

IV. Respecto de “Falta de capacitación de una masa importante de la población” A. Políticas que aseguren el acceso a la capacitación

empresarial a los sectores carenciados

B. Políticas que aseguren el acceso a la capacitación en el

área de servicios a sectores carenciados

C. Reforma educativa que incorpore planes de estudio

adecuados con la realidad de hoy, a nivel de la

educación primaria y secundaria, pública y privada, así

como el fomento del pensamiento creativo en la

formación desde la niñez.

V. Respecto del “Déficit habitacional” A. Política de construcción de viviendas dirigidas a los

sectores de menores recursos

VI. Respecto de la “Debilidad de la estructura macroorganizativa en la atención del problema” A. Creación de una unidad ejecutora en la órbita de la

Presidencia de la República que procese el tema

tecnopolíticamente.

VII. Con respecto a la “Falta de políticas de caracter nacional que contemplen a los sectores marginales” A. Destinar recursos específicos para la atención del

problema

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108

B. Elaboración de planes, programas y proyectos

específicos para la atención del problema

VIII. Respecto a las “políticas macroeconómicas que afectan negativamente al empleo y a los ingresos de la población”

A. Políticas de disminución del gasto público dirigiendo el

ahorro directamente a los programas que atienden el

tema

B. Subsidios cruzados directos, que difundan los

beneficios de las inversiones a que se hace referencia en

el punto (c) hacia los sectores más carenciados

C. Fomentar inversiones nacionales y extranjeras en bienes

de capital

IX. Respecto de la “disminución del empleo en la industria manufacturera” A. Promoción de acuerdos a nivel regional que habiliten la

producción uruguaya para determinados productos de

manufactura para toda la región

B. Promoción de acuerdos a nivel internacional que

habiliten la exportación de determinados productos

uruguayos

X. Respecto del “bajo consenso político partidario que habilite crear una política de estado respecto del tema”

A. Búsqueda de acuerdos políticos para diseñar una

política de estado en el tema”

XI. Con respecto a las “condiciones macroeconómicas establecidas por el contexto regional y mundial insuficientes para resolver las necesidades de empleo e ingresos mínimos necesarios”

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109

A. Estimular la continuidad en el desarrollo de las

actividades terciarias

B. Evaluar en profundidad los nichos en los cuales el

Uruguay puede ofrecer ventajas competitivas

C. Potenciar esas ventajas promoviendo los acuerdos que

aseguren su desarrollo productivo

XII. Respecto de la “inadecuada legislación que atienda el problema” A. Promover la aprobación de un marco legislativo

respecto del tema

Conclusiones del trabajo:

A la luz del análisis planteado creemos oportuno realizar

algunas consideraciones que son vitales para una real

comprensión del problema:

1. Por más acotado que sea el problema que nos preocupa, su

consideración lleva a realizar el análisis de una cadena de

relaciones causales donde, en la mayoría de los casos,

deberemos atender problemas aparentemente muy distintos,

pero requieren una respuesta para poder atacar el problema

originalmente planteado.

2. En todos los problemas que se nos presentan en la realidad,

fundamentalmente la social, nunca un único actor tiene el

control absoluto de los hechos; se hace imprescindible,

Page 110: Libro

110

entonces, conocer e incorporar en nuestros planes las

posiciones de los otros actores que están involucrados en la

temática.

3. Cuando un plan de acción no es viable en primera instancia,

será necesario construirle viabilidad. Para ello debemos

plantearnos los distintos escenarios en función de las

variantes, invariantes y sorpresas que se nos pudieran

presentar y operar en función de la ocurrencia o no de ellas.

La viabilidad dependerá también de la posibilidad de la

utilización de los recursos necesarios, que no todos están en

nuestro poder.

4. Para nuestro caso, las operaciones que nos planteamos serán

viables o no en función de la posición de otros actores y

variantes de contexto, por eso sería necesario plantear las

operaciones según escenarios favorables, desfavorables e

intermedios- planteados como la situación más posible.

5. Una vez establecidas las operaciones posibles en cada uno de

los escenarios y los recursos con que contamos para ellas,

elaboramos los planes de acción en función del período que

nos fijamos para actuar.

Comentarios finales:

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111

acia dónde va Montevideo?. Esa es nuestra gran

pregunta. Hemos elegido para desarrollarla una

estructura en base a escenarios ya que con ella

es posible analizar las múltiples posibilidades que se

plantean en un mundo complejo como el que

enfrentamos hoy.

En relación a nuestro tema en estudio nos enfrentamos a

dos posibles escenarios futuros respecto del crecimiento de

Montevideo: con políticas de Estado que ordenen y estructuren

el departamento, contemplando a estos sectores sociales

largamente olvidados; o sin ellas, lo que significa el continuar el

camino de la autourbanización.

Frente al primer caso nos limitaremos a transcribir

palabras de Peter Drucker47 que hablarán por sí mismas: “La

incongruencia entre la percepción de la realidad y la realidad

misma, suele hacerse evidente. Cada vez que el duro esfuerzo

no mejora la situación sino que la empeora, lo más probable es

que esos esfuerzos estén mal dirigidos y, por consiguiente,

concentrados donde no es posible obtener resultados positivos.

47 Peter Drucker es mundialmente conocido como una de las figuras más

destacadas en el entendimiento de la economía, la administración y el

gerenciamiento de empresas con o sin fines de lucro.

El párrafo de referencia es extraído del libro “la innovación y el empresario

innovador”, 1985

H

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112

Entonces, enfocar la atención donde corresponde da buenos

resultados rápidamente”48

Frente al segundo escenario quisieramos ahondar en

algunos aspectos que permitan generar reflexión y discusión,

frente a lo cual ya nos quedaremos muy satisfechos.

Un primer aspecto a dejar de manifiesto es la

reivindicación, cada vez mayor, del cooperativismo de

viviendas de ayuda mutua como herramienta válida, demostrada

ya desde todos los ángulos a través de la historia, como una

solución eficaz e idónea para resolver el problema de la

vivienda de los sectores populares.

Una segunda conclusión es que el cooperativismo ya no

será, por lo menos por mucho tiempo, un sector social

homogéneo, sino que contemplará la nueva estratificación

social y fragmentación que vive el país todo. Ello implicará que

se abra un gran debate en la interna de la FUCVAM, como ya

supo hacero, para atender esta problemática.

Un tercer aspecto que nos interesa destacar es que las

ocupaciones de tierras que se transforman en los asentamientos

contemporáneos, no podrán subsistir ni alcanzar las condiciones

de vida urbana adecuadas de no garantizar una organización que

habilite se supere la precariedad de vida de sus habitantes. De

otro modo, serán indefectibemente presa del clientelismo 48 ¿Cómo uno puede aprender de lo que parece una realidad tan distante? Es

muy claro que los principios de la excelencia empresarial son hoy principios

esenciales al concebir toda política pública, aún aquellas políticas sociales

altamente subsidadas.

Page 113: Libro

113

político, generador de mentes conformistas, promotor de

políticas asistencialistas, que para nada ayudan a los grupos

involucrados y mucho menos a país.

Una cuarta conclusión es que sin una importante cartera

nacional de tierras no podemos ni comenzar a plantearnos

soluciones, ni alternativas, frente a esta problemática.

Por último deseamos destacar el rol que la historia

asigna a los cooperativistas de viviendas uruguayos cuya

experiencia, desarrollada en todos estos años, puede ser

volcada positivamente a la realidad actual de los asentamientos,

ofreciendo alternativas reales al importante sector del

movimiento popular urbano que lucha para resolver el problema

de la vivienda.

El gran salto en calidad política y social la podrán dar

los asentamientos sólo si entienden que su situación es

transitoria, que va mucho más allá que la toma de un terreno.

De lo contrario, si siguen en el camino de hacer lo que se puede,

llegarán a la triste conclusión que ya miles de familias

latinoamericanas han vivido y que dista mucho de ofrecer una

vida digna que es, en definitiva, el deseo esencial de todos

quienes están involucrados en esta problemática.

El primer enemigo que imposibilita el salto esencial al

cual nos referimos es la necesidad urgente, pero ya hay quienes

encontraron soluciones hoy a su problema. Los casos de

COVITU 78, COVILG, COVITRAB, entre otras, nos muestran

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114

que es posible su lucha por el préstamo para poder construir sus

viviendas, mientras los más necesitados ocupan precariamente

la periferia de su propio terreno.

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