libro 11 'la plenitud del espíritu

La Plenitud del

Espíritu

Por Tres Pastores:

Dr. John R. Rice

Dr. Curtis Hutson

Dr. Jack Hyles

Publicado por:

Editorial Gran Comisión

Hermano Sam Gaddis

La Plenitud del Espíritu

Editorial Gran

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Versión digital por icbf.com.mx Versión año 2014 Página 2

Índice

Introducción .................................................. 3

La Plenitud del Espíritu .................................. 5

La Plenitud Del "Espíritu", La

Necesidad Del Creyente .......................... 78

La Plenitud del Espíritu Santo .................... 125

Implorando el Poder del Espíritu ................ 156

¿Quién es el Editor Hno. Samuel

Gaddis? 2014 ................................... 165

Libros Ofrecidos ......................................... 168


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Introducción

Por: Dr. John R. Rice,

Pastor, evangelista, editor y autor. Año 1945

¿Cuán importante es "La Plenitud del

Espíritu" en nuestras vidas?

Antes de Pentecostés Jesús dijo a sus

discípulos: no empiecen ningún

avivamiento todavía; no empiecen a

predicar todavía; no intenten ganar almas

todavía. Ustedes no están listos. En vez de

eso Jesús dijo a sus discípulos que se

quedaran en Jerusalén, Hasta que sean

investidos de poder desde lo alto

¡Esto es notable! Jesús está hablando a los

hombres que El escogió 12 hombres a

quienes Cristo entrenó por tres años y

medio; y Él les dijo que aún no predicaran

o enseñaran pero que esperaran.

Esperaran por una cosa, poder desde lo

alto.


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¿Cómo puede un creyente tener la plenitud

del Espíritu?

¿Por qué tan pocos cristianos tienen este

poder en sus vidas?

El Dr. Rice contesta estas y otras

preguntas en este poderoso folleto. La

Plenitud del Espíritu es una promesa y un

mandamiento para TODOS los creyentes.

¡No vivan un día más sin buscar esta

plenitud para su vida!


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(Predicado en la Campaña unida de

avivamiento en Seattle, Washington, el 7

de noviembre de 1945. Grabado

mecánicamente.)

Y les dijo: Así está escrito, y así fue

necesario que el Cristo padeciese, y

resucitase de los muertos al tercer día; y

que se predicase en su nombre el

arrepentimiento y el perdón de pecados en

todas las naciones, comenzando desde

Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas

cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de

mi Padre sobre vosotros; pero quedaos

vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta

que seáis investidos de poder desde lo

alto". Lucas 24:46-49

Antes de Pentecostés Jesús dijo a sus

discípulos: no empiecen ningún

avivamiento todavía. No empiecen a

predicar todavía. No intenten ganar almas

todavía. Ustedes no están listos. ¡Pero


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quédense en Jerusalén hasta que sean

investidos de poder desde lo alto!

Ahora la escritura citada arriba es la

más notable de todas, cuando se considera

que Jesús había enseñado a esos hombres

por tres años y medio. Ningún predicador

ha tenido tan buen seminario de

entrenamiento como esos apóstoles

tuvieron bajo la enseñanza personal de

Jesús. Recordemos también que Jesús se

había levantado de la muerte, y por

cuarenta días había estado enseñándoles

lo concerniente al reino de Dios.

Recordemos también que el día que Él se

levantó de los muertos, Él sopló sobre

ellos, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo

(Jn.20:22), y ellos recibieron el Espíritu

Santo morando dentro de sus cuerpos.

Recuerden que Jesús les había prometido

en Juan 14:17 que el Espíritu Santo mora

con vosotros, y estará en vosotros. Luego

cuando Jesús se levantó de los muertos, Él

sopló sobre los discípulos y dijo: Recibid el

Espíritu Santo y así sucedió. La morada


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del Espíritu Santo comenzó el día que

Jesús fue glorificado, el día que Él se

levantó de la muerte. Pero, Jesús dijo a esa

gente, quienes fueron salvados, quienes

fueron enseñados en las Escrituras,

quienes fueron felices, cuya fe fue

restaurada, esa gente que tenía el Espíritu

Santo morando en sus cuerpos, Aquedaos


que seáis investidos de poder desde lo alto.

Él dijo: Tengo un trabajo para ustedes.

Quiero que prediquen el arrepentimiento y

la remisión de pecados en Mi Nombre en

todo el mundo. Ustedes son los que irán a

todas las naciones. Ustedes son Mis

testigos de estas cosas. Pero, quedaos



Ser Llenos del Espíritu Santo es

mencionado frecuentemente en la Biblia

El ser llenos con el Espíritu Santo fue una

cosa muy importante a través del Nuevo

Testamento, sin embargo es muy

minimizado en el púlpito moderno.


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Déjenme llamar su atención a Lucas,

capítulo 1, en el verso 15 y 16 el Señor

dice acerca de Juan el Bautista: Aporque

será grande delante de Dios. No beberá

vino ni sidra, y será lleno del Espíritu

Santo, aun desde el vientre de su madre. Y

hará que muchos de los hijos de Israel se

conviertan al Señor Dios de ellos. Juan el

Bautista sería lleno del Espíritu Santo,

tendría grandes avivamientos, y muchos de

los hijos de Israel se convertirían al Señor

Dios de ellos.

En Lucas 11:13 Jesús, enseñando a sus

discípulos, les dijo: Pues si vosotros,

siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a

vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre

celestial dará el Espíritu Santo a los que se

lo pidan? Nosotros encontramos un

énfasis sobre el Espíritu Santo como el

poder para ganar las almas, acerca de lo

que no se oye mucho estos días.

Tengo que leer a ustedes Lucas 24:49

cuando Jesús dijo: Aquedaos vosotros en


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la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis

investidos de poder desde lo alto.

Ahora, vuelvan conmigo, por favor al

primer capítulo de Hechos, comenzando

con el verso 1 nosotros leemos: En el

primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de

todas las cosas que Jesús comenzó a hacer

y a enseñar, hasta el día en que fue

recibido arriba, después de haber dado

mandamientos por el Espíritu Santo a los

apóstoles que había escogido; a quienes

también, después de haber padecido, se

presentó vivo con muchas pruebas

indubitables, apareciéndoseles durante

cuarenta días y hablándoles acerca del

reino de Dios. Y estando juntos, les mandó

que no se fueran de Jerusalén Y Hechos

1:1-4 Jesús dijo: no comiencen a llevar a

cabo ningún avivamiento. No comiencen a

llevar el evangelio a todo el mundo todavía.

Aún no están listos. Que esperasen la

promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis

de mí. Porque Juan ciertamente bautizó

con agua, más vosotros seréis bautizados


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con el Espíritu Santo dentro de no muchos

días. (Hch.1:4,5)

Ahora, yo no deseo hacer un debate de la

palabra bautizado como ha sido

mencionado de forma especial aquí. Si me

lo permite, sin ningún tipo de polémica, he

de decir que Jesús dijo: Ustedes van a ser

abrumados, van a ser cubiertos, van a

estar rodeados, ustedes serán llenos,

ustedes serán cargados por el Espíritu

Santo dentro de no muchos días. Entonces

los que se habían reunido le preguntaron,

diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a

Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca

a vosotros saber los tiempos o las sazones,

que el Padre puso en su sola potestad

(Hch.1:6,7). Ahora, Jesús no está

hablando aquí acerca de la segunda venida

de Cristo y su reinado sobre la tierra,

cuando Él habla del ser bautizados con el

Espíritu Santo. Él dijo No es para que

sepan cuándo. Esto no es de lo que estoy

hablando. Y no es lo que ustedes deben

esperar para entonces. No, Él dijo en el


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verso 8: Apero recibiréis poder, cuando

haya venido sobre vosotros el Espíritu

Santo, y me seréis testigos en Jerusalén,

en toda Judea, en Samaria, y hasta lo

último de la tierra… Jesús dijo: recibiréis

poder, cuando haya venido sobre vosotros

el Espíritu Santo.

Pero, prosigo. Quiero que veas cuán

importante es en las Escrituras este

término, esta cuestión del Espíritu Santo

sobre las personas que ya son salvas,

sobre las personas que ya son convertidos,

sobre las personas que ya tienen morando

el Espíritu. Hay un gran énfasis sobre un

especial investimento de poder, un

bautismo del Espíritu, una llenura del

Espíritu, un regalo (don) del Espíritu, un

derramamiento del Espíritu. Todos estos

términos bíblicos son enfatizados a lo largo

del Nuevo Testamento.

En Hechos capítulo 2, leemos

nuevamente, Cuando llegó el día de

Pentecostés, estaban todos unánimes

juntos. Y de repente vino del cielo un


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estruendo como de un viento recio que

soplaba Y Hechos 2:1,2. Ahora, los

discípulos no hablaron de esperar un

sonido milagroso de un recio viento

ciclónico. Esto fue un milagro incidental. Y

no era lo que ellos habían esperado. El

cual llenó toda la casa donde estaban

sentados; y se les aparecieron lenguas

repartidas, como de fuego, asentándose

sobre cada uno de ellos. (Hch. 2:2,3). Esto

fue un milagro incidental, Y no era lo que

ellos habían esperado. Esto no era lo que

Dios había prometido. Escuchen: fueron

todos llenos del Espíritu Santo (Hch. 2:4).

La plenitud, el bautismo, el poder, el regalo

(don), la investidura de poder del Espíritu

Santo, eso era lo que había prometido.

Ahora en este caso ellos comenzaron a

hablar en varios idiomas. En la Biblia la

palabra griega glossa es traducida lengua,

y esto es traducido idioma o lenguaje. Esto

es aquí lenguaje y debe ser también en este

sentido. El siguiente verso dice que había

ahí, en Jerusalén, judíos, hombres


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devotos, de todas las naciones bajo el cielo.

Ahí había quince diferentes

nacionalidades, y cada hombre en su

propio idioma en el cual habían nacido

escuchó la predicación del evangelio.

Ahora si lees más adelante, encontrarás

que tres mil almas fueron salvas.

Nosotros no estamos pensando acerca de

los incidentes. Nadie tiene derecho a hacer

algo especial del hecho de que hubo un

viento ciclónico. Que no es lo que Jesús

había prometido y no fue repetido

nuevamente, por lo que sabemos; por

supuesto no siempre, y por supuesto no

fue prometido. Nadie tiene derecho a hacer

algo especial del hecho de que lenguas de

fuego se asentaran sobre ellos. Me da igual

si la gente las tiene. Esas no fueron

prometidas, y no fueron repetidas en los

tiempos de la Biblia, por lo que sabemos.

Por supuesto, ellos no las esperaban.

Nadie tiene derecho de hacer un debate del

hecho de que en este caso la gente habló

en varios idiomas a los que entendieron el


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evangelio en sus propios idiomas. Esto no

es el punto de la historia. Esto no es

acerca de lo que Jesús habló. Este es un

milagro especial. Algunos dicen, Aquí hay

un chino. Él solamente entiende su propio

idioma. No entiende inglés. Muy bien, por

lo que a mí respecta, si Dios te da el poder

de hablarle en chino, y si él oye y se

convierte, entonces esto es bíblico; es

escritural; y está muy bien. Esto sería un

milagro. Y sería de Dios. No estoy contra

eso. Pero, yo digo que esto no es la parte

acerca de la que Dios está hablando aquí.

Lo importante aquí, es que ellos fueron

llenos con el Espíritu Santo, que ellos

predicaron el evangelio a todos los que

vieron, que ellos tuvieron multitudes

salvadas, Cerca de tres mil fueron salvos.

Iré a través de algunas Escrituras y les

mostraré cuán importante en el lenguaje

bíblico es este asunto de ser llenos con el

Espíritu Santo.

En Hechos, capítulo 2, la gente dijo,

¿qué haremos? Pedro les respondió en los


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versículos 38 y 39: Arrepentíos, y

bautícese cada uno de vosotros en el

nombre de Jesucristo para perdón de los

pecados. Fíjense ahora, que arrepentíos es

para salvación, y bautícese es señalado

con referencia a la salvación. Un estudio

del griego muestra que la palabra Apara

aquí es realmente una traducción de la

pequeña palabra griega eis que significa

con referencia a. Entonces esto no es un

asunto de ser bautizados para conseguir

perdón de pecados. Esto es ser bautizados

porque señala, o hace referencia al perdón

de pecados que ya recibieron cuando se

arrepintieron. El bautismo no salva a

nadie. Es un buen testimonio de que has

sido salvado, si lo eres. Luego lee el resto

del verso. Y recibiréis el don del Espíritu

Santo. Fíjense, uno se arrepiente y es

salvado. Luego el bautismo es el modo en

que uno pone en el altar, un corazón

obediente a los mandamientos de Dios,

uno deja su vida, la entrega y la crucifica.

Y luego, recibiréis el don del Espíritu


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Santo. Porque para vosotros es la promesa,

y para vuestros hijos, y para todos los que

están lejos; para cuantos el Señor nuestro

Dios llamare. (Hechos 2:38,39). Ahora cada

uno que ha sido llamado para ser salvo es

llamado a tener el regalo del Espíritu Santo

también, si él quiere, la Escritura lo dice.

Lea más adelante, en el cuarto capítulo

de Hechos. Nuevamente los discípulos se

encuentran juntos. Nuevamente

necesitaban bendición y poder.

Nuevamente oraron. Hechos 4:31 dice:

Cuando hubieron orado, el lugar en que

estaban congregados tembló; Y TODOS

FUERON LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO,

y hablaban con denuedo la palabra de

Dios. ¡Llenos del Espíritu Santo! ¡Llenos

del Espíritu Santo! ¡Con qué frecuencia es

repetido!

Volvamos a Hechos, capítulo 6. Ahora los

apóstoles dijeron No es justo que nosotros

dejemos la palabra de Dios, para servir a

las mesas. Buscad, pues, hermanos, de

entre vosotros a siete varones de buen


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testimonio, llenos del Espíritu Santo y de

sabiduría, a quienes encarguemos de este

trabajo. Y la Escritura dice: Agradó la

propuesta a toda la multitud; y eligieron a

Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu

Santo (Hechos 6:5). En el verso 8 se lee: Y

Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía

grandes prodigios y señales entre el

pueblo. Esteban fue lleno del Espíritu

Santo.

En el séptimo capítulo de Hechos, verso

55, vemos a Esteban justo antes de ser

apedreado: Pero Esteban, lleno del Espíritu

Santo, puestos los ojos en el cielo, dio

testimonio, y Saulo de Tarso fue convicto y

después convertido.

Vayamos más adelante a Hechos

capítulo 11. Ahí hay otro hombre, Bernabé.

¿No sabes qué tipo de hombre era él? Hch.

11:24 dice: Porque era varón bueno, y lleno

del Espíritu Santo y de fe. Y una gran

multitud fue agregada al Señor. Lleno del

Espíritu Santo. Ahora veamos el punto. La

Biblia marca mucho el término lleno del


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Espíritu Santo, el cual es usado una y otra

vez y otra vez en el Nuevo Testamento.

Vayan conmigo ahora, al capítulo

diecinueve de los Hechos. Aconteció que

entre tanto que Apolos estaba en Corinto,

Pablo, después de recorrer las regiones

superiores, vino a Éfeso, y hallando a

ciertos discípulos, (Noten, estas personas

eran discípulos) les dijo: ¿Recibisteis el

Espíritu Santo cuando creísteis? Ahora,

ellos habían confiado en Cristo. El que cree

en el Hijo tiene vida eterna; (Juan 3:36).

Ellos eran convertidos. Eran salvos. Eran

discípulos quienes habían confiado en

Cristo. Les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu

Santo cuando creísteis? Ahora, los

cristianos después de su conversión deben

tener otra experiencia. En la conversión

uno recibe la morada del Espíritu, pero un

bautismo o ser llenos del Espíritu Santo es

necesario para tener el poder de testificar y

ganar las almas. Pablo se refiere a esta

llenura.


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No estoy hablando acerca de

santificación ahora. No estoy hablando

acerca de perfección sin pecado. No estoy

hablando ahora, acerca de hablar en

lenguas. Me refiero a lo que Dios está

hablando ahora. Escuchen con atención:

¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando

creísteis? ¿No es una pregunta extraña? Y

ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si

hay Espíritu Santo. Ellos debían haber

estado yendo a las iglesias cuyos pastores

tienen miedo de mencionar el asunto,

¡Como muchos de nuestros pastores tienen

miedo de mencionarlo hoy! Ni siquiera

hemos oído acerca de esto dijeron. No

sabemos acerca de esto Entonces dijo: ¿En

qué, pues, fuisteis bautizados? Pienso que

Pablo dijo algo como: ¿No recuerdan

cuando Jesús fue bautizado, el Espíritu

Santo vino sobre él, y el inició su

ministerio público y siguió lleno del

Espíritu Santo? ¿No recuerdan cuando

Juan el Bautista bautizaba la gente, y les

dijo, Yo a la verdad os he bautizado con


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agua; pero él os bautizará con Espíritu

Santo? (Mr.1:8) ¿No recuerdan en

Pentecostés cuando Pedro dijo a la gente:

¡Arrepentíos! y serán salvos, pero si

buscan tener el poder del Espíritu Santo,

entonces ustedes deben ser bautizados,

deben ponerse a sí mismos en el altar,

deben dejar su vida y vivir una vida

crucificada, para seguir a Jesús hasta la

muerte? ¿Por qué fueron bautizados si no

tenían la intención de poner todo en el

altar y tener el poder de Dios para llevar a

cabo la Gran Comisión? Ustedes saben que

la Gran Comisión es que traigas a otros a

la conversión, los bautices, les enseñes a

guardar todo lo que Jesús enseñó a sus

discípulos, los apóstoles, a observar. ¿Qué

acerca de esto? Cuando oyeron a Pablo

decirles esto, ellos fueron bautizados otra

vez. Ustedes saben, el bautismo es una

imagen de la transacción que ha tenido

lugar. Es el medio de contar de nuestra

propia muerte, el reconocimiento de haber

muerto, y de empezar a vivir una nueva


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vida. Y si esto no ha pasado, si esto no

significó tu bautismo, ustedes deberían ser

bautizados nuevamente con este

significado.

Ahora, esto es lo que yo quiero poner en

tu corazón. Aquí en el Nuevo Testamento

hay un énfasis sobre una experiencia

segura. Si tú puedes llamarlo una

experiencia, un énfasis sobre una

bendición segura, si tú puedes llamarlo

una bendición; un énfasis sobre lo que la

Biblia llama Siendo llenos con el Espíritu

Santo. Una y otra vez la Escritura dice:

Ellos fueron llenos con el Espíritu Santo.

Hay otros casos en la Biblia que no he

mencionado. En Hch. 4:8 Pedro fue lleno

con el Espíritu Santo. No he mencionado a

Zacarías en el primer capítulo de Lucas

cuando la Escritura dice Zacarías su padre

fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó,

(Lc.1:67) y Elisabeth fue llena del Espíritu

Santo, y exclamó (Lc.1:41,42). Digo, aquí

hay un término frecuentemente usado en

la Biblia. ¿Por qué no predicamos sobre él?


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¿Por qué no nosotros predicadores,

nosotros cristianos, buscamos esta

bendición que otros cristianos tuvieron?

Ha habido mucho altercado, mucho

fanatismo, y yo creo mucha enseñanza in-

escritural sobre este asunto. Suponga que

alguien busca error en la sangre de Cristo.

¿Hará este intento que yo no pueda

nuevamente predicar sobre la sangre?

¡Ciertamente no! Suponga que alguien se

equivoca sobre el pagar sus deudas

honestamente. ¿Hará este intento que yo

no deba nunca predicar nuevamente sobre

pagar sus deudas? ¿Nunca debo predicar

no hurtarás si alguien por casualidad

malinterpreta la Escritura? ¿Hará este

intento que yo deba dejarlo en paz? ¿No

ves cuán perverso es esto de ignorar un

tema enfatizado clara y repetidamente a

través del Nuevo Testamento sólo porque

ha sido usado por algunos fanatismos, o

algunas malinterpretaciones del tema? ¿No

ves cuán perverso es esto de ignorar la

enseñanza clara de la Biblia en la que los


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cristianos novotestamentarios una y otra

vez fueron llenos con el Espíritu Santo

cuando ellos salieron a ganar almas?

El poder del Espíritu Santo se nos ha

prometido y ordenado.

Ahora, me dirijo a hacerles una pregunta

en un momento, como hizo Pablo, pero

primero quiero darles la promesa y el

mandamiento. En Hch. 2:39 recuerden

esta promesa sobre el regalo del Espíritu

Santo, es para ustedes y para sus hijos:

Porque para vosotros es la promesa, y para

vuestros hijos, y para todos los que están

lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios

llamare. Ahora, aquí dice que el regalo del

Espíritu Santo es una promesa para todos

aquellos que sean salvos. Aquí hay una

promesa para ti. Esto es lo mismo que

Jesús dijo a sus discípulos en Lc. 24:49

He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre

sobre vosotros; - ¡la promesa, la promesa!

Y Pedro dijo en Pentecostés: La promesa es


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para vosotros también, nos fue prometida

a los apóstoles. La misma promesa es para

ustedes. Pero quedaos vosotros en la

ciudad de Jerusalén, dijo Jesús, Hasta


Esa promesa de poder desde lo alto, la

promesa del regalo del Espíritu Santo, es

para ustedes, para sus hijos, para todos

cuantos Dios llame.

En Efesios 1:13, Pablo dice y habiendo

creído en él, fuisteis sellados con el

Espíritu Santo de la promesa, Tu puedes

tener el Espíritu Santo prometido por Dios,

puedes tener su poder, puedes tener su

llenura para tu esfuerzo en ganar las

almas.

Y en Efesios 5:18 está el claro mandato: No

os embriaguéis con vino. Ahora, la Biblia

debe aclarar valores. Aquí la Palabra de

Dios manda, No os embriaguéis con vino.

Entonces, embriagarse (emborracharse) es

un pecado. Vamos a tomar sólo esa parte

del versículo. ¿Cuántos creen que

embriagarse es un pecado? Emborracharse


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con vino es un pecado. ¿Cuántos lo creen?

Déjenme ver sus manos. Está bien. Me

pregunto si eres el tipo de modernista que

toma la mitad de un versículo y tiras el

resto lejos. ¿Así eres? Bueno, todo el verso

dice: ¡No os embriaguéis con vino, en lo

cual hay disolución; ANTES BIEN SED

LLENOS DEL ESPÍRITU! Ahora, te

pregunto, si violar la primer parte de este

versículo, emborrachándonos, es pecado,

entonces ¿si fallamos en ser llenos del

Espíritu Santo se considera de la misma

manera un pecado? ¿Piensan que pueden

decir que son buenos cristianos si toman

solamente la mitad de este versículo? No,

no pueden. Ustedes no son buenos

cristianos hasta que lo tomen todo. No

puedo decirles que no son convertidos. No

puedo decirles que un cristiano nunca se

embriaga. Y ciertamente sería erróneo

emborracharse. Fue un error de Lot. Fue

un error de Noé. Y es un error de algún

otro. Pero, estoy diciendo que solamente

porque guardes la mitad de esto y no te


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embriagues, esto no te hace un buen

cristiano. Tú no eres un muy buen

cristiano hasta que guardes todo el

versículo, incluyendo la parte que dice: Sed

llenos del Espíritu. A ustedes no se les ha

dado ninguna libertad. No les queda

ninguna elección en el asunto. Tienen que

ser llenos. Este es el claro mandamiento de

Jesucristo, escrito por el apóstol Pablo en

el libro de los Efesios. Sed llenos del

Espíritu.

Ahora déjenme hacerles una pregunta.

¿Qué hizo Pablo? ¿No sería maravilloso si

predicadores, que todo el tiempo buscan

una nueva audiencia, hicieran la pregunta

que Pablo hizo cuando vino a Éfeso y

encontró ahí algunos convertidos? Él dijo a

esos nuevos convertidos: ¡maravilloso, me

alegro de que sean salvos! Está bien.

Ustedes creen en Jesús y eso es bueno.

Ustedes han sido bautizados y eso es

bueno, Ahora, díganme ¿recibieron el

Espíritu Santo cuando creyeron? O


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¿después de que creyeron, recibieron el

Espíritu Santo?

Bueno, dijeron ellos, no hemos sabido

ninguna cosa sobre esto. No entendemos

sobre ser llenos del Espíritu.

Luego Pablo les explicó, Si ustedes son

salvos, si ustedes han sido salvos y

bautizados, el viejo pecador ha muerto, y

quieren vivir una nueva vida, y llevar a

cabo la Gran Comisión y ganar almas.

Bueno, dijo Pablo: ¿Cómo van a hacer

esto? ¿Cómo pueden lograrlo? ¿Cómo

pueden vivirlo? ¿Cómo pueden tener el

poder para hacer algo duro por hacer, a no

ser que recibas el regalo (don) del Espíritu

Santo, o la llenura del Espíritu, o el

bautismo del Espíritu, o el derramamiento

del Espíritu? (Si eres sensitivo acerca del

uso de estos términos, sólo usa el término

de Lucas 24:49, investidos de poder desde

lo alto.)

Les diré ahora, sería mejor que me

escucharan. El pueblo de Dios en esta


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ciudad de Seattle necesita ser lleno con el

Espíritu Santo, Ahora, ¿buscan tener un

avivamiento? Muy bien, les diré cómo

pueden tener exactamente lo que ellos

tuvieron en Pentecostés, exactamente lo

que ellos hicieron en otros tiempos

bíblicos. Digo, nosotros podemos tener un

avivamiento cuando el pueblo de Dios

pague el precio y sean llenos con el

Espíritu Santo. Ahora, no me

malentiendan, podemos tener un

maravilloso avivamiento si el pueblo de

Dios es lleno con el Espíritu Santo. Quiero

que pienses acerca de esta pequeña parte.

Lo que no significa Pentecostés

Quiero que vean primeramente qué fue el

secreto y principio de Pentecostés. ¿Qué

fue lo que significó Pentecostés? El

significado de Pentecostés es simplemente

esto: Fue una antigua muestra de

avivamiento cuando el pueblo de Dios


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obtuvo el poder para ganar almas y las

ganaron.

Muchos tienen malentendido lo que

ocurrió en Pentecostés. Cuando hablan

acerca de Pentecostés, aquí hay mucha

gente quienes piensan Bueno, este es el

tiempo de la venida del Espíritu Santo en

el mundo. ¡Oh, no! El Espíritu Santo había

venido a todos los cristianos a través de las

edades. Cada pecador que fue convencido

y salvado fue por el Espíritu Santo. El

Espíritu Santo es el que regenera. Y gente

fue llena del Espíritu Santo y testificó por

Jesús antes de Pentecostés. ¡No! ¡No! El

Espíritu Santo no vino al mundo en

Pentecostés. A veces la gente habla acerca

del descenso del Espíritu Santo como si Él

hubiera estado en el Cielo todo el tiempo.

Este no es el punto.

Alguien dice, Bueno, Hermano Rice, el

Espíritu Santo vino a morar en los cuerpos

de los cristianos en Pentecostés. Siento

decirle, mi amigo, pero estás equivocado.

Este no es el tiempo en absoluto. Esta


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dispensación inició con la resurrección de

Cristo, el día que Jesús fue glorificado, el

día que Jesús se levantó de la muerte. Esto

es cuando la dispensación inició. Leemos

en Juan 7:37-39, En el último y gran día

de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la

voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a

mí y beba. El que cree en mí, como dice la

Escritura, de su interior correrán ríos de

agua viva. Esto dijo del Espíritu que

habían de recibir los que creyesen en él;

pues aún no había venido el Espíritu

Santo, porque Jesús no había sido aún

glorificado. En el tiempo de la fiesta Jesús

no había sido glorificado, no se había

levantado en su cuerpo glorificado. El

Espíritu Santo no había sido dado a morar

en los cuerpos de los cristianos.

Ahora, volvamos a Juan, capítulo 20, y

lean en los versículos 19 y 20 cuando

Jesús vino y les mostró sus manos y su

costado, luego los discípulos se regocijaron

cuando vieron al Señor y él dijo Paz a

vosotros. Esta es la paz de la sangre; esta


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es la paz de la seguridad de salvación.

Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a

vosotros y habiendo dicho esto, sopló, y

les dijo: Recibid el Espíritu Santo. (Juan

20: 21,22) Ahora, los discípulos, desde el

día que Jesús se levantó de entre los

muertos, desde el día que él fue glorificado

recibieron el Espíritu Santo; y desde este

tiempo cada cristiano ha tenido ya el

Espíritu Santo viviendo en su cuerpo.

Ninguno de ustedes debe orar esta noche

para que el Espíritu Santo venga a vivir en

su cuerpo. Si usted es convertido, él ya

está aquí. Escuchen a 1 Corintios 6:19-20

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo

del Espíritu Santo, el cual está en vosotros,

el cual tenéis de Dios, y que no sois

vuestros? Porque habéis sido comprados

por precio; glorificad, pues, a Dios en

vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los

cuales son de Dios. Verá, cada cristiano

tiene el Espíritu Santo en su cuerpo. Y los

discípulos lo tuvieron antes de

Pentecostés. Ellos ya lo tuvieron cuarenta


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días antes. Ese Espíritu Santo había

estado morando en ellos desde el día que

Jesús se levantó de la muerte. Y ahora el

Espíritu Santo viene en cada uno que es

convertido y vive en su cuerpo.

Ahora, esto les había pasado a los

discípulos antes de Pentecostés.

Pentecostés no fue el inicio de la morada

del Espíritu. Ellos ya lo tenían. No estoy

intentando hacer que alguien aquí pida al

Espíritu Santo que venga a morar en él.

Cuando tú recibes a Cristo por fe como tu

Salvador, luego automáticamente el

Espíritu Santo entra y te hace un cristiano

regenerado, y eres puesto, bautizado, o

sepultado (metido) en el cuerpo de Cristo, y

tú bebes en el Espíritu Santo. Él vive en tu

cuerpo. Te hiciste una parte del místico

cuerpo de Cristo: la iglesia. Digo, cada

persona que ya es salva tiene el Espíritu

Santo. Esto no es lo que ocurrió en

Pentecostés. Esto no es lo que significaba

para los apóstoles el Pentecostés.


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Alguien más dice, Hermano Rice, creo

que en Pentecostés ocurrió la fundación, el

origen, el inicio de la iglesia. Ahora yo no

me preocuparía por discutir contigo sobre

eso. Creo que si tuviera tiempo te

mostraría que aquí no fue cuando inició la

Iglesia. Pero no discutiré; tú no puedes

mostrarme un versículo en la Biblia que

diga alguna cosa acerca de que la Iglesia

inició en Pentecostés. Está bien; pero

supón que hubiera iniciado en

Pentecostés, y a continuación digamos

nada al respecto porque esto no es lo que

Dios dice, y Dios no habla de ello. No me

preocupa especialmente cuándo inició la

Iglesia, estoy preocupado por que los

cristianos no entiendan el significado de lo

que Dios tuvo en Pentecostés.

El verdadero significado de Pentecostés

¿Qué es el significado de Pentecostés? Les

mostraré muy claramente. Esto no es la

conversión de almas. Estas personas ya


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eran cristianas. Esto no es el venir a morar

del Espíritu Santo, porque él ya había

tomado posesión de su residencia en ellos.

El significado de Pentecostés no es el

origen de la Iglesia. Incluso si la iglesia se

inició entonces, la Biblia no dice nada

sobre esto, y los apóstoles no dicen nada al

respecto. Esto no fue lo que Jesús

prometió. Esto no fue lo que ellos

pensaban al respecto. ¿Qué era? Volvamos

a Lucas, capítulo 24. Aquí el Señor Jesús

dijo: ustedes van a predicar el evangelio en

todas las naciones. Ustedes son testigos de

estas cosas. Pero esperen en Jerusalén,

quédense en Jerusalén. Yo enviaré la

Promesa de mi Padre sobre ustedes. Pero

quédense en la ciudad de Jerusalén, hasta

que sean investidos de poder desde lo alto

Ahora, ¿Qué significa Pentecostés? Poder

desde lo alto, un investimento de poder

para hacer el trabajo que Dios dijo que

hicieran. Esto es lo que los discípulos

tuvieron. Ellos fueron dotados del poder

para ganar las almas. Fueron llenos con el


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Espíritu Santo para ganar almas. Tuvieron

tres mil almas salvas y luego se fueron

maravillosamente ganando almas día a día.

¿Ahora ves lo que significó Pentecostés? El

significado de Pentecostés es: ¡el

testimonio de poder para ganar almas!

Ahora vayan al primer capítulo de

Hechos. Aquí nuevamente tenemos un

pequeño resumen. Como saben, el libro de

Lucas y el libro de Hechos fueron escritos

por el mismo hombre: Lucas, bajo la

inspiración del Espíritu Santo. Jesús dijo,

escrito por Lucas: más vosotros seréis

bautizados con el Espíritu Santo dentro de

no muchos días. Él no dijo que el Espíritu

Santo los pondría en el cuerpo de Cristo,

porque ese es otro asunto, pero ellos serían

abrumados, cubiertos, rodeados, llenos,

desbordados con el poder del Espíritu de

Dios. Eso es lo que significa. Y ellos dijeron

¿Qué quieres decir Jesús? Jesús contestó

quiero decir esto: Apero recibiréis poder,

cuando haya venido sobre vosotros el

Espíritu Santo, y me seréis testigos en


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Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y

hasta lo último de la tierra.

Nuevamente, ¿cuál es el significado de

Pentecostés? recibiréis poder. ¡Poder! No

estoy hablando del viento ciclónico. Eso

ocurrió, pero no había sido prometido. No

es la prueba acerca de la que el Señor está

hablando. Y no es lo que ellos tenían en

sus mentes. Y no es lo que nosotros

debemos tener en nuestras mentes. No

fueron las lenguas de fuego asentadas

sobre sus cabezas. Eso ocurrió, pero fue

un incidente, un milagro externo. Digo, las

señales externas pueden ser diferentes

como fueron entonces, pero este no es el

punto. El punto es que ellos recibieron

poder, tuvieron el poder de testificar y

consiguieron personas convertidas. Este es

el significado de Pentecostés. No fue que

ellos hablaron otros idiomas. Sucedió que

algunos de ellos pudieron hablar en

idiomas que la gente entendía, y esas

personas oyeron el evangelio en sus

propias lenguas en que habían nacido.


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Esto está bien, pero es un incidente. No

fue prometido y no es especialmente cierto

en estos idiomas. Este no es el punto. El

punto es que ellos obtuvieron el poder para

testificar por Jesús y conseguir personas

salvas. Ellos tuvieron poder. El significado

de pentecostés es poder en su testificar,

poder en su testimonio, poder en su

esfuerzo por ganar almas, poder para el

púlpito y las bancas para llevar el

evangelio a los pecadores; en otras

palabras, poder de avivamiento. Eso es

todo.

D.L. Moody dijo, Pentecostés fue un

simple día de muestra. Sí, Pentecostés fue

simplemente una muestra de avivamiento.

Si nosotros queremos avivamiento, vamos

a volver y tenerlo como ellos lo hicieron

después. ¿Cómo es esto? Vamos a

conseguir el poder de Dios sobre nosotros.

Vamos a conseguir el poder del Espíritu

Santo. Vamos a ser llenos con el Espíritu

Santo, o tener el regalo del Espíritu Santo,

o ser investidos con poder desde lo alto.


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Como profetizó Joel, y como dijo Pedro:

Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: Y

en los postreros días, dice Dios, Derramaré

de mi Espíritu sobre toda carne, (Hechos

2:16,17) ¿Ves el punto aquí? No me

preocupa cuál es el término que quieras

usar. Prefiero el término usado más

frecuentemente en la Biblia, el cual es

Llenos del Espíritu pero no me importa el

término bautizados con el Espíritu Santo

que fue utilizado por R.A. Torrey, D.L.

Moody, Charles G. Finney, y algunos de

los más grandes evangelistas que han

vivido. El término bautizados con el

Espíritu Santo está en cierto descrédito,

sin embargo, porque a veces ha sido usado

indebidamente. Sin embargo, no me

importa cómo haya sido usado, sólo

significa lo que la Biblia dice que significa,

los cristianos pueden tener un

investimento del cielo, podemos tener el

aliento de Dios sobre nosotros, podemos

tener un poder de trabajo milagroso sobre

nosotros y dentro de nosotros. Y podemos


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ser llenos del Espíritu Santo y podemos

hacer lo que Dios dijo que hagamos. El

significado de Pentecostés es simplemente

el poder del Espíritu Santo sobre los

cristianos, el poder de Dios en y a través

de nosotros para hacer lo que él dijo que

hiciéramos, eso es: llevar el evangelio a

toda criatura. Recuerde Hch. 1:8 pero

recibiréis poder, cuando haya venido sobre

vosotros el Espíritu Santo, y me seréis

testigos en Jerusalén, en toda Judea, en

Samaria, y hasta lo último de la tierra. ¡Oh

Dios, danos esa gracia!

Avivamiento y ganar almas solamente a

través del Espíritu Santo.

El poder del Espíritu Santo es el único

camino para tener avivamiento, es el único

camino para ganar almas. Alguien dice,

Hermano Rice ¿cómo sabré si no soy lleno

con el Espíritu Santo? ¿Cómo sabré si no

soy bautizado con el Espíritu Santo?

Bueno, le diré cómo. No es muy difícil


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decírselo. En primer lugar, ¿Qué es lo que

estás mirando? ¿Qué buscas? Tú dices,

Oh, quiero sentirme tan ligero como una

pluma. Quiero escuchar el aleteo de las

alas de los ángeles. Quiero ver una gran

luz brillando alrededor. Quiero sentir

electricidad viniendo a mi cabeza y

corriendo hasta los dedos de mis manos y

mis pies. Bueno, tú hablas acerca de

algunas cosas enteramente diferentes de lo

que la Biblia habla al respecto. No me

interesa eso. Si todos aquí hoy

escucháramos el aleteo de las alas de los

ángeles, viéramos una gran luz brillante,

sintiéramos choques eléctricos corriendo a

través de nuestros cuerpos, no voy a

esperanzarme en sentir todo eso. Si Dios

quiere hacerlo, está bien. Pero esto no es lo

que él está hablando aquí a todos. Si todos

aquí cayeran bajo un hechizo y se cayeran,

Yo no estaría interesado en eso. Esto no es

lo que la Biblia está hablando al respecto.

Vamos a hacer lo que Dios quiere que

hagamos. No haré una denuncia. Pero esto


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no es lo que la Biblia habla al respecto. Se

habla sobre ser investidos con poder desde

lo alto. ¿Lo ves? ¿Qué es lo que quieres?

¿Quieres saber cuáles son las señales?

¿Qué quieres?

Tú dices, Bueno, quiero ser mejor que

todos los demás. Este no es el punto aquí.

Digo esto, todo lo que hay en la

santificación y aquí hay una doctrina

bíblica de santificación sobre la cual

algunos de nosotros tal vez no estén de

acuerdo en todos los detalles pero sea lo

que sea, esto no es lo que les ocurrió a

estas personas aquí en Pentecostés. Sea lo

que sea, esto no es lo que Dios habló al

respecto. Dios está hablando acerca del

poder para ganar almas. Ahora ¿no

podrías saber si tuviste poder para ganar

almas? Dices, ¿Qué señal? ¿Qué señales?

Bueno, escucha esto: Te digo, mi amigo,

puedes saberlo así como yo lo supe la

noche del sábado pasado cuando prediqué

en Portland y dieciséis personas vinieron a

Cristo. Lo supe la noche del domingo


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cuando llegué con un gran cansancio

después de haber perdido dos noches de

sueño, después de haber dormido lo que

pude con mi ropa puesta en una banca y

en el avión, y luego sobre asientos rectos

viniendo en el tren de Portland otra noche.

Vine con una buena dosis de temor y

temblor y carga, pero Dios estuvo ahí y

tuvimos un gran número de hombres y

mujeres salvos el domingo por la noche.

Supe que el aliento de Dios estuvo sobre

mí. No estoy haciendo ningún alarde,

porque yo no soy digno de nada. Pero yo

no necesitaba ninguna otra señal.

Si tenemos un quebrantamiento de

Seattle y viene el poder de Dios; si el

domingo en la noche, o en la tarde o el

sábado en la noche, o si mañana en la

noche, o si en algún otro tiempo el poder

de Dios está sobre mí para ganar almas, lo

sabré. Esto es acerca de lo que estoy

hablando. Esto es por lo que estoy orando.

Esta es la señal apropiada. Si ganas almas,

eso es lo que quieres, ¿no es así? Esta es la


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misma señal. ¿Cuál es la señal de ser lleno

del Espíritu Santo? Hch. 1:8 la da: Apero

recibiréis poder, cuando haya venido sobre

vosotros el Espíritu Santo, ¿Cuál es la

señal? ¡El poder! ¿Poder para hacer qué? y

me seréis testigos en Jerusalén, en toda

Judea, en Samaria, y hasta lo último de la

tierra. Este es el punto. ¿Lo ves? Este es el

único camino para tener avivamiento.

A veces he pensado, ¡no podría el apóstol

Pablo sentirse bien si él hubiera tenido la

oportunidad que yo tengo de estar en la

radio muchas veces! (he predicado tantas

veces en el programa de los Christian

Business Mens (hombres de negocios

cristianos) en Chicago. He predicado,

supongo en cien o tal vez más diferentes

estaciones de radio. Por años he llevado un

programa diario. Y en mis campañas de

avivamiento predico en algún lugar

cercano todos los días del año en el radio.)

¡No podría el apóstol Pablo envidiar

(desear) mi alcance para predicar a todas

las personas! Pablo, tú sabes, tenía que


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caminar. Y aún no tuvo una casa en la

iglesia en la que iba a predicar.

Usualmente predicaba en la sinagoga, en

la ciudad hasta que lo echaban de allí. Él

predicó en el atrio del templo. Él predicó

fuera en la calle. Él predicó en un desván.

¡Estoy tan en ventaja de Pablo! ¡Él

simplemente no tuvo oportunidades

comparado con las que yo tengo!

Luego ahí está Pedro, estoy convencido

que si Simón Pedro podría haber sido

editor de un periódico como The Sword of

the Lord (La Espada del Señor) y tener

miles de familias leyéndolo, y tener el

Evangelio saliendo de esa manera con los

principales predicadores en Estados

Unidos como colaboradores, se habría

sentido orgulloso. Pero en su tiempo, él no

pudo hacerlo. No podría Pedro haberse

complacido si él hubiera impreso un

tratado como mi pequeño folleto, What

Must I Do to Be Saved? (¿Qué debo hacer

para ser salvo?) Si él hubiera logrado sacar

millones de copias del folleto solamente y


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oído de miles de personas que han sido

salvos a través de leer solamente este

panfleto de veinticuatro páginas, ¿no

podría Pedro haber estado orgulloso? Estoy

seguro, que estoy delante de él en

oportunidades, ¿no lo estoy?

Yo vine a predicar aquí con todo el

respaldo de estos predicadores. ¡Porque,

tengo más ventajas que los cristianos

bíblicos! Sí, lo estoy en la forma en que

estoy hablando. Nosotros tenemos buenas

construcciones (edificios) en las iglesias,

los apóstoles no. Tenemos organizada la

Escuela Dominical, tenemos literatura,

tenemos ayuda, entrenamiento y título en

seminarios, tenemos buena relación en la

comunidad. Porque, hermanos

predicadores, tenemos todo, ¿no es así?

Nosotros tenemos mucho más de lo que

tuvieron los apóstoles. Si, nosotros

tenemos todo pero lo único que cuenta...

Nosotros tenemos todo estos días, excepto

el poder de Dios. Nosotros tenemos todo,

excepto el poder del Espíritu Santo.


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Nosotros tenemos todo ¡excepto la única

cosa que importa! ¿Ven de lo que estoy

hablando? Nuestro problema no es si

tenemos el equipo físico. Lo tenemos, ¡pero

eso nunca ha traído avivamiento, y no lo

traerá ahora! Me gustaría haber tenido un

auditorio neutral más amplio para esta

reunión, pero si lo hubiéramos tenido, eso

no hubiera traído un avivamiento. ¡No! ¡No!

Nos falta un elemento esencial, y éste es el

poder del Espíritu Santo sobre su pueblo.

No me preocupa cómo lo llames, pero sería

mejor tenerlo. ¿Estás lleno del Espíritu

Santo?

Dices, Hermano Rice, he hablado a

algunos acerca de venir a las reuniones,

pero no he conseguido traerlos ¿Cuántos

de ustedes han intentado traer a algunos a

las reuniones, pero ellos no vienen?

Déjenme ver sus manos. Está bien, ahora

¿Cuál es el problema? No has tenido el

poder de Dios en ti. ¿Cuántos de ustedes

tienen hijos, o un esposo, o un hermano o

una hermana, o una madre o un padre, o


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alguna persona que ames a la que has

tratado de conseguir que se convierta, pero

no puedes hacerlo? Déjenme ver sus

manos, ahora ¿cuál es el problema? ¿Es

que el evangelio no es bueno? ¿Es que hay

algún error con el evangelio? ¿Es así?

¿Está muerto Dios? ¿El evangelio es

obsoleto? ¿La Biblia es para el pasado y no

para este tiempo? ¿Cuál es el problema?

¿O es simplemente que no tienes el poder

de Dios sobre ti? Ahora ¿Qué dices? ¿Ves

dónde radica el problema? ¡Oh, deseo que

Dios nos ayudara a creerlo y

comprenderlo! D. L. Moody dijo: ¡Cuán

malvado y cuán tonto es hacer el trabajo

de Dios sin el poder de Dios!

¡Oh, en los tiempos bíblicos la gente

tenía el poder! ¡Deseo predicar como lo hizo

Juan el Bautista! ¿Sabes por qué Juan el

Bautista ganó muchas almas? Jesús dijo:

Entre los que nacen de mujer no se ha

levantado otro mayor que Juan el Bautista

(Mt. 11:11). Él predicó en el espíritu y

poder de Elías. ¿Sabes por qué? la


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Escritura dice: Él fue lleno con el Espíritu

Santo, y muchos de los hijos de Israel se

convirtieron al Señor Dios de ellos (Lc.

1:16). Que es la única manera en que

cualquiera podría tener un avivamiento.

¿Sabes cómo ganó almas el Señor Jesús?

Te recuerdo que no encontrarán una

palabra acerca de Jesús ganando almas

hasta que él tuvo treinta años de edad. Él

vivió una vida perfecta, sin pecado. Pero

desde el tiempo en que Jesús fue

bautizado y oró y el Espíritu Santo vino

sobre Él, Él estuvo con el Espíritu de Dios

sobre Él, con el poder sobre Él. Y ¡Oh, la

maravilla de sus palabras de gracia! Él fue

investido con el poder de Dios. Jesús es,

por supuesto, el Hijo de Dios; pero Él se

vació a sí mismo de su gloria como la

Segunda Persona de la Trinidad, y luego

vino en el poder del Espíritu Santo a

predicar. Le gustaba llamarse a sí mismo

el Hijo del hombre. Él se hizo a sí mismo

un modelo para nosotros. Jesús hizo sus


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milagros y sus maravillas en el poder del

Espíritu Santo.

¿Sabes cómo fue en Pentecostés? Ellos

esperaron. Continuaron unánimes en

oración y súplica con las mujeres y con

María la madre de Jesús, y con sus

hermanos. Ellos esperaron y oraron hasta

que ellos fueron llenos con el Espíritu

Santo, luego ellos ganaron tres mil almas

en un día. ¡Una reunión de oración de diez

días! Nosotros predicamos diez días e

intentamos orar una hora; luego nos

maravillamos porque no tenemos un

avivamiento. Si nosotros oráramos diez

días y luego tenemos un buen día de

predicación, tendríamos algo sucediendo

aquí. ¿No ves eso?

¿Cuál es el problema estos días?

Escúchenme. Dejen de lado hablar de

fanatismos. Dejen de lado hablar sobre

señales y maravillas. Vamos a hacer una

pregunta solemne. ¿Crees que eres lleno

del Espíritu Santo? Escuchen lo que la

Biblia dice: No os embriaguéis con vino, en


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lo cual hay disolución; antes bien sed

llenos del Espíritu, ¿Eres lleno del Espíritu

Santo? Si no lo eres, ¿Qué excusa tienes?

Jesús lo mandó. La Biblia lo manda. Los

cristianos deben ser llenos del Espíritu

Santo. Se trata de una burla que vengas al

coro; y tomes como un asunto ligero el no

poder traer alguien contigo a la iglesia

porque no eres lleno del Espíritu Santo. Tú

no tienes carga y pasión, Él te la dará. Es

por ello que sus seres queridos no vienen.

Cuando hablas con ellos no pasa nada.

Esto es porque ustedes sus hijos no creen

en su religión. Esto es porque no tienen

valor y fuego y poder en su testimonio. Lo

que necesitamos es tener el Espíritu Santo

de Dios, su camino, su dirección con

nosotros. El avivamiento digo, viene a

través del poder del Espíritu Santo y no de

otra manera.

En 1936 yo manejé, con mi familia, a

través de la ciudad de Nueva York,

Nosotros miramos muchos de los lugares

interesantes. Nosotros fuimos a la Batería


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y miramos la Estatua de la Libertad,

miramos el acuario. Miramos la quinta

avenida. Miramos el puente de Brooklyn.

Fuimos sobre el puente de George

Washington, Fuimos a través del túnel

Holland. Miramos la Riverside Drive, la

Iglesia de Riverside, la tumba de Grant, la

pequeña iglesia alrededor de la esquina, el

amado lado oeste - miramos todas estas

cosas. Luego manejamos bajo Wall Street.

Como estuve sentado mirando bajo el

pequeño cañón estrecho de una sola calle

dos o tres cuadras de largo, me atraganté y

mis ojos se llenaron con lágrimas. Dije a

mis hijos. Este es el centro financiero del

mundo Pero esto no es lo que yo pensaba

acerca de eso. Ahí estaba el mercado de

reservas. Ahí estaba la sede (el cuartel

general) de J.P. Morgan. El centro

financiero del mundo estaba bajo la

pequeña cuadra y la pequeña calle

estrecha, pero eso no era acerca de lo que

yo estaba pensando. Yo recordaba a D.L.

Moody viniendo a buscar algunos regalos


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para una de sus escuelas. Cómo él visitó

de oficina en oficina, él dijo, Oh, mi

corazón no fue a pedir dinero. ¡Estaba

sediento por alguna cosa más! Debajo de

ahí en la pequeña calle estrecha el Espíritu

de Dios vino sobre él con poder, y él fue

abrumado (inundado). Alguien que estaba

con él, le dijo, ¿Está enfermo, señor

Moody? ¿Llamaré a un doctor?

¡No! ¡No! ¡Déjeme solo! ¡Déjeme solo!

Bueno, ¿qué haré?

No haga nada, ¡déjeme solo!

Bueno, ¿cómo puedo ayudarlo?

Consígame una habitación, y saque a

todos y ¡déjeme solo!

Ellos lo pusieron en una habitación y él

dijo que ahí las olas del poder de Dios

parecían inundarlo y desbordarlo y correr

sobre él. Finalmente Moody dijo. Señor,

¡tienes que parar o moriré! ¡Tengo todo lo

que puedo aguantar! ¡Dios esto es para

matarme! Después dijo: ¡preferiría perder


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todo en el mundo que perder lo que vino

luego! Cuando él fue a predicar él dijo que

usó los mismos apuntes, usó la misma

Escritura, la predicación no fue de ningún

modo diferente. Pero dónde hubiera habido

siete u ocho salvos, ¡ahora fueron cientos!

¡La diferencia fue en el poder! ¿Conoces el

secreto de D.L. Moody? No fue su

personalidad. Ciertamente no fue su

educación. El pronunciaba mal muchas de

sus palabras. Él fue hasta el quinto grado

en la escuela. ¿Cuál fue el secreto de su

poder? Él fue lleno con el Espíritu Santo.

¡Eso fue! Ese es el término bíblico llenos

con el Espíritu Santo.

¡Oh, cómo el poder de Dios vino sobre

Charles G. Finney! Pronto después de ser

convertido, iría a reuniones y apartaría

tiempo para orar toda la noche, y el poder

de Dios vendría sobre él. El de repente

empezó a temblar y no pudo hacer su

trabajo. Luego empezó a sollozar y cayó

sobre sus rodillas y empezó a llorar. Otros

trabajadores sintieron el poder de Dios


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también que no pudieron continuar con

sus trabajos. El inconverso dueño de la

fábrica, dijo, Todos paren la maquinaria.

Es mejor tener el poder de Dios sobre

nosotros que tener la fábrica funcionando.

Sr. Finney predíquenos. Él lo hizo y

muchos fueron salvos. ¿Por qué? Porque el

poder de Dios fue sobre él. Esto es; el

poder del milagro-trabajando del Espíritu

Santo. Es lo que necesitamos.

Esto es lo que R.A. Torrey tuvo. Esto es

lo que lo hizo gran ganador de almas. El

poder de Dios es lo que necesitamos. No

podemos explicarnos a Billy Sunday con

educación. No podemos explicarnos a Billy

Sunday con inteligencia. Sus sermones

fueron buenos sermones. La mayoría de

ellos no fueron escritos por él mismo pero

él contrató un hombre para trabajar con él

consiguiendo material. Luego este hombre

ayudaba a escribir los sermones y Billy

Sunday memorizaba la mayoría de ellos.

Pero regularmente, no eran profundos. No

fue la inteligencia de Billy Sunday. No fue


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su educación. Él tuvo una buena

personalidad, pero no fue su personalidad,

La verdad del asunto es, que hubo un

tiempo que cuando Billy Sunday predicaba

no tenía multitudes, él no tenía poder, él

no tenía gente salva. Lo sabía en esos días.

Lo que estoy diciendo es que el secreto de

los grandes avivamientos siempre ha sido

una cosa, un sobrenatural investimento de

poder de Dios sobre su pueblo. El pueblo

de Dios tuvo el Poder del Espíritu Santo,

Fueron llenos con el Espíritu Santo. Este

es el punto. Digo, este es el secreto de Dios

para avivamiento.

Cómo ser llenos con el Espíritu Santo

Ahora voy al último punto, este es: Cómo

ser lleno con el Espíritu Santo. Quiero

tener dos o tres cosas preliminares antes

de decirles cómo. En primer lugar, Yo

quiero recordarles nuevamente que este es

un mandamiento. Este no debe ser dejado

a su criterio. Alguien que no es lleno con el


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Espíritu Santo simplemente no está en la

voluntad de Dios. Alguien que no es lleno

con el Espíritu Santo está viviendo una

vida de desobediencia, una vida más o

menos infructuosa. La razón que tú no

estás ganando almas es que eres

desobediente, es que no estás buscando y

no estás teniendo sobre ti la plenitud del

Espíritu de Dios.

Recuerdo de nuevo en la primera guerra

mundial cuando fui cabo de funciones,

fuimos afuera de la plaza de armas. Los

escuadrones se rompieron y tuve mi

equipo con el fin de cerrar la perforación.

¡Adelante, marchen! Uno, dos, tres, cuatro;

y ¡Escuadrón, derecha! ¡Marchen!

Marchamos hacia adelante y hacia atrás.

Quería mi pequeño equipo de perforación.

Después de un tiempo el capitán, el

comandante en jefe, se acercó. Yo estaba

avergonzado y dije: ¡Alto! Mi escuadrón

detenido torpemente, desplazado, intentó

alinear a la derecha con atención. El

capitán miró sobre ellos y dijo a un tipo,


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Botón, que botón de su camisa. Dijo a otro,

Mantenga su barba levantada. Luego me

dijo una o dos cosas. Cuando estaba listo

para irse, dijo, Digo, ¿cuál fue el mandato

que les dio cuando llegué?

Yo dije, Señor, yo dije: ¡Alto!

El preguntó: ¿Fue lo correcto?

Le respondí, No Señor, no lo fue.

¿Qué debería haber dicho?

Debería haberlo dicho en dos palabras:

¡Escuadrón, alto!

¿Por qué no lo hizo?

Señor, Estaba asustado

Bueno, dijo, La siguiente vez, hágalo

bien.

Como él empezó a salir, lo saludé y dije,

¡Gracias, Señor!

Se dirigió a mi severamente, miró a través

de mí, y luego dijo, No me agradezca, no le

estoy dando un consejo; ¡le estoy dando

órdenes!


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Entonces en este asunto yo no sólo estoy

dando un buen consejo: Sería agradable

ser lleno del Espíritu Santo. Me refiero a la

vergüenza de decir al pueblo de Dios que

está viviendo en pecado de desobediencia

mientras que no tiene el poder de Dios

sobre él. Me refiero a la vergüenza, el

pecado que es condenar a cientos de miles

de personas, casi 600,000 en la gran área

de Seattle, es que tienen iglesias que son

llenas con todo menos por el Espíritu

Santo. Este es el problema. Sus hijos están

yendo al infierno porque tú no estás lleno

del Espíritu Santo. Hablas a la gente; no

hace ningún bien. ¿Por qué? Porque no

estás lleno con el Espíritu Santo. Año tras

año los maestros de Escuela Dominical

tienen niños no salvos en sus clases pero

nunca consiguen que se salven. ¿Por qué?

Porque ellos no son llenos con el Espíritu.

Sus propios hijos crecen hasta la edad de

la responsabilidad, y año tras año no son

ganados. ¿Por qué? Porque tú no eres lleno

del Espíritu Santo. Nosotros predicadores,


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Dios nos perdone predicadores B Estoy

para los predicadores, no me refiero a

criticarlos - ¿saben cuál es el error con

nosotros predicadores? Tenemos casi todo

en el mundo; tenemos un buen transporte,

tenemos estudios, tenemos buena

organización; tenemos buena literatura;

tenemos buen equipamiento; tenemos todo

excepto lo importante, esto es, el poder de

Dios, ¡el poder de Dios!

Bueno, tú dices, deseo ser lleno- Espere un

minuto. ¿Realmente quiere ser lleno del

Espíritu? Les advierto ahora, va a costar

algo. No digo que, a menos que signifique

estar dispuesto a morir. No digo que, a

menos que estén dispuestos a ser

despreciados, odiados, considerados

fanáticos y tontos. No digo que, a menos

que signifique pagar un precio por ello.

Recuerdan en Isaías 44:3 el Señor dice,

Porque yo derramaré aguas sobre el

sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi

Espíritu derramaré sobre tu generación, y

mi bendición sobre tus renuevos. Una vez


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que estaba leyendo un libro de D.L. Moody,

Moddy no hizo lo que hago en mis libros:

no dio referencias de las Escrituras. En

uno de sus libros, él dijo, Dios dice, Porque

yo derramaré aguas sobre el sequedal. Yo

dije, Oh, ¡Esto es dulce a mi corazón! Me

pregunto dónde está. Traje mi

concordancia y miré hasta que lo encontré

en Isaías 44:3 Porque yo derramaré aguas

sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra

árida; mi Espíritu derramaré sobre tu

generación, y mi bendición sobre tus

renuevos;

¿Estás realmente seco? Oh, a menos que

estés seco, a menos que tu corazón grite,

no serás lleno del Espíritu Santo, Si tú no

intentas negociar no pagarás el precio. No

orarás lo suficiente. No darás cabida a

tener el favor del hombre para tener el

poder de Dios. No significa a menos que tu

corazón esté sediento por Dios y sediento

por su poder con un profundo deseo por

las almas.


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¿Quieres ser lleno con el Espíritu Santo? Si

realmente lo quieres, dos condiciones

deben cumplirse. Una de ellas es

obediencia, no me refiero sólo a los

establecidos a través de un cierto trámite.

Me refiero a obediencia tal como Jesús

mostró cuando él fue a la muerte, cuando

él fue bautizado, cuando el oró en el jardín,

Las dos cosas están ahí. Pedro dijo en

Hechos 5:32 AY nosotros somos testigos

suyos de estas cosas, y también el Espíritu

Santo, el cual ha dado Dios a los que le

obedecen. ¿Obedecen? Tal vez preguntes

¿Quieres decir como los apóstoles? Sí.

Ellos murieron de un modo u otro. Se nos

dice que Pedro fue crucificado cabeza hacia

abajo. Otro, creo, fue hervido en aceite. Y

otro fue arrastrado detrás de un caballo y

murió. Juan, un viejo, anciano, de más de

noventa años, fue exiliado en la Isla de

Patmos por su fe. ¿Qué quiere decir eso?

¿Quieres decir seguir a Jesús si es hasta la

muerte? ¿Significa darle tus planes y

sueños y contarte como muerto y vivir una


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vida nueva? Esto es exactamente lo que

Dios intenta.

¿Estás listo a ponerte a ti mismo en el

altar, contarte como muerto, crucificado? Y

cuando tú mismo eres crucificado, ¿vas a

venir y seguir a Jesús, y hacer lo que Él

dice acerca de ganar almas? Este es el tipo

de obediencia acerca de la que la Biblia

está hablando. Si tú no te ajustas a ganar

almas con santa pasión, no intentarás ser

lleno del Espíritu Santo. Tú podrías buscar

algún éxtasis, pero no buscarás lo que

Dios quiere que tengas. No lo tendrás a

menos que tú seas después de lo que Dios

es después, y ésta es la conversión de los

pecadores y el poder de Dios para

testificarles. Lo que Dios dice que quiere

que tengas y que Él quiere darte si lo

usaras para lo que Él quiere que hagas, Él

te mandó a ir y predicar el evangelio, a

llevar el evangelio a los pecadores, para

conseguir personas salvas, Apero recibiréis

poder, cuando haya venido sobre vosotros

el Espíritu Santo, y me seréis testigos. Si


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tú no planeas testificar por Jesús con el

poder, si éste no es tu punto, si tú no lo

intentas, si tú no eres obediente, entonces

tú no lo tendrás. Tú no tienes el primer

requerimiento. Obediencia incluso para

morir; incluso una crucifixión personal.

¿Estás listo para esto?

Esto es por lo que lleva tanto tiempo a

veces. ¿Por qué llevó diez días de espera

antes de Pentecostés? Esta es una sobre-

simplificación meramente para decir que el

día de Pentecostés no había venido. Jesús

no prometió que el poder vendría en el día

de Pentecostés. No la verdad real es que

ellos necesitaban suficiente tiempo para

confesar sus pecados y juzgar sus

corazones y hacer lo correcto con los otros,

y para esperar en Dios.

Y ¿cuál es el segundo requerimiento?

Para pedir a Dios, para esperar en Dios.

Esto es lo que Jesús quiso decir en Lucas

11:13, Pues si vosotros, siendo malos,

sabéis dar buenas dádivas a vuestros

hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial


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dará el Espíritu Santo a los que se lo

pidan? Si te das tú mismo completamente

para el Señor y esperas en Él, tú puedes

tener su poder. Ano tienes, porque no

pides. Nosotros no tenemos el poder de

Dios porque no lo pedimos. No tenemos un

Pentecostés porque no lo buscamos,

porque no lo creemos, porque no lo

queremos, porque no pagamos el precio.

Nosotros podemos tenerlo. ¿Pedir? tú

dices. Sí. Todos éstos perseveraban

unánimes en oración y ruego, con las

mujeres, y con María la madre de Jesús, y

con sus hermanos. (Hch.1:14). Esta es la

manera en que ellos obtuvieron el poder

pentecostal. Esta es la manera en que ellos

obtuvieron el bautismo o la Plenitud del

Espíritu. Esta es la manera por la que ellos

tuvieron el investimento del Cielo. Esta es

la manera por la que ellos recibieron el

derramamiento del Espíritu Santo, o el

regalo o don del Espíritu Santo. Ellos

esperaron con súplica, carga, confesión,


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ruego a Dios, oración, suplicación, y en el

debido tiempo vino el poder de Dios.

¿Has sido lleno con el Espíritu Santo? Me

pregunto cómo muchos aquí están

satisfechos con la vida que ahora viven.

¿Estás satisfecho con ir a través de la vida

y nunca ganar un alma? ¡Dios ten piedad

de estos miembros calienta-bancas de las

iglesias, estos miembros buenos-pagando

de las iglesias, estos miembros cantantes

del coro de las iglesias, estos miembros

lideres u oficiales de las iglesias, estos

miembros maestros de Escuela dominical

de las iglesias! ¿Es eso todo lo que debe ser

un cristiano? ¿Por qué? ¡No! Dios quiere

que seas un ganador de almas lleno del

Espíritu con el poder de Dios sobre ti,

¿Qué haces del asunto, todo el hacer,

hacer, hacer, hacer? ¿Por qué? esto es

una abominación para Dios; sólo

maquinaria con maquinaria, y ruedas y

ruedas; sólo ruido, sonido de latón y

tintineo de platillos. ¿Qué cuidados tiene

Dios al respecto? A Dios no le preocupa


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cuánta maquinaria tienes en la Iglesia,

cuántos encuentros femeniles, cuán

grande es la Escuela Dominical, cuánto

incrementa el dinero. Esto no es lo que a

Él le interesa. Si lo hace no resulta en una

cosa principal, que realmente tengas el

poder de Dios sobre ti y consigas personas

convertidas, Dios no está preocupado al

respecto. Dices yo doy algo de dinero a las

misiones. Si lo sé. Pero ¿piensas que Dios

está arruinado? ¿Realmente piensas que

Dios quien hizo el universo quiere un poco

de plata o algo de papel con la estampa de

los Estados Unidos sobre él? ¿Piensas qué

es lo que Dios busca de ti? Ese debe ser

dado como un tipo, como muestra, como

una foto, como un recordatorio de su

amor, sin duda. Necesitas dar de tus

medios. Pero Dios no necesita recibir tu

dinero, Esto no es lo que él quiere.

Primeramente Dios quiere tu vida, tus

manos, tus pies, Dios quiere tu corazón.

Dios te quiere sobre el altar. Él quiere que


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tú mismo seas ungido e investido de modo

que puedas ser un ganador de almas.

¿Eres lleno del Espíritu Santo?

Le hago esta pregunta, nuevamente.

¿Eres lleno del Espíritu Santo en el sentido

bíblico? ¿Realmente crees que tienes lo que

los cristianos bíblicos tuvieron? ¿Tienes lo

que Juan el Bautista tuvo cuando él fue

lleno con el Espíritu Santo e hizo que

muchos de los hijos de Israel se

convirtieran al Señor Dios de ellos? ¿Tienes

lo que Bernabé tuvo? Él fue un varón

bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y

una gran multitud fue agregada al Señor

como resultado del ministerio de Bernabé.

¿Tú lo tienes? ¿Tienes lo que el agonizante

Esteban tuvo? Él fue lleno con el Espíritu

Santo y fe. Multitudes de hombres y

mujeres creyeron. Tienes, te pregunto, ¿lo

que tuvieron esos predicadores y hombres

laicos y mujeres en la Biblia? ¿Tienes la

plenitud del Espíritu Santo? Hch. 5:42 Y

todos los días, en el templo y por las casas,

no cesaban de enseñar y predicar a


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Jesucristo. Y el poder; porque, se extendió

como fuego fuera de control. Y Jerusalén

fue puesta de cabeza. Esto es lo que ellos

dijeron, ahora habéis llenado a Jerusalén

de vuestra doctrina, (Hch. 5:28) y que

Pablo había trastornado el mundo entero

(Hch.17:6). Me pregunto, ¿llenas

Jerusalén con vuestra doctrina y

trastornas el mundo entero como ellos lo

hicieron?

Nosotros no necesitaríamos hacer mucha

publicidad si nosotros tuviéramos un poco

más que publicar. Nosotros no tendríamos

que trabajar tan fuerte para conseguir una

multitud si nosotros tuviéramos algo para

dar a la multitud cuando ellos vengan.

¿Crees esto? Nuestro primer problema es

con el pueblo de Dios; nuestro descuido

del pecado, nuestra impotencia (falta de

poder). Jesús dijo en Mat. 5:13 Vosotros

sois la sal de la tierra; pero si la sal se

desvaneciere, ¿con qué será salada? No

sirve más para nada, sino para ser echada

fuera y hollada por los hombres. ¿Tienes


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poder de salvación en ti? Entonces, ¿Eres

tan bueno como la sal? Vosotros sois la luz

del mundo. Pero si tu luz no alumbra a los

pecadores, ¿qué tan buena es? ¿Lo ves?

Me pregunto si ¿estás o no satisfecho con

ir y nunca ser lleno del Espíritu Santo?

¿Es usted?

¿Cuántos pueden decir, Hermano Rice,

en el mes de Octubre esto es sólo hace un

mes- en los últimos treinta días, gracias a

Dios, he ganado al menos un alma?

Déjenme ver sus manos. Quiero ayudarte

ahora. No somos fanfarrones. Está bien.

Ahora ¿cuántos pueden decir, Hermano

Rice, una vez en el año 1945, gané una

alma? Déjenme ver sus manos. Algunos de

ustedes. Pero algunos no han tenido poder

para ganar un alma este año. ¿Cuántos

pueden decir, Yo no he ganado almas este

año, pero alguna vez en mi vida he ganado

por lo menos un alma? ¿Cuántos aquí

tienen por lo menos algún tiempo en su

vida tomando la Biblia y mostrando a

alguien cómo ser salvo, y consiguieron que


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fueran salvos? ¿Cuántos han caminado

con alguien por el pasillo, logrando que

confíen en el Salvador y le confiesen?

¿Cuántos han llevado a alguien a Jesús?

¿Cuántos nunca han hecho esto en su

vida? Mantenga la mano en alto sólo un

minuto. Gracias.

Ahora, quiero que veas varias cosas. La

primera es que probablemente más de la

mitad de esta multitud nunca han sido

llenos abundantemente con el Espíritu

Santo en el sentido Bíblico para ganar

incluso un alma por sus propios

testimonios. Y aquí hay otra cosa, Muchos

de ustedes quienes ganaron un alma

alguna vez no han ganado ni una en el

plazo de un año. Ahora, esto significa que

tú has perdido algo de frescura, cierto

poder, alguna bendición que una vez

tuviste. Tú necesitas ser lleno con el

Espíritu Santo nuevamente, ¿no? Algunos

de ustedes han ganado almas este año,

pero no lo han hecho en los últimos treinta

días. ¡Dios te ayude! ¿Cuál es el error


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cuando un cristiano no puede ganar un

alma en el lapso de un mes? Debe ser que

¡no has sido lleno del Espíritu Santo!

¿Cuántos predicadores están presentes?

Dios les bendiga, ustedes son mis amigos.

No quiero hacer algo embarazoso para

usted. Ahora, voy a preguntarte algo:

Predicadores, ¿no has sentido este -

Todavía tengo tiempo- a veces no han

sentido un santo aliento de Dios en

ustedes? Estos son predicadores

evangélicos. Estos son hombres que

confían en la Biblia. Estos son

predicadores ganadores de almas. Ustedes

predicadores saben lo que es tener el

aliento de Dios sobre ustedes. Sabes

cuándo lo has tenido. Tú sabes cuándo el

poder estuvo ahí, cuando almas fueron

convertidas, cuando hubo fruto para su

ministerio. Usted tiene que saber, ¿no?

¿Cuántos de ustedes pueden decir,

Hermano Rice, bendito Dios, yo sé que lo

he tenido una u otra vez? Lo digo con

humildad, sé que lo tengo. Voy a decir esto


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ahora a todos ustedes. ¿Cuántos dirán,

hermano Rice, quiero confesar que ahora

no tengo la plenitud de la bendición que

debería tener. Yo no estoy lleno del

Espíritu Santo como los cristianos bíblicos

lo fueron. No tengo el poder que debería

tener, que Dios podría darme si yo pagara

el precio? Dirías ¿Yo quiero confesar esto?

La mayoría de ustedes aquí deberían.

Dirás: Yo quiero confesar esto, pero he

tenido la bendición de Dios y gran poder

algunas veces, siento que debería confesar

que hoy no tengo la plenitud del poder de

Dios sobre mí como yo debería tener y

necesito ser llenado nuevamente con el

Espíritu Santo? Déjenme ver sus manos.

Yo estoy levantando la mía, Dios les

bendiga.

Ahora, ¿Cómo puedes conseguirlo? Iría a

casa y diría: "Señor, voy a buscar en mi

corazón y tener una limpieza de la casa.

Primero voy a disponerme a hacer la

voluntad de Dios sobre el asunto de ganar

almas. Esto es lo principal por lo que


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Jesús murió. Esto es lo principal de la

Gran Comisión. Después de que fuiste

salvo, esto es lo que Dios más quiere que

tú hagas que cualquier otra cosa en el

mundo. Yo diría, Me daré a mí mismo para

hacer la voluntad de Dios, voy a estar listo

para ello, voy a limpiar la casa, y voy a ser

entregado a él. Haré esto y me dispondré a

dar lo que él quiere de mí para ser un

ganador de almas y diré, Por la gracia de

Dios, estoy yendo a esperar en Dios hasta

que sea lleno del poder del Espíritu Santo.

Mi pueblo, si ustedes no me escuchan

ahora, nosotros tenemos dos de las

semanas más tristes ante nosotros, que

hemos pasado. Tenemos quebranto de

corazón y el fracaso y la vergüenza

enfrente si no tenemos el poder de Dios

sobre nosotros. Ahora, escúchame.

Ninguno aquí crea que esto es una cosa

para que un predicador la tenga y que

todos los demás pueden ser únicamente

calentadores de asiento y perchas. No

crean, la copa se puede desbordar y es


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posible que tenga un poco salpicado sobre

usted. En Pentecostés TODOS fueron

llenos del Espíritu Santo. Este es el patrón

bíblico. Esto no es sólo para un predicador,

no sólo para un hombre. y TODOS fueron

llenos del Espíritu Santo,- Este es el

patrón en Hch. 4:31. ¿Ves esto? Dios ha

mandado esto para ti tanto como lo ha

mandado para mí. Se tomó gran parte de

la sangre de Cristo para guardarlo fuera

del Infierno como se hizo para mí. Dios te

mandó ser lleno del Espíritu Santo

exactamente como lo ha hecho conmigo. Si

nosotros no tenemos el poder de Dios,

estaremos yendo a grandes auditorios los

domingos con pequeñas congregaciones,

con servicios mediocres, y con pocos

resultados. Si no tenemos el poder de Dios,

un ungimiento del Cielo, vamos a venir

aquí con una congregación que disminuye

y decae, con el aburrimiento en el aire, y la

derrota sobre nosotros. ¿Ves lo que quiero

decir? Nosotros deberíamos esperar en

Dios, luego. ¿Quieres el poder de Dios


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suficiente como para esperar en Él, para

limpiar la casa, para entregarte a Su

perfecta voluntad, para conseguir las cosas

de otra manera, y a continuación, esperar

y pedir a Dios hasta que su unción venga

sobre usted, hasta que su aliento llegue

sobre usted, hasta que consiga poder para

ganar almas?

¿No sería maravilloso si pudieras ir a tu

hijo ¡tú muchacho ¿y hablar con él y que él

sea totalmente quebrantado y venga

cuando le digas que venga? Si tú puedes ir

con tu hermano o tu compañero de

negocios, o alguien que conozcas, y ellos

fueran quebrantados y el Espíritu de Dios

los cortara hasta el corazón como hizo en

los tiempos bíblicos cuando llenos del

Espíritu los cristianos hablaron a los

pecadores, ¿no sería esto maravilloso?

¿Quieres un avivamiento bíblico? No se

puede tener sin el poder de la Biblia, el

poder del Espíritu Santo. Esto es lo que

necesitamos. Dios me perdone que no

predique más al respecto. Dios me perdone


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que no haya buscado más de su poder y

plenitud. Dios me perdone que no haya

puesto el énfasis todo el tiempo donde la

Biblia lo pone, que la gente que tuvo

avivamientos fue llena con el Espíritu

Santo. La gente que ganó almas fueron

llenas del Espíritu Santo. Nosotros

podemos tener este poder también. Pero

tenemos que venir de la misma manera,

con la misma obediencia sincera, con la

muerte de sí mismo cada día, y luego

esperando en Dios por su poder tanto

como sea necesario. Aquedaos hasta

Aquedaos hasta ¿Qué? ¿Diez días? ¡No!

¡No! Esperen hasta que sean investidos

Esto es, Esperen hasta que sean investidos

de poder

D. L. Moody dijo que él esperó dos años. Yo

sé que tuve alguna unción, pero

nuevamente y nuevamente necesito un

nuevo aliento fresco de Dios sobre mí.

Quiero que ores por mí.


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Plenitud del Espíritu Santo por John Rice

Traducido por Hna. Gloria Jacinto de

Gutiérrez

En Mexicali, BC México Mayo, 2009


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La Plenitud Del "Espíritu", La

Necesidad Del Creyente

Por Dr. Curtis Hutson

De su Gran Libro “PAN PARA CREYENTES”

(Autor de: Libro 5 'Tenga Victoria Sobre Su Adversario

El Diablo', disponible en línea)

http://icbf.com.mx/index.php/libroscristianos

Llamo su atención a dos textos:

"No os embriaguéis con vino, en lo cual

hay disolución; antes bien sed llenos del

Espíritu". Efesios 5:18.

"No con ejército, ni con fuerza, sino con

mi Espíritu, ha dicho Jehová de los

ejércitos", Zacarías 4:6.

Cuando Dios me llamó a predicar, yo

tenía apenas veinte años. Nunca había

oído antes un sermón sobre la plenitud del

Espíritu Santo. Yo tenía grandes sueños y


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ambiciones, pero había algunos que

pensaban que el tener sueños y

ambiciones era un pecado. Así que nunca

compartí mis sueños con nadie. Pero sí

soñaba. La noche en que le dije a un

amigo que sentía que Dios me llamaba a

predicar, platique y lloré hasta las 2:30 de

la mañana.

El grupo de hermanos con el que yo

estaba, no creía en pagarle a un pastor.

Ellos creían que debía predicar el domingo

y ganarse la vida trabajando en otra cosa

durante la semana. Pero yo le dije a mi

amigo, "algún día voy a predicar tiempo

completo".

¡Yo soñé en grande! y vi llegar ese día,

y, en la providencia de Dios, cosas

maravillosas sucedieron en mi vida. Una

fue el encontrar una copia del periódico LA

ESPADA DEL SEÑOR, en mi camioneta de

correos, y tener la oportunidad de asistir a

esa conferencia de "The Sword of The


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Lord" "La Espada del Señor", (revista) en

1961 en la Iglesia Bautista de Antioquía.

En esa conferencia pude ver que estos

predicadores eran diferentes.

El Dr. John Rice, el Dr. Jack Hyles y el

Dr. Tom Malone fueron los que predicaron.

Yo era más que joven entonces y curioso.

Yo escuché con atención. Pasó algo en mi

corazón. Escuché sermones que tenían

sentido. El Dr. Rice predicó sobre "Como

Lograr Que Sus Oraciones Sean

Contestadas". Yo lo observé. Había algo

diferente en él. Él no era cualquier

predicador, era muy especial.

Recuerdo que después de la conferencia,

yo pasé por donde estaban todos los libros,

mirándolos. El Dr. Rice había escrito más

de 50 libros. Yo los miré y pensé, "Yo

nunca he leído tantos libros en mi vida".

Yo escuché al Dr. Rice predicar, y me

conmovió. Una cosa saqué de conclusión,

mientras él predicaba -- el ganar almas es

la cosa más importante en la vida y usted


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no puede hacerlo sí no está lleno del

Espíritu Santo.

Yo escuché al Dr. Hyles predicar. Quería

verlo, Yo quería conocerlo. Él llegó tarde y

estaba rasurándose en el cuarto de baño

en el sótano cuando lo vi por primera vez.

En ese momento yo no sabía quién era.

Cuando unos minutos más tarde él se paró

a predicar, pensé, "ese es el hombre que vi

rasurándose en el cuarto de baño.

El predicó sobre "¿Qué Es el Hombre

para Que Hagas De El Memoria?". Él nos

platicó acerca de un hombre anciano que

deseaba hablar con él en su Iglesia, y él

casi se negó, pero una de las secretarias le

insistió en que hablara con el anciano. Al

oír ese sermón, mi corazón ardía y sentía

hambre. Yo pensé, "Yo no amo a las

gentes, yo predico los domingos - es algo

como una actividad de medio tiempo. Me

gusta que me palmeen la espalda de vez en

cuando, si llego a decir algo que valga la

palmadita. Pero no amo a las gentes. Yo

nunca he amado a una sola alma a Cristo,


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y he estado pastoreando la Iglesia por seis

años!"

Miré al Dr. Hyles. Memoriza su

sermón, y regresé a predicarlo a mi

pequeña congregación. Pensé "Si predico

ese sermón a mi congregación, va a tener

el mismo impacto en ellos que tuvo en mí".

Así que lo prediqué. Nadie se movió; a

nadie le hizo efecto. Yo no entendía por

qué ellos no habían respondido como yo lo

había hecho; por qué no sentían ese dolor

dentro de ellos como yo lo había sentido

cuando escuché el sermón. Era el mismo

sermón, los mismos textos.

Escuché al Dr. Malone hablar sobre

"Los Diáconos", en Hechos capítulo 6.

Cuando él terminó de dar los requisitos

para diáconos, yo salí de la Iglesia

meneando la cabeza y preguntándome a mí

mismo, "¿Alguna vez he visto yo a un

diácono? ¿Lo reconoceré si veo alguno?"

En el camino a casa después del servicio,

pensé, "yo ni siquiera lleno los requisitos

de un diácono, menos de un predicador".


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Por algún tiempo, estuve considerando

abandonar a mi pequeña Iglesia y hacerme

miembro de una Iglesia ganadora de

almas. Oí acerca de la Iglesia Bautista de

Highland Park en Chattanooga, Tennessí,

que había bautizado más de 1,000 almas

cada año, por varios años. Yo consideré

seriamente ir a Chattanooga cada fin de

semana para estar en una buena Iglesia y

aprender cómo lo hacían, Pero Dios no me

dejó.

Yo pensaba, "¿Por qué son diferentes

estos hombres? Hay miles de predicadores

en América. ¿Pero qué es lo que hace que

estos hombres sean diferentes?".

Esa noche el Dr. Lee Roberson nos

habló acerca de siete cumbres de

montañas, en su vida. El mencionó

Conversión, El Ganar Almas, La Segunda

Venida de Cristo, etc. Yo esperé sin

respirar, y pensé, "lo va a decir". Él llegó

hasta la sexta cumbre y dijo: "Una vida

llena del Espíritu Santo. Yo no recuerdo

cuándo la obtuve por primera vez, pero lo


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que cuenta es una vida llena del Espíritu

Santo".

Una cosa que todos los grandes

predicadores tienen en común es que ellos

están llenos del Espíritu Santo. No todo el

tiempo están de acuerdo en todo; no

predicarán igual; su exposición de la

Palabra será diferente, pero todos están

llenos del Espíritu Santo.

Un día entré a una librería y la recorrí

toda tomando nota de todos los libros que

ahí se encontraban; encontré uno que

tenía la portada azul marino con letras

doradas titulado "Experiencias Profundas

de Famosos Cristianos", por J. Gilchrist

Lawson. Escudriñé el índice para ver de

qué se trataba. Muchos de los nombres

que ahí vi yo no los conocía, ahora sí. Pero

reconocí el nombre de Billy Sunday, D.L.

Moody, yo había oído de ellos. Pero nunca

había oído de A.J. Gordon, Savonarola y

muchos otros.


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Algo me decía, "Tú debes leer este

libro". Así que lo compré y salí apurado

del edificio para llegar a casa pronto y leer

el libro. Lo leí en secreto, era todo lo que el

título decía; eran las Experiencias

Profundas de los Cristianos Famosos. Leí

acerca de las experiencias de Billy Bray, el

minero gritón escocés. Mientras leía

acerca de Billy Bray, yo deseaba que él

estuviera vivo para poder sentarnos a

platicar. Billy gritaba "aleluya" a

dondequiera que él fuera.

En este libro de Experiencias

Profundas de Famosos Cristianos, leí lo

siguiente acerca de Billy Bray:

"Yo no puedo dejar de alabar a Dios.

Cuando voy caminando por la calle,

levanto un pie y parece decir "¡Gloria a

Dios!", y cuando levanto el otro pie, dice

"Amén".

Cuando Billy Bray se estaba muriendo,

y el doctor le dijo que se iba a morir, Billy


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dijo "Gloria, Gloria a Dios, pronto estaré

con mi Señor en el Cielo". Luego, en su

modo muy peculiar le dice al doctor,

"cuando llegue allá arriba, doctor, les voy a

dar sus saludos, y les diré que usted

vendrá también más tarde". Esas palabras

impresionaron mucho al doctor. Las

últimas palabras que Billy pronunció al

morir fueron "Gloria a Dios".

Un poco antes de morir, Billy Bray dijo,

¿Qué?, ¿yo temerme a la muerte? ¿Que yo

estoy perdido? ¡Mi Salvador conquistó la

muerte! Si yo fuera al infierno, yo gritaría

aleluya a mi Señor Jesús hasta que llegara

al fondo, y allí seguiría gritando hasta que

se llenara de aleluyas todo el infierno, y el

miserable de satanás me tendría que decir,

Billy Bray, este no es lugar para ti,

regrésate allá arriba". Entonces iría hacia

arriba, hacia el Cielo, gritando Aleluya,

Aleluya, Gloria a Dios".


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Cuando yo leí eso, me reí, pero mi

corazón ansiaba por algo que yo no tenía.

Y le dije al Señor, "Señor, ¿Dónde están

los Billy Brays en Atlanta, Georgia?

¿Dónde están los Billy Brays de la

actualidad? Yo no conozco a ninguno".

Luego leí acerca de Christmas

¡Natividad¿ Evans, el Cristiano Tuerto que

hizo un convenio de trece puntos con Dios.

Yo leí todos los trece puntos, y en uno

decía, "Oh Señor, prospérame en el

Ministerio como lo hiciste con Bunyan,

Vassar, Powell, Howell Harris, Rowlands y

Whitefield. Quita todos los impedimentos

que estorben a mi prosperidad espiritual".

Y yo dije, "Señor, cómo deseo hablar con

este hombre. Aquí está un hombre

ambicioso, que no teme pedir al Señor",

"prospera mi ministerio y haz algo de mí".

La mayoría de hombres con quien yo

platicaba no me comprendían. Me

gustaría hablar con Christmas (Natividad)

Evans".


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Seguí leyendo más y más. Leí cuando

Savonarola se sentó en una plataforma en

un trance por cinco horas. El lugar estaba

lleno de gente, pero se podía oír caer un

alfiler, del silencio que reinaba ahí.

Y pensé, "yo nunca he predicado en mi

vida, me avergüenzo de llamarme

predicador".

Leí acerca de Moody, que platicó acerca

de dos damas que venían a sus servicios,

pero que insistían en decirle, "Dr. Moody,

nosotras estamos orando por usted,

porque usted necesita el poder del Espíritu

Santo". El Dr. Moody les contestaba, "Yo

necesitaré el Poder". Yo tengo la

congregación más grande de Chicago, y

hay muchos convertidos".

Pero un día, mientras caminaba por la

calle Wall en Nueva York, dice Moody, "El

Poder de Dios me llenó de tal manera que

corrí a pedirle a un amigo su cuarto. Cerré


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la puerta y me hinqué a rogarle a Dios que

no me quitara el Poder, porque yo moriría".

La diferencia que hay entre los grandes

predicadores y los predicadores mediocres

no es el modo de vestir, ni sus modismos,

o su voz, o su predicación, lo largo o lo

corto de sus sermones, ni sus chistes, sino

que los grandes predicadores están llenos

del Espíritu Santo.

Efesios 3:20 dice, "Y a Aquel que es

poderoso para hacer todas las cosas

mucho más abundantemente de lo que

pedimos o entendemos, según el poder que

actúa en nosotros".

No dice, "Y a Aquel que es poderoso

para hacer todas las cosas mucho más

abundantemente de lo que pedimos o

entendemos", de acuerdo a la

personalidad o habilidad o educación, o

con el que te promueve, o con el que tienes

compañerismo o no lo tienes; pero dice,

"según el poder que actúa en nosotros".


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Un hombre tartamudo como el Tío

Buddy Robinson puede tenerlo. Un

hombre elocuente como Spurgeon puede

tenerlo. Un hombre no muy reservado

como Billy Brays puede tenerlo. Un

hombre sencillo como Moody puede

tenerlo. Un hombre profundo como John

R. Rice puede tenerlo. Cuando se trata de

que una persona sea llena del Espíritu

Santo, todos pueden tenerlo.

Por años y años nunca había oído un

sermón sobre este tema. Yo mismo tenía

miedo hablar de ello. Pero poco a poco

llegué al punto en que tenía que tener ese

Poder.

I. LA COMPARACION

Tres veces en la Biblia, un hombre

borracho es comparado con un hombre

lleno del Espíritu Santo. Eso no es

accidentalmente; es con un propósito. La

Biblia no fue escrita por accidente.


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Efesios 5:18, mi texto dice, "No os

embriaguéis con vino, en lo cual hay

disolución; antes bien sed llenos del

Espíritu". - Un hombre briago, (ebrio) - un

hombre lleno del Espíritu Santo.

Se dijo de Juan el Bautista, "Porque

será grande delante de Dios. No beberá

vino ni sidra, y será lleno del Espíritu

Santo", Lucas 1:15.

En Hechos 2, en el Día de Pentecostés,

Pedro dijo en los versículos 15-17:

"Porque éstos no están ebrios, como

vosotros suponéis, puesto que es la hora

tercera del día. Mas esto es lo dicho por el

profeta Joel: Y en los postreros días, dice

Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda

carne, y vuestros hijos y vuestras hijas

profetizarán; vuestros jóvenes verán

visiones, y vuestros ancianos soñarán

sueños".

¿Por qué la Biblia compara a un

hombre ebrio con un hombre lleno del

Espíritu Santo? Yo creo que hay algunas


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lecciones que aprender aquí. Un hombre

ebrio es controlado por otro poder. Un

hombre ebrio es una persona diferente.

Así es un hombre lleno del Espíritu Santo.

Si un hombre serio, tímido, reservado

se emborracha, empieza a hablar fuerte, y

entre más bebe, más fuerte habla. Habla

tanto que uno puede creer que lo

vacunaron con una aguja de tocadiscos.

Usted tome a un cristiano tímido,

miedoso, que tiene miedo hasta de su

propia sombra, y que sea lleno del Espíritu

Santo, él empezará a hablar delante de las

multitudes y no le dará vergüenza.

Si un hombre que nunca cantaría en

público se emborracha, de repente se pone

a cantar, y canta por tres o cuatro horas, y

piensa que está agradando a todo mundo.

Yo nunca he visto a un borracho triste.

Ellos pueden perder todo lo que tienen

pero son felices. Usted no puede

desanimar a un hombre borracho. Tiene


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que esperar hasta que se le pase lo ebrio

para hablar con él, cuando sea un hombre

diferente.

Cuando un pobre y miedoso hombre,

que teme a todo, se emborracha, se torna

bravo como un león.

Yo tuve un tío que le gustaba beber.

Tenía un carro Pontiac color café. Una vez

me invitó a pasear con él. Íbamos en la

carretera a toda la velocidad que daba el

carro, como a 85 o 90 k/h, me asusté

mucho. En Covington, Georgia, un

patrullero lo paró, pero eso no molestó a

mi tío, iba ebrio. No se puso nervioso, sino

al contrario, se puso a maldecir.

El patrullero le dijo: "Permítame ver su

licencia de conducir". Mi tío se la dio. Le

dijo el patrullero, "usted iba muy rápido".

"Sí, lo sé".

El Oficial le dice, "Puede pagarme la

multa ahora o ir al juzgado".

"¿Cuánto es?"


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"Diez dólares".

Mi tío le dio un billete de 20 dólares, y

cuando el oficial le regresaba 10 dólares,

mi tío le dijo, "guárdelos".

"¡Qué quiere decir, "guárdelos?", le

respondió el patrullero.

"Es que yo voy a regresar por esta

misma carretera al rato ahora pago antes y

no quiero que usted me moleste", le dijo mi

tío.

Yo me sorprendí porque mi tío nunca

hubiera hablado así si no hubiera estado

borracho. Si hubiera estado sobrio, se

habría aterrorizado mucho al ver al

patrullero.

Cuando un pobre y miedoso hombre,

que le tiene miedo a su propia sombra,

está lleno de licor, él se vuelve bravo como

un león y hace cosas que no haría sobrio.

Yo trabajaba en una estación de

bomberos en el Condado de DeKalb. Un

día entró un borracho con una libreta y un


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lápiz. Me preguntó, "¿Cómo te llamas?",

yo le dije y él lo escribió en su libreta. Le

preguntó a otro y a otro, hasta que tenía

una larga lista de nombres en su libreta.

Llegó a donde estaba el chofer de la

unidad, un hombre de más de dos metros

de estatura, y le preguntó su nombre. Él

se lo dio y mientras el ebrio lo anotaba en

la libreta, el chofer le preguntó, " ¿para

qué quieres los nombres?" El ebrio

contestó, "Yo estoy anotando aquí todos

los nombres de las personas a quien voy a

pelear y vencer".

El chofer grandulón se agachó y

levantó al ebrio por las solapas y le dijo: "A

mí no me vas a pegar". El ebrio no se

asustó; nada más dijo; "Bájame y quitaré

tu nombre de la lista". Si hubiera estado

sobrio, nunca habría hecho eso.

Cuando un hombre está borracho el

hará cualquier cosa. Leí acerca de un

ebrio que estaba visitando a un amigo suyo

en el cuarto de un hotel. Él pensaba que

podía volar, así que se lanzó por la ventana


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del hotel para volar alrededor de la cuadra.

Cuando volvió en sí, estaba en un hospital

con los brazos y las piernas enyesadas, su

cuerpo todo vendado, su cara lastimada y

con costuras por todas partes. Su amigo

fue a visitarlo y le reclamó diciendo: "¿Por

qué me dejaste hacerlo, por qué me dejaste

saltar por la ventana?" Su amigo le

contestó, "yo creí que deberás podías

volar". Ambos estaban ebrios.

Cuando los predicadores son llenos del

Espíritu Santo, uno le dirá al otro, "yo voy

levantar la iglesia más grande del mundo".

Y el otro le contestará, "sí puedes". Tal

vez resulte con una pierna rota en el

hospital, pero él está más propenso a volar

que el que nunca lo intenta.


hay disolución; antes bien sed llenos del

Espíritu".


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II. EL MANDATO

"Sed llenos del Espíritu Santo".

La misma Biblia, el mismo libro, el

mismo capítulo, el mismo versículo, nos da

dos mandatos. Tomemos el primer

mandato -- "No os embriaguéis con vino".

Si yo preguntara esta noche, " ¿cuántos

de ustedes piensan que está mal

embriagarse?" Todos aquí contestarían,

"sí, está mal embriagarse".

El mandato es: "No os embriaguéis".

No hay un sólo pastor aquí presente que

permitiría a un miembro del coro que

llegara borracho a cantar en el coro,

ningún pastor presente aquí esta noche le

pondría las manos encima de la cabeza de

un hombre, para ordenarlo al ministerio, si

supiera que ese hombre era un briago.

Tampoco ningún pastor tendría a un

diácono en servicio en la iglesia sabiendo

que ese hombre era un borracho. Y


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ustedes tienen razón en sentirse de esa

manera.

Pero la misma Biblia que dice, "No os

embriaguéis", dice algo más, "Mas sed

llenos del Espíritu Santo".

Si yo entiendo bien la Biblia, entonces

yo entiendo que es tan malo el no estar

lleno del Espíritu Santo como lo es el

embriagarse. Y sin embargo, hablamos

muy poco acerca del segundo mandato en

este texto, cuando es tan importante como

el primero. El verbo está en el tiempo

imperativo; es un mandato. "Sed llenos".

No hay ningún mandato en la Biblia que

diga que el Espíritu Santo debe morar

dentro de nosotros. Esas cosas son

consecuentes, es decir, vienen a

consecuencia de aceptar a Cristo como

Salvador. En el momento que yo fui salvo,

fui sellado con el Espíritu Santo. "Y no

contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el

cual fuisteis sellados para el día de

redención", Efesios 4:30. En el momento

que fui salvo el Espíritu Santo vino a mí


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como una Persona para habitar en mí

permanentemente. Esto acontece

automáticamente sin ninguna acción de mi

parte, 1ra. de Corintios 6:19-20. Cada

creyente tiene el Espíritu Santo; cada

creyente es sellado con el Espíritu Santo.

Por esa razón, no hay ningún mandato que

diga que tenemos que ser sellados por el

Espíritu Santo o que Este debe morar en

nosotros. El ser llenos del Espíritu Santo

no es una elección, es un mandato. "Sed

llenos del Espíritu Santo".

La responsabilidad de ser llenos del

Espíritu Santo descansa con cada creyente

individualmente.

Si usted viene a mi casa y mi esposa

cocina una gran comida, y yo le digo a

usted, "siéntese y coma hasta llenarse".

Pero usted no come, y sale de mi casa con

hambre, no es culpa mía, es culpa suya.

Es un mandato. Y yo quiero que

ustedes se fijen a quién fue dado este

mandato. Veamos en Efesios 1:1. La carta


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a los Efesios fue escrita a la iglesia de

Éfeso. Fíjese a quienes escrita: “.... A los

santos que están en Éfeso, y a los fieles a

Cristo Jesús". El mandato es para cada

creyente individualmente, no es sólo para

los predicadores.

La mayoría de las personas que son

llenos del Espíritu Santo han sido salvas

por algún tiempo, antes de ser llenos con

el Espíritu Santo, pero no hay razón para

que pase tiempo. Este lapso ocurre por

nuestra ignorancia acerca de nuestra

responsabilidad de ser llenos del Espíritu

Santo.

En mi caso yo no sabía nada de esto.

Nadie me lo había enseñado. Pero usted

no tiene que esperar diez o quince años

para ser lleno del Espíritu Santo.

El mandato no es sólo para el pastor, el

diácono o el evangelista, sino que va

dirigido a cada cristiano y a cada miembro

de iglesia. Es para cada creyente en lo

individual, de todos los tiempos, y de cada


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generación. Tampoco es para un grupo en

especial, todos podemos tenerlo.

Yo quiero decirles esto: lo que ustedes

creen que es un problema en su

congregación local, es sólo un síntoma. Si

un miembro no diezma, eso no es un

problema, es un síntoma. Si no ganan

almas, ése no es el problema; es un

síntoma. La mayor parte del problema

puede encontrarse en un solo motivo: que

los creyentes no están llenos del Espíritu

Santo.

En 1ra. Corintios 3:1 Pablo dice: "De

manera que yo, hermanos, no pude

hablaros como a espirituales, sino como a

carnales, como a niños en Cristo". Sigue

diciendo que hay envidias, pleitos y

divisiones entre ellos. ¿Por qué? Porque

no eran espirituales, no estaban llenos del

Espíritu Santo.

Ustedes no tienen problema con los

cristianos que están llenos del Espíritu

Santo.


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El mandato es para cada creyente en lo

individual.

III. LAS CONDICIONES

Yo dije que ustedes no son llenos del

Espíritu Santo automáticamente. Hay

ciertas condiciones. No voy a nombrarlas

todas. Les daré algunas que para mí están

bien claras en las Escrituras.

A. Tener Sed

La primera condición para ser llenos del

Espíritu Santo, es tener sed de Él.

Ray Hart cantó hace un momento, un

himno que está basado en un versículo de

Isaías y que dice, "YO LE DARE AGUA AL

SEDIENTE".

Juan 7:37-39 dice:


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"En el último y gran día de la fiesta,

Jesús se puso en pie y alzó la voz,

diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y

beba. El que cree en mí, como dice la

Escritura, de su interior correrán ríos de

agua viva. Esto dijo del Espíritu que

habían de recibir los que creyesen en él;

pues aún no había venido el Espíritu

Santo, porque Jesús no había sido aún

glorificado.

Tener sed, tener sed, tener sed. Yo

dudo seriamente que alguien aquí presente

esta noche, haya sentido sed alguna vez.

Usted me dirá, "yo tuve sed hoy". No,

usted no tuvo sed. Usted deseaba beber

agua. Pero en el momento que uno desea

agua, va a la llave, la abre y sacia su

deseo. Usted no tiene que esperar cinco

minutos para beber agua. Pero si usted

tuviera que pasar un día, dos días o tres

días, sin beber agua; o aguantarse hasta

que sus labios se hincharan hasta tres

veces su tamaño normal; y su lengua se


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hinchara hasta que ya no le cupiera en la

boca, y empezara a partirse y a dolerle,

entonces usted daría su carro, su casa,

todo el dinero que tiene en el banco por

una gota de agua, ¡eso sería tener sed!

La razón primordial por qué muchos

creyentes no tienen la Plenitud del Espíritu

Santo, es porque no están lo

suficientemente sedientos por El. Si usted

pudiera tomarlo o dejarlo, usted lo dejaría.

Usted tiene que llegar al punto en que

usted diga, "yo tengo que tenerlo o me

moriré". No cesaré hasta que lo obtenga.

No importa qué pase, yo no cesaré de

pedirlo".

Perdonen ustedes la referencia

personal, pero yo llegué hasta el punto de

decirle al Señor, "Señor, si para conseguir

ser lleno del Espíritu Santo, se necesita

hablar en lenguas, yo estoy listo. Me haré

miembro de alguna iglesia Pentecostés. Me

saldré de entre los bautistas, pero yo no

quiero vivir sin el Espíritu Santo, yo tengo

que tenerlo".


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El Tío Buddy Robinson es uno de mis

personajes favoritos. Él fue salvo en un

servicio Metodista, obtuvo lo que él

llamaba la segunda bendición en un

servicio Presbiteriano. Fue expulsado de la

iglesia Metodista y murió siendo miembro

de la iglesia Nazarena.

El Tío Buddy dijo, "yo fui a escuchar a

este predicador metodista y él predicó tan

bonito sobre el Cielo, que yo sentí que

quería ir allá. Luego predicó sobre el

infierno hasta que me hizo pensar que yo

iba derechito allá. Cuando él hizo la

invitación esa noche, al principio yo no

entendía nada, pero cuando me retiré del

altar, yo podía ver mi título hasta arriba en

las Mansiones del Cielo".

Sigue diciendo el Tío Buddy, "más

tarde, pasó por el pueblo este predicador

presbiteriano, santificando, y predicando

acerca de la segunda bendición. Cuando

él terminó de predicar, cómo ansiaba yo

tener esa segunda bendición. Yo le dije al

Señor, "Dios mío, dámela a mí". Pero el


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Señor no me la dio. Volví a decirle,

"Señor, dámela a mí". Entonces puse mi

pistola, mis barajas, mis dos mulas y un

bulto de paja sobre el altar, pero no me la

dio. Luego puse a mi madre presbiteriana

y a mi hermano borracho sobre el altar,

pero aun así, no me dio la segunda

bendición. Volví a clamar a Dios y le dije

"Señor, dame la segunda bendición". Y él

me dijo, "Buddy, hay demasiadas cosas

entre tú, el altar y yo". Le dije, "Señor, si

tú me la concedes, yo le daré a todos mis

vecinos un jarro de miel de caña, y

acuérdate que yo hago la mejor melaza de

caña que jamás hayan probado".

El deseaba la segunda bendición y no

cesó hasta que la obtuvo. Yo no creo en la

segunda bendición, pero tengo una

grabación antigua del Tío Buddy

predicando sobre ella, y cuando la escucho

tengo que luchar para no creer en ella.

El Tío Buddy dijo, "este hombre de la

Biblia estaba ciego, y el Señor lo tocó, y le

preguntó, "¿qué ves?" y el hombre dijo,


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"veo que los hombres parecen árboles". El

necesitaba una segunda bendición, así que

el Señor lo tocó por segunda vez y le

preguntó, "¿qué ves ahora?" y el hombre

contestó, "ahora veo a todos los hombres

claramente".

Dice el Tío Buddy, "cuando yo obtuve

la primera bendición yo vi a todos los jefes

denominacionales como grandes árboles.

Pero cuando obtuve la segunda bendición,

yo vi a todos los hombres claramente".

Yo pensé, "Tío Buddy, estás a punto de

convencerme acerca de la segunda

bendición. Yo no la llamo como tú la

llamas, pero yo necesito tenerla".

Nosotros alegamos acerca de las

expresiones correctas y nos morimos por la

falta de experiencia. El Tío Buddy la tenía.

El creía en la completa santificación con la

aniquilación completa de la vieja

naturaleza, que nunca ocurre; pero debe

decir que el Tío Buddy estaba más cerca de

la santificación que yo.


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El Tío Buddy fue a Nueva York, y las

personas le mostraron todos los atractivos

de la ciudad. Cuando él regresó a su

cuarto esa noche, él oró, "Señor, gracias

por todas las atracciones de Nueva York,

pero mil gracias porque no vi nada que

desearía".

Cuando yo fui a Nueva York, yo sí vi

algo que yo desearía.

El Tío Buddy fue a ver al doctor porque

uno de sus oídos le molestaba y no podía

oír bien. Después que el doctor lo había

revisado muy bien, le dijo, "Tío Buddy, no

hay nada malo con su oído, es solo su

edad avanzada".

A lo que respondió el Tío Buddy, "yo

no lo entiendo, no puedo oír nada con este

oído, y oigo perfectamente bien con el otro,

y usted me dice que es a causa de mi edad

avanzada. Pero si los dos oídos nacieron al

mismo tiempo".

Al llegar acerca del Tío Buddy, yo

pensé, "Tío Buddy, por favor regresa acá y


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habla conmigo acerca de esta segunda

bendición. Yo la quiero, Buddy, yo la

deseo".

Yo estaba cansado de tener los

servicios en los sótanos de los edificios, y

que no hubiera almas salvadas. (Yo

deseaba algo más!

La primera condición es tener sed.

¿Está usted sediento por el Espíritu Santo?

Espero que antes de que termine este

servicio, haya alguien que tenga sed.

B. C R E E R

La segunda condición es creer. Mire

los versículos otra vez en Juan 7:37-39.

"En el último y gran día de la fiesta, Jesús

se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si

alguno tiene sed, venga a mí y beba". Y en

el siguiente versículo nos dice, "El que

cree en mí, como dice la Escritura, de su

interior correrán ríos de agua viva".


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Subrayen estas dos palabras: Tener

Sed y Creer. “Creyendo”. Yo no creía.

Oí al Dr. Hyles decir de cómo se hincó

en la tumba de su padre y oró hasta que

fue lleno del Espíritu Santo.

Yo me dije a mí mismo, "El sólo está

hablando; seguramente él nunca tuvo una

experiencia como esa. Bueno, tal vez sí la

tendría, pero eso no es para mí, un pobre

predicador de provincia, que no tiene a

nadie que lo promueva; no tengo

compañerismo con nadie; no he asistido a

ningún Seminario o Colegio Bíblico; dejé a

mis amigos antiguos, - no, eso no es para

mí. Es para el Dr. Hyles, para El Dr. Lee

Roberson, para el Dr. John Rice, y Moody,

y Torrey y Spurgeon, y para tantos de los

cuales he leído, pero (no para mí!

Pero allá muy dentro de mí, en lo más

profundo de mi corazón, algo me decía,

"sí, eso es para ti también". ¡Tú puedes

tenerlo también!"


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Si ustedes están sentados aquí esta

noche diciendo: "yo no lo creo", entonces

nunca lo van a obtener. Pero si ustedes

salen de aquí diciendo, sí fue para el Dr.

Lee Roberson, y sí es para el Dr. John

Rice, y los doctores John Rawlings, y

Frank Norris, Gipsy Smith, Ira Sankey y R.

A. Torrey, entonces sí es para mí también;

entonces ustedes lo van a tener.

¿Ustedes no se cansan de estar

golpeando con el mango del hacha sin el

hacha? ¿No se cansan de estar haciendo

las cosas por rutina, sabiendo que no va a

suceder nada, pero pensando que es su

deber cumplir? No hay domingo por la

mañana cuando a usted le gustaría decirle

a su congregación, "cantemos un himno y

quedamos despedidos", apenas hayan

empezado el servicio, "¿por qué este lugar

está más muerto y más seco que un nido

de pájaros de invierno?"

Spurgeon solía decir, "cuando se

reúnan, oren para que el poder del Espíritu

Santo esté con ustedes. Si ustedes oran y


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Él no está allí, despida a la congregación, y

usted ore para que el Espíritu Santo esté

allí la próxima vez".

C. P e d i r

La primera condición es tener sed por

el Espíritu Santo. La segunda condición es

creer. Creer que el Espíritu Santo es para

usted y que usted puede ser lleno de Él.

La tercera condición es pedir.

Lucas 11:13 dice, "Pues si vosotros,

siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a

vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre

celestial dará el Espíritu Santo a los que se

lo pidan?"

Siga orando, siga orando, siga orando,

hasta que la luz llegue.

Santiago 4:2 dice, ". . . No tenéis lo que

deseáis, porque no pedís". Algunos de

ustedes se morirán e irán al Cielo siendo

predicadores mediocres. Ustedes saben


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que estoy diciendo la verdad. Ustedes no

tienen ambiciones. Están satisfechos.

Ustedes morirán, irán al Cielo y le dirán al

Señor Jesús, "Señor, yo hubiera hecho

más por Ti si Tú me hubieras dado la

Plenitud del Espíritu Santo y el Señor les

responderá, "no tenéis porque no pedís, si

tú hubieras pedido yo te lo hubiera dado".

¡Qué gran acusación en contra de los

creyentes!

Hechos 4:31 dice, "Cuando hubieron

orado, el lugar en que estaban congregados

tembló; y todos fueron llenos del Espíritu

Santo, y hablaban con denuedo la palabra

de Dios".

D. La Razón Correcta

Tengo tiempo para decirles una

condición más que es muy importante.

Debemos desear la Plenitud del Espíritu

Santo, por una razón correcta. Hay

muchos que desean la Plenitud del


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Espíritu, pero por razones incorrectas.

Ellos quieren tener una experiencia

estática. Quieren sentir algo. Quieren que

se les pongan los pelos de punta. Quieren

sentirse livianos. Algunos quieren hablar

en lo que ellos llaman "lenguas celestiales".

Pero en Hechos 2, no hay nada estático,

nada de "lenguas celestiales". Hubo las

lenguas de las personas que estaban

presentes en el Día de Pentecostés. Las

gentes no hablaron en una estática ese día.

Ellos hablaron en otras lenguas, - plural,

lenguas. Y cada hombre presente los

escuchó en su propia lengua. Ellos se

maravillaron y dijeron: "He aquí, ¿no son

galileos todos estos que hablan? ¿Cómo,

pues, les oímos nosotros hablar cada uno

en nuestra lengua (idioma) en la que

hemos nacido?"

Usted quiere el Espíritu Santo para

sentirse bien, y liviano, y correr alrededor

del cuarto gritando. Yo no estoy en contra

de gritar, pero esa no es la razón por qué


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Dios quiere que seamos llenos del Espíritu

Santo.

Entonces, ¿Cuál es la razón? En

Hechos 1:8 la tenemos:

"Pero recibiréis poder, cuando haya

venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y

me seréis testigos en Jerusalén, en toda

Judea, en Samaria, y hasta lo último de la

tierra".

Usted no descansará hasta haber

alcanzado a todo el mundo con el

Evangelio. Será un fanático en ganar

almas para Cristo cuando sea lleno del

Espíritu Santo.

Nosotros queremos que la bendición

termine con nosotros. Queremos echarla

en una bolsa y coser la bolsa. Queremos

tener nuestros grupitos de oración y tener

todas esas experiencias maravillosas. Pero

la Biblia no dice eso. Al contrario, dice que

tendremos el Poder para ser Sus testigos.


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La palabra "testigos" se encuentra 33

veces en el libro de los Hechos. Compare

eso con el número de veces que ellos

hablaron en lenguas, que fue tres veces: en

Hechos 2, Hechos 10, y Hechos 19.

Usted debe desear el Espíritu Santo por

la razón correcta. Si usted no está

dispuesto a hacer el ganar almas su

ocupación principal, entonces usted nunca

será lleno del Espíritu Santo. Usted debe

desearlo por la razón correcta.

IV. LAS CONSECUENCIAS

Hoy mencioné dieciocho cosas en la

Biblia que el Espíritu Santo hace por

nosotros. No digo que sólo hay dieciocho

hay más, pero sólo voy a mencionar

algunas.

1. El Espíritu Santo fortalece al creyente

en el hombre interior, Efesios 3:16.

2. El Espíritu guía al creyente, Romanos

8:14. Usted no tiene por qué andar


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adivinando qué debe o qué no debe hacer.

Cuando está lleno del Espíritu Santo,

usted puede hacer sus decisiones más

rápidamente y mejor, y puede tener

direcciones claras del Señor.

3. El Espíritu Santo produce gracia en la

vida del creyente, amor, gozo, paz,

paciencia, benignidad, bondad, fe,

mansedumbre y templanza.

4. El Espíritu Santo ayuda al creyente a

entender mejor la Biblia, 1ra. de Juan

2:27. Usted necesita ser iluminado. El

Espíritu Santo le da eso.

5. El Espíritu Santo mejora su memoria.

"Más el Consolador, el Espíritu Santo, a

quien el Padre enviará en mi nombre, él os

enseñará todas las cosas, y os recordará

todo lo que yo os he dicho". Juan 14:26.

Él le mejorará su memoria y le ayudará a

predicar la Palabra más eficazmente como

lo hizo el Dr. Rawlings hace un rato.

6. Él le perfecciona su predicación y la

hace más efectiva. Primera de


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Tesalonicenses 1:5 dice, "Pues nuestro

evangelio no llegó a vosotros en palabras

solamente, sino también en poder, en el

Espíritu Santo y en plena certidumbre,

como bien sabéis cuáles fuimos entre

vosotros por amor de vosotros".

7. El Espíritu Santo guía al creyente a

orar. Romanos 8:26 dice, "Y de igual

manera el Espíritu nos ayuda en nuestra

debilidad; pues qué hemos de pedir como

conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu

mismo intercede por nosotros con gemidos

indecibles".

8. Estas son unas cuantas cosas de las

dieciocho que enumeré que el Espíritu

Santo hace en la vida del creyente. Pero

ahora quiero hablar de la cosa principal.

La consecuencia de tener la Plenitud

del Espíritu Santo -- y no quiero criticar a

nuestros amigos Pentecostales pero debo

decirles esto -- que no es el hablar en

lenguas. No hay un solo versículo en la

Biblia que diga que cuando usted es lleno


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del Espíritu Santo, usted debe hablar en

lenguas. Lo que la Biblia dice en Hechos

1:8 es que "seremos testigos". Abran sus

Biblias en Lucas 1:15, donde nos habla de

Juan el Bautista, y dice:

"Porque será grande delante de Dios.

No beberá vino ni sidra, y será lleno del

Espíritu Santo, aun desde el vientre de su

madre".

Y el siguiente versículo dice:

"Y hará que muchos de los hijos de Israel

se conviertan al Señor Dios de ellos".

El haría que mucha gente fuese salva.

Un hombre se puso de pie en el balcón

en una de las reuniones de Moody y dijo,

"Dr. Moody, permítame platicarle de mi

experiencia en la cima de la montaña".

A lo cual el Dr. Moody le contestó ")A

cuántas almas ha ganado usted al Señor

desde su experiencia en la cima de la

montaña?"

El hombre contestó, "A ninguna".


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El Dr. Moody le dijo, "Entonces

siéntese, no queremos escuchar acerca de

esa clase de experiencias en las cimas de

las montañas".

Yo no entiendo cómo alguien puede leer

el 2do. capítulo de Hechos y obtener

declaraciones estáticas de ello. Dice, "en

otras lenguas", "cada uno en su propio

idioma". Tampoco entiendo cómo pueden

leer ese secundo capítulo de Hechos y

perder de vista la última parte del capítulo

donde dice, que tres mil almas fueron

salvas.

Esto es lo que pasó el Día de

Pentecostés. Había por lo menos tres mil

almas inconversas reunidas en ese lugar.

¿Cómo lo sabemos? Porque tres mil fueron

salvas; tenía que haber por lo menos ese

número de personas, o probablemente

había mucho más.

También había unos hombres que

conocían el Evangelio, y que lo podían

presentar y ganar almas para Cristo, pero


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ellos tenían un problema - el de no conocer

los idiomas de las gentes que necesitaban

oír el Evangelio. Y Dios también tenía un

problema. Él ha de haber dicho: "Hay tres

mil almas que necesitan ser salvas, y los

hombres que pueden decirles cómo ser

salvas no pueden hablar su idioma". Así

que Dios rompió la barrera de los idiomas

y les permitió a estos hombres que

conocían el Evangelio, hablar en idiomas

(lenguas) en que ellos nunca habían

hablado antes, no para magnificar la

lengua, sino para magnificar la

importancia de llevar el Evangelio a los

perdidos para que fuesen salvos.

Es una tontería magnificar, o darle

mayor importancia a la lengua que llevó el

Mensaje de donde resultaron tres mil

almas convertidas, y nunca hablar acerca

del Mensaje mismo o de las almas

convertidas.

Es como si yo le trajera a usted un

millón de dólares en una bolsa de papel, y

usted tirara el millón de dólares en el piso


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y corriera por toda la casa gritando y

agitando la bolsa de papel. Usted está más

interesado en el vehículo que le trajo a

usted el millón, que en el millón mismo.

Las cosas más importantes en el Día de

Pentecostés fue el Mensaje y las tres mil

almas salvas. Las lenguas son

secundarias e incidentales.


hay disolución;

Antes bien sed llenos del Espíritu",

Efesios 5:18.

". . . Y me seréis testigos. . ."

La Comparación, el Mandato, las

Condiciones, las Consecuencias.

¿Cuántos de ustedes ahora, desean ser

llenos del Espíritu Santo? Tal vez usted,

no tenga tanta sed como debe tener, pero

sí hay una ansia en su corazón. Usted no

está satisfecho con ser mediocre.


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Ahora Hermano o Hermana lector;

¿Porque no dice al Señor?:

"Yo quiero la Plenitud del Espíritu Santo, y

no voy a descansar hasta que lo obtenga".

"Yo quiero ser lleno del Espíritu Santo"

ORACION:

Padre Celestial, yo quiero ser una

bendición. Tengo temor de hablar sobre

este tema tan tremendo. No sería correcto

para mí hablar sobre la Plenitud del

Espíritu Santo, y yo mismo carecer de ello.

Yo ruego esta noche que el Espíritu Santo

me tome y me controle, que me ayude a

pensar sólo en Ti, y a decir en esta noche

exactamente lo que debe decirse, y decirlo

en la manera exacta en que debe decirse.

Jesús, Tú sabes lo que yo pienso.

Espero que haya un buen número de

personas en este lugar, que después de


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haber oído este sermón, sientan hambre,

un hambre insaciable, por la plenitud del

Espíritu Santo y espero que después de

que termine el sermón ellos entiendan

cómo pueden ser llenos, y ruego que

muchos vendrán y me dirán, "Este es mi

día. Estoy cansado de ser un cristiano

mediocre, normal y corriente".

Ayúdame Señor en mi plática de esta

noche. Yo deseo hacer el bien. Ayúdame a

ser una bendición grande a las gentes.

Amén.


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La Plenitud del Espíritu Santo

Por Pastor Dr. Jack Hyles Autor, y Conferencista

Capítulo 5, de su gran libro "Conozca El Espíritu

Santo"

Un pastor pidió que yo predicara mi

mensaje titulado "Aceite Fresco" a su

gente. Usando como excusa que el sermón

era más adaptado a predicadores que

laicos, yo rehusé predicarlo. Después del

culto de aquella noche, regresé a mi cuarto

y el Espíritu Santo empezó a convencerme

y regañarme por limitar a los predicadores

de la doctrina de Él mismo. Me recordó

que su plenitud era para todos, y me guió

a reexaminar Joel 2:28, 29, "Y después de

esto derramaré mi Espíritu sobre toda

carne, y profetizarán vuestros hijos y

vuestras hijas: vuestros ancianos soñarán

sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.

Y también sobre los siervos y sobre las

siervas derramaré mi Espíritu en aquellos

días". Me señaló especialmente que Él

derramaría Su Espíritu sobre toda carne.


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Incluirían nuestros hijos e hijas, nuestros

viejos y mancebos aun siervos y siervas.

Caí de rodillas pidiendo perdón y le

prometí que haría la doctrina de su

plenitud lo más claro que me fuera posible

para que mancebos y viejos, hijos e hijas,

siervos y siervas pudieran comprenderla.

Esta bendita verdad es para la ama de

casa que anda haciendo sus deberes; para

la madre que mece al niño en sus rodillas;

para el obrero que trabaja en una fábrica

"al alto horno"; es para el empleado de la

estación que sirve gasolina. Es para la

criada del hotel que limpia los cuartos. Es

para todos. Así en un lenguaje sencillo,

comprensible para el laico y el clérigo, me

acerco a esta verdad vital.

Primero vino la luz. Luego vino la

expansión. Entonces Dios alumbró a las

huestes de estrellas nocturnas. Después

de eso vinieron los peces del mar y

entonces las agrupaciones del reino

animal. Ya Dios estaba listo para el

hombre. Él hizo al hombre, hizo al hombre


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a su propia imagen y era maravilloso. El

hombre andaba en el jardín de Edén en

compañerismo con su Creador. Andaba en

esplendor. Cada árbol que crecía era

agradable a los ojos. Ríos fluían

tranquilamente por valles verdes. Cada

sonido era una melodía. Cada escena era

un deleite. No había guerra que inquietara

el pecho. No había enfermedad para

causar el temor de la muerte. La hoja

nunca se marchitaba; el viento nunca se

enfrió. El sudor nunca mojó la frente.

Ninguna profanidad ofendió el oído. No

había cansancio ni calor, ni frío. La flor

nunca fue herida por una tempestad. El

hombre aún no había aprendido a suspirar

ni a llorar. No hubo escarcha marchitable

para enfriar la rosa. No hubo sombra de

culpabilidad conocida. Coros de aves

daban serenatas al hombre. ¡Era

admirable!

Aún faltaba algo. No había otra

criatura parecida en la tierra con lo cual el

hombre pudiera compartir esta hermosura


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y maravilla. Entonces, allí ella viene,

vestida con toda la belleza que un ser

humano pudiera poseer. Hasta en su paso

había gracia. El Cielo estaba en sus ojos.

Cada gesto poseía dignidad y amor. La

perfección estaba marcada en ella. Los

hijos de Dios gritaban con gozo. Los

luceros de la mañana cantaban juntos y el

Edén fue transformado.

¡Cuán admirable era! Varón y mujer,

hechos para Él, compartiendo

compañerismo con Dios en esplendor

edénico. Ellos no conocían la definición de

tristeza. Nunca habían visto un funeral.

Había huertos de floración perpetua, y

huertos que rendían sus frutos

diariamente. Ningún niño se moría con

leucemia. Sus sendas estaban adornadas

con guirnaldas de flores. Las frentes

nunca se surcaron, las caras nunca se

arrugaron, las manos nunca se

paralizaron, el paso nunca estaba incierto,

los hombros nunca se doblaron, el aliento

nunca era ofensivo. Mientras tanto, el


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Señor Jesús estaba con el Padre en el

Cielo. Antorchas se encendían mientras

que Él andaba en las calles doradas.

Trompetas anunciaban cada llegada.

Demostraciones seguían sus talones.

Multitudes le adoraron. Adoradores se

inclinaban ante Él. Ángeles le servían.

Los planetas cantaban sus alabanzas.

Todos los diamantes de la tierra no podían

llenar Su cetro. Todas las joyas de la tierra

no podían llenar su corona. Él siempre

estaba en la presencia del Padre. ¡El sol y

la luna obedecían su voz, y los cuatro seres

vivientes cantaban Sus alabanzas!

¡Entonces un día sucedió! Se oyeron

gemidos en los cielos, pues algo trágico

había sucedido en la tierra. La raza de

Dios había caído. La ruina había

atizonado su creación. Ya el viento ulula,

la serpiente sisea, la frente se surca, el

hombre se dobla, las manos tiemblan y se

entorpecen, los ojos se cansan y salen las

canas en el cabello. El pecado había

arruinado la raza humana.


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La misericordia de Dios deseaba la

restauración, pero la justicia de Dios no la

permitía hasta que se pagara la penalidad.

La única manera que los habitantes de la

tierra pudieran ser salvos era que el Señor

Jesucristo viniera a la tierra. Él lo hizo.

Corrió al vientre de una virgen. No hubo

bienvenida para Él. La única puerta que

se le abrió fue la de un establo. Nació en el

establo de otro, navegó en la barca de otro

y fue sepultado en el sepulcro de otro. Él

era Rey de Reyes, pero no tuvo vestido real

sino lo prestado por un soldado. El no

tuvo súbditos sino una chusma burladora;

fue despreciado y desechado entre los

hombres. Él era varón de dolores,

experimentado en quebranto; llevó

nuestras enfermedades, sufrió nuestros

dolores, fue herido por nuestras rebeliones,

molido por nuestros pecados, fue

angustiado y afligido, se dispuso con los

impíos su sepultura. ¡Él puso Su vida en

expiación por el pecado, y peor que todo,

llegó a ser pecado y se paró delante del


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juicio de Dios, llevando el pecado de todo el

mundo! Él fue declarado culpable por su

Padre, y en la cruz pagó la penalidad de los

pecadores de toda la humanidad. Fue

sepultado y resucitó después de tres días

y tres noches. Ya el mensaje está

completo. Es tiempo de mandar ese

mensaje al mundo perdido. Doce hombres

se escogen para que comiencen esta labor.

¡Pero, aún hay un problema! ¡El

mensaje es increíble! ¡Imagínese a doce

hombres comunes queriendo a convencer a

un mundo de inconversos de que Jesús fue

nacido de una virgen! ¡Imagínese cómo

sería recibido al oído natural, a la mente

natural, y al corazón natural! ¡Imagínese

intentar convencer a un mundo que Jesús

vivió 33 años y nunca cometió ningún

pecado! ¡Imagínese cuán difícil será

convencer al mundo de la muerte vicaria y

de la resurrección corporal del Señor

Jesucristo! Así que Dios lo hizo posible

para que alguien acompañara a estos

hombres, el cual pudiera hablar a la gente


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desde adentro a la vez que estos

misioneros dijeron la historia desde afuera.

El que hablaba desde adentro sería el

Espíritu Santo. Dios lo hizo posible para

que estos predicadores y misioneros fueran

llenos con el Espíritu Santo para que

mientras que predicaran el mensaje desde

afuera, el Espíritu Santo convenciera a los

oyentes desde adentro que el mensaje era

verdadero.

Por ejemplo, un predicador que está

lleno del Espíritu Santo se para en su

púlpito y predica. Mientras él predica la

verdad, una voz habla desde adentro a la

congregación diciendo, "¡Tiene razón! Lo

que el predicador dice es verdad. Jesús

fue nacido de una virgen. Él vivió una vida

sin pecado; murió en la cruz para pagar la

penalidad de los pecados de usted;

resucitó después de tres días y tres

noches; ascendió otra vez al Padre; está a

la diestra del Padre intercediendo aún

ahora; Él viene otra vez". El predicador

sigue predicando; dice que los que aceptan


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a Cristo irán al Cielo. Desde adentro el

Espíritu Santo dice, "Tiene razón. Tiene

razón. Escúchele. Le está diciendo la

verdad". El predicador predica del Infierno

y del juicio. El Espíritu Santo desde

adentro dice, "Tiene razón. Créalo. Le

está diciendo la verdad. Escuche lo que él

dice". Ah, ¡Que bendición es predicar en

el poder del Espíritu Santo y a la vez que

las palabras salen de los labios del pastor

al oído del oyente, el Espíritu santo llega al

corazón del oyente y confirma lo que el

pastor está diciendo!

¡Ah, este transformará al maestro de

escuela dominical! El maestro lleno con el

Espíritu Santo puede pararse delante de

su clase y enseñar la Palabra de Dios. La

que hubiera sido una lección aburrida

súbitamente se convirtió en una lección

que cambia la vida, pues el Espíritu Santo

dice a los alumnos, "Escuche a su

maestro. Él les ama. Es verdad. Créanle".

Esta es la necesidad de nuestras escuelas

dominicales.


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Imagínese a un solista lleno del

Espíritu Santo cantando en el culto

público, y mientras que se canta el cántico

y el mensaje del mismo se oye por oídos

humanos, hay una voz que desde adentro

está hablando a cada miembro de la

congregación diciendo, "Aquel cántico es

verdadero. Jesús sí salva, sí consuela".

"¡Él es su necesidad!" Esto transformaría

el programa musical de nuestras iglesias.

Mientras que el coro lleno con el Espíritu

Santo canta, una voz desde adentro habla

a la congregación diciendo, "Aquel coro

tiene razón; créanles". Su corazón arderá.

Se cae en convicción y siguen decisiones.

El pianista u organista toca una pieza

de música especial a la vez que recoge la

ofrenda. Aquel organista está lleno del

Espíritu Santo después de haber pagado el

precio con oración ferviente y después de

haber hecho las condiciones para Su

plenitud. Tocando el organista una pieza

de música escogida como "Dulce Oración",

una voz, habla al corazón de los de la


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congregación, "Es verdad. La oración es

dulce y nos lleva a un mundo de cuidado y

amor. Es la solución para su vida". La voz

continúa diciendo, "Debe orar. Usted

debe orar antes de comenzar su día. Debe

tener tiempos de oración".

El maestro en una escuela Cristiana se

para delante de su clase, lleno del Espíritu

Santo, y mientras que enseña el Espíritu

Santo dice a los alumnos, "Tu maestro

tiene razón. Cree lo que tu maestro está

diciendo. Escucha, cuidadosamente". Ah,

eso ayudará a que la conducta y el

comportamiento en el salón de clases cada

vez, sean mejor.

Imagínese a una persona llena del

Espíritu Santo que es un ganador de almas

tocando a la puerta de una casa. Una

persona llega a la puerta y de repente el

Espíritu Santo le habla desde adentro. El

ganador de almas empieza a decirle la

historia maravillosa de Cristo y desde

adentro del corazón del oyente hay una voz

diciendo, "Créalo. Este hombre es de


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Dios. Este es el camino a los Cielos.

Créalo. Le está diciendo la verdad. Esta

es su única esperanza".

¡En Pentecostés aquella voz hablaba

lenguajes diferentes para que los que no

entendían el lenguaje que se usaba en la

predicación pudieran escuchar el mensaje

de Cristo y ser salvos!

¡Oh, predicadores, esta es su solución!

Maestros de escuela dominical, esto

transformará su clase. Cantantes, esto

dará vida a sus números especiales.

Instrumentistas, esto multiplicará su

eficiencia. Maestros de escuela Cristiana,

esto les ayudará a producir jóvenes

dedicados. Obreros de la sala de cunas,

esto ayudará a los niños de la sala de

cunas. Imagínese a una obrera de cuna

hablándole a un bebé de Jesús, el Espíritu

Santo aún puede hablar a aquel

corazoncito. Madres, esto les ayudará a

criar a sus hijos correctamente.


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Inmediatamente se hace la pregunta,

"¿Cómo se obtendría este poder?" Por

supuesto, hay etapas obvias tal como la

separación del mundo, la fidelidad a la

causa de Cristo, horas de estudios de la

Palabra, obediencia a los mandamientos y

la voluntad de Dios, etc. Pero lo más

importante es que el Cristiano sea tan

sincero que él pague el precio agonizando,

suplicando, esperando, y pidiendo a Dios

su poder. Note Lucas 11:5-13, "Les dijo

también: ¿Quién de vosotros que tenga un

amigo, va a él a medianoche y le dice:

Amigo, préstame tres panes, porque un

amigo mío ha venido a mí de viaje, y no

tengo qué ponerle delante; y aquél,

respondiendo desde adentro, le dice: No me

molestes; la puerta ya está cerrada, y mis

niños están conmigo en cama; no puedo

levantarme y dártelos? Os digo, que

aunque no se levante a dárselos por ser su

amigo, sin embargo por su importunidad

se levantará y le dará todo lo que necesite.

Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad,


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y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque

todo aquel que pide, recibe; y el que busca,

halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué

padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le

dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar

de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le

pide un huevo, le dará un escorpión? Pues

si vosotros, siendo malos, sabéis dar

buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto

más vuestro Padre celestial dará el

Espíritu Santo a los que se lo pidan?" La

Palabra "importunidad" en el verso 8

quiere decir, "suplicar mucho". Este

capítulo está siendo escrito en mi

escritorio. En mi escritorio veo las

palabras, "Ore por poder". Atrás de mi

escritorio veo las palabras, "Ore por

poder". En la Biblia que está en mis

rodillas, veo las palabras, "Ore por poder".

En la puerta que sale de mi oficina al

pasillo, veo las palabras, "Ore por poder".

Cientos de veces cada día yo suplico a Dios

por su poder. Luego, claro, hay tiempos de


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oración cuando voy a solas con Dios para

suplicar por su poder.

En las Escrituras se me manda que sea

lleno del Espíritu Santo. Efesios 5:18, "No

os embriaguéis con vino, en lo cual hay

disolución; antes bien sed llenos del

Espíritu". Fíjese que en el mismo pasaje

acerca de la plenitud del Espíritu, está

mencionada la embriaguez. Parece indicar

que sería tan malo que una persona haga

la obra de Dios, sin la plenitud del Espíritu

Santo, como que la haga ebria en lo cual

hay disolución.

Cuando era niño, era muy nervioso.

Éramos muy pobres. Mi padre era

alcohólico. El salió de nuestro hogar

cuando yo era muchacho. Por medio de

una serie de eventos, Dios me llamó a

predicar su Evangelio. Yo era muy sincero.

Cuando tenía 21 años de edad, empecé a

pastorear. Por un año deplorable

pastoreaba sin resultados. Nadie pasó al

frente durante la invitación para que fuera

salvo, y nadie pasó al frente para que se


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hiciera miembro. Fue un año largo e

improductivo. Decidí encontrar la

respuesta. Fui a la biblioteca de la

Universidad Bautista. Empecé a leer las

biografías de los hombres grandes. Leí

cómo Dwight Moody fue lleno del Espíritu

Santo mientras que andaba en Wall Street

un día. Leí cómo su ministerio fue

cambiado, y cómo predicó, los mismos

viejos sermones que produjeron cinco

conversiones, ya producían cincuenta. Leí

como su ministerio fue transformado y mi

corazón empezó a arder desde adentro. Me

preguntaba, "¿Pudiera estar disponible

eso para mí? ¿Eso que Dwight Moody

recibió cuando fue lleno del Espíritu Santo,

pudiera estar al alcance para un

predicador Tejano de poca importancia?"

Continué leyendo. Leí acerca de

Savonarola, quien fue a su púlpito un día y

dándose cuenta que era impotente, rehusó

predicar hasta que el poder de Dios vino

sobre él. Por cinco horas él se sentó y

esperó hasta que el poder de Dios vino, y


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entonces fue lleno del Espíritu Santo

mientras predicaba. Leí acerca de

Christmas Evans, a quien vino el poder de

Dios un día, repentinamente mientras que

cabalgaba en su circuito. Él supo que por

primera vez en su vida fue lleno del

Espíritu Santo. Leí acerca de Charles G.

Finney y su vida de ser lleno del Espíritu

Santo. Siendo yo predicador joven, empecé

a preguntar a Dios, "¿Es eso para mí? ¿Es

posible hoy día? ¿Hay actualmente un

poder que pueda venir sobre mí para que

el Espíritu Santo hable a la gente desde

adentro, mientras que yo les hablo desde

afuera?"

Leí acerca de John Wesley, quien a las

tres de la mañana el 3 de Octubre 1738,

después de haber orado con unos

predicadores por casi toda la noche fue

lleno del Espíritu Santo. Su ministerio

nunca fue igual. Leí acerca de George Fox,

quien fue a solas por dos semanas rogando

por el poder de Dios, y cómo su vida

cristiana fue transformada. Leí acerca de


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Peter Cartwright, quien había sido lleno

con el Espíritu Santo y potencia fuerte vino

sobre él. Leí acerca de George Whitefield,

quien fue ordenado a predicar el 20 de

Junio de 1736. Mientras que él se

arrodillaba al altar. El Obispo Benson

puso sus manos sobre el joven predicador

y ¡George Whitefield supo entonces que

allí fue lleno del Espíritu Santo! Leí acerca

de George Muller, quien fue lleno del

Espíritu Santo la primera vez que vio

Cristianos arrodillados en oración. Leí

como Billy Sunday predicaba cada sermón

con su Biblia abierta en Isaías 61:1, "El

Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí,

porque me ungió Jehová; me ha enviado a

predicar buenas nuevas a los abatidos, a

vendar a los quebrantados de corazón, a

publicar libertad a los cautivos, y a los

presos apertura de la cárcel"; y cómo el

Espíritu vino sobre él. ¡Mi corazón empezó

a arder desde adentro! "¿Era para mí tal

como para ellos? ¿Sería accesible aquel

poder que tuvo Moody, y tuvo Wesley, y


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tuvo Whitefield, y que tuvo Billy Sunday

disponible para el pequeño Jack Hyles, un

pobre predicador campesino en el este de

Texas?"

Empecé a andar por los bosques en las

noches. Noche tras noche yo andaba y

lloraba y oraba y rogaba por poder. Mi

corazón estaba hambriento. Conseguí una

concordancia de Crudence y busqué los

términos, "Espíritu Santo", "Espíritu del

Señor", "Espíritu de Dios". etc. Busqué

cada Escritura de la Biblia que tenía algo

que ver con el Espíritu Santo. Leí en

Jueces 6:34 que el Espíritu de Jehová vino

sobre Gedeón y en Jueces 14:6 cómo el

Espíritu de Dios vino sobre Sansón. Leí en

I Samuel 11:6, cómo el Espíritu de Dios

vino sobre Saúl. Leí en I Samuel 16:31,

cómo el Espíritu de Jehová vino sobre

David. Leí en Hechos 9:17 cuando Pablo

fue lleno del Espíritu Santo y en Lucas 4:1

cuando Jesús fue lleno con el Espíritu

Santo. ¡Mi corazón ardía! Yo necesitaba

algo. Yo necesitaba el bendito poder de


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Dios. Yo necesitaba la plenitud del

Espíritu Santo. No entendí todas las

Escrituras. Leí en Lucas 3:16 las

palabras, "Él les bautizará en Espíritu

Santo y fuego". Leí en Hechos 1:4 la

mención de la "Promesa del Padre". En

Lucas 24:49 encontré las palabras, "seáis

investidos de potencia de lo alto". En

Hechos 1:8 encontré, "del Espíritu Santo

que vendrá sobre vosotros". En Hechos

2:17 aprendí que "Derramaré de mi

Espíritu sobre toda carne", y en Efesios

5:18 encontré el término, "llenos del

Espíritu".

No estaba buscando la perfección de

impecabilidad ni trataba de dar nombre a

lo que Dios quiso darme. No tenía ningún

deseo de hablar en lenguas, ni tenía

ningún deseo de tener alguna experiencia.

Sólo quise que Dios trabajara en el corazón

de la gente mientras que yo predicara o

testificara. ¿Pudiera ser para mí? Sí, era

para Sansón, para Gedeón, para Torrey,

para Moody, para Billy Sunday, para


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Jonathan Edwards, para Muller, para

Whitefield, para George Fox, para

Christmas Evans, para Savonarola, para

Peter Cartwright, para John Rice, para

Bob Jones, para Lee Roberson, pero,

¿Sería también para mí? Yo no era más

que un predicador campesino. Puedo

recordar cómo mis ojos fijaron en Isaías

40:31 y Hechos 2:4 y Hechos 4:31. ¡Yo

estaba hambriento!

"Tengo qué tener resultados. Tengo

qué tener poder." Puedo recordar diciendo

a Dios, "No voy a ser un predicador

normal; no voy a ser un predicador

promedio; no voy a ser un predicador

impotente".

Noche tras noche andaba por los

boscajes de pino del este de Texas, por las

lomitas arenosas, rogando a Dios por su

poder. Si usted hubiera viajado por la

carretera 43 afuera de Marshall, Texas,

con rumbo a Henderson, Texas, en las

madrugadas de cualquier mañana, usted

me hubiera escuchado orando, "¿Dónde


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está Jehová, el Dios de Elías?" y rogando a

Dios que me diera su poder.

Estaba perdiendo peso. No pude

comer. ¡Lo que comía lo vomitaba! Mi

familia estaba preocupada por mí. Mis

diáconos se reunieron y me dijeron,

"Pastor, tiene que cuidar de sí mismo. Se

va a enfermar mucho".

Entonces llegó el doce de Mayo de

1950. ¡Toda la noche yo oraba! Al

amanecer caí postrado en la tierra y dije a

Dios que pagaría el precio, fuera lo que

fuera, por el poder de Dios. No sabía lo

que estaba diciendo. No sabía lo que eso

significaba.

En menos de cuatro horas el teléfono

sonó en nuestra casita pastoral. La

operadora dijo que era una llamada de

larga distancia para el Reverendo Jack

Hyles. Ella hizo la conexión y una voz dijo,

"Habla el Sr. Smith. Yo trabajo con su

papá. Reverendo Hyles, su papá acaba de

caer muerto con un ataque al corazón".


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Colgué el teléfono. No pude creer lo que

había oído. Unos pocos meses antes yo

había predicado a mi papá, pero yo era

impotente. No fue salvo. Le había

testificado, pero una vez y otra vez yo fui

impotente y él no fue salvo. Me había

prometido él el primero de Enero de 1950,

que recibiría al Señor Jesucristo como su

Salvador. Él nunca regresó. Por lo que yo

sé, él murió sin Cristo bajo las influencias

del alcohol. Viajamos a Dallas a la misma

funeraria donde fue embalsamado el

Presidente Kennedy cuando fue asesinado.

En el trece de Mayo de 1953, la tarde del

día de las madres, tuvimos un servicio

corto en la capilla. Seguimos después la

carroza unas cincuenta millas al sur a un

cementerio pequeño en la parte del

nordeste de Italy, Texas, donde fueron

sepultadas dos de mis hermanitas. Cerca

de un arroyo hubo un hueco en el suelo.

Bajaron el cuerpo de mi papá en la tumba.

Poco tiempo después regresé a aquella

tumba y caí postrado y dije a Dios que no


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iba a ser un predicador impotente jamás y

que no iba a dejar aquella tumba hasta

que algo me sucediera. No se por cuánto

tiempo me quedé allí. Pudiera haber sido

horas; pudiera haber sido días. Yo perdí

toda noción del tiempo. ¡No me convertí en

la perfección de la impecabilidad, ni hablé

en otro lenguaje, ni fui santificado

completamente, pero mi ministerio fue

transformado!

A Dios sea la alabanza, no ha

transcurrido un domingo desde aquel día

sin que no haya conversiones en las

iglesias en las cuales he pastoreado. Ya

hace más de 31 años, y aunque no soy el

predicador que debo ser, he visto el gran

poder de Dios una, otra, y otra vez. Más

de un cuarto de millón de personas han

pasado al frente de las iglesias las cuales

he pastoreado, profesando fe en Cristo. No

soy un gran predicador. No soy un gigante

de la fe. Solamente encontré que había la

manera que uno puede ser lleno con el

Espíritu Santo, hasta el punto que Él


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hable desde adentro mientras que yo

predique.

Sin embargo, una gran error que

muchos Cristianos cometen es creer que la

plenitud del Espíritu Santo es un

acontecimiento que ocurre una sola vez.

La verdad es que la iglesia nuevo

testamentaria fue llena con el Espíritu

una, otra y otra vez. Fueron todos llenos

con el Espíritu en Hechos 2:4, "Y fueron

todos llenos del Espíritu Santo, y

comenzaron a hablar en otras lenguas,

según el Espíritu les daba que hablasen".

Otra vez fueron llenos con el Espíritu en

Hechos 4:31, "Cuando hubieron orado, el

lugar en que estaban congregados tembló,

y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y

hablaban con denuedo la palabra de Dios".

Unos años después fui llamado a

pastorear a Miller Road Baptist Church de

Garland Texas. (Iglesia Bautista de Miller

Road de Garland, Texas.) Veintiún

personas votaron - 18 a favor mío, dos

votaron neutral, y uno votó indeciso. La


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iglesia disfrutó un crecimiento increíble.

¡Qué ministerio Dios nos dio, y cómo fue

bendecido por el poder del Espíritu Santo!

La iglesia creció tan rápidamente que fue

muy grande para mí y sentí que tenía que

renunciar. El 31 de Diciembre de 1954 fui

a mi estudio en la víspera del Año Nuevo.

Fui a solas con Dios y le dije que la iglesia

era muy grande para mí y que tendría que

renunciar y dejar que otro más competente

y capaz continuara el ministerio. Yo

estaría contento de irme a una iglesia

chiquita y empezar de nuevo. Escribí mi

renuncia, la puse en el piso de mi estudio

y dije a Dios que a menos que Él me diera

un poder nuevo yo tendría que leer mi

renuncia el 1 de Enero de 1955. No quería

renunciar, pues amaba a mi gente

muchísimo, pero no había otra opción.

Oré desde las 9:00 p.m. hasta las 10:00;

desde las 10:00 hasta las 11:00; desde las

11:00 hasta las 12:00; desde las 12:00

hasta la 1:00. Tiempo pasada la media

noche hubo un toque a la puerta de mi


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estudio. Fui a la puerta. Era uno de mis

diáconos. Él estaba llorando. Él dijo,

"Pastor, ¿Le sucede algo malo?"

Yo dije, "¿Por qué pregunta eso?"

Él dijo, "El Espíritu Santo me dijo que le

sucedía algo malo a mi predicador esta

noche. Llamé a su casa y me dijeron que

no sabían dónde estaba, así que pensé que

vendría al estudio. "¿Le sucede algo

malo?"

Le mostré la carta de renuncia y le dije

que Dios me iba a tener que dar algo más

de lo que tenía si me quedaba. Él dijo,

"Pastor, oremos." Oramos desde la 1:00

hasta las 2:00; desde las 2:00 hasta las

3:00; desde las 3:00 hasta las 4:00; desde

las 4:00 hasta las 5:00; y en algún tiempo

entre las 5:00 y las 6:00 de la mañana el

dulce poder de Dios cayó sobre nosotros, y

supe que Dios me había dado un poder

fresco, un aceite fresco, como dicho por el

Salmista en Salmo 92:10, "Pero tú

aumentarás mis fuerzas como las del


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búfalo; Seré ungido con aceite fresco".

Rompí mi renuncia. Mi diácono y yo

brincamos de gozo y nos abrazamos y

levantamos nuestras manos en alabanzas

santas a Dios. ¡Oh, los años dulces que

tuvimos después!

Luego, en diciembre de 1958, recibí

una carta desde Hammond, Indiana. Por

meses yo luché con la posibilidad de llegar

a ser el pastor de aquella iglesia del área

de Chicago. No quise irme, pero el Espíritu

Santo me guió en aquella dirección, y

llegué a ser el pastor de la First Baptist

Church de Hammond, Indiana en Agosto

de 1959. (Primera Iglesia Bautista).

Pronto los problemas aumentaron. La

iglesia y yo éramos diferentes. Parecía que

de ninguna manera yo podía continuar

pastoreando a aquella iglesia.

Estuve predicando por una semana en

el Bill Rice Ranch (Campamento cristiano

de Bill Rice). Cada noche luchaba con las

llamadas (peticiones) de otras iglesias para

que regresara a Texas. Parece que no era


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adecuado para la Primera Iglesia Bautista

de Hammond. El viernes en la noche no

pude dormir. El Espíritu Santo me evitó

que durmiera. Como a las 10:00 yo me

arrodillé para orar al lado de la cama en el

cuarto número 11 de Widner Inn (una casa

de huéspedes) en la Bill Rice Ranch. Dije a

Dios que iba a renunciar a la iglesia el

próximo domingo, pero Dios luchó conmigo

por toda la noche. Imploraba toda la

noche que Dios me diera algo que tuviera

que tener si me quedaba en Hammond.

Después de una noche de oración y una

noche de luchar con el Espíritu Santo,

aquel "algo" vino. Otra vez supe que fui

lleno del Espíritu Santo en una manera

nueva y fresca. Aceite fresco había venido.

El resto de la historia es una leyenda. La

gran First Baptist Church of Hammond

nació aquella noche.

Ya hace más de 21 años desde aquella

reunión de oración de toda la noche, pero

me encuentro otra vez y otra vez

necesitando una nueva plenitud de aceite


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fresco. Esa es mi única esperanza.

Necesito aquella voz hablando a la gente

mientras que yo predico. La necesito para

que hable desde adentro mientras que yo

testifico desde afuera.

Querido lector, usted también necesita

aquel poder; y usted también director de

coro, miembros del coro, maestro de

escuela dominical, obreros de autobuses,

maestro de escuela Cristiana, director de

escuela Cristiana, instrumentalista, obrero

de jóvenes, y obrero de escuela dominical;

y bendito sea Dios, ¡está disponible para

usted! Es para hijos e hijas, para

mancebos y viejos, para siervos y siervas.

¡Joel dice que es para toda carne!

¡Alabanzas al Señor!

¿No inclinaría su cabeza ahora?

Prométale a Dios varias cosas. Prométale

que va a ser limpio y se separará del

mundo. Prométale que va a vivir en su

Libro. Prométale que usted va a asegurar

que Él reciba todo lo que es suyo,

financiablemente y todas las demás cosas.


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Prométale que usted va a trabajar duro y

que va a ser fiel y leal a Él. Luego

prométale que va a orar y a implorar y a

luchar con Él. No le dé importancia tener

una experiencia, sólo dele importancia a

que el Espíritu Santo hable desde adentro

mientras que usted habla desde afuera.

Puede ser que aquel poder caiga sobre

usted la próxima vez que usted predique,

enseñe o cante. Puede ser que sea algo

gradual y que más y más usted tendrá

conocimiento de su presencia y poder

mientras que sirve. No le dé ninguna

importancia a la experiencia estereotípica

ni le de importancia pararse y tener qué

decir lo que le ha pasado.

Sólo que se entregue, se santifique,

viva en su Libro, ande con el Salvador; esté

limpio y puro, y ¡ore y ore y ore y ore hasta

que vea gente movida por la voz que habla

desde adentro mientras que usted habla

desde afuera! Cuando vea esto continúe

orando y continúe pidiendo a Él su

plenitud y continúe amándolo y continúe


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sirviéndole. ¡Corónelo, hónrelo y alábelo

hasta que se quite el velo y le veremos tal

como Él es!

Implorando el Poder del

Espíritu

Por Dr. Jack Hyles

Capítulo 14 de su gran libro "Conozca El Espíritu

Santo"

Lucas 11:8, 13, "Os digo, que aunque no

se levante a dárselos por ser su amigo, sin

embargo por su importunidad se levantará

y le darán todo lo que necesite. Pues si

vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas

dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más

vuestro Padre celestial dará el Espíritu

Santo a los que se lo pidan?"

Cuando una persona del medio Oriente

recibía una visita en su hogar, era


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costumbre ponerle comida en la mesa. En

los primeros trece versículos de Lucas 11

encontramos una visita llegando a la

media noche. El anfitrión, apenado, no

tenía nada que darle de comer, se fue a

casa de un amigo a media noche y le

preguntó si le podía pedir prestados tres

panes. El amigo y su familia ya estaban

dormidos; consecuentemente, él rehusó ser

molestado. El anfitrión, apenado, sin

embargo, no estaba dispuesto aceptar un

"no" como respuesta y continuaba

implorando pan. Aunque su amigo no le

dio pan simplemente por su amistad, el

versículo 8 revela que él dio pan por su

"importunidad." La palabra

"importunidad" quiere decir "rogar mucho."

Lo que no pudo obtener por una amistad lo

pudo obtener por continuar rogando. El

versículo 13 nos enseña que así se

representa el creyente rogando por el poder

del Espíritu Santo. Lucas 11:13, "Pues si

vosotros hijos, siendo malos, sabéis dar

buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto


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más vuestro Padre celestial dará el

Espíritu Santo a los que se lo pidan?" Note

la palabra "pidan" en el versículo 13. Esta

es acción duradera. Significa "continuar

pidiendo."

Note versículos 9 y 10, "Y yo os digo:

Pedid, y se os dará, buscad, y hallaréis;

llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel

que pide, recibe; y el que busca, halla; y al

que llama, se le abrirá." Las palabras

"pedid," "buscad," y "llamad" también

son acciones duraderas, ¡lo cual significa

que debemos pedir continuamente el poder

del Espíritu Santo!

Algunos dirán que el poder del Espíritu

Santo se obtiene tal como la salvación,

simplemente por fe. Hay una verdad

básica que necesita ser examinada

respecto a cuál de las funciones del

Espíritu Santo se obtiene

instantáneamente por fe y cuál se obtiene

por suplicación sincera. La respuesta se

determina si una función del Espíritu es A

nosotros y PARA nosotros o si es Su


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función POR MEDIO de nosotros PARA

CON otros. Estas funciones las cuales son

primordiales PARA nosotros como la

salvación, nos son dadas en respuesta a

nuestra fe. Sin embargo cuando el

Espíritu Santo decide trabajar POR MEDIO

de nosotros, y nos permite ser compañeros

con El para trabajar por otros, ¡es un

asunto distinto! Para que tengamos estas

cosas, El insiste en que haya sinceridad,

que demostremos a El nuestro intenso

deseo de pagar un precio más alto que la

fe.

Si una persona llega a la Primera

Iglesia Bautista de Hammond para ser

SERVIDA, él simplemente entra y le

ministramos. Si la misma persona está

considerando para un puesto en la iglesia

por lo cual él MINISTRA A OTROS,

tendremos un cuidado extraordinario

investigando sus antecedentes; queremos

referencias concernientes a sus créditos,

su servicio a Dios, su carácter, etc.

Cuando le ministramos A él, simplemente


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se presenta; cuando ministramos CON él,

tiene que pagar un precio y ser sujeto a

nuestro intenso escudriñamiento. Cuando

el Espíritu Santo NOS ministra (como en

la salvación), simplemente llegamos a Él

por fe. Cuando Él NOS ministra

enseñándonos la Palabra, guiándonos,

consolándonos, etc., simplemente llegamos

a Él por fe. Sin embargo, si deseáramos

ser usados como un instrumento DE Él,

hay un precio que tenemos que pagar. El

precio, claro está, incluye la separación y

pureza personal. Incluye, entre otras

cosas, una completa entrega a Cristo.

También incluye súplicas, o sea, rogando

por Su poder.

Es una cosa cuando un hijo pide a su

papá que lo lleve a alguna parte en el

automóvil de la familia; ¡es otra cosa

cuando aquél hijo pide usar el automóvil

de la familia!


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En la oración modelo, usualmente

conocida como la Oración del Señor,

existen varias cosas por las cuales

debemos pedir. Primero debemos pedir

por el pan del día. La mera verdad, es que

el pan del DÍA nos enseña que

simplemente lo pedimos y lo recibimos.

Entonces se encuentra la oración para

perdón. Dios nos ofrece el perdón por una

súplica sincera de fe. Luego debemos

pedir protección de la tentación y la

liberación de lo malo. Todo se recibe en

respuesta de nuestra súplica sincera.

La lección sobre la oración, sin

embargo, no termina con Lucas 14:1-4.

Sigue a la discusión del anteriormente

mencionado anfitrión el cual se avergonzó

por no tener pan cuando llegó su amigo a

medianoche. Cuando uno reciba pan por

sí mismo, él simplemente puede pedirlo de

su padre. Cuando él trabaja en la

panadería, él tiene que pagar un buen

precio de limpieza, pureza, y suplica. Dios

no nos permitirá entrar en Su obra


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primordial, y él no nos impartirá la

plenitud de Su Espíritu Santo para ganar a

otros hasta que hayamos probado nuestra

pureza y sinceridad.

Cuando nuestro hijo David fue un

adolescente, él podía recibir su comida en

la mesa sólo por decir, "Papá, pásame la

carne, por favor. Pásame el pan, por

favor." Sin embargo, un día, "Papá,

¿pudiera tener $20.00? Quiero llevar a mi

amiga a un restaurante para comer un

filete." Pues, él consiguió los $20.00, pero,

no tan fácil como él consiguió la carne y el

pan cuando él dijo, "Pásame la comida."

Yo dije, "¡Veinte dólares! ¿Qué vas a

hacer, comprar a aquella amiga una vaca?"

Él dijo, "Oh, venga, papá. Eso es algo

especial. Por favor, dame los $20.00 para

que pueda llevar a mi amiga al restaurante

a comer filete."

Yo dije, "¿Cuándo vas a ir? ¿A dónde

vas a ir? ¿Por qué vas a ir? ¿Con quién

vas a ir?" Entonces respondí, "Hijo, tengo


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que pensarlo." El continuaba rogando e

implorando. Finalmente me di cuenta que

era muy importante para él y le di los

$20.00. Fue sencillo para él conseguir pan

por sí mismo, pero, cuando yo le di lo que

él necesitaba para que él diera de comer a

otro, fue un asunto distinto.

Cuando empleamos una persona para

trabajar en la Primera Iglesia Bautista de

Hammond, se requiere que sea limpia; se

requiere que sea fiel. Tienen que compartir

nuestras creencias. Tiene que

convencerme de su intenso deseo de

trabajar conmigo y para mí.

Cuando Dios emplea a una persona

para trabajar en Su obra, Él también

requiere que aquella sea pura, fiel, que

esté de acuerdo con las doctrinas

verdaderas de la fe, y que esté de acuerdo

con lo que Dios ha escrito en Su Libro.

Por eso el entregarse a Él y el orar por

Su poder es constantemente necesario.

Cuando el Espíritu Santo le ministraba a


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usted, Él lo hizo en respuesta a su fe

sencilla. Cuando El ministra con usted, Él

requiere que usted pague un gran precio

en su vida personal y en su súplica.


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¿Quién es el Editor Hno.

Samuel Gaddis? 2014

Soy Contratista de Aíre acondicionado y

constructora de casas (ya jubilado). ¡No

soy pastor! Trabajo solo, no hay obreros.

Tengo 81 Años de edad. Después de años

siendo religioso en una iglesia que no

enseñó claro la necesidad de nacer de

nuevo -- fui salvo en una Iglesia Bautista a

la edad de 21 años. Fui diácono y maestro

de escuela Dominical por más que 35

años. Me gustaba ganar almas en la

cárcel. Aprendí el español a la edad de 52

años, para ministrar el evangelio.

El nombre "BIBLE MISSION

FELLOWSHIP" Y "Editorial Gran

Comisión" aparece en libros, sobres y

cursos es nombre de mi ministerio, no

significa iglesia.

En el año 1962 (más o menos) aprendí

del utilidad y poder de literatura y de la

necesidad por literatura en español.


Editorial Gran

Comisión


Compré mucha literatura y en el año 1992

es cuando hice el primero libro impreso.

Al leer los libros, sabrás porque escogí

los sermones de Dr. Tommy Ashcraft para

imprimir, más que nada tuve permiso y

disponible 300 mensajes en casetes para

seleccionar.

Hoy en día Dios me ayuda, mando

más que 40,000 libros por año a hermanos

e iglesias, México y a presos en 95

prisiones en California y por USA.

Yo predico en el campamento de

detención de la `Migra' en la ciudad de El

Centro CA, un servicio cada semana. En

este corralón se encuentra más que 575

hombres detenidos de varios países. Hoy

en día; hagamos los servicios en la

comedora de la cocina. Cada semana veo

salvos nuevos. Ya cumplí 23 años de

hacerlo.

Estoy haciendo la Escuela por

correspondencia con "Escuela Gran


Editorial Gran

Comisión


Comisión" (6 cursos) con cuestionarios

para 6 de los libros.

He predicado cada sábado y domingo

por 5 años en 2 prisiones del estado. Ya

no tengo las fuerzas para hacer esto.

Hermano Sam ¡Por la Gloria de Dios!

Dios te Ama

El día 25 de Septiembre del 2013, Dios

llamó a su presencia el Hno. Sam Gaddis,

editor de la Editorial "Gran Comisión".

Gracias a Dios por el ministerio del hno.

Sam Gaddis. En lo personal fue de gran

bendición a través del material impreso

que nos hizo llegar.

Pastor Norberto Sánchez


Editorial Gran

Comisión


Libros Ofrecidos Damos gracias a Dios por el ministerio del Hno. Sam Gaddis, y bajo su

permiso se han dispuesto vía electrónica los libros; pero por causa de su

partida con el Señor, libros físicos no hay, pero rogamos de sus oraciones el

poder distribuir este material en su formato físico próximamente.

Más Libros Ofrecidos:

Folleto # 1 "Jesucristo Salva", “Un Gran Folleto”, El Plan Claro De La Salvación.

Folleto # 2: “La Segunda Venida De Jesucristo"

Libro # 2: "Empezando A Ser Un Discípulo De Jesucristo", Por Dr. Tommy

Ashcraft:

Libro # 3: "Principios De La Vida Cristiana", Por Dr. Tommy Ashcraft:

Libro # 4: "Amor", Por Dr. Tommy Ashcraft, “Claves Fundamentales Para El

Éxito" En Toda Relación.

Libro # 5: "Tenga `Victoria' Sobre El Diablo Y El Pecado", 5 Sermones Por Dr.

Ashcraft, Dr. Curtis Hutson, y Dr. J. R. Rice

Libro # 6: "El Fuego Del Ganador De Almas",Por Dr. J. Rice, Animando Al

Cristiano A Ganar Almas

Libro # 8: "La Oración: Pedir Y Recibir", Por Dr. John Rice, Indispensable Para

Cada Cristiano.

Libro # 9: "La Oración: Ayunar", Por J.R. Rice.

Libro # 10: "El Espíritu Santo Y Su Obra", Por Dr. Jack Hyles / 12 Capítulos

Seleccionados De Su Gran Libro Con 35 Capítulos, "Conozca El Espíritu Santo".

Libro # 11:"La Plenitud Del Espíritu”, Por Tres Pastores: Dr. John R. Rice, Dr.

Curtis Hutson, Dr. Jack Hyles.

Libro #12: “El poder de la oración: La Oración Con Poder”, Por el R.A. Torrey

Enseñanza #1: “Corrige A Tu Hijo”, Pastor David Cortes.

Todos disponibles en la página web:

www.icbf.com.mx/literatura

http://www.icbf.com.mx/literatura

libro 11 'la plenitud del espíritu

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