| Una publicación gratuita distribuida en las colonias de la delegación Benito Juárezciudad de méxico | año 9 | nº 95 | Mayo de 2011

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¿Quién esLety Varela?

7 DBJ, sin'barrios

mágicos'

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¡Viva el Madrid!Pero no el equipo de futbol, sino el colegio que fue fundado en un cas-tillo legendario de Mixcoac por los exiliados republicanos españoles en 1941, hace justamente 70 años.

6VESTIGIOS

Tlaxcala, la insólita A sólo 80 minutos de la capital por magnífica autopista se encuentra la ciudad más antigua de la Nueva España, que conserva tesoros de arte, historia y sabor inigualables.

4CERCANÍAS

ANIVERSARIO8 H

ace casi cuatro años, los vecinos de la colonia Tlaco-quemécatl del Valle dieron una resistencia histórica de

más de ocho meses y lograron impedir la perforación de un pozo hidráulico en pleno parque de San Lorenzo, un espacio público protegido por la Ley de Salvaguarda del Patrimonio Urba-nístico de la capital. Fue un hito de la participación ciudadana en la delega-ción Benito Juárez. Desde entonces, el despertar de los residentes juarenses se ha manifestado cada vez con ma-yor decisión en una serie de luchas y movilizaciones que han alcanzado lo-gros muy importantes. Uno de ellos, hartamente simbólico, fue la clausura y demolición de la torre de departa-mentos que se pretendía construir en Millet 72, dentro del Parque Hundido, predio que fue adquirido por el GDF y que acaba de ser reintegrado al par-que como una zona enjardinada con una rampa de acceso para personas con discapacidad. En esa misma ca-lle los vecinos lograron la clausura, también, del edificio de Millet 39, en cuya construcción según la Seduvi se violaron las normas y se utilizaron documentos apócrifos. Ahora esperan su demolición. En Narvarte Oriente, en noviembre pasado, los vecinos rea-lizaron marchas y plantones para obli-gar al gobierno capitalino a reubicar un módulo de retorno de la línea 3 del Metrobús en la avenida Diagonal San Antonio. La autoridad tuvo que ceder y llevó su proyecto al lado Poniente, so-bre la misma avenida, donde los resi-dentes se organizaron para impedirlo

Millet 72

Despiertan los vecinos

y en diciembre sufrieron una desme-dida y absurda represión policíaca. La amplia difusión de este hecho, obligó al GDF a negociar con los vecinos una serie de 20 compromisos, entre ellos medidas de mitigación, firmados ante notario. También se logró la asigna-ción de cinco millones de pesos para el rescate y remodelación de la Plaza Gómez Farías, en San Juan Mixcoac; la supresión de un circuito de retorno del Metrobús en la colonia Nochebuena y la suspensión de una construcción de 78 departamentos en Trípoli 515, en Portales, por no cumplir con las espe-cificaciones legales. Y finalmente, la movilización vecinal obligó al jefe de Gobierno Marcelo Ebrard a dar marcha atrás en la insólita venta en 18.4 millo-nes de pesos de una cuadra de la calle Rébsamen, en la colonia Del Valle, a la Comercial Mexicana.

8INSITU

Diagonal San Antonio

Rébsamen

Ocho años En más de un sentido hemos crecido juntos. Cuando Libre en el Sur nació, hace ocho

años, lo hizo con el objetivo concreto de ser “el medio de tu comunidad”, como reza nuestro lema. Es decir, nos motivó la idea de hacer un periodismo comunitario

involucrado con la problemática, la historia, las tradiciones, los anhelos, los logros de quienes vivimos en Benito Juárez, capaz de aportar algo a la formación de lo que llamamos una identidad juarense. Un periodismo comprometido e independiente que ha implicado inclusive represalias e intentos de censura. En aquel 2003 la participación ciudadana en nuestras colonias era poco menos que nula. Con el paso de los años esto ha cambiado. Hoy, a la par de que nuestro periódico mensual adquiere mayor presencia y prestigio, hay un ánimo de participación notable, que cada vez más se traduce en esfuerzos vecinales, en movilizaciones y afortunadamente en logros. Por eso dedicamos este, nuestro número de Octavo Aniversario, a las más significativas batallas cívicas de los juarenses. Hoy lo festejamos con ellos, con ustedes. Nos importa seguir creciendo juntos.

2libre en el sur | Mayo de 2011

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Libre en el SurNú­mero Noventa y cincoMayo de 2011DirectorFrancisco Ortiz PinchettiSubdirector Francisco Ortiz PardoCoeditores gráficosAna Sofía Bernal Víctor Durán ReporterasErika de la CuadraMarta Watts Mier Servicios fotográficosAgencia CuartoscuroAsesores de ventas Elena Pardo S. Guadalupe González Diseño Kimera

OficinasMillet 83-514, colonia Insurgentes Extremadura, delegación Benito Juárez, C.P. 03740, México, D.F. Teléfono: 5611-6090.Correo: libre_sur@yahoo.com.mx www.libreenelsur.mx

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La ciudad de Tlax-cala, capital del es-tado más pequeño de la República Me-

xicana, es lo inesperado. Por principio de cuentas se ubica a un paso de la capital del país, en una travesía de apenas 80 minutos a través de una magnífica autopista. Luego, descubrirá que esta es la ciudad más antigua de la Nueva España, fundada en 1525 por órdenes del Papa Cle-mente VII, y en cuya catedral se guarda el primer púlpito y la primera pila bautismal del virreinato. También tiene la plaza de toros más antigua de América y una serie de vestigios prehispánicos y co-loniales sorprendentes. Por si todo eso fuera poco, resul-ta que mayo es el mes ideal para visitar este relicario: el mes dedicado a la Virgen de Ocotlán, cuyo santuario está en las goteras de la ciudad.

Le recomendamos iniciar un recorrido en el mero zó-calo, alrededor de la cual se localizan los edificios civiles y religiosos más relevantes. En el centro sobresale un be-llo kiosco que data del siglo XIX., y la fuente de la Santa Cruz, que fuera regalo del rey Felipe IV en 1646. Fren-te a la plazuela se ubica el Palacio de Gobierno, edificio originalmente dividido en tres edificios: Alhóndiga, en la que se almacenaban gra-nos; Ayuntamiento y Casas Reales, que alojaban a los virreyes y personajes impor-tantes a su paso por Tlaxcala.

También alineada al zócalo se halla la Capilla Real de Indios, que hoy en día fun-ge como Palacio de Justicia. Llama la atención por haber sido la primera de América; su edificación inició en 1528, aunque después experimen-tó varias remodelaciones. Aún conserva dos relieves tallados en piedra con los es-cudos de Castilla y León y de Austria. Desafortunadamen-te, a causa de un incendio y posteriormente de un terre-moto debió ser desalojada y

permaneció así hasta su res-tauración en 1984.

La Parroquia de San José es otro de los edificios que vale la pena visitar. Su cons-trucción se realizó entre los siglos XVII y XVIII. La fa-chada es ejemplo del estilo barroco Palafoxiano, y se ca-racteriza por su decoración a base de ladrillo recortado, azulejo y argamasa. Por su parte, la capilla dedicada al Niño de Tlaxcala es muy vi-sitada por los milagros que se le atribuyen y que le son

agradecidos ofrendándole juguetes. El icono de la ciu-dad quizá sea el Portal Hi-dalgo, construcción que data del siglo XVI y que fue idea-do para albergar el mercado de productos importados de España y de otras partes del mundo. Hoy en día, bajo los 28 arcos que lo caracterizan se alojan los restaurantes de comida típica más tradicio-nales de Tlaxcala y en los que se pueden probar las delicias de la mestiza cocina tlaxcal-teca, como mixiotes de car-

nero, cerdo en pulque, mole prieto, chileatole, tlatlapas, tlatloyos y pollo Calpulalpan, además de los tradicionales buñuelos con requesón y miel de piloncillo.

A unos minutos a pie, so-bre la calzada de San Fran-cisco, se llega a la catedral de Nuestra Señora de la Asunción, antiguo convento franciscano del siglo XVI y sede del primer obispado de la Nueva España. Posee dos atrios, uno de ellos delimita-do por tres arcos que lo unen al campanario, separado del conjunto conventual. Anexo al templo se halla la Capilla Abierta, edificación de esti-lo gótico levantada en 1539, especialmente para llevar a cabo la tarea de evangelizar a los naturales de la zona, habi-tuados a adorar a sus dioses al aire libre. Muchos asegu-ran que este fue el sitio en el que se celebró la primera misa pontificia. Finalmente, la plaza de toros Jorge "El Ranchero" Aguilar, aledaña a Catedral, es considerada una de las más hermosas de México. Construida con ma-teriales como adobe, tepetate y xalnene, cada año es sede de la Feria de Tlaxcala, que se lleva a cabo durante la úl-tima semana de octubre y la primera de noviembre. Salga del DF por la autopista Méxi-co-Puebla y en San Martín Texmelucan tome la desvia-ción a Tlaxcala.

Antonio Machuca

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A sólo 80 minutos de la capital por magnífica autopista se encuentra la ciudad más antigua de la Nueva España, que conserva tesoros de arte, historia y sabor inigualables.

Tlaxcala, la insólita CERCANÍASCERCANÍAS»»

La Virgen de Ocotlán

Mayo está dedicado en Tlaxcala a la Virgen de Ocotlán. En las afueras de la ciudad se localiza la bellísima Basílica a ella dedicada, una de las máximas exponentes del arte barroco mexicano, que fue levantada entre los siglos XVII y XVIII. Lo más notable es el Camerino de la Virgen, habitación ubicada en la parte posterior del altar en la que se viste a la ima-gen durantes las festividades mayores. La leyenda cuenta que la Santísima Virgen se le apareció en medio de un bosque de ocotes a un indígena de nombre Juan Diego, apenas diez años después de las apariciones de la Guadalu-pana, cuando una epidemia diez-maba a la población. La Señora le indicó el lugar exacto donde encontraría un pozo cuyas aguas sanarían a sus compatriotas, lo cual en efecto ocurrió. Junto al borbotón de agua encontraron un ocote en llamas, en cuyo interior, al ser derribado, fue encontrada la imagen de la Virgen que hasta la fecha se venera, primero en la capilla de San Lorenzo y actual-mente en la basílica. El clímax de las fiestas ocurre el tercer lunes de mayo, cuando se efectú­a una peregrinación que dura toda la noche.

La Capilla Abierta

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EL PRI-DF, SEGUNDA FUERZA POLÍTICA POR SUS PROPUESTAS Y TRABAJO DE LA BASE

A partir de las eleccio-nes del 2009, en que el Partido Revolucionario Institucional del DF

aumentó su votación en 80%, se inició la recuperación de este instituto político, que hoy se pre-senta como la segunda opción importante, de cara al 2012.

Para el arquitecto Jaime Aguilar Álvarez, en su calidad de dirigente del PRI en el DF, la recuperación que ha tenido el partido no es casual, sino resul-tado del trabajo de la militancia y del Comité, basados en la uni-dad.

Pero ¿Cuál es ese trabajo del que habla el presidente de este partido que ha reposicionado al PRI como segunda fuerza?

El dirigente nos explica que, dentro de su partido, en los úl-timos tres años se han llevado a cabo más de cien elecciones internas, contando con la de di-putados federales, locales, dele-gados, etc.

Dentro de la pluralidad que existe en el partido, estas elec-ciones que se dan de manera interna con grupos y corrientes diversas, han privilegiado el diá-logo y los acuerdos erradicando conflictos o hechos de violencia entre compañeros al interior del partido.

Lo anterior, ha dado como resultado generar confianza en la gente, convencerlos de que somos capaces de gobernarnos al interior y que estamos prepa-rados para gobernar la ciudad.

¿Pero qué otros factores han influido en el crecimiento elec-tora del PRI en la capital?

Al respecto, el arquitec-to Jaime Aguilar nos explica: este avance también tiene otros factores que han dado consis-tencia al trabajo ideológico de nuestro partido, como la oferta política que le presentamos a la sociedad, y que se basa en una plataforma que responde a los intereses de la comunidad por-que está elaborada con propues-tas de la misma sociedad, y que responde – principalmente a sus intereses.

La labor de nuestro parti-do es cotidiana en todas sus delegaciones, con sus sectores, sus organizaciones, con toda nuestra estructura territorial, que ha tenido el respaldo de una dirigencia nacional, que ha realizado un espléndido trabajo con resultados favorables en el ámbito federal.

¿Cuál es el sustento para afirmar que este se ha consti-tuido en la segunda fuerza en la capital?

Sobre el particular el líder del PRI-DF comenta: bueno, esto es algo que no lo inventa-mos nosotros, pues han sido los medios de información a través de 7 encuestas y varios estudios de opinión que hacen de forma periódica y que ha reconocido el propio jefe de Gobierno del DF, aunque debo decir que las estadísticas sólo representan la realidad del momento. Nuestro trabajo debe seguir siendo per-manente.

Sobre estos factores que pudieran beneficiar al partido, como la figura de Peña Nieto, el arquitecto Jaime Aguilar dijo que hay varios elementos que en algún momento nos pu-dieran favorecer, pero no es la figura del gobernador lo que le ayuda al PRI, sino la buena gestión que ha llevado a cabo en su entidad, lo que genera la confianza en la gente hacia no-sotros.

También quiero señalar que los malos gobiernos, como el del PAN a nivel federal, y el del PRD en la ciudad, propician inevitablemente que se compa-ren sus resultados con los de un partido creador de institucio-nes, que siempre ha garantiza-do la paz social y la gobernabi-lidad, como es el PRI. ARQUITECTO JAIME AGUILAR ALVAREZ

Era en Mixcoac un cas-tillo de leyenda. Esta-ba ubicado en un pre-dio de 7,476 metros

cuadrados, rodeado por tres líneas ferroviarias. Un chalet de verano en la época porfi-riana, estilo suizo afrance-sado de tres pisos. Quedó dañado tras la Revolución Mexicana y abandonado a su suerte; después se alquiló como vivienda. El 24 de abril de 1941, según consta en es-crituras, fue comprado por José Andreu Abelló a Hugo Scherer en 120 mil pesos. Se adaptó como plantel educati-vo y el 21 de junio de ese año abrió sus puertas como Cole-gio Madrid, una institución liberal y humanista fundada por los exiliados republica-nos españoles. Eso es lo que cuenta María Alba Pastor en el libro al que tituló con la primera frase del himno que desde hace 70 años entonan los alumnos del Madrid: Los recuerdos de nuestra niñez (1991).

En 1979, la leyenda del castillo y sus historias se trasladaron con el colegio mismo a unos terrenos bas-tos, viejos ejidos de la zona de Coapa, que fueron dona-dos por el gobierno de José López Portillo, que destruyó el inmueble de Mixcoac para poner en su lugar la horren-da estación del Metro. Quie-

nes éramos de nuevo ingreso envidiábamos a los que no lo eran por haber tenido el privilegio de tomar clases en un salón que, decían, te-nía un pastel pintado en el techo. Por mucho tiempo traté de imaginarme cómo era ese pastel. Heredé sin embargo algunas costum-bres del castillo, que a su vez los españoles habían traído del Instituto Escuela de la ciudad de Madrid, donde los republicanos promovieron una educación de libre pen-samiento. Como las “viñe-tas”, que eran –son— unos dibujitos que cada día, antes que cualquier otra cosa, de-bíamos trazar los alumnos de Primaria en una libreta francesa a cuyo lado anotá-bamos las condiciones cli-máticas del día. Abajo escri-bíamos una “composición” con el tema que libremente elegíamos. Ese es el tipo de educación que ha caracteri-zado al Madrid desde hace 70 años.

El “castillo” del Madrid estaba apenas separado de otro “castillo” –el del Cole-gio Williams, de educación tradicional inglesa-- por la callecita de Empresa. En rea-lidad ambos castillos forma-ron parte en otra época de la

magna residencia de verano de José Ives Limantur, el secretario de Hacienda de Porfirio Díaz. Margarita Vi-llaseñor Ponce, profesora de la UNAM y ex alumna del Madrid, recuerda: “Y había un castillo y tenía una histo-ria. Era un castillo precioso que tenía sus cuatro torres, una gran entrada con el te-cho muy alto y una bellísima escalera. La madera de sus pisos rechinaba cada vez que pasábamos como si quisiera contarnos su historia. Estaba rodeado de altísimas palme-ras y grandes árboles, aún conservaba algunos de los jardines que seguían siendo muy grandes y debieron ser más, porque ya se habían construido muchos salones alrededor”. Otro ex alum-no, Javier García Galiano, escribió en Nosotros ahora, revista oficial del colegio: "Durante muchos fines de semana de los años sesen-ta, ahí se filmó En el balcón vacío, de Jomi García Ascot. Se decía que los sótanos del colegio conducían a una red de subterráneos, en cuya ex-ploración clandestina había desaparecido un alumno de nombre desconocido, por medio del cual podía llegarse a las alcantarillas de avenida

Revolución o al castillo del Colegio Williams”.

El primer director del co-legio fue Jesús Revaque. Ori-ginalmente, los empleados, profesores y alumnos eran españoles y lo financiaba el gobierno republicano en el exilio. El programa de feste-jos por el primer aniversario del colegio, el 25 de junio de 1942, publicado en febrero pasado en un artículo de Carta de España, es muestra de los fuertes vínculos que mantenía la comunidad del colegio con el país ibérico: El Dragoncillo, entremés de Calderón; un viaje lírico por el folklore de varias regiones españolas, interpretaciones de La del Manojo de Rosas, Alma asturiana y La verbena de La Paloma; recitaciones de romances y poemas de Juan Ramón, Machado y Enrique de Mesa y una escenificación de El mancebo que casó con mujer rica del Infante Don

Juan Manuel. “El deseo de retorno era entonces una ilusión y no un espejismo”, se escribió en esa revista del gobierno español. “En esos primeros años, gracias a los fondos honestamente administrados del gobier-no republicano, cientos de niños y niñas pudieron comer a diario en las ins-talaciones del colegio. De los 460 alumnos en 1941, 50 en el Jardín de Niños y 390 en Primaria, se pasa a 160 y 725 en 1947. Pese a lo político de sus orígenes, ni la mínima sombra de adoctrinamiento perturba la indiscutible calidad de la enseñanza y comienza a gestarse un sentimiento de hermandad entre los alum-nos que aún hoy perdura. No en balde el himno del colegio comienza pidiendo que “los recuerdos de nues-tra niñez han de ser siem-pre para el Madrid”.

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La cuna del Colegio Madrid

Hace 70 años se abrieron las puertas de un bello edificio porfiriano de estilo suizo para dar educación a los hijos de los exiliados re-publicanos españoles. Los niños estudiantes lo llamaron El castillo.

Francisco Ortiz Pardo

Para Lua

Breves zonales

Sigue la destrucción

La legendaria casona que durante décadas ocupó la

Antigua Fonda Santa Anita en la avenida Insurgentes 1038, todo un símbolo de la gastronomía mexicana en la colonia Insur-gentes San Borja, fue víctima de una sigilosa “destrucción hormiga” antes de que la De-legación Benito Juárez actua-ra para detener su demolición. El inmueble luce así, irreme-diablemente dañado. Otro.

Balconea GDF datos de vecinos

Mientras la tuneladora “La rielera” avanza sigilosa por

el subsuelo juarense rumbo a su destino final en la estación Mix-coac, los trabajos de superficie de la línea 12 del Metro se acele-ran para permitir la reapertura vial del Eje 7 Sur, concretamente en su tramo correspondiente a la avenida Félix Cuevas, a fina-les del presente mes de mayo o principios de junio. ¿Será?

Las propuestas delegacio-nales para la instauración de 21 Barrios Mágicos en el Distrito Federal con el apoyo de las secretarías de Turismo federal y local, no incluyen ninguna ubica-ción en el perímetro de la delegación Benito Juárez, pese a contar con nume-rosos barrios originarios como Xoco, Santa Cruz Atoyac, Tlacoquemécatl, San Lorenzo Xochimanca, San Simón Ticuman, No-noalco, San Juan y desde luego Mixcoac, además de importantes monumen-tos coloniales e históricos. Simplemente las autorida-des delegacionales no los propusieron.

Por lo pronto la Villa de Guadalupe, Garibaldi y la zona Roma-Condesa, ubi-cados en las delegaciones Gustavo A. Madero y Cuau-htémoc, serán los tres pri-

meros Barrios Mágicos Tu-rísticos del DF, que a más tardar el 30 de junio de este año recibirán esa categoría, según informó el director general de Programas Es-tratégicos de la Secretaría de Turismo local, Juan Car-los Arnau.

Hasta ahora se tienen 21 propuestas de sitios para adquirir el nombramiento. Hace unos días, el secreta-rio de Turismo del gobierno capitalino, Alejandro Rojas Díaz Durán, precisó que va-rias delegaciones políticas han entregado sus proyec-tos de Barrio Mágico Turís-tico con sus respectivos po-lígonos, entre ellos, además de los mencionados, San Ángel, el centro histórico de Coyoacán, Garibaldi, Santa María la Ribera, la Zona Rosa, Culhuacán, la zona de reserva ecológica de Los Dinamos, Santa Julia, Ta-cuba y Tacubaya, además de La Merced.

Dejan a BJ sin ‘Barrios mágicos’

VESTIGIOSVESTIGIOS»»

Staff / Libre en el Sur

Alumnas en el castillo de Mixcoac (1960)

Mixcoac, ignorado

Foto

Gua

dalu

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Representantes vecinales denunciaron la publicación

ilegal de sus datos personales en la página oficial del gobierno del DF e interpusieron una queja ante la Comisión de Derechos Humanos por esa acción que, dijeron, vulnera su integridad y la de sus familias. El GDF retiró de su Web la información, final-mente, aunque el daño ya esta-ba hecho.

Reabren Félix Cuevas

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A sus 92 años de edad, María Belia R. Pala-cios es ejemplo de la resistencia vecinal

frente a los abusos y las co-rrupciones que han afectado por largo tiempo la vida de la comunidad juarense. Hace 12 años, aportó su esfuerzo y entusiasmo a la movilización de residentes de la colonia Vértiz Narvarte contra una gasolinera, que finalmente fue impuesta en la esquina de Petén y Ángel Urraza a pesar de una tenaz lucha que duró seis meses. Tras la frustración y el desgaste co-lectivo, ella no se amilanó. Así fue que cuando su vecina Lucila Walbey –con quien ha-bía compartido aquellas bata-llas— la invitó el mes pasado para que con su hermana María de los Ángeles, de 90 años, se sumara a la nueva lucha contra la venta de un tramo de la calle Rébsamen, en la colonia Del Valle, no dudó en acudir. Y pudo con-firmar –se sabe por su sonri-sa tierna— que en las causas vecinales se siembra y se co-secha.

A principios de abril, en efecto, habitantes de la co-lonia Del Valle descubrie-ron una operación con la que el gobierno de Marcelo Ebrard vendió, de acuerdo con el decreto publicado en

la Gaceta Oficial del DF el 30 de noviembre del 2010, un tramo de la calle de En-rique Rébsamen a la tienda Mega Comercial Mexicana, ubicada en la esquina que forma esa venita vial con

la calle de Pilares. Lucila Walbey, Teresa Alcántara, Benjamín Vázquez y Pa-blo Niebla denunciaron ante el Ministerio Público la afectación sin permiso de la banqueta frente al

supermercado, mientras que María Cortés Guzmán, coordinadora del Comité Ciudadano Del Valle 6, entregó a Marcelo Ebrard la protesta formal contra la venta increíble. La me-

cha prendió de inmediato: Acudieron coordinadores e integrantes de comités de otras colonias y el propio Consejo Ciudadano Delega-cional. Lograron que inclu-so en Semana Santa sus ac-ciones fueran ampliamente reportadas en medios de comunicación impresos y electrónicos. Los diputados Federico Manzo Sárquis y Fernando Rodríguez Doval denunciaron enérgicamen-te la “ilegalidad” del GDF. El líder local del PRI, Car-los Pineda, declaró a Libre en el Sur que el jefe de Go-bierno escondía “intereses” en la transacción. Frente a las manifestaciones, Ebrard pasó de considerar su ope-ración como “legal” a darle la razón a los inconformes, y tal cual decidió regresar su dinero a la Comer.

Rébsamen ha sido reabier-ta al tránsito vehicular. Los vecinos, sabedores de que esa calle es suya, de todos, desafían a los automovilistas y se plantan en medio para tomarse la foto del recuerdo. Doña María Belia no aban-dona la sonrisa de la misión cumplida y frente a la cáma-ra levanta el brazo en señal de victoria. Pero confiesa con voz leve y tímida: “No me gustan las entrevistas”.

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¿Vas a Rébsamen o a la comer?La rotunda reacción vecinal ante la venta de una calle de la colonia Del Valle obligó al jefe de Gobierno del DF a recular y devolver el dinero pagado por la transacción

Staff / Libre en el Sur

En las postrimerías de abril pasado surgió un nutrido movimiento

vecinal en la colonia Portales que ya colabora con el Conse-jo Ciudadano Delegacional en la realización de un catá-logo documentado de cons-trucciones irregulares en la demarcación juarense.

El caso que detonó la pro-testa fue el del predio marca-do con el número 522 en la calle de Trípoli. Residentes de la colonia Portales Norte entregaron a Libre en el Sur un expediente con docu-mentos sobre las presuntas irregularidades. Entre los oficios que aportaron para sostener sus acusaciones, están los del director de De-sarrollo Urbano de la Delega-ción Benito Juárez, Ramón Díaz Jiménez, en que se in-forma que la obra no contó con licencia de construcción especial por demolición, li-cencia y/o manifestación por obra nueva ni certificado de uso de suelo. En cambio, a los constructores sólo se les otorgó licencia para repara-ción y modificación, pues ahí existía una casa de un piso y un cuarto de azotea. (Oficios CS/0661/10 y CS/0662/10 con fecha de octubre 28 del 2010; CS/0704/10, del 23 de noviembre del 2010 y CS/0127/11 y CS/0128/11, del 18 de febrero del 2011).

En tales documentos se señala que se planean cons-truir siete pisos (sótano, se-misótano y cinco) en zona de uso de suelo de tres niveles, de acuerdo con el programa de Desarrollo Urbano Dele-gacional. En el mencionado predio, además de una casa sencilla, había varios árboles de entre 15 y 20 metros de altura, que de acuerdo a los vecinos fueron talados en-tre el 7 y el 10 de agosto del 2010. Los vecinos aportaron fotografías de los árboles que

fueron retirados del predio... sin permiso. Con otras imá-genes respaldan su dicho de que no se cumplieron las normas de construcción: la colindancia con los edificios de los lados es mínima, ape-nas de cinco centímetros; y en el muro del descanso del primer nivel se ha roto el tabique, como se aprecia en una grieta que atraviesa des-de el exterior hacia el depar-tamento de una vecina.

Por otro lado, el diputado panista Federico Manzo so-licitó la intervención de las autoridades delegacionales a fin de que suspendiera la construcción de cimientos en el predio ubicado en la calle Trípoli números 513 y 515, ya que los vecinos denunciaron que no exhibía la manifesta-ción de construcción corres-pondiente. En consecuencia, la DBJ procedió a la suspen-sión de la obra, del grupo in-mobiliario Rouz, la mañana del lunes 25 de abril. A unas cuadras de ahí, hace unos meses también fue clausura-da una construcción de Rouz,

después de que el 16 de junio murió una mujer de 31 años de edad al ser golpeada por una pala mecánica operada de manera aparentemente irregular. Ella caminaba por la banqueta, de regreso a su casa con las tortillas que re-cién había comprado. Al pa-sar frente a la obra de Balboa 206, fue repentinamente lanzada a varios metros por una pala mecánica que era utilizada en la construcción. Inmediatamente, de acuerdo a la versión conocida por su hermano Víctor, un camión de volteo que realizaba ma-niobras le pasó por encima. Los testimonios y peritajes quedaron asentados en la averiguación previa FBJ/BJ4/T3/1261/10-06.

A espaldas de esa cons-trucción, en la calle Bélgica 211, fue demolido un inmue-ble de estilo morisco, a pesar de estar catalogado por el Instituto Nacional de Bellas Artes, según documentó La jornada el 29 de julio de 2008. Ese periódico citó el oficio que el INBA envió un

mes antes a la Delegación Benito Juárez, entonces en-cabezada por Germán de la Garza Estrada: “Por sus ca-racterísticas arquitectónicas que presenta, esta dirección recomienda la conservación del señalado inmueble”, dijo la dependencia. Y advirtió que los “edificios que inte-gran la relación del INBA de este tipo de construcciones, reúnen características es-téticas relevantes, y su con-servación es del interés del Instituto”. El Instituto fue ignorado y tras la demolición la empresa Rouz construyó en el predio un desarrollo que vende actualmente con el nombre de “Bélgica”.

Pero el edificio de departa-mentos que esa inmobiliaria levantó en la misma época de De la Garza en Millet 39, colonia Extremadura Insur-gentes, a media cuadra del Parque Hundido, corrió dife-rente suerte. Tras considerar a la obra “ilegal”, la Procura-duría Ambiental y del Orde-namiento Territorial (PAOT) expidió una recomendación para pedir su demolición, que fue aceptada en su mo-mento por el actual jefe de-legacional, Mario Palacios. Frente al inmueble está col-gada una manta: “No compre problemas”, pone. “¡Exigimos demolición!”. Actualmen-te ese edificio se encuentra clausurado por la Secretaría del Medio Ambiente del go-bierno capitalino, y la Secre-taría de Desarrollo Urbano y Vivienda inició en agosto del año pasado un juicio de lesi-vidad contra la inmobiliaria a fin de revocar los permisos de construcción por presun-tamente utilizar constancias de zonificación de Uso de Suelo apócrifas.

Trípoli: Las nuevas luchas

Más vale tarde que nunca. Con un retraso de más de cuatro meses, el célebre predio de Millet 72, en la colonia Insurgentes Extre-madura, quedó finalmente reintegrado al Parque Hun-dido como un espacio enjar-dinado en el que se constru-yó una rampa en “zig-zag” de 75 metros para el acceso de personas con alguna dis-capacidad.

Ahí se pretendió construir con documentos apócrifos, según reconoció la Secre-taría de Desarrollo Urbano y Vivienda del DF (Seduvi), una torre de seis pisos para departamentos de lujo, para lo cual además se derribó la llamada Casa del Parque Hundido, un inmueble de los años cuarentas del siglo pasado que estaba cataloga-do por el INBA. Una inten-sa movilización ciudadana, que incluyó la formación de una asociación civil, Ve-cinos del Parque Hundido, impidió semejante abuso y obligó al jefe de Gobierno del Distrito Federal, Mar-celo Ebrard Casaubón, a in-tervenir cuando se habían ya construido los cimientos y dos plantas del condominio. Ebrard dispuso que el go-bierno del DF y la delegación Benito Juárez adquirieran el predio en 22 millones de pe-sos y el 29 de septiembre de 2010 dio personalmente al “banderazo” a la demolición de la obra negra ilegal.

El terreno de Millet 72,

anunció el jefe de Gobierno, sería integrado al parque “Luis G. Urbina”, como ofi-cialmente se llama. Ofre-ció concluir una rampa de acceso peatonal y la nueva área ajardinada antes del 15 de diciembre del año pa-sado, cosa que no cumplió. Luego de casi dos meses de abandono, se reiniciaron los trabajos y finalmente el pre-dio, transformado en un ver-gel --sembrado de plantas de ornato, árboles y pasto-- y con su flamante rampa en forma de “Z”, quedó listo en la primera semana del pre-sente mes de mayo.

Millet 72: La rampa por fin

Staff / Libre en el Sur

En Trípoli 513 y 515

Staff / Libre en el Sur

El 29 de septiembre de 2010, Marcelo Ebrard prometió cas-tigo para los funcionarios res-ponsables de la construcción ilegal metida literalmente en el Parque Hundido, cuya ma-nifestación ingresó en la dele-gación Benito Juárez durante el gobierno de Germán de la Garza Estrada (2006-2009). Héctor Rojas, líder del movi-miento vecinal que se opuso a la construcción, pidió al jefe de Gobierno del DF ir tras quienes permitieron las co-rruptelas. Ebrard le aseguró que en un mes daría a conocer los resultados de una inves-tigación y que se sancionaría a los funcionarios culpables, “del nivel que sean”, cosa que no ha ocurrido siete meses y medio después.

…pero faltan los culpables

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Vecinos triunfantes en la calle Rébsamen

Inscripcion

es

abiertas

EXTRALIMITESEXTRALIMITES»»

A penas terminada la misa de una, cohe-tero, campanero y músicos de la ban-

da, en deplorable sincronía, se encargan de producir un escándalo fenomenal para anunciar el inicio de la fies-ta. Las notas de Zacazonapan compiten y se confunden con el repique a rebato de las tres campanas del pueblo y con el intermitente estallido de los petardos. En ese momento también, los mayordomos de la celebración colocan la figura engalanada de San Isidro Labrador sobre una mesita cubierta de semillas y rodeada de flores, en la parte trasera de una pequeña ca-mioneta amarilla.

Ante el escándalo, Santa Ana Tlapaltitlán apenas se inmuta en su modorra. Un sol tibio cae sobre los techos y las calles de tierra del po-blado. En muchas casas, olorosas a engrudo y pulque blanco, familias enteras se afanan en el recorte de tela brillante y papel de china. Sólo en los tendajones se es-cucha el bullicio: cerveza en mano, los parroquianos dan rienda suelta a su alegría, adelantándose al festejo. Mientras, en el amplio y des-cuidado atrio de la iglesia, una nube de chiquillos rodea a Luciano Mena, participante tempranero. Tambaleante, pero feliz, el hombre parece arrastrar al enorme toro be-rrendo que lo acompaña. El animal luce un “vestido” de pequeñas estrellas hechas con papel lustre, pegadas so-bre la pelambre. Tiene razón Luciano para sentirse orgu-lloso. Y de pronto una figura grotesca aparece en escena: Jesús López Esquivel, disfra-zado de “vieja” –vestido color de rosa, capa y tocado verdes, bolsa café—corre, brinca, gesticula, tropieza y rueda por el suelo.

Fiesta de la agriculturaSanta Ana Tlapaltitlán es un pueblo del municipio de To-luca, México, tan próximo a la capital del estado que ha acabado casi por convertirse en un barrio suburbano. Lo habitan unas siete mil perso-nas, en su mayoría dedicadas a la agricultura. Cada año, el 15 de mayo, los campesinos celebran la Fiesta de la Agri-cultura, en honor de San Isi-dro Labrador, patrono de los labriegos. Con raíces que se pierden en el pasado mexica de los pobladores, el festejo tradicional ofrece en nues-tros días una contradictoria amalgama de sentimientos: desde el fervor religioso, fa-nático, hasta la alegría car-navalesca; plegarias prehis-pánicas, jolgorio, austeridad, respeto y desenfreno. Todo aderezado a discreción con pulque y cerveza.

La parte medular de la fiesta consiste en un desfile en el que el toque peculiar lo dan los campesinos dis-frazados de mujer, que llevan

consigo a sus yuntas enga-lanadas y portan grandes ta-bleros con imágenes alusivas al santo patrono, elaboradas con diversos tipos de semi-llas. En su esencia, la cos-tumbre de vestirse de mujer responde a una creencia religiosa: para los campe-sinos, ese disfraz significa una autodegradación, una humillación sublime que es grata a San Isidro y que a su vez viene a ser un reco-nocimiento a la ayuda que las mujeres prestan en las tareas agrícolas. Pero, claro, en esa ocasión todo se vale y, al lado de los campesinos de piel enjuta y renegrida, cuya expresión denota verdadero escarnio por el disfraz que lucen, no faltan las “viejas” destrampadas que se con-tonean y coquetean con pro-pios y extraños, por mera di-versión. “Lo malo, no se crea, es que ciertas personas se aprovechan de la fiesta para hacer de las suyas”, se queja, sin mucho dolor, Ponciano Flores, uno de los mayordo-mos de la celebración. “Ya sabe: nunca faltan esos”.

“¿A poco viejas con bigote?” El desfile se inicia pasadas las tres de la tarde. Lo enca-beza la camioneta amarilla que transporta la imagen del santo. Poco a poco se suman los contingentes. Las ple-garias de los mayordomos, pronunciadas en náhuatl, alaban a San Isidro y le pi-den abundantes lluvias para una buena cosecha. Lo malo es que esta vez el efecto que

surten tales ruegos es inme-diato, y apenas se inicia el recorrido, el cielo se oscurece y una tupida llovizna empapa a los concurrentes y arruina los adornos de papel de china que llevan las carretas y las yuntas. Entonces no queda más remedio que invocar el estribillo contrario: “San Isi-dro Labrador, quita el agua y pon el sol…” A poco, en efecto, la lluvia cesa y el sol asoma entre las nubes.

La algarabía entonces no tiene límite. El paso de los participantes provoca risas, bromas, comentarios pi-cantes. El alcohol, que hace ya evidentes sus efectos en muchos de los asistentes, colabora en la animación de los mirones y “da valor” a los disfrazados. Pasa “La gorda” de prominentes senos y des-comunales asentaderas, que arrastra a su “marido” aho-gado de borracho; pasa “la fa-milia” con su enorme “bebé” que, a cambio de biberón, chupa feliz una manguerita conectada a una garrafa de pulque; pasa “el monstruo” que lanza alaridos y que, en vez de terror, provoca carca-jadas. Más allá se ve a “la co-queta” con su vestido Chanel verde chillón y a “las locas” en pleno desenfreno, que bailan, brincan y complacen a los curiosos mostrando con descaro sus “encantos”…

Y los niños la gozan en grande:

--Voy –dice uno-- ¿a poco las viejas traen bigote?

El aludido hace una mue-ca de enojo, se “aloca toda” y,

con un “¡ay, lépero!” sigue su marcha.

--Mamazota –grita otro.--¡Esa güera que se encue-

re! –pide uno más.La “negra” arrastra un

carrito lleno de gallinas y niños, y la “Bartola” hace las delicias de los asistentes con sus carreras imprevis-tas y sus caídas chuscas. No faltan los espontáneos, que armados de valor embotella-do rompen vallas y se lanzan a conquistar a las “mucha-chas” para bailar con ellas, para arrancarles, malévolos, la falda, la peluca, las pelo-tas de hule que dan forma a sus “pechos”. Junto a los que visten de mujer, de mons-truo, de policía, de charro, desfilan las cuadrillas de ma-yordomos y mayordomas de San Isidro, a caballo algunos, a pie los más, uniformados con sus capas solferinas y sus sombreros de palma. En curioso contraste, mientras los disfrazados no guardan recato alguno, las cuadrillas ejecutan con parsimonia y respeto los pasos ensaya-dos tantas veces, al son de un solitario, agudo violín pueblerino. Se inclinan, se arrodillan, entonan cánticos religiosos, ya en español, ya en náhuatl. Y el señor cura, apoltronado ante el portón del atrio de la iglesia, rocía con agua bendita, por igual, a todos los participantes. “A los ojos de Dios, todos somos sus hijos”, dice.

El desfile parece que nunca va a acabar. Quienes forman parte de él –un millar de per-

sonas en total—recorren una y otra vez las calles y, al llegar a las orillas del pueblo, dan vuelta en redondo y vuelven a pasar. En el techo de una caseta, un importante grupo observa el paso repetido de los contingentes: es el jurado, que habrá de adjudicar los premios respectivos a los me-jores carros, yuntas y disfra-ces. Y este año, los premios son abundantes: 150 palas, 15 picos, nueve arados, ocho ca-rretillas, cuatro planchas, dos segadoras, cuatro costales de abono, una sembradora y un cabrito vivo. Los regalos son recolectados entre donantes voluntarios –comerciantes, autoridades, simples pobla-dores— dos meses antes por los mayordomos de la fiesta. Uno de estos últimos, junto con un mayordomo de la igle-sia y dos representantes de la delegación municipal, cir-cunspectos y solemnes todos ellos, integran el jurado. El toro de LucianoCae ya la tarde cuando, por fin, se efectúa la premiación y todo orden desaparece. En-tonces las cuadrillas, siem-pre respetuosas, reparten tamalitos y galletas entre los concurrentes –parte de la vie-ja tradición—para luego ir a danzar en el atrio de la igle-sia. El resto de los participan-tes se desborda por el pueblo, que entonces vive la fiesta en toda su intensidad. Las “viejas” hacen de las suyas, confundidas por el gentío y hasta acaban por perder las pantimedias agujeradas y los

vestidos improvisados, lui-dos, parchados. Los “mons-truos” insisten en espantar a los chiquillos, que se burlan de ellos. Por ahí anda el “ta-pado”, en completo estado de ebriedad, con su gran som-brero de palma y su traje de costal, cante que cante; por allá, dando tumbos también, Anselmo Hernández quiere bailotear y muestra su rostro siniestro: la máscara grotes-ca, rota, se confunde con la piel de su cara, que queda parcialmente al descubierto.

Ya la cerveza se agota en los tendajones y las garrafas tienen que empinarse para exprimirles las últimas gotas de náhuatle… El “bebé” y su “mamita” duermen la mona –como muchos otros— en plena acera y, la “gorda”, furiosa, trata de reconstruir su disfraz deteriorado por el acoso de sus apasionados admiradores. Y allá en un callejón solitario, mientras tanto, el del gran toro berren-do adornado con estrellitas de papel lustre, discute con el gendarme del pueblo. Am-bos se caen de borrachos:

--Le digo que es mío el toro, por Dios –alega Luciano.

--Nada, nada, te lo robaste. ¡Jálale! –responde el policía.

--¡Que no, carajo! --Que sí.--Órale, no arrempuje.--Pus jálale.Pobre Luciano. Para él, ni

siquiera en el día de la fiesta hubo alegría.

--¡Jálale!

(Revista de Revistas, 4 de junio de 1975).

FIESTA DE SAN ISIDROla desventura del pobre Luciano

Año con año, alrededor del 15 de mayo, se celebra en el pueblo de Santa Ana Tlapaltitlán, en el Estado de México, una colorida fiesta que no para todos tiene un final feliz y en la que pulque, jolgorio, plegarias y travestismo se ofrecen en honor al santo. Con motivo de nuestro Octavo Aniversario, ofrecemos esta cró-nica escrita por el director de Libre en el Sur.

Francisco Ortiz Pinchetti

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