Letras largas, severas, verticales, hechas de línea pura.

Composición de la letra caligráfica por Trazos (exploración de materiales alternativos)

Modelo: Aragonesa Redonda de Joannes de Yciar, 1550

La letra es básicamente un conjunto delineas que se van encontrando, se van fundiendo.

La escritura a su vez es un proceso de síntesis, que nos permite reflejar y contener el mundo.

En el medio de este acto, la letra caligráfica, pasaría por ser un acto de prestidigitación, un suceso de mágia.

Lo que hace a la letra manuscrita distinta de todos los demás sistemas de escritura, es que representa el grado máximo de entrega grafa porque permite ver a aquel que escribe (aun si no entendemos el sentido de sus palabras).

El que escribe deja sobre la letra una imágen de sí mismo, en general un espejo de tinta, que, más alla de seguir el ángulo en el que entra, de sujetarse a la gramática de la puntuacióno seguir la linea firme de un fuste, nos deja ver el instinto que empuja al que traza:

una media sonrisa, un acta de juzgado, un mensaje al vecino, una carta de suicidio, una lista de compra, el efecto es por sobre todo, independiente del instrumento, ajeno al soporte y emancipado de la materia prima.

La letra caligráfica es un barro ductil, depende de la mano, de la boca, del pie o del dedo que la forman; el brazo que guía la rama sobre la arena, la lengua que traza un nombre en la espalda.

Es tan personal, tan inherente a la naturaleza humana, que no permite excesos de objetividad,

quizá embellecimientos, correcciones formales, garabateos, pero siempre sujeta al suceso de desvelar alguna desnudez de aquel que escribe, cual celosia que filtra rayos de luz hacia la intimidad del que dibuja.

La letra caligrafica, conoce distintos movimientos para encajar la misma mordedura, dejar su marca.

Recorre papeles escarpados, hielos firmes, arenas sinuosas, espejossensuales, sombras aguamarinas, desde su estado más salvaje hasta el más sofisticado, la letra, se mueve, se acicala, se ofrece, a veces, hasta en los amplios pasos de un baile.

De vez en cuando, la letra se deja mimar por el que la escribe, le descubre su carácter de musa,

se vuelve modelo y permite que la esculpan. Es entonces cuando aparecen los tratados, manuales y catálogos y se muestra camaleónica, orgullosa de todas las formas que puede tomar y, vanidosa, va dejando que la pinten.

Las palabras se revisten de la forma de la letra y de su textura,

se perfeccionan en la pasión de una tirada, en la etiqueta de los libros, en la prisa de la cursiva, en la sugestion de la redondilla, en la narración de la ara-gonesa, y en la capitular de los cuentos de hadas.

Sin embargo, aun en esta línea, la letra no admite artificios.

La letra caligráfica es una amante fiel, siempre al que la que la escribe, dice lo que tiene que decir y lo dice de dosformas: con palabras y con gestos, estos últimos, son los únicos que se ciñen al trazo, al material, al soporte y a la herramienta,

son los que dicen Tu y yo, en todos los árboles y los baños del mundo en los que la letra ha sido tallada con navaja,

y son los mismos que marcaban A en el pecho de Hester Prynne y brillaban lapidarios, con el hilo escarlata del bordado.

Cuando se desea profundizar en la exploración de la letra caligrá-fica, es altamente recomendable tener a la mano algún modelo para poder trabajar sobre la forma de la letra y pasar de la actividad sim-ple de mímesis a ir comprendiendo el proceso que conforma la le-tra. En general, iniciar imitando es lo más adecuado, se admite cierto nivel de ensayo y error, hasta lograr, despúes de varias pruebas, cono-cer cuales son los trazos, la inclinación y la proporción que necesi-tamos adquirir para obtener el modelo y así, cierto dominio sobre él.

En éste caso, elegí la Aragonesa Redonda de Joannes de Yciar, porque me parece una letra con un nivel de legibilidad muy adecua-do que se mezcla con las formas clásicas de la letra en pergaminos.

Lo interesante de trabajar la letra por trazo, es tener la oportunidad de ir descubriendo que és lo que la compone, cuales son sus partes, pero, no de forma taxonómica, sino, integral. Saber, que en este mode-lo, por ejemplo, las letras, como la “d” o la “b”, se obtienen por me-dio de cuatro trazos y que llevan una ligera curva en la parte inferior del fuste, esto se vuelve importante, porque nos permite saber porque

Proceso de Reconocimiento de un Modelo Caligráfico.Asignatura Trazo Master en TipografíaUniversidad de Barcelona.09 de Diciembre de 2009

este modelo es precisamente este, y no otro, aunque se parezca mucho. Conocer la manera de lograr el modelo con un lápiz o con una tiza, es la única forma en la que podremos decir, que realmente tenemos una certeza de como es este trazo en sus características más esenciales.

Lo anterior, solo se puede alcanzar repasando el modelo letra por letra, rasgo por rasgo. Obtener el modelo primero, con plumilla, con tinta y so-bre papel, y después, saber que ya se ha llegado a un nivel de intimidad con el mismo y poder traspasarlo a distintos materiales para explorar los multiples registros que puede adquirir. Lo anterior solo se puede hacer despúes de muchas repeticiones, especialmente para estar seguros que el modelo se ha terminado de asimilar correctamente y saber que lo conocemos bien, conocer en que posición debe entrar la herramienta, que camino debe seguir, donde debe interrumpirse el trazo para continuar en otro lugar, cual es la posición de la mano que nos dará ese resulta-do, en total, saber cuales son los pasos a seguir para que esa letra sea.

Dejando de lado el soporte, la herramienta y el material con el que se tracé, descubrí que, por una parte, se conserva el modelo original y por otra se modifica un poco cuando se mezcla con el gesto per-sonal del que traza, a eso auné la exploración de distintas posibili-dades que me permitían obtener distintas presentaciones del modelo.

Lo interesante de llevar a cabo este proceso y ver el resultado final, no es poder imitar la letra, sino, comprenderla a partir de reglas y así ser capaz de interpretarla y (aún más interesante) reinterpretarla, quitandole de encima las limitantes que le pueden imponer el papel y la tinta.

A partir de esta necesidad, lo que hice fue trazar letra a letra de todo el modelo, identificar los trazos que conformaban a cada una, y una vez reconocidos los elementos que la forman, contrasté cada uno de los efec-tos que provocan las distintas opciones de herramientas alternativas para tener un catálogo del mismo modelo, y obtuve nuevas expresividades.