lectura 2 las actitudes y su impacto en el trabajo
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LECTURA 2
LAS ACTITUDES Y SU IMPACTO EN EL TRABAJO
LECTURA 2
LAS ACTITUDES Y SU IMPACTO EN EL TRABAJO
ÍNDICE
2.2 Las actitudes y su impacto en el trabajo
2.2.1 Características de las actitudes
2.2.2 Las actitudes negativas y el ciclo de desesperación
2.2.3 Enfrentamiento al estrés y a la frustración
2.2.4 Reencuadre de las actividades laborales
2.2.5 La actitud negativa y sus características conductuales
2.2.5.1 La crítica
2.2.5.2 La desconfianza
2.2.5.3 La insatisfacción
2.2.6 Las consecuencias de una actitud negativa: la
frustración
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2.2 Las actitudes y su impacto en el trabajo
En la Lectura 1 se mencionó que una buena actitud nos ayuda a mejorar la calidad del
servicio a la ciudadanía y ser más tolerantes en nuestros trabajos.
Cuando el ser humano toma conciencia de la verdadera importancia que tiene su actitud
en el trabajo para mejorar la calidad de vida, entonces inicia una serie de cambios positivos en
la forma de ver y hacer las cosas en pro de su crecimiento personal y profesional.
Ahora vamos a desarrollar más sobre el tema, descubrir la definición consensuada de
"actitud”, para qué sirven las actitudes, por qué las tenemos, cómo se forman, entre otros.
En general, las actitudes hacen referencia al grado positivo o negativo con que
tendemos a juzgar o valorar cualquier aspecto de nuestra realidad sea tangible o intangible,
incluyendo el ámbito laboral. De esta manera la actitud hacia una persona ciudadana,
compañero(a), jefe(a), subordinado(a), equipo, departamento u organización puede ser
positiva, negativa o neutra.
Toda actitud depende del interior de cada persona y los componentes de las actitudes
pueden ayudar a inferir y comprender la actitud de una persona respecto a cualquier aspecto:
1. Componente cognitivo (pensamientos y creencias sobre ello).
2. Componente afectivo (sentimientos y emociones asociadas).
3. Componente conductual (intenciones y conductas con base en experiencias
anteriores). (Rodríguez, 2012, p. 11, párr. 6).
De acuerdo con el portal Concepto de:
La actitud (del latín actitūdo), puede ser definida como la manifestación
de un estado de ánimo o bien como una tendencia a actuar de un modo
determinado.
Definiciones de otros autores:
C. M. Judd. “Las actitudes son evaluaciones duraderas de
diversos aspectos del mundo social, evaluaciones que se almacenan en
la memoria”.
R. Jeffress. «La actitud es nuestra respuesta emocional y mental
a las circunstancias de la vida». (s.f., párr. 2-5)
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Figura 1. La actitud de una persona tiene gran relevancia al momento de
interaccionar con otras personas y brindar un servicio. (Katemangostar &
Freepik, 2020).
2.2.1 Características de las actitudes
A continuación se enlistan las principales características de las actitudes:
Las actitudes son adquiridas, son el resultado de las experiencias
y del aprendizaje que el individuo ha obtenido a lo largo de su
historia de vida, que contribuye a que denote una tendencia a
responder de determinada manera y no de otra.
Las actitudes son de naturaleza dinámica, es decir, pueden ser
flexibles y susceptibles a cambio, especialmente si tienen impacto
en el contexto en el que se presenta la conducta.
Las actitudes son impulsoras del comportamiento, son la
tendencia a responder o a actuar a partir de los múltiples
estímulos del ambiente.
Las actitudes son transferibles, es decir, con una actitud se puede
responder a múltiples y diferentes situaciones del ambiente.
(Instituto Tecnológico de Sonora, s.f., párrs. 1-4).
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Además, existen otras características:
Son la combinación compleja de cosas que solemos llamar
personalidad, creencias, valores, comportamientos y
motivaciones. Todas las personas, independientemente de su
estado o inteligencia, tienen actitudes.
La actitud existe en la mente de cada persona. Ayuda a definir
nuestra identidad, guiar nuestras acciones e influir en cómo
juzgamos a las personas. (Psicología Online, 2018, párr. 1).
En la Tabla 1 se presentan una serie de actitudes que se podrían desarrollar a
partir de una serie de necesidades básicas.
Tabla 1
Cuadro correlativo de necesidades versus actitudes.
Fuente: Instituto Tecnologico de Sonora [ITSON], s.f.b.
2.2.2 Las actitudes negativas y el ciclo de desesperación
Con relación a las actitudes negativas, el portal web Psicoportal menciona que:
Necesidades Actitudes
Seguridad Confianza / Justicia / Pacificación
Creatividad Espíritu de trabajo / Solidaridad /Creatividad
Amistad Cooperación / Comunicación de bienes / Comunión de vida
Pertinencia a un grupo Participación en la vida social / Tolerancia / Solidaridad
Internacional
Información / Conocimiento Curiosidad / Sentido crítico / Espíritu de estudio
Autonomía / Libertad / Autoposesión
Liberación / Sinceridad / Responsabilidad
Belleza Admiración / Sensibilidad artística / Amor a la naturaleza
Orden / Limpieza Aseo personal / Limpieza del entorno / Orden
Estimación / Reconocimiento Dignidad personal / Respeto / Humildad
Salud Higiene / Prevención de enfermedades / Fortaleza
Actividad Gimnástica / Deportividad / Atletismo
Alimentación Dietética / Templanza / Culinaria
Erotismo Castidad / Atractivo sexual / Amor
Juego Ecuanimidad / Humor / Diversión
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Las personas con una actitud negativa ignoran lo bueno y prestan
atención a lo malo en las personas, situaciones, eventos, etc. Además, es
probable que se quejen de los cambios y que culpen a los demás por su
fracaso en lugar de adaptarse al entorno cambiante. Los rasgos que
representan una actitud negativa son: ira, odio, pesimismo, frustración,
duda, resentimiento, celos e inferioridad (s.f., párrs. 22-23).
En la Figura 2 se presentan una serie de señales de mala actitud de las
personas dentro del área laboral.
Figura 2. Principales señales de una mala actitud dentro del trabajo.
(Inestemple, s.f.).
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El ciclo de la desesperación
Son los momentos en los que sentimos desesperación y angustia, no le
encontramos un sentido a las cosas o personas que nos rodea, nos enfadamos con
nosotros(as) mismos(as), haciendo padecer nuestro sentir a todas las personas que nos
rodean. Lo cierto es que detrás de estas realidades psicológicas se esconde a menudo
la depresión.
Las 5 etapas de la desesperación:
1. Negación. En esta etapa la persona afirma que esto no ha ocurrido o esto
no ocurrirá.
2. Ira. En esta etapa la persona se enoja con cualquier cosa que tenga que
ver con lo ocurrido.
3. Desesperación o Miedo. ¿Cuántas veces hemos pasado por esto? Es
una etapa menos común, pero es la más triste para la persona que la
padece y los que rodean a la persona; solo nos decimos a nosotros(as)
mismos(as) o a otros(as): ¿qué haré ahora?, ¿qué pasará con...?, y ¿qué
haremos?
4. Negociación. Esta es la menos común de todas, pero ocurre.
5. Aceptación. La persona se da cuenta de sus errores, de que la vida sigue
o de que nada podrá cambiar lo ocurrido (Taringa, s.f., párrs. 2-6).
2.2.3 Enfrentamiento al estrés y a la frustración
El Diario, en su publicación “La angustia, el estrés o la frustración pueden
provocar enfermedades” menciona que:
Situaciones de angustia, ira, dolor, frustración o estrés, sostenidas
en el tiempo, no son sólo un pesar que hace difícil la cotidianidad y afecta
la actitud frente a la vida sino que pueden llegar a afectar seriamente la
salud. Es que pueden funcionar como coadyuvantes al desarrollo de
enfermedades psicosomáticas o autoinmunes, algunos cánceres,
Alzheimer e infartos.
"Detrás de estas enfermedades hay una gran carga emocional,
conflictos irresueltos o un profundo dolor", explica el médico psiquiatra
Arturo Agüero, investigador del campo de la medicina psicosomática
quien recientemente publicó un libro sobre el tema, "Emociones que
enferman". (El Diario, 2012, párrs. 1-2)
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La diferencia entre el estrés y la frustración es que el estrés está relacionado
más con una respuesta fisiológica de agotamiento y cansancio, de saturación ante las
presiones cotidianas y las exigencias exteriores; mientras que la frustración tiene más
que ver con una respuesta emocional de decepción y apatía ante una situación poco
favorable donde nuestras expectativas no han sido alcanzadas y se han ido acumulando
por mucho tiempo.
2.2.4 Reencuadre de las actividades laborales
En su libro, “Cómo mejorar tus habilidades sociales”, Elia Roca menciona que:
El reencuadre consiste en ser capaces de percibir cualquier
situación o experiencia desde diferentes perspectivas, y centrarnos en
aquella que nos resulte más útil. De esta forma descubrimos que, muchas
veces, una situación aparentemente adversa puede convertirse en algo
muy positivo.
Se basa en el hecho de que no percibimos las cosas tal como son,
sino que podemos considerarla de formas muy distintas, y nuestra forma
de verlas hace que nos sintamos y actuemos en formas también muy
diferentes. (2014, p. 46)
En este mismo tenor, el psicólogo Sebastián Rodríguez Gómez de la Torre,
menciona que el reencuadre tiene como objetivos:
Establecer un marco donde el contenido de la queja represente
algo aceptable, positivo o extraordinario.
El reencuadre es una oportunidad de ampliar el mapa,
asegurándose que el nuevo enfoque parezca más acertado que el
anterior. (2013, p. 8)
Además, este mismo autor menciona que se pueden utilizar algunas frases para
hacer reencuadre de situaciones dentro del ambiente laboral, tales como: “me gustaría
La frustración es una respuesta de tipo emocional ante alguna circunstancia o evento y se origina en un conflicto de carácter psicológico.
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dejar de ser tan hablador, “estoy muy enojado con mi jefe y soy demasiado autocrítico”.
De igual forma también se pueden utilizar frases con omisiones comparativas, tales
como: “¿cuándo/dónde/con quién podría ser útil hablar?, ¿dónde o quién podría ser útil
enojarse?, y ¿demasiado comparado con quién?” (Rodríguez, 2013, p. 9).
2.2.5 La actitud negativa y sus características conductuales
De acuerdo con Morales Domínguez, Moya Morales, Gaviria Stewart, &
Cuadrado Guirado, autores del libro Psicología social:
Las actitudes son importantes a la hora de adquirir nuevos
conocimientos ya que las personas asimilan y relacionan la
información que reciben del mundo según la evaluación que
hacen de esta.
Las actitudes desempeñan funciones necesarias a la hora de
buscar, procesar y responder, tanto a la información sobre el
entorno, como también a la relacionada con uno mismo.
Las actitudes guardan una estrecha relación con nuestra conducta
y, por tanto, el mayor y mejor conocimiento de las actitudes
permitirá predecir con cierta precisión la conducta social humana y
sus cambios. Es decir, las actitudes influyen sobre la forma en que
piensan y actúan las personas.
Las actitudes permiten conectar el contexto social en el que
vivimos con la conducta individual o, dicho de otro modo, nuestras
actitudes reflejan los valores, normas y preferencias que tienen los
grupos y las organizaciones a las que pertenecemos.
El cambio en las actitudes de las personas pueden cambiar el
contexto. Si las actitudes de un gran número de personas
cambian, posiblemente las normas sociales puedan cambiar
también. (citado por Fundación Universitaria Católica del Norte,
s.f., párrs. 15-19)
2.2.5.1 La crítica
De acuerdo con el portal web, Definición ABC:
Se denomina crítica a aquella reacción u opinión personal sobre
un determinado tema, generalmente, los seres humanos, a través de las
críticas manifestamos no solamente nuestras opiniones personales sobre
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x tema, sino que además juzgamos, la belleza, fealdad, maldad o
bonanza de una persona o cosa.
Según la intención que ostenten, nos encontramos con tres tipos
distintos de críticas: positiva, negativa y constructiva. Como fácilmente
se desprende de las denominaciones, la positiva es aquella que está
orientada a producir un cambio para mejor sobre aquello que critica, en
tanto, en el caso de la negativa, por supuesto, no existe ese fin altruista
que está presente en la positiva, sino que por el contrario, en la negativa,
el objetivo es destruir ante todo (s.f., párrs. 1-2).
2.2.5.2 La desconfianza
La desconfianza es un trastorno emocional negativo, que
implica inseguridad sobre las acciones de otra persona. Es una actitud consciente,
voluntaria que no depende del otro. Es una presunción negativa en cuanto al
comportamiento de otra persona, que parte de la base de predecir su accionar en forma
supuesta, “la desconfianza, además de provocar miedo y ansiedad, torpedea las
relaciones sociales e impide que gestiones tu vida con serenidad” (Ramírez, 2016, párr.
3).
2.2.5.3 La insatisfacción
La insatisfacción laboral es uno de los factores que influyen en el bajo
rendimiento de las personas colaboradoras. Sin embargo, es el factor que más
consideran las organizaciones para tratar de mejorar el clima laboral con modificaciones
o adecuaciones de las áreas de trabajo, modernizan su infraestructura y crean planes
de carrera. Pero a pesar de los esfuerzos de unas organizaciones, en otras no hay ni
siquiera un pequeño cambio para mejorar y la insatisfacción laboral se convierte en
una respuesta negativa por parte de las personas colaboradoras hacia su trabajo, el
cual se ve condicionado por su propia actitud y por la falta de apoyo de la organización
(Cristancho, 2015).
Las 10 señales que indican que estás insatisfecho con tu trabajo:
1. Vives procrastinando. Si te encuentras constantemente dejando todo
para después, probablemente no estés disfrutando demasiado de tus
quehaceres cotidianos.
2. Pasas todo el domingo preocupado porque se acerca el
lunes. Una de las peores cosas de ser infeliz en el trabajo es lidiar con la
frustración que te invade hasta en tus momentos de ocio y descanso.
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3. No tienes ganas de ayudar a tus compañeros. Si sientes que el
estrés de tus tareas no te permite detenerte a ayudar a tus colegas,
probablemente no te sientas muy motivado realizando tu trabajo.
4. Eres competitivo respecto al salario. Todo tu enfoque y motivación
se centra en el dinero que estás ganando.
5. Las horas pasan lentamente. Lo primero que haces en la mañana es
calcular cuántas horas faltan para que termine el horario laboral.
6. No tienes amigos en el trabajo. La sociabilización te permitirá pasar
tu tiempo en la oficina de forma más amena.
7. No te importan los problemas por los que atraviesa la
organización. No te preocupas si la compañía está pasando por un mal
momento.
8. Te molestan las pequeñeces. Los pequeños conflictos que pueden
surgir en cualquier ambiente laboral comienzan a molestarte de gran
manera.
9. Sospechas de los demás. Sin importar lo que hagan tus compañeros,
siempre te cuestionas si sus motivos son buenos.
10. Experimentas síntomas físicos. Sufres dolores de cabeza
frecuentes, insomnio, tensión en los músculos u otros síntomas propios
del estrés y la sobrecarga emocional (Universia Argentina, 2012).
2.2.6 Las consecuencias de una actitud negativa: la frustración
Según investigadores como Kamenetzky (2009) del laboratorio de psicología
experimental aplicada de la Universidad de Buenos Aires, la frustración es “un estado
emocional que se desencadena ante acontecimientos que involucran la reducción o
supresión inesperada de reforzadores apetitivos” (párr. 1).
Las consecuencias negativas de la frustración se generan frecuentemente en los
seres humanos y el lugar donde más se proyecta es en el ámbito laboral, es muy común
Si no te sientes feliz con tu actual empleo, quizás debes pensar en buscar otro lugar donde trabajar.
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que las personas colaboradoras la experimenten ante las demandas de sus
compañeros(as), jefes(as) y encargados(as), o por sus propias expectativas.
Todos podemos tener un mal día, pero cuando ese mal día lo dejamos pasar
frecuentemente nos genera estrés y ese estrés a su vez influye sobre la familia, las
amistades, las actividades del trabajo, la relación con los compañeros(as), etcétera, lo
que puede llevar a que se tenga una actitud negativa. Esta situación, si no escapa del
autocontrol, puede ser normal; pero no permitas que tu actitud negativa salga a la
superficie en un entorno profesional, porque una mala actitud no solo puede afectar tu
rendimiento en el trabajo, también puede afectar las relaciones laborales con tus
compañeros(as) de trabajo e incluso con tu jefe(a).
La actitud negativa trae a la larga como consecuencia la frustración por reprimir
o tener:
Relaciones tensas
Advertencias
Despido
Mala recomendación
En resumen:
La frustración es un síndrome que presenta diversos síntomas y
estos síntomas están vinculados a la desintegración emocional, que se
viven en diferentes niveles y con múltiples causas y consecuencias.
El impacto de la frustración sobre la persona varía de acuerdo con
la personalidad y con otras variables que son difíciles de controlar. La
frustración puede desencadenar problemas psicológicos y estos a su vez
se vuelve patológica y se requiere de la asistencia profesional (Pérez y
Merino, s.f., párrs. 2-3).
Por eso no basta con solo saber reconocer la frustración, el estrés, la actitud
negativa y otros síntomas asociados a nuestra cotidianidad, es necesario ahora ver con
qué herramientas contamos para mitigar esos estados emocionales.
FUENTES DE
CONSULTA
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