lectura 14 - el cuidado, la dimensión humana del desarrollo humano
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PRACTICA SOLIDARIATRANSCRIPT
“El cuidado: la dimensión olvidada del desarrollo humano”
Desde Noviembre del año pasado se viene desarrollando un Ciclo de Diálogos Sociales
sobre el tema de las Políticas de Cuidado en Argentina. Revista Humanum conversó con
Gimena de León, quien se encuentra liderando esta iniciativa desde la oficina del PNUD
en Argentina.
¿Cómo surge la iniciativa de los Diálogos Sociales?
El ciclo “Diálogos sobre Políticas de Cuidado” surge como una iniciativa a partir de
conversaciones informales entre referentes de las Instituciones organizadoras. Éstas
son cuatro agencias del Sistema de Naciones Unidas: el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
UNICEF, el Fondo dPoblación (UNFPA), junto con el Centro de Implementación de
Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) a través del Programa de
Protección Social, una organización no gubernamental dedicada a temas de políticas
públicas.
¿Qué se entiende por políticas de cuidado? ¿Por qué es necesario generar un diálogo
social sobre este tema?
Las políticas de cuidado constituyen aquel espacio dentro de la política social o de
protección social que se ocupa de la provisión de bienes, servicios, valores y afectos
involucrados en la atención de personas dependientes, tales como niños/as, adultos
mayores, personas con discapacidad. Y decimos que es un espacio un tanto “vacante”
dentro de la política social porque gran parte de los servicios de cuidado han venido
brindándose dentro del espacio privado, el del hogar, y asumido casi exclusivamente
por las familias, más específicamente las mujeres. La intervención del sector público
(Estado) en la materia se encuentra un tanto rezagada, si comparamos la situación con
la de los países centrales.
En lo referente a la provisión de infraestructura para el cuidado de niños/as y adultos
mayores, se trata de un tema que ha recaído mayormente en las familias, siendo las de
mayores recursos las que pueden tercerizarlo en instituciones especializadas,
“comprando” estos servicios en el mercado (jardines de infantes, geriátricos,
instituciones especiales privados), mientras las de menores recursos no tienen esta
posibilidad, siendo en general asumida esta tarea por las mujeres del grupo familiar.
Lo que motivó la generación de este Ciclo fue la constatación que existe un espacio
vacante en la temática de protección social que tomara al “Cuidado” como parte
integrante de este sistema. Y con el objetivo de visibilizar su importancia y su
instalación en la agenda de política social del país, se organizó este Ciclo que
esperamos pueda informar el debate en la materia, poniendo a disposición de los
actores sociales un espacio permita su discusión.
¿Cómo se relacionan estas políticas con el desarrollo humano? ¿Cuál es la
importancia de adoptar un enfoque de género en el debate?
El concepto de desarrollo humano refiere a la expansión de las capacidades de las
personas y de sus libertades reales, es decir la ampliación de sus alternativas de vida.
Según este enfoque, el bienestar de las personas es más que su nivel de ingresos,
incluyendo aspectos tales como tener una buena nutrición y estado de salud, una
mejor educación, buenas condiciones de trabajo y tiempo de descanso gratificante,
protección contra la violencia y un sentimiento de participación en la comunidad
(Informe Nacional sobre Desarrollo Humano 2013 “Argentina en un mundo incierto”:
asegurar el desarrollo humano en el siglo XXI). Desde esta perspectiva, el cuidado está
íntimamente vinculado con esto. Por un lado, porque tanto quienes requieren de
cuidado tienen el derecho a recibir afecto, servicios y bienes de manera adecuada.
Pero también quienes cuidan es importante que realicen esa actividad en un marco de
respeto por sus derechos, de manera digna y que la carga que esta actividad
representa sea distribuida equitativamente entre varones y mujeres. En este punto es
vital la perspectiva de género.
Las mujeres han sido tradicionalmente quienes se encargaron del cuidado de sus
hijos/as, de los hijos/as de otros y de los adultos mayores del hogar, por la siempre
persistente división sexual del trabajo que genera estereotipos sobre lo masculino y lo
femenino. En ese sentido el cuidado ha significado largamente una actividad
femenina, que se desarrolla sin retribución económica alguna y que –lo que es más
grave aún- les resta a las mujeres posibilidades de desarrollo personal y
profesional por el tiempo y la energía que demanda. Si a esta cuestión se suma que el
Estado en general no ha intervenido de manera tan contundente como en otras áreas
de la política social (salud, educación), sobre todo brindando infraestructura pública de
cuidado, la dimensión de género adquiere un lugar preponderante. Al estar el tema
centrado en la esfera familiar, son las mujeres quienes –por mandatos y estereotipos
basados en el género- se hacen cargo del mismo. En este sentido, la carga y costo que
conlleva hacerse cargo de la resolución del “cuidado” es desigual entre varones y
mujeres, con lo cual es desigual el impacto que esto tiene para sus posibilidades de
desarrollo.
¿Cómo describiría la situación argentina sobre este tema? ¿Cómo se compara esto
con la realidad de otras regiones?
En Argentina existen algunos instrumentos de política social que reconocen que el
cuidado debe ser parte integrante del sistema de protección social. Por ejemplo, la
extensión de las asignaciones familiares ya previstas por la Seguridad Social para
trabajadores formales a todos los niños/niñas y adolescentes del país, a través de la
Asignación Universal por Hijo, permite que aquéllos hijos/as de trabadores informales
o desocupados cuenten con esta prestación económica. Pero aún se encuentra
rezagada –como en toda América Latina- la provisión de servicios e infraestructura
destinados al cuidado de niños/as y adultos mayores. Si bien la Escuela suple de alguna
manera esta función social, lo cierto es que el problema aparece para los niños/as
menores de 4 años, las personas discapacitadas y los adultos mayores.
En los países europeos la situación es distinta. Sobre todos los países nórdicos han
contado con diferentes esquemas, más o menos universales, más o menos generosos,
que combinan de alguna manera los recursos de tiempo, espacios públicos y
financiamiento a las familias para resolver esta cuestión. La diferencia fundamental es
que la matriz de origen de sus sistemas de protección social, entiende que la
resolución de las necesidades de cuidado están dentro de la esfera de lo público; no
es un tema privado. Con lo cual es una temática que requiere de solución por parte de
la política pública. Los modelos más socialdemócratas son los que más lejos han
llegado en la provisión de bienes y servicios en la línea de lo que se
denomina desfamiliarización. Vale decir, aliviando a las familias de la carga que
representa el cuidado –sobre todo cuando éstas no están en condiciones de
afrontarlo- y, de alguna manera, tomándolo como un asunto público.
¿Qué actividades ya se han realizado y cuales se realizarán en el futuro en el marco
de esta iniciativa?
Desde Noviembre del año pasado cuando el Ciclo comenzó, se han llevado a cabo siete
encuentros mensuales que abordaron diferentes aspectos del tema, a saber: las
políticas públicas de cuidado infantil, el cuidado en el marco del derecho al trabajo,
cuidado y género, experiencias subnacionales en materia de cuidado, experiencias
provinciales en materia de cuidado, experiencias de cuidado y trabajo infantil, políticas
de cuidado para adultos mayores. Se espera que el ciclo dure hasta fin de año y que se
trate la perspectiva parlamentaria sobre el tema y la experiencia comparada con otros
países. Para el año que viene estamos discutiendo el marco en el cual darle
continuidad.
PNUD (2013) Revista Humanum. Disponible en: http://www.revistahumanum.org/revista/el-
cuidado-la-dimension-olvidada-del-desarrollo-humano/#sthash.ifxQQBdK.dpuf. 10/10/2013.