lec. 3 época de la colonia
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3 Época de la Colonia
La conquista de América terminó aproximadamente a fines del siglo XVI. Sometidos los
indígenas, los conquistadores inician un proceso de colonización que bien puede dividirse en tres
períodos: fundación (1550 a 1620), consolidación (1621 a 1700) y reconstrucción (1714 a 1750)
[Zaragoza 2002, 8]. La etapa de fundación está marcada por las encomiendas y la
administración de los virreinatos a manos de españoles. La etapa de consolidación puede
denominarse criollismo. Los hijos de españoles nacidos en América empiezan a detentar el
poder político a través de ocupar cargos en las instituciones coloniales. La etapa de recons-
trucción tiene que ver con los cambios económicos a partir del libre comercio en las Indias.
Para desarrollar el proceso colonizador, los conquistadores debían instalar instituciones que les
ayudaran a tal propósito. De esa cuenta surgen las instituciones coloniales que se describirán
abajo. Además, se detallarán algunos aspectos de la iglesia de la época y los primeros intentos
protestantes por ingresar a tierras latinoamericanas
Organización Política
Los Virreinatos
Durante el período colonial existieron dos virreinatos, uno con sede en México (Nueva España) y
otro, en Lima (Nueva Castilla). Cada virreinato era dirigido por un virrey, que funcionaba como
representante del rey en aspectos políticos, administrativos y eclesiásticos. A la vez, el virrey era
asesorado por una Audiencia formada por oidores. Una de las funciones de la Audiencia era
ser un tribunal de justicia. El virrey estaba puesto sobre los gobernadores de provincias. Los
gobernadores estaban a cargo de las alcaldías. El virrey era una alta dignidad que también
acarreaba buen salario. El puesto era muy codiciado, pero el ideal era que solamente sería
reservado para personas nobles que no fueran sobornables. En otras palabras, los únicos que
podían optar a tal dignidad eran los españoles. Sin embargo, con el paso del tiempo estos cargos
llegaron a venderse. Los criollos (españoles nacidos en América) fueron apropiándose de ellos.
Esto será importante porque es el inicio del poder político en manos de personas que no son
totalmente españolas [Zaragoza 2002, 18].
Corregimientos
Alcaldías mayores
Gobernación
Capitanías Generales
Virreinato
(virrey)
Alta nobleza hispana
Representante del rey
Jefe de la administración
Comandante militar supremo
Presidente de la audiencia
Estructura Burocrática
Audiencia (Corte de Justicia)
Órgano de control estatal de
la burocracia colonial
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Real Consejo de Indias
El Consejo de Indias era el supremo organismo que asistía al virrey, preparaba la legislación y la
gestión general en Indias. Desde 1524 esta entidad poseía plena autoridad sobre todos los asuntos
de la colonia: religiosos, económicos, administrativos, políticos y guerreros [Dussel 1972, 56].
Específicamente, en su función legislativa el Consejo se encargaba de formular leyes y
ordenanzas. En su función judicial, el Consejo actuaba como tribunal supremo. En su función
eclesiástica, el Consejo aceptaba o rechazaba las medidas eclesiásticas del Papa. En su función
administrativa, el Consejo proponía el nombramiento de funcionarios. Además, el Consejo tenía
funciones militares, porque actuaba como consejo de guerra [Deiros, Historia: 321]. La sede de
esta institución estaba en Madrid. El Real Consejo de Indias desapareció en 1812, después de
una etapa decadente.
La Casa de Contratación de Indias
Este organismo tenía como función primordial controlar el comercio en las Indias. Funcionó de
1503 a 1790. La sede de este organismo estaba en Sevilla. En un principio, la Casa de
Contratación trató de monopolizar el comercio en Indias. Sin embargo, después de un tiempo,
funcionó como un órgano destinado a regular las inmigraciones a América y controlar el
movimiento de mercaderías. Se encargaba, también, de cobrar los impuestos mercantiles. Otra de
sus funciones era consignar los bienes de los difuntos en Indias. Además, servía como centro de
apoyo técnico para la navegación. Américo Vespucio fue el primer piloto designado por la Casa
en 1508. En 1790 este organismo fue suprimido totalmente, para dar paso a un estado emergente
de libre comercio.
Organización Económica Las encomiendas y estancias
La encomienda es el derecho legal del español de recibir el tributo o el trabajo de los indígenas
de una zona determinada. El sistema es una variante americana del feudalismo español [Nelson
1989, 387]. Este derecho era otorgado por el rey a cambio de que el colono proporcionara
instrucción religiosa y buen trato a la familia que la había sido encomendada. Se debe observar
que a través de este sistema el indígena enriquece al colono, pero es inferior a él socialmente. Se
crea así una sociedad estamental en donde los rangos y el honor son claramente marcados.
Incluso, la sociedad estamental legaron al lenguaje de América la palabra don o doña
para referirse a alguien que es socialmente más respetado.
Sin embargo, los indígenas fueron menguando en cuanto a número. Consecuentemente, la mano
de obra de las encomiendas se redujo. Paralelamente, más españoles arribaban a tierras
latinoamericanas. Dada la escasez de indígenas, los nuevos españoles compraban parcelas a un
encomendero. Estas parcelas se denominaron estancias (en Chile se les llamó fundos y
en otros lugares haciendas). Los nuevos españoles estaban a cargo de una estancia de trigo,
ganadería, etc. Las estancias funcionaban con españoles libres a sueldo o esclavos comprados
[Zaragoza 2002, 10].
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En ambos casos –encomienda y estancia– la producción económica lograda tenía como propósito
mantener a los residentes de América y, en mayor medida, exportar producto hacia Europa,
principalmente metales preciosos. Solamente la cuarta parte de la producción se quedaba en
América para la creación de monedas. Las minas de oro y plata eran trabajadas por los indígenas
contratados, mulatos o mestizos. Cada minero estaba obligado a extraer 20 a 25 kilos de mineral
diarios a cambio de un salario irrisorio. La opulencia de Europa fue pagada con el sudor, el
hambre y la muerte de los indígenas [Céspedes del Castillo].
En suma, con el establecimiento de las encomiendas, la Corona española perseguía cuatro fines:
(1) el interés político –someter a los indígenas a vasallaje, (2) el interés económico –el trabajo de
los indígenas y el pago de partimientos a jueces y funcionarios, (3) el interés fiscal –cobrar el
tributo indígena anual por intermedio del encomendero, (4) el interés religioso –evangelizar a los
indígenas [Deiros, Historia: 280].
Organización Social La esclavitud
Si los indígenas fueron explotados, los negros lo fueron aún más. Los españoles invadieron las
costas occidentales de África con el propósito de hacerse de esclavos negros que eran vendidos
en América. El decrecimiento demográfico indígena y el proceso de mestizaje hacía que la mano
de obra entrara en un período de carestía. Así las cosas, el comercio de esclavos negros fue
exitoso en América. Bartolomé de las Casas mismo aprobó la esclavitud de los negros con tal de
que los indígenas no fueran oprimidos. Con el tiempo, los indígenas que trabajaban para los
colonizadores tenían la opción de pagar tributo y disfrutar de relativa libertad. En el caso de los
negros, su libertad era nula. Ellos eran propiedad de los colonos al nivel de un animal doméstico.
Su trabajo se concentraba en las zonas costeras. En ocasiones, los negros se rebelaban y huían a
los montes. Cuando esto sucedía recibían el nombre de negros cimarrones. La familia
Antes de la llegada de los españoles, el papel de la mujer en la familia era subordinado al del
varón. Cuando la colonización se estaba desarrollando esto no cambió mucho. La mujer era vista
como la persona idónea para permanecer en el hogar y criar a los hijos. Por aquel entonces, las
mujeres españolas escaseaban en América. Esta fue una de las razones por las que los españoles
tomaron mujeres indígenas y negras. Los hijos nacidos de estas relaciones eran ilegítimos. En
muchas ocasiones, no eran reconocidos por sus padres. Los mestizos entraban,
consecuentemente, en una crisis de identidad.
La ciudad urbana
Los indígenas precolombinos habían aprendido a convivir con la naturaleza. Sus majestuosos
templos fueron erigidos en medio de la más espesa selva. Sus asentamientos habitacionales
buscaban las orillas de los ríos. Sin embargo, el español estaba acostumbrado a la urbanidad. A
pesar de que en Europa la organización de las ciudades no fue muy buena en América sí lo fue.
Durante el tiempo de la Colonia en América, Europa entraba en el renacimiento. Su influencia se
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dejó sentir en América a través de la fundación de ciudades bien organizadas, con calles rectas
que marcan manzanas o cuadras. Cada cuadra tenía cuatro lotes [Zaragoza 2002, 31].
Las ciudades eran centralizadas. La parte más importante –el centro de la ciudad– era patrimonio
exclusivo de los más adinerados. Luego, según círculos concéntricos, las casas eran ordenadas
según zonas. En las zonas más alejadas del centro residían los indígenas en chozas o cabañas. En
el centro de la ciudad estaba la plaza mayor, al estilo de España. Ella albergaba el mercado
(poder económico), la catedral (poder religioso), el palacio del virrey (poder real) y el
ayuntamiento (poder ciudadano) [Zaragoza 2002, 33].
La sociedad estamental
Técnicamente, la organización social de la colonia no fue estamental. Se puede decir que la
sociedad estamental solamente fue una realidad ideológica en América. El peldaño más
elevado en esta sociedad estaba reservado para una minoría oligárquica de raza pura –los
peninsulares. Esta minoría estaba conforma por los encomenderos, mineros, comerciantes y
oficiales reales. Luego, estaban los criollo. Ellos tenían acceso a los puestos antes mencionados
pero solamente lo lograban por medio de favores, influencias o palancas.
En la siguiente escala están los mestizos, ladinos (Centroamérica) o mamelucos (Brasil). Ellos
eran el resultado de la mezcla entre los españoles y los indígenas. Como se indicó arriba, una de
las razones para tal mezcla fue la falta de suficientes mujeres españolas en América. Los
mestizos tenían una identidad difusa. Tendían a
adoptar el sistema de valores español, pero estaban
confinados a vivir sin la opulencia de los
peninsulares y criollos. Por tal motivo, se veían en
la necesidad de trabajar. Aquellos que no lo
querían hacer se dedicaban a la vagancia,
mendicidad, etc.
Los escalones más bajos de la sociedad estaba
reservado para los indígenas, negros y mulatos.
Como se indicó anteriormente, ellos vivían para
servir a sus señores españoles y criollos. No
obstante, en algunas ocasiones, los jefes indígenas
podían optar a cargos superiores.
La Iglesia Católica durante la Colonia
La iglesia católica durante la colonia fue dependiente y, a la vez, hegemónica. Sus autoridades
eran elegidas por el Real Consejo de Indias. Sin embargo, en tierras americanas, ellas estaba
inmiscuida en asuntos jurídicos, económicos, culturales y políticos. Con todo, pecaríamos de
ingenuidad si afirmásemos que el rostro de la iglesia católica colonial solamente tenía estos
rasgos. Debe destacarse que las ordenes religiosas hicieron un trabajo misionero ejemplar en
tierras latinoamericanas paralelamente a la labor opresora de la iglesia institucional. Aquí,
entonces, se tratará de describir brevemente estos dos rostros de la iglesia católica colonial.
Peninsulares
Criollos
Ladinos / Mestizos /
Mamelucos
1. Indígenas
2. Negros
3. Mulatos
5
Las órdenes religiosas
Las primeras tres órdenes que llegaron a América fueron la de los franciscanos (1500), la de los
dominicos (1510) y la de los agustinos (1535) [Deiros 1987, 21-2]. Influidos por las reformas
religiosas del Cardenal Cisneros en la Península Ibérica, estos misioneros llegaron con una
actitud muy distinta a la del clero secular. El clero regular fue muy eficiente en su misión
evangelizadora.
Uno de los aspectos más fascinantes de la labor misionera de las órdenes religiosas tiene que ver
con sus métodos evangelísticos. Rodolfo Blank ha detallado los métodos misioneros en tiempos
coloniales en su libro Teología y misión en América Latina. El primer método tiene que ver con
la predicación. La catequesis fue ampliamente utilizada para instruir al indígena en la nueva fe.
Muchos religiosos se empeñaron por aprender las lenguas nativas para comunicar de mejor
manera la doctrina católica. Testimonio de ello son las gramáticas y vocabularios de las lenguas
indígenas publicados durante la colonia [Zaragoza 2002, 49]. Además, los misioneros colocaban
cárteles en los mercados y plazas con pintorescas figuras del cielo y el infierno.
Otro método fue el drama y el teatro. Protagonizadas por los mismos indígenas, las obras
teatrales atraían la atención de masas de gentes. Por medio del drama se contaron las historias
bíblicas más famosas. También las historias reales de hombres ejemplares fue un método
evangelístico eficaz. La vida de santidad de frailes que vivían entre los indios causaba profundo
impacto al mensaje que anunciaban. Especialmente los franciscanos fueron un modelo heroico
de pobreza y humildad. Solían andar descalzos y alimentarse con la misma comida de los
indígenas.
Algunas instituciones relacionadas con la iglesia también funcionaron como métodos misioneros.
Entre estas están las escuelas. En ellas se enseñaba a leer y a escribir, pero también eran centros
culturales en donde el indígena podía aprender música, pintura, carpinterías, etc. La estructura
arquitectónica de los templos infundía en el indígena el sentido de que el Dios de los cristinos era
más excelso que sus dioses anteriores. Dentro de esos majestuosos templos se instruía a los
indígenas por medio de una liturgia esplendorosa y a través de fiestas eclesiales anuales. El
indígena podía captar el evangelio con sus oídos, ojos y demás sentidos. También los hospitales
tenían una función misionera. A través de ellos se cuidaba de los enfermos, destituidos y
necesitados.
Un párrafo aparte merece la labor misionera de los jesuitas. Varias órdenes religiosas
implantaron en América el método misionero denominado reducciones. Sin embargo, fueron
los jesuitas en Paraguay que lograr el éxito evangelístico y humanizador con este método. Aun
cuando el nombre lleve la idea de minimización, las reducciones eran todo lo contrario. A
través de ella los jesuitas transformaron la vida de los indígenas de la región que, por cierto, no
tenían el nivel cultural de los mayas, aztecas o incas. Las reducciones eran concentraciones de
indígenas por comunidades. En ellas, los jesuitas promovían la escultura, pintura, arquitectura,
urbanismo, teatro, danza, música, producción literaria, etc., entre los guaraníes.
En las reducciones llegó a existir imprenta e incluso se publicaron obras literarias escritas por
indígenas. Junto a la evangelización, los jesuitas eran arquitectos de la promoción humana en
Paraguay. Por medio de las reducciones el indígena fue instruido para vivir en poblaciones
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grandes, utilizar instrumentos avanzados de agricultura, vivir en dormitorios unifamiliares,
producir un excedente económico para atender la cultura y a los desvalidos, abandonar el
canibalismo, la embriaguez, la poligamia, etc. De hecho, la embriaguez fue combatida con la
introducción de la célebre hierba mate. Las reducciones en Paraguay iniciaron en 1609 y
concluyeron en 1767, acusados de conspiración política. Expulsados los jesuitas, los cazadores
de esclavos y la persecución de los encomenderos arrasó con las reducciones de Paraguay
[García, 47-60].
La iglesia institucional
Paralelamente a las órdenes religiosas existía la iglesia institucional. Evidentemente, la iglesia
institucional servía a los intereses de los poderes coloniales. La iglesia se constituyó en un
elemento importante para mantener el status quo colonial. El patronato real obligaba al estado a
mantener al clero con los diezmos que recaudaba. La iglesia estaba exenta de impuestos. Es por
ello que durante las luchas de independencia, la iglesia institucional se alió al poder político
reinante. La iglesia funcionaba como instrumentum regni [Prien, 117].
Para el colono ibérico medio la iglesia era un elemento „natural‟ de la sociedad que ella misma
había moldeado, al que tampoco se podía renunciar en el Nuevo Mundo, y no una comunidad de
cristianos comprometidos y motivados por el mandato misionero [Prien, 100]. Los curas
trabajaban al lado de los encomenderos brindando la doctrina y educación católica a los
indígenas, pero permitiendo, de manera tácita o explícita, la explotación. Incluso, algunos
sacerdotes fueron dueños de encomiendas.
La mayor parte de escuelas y universidades eran controladas por la iglesia católica. Este es un
elemento positivo de la iglesia institucional en América. Se logró fundar la Universidad de
Santiago de la Paz (Santo Domingo, 1540), la Universidad de Lima y México (1553), la
Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca (Bolivia, 1624) y
la Universidad de San Carlos (Guatemala, 1676), que no adquirió estatus de universidad sino
hasta 1927.
Además, la iglesia estaba encargada de hospitales. Figura destacada fue Martín de Porres (1569-
1639), el mulato al servicio de los enfermos quien trabajó en Lima. La iglesia se encargaba
de eventos sociales importantes a través del bautismo, entierros, matrimonios, etc. La iglesia era
reguladora de la vida diaria de las personas de la colonia. El pueblo debía pagar por las misas de
los difuntos, bautismos, matrimonios, entierros, etc., además de los diezmos y ofrendas. Por si
fuera poco, la iglesia actuaba como banco. Guardaba el dinero de las personas, prestaba e
hipotecaba bienes y terrenos a cambio de prestamos [Zaragoza 2002, 51]. La iglesia llegó a
controlar el 70% de las tierras de los territorios americanos. Las habitantes de las colonias se
dirigían al cura a través de la confesión o consejería para ser instruidos en qué era lo correcto y
qué lo incorrecto.
Paradójicamente, mientras la iglesia era la supervisora de la vida diaria en la colonia, ella misma
era dependiente de la monarquía. Se ha indicado que el Consejo de Indias se encargaba de
establecer las autoridades eclesiásticas en América y aprobar o desaprobar las iniciativas de la
iglesia en Indias. El orden jerárquico de la iglesia colonial fue el siguiente: Consejo de Indias –
Arzobispo – Obispos – Vicarías – Parroquias. Al final de la colonia, existían nueve arquidiócesis
7
organizadas: (1) Santo Domingo, (2) México, (3) Lima, (4) Santa Fe de Bogotá, (5) Charcas, (6)
Guatemala, (7) Santiago de Cuba, (8) Quito y (9) Caracas.
La inquisición
Uno de los aliados de la iglesia institucional fue el Santo Tribunal de la Inquisición. El 25 de
enero de 1569, Felipe II emitió una cédula para el establecimiento de tribunales inquisitoriales en
Lima y México. En Lima fueron juzgados tres protestantes en su primer auto de fe. En
México, el número se incrementó puesto que 36 protestantes fueron sentenciados en su primer
auto. En 1610 se establece un tercer tribunal en Cartagena. A manos de este tribunal murió
quemado un protestante que se mantuvo fiel hasta la muerte. Los tribunales tenían dependencias
menores denominadas comisarías. A la vez, las comisarías tenían subcomisarías.
Los sentenciados eran enjuiciados por cargos de diversa índole: (1) luteranos, (2) heterodoxos en
general, (3) moriscos, (4) judíos, (5) proposiciones heréticas, (6) blasfemias, reniegos y palabras
malsonantes, (7) irreligiosidad, (8) casados dos veces, (9) malas costumbres, (10) confesantes y
celebrantes sin órdenes, (11) impostores, (12) libros prohibidos, (13) solicitaciones sexuales
en el confesionario, (14) adivinos y hechiceros, etc [Nelson, 582].
Embajador en Roma
Nuncio en España
El Rey
Santa
Sede
(Roma)
Consejo de
Indias
España
Episcopado
Clero Secular
(sacerdotes,
párrocos)
Cabildo
Eclesiástico
Indias
Parroquia de
españoles
Parroquia de
indígenas
órdenes religiosas
Inquisición
organismos
seculares
organismos
eclesiásticos
Virrey
Audiencia
Gobernador
Cabildo
Cuadro de Dussel,
reproducido en Prien, 121.
8
La inquisición inspeccionaba en los puertos las imprentas, impresores, libros, mercadería, etc. La
inquisición desapareció en 1813. No sobrevivió a la independencia. En resumen, se enjuiciaron
112 personas en el siglo XVI, 128 en el XVII y 65 en el XVIII. De los enjuiciados fueron
ejecutados 27 (8 en Lima, 10 en México, 6 en Cartagena y 3 en otros lugares).
El protestantismo durante el período colonial ¿Por qué se demoró el ingreso protestante a tierras latinoamericanas?
El protestantismo surge en Europa. Los primeros reformadores (Lutero, Calvino, etc.) no estaban
interesados, ni intentaron una misión transcultural hacia América Latina. Aunque es cierto que la
Reforma casi coincide cronológicamente con el descubrimiento de América. La península Ibérica
era la interesada en conquistar y cristianizar ese continente. Alemania, Italia y el resto de
Europa estaba más preocupada en erradicar la herejía luterana o, purificar a la iglesia
católica. Por eso, se dice que los reformadores fueron misioneros ad intra, hacia el interior de la
iglesia.
Sin embargo, esa reforma interna tendió cada vez más hacia una religión fría y dogmática. Las
preocupaciones de los príncipes y líderes religiosos protestantes estaba en formular por escrito
las doctrinas bíblicas que los separaban de Roma. Este interés les distrajo de proponer una
religión más piadosa.1
En parte, esa fue una de las razones por las que surgió el movimiento pietista en Alemania y el
puritano en otras partes de Europa. Los líderes de estos movimientos estaban más interesados en
una relación personal con Dios a través de la experiencia personal en vez de una mediada por los
dogmas eclesiásticos. También, estaban interesados en compartir su fe con otras personas.
Contrario a los luteranos de la Confesión de Augsburgo, ellos no consideraban que una nación
era protestante solamente porque el príncipe de aquella región profesaba dicha confesión.
Con todo, los esfuerzos protestantes por proclamar su fe en regiones americanas se veían
impedidos por varios factores. Mencionaremos algunos de ellos.
La misión en “Jerusalén”. La Europa del siglo XVI no era monolítica religiosamente. Grandes
partes del Santo Imperio Romano habían sido invadidas por los mahometanos. Otras regiones
estaban ocupadas por los turcos. Y otras más albergaban a grupos de Judíos. Lutero y los
luteranos estaban consientes de la necesidad de predicar el evangelio a estos grupos. Su interés
estaba en evangelizar su Jerusalén, antes de ir hasta los confines de la tierra.
Dos ejemplos ilustran esta verdad.2 Primero, Primus Truber y Ungnad von Sonegg enviaron
Biblias, tratados y libros para evangelizar a los turcos. Segundo, el duque Ludwing de
1 La excepción notable la encontramos en la reforma radical.
2 Estos ejemplos los menciona el escritor luterano Rodolfo Blank, Teología y misión en América Latina
(San Luis, Misuri: Concordia Publishing House, 1996): 156-7.
9
Wüttemberg envió al predicador Valentín Class de Knittlingen al norte de África para proclamar
el evangelio entre los mahometanos.
La persecución. América Latina fue conquistada con la espada y la cruz.3 Y en esa cruz yacía el
cristo católico romano de la edad media. Los reyes católicos no iban a permitir que la herejía
luterana destrozara también al Nuevo Mundo. El Santo Tribunal de la Inquisición4 se encargó
efectivamente de retardar la llegada del protestantismo a tierras indígenas. El 25 de enero de
1569, Felipe II emitió una cédula para el establecimiento de tribunales inquisitoriales en Lima y
México.5 Los protestantes que se aventuraban a cruzar el Atlántico y establecerse en el Nuevo
Mundo fueron descubiertos, juzgados y condenados efectivamente por la Inquisición.
En 1556 es condenado a usar el Sambenito el inglés Robert Thompson, en México. En ese
mismo lugar, otro inglés y diez franceses son condenados por luteranos, herejes y sacrílegos.
Otro inglés –John Hawkins– es capturado en 1574, cuando capitaneaba un buque. Varios de sus
tripulantes son acusados de luteranos; entre ellos, William Cornelius, un tal Ortiz, y otro de
apellido Tejo.
Vale aclarar que la gran mayoría de los protestantes juzgados por la inquisición no eran
misioneros. Muchos cruzaba el Atlántico con propósitos comerciales. Sin embargo, su forma
de comportamiento y adoración era distinto a lo que los indígenas conocían como cristianismo. 6
La situación geográfica. Otra de las circunstancias que dilató la llegada de los protestantes a
América Latina fue la situación geográfica. Los viajes de Europa a América se debían hacer
desde la península Ibérica. Como se dijo antes, la Península estaba gobernada por el catolicismo.
Eso impedía que los protestantes se embarcaran con libertad rumbo al Nuevo Continente.
Las expediciones no castellanas: Los piratas y corsarios
Algunas naciones protestantes (Inglaterra y Países Bajos) comenzaron a tomar el control de las
navegaciones durante el siglo XVI. Piratas y corsarios lograron conquistar algunas islas del
caribe y ocupar tierras costeras.7 Esta fue una reacción al sistema económico que estaba
manejando la Península con respecto a América. Su política económica no permitía que la
riqueza de las tierras recién descubiertas fueran a dar a otras partes de Europa. Sin embargo, con
el tiempo, la economía americana escapó del control peninsular y fueron comunes el contrabando
3 Juan Mackay, El otro Cristo español (México: Casa Unida de Publicaciones, 1952).
4 Fue establecido en el siglo XIII para juzgar a los herejes. En 1252 la bula Ad Extirpanda de Inocente IV
autorizó la tortura además del juicio. 5 Wilton M. Nelson, “Inquisición en las Américas”, en ídem, ed., Diccionario de historia de la iglesia. Una
ventana a los primeros veinte siglos de la Iglesia (Nashville, TN: Editorial Caribe, 1989, 1974): 581-2. 6 Juan Juárez de Peralta recuerda, “Temyóse grandísimamente que los ingleses presos auían de dejar en la
tierra alguna infiçiòn de su mala seta, porque llanamente eran luteranos. Con este temor se uibía con ellos con
mucho recato, que para los yndios muy poco bastara, por ser como son cristianos nuebos y muy amigos de cosas
nuebas; y esto lo tienen de natural. Así no los dejauan ni aum berlos”. La cita es literal. El castellano que se utiliza
en el documento que tenemos es bastante antiguo. Juan Juárez de Peralta, Tratado del descubrimiento de las Yndias
y su conquista (1589), ed., Giorgio Perissinotto (Madrid: Alianza Editorial, 1990): 253. 7 Deiros, Historia del cristianismo: 589.
10
y la piratería.8 Sydney Rooy rememora algunas de las empresas protestantes durante el período
colonial,
Entre las empresas comerciales y estatales de los protestantes se destacan la ocupación
holandesa de la costa del Brasil (1630-1654) y las Antillas Holandesas (1634); la conquista y
ocupación de las islas de Bermuda, Barbados, Jamaica y Belice (1619, 1627, 1655, 1786) por los
ingleses; y de las islas Vírgenes de Santo Tomás y Santa Cruz (1666) por los daneses. También
Gran Bretaña tenía bases coloniales en Honduras, la Misquita y Nicaragua, las islas de Sotavento
y Trinidad.9
En 1555 los hugonotes franceses saquearon La Habana y, en 1564, La Florida. No obstante, los
ataques más temidos por los españoles fueron aquellos perpetuados por el inglés Francis Drake;
para unos, pirata despiadado (españoles), para otros (ingleses) brillante marinero.10
Con el paso
del tiempo, la libertad económica fue una realidad. Los acelerados cambios políticos que vivía la
Península y su incapacidad para controlar el flujo comercial hacia América obligó la libertad
económica. Inglaterra, por ejemplo, consiguió el derecho de asiento y el navío de permiso. Estos
privilegios autorizaban la importación de esclavos africanos y el permiso de navegación de un
barco inglés de 500 toneladas en cada flota hispana.11
En estas regiones se instalarían europeos no católicos que posteriormente traerían a tierras
latinoamericanas capellanes para practicar su fe protestante. Debe recordarse que estos europeos
eran herederos de un protestantismo cultural. Es decir, ellos nacieron y crecieron en
naciones en donde el príncipe era protestante y, por lo tanto, toda la región era declarada
protestante.
Así sucedió en la colonia alemana en Venezuela (1529-
1546).12
El emperador Carlos V tenía una deuda con los
Welser de Augsburgo (una casa banquera en Alemania). El
emperador saldó su deuda concediendo la región occidental
de Venezuela a la casa banquera. Algunos de los colonos que
llegaron a tierras latinoamericanas eran luteranos.13
Sin
embargo, no sería sino hasta 1819 que la primera capilla
protestante naciera en Río de Janeiro.14
8 Gonzalo Zaragoza, América Latina. Época colonial, (Madrid: ANAYA, 1987... 2002): 39.
9 Sydney Rooy, “Las agencias misioneras en América Latina frente al paradigma ecuménico emergente”, en
¿Hacia donde va el protestantismo? Herencia y prospectivas en América Latina (Buenos Aires: Editorial Kairós,
2003): 73. 10
Zaragoza, América Latina: 40. 11
Ibid., 45. 12
Aquí se sigue a Deiros, Historia del cristianismo: 592-4. Las Casas relata la destruición de Venezuela en
su Brevísima relación: 147-52. 13
Nicolás Federmann, por ejemplo, fue hijo de uno de los signatarios de la Confesión de Augsburgo. Ibid.
Rodolfo Blank, siguiendo a Roberto Huebner, considera que los Welser no eran luteranos. Cf. Teología y misión:
159-60. Ver además, Sidney Rooy, ¿La llegada de los “luteranos” a Venezuela?, Misión 37 (julio-septiembre
1991): 28-30. 14
Hans-Jürgen Prien, La historia del cristianismo en América Latina, trad. Joseph Barnadas (Salamanca:
Sígueme, 1985, 1978): 717.
Francis Drake, pirata inglés.
11
Los nuevos pobladores de América necesitaban conservar su cultura. Parte de ella era la religión
protestante. Así que solicitaban a Europa que enviara pastores entrenados que se encargaran del
factor religioso de su cultura.
Aunque la preocupación de los capellanes estaba encaminada a atender a los colonos protestantes
no cabe duda que la forma de culto que desarrollaban era distinta del catolicismo. Los indígenas
podían notar esta diferencia. Además, cuando las agencias misioneras y sociedades bíblicas
arribaron a tierras latinoamericanas encontraron gran apoyo de estos capellanes en su labor de
difusión evangélica.
Sin embargo, los protestantes emigraron en mayor número y de manera más efectiva hacia lo que
hoy se conoce como Norteamérica. Los exploradores ingleses y franceses llegaron en la primera
parte del siglo XVI a tierras norteamericanas. Más tarde, los protestantes europeos de esos países
formarían iglesias locales y establecerían colonias.
Las colonias no católicas
En el apartado anterior se mencionaron algunos detalles de las colonias protestantes en América.
Aquí, se será más específico al respecto. El monarca español Felipe II promovió una flota de
guerra denominada Armada Invencible. El propósito de la Armada era la invasión de Inglaterra.
Sin embargo, en 1588 en una eminente paradoja, la Armada Invencible fue vencida por los
ingleses (abajo se muestra el recorrido de la Armada Invencible). Así, España pierde la
hegemonía de los mares y el camino hacia el Nuevo Mundo queda relativamente limpio para las
naciones protestantes.
La colonia hugonote en Río de Janeiro. Con el apoyo de Calvino
y el almirante Coligny, algunos protestantes franceses
(hugonotes) prominentes organizan una colonia hugonote en
Brasil, después de dos expediciones en 1555 y 1558. En la
Bahía de Río de Janeiro construyen una fortaleza que servirá
como refugio para los hugonotes perseguidos, bajo el nombre de
Fuerte Coligny. Establecidos en la región, envían cartas a
Calvino para que envíe misioneros. En 1557 llegan pastores
preparados en Ginebra, para atender las demandas de los
protestantes en Brasil. El 21 de marzo de 1557 se celebra la
Santa Cena según la liturgia reformada. Quizá, este fue el
primer servicio de Comunión protestante en América. Sin
embargo, los portugueses arrasaron esta colonia.15
Años más
tarde, otra tentativa hugonote en la Florida fue extirpada.16
La colonia holandesa en Pernambuco. En la tercera década del siglo XVII, los protestantes
holandeses llegan al noreste de Brasil. En Recife establecen una colonia. Mauricio de Holanda
fue nombrado gobernador de la colonia. En 1630 emite un edicto que concede libertad religiosa a
15
Agustín Batlle, El advenimiento del protestantismo en América Latina, apéndice IV de Enrique D.
Dussel, Historia de la iglesia en América Latina (España: Nova Terra, 1972): 326. 16
Blank, Teología y misión: 161.
12
todos aquellos que reconozcan el dominio holandés. En 1654 los portugueses reconquistan esta
sección de Brasil.17
Los moravos en el Caribe. Los ingleses ocuparon Bermudas en 1625 y conquistaron Jamaica en
1655. Después, se instalaron en Barbados, Trinidad, las islas de Tortuga y de San Andrés, y por
la costa atlántica de Centro América.18
Con la llegada de los colonos ingleses al Caribe se
establecieron iglesias anglicanas para atender las necesidades de los europeos. Los bautistas y
moravos (descendientes espirituales de Hus y del luteranismo pietista) intentaron evangelizar a
los esclavos negros. Sin embargo, los patronos consideraban que la recepción del evangelio por
parte de los esclavos resultaría en una revuelta. Por eso, trataron de impedir la labor
evangelística. En 1735 los moravos empiezan labor evangelística en América del Sur. También
los indígenas miskitos de la costa atlántica de Nicaragua fueron convertidos por los moravos.19
La colonia escocesa en Panamá. En 1698 unos 1.200 presbiterianos escoceses se establecieron en
el Istmo de Darién. Los propósitos de la colonia eran eminentemente comerciales. No obstante,
hay evidencia de un cargamento de 1.500 Biblias en inglés para la colonia. Las hostilidades de
los españoles y los rigores del clima acabaron con este intento de colonia dos años después de su
establecimiento (1700).20
Los anglicanos en Bermudas. El inglés Henry May se vio forzado a residir brevemente en
Bermudas después de sufrir un naufragio en 1593. Las Bermudas no tenían habitantes naturales.
Pero después de establecerse los ingleses (1610), se llenó de esclavos negros e indios. Durante el
siglo XVII las Bermudas fueron la base de los piratas y corsarios. Por esa misma época se
estableció la iglesia para la vida religiosa de los colonos. El primer pastor anglicano de la región
fue Richard Bucke. Su sucesor, el pastor puritano escocés George Keith, denunció las
atrocidades de los colonos en esas regiones. En 1719 se estableció la Iglesia Presbiteriana.21
Las agencias misioneras
Durante el período colonial, varias agencias misioneras se formaron en Europa con el propósito
de llevar el evangelio al nuevo mundo. Entre las agencias que se formaron se pueden mencionar
las siguientes: Society for the Promotion of Christian Knowledge (1698), Society for the
Propagation of the Gospel in Foreign Parts (1701), Associates of Dr. Bray (1723), los esfuerzos
misioneros de los moravos, las misiones metodistas, la Sociedad de los Amantes de Jesús (ca.
1670)22
, etc.23
Estos esfuerzos misioneros iban encaminados a promover el conocimiento bíblico
entre los colonos, pero también a difundir la fe evangélica entre esclavos, negros e indios.
17
Batlle, El advenimiento del protestantismo en América Latina: 327. 18
Blank, Teología y misión: 161. 19
Sidney Rooy, La llegada de los moravos a Nicaragua, Misión 38 (octubre-diciembre 1991): 21-2. 20
Deiros, Historia: 599-600. 21
Sidney H. Rooy, La llegada de la fe anglicana a las Indias Occidentales, Iglesia y misión 40 (abril-
junio 1992): 18-9. 22
Por la apatía de los dirigentes de la iglesia luterana en Europa, este proyecto no se pudo realizar. Su
entusiasta promotor era el barón Justinianus von Weltz, que posteriormente fue misionero en Surinam. Blank,
Teología y Misión: 161-4. 23
Sydney Rooy, “Las agencias misioneras en América Latina frente al paradigma ecuménico emergente”:
73-5.
13
En todo caso, los primeros misioneros protestantes de América Latina fueron la multitud de
Biblias, tratados y porciones bíblicas clandestinos que se distribuían en la región.24
24
Prien, La historia del cristianismo: 715. Pablo Deiros cita las palabras de Prien pero sin darle el crédito
respectivo en Protestantismo en América Latina (Nashville, TN: Caribe, 1997): 28.
Anglicanos en Bermudas (1610)
Colonias inglesas fundadas
por puritanos (1620)
Tentativa de colonia hugonote
francesa en Florida (1564-5)
Daneses conquistan las Islas vírgenes en
1666, que sierven de refutio hugonote.
Mineros luteranos en la
colonia de los Welser en
Venezuela (1528-46)
Colonia holandesa de
Pernambuco (1630-54)
Colonia hogonote
francesa en Río de
Janeiro (1555-60)
Isla de Jamaica.
Capturada por la
expedición de Cromwell
(1655)
1.200 colonos
presbiterianos escoceses
intentan establecerse en
Panamá (1698-1700)
Los misioneros Moravos
establecen varias
iglesias en las colonias
inglesas y holandesas
del Caribe y de las
Guayanas, y en la
Moskitia durante el siglo
XVIII
Bastian 1986, 68