léase jeremías 20:8, 9. la biblia no nos proclamarla. …ayudatj.com/sites/default/files/semana...

18
Semana del 3 al 9 de Junio [E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya] Gracias por visitar www.ayudatj.com Malak [Cantico Nº 68 ][E. Libro] [Inicio] [8][9][10][11][12][13] jr cap. 10 párrs. 8-13 8. ¿En qué circunstancias oró Jeremías a Dios? [8] [] Durante los años que sirvió de vocero ante la nación de Judá, Jeremías buscó a Jehová con oraciones sentidas. Recurrió a él por apoyo cuando tuvo que proclamar mensajes impopulares, cuando creyó que no podía seguir más y cuando no entendió las razones por las cuales ocurrían ciertas cosas. Jehová le respondió y le dio instrucciones sobre cómo proceder. Estudiemos algunos ejemplos. 9. a) ¿Cómo se expresó el profeta en Jeremías 15:15, 16, y cómo respondió Jehová? b) ¿Por qué es importante expresarle a Dios cómo nos sentimos? [9] [Textos] En una ocasión, cuando Jeremías tuvo que proclamar un mensaje de denunciación, sintió que todo el mundo lo estaba maldiciendo. De modo que le pidió a Dios que se acordase de él. En su oración, recogida en Jeremías 15:15, 16, nos dice qué sentimientos despertó en él la respuesta divina (léase). Jeremías expresó su angustia; sin embargo, cuando halló las palabras de Dios y las puso en su boca, por así decirlo, se llenó de gozo. Jehová lo ayudó a valorar el privilegio de portar su nombre y proclamar su mensaje. Así, Jeremías vio claramente dónde estaba Jehová en esta situación. ¿Qué aprendemos nosotros? 10. ¿Cómo respondió Jehová cuando Jeremías dijo que no volvería a hablar más en su nombre? [10] [Textos] En otra ocasión, después que lo golpeó el sacerdote Pasjur, hijo de Imer, Jeremías dijo que ya no volvería a hablar en el nombre de Jehová. ¿De qué manera respondió Dios a la vehemente expresión de Jeremías? (Léase Jeremías 20:8, 9.) La Biblia no nos dice que Dios habló con el profeta desde el cielo. Pero su palabra llegó a ser como un fuego encerrado en los huesos de Jeremías, y este no pudo más que proclamarla. En realidad, lo que lo impulsó a seguir con la comisión divina fue expresarse con toda sinceridad ante Dios y dejarse llevar por lo que sabía que era Su voluntad. 11, 12. ¿Cómo se le contestó a Jeremías la cuestión que planteó sobre la aparente prosperidad de los inicuos? [11] [Textos] A Jeremías lo desconcertaba ver la prosperidad de los inicuos, y se lo hizo saber a Jehová (léase Jeremías 12:1, 3). Aunque no pretendía cuestionar en absoluto la justicia divina, buscaba una respuesta a su queja. Su franqueza dejó ver el estrecho lazo que los unía, muy parecido al que une a un niño con su amado padre. Lo que pasaba era que Jeremías no entendía por qué muchos judíos triunfaban a pesar de su maldad. ¿Obtuvo una respuesta satisfactoria? Sí, Jehová le aseguró que desarraigaría a los malvados (Jer. 12:14). Ver cómo Jehová se encargaba de los asuntos que le planteaba en oración tuvo que afianzar la confianza de Jeremías en la justicia divina. En consecuencia, es muy probable que las oraciones a su Dios y Padre fueran cada vez más frecuentes y francas. [12] [Textos] En el ocaso del reinado de Sedequías, cuando los babilonios sitiaron Jerusalén, Jeremías dijo que Jehová es Aquel ―cuyos ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres, a fin de dar a cada uno conforme a sus caminos y conforme al fruto de sus tratos‖ (Jer. 32:19). Estas palabras indican que el profeta entendió cuál es la postura de Jehová en materia de justicia: el Altísimo observa lo que hace cada uno de sus siervos y escucha sus sinceras súplicas, y, a su vez, sus siervos ven más y más testimonios de que Él da ―a cada uno conforme a sus caminos y conforme al fruto de sus tratos‖. 13. ¿Por qué confiamos en que Dios llevará a cabo su voluntad? [13] [Textos] Probablemente no tengamos ninguna duda sobre la justicia de Dios y el sabio modo como él lleva y llevará a cabo su voluntad. Aun así, podemos beneficiarnos mucho si reflexionamos en las experiencias de Jeremías y le contamos a Jehová nuestros temores o preocupaciones. Expresarnos con la

Upload: lyhuong

Post on 08-Oct-2018

225 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Semana del 3 al 9 de Junio

[E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya]

Gracias por visitar www.ayudatj.com

Malak

[Cantico Nº 68 ][E. Libro] [Inicio]

[8][9][10][11][12][13]

jr cap. 10 párrs. 8-13

8. ¿En qué circunstancias oró Jeremías a Dios?

[8] [] Durante los años que sirvió de vocero ante la

nación de Judá, Jeremías buscó a Jehová con

oraciones sentidas. Recurrió a él por apoyo cuando tuvo

que proclamar mensajes impopulares, cuando creyó que

no podía seguir más y cuando no entendió las razones

por las cuales ocurrían ciertas cosas. Jehová le

respondió y le dio instrucciones sobre cómo proceder.

Estudiemos algunos ejemplos.

9. a) ¿Cómo se expresó el profeta en Jeremías

15:15, 16, y cómo respondió Jehová? b) ¿Por qué es

importante expresarle a Dios cómo nos sentimos?

[9] [Textos] En una ocasión, cuando Jeremías tuvo

que proclamar un mensaje de denunciación, sintió que

todo el mundo lo estaba maldiciendo. De modo que le

pidió a Dios que se acordase de él. En su oración,

recogida en Jeremías 15:15, 16, nos dice qué

sentimientos despertó en él la respuesta divina (léase).

Jeremías expresó su angustia; sin embargo, cuando

halló las palabras de Dios y las puso en su boca, por así

decirlo, se llenó de gozo. Jehová lo ayudó a valorar el

privilegio de portar su nombre y proclamar su mensaje.

Así, Jeremías vio claramente dónde estaba Jehová en

esta situación. ¿Qué aprendemos nosotros?

10. ¿Cómo respondió Jehová cuando Jeremías dijo

que no volvería a hablar más en su nombre?

[10] [Textos] En otra ocasión, después que lo golpeó

el sacerdote Pasjur, hijo de Imer, Jeremías dijo que ya

no volvería a hablar en el nombre de Jehová. ¿De qué

manera respondió Dios a la vehemente expresión de

Jeremías? (Léase Jeremías 20:8, 9.) La Biblia no nos

dice que Dios habló con el profeta desde el cielo. Pero

su palabra llegó a ser como un fuego encerrado en los

huesos de Jeremías, y este no pudo más que

proclamarla. En realidad, lo que lo impulsó a seguir con

la comisión divina fue expresarse con toda sinceridad

ante Dios y dejarse llevar por lo que sabía que era

Su voluntad.

11, 12. ¿Cómo se le contestó a Jeremías la cuestión

que planteó sobre la aparente prosperidad de los

inicuos?

[11] [Textos] A Jeremías lo desconcertaba ver la

prosperidad de los inicuos, y se lo hizo saber a Jehová

(léase Jeremías 12:1, 3). Aunque no pretendía

cuestionar en absoluto la justicia divina, buscaba una

respuesta a su queja. Su franqueza dejó ver el estrecho

lazo que los unía, muy parecido al que une a un niño

con su amado padre. Lo que pasaba era que Jeremías

no entendía por qué muchos judíos triunfaban a pesar

de su maldad. ¿Obtuvo una respuesta satisfactoria? Sí,

Jehová le aseguró que desarraigaría a los malvados

(Jer. 12:14). Ver cómo Jehová se encargaba de los

asuntos que le planteaba en oración tuvo que afianzar la

confianza de Jeremías en la justicia divina.

En consecuencia, es muy probable que las oraciones a

su Dios y Padre fueran cada vez más frecuentes y

francas.

[12] [Textos] En el ocaso del reinado de Sedequías,

cuando los babilonios sitiaron Jerusalén, Jeremías dijo

que Jehová es Aquel ―cuyos ojos están abiertos sobre

todos los caminos de los hijos de los hombres, a fin de

dar a cada uno conforme a sus caminos y conforme al

fruto de sus tratos‖ (Jer. 32:19). Estas palabras indican

que el profeta entendió cuál es la postura de Jehová en

materia de justicia: el Altísimo observa lo que hace cada

uno de sus siervos y escucha sus sinceras súplicas, y, a

su vez, sus siervos ven más y más testimonios de que

Él da ―a cada uno conforme a sus caminos y conforme

al fruto de sus tratos‖.

13. ¿Por qué confiamos en que Dios llevará a cabo su voluntad?

[13] [Textos] Probablemente no tengamos ninguna duda sobre la justicia de Dios y el sabio modo como él lleva y llevará a cabo su voluntad. Aun así, podemos beneficiarnos mucho si reflexionamos en las experiencias de Jeremías y le contamos a Jehová nuestros temores o preocupaciones. Expresarnos con la

misma franqueza que el profeta nos ayudará a reforzar nuestra confianza en Dios y en que su voluntad sin falta se realizará. Incluso si de momento no entendemos completamente el desenvolvimiento de algunos sucesos o la razón por la que el propósito de Dios se desarrolla a cierto ritmo, podemos expresarle en oración nuestra total confianza en que nada escapa a su control. Jehová hará su voluntad a la manera y al ritmo que él considere convenientes. Eso está garantizado, y no tenemos ningún motivo para dudarlo. Continuaremos preguntando ―dónde está Jehová‖, pues no dejaremos de orar para comprender su voluntad y ver testimonios del cumplimiento de su propósito (Job 36:5-7, 26).

A la hora de buscar a Jehová en oración, ¿qué nos garantizan las experiencias de Jeremías?

[E.M.T] [Inicio]

[P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3]

[P.S] Lectura de la Biblia: Juan 17 a 21

Respuestas a preguntas bíblicas:

19:11. Al hablarle a Pilato del hombre que lo había entregado, ¿se refería Jesús a Judas Iscariote? En lugar de pensar en Judas o en alguna otra persona específica, parece que Jesús estaba incluyendo a todos los que compartían la culpa de su asesinato. Entre ellos estaban Judas, ―los sacerdotes principales y todo el Sanedrín‖ y hasta ―las muchedumbres‖ que se dejaron convencer y pidieron a Barrabás (Mat. 26:59-65; 27:1, 2, 20-22).

20:17. ¿Por qué le dijo Jesús a María Magdalena que dejara de colgarse de él? Parece que María se colgó de Jesús porque pensaba que él estaba a punto de ascender al cielo y no lo volvería a ver. Por eso, para tranquilizarla, Jesús le dijo que dejara de colgarse de él y que fuera, más bien, a darles la noticia de su resurrección a los demás discípulos.

Lecciones para nosotros:

21:15, 19. Jesús le preguntó a Pedro si lo amaba más que a ―estos‖, es decir, a los peces que tenían ante ellos. Con esta pregunta, Jesús le remarcó a Pedro la importancia de que, en lugar de dedicarse a la pesca, se dedicara a seguirlo todo el tiempo. ¿Qué hay de nosotros? A medida que analicemos los Evangelios, procuremos fortalecer nuestra resolución de amar a Jesús por encima de cualquier otra cosa que pudiera parecernos atractiva. Sí, continuemos siguiéndolo con todo el corazón.

[Nº1] Núm. 1: Juan 21:15-25

15 Pues bien, cuando se hubieron desayunado, Jesús

dijo a Simón Pedro: ―Simón hijo de Juan, ¿me amas más que a estos?‖. Él le dijo: ―Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño‖. Le dijo: ―Apacienta mis corderos‖.

16 De

nuevo le dijo, por segunda vez: ―Simón hijo de Juan, ¿me amas?‖. Él le dijo: ―Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño‖. Le dijo: ―Pastorea mis ovejitas‖.

17 Le dijo por

tercera vez: ―Simón hijo de Juan, ¿me tienes cariño?‖. Pedro se contristó de que por tercera vez le dijera: ―¿Me tienes cariño?‖. De modo que le dijo: ―Señor, tú sabes todas las cosas; tú bien sabes que te tengo cariño‖. Le dijo Jesús: ―Apacienta mis ovejitas.

18 Muy

verdaderamente te digo: Cuando eras más joven, tú mismo te ceñías y andabas por donde querías. Pero cuando envejezcas extenderás las manos y otro te ceñirá y te cargará a donde no desees‖.

19 Esto lo dijo

para significar con qué clase de muerte glorificaría a Dios. Entonces, cuando hubo dicho esto, le dijo: ―Continúa siguiéndome‖.

20 Volviéndose, Pedro vio al discípulo a quien Jesús

amaba, que venía siguiendo, el que en la cena también se había recostado sobre su pecho y dicho: ―Señor, ¿quién es el que te traiciona?‖.

21 Por eso, cuando

alcanzó a verlo, Pedro dijo a Jesús: ―Señor, ¿qué [hará] este?‖.

22 Jesús le dijo: ―Si es mi voluntad que él

permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso? Tú continúa siguiéndome‖.

23 Por consiguiente,

entre los hermanos salió este dicho: que aquel discípulo no moriría. Sin embargo, Jesús no le dijo que no moriría, sino: ―Si es mi voluntad que él permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso?‖.

24 Este es el discípulo que da testimonio acerca de

estas cosas y que escribió estas cosas, y sabemos que el testimonio que él da es verdadero.

25 Hay, de hecho, muchas otras cosas también que

Jesús hizo, que, si se escribieran alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos que se escribieran.

[Nº2] Núm. 2: ¿Por qué no deberíamos ―seguir tras la

muchedumbre‖? (Éx. 23:2; Prov. 1:10)

(Éxodo 23:2) No debes seguir tras la muchedumbre para fines malos; y no debes testificar en cuanto a una controversia para desviarte con la muchedumbre a fin de pervertir la justicia.

(Proverbios 1:10) Hijo mío, si los pecadores tratan de seducirte, no consientas.

[Nº3] Núm. 3: ¿Quiénes, aparte de los ungidos,

experimentan los beneficios del sacrificio de Jesús? (rs

pág. 323 párr. 2–pág. 324 párr. 1)

¿Quiénes más, en nuestro día, experimentan los beneficios del sacrificio de Jesús?

1 Juan 2:2: ―Él [Jesucristo] es un sacrificio propiciatorio por nuestros pecados [los del apóstol Juan y otros cristianos ungidos con espíritu], empero no solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo [otras personas de la humanidad, aquellas para quienes se ha hecho posible de esta manera la perspectiva de disfrutar de vida eterna en la Tierra].‖

Juan 10:16: ―Tengo otras ovejas, que no son de este redil; a ésas también tengo que traer, y escucharán mi voz, y llegarán a ser un solo rebaño, un solo pastor.‖ (Estas ―otras ovejas‖ llegan a estar bajo el cuidado amoroso de Jesucristo mientras el resto del ―rebaño pequeño‖ de herederos del Reino todavía está en la Tierra; por tanto, se puede asociar a estas ―otras ovejas‖ con los herederos del Reino como parte del ―un solo rebaño‖. Todas estas personas disfrutan de muchos de los mismos beneficios del sacrificio de Jesús, pero no exactamente del mismo modo, porque tienen destinos diferentes.)

Rev. 7:9, 14: ―Después de estas cosas vi, y, ¡miren! una grande muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, [...] ‗Estos son los que salen de la grande tribulación, y han lavado sus ropas largas y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.‘‖ (Por tanto, los miembros de esta gran muchedumbre estarán vivos cuando comience la gran tribulación, y tienen una posición limpia ante Dios porque ejercen fe en el rescate. Basta con la justicia que se cuenta a favor de ellos como resultado de esto para que sean conservados con vida en la Tierra a través de la gran tribulación.)

[R. Servicio] [Inicio]

Cántico 16

10 min: Ideas para ofrecer las revistas en junio.

Análisis con el auditorio. En treinta o sesenta

segundos explique por qué las revistas le

interesarán a la gente del territorio. A

continuación, pida a los presentes que digan qué

preguntas y qué textos podrían usarse al presentar

el tema de portada de La Atalaya. Haga lo mismo

con el tema de portada de ¡Despertad! y, si hay

tiempo, hágalo también con otro artículo de

cualquiera de las dos revistas. Incluya una

demostración para cada revista.

LA ATALAYA de junio “Hoy nos gustaría hablarle

brevemente sobre un problema muy común. La

mayoría de nosotros hemos sido alguna vez víctimas

del prejuicio. ¿Cree que haya algún lugar en el mundo

en el que ese problema no exista? [Permita que la

persona responda.] Es bueno saber que Dios no tiene

prejuicios, fíjese en lo que dice aquí [lea Hechos

10:34]. Esta revista explica lo que él hará para acabar

con el prejuicio de una vez por todas.”

¡Despertad! Junio “¿Verdad que todos anhelamos una

mejor calidad de vida? Pero permítame preguntarle:

¿cree que la manera de lograrlo sea comprando más y

más cosas? [Permita que la persona responda.] Estas

palabras de Jesús deberían hacernos pensar [lea

Lucas 12:15]. Esta revista nos ofrece un punto de

vista más equilibrado sobre las cosas materiales y

nos da sugerencias para controlar los gastos.”

10 min: ¿Por qué hacemos un informe del servicio

del campo? Discurso a cargo del secretario

basado en el libro Organizados, página 88,

párrafo 1, a página 90, párrafo 1.

CAPÍTULO 8 [...] ¿POR QUÉ INFORMAMOS EL SERVICIO DEL CAMPO? ¿Se olvida a veces de llenar y entregar su informe? Seguramente, a todos se nos ha tenido que recordar en alguna ocasión que lo hagamos. Pero si cultivamos la actitud adecuada respecto a informar nuestro ministerio del campo y si entendemos por qué es importante hacerlo, tal vez nos resulte más fácil acordarnos. Algunos han preguntado: “¿Por qué tengo que entregar un informe a la congregación si Jehová sabe lo que yo hago en Su servicio?”. Es cierto que Jehová lo sabe, y además, él puede discernir si le servimos de todo corazón o si solo hacemos lo mínimo para salvar las

apariencias. Recuerde, sin embargo, que Jehová hizo que constara en su Palabra la cantidad de días que Noé pasó en el arca y la cantidad de años que los israelitas vagaron por el desierto. También llevó un registro de las personas que le obedecieron y de las que le desobedecieron, así como de la conquista progresiva de la tierra de Canaán y las hazañas de los fieles jueces de Israel. En efecto, él se encargó de que [89] quedara constancia de muchos pormenores de las acciones de sus siervos. Al inspirar a quienes los pusieron por escrito, nos demostró claramente lo que piensa sobre llevar registros precisos. Los sucesos históricos narrados en la Biblia ponen de manifiesto la exactitud de los informes y registros escritos del pueblo que llevaba el nombre de Jehová. En numerosos casos, el relato bíblico perdería mucho significado si se omitieran ciertas cantidades. Repase los siguientes ejemplos: Génesis 46:27 y Éxodo 12:37; Jueces 7:7; 2 Reyes 19:35; 2 Crónicas 14:9-13; Juan 6:10; 21:11; Hechos 2:41; 19:19. (Génesis 46:27) Y los hijos de José que le nacieron en Egipto

fueron dos almas. Todas las almas de la casa de Jacob que entraron en Egipto fueron setenta.

(Éxodo 12:37) Y los hijos de Israel procedieron a partir de

Ramesés para Sucot, en número de seiscientos mil hombres físicamente capacitados a pie, además de pequeñuelos.

(Jueces 7:7) Jehová ahora dijo a Gedeón: ―Por los trescientos

hombres que lamieron [el agua] los salvaré, y daré a Madián en tu mano. En cuanto a toda la otra gente, que se vaya cada uno a su lugar‖.

(2 Reyes 19:35) Y aconteció que en aquella noche el ángel de

Jehová procedió a salir y a derribar a ciento ochenta y cinco mil [hombres] en el campamento de los asirios. Cuando unas personas se levantaron muy de mañana, pues, allí todos eran cadáveres muertos.

(2 Crónicas 14:9-13) Más tarde Zérah el etíope salió contra

ellos con una fuerza militar de un millón de hombres y trescientos carros, y vino hasta Maresah.

10 Entonces Asá salió

contra él, y se dispusieron en orden de batalla en el valle de Zefata junto a Maresah.

11 Y Asá empezó a clamar a Jehová

su Dios y a decir: ―Oh Jehová, en cuanto a ayudar, para ti no importa si hay muchos o [los de] ningún poder. Ayúdanos, oh Jehová nuestro Dios, porque de veras nos apoyamos en ti, y en tu nombre hemos venido contra esta muchedumbre. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios. No permitas que el hombre mortal retenga fuerza contra ti‖.

12 Ante aquello, Jehová

derrotó a los etíopes delante de Asá y delante de Judá, y los etíopes se dieron a la fuga.

13 Y Asá y la gente que con él

estaba siguieron persiguiéndolos hasta Guerar, y los de los etíopes continuaron cayendo hasta que no hubo ninguno de ellos vivo; porque fueron hechos pedazos delante de Jehová y delante de su campamento. Después ellos se llevaron una grandísima cantidad de despojo.

(Juan 6:10) Jesús dijo: ―Hagan que los varones se reclinen

como en una comida‖. Bueno, había mucha hierba en el lugar. Entonces los hombres se reclinaron, en número de unos cinco mil.

(Juan 21:11) Simón Pedro, por lo tanto, subió a bordo, y sacó

a tierra la red llena de peces grandes, ciento cincuenta y tres. Pero aunque había tantos, la red no se reventó.

(Hechos 2:41) Por lo tanto, los que abrazaron su palabra de

buena gana fueron bautizados, y en aquel día unas tres mil almas fueron añadidas.

(Hechos 19:19) De hecho, buen número de los que habían

practicado artes mágicas juntaron sus libros y los quemaron delante de todos. Y calcularon en conjunto los precios de ellos y hallaron que valían cincuenta mil piezas de plata.

Hay varias razones por las que informamos nuestro servicio del campo hoy en día. Aunque tales informes no abarcan, obviamente, todo lo que hacemos en el servicio de Jehová, resultan muy útiles para todos los que componemos Su organización, como por ejemplo para los ancianos de las congregaciones. A veces, los informes indican que hay que dedicar más atención a determinadas facetas de nuestro ministerio. Las cifras quizás revelen que se ha avanzado en algunos aspectos, pero en otros, como en la cantidad de publicadores, el crecimiento se ha reducido. Tal vez haya que estimular a los hermanos o se tengan que resolver ciertos problemas. Los superintendentes se fijarán en los informes y tratarán de corregir cualquier situación que esté frenando el progreso de algunos hermanos o de toda la congregación. Los informes también ayudan a la organización a determinar dónde se precisan más obreros. ¿Qué zonas son más productivas? ¿En cuáles hay poco progreso? ¿Qué publicaciones se requieren para que la gente conozca la verdad? Los informes le indican a la organización las publicaciones que se necesitan en cada región del planeta y le permiten prepararse a fin de que siempre haya suficientes biblias y publicaciones bíblicas para distribuir en la predicación. A la mayoría de nosotros nos estimulan mucho los informes. ¿No nos entusiasmamos al enterarnos de los resultados de la predicación mundial de las buenas nuevas? Las noticias de aumentos en la cantidad de publicadores nos permiten tener una visión general del crecimiento de la organización de Jehová. Las experiencias nos animan y nos infunden celo, lo que nos impulsa a participar más de lleno en el ministerio (Hech. 15:3). Por consiguiente, cuando somos cooperadores y entregamos los informes del servicio del campo, cumplimos un papel importante y además demostramos nuestro interés por la hermandad mundial. De esa forma tan sencilla manifestamos sumisión a la organización de Jehová (Mat. 24:45-47).

(Hechos 15:3) Por consiguiente, habiendo sido acompañados

parte del camino por la congregación, estos hombres continuaron su camino a través de Fenicia y también de Samaria, contando en detalle la conversión de gente de las naciones, y ocasionaban gran gozo a todos los hermanos.

(Mateo 24:45-47) ‖¿Quién es, verdaderamente, el esclavo fiel

y discreto a quien su amo nombró sobre sus domésticos, para darles su alimento al tiempo apropiado?

46 ¡Feliz es aquel

esclavo si su amo, al llegar, lo hallara haciéndolo así! 47

En

verdad les digo: Lo nombrará sobre todos sus bienes.

10 min: Necesidades de la congregación.

Cántico 107 y oración

[Cántico 114 ][Atalaya] [Inicio]

[1][2][3][4][5][6][7][8][9][10][11][12][13][14][1

5][16][17][18][19][20]

Benefíciese al máximo de su lectura de la Biblia

“Verdaderamente me deleito en la ley de Dios.”

(ROM. 7:22)

Cántico 113

BUSQUE LAS RESPUESTAS * ¿Cómo lo beneficiará leer la Biblia “en voz baja”? * ¿Cómo puede acumular un caudal de textos bíblicos para ayudar a otras personas? * ¿Cómo lo protege leer la Biblia? 1-3. ¿Qué beneficios obtenemos al leer la Biblia y

seguir sus enseñanzas?

[1] [Textos] “CADA mañana le doy gracias a Jehová

por ayudarme a entender la Biblia.” La cristiana de

edad avanzada que se expresó así ha leído la Biblia de

principio a fin más de cuarenta veces y piensa seguir

haciéndolo. Una hermana joven escribió que gracias a

la lectura de la Palabra de Dios, ahora Jehová es real

para ella. Como resultado, se ha acercado más a él.

“Nunca me he sentido tan feliz”, afirma.

[2] [] El apóstol Pedro nos animó a desarrollar “el

anhelo por la leche no adulterada que pertenece a la

palabra” (1 Ped. 2:2). Quienes satisfacen ese anhelo

estudiando la Biblia y siguiendo sus enseñanzas

tienen la conciencia tranquila y un propósito en la

vida. Además, cultivan amistades permanentes con

personas que también aman y sirven al Dios

verdadero. Tienen buenas razones para sentirse

como el apóstol Pablo, quien dijo: “Me deleito en la

ley de Dios” (Rom. 7:22). Pero usted puede obtener

aún más beneficios. Veamos algunos.

[3] [] Cuanto más aprenda de Jehová y su Hijo, más

los amará a ellos y a su prójimo. Por su conocimiento

exacto de la Biblia, usted sabe que Dios pronto

salvará de este sistema moribundo a los seres

humanos fieles a él. Tiene un mensaje alegre que

llevar a la gente en el ministerio. Y Jehová bendecirá

sus esfuerzos por enseñar las cosas que ha aprendido

en la Palabra de Dios.

LEA Y REFLEXIONE

4. ¿Qué significa leer la Biblia “en voz baja”?

[4] [Textos] Jehová no desea que sus siervos lean su

Palabra apresuradamente. Hace mucho tiempo le dijo

a Josué: “Este libro de la ley no debe apartarse de tu

boca, y día y noche tienes que leer en él en voz baja”

(Jos. 1:8; Sal. 1:2). Esto no quiere decir que de verdad

usted deba pronunciar en voz baja cada palabra de

Génesis a Revelación. Lo que significa, más bien, es

que debe leer la Biblia a un ritmo que le permita

meditar. Si lo hace “en voz baja”, podrá centrar su

atención en pasajes que en ese momento sean para

usted especialmente útiles y animadores. Lea

despacio tales frases, versículos o relatos, quizás

musitando, es decir, moviendo la lengua y los labios

como si fuera a pronunciar las palabras. Así el pasaje

bíblico le llegará con toda su fuerza y calará hondo en

usted. ¿Por qué es esto importante? Porque captar el

sentido de los consejos de Dios le dará una fuerte

motivación para ponerlos en práctica.

5-7. Ponga un ejemplo de cómo la lectura “en voz

baja” de la Palabra de Dios puede ayudarle en los

siguientes aspectos: a) obedecer las normas

morales de Dios; b)?tratar a los demás con

paciencia y bondad; c)?confiar en Jehová en los

momentos difíciles.

[5] [Textos] Esta manera de leer le será muy

provechosa cuando estudie libros bíblicos que no

conozca bien. Ilustrémoslo con tres ejemplos. En

primer lugar, piense en un cristiano joven que en su

programa de lectura personal llega a las profecías de

Oseas. Tras leer “en voz baja” los versículos 11 a 13

del capítulo 4, se detiene (lea Oseas 4:11-13). ¿Por

qué? Esos versículos le llaman la atención porque los

muchachos de la escuela lo presionan para que tenga

relaciones sexuales. Reflexiona sobre ese pasaje y se

dice: “Jehová ve los pecados que uno comete a solas.

Yo no quiero herirlo”. Teniendo esto presente, se

resuelve a obedecer las normas morales de Dios.

[6] [Textos] En un segundo caso, una cristiana que

lee el libro de Joel llega al capítulo 2, versículo 13 (lea

Joel 2:13). Al leerlo “en voz baja”, medita en cómo

puede imitar a Jehová, que es “benévolo y

misericordioso, tardo para la cólera y abundante en

bondad amorosa”. Como resultado, se propone no

recurrir más a las burlas y palabras hirientes que a

veces usa al hablar con su esposo y otras personas.

[7] [Textos] Y en tercer lugar, imagine a un padre

cristiano que se ha quedado sin empleo y le preocupa

el bienestar de su familia. En Nahúm 1:7 lee “en voz

baja” que Jehová “sabe de los que buscan refugio en

él” y los protege como “una plaza fuerte en el día de la

angustia”. Este pensamiento lo consuela. Al percibir

la ternura con que Jehová nos cuida, deja de

preocuparse en exceso. Luego lee del mismo modo el

versículo 15 (lea Nahúm 1:15). Nuestro hermano

comprende que predicar las buenas nuevas en

momentos difíciles es una forma de demostrar que de

veras considera a Jehová su plaza fuerte. Aunque

sigue buscando trabajo, también se siente impulsado

a apoyar la predicación entre semana.

8. Mencione brevemente alguna joya que haya

descubierto en su lectura de la Biblia.

[8] [] Los provechosos puntos mencionados están

tomados de libros bíblicos que pueden parecer

difíciles de entender. Pero al examinar los libros de

Oseas, Joel y Nahúm para extraer de ellos

pensamientos alentadores, sin duda querrá leer otros

versículos “en voz baja”. Imagínese cuánta sabiduría

y consuelo podrá hallar en los escritos de esos

profetas. ¿Y qué hay del resto de la Biblia? La Palabra

de Dios es como una productiva mina de diamantes.

¡Trabájela bien! Sí, lea toda la Biblia con el objetivo de

hallar joyas que lo guíen en la vida y fortalezcan su fe.

BUSQUE EL ENTENDIMIENTO

9. ¿Cómo podemos entender mejor la voluntad de

Dios?

[9] [] Aunque es importante que todos los días lea

una porción de la Biblia, también lo es que adquiera

entendimiento y perspicacia. Con ese propósito,

aproveche bien las publicaciones de la organización

de Jehová para buscar información sobre las

personas, los lugares o los sucesos que encuentre en

su lectura. O si se pregunta qué efecto debería tener

en su vida cierta enseñanza bíblica, puede pedirle

ayuda a un anciano de congregación o a otro cristiano

maduro. A fin de apreciar la importancia de aumentar

nuestro entendimiento, veamos el ejemplo de Apolos,

un cristiano del siglo primero que se esforzó por

hacer justamente eso.

10, 11. a)?¿Qué ayuda recibió Apolos para ser

mejor ministro de las buenas nuevas? b)?¿Qué

nos enseña la historia de Apolos? (Vea el

recuadro “¿Está su enseñanza al día?”.)

[10] [Textos] Apolos era un cristiano de origen judío

que estaba “bien versado en las Escrituras” y

“fulgurante con el espíritu”. El libro de Hechos nos

dice que “iba hablando y enseñando con exactitud las

cosas acerca de Jesús, pero conocía solamente el

bautismo de Juan”. Por esa razón, sin saberlo

enseñaba el significado del bautismo de una manera

que no estaba actualizada. Al oírle enseñar en Éfeso,

un matrimonio de cristianos llamados Priscila y

Áquila “le expusieron con mayor exactitud el camino

de Dios” (Hech. 18:24-26). ¿Cómo le benefició

aquello?

[11] [Textos] Tras predicar en Éfeso, Apolos fue a

Acaya. El relato prosigue: “Cuando llegó allá, ayudó

mucho a los que habían creído a causa de la bondad

inmerecida de Dios; porque con intensidad probó

cabalmente en público que los judíos estaban

equivocados, mientras demostraba por las Escrituras

que Jesús era el Cristo” (Hech. 18:27, 28). Ahora ya

podía explicar con exactitud en qué consistía el

bautismo cristiano, de modo que “ayudó mucho” a los

nuevos discípulos a progresar en la adoración

verdadera. ¿Qué nos enseña la historia de Apolos? Al

igual que él nos esforzamos por entender lo que

leemos en la Biblia. Pero si un hermano de

experiencia nos da alguna sugerencia para mejorar

en nuestra enseñanza, hacemos bien en aceptarla con

humildad y gratitud. Así mejoraremos la calidad de

nuestro servicio sagrado.

¿ESTÁ SU ENSEÑANZA AL DÍA?

Apolos recibió ayuda para mejorar su ministerio

Debemos estar al día con el entendimiento de la verdad bíblica para que podamos transmitir conocimiento exacto. Con eso presente, ¿cómo respondería a las siguientes preguntas? * ¿A quiénes se refirió Jesús cuando habló de “esta generación” en Mateo 24:34? (La Atalaya del 15 de abril de 2010, páginas 10 y 11.) * ¿Cuándo tiene lugar la separación de “las ovejas de las cabras” mencionada en Mateo 25:32? (La Atalaya del 15 de octubre de 1995, páginas 21 a 23.) * ¿Cuándo se cumplirán estas palabras de Lucas 21:26: “Los hombres desmayan por el temor y la expectación de las cosas que vienen sobre la tierra habitada”? (La Atalaya del 15 de febrero de 1994, páginas 19 y 20.)

Al combinar la lectura diaria de la Biblia con un cuidadoso estudio personal, estaremos preparados para ayudar a otras personas a andar en la luz cada vez más brillante que Jehová arroja sobre su Palabra escrita (Prov. 4:18).

USE LO QUE APRENDA PARA AYUDAR AL

PRÓJIMO

12, 13. Ponga ejemplos de cómo podemos usar

con tacto las Escrituras para ayudar a los

estudiantes de la Biblia a progresar.

[12] [] A semejanza de Priscila, Áquila y Apolos,

nosotros también podemos beneficiar a nuestro

prójimo. ¿Cómo se siente usted cuando sus palabras

de aliento ayudan a una persona que muestra interés

en la Biblia a superar algún obstáculo en su progreso

espiritual? O si es anciano cristiano, ¿cómo se siente

cuando algún hermano en la fe le da las gracias

porque sus consejos basados en la Biblia lo ayudaron

en momentos difíciles? Sin duda, emplear la Palabra

de Dios para ayudar a los demás y ver que sus vidas

mejoran produce satisfacción y gozo. * Fíjese en cómo

usted podría lograr esa meta.

_ Por supuesto, no empleamos los consejos bıblicos para presionar ni

condenar a nadie. Debemos ser tan pacientes y amables con los

estudiantes de la Biblia como Jehova lo es con nosotros (Sal. 103:8).

[13] [Textos] Muchos israelitas del tiempo de Elías

dudaban entre abrazar la religión verdadera y

abrazar la falsa. Los consejos que aquel profeta les

dio podrían ayudar a un estudiante de la Biblia

indeciso que no progresa espiritualmente (lea 1

Reyes 18:21). O piense en esta otra situación: si una

persona interesada en la verdad le teme a la reacción

de sus amigos o familiares, usted podría reforzar su

decisión de servir a Jehová ayudándole a razonar

sobre el pasaje de Isaías 51:12, 13 (léalo).

14. ¿Qué le ayudará a recordar pasajes bíblicos

cuando los necesite para ayudar a otras

personas?

[14] [Textos] Está claro que en la Biblia hay muchas

palabras que animan, corrigen o fortalecen al que las

lee. Pero usted quizás se pregunte: “¿Cómo puedo

tener listos los textos cuando los necesite?”. Pues

bien, lea la Biblia y medite diariamente en los

pensamientos de Dios. Así acumulará todo un caudal

de expresiones divinas, y el espíritu de Jehová le

ayudará a recordarlas en el momento oportuno (Mar.

13:11; lea Juan 14:26). *

¿Y si usted recuerda las palabras clave de un pasaje pero no el libro,

capıtulo y versıculo? Probablemente hallar a el textob ´ ıblico

buscando esas palabras clave en el ındice que se halla al final de

nuestra Biblia, en la Watchtower Library o en la obra Gran

Concordancia de la Traducci on del Nuevo Mundo de las Santas

Escrituras.

15. ¿Qué le ayudará a entender mejor la Palabra

de Dios?

[15] [Textos] Imite a Salomón y pídale a Jehová

sabiduría para cumplir con sus deberes teocráticos (2

Crón. 1:7-10). Como los profetas de la antigüedad,

lleve a cabo “una indagación diligente y una búsqueda

cuidadosa” en la Palabra de Dios para adquirir

conocimiento exacto de Jehová y su voluntad (1 Ped.

1:10-12). El apóstol Pablo animó a Timoteo a

alimentarse “con las palabras de la fe y de la

excelente enseñanza” (1 Tim. 4:6). Si usted sigue ese

consejo, estará bien equipado para ayudar

espiritualmente a su semejante y, al mismo tiempo,

fortalecerá su propia fe.

LA PALABRA DE DIOS NOS PROTEGE

16. a)?¿Cómo se beneficiaron los bereanos debido

a que “examinaban con cuidado las Escrituras

diariamente”? b)?¿Por qué es tan importante en

estos tiempos que leamos la Biblia todos los días?

[16] [Textos] Los judíos de la ciudad macedonia de

Berea “examinaban con cuidado las Escrituras

diariamente”. Cuando Pablo les predicó las buenas

nuevas, compararon lo que oían con su conocimiento

previo de la Biblia, y muchos se convencieron de que

el apóstol enseñaba la verdad y “se hicieron

creyentes” (Hech. 17:10-12). Su ejemplo nos enseña

que la lectura diaria de la Biblia fortalece nuestra fe

en Jehová. Y esa fe, que es “la expectativa segura de

las cosas que se esperan”, es esencial para pasar con

vida al nuevo mundo de Dios (Heb. 11:1).

17, 18. a)?¿Cómo protegen el corazón simbólico

del cristiano la fe firme y el amor? b)?¿Cómo nos

protege la esperanza?

[17] [Textos] Pablo tuvo buenas razones para

escribir: “En cuanto a nosotros los que pertenecemos

al día, mantengamos nuestro juicio y llevemos puesta

la coraza de la fe y el amor, y como yelmo la

esperanza de la salvación” (1 Tes. 5:8). Tal como el

soldado necesita protegerse el corazón de los ataques

del enemigo, el cristiano debe proteger su corazón

simbólico del poder del pecado. ¿Qué ocurre cuando

un siervo de Jehová tiene fe firme en las promesas

divinas y, además, ama a Dios y a su prójimo? Pues

que lleva puesta una coraza espiritual de la mejor

calidad. Protegido así su corazón, es difícil que haga

algo que lo lleve a perder el favor de Jehová.

[18] [Textos] Pablo también mencionó un yelmo: “la

esperanza de la salvación”. Sin protección en la

cabeza, el soldado de tiempos bíblicos podía morir

fácilmente en combate. Pero con un buen yelmo, los

golpes que recibiera en la cabeza no le provocarían

heridas graves. Pues bien, nosotros fortalecemos

nuestra esperanza en los actos de salvación de Jehová

estudiando su Palabra. Una esperanza sólida nos

permite rechazar a los apóstatas y sus “vanas

palabrerías” semejantes a gangrena (2 Tim. 2:16-19).

La esperanza también nos dará fuerzas para no ceder

a la influencia de quienes desearían que hiciéramos

algo que Jehová condena.

UNA CLAVE PARA SOBREVIVIR

19, 20. ¿Por qué estimamos tanto la Palabra de

Dios, y cómo lo demostramos? (Vea el recuadro

“Jehová me da exactamente lo que necesito”.)

[19] [] Cuanto más nos acercamos al fin de este

sistema, más necesitamos confiar en la Palabra de

Jehová. Sus consejos nos ayudan a vencer malas

costumbres y a dominar la inclinación al pecado. Con

el ánimo y consuelo que nos da la Biblia superaremos

las pruebas que Satanás y su mundo nos pongan por

delante. Y con la guía que Jehová nos proporciona en

su Palabra permaneceremos en el camino que lleva a

la vida.

[20] [Textos] Recuerde que la voluntad de Dios es

que “hombres de toda clase se salven”. Los siervos de

Jehová nos hallamos entre esos “hombres de toda

clase”, y también las personas a las que podemos

ayudar con nuestra predicación y enseñanza. Pero

todos los que desean salvarse deben obtener

“conocimiento exacto de la verdad” (1 Tim. 2:4). Por

eso, para sobrevivir a estos últimos días tenemos que

leer las Santas Escrituras y seguir sus instrucciones.

En efecto, nuestra lectura diaria de la Biblia revela lo

mucho que estimamos la valiosa Palabra de la verdad

(Juan 17:17).

“JEHOVÁ ME DA EXACTAMENTE LO QUE

NECESITO”

Una cristiana joven escribió: “De todos los

recordatorios que nos da Jehová, los que han

tenido más influencia en mi vida son los que nos

animan a leer la Biblia a diario. Comencé a leerla

en mi último año de secundaria y me tomó dos

años acabarla. En ese tiempo encontré en la

Palabra de Jehová todo lo que necesitaba para

decidir qué iba a hacer con mi vida. Ahora estoy

leyéndola por segunda vez, pero me parece hallar

cosas que nunca había visto. Leer la Biblia es tan

emocionante ahora como lo fue la primera vez, o

incluso más. Me asombra ver cómo Jehová me da

exactamente lo que necesito”.

Textos del Libro

Párrafo 9

(Jeremías 15:15, 16) Tú mismo has sabido. Oh Jehová,

acuérdate de mí y dirígeme tu atención y véngame de

mis perseguidores. En tu tardanza para la cólera, no me

quites. Nota que he soportado oprobio por causa de ti

mismo. 16

Fueron halladas tus palabras, y procedí a

comerlas; y tu palabra llega a ser para mí el alborozo y

el regocijo de mi corazón; porque tu nombre ha sido

llamado sobre mí, oh Jehová Dios de los ejércitos.

Párrafo 10

(Jeremías 20:8, 9) Porque cuantas veces grito, clamo.

Violencia y expoliación son lo que clamo. Porque la

palabra de Jehová vino a ser para mí causa de oprobio

y de mofa todo el día. 9 Y dije: ―No voy a hacer mención

de él, y no hablaré más en su nombre‖. Y en mi corazón

resultó ser como un fuego ardiente, encerrado en mis

huesos; y me cansé de contener, y no pude

[aguantarlo].

Párrafo 11

(Jeremías 12:1) Tú eres justo, oh Jehová, cuando me dirijo a ti con mi queja, realmente cuando hablo contigo hasta de asuntos de juicio. ¿Por qué será que el camino de los inicuos ha tenido éxito, que todos los que están cometiendo traición son los despreocupados?

(Jeremías 12:3) Y tú mismo, oh Jehová, me conoces bien; me ves, y has examinado mi corazón en unión contigo mismo. Apártalos como ovejas para la degollación, y ponlos a un lado para el día de matanza.

(Jeremías 12:14) Esto es lo que ha dicho Jehová contra todos mis malos vecinos, que están tocando la posesión hereditaria que yo hice que mi pueblo, aun Israel, poseyera: ―Aquí voy a desarraigarlos de sobre su suelo; y a la casa de Judá desarraigaré de en medio de ellos.

Párrafo 12

(Jeremías 32:19) grande en consejo y abundante en

actos, tú cuyos ojos están abiertos sobre todos los

caminos de los hijos de los hombres, a fin de dar a cada

uno conforme a sus caminos y conforme al fruto de sus

tratos;

Párrafo 13

(Job 36:5-7) ¡Mira! Dios es potente, y no rechazará; [es] potente en poder de corazón;

6 no conservará vivo a

ningún inicuo, pero dará el juicio de los afligidos. 7 No

apartará sus ojos de ningún justo; aun a reyes sobre el trono... también a ellos los sentará para siempre, y serán ensalzados.

(Job 36:26) ¡He aquí! Dios es más sublime de lo que podemos saber; en número, sus años son inescrutables.

Textos Atalaya

Párrafo 1

(1 Pedro 2:2)[y,] como criaturas recién

nacidas, desarrollen el anhelo por la leche no

adulterada que pertenece a la palabra, para

que mediante ella crezcan a la salvación,

(Romanos 7:22)Verdaderamente me deleito

en la ley de Dios conforme al hombre que soy

por dentro,

Párrafo 4

(Josué 1:8)Este libro de la ley no debe

apartarse de tu boca, y día y noche tienes que

leer en él en voz baja, a fin de que cuides de

hacer conforme a todo lo que está escrito en

él; porque entonces tendrás éxito en tu camino

y entonces actuarás sabiamente.

(Salmo 1:2)Antes bien, su deleite está en la

ley de Jehová, y día y noche lee en su ley en

voz baja.

Párrafo 5

(Oseas 4:11-13)Fornicación y vino y vino

dulce son lo que quitan el buen motivo. 12 De

su [ídolo] de madera mi propio pueblo sigue

inquiriendo, y su propio bastón [de mano]

sigue informándoles; debido a que el espíritu

mismo de fornicación ha hecho que se vayan

vagando, y por fornicación salen de debajo de

su Dios. 13 En las cimas de las montañas

sacrifican, y en las colinas hacen humo de

sacrificio, debajo de árbol macizo y de

estoraque y árbol grande, porque su sombra es

buena. Por eso las hijas de ustedes cometen

fornicación, y las propias nueras de ustedes

cometen adulterio.

Párrafo 6

(Joel 2:13)Y rasguen su corazón, y no sus

prendas de vestir; y vuelvan a Jehová su Dios,

porque él es benévolo y misericordioso, tardo

para la cólera y abundante en bondad

amorosa, y ciertamente sentirá pesar debido a

la calamidad.

Párrafo 7

(Nahúm 1:7)Jehová es bueno, una plaza

fuerte en el día de la angustia. Y sabe de los

que buscan refugio en él.

(Nahúm 1:15)”¡Mira! Sobre las montañas los

pies de uno que trae buenas nuevas, uno que

publica la paz. Oh Judá, celebra tus fiestas.

Paga tus votos; porque ya no volverá a pasar

por ti ninguna persona que no sirve para nada.

Enteramente será por cierto cortada”.

Párrafo 10

(Hechos 18:24-26)Ahora bien, cierto judío de

nombre Apolos, natural de Alejandría, varón

elocuente, llegó a Éfeso; y estaba bien versado

en las Escrituras. 25 Este había sido instruido

oralmente en el camino de Jehová y, puesto

que estaba fulgurante con el espíritu, iba

hablando y enseñando con exactitud las cosas

acerca de Jesús, pero conocía solamente el

bautismo de Juan. 26 Y comenzó a hablar con

denuedo en la sinagoga. Cuando lo oyeron

Priscila y Áquila, lo tomaron consigo y le

expusieron con mayor exactitud el camino de

Dios.

Párrafo 11

(Hechos 18:27, 28)Además, porque deseaba

pasar a Acaya, los hermanos escribieron a los

discípulos, exhortándolos a recibirlo

amablemente. De modo que, cuando llegó allá,

ayudó mucho a los que habían creído a causa

de la bondad inmerecida [de Dios]; 28 porque

con intensidad probó cabalmente en público

que los judíos estaban equivocados, mientras

demostraba por las Escrituras que Jesús era el

Cristo.

Párrafo 13

(1 Reyes 18:21)Entonces Elías se acercó a

todo el pueblo y dijo: “¿Hasta cuándo irán

cojeando sobre dos opiniones diferentes? Si

Jehová es el Dios [verdadero], vayan

siguiéndolo; pero si Baal lo es, vayan

siguiéndolo a él”. Y el pueblo no dijo una

palabra en respuesta a él.

(Isaías 51:12, 13)“Yo... yo mismo soy Aquel

que está consolándolos. ”¿Quién eres tú para

que tengas miedo a un hombre mortal que ha

de morir, y a un hijo de la humanidad que

quedará como simple hierba verde? 13 ¿Y para

que te olvidaras de Jehová tu Hacedor, Aquel

que extendió los cielos y colocó el fundamento

de la tierra, de modo que estuviste en pavor

constantemente durante todo el día a causa de

la furia del que [te] cercaba, como si él

estuviera listo para arruinar[te]? ¿Y dónde está

la furia del que [te] cercaba? Párrafo 14

(Marcos 13:11)Pero cuando vayan

conduciéndolos para entregarlos, no se

inquieten de antemano acerca de qué hablar;

más bien, lo que se les dé en aquella hora, eso

hablen, porque no son ustedes los que hablan,

sino el espíritu santo.

(Juan 14:26)Mas el ayudante, el espíritu

santo, que el Padre enviará en mi nombre, ese

les enseñará todas las cosas y les hará

recordar todas las cosas que les he dicho. Párrafo 15

(2 Crónicas 1:7-10)Durante aquella noche

Dios se apareció a Salomón y entonces le dijo:

“¡Pide! ¿Qué quieres que te dé?”. 8 Ante esto,

Salomón dijo a Dios: “Tú eres Aquel que

ejerciste gran bondad amorosa para con David

mi padre, y que me has hecho rey en lugar de

él. 9 Ahora, oh Jehová Dios, resulte fiel tu

promesa con David mi padre, porque tú mismo

me has hecho rey sobre un pueblo tan

numeroso como las partículas de polvo de la

tierra. 10 Dame ahora sabiduría y conocimiento

para que pueda salir delante de este pueblo y

para que pueda entrar, porque ¿quién podría

juzgar a este gran pueblo tuyo?”.

(1 Pedro 1:10-12)Respecto a esta misma

salvación, los profetas que profetizaron acerca

de la bondad inmerecida que había de ser para

ustedes hicieron una indagación diligente y una

búsqueda cuidadosa.11 Siguieron investigando

qué época en particular, o qué suerte de

[época], indicaba respecto a Cristo el espíritu

que había en ellos cuando este de antemano

daba testimonio acerca de los sufrimientos

para Cristo y acerca de las glorias que habían

de seguir a estos. 12 A ellos les fue revelado

que, no para sí mismos, sino para ustedes,

ministraban las cosas que ahora han sido

anunciadas a ustedes mediante los que les han

declarado las buenas nuevas con espíritu santo

enviado desde el cielo. En estas mismas cosas

los ángeles desean mirar con cuidado.

(1 Timoteo 4:6)Al dar estos consejos a los

hermanos serás excelente ministro de Cristo

Jesús, uno nutrido con las palabras de la fe y

de la excelente enseñanza que has seguido con

sumo cuidado y atención. Párrafo 16

(Hechos 17:10-12)Inmediatamente, de

noche, los hermanos enviaron a Pablo, así

como a Silas, hacia Berea, y estos, al llegar,

entraron en la sinagoga de los judíos. 11 Ahora

bien, estos eran de disposición más noble que

los de Tesalónica, porque recibieron la palabra

con suma prontitud de ánimo, y examinaban

con cuidado las Escrituras diariamente en

cuanto a si estas cosas eran así. 12 Por lo

tanto, muchos de ellos se hicieron creyentes, y

también no pocas de las mujeres griegas

estimables, y no pocos de los varones.

(Hebreos 11:1)Fe es la expectativa segura de

las cosas que se esperan, la demostración

evidente de realidades aunque no se

contemplen. Párrafo 17

(1 Tesalonicenses 5:8)Pero en cuanto a

nosotros los que pertenecemos al día,

mantengamos nuestro juicio y llevemos puesta

la coraza de la fe y el amor, y como yelmo la

esperanza de la salvación;

Párrafo 18

(2 Timoteo 2:16-19)Mas evita las vanas

palabrerías que violan lo que es santo; porque

ellos avanzarán a más y más impiedad, 17 y su

palabra se esparcirá como gangrena. Himeneo

y Fileto son de ese grupo. 18 Estos mismos se

han desviado de la verdad, diciendo que la

resurrección ya ha sucedido; y están

subvirtiendo la fe de algunos. 19 Con todo, el

fundamento sólido de Dios queda en pie, y

tiene este sello: “Jehová conoce a los que le

pertenecen”, y: “Que renuncie a la injusticia

todo el que nombra el nombre de Jehová”.

Párrafo 20

(1 Timoteo 2:4)cuya voluntad es que

hombres de toda clase se salven y lleguen a un

conocimiento exacto de la verdad.

(Juan 17:17)Santifícalos por medio de la

verdad; tu palabra es la verdad.

Cántico 68

Oración del abatido (Salmo 4:1)

1. Jehová, te lo suplico,

no rechaces mi oración.

Mis cargas pesan tanto,

me consumo de dolor.

Angustias y gemidos

han plagado mi existir,

por eso humilde vierto

mis lamentos ante ti.

(ESTRIBILLO)

Susténtame en mi penar.

Ayúdame a ser leal.

Acudo a ti en mi aflicción.

Confírmame tu aprobación.

2. Ha sido tu Palabra

mi consuelo y mi luz,

mis propios sentimientos

plasma con exactitud.

La fe que infunden tus promesas,

dámela, Señor;

enséñame que tu amor

supera al corazón.

(ESTRIBILLO)

Susténtame en mi penar.

Ayúdame a ser leal.

Acudo a ti en mi aflicción.

Confírmame tu aprobación.

(Véanse también Sal. 42:6; 119:28; 2 Cor. 4:16; 1 Juan

3:20.) Volver

Cántico 16

¡Huyan al Reino de Dios! (Sofonías 2:3)

1. Oh mansos, busquen al Dios verdadero,

busquen justicia y sincera humildad;

tal vez así quedarán al abrigo

de la destrucción que vendrá.

(ESTRIBILLO)

Huyan al Reino, refúgiense en él,

denle su fiel adhesión.

Recibirán protección y cuidado,

no verán más aflicción.

2. Si tienen sed de verdad y justicia,

no hay por qué continuar en dolor;

sigan la senda que Dios ha trazado,

sométanse a Cristo, el Señor.

(ESTRIBILLO)

Huyan al Reino, refúgiense en él,

denle su fiel adhesión.

Recibirán protección y cuidado,

no verán más aflicción.

3. Alcen al fin la cabeza gozosos,

todo demuestra que el Reino nació;

busquen la luz procedente del cielo

y sirvan a Dios con fervor.

(ESTRIBILLO)

Huyan al Reino, refúgiense en él,

denle su fiel adhesión.

Recibirán protección y cuidado,

no verán más aflicción.

(Véanse también Sal. 59:16; Pro. 18:10; 1 Cor. 16:13.)

Volver

Cántico 107

Subamos a la montaña de Jehová (Isaías 2:2-4)

1. ¡Miren qué alta es

la montaña de Jehová!

¡Vean! Se eleva

sobre todas las cumbres hoy.

Pueblos van hacia allá

animando a los demás:

“¡Vengan, subamos

a la casa de nuestro Dios!”.

El Señor prometió

que el pequeño sería un millar.

Grande es la nación

que a su tiempo ha formado Jehová.

Miles y miles van

por las sendas de la paz.

Fieles, prometen

acatar su dominación.

2. Cristo nos ordenó

la palabra predicar.

¡Vamos! Hay que llegar

al más remoto confín.

Reina nuestro Señor

en su trono celestial.

¡Oigan!, él nos ofrece

bendiciones sin fin.

¡Qué emoción contemplar

el aumento del pueblo de Dios!

Tu labor fruto da,

sigue fiel con tu noble misión.

A los mansos harás

esta alegre invitación:

“¡Vamos, a la montaña

de Jehová hay que subir!”.

(Véanse también Sal. 43:3; 99:9; Isa. 60:22; Hech.

16:5.) Volver

Cántico 114

El libro de Dios es un tesoro (Proverbios 2:1)

1. Existe un libro que supera a todos:

nos llena el alma de esperanza y paz,

los ojos abre a quienes andan “ciegos”

y a los “muertos” nueva vida da.

Se trata, sí, de la Sagrada Biblia,

preciosa gema que Jehová nos dio.

Si bien usó la pluma de los hombres,

él es su Autor, pues fue quien la inspiró.

2. La Biblia cuenta que Dios hizo el cielo,

la fértil tierra y el inmenso mar,

y que al principio el hombre fue perfecto,

pero el pecado no tardó en entrar.

También nos habla sobre cierto ángel

que, por soberbia, contra Dios se alzó.

Su rebelión hundió al mundo en desgracia,

mas el Creador traerá liberación.

3. Vivimos hoy en tiempos tan dichosos:

¡nació por fin el Reino celestial!

La salvación ofrece Dios al hombre

que quiera obedecer Su voluntad.

Las buenas nuevas de este libro vivo

son un deleite para el corazón.

Feliz aquel que beba de sus aguas:

tendrá gran paz y eterna bendición.

(Véanse también 2 Tim. 3:16; 2 Ped. 1:21.) Volver

Cántico 113

Agradecidos por la Palabra de Dios (Filipenses 2:16)

1. Te damos las gracias, bendito Jehová,

por dar tu Palabra de luz y verdad.

Tus siervos escribieron, por santa inspiración,

tus sabios consejos, tu recta instrucción.

2. Los fieles profetas de la antigüedad

son un buen modelo de fe y humildad.

Aunque eran imperfectos, vencieron el temor;

su historia nos llena de aliento y valor.

3. La Biblia es viva y tiene poder;

penetra en lo más hondo de nuestro ser;

ve nuestras intenciones y juzga al corazón;

nos sirve de guía, nos da protección.

(Véanse también Sal. 119:16, 162; 2 Tim. 3:16; Sant.

5:17; 2 Ped. 1:21.) Volver

Juan 17 a 21

17 Jesús habló estas cosas, y, alzando los ojos al

cielo, dijo: ―Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu hijo, para que tu hijo te glorifique a ti,

2 como le has dado

autoridad sobre toda carne, para que, en cuanto a todo [el número de los] que le has dado, les dé vida eterna. 3 Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo

conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.

4 Yo te he glorificado sobre

la tierra, y he terminado la obra que me has dado que hiciera.

5 Así que ahora, Padre, glorifícame al lado de ti

mismo con la gloria que tenía al lado de ti antes que el mundo fuera.

6 ‖He puesto tu nombre de manifiesto a los hombres

que me diste del mundo. Tuyos eran, y me los diste, y han observado tu palabra.

7 Ahora han llegado a

conocer que todas las cosas que me diste vienen de ti; 8 porque los dichos que me diste se los he dado, y ellos

los han recibido y ciertamente han llegado a conocer que yo salí como representante tuyo, y han creído que tú me enviaste.

9 Hago petición respecto a ellos; no

hago petición respecto al mundo, sino respecto a los que me has dado; porque tuyos son,

10 y todas las cosas

mías son tuyas y las tuyas son mías, y yo he sido glorificado entre ellos.

11 ‖Además, yo ya no estoy en el mundo, pero ellos

están en el mundo y yo voy a ti. Padre santo, vigílalos por causa de tu propio nombre que me has dado, para que sean uno así como lo somos nosotros.

12 Cuando

estaba con ellos yo los vigilaba por causa de tu propio nombre que me has dado; y los he guardado, y ninguno de ellos es destruido sino el hijo de destrucción, para que la escritura se cumpla.

13 Mas ahora voy a ti, y hablo

estas cosas en el mundo para que ellos tengan mi gozo en sí mismos en plenitud.

14 Yo les he dado tu palabra,

pero el mundo los ha odiado, porque ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.

15 ‖Te solicito, no que los saques del mundo, sino

que los vigiles a causa del inicuo. 16

Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo. 17

Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad.

18 Así como tú me has enviado al mundo, yo

también los he enviado al mundo. 19

Y me santifico a favor de ellos, para que ellos también sean santificados mediante la verdad.

20 ‖Hago petición, no respecto a estos solamente,

sino también respecto a los que pongan fe en mí mediante la palabra de ellos;

21 para que todos ellos

sean uno, así como tú, Padre, estás en unión conmigo y yo estoy en unión contigo, que ellos también estén en unión con nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

22 Además, les he dado la gloria que me diste,

para que ellos sean uno así como nosotros somos uno. 23

Yo en unión con ellos y tú en unión conmigo, para que ellos sean perfeccionados en uno, para que el mundo tenga el conocimiento de que tú me enviaste y de que tú los amaste a ellos así como me amaste a mí.

24 Padre,

en cuanto a lo que me has dado, deseo que, donde yo esté, ellos también estén conmigo, para que contemplen mi gloria que me has dado, porque me amaste antes de la fundación del mundo.

25 Padre justo, el mundo, por

cierto, no ha llegado a conocerte; pero yo he llegado a conocerte, y estos han llegado a conocer que tú me enviaste.

26 Y yo les he dado a conocer tu nombre, y lo

daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos, y yo en unión con ellos.‖

18 Habiendo dicho estas cosas, Jesús salió con sus

discípulos al otro lado del torrente invernal de Cedrón a

donde había un huerto, y él y sus discípulos entraron en él.

2 Pues bien, Judas, el que lo traicionaba, también

conocía el lugar, porque Jesús se había reunido allí muchas veces con sus discípulos.

3 Por lo tanto, Judas

tomó a la banda de soldados y a los oficiales de los sacerdotes principales y de los fariseos y llegó allí con antorchas y lámparas y armas.

4 Jesús, pues, sabiendo

todas las cosas que iban a sobrevenirle, salió y les dijo: ―¿A quién buscan?‖.

5 Le contestaron: ―A Jesús el

Nazareno‖. Les dijo: ―Soy yo‖. Y Judas, el que lo traicionaba, también estaba con ellos.

6 Sin embargo, cuando él les dijo: ―Soy yo‖,

retrocedieron y cayeron en tierra. 7 Por eso les preguntó

otra vez: ―¿A quién buscan?‖. Dijeron: ―A Jesús el Nazareno‖.

8 Jesús contestó: ―Les dije que soy yo. Por lo

tanto, si es a mí a quien buscan, dejen ir a estos‖; 9 para

que se cumpliera la palabra que él dijo: ―De los que me has dado no he perdido ni uno solo‖.

10 Entonces Simón Pedro, dado que tenía una

espada, la desenvainó e hirió al esclavo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El nombre del esclavo era Malco.

11 Jesús, sin embargo, dijo a Pedro:

―Mete la espada en [su] vaina. La copa que el Padre me ha dado, ¿no la he de beber?‖.

12 Entonces la banda de soldados y el comandante

militar y los oficiales de los judíos prendieron a Jesús y lo ataron,

13 y lo condujeron primero a Anás; porque era

suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año. 14

Caifás, de hecho, era el que había aconsejado a los judíos que era en provecho de ellos el que un hombre muriera en el interés del pueblo.

15 Ahora bien, Simón Pedro —y lo mismo otro

discípulo— iba siguiendo a Jesús. Aquel discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró junto con Jesús en el patio del sumo sacerdote,

16 pero Pedro se quedó

de pie, fuera, a la puerta. Por lo tanto salió el otro discípulo, que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera y trajo dentro a Pedro.

17 La sirvienta, la

portera, entonces dijo a Pedro: ―Tú no eres también uno de los discípulos de este hombre, ¿verdad?‖. Él dijo: ―No lo soy‖.

18 Pues bien, los esclavos y los oficiales estaban

allí de pie, y habían hecho un fuego de carbón, porque hacía frío, y se calentaban. Pedro también estaba de pie con ellos y se calentaba.

19 Y el sacerdote principal interrogó a Jesús acerca

de sus discípulos y acerca de su enseñanza. 20

Jesús le contestó: ―Yo he hablado públicamente al mundo. Siempre enseñé en una sinagoga y en el templo, donde concurren todos los judíos; y no hablé nada en secreto. 21

¿Por qué me interrogas? Interroga a los que han oído lo que les hablé. ¡Mira! Estos saben lo que dije‖. 22

Después que hubo dicho estas cosas, uno de los oficiales que estaba de pie allí cerca le dio a Jesús una bofetada y dijo: ―¿Así contestas al sacerdote principal?‖. 23

Jesús le contestó: ―Si hablé mal, da testimonio respecto al mal; pero si bien, ¿por qué me pegas?‖. 24

Entonces Anás lo envió atado a Caifás el sumo sacerdote.

25 Pues bien, Simón Pedro estaba de pie

calentándose. Entonces le dijeron: ―Tú no eres también uno de sus discípulos, ¿verdad?‖. Lo negó, y dijo: ―No lo soy‖.

26 Uno de los esclavos del sumo sacerdote, porque

era pariente del hombre a quien Pedro había cortado la oreja, dijo: ―Yo te vi en el huerto con él, ¿no es verdad?‖. 27

Sin embargo, Pedro lo negó otra vez; y al instante un gallo cantó.

28 Entonces condujeron a Jesús desde Caifás al

palacio del gobernador. Era temprano en el día ahora. Pero ellos mismos no entraron en el palacio del gobernador, para no contaminarse, sino poder comer la pascua.

29 Por lo tanto, Pilato salió fuera a ellos y dijo:

―¿Qué acusación traen contra este hombre?‖. 30

En respuesta, le dijeron: ―Si este hombre no fuera delincuente, no te lo habríamos entregado‖.

31 Así que

Pilato les dijo: ―Tómenlo ustedes mismos y júzguenlo según su ley‖. Los judíos le dijeron: ―A nosotros no nos es lícito matar a nadie‖.

32 Esto, para que se cumpliera la

palabra de Jesús que él había dicho para significar qué clase de muerte estaba destinado a morir.

33 De modo que Pilato entró otra vez en el palacio del

gobernador y llamó a Jesús y le dijo: ―¿Eres tú el rey de los judíos?‖.

34 Jesús contestó: ―¿Es por ti mismo que

dices esto, o te hablaron otros acerca de mí?‖. 35

Pilato contestó: ―Yo no soy judío, ¿verdad? Tu propia nación y los sacerdotes principales te entregaron a mí. ¿Qué hiciste?‖.

36 Jesús contestó: ―Mi reino no es parte de

este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente‖.

37 Por lo tanto le dijo Pilato:

―Bueno, pues, ¿eres tú rey?‖. Jesús contestó: ―Tú mismo dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio acerca de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz‖.

38 Le dijo Pilato: ―¿Qué es la

verdad?‖.

Y después de decir esto, de nuevo salió a los judíos y les dijo: ―Yo no hallo en él ninguna falta.

39 Además,

ustedes tienen por costumbre que les ponga en libertad a un hombre en la pascua. ¿Desean, pues, que les ponga en libertad al rey de los judíos?‖.

40 Entonces

ellos gritaron de nuevo, y dijeron: ―¡No a este hombre, sino a Barrabás!‖. Y Barrabás era salteador.

19 Por lo tanto, en aquel momento Pilato tomó a

Jesús y lo azotó. 2 Y los soldados entretejieron una

corona de espinas y se la pusieron sobre la cabeza y lo vistieron con una prenda de vestir exterior de púrpura; 3 y empezaron a acercarse a él y decir: ―¡Buenos días,

rey de los judíos!‖. También, le daban bofetadas. 4 Y

Pilato salió fuera otra vez y les dijo: ―¡Vean! Se lo traigo fuera para que sepan que no hallo en él ninguna falta‖. 5 Por consiguiente, Jesús salió fuera, llevando la corona

espinosa y la prenda de vestir exterior de púrpura. Y [Pilato] les dijo: ―¡Miren! ¡El hombre!‖.

6 Sin embargo,

cuando los sacerdotes principales y los oficiales lo vieron, gritaron, y dijeron: ―¡Al madero [con él]! ¡Al madero [con él]!‖. Pilato les dijo: ―Tómenlo ustedes mismos y fíjenlo en el madero, porque yo no hallo en él

falta alguna‖. 7 Los judíos le contestaron: ―Nosotros

tenemos una ley, y según la ley debe morir, porque se hizo hijo de Dios‖.

8 Por eso, cuando Pilato oyó este dicho, tuvo mayor

temor; 9 y entró otra vez en el palacio del gobernador y

dijo a Jesús: ―¿De dónde eres tú?‖. Pero Jesús no le dio respuesta.

10 Así que Pilato le dijo: ―¿A mí no me

hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para ponerte en libertad y tengo autoridad para fijarte en un madero?‖. 11

Jesús le contestó: ―No tendrías autoridad alguna contra mí a menos que te hubiera sido concedida de arriba. Por eso, el hombre que me entregó a ti tiene mayor pecado‖.

12 Por esta razón Pilato siguió buscando cómo

ponerlo en libertad. Pero los judíos gritaron, diciendo: ―Si pones en libertad a este, no eres amigo de César. Todo el que se hace rey habla contra César‖.

13 Por eso

Pilato, después de oír estas palabras, sacó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en un lugar llamado El Empedrado, pero, en hebreo, Gáb·ba·tha.

14 Era, pues,

la preparación de la pascua; era como la hora sexta. Y dijo a los judíos: ―¡Miren! ¡Su rey!‖.

15 Sin embargo, ellos

gritaron: ―¡Quíta[lo]! ¡Quíta[lo]! ¡Al madero con él!‖. Pilato les dijo: ―¿A su rey fijo en un madero?‖. Los sacerdotes principales contestaron: ―No tenemos más rey que César‖.

16 Por lo tanto, en aquel momento él se lo

entregó a ellos para que fuera fijado en un madero.

Entonces se encargaron de Jesús. 17

Y, cargando el madero de tormento para sí mismo, él salió al llamado Lugar del Cráneo, que en hebreo se llama Gólgota;

18 y

allí lo fijaron en el madero, y con él a otros dos [hombres], uno de este lado y uno de aquel, pero a Jesús en medio.

19 Pilato escribió un título también y lo

puso sobre el madero de tormento. Estaba escrito: ―Jesús el Nazareno el rey de los judíos‖.

20 Muchos de

los judíos, pues, leyeron este título, porque el lugar donde Jesús fue fijado en el madero estaba cerca de la ciudad; y estaba escrito en hebreo, en latín, en griego. 21

Pero los sacerdotes principales de los judíos empezaron a decir a Pilato: ―No escribas: ‗El rey de los judíos‘, sino que él dijo: ‗Soy rey de los judíos‘‖.

22 Pilato

contestó: ―Lo que he escrito, he escrito‖.

23 Entonces, cuando los soldados hubieron fijado a

Jesús en el madero, tomaron sus prendas de vestir exteriores e hicieron cuatro partes, para cada soldado una parte, y la prenda de vestir interior. Pero la prenda de vestir interior era sin costura, pues era tejida desde arriba toda ella.

24 Por eso se dijeron unos a otros: ―No

la rasguemos, sino que por suertes sobre ella decidamos de quién será‖. Esto fue para que se cumpliera la escritura: ―Repartieron entre sí mis prendas de vestir exteriores, y sobre mi vestidura echaron suertes‖. Y así los soldados realmente hicieron estas cosas.

25 Junto al madero de tormento de Jesús, pues,

estaban de pie su madre y la hermana de su madre; María la esposa de Clopas, y María Magdalena. 26

Entonces Jesús, al ver a su madre y al discípulo a quien él amaba, de pie allí cerca, dijo a su madre: ―Mujer, ¡ahí está tu hijo!‖.

27 Entonces dijo al discípulo:

―¡Ahí está tu madre!‖. Y desde aquella hora el discípulo la llevó consigo a su propio hogar.

28 Después de esto, cuando Jesús supo que ya todas

las cosas se habían realizado, para que se realizara la escritura, dijo: ―Tengo sed‖.

29 Había allí un vaso lleno

de vino agrio. Por tanto, pusieron una esponja llena de vino agrio sobre [una caña de] hisopo y se la acercaron a la boca.

30 Pues bien, cuando hubo recibido el vino

agrio, Jesús dijo: ―¡Se ha realizado!‖, e, inclinando la cabeza, entregó [su] espíritu.

31 Entonces los judíos, puesto que era la

Preparación, a fin de que los cuerpos no permanecieran en los maderos de tormento en el sábado (porque era grande el día de aquel sábado), solicitaron de Pilato que se les quebraran las piernas y fueran quitados los [cuerpos].

32 Vinieron, pues, los soldados y quebraron

las piernas del primer [hombre], y las del otro que había sido fijado en un madero con él.

33 Pero al venir a Jesús,

como vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas.

34 No obstante, uno de los soldados le punzó el

costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. 35

Y el que [lo] ha visto ha dado testimonio, y su testimonio es verdadero, y ese hombre sabe que dice cosas verdaderas, para que ustedes también crean. 36

De hecho, estas cosas sucedieron para que se cumpliera la escritura: ―Ni un hueso de él será quebrantado‖.

37 Y, de nuevo, una escritura diferente

dice: ―Mirarán a Aquel a quien traspasaron‖.

38 Entonces, después de estas cosas, José de

Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secreto por [su] temor a los judíos, solicitó de Pilato que le permitiera llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato le dio permiso. Por lo tanto vino y se llevó el cuerpo. 39

También Nicodemo, el hombre que la primera vez vino a él de noche, vino trayendo un rollo de mirra y áloes, como cien libras [de ello].

40 De modo que ellos

tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron con las vendas con especias, así como tienen costumbre los judíos de preparar para el entierro.

41 A propósito, había

un huerto en el lugar donde él había sido fijado en el madero, y en el huerto una tumba conmemorativa nueva, en la cual nadie todavía había sido puesto. 42

Allí, pues, a causa de la preparación de los judíos, pusieron a Jesús, porque la tumba conmemorativa estaba cerca.

20 El primer día de la semana, María Magdalena

vino a la tumba conmemorativa temprano, mientras todavía había oscuridad, y contempló la piedra ya quitada de la tumba conmemorativa.

2 De modo que

corrió y vino a Simón Pedro y al otro discípulo, a quien le tenía cariño Jesús, y les dijo: ―Han quitado al Señor de la tumba conmemorativa, y no sabemos dónde lo han puesto‖.

3 Entonces Pedro y el otro discípulo salieron y se

dirigieron hacia la tumba conmemorativa. 4 Sí, los dos

juntos echaron a correr; pero el otro discípulo corrió delante de Pedro, más aprisa, y llegó primero a la tumba conmemorativa.

5 Y, agachándose, contempló las

vendas echadas, sin embargo no entró. 6 Entonces llegó

también Simón Pedro, que le seguía, y entró en la tumba conmemorativa. Y vio las vendas echadas, 7 también el paño que había estado sobre la cabeza de

él, no echado con las vendas, sino aparte, arrollado en un lugar.

8 En aquel momento, pues, el otro discípulo

que había llegado primero a la tumba conmemorativa también entró, y vio y creyó.

9 Porque todavía no

discernían la escritura de que él tenía que levantarse de entre los muertos.

10 De modo que los discípulos se

volvieron a casa.

11 María, sin embargo, se quedó de pie fuera, junto a

la tumba conmemorativa, llorando. Entonces, mientras lloraba, se agachó para mirar dentro de la tumba conmemorativa

12 y vio a dos ángeles vestidos de

blanco, sentados uno a la cabeza y uno a los pies donde había yacido el cuerpo de Jesús.

13 Y le dijeron: ―Mujer,

¿por qué lloras?‖. Les dijo: ―Han quitado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto‖.

14 Después de decir estas

cosas, ella se volvió atrás y vio a Jesús de pie, pero no discernió que era Jesús.

15 Jesús le dijo: ―Mujer, ¿por

qué lloras? ¿A quién buscas?‖. Ella, imaginándose que era el hortelano, le dijo: ―Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo quitaré‖.

16 Jesús le

dijo: ―¡María!‖. Al volverse, le dijo ella en hebreo: “¡Rabboni!” (que significa: ―¡Maestro!‖).

17 Jesús le dijo:

―Deja de colgarte de mí. Porque todavía no he ascendido al Padre. Pero ponte en camino a mis hermanos y diles: ‗Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de ustedes‘‖.

18 María

Magdalena fue y llevó las nuevas a los discípulos: ―¡He visto al Señor!‖, y que él le había dicho estas cosas.

19 Entonces, cuando se hizo tarde aquel día, el

primero de la semana, y, aunque las puertas donde estaban los discípulos estaban aseguradas con cerradura por temor a los judíos, Jesús vino y estuvo de pie en medio de ellos, y les dijo: ―Tengan paz‖.

20 Y

después de decir esto, les mostró las manos y también el costado. Entonces los discípulos se regocijaron al ver al Señor.

21 Jesús, por eso, les dijo otra vez: ―Tengan

paz. Así como el Padre me ha enviado, yo también los envío‖.

22 Y después de decir esto, sopló sobre ellos y

les dijo: ―Reciban espíritu santo. 23

Si ustedes perdonan los pecados de cualesquiera personas, les quedan perdonados; si retienen los de cualesquiera personas, quedan retenidos‖.

24 Pero Tomás, uno de los doce, que se llamaba El

Gemelo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. 25

Por consiguiente, los otros discípulos le decían: ―¡Hemos visto al Señor!‖. Pero él les dijo: ―A menos que vea en sus manos la impresión de los clavos y meta mi dedo en la impresión de los clavos y meta mi mano en su costado, de ninguna manera creeré‖.

26 Ahora bien, ocho días después, sus discípulos

estaban dentro otra vez, y Tomás con ellos. Jesús vino, aunque las puertas estaban aseguradas con cerradura, y estuvo de pie en medio de ellos y dijo: ―Tengan paz‖. 27

Dijo entonces a Tomás: ―Pon tu dedo aquí, y ve mis manos, y toma tu mano y métela en mi costado, y deja de ser incrédulo, y hazte creyente‖.

28 En contestación,

Tomás le dijo: ―¡Mi Señor y mi Dios!‖. 29

Jesús le dijo:

―¿Porque me has visto has creído? Felices son los que no ven y sin embargo creen‖.

30 Por supuesto, Jesús también ejecutó muchas otras

señales delante de los discípulos, que no están escritas en este rollo.

31 Pero estas han sido escritas para que

ustedes crean que Jesús es el Cristo el Hijo de Dios, y que, a causa de creer, tengan vida por medio de su nombre.

21 Después de estas cosas Jesús se manifestó otra

vez a los discípulos junto al mar de Tiberíades; pero hizo la manifestación de esta manera.

2 Estaban juntos

Simón Pedro y Tomás, que se llamaba El Gemelo, y Natanael de Caná de Galilea y los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos.

3 Simón Pedro les dijo: ―Voy

a pescar‖. Ellos le dijeron: ―Vamos también nosotros contigo‖. Salieron y subieron a la barca, mas durante aquella noche no pescaron nada.

4 Sin embargo, justamente cuando estaba

amaneciendo, Jesús estuvo de pie en la playa, pero los discípulos, por supuesto, no discernieron que era Jesús. 5 Entonces Jesús les dijo: ―Niñitos, no tienen nada de

comer, ¿verdad?‖. Le contestaron: ―¡No!‖. 6 Él les dijo:

―Echen la red al lado derecho de la barca, y hallarán‖. Entonces la echaron, pero ya no podían sacarla a causa de la multitud de peces.

7 Por lo tanto, aquel discípulo a

quien Jesús amaba dijo a Pedro: ―¡Es el Señor!‖. Entonces Simón Pedro, al oír que era el Señor, se ciñó su prenda de vestir de encima, porque estaba desnudo, y se lanzó al mar.

8 Pero los otros discípulos vinieron en

la barquilla, pues no estaban lejos de tierra, solamente a unos noventa metros de ella, arrastrando la red de peces.

9 Sin embargo, cuando salieron de la barca a tierra,

contemplaron un fuego de carbón puesto allí, y pescado puesto encima, y pan.

10 Jesús les dijo: ―Traigan de los

peces que acaban de pescar‖. 11

Simón Pedro, por lo tanto, subió a bordo, y sacó a tierra la red llena de peces grandes, ciento cincuenta y tres. Pero aunque había tantos, la red no se reventó.

12 Jesús les dijo: ―Vengan,

desayúnense‖. Ni uno de los discípulos tuvo el ánimo de inquirir de él: ―Tú, ¿quién eres?‖, porque sabían que era el Señor.

13 Jesús se acercó y tomó el pan y se lo dio, y

así mismo el pescado. 14

Esta fue ya la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos después de haber sido levantado de entre los muertos.

15 Pues bien, cuando se hubieron desayunado, Jesús

dijo a Simón Pedro: ―Simón hijo de Juan, ¿me amas más que a estos?‖. Él le dijo: ―Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño‖. Le dijo: ―Apacienta mis corderos‖.

16 De

nuevo le dijo, por segunda vez: ―Simón hijo de Juan, ¿me amas?‖. Él le dijo: ―Sí, Señor, tú sabes que te tengo cariño‖. Le dijo: ―Pastorea mis ovejitas‖.

17 Le dijo por

tercera vez: ―Simón hijo de Juan, ¿me tienes cariño?‖. Pedro se contristó de que por tercera vez le dijera: ―¿Me tienes cariño?‖. De modo que le dijo: ―Señor, tú sabes todas las cosas; tú bien sabes que te tengo cariño‖. Le dijo Jesús: ―Apacienta mis ovejitas.

18 Muy

verdaderamente te digo: Cuando eras más joven, tú mismo te ceñías y andabas por donde querías. Pero

cuando envejezcas extenderás las manos y otro te ceñirá y te cargará a donde no desees‖.

19 Esto lo dijo

para significar con qué clase de muerte glorificaría a Dios. Entonces, cuando hubo dicho esto, le dijo: ―Continúa siguiéndome‖.

20 Volviéndose, Pedro vio al discípulo a quien Jesús

amaba, que venía siguiendo, el que en la cena también se había recostado sobre su pecho y dicho: ―Señor, ¿quién es el que te traiciona?‖.

21 Por eso, cuando

alcanzó a verlo, Pedro dijo a Jesús: ―Señor, ¿qué [hará] este?‖.

22 Jesús le dijo: ―Si es mi voluntad que él

permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso? Tú continúa siguiéndome‖.

23 Por consiguiente,

entre los hermanos salió este dicho: que aquel discípulo no moriría. Sin embargo, Jesús no le dijo que no moriría, sino: ―Si es mi voluntad que él permanezca hasta que yo venga, ¿en qué te incumbe eso?‖.

24 Este es el discípulo que da testimonio acerca de

estas cosas y que escribió estas cosas, y sabemos que el testimonio que él da es verdadero.

25 Hay, de hecho, muchas otras cosas también que

Jesús hizo, que, si se escribieran alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos que se escribieran.

Volver