le petit princetulo1 cuando yo tenía seis años, vi en un libro sobre la selva virgen que se...
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ElPrincipito (en francés:LePetitPrince),publicadoel6deabrilde1943,esel relatocortomásconocidodelescritoryaviadorfrancésAntoinedeSaint-Exupéry.LoescribiómientrassehospedabaenunhotelenNuevaYorkyfuepublicadoporprimeravezenlosEstadosUnidos.Hasidotraducidoacientoochentalenguasydialectos,convirtiéndoseenunadelasobrasmásreconocidasdelaliteraturauniversal.El principito habita un pequeñísimo asteroide, que comparte con una flor caprichosa y tresvolcanes.Perotiene«problemas»conlafloryempiezaaexperimentar lasoledad;hastaquedecide abandonar el planeta en busca de un amigo. Buscando esa amistad recorre variosplanetas, habitados sucesivamente por un rey, un vanidoso, un borracho, un hombre denegocios,un farolero,ungeógrafo…El conceptode«seriedad»que tienenestas«personasmayores»ledejaperplejoyconfuso.ProsiguiendosubúsquedallegaalplanetaTierra,peroensu enorme extensión siente más que nunca la soledad. Una serpiente le da su versiónpesimista sobre los hombres y lo poco que se puede esperar de ellos. Tampoco el zorrocontribuyeamejorar suopinión,peroencambio leenseñaelmododehacerseamigos:hayque crear lazos, hay que dejarse «domesticar». Y al final le regala su secreto: «Sólo se vebienconelcorazón.Loesenciales invisiblea losojos».Depronto,elprincipitosedacuentadequesu flor leha«domesticado»ydecide regresarasuplanetavaliéndosede losmediosexpeditivosqueleofrecelaserpiente.Yesentoncescuandoentraencontactoconelaviador;tambiénelhombrehabráencontradounamigo…
AntoinedeSaint-Exupéry
ElPrincipitoePUBv1.7
Perseo19.05.12
Títulooriginal:LePetitPrinceAntoinedeSaint-Exupéry,1943Diseño/retoqueportada:Perseo,basadaenlaoriginal
Editororiginal:Perseo(v1.0av1.7)Correccióndeerratas:Mística,BaterayJugaorePubbasev2.0
ALEONWERTH
Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor.Tengounaseriaexcusa:estapersonamayoreselmejoramigoque tengoenelmundo.Tengootraexcusa:estapersonamayorescapazdeentenderlotodo,hastalos libros para niños. Tengo una tercera excusa: esta persona mayor vive enFrancia,dondepasahambrey frío.Verdaderamentenecesitaconsuelo.Si todasesasexcusasnobastasen,bienpuedodedicarestelibroalniñoqueunavezfueesta persona mayor. Todos los mayores han sido primero niños (pero pocos lorecuerdan).Corrijo,pues,midedicatoria:
ALEONWERTHCUANDOERANIÑO
Capítulo 1Cuandoyo tenía seis años, vi enun libro sobre la selvavirgenque se titulabaHistoriasvividas, unamagníficalámina.Representabaunaserpienteboaquesetragabaaunafiera.Éstaeslacopiadeldibujo.
Enellibroseafirmaba:«Laserpienteboasetragasupresaentera,sinmasticarla.Luegoyanopuedemoverseyduermedurantelosseismesesquedurasudigestión».
Reflexionémuchoen esemomento sobre las aventurasde la junglay amivez logré trazar conunlápizdecoloresmiprimerdibujo.Midibujonúmero1eradeestamanera:
Enseñémiobradeartealaspersonasmayoresylespreguntésimidibujolesdabamiedo.—¿Porquéhabríadeasustarunsombrero?—merespondieron.Mi dibujo no representaba un sombrero. Representaba una serpiente boa que digiere un elefante.
Dibujéentonceselinteriordelaserpienteboaafindequelaspersonasmayorespudierancomprender.Siempreestaspersonastienennecesidaddeexplicaciones.Midibujonúmero2eraasí:
Laspersonasmayoresmeaconsejaronabandonareldibujodeserpientesboas,yafueranabiertasocerradas,yponermásinterésenlageografía,lahistoria,elcálculoylagramática.Deestamaneraala
edaddeseisañosabandonéunamagníficacarreradepintor.Habíaquedadodesilusionadoporelfracasodemisdibujosnúmero1ynúmero2.Laspersonasmayoresnuncapuedencomprenderalgoporsísolasyesmuyaburridoparalosniñostenerquedarlesunayotravezexplicaciones.
Tuve,pues,queelegirotrooficioyaprendíapilotaraviones.Hevoladounpocoportodoelmundoylageografía,enefecto,mehaservidodemucho;alprimervistazopodíadistinguirperfectamentelaChinadeArizona.Estoesmuyútil,sobretodosisepierdeunodurantelanoche.
A lo largodemividahe tenidomultituddecontactosconmultituddegente seria.Vivímuchoconpersonasmayoresylasheconocidomuydecerca;peroestonohamejoradodemasiadomiopiniónsobreellas.
Cuandomeheencontradoconalguienquemeparecíaunpocolúcido,lohesometidoalaexperienciade mi dibujo número 1 que he conservado siempre. Quería saber si verdaderamente era un sercomprensivo.Einvariablementemecontestabansiempre:«Esunsombrero».Meabsteníadehablarlesdelaserpienteboa,delaselvavirgenydelasestrellas.Poniéndomeasualtura,leshablabadelbridge,delgolf,depolíticaydecorbatas.Ymiinterlocutorsequedabamuycontentodeconoceraunhombretanrazonable.
Capítulo 2
Ahítienenelmejorretratoquemástardelogréhacerdeél.
Viví así, solo, sin nadie con quien poder hablarverdaderamente,hastacuandohaceseisañostuveunaaveríaenel desierto del Sáhara. Algo se había estropeado en elmotor.Comono llevaba conmigonimecánico ni pasajero alguno,medispusea realizar,yosolo,una reparacióndifícil.Eraparamíunacuestióndevidaomuerte,puesapenasteníaaguadebeberparaochodías.
Laprimeranochemedormísobrelaarena,aunasmilmillasdedistanciadellugarhabitadomáspróximo.Estabamásaisladoqueunnáufragoenunabalsaenmediodelocéano.Imagínense,pues,misorpresacuandoalamanecermedespertóunaextrañavocecitaquedecía:
—¡Porfavor…píntameuncordero!—¿Eh?—¡Píntameuncordero!Me puse en pie de un salto como herido por un rayo.Me
froté losojos.Miréamialrededor.Viaunextraordinariomuchachitoquememirabagravemente.Ahítienen el mejor retrato que más tarde logré hacer de él, aunque mi dibujo, ciertamente es menosencantadorqueelmodelo.Peronoesmíalaculpa.Laspersonasmayoresmedesanimarondemicarrerade pintor a la edad de seis años y no había aprendido a dibujar otra cosa que boas cerradas y boasabiertas.
Miré, pues, aquella aparición con los ojos redondos de admiración. No hay que olvidar que meencontrabaaunasmilmillasdedistanciadellugarhabitadomáspróximo.Yahorabien,elmuchachitonomeparecíaniperdido,nimuertodecansancio,dehambre,desedodemiedo.Noteníaenabsolutolaaparienciadeunniñoperdidoeneldesierto,amilmillasdedistanciadellugarhabitadomáspróximo.Cuandologré,porfin,articularpalabra,ledije:
—Pero…¿quéhacestúporaquí?Yélrespondióentonces,suavemente,comoalgomuyimportante:—¡Porfavor…píntameuncordero!Cuandoelmisterioesdemasiadoimpresionante,esimposibledesobedecer.Porabsurdoqueaquello
me pareciera, a mil millas de distancia de todo lugar habitado y en peligro de muerte, saqué de mibolsillounahojadepapelyunaplumafuente.Recordéqueyohabíaestudiadoespecialmentegeografía,historia,cálculoygramáticayledijealmuchachito(yaunpocomalhumorado)quenosabíadibujar.
—¡Noimporta—merespondió—,píntameuncordero!Comonuncahabíadibujadouncordero,rehíceparaélunodelosdosúnicosdibujosqueyoeracapaz
derealizar:eldelaserpienteboacerrada.Yquedéestupefactocuandooídeciralhombrecito:—¡No, no!Yo no quiero un elefante en una serpiente. La serpiente esmuy peligrosa y el elefante
ocupamuchositio.Enmitierraestodomuypequeño.Necesitouncordero.Píntameuncordero.
Dibujéuncordero.Lomiróatentamenteydijo:—¡No!Ésteestáyamuyenfermo.Hazotro.Volvíadibujar.
Miamigosonriódulcemente,conindulgencia.—¿Ves?Estonoesuncordero,esuncarnero.Tienecuernos.Rehícenuevamentemidibujo:fuerechazadoigualquelosanteriores.
—Ésteesdemasiadoviejo.Quierouncorderoquevivamuchotiempo.Falto ya de paciencia y deseoso de comenzar a desmontar el motor, garrapateé rápidamente este
dibujo,seloenseñé,yleagregué:
—Éstaeslacaja.Elcorderoquequieresestáadentro.
Congransorpresamía,elrostrodemijovenjuezseiluminó:—¡Asíescomoyoloquería!¿Creesqueseanecesariamuchahierbaparaestecordero?—¿Porqué?—Porqueenmitierraestodotanpequeño…Seinclinóhaciaeldibujoyexclamó:—¡Bueno,notanpequeño!Estádormido.Yasífuecomoconocíalprincipito.
Capítulo 3Mecostómuchotiempocomprenderdedóndevenía.Elprincipito,quemehacíamuchaspreguntas,jamásparecíaoírlasmías.Fueronpalabraspronunciadasalazar,lasquepocoapocomerevelarontodo.Así,cuandodistinguióporvezprimeramiavión(nodibujarémiavión,portratarsedeundibujodemasiadocomplicadoparamí)mepreguntó:
—¿Quécosaesésa?—Esonoesunacosa.Esovuela.Esunavión,miavión.Mesentíaorgullosoaldecirlequevolaba.Élentoncesgritó:—¡Cómo!¿Hascaídodelcielo?—Sí—ledijemodestamente.—¡Ah,quécurioso!Yelprincipito lanzóunagraciosacarcajadaqueme irritómucho.Megustaquemisdesgracias se
tomenenserio.Yañadió:—Entonces¿tútambiénvienesdelcielo?¿Dequéplanetaerestú?Diviséunaluzenelmisteriodesupresenciaylepreguntébruscamente:—¿Túvienes,pues,deotroplaneta?Peronomerespondió;movíalentamentelacabezamirandodetenidamentemiavión.—Escierto,que,encimadeeso,nopuedesvenirdemuylejos.Ysehundióenunensueñodurantelargotiempo.Luegosacandodesubolsillomicordero,seabismó
enlacontemplacióndesutesoro.Imagínensecómomeintrigóestasemiconfidenciasobrelosotrosplanetas.Meesforcé,pues,ensaber
algomás:—¿Dedóndevienes,muchachito?¿Dóndeestá«tucasa»?¿Dóndequieresllevartemicordero?Despuésdemeditarsilenciosamentemerespondió:—Lobuenodelacajaquemehasdadoesqueporlanocheleservirádecasa.—Sinduda.Ysieresbuenotedarétambiénunacuerdayunaestacaparaatarloduranteeldía.Estaproposiciónparecióchocaralprincipito.—¿Atarlo?¡Quéideamásrara!—Sinoloatas,seiráquiénsabedóndeyseperderá.Miamigosoltóunanuevacarcajada.—¿Ydóndequieresquevaya?—Nosé,acualquierparte.Derecho,caminoadelante.Entonceselprincipitoseñalócongravedad:—¡Noimporta,esmuypequeñamitierra!Yagregó,quizás,conunpocodemelancolía:—Derecho,caminoadelante.Nosepuedeirmuylejos.
Capítulo 4De estamanera supe una segunda cosamuy importante: su
planetadeorigeneraapenasmásgrandequeunacasa.Esto no podía asombrarme mucho. Sabía muy bien que
aparte de los grandes planetas como la Tierra, Júpiter,Marte,Venus, a los cuales se les ha dado nombre, existen otroscentenares de ellos tan pequeños a veces que es difícildistinguirlos aun con la ayuda del telescopio. Cuando unastrónomodescubreunodeestosplanetas,ledapornombreunnúmero.Lellama,porejemplo,«elasteroide3251».
TengopoderosasrazonesparacreerqueelplanetadelcualveníaelprincipitoeraelasteroideB612.Esteasteroidehasidovistosólounavezconel telescopioen1909porunastrónomoturco.
Este astrónomo hizo una gran demostración de sudescubrimiento en un congreso Internacional de Astronomía.Peronadielecreyóacausadesumaneradevestir.Laspersonasmayoressonasí.Felizmentepara lareputacióndelasteroideB
612, undictador turco impuso a supueblo, bajopenademuerte, el vestido a la europea.Entonces elastrónomovolvióadarcuentadesudescubrimientoen1920ycomolucíauntrajemuyelegante,todoelmundoaceptósudemostración.
Si les he contado de todos estos detalles sobre elasteroideB612yhastalesheconfiadosunúmero,esporconsideración a las personasmayores.A losmayores lesgustan lascifras.Cuandose leshabladeunnuevoamigo,jamáspreguntansobreloesencialdelmismo.Nuncaselesocurre preguntar: «¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegosprefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?» Pero encambiopreguntan:«¿Quéedad tiene?¿Cuántoshermanos?¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?» Solamente conestos detalles creen conocerle. Si les decimos a laspersonasmayores:«Hevistounacasapreciosadeladrillorosa,congeraniosenlasventanasypalomaseneltejado»,jamásllegarána imaginarsecómoesesacasa.Esprecisodecirles: «He visto una casa que vale cienmil francos».Entonces exclaman entusiasmados: «¡Oh, qué preciosa
es!».De tal manera, si les decimos: «La prueba de que el principito ha existido está en que era un
muchachito encantador, que reía y quería un cordero.Querer un cordero es prueba de que se existe», laspersonasmayoresseencogerándehombrosynosdiránquesomos unos niños. Pero si les decimos: «el planeta dedonde venía el principito era el asteroide B 612»,quedarán convencidas y no se preocuparán de hacermáspreguntas.Sonasí.Nohayporquéguardarlesrencor.Losniñosdebensermuyindulgentesconlaspersonasmayores.
Pero nosotros, que sabemos comprender la vida, nosburlamos tranquilamente de los números.Amíme habríagustado más comenzar esta historia a la manera de los
cuentosdehadas.Mehabríagustadodecir:«Era una vez un principito que habitaba un planeta
apenas más grande que él y que tenía necesidad de unamigo.» Para aquellos que comprenden la vida, estohubieraparecidomásreal.
Porquenomegustaquemilibroseatomadoalaligera.Siento tanta pena al contar estos recuerdos.Hace ya seisaños que mi amigo se fue con su cordero. Y si intentodescribirloaquíessóloconelfindenoolvidarlo.Esmuytristeolvidaraunamigo.Notodoshantenidounamigo.Yyopuedollegarasercomolaspersonasmayores,quesólo
seinteresanporlascifras.Paraevitarestohecompradounacajadelápicesdecolores.¡Esmuyduro,amiedad,ponerseaaprenderadibujar,cuandoentodalavidanosehahechootratentativaqueladeunaboaabiertayunaboacerradaalaedaddeseisaños!Ciertamentequeyotratarédehacerretratoslomásparecidoposibles,peronoestoymuysegurodelograrlo.Unosaldrábienyotronotieneparecidoalguno.En las proporcionesme equivoco también un poco.Aquí el principito es demasiado grande y allá esdemasiadopequeño.Dudotambiénsobreelcolordesutraje.Titubeosobreestoylootroyunasvecessalebienyotrasmal.Esposible,enfin,quemeequivoquesobreciertosdetallesmuyimportantes.Perohabráqueperdonármelo,yaquemiamigonomedabanuncamuchasexplicaciones.Mecreíasemejanteasímismoyyo,desgraciadamente,noséveruncorderoa travésdeunacaja.Esposiblequeyoseaunpococomolaspersonasmayores.Hedebidoenvejecer.
Capítulo 5Cada día yo aprendía algo nuevo sobre el planeta,
sobrelapartidaysobreelviaje.Estoveníasuavementealazardelasreflexiones.Deestamaneratuveconocimientoaltercerdíadeldramadelosbaobabs.
Fuetambiéngraciasalcorderoycomopreocupadoporunaprofundaduda,cuandoelprincipitomepreguntó:
—¿Esverdadqueloscorderossecomenlosarbustos?—Sí,escierto.—¡Ah,quécontentoestoy!No comprendí por qué era tan importante para él que
los corderos se comieran los arbustos. Pero el principitoañadió:
—Entoncessecomentambiénlosbaobabs.Le hice comprender al principito que los baobabs no
sonarbustos,sinoárbolestangrandescomoiglesiasyqueinclusosillevaseconsigotodounrebañodeelefantes,elrebañonolograríaacabarconunsolobaobab.
Estaideadelrebañodeelefanteshizoreíralprincipito.—Habríaqueponerloselefantesunossobreotros.
Yluegoañadiójuiciosamente:—Los baobabs, antes de crecer, son muy
pequeñitos.—Es cierto. Pero ¿por qué quieres que tus
corderoscomanlosbaobabs?Mecontestó:«¡Bueno!¡Vamos!»comosihablara
deunaevidencia.Me fuenecesarioungranesfuerzode inteligencia para comprender por mí mismo esteproblema.
Enefecto,enelplanetadelprincipitohabía,comoentodoslosplanetas,hierbasbuenasyhierbasmalas.Por consiguiente, de buenas semillas salían buenashierbasyde las semillasmalas,hierbasmalas.Pero
lassemillassoninvisibles;duermenenelsecretodelatierra,hastaqueunbuendíaunadeellastienelafantasía de despertarse. Entonces se alarga extendiendo hacia el sol, primero tímidamente, unaencantadora ramita inofensiva. Si se trata de una ramita de rábano o de rosal, se la puede dejar quecrezcacomoquiera.Perosisetratadeunamalahierba,esprecisoarrancarlainmediatamenteencuantounohasabidoreconocerla.Enelplanetadelprincipitohabíasemillasterribles.Comolassemillasdelbaobab.Elsuelodelplanetaestáinfestadodeellas.Siunbaobabnosearrancaatiempo,nohaymanera
dedesembarazarsedeélmástarde;cubretodoelplanetayloperforaconsusraíces.Ysielplanetaesdemasiadopequeñoylosbaobabssonnumerosos,lohacenestallar.
«Esunacuestióndedisciplina,medecíamástardeelprincipito.Cuandoporlamañanaunoterminadearreglarse,hayquehacercuidadosamentelalimpiezadelplaneta.Hayquededicarseregularmenteaarrancarlosbaobabs,cuandoselesdistinguedelosrosales,aloscualesseparecenmuchocuandosonpequeñitos.Esuntrabajomuyfastidiosoperomuyfácil».
Yundíameaconsejóquemededicaraarealizarunhermosodibujo,quehicieracomprendera losniñosdelaTierraestasideas.«Sialgunavezviajan,medecía,estopodráservirlesmucho.Avecesnohayinconvenienteendejarparamástardeeltrabajoquesehadehacer;perotratándosedebaobabs,elretrasoessiempreunacatástrofe.Yoheconocidounplaneta,habitadoporunperezosoquedescuidótresarbustos».
Siguiendo las indicaciones del principito, dibujé dichoplaneta.Aunquenomegustaelpapeldemoralista,elpeligrodelosbaobabsestandesconocidoylospeligrosquepuedecorrerquienllegueaperderseenunasteroidesontangrandes,quenovaciloenhacerunaexcepciónyexclamar:«¡Niños,atenciónalos baobabs!». Y sólo con el fin de advertir amis amigos deestos peligros a que se exponen desde hace ya tiempo sinsaberlo, es por lo que trabajé y puse tanto empeño en realizarestedibujo.La lecciónque con él podíadarvalía lapena.Esmuy posible que alguien me pregunte por qué no hay en estelibro otros dibujos tan grandiosos como el dibujo de losbaobabs.La respuesta esmuy sencilla: he tratadodehacerlos,pero no lo he logrado. Cuando dibujé los baobabs estabaanimadoporunsentimientodeurgencia.
Capítulo 6¡Ah, principito, cómo he ido comprendiendo
lentamente tu vida melancólica! Durante muchotiempo tu única distracción fue la suavidad de laspuestas de sol. Este nuevo detalle lo supe al cuartodía,cuandomedijiste:
—Me gustanmucho las puestas de sol; vamos averunapuestadesol.
—Tendremosqueesperar.—¿Esperarqué?
—Queelsolseponga.Parecistemuysorprendidoprimero,ydespuéstereístedetimismo.Ymedijiste:—Siempremecreoqueestoyenmitierra.En efecto, como todo el mundo sabe, cuando esmediodía en Estados Unidos, en Francia se está
poniendoelsol.SeríasuficientepodertrasladarseaFranciaenunminutoparaasistiralapuestadelsol,pero desgraciadamente Francia está demasiado lejos.En cambio, sobre tu pequeño planeta te bastabaarrastrarlasillaalgunospasosparapresenciarelcrepúsculocadavezquelodeseabas.
—¡Undíaviponerseelsolcuarentaytresveces!Yunpocomástardeañadiste:—¿Sabes?Cuandounoestáverdaderamentetristelegustaverlaspuestasdesol.—Eldíaquelavistecuarentaytresvecesestabasmuytriste¿verdad?Peroelprincipitonorespondió.
Capítulo 7Alquintodía, y también en relación con el cordero,me fue revelado este otro secretode la vidadelprincipito. Me preguntó bruscamente y sin preámbulo, como resultado de un problema largamentemeditadoensilencio:
—Siuncorderosecomelosarbustos,secomerátambiénlasflores¿no?—Uncorderosecometodoloqueencuentra.—¿Ytambiénlasfloresquetienenespinas?—Sí;tambiénlasfloresquetienenespinas.—Entonces,¿paraquélesirvenlasespinas?Confieso que no lo sabía. Estaba yo muy ocupado tratando de destornillar un perno demasiado
apretadodelmotor;laaveríacomenzabaaparecermecosagraveylacircunstanciadequeseestuvieraagotandomiprovisióndeaguamehacíatemerlopeor.
—¿Paraquésirvenlasespinas?Elprincipitonopermitíanuncaquesedejarasinrespuestaunapreguntaformuladaporél.Irritadopor
laresistenciaquemeoponíaelperno,lerespondíloprimeroquesemeocurrió:—Lasespinasnosirvenparanada;sonpuramaldaddelasflores.—¡Oh!Ydespuésdeunsilencio,medijoconunaespeciederencor:—¡Notecreo!Lasfloressondébiles.Soningenuas.Sedefiendencomopueden.Secreenterribles
consusespinas.Nolerespondínada;enaquelmomentomeestabadiciendoamímismo:«Siestepernomeresisteun
pocomás,loharésaltardeunmartillazo».Elprincipitomeinterrumpiódenuevomispensamientos:—¿Túcreesquelasflores…?—¡No,nocreonada!Tehe respondidocualquiercosaparaque tecalles.Tengoqueocuparmede
cosasserias.Memiróestupefacto.—¡Decosasserias!Memiraba conmimartillo en la mano, los dedos llenos de grasa e inclinado sobre algo que le
parecíamuyfeo.—¡Hablascomolaspersonasmayores!Meavergonzóunpoco.Peroél,implacable,añadió:—¡Loconfundestodo!¡Todolomezclas!Estabaverdaderamenteirritado;sacudíalacabeza,agitandoalvientosuscabellosdorados.—Conozcounplanetadondeviveunseñormuycolorado,quenuncahaolidounaflornihamirado
unaestrellayquejamáshaqueridoanadie.Entodasuvidanohahechomásquesumas.Ytodoeldíaselopasarepitiendocomotú:«¡Yosoyunhombreserio,yosoyunhombreserio!».Alparecerestolellenadeorgullo.Peroesonoesunhombre,¡esunhongo!
—¿Unqué?
—Unhongo.Elprincipitoestabapálidodecólera.—Hace millones de años que las flores tienen espinas y hace también millones de años que los
corderos, apesarde las espinas, se comen las flores. ¿Esqueno es cosa seria averiguarporqué lasflorespierdeneltiempofabricandounasespinasquenolessirvenparanada?¿Esquenoesimportantelaguerradeloscorderosylasflores?¿Noesestomásserioeimportantequelassumasdeunseñorgordoycolorado?Y si yo sé de una flor única en elmundo y que no existe en ninguna partemás que enmiplaneta;siyoséqueunbuendíauncorderillopuedeaniquilarlasindarsecuentadeello,¿esqueestonoesimportante?
Elprincipitoenrojecióydespuéscontinuó:—Sialguienamaauna florde laque sóloexisteunejemplar enmillonesymillonesdeestrellas,
bastaquelamireparaserdichoso.Puededecirsatisfecho:«Miflorestáallí,enalgunaparte».¡Perosielcordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¡Y esto no esimportante!
Nopudodecirmásyestallóbruscamenteensollozos.La noche había caído. Yo había soltado las
herramientasyyanoimportabannadaelmartillo,elperno,lasedylamuerte.¡Habíaenunaestrella,enunplaneta,elmío, laTierra,unprincipitoaquienconsolar!Lotoméenmisbrazosylomecídiciéndole:«laflorquetúquieresnocorrepeligro.Tedibujaréunbozalpara tu corderoyunaarmaduraparalaflor…te…».Nosabíaquédecirle,cómoconsolarleyhacerquetuvieranuevamenteconfianzaenmí;mesentíatorpe.¡Estanmisteriosoelpaísdelaslágrimas!
Capítulo 8Aprendí bien pronto a conocer mejor esta flor. Siempre
había habido en el planeta del principito flores muy simplesadornadas con una sola fila de pétalos que apenas ocupabansitioyanadiemolestaban.Aparecíanentrelahierbaunamañanayporlatardeseextinguían.Peroaquéllahabíagerminadoundíadeunasemillallegadadequiénsabedónde,yelprincipitohabíavigiladocuidadosamentedesdeelprimerdíaaquellaramitatandiferentedelasqueélconocía.Podíaserunanuevaespeciedebaobab. Pero el arbusto cesó pronto de crecer y comenzó aecharsuflor.Elprincipitoobservóelcrecimientodeunenormecapulloyteníaelconvencimientodequehabríadesalirdeallíunaapariciónmilagrosa;perolaflornoacababadeprepararsubellezaalabrigodesuenvolturaverde.Elegíaconcuidadosuscolores,sevestíalentamenteyseajustabaunoaunosuspétalos.Noqueríasaliryaajadacomolasamapolas;queríaapareceren
todoelesplendordesubelleza.¡Ah,eramuycoquetaaquellaflor!Sumisteriosapreparacióndurabadíasydías.Hastaqueunamañana,precisamentealsalirelsolsemostróespléndida.
Laflor,quehabíatrabajadocontantaprecisión,dijobostezando:—¡Ah,perdóname!Apenasacabodedespertarme.¡Estoytodadespeinada!Elprincipitonopudocontenersuadmiración:—¡Quéhermosaeres!—¿Verdad?—respondiódulcementelaflor—.Henacidoalmismotiempoqueelsol.El principito adivinó exactamente que ella no era muy modesta ciertamente, pero ¡era tan
conmovedora!—Meparecequeyaeshoradedesayunar—añadiólaflor—;situvieraslabondaddepensarunpoco
enmí…Yelprincipito,muyconfuso,habiendoidoabuscarunaregaderalarocióabundantementeconagua
fresca.Yasí,ellalohabíaatormentadoconsuvanidadunpocosombría.Undía,porejemplo,hablandode
suscuatroespinas,dijoalprincipito:—¡Yapuedenvenirlostigresconsusgarras!—Nohaytigresenmiplaneta—observóelprincipito—y,además,lostigresnocomenhierba.—Yonosoyunahierba—respondiódulcementelaflor.—Perdóname…—Notemoalostigres,perotengomiedoalascorrientesdeaire.¿Notendrásunbiombo?«Miedoalascorrientesdeairenoesunasuerteparaunaplanta—pensóelprincipito—.Estaflores
demasiadocomplicada».
—Porlanochemecubrirásconunfanal.Hacemuchofríoentutierra.Noseestámuyagusto;alládedondeyovengo…
Laflorseinterrumpió;habíallegadoallíenformadesemillay no era posible que conociera otros mundos. Humillada porhabersedejado sorprender inventandounamentira tan ingenua,tosiódosotresvecesparaatraerselasimpatíadelprincipito.
—¿Yelbiombo?—Ibaabuscarlo,perocomonodejabasdehablarme…Insistióensutosparadarlealmenosremordimientos.De esta manera el
principito,apesardelabuena voluntad de suamor, había llegado adudar de ella. Había
tomado en serio palabras sin importancia y se sentíadesgraciado.
«Yonodebíahacerlecaso—meconfesóundíaelprincipito—nuncahayquehacercasoa las flores;bastaconmirarlasyolerlas.Miflorembalsamabaelplaneta,peroyonosabíagozarconeso.Aquellahistoriadegarrasytigresquetantomemolestóhubieradebidoenternecerme».
Ymecontótodavía:«¡No supe comprender nada entonces!Debí juzgarla por sus actos y no por sus palabras. ¡La flor
perfumabaeiluminabamividayjamásdebíhuirdeallí!¡Nosupeadivinarlaternuraqueocultabansuspobresastucias!¡Sontancontradictoriaslasflores!Peroyoerademasiadojovenparasaberamarla».
Capítulo 9Creoqueelprincipitoaprovechólamigracióndeunabandadadepájarossilvestresparasuevasión.Lamañanadelapartidapusoenordenelplaneta.Deshollinócuidadosamentesusvolcanesenactividad,deloscualesposeíados,queleeranmuyútilesparacalentareldesayunotodaslasmañanas.Tenía,además,unvolcánextinguido.Deshollinótambiénelvolcánextinguido,pues,comoéldecía,nuncasesabeloquepuedeocurrir.Silosvolcanesestánbiendeshollinados,ardensuserupciones,lentayregularmente.Laserupcionesvolcánicassoncomoelfuegodenuestraschimeneas.EsevidentequeennuestraTierranohayposibilidaddedeshollinarlosvolcanes;loshombressomosdemasiadopequeños.Poresonosdantantosdisgustos.
Elprincipitoarrancótambiénconunpocodemelancolíalosúltimos brotes de baobabs. Creía que no iba a volver nunca.Pero todos aquellos trabajos le parecieron aquella mañanaextremadamentedulces.Ycuandoregóporúltimavez la florysedispusoaponerlaalabrigodelfanal,sintióganasdellorar.
—Adiós—ledijoalaflor.Éstanorespondió.—Adiós—repitióelprincipito.Laflortosió,peronoporqueestuvieraresfriada.—He sido una tonta—le dijo al fin la flor—.Perdóname.
Procuraserfeliz.Se sorprendió por la ausencia de reproches y quedó
desconcertado, con el fanal en el aire, no comprendiendo estatranquilamansedumbre.
—Sí,yotequiero—ledijolaflor—;hasidoculpamíaquetúnolosepas;peroesonotieneimportancia.Ytúhassidotan
tontocomoyo.Tratadeserfeliz…Ysueltadeunavezesefanal;yanoloquiero.—Peroelviento…—Noestoytanresfriadacomopara…Elairefrescodelanochemeharábien.Soyunaflor.—Ylosanimales…—Seránecesarioquesoportedosotresorugassiquieroconocer lasmariposas;creoquesonmuy
hermosas.Sino¿quiénvendráavisitarme?Túestarásmuylejos.Encuantoalasfieras,nolastemo:yotengomisgarras.
Ylemostrabaingenuamentesuscuatroespinas.Luegoañadió:—Ynoprolonguesmástudespedida.Puestoquehasdecididopartir,vetedeunavez.Laflornoqueríaquelaviesellorar:eratanorgullosa…
10Capítulo
Seencontraba en la regiónde los asteroides325, 326, 327, 328, 329y330.Paraocuparse en algo einstruirsealmismotiempodecidióvisitarlos.
Elprimeroestabahabitadoporunrey.Elrey,vestidodepúrpurayarmiño,estabasentadosobreuntronomuysencilloy,sinembargo,majestuoso.
—¡Ah—exclamóelreyaldivisaralprincipito—,aquítenemosunsúbdito!Elprincipitosepreguntó:«¿Cómoesposiblequemereconozcasinuncamehavisto?».Ignorabaqueparalosreyeselmundoestámuysimplificado.Todosloshombressonsúbditos.—Aproxímateparaqueteveamejor—ledijoelrey,queestabaorgullosodeserporfinelreyde
alguien.Elprincipitobuscódondesentarse,peroelplanetaestabaocupadototalmenteporelmagníficomanto
dearmiño.Sequedó,pues,depie,perocomoestabacansado,bostezó.—Laetiquetanopermitebostezarenpresenciadelrey—ledijoelmonarca—.Teloprohíbo.—Nohepodido evitarlo—respondió el principitomuyconfuso—,hehechounviajemuy largoy
apenashedormido…—Entonces—ledijoelrey—teordenoquebosteces.Haceañosquenoveobostezaranadie.Los
bostezossonparamíalgocurioso.¡Vamos,bostezaotravez,teloordeno!—Medavergüenza…yanotengoganas…—dijoelprincipitoenrojeciendo.—¡Hum,hum!—respondióelrey—.¡Bueno!Teordenotanprontoquebostecesyquenobosteces…Tartamudeabaunpocoyparecíavejado,pueselreydabagranimportanciaaquesuautoridadfuese
respetada.Eraunmonarcaabsoluto,perocomoeramuybueno,dabasiempreórdenesrazonables.«Siyoordenara—decíafrecuentemente—,siyoordenaraa
ungeneralquesetransformaraenavemarinayelgeneralnomeobedeciese,laculpanoseríadelgeneral,sinomía».
—¿Puedosentarme?—preguntótímidamenteelprincipito.—Te ordeno sentarte —le respondió el rey recogiendo
majestuosamenteunfaldóndesumantodearmiño.El principito estaba sorprendido. Aquel planeta era tan
pequeño que no se explicaba sobre quién podría reinar aquelrey.
—Señor—ledijo—,perdónemesilepregunto…—Teordenoquemepreguntes—seapresuróadecirelrey.—Señor…¿sobrequéejercesupoder?—Sobretodo—contestóelreycongraningenuidad.—¿Sobretodo?El rey, con un gesto sencillo, señaló su planeta, los otros
planetasylasestrellas.
—¿Sobretodoeso?—volvióapreguntarelprincipito.—Sobretodoeso…—respondióelrey.Noerasólounmonarcaabsoluto,era,además,unmonarcauniversal.—¿Ylasestrellasleobedecen?—¡Naturalmente!—ledijoelrey—.Yobedecenenseguida,puesyonotolerolaindisciplina.Un poder semejante dejómaravillado al principito. Si él disfrutara de un poder de tal naturaleza,
hubiese podido asistir en elmismodía, no a cuarenta y tres, sino a setenta y dos, a cien, o incluso adoscientas puestas de sol sin tener necesidadde arrastrar su silla.Y como se sentía unpoco triste alrecordarsupequeñoplanetaabandonado,seatrevióasolicitarunagraciaalrey:
—Megustaríaverunapuestadesol…Demeesegusto…Ordénelealsolqueseponga…—Siyoledieraaungenerallaordendevolardeflorenflorcomounamariposa,odeescribiruna
tragedia,odetransformarseenavemarinayelgeneralnoejecutaselaordenrecibida¿dequiénseríalaculpa,míaodeél?
—Laculpaseríadeusted—ledijoelprincipitoconfirmeza.—Exactamente.Sólohayquepediracadauno, loquecadaunopuededar—continuóelrey—.La
autoridadseapoyaantesquenadaenlarazón.Siordenasatupuebloquesetirealmar,elpuebloharálarevolución.Yotengoderechoaexigirobediencia,porquemisórdenessonrazonables.
—¿Entonces…mipuestadesol?—recordóelprincipito,quejamásolvidabasupreguntaunavezquelahabíaformulado.
—Tendrástupuestadesol.Laexigiré.Pero,segúnmedictamicienciagobernante,esperaréquelascondicionesseanfavorables.
—¿Ycuándoseráeso?—¡Ejem,ejem!—lerespondióelrey,consultandopreviamenteunenormecalendario—,¡ejem,ejem!
seráhacia…hacia…seráhacialassietecuarenta.Yaveráscómosemeobedece.El principito bostezó. Lamentaba su puesta de sol frustrada y además se estaba aburriendo ya un
poco.—Yanotengonadaquehaceraquí—ledijoalrey—.Mevoy.—Nopartas—lerespondióelreyquesesentíamuyorgullosodetenerunsúbdito—;notevayasyte
hagoministro.—¿Ministrodequé?—¡De…dejusticia!—¡Perosiaquínohaynadieaquienjuzgar!—Esonosesabe—ledijoelrey—.Nuncaherecorridotodomireino.Estoymuyviejoyelcaminar
mecansa.Ycomonohaysitioparaunacarroza…—¡Oh!Peroyoyahevisto…—dijoelprincipitoqueseinclinóparaecharunaojeadaalotrolado
delplaneta—.Alláabajonohaynadietampoco.—Tejuzgarásatimismo—lerespondióelrey—.Eslomásdifícil.Esmuchomásdifíciljuzgarsea
símismoquejuzgaralosotros.Siconsiguesjuzgarterectamenteesqueeresunverdaderosabio.—Yopuedojuzgarmeamímismoencualquierparteynotengonecesidaddeviviraquí.—¡Ejem,ejem!Creo—dijoelrey—queenalgunapartedelplanetaviveunaratavieja;yolaoigo
por la noche. Tú podrás juzgar a esta rata vieja. La condenarás amuerte de vez en cuando. Su vida
dependeríadetujusticiaylaindultarásencadajuicioparaconservarla,yaquenohaymásqueuna.—Amínomegustacondenaramuerteanadie—dijoelprincipito—.Creoquemevoyamarchar.—No—dijoelrey.Peroelprincipito,quehabiendoterminadoyasuspreparativosnoquisodisgustaralviejomonarca,
dijo:—SiVuestraMajestaddesearaserobedecidopuntualmente,podríadarunaordenrazonable.Podría
ordenarme,porejemplo,partirantesdeunminuto.Meparecequelascondicionessonfavorables…Comoelreynorespondieranada,elprincipitovacilóprimeroyconunsuspiroemprendiólamarcha.—¡Tenombromiembajador!—seapresuróagritarelrey.Teníaunaspectodegranautoridad.«Las
personasmayoressonmuyextrañas»,sedecíaelprincipitoparasímismoduranteelviaje.
11Capítulo
Elsegundoplanetaestabahabitadoporunvanidoso:—¡Ah! ¡Ah! ¡Un admirador viene a visitarme!—gritó el vanidoso al
divisaralolejosalprincipito.Paralosvanidosostodoslosdemáshombressonadmiradores.—¡Buenosdías!—dijoelprincipito—.¡Quésombrerotanrarotiene!—Espara saludar a losquemeaclaman—respondió el vanidoso—.
Desgraciadamentenuncapasanadieporaquí.—¿Ah,sí?—preguntósincomprenderelprincipito.—Golpeatusmanosunacontraotra—leaconsejóelvanidoso.El principito aplaudió y el vanidoso le saludó modestamente
levantandoelsombrero.«Esto parece más divertido que la visita al rey», se dijo para sí el
principito, que continuó aplaudiendo mientras el vanidoso volvía asaludarlequitándoseelsombrero.
Aloscincominutoselprincipitosecansócon lamonotoníadeaqueljuego.
—¿Qué hay que hacer para que el sombrero se caiga?—preguntó elprincipito.
Peroelvanidosonoleoyó.Losvanidosossólooyenlasalabanzas.—Túmeadmirasmucho,¿verdad?—preguntóelvanidosoalprincipito.—¿Quésignificaadmirar?—Admirarsignificareconocerqueyosoyelhombremásbello,elmejorvestido,elmásricoyelmás
inteligentedelplaneta.—¡Sitúestássoloentuplaneta!—¡Hazmeesefavor,admíramedetodasmaneras!—¡Bueno!Teadmiro—dijoelprincipitoencogiéndosedehombros—,pero¿paraquétesirve?Yelprincipitosemarchó.«Decididamente, laspersonasmayoressonmuyextrañas»,sedecíaparasíelprincipitodurantesu
viaje.
12Capítulo
Eltercerplanetaestabahabitadoporunbebedor.Fueunavisitamuycorta,pueshundióalprincipitoenunagranmelancolía.
—¿Qué haces ahí? —preguntó al bebedor, queestaba sentado en silencio ante un sinnúmero debotellasvacíasyotrastantasbotellasllenas.
—¡Bebo! —respondió el bebedor con tonolúgubre.
—¿Por qué bebes? —volvió a preguntar elprincipito.
—Paraolvidar.—¿Paraolvidarqué?—inquirióelprincipito,ya
compadecido.—Paraolvidarquesientovergüenza—confesóelbebedorbajandolacabeza.—¿Vergüenzadequé?—seinformóelprincipitodeseosodeayudarle.—¡Vergüenzadebeber!—concluyóelbebedor,queseencerrónuevaydefinitivamenteenelsilencio.Yelprincipito,perplejo,semarchó.«Nohaylamenordudadequelaspersonasmayoressonmuyextrañas»,seguíadiciéndoseparasíel
principitodurantesuviaje.
13Capítulo
El cuarto planeta estaba ocupado por un hombredenegocios.Estehombreestabatanabstraídoquenisiquieralevantólacabezaalallegadadelprincipito.
—¡Buenosdías!—ledijoéste—.Sucigarrosehaapagado.
—Tres y dos cinco. Cinco y siete doce.Doce ytres quince. ¡Buenos días! Quince y siete veintidós.Veintidós y seis veintiocho. No tengo tiempo deencenderlo.Veintiochoy tres treintayuno. ¡Uf!Estosumaquinientosunmillonesseiscientosveintidósmilsetecientostreintayuno.
—¿Quinientosmillonesdequé?—¿Eh? ¿Estás ahí todavía? Quinientos millones
de…yano sé…¡He trabajado tanto! ¡Yosoyunhombre serioynomeentretengoen tonterías!Dosycincosiete…
—¿Quinientos millones de qué? —volvió a preguntar el principito, que nunca en su vida habíarenunciadoaunapreguntaunavezquelahabíaformulado.
Elhombredenegocioslevantólacabeza:—Desdehacecincuentaycuatroañosquehabitoesteplaneta,sólomehanmolestadotresveces.La
primera,haceveintidósaños, fueporunabejorroquehabíacaídoaquídeDios sabedónde.Hacíaunruido insoportable y me hizo cometer cuatro errores en una suma. La segunda vez por una crisis dereumatismo, hace once años. Yo no hago ningún ejercicio, pues no tengo tiempo de callejear. Soy unhombreserio.Ylaterceravez…¡laterceravezesésta!Decía,pues,quinientosunmillones…
—¿Millonesdequé?Elhombredenegocioscomprendióquenoteníaningunaesperanzadequelodejaranenpaz.—Millonesdeesaspequeñascosasquealgunasvecessevenenelcielo.—¿Moscas?—¡No,cositasquebrillan!—¿Abejas?—No.Unascositasdoradasquehacendesvariaralosholgazanes.¡Yosoyunhombreserioynotengo
tiempodedesvariar!—¡Ah!¿Estrellas?—Esoes.Estrellas.—¿Yquéhacestúconquinientosmillonesdeestrellas?—Quinientosunmillonesseiscientosveintidósmilsetecientostreintayuno.Yosoyunhombreserioy
exacto.—¿Yquéhacesconesasestrellas?
—¿Quequéhagoconellas?—Sí.—Nada.Lasposeo.—¿Quelasestrellassontuyas?—Sí.—Yohevistounreyque…—Losreyesnoposeennada…Reinan.Esmuydiferente.—¿Ydequétesirveposeerlasestrellas?—Mesirveparaserrico.—¿Ydequétesirveserrico?—Mesirveparacomprarmásestrellassialguienlasdescubre.«Éste,sedijoasímismoelprincipito,razonapocomásomenoscomomiborracho».Noobstantelesiguiópreguntando:—¿Ycómoesposibleposeerestrellas?—¿Dequiénsonlasestrellas?—contestópunzanteelhombredenegocios.—Nosé…Denadie.—Entoncessonmías,puestoquehesidoelprimeroaquienselehaocurridolaidea.—¿Yesobasta?—Naturalmente.Siteencuentrasundiamantequenadiereclama,eldiamanteestuyo.Siencontraras
unaislaqueanadiepertenece,laislaestuya.Siereselprimeroentenerunaideaylahacespatentar,nadiepuedeaprovecharla:estuya.Lasestrellassonmías,puestoquenadieantesqueyohapensadoenposeerlas.
—Esoesverdad—dijoelprincipito—¿yquéhacesconellas?—Lasadministro.Lascuentoylasrecuentounayotravez—contestóelhombredenegocios—.Es
algodifícil.¡Peroyosoyunhombreserio!Elprincipitonoquedódeltodosatisfecho.—Siyotengounabufanda,puedoponérmelaalcuelloyllevármela.Sisoydueñodeunaflor,puedo
cortarlayllevármelatambién.¡Perotúnopuedesllevartelasestrellas!—Peropuedocolocarlasenunbanco.—¿Quéquieredecireso?—Quieredecirqueescriboenunpapelelnúmerodeestrellasquetengoyguardobajollaveenun
cajónesepapel.—¿Yesoestodo?—¡Essuficiente!«Esdivertido»,pensóelprincipito.«Esinclusobastantepoético.Peronoesmuyserio».Elprincipitoteníasobrelascosasseriasideasmuydiferentesdelasideasdelaspersonasmayores.—Yo—dijo aún— tengo una flor a la que riego todos los días; poseo tres volcanes a los que
deshollinotodaslassemanas,puestambiénmeocupodelqueestáextinguido;nuncasesabeloquepuedeocurrir.Esútil,pues,paramisvolcanesyparamiflorqueyolasposea.Perotú,túnoeresnadaútilparalasestrellas…
Elhombredenegociosabriólaboca,peronoencontrórespuesta.
Elprincipitoabandonóaquelplaneta.«Las personas mayores, decididamente, son extraordinarias», se decía a sí mismo con sencillez
duranteelviaje.
14Capítulo
Elquintoplanetaeramuycurioso.Eraelmáspequeñodetodos,puesapenascabíanenélunfarolyelfaroleroque lohabitaba.Elprincipitono lograbaexplicarseparaquéserviríanallí,enelcielo,enunplanetasincasasysinpoblaciónunfarolyunfarolero.Sinembargo,sedijoasímismo:
«Estehombre,quizás,esabsurdo.Sinembargo,esmenosabsurdoqueelrey,elvanidoso,elhombredenegociosyelbebedor.Sutrabajo,almenos,tienesentido.Cuandoenciendesufarol,esigualquesihicieranacerunaestrellamásounaflorycuandoloapagahacedormiralafloroalaestrella.Esunaocupaciónmuybonitayporserbonitaesverdaderamenteútil».
Cuandollegóalplanetasaludórespetuosamentealfarolero:—¡Buenosdías!¿Porquéacabasdeapagartufarol?—Es la consigna—respondió el farolero—. ¡Buenos
días!—¿Yquéeslaconsigna?—Apagarmifarol.¡Buenasnoches!Yencendióelfarol.—¿Yporquéacabasdevolveraencenderlo?—Eslaconsigna.—Nolocomprendo—dijoelprincipito.—No hay nada que comprender—dijo el farolero—.
Laconsignaeslaconsigna.¡Buenosdías!Yapagósufarol.Luego se enjugó la frente con un pañuelo de cuadros
rojos.—Mi trabajo es algo terrible. En otros tiempos era
razonable; apagaba el farol por la mañana y lo encendíaporlatarde.Teníaelrestodeldíaparareposaryelrestodelanocheparadormir.
—¿Yluegocambiaronlaconsigna?—Éseeseldrama,que laconsignanohacambiado—dijoel farolero—.Elplanetagiracadavez
másdeprisadeañoenañoylaconsignasiguesiendolamisma.—¿Yentonces?—dijoelprincipito.—Como el planeta da ahora una vuelta completa cadaminuto, yo no tengo un segundo de reposo.
Enciendoyapagounavezporminuto.—¡Esoesraro!¡Losdíassóloduranentutierraunminuto!—Estonotienenadadedivertido—dijoelfarolero—.Haceyaunmesquetúyyoestamoshablando.—¿Unmes?—Sí,treintaminutos.¡Treintadías!¡Buenasnoches!Yvolvióaencendersufarol.El principito lomiró y le gustó este farolero que tan fielmente cumplía la consigna. Recordó las
puestasdesolqueenotrotiempoibaabuscararrastrandosusilla.Quisoayudarasuamigo.—¿Sabes?Yoconozcounmedioparaquedescansescuandoquieras…—Yoquierodescansarsiempre—dijoelfarolero.—Sepuedeseralavezfielyperezoso.Elprincipitoprosiguió:—Tuplanetaestanpequeñoquepuedesdarlelavueltaentreszancadas.Notienesquehacermásque
caminarmuy lentamente para quedar siempre al sol. Cuando quieras descansar, caminarás… y el díadurarátantotiempocomoquieras.
—Conesonoadelantograncosa—dijoelfarolero—,loqueamímegustaenlavidaesdormir.—Noesunasuerte—dijoelprincipito.—No,noesunasuerte—replicóelfarolero—.¡Buenosdías!Yapagósufarol.Mientraselprincipitoproseguíasuviaje, se ibadiciendoparasí:«Ésteseríadespreciadopor los
otros,porelrey,porelvanidoso,porelbebedor,porelhombredenegocios.Y,sinembargo,eselúnicoquenomepareceridículo,quizásporqueseocupadeotracosaynodesímismo».Lanzóunsuspirodepenaycontinuódiciéndose:
«Eselúnicodequienpudehabermehechoamigo.Perosuplanetaesdemasiadopequeñoynohaylugarparados…».
Loqueelprincipitonoseatrevíaaconfesarse,eraquelacausaporlacuallamentabanoquedarseenestebenditoplaneta sedebíaa lasmilcuatrocientascuarentapuestasde solquepodríadisfrutarcadaveinticuatrohoras.
15Capítulo
Elsextoplanetaeradiezvecesmásgrande.Estabahabitadoporunancianoqueescribíagrandeslibros.—¡Anda,unexplorador!—exclamócuandodivisóalprincipito.
Éste se sentó sobre la mesa y reposó un poco.¡Habíaviajadoyatanto!
—¿Dedóndevienestú?—lepreguntóelanciano.—¿Qué libro es ese tangrande?—preguntó a su
vezelprincipito—.¿Quéhaceustedaquí?—Soygeógrafo—dijoelanciano.—¿Yquéesungeógrafo?—Esunsabioquesabedóndeestánlosmares,los
ríos,lasciudades,lasmontañasylosdesiertos.—Eso esmuy interesante—dijo el principito—.
¡Yesunverdaderooficio!Dirigió unamirada a su alrededor sobre el planeta del geógrafo; nunca había visto un planeta tan
majestuoso.—Esmuyhermososuplaneta.¿Hayocéanosaquí?—Nopuedosaberlo—dijoelgeógrafo.—¡Ah!—elprincipitosesintiódecepcionado—.¿Ymontañas?—Nopuedosaberlo—repitióelgeógrafo.—¿Yciudades,ríosydesiertos?—Tampocopuedosaberlo.—¡Peroustedesgeógrafo!—Exactamente—dijoelgeógrafo—,peronosoyexplorador,nitengoexploradoresquemeinformen.
Elgeógrafonopuedeestardeacáparaallácontandolasciudades,losríos,lasmontañas,losocéanosylosdesiertos;esdemasiadoimportanteparadeambularporahí.Sequedaensudespachoyallírecibealosexploradores.Lesinterrogaytomanotadesusinformes.Silosinformesdealgunodeelloslepareceninteresantes,mandahacerunainvestigaciónsobrelamoralidaddelexplorador.
—¿Paraqué?—Unexploradorquemintieraseríaunacatástrofeparaloslibrosdegeografía.Ytambiénloseríaun
exploradorquebebierademasiado.—¿Porqué?—preguntóelprincipito.—Porquelosborrachosvendobleyelgeógrafopondríadosmontañasdondesólohabríauna.—Conozcoaalguien—dijoelprincipito—,queseríaunmalexplorador.—Esposible.Cuandoseestáconvencidodequelamoralidaddelexploradoresbuena,sehaceuna
investigaciónsobresudescubrimiento.—¿Sevaaver?—No,esoseríademasiadocomplicado.Seexigealexploradorquesuministrepruebas.Porejemplo,
sisetratadeldescubrimientodeunagranmontaña,selepidequetraigagrandespiedras.Súbitamenteelgeógrafosesintióemocionado:—Pero…¡túvienesdemuylejos!¡Túeresunexplorador!Vasadescribirmetuplaneta.Yelgeógrafoabriendosuregistroafilósulápiz.Losrelatosdelosexploradoresseescribenprimero
conlápiz.Seesperaqueelexploradorpresentesuspruebasparapasarlosatinta.—¿Ybien?—interrogóelgeógrafo.—¡Oh!Mitierra—dijoelprincipito—noesinteresante,todoesmuypequeño.Tengotresvolcanes,
dosenactividadyunoextinguido;peronuncasesabe…—No,nuncasesabe—dijoelgeógrafo.—Tengotambiénunaflor.—Delasfloresnotomamosnota.—¿Porqué?¡Sonlomásbonito!—Porquelasfloressonefímeras.—¿Quésignifica«efímera»?—Lasgeografías—dijoelgeógrafo—sonlos librosmáspreciadose interesantes;nuncapasande
moda. Esmuy raro que unamontaña cambie de sitio o que un océano quede sin agua. Los geógrafosescribimossobrecosaseternas.
—Pero los volcanes extinguidos pueden despertarse—interrumpió el principito—. ¿Qué significa«efímera»?
—Quelosvolcanesesténonoenactividadesigualparanosotros.Lointeresanteeslamontañaquenuncacambia.
—Pero ¿qué significa «efímera»?—repitió el principito que en su vida había renunciado a unapreguntaunavezformulada.
—Significaqueestáamenazadodepróximadesaparición.—¿Miflorestáamenazadadedesaparecerpróximamente?—Indudablemente.«Mi flor es efímera—se dijo el principito— y no tienemás que cuatro espinas para defenderse
contraelmundo.¡Ylahedejadoallásolaenmicasa!».Porprimeravezsearrepintiódehaberdejadosuplaneta,perobienprontorecobrósuvalor.
—¿Quémeaconsejaustedquevisiteahora?—preguntó.—LaTierra—lecontestóelgeógrafo—.Tienemuybuenareputación…Yelprincipitopartiópensandoensuflor.
16Capítulo
Elséptimoplanetafue,porconsiguiente,laTierra.¡LaTierranoesunplanetacualquiera!Secuentanenélcientooncereyes(sinolvidar,naturalmente,
losreyesnegros),sietemilgeógrafos,novecientosmilhombresdenegocios,sietemillonesymediodeborrachos,trescientosoncemillonesdevanidosos,esdecir,alrededordedosmilmillonesdepersonasmayores.
Para darles una idea de las dimensiones de laTierra yo les diría que antes de la invención de laelectricidad había que mantener sobre el conjunto de los seis continentes un verdadero ejército decuatrocientossesentaydosmilquinientosoncefaroleros.
Vistosdesdelejos,hacíanunespléndidoefecto.Losmovimientosdeesteejércitoestabanreguladoscomolosdeunballetdeópera.PrimeroveníaelturnodelosfarolerosdeNuevaZelandaydeAustralia.Encendíansusfarolesyseibanadormir.DespuéstocabaelturnoenladanzaalosfarolerosdeChinaySiberia,queasuvezseperdíanentrebastidores.LuegoseguíanlosfarolerosdeRusiaylaIndia,despuéslosdeÁfricayEuropayfinalmente,losdeAméricadelSuryAméricadelNorte.Nuncaseequivocabanensuordendeentradaenescena.Eragrandioso.
Solamenteelfarolerodelúnicofaroldelpolonorteysucolegadelúnicofaroldelpolosur,llevabanunavidadeociosidadydescanso.Notrabajabanmásquedosvecesalaño.
17Capítulo
Cuandosequiereseringenioso,sucedequesemienteunpoco.Nohesidomuyhonestoalhablardelosfarolerosycorroelriesgodedarunafalsaideadenuestroplanetaalosquenoloconocen.LoshombresocupanmuypocolugarsobrelaTierra.Silosdosmilmillonesdehabitantesquelapueblansepusierandepieyunpocoapretados,comoenunmitin,cabríanfácilmenteenunaplazadeveintemillasdelargoporveintedeancho.LahumanidadpodríaamontonarsesobreelmáspequeñoislotedelPacífico.
Laspersonasmayoresnolescreerán,seguramente,puessiempreseimaginanqueocupanmuchositio.Secreen importantes como losbaobabs.Lesdirán,pues,quehaganel cálculo; eso lesgustaráyaqueadoranlascifras.Peronoesnecesarioquepierdaneltiempoinútilmente,puestoquetienenconfianzaenmí.
Elprincipito,unavezque llegóa laTierra,quedósorprendidodenoveranadie.Teníamiedodehaberseequivocadodeplaneta,cuandounanillodecolordelunaserevolvióenlaarena.
—¡Buenasnoches!—dijoelprincipito.—¡Buenasnoches!—dijolaserpiente.—¿Sobrequéplanetahecaído?—preguntóelprincipito.—SobrelaTierra,enÁfrica—respondiólaserpiente.—¡Ah!¿YnohaynadiesobrelaTierra?—Estoeseldesierto.Enlosdesiertosnohaynadie.LaTierraesmuygrande—dijolaserpiente.Elprincipitosesentóenunapiedrayelevólosojosalcielo.—Yo me pregunto —dijo— si las estrellas están encendidas para que cada cual pueda un día
encontrarlasuya.Miramiplaneta;estáprecisamenteencimadenosotros…Pero…¡quélejosestá!—Esmuybella—dijolaserpiente—.¿Yquévienestúahaceraquí?—Tengoproblemasconunaflor—dijoelprincipito.—¡Ah!Ysecallaron.—¿Dónde están los hombres? —prosiguió por fin el principito—. Se está un poco solo en el
desierto…—Tambiénseestásolodondeloshombres—afirmólaserpiente.Elprincipitolamirólargoratoyledijo:—Eresunbichoraro,delgadocomoundedo…—Perosoymáspoderosoqueeldedodeunrey—leinterrumpiólaserpiente.Elprincipitosonrió:—Nomeparecesmuypoderoso…nisiquieratienespatas…nitansiquierapuedesviajar…—Puedollevartemáslejosqueunnavío—dijolaserpiente.Seenroscóalrededordeltobillodelprincipitocomounbrazaletedeoro.—Al que yo toco, le hago volver a la tierra de donde salió. Pero tú eres puro y vienes de una
estrella…Elprincipitonorespondió.
—Medaslástima,tandébilsobreestatierradegranito.Si algún día echas mucho de menos tu planeta, puedoayudarte.Puedo…
—¡Oh! —dijo el principito—. Te he comprendido.Pero¿porquéhablasconenigmas?
—Yolosresuelvotodos—dijolaserpiente.Ysecallaron.
18Capítulo
Elprincipitoatravesóeldesiertoenelquesóloencontróunaflordetrespétalos,unaflordenada.—¡Buenosdías!—dijoelprincipito.—¡Buenosdías!—dijolaflor.—¿Dóndeestánloshombres?—preguntócortésmenteelprincipito.
Laflor,undía,habíavistopasarunacaravana.—¿Loshombres?Noexistenmásqueseisosiete,
meparece.Loshevistohaceyaañosynuncasesabedóndeencontrarlos.Elvientolospasea.Lesfaltanlasraíces.Estolesmolesta.
—Adiós—dijoelprincipito.—Adiós—dijolaflor.
19Capítulo
Elprincipitoescalóhastalacimadeunaaltamontaña.Lasúnicasmontañasqueélhabíaconocidoeranlostresvolcanesquelellegabanalarodilla.Elvolcánextinguidoloutilizabacomotaburete.«Desdeunamontañatanaltacomoésta—sehabíadicho—podrévertodoelplanetayatodosloshombres…».Peronoalcanzóavermásquealgunaspuntasderocas.
—¡Buenosdías!—exclamóelprincipito.—¡Buenosdías!¡Buenosdías!¡Buenosdías!—respondióel
eco.—¿Quiénerestú?—preguntóelprincipito.—¿Quiénerestú?…¿Quiénerestú?…¿Quiénerestú?…—
contestóeleco.—Sedmisamigos,estoysolo—dijoelprincipito.—Estoysolo…estoysolo…estoysolo…—repitióeleco.«¡Qué planetamás raro!—pensó entonces el principito—.
Es seco, puntiagudo y salado. Y los hombres carecen deimaginación;nohacenmásquerepetir loquese lesdice…Enmitierrateníaunaflor:hablabasiemprelaprimera…».
20Capítulo
Pero sucedió que el principito, habiendo atravesado arenas, rocas y nieves, descubrió finalmente uncamino.Yloscaminosllevansiemprealamoradadeloshombres.
—¡Buenosdías!—dijo.Eraunjardíncuajadoderosas.—¡Buenosdías!—dijeronlasrosas.Elprincipitolasmiró.¡Todasseparecíantantoa
suflor!—¿Quiénes son ustedes? —les preguntó
estupefacto.—Somoslasrosas—respondieronéstas.—¡Ah!—exclamóelprincipito.Y se sintió muy desgraciado. Su flor le había
dichoqueeralaúnicadesuespecieentodoeluniverso.¡Yahorateníaantesusojosmásdecincomiltodassemejantes,enunsolojardín!
«Siellaviesetodoesto—sedecíaelprincipito—,sesentiríavejada,toseríamuchísimoysimularíamorir para escapar al ridículo.Y yo tendría que fingirle cuidados, pues sería capaz de dejarsemorirverdaderamenteparahumillarmeamítambién…».
Yluegocontinuódiciéndose:«Mecreía ricoconunaflorúnicayresultaquenotengomásqueunarosaordinaria. Eso y mis tres volcanes que apenas mellegan a la rodilla y uno de los cuales acaso estéextinguido para siempre. Realmente no soy un granpríncipe…».
Yechándosesobrelahierba,elprincipitolloró.
21Capítulo
Entoncesaparecióelzorro:—¡Buenosdías!—dijoelzorro.—¡Buenos días! —respondió cortésmente el
principito,quesevolvióperonovionada.—Estoyaquí,bajoelmanzano—dijolavoz.—¿Quién eres tú? —preguntó el principito—.
¡Québonitoeres!—Soyunzorro—dijoelzorro.—Venajugarconmigo—lepropusoelprincipito
—,¡estoytantriste!—Nopuedojugarcontigo—dijoelzorro—,noestoydomesticado.—¡Ah,perdón!—dijoelprincipito.Perodespuésdeunabrevereflexión,añadió:—¿Quésignifica«domesticar»?—Túnoeresdeaquí—dijoelzorro—,¿québuscas?—Buscoaloshombres—lerespondióelprincipito—.¿Quésignifica«domesticar»?—Los hombres—dijo el zorro— tienen escopetas y cazan. ¡Esmuymolesto! Pero también crían
gallinas.Esloúnicoquelesinteresa.¿Túbuscasgallinas?—No—dijoelprincipito—.Buscoamigos. ¿Qué significa«domesticar»?—volvióapreguntar el
principito.—Esunacosayaolvidada—dijoelzorro—;significa«crearvínculos…».—¿Crearvínculos?—Efectivamente.Verás—dijoelzorro—:Túnoeresparamítodavíamásqueunmuchachitoiguala
otroscienmilmuchachitosynotenecesitoparanada.Tampocotútienesnecesidaddemíynosoyparatimásqueunzorroentreotroscienmilzorrossemejantes.Perosi túmedomesticas,entoncestendremosnecesidadelunodelotro.Túserásparamíúnicoenelmundo,yoseréparatiúnicoenelmundo…
—Comienzoacomprender—dijoelprincipito—.Hayunaflor…creoqueellamehadomesticado…—Esposible—concedióelzorro—.EnlaTierraseventodotipodecosas.—¡Oh,noesenlaTierra!—exclamóelprincipito.Elzorroparecióintrigado:—¿Enotroplaneta?—Sí.—¿Haycazadoreseneseplaneta?—No.—¡Quéinteresante!¿Ygallinas?—No.—Nadaesperfecto—suspiróelzorro.
Ydespués,volviendoasuidea:—Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se
parecenytodosloshombressoniguales;porconsiguientemeaburrounpoco.Sitúmedomesticas,mividaestarállenadesol.Conoceréelrumordeunospasosdiferentesatodoslosdemás.Losotrospasosme hacen esconder bajo la tierra; los tuyosme llamarán fuera de lamadriguera como unamúsica.Yademás,¡mira!¿Vesalláabajoloscamposdetrigo?Yonocomopanyporlotantoeltrigoesparamíalgoinútil.Loscamposdetrigonomerecuerdannadayesomeponetriste.¡Perotútienesloscabellosdorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será unrecuerdodeti.Yamaréelruidodelvientoeneltrigo.
Elzorrosecallóymiróunbuenratoalprincipito:—Porfavor…domestícame—ledijo.—Bienquisiera—lerespondióelprincipito—,peronotengomuchotiempo.Hedebuscaramigosy
conocermuchascosas.—Sólo se conocenbien las cosasque sedomestican—dijo el zorro—.Loshombresyano tienen
tiempodeconocernada.Locompran todohechoen las tiendas.Ycomonohay tiendasdondevendanamigos,loshombresnotienenyaamigos.¡Siquieresunamigo,domestícame!
—¿Quédebohacer?—preguntóelprincipito.—Debestenermuchapaciencia—respondióelzorro—.Tesentarásalprincipiounpocolejosdemí,
así, en el suelo; yo temiraré con el rabillo del ojo y tú nome dirás nada. El lenguaje es fuente demalentendidos.Perocadadíapodrássentarteunpocomáscerca…
Elprincipitovolvióaldíasiguiente.—Hubierasidomejor—dijoelzorro—quevinierasa
lamismahora.Si vienes, por ejemplo, a las cuatrode latarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuantomásavance lahora,másfelizmesentiré.Alascuatromesentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale lafelicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabrécuándoprepararmicorazón…Losritossonnecesarios.
—¿Quéesunrito?—inquirióelprincipito.—Estambiénalgodemasiadoolvidado—dijoelzorro
—.Esloquehacequeundíanoseparezcaaotrodíayqueuna hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, porejemplo,hayunrito.Losjuevesbailanconlasmuchachasdelpueblo.Los jueves entonces sondíasmaravillosos enlosquepuedoirdepaseohastalaviña.Siloscazadoresno
bailaranendíafijo,todoslosdíassepareceríanyyonotendríavacaciones.Deestamaneraelprincipitodomesticóalzorro.Ycuandosefueacercandoeldíadelapartida:—¡Ah!—dijoelzorro—.Lloraré.—Tuyaeslaculpa—ledijoelprincipito—.Yonoqueríahacertedaño,perotúhasqueridoquete
domestique…—Ciertamente—dijoelzorro.
—¡Yvasallorar!—dijoelprincipito.—¡Seguro!—Noganasnada.—Gano—dijoelzorro—.Heganadoacausadelcolordeltrigo.Yluegoañadió:—Veteaverlasrosas;comprenderásquelatuyaesúnicaenelmundo.Volverásadecirmeadiósyyo
teregalaréunsecreto.Elprincipitosefueaverlasrosas,alasquedijo:—No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han
domesticadoanadie.Soncomoelzorroeraantes,queennadasediferenciabadeotroscienmilzorros.Peroyolohicemiamigoyahoraesúnicoenelmundo.
Lasrosassesentíanmolestasoyendoalprincipito,quecontinuódiciéndoles:—Sonmuybellas,peroestánvacíasynadiedaríalavidaporustedes.Cualquieraquelasveapodrá
creerindudablementequemirosaesigualquecualquieradeustedes.Peroellasesabemásimportantequetodasporqueyolaheregado,porquehasidoaellaalaqueabriguéconelfanal,porqueyolematélosgusanos(salvodosotresquesehicieronmariposas)yesaellaalaqueyoheoídoquejarse,alabarseyalgunasveceshastacallarse.Porqueesmirosa,enfin.
Yvolvióconelzorro.—Adiós—ledijo.—Adiós—dijoelzorro—.Heaquímisecreto,quenopuedesermássimple:sóloconelcorazónse
puedeverbien;loesencialesinvisibleparalosojos.—Loesencialesinvisibleparalosojos—repitióelprincipitoparaacordarse.—Loquehacemásimportanteaturosaeseltiempoquetúhasperdidoconella.—Eseltiempoqueyoheperdidoconella…—repitióelprincipitopararecordarlo.—Los hombres han olvidado esta verdad —dijo el zorro—, pero tú no debes olvidarla. Eres
responsableparasiempredeloquehasdomesticado.Túeresresponsabledeturosa…—Yosoyresponsabledemirosa…—repitióelprincipitoafinderecordarlo.
22Capítulo
—¡Buenosdías!—dijoelprincipito.—¡Buenosdías!—respondióelguardavía.—¿Quéhacesaquí?—lepreguntóelprincipito.—Formoconlosviajerospaquetesdemilydespacholostrenesquelosllevan,yaaladerecha,yaa
laizquierda.Yuntrenrápidoiluminado,rugiendocomoeltrueno,hizotemblarlacasetadelguardavía.—Tienenmuchaprisa—dijoelprincipito—.¿Québuscan?—Nisiquieraelconductordelalocomotoralosabe—dijoelguardavía.Unsegundorápidoiluminadorugióensentidoinverso.—¿Yavuelve?—preguntóelprincipito.—Nosonlosmismos—contestóelguardavía—.Esuncambio.—¿Nosesentíancontentosdondeestaban?—Nuncasesienteunocontentodondeestá—respondióelguardavía.Yrugióeltruenodeuntercerrápidoiluminado.—¿Vanpersiguiendoalosprimerosviajeros?—preguntóelprincipito.—No persiguen absolutamente nada —le dijo el guardavía—; duermen o bostezan allí dentro.
Únicamentelosniñosaplastansunarizcontralosvidrios.—Únicamente los niños saben lo que buscan —dijo el principito—. Pierden el tiempo con una
muñecadetrapoquevieneaserlomásimportanteparaellosysiselaquitan,lloran…—¡Quésuertetienen!—dijoelguardavía.
23Capítulo
—¡Buenosdías!—dijoelprincipito.—¡Buenosdías!—respondióelcomerciante.Erauncomerciantedepíldorasperfeccionadasquequitanlased.Setomaunaporsemanayyanose
sientenganasdebeber.—¿Porquévendeseso?—preguntóelprincipito.—Porqueconestoseeconomizamuchotiempo.Segúnelcálculohechoporlosexpertos,seahorran
cincuentaytresminutosporsemana.—¿Yquésehaceconesoscincuentaytresminutos?—Loquecadaunoquiere…«Siyodispusierade cincuentay tresminutos—pensóel principito—caminaría suavementehacia
unafuente…».
24Capítulo
Eraeloctavodíademiaveríaeneldesiertoyhabíaescuchadolahistoriadelcomerciantebebiendolaúltimagotademiprovisióndeagua.
—¡Ah—ledijealprincipito—,sonmuybonitos tuscuentos,peroyonohereparadomiavión,notengonadaparabeberyseríamuyfelizsipudierairmemuytranquiloenbuscadeunafuente!
—Miamigoelzorro…medijo…—Nosetrataahoradelzorro,muchachito…—¿Porqué?—Porquenosvamosamorirdesed…Nocomprendiómirazonamientoyreplicó:—Esbuenohabertenidounamigo,aunsivamosamorir.Yoestoymuycontentodehabertenidoun
amigozorro.«Es incapaz de medir el peligro —me dije—. Nunca tiene hambre ni sed y un poco de sol le
basta…».Elprincipitomemiróyrespondióamipensamiento:—Tengosedtambién…vamosabuscarunpozo…Tuveungestodecansancio;esabsurdobuscarunpozo,alazar,en la inmensidaddeldesierto.Sin
embargo,nospusimosenmarcha.Despuésdedoshorasdecaminarensilencio,cayólanocheylasestrellascomenzaronabrillar.Yo
las veía como en sueño, pues a causa de la sed tenía un poco de fiebre. Las palabras del principitodanzabanenmimente.
—¿Tienessed,tútambién?—lepregunté.Peronorespondióamipregunta,diciéndomesimplemente:—Elaguapuedeserbuenatambiénparaelcorazón…Nocomprendísuspalabras,peromecallé;sabíamuybienquenohabíaqueinterrogarlo.Elprincipitoestabacansadoysesentó;yomesentéasuladoydespuésdeunsilenciomedijo:—Lasestrellassonhermosas,porunaflorquenoseve…Respondí«seguramente»ymirésinhablarlosplieguesquelaarenaformababajolaluna.—Eldesiertoesbello—añadióelprincipito.Eraverdad;siempremehagustadoeldesierto.Puedeunosentarseenunaduna,nadaseve,nadase
oyeysinembargo,algoresplandeceenelsilencio…—Loquemásembellecealdesierto—dijoelprincipito—eselpozoqueocultaenalgúnsitio…Mequedésorprendidoalcomprendersúbitamenteesemisteriosoresplandordelaarena.Cuandoyo
eraniñovivíaenunacasaantiguaenlaque,segúnlaleyenda,habíauntesoroescondido.Sindudaquenadiesupo jamásdescubrirloyquizásnadie lobuscó,peroparecía todaencantadaporese tesoro.Micasaocultabaunsecretoenelfondodesucorazón…
—Sí—le dije al principito—, ya se trate de la casa, de las estrellas o del desierto, lo que lesembelleceesinvisible.
—Megusta—dijoelprincipito—queestésdeacuerdoconmizorro.Comoelprincipito sedormía, lo toméenmisbrazosymepusenuevamenteencamino.Mesentía
emocionadollevandoaquelfrágiltesoro,ymeparecíaquenadamásfrágilhabíasobrelaTierra.Mirabaalaluzdelalunaaquellafrentepálida,aquellosojoscerrados,loscabellosagitadosporelvientoymedecía:«loqueveoessólolacorteza;lomásimportanteesinvisible…».
Como sus labios entreabiertos esbozaron una sonrisa,me dije: «Loquemásme emociona de esteprincipitodormidoessufidelidadaunaflor,eslaimagendelarosaqueresplandeceenélcomolallamadeunalámpara,inclusocuandoduerme…»Ylosentímásfrágilaún.Pensabaquealaslámparashayqueprotegerlas:unarachadevientopuedeapagarlas…
Continuécaminandoyalrayarelalbadescubríelpozo.
25Capítulo
—Los hombres —dijo el principito— se meten en los rápidos pero no saben dónde van ni lo quequieren…Entoncesseagitanydanvueltas…
Yañadió:—¡Novalelapena!…El pozo que habíamos encontrado no se parecía en nada a los pozos saharianos. Estos pozos son
simplesagujerosqueseabrenenlaarena.Elqueteníamosantenosotrosparecíaelpozodeunpueblo;peroporallínohabíaningúnpuebloymeparecíaestarsoñando.
—¡Esextraño!—ledijealprincipito—.Todoestáapunto:laroldana,elbaldeylacuerda…Serióytocólacuerda;hizomoverlaroldana.Ylaroldanagimiócomounaviejaveletacuandoel
vientohadormidomucho.—¿Oyes? —dijo el principito—. Hemos
despertadoalpozoycanta.No quería que el principito hiciera el menor
esfuerzoyledije:—Déjameamí,esdemasiadopesadoparati.Lentamentesubíelcubohastaelbrocal,dondelo
dejébienseguro.Enmisoídossonabaaúnelcantodelaroldanayveíatemblaralsolenelaguaagitada.
—Tengoseddeestaagua—dijoelprincipito—,damedebeber…
¡Comprendíentoncesloqueélhabíabuscado!Levanté el balde hasta sus labios y el principito
bebióconlosojoscerrados.Todoerabellocomounafiesta. Aquella agua era algo más que un alimento.Habíanacidodelcaminarbajolasestrellas,delcanto
delaroldana,delesfuerzodemisbrazos.Eracomounregaloparaelcorazón.Cuandoyoeraniño,laslucesdelárboldeNavidad, lamúsicade lamisademedianoche, ladulzurade lassonrisas,dabansuresplandoramiregalodeNavidad.
—Los hombres de tu tierra —dijo el principito— cultivan cinco mil rosas en un jardín y noencuentranloquebuscan.
—Noloencuentrannunca—lerespondí.—Ysinembargo,loquebuscanpodríanencontrarloenunasolarosaoenunpocodeagua…—Sinduda—respondí.Yelprincipitoañadió:—Perolosojossonciegos.Hayquebuscarconelcorazón.Yohabíabebidoymeencontrababien.La arena, al alba, era colordemiel, delquegozabahasta
sentirmedichoso.¿Porquéhabíadesentirmetriste?
—Esnecesarioque cumplas tupromesa—dijodulcemente el principito, quenuevamente sehabíasentadojuntoamí.
—¿Quépromesa?—Yasabes…elbozalparamicordero…soyresponsabledemiflor.Saquédelbolsillomisesbozosdedibujo.Elprincipitolosmiróydijoriendo:—Tusbaobabsparecenrepollos…¡Oh!¡Yyoqueestabatanorgullosodemisbaobabs!—Tuzorrotieneorejasqueparecencuernos;sondemasiadolargas.Yvolvióareír.—Eresinjusto,muchachito;yonosabíadibujarmásqueboascerradasyboasabiertas.—¡Oh,todosearreglará!—dijoelprincipito—.Losniñosentienden.Bosquejé,pues,unbozalyseloalarguéconelcorazónoprimido:—Tútienesproyectosqueyoignoro…Peronomerespondió.—¿Sabes?—medijo—.MañanahaceunañodemicaídaenlaTierra…Ydespuésdeunsilencio,añadió:—Caímuycercadeaquí…Elprincipitosesonrojóynuevamente,sincomprenderporqué,experimentéunaextrañatristeza.Sinembargo,semeocurriópreguntar:—Entoncesnoteencontréporazarhaceochodías,cuandopaseabasporestoslugares,amilmillas
dedistanciadellugarhabitadomáspróximo.¿Esquevolvíasalpuntodetucaída?Elprincipitoenrojeciónuevamente.Yañadívacilante.—¿Quizásporelaniversario?Elprincipitoseruborizóunavezmás.Aunquenuncarespondíaalaspreguntas,suruborsignificaba
unarespuestaafirmativa.—¡Ah!—ledije—.Tengomiedo.Peroélmerespondió:—Túdebestrabajarahora;vuelve,pues, juntoa tumáquina,queyoteesperoaquí.Vuelvemañana
porlatarde.Peroyonoestabatranquiloymeacordabadelzorro.Sisedejaunodomesticar,seexponeallorarun
poco…
26Capítulo
Alladodelpozohabíaunaruinadeunviejomurode piedras. Cuando volví de mi trabajo al díasiguiente por la tarde, vi desde lejos al principitosentadoenloaltoconlaspiernascolgando.Looíquehablaba.
—¿Noteacuerdas?¡Noesaquíconexactitud!Alguienlerespondiósinduda,porqueélreplicó:—¡Sí,sí;eseldía,peronoesésteellugar!Proseguímimarchahaciaelmuro,peronoveíani
oía a nadie.Y sin embargo, el principito replicó denuevo.
—¡Claro!Yaverásdóndecomienzamihuellaenlaarena.Notienesmásqueesperarme,queallíestaréyoestanoche.
Yo estaba a veinte metros y continuaba sindistinguirnada.
Elprincipito,despuésdeunsilencio,dijoaún:—¿Tienesunbuenveneno?¿Estássegurodenohacermesufrirmucho?Medetuveconelcorazónoprimido,siempresincomprender.—¡Ahoravete—dijoelprincipito—,quierovolverabajarme!Dirigílamiradahaciaelpiedelmuroeinstintivamentediunbrinco.Unaserpientedeesasamarillas
quematan a una persona enmenos de treinta segundos, se erguía en dirección al principito. Echandomano al bolsillo para sacarmi revólver, apreté el paso, pero, al ruido que hice, la serpiente se dejódeslizarsuavementeporlaarenacomounsurtidorquemuerey,sinapresurarsedemasiado,seescurrióentrelaspiedrasconunligeroruidometálico.
Lleguéjuntoalmuroa tiempoderecibirenmisbrazosamiprincipito,queestabablancocomolanieve.
—¿Peroquéhistoriaesésta?¿Decharlatambiénconlasserpientes?Lequitésueternabufandadeoro, lehumedecí lassienesy ledidebeber,sinatrevermeahacerle
preguntaalguna.Memirógravementerodeándomeelcuelloconsusbrazos.Sentílatirsucorazón,comoeldeunpajarilloquemuereatirosdecarabina.
—Mealegra—dijo el principito—quehayas encontrado lo que faltaba a tumáquina.Así podrásvolveratutierra…
—¿Cómolosabes?Precisamente venía a comunicarle que, a pesar de que no lo esperaba, había logrado terminarmi
trabajo.Norespondióamipregunta,sinoqueañadió:
—Tambiényovuelvohoyamiplaneta…Luego,conmelancolía:—Esmuchomáslejos…ymásdifícil…Medabacuentadequealgoextraordinariopasabaenaquellosmomentos.Estrechéalprincipitoentre
misbrazoscomosifueraunniñopequeñoy,noobstante,meparecióquedescendíaenpicadahaciaunabismosinquefueraposiblehacernadapararetenerlo.
Sumirada,seria,estabaperdidaenlalejanía.—Tengo tu cordero y la caja para el cordero.Y
tengotambiénelbozal.Ysonreíamelancólicamente.Esperéunbuenrato.Sentíaquevolvíaaentraren
calorpocoapoco:—Hastenidomiedo,muchachito…Lo había tenido, sin duda, pero sonrió con
dulzura:—Estanochevoyatenermásmiedo…Mequedédenuevoheladoporunsentimientode
algoirreparable.Comprendíquenopodíasoportarlaideadenovolveraoírnuncamássurisa.Eraparamícomounafuenteeneldesierto.
—Muchachito,quierooírotravezturisa…Peroélmedijo:—Estanocheharáunaño.Miestrellaseencontraráprecisamenteencimadellugardondecaíelaño
pasado…—¿Noescierto—leinterrumpí—quetodaestahistoriadeserpientes,decitasydeestrellasestan
sólounapesadilla?Peroelprincipitonorespondióamipreguntaydijo:—Lomásimportantenuncaseve…—Indudablemente…—Eslomismoquelaflor.Sitegustaunaflorquehabitaenunaestrella,esmuydulcemiraralcielo
porlanoche.Todaslasestrellashanflorecido.—Esindudable…—Escomoelagua.Laquemedisteabeber,graciasalaroldanaylacuerda,eracomounamúsica¿te
acuerdas?¡Québuenaera!—Sí,cierto…—Por la nochemirarás las estrellas;mi casa es demasiado pequeña para que yo pueda señalarte
dóndeseencuentra.Asíesmejor;miestrella serápara tiunacualquieradeellas.Tegustaráentoncesmirartodaslasestrellas.Todasellasserántusamigas.Yademás,teharéunregalo…
Yrióunavezmás.—¡Ah,muchachito,muchachito,cómomegustaoírturisa!—Miregaloseráéseprecisamente,serácomoelagua…
—¿Quéquieresdecir?—Lagente tieneestrellasquenoson lasmismas.Para losqueviajan, lasestrellassonguías;para
otros sólo son pequeñas lucecitas. Para los sabios las estrellas son problemas. Para mi hombre denegocios,eranoro.Perotodasesasestrellassecallan.Tútendrásestrellascomonadiehatenido…
—¿Quéquieresdecir?—Cuandoporlasnochesmiresalcielo,alpensarqueenunadeaquellasestrellasestoyyoriendo,
seráparaticomositodaslasestrellasriesen.¡Túsólotendrásestrellasquesabenreír!Yriónuevamente.—Cuandotehayasconsolado(siempreseconsuelauno)estaráscontentodehabermeconocido.Serás
miamigoytendrásganasdereírconmigo.Algunasvecesabrirástuventanasóloporplacerytusamigosquedarán asombrados de verte reírmirando al cielo. Tú les explicarás: «Las estrellasme hacen reírsiempre».Ellostecreeránloco.Yyotehabréjugadounamalapasada…
Yserióotravez.—Serácomosienvezdeestrellas,tehubiesedadomultituddecascabelitosquesabenreír…Unavezmásdejóoírsurisayluegosepusoserio.—Estanoche¿sabes?novengas…—Notedejaré.—Pareceréenfermo…Pareceráunpocoquememuero…esasí.¡Novalelapenaquevengasaver
eso…!—Notedejaré.Peroestabapreocupado.—Tedigoestopor laserpiente;nodebemorderte.Lasserpientessonmalas.Avecesmuerdenpor
gusto…—Hedichoquenotedejaré.Peroalgolotranquilizó.—Bienesverdadquenotienenvenenoparalasegundamordedura…
Aquella noche no lo vi ponerse en camino. Cuando lealcancé marchaba con paso rápido y decidido y me dijosolamente:
—¡Ah,estásahí!Mecogiódelamanoytodavíaseatormentó:—Hashechomal.Tendráspena.Pareceráqueestoymuerto,
peronoesverdad.Yomecallaba.—¿Comprendes?Esdemasiadolejosynopuedollevareste
cuerpoquepesademasiado.Seguícallado.—Será como una corteza vieja que se abandona. No son
nadatristeslasviejascortezas…Yomecallaba.Elprincipitoperdióunpocodeánimo.Pero
hizounesfuerzoydijo:
—Será agradable ¿sabes? Yo miraré también las estrellas. Todas serán pozos con roldanaherrumbrosa.Todaslasestrellasmedarándebeber.
Yomecallaba.—¡Será tan divertido! Tú tendrás quinientos millones de cascabeles y yo quinientos millones de
fuentes…Elprincipitosecallótambién;estaballorando.—Esallí;déjameirsolo.Sesentóporqueteníamiedo.Dijoaún:—¿Sabes?… mi flor… soy responsable… ¡y ella es tan débil y tan inocente! Sólo tiene cuatro
espinasparadefendersecontratodoelmundo…Mesenté,yanopodíamantenermeenpie.—Ahíestá…esoestodo…Vacilótodavíauninstante,luegoselevantóydio
unpaso.Yonopudemoverme.Un relámpago amarillo centelleó en su tobillo.
Quedóuninstanteinmóvil,sinexhalarungrito.Luegocayó lentamente como cae un árbol, sin hacer elmenorruidoacausadelaarena.
27Capítulo
Ahorahaceyaseisañosdeesto.Jamáshecontadoestahistoriayloscompañerosquemevuelvenaversealegrandeencontrarmevivo.Estabatriste,peroyolesdecía:«Eselcansancio».
Alcorrerdeltiempomeheconsoladounpoco,peronocompletamente.Séquehavueltoasuplaneta,puesalamanecernoencontrésucuerpo,quenoeraenrealidadtanpesado…Ymegustaporlanocheescucharalasestrellas,quesuenancomoquinientosmillonesdecascabeles…
Pero sucede algo extraordinario. Al bozal que dibujé para el principito seme olvidó añadirle lacorreadecuero;nohabrápodidoatárseloalcordero.Entoncesmepregunto:
«¿Quéhabrásucedidoensuplaneta?Quizáselcorderosehacomidolaflor…».Avecesmedigo:«¡Seguroqueno!Elprincipitocubrelaflorconsufanaltodaslasnochesyvigilaa
sucordero».Entoncesmesientodichosoytodaslasestrellasríendulcemente.Perootrasvecespienso:«Algunaqueotravezsedistraeunoyesobasta.Siunanochehaolvidado
ponerelfanaloelcorderohasalidosinhacerruido,durantelanoche…».Yentoncesloscascabelesseconviertenenlágrimas…
Yahíestáelgranmisterio.Paraustedesquequierenalprincipito,lomismoqueparamí,nadaeneluniversohabrácambiadosiencualquierparte,quiénsabedónde,uncorderodesconocidosehacomidoonosehacomidounarosa…
Peromirenalcieloypregúntense:elcordero¿sehacomidolaflor?Yveréiscómotodocambia…¡Ningunapersonamayorcomprenderájamásqueestoseaverdaderamenteimportante!
Ésteesparamíelpaisajemáshermosoyelmástriste del mundo. Es el mismo paisaje de la páginaanteriorquehedibujadounavezmásparaqueloveanbien.Fueaquídondeelprincipito apareció sobre laTierra,desapareciendoluego.
Examínenlo atentamente para que sepanreconocerlo,sialgúndía,viajandoporÁfricacruzanel desierto. Si por casualidad pasan por allí, no seapresuren, se lo ruego, y deténganse un poco,precisamente bajo la estrella. Si un niño llega hastaustedes, si este niño ríe y tiene cabellos de oro ynuncarespondeasuspreguntas,adivinaránenseguidaquién es. ¡Sean amables con él! Y comuníquenmerápidamente que ha regresado. ¡No me dejen tantriste!
FIN
ANTOINEMARIEJEAN-BAPTISTEROGERDESAINT-EXUPÉRY(Lyon,29dejuniode1900–MarMediterráneo,cercadelacostadeMarsella,31dejuliode1944)fueunescritoryaviadorfrancés,autordelafamosaobraElprincipito,nacidoenunafamilianobledeLyon.
El30dediciembrede1935alas14:45,despuésdeunviajede19horasy38minutos,Saint-ExupéryjuntoconsunavegadorAndrePrevottuvieronunaterrizajeforzosoenlapartedeLibiadeldesiertodelSáhara en camino a Saigón. Su avión era un Caudron C-630 Simoun n7041 (matrícula F-ANRY). Elequipo estaba tratando de volar desde París a Saigón enmenos tiempo que cualquier piloto lo habíahecho,porunpremiode150.000francos.AmbossobrevivieronalaterrizajeperosufrieronlosestragosdelarápidadeshidrataciónenelSahara.Noteníanideadesuubicación.Deacuerdoasusmemorias,loúnico que tenían para alimentarse eran uvas, dos naranjas y una pequeña ración de vino.2 Ambosexperimentaron alucinaciones visuales y auditivas. Para el tercer día estaban tan deshidratados quedejarondesudar.Finalmente,alcuartodía,unbeduinoencamellolosdescubrió,salvándoleslavida.LafábuladeSaint-ExuperyElprincipito,esunareferenciaaestaexperiencia.