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1 Comentario acerca de Daniel: A MODO DE INTRODUCCIÓN EL ALTÍSIMO TIENE EL DOMINIO El libro de Daniel requiere un cuidadoso estudio. Al hacer énfasis en visiones de imágenes y criaturas que se apartan de lo corriente, el libro está a menudo expuesto a extrañas interpretaciones. A veces estas explicaciones son complejas, y es comprensible que lo sean, dada la índole de las visiones. Sin embargo, Daniel mismo interpretó algunas de las visiones para beneficio nuestro. Comencemos nuestro estudio con un análisis del contexto en que fue escrito el libro. EL TIEMPO La figura de Daniel comienza a llamar la atención al principio del cautiverio de Judá en Babilonia, el período que se conoce como «el exilio». Josías, el último de los reyes «buenos», había sido muerto por los egipcios en Meguido, en el 609 a. C. Le sucedió en el trono su hijo Joacaz (2 o Reyes 23.30), quien reinó tres meses y después fue depuesto por Faraón Necao de Egipto (2 o Reyes 23.33). En lugar de Joacaz, el Faraón puso en el trono a un hermano de él llamado Joacim (609– 598 a. C.). Joacim fue vasallo de Necao hasta el 605 a. C., cuando Nabucodonosor derrotó a Egipto y a Asiria en Carquemis. Después de esta conquista, Nabucodonosor sitió Jerusalén y con el tiempo tomó la ciudad. El sitio comenzó en el tercer año de Joacim (Daniel 1.1). 1 Este fue el año cuando también se llevaron a muchos otros jóvenes para ser instruidos en Babilonia. Joacim murió en el 598 a. C. y fue sucedido por su hijo Joaquín, también conocido como Jeconías o Conías. Este reinó tres meses (2 o Reyes 24.8) y fue depuesto por Nabucodonosor. Fue llevado cautivo a Babilonia (2 o Reyes 24.12) junto con diez mil de los ciudadanos destacados de Jerusalén. Después que Joaquín fue depuesto fue sucedido por Sedequías (597–586 d. C.). Sedequías se rebeló contra Nabucodonosor en el 590 o el 589 a. C. Nabucodonosor sitió Jerusalén casi dos años, hasta que al fin la destruyó en el 586. Así, el comienzo del libro de Daniel abarca los últimos años del reino del sur. Algunos eruditos modernos han tratado de darles a los escritos de Daniel una fecha muy tardía, en contraste con el contexto histórico que exige el libro. No obstante, el historiador judío Josefo mantuvo que el canon se «selló» al final del reinado de Artajerjes Longimano (464–424 a. C.). Si Josefo estaba en lo cierto, entonces el libro de Daniel estaba incluido entre los escritos judíos antes del final del Imperio Persa. EL LUGAR La antigua ciudad imperial de Babilonia estaba situada a unos noventa kilómetros al sur de la actual Bagdad, Irak. Hammurabi, de la sexta dinastía, comenzó a construir esta gran ciudad durante su reinado (1792–1750 a. C.). Este conquistó las ciudades vecinas y formó un reino al sur de Mesopotamia. Babilonia sirvió como estado vasallo de Asiria desde el siglo IX hasta el VII a. C. Senaquerib (704–681 a. C.) de Asiria ordenó la destrucción de Babilonia en el 689, pero su sucesor Esarhadón anuló esta orden e hizo que se reconstruyera Babilonia. Nabopolasar se sublevó con éxito contra Asiria en el 626 a. C., y su hijo Nabucodonosor II hizo de Babilonia una gran ciudad. Nabónido, el hijo de Nabucodonosor, encabezó una invasión contra Arabia, dejando a su hijo Belsasar como su corregente en Babilonia. Babilonia fue derrotada por Ciro en el 539 a. C. Según el antiguo historiador griego Herodoto, 1 En una serie de seis números sobre el libro de Jeremías se comentan en detalle estos reyes y el período de la historia de Judá que desembocó en el exilio.

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Comentario acerca de Daniel:

A MODO DE INTRODUCCIÓN

EL ALTÍSIM

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EL DO

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El libro de Daniel requiere un cuidadosoestudio. Al hacer énfasis en visiones de imágenes ycriaturas que se apartan de lo corriente, el libroestá a menudo expuesto a extrañas interpretaciones.A veces estas explicaciones son complejas, y escomprensible que lo sean, dada la índole de lasvisiones. Sin embargo, Daniel mismo interpretóalgunas de las visiones para beneficio nuestro.

Comencemos nuestro estudio con un análisisdel contexto en que fue escrito el libro.

EL TIEMPOLa figura de Daniel comienza a llamar la

atención al principio del cautiverio de Judá enBabilonia, el período que se conoce como «el exilio».Josías, el último de los reyes «buenos», había sidomuerto por los egipcios en Meguido, en el 609 a. C.Le sucedió en el trono su hijo Joacaz (2o Reyes23.30), quien reinó tres meses y después fuedepuesto por Faraón Necao de Egipto (2o Reyes23.33). En lugar de Joacaz, el Faraón puso en eltrono a un hermano de él llamado Joacim (609–598 a. C.). Joacim fue vasallo de Necao hasta el605 a. C., cuando Nabucodonosor derrotó a Egiptoy a Asiria en Carquemis. Después de esta conquista,Nabucodonosor sitió Jerusalén y con el tiempotomó la ciudad. El sitio comenzó en el tercer año deJoacim (Daniel 1.1).1 Este fue el año cuando tambiénse llevaron a muchos otros jóvenes para serinstruidos en Babilonia.

Joacim murió en el 598 a. C. y fue sucedido porsu hijo Joaquín, también conocido como Jeconías oConías. Este reinó tres meses (2o Reyes 24.8) y fuedepuesto por Nabucodonosor. Fue llevadocautivo a Babilonia (2o Reyes 24.12) junto con diez

mil de los ciudadanos destacados de Jerusalén.Después que Joaquín fue depuesto fue sucedidopor Sedequías (597–586 d. C.). Sedequías se rebelócontra Nabucodonosor en el 590 o el 589 a. C.Nabucodonosor sitió Jerusalén casi dos años, hastaque al fin la destruyó en el 586. Así, el comienzo dellibro de Daniel abarca los últimos años del reinodel sur.

Algunos eruditos modernos han tratado dedarles a los escritos de Daniel una fecha muytardía, en contraste con el contexto histórico queexige el libro. No obstante, el historiador judíoJosefo mantuvo que el canon se «selló» al final delreinado de Artajerjes Longimano (464–424 a. C.). SiJosefo estaba en lo cierto, entonces el libro deDaniel estaba incluido entre los escritos judíosantes del final del Imperio Persa.

EL LUGARLa antigua ciudad imperial de Babilonia estaba

situada a unos noventa kilómetros al sur de laactual Bagdad, Irak. Hammurabi, de la sextadinastía, comenzó a construir esta gran ciudaddurante su reinado (1792–1750 a. C.). Este conquistólas ciudades vecinas y formó un reino al sur deMesopotamia. Babilonia sirvió como estado vasallode Asiria desde el siglo IX hasta el VII a. C.

Senaquerib (704–681 a. C.) de Asiria ordenó ladestrucción de Babilonia en el 689, pero susucesor Esarhadón anuló esta orden e hizo que sereconstruyera Babilonia.

Nabopolasar se sublevó con éxito contra Asiriaen el 626 a. C., y su hijo Nabucodonosor II hizo deBabilonia una gran ciudad.

Nabónido, el hijo de Nabucodonosor, encabezóuna invasión contra Arabia, dejando a su hijoBelsasar como su corregente en Babilonia.

Babilonia fue derrotada por Ciro en el 539 a. C.Según el antiguo historiador griego Herodoto,

1 En una serie de seis números sobre el libro deJeremías se comentan en detalle estos reyes y el período dela historia de Judá que desembocó en el exilio.

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Babilonia llegó a ser el estado más grande delImperio Persa. Con el tiempo, la ciudad fueconquistada por los griegos al mando de AlejandroMagno (331 a. C.) y al final llegó a ser parte delImperio Seléucida (312 a. C.).

Herodoto dijo que la ciudad entera abarcabaunos 450 kilómetros cuadrados. Estaba completa-mente rodeada por un muro que se elevaba hastauna altura de más de cien metros, con una base demás de veinticinco metros. Era suficientementeancha para que corrieran tres carros, uno al ladodel otro, sobre la parte alta. La ciudad estabaconstruida primordialmente de ladrillos de arcilla,cementados con arcilla tomada de la cuenca queinundaba el Éufrates en sus crecidas. La «zanja»que resultó constituía el foso que rodeaba laciudad. El mismo Nabucodonosor construyó la«Nueva Babilonia» sobre la margen oeste delrío.

La ciudad era famosa por los templos, loslugares sagrados y los monumentos dedicados asus dioses.2 Del templo que se le construyó aMarduk se dijo que alcanzó una altura de noventametros, y la altura del templo de Bel se ha estimadoen unos 180 metros, teniendo un tercio de kilómetrocuadrado en la base.

Los famosos «jardines colgantes» eran, enefecto, una montaña artificial. Era un sistema deterrazas para árboles y otras clases de vegetación,constituyendo una hermosa estructura de 243metros de largo por 180 metros de ancho enla base, y elevándose hasta una altura de 121metros.

La ciudad tenía hasta cien puertas por las cualesse podía entrar, puertas que habían sido hechascada una de bronce. Estaba dividida por calles en676 cuadras, calles de las cuales algunas teníanhasta 45 metros de ancho. En vista de que en esetiempo no existía la tecnología «moderna», solopor el tamaño, ¡la Babilonia del tiempo de Danieldebió de haber sido una impresionante visión paratodo el que la viera!

EL AUTORGran parte del libro de Daniel está escrito en la

primera persona. No hay razón lógica para creerque otro escribiera el libro y le pusiera el nombrede Daniel sobre él. Josefo escribió acerca de unhombre de importancia histórica llamadoDaniel, el cual vivió durante la era histórica que

corresponde a los eventos mencionados en el libro.Es más sencillo aceptar que el autor es Daniel;cualquier otra insinuación suscita más preguntasque respuestas.

Nabucodonosor se llevó muchos de losnobles y de los jóvenes al cautiverio en Babiloniacerca del 605 a. C. Según Daniel 1, el autor seencontraba en ese grupo. Daniel bien pudo habersido un descendiente y, por lo tanto, un miembrode la familia real (1.3).

Josefo describió a Daniel como arquitecto,diciendo que construyó una torre en Susa, la cualestaba tan excelentemente acabada que siempreparecía nueva. Se dice que los reyes de Persiafueron enterrados en esta torre y que, en honor aDaniel, se puso siempre a un judío en la tarea deresguardarla.

Daniel escribió en hebreo y en arameo (caldeo).En sus referencias históricas, escribió en hebreo.En su diálogo con los monarcas de los países de esaépoca, escribió en arameo.

Daniel era célebre por su sabiduría. Ezequiel28.3 usa su sabiduría como norma, y Ezequiel14.14, 20 contienen referencias a él, a la par de Joby de Noé. Si bien existen variaciones textuales encuanto al nombre, es interesante notar que Ezequiel,quien vivió en la misma época, haya hablado deDaniel.

En muchas maneras, Daniel fue el profetaveterotestamentario más detallado y concreto encuanto al anuncio de eventos futuros. Jesús serefirió a él como profeta (Mateo 24.15).

Lo más probable es que Daniel murió enBabilonia. No obstante, algunos historiadoresasiáticos sostienen que al final regresó a Judea ydespués volvió a Persia, donde murió en la ciudadde Susa.3

2 Algunos de los nombres de sus dioses eran Marduk,Bel, Nabu (o Nebo), Istar, Sin y Shamash.

3 Susa era la capital de Elam y un centro de culto parala adoración de la deidad elamita In-Shushinak. Esta ciudadclave ha sido el blanco de agresiones militares durantesiglos. En el 639 a. C., durante el período neobabilónico,Asurbanipal destruyó por completo la ciudad. Con elapogeo de los medos, y después de los persas, Susa llegó aser la capital aria regional y un centro de intercambio ycomercio. Darío el Grande la eligió como su residencia realen el 521 a. C. Las excavaciones han desenterrado unainscripción de construcción de Darío, en la cual se relatacómo fue construida y cómo fueron importadas suselaboradas decoraciones desde «lugares distantes». En ellibro de Ester se hace referencia a la opulencia del palacio,el cual menciona a menudo a Darío y a su sucesor Jerjes.Este palacio fue una conquista preciada de Alejandro Magnoy siguió siendo un punto de interés militar durante todo elperíodo medieval. La región donde Susa estaba ubicada esahora Irán.

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EL ESTILOEl libro de Daniel está incluido en el canon4

como uno de los profetas «mayores». No obstante,la forma de escribir de Daniel es diferente de la quenormalmente observamos en los profetas.

La profecía es, ante todo, hablar por Dios. Lapalabra hebrea que más frecuentemente setraduce por «profeta» (abn, nabi’) significa literal-mente «vocero». El equivalente griego (profhthß,profetes) indica a uno que «habla por» alguien. Así,un profeta, aunque a menudo incluye elementosde predicción de eventos futuros en sus «dichos»,estaba más ocupado en su propósito primordial dedeclarar un mensaje de Dios. Ya alguien dijo que eloficio del profeta tenía que ver «más con predicarque con predecir».

Hay una clase de estilo profético que se conocecomo «apocalíptico». Este término proviene deotra palabra griega, un verbo que significa «sacara la luz», por lo tanto, «revelar». Su traduccióncontemporánea da como resultado la palabra«revelación». Gran parte del estilo del libro deDaniel se observa también en la revelación queJesús dio a Juan en el Nuevo Testamento. Por lotanto, el libro se considera literatura apocalíptica.

No hay nada inherente en la palabra «apoca-líptica» que se refiera al «fin» o a «los eventosfinales»; sin embargo, ha adoptado esta connotaciónen las mentes de muchos (si no de la mayoría) queusan el término. Si bien la relación de la literaturaapocalíptica con el fin del mundo es un conceptoerróneo, esta clase de literatura es ciertamentediferente de la literatura profética «normal». Amenudo, la literatura profética fue el mensajeescrito de lo que habló anteriormente el profeta. Encontraste con lo anterior, la literatura apocalípticaes escrita, no hablada. Típicamente, esta literaturase diferencia de otras profecías en tres modos: 1) laliteratura apocalíptica trata considerablemente depredicciones o eventos futuros, 2) está llena desueños y de visiones, y 3) usa símbolos, incluyendosímbolos del cuerpo humano, de animales, denúmeros y de colores.

El considerable uso de símbolos en esta litera-tura se ha dicho que es con el fin de impedir que elmensaje sea descubierto por los «enemigos» de loslectores propuestos. Si bien esta razón es aceptable

en parte, no hay duda de que existe un propósitomás significativo para el uso de símbolos. Lossímbolos se usaron debido a la naturaleza futuristade las profecías. La materia tratada era tan extrañaa la realidad que vivían los lectores, que elsimbolismo resultaba esencial para la explicación.Para citar (fuera de contexto) al apóstol Pablo, eran«… cosas que ojo no vio, ni oído oyó» (1era Corintios2.9) las que el autor estaba describiendo.

Es por el uso de simbolismo que para muchosresulta tan fascinante la literatura apocalíptica.¿Qué significan los símbolos? Un símbolo a menudotiene diferentes significados, dependiendo de losdiferentes contextos en que se encuentra. A menudodebemos dejar que sea el autor que usa el símboloquien nos diga qué significa (vea, por ejemplo,Daniel 2). No es correcto tratar de hacer que unsímbolo corresponda a un significado específicoque sea extraño al contexto en que se encuentra.Tampoco es apropiado decir que un símbolo debetener siempre el mismo significado.

Considere, por ejemplo, la letra «X». Es lavigésima quinta letra del alfabeto español. Enel conjunto de los numerales romanos, la «X»representa el número «diez». En el alfabeto griego,tiene una forma muy parecida a la letra ji. Una «X»proverbial es la que se usa para marcar un lugar enun mapa. También se usa la «X» como una señal deprohibición, al anunciar algo que no se permite. La«X» puede ser también el símbolo de un cruce deferrocarril, o puede advertir de algún otro peligro.A menudo se usa la «X» en las etiquetas desustancias venenosas. Ahora, ¿qué significa la «X»?

Como se ilustró con la «X», un mismo símbolopuede tener varios significados diferentes. Estavariación en significado hace que el estudio deliteratura apocalíptica resulte intrigante y difícil.

En la mayoría de las versiones de la Biblia,Daniel ocupa la posición inmediatamentedespués de Ezequiel. En los cánones judíos másantiguos, no se ubica sistemáticamente junto conlos «profetas», debido aparentemente 1) a queDaniel no ostentaba el «cargo» de «profeta», y 2) aque la imaginería apocalíptica de Daniel esdiferente del «estilo» profético. Daniel comenzó aser sistemáticamente desplazado por los rabinosjudíos en el siglo V d. C. Estos estaban respon-diendo así a los cristianos que señalaban lasvisiones de Daniel como predicciones deltiempo de la venida de Cristo. Los judíos quenegaban que Jesús de Nazaret (o cualquierotra persona) pudiera ser el Mesías, obviamenteno estaban preparados para aceptar el tiemposeñalado en Daniel.

4 La palabra «canon» (del latín para «norma» o «regla»)se refiere a los libros que se han aceptado como Escriturainspirada. El canon no fue determinado por un conciliohecho por hombres, sino que incluyó libros generalmenteaceptados por la iglesia primitiva atendiendo a su relacióncon un apóstol, a su contenido espiritual, a su llamadouniversal a la iglesia de Cristo y a su inspiración divina.

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EL TEMAEl tema que domina lo escrito por Daniel es

este: «Dios reina en los asuntos de los hombres».Este tema se declara en forma directa o se demuestraen cada uno de los capítulos del libro. Esta verdadera importante para los lectores de Daniel, que sesuponían que eran el pueblo de Dios, pero queestaban sufriendo en manos de los que se en-frentaban a Dios.

El tema es un mensaje de consuelo para losperseguidos. A pesar de nuestros padecimientos, apesar de cómo veamos la desgracia del momentoactual, Dios está al mando. Esta verdad deberíaconstituir una gran fuente de fe, durante un tiempode tribulación. Es el mensaje de Juan que Jesúsenvía a las iglesias en el libro de Apocalipsis, y esel mensaje de Daniel.

David Rechtin

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Comentario de 1.1-21:

EL FIRME PROPÓSITO DE NO CONTAMINARSE

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En este libro de símbolos y de lenguajeextraño, la narrativa histórica de Daniel 1 escomparativamente clara. Así comienza el capítulo:

En el año tercero del reinado de Joacim reyde Judá, vino Nabucodonosor rey de Babiloniaa Jerusalén, y la sitió. Y el Señor entregó en susmanos a Joacim rey de Judá, y parte de losutensilios de la casa de Dios; y los trajo a tierrade Sinar [Babilonia], a la casa de su dios, ycolocó los utensilios en la casa del tesoro de sudios (vers.os 1–2).

El rey Nabucodonosor1 se llevó lo mejor de losutensilios del templo de Jerusalén cuando regresóa Babilonia, dejando el resto con el fin de que losjudíos llevaran a cabo los servicios del templo. Esteevento nos muestra algo de la justicia de Dios.Comenzando con Salomón, el pueblo de Israelhabía contaminado el templo de Dios con losutensilios de diferentes naciones idólatras quehabían conquistado. El pueblo todavía confiaba enla presencia del templo (Jeremías 7.4) como pruebade que eran aceptables para Dios. Dios les habíaadvertido dos siglos atrás (Isaías 39.6–7) que sellevarían muchos de sus preciosos objetos. Además,estos objetos fueron colocados en un templo deBabilonia, en el tesoro de uno de los dioses deNabucodonosor. En vista de que el pueblo de Diosno escuchaba la palabra de Jehová, sino queconfiaba en lo que era inferior, ellos perdierontanto el servicio a Dios como las posesiones en quehabían depositado su confianza.

El rey de Babilonia también se llevó lo mejor delos jóvenes varones a Babilonia. Nabucodonosor

estaba más interesado en incorporar puebloscautivos a la sociedad babilónica, que en el geno-cidio. Estos muchachos habían de ser enseñados enel gobierno, las leyes, las costumbres, los idiomasy las ciencias de los caldeos, durante tres años.No había duda de que habían recibido algunaeducación básica, debido a la posición que ocu-paban cuando vivían en Judá, pero el hecho de quese esperaba de ellos que en tres años aprendieran,y se desempeñaran a tan alto nivel, insinúa laeficacia del proceso educativo de los babilonios.

Como parte del proceso de ser asimilados porla sociedad babilónica, a los cautivos hebreos se lesdieron nuevos nombres (1.7). Los nombres hebreos(que incluían cada uno las partículas yah o el) sederivaban del nombre de «Jehová» o «el Señor»;los nombres babilónicos incorporaban los nombresde los dioses de Babilonia. (Vea el cuadro de lapágina 4.) El cambio de nombres tuvo comopropósito borrar del corazón de estos jóvenes lareligión de los hebreos, e inculcarles la religión delos babilonios.

¿Qué lecciones aprendemos de este capítulo?

DIOS EXIGE RESPONSABILIDAD (1.1–7)El comienzo del libro demuestra que Dios

responsabiliza a las personas de sus actos. EnJeremías 25.1–10, Dios le dijo a Su pueblo que porno haberle obedecido, sufrirían las consecuenciasque se enumeran en los primeros versículos deDaniel:

En el año tercero del reinado de Joacim reyde Judá, vino Nabucodonosor rey de Babiloniaa Jerusalén, y la sitió. Y el Señor entregó en susmanos a Joacim rey de Judá, y parte de losutensilios de la casa de Dios; y los trajo a tierrade Sinar, a la casa de su dios, y colocó losutensilios en la casa del tesoro de su dios. Y dijoel rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, quetrajese de los hijos de Israel, del linaje real de

1 El nombre «Nabucodonosor» se traduce máscorrectamente por «Nabucodrosor». El nombre en sísignifica «Nebo protege la corona» y se origina en el nombreque se le da al ídolo Nebo. En vista de que la forma«Nabucodonosor» es la más conocida, nos referiremos alrey por este nombre.

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los príncipes… (vers.os 1–3).

Las personas son responsables delante de Dios encolectividad. Las naciones y los gobiernos tienenque dar cuenta a Dios de sus actos. La sociedadorganizada requiere que haya un gobierno; elgobierno fija el rumbo —traza la dirección— alpueblo. Últimamente, el rumbo de Judá había sidofijado por Manasés (2o Reyes 24.3–4). Faraóndeterminó el destino de Egipto, cuando Moisés,con el liderazgo que le dio Dios, contribuyó a forjarel futuro de Israel. En el Nuevo Testamento, Juanel Bautista advirtió a los judíos de un nefastodestino si ellos desechaban el consejo de Dios(Lucas 3.7–10; Mateo 3.10). En Daniel 1.2 se resumenlas consecuencias de la desobediencia de Israel,con las siguientes palabras: «Y el Señor entregó ensus manos a Joacim».

El juicio del Señor sobre las naciones de latierra —esto es, el hacer responsables a las perso-nas— tiene varias manifestaciones. En el ámbitoterrenal, se da cuenta materialmente, lo cual incluyela pérdida de «objetos valiosos», por medio decatástrofes naturales, de guerras o de trastornos dela economía. Debemos recordar que la nación deIsrael era el equivalente veterotestamentario de laiglesia de Dios. Los cristianos creemos en laresponsabilidad espiritual. Así como los sacerdotesy los reyes de Judá tuvieron que hacer frente a lasconsecuencias de su liderazgo (o de la ausencia deeste), a los dirigentes de la iglesia del Señor se lesresponsabiliza de una norma más elevada (Hebreos13.17; Santiago 3.1). Del mismo modo, los miembrosde la iglesia, como pueblo de Dios que son, sonresponsables de una norma más elevada que la delresto del mundo.

En el Nuevo Testamento, Jesús declaró: «Heaquí vuestra casa os es dejada desierta» (Mateo23.38). Él se estaba refiriendo al templo de Jerusalén,el cual los judíos habían declarado la casa de Dios.No obstante, Jesús decía que esta casa había sidoabandonada por Dios, quien se iba a desentenderde este pueblo. Cuando el tesoro espiritual de laverdadera religión se pierde, puede que comocastigo suceda la pérdida de tesoros materiales.Debido a que los judíos de la era de Daniel habíandejado de ser espirituales, se les privó de los objetosrelacionados con la espiritualidad.

Las instituciones (y las naciones, y lasiglesias) manifiestan el carácter de los individuosque las forman. En vista de que las institucionestrascienden a los individuos, estos son tratados deforma diferente cuando Dios lleva a cabo juicios encontra de ellos.

Las personas también deben dar cuenta a Dios enforma individual. En los mismos versículos quehablan acerca de cómo Dios castigó a Judá por suiniquidad, tal como había anunciado que haría,también encontramos los nombres de algunosque habían seguido siendo fieles a Dios: Daniel,Ananías, Misael y Azarías, que eran «de los hijosde Judá» (vers.o 6). En Hechos 5 encontramos losnombres de dos (Ananías y Safira) que, enmedio de muchos miembros fieles de la iglesianeotestamentaria, eran infieles.

Dios no solo juzga a las naciones y a lasinstituciones, sino que también toma en cuenta laresponsabilidad personal de los individuos queparticipan. Una persona no puede justificar el nocumplir las normas de Dios por el hecho de quelos demás que le rodean tampoco las cumplen,ni viceversa. Daniel 1.8 insinúa que muchos delos demás cautivos de Judá hacían todo lo quelos babilonios exigían; pero Daniel, Ananías,Misael y Azarías se mantuvieron fieles a lasnormas de Dios. Sin importar lo que suceda anuestro alrededor, a pesar de las costumbres y de«los valores» de los tiempos, debemos dar cuentaa Dios. «Porque es necesario que todos nosotroscomparezcamos ante el tribunal de Cristo, paraque cada uno reciba según lo que haya hechomientras estaba en el cuerpo, sea bueno o seamalo» (2a Corintios 5.10).

LA OPCIÓN QUE SE ELIGEPOR LA FE (1.8–14)

Se escogieron varones jóvenes de entre lomejor de los cautivos para ser enseñados en elservicio para el rey (1.5). Estos incluían jóvenes«del linaje real de los príncipes», a quienes se lesdescribió como «muchachos en quienes no[había] tacha alguna, de buen parecer, enseñadosen toda sabiduría, sabios en ciencia y de buenentendimiento, e idóneos para estar en el palaciodel rey…» (1.3–4).

Se nombró a un funcionario para que super-visara el régimen personal y físico al que sesometerían estos «aprendices». Se les dio «raciónpara cada día, de la provisión de la comida del rey,y del vino que él bebía» (1.5). Esto es lo que leemosen 1.8–14:

Y Daniel propuso en su corazón no con-taminarse con la porción de la comida del rey,ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, aljefe de los eunucos que no se le obligase acontaminarse. Y puso Dios a Daniel en gracia yen buena voluntad con el jefe de los eunucos; ydijo el jefe de los eunucos a Daniel: Temo a mi

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señor el rey, que señaló vuestra comida yvuestra bebida; pues luego que él vea vuestrosrostros más pálidos que los de los muchachosque son semejantes a vosotros, condenaréispara con el rey mi cabeza. Entonces dijo Daniela Melsar, que estaba puesto por el jefe de loseunucos… : Te ruego que hagas la prueba contus siervos por diez días, y nos den legumbresa comer, y agua a beber. Compara luegonuestros rostros con los rostros de losmuchachos que comen de la ración de la comidadel rey, y haz después con tus siervos segúnveas. Consintió, pues, con ellos en esto, y probócon ellos diez días.

En los anteriores versículos tenemos unaversión condensada de las conversaciones quedebieron de haber tenido lugar entre Daniel, sustres asociados, y el funcionario del rey. Imagíneseusted el problema que se le planteó al representantedel rey: Esta petición de Daniel no constituía una«rebelión declarada»; estos cuatro jóvenes son losúnicos de los cuales se dice que hacen esta peticiónespecial. Nuevamente, entra a trabajar Dios: «Ypuso Dios a Daniel en gracia […] con el jefe de loseunucos» (vers.o 9).

Las Escrituras guardan silencio en cuanto a larazón por la que Daniel y sus amigos podíancontaminarse con la comida y la bebida del rey. Sehan propuesto tres razones: 1) los babilonios comíanalimentos que habían sido declarado inmundospor la ley de Moisés, 2) comían animales que noeran matados correctamente, o 3) comían carneque había sido ofrecida anteriormente en sacrificioa los dioses de ellos. Cuales fueran las razonesespeciales que tuvieran para no comer los alimentosdel rey, lo cierto es que Daniel y los demás sepropusieron cumplir a la ley de Dios. A sus captoresse les hizo reconocer la sinceridad de la postura deellos.

Por todo el libro observamos que se somete aprueba la fe de Daniel. Se le exigió que eligieraopciones contrarias a la «sabiduría reinante».Tuvo que actuar de modo contrario a lasnormas impuestas por personas impías. Habíaotros cautivos que se estaban sometiendo,aunque a regañadientes, a los mandamientos delos babilonios; la mayor parte del pueblo de Diosdesechó los riesgos que suponía el mantenersefieles al Señor.

Una variación del significado del nombre«Daniel» es «Dios es mi Juez». A Daniel se lemenciona sin duda en Hebreos 11.33, entre losgrandes ejemplos de fe. Los conceptos de fe y dejuicio están vinculados de modo inseparable. Danielconfiaba (creía) en Dios. Creía en la providencia deDios, y confiaba en el poder de Dios. Más adelante

veremos estas manifestaciones de fe, especialmenteen el capítulo 6.

¿Cómo supo Daniel que Dios les daría a él y asus amigos una mejor apariencia y una mejor saludfísica y mental (1.20) que a los demás jóvenes quefueron sometidos a las mismas pruebas? Daniel nolo sabía en el sentido empírico, sino que teníacerteza (Hebreos 11.1) porque conocía a su Dios.Así, Daniel acertó constantemente en las opciones queeligió. Esto fue lo que su fe hizo. Esto es lo quenuestra fe debería hacer.

Todos los días tenemos opciones que elegir.Algunas requieren que se tomen decisiones comunes,rutinarias (qué comer, qué vestir), y otras son mástrascendentales. La Biblia está llena de relatos depersonas que eligieron opciones —algunas malas(como Caín, Lot y Judas) y algunas buenas (comoMoisés, Daniel y Jesús). Dios encuentra manera dedejarnos sufrir las consecuencias de las opcionesque elegimos, aun en esta vida. Por supuesto, lasconsecuencias finales de nuestras decisiones severán hasta en la otra vida. Dios galardonó a Danielen esta ocasión y en los años que siguieron.

No se peca de exceso al recalcar la importanciade elegir la opción correcta. Son miles de vidas lasque son afectadas durante muchos años. Solo Diosconoce el poder de una decisión correcta.

Incluso cuando se elige una mala opción,aunque lamentable, se puede enmendar si actuamosa tiempo. Si bien no tenemos ejemplo en el libro deDaniel de que el personaje principal tomara taldecisión, sabemos de muchos otros que sí tomaronmalas decisiones. La parábola de Jesús sobre el hijopródigo revela la posibilidad de que uno «vuelvaen sí», y de que corrija una mala decisión (Lucas15). Así como Dios puso a Daniel en gracia porcausa de su fe, así nos pondrá a nosotros en graciasi nos arrepentimos de las malas opciones quehayamos elegido.

EL GALARDÓN DE LA FE (1.15–21)¿Qué sucedió con Daniel y sus amigos?

Y al cabo de los diez días pareció el rostro deellos mejor y más robusto que el de los otrosmuchachos que comían de la porción de lacomida del rey. Así, pues, Melsar se llevaba laporción de la comida de ellos y el vino quehabían de beber, y les daba legumbres. A estoscuatro muchachos Dios les dio conocimiento einteligencia en todas las letras y ciencias; yDaniel tuvo entendimiento en toda visión ysueños. Pasados, pues, los días al fin de loscuales había dicho el rey que los trajesen, el jefede los eunucos los trajo delante deNabucodonosor. Y el rey habló con ellos, y no

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fueron hallados entre todos ellos otros comoDaniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues,estuvieron delante del rey. En todo asunto desabiduría e inteligencia que el rey les consultó,los halló diez veces mejores que todos los magosy astrólogos que había en todo su reino. Ycontinuó Daniel hasta el año primero del reyCiro (vers.os 15–21).

Cuando los jóvenes confiaron en Dios e hicieron lavoluntad de Este, ellos tuvieron éxito. No fuedirectamente por causa del alimento (o delhaberse abstenido de este) que Daniel y los demásprosperaron, sino que fue debido a que Dios dio.Todo el contenido de este capítulo apunta a lamano de Dios que trabaja. Dios entregó a Joacim enmanos del rey de Babilonia, puso a Daniel y a susamigos en gracia con el jefe de los eunucos, y lesdio conocimiento y sabiduría a Sus siervos fieles.

Dios dio bendiciones a Daniel, Ananías, Misaely Azarías, bendiciones que respondieron al hechode que ellos pusieron su fe por obra. Obedecieronlos mandamientos de Dios; se disciplinaron paracumplir Su voluntad. La Biblia en realidad no

enseña que «Dios ayuda a los que se ayudan a símismos», pero sí enseña que galardona a losque son motivados por la fe y que le buscandiligentemente (Hebreos 11.6).

Los últimos cinco versículos de este capítulorevelan el progreso de Daniel y de suscompañeros. Daniel, como «varón de Dios» queera, alcanzó un puesto cerca del trono con eltranscurso del tiempo. Se mantuvo en un puesto deautoridad aproximadamente sesenta años, queabarcaron el reinado de varios monarcas y de dosimperios. Rara vez en la historia de la humanidadha afectado un solo hombre en el poder el destinode tantos. Este poder no fue algo que Danielprocuró. Si de él hubiera dependido, no hay dudade que hubiera preferido haber estado sirviendofielmente a Dios en su ciudad natal, en medio de supropio pueblo. No obstante, debido a que Danielfue fiel a Dios, Este fue fiel al galardonar a Danielcon bendiciones «mucho más abundantemente delo que [él pidió o entendió]» (Efesios 3.20).

David Rechtin

Nombre hebreo

DanielAnanías

MisaelAzarías

Resulta de

el = Diosia = Yah, o Dios

el = Diosia = Yah, o Dios

Nombre babilónico

BeltsasarSadrac

MesacAbed-nego

Resulta de

Bel, un ídolola idea de un ídolo o

el autor del mal*Sesac, una diosa*

Nego (o Nebo), un ídolo

* Las definiciones para estos nombres varían.

«¿Tendrá algo que ver el nombre?»

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1

Comentario de 2.1-49:

UN SUEÑO ACERCA DE UNA GRAN IMAGEN

EL ALTÍSIM

O

TIENE

EL DO

MIN

IO

Los acontecimientos del capítulo 2 tienenlugar en el segundo año del reinado de Nabu-codonosor. Daniel todavía era un muchacho.

Estos eventos ocurrieron muy al principiodel cautiverio de Daniel. Si fechamos el reinadode Nabucodonosor a partir de su victoria enCarquemis, aunque su padre aún ocupaba el trono(una costumbre que no era extraña), este habríasido el tercer año de la preparación de Daniel (1.5).Si aceptamos el posible significado más literal de laexpresión «el segundo año» —esto es, después dela muerte del padre de Nabucodonosor, ocurridamientras Nabucodonosor sitiaba a Jerusalén—entonces este sueño tuvo lugar durante el primeraño posterior al período de formación de Daniel.

EL REY BUSCA UN INTÉRPRETE (2.1–18)Nabucodonosor tuvo un sueño:

… Tuvo Nabucodonosor sueños, y se perturbósu espíritu, y se le fue el sueño. Hizo llamar elrey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos,para que le explicasen sus sueños. Vinieron,pues, y se presentaron delante del rey…Entonces hablaron los caldeos al rey en lenguaaramea: … di el sueño a tus siervos, y temostraremos la interpretación. Respondió elrey y dijo a los caldeos: … Decidme, pues, elsueño, para que yo sepa que me podéis darsu interpretación. Los caldeos respondierondelante del rey, y dijeron: No hay hombre sobrela tierra que pueda declarar el asunto del rey[…] Por esto el rey con ira y con gran enojomandó que matasen a todos los sabios deBabilonia. Y se publicó el edicto de que lossabios fueran llevados a la muerte; y buscarona Daniel y a sus compañeros para matarlos… YDaniel entró y pidió al rey que le diese tiempo,y que él mostraría la interpretación al rey.

Luego se fue Daniel a su casa e hizo saber loque había a Ananías, Misael y Azarías, suscompañeros, para que pidiesen misericordiasdel Dios del cielo sobre este misterio, a fin deque Daniel y sus compañeros no pereciesencon los otros sabios de Babilonia (vers.os 1–18).

¿Por qué es importante la fecha? Es probableque el rey no consultara en ese momento aDaniel, ni a sus amigos, ni a ninguno de lageneración de estos, debido a que les faltabaexperiencia y preparación. Esto explica por qué,según el versículo 15, Daniel carecía de informaciónsobre el asunto. Una razón por la que «se [le había]ido» el sueño a Nabucodonosor era posiblementeel hecho de que ya había transcurrido algún tiempodesde que lo tuvo. Aunque el sueño era importante,el rey tenía otras cosas en qué pensar como monarcade un gran imperio que era. Es probable que hubieradejado de pensar en el sueño debido a otrasobligaciones que le apremiaban.

En todo caso, al recordar que tuvo un sueño,sin recordar ninguno de los detalles de este, llamóa «sus sabios» para que le dieran la interpretación.Es probable que la expresión «magos, astrólogos,encantadores y caldeos» (vers.o 2) incluyera a losfilósofos y a los astrónomos que creían tenerinspiración divina, o que afirmaban tenerla. Los«encantadores» eran los que oraban a los ídolos. Esprobable que la expresión «caldeos» se refiera másque todo a los que estaban más cerca de la «elite»de este grupo, a quienes se les conocía por toda laregión, y no tanto a un grupo «étnico» diferenteentre los sabios.

Los sabios de Babilonia no tenían ni idea decuál podía haber sido el sueño. Si Nabucodonosorse los relataba, decían ellos, entonces podían darleuna interpretación. No sabemos si el rey sospechabaque ellos estaban tratando de engañarlo, o sisencillamente creía que quien podía dar a conocerla interpretación, también podía dar a conocer elsueño. Fuera lo primero o lo último, él estipuló queel intérprete debía primero revelar el sueño. (Leangustiaba el no poder recordarlo, aunque sírecordaba el hecho de que lo tuvo.) En los versículos4 al 7 se insinúa un lapso de tiempo, una «fecha

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límite», después de la cual, el rey ya no esperaríamás. En consecuencia, en el versículo 8, el reyrespondió a sus sabios diciendo: «Yo conozcociertamente que vosotros ponéis dilaciones».

La aseveración del rey daba a entender quehabría nefastas consecuencias, no solo para lossabios, sino que potencialmente también lashabría para el mismo rey. Estaba insinuando quesus sabios estaban demorando la respuesta con elfin de tener tiempo para «inventarse» un sueño.Tal vez tenían la esperanza de poder descubrirel verdadero sueño a partir de lo que él lesdijera, ¡o puede ser que estuvieran esperando unaoportunidad para escapar de la ciudad!

Hay quienes opinan que el rey consideraba queel negarse ellos a dar a conocer el sueño equivalíaa negarse a extenderle lealtad y sumisión a susoberanía. Nabucodonosor creía, o le habían hechocreer, que sus sabios tenían acceso a la ayuda de losdioses. El no poder hacer aquello para lo cual,lógicamente, tal ayuda debía haberlos facultado, learrojaba una sombra de duda a lo que siemprehabía creído. Tenía que elegir entre contemplarcon una mala imagen a sus súbditos, o considerarnegativamente a sus dioses.

El versículo 10 declara la gloria que se habríade dar a Dios cuando el sueño fuera revelado einterpretado: «No hay hombre sobre la tierra quepueda declarar el asunto del rey…». Cuando Danielpudo cumplir con la exigencia del rey, él dio lagloria y el reconocimiento al «Dios del cielo» (vers.o

19).Nabucodonosor dio orden de matar «a todos

los sabios» (vers.o 12), lo cual habría incluido aDaniel y a sus amigos, aunque no se les había dadooportunidad alguna de comentar con el rey elsueño y la interpretación. El verdugo asignado porel rey, identificado como el capitán de la guardiadel rey, se demoró ante la sincera pregunta deDaniel: «¿Cuál es la causa de que este edicto [seatan apresurado]?» (vers.o 15). Luego a Daniel,aparentemente por intermediación de Arioc, se leconcedió una entrevista con el rey. Él pidió tiempopara indagar acerca del sueño y la interpretación.En vista de que esta petición provenía de unafuente que no había consultado previamente enrelación con el sueño, se aplacó la ira del rey y estele concedió el tiempo.

Después de su audiencia con el rey, Daniel sereunió con sus tres amigos. Estos se reunieron parapedir en oración la revelación de Dios, con el fin deno perder sus vidas. El versículo 16 da a entenderque Daniel se proponía pedirle a Dios tanto elsueño como la interpretación.

CUANDO LAS CRISIS GOLPEANEl libro de Daniel muestra las diferentes

maneras como las personas reaccionan a las crisisen sus vidas. Vivimos en un mundo en el cual lascosas (y las personas) salen mal. A veces vivimossiendo golpeados por una crisis tras otra. ¿Quérevela esta situación? ¿Cómo respondemos aella?

1) Las crisis a veces revelan el mal que hay ennosotros. A Nabucodonosor se le había confiadoun imperio. Su orden de matar a todos los sabiosera ilógica, intempestiva y egoísta. Habría sidodevastadora para su reino. Estaba actuando conmaldad.

Además, la reacción del rey era irracional.Exigía de otros que trajeran a la memoria un sueñoque él no podía recordar. Al actuar con crueldad,estaba castigándose a sí mismo sin saberlo. Si susórdenes se hubieran cumplido, habría matado aDaniel, quien más adelante se convertiría en sumejor amigo, aliado y confidente —así como elsabio que revelaría su sueño.

2) Las crisis a veces revelan las debilidadesque hay en nosotros. El sueño y la interpretaciónestán vinculados no solamente por el rey, sinotambién por Dios, quien le reveló ambas cosas aDaniel. Los caldeos carecían de ayuda celestial. Larespuesta de ellos, que se recoge en el versículo 11,fue en el sentido de que no podía haber revelación,ni respuesta. Esto es lo que estaban diciendo: «Sino podemos obtener una respuesta, entonces estano existe». El declarar inválida la fe tan solo porqueno conocemos la respuesta a cierta pregunta,equivaldría a cometer el mismo error de los caldeos.Nuestra fe subjetiva es débil, pero no así el objetode nuestra fe.

3) Las crisis también revelan nuestra fe. EnSantiago 1.2–4 dice que Dios permite quenuestra fe sea probada, o examinada, con el fin defortalecernos. La respuesta de Daniel a una seriacrisis de su vida consistió en volverse a Dios enoración. Incluso les pidió a otros que oraran conél. Daniel, a su vez, fue usado por Dios paramanejar la crisis de los demás afectados. SoloDios sabe cuánto somos capaces de resistir.¿Cómo respondemos a las crisis? Una crisis nocrea fe en Dios, sino que da a conocer la que yatenemos.

DEBEMOS DAR GRACIAS (2.19–24)Las oraciones de Daniel y sus amigos dieron

resultado:

Entonces el secreto fue revelado a Daniel en

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3

visión de noche, por lo cual bendijo Daniel alDios del cielo. Y Daniel habló y dijo: Sea benditoel nombre de Dios de siglos en siglos, porquesuyos son el poder y la sabiduría […] A ti, ohDios de mis padres, te doy gracias y te alabo,porque me has dado sabiduría y fuerza, y ahorame has revelado lo que te pedimos; pues noshas dado a conocer el asunto del rey.

Después de esto fue Daniel a Arioc, al cual elrey había puesto para matar a los sabios deBabilonia, y le dijo así: No mates a los sabios deBabilonia; llévame a la presencia del rey, y yole mostraré la interpretación (vers.os 19–24).

Después de recibir revelación de Dios, quedóclaro el significado de la oración de acción degracias que Daniel elevó a Este. ¡Qué apropiado!Después de pedir algo y recibirlo, Daniel in-mediatamente dio gracias. Muy a menudo, noscentramos solo en pedir, y descuidamos la acciónde gracias. Pablo dijo que debemos incluir la acciónde gracias en nuestras peticiones (Filipenses 4.6).

Vuelva a leer el versículo 21, donde Danielrecalcó el tema dominante de su escrito: Dios estáal mando de los reinos de los hombres (vea 5.21).

DIOS TIENE DOMINIO DELFUTURO (2.25–30)

Entonces Arioc llevó prontamente a Danielante el rey, y le dijo así: He hallado un varón delos deportados de Judá, el cual dará al rey lainterpretación. Respondió el rey y dijo a Daniel,al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú hacermeconocer el sueño que vi, y su interpretación?Daniel respondió delante del rey, diciendo: Elmisterio que el rey demanda, ni sabios, niastrólogos, ni magos ni adivinos lo puedenrevelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, elcual revela los misterios, y él ha hecho saber alrey Nabucodonosor lo que ha de acontecer enlos postreros días… (vers.os 25–30).

Cuando Daniel pasó a estar delante del reyNabucodonosor, este lo recibió con preguntas. Deinmediato, Daniel señaló que es insensato dependerde los hombres, o «dar culto» a la sabiduría de loshombres. Su anuncio en el sentido de que «hay unDios en los cielos» (vers.o 28) distinguía al Señorque adoraban los hebreos, de los ídolos del panteónbabilónico. Daniel pasó después a explicar que larevelación no era realmente para él, sino paraNabucodonosor. Daniel le dijo a este rey paganoque Dios estaba interesado en él, y que lo habíaescogido para revelar qué rumbo tomaría la historiaen los siglos venideros.

No hay duda de que lo anterior le causó unaimpresión favorable al rey. No obstante, Danieltuvo que anunciar después que el reino de Nabu-

codonosor no duraría, sino que sería reemplazadopor otro reino y aun después por otro. El lenguajede los versículos 21 y 28 insinúa que el rey habíaestado considerando el futuro de su reino y de sussucesores. Daniel le dijo que Dios deseaba ayudarle.

Daniel también recalcó que la revelación delsueño y del significado de este provenía en sutotalidad de Dios, no de Daniel en sí. Nabu-codonosor podría haberse visto inclinado a creer,después de este acontecimiento, que la causa de lahabilidad y el discernimiento de Daniel, a diferenciade los demás aprendices y sabios, se encontraba enalguna variación del proceso de preparación deeste. Daniel quería cerciorarse de disuadir al rey decreer tal cosa.

LA INTERPRETACIÓN DELSUEÑO (2.31–45)

La descripción e interpretación que hace Danieldel sueño del rey constituye uno de los másintrigantes pasajes de profecía de toda la Biblia. Espor este pasaje, juntamente con una visión einterpretación parecidas que se dan a Daniel en elcapítulo 7, que se suscita tanto interés en este libro.¿Qué le dijo Daniel a Nabucodonosor?

Tú, oh rey, veías, y he aquí una gran imagen.Esta imagen, que era muy grande, y cuya gloriaera muy sublime, estaba en pie delante de ti, ysu aspecto era terrible. La cabeza de esta imagenera de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata;su vientre y sus muslos, de bronce; sus piernas,de hierro; sus pies, en parte de hierro y en partede barro cocido. Estabas mirando, hasta queuna piedra fue cortada, no con mano, e hirió ala imagen en sus pies de hierro y de barrococido, y los desmenuzó. Entonces fuerondesmenuzados también el hierro, el barrococido, el bronce, la plata y el oro […] Mas lapiedra que hirió a la imagen fue hecha un granmonte que llenó toda la tierra.

Este es el sueño; también la interpretaciónde él diremos en presencia del rey. Tú, oh rey,eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te hadado reino, poder, fuerza y majestad […] túeres aquella cabeza de oro. Y después de ti selevantará otro reino inferior al tuyo; y luego untercer reino de bronce, el cual dominará sobretoda la tierra. Y el cuarto reino será fuerte comohierro; y como el hierro desmenuza y rompetodas las cosas, desmenuzará y quebrantarátodo. Y lo que viste de los pies y los dedos, enparte de barro cocido de alfarero y en parte dehierro, será un reino dividido; mas habrá en élalgo de la fuerza del hierro, así como vistehierro mezclado con barro cocido. Y por ser losdedos de los pies en parte de hierro y en partede barro cocido, el reino será en parte fuerte,y en parte frágil. Así como viste el hierromezclado con barro, se mezclarán por mediode alianzas humanas; pero no se unirán el uno

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con el otro, como el hierro no se mezcla con elbarro. Y en los días de estos reyes el Dios delcielo levantará un reino que no será jamásdestruido, ni será el reino dejado a otro pueblo;desmenuzará y consumirá a todos estos reinos,pero él permanecerá para siempre, de la maneraque viste que del monte fue cortada una pie-dra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro,el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Diosha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lopor venir; y el sueño es verdadero, y fiel suinterpretación (vers.os 31–45).

Se han ideado diferentes interpretaciones altratar los eruditos de hacer que la imagen (y lainterpretación) encaje en un modelo históricoque concluye con la era de los macabeos.1 Parallegar a tal conclusión, es necesario forzar todaslas evidencias, especialmente la que se relacionacon la segunda parte de la imagen. La mejorinterpretación es la de Daniel y el resto de lasEscrituras, junto con las evidencias históricasque están disponibles. También, debemos tenerpresente que la interpretación de la imagen guardaparalelo con la de la visión que tuvo Daniel másadelante.

Daniel dijo claramente: «tú eres aquella cabezade oro» (vers.o 38). Es obvio que la cabeza de laimagen del sueño representa al Imperio Babilónico.El pecho y los brazos de plata simbolizaban elImperio Medo-persa, que se levantó sobre lasruinas de la caída de los babilonios (h. 538 a. C.)y que duró hasta que los medo-persas fueronderrotados por los griegos (h. 331). El vientre y losmuslos de bronce se referían al Imperio Griego,que alcanzó su máximo apogeo bajo AlejandroMagno. Las piernas de hierro representaban ladivisión que sufriría el Imperio Griego al morirAlejandro. Recuerde que la visión, especialmentedesde el punto de vista de Daniel y del pueblohebreo, incluía la historia de estos. En consecuencia,no había intención de prever, ni de interpretar, lahistoria de la totalidad del mundo. La inter-pretación de Daniel se relacionaba únicamentecon la historia de los imperios que afectarondirectamente al pueblo judío. Las dos (o cuatro)divisiones que afectaron a los judíos fueronlas dinastías de los tolomeos (Egipto) y de losseléucidas (Siria).

Tolomeo comenzó el nuevo reino de Egiptocerca del 312 a. C. (Este gobierno siguió en piehasta el tiempo cuando Octavio César derrotó aEgipto en el 30 d. C., y la convirtió en coloniaromana.) Seleuco comenzó al mismo tiempo elreino de Siria; este duró hasta el 65 a. C., cuandofue conquistado por Pompeyo y se convirtió enprovincia romana. Más adelante en la profecíade Daniel, los dos reinos, el de Egipto y el deSiria, desempeñan un importante papel. El hierrosimboliza tanto fortaleza como severidad. Alpueblo judío, todavía le aguardaban algunos delos capítulos más difíciles de su historia; haríanfrente a desdichados cautiverios tanto bajo Egiptocomo bajo Siria.

El cuarto reino se representó en el sueño conpiernas de hierro mezclado con barro cocido en lospies. En la cuarta era se incluye algún simbolismode debilidad mezclada con fortaleza.

La última parte de la visión era una piedra.Habiendo sido cortada de un monte, pero no conmano, la piedra representaba algo que trascendíalos esfuerzos humanos. El acto de ser cortada pareceser espiritual, no material. Aquí radica el verdaderocentro de la visión. Desde una perspectiva cristiana,no podemos evitar pensar en la «piedra del ángulo»,Jesús (Efesios 2.20). Esta piedra derrotaría a todoslos reinos de los hombres, llegando a ser «un reinoque no [sería] jamás destruido» (vers.o 44) ni dejadoa otro pueblo.

Jesús se refirió a Su iglesia como un reino.Cuando consideramos la historia de la iglesia desdeel tiempo de Jesús, y comparamos la historia de losreinos simbolizados en la visión de la imagen,vemos el cumplimiento de la profecía. Todos losdemás reinos representados por la imagen hacemucho tiempo que se convirtieron en monumentosque quedaron en ruinas. La iglesia es la única quesigue existiendo y creciendo. Jesús dijo en Mateo16 que ni siquiera la muerte podría detener elavance de su reino (vers.o 18).

Es esta parte de la profecía, y esta interpretación,lo que hace que la totalidad de Daniel, y estainterpretación en particular, resulten intolerablespara algunos críticos. No obstante, cualquierotra interpretación se queda corta al no habersecumplido nunca. Si uno trata de hacer que la cuartaera de la imagen coincida con el período de losmacabeos, no habría un reino sucesor, ni un reinoque permaneciera. Todos los que nieguen que lapiedra, el monte y el reino eterno de la visión sereferían a Cristo y a Su iglesia, están obligados aestablecer una interpretación que coincida mejorcon los criterios de la visión.

1 La era de los macabeos abarcó los siglos I y II a. C.,durante el tiempo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.Este fue un período de enconadas luchas y de persecuciónpara los judíos. Después de la profanación del templo,Judas Macabeo organizó una revuelta en contra de AntíocoEpífanes. Cuando Jerusalén fue recuperada, el templo fuepurificado y rededicado. La gesta heroica de los macabeos,o asmoneos, se relata en el libro apócrifo de Macabeos.

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ES A DIOS A QUIEN SE DEBE ALABAR(2.46–49)

Como era de esperar, al rey le impresionaronlas palabras de Daniel.

Entonces el rey Nabucodonosor se postrósobre su rostro y se humilló ante Daniel, ymandó que le ofreciesen presentes e incienso.El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente elDios vuestro es Dios de dioses, y Señor de losreyes, y el que revela los misterios, puespudiste revelar este misterio. Entonces el reyengrandeció a Daniel, y le dio muchos honoresy grandes dones, y le hizo gobernador de todala provincia de Babilonia, y jefe supremo detodos los sabios de Babilonia. Y Daniel solicitódel rey, y obtuvo que pusiera sobre los negociosde la provincia de Babilonia a Sadrac, Mesac yAbed-nego; y Daniel estaba en la corte del rey(vers.os 46–49).

Recuerde el nombre dado a Daniel por suscaptores: Beltsasar, que significa «uno a quien Belrevela misterios». Nabucodonosor se postró sobresu rostro «y se humilló» ante Daniel, reconociendoa Dios solo de un modo indirecto en este momento.

Alabó a Dios, pero también alabó a Daniel. No eraresponsabilidad de Daniel que el rey le diera culto;al contrario, durante todo este incidente dio aconocer que el responsable de la visión y de lainterpretación era el Dios de él.

La forma como el rey ascendió a Daniel paraformar parte de su junta de consejeros, y para serpuesto sobre la provincia de Babilonia, nos recuerdaa Faraón y a José en Génesis 41. Es obvio que Diosestaba activo en esta situación. Hizo a Daniel másgrande de lo que Nabucodonosor podría haberlohecho alguna vez. Daniel no olvidó a sus amigos.Los que habían sido partícipes de su fe y de susoraciones, también lo eran en su galardón.

Por todo el libro de Daniel, se demuestraclaramente la mano de Dios. En este capítulo, Diosle dio el reino a Nabucodonosor (vers.o 37); le dioel sueño profético al rey (vers.o 29); por medio deDaniel, le dio al rey la interpretación; y Dios le dioa Daniel su galardón, aun en esta vida, por sufidelidad. El mensaje de la totalidad de Daniel esque Dios está al mando.

David Rechtin

La imagen

Cabeza de oro fino (vers.o 32)

Pecho y brazos de plata (vers.o 32)

Vientre y muslos de bronce (vers.o

32)

Piernas de hierro; pies, en parte dehierro y en parte de barro cocido(vers.o 33)

Una piedra cortada, no con mano,que hiere a la imagen en sus pies ylos desmenuza (vers.o 34);haciéndose después un gran monte,que llena toda la tierra (vers.o 35)

La explicación de Daniel

«Tú, oh rey [Nabucodonosor]»(vers.os 37–38).

«Otro reino inferior al tuyo» (vers.o

39).

«Un tercer reino de bronce, el cualdominará sobre toda la tierra»(vers.o 39).

«El cuarto reino será fuerte comohierro», en parte «fuerte» y en parte«frágil» (vers.os 40-42).

Un reino que levanta «el Dios delcielo», «que no será jamásdestruido» ni «dejado a otropueblo», sino que «permanecerápara siempre» (vers.o 44).

Lo que representa

El Imperio Babilónico

El Imperio Medo-persa

El Imperio Griego

El Imperio Romano

La iglesia del Señor, quecrece por todo el mundo

EL SUEÑO DE NABUCODONOSOR ACERCA DE LA GRAN IMAGEN

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Comentario de 3.1-30:

UN EDICTO QUE SE ATREVE A DES AFIAR A DIOS

EL ALTÍSIM

O

TIENE

EL DO

MIN

IO

La totalidad del capítulo 3 es una narrativa. Nohay visiones ni símbolos que compliquen nuestroentendimiento aquí. En Hebreos 11.34 se hacealusión a este suceso, y es posible que Isaías 43.2sea un anuncio anticipado de él, en un tramo deIsaías cuyo propósito es tranquilizar al pueblo deIsrael (por medio de darles «consolación»; veaIsaías 40.1).

Cuándo tuvo lugar el suceso no es tan importantecomo qué fue lo que sucedió. Cuanto respeto llegaraa tener Nabucodonosor por el Dios de Daniel (ypor ende, por los hebreos), al final del capítulo 2,no es algo que se manifieste al comienzo de loseventos que se recogen aquí.

EL NUEVO ÍDOLO (3.1–18)Así comienza el relato:

El rey Nabucodonosor hizo una estatua deoro cuya altura era de sesenta codos, y suanchura de seis codos; la levantó en el campode Dura, en la provincia de Babilonia […] Yel pregonero anunciaba en alta voz: Mándasea vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas,que al oír el son de la bocina, de la flauta,del tamboril, del arpa, del salterio, de lazampoña y de todo instrumento de música, ospostréis y adoréis la estatua de oro que el reyNabucodonosor ha levantado; y cualquiera queno se postre y adore, inmediatamente seráechado dentro de un horno de fuego ardiendo…

Por esto en aquel tiempo algunos varonescaldeos vinieron y acusaron maliciosa-mente a los judíos. Hablaron y dijeron al reyNabucodonosor: … Hay unos varones judíos,los cuales pusiste sobre los negocios de laprovincia de Babilonia: Sadrac, Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado;no adoran tus dioses, ni adoran la estatua deoro que has levantado.

Entonces Nabucodonosor dijo con ira y conenojo que trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varonesdelante del rey. Habló Nabucodonosor y lesdijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego,

que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis laestatua de oro que he levantado? Ahora, pues,¿estáis dispuestos... [postraros y a adorar] laestatua que he hecho? Porque si no la adorareis,en la misma hora seréis echados en medio deun horno de fuego ardiendo; ¿y qué dios seráaquel que os libre de mis manos?

Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron alrey Nabucodonosor, diciendo: … He aquínuestro Dios a quien servimos puede librarnosdel horno de fuego ardiendo; y de tu mano, ohrey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey, que noserviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremosla estatua que has levantado (vers.os 1–18).

El rey hizo un nuevo ídolo. No sería de ningúnprovecho ponernos a conjeturar acerca del estilo oel carácter de la imagen. Tuviera la forma quefuera, lo cierto es que el rey levantó este ídolo. ¿Lohizo motivado por su ego? ¿Estaba motivado porconsideraciones políticas (para demostrar que noestaba siendo influenciado excesivamente por losjudíos)? No es algo que sepamos. Si bien promulgóun edicto que podría haberse aplicado solo afuncionarios de gobierno, el versículo 7 nos diceque (casi) todos cumplieron con él y adoraron alídolo. No hay duda de que había otros judíos,además de estos tres —y de Daniel— que noadorarían tal imagen. No obstante, por estar acargo de la administración de la provincia (2.49),Ananías, Misael y Azarías fueron notorios al noobedecer. Los demás jamás vacilaron en adorareste nuevo ídolo. Una característica de la idolatríaes la constante adición de nuevos dioses al panteón.El apóstol Pablo expresó que una de las señales quedistingue a un mundo perdido la constituye elapartarse del verdadero Dios para hacer imágenesy declararlas objetos de culto (Romanos 1.18–23).

Después de la puesta en práctica del edicto delrey, y de la subsiguiente obediencia de la mayoríade los funcionarios, «algunos varones caldeos»(vers.o 8) fueron a Nabucodonosor, acusando de

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insubordinados a los tres hebreos (vers.o 12). Portodo este capítulo, a estos hebreos fieles —Ananías,Misael y Azarías— se les refiere por sus nombresbabilónicos: Sadrac, Mesac y Abed-nego.

Los caldeos no acusaron a Daniel de estedelito, pero es obvio que no adoró tal imagen.Las Escrituras no explican el motivo de estaomisión. Tal vez Daniel estaba muy afianzado enlas estructuras de poder del gobierno, y le temían;y no sucedía lo mismo con Sadrac, Mesac y Abed-nego, que fueron apresados y llevados delantedel rey.

NO TENÍAN INTENCIÓN DE POSTRARSEEn el versículo 13, Nabucodonosor comienza

la interrogación de los tres hebreos. Les preguntó:«¿Es verdad…?» (vers.o 14). Lo que dan aentender las palabras del rey en estos versículos, esque a los hebreos no se les había dado unajusta oportunidad para obedecer su edicto. Con-sideraba que la desobediencia de ellos podría nohaber sido una insubordinación, sino una omisióninvoluntaria; por lo tanto, les dio una segundaoportunidad.

De inmediato (vers.o 16), Sadrac, Mesac y Abed-nego dieron a conocer sus intenciones. Cuandorespondieron: «No es necesario que te respondamossobre este asunto», no tenían como propósito serirrespetuosos con el rey. Tal respuesta era unaaseveración de la firmeza de la fe de ellos en estasituación. No tenían necesidad de pensarlo otravez, ni de deliberar acerca de lo que debían hacer.Esto fue lo que dijo Jesús en el Nuevo Testamento:«El que es fiel en lo muy poco, también en lo máses fiel…» (Lucas 16.10). Estos hombres se habíanpropuesto no contaminarse con la comida del rey(1.8, 12). Se habían propuesto igualmente nocontaminarse con la religión del rey.

Nos tienta la idea de que podemos descuidar«lo muy poco» en la vida, siempre y cuando estemospreparados para hacer frente a las «grandes»dificultades. Se nos ha grabado en nuestras mentesla creencia de que Dios no nos pedirá cuentas de«lo muy poco», pero que sí debemos tener cuidadode «lo más». Sin embargo, es un ejemplo diferenteel que se observa aquí, así como en otros pasajes delas Escrituras y en la vida en general: La preparaciónen «lo pequeño» nos prepara, con el tiempo, paralo grande. Esto se cumple en la educación, en elcultivo de las destrezas artísticas y artesanales, yen lo relacionado con la fe. Si los hebreos nohubieran sido diligentes antes, no habrían tenidola fe para serlo ahora, en este momento tantrascendental.

NO TENÍAN INTENCIÓN DE CEDERNabucodonosor «desafió» a Dios cuando dijo:

«… ¿y qué dios será aquel que os libre de mismanos?» (vers.o 15). Los hebreos respondieron: «…nuestro Dios a quien servimos puede…» (vers.o

17). Fue casi la misma respuesta que dio Danielcuando el rey desafió a que se interpretara susueño: «… hay un Dios en los cielos…» (2.28). Nohabía dios en la tierra, ningún dios creado por elhombre, que pudiera haber librado del rey, nirevelado el sueño a este. No obstante, estos hombresconocían al Dios del cielo que creó al hombre, y quesí podía librarlos.

La aseveración de fe de los hebreos fue firme,pues dijeron al rey: O «puede librarnos [Dios] del[…] fuego ardiendo», o bien «de tu mano […] noslibrará». Aun si no fueran «salvados» físicamentedel fuego, serían librados del rey por la muerte(vers.o 17).

Por lo menos dos pasajes neotestamentariosresultan pertinentes aquí. En Hebreos 9.27 leemos:«Está establecido para los hombres que mueranuna sola vez». Este es un pasaje que se cita amenudo en relación con la certeza de la muerte. Sibien esta es una aplicación suficientemente válida,el autor estaba tratando de dar aliento a la fe depersonas que estaban siendo perseguidas; de modoque sin duda era algo más sutil y tranquilizador loque estaba diciendo. Todo el mundo tiene quemorir una vez; pero no todos tienen que morir dosveces. En Apocalipsis 14.10–11 se hace referencia aidólatras que serán lanzados a un fuego eterno.Hay otros pasajes de Apocalipsis que se refieren aeste fuego como «la muerte segunda». No hayduda de que los amigos de Daniel tenían algunaespecie de entendimiento de este concepto. Creíanque su Dios podía sacarlos con vida del hornoabrasador; pero también sabían que si Él elegía nohacerlo, siempre los libraría de otra muerte, la cualera segura, si quebrantaban Su ley y adoraban laimagen de oro.

La totalidad de este pasaje, hasta estemomento, nos muestra un desafío para Dios.1) Nabucodonosor desafió atrevidamente a Dios.Primero, levantó una imagen para que fueraadorada, lo cual era contrario a los manda-mientos de Dios. El hombre ha estado siemprellevándole la contraria a Dios desde que Adán yEva quebrantaron Su primer mandamiento en elhuerto. Es únicamente por Su paciencia que Diosha salvado a algunos de nosotros de la ira quehemos provocado (Romanos 1.18). En segundolugar, Nabucodonosor desafió a Dios a salvar a Susadoradores de la ira del rey. Aunque esto fue lo que

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al final sucedió, el rey no lo creía posible. «¿LibraráDios?» no es un desafío que se plantea todo pecador—ni consciente ni inconscientemente. Pero sí es undesafío para la gracia de Dios.

2) Vemos también aquí un fiel desafío paraDios, el cual no es atrevido. Los tres hebreosdeclararon que Dios podía salvarlos, a pesar delas apariencias que indicaban lo contrario. Hayuna diferencia entre tratar de «[tentar] a Jehová[nuestro] Dios» (Deuteronomio 6.16) y declarar lafe que tiene uno en que Dios cumplirá Sus promesas.En una época pasada, Elías le «recordó» a Dios Suaseveración en el sentido de que con el tiempoharía cesar la lluvia si Israel se volvía a los ídolos.Cuando Elías lo pidió, esto fue exactamente lo quehizo Dios. En otra época aún más antigua, Moisésle recordó a Dios su promesa en el sentido de quede los padres haría una gran nación. De hecho,desafió a Dios a salvar a un pueblo obstinado yrebelde.

Hay desafíos para Dios que están llenos deatrevimiento, y Él no los tolerará. Hay otrosdesafíos, sin embargo, que Dios asume, por mediode nosotros, para dar a conocer Su poder, Su honory Su gloria. Esto fue lo que hizo en este caso conSadrac, Mesac y Abed-nego.

NO TENÍAN INTENCIÓN DE SERCONSUMIDOS POR LAS LLAMAS (3.19–30)

Entonces Nabucodonosor se llenó de ira, y sedemudó el aspecto de su rostro contra Sadrac,Mesac y Abed-nego, y ordenó que el horno secalentase siete veces más de lo acostumbrado[…] Entonces estos varones fueron atados consus mantos, sus calzas, sus turbantes y susvestidos, y fueron echados dentro del horno defuego ardiendo. Y como la orden del rey eraapremiante, y lo habían calentado mucho, lallama del fuego mató a aquellos que habíanalzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Y estostres varones […] cayeron atados dentro delhorno de fuego ardiendo.

Entonces el rey Nabucodonosor se espantó,y se levantó apresuradamente y dijo a los de suconsejo: ¿No echaron a tres varones atadosdentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Esverdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatrovarones sueltos, que se pasean en medio delfuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto delcuarto es semejante a hijo de los dioses.

Entonces Nabucodonosor se acercó a lapuerta del horno de fuego ardiendo, y dijo:Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del DiosAltísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesacy Abed-nego salieron de en medio del fuego. Yse juntaron los sátrapas, los gobernadores, loscapitanes y los consejeros del rey, para mirar aestos varones, cómo el fuego no había tenidopoder alguno sobre sus cuerpos, ni aun el

cabello de sus cabezas se había quemado; susropas estaban intactas, y ni siquiera olor defuego tenían. Entonces Nabucodonosor dijo:Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesacy Abed-nego, que envió su ángel y libró a sussiervos que confiaron en él, y que no cumplieronel edicto del rey, y entregaron sus cuerposantes que servir y adorar a otro dios que suDios. Por lo tanto, decreto que todo pueblo,nación o lengua que dijere blasfemia contra elDios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, seadescuartizado, y su casa convertida en muladar;por cuanto no hay dios que pueda librar comoéste. Entonces el rey engrandeció a Sadrac,Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia(vers.os 19–30).

A Nabucodonosor le era ajeno el «dominiopropio». En el capítulo 2 se narra que promulgóun decreto para matar a todos los sabios deBabilonia porque no pudieron hacer lo que, departe del hombre, era una tarea imposible. Estavez, encolerizado por la respuesta de los hebreos,dio órdenes en el sentido de que «el horno secalentase siete veces más» de lo normal (vers.o 19).Es probable que con esta expresión se estabaindicando el «máximo»; el rey deseaba que el hornoestuviera lo más caliente posible.

Varios de los guardas leales ataron a Sadrac,Mesac y Abed-nego y los echaron en el horno. Elcalor era tan intenso que los vestidos de los guardasse quemaron, y ellos mismos fueron destruidospor el horno.

Después, habiendo olvidado al Dios de Daniel,Nabucodonosor «se espantó» (vers.o 24). Vio nosolo a tres, sino a cuatro personajes en el horno.Uno era «semejante a hijo de los dioses» (vers.o 25;o «al hijo de Dios»; KJV). ¿Qué, o a quién, vioNabucodonosor?

Bien se podría decir, a la luz de lo que dice elversículo 28, que Nabucodonosor vio un ángel.Dios ciertamente envió ángeles para ministrar aSu pueblo en diferentes situaciones. No obstante,la frase «ángel de Dios», a veces es una expresiónparalela para referirse a Dios mismo. (Vea Génesis48.15–16.) Hay quienes sostienen que esta fueuna aparición cristológica —esto es, que fue elHijo de Dios, quien en realidad apareció con loshebreos, en el horno. Esto se basa en parte en unainterpretación literal de pasajes como 1era Corintios10.4, donde las palabras de Pablo parecen significarque la roca de la cual fluyó agua para los israelitas,en el desierto, era Cristo. En Daniel, no se nos dasuficiente información específica, para decir concerteza qué, o a quién, vio el rey. Más adelante,Daniel dijo que el Señor envió Su ángel y cerró laboca de los leones (6.22). Aun si su significado allí

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fuera paralelo a lo que expresa el rey aquí, todavíano contamos con la identidad concreta. Lo que másimporta es que Dios rescató a los hebreos —yNabucodonosor lo vio cuando sucedió.

Nabucodonosor alabó de inmediato al Dios delos hebreos (vers.o 28), y promulgó otro edicto en elsentido de que nadie debía hablar contra el Dios delos judíos. No era este un mandamiento en elsentido de adorar al Dios de Israel, pero sí era unreconocimiento de Este. Recuerde, fue la jactanciosapregunta de Nabucodonosor, cuando dijo: «¿y qué

dios será aquel que os libre…?» (vers.o 15), la queen primer lugar hizo que fueran sentenciados loshebreos. Estaba claro que ningún dios del panteónbabilónico podía librar. Esta verdad se recalca porla muerte inmediata de los guardas del rey, aquienes consumió el mismo fuego que no pudohacer daño a los hebreos.

El rey «engrandeció» a los hebreos en elpuesto de gobierno que habían desempeñadoanteriormente.

David Rechtin

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Comentario de 4.1-37:

UN SUEÑO ACOMPAÑADO DE UNA ADVERTENCIA

EL ALTÍSIM

O

TIENE

EL DO

MIN

IO

Los eventos del capítulo 4 continúan recal-cando el tema de Daniel en el sentido de que Diosestá al mando. Los versículos 17, 25 y 32 aseveranque «el Altísimo gobierna el reino de loshombres». El capítulo comienza y termina con unedicto del rey Nabucodonosor, en el cual este alabaa Dios, quedando en medio el sueño del rey, y lainterpretación que le da Daniel, cuya construcciónse parece a la de la relación con el sueño delcapítulo 2.

EL EDICTO DEL REY (4.1–3)El edicto del rey honra de modo favorable a

Dios:

Nabucodonosor rey, a todos los pueblos,naciones y lenguas que moran en toda la tierra:Paz os sea multiplicada. Conviene que yo de-clare las señales y milagros que el Dios Altísimoha hecho conmigo. ¡Cuán grandes son susseñales, y cuán potentes sus maravillas! Sureino, reino sempiterno, y su señorío degeneración en generación (vers.os 1–3).

Al relacionar los versículos 2 y 3 con losversículos 34 y 35, recibimos la impresión de queNabucodonosor se «convirtió» al Dios de Daniel.La esencia de este edicto era paralela en acciónal testimonio que dio el salmista en Salmos 51.13,15, donde el penitente prometió que daría aconocer la bondad y la gloria de Dios. No haymanera de saber, por lo que dice este capítulo, siNabucodonosor se arrepintió o no, de la idolatría,para servir al Dios viviente. Este edicto pudo habersido la manera como él incluyó a Dios en su panteónde dioses. No obstante, no se cometería perjuicio alsuponer que la buena influencia de Daniel y elcumplimiento de los sueños de Nabucodonosor(tal como Daniel profetizó) llevaron al rey a creeral pie de la letra las palabras que expresó en sudecreto. Pudo haberse convertido en adorador del

Dios del cielo. En todo caso, el edicto de losversículos 1 al 3 fue escrito después del suceso quesigue, que se comienza a relatar en el versículo 4.

EL SUEÑO DEL REY (4.4–18)El versículo 4 insinúa que el rey había alcanzado

la cumbre de su poder —después de destruirJerusalén y conquistar Siria, Arabia, Fenicia yEgipto. Tal vez estaba considerando su propiagrandeza (vers.os 29–30). Estaba dándose gusto enlujos, cuando tuvo otro sueño:

Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en micasa, y floreciente en mi palacio. Vi un sueñoque me espantó, y tendido en cama, lasimaginaciones y visiones de mi cabeza meturbaron. Por esto mandé que vinieran delantede mí todos los sabios de Babilonia, para queme mostrasen la interpretación del sueño. Yvinieron magos, astrólogos, caldeos y adivinos,y les dije el sueño, pero no me pudieron mostrarsu interpretación, hasta que entró delante demí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como elnombre de mi dios, y en quien mora el espíritude los dioses santos. Conté delante de él elsueño, diciendo: Beltsasar, jefe de los magos,ya que he entendido que hay en ti espíritu delos dioses santos, y que ningún misterio se teesconde, declárame las visiones de mi sueñoque he visto, y su interpretación (vers.os 4–9).

Cuando Nabucodonosor tuvo este sueño, él sealarmó y se llenó de temor (vers.o 5).

Dios, en su benevolencia, nos mantiene ocultoel futuro a la mayoría de nosotros. No estamoscapacitados para hacerle frente. Desde el punto devista humano, Nabucodonosor era el hombre máspoderoso que había sobre la faz de la tierra; sinembargo, se asustó cuando tuvo un vislumbre delfuturo.

El rey había mejorado con el tiempo. En elcapítulo 2 había exigido que los sabios le dieran aconocer el sueño en sí, so pena de muerte si no

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lograban cumplir con esto; esta vez, en el versículo6, se limitó a pedirles que interpretaran el sueño.Los mismos que le fallaron anteriormente, estabana punto de fallarle nuevamente, «hasta que entró[…] Daniel» (vers.o 8). No sabemos por qué no sellamó a Daniel de inmediato. Es posible queanduviera en los negocios del rey en algún otrolugar, y que llegara tarde, después de recibir unacitación especial de parte del rey. Tal vez el reyentendía el sueño más de lo que daba a conocer, locual, de ser así, explica por qué estaba alarmado.Puede que sospechara que el sueño anunciaba algomalo para él y, por lo tanto, demoró la búsqueda deuna interpretación fiel. Esto no es de extrañarporque por lo general preferimos demorar las«malas noticias» cuantas veces sea posible.

Después de llamar a Daniel a su presencia,Nabucodonosor dijo que «el espíritu de los diosessantos» moraba en él (vers.o 8), a quien había dadoel nombre de Beltsasar, que significaba «uno aquien Bel revela». Anteriormente, Daniel le habíadado a entender con claridad al rey que era «elDios del cielo», y no él, quien había revelado elsueño del rey. Ese tanto de la fe de Daniel quedabaen Nabucodonosor, por más mal que lo entendiera.

Nabucodonosor reveló después el sueño aDaniel:

Estas fueron las visiones de mi cabeza mientrasestaba en mi cama: Me parecía ver en medio dela tierra un árbol, cuya altura era grande. Crecíaeste árbol, y se hacía fuerte, y su copa llegabahasta el cielo, y se le alcanzaba a ver desdetodos los confines de la tierra. Su follaje erahermoso y su fruto abundante, y había en élalimento para todos. Debajo de él se ponían a lasombra las bestias del campo, y en sus ramashacían morada las aves del cielo, y se manteníade él toda carne.

Vi en las visiones de mi cabeza mientrasestaba en mi cama, que he aquí un vigilantey santo descendía del cielo. Y clamabafuertemente y decía así: Derribad el árbol, ycortad sus ramas, quitadle el follaje, y dispersadsu fruto; váyanse las bestias que están debajode él, y las aves de sus ramas. Mas la cepa desus raíces dejaréis en la tierra, con atadura dehierro y de bronce entre la hierba del campo;sea mojado con el rocío del cielo, y con lasbestias sea su parte entre la hierba de la tierra.Su corazón de hombre sea cambiado, y le seadado corazón de bestia, y pasen sobre él sietetiempos. La sentencia es por decreto de losvigilantes, y por dicho de los santos laresolución, para que conozcan los vivientesque el Altísimo gobierna el reino de loshombres, y que a quien él quiere lo da, yconstituye sobre él al más bajo de los hombres.Yo el rey Nabucodonosor he visto este sueño.Tú, pues, Beltsasar, dirás la interpretación deél, porque todos los sabios de mi reino no han

podido mostrarme su interpretación; mas túpuedes, porque mora en ti el espíritu de losdioses santos (vers.o 10–18).

En el relato que hace Nabucodonosor del sueño,la descripción pasó de ser solamente un «árbol» enel versículo 14, a ser «él» en los versículos 15 y 16(NASB). Como ya se dijo, esto puede ser indicio deque Nabucodonosor sabía que el sueño tenía quever con él. Le llenaba de temor la interpretación. Enlos versículos 20 al 27, Daniel confirmó que elárbol, de hecho, representaba a Nabucodonosor, yque la profecía era alarmante.

En el versículo 17, leemos: «La sentencia es pordecreto de los vigilantes angélicos…» (NASB). Enmuchas versiones de la Biblia se añade la palabra«angélicos» en bastardillas en este versículo,indicando que se entiende que los vigilantesmencionados eran ángeles. En vista de que no sehace mención alguna de quiénes eran los vigilan-tes, no causa ningún perjuicio el referirse a estossencillamente como ángeles. El significado básicode «ángel» es sencillamente «mensajero», y estociertamente describe a los vigilantes en este pasaje.

Este versículo no insinúa, sin embargo, que losvigilantes hicieran el edicto. La idea es que ellosestaban de acuerdo con el edicto, el cual, según sedesprende del contexto del capítulo, proveníade Dios. Una especie de cuadro de esta mismaconversación aparece en Isaías 6.8, donde el Señorpreguntó: «¿A quién enviaré…?». Esta pregunta,que aparentemente es tan solo retórica, le fueplanteada a los serafines para provocar la respuestade Isaías.

Ya nos hemos referido a la verdad que se recalcaen todos los tratos de Daniel con Nabucodonosor,y esta es que «el Altísimo gobierna el reino de loshombres». La última línea del versículo 17 esespecialmente intrigante: «y constituye sobre él almás humilde de los hombres» (NASB; en otrasversiones se lee «el más bajo de los hombres»).Dependiendo del entendimiento que uno tengade las palabras, el versículo podría dar a entenderque Dios da reinos aun al más humilde de loshombres (David, por ejemplo), o al peor de ellos(como Acab). «El gobierno es de parte de Dios»es la aseveración que hace Pablo en Romanos13.1–7. Esta es una lección que todas las personasdeben aprender, y de las cuales hay que estarlesrecordando constantemente. No hay hombre quellegue por sus propios esfuerzos a la posición queostenta. Los que llegan a la cima, lo han logradopor la sabiduría, el propósito e incluso la gracia deDios.

Sabemos que «Dios no hace acepción de perso-

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nas» (Hechos 10.34). El ocupar un puesto degobierno no hace a alguien justo o malo; cada per-sona determina esto por sí misma. Dios establecióreyes buenos para ayudar a la gente, y establecióreyes malos para castigarla. Cual sea la opiniónque uno tenga de cualquier gobierno en particular,o de sus dirigentes, el que realmente confía en Diosacepta que Este ha intervenido en el nombramientode gobernantes, y que tiene Sus propios propósitosen mente para la presencia de ellos.

Hay otro paralelo que se observa desde unaperspectiva más espiritual. El ser «dirigente» de laiglesia no garantiza que haya justicia de parte delque lo sea, y tampoco garantiza el futuro de laspersonas que están siendo dirigidas. A menudomerecemos lo que recibimos. Si no mostramosinterés en la selección de nuestros dirigentes, si noatinamos a reconocer las directrices de Dios encuanto a las cualidades espirituales de estos,sufriremos entonces las consecuencias. Cuandohablamos de dirigencia espiritual, estamos con-siderando el más noble llamado sobre la tierra. Esextraño que tantos se consideren capaces dedirigir espiritualmente, cuando ellos mismos sonincapaces o insuficientes para dirigir en otrosaspectos de la vida. Esto es señal de que no ledamos la importancia debida a la dirigencia delpueblo de Dios.

LA INTERPRETACIÓN DE DANIEL (4.19–27)Cuando Daniel oyó el sueño de Nabuco-

donosor, «quedó atónito casi una hora, y suspensamientos lo turbaban» (vers.o 19). Danielconocía la interpretación del sueño. El Espíritu deDios estaba en efecto con él. Estaba considerandola severidad de la interpretación, así como lasconsecuencias del cumplimiento de esta, sobre elrey y el reino. Hay quienes opinan que estabaconsiderando la reacción del rey, pero esto parecemenos probable. Daniel había cultivado, con losaños, una buena relación con Nabucodonosor; elrey confiaba en él. El rey animó de inmediato aDaniel a revelar la interpretación, y a que no le«turbaran» las consecuencias. Daniel dijo:«Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y suinterpretación para los que mal te quieren».

Daniel le reveló luego a Nabucodonosor que elárbol era, en efecto, el mismo rey. Le dijo: «túmismo eres, oh rey, que creciste y te hicistefuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hastael cielo, y tu dominio hasta los confines de latierra» (vers.o 22). Pasó después a revelar queNabucodonosor perdería la razón y que seríadepuesto temporalmente, y que —cuando hubiese

reconocido que «el Altísimo tiene el dominio»— élrecuperaría su puesto en un reino que quedaríaintacto para él. El mensaje que Nabucodonosordebía aprender le fue expresado claramente en elversículo 25:

… Te echarán de entre los hombres, y con lasbestias del campo será tu morada, y con hierbadel campo te apacentarán como a los bueyes, ycon el rocío del cielo serás bañado; y sietetiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcasque el Altísimo tiene dominio en el reino de loshombres, y que lo da a quien él quiere (énfasisnuestro).

Los «siete tiempos» (vers.o 23), según el his-toriador judío Josefo, representan siete años. Envista de la descripción que se hace del cambio deapariencia que sufrió Nabucodonosor duranteeste tiempo de demencia (vea 4.28–33), los sieteaños parecen muy probables. Los cambios queocurrieron no podrían haber sucedido en unperíodo más corto, digamos, de siete meses, y conseguridad tampoco en uno de siete semanas.

Daniel después alentó a Nabucodonosor aarrepentirse (vea vers.o 27). «Tus pecados redimecon justicia», le dijo. (Los pecados de idolatría, deorgullo y de mal genio del rey son evidentes tansolo por lo que dice el libro de Daniel.) Instó al reya evitar la situación que se le mostró en elsueño, por medio de «[hacer] misericordiaspara con los oprimidos» (de los cuales muchoshabían empobrecido a causa de las conquistasde Nabucodonosor). Daniel estaba sinceramentepreocupado por el bienestar del rey. Hay una granlección para nosotros aquí. ¿Nos preocupamos porlos que nos han maltratado, los que, de hecho, sonnuestros «enemigos», y a quienes creemos nodeberles nada, excepto la «venganza»? El capítulosobre el «amor» en 1era Corintios 13 es una buenaexplicación de lo que Daniel expresó aquí. Deseabade corazón el bienestar del rey. Le rogó que searrepintiera, reconociendo que tal respuesta podíaatenuar la severidad de la situación que Dios lehabía revelado en el sueño.

LA DEMENCIA DEL REY (4.28–33)Lamentablemente, si del todo escuchó el consejo

de Daniel, el rey no lo tomó en serio. Exactamenteun año después, cuando el rey se estaba alabandoa sí mismo,1 comenzó a cumplirse el sueño. Elversículo 31 dice: «Aún estaba la palabra en la bocadel rey…». Recordemos a otro rey, de quien se dice

1 Note el uso tan prominente de la primera persona delsingular en el versículo 30: «yo» una vez, y «mi» dos veces.

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en Hechos 12.21–23 que, al darse gloria a sí mismo,fue herido y murió. Dios fue más misericordiosopara con Nabucodonosor, en el hecho de que nomurió. Esto es lo que leemos en Santiago: «Diosresiste a los soberbios, y da gracia a los humildes»(4.6); «Humillaos delante del Señor, y él os exaltará»(4.10). Nabucodonosor se estaba alabando a símismo como uno que estaba por encima de losdemás hombres, y fue puesto de inmediato pordebajo de todos los hombres. Esto fue lo que aseveróJ. D. Davies:

Este es el fin que el orgullo siempre persigue[…] hacer del hombre un dios para sí mismo.Sin embargo, ¿había una sola piedra en aquelenorme montón que hubiera sido creada porNabucodonosor? ¿Se había dado origen a símisma la mente que concibió la totalidad? […]El orgullo es idolatría. El orgullo se convierteen ateísmo demente. No hay pecado que seacensurado con tanta frecuencia y libertad enla Escritura, que el pecado del orgullo. Porél perdieron los ángeles su elevado estado.En esta trampa cayó Adán. «Seréis comodioses» dijo el tentador […] «Antes del que-brantamiento es la soberbia». Solo un pasosepara a la altivez del infierno. La arroganciainsolente raya en la locura.2

Nabucodonosor perdió contacto con la realidady la razón. El versículo 33 dice que el rey «fueechado de entre los hombres; y comía hierba comolos bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío delcielo, hasta que su pelo creció como plumas deáguila, y sus uñas como las de las aves». Al vivir enestado silvestre, se hizo una criatura silvestre.Imagínese su apariencia. Aun aquí se demostró lagracia de Dios. A Nabucodonosor se le permitióadaptarse a su ambiente con el fin de que pudierasobrevivir, y volver algún día a su trono.

Hay quienes opinan, en estos días, que la «fe»debería ser un «sentimiento» o una «sensación», enla medida que también es «razón» (lógica). Lagente a menudo cree que la «religión» y la «razón»se contraponen. Por el contrario, la experiencia deNabucodonosor durante este período de tiemponiega que la «razón» esté excluida de la «religión».

1) La «razón» es lo que le permite al hombreadorar, o «humillarse» delante de Dios. Puede quealguien trate de alegar que los elementos«naturales» del mundo «adoran» al hacer lo queDios les definió que hicieran, pero que el hombre

no. Desde los tiempos del huerto, Dios razonó conAdán y Eva. Les dio instrucciones puntuales.Aparentemente, en su inocencia, Adán tambiénrazonó con Dios. En Romanos 12.1, Pablo hablóacerca del «servicio espiritual», expresión que setraduce por «culto racional». La palabra del NuevoTestamento Griego que se traduce sistemáti-camente por «verbo» en nuestra Biblia (logos) es lamisma de la cual obtenemos la palabra «lógica».Dios trata con nosotros como personas «lógicas»,con las cuales Él puede «razonar».

2) La ausencia de «razón» da como resultadola demencia. Nabucodonosor es un ejemploperfecto de esto, pero también las Escrituras y lahistoria de la humanidad en general afirman latesis. Jesús dijo que el hijo pródigo «[volvió] ensí» (Lucas 15.17). Indicó que un hombre queestá impregnado de pecado no está «razonando»correctamente. Esto describe la situación en que seencontraba Nabucodonosor antes de pasar sieteaños viviendo como una bestia.

3) Dios desea que le amemos con toda nuestra«mente» (Mateo 22.37). Nos dio la capacidad depensar, y de razonar. Desea que usemos estacapacidad —no solamente en las ciencias, nisolamente en rigurosos estudios mentales entre loshombres, sino también en nuestro entendimientode Su palabra y de Su voluntad. Pablo dio a conoceren 1era Corintios 2.9–10 que Dios nos reveló Suspensamientos. No estaba hablando solamente deuna «emoción», o de un «sentimiento», sinotambién acerca de lo que Dios piensa. CuandoNabucodonosor perdió el uso de la razón, es pro-bable que perdiera también sus emociones. Dejóde vivir y de actuar como un ser humano yllegó a ser como un animal silvestre. No fue sinopor la gracia de Dios que la razón le fuerestituida. ¿Podemos estar seguros de que siperdemos la «razón» en lo concerniente a la«religión», que Dios nos restaurará después que lainsensatez de nuestra decisión haya sufrido lasconsecuencias?

LA RESTAURACIÓN DEL REY (4.34–37)Después del relato acerca de los años que

Nabucodonosor vivió como bestia, el texto retomael edicto del rey:

Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosoralcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta;y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al quevive para siempre, cuyo dominio es sempiterno,y su reino por todas las edades. Todos loshabitantes de la tierra son considerados comonada; y él hace según su voluntad en el ejércitodel cielo, y en los habitantes de la tierra, y no

2 J. D. Davies, en J. E. H. Thomson y W. F. Adeney, ThePulpit Commentary (El comentario del púlpito), vol. 13, Daniel,Hosea & Joel (Daniel, Oseas y Joel), ed. H. D. M. Spence andJoseph S. Exell (Grand Rapids, Mich.: Wm. B. EerdmansPublishing Co., 1950), 160.

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hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Quéhaces? En el mismo tiempo mi razón me fuedevuelta, y la majestad de mi reino, mi digni-dad y mi grandeza volvieron a mí, y misgobernadores y mis consejeros me buscaron; yfui restablecido en mi reino, y mayor grandezame fue añadida. Ahora yo Nabucodonosoralabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo,porque todas sus obras son verdaderas, y suscaminos justos; y él puede humillar a los queandan con soberbia (vers.os 34–37).

En Ezequiel 29.17 se insinúa que veinte añosdespués que Jerusalén fue tomada, Nabucodonosorpor fin conquistó Egipto. Es probable que lademencia del rey ocurriera antes o después deesta conquista. Por lo menos podemos decir conseguridad que su período de demencia tuvo lugarcuando ya habían transcurrido varios años de sureinado.

A estas alturas, Nabucodonosor era un reymayor de edad, con más experiencia y más sabio.Reconocía la verdad en el sentido de que Diosgobierna y que Él humilla a los que andan conorgullo. El rey había aprendido la lección.

El tema que predomina en toda la profecía deDaniel es el gobierno de Dios sobre los reinos —dehecho, sobre todos los asuntos de los hombres.Esta certeza era importante para los principalesoyentes (o lectores) de Daniel, que era el pueblo deDios, Su reino, pero que habían sido derrotados,desposeídos y esclavizados. Daniel dio unmensaje de consolación y de esperanza paraellos: Dios todavía gobernaba los asuntos delos hombres. La misma certeza tenemos nosotroshoy día.

David Rechtin

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Inicio del reinado

606-605 a. C.*561 a. C.559 a. C.555 a. C.555 a. C.539 a. C.529 a. C.522 a. C.485 a. C.333 a. C.

Soberano

NabucodonosorEvil-merodac (Amil-Marduc, Awel Marduc)Neriglisar (Nergal-sarezer)Laborosoarcod (Labassi-Marduc)Nabónido (Nabu-náid, Nabonedus)Ciro conquista BabiloniaCambisesDarío I (el Grande)JerjesEl Imperio Persa es derrocado por Alejandro Magno

SOBERANOS DE LOS IMPERIOS BABILÓNICO Y PERSA (606-333 A. C.)

* Las fechas varían, porque es imposible fechar con exactitud muchos eventos de la antigüedad.

Page 23: Lbro de Daniel

1

Comentario de 5.1-31:

LA ESCRITURA EN LA PARED

EL ALTÍSIM

O

TIENE

EL DO

MIN

IO

LOS MEDOS Y LOS PERSASLa expresión «los medos y los persas» no se

refiere a dos, sino a un solo reino imperial, quesucede a Babilonia. Los eventos relacionados conesta sucesión de potencias mundiales están escritosen Daniel 5.

Los medos (de Media) provenían de unaregión conocida hoy día como Azerbaiyán y elnorte de Irán. Estos formaron una alianza conBabilonia y con otros con el fin de destruir elImperio Asirio, en el 605 a. C. Durante elreinado de Nabucodonosor, la alianza se disolvió.Los medos comenzaron a conquistar territoriobabilónico cerca del 555 a. C.

Ciro llegó a ser rey de los medos en el 549 a. C.Aunque descendiente de los persas, no comenzóa reinar sobre Persia sino hasta en el 546. Enconsecuencia, no se hace distinción entre los medosy los persas en cuando a dominio. La referenciaque hace Daniel a «los medos y a los persas» (vers.o

28) indica un carácter contemporáneo, ya que másadelante se les refiere como «Persia y […] Media»(vea Ester 1.3, 14).

A los medos se les consideraba más «avan-zados» y «civilizados» que los persas, y losautores griegos se referían al todo como «losmedos», lo cual siguieron haciendo mucho tiempodespués del tiempo de Ciro. Durante el reinado deDarío (un persa), los medos se sublevaron. Unaprolongada «guerra civil» siguió, la cual al finalganó Darío. A partir de este momento, la historiameda se fusiona con la persa.1

Ciro logró tomar la porción externa de laciudad de Babilonia en junio del 538 a. C., peroBelsasar y muchos de sus principales asistentesbuscaron refugio en la ciudadela. La ciudadela fuetomada de noche en un ataque que casi no opusoresistencia. Los que estaban al mando no estabanconcentrándose en asuntos militares esa noche.

EL BANQUETE DE BELSASAR YLA VISIÓN (5.1–9)

«El rey Belsasar hizo un gran banquete…»(vers.o 1). Los eventos relacionados con la nochede la conquista de Babilonia habían sidoanunciados por el profeta Jeremías (51.57). Belsasarera el nieto de Nabucodonosor. Después de lamuerte de Nabucodonosor, este fue sucedido porEvil-merodac, quien fue muerto durante unatentativa de sublevación que duró varios años.Este, a su vez, fue sucedido por Neriglisar, quientambién fue muerto. Entonces Laborosoarcodreinó durante un período de nueve meses. Haydebate entre algunos historiadores en cuanto a siLaborosoarcod era el mismo Nabónido. Este últimobien pudo haber sido otro revolucionario. En todocaso, Belsasar quedó a cargo de la ciudad deBabilonia, mientras el verdadero monarca del reinoestaba ausente en batalla. Fue por esta razón queBelsasar prometió que el intérprete de la escrituraen la pared sería ascendido a «tercer señor en elreino» (vers.o 7).

La idea de que «Nerón tocaba el violín mientrasRoma ardía» se parece a lo que sucedió con Belsasar

1 Los foráneos se referían a los persas como gentede origen étnico ario. Persia era una provincia de Ariania(la Irán moderna). Los persas conquistaron a los medasbajo Ciro. Algunos babilonios querían que Ciro rescatarasu ciudad de Nabónido, un usurpador del trono. Una delas principales inquietudes era de carácter «religioso».Los gobernantes babilónicos habían estado trayendodiversos artefactos religiosos e ídolos de todos los pueblos

conquistados, a Babilonia. Muchos babilonios deseabanque se sacaran estos objetos, pues temían que su presenciaprofanara las prácticas de adoración babilónica. Esto puedeayudar a explicar por qué Ciro tomó con el tiempo ladecisión de ordenar el retorno de los judíos a Jerusalén.Después de la conquista de Babilonia, ordenó la devoluciónde varios ídolos e instrumentos de adoración a su lugar deorigen.

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2

en relación con Babilonia. Mientras la ciudad erasitiada, el «gobierno» estaba teniendo un banqueteen el lugar de refugio que le quedaba. Había unagran dosis de embriaguez en el banquete. Enestado de intoxicación, Belsasar mandó que letrajesen varios objetos religiosos. Daniel se centróespecialmente en «los vasos de oro y de plata queNabucodonosor [el abuelo de Belsasar] había traídodel templo de Jerusalén» (vers.o 2). Estos vasos quehabían usado los sacerdotes en el templo deJerusalén, fueron traídos al rey, con el fin de que ély sus nobles, sus esposas y sus concubinas pudieranbeber de ellos. El versículo 4 dice que al beber deestos vasos hacían brindis en honor a los diferentesídolos de ellos.

Estaban cometiendo este sacrilegio, cuandoaparecieron los dedos de una mano, que escribíasobre la pared. El versículo 6 describe el terror deque fue presa Belsasar: «el rey palideció, y suspensamientos lo turbaron, y se debilitaron suslomos, y sus rodillas daban la una contra laotra». (Vea Jeremías 50.43.) Los versículos 7 al 9relatan la promesa del rey en el sentido de otorgarricos galardones a cualquiera que interpretara laescritura; sin embargo, ninguno de los sabios pudointerpretarla. Es posible que no pudieran leerlaporque estaba escrita en hebreo y no en caldeo.

EL CONSEJO DE LA REINA (5.10–12)La reina que se menciona en el versículo 10

debe de haber sido la abuela de Belsasar, la viudade Nabucodonosor. (El versículo 2 declara que lasesposas del rey ya se encontraban en el banquete.)La mención que hace del «padre» del rey, en elversículo 11, no necesariamente se refiere a lageneración inmediatamente anterior en el linaje,ya que la expresión se usa a menudo para referirsea cualquier antepasado.2

La reina recordó la obra de Daniel durante eltiempo de Nabucodonosor. Esto fue lo que anunció:

Rey, vive para siempre; no te turben tuspensamientos, ni palidezca tu rostro. En tureino hay un hombre en el cual mora el espíritude los dioses santos, y en los días de tu padrese halló en él luz e inteligencia y sabiduría,como sabiduría de los dioses; al que el reyNabucodonosor tu padre, oh rey, constituyójefe sobre todos los magos, astrólogos,caldeos y adivinos, por cuanto fue hallado en élmayor espíritu y ciencia y entendimiento,para interpretar sueños y descifrar enigmas yresolver dudas; esto es, en Daniel, al cual el rey

puso por nombre Beltsasar. Llámese, pues,ahora a Daniel, y él te dará la interpretación(vers.os 10–12).

No se sabe por qué Belsasar no había pensadoen consultarlo. Es obvio por lo que se desprende dela descripción del banquete, que ningún varón deDios habría estado en tal ambiente por su voluntad;Daniel estaba ausente del banquete. Sin embargo,parece que Belsasar no tenía conocimiento especialde Daniel antes de este momento.

EL ENCARGO DEL REY (5.13–16)Belsasar hizo que se llamara a Daniel:

Entonces Daniel fue traído delante del rey.Y dijo el rey a Daniel: ¿Eres tú aquel Daniel delos hijos de la cautividad de Judá, que mi padretrajo de Judea? Yo he oído de ti que el espíritude los dioses santos está en ti, y que en ti sehalló luz, entendimiento y mayor sabiduría. Yahora fueron traídos delante de mí sabios yastrólogos para que leyesen esta escritura yme diesen su interpretación; pero no hanpodido mostrarme la interpretación delasunto. Yo, pues, he oído de ti que puedes darinterpretaciones y resolver dificultades. Siahora puedes leer esta escritura y darme suinterpretación, serás vestido de púrpura, y uncollar de oro llevarás en tu cuello, y serás eltercer señor en el reino (vers.os 13–16).

El rey ofreció a Daniel el mismo galardón quehabía ofrecido anteriormente a cualquiera quepudiera interpretar la escritura en la pared. Esinteresante el hecho de que cumplió la promesa aDaniel al final de la revelación, aunque el galardónfue efímero.

LA INTERPRETACIÓN DE DANIEL (5.17–29)Daniel se puso delante del rey y dijo: «Tus

dones sean para ti, y da tus recompensas a otros.Leeré la escritura al rey, y le daré la interpretación»(vers.o 17). No fue falta de respeto lo que Danielmostró cuando dijo: «Tus dones sean para ti».Como ya Dios le había dicho la interpretación de laescritura en la pared, Daniel sabía que tales donesno tenían ningún valor. Esa misma noche, el reyquedaría sin autoridad alguna para otorgar dones.

El versículo 18 declara nuevamente el tema dellibro de Daniel: «El Altísimo Dios […] dio […] elreino…». Daniel pasó después a describir eldominio total de los monarcas babilónicos, cuyospensamientos estaban todos dedicados al gobiernodel reino. Después relató los eventos del capítulo:la locura y el exilio de Nabucodonosor:

El Altísimo Dios, oh rey, dio a Nabucodonosor

2 Por ejemplo, a Jesús se le llama «hijo de David» en elNuevo Testamento, a pesar de que vivió sobre la tierra milaños después de David. Vea Mateo 1.1; Lucas 3.31.

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3

tu padre el reino y la grandeza, la gloria y lamajestad. Y por la grandeza que le dio, todoslos pueblos, naciones y lenguas temblaban ytemían delante de él […] Mas cuando su corazónse ensoberbeció, y su espíritu se endureció ensu orgullo, fue depuesto del trono de su reino,y despojado de su gloria. Y fue echado de entrelos hijos de los hombres, y su mente se hizosemejante a la de las bestias, y con los asnosmonteses fue su morada. Hierba le hicieroncomer como a buey, y su cuerpo fue mojadocon el rocío del cielo… (vers.os 18–23).

Lamentablemente, Belsasar no había aprendidola lección que enseñaban los errores de Nabu-codonosor (v. 22). De modo que la mano fue enviadade parte de Dios (vers.o 24). Después de aconsejaral rey, Daniel pasó a interpretar la escritura:

Y la escritura que trazó es: MENE, MENE,TEKEL, UPARSIN. Esta es la interpretación delasunto: MENE: Contó Dios tu reino, y le hapuesto fin. TEKEL: Pesado has sido en balanza,y fuiste hallado falto. PERES: Tu reino ha sidoroto, y dado a los medos y a los persas (vers.os

25–28).

Cada palabra representa una breve frase. Losbabilonios eran famosos por sus conocimientos delos números, y Dios le habla a Belsasar en esostérminos. En la interpretación, Daniel tomó encuenta la palabra «MENE» solo una vez. Muchosmanuscritos antiguos no repiten «MENE» en elversículo 25, lo cual corresponde exactamentecon la interpretación dada por Daniel. «MENE»significa literalmente «numeración» o «evalua-ción». «TEKEL» significa literalmente «pesar», y«PERES», división. Afortunadamente no tenemosque tratar de determinar nosotros el significado detal mensaje, pues Daniel dio la interpretación.

El versículo 29 indica que Belsasar cumplió supromesa a Daniel. «Mandó […] vestir a Daniel depúrpura, y poner en su cuello un collar de oro, yproclamar que él era tercer señor del reino».

LA CAÍDA DE BABILONIA (5.30)«La misma noche fue muerto Belsasar rey de

los caldeos» y el reino fue conquistado (vers.o 30).Tanto Isaías (13.1–22) como Jeremías (50.1—51.58)

profetizaron acerca de la caída de Babilonia, elconquistador de Judá. Jeremías profetizó inclusoacerca de que el río Éufrates se secaría. Existe grancantidad de indicios en el sentido de que Cirobloqueó el cauce del río, que corría por en medio deBabilonia, entrando por debajo del muro norte ysaliendo por debajo del muro sur. Mientras Belsasary su gobierno se daban gusto en una juerga deborrachera, los medos y los persas sencillamenteentraron marchando por el lecho seco del río,sometieron la poca oposición que encontraron ymataron a Belsasar. Terminaba así el ImperioBabilónico. La «cabeza de oro» de la visión deNabucodonosor (capítulo 2) era reemplazada ahorapor un pecho y unos brazos de plata: los medos ylos persas.

David Rechtin

DIOS LO ANUNCIÓ,

Y SUCEDIÓ!

Jeremías había anunciado la destrucción deBabilonia.

Y será Babilonia montones de ruinas, moradade chacales, espanto y burla, sin morador.

Todos a una rugirán como leones; comocachorros de leones gruñirán. En medio de sucalor les pondré banquetes, y haré que seembriaguen, para que se alegren, y duermaneterno sueño y no despierten, dice Jehová. Losharé traer como corderos al matadero, comocarneros y machos cabríos (Jeremías 51.37–40).

Cuando Belsasar y su séquito se daban gustoen el banquete y profanaban los vasos del templocon su borrachera y adoración de falsos dioses, elSeñor anunció lo que estaba a punto de suceder. Alinterpretar la escritura en la pared, Daniel dijo alrey: «Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin […] Tureino ha sido roto, y dado a los medos y a lospersas» (Daniel 5.26–28). «La misma noche fuemuerto Belsasar rey de los caldeos» (Daniel 5.30),y Darío el Medo tomó el reino (Daniel 6.1).

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1

Un sermón sobre 1.1-21:

FE LEJOS DE CASA

FE

BAJO

FUEG

O

INTRODUCCIÓNEn el capítulo 1 vemos el ejemplo de un joven

que vive por fe en una tierra extraña. Daniel fuepuesto en una situación que probaría su fe en Dios.¿Viviría para Dios mientras estuviera lejos de casa?Notemos las características que su fe le impartiódurante un período de grandes pruebas.

FE QUE SE MANIFIESTA EN OBEDIENCIALa fe de Daniel incluía el elemento de la

obediencia. Él no iba a deshacerse de la fe con laexcusa de que se encontraba en una situación difícily de que no le quedaba opción.

¿Qué hacemos cuando nos vamos de casa? Lafe de Daniel habla bien de él. Cuando fue aBabilonia, a unos ochocientos o más kilómetros decasa, él todavía se aferró a lo que sabía que eracorrecto.

¿Qué hacen los niños cuando están lejos decasa? Cuando estaban en casa, obedecían las reglasporque tenían una madre y un padre que losvigilaban. Estos los hacían levantarse, alistarse e ira las clases bíblicas y a los servicios de adoración.

Cuando un joven sale de casa, es probable quesea la primera vez que examine detenidamente sufe. ¿Descansa su fe sobre la fe de sus padres? Mishijos pasan de treinta años. No es por la fe de suspadres que ellos asisten a los servicios de adoración.Es por su propia fe que asisten. Esto es maravilloso.

Es casi como un ave que abandona el nido:¿Volará o caerá —vivirá o morirá? Las madres y lospadres se ponen nerviosos por sus hijos. ¿Quéharán cuando vean por sí mismos? ¿Se enfermarány morirán sin haber un padre que los cuide? ¿Podráncuidarse a sí mismos? ¿Se cepillarán los dientes sinhaber quien les diga? Aún más importante que loanterior: ¿Orarán? ¿Irán a ser fieles en la iglesia delSeñor?

¿Qué hizo Daniel cuando salió de casa? Su

padre y su madre habrían estado agradecidos porla manera como vivió después que fue llevado aBabilonia.

«En el año tercero del reinado de Joacim rey deJudá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia aJerusalén, y la sitió» (vers.o 1). Josías fue muertopor Faraón Necao cerca del 609 a. C., y fue sucedidoen el trono por Joacaz, su hijo, quien reinó tresmeses y después fue llevado a Egipto. En lugar deJoacaz, quedó en el trono Joacim, quien reinó desdecerca del 608 hasta el 597 a. C. Este también era hijode Josías, el rey bueno que dio inicio a una granreforma, después que un sacerdote que reparaba eltemplo, encontró el libro de la ley.

Con la destrucción de Nínive en el 612 a. C.,terminó el dominio mundial de Asiria. En estafecha el gran imperio de Oriente Cercano eraBabilonia, que estaba dirigida por el gran monarcaNabucodonosor. Continuando con sus conquistas,este rey babilónico dirigió su ejército por todo eltrayecto hasta Jerusalén y la sitió cerca del 606 o el605 a. C., en el año tercero del reinado de Joacim.

«Y el Señor entregó en sus manos a Joacim reyde Judá, y parte de los utensilios de la casa de Dios;y los trajo a tierra de Sinar […] y colocó los utensiliosen la casa del tesoro de su dios» (vers.o 2). ¿Dóndese encuentra Sinar? En un mapa de hoy día, es Irak.Allí corren juntos el Tigris y el Éufrates hastadesembocar en el Golfo Pérsico. Esta región seconoce también como Mesopotamia, que significa«en medio de los ríos» o «entre los ríos». (Mesosignifica «entre»; potamos es la palabra que se tra-duce por «río».) Esta era la tierra de los babilonios.

Los babilonios tenían numerosos dioses. Sudios más importante era Marduk, pero este no esun dato que se revele en el libro de Daniel. Noobstante, lo que sí nos dice es que por causa delcautiverio, Daniel fue ubicado —sin haber sido suelección— en medio de un ambiente idolátrico.

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2

Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos,que trajese de los hijos de Israel, del linaje realde los príncipes, muchachos en quienes nohubiese tacha alguna, de buen parecer,enseñados en toda sabiduría, sabios en cienciay de buen entendimiento, e idóneos para estaren el palacio del rey; y que les enseñase lasletras y la lengua de los caldeos1 (vers.os 3–4).

Algunos de los mejores jóvenes de Judá fuerontraídos aquí, y Daniel y sus amigos estaban entreellos (vers.o 6).

Lo primero que hizo Daniel en su nuevo hogarfue profesar su fe en Dios. Su fe lo llevó a obedecera Dios.

FE QUE SE MANIFIESTA EN VALENTÍAUn segundo rasgo de carácter que introdujo la

fe en la vida de Daniel fue la valentía. Para losjóvenes que estaban siendo enseñados, el reydestinó una ración diaria de la comida y del vinode su provisión (vers.o 5a), sin embargo Daniel sedirigió con valentía al funcionario a cargo de ellosy le pidió permiso para elegir su propia dieta. Su feen Dios se observa en este acto de valentía.

Dijo: «No me contaminaré» (vea vers.o 8). ¡Senecesita una gran dosis de valentía, para decirle aun rey que se lo ha llevado a uno cautivo, que no vaa comer los alimentos que le ofrece! Daniel dijo:«No, no lo haré». Esta respuesta pudo haberlecausado que lo metieran en la cárcel —o algo peorque eso. ¿Quién sabe qué podía haberle sucedido,tomando en cuenta que era un tiempo en que losemperadores, como los de Babilonia, se distinguíanpor su mal genio? Podían haberlo matado. El guardaque estaba a cargo de los jóvenes dijo: «No puedopermitir que tengan una dieta especial porque elrey podría matarme». A pesar de esto, Daniel semantuvo firme. En cuanto a mí, yo respeto su fe; ¿yusted?

El plan de Nabucodonosor consistía en tomaralgunos de los jóvenes escogidos de diferenteslugares de Judea, siendo Jerusalén uno de estos, yprepararlos para el servicio de palacio en Babilonia.Ellos iban a recibir capacitación intensiva. Ademásde estudiar administración, aprenderían el idioma

y la literatura de Babilonia (vers.o 4). Se habríaconsiderado un gran honor el haber sido elegidospara este programa de capacitación. Con eltiempo, estos jóvenes estarían delante el rey, y leservirían (vers.o 5b) —pero antes, el rey se proponíaconvertirlos en babilonios.

Incluso sus nombres fueron cambiados al llegara Babilonia. «A éstos el jefe de los eunucos pusonombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías,Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego»(vers.o 7). Hemos oído de Ananías, Misael y Azarías,pero por lo general no los recordamos por estostres nombres. Se les conoce más comúnmente comoSadrac, Mesac y Abed-nego.

A Daniel se le dio el nombre de «Beltsasar».2

No sabemos con exactitud qué significa estenombre. Algunos han conjeturado que significaalgo así como «revelador de misterios».

Daniel tenía un nuevo nombre y un nuevohogar, pero él se aferró firmemente a su antigua fe.Durante todo el tiempo de su preparación enBabilonia, este valiente joven siguió sirviendo aDios con fidelidad.

FE QUE SE MANIFIESTA EN DISCIPLINAUn tercer rasgo de carácter que la fe de Daniel

le introdujo a su vida fue la disciplina. Se propusorespetar la dieta judía indicada. «Y Daniel propusoen su corazón no contaminarse con la porción de lacomida del rey, ni con el vino que él bebía…»(vers.o 8; énfasis nuestro). Daniel tomó una firmedecisión acerca de la comida.

Hay quienes creen que este alimento no erakosher. La palabra kosher proviene de la palabrahebrea que significa «apto para ser comido». In-dica que el alimento está libre de impurezas y quees el alimento correcto para ser comido por loshebreos. El comentario sobre qué es kosher noslleva a Levítico 11, donde encontramos las leyesalimenticias del Antiguo Testamento. El alimentoque más nos parece que se clasifica como inmundoes la carne de cerdo, sin embargo, había otrasclases de carne que tampoco se podían comer.

Si el alimento que a Daniel se le pidió comer noera kosher, entonces Daniel, siendo un hebreo fiel,hubiera considerado que no debía comerlo. Lasleyes judías no ponían ninguna limitación sobre elvino, pero de algún modo Daniel pudo haber

1 Es probable que debamos considerar la expresión«los caldeos» como una referencia a los habitantes deBabilonia. Este era el nombre de la tierra, y los que vivíanallí eran llamados babilonios; pero en cuanto a la raza, erancaldeos. Así, los términos «caldeos» y «babilonios» enDaniel, se refieren básicamente al mismo pueblo. Comonotaremos más adelante, la expresión «los caldeos» parecereferirse a un grupo especial de astrólogos o magos; pero aestas alturas del estudio, consideraremos a los caldeoscomo babilonios.

2 Es fácil confundir Beltsasar con Belsasar. Este últimoera el rey de Babilonia en el 539 a. C., cuando esta cayó bajolos medos y los persas. Fue el que vio la escritura en lapared, en la cual se profetizaba el fin del poderío deBabilonia. (Vea Daniel 5.)

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3

pensado que este vino no era kosher. Tal vez pensabaque no era preparado como se debía. Entre losjudíos más estrictos, no solamente debía elegirseel alimento correcto, sino que también debíaprepararse de un modo especial. Entre otras cosas,no debía haber tocado nada inmundo. Los judíosestrictos siguen las mismas normas hoy día.

Daniel se propuso en su corazón respetar sudieta. Fue fiel para cumplir con esta determinación.

FE QUE SE MANIFIESTA EN CONFIANZAUna cuarta característica que la fe de Daniel

introdujo en su vida fue la confianza. Él creía concerteza que si seguía la dieta estipulada por la leyde Dios, sería más saludable, estaría en mejor formay en mejor condición física que los demás jóvenes.

El jefe de los funcionarios titubeó para con-ceder lo que Daniel pedía. Esto fue lo que en efectodijo: «Mi trabajo es alimentarlos bien, de modo quetengan buena apariencia. No puedo permitir quese presenten ustedes delante del rey en unacondición que lo haga decir: “¿Quiénes son estosque lucen tan delgados y tan débiles?”. Si estollegara a suceder, ¡hará que me corten la cabeza!Ustedes tienen que comer. Tendrán que lucir bien,porque mi trabajo es ayudarles a tener una buenaapariencia» (vers.os 9–10).

«Y puso Dios a Daniel en gracia y en buenavoluntad con el jefe de los eunucos» (vers.o 9), yDaniel pudo convencerlo de llevar a cabo unexperimento. Le dijo: «Te ruego que hagas la pruebacon tus siervos por diez días, y nos den legumbresa comer, y agua a beber» (vers.o 12).

En la KJV, la palabra «legumbres» se traducepor otra que significa «grano». Este es un alimentosencillo. La anterior sería una buena dieta parapersonas que necesitan una reducción del sodio yde la grasa. El plan de Daniel incluía el comerproductos vegetales y el mantenerse alejado decualquier alimento dañino. No obstante, dudo queesta dieta tuviera como propósito ser lo que seconoce como alimento dietético. Esto fue lo queDaniel dijo: «Que nos den solo verduras a comer, yagua a beber». El funcionario accedió, y los probódiez días.

Esto es lo que leemos en el versículo 15: «Y alcabo de los diez días pareció el rostro de ellos

mejor y más robusto que el de los otros muchachosque comían de la porción de la comida del rey».Después de constatar tan excelentes resultados, elsupervisor siguió reteniendo la comida y el vinodel rey y continuó dándoles vegetales (vers.o 16).

Daniel y sus amigos no comerían aquello quelos contaminaría, de conformidad con la ley deMoisés. La confianza de ellos en Dios y en Su leyestaba bien sustentada.

CONCLUSIÓNDaniel vivía por su fe en Dios, a pesar de estar

a cientos de kilómetros de casa. Su fe le introdujoobediencia, valentía, disciplina y confianza a suvida. Él podía haber cantado que «La fe es lavictoria».

Su fidelidad también le produjo galardón. Diosles dio a Daniel y a sus amigos «conocimiento einteligencia» que eran «diez veces mejores quetodos los magos y astrólogos» que había en aquelreino (vers.os 17–20).

«Y continuó Daniel hasta el año primero delrey Ciro» (vers.o 21). Ciro era el rey de Persia.Este rey vivió muchos años después de queNabucodonosor se llevó a Daniel para Babilonia.El Imperio Babilónico no duró mucho tiempo.En realidad llegó a alcanzar su apogeo cerca del609 o el 608 a. C., y fue derrotado por Persia unossetenta años después. El rey que tomó Babiloniafue Ciro.

Si Daniel continuó hasta el reinado de Ciro,entonces vivió por lo menos hasta el 539 a. C.Daniel debió de haber sido bastante joven cuandofue llevado en el 606 —tal vez tenía unos catorceaños de edad. Si esta era su edad cuando fuellevado al cautiverio, entonces habría nacido en el620. Cuando servía bajo Ciro, en el 539, habríatenido ochenta y un años de edad. No hay duda deque vivió una buena y larga vida.

Cuando era muchacho, un muchacho decatorce años, Daniel tenía una increíble fe quedeterminó su carácter y la forma como vivió—aun lejos de casa. Por causa de su asombrosafidelidad, Dios bendijo a Daniel y le dio una largavida, y la capacidad de interpretar sueños yvisiones.

Neale Pryor

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1

Un sermón sobre 6.1-28:

PERSEGUIDO POR ORAR

FE

BAJO

FUEG

O

INTRODUCCIÓNEn el capítulo 6, que es tal vez el más popular

del libro de Daniel, vemos la dedicación de unhombre, expresada en la intensidad con que seentrega a la oración. De la forma tan consagradacomo él anduvo con Dios, algo rara vez visto,podemos aprender una serie de valiosas verdadesacerca de vivir para Dios en un mundo lleno demaldad y de problemas.

A VECES LOS JUSTOS SON ABORRECIDOSLa primera verdad que hemos de notar es que

a veces los justos no son agradables para ciertaspersonas, y llegan incluso a ser aborrecidos. Danielera un funcionario bueno y eficiente del gabinetede Darío. Era fiel en su trabajo. Debía haber sidorespetado en gran manera por todo el mundo. Noobstante, en lugar de ser plenamente galardonadopor su justicia, fue echado al foso de los leones.Echemos una mirada al texto.

Darío había decidido constituir sobre elreino ciento veinte sátrapas (una especie degobernadores). Estos estaban al frente de todo elreino, y sobre ellos había tres gobernadores (vers.os

1–2). La KJV habla de ciento veinte príncipes y trespresidentes. Las responsabilidades de gobernar elreino estaban repartidas entre tres presidentes,cada uno de los cuales tenía a su vez a unos cuarentasátrapas bajo su responsabilidad. Darío estabaorganizando así una estructura jerárquica deautoridad.

Daniel era uno de estos tres gobernadores, yera «superior a estos sátrapas y gobernadores,porque había en él un espíritu superior…»(vers.o 3). Por lo menos dos veces en este libro,leemos acerca del espíritu superior de Daniel. Quémaravilloso es conocer a un joven que tiene unespíritu superior. Sé de algunos de ellos; son jóvenessobresalientes. Uno casi que envidia la actitud y el

espíritu de dedicación que tienen. Aunque Danielera mayor, ya había mostrado este espíritu siendomuy joven (vea 5.12).

Debido al espíritu superior de Daniel, «el reypensó en ponerlo sobre todo el reino» (vers.o 3).Estaba pensando en ascender a uno de lostres gobernadores. Daniel era uno de estos, yaparentemente iba a ser puesto sobre los otros dos,que sin duda le llegaron a tener envidia.

En el versículo 4 se manifiesta cuánta envidiale tenían:

Entonces los gobernadores y sátrapas buscabanocasión para acusar a Daniel en lo relacionadoal reino; mas no podían hallar ocasión alguna ofalta, porque él era fiel, y ningún vicio ni faltafue hallado en él.

Los demás gobernadores deseaban apartar aDaniel del poder, pero no podían hallar nada dequé acusarlo. Ya alguien lo dijo: «Vive de talmanera, que cuando la gente hable mal de ti, nadiele crea». Es un buen consejo. La vida de Daniel eraintachable, y los envidiosos no podían encontrarningún punto vulnerable en él. Llegaron a laconclusión de que para hacerle daño, iban a tenerque hacérselo en relación con el Dios a quien servía(vers.o 5), y se acercaron al rey con una idea.

LA MALDAD EN EL CORAZÓNPOR LO GENERAL SE CONVIERTE

EN MALDAD EN LA ACCIÓNLos hombres que tenían celos de Daniel per-

mitieron que la maldad de sus corazones los llevaraa ocuparse en una terrible tarea. Lo que hicieronilustra una segunda verdad, y es esta: Lo que seaque se encuentre en el fondo del pozo del corazón,llega a salir en el cubo de las ideas, las palabras ylas acciones.

¿Qué dijeron estos hombres al rey? Comenzaron

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diciendo: «¡Rey Darío, para siempre vive!». Estoera sencillamente lo que se esperaba que dijeran.Después de honrar al rey, la delegación le hizo unapropuesta. Comienza diciendo el versículo 7:«Todos los gobernadores del reino, magistrados,sátrapas, príncipes y capitanes…». Lo anteriornos recuerda una vez más las listas de Daniel.Anteriormente, vimos listas de instrumentosmusicales: dulcémeles, salterios, arpas, y todaslas diferentes clases (vea 3.5, 7, 10, 15). Aquí enel versículo 7, tenemos magistrados, sátrapas,príncipes y capitanes.

Esta lista de personas decía que ellos se habíanreunido para consultas, y habían determinado queel rey debía promulgar un edicto en el sentido deque cualquiera que en el espacio de treinta díasdemandara petición de cualquier dios u hombrefuera de él, sería echado en el foso de los leones(vers.o 7). Esto fue lo que dijeron: «Ahora, oh rey,confirma el edicto y fírmalo, para que no pueda serrevocado, conforme a la ley de Media y de Persia,la cual no puede ser abrogada» (vers.o 8). Estabanproponiendo que ninguno debía dar culto a nadieque no fuera el rey. Darío estuvo de acuerdo, yfirmó lo que ellos estaban mandando (vers.o 9).

Una singular característica de la ley de Mediay de Persia era que no podía ser abrogada. Nisiquiera el rey, una vez firmado el documento,podía retirarla. Era una norma terrible. No podíaequivocarse una sola vez; pues de lo contrario, elpueblo sufriría las consecuencias. A menudohacemos algo, y luego concluimos que estábamosequivocados, que tenemos necesidad de hacer unamodificación. La ley de Media y de Persia noadmitía modificación alguna. Puede que inclusohaya oído usted la expresión que dice: «Vamos, noes ley de Media y de Persia, podemos modificarlo».

¿Sabe usted de otro libro de la Biblia que tratasobre la ley de Media y de Persia que no podía serabrogada? Este es el libro de Ester. Jerjes (o Asuero)promulgó un edicto en el sentido de que todos losjudíos debían ser muertos. Una vez que Amánengañó al rey Asuero para que promulgara taledicto, este no pudo ser abrogado. Cuando el reycambió de parecer, tuvo que hacer otra ley. Nopodía anular la primera, pero sí podía contrar-restarla; la nueva ley decía que los judíos podíandefenderse. Así, cuando el día de la ejecuciónllegó, a ellos se les dieron armas y se les dio laoportunidad de pelear contra sus enemigos. Ganaronporque eran el pueblo de Dios; pero tuvieron quepelear, porque el edicto en el sentido de que podíanser muertos no podía abrogarse. Cuando la ley deMedia y de Persia entraba en vigor, ¡ya no había

nada de qué hablar!Los oficiales que se mencionan en el versículo

7 deseaban que Darío firmara un edicto que nopodía ser abrogado. Deseaban que en el edicto seestipulara que en el espacio de treinta días nadiepodía acercarse a ningún dios en oración, nidemandar petición de ningún otro ser que no fuerael rey. Esto le pareció muy buena idea a Darío, asíque lo firmó. Naturalmente, era un gran estímulopara su ego.

NUESTRA VERDADERA FIDELIDAD SALEA RELUCIR EN UNA CRISIS

Una tercera verdad que se observa en esterelato es que para los justos, estar en contacto conDios es más importante que la vida misma. Danielse vio de cara a un edicto que declaraba ilegal elhecho de que él orara a su Dios. ¿Qué hizo Daniel?Siguió orando. Sus acciones nos recuerdan quenuestra verdadera fidelidad a Dios, puede no salira relucir, sino hasta que una crisis aflora. Podemosver nuestra verdadera lealtad cuando tenemos quedefender lo que creemos.

Daniel sabía que este edicto había sido firmado,pero cuando llegó el momento en que él debía orar,sencillamente oró. Entró en su casa (con las ventanasabiertas hacia Jerusalén) y se arrodillaba tres vecesal día, «y oraba y daba gracias delante de su Dios,como lo solía hacer antes» (vers.o 10). Ahora bien,usted y yo todavía habríamos orado a Dios tresveces al día, pero tal vez no hubiéramos dejadoabierta la ventana, pues no hubiéramos queridoque alguien nos viera. Habríamos pensado envarias razones para cerrar esa ventana. Habríamosapagado las luces y habríamos dicho nuestrasoraciones en cama. Daniel sabía acerca del edicto;sin embargo, él fue osado, y dejó su ventanacompletamente abierta; no iba a cambiar ningunode sus hábitos. Iba a adorar a su Dios, sin importarlelas consecuencias; así que oró como siempre lo hacía.

«Tres veces al día» es un número interesante.¿En qué parte del día supone usted que era cadauno de estos tiempos de oración? ¿En la mañana, almediodía y en la tarde? Recuerdo un cántico quedecía algo parecido: «Mañana, mediodía y tarde, aTi oraré».1 En Salmos 55.17 dice: «Tarde y mañanay a mediodía oraré […] y él oirá mi voz». Puede queasí haya sido para Daniel. Es importante que oremoscada vez que tengamos necesidad de hacerlo.Cuando tenemos momentos de crisis, es cuandoparece que más nos esforzamos por orar; pero

1 A. Cummings, “I Will Pray” («Oraré»), Songs of theChurch (Cánticos de la iglesia), comp. y ed. Alton H. Howard(West Monroe, La.: Howard Publishing Co., 1977).

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también es importante que tengamos horas regularesde oración. Debemos apartar esas horas especiales—tres veces al día, cada hora, o lo que sea quetengamos que hacer para orar a Dios. Me encantael ejemplo de Daniel. Estoy seguro de que éloraba en otras horas, cuando las necesidades sepresentaban; sin embargo había destinado horasespeciales para orar.

PODEMOS CONFIAR EN QUEDIOS NOS LIBRARÁ

Como vimos en el capítulo 3, un justo puedeconfiar en que Dios le librará en el momento de latribulación. La cuarta verdad que vemos en esteepisodio, es que Dios siempre protegerá a losque depositan su confianza en Él. Él protegiómilagrosamente a Daniel; este hecho ilustra quenos puede proteger providencialmente a nosotros.

Los conspiradores estaban ansiosos por poneral rey al tanto de que Daniel había quebrantado laley al hacer petición y súplica a Dios (vers.os 11–12).Note usted que estos hombres le recordaron al reyque la ley no podía ser abrogada. Escogieron consumo cuidado sus palabras, diciendo: «Daniel […]no te respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto queconfirmaste, sino que tres veces al día hace supetición» (vers.o 13). Al rey le pesó en gran manera;y resolvió buscar la manera de librar a Daniel. Elversículo 14 dice: «… y hasta la puesta del soltrabajó para librarle». Darío trató de encontrar un«portillo», una salida, pero no había ninguna. Laley de Media y de Persia no podía ser abrogada, nisiquiera por el rey.

«Pero aquellos hombres rodearon al rey y ledijeron: Sepas, oh rey, que es ley de Media y dePersia que ningún edicto u ordenanza que el reyconfirme puede ser abrogado» (vers.o 15). Leestaban recordando que estaba sujeto a esa ley.Darío estaba atrapado. Tenía que hacer lo quehabía estipulado. Por lo tanto, dio la orden deechar a Daniel al foso de los leones; sin embargo,dijo a este unas palabras tranquilizadoras: «El Diostuyo, a quien tú continuamente sirves, él te libre»(vers.o 16). Este versículo insinúa que el rey tenía lafe de que Daniel saldría ileso. No pretendía sabercómo, pero sí decía: «Tu Dios cuidará de ti» —o talvez estaba diciendo: «Que tu Dios cuide de ti». Lafrase original podría sencillamente traducirsede modo que diga: «Que el Dios, a quien túcontinuamente sirves, te libre».

El versículo 17 dice: «Y fue traída una piedra ypuesta sobre la puerta del foso, la cual selló el reycon su anillo…». En aquellos tiempos, cuando unapiedra así se ponía en su lugar, se ponía un sello de

cera sobre ella. Se chorreaba la cera derretida, ymientras esta se endurecía, el rey imprimía su sellosobre ella. Él era el único que podía usar estesímbolo, o llevar puesto el anillo del sello real. Siese sello se ponía sobre algo, entonces había dedejarse intacto. Nadie podía mover la piedra sinromper el sello y desafiar la orden del rey. Seríaobvio si alguien rompía el sello del rey, y si alguienera sorprendido en el acto de romperlo se vería enserios problemas. Por supuesto, nadie movió lapiedra de la entrada al foso de los leones.

«Luego el rey se fue a su palacio, y se acostóayuno; ni instrumentos de música fueron traídosdelante de él, y se le fue el sueño» (vers.o 18). Puedeque el rey haya pasado una noche peor que la deDaniel. No comió, no durmió, y no quiso que se letrajera su acostumbrado entretenimiento de cadanoche, pues estaba demasiado inquieto por Daniel.Pasó una muy mala noche. Mientras tanto, ¿quéestuvo haciendo Daniel? Una adición al libro deDaniel, en la Apócrifa, dice que mientras el reyDarío se preocupaba por Daniel, este estabacomiendo una deliciosa comida preparada por elprofeta Habacuc. No estoy seguro de que hayasido así, ¡pero de lo que sí estoy seguro es de quepor lo menos los leones no lo prepararon comocomida para ellos!

DIOS PUEDE DARSE A CONOCER PORMEDIO DE NOSOTROS

La quinta verdad que se ilustra aquí es que,como es característico de Dios, Él se da a conocerpor medio de los Suyos. Cuando los Suyos leobedecen, confían en Él, y se ponen en Sus manos,los incrédulos llegan a conocer a Dios a través deellos. Ellos ven la verdad de la existencia de Diosen Sus seguidores.

Como lo notará usted, el rey no se levantótarde aquel día. Estaba demasiado ansioso porcomprobar la situación de Daniel. Se levantó muyde mañana, lo más temprano que pudo, y fueapresuradamente al foso de los leones. Estandoallí, «llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo:Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, aquien tú continuamente sirves, ¿te ha podidolibrar de los leones?» (vers.o 20). ¿Esperaba oíralguna respuesta? ¿Estaba sencillamente teniendoesperanza contra esperanza, o realmente tenía fe?¡Ciertamente le alivió el oír una respuesta! Danieldijo: «Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió suángel, el cual cerró la boca de los leones, para queno me hiciesen daño, porque ante él fui halladoinocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hechonada malo» (vers.o 22). El versículo 23 nos dice que

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«fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión sehalló en él, porque había confiado en su Dios».

El rey después hizo que fueran echados en elfoso de los leones los acusadores de Daniel, juntocon los hijos y la mujer de cada uno. Esto es lo queal respecto dice el versículo 24: «… y aún no habíanllegado al fondo del foso, cuando los leones seapoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos».¡Qué gran final para este relato de fe! Danielsobrevivió toda la noche en el foso de los leones,pero no así sus enemigos, que ni siquiera llegaronal fondo al ser echados allí. Los leones atacaron alos enemigos de Daniel y a las familias enteras decada de uno de ellos.

«Entonces el rey Darío escribió a todos lospueblos, naciones y lenguas que habitan en toda latierra» (vers.o 25a). Ahora el rey promulgabaotro edicto. Esto fue lo que escribió: «Paz ossea multiplicada. De parte mía es puesta estaordenanza: Que en todo el dominio de mi reinotodos teman y tiemblen ante la presencia del Diosde Daniel…» (vers.os 25b–26). Los súbditos del reyeran politeístas (adoradores de muchos dioses).No les molestaba poner un dios más en su panteón.Jamás llegaron a ser verdaderos creyentes en elúnico Dios, pero sí añadieron a Este a su lista dedioses. El edicto del rey continuaba diciendo:

… él es el Dios viviente y permanece por todoslos siglos, y su reino no será jamás destruido, ysu dominio perdurará hasta el fin. Él salva ylibra, y hace señales y maravillas en el cielo y enla tierra; él ha librado a Daniel del poder de losleones (vers.os 26–27).

Esto es lo que, en otras palabras, el rey estaba diciendoa sus súbditos: «El dios de Daniel es un gran dios.Teman a este dios así como a todos los demás». Nocreo que se convirtiera de verdad. No obstante, resultaclaro que la admiración y el respeto que le merecía elverdadero Dios, eran mayores que antes.

CONCLUSIÓN¡Qué emocionante capítulo de las Sagradas

Escrituras es este! Hemos visto que los justos aveces no son agradables para ciertas personas, yllegan incluso a ser aborrecidos. Se nos ha enseñadoque es importante ser fieles, cual sea la situaciónque nos rodea. Hemos visto que Dios siempreprotege a los que depositan su confianza en Él, yque a menudo se da a conocer por medio de los quele obedecen y confían en Él.

El mundo en el cual vivimos no siempre esamable para con alguien que está tratando de viviruna vida justa. Puede que no tengamos que hacerfrente a un foso de leones; sin embargo, no hay

duda de que pasaremos momentos difíciles. Lasmejores personas que hay sobre la tierra, seránoprimidas por el mundo en algún momento. Jesúsdebió haber tenido el apoyo y el aliento de todas laspersonas que había sobre la faz de la tierra; sinembargo, fue crucificado nada menos que por lagente más religiosa de su tiempo.

Cuando sea usted perseguido por orar, recuerdea Daniel.

Neale Pryor

El foso de los leonesLa palabra aramea que se traduce por «foso» (gob)

está relacionada con el verbo hebreo gub, que significa:«cavar». Conlleva la idea de «pozo» o «cisterna»,dando a entender que este foso era subterráneo, talvez una caverna natural a la que se le había dadoforma de modo que sirviera de foso. Esta idea encajacon la indicación en el sentido de que Daniel fue«sacado» del foso, después de su noche de liberación,y con la idea de que los conspiradores, que másadelante fueron echados en él, fueron devoradoscuando «aún no habían llegado al fondo del foso».Resulta claro que tenía una abertura en la parte supe-rior, y es probable que también tenía otra que servíade entrada lateral, para ventilación y para meter losanimales y alimentarlos. El foso debe de haber sidobastante grande, con cabida para numerosos leones,y con espacio en el cual echar muchas personas, comoinsinúa el versículo 24. He aquí una descripción detales fosos:

…consisten en una gran caverna cuadrada queestá bajo tierra, caverna que tiene una pared deseparación en medio de ella, la cual está dotadade una puerta que el cuidador puede abrir ycerrar desde arriba. Los leones son atraídos auna de las cámaras con alimento que se echa enella, y luego, una vez cerrada la puerta, elcuidador puede entrar en el espacio vacantecon el fin de limpiarlo. La caverna está abiertapor la parte de arriba, su abertura está rodeadapor un muro de casi metro y medio de alto,contra el cual uno puede apoyarse para mirardentro del foso.2

La sola insinuación de ser echado en tal lugarlleno de hambrientos leones, haría estremecerse demiedo a cualquier persona.

Adaptado de A Commentary on Daniel(Comentario acerca de Daniel)

Leon Wood2 Ge. Host, citado en C. F. Keil y F. Delitzsch, Biblical

Commentary on the Old Testament (Comentario bíblico delAntiguo Testamento), vol. 9, Ezekiel, Daniel (Ezequiel, Daniel)(Grand Rapids, Mich.: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., s.f.), 216.

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Un sermón sobre 3.1–30:

FE DENTRO DEL HORNO

FE

BAJO

FUEG

O

INTRODUCCIÓNEl sufrimiento llega a la vida de toda persona.

El capítulo 3 aborda el problema del sufrimientoen el sentido de que presenta una hermosa maneracomo Dios y tres hombres piadosos respondierona él.

Nuestra fe en Dios nos ayuda en tiempos detribulación; a veces, no obstante, nuestra fe en Dioses la causa de un tiempo de tribulación. Cada vezque alguien del pueblo de Dios sufre por causa deSu nombre, Dios protegerá y bendecirá a esapersona de maneras que no somos capaces decomprender. Echemos una mirada al sufrimiento ala luz de los eventos de este capítulo.

DIOS ES SOBERANOLa primera verdad que debemos entender es

que Dios es soberano. Esta verdad es esencial parala verdadera religión. Dios ocupa el primer lugaren nuestras vidas, sin importar lo que el gobiernoo los inicuos hagan. Él es el único Dios verdadero.El adorar a cualquier otro dios equivale a adorarfalsamente. Observe usted cómo tres hebreostuvieron que hacer frente a esta verdad.

«El rey Nabucodonosor hizo una estatua deoro cuya altura era de sesenta codos, y su anchurade seis codos…» (vers.o 1). ¿Qué altura alcanzansesenta codos? ¿Sabe usted qué longitud tiene uncodo? Tiene 45 centímetros de largo. Un hombre detamaño medio puede tener esta medida desde elcodo hasta la punta de los dedos. El codo era unade las medidas estándar de Babilonia. La estatuade Nabucodonosor tenía sesenta codos de alto—un total de 27 metros. Tenía casi tres metros deancho. Era una estatua de oro bastante grande, laque el rey había puesto en la llanura de Babilonia.

«Y envió el rey Nabucodonosor a que sereuniesen…» (vers.o 2). Daniel a menudo incluyólistas, como esta, que incluye «magos, astrólogos,

encantadores y caldeos» en 2.2. He aquí otra lista,en la que menciona los que estaban reunidos:«… los sátrapas, los magistrados y capitanes,oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos losgobernadores de las provincias…» (vers.o 2). No lepuedo decir qué distinguía a cada uno de estosgobernantes de los demás; tal vez algún miembrodel poder judicial de Babilonia podía explicar ladiferencia. De todos modos, lo cierto es que estosdirigentes del pueblo estaban juntos. Habían sidollamados para «la dedicación de la estatua que elrey Nabucodonosor había levantado» (vers.o 2). Lalista se repite en el versículo 3. Estos hombres deautoridad estaban en pie delante de la estatua deNabucodonosor, y esperaban instrucciones.

«Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándasea vosotros, oh pueblos, naciones y lenguas, que aloír…» (vers.os 4–5). Ahora se nos da una largalista de instrumentos musicales. Es probable quetampoco pueda decirle acerca de estos. Tal vez unmúsico podría conocer algunos de ellos: bocina,flauta, tamboril, arpa, salterio, zampoña y todaclase de instrumentos (vers.o 5). Cada vez que elpueblo oyera que la banda empezaba a tocar, estoconstituía la señal para postrarse y adorar la imagende oro que el rey Nabucodonosor había levantado(vers.o 5). Este era el mandamiento, y la alternativadada al pueblo no era muy buena. Esto es lo quedice el versículo 6: «… y cualquiera que no sepostre y adore, inmediatamente será echado dentrode un horno de fuego ardiendo».

Ahora, puede que sea casualidad, pero en 2.49se menciona a Sadrac, Mesac y Abed-nego, como sise nos estuviera preparando para el capítulo 3.Este capítulo nos va a hablar acerca de los treshebreos que estuvieron dentro del horno de fuego.

A VECES ES NECESARIO EL SUFRIMIENTOCuando oyeron el sonido de todos los instru-

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mentos musicales, «de la bocina, de la flauta, deltamboril, del arpa del salterio, de la zampoña», yasí por el estilo, se postraron los pueblos de todaslas naciones y adoraron la estatua de oro queNabucodonosor había levantado (vers.o 7). Todosse postraron delante de la imagen de oro —esdecir, casi todos. En el versículo 8, dice quealgunos varones caldeos se acercaron al reypara contarle acerca de algunos de los judíos.Dijeron: «Tú, oh rey, has dado una ley que todohombre […] se postre y adore la estatua de oro; y elque no se postre y adore, sea echado dentrode un horno de fuego ardiendo» (vers.os 10–11).Después llegaron al meollo del asunto: «Hayunos varones judíos…» (vers.o 12). He aquí unabreve lista, y los judíos de esta lista se encontrabanen graves problemas. ¿Quiénes eran ellos? Elversículo los identifica como tres jóvenes varonesque habían sido «[puestos] sobre los negociosde la provincia de Babilonia: Sadrac, Mesac yAbed-nego».

Después, se hace la acusación: «estos varones,oh rey, no te han respetado; no adoran tus dioses,ni adoran la estatua de oro que has levantado»(vers.o 12). Todos habían adorado la estatua—excepto tres: Sadrac, Mesac y Abed-nego. ¿Se hapreguntado usted por qué Daniel no fue incluidoen esta lista? Debe de ser que no se encontraba allí.Más adelante se cuenta que Daniel oró a Dios apesar de un decreto real que lo prohibía, y comoresultado de esto fue echado dentro de un foso deleones; estoy seguro de que no hubiera titubeadopara mantenerse firme en su creencia en Dios enesta ocasión.

Cuando todos se postraron, tres jóvenes varonesse mantuvieron erguidos. Por supuesto, fuerondenunciados al rey, y este tendría que hablarlesacerca de esto.

Entonces Nabucodonosor dijo con ira y conenojo que trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron traídos estos varonesdelante del rey. Habló Nabucodonosor y lesdijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego,que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis laestatua de oro que he levantado? Ahora, pues,¿estáis dispuestos para que al oír el son de labocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, delsalterio, de la zampoña y de todo instrumentode música, os postréis y adoréis la estatua quehe hecho? Porque si no la adorareis, en la mismahora seréis echados en medio de un horno defuego ardiendo; ¿y qué dios será aquel que oslibre de mis manos? (vers.os 13–15).

El rey no entendía que tal Dios existía, pero estabaa punto de descubrirlo. Veremos esto antes de que

termine el capítulo.Sadrac, Mesac y Abed-nego le dijeron al rey

que no tenían que responderle en cuanto a esteasunto. Dijeron:

He aquí nuestro Dios a quien servimos puedelibrarnos del horno de fuego ardiendo; y de tumano, oh rey, nos librará. Y si no, sepas, oh rey,que no serviremos a tus dioses, ni tampocoadoraremos la estatua que has levantado (vers.os

17–18).

Me encanta la respuesta que los jóvenes varonesdieron a la amenaza del rey. La respuesta de elloses bastante impresionante. Además, es un buentema para un sermón: «Nuestro Dios puede». Esprobable que todo predicador tiene necesidad deun sermón sobre Daniel 3.17: «Nuestro Dios puedelibrarnos». Un versículo parecido describe al Señorcomo alguien que «es poderoso para hacer todaslas cosas mucho más abundantemente de lo quepedimos o entendemos, según el poder que actúaen nosotros» (Efesios 3.20). Existen otros pasajescomo estos, y ellos enseñan una importante lección.

Esto fue lo que en efecto dijeron los tres jóveneshebreos: «Nuestro Dios puede librarnos. Él puedehacerlo. Lo haga o no, no nos postraremos delantede la estatua». Tenían fe en que Dios podía librarlos,pero no se les había dicho que lo haría. Dios puedelibrarnos de nuestras aflicciones y de nuestrosproblemas —de todos ellos. A veces elige nohacerlo, pero podemos confiar en el poder de Dios.Estos tres jóvenes varones hebreos dijeron: «Élpuede. No hay duda acerca de su poder. Si nosucede, no será porque no pudo. Nuestro Diospuede librarnos». A veces cantamos sobre esto:«Nuestro Dios puede librarte».1

Sadrac, Mesac y Abed-nego pasaron a decirque ellos no sabían si Dios elegiría salvarlos estavez. De todos modos, esto fue lo que en efectodijeron: «Aun si no lo hiciera, no podemos servir avuestros dioses. Si es la voluntad de Dios quemuramos en su horno, entonces eso es lo queharemos. Él puede librarnos, pero si en Su sabiduríaelige no hacerlo, entonces nos conformaremos conlo que venga. No nos vamos a postrar delante de laestatua» (vea vers.o 18). Mientras estemos segurosde que Dios nos sacará de una situación grave, estano será una gran prueba de nuestra fe, ¿verdad queno? Estamos conscientes, sin embargo, de que aveces Dios tiene que decir «no», y de que no sabemos

1 Walter A. Ogden, “He Is Able to Deliver Thee”(«Nuestro Dios puede librarte»), Songs of the Church, comp.y ed. Alton H. Howard (West Monroe, La.: HowardPublishers, 1977).

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por qué lo dice. Jamás lo sabremos mientras nohayamos llegado al cielo, ¿verdad que no? Noobstante, necesitamos tener fe como estos jóveneshebreos.

LA LIBERACIÓN DIVINA ESIMPRESIONANTE SIEMPRE

La tercera verdad que deberíamos notar es quecuando Dios libera a Su pueblo, es impresionantepara cualquiera que lo contemple. Una de las másextraordinarias liberaciones se relata en estecapítulo.

Nabucodonosor estaba lleno de ira. Estabafurioso con Sadrac, Mesac y Abed-nego. Ordenóque el horno se calentara siete veces más de loacostumbrado (vers.o 19).

No sabemos en qué consistía este horno exacta-mente. La mayoría de las personas cree que se tratabade una especie de horno para elaborar ladrillos.Los materiales de construcción de Babilonia eranmayormente ladrillos. En un lugar como Babilonia,casi no había otro material que no fuera tierra.Prácticamente todas las estructuras de Babiloniaque se han excavado, fueron construidas conladrillos.

Estos obreros calentaron el horno siete vecesmás de lo acostumbrado. Elevaron la temperaturahasta donde llegaría —y más alto de lo que sedebía. A ciertos «valientes guerreros» se les mandóatar a Sadrac, Mesac y Abed-nego y echarlos dentrodel horno de fuego ardiente —con todo y mantos,calzas, turbantes y vestidos (vers.os 20–21). Puedeque se le haya olvidado a usted el breve dato que semenciona en el versículo 22: «Y como la orden delrey era apremiante, y lo habían calentado mucho,la llama del fuego mató a aquellos que habíanalzado a Sadrac, Mesac y Abed-nego». El fuegoestaba tan caliente que, cuando la puerta se abriópara que estos tres fueran echados dentro del horno,las llamas mataron a los soldados. «Y estos tresvarones, Sadrac, Mesac y Abed-nego, cayeronatados dentro del horno de fuego ardiendo» (vers.o

23).El horno debió de haber tenido alguna especie

de ventana o de puerta por la cual mirar —algunaclase de pequeña abertura. Nabucodonosor podíaasomarse y ver lo que estaba sucediendo en elfuego. Se nos dice lo que vio, en los versículos 24 y25:

Entonces el rey Nabucodonosor se espantó,y se levantó apresuradamente y dijo a los de suconsejo: ¿No echaron a tres varones atadosdentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Esverdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro

varones sueltos, que se pasean en medio delfuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto delcuarto es semejante a hijo de los dioses.

En vista de que en la KJV se lee: «semejante al Hijode Dios», hay quienes creen que el cuarto varónque se paseaba en medio del fuego era Cristo, elHijo de Dios. El hebreo no dice exactamente «elHijo de Dios». El artículo «el» no está allí, de modoque una traducción más fiel es «hijo de los dioses».El rey dijo después, en el versículo 28, que Dioshabía enviado a Su ángel para librar a Sus siervos.Tal vez este era alguna clase de mensajero, o talvez era Cristo. De todos modos, es un sucesointeresante. El rey estaba pensando: «Eché trespersonas en el horno, y hay cuatro allí adentroahora, y uno de ellos parece el hijo de Dios». Hayasido Cristo mismo o no, lo cierto es que obviamenteDios estaba con ellos. No los dejó solos. Aunqueestaban pasando por esta prueba, todavía tenían aDios con ellos.

Lo que leemos después es igualmente asom-broso:

Entonces Nabucodonosor se acercó a lapuerta del horno de fuego ardiendo, y dijo:Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del DiosAltísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesacy Abed-nego salieron de en medio del fuego. Yse juntaron los sátrapas, los gobernadores, loscapitanes y los consejeros del rey, para mirar aestos varones, cómo el fuego no había tenidopoder alguno sobre sus cuerpos, ni aun elcabello de sus cabezas se había quemado; susropas estaban intactas, y ni siquiera olor defuego tenían. Entonces Nabucodonosor dijo:Bendito sea el Dios de ellos, de Sadrac, Mesacy Abed-nego, que envió su ángel y libró a sussiervos que confiaron en él, y que no cumplieronel edicto del rey, y entregaron sus cuerposantes que servir y adorar a otro dios que suDios. Por lo tanto, decreto que todo pueblo,nación o lengua que dijere blasfemia contra elDios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, seadescuartizado, y su casa convertida en muladar;por cuanto no hay dios que pueda librar comoéste. Entonces el rey engrandeció a Sadrac,Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia(vers.os 26–30).

Es probable que el Nuevo Testamento hagareferencia a este relato en Hebreos 11.33–34, en lagran lista de héroes de la fe. El versículo 33 serefiere a algunos que «por fe […] taparon bocas deleones»; esto parece que se refiere a Daniel. Elversículo 34 menciona que «apagaron fuegosimpetuosos». No puedo imaginar a ningún otroejemplo veterotestamentario de fe que correspondamejor a esta descripción, que el ejemplo de Sadrac,Mesac y Abed-nego.

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LA FIDELIDAD LE DA ÁNIMO A OTROSLas lecciones que leemos en Daniel realmente

apuntan a una sola lección: «Manténgase firme enlo que cree, cual sea el costo que deba pagar». En elcapítulo primero, Daniel se mantuvo firme en loque creía. No comió de la comida del rey porque locontaminaría. No sabía lo que le iba a suceder, perorehusó hacer algo que creía que estaba malo. En elcapítulo 3, los jóvenes hebreos rehusaron postrarsedelante de la estatua y adorarla, aunque estosignificara que los echarían dentro del hornoardiendo. En el capítulo 6, Daniel oró pidiendo alSeñor, aun cuando había un edicto en contra deesto. Quienquiera que orara a alguien que no fuerael rey había de ser echado en el foso de los leones,pero Daniel oró de todos modos. Creo que estosrelatos se dan con el fin de darnos ánimo paramantenernos firmes en lo que creemos, cuales seanlas consecuencias. No creo que ninguno de nosotrossabe lo que haría si hiciéramos frente a realidadescomo esta. Yo podría ser el primero en perder lavalentía. Me gustaría creer que no seríamos tandébiles.

En el capítulo primero, fue solamente Danielquien rehusó comer las exquisiteces del rey. Sadrac,Mesac y Abed-nego no participaron en esta prueba.En ese tiempo, Daniel les pidió que oraran con él.Tal vez el ejemplo de Daniel les dio ánimo másadelante, cuando él no estuvo allí, para mantenersefirmes por sí solos y negarse a adorar la estatua deoro. Daniel dejó un ejemplo para que otros loimitaran.

Hace mucho tiempo, oí un relato de un taldoctor Jesse Fox. Este contó acerca de un tiempocuando asistía a la escuela en otro país. Ciertanoche, algunos de sus compañeros de clase de-cidieron romper las reglas e ir a emborracharse.Estaban sentados en un bar, y uno de ellos dijo:«Esto no está bien. Se nos ha enseñado que nohagamos esto, y no lo voy a hacer». Los demás seburlaron y lo insultaron, pero él de todos modos sefue. Caminó todo el trayecto hasta la escuela. Jessedijo que los otros dos muchachos, varios añosdespués, le confiaron el respeto que le tenían a suamigo que estuvo dispuesto a decir «no» cuandoellos no lo estuvieron. Ninguno de los dos sabíaque el otro había confesado algo así, pero los dos

contaron la misma historia. No sabemos quéimpresión causamos en otras personas cuandodecimos «no», y nos mantenemos firmes en lo quecreemos.

Esta es una de las mejores lecciones que losjóvenes pueden aprender. Uno sabe que no va a serpopular si, para mantenerse firme, tiene quellevarles la contraria a sus amigos. No obstante, síle sorprenderá la impresión que puede causar enotros. Puede que lo insulten y se burlen de uno enel momento, pero la gente respeta al que se mantienefirme en lo que cree que es correcto y tiene lavalentía en presencia de sus amigos para decirles:«No, no haré lo que no está bien». ¡Qué granlección para recordar!

CONCLUSIÓNHemos visto grandes verdades acerca del

sufrimiento que se suscita por ser fieles. Hemosvisto que Dios es soberano, que el sufrimiento esnecesario a veces para ser fieles, que cuando Dioslibera de tribulaciones siempre es impresionantecómo lo hace y que la fidelidad por lo generalinfluencia a otros.

El mundo en que vivimos está bajo el maligno,y entre el diablo y nosotros se suscitarán conflictoscon nuestra fe. Este capítulo nos recuerda que aveces Dios nos libra sacándonos del horno de fuego,y a veces nos libra dejándonos en él —pero no hayduda de que nos librará, si confiamos en Él.

Neale Pryor

Los «escritos»Las Escrituras Judías incluyen a Daniel en

una sección conocida como los «Escritos». Nose encuentra en la poesía, ni se le considerauno de los libros de los profetas. Los cuatrolibros de los profetas, según la Biblia Judía,son Isaías, Jeremías, Ezequiel y «el Libro delos Doce», que incluye a los doce ProfetasMenores. Daniel se ubica en una terceracategoría, entre Ester y Esdras. Los judíos noclasificaban a Daniel como un profeta ni comoun poeta, sino como un «hagiógrafo» —unautor de «escritos sagrados».

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Un sermón sobre 4.1-37:

UNA DURA LECCIÓN DE HUMILDAD

FE

BAJO

FUEG

O

INTRODUCCIÓNEste capítulo, que se sale de lo corriente,

enseña algunas lecciones acerca de la vida que sonesenciales para nosotros. El tema central delcapítulo 4 es el orgullo, pero hay otras leccionesimportantes que se desprenden de este tema.

La porción inicial se encuentra en la primerapersona: las palabras del mismo Nabucodonosor.El rey estaba haciendo una declaración «a todos lospueblos, naciones y lenguas que moran en toda latierra» (vers.o 1). Anunció que el propósito de sumensaje era «[declarar] las señales y milagros queel Dios Altísimo ha hecho [con él]» (vers.o 2).Después, comenzó a alabar a Dios, diciendo: «¡Cuángrandes son sus señales, y cuán potentes susmaravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señoríode generación en generación» (vers.o 3). Sonaseveraciones de peso, si se toma en cuenta queprovienen de un emperador pagano. El capítulo 4nos dice cómo llegó a tomar Nabucodonosor ladecisión de alabar a Dios.

El rey dio esta explicación:

Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en micasa, y floreciente en mi palacio. Vi un sueñoque me espantó, y tendido en cama, las imagina-ciones y visiones de mi cabeza me turbaron.Por esto mandé que vinieran delante de mí todoslos sabios de Babilonia, para que me mostrasenla interpretación del sueño (vers.os 4–6).

Hemos hecho notar que a Daniel le encantabadar listas. El versículo 7 contiene otra, que incluyemagos, astrólogos, caldeos y adivinos. El rey lesrelató un sueño, pero ninguno de la lista pudointerpretarlo (vers.o 6). Podemos adivinar quiéninterpretó el sueño al rey: Daniel. En el versículo 8,Nabucodonosor dijo: «… hasta que entró delantede mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como elnombre de mi dios». (Recuerde que en el capítulo1, a Daniel le habían cambiado el nombre por el de

Beltsasar.) El dios de Babilonia era Marduk, peroel otro nombre que se daba a este era «Bel».Me pregunto si este ídolo estaba relacionadocon Baal. De todos modos, Bel era el dios babilónico,de modo que el nombre babilónico de Daniel,«Beltsasar», le fue dado en honor de este dios. EnIsaías 46.1 se habla de Bel y de Nebo; estos eran losdioses de Babilonia que se llevaban por la ciudaddurante la procesión anual y la ceremonia derededicación.

¿Qué significa «Daniel»? Parece que nos gustamás este nombre. «Dani» significa «juez» o «mijuez», y «El» significa «Dios». El nombre «Daniel»significa, por lo tanto, «Dios es mi juez».

Finalmente, Daniel se presentó delante del rey,quien reconoció en él «el espíritu de los diosessantos» (vers.o 8). Nabucodonosor dijo cómo lerelató el sueño a Daniel:

Me parecía ver en medio de la tierra un árbol,cuya altura era grande. Crecía este árbol, y sehacía fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo, yse le alcanzaba a ver desde todos los confinesde la tierra. Su follaje era hermoso y su frutoabundante, y había en él alimento para todos.Debajo de él se ponían a la sombra las bestiasdel campo, y en sus ramas hacían morada lasaves del cielo, y se mantenía de él toda carne(vers.os 10–12).

El sueño del rey era acerca de un árbol gigantes-co, que tenía ramas y follaje. Los animales vivíanen él y alrededor de él. Le daba sombra a lasbestias, y las aves podían hacer su morada en susramas.

En este sueño, el rey vio a «un vigilante ysanto [que] descendía del cielo» (vers.o 13). No estáclaro en qué categoría se podría clasificar a este ser;lo que obviamente se desprende es que era unagente enviado por Dios, era una especie de ángel.Este vigilante angélico proclamó a gran voz unmensaje:

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Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadleel follaje, y dispersad su fruto; váyanse lasbestias que están debajo de él, y las aves de susramas. Mas la cepa de sus raíces dejaréis en latierra, con atadura de hierro y de bronce entrela hierba del campo; sea mojado con el rocío delcielo, y con las bestias sea su parte entre lahierba de la tierra. Su corazón de hombre seacambiado, y le sea dado corazón de bestia, ypasen sobre él siete tiempos (vers.os 14–16).

No estamos seguros de qué significa aquí laexpresión «siete tiempos». La mayoría de las per-sonas creen que este incidente duró siete años. Elsiete es un número perfecto, o completo, de laliteratura apocalíptica, género en el cual se clasificael libro de Daniel. Puede que este sea el númerocompleto, lo cual significa, entonces: «hasta que secumpla el tiempo». Habían de pasar siete tiempossobre el rey, al cumplir la sentencia que se describeen el sueño. Este fue el tiempo que se le asignó a él(y a otros) para que aprendiera una importantelección.

Esto fue lo que anunció la voz del sueño deNabucodonosor:

La sentencia es por decreto de los vigilantes, ypor dicho de los santos la resolución, para queconozcan los vivientes que el Altísimo gobiernael reino de los hombres, y que a quien él quierelo da, y constituye sobre él al más bajo de loshombres (vers.o 17).

El tema del capítulo 4 se encuentra en esteversículo: «… el Altísimo gobierna el reino de loshombres». La misma aseveración la encontramospor lo menos dos veces.

Nabucodonosor era el hombre más poderosoque había en toda la tierra. No había quien lepudiera hacer frente. No obstante, necesitaba darsecuenta de que había alguien más poderoso que él.Necesitaba recordar que, en última instancia, elAltísimo gobierna el reino de los hombres. Si Diosdesea destituir a alguien que ocupa un puesto deautoridad, no le toma mucho tiempo hacerlo. Todosestamos bajo Su dominio. «El Altísimo gobierna elreino de los hombres, y […] a quien él quiere lo da».Hay una aseveración parecida a esta en Romanos13.1b: «Porque no hay autoridad sino de parte deDios, y las que hay, por Dios han sido establecidas».Pablo les estaba diciendo a los cristianos que sesometieran a las autoridades, pues no hay poderesaparte de los que da Dios. Esto no significa queDios apruebe todo lo que los dirigentes delmundo hagan, pero Dios maneja los asuntos de loshombres. Es por medio de Su providencia y de Sudirección, que son constituidos los dirigentes del

mundo —y con la misma facilidad, pueden serquitados del poder, por Dios.

Era fácil que Nabucodonosor, como soberanoque era de todo el Imperio de Babilonia, se sintieraimportante. Su actitud era la de uno que decía:«Soy tan poderoso, que no hay quien me detenga»,pero el tema de este capítulo es que el Altísimo essoberano de todo el reino de los hombres y lo da aquien él quiere.

EL ORGULLO SIEMPRE ESTÁFUERA DE LUGAR

La primera lección que se ilustra aquí es que elorgullo siempre está fuera de lugar. El sueño deNabucodonosor era una reprensión para su orgullo.

Ninguno de los sabios del reino pudo explicarel significado del sueño, por lo tanto, el rey recurrióa Daniel para que le ayudara (vers.o 18). Una vezmás, Dios le dio a Daniel la capacidad parainterpretar el sueño del rey.

Curiosamente, pareciera como si en la últimaparte del sueño, Nabucodonosor estuviera diciendotoda la historia. No obstante, el rey habló en primerapersona solamente en esta sección. Después,comenzó a hablar Daniel, de modo que los eventosson relatados en la tercera persona. Más adelante,la narrativa vuelve a la primera persona.

El versículo 19 da a conocer la reacción per-sonal de Daniel al sueño. Cuando este oyó ladescripción del sueño, quedó atónito y se turbó;pero el rey le dijo que no se preocupara. La respuestade Daniel fue, en otras palabras: «¡Si tan solo elsueño se aplicara a tus enemigos, y no a ti!». En elsueño había una muy mala historia que contar.Recuerdo, cuando yo era niño, a una mujer queusaba las cartas para la adivinación. Ella realmentecreía en lo que las cartas le decían, y una vezcomentó: «A mis amigos íntimos no les adivino elfuturo; porque si les sale una carta mala, meperturbaría». Esta fue la clase de reacción que tuvoDaniel aquí. Esto fue lo que, en efecto, dijo:«Lamento mucho que tuve que oír esto, y máslamento que debo decirle lo que significa». Noobstante, dio la interpretación del sueño:

El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte,y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veíadesde todos los confines de la tierra, cuyo follajeera hermoso, y su fruto abundante, y en quehabía alimento para todos, debajo del cualmoraban las bestias del campo, y en cuyasramas anidaban las aves del cielo, tú mismoeres, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte,pues creció tu grandeza y ha llegado hasta elcielo, y tu dominio hasta los confines de latierra (vers.os 20–22).

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Daniel dijo que el árbol representaba al rey. Asícomo el árbol se extendió, su poder y autoridad sehabían extendido hasta los confines de la tierra. Elanuncio hecho por el «vigilante» y «santo», decíalo que iba a suceder al rey durante «siete tiempos».

Daniel afirmó: «Esta es la interpretación, ohrey, y la sentencia del Altísimo, que ha venidosobre mi señor el rey» (vers.o 24). Manifestóclaramente lo que estaba a punto de suceder. ¡Elrey había de ser echado de entre los hombres!Daniel resumió la sentencia del Señor para Nabu-codonosor:

Que te echarán de entre los hombres, y con lasbestias del campo será tu morada, y con hierbadel campo te apacentarán como a los bueyes, ycon el rocío del cielo serás bañado; y sietetiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcasque el Altísimo tiene dominio en el reino de loshombres, y que lo da a quien él quiere (vers.o

25).

Daniel le dijo incluso al rey cuánto tiempoduraría esto: «siete tiempos» pasarían sobre él.Después viene el tema del capítulo otra vez, porqueesta situación se prolongaría hasta que el reyreconociera que «el Altísimo tiene dominio en elreino de los hombres, y que lo da a quien él quiere».Este es el tema aquí en este relato, así como lo es enel capítulo 5. De hecho, esta es una de las leccionesmás importantes del libro.

El hecho de que quedara la cepa de las raícesdel árbol (vers.o 26) significaba que el cumpli-miento de este sueño era temporal. Nabucodonosorsería restablecido en el reino —después quehubiese aprendido su lección. Este era el propósitode lo que Dios estaba a punto de producir enNabucodonosor. Algo iba a ocurrir durante tal vezsiete años, para hacerlo caer en la cuenta de que elcielo gobierna.

Daniel hizo un último esfuerzo para hacerque Nabucodonosor se arrepintiera, y se volvieraal verdadero Dios (vers.o 27). Le sugirió queredimiera sus pecados con justicia, y que hicieramisericordia para con los oprimidos. Tenía laesperanza de que si el rey se arrepentía, Diosprolongaría su prosperidad. Era demasiado tarde,el cumplimiento del sueño debía producirse. Así,el versículo 28 dice: «Todo esto vino sobre el reyNabucodonosor».

LOS QUE SE ENALTECEN SERÁNHUMILLADOS

La segunda verdad que aprendemos es que losque se enaltecen serán humillados. Algunos loserán en esta vida, y el resto en la venidera. Vemos

cómo Dios humilló de un modo dramático a estegran rey, con el fin de enseñarle a ser humilde.

Doce meses después, el rey se paseaba sobre elterrado del palacio real de Babilonia (vers.o 29).Estaba reflexionando sobre sus propios logros, ydiciendo: «¡Vaya! ¡He edificado a la gran Babilonia!¡Cuánta gloria y majestad he logrado para mímismo!» (vea el vers.o 30). En otras palabras,Nabucodonosor estaba diciendo: «¡Yo lo hicetodo!». Este fue un grave error.

Note que esta parte del capítulo se encuentraen la tercera persona. Nabucodonosor no dijo:«Estaba yo paseando sobre el terrado…». El relatode los siete tiempos se cuenta en tercera persona.Esto se debe a que él no estuvo en condiciones,durante el tiempo de su trastorno mental, de hablarni de escribir acerca de lo que le estaba pasando.

Aún estaban estas jactanciosas palabras en laboca del rey, cuando vino una voz del cielo,diciendo:

A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino hasido quitado de ti; y de entre los hombres tearrojarán, y con las bestias del campo será tuhabitación, y como a los bueyes te apacentarán;y siete tiempos pasarán sobre ti… (vers.os 31–32).

Al final del versículo 32 se presenta nuevamente eltema. Se presenta en 4.17, 25 y 32. Dios estabaanunciando la lección que el rey tenía que aprender:«… el Altísimo tiene el dominio en el reino de loshombres, y lo da a quien él quiere». Esto es lo queDios le estaba diciendo a Nabucodonosor: «¡Noolvides quién te dio todo este poder!».

El versículo 33 dice: «En la misma hora secumplió la palabra sobre Nabucodonosor…». Estaincreíble profecía se cumplió, y fue echado deentre los hombres. Comenzó a comer hierba comolos bueyes, su pelo creció como plumas de águila,y sus uñas como las de las aves. ¿Puede ustedimaginarse esto?

Cuando yo era niño, me aterraban las películasde terror sobre los hombres lobo. No me asustabaningún otro monstruo ficticio, pero sí me espantabala idea de hombres que, al llegar la luna llena, seconvertían en criaturas semejantes a lobos. Eratraumatizante para un niño de ocho años estar allísentado y observar cómo crecía el pelo por todo elcuerpo de estas criaturas cuando se transformaban.He oído de ocasiones en que hombres que adolecende una enfermedad mental, adoptaron la aparienciade animales. Se supone que la «Licantropía» es unacondición que hace que un hombre llegue a sersemejante a un lobo, al exponerse a la luz de la

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luna. En mi opinión, Nabucodonosor llegó apadecer un completo trastorno mental, y el cambioocurrido en su mente afectó su apariencia.

Cuando Nabucodonosor perdió la cordura, yel poder, alguien tuvo que ocuparse de los asuntosdel trono. Tal vez los consejeros del rey manejaronestos asuntos hasta que él se recuperó. Algunoscomentarios afirman que en los antiguos analesque tenemos del reinado de Nabucodonosor, existeuna brecha de varios años. Hemos encontradoanales de antes y de después de ese tiempo, perono hay constancia histórica de ese período. Algunoseruditos creen que la brecha se debe a los eventosdescritos en la Biblia. Tal parece que el rey y sussabios no quisieron tomar nota de lo que sucedió aNabucodonosor. ¿Por qué habrían de quererlo?

DIOS ES MISERICORDIOSOUna tercera verdad que se manifiesta, es que

Dios es misericordioso. Él podía haber hechomorir al rey, pero eligió darle la oportunidad deaprender que Dios es supremo. Dios siempreactúa de conformidad con Su misericordia. Portodo el Antiguo y el Nuevo Testamento, se expresacontinuamente la misericordia de Dios.

Después de siete tiempos, a Nabucodonosor lefue devuelto el juicio. Esto fue lo que dio a conoceren su edicto: «… yo Nabucodonosor alcé mis ojosal cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije alAltísimo, y alabé y glorifiqué al que vive parasiempre…» (vers.o 34). Esta es la porción que vuelvea la primera persona: «… yo Nabucodonosor».

El edicto del rey incluyó estas palabras dealabanza:

[Su] dominio es sempiterno, y su reino portodas las edades. Todos los habitantes de latierra son considerados como nada; y él hacesegún su voluntad en el ejército del cielo, y enlos habitantes de la tierra, y no hay quiendetenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? (vers.os

34–35).

Pienso que a Nabucodonosor le impresionó el Diosde Israel varias veces, pero no creo que fueraalguna vez circuncidado para convertirse en judío.Nabucodonosor creía en muchos dioses, y reconocíaque el Dios de los judíos era un dios poderoso. Quesepamos, siguió siendo politeísta todo el tiempoque vivió; sin embargo, vimos más atrás en el libro

cómo le impresionó al rey que el Dios de Danielpudo revelar misterios.

Después de recobrar el juicio, Nabucodonosorfue reinstaurado en el poder. No obstante, habíancambiado dos cosas: 1) «mayor grandeza» le fueañadida, y 2) aprendió a alabar al Rey del cielo.Esto dijo en su edicto:

… Me fue devuelta […] la majestad de mi reino[…] y fui restablecido en mi reino, y mayorgrandeza me fue añadida. Ahora yoNabucodonosor alabo, engrandezco y glorificoal Rey del cielo, porque todas sus obras sonverdaderas, y sus caminos justos; y él puedehumillar a los que andan con soberbia (vers.os

36–37).

Este es el fin del relato del árbol cuya copa seextendió tan lejos, y en el cual todas las aveshicieron nidos, y bajo cuya sombra todos losanimales se refugiaron. Este árbol, por supuesto,representaba a Nabucodonosor. Fue cortado; perofue dejada la cepa de sus raíces, y la atadura dehierro y de bronce estuvo allí para demostrar queel árbol (el rey) no sería destruido por completo.Después de siete años, su vida anterior le fuerestablecida. Todo esto sucedió exactamente comose profetizó en su sueño.

CONCLUSIÓNOtra verdad implícita en todo esto es que Dios

está continuamente advirtiendo a la humanidad.Advirtió a Nabucodonosor, y por medio de estenos ha advertido a nosotros.

Nabucodonosor relató su propia historia en undiscurso a toda la nación. Dijo que había aprendidoa adorar a Dios. Su experiencia proporciona variaslecciones valiosas: Vemos que el orgullo siempreestá fuera de lugar, que el que se enaltece seráhumillado y que Dios es misericordioso. Diossiempre nos está advirtiendo que no olvidemosestas lecciones.

Uno de los más grandes impedimentos quepuede interferir con nuestra alabanza a Dioscomo deberíamos, es el orgullo. «Antes del que-brantamiento es la soberbia» (vea Proverbios16.18). Jesús dijo: «Porque el que se enaltece seráhumillado, y el que se humilla será enaltecido»(Mateo 23.12).

Neale Pryor

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Un sermón sobre 5.1-31:

PESADO Y HALLADO FALTO

FE

BAJO

FUEG

O

INTRODUCCIÓNEl capítulo 5 nos habla acerca de uno de los

grandes días de juicio que se recogen en el AntiguoTestamento. El Imperio Babilónico fue juzgadopor Dios y se le dio fin.

Son varias lecciones sobre el pecado y el juicio,las que nos proveen estos anales de retribucióndivina. Echemos una cuidadosa mirada al evento,y aprovechemos las valiosas lecciones que podemosaprender de él.

EL PECADO A MENUDO SEASEMEJA A UN BANQUETE

La primera verdad es el hecho de que elpecado a menudo se asemeja a un banquete. Yaalguien lo dijo: «Todas las manzanas del diablotienen gusanos». En otras palabras, el pecadopresenta un cuadro seductor y engañoso.

«El rey Belsasar hizo un gran banquete a mil desus príncipes» (vers.o 1a). ¿Cuál es la identidad deeste rey? El último rey de Babilonia fue Nabónido,pero el texto da la impresión de que cuandoBabilonia cayó, el rey era Belsasar.

Por mucho tiempo, no teníamos manera deresolver este problema —pero ahora sí latenemos. Este texto es un buen ejemplo de cómo laArqueología ha ayudado a resolver una dudabíblica. En tiempos recientes, los arqueólogos handescubierto, cerca de la Puerta Istar en Babilonia,dos tabletas de arcilla conocidas como la CrónicaBabilónica. Estas tabletas constituyen una crónicade los eventos del reino. Hay dos tabletas separadasque dicen la misma cosa: que Belsasar era el hijo deNabónido, y que servía como corregente con él.Nabónido se encontraba de viaje en Arabia —en unlugar cerca de Tema, en Arabia, según opinan loseruditos. Este viaje se dio en el tiempo cuando laciudad cayó. Él había dejado a su hijo Belsasar acargo del reino. ¡Es probable que Nabónido deseara

no haber hecho esto! A decir verdad, no hay dudade que Babilonia hubiera caído aun si el rey hubieraestado allí.

Nos enteramos por lo que dicen estas tabletas,que Belsasar era el heredero real al trono. Aunquese le refiere como el rey en el versículo 1, era másque todo como un «rey suplente», un corregentecon su padre en ese tiempo.

De hecho, encontramos un indicio de lo ante-rior en estos versículos, que tal vez usted no hayavisto antes. El rey hizo venir a sus sabios:magos, caldeos y adivinos. Belsasar prometió quecualquiera que pudiera interpretar la escritura,sería el tercer señor en el reino (vers.o 7). ¿Por quéno dijo «segundo señor»? Él mismo era el «númerodos» en autoridad, de modo que lo mejor quepodía ofrecer a cualquier otro era la posición«número tres» del reino. Si él hubiera sido elrey propiamente dicho, es probable que hubieraofrecido como galardón la segunda posición deautoridad en Babilonia, en lugar de decir «el tercerseñor en el reino».

Este rey suplente, por lo tanto, era Belsasar.(No lo confunda con Beltsasar, el nombre babilónicode Daniel.) Su idea de gobernar incluía un elaboradobanquete:

El rey Belsasar hizo un gran banquete a milde sus príncipes, y en presencia de los mil bebíavino. Belsasar, con el gusto del vino, mandóque trajesen los vasos de oro y de plata queNabucodonosor su padre había traído deltemplo de Jerusalén […] Entonces fuerontraídos los vasos de oro que habían traído deltemplo de la casa de Dios que estaba enJerusalén, y bebieron en ellos el rey y suspríncipes, sus mujeres y sus concubinas (vers.os

1–3).

¡Qué acto de profanación! Los vasos sagrados queellos estaban usando, habían sido tomados deltemplo. Era en Jerusalén donde debían estar, en el

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templo de Jehová, no en una reunión como esta. Elversículo 4 dice: «Bebieron vino, y alabaron a losdioses de oro y de plata, de bronce, de hierro, demadera y de piedra». Por supuesto que no era alverdadero Dios a quien estaban honrando, sino asus ídolos, los dioses de hierro, de madera y depiedra. En resumen, estaban teniendo una juerga yalabando a sus ídolos, y usando para ello los vasossagrados del templo de Jehová. No obstante, lafiesta estaba a punto de llegar a su fin.

«En aquella misma hora aparecieron los dedosde una mano de hombre, que escribía delante delcandelero sobre lo encalado de la pared del palacioreal…» (vers.o 5). El rey vio esta mano misteriosa.La observó mientras escribía sobre la pared:«MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN» (vers.o 25).Note la manera como en el versículo 6 se describela reacción del rey: «… se debilitaron sus lomos, ysus rodillas daban la una contra la otra». ¡Estabaaterrado! No tenía idea de lo que estabasucediendo. Sabía que este era un mensaje im-portante. Sin duda pensó que venía de parte deuno de los dioses, y sabía que había un problema.Lógicamente, deseaba saber qué problema era este.De repente, la diversión cesó.

«El rey gritó en alta voz que hiciesen venirmagos, caldeos y adivinos» (vers.o 7). Hemos vistoesta lista anteriormente. Belsasar les dijo a lossabios de Babilonia que cualquiera que leyera lainscripción y mostrara la interpretación a él, seríavestido de púrpura, y llevaría un collar de oro ensu cuello, y tendría autoridad como tercer señor enel reino (vers.o 7). Ahora ya sabemos por qué seríael tercer señor: porque Belsasar era el segundoseñor.

Se hizo venir a todos los sabios, pero ni siquierapudieron leer la inscripción; no fueron capaces deinterpretar el significado de este suceso al rey.Belsasar estaba alarmado en gran manera, y susnobles estaban desconcertados. Entonces entró lareina a la sala del banquete. Ella comenzó diciendo:«Rey, vive para siempre…» (vers.o 10). Esto era loque la gente le decía a sus reyes. (Vea 2.4; 3.9; 6.6,21.) Pero esta reina tenía algo que decir:

… no te turben tus pensamientos, ni palidezcatu rostro. En tu reino hay un hombre en el cualmora el espíritu de los dioses santos, y en losdías de tu padre se halló en él luz e inteligenciay sabiduría, como sabiduría de los dioses…(vers.os 10–11).

Hay quienes creen que esta reina pudo haber sidola reina madre, pero no se nos dice. Es muy prob-able que estén en lo correcto. Sus aseveraciones

indican que ella recordaba tiempos antiguos. Ycontinuó diciendo ella: «… el rey Nabucodonosortu padre, oh rey…» (vers.o 11). Belsasar no era elhijo de Nabucodonosor. De hecho, puede que nisiquiera haya estado emparentado con Nabucodo-nosor; pero en vista de que Belsasar era su sucesoral trono, se refería a Nabucodonosor como suantepasado. Así, no hay necesidad de tratar detrazar una línea de sangre desde Belsasar hastaNabucodonosor; sin embargo, hay personas que seocupan de esto.

La reina le dijo a Belsasar cómo su «padre»(añadiendo «tu padre el rey»; NASB) había con-stituido a Daniel jefe sobre todos los magos,astrólogos, caldeos y adivinos. Dijo que esto se dioporque «fue hallado en él mayor espíritu y cienciay entendimiento, para interpretar sueños ydescifrar enigmas y resolver dudas» (vers.o 12).Ella sugirió que se hiciera venir a Daniel parainterpretar este extraño evento. La reina fue degran ayuda. Esto es lo que estaba diciendo aBelsasar: «Daniel tiene la capacidad de hacer esto.Tu predecesor, Nabucodonosor, lo aprovechóbastante, y él todavía está disponible. Hazlo venir,y te dirá el significado de todo esto».

Es probable que Daniel fuera ya una personamayor. Fue llevado al cautiverio cuando eraadolescente, en el 606 a. C, de modo que nacióantes del 620. Esto quiere decir que tendría unoscatorce años de edad cuando fue transportado deJudá. Si nació en el 620 y esto ocurrió en el 539,tendría entonces ochenta y un años de edad—estaría muy avanzado en años. Se mantuvo en supuesto de palacio hasta en los días de Darío, y sieste era Darío el Grande, entonces debemos añadirotros diecisiete años a esa edad. Esto quiere decirque tendría noventa y ocho años de edad cuandofue echado al foso de los leones. Por esa fecha, esprobable que debido a su avanzada edad, los leonesno lo consideraran apto para el consumo de ellos.Lo anterior nos permite por lo menos echar unamirada a la vida de Daniel.

Retomemos los eventos del capítulo 5. La reinadijo: «Llámese, pues, ahora a Daniel». Cuando aBelsasar le presentaron a Daniel, el rey recibió unabreve lección de historia.

«Entonces Daniel fue traído delante del rey. Ydijo el rey a Daniel: … Yo he oído de ti que elespíritu de los dioses santos está en ti…» (vers.os

13–14). En la Biblia Amplificada se lee: «el espíritudel santo Dios». Daniel, por supuesto, tenía talespíritu dentro de él. La palabra correcta paraesto es Elohim. Esta palabra puede significar «elúnico dios verdadero», o puede ser un plural de

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majestad.1 También podría significar «los dioses».Es probable que este rey babilónico estaba pensandoen «los dioses». No estaba hablando desde el puntode vista de un discípulo del dios de Israel. En laKJV se lee: «el espíritu de los dioses».

El rey dijo a Daniel:

Yo he oído de ti que […] en ti se halló luz,entendimiento y mayor sabiduría. Y ahorafueron traídos delante de mí sabios y astrólogospara que leyesen esta escritura y me diesen suinterpretación; pero no han podido mostrarmela interpretación del asunto. Yo, pues, he oídode ti [por lo que la reina dice] que puedes darinterpretaciones y resolver dificultades. Siahora puedes leer esta escritura y darme suinterpretación, serás vestido de púrpura, y uncollar de oro llevarás en tu cuello, y serás eltercer señor en el reino (vers.os 14–16).

El púrpura es el color real, y el oro, por supuesto,era un valioso material. Estos presentes eranidóneos para alguien que había de ser el gobernantenúmero tres del imperio.

DEBERÍAMOS APRENDER DE LOSERRORES DE LOS DEMÁS

La segunda lección que nos llama vívida-mente la atención, es que nuestro Dios esperaque aprendamos de los errores de los demás.Belsasar había sido bendecido con la oportunidadde aprender de la experiencia de siete años dedemencia de Nabucodonosor, pero no aprendiónada de ello.

Daniel declinó el ofrecimiento de presentesque le hizo el rey, diciendo: «Tus dones sean parati, y da tus recompensas a otros. Leeré la escrituraal rey, y le daré la interpretación» (vers.o 17). Estofue lo que, en efecto, dijo Daniel: «No estoyinteresado en tus presentes, ni en tus riquezas, nien tu posición». «A pesar de esto», prosiguió, «sideseas conocer qué significa todo esto, te puedoexplicar lo que dice, y esto es lo que haré». Aquí esdonde da inicio el repaso de historia. Daniel sabíaque este repaso incluía una lección que Belsasarnecesitaba aprender.

Daniel se refirió a Nabucodonosor, hablandodel gran poder de este, y señalando que era «elAltísimo Dios», quien se lo había dado (vers.o 18).Contó la dramática historia de la humillanteexperiencia que sufrió el gran rey:

Y por la grandeza que le dio, todos los pueblos,naciones y lenguas temblaban y temían delante

de él. A quien quería mataba, y a quien queríadaba vida; engrandecía a quien quería, y aquien quería humillaba. Mas cuando su corazónse ensoberbeció, y su espíritu se endureció ensu orgullo, fue depuesto del trono de su reino,y despojado de su gloria. Y fue echado de entrelos hijos de los hombres, y su mente se hizosemejante a la de las bestias, y con los asnosmonteses fue su morada. Hierba le hicieroncomer como a buey, y su cuerpo fue mojadocon el rocío del cielo, hasta que reconoció queel Altísimo Dios tiene dominio sobre el reinode los hombres, y que pone sobre él al que leplace (vers.os 19–21).

Ya hemos oído esta última parte anteriormente:«… el Altísimo Dios tiene dominio sobre el reinode los hombres, y […] pone sobre él al que leplace». Esta es la idea que se repite a menudo en elcapítulo. Daniel estaba tratando de decirle aBelsasar que él necesitaba aprender la mismalección que Nabucodonosor había aprendido: queDios es quien siempre tiene el mando.

Daniel siguió dando la lección:

Y tú, su hijo Belsasar [el sucesor del rey], no hashumillado tu corazón, sabiendo todo esto;sino que contra el Señor del cielo te hasensoberbecido, e hiciste traer delante de ti losvasos de su casa, y tú y tus grandes, tus mujeresy tus concubinas, bebisteis vino en ellos; ademásde esto, diste alabanza a dioses de plata y oro,de bronce, de hierro, de madera y de piedra,que ni ven, ni oyen, ni saben; y al Dios en cuyamano está tu vida, y cuyos son todos tuscaminos, nunca honraste (vers.os 22–23).

Daniel estaba haciendo una aseveración depeso. En la mano de Dios está nuestro aliento devida —incluso el aliento del rey. Todos nuestroscaminos están en Su mano; por Su voluntad,podemos desaparecer. Esto debería ayudarnosa mantenernos humildes y a entender cuántodependemos del Todopoderoso Dios. Ciertamente,Belsasar no había reconocido a Dios, en cuya manoestaba su aliento de vida. Por el contrario, él estabaen medio de una pecaminosa celebración, dandohonra a falsos dioses, y estaba incluso profanandoobjetos sagrados del templo de Dios en estosfestejos.

DIOS JUZGA EL PECADO DEMODO QUE TODOS VEAN

La tercera verdad que vemos aquí es que Diosjuzga el pecado. Dios ha hablado de modo quetodos puedan ver cómo Él censura el pecado. Juzgóel pecado de Belsasar y de Babilonia de una manerapública, y además puso ese juicio en las Escrituras,de modo que todo el mundo pueda verlo.

1 Vea la explicación sobre el «plural de majestad» en elpie de página 1 de la lección <<Un reino eterno>>.

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Esto es lo que el texto dice: «Entonces de supresencia fue enviada la mano que trazó estaescritura. Y la escritura que trazó es: MENE,MENE, TEKEL, UPARSIN» (vers.os 24–25). ¿Quésignifica esto? Eso era lo que Belsasar deseabasaber. Una traducción literal podría ser: «números,números, pesos y división». «MENE» es parecidaen significado a la palabra «número». «TEKEL»significa «peso»; «UPARSIN», una forma de lapalabra «PERES» (vers.o 28), significa «dividir».Los eruditos están bastante seguros de estossignificados.

Hay quienes opinan que este mensaje teníasignificado monetario. Por ejemplo, «MENE»podría ser una mina, que equivale a cinco siclos,2

posiblemente cincuenta siclos de oro o de plata.Podríamos imaginarnos veinte onzas de plata o deoro, pues un siclo equivale a cuatro décimas de unaonza. Al multiplicar cuatro décimas de una onzapor cincuenta, se obtienen cerca de veinte onzas deplata o de oro —en otras palabras, una grancantidad.

«TEKEL» es un siclo; podemos ver ciertasimilitud entre las palabras «TEKEL» y «siclo»;estas palabras están relacionadas. ¿Qué significa«UPARSIN»? La «U» significa «y», y «PARSIN»proviene de una palabra que significa «dividir».Hay quienes interpretan esto como medio siclo, unsiclo que ha sido dividido. Esa pequeña monedapesa cerca de dos décimas de una onza; que no esgran cosa.

El mensaje dice en su totalidad: «Cincuentasiclos, cincuenta siclos, un siclo y medio» —que escomo decir «cuarto de dólar, cuarto de dólar, diezcentavos y cinco centavos». Si lo anterior es correcto,entonces el mensaje sobre la pared se refería a 101siclos y medio. Literalmente, las palabras podríanreferirse a una cantidad de dinero, pero el mensajeno tenía que ver con dinero. Podemos aceptar elsignificado literal como cantidades de dinero ocomo «números, números, pesos y división». Deuno u otro modo, el mensaje era misterioso, peroDaniel proporcionó la interpretación.

En el versículo 26 se recoge lo que dijo Daniel:«Esta es la interpretación del asunto: MENE:Contó Dios tu reino, y le ha puesto fin». «MENE»es la palabra que significa «números». Al usarsedos veces, diciendo: «Números, números», se leañadía énfasis. Hay personas que todavía usan

hoy día la expresión: «Tus días están contados».Daniel estaba expresando exactamente esa idea:«Dios ha contado tus días». «TEKEL» era la parteque significaba «pesado»: «Pesado has sido enbalanza, y fuiste hallado falto» (vers.o 27). Lamayoría de nosotros sabe qué es una balanza: unaparato con platos o tazas pequeñas que cuelgande cadenas conectadas a un mecanismo que oscilade un lado a otro. Para pesar algo, uno pone unpeso estándar en un plato, luego llena el plato dellado opuesto hasta que los dos platos se nivelencon exactitud. Este tipo de balanza todavía se usaen muchos lugares, especialmente en laboratoriosde ciencia.

Permítame contarle una interesante ilustraciónde lo anterior. En la literatura egipcia, en los tiemposde las pirámides, se escribió un libro llamado elPapyrus Ani. Era el «el Libro de los muertos». Estelibro contenía cuadros y escritos en antiguosjeroglíficos egipcios, que representan el juicio. Laescena de juicio presentaba esta clase de báscula ode balanza. A un lado de la balanza estaba unapluma que representaba la verdad. En el otro ladoestaba el corazón de un hombre. Si el corazón delhombre se equilibraba con la verdad, entonces se leconcedía la vida eterna.

Por otro lado, si su corazón no era apto —si erapesado en la balanza y era hallado falto— habíaentonces una especie de monstruo esperándolo. Elmonstruo del cuadro parecía un híbrido —tal vezuna mezcla de las características de un hipopótamocon las de un cocodrilo. Según esta creenciatradicional, los dioses le darían de comer a estacriatura el corazón de tal hombre, de modo quejamás podría tener la vida eterna.

La anterior es una interesante representaciónde lo que significa ser pesado en balanza. A unolo pondría nervioso, ¿verdad que sí? Este eraun concepto muy conocido. Es probable quelos eventos de Daniel ocurrieran dos mil o milquinientos años después del Papyrus Ani. Elconcepto de ser pesado en balanza constituye unbuen sermón hoy día: No nos gustaría «ser pesadosen balanza, y ser hallados faltos».

«PERES» significa «dividir». En el versículo 28leemos: «Tu reino ha sido dividido, y dado a losmedos y a los persas» (NASB).

Si alguien me dijera todo lo anterior, no meentusiasmaría mucho el galardonarlo. ¿Le entusias-maría a usted? Sin embargo, Belsasar dio lasinstrucciones y Daniel fue vestido de púrpura. Elrey hizo que se pusiera un collar de oro en el cuellode Daniel, y proclamó que este tenía autoridadcomo el tercer señor del reino (vers.o 29). Hemos

2 Los pies de página de la NIV incluyen la siguienteinformación: «Mene puede significar numerado o mina (unaunidad monetaria). Tekel puede significar pesado o siclo.Peres (el singular de Uparsin) puede significar dividido oPersia o media mina o medio siclo».

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visto que el púrpura era el color real y que losanteriores presentes habrían sido extremadamentecaros. Por supuesto, el haber sido hecho señorsobre este reino no constituía un gran honor. Laautoridad dada a Daniel por Belsasar no durómucho, ¿verdad que no?

LA PALABRA DE DIOS SE CUMPLELa quinta lección que vemos en este capítulo es

que la Palabra de Dios se cumple. La profecía queDaniel declaró por su interpretación de la escrituraen la pared se cumplió esa misma noche.

Esto es lo que leemos en los versículos 30 y 31:«La misma noche fue muerto Belsasar rey de loscaldeos. Y Darío de Media tomó el reino, siendo desesenta y dos años». Este episodio es la brevehistoria de la caída de Babilonia. Conocemos lafecha exacta de esta caída: el 539 a. C. Esta fecha esuna fecha clave en la historia: el fin de la erababilónica, y la llegada del tiempo de los persas.

A los persas se les menciona aquí con los medos:«los medos y […] los persas». Media era un pequeñopaís de la región donde hoy día se encuentra Irán.Persia se encontraba en la parte sur de Irán, yMedia estaba justo al norte de ella. El Darío quetomó la ciudad era un medo. En Daniel 5.30–31dice: «La misma noche fue muerto Belsasar […] YDarío de Media tomó el reino…». Una vez hice unainvestigación sobre Darío de Media, y la únicaconclusión a la cual llegué es que nadie sabe quiénera él. Pueda que algún día lo sepamos. La serie delTyndale Commentary dice que Darío de Media erael mismo Ciro, y que «Darío» era el nombre de sutrono; pero no sé de indicio alguno en el sentido de

que ocupara un trono llamado Darío.3

CONCLUSIÓN¡Cuánto debería conmovernos el juicio que,

según vimos, ejecutó Dios! Así es, a veces el pecadose asemeja a un banquete, pero es solamente unaapariencia engañosa. Dios juzga el pecado. Él hahecho un claro anuncio de que este es su proceder,y lo ha hecho no solo en este capítulo, sino tambiénen muchos otros pasajes de la Biblia. Dios esperaque aprendamos de los errores de Belsasar, y quevivamos responsablemente delante de Él, delmismo modo que esperaba que Belsasar aprendierade los errores del rey anterior, Nabucodonosor.Dios ha dejado claros ejemplos en las Escrituras decómo juzgará el pecado. Los anales históricos dantestimonio de que la Palabra de Dios se cumplió deinmediato.

Este capítulo nos recuerda, por supuesto, deljuicio final que llegará a todo el mundo cuandoacabe el tiempo. Pablo dijo: «Porque es necesarioque todos nosotros comparezcamos ante el tribu-nal de Cristo» (2a Corintios 5.10). Todos estaránpresentes; ni siquiera habrá uno que llegue tarde.

Ojalá que este capítulo nos motive a todos aapartarnos de todo pecado que pueda haber ennuestras vidas. Dediquemos nuestro corazón ahacer la voluntad de Dios por el resto del tiempoque vivamos sobre esta tierra.

Neale Pryor

3 Joyce G. Baldwin, Daniel: An Introduction andCommentary (Daniel: Introducción y comentario), TyndaleOld Testament Commentaries, gen. ed. D. J. Wiseman(Downers Grove, Ill.: Inter-Varsity Press, 1978), 23–28.

La literatura apocalípticaLos primeros seis capítulos del Libro de Daniel son relatos corrientes de género narrativo, acerca

de Daniel y sus amigos, y que abarcan un tiempo cuando la fe de ellos fue probada en una nueva tierraque los acogió durante el cautiverio en Babilonia. No obstante, gran parte del libro está escrito engénero apocalíptico. La palabra «apocalipsis» significa «revelación» o «develación». («Apo» significa«de», y «Kalupto» significa «velo».) Tales escritos por lo general usan símbolos e imágenes enigmáticospara representar grandes potencias y eventos de la historia. Fueron escritos en tiempos de aflicción:El libro de Apocalipsis, por ejemplo, fue escrito durante una gran persecución que sufrieron loscristianos; Daniel fue escrito durante un tiempo de exilio que sufrieron los judíos. Si bien los detallesde esta clase de escritos pueden ser causa de confusión, el mensaje en general es un mensaje deesperanza para el pueblo de Dios.

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EL ESTABLECIMIENTO DEL REINO ETERNO —

«Edificaré mi iglesia»

[Jesús] preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo delHombre? […] Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo revelócarne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro,y sobre esta roca edificaré mi iglesia… (Mateo 16.13–19).

Cuando enseñaba yo una clase de Reseña delNuevo Testamento en la Harding University,llegamos a 1era Corintios, cuando estábamos cercade la mitad del semestre. Ya había hecho yo unabreve introducción del libro, y estábamos prepa-rados para analizar los pasajes clave, las ideasprincipales y la organización del libro, con el fin deque los estudiantes pudieran tener un entendimientobastante detallado de su contenido. Ese día enparticular, estábamos considerando las enseñanzasde los capítulos 1 al 3, donde Pablo reprende a loscorintios por su división.

Empezamos por notar que la familia de Cloé,había informado a Pablo de que en la iglesia deCorinto había divisiones (1era Corintios 1.11).Algunos estaban diciendo: «Yo soy de Pablo»; otros:«y yo de Apolos»; y aún otros: «y yo de Cefas»(vers.o 12). La situación era trágica, y Pablo instó aque se abandonara de inmediato toda división. Lesdijo: «Os ruego, pues, hermanos, por el nombre denuestro Señor Jesucristo, que habléis todos unamisma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones,sino que estéis perfectamente unidos en unamisma mente y en un mismo parecer» (vers.o 10).Tres versículos más adelante, Pablo fue aún másdirecto. Les preguntó: «¿Acaso está dividido Cristo?¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteisbautizados en el nombre de Pablo?» (vers.o 13).

Al seguir este estudio, observamos la declara-ción de Pablo en el sentido de que seguir a loshombres equivale a seguir la sabiduría humana, yno la sabiduría de Dios (vea 1era Corintios 1.18–31).En el capítulo 2 vimos que la revelación dada a loscorintios fue dada por el Espíritu Santo por mediode Pablo. A estos cristianos se les dijo que secomprometieran con el mensaje divino, no con losmensajeros. En el capítulo 3 Pablo dijo que son los

niños en Cristo los que siguen a las personalidadeshumanas y la sabiduría humana, mientras que loscristianos maduros siguen solamente a Dios.Leemos la evaluación que le merecen a Pablo losdiferentes maestros y predicadores: «¿Qué, pues,es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio delos cuales habéis creído; y eso según lo que a cadauno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó;pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así ni el queplanta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da elcrecimiento» (vers.os 5–7).

Cuando terminaba la clase, reflexionamos sobrela terminante sentencia de Pablo en el sentido deque si alguno destruyere la iglesia de Dios, él serádestruido por el Señor (1era Corintios 3.17). Notéque la clase estaba más atenta de lo normal.Esperaba que los comentarios hubieran respondidoalgunas de las preguntas de ellos acerca de ladivisión religiosa.

Cuando el timbre sonó y los estudiantes sedispersaron para ir a su siguiente clase, una jovense quedó para hacer una pregunta. Era obvio que lehabían afectado profundamente los versículos quehabíamos estudiado. Con labios temblorosos, medijo: «Hermano Cloer, he asistido a los cultos todala vida, pero estos versículos que analizamos hoyme han dejado confundida. Al escuchar sus comen-tarios, y al leer con cuidado los versículos, me dicuenta de que ¡yo no sé qué es la iglesia! ¿Podríausted responderme una sencilla pregunta? ¿Quées la iglesia?». Traté de responder la pregunta tanrápida y tan claramente como pude. Parecióentender lo que dije, y salió. Más adelante en elsemestre, traté de sacar a colación esta idea tan amenudo como fue posible, con el fin de ayudarlesa ella y a los demás a entender qué es la iglesia. Novolví a oír preguntas de ella, por lo tanto, di por

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sentado que su pregunta fue respondida.Esta joven había permitido que una idea

incorrecta de la iglesia fuera impresa en su mentepor el mundo religioso dividido que le rodeaba. Elmundo le había dicho que la iglesia era un conglo-merado de diferentes grupos denominacionales.No obstante, cuando leemos 1era Corintios 1—3 ydescubrimos que Pablo dijo que el cuerpo de Cristono ha de estar dividido, ella vio una definición dela iglesia que era completamente diferente de laque le había impuesto el mundo religioso. Las dosdefiniciones —la del mundo y la de las Escrituras—eran incompatibles. Ella sabía muy bien que nopodía creer en ambas, sabía que debía desecharo desestimar una de ellas. Creo que aceptó ladefinición bíblica y desechó la del mundo.

Tal vez no haya otra verdad que se enseñe tanclaramente en el Nuevo Testamento como la verdadacerca de la iglesia que Cristo edificó. Sin embargo,tampoco hay otra verdad que haya sido objeto detanta complicación, difamación y falsificación porparte del mundo religioso. Debemos volver a lasEscrituras para tener una idea verdadera de laiglesia.

No es mucho lo que tenemos que avanzar en lalectura del Nuevo Testamento para encontrarnoscon la más clara de las enseñanzas acerca de laiglesia. Uno de los grandes pasajes acerca de laiglesia de Cristo se encuentra en Mateo 16.13–19.De particular interés para nosotros es la afirmaciónque hace Jesús en el versículo 18, donde dice:«Edificaré mi iglesia». He aquí tres palabras (soncuatro en el original griego) que aclaran qué es laiglesia.

Planteemos a este pasaje la pregunta: «¿Cuál esla verdad acerca de la iglesia?». Después, con unamente que se deja enseñar y que es receptiva anteel Señor Jesucristo, permitamos que Él respondanuestra pregunta.

Esta declaración presenta varias característicasde la iglesia del Señor. Cuando estas característicasse reúnen en un conjunto, podemos ver el cuadrocompleto que Jesús quiso que viéramos, de laiglesia.

QUIÉN LA EDIFICALa primera de las cuatro palabras lleva implícita

la persona que la edifica. Jesús dijo: «edificaré»,confirmando que la iglesia fue idea y plan Suyos.La iglesia de la cual habla el Nuevo Testamento nofue concebida por el hombre mortal, sino por Jesúsmismo.

En vista de que Jesús vino a hacer la voluntaddel Padre, podemos decir que la iglesia era y es el

propósito eterno de Dios. Antes que fuesen puestoslos cimientos de la tierra, la iglesia fue concebidacomo la intención eterna de Dios (Efesios 3.9–11).La iglesia no fue una casualidad; es el propósitomismo que el Padre tenía en mente cuando envió aSu Hijo al mundo.

J. I. Packer acertó al decir que si uno puedesuperar los obstáculos mentales que le impidenreconocer que Jesús es Dios venido en la carne, notendrá problema alguno para creer las demásverdades del cristianismo neotestamentario. Estofue lo que escribió:

La realmente asombrosa […] afirmación esque Jesús de Nazaret fue Dios hecho hombre —que la segunda persona de la Deidad llegó a ser«el segundo hombre» (1era Corintios 15.47)—[…] y que asumió la condición humana sinperder Deidad, de modo que Jesús de Nazaretfue tan verdadera y tan plenamente divino,como lo fue humano. Si uno puede creer estaparte del cristianismo, no tendrá dificultadalguna para creer el resto. «Aquel Verbo fuehecho carne» (Juan 1.14); Dios se hizo hombre,el Hijo divino llegó a ser un judío; el Todo-poderoso apareció sobre la Tierra como unniño indefenso, incapaz de hacer otra cosa másque estar acostado, mirar fijamente, retorcersey hacer ruidos, un niño con necesidad de que sele alimentara y se le cambiaran los pañales, yde que se le enseñara a hablar como a cualquierotro niño. No hubo ilusión ni engaño en esto; laniñez del Hijo de Dios fue una realidad. Entremás piensa uno en ello, más asombroso es. Nohay nada en la ficción tan fantástico como estaverdad de la encarnación. Es por creer mal, opor lo menos por creer de forma inapropiada,en la encarnación, que por lo general aflorandificultades en los demás aspectos del relatodel evangelio. Una vez que la encarnación sepercibe como una realidad, las demás dificul-tades se disipan.1

Está en lo correcto, ¿verdad que sí? Si creemosen el testimonio de la Palabra de Dios, en el sentidode que la segunda persona de la Deidad vino a latierra para redimirnos, entonces no tendremosdificultad alguna para creer cualquier otra doctrinadel Nuevo Testamento —incluyendo el nacimientovirginal, los milagros, la resurrección y la ascensión.La deidad de Cristo es la gran verdad subyacente.

Jesucristo, el Hijo de Dios, la segunda personade la Deidad, dijo: «Edificaré mi iglesia» —y másvale que le creamos. La iglesia de la cual estabahablando no era asunto menor, ni secundario; eraSu plan, y el plan de la Deidad.

11 J. I. Packer, Knowing God (Conocer a Dios) (DownersGrove, Ill.: InterVarsity Press, 1973), 46.

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El que edificó la iglesia habla directamentesobre la importancia de ella. Cuando reconocemosque Jesús, el santo Hijo de Dios, en efecto, dijo:«Seré Yo mismo quien edificará la iglesia», estodebería responder de una vez por todas la preguntasobre el valor de ella en nuestra mente. ¿A quién sele ocurriría debatirlo?

CÓMO LA EDIFICÓLa palabra «edificaré» sugiere la ejecución o el

cumplimiento del plan de Cristo. En cuanto a lacreación de la iglesia, dos verdades deben hacersenotar. Primero, la edificación había de llevarse acabo en un tiempo futuro para la ocasión en quefueron dichas las palabras. Jesús estaba al final desu ministerio terrenal, pero Él dijo que prontoedificaría la iglesia.

En segundo lugar, Jesús mismo estaría llevandoa cabo la edificación. La iglesia no solamente fueplan divino, sino que también fue ejecución divina.Jesús no solamente fue el autor de la iglesia; Él y elEspíritu Santo formaron el equipo divino que lahizo existir.

¿Cómo creó Jesús la iglesia? En los evangelios,los autores inspirados dieron a entender cómorealizó Jesús este proceso de edificación:

1) Lo realizó por medio de su ministerio terrenal.Al estudiar el ministerio terrenal de Jesús, notamosque algo quedó faltando; algo todavía estaba porvenir. Jesús estaba continuamente anunciando lallegada del reino. (Vea, por ejemplo, Marcos 9.1).En el relato de lo sucedido el día de Pentecostés, enHechos 2, vemos lo que había sido el enfoque delministerio de Jesús. En Sus prédicas y en Suenseñanza, Él estuvo poniendo el cimiento para lavenida de la iglesia.

2) Lo realizó por medio de Su muerte y de Suresurrección. El Nuevo Testamento deja bien sentadoque Jesús murió para nuestra redención (Efesios1.7). La última voluntad de Jesús fue ratificada porSu sangre, y confirmada por Su resurrección. Porlo tanto, en el momento que uno obedece alevangelio y es lavado por la sangre de Jesús, llegaa ser la iglesia. En consecuencia, Pablo pudo decirque Cristo compró la iglesia con Su sangre, entre-gándose a sí mismo por ella (Hechos 20.28; Efesios5.25).

3) Lo realizó por medio de enviar al Espíritu Santo.El evangelio —que incluye las buenas nuevas de lamuerte y la resurrección de Jesús— no podíapredicarse fielmente a menos que se contara con laguía del Espíritu Santo. Por lo tanto, enviar alEspíritu Santo sobre los apóstoles fue una partesignificativa del comienzo de la era cristiana.

Hechos 2, el capítulo central de la Biblia, relata elmomento en que descendió el Espíritu Santo sobrelos apóstoles el día de Pentecostés. Con la guía delEspíritu Santo, los siervos de Dios pudieronpredicar infaliblemente el evangelio eterno, yescribirlo para las futuras generaciones.

4) Lo realizó por medio de predicar el evangelio.Cuando los apóstoles inspirados se pusieron enpie el día de Pentecostés y comenzaron a proclamarel evangelio por el cual Dios da la salvación alhombre pecador, hubo personas sinceras queescucharon y respondieron. Con esta respuesta delpueblo a la prédica del evangelio que presentaronlos apóstoles, la iglesia llegó a existir. En el momentode la redención, todos los que respondieron sefundieron en una comunidad de creyentes lavadospor la sangre. Esta comunidad llegó a conocerse apartir de ese momento como «la iglesia».

Todos los salvos de la tierra forman parte de laiglesia universal que Cristo edificó. Puede queincluso haya miembros de la iglesia universalen lugares donde ni siquiera existe la iglesia orga-nizada como congregación. El etíope de Hechos 8,llegó a ser cristiano, y fue añadido por el Señor a Suiglesia; sin embargo, no existía congregación de laiglesia donde él estaba. Cuando llegó a Etiopía, esprobable que enseñara a otros con el fin de quecomenzara a reunirse una congregación.

El reinado de Jesús sobre su iglesia no ha sidodestruido, ni será destruido, por la apostasía. Elcuerpo universal de Cristo fue establecido y nopuede ser destruido; ni siquiera «las puertas delHades» podrán prevalecer contra él. Ese cuerpo esel reino eterno que profetizó Daniel (Daniel 2.44).

Todas las iglesias neotestamentarias que hayen el mundo pertenecen a Cristo. Cada una de ellases simplemente una congregación de la mismaiglesia que Jesús estableció el día de Pentecostés.

Puede que una congregación del pueblo deDios se extravíe de la verdad del Señor. Supon-gamos, por ejemplo, que los miembros de unaiglesia neotestamentaria en cierto lugar han permi-tido que su culto se corrompa con falsas enseñanzas;tal congregación habrá adoptado prácticas que noestán autorizadas por las Escrituras. Estos cristianostendrán que eliminar las prácticas erróneas de suscultos, y volver a la fidelidad. En tal caso, podemoshablar de restaurar la sencillez y la pureza de loscultos.

Una congregación no pertenece para siempre aCristo tan solo porque una vez fue una iglesianeotestamentaria. Puede que llegue el día en queCristo niegue una congregación Suya, como seilustra por la aseveración de Él que se recoge en

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Apocalipsis 3.14–16. Puede que una congregaciónde la iglesia del Señor se aparte y haga caso omisode la Palabra del Señor al punto de que Este ladeseche como una de Sus iglesias. Las iglesiasdenominacionales se formaron cuando los hombresse apartaron de la Palabra de Dios y establecieronsus propias organizaciones religiosas. Está claroque la única respuesta apropiada a las iglesiasdenominacionales consiste en desecharlas, salir deellas, y llegar a ser la iglesia que Jesús edificó.

No podemos hablar de restaurar la iglesia en elsentido de hacer que vuelva a existir, ¡pues ellanunca dejó de existir! La iglesia ha existido siempreen algún lugar desde que fue establecida. Si bienalgunos han pervertido el evangelio al enseñarlo,el evangelio en sí jamás ha dejado de existir sobrela tierra. Siempre ha estado aquí en la Palabra deDios. En los lugares donde el evangelio jamás hasido predicado, o en los lugares en que ha sidopredicado incorrectamente, podemos comenzar apredicarlo en su pureza. Podemos restaurar laiglesia neotestamentaria en el sentido de plantarcongregaciones en lugares donde ella no ha existidoantes, o en lugares donde la iglesia ha apostatado.

Cuando evangelizamos, nuestra misión noconsiste en establecer la iglesia; sino en extender laiglesia que Jesús edificó el día de Pentecostés. Laapostasía afecta a la iglesia, pero no necesariamentela destruye. La apostasía puede hacer que unacongregación deje de estar en el corazón de Jesús,pero no destruye la iglesia que Él estableció.

El hombre no tuvo nada que ver con la edifi-cación de la iglesia. Su Artesano fue el Hijo deDios. Él edificó un reino eterno, una iglesia contrala cual no podrán prevalecer las puertas del Hades.

QUIÉN ES EL DUEÑO DE ELLALa palabra que sigue en la aseveración de Jesús,

es «mi», una palabra que sugiere pertenencia. Jesúsno solamente concibió la iglesia y la edificó, sinoque también proclamó, de modo que todos oyeran,que ella es Suya, y no del hombre.

Ciertamente, así es como debería ser. Jesucristo,el Fundador y Edificador, tiene todo derecho dedecir que la iglesia es Suya. Qué apropiado fue quePablo se refiriera más adelante a las iglesias decierta región como «las iglesias de Cristo» (Romanos16.16).

La iglesia es el cuerpo de Cristo (Efesios 1.22–23); es la esposa de Cristo (1era Corintios 11.2). Es elreino sobre el cual Jesús reina como Rey (1era Corin-tios 15.25).

A la iglesia que Jesús estableció se le refieretambién como «la iglesia de Dios» (1era Corintios

1.2), debido a que el Padre y el Hijo son Uno. Loque pertenece al Padre, pertenece al Hijo. Se lerefiere como la iglesia de Cristo, porque, en unsentido muy especial, pertenece a Cristo. Él compróla iglesia y a Sus miembros individuales con Supropia sangre (1era Corintios 6.19–20).

La iglesia del Nuevo Testamento no tienenombre, pero siempre se le describe claramentepor todo el resto del Nuevo Testamento comopertenencia de Jesús. ¿Cómo debemos, pues,referirnos a la iglesia hoy día? La mejor respuestaes que debemos referirnos a ella como la Biblia lohace. Es necesario que usemos las frases descrip-tivas que usa la Biblia, y debemos usarlas del modoque las usa la Biblia.

A la iglesia del Nuevo Testamento se le refierede las siguientes maneras: «mi iglesia» (Mateo16.18), «la iglesia» o «las iglesias» (Mateo 18.17);«la iglesia de Dios» o «las iglesias de Dios» (1era Co-rintios 1.2); «las iglesias de Cristo» (Romanos 16.16);«las iglesias de los santos» (1era Corintios 14.33); y«la congregación de los primogénitos» (Hebreos12.23). Estas descripciones de la iglesia indican laclase de gente que la compone, la clase de llamadoque han recibido, y quién es el dueño de ella. A laiglesia no le fue dado nombre por el Espíritu Santo,pero sí se le describe claramente en el NuevoTestamento.

No constituye un error poner la expresión«iglesia de Cristo» en los rótulos que están al frentede los lugares donde adoramos, siempre y cuandousemos esta frase descriptiva de la misma formaque la Biblia lo hace: como una frase descriptiva yno como un nombre.

Es incorrecto decir que referirse a la iglesiacomo la «iglesia de Cristo» la convierte en unadenominación. No hay manera de evitar que a losque tienen una visión sectaria les parezca sectarioel uso de términos bíblicos. Si lo que uno desea dara entender por la expresión «iglesia de Cristo», eslo mismo que el Nuevo Testamento da a entenderpor medio de ella, entonces no estará usando eltérmino en un sentido denominacional, ni haciendode la iglesia una denominación por el uso de él.

Honremos siempre a Cristo al referirnos a laiglesia como pertenencia de Él. Usemos todas lasdesignaciones bíblicas que se refieren a la iglesia,de la misma forma que la Biblia las usa.

QUIÉNES SON LOS MIEMBROS DE ELLALa última palabra de la afirmación que está

en Mateo 16.18, es «iglesia». Esta es la palabragriega ekklesian (ejkklesi/an). Significa básica-mente «asamblea» o «llamados». Por medio de Su

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evangelio, Jesús llama a un grupo de personas deen medio del pecado, de en medio del mundo, y deentre las filas de los seguidores de Satanás, paraque formen parte de Su asamblea.

Jesús estaba usando esta palabra para referirsea Sus verdaderos seguidores, sin considerar laubicación geográfica de ellos. En Pentecostés laiglesia fue establecida en el mundo una vez parasiempre. Si bien la iglesia llegó a existir en un lugary tiempo concretos con el primer grupo de perso-nas que se sometió a la voluntad de Dios, no fueuna sola congregación la que Jesús estableció. Élestableció la iglesia universal.

El fundamento sobre el cual se edifica la iglesia—la verdad en el sentido de que Jesús es el Cristo—fue establecido ese día. Los que obedecieron elevangelio ese día tuvieron como fundamento lamisma fe que expresó Pedro en Mateo 16.16. Elmismo fundamento tenemos nosotros, pues Cristotodavía está edificando Su iglesia sobre él. EnEfesios 2.20–22 dice que nosotros hemos sido«edificados sobre el fundamento de los apóstoles yprofetas, siendo la principal piedra del ánguloJesucristo mismo, en quien todo el edificio, biencoordinado, va creciendo para ser un templo santoen el Señor […] juntamente edificados para moradade Dios en el Espíritu». Se trata de un templo queestá creciendo; cada vez que una persona seconvierte, ella es una piedra viva más con que seedifica esta casa espiritual (1era Pedro 2.5, 9). Hoydía no somos miembros de la misma congregaciónque se reunió en Jerusalén; pero sí somos miembrosde la misma iglesia, pues nosotros obedecimos almismo evangelio que aquellos cristianos obede-cieron, y estamos viviendo por la misma regla defe. Así, como iglesia del Señor que somos, somosedificados sobre el mismo fundamento sobre elcual ellos también lo fueron.

La palabra «iglesia» puede usarse también parareferirse al pueblo de Dios de una nación en par-ticular, sin considerar los diferentes lugares en loscuales se encuentran estas personas y congre-gaciones. Así, Pablo habló de «todas las iglesias delos gentiles» (Romanos 16.4).

Además, la palabra «iglesia» se usa en el NuevoTestamento para referirse al pueblo de Dios quevive en un lugar dado, o en una región en general.Pablo escribió a «las iglesias de Galacia», y hablóde «las iglesias de Judea, que eran en Cristo»(Gálatas 1.2, 22). Lucas escribió: «Entonces lasiglesias tenían paz por toda Judea, Galilea ySamaria; y eran edificadas, andando en el temordel Señor, y se acrecentaban fortalecidas por elEspíritu Santo» (Hechos 9.31).

La palabra «iglesia» puede incluso referirse auna congregación en particular. Pablo mencionó laiglesia que estaba en casa de Aquila (1era Corintios16.19). Escribió a la iglesia de Dios que estaba enCorinto (1era Corintios 1.2), y habló de la «iglesia delos laodicenses» (Colosenses 4.16).

La palabra «iglesia» se usa además para refe-rirse a una asamblea del pueblo de Dios que sereúne para adorar. En 1era Corintios 11, por ejemplo,Pablo habló del momento en que los cristianos deCorinto se reunían «como iglesia» (vers.os 17–18), yles dijo: «Cuando, pues, os reunís vosotros…»(vers.o 20). La palabra «iglesia» se usa también deeste modo en los versículos 28, 34 y 35.

A Pedro le fue dicho por Cristo: «… todo lo queatares en la tierra será atado en los cielos; y todo loque desatares en la tierra será desatado en loscielos» (Mateo 16.19). En otras palabras, el mediopara entrar en la iglesia habría de ser el mensaje delevangelio que predicaran los apóstoles inspirados.Los que obedecieran el evangelio serían miembrosde la iglesia de Cristo. Así, todos los salvos seencontrarían dentro de la iglesia de la cual Jesúshabló. No sabemos cuán grande es la iglesia, puesno podemos saber cuántos en realidad han obede-cido al evangelio; pero lo que sí sabemos es que laiglesia se compone de los que se han sometido alevangelio de Cristo.

No fue una denominación la que Jesús edificó.Es el hombre quien ha edificado las denomina-ciones. Por lo tanto, quienquiera que se encuentredentro de una denominación debe dejarla y co-menzar a ser la iglesia del Señor.

CONCLUSIÓNAnte esta clara aseveración de Jesús, ¿por

qué debería confundirse alguien acerca de lascaracterísticas básicas de la iglesia? Su Fundadores Jesucristo. Él la edificó. Por lo tanto, le pertenece.Dentro de ella están los que han sido redimidospor Su preciosa sangre. No hay concepto máshermoso que el cuadro neotestamentario de laiglesia.

Las únicas verdades que podemos conoceracerca de la iglesia son las que Dios ha reveladopor los profetas veterotestamentarios, y por losapóstoles y los profetas neotestamentarios (Efesios3.5). El compromiso de ser la iglesia del Señor notiene que ver con estrechez ni con amplitud demente. Nuestro compromiso debería ser únicamentecon lo que Dios ha revelado. Puede que en unmomento dado, los conceptos personales quetengamos de la iglesia nos parezcan demasiadoamplios o demasiado estrechos. La única manera

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como podemos llegar a tener un concepto correc-to de la iglesia es estudiando lo que se ha re-velado.

Nadie tiene que desanimarse, ni confundirse,en lo relacionado con la iglesia. Toda persona

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puede llegar a ser miembro de la iglesia que Jesúsestableció, y tener la certeza de que es miembro deella —porque fue Jesús quien dijo: «Edificaré miiglesia».

Eddie Cloer

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CÓMO LLEGAR A SER CIUDADANO DEL REINO —

El corazón contrito

Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado nodespreciarás tú, oh Dios (Salmos 51.17).

La esencia de ser cristiano consiste en tener uncorazón cristiano. Las palabras y las acciones manandel corazón. Cuando el corazón es recto, las palabrasy las acciones serán rectas (Mateo 12.34; Proverbios4.23). Dios desea que le demos el corazón, porqueal tener el corazón, tiene el resto de lo que somos.

Cuando el hijo pródigo volvió a su padre, notenía nada que darle a este, excepto su corazón(Lucas 15.11–32). No tenía amigos que darle, porqueestos lo habían abandonado. No tenía dinero,porque había gastado todo lo que se le había dado.No tenía reputación, porque su reputación de jovenbueno había sido echada a perder después de habervivido un período de desenfreno. Ni siquiera lequedaba algo de amor propio. No tenía nada quedar, excepto su corazón. Cuando se encontró consu padre, esto fue lo único que en efecto pudodecir: «Heme aquí. He venido a ti con un corazónarrepentido. Un corazón arrepentido es todo loque puedo darte. Solo hazme como a uno de tusjornaleros, y con eso me conformaré».

Se sorprendió al descubrir que todo lo quesu padre deseaba era su corazón arrepentido ycontrito. El padre lo recibió como venía, dándole aentender este mensaje: «Porque tienes un corazónrecto, a partir de ahora te recibiré y te trataré comoa mi hijo. No tendrás que ganarte otra vez miestima. Me has dado tu corazón, y sobre esta base,por mi gracia, te impartiré la condición de hijo».

Nosotros somos como el pródigo; no tenemosnada que dar a Dios, excepto el corazón. Lo únicoque realmente poseemos es el corazón. No tenemosposesiones materiales, ni casas, ni dinero, nitierra. Todas estas cosas son solamente prestadas.Pertenecen a Dios, no a nosotros. Lo único queDios ha elegido darnos es nuestro corazón. Por lotanto, cuando elegimos andar con Dios, Él pide loúnico que tenemos, y esto es el corazón. Cuando Élrecibe nuestro corazón, recibe todo lo demás.

El corazón que Dios desea que llevemos delante

de Él, podría describirse como un corazón contrito:

Los sacrificios de Dios son el espíritu quebranta-do; al corazón contrito y humillado no despre-ciarás tú, oh Dios (Salmos 51.17).

Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habitala eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yohabito en la altura y la santidad, y con elquebrantado y humilde de espíritu, para hacervivir el espíritu de los humildes, y para vivificarel corazón de los quebrantados (Isaías 57.15).

¿Se agradará Jehová de millares de carneros, ode diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primo-génito por mi rebelión, el fruto de mis entrañaspor el pecado de mi alma? Oh hombre, él te hadeclarado lo que es bueno, y qué pide Jehováde ti: solamente hacer justicia, y amar miseri-cordia, y humillarte ante tu Dios (Miqueas6.7–8).

¿Qué es exactamente un corazón contrito? ¿Quécaracterísticas tiene?

UN CORAZÓN QUE RECONOCESUS FALTAS

En primer lugar, debemos entender que elcorazón contrito, el corazón que agrada a Dios, esun corazón arrepentido y que reconoce sus faltas.¿Quién es el que tendrá comunión con Dios? «Ellimpio de manos y puro de corazón; el que no haelevado su alma a cosas vanas, ni jurado conengaño» (Salmos 24.4).

Dios nos ha dado a entender claramente queel «corazón perverso se apartará de [Él]» y que Él«no [conocerá] al malvado» (Salmos 101.4). Así,nuestra oración a Dios debe ser esta: «Escudríñame,oh Jehová, y pruébame; examina mis íntimospensamientos y mi corazón» (Salmos 26.2); «Creaen mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva unespíritu recto dentro de mí» (Salmos 51.10).

Suponga que el hijo pródigo hubiera venido asu padre con un espíritu altivo y arrogante, y no

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con la actitud de uno que reconoce su pecado. ¿Lohubiera recibido el padre?

Jesús recalcó la contrición en la parábola quecontó acerca de los dos hombres que fueron altemplo a orar. Uno de estos era fariseo, y el otroreconocía que era pecador. Uno estaba lleno deorgullo, y el otro estaba contrito. El orgulloso oróconsigo mismo, pero el contrito oró a Dios.

Dos hombres subieron al templo a orar: uno erafariseo, y el otro publicano. El fariseo, puestoen pie, oraba consigo mismo de esta manera:Dios, te doy gracias porque no soy como losotros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, niaun como este publicano; ayuno dos veces a lasemana, doy diezmos de todo lo que gano. Masel publicano, estando lejos, no quería ni aunalzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba elpecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador(Lucas 18.10–14).

Recuerde la bienaventuranza de Jesús: «Bienaven-turados los pobres en espíritu…» (Mateo 5.3).Bienaventurados los que tienen su orgullo enbancarrota, porque ellos recibirán riquezas espiri-tuales. Bienaventurados los que reconocen que sonpecadores y se arrepienten de conformidad con loordenado por Dios, porque ellos serán perdonadosy andarán con Dios.

UN CORAZÓN QUE SE DEJA ENSEÑAREl corazón contrito es también un corazón que

se deja enseñar. Procura hacer la voluntad de Dios.Tal vez esta sea una verdad que el Señor tenía

presente cuando dijo que Sus discípulos debíanhacerse como niños. Hemos de hacernos comoniños, pero no portarnos como niños.

En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús,diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de loscielos? Y llamando Jesús a un niño, lo puso enmedio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que sino os volvéis y os hacéis como niños, noentraréis en el reino de los cielos. Así que,cualquiera que se humille como este niño, ésees el mayor en el reino de los cielos. Y cualquieraque recibe en mi nombre a un niño como este,a mí me recibe (Mateo 18.1–4).

Cuando Jesús presentó ante nosotros la ilustra-ción de los niños, es obvio que estaba señalando laclase de corazón que hemos de tener. ¿Cuál es laverdad más manifiesta acerca de los niños? Sedejan enseñar, son receptivos, confiados, puros einocentes. Estas son características que deberíamosemular. Un corazón contrito anhela conocer lavoluntad de Dios, y recibirla.

Se nos dice que el justo es bienaventuradoporque «en la ley de Jehová está su delicia, y en su

ley medita de día y de noche» (Salmos 1.2). El justodice: «El hacer tu voluntad, Dios mío, me haagradado, y tu ley está en medio de mi corazón»(Salmos 40.8). Esto es lo que dice al orar: «Abre misojos, y miraré las maravillas de tu ley» (Salmos119.18); «Dame entendimiento, y guardaré tu ley,y la cumpliré de todo corazón» (Salmos 119.34).

El que es justo le concede el más alto valor a lavoluntad de Dios. Sus pensamientos son como losque expresa el salmista, cuando dice: «Mejor me esla ley de tu boca que millares de oro y plata»(Salmos 119.72); «¡Oh, cuánto amo yo tu ley! Todoel día es ella mi meditación» (Salmos 119.97).

El más grande dolor que puede tener en la vidaun justo es el no acertar a cumplir la voluntad deDios: «Ríos de agua descendieron de mis ojos,porque no guardaban tu ley» (Salmos 119.136). Élse opone con todas sus energías a cualquierdistorsión de la voluntad de Dios: «La mentiraaborrezco y abomino; tu ley amo» (Salmos 119.163).

UN CORAZÓN OBEDIENTELa tercera característica de un corazón contrito

es la obediencia a Dios. El corazón contrito esobediente a Dios por naturaleza.

La persona contrita ruega, diciendo: «Con todomi corazón te he buscado; no me dejes desviarmede tus mandamientos» (Salmos 119.10). La únicaaspiración que tiene es esta: «Sea mi corazón íntegroen tus estatutos, para que no sea yo avergonzado»(Salmos 119.80).

¿Por qué desechó Dios a Faraón? Las Escriturasnos dicen que este endureció su corazón contraDios. En otras palabras, desechó la voluntad deDios. La voluntad de Dios, o nos hace humildes onos endurece. Del mismo modo, el sol derrite lamantequilla, pero endurece la arcilla. El corazóncontrito se ensancha y es receptivo a la voluntad deDios y es de este modo moldeado por ella.

A menos que el centro mismo de nuestra almay la esencia de nuestro ser sean hechos obedientesal Dios viviente, Este no nos recibirá.

CONCLUSIÓN¿Tiene usted un corazón contrito? La contrición,

esto es, el quebrantamiento y el arrepentimiento,es un conjunto que incluye un corazón que confiesasus pecados, se deja enseñar y es obediente.

Puede que una persona muera físicamente desangrado interno, aunque no se le observe heridavisible por fuera. Del mismo modo, un cristianopuede morir espiritualmente por causa de uncorazón endurecido, un corazón indiferente o uncorazón mundano, antes de que la condición llegue

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a ser manifiesta a los demás. Puede que tal personaasista a los cultos, puede que participe en lasactividades espirituales, y que lea la Biblia; y apesar de todo esto, puede que su corazón no seacontrito para con Dios. No es lo que nos sucede anosotros, sino lo que sucede en nosotros lo queafecta nuestra posición delante de Dios.

Para recibir el poder salvador de Cristo, unodebe morir a sí mismo. Ya alguien dijo que en todocorazón hay una cruz y un trono. Si usted se poneen el trono, entonces Cristo estará en la cruz; paraque Cristo esté en el trono, usted debe ponerse enla cruz.

Esto es lo que dice Gálatas 2.20: «Con Cristo

estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, masvive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne,lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó yse entregó a sí mismo por mí». Cristo no podrávivir en nosotros mientras no muramos a nosotrosmismos, esto es, a nuestros prejuicios y a nuestroegoísmo. Pedro había muerto a algunas cosas, perono al exclusivismo judío (vea Gálatas 2.10–11). Porlo tanto, Pablo lo reprendió. Esto fue lo que enefecto le dijo: «Pedro, tienes que crucificar tu actitudjudía, para que la actitud de Cristo pueda morarplena y completamente en ti».

Eddie Cloer

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ACERCA DE VIVIR COMO CIUDADANO DEL REINO —

Tres grandes palabras

Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cadadía, y sígame (Lucas 9.23).

Al tratar de entender un concepto, a menudo esútil resumir. ¿Podremos condensar en pocas pa-labras el concepto de cristianismo? Sí podemos. Sepuede reducir a tres palabras: «venir», «perma-necer» e «ir».

Henry Ford, el estadounidense que perfeccionóel ensamblaje en línea, dijo: «Uno puede hacergrandes cosas, si las puede descomponer en piezaspequeñas». Jesucristo, el Señor de la vida eterna,dio a entender este mensaje básico: «Usted puedevivir para siempre, si asume con fidelidad tresresponsabilidades».

«VENIR»En primer lugar, Jesús dijo que debemos venir

a Él (Mateo 11.28). Una palabra grande del cristia-nismo es, por lo tanto, la palabra «venir». Somossalvos por gracia, pero debemos venir a Cristopara recibir esta gracia (Hechos 2.38).

Venid a mí todos los que estáis trabajados ycargados, y yo os haré descansar. Llevad miyugo sobre vosotros, y aprended de mí, quesoy manso y humilde de corazón; y hallaréisdescanso para vuestras almas (Mateo 11.28–29).

La gracia del Señor se extiende libremente atodos. Quienquiera que la desee puede venir ybeber de las aguas salvadoras que manan de lafuente de vida que Él creó. Jesús dijo: «Todo lo queel Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, nole echo fuera» (Juan 6.37).

«PERMANECER»En segundo lugar, Jesús dijo que hemos de

permanecer en Su palabra (Juan 8.31). La palabra«permanecer» significa «quedarse, seguir en unlugar, estar plantado el tiempo necesario». Andares más que dar un paso; andar con Cristo requiereuna serie de pasos que debemos dar cada día por elresto de nuestra vida. Nuestra tarea consiste en

entrar en Cristo y después quedarnos allí el restode nuestro peregrinaje terrenal.

Dijo entonces Jesús a los judíos que habíancreído en él: Si vosotros permaneciereis en mipalabra, seréis verdaderamente mis discípulos;y conoceréis la verdad, y la verdad os harálibres (Juan 8.31–32).

Necesitamos a Alguien que nos salve, y nosmantenga salvos (1era Juan 1.7). Somos salvos depecado cuando venimos a Jesús; se nos mantienesalvos al permanecer en Él.

Y ahora, hijitos, permaneced en él, paraque cuando se manifieste, tengamos confianza,para que en su venida no nos alejemos de élavergonzados (1era Juan 2.28).

Este «permanecer» consiste en obedecer la Palabraescrita, y en dedicarse a la Palabra Viviente. Esmediante seguir Su palabra que permanecemosen Él.

«IR»En tercer lugar, Jesús dijo que hemos de «ir»

(Mateo 28.19). No se nos encarga, mientras no senos capacite; no se nos envía, mientras nuestroSalvador no nos prepare para ir. Jesús desea quelos salvos le sirvan. Sin embargo, no estaremospreparados para llevar a alguien a Cristo mientrasnosotros mismos no hayamos venido a Él.

Por tanto, id, y haced discípulos a todaslas naciones, bautizándolos en el nombredel Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo;enseñándoles que guarden todas las cosas queos he mandado; y he aquí yo estoy con vosotrostodos los días, hasta el fin del mundo (Mateo28.19–20).

Debemos llegar a ser como nuestro Maestro.Jesús vino a este mundo como misionero, y lo más

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lógico es que Sus verdaderos seguidores imitenSu espíritu misionero. No se puede andar conÉl sin desear ser misionero. Si a usted no le hanacido el deseo de traer a otros a Sus pies, entoncesno ha contemplado verdaderamente Su rostro.Cualquiera se convence por Su vida y por Suspalabras de que hemos sido salvos para servir, yganados para ganar.

CONCLUSIÓNUna vez reducido a sus componentes esenciales,

el cristianismo deja de ser una formidable empresa,y se convierte en una vida que consiste únicamenteen andar con Jesús. No lo compliquemos más de lacuenta.

No podemos salvarnos a nosotros mismos, de

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modo que tenemos necesidad de venir a Él por lasalvación que solamente Él puede dar. Una vez enCristo, una vez salvos, debemos permanecer firmesen ello por el resto de nuestras vidas.

Que ninguna persona o posesión le impida austed permanecer en Él. Adopte el estilo de vida desu Salvador misionero. El único propósito quetuvo Él para venir a esta tierra fue proporcionarsalvación para pecadores como usted y como yo;dejemos que Su misión fluya de Él por medio denosotros a todo el mundo.

Aparte de lo que suceda a usted, o al mundo,asegúrese de venir a Él, de permanecer en Él, y deir a otros con Su mensaje. Al final, eso será lo únicoque cuente.

Eddie Cloer

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SOBRE APROVECHAR OPORTUNIDADES DENTRO DEL REINO —

Es necesario entrar antesque se cierre la puerta

Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas […]Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos (Juan10.7–9).

Hace varios años, Marshall Keeble, el granpredicador del evangelio, comparó la vida con laacción de entrar en un supermercado que tiene unapuerta automática. Esto fue lo que dijo: «Cuandousted entra en la tienda, un ojo “que todo lo ve” leabre la puerta. No es usted el que la abre; lo quesucede sencillamente es que al acercarse, el ojoelectrónico lo ve venir y le abre la puerta. Lomismo sucede en la vida. Dios abre la puerta y le daa usted vida. Usted no pide nacer. Dios elige abrirla puerta y lo deja entrar. Usted debe decidir quéva a hacer con la vida que Dios le da, pero usted noes el que decide vivir. Esa decisión la toma elSeñor».

Los teólogos hablan acerca del libre albedríodel hombre, y el soberano albedrío de Dios. A lolargo de la vida, dicen ellos, uno tiene que hacerciertas elecciones —tales como el carácter, lareligión y la pareja. Detrás de estas elecciones, noobstante, ellos ven las elecciones soberanas deDios, tales como el lugar donde nacerá uno, lostalentos naturales que poseerá y el color de pielque tendrá.

La Biblia establece dos verdades relacionadas:la libertad del hombre y la trascendencia y lasoberanía de Dios. Si bien fueron manos inicuaslas que crucificaron a Jesús, fue el anticipadoconocimiento de Dios lo que predestinó la cruci-fixión (Hechos 2.23). Dios eligió a Jeremías desdeel vientre de su madre; sin embargo, él tuvo queconsagrar su vida a la voluntad de Dios (Jeremías1.5–6). Saulo fue elegido para que fuera apóstolpor medio de una aparición milagrosa de Jesús(Hechos 26.15–16); sin embargo, él tuvo que decir:«¿Qué haré, Señor?» (Hechos 22.10).

Una apasionante verdad que se relaciona con

la doctrina de la soberanía de Dios, es que Diospuede abrir y cerrar puertas en nuestra vida, y dehecho lo hace. En la Biblia se habla bastante acercade puertas que Dios abre y cierra. Una de laspreguntas más importantes de la vida debe seresta: «Cuando Dios cierra una puerta, ¿estaré dentroo fuera?». Obviamente, nuestro deseo es estar dondeDios está cada vez que Él cierra una puerta.

PRESENTACIÓN DE LA VERDADEsta verdad se presenta de tres maneras en las

Escrituras.

La salvaciónEn primer lugar, la Biblia presenta a Dios

abriendo y cerrando la puerta de la salvación.Nuestro Señor dijo: «Esforzaos a entrar por lapuerta angosta; porque os digo que muchos pro-curarán entrar, y no podrán» (Lucas 13.24).

Cuando el evangelio se predica, Dios abre lapuerta a la salvación a aquellas personas no salvasque lo estén oyendo. El día de Pentecostés, lapuerta fue abierta a los judíos por Pedro:

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cadauno de vosotros en el nombre de Jesucristopara perdón de los pecados; y recibiréis el dondel Espíritu Santo. Porque para vosotros es lapromesa, y para vuestros hijos, y para todos losque están lejos; para cuantos el Señor nuestroDios llamare (Hechos 2.38–39).

Tres mil personas pasaron por la puerta figuradaque Dios abrió en ese momento. Unos ocho añosdespués, Dios abrió la puerta de la fe a los gentiles,cuando, por inspiración, Pedro «mandó bautizarlesen el nombre del Señor Jesús» (Hechos 10.48a).Cornelio, junto con su familia y sus amigos, pasaron

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llenos de gozo por esa puerta. Cuando el evangeliose propagó, y más gentiles llegaron a ser cristianos,corrió la noticia de que Dios «había abierto lapuerta de la fe a los gentiles» (Hechos 14.27).

La espiritualidadEn segundo lugar, la Biblia habla de la manera

como Dios abre y cierra la puerta de la espiri-tualidad. Dios nos concede oportunidades parallegar a conocerlo y a crecer en Su semejanza. Sidejamos pasar esas oportunidades, puede que Diosdecida quitarlas.

Romanos 1.24–28 se refiere a la terrible verdaden el sentido de que las personas pueden serentregadas a sus pecados:

Por lo cual también Dios los entregó a lainmundicia, en las concupiscencias de suscorazones, de modo que deshonraron entre sísus propios cuerpos, ya que cambiaron laverdad de Dios por la mentira, honrando ydando culto a las criaturas antes que al Creador,el cual es bendito por los siglos…

Y como ellos no aprobaron tener en cuentaa Dios, Dios los entregó a una mente reprobada,para hacer cosas que no convienen.

Pablo les dijo a los Tesalonicenses que a los queno creen en la verdad, sino que se complacen en lainjusticia, Dios hará que por Su providencia lesllegue «un poder engañoso» (2a Tesalonicenses2.11–12).

El servicioEn tercer lugar, la Biblia presenta a Dios

cerrando la puerta al servicio cristiano. Dios con-cede oportunidades para el servicio en su reino.Cuando esas oportunidades se desaprovechan,Dios se las da a otro.

Nuestro Señor se dio a conocer a la iglesia enFiladelfia como «el que abre y ninguno cierra, ycierra y ninguno abre» (Apocalipsis 3.7). Él abre ycierra la puerta del servicio así como la de lasalvación.

Pablo dijo que se había quedado en Éfeso,porque se le había abierto puerta grande y eficaz,y muchos eran los adversarios (1era Corintios 16.9).Dijo además: «Cuando llegué a Troas para predicarel evangelio de Cristo […] se me abrió puerta en elSeñor» (2a Corintios 2.12).

Pablo pidió a los hermanos de Colosas queoraran para que el Señor le abriera puerta, a fin dedar a conocer el misterio de Cristo, por el cualtambién estaba preso (Colosenses 4.3).

Esto fue lo que Cristo dijo a la iglesia en

Filadelfia: «Yo conozco tus obras; he aquí, he puestodelante de ti una puerta abierta, la cual nadiepuede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza,has guardado mi palabra, y no has negado minombre» (Apocalipsis 3.8).

Muchas personas que tienen dones y prepara-ción, descubren que estas cosas no abren puerta deservicio cuando el Señor la cierra. Es necesaria lavoluntad del Señor.

AMPLIACIÓN DE LA VERDADLa verdad en el sentido de que Dios abre y

cierra puertas se ilustra por toda la Biblia. Dioscerró la puerta del arca para proteger a Noé, a sufamilia, y el precioso cargamento que llevaba. Hastala fecha, el arca simboliza nuestra seguridad enCristo. Esto es lo que leemos: «y Jehová le cerró lapuerta [al arca]» (Génesis 7.16).

Cuando Dios cierra, los que quedan fuera nopueden entrar. En el diluvio, todos se ahogaron,excepto los ocho que entraron a tiempo. ¿Puedeusted imaginarse la experiencia que pasaron losque quedaron fuera cuando se dieron cuenta deque el diluvio los iba a arrastrar? No dudo de querogaron a Noé que abriera la puerta. Estoy segurode que hubo madres que golpearon la puertacerrada, rogando a Noé que la abriera y que por lomenos dejara entrar a sus hijos. Estas personasclamaron angustiadas por la desesperanza, yabrumadas por la condenación que estaban pade-ciendo, por no haber entrado antes que Dios cerrarala puerta.

Las cinco vírgenes insensatas de la parábolaque contó Jesús, descubrieron que, mientras anda-ban comprando aceite, «se cerró la puerta» (Mateo25.10). Las vírgenes insensatas tenían buenasintenciones. No eran personas despiadadas, sinopoco preparadas. Se les cerró la puerta, y quedaronfuera.

Muchos han dicho: «Yo no creo que un Diosamoroso vaya a enviar un alma al infierno». SiDios permitió que Su Hijo fuera clavado en unacruz, por el pecado, entonces no hay duda de queenviará almas al infierno por desechar el evange-lio. Creer de otro modo no es ignorancia, sinoinsensatez.

APLICACIÓN DE LA VERDADLo más importante en toda la vida es entrar

antes que Dios cierre la puerta. ¿Ha aprovechadousted las puertas que le ha abierto Dios? Cercióresede entrar por ellas antes de que Dios las cierre.

Eddie Cloer

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