Que hacer en momentos de mucho estrés

Laura Gatti La Vida que Elijo

INTRODUCCION

Mi nombre es Laura Gatti. Soy argentina y vivo en Montreal, Canadá

desde el 2003. En el 2010 y como resultado de años de mucho trabajo

y de diferentes tipos de estrés, pasé por un burnout y por primera vez

en mi vida estuve varios meses sin trabajar con permiso médico. A

partir de ese momento empecé un proceso de investigar y aprender

qué cosas podía hacer diferentes para recuperarme y para

cuidarme. El estrés no siempre es evitable e incluso a veces evitarlo

implica cambios que llevan tiempo, por eso creo que es importante

aprender a funcionar de manera diferente cuando pasamos

momentos de mucho estrés en nuestras vidas. Si te interesa saber más

sobre mí te recomiendo visitar mi blog personal, La Vida que Elijo

(www.lauragatti.net) donde vas a encontrar más detalles sobre mí y

sobre mi historia y sobre mis intereses.

Decidí crear este reporte para compartir las cosas que aprendí y que

me ayudaron a superar ese burnout y los varios años de fatiga

crónica que siguieron. No pretendo dar consejo ni garantizo ningún

resultado a otras personas, simplemente comparto lo que me

funcionó a mí y lo que yo hubiera deseado saber antes de llegar al

extremo de estar en burnout. Si estás en una situación similar y estos

datos te parecen razonables te sugiero que vayas probando de a

poco viendo qué te resulta y qué no, dado que todos somos

diferentes por lo que los resultados no son necesariamente los mismos

para todos. Pero si tienes un problema grave o complicaciones de

salud te aconsejo que consultes un profesional idóneo y que no te

quedes solo con este reporte.

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Laura Gatti La Vida que Elijo

ATENCION: No hay resultados mágicos

Lo que voy a compartir a continuación no son métodos especiales

que aplicados durante unos pocos días pueden cambiar nuestra

vida radicalmente. Son más bien diferentes hábitos, maneras de

actuar o pensar, que implementados poco a poco, con el tiempo

producen resultados significativos. No sirve de nada presionarnos por

hacer todo esto siempre correctamente, esa actitud solo serviría para

estresarnos más. Lo que yo hice fue ir aprendiendo, probando,

practicando lo que me acordaba, cuando me acordaba. Con

tiempo y paciencia he adquirido hábitos que me ayudan

enormemente.

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Es lo que es

Cuando estamos agotados, estresados y nos sentimos agobiados

con lo que estamos viviendo, ya sea en el trabajo, en casa o en

general en nuestras vidas, tendemos a continuamente pensar como

nos gustaría que todo fuera diferente. Por ejemplo, durante mucho

tiempo ya estaba en la oficina pensando cómo me gustaría tener un

trabajo diferente, un horario de trabajo diferente, o que fuera un día

diferente de la semana o estar de vacaciones.

Algo que aprendí es que esta actitud no hace más que aumentar el

agotamiento. Es este momento, es lo que es y estoy donde estoy: esto

es simplemente una verdad absoluta que me conviene aceptar.

Verlo de esta manera ayuda mucho a que nos relajemos. No quiere

decir que no podamos cambiar lo que ya no nos sirve, esto siempre

es posible. Pero si nos conectamos con lo que estamos viviendo y

aceptamos el momento presente tal como es, la situación mejora

considerablemente.

Una cosa a la vez

Durante mucho tiempo me orgullecí de poder hacer varias cosas a

la vez. El multitasking es una manera de actuar considerada

deseable en nuestra cultura actual. La mayoría de nosotros estamos

abocados a una tarea principal mientras que simultáneamente

prestamos atención a los mensajes de texto, emails, Facebook, el

teléfono que suena, lo que dice el que está al lado y a veces hasta

desarrollando simultáneamente más de una tarea en la casa o en la

oficina.

Algo que aprendí es que funcionar de esa manera nos agota y exige

demasiado de nuestro cuerpo y de nuestro cerebro, además de que

reduce considerablemente nuestra productividad. Concentrar

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nuestra atención exclusivamente en una cosa al principio cuesta,

pero se puede lograr y hace una gran diferencia en la manera como

nos sentimos. Y no quiero decir pasar todo el día haciendo una sola

tarea sin chequear ningún email. En realidad si nos concentramos

exclusivamente en lo que prioritariamente tenemos que hacer en ese

momento durante 10 minutos, por ejemplo, podemos avanzar mucho

y después hacer un corte de 3-4 minutos para revisar el celular o

internet a ver si apareció algo importante que requiera una acción

inmediata.

Priorizarnos

Esto es algo que a muchos nos cuesta: el tema de priorizar nuestras

necesidades antes que las de otros. Parece egoísta, pero en realidad

no lo es, ya que desgastarnos y perder la salud por cumplir con todo

y con todos no beneficia a nadie. Y siempre que nos sintamos bien,

con calma y energía vamos a tener oportunidad de ayudar

gustosamente a quien lo necesite.

Priorizarnos implica aprender a decir que no cuando realmente no

queremos o podemos hacer algo; deshacernos de compromisos que

solo nos desgastan, reducir las horas de trabajo si es lo que realmente

estamos necesitando e, incluso, evitar la gente que nos deja de mal

humor, exhaustos o frustrados.

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Respirar

Respirar es algo que hacemos automáticamente sin pensar. No

obstante, aunque no estemos conscientes de ello, no siempre

respiramos de la misma manera. En un momento de estrés, ansiedad,

preocupación intensa, miedo, nuestro cuerpo automáticamente

reacciona poniéndose tenso y respirando menos o más

entrecortado.

Algo simple que podemos hacer cuando nos damos cuenta que

estamos sintiéndonos muy agobiados es parar para respirar. Es decir,

detenernos unos minutos a respirar profundamente,

concentrándonos en las sensaciones del cuerpo. Esta acción sola nos

relaja y nos ayuda a sentirnos mejor. Lo ideal es aislarnos para estar

tranquilos. Cuando estaba estresada en la oficina a veces me iba

unos minutos al baño a respirar profundo o, aún mejor, salía a dar una

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vuelta a la manzana simplemente respirando, mirando el cielo,

árboles, etc.

Responder en lugar de reaccionar

Algo que muchas veces cuesta entender es que nosotros no tenemos

ningún control sobre las reacciones de las otras personas o las cosas

que suceden, aun cuando nos afectan directamente. No obstante,

lo que sí podemos es elegir como actuamos en consecuencia. En

períodos de mucho estrés, ansiedad o cuando estamos muy exigidos,

solemos reaccionar automáticamente, a veces incluso de manera

violenta, o con emociones negativas que solo aumentan nuestro

propio estrés.

Si empezamos a observarnos y a ver ese tipo de reacciones, sin

juzgarnos ni castigarnos por ello, poco a poco podemos aprender a

elegir una respuesta diferente, evitando engancharnos en la

negatividad de una situación, cuidando nuestra energía y estado de

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ánimo. Así, podremos con el tiempo empezar a funcionar de manera

más calmada, centrada y serena.

Comer sano

Normalmente, en los momentos en que más estresados y

sobrepasados de problemas y obligaciones estamos es cuando peor

comemos. Recuerdo que en mis peores épocas solo compraba

comidas congeladas para la oficina, pizza congelada para la cena

y alguna otra cosa más. Claro que en esos momentos lo último que

tenemos es tiempo/ganas de ponernos a cocinar algo sano. Pero es

cuando más lo necesitamos!

Al principio, tampoco es deseable cambiar radicalmente lo que

comemos de la noche a la mañana. Solo agregaríamos más estrés a

nuestras vidas intentando hacer un cambio tan grande. No obstante,

hay cosas que podemos hacer, poco a poco, y que van a ayudarnos

mucho. Pequeños cambios a ir implementando en nuestra

alimentación. Algunas cosas que recomiendo simplemente para

empezar:

Reducir/eliminar el azúcar (ojo con el azúcar agregada a los

productos que compramos hechos, mejor leer la composición y

elegir el que menos tenga).

Desayunar bien, especialmente con una buena cantidad de

proteína como lácteos enteros (yogur, queso), huevos, etc.

Prever colaciones saludables como frutos secos, yogur, huevos

duros, verduras como zanahorias, apio, fruta, etc.

Cuando finalmente tenemos tiempo/ganas de cocinar algo

sano, hacer el doble de cantidad de lo que vamos a usar y

congelar porciones para otro momento o para llevar a la

oficina.

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En mi blog tengo mucha información sobre comida sana y unas

cuántas recetas deliciosas y saludables.

Dormir

Es fundamental dormir lo suficiente para que nuestro cuerpo pueda

recuperarse, especialmente si estamos agotados y viviendo con

presión y estrés más o menos constante. La cantidad de horas de

sueño depende de cada uno, lo que sea necesario para que nos

despertemos refrescados y con energía. No obstante, cuando

estamos ansiosos, preocupados o estresados, dormir suele ser otro

problema, ya que no logramos conciliar el sueño o nos despertamos

a la madrugada y nos cuesta volver a dormir.

Hay algunas acciones que a mí me ayudaron en casos así, por

ejemplo:

- Implementar una rutina para antes de ir a dormir. Una hora

antes de la hora que quiero estar durmiendo tengo una rutina

que hago siempre y ya me condiciona a la hora de dormir. Por

ejemplo: apago la computadora, verifico que mis gatitas

tengan agua y comida, preparo el dormitorio, me lavo los

dientes, acomodo las cosas que pueden haber quedado en la

cocina, etc.

- Desconectarnos un rato antes de la computadora y/o televisión

(algunos sugieren hasta 2 horas antes), incluso del celular.

- Implementar algunas actividades que nos relajen dentro de la

rutina previa a dormir, como meditar, tomarnos un té de hierbas,

escuchar música suave, etc. Generalmente 10-15 minutos son

suficientes.

- Un ejercicio que a mí me ha ayudado mucho es, una vez ya en

la cama, hacer un escaneo del cuerpo. Se hace con los ojos

cerrados, relajados, sin movernos y lentamente, empezando por

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los dedos de un pie y el objetivo es concentrarnos en sentir la

piel de esa parte del cuerpo, sensaciones como frio, calor,

picazón, cosquilleo, el roce de las sábanas, etc. (lo que se

presente en el momento). Se sigue con la planta del pie, el

empeine, el tobillo, la pantorrilla, la rodilla, etc. La idea es subir

parte por parte una pierna tomándonos tiempo en cada parte.

Luego se pasa a la otra pierna empezando también por los

dedos del pie y de la misma forma se sigue con el cuerpo, los

brazos, el cuello, la cara y la cabeza. Al principio cuesta mucho

conectarnos con lo que siente un pedazo de nuestra piel pero

se puede lograr con la práctica y es un ejercicio excelente para

relajarse y para desconectarnos mentalmente de problemas.

Divertirse

Hacer algo divertido aunque sea una vez por semana es relajante y

ayuda a desconectarnos de los problemas. Puede ser cualquier cosa

que disfrutemos, mejor si nos hace reír a carcajadas, aunque sea

simplemente una película cómica que ya hemos visto antes.

Relajar el sistema nervioso

Es sumamente importante en estos momentos encontrar algo que

nos relaje de verdad. Mejor si es a diario (aunque sea unos minutos)

o por lo menos una vez por semana. Una actividad excelente para

esto es meditar 5 a 15 minutos cada día. También salir a caminar sin

agenda ni rumbo, disfrutar de la naturaleza, darse masajes, un baño

de espuma, SPA, tomarnos la hora de almuerzo solos en un parque

sin pensar en nada, etc. Lo que funcione para cada uno.

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Ejercicio

Hacer algo de ejercicio es muy saludable y definitivamente ayuda.

En momentos de mucho estrés y desgaste, no obstante, tenemos que

tener cuidado de no agregar al agotamiento exigiéndonos

demasiado. Para estos momentos, ejercicios suaves como yoga, tai

chi, caminar, nadar, son los ideales. Pero puede ser algo más intenso,

dependiendo de cómo nos sintamos. Lo ideal es conectarnos con

nuestro cuerpo y aprender a escucharlo a ver qué nos dice, cómo se

siente. Definitivamente no es el momento de agotarnos

excesivamente en el gimnasio!

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