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EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. - DOMINGO 9 DE OCTUBRE DE 1938. "Las Tumbas", la famosa prisión, desaparecerá en breve -. * - - - . . * .-- ' - u - - - " 1 » c - ' ' ' E\ T el mitins corazón de la parte baja de Manhattan, con sus ci. mientos descansando en lo que una vez fué laguna, se levantan dos edificios deformes, sombríos y re- pugnantes. Las pilas de históricos ladrillos y piedras corresponden a la Corte Criminal y "Las Tumbas". Estos monumentos de fealdad, en- teramente inútiles, han sido duran- te largo tiempo la desgracia de la ciudad de Nueva York. Al fin se comprendió esta verdad y serán re- emplazados por dos edificios moder- nos. Los enormes caserones a que nos referimos- no son viejos. El de la Corte fué inaugurado en setiembre de 1894 y el de "Las Tumbas" un año más tarde. En la actualidad, no solamente la arquitectura resul- ta anticuada, sino que los caserones necesitan constante reparación y es- tán llenos de sabandijas. Los luga- res mencionados se han convertido en palacios del gusano, la chinche ' y el piojo. Las paredes de ambos edificios, utilizados durante muchos años, se están quebrando. Tanto los prisio- neros como los juristas se venían quejando de los peligros a que es- taban expuestos. No hay que indagar mucho en los archivos para encontrar ciertos ca- sos criminales que pasarán a la historia conectados a "Las Tumbas" ' y la Corte Criminal. La mayor par- te de ellos se registraron no hace mucho y son recordados por la ac- tual generación. Une de los casos, que atrajo la atención del mundo, fue el asesi- nato de Stanford White, en los al- tos del viejo Madison Square Car- den, cometido por el joven millo- nario Harry Thaw. La'mayor parte de la atestación se refiere a la pro- clividad del asesino. El caso, por esa razón, fué más patológico que sen- sacional. Un famoso envenenamiento El misterioso y raro caso de Ro- bert Burnham Molineaux, con una dramática sorpresa después de la otra, mantuvo tanto a Nueva York como al resto del país en expecta- ción. Hijo de una prominente fami- lia, al propio tiempo extremadamen- te rica, Molineaux ideó diabólica- mente la manera de deshacerse de un rival en las lides del amor. La Noche de Navidad, en 1898. una caja que llevaba el elegante membrete de la casa Tiffany fué entregada por un mensajero a Hen- ry ("Harry") S. Cornish. director de cultura flsria del Knickerbocker Athletic Club. El estilo de letra usa- do para escribir la dirección del paquete no fué reconocido por él. Conjuntamente con otros regalos, Cornish tomó la caja y la llevó para la casa de huéspedes donde vivía. de la señora Adams, el ricacho Mo- lineaux fué procesado y llevado an- te el Gran Jurado. Esto se hizo después que un periódico de Nue- va York habla señalado al indivi- duo como envenenador. Molineaux fué detenido y más tarde libertado, considerándose que las acusaciones contra él eran falsas. Casi Inmediatamente después fué llevado nuevamente ante la Corte. Después de un juicio de trece se- manas, lo encontraron culpable y fué condenado a morir en la silla eléctrica. , Desde Sing Sing, donde se encon- traba, gestionó Molineaux, con éxi- to, un nuevo juicio. Seis meses más tarde habla stdo trasladado a su antigua celda en "Las Tumbas". El segundo juicio, en noviembre de 1902. duró muy poco tiempo. En 15 minutos el Jurado dictó su abso- lución. El primer Jurado habla estimado que la letra usada para escribir la dirección del paquete enviado a Cor- nish en 1898, era la de Molnleaux. El segundo Jurado opinó lo con- trario. Después de haber sido absuelto, Molineaux visitaba todas las sema- nas "Las Tumbas", hablando du- rante horas con los cancerberos. Más tarde escribió una obra tea- tral, que triunfó, sobre los pre* el erfpiritu dominante era Patrick. Jones confesó que habla clorofor- mado al ricacho por orden de Pa- trick. Este habia elaborado un plan perfecto para apoderarse de la ri- queza del octogenario. El astuto abogado habla falseado una serie de cheques, ascendiendo el total a una suma considerable. El golpe defini- tivo estaba preparado mediante un testamento también falso, en el que figuraba Patrick como el principal beneficiado. Un empleado de banco llamó la atención de 4a Policía sobre un che- que por $25,000 que le hablan pre- sentado para hacerlo efectivo. Esta- ba extendido a nombre de "Albert" T. Patrick. La letra "1", que com- pleta el común nombre cristiano, no aparecía. La Policía fué a hacer una investigación al hogar de Rice, en- terándose de que el millonario ha- bla muerto la noche anterior. Ante las pruebas presentadas por Jones, el ayuda de cámara, Patrick fué condenado a muerte. Primero fué enviado a "Las Tumbas" y más tarde a Sing Sing. En varias oca- siones apeló Patrick ante los tri- bunales en contra de la sentencia. Pueden encontrarse en los archivos judiciales veintisiete. A pesar de Por ella han desfilado los más famo- sos casos criminales ocurridos en la ciudad de Nueva York Durante el juicio, Delphln Michael Delmas, uno de los muchos ahoga- dos de Thaw, mantuvo* ante el Ju- rado su tesis sobre lo que él llama- ba "Dementla Americana". La base de ella, según Delmas, era que un hombre podía y tenia el derecho de dar muerte a otro que se hubiera burlado de una mujer. El abogado que fué especialmente importado de San Francisco de California para encargarse de dirigir la defensa de Thaw, se hizo famoso por su hipó- tesis de 20,000 palabras que diag- nosticaban la "Dementia America- na". La "mujer del caso", Evelyn Nes- bit Thaw, habla figurado en el co- ro de "Florodora". Antes de casarse con el ricacho Harry Kendall Thaw, en 1905, habia sido la "chere amie" Por PADRAIC KING I.a muerte del Jugador y r perto h f p I ocurrió den de un coche i la calis M'MI. Se dirigía a to- mar un barro para hacer un viaje a Euro- pa, traveafa. que tenía por objeto el recon- ciliarse ron su •«nona y la fa- n 111 a de ella. > A la mañana siguiente, día de Pascua, en el comedor de la casa, delante de la dueña y de los otros huéspedes, la primera, señora Ka- therine J. Adams, abrió la caja. Fué entonces que se descubrió el contenido: una botella de "bromo seltzer". Como la Identidad del que enviaba el regalo no se revelaba, se tomó aquello por una broma. Al- guien sugirió que la caja segura- mente habla sido enviada por algu- na muchacha ruborosa y tímida, justificándose asi que no existiera una tarjeta acompañando al regalo. Este criterio fué generalmente acep- tado. Cornish dijo que pondría la bo- tella en un lugar visible y que si alguien padecía un dolor de cabeza tío utilizaría. El remedio quedaba bien a mano. El 28 de diciembre, sólo tres días después, la señora Adams se quejó de una fuerte ja- queca. Su hija, recordando el rega- lo que le hablan hecho a Cornish, dio a la madre una dosis del gra- nulado en un vaso de agua. A los veinte minutos la señora Adams es- taba muerta. Molineaux en "Las Tumbas" Tres meses después de la muerte sos. En 1915 no pudo recibir la parte que le correspondía en la herencia de su padre —unos qui- nientos mil dólares— debido a que se encontraba en un asilo de ena- jenados mentales. AHÍ murió a la edad de 51 años. Otro caso sensacional fué el ase- sinato de William Marsh Rice, mi- llonario de 84 años de edad. El an- ciano fué muerto mediante el em- pleo del cloroformo la noche del domingo 23 de setiembre, de 1900. Siempre malhumorado, rencilloso y sospechando de todo el mundo— poseía S15.ono.000>-- Marsh Rice vi- vía aislado del mundo en un apar- tamiento sin atractivos situado en el número 500 de la Avenida Madi- son, en la ciudad de Nueva York. Otro crimen sensacional Sólo una persona, su ayuda de cámara, acompañaba al viejo y des- confiado millonario. Era tejano y se llamaba Charles F. Jones. Mis tar- de, Albert T,- Patrick, consejero per- sonal de Rice, vino también a vivir al piso del anciano. También éste, como su rico cliente, era de Texas. En la casa de la Avenida Madison que fué condenado a muerte cinco veces, se encontró siempre una ma- nera de aplazar la ejecución. En di- ciembre de 1906 el gobernador Hlg- glns conmutó la sentencia por la de cadena perpetua. Después de cumplir once años y siete meses fué indultado por el gobernador John Dlx. Un asesinato patológico El caso Harry Thaw-S t a n f o r d Whlte, con sus expertos, médico- legales, especialmente en el campo de la psiquiatría, probablemente perjudicó más a la profesión mé- dica que ningún otro juicio en la historia norteamericana. William Travers Jerome, el fiscal del distrito, fué el encargado de conducir la acusación contra el ri- cacho Thaw por el asesinato de Stanford Whlte, alegre bohemio y famoso arquitecto, que tuvo lugar en la azotea- del viejo Madison Square Carden, la noche del 25 de julio de 1906. A pesar de todos sus esfuerzos el fiscal no logró mante- nerlo en la cárcel. Fué llevado al Asilo de Enajenados Mentales de Matteawan, después al Canadá y más tarda regresó a Nueva York. de Stanford White. Más tarde se divorció de Thaw. Hoy tiene 53 años de edad y vive en la miseria. De- bido a la forma hábil que se em- pleó para que Thaw evadiera la acción de la justicia, su nombre si- gue aún hoy figurando en la ac- tualidad periodística. El esqueleto histórico El otro dia, en la guardilla de la Corte Suprema de Sesiones, varios obreros del Gobierno encontraron un esqueleto humano, en él falta- ban las piernas y el cráneo. Los huesos estaban muy blancos y uni- dos entre por alambres. Las personas de cierta edad fá- cilmente habrán recordado que ese esqueleto fué presentado durante el primer juicio de Nan Patterson. mu- chacha del coro del sexteto "Floro- dora", que fué acusada de asesinar a su novio, el rico tahúr Caesar Young. Tanto la Patterson como sus familiares se vieron forzadas a ver constantemente el esqueleto forma- do por los restos de Caesar Young, cuyo verdadero nombre era f rank Thomas Young. La muerte del jugador y exper- to hípico ocurrió dentro de un co- che en la calle West. Se dirigía a tomar un barco para hacer un viaje a Europa, travesía que tenia por objeto el reconciliarse con su es- posa y la familia de ella. Desde ha- cia algún tiempo se encontraba en pésimas relaciones con la señora Young debido a su conexión con la Patterson. Nan estaba celosa. No quería per- der al alegre y generoso jugador inglés. Los acusadores, durante el juicio, mantuvieron la tesis que Young no podía haberse suicidado disparándose un tiro. La defensa sostenía que se habla dado muer- te. Con el esqueleto a la vista los expertos médicos demostraron que el suicidio habia que descartarlo en el caso. El Jurado no participó de la opinión y en un segundo juicio Nan Patterson fué declarada ab- suelta. La Joven de entonces vive en la actualidad en la costa del Pa- cífico. Un policía complicado Hace veintiséis años, en' una ma- ñana canicular de mediados de ju- lio, la ciudad de Nueva York se conmovió en sus cimientos. Un hu- milde tahúr, Hermán Rosenthal, desconocido hasta ese momento, ha- bla sido muerto por cuatro asesi- nos a sueldo que recibieron orden para cometer el crimen del teniente Charles Becker, del Departamento de Policía de Nueva York. El jugador cometió el pecado im- perdonable de negarse a pagar "protección" a la Policía. El asesi- nato se # realizó en un lugar tran- sitado, al oeste de la calle 43, jus- tamente frente al hotel "Metropole". Dos policías que se encontraban muy cerca de Rosenthal no hicie- ron ni el más mínimo movimiento para protegerle. Charles S. Whitman. fiscal deL distrito en esa época, se hizo cargo de la acusación, revelando todo el escándalo en que figuraban promi- nentemente los policías. Los cuatro asesinos fueron ejecu- tados en Sing Sing en la silla eléc- trica. La misma suerte corrió al teniente Becker, a pesar de>que has- ta el último momento estuvo asegu rando que era Inocente. El caso Rosenthal es famoso por- que todos los acusados se convirtie- ron en enemigos y se hacían res- ponsables mutuamente. Tan pronto como los criminales se dieron cuen- ta que el fiscal Whitman no era in- timldable comenzaron a "cantar". Nos vemos impedidos, por la fal- ta de espacio, de hacer un relato más completo en relación a la his- toria criminal que ha deafilado por "Las Tumbas" y la Corte Criminal. Hay decenas de casos importantes que no hemos podido tan siquiera mencionarlos. Con la destrucción de los dos fa- mosos edificios a que nos referi- mos, desaparecerá un hilo que nos une al pasado de la ciudad de Nue- va York, en la época en que la gran metrópolis solamente llegaba hasta la calla 34. » t - GC-C-*-* 7 . r

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  • EL MUNDO, SAN JUAN, P. R. - DOMINGO 9 DE OCTUBRE DE 1938.

    "Las Tumbas", la famosa prisión, desaparecerá en breve

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    E\T el mitins corazón de la parte baja de Manhattan, con sus ci. mientos descansando en lo que

    una vez fué laguna, se levantan dos edificios deformes, sombríos y re- pugnantes. Las pilas de históricos ladrillos y piedras corresponden a la Corte Criminal y "Las Tumbas". Estos monumentos de fealdad, en- teramente inútiles, han sido duran- te largo tiempo la desgracia de la ciudad de Nueva York. Al fin se comprendió esta verdad y serán re- emplazados por dos edificios moder- nos.

    Los enormes caserones a que nos referimos- no son viejos. El de la Corte fué inaugurado en setiembre de 1894 y el de "Las Tumbas" un año más tarde. En la actualidad, no solamente la arquitectura resul- ta anticuada, sino que los caserones necesitan constante reparación y es- tán llenos de sabandijas. Los luga- res mencionados se han convertido en palacios del gusano, la chinche

    ' y el piojo. Las paredes de ambos edificios,

    utilizados durante muchos años, se están quebrando. Tanto los prisio- neros como los juristas se venían quejando de los peligros a que es- taban expuestos.

    No hay que indagar mucho en los archivos para encontrar ciertos ca- sos criminales que pasarán a la historia conectados a "Las Tumbas"

    ' y la Corte Criminal. La mayor par- te de ellos se registraron no hace mucho y son recordados por la ac- tual generación.

    Une de los casos, que atrajo la atención del mundo, fue el asesi- nato de Stanford White, en los al- tos del viejo Madison Square Car- den, cometido por el joven millo- nario Harry Thaw. La'mayor parte de la atestación se refiere a la pro- clividad del asesino. El caso, por esa razón, fué más patológico que sen- sacional.

    Un famoso envenenamiento El misterioso y raro caso de Ro-

    bert Burnham Molineaux, con una dramática sorpresa después de la otra, mantuvo tanto a Nueva York como al resto del país en expecta- ción. Hijo de una prominente fami- lia, al propio tiempo extremadamen- te rica, Molineaux ideó diabólica- mente la manera de deshacerse de un rival en las lides del amor.

    La Noche de Navidad, en 1898. una caja que llevaba el elegante membrete de la casa Tiffany fué entregada por un mensajero a Hen- ry ("Harry") S. Cornish. director de cultura flsria del Knickerbocker Athletic Club. El estilo de letra usa- do para escribir la dirección del paquete no fué reconocido por él.

    Conjuntamente con otros regalos, Cornish tomó la caja y la llevó para la casa de huéspedes donde vivía.

    de la señora Adams, el ricacho Mo- lineaux fué procesado y llevado an- te el Gran Jurado. Esto se hizo después que un periódico de Nue- va York habla señalado al indivi- duo como envenenador. Molineaux fué detenido y más tarde libertado, considerándose que las acusaciones contra él eran falsas.

    Casi Inmediatamente después fué llevado nuevamente ante la Corte. Después de un juicio de trece se- manas, lo encontraron culpable y fué condenado a morir en la silla eléctrica. • , Desde Sing Sing, donde se encon- traba, gestionó Molineaux, con éxi- to, un nuevo juicio. Seis meses más tarde habla stdo trasladado a su antigua celda en "Las Tumbas". El segundo juicio, en noviembre de 1902. duró muy poco tiempo. En 15 minutos el Jurado dictó su abso- lución.

    El primer Jurado habla estimado que la letra usada para escribir la dirección del paquete enviado a Cor- nish en 1898, era la de Molnleaux. El segundo Jurado opinó lo con- trario.

    Después de haber sido absuelto, Molineaux visitaba todas las sema- nas "Las Tumbas", hablando du- rante horas con los cancerberos. Más tarde escribió una obra tea- tral, que triunfó, sobre los pre*

    el erfpiritu dominante era Patrick. Jones confesó que habla clorofor- mado al ricacho por orden de Pa- trick. Este habia elaborado un plan perfecto para apoderarse de la ri- queza del octogenario. El astuto abogado habla falseado una serie de cheques, ascendiendo el total a una suma considerable. El golpe defini- tivo estaba preparado mediante un testamento también falso, en el que figuraba Patrick como el principal beneficiado.

    Un empleado de banco llamó la atención de 4a Policía sobre un che- que por $25,000 que le hablan pre- sentado para hacerlo efectivo. Esta- ba extendido a nombre de "Albert" T. Patrick. La letra "1", que com- pleta el común nombre cristiano, no aparecía. La Policía fué a hacer una investigación al hogar de Rice, en- terándose de que el millonario ha- bla muerto la noche anterior.

    Ante las pruebas presentadas por Jones, el ayuda de cámara, Patrick fué condenado a muerte. Primero fué enviado a "Las Tumbas" y más tarde a Sing Sing. En varias oca- siones apeló Patrick ante los tri- bunales en contra de la sentencia. Pueden encontrarse en los archivos judiciales veintisiete. A pesar de

    Por ella han desfilado los más famo- sos casos criminales ocurridos en la

    ciudad de Nueva York Durante el juicio, Delphln Michael

    Delmas, uno de los muchos ahoga- dos de Thaw, mantuvo* ante el Ju- rado su tesis sobre lo que él llama- ba "Dementla Americana". La base de ella, según Delmas, era que un hombre podía y tenia el derecho de dar muerte a otro que se hubiera burlado de una mujer. El abogado que fué especialmente importado de San Francisco de California para encargarse de dirigir la defensa de Thaw, se hizo famoso por su hipó- tesis de 20,000 palabras que diag- nosticaban la "Dementia America- na".

    La "mujer del caso", Evelyn Nes- bit Thaw, habla figurado en el co- ro de "Florodora". Antes de casarse con el ricacho Harry Kendall Thaw, en 1905, habia sido la "chere amie"

    Por PADRAIC KING

    I.a muerte del Jugador y r perto h f p I ocurrió den de un coche • i la calis M'MI. Se dirigía a to- mar un barro para hacer un viaje a Euro- pa, traveafa. que tenía por objeto el recon- ciliarse ron su •«nona y la fa- n 111 a de ella.

    >

    A la mañana siguiente, día de Pascua, en el comedor de la casa, delante de la dueña y de los otros huéspedes, la primera, señora Ka- therine J. Adams, abrió la caja. Fué entonces que se descubrió el contenido: una botella de "bromo seltzer". Como la Identidad del que enviaba el regalo no se revelaba, se tomó aquello por una broma. Al- guien sugirió que la caja segura- mente habla sido enviada por algu- na muchacha ruborosa y tímida, justificándose asi que no existiera una tarjeta acompañando al regalo. Este criterio fué generalmente acep- tado.

    Cornish dijo que pondría la bo- tella en un lugar visible y que si alguien padecía un dolor de cabeza

    tío utilizaría. El remedio quedaba bien a mano. El 28 de diciembre, sólo tres días después, la señora Adams se quejó de una fuerte ja- queca. Su hija, recordando el rega- lo que le hablan hecho a Cornish, dio a la madre una dosis del gra- nulado en un vaso de agua. A los veinte minutos la señora Adams es- taba muerta.

    Molineaux en "Las Tumbas"

    Tres meses después de la muerte

    sos. En 1915 no pudo recibir la parte que le correspondía en la herencia de su padre —unos qui- nientos mil dólares— debido a que se encontraba en un asilo de ena- jenados mentales. AHÍ murió a la edad de 51 años.

    Otro caso sensacional fué el ase- sinato de William Marsh Rice, mi- llonario de 84 años de edad. El an- ciano fué muerto mediante el em- pleo del cloroformo la noche del domingo 23 de setiembre, de 1900. Siempre malhumorado, rencilloso y sospechando de todo el mundo— poseía S15.ono.000>-- Marsh Rice vi- vía aislado del mundo en un apar- tamiento sin atractivos situado en el número 500 de la Avenida Madi- son, en la ciudad de Nueva York.

    Otro crimen sensacional

    Sólo una persona, su ayuda de cámara, acompañaba al viejo y des- confiado millonario. Era tejano y se llamaba Charles F. Jones. Mis tar- de, Albert T,- Patrick, consejero per- sonal de Rice, vino también a vivir al piso del anciano. También éste, como su rico cliente, era de Texas.

    En la casa de la Avenida Madison

    que fué condenado a muerte cinco veces, se encontró siempre una ma- nera de aplazar la ejecución. En di- ciembre de 1906 el gobernador Hlg- glns conmutó la sentencia por la de cadena perpetua. Después de cumplir once años y siete meses fué indultado por el gobernador John Dlx.

    Un asesinato patológico El caso Harry Thaw-S t a n f o r d

    Whlte, con sus expertos, médico- legales, especialmente en el campo de la psiquiatría, probablemente perjudicó más a la profesión mé- dica que ningún otro juicio en la historia norteamericana.

    William Travers Jerome, el fiscal del distrito, fué el encargado de conducir la acusación contra el ri- cacho Thaw por el asesinato de Stanford Whlte, alegre bohemio y famoso arquitecto, que tuvo lugar en la azotea- del viejo Madison Square Carden, la noche del 25 de julio de 1906. A pesar de todos sus esfuerzos el fiscal no logró mante- nerlo en la cárcel. Fué llevado al Asilo de Enajenados Mentales de Matteawan, después al Canadá y más tarda regresó a Nueva York.

    de Stanford White. Más tarde se divorció de Thaw. Hoy tiene 53 años de edad y vive en la miseria. De- bido a la forma hábil que se em- pleó para que Thaw evadiera la acción de la justicia, su nombre si- gue aún hoy figurando en la ac- tualidad periodística.

    El esqueleto histórico El otro dia, en la guardilla de la

    Corte Suprema de Sesiones, varios obreros del Gobierno encontraron un esqueleto humano, en él falta- ban las piernas y el cráneo. Los huesos estaban muy blancos y uni- dos entre sí por alambres.

    Las personas de cierta edad fá- cilmente habrán recordado que ese esqueleto fué presentado durante el primer juicio de Nan Patterson. mu- chacha del coro del sexteto "Floro- dora", que fué acusada de asesinar a su novio, el rico tahúr Caesar Young. Tanto la Patterson como sus familiares se vieron forzadas a ver constantemente el esqueleto forma- do por los restos de Caesar Young, cuyo verdadero nombre era f rank Thomas Young.

    La muerte del jugador y exper-

    to hípico ocurrió dentro de un co- che en la calle West. Se dirigía a tomar un barco para hacer un viaje a Europa, travesía que tenia por objeto el reconciliarse con su es- posa y la familia de ella. Desde ha- cia algún tiempo se encontraba en pésimas relaciones con la señora Young debido a su conexión con la Patterson.

    Nan estaba celosa. No quería per- der al alegre y generoso jugador inglés. Los acusadores, durante el juicio, mantuvieron la tesis que Young no podía haberse suicidado disparándose un tiro. La defensa sostenía que se habla dado muer- te. Con el esqueleto a la vista los expertos médicos demostraron que el suicidio habia que descartarlo en el caso. El Jurado no participó de la opinión y en un segundo juicio Nan Patterson fué declarada ab- suelta. La Joven de entonces vive en la actualidad en la costa del Pa- cífico.

    Un policía complicado Hace veintiséis años, en' una ma-

    ñana canicular de mediados de ju-

    lio, la ciudad de Nueva York se conmovió en sus cimientos. Un hu- milde tahúr, Hermán Rosenthal, desconocido hasta ese momento, ha- bla sido muerto por cuatro asesi- nos a sueldo que recibieron orden para cometer el crimen del teniente Charles Becker, del Departamento de Policía de Nueva York.

    El jugador cometió el pecado im- perdonable de negarse a pagar "protección" a la Policía. El asesi- nato se# realizó en un lugar tran- sitado, al oeste de la calle 43, jus- tamente frente al hotel "Metropole". Dos policías que se encontraban muy cerca de Rosenthal no hicie- ron ni el más mínimo movimiento para protegerle.

    Charles S. Whitman. fiscal deL distrito en esa época, se hizo cargo de la acusación, revelando todo el escándalo en que figuraban promi- nentemente los policías.

    Los cuatro asesinos fueron ejecu- tados en Sing Sing en la silla eléc- trica. La misma suerte corrió al

    teniente Becker, a pesar de>que has- ta el último momento estuvo asegu rando que era Inocente.

    El caso Rosenthal es famoso por- que todos los acusados se convirtie- ron en enemigos y se hacían res- ponsables mutuamente. Tan pronto como los criminales se dieron cuen- ta que el fiscal Whitman no era in- timldable comenzaron a "cantar".

    Nos vemos impedidos, por la fal- ta de espacio, de hacer un relato más completo en relación a la his- toria criminal que ha deafilado por "Las Tumbas" y la Corte Criminal. Hay decenas de casos importantes que no hemos podido tan siquiera mencionarlos.

    Con la destrucción de los dos fa- mosos edificios a que nos referi-

    mos, desaparecerá un hilo que nos

    une al pasado de la ciudad de Nue- va York, en la época en que la

    gran metrópolis solamente llegaba

    hasta la calla 34.

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