las puertas de sevilla

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EL AYER Y EL HOY DE LAS PUERTAS DE SEVILLA (Apuntes) s. m. m.

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EL AYER Y EL HOY

DE

LAS PUERTAS DE SEVILLA(Apuntes)

s. m. m.

El Sistema constructivo

Para la construcción de la muralla se utilizó un material denominado tapial, compuesto por una amalgama formada por piedras, piezas de ladrillo o cerámica, arena y mortero de cal. La metodología constructiva consistía en colocar dos tableros de madera verticales y paralelos, separados a una distancia igual al grosor del muro, sujetos el uno al otro por medio de unos palos a modo de travesaños, llamados ‘agujas’. Se creaba así un molde que luego era rellenado con el tapial. Como se ha podido constatar en los restos que aun se conservan de la muralla, este sistema constructivo provocó diferencias de calidad en los muros, fundamentalmente dependiendo de la distancia a la que estuvieran del río, debido a la posibilidad de usar más o menos cal, más o menos guijarros.

El Bastión defensivo

La muralla fue concebida para la defensa de la ciudad, de ahí que en su origen presentara diferencias notables con respecto a la imagen que adquirió a raíz de las transformaciones sufridas en los siglos XVI y XVII, y que es la de los restos que han llegado a nuestros días. En su aspecto primitivo, la muralla también contaba con fosos inundados y puentes levadizos.

Las puertas originales

La diferencia fundamental entre la muralla original y la que hemos llegado a conocer era precisamente la de la configuración de las puertas, que en el diseño primitivo no eran grandes arcos, sino salientes del muro, en cuyo lateral se abría un acceso. Una vez traspasado el mismo, a través de una puerta que se ubicaba en sentido perpendicular, se pasaba al interior de la ciudad. Se trataba del clásico diseño en recodo propio de la cultura Islámica. De las cuatro puertas de la muralla que aún siguen en pie, sólo la de Córdoba mantiene las trazas originales.

Los Antecedentes

La ciudad de Sevilla fue fundada por los fenicios en torno al año 800 antes de nuestra Era. Su emplazamiento, en medio de una llanura fluvial, la hacía muy vulnerable a los ya por entonces bárbaros ataques de los pueblos enemigos. El único medio de conjurar ese peligro, era levantar a su alrededor un muro protector.

La Época Romana

Del año 49 antes de Cristo, data la primera referencia escrita sobre la existencia de una muralla en Híspalis, aunque por otros indicios cabe deducir que mucho antes, en el 206, la ciudad ya contaba con un muro que la protegía, tras el cual habrían buscado refugio cartagineses que huían de Escipión el Africano tras ser derrotados en Ilipa Magna (Alcalá del Río). Julio Cesar pudo ordenar ampliar la antigua muralla durante su estancia en Sevilla el año 47 antes de Cristo. Aunque se han encontrado vestigios en zonas del centro de la ciudad como la calle Laraña o las proximidades de la Iglesia de Santa Catalina que podrían corresponder a ese muro, la investigación actual aún no ha podido confirmarlo.

La Época Islámica

Los restos de la muralla que han llegado hasta nuestros días corresponden a la que levantaron en sucesivas fases los almorávides y los almohades entre los siglos XII y XIII. Se trata pues de una obra tardía de la época Musulmana. La construcción de esta muralla fue un proyecto colosal para su época. Con anchura de dos metros y medio, cubría un perímetro de 7314 metros, englobando una superficie de trescientas hectáreas y estableciendo las lindes definitivas del casco histórico de Sevilla, si bien buena parte del mismo aun no había sido urbanizado, manteniendo el uso agrícola, estado en el que llegó hasta bien entrado el siglo XIX.

La Puerta de Carmona

Situada donde hoy se encuentra la entrada de la calle San Esteban, era la Puerta Este de la ciudad, y por consiguiente, una de las principales, debido a lo cual permanecía abierta toda la noche.De la Puerta de Carmona partía la antigua Vía Augusta trazada que llevaba hasta Roma. Y junto a esta Puerta entraba a la ciudad el agua que, a través de los Caños de Carmona, se traía desde los manantiales de Alcalá de Guadaira. Reconstruida en el año de 1578 por iniciativa del Conde de Barajas, fue una de las más suntuosas de la muralla. Al igual que la Puerta de Triana, también disponía de habitáculos en su parte superior que fueron destinados a Cárcel en cuyas celdas estuvieron presos personas distinguidas. En 1868 en el transcurso de la Revolución Gloriosa y a pesar de la oposición de los alcaldes del barrio y de los vecinos de la Puerta de Carmona, esta fue demolida.

La Puerta de Córdoba

Se halla ubicada esta Puerta en la esquina de la calle Dolores Marques (antigua Córdoba) y las avenidas de Muñoz león y Ronda de Capuchinos. Es la única de las puertas de factura original que se conservan de la muralla. Realizada por los almohades conforme a los criterios defensivos que inspiraron el diseño primitivo de las puertas, se encuentra adosada a la Iglesia de San Hermenegildo. La divulgación de un leyenda que ubicaba en ese lugar de la muralla el martirio de dicho Santo, hizo que en él se instalara una Comunidad de eremitas, convirtiéndose la Puerta en lugar de culto. Ello obligó a abrir una nueva Puerta a su lado y que sería derribada en el Otoño de 1869 y de la cual quedan aun restos visibles, como una regola igual a las que también se pueden apreciar en el Postigo del Aceite donde eran ensartadas las maderas con las que se impedía la entrada del agua en la ciudad durante las grandes crecidas del Guadalquivir.

La Puerta de Jerez

Estuvo esta Puerta ubicada en las esquinas de las calles Postigo del Carbón y Tomás de Ibarra. No fue una de las puertas principales de la ciudad, pero sí protagonizó un hecho fundamental de su historia, pues a través de ella salió de la ciudad en el año de 1248 el Rey Axafat para firmar la Capitulación ante el Rey Fernando III de Castilla, cerrándose así los más de cinco siglos que duró la etapa Islámica de la ciudad. Fue reconstruida el año 1566 'con bastante forma' según afirma el autor de Los Anales de Sevilla, Ortiz de Zúñiga. Su ubicación, junto a las Reales Atarazanas y la Aduana, hizo que también fuera llamado Postigo de los Azacanes y Postigo de las Atarazanas, denominación que se daba a los mozos de cuerda que se apostaban junto a la Aduana para ofrecer sus servicios. Así mismo también recibiría la denominación de Postigo del Oro, ya que a través de él era conducido hasta la Casa de la Moneda el metal precioso que se traía de las américas. El nombre de Postigo del Carbón, le venía dado por las muchas carbonerías que existían en esta zona de la ciudad, desde la que se surtía al vecindario un producto que entonces era fundamental para las cocinas y la calefacción. Su derribo se acometió por decisión del Alcalde Francisco de Paula del Castillo en el año 1868 durante la llamada Revolución Gloriosa.

La Puerta de la Barqueta

Esta Puerta estuvo erigida en la actual esquina de las calles Calatrava y Vib Arragel (nombre que también tuvo en su día la Puerta, luego llamada de la Almenilla y finalmente de la Barqueta). Aquel lugar era donde más combatían las aguas del Guadalquivir, pues en él se encontraban las corrientes enfrentadas a las murallas de la ciudad y casi siempre de forma violenta. Para cruzar el río hubo también en este lugar del cauce una barcaza que le daría finalmente nombre a la Puerta. Como todas las demás puertas, esta había sido renovada en la segunda mitad del siglo XVI, pero en el año 1626 resultó muy dañada por la mayor inundación que sufrió la ciudad a lo largo de su historia. El Asistente Lorenzo de Cárdenas, ordenó reconstruirla, tarea que se concluyó en 1628. La Puerta fue recrecida 'tanto que su umbral bajo quedó donde estaba el alto de la antigua, quedando no sólo superior al río en su ordinario curso sino en sus mayores crecidas'. Así la Puerta quedó embebida en un 'alto y robusto' torreón escarpado, 'desde el cual se corrió un través de muralla, en parte retirada de la antigua, con bastante fondo y fuertes cubos que del todo dejaron segura e incontrastable aquella parte'. La Puerta de la Barqueta fue la primera en sufrir demolición, hecho que ocurriría en el año 1858 por orden del entonces Alcalde Conde de Casal. Cuentan que un inglés que vivía por la zona propuso que en el lugar del derribo se erigiese un monolito con la inscripción: Hércules me edificó. Julio Cesar te cercó de muros y torres altas y un Alcalde me mandó derribar con otras cuantas...

La Puerta de la Carne

Esta Puerta antiguamente llamada de Vib Ahoar, recibió el nombre de Puerta de la Carne a raíz de haberse establecido frente a ella y extramuros de la ciudad el Mercado de la Carne que, monopolizado por el Ayuntamiento, abastecía de este producto a la ciudad. Se dice que, debido a ese monopolio, la carne que se consumía en Sevilla era la de peor calidad del Reino. La Puerta fue reconstruida en 1577 por orden del Conde de Barajas. Así lo proclamaba en ella una placa de Mármol con la siguiente inscripción en Latín: QVOD FOELIX FAVSTUVM QUE SIT PORTAM CARNARIAM VETVSTATE RVINOSA IN MELIOREM FORMAM V.C. FRANCIS ZAPATA COMES ILLUSTRISS PRAES. VRG. INSTAVRANDAM CVRAVIT A DLXXVIL'O fausto y feliz suceda. El varón clarísimo don Francisco Zapata, Conde Ilustrísimo Asistente de Sevilla, cuidó de restaurar a mejor forma la Puerta de la Carne, arruinada de la antigüedad desde el año 1577 no sin que se opusiera a ello el Concejal Francisco Pagés del Corro. La Puerta de la Carne sería demolida por decisión Municipal en 1864 siendo Alcalde de Sevilla García de Vinuesa.

La Puerta de la Macarena

Se alza esta Puerta en la embocadura de la calle San Luis, en el lugar donde se encuentran las calles Resolana y Parlamento Andaluz (antigua Andueza), frente al antiguo Hospital de las Cinco Llagas, y junto a la Basílica de la Virgen de la Esperanza. Era la Puerta Norte de la muralla, por tanto una de las cuatro principales, y a través de ella entraban en la ciudad los reyes de Castilla, debiendo jurar los fueros locales antes de franquearla, de ahí que la calle San Luis, que a partir de la Puerta conducía al centro de la ciudad, llevase el nombre de Real. Ha sido objeto de múltiples transformaciones a lo largo de su historia, si bien su aspecto actual obedece al diseño que a principios del siglo XIX fuera realizado por el Arquitecto José Chamorro. El Historiador Luis de Peraza, cuenta que en el siglo XIV, ante la Puerta había un arco con la siguiente inscripción: Extremo serás del mundo, Sevilla, pues en ti vemos juntarse los dos extremos.

La Puerta de Osario

Se encontraba ubicada esta Puerta en la confluencia de las calles actuales conocidas como Muro de los Navarros y Jáuregui. Su nombre original fue el de Vib (puerta en árabe) Alfar, sin que esté muy claro el significado de éste nombre. La denominación de Osario tiene una explicación basada en la legendaria existencia de un Cementerio Mahometano a extramuros de esta zona de la ciudad. La Puerta era baja y sin ornamentación alguna, estando flanqueada por dos torres almenadas. En su interior había un altar dedicado a la Virgen del Rocío, con una pintura donde se representaba a la misma. Su reconstrucción tuvo lugar en 1573 siendo también obra del Asistente Conde de Barajas. Probablemente y debido a su mal estado, tal vez a consecuencia de los bombardeos sufridos durante el periodo de las guerras Carlistas, la Puerta Osario fue derribada en 1848 y reconstruida algunos años más tarde. Sin embargo, la nueva Puerta tendría una existencia breve, pues sería demolida definitivamente en Septiembre del año 1868.

La Puerta de Triana

Dada su orientación hacia el Oeste, esta Puerta era una de las cuatro principales de la ciudad. Las crónicas dicen también de ella que era la más suntuosa de todas por su majestuosidad y ornato. Se encontraba ubicada justo en el mismo lugar que hoy lleva su nombre, o sea en la confluencia de las calles Gravina, San Pablo y Zaragoza. Fue construida durante el reinado de Felipe II, en 1588 por orden del entonces Asistente de Sevilla Juan Hurtado de Mendoza, aunque no exactamente en el mismo lugar donde se hallaba la Puerta original, la cual se encontraba más hacia el interior de la calle Zaragoza. La nueva Puerta de Triana sería la que en lo sucesivo utilizarían los reyes para entrar en la ciudad. Sus grandes dimensiones permitieron asimismo disponer en su interior de una Cárcel que se denominó 'El Castillo' destinada a presos políticos de cierta alcurnia y de la que sería Alcaide el Duque de Medinaceli. Debido al intenso tráfico de carruajes que soportaba y los continuos atropellos a que ello daba lugar, en el año 1859 se abrieron a ambos lado del arco de la Puerta dos pequeños postigos para el tránsito peatonal. Esta decisión provocó la protesta de la Diputación Arqueológica de Sevilla, por considerar que la reforma alteraba una obra arquitectónica de gran valor. Menos de diez años después se decidió su demolición.

La Puerta del Arenal

Esta Puerta se encontraba ubicada al final de la actual calle García de Vinuesa en su confluencia con la calle Arfe. Fue renovada en el año 1566. Construida en estilo rústico, contaba con un alto frontispicio adornado con estatuas y escudos. En la fachada interior tenía una inscripción en el friso de su cornisa donde podía leerse CVRARERVUM PVBLICARVM. Y en el exterior tenía la inscripción S.P.Q.H y una placa que rezaba así: 'Philippo II Hispaniarvn Regi Filio Qve Divi Caroli V Imperatori'. Fue mandada construir por el Asistente Francisco de Castilla, actuando como obrero mayor Juan Díaz Jurado. Su demolición acometida en 1864, había sido solicitada tres años antes por una Comisión de vecinos, y fue aprobada por el Alcalde de la ciudad Juan José García de Vinuesa, cuyo nombre se daría a la antigua calle de la Mar, donde vivió y murió, fatalidad ocurrida en 1865 a consecuencia de la epidemia de Cólera morbo que se había declarado en la ciudad. García de Vinuesa acababa de iniciar su segundo mandato y su primera decisión había sido destinar integramente su salario a los más necesitados.

La Puerta del Sol

Se encontraba ubicada esta Puerta donde hoy se cruzan las calles Madre Isabel de la Trinidad y la calle Sol, la cual, precisamente, tomaría el nombre de la Puerta. Su denominación obedecía al hecho de estar orientada hacia la salida del Astro Rey. Según rezaba una lápida que había en su fachada, fue construida en el año 1595 por orden de Asistente de la ciudad Pedro Carrillo de Mendoza, durante el reinado de Felipe II. Su diseño era austero y de corte simplista. El único motivo decorativo con el que contaba era una representación del Sol que le daba nombre grabada en su frontal. La certificación de su derribo está fechada en 1869 tras alcanzarse el llamado 'Sexenio Democrático'.

La Puerta de San Fernando

Esta Puerta, también llamada Puerta Nueva, fue la última que fuera construida en la muralla. Fue erigida en el año 1760 por orden del Asistente Juan Robión quien, continuando con las reformas urbanísticas de la época entre las que se encontraban las del embellecimiento de la ciudad iniciadas por su predecesor, ordenó trazar una nueva calle desde la Puerta de jerez hacia el muro de Levante, entre el Alcázar y el monumental edificio de la real Fábrica de Tabaco, que por aquel entonces estaba también en construcción. Al final de la calle se erigiría la nueva Puerta, que llevaría como la calle el nombre del Santo Patrón de Sevilla. A uno de sus flancos se alzaba una de las torres de la muralla y al otro se construyó una réplica exacta de la misma. Tuvo sólo poco más de un siglo de existencia, pero la misma fue intensa. Por la Puerta de San Fernando salió de Sevilla el Rey Fernando VII y por ella entraron a la ciudad los Duques de Montpensier. Y fue también la primera portada de la Feria de Abril desde la instauración de esta hasta que en aquel fatídico año de 1868 (para las puertas de Sevilla), fuera demolida.

La Puerta Real

Esta Puerta se encontraba ubicada al final de la antigua calle de las Armas y hoy calle de Alfonso XII; de ella tomó su nombre el barrio que hay entre el Museo y el antiguo Convento de San Laureano. Su primitiva denominación sería Puerta de Goles, atribuida a una deformación del nombre de Hércules, el mítico fundador de la ciudad de Sevilla. El nombre de Real le fue otorgado con ocasión de la llegada a Sevilla del Rey Felipe II en Mayo del año 1570, haciendo entrada a la ciudad a través de esta Puerta. La misma fue reconstruida en 1565 por orden del entonces Asistente Francisco Chacón. Su demolición tuvo lugar en 1862, destinándose sus restos al Cementerio de San Fernando, donde permanecieron muchos años a la espera de ser reconstruida para que sirviera de entrada al Camposanto, proyecto que jamás se llevaría a cabo.

POSTIGO DEL ACEITE

Esta puerta de carácter no principal, fue construida en 1107 en tiempos de Ben-Yusuf, y reformada en 1572-1573 por el Arquitecto Benvenuto Tortello, bajo el mandato de Francisco Zapata y Cisneros, primer Conde de Barajas, que por entonces ejercía el cargo de Alcalde de Sevilla. Era conocida así ya que era lugar por donde entraba el aceite a la ciudad. En el siglo XVIII se abrió en su costado derecho una Capillita donde aun existe un retablo barroco con la imagen de una Inmaculada Concepción atribuida a Pedro Roldan. El lugar es popularmente conocido como Arco del Postigo.En sus comienzos tuvo una función diferente, y era conocida como bad-al-Qatay (Puerta de barcos), ya que los almohades levantaron al lado unas atarazanas para la construcción de navíos. También según algunas fuentes, esta puerta o postigo recibió los nombres de Puerta de la Alhóndiga. Puerta del Aceite o Puerta de la Aceituna.

EL POSTIGO DEL CARBÓN

Este singular Postigo del Carbón, cuya construcción data aproximadamente de 1183 también recibiría el nombre de Las Atarazanas, del Oro o de los Azacanes (nombre designado a los hombres que realizaban los más duros servicios del puerto). Tuvo gran relevancia por ser esta Portilla la más cercana a la nueva Aduana construida por Asensio Maeda en 1583, y a través de la cual se daba entrada a las mercaderías que se recibían de América.

Fuentes:Publicaciones ICASFototeca M. S.Archivo M. S.InternetAutor.

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Continuará…