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LAS PANDILLAS y SU IMPACTO EN LA SOCIEDAD: UN DIALOGO NECESARIO

WILLIAM DONADO GARCIA1

Resumen

El presente artículo pretende mostrar la existencia de un actor invisible en los diálogos y en los

procesos de paz en Colombia, al cual, si no se le tiene en cuenta, de no atacar sus orígenes,

frenar su desarrollo, podría convertirse en otro problema grave, como ocurrió en países como El

Salvador, Nicaragua, donde el mal manejo del post-conflicto originó un problema que creció y se

salió de curso: las Pandillas organizadas; agrupaciones, que terminaron en convertirse en un grupo

de poder, que produce daños a la sociedad, comercian con drogas, armas, generando otro

problemas social y de seguridad ciudadana.

Palabras claves

Pandillas, conflicto, post-conflicto, niños, adolescentes, diálogos, procesos de paz

Introducción

Colombia es un país que ha estado en conflicto armado por más de cuatro décadas, lo que según

el Centro Nacional de Memoria Histórica ha dejado una estela aproximada de 220.000 muertos, de

1 Abogado, especialista en derecho de familia, Estudiante de Maestría en Conflictos Sociales y Promotores

de Paz, Universidad de Cartagena, I cohorte, 2.013, docente Universidad San Buenaventura Cartagena,

coordinador semillero de Investigación NNA.Conflictos, adscrito al grupo Demosophia, categoría C en

Colciencias.

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los cuales 176.000 eran civiles, unos 5 millones de desplazados, OTERO, en Indepaz, (2.008), y 25

mil desaparecidos (informe CMH 2.013) y otras 800.000 víctimas de heridos y mutilados

(univision.com 2012), entre combatientes y civiles.

Por esta razón, existe un marcado clamor por la Paz en Colombia, debido al agotamiento por ese

conflicto extenso, que cada día deja más pérdidas humanas y materiales, que afectan la economía

del país y el tejido social. Por lo que el 19 de noviembre del 2.012, el gobierno del Presidente

Santos, dio inicio a los diálogos e instalación de las mesas de negociación, con miembros de la

guerrilla de las Farc, uno de los actores del conflicto armado en Colombia, considerado la guerrilla

más antigua del mundo; grupo que según cifras oficiales, tiene actualmente unos 18.000

combatientes, CNNCHILE (2.012).

Necesario es analizar, en este artículo, el estado actual de esas y otras negociaciones, celebradas

en Colombia y verificar si en éstas se ha dado la inclusión de todos los actores que generan

violencia.

DESARROLLO

La búsqueda de la paz, es un elemento latente en los diversos gobiernos en Colombia, es decir

desde hace más de tres décadas ha existido la intención de hacer la paz con los diversos actores del

conflicto armado. Se recuerdan los acuerdos de paz realizados en Colombia, en los años noventa,

en el que se desmovilizaron los grupos Movimiento 19 de abril( M-19), el Ejército Popular de

Liberación(EPL) el Quintín Lame( MAQL), el comando Ernesto Rojas(CER), la Corriente de

Renovación Socialista( CRS) el Partido Revolucionario de los Trabajadores(PRT), según semanario

verdad abierta.com ( 2.011). Luego durante el gobierno del presidente Uribe (2.002-2.010), decidió

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reunir a todos los grupos de extrema derecha, por lo que se firmaron los acuerdos con las

denominadas Autodefensas Unidas de Colombia, –firmados los días 14 y 15 de julio del 2.003-, en el

llamado Acuerdo de Santa fe de Realito para continuar la paz de Colombia, proceso que duró unos

3 años, al cabo de los cuales se desmovilizaron 31.671 paramilitares (www.reintegracion 2005).

En Colombia, se han revisado los diversos acuerdos con agrupaciones armadas, sin embargo, de

acuerdo a la investigación, se puede inferir que existe una agrupación armada, que produce

conflictos, daños patrimoniales, hurtos, lesiones personales, homicidios, delitos sexuales, con

territorios e identidad, y que se han convertido en un problema social. Estas agrupaciones son las

denominadas Pandillas, las cuales se convierten en un actor invisible, pero que actúan en contra

de los intereses de la sociedad, con consecuencias negativas al país.

Sea, sea lo primero analizar que el Pandillismo, es definido por PEREA (2.007) como un

“fenómeno social, que consiste en una forma de habitar la ciudad, adoptada por muchachos,

generalmente de estratificación social baja, quienes intentan sortear los grandes y complejos

desafíos del siglo XXI. Por tanto, son grupos conformados, por muchachos y muchachas que

habitan en los barrios subnormales, con una subcultura y costumbres propias de la agrupación, un

producto de la extrema pobreza, situación la que sirve de caldo de cultivo para esta problemática,

ubicando su existencia y aumento en una relación directamente proporcional al nivel de pobreza”.

Estas agrupaciones, tienen unos períodos de duración, que varían de acuerdo a los intereses, la

coherencia, o aún a la suerte misma de la vida, ya que pueden desaparecer cuando son

exterminadas por otra pandilla.

Por estar Colombia en etapa de firmas de acuerdos de paz, se considera pertinente hacer un

análisis de la relación Desarrollo de pandillas y Post conflicto. En este estadio, forzoso es analizar la

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experiencia de otros países, donde existió conflicto armado, y se llegaron a acuerdos de paz, caso

El Salvador, donde se vivió una guerra civil (1.980-1.992) protagonizada por las guerrillas del

Frente Farabundo Martí, la cual terminó con el acuerdo de Chapultepec en 1.992. En El Salvador,

años posteriores al proceso de paz, abundaron las pandillas, conocidas como las Maras, que son

agrupaciones de niños y jóvenes, entre los 12 a los 18 años, que se calculan que tienen

aproximadamente 50.000 miembros. Entre las principales maras, se encuentran la Salvatrucha 13

y la Salvatrucha 18, las que cometen todo tipo de actos criminales, como abuso sexual, hurto,

narcotráfico, y se les sindica de asesinar a más de 2.000 personas, entre en el 2.008 al 2012,

García (2012, el Salvador .com), convirtiéndose en un problema transnacional, que impacta a

Centroamérica y Norteamérica en forma directa, pues estos operan en esos lugares. Del mismo

modo influye el Suramérica, dada la facilidad de comunicar y adoctrinar su forma de actuar en los

jóvenes de esta parte del continente.

En Colombia el problema de las pandillas, se presenta en las principales ciudades, es decir es un

problema de la vida urbana, precisamente en las ciudades que han recibido personas provenientes

del campo, lo que lo convierte en problema complejo. Esta situación ha crecido en forma silenciosa,

impactando a ciudades como Cartagena, Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Pereira y Neiva y

luego se traslada al campo, llevado por los jóvenes, que después de estar en la ciudad, regresan al

campo, sea en forma parcial o definitivamente; Las pandillas, producen entonces un desafío a las

autoridades gubernamentales, judiciales y a la Policía, debido al aumento de sus miembros y de

sus actos delictivos.

Al revisar el caso Bogotá, la cifra es altamente preocupante pues, según estudio realizado por el

Instituto Distrital para la Protección de la Niñez y la Juventud, citado por Perea(2.007), para el año

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2.003, existían unas 700 pandillas, y para el año 2.006, se calculan en unas 1.000 pandillas,

conformadas por niños y jóvenes de 12 a 18 años.

En Cali, el caso es complejo, Cambio (09,2008) publicó un informe, dónde da cuenta que en esa

ciudad actúan unas 400 padillas, conformada por niños y adolescentes de 10 18 años, las cuales en

su mayoría actúan en el Distrito de Agua Blanca y Siloé, las cuáles se han visto involucradas en

homicidios, lesiones personales, hurtos y abusos sexuales.

En Pereira, existen unas 52 pandillas, con aproximadamente unos 1.000 integrantes, donde las

autoridades se encuentran preocupadas por cuanto existe el riesgo es que los narcotraficantes los

recluten (Cambio 2.008), como ha ocurrido en otras ciudades.

En Medellín, según El Centro de estudio y análisis de la Convivencia, estudio publicado en Semana

(2.008) estableció que actualmente existen unas 200 pandillas, con unos 5.000 miembros con

edades entre los 14 a los 20 años, reclutados por paramilitares y narcotraficantes, viniendo a

conformar ahora los llamados Combos, que trabajan en el microtráfico y la extorsión con los nuevos

jefes de bandas criminales, los cuales los utilizan además para el campaneo (avisar de la presencia

de la policía), la seguridad de sectores, la guarda de drogas y armas en sus casas, y aún en la

encomienda- modalidad de sicariato para cobrar deudas. Se contabilizan unas 1.250 muertes, en el

2.009, cifra contabilizada de enero a julio, hechos ocurridos en las Comunas noroccidental y

nororiental, situación que preocupó altamente a las autoridades municipales. Semana (2.010)

En Barranquilla, el Tiempo (05.2.012) registra que la Policía Nacional, tiene identificada unas 43

pandillas, con más de 1.000 jóvenes, con edades entre los 13 y los 16 años, quienes atracan,

extorsionan, asaltan sexualmente y causan homicidios en sectores como Carrizal, el mercado, gran

abastos, manteniendo aterrorizada una gran parte de la ciudad.

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Al revisar el caso de la ciudad de Cartagena, según la Secretaria del Interior de Cartagena,

publicado en EL UNIVERSAL(2012), que indica que al año 2012 existen unas 73 pandillas, con

más de 15.000 integrantes, compuestas por adolescentes y jóvenes, entre los 13 y los 26 años,

que operan en los barrios de las zonas suroriental y suroccidental, como son Daniel Lemaitre, Paseo

de Bolívar, Nariño, San Francisco, Palestina, lo Amador, el Toril, Los Comuneros, Pablo VI, Santa

Rita, Canapote y en la zona suroriental en Olaya, la Esperanza, La Candelaria, El Pozón , Nelson

Mandela, el Socorro, entre otros. Con nombres como Los Tancones”, “Los Poquiticos”, “Los del

Milagro”, “La central”, “Los P 400”, “Los Pedro Romero”, “Los Mandela”. Curiosamente la pandilla

de los P 400” es dirigida por una joven, de solo 20 años, quien a su vez es hija de un miembro activo

de la Policía Nacional.

El diario EL ESPECTADOR (2012) publica un diálogo con un líder de la comunidad del barrio Lo

Amador, en Cartagena quién comenta que sólo en su barrio, existen 4 pandillas, conocidas como

“los 70 de Joselito”, “las Águilas”, “los Bárbaros” y los “Bravos del Toril”, compuestas cada una por

unos 50 jóvenes y adolescentes, entre los 13 y los 5 años, pero algunas son por niños desde los 8

años.

En esta parte, se hace necesario entrar a analizar los orígenes de este fenómeno, lo cual se realiza

siguiendo el estudio de PEREA (2.007 pág. 69) ha dicho que el pandillismo se debe unos rasgos

característicos que son: la Ruptura con lo instituido, la entrega al grupo, la adopción de prácticas

conflictivas como el miedo, la clase social, la obediencia al grupo y el territorio.

Respecto a la ruptura con lo instituido, se marca una ruptura total de los jóvenes con las instituciones

establecidas. Por ejemplo la primera institución con la que rompen es con la familia, porque en su

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mayoría provienen de familias disfuncionales, hogares con problemas, padres violentos,

maltratadores o ausentes, madres complacientes, con poca autoestima. En este escenario se

desata un conflicto complejo y permanente entre padres e hijos. Los padres carecen de empleo, o

ganan muy poco, lo que los hace vivir en condiciones de hacinamiento.

Otra institución con la que rompen su vínculo es la Escuela. Los menores y jóvenes integrantes de

las pandillas, desertan de la escuela, y los pocos que logran ingresar al sistema educativo, imponen

sus ideas y amenazas y hasta ataques a los estudiantes, otros llegan a la escuela para reclutar y

adoctrinar a sus compañeros de clases, o para extorsionar y amenazar a los compañeros; existen

casos como en el Limonar, de la ciudad de Medellín, donde los niños son extorsionados, obligados a

pagar vacunas de $500 y $1.000 diarios, El Colombiano (abril 2.013). Estos jóvenes en edad

productiva no trabajan, debido a su poca capacidad de laborar, falta de estudio, inseguridad para

ejercer responsabilidades laborales, lo que propicia que la calle los absorba cada vez más.

Un segundo rango que contempla el estudio citado, es la entrega al grupo, donde el niño o

adolescente, al ingresar al grupo, y como consecuencia de la ruptura del vínculo con su familia, con

la escuela, se va volviendo cada vez, más dependiente del grupo, fincando en ellos la mayor parte

del tiempo, lo que lo hace dependiente del mismo. El grupo le ofrece un ambiente de hermandad,

fraternidad, lo que le lleva a entregarse a la “ley interna” del grupo, la cual no se puede vulnerar por

nada del mundo. El grupo les brinda una aparente estabilidad emocional, lo cual complementan con

el consumo de alucinógenos, para estar mejor.

El tercer rango citado por PEREA ( pág. 70, 2.007) es el Miedo, el cual se constituye en una

prácticas necesaria, infundir miedo para obtener respeto; Por eso los jóvenes atacan con piedras,

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changones, palos a las casas, vehículos, a la Policía, roban, consumen cantidades de drogas, como

actividades para infundir respeto en los integrantes y en la comunidad.

Respecto a la clase social, se acuña una frase literal que dice” la pandilla es hija legítima de la

pobreza”. La generalidad de las pandillas se encuentra en los estratos 1 y 2. En el caso de

Cartagena se ubican en la Localidad 1, 2 y 3, por tener cada una de éstas asentamientos

suburbanos y personas de estratificación baja.

Como cuarto elemento es el comportamiento y la obediencia a ciegas al grupo, que genera de

las pandillas en general es complejo y conflictivo, generando una violencia calificada como un

instrumento necesario, razón por la que en su accionar cometen una serie de delitos como asaltos a

mano armada, lesiones personales, homicidios, consumo de estupefacientes, abuso sexual,

además generan conflictos entre ellas mismas, dado que marcan unas líneas invisibles las cuales no

pueden quebrantarse ; conflictos que en el 2.012, causaron unas 34 muertes, ataques a

Hospitales, a profesionales de la salud, según informe de la PROCURADURÍA (2.012).

La comunicadora Ana María Cuesta, en el medio virtual, SINVERGÜENZA (2012), comenta que los

pandilleros, son jóvenes que han crecido sin Dios y sin ley- institucional, en hogares disfuncionales,

con un alto nivel de violencia intrafamiliar, además, que han creado un conflicto tan grande, que

muchas veces, ni siquiera la policía ha logrado contenerlos, relata el caso de una pelea entre

pandillas, ocurrida en el barrio Manuela Beltrán, donde los agentes de la Policía Nacional junto al

Escuadrón móvil antidisturbios, tuvieron que retirarse, para protegerse de las lluvias de piedras y

balas.

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Un quinto elemento es El Territorio, el cual se define como el espacio, donde la pandilla ejerce

dominio, control. En ese espacio se sienten seguros, lo custodian, trazan líneas imaginarias, crean

refugios, algunos practican a extorsión en esos territorios, lo cual hacen para demostrar dominio y

poder. Se considera la violencia como un elemento indispensable de estos grupos, lo que les

permite demostrar fuerza y supervivencia del grupo. Las pandillas además disputan territorios, para

lo cual utilizan todo tipo de estrategia no convencional de guerra, como enfrentarse a piedras, a

cuchillos, con armas de fuego, hechizas, changón, revólver, lo que ocasiona lesiones personales, en

muchos casos la muerte a sus miembros y a quienes no están participando, como le ocurrió a

Jeison y Daniel Yesid, dos jóvenes que fallecieron, como consecuencias de balas perdidas,

producto de la guerra entre pandillas, EL UNIVERSAL (05, 2012).

Al decir de los expertos, (SIC.GOV) en Cartagena, al igual que en otras ciudades, es en este

momento donde se nota que las organizaciones de esta categoría, se encuentran influenciadas los

ejemplos de las pandillas centroamericanas las denominadas Maras, influencia debida a los medios

de comunicación, y al fenómeno de la migración, donde jóvenes han salido del país, aprenden esa

subcultura y luego reingresan al territorio colombiano, importando esta problemática. Las novelas

mexicanas, los programas norteamericanos, donde se muestran a las Maras Salvatrucha, su hábitat,

costumbres, tatuajes, operaciones, logros, exteriorización de su problemática, terminan influyendo

en forma negativa en los jóvenes, que ven estas prácticas como admirables e imitables.

Las Maras, crecieron y desarrollaron durante la etapa posconflicto en El Salvador, las Pandillas en

Colombia, están creciendo en regiones donde se han firmado acuerdos de paz o desmovilizaciones,

lo que les coloca en una relación de directamente proporcional , pues el aumento real de pandillas

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corresponde a las ciudades, donde habitan desmovilizados, reinsertados u otras personas

beneficiarias de acuerdos.

Hoy por hoy, se puede notar, la existencia de un riesgo alto e inminente, ya que estos niños y

jóvenes, armados y generando conflicto en las ciudades principales, amenazan con extenderse a

las zonas rurales, quienes además son utilizados por las bandas criminales, para encargos IPC

(2.012), para actuar como agentes del microtráfico, sicarios u extorsionistas, a cambio les

proporcionan armas ilegales y dinero.

CONCLUSIÓN

Se puede calcular en Colombia la existencia de unos 80.000 niños y adolescentes vinculados a las

pandillas, y que potencialmente hay aproximadamente 9.000 menores de edad que se

desmovilizarían de la guerrilla, en el caso de la firma de una negociación en la Habana , por lo tanto

se hace necesario crear espacios para una verdadera mesa amplia de Negociación, que incluya el

problema de las pandillas, siendo indispensable presentar estrategias pedagógicas, políticas ,

socio jurídicas y económicas que permitan intervenir el problema de raíz, ofreciendo verdaderas

alternativas de resocialización integral a los niños y jóvenes, indispensables para garantizar la paz,

la seguridad y la tranquilidad de los ciudadanos.

DUDOUET (2011), enseña que un proceso exitoso, iniciaría con una estrategia para el auto-

empoderamiento, donde se utilice la expresión: “poder de los sin poder”, de tal forma que las

comunidades oprimidas y desfavorecidas, mediante la resistencia no violenta, o acciones de NO

VIOLENCIA, puedan tomar el control de sus vidas. Por tanto se formulan las siguientes propuestas

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generadoras de paz, que incluye las fases de Empoderamiento, incidencia, influencia mediante

terceros y cadena de no violentos.

Para iniciar la primera fase de empoderamiento, o educación, o concientización, en la que se

despierta una conciencia política sobre la naturaleza de las relaciones desiguales, y la necesidad de

abordar la igualdad en la Familia, en la comunidad, en la ciudad en el País. Reunir a todos, tratar

con todos, escuchar sus opiniones, ideas, propuestas. Los docentes deben ser generadores de ese

empoderamiento, apoyando procesos de mediación con los jóvenes pandilleros, sin excluirlos del

sistema educativo. Del mismo modo la Familia debe brindar espacios de igualdad a sus hijos

vinculados a pandillas, ofreciéndoles relaciones fuertes y sólidas.

En una segunda fase se debe movilizar a las familias, a la comunidad local, a los colegios y

escuela, a la juventud para pensar en el cambio. Esto se hace mediante la creación de mesas de

trabajo, mapeos, juntas de barrios, donde se interactúe, con dinámicas de grupo, en las que se

pueda ir construyendo un modelo igualitario, donde se conozcan los problemas, los derechos de

cada uno, se escuchen las voces de los sin voz, para que formulen sus propuestas de cambio.

Fase de Incidencia Pública, en la cual se debe Preparar y Capacitar a grupos de estudiantes de

secundaria y universitarios, con herramientas sobre cómo impactar e influir en los

administradores públicos, las autoridades de Policía, los empresarios, los líderes religiosos, para

convertir en políticas públicas y educativas el trabajo con los jóvenes pandilleros, el cuál debe ser un

proceso sostenible, con permanente monitoreo y evaluación de resultados.

Otra mecanismo de Transformación del conflicto, que propone DUDOUET (2.011) es la denominada

Influencia mediante el apoyo de terceros, el cual consiste la relación de dependencia entre el

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régimen objeto de lucha y sus contrincantes no violentos. En el caso de las pandillas, se pueden

ubicar mediadores, con capacidad de intervenir, que generen confianza a las partes, y que apoye en

todo el proceso, como los líderes Religiosos.

Esta última fase es complementada con la teoría de GALTUNG (1989) la “Gran cadena de no

violencia”, cual es la participación de terceros que no son víctimas, pero cuya colaboración es

necesaria. Aquí se incluyen los empresarios, comerciantes, quienes pueden actuar en forma

directa que influyan en los adversarios, apoyando el proceso económica y socialmente. Creando

documentos para hacer de la práctica de la no violencia un hábito en toda la sociedad.

Importante es resaltar lo importante del Intento en este sentido, que en Cartagena en el año

2.010, realizó procesos de Rehabilitación con unas 8 pandillas de los sectores de Nariño, Petare,

Pedro Salazar. La estrategia, lograr una negociación al conflicto, mediante un mediador, que en

este caso fueron el Comandante de la Policía Comunitaria de la Policía Nacional y la Iglesia

Católica, quienes realizaron reuniones separadas con cada una de las pandillas. La Secretaría de

Participación social del Distrito de Cartagena presentó un programa de atención integral, donde

aborda el tema con una caracterización, identificación, verificación de goce de los derechos

fundamentales, intereses, estableciendo el grado de vulnerabilidad, para establecer una estrategia

de atención que responda a las necesidades, atención en los diferentes ámbitos de la vida,

restitución de derechos, atención fármaco-dependencia, capacitación laboral, re vinculación al

sistema educativo, talleres de formación artística y creatividad, formación deportiva, recreación y

convivencia pacífica. Luego, realizaron charlas conjuntas, en las que fueron acompañados de un

equipo interdisciplinario, compuesto por sicólogos, terapistas de grupo, trabajadores sociales, y otras

disciplinas, SICINTERIOR (2.011). Algunas empresas como Argos, Éxito s.a. Fundación Santo

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Domingo, apoyaron este proceso, capacitando a los jóvenes en riesgo, y ofreciéndoles

determinados puestos de trabajo a algunos; La parte triste es que en ese intento, los empleos

ofrecidos fueron de corta duración, pocas garantías laborales, y no todos los jóvenes accedieron a

los trabajos, ni todos continuaron los estudios que se les ofreció, por lo que muchos de estos

jóvenes reintegrados, volvieron a conformar pandillas, o apoyar otras ya existentes.

Una estrategia debe ser duradera en el tiempo, estrategia sostenible, que incluya políticas Públicas

inclusivas, de rehabilitación y resocialización, educación de calidad y trabajo digno.

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