las organizaciones patronales en alemania

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BOLETíN . . DRL TR.ABAJO N.O is. - DICIE!JBRE 31 DE 1910 BUENOS AIRES IMPREN1'A Y CASA F.DlTORA <JlIAN A. AT.SINA' 2.')9, AI.JlERTI, 259 1910

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Las publicaciones económicas se han ocupado muy poco de las organizaciones patronales

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Page 1: Las organizaciones patronales en Alemania

BOLETíN

. .

DRL TR.ABAJO

N.O is. - DICIE!JBRE 31 DE 1910

BUENOS AIRES

IMPREN1'A Y CASA F.DlTORA <JlIAN A. AT.SINA'

2.')9, AI.JlERTI, 259

1910

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ESTA PUBLICACIÓN ES ÓRGANO

DEL

DEPARTAMENTO NACIONAL DEL TRABAJO

SUMARIO

Condiciones del trabajo en la ciudad de Buenos Aires. . . . . . 779Talleres mecánicos y herrerías.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 779Talleres de sombreros y gorras. . . . .. . \. . . . . . . . . . . . . . 799Indnstria del calzado.. 806

Población obrera de la República Argentina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 816Provincia de Salta " '., . . . . . . . . . . . . . . . .. .. . . .. . . . . . 816Provincia de Santa Fé........ . . . . . . . . . . . . . . .. 82.0

Agencias de colocación en la ciudad de Buenos Aires " . . . . . . . . . . . . . . 825Impuestos municipales de consumo " 827Coste de la habitación del obrero en Buenos Aires y en otras ciudades del

mundo......................................................... 846Las organizaciones patronales en Alemania " 863Casas para obreros en Buenos Aires.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 876Demografía profesional. ~ . . . . . . . . . . . . . . . . . 880Accidentes del trabajo en la ciudad de Buenos Aires '" . . . .. . . . . 910Seguro obrero..... 918Conflictos ferroviarios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 921Huelgas en la ciudad de Buenos Aires, durante el tercer trimestre de 1910. 927Huelgas en el extranjero...... 930Legislación nacional...... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . 939

Fomento de la inmigración y colonización. . . . . . . . . . . . . . . .. 939Movimiento de pasajeros en la ciudad de Buenos Aires.. . . . . . . . . . . . . . . . . 958Crónica:

La inmigración en el primer siglo de la independencia : . . .. 959La huelga como fuerza mayor. . . . . . . . . . .. 968I,a huelga ferroviaria en FIancia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .. .. . . . . 970Casa de retiros de veteranos del trabajo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 972El precio del pan en Buenos Aires ,. . . . . 974

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"

LAS ORGANIZACIONES PATRONALES EN ALEMANIA

Las publicaciones económicas se han ocupado muy poco, hasta elpresente, de las organizaciones patronales; es en Alemania, el paísclásico de la organización severa, donde han adquirido el más grandedesenvolvimient.o. Es por esto, que debemos recibir con satisfacción laaparición de dos obras que tratan ese punto en forma amplia. Unatiene por autor al Dr. Gerhard Kesler, y por título, «Las asociacionespatronales alemanas» (Leipzig 1907); editada por la Sociedad de So-ciología. Este libro presenta una exposición interesante de esa impor-tante cuestión; esta escrito con imparcialidad y en una forma verda-derament.e científica; se saca igualmente mucho provecho bajo elpunto de vista práctico. El sociólogo bien conocido, W. Kulemann,consejero en el tribunal regional, ha consagrado á la organizaciónpatronal en Alemania, el tercer tomo de su gran obra recientementeaparecida, "Uniones profesionales». La exposición de la situación enlos otros países aparecerá en un próximo volumen. Kulemann, no seocupa solamente, como lo hace Kessler, de las asociaciones que tienenpor fin reglamentar las relaciones con la clase obrera, sino tambiénotras organizaciones económicas de industriales, con exeepción delos tratados. Por lo tanto, él acuerda la mayor importancia á lacuestión de las relaciones entre obreros y patronos. Mientras Kesslerdivide su sujeto de manera de someter aisladamente á un análisiscrítico,las diversas formas en las cuales se ha producido el movimien-to patronal, Kulemann quiere. antes que todo, reunir en la formamás completa posible, todos los elementos relativos á la cuestión; deaquí resulta la división según las organizaciones, tratadas cada unaseparadamente, lo que da á su libro un carácter más histórico y des-criptivo.

Debemos admiramos al considerar los frutos del celo prodigioso,con el cual, autor tan erudito, ha podido reunir un material en extre-

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mo abandonado, que, proviniendo exclusivamente de informacionesauténticas, formaría la base de todo trabajo ulterior sobre la cuestióny e~to á pesar d~ la~ grandes dificultades suscitadas por la indolencia:y aun por la antípatia, que muchas de las organizaciones estudiadasha? manifestado contra la publicidad. Las dos obras se complementanasí, de una forma feliz.

En las páginas que siguen, daremos una ojeada general sobre elestado actual de la organización patronal en Alemania.

El ~nov~miento patronal ha sido principalmente favorecido por dosorgamzaciones centrales de la industria alemana, la Asociación Cen-tral de los Industriales Alemanes y la Federación de los Industriales,E.s sabido que. la primera es la más poderosa organización de Alema-

. nia; su fundación se remonta á la transformación brusca de la políticacomercial de Bismarck, en sistema proteccionista, la que encuentra enlc~Asociación Central el más ardiente partidario. Bajo el punto devista de la. política social, ella torna una actitud muy reaccionaria;ella recomienda, es ci erto, la solicitud de los patronos respecto á loso.breros, pero rechaza los principales progresos en política social, con-sl~er~ndolos como «avances al socialismo». La Asociación representaprincipalmente la «industria pesada» como se llama á la gran indus-tria mmera y de minas y principalmente las industrias de medios-fabricantes (demi-fobricantes); su fuerza principal reside en la influen-c~a social y política considerable de la gran industria rliéno-ioetpha-lienne. Al contrario; la Federación representa más bien los interesesde l.os industriales pequeños y medianos, especialmente de aquellosdedicados á la fabricación de productos concluidos; ella rechaza lapolítica unilateral de los derechos protectores obtenidos de la Asocia-ció~ Central, como su firmeza al oponerse á las aspiraciones político-s~clales; su centro de gravedad se encuentra en Saxe y en la Alema-nia del Sud. En Tollo 30.000 industriales estaban enrolados en laFederación. De ese número, 5.600 son miembros aislados, los otroshacen parte por intermedio de 80 federaciones afiliadas.

~n el sentido extricto, el movimiento patronal, especialmente laresistencia organizada á las aspiraciones del proletariado es de data. 'reciente; se puede fij al' su origen en el año 1890. A partir de en tonces,se formaron dos asociaciones esporádicas en sus ramas, los más diver-sos y sobre los territorios más variados de Alemania.

LA::; OltUANlZ.U:WNl<lS PATRONALm; EX ALE~lAXIA8G5

Ha sido sobre todo en la peqlleña industria y los oficios que susesfuerzos fueron particularmente vigorosos, mientras que durantemucho tiempo, la gran iudustria propiamente dicha, se mantiene ais-lada, fiándose en sus propias íuer zas. La situación no varia hasta elaproximamiento de la gran huel ga de Crimmit -chan (invierno ] 903_1904), cuando todo el proletariado sindicado de A.lemania socorrefinancieramente á los huelguistas en una forma grandiosa. Este hechoobliga á los grandes organismos industriales (la Asociación Central yla Federación) á proceder á la creación de asociaciones patronalescentrales. La Asociación Cen tral entabla al mi 1110 tiempo una cam-paña para ayudar á los fabrica n tes de Crimmist-chan y pone al pocotiempo á su disposición 200.000 marcos. Imp resionados por la yro~ti-tud y 1a unanimidad desplegad a por parte de los patronos, la directivade la huelga, la hace cesar incondicionalmente. Desde e~tonces, laformación de las organizaciones centrales progresa tranqmlamente Yse llega muy pronto á la creación dé dos asociacion~s .~emejantesque han efectuado un tratado hace ya tiempo. La AsoclaclOn. Centralde industriales alemanes crea la O ficina Central de FederaclOnes pa-tronales á la cual se afilia principalmen te la gran industria de la cualella emana. El número de obreros ocupados por los miembros de laOficina Central alcanzaba, á su fundación (1904) á 456.731; perQ seeleva á fines de 1907 á 900.000 más ó menos.

La Federación de Industriales crea una segunda oro'anización, titu-lad a « nión de Federaciones Patronales». A fin del año 1907, ellacomprendía 41 federaciones con 250 sub-federaciones; el llú~ero deobreros dependientes de ellas se elevaba á LJ:OO.OOO. Las mas pode-rosas asociaciones afiliadas á la nión son: La Federación General deMetalúrgicos alemanes con 500.000 obreros; la A ociaci(,n de Indus-triales de Saxe con 400.000 Y la Asociación patronal Hamburgo-Alto-na con 140.000. A título de comparación, citemos el Oficio Central deorganizaciones patronales austriacas fundado hace dos años y que yacuenta cerca de 3.000' explotaciones con cerca de 450.000 obreros.

A la fecha no hay" tal vez, muchas industrias alemanas que no ten-gan una unión patronal; y esta es, la mayor parte de las .veces, ap:ica-da á una de las dos grandes federaciones centrales, por ,ll1termedlO deuna asociación profesional central. Lo particularmente interesantees como lo hemos dicho más arriba, los oficios marchan adelante enAlemania, Y á lapar de las corporaciones profesio.nales, oficiales,. álas cuales no les es permitido mezclarse en los conñictos del trabajo,ellos se han creado una organización patrona1 perfecionada.

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La organización de las diversas uniones y federaciones varía mucho.El Dr. Kersler trata en una forma detallada diferentes formas. A fin decompeler á !as industrias á adherirse en tiempo oportuno, muchas unio-nes no a~ml~en los establecimientos en los cuales existe una huelga Ó

que sea lllmmen~e su producción. Muchas veces así, durante una huelgael derecho á retirarse es suspendido. El poder de las asociacionesdepende mucho, n.aturalmente, de su organización interior, y especial-mente de los medl~s de que ellas disponen respecto á .'lUS miembros, asícom? de la energia y de la prudencia del que preside su adminis-tración.

La. actividad desplegada por las uniones en la defensa de los inte-rese~ ~e los patronos, es muy extendida y muy variada. El Dr. Kesslerla divide en medidas de protección contra los movimientos obreros y lashuelgas y. después e~ medidas adecuadas para combatir las huelgas ya asegu~al la l~nocUldad, po.r fin, en consecuencias igualitarias con elproletanado. Entre las medidas mencionadas en primer término figu-rán: por e~emplo, las .«listas negras», sobre las cuales, mientras ta~to, seesta sufi~lentementemformado. Numerosas asociaciones se limitan áe~evar listas de ~brer~s que se han hecho culpables de propaganda~Irectamente pumbles o desleales (por ejemplo: á causa de deshonss-tI.dad, de deserción, etc.), 10 que en parte es así aprobado, y aún soste-nido, por los obreros: Además, existen, muchas veces, listas cuyo fin es elde sepa~ar de las usinas á los agitadores ú otras personas caídas endes?,racIa. La opinión respecto á tales listas es por lo demás muyvanable, y muchas asociaciones patronales las condenan públicamente.El Dr. Kess!er, también se adhiere á este último punto de vista, esti-~~ndo que mdudablemente tales listas pueden reportar grandes injus-tícias. Es ímposíble que las personas sean apreciadas de acuerdo conlas d~n~~cIas sin haber podido defenderse ó disculparse; Kessler esde opimon, que ~o debería tolerarse semejantes listas, sino á condiciónde ser.~llas publicadas, que al lado del nombre figure el motivo de laexclusión, y q?e eventualmente sea creado un tribunal para decidirsobre la.~x~ctIt~ld de la alegación. El gobierno imperial alemán pare-ce también ll1cl~l1ado á esta manera de ver, como es permitido deducirde la~ dec1ar~elOne~ qu~ han hecho recientemente en el Reichstag.. OtlOS medios ordmanamente empleados son los compromisos que

ligan á los obr~ros y le~ obligan á no formar parte de ningún sindicato;per? esos medios son Igualmente reprobados por las grandes fede-raciones.

Por el contrario, las oficinas del trabajo han adquirido una gran

LAS ORGANIZACIONES PATRONALES EN ALEMANIA 867

importancia; son las asociaciones patronales aisladas que las hanintroducido y las administran sin el concurso de representantes obreros(unilateral mente, entonces). A la cabeza se encuentra la Federaciónpatronal Hamburgo-Altona, que dirije en total 25 oficinas de coloca-ciones y que efectúa, en el año 1905, 140,445 contratos; en el 1906,162,464; cifra que ha sido superada en los años posteriores. En elaño 1904, 30 de esas principales organizaciones han, por su mediación,procurado, todas en conjunto, colocación á 232,228 obreros quesolicitaban trabajo. Debemos todavía agregar las oficinas de coloca-ción de grupos de profesionales; éstas son igualmente unilaterales yhan negociado 213,000 colocaciones con gente que procuraba trabajo.Muchas de esas instituciones mediadoras son obligatorias para losmiembros de las asociaciones patronales en cuestión; ellas ejercen lasmás de las veces un control severo en la elección de los obreros. Porlo demás, esas o:ficin~s de colocaciones son, en parte, maravillo-samente, técnicamente organizadas, y procuran trabajo mucho másrápidamente que las otras. Los obreros en huelga son «suspendidos»mientras ella dura; los que durante una huelga se han particularmentedestacado en los puestos avanzados, como agitadores, son la mayorparte de las veces, suspendidos por un período más largo. La oficinade colocación de Hamburgo tenía en 1906, 200,000 fichas personalesde los obreros que buscaban trabajo, de suerte que la mayor parte seencontraba bajo un control sistemático. Hagamos notar aquí, que laCorte Suprema del Imperio se ha pronunciado respecto á que unaasociación patronal que instituye una bolsa de trabajo con monopoliode colocación, está obligada á fundar cuidadosamente cada caso, y nopuede sin razón y en una forma contraria á la moral, privar largotiempo de pan á los obreros, y en caso contrario, ella está obligada ápagar los daños y perjuicios.

Las asociaciones patronales disponen de otros medios, que son: laestipulación de las disposiciones generales relativas al trabajo, 10mismo que la determinación del monto' del salario y de las condiciones

. del trabajo, fuera de las cuales ningún miembro puede hacer concesio-nes á sus obreros.

Por lo demás, numerosas federaciones han también inscripto en suprograma el fomento de las instalaciones de bienestar .social; ellas.meioran la situación de los alquileres, combaten el alcoholismo,sostienen á los obreros que han caído en la miseria injustamente.· LaUnión de patrones de Auhalt, en Dessan, fundada en 1887, y contandoá fines de 1901,62 firmas y 10,333 obreros, nos ofrece un ejemplo

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interesante; es, en efecto, la única unión que tiende exclusivamenteal mejoramiento de la posición social y de la situación material dela .clase obrera, como también á la cooperación pacífica del prole-tariado y del patronato; para lo cual han confeccionado un vastoprog-rama que los miembros se comprometen hacer triunfar. La uniónha, efectivamente, producido muchas mejoras en la situación de sustrabajadores. Todo industrial que forme parte está obligado á rendircuenta á la oficina, todos los años, de acuerdo con un formularioest~~lecido,. de lo que ha hecho para la ejecución del prog-rama de'política social y cuáles han sido los resultados.

La Unión ha hecho surg-ir en la gran industria alemana, juntas deobreros, en su distrito y en muchas otras localidades. Bajo la influenciade individualidades eminentes, que fueron sus fundadores y sus jefes,y entre los cuales citaremos los industriales Dr. Oechlhauser y RíchardRaesicke, la Unión ha desplegado una actividad tan fructuosa comooriginal.

Kessler coloca en el seg-undo g-rupo todas las medidas destinadas ácombatir una huelga ya producida, Con ese fin, se ha formado todauna ~áctic~ de lucha contra la huelg-a y una diplomacia de huelga cuyaspar~lCulandades no pueden ser tratadas aquí. La cuestión primordiales SIempre, naturalmente, las neg-ociaciones con las org-anizacionesobreras, y aunque éstas hayan sido hasta ahora recusadas por pode-rosas federaciones patronales, el principio de la discusión gana terrenode día en día. Las asociaciones patronales se han sublevado muchasveces contra la aserción de que ellas se esfuerzan en combatir todolevantamiento del proletariado; muchas veces han reprobado enérg-;-camente á los patronos que se obstinan en la exag-erada duración deltrabajo y en salarios demasiado bajos comparativamente con lascondiciones ordinarias de sus concurrentes industriales. También enuna circular de la oficina central, de 28 de julio de 1906 (ver Kule-man, p. 170), se lee: «Semejante conducta no responde á la situacióndel patrono, tal como se lo fig-ura la oficina central. Para la org-aniza-ción de la resistencia de los patronos contra los ataques injustificadosde los obreros y de sus federaciones, una de las suposiciones funda-mentales es, que el patrono por su propia voluntad hace todo lo posiblepara satisfacer lealmente á sus obreros, de acuerdo con la situación encuestión. Ante todo, el patrono debe evitar todo lo que fuere denaturaleza de ponerlo por su culpa, en contradicción con sus obreros.pues sin esto los incidentes, como aquellos de que se trata aquí, sería~inevitables.» .

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«Dirijimos á las oficinas de las asociacioues adjuntas á nosotros, elpedido urgente de velar para que sus miembros observen, de modo deno provocar ninguna objeción, las condiciones de trabajo de cualquiernaturaleza en razón de la situación g-eneral actual, etc,»

Lo notable es que al principio, en numerosas organizaciones patro-nales, dominaba una opinión favorable, en nada hostil á los obreros,pero que poco á poco, se transforma en un sentimiento inverso. Muchasveces no era la influencia de la industria propiamente dicha, la quedeterminara ese cambio de rumbo; esta juzgaba la mayor parte deltiempo el esfuerzo de los obreros con una exagerada manera de ver,pero el origen se remontaba á la influencia de la industria de artemecánico. Aunque frecuentemente salidos de las clases obreras, sonlos pequeños obreros, los que con más frecuencia presentan la luchadesde el puntu de vista más est.ricto. Nosotros hemos constatado queantes las asociaoiones patronales, en tesis general,se han introducidomás pronto en la pequeña industria que en la grande.

Un principio fundamental de las organizaciones patronales es queson ellas las que deben dirijir las negociaciones con los obreros. Enseguida que una huelga se declara se recuerda, en primer término, átodos los miembros, el deber de no volver á tomar en ning-ún momentoá los obreros huelguistas, cuyos nombres les son comunicados; de estamanera éstos quedan sin trabajo y agotan sus cajas. Frecuentementeexiste, con motivo de la no admisión de huelg-uistas, compromisosrecíprocos con las org-anizaciones patronales del país y del extranjero.No hay que confundir las "listas de huelga» con las "listas negras»;las primeras no existen sino durante la huelg-a. Su legalidad absolutaha sido reconocida en diversos casos por los tribunales. Las grandesasociaciones patronales tienen sus propios controladores que comparanlas listas de huelga en curso con los nombres de aquellos que buscantrabajo. Las oficinas de colocaciones de los patronos entran tambiénen funciones. En la Bolsa de trabajo de la Federación de Industrialesde Berlín, ofrecen primero á cada solicitante una colocación vacantepor causa de la huelga. El que la rehuse es considerado como huel-guista y es también excluido desde ese momento de la medición deltrabajo. Numerosas uniones patronales dan prueba de gran actividadpara procurarse, y aún de lejos, obreros deseosos de trabajar, prestar-les la protección necesaria y eventualmente transportarlos á otroslug-ares donde reina una huelga, cuando Ia primera ha terminado. Lasasociaciones patronales emprenden así los trabajos urgentes de susmiembros perjudicados por la huelg-a, lo que casi siempre da por

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resultado el cese de ésta, los obreros se niegan á cumplir esa tarea.Muchas veces los estatutos obligan á los miembros á encargarse delos trabajos de huelga á precios determinados.

La expedición del trabajo de huelga á otra usina es indiscutible-mente un medio peligroso, porque muchas veces es causa de que seproduzcan otras huelgas. Es por esto que las feder~ciones patronalesse preocupan de inducir á sus miembros á la inscripción de la clasede huelga en todas las obligaciones relativas á la entrega de merca-derías. La más conocida á ese respecto es la cláusula estipulada en1907 entre las asociaciones patronales de la industria textil y loscompradores, especialmente las casas de confecciones. Ella estipula,que en caso de huelga, lock-out ú otra interrupción de explotación, lospatronos afectados por ella, pueden diferir sus compromisos relativosá la entrega de mercaderías y á la recepción de las mismas. Si lainterrupción continúa, de los proveedores, por más tiempo del deter-

, minado en el convenio, el compn.dor tiene derecho, previa una notifi-cación del contrato, de renunciar á la cantidad que falta. Los dañosy perjuicios son excluidos en todos los casos. Un tribunal arbitralnombrado por las asociaciones patronales de las partes contratantes(compradores y vendedores) decide las cuestiones.

Otra innovación digna de ser mencionada, introducida por muchasasociaciones, es el contrato de protección de clientela, destinado áimpedir el quitar la clientela al patrono perjudicado por una huelga.Así, por ejemplo, las cervecerías tienen una asociacion de proteccióncontra el boycot; bajo pena de multa está prohibido á sus miembros,durante un boycot ó dentro de los tres meses que siguen á su termi-nación, de reanudar nuevas relaciones de negocios con los clientes delos miembros boycoteados ó aumentar las expediciones de mercaderíashechas á éstos.

El medio más riguroso de la táctica patronal es entretanto ellock-out, Aquí el Dr. Kessler distingue tres clases: el lock-out porayuda ó simpatía, el de programa y el de castigo. El primero repre-senta la forma más antigua y la más extendida, consistente en losiguiente: en cualquier parte donde se produzca una huelga de largaduración los demás patrones acuden en su ayuda y despiden susobreros para agotar de esa manera los recursos financieros de' éstos.En estos últimos años la solidaridad patronal se ha desarrollado detal manera, que muchas veces, la sola amenaza de un lock-out haconducido á los obreros á la vuelta al trabajo. Es así que la Federa-ción general de industriales metalúrgicos alemanes amenazó, en

junio de 1906, con el lock-out á 300,000 obreros metalúrgicos éimpuso así sus condiciones.

Es también característico un incidente relatado por Kessler. EnZangenlieban 150 obreros textiles sindicados habían reclamado; laAsociación de industriale de Silisia, decide despedir todos los obrerossindicados de su distrito, ó sean 12!000 obreros, hasta que la recla-mación de esos 150 fuera retirada. Esa condición fué aceptada y elIock-out no se efectuó.

El arma mágica del lock-out es empleada muy seguido por lospatronos para oponer e á la táctica en moda de l'abatage. Los sindi--catos prefieren naturalmente, atacar á las explotaciones unas despuésd~ otras y someterlas á sus exigencias hasta que todas sean á sutiempo obattues. Esa táctica es para ellos llena de esperanzas, porquela mayor parte de los obreros continúan trabajando y fácilmentepueden mantener los huelguistas de una sola empresa.

Kessler designa con el nombre de lock-out de programa, los que8011 organizados para imponer ciertas exigencias de principios de lospatronos. En una palabra, los lock-out de castigo (punition) losencontramos principalmente á causa de la fiesta del 1.0 de Mayo; losobreros ausentes del trabajo SOl! despedidos ó suspendidos por uncierto número de días. Como lo piensa Kessler, por medio del lock-outde Mayo, las federaciones patronales alemanas llegaron en pocos aÜ08,á aniquilar casi completamente el día de holganza del 1.0 de Mayo.Es interesante constatar que muchas veces las federaciones patronalesindemnizan todas las semanas á los obreros que no se hubieran asocia-do á la huelga, pero que han tenido que despedir con los otros. Muchasveces también, se despide sólo á los sindicados. Cada vez más fre--cuentemente se imita la táctica de los sindicatos que, como se sabe, áfin <le evitar gastos muy elevados, prefieren poner en huelga sólo unaparte de los obreros; por ejemplo, los' ajustadores, Iundidores, maqui-nistas y los guarda-máquinas. En una forma completamente análoga,LIS federaciones patronales no ejercen el lock-out sino sobre unporcentaje determinado de obreros.

'I'ambién la Federación de Fabricantes de objetos dé metal deBerlín ha establecido para sus lock-out los principios siguientes: sirnás d~l 15 % de todos los obreros se ponen en huelga por más dequince días, empieza un lock-out; en seguida ellO % de los obreros esdespedido; si esto no basta, otro 10 % es despedido en la se~ana.igniente, hasta. un máximum de 70 Ofo, naturalmente, teniendo

especialmente en cuenta á los no sindicados inscriptos, que en caso deser despedidos deberán ser mantenidos.

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En todos los casos el lock-out es una medida tan grave, que debeser empleada por las asociaciones patronales tomando especial-o,medidas de prudencia. Se tiene una idea de la extensión que hatomado ese medio de combatir en estos últimos años, al saber que en1905 los lock-out han afectado á 118,665 obreros. Kessler presentauna muy interesante enumeración de los principales lock-out, ymuestra al mismo tiempo que la estadística oficial es completamenteinutilizable por razón de lo incompleto de su establecimiento; dice así:«El principal resultado por los cuadros comunicados, es que casi todoslos más importantes lock-out han tenido éxito, unas veces completo yotras parcial, para los patronos; 15 lock-out triunfaron indiscutible-mente, 20 tuvieron resultados parciales y 4 solamente fracasaron.Vemos por lo tanto, que el lock-out es un arma á la cual los obrerosno pueden generalmente resistir. Es una razón suficiente para que lossindicatos moderen los deseos de huelga de sus afiliados y de reprimiren su germen las huelgas declaradas á la ligera. Es también unarazón suficiente para los patronos el no inquietarse sin causa justadel crecimiento de las federaciones obreras. Por lo demás, los gastosy pérdidas elevadas que ocasiona todo lock-out aún para los patronestriunfadores, impedirá ciertamente que se sirvan con frecuencia deesta arma poderosa y en casos indiscutiblemente no justificados. Xide uno ni de otro lado, los árboles no crecen hasta el cielo.

El recurso del blocus des matériau» tiene un gran rol en el movi-miento patronal alemán. 'I'iene por objeto impedir á los patronesaislados quebrar la solidaridad y de pescar en aguas turbias duranteuna huelga. Para impedir esto, los proveedores de materias primas yde productos semifabricados, son invitados á no proveer á los traidores.si quieren conservar la clientela de la mayoría de los patronos.Muchas veces los proveedores entran á formar parte de las federacio-nes patronales.

El blocus des matériau» es especialmente empleado en los gremios.y lo es raramente en la industria propiamente dicha. En el gTemio.:leconstrucciones especialmente, tiene un gran rol, pero es tambiénempleado en otros numerosos ramos. Recordemos á título de curio-sidad que en 1907, á causa de una huelga de mozos carnicero.s, la,poderosa Federación de Agricultores compromete á todos los agricul-tores de los alrededores á no facilitar animales á los patronos quehabían accedido á las exigencias de los sindicatos. Como el blocus desmaiériaw e exije un contralor severo, sucede muchas veces que lospatrones llenan ellos mismos las funciones análogas á los puestos de

f,AS ORGAl\TJ:ZACIONFlS PA'l'RONALES EN ALE,[AN[A 873

huelga de los sindicados. Así, en Konigsberg, la Federación patronalpara la industria y explotación de bosques convino no p:'oveer á ~ospatronos que habían accedido á las exigencias de los oficiales carpin-teros. Para su contralor los aserraderos fueron vigilados por lospatronos carpinteros. Lo mismo que en otros casos, los patronospanaderos vigilaron las explotaciones á las cuales les habían aplicadoel blocus de la harina y de la levadura.

Kessler discute en forma detallada las medidas tomadas por lasasociaciones patronales para protejer á los que deseen trabajar y delos que se preocupan muchas veces después de terminada la huelga.La Federación de fabricantes de objetos de metal de Berlín, posee unorganismo especial. Los obreros que aseguren bajo su firma y supalabra de honor que no están sindicados y que no se han hechoculpables de quebrantamiento de contratos y que han .observ.adobuena conducta, son inscriptos en las listas como «obreros ínmatricu-lados». Esos obreros no deberán ser licenciados por los miembros dela Asociación y en caso de chémaqe reciben de la Federación duranteun cierto tiempo, un socorro apreciable (después de 5 años, 2 marcos50 pheni por cada dia hábil) sin necesidad de pagar contribu~ión p~rello. Actualmente más ele la mitad de todos los obreros son inrnatri-culados. El «movimiento amarillo» corno lo llaman, muy discutidoactualmente, es también tratado en forma amplia y juzgado por Kess-ler. Por lo demás, no da mucha importancia á semejantes experienciascuyo carácter es problemático.

Uno de los capítulos más interesantes es el del seguro contra lahuelga. La organización más antigua en esta clase es la ,de minas, enDortmund. Esta federación tué creada en 1889 después de la granhuelga de mineros y comprendía en 1891 la mayor parte (105) de lashulleras de ese territorio COII las cuatro quintas partes de la produc-ción total; tenía un capital de medio millón de marcos y pagaba cadaaño 230.000 marcos de indemnización. Hoy existe un gran número desociedades de indemnización contra las huelgas, repartidas en las másdiversas ramas. Citaremos como ejemplo la de la industria metalúr-g.ca, Esta sociedad contaba, á fines del segundo año de su. e~istencia,(1906) 1.048 firmas con cerca de 160.000 obreros y 185 millones demarcos de salarios. Ese mismo año fueron pagados 534.059 marcosde indemnización á 255 firmas. La prima cobrada es del 3 por mil delmonto de los salarios y la indemnización es más ó menos del 12 y 1/2por ciento de los salarios no pagados. Existen dos sociedades decontra seguros adjuntas á la oficina central y á la Unión de patronosalemanes. Las federaciones de indemnización contra el boycottage; son

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también organizaciones parecidas; éstas están reunidas en una federa-ción de protección de cervecerías alemanas contra el boycottage,sociedad de seguros mutuos que contaba en 1905, 26 sub-uniones ypagaba más de 636,285 marcos de indemnización por boycottage.

y por fin, en el dominio de la actividad de las asociaciones pa-tronales hay que considerar las convenciones igualitarias con losobreros, especialmente la convención sobre tarifas, las bolsas detrabajo igualitarias, las comisiones permanentes de arbitraje, etc.

Es fuera de duda, que esas instituciones producen grandes resultadosy su acción se ejerce de la manera más feliz. Hacen ya dos años quese contaban más de 5.000 estipulaciones de tarifas de toda importancia,desde la tarifa fija hasta la de imposición. Este resultado es tantomás satisfactorio por cuanto el derecho alemán prohibe todo contratopara la suspension de las estipulaciones de tarifa; éstas se basan, pues,en todo tiempo sobre la plena espontaneidad y no pueden de ningunamanera, ni aun por convenios punitorios, ser impuestas jurídicamente.En general se puede decir que la gran industria, encontrándose bajola dirección de la Asociacion central, rechaza hasta ahora la conven-cion de tarifa y que la industria de artes mecánicas, por el contrario,se inclina enteramente á ese principio, mientras que la industriamediana y Sll representante la Federación de Industriales, estáindecisa todavía. No repetiremos aquí las razones existentes en proó en contra de las convenciones de tarifa; hagamos notar solamenteque su rechazo no depende en todos los casos del punto de vistaautocrático síno de las consideraciones técnicas. Es que allí, dondeuna industria progresa rápidamente ó donde el nivel técnico es muydiferente en las diversas explotaciones que forman parte de una mismarama, ó donde existe una importante competencia extranjera, laaplicación de los convenios de tarifa choca con grandes dificultadesLos convenios de tarifa se han impuesto por completo en las artesgráficas, sastres, industria de la edificación, de bosques y en las cer-vecerías. Y no se encuentran casi en las minas, en la industriaquímica y en la del papel y del azúcar.

Una constatación importante se desprende de las huelgas, y es quepara los obreros la pequeña guerra tiene más esperanzas de éxito: Y alcontrario para los patronos, es la lucha en masa. En consecuencia, lospatronos tienen gran interés en terminar en lo posible todos losconvenios en una misma fecha si no. se puede llegar á un' conveniogeneral. Entonces: cuando el término finaliza, todos los patrones deesa rama se levantan contra la totalidad de los obreros; las huelgasaisladas desaparecen y son reemplazadas por luchas de gigantes. Con

LAS ORGANlZAClONES PATRONALES EN ALEMANIA

más frecuencia todavía las partes prefieren ponerse de acuerdo, conel fin de evitarse un conflicto costoso y de dudoso resultado.

La protección legal que falta á Los convenios de tarifa en Alemaniaes muchas veces reemplazada por compromisos de las partes contra-tantes de boycotear á las firmas ó á los obreros que lIO observen lasestipulaciones de la tarifa. Los obreros no pueden aceptar trabajo enlas usinas que no reconozcan la tarifa; así los patronos fieles tienen,por lo contrario, una garantía de que la competencia grosera queimpera sobre los salarios no tiene ventaja respecto á ellos y recípro-camente. En las artes tipográficas existe una tarifa obligatoria,impuesta por diez años y comprende casi toda la rama; ella determina-que todo.patron debe formar parte de la asociación patronal y todoobrero del sindicato (socialista), y sin este requisito los unos noencuentran obreros y los otros trabajo. Esta estipulación ha conducidoá resultados completamente notables; así, por una parte, las cincuentaimprentas del partido social-democrático deben adherirse á las asocia-ciones patronales, mientras que muchos ayudantes. o~reros que n~quieren ser socialistas son obligados á entrar en el sindicato que estabajo esa dirección. Kessler critica estas estipulaciones y por diversasrazones las encuentra condenables.

,LS instituciones igualitarias compuestas por partes iguales pordelezados de los obreros y de los patronos, merecen siempre ser lasmás °ampliamente difundidas; ellas tendrán por fin la reglamentaciónde la colocación de trabajadores y el arreglo amigable de los conflic-tos. En ese sentido también las asociaciones patronales han fundadoinstituciones hermosas. No podemos menos de transcribir las palabrascon las cuales Kessler termina su obra: «Hemos visto que los esfuerzoshechos por las asociaciones patronales para obrar de acuer~o ypacíficamente en interés de la profesión en general, están todavía enla infancia. La mayor parte de ellas se ocupan más de obras dedefensa, de seguros contra las huelgas y del lock-out, que del tr~bajoen común para la fijación de tarifas, crear oficinas de colocaclO~esigualitarias y comisiones de arbitraje. Y, entre tan.to, hemos pO~lcl.odemostrar que en las asociaciones patronales los miembros suscepti-bles de oír razones y conciliatorios son más numerosos que lostestarudos y provocadores. El porvenir y el éxito será de los quecombaten por el acuerdo pacífico y por el reconocimiento bien refle-xionado de los derechos del proletariado y no de los que predican unabrutal autocracia.»

DR. FRIEDRICH HER'rz.