las nuevas generaciones de mujeres rurales como promotoras del cambio

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como promotoras del cambio mujeres rurales Las nuevas generaciones de Un estudio cuanti cualitativo de la situación de las mujeres rurales jóvenes, de sus necesidades y oportunidades en Argentina

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  • como promotoras del cambio

    mujeresrurales

    Las nuevas generaciones de

    Un estudio cuanti cualitativo de la situacin de las mujeres rurales jvenes, de sus necesidades y oportunidades en Argentina

    Las

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    osolapa 9 cm1,5 cmsolapa 9 cm

    Entre los cometidos confiados a la Unidad para el Cambio Rural (UCAR) por el Ministerio de Agricultura, Ganadera y Pesca de la Nacin (MAGyP) al momento de crearla, se en-cuentran coordinar y planear iniciativas de inversin pblica con financiamiento total o parcialmente externo orientadas al desarrollo en reas rurales. En ese marco, la generacin, la sistematizacin y el anlisis de informacin de relevancia para la toma de decisiones estratgicas resultan crticos para que tales iniciativas provoquen o promuevan los cambios sig-nificativos en el territorio que de ellas se esperan.Con el espritu de mejorar el entorno de gestin y diseo de instrumentos de poltica en el seno de la UCAR y el Ministerio, y contribuir al acervo general de informacin disponible para otros mbitos estatales, el rea de Planeamiento y Gestin Estratgica de la UCAR ide la serie de estudios Informacin para la gestin del desarrollo, de la que la presente publica-cin forma parte. La dimensin de su aporte a la calidad de las decisiones pblicas de diseo y ejecucin estar directamente vinculada a la amplitud de su difusin y utilizacin.

    Informacin para la gestin del desarrollo

  • Un estudio cuanti-cualitativo de la situacin de las mujeres rurales jvenes, de sus necesidades y oportunidades en Argentina.

    como promotoras del cambio

    mujeresrurales

    Las nuevas generaciones de

  • Direccin de ArteMara Mac Lean

    Diseo y maquetacin Alan Braun

    ColaboracinPablo RedondoCecilia Perriard

    FotocromaMatas Romero Fernndez

    Facundo Rossetto

    Alegre, Silvina Las nuevas generaciones de mujeres rurales como promotoras de cambio. Un estudio cuanti-cualitativo de la situacin de las mujeres rurales jvenes, de sus necesidades y oportunidades en Argentina / Silvina Alegre ; Patricia Lizrraga ; Josette Brawerman ; coordinacin general de Josette Brawerman. - 1a ed ilustrada. - Ciudad Autnoma de Buenos Aires : Ministerio de Agricultura, Ganadera y Pesca de la Na-cin. MAGyP., Unidad para el Cambio Rural, UCAR., 2015.320 p. ; 26 x 24 cm.

    ISBN 978-987-1873-31-9

    1. Mujeres. 2. Comunidad Rural. 3. Nuevas Tecnologas. I. Brawerman, Josette , coord. CDD 305.42

  • Coordinacin general a cargo de Josette Brawerman

    Responsable del componente cuantitativoSilvina Alegre

    Responsable del componente cualitativo Patricia Lizrraga

    Se cont con el asesoramiento de Jorge Scalise, de la Asociacin

    Civil de Estudios Econmicos (ACEE) en el diseo metodolgico en temas vinculados con el desarrollo rural.

    Investigacin encargada al IIPE-UNESCO

    Sede Regional Buenos Aires por la Unidad de Cambio Rural (UCAR)

    del Ministerio de Agricultura, Ganadera y Pesca

    de la Nacin Argentina.

  • Presidenta de la Nacin Argentina Cristina Fernndez de Kirchner

    Jefe de Gabinete de MinistrosAnbal Fernndez

    Ministro de Agricultura, Ganadera y Pesca

    Carlos Casamiquela

    Coordinador Ejecutivo de la Unidad para el Cambio Rural

    Jorge Neme

  • prlogo

  • 7En el transcurso de estos aos de trabajo, la Unidad para el Cambio Rural (UCAR) del Ministerio de Agricultura, Ga-nadera y Pesca de la Nacin ha consolidado su aporte a la formulacin y la ejecucin de las polticas pblicas agropecuarias orientadas al desarrollo de las economas regionales, con el objetivo de equilibrar el mapa social y productivo de la Argentina y mejorar sustancialmente la calidad de vida de la poblacin.

    En este marco, hemos trabajado con un firme compromiso por la inclusin y la equidad, buscando contribuir a la erradicacin de las situaciones de inequidad de gnero que, en perjuicio de la mujer, todava persisten en el mbito rural.

    Las mujeres son sujetos clave en la produccin agropecuaria. His-tricamente, han trabajado a la par de los hombres y sin embargo no han accedido a los mismos derechos y atribuciones. En la actua-lidad, aun cuando se han logrado importantes avances en materia de ampliacin y profundizacin de derechos y en la concientizacin sobre esta problemtica, constatamos, a partir de las intervenciones de la UCAR en distintas reas del territorio nacional, que las mujeres continan teniendo una menor participacin en los espacios de de-cisin y en el acceso, el uso y el control de los recursos productivos.

    Ser joven, ser mujer y vivir en el medio rural son tres condiciones que implican un mayor esfuerzo para lograr llevar adelante un pro-yecto de vida. Las asimetras de gnero, la distribucin del poder que las relega a la esfera domstica, los prejuicios respecto a los jvenes como resabio de los aos 70, y la todava escasa integracin entre el campo y las ciudades, configuran una realidad adversa para

    las jvenes del campo, que explica, en parte, el bajo peso relativo de este grupo poblacional en los patrones de asentamiento geogrfico de las reas rurales.

    Sin embargo, desde hace una dcada, las transformaciones polti-cas y sociales han contribuido a modificar sus aspiraciones y sus pro-yectos. Para quienes formulamos y gestionamos polticas pblicas, es vital incorporar informacin de calidad acerca de estos cambios, a los efectos de producir intervenciones ajustadas a las realidades que se manifiestan en los territorios de nuestra Argentina.

    Por eso, esta publicacin est dedicada a las condiciones en las que las mujeres jvenes, como sujetos de desarrollo, viven y produ-cen en el medio rural, con especial atencin a su nivel educativo, sus formas de organizacin, sus condiciones de acceso al mundo del trabajo y sus vnculos con las nuevas Tecnologas de la Informacin y la Comunicacin (TICs).

    Esperamos que este material sea aprovechado en el diseo de las polticas pblicas que contemplen mayores niveles de inclusin, de equidad de gnero y de participacin activa de las nuevas genera-ciones en el mundo rural. Es un gran desafo desde el Estado seguir construyendo capacidades y herramientas para fortalecer a las mu-jeres jvenes como sujetos de cambio, vitales para la modelacin de nuevas realidades, seguramente ms justas y ms libres. k

    Jorge NemeCoordinador Ejecutivo de la Unidad

    para el Cambio Rural

  • 8

  • 9La presente publicacin puede enmarcarse en una extensa tradicin de promocin de la perspectiva de gnero de la que aqu solo se destacan algunos hitos relevantes. Por un lado, cabe resaltar que en el transcurso del ao 2015 se conmemora el 20 aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer y de la adopcin de la Declaracin y Plataforma de Accin de Beijing. Simultneamente, en la 59 sesin de la Comisin de la Condicin Jurdica y Social de la Mujer del mismo ao, representantes de go-biernos y de organizaciones sociales de todo el mundo hicieron un balance de avances y desafos pendientes para dar sentido y realidad a este acuerdo histrico hacia la igualdad de gnero y plena vigencia de los derechos de las mujeres.

    Asimismo ONU Mujeres, organizacin dedicada a promover la igualdad de gnero y el empoderamiento de las mujeres, tiene en-tre sus prioridades de accin acelerar el progreso que conllevar a mejorar las condiciones de vida de las mujeres para responder a las necesidades que enfrentan en el mundo. Esta organizacin apoya a los Estados Miembros de las Naciones Unidas en el establecimiento de normas internacionales para lograr la igualdad de gnero y tra-baja con los gobiernos y la sociedad civil en la creacin de leyes, polticas, programas y servicios necesarios para implementar dichas normas. Tambin respalda la participacin igualitaria de las mujeres enfocndose en cinco reas prioritarias: el incremento del liderazgo y

    la participacin de las mujeres; la eliminacin de la violencia contra las mujeres; la participacin de las mujeres en todos los procesos de paz y seguridad; el aumento del empoderamiento econmico de las mujeres; y la incorporacin de la igualdad de gnero como elemento central de la planificacin del desarrollo.

    Cabe destacar asimismo el documento El progreso de las mujeres en el mundo 2015-2016: transformar las economas para realizar los derechos. En este trabajo se menciona la necesidad de obtener evi-dencia emprica que permita evaluar los avances en el mbito de los derechos econmicos y sociales de la mujeres y se advierte sobre la falta de datos en relacin con estos derechos, y sobre la necesi-dad de contar con ms y mejores indicadores por sexo, condicin socioeconmica, ubicacin geogrfica, raza y origen tnico, con el fin de capturar las desigualdades mltiples e interrelacionadas a las que se enfrentan las mujeres.

    Se seala adems en el documento mencionado la necesidad de financiar fuentes de informacin rigurosas e impulsar su desarro-llo, en tanto se alienta la elaboracin de investigaciones cualitati-vas, para identificar dimensiones de la desigualdad que no resultan fcilmente cuantificables pero que s influyen en el disfrute de los derechos de las mujeres y las nias, incluidas la marginacin social y la privacin de su poder de accin.

    En este contexto, la publicacin Las nuevas generaciones de muje-

  • 10

    res rurales como promotoras de cambio. Un estudio cuanti-cualitativo de la situacin de las mujeres rurales jvenes, de sus necesidades y oportunidades en Argentina, cobra mayor dimensin al visibilizar distintas situaciones desde los indicadores sociales pero tambin a partir de la voz de sus protagonistas.

    El estudio, llevado a cabo durante el ao 2014, fue solicitado al IIPE - UNESCO Buenos Aires por la Unidad para el Cambio Rural (UCAR) del Ministerio de Agricultura, Ganadera y Pesca de la Re-pblica Argentina. La investigacin tuvo entre sus propsitoscarac-terizar al colectivo de las mujeres rurales jvenes del pas en relacin con la educacin, el acceso a las tecnologas, la salud, el trabajo y la produccin y hacer visibles reas de vacancia y nichos de opor-tunidad para el diseo de proyectos de intervencin orientados al desarrollo integral de las mujeres rurales jvenes.

    La investigacin se enmarca en la necesidad de un diagnstico de la situacin socio-productiva y educativa de las mujeres rurales jvenes de la Argentina, con el fin de identificar prioridades y opor-tunidades que contribuyan al diseo de polticas territoriales con enfoque de gnero. Si bien se recurre a la informacin proveniente de los Censos Nacionales tambin se procura profundizar, desde un enfoque cualitativo, en aspectos que no son visibles a travs de la informacin censal. Se intent dar cuenta no solo de problemas concretos y dificultades que enfrentan las mujeres rurales jvenes

    sino tambin de sus intereses, aspiraciones y demandas.Si bien el objetivo del diagnstico fue producir un informe como

    posible insumo parala elaboracin de orientaciones estratgicas en relacin con la toma de decisiones de polticas rurales con enfoque de gnero, las conclusiones de la presente investigacin atraviesan y competen de algn modo varias reas de gestin en lo que atae a las polticas pblicas.

    Como bien se seala en la investigacin, la integralidad de las polticas pblicas es una condicin para el desarrollo territorial con enfoque de gnero. Esta necesaria integralidad se vuelve central para pensar y dar cabida a procesos de autonoma y sustentabilidad ms all de la oferta de los programas y proyectos del mbito estatal.

    En la publicacin se destaca la necesidad de complementar las situaciones vinculadas con el estudio con la posibilidad de utilizar lo aprendido; las oportunidades de trabajar con la disponibilidad de lugares de cuidado y educacin de los nios ms pequeos, el desarrollo de emprendimientos productivos con la mejora de la in-fraestructura rural y el acceso a los mercados; el reconocimiento de las responsabilidades que asumen las mujeres en el proceso pro-ductivo con el acceso a los recursos para la produccin; la oferta de infraestructura sanitaria con la presencia de recursos humanos idneos, la educacin con los servicios de transporte pblico. Mul-ticausalidad y consecuencias se articulan as de modo particular

  • 11

    en distintos colectivos: madres de familia, campesinas y pequeas emprendedoras, que contribuyen al bienestar de sus familias y de esta forma al desarrollo de las economas rurales; mujeres cuyo rol es clave en la produccin de alimentos y la seguridad alimentaria; mujeres rurales que llevan a cabo sus actividades productivas en el marco del hogar, planteando la dbil frontera entre lo reproduc-tivo y productivo, invisibilizando as el valor de su trabajo. All se presenta un desafo importante en trminos de polticas dado que las mujeres rurales jvenes encuentran dificultades para insertarse laboralmente por fuera de la unidad econmica familiar. En este contexto, el estudio destaca la importancia de las TIC como medio a una mayor integracin y acceso a recursos.

    Si bien en las ltimas dcadas se ha registrado un importante au-mento en trminos de cobertura educativa con la inclusin de los sectores histricamente postergados, mejorar la oferta escolar en educacin en reas rurales resulta una alternativa viable para evitar los movimientos de emigracin de los jvenes. Sin embargo, vale la pena destacar dos situaciones; en el caso de los varones la mayor participacin en el mercado de trabajo se asocia con niveles ms bajos de conclusin de la secundaria, cuestionando as la pertinencia y utilidad de los contenidos escolares en relacin con las activida-des que desarrollan los jvenes rurales. En el caso de las mujeres y sus mayores niveles de finalizacin del nivel secundario, el desafo

    reside en poner el foco en traducir sus mayores xitos educativos en los mbitos de la produccin y la generacin de valor.

    Si bien se suele asignar discursivamente a las mujeres rurales j-venes un protagonismo, los temas vinculados con sus posibilidades de desarrollo personal y colectivo permanecen en ms de una ocasin en el umbral de la agenda poltica. En este sentido, este documento pretende ser un instrumento para reconocer a las mujeres rurales como promotoras del cambio y contribuir al fortalecimiento de po-lticas orientadas por esta finalidad.

    Cabe finalizar estas reflexiones con nuestro agradecimiento a las autoridades de la UCAR del Ministerio de Agricultura, Ganadera y Pesca, por la confianza depositada en el IIPE-UNESCO Buenos Aires y su apoyo durante la realizacin de la investigacin; a los equipos que tuvieron a su cargo el desarrollo del estudio; y a todas las mujeres y hombres que participaron en los talleres y entrevistas, expresando sus necesidades e intereses en relacin con la educacin y sus proyectos de vida personales y productivos. k

    Margarita PoggiDirectora IIPE-UNESCO Buenos Aires

  • 12

    Resumen ejecutivo 14

    intRoduccin 18

    mARco concePtuAL Y metodoLGico 21

    1.1. Ser mujer, joven y vivir en el campo 18

    1.2. La informacin censal como base de la accin fundamentada 22

    1.3. La dimensin subjetiva: la visin de los actores 23

    eL conteXto: comPoRtAmiento sociodemoGRFico de LA PoBLAcin 26

    2.1. El despoblamiento del campo 28

    2.1.1. Distribucin de la poblacin rural entre zonas agrupadas y dispersas 32

    2.1.2. Territorialidad de las brechas de gnero 42

    2.1.3. Territorialidad de las brechas generacionales 56

    2.2. El esfuerzo econmico de la poblacin 70

    2.2.1. Tasa de dependencia total 70

    2.2.2. Tasas de dependencia infantil y de adultos mayores 78

    2.2.3. Tasa de actividad 78

    2.3. Principales evidencias en torno al comportamiento sociodemogrfico de la poblacin 80

    LA situAcin de LAs mujeRes jvenes 82

    3.1. Distribucin espacial de las mujeres jvenes 84

    3.1.1. Brechas de gnero en la poblacin joven 96

    3.1.2. Brechas generacionales en la poblacin femenina 108

    3.1.3. La visin de los actores: por qu migran y por qu se quedan los varones y mujeres rurales jvenes 120

    3.2. Jefatura femenina y pobreza 126

    3.2.1. La informacin censal 126

    3.2.2. La visin de los actores: intento de explicacin

    del incremento de la jefatura femenina 143

    captulo

    captulo

    captulo

    ndice

  • 13

    3.3. Fecundidad 146

    3.3.1. La informacin censal 146

    3.3.2. La visin de los actores: el acceso a mtodos anticonceptivos

    vs. las deficiencias del sistema de salud 155

    3.4. Las mujeres jvenes y el trabajo 158

    3.4.1. La informacin censal 158

    3.4.2. La visin de los actores: la sobrecarga de tareas

    y las dificultades de insercin en el mercado de trabajo 171

    3.5. Las mujeres jvenes y la educacin 178

    3.5.1. La informacin censal 178

    3.5.2. La visin de los actores: la educacin como oportunidad

    para las mujeres jvenes 194

    3.6. Las mujeres jvenes y las nuevas tecnologas

    de la informacin y la comunicacin 200

    3.6.1. La informacin censal 200

    3.6.2. La visin de los actores: la reduccin de las brechas 217

    3.7. Las mujeres jvenes y la participacin: la visin de los actores 221

    3.7.1. Los orgenes de las organizaciones 221

    3.7.2. La participacin de las mujeres en las organizaciones 218

    3.7.3. Los lmites de la participacin 226

    3.7.4. La participacin de las jvenes 228

    3.7.5. La participacin como oportunidad 231

    concLusiones 234

    BiBLioGRAFA 252

    AneXo 1. Metologa del anlisis cuantitativo 254

    AneXo 2. Componente Cualitativo: Desarrollo del trabajo de campo 259

    AneXo 3. Componente Cualitativo: Instrumentos 265

    AneXo 4. Libro de cdigos 272

    captulo

  • 14

    El documento presenta los resultados de un estudio, realizado en la segunda mitad del ao 2014, que procur caracterizar en trminos objetivos y subjetivos la situacin sociode-mogrfica, el acceso al mercado de trabajo, a la educacin y a las nuevas tecnologas de la informacin y la comunicacin (TIC) de las mujeres jvenes asentadas en los espacios rurales de la Argentina, identificando necesidades y oportunidades para contribuir a revisar las intervenciones luego de una dcada en que se han modificado sus aspiraciones y relaciones con el mundo en que viven.

    El anlisis cuantitativo, segn los datos disponibles de los Cen-sos Nacionales de Poblacin, Hogares y Viviendas de 2001 y 2010, compar las caractersticas de las mujeres rurales jvenes en Ar-gentina con las de otros colectivos, segn sexo, lugar de residencia y edad, identificando las brechas de gnero, territoriales (urbano/rural) y generacionales; adems, incorpor otras variables externas como la condicin de pobreza. La presentacin de la informacin censal incluye una caracterizacin general del comportamiento po-blacional, para abordar el anlisis de aspectos vinculados con el rol de las mujeres jvenes en el hogar, su desventajosa situacin en trminos de pobreza estructural, la fecundidad, el acceso al merca-do de trabajo, a la educacin y a las TIC. Se ha mapeado tambin la informacin de cada una de las regiones, de modo de visualizar las diferencias geogrficas a nivel departamental para cada una de las variables analizadas.

    La caracterizacin subjetiva de las mujeres rurales jvenes procu-r profundizar, desde un enfoque cualitativo, la indagacin de aspec-tos analizados en los censos y abordar aspectos que no son visibles en ellos. Se intent comprender no slo los problemas concretos y dificultades que enfrentan las mujeres rurales jvenes sino tambin sus intereses, aspiraciones y demandas. A tal efecto, el abordaje conceptual y metodolgico se apoy en el enfoque de gnero para abordar y analizar su rol en sus hogares, comunidades y organiza-ciones, sus percepciones, intereses, aspiraciones y oportunidades en relacin con el desarrollo productivo y rural.

    El trabajo de campo tuvo lugar en localidades de cinco provincias, correspondientes a cada una de las regiones del pas: Santa Fe, Mi-siones, Santiago del Estero, San Juan y Ro Negro 1 . En cada una se constituyeron grupos focales con mujeres y/o varones que viven y/o trabajan en el medio rural y que participan en organizaciones (cooperativas, foros, movimientos de productores), y se realizaron entrevistas semiestructuradas a informantes clave identificados pre-viamente: lderes de organizaciones de productores rurales en su mayora pertenecientes al sector de la agricultura familiar as como a tcnicos y tcnicas de programas de desarrollo rural.

    Entre los hallazgos del anlisis, que articul la caracterizacin cuantitativa y la cualitativa en torno a los ejes indagados, merecen destacarse:

    k En cuanto a la poblacin total del pas, la relacin de g-nero favorece a las mujeres urbanas mientras que en las reas rura-les esta relacin se invierte a favor de los varones; en el interior del rea rural, la participacin de las mujeres es ms baja en las zonas dispersas que en las agrupadas. Los jvenes (15 a 34 aos) repre-sentan menos de la mitad de la poblacin no joven y tienen mayor participacin en las reas urbanas que en las rurales. En el perodo intercensal su peso crece de manera levemente ms significativa en las reas rurales. Cabe suponer que los procesos de emigracin afectan en mayor medida a las familias rurales con nios pequeos y de adultos mayores, que tienden a radicarse en los aglomerados urbanos debido a las mayores comodidades que estos ofrecen.

    k Por su parte se ha podido apreciar el escaso peso relativo de las mujeres jvenes en reas rurales, aunque con notorias dife-rencias regionales. Su peso relativo va del 5% en la Regin Pam-peana hasta rondar el 20% del total de mujeres jvenes en el NEA, el NOA y Cuyo. Las transferencias poblacionales tambin asumen

    1. San Cristbal en Santa Fe, Puerto Piray en Misiones, Paraje Mili en Santiago del Estero, Contralmirante Cordero en Alto Valle de Ro Negro con la participacin de mujeres y varones provenientes de diversas localidades de la zona y en San Juan los participantes provenan de Angaco, Caucete, Pocito y Albardn.

    resumen ejecutivo

  • 15

    rasgos particulares por regin: en el NEA y Cuyo las jvenes esta-ran abandonando las zonas rurales dispersas para asentarse en los poblados rurales pasando a tener mayor peso incluso que los varones jvenes, mientras que en el NOA estaran dejando las reas rurales para dirigirse a los aglomerados urbanos.

    La tendencia de las jvenes a fijar residencia en los poblados rura-les que se desprende de la informacin censal se verifica en el testi-monio de los actores entrevistados, quienes plantearon que las muje-res se trasladan a vivir a centros ms urbanizados para que sus hijos puedan estudiar, mientras que los hombres se quedan en el campo.

    Se produce una progresiva paridad de gnero en el medio rural pero las motivaciones y condiciones por las cuales las y los jvenes rurales deciden migrar responden a distintas tendencias. En el caso de los hombres remite a la necesidad de trabajar, mientras que en el caso de las mujeres est ms marcada por la voluntad de continuar estudios superiores. Las representaciones asociadas a la bsqueda de una mejor calidad de vida se ubican en torno a lo urbano como lugar de accesibilidad, conectividad, servicios, todo aquello que muestran las nuevas tecnologas y a lo que aspiran los jvenes. Esta idea se contrapone con lo rural, lo cual se asocia con la escasez, la inaccesibilidad, la precariedad.

    k Otro fenmeno destacable ha sido el incremento, en el perodo intercensal, de la jefatura femenina joven, particularmente en reas rurales. Este crecimiento se relaciona, segn la perspectiva de las propias mujeres, con el aumento de las separaciones y de las madres solteras. Esta situacin lleva a suponer que las jvenes de-ben procurar su insercin en el mercado de trabajo, supuesto cuyos indicios se hallan en la alta correlacin positiva encontrada entre el incremento de la jefatura femenina y el crecimiento de la tasa de empleo de las mujeres jvenes en zonas rurales agrupadas (aunque esta correlacin no se verifica en zonas rurales dispersas).

    Por otra parte, la Asignacin Universal por Hijo ha contribuido a

    reforzar la autonoma de las mujeres en la toma de decisiones sobre aspectos de la economa domstica y la produccin, y en la posibi-lidad de decidir sobre el destino del dinero que perciben, lo cual redunda en inversiones para la mejora de la calidad de vida de las familias, fundamentalmente de los hijos e hijas.

    k En el ao 2001 la maternidad se encontraba ms difun-dida entre las jvenes rurales que entre sus congneres urbanas. La maternidad temprana entre 15 y 19 aos tambin tena mayor incidencia en las reas rurales que en las urbanas.

    Si bien no se cuenta con informacin disponible del Censo 2010, se encontraron indicios en los datos del Censo anterior y a travs de la indagacin cualitativa de un cambio en los patrones repro-ductivos de las mujeres jvenes en relacin con otras generaciones. Hay una tendencia a tener menor cantidad de hijos, cuestin que puede ser explicada, por un lado, por factores econmicos o de ac-ceso a la tierra cuya excesiva divisin por herencia deja de ser econmicamente sustentable y, por el otro, por el impacto de las polticas pblicas de salud sexual y reproductiva, por las que hay mayor informacin y acceso a mtodos anticonceptivos, a la vez que su uso est ms naturalizado.

    Sin embargo, los servicios de salud se encuentran en su mayora concentrados en zonas urbanizadas y se destaca la precariedad de aquellos ubicados en localidades rurales, fundamentalmente por la falta de recursos humanos y de especialidades para la atencin de mujeres y nios. Existen nuevas formas de acceder a la salud a tra-vs de programas que acercan mviles equipados, personal mdico o promotores de salud a las zonas rurales, a lo que se suma la posi-bilidad de contar con obra social mediante la participacin en una organizacin o cooperativa, o con la inscripcin en el Monotributo Social Agropecuario. De este modo puede ampliarse la cobertura mdica, lo que mejora la situacin de las mujeres jvenes respecto de generaciones anteriores.

  • 16

    k En el perodo intercensal se observa un crecimiento de las tasas de actividad de la poblacin de 20 a 34 aos, si bien mayor en las reas urbanas que en las rurales. La residencia en el medio rural y el gnero configuran, en el caso de las jvenes, una acumula-cin de desventajas que se agudizan en las zonas rurales dispersas.

    Estas menores oportunidades que enfrentan las jvenes rurales se vinculan con las dificultades para participar en el mercado de trabajo y atender a la vez el cuidado de los miembros del hogar. Las mujeres en el campo tienen una intensa carga de trabajo: responsables de las tareas domsticas y de cuidado, tareas productivas dentro de las unidades familiares (fundamentalmente para el autoconsumo y la venta de excedentes) y participacin en espacios comunitarios. Sin embargo, aun cuando prima una mirada patriarcal respecto de la divisin de tareas dentro de los hogares, se ha reconocido que, en las parejas ms jvenes, se verifica una mayor participacin de los hombres en las tareas domsticas.

    La principal problemtica se refiere a las escasas posibilidades de insertarse localmente en actividades distintas de las productivas. En general, las mujeres ms jvenes encuentran pocas alternativas para estudiar en las zonas rurales o trabajar fuera de las actividades pro-pias de las chacras y fincas. Los y las jvenes buscan algo diferente de lo que hacen sus padres. Muestran inters por emprendimientos alternativos que los vinculen al medio urbano, con las TIC, y en los que tengan la oportunidad de aplicar sus conocimientos.

    k Entre los aos 2001 y 2010 se produjo un incremento del 38,6% en la incidencia de los jvenes rurales con secundario com-pleto o ms. La mirada de los actores reafirma el incremento en el acceso de los jvenes a la educacin. Creci en los ltimos aos la oferta de establecimientos educativos rurales pblicos, as como la posibilidad de acceder a apoyos econmicos para estudiar. Existen alternativas cercanas y accesibles para estudiar desde los 4 aos hasta la secundaria, pero se torna un problema continuar estudios

    terciarios o universitarios. Quienes quieren seguir estudiando deben contar con recursos para trasladarse diariamente a ciudades cerca-nas o para radicarse en ellas.

    El aumento registrado del secundario completo beneficia a las mu-jeres rurales jvenes respecto de sus pares varones, que tienden a abandonar ms tempranamente la escolaridad para incorporarse en el mercado de trabajo. Al momento de buscar trabajo, las mujeres tienen mayores dificultades que los hombres, incluso en relacin con aquellos que no terminaron el nivel secundario. Frente a estas dificultades para insertarse laboralmente, las mujeres expresan la voluntad y la necesidad de seguir estudiando.

    k Mientras que el uso del celular ya est muy difundido en el mbito rural, en los jvenes las mujeres aventajan a los varones en cuanto al uso de la computadora, posiblemente por su insercin y mayor permanencia en el sistema educativo. Pese a que las brechas existentes entre reas rurales y urbanas son notorias, son ms cortas en el grupo de 15 a 19 aos y se van ampliando a medida que au-menta la edad. De este modo, las mujeres ms jvenes de las reas rurales tienden a parecerse ms a sus pares urbanas. El acceso a las TIC delinea una nueva ruralidad en la cual se estrecha el contacto de la juventud rural con sus pares urbanos, lo que lleva a modificar sus consumos culturales y aspiraciones.

    k Se pudo constatar la participacin activa de las mujeres en las organizaciones, en las cuales muchas veces son mayora. Esto puede explicarse porque las mujeres ocuparon en los ltimos aos espacios que fueron dejando los varones (ausentes por migracin o sobreocupados en trabajos extraprediales), o por el mismo proceso de empoderamiento que las llev a tomar conciencia de la necesidad e importancia de su participacin activa.

    Las mujeres organizadas muestran una mirada de largo plazo en

    resumen ejecutivo

  • 17

    cuanto a necesidades y logros. Valoran la participacin en s mis-ma y el aprendizaje que ello genera, y subrayan la importancia de sostener estos procesos ms all de logros concretos e inmediatos.

    Las tareas de cuidado a su cargo se convierten en un lmite para crecer dentro de las organizaciones y ocupar cargos directivos. La demanda de guarderas no fue planteada por las propias mujeres, quienes tienden a resolverlo a travs de redes de parentesco.

    Para las jvenes rurales, ser parte de una organizacin aparece como la posibilidad de vincularse a su comunidad, pertenecer, tener un proyecto que las identifique como sector de la agricultura y como jvenes. Asimismo, las organizaciones son lugares donde ellas pueden aportar sus conocimientos en temas de tecnologa y gestin.

    En definitiva, la disposicin de las jvenes del campo a realizar el esfuerzo de trabajar, estudiar, cuidar el hogar y participar es lo que permite pensarlas como promotoras del cambio. Pese a la adversidad del contexto que define a este esfuerzo como condicin de necesidad, las modificaciones halladas permiten sealar algunos nudos crticos en cuanto a polticas e intervenciones que contribuyan a potenciar el rol de las mujeres rurales jvenes.

    La dilucin de las fronteras de lo rural, por la intensificacin de los medios y modos de contacto con lo urbano, da lugar a la nocin de territorio. Esta nocin no se proyecta slo en el espacio geogrfico sino que implica anudar mbitos vitales. Se reformulan as los anhe-los y aspiraciones de las jvenes, que ya no se muestran dispuestas a reproducir las condiciones que para las generaciones anteriores se presentaban como inexorables.

    La integralidad de las polticas pblicas es entonces una condicin para el desarrollo territorial con enfoque de gnero. Se plantea la necesidad de complementar las oportunidades de estudiar con la po-sibilidad de aplicar lo aprendido, las oportunidades de trabajar con la disponibilidad de lugares de atencin y educacin de los nios ms pequeos, el desarrollo de emprendimientos productivos con la mejora de la infraestructura rural y el acceso a los mercados, la gestin racionalizada de la explotacin con la conectividad, el reco-

    nocimiento de las responsabilidades que asumen las mujeres en el proceso productivo con el acceso a los recursos para la produccin, la oferta de infraestructura sanitaria con la presencia de recursos hu-manos idneos, la educacin con los servicios de transporte pblico.

    En este sentido, la articulacin entre educacin y trabajo plantea la necesidad de revisar la pertinencia y utilidad de los contenidos esco-lares del nivel secundario, para promover una formacin que prepare a los y las jvenes para desempearse con autonoma y para vincu-larse con la realidad de sus contextos productivos y comunitarios. Adems, el mayor acceso a los recursos tecnolgicos e informticos que ha podido corroborarse podra aprovecharse para promover la educacin superior.

    Si se considera el trabajo como un factor de arraigo, el nicho de oportunidad que se perfila para las jvenes se encuentra asociado a la ejecucin de tareas de gestin (donde se aprovechan sus mayores conocimientos informticos y digitales) o a su atraccin por activi-dades rurales no agropecuarias (como el turismo), sin olvidar la ne-cesidad de generar emprendimientos intensivos que complementen las actividades productivas tradicionales.

    La participacin de las mujeres en las organizaciones y el aprendiza-je de cmo peticionar constituyen indudablemente medios para lograr estas mejoras que permitiran incrementar la calidad de vida. Teniendo en cuenta que esta participacin se origina y depende con frecuencia de la oferta de prestaciones estatales existentes, es central entonces generar procesos de autonoma y sustentabilidad ms all de dicha ofer-ta. Finalmente, resulta necesario revisar el concepto de familia que, como unidad de intervencin, subyace a las estrategias de desarrollo rural. Suele considerarse como una unidad homognea y democrtica en los programas, anulando as las necesidades particulares de cada uno de sus miembros y las desigualdades que existen en su interior.

    Una estrategia de desarrollo rural con equidad de gnero es aque-lla que reconoce que las necesidades, los problemas y las propuestas de solucin son particulares para cada miembro de la unidad familiar y varan segn las caractersticas de cada comunidad. k

  • 18

    Las mujeres rurales jvenes delimitan un campo de intervencin definido en gran medida por una multiplicidad e imbricacin de factores, en los que confluyen cuestiones de gnero, de edad y otras propias de la ruralidad. La cuestin de gnero subsume, enton-ces, los planteos sobre las formas de relacin desigual entre varones y mujeres, que son instituidas en representaciones y sistemas que pro-ducen y reproducen estas prcticas sociales. Pero esta condicin de desigualdad no es la nica que afecta a las mujeres rurales jvenes. Los esquemas adulto-cntricos prevalecientes definen una nueva brecha que las coloca en posicin subalterna en tanto jvenes. Y su radicacin en zonas rurales introduce una brecha adicional en relacin con sus pares urbanas. La combinacin de las brechas por edad, gnero y lugar de residencia definen condiciones a partir de las cuales estas mujeres enfrentan restricciones para el desarrollo personal y colectivo. Sin em-bargo, dichas brechas se estn redefiniendo y, con ello, estn surgien-do nuevas oportunidades para atenuar las situaciones de desventaja.

    En el marco del convenio de cooperacin tcnica entre la Unidad para el Cambio Rural (UCAR) y el Instituto Internacional de Pla-neamiento de la Educacin de la UNESCO, Sede Regional Buenos Aires (IIPE/UNESCO Buenos Aires), se ha implementado un estudio diagnstico de la situacin socioproductiva con inclusin de varia-bles demogrficas y educativas de las mujeres rurales jvenes de la Argentina, que identifica necesidades y oportunidades con el fin de contribuir al diseo de polticas territoriales con enfoque de gnero.

    Dicho estudio, realizado en la segunda mitad del ao 2014, se desarroll a partir de dos componentes:

    Un componente cuantitativo a partir de los datos de los Censos Nacionales de Poblacin, Hogares y Viviendas de 2001 y 2010, que consisti en el anlisis comparativo de las caractersticas de las mu-jeres jvenes rurales en Argentina respecto de otros colectivos segn sexo, lugar de residencia y edad, con la incorporacin adicional de otras variables externas, como la condicin de pobreza.

    Un componente cualitativo en el que se procur profundizar la indagacin sobre aspectos relevados en los censos, y abordar otros

    que no son visibles en ellos. Particularmente, se busc conocer las percepciones que las mujeres rurales jvenes tienen sobre las posi-bilidades de disear emprendimientos productivos articulados, so-bre el aprovechamiento de activos tradicionales y no tradicionales disponibles en el lugar y las necesidades de capacitacin, el uso de recursos digitales y el potencial que existe para ampliarlo, los co-nocimientos y prcticas de salud sexual y reproductiva, y las formas de organizacin del cuidado que permitiran apoyar el desarrollo de emprendimientos.

    Este documento presenta los resultados obtenidos y est organi-zado en cuatro captulos:

    En el primero se desarrollan los principales aspectos conceptuales y metodolgicos de los abordajes utilizados.

    El segundo captulo presenta los resultados del anlisis del com-portamiento demogrfico de la poblacin argentina en el perodo intercensal (2001-2010), enfocando las dimensiones de sexo, edad y lugar de residencia e incluyendo en un segundo apartado la din-mica de algunas variables relativas a la situacin econmica de la poblacin, tales como la tasa de dependencia y la tasa de actividad.

    En el tercer captulo se analizan diversos temas relativos a la si-tuacin de las jvenes rurales, en particular sus patrones de asen-tamiento geogrfico y otros aspectos sociodemogrficos, la evolucin de su participacin en el mercado de trabajo y sus vnculos con la educacin y con las tecnologas de la informacin y la comunicacin (TIC). Cada uno de estos temas se aborda a partir de los resultados del anlisis censal y se profundiza y complementa desde la pers-pectiva de los actores consultados. Finalmente se dedica un punto adicional al rol que desempean las mujeres en las organizaciones y las potencialidades que se derivan de ello.

    El ltimo captulo desarrolla las principales conclusiones, articula los resultados ms relevantes obtenidos en ambos componentes del estudio y sugiere algunos lineamientos de accin para el aprove-chamiento de las oportunidades detectadas en pos de potenciar el rol de las mujeres rurales jvenes como promotoras del cambio. k

    introduccin

  • 19

    Produccin de artesanas en lana de llama, Catamarca.

  • 20

    Emprendimiento de Turismo Rural, La Pampa.

  • 21

    Marco conceptual y metodolgico

    La problemtica de las mujeres rurales jvenes es comple-

    ja: se trata de un campo de estudio e intervencin en el

    que confluyen cuestiones de gnero, edad y ruralidad. A

    esta complejidad viene a sumarse la coexistencia de diver-

    sos enfoques de desarrollo que introducen tensiones entre

    la comprensin esttica vs. la incorporacin del cambio,

    la visualizacin de las carencias vs. el reconocimiento de

    fortalezas y oportunidades, el nfasis en las condiciones

    objetivas vs. la incorporacin de la dimensin subjetiva, la

    atencin de situaciones particulares vs. el desarrollo de ac-

    ciones integrales sustentadas en aproximaciones sistmicas.

    En este captulo se desarrolla la perspectiva conceptual y

    metodolgica desde la cual se abordaron estas cuestiones.

    1

  • 22

    1.1. Ser mujer, joven y vivir en el campo

    La distincin entre sexo y gnero se asienta fundamentalmente en el carcter re-lacional del concepto gnero. La demanda por el reconocimiento de la igualdad de gnero carecera de sentido si se lo planteara en tr-minos de igualdad de sexo. Mujeres y varones no son iguales. Lo que iguala a las mujeres con los varones son los derechos fundamen-tales universales, inalienables, indivisibles e interdependientes que las asisten como personas, con la recomendacin adicional adoptada en los tratados internacionales de derechos humanos de promover medidas es-peciales tendientes a superar las situaciones histricas de discriminacin. En este sentido, la Convencin sobre la Eliminacin de Todas las Formas de Discriminacin contra la Mu-jer (CEDAW) establece especficamente con respecto a las mujeres rurales: Los Estados Partes adoptarn todas las medidas apropia-das para eliminar la discriminacin contra la mujer en las zonas rurales a fin de asegurar, en condiciones de igualdad entre hombres y mujeres, su participacin en el desarrollo ru-ral y en sus beneficios (ONU, 1981).

    La cuestin de gnero subsume, entonces, los planteos sobre las formas de relacin des-igual entre varones y mujeres, que son institui-das en representaciones y sistemas que produ-cen y reproducen estas prcticas sociales. Pero esta condicin de desigualdad no es la nica que afecta a las mujeres jvenes del campo. Los esquemas adulto-cntricos prevalecientes definen una nueva brecha que las coloca en posicin subalterna en tanto jvenes. Y su ra-dicacin en zonas rurales introduce una brecha

    adicional en relacin con sus pares urbanas. Se configura de esta manera un entrecruzamiento de desigualdades que se traduce en dificul-tades para acceder a los recursos materiales y simblicos que les permitiran replantear su posicin social y desarrollar estrategias de vida autnoma (Asensio, 2012).

    De esta manera, la combinacin de las bre-chas de gnero, generacin y lugar de residen-cia definen condiciones a partir de las cuales las mujeres enfrentan restricciones para el desarrollo personal y colectivo, pero tambin nuevas oportunidades. Muchas de las brechas que afectan a las mujeres rurales jvenes se estn redefiniendo y dan lugar al surgimien-to de nuevas oportunidades que pueden ser aprovechadas para atenuar las situaciones de desventaja. Esta es la visin que adoptan or-ganismos como ONU Mujeres, CEPAL, FAO y RIMISP. Sin embargo, si se mira las pol-ticas pblicas y los proyectos de desarrollo, particularmente los que se focalizan en la re-duccin de la pobreza, nos encontramos fren-te a una visin desactualizada, rgida, a partir de la cual todas las mujeres rurales aparecen como sujetos-vctimas, pobres, sin recursos y sin poder (RIMISP, 2013:9). Sin embargo, si se invierte el enfoque, surgen nichos de opor-tunidad que pueden ser aprovechados para promover trayectorias de cambio.

    Ahora bien, pese al protagonismo que se les asigna discursivamente a las mujeres ru-rales jvenes, los temas vinculados con sus posibilidades de desarrollo personal y colec-tivo permanecen en el umbral de la agenda poltica. En este contexto, la capacidad po-ltica de reconocer problemas sobre la base de informacin objetiva, complementada por

    la propia percepcin de las mujeres acerca de su situacin y oportunidades, se torna un elemento fundamental para trazar lineamien-tos de accin. En este marco se ha planteado como objetivo general de este estudio carac-terizar en trminos objetivos y subjetivos la situacin sociodemogrfica, el acceso al mer-cado de trabajo, a la educacin y a las nuevas tecnologas de la informacin y la comunica-cin (TIC) de las mujeres jvenes asentadas en los espacios rurales de la Argentina, com-parando estos rasgos con los de otros segmen-tos de la poblacin y analizando su evolucin en el tiempo y su distribucin en el espacio a fin de establecer cmo han impactado las transformaciones operadas durante la ltima dcada sobre este colectivo.

    1.2. La informacin censal como base de la accin fundamentada

    Con respecto al primer aspecto caracteriza-cin objetiva, la reciente difusin a travs de Redatam de los datos relevados en el Censo Nacional de Poblacin, Hogares y Viviendas (CNPHyV) 2010 ofrece la posibilidad de abor-dar parte de las cuestiones de inters plantea-das. Como es sabido, la informacin registrada en los censos se limita a cierta cantidad de dimensiones y variables. Aun as, la posibili-dad de obtener informacin desagregada sobre el desempeo de la poblacin urbana y rural constituye una ventaja que no brindan otras fuentes estadsticas. En este sentido, los da-tos del CNPHyV 2010 constituyen un insumo valioso que, dada su reciente publicacin, per-

    marco conceptual y metodolgico

  • 23

    manecen todava poco explorados.Por otro lado, resulta necesario tener en

    cuenta que las definiciones de mujer, joven y rural adoptadas o construibles a partir de los censos distan de contemplar toda la comple-jidad que estos conceptos conllevan.

    En los censos se adopta la nocin de sexo para hacer referencia a la condicin de va-rn o mujer de las personas. Sin embar-go, la comparacin de la situacin que afecta a cada uno de estos colectivos permite dar cuenta de comportamientos distintivos res-pecto de las variables analizadas.

    Para definir en trminos operacionales a la juventud en funcin de la informacin censal se impone adoptar un enfoque etario. El es-tablecimiento de un rango de edad resultar siempre discutible, pero en este caso la deci-sin se justifica en los siguientes criterios: se adopta como lmite inferior la edad terica de trnsito de la secundaria baja a la secundaria alta (en el sistema educativo argentino, de 2do a 3er ao). Esta frontera ha sido identificada como un obstculo ms difcil de superar que el trnsito de la primaria a la secundaria. Dado que en la Argentina la escolarizacin de los jvenes ha sido establecida como obligatoria, y que la asistencia a un establecimiento edu-cativo es la situacin ms deseable para su presente y su futuro, se toma como corte la edad de 15 aos. En cuanto al lmite supe-rior del rango, se extiende el corte habitual-mente utilizado por los expertos en juventud (24 aos) hasta los 34 aos para determinar la ocurrencia en zonas rurales de ciertos cambios sociodemogrficos, como el retraso de la ma-ternidad, que se verifican en el medio urbano. Adems de conocer las caractersticas de un

    segmento de la poblacin que podra partici-par en las intervenciones diseadas.

    Finalmente, el criterio de ruralidad apli-cado en los censos se basa en la cantidad de personas que viven en un rea determina-da, de manera que aquellas localidades con 2.000 habitantes o ms se consideran urba-nas y las que cuentan con menos de 2.000 habitantes son consideradas rurales. En el medio rural, se distinguen las zonas don-de la poblacin reside en forma agrupada o dispersa (a campo abierto) 2. Indudablemente esta categorizacin resulta inadecuada para captar los fenmenos de nueva ruralidad (la redefinicin de la tradicional asimilacin de lo rural con lo agrcola, que ha sido des-plazada por el desarrollo de actividades eco-nmicas secundarias y terciarias en zonas rurales, la residencia permanente o temporal de habitantes urbanos en el campo, la radi-cacin de trabajadores agrcolas en pueblos y zonas perifricas de las ciudades) que di-luyen las fronteras entre lo rural y lo urba-no, dando lugar a la concepcin de territorios donde se anudan entramados complejos.

    Ms all de estas restricciones, los datos censales permiten aproximarse a la proble-mtica planteada, realizando comparaciones segn las variables transversales de inters: sexo, edad y residencia, e incorporando adi-cionalmente otras variables externas como la condicin de pobreza. Adems, posibilita el anlisis de las trayectorias temporales en unidades administrativas de distintos niveles de desagregacin, con comparaciones entre la situacin actual de las mujeres jvenes y aquella vigente diez aos antes, a partir de la informacin recabada en el CNPHyV 2001.

    La presentacin de la informacin censal se organiza en un primer apartado que ofrece una caracterizacin general del comporta-miento poblacional, para abordar a continua-cin el anlisis temtico de aspectos vincu-lados con el rol de las mujeres jvenes en el hogar, la situacin de desventaja que las afecta en trminos de pobreza estructural, la fecundidad, el acceso al mercado de trabajo, a la educacin y a las TIC.

    Para esto se realiza una seleccin de la in-formacin ms destacable.

    La idea que subyace a esta estrategia es po-ner a disposicin un repositorio de informacin para la gestin, de manera que adems de los indicadores de inters se incluyen cuadros con los respectivos valores absolutos. Desde una perspectiva de derechos, la incidencia no re-sulta una variable definitoria para el diseo de polticas, en la medida en que el Estado tiene la obligacin de garantizar el acceso a condiciones mnimas de bienestar para todos y cada uno de los miembros de la sociedad. Sin embargo, desde la lgica de la asignacin presupuestaria el criterio de eficiencia impone alcanzar el mayor nmero de poblacin desti-nataria con los recursos disponibles.

    1.3. La dimensin subjetiva: la visin de los actores

    La caracterizacin subjetiva de las muje-res jvenes rurales ha procurado profundi-zar, desde un enfoque cualitativo, la indaga-cin sobre aspectos relevados en los censos y abordar otros que no son visibles a travs

    2. A lo largo de este informe se utiliza el trmino rea para hacer referencia a lo urbano y rural, mientras que el trmino zona se aplica a la distincin en el medio rural de las localidades agrupadas y las extensiones abiertas.

  • 24

    de estos. Particularmente, se ha buscado in-dagar en las percepciones que las mujeres rurales jvenes tienen sobre las posibilida-des de disear emprendimientos producti-vos articulados, sobre el aprovechamiento de activos tradicionales y no tradicionales disponibles en el lugar y las necesidades de capacitacin, el uso de recursos digitales y el potencial que existe para ampliarlo, los conocimientos y prcticas de salud sexual y reproductiva, y las formas de organizacin del cuidado que permitiran apoyar el de-sarrollo de emprendimientos. De modo ms transversal, se ha indagado en su confianza en ellas mismas, en la percepcin acerca de los roles que ocupan dentro y fuera del hogar, su ubicacin tanto material como percibi-da respecto del ejercicio del poder en los distintos mbitos organizacionales que inte-gran, y el vnculo con sus pares masculinos.

    Por lo tanto, se intent comprender no slo los problemas concretos y dificultades que enfrentan las mujeres jvenes rurales sino tambin sus intereses, aspiraciones y deman-das. A tal efecto, el anlisis de gnero brinda herramientas conceptuales y metodolgicas que permiten observar la realidad a partir de ciertas variables y sus manifestaciones en un contexto geogrfico, cultural, tnico e hist-rico determinado.

    En este sentido, el concepto de gnero brinda elementos para analizar y compren-der, por un lado, los roles y las relaciones en-tre varones y mujeres, y a la vez, los valores, percepciones e ideas en relacin con la mas-culinidad y a la femineidad y sobre aquellos roles asumidos. Estas prcticas concretas, ideas, interpretaciones y representaciones,

    constituyen un sistema de gnero (Stlen, 2004:31) donde los diferentes componentes son concebidos como interrelacionados, y evaluados uno en funcin del otro.

    Pensar el hogar, la chacra, la comunidad y las organizaciones como sistemas de gnero, permite analizar la posicin y condicin de las mujeres y varones en estas estructuras y las relaciones de gnero que all se cons-truyen. Dichas relaciones no estn predeter-minadas, sino que son productos histricos, polticos y sociales, y adems permiten la coexistencia de diferentes modos de estruc-turacin de gnero, a veces con grados de inconsistencia e incoherencia, lo que refle-ja las contradicciones de intereses sociales, oposiciones o resistencias. Si entendemos a mujeres y varones como actores en esferas sociales y polticas especficas, es que pode-mos entender sus concepciones y, en conse-cuencia, interpretar los procesos sociales que determinan las formas de construccin de las diferencias basadas en el gnero.

    Un concepto fundamental para entender la posicin de las mujeres es el de la divisin sexual del trabajo (DST), es decir, el tipo de trabajo que realizan hombres y mujeres en la sociedad, lo cual determina restricciones en las oportunidades presentes y en las posibi-lidades futuras. La DST no se reproduce de manera mecnica, sino que es producto de un proceso histrico y social. El trato diferencial (lo que se puede observar en el interior de las familias respecto de hijos varones y mu-jeres, o en las parejas) se convierte en la base de las limitaciones en la prctica. Por ejem-plo, el desarrollo de habilidades para llevar adelante la produccin o las posibilidades de

    educacin, la decisin de quin de la familia va a estudiar, quin cuidar a los hermanos ms pequeos, quin y cmo migrar, quin de la pareja va a participar activamente de capacitaciones constituyen mecanismos por los cuales la divisin sexual del trabajo se torna un sistema poderoso de restriccin so-cial con impacto en las oportunidades de las personas. Estas son decisiones que abren po-sibilidades futuras tanto para jvenes como para adultos en el medio rural: quin va a sa-lir al mundo y quin queda restringido al m-bito de lo privado. Nos permite explorar tam-bin las formas que adquiere la herencia de las tierras familiares. Cmo se define quin accede a las tierras? Se priorizan los hijos varones en funcin de mandatos de gnero que indican que las mujeres deben casarse y pasar a depender de otro ncleo familiar, mientras que los varones en cambio deben proveer de sustento a la familia que formen?

    Desde esta perspectiva, se puede pensar a las mujeres rurales jvenes en un triple rol. En primer lugar, el rol reproductivo, que comprende todas aquellas tareas domsticas y de cuidado necesarias para que se vean ga-rantizadas la conservacin y la reproduccin biolgica as como la reproduccin social de los miembros de la familia. En segundo lugar, el rol productivo, a travs del cual se realiza todo el trabajo ejecutado de forma remune-rada, ya sea en salario o en especies, pro-duccin de mercancas con valor de cambio, as como la produccin de subsistencia o do-mstica, con valor de uso y toda aquella que tenga un valor de cambio potencial. Para las mujeres implicadas en la produccin agrco-la, esto comprende su trabajo como agricul-

    marco conceptual y metodolgico

  • 25

    toras, empresarias rurales, artesanas o como trabajadoras asalariadas. Por ltimo el rol sociocomunitario, que comprende todas las actividades que se realizan en la comunidad para asegurar la reproduccin familiar, la de-fensa y mejora de las condiciones de vida de la comunidad y de la organizacin comunita-ria, incluidas la participacin en actividades cvicas, religiosas, polticas y en las organi-zaciones sociales.

    A fin de analizar, desde un enfoque cualita-tivo, el rol de las mujeres rurales jvenes en sus hogares, comunidades y organizaciones, y las percepciones, intereses, aspiraciones y oportunidades en relacin con el desarrollo productivo y rural, se realizaron talleres y en-trevistas en cinco provincias correspondientes a cada una de las regiones del pas (Pampea-na, NEA, NOA, Cuyo y Patagonia). Las pro-vincias de Santa Fe, Misiones, Santiago del Estero, San Juan y Ro Negro fueron selec-cionadas en acuerdo con el equipo tcnico de la UCAR a partir de la identificacin de co-lectivos de mujeres organizadas en territorios rurales, ya sea en agrupaciones femeninas o en organizaciones econmicas o sociales mixtas.

    A partir de los contactos suministrados por el personal de la UCAR, en cada una de estas provincias se identificaron referentes clave que convocaron para participar de los talleres a mujeres y varones jvenes (de 18 a 34 aos) 3 que viven y/o trabajan en el medio rural y que participan en organizaciones (cooperativas, fo-ros, movimientos de productores, etctera) 4. Se procur contar con diversidad de sectores productivos y perfiles de productores entre las provincias seleccionadas para el estudio, de modo tal que nos permitiera aproximarnos a

    una mirada ms integral en cada regin y en el pas. En los hechos, se puede afirmar que la mayora de los participantes pertenecen al sector de la agricultura familiar 5.

    En las cinco provincias se organizaron y desarrollaron talleres, donde se trabaj con la tcnica de grupos focales y se realizaron entrevistas semiestructuradas a informantes clave identificados previamente: mujeres y varones lderes de organizaciones de produc-tores rurales, tcnicos y tcnicas de progra-mas de desarrollo rural, etctera 6.

    Los grupos focales permiten relevar infor-macin en poco tiempo en el marco de una investigacin de tipo participativa. Asimismo, estimulan la percepcin de las necesidades, problemas y demandas del grupo, promovien-do la confrontacin de temas, de lo individual a lo colectivo. En el marco de este estudio, es una tcnica que permite que las mujeres por un lado evalen colectivamente su situacin y expresen sus prioridades y puntos de vista, y por otro, que en un grupo con varones se pueda comparar y analizar lo discutido pre-viamente con las mujeres, dando cuenta asi-mismo de la mirada de aquellos respecto al rol productivo-comunitario de estas.

    El trabajo de campo se desarroll entre el 15 de septiembre y el 21 de noviembre, con cinco grupos focales con mujeres jvenes y uno con hombres jvenes, de los que parti-ciparon un total de 56 mujeres y 13 varo-nes. Si bien estaba previsto trabajar en una instancia solo de mujeres a lo largo de una jornada y, luego, un grupo focal con varones de media jornada, la escasa respuesta a la convocatoria de los hombres en tres de las cinco provincias se tradujo en la realizacin

    de entrevistas individuales o grupales a los presentes; y, en otra provincia, problemas de organizacin local implicaron la realizacin de una instancia mixta de media jornada se-guida por otra instancia de mujeres jvenes solamente. En total, se realizaron 27 entre-vistas individuales y grupales.

    La informacin relevada a travs de los gru-pos focales y de las entrevistas fue procesada y consolidada en base a un libro de cdigos mediante el programa informtico Atlas.

    El documento incorpora los hallazgos que permiten profundizar y comprender los ejes temticos considerados en el anlisis de los censos respecto de las mujeres rurales jvenes y dedica un punto adicional al rol que desem-pean las mujeres en las organizaciones y las potencialidades que se derivan de ello.

    No se efecta un anlisis regional pues si bien se visitaron las cinco regiones no pue-den considerarse los hallazgos representa-tivos de cada una de ellas. Como surge de las mismas entrevistas, se presenta una gran variabilidad entre provincias e incluso dentro de ellas, en parte por el entrecruzamiento de factores culturales (idiosincrasia de la pobla-cin) e institucionales (polticas propias de cada provincia). k

    3. Se tom este tramo de edad bajo el supuesto de que los menores de 18 estn escolarizados e iban a tener dificultades para concurrir a la actividad propuesta. 4. Ver en Anexo 2, las organizaciones involucradas y el perfil de los participantes convocados. 5. La agricultura familiar es un tipo de produccin donde la unidad domstica y la unidad productiva estn fsicamente integradas, la agricultura es la principal ocupacin y fuente de ingreso del ncleo familiar, la familia aporta la fraccin predominante de la fuerza de trabajo utilizada en la explotacin, y la produccin se dirige al autoconsumo y al mercado conjuntamente. www.procisur.org.uy. 6. En el Anexo 3, se puede consultar el instrumento utilizado en los grupos focales as como las guas de entrevista.

  • 26

  • 27

    El contexto: comportamiento sociodemogrfico de la poblacin

    En este captulo se presentan algunos datos censales sobre

    la poblacin total que permiten caracterizar dos fenmenos

    axiales de la problemtica rural. El primero de ellos remite

    a la distribucin espacial de la poblacin y su variacin

    en el perodo intercensal, y especifica su manifestacin en

    trminos de brechas de gnero y generacionales. El segundo

    hace referencia al esfuerzo econmico potencial y efectivo

    que debe realizar la poblacin rural con respecto a la urba-

    na, situacin que se refleja en la interaccin de las tasas de

    dependencia (total, infantil y de adultos mayores) y la tasa

    de actividad. Esta aproximacin general brinda un marco

    para interpretar el comportamiento sociodemogrfico de las

    mujeres rurales jvenes, ncleo de este estudio.

    2

    San Pedro de Colalao, Tucumn.

  • 28

    2.1. El despoblamiento del campo

    El abandono de la residencia rural por par-te de los jvenes es uno de los factores que constituyen la cuestin agraria actual. Sin embargo, este fenmeno frecuentemente esgrimido como preocupacin y erigido en fuente de demandas ha recibido escaso tra-tamiento terico.

    El anlisis de series temporales sobre dis-tribucin espacial de la poblacin permite entender el despoblamiento del campo como parte de un proceso histrico. En la Argenti-na, la tasa de urbanizacin que acompaa al desarrollo industrial alcanza el valor ms alto (0,75) en el perodo intercensal 1947-1960 y se mantiene en un nivel de 0,70 en el decenio siguiente (1960-1970) (Grfico 1). A partir

    7. La tasa de urbanizacin surge de calcular la diferencia entre el porcentaje de poblacin urbana final e inicial, sobre la cantidad de aos correspondiente al perodo intercensal

    de entonces se verifica una gradual desace-leracin del nivel de urbanizacin, pese a lo cual continan registrndose en la actualidad transferencias poblacionales del campo a la ciudad (Grfico 2).

    Estos movimientos se manifiestan con ma-yor intensidad en aquellas regiones con ma-yor participacin de la poblacin rural y con menor intensidad en las ms urbanizadas, por lo que puede asumirse que el despobla-miento del campo estara alcanzando un lmi-te a partir del cual el patrn de asentamiento poblacional tendera a estabilizarse. En el Grfico 3 se observa que las disminuciones del porcentaje de la poblacin rural (sobre la poblacin total) son ms significativas en el NEA y el NOA (-3,6 y -2,5 puntos porcen-tuales respectivamente), donde la poblacin

    Tasa de urbanizacin.Total del pas. Perodo 1947-2010

    Grfico 1

    rural tiene mayor peso, mientras que en la Regin Pampeana (que cuenta con la parti-cipacin ms baja de poblacin rural, aun sin considerar a la CABA) la cada es ms tenue (-1,1 pp). Resulta destacable el caso de Cuyo, regin en que la participacin de la pobla-cin rural es similar a la del NOA, pero que experimenta cadas del mismo orden que las registradas en la Regin Pampeana.

    La situacin registrada en la regin cuyana evidencia que es posible retener a la pobla-cin rural si se promueven esquemas produc-tivos que definan alternativas de empleabi-lidad en el sector agropecuario y esquemas de residencia asociados al desarrollo de in-fraestructura en el campo (tal como sucede en los oasis de riego cercanos a la capital mendocina). k

    Fuen

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    994)

    y CN

    PHyV

    El contexto: comportamiento sociodemogrfico de la poblacin

  • 29

    Incidencia de lapoblacin rural sobre la poblacin total por ao censal y diferencia intercensal (en puntos porcentuales), segn regin

    Grfico 2

    Evolucin de la incidencia de la poblacin total por rea de residencia. Total del pas. Perodo 1947-2010

    Grfico 2

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  • 30

    2.1.1. Distribucin de la poblacin rural entre zonas agrupadas y dispersas

    Para conocer con mayor precisin las formas de manifestacin reciente de este fenmeno cabe analizar la distribucin de la poblacin rural entre zonas agrupadas y dispersas, to-mando en consideracin su evolucin en el perodo intercensal y las particularidades que asume en las distintas regiones geogrficas del pas.

    Para esto se presentan mapas a nivel depar-tamental por regin, donde los dos colores ms oscuros reflejan las ganancias de pobla-cin y los dos ms claros, las prdidas. Se ob-serva as rpidamente que el despoblamiento del campo se explica fundamentalmente por el abandono de las zonas rurales dispersas.

    k En la Regin Pampeana, las cadas pronunciadas de poblacin resultan margi-nales en las localidades rurales, as como los incrementos altos de residentes a campo abierto. Aun cuando no sea posible estable-cer la direccin de los flujos poblacionales, se observa que aquellos departamentos o par-tidos con fuertes prdidas de poblacin rural dispersa registran en forma concomitante un crecimiento moderado de la poblacin resi-dente en zonas agrupadas.

    k Como fuera sealado, en el NEA la distribucin de la poblacin favorece a los residentes rurales en mayor medida que en el resto de las regiones. De todas formas, en el perodo intercensal se verifica un proceso de abandono de la residencia a campo abierto.

    Las cadas ms pronunciadas de poblacin rural dispersa resultan ampliamente genera-lizadas en Chaco y Formosa, observndose disminuciones ms leves en Corrientes y Mi-siones. Al igual que en la Regin Pampeana, podra asumirse que las transferencias pobla-cionales se orientan de lo rural disperso hacia lo rural concentrado.

    k Si bien en el NOA se observan tambin descensos de la incidencia de la poblacin rural dispersa, las cadas moderadas resul-tan ms generalizadas que en el NEA y la Regin Pampeana. Los departamentos que registran disminuciones menos pronunciadas de la poblacin residente a campo abierto configuran un rea supraprovincial homo-gnea que abarca el oeste de Santiago del Estero, la provincia de Tucumn, el este de Catamarca, la zona de los Valles Calchaques en Salta y el sur de Jujuy. Con respecto al comportamiento poblacional en zonas rura-les agrupadas, resulta destacable la existen-cia de departamentos en que las prdidas de poblacin resultan ms pronunciadas que en las zonas dispersas (Rivadavia y San Carlos en Salta; Copo, Banda y Ojo de Agua en San-tiago del Estero; y Pomn en Catamarca). En estos casos cabe suponer un flujo migratorio hacia reas urbanas.

    k Cuyo, particularmente la provincia de Mendoza, muestra al igual que el NOA dismi-nuciones de la poblacin rural dispersa ms tenues. En Lujn de Cuyo, Tunuyn y Santa Rosa, las cadas de la poblacin rural agrupa-da superan a las de la poblacin dispersa. El departamento de Las Heras da cuenta de un

    tipo de comportamiento definido por la dis-minucin pronunciada de la poblacin rural agrupada y un incremento moderado de la poblacin rural dispersa. En San Juan, esta particularidad se registra en el departamen-to de Iglesia.

    k Finalmente, la Patagonia muestra un comportamiento poblacional similar al de la Regin Pampeana y el NEA, con fuertes cadas de la poblacin rural dispersa y cre-cimientos moderados de la poblacin rural agrupada.

    Cabe sealar que estos comportamientos no se explican exclusivamente por despla-zamientos de la poblacin, sino que en ellos pueden estar interviniendo otros factores de-mogrficos como el incremento o descenso de las tasas de natalidad, o bien el aumento de la esperanza de vida. Sin embargo, mientras que los primeros pueden manifestarse en pe-rodos de tiempo cortos, los otros adquieren un carcter estructural que determina una fuerte inercia temporal. k

    El contexto: comportamiento sociodemogrfico de la poblacin

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    Produccin de Quinoa, Jujuy.

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    N

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    rEGin PAMPEAnA

    Variacin intercensal (2010 - 2001)

    del porcentaje de la poblacin

    total por departamento (%)

    No existe poblacin del rea

    Menos de -19

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    r E A r u r A L A G r u PA D A

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    N

    Cartografa: Instituto Geogrfico Nacional. Ao 2013. Sistema de Proyeccin y Marco de Coordenadas: Proyeccin Gauss - Krger. POSGAR 94. Fuente: CNPHyV 2001 y 2010. 33

    r E A r u r A L D i S P E r S A

  • PARAGUAY

    URUGUAYENTRE ROS

    SANTIAGO DEL ESTERO

    SALTA

    SANTA FE

    BRASIL

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    4

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    31 3233

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    N

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    rEGin nEA

    Variacin intercensal (2010 - 2001)

    del porcentaje de la poblacin

    total por departamento (%)

    No existe poblacin del rea

    Menos de -19

    De -19 a -0,1

    De 00 a 60

    Ms de 60

    r E A r u r A L A G r u PA D A

  • PARAGUAY

    URUGUAYENTRE ROS

    SANTIAGO DEL ESTERO

    SALTA

    SANTA FE

    BRASIL

    1

    2

    4

    5

    78

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    12914 15

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    6667 68

    69 70 71 7273

    74 7576

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    N

    Cartografa: Instituto Geogrfico Nacional. Ao 2013. Sistema de Proyeccin y Marco de Coordenadas: Proyeccin Gauss - Krger. POSGAR 94. Fuente: CNPHyV 2001 y 2010.

    35

    r E A r u r A L D i S P E r S A

  • PARAGUAY

    SAN JUAN

    CRDOBA

    CHAC

    O

    SANT

    A FE

    FORMOSA

    CHILE

    ENTR

    E ROS

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    N

    36

    rEGin noA

    Variacin intercensal (2010 - 2001)

    del porcentaje de la poblacin

    total por departamento (%)

    No existe poblacin del rea

    Menos de -19

    De -19 a -0,1

    De 00 a 60

    Ms de 60

    r E A r u r A L A G r u PA D A

  • PARAGUAY

    SAN JUAN

    CRDOBA

    CHAC

    O

    SANT

    A FE

    FORMOSA

    CHILE

    ENTR

    E ROS

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    53 54

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    59 6061

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    8283 84

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    44 51

    52

    N

    Cartografa: Instituto Geogrfico Nacional. Ao 2013. Sistema de Proyeccin y Marco de Coordenadas: Proyeccin Gauss - Krger. POSGAR 94. Fuente: CNPHyV 2001 y 2010.

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    r E A r u r A L D i S P E r S A

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    NEUQUN

    LA PAMPA

    SAN LUIS

    CRDOBA

    LA RIOJA1

    2

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    2021

    26 2722

    6 7

    8131617

    232425

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    18 19

    31 3229 30

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    1110

    9

    12

    3

    CHILE

    N

    rEGin cuyo

    Variacin intercensal (2010 - 2001)

    del porcentaje de la poblacin

    total por departamento (%)

    No existe poblacin del rea

    Menos de -19

    De -19 a -0,1

    De 00 a 60

    Ms de 60

    r E A r u r A L A G r u PA D A

  • 39

    NEUQUN

    LA PAMPA

    SAN LUIS

    CRDOBA

    LA RIOJA1

    2

    4

    5

    2021

    26 2722

    6 7

    8131617

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    18 19

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    1110

    9

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    CHILE

    N

    Cartografa: Instituto Geogrfico Nacional. Ao 2013. Sistema de Proyeccin y Marco de Coordenadas: Proyeccin Gauss - Krger. POSGAR 94. Fuente: CNPHyV 2001 y 2010.

    r E A r u r A L D i S P E r S A

  • MENDOZA

    LA PAMPA BUENOS AIRES

    CHILE

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    8

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    3

    17

    4

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    91110

    1819

    20 21

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    45

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    49 50

    54

    53

    52

    N

    40

    rEGin PAtAGoniA

    Variacin intercensal (2010 - 2001)

    del porcentaje de la poblacin

    total por departamento (%)

    No existe poblacin del rea

    Menos de -19

    De -19 a -0,1

    De 00 a 60

    Ms de 60

    r E A r u r A L A G r u PA D A

  • MENDOZA

    LA PAMPA BUENOS AIRES

    CHILE

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    Cartografa: Instituto Geogrfico Nacional. Ao 2013. Sistema de Proyeccin y Marco de Coordenadas: Proyeccin Gauss - Krger. POSGAR 94. Fuente: CNPHyV 2001 y 2010.

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    r E A r u r A L D i S P E r S A

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    2.1.2. territorialidad de las brechas de gnero 8

    Al analizar la composicin de la poblacin por gnero, se observa que en las reas ur-banas de todas las regiones del pas existe una mayor proporcin de mujeres que de va-rones (valores superiores a 1, tanto en 2001 como en 2010). En el mbito regional surgen diferencias que posicionan a Cuyo como la regin ms feminizada, y a la Patagonia como la menos feminizada. Este comportamiento se invierte en reas rurales, donde los varones

    adquieren mayor peso que las mujeres. Las reas rurales de Cuyo y la Patagonia mantie-nen las posiciones de mayor y menor equidad a favor de las mujeres.

    Las relaciones de gnero se mantienen es-tables en el perodo intercensal, aunque en reas rurales del NEA y el NOA se registra un leve desplazamiento hacia situaciones de mayor predominio de las mujeres (Grfico 4).

    En el medio rural, la presencia de las mu-jeres es ms baja en zonas dispersas que en las agrupadas. En las localidades rurales la

    relacin de gnero adquiere mayor paridad las brechas asumen valores de 0,95 a 1 en todas las regiones menos en la Patagonia, de modo que la situacin resulta homognea en el nivel regional. En cambio, las zonas dispersas muestran mayor variabilidad, ob-servndose una brecha de 0,90 en Cuyo y de 0,69 en la Patagonia.

    En el perodo intercensal se produce una leve feminizacin de las zonas rurales dis-persas del NOA y una masculinizacin en la Regin Pampeana (Grfico 5). k

    8. Las brechas de gnero se calculan como cociente entre el porcentaje de mujeres y el porcentaje de varones. Un valor igual a 1 indica paridad perfecta o equidad, mientras que los valores superiores a 1 remiten a situaciones en que el porcentaje de mujeres supera al de varones. Cabe sealar que en todos los

    casos las brechas se calculan como cociente entre porcentajes a fin de reflejar la cobertura que presenta el fenmeno en cuestin.

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    Brecha de gnero (%M/ %V) por rea y ao censal, segn reginGrfico 4

    El contexto: comportamiento sociodemogrfico de la poblacin

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    Brecha de gnero (%M/ %V) entre la poblacin rural por rea y ao censal, segn reginGrfico 5

    En los mapas que se presentan a continua-cin es posible observar la distribucin de-partamental de las brechas de gnero regis-tradas en zonas rurales agrupadas y dispersas en el ao 2010. En estos, el color ms oscuro refleja una relacin de gnero que favorece a las mujeres. A medida que los colores se tornan ms claros, las brechas entre muje-res y varones se amplan en desmedro de las primeras.

    k El medio rural de la Regin Pampeana muestra los mayores contrastes. En las zo-

    nas agrupadas de prcticamente la totalidad de los departamentos la proporcin de muje-res supera a la de varones, o bien existe una alta paridad. Se percibe como excepcin una mancha en el centro-sur de la provincia de Buenos Aires, que comprende los partidos de Ayacucho, Azul y Benito Jurez, donde las mujeres representan menos del 85% de los varones.

    En cambio, en las zonas rurales dispersas se imponen situaciones de alta disparidad para las mujeres, pues su presencia en el campo resulta significativamente menor que

    la de los varones. En el noroeste de Crdoba se observa una paridad relativamente mayor, y otra mancha de paridad media se confor-ma en los departamentos ubicados al oeste de Entre Ros y el centro-este de Santa Fe.

    k Respecto de las zonas rurales agrupa-das del NEA, las mujeres tienen mayor peso que los varones en los departamentos ubi-cados al este de Chaco, que configuran una mancha que se extiende hacia el centro y sur de Corrientes. En Misiones esta situacin se verifica principalmente en los departamentos

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    emplazados sobre el ro Uruguay, desde Obe-r hasta San Pedro, incluyendo a Caingus.

    Si bien en las zonas dispersas prevalecen situaciones de desventaja para las mujeres, en el sur de Misiones, y el noroeste y el su-reste de Corrientes, la relacin entre mujeres y varones muestra gran paridad.

    k En el caso del NOA, la presencia de las mujeres se impone principalmente en las zonas rurales agrupadas del oeste de Jujuy, con la excepcin de Rinconada, y se extien-de sobre Santa Victoria e Iruya en el norte salteo. Tambin se configuran algunas man-chas de ventaja para las mujeres en el norte, centro-este y suroeste de Tucumn, y en una franja que se extiende desde el centro-oeste hacia el sureste de Santiago del Estero. En el resto de la regin predominan situaciones de alta paridad. Como excepcin, los poblados rurales de los departamentos cordilleranos de Salta, Catamarca y La Rioja cuentan con una proporcin media-baja a baja de muje-res. Es probable que este comportamiento se encuentre asociado al desarrollo de la mine-ra como principal actividad econmica de esa regin.

    En las zonas rurales dispersas predomina una menor presencia de las mujeres, aunque se observa una franja que se extiende des-de el norte de Jujuy y Salta y abarca los de-partamentos salteos de La Poma, Molinos y San Carlos, donde la proporcin de mujeres supera a la de varones. Por otro lado, en los departamentos jujeos de Susques, Huma-huaca, Tilcara y Dr. Manuel Belgrano, los departamentos salteos de Rosario de Lerma, Capital, Chicoana y Cachi, prcticamente la

    totalidad de la provincia de Tucumn, los de-partamentos del oeste y sur de Santiago del Estero, y Beln en Catamarca conforman una mancha de alta paridad.

    k En Cuyo, las localidades rurales con predominio femenino se ubican principal-mente en Mendoza. En la mayora de los de-partamentos mendocinos (con la excepcin de La Paz y Malarge) y el este de San Juan la presencia de las mujeres resulta alta tam-bin en las zonas rurales dispersas.

    k En los poblados rurales de la Patago-nia la relacin de gnero favorece a las mu-jeres o tiende hacia la paridad, menos en los departamentos ubicados al suroeste de Neu-qun, el este de la lnea sur rionegrina, el noreste de Chubut y las provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego.

    Por su parte, en las zonas rurales disper-sas de esta regin la disparidad de gnero se presenta de manera generalizada. Constituye una excepcin el departamento rionegrino de Valcheta, que muestra una situacin cercana a la paridad.

    Ahora bien, qu representan estas con-figuraciones? En trminos demogrficos, la composicin por gnero de la poblacin de-termina una distribucin homognea entre varones y mujeres, salvo en los casos de po-blaciones envejecidas donde prevalecen las mujeres. Segn los datos del Censo 2010, en la Argentina la brecha de gnero se ubica en 1,05 9, es decir que la proporcin de muje-res supera levemente a la de varones. Esta consideracin es relevante dado que permite asociar la disparidad de gnero con compor-

    tamientos sociales, en particular, procesos migratorios que definen distintos patrones de movilidad y asentamiento de la poblacin. De esta manera, la menor presencia de mujeres en zonas rurales dispersas se expresa como resultado de un proceso histrico de expul-sin de la poblacin femenina. Pero sobre todo, los departamentos que en el perodo intercensal registran una mayor participa-cin de las mujeres sobre los varones estaran dando cuenta de un proceso de emigracin que involucra principalmente a los varones, de modo que las situaciones caracterizadas en primera instancia como de mayor equidad o ventaja para las mujeres podran asociarse por el contrario con la necesidad de hacer frente en soledad el cuidado del hogar. Por su parte, la concentracin de mujeres en los poblados rurales refleja la contraparte del fe-nmeno que se verifica a campo abierto. k

    9. Excluyendo a la CAbA, que presenta el nivel de envejecimiento poblacional ms alto del pas.

    El contexto: comportamiento sociodemogrfico de la poblacin

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    No existe poblacin del rea

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