las escuelas metodológicas

16
POSITIVISMO: Se suele quedar considerar a August Comte (1798 – 1857) el fundador del positivismo. La palabra positivo significa todo lo que se puede considerar como un hecho, o como un dato de la experiencia (o lo real) Afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico (Bacon, Galileo y Descartes), en particular el conocimiento que proporcionan las ciencias naturales. Defiende un monismo metodológico, en el sentido en que el método científico debe ser el único método con el que se explica toda la realidad, la natural y la social (la necesidad de estudiar científicamente al ser humano nace debido a la experiencia de la Revolución francesa, que obligó por primera vez a ver a la sociedad y al individuo como objetos de estudio científico) Surge la sociología (término acuñado por Comte) como disciplina científica: “el estudio de la sociedad”. El rol de la Sociología es la de organizar (o reorganizar) la sociedad, pero no ya a partir de una base teológica, sino a partir de una base rigurosamente científica. La ciencia es el único medio en condiciones de solucionar en el transcurso del tiempo todos los problemas humanos y sociales que hasta entonces habían atormentado a la sociedad. La época del positivismo se caracteriza por un optimismo general, que surge de la certidumbre en un progreso imparable que avanza hacia condiciones de bienestar generalizado, en una sociedad pacífica y penetrada de solidaridad entre los hombres. En este período se produce la Revolución Industrial, primero en Gran Bretaña, y luego en el resto de Europa continental. Se producen las mayores transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la historia de la humanidad. La economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por otra denominada por la industria y la manufactura. El ser humano ha llegado al estadio positivo tras un proceso evolutivo de carácter teórico (idealista): 1.- El estado teológico o mágico: corresponde a la infancia de la humanidad, en donde se explican los fenómenos mediante la existencia de seres fantásticos y sobrenaturales que con su voluntad regulan todos acontecimientos naturales y humanos (fuerzas impersonales, dioses múltiples, o, finalmente, un solo Dios). 2.- El estado metafísico o filosófico: es sólo una modificación del anterior, las explicaciones ahora son racionales, los seres sobrenaturales se convierten en entidades abstractas inherentes a las cosas. 3.- El estado positivo o científico: supone la renuncia al saber absoluto y la búsqueda exclusiva de las leyes que explican los hechos.

Upload: miguelmorfield4588

Post on 30-Nov-2015

93 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: Las escuelas metodológicas

POSITIVISMO:

Se suele quedar considerar a August Comte (1798 – 1857) el fundador del positivismo. La palabra positivo significa todo lo que se puede considerar como un hecho, o como un dato de la experiencia (o lo

real) Afirma que el único conocimiento auténtico es el conocimiento científico (Bacon, Galileo y Descartes), en particular

el conocimiento que proporcionan las ciencias naturales. Defiende un monismo metodológico, en el sentido en que el método científico debe ser el único método con el que

se explica toda la realidad, la natural y la social (la necesidad de estudiar científicamente al ser humano nace debido a la experiencia de la Revolución francesa, que obligó por primera vez a ver a la sociedad y al individuo como objetos de estudio científico)

Surge la sociología (término acuñado por Comte) como disciplina científica: “el estudio de la sociedad”. El rol de la Sociología es la de organizar (o reorganizar) la sociedad, pero no ya a partir de una base teológica, sino a partir de una base rigurosamente científica.

La ciencia es el único medio en condiciones de solucionar en el transcurso del tiempo todos los problemas humanos y sociales que hasta entonces habían atormentado a la sociedad.

La época del positivismo se caracteriza por un optimismo general, que surge de la certidumbre en un progreso imparable que avanza hacia condiciones de bienestar generalizado, en una sociedad pacífica y penetrada de solidaridad entre los hombres.

En este período se produce la Revolución Industrial, primero en Gran Bretaña, y luego en el resto de Europa continental. Se producen las mayores transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la historia de la humanidad. La economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por otra denominada por la industria y la manufactura.

El ser humano ha llegado al estadio positivo tras un proceso evolutivo de carácter teórico (idealista):1.- El estado teológico o mágico: corresponde a la infancia de la humanidad, en donde se explican los fenómenos mediante la existencia de seres fantásticos y sobrenaturales que con su voluntad regulan todos acontecimientos naturales y humanos (fuerzas impersonales, dioses múltiples, o, finalmente, un solo Dios).2.- El estado metafísico o filosófico: es sólo una modificación del anterior, las explicaciones ahora son racionales, los seres sobrenaturales se convierten en entidades abstractas inherentes a las cosas.3.- El estado positivo o científico: supone la renuncia al saber absoluto y la búsqueda exclusiva de las leyes que explican los hechos. Se suele considerar como la expresión típica de la forma mental de la sociedad burguesa e industrial consolidada en

Europa la segunda mitad del siglo XIX.

Criterio de demarcación entre la ciencia y la no ciencia: positivismo lógico:El criterio de verificabilidad:

Creado en el siglo XX por los positivistas lógicos del Círculo de Viena, un enunciado es científico si y sólo si es, en principio, verificable. Verificar un enunciado significa comprobar si sucede aquello que afirma, es decir, realizar algún tipo de observación o experimento que permita determinar su verdad. Así, el enunciado “el agua se evapora a los 100°C es un enunciado científico porque podemos verificarlo empíricamente. Por el contrario, la proposición “el alma humana es inmortal” carece de cientificidad al resultar imposible su verificación.

Page 2: Las escuelas metodológicas

LA FENOMENOLOGÍA:

Creada en el siglo XX por Edmund Husserl. La revolución industrial consagró el modelo de progreso científico y técnico que impulsó los progresivos

descubrimientos científicos que, si por una parte sirvieron para mejorar la vida humana (avances en medicina, sistema de transportes, mejoras de las comunicaciones con el telégrafo, la radio y luego la televisión), por otra, se aplicaron a los sistemas de guerra (blindados, bombarderos, gases venenosos, bomba atómica, etc.)

Al mismo tiempo y como consecuencia del salvaje desarrollo industrial y del Capitalismo, aparece un proletariado que irá adquiriendo fuerza y que, tras diversas manifestaciones violentas, desembocará en la Revolución de Rusa (1917).

Tras las dos guerras mundiales, en las que la destrucción masiva por cuestiones raciales, religiosas, económicas y políticas, el ser humano muestra su lado más oscuro.

Según Husserl la crisis europea se debe a la idea filosófica de la razón como conformadora de la existencia del ser humano.

A juicio de Husserl, la humanidad está perdiendo su horizonte. La causa de esta crisis radica en la concepción positivista del saber, que al haber relegado a un segundo plano la existencia humana, no puede afrontar los nuevos problemas surgidos en torno a la fundamentación de la ciencia y sus aplicaciones técnicas. Esta desconfianza en la razón es la responsable de la crisis al llevar consigo la pérdida de la creencia en sí mismo del ser humano.

Para recuperar la confianza en la razón, hay que devolver al sujeto de conocimiento su protagonismo para construir una nueva filosofía capaz de reconstruir los fundamentos del saber.

Como Descartes, se plantea Husserl el tema de la duda: ¿de qué es imposible dudar? No se puede dudar dice Husserl, de la presencia inmediata de algo ante nosotros, así que lo que queremos conocer debe estar presente de manera inmediata ante nosotros. Esa presencia inmediata se llama intuición.

El término intuición es el mismo que ocupa el sentido común: “es algo que se le ocurre a uno”, es “conocimiento inmediato, que no se ha alcanzado por algún proceso de razonamiento”.

El termino intuición no denota medio de conocimiento alguno; no hay algo así como una “facultad de tener intuiciones”, sino que se utiliza genéricamente para hablar de cualquier cosa que se nos dé en la experiencia inmediata.

En la intuición, lo que está presente ante nosotros de manera inmediata es la cosa misma que se quiere conocer; en tal caso el conocimiento estará exento de toda duda, porque es inmediato.

El grito de batalla de Husserl y los fenomenólogos en esa época era: “¡hay que ir a las cosas mismas! Y ¿qué son las cosas mismas?: la evidencia originaria de las cosas, su intuición originaria; se trata de tener a las

cosas como una presencia inmediata ante nuestra consciencia cognoscente. La ciencia, según Husserl, no puede tener una intuición originaria de la realidad porque siempre ya está

presuponiendo algo; la ciencia no puede ver las cosas en sí mismas. Husserl no niega que haya objetos independientes de mi consciencia. ¿Qué serían las piedras de este planeta si no

hubieran existido los seres humanos? Lo mismo que son ahora, en términos generales. ¿Qué cambia el hecho de que existan seres capaces de conocer esas piedras? Nada. Pero las piedras son interesantes en la medida en que pueden ser objeto de conocimiento.

Desde la fenomenología, los objetos, y el mundo en general, significan algo para nosotros ; el mundo tiene un sentido sólo porque hay inteligencias para las cuales lo tiene. El mundo no tiene un sentido independientemente de la inteligencia que lo capta. Es la conciencia la que otorga el sentido. Es la conciencia y no las cosas las que configuran el sentido.

Entonces, la “cosa misma”, en cuanto conocida en mi consciencia, es una “elaboración de sentido” de mi propia consciencia.

Page 3: Las escuelas metodológicas

Las piedras que hay en este planeta, con independencia de que haya conciencia e inteligencia, son lo que son, no las fabrica la conciencia.

La fenomenología pretende ser una ciencia libre de presupuestos, un proyecto de absoluta objetividad. Las ciencias presuponen muchas cosas: por un lado, un mundo independiente de mi consciencia compuesto por hechos; por otro, seres inteligentes capaces de conocer los hechos tal como son (a esto es lo que Husserl se le llama actitud natural)

La fenomenología consistirá entonces en superar esta actitud natural y asumir una actitud estrictamente filosófica, que es la de llegar al punto en el cual estemos ante una intuición originaria en la que la cosa misma esté en nuestra conciencia. Supongamos, por ejemplo, que estamos ante un recipiente con agua hirviendo. El hecho allí puede ser el movimiento de moléculas a una determinada velocidad, porque el agua está hirviendo; pero lo importante es que eso ya es una elaboración: moléculas, temperatura, velocidad promedio de las mole culas: el hecho mismo es ya una complicada concatenación de conceptos. Para otros el hecho puede ser el paso de un estado a otro, de líquido a gaseoso; éstos configuran las cosas de otra manera; pero el hecho, ¿es el mismo? Y, ¿en qué sentido es el mismo? Lo que propone Husserl no es hacer metafísica sino fenomenología: el hecho es como yo lo describo.

¿Cómo se llega a las cosas mismas?

Mediante un método de análisis filosófico llamado Reducción que quiere decir aquí “ir al origen”, “desechar poco a poco lo derivado para concentrarse y dirigirse al fundamento”.

En primer caso se realiza una “epojé”: “poner entre paréntesis” la tesis de la actitud natural, es decir, aquella tesis según la cual el mundo se nos da y hay una consciencia que lo conoce así, tal y como es.

Realizar la epojé es parecido a lo que hace Descartes con su creencia acerca del mundo; con la diferencia de que Descartes pone en duda la existencia misma del mundo, mientras que la epojé husserliana su existencia no es puesta en duda, sólo es “puesta entre paréntesis”.

A Husserl sólo le interesa describir lo que está presente en la consciencia, sin importar lo que las cosas sean realmente.

La fenomenología se basa en un descubrimiento que habría hecho Husserl: nuestra conciencia es intencional; nuestra conciencia es siempre conciencia de algo; pero dicha intencionalidad no pertenece al nivel de los fenómenos psíquicos, sino al nivel lógico-objetivo. Esta idea le permite fundar una nueva teoría del conocimiento. La conciencia intencional es la que otorga sentido.

Según la fenomenología, la consciencia no consiste en “ideas” o “representaciones”, sino que es de naturaleza intencional; no es una consciencia encerrada en sí misma, sino abierta al mundo; la consciencia no es un estado, sino una dirección: un dirigirse a un objeto. El conocimiento es apertura al objeto y supone una visión subjetiva del mundo. No contemplo, por ejemplo, pasivamente esta mesa, sino que para mi tiene un sentido, un significado, un valor.

La investigación fenomenológica es el estudio de la experiencia vital, del mundo de la vida, de la cotidianidad. Lo cotidiano en sentido fenomenológico es la experiencia no conceptualizada o categorizada. Es la explicación de los fenómenos dados a la conciencia. Ser consciente implica una transitividad, una intencionalidad. Toda conciencia es conciencia de algo. Es la descripción de los significados vividos, existenciales. La fenomenología procura explicar los significados en los que estamos inmersos en nuestra vida cotidiana, y no las relaciones estadísticas a partir de una serie de variables, el predominio de tales opiniones sociales, o la frecuencia de algunos comportamientos. En esencia la fenomenología es la exploración del significado del ser humano. En otras palabras: qué es ser en el mundo, que quiere decir ser hombre, mujer o niño, en el conjunto de su mundo, de su entorno sociocultural. Es el pensar sobre la experiencia originaria.

Page 4: Las escuelas metodológicas

LA HERMENÉUTICA:

Contexto Histórico:El siglo XX se inicia con:La revolución RusaGuerra MundialGenocidio NaziLa crisis de los modelos científicos

En este contexto se reclama la necesidad de nuevos valores y alguna forma de rearme moral. La hermenéutica es el arte de comprender el sentido y significado que los seres humanos le otorgan a sus

acciones. Toda acción humana tiene una intención. La tarea de la hermenéutica es tratar de descubrir y comprender esas

intenciones. La hermenéutica tiene sus raíces en la interpretación o exégesis que los estudiosos hacían de los textos

sagrados, como la Biblia. Se suponía que esos textos eran portadores de la verdad, por tanto, resultaba fundamental asegurar procedimientos capaces de generar seguras interpretaciones sobre el sentido de lo afirmado en ellos.

En la edad moderna, va a representar una importante reacción contra el realismo filosófico fundado en el supuesto de que lo que se conoce o comprende se encuentra en el mundo exterior, siendo independiente de quien lo percibe. Vale decir, que la hermenéutica contendrá un primer cuestionamiento al dualismo filosófico que para dar cuenta del conocimiento establece la separación entre sujeto y objeto.

El problema surgía cuando el objeto de conocimiento no era un objeto natural, sino un texto. El texto, como objeto resultaba ser una creación humana, una obra. Y comprender una obra, implica descifrar el sentido que le otorgó quien la escribió. Como tal, el texto demostraba tener voz propia, a través de la cual su sentido se comunicaba. Su entendimiento resultaba tener más afinidad con el acto de “escuchar”, que con el de “ver” u “observar”, a través de las cuales las ciencias naturales caracterizaban su quehacer.

Friedrich Schleiermacher (1833 – 1911) es quien da inicio la hermenéutica moderna desde la filosofía de la religión. El verdadero punto de partida para S. arranca de la pregunta: ¿Cómo una expresión, sea esta escrita o hablada, es entendida? La relación propia del entendimiento es una relación dialogal, donde hay alguien que habla, que construye una frase para expresar un sentido, y donde hay alguien que escucha. Este último recibe un conjunto de palabras para, súbitamente, a través de un misterioso proceso, adivinar su sentido.

Para S. entender implica reconstruir el proceso mental del autor del texto del texto de forma que se puedan captar las intenciones, lo que el autor ha querido expresar.

El entendimiento es definido como una operación fundamentalmente referencial: sólo podemos entender algo nuevo a través de la comparación con algo que ya conocemos. Esta idea apunta a lo que se conoce como “círculo hermenéutico”. Lo que entendemos forma un sistema o círculo hechos de partes. El círculo como un todo defina sus partes, así como cada parte en conjunto forman el círculo. Una frase, por ejemplo, es una unidad. Entendemos el sentido de una palabra al referirla a la frase en su conjunto y, recíprocamente, el sentido de la frase depende de las palabras que la componen.

El círculo hermenéutico apunta a un área de entendimiento compartido. Tanto quien habla como quien escucha, deben compartir el lenguaje y el tema del discurso.

A Wilhem Dilthey (1833 – 1911) le preocupa la búsqueda de la verdad en la historia. Desarrolla una metodología apropiada para el entendimiento de las obras humanas. La vida, dice, debe ser entendida a partir de la propia experiencia de la vida.

Page 5: Las escuelas metodológicas

Siguiendo a Schleiermacher, también se propone reconstruir la experiencia interior del otro, para comprender el sentido de sus obras, pero no para entender a la persona, sino para entender el mundo que a través de sus obras se revela.

El método hermenéutico diltheano comprende tres pasos: la experiencia, la expresión y la comprensión. La experiencia: la experiencia no es un acto reflexivo de la conciencia. La experiencia a la que alude Dilthey alude

es algo que existe antes que el pensamiento reflexivo acometa la separación entre sujeto y objeto. Es la experiencia en su inmediatez. Es la experiencia que se da antes que la ésta se objetive y, por tanto, antes que lo subjetivo también se constituya. La experiencia representa un ámbito anterior, previo, a la separación sujeto objeto, un ámbito en el cual el mundo y nuestra experiencia de él se hallan todavía unidos.

Esta experiencia se da en una “temporalidad” del “contexto de relaciones” de la experiencia. El sentido de una obra humana se comprende a partir de los recuerdos del pasado y la anticipación del futuro. En este sentido, Dilthey sostiene que la experiencia, al ser temporal, es también histórica. Ello significa que sólo entendemos el presente en el horizonte del pasado y futuro.

La expresión: por este concepto entiende cualquier cosa que refleja la huella de la vida interior del hombre. Se trata de las objetivaciones de la vida humana. Las ciencias del espíritu deben dirigirse hacia las “expresiones de la vida”. En las obras de arte, por ejemplo, no sólo se refleja su autor, sino la vida misma.

La comprensión: A la naturaleza la explicamos, al hombre lo comprendemos. La explicación se realiza por procedimientos puramente intelectuales, mientras que la comprensión es una transposición y vuelta a experimentar el mundo tal como la otra persona lo enfrenta en una experiencia de vida.

Dilthey insiste en la idea del “círculo hermenéutico”. El todo recibe su sentido de las partes y las partes a partir del todo. Pero, para Dilthey, el sentido es histórico. Se trata siempre de la relación del todo con las partes (y viceversa) mirada desde una determinada posición, en un tiempo determinado. El sentido es, por tanto, “contextual”; es siempre parte de una determinada situación. En la medida en que se afirma que el sentido es histórico, se sostiene que éste ha cambiado con el tiempo; que es un asunto de relación y está siempre referido a la perspectiva desde la cual se ven los acontecimientos.

La interpretación siempre remite a la situación en la cual se halla el intérprete. Y como no es posible concebir un entendimiento carente de presupuestos, entendemos sólo por referencia a nuestra experiencia. La tarea metodológica del intérprete, por lo tanto, no consiste en sumergirse completamente en su objeto, sino en encontrar maneras viables de interacción entre su propio horizonte y aquel del cual el texto es portador.

Hans George Gadamer plantea que la conciencia del ser humano es histórica y que, además, recibe su ser de esa historia, como historia. Se trata, mejor dicho, de una conciencia histórico-efectual, o una conciencia expuesta a los efectos de la historia.

La concepción gadameriana valora de manera especial el presente, como punto de partida del esfuerzo hermenéutico. El presente es valorado en cuanto conlleva una red de supuestos –prejuicios, preopiniones, etc., que guía, aun sin que se lo sepa, el programa de la comprensión.

Desde los planteamientos gadamerianos el “círculo hermenéutico” plantea que el sentido de un texto, por ejemplo, no pertenece exclusivamente a él, ni tampoco a la conciencia que lo comprende o que intenta comprenderlo: “copertenece” a ambos. El sentido no acaba nunca; se reorganiza una y otra vez.

Comprender implica proyectar mantos de sentido, fundados en nuestras preopiniones, sobre aquello que procuramos comprender. Simultáneamente, la comprensión exige una condición de alteridad y apertura hacia el texto. No podemos sujetarnos ciegamente a nuestra propia preopinión sobre la cosa cuando procuramos comprender la opinión del otro. Comprender exige estar abierto a la opinión del otro o del texto. Este proceso se realiza hasta que se logra fijar unívocamente la unidad de sentido.

DIALÉCTICA:

Page 6: Las escuelas metodológicas

Según Marx, la filosofía ha sido demasiada contemplativa, sólo se ha encargado de interpretar el mundo y no de transformarlo. Marx se propone, justamente, cambiar las condiciones materiales de existencia de los hombres, en particular, la de los seres humanos oprimidos y explotados.

Para comprender el pensamiento marxista hay que comprender dos cosas: el materialismo dialéctico y el materialismo histórico. Veamos en qué consiste cada uno de ellos:

Materialismo Dialéctico:

Primero que nada hay que entender que el concepto de materialismo se refiere a teoría desde la cual se va a interpretar los fenómenos de la naturaleza y el concepto de dialéctico hace referencia al método con el que se estudian estos fenómenos. El materialismo histórico es la extensión de los principios del materialismo dialéctico al estudio de la vida social.

Primero veamos en qué consiste cada uno de los conceptos que conforman el “materialismo dialéctico”.

El método dialéctico:

Ya veíamos la clase anterior que la dialéctica, como método de estudio de la realidad, ya se encontraba presente en el pensamiento de Heráclito: que los fenómenos naturales están en un perpetuo movimiento y cambio y que su desarrollo se debe a las contradicciones existente en ella. Veamos que se desprende de estas ideas.

1.- La dialéctica no considera la naturaleza como un conglomerado casual de objetos y fenómenos, desligados y aislados unos de otros y sin ninguna relación de dependencia entre sí, sino como un todo articulado y único, en el que los objetos y los fenómenos se hallan orgánicamente vinculados unos a otros, dependen unos a otros y se condicionan unos a otros.

Si en el mundo no existen fenómenos aislados, si todos los fenómenos están vinculados entre si y se condicionan unos a otros, es evidente que todo régimen social y todo movimiento social que aparece en la historia debe ser considerado, no desde el punto de vista de la "justicia eterna" o de cualquier otra idea preconcebida, que es lo que suelen hacer los historiadores, sino desde el punto de vista de las condiciones que han engendrado este régimen y este movimiento social, y a los cuales se hallan vinculados. Dentro de las condiciones modernas, el régimen de la esclavitud es un absurdo y una necedad contraria a la lógica. En cambio, dentro de las condiciones de disgregación del régimen del comunismo primitivo, el régimen de la esclavitud era un fenómeno perfectamente lógico y natural, ya que representaba un progreso en comparación con el comunismo primitivo.

Todo depende, pues, de las condiciones, del lugar y del tiempo.

2.- La dialéctica no considera la naturaleza como algo quieto e inmóvil, estancando e inmutable, sino como algo sujeto a permanente movimiento y cambio constante, como algo que se renueva y se desarrolla incesantemente y donde hay siempre algo que nace y algo que muere y caduca.

Si el mundo se halla en incesante movimiento y desarrollo y si la ley de este desarrollo es la extinción de lo viejo y el crecimiento de lo nuevo, es evidente que ya no puede haber ningún régimen social "inconmovible", ni pueden existir los "principios eternos" de la propiedad privada y la explotación, ni las "ideas eternas" de sumisión de los campesinos a los terratenientes y de los obreros a los capitalistas.

Page 7: Las escuelas metodológicas

Esto quiere decir que el régimen capitalista puede ser sustituido por el régimen socialista, del mismo modo que, en su día, el régimen capitalista sustituyó al régimen feudal. Esto quiere decir que hay que orientarse, no hacia aquellas capas de la sociedad que han llegado ya al término de su desarrollo, aunque en el momento presente constituyan la fuerza predominante, sino hacia aquellas otras que se están desarrollando y que tienen un porvenir, aunque no sean las fuerzas predominantes en el momento actual.

3.- La dialéctica no examina el proceso de desarrollo como un simple proceso de crecimiento, en que los cambios cuantitativos no se traducen en cambios cualitativos, sino como un proceso en que se pasa de los cambios cuantitativos insignificantes y ocultos a los cambios manifiestos, a los cambios radicales, a los cambios cualitativos; en que éstos se producen, no de modo gradual, sino rápido y súbitamente, en forma de saltos de un estado de cosas a otro, y no de un modo casual, sino con arreglo a leyes, como resultado de la acumulación de una serie de cambios cuantitativos inadvertidos y graduales. Por eso, el método dialéctico entiende que el proceso de desarrollo debe concebirse no como movimiento circular, no como una simple repetición del camino ya recorrido, sino como un movimiento progresivo, como un movimiento en línea ascensional, como el tránsito del viejo estado cualitativo a un nuevo estado cualitativo, como el desarrollo de lo simple a lo complejo, de lo inferior a lo superior.

Si el tránsito de los lentos cambios cuantitativos a los rápidos y súbitos cambios cualitativos constituye una ley del desarrollo, es evidente que las transformaciones revolucionarias llevadas a cabo por las clases oprimidas representan un fenómeno absolutamente natural e inevitable. Esto quiere decir que el paso del capitalismo al socialismo y la liberación de la clase obrera del yugo capitalista no puede realizarse por medio de cambios lentos, por medio de reformas, sino sólo mediante la transformación cualitativa del régimen capitalista, es decir, mediante la revolución.

4.- La dialéctica parte del criterio de que los objetos y los fenómenos de la naturaleza llevan siempre implícitas contradicciones internas, pues todos ellos tienen su lado positivo y su lado negativo, su pasado y su futuro, su lado de caducidad y su lado de desarrollo; del criterio de que la lucha entre estos lados contrapuestos, la lucha entre lo viejo y lo nuevo, entre lo que agoniza y lo que nace, entre lo que caduca y lo que se desarrolla, forma el contenido interno del proceso de desarrollo, el contenido interno de la transformación de los cambios cuantitativos en cambios cualitativos. Por eso, el método dialéctico entiende que el proceso de desarrollo de lo inferior a lo superior no discurre a modo de un proceso de desenvolvimiento armónico de los fenómenos, sino poniendo siempre de relieve las contradicciones inherentes a los objetos y a los fenómenos, en un proceso de "lucha" entre las tendencias contrapuestas que actúan sobre la base de aquellas contradicciones.

Si el proceso de desarrollo es un proceso de revelación de contradicciones internas, un proceso de choques entre fuerzas contrapuestas sobre la base de estas contradicciones y con el fin de superarlas, es evidente que la lucha de clases del proletariado constituye un fenómeno perfectamente natural e inevitable. Esto quiere decir que lo que hay que hacer no es disimular las contradicciones del régimen capitalista, sino ponerlas al desnudo y desplegarlas en toda su extensión, no es apagar la lucha de clases, sino llevarla a cabo hasta el fin.

El materialismo filosófico:

1.- El materialismo filosófico de Marx parte del criterio de que el mundo es, por su naturaleza, algo material ; de que los múltiples y variados fenómenos del mundo constituyen diversas formas y modalidades de la materia en movimiento; de que los vínculos mutuos y las relaciones de interdependencia entre los fenómenos, que el método dialéctico pone de

Page 8: Las escuelas metodológicas

relieve, son las leyes con arreglo a las cuales se desarrolla la materia en movimiento; de que el mundo se desarrolla con arreglo a las leyes que rigen el movimiento de la materia, sin necesidad de ningún "espíritu universal". "La concepción materialista del mundo -- dice Engels -- significa sencillamente concebir la naturaleza tal y como es, sin ninguna clase de aditamentos extraños" (C. Marx y F. Engels, t. XIV, pág. 651).

Si la conexión entre los fenómenos de la naturaleza y su interdependencia representan las leyes por las que se rige el desarrollo de la naturaleza, de esto se deduce que la conexión e interdependencia de los fenómenos de la vida social representan también no algo fortuito, sino las leyes por las que se rige el desarrollo de la sociedad. Esto quiere decir que la vida social y la historia de la sociedad ya no son un conglomerado de hechos "fortuitos", pues la historia de la sociedad se convierte en el desarrollo de la sociedad con arreglo a sus leyes, y el estudio de la historia de la sociedad adquiere categoría de ciencia.

Si el mundo es cognoscible, y nuestros conocimientos acerca de las leyes que rigen el desarrollo de la naturaleza son conocimientos veraces, que tienen el valor de verdades objetivas, esto quiere decir que también la vida social, el desarrollo de la sociedad, son susceptibles de ser conocidos; y que los datos que nos brinda la ciencia sobre las leyes del desarrollo de la sociedad son datos veraces, que tienen el valor de verdades objetivas. Esto quiere decir que la ciencia que estudia la historia de la sociedad puede adquirir, pese a toda la complejidad de los fenómenos de la vida social, la misma precisión que la biología, por ejemplo, ofreciéndonos la posibilidad de dar una aplicación práctica a las leyes que rigen el desarrollo de la sociedad.

2.- el materialismo filosófico marxista parte del criterio de que la materia, la naturaleza, el ser, es una realidad objetiva, que existe fuera de nuestra conciencia e independientemente de ella; de que la materia es lo primario, ya que constituye la fuente de la que se derivan las sensaciones, las percepciones y la conciencia, y la conciencia lo secundario, lo derivado, ya que es la imagen refleja de la materia, la imagen refleja del ser; de que el pensamiento es un producto de la materia que ha llegado a un alto grado de perfección en su desarrollo, y más concretamente, un producto del cerebro, y éste el órgano del pensamiento, y de que, por tanto, no cabe, a menos de caer en un craso error, separar el pensamiento de la materia.

"El mundo material y perceptible por los sentidos, del que formamos parte también los hombres, es el único mundo real. . . Nuestra conciencia y nuestro pensamiento, por más suprasensibles que parezcan, son el producto de un órgano material, corporal: el cerebro. La materia no es un producto del espíritu, y el espíritu mismo no es más que el producto supremo de la materia" (F. Engels, obra citada, pag. 3~2).

Si la naturaleza, el ser, el mundo material es lo primario, y la conciencia, el pensamiento, lo secundario, lo derivado; si el mundo material constituye la realidad objetiva, que existe independientemente de la conciencia del hombre, y la conciencia es la imagen refleja de esta realidad objetiva, de aquí se deduce que la vida material de la sociedad, el ser social, es también lo primario y su vida espiritual, lo secundario, lo derivado; que la vida material de la sociedad es la realidad objetiva, que existe independientemente de la voluntad de los hombres, y la vida espiritual de la sociedad el reflejo de esta realidad objetiva, el reflejo del ser. Esto quiere decir que la fuente donde se forma la vida espiritual de la sociedad, la fuente de la que emanan las ideas sociales, las teorías sociales, las concepciones y las instituciones políticas, hay que buscarla, no en estas mismas ideas, teorías, concepciones e instituciones políticas, sino en las condiciones de la vida material de la sociedad, en el ser social, del cual son reflejos estas ideas, teorías, concepciones, etc. Esto quiere decir que, si en los diversos períodos de la historia de la sociedad nos encontramos con diversas ideas, teorías, concepciones sociales e instituciones políticas, si bajo el régimen de la esclavitud observamos unas ideas, teorías y concepciones sociales, unas instituciones políticas, bajo el feudalismo otras, y otras distintas bajo el capitalismo, la

Page 9: Las escuelas metodológicas

explicación de esto no reside en la "naturaleza", ni en la "propiedad" de las ideas, teorías, concepciones e instituciones políticas mismas, sino en las distintas condiciones de la vida material de la sociedad dentro de los diversos períodos del desarrollo social. Según sean las condiciones de existencia de la sociedad, las condiciones en que se desenvuelve su vida material, así son sus ideas, sus teorías, sus concepciones e instituciones políticas.

3.- En oposición al idealismo, que discute la posibilidad de conocer el mundo y las leyes por que se rige, que no cree en la veracidad de nuestros conocimientos, que no reconoce la verdad objetiva y entiende que el mundo está lleno de "cosas en sí", que jamás podrán ser conocidas por la ciencia, el materialismo filosófico marxista parte del principio de que el mundo y las leyes por que se rige son perfectamente cognoscibles, de que nuestros conocimientos acerca de las leyes de la naturaleza, comprobados por la experiencia, por la práctica, son conocimientos veraces, que tienen el valor de verdades objetivas, de que en el mundo no hay cosas incognoscibles, sino simplemente aún no conocidas, pero que la ciencia y la experiencia se encargarán de revelar y de dar a conocer.

El materialismo histórico:

Es la concepción materialista de la historia. ¿Qué se entiende, desde el punto de vista del materialismo histórico, por "condiciones de vida material de la sociedad", que son las que determinan, en última instancia, la fisonomía de la sociedad, sus ideas, sus concepciones, instituciones políticas, etc.?

¿Cuál es, pues, dentro del sistema de las condiciones de vida material de la sociedad, el factor cardinal que determina la fisonomía de aquélla, el carácter del régimen social, el paso de la sociedad de un régimen a otro?

Este factor es, según el materialismo histórico, el modo de obtención de los medios de vida necesarios para la existencia del hombre, el modo de producción de los bienes materiales : del alimento, del vestido, del calzado, de la vivienda, del combustible, de los instrumentos de producción, etc., necesarios para que la sociedad pueda vivir y desarrollarse. Para vivir, el hombre necesita alimentos, vestido, calzado, vivienda, combustible, etc.; para tener estos bienes materiales, ha de producirlos y para poder producirlos necesita disponer de instrumentos de producción, con ayuda de los cuales se consigue el alimento, se fabrica el vestido, el calzado, se construye la vivienda, se obtiene el combustible, etc.; necesita saber producir estos instrumentos y servirse de ellos. Instrumentos de producción con ayuda de los cuales se producen los bienes materiales, y hombres que los manejan y efectúan la producción de los bienes materiales, por tener una cierta experiéncia productiva y hábitos de trabajo : tales son los elementos que, en conjunto, forman las fuerzas productivas de la sociedad. Pero las fuerzas productivas no son más que uno de los aspectos de la producción, uno de los aspectos del modo de producción, el aspecto que refleja la relación entre el hombre y los objetos y fuerzas de la naturaleza empleados para la producción de los bienes materiales. El otro aspecto de la producción, el otro aspecto del modo de producción lo constituyen las relaciones de unos hombres con otros dentro del proceso de la producción, las relaciones de producción entre los hombres. Los hombres no luchan con la naturaleza y no la utilizan para la producción de bienes materiales aisladamente, desligados unos de otros, sino juntos, en grupos, en sociedades. Por eso, la producción es siempre y bajo condiciones cualesquiera una producción social. Al efectuar la producción de los bienes materiales, los hombres establecen entre sí, dentro de la producción, tales o cuales relaciones mutuas, tales o cuales relaciones de producción. Estas relaciones pueden ser relaciones de colaboración y ayuda mutua entre hombres libres de toda explotación, pueden ser relaciones de dominio y subordinación o pueden ser, por último, relaciones de transición entre una forma de relaciones de producción y otra. Pero, cualquiera que sea su carácter, las relaciones de producción constituyen --

Page 10: Las escuelas metodológicas

siempre y en todos los regímenes -- un elemento tan necesario de la producción como las mismas fuerzas productivas de la sociedad.

La primera característica de la producción es que jamás se estanca en un punto durante un largo período, sino que cambia y se desarrolla constantemente, con la particularidad de que estos cambios ocurridos en el modo de producción provocan inevitablemente el cambio de todo el régimen social, de las ideas sociales, de las concepciones e instituciones políticas, provocan la reorganización de todo el sistema social y político. En las diversas fases de desarrollo, el hombre emplea diversos modos de producción o, para decirlo en términos más vulgares, mantiene distinto género de vida. Bajo el régimen del comunismo primitivo, el modo de producción empleado es distinto que bajo la esclavitud, bajo el régimen de la esclavitud es distinto que bajo el feudalismo, etc. Y, en consonancia con esto, varían también el régimen social de los hombres, su vida espiritual, sus concepciones, sus instituciones políticas. Según sea el modo de producción existente en una sociedad, así es también, fundamentalmente, esta misma sociedad y así son sus ideas y sus teorías, sus concepciones e instituciones políticas. O, para decirlo en términos más vulgares, según vive el hombre, así piensa. Esto significa que la historia del desarrollo de la sociedad es, ante todo, la historia del desarrollo de la producción, la historia de los modos de producción que se suceden unos a otros a lo largo de los siglos, la historia del desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción entre los hombres. Esto quiere decir que la historia del desarrollo social es, al mismo tiempo, la historia de los propios productores de bienes materiales, la historia de las masas trabajadoras, que son las fuerzas fundamentales del proceso de producción y las que llevan a cabo la producción de los bienes materiales necesarios para la existencia de la sociedad.

La segunda catacterística de la producción consiste en que sus cambios y su desarrollo arrancan siempre de los cambios y del desarrollo de las fuerzas productivas, y, ante todo, de los que afectan a los instrumentos de producción. Las fuerzas productivas son, por tanto, el elemento más dinámico y más revolucionario de la producción. Al principio, cambian y se desarrollan las fuerzas productivas de la sociedad y luego, en dependencia con estos cambios y en consonancia con ellos, cambian las relaciones de producción entre los hombres, sus relaciones económicas. Sin embargo, esto no quiere decir que las relaciones de producción no influyan sobre el desarrollo de las fuerzas productivas y que éstas no dependan de aquéllas. Las relaciones de producción, aunque su desarrollo dependa del de las fuerzas productivas, actúan a su vez sobre el desarrollo de éstas, acelerándolo o amortiguándolo. A este propósito conviene advertir que las relaciones de producción no pueden quedarse por un tiempo demasiado largo rezagadas de las fuerzas productivas al crecer éstas, ni hallarse en contradicción con ellas, ya que las fuerzas productivas sólo pueden desarrollarse plenamente cuando las relaciones de producción están en armonía con el carácter y el estado de progreso de dichas fuerzas productivas y dan curso libre al desarrollo de éstas. Por eso, por muy rezagadas que las relaciones de producción se queden con respecto al desarrollo de las fuerzas productivas, tienen necesariamente que ponerse y se ponen realmente -- más tarde o más temprano -- en armonía con el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y con el carácter de éstas. En otro caso, nos encontraríamos ante una ruptura radical de la unidad entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción dentro del sistema de ésta, ante un desconyuntamiento de la producción en bloque, ante una crisis de producción, ante la destrucción de las fuerzas productivas. Un ejemplo de desarmonía entre las relaciones de producción y el carácter de las fuerzas productivas, un ejemplo de conflicto entre ambos factores, lo tenemos en las crisis económicas de los países capitalistas, donde la propiedad privada capitalista sobre los medios de producción está en violenta discordancia con el carácter social del proceso de producción, con el carácter de las fuerzas productivas. Resultado de esta discordancia son las crisis económicas, que conducen a la destrucción de las fuerzas productivas; y esta discordancia constituye, de por sí, la base económica de la revolución social, cuya misión consiste en destruir las relaciones de producción existentes y crear otras nuevas, que correspondan al carácter de las fuerzas productivas.

Page 11: Las escuelas metodológicas